estÉtica sin historia - … · esto·lo aclara hauser, entre otrljs, a quien,monteforte cita más...
Post on 03-Oct-2018
217 Views
Preview:
TRANSCRIPT
UNIVERSIDAD DE, MEXICO 37
ESTÉTICA SIN HISTORIA
RAYMOND BAYER, Historia de la estcUca" Fondo de Cultura Económica.,México, 1965.
fund~entación: cada arte está determinado gradualmente en relacióncon los medios de eXpresión que leson propios. Esto·lo aclara Hauser,entre otrlJS, a quien, Monteforte citamás adelante.
El capítulo priJ:!lero, dedicado alas sociedades preÍúspánicas, estádividido en dos formas contradictorias: por una parte, se inicia tra·lando' el paleolltico y el neolítico,lo cual hace esperár una divisiónpor estructuras; pero se sigue por"pueblos" y lo que es ,más grave,aislándolos eÍl olmeéas, mayas, tollecas, teotihuacanos, etcétera. Lacontradfcción consiste en que no esposible conciliar el 'tratamiento tradicional de la' época prehispánicapor 'grupos' particulares diferenciados por habitat, con un enfoquesociológico que necesariamente esde tal manera general que parte denociones como "sociedad esclavisla", "revolución urbana", a quienata Monteforte,.para inferir lo particular mediante el análisis de lasobras. De esta manera, se lograríala distinción, ausente de la bibliografía sobre lo prehispánico, entreexpresiones mágicas, animistas, ypropiamente religiosas, politeístas.Justamente, este tipo de precisiones es lo que se espera de la obrade un sociólogo.
Al iniciar el tratamiento de laépoca colonial, Monteforte planteala necesidad 'de enfo"car el "Choquecultural" y analiza sumariamentelas caracteríslicas del Renacimientoespañol y de los "grupos pioneros"de conquistadores. Califica a nuesIra sociedad como feudal, sin advertir que esto podría ser discutiblesi se toma como modelo el feuda·lismo europeo. Pero lo que pudieraperjudicar en un análisis llevadoal último detalle, no importa parael estupendo resumen del condi·cionamiento social del siglo XVI
que logra.Arnold Hauser, apoya una estu
penda introducción de Monteforteal estudio del barroco, que supera al fín toda aquella verborrea cursi del horror al vacío. Por fin, seapunta la importancia de estudiarel manierismo' y su influencia.
La explicación del ultrabarroconuevamente nos enfrenta a unacuidadosa descripción de las condiciones sociales desde fines delXVI hasta la Guerra de Independencia. El reemplazo del predominio eclesiástico por el civil, pasópor la presencia del clero secularcomo casta patrocinadora de unaintegración nacional. Aun cuandoesto merecería un estudio más delicado, es obvio ql;le sirve para encontrar la raíz del neoclásico yabandonar el prejuicio de que éstees feo y malo por antibarroco.
Al tratar de la época republicana,la obra de Monteforte, apunta, sinacentuarla, la posibilidad de fundamentar el estudio del inicio delarte moderno, cosa que está porhacerse. Desde su estudio del ultraharroco, va señalando la presenciatle un grupo nuevo que aspira alpoder sodal; el burgués se prefigura en el acumulador de tierras y
la llamada "clase media" inicia laconfiguración nacional. Monteforteno discute hasta qué punto puedehablarse de capitalismo, de burguesía, de nación; pero sí caracteriza el siglo XIX como época detransición, lo cual es lo más importante, puesto que se encuentrala razón de que ese análisis debaempezar el estudio de toda modernidad. Así, la falla de Montefortede acentuar la generalidad socialen detrimen to de la consecuenciaartística -caso de explicar el individualismo- resulta trivial si seconsidera que su libro significa unhito en nuestro medio artístico. Aotros tocará precisar sus plantea-mientos 'generales. ¡
Lo mismo que se afirmó del capítulo anterior se aplica al delPorfirismo. No es muy grave quehable de burguesía porfiriana sincaracterizarla más a fondo, puestoque la trascendencia del libro importa más para la investigaciónartística que para la sociológica; ala larga, ambas se enriquecerán.Pero no está por demás anotar algunas deficiencias de este 'capítulo:la presen tación del indigenismo como puro gusto y el entendimientodel art llouveau como puro afán deretorcimiento, cuando es el iniciodel empleo de los materiales modernos que en México no operópor su desarrollo no industrializado.
Correctamente, Monteforte empieza el estudio de los últimostiempos con un apuntamiento delas dificultades para enfocar la Re-
volución de 1910, dificultades quelo envolvieron y obligaron a resumir por separado la dinámica de laRevolución; lo que oculTía en elarte europeo y lo que pasó en el arte mexicano. La época contemporánea la hace arrancar de la consolidación burguesa posterior aCarranza; su apego a los criteriostradicionales, a su temor a rebatirlos, que es lo mismo, lo hace soslayar el análisis a fondo del nacionalismo que es presentado, comohabía ocurrido antes con el indigenismo, como una especie de gusto.Apenas deja constancia de la invalidez del realismo socialista sinrelacionarlo con el auge nacionalista al que en realidad sirvió ennuestro medio. Pasa después, sincontinuidad alguna, a estudiar la escultura moderna basada en laactividad personal de algunos artistas.Como antes el nacionalismo, ahorael internacionalismo no se fundamenla más que en una actividad
personal de Tamayo. Apenas seanota el carácter subdesarrollado,copión, de nuestra pequeña burgue·sía, sin destacar sus característicasmás profundas, su raiz.
Resulta, tal vez, exagerado titularel último apartado "Evaluación Socioestética de la Escultura Actual",puesto que sólo se hace un catálogode grupos y personalidades. Aspec·tos tan importantes como la inte·gración pl¡ística apenas si se men-
Cuatro ailos después de publicadoel texto francés de Bayer aparece enespañol, traducido con esmero yacierto por Jasmin Reuter. Es unlibro que en el medio cultural latinoamericano, en términos generales todavía muy pobre en el manejo instrumelHal de otros idiomas,viene a significar la posibilidad decontribuir muy eficazmente en laformación teórica de un público,cada vez mayor, que se preocupapor la reflexión filosófica de losproblemas del arte. Durante muchotiempo los lectores de habla espaiíola interesados en el conocimientodel l'ecorrido histórico de la Esté·tica sólo podian acudir a la obrade Menéndez Pelayo, Historia de lllsideas estéticas en EslJa1ia. Todo lodemás que se escribía en espaliol,
o se traducía, eran estudios monográficos sobre teóricos del arte ode momentos y tendencias de laEstética, o bien, historias del arte.Pero pat'a establecer la relación eilación, () ruptura, entre las diversasconcepciones es'éticas, necesariamente había que recurrir a la exposición del famoso erudito. Y, naturalmente, la posibilidad de esawntinuidad sistemática que halla·han sus lectores quedaba interrumpida con la distancia que se fueestableciendo entre el tiempo y problemas que abarcaba y el surgimiento de nuevas corrientes artísticas y de pensamiento en materiade estética. La Historia de la esté·tica, de Bosanquet, publicada enInglaterra en 1932, más penetranteen su an;ílisis filosófico que la deMenéndez Pelayo, y que habría hecho posible reanudar, hasta su mo·mento, la secuencia que los lectoresen espaliol buscaban encontrar desarrollada, se tradujo, sin embargo,hasta 1961 (Ediciones Nueva Visión,Huenos ,Aires) .
cionan. En fin, ya lo habíamosdicho: aunque pueden encontrarsedeficiencias en aspectos particulares, la obra representa el primerintento en nuestro medio por anular el subjetivismo del análisisartístico y en particular la primeraobra que intenta un estudio de laescultura en México. Esto la convertirá en clásica.
AUIERTO HíJAR
Estos datos confirman la importancia de verter a nuestro idioma laobra de Bayer, importancia queresulta todavía más apreciable teniendo en cuenta que el autor nose limita simplemente a poner aldía la información del trayecto histórico de la Estética, sino, adentrándose en el fondo de los problemas,conduce una investigación que busca llegar a la médula de las principales teorías y tendencias estéticas.
El de Bayer, por ello, es uno deesos libros cuya lectura se hacenecesaria tanto ,para quienes seinician en el estudio de ·su ,disciplina, buscando un panorama deconjunto, como para quienes, noobstante poseerlo con el enfoque desu propia formación, encontraráninterés en confrontarlo con la inter'pretación que hace Bayer, la cual,en todo caso, constituye una orientación que puede compartirse o discutirse, pero no desconocerse.
Desde los antecedentes de la formación de la conciencia estética,que se manifiestan en las expresiones del arte prehistórico, hasta lasencontradas posiciones de nuestrosiglo ... El libro expone la historiade las ideas y teorías sohre el artey si, como es obvio, "la Prehistoriano posee autores de estética, los testimonios materia.les que nos hanlegado nuestros lejanos antepasadosconstituyen, en cierta medida, Textos", Bayer se sirve de esas fuentesque nos permiten" "representarnosla mentalidad y l¡¡. sensibilidad delos hombres que han creado talesobras, incluso si esa mentalidad esinconsciente", para explicar la gestación de la estética. Apunta cómodesde un principio hay una intención en el hombre de no reducirsus formas expresivas a un realismosimplemente imitativo de su realidad circundante, sino que "el arteprehistórico es un arte intelectualen el sentido de que el artista seconcede cierta libertad para deformar esta o aquella parte del ani·mal con el fin de darle mayor fuerza o expresión".
En seguida, con todo. detenimiento, Bayer aborda la poesía de Hesíodo y Homero, canto al mundo y asus bellezas, para recoger o interpretar su preocupación por la determinación de lo Bello y las diferencias que se hacen de su conceplocon otros, lo bueno, lo útil; también de sus géneros y grados. Asíenfila hacia los clásicos de la filo-
38 UNIVERSIDAD DE MEXICO
JUAN DAVID GARCÍA BACCA, Humanismo teórico, práctico y jlOsitivo segúnMarx, t-ondo de Cultura Económica, México, 1965, 92 pp.
OTRA VENTANA ABIERTAAL MARXISMO
virtuando el contenido en nombrede algunas citas separadas de sucontexto general). 2. Abstrayendolos Manuscritos de la producciónglobal de Marx. 3. Abstrayendo elescrito de Marx de la historia de lafilosofía, en olvido de antecedentesy consecuentes. En lo que se refierea la primera forma, para no ponersino un ejemplo, la preocupaciónesencial del, autor es sustentar latesis de que el humanismo positivo,basado en el práctico, nos remitefinalmente al humanismo teórico,al "ateísmo", sustentáculo del comunismo y de una nebulosa fasepostcomunista. Ahora bien: el"ateísmo" de Marx, según GarcíaBacca, no es sino la transustanciación de la religión. El humanismoteórko, recordemos, es el acto deengullir a Dios para divinizar alhombre. Pero Marx, a diferenciade FeuerbaciI, dice otra cosa; muestra que el ateísmo en cuanto negación de la inesencialidad de lanaturaleza y el hombre "es la negación de Dios y estatuye, con estanegación, la existencia del hombre"(l\fanuscritos, en Escritos económi
cos varios, editorial Grijalbo, p.90). El ateísmo no es la divinización del hombre, sino la desenaje-
naclOn teórica del mismo, el reconocimiento de la existencia delhombre. Es cierto, contra el dogmatismo jacobino, que la religión noes, no ha sido, única y exclusivamente una ideologia, una falsaconciencia, sino un "momento" necesario para la desenajenación yracionalización del hombre; pero esfalso que se la conserve ("sin aniquilación alguna de realidad") enla concepción del joven Marx. Lareligión es conservada, tan sólo.como "momento superado". Nohay nada semejante, entonces, auna "religión de la humanidad"(como ve García Bacca al ateísmo)ni una religión de la miseria (comoveía Proudhon al comunismo) . Enlo que se refiere a la segunda forma, hay que aclarar que, al abstraer los Manusc~itos de la producción global del socialista alemánolvida que, pese a su importancia,dicho texto es una obra de transición, y como tal, muchos de losconceptos económicos y filosóficosque allí se manejan, adolecen deimprecisión (tal el caso de "proletario", "trabajo", etcétera) . Por último, en lo que alude a la terceraforma, García Bacca no toma encuenta que la crítica a A. Smith ya Hegel que realiza Marx en los
La transustanciación es el acto de"asimilar, digerir, absorber real yverdaderamente algo, sin aniquilación alguna de realidad, ni en asimilado· ni en asimilan te, con eliminación y desecho de lo inasimilable". En esta perspectiva, piensaGarcía Bacca, el ateísmo del jovenMarx no es simplemente la negación de Dios, sino más bien significa que "la encarnación de Diosen un solo hombre, en Jesús deNazaret, se verifique en cada unode los hombres". Ser ateos significanegar a Dios conservándolo, comulgar lo divino para ser hombresdeificados o, mejor, implantar unaverdadera "humanidad de Cristos".Si el ateísmQ engendra el humanismo teórico, el comunismo, el ateísmo de la propiedad, origina elhumanismo práctico. El comunismotiene una doble función: la primeraconsiste en transus tanciar la propiedad privada, esto es, superarla,levantarla por obra y gracia de sudesaparición y conservación. La segunda, la mostración del trabajocomo transustanciada potencia realizadora de lo que el hombre es.¿En qué consiste este trabajo y,por ende, el contenido de este humanismo práctico, de carácter comunista? Garda Bacca responde:"El trabajo es la divinización realy verdadera del hombre natural,obtenida mediante la transustanciación de Dios, haber comulgadoa Dios y habérselo asimilado; habercomulgado al creador y habersehecho el hombre inventor - o productor de sí y de la naturaleza".El humanismo práctico, entonces,se finca en el teórico, co~el comunismo en el ateísmo, como elinventor activo en la negación transustanciada del creador. Pero esnecesario distinguir tres clases de
.comunismo: el comunismo burdo,que personifica la envidia; el comunismo político, afectado aún dela noción o el vestigio de la propiedad privada y el comunismo "encuanto transustanciación positiva dela propiedad privada". Esta terceraforma de comunismo, la verdadera,lleva al humanismo positivo queno es otra cosa que la fusión delateísmo y el comunismo, del humaJ;lismo teórico y el práctico. "Para que advenga el humanismopositivo -apunta Garda Bacca- espreciso -es in termediario imprescindible- el haber sido, plenamentey a tiempo, comunista o humanistapráctico, y éste, a su turno, no seráperfectamente comunista si no hasido plenamente ateo -humanistateórico". El escrito de Carcía Baccaes un digno intento de un pensadoridealista de acercarse a Ma¡¡x; peroesta aproximación, este apetito porlo concreto que caracteriza últimamente al filósofo español, lo realizaen forma curiosa: no es tanto unacercamiento de García Bacca aMarx, cuanto un acercamiento deMarx a García Bacca_ ¿Cómo realiza tal faena? Fundamentalmente detres formas: l. Abstrayendo ciertastesis de los Manuscl'itos (desvinculándolas del todo; seleccionando loque conviene. En una palabra: des-
lógico de las teorías estéticas, sinoque busca engarzar las influencias que varias de ellas puedantener, requiere una explicación deesas razones para entenderlas y justificarlas. Por ejemplo, cuando elautor reconoce que los elegiacos sonoptimistas, a diferencia de los épicos y eróticos, optimistas, se l'educea decir: "Se preglJntan por la esencia de la vida. Dividen a los hombres en dos categorías; los aristócratas y el populacho. (Concepción queadopta Schiller en su Tratado sobre lo ingenuo y lo sentimental.Nota de Bayer.) Este es vil y malo.La vida no vale la pena de servivida más que por los aristócratas. Los buenos, los mejores son losaños; y éstos son bellos, y virtuosos". O bien, cuando estudia la Escuela pitagóríca: "Se ocupa de laed ucación de los arist6cra tas talcomo lo haría más tarde Platón".En ninguno de ambos casos se procura una explicación de la situaciónsocial prevaleciente en esos momentos que dé cuenta de tales concepciones artísticas e ideológicas. Enel tratamiento de la generalidad deestéticos no aparece nunca la requerida explicación, o siquiera información, del contexto históricosocial, más que sus consecuenciasartísticas o teóricas.
La otra observación, es que nosparece poco adecuado calificar aPit;ígoras de "un nietzchenismoperfecto", o entender a Sócratesalcanzando una "concepción queya puede llamarse platónica". Convendría mejor rastrear el sentidode la influencia que pudiera haberen el primer caso, y en el segundo,omitir la equívoca afirmación que,por lo demás, se comprende en sujusto sentido cuando Bayer investiga la Estética de Platón.
JosÉ LUIS BALCÁRCEL
tres periodos de la humanidad, almodo que lo son las diferentes etapas de la vida del hombre. El humanismo teórico se contrapone a lateología. Es la reapropiación delhombre por el hombre, lo cual significa ateísmo. Marx hace notarque "el ateísmo, en cuanto transustanciación de Dios, es el advenimiento del humanismo teórico".A Carda Bacca le entusiasma eltérmino religioso transustanciación.
sofía griega, quienes en lo fundamental mantienen la identificaciónpero, en cambio, abundan en profundas disquisiciones que los llevana sistematizar, cada uno conforme aun método específico y planteamientos precisos, las primeras doctrinas, que proyectarán su influencia con mayor o' menor intensidad,según momentos históricos, hastanuestros días. El análisis de Bayerse conserva riguroso en todo eltranscurso de la investigación, pasando revista a las concepciones delos artistas y estéticos que a su juicio mejores logros teóricos han al:canzado y más han contribuido por;'U influencia y originalidad al desenvolvimiento de la,. reflexión filosófica en torno a la problemáticadel arte. Desde un principio advierte que le "ha parecido preferible reducir a un estricto mínimola exposición de ciertas doctrinascomo las del clasicismo o romanticismo franceses (ampliamente tratados en las diversas historias de laliteratura) y de ciertas cuestionesbien conocidas de la historia delarte y de la música, para estudiarcon mavor detenimiento los puntosesencial~s y menos conocidos, particularmente en lo que concierne aciertos aspectos de las estéticas inglesa y alemana".
Tendríamos que manifestar nuestro desacuerdo con algunas de susapreciaciones sobre cuestiones concretas en relación con diferentes teóricos, como es la afirmación de queel arte definido como manifestación() apariencia sensible de la Idea, enHegel, viene a ser lo mismo que laencarnación del modelo en la Ideaplatónica. Sin embargo, por el carácter de es ta nota consideramosmás pertinen tes dos observacionesque guardan relación con el enfoque general del libro o con elseJialamiento equívoco de posicioneso tendencias de un autor posteriorque se emplean para reconocer aotro anterior.
Estudiar a los teóricos del arte,como lo hace Bayer, sin relacionarlos para nada con el contextohistórico dentro del cual se producen los movimientos artísticos que,en una u otra forma, sirven de basea su estudio, hace imposible unaexacta comprensión de las razoneshistóricas, sociales que promuevensus ideas. Una obra que no se concreta a establecer el orden crono-
Como es sabido, García Bacca estáocupado y preocupado en el estudioy examen del marxismo. El opúsculo presente, tan "barroco" por todos conceptos, es claro indicio desu estado de ánimo. Al autor leinteresa la antropología filosófica;y encuentra que el joven Marxtiene mucho que decir al respecto.La distinción entre humanismo teórico, práctico y posi tivo se hallaen los Manuscritos parisinos, y son
top related