evaluación auténtica
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“EVALUACIÓN AUTÉNTICA”
Angel Leonel Rios Santiago
Introducción:
La evaluación de los aprendizajes, desde su origen han tenido varias significaciones y formas de
aplicación, dichas formas corresponden a un paradigma en específico y atienden a los supuestos
propios de cada paradigma, pero al igual que muchas cosas, la evaluación se ha transformado y
mejorado con el paso del tiempo, dando como génesis a la Evaluación Auténtica, la cual se
contrapone a la evaluación tradicional, además es una nueva forma de evaluar de manera integral el
conocimiento, cuyo papel protagónico lo comparten el estudiante y el profesor lo que permite
mejorar la calidad del proceso de enseñanza y aprendizaje que a través de la innovación y la
creatividad se han creado infinidad de instrumentos, criterios, técnicas y procedimientos para
evaluar, al mismo tiempo que es una evaluación multidireccional que permite la valoración del
profesor y el estudiante de manera conjunta. Asimismo la Evaluación Auténtica tiene sus propias
ventajas y desventajas de aplicación que son necesarias conocer para poder aplicar este tipo de
evaluación en cualquier nivel educativo, pues es un proceso evaluativo dinámico y flexible que se
encuentra en mejora continua.
Desarrollo:
Desde que los procesos de enseñanza y aprendizaje tomaron forma en el ámbito educativo, surgió
de manera paralela la evaluación de los aprendizajes de los alumnos, que tiene como finalidad
recoger todos los conocimientos que poseen los estudiantes después de un periodo de enseñanza,
pero desde hace algunos años, la evaluación ha adoptado diversas aplicaciones que son congruentes
y propias de diversos paradigmas educativos y es curioso saber que en el mismo escenario, la
evaluación tome diversas formas de ser, que van desde una evaluación rigurosa y sistemática, a una
evaluación multidireccional.
De esta manera, para comenzar con el tema de la evaluación auténtica, es necesario mencionar que
la evaluación según Albarrán:
Es el proceso científico mediante el cual se formulan juicios para valorar cuanti-
cualitativamente el grado en que se logran las metas propuestas, utilizando normas o criterios
establecidos. Reviste gran importancia en el proceso enseñanza-aprendizaje, por medio de su
aplicación se puede diagnosticar al escolar y al maestro, así como también métodos, programas
y cursos. La evaluación cuantifica numérica y objetivamente la actuación del maestro, del
alumno y del contenido (1980:87).
En este sentido, considero que es una definición muy completa, puesto que toma en cuenta que en
cada evaluación los juicios de valor son primordiales, pues sirven como base para poder evaluar de
manera precisa, tanto cuantitativamente al plasmar una calificación en una escala numérica como
cualitativamente, para poder conocer las habilidades y destrezas que han adquirido los estudiantes, la significación que han tenido los contenidos en ellos y las metas que a través de los procesos de
enseñanza y aprendizaje los estudiantes han alcanzado. Asimismo, es necesario que la evaluación
no se reduzca a una sola forma de valorar el aprendizaje, sino que sea una ventana abierta a nuevas posibilidades de estimación del conocimiento, que combinando diversas estrategias, métodos,
técnicas y criterios permita una verdadera evaluación. Definitivamente, como lo menciona el autor,
una verdadera evaluación no solo debe estar enfocada a evaluar al estudiante (el grado de
significación, internalización y aplicación de los conocimientos adquiridos), sino también se debe
evaluar el desempeño de los docentes (la forma en como desarrollan su clase, las estrategias de enseñanza y su actitud) y los contenidos (la manera en cómo fueron explicitados, la pertinencia y
coherencia de los mismos con los objetivos de la educación),es así como la evaluación debe
presentarse en todos los escenarios educativos, para lograr una buena educación y un buen aprendizaje de los educandos.
Pero actualmente el hablar de evaluación, es más que una sola forma de conocer el grado de
aprendizajes que posee un estudiante, es un proceso continuo que a través de diversos métodos y
técnicas se puede valorar a los estudiantes; aunado a esto, muchos de los profesores desconocen que
existe una amplia variedad de técnicas, criterios y procedimientos que permiten evaluar, medir y
calificar el aprendizaje, es por ello que muchos de los profesores de cualquier nivel educativo,
principalmente aquellos que no se especializaron en el ámbito educativo, ante la falta de una
preparación especializada en la docencia y un perfil adecuado para poder ser profesores,
simplemente se enfocan en una sola forma de evaluar, por ejemplo, los temidos exámenes por la
gran mayoría de los estudiantes, los cuestionarios, e incluso la resolución de problemas. Pero por su
falta de conocimientos en materia educativa y evaluativa, desconocen que pueden valorar de
diversas maneras al educando; evaluar, entonces de numerosas formas, permite que los estudiantes
tengan mayor oportunidad de expresar su conocimiento, es por ello que en todo nivel educativo la
evaluación no debe ser cerrada, sino debe permitir la apertura a nuevas posibilidades de valoración
del conocimiento, todo esto con la finalidad de lograr una verdadera Evaluación Auténtica.
La Evaluación Auténtica
También la evaluación ha evolucionado y se ha mejorado tras los aportes teóricos de diversos
autores, con el paso desde la evaluación tradicional hasta llegar a una evaluación auténtica, pero
¿Qué es una Evaluación Auténtica?, ¿Quiénes la desarrollan? Y ¿Cómo se lleva a cabo?, ante estas
interrogantes, pasaré a explicar en qué consiste una verdadera Evaluación Auténtica.
La Evaluación Auténtica es una nueva forma de evaluar a los estudiantes, que surge en oposición a
la evaluación tradicional y permite “mejorar y orientar a los estudiantes en el proceso de enseñanza-
aprendizaje, que integra múltiples procedimientos y técnicas evaluativas, además que sirve como
mediadora entre los conocimientos previos y los nuevos” (Ahumada, 2005:44), que permiten la
mejora continua tanto del estudiante, como del docente.
En este sentido, la evaluación auténtica es muy prometedora, pero desconocida para una gran parte
de los docentes y los estudiantes, así mismo considero que esta evaluación no solo se da al finalizar
una unidad de aprendizaje, sino que es un proceso de mejora continua que permite evaluar desde el
inicio hasta el final, considerando cada detalle de la participación del estudiante dentro del proceso
de enseñanza y aprendizaje, donde es fundamental la relación entre el maestro y el estudiante, ya
que permite evaluar el desempeño de ambos en el trascurso de la evaluación.
Ventajas de la Evaluación Auténtica
La prometedora Evaluación Auténtica permite crear una nueva metodología en la evaluación,
mejorar el desempeño de los educandos y los profesores, se interesa más en una evaluación
formativa que sumativa, es un proceso evaluativo, no un suceso, pues comienza desde el principio
del curso y concluye con él; asimismo, al usar varios procedimientos de evaluación permite conocer
cuáles son las actividades en la que los estudiantes tienen sus fortalezas y debilidades al momento
de valora su desempeño, el cual día con día ira aumentando al grado que cuando se termine la
unidad de aprendizaje, el alumno poseerá un gran cumulo de competencias y habilidades que le
permitan crecer formativamente.
Del mismo modo, esta nueva visión de la Evaluación Auténtica, supera el paradigma Conductista y
retoma aspectos esenciales de otros paradigmas centrados más en el estudiante. En este sentido, la
Evaluación Auténtica retoma del Paradigma Humanista, la autoevaluación la cual “fomenta en los
alumnos, la creatividad, la autocrítica y la confianza en sí mismos” (Hernández, 2002: 114), de esta
manera se rescata que no solo el profesor puede evaluar el aprendizaje, sino que el propio alumno
puede valorar su aprendizaje con la finalidad de reconocer sus errores y poder superarlos, aunque
comúnmente al realizar una autoevaluación no lo hacemos de manera honesta, ni coherente con
nuestro verdadero desempeño y nos asignamos una calificación que no merecemos en realidad, por
ello considero que la Autoevaluación debe formar parte únicamente de la evaluación formativa del
estudiante y las evaluaciones externas deben establecer la Evaluación sumativa.
De igual forma la autoevaluación y la coevaluación permanentes son formas adecuadas para
obtener evidencias durante el proceso de aprender, refuerzan la idea de que dichas evidencias
emanan del sujeto aprendiz y no solo de la observación o el reconocimiento de indicadores
fijados por parte del maestro (Ahumada, 2005:51).
De esta manera, considero que esta evaluación multidireccional es de gran importancia para poder
valorar el grado de conocimiento de los estudiantes, puesto que integra diversos puntos de vista
sobre un mismo aprendizaje, lo que permite que se desarrolle una valoración más objetiva y
coherente con el desempeño del estudiante.
La evaluación auténtica también retoma del paradigma cognitivo la mediación entre los
conocimientos previos y los nuevos, una gran variedad de técnicas para evaluar, por ejemplo las
listas de cotejo, las escalas, la observación participante, etc., además le dan mayor importancia al
aprendizaje significativo que al memorístico. Por otra parte, este enfoque evaluativo coincide con
el paradigma Psicogenético en el sentido que “los resultados de las evaluaciones serian
orientaciones y son útiles para que el alumno reflexione sobre sus propios procesos y avances
logrados y el profesor mejore sus estrategias didácticas” (Hernández, 2002: 206), coincido con esta
propuesta, pues como se ha mencionado, la evaluación auténtica busca que el estudiante reflexione
sobre sus estrategias de aprendizaje e internalización y aplicación del conocimiento y el profesor
sobre sus estrategias de enseñanza. Además cada estudiante genera su propia significación de lo
aprendido, se consideran los diversos estilos de aprendizaje, sus capacidades de memoria y
razonamiento de los estudiantes, la motivación de los estudiantes y la promoción de un
pensamiento creativo y crítico.
Desventajas de la Evaluación Auténtica
Como todas las cosas buenas tienen su lado malo, la Evaluación Auténtica tiene su lado
desventurado, pues a pesar de ser muy buen enfoque para evaluar a los estudiantes en un espacio
áulico, también es un poco prominente y soñador, pues por diversas causas no siempre se puede
aplicar en los procesos de enseñanza y aprendizaje.
En este sentido, las principales desventajas de este tipo de evaluación radican en la forma en cómo
se mueve el Sistema educativo, puesto que muchas veces la evaluación del profesor se tiene que
sujetar a las políticas federales o los reglamentos jurídicos, impidiendo desarrollar una forma libre
de evaluar el aprendizaje. Además que no todos los profesores tienen la disponibilidad del tiempo
para efectuar este tipo de evaluación, algunos docentes no poseen el perfil adecuado para poder
enseñar e incluso desconocen esta Evaluación Auténtica, de igual forma, la matrícula de
estudiantes impide que todos reciban una buena evaluación personalizada (ignorándose su
afectividad, la metacognición, la motivación, etc.) además “la utilización de instrumentos
evaluativos uniformes no permite captar los grados de significación que los estudiantes le dan a los
aprendizajes” (Ahumada, 2005: 43). Pienso entonces que la clave para el éxito de la Evaluación
Auténtica recae primeramente en la disposición y participación del docente, su revisión y
mejoramiento de estrategias de enseñanza, un cambio actitudinal de su actuación como profesor y
después un cambio integral en la actuación de los estudiantes.
Conclusión:
La Evaluación Auténtica es una extraordinaria forma de evaluar que está abierta a cualquier tipo de
cambio o mejora en las formas, criterios y procedimientos de evaluación que tengan por único
objetivo, conocer el grado de significatividad de los conocimientos de los estudiantes, para que
ellos lo puedan internalizar y al mismo tiempo aplicar en su contexto. En este sentido considero
que esta evaluación es muy buena y aplicable en nuestro contexto educativo, pues es un proceso
continuo que permite la utilización de diversos procedimientos para evaluar el conocimiento,
reconoce la evaluación multidireccional y esto es muy bueno, porque permite que el estudiante
también se evalúe con la finalidad de reconocer sus errores y superarse a sí mismo. Del mismo
modo esta Evaluación Auténtica es un modelo integral, puesto que conjunta diversos aspectos de
los paradigmas educativos, lo que permite que sea mejor, más diverso y que conjuntando esfuerzos
se evalúen los aprendizajes de manera más precisa, tanto de manera formativa como sumativa; a
partir de un proceso de evaluación que no se da parcialmente, sino continuamente hasta lograr la
meta de su educación, pero que por diversos factores aun es imposible su práctica en la gran
mayoría de escuelas.
Ante esto finalmente considero que los profesores son los primeros que deben estar dispuestos a
retomar este tipo de evaluación, pues con base en su formación educativa se pueden dar cuenta que
es mejor evaluar de diversas maneras, que de una sola forma, pues permite que los estudiantes se
desenvuelvan de diversas maneras y aprendan a través de sus estilos de aprendizaje propios,
internalicen los conocimientos y los apliquen en el contexto. Pero para lograr que este tipo de
evaluación se aplique es también imprescindible que los profesores tradicionalistas cambien de
actitud y revisen a conciencia sus formas de evaluar para que a través de este nuevo modelo de
evaluación logren mejorar sus estrategias de enseñanza, utilicen su creatividad e innovación,
perfeccionen su papel como profesor y principalmente su forma de evaluar. Del mismo modo, los
estudiantes deben cambiar de actitud, dejar de concebir a la evaluación como malvada, y comenzar
a renovar sus estrategias de aprendizaje para poder comprender a profundidad las actividades y
procedimientos que se utilizarán para la evaluación, de esta manera es como estos senderos nos
encaminarán hacia una evaluación auténtica del aprendizaje.
Fuentes de Consulta:
Ahumada Acevedo, P. (2005). Hacia una evaluación auténtica del aprendizaje. México:
Paidós.
Albarrán, A. A. (1980). Diccionario pedagógico. México, D. F.: Siglonuevo editores.
Hernández Rojas, G. (2002). Paradigmas psicologia de la educación. México: Paidós.
Pimienta Prieto, J. (2012). Las competencias en la docencia universitaria. México: Pearson.
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