guión - el coleccionista de nubes v2 (final) (2014)
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EL COLECCIONISTA DE NUBES
por
Krugos
Ricardo Winkelmann
E-mail: ████████@██████.com
Guión para 30 páginas
Febrero 16 de 2014
V.2 Mayo 15 de 2014
El Coleccionista de Nubes / 1
LOGLINE
La vida de un joven coleccionista de nubes dará un inesperado y
peligroso giro al capturar por error algo que jamás debió estar en
su colección.
GLOSARIO
Como las palabras indígenas son ficticias, decidí incluir este
glosario para cualquier consulta rápida.
Acha: sufijo que significa
«hijo/hija de».
Aur: Diosa madre de la huma-
nidad, la luna.
Auracha: La civilización que
figura en nuestro relato y su
gentilicio. Literalmente «hi-
jo/hija de Aur».
Behauatana: La isla flotante
sobre la que está edificado el
poblado Cauna-Mirí.
Cauna-Ahnuak: Ciudad adminis-
trativa del imperio Auracha.
Cauna-Mirí: El poblado donde
habitan nuestros personajes.
Cuicuí: Ave mitológica auracha.
Su nombre onomatopéyico alude a
su canto.
Naueltche: La nube con forma de
jaguar.
Oruenya: Bruja.
Osontacha: Título equivalente a
«rey» de los Aurachas. Lite-
ralmente «hijo/hija de Osonte».
Osontapandra: El templo al dios
sol. Literalmente «la casa de
Osonte».
Osonte: El dios sol.
Tapandra: Casa.
El Coleccionista de Nubes / 2
PÁGINA 1
(4 viñetas)
Algunos detalles descritos en la primera viñeta pueden no ser
visibles por lo distante del escenario; los agrego como referencia
para otras páginas, así como también para familiarizarnos un poco
con algunos elementos de la civilización Auracha.
1.1
Grande, unos dos tercios de la página.
La montaña Behauatana es rodeada por una cadena de montañas nubladas,
muy altas pero sin nieve, que se pierden de vista. Su cima es coronada
por una enorme formación natural, parecida a un colmillo, que se eleva
varios metros con laderas casi enteramente verticales.
Tallada en una ladera del colmillo rocoso, se encuentra la fachada
del templo al sol (que ha sido excavado en el interior de la montaña).
El templo tiene una terraza en lo más alto de la fachada, que es
también su única entrada, y desde allí parte una escalinata muy
empinada que baja hasta la base del colmillo.
Desde la base del colmillo se expande cuesta abajo el Cauna-Mirí,
un pequeño poblado que recuerda a Machu Picchu, entre un sistema de
terrazas escalonadas en las que se cultiva la tierra.
Las casas tienen paredes de piedras de diversas formas y tamaños
sobrepuestas sin mortero y sin ornamentos. Sus techos son de paja,
a dos o cuatro aguas, soportados por vigas de madera en el interior.
Las puertas de las construcciones son espacios abiertos, sin objeto
alguno que pueda usarse para obstruir el paso y proteger el interior.
El lugar está lleno de actividad, las calles son transitadas por
personas. También hay algunas llamas; unas junto a las personas en
las calles, otras libres en áreas verdes, pastando o sentadas con
las patas recogidas bajo el cuerpo.
En medio del poblado hay una amplia laguna alimentada por un riachuelo
que nace de una pequeña cascada que brota del enorme colmillo. De
esta laguna parte montaña abajo un riachuelo (con sus respectivas
cascadas en caso de pasar por entre las terrazas escalonadas).
En primer plano: un nido construido entre las ramas de un árbol o
arbusto, está custodiado por una cuicuí adulta que canta. Dentro del
nido hay dos huevecillos, uno está agrietado y del otro se asoma la
cabeza de un pichón cuicuí que acaba de romper el cascarón.
El Coleccionista de Nubes / 3
NARRACIÓN
Cauna-Mirí, poblado agrícola del imperio Auracha en la
isla flotante Behauatana.
NARRACIÓN (Sámmel, en su vejez)
“Yo no quería que las cosas terminasen así, ha sido tu
culpa. Pero, ¡ya qué importa!, este injusto castigo
llegará pronto a su fin. Mis días están por acabarse...
lo presiento.”
“Me pregunto si más allá de las nubes, abandonados mis
restos mortales, volveré a escuchar a las aves cantar
aquellas canciones que antaño tanto alegraban mis
días.”
“Ya casi no consigo recordarlas.”
SFX
(vocalización de la cuicuí adulta)
cui-cuí cui-cuí
1.2
La cuerda mágica de Sámmel se abre paso en el cielo, entre un mar
de nubes, serpenteando hacia la cámara con la boca a punto de dar
un mordisco.
NARRACIÓN (Sámmel)
“Cuán dulce sonaban aquellos cantos. Cuán amarga in-
justicia ser privado de ellos por el resto de mis días...”
SFX
(la cuerda/serpiente corta el viento a su paso)
fuisss
NARRACIÓN (Sámmel)
“...y que el viento, en mi vejez, se robe su recuerdo.”
1.3
La cuerda enlaza una nube con forma de pez, pero sin llegar aún a
apretar el nudo, sin llegar aún a tocarla.
NARRACIÓN (Sámmel)
“Mi memoria ya no es la de antes, no, pero nunca podré
olvidar cómo empezó todo.”
El Coleccionista de Nubes / 4
SÁMMEL (en su juventud, fuera de escena)
¡Creo que la tengo!
1.4
La cuerda serpiente aprieta su cuerpo contra la nube en un firme
abrazo y le clava los dientes, líneas cinéticas indican que el acto
acaba de suceder con mucha rapidez.
SFX
¡ZAS!
NARRACIÓN (Sámmel)
“Así como tampoco olvidaré que todo fue culpa tuya...”
“...jamás debiste dejarte atrapar.”
El Coleccionista de Nubes / 5
PÁGINA 2
(5 viñetas)
2.1
Una viñeta grande para poner el título y los créditos.
Sámmel tira de la cuerda, unida a la nube con forma de pez que trata
de escapar, como si volara una cometa. Apuri vuela dejando tras ella
una línea punteada y ondulante que representa su trayectoria. Tras
ellos hay una llama que Sámmel usa para transportar las jarras de
barro donde guarda las nubes que captura; en el suelo hay tres o cuatro
de estas jarras.
Sámmel, Apuri, y la llama pueden ser siluetas negras, diminutas,
contra un fondo de nubes y montañas en un estilo muy simple, algo
minimalista. Los personajes están en un extremo de la viñeta, de modo
que no obstruyen el texto del título y los créditos.
EL COLECCIONISTA DE NUBES
KRUGOS: Guión y rotulado // PAULA EDITH SUAREZ: Dibujo y
entintado
2.2
La mano de Sámmel empuja la nube con forma de pez para forzarla a
entrar en una jarra de barro de boca ancha que sostiene contra su
cuerpo; ya lleva la mitad del trabajo hecho.
APURI (fuera de escena)
¡Qué bella es! Vivirá muy feliz entre las otras que has
capturado.
SÁMMEL (sólo vemos sus manos)
...Puede ser.
2.3
Apuri luce pensativa, preocupada por Sámmel.
APURI
Sámmel, ¿qué tienes? Has estado raro toda la mañana.
Oh...
...se trata de Uamusi, ¿no es así?
El Coleccionista de Nubes / 6
2.4
Sámmel mira hacia el cielo, examina las nubes (que no vemos) en busca
de alguna interesante para su colección. Luce triste. Lleva la cuerda
mágica enroscada y colgada al hombro. Sostiene contra su cuerpo la
jarra donde ha encerrado a la nube, está por cerrarla con una tapa.
Apuri vuela frente a él.
SÁMMEL
>...<
APURI
Siento que las cosas no sucedieran como tú querías, pero
ahora tienes que apoyarla y desear su felicidad y la de
Opumay.
2.5
Sámmel luce descontento, su mirada apunta hacia abajo y un lado.
SÁMMEL
Opumay no debió involucrarse con ella. No son las
acciones de un verdadero amigo.
APURI (fuera de escena)
¡Sámmel!
El Coleccionista de Nubes / 7
PÁGINA 3
(6 viñetas)
3.1
Apuri vuela frente al rostro de Sámmel, tiene una mano en el pecho
y la otra extendida en un gesto interrogante. Sámmel le responde sin
dirigirle la mirada, como avergonzado.
APURI
¡Opumay te quiere como a un hermano y nunca pensaría en
lastimarte!
Además, no puedes culparlo, tú siempre has evitado
hablarle de Uamusi y de lo que sientes por ella.
SÁMMEL
Un amigo debe conocer el corazón de su amigo, y el corazón
no habla con palabras.
APURI
¡¿Pero quién va a conocer tu corazón si lo guardas donde
nadie lo puede ver?!
3.2
Sámmel mira a la cámara (a Apuri) con tristeza.
SÁMMEL
Tú... tú conoces mi corazón.
3.3
Apuri sonríe conmovida.
APURI
Porque te saco la información a la fuerza.
3.4
Sámmel sonríe con algo de tristeza.
SIN TEXTO
3.5
Sámmel de rodillas a punto de colocar la jarra en el suelo, pero su
El Coleccionista de Nubes / 8
cabeza está inclinada hacia arriba, en dirección a Apuri; ella vuela
en un punto en el que Sámmel podría ver tras ella las nubes en el
cielo.
APURI
Los dioses nos cargan de dolor e injusticias para que nos
acordemos de ellos, estamos indefensos contra sus
caprichos. Pero no desquites tu frustración en quienes
te quieren, ni busques traiciones donde no las hay.
SÁMMEL
Yo... yo deseo que sean felices, créeme. Es sólo que mi
soledad es inconsolable y me hace pensar y decir cosas
que luego lament--.
3.6
Sámmel señala sobresaltado hacia un punto alto fuera de escena (hacia
las nubes, ha visto la nube con forma de jaguar). Su expresión de
sorpresa no nos permite saber aún que se trata de algo bueno, podría
parecer más bien que anuncia un peligro.
SÁMMEL
¡Apuri, mira!
El Coleccionista de Nubes / 9
PÁGINA 4
(6 viñetas)
4.1
La nube con forma de jaguar salta de una nube a otra. Al fondo, la
silueta distante de una cuicuí volando (aunque aún está muy lejos
como para distinguirse qué clase de ave es).
APURI (fuera de escena)
¡Naueltche, la nube jaguar! Oh, Sámmel, ¿será que
finalmente se dejará capturar?
4.2
Sámmel arroja la cuerda mágica al cielo al tiempo que corre en
persecución de la nube (que no vemos). Apuri vuela tras él y señala
hacia la nube, como dando indicaciones a pesar de que Sámmel no puede
verla.
SÁMMEL
Esta vez no te me escapas, Naueltche, ¡¿me oyes?!
4.3
La cuerda se dirige hacia la nube, a punto de enlazarla, pero el cuicuí
se estrella violentamente contra la cuerda, soltando plumas y líneas
cinéticas.
APURI (fuera de escena)
¿La tienes?
4.4
El pájaro se precipita en caída libre, y vemos que la cuerda ha logrado
enlazar una pata trasera de la nube jaguar.
SÁMMEL (fuera de escena)
¡Sí, sí, la tengo! Pero creo que golpeé algo.
4.5
Apuri, preocupada, se lleva las manos al rostro.
APURI
¡Es un pájaro! ¡Hay que ayudarlo!
El Coleccionista de Nubes / 10
4.6
El pájaro ha caído sobre un pedregal y ha rebotado hacia el riachuelo,
en el que aún no aterriza. Representamos toda la trayectoria y el
golpe contra las piedras con líneas cinéticas.
Algunas piedras se han desprendido en el impacto y también caen hacia
el riachuelo siguiendo al pájaro (que quedará atascado bajo una de
estas piedras).
Apuri vuela veloz hacia la escena, luce preocupada. Al fondo, Sámmel
lucha con la nube tirando de la cuerda.
SFX (pájaro golpeando las rocas)
Tok
El Coleccionista de Nubes / 11
PÁGINA 5
(6 viñetas)
5.1
Vista de pájaro. La nube jaguar cuelga de otra nube sujeta por las
dos patas delanteras, a punto de caer. Al fondo, muy lejos, Sámmel
tira de la cuerda que sujeta a la nube jaguar por una pata trasera.
SIN TEXTO
5.2
Apuri trata de sacar al pájaro del riachuelo, tira en vano de su ala,
que está expuesta en la superficie, mientras el resto del cuerpo del
animal está sumergido y atascado en el fondo del riachuelo (que no
es profundo). El cuicuí deja escapar algunas burbujas que salen a
la superficie.
Al tiempo que trata de rescatar al pájaro, Apuri voltea hacia un lado
(hacia Sámmel, que no vemos) y grita.
APURI
¡Sámmel! ¡Se está ahogando, no logro sacarlo!
5.3 – 5.6
Una secuencia de cuatro viñetas pequeñas (en conjunto pueden ocupar
una misma línea, todo el ancho de la página), sin texto, en la que
vemos a Sámmel de cerca:
#3. Voltea sobre su hombro, al escuchar a Apuri.
#4. Mira indeciso la soga que sostiene frente a su rostro con ambas
manos.
#5. Mira indeciso hacia arriba, boquiabierto, en dirección a la nube,
todavía sosteniendo la soga con ambas manos en la misma posición de
antes.
#6. Cabizbajo, fruncido el ceño, parece resuelto a actuar.
El Coleccionista de Nubes / 12
PÁGINA 6
(5 viñetas)
6.1
Establecemos una nueva escena mostrando la fachada del templo del
sol.
NARRACIÓN
Osontapandra, templo del dios solar Osonte.
UAMUSI (fuera de escena)
Doce días más y finalmente podremos contemplar la salida
de Osonte, tomados de la mano en lo alto del templo...
...y hacer oficial nuestro matrimonio.
6.2
Uamusi y Opumay observan complacidos hacia arriba, hacia lo
alto del templo (que no vemos), unidos en un afectuoso abrazo.
UAMUSI
¿Puedes creerlo?
OPUMAY
Oh, Uamusi, quisiera poder ir y dormir hasta que llegue
la hora de empezar con la ceremonia.
6.3
Como la anterior, pero ahora Uamusi voltea a ver a Opumay, luchando
contra las ganas de sonreír, mientras Opumay sigue con la mirada fija
en la lejana terraza ceremonial.
UAMUSI
¿Y qué te lo impide? Seguro que para ti sería cosa fácil
dormir por días si se te antoja.
OPUMAY
¡Imposible!
6.4
Uamusi mira a la cámara (a Opumay) con una expresión interrogativa,
arqueando una ceja.
UAMUSI
El Coleccionista de Nubes / 13
¿Escuché mal o el gran Opumay ha admitido que en el mundo
hay algo que no puede hacer?
6.5
Opumay sonríe con orgullo, como si en realidad nada fuera imposible
para él. Uamusi, frente a él, le devuelve una sonrisa bromista.
OPUMAY
Oh, dormir sería cosa fácil...
...Pero no podría pasar ni un solo día sin verte. ¡Mucho
menos doce! Aunque me visites en mis sueños cada noche.
UAMUSI
Lo dices para quedar bien, pero aceptaré el cumplido.
El Coleccionista de Nubes / 14
PÁGINA 7
(6 viñetas)
7.1
Uamusi se ha sentado en la base de la escalinata del templo, Opumay
está de pie frente a ella tomándole las manos. Ambos voltean hacia
un lado, algo ha llamado su atención.
UAMUSI
Allá vuelven Sámmel y Apuri, pero no veo la llama con sus
jarras. ¿Les habrá pasado algo?
OPUMAY
Vayamos a ver.
7.2
Sámmel baja por una pendiente inclinada, como viniendo desde la
montaña, trae al pájaro cuicuí oculto entre sus manos. Apuri vuela
adelante. Lucen preocupados.
OPUMAY (fuera de escena)
¡Eh, Sámmel! ¿Todo bien?
APURI
¡Opumay, Uamusi! Una cuicuí tuvo un accidente y casi se
ahoga, pero Sámmel logró salvarla a tiempo.
SÁMMEL
Aquí la tengo, está herida y no puede volar.
7.3
Uamusi luce preocupada, Opumay luce indiferente.
UAMUSI
¡Qué suerte que estabas allí para ayudarla! Déjame verla,
si no está mal herida quizás sepa cómo sanarla.
OPUMAY
¿Una cuicuí? ¿Eso es todo? Pensaba que había sido algo
grave. ¿Por tan poca cosa abandonas tu llama en la
montaña?
7.4
El Coleccionista de Nubes / 15
Sámmel luce avergonzado.
SÁMMEL
Bajé a toda prisa para tratar de salvar a la cuicuí, no
tuve tiempo para ponerme a recoger las jarras y su-
jetarlas a la llama.
Pobre ave, su encuentro conmigo no le ha traído buena
suerte, fui yo quien casi provoca su muerte. Por eso no
podía dejarla abandonada.
7.5
Sámmel extiende sus manos con la cuicuí hacia Uamusi, quien se acerca
para examinarla.
UAMUSI
¡Tonterías! Sé que la habrías ayudado sin importar la
causa del accidente.
SÁMMEL
¿Crees que se pondrá bien?
7.6
Uamusi sonríe hacia la cámara (hacia Sámmel).
UAMUSI
Sí. Se ha lastimado el ala, pero no se ha roto ningún
hueso. La llevaré a mi tapandra y le prepararé algo para
sanarla, Apuri me puede ayudar con eso.
Tú ve y busca tu llama y tus jarras con nubes, Opumay irá
contigo.
El Coleccionista de Nubes / 16
PÁGINA 8
(5 viñetas)
8.1
La llama de Sámmel está echada en un claro junto al riachuelo, observa
con curiosidad una mariposa que vuela sobre a ella. Su torso está
cubierto por una tela ornamentada y, entretejida en la tela, un
aparejo de cuerdas que Sámmel utiliza para amarrar las jarras. A su
lado hay tres jarras; en una de ellas se ve el dibujo rudimentario
de un pez que Sámmel ha hecho con carbón para identificar su contenido
(la nube del principio).
SIN TEXTO
8.2
Sámmel sube la montaña por un camino de piedras, seguido de cerca
por Opumay; los vemos de lejos.
SÁMMEL
Hoy no llegué muy alto, la llama debe estar esperándome
un poco más allá de la cascada.
OPUMAY
¿Tuviste suerte hoy con las nubes?
SÁMMEL
Capturé una con forma de pez. ¡Y casi atrapo a
Naueltche!... pero volvió a escapar y esta vez se llevó
mi cuerda serpiente.
8.3
Opumay sonríe optimista.
OPUMAY
Oh, no te preocupes, Apuri te ayudará a encontrar la
cuerda.
Y Naueltche no podrá evadirte por siempre, cuando menos
te lo esperes se incorporará a tu colección de nubes.
8.4
Sámmel luce melancólico.
El Coleccionista de Nubes / 17
SÁMMEL
Supongo.
Así que... el matrimonio... ¿ya es definitivo?
8.5
Opumay muestra los dientes en una enorme sonrisa. Delante de él,
Sámmel, entristecido, señala hacia un punto fuera de la viñeta (hacia
la llama).
OPUMAY
¡Sólo faltan doce días! No hay en la tierra hombre más
afortunado que yo.
SÁMMEL
¡Allá está la llama! Ayúdame a amarrarle las jarras.
El Coleccionista de Nubes / 18
PÁGINA 9
(5 viñetas)
9.1
Interior de una casa, no hay muebles ni mesas ni sillas (en esta
civilización no existen tales cosas) ni decoración de ningún tipo
en las paredes de piedras talladas.
Uamusi revuelve una mezcla de plantas machacadas en un plato hondo
y pequeño que sostiene en la mano. Apuri vuela a su lado, como llegando
a prisa desde el exterior; sostiene con ambas manos algunas plantas
pequeñas.
UAMUSI
¿Conseguiste todo lo que te pedí?
APURI
Aquí lo traigo, Urumasena dijo que aceptaría a cambio las
sobras de la mezcla para aliviar sus dolores de muela.
9.2
Uamusi se ríe.
UAMUSI
¡¿Pero es que Urumasena se cree pájaro?! ¡Esta medicina
no le aliviará el dolor!
Pobre anciana, tan dulce, le prepararé algo que sí la
ayudará.
Pero primero atendamos a la pequeña cuicuí.
9.3
Uamusi de rodillas frente a una pila de telas que cubren el piso en
un rincón (esto sería lo que los Aurachas usan a modo de cama).
Sostiene el plato con la medicina usando ambas manos. Uamusi vuela
a su lado. La cuicuí herida descansa echada sobre las telas.
UAMUSI
A ver pequeña, con esto te pondrás bien.
Apuri, ayúdame sosteniendo su ala mientras yo le unto la
mezcla.
El Coleccionista de Nubes / 19
APURI
Ah... ¿sientes la brisa? Es la naturaleza agradeciendo
tu simpatía por sus criaturas.
9.4
Uamusi inclina la cabeza sobre su hombro y sus ojos apuntan hacia
arriba, soñadora, entregada a pensamientos agradables.
UAMUSI
¡Eres tan afortunada! Ha de ser muy lindo ser mediadora
entre los Aurachas y el mundo natural.
Quisiera tener tus oídos para entender las infinitas
manifestaciones de la naturaleza.
9.5
Apuri sonríe amable mientras sostiene en alto el ala herida de la
cuicuí (no tiene que verse el pájaro, sólo parte del ala).
APURI
Tú puedes aprender a interpretar su voz. Llevará tiempo,
pero prometo que te enseñaré.
Es lindo hacer de intermediaria entre ambos mundos, sí,
pero también agotador... en sus peores días, la na-
turaleza y los Aurachas pueden llegar a ser igual de
necios.
El Coleccionista de Nubes / 20
PÁGINA 10
(6 viñetas)
10.1
Sámmel soba a la llama, a la que ya le han amarrado las jarras; en
una jarra se ha dibujado con un arte muy simple la figura de un pez.
SÁMMEL
¿Estás seguro de que estás preparado para dar este paso?
Quizás deberías tomarte un tiempo y pensarlo mejor.
OPUMAY (fuera de escena)
¡De ninguna manera! La ceremonia seguirá como ha sido
planeada.
10.2
Opumay observa a la cámara (a Sámmel), pensativo, preocupado, como
si prefiriera evitar la conversación.
OPUMAY
Sámmel, yo sé que no soy tan listo como tú, pero tampoco
estoy ciego. Sé bien lo que inquieta tus pensamientos.
Pero no hablemos de lo que es mejor no hablar.
Guarda tu secreto lejos de los oídos de Uamusi, no le
causes dolores que no se merece.
Y en cuanto a nosotros, seamos amigos, como antes, como
siempre. Un día la felicidad también te sonreirá y
encontrarás a la muj--
10.3
En primer plano, una roca sobre la que se encuentra enroscada la
cuerda serpiente.
Al fondo, Opumay y Sámmel bajan caminando uno junto al otro, seguidos
por la llama. Opumay tiene una mano sobre el hombro de Sámmel, como
si hubiera venido hablando con él de esta forma, pero ahora, en lugar
de mirar a su amigo, Opumay observa y señala con la mano libre hacia
la cuerda serpiente. Sámmel observa el lugar señalado por su amigo.
OPUMAY
¡Sámmel! ¡Mira allí! ¿No es ésa tu cuerda serpiente?
El Coleccionista de Nubes / 21
10.4
La nube jaguar ha echado a correr sobre otras nubes y voltea hacia
abajo y atrás, como espiando las acciones de Sámmel.
SÁMMEL (fuera de escena)
¡Sí! ¡Y allá arriba está Naueltche, la nube jaguar!
OPUMAY (fuera de escena)
¡Vamos, ve tras ella!
10.5
Sámmel corre a toda prisa, subiendo por una pendiente accidentada,
con la mirada en el cielo y la cuerda serpiente en su mano.
SIN TEXTO
10.6
Sámmel brinca desde un precipicio rocoso hacia el vacío, sin darse
cuenta de lo que hace. En pleno salto arroja la cuerda hacia arriba
para tratar de atrapar la nube.
OPUMAY (fuera de escena)
¡Sámmel! ¡Nooo!
El Coleccionista de Nubes / 22
PÁGINA 11
(6 viñetas)
11.1
Vista de gusano. Sámmel cuelga del precipicio, con ambos brazos
alzados. De un brazo sale la cuerda serpiente hacia arriba, ha
capturado algo (el sol). El otro brazo es sujetado por Opumay, que
se asoma parcialmente por el borde del precipicio (Opumay estaría
acostado en el suelo, fuera de nuestra vista, como si se hubiera
arrojado en un intento exitoso por salvar la vida de su amigo). Ambos
hombres lucen asustados.
SÁMMEL
¡La tengo!
OPUMAY
¡Y yo te tengo a ti!
11.2
Ya sobre el precipicio ambos hombres tiran con fuerza de la cuerda,
mirando extrañados hacia arriba. El resplandor del sol que se acerca
empieza a iluminar la escena un poco más de lo normal, pero aún no
es muy fuerte.
OPUMAY
Está oponiendo demasiada resistencia. ¿Estás seguro que
se trata de Naueltche? El sol no me deja ver.
SÁMMEL
¡Y qué otra cosa va a ser! ¡Tira con más fuerza!
11.3
Ahora el brillo es enceguecedor, algunos trazos apenas sugieren la
forma de nuestros personajes tirando de la cuerda.
OPUMAY
¡Esto no es normal! ¿Qué está ocurriendo?
SÁMMEL
Creo que Naueltche se ha encendido en fuego. ¡Opumay,
hagas lo que hagas, no la vayas a soltar!
Cuerda serpiente, usa todo tu cuerpo para cubrir la nube
flamante que traes contigo.
El Coleccionista de Nubes / 23
11.4
Ahora todo parece una escena nocturna, la luz del día ha desaparecido.
Opumay sostiene la cuerda con una mano como si fuera un globo (el
sol podría ser apenas un poco más grande que un balón de fútbol),
ha dejado de ofrecer resistencia. Sámmel tiene una mano en la cintura
y se sujeta la barbilla con la otra en una actitud pensativa.
A pesar de estar completamente envuelto por el cuerpo de la cuerda
serpiente, el sol ilumina a los personajes como si fuese una antorcha
más brillante de lo normal.
OPUMAY
Ya no lucha, parece que se ha resignado a su suerte. ¿Cómo
sabías que no se quemaría la cuerda?
SÁMMEL
Porque se hubiera quemado antes o hubiera soltado a su
presa.
OPUMAY
Esta cosa no parece una nube.
11.5
El rostro de Sámmel luce tenebroso a la luz del sol capturado.
SÁMMEL
No es una nube. Es Osonte. Mira el cielo...
...¡Hemos capturado al sol!
11.6
Opumay luce aterrorizado ante la idea de haber capturado a un dios.
Sámmel luce pensativo.
OPUMAY
¡Tenemos que soltarlo!
SÁMMEL
¡No! Podría destruir todo el Cauna-Mirí.
OPUMAY
¿Y qué piensas hacer con él?
SÁMMEL
Llevémoslo al templo.
El Coleccionista de Nubes / 24
PÁGINA 12
(5 viñetas)
12.1
El mundo está en penumbras. Desde lejos, vemos la terraza del templo
y parte de la escalinata (los personajes no tienen que verse con mucho
detalle). Una fila interminable de gente atemorizada llena los
escalones, algunos sostienen antorchas.
En la terraza, Sámmel se dirige a la muchedumbre como si fuera un
dictador, Opumay está tras él sosteniendo en una mano la cuerda con
el sol capturado. Uamusi está de pie junto a Opumay. Si la escala
de la escena lo permite, quizás se pueda ver la silueta diminuta de
Apuri volando cerca de Uamusi.
NARRACIÓN
Osontapandra, una hora más tarde.
SÁMMEL
¡Pueblo Auracha, habitantes del Cauna-Mirí, no tengan
miedo! Osonte nos ha honrado al visitar nuestra isla
flotante, la bella Behauatana.
No es coincidencia que hayamos sido elegidos. Ninguna
ciudad ha erigido un templo a Osonte tan glorioso como
el nuestro.
12.2
En primer plano, Uamusi se dirige a Apuri (podrían verse como siluetas
negras). Al fondo, Sámmel se dirige a la multitud, dándonos la
espalda.
SÁMMEL
¡Alegrémonos, vecinos míos, hermanos míos, porque pronto
la luz de Osonte brillará para nosotros como nunca antes!
UAMUSI
Apuri, ¿cómo es posible que un dios se haya dejado atrapar
por un mortal?
APURI
Los dioses son un misterio tan grande para la naturaleza
como para los Aurachas, no conocemos su condición ni sus
designios.
El Coleccionista de Nubes / 25
12.3
Apuri se ha sentado en el hombro de Uamusi, están débilmente
iluminadas, lucen preocupadas, hablan observando en dirección a
Sámmel (que no vemos).
SÁMMEL (fuera de escena)
El Cauna-Mirí se convertirá en la joya más valiosa del
pueblo Auracha. ¡Seremos la envidia del mundo entero!
UAMUSI
No me gusta esto. ¿Por qué Sámmel habla de esa forma?
APURI
Confía en él, seguro tiene una buena razón.
12.4
Sámmel, dándole la espalda a la multitud, toma la cuerda de manos
de Opumay y le habla mirando la parte que envuelve al sol.
SÁMMEL
Cuerda serpiente, deja que el sol flote tan alto como
puedas extenderte y que brille con todo su poder, pero
no lo dejes escapar.
12.5
Desde el punto de vista de la muchedumbre. El día ha regresado a la
isla flotante, el sol ilumina con gran intensidad. Sámmel vuelve a
dirigirse al pueblo, con los brazos abiertos en un gesto melo-
dramático (en una mano sostiene la cuerda serpiente).
En primer plano, la silueta de numerosas personas elevando las manos
al cielo.
SÁMMEL
Osonte me ha elegido a mí, Sámmel, el coleccionista de
nubes, para asistirlo cada día desde la terraza del
templo y asegurarme que sus rayos nos brinden luz y calor.
¡Recibamos con regocijo sus regalos!
SFX (el pueblo aplaude)
clap clap clap
El Coleccionista de Nubes / 26
PÁGINA 13
(6 viñetas)
13.1
El hogar de Uamusi. Opumay alimenta a la cuicuí ofreciéndole una
lombriz. Su ala herida está cubierta por una tela a modo de vendaje,
con decoraciones llamativas.
NARRACIÓN
Tapandra de Uamusi. Tres días después.
OPUMAY
Al principio me pareció una buena forma de calmar los
temores del pueblo...
...La situación pudo haber sido muy distinta de haber
llegado con la noticia de que Osonte no es sino una bola
de fuego sin voluntad ni inteligencia.
Pero creo que Sámmel está yendo muy lejos, esta mañana
instaló un trono en la terraza del templo. ¿Qué se ha
creído? Sólo el Osontacha puede sentarse en un trono.
13.2
Uamusi luce preocupada.
UAMUSI
Osonte tendrá sus razones para revelarse en esa forma,
no es dado a los hombres comprender ni juzgar a los
dioses. Creo que aprenderemos algo de todo esto.
En cuanto a Sámmel, comparto tus preocupaciones.
13.3
Opumay sostiene las manos de Uamusi. La cuicuí está de pie sobre el
hombro de Opumay, nuevamente nos aseguramos de mostrar el vendaje
en el ala.
OPUMAY
Con ese trono atravesado en la terraza y la multitud
presente todo el tiempo, ¿qué será de nuestro matrimonio?
UAMUSI
La novedad pasará y dejarán de llevarle ofrendas a Osonte
El Coleccionista de Nubes / 27
todos los días. Seguro que podremos completar el rito con
normalidad, como habíamos planeado.
Y si no, Sámmel tendrá que escucharnos.
13.4
Apuri asoma la cabeza por una ventana.
APURI
Uamusi, Opumay, amigos míos.
13.5
Apuri flota frente a Uamusi y Opumay. Uamusi le sonríe alegre de
verla. Opumay mantiene su seriedad, absorto en sus pensamientos.
UAMUSI
Apuri, tu presencia siempre alegra mi hogar.
APURI
Vengo a despedirme. Los hechos recientes han tenido un
impacto profundo en la naturaleza y me corresponde ir y
evaluar el daño.
UAMUSI
Espero que no sea muy grave.
Siento que tengas que dejarnos, mis pensamientos irán
contigo. Por favor cuídate y vuelve pronto.
13.6
Apuri luce preocupada.
APURI
¡Lo haré!
Cuiden de Sámmel. En este momento les necesita más de lo
que ustedes se imaginan.
El Coleccionista de Nubes / 28
PÁGINA 14
(7 viñetas)
Junto con el guión te envié una imagen mostrando cómo sería esta
página, las calles entre viñetas forman la figura de un sol y sus
rayos. Lo importante es la forma de las viñetas y no la disposición
ni escala del contenido con el que las rellené; eso puedes ilustrarlo
a tu preferencia.
Todos los personajes en esta página se dirigen a Sámmel, y los
observamos desde el punto de vista de él. A Sámmel, en cambio, lo
observamos desde el punto de vista de cualquier visitante.
14.1
Un hombre obeso y sonriente extiende las manos hacia la cámara, de
ellas cuelgan varios collares de oro (desde esta página en adelante,
Sámmel llevará puestos estos collares).
HOMBRE
...Un pequeño obsequio para demostrar mi aprecio. Sé que
Osonte lo observa todo y al verte llevar mi oro en tu
cuello, se acordará de mi humilde taller.
Así nos favorecemos todos.
14.2
Una mujer sonriente sostiene una canasta llena de mazorcas de maíz.
MUJER
Para Osonte y su elegido, el coleccionista de nubes, las
pastoras de Behauatana hemos obtenido, con gran sa-
crificio personal, esta ofrenda de rico maíz.
14.3
Una joven y sonriente pareja. La mujer está en su último trimestre
de embarazo y se soba la barriga con una mano.
NOVIA
...¡Cuando nazca lo llamaremos Sámmel, como el favorito
de Osonte!
NOVIO
Y si es niña, la llamaremos Sammela.
El Coleccionista de Nubes / 29
14.4
Sámmel sentado en su trono, sonríe con alegría, visiblemente
complacido por la atención que está recibiendo. Su llama se asoma
desde atrás del trono y también parece estar contenta.
SIN TEXTO
14.5
Una mujer mayor con expresión de dulzura, es la madre de Sámmel.
MADRE
Tus tías y tus primos te mandan saludos y vendrán en su
momento con obsequios. ¡Tu padre estaría tan orgulloso
de ti!
14.6
Un hombre canta y otro toca una flauta.
HOMBRE (cantando)
...porque el sol bajó al Cauna-Mirí, y la noche corría
detrás...
14.7
La bruja (Emurana) sonríe amable y sostiene con las dos manos una
estatua con forma de colibrí de dos cabezas; una mitad del pájaro
es blanco y la otra mitad es negra.
EMURANA
Mi nombre es Emurana y vengo a pedir residencia en el
Cauna-Mirí. A cambio, pongo a tu disposición mis dones
de oruenya.
Y en ofrenda traigo esta estatua. De su cabeza negra brota
chicha con la que nunca pasarás hambre ni sed. De su
cabeza blanca brota chicha letal como el más fuerte
veneno.
El Coleccionista de Nubes / 30
PÁGINA 15
(7 viñetas)
15.1
Sámmel sentado en el trono, tiene la estatuilla colibrí en sus manos,
habla con su atención puesta en el objeto. La bruja Emurana, frente
a él y de espaldas a nosotros.
SÁMMEL
Me gusta tu regalo, y una oruenya podría serme útil.
Dime, ¿puede tu magia cambiar el corazón de una mujer?
EMURANA
Ningún encantamiento puede alterar la voluntad de una
persona. Los dioses lo dispusieron así, seguramente para
protegerse de nosotros... y de ellos mismos.
15.2
Sámmel se frota la barbilla, pensativo.
SÁMMEL
Sé que al menos las oruenyas pueden cambiar la voluntad
de las piedras y alterar su forma y dureza sin usar
instrumentos.
¿Puede tu magia crear un cofre en el que Osonte pueda
pasar la noche sin fundirlo? Mis jarras de barro no
resisten su calor.
15.3
La bruja sonríe con orgullo, confiada de sus habilidades.
EMURANA
No será ningún problema.
15.4
Sámmel, ahora de pie, estrecha entre sus dos manos una de las manos
de la bruja, como cerrando un trato.
SÁMMEL
¡Pues entonces bienvenida al Cauna-Mirí, Emurana, tu
llegada traerá prosperidad a nuestra isla flotante!
El Coleccionista de Nubes / 31
15.5
La bruja dirige a la cámara (a Sámmel) una mirada coqueta.
EMURANA
¿Puedo preguntar por qué querría el preferido de Osonte,
que todo lo puede tener, cambiar el corazón de una mujer?
15.6
Sámmel camina hacia la cámara, dándole la espalda a la bruja y
dejándola atrás. Ella lo observa cruzada de brazos.
SÁMMEL
De eso no hablaremos hoy... ni hablaremos nunca.
15.7
Enfocamos a Emurana, sus labios forman media sonrisa en una expresión
de absoluta confianza, como aceptando un reto, convencida de que
Sámmel no podrá ocultarle nada que ella desee saber.
SIN TEXTO
El Coleccionista de Nubes / 32
PÁGINA 16
(6 viñetas)
16.1
Plano panorámico. Noche. La terraza del templo contra un cielo
estrellado.
Vemos la escena de perfil, al extremo derecho de la viñeta el suelo
de la terraza del templo se transforma en la escalinata, podemos ver
unos tres escalones para que la escena no quede muy alta en el plano.
Uamusi termina de subir el último escalón, lleva una antorcha en la
mano, aunque la terraza está iluminada.
Al extremo izquierdo del plano, Sámmel entrega el sol envuelto en
la cuerda serpiente a la bruja.
En el centro, justo detrás del trono de Sámmel (a su izquierda, en
esta perspectiva), hay un pebetero de piedra del que sale una enorme
llama que ilumina la escena.
SÁMMEL
¿Cuánto tiempo llevará el trabajo?
EMURANA
Estará terminado esta misma noche.
UAMUSI
Nunca pensé que visitarte sería tan complicado.
16.2
Como desde el punto de vista de Uamusi, pero de cerca. Sámmel voltea
sobre su hombro (hacia la cámara) para ver quién le habla. Tras él,
la bruja nos dirige (a Uamusi) una mirada malhumorada.
SÁMMEL
¿Uamusi? ¿Por qué vienes tan tarde?
16.3
Enfocamos a Uamusi.
UAMUSI
Es la única hora en la que no me obligan a formar una larga
línea para subir al Osontapandra...
...Y de eso quería hablarte. Con tantos visitantes que
El Coleccionista de Nubes / 33
recibes, el templo no puede usarse para sus funciones
habituales.
16.4
Uamusi se ha acercado, la vemos frente a Sámmel.
SÁMMEL
Sé por dónde viene esto.
Sólo puedo pedirte que tengas paciencia, pronto las cosas
volverán a la normalidad.
UAMUSI
¿Será corta la espera?
SÁMMEL
No sabría decirlo.
16.5
Uamusi se marcha dándole la espalda a Sámmel, no luce contenta. Sámmel
la observa apenado.
UAMUSI
Confío en que harás lo posible por acelerar las cosas.
Que tengas buenas noches, viejo amigo.
16.6
Acercamos la cámara a Sámmel, tras él la bruja le dedica una mirada
de medio lado y sonríe con picardía. Sámmel baja la mirada con
melancolía.
EMURANA
Uuuh, el misterio se revela.
Si quieres un consejo, no pierdas el tiempo en la mujer
de otro.
Seguro que alguien mucho mejor tiene los ojos puestos en
ti y te lo estás perdiendo.
SÁMMEL
Sí, seguro.
¿No tenías un trabajo que hacer?
El Coleccionista de Nubes / 34
PÁGINA 17
(6 viñetas)
17.1
Día. A un extremo de la viñeta, en primer plano, vemos parcialmente
el pebetero de piedra que iluminaba la escena en la página anterior,
ahora está apagado pero despide un hilillo de humo. Tras esto, vemos
la parte trasera del trono, que en este punto de vista cubre
completamente a Sámmel.
Un joven aprendiz de sacerdote habla con Sámmel, se le ve preocupado,
trae malas noticias.
SÁMMEL
¿Qué novedades traes?
APRENDIZ
Uhm... la línea para subir se hace más larga cada día.
Los Cauna-Mirenses se tornan violentos contra los
forasteros, hemos... uhm... reprimido algunas peleas.
SÁMMEL
Necesitamos más sacerdotes que pongan orden, recluta un
par de novicios que se vean capaces. ¿Algo más?
17.2
Invertimos el punto de vista, ahora tenemos a Sámmel de frente y al
aprendiz de espaldas.
APRENDIZ
El puente nororiental ha colapsado, hay un gran número
de muertos y heridos.
SÁMMEL
¿Y esto no le corresponde al poder administrativo?
APRENDIZ
Temen actuar sin la aprobación de Osonte, han dejado en
tus manos decidir qué hacer... también, uhm... creo que
te culpan por la tragedia, pero no se atreven a decirlo.
17.3
Enfocamos a Sámmel, se aprieta las sienes con los dedos medio y pulgar
El Coleccionista de Nubes / 35
de una mano (o también podría ser con ambas manos, cada una pre-
sionando la sien de su lado con los dedos índice y medio) en actitud
de alguien que sufre un fuerte dolor de cabeza.
SÁMMEL
¡Incompetentes!
Forma un grupo de voluntarios que atienda a los heridos
y otro que recupere los cuerpos.
Si hay Cauna-Mirenses entre las víctimas, notifiquen a
sus familiares.
Que la administración organice la reparación y su-
giéreles ordenar que se limite a diez el número de
personas que pueden cruzar al mismo tiempo los demás
puentes.
17.4
La bruja, de pie junto al trono, se inclina para hablarle a Sámmel
y coloca su mano en el hombro de éste.
EMURANA
Es hora de tomarte un descanso.
SÁMMEL
Ahora no, Emurana, Tengo trabajo que hacer.
EMURANA
¡Tonterías! Ven, te prepararé algo para recuperar tus energías. No
te hace bien pasar todo el día escuchando al pueblo. Vamos, que los
demás se esperen un rato.
17.5
Sámmel y la bruja se marchan, dándonos la espalda, Emurana camina
tomando a Sámmel por el brazo.
En primer plano, también de espaldas a nosotros, se encuentra el
aprendiz.
EMURANA
Tú lo que necesitas es que alguien cuide de ti. No puedes
cargar solo la responsabilidad que te has echado al
hombro.
El Coleccionista de Nubes / 36
APRENDIZ
Sámmel, uhm... aún hay otro problema.
17.6
Ahora vemos a los personajes de frente. Sámmel grita furioso. La
bruja, a su lado, se cubre la boca con una mano como para ocultar
que le ha hecho gracia, podemos ver parte de su sonrisa. Atrás, algo
lejos, el aprendiz luce asustado.
SÁMMEL (gritando)
¡¿Y ahora qué?!
APRENDIZ
Nada, nada, puede esperar.
El Coleccionista de Nubes / 37
PÁGINA 18
(7 viñetas)
La forma de las viñetas sería exactamente igual que la página 14 en
forma de sol, como quedó en su versión final, con la primera y última
viñeta sin divisiones diagonales.
18.1
Dos hombres, uno se queja haciendo un gesto enfático con las manos,
el otro observa al que habla cruzado de brazos. Lucen muy disgustados.
HOMBRE
Desde que Osonte habita en el Cauna-Mirí, ningún otro
lugar recibe suficiente luz y calor. ¡En mi pueblo las
cosechas se pierden y la gente pasa frío, y es peor cada
día!
¡Como seamos ignorados, volveremos armados y en gran
número para asegurarnos que Osonte regrese a su re-
sidencia inmemorial!
18.2
Una mujer con lágrimas en los ojos.
MUJER
¡Osonte debe imponer justicia y hacerles pagar!
¡No contentos con robar mis telas y mis hierbas y mis vasijas, ahora
duermen frente a mi tapandra y huelen mal!
Y si un Cauna-Mirense les dice que se marchen, lo insultan o lo
golpean. ¡Son unos salvajes!
18.3
Un anciano con amargura en el rostro.
ANCIANO
Mi sobrino enfermó hace veintinueve días. Exijo que
Osonte le devuelva la salud, porque no puedo ocuparme de
la tierra si tengo que atender también al muchacho.
¡Que lo sane o lo mate de una buena vez!
El Coleccionista de Nubes / 38
18.4
Sámmel, sentado en su trono, apoya la cabeza sobre su puño, vi-
siblemente frustrado y malhumorado tras pasar el día escuchando las
quejas de los demás.
SIN TEXTO
18.5
Una mujer con expresión arrogante.
MUJER
La simplona de mi vecina pensaba que no me daría cuenta.
Me ha robado mis joyas para traérselas a Osonte, deseo
que me las regresen de inmediato.
¡Mi oro es sólo mío! Si los dioses quieren oro, pues que
lo creen... así como crearon vecinas ladronas.
18.6
Un hombre con grandes ojeras y cara de trasnochado, sus manos unidas
en gesto suplicante.
HOMBRE
...a cambio de lo cual me comprometo a sacrificar tres
guanacos. Es todo lo que pido: que Osonte nos conceda una
hora más de oscuridad cada mañana, para poder dormir
mejor.
18.7
Dos mensajeros, un hombre y una mujer, armados con lanzas.
MENSAJERA
Venimos desde el Cauna-Ahnuak.
El Osontacha, glorioso sea, nos envía a anunciar su
cercana visita para reunirse con su padre, el altísimo
Osonte.
MENSAJERO
Deberás preparar el Osontapandra para alojar al mag-
nánimo Osontacha con las comodidades que demanda su
sangre divina.
(Susurrando)
Y te recomiendo quitar este trono de aquí.
El Coleccionista de Nubes / 39
PÁGINA 19
(6 viñetas)
19.1
Interior del templo, un largo pasillo excavado en el interior de la
montaña. A un lado hay un pilar de piedra en forma de serpientes
entrelazadas, cada una sostiene en la boca una pequeña esfera mágica
luminosa.
El aprendiz de sacerdote corre hacia la cámara, sudando, trae algo
entre sus manos pero no logramos ver qué cosa es (se trata de Apuri).
APRENDIZ
¡Sámmel! ¡Sámmel!
19.2
Sámmel sostiene uno de sus frascos de nubes destapado, frente a él
flota una nube (puedes darle una forma que quieras dibujar, pre-
feriblemente un animal que se asocie con América del Sur, podría ser
algo como un armadillo, un tucán, un cóndor, o cualquier otro que
te guste). Sámmel ha estado admirando su colección, observa la nube
con satisfacción, como si eso lo alejara de todos sus problemas.
El aprendiz entra en la habitación, aún no vemos lo que lleva en sus
manos, Sámmel le da la espalda.
SÁMMEL
¿Y ahora qué pasa?
APRENDIZ
Mira por ti mismo.
19.3
El aprendiz extiende sus manos hacia Sámmel, sobre ellas Apuri se
encuentra de rodillas, luce enferma (pero no tanto, ya que luego se
pondrá peor, calcula un estado intermedio entre saludable y a punto
de morir. No importa si la escala de esta viñeta es muy pequeña como
para apreciar su estado de salud, la veremos mejor en la siguiente).
Sámmel observa a Apuri con genuina alegría.
SÁMMEL
¡Apuri! ¡Has vuelto!
El Coleccionista de Nubes / 40
APURI
Me alegro mucho de volver a verte.
Llegué a pensar que mis fuerzas no darían para el viaje.
SÁMMEL
¿Qué te ha ocurrido? ¿Estás bien?
19.4
Enfocamos a una Apuri agotada y enferma.
APURI
La naturaleza está enferma, su salud se refleja en mí.
Desde que fue capturado, el sol no ilumina lo suficiente
como para brindar calor más allá de Behauatana.
Debes dejarlo libre... o la naturaleza morirá. Y sin
plantas ni animales, la humanidad tampoco podrá so-
brevivir.
Libéralo, Sámmel, sin perder ni un segundo.
19.5
Enfocamos a Sámmel, su alegría ha desaparecido.
SÁMMEL
¡Imposible! El Osontacha viene en camino a reunirse con
su padre sol.
Pero igual pienso que te preocupas más de la cuenta. Si
la naturaleza luce enferma es porque se está ajustando
a la nueva situación, hay que darle tiempo.
Y si no logra adaptarse, seguro que juntos podremos
buscar una alternativa para ayudarla a sanar. Pero
primero, tú tienes que ponerte bien.
19.6
Sámmel se dirige al aprendiz señalándolo con el dedo índice.
Uamusi deja caer la cabeza, derrotada.
SÁMMEL
Ve a buscar a Uamusi, la herborista, ella podrá curar a
El Coleccionista de Nubes / 41
Apuri.
Y anuncia al pueblo que no se recibirán más visitas en
el templo mientras esperamos la llegada del Osontacha.
APURI (susurrando)
No hay otra alternativa.
El Coleccionista de Nubes / 42
PÁGINA 20
(6 viñetas)
20.1
Apuri, enferma, duerme sobre un pequeño pilar de piedra. Detrás, pero
muy cerca, Uamusi deja caer algunas hojas desmenuzadas en trozos muy
pequeños sobre un plato hondo de barro que sostiene en la otra mano.
Al fondo, Sámmel asoma la cabeza tímidamente por la puerta de la
habitación, como si no le permitieran entrar.
SIN TEXTO
20.2
Estamos ahora en el corredor, afuera de la habitación. Sámmel se asoma
por la puerta, dándonos la espalda (no hace falta que veamos el
interior de la habitación).
A un lado de Sámmel, recostada contra la pared (de frente a nosotros)
y cruzada de brazos, Emurana luce decepcionada.
EMURANA (susurrando)
Llevas rato curioseando, pero sé que tu atención no está
en la enferma sino en quien la atiende.
¿Por qué te torturas de esa forma?
20.3
Enfocamos a Sámmel, voltea sobre su hombro para mirar a Emurana. Su
expresión es una mezcla de enfado y melancolía.
SÁMMEL (susurrando)
Tú no entiendes nada. Por última vez, deja en paz este
asunto. ¿Cuántas veces tengo que pedírtelo?
EMURANA (fuera de escena, susurrando)
¡Sámmel, necio de ti!
20.4
Enfocamos a Emurana; habla enfadada, alzando el dedo índice para
enfatizar sus palabras.
Esta viñeta debe ser amplia y con mucho espacio libre ya que el texto
El Coleccionista de Nubes / 43
es largo y no creo que pueda recortarlo durante la rotulación.
EMURANA (susurrando)
La oportunidad que se te ha presentado, jamás le fue dada
a ningún otro hombre. ¡Podrías tenerlo todo!
Y en lugar de disfrutar del regalo divino en compañía de
una mujer que te valore, que esté siempre a tu lado, que
cuide de ti, prefieres ser miserable deseando lo im-
posible...
...Soñando con una mujer a la no has permitido casarse
con el hombre a quien ama, y a la que ni siquiera has
tenido la decencia de explicarle el por qué.
¿No quieres volver a hablar de esto? ¡Pues como gustes!
Pero primero vas a escuchar bien lo que --
UAMUSI (fuera de escena, interrumpiendo)
Perdonen que interrumpa...
20.5
Uamusi cruza el umbral, reuniéndose con los personajes en el pasillo,
Sámmel la mira recostado contra la pared. Emurana, cruzada de brazos,
observa disgustada en dirección contraria a Uamusi, negándose a
dirigirle la mirada.
UAMUSI
Tengo que ir a mi tapandra por unas hierbas, volveré en
menos de una hora.
20.6
Desde el punto de vista de Uamusi. Sámmel luce preocupado; tras él,
Emurana mira enfurecida hacia el suelo.
SÁMMEL
Vamos, te acompañaré hasta la salida.
El Coleccionista de Nubes / 44
PÁGINA 21
(6 viñetas)
21.1
Sámmel camina junto a Uamusi por un corredor; él coloca la mano en
la espalda de ella para hablarle, ella lo mira de reojo con des-
confianza, él la mira nervioso.
SÁMMEL
Uamusi, espera. Tengo algo que decirte.
Desde que te conozco... desde que te vi por primera vez,
mi coraz—-
UAMUSI
Escucha, Sámmel, deja que te detenga allí. No empeores
las cosas.
SÁMMEL
¿Eh? ¿Qué quieres decir?
21.2
Sámmel y Uamusi se miran de frente; ella, manteniendo la compostura;
él, desconsolado.
UAMUSI
Mejor no decir palabras de las que nos arrepentiremos
luego.
SÁMMEL
Te amo, Uamusi, yo siempre te he a--
UAMUSI
Lo que crees sentir es algo que sólo se desarrolla
compartiendo, no en aislamiento. Lo que experimentas, es
una ilusión. No es real. Y aunque lo fuera, mi corazón
pertenece a Opumay y nada puede cambiar eso.
21.3
Parecido a la anterior, pero desde otro punto de vista. Sámmel está
furioso, Uamusi está entristecida.
SÁMMEL
¿Y qué futuro puede ofrecerte Opumay? ¡A mi lado serías
El Coleccionista de Nubes / 45
una diosa, el mundo entero te adoraría, todo cuanto
pidieses sería puesto a tus pies!
UAMUSI
¡¿Pero tienes idea de lo que estás diciendo?!
Me cuesta creer cuánto has cambiado... en verdad me llena
de dolor.
Será mejor que me vaya.
SÁMMEL (gritando)
¡Lárgate entonces!
(sin gritar)
Algún día te arrepentirás.
21.4
Uamusi empieza a bajar las escaleras del templo. Tras ella, al fondo,
Sámmel ha cerrado violentamente la puerta del templo. La llama,
echada junto al trono, levanta la cabeza volteando con curiosidad
hacia la puerta, sobresaltada por el portazo.
SFX
SLAM
21.5
Enfocamos a la bruja Emurana, se peina en su habitación. Tras ella,
al fondo, Sámmel la observa aún furioso desde el umbral que sostiene
con ambas manos como si su furia pudiese romper la piedra y agrandar
la entrada de la habitación.
SIN TEXTO
21.6
Sámmel besa apasionadamente a Emurana, a quien ha tomado por
sorpresa.
SIN TEXTO
El Coleccionista de Nubes / 46
PÁGINA 22
(6 viñetas)
22.1
Sámmel hace una reverencia, dando la bienvenida al Osontacha (vemos
la escena desde su punto de vista). Más atrás, Emurana sostiene varias
prendas o telas plegadas para obsequiarlas al Osontacha. Emurana
observa a la cámara arqueando una ceja, con expresión de estar
tramando algo.
SÁMMEL
Bienvenido, oh, ilustre Osontacha. Todo el Cauna-Mirí ha
esperado tu visita con enorme entusiasmo.
Me he tomado la libertad de hacer alfombrar el templo y
cubrir sus paredes con bellas telas. Aquí no te faltarán
comodidades ni atenciones.
22.2
El Osontacha luce serio y orgulloso; lo acompañan los dos guardias
que habían anunciado su visita, el hombre se apunta a sí mismo con
el pulgar, la mujer toca con un dedo la punta de su lanza como juzgando
el filo.
GUARDIA
Yo advertí al coleccionista de nubes remover el trono de
la terraza, pero no ha hecho caso.
OSONTACHA
No tiene importancia.
Sámmel, deseo hablar con mi padre, el juicioso Osonte.
¿Cuándo podré reunirme con él?
22.3
Enfocamos a Sámmel, hace un esfuerzo por mostrarse amable.
SÁMMEL
Como bien sabes, justo ahora Osonte ilumina al mundo y
no debemos interrumpirle.
En la noche tampoco será buen momento... querrá dormir.
Podrás verlo en la mañana cuando esté por dar inicio al
El Coleccionista de Nubes / 47
nuevo día.
Mientras tanto tenemos preparado un banquete y otros
entretenimientos para ti.
22.4
A solas en su habitación, el Osontacha da instrucciones a los
guardias.
NARRACIÓN
Llegada la noche. Habitación del Osontacha.
OSONTACHA
Atriwa, quiero que bajes al pueblo y organices mis
pertenencias y mi séquito para viajar mañana a primera
hora.
Umunay, partirás en este mismo instante al Cauna-Ahnuak.
Que la ciudad se prepare a recibirme junto a Osonte...
el sol no volverá a iluminar al Cauna-Mirí.
22.5
Emurana recuesta su cabeza sobre el pecho de Sámmel, ambos yacen
desnudos sobre una pila de telas a modo de cama, están arropados hasta
la cintura. Emurana yace de modo que vemos su espalda y no su pecho.
Si en el plano sus cabezas quedan alineadas verticalmente, una sobre
la otra, o demasiado cerca, es más difícil de rotular (por los rabitos
de los bocadillos), es preferible si quedan alineadas horizontal o
diagonalmente con algo de separación.
EMURANA
Ese engreído mentiroso. Pensar en todas las veces que ha
decretado nuevas leyes dictadas por Osonte, siempre para
su beneficio y nuestro pesar... ¡Puros inventos!
SÁMMEL
Apuesto que él mismo se cree sus mentiras, de otra forma
no habría venido.
Se llevará una sorpresa cuando vea que Osonte no es sino
una bola de fuego sin voluntad ni conciencia.
22.6
El Coleccionista de Nubes / 48
Enfocamos a Emurana, tiene una expresión de maldad.
EMURANA
Los Aurachas estaríamos mejor sin él...
...¿Sabes qué? Si algo llegase a pasarle al Osontacha,
nosotros reinaríamos juntos en su lugar. ¡Piénsalo! Con
el sol en nuestras manos, nadie se opondría, más bien el
pueblo lo querría así.
El Coleccionista de Nubes / 49
PÁGINA 23
(7 viñetas)
En esta página todas las lámparas del templo están apagadas y las
escenas son oscuras, excepto por los personajes que son iluminados
por una antorcha que lleva Sámmel.
23.1
Sámmel se asoma parcialmente a la habitación del Osontacha, lleva
una antorcha que ilumina su rostro.
SÁMMEL
Oh, sabio Osontacha... es hora.
23.2
Sámmel y el Osontacha están en otra habitación, frente a ellos, sobre
un pedestal, se encuentra el cofre de piedra (está cerrado) que
Emurana creó para guardar al sol durante las noches. Sámmel ilumina
con la antorcha, tras ellos todo está en penumbras.
El Osontacha tiene la mirada clavada en el cofre, como si no pudiera
aguantar las ganas de ver el contenido. Sámmel observa al Osontacha.
SÁMMEL
Antes de proseguir, quisiera preguntar ¿qué deseas
lograr con esta visita? ¿Para qué has venido a ver al sol?
OSONTACHA
Ver a Osonte es mi derecho divino. Tengo muchas preguntas
que hacerle... por ejemplo, ¿por qué eligió revelarse a
un pobre alfarero en un pueblo insignificante como éste?
23.3
Sámmel camina hacia la cámara, dejando atrás al Osontacha (que nos
da la espalda) frente al cofre abierto. Sámmel hace un gesto in-
terrogativo con una mano y lleva la antorcha en la otra para iluminar
su camino.
Del cofre sale un resplandor, pero no muy intenso; aunque no lo vemos,
la cuerda serpiente envuelve al sol.
SÁMMEL
¿Estás seguro que esto es lo que deseas? Podría no ser
lo que esperas.
El Coleccionista de Nubes / 50
OSONTACHA
No pongas mi paciencia a prueba. Ya tengo bastante con
tener que aceptar que, de todos los Aurachas, Osonte ha
elegido a un hombre que tiene nubes en la cabeza.
SÁMMEL
(En voz baja) Tú lo has pedido.
(Voz normal) Cuerda Serpiente...
23.4
Afuera de la habitación. Sámmel se recuesta contra la pared, junto
a la puerta, antorcha en mano. Su mirada se dirige hacia la puerta,
luce decidido.
A través de la abertura de la puerta escapa un resplandor, proviniendo
del sol en el interior de la habitación (fuera de nuestra vista, la
escena puede ser en un ángulo que no nos permita ver el interior de
la habitación), muy potente, cegador, en gran contraste con la
oscuridad del corredor.
SÁMMEL
...Complace a nuestro invitado, muéstrale el gran poder
que ocultas.
OSONTACHA (fuera de escena)
¡Aaaaaaahhhhh!
23.5
El aprendiz, en otra habitación, se ha despertado por el grito. Luce
nervioso, la boca abierta pero en un orificio pequeño como si
estuviera por pronunciar la vocal «O», sus ojos miran hacia un lado.
Está reclinado en las mantas que usa a modo de cama, a punto de
levantarse. Sostiene una pequeña esfera luminosa (como las usadas
para iluminar el templo) que alumbra parcialmente la escena.
SIN TEXTO
23.6
Sámmel está de regreso en su habitación, de rodillas frente a Emurana,
la antorcha les ilumina. Ambos de frente a la cámara, Emurana de
espaldas a Sámmel.
El Coleccionista de Nubes / 51
Sámmel tiene una expresión melancólica, como si se estuviera
arrepintiendo de lo que ha hecho. Emurana luce emocionada, media
sonrisa se ha formado en su rostro.
EMURANA
Está hecho, ¿no es así? ¡Dime! ¡Dime cómo ha sido!
23.6
Exterior de la habitación de Sámmel. El aprendiz está junto a la
puerta, se lleva la mano al oído para escuchar la conversación. Luce
aterrorizado, sorprendido por lo que escucha. Sostiene la pequeña
esfera que ha iluminado su camino.
SÁMMEL (fuera de escena)
...con decir que el Osontacha ya no camina de este lado
de las nubes, me he asegurado de ello. Tú y yo reinaremos
sobre los Aurachas, es nuestro destino.
El Coleccionista de Nubes / 52
PÁGINA 24
(6 viñetas)
24.1
La cuicuí que fue sanada por Uamusi vuela contra un cielo matutino
lleno de nubes, una de sus alas está vendada, las vendas cubren casi
toda el ala (esto hará el detalle más visible en la página final,
cuando la veamos congelada). Entre las nubes se encuentra la nube
con forma de jaguar.
UAMUSI (fuera de escena)
¡Mira como vuela! En pocos días se le caerán las vendas,
para entonces estará sanada del todo.
Opu, ¿te ocurre algo?
OPUMAY (fuera de escena)
Oh, es esa condenada nube Naueltche... ¡allí! ¿La ves?...
me trae malos recuerdos.
24.2
Uamusi y Opumay caminan tomados de la mano, caminan junto a una casa,
están a punto de llegar a la esquina. Miran con mucha curiosidad hacia
la esquina, desde la calle transversal le llegan voces pero como aún
no han llegado al final de la pared no pueden ver quiénes hablan.
ATRIWA
(la guardiana del Osontacha, fuera de escena)
...¡¿Estás completamente seguro?!
IGUASIMARO
(el aprendiz de sacerdote, fuera de escena)
Uhm, ¡Claro! ¡Yo mismo lo he escuchado todo, Atriwa, ese
miserable ha matado al Osontacha!
ATRIWA
¡Yo sabía que no debíamos dejarlo solo!
24.3
Uamusi detiene a Opumay poniéndole la mano en el pecho, con la otra
mano se coloca el dedo índice sobre la boca en gesto de guardar
silencio.
Al doblar la esquina de la casa, la guardia del Osontacha y el aprendiz
El Coleccionista de Nubes / 53
de sacerdote discuten, la mujer luce enfurecida; en una mano sostiene
una cerbatana y con la otra introduce un dardo en el arma. Desde sus
posiciones, las parejas no pueden verse una a la otra.
UAMUSI
Shh...
ATRIWA
¡Ese Sámmel y la Oruenya pagarán con sus vidas!
¡Riega la voz, Iguasimaro, que todos se preparen para
combatir si es necesario! Yo me adelantaré.
24.4
Enfocamos a Uamusi y Opumay, lucen preocupados.
UAMUSI
¿Crees que sea verdad?
OPUMAY
¡Espero que no! De cualquier modo, debemos prevenirles.
UAMUSI
¡Sí, hay que aclarar el asunto antes de que se convierta
en una masacre!
24.5
Desde el punto de vista de Atriwa. Al fondo, Opumay y Uamusi cruzan
la calle corriendo. En primer plano, el aprendiz les señala y voltea
sobre su hombro para ver a la cámara (a la guardia).
IGUASIMARO
¡Esos son los amigos de Sámmel! Seguro que son parte de
la conspiración.
¡Hay que detenerles!
24.6
Enfocamos a Atriwa, sopla su cerbatana para disparar, sus cachetes
están inflados de aire. Si te parece que puede quedar bien, puedes
agregar el dardo en pleno vuelo pero no es necesario.
SIN TEXTO
El Coleccionista de Nubes / 54
PÁGINA 25
(7 viñetas)
25.1
Una viñeta enteramente negra, algo que no ocupe mucho espacio.
SÁMMEL
(fuera de escena; bocadillos y textos borrosos,
haciéndose progresivamente más nítidos)
¿... escucharme?
¿Opumay?
Opumay, ¿me oyes?
25.2
Opumay, acostado de costado sobre unas telas, se apoya sobre el
antebrazo y con la mano contraria se toca la frente como si sufriera
un dolor de cabeza. Ha pasado varios días inconsciente y no tiene
buena cara, sus ojos están cerrados. Una de sus piernas está vendada
desde el pie hasta la rodilla.
Sámmel está de pie frente a él, pero podemos enfocar la escena de
modo que sólo vemos sus pies.
OPUMAY
¿Sámmel?
SÁMMEL
No te agites, fuiste envenenado por un dardo hace varios
días. Llegamos a pensar que te perdíamos.
OPUMAY
¿Envenenado? ¿Dónde está Uamusi?
25.3
Enfocamos a Sámmel, mira hacia abajo con melancolía.
SÁMMEL
Ya podrás verla, llegaste al templo junto a ella antes
de perder el conocimiento.
Es una suerte que Uamusi hubiera pasado los días an-
teriores atendiendo a Apuri... cosa que aún hace. Sin su
El Coleccionista de Nubes / 55
reserva de hierbas, y sin poder salir del templo, no te
habría podido salvar.
25.4
Enfocamos a Opumay, luce adolorido.
OPUMAY
¿Sin poder salir del...?
Oh, ahora recuerdo. Nos perseguía la guardia del
Osontacha.
Lo que dijeron sobre ti... ¿hay algo de cierto en eso?
25.5
Enfocamos a Sámmel, luce molesto por el tema.
SÁMMEL
No sé qué habrán dicho de mí, pero puedo imaginarlo.
Sí, el Osontacha ha muerto. Un lamentable accidente que
el oportunista de mi aprendiz ha utilizado en mi contra
esparciendo sus mentiras.
Hemos tenido que permanecer encerrados en el templo por
días, mientras se calman las cosas.
25.6
Sámmel se ha sentado junto a Opumay y éste se ha incorporado, de modo
que ambos hombres están sentados en el suelo, recostados contra la
pared. Opumay mira a Sámmel y éste mira al frente.
OPUMAY
Sabía que las acusaciones no podían ser ciertas.
Por cierto... si llevamos días encerrados, ¿de qué nos
hemos estado alimentando?
SÁMMEL
De la estatuilla colibrí que me regaló Emurana, en breve
seguro vendrá con tu ración.
El Coleccionista de Nubes / 56
25.7
Igual, pero ahora ambos hombres sonríen.
OPUMAY
¿Te refieres a la misma estatuilla mágica que echa veneno
por una de sus cabezas?
SÁMMEL
Por su cabeza blanca, sí, pero descuida... ya vimos que
envenenarte no sirve de nada.
El Coleccionista de Nubes / 57
PÁGINA 26
(6 viñetas)
26.1
Uamusi atiende a Apuri (que está acostada en un pedestal como en la
primera viñeta de la página 20), observa con atención la hoja de una
planta como pensando si agregarla o no a la mezcla medicinal que
sostiene en la otra mano.
Apuri está en sus últimos momentos, luce muy enferma, esquelética.
APURI
No hay caso continuar con esto, ningún remedio podrá
sanarme.
UAMUSI
No digas eso. Hay que seguir probando hasta dar con la
mezcla precisa.
Además, recuerda, hace tiempo prometiste enseñarme a
escuchar a la naturaleza y debes ponerte bien para poder
cumplir tu promesa.
26.2
Enfocamos a Apuri, su fin se acerca y parece hacer un gran esfuerzo
para hablar. Apuri debe ocupar poco espacio, ya que su diálogo es
extenso.
APURI
La voz de la naturaleza ya no puede escucharse, ha muerto
o está por morir.
Todos estos días de oscuridad han hecho un daño
irreversible. Sámmel, a quién creí comprender, quien me
aseguró que yo conocía su corazón, ha puesto fin a nuestra
era. Y yo... no pude preverlo ni evitarlo.
Ahora, afuera no hay más que hielo y muerte.
Uamusi, tómame en tus manos y acércame a tu oído. Debo
pedirte algo que ni las piedras deben escuchar.
26.3
Apuri susurra al oído de Uamusi; ésta luce nerviosa por lo que está
El Coleccionista de Nubes / 58
escuchado.
SIN TEXTO
26.4
Las últimas tres viñetas (4-6) son desde el mismo punto de vista y
casi idénticas, lo mejor sería que estuvieran las tres juntas, una
al lado de la otra, en una misma fila.
Uamusi sostiene a Apuri en sus manos y la observa preocupada y
melancólica; las vemos de perfil. Apuri está de rodillas, cabizbaja,
frágil.
SIN TEXTO
26.5
Uamusi en la misma posición, pero ahora corren lágrimas por sus
mejillas. Apuri se ha convertido en cenizas o partículas minúsculas
que se elevan disolviéndose en el aire.
SIN TEXTO
26.6
Uamusi sigue en la misma posición pero ahora sus manos están vacías,
no quedan rastros de Apuri. Uamusi mira hacia arriba, aún con lágrimas
en el rostro, con gran dolor en el corazón.
UAMUSI
Aur, dame fuerzas para cumplir lo que me han pedido,
porque no sé si podré hacerlo.
El Coleccionista de Nubes / 59
PÁGINA 27
(7 viñetas)
27.1
Opumay y Sámmel siguen recostados contra la pared como los dejamos
en la página 25. Opumay luce contento pese a su estado físico (una
de sus piernas, donde recibió el dardo envenenado, está vendada).
OPUMAY
Me alegra volver a conversar contigo como en los viejos
tiempos, como verdaderos amigos.
Despreocúpate, saldremos de ésta. El pueblo entrará en
razón y te perdonará, la verdad prevalecerá. Nacerá un
nuevo Osontacha y las cosas serán como eran antes.
27.2
Enfocamos a Sámmel, melancólico.
SÁMMEL
Y, sin embargo, no es el perdón del pueblo lo que más
deseo. Uamusi no ha vuelto a dirigirme la palabra desde
que Apuri volvió.
Prométeme que hablarás con ella en mi favor, y lograrás
que me perdone.
27.3
Enfocamos a Opumay, baja la vista, ya no sonríe.
OPUMAY
Tiene buenas razones para estar molesta, no puedes
esperar que simplemente lo olvide todo. La iniciativa
debe venir de tu parte, debes disculparte por tus
acciones.
Su naturaleza no es rencorosa, en su debido momento te
perdonará. Pero yo no puedo interceder, no sería
apropiado.
27.4
Vemos a los dos hombres, Sámmel voltea hacia Opumay ligeramente
disgustado.
El Coleccionista de Nubes / 60
SÁMMEL
Yo creo que tú no quieres que Uamusi me perdone.
OPUMAY
Oh, Sámmel, ¿cómo puedes decir eso?
27.5
Sámmel se ha puesto en pie y habla señalando a Opumay con el dedo
índice, ahora está visiblemente disgustado.
SÁMMEL
Estás celoso de mi poder y temes perderla. ¿Has sido tú
quien la puso en mi contra?
27.6
Enfocamos a Opumay, también disgustado, mira hacia arriba en di-
rección a Sámmel (que está fuera de escena).
OPUMAY
¿Has perdido la razón? Hace un minuto me tratabas como
a un hermano y ahora...
...oh, ya veo. Sólo tratabas de manipularme para
persuadir a mi futura esposa por ti.
Me duele ver qué bajo has caído.
27.7
En el exterior de la habitación Emurana escucha junto a la puerta,
enfurecida, sostiene con manos temblorosas un plato de alimento para
Opumay.
SÁMMEL (fuera de escena)
Primero me robas a Uamusi y luego la pones en mi contra,
me obligas a conformarme con una mujer que no amo, y
tienes el descaro de insultarme.
Agradece que sea un hombre decente y no te eche del templo
mientras no puedas ponerte en pie, pero esto no se termina
aquí.
Un día Uamusi abrirá los ojos, y será mía. ¡Mía!
El Coleccionista de Nubes / 61
PÁGINA 28
(6 viñetas)
28.1
La habitación del sol. Enfocamos el cofre de piedra que encierra al
sol. De pie tras el cofre, Uamusi acerca las manos para tomarlo, (su
rostro está fuera del plano, no vemos su expresión)
SIN TEXTO
28.2
Cambiamos el punto de vista, ahora Uamusi nos da la espalda y más
al fondo, frente a ella (y frente a la cámara), Emurana entra al salón
cruzando una puerta. La bruja sostiene un plato de chicha con ambas
manos, sonríe fingiendo amabilidad.
EMURANA
¡Conque allí estás! Te estaba buscando. Aquí traigo tu
ración de alimento.
28.3
Emurana se ha acercado a Uamusi y le ofrece el plato. Uamusi mira
con tristeza hacia abajo, sus manos reposan sobre el cofre pero ahora
sin tratar de sujetarlo. Las vemos de perfil, una frente a la otra.
EMURANA
¿Has estado llorado? Toma, esto te hará sentir mejor.
UAMUSI
Gracias, pero no tengo apetito.
28.4
Cambiamos el punto de vista, Emurana de espaldas a la cámara y Uamusi
de frente. Uamusi levanta la mirada
EMURANA
Vamos, toma un poco. No puedes dejar que Opumay te vea
en ese estado, un trago le devolverá el color a tu rostro.
UAMUSI
¡¿Opumay ha despertado?!
El Coleccionista de Nubes / 62
28.5
Enfocamos a Emurana; sonríe amable mientras ofrece el plato a la
cámara (a Uamusi).
EMURANA
También ha comido con mucho apetito y no hace sino
preguntar por ti. Vamos, no querrás hacerlo esperar, toma
un poco y verás cómo te sientes mejor.
28.6
Uamusi toma la chicha del plato, que sostiene con ambas manos. Emurana
la observa con rencor.
SIN TEXTO
El Coleccionista de Nubes / 63
PÁGINA 29
(5 viñetas)
29.1
Emurana nuevamente muestra su falsa sonrisa. Uamusi observa ca-
bizbaja el cofre de piedra que encierra al sol.
EMURANA
¿Te lo has bebido todo? Te caerá bien, ya lo verás.
UAMUSI (en voz baja)
Opumay, perdóname, pero no puedo echarme atrás justo
ahora... ni siquiera por ti.
29.2
Uamusi sostiene al sol envuelto en la cuerda serpiente como si
estuviera a punto de arrojarlo hacia arriba, en una pose dinámica
como de un pitcher de baseball.
Al fondo, Emurana observa con horror lo que está ocurriendo.
EMURANA
¡¿Pero qué crees que haces?!
UAMUSI
Cuerda serpiente...
29.3
Algunas líneas concéntricas indican el resplandor enceguecedor del
sol al ser liberado.
UAMUSI (fuera de escena)
...eres libre.
29.4
Exterior. La punta de la montaña, desde lejos. En un estallido
violento, el sol ha salido disparado diagonalmente como una bala de
cañón y avanza dejando a su paso una cola de fuego.
SIN TEXTO
El Coleccionista de Nubes / 64
29.5
De vuelta al salón, vemos la escena de lejos. Emurana extiende sus
manos hacia el cuello de Uamusi como queriendo estrangularla, pero
sin llegar aún a tocarla.
Uamusi, tratando de evitar a Emurana cae de espaldas y esto le hace
ver hacia el techo (que es bastante alto). Del techo se desprenden
piedras, algunas grandes, debido al impacto del sol en su fuga (estas
piedras caerán luego sobre Emurana, dejándola atrapada y herida de
muerte; podría parecer que están por caer sobre ambas mujeres aunque
Uamusi escapará ilesa) Uamusi señala con el dedo índice en dirección
a las piedras, queriendo advertir a Emurana.
EMURANA
¡Te voy a enseñar!
UAMUSI
¡Cuidado!
El Coleccionista de Nubes / 65
PÁGINA 30
(7 viñetas)
30.1
Sámmel junto a su colección de jarras de nubes; líneas cinéticas
indican que todas las jarras tiemblan (debido al impacto del techo
que se ha derrumbado en el salón del sol). Sámmel voltea hacia un
lado, sobresaltado por el sonido.
SFX
BLAM
SÁMMEL
¿Pero qué...?
30.2
En primer plano, Emurana está sepultada de la cintura a los pies bajo
un pilar de rocas, trata en vano de quitarse alguna roca pesada de
encima, sangra por alguna herida superficial en la frente.
Al fondo, Sámmel se asoma por la puerta de entrada al salón. Entre
él y Emurana, el cofre del sol en su altar está abierto y vacío.
Hay fuego en algunos lugares de la habitación, pero aún no se ha
expandido mucho.
SÁMMEL
¡Emurana!
EMURANA
¡Sámmel! ¡Ayúdame!
30.3
Sámmel, preocupado, toma la mano de Emurana.
SÁMMEL
¿Estás bien? ¿Qué ha ocurrido?
EMURANA
No puedo salir, estoy atascada.
Fue esa maldita desquiciada, nos ha traicionado, ha
liberado al sol.
El Coleccionista de Nubes / 66
30.4
Enfocamos a Sámmel, está nervioso, tras él vemos algunas llamas del
incendio.
SÁMMEL
El templo se está incendiando. ¡Debemos salir de aquí!
¿Dónde está Uamusi? ¡Debo advertirle del peligro!
30.5
Enfocamos a Emurana desde el punto de vista de Sámmel, furiosa, enseña
a la cámara (a Sámmel) la estatuilla colibrí para dar énfasis a sus
palabras.
EMURANA
¡¿Advertirle?!
¡¿Aún cuando te traiciona quieres ir tras ella?! ¿Pero
qué clase de idiota eres?
¡Anda y búscala! ¡Sólo encontrarás su cadáver! ¡Le he
dado a beber el veneno de esta estatuilla!
30.6
Sámmel, furioso, arrebata con rapidez la estatuilla de Emurana.
SIN TEXTO
30.7
Sámmel huye corriendo con la estatuilla en su mano. Al fondo, ya lejos
de Sámmel, Emurana le grita con los brazos extendidos.
EMURANA
¡Sámmel, no me dejes!
¡Perdóname!
¡Sámmel!
El Coleccionista de Nubes / 67
PÁGINA 31
(7 viñetas)
31.1
Uamusi camina por un corredor, parece andar con dificultad va con
una mano apoyada en la pared, como si no pudiera mantener el
equilibrio de otra forma (el veneno está haciendo efecto), y la otra
mano sobre su abdomen como indicando el dolor que siente. El su-
frimiento físico se refleja en su expresión.
Tras ella vemos llamas, como si el incendio estuviera persiguiéndola
por el corredor.
UAMUSI
Opu-- >cof<
Opumay...
31.2
Opumay se pone en pie, a duras penas, sujetándose con ambas manos
de una de las telas que adornan las paredes. Luce nervioso.
OPUMAY
¡Uamusi! ¡Aquí estoy!
31.3
Opumay y Uamusi se abrazan, preferiblemente de modo que sus cabezas
estén separadas horizontalmente en el plano, un punto de vista que
no sea de perfil. Esto es porque un abrazo como el de la página 6,
en el que las cabezas ocupan el mismo espacio, dificulta la rotulación
si ambos hablan.
OPUMAY
¿Qué está ocurriendo? ¿Te encuentras bien?
UAMUSI
Creo que la >cof< ... la oruenya ha envenenado mi comida,
apenas puedo caminar del dolor.
También he respirado mucho humo, el templo se incendia,
nos queda poco tiempo.
El Coleccionista de Nubes / 68
31.4
Opumay y Uamusi se observan frente a frente (ahora sí les vemos de
perfil), Opumay tiene las manos sobre los hombros de Uamusi como si
hubiera interrumpido el abrazo, apartándola de sí todo el largo de
sus brazos extendidos, para hablarle.
OPUMAY
Yo no puedo caminar, pero tú debes escapar de aquí.
UAMUSI
Tu destino será el mío.
Y aunque pudiéramos escapar, afuera no hay esperanzas.
31.5
Enfocamos a Uamusi, corren lágrimas por sus mejillas.
UAMUSI
Todos han muerto, mis padres, mi hermana, tu familia.
¡Todos! Hombres, plantas y animales. Sámmel ha dejado
morir al mundo, dejándolo en la oscuridad.
Apuri me pidió liberar al sol. Lo hice. Pero es demasiado
tarde.
31.6
Igual, pero desde otro punto de vista.
UAMUSI
Nos abrazará el fuego de Osonte y ni siquiera nos
reconoceremos más allá de las nubes, nuestro amor será
olvidado por la eternidad.
31.7
Nuevamente se abrazan, Uamusi tiene la cabeza inclinada hacia abajo,
apoyando su rostro en el hombro de Opumay. El incendio ha llegado
hasta ellos, el fuego les rodea.
OPUMAY
Estamos en el Osontapandra, el sol ha salido y estas
llamas son sus primeros rayos...
...Quizás nuestro matrimonio se ha hecho oficial ante los
dioses y se nos permita recordarnos y amarnos por siempre
más allá de las nubes. ¡Aún hay esperanza!
El Coleccionista de Nubes / 69
PÁGINA 32
(5 viñetas)
32.1
Las cuatro primeras viñetas, una junto a la otra, en una misma fila;
la #5 es la viñeta grande que ocupa el resto de la página, como en
la página 1.
Grande, en primer plano, enmarcando un extremo de la viñeta, vemos
parcialmente la cabeza de la llama de Sámmel apoyada en el brazo del
trono. Al animal, cubierto de hielo y nieve, le cuelgan pequeños
carámbanos. Sus ojos están abiertos pero son enteramente blancos,
sin pupilas, sin vida.
Al fondo, por todo lo ancho de la parte superior de la puerta abierta
del templo escapa un grueso hilo de humo y tras el humo, en el
interior, vemos llamas. La nieve del exterior está más alta que el
nivel de la entrada y crea una pequeña curvatura frente a la puerta
como si, al abrirse, se hubiera derramado un poco hacia adentro. En
la nieve hay huellas que van desde la puerta hasta salir del plano,
Sámmel ha abandonado el templo pero no lo vemos aquí.
32.2
Un acercamiento a los pies (o un solo pie) de Sámmel bajando los
escalones del templo, que están cubiertos de una gruesa capa de nieve.
32.3
Un acercamiento a la mano de Sámmel sosteniendo la estatuilla
colibrí.
32.4
Sámmel de rodillas en la nieve, ya en la base del templo, cubriendo
su rostro con ambas manos, como llorando. Ha dejado caer la estatuilla
a su lado, se ha hundido ligeramente en la nieve.
32.5
La versión congelada de la primera viñeta en la primera página. Todo
está cubierto de nieve y carámbanos. Los puentes se han caído. Las
cataratas se han congelado a medio camino. Y en el nido de los cuicuí,
la madre congelada cubre a sus pequeños muertos, como intentando en
vano protegerlos del frío, uno bajo cada ala. Una de las alas de la
cuicuí adulta está vendada con la tela que le puso Uamusi.
FIN
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