hacerse el muerto en la revista turia
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rrelato, Merino reelabora un cuentotradicional. Creo, por tanto, que noestamos meramente ante una novelahíbrida, al uso, porque si bien tienetodas sus trazas, la inserción de cuen-tos y microrrelatos en páginas inde-pendientes lo convierten en lo quepodríamos llamar un ciclo de narrati-va breve, que podría ser una mixtura,no necesariamente monstruosa, en-tre el cada vez más frecuente ciclo de
cuentos y el todavía poco habitual ciclode microrrelatos. En suma, este exce-lente libro consigue ser un afortuna-do experimento y oU'Oposible cami-no para mostramos la realidad y lasaventuras de la imaginación en todasu complejidad. -FER..t~ANDO VAI.I.<;.
ofrece e apone en elcentración qhora de con
José María Merino, El libro de las horas conta·das, ladrid, Alfaguara, 2011.
El equilibrio de la brevedad
LA literatura breve es un in-menso campo de experimen-tación en el que los escritores
ofrecen lo mejor de su imaginacióny brindan la posibilidad a los lecto-res de completar su visión con unasabia interpretación de los cuentos orelatos en cuestión. «Contar uncuento es saber guardar un secreto»,afirmaba Andrés euman en un do-decálogo que ilustró, en una especiede epílogo, su libro, El último minuto(2001), un suerte de guía para cami-nantes para así transitar por el difícilespacio de la narrativa breve, unpropósito que repitió y completóposteriormente en una nueva colec-ción, Alumbramiento (2006), dondeafirmaba que la atmósfera puede serlo más memorable del argumento,la mirada el personaje principal.
La obra de Andrés Neuman (Bue-nos Aires, 1977) se caracteriza porofrecer en sus libros una muestra
heterogénea tanto de cuentos comoaforismos, escenas o diálogos, inclu-so pequeños ensayos donde recorrecon maestría todos los recursos quepropone la densidad de la prosapuesto que ofrece los más variadosregistros para explorar o para inda-gar, como suele hacer en sus textosporque, como entre otras aJirmacio-nes suyas, el cuento no es algo difícilsino peligroso y en el riesgo que asu-me el escritor estaría precisamentelo sigiloso de su arte. Neuman estáconvencido de que «narrar es mu-cho más que hablar (...) para narrarse requiere decir algo y callar mu-cho». En sus textos va mucho másallá de esa pretensión de contar his-torias en las que se habla del amor odel mundo de las pasiones, de las es-peranzas o de los desengaños, de lasmiradas sobre la vida o de la muerte;en realidad, el suyo es un intento deponer de manifiesto que el cuento
F-n~¿,las
ofrece esa radicalización que se su-pone en el espacio literario, esa con-centración que se exige el autor a lahora de contar sus historias y, ade-más, en un intento de hacerlas pro-pias o partícipe con el lector, na-rrando el último minuto o, comovariante, tratar de contarla hasta esaúltima medida de tiempo. Este seria,en realidad, el terreno de la metáfo-ra de la interpretación como ese es-pacio resbaladizo en el que se mue-ve de una forma permanente lacreación literaria. Visto así el cuen-to, podríamos asumir con toda suextensión aquello que el maestroAntonio Pereira afirmaba sobre elmismo, «el resultado de saber unabuena historia y saber contarla, conla intensidad y brevedad necesarias».De esta brevedad se sirve Neumanpara inventar y construir sus colec-ciones de cuentos que, por otra par-te, siempre invitan a una reflexiónsobre las cuestiones principales denuestra existencia: la imaginación,el sarcasmo, la ironía o el humorque pueblan muchas de sus historiasy las condicionan con los recursosempleados, tanto el minimalismo co-mo el guii10 final de nuestra existen-cia misma. Los variados recursos delnarrador hispanoargentino, en eseconcepto esgrimido de micro-relato,presuponen una originalidad, comoel empleo de la paradoja, la ironía,la sátira o el humor, cuando llegan aun final tan sorpresivo como inge-nioso, además de un amplio registrolingüístico tan rico como sutil.
Hacerse el muerto (Páginas de Es-puma, 2011) es su última entrega,un libro que clasifica o agrupa sus
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cuentos en función del tema, el to-no, incluso el estilo y con diferentesregistros. No le exige unidad a losmismos aunque en muchos casos elconcepto de fondo sobresale comofruto de una búsqueda para llegar ala totalidad de un prejuicio, en estecaso la muerte, como una aproxima-ción a un axioma que el autor ensa-ya desde diferentes aspectos> tantoparticulares como universales, desdeuna visión histórica, onírica, fami-liar, humorística o, incluso, irónica.Tampoco faltan esos otros senti-mientos cotidianos que se concretanen el odio, la envidia, la vanidad o lafalta de escrúpulos que esgrimen al-gunos de sus personajes y, de algunamanera, afloran en dos de sus cuen-tos, «Después de Elena», la historiade una enemistad y la actitud revan-chista de su narrador, exponente deese eterno dilema amor/odio que,en cierta medida, pro pende en estecaso hacia unas buenas intenciones,aunque la crueldad aflora al finalpara encauzar ese odio ancestral aesas personas/amigos que, a su vez,en su momento odiaron al protago-nista; y en la misma línea otro relatosingular, «Monólogo del inmobilia-rio», historia que se debate entre losturbios procedimientos con queejerce su profesión el protagonista yla tensa espera en un sanatorio,mientras su mujer e hijo se debatenante la muerte, pero que pese a la si-tuación vivida no ceja en su empeñode ser aún más ruin en sus negocios.El humor imbrica, también, a todo elconjunto, léase como ejemplo, «Unsuicida risueño», un personaje queno consigue suicidarse y finalmente
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se muere de risa, «Vidas instantá-neas", una colección de anuncios oproposiciones de hombres, mujeres yparejas que ofrecen una particular yjocosa «instantánea de su vida», o elmás disparatado de este conjunto«Conversación en los urinarios", unaclase de filosofía que se debate entrelo conceptual, lo físico, lo sublime olo escatológico, precisamente, mien-tras se encuentran en un urinariodialogando dos personajes.
En muchos de estos cuentos des-cubrimos salpicados objetos que nosdemuestran que, con el paso deltiempo, se han convertido en la notade un recuerdo y desde una ternuraextremadamente condicionada nostransportan a un sentido pleno denuestro cotidiano sentir. En reali-dad, complementan a los momentosde dolor, de enfermedad (léase enellos en recuerdo de la madre desa-parecida en la vida real de este autory esa silla de ruedas que nunca seutilizó), y muestran el desasosiego,ese vacío cuando sus personajesavanzan lastrando esa pérdida a quese ven sometidos, aunque es verdadque muestran una delicada refle-xión acerca de la épica del amor ode los sentimientos más humanos.
Dividido en seis bloques o gru-pos de cinco relatos cada uno, eu-man trata sus textos con esa inde-pendencia que caracteriza a toda suobra, la muerte en el primero deellos, que da título al conjunto, unsegundo más elegíaco plagado deun halo casi poético sobre la enfer-medad, la ausencia y ese retornoaño rada que de alguna manera con-
trasta con el tercer apartado, muchomás amable, humorístico, que titula,Sinopsis del hoga»; y recrea el mundoinfantil, la adolescencia y los deseospecaminosos hacia la hija de un ami-go, pasando por un auténtico deliriocomo en el cuento, «[uan, José", enrealidad, un juego, o mejor un crucede papeles entre paciente y terapeu-ta sin posibilidad de concretar quiénes quién en ningún momento. Y asíllegamos a uno de los más destaca-dos, de esos que sobresalen, «Bésa-me, Platón», en el cuarto de los apar-tados, donde el hispanoargentinoesgrime su concepto sobre el amor,aunque en este relato prevalece esatotal desavenencia que se otorgauna pareja cuando parten de postu-lados filosóficos en un inquebranta-ble acercamiento, o la visión mássensual y erótica en el irreverentecuento «El infierno de Sor Juana".Neuman se esfuerza por reproducirfielmente los monólogos de la miro-na, el aduanero, el inmobiliario, elmonstruo y apoleón, y termina elconjunto de estos relatos con un«Breve alegato contra el Naturalis-mo», un pequeño ensayo sobre la es-tética y el lenguaje literario, o cómonarramos; en realidad, una variadalección sobre nuestra mirada y loasombroso del léxico o lo impresio-nable del mundo de las palabras so-bre las que a diario edificamos nues-tro cotidiano convivir. -PEDRO M,DOMENE,
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ApunteAndrés Barplantearon dcuentos a prrativos que eAspern dejónos, El re ultorial 451 uademás deFoix, particiJuan Villoro.Puértola " T.en los docecompleta jamsólo aportóto «Los otro_ .escribió tresda", «El cbre que ven"es casualidadellibroylo .
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Andrés I euman, Hacerse el muerto, Madrid,Páginas de Espuma, 2011.
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