Índice. - historia.uasnet.mxhistoria.uasnet.mx/maestria/archivos/tesis/11/tesis el puerto de... ·...
Post on 01-Nov-2018
212 Views
Preview:
TRANSCRIPT
1
2
ÍNDICE. AGRADECIMIENTOS…………………………………………………………………… 5
PRESENTACIÓN………………………………………………………………………… 7
INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………….. 12
Capítulo I. CONSTRUCCIÓN TEÓRICA PARA OBSERVAR EL PROBLEMA DE LA HEGEMONÍA CULTURAL EN UNA SOCIEDAD HISTORICA DETERMINADA.
1.1 El problema de la Ideología y la superestructura en Marx.………………… 24
1.2 Karel Kosík y la dialéctica de la realidad en la Historia……………………... 31
1.3 Antecedentes históricos del concepto de Hegemonía.………………...….. 34
1.4 Antonio Gramsci y las dimensiones sociales de la Hegemonía…………... 39
1.5 La hegemonía y sus usos en la historia sociocultural…………………. 46
1.6 Consideraciones sobre la Cultura de una sociedad determinada…………. 51
Capítulo II. ANTECEDENTES SOBRE LA DOMINACIÓN Y LAS FORMACIONES CULTURALES EN EL SUR DE SINALOA.
2.1 Vestigios culturales de los indígenas totorames en el sur de Sinaloa...... 60
2.2 La colonización del Sur de Sinaloa………………………………………….. 63
2.3 Las reformas borbónicas en el Sur de Sinaloa………………………….… 76
2.4 El movimiento de independencia en Sinaloa: nace una nueva
Estructura política……………………………………………………………… 78
Capítulo III. LA INFLUENCIA EUROPEA EN LAS CIUDADES-PUERTO LATINOAMERICANAS EN LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XIX: UN ACERCAMIENTO DE HISTORIA COMPARADA.
3.1 Las ciudades-puerto y el comercio ilustrado………………………………… 88
3.2 Paradigmas contemporáneos en la historiografía sudamericana para
el estudio de la inmigración europea a Latinoamérica en el siglo XIX…… 90
3.3 Europa occidental en Latinoamérica en el siglo XIX; Romanticismo,
Ilustración y modernidad capitalista…………………………………..………100
3
3.4 Contrabando e inmigrantes extranjeros en el Río de la Plata
y el mar Bermejo…………....................................................................... 113
3.5 Las ciudades-puerto de Valparaíso en el siglo XIX……………………….. 118
3.6 Anécdotas sobre la presencia alemanes en Latinoamérica
durante el siglo XIX…………………………………………………………… 124
3.7 Buenos Aires y la Feliz Experiencia a inicios del siglo XIX…………..…... 129
Capítulo IV. EL POBLAMIENTO DEL PUERTO DE MAZATLÁN Y LA FORMACIÓN DE LA HEGEMONÍA CULTURAL EXTRANJERA EN LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XIX.
4.1 El puerto de Mazatlán ¿nace? o ¿se hace?.............................................. 135
4.2 La influencia extranjera en el poblamiento del puerto de Mazatlán:
de la independencia a la mitad del siglo XIX……………………………….. 138
4.3 El comercio internacional capitalista y el poblamiento del puerto de
Mazatlán durante la primera mitad del siglo XIX……………………………. 146
4.4 Las primeras instituciones del Mazatlán decimonónico…………………… 162
4.5 Las casas comerciales extranjeras en la primera mitad del siglo XIX…… 169
4.6 Algunas prácticas y representaciones culturales de la comunidad
extranjera en Mazatlán hacia 1840…………………………………………… 177
4.7 Paisaje social de Mazatlán y San Francisco en 1864…………………..…. 182
Capítulo V. CONSOLIDACIÓN DE LA HEGEMONÍA CULTURAL EXTRANJERA EN EL MAZATLÁN DE LA BELLE EPOQUE: 1880-1900. 5.1 La Belle Epoque mazatleca como concreción del proceso
de hegemonía cultural extranjera……………………………………………….. 193
5.2 Los carnavales mazatlecos; escenario de las batallas culturales
decimonónicas………………………………………………......................…… 196
5.3 El discurso del Progreso; ciencia, técnica e industria extranjera
como garantes materiales de hegemonía…………………………………….. 211
5.4 La comunidad extranjera en Mazatlán y la filantropía: funciones
manifiestas y latentes en una sociedad decimonónica…………………….… 240
4
5.5 La subjetividad del valor; consumo, propiedad y prestigio social
en las clases dominantes……………………………………………………… 250
5.6 La retórica de la dominación: la ciudad-puerto de Mazatlán
como un texto……………………………………………………………………. 267
5.7 La representación del extranjero occidental en la Literatura
sobre el Mazatlán decimonónico……………………………………………..… 302
Conclusiones de la investigación……………………………………………….. 321
Fuentes consultadas………………………………………………………………... 324
5
Agradecimientos.
Al proyecto humanista que sobrevive pese a todo en la Universidad Autónoma de
Sinaloa. A la Facultad de Ciencias Sociales UAS Mazatlán y a la Maestría en
Historia UAS Culiacán. A Conacyt. A todas las personas responsables de los
archivos históricos consultados para esta investigación.
Al Dr. Samuel Ojeda Gastélum y al Dr. Arturo Lizárraga Hernández dos científicos
sociales cómplices de esta tesis.
A mi tribu; al Pelochitas, la Goyis, la Negra, la Carmela, el Beto, el Chucuchú, la
Mery, el Yoryik y el Hectora.
Al AmorMaíz: La Big
A mis compañeros de viaje en la maestría, sobre todo a: la Nata, el Fer, el Luis, el
Borbolla, el J.C.
A los Patasalada: a las Olas Altas, al Puerto Viejo, a la Tertulia, al Altazor, al
Tutuy…a la familia Pardo Hernández…a mi compa el Davis.
Y a todos los hombres y mujeres que nadie nunca jamás les compran sus
pensamientos y su vida porque no los ponen en venta.
6
El hombre no tiene naturaleza, sólo tiene historia.
José Ortega y Gasset.
La historia no es ni hace nada. Quien es y hace es el hombre.
Karl Marx.
7
Presentación.
La perspectiva de análisis social e histórico del siglo XIX en Sinaloa que propongo
para investigar la influencia de la inmigración extranjera es de carácter
sociocultural. Es un complemento y reinterpretación de distintas investigaciones,
libros, tesis, congresos, coloquios, de raíz histórica, existentes sobre esta
sociedad y estos actores pero que enfocan el periodo y la problemática desde su
filo e importancia económica o política.
El presente trabajo no será por tanto una historia de las casas comerciales,
ni de los inmigrantes extranjeros, sus líderes, o familias, ni de las élites, o la
política en sí, o de los intercambios ni de los montos, mercancías y características
de la economía que impulsaban. Intentará ser una historia lo más dialéctica y total
posible, sobre esos hombres y mujeres, sobre ese tiempo y ese espacio.
Es por ello que propongo identificar, describir, explicar y comprender, la
problemática implícita entre la cultura que se identifican en una sociedad y su
relación con los grupos o clases dominantes y subordinados, teniendo tres
objetivos generales de carácter teórico: Describir, explicar y comprender cómo se
ejerció la dominación por medio de la cultura; Explicar su proceso de formación y
consolidación a partir del concepto de hegemonía; Describir y explicar los
resultados que tuvo el proceso de dominación en la sociedad de finales de ese
siglo. Todo esto bajo la tesis histórica que sostiene que las estructuras de
dominación en una sociedad se modifican en relación a las necesidades políticas y
económicas de una época determinada.
Mi hipótesis principal, que debe responder de forma tentativa a mi
problema-pregunta de investigación, ¿Cómo se manifestó la influencia económica
y política de los comerciantes extranjeros, en la formación cultural del puerto de
Mazatlán durante el siglo XIX?, es la siguiente: Los comerciantes extranjeros,
establecieron una hegemonía cultural y social -prácticas culturales, creencias,
valores, instituciones, representaciones, imaginarios- por medio de la cual
reforzaron su poder económico, político y su estatus social, influyendo con ello en
la formación cultural y hegemónica, del puerto de Mazatlán durante el siglo XIX.
8
Sirviendo de hipótesis secundarias pero complementarias, las siguientes:
La hegemonía en la sociedad del puerto de Mazatlán durante el siglo XIX, fue un
proceso de formación cultural que tuvo su punto de consolidación en las últimas
décadas del siglo XIX; y por último, Las prácticas culturales de los comerciantes
extranjeros, como las representaciones teatrales, festividades, formas de
entretenimiento y ocio, celebraciones, hábitos alimenticios, formas de
sociabilización, entre otras, fueron garantes simbólicos de su hegemonía
económica y cultural.
Se advierte desde ahora que en esta tesis no se continuará con la apología
historiográfica a los extranjeros que llegaron a Mazatlán durante el siglo XIX.
Nuestro objeto de estudio es la dimensión cultural que reviste la Hegemonía y bajo
que formas se expresó en la clase dominantes del Mazatlán decimonónico. Los
que nos remite necesariamente al grupo extranjero afincado en el puerto.
Es por ello que organizamos la investigación en cinco capítulos que tratan
de temas al parecer disímiles, pero que intenta mostrar, a su manera, los hilos que
tejen la red mental entre cultura y dominación. En esta búsqueda fue necesario
cuestionar al presente turístico restaurado del Centro Histórico del puerto, al
pasado colonial en el noroeste mexicano, al poblamiento del puerto de Mazatlán
decimonónico, al capitalismo mercantilistas e industrial, a la ilustración y al
romanticismo, a los extranjeros que llegaron a poblar las pampas argentinas
despoblándolas de indígenas. Todo con la finalidad de complejizar un poco más el
conocimiento del pasado y por tanto el presente de nuestra sociedad mexicana.
El primer capítulo, Construcción teórica para observar la formación cultural
del Mazatlán decimonónico, señala en grandes líneas la perspectiva teórica propia
del las investigaciones de las Ciencias Sociales, que guía la presente
investigación. Ahí se definen los conceptos necesarios para entender la ideología,
hegemonía, la cultura, las representaciones, la revolución cultural, así como las
líneas metodológicas a seguir según los modelos de análisis social referido.
9
En el segundo capítulo, Breve historia sobre las formaciones culturales en
el sur de Sinaloa, se desarrolla una interpretación histórica de las anteriores
formas de dominación cultural presentes el espacio social y cultural donde se
asentará la ciudad y puerto de Mazatlán, desde tiempos de la conquista española
hasta el siglo XIX. Esto se eligió así, porque se considera que cualquier
investigación histórica contemporánea debe explorara el pasado y el presente de
su objeto de estudio para no caer en un abuso de la periodización en el
conocimiento de las sociedades humanas pretéritas, que fragmente y
descontextualice el análisis de las sociedades sujetas a estudio, al punto de volver
incomprensible el espacio y el tiempo delimitados por no contemplarlo dentro de
un proceso de larga duración, sujeto a los cambios y permanencias históricas que
inician antes de la investigación y terminan trascendiéndola inevitablemente.
El capítulo tercero, La influencia cultural europea en algunas ciudades-
puerto de América Latina en la primera mitad del siglo XIX; un acercamiento de
historia comparada, pretende trascender el espacio de nuestro objeto de estudio,
para ubicar su desarrollo en otras sociedades similares tanto en poblamiento,
como en formas económicas y culturales, que se desarrollaron en sincronía con la
sociedad del puerto de Mazatlán en el siglo XIX. A fin de cuentas se decide utilizar
el método de comparación propio de la sociología, para comprender cabalmente la
singularidad histórica de Mazatlán así como su pertenencia a un fenómeno
histórico que lo trasciende al repetirse en varios puntos costeros de los mares
Atlántico y Pacífico del sur del continente.
El capítulo cuarto, El poblamiento del puerto de Mazatlán, y su formación
cultural durante la primera mitad del siglo XIX, da inicio temático e histórico
documental, al tema de la presente tesis. Aquí se dará una interpretación histórica
de la génesis de la ciudad y puerto de Mazatlán al alba del siglo XIX hasta la mitad
de dicha centuria. El planteamiento general del capítulo es que los comerciantes
extranjeros fueron los pioneros y constructores materiales y de sentido, de la
primera estructura institucional del puerto de Mazatlán, siendo la Casa Comercial
el centro rector de donde emanaban las prácticas y representaciones culturales
hegemónicas, así como las relaciones sociales esenciales del Mazatlán temprano.
10
Y por último, el capítulo quinto, Consolidación de la hegemonía cultural
extranjera en el Mazatlán de la Belle Epoque, muestra las formas materiales e
inmateriales que tomó la hegemonía extranjera, en el momento histórico más alto
de su dominio económico, político y cultural en las últimas tres décadas del siglo
XIX. Destacando la idea del progreso y la modernidad; la filantropía; las formas de
sociabilidad de las élites; las funciones latentes del consumo, el lujo, el ocio, el
prestigio; el Carnaval y su disciplinamiento cultural, la construcción social del
paisaje y los discursos políticos de la arquitectura; terminando con un análisis
desde la idea de lo cotidiano, de tres obras literarias que se desarrollan en ese
periodo histórico.
Para lograr su comprobación histórica, se utilizarán procedimientos para
ordenar la actividad de investigación siguen los lineamientos básicos de la
metodología propuesta por la historia sociocultural. En base a la recolección de
documentos y otras fuentes de la época, como imágenes, literatura, periódicos, se
diseñará una metodología cualitativa para interpretar, criticar, comparar y
comprender las fuentes recolectadas.
Los métodos particulares serán los que se desprendan de las teorías
sociales seleccionadas para guiar la investigación. Este diseño metodológico se
basará en una división en periodos de tiempo, que contemple las etapas
definitivas de poblamiento y formación cultural del puerto de Mazatlán. Estas se
ubicarán a partir de las reformas borbónicas a finales del siglo XVIII hasta finales
del siglo XIX, cuando empieza el declive del puerto al perder su posición política
ante Culiacán, la actual capital de estado, eso a nivel local, y a perder
importancia como puerto comercial en la región y en el intercambio internacional.
Esta periodización propuesta en el índice y el diseño metodológico, coincide
con el auge y decadencia y de los comerciantes extranjeros en la región, lo que
nos permitirá de igual manera periodizar la hegemonía a partir de sus procesos
de desarrollo, establecimiento y consolidación.
11
Finalizaré recordando que la presente tesis fue imaginada, investigada,
construida y deconstruida entre el verano del 2007 y los primeros 10 días del
2010. En ese lapso de tiempo supo que su más alta ambición sería honrar aquella
frase del mítico Braudel; Si alguien me reprocha que no he sabido ensamblar los
elementos de este libro, espero que encontrará en él, por lo menos, piedras
convenientemente cortadas, conforme a las reglas de nuestras canteras.
12
Introducción.
La inmigración europea a Latinoamérica durante el siglo XIX, fue un proceso
histórico que tuvo un impacto demográfico, económico, político y cultural
equiparable a la conquista y colonización española del siglo XV.
Las causas de este nuevo flujo migratorio de alcances mundiales, tiene su
explicación en las transformaciones experimentadas por las sociedades europeas
surgidas de la revolución industrial, del liberalismo político y económico de las
sociedades capitalistas modernas en formación.
Así, desde el espacio de las relaciones económicas, tecnológicas y
demográficas, nos dice Maurice Doob, el sistema económico surgido de la
revolución industrial en la Europa occidental se basa en dos rasgos propios de
este periodo; el cambio y movimiento vertiginoso tanto en los medios y relaciones
de producción, como en los volúmenes de las mismas y la variedad del comercio.
Así como en el surgimientos de condiciones excepcionales para el establecimiento
de la sociedad capitalista tales como explosión demográfica, avances científicos-
tecnológicos, apertura de mercados, acumulación de capital financiero y su
inversión, aumento de la división del trabajo, entre otros.
Todas estas circunstancias no se explican por obra natural, sino por el
momento histórico particular iniciado en Europa occidental en 1775 y que
cambiará después de 18751. Por ello en aquellos días, migración e
industrialización fueron parte de una misma realidad, dos fenómenos paralelos
detonantes a mediados del siglo XIX de las mayores migraciones humanas de la
historia; el éxodo rural a las ciudades, la migración entre regiones, de ciudad en
ciudad, la travesía de océano a océano.
La más documentada y memorable de ellas corrientes humanas por su
número de participantes, nos dice por su parte Erick Hobsbawn, fue la que sucedió
de 1846 a 1875 entre Europa y América, la mayoría con dirección hacia Estados
Unidos.
1 Maurice Doob, Estudio sobre el desarrollo del Capitalismo, SIGLO XXI, México, 1977. pp. 305-
375.
13
Una consideración sobre esas migraciones europeas es que el flujo no fue
constante u homogéneo étnica, cultural y socialmente, por ello distintos grupos
humanos llegaron a regiones del continente atendiendo a características propias
de cada pueblo. De 1846 a 1875 los alemanes, los habitantes de las islas inglesas
y los escandinavos fueron los que más migraron, siendo los países receptores por
excelencia Estados Unidos, Australia y Argentina. Estos flujos migratorios fueron
en su mayoría de gente rural.
Sin embargo, estos inmigrantes europeos que llegaron a América, no venía
a suplir las migraciones esclavas africanas de anteriores periodos, ya que este
vacío fue reservado para los inmigrantes asiáticos y la población indígena
endógena, representantes del más bajo reconocimiento por el mercado mundial
capitalista y la cultura ilustrada de la época.
Otras de las causas de esta primera ola de migración europea, dicen ambos
autores, fueron el hambre y la sobre población. Las ciudades, los puertos y las
nuevas zonas industriales fueron los polos de atracción de estos emigrantes, que
junto con las personas de las clases altas que se movían por el mundo por ocio o
en viajes de placer, conformaban un sujeto que con los cambios de esta época
modificaron usos y costumbres de sus antepasados, estado en un lugar y otro en
menos tiempo.2
Al iniciarse este proceso migratorio extra continental, atrae débiles
contingentes hasta la primera mitad del siglo XIX alcanzando un carácter masivo
en las últimas décadas decimonónicas;
(…) atrajo para América Latina y el Caribe entre 1821 y 1932 unos 20 millones de personas. Este monto no implica que todos los inmigrantes se radicaron en la región, ya que muchos se regresaron; parte de la migración extra continental estuvo compuesta por migrantes estacionales, y otros retornaron por diversos motivos.3
2 Erick Hobsbawn, La Era del capital, 1848-1875, CRITICA, Buenos Aires, 1998, pp. 30-79.
3 Mario Margulis y Birgitta Leander, Migraciones hacia América Latina y el Caribe. Contexto
histórico e influencia cultural, en Leander, Birgitta. (Coord), Europa, Asia y África en América Latina y el Caribe: Migraciones "libres" en los siglos XIX y XX y sus efectos culturales, , Siglo XXI-UNESCO, México, 1989, p. 16.
14
En el periodo que va de 1854 a 1924 las áreas geográficas de donde
provienen los europeos que emigran a América Latina, son;
(…) España (28%), Portugal (11%), Italia (38%), Gran Bretaña, Francia (3%), Suiza, Alemania (3%), Suecia, Polonia y Rusia (3%), y en menor medida, de Yugoslavia, Dinamarca y Noruega”4. Siendo los principales países de destino en el periodo ya señalado, Argentina, Brasil, Uruguay, Cuba y México.5
Este flujo hacia el continente no solo encierra procesos económicos y
demografías para las sociedades latinoamericanas, sino que a partir de este crisol
de étnico, como se puede observar de los datos estadísticos anteriores, se gestan
formas culturales heterogéneas en los pueblos latinos debido a la inmigración, que
vendrán a influir en la construcción social de las nacionalidades pos coloniales en
el continente durante el siglo XIX;
Es comprensible entonces que los inmigrantes trataran, en la primera generación, de cerrarse sobre sí mismos, de formar colectividades, conservando, donde se podía, sus costumbres, su idioma, sus valores y creencias, su nostalgia y sus esperanzas, Su participación en la nueva sociedad se redujo, en los primeros tiempos, a las relaciones derivadas de su actividad. Fueron las generaciones siguientes las que en la mayoría de los casos, se integraron e influyeron gradualmente en la cultura del país receptor.6
Un aspecto a considerar es que las olas migratorias fueron desiguales para
los distintos países de la región, tanto en cantidad como en calidad, por así
decirlo. Unas fueron masivas como en Sudamérica, otras menos como en Chile y
otras minoritarias en el caso de México.
Entre los países receptores de estos inmigrantes europeos, como se dijo,
se encuentra México. Su flujo migratorio tuvo características singulares en las
distintas regiones del país. Su temporalidad se puede decir, inicia pasada las
luchas de Independencia de 1810, cuando varias regiones del país se sumaron al
intercambio comercial y cultural mundial, que podrían fin a la hegemonía española.
4 Marcello Carmagnani, Las migraciones europeas en su área de origen, en Leander, Birgitta.
(Coord), Europa, Asia…op. cit., p. 136. 5 Magnus Mörner, Las migraciones europeas durante los siglos XIX y XX: algunas estadísticas, en
Leander, Birgitta. (Coord), Europa, Asia…op. cit., p. 135. 6 Ibíd., p. 21.
15
En este primer momento, los extranjeros que llegaron a México no lo
hicieron como parte de una política estatal de colonización ni mucho menos en
busca de mejores condiciones de vida en estas tierras. Llegaron como emisarios y
representantes del comercio y la industria de sus países de origen, como el fin de
dominar los mercados locales y explotar los recursos naturales vírgenes que tenía
el país.
Este primer flujo migratorio formal en el México independiente, se fue
formando desde finales de la colonia por medio de la información que viajeros,
científicos y exploradores obtuvieron sobre la región y entregaron a sus
respectivos países. No fueron, pues, invitados por el gobierno mexicano o
expulsados por la miseria de sus países. Eran extranjeros inmigrantes con capital
económico, cultural y político.
Ese tipo de extranjero inmigrante se estableció en las regiones del país más
acordes a sus fines. El noroeste mexicano fue uno de ellos, como tiempo después
lo serían las Californias.
Unas décadas después, este flujo migratorio internacional fue eclipsado por
la política federal de atraer inversiones e inmigrantes europeos como una medida
paralela al desarrollo de la industria. Esto fue así, porque tanto los gobiernos
liberales y conservadores concebían la inmigración europea como una solución al
atraso económico, social y político de la Nación.
Para 1842 el gobierno propuso como instrumento de su política de
desarrollo industrial para el país, la inmigración extranjera como una solución a la
necesidad de poblar ciertas regiones y encauzar su desarrollo económico;
La inmigración de gente de Europa y Norteamérica, debe ser fomentada para que se establezcan aquí, trayendo sus artes y sus ciencias. Estos beneficios, un gobierno independiente, escuelas libres, y el matrimonio con europeos y anglosajones, cambiarán el carácter del pueblo y lo harán ilustrado y próspero.7
7 Luz María Martínez Montiel, Inmigración Europea y Asiática siglos XIX y XX, En Guillermo Bonfil
Batalla (compilador), Simbiosis de culturas; los inmigrantes y su cultura en México, CONACULTA-FCE, México, 1993, p. 246-247.
16
Durante la independencia y después en el periodo liberal-positivista, la
influencia europea no desaparece como presencia sino solamente cambia su
papel y su importancia. Para 1860 los grupos de extranjeros mayoritarios que
residían en el país, eran; 25 000 españoles, 6 000 franceses, 9 000 alemanes, 6
000 ingleses y 100 norteamericanos,8 además de algunos pocos italianos, belgas,
suizos, libaneses, entre otros, con característica netamente urbanas.
Sin embargo, para la historiografía sobre la inmigración extranjera a México
sólo existen dos momentos importantes en este proceso, vinculados ambos a lo
ocurrido en el centro de México. El primero es en tiempos de la conquista y
posterior colonia española, y el segundo, en el siglo XIX como producto de la
política del gobierno del Gral. Porfirio Díaz destinada a todos los europeos,
estadounidenses y naciones occidentales ricas que pudieran interferir en el
desarrollo económico y humano del país.
Esta postura condiciona, según nuestra tesis, el fenómeno durante el siglo
XIX a políticas de gobierno (blanqueamiento de la población o de desarrollo
económico e industrial de capital humano moderno, civilizado, etc.)
menospreciando las migraciones “libres” o dirigidas por los gobiernos y
sociedades europeas en expansión como Inglaterra o Alemania, esto es, demerita
el factor del impulso del mercado internacional capitalistas industrial para explicar
el hecho porque no intervenía el gobierno mexicano en esta decisión.
Esto claro, es una falacia, o por lo menos una reduccionismo del fenómeno
migratoria extranjero a México, ya que olvida los procesos migratorios que
iniciaron con la independencia, y sobre todo, en las regiones costeras del noroeste
mexicano y las Californias.
Y el ejemplo de ello, como veremos en esta tesis es el puerto de Mazatlán,
Sinaloa, lugar fundado por el comercio internacional, poblada y edificada según los
intereses de este tipo de extranjeros inmigrantes que la historiografía nacional
desdeña o cuantimás estudia como agentes de la inversión extranjera en la región.
Sin embargo, de este acontecimiento histórico-social surgen múltiples procesos
8 Luz María Martínez Montiel, op. cit., p. 249.
17
que influirán en la económica, la política, la sociedad y cultura del Sinaloa
decimonónico y perduran hasta inicios del siglo XXI.
En este misma labor de comprender más a profundidad el papel de los
extranjeros en la formación de la cultura nacional, nos dice Martínez Assad, que
en los estudios históricos sobre las formas de organización de los inmigrantes
extranjeros que llegaron a México, destacan las diversas estrategias que estos
grupos étnicos implementaron para mantener su cultura (identidad) en los
procesos de interacción con otras étnicas extranjeras o la propia población
mestiza e indígena del país.
Lo identificado a la fecha, es que la mayoría de los inmigrantes occidentales
de primera y segunda generación, se mostraron reacios al contacto o simbiosis
cultural en su estancia en México. Es por ello que establecieron instituciones
formales e informales que delimitaran la relación e influencia cultural de otros
grupos étnicos, estructurada en una organización social basada en la lengua
materna, la familia, la endogamia, la alimentación, nichos económicos propios,
espacios de sociabilidad y ocio, escuelas, espacios de beneficencia y ayuda para
sus connacionales, etc.
Otro factor de suma importancia que han arrojado estas investigaciones, es
considerar que esos grupos étnicos extranjeros no fueron homogéneos en su
interior, o sea, no todos los miembros del grupo tuvieron la misma jerarquía,
intereses o capital cultural y económico. Por tanto, en un primer análisis, el factor
económico como propietarios de capitales o inversionistas distinguieron a unos y
otros miembros de un mismo grupo étnico.9
Es por esto que los grupos más influyentes y con más posibilidades de
defender su cultura son los mejor posicionados en la estructura económica del
lugar establecido. O sea, los inmigrantes de tercera clase o pobres tendrán más
9 Se puede afirmar, entonces, que la estructura económica tiene como base a las relaciones de
parentesco. La relación etnia-clase se manifiesta cotidianamente en las instituciones creadas para la reproducción y unión del grupo. Debido a que la participación en estas se restringe a las personas que puedan pagar sus cuotas, gran parte de los miembros del grupo quedan excluidos, por lo que su proceso d asimilación a la sociedad receptora es más rápido. Carlos Martínez Assad, De extranjeros a inmigrantes en México, UNAM, México, 2008, p. 28.
18
necesidad de contacto cultural y subordinación, incluso con otros grupos étnicos,
que los llevarán a una fragilidad lingüística, alimentaria, etc. esto no sucederá con
sus paisanos ricos o miembros de las clases dominantes.10
Por lo dicho, es posible dar una respuesta tentativa a un cúmulo de
preguntas sobre estos grupos étnicos extranjeros que llegaron a México durante el
siglo XIX; Entre ellas, rescatamos algunas propuesta por Martínez Assad, por
ejemplo: ¿Qué pasó con estos extranjeros durante el proceso de interacción con la
sociedad mexicana; ¿Se integraron o únicamente se articularon a aquella
sociedad? o ¿Después de varios años se logró su asimilación?11
Sin duda estas preguntas son aplicables al problema de los extranjeros en
la sociedad sinaloense y mazatleca decimonónica. Pero para darle mayor
veracidad histórica regional, es necesario sumar al problema cultural otra
dimensión de importancia, la problemática de la dominación.
Sabemos que el capital económico así como su pertenecía a las
sociedades líderes en la industrialización, la ciencia, la tecnología y el capitalismo,
derivaba en un poderoso capital social y cultural en los inmigrantes extranjeros de
origen europeo. Esto no sucedía, por ejemplo, con otro tipo de inmigrantes
extranjeros como los asiáticos.
Esta superioridad económica y cultural se manifestó en acciones
paternalistas o racismo hacia la mayoría de la población mestiza, ya no digamos
con los indígenas. Era necesario “civilizarlos”, “convertirlos”, “educarlos”,
“bañarlos”, “alimentarlo”, “sanarlos”, imponiendo la cultura moderna, ilustrada,
europea en sus vida cotidiana;
10
La ocupación y el control de determinados niveles económicos permitieron a los grupos étnicos no nacionales mantenerse económica y socialmente diferenciados. Este control ha sido posible por las redes de relaciones que los grupos ha establecido entre su país de origen y el receptor. Ibíd., pp. 25-27. 11
Lo que nos sugiere con esto Martínez Assad, es contemplar el aspecto cultural de estos grupos en relación a los nacionales, como el mestizo y el indígena, atendiendo al proceso mediante el cual un grupo étnico o minoritario pierde sus particularidades culturales y sus identidad como grupo para formar parte de otro mayor, y que la integración consiste en un proceso de adaptación recíproca y de coexistencias entre poblaciones étnicamente diferenciadas. Ibíd., p. 30.
19
(…) los grupos de inmigrantes que logran llevar a una posición dominante en la sociedad contarán con condiciones óptimas para la reproducción de su cultura y, además, esto les permitirá convertir a su cultura en dominante. En cambio, los grupos ubicados como subalternos carecerán de condiciones o medios para reproducir su etnicidad, esta se hará en la clandestinidad, lo que propiciará aún más, su subordinación y dominación y conducirá a la emergencia de conflictos étnicos.12
Esta perspectiva de interpretación ético-cultural, creemos, no es aplicable
totalmente a los inmigrantes extranjeros que llegaron a formar una sociedad en el
puerto de Mazatlán durante el siglo XIX. Y decimos lo anterior porque dichos
grupos extranjeros no pretendían ser dominantes sólo como una estrategia para
reproducir su cultura y no perderla ante la de los otros grupos étnicos.
Para esta tesis, como veremos a continuación, la importancia de extender
su cultura a los demás grupos étnicos fue para reforzar su dominación económica
y política. Necesitaban que su dominación directa por medio de la pistola fajada en
la cintura, la compra de conciencias, las conspiraciones, el contrabando, los
pronunciamientos, las traiciones, se reforzara simbólicamente, se exteriorizara en
su vida cotidiana, y no para defender una etnicidad en particular sino para
mantener su posición de clase dirigente; para crear la hegemonía, diría Gramsci.
12
Ibíd., p. 35.
20
He aquí pues la ideología de las clases, o de la clase dominante influyendo sobre las clases
subordinadas, obrera y campesina, por varios canales, a través de los cuales la clase
dominante construye su propia influencia espiritual, su capacidad de plasmar en la
conciencia de toda la colectividad, su hegemonía.
Antonio Gramsci.
21
Capítulo I.
Construcción teórica para observar el problema de la hegemonía cultural en una sociedad histórica determinada.
22
En este capítulo expondré un esquema general del enfoque teórico-metodológico,
que iluminará los datos o fuentes históricos consultadas para esta investigación.
En el desarrollo del esquema intento mostrar más que definiciones concretas de
conceptos teóricos, los autores y obras sobre los que se construyó este enfoque
metodológico sociocultural.
La intensión última es mostrar la perspectiva en la que se basa nuestra
investigación, al momento de abordar el problema de la hegemonía como un
objeto de estudio en las investigaciones sociales de una sociedad histórica
determinada. Esto viene a complementar el uso de la hegemonía como concepto
en la historiografía regional, sumando a la lectura política y económica del mismo,
el aspecto simbólico-cultural que hasta la fecha ha pasado desapercibido por la
investigación social e histórica producida en Sinaloa.
En este sentido, se intenta dar un rompimiento en la interpretación del siglo
XIX, el cual se considera a nivel regional como eminentemente político y
económico, ignorando con ello las álgidas batallas culturales que se dieron en ese
tiempo y como estas definirían de forma definitiva la formación cultural sinaloense.
Lo anterior también nos permitirá proponer una lectura más compleja y
profunda de la formación cultural en Sinaloa, así como los estudios que se
identifican como socioculturales, al romper las cadenas que unen al concepto con
las manifestaciones artísticas y su campo de acción; esto es, plantearemos la tesis
que refiere a los aspectos simbólicos-culturales una función de coadyuvante en el
mantenimiento del poder de un grupo dominante sobre un territorio y una
sociedad.
Por último, diré que esta construcción teórico-conceptual se nutre de una
reflexión contemporánea desde distintas disciplinas de las ciencias sociales, como
la historia, la sociología, la antropología, a partir de una perspectiva de análisis
social cercana al paradigma marxista, y que hace referencia al estudio de la
cultura, sobre las formas no violentas mediante las cuales un grupo o clase
dominante, controla sin coerción física directa las conductas e intereses de las
clases subalternas o dominadas.
23
1.1. El problema de la Ideología y la superestructura en Marx.
En su afán por estudiar científicamente lo que llama el Modo de producción
capitalista, Carlos Marx (1818-1883) produce un modelo de pensamiento científico
que marcará el desarrollo posterior de toda la historia del pensamiento
occidentalizado, ya sea en Asia, África o América. La filosofía se renueva, la
economía, la política, la ciencia, el ser humano mismo, y con ello el estudio de la
historia.
En su modelo abstracto, Marx propone que la única forma de comprender la
realidad y luego transformarla es analizando su desarrollo, sus cambios y
permanencias en el tiempo. En toda su obra el diálogo principal con el análisis del
presente capitalista industrial europeo del siglo XIX y la filosofía de su tiempo, es
secundado con datos, acontecimientos y personajes de la historia mundial.
Para nuestra investigación, es necesario considerar las premisas de las que
partió Marx para observar los hechos históricos concretos, documentados –
registrados en partes de guerra, diarios, libros, manuales, actas, legislaciones- y
que se alejan por completo de las formas anteriores de mirar el pasado de las
sociedades desde Europa; esto es, la Historia ya no explicará el pasado a partir de
los designios de la teología, o por la manifestación de un espíritu o idea universal,
tampoco se atribuirá a la política, los reyes y guerreros los cambios drásticos
sucedidos en el desarrollo histórico.
Su propuesta invitaba a conocer el pasado a partir de mirar en él las formas
en que los hombres y mujeres producían su vida y las relaciones que establecían
para lograrlo. Esto era para él Materialismo,13 relacionado con la actividad
13
En el Prólogo de la Contribución a la crítica de la Economía Política publicado en 1859, el propio Marx explica cómo se formó su pensamiento Materialista: Mis estudios profesionales eran los de Jurisprudencia, de la que, sin embargo, sólo me preocupé como disciplina secundaria, al lado de la Filosofía y la Historia. En 1842-43, siendo redactor de la "Rheinische Zeitung", me vi por vez primera en el trance difícil de tener que opinar acerca de los llamados intereses materiales. Los debates de la Dieta renana sobre la tala furtiva y la parcelación de la propiedad del suelo, la polémica oficial mantenida entre el señor von Schaper, a la sazón gobernador de la proviricia renana, y la "Rheinische Zeitung" acerca de la situación de los campesinos del Mosela, y, finalmente, los debates sobre el libre cambio y el proteccionismo, fue lo que me movió a ocuparme por vez primera de cuestiones económicas. Por otra parte, en aquellos tiempos en que el buen deseo de «marchar adelante» superaba con mucho el conocimiento de la materia, la "Rheinische
24
humana, muy lejano de las particularidades físicas de la materia o lo que en la
actualidad se conoce como consumismo. Así de sencillo, así de complicado, así
de peligroso para el mundo hasta entonces conocido y para la concepción de la
investigación histórica;
Las premisas de que partimos no son arbitrarias, no son dogmas, sino premisas reales, de las que sólo es posible abstraerse en la imaginación. Son los individuos reales, su acción y sus condiciones materiales de vida, tanto aquellas con que se han encontrado ya hechas, como las engendradas por su propia acción. Estas premisas pueden comprobarse, consiguientemente, por la vía puramente empírica (…) Toda historiografía tiene necesariamente que partir de estos fundamentos naturales y de la modificación que experimentan en el curso de la historia por la acción de los hombres.14
Pero esta realidad fundamental humana que tiene que ver con cómo se
produce lo que se come y cómo se organizan los humanos para ello, hasta esos
días se encontraba ignorada, o sobreentendida y subestimada por todo el
pensamiento anterior. Desde la filosofía griega lo relevante de la existencia de los
seres humanos eran sus pensamientos -el Logos-, sus representaciones ya sea
en forma de mitos, dioses, leyes, filosofía; o sea, las Ideas por sí mismas
explicaban la existencia cósmica, del mundo terrenal, de los hombres y mujeres y
de la historia.
Zeitung" dejaba traslucir un eco del socialismo y del comunismo francés, teñido de un tenue matiz filosófico. Yo me declaré en contra de aquellas chapucerías, pero confesando al mismo tiempo redondamente, en una controversia con la "Allgemeine Zeitung" de Augsburgo, que mis estudios hasta entonces no me permitían aventurar ningún juicio acerca del contenido propiamente dicho de las tendencias francesas. Con tanto mayor deseo aproveché la ilusión de los gerentes de la "Rheinische Zeitung" quienes creían que suavizando la posición del periódico iban a conseguir que se revocase la sentencia de muerte ya decretada contra él, para retirarme de la escena pública a mi cuarto de estudio. Mi primer trabajo, emprendido para resolver las dudas que me asaltaban, fue una revisión crítica de la filosofía hegeliana del derecho, trabajo cuya introducción vio la luz en 1844 en los "Deutsch-Französische Jahrbücher" , que se publicaban en París. Mi investigación desembocaba en el resultado de que, tanto las relaciones jurídicas como las formas de Estado no pueden comprenderse por sí mismas ni por la llamada evolución general del espíritu humano, sino que radican, por el contrario, en las condiciones materiales de vida cuyo conjunto resume Hegel, siguiendo el precedente de los ingleses y franceses del siglo XVIII, bajo el nombre de «sociedad civil», y que la anatomía de la sociedad civil hay que buscarla en la Economía Política. Carlos Marx, Prólogo de la contribución a la crítica de la Economía Política, en Obras escogidas; tomo I, Progreso, URSS, 1980, pp. 516-517. 14
Carlos Marx, Federico Engels, La Ideología Alemana, Cap. I: Feuerbach: oposición entre la concepción materialista e idealista, Obras…op. cit., p.15.
25
Sin embargo, bajo la concepción materialista de la historia creada por Marx,
esta premisa filosófica e historiográfica idealista es negada de la misma forma que
las figuras de los Reyes y Dios lo fueron por otros pensadores modernos.
Ese empuje que desde el llamado Renacimiento europeo tendía a
posicionar a los humanos como constructores de su propio conocimiento y
destino, daba una dimensión nueva al pensamiento. Ellos serían ahora los
productores directos de sus ideas, valores, representaciones, tradiciones y de su
realidad material;
Totalmente al contrario de lo que ocurre en la filosofía alemana, que desciende del cielo sobre la tierra, aquí se asciende de la tierra al cielo. Es decir, no se parte de lo que los hombres dicen, se representan o se imaginan, ni tampoco del hombre predicado, pensado, representado o imaginado, para llegar, arrancando de aquí, al hombre de carne y hueso; se parte del hombre que realmente actúa y, arrancando de su proceso de vida real, se expone también el desarrollo de los reflejos ideológicos y de los ecos de este proceso de vida. También las formaciones nebulosas que se condensan en el cerebro de los hombres son sublimaciones necesarias de su proceso material de vida, proceso empíricamente registrable y ligado a condiciones materiales. La moral, la religión, la metafísica y cualquier otra ideología y las formas de conciencia que a ellos correspondan pierden, así, la apariencia de su propia sustantividad. No tienen su propia historia ni su propio desarrollo, sino que los hombres que desarrollan su producción material y su trato material cambian también, al cambiar esta realidad, su pensamiento y los productos de su pensamiento.15
Este breve acercamiento a los fundamentos teórico-sociales del modelo de
Marx, nos sirve para comprender de mejor manera su pensamiento sobre el
mundo simbólico de los humanos, esto es, las representaciones, imaginarios,
valores, creencias, tradiciones, ideologías, etc., con las cuales explican su
existencia individual, colectiva y como especie en un momento determinado. Será
necesario ahora, mostrar aquel denostado y polémico modelo expuesto en el
Prólogo (1859), como punto de partida para entender de una mejor manera el
problema de la hegemonía y como se convierte en un objeto de estudio en el
curso de esta investigación de tesis.
15
Ibíd., p. 21.
26
Las dos cuartillas aproximadas a las que haremos referencia16 contienen la
famosa imagen de la sociedad humana como un edificio, compuesto por una
estructura (base económica) y una superestructura (simbólica), pero más que
conceptualizar formalmente cada una de ellas, el texto sólo describe algunas de
sus características exteriores, planteando por ello un razonamiento parcial sobre
su interacción en el mundo real;
El resultado general a que llegué y que, una vez obtenido, sirvió de hilo conductor a mis estudios, puede resumirse así: en la producción social de su vida, los hombres contraen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción, que corresponden a una determinada fase de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia (…) Al cambiar la base económica, se revoluciona, más o menos rápidamente, toda la inmensa superestructura erigida sobre ella. Cuando se estudian esas revoluciones, hay que distinguir siempre entre los cambios materiales ocurridos en las condiciones económicas de producción y que pueden apreciarse con la exactitud propia de las ciencias naturales, y las formas jurídicas, políticas, religiosas, artísticas o filosóficas, en una palabra, las formas ideológicas en que los hombres adquieren conciencia de este conflicto y luchan por resolverlo.17
Ahora bien, desde la perspectiva de nuestra investigación, este
comportamiento estructural y superestructural de las sociedades no se presenta
en el análisis concreto del presente y del pasado de manera vertical, o
condicionante. Esto es, ningún supuesto nivel es anterior o superior al otro, sino lo
contrario, se interrelacionan siendo parte de una totalidad social18 que es la
existencia misma de los seres humanos.
16
En palabras del propio Marx, estas ideas fueron detonadas por su revisión crítica de la filosofía hegeliana del Derecho. Este trabajo es parte de los Manuscritos Económicos y Filosóficos de 1884, conocida como la obra del Joven filósofo Marx. 17
Carlos Marx, Prólogo de la…op. cit., pp. 517-518. 18
Como referencia a esta idea de totalidad social, lo que se conoce como marxismo estructuralista desarrollado por Louis Althusser en la segunda mitad del siglo XX, atribuye al concepto de Modo de producción en la obra de Marx este sentido; así, al identificar el modo de producción se
27
Extenderemos esta idea a un señalamiento contenido en el primer libro de
El Capital, sobre el papel determinante de la estructura económica en el desarrollo
de las sociedades históricas, esto con fin de mostrar el complejo problema de
interacción entre los factores económicos, políticos e ideológicos en una sociedad.
Ante una crítica publicada en un diario german-estadounidense sobre el
modelo Estructura-Superestructura desarrollado en el Prólogo de 1859, el cual
según la publicación sólo sería aplicable para el mundo moderno, pero no para el
Clásico Griego o Romano, donde dominaba la Política, o la Edad Media
monárquica dirigido por la supremacía de la religión católica, Marx escribió lo
siguiente;
En primer término, es sorprendente que haya quien guste suponer que alguna persona ignora esos archiconocidos lugares comunes sobre la Edad Media y el mundo antiguo. Lo indiscutible es que ni la Edad Media pudo vivir de catolicismo ni el mundo antiguo de política. Es, a la inversa, el modo y manera en que la primera y el segundo se ganaban la vida, lo que explica por qué en un caso la política y en otro el catolicismo desempeñaron el papel protagónico. Por lo demás, basta con conocer someramente la historia de la república romana, por ejemplo, para saber que la historia de la propiedad de la tierra constituye su historia secreta. Ya Don Quijote, por otra parte, hubo de expiar el error de imaginar que la caballería andante era igualmente compatible con todas las formas económicas de la sociedad.19
Lo que se dice aquí tiene que ver con las estructuras sociales, que dominan
en un momento determinado el desarrollo y mantenimiento (equilibrio diría el
funcionalismo sociológico) de un modo de producción conceptualizado como una
totalidad social, como ya se mencionó. Estas estructuras que forman el modo de
producción, serían según el marxismo estructuralista Althusseriano, tres;
económica, jurídico-política e ideológica.
Una idea muy similar a lo anterior sostiene el compañero intelectual y
discípulo de Marx, Federico Engels en una carta escrita en 1890 a Joseph Bloch;
determinaría tanto la estructura material como a la superestructura simbólica de una totalidad social, o sea, de una sociedad determinada. Marta Harnecker, El Capital: conceptos fundamentales (Lapius y Ostrovitianov, Manual de Economía Política), Siglo XXI, Argentina, 1971, p. 15. 19
Carlos Marx, El Capital, Vol. I (El proceso de producción de Capital), Siglo XXI, Argentina, 1999, p. 99.
28
(…) Según la concepción materialista de la historia, el factor que en última instancia determina la historia es la producción y la reproducción de la vida real. Ni Marx ni yo hemos afirmado nunca más que esto. Si alguien lo tergiversa diciendo que el factor económico es el único determinante, convertirá aquella tesis en una frase vacua, abstracta, absurda. La situación económica es la base, pero los diversos factores de la superestructura que sobre ella se levanta --las formas políticas de la lucha de clases y sus resultados, las Constituciones que, después de ganada una batalla, redacta la clase triunfante, etc., las formas jurídicas, e incluso los reflejos de todas estas luchas reales en el cerebro de los participantes, las teorías políticas, jurídicas, filosóficas, las ideas religiosas y el desarrollo ulterior de éstas hasta convertirlas en un sistema de dogmas-- ejercen también su influencia sobre el curso de las luchas históricas y determinan, predominantemente en muchos casos, su forma. Es un juego mutuo de acciones y reacciones entre todos estos factores, en el que, a través de toda la muchedumbre infinita de casualidades (es decir, de cosas y acaecimientos cuya trabazón interna es tan remota o tan difícil de probar, que podemos considerarla como inexistente, no hacer caso de ella), acaba siempre imponiéndose como necesidad el movimiento económico. De otro modo, aplicar la teoría a una época histórica cualquiera sería más fácil que
resolver una simple ecuación de primer grado.20
Sintetizando lo desarrollado en las últimas páginas y que servirá para guiar
la presente tesis, diremos que; en una sociedad determinada las relaciones que
los hombres y mujeres establecen con el fin de reproducir su vida biológica
(estructura material), pueden ser influidas por la política o la filosofía
(superestructuras), o viceversa. Esto será primordial al momento de identificar y
explicar cuál estructura, en qué periodos y de qué forma, utilizan los grupos
dominantes para mantener su hegemonía sobre las clases subalternas.
En el siglo XX el modelo social de estructura-superestructura será retomada
por parte del marxismo occidental, como mencionaremos a continuación para dos
casos específicos; Antonio Gramsci y posteriormente por la historiografía social
inglesa. Esta reinterpretación de la teoría y metodología marxista para el análisis
de la sociedad capitalista, se puede decir, surge de la crisis dogmática y de
estancamiento revolucionario ocurrida en la teoría marxista después del triunfo de
la Revolución rusa de 1917, y se ha identificado en los trabajos de Lukács, Korsch,
de la Escuela de Frankfurt, de Lefevbre, Sartre, Kosík, Della Volpe, Althusser. En
20
Carlos Marx, Federico Engels, Obras…op. cit., p. 378.
29
estos autores el marxismo, por así decirlo, retorna a su vientre, es decir la
filosofía.21
Pero antes, tenderemos otros puentes que nos permitan seguir vinculando
los conceptos de hegemonía y cultura, por medio de las propuestas filosóficas del
checo Karel Kosík (1926-2003) sobre el problema de la realidad como algo
concreto o pseudoconcreto y como esto debe considerarse al momento de hacer
investigación histórica.
1.2. Karel Kosík y la dialéctica de la realidad en la Historia.
Intentando ubicar el estudio de la hegemonía cultural en el pensamiento y la
acción humana, se considerará la reflexión epistemológica propuesta por Karel
Kosík sobre el mundo de lo concreto y de la pseudoconcreción y su relación con la
Historia. Para ilustrar en un primer momento esta problemática, recurriremos al
siguiente planteamiento dado por el autor en su magna obra Dialéctica de lo
concreto;
Un político aparece durante su vida a los ojos de los contemporáneos como un gran político. Después de su muerte se demuestra que era sólo un político mediocre, y que su supuesta grandeza no era más que “una ilusión de su tiempo”. ¿Qué es lo que era el hecho histórico? ¿La ilusión que dio una apariencia de grandeza y “creó” la historia, o la verdad, que se ha manifestado sólo más tarde y que en el momento decisivo no existía como acción y realidad? El historiador debe ocuparse de los acontecimientos tal y como se desarrollaron efectivamente. ¿Pero qué significa esto? ¿La historia es realmente la historia de la conciencia humana, la historia de cómo los hombres han cobrado conciencia de su tiempo y de los hechos que han sucedido; o bien es la historia de cómo las cosas han ocurrido realmente y hubieron de reflejarse en la conciencia humana? Surge aquí un doble peligro: describir los hechos históricos tal y como debieron ocurrir, esto es, racionalizar y hacer lógica la historia, o narrar acríticamente los hechos sin valorarlos, lo que equivale a abandonar el carácter fundamental de la labor científica, a saber: la distinción de los esencial y lo accesorio como sentido objetivo de los hechos. La existencia misma de la ciencia
21
En Gramsci tiene en este contexto un lugar único, como en muchos otros, pero el punto de referencia de su crítica fue también la filosofía (Croce), no la Economía Política. Göran Therborn, Surgimiento del Marxismo socio-científico y problemas del análisis de las clases, en Calos Maya Amabia (comp.), Marxismo crítico, crítica del marxismo, Universidad Autónoma de Sinaloa, México, 1987, p. 101.
30
depende de la posibilidad de hacer esa distinción. Sin ella no habría ciencia.22
No es nuestra intención dar una respuesta ante la profundidad de las
preguntas planteadas en el párrafo anterior. Sin embargo, tomaremos el riesgo de
de identificar afinidades entre nuestra problemática de la hegemonía cultural como
objeto de estudio y el conocimiento concreto de la historia.
Entonces diremos que los hechos sociales del presente o del pasado son la cifra
de la realidad. No son transparentes en el sentido dado por el positivismo al
documento histórico.
Los hechos históricos representan un problema cuyo sentido debe revelar la
ciencia. ¿Pero por qué la Ciencia? ¿No basta con hurgar bajo las faldas de la
historia hasta encontrar en el agujero más profundo de los archivos nacionales el
divino documento que avale nuestra investigación? ¿No basta con “retar a duelo”
a la historia en lugar (espacio) y fecha (tiempo) anunciada en la portada de
nuestro texto final? ¿No basta con la narración cronológica de dicho desafío
apegada a la crítica del documento para “inaugurar” la historia?
Desde la perspectiva de esta tesis no es suficiente, debido a que el
conocimiento fenomenológico sólo muestra un nivel externo de la realidad
histórica sujeta a conocimiento;
El conocimiento de la realidad histórica es un proceso de asimilación teórica o crítica, de interpretación y valoración de los hechos; en ese proceso es imprescindible para el conocimiento objetivo de los hechos la actividad del hombre, del científico (…) el método científico es el medio
gracias al cual se descifran los hechos (…)23
Esto se asimila a la frase de Marx, la cual sostiene que toda ciencia estaría
de más si la forma de manifestarse las cosas y la esencia de estas coincidiesen
directamente, lo que remite a las problemáticas principales de esta investigación,
como expondremos más adelante en este capítulo; o sea, la falsa conciencia de
22
Karel Kosík, Dialéctica de lo concreto, Grijalbo, México, 1967, pp. 67-68. 23
Ibíd., p. 67.
31
los hombres respecto a los sucesos históricos presentes o pasados, en otras
palabras el problema de la ideología, las representaciones y la hegemonía. Sobre
esto insiste Kosík;
El historiador que considere la falsa conciencia como un fenómeno accesorio o casual, o que la elimine como una mentira o falsedad que nada tiene que ver con la historia, tergiversará la historia misma. Mientras que la Ilustración elimina de la historia la falsa conciencia, y presenta la historia de esa conciencia como una historia de los errores que no se habrían cometido si los hombres hubiesen sido más perspicaces y los soberanos más sabios, la ideología romántica, por el contrario, considera verdadera la falsa conciencia, porque sólo ella ha tenido eficacia, efecto e influencia
práctica, y por tanto, sólo ella es la realidad histórica.24
En este mismo sentido, se dirá que la realidad –la cosa misma, en el
discurso filosófico de Kosík- presente como pasada, no se manifiesta
inmediatamente al conocimiento humano. Para captarla hay que hacer un rodeo.
Por ello el pensamiento dialéctico distingue entre representación y concepto de las
cosas (objeto, hecho, práctica, realidad), y estas no deben considerarse solamente
como problemas epistemológicos o académicos, sino como dos cualidades de la
praxis humana, o lo que es lo mismo, de la historia de las sociedades humanas;
En la relación práctica-utilitaria con las cosas, en la cual la realidad se manifiesta como un mundo de medios, fines, instrumentos, exigencias y esfuerzos para satisfacerla, el individuo “en situación” se crea sus propias representaciones de las cosas y elabora todo un sistema correlativo de conceptos con el que capta y fija el aspecto fenoménico de la realidad. Sin embargo la “existencia real” y las formas fenoménicas de la realidad –que se reproducen inmediatamente en la mente de quienes despliegan una praxis histórica determinada, como conjunto de representaciones o categorías del “pensamiento ordinario” que sólo por un hábito bárbaro se consideran conceptos- son distintas y con frecuencia absolutamente contradictorias respecto de la ley del fenómeno, de la estructura de la cosa,
o del núcleo interno esencial y su concepto correspondiente.25
Es por esto que Kosík nos invita a considerar el conjunto de los fenómenos
que llenan la atmósfera común de la vida humana, y que con su regularidad,
inmediatez y evidencia penetra en la conciencia de los individuos asumiendo un
24
Karel Kosík, Dialéctica…op. cit., p. 68. 25
Ibíd., pp. 25-26.
32
aspecto independiente y natural, formando el mundo de la pseudoconcreción. A él
pertenecen: El mundo de los fenómenos externos, que se desarrollan en la
superficie de los procesos realmente esenciales; El mundo del traficar y el
manipular, es decir, de la praxis fetichizada de los hombres que no coincide con la
praxis crítica y revolucionaria de la humanidad; El mundo de las representaciones
comunes, que son una proyección de los fenómenos externos en la conciencia de
los hombres, producto de la práctica fetichizada y forma ideológica de su
movimiento; El mundo de los objetos fijados, que dan la impresión de ser
condiciones naturales, y no son inmediatamente reconocidos como resultado de la
actividad social de los hombres.
Entonces, Esta tesis sostiene que la hegemonía como proceso de extensión
y aceptación inconsciente de los intereses políticos, económicos y culturales de un
grupo humano dominante sobre otros grupos humanos subalternos, es parte del
llamado mundo de la pseudoconcreción distinguido por el pensamiento filosófico
de Kosík.
Veremos ahora, las formas en que entenderemos la hegemonía como
concepto útil en el estudio de las sociedades humanas durante el siglo XX, y como
se ha manifestado algunas de sus características en la historia del pensamiento
humano.
1.3. Antecedentes históricos del concepto de Hegemonía.
Las sociedades y cultura aristocrática-esclavista de la antigua Grecia, lograron por
medio de la reflexión filosófica una serie de ideas y conceptos sobre el
funcionamiento real de la polis, así como su deber ser. Uno de esos conceptos es
el de persuasión, que la Escuela Sofista utiliza y crea como práctica de la areté
política,26 como una forma de establecer los acuerdos sociales entre la clase
dirigente y el pueblo, estabilizando de esta forma las relaciones económicas y de
clase.
26
Según Aristóteles Areté es un término relativo nunca absoluto, que hace referencia a la virtud, eficacia de alguna cosa, o acción. En este caso la política. En el siglo V a. c. los sofistas se decían maestros ambulantes de la areté del orador público y de la política. William K. C. Guthrie, Los filósofos griegos, FCE, México, 1987, p. 14.
33
Los sofistas27 afirmaban que la areté política implica el lograr mediante el
discurso racional, que una cosa no solo sea justa sino que también lo parezca.
Para ello, los sofistas buscan la persuasión en sus discípulos ya que cuando uno
está persuadido de que tal cosa es lo mejor para la polis, serán más fácil el
persuadir también a los demás. Protágoras afirmaba que el sabio –hombre
superior en virtud- es quien logra imponer de modo persuasivo las mejores ideas
para el gobierno de la ciudad.
Esta idea de la persuasión, nos puede servir para conocer una de las
formas matrices que las sociedades europeas occidentales, herederas directas de
la cultura helénica implementan para justificar la dominación de las ideas e
intereses del grupo gobernante y su diseminación a los grupos dominados.
Para extender a sociedades más cercanas en tiempo y espacio la idea de
persuasión, evocaremos al modelo de análisis de la sociedad industrial capitalista
moderna creado a fines del siglo XIX, por el economista y sociólogo
estadounidense Thorstein Veblen. En su teoría sobre la clase ociosa, señala John
Patrick Diggins, se destaca un aspecto a considerar sobre la emulación social que
se acerca al posterior desarrollo del concepto gramsciano de hegemonía, aunque
lo desarrolla como un concepto sociológico, no revolucionario, como lo pensó el
politólogo italiano. Así, para Veblen, una forma esencial del control no coercitivo
de una clase sobre otra, se explica por lo que llama emulación;
Al tratar las ideas culturales reinantes como los fundamentos inconscientes de la vida social, Veblen estaba anticipando un tema que descubriría después Antonio Gramsci: el fenómeno de la hegemonía. El problema de la hegemonía reside en explicar cómo toda una sociedad llega a estar dominada por los valores de una parte, y por qué el hombre consciente así que lo dominen otros, fenómeno que resulta especialmente desconcertante porque significa el sometimiento del hombre ante las ideas y no ante el
27
Aunque reconocida como escuela, los sofistas (Protágoras, Gorgias, Hipias, Pródico, Trasímaco, Critias y Calicles) no tenía una identidad única. Así, lo que a Gorgias le interesaba del lenguaje era su capacidad para influir en el alma provocando sentimientos y haciendo cambiar las opiniones. La palabra es capaz de persuadir y de engañar. Y si Protágoras contraponía aún la persuasión a la violencia, Gorgias interpreta el poder de la palabra como una forma de violencia ante la cual están indefensos quienes son arrebatados por ella. Tomás Calvo Martínez, De los sofistas a Platón: política y pensamiento, 1995, p. 96.
34
poder y la coerción. En suma, si por la fuerza no, ¿cómo se legitima la clase dominante?.28
La respuesta a esta pregunta, continua Diggins, Veblen la encuentra en un
razonamiento sociológico sobre el fenómeno de la influencia, la capacidad para
persuadir mediante la tendencia a la emulación. El fenómeno del poder, la
capacidad para mandar por miedo a la violencia, cede su lugar a este espejo
social invertido. Según este análisis de los determinantes sociales del
comportamiento económico, la imitación funciona para la clase dominante, como
un amortiguador de los efectos de la alienación y la explotación en un sistema de
dominación, con lo cual integra al trabajador, al nativo, al subalterno a la cultura
del capitalismo.
En este mismo camino de ubicar algunos antecedentes del concepto
gramsciano, recordaremos que comprender las raíces materiales de las ideas de
los seres humanos, superar los obstáculos epistemológicos que los prejuicios
tendían a la realidad, desenmascarar el rostro verdadero tras la mascarada de los
Ídolos, fueron fundamentales para explicar la influencia que la iglesia mediante el
discurso religioso y posteriormente escolástico, tuvo en la interpretación de la
realidad individual, social y cósmica del Medioevo europeo.
Así, en 1602, el empirista inglés Francis Bacon desarrolla la teoría de los
Ídola en su libro Novum Organum. Como hombre de espíritu científico, advierte en
este texto filosófico a los hombres y mujeres de su tiempo, sobre los obstáculos
epistemológicos que se oponen al conocimiento de la naturaleza y sus problemas;
Los ídolos y las nociones falsas que han invadido ya la humana inteligencia, echando en ella hondas raíces, ocupan la inteligencia de tal suerte, que la verdad sólo puede encontrar a ella difícil acceso; y no sólo esto: sino que, obtenido el acceso, esas falsas nociones, concurrirán a la restauración de las ciencias, y suscitarán a dicha obra obstáculos mil, a menos que, prevenidos los hombres, se pongan en guardia contra ellos, en los límites de lo posible.29
28
John Patrick Diggins, Thorstein Veblen; teórico de la clase ociosa, FCE, México, 2003, p. 222. 29
Francis Bacon, Novum Organum, Libro primero; aforismo sobre la interpretación de la naturaleza y el reino del hombre, versión digitalizada (pdf), España, 1903.
35
El desenmascarar a los ídolos y las formas en que se manifiestan
contribuirían a la interpretación de la naturaleza fuera de las nociones de divinidad
propias del mundo escolástico. Sin embargo y a diferencia de lo que
posteriormente haría Marx, el barón Francis Bacón fue incapaz de identificar las
formas materiales que producían a los Idolas, es por ello que su teoría era
idealista al pensarlos como entidades metafísicas que el ser humano creaba en su
razonamiento desviado;
Los ídolos de la tribu tienen su fundamento en la misma naturaleza del hombre, y en la tribu o el género humano. Se afirma erróneamente que el sentido humano es la medida de las cosas; muy al contrario, todas las percepciones, tanto de los sentidos como del espíritu, tienen más relación con nosotros que con la naturaleza. El entendimiento humano es con respecto a las cosas, como un espejo infiel, que, recibiendo sus rayos, mezcla su propia naturaleza a la de ellos, y de esta suerte los desvía y corrompe.30
Según Bacon, los Ídolas funcionaban como nociones del sentido común,
como prejuicios o como parte del inconsciente individual y colectivo; eran, pues,
generados por la pasión y la ignorancia humana;
El espíritu humano, una vez que lo han reducido ciertas ideas, ya sea por su encanto, ya por el imperio de la tradición y de la fe que se les presta, se ve obligado a ceder a esas ideas poniéndose de acuerdo con ellas; y aunque las pruebas que desmienten esas ideas sean muy numerosas y concluyentes, el espíritu o las olvida, o las desprecia, o por una distinción las aparta y rechaza, no sin grave daño; pero preciso le es conservar
incólume toda la autoridad de sus queridos prejuicios.31
Estas preguntas y sus respuestas posibles fueron planteadas por
pensamientos renacentistas en un contexto social e histórico particular, como lo
fue la llamada Edad Media europea, el llamad Antiguo Régimen en aquellas
sociedades. Con lo anterior queremos afirmar de nuevo que la problemática de la
hegemonía que Gramsci resumen en las primeras décadas del siglo XX, no es por
tanto un tema exclusivamente de ciencia política o de revolucionarios comunistas.
30
Ibíd. 31
Ibíd.
36
De vuelta al siglo XIX, Carlos Marx, testigo, juez y parte de la modernidad
europea, libró una de sus más célebres batallas en el terreno de la filosofía contra
esa nube de palabras que impedía observar de manera directa la realidad de la
Alemania de antaño; esa deconstrucción y posterior negación del pensamiento
alemán idealista en que se formó el Joven Marx, se resumen en un texto clave
para comprender esta problemática en un momento histórico determinado; La
ideología Alemana.32 Como en muchos otros casos, Marx no ofrece una definición
de Ideología, no es necesario ya que en el desarrollo del mismo texto nos ofrece
una serie de ejemplos y observación para comprender como se manifiesta ese
concepto en la realidad social y reflexiva de su tiempo.
Como indica el venezolano Ludovico Silva,33 será con Marx peor después
de publicada dicha obra en el año de 1932, cuando se identifique al concepto de
Ideología como una falsa conciencia, como la punta de lanza reflexiva entre la
realidad y su representación en el pensamiento de los humanos.
Sin embargo, este “desdoblamiento del mundo”, Marx lo continúa en gran
parte de la crítica hecha por Ludwing Feuerbach a la religión cristiana, registrado
en el manuscrito conocido como Tesis sobre Feuerbach,34 donde se esboza
sintéticamente la crítica al materialismo contemplativo que precede al dialéctico-
científico creado por el mismo Marx y Engels. En la cuarta Tesis se expone la
esencia de su concepción de la Ideología, al criticar la negación feuerbachiana de
la idea de dios y la religión;
Feuerbach arranca de la autoenajenación religiosa, del desdoblamiento del mundo en un mundo religioso, imaginario y otro real. Su cometido consiste en disolver el mundo religioso, reduciéndolo a su base terrenal. No advierte, que después de realizada esta labor, queda por hacer lo principal. En efecto, el que la base real se separe de sí misma y se plasme en las
32
Carlos Marx, Federico Engels, La Ideología Alemana…op. cit., p.15. 33
Armando Cassigoli, Carlos Villagrán, La ideología en los textos; antología I, Marcha, México, 1982. 34
Marx escribe Sobre Feuerbach -título original de las hojas que contenían las ahora llamadas Tesis- en 1845, como mucha de su obra no fueron creadas con el afán de exponerlas públicamente, sino más bien eran registro de sus reflexiones sobre temas diversos. Pero en 1888 Engels las publica, señalando en el prefacio al libro Ludwing Feuerbach, que ellas representan el primer documento donde se muestran las raíces de la nueva concepción del mundo propuesta por el socialismo científico.
37
nubes como reino independiente, sólo puede explicarse por el propio desgarramiento y la contradicción de esta base terrenal consigo misma. Por lo tanto, lo primero que hay que hacer es comprender esta en su contradicción y luego revolucionarla prácticamente eliminando la contradicción. Por consiguiente, después de descubrir y ver en la familia terrenal el secreto de la familia sagrada hay que criticar teóricamente y
revolucionar prácticamente aquella.35
Ahora pasaremos a considerar los alcances y lecturas propuestos para
nuestro concepto de hegemonía, según las teorizaciones del italiano Antonio
Gramsci así como el uso que posteriormente le da la historiografía moderna
inglesa en la segunda mitad del siglo XX.
1.4. Antonio Gramsci y las dimensiones sociales de la Hegemonía.
En las antípodas del análisis de las sociedades y desarrollando las ideas
revolucionarias de Marx sobre la enajenación, la superestructura ideológica, la
conciencia de la clase, y de Lenin principalmente, la dictadura del proletariado, el
marxista italiano Antonio Gramsci puso el acento en la importancia de las
cuestiones ideológicas en la construcción de la dominación de una clase sobre
otra, esto es, dirigió la atención desde las contradicciones económicas, y en la
lucha por la toma del poder político de forma directa hacia el problema cultural de
por qué medios y formas la clase capitalista dirigente logra que sus intereses sean
aceptados como interés de toda la sociedad.
Así, toda su obra está enfocada a entender por qué la Revolución socialista
no prende en la conciencia y las acciones de los hombres y mujeres proletarios
italianos primeramente, y posteriormente del mundo. A Gramsci poco le importaba
la ciencia social, la historia académica, la investigación social, la filosofía o la
moderna politología.
Por tanto, no daré una aplicación en Gramsci basada en interpretaciones
flexibles y concretas, modelos, definición conceptual o metodología del propio
Gramsci sobre el estudio del concepto de hegemonía, porque el autor nunca llegó
35
Carlos Marx, Tesis sobre Feuerbach, en Carlos Marx, Federico Engels, Obras escogidas; tomo I, Progreso, URSS, 1980, p. 8.
38
a hacerlo; murió siete días después de salir de prisión provisional en una clínica
italiana donde convalecía en 1937.
En principio diremos que la palabra hegemonía ha tenido una connotación
militar. La hegemonía alude al predominio y liderazgo del hegemon, del conductor
o guía militar, del que va a la cabeza. Y, por extensión, se suele identificar la
hegemonía con el primado de un estado sobre otros en las relaciones
internacionales o con la dominación de una clase o grupo social sobre otros en el
interior de las naciones.
Habitualmente se habla de la hegemonía militar de una nación en tal o cual
período histórico, de la hegemonía (en sentido amplio) de los Estados Unidos de
Norteamérica en el actual concierto de las naciones, de la hegemonía de la
burguesía en el capitalismo o de la hegemonía de tal o cual partido político a tenor
de los resultados electorales en las democracias representativas, e incluso de la
hegemonía de un equipo de futbol sobre los demás de su país en un lapso de
tiempo determinado.
Todos estos usos de la palabra hegemonía connotan la idea de
superioridad material sobre otros: primacía, primado, preeminencia o dominio.
Este uso del término conlleva inevitablemente la idea de poder-dominio, en
primera instancia política, en última instancia militar, aunque no siempre y
necesariamente militar;
La hegemonía en Gramsci tiene muchas formas y niveles. Describe el movimiento de lo económico-corporativo a lo político; de lo particular a lo universal, ejemplificado por Gramsci en su contraste entre lo particular, como entendía Guicciardini, y la voluntad colectiva encarnada en el nuevo príncipe de Maquiavelo. Hegemonía también significa la formación
progresiva de alianzas centradas alrededor de un grupo social dado.36
Ahora bien, considerando otras propuestas de especialistas en el
pensamiento de Gramsci, el argentino Nestor Kohan señala que el problema de la
hegemonía surge al considerar que el advenimiento de la revolución socialista no
36
Benedetto Fontana, El problema del sujeto histórico: Hegemonía y Política en Gramsci, en Dora Kanoussi (comp.), Los estudios gramscianos hoy, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla/International Gramsci Society/ Plaza y Valdés, México, 1998, p. 61.
39
se daría sólo a partir de condiciones económicas dadas, sino que era necesario
que con ellas se diera un cambio moral y cultural del proletariado. Entonces la
hegemonía se piensa como un proceso de dominación no violento que solo puede
ser elaborada por acción de la burguesía como clase fundamental en el sistema
capitalista. Esta hegemonía se presenta bajo la forma de un sistema, en el cual el
vértice lo ocupa la filosofía y se articula hacia los sectores populares por medio del
sentido común y la cultura popular. Estos tres ámbitos del sistema hegemónico
son campo de debate y confrontación entre el campo dominante y los sectores
populares;
La hegemonía es un proceso que expresa la conciencia y los valores organizados prácticamente por significados específicos y dominantes en un proceso social vivido de manera contradictoria, incompleta y hasta muchas veces difusa. En una palabra, la hegemonía de un grupo social equivale a la cultura que ese grupo logró generalizar para otros segmentos sociales. La hegemonía es idéntica a la cultura pero es algo más que la cultura porque además incluye necesariamente una distribución específica de poder, jerarquía y de influencia.37
Teniendo estas interpretaciones de especialistas en el pensamiento de
Gramsci y sobre todo en el problema de la hegemonía, expondremos algunas de
las ideas del italiano contenidas en las cientos de hojas de Los Cuadernos de la
Cárcel,38 donde se muestran las nociones principales para comprender el uso
teórico y práctico dicho concepto, y poder convertirlo para nuestro fines en objeto
de estudio para una sociedad histórica determinada.
En el análisis de la sociedad capitalista después de la depresión económica
de 1929, Gramsci nos muestra como la hegemonía se relaciona con un grupo o
clase que detenta la violencia directa y a la vez dirige a la sociedad por medio de
la ideología, o sea, defiende su posición de poder de dos formas;
37
Néstor Kohan, Gramsci y Marx: Hegemonía y poder en la teoria marxista, Cátedra Libre Antonio Gramsci, Universidad de Buenos Aires, 2003, En internet, http://www.amauta.lahaine.org 38
Los 32 Cuadernos de cárcel, de complejas 2.848 páginas, no fueron destinadas para ser publicadas, contienen reflexiones y apuntes elaborados durante su reclusión, iniciados el 8 de febrero de 1929, fueron definitivamente interrumpidas en agosto de 1935 a causa de la gravedad de su salud. Fueron enumerados, sin tener en cuenta su cronología, por su cuñada Tatiana Schucht que, junto con Piero Sraffa, logró sustraerlos de las inspecciones policíacas y entregarlas al banquero Raffaele Mattioli, secreto financiador de las redacciones de Gramsci, el cual las confió en Moscú a Palmiro Togliatti y a los otros dirigentes comunistas italianos.
40
El aspecto de la crisis moderna que es lamentado como “oleada de materialismo” está vinculado a los que se llama “crisis de identidad”. Si la clase dominante ha perdido el consenso, o sea, si no es ya “dirigente”, sino únicamente “dominante”, detentora de la pura fuerza coercitiva, esto significa precisamente que las grandes masas se han apartado de las
ideologías tradicionales, no creen ya en lo que antes creían, etcétera.39
Según lo anterior, dirigencia, consenso, dominación, ideología, son
categorías que se contienen en el concepto de Hegemonía. Al realizarla la clase -o
grupo dominante dentro de una clase- lograr extender su ideología hacia los
demás grupos y clases sociales, esto es, crea un consenso sobre su necesidad de
gobernar-dirigir, y como esto lo hace en representación y para el bien común,
aunque en realidad esto no sea cierto.
Esto también representa una distinción en cuanto la dominación directa, ya
sea por parte del aparato judicial –policía, hasta militares- como del legislativo –
por medio de leyes-.
Por otra parte, un ejemplo de cómo se organiza la estructura ideológica de
una clase dominante , o sea las instituciones y medios objetivos que justifiquen,
mantengan, defiendan y desarrollen una percepción social –un frente teórico e
ideológico, diría Gramsci- que venga a sustentar la hegemonía en una sociedad,
se encuentra en los periódicos;
La parte más importante y más dinámica de éste es la prensa en general: casas editoras (que tienen un programa implícito y explícito y que se apoyan en una determinada corriente), periódicos políticos, revistas de todo género, científicas, literarias, filológicas, de divulgación, etcétera, periódicos diversos hasta los boletines parroquiales (…) la prensa es la parte más dinámica de esta estructura ideológica, pero no la única: todo aquello que influye o puede influir en la opinión pública directa o indirectamente le pertenece: las bibliotecas, las escuelas, los círculos y clubes de distinto tipo, hasta la arquitectura, la disposición de las calles y los nombres de éstas. No se explicaría la posición conservada por la Iglesia en la sociedad moderna, si no se conocieran los esfuerzos prolongados y pacientes que realiza para desarrollar continuamente su sección particular de esta estructura material de la ideología. Semejante estudio, hecho seriamente, tendría cierta importancia: además de dar un modelo viviente de tal estructura, habituaría a un cálculo más cauto y exacto de las fuerzas actuales de la sociedad. ¿Qué puede oponerse, por parte de una clase
39
Antonio Gramsci, Cuadernos de la Cárcel (Edición crítica del Instituto Gramsci a cargo de Valentino Gerratana: trad. Ana María Palos), ERA-BUAP, México, 1999, p. 37.
41
innovadora, a este complejo formidable de trincheras y fortificaciones de la clase dominante? 40
Además de su relación con la ideología, Gramsci desprendía en no pocas
ocasiones la vinculación de la hegemonía con la idea de superestructura. Esto
sucede en la nota titulada Rotary Club y Masonería, en donde refiere el modelo
fordista aplicado en los Estados Unidos antes de la crisis del 29, donde los altos
salarios pagados a los trabajadores servían como formas de control y de
adaptación al nuevo tipo de vida industrial capitalista, estando por ello poco
desarrolladas otras formas de consenso que tuvieran su origen en la
superestructura;
En América, la racionalización ha determinado la necesidad de elaborar un nuevo tipo humano, conforme al nuevo tipo de trabajo y de proceso productivo: hasta ahora esa elaboración está sólo en la fase inicial y por ello (aparentemente) idílica. Es aún la fase de adaptación psicofísica a la nueva estructura industrial, buscada a través de los altos salarios; no se verificó todavía (antes de la crisis de 1929), salvo esporádicamente quizás, ningún florecimiento "superestructural"; vale decir, no está planteada aún la cuestión fundamental de la hegemonía.41
Entonces, si por el concepto de superestructura entendemos de manera
general, el mundo simbólico, el sistema cultural, o la simple y llana idea de cultura,
las últimas líneas de esta cita nos refieren a que el problema de la hegemonía
florece justamente en ese nivel de la experiencia humana.
Otra forma en que Gramsci piensa las relaciones hegemónicas se
presentan en una de las anotaciones iniciales a lo que se conoce como su estudio
crítico a la filosofía de Benedetto Croce, donde sugiere que estas son de carácter
activo, o sea, establecen vínculos recíprocos entre los grupos dominantes y
subalternos en cualquier nivel de interacción social. Esto lo señala tomando como
ejemplo las teorías y prácticas pedagógicas modernas, donde el alumno y el
maestro a la vez que enseñan aprenden y viceversa.
40
Antonio Gramsci, Cuadernos de la Cárcel…op. cit., p. 55. 41
Antonio Gramsci, Notas sobre Maquiavelo, sobre Política y el Estado Moderno, En el portal web de la Cátedra Gramsci de la Escuela de cuadros del Partido Comunista Argentino (www.gramsci.org.ar) 2005.
42
De igual forma, ahí deja en evidencia que su concepción y aplicación del
concepto de hegemonía no se limitan a grupos humanos o a clases sociales, sino
que se extiende hasta las relaciones entre países y civilizaciones;
(…) Pero la relación pedagógica no puede ser reducida a relaciones específicamente "escolares" por las cuales las nuevas generaciones entren en contacto con las viejas y aprehendan sus experiencias y valores históricamente necesarios, "madurando" y desarrollando una personalidad propia, histórica y culturalmente superior. Esta relación existe en toda la sociedad en su conjunto y existe para cada individuo respecto de los otros individuos; entre capas intelectuales y no intelectuales; entre gobernantes y gobernados; entre élites y adherentes; entre dirigentes y dirigidos; entre vanguardias y cuerpos de ejército. Cada relación de "hegemonía" es necesariamente una relación pedagógica y se verifica no sólo en el interior de una nación, entre las diversas fuerzas que la componen, sino en todo el campo internacional, entre complejos de civilizaciones nacionales y continentales.42
Pero sin duda, en su teoría del análisis político es en donde se relaciona y
se identifica más el concepto de hegemonía en su obra. Encontramos en las notas
que Gramsci dedica para exponer la metodología para hacer el análisis de las
situaciones y las correlaciones de fuerzas, un modelo explicativo donde distingue
momento o grados en que se manifiestan las mismas. Estos niveles de
observación permiten a su vez, diferenciar entre estructura material objetiva y
superestructura que en Gramsci forman el Bloque Histórico.43
Estos niveles son tres y se relacionan totalmente, se interpenetran y se
extienden a niveles nacionales o internacionales; correlaciones de fuerzas
sociales, políticas y militares. Siendo el segundo nivel, de las correlaciones
políticas, donde se genera la hegemonía de un grupo dominante sobre los grupos
subalternos;
Un momento ulterior es la correlación de las fuerzas políticas, esto es: la estimación del grado de homogeneidad, de autoconciencia y de organización alcanzado por los varios grupos sociales. Este momento puede analizarse a su vez distinguiendo en él varios grados que
42
Antonio Gramsci, El materialismo histórico y la filosofía de Benedetto Croce, Cátedra Gramsci de la Escuela de cuadros del Partido Comunista Argentino, versión electrónica: www.gramsci.org.ar 43
Hay que recordar que Gramsci ubica la ideología en la superestructura y a su vez distingue en la misma una estructura material propia, es por ello que utiliza el sentido plural en su conceptualización, o sea, superestructuras.
43
corresponden a los diversos momentos de la conciencia política colectiva tal como se han manifestado hasta ahora en la historia. El primero y más elemental es el económico-corporativo: un comerciante siente que debe ser solidario con otro comerciante, un fabricante con otro fabricante, etc., pero el comerciante no se siente aún solidario con el fabricante; o sea: se siente la unidad homogénea y el deber de organizarla, la unidad del grupo profesional, pero todavía no la del grupo social más amplio. Un segundo momento es aquel en el cual se conquista la conciencia de la solidaridad de intereses de todos los miembros del grupo social, pero todavía en el terreno meramente económico. Ya en este momento se plantea la cuestión del Estado, pero sólo en el sentido de aspirar a conseguir una igualdad jurídico-política con los grupos dominantes (…) Un tercer momento es aquel en el cual se llega a la conciencia de que los mismos intereses corporativos propios, en su desarrollo actual y futuro, superan el ambiente corporativo, de grupo meramente económico, y pueden y deben convertirse en los intereses de otros grupos subordinados. Esta es la fase más estrictamente política, la cual indica el paso claro de la estructura a la esfera de las superestructuras complejas; es la fase en la cual las ideologías antes germinadas se hacen "partido", chocan y entran en lucha, hasta que una sola de ellas, o, por lo menos, una sola combinación de ellas, tiende a prevalecer, a imponerse, a difundirse por toda el área social, determinando, además de la unidad de los fines económicos y políticos, también la unidad intelectual y moral, planteando todas las cuestiones en torno a las cuales hierve la lucha no ya en un plano corporativo, sino en un plano "universal", y creando así la hegemonía de un grupo social fundamental sobre una serie de grupos subordinados.44
Este es para Gramsci el proceso de formación de la hegemonía para el
análisis político, o sea, considerando la existencia de un sistema social y político
estructurado, con partidos, actividades económicas, clases sociales, etc. En el
tiempo y el espacio de nuestra investigación, o sea, en el Mazatlán decimonónico,
esas condiciones sociales no existen, sin embargo, nos es muy útil lo expuesto por
Gramsci porque muestra dos factores previos a toda conformación de la
hegemonía; la existencia de un grupo social solidario y las tres dimensiones -
económica, política y filosófica-cultural- necesarias para concretar la hegemonía.
El grupo deberá ser homogéneo, autoconsciente y organizado, para estar
preparado primeramente para defender sus intereses primarios económicos,
llevándolos después a segundo nivel político-corporativo que implica extenderlo a
los otros grupos sociales. Es entonces cuando la unidad cultural, filosófica, moral,
otorga el nivel de aceptación general a los intereses de ese grupo o clase, o sea,
44
Ibíd.
44
se vuelven universales las interpretaciones del mundo –los símbolos, la cultura-
que justifican su poder o superioridad, y como dice Gramsci en la última línea de la
cita anterior: creado así la hegemonía de un grupo social fundamental sobre una
serie de grupos subordinados.
Por tanto, Gramsci nos dice que la hegemonía no es económica o política
solamente, sino también cultural-filosófica-moral. Cualquier grupo humano que
pretenda dominar, sin esclavitud, sin uso de la fuerza policial o militar, a otros
grupos humanos para salvaguardar sus intereses debe considerar las tres
dimensiones que forman la hegemonía.
Ahora veremos cómo estos usos del concepto de hegemonía en su creador
original Gramsci, han sido utilizados para el análisis histórico concreto por los
historiadores marxistas en la segunda mitad del siglo XX, en las prácticas
simbólicas que establecen el poder y autoridad de una clase sobre otras, y como
se manifiesta por medio de los símbolos socialmente compartidos.
1.5. La hegemonía y sus usos en la historia sociocultural.
En la segunda mitad del siglo XX, la historia social inglesa de raíz marxista rescata
y redefine la idea de Hegemonía en E.P. Thompson, la cual desarrolla después
de terminada su obra cumbre sobre la formación de la clase obrera en Inglaterra
en el siglo XIX. Esta surge del desarrollo siguiente de ese trabajo que, contrario a
lo que se pueda creer, no va hacia un periodo posterior de la experiencia social de
esa clase obrera, sino en las bases que la formaron en el siglo XVIII.
En esta sociedad en donde la lucha de clases es vigente, pero la conciencia
e identidad de clase no, siguiendo a Thompson, la tensión social era entre
patricios (nobleza) y plebeyos (trabajadores pobres), tensión en la clase
dominante creó un orden hegemónico para reproducir el orden social y
sobreponerse a las continuar revueltas sociales. Así, el autor entendía la
Hegemonía no en términos de consenso social;
(…) la hegemonía no conlleva aceptación alguna de un paternalismo de la baja nobleza por parte de los pobres, ni según en los términos de aquella ni en los de su propia imagen… (la hegemonía) no impide el resentimiento o
45
incluso los actos subrépticos de protesta o venganza pero evita la rebelión declarada… (para la nobleza) la insubordinación de los pobres era un estorbo, no una amenaza. El estado de la política y de la arquitectura, la retórica de la nobleza y sus artes decorativas, todo parecía proclamar la estabilidad, confianza en sí mismo, habilidad para superar las amenazas a su hegemonía… (así) las estructuras más amplias de poder y autoridad, y las relaciones con estas se consideraban tan inevitables e irreversibles como la tierra y el cielo.45
Las formas de realizar la hegemonía así como sus procesos y relaciones en
esta sociedad, se daban de forma súbita pero efectiva más allá de la política y la
ley, cuya actividad cotidiana administraban. Thompson las asimila con la metáfora
del teatro público, según Harvey J. Kaye. En este escenario la nobleza alejada del
mundo real inmediato, neutralizaba la rebelión general que desestabilizara al
sistema por medio de una serie de acciones económicas a favor de la plebe, que
dignificara su imagen, su magnanimidad y su utilización social y generosa de su
insultante riqueza;
Su representación no dependía de actuaciones diarias ni regulares, sino de intervenciones dramáticas ocasionales; el buey asado, los premios ofrecidos por alguna carrera u otro deporte, la donación generosa para la caridad en tiempos de escases.46
Eugene Genovese reafirma este mantenimiento de las relaciones sociales
asimétricas que estabilizaban los privilegios y la dominación de la nobleza sobre el
pueblo llano, en su investigación sobre la relación entre amos y esclavos,
hermanándole un poco más con la concepción gramcisana delineada
anteriormente;
(…) la hegemonía supone lucha de clases y no tiene sentido separarla de ella…no tiene nada en común con la historia del consenso y representa su antítesis, una manera de definir la resignación histórica de la lucha de clases durante las épocas de aparente tranquilidad social.47
Cerrando esta idea, volveremos con Gramsci para identificar la relación que
el autor italiano nos propone -y que nos servirá para justificar tanto el interés por el
45
Harvey J. Kaye, Los historiadores marxistas británicos, Prensa universitaria de Zaragoza, España, 1989, pp. 180-181. 46
Ibíd., p. 182. 47
Ibíd., p. 180.
46
concepto de clase social, y de élites- entre clase hegemónica y subalternas. Las
clases sociales, dominadas o subordinadas, --como él dice-- participan de una
concepción del mundo que les es impuesta por las clases dominantes. Y la
ideología de las clases dominantes corresponde a su función histórica y no a los
intereses y a la función histórica --todavía inconsciente-- de las clases dominadas:
He aquí pues la ideología de las clases, o de la clase dominante influyendo sobre las clases subordinadas, obrera y campesina, por varios canales, a través de los cuales la clase dominante construye su propia influencia espiritual, su capacidad de plasmar la conciencia de toda la colectividad, su hegemonía”.48
Entre estos medios de influencia hegemónica que se desprenden del
análisis gramsciano, se destacan la escuela, la religión, la iglesia, el servicio militar
así como;
(…) los periódicos locales, a los pequeños episodios de la cultura local, a todas la manifestaciones del folclor… Gramsci concede atención al cinematógrafo, que aún no estaba muy adelantado en su tiempo. Cuando en la cárcel tiene noticias del cine sonoro, inmediatamente se da cuenta de la importancia que puede asumir. Dedica atención a la radio que entonces tenía pocos años de vida, así como a las novelas de folletín.49
Otro aporte de la historiografía contemporánea al uso y comprensión de la
hegemonía, lo ofrece Florencia E.Mallón, en su investigación sobre los procesos
hegemónicos en la sierra de Puebla en 1910, donde propone pensarla como un
proceso que tiene un punto culmínate de concreción. Es por ello que en su trabajo
se remonta hacia algún punto en el siglo XI para poder comprender la hegemonía
en tiempos de la revolución en México. Para esto es necesario dice la autora,
estudiar históricamente las instituciones, partiendo del supuesto de que estás son
producto de confrontaciones y conflictos previos entre las clases, por lo tanto
tienen en su seno los sedimentos, las conclusiones, pactos, imposiciones de esas
luchas.
48
Luciano Gruppi, El concepto de Hegemonía en Gramsci, Ediciones de Cultura Popular, México, 1978, p. 21. 49
Ibíd.
47
Para estudiarlas es necesario entonces una arqueología política de las
instituciones, en el caso real de que las mismas ya se hallen inoperantes en el
presente, queden solo ruinas. Para ello la autora echa mano del concepto de
hegemonía, pero desde la siguiente perspectiva: Hegemonía son dos modos -
proceso y final-, dos momentos, distintos pero a la vez relacionados:
Según la primera la hegemonía es un conjunto de procesos incubados, constantes y en curso, a través de los cuales las relaciones de poder son debatidas, legitimadas y redefinidas en todos los niveles de la sociedad…hegemonía es proceso hegemónico: puede existir y existe en todas partes y en todo momento. De acuerdo con la segunda, la hegemonía es un punto final real: el resultado de un proceso hegemónico. Se llega a un equilibrio siempre dinámico o precario, un contrato o acuerdo entre fuerzas disputantes. Quienes se hacen con el poder rigen, entonces, a través de una combinación entre coerción y consentimiento.50
De esto se puede interpretar que la hegemonía como resultado final del
proceso hegemónico previo, sólo es posible cuando los líderes de un movimiento,
una coalición, una clase (en mi caso los inmigrantes extranjeros), etc., reúnen de
manera efectiva legitimidad y apoyo duradero por parte de las clases sociales,
esto es cuando ejercen el poder, se convierten en clase dominante. Es entonces
cuando se construyen y se hacen sólidas las instituciones de ese periodo. La
autora también sostiene que la hegemonía debe estudiarse para comprenderse en
totalidad en tres niveles: local, regional, nacional.
Otra obra fundamental -sin dudarlo la mejor para los fines de esta tesis- en
este camino de utilizar el concepto de hegemonía gramsciana en las
investigaciones históricas, pertenece a James Scott quien propone una lectura de
la hegemonía a partir de los discursos de las clases sociales. En su libro Los
dominados y el arte de la resistencia, se da a la tarea de conocer cómo se
manifiestan las relaciones clase en un pueblo Malayo. Por medio de su
investigación encuentra, que las relaciones de poder y de clase, se muestran
también por medio del discurso público y privado de las clases subordinadas en
50
Florencia E. Mallón, Reflexiones sobre las ruinas: formas cotidianas de formación del estado en el México decimonónico, En Gilbert M. Joseph y Daniel Nugent (comp.), Aspectos cotidianos de la formación del Estado, Era, México, 2002, pp. 105-106.
48
una sociedad determinada, dejando a la luz las relaciones de poder, resistencia,
subordinación y hegemonía existentes.
Scott sostiene además que existen espacios creados por los subordinados
para expresar su descontento ante el discurso hegemónico y las relaciones de
poder establecidas. Estos pueden ser tabernas, festividades, reuniones, o se
puede expresar por medio de ritos, creencias en dioses que volverán, etc. En
estos momentos y lugares se puede conocer el discurso oculto, resistencia, de los
subordinados que se distingue del discurso público y hegemónico establecido y
que norma las relaciones de poder existentes entre las clases, así como del
discurso oculto de los dominadores que busca sustentar y justificar y legitimar su
prestigio, diferencia, y posición privilegiada ante los dominados.
En este orden de ideas, de discursos sociales, mejor dicho, distingue en las
relaciones de poder, el discurso público de los discursos ocultos de las clases
dominantes y dominadas. Sobre este dice lo siguiente, que nos permite identificar,
siempre a razón de nuestro objeto de estudio, otro elemento a considerar al
momento de estudiar la hegemonía así como una metodología para hacerlo. El
discurso público, dice;
(…) es el autorretrato de las élites dominantes donde éstas aparecen como quieren verse a sí mismas. Tomando en cuenta el conocido poder que tienen para imponer a los otros un modo de comportarse, el lenguaje del discurso público está definitivamente desequilibrado. Aunque no es probable que se trate sólo de una maraña de mentiras y deformaciones, sí es una construcción discursiva muy partidista y parcial. Está hecha para impresionar, para afirmar y naturalizar el poder de las élites dominantes, y para esconder o eufemizar la ropa sucia del ejercicio de su poder…No obstante, para que este halagador autorretrato tenga fuerza retórica entre los subordinados, es imprescindible hacer concesiones a los supuestos intereses de estos. Es decir los gobernantes que buscan alcanzar la hegemonía, en el sentido gramsciano del término, deben convencer ideológicamente a sus subordinados de que, hasta cierto, están gobernando en su nombre.51
51
James C. Scott, Los dominados y el arte de la resistencia, Era, México, 2000, p. 42.
49
Ahora desarrollaremos de manera general, una interpretación del concepto
de Cultura y como se puede expresar y estudiar en una sociedad dividida en
grupos o clases sociales.
1.6. Consideraciones sobre la Cultura de una sociedad determinada.
Adoptar una idea de lo que significa la cultura y lo que a ella pertenece, tanto
material como inmaterialmente para una sociedad determinada -en nuestro caso,
históricamente determinada- es tanto o más complejo que definir las formas de
comprenderla. En un primer acercamiento, pensamos, es necesario considerar la
idea desarrollara para la antropología cultural de Clifford Geertz, sobre la conducta
humana, pensada como acción simbólica dotada de significado, sentido y valor
para los sujetos que la realizan en un contexto determinado;
El concepto de cultura que propugno... es esencialmente un concepto semiótico. Creyendo con Max Weber que el hombre es un animal inserto en tramas de significación que él mismo ha tejido, considero que la cultura es esa urdimbre y que el análisis de la cultura ha de ser por lo tanto, no una ciencia experimental en busca de leyes, sino una ciencia interpretativa en busca de significaciones.52
De aquí surge nuestra primera certeza; la cultura es un cúmulo de signos y
significados heredados o creados que dan valores y sentido a la existencia
humana individual y colectiva. Si extendemos esta idea, diremos que la cultura es
un entramado de significados compartidos, que obtienen su connotación del
contexto geográfico, histórico y productivo en el que reproduce su existencia un
grupo humano. Estos valores, creencias, hábitos, prácticas, representaciones,
temores, certezas, etc., habitan en la mente de los individuos, en las instituciones,
discursos y paisaje social, creando una identidad cultural específica; esto es, la
cultura está tanto en la mente de los individuos como en el ambiente en que ellos
viven.
Otro referente que nos servirá para abordar de manera más compleja, lo
que realmente encierra el concepto de cultura la tomarnos de la obra del inglés
52
Clifford Geertz, Descripción densa: hacia una teoría interpretativa de la cultura, en interpretación de las Culturas, Gedisa, España, 1973, pp. 9-40.
50
Peter Burke. Su tesis propone la existencia de una cultura popular y por lo tanto de
otros tipos de cultura, entre ellas las élites y una cultura oficial. Aunque su
investigación se enfoca en las sociedades de la Europa moderna (1500-1800),
parte de un hecho histórico que se puede extrapolar a otros espacios y otros
tiempos sociales; la existencia de una clara estratificación social, así como
distintas formas de vida y de conocimiento, lo que permite observar distintos tipos
de culturas que interaccionan, negocian, dominan y se subordinan en una
sociedad dada.53
El concepto de cultura que crea Burke para complementar su modelo, es
una visión de la cultura de larga mirada, que permita vincular a fin de cuentas,
sociedad y cultura o hacer historia de la cultura en donde se encuentre valores y
símbolos;
(es)…un sistema de significados, actitudes y valores compartidos, y de formas simbólicas (espectáculos y objetos) a través de los cuales se expresa o se encarna.54
Así, el autor propone el modelo bicultural, esto es, pensar y estudiar la
cultura -su formación, permanencias y cambios- a partir de la interacción entre dos
niveles, haciendo referencia con ello a la evidencia de que la cultura de esa
sociedad y ese tiempo, compartían o participaban tanto de los significados y
signos populares como de los de las élites;
(…) la línea divisoria entre las culturas populares y las de las élites es borrosa y, por ello, los investigadores deberían concentrarse mucho más en el estudio de las conexiones que en las diferencias que separan a ambas.55
De esto se desprende, que para su estudio será imperativo tener en primer
orden de atención el problema del sentido o significado que el actor da a las
manifestaciones culturales, señalado por Burke como relevante al momento de
53
Aún así, Burke sostiene que hablar de “una cultura popular” no es el más conveniente, porque da una falsa idea de homogeneidad, por lo tanto sería más conveniente utilizarlo en plural, o sustituido por alguna expresión tal como, la cultura de las culturas populares. Peter Burke, La cultura popular en la Europa Moderna, Alianza editorial, Madrid, 1996, p.19-20 54
Ibíd., p. 25. 55
Ibíd., p. 20.
51
analizar el intercambio o interacción entre las culturas populares y las de las élites.
Por tanto no se acepta la idea de que las dos convergen, o se fusionan, tan sólo
comparten rasgos una de la otra, pero lo importante es que los actores no viven de
la misma manera las experiencias colectivas.56
El ejemplo dado por el autor -y que se aplica a nuestro Mazatlán
decimonónico, según fuentes históricas- es el de la celebración del Carnaval por
parte de los actores populares y de élite, ya que ambos asisten y comparten el
Carnaval pero con distintas intenciones, sentimientos y significados.
Ahora bien, en Gramsci la cultura en una sociedad humana se vincula
necesariamente a la filosofía y la historia, y de estas se deprende el problema de
la hegemonía. Al referirse a la idea de filosofía no se considera a los sistemas
abstractos que son patrimonio de reducidos grupos intelectuales, sino a
concepciones del mundo que se difunden entre las grandes masas y son por
tanto, premisa de un movimiento cultural y de acción práctica tendente a explicar y
dar coherencia a la existencia.
El lenguaje será el medio principal para transmitir esta filosofía, o
concepción del mundo que posteriormente creara una cultura material e inmaterial,
ejemplificado en prácticas, representaciones, instituciones, celebraciones, ritos,
etc.;
La filosofía de un periodo histórico no es sino la historia de tal época; es el conjunto de variantes que el grupo dirigente ha logrado establecer sobre la realidad primaria. En este sentido, historia y filosofía, son inescindible, y construyen un todo. Sin embargo, y en sus diferentes graduaciones, los elementos filosóficos propiamente dichos, pueden ser distintos: filosofía de los filósofos, concepciones de los grupos dirigentes (cultura filosófica) y creencias de las grandes masas, y se observa cómo cada una de estas
56
Redfield, antropólogo, propone que dentro de algunas sociedades existen dos tradiciones culturales; la gran tradición de unos pocos instruidos, y la pequeña tradición del resto. Ambas se influyen de manera constante. Pero Burke niega esa partición, al decir que las clases dominantes participaban de ambas tradiciones, eran biculturales, por lo menos en la Europa de principios de su estudio, debido a que los medios por los cuales estas formas simbólicas se transmitían eran distintos; la gran tradición por espacios cerrados como universidades, tutores, etc., y la pequeña era abierta, se aprehendía en la calle, los mercados, con la gente común, en canciones, en el carnaval, etc. En cambio los subalternos sólo tenían acceso a la popular de manera cotidiana, existiendo diferentes grupos dentro de ellas, las cuales son complejas en su estructura y accionar. Ibíd., p. 69.
52
graduaciones se crea dentro de diversas formas de “combinación” ideológica.57
Otro aspecto a resaltar en Gramsci, además de su esquema ya referido
leguaje-filosofía-historia-cultura=hegemonía, es que en este modelo la cultura –y
en este sentido se asemeja a la propuesta de Peter Burke sobre las diferencias
culturales dentro de una sociedad- se desarrolla en un ambiente distinguido por la
diferenciación de intereses grupales, por ello no existe una cultura concreta, sino
distintas manifestaciones de cultura sostenidas por grupos sociales diversos;
Por la concepción peculiar que se tiene del mundo se pertenece siempre a un determinado agrupamiento, precisamente al de los elementos sociales que comparten el mismo modo de ver y obrar (…) “participar” en un concepto de la vida “impuesto” mecánicamente por el ambiente circundante de una de tantos grupos sociales en el que automáticamente cada quien queda comprendido, en definitiva, al ingresar en el mundo consciente, y que puede ser el propio pueblo, o la provincia, u originarse en la parroquia o en la actividad cultural del curato o en la sabiduría del viejo patriarca a la que llaman “ley”, o en la mozuela que heredó la sapiensa de la hechicera o en el intelectual limitado, amargado en su propia estupidez y en su
incapacidad de obrar.58
Además, en la cultura de una época se expresan todos los anteriores
desarrollos de la historia humana, esto es, ninguna época es totalmente moderna,
medieval, mitológica, capitalista o socialista. Siempre hay resabios o expresiones
de cada una de estos momentos en las culturas que luchan por la hegemonía en
un momento determinado;
Desde el ángulo que nos interesa, no es suficiente el estudio de la historia y de la lógica de las diferentes filosofías de los filósofos. Por lo menos, como vía de método, se precisa dirigir la atención hacia otras facetas de la historia de la filosofía: la de las concepciones del mundo por las grandes masas; la de los grupos dirigentes (intelectuales), más restringido, y finalmente, la de las relaciones entre estos diversos conjuntos culturales y la filosofía de los filósofos. La filosofía de una época no es la obra de este o aquel filósofo o de tal o cual grupo de intelectuales, de un mayor o menos sector de las masas populares: es una integración de todos estos elementos que culminan en una dirección determinada, con lo que se
57
Antonio Gramsci, La formación de los intelectuales, Grijalbo, México, 1967, p. 87. 58
Ibid., p. 62.
53
convierte en norma de conducta colectiva y, por ende, en historia concreta y cabal.59
El problema de la cultura, entonces, parte de considerar a todo hombre y
mujer como un ser filosófico. Esto es porque gracias al lenguaje, el sentido común,
la religión o las tradiciones (folclore, lo llama) todo ser humano construye
socialmente un sentido a la vida. Desde esta perspectiva todo sistema filosófico no
es, como nos han inculcado, una cuestión ideal, fuera del mundo real y concreto,
algo inútil, improductivo, sino al contrario, toda filosofía es tal en cuanto encierra
una práctica; la filosofía es logos y praxis.
Y en este punto se plantea el problema fundamental de toda concepción del mundo, de toda filosofía que se ha convertido en un movimiento cultural, en una “religión”, en un “fe”, es decir, que ha producido una actividad práctica, una disposición en ella contenida como “premisa” implícita (podría decirse una ideología, si al vocablo se le da precisamente el significado superior de una concepción del mundo que se manifiesta implícitamente en el arte, en el derecho, en la actividad económica, en todas las manifestaciones de la vida personal y colectiva), o sea, el problema de conservar la unidad ideológica de todo el bloque social basado y unido justamente en razón de aquella determinada ideología.60
Y para conservar esta unidad ideológica referida en la cita anterior, es
necesario que en la sociedad se mantenga un consenso, aceptación y dirección a
pesar de las diferencias, esto es que se cree la hegemonía que actúe como
dirección intelectual y moral, no ya sólo sobre elementos económicos y políticos;
(…) he aquí por qué es necesario poner de relieve que el desarrollo político del concepto de hegemonía representa un gran progreso filosófico, además del político-práctico; porque forzosamente encierra y presupone unidad intelectual y ética conforme a una concepción de lo real que ha superado al sentido común, convirtiéndose –si bien dentro de restringidos límites- en crítica.61
Dejando a Gramsci, consideraremos para finalizar esta reflexión sobre la
cultura, otras perspectiva de cómo se forma, se crea, se construye en distintos
momentos históricos. Y las revoluciones sociales son casi siempre un punto de
59
Ibíd., p. 86. 60
Antonio Gramsci, La formación de los intelectuales, Grijalbo, México, 1967, pp. 67-68. 61
Ibíd., p. 74.
54
observación privilegiado para conocer su formación, y hablar entonces de
revoluciones culturales. Recordemos que en su interés por explicar las formas
simbólicas en la llamada Edad Media europea, los estudios históricos de la
Historia de las Mentalidades francesa, identifica algunos espacios sociales que
desempeñaron un papel importante en la formación de la totalizadora y
homogénea, mentalidad colectiva (Durkheim) entre los sujetos de aquellas
sociedades.
Entre ellos se pueden ejemplificar el monasterio, el cual genera visiones del
mundo basadas en nociones de soledad y ascetismo, los palacios y castillos
aristocráticos, cuna de modelos centrados alrededor de las ideas de generosidad,
proeza, belleza, fidelidad, cortesía, etc. Para la cultura popular de la mayoría, se
identifican espacios como el molino, la fragua, la taberna, el carnaval, entre otros.
En ellos, se presume, se generaban y difundían las ideas, creencias y
valores que formaban las mentalidades colectivas, que regían el comportamiento
de los grupos humanos de manera simbólica.
Por su parte, para los estudios sociológicos de las sociedades modernas
europeas, ciertos sistemas sociales desempeñan un papel importante como
generadoras de acciones sociales recurrentes, a partir de valores e imaginarios
sociales compartidos por los sujetos que participan en ellas. Algunos de estos
sistemas son promovidos por el estado, como forma de organizar y normar el
comportamiento individual y colectivo, y con el tiempo se establecen como
instituciones, por ejemplo; los centros de enseñanza, la familia, los centros
religiosos, las organizaciones políticas, etc.
Estas dos formas de explicar los comportamientos colectivos,
ejemplificados en la historia y la sociología, se relacionan de manera íntima con la
argumentación teórica y metodológica que los ingleses Philip Corrigan y Derek
Sayer, proponen en la introducción a su libro El gran arco: la formación del Estado
inglés como revolución cultural (1985). Heredera de la escuela histórica
sociocultural inglesa, esta obra nos invita a pensar al Estado y las instituciones
55
estatales que formaron al estado inglés moderno, no sólo como una revolución
económica y política, sino también como una revolución cultural.
Según los autores, las instituciones y las actividades estatales “tienen un
contenido profundamente cultural" que, a menudo, es ignorado. Por un lado, el
estado, es una esencia totalizadora y homogeneizadora que se advierte, por
ejemplo, en su aspiración a convertirse en el representante de la comunidad
particular e ilusoria que es la nación, reclamando de sus integrantes identidad,
lealtad y compromisos. Por otro lado, propicia la individualización como
ciudadanos, tributadores, consumidores y propietarios. Así el Estado;
(…) es la fuerza concentrada y organizada de la sociedad tanto en el sentido cultural como en el económico, concertando amplias formas de regulación y modos de disciplina social por las cuales las relaciones capitalistas de producción y las relaciones patriarcales de reproducción son organizadas…el repertorio de actividades e instituciones
convencionalmente designado como el “Estado” son formas culturales y, además, formas culturales de crucial importancia para la civilización burguesa.62
62
Philip Corrigan y Derek Sayer, El gran arco: la formación del Estado inglés como revolución cultural, en Introducción, Blackwell Publishing, 1985, p. 1-13 (Tradución de Tessa Brisac) Versión electrónica: http://www.revistadesarrollohumano.org/noticias-0155.asp
56
Oh, Señores del Orden, respetables Señores. Han tomado mis ojos como rehenes;
pero aún veo.
Juan Bañuelos.
57
Capítulo II.
Antecedentes sobre la dominación y las formaciones culturales en el Sur de Sinaloa.
58
Este capítulo tiene por fin mostrar el ejemplo de una formación cultural dirigida por
extranjeros, y como se expresó la hegemonía cultural en las instituciones,
prácticas y representaciones coloniales en el sur de los que hoy conocemos como
el Estado de Sinaloa. Así, intentamos plantear el problema de las distintas formas
de dominación de unos grupos o clases sobre otros, a lo largo de la historia del
noroeste mexicano, para poder comprender de mejor manera la revolución cultural
que se produjo con la Independencia Mexicana en a inicios del siglo XIX.
2.1. Vestigios culturales de los indígenas totorames en el sur de Sinaloa.
El territorio geográfico y cultural de lo que ahora es el Sur de Sinaloa, tiene
su registro humano más antiguo en el periodo que comprende entre el año 200
a.C. y el 200 d. C. Esto según los vestigios arqueológicos tanto de objetos como
en sitios rituales, que se han ubicado en la vega del río Acaponeta en lo que en
nuestros días es el norte del estado de Nayarit. En esos días, esa división política
no existía como tampoco existía el nombre que ahora tienen las cosas. De ese
territorio y de esa cultura nacerá el mundo totorame. En ese mismo espacio, en
ese mismo mar y en ese mismo silencio, se desarrollará la historia de lo que hoy
es el puerto de Mazatlán. Según los estudios arqueológicos, la época prehispánica
en nuestra región se puede dividir en tres etapas para su estudio;
La primera del 250 d. C. al 750 d. C.; la segunda del 750 al 1100 d. C., y una tercera del 1100 a la llegada de los españoles. No obstante es a partir del 250 d. C. cuando se comienza a ocupar de manera extensiva toda la región, y desde entonces ha permanecido habitada con menor o mayor intensidad.63
El origen de esos hombres y mujeres no es lo que interesa a este texto, no
así su presencia cultural que se irá desarrollando y complejizando en los
siguientes siglos, y que sufrirá una transformación con la llegada de los
conquistadores españoles a la región totorame en 1531. En cuanto a su actividad
63
Luis Alfonso Grave Tirado, Mazatlán en la época prehispánica, En Lorena Schobert Lizárraga y Ernesto Hernández Norzagaray (editores), Raíces de Mazatlán: Fundación, política, música y viajeros, Asoc. de gestores del centro histórico de Mazatlán/UAS/Instituto municipal de Cultura de Mazatlán, México, 2006, p. 31.
59
económica, se sabe que la agricultura, la caza y la pesca, eran las actividades
más importantes;
(…) la actividad principal en la región era la agricultura, practicada de forma permanente en la vega de los ríos y de temporal e itinerante en el resto de la llanura costera. La caza y la obtención de materias primas debió ser un actividad limitada al ámbito doméstico, así como la pesca y la recolección de moluscos, pues tanto los restos de peces como de conchas se han localizado únicamente en contextos habitacionales…aún cuando se aprovechaban los recursos pesqueros no hay todavía una explotación intensiva. Igualmente, la extracción de sal era todavía a pequeña escala.64
Ahora bien, se puede decir que las formas de la memoria practicada en
aquellos tiempos, en aquellos pueblos, en aquellos hombres y mujeres, fue más
una memoria cotidiana, vivencial, transmitida por las distintas lenguas y dialectos
que se hablaban en esa región.65 Se encarnaba en prácticas rituales ante la
defunción, ofrendas, cerámicas en donde se inscribían mediante el color y trazos
geométricos, la interpretación o mejor dicho, la impresión que la existencia dejaba
en la conciencia colectiva e individual de aquellos primeros pobladores humanos
de estas tierras. Ya entonces se puede hablar de una unidad cultural, sobre todo
en el segundo periodo del 750 al 1100 d. C., pero más por las características de
técnicas, materiales y trazos, que por datos específicos de instituciones
establecidas, que mostraran formas de organización, estratificación social y
creencias religiosas totalizadoras.
Hasta ahora en esos grupos humanos sedentarios, no existen rastros de
dioses o amos omnipresentes y rencorosos. Al parecer su orden social emanaba
de relaciones directas con el medio, de simbolismos naturalistas, llenos de figuras
geométricas, y de todos los colores del paisaje de los mares, los ríos, las
montañas y valles que los arropaban;
64
Luis Alfonso Grave Tirado, op. cit., pp.33-34. 65
Los indígenas totorames ocuparon la faja costera al sur del Río Piaxtla y también se extendían por el territorio que hoy pertenece al estado de Nayarit. Su lengua era una variante del cora nayarita y, como casi todas las lenguas habladas en la región que estudiamos, pertenecía a la familia yuto-azteca. Sergio Ortega Noriega, Breve historia de Sinaloa, Fideicomiso historia de las Américas, COLMEX, FCE, México, 1999, p, 19.
60
Elaboraban objetos de cerámica, tejían el algodón, labraban la concha y trabajaban el cuero de venado. Fueron diestros artesanos que fabricaban adornos de plumas, concha, perlas y caracoles…no eran agresivos, aunque tenían que defenderse de los xiximes de la sierra, que eran muy belicosos; conocieron el arco y la flecha, la macana, la rodela y el dardo arrojadizo. Construyeron sus caseríos al descubierto, donde podían precaverse de las inundaciones, pero estaban muy expuestos a los ataques de grupos enemigos. No conocieron la vida urbana como la de los indios del altiplano, y sus poblados eran conglomerados de chozas dispersas en amplios espacios. Tampoco tuvieron formas avanzadas de organización política, aunque reconocían cierta preeminencia en algunos caciques. De sus creencias y prácticas religiosas casi nada se sabe.66
Resumiendo lo anterior, diremos que esta reconstrucción histórica y
arqueológica nos permite pensar que no existía una estructura social dentro de
aquella unidad cultural, que se basará en relaciones de poder fuertes, y que
permitieran identificar grupos dominantes y dominados, ni de forma política o
religiosa. Las relaciones sociales se basaban más en las actividades que
realizaban cotidianamente los sujetos para reproducir su vida biológica y social,
situaciones que si diferenciaba a la población pero a partir de cuestiones de
estatus, sexo, edad, habilidades, etc.
Esta estructura social simple, que a su vez se puede también pensar que se
basa en una “solidaridad mecánica” -de estilo durkhemniano-67 entre sus
miembros, será la que los conquistadores encabezados por “el muy magnífico
señor”, Nuño de Guzmán, encontrarán en su proyecto de expansión colonizadora
hacia el Noroeste novohispano, en el año de 1531.
2.2 La colonización del Sur de Sinaloa.
Es conocido que la intensión de todo este proceso de expansión colonial hacia el
noroeste novohispano, era organizar un sistema de sociedades con los principios
económicos, sociales, políticos, culturales y religiosos, en concordancia con lo
hecho en la experiencia conquistadora en el altiplano central de México; o sea,
66
Ibíd., p. 24. 67
El concepto de Solidaridad mecánica acuñado por Emile Durkheim, vinculada a las formas más primitivas, señala la conexión entre los individuos, esto es, el orden que configura la estructura social, se obtiene sobre la base de su escasa diferenciación. Es una solidaridad construida a partir de semejanzas y, por lo tanto, de la existencia de pocas posibilidades de conflicto.
61
crear las condiciones para que se desarrollara la hegemonía colonial de la corona
española, sobre la cultura indígena asentada en esa región, que permitiera
explotar los recursos naturales.
Es en 1564 por obra de Francisco de Ibarra, en esta primera etapa, que se
inicia la construcción de una estructura de dominación por parte de inmigrantes en
este caso colonizadores, extranjeros en la región del sur del Sinaloa para explotar
las riquezas mineras. Descubrió minas en Copala, Pánuco, Maloyan y en 1565
funda la Villa de San Sebastían;
(…) sería parte del Reino de la Nueva Vizcaya. El poblamiento de San Sebastián fue más duradero porque el gobernador hizo inversiones para trabajar las minas, lo que atrajo a pobladores españoles de otros lugares. El principal problema de éstos en la provincia de San Sebastián fue la falta de trabajadores indígenas (…) La expedición de Francisco de Ibarra tuvo consecuencias en la delimitación política de los territorios del noroeste, ya que quedó establecido que la provincia de Sinaloa, limitada al sur por el Río Mocorito y sin límites por el norte, pertenecía al Reino de la Nueva Vizcaya; la provincia de San Sebastián también fue incorporada al reino. Ibarra también logró poner otro límite, por el norte, a la expansión de la Nueva Galicia, y dejó a la provincia de Culiacán separada por tierra del reino al que pertenecía, aunque la Audiencia de Guadalajara reclamó por mucho tiempo la posesión de Chametla por haber sido conquista de Nuño de Guzmán.68
En la colonización temprana de nuestra región, las primeras formas
culturales de la dominación, se basaron en la evangelización de los distintos
grupos originarios que habitaban el espacio geográfico y cultural del Sur de
Sinaloa y el Norte de Nayarit, aunque el sadismo, la violencia y el sometimiento a
partir del miedo de los indígenas, fueron características del método de Nuño de
Guzmán, su empresa colonizadora de Ibarra tenía que fincarse necesariamente en
el control cultural. Las misiones franciscanas fueron desde el primer momento, uno
de los pilares de esa estructura de control y explotación, por medio de la cual se
esperaba “sumar” a los indígenas totorames principalmente, a los demás grupos
bravos de la sierra se les sometía con muerte y miedo, a la nueva sociedad en
formación, como fuerza de trabajo y grupo subalterno.
68
Serio Ortega Noriega, Breve historia…op. cit. p. 45.
62
Recordemos que los primeros religiosos que acompañaron las expediciones
de conquista Nuño de Guzmán, Cristóbal de Barrios, Hernán Cortés, fray Marcos
de Niza, Francisco Vázquez de Coronado y Francisco de Ibarra, al noroeste
bárbaro chichimeca en busca de plata y otros metales, fueron los misiones de esa
congregación. Uno de los primeros lugares de establecimiento fue el espacio
geográfico-cultural de la nación totorame;69
La labor misionera franciscana en Sinaloa (hacia el Sur) se centró en algunos lugares como el poblado de Chiametla, Santa María de las Charcas, provincia de Chiametla, la sierra de Tepuztla –en el actual municipio de Concordia (…)70
Rafael Valdez Aguilar, sostiene además, que la cultura Tlaxcalteca jugó un
papel activo en el proyecto colonizador y evangelizador franciscano, por tanto su
presencia no debe considerarse sólo como guerreros y tamemes, destacando su
participación en el cambio de hábitos culturales cotidianos de los indios nativos,
que estuvieron en contacto con esas primeras misiones de la congregación
franciscana, siendo para nuestro estudio otro elemento a considerar de esa
estructura de formación cultural edificada por los primeros conquistadores;
Los tlaxcaltecas se convertían en avezados maestros de los indios autóctonos a quienes enseñaban los rudimentos de la lengua náhuatl –ajena por completo a ellos-, tecnologías agrícolas, elaboración de manufacturas y artesanías, técnicas de pesca y de la preparación de valioso material blanco en las salinas y, algo muy importante, la impartición de elementos de la religión cristiana a los nuevos conquistados.71
El mismo Valdez añade en un texto histórico anterior, Sinaloa; negritud y
olvido, la importancia de los esclavos negros que llegaron con los primeros
69
Para 1587 se describe lo siguiente sobre la población indígena que habitaba lo que hoy es el Sur de Sinaloa: El fraile Francisco Arias de Saavedra, señala: la nassion Totorame vive a orillas del mar, y algunos en isletas a los que todos llaman themuretes que quiere decir sapos, estos son pescadores y salineros, después de la nassion cora esta es la mayor que empieza desde la provincia de Chiametla, que quiere decir la Casa del mezcal, i otros la llaman Ichamictla que quiere decir Cassa del infierno, y en su idioma natural Caulyan que entienden fuego o purgatorio, y hasta la provincia de Maloia, reino de la Vizcaya (…) Rafael Valdez Aguilar, Labor franciscana en el Sinaloa del siglo XVI, DIFOCUR, México, 2006, p. 67. 70
Ibíd. p.69. 71
Ibíd., p.34.
63
conquistadores72, y que junto a los españoles, indios tlaxcaltecas del centro del
país, iniciarán un proceso de mestizaje racial, y cultural, que será posteriormente
rasgo fundamental de esta revolución cultural en la región, así como parte
fundamental del proceso de constitución de la cultura popular73 en el sur de
Sinaloa;
Los negros llegaron a Sinaloa desde el principio de la conquista y colonización, fueron traídos por los capitanes españoles. Venían como pajes y sirvientes domésticos, pero pronto se destacaron también como combatientes y exploradores. Posteriormente ya consolidada en lo fundamental, la conquista, pasaron a encargarse en pueblos y villas de españoles, de oficios tan fundamentales como la albañilería, carpintería, herrería y talabartería; después con el descubrimiento de ricas minas de plata y oro y el desarrollo de la ganadería , la agricultura y la manufactura del azúcar, los negros ampliaron sus actividades laborando en las distintas faenas de la minería como barreteros, tenateros, recogedores, muleros y en las haciendas de beneficio.74
Esta presencia negra fue determinante en la dominación española de la
región, ya que debido a la disminución de la población indígena a finales del siglo
XVI por causas de exterminio, sobre explotación, epidemias, y desgano vital, se
convirtió en el elemento clave, debido a su fuerte mano de obra para trabajar en
las minas, la genética que adaptaba al organismo al clima y a los factores de costa
como la trasmisión de enfermedades por piquete de mosquito, su valentía y
conocimiento en el manejo de armas que los hizo encargados presidiales, así
como su larga relación con la cultura y formas de vida española que databa desde
tiempos de las aventuras marítimas, previas a la conquista;
En los hechos, los negros mantenían una posición intermedia entre españoles y la población autóctona. En los primeros años de la conquista y la colonia no estaban por debajo de los indígenas.75
72
Estos primeros negros procedían de las Antillas y algunos de España; con Francisco de Ibarra llegaron esclavos criollos; es decir que habían nacido en la Nueva España, oriundos de Zacatecas y de la Nueva Galicia. Rafael Valdez Aguilar, Sinaloa: negritud y olvido, El diario de Sinaloa, México, 1993, p. 28. 73
Los negros y mulatos dejaron su impronta en la música regional, el canto la danza, las fiestas y carnavales. Ibíd., p.14. 74
Ibíd., p.12. 75
Rafael Valdez Aguilar, Sinaloa; negritud…op .cit., p.41.
64
Incluso la otra institución que se funda en el siglo XVI al Sur de Sinaloa, y
que encarna la otra parte de la hegemonía colonial española, el poder efectivo,
directo, sobre las conductas fue el presidio, el cual lleva desde su nacimiento
sangre negra, y sería a la postre el antecedente colonial de la fundación y
poblamiento de la costa llamada islas de Mazatlán. Sergio Ortega Noriega, en su
Breve Historia de Sinaloa, señala apropósito de la fundación de Mazatlán y del
presidio de los mulatos:
El nombre de Mazatlán se aplicó al principio al presidio que los españoles fundaron en el siglo XVI junto al río que se llamó Presidio…en el sitio donde hoy se ubica el puerto había un puesto de vigilancia a cargo de los
presidiales, para prevenir desembarcos de piratas.76
Rafael Valdez precisa esta información al sostener que el presidio fue
fundado en 1576, obedeciendo instrucciones de Fernando Bazán, gobernador de
las provincias de Chametla, Maloya, Cópala, Culiacán y Sinaloa “…por negros
traídos a la región por Francisco de Ibarra, a quienes les fue otorgado una merced de
tierra y aguajes para la cría de ganado”.77
Esos negros y mulatos del presidio de San Juan Bautista de los negros de
Mazatlán78, así como sus descendientes, participaron a la largo de la colonia en
fragorosas disputas contra los indios rebeldes alzados, así como en la lucha
contra los piratas y corsarios, especialmente ingleses, que incursionaban en la
costa sur de Sinaloa causando saqueos y destrozos en los reales de minas y
poblados aledaños.
76
Sergio Ortega Noriega, Breve Historia…op. cit., p. 70. 77
Rafael Valdez Aguilar, Sinaloa; negritud…op. cit., p.93. 78
“…cuidaban y vigilaban las playas de Mazatlán, deshabitadas entonces desde un cerro (El Vigía) con dos hombres, de los 25 que constituían el piquete los cuales de rotaban periódicamente”. Ibíd., p. 95.
65
Imagen 1: Mapa colonial de fecha incierta donde aparecen las principales poblaciones del sur del actual Sinaloa. Destacan tierra a dentro las vilas mineras como San Sebastían, El Rosario así como más a la costa el Presido de Mazatlán y una salida de río al mar que también se identificaba con el mismo nombre.
Esta afirmación de la existencia del puerto como lugar de intercambio y de
encuentro comercial en los albores del Sinaloa novohispano, tiene otra referencia
empírica además de la crónica en la que se basa Ortega para sostener la habitual
comercialización por la bahía de Mazatlán. La historiadora Efigenia Hernández
Salays, cita en su ensayo Que hable la historia de la fundación de Mazatlán, como
fuente principal un mapa anónimo encontrado en el AGN, y que data del siglo XVI,
del cual presume fue elaborado por piratas. El mapa elaborado de forma rústica,
señala cada uno de los puertos y localidades importantes sobre las costas del
pacífico de la nueva España, demostrando el conocimiento de la región del
Noroeste por parte de quien lo elaboró, siendo una fuente a considerar al
momento de sostener la tesis sobre el uso de la bahía de Mazatlán desde esas
fechas, 1587;
Mazatlán ya tenía existencia como puerto y lugar de abastecimiento de agua y alimentos…entre los puertos del Océano Pacífico…el puerto de Mazatlán era utilizado por corsarios, piratas y otras
66
embarcaciones, como la de Sebastián Vizcaíno, para abastecerse de
agua y alimentos.79
Con el fin del siglo XVI, llega también el final del primer periodo del sistema
misional franciscano en el sur de Sinaloa. Debido a su escasa capacidad para
dominar la naturaleza del noroeste novohispano, así como la naturaleza de los
indios que la habitaban, y llevar con ello a buen camino la expansión de la colonia
de la Corona en esa tierra caliente, el gobernador de la Nueva Vizcaya, Rodrigo
del Río y Loza, invitó a los jesuitas en 1598 a enviar misioneros para someter
aquellas zonas a dios y al rey. El sistema de misiones como elemento principal de
la hegemonía cultural dentro de la estructura de la nueva sociedad colonial
española en formación80, sufre entonces un cambio importante bajo la doctrina de
la compañía de Jesús, y durante los próximos 150 años la llevaría a realizar a
cabalidad sus fines de dominio y control de amplios territorios naturales y
mentales, desde el Sur de Sinaloa hasta las Californias.
Para hacer esta labor las misiones necesitaban un número alto de misioneros y ante la falta de ellos en sus provincias españolas y americanas, tuvieron que importar extranjeros para participar en la obra misional. Entre ellos se encontraban italianos, alemanes, belgas, checos y otros.81
La función de la misión era en dos vertientes; religiosa y política. Este
proyecto a su vez llevaba implícito un afán de transformar la vida social y cultural
de los grupos humanos de los que se ocupaban, así como “pacificar” el noroeste
novohispano, y preparar el camino para su explotación económica total por manos
de la corona82. Diremos que es en este periodo bajo la tutela de los jesuitas, que
79
Efigenia Hernández Salays, Que hable la historia de la fundación de Mazatlán, En Lorena Schobert Lizárraga y Ernesto Hernández Norzagaray (editores) Raíces de Mazatlán…op. cit., p.77. 80
Las misiones de Sonora y Sinaloa y en menor grado, de la Tarahumara, formaban parte de una compleja sociedad colonial, a la cual pertenecían, además de los indios y misioneros, mineros, comerciantes, ganaderos, funcionarios reales, oficiales y soldados presidiales y curas párrocos, así como un creciente número de agricultores y ganaderos, obreros eventuales y vagabundos españoles y de todas las castas. Bernd Hausberger, La vida cotidiana de los misioneros jesuitas en el noroeste novohispano, En internet: http://www.ejournal.unam.mx/ehn/ehn17/EHN01705.pdf 81
Ibíd. 82
En 1748, para dar un dato preciso, los jesuitas tenían 117 misiones entre los grupos indígenas desde la ex nación totorame hasta las Californias. Ibíd.
67
se establece y se concreta tiempo después, el proceso histórico de revolución o
conformación cultural, que establecerá hábitos, prácticas, mentalidades, utillajes
mentales, identidades e interacciones sociales, y formas de control, poder y
dominio sobre la vida cotidiana y la conducta de las personas, de nuevo tipo para
el noroeste novohispano;
(…) se intentaba convencerlos o, si era necesario, obligarlos a vestirse decentemente y a respetar el sacramento del matrimonio monogámico. El vivir vagando libremente por los montes, como lo practicaban las culturas nómadas o semi nómadas, parecía constituir un modo de vida animal y contrario a la naturaleza humana. Así, los jesuitas se esmeraban en reunían a la gente dispersa en poblaciones fijas, para lo cual se hacía necesario organizar una producción agrícola suficiente para garantizar el sustento de las nuevas comunidades. Para administrarlas mejor nombraban una serie de funcionarios indígenas en cada pueblo: los misioneros, sin embargo, se reservaban para sí la autoridad suprema, e intentaban crear bajo su gobierno una sociedad cristiana ideal, cuyas bases debían ser la piedad, la modestia, la obediencia, la disciplina y el trabajo de sus habitantes. Estas ideas gozaban de la completa aprobación de la corona…esto parecía el modo de vida y el orden socioeconómico normales aparte te permitía la instrucción sistemática, además de que posibilitaba la explotación sistemática de la gente”.83
Reforzará nuestra propuesta de interpretación histórica del periodo colonial
sinaloense como una estructura económica, política y cultural de dominación, la
interpretación sociocultural que sobre el periodo jesuita realiza el historiador
culiacanense, Gilberto López Alanís, a partir aplicar el paradigma indiciario al
documento histórico, La Relación de la Provincia de Nuestra Señora de Cinaloa
del S. J. Martín Pérez en 1601.
La intensión de dicho trabajo es novedosa en la historiografía sinaloense,
ya que busca ubicar las prácticas simbólicas del primer proceso de mestizaje
cultural en Sinaloa, con el fin de conocer los fundamentos culturales de los
sinaloenses contemporáneos.
(…) La acción jesuita de la Provincia de Nuestra Señora de Cinaloa se inscribe también en ese elaborado proceso cultural de la invención americana que O‟Gorman (1984) señala, ya que como frontera de expansión y defensa, incorpora nuevos territorios al virreinato como
83
Ibíd.
68
extensión productiva de la Corona. En esta parte es pertinente expresar que la América inventada no es solamente una imagen armada en Europa y para Europa; es un proceso real que se fundamente en la acción de las culturas enfrentadas. El concepto tiene el antecedente de la acción contrastada de las culturas en los nuevos territorios.84
Señala López Alanis, que la presencia jesuita en la provincia de Cinaloa
(1590-1776) inaugura una nueva cultura en la región dominada por los
conquistadores pero producto de un mestizaje cultural particular en relación con el
resto del país.
En su recuento historiográfico, el autor destaca un texto de Ernesto García
Gámez del año de 1965, en el cual son señaladas las nuevas prácticas y
representaciones culturales surgidas de este proceso de dominación cultural, que
crea lo mestizo, al mestizo en el territorio Sinaloense. Entre ellas se identifican;
(…) las ceremonias religiosas, las fiestas, las danzas, los instrumentos y conjuntos musicales, las nuevas deidades, el uso de los templos en los oficios religiosos en ceremonias fundamentales como bautizos y casamientos y defunciones. También las prácticas monogámicas y el control de las bebidas espirituosas, las nuevas formas de capacitación para el trabajo a tono con las nuevas formas productivas y el aprendizaje de la rutina social, religiosa y productiva que le arrebató al natural, su primitiva
virilidad quedando convertido en un complejo de silenciosa protesta. 85
Pero López Alanís, problematiza los datos anteriores a partir de emplear el
método antropológico geertziano de la descripción densa de esa nueva cultura,
surgiendo las siguientes preguntas;
¿Pero cómo se generó todo esto, en interacción con los padres jesuitas? Qué mecanismos precisos de mestizaje cultural instrumentaron los jesuitas y cómo los procesaron los indígenas?86
Respondiendo que esos primeros instrumentos culturales de mestizaje
fueron; la lengua del misionero y su imaginario, el evangelio y su rutina de
oraciones, el espacio nuevo delimitado de las misiones, la nueva formación
84
Gilberto J. López Alanís, Nuestra Señora de Cinaloa, 1601, UAS-IES/AHGES, Culiacán, México, 2005, p.75. 85
Ibíd., p.84. 86
Ibíd.
69
productiva junto con el trabajo, así como una nueva autorepresentación basada en
el diálogo, el aprender la lengua indígena, en vez del azote y la violencia frontal
como forma de control. Esto se reforzará mediante un discurso que a su vez que
describe e interpreta la realidad, renombra la existencia del otro, el indígena, el
bárbaro, dando muestras del imaginario y las representaciones del propio mundo
del misionero;
El mundo jesuítico y de otras órdenes oscilaba entre ángeles y demonios, rudimentos científicos para su época y una clara visión productivista en la formación de un espacio social. el estado perfectible de estos embajadores misionales de evangelización hacía de su práctica exaltada actividad y levantado punto al momento del contacto, empero el bagaje cultural heredado de la tradición escolástica europea, y específicamente de la Contra Reforma, los facilitó para una faceta comprensiva del mundo nuevo, quedando zonas obscuras o interesadamente opacas en la comprensión de la cultura abordada.87
El autor también señala que la continua referencia al carácter diabólico de
los indígenas, como justificación para la evangelización que se observa en los
textos, nos remiten a una práctica utilizada de terror y miedo contra el indígena.88
Por esto la fiesta al dios de la Pitahaya, fiestas de mayo, fue prohibido por los
jesuitas porque subvertía el orden colonia, siendo eliminada del imaginario del
nuevo territorio.
Evangelizar según nos damos cuenta, fue trastocar las costumbres gentilicias, fue cambiar el orden de la vida cotidiana indígena e instrumentar
una, que no fue radicalmente nueva, sino impuesta.89
En aquellos tiempos coloniales en el territorio que hoy ocupa Sinaloa, los
misioneros jesuitas provocaron un mestizaje cultural con los indígenas
sinaloenses, como medio de conversión, explotación y dominación, más no un
intercambio cultural donde ambos sujetos resultaran influenciados (¿o a caso el
misionero contempló el chamanismo como forma de curar las enfermedades, o
87
Ibíd., p.107. 88
Ante esto nos preguntamos; ¿Cuál representación fue la equivalente para el mestizo, indígena o mulato mazatleco, impuesta por los extranjeros? 89
Ibíd., p.118.
70
aprendió la lengua del indígena para acercarse a sus divinidades, o cambio su
vestido, o su forma de trabajo?)90
Dejemos esta interrogante abierta, y finalizamos este planteamiento de la
estructura de dominación colonial en el sur de Sinaloa, haciendo mención a las
reformas borbónicas que dieron fin al sistema misional jesuítica en el año 1767.
Fueron obra del ilustrado rey Carlos III, y por ellas se expulsó a todos los
miembros de la compañía de Jesús de los territorios de su corona. Esto pondría fin
a esa estructura social91 de explotación y dominio basada en las misiones, la cual
será reformulada con por esas nuevas leyes coloniales, como se verá más
adelante.
Antes distinguiremos otro espacio social y cultural y primordialmente
económico, donde se formó la sociedad así como la hegemonía del sur de Sinaloa
novohispano; los reales de minas, que como ya se mencionó, fueron espacios
establecidos desde la llegada de las primeras expediciones españoles a la región,
ocasionando rebeliones y muerte de los indios por la explotación a la que fueron
sometidos en esos lugares, así como intercambios comerciales ilegales con la nao
de la China, la llegaba de esclavos negros, y el establecimiento del presidio de
90
Entonces se pueden lanzar las siguientes preguntas en relación a nuestra investigación del Mazatlán decimonónico; ¿Cuál fue la postura con relación al otro, al nativo, al mestizo, del extranjero en Mazatlán en el siglo XIX? ¿Implementó tácticas para aculturarlo, convertirlo a su modo de vida, creer sus creencias y manejar sus artes, su vestido, su forma de trabajo, su status, sus dioses, su comida, su lengua, sus diversiones, su pensamiento? ¿O no le interesaba, como al misionero, convertir a esos seres humanos a sus creencias, sino tan sólo servirse de ellos, dominarlos, explotarlos, sin mezclarse con ellos, sin importarle su presente ni su futuro? 91
A fines del siglo XVI ya estaban bien definidos los grupos que conformarían la nueva sociedad surgida de la Conquista. El primer grupo era el de los españoles que, aunque reducido, resultaba el más importante porque concentraba en sus manos el poder político y económico y el prestigio social. Españoles eran los gobernantes: alcaldes mayores, miembros del cabildo, corregidores y oficiales de las milicias. Españoles eran los dueños de encomiendas, de tierras, minas, ganados, salinas, pesquerías y de las recuas de mulas para hacer el comercio con Nueva Vizcaya y Nueva Galicia. También eran españoles los clérigos y las personas distinguidas de las villas. El segundo grupo, más numeroso, era el de los indios sometidos, sobrevivientes de la hecatombe de la Conquista y de las epidemias. Habitaban en sus propias comunidades, separadas de las villas españolas, dedicados a la agricultura, a la manufactura de artesanías y al trabajo asalariado en las empresas de los europeos. Aunque aún quedaban algunas encomiendas, casi todos los indios estaban gobernados por corregidores españoles y sujetos al pago de tributo en favor del gobierno español. El tercer grupo social, el menos delineado en ese momento, estaba formado por mestizos, negros y mulatos, que los había en las provincias de Culiacán y San Sebastián, ocupados como soldados presidiales, artesanos o trabajadores a sueldo en las empresas de españoles. Sergio Ortega Noriega, Breve Historia…op. cit., p. 48.
71
San Juan Bautista de los negros, que tenía entre sus responsabilidades vigilar
desde los cerros circundantes la bahía de Mazatlán, las posibles incursiones de
piratas y corsarios para saquear los reales de minas. Recordemos que la época
colonial para Sinaloa inicia en 1530 con la conquista de Chiametlán por las tropas
de Nuño de Guzmán, que parte de las razones de su expedición hacia el bravo
noroeste, fue la búsqueda de nuevas minas de oro y plata que alimentaran al
imperio español.
La minería era la actividad preferida por los españoles debido a la riqueza y prestigio social que proporcionaba; fueron españoles los dueños de las empresas, porque el pesado, insalubre y peligroso trabajo en los socavones lo realizaban los indios de repartimiento y los trabajadores voluntarios, indios, mestizos y mulatos…La minería desempeñaba otra importante función, que era la de impulsar a los demás sectores de la economía. En efecto, los reales de minas eran los más importantes centros de consumo de alimentos, animales, textiles, numerosas materias primas, como la sal, necesarias en el proceso minero y, en general, de toda clase de mercancías. A los reales mineros concurrían los modestos comerciantes locales y también los grandes mercaderes que traficaban con objetos importados de Europa, de Asia o de remotas provincias novohispanas.92
Recordemos que hay un consenso historiográfico en la región, a favor de
que todo el Noroeste de la nueva España fuera colonizado a sangre y fuego por
los españoles, debido a los atisbos y sospechas de su gran potencial minero de la
y a los indómitos grupos étnicos que defendieron su vida y su territorio de manera
poco civilizada, según los colonizadores.
El primer real de minas de que se tiene conocimiento se fundó en el
noroeste de la provincia de la Nueva España en el siglo XVI, cuando se descubrió
la mina de Las Vírgenes en la provincia de Culiacán. Posteriormente, como ya se
mencionó, Francisco de Ibarra fundó otros reales de minas en la provincia de San
Sebastián (hoy Concordia), algo más al norte de la zona que se describe en el
texto de Francisco de Fersen, como los reales de minas de Pánuco, Copala,
Maloya y San Marcial; pero su rendimiento pronto se mostró escaso, hasta que en
92
Ibíd.
72
el siglo XVII se descubrieron otras minas de mayor importancia, como El Rosario
en 1655, Álamos en 1683, y Cosalá.
Sin duda, para el sur de Sinaloa el real de minas de nuestra señora del
Rosario, fue el de más importancia por el impacto social y económico que tuvo en
la región, al producir oro y plata por más de 290 años. Este se fundó en 1655, al
descubrirse la mina del Tajo misma que propició el esplendor de esta ciudad.
Ya para el año de 1770, el ingeniero militar Francisco Fersen redacta un
informe con sus observaciones sobre el real de minas de Rosario, y sus
condiciones territoriales y económicas a petición de las autoridades coloniales,93 el
cual nos permite conocer la importancia del real para la economía y la sociedad
regional, así como características de la población que lo habitaba en esas fechas;
No se ve en estas Provincias ninguna manifactura de Ropas ordinarias de Lana ó Algodón. Escasan los Artesanos aun de las Artes mas sensillas, y necesarias y todo lo que se necesita en una vida commoda y Civil, se transporta de Mexico y Guadalaxara á Lomo de Mulas con exesivos costos y peligros…El Real del Rosario es el Lugar mas considerable despues de Guadalaxara para en toda esta parte de la tierra dentro. Su primera opulencia le atrajo una crecida vecindad, que afabor de su buena situacion y Comercio se ha mantenido sin enbargo de la desterioridad de sus Minas…Esta situado a la orilla del Rio de su nombre al pie de la Sierra Madre, y aquince leguas del Mar: por consiguiente es un paso presiso del camino Real de la Sonora. El lugar esta en plano bien formado en quatro calles derechas de buenas Casas, como de seiscientas varas de largo y otras sinco de atravesia de cosa de Docientas y sincuenta varas fuera de los arravales que les rodean. Tiene como quarenta tiendas grandes de Ropa y mayor numero de las de comestibles y podra mantener de quatro a sinco mil havitantes. Los Mercaderes del Rosario son los que auxiliaban atodos los mineros de la provincia de Culiacan y los que les rescatan sin plata y oro y asi áunque este Real no produzca anualmente por simismo mas que veinte mil marcos de plata; y cosa de mil onzas deoro atrahe por rrazon de su Comercio casi toda la plata y oro de esta y aun de las otras provincias interiores.94
93
“Este papel Hize en virtud de orden del Exmo Sr Marques de Croix Virrey que fue en Nueva España y se lo remiti con el mapa correspondiente en el mismo mes y año”. Francisco Fersen, Descripción de las provincias de Culiacán y Sonora, En Biblio 3W, revista bibliográfica de geografía y ciencias sociales, Universidad de Barcelona, En internet: http://www.ub.es/geocrit/b3w-430.htm 94
Ibíd.
73
En este mismo siglo, las condiciones demográficas de la región, nos
permitirán entender el arduo proceso de conformación cultural que se dio en el Sur
de Sinaloa durante el dominio español, así como la sociedad sobre la cual se
dieron las reformas borbónicas que como ya se dijo, vendrán a representar una
trasformación en esas sociedades y en las formas de explotación y dominación
ejercidos durante los pasados 250 años;
Hacia el año de 1760, en las provincias de Copala, Maloya y El Rosario la población no indígena superaba a la indígena en proporción de tres a uno. Se trataba, pues, de un área predominantemente mestiza donde la cultura indígena perdía influencia, en comparación con las provincias de Culiacán y Sinaloa. En la provincia de Culiacán, la composición de la población era 54% no indígena y 46% indígena. En la de Sinaloa, continuaba el predominio de la población indígena (57%) sobre la otra (43%).95
En este contexto de expansión y consolidación de la actividad minera en la
región, es cuando se distingue la situación geográfica favorable del puerto de
Mazatlán que vendrá a ser el principal factor que influyó para que los pobladores
de los centros mineros del Sur de Sinaloa, Cosalá, San Ignacio, San Sebastián y
El Rosario, descargaran por estas playas buques de cabotaje a principios del siglo
XIX.96
De igual manera, los acontecimientos que sucedieron en la entonces
gobernación de Sonora y Sinaloa en el último tercio del siglo XVIII, debidos a las
políticas de reforma impulsada desde la metrópoli por la dinastía de los Borbones,
serán clave para entender el poblamiento y surgimiento de una estructura social,
económica, cultural y política del puerto de Mazatlán en la primera mitad del siglo
XIX, que lo llevarán a ser el centro de desarrollo y poder principal en Sinaloa.
2.3. Las reformas borbónicas en el Sur de Sinaloa.
Dice Ortega Noriega que, en general, las profundas reformas impuestas entre
1767 y 1821 en las provincias del noroeste, afectaron a la iglesia católica, a la
95
Sergio Ortega, Breve Historia…op. cit. p. 67. 96
Rigoberto A. Román Alarcón, Comerciantes extranjeros de Mazatlán y sus relaciones en otras actividades (1880 – 1910), Revista Clío de la Facultad de Historia de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Volumen I Número 5, Enero - Abril de 1992, p. 44.
74
organización política y militar, a la economía y al fisco. Haremos referencia puntual
de dos de esas reformas que más impacto tuvieron, desde nuestra perspectiva, en
la reconformación cultural de la región, que desde entonces empezarán a formar
un nuevo proceso de reconfiguración de identidades, de hábitos cotidianos,
mentalidades, explotación de mano de obra, nuevas clases dominantes y
subalternas, y una nueva forma de hegemonía fincada en relaciones sociales
distintas al periodo colonial descrito anteriormente y que prefiguran la formación
de las sociedades capitalistas del siglo XIX.
Una de las primeras manifestación del reformismo borbónico en el noroeste
novohispano fue la expulsión de los jesuitas, que vendría a romper una de los
elementos de la vieja estructura cultural hegemónica construida desde las
primeras misiones evangelizadoras franciscas, que acompañaron a Nuño de
Guzmán, en el ya lejano año de 1530, lo que provocó efectos inmediatos en las
comunidades indígenas, así como en la cohesión social de aquellas sociedades
humanas que se formaron a partir de la tutela de las misiones jesuitas;
Los jesuitas daban coherencia y unidad al sistema de misiones que, con una administración centralizada, presentaba un solo frente a los colonos que buscaban su desaparición. La salida de los misioneros desarticuló la organización de los pueblos indígenas y los redujo a comunidades aisladas y vulnerables al asedio de los colonos…en este periodo (1767-1821) comenzó la destrucción de las comunidades indígenas, la pérdida de la propiedad de la tierra y del agua, la pérdida incluso de la cultura propia. Desprovistos de su comunidad, de su tierra y de su cultura, los indígenas no tuvieron otra alternativa que alquilarse como peones al servicio de los colonos. Éste es el profundo cambio social que se inició a raíz de la expulsión de los misioneros jesuitas.97
En la estructura económica, dos fueron las reformas que cimbraron las
sociedades en el noroeste novohispano, y que en unas décadas vendrían a ser
benéficas y fundadoras del Mazatlán decimonónico, así como la raíz de la
integración de la región y del estado mexicano al comercio mundial capitalista del
siglo XIX: la liberalización del comercio y los incentivos a la minería.
97
Sergio Ortega Noriega, Breve Historia…op. cit., p. 34.
75
Antes de las reformas el comercio exterior de la Nueva España era un
monopolio de los comerciantes del consulado de Sevilla, en España, y de los
consulados de cada colonia americana, en nuestro caso el Consulado de
Comerciantes de la ciudad de México;
Los principales cambios en el sistema de comercio fueron la habilitación de nuevos puertos para el comercio ultramarino, lo mismo en España que en América; la sustitución de la flota anual por navíos sueltos que podían viajar sin someterse a un calendario; la ampliación de los permisos para comerciar con más productos, tanto de la metrópoli con las colonias como de las colonias entre sí, porque antes de estas reformas estaba restringido el comercio entre las colonias. El libre comercio tuvo amplias repercusiones en la Intendencia de Arizpe, pues al fracturarse el monopolio de los almaceneros y al desaparecer los alcaldes mayores quedó desmantelada la estructura que durante casi dos siglos había sustentado la forma de hacer el comercio entre el noroeste y el centro de la Nueva España. Otros cambios importantes se produjeron en las rutas comerciales al abrirse las comunicaciones marítimas en el Pacífico que, a partir de Acapulco y de San Blas, llegaban a Mazatlán, Altata, Guaymas, Loreto, La Paz, San Diego, Monterrey y San Francisco.98
Producto de la liberación de este comercio marítimo y de la nueva
estructuración del dominio político de la Corona sobre las costas del pacífico
mexicano, el 23 de marzo de 1792 se expidió la Orden Real para crear la
Gobernación de Mazatlán, que según el historiador Adrian García Cortéz, debe
considerarse como la fecha oficial de fundación del puerto.
Con respecto al peso demográfico de los distintos grupos étnicos que
conformaban aquella sociedad predecimonónica, podríamos decir, que los
mestizos y mulatos fue el que creció más entre 1767 y 1821, pero no resultó
beneficiado por las reformas borbónicas, sino que fue mejor controlado y objeto de
las exacciones fiscales de una burocracia más amplia y eficiente.99
Así, la estructuración política y económica, así como la formación cultural
del puerto de Mazatlán durante el siglo XIX, integrará a la región en las relaciones
sociales capitalistas modernas, bajo la hegemonía cultural de los comerciantes-
inmigrantes extranjeros.
98
Ibíd. 99
Ibíd., p. 56.
76
Este poblamiento y establecimiento de relaciones sociales habituales en la
bahía de Mazatlán, no fue afectado por el movimiento de independencia que
sacudió al centro y sur de la Nueva España de 1810 a 1821, y la posterior
expulsión de españoles que se dio temprano en la era independiente, en 1827,
debido a que sus raíces profundas vienen de las reformas político-económicas de
los Borbones.
2.4. El movimiento de independencia en Sinaloa: nace una nueva estructura política.
Para Luis Villoro, lo que se conoce como Revolución de Independencia, es
resultante de un complejo de movimientos que divergen considerablemente entre
sí y tienen su asiento en distintas capas de la sociedad, para entenderlo es
necesario analizar las clases sociales novohispanas que existían, sus alianzas, y
el surgimiento de nuevos actores. Este análisis situacional, como lo llama, vendrá
a profundizar los dos grandes intentos de interpretación del movimiento de
Independencia, que no pueden tomarse como explicaciones o causas unívocas de
la revolución de independencia, pero ambos deben tomarse en cuenta y colocarlos
en su raíz social, de clase, que los promueve y por qué;
(…) desde el uno se ve la revolución como una reacción tradicionalista contra las innovaciones liberales de la península y en defensa de los valores hispánicos y religiosos amenazados; desde el otro se presenta la perspectiva exactamente inversa; la revolución aparece como una de las manifestaciones de la conmoción universal provocada por la Ilustración y la revolución democrático-burguesa en Francia. 100
Considerando lo anterior, diremos que el basamento endógeno real de la
política y lo político en Sinaloa debe rastrearse en la herencia colonial propia del
presidio, las misiones jesuitas y los reales de minas, junto con el aporte de las
legislaciones borbónicas de 1769 y su variante liberal de Cádiz 1812. Dentro de
esta estructura en derrumbe durante el decenio que va 1810 a 1820, también
entraron en proceso de extinción las corporaciones colonial que dominaban la
100
Luis Villoro, El proceso ideológico de la revolución de independencia, CONACULTA, México, 2002, p. 19.
77
economía, como lo son los mineros españoles, los artesanos en sus gremios y los
comerciantes monopolistas de España.
Estos fueron remplazados por nuevos extranjeros que seguían y
respetaban más las nuevas reglas de la economía y sociedades liberales así como
los mestizos.101 Ante esto hay que apuntar que, el proceso y las formas de
desintegrar la sociedad colonial española en Latinoamérica en dicho periodo no
sólo fueron de alto rango al pasar de monarquía a repúblicas, sino también el paso
de estructuras de control centralizadas a otras federales. Esto con sus distinciones
según regiones y sociedades.
En nuestra región la división territorial del virreinato durante la época de la
consumación de la Independencia constaba de dos grupos de provincias internas;
oriente y occidente, 12 intendencias y 3 gobiernos. Esto respondía a los mandatos
establecidos en la constitución borbónica de Cádiz, implementada en México en
1812 y revivida en 1820. Entonces el Estado de Sinaloa, formaba parte de las
Provincias Internas de Occidente, junto a Sonora, Nueva Vizcaya y Nuevo
México.102
En el momento de las luchas de emancipación, la llamada ruta de la
independencia nacional poca importancia tuvo en Sinaloa, debido a que en el
interior de la Provincia de Occidente no se registra la gestación de ningún grupo,
ni caudillo promotor de las ideas independentistas. Las manifestaciones de
insurrección llegaron del sur, a cargo del jalisciense José María González de
101
Junto con el debilitamiento del poder central quedó minado el poder de los grupos corporativos y las distinciones de castas que habían existido en la sociedad colonial y que habían jugado un papel importante en el control social. La desorganización y la desintegración de las estructuras coloniales no sólo fueron consecuencias de las guerras de independencia y de los conflictos sociales posteriores, sino también de la ideología liberal dominante. Aunque sobre ciertas cuestiones hubo grandes desacuerdos entre la élite política, hablando en términos amplios se puede decir que aceptaron de forma generalizada muchos aspectos de la concepción liberal individualista de la sociedad y de la economía y (en grado menor) de los ideales liberales de igualdad jurídica. Frank Safford, Política, ideología y sociedad, en Leslie Bethell, Historia de América Latina, Tomo VI, América Latina independiente, 1820-1870, Crítica, Barcelona, 1991, p, 44. 102
Las provincias de Sonora y Sinaloa se encontraban unidas administrativamente y eran dirigidas políticamente por un intendente, también con atribuciones militares; la capital se encontraba en la ciudad de Arizpe. Ambas provincias tenían una población aproximada de 130 000 personas. Ricardo Mimiaga, La consumación de la Independencia en Sinaloa, Revista Clío, UAS, Vol. 5, Núm. 20, p. 76.
78
Hermosillo, quien con pocas balas y hombres logró someter por un breve lapso de
tiempo primero la población del Real de mina de El Rosario, y posteriormente a
Cosalá, en su ruta desastrosa hacia Sonora.103
En días de la lucha por la independencia de la corona Española, el puerto
de Mazatlán estaba comprendido políticamente en la Intendencia de Arizpe;
Hasta donde tenemos noticia, el enfrentamiento entre criollos gachupines no se dio en la Intendencia de Arizpe, pues no se mostró esa escisión del grupo dominante, lo que indica que los intereses de los miembros de la elite estaban mejor concertados que en la ciudad de México. Podemos señalar que aquí la política de los borbones favoreció al grupo de españoles, tanto criollos como peninsulares; los mercaderes perjudicados por los cambios estaban fuera de la Intendencia, principalmente en México y Guadalajara. Los ricos de la Intendencia de Arizpe no habían sido tan maltratados por el rey como los de otras regiones.104
Aún así, el sur de Sinaloa se distingue en el estudio de ese periodo por
sumarse de forma inmediata al movimiento emancipador, por causas que todavía
no están históricamente bien establecidas para tomarlas en consideración. A
destacar en este movimiento fue la adhesión de los mulatos de presidio de
Mazatlán, que se sumaron a los independentistas en su camino hacia Cosalá;
El ejército de González Hermosillo estaba formado por gente sencilla de los distintos pueblos (Magdalena, Tepic, Acaponeta y El Rosario), por los que iba pasando y quienes se sumaban a la gesta portando las armas o aperos que podían usarse en la lucha. Había iniciado el recorrido en Guadalajara y en la aventura llegó a Sinaloa; tomó El Rosario y continuó rumbo a San Sebastián (hoy Concordia). En esa etapa, González Hermosillo llegó al Presidio de Mazatlán y con mucho agrado aceptó la incorporación de los milicianos mazatlecos, pues muy pocos de los campesinos e indígenas que se le habían sumado contaban con los conocimientos, entrenamiento militar
103
Los actos de insurrección en realidad violentos duraron muy poco, pues se registraron únicamente en el mes de diciembre de 1810 y primeros días de enero siguiente; fueron encabezados por elementos provenientes de otra región…Pasado el breve sacudimiento ocasionado por González Hermosillo, todo volvió a quedar en paz a lo largo de los diez años que en otras regiones se estuvo luchando por la independencia, hasta su consumación en 1821: inclusive, los soldados de la guarnición de Mazatlán que se pasaron del lado insurgente, fueron perdonados y siguieron vistiendo el uniforme virreinal. Esta rápida contención a la insurgencia significó un dique que los realistas pusieron a la corriente revolucionaria que venía del occidente del país y que pretendía extenderse por el noroeste. David Piñera, La independencia en el noroeste de México; estudio historiográfico, México, Revista de Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México. V., 5, UNAM, México, 1976, (25-02-09), Disponible en: http://www.iih.unam.mx/moderna/ehmc/ehmc05/043.html 104
Sergio Ortega Noriega, Breve historia…op. cit., p. 48.
79
y armas de este cuerpo de milicia encargado de custodiar los caminos y el puerto. A las huestes insurgentes de González Hermosillo, esta adhesión le significó un refuerzo fundamental y alentó sus esperanzas de cumplir cabalmente las instrucciones recibidas de don Miguel Hidalgo.105
De nueva cuenta en la consumación de la independencia, el real del
Rosario se sumó de inmediato a la proclama del plan de Iguala el 16 de julio de
1821, en voz y juramento del teniente coronel Fermín de Tarbé y el párroco fray
Agustín José Chirlic. Sobre este hecho en particular, Sergio Ortega Noriega,
señala lo siguiente a manera de explicación política de este acontecimiento
peculiar en el sur de Sinaloa, que nos permite identificar actores nuevos en la
formación cultural de la región, así como elementos ideológicos que estarán
presentes en el proceso de construcción hegemónica en los siguientes años;
Es sorprendente la rapidez con que se difundió la información sobre el movimiento trigarante y su plan, y no menos extraordinaria la celeridad con la que fue aceptado en la Intendencia. Más que una decisión de las autoridades parece que fue una opción de las personas importantes de la intendencia, que del poder económico habían pasado a ejercer el poder político. Estas personas, que se llamaban "los notables", desempeñarían un papel muy importante en la historia de Sinaloa y de Sonora durante el siglo XIX…La investigadora Rina Cuéllar Zazueta propone la hipótesis de que los masones, que se habían extendido en la intendencia por lo menos desde 1816, desempeñaron un papel en la difusión de la información y actuaron como organización política para concertar las decisiones de sus miembros (…) 106
En razón de lo anterior, el ambiente antiespañol que germinó tras declarada
la independencia, el cual culminaría con la expulsión de la mitad de esa
comunidad a nivel nacional, y para nuestro caso con el decreto en expulsión
española en el estado de occidente de 1828, tiene una explicación que se suma
105
El sargento Hernández, mazatleco que se desempeñaba como miliciano de la partida que estaba asentada en el Presidio de Mazatlán (hoy Villa Unión), justo el 31 de diciembre de 1810 ofrendó su vida por la causa de la Independencia que encabezaba el cura Miguel Hidalgo, en la batalla de San Ignacio. Hernández encabezó a los soldados presidiales a su cargo, todos del pueblo de Mazatlán de los mulatos, cuando el 26 de diciembre de 1810 decidieron unirse al ejército libertador dirigido por José María González Hermosillo; quien cumplía las encomiendas de Hidalgo: liberar las tierras del noroeste de la Nueva España y, en particular, controlar el mineral de Cosalá para obtener la mayor cantidad de fondos, con los cuales sufragar la lucha insurgente. Enrique Vega Ayala, Sargento Hernández, un héroe mazatleco en la lucha por la Independencia nacional, Reseña histórica publicada en el periódico Noroeste, Año XXIX, Núm. 11665, 16 de septiembre del año 2009. 106
Sergio Ortega Noriega, Breve Historia…op. cit., p. 65.
80
a la hipótesis sobre el peso político de los masones en esos días del México
independiente;
La oposición a los españoles fue enarbolada como una de las banderas más vistosas del partido popular y americano, que se organizaba desde las logias masónicas de York en contra de una elite excluyente y acaparadora. En mayo de 1827, sus adeptos lograron proclamar una ley que excluía a los ibéricos de los empleos públicos civiles y militares, e incluso de los cargos religiosos, si bien los que fueran destituidos conservarían la totalidad de sus salarios. En un clima de enfrentamiento cada vez más enrarecido, los yorkinos terminarían por exigir y promulgar su expulsión total.107
Por su parte el decreto constitucional de expulsión española, emitido por el
congreso del Estado de Occidente, y publicado en Concepción de Álamos el 15 de
Febrero de 1828, por el gobernador provisional, José María Gaxiola, nos indica los
alcances políticos y sociales de la medida en nuestra región del sur de Sinaloa. En
él se expulsa de manera directa –en un plazo de treinta días- a los militares
españoles que lucharon contra la independencia (Art,1.), a todo español sin
consideración de clase y condición que se sepa por el estado, que haya sido
desafecto a la independencia y su actual forma de gobierno (Art.7), de igual
manera se separa de sus cargos públicos, civil o eclesiástico a todo español que
trabaje para el estado (Art.11), se prohíben las todo tipo de juntas secretas entre
españoles so pena de expulsión (Art.14). Este decreto dejará de ser vigente,
permitiendo a los españoles expulsado volver al estado mexicano, según señala el
artículo 15, cuando la España reconozca la independencia de México.108
Ahora bien, la medida en que estos dos fenómenos políticos afectaran a la
conformación cultural del puerto de Mazatlán, no son identificables por los autores
consultados ni por la lógica histórica de los eventos señalados hasta el momento.
Recordemos que aunque sin estatus oficial, desde las reformas borbónicas el
puerto “irregular” de Mazatlán, había experimentado un tráfico legal e ilegal
importante de mercancías, experimentando con ello una dinámica social y
107
Erika Pani, De coyotes y gallinas: hispanidad, identidad nacional y comunidad política durante la expulsión de los españoles, Revista de Indias, 2003, vol. LXIII, núm. 228 Págs. 355-374. 108
Aarón Grajeda Bustamante, 1828 el Decreto de expulsión española en el Estado de Occidente, El colegio de Sonora, Región y sociedad, Vol. VIII. No. 13-14. 1997. Versión electrónica: http://lanic.utexas.edu/project/etext/colson/13-14/13-14_5.pdf
81
poblamiento, ajenos a los entornos políticos y legales de la independencia. Estos
dos últimos acontecimientos, sí serán un factor a considerar al empezar a poblarse
el puerto de manera acelerada,109 y al modificarse legalmente la situación política
durante la primera mitad del siglo XIX.110
En este contexto, la polémica histórica sobre la fecha fundacional del
puerto, como veremos en el capítulo cuarto, tiene características singulares que
nos permiten explicar desde una perspectiva del tiempo y el espacio de larga
duración, los procesos sociales que permitieron el asentamiento definitivo de los
primeros pobladores, y como fue su despegue como el principal puerto del
Noroeste del México independiente a mediados del siglo XIX.
Pero antes debemos sumar la idea que alude a la mentalidad de las clases
dominantes y subalternas de la región, y que considera difícil que prendieran los
ideales libertarios en virtud de que la rudimentaria o nula instrucción de sus
escasos habitantes, impedía que causaran impacto, por ejemplo, las ideas de los
enciclopedistas franceses; sus guías espirituales eran misioneros, en su mayoría
españoles, obviamente adictos a su patria y a la estructura colonial de la que
formaban parte; no existían los colegios y seminarios que aportaron el fermento
ideológico que cultivo la rebelión en otros lugares de la Nueva España.
Teniendo en cuenta estas observaciones, se puede considerar que el
periodo durante el siglo XIX donde realmente se manifiesta de forma evidente la
109
La población de Mazatlán fue estimada para 1824 en aproximadamente 500 habitantes por Juan Miguel Riego, gobernador del estado de Occidente. Jorge Figueroa Cancino, La fundación del Mazatlán Colonial en 1792 y su evolución político territorial hasta la constitución política de 1917, En Lorena Schobert Lizárraga y Ernesto Hernández Norzagaray (editores) Raíces de Mazatlán…op. cit., p.101. 110
Su población se incrementó visiblemente con fuerza a partir de su apertura al comercio internacional, decretada por las cortes españolas en 1820, y sobre todo después de la independencia de México declarada en 1821.. Para 1825, ya se había desmantelado el viejo sistema colonial, y decretado la Constitución Política Federal de 1824, con un gobierno formalmente republicano y federalista; entonces la vieja ordenación política y militar habría desaparecido para dar paso a nuevos ordenamientos y divisiones territoriales(p.100) ; el puerto de Mazatlán pese a contar con cierto desarrollo poblacional, carecía de peso para adquirir la categoría de gobierno con ayuntamiento en la nueva legislación por no tener el requisito poblacional contemplado contemplados en el artículo 177 de la Constitución de Occidente de 1825 (también republicana y federal). Este ordenamiento legal, señalaba la formación de un régimen municipal con su ayuntamiento, en cabeceras de partido con más de 3 mil habitantes. Menos aún podía ser cabecera de departamento o partido, debido a su escaso desarrollo socioeconómico, perteneciente entonces a la Jurisdicción de San Sebastián hoy Concordia”. Ibíd., p.101.
82
conformación del campo político en el Mazatlán decimonónico, va de la apertura
comercial internacional en 1822111 al establecimiento de la capital de Sinaloa en
Mazatlán en 1862, o sea, en las disputas anteriores al establecimiento de un
gobierno fuerte y estable tanto a nivel estatal como nacional. Esto ocurre hasta la
presidencia de Porfirio Díaz, y la gubernatura de Cañedo. En ese lapso de tiempo
los actores, grupos, instituciones, idearios, se han establecido y se confunde en la
“normalidad” entre las luces y sombras de la “normalidad” política.
Pero bien, según la historiografía política moderna, la independencia de las
colonias españolas tiene implícita varios procesos sociales, económicos y políticos
y culturales, que nos permiten conocer las formas por medio de las cuales las
concepciones políticas propias de la colonia van cambiando en Latinoamérica en
pos de adecuarse a las legislaciones republicanas, liberales y modernas del siglo
XIX.
En este contexto, se contempla que bajo las nuevas legislaciones y ante el
naciente Estado nacional, los actos sociales individuales y colectivos transforman
su ser, su posición dentro del todo, sus derechos y obligación.
La conversión del ser político con derecho de las congregaciones,
corporaciones y estamentos, pasa a los individuales, de súbditos a ciudadanos,
con ellos cambian las formas de representación, de gobierno. Esto en el intento de
fundar la nación sobre los cimientos de la república, federal, centralista o
monárquica, que traerá necesariamente nuevas instituciones, leyes, y una cultura
política que en casi todo el territorio mexicano tendrá difícil asimilación y respeto.
Estos cambios se remontan a la constitución española de Cádiz 1812, de
inspiración borbónica liberal, que vendrá a ser la piedra angular del liberalismo
español y que Hispanoamérica en efervescencia independentista sería el
preámbulo a la nueva visión política y filosófica, que unifique el Estado y la
sociedad. Entre los puntos destacables; la abolición de la supremacía de los
111
El 6 de Febrero de 1822 la Soberana Junta Provisional Gubernativa de México, confirma la habilitación de Guaymas y Mazatlán como puertos de Altura. José Antonio García Becerra, Colección de los decretos espedidos por el primer congreso constitucional del Estadio Libre de Occidente (segunda parte), imprenta del Gobierno del Estado de Occidente, 1829.
83
grupos sobre los individuos, la soberanía pasó a residir en el pueblo, no más en el
rey, la conformación de órganos locales con independencia del centro político, etc.
En nuestro caso, la primera construcción política institucional en el Sinaloa
independiente, se da en 1831 al consumarse la división política del Estado Interno
de Occidente, otorgando autonomía federal a Sonora y Sinaloa.
Este acontecimiento fue un hecho coyuntural, un episodio más entre la
disputa y los conflictos de intereses entre las oligarquías regionales más
importantes del noroeste de México, el cual se desarrollará en el espacio del
noroeste del México independiente y el tiempo desde la consumación de la
independencia hasta las últimas décadas del siglo XIX.
84
"El hombre se parece más a su tiempo que a su Padre"
Proverbio árabe.
85
Capítulo III.
La influencia europea en las ciudades-puerto latinoamericanas en la primera mitad del siglo XIX; un
acercamiento de historia comparada.112
112
Este capítulo es resultado de una beca para estudios de posgrado internacional, derivada de la convocatoria de “Becas-Mixtas en el extranjero para becarios CONACYT-Nacionales 2008”. La estancia de investigación fue realizada entre los meses de Septiembre y Diciembre del año 2008 en el Instituto de Historia Argentina y Americana “Dr. Emilio Ravignani”, de la Universidad de Buenos Aires, Argentina; La biblioteca de la Academia Nacional de la Historia; La Biblioteca Nacional de Argentina; así como en el Centro de Estudios sobre Migración en Latino América (CEMLA). Todo ello bajo la asesoría del Dr. Roberto Di Stefano.
86
En el capítulo anterior se explicó cómo se gestó la estructura de dominación
colonial en el noroeste mexicano y su posterior derrumbe con los procesos de
Independencia de 1810. También se mencionó las características generales de la
nueva estructura política necesaria para avanzar en la formación de la nación
independiente. Ahora, en el presente capítulo se expondrán cómo se creó una
nueva estructura económica en torno a las recién creadas ciudades-puerto,
pasados los principales procesos de independencia de inicios decimonónicos en
Latinoamérica, y cuál fue el aporte del comercio y la cultura europea ilustrada en
estos acontecimientos.
3.1. Las ciudades-puerto y el comercio ilustrado.
En los procesos de Independencia generados en las posesiones españolas en
América –se descartaría entre ellos la situación de Cuba, o las colonias lusitanas
como Brasil- en las primeras dos décadas del siglo XIX, varias regiones y países
compartieron procesos, necesidades y circunstancias que son asimilables entre sí.
Uno de ellos, es la introducción de la cultura europea moderna, romántica
algunas veces, ilustrada después, por parte de comerciantes extranjeros o de las
élites culturales criollas, así como la fundación, la invención, y edificación
promovidos por estos grupos de ciudades-puerto de nuevo tipo en Latinoamérica.
Esta idea nos servirá para englobar el proceso inmigratorio europeo sucedido en
Mazatlán, como parte de un fenómeno continental con el cual comparte rasgos
pero también muestra sus diferencias.
¿Y por qué ciudades con puertos? Porque estos espacios eran
simbólicamente el punto de reunión entre un comercio capitalista, industrial, en
expansión donde se traficaban mercancías, se contrabandeaba como siempre, y a
la vez se traficaba con ideas y símbolos en lugares fuera de toda influencia
perdurable del Antiguo Régimen como gustan llamarle los sudamericanos.
Así, estos espacios abiertos de par en par a la influencia extranjera, se
desarrollaron en regiones que en tiempos de la colonia española no estaban
consideradas como prioritarias para el desarrollo de la metrópoli, pero que a causa
87
de la nueva expansión comercial marítima europea, producto de los inicios de la
industrialización capitalista, la ilustración y el liberalismo se volvieron lugares
estratégicos para el tráfico mercantil entre Europa occidental y América.
Destacan regiones costeras del Atlántico sudamericano como el Mar del
Plata, o del pacífico como Valparaíso, así como los puertos del Pacífico
colindantes con el Mar Bermejo y las Californias al noroeste de México. Si bien ya
eran puntos de intercambio comercial y contrabando desde tiempos coloniales, al
abrirse el flujo marítimo con las reformas borbónicas y posteriormente la
Independencia, cobran suma importancia para el desarrollo regional, las
migraciones y los nuevos imperialismos.
En esos espacios surgen las ciudades-puerto de Buenos Aires, Montevideo,
en la Sudamérica Atlántica y Valparaíso por la costa del Pacífico, terminando con
la hegemonía del puerto principal del virreinato del Perú, El Callao, mientras que
Veracruz, Acapulco, y San Blas, mermarían su importancia en México ante el
surgimiento de Mazatlán, Guaymas y los puertos de las Californias.
En estos primeros años que van de 1810 a 1840, se da un fenómenos que
a grandes rasgos posee la siguiente fisonomía; arriban extranjeros representantes
de casas de comercio en sus respectivos países, que llegan no a colonizar sino a
establecerse como clase dominante, debido a su riqueza y a su fin de
intermediaros comerciales o cónsules de sus respectivos países, que no será
como sucederá posteriormente en varias regiones sudamericana o de Estados
Unidos, inmigrantes de segunda o tercera clase –denominados así por su boleto
de barco-, que llegaban por medio de compañías colonizadoras y por acuerdos
inmigratorios con los gobiernos nacionales en formación con la misión o sueño de
Hacer la América.
De esta forma y teniendo como eje de nuestra intento comparativo el puerto
de Mazatlán durante el siglo XIX, suceden en este contexto procesos simbólico-
culturales en distintas regiones que sorprenden a la mirada de la historia por su
rápido florecimiento y reconocimiento social. Si bien a veces se presentan en un
mismo periodo temporal, otras con unos años o par de décadas de distancia, van
88
formando un tipo de sociedades que establecerán un imaginario cultural acorde
con el sistema capitalista en expansión; romántico, ilustrado, liberal, burgués y
moderno, reflejo de nuevas relaciones de producción, y de una nueva hegemonía
mundial.
Veamos primeramente, algunas perspectivas contemporáneas que han sido
desarrolladas para explicar este fenómeno migratoria hacia Sudamérica.
3.2. Paradigmas contemporáneos en la historiografía sudamericana para el
estudio de inmigración europea a Latinoamérica en el siglo XIX.
El análisis histórico de la influencia europea en la formación de las sociedades
latinoamericanas después de la era de los movimientos de Independencia, tiene
dos vertientes marcadas; una indirecta, intelectual o ideológica, reflejada en las
concepciones filosóficas, sociales, políticas, económicas, artísticas, religiosas o
culturales,113 que llegaban a la región por medio de libros, folletos o de
pensadores de las élites cultas novohispanas –criollas o peninsulares- a finales de
la colonia.
La segunda es migratoria, práctica y comercial, que por medio del contacto
directo y de la puesta en práctica en las sociedades receptoras de relaciones
humanas dirigidas por la forma de vida Europea occidental –extranjera de aquí en
adelante para los fines de este trabajo-, marcó las formas productivas y simbólicas
de amplias regiones del continente, en unas de manera más definitiva y evidente
mientras que en otras no lo fue tanto.
113
En su afán por ubicar al romanticismo en los estudios culturales occidentales, Jorge Myers plantear un bosquejo de las formas que el análisis cultural ha tenido en las ciencias sociales contemporáneas en Sudamérica. Para ello distingue entre la cultura entendida como expresión artística-elitistas de corto alcance, y la expresión más amplia socialmente que la concibe como manifestación colectiva. En un segundo momento, señala que existe una teoría académica que llama cultura crítica (donde incluye a Marx, Bourdieu, los frankfurnianos, etc.) donde se concibe a la Cultura como generadora de estructuras de dominación por parte de las élites hacia las clases subordinadas. La segunda la ubica como producto de la escuela marxista inglesa por medio de los cultural studies, donde se amplía la noción cerrada anterior, dándole su lugar a las prácticas culturales de las clases subordinadas, como generadoras de sociedad, por tanto de historia, y tan importantes y significativas como las anteriores. Jorge Myers, Los Universos Culturales del Romanticismo: reflexiones en torno a un objeto de estudio, En Graciela Batticuore, Klaus Gallo y Jorge Myers (Comp.), Resonancias románticas. Ensayos sobre la historia de la cultura argentina 1820-1890, Eudeba, Buenos Aires, 2005, p. 24.
89
Para profundizar en esto, seguiremos los pasos del historiador argentino
Fernando Devoto, en su reflexión amplia sobre el problema que representa el
análisis de la influencia de las migraciones en las sociedades latinoamericanas del
siglo XIX a la fecha. Y aunque el autor desarrolla sus investigaciones para la
Argentina y de segunda mano la región del Río de la Plata, sus observaciones son
de suma importancia al momento de especificar las formas en que se presentó
dicho fenómeno en Sudamérica, y las diferencias observables con otros procesos
continentales como el estadounidense y más al norte canadienses, así como el
caribeño y mexicano.
En un primer momento, dice Devoto, es necesario delimitar el espacio físico
de la migración o de la zona de acción de la presencia extranjera. Y para ello se
debe ser flexible y no delimitar exactamente un espacio nacional o regional. La
experiencias sudamericana a inicios del siglo XIX en años anteriores y posteriores
inmediatos a los procesos de Independencia del virreinato del Río de la Plata,114
así lo indican, ya que la presencia extranjera europea occidental, inglesa
preponderantemente, no se dirigía a un país específico -Argentina, Uruguay,
Paraguay, no existían entonces- sino a un espacio indefinido políticamente, como
lo era entonces el Río de la Plata.115
114
Sebastián Gaboto fue el primer adelantado –como se le designaba antiguamente a persona a quien se confiaba el mando de una expedición marítima, concediéndole de antemano el gobierno de las tierras que descubriese o conquistase- de la corona española que fundó los territorios del Plata en 1526, el Fuerte de San Salvador en la desembocadura del arroyo del mismo nombre en el río Uruguay. Este Fuerte fue destruido en 1530 por los yaros y charrúas. Luego, en 1526 fundó también el fuerte de Sancti Espiritus en la confluencia del río Carcarañá con el Paraná, pero fue destruido por los timbúes en 1530. Posteriormente se estableció la Gobernación del Río de la Plata, un área administrativa integrante del Imperio Español en la zona de la cuenca del Río de la Plata. La capitulación del 21 de marzo de 1534 entre Pedro de Mendoza y la Corona española, creó la primera Gobernación del Río de la Plata, que fue también conocida como Gobernación del Paraguay. En 1617 se produjo la división de la gobernación, creándose la Gobernación del Paraguay, llamada originalmente del Guayrá, quedando con el nombre de Gobernación del Río de la Plata o de Buenos Aires, la parte sur con capital en esta ciudad. Su territorio comprendía, tras la división, gran parte de la actual Argentina (exceptuando las gobernaciones de Cuyo y Tucumán), Uruguay y partes del sur de Brasil, como Río Grande do Sul. Formó parte del Virreinato del Perú hasta 1776, fecha en la cual pasó a integrar el recién creado Virreinato del Río de la Plata, pasando a ser en 1782 la Intendencia de Buenos Aires. Marcelo Sánchez Sorondo, La Argentina por dentro, Editorial Sudamericana, Argentina, 1990, pp. 19-32. 115
La investigación que presentamos de Devoto es de largo aliento, iniciando su a finales del siglo XVIII para terminar hacia 1960 en lo que cabe a las migraciones transoceánicas, y de esa fecha al
90
En un segundo momento es necesario comprender que la presencia
extranjera europea en este periodo, en cualquier contexto que se estudie y con
cualquier definición que se aplique, remite siempre a un acto de voluntad;
mercaderes, representantes de firmas comerciales, cónsules, trabajadores libres
engañados a veces, obligados por las circunstancias otras, pero en sentido
opuesto a los procesos inmigratorios obligados, esclavizados como sucedió y
sucedía aunque ya en menor medida, con la raza africana.116
Posteriormente es necesario tipificar a nuestro sujeto de estudio,
esclareciendo sus las características generales porque debe considerar que la
categoría de inmigrante es ambigua, en cuanto cambia a lo largo del tiempo de
vida de las personas y en las imágenes y autoimágenes de las sucesivas
generaciones.117
Un calendario mercantil de 1802 permite observar las distinciones
establecidas en la época para referirse algunos extranjeros europeos presentes en
el Mar del Plata. En él, dice Devoto, se habla de comerciante, en referencia a
aquellos involucrados en el tráfico internacional de importaciones y exportaciones,
y mercader para aquellos cuya actividad principal estaba ligada a un local que
poseían en la ciudad.118
Siguiendo este orden de ideas, es posible identificar en la primera mitad del
siglo XIX, otros tipos de categorizaciones sociales y jurídicas del comerciante
extranjero que hacen más compleja su conceptualización y estudio a partir de la
distinción con la idea de inmigrante;
2000 se da cabida a las inmigraciones limítrofes. Otras propuestas metodológicas que surgen de dicho trabajo sobre la inmigración a la Argentina, proponen considerar los tiempos históricos largos y cortos, la propuesta analítica y narrativa, enfocar el fenómeno desde espacios micros y macros; explorar la relación entre lo objetivo y subjetivo así como la estructura y el imaginario. Fernando Devoto, Historia de la inmigración en la Argentina, editorial Sudamericana, Buenos Aires, 2004, p. 23. 116
Según Alberto Sarramone, recién en 1805 los extranjeros pudieron llegar a Buenos Aires en calidad de tripulantes de los barcos y muchos marineros se quedaron a vivir legal o ilegalmente en aquellas tierras. Alberto Sarramone, Los abuelos inmigrantes : Historia y sociología de la inmigración argentina, Biblos Azul, Azul, 1999, p.184. 117
Fernando Devoto, Historia…op. cit., p. 27. 118
Ibíd., p. 26.
91
Ante todo existían, en especial en Buenos Aires, florecientes comunidades comerciantes de extranjeros, mayoritariamente franceses, alemanes e ingleses, que nadie pensaba que eran equiparables a los genoveses que habitaban el barrio de la Boca o a los irlandeses que trabajaban como estibadores en el puerto de Buenos Aires o a los vascos que eran mayoría entre los trabajadores de los saladeros. Cuando Sarmiento se ve obligado a polemizar, a fines de los años cincuentas, con miembros de las comunidades francesas y alemanas que reclamaban derechos (o mejor exenciones), usa unánimemente, para referiste a ellos, la expresión extranjeros y no la de inmigrantes.119
En el periodo del siglo XIX la mayoría de las emigraciones europeas fueron
libres –salvo las motivadas por razones políticas o guerras- pero aún así no todas
tienen un factor determinante. Por ello es necesario considerar factores como la
economía, la política, la religión, lo social (demografía) o la naturaleza, para poder
explicar por qué las personas emigraban en este caso hacia el continente
americano. La teoría del pull and push migratorio, es utilizada en los análisis
sudamericanos para dar explicación al factor externo que ocasiona las
migraciones hacia la región, y así conocer las cualidades del sujeto migrante.
La idea de atracción (pull) que se ejerce hacia el migrante desde la región
de destino, son de concepción positiva, neoclásica y liberal.120 En contraparte la
idea de expulsión (push) colinda con teorías críticas, marxistas, que consideran
factores estructurales y demográficos en sus explicaciones.121
Se destaca de igual manera, los llamados canales de información -teoría de
la información- como determinantes para comprender las causas de ciertos flujos
migratorios a la Argentina durante el siglo XIX, como por ejemplo, las cartas que
119
Ibíd., p. 28. 120
En forma simplificada ello podrían definirse en los términos siguientes: la emigración es el resultado de la construcción de un mercado de trabajo transatlántico libre en el siglo XIX (es decir, muy poco o nada regulado por políticas públicas), que es el lugar donde se encuentran la oferta y la demanda de mano de obra excedente de distintos mercados nacionales. Cada uno de estos mercados es primeramente supuesto como homogéneo y luego como transparente, ya que en ellos operan individuos racionales, que aspiran a maximizar sus ingresos. Son individuos perfectamente móviles (o sin limitaciones para desplazarse) y que tienen acceso uniforme a la información, la que no tiene costo de transacción. Fernando Devoto, Historia…op. cit., p. 57. 121
Los científicos sociales pesimistas enfatizaban la situación existente en el país de origen del migrante, como una causa decisiva que explicaba la emigración. Partían de matrices conceptuales diversas, que esquemáticamente podrían agruparse en dos: 1) aquellas de base económica, a su vez escindibles en estructurales (predominantemente marxistas) y coyunturales, a las que podríamos denominar catastrofistas y 2) aquellas de matriz demográfica y en muchos casos cercanas a los estereotipos maltusianos. Ibíd., p. 53.
92
enviaban los inmigrantes a sus lugares de origen, y que según fuentes, se leían
los Domingos después de misa en las comidas familiares, estos eran factores de
certeza y certidumbre para estimular la emigración más importante que cualquier
política o subsidio por parte del Estado receptor, o la labor de cualquier compañía
contratante de migrantes.
Así los canales de información, sostenían las cadenas migratorias que se
construían desde Latinoamérica hacia Europa durante el siglo XIX,122 las cuales
en mucho casos no fueron bipolares, o sea, de un lugar de emisión a otro de
destino, sino multipolares; un emigrante podía tener varios puntos de llegada en
su proceso migratorio, desde el río de la plata hasta Chile de ahí a México y luego
a San Francisco.
Para la experiencia argentina, es posible observar procesos o momentos
inmigratorios de índole distinta durante el siglo XIX que, por su composición étnica
o de clase, o por los medios y fines que los motivan, afectan de distinta forma a las
sociedades receptoras, que como se sabe estaban en proceso de estructuración
debido al rompimiento con la metrópoli española. Entre ellos, Devoto, identifica a
las llamadas migraciones tardo coloniales en el contexto de las independencias –
para el caso mexicano y argentino, entre otras sociedades que esas fechas
iniciaron sus procesos emancipatorios- distinguiéndolas de las posteriores al
periodo de 1830 en la Argentina.
Es en este proceso donde encontramos más similitudes cualitativas y
cuantitativas, que nos permitan establecer una comparación histórica cercana a lo
sucedido en el Mazatlán de la primera mitad del siglo XIX.
Las características que ellas poseen se basan en que hay un descenso de
los flujos y cadenas migratorias añejas de españoles peninsulares, debido al
122
Las sociedades étnicas ayudaban a sostener la identidad etnocultural de los inmigrados de primera y segunda generación, sobre todo con los recién llegados. Estas se organizaban por medio de instituciones, lugares de reunión, o en los centros de trabajo, comerciales, etc., donde los inmigrantes hablaban su propia lengua, se leían sus cartas que recibían, contaban sus anhelos, le daban cobijo a los que llegaban, formando la base de las cadenas migratorias y los flujos de comunicación que luego influiría en los otros que se quedaron, para tomar decisiones sobre si debían ir o no al país donde ese encontraban sus amigos o familiares. Alberto Sarramone, Los Abuelos…op. cit., p.133.
93
momento de guerra, aunado esto a la no demanda de mano de obra, se genera
una inmigración de comerciantes, viajeros y militares.123 En el caso de Buenos
Aires se da un lógico descenso de la inmigración peninsular española, al ser
confiscadas algunas de sus propiedades, y no ser muy bien vistos estos por los
revolucionarios, abriendo aún más la puerta a un acelerado poblamiento con
personas provenientes sobre todo de Gran Bretaña,124 Estados Unidos, Alemania,
seguido de Francia, algunas ya estaban presentes antes de 1810.
Devoto enfatiza el hecho de que este movimiento de personas no logró
generar un ciclo migratorio sostenido, al ser este un periodo transicional entre el
Antiguo Régimen y la nueva expansión por venir a partir de 1830, lo que se ha
identificado como el verdadero periodo migratorio rioplatense.
Volviendo a nuestro periodo migratorio tardo colonial, y aunque no existe
mucha investigación sistemática sobre estos periodos de inmigración, lo que se
conoce o se ha trabajado en la Argentina proviene de las mismas crónicas o
diarios de ingleses hablando sobre sus connacionales.125 Las personas más
prósperas de este grupo de ingleses fueron las primeras en crear instituciones
extranjeras diversas para organizarse. Desde grupos de asistencia a sus
123
El significado más importante fue que abortó la continuidad de las migraciones peninsulares, que eran ampliamente las más importantes y las cadenas migratorias que habían estado alimentando el flujo se interrumpieron o se debilitaron. Por supuesto que esta situación generaba espacios para otros extranjeros, amantes del riesgo y las oportunidades, y con respecto a los cuales había, en función de su nacionalidad, prejuicios favorables o al menos actitudes neutras. Fernando Devoto, Historia…op. cit., p. 208. 124
La historia de la presencia inglesa en el continente tras la conquista española, se da en un ambiente de rivalidad y aventurero en Europa. España conquisto y colonizo primero, comenzando por las Antillas y continuando con América del sur, menos por Brasil. Los ingleses desde entonces se habían limitado al negocio de esclavos y al corso, bajo jefes tan universalmente conocidos como Hawkins, Cavendish, Drake, Fenton, siendo más conveniente para ellos saquear los barcos españoles cargados con metales preciosos, o los pueblos, en lugar de colonizar territorios en América. Recién en 1606 los ingleses fundaron una colonia en América del sur, la de Jamestown, y a partir de 1620 se fueron fundando colonias inglesas puras -traía consigo mujeres-, completamente distintas de las fundadas por España y Portugal. Las colonias inglesas en América del norte se dedicaron a la agricultura, las que se encontraban en las Antillas a la minería, el azúcar y el tabaco con excepción del rio de la plata que se dedico exclusivamente a la ganadería. Roberts Carlos, Las Invasiones Inglesas, Emece, Buenos Aires, 2000, p. 28. 125
Un elenco de profesiones realizado por una de las tantas guías de Buenos Aires, entre 1826 y 1834, muestra, por ejemplo, una comunidad británica ya variopinta. Estos eran propietarios de casas de comercio, tiendas y hoteles, médicos y farmacéuticos, pero también eran tapiceros, ebanistas, imprenteros, herreros, sastres, talabarteros, sombrereros, hojalateros, cerveceros, estableros. Ibíd., p. 209.
94
paisanos, hasta periódicos, templos religiosos, panteones, escuelas, clubes de
comerciantes y filantrópicos, bibliotecas, y demás, en un periodo que va de 1811 a
1829.
Acerca de sus formas de arribo nada se sabe, confiesa Devoto, pero tienen
la marca de los pioneros, ya que según algunas fuentes, establecieron cadenas y
flujos migratorios libres, con sus canales de comunicación basados en acciones
razonadas con respecto a fines, y multipolaridad en sus puntos de destino.
Pero, se pregunta Devoto, ¿Se les puede considerar, y/o se consideraban
ellos mismos como inmigrantes en esos tiempos?
Y responde, la cadena migratoria inglesa espontánea, no se consideraba en
sí misma como inmigrantes, ni los nacionales lo hacían, ya que ellos se pensaban
no como un proyecto de vida su estancia en la Argentina, sino como un proyecto a
corto o mediano plazo, lo que si bien en algunas ocasiones los llevaba a casarse y
tener hijos con criollas o mujeres residentes, luego regresaban a su país de
origen. Pocos eran los que se establecían después. Algunos de ellos preferían
considerarse extranjeros;
Los ingleses y los norteamericanos no eran los únicos extranjeros presentes en esos años. A ellos se agregaban los alemanes de distintas regiones y estados, aunque predominantemente hanseáticos. Muchos de ellos trabajaban en las casas comerciales británicas, pero había otros que formaban parte del artesanado y los oficios urbanos de la ciudad. Su número no era irrelevante, al punto de que ya en los años de 1820 crearon un Club Alemán, que parece haber tenido funciones de sociedad de ayuda mutua.126
Y aunque el primer decreto jurídico estatal para atraer migrantes se registra
en el año de 1810 –el siguiente se establece en 1812-, en esas fechas de
emancipación colonial referidas, la inmigración era espontánea y las leyes para
fomentarla no fueron capaces de contrarrestar esa tendencia agudizada por las
expulsiones y restricciones de los españoles.127
126
Fernando Devoto, Historia…op. cit., p. 211. 127
La inmigración europea no había crecido sino disminuido con la emancipación (si consideramos a los españoles como tales antes de la misma) y el relevamiento de la población en la ciudad de Buenos Aires en 1822 exhibía que los extranjeros eran poco más de 3 000 y equivalían a un 4% de
95
En nuestro estudio sobre las inmigraciones europeas hacia Sudamérica
durante el siglo XIX, destacan países como Argentina, Chile, Uruguay, en donde la
mayoría de los estudios consultados tienen la tendencia preponderante de enfocar
el estudio de las repercusiones culturales de estos procesos, en periodos de
tiempos que van de la segunda a la tercera generación de inmigrantes, sido
extensivos a sujetos que llegaron a esos países con boleto de segunda o tercera
clase. Poca atención han merecido los procesos culturales fundacionales
ocasionados por extranjeros de mayor nivel socioeconómico, en algunas regiones
de Sudamérica a inicios del siglo XIX o en sociedades que estaban en pleno
proceso de formación.128
Aunado a esto, destacan en la Argentina en los últimos años, estudios que
profundizan en la existencia de élites culturales que se sumaron a este empuje por
parte de comerciantes extranjeros, en el proyecto común de construir las naciones
latinoamericanas Independientes a partir de la influencia europea moderna, desde
un sistema de ideas basado en un historicismo romántico o ilustrado, según
acomodara, una economía capitalista e industrial, una política y moral liberal y
republicana, y una ética fincada en el protestantismo y el progreso.
Por ejemplo, el historiador Carlos Altamirano, sostiene que sin la existencia
de este grupo social en los albores del siglo XIX, sería imposible comprender tanto
los procesos de independencia, como las guerras civiles y la construcción de los
estados naciones en América Latina. Estas élites culturales, que no sólo fueron
letrados, intelectuales, artistas, filósofos productores de inmaterial, de sistemas de
ideas para interpretar el momento histórico en el que se vivía sino que también
fueron actores políticos de primer orden en los debates y combates por la
construcción de los Estados Nacionales, sirviendo como bisagra entre los centros
europeos que jugaban el papel de metrópolis culturales y las sociedades
latinoamericanas en formación;
todos los habitantes, cuando en 1810 llegaban al 17%. Las medidas contra los españoles habían sido la principal causante de esa reducción. Ibíd., p. 211. 128
Lo anterior es parte del enfoque que Norma Mabel Buffa, realiza en su tesis El aporte extranjero en la sociedad y economía de Bahía Blanca 1828-1900, Departamento de Humanidad, Universidad Nacional del Sur, Bahía Blanca, Argentina, 1989, p. 141.
96
El vasto cambio social y económico que posteriormente, en el último tercio del siglo XIX, incorporó a los países latinoamericanos a la órbita de la modernización capitalista, existió antes, como aspiración e imagen idealizada del porvenir, en los escritos de las élites modernizadoras…Había que unificar el Estado y consolidar su dominio sobre el territorio que cada nación hispanoamericana reclamaba como propio, redactar códigos e impulsar la educación pública. Estas tareas no pudieron llevarse adelante sin la cooperación de “competentes”, nativos o extranjeros, que pudieran producir y ofrecer conocimientos, sean legales, geográficos, técnicos o estadísticos.129
Sin duda es posible y necesario extender la idea de La Ciudad Letrada, del
uruguayo Ángel Rama, para este momento de definición simbólica en las
sociedades recién independizadas de la Corona Española en América. No como
algo terminado o estructurado, sino en proceso de formación y que a finales del
siglo tomará su forma concreta, esto es, las relaciones de los letrados, de las élites
culturales, de los intelectuales y artistas, con el poder establecido.
Nos dice Carlos Altamirano, que la función de estas élites culturales en el
sistema colonial, era sobre todo producir discurso de legitimación del orden social,
incluida la definición de la cultura legítima, que era la misma de estas élites, y que
la unía a la estructura de dominación social, con los cambios o discontinuidades
en el papel de ese papel social y los discursos correspondiente de legitimación;
Por ejemplo, el cambio del discurso religioso de dominación a los discursos ideológicos modernos. De la empresa de evangelizar se pasa a la de educar (…).130
Estás élites culturales eran en su mayoría étnicamente criollas, pero al igual
que los comerciantes extranjeros compartían una matriz espacial, las ciudades, y
una matriz simbólica, la cultura europea occidental, que negaba constantemente la
herencia colonial y prehispánica como formas bárbaras que no deberían
prevalecer en las nuevas sociedades civilizadas.
Profundizaremos continuación, algo más sobre esta perspectiva de las
élites culturales, compartida la mayoría de las veces de forma inconsciente por los 129
Carlos Altamirano, Introducción general, En Carlos Altamirano (director), Jorge Myers (Editor), Historia de los intelectuales en América Latina, Vol. I: La ciudad letrada, de la Conquista al Modernismo, Katz, Buenos Aires, 2008, p. 9. 130
Ibíd., p. 18.
97
comerciantes extranjeros que llegaron a Latinoamérica a inicios del siglo XIX,
planteando un repaso por sus fundamentos intelectuales, artísticos y filosóficos
más evidentes.
3.3. Europa occidental en Latinoamérica en el siglo XIX; romanticismo,
ilustración y modernidad capitalista.
Desde finales del siglo XVIII la economía y la estructura político-social son los dos
aspectos de las sociedades virreinales que se cimbran al derrumbarse el viejo
sistema comercial colonial hispánico. Al otro lado del Atlántico, las guerras
regionales provocadas por la ofensiva napoleónica, ocasiona el bloqueo del
comercio británico con la Europa continental, llevando a esta nación vanguardia de
la industrialización y el capitalismo imperialista en formación, a buscar otros
nuevos mercados en América Latina y donde no existían crearlos para su
beneficio.
Este nuevo expansionismo europeo imperialistas, más consciente y feroz
que el anterior, no encontraba su impulso en religiones o rutas comerciales
medievales, sino en un nuevo sistema mundial fundado en leyes invisibles que la
industrialización capitalista expandía por el mundo en forma de comercio,
ilustración, y de búsqueda de proveedores de materias primas.
Los mares y costas del Atlántico sudamericano fueron los espacios que
primero se incorporó a este nuevo sistema comercial,131 y donde la peculiar
coyuntura que empujó a Gran Bretaña a expansionar rápidamente sus mercados,
alcanzó su primer y máximo impacto.
(…) Río de Janeiro se convirtió en el centro de la agresiva actividad comercial británica, no sólo en Brasil sino también en la América española, especialmente la zona del Río de la Plata y la costa del Pacífico de América
131
En 1809 el último virrey español del Río de la Plata abrió el territorio que gobernaba al comercio inglés…Los demás países sudamericanos se abrieron al comercio con los movimientos de independencia, Chile se abrió definitivamente al exterior en 1818 y Lima en 1821, en las Antillas las transformaciones fueron más lentas. Tulio Halperín Donghi, Economía y sociedad, En Leslie Bethell (ed.), Historia de América Latina…op. cit., pp. 3-4.
98
del Sur…en 1808-1812 los comerciantes-aventureros británicos llegaron al Río de Janeiro, a Buenos Aires y Montevideo en gran cantidad.132
La geografía de los países también jugó un papel en la conformación
política y económica por esos días, es por ello que los gobiernos de los países que
contaban con población y recursos en la costa, y que desde hacía años tenían
estrechas relaciones con Europa occidental gracias a los ingresos aduaneros,
pudieron desarrollarse sobre bases financieras más firmes, teniendo mayor
estabilidad política que la que a menudo tuvieron los otros países.
Ejemplo de estos últimos, son las sociedades que se desarrollaron en tierras altas
interiores como Guatemala, México y los países andinos, mientras que los países
del Río de la Plata -Argentina, Brasil y Uruguay- y Venezuela eran costeros.133
Por el lado de la estructura social en formación diremos que se construyó
sobre los restos coloniales, de élites políticas y económicas españolas
peninsulares y criollas, seguidos por mestizos, indígenas, castas, y esclavos, que
seguían formando la base de la pirámide social, con su carga demográfica, de
pobreza, explotación y racismo que conlleva. Por ello, el factor étnico es otra
variable histórica a considerar al momento de intentar explicar y comprender como
se fueron estableciendo las nuevas relaciones sociales, políticas e ideológicas en
esas regiones.
También entraron en proceso de extinción las corporaciones coloniales que
dominaban la economía, como lo son los mineros españoles, los artesanos en sus
gremios y los comerciantes monopolistas de España. Estos fueron remplazados
por nuevos extranjeros que seguían y respetaban más las nuevas reglas de la
economía y sociedad liberal, así como los mestizos.
Caso aparte es la Iglesia Católica, quizá la mayor y más importante
corporación de la colonia, la cual fue sacudida duramente en las sociedades
donde su presencia económica y simbólica era fundamental -ya no digamos su
peso político y de control de las masas-, el caso de México, cosa que no ocurrió
132
Ibíd., p. 4. 133
Frank Safford, Política, Ideología y sociedad, En Leslie Bethell (ed.), Historia de América Latina, Tomo VI, América Latina independiente, 1820-1870, Crítica, Barcelona, 1991, p. 42.
99
en países donde tenía raíces menos profundas, por tanto su poder y privilegios se
redujeron con relativa facilidad, como en los países del Río de la Plata y
Venezuela.134
En relación al campo de la Política desde la independencia de las antiguas
colonias españolas en América en los albores del siglo XIX, la República fue la
forma de gobierno preponderante. Esta idea fue tomada de la historia política del
occidente europeo, encarnadas en dos experiencias históricas concretas; la
revolución estadounidense y la francesa,135 por tanto sus raíces son exógenas a
nuestra región. Sin embargo el liberalismo era más familiar para las nuevas
sociedades independientes,136 debido a que su influencia cercana en la
constitución de Cádiz de 1812.
Así, este debate intelectual -fundamentación de la soberanía de las
naciones independientes, status de ciudadano, formas de representación, tipos de
estado monárquico o republicano, hasta el tipo de estructuras de control estatal
centralizadas o federales- que las élites criollas llevaron a nivel inesperados,
134
Frank Safford, Política, ideología…op. cit., p, 43. 135
Aunque sobre ciertas cuestiones hubo grandes desacuerdos entre la élite política, hablando en términos amplios se puede decir que aceptaron de forma generalizada muchos aspectos de la concepción liberal individualista de la sociedad y de la economía y (en grado menor) de los ideales liberales de igualdad jurídica. Se asociaron las ideas sociales y económicas liberales con los países occidentales más poderosos y más avanzados económicamente. De aquí que la mayoría de la élite política hispanoamericana atribuyese los logros económicos de la Gran Bretaña y los Estados Unidos a su adhesión a los principios liberales, mientras que imputaba el atraso económico de Hispanoamérica al dominio de las instituciones y la política española. Ibíd., p, 44. 136
Las formas de abordar el Liberalismo en América Latina del siglo XIX, por parte de los politólogos e historiadores tenían dos rumbos; como ideología completamente ajena al ámbito cultural latinoamericano que chocó con la tradición y/o absolutista del poder heredado de la colonia; o como una ideología utilizada únicamente como máscara para el autoritarismo. Ya en el siglo XX, el liberalismo en la historiografía se mostró como la ideología hegemónica durante el siglo XIX en Latinoamérica. Esto creó el mito de que todo lo que no era liberal, era conservador, y que promulgaba por un regreso al sistema colonial para obtener estabilidad. Sin embargo, las causas de las guerras y conflictos durante esa época eran generalmente conflictos de poder o intereses económicos entre caudillos y regiones que el liberalismo no podía resolver. La ideología, según Steve Pincus, que valoraba a la sociedad comercial y a la riqueza, pero también al bien común es lo que podemos llamar liberalismo. No antagónico del republicanismo sino que combina elementos de la tradición republicana con la promoción de la sociedad comercial. Bolívar será entendido dentro del marco de la tradición republicana europea dentro más que dentro de la dicotomía liberal-conservador. Lucas Alamán y José María Luis Mora, se reconcilian dentro del pensamiento republicano. Luis Barrón, Republicanismo, liberalismo y conflicto ideológico en la primera mitad del siglo XIX en América Latina, En José Antonio Aguilar y Rafael Rojas (coord.), Republicanismo en Hispanoamérica; ensayos de historia intelectual y política, FCE/CIDE, México, 2002, pp. 118-135.
100
estaba inspirado en la influencia europea moderna en Latinoamérica de las
primeras décadas decimonónicas, claro, esto con sus distinciones según regiones
y sociedades.137
Todo esto son muestras de todo lo que cambia pero también lo que
permanece existe. El derrumbe del mundo colonial no se da de un día para otro.
Las revoluciones son hechos históricos coyunturales que trastornan sobre todo la
epidermis de las sociedades, que niegan, destruyen, todo presente y pasado, sin
embargo las estructuras mentales –simbólicas, culturales- son de más largo
aliento, sus cambios son más lentos, permanecen y se fusionan con lo nuevo.
Esto es lo que Luis Villoro nos dice sobre las contradicciones y significados
últimos de las Independencias latinoamericanas;
La conquista y la evangelización señalan el tránsito de una vida histórica a otra distinta. Constituyen la primer y más decisiva conversión de las sociedades americanas. A ese momento en que se destruyen las civilizaciones precortesianas para construir otra sobre sus ruinas, se sobrepone, tres siglos más tarde, otro movimiento, similar en la forma, pero de dirección exactamente inversa. En esta segunda conversión se niega la sociedad que suplantó el imperio mexica; el segundo movimiento se superpone al primero, invirtiéndolo. La Conquista fue negación de la sociedad indígena; la independencia negación de esta primera negación.138
Así, para comprender los cambios macro culturales que sufrieron las
sociedades latinoamericanas, tras los movimientos de Independencia, impulsados
por representantes europeos de aquellas sociedades modernas, ilustrada e
industrialmente capitalista, nos adentraremos un poco a ese mundo negado desde
lo simbólico, siguiendo sus contradicciones más ásperas, en busca de rastros de
137
Para las élites criollas revolucionarias, el entendimiento de la república era formal; o sea, la antítesis de la monarquía española. Se adherían más a la república liberal burguesa de Montesquieu que a la república clásica, inspirada por el Renacimiento tardío y el republicanismo denso del bien común y la virtud. Sin embargo el republicanismo en Hispanoamérica no fue modélico, sino que presentó diferencias y distintos significados en varias regiones, y en varios caudillos; por ejemplo, México, Argentina y otros siguieron una senda liberal moderna, mientras que el sueño de Bolívar y el peruano Manuel Lorenzo de Vidaurre, son ejemplos apegados al clasicismo republicano de estirpe maquiavélica. José Antonio Aguilar Rivera, Dos conceptos de república, en José Antonio Aguilar y Rafael Rojas (coord.), El republicanismo en Hispanoamérica; ensayos de historia intelectual y política, FCE-CIDE, México, 2002, p. 63. 138
Luis Villoro, El proceso ideológico de la revolución de independencia, CONACULTA, México, 2002, p. 19.
101
la cultura europea de las últimas décadas coloniales, para así ubicar las prácticas
y representaciones culturales, que fueron heredadas de lo que se conoce como
los tiempos coloniales.
Diremos entonces que desde la Conquista por parte Cristóbal Colón, inicia
un proceso de interacción, sincretismo, y dominación cultural entre los pueblos
indígenas originarios, y la cultura europea occidental floreciente en el mar
mediterráneo, creando de manera general una nueva cultura mestiza, o sea, la
cultura novohispana colonial. Por tanto, y en términos muy generales, podemos
decir que toda la cultura también denominada colonial es resultado de una
integración de elementos europeos y americanos que fueron dibujando nuevos
perfiles para la civilización novohispana y, en última instancia, para la civilización
occidental.139
El legado cultural europeo que el imperio español trajo en sus barcos llenos
de conquistadores, misioneros, burócratas, letrados, militares y comerciantes a lo
que hoy es el subcontinente de Latinoamérica, fue una cultura material e
inmaterial que en la Península era todavía esencialmente medieval.
Esto no es observable en partes de Sudamérica, la región rioplatense, o en
otros lugares –como la bahía e islas de lo posteriormente sería el puerto de
Mazatlán, distantes de los centros de población coloniales, y que en la época
fueron habitados fragmentariamente por pueblos indígenas solamente. Pero en La
Nueva España140 o el virreinato del Perú, son muestras de la impronta cultural
europea, en un periodo de desarrollo anterior a la ilustración y al capitalismo;
139
(…) fue el Atlántico un espejo deformante, a través del cual el Nuevo Mundo empezó a reflejar al Viejo pero sin reproducirlo jamás (…) al lado de una transmisión de formas culturales vivas, encontramos en la Nueva España el renacer de instituciones medievales que, en franca decadencia en la Península, adquirieron, con el señoría territorial, el oficio de Adelantado y el Cabildo, nueva vigencia en suelo americano. Aquellas tres instituciones experimentaron un retroceso a un estado anterior de su evolución, pero resultaron así más espontáneas y vitales en la Nueva España, presentando rasgos diferenciales respecto de la institución madre. Luis Weckmann, El influjo de la cultura medieval en el México colonial y moderno, En Guillermo Bonfil Batalla (Comp.), Simbiosis de culturas; los inmigrantes y su cultura en México, FCE/CONACULTA, México, 1993, p. 11. 140
Remontándonos al origen de las características de nuestra nacionalidad mexicana puede llegarse hasta los primeros decenios del siglo XVI, porque allí tuvieron su origen. También desde allá viene (y a través de esa centuria, de la Edad Media) modos, costumbres e instituciones,
102
Todos los frutos tardíos que el espíritu medieval español produjo en plena Edad Moderna (hablamos del siglo XVI) se observa en ambos lados del Atlántico, y en particular en muchas de sus manifestaciones en la Nueva España: la novela caballeresca, los autos sacramentales, la nueva mística, la nueva escolástica, el romancero, el teatro, el latín como lengua de enseñanza en los colegios y en la universidad…e incluso las principales bases de la estructura socio-económica del naciente virreinato: la encomienda, el señorío territorial, el repartimiento, el “rescate” de oro o de indios y las mercedes reales de tierra, de los que habrían de surgir la hacienda y los grandes latifundios novohispanos y del México independiente, en donde todavía en este siglo los “peones” recibían un trato muy semejante al que tuvieron los siervos del señor feudal del Medievo.141
Otra influencia colonial netamente intelectual o simbólica propia de letrados,
artísticas y cultos europeos que introdujo a la Nueva España y a los otros reinos,
es la visión renacentista que se manifestó sobre todo en forma de filosofía y en las
artes. En este sentido Renacimiento es equiparable a Humanismo, destacando
como ejemplo, los misioneros jesuitas y sus centros de enseñanza fundados en
esa concepción del mundo;
Suele decirse que la mentalidad de los conquistadores era más medieval que renacentista, pues su concepción del hombre estaba más inspirada en las cruzadas y en los libros de caballería que en los ideales de exaltación del hombre. Pero también es cierto que desde el principio de la colonización se dieron muestras de presencia de las ideas características del renacimiento.142
La subjetividad barroca es otro espacio de análisis cultural según la senda
ya trazada de pensar el siglo XVII en la Nueva España, como el periodo de
estabilización virreinal en la Nueva España, el cual se corresponde con el
desenvolvimiento de la que el español José Antonio Maravall denominara La
cultura del barroco. Esta era utilizada para distinguir el proceso simbólico de
reproducción-difusión de la estética y la concepción política que caracterizan al
algunas casi exclusivamente nuestras, en todos los ámbitos: el compadrazgo, el ritual del abrazo, las “calaveras” del Día de Muertos, el corrido, el pesebre, la charrería y otros ejercicios ecuestres (heredados de los torneos medievales) como el juego de argollas; la tauromaquia, la lírica infantil y prácticamente todos los juguetes, las “posadas” con sus piñatas, los dulces llamados “ates” y todos los demás, de origen moro, que contienen azúcar o leche, los matachines y casi todas las danzas populares (…), Ibíd., p. 12. 141
Ibíd., p. 14. 142
Mauricio Beuchot, La influencia del renacimiento en la colonia, en Guillermo Bonfil Batalla (comp.), Simbiosis…op. cit., pp. 35-64.
103
absolutismo monárquico en esa etapa histórica, lo que conlleva conocer las
formas sociales que acompañan la diseminación de esa cultura a nivel masivo,
tanto en España como en Hispanoamérica.143
La existencia de una cultura del barroco americana producto de la fusión de
su ideal Española-Europea con la América criolla, llegará incluso a crear formas
de subjetividad colectiva –representaciones- por medio de las cuales los grupos
sociales, corporaciones o estamentos, que constituyen la sociedad virreinal van
definiendo el lugar que ocupan en el mundo americano y en el más amplio espacio
hispánico dominados por los centros de poder imperial durante el siglo XVII;
(…) la concepción barroca del mundo y las sociedad es apropiada y redimensionada por la sociedad criolla que va afirmando su presencia y desarrollando sus propios proyectos sociales e ideológicos en el mundo virreinal … en el desarrollo social del periodo se combinan las estructuras de organización social impuestas en etapas anteriores del proceso colonizador, con los fastos y celebraciones del periodo barroco, etapa predominante artística y ornamental, como correspondía al momento de máximo esplendor del poder imperial en las colonias de ultramar. En este panorama de marcada heterogeneidad e hibridación étnica, social y cultural, los sectores más privilegiados elaboran formas de autorrepresentación que apropian y recomponen los modelos metropolitanos, adaptándolos a veces paródica a veces mímicamente a sus
propias necesidades de expresivas.144
Entonces, siguiendo las pautas de este resumen de historia cultural sobre la
formación simbólica en tiempos de la Colonia Española, podemos decir que los
imaginarios o estructuras simbólicas –esos tiempos de larga duración- heredadas
por las sociedades surgidas de los movimientos de Independencia a principios del
siglo XIX en Latinoamérica, están conformadas por una raíz religiosa católica, una
estructura social medieval, una filosofía renacentista, formas culturales y artísticas
barrocas y ya a finales del siglo XVIII, tendencias liberales e ilustradas.145
143
Mabel Moroña, Sujetos sociales: poder y representación, En Raquel Chang-Rodríguez (coord.), Historia de la literatura mexicana. Vol. II. La cultura letrada de la Nueva España en el siglo XVII, Siglo XXI-UNAM, México, 2002, p. 49. 144
Ibíd., pp. 49-51. 145
Esto claro, en relación a las minorías criollas y mestizas letradas que habitaban las más importantes ciudades coloniales, la base poblacional campesina compuesta por indígenas, y castas, serían parte de otro desarrollo cultural menos europeizado.
104
Esta estructura simbólica de las élites y mestizos, tomará nuevos caminos
en los lugares donde tenga presencia, chocará incluso con las nuevas tendencias
modernas y burguesas que se manifestarán después de la independencia, por
medio del comercio interoceánico, la presencia extranjera y con los rumbos
republicanos y liberales que sigan las naciones latinoamericanas.
Veamos ahora, algunos rasgos de esa nueva estructura mental surgida de
la ilustración y el capitalismo industrial en siglo XIX. Para ello propondremos seguir
una senda historiográfica crítica que permita construir una ventana de
interpretación contracultural en el edificio oficial del siglo XIX latinoamericano; ver
más allá del paisaje-discurso convencional y simplista del progreso y la
modernización de las naciones recién creadas durante esos años, y que a la fecha
se siguen admirando y proclamando.
Esto debido a que ese discurso e interpretación histórica, es la voz de los
triunfadores de aquella lucha por la identidad y la independencia en el siglo XIX;
las élites nacionales y europeas que llevaron a un nivel más alto la dependencia
de la región a sus intereses, en la clara introducción de las relaciones capitalistas
modernas a nuestras sociedades, para ponerlas a tono con el mercado mundial en
expansión.146
Utilizaremos dos tesis interpretativas del periodo que contemplan lo
siguiente; en las naciones surgidas de los procesos de independencia de la
corona española, las élites gobernantes de orientación europea –junto con los
europeos avecindados en el continente- salieron triunfantes de la lucha, política,
económica e ideológica, contra las clases subalternas –el pueblo, compuesto por
indígenas, negros, mestizos, castas, etc.- que se desarrolló durante el siglo XIX en
toda América Latina.147
146
La idea del progreso, la modernidad triunfante, La Belle Epoque, como veremos en el capítulo cinco de esta tesis, se ha impuesto en el relato y la investigación histórica en el Mazatlán decimonónico, como parte de la historia de los victoriosos en las luchas por la edificación del México independiente. 147
Después de que la mayoría de las naciones latinoamericanas obtuvieran su independencia política, sus líderes aceleraron rápidamente las tendencias que actuaban con mayor lentitud desde las últimas décadas del siglo XVIII: la importación de tecnologías e ideas, con los valores que llevaban aparejadas, de Europa occidental al norte de los Pirineos, así como la completa inserción
105
Así, durante el siglo XIX -segunda tesis- se da una relación dialéctica entre
los intereses de las élites plasmadas en el discurso del progreso y la modernidad,
y la forma de vida, creencias y bienestar de la población subalterna, producto de
las relaciones sociales y el mestizaje colonial, además de las que mantuvieron
más los pueblos indígenas no reacios al colonialismo cultural.148
Entonces las constituciones, los discursos políticos, y las élites incluyeron
en su vocabulario e imaginario cotidiano, la idea de progreso, palabra tan ambigua
como sagrada en esos días. Ella se uniría por uso y costumbre de generaciones
letradas posteriores al término modernización, empleados ambos indistintamente
lo mismo que evocaba su significado; admiración por los valores, ideas, modas,
artes, invenciones y estilos de vida más resientes de Europa y los Estados Unidos,
además de un deseo de adoptarlos, y sólo en raras ocasiones de adaptarlos.
El progreso y la modernidad, entonces, eran consideradas por las élites
como la extensión intelectual de todas las sociedades civilizadas, que veían en el
comercio y la industria un modelo social alejado del pasado monárquico y colonial.
Sin embargo, detrás de estos referentes intelectuales se escondías las nuevas
relaciones sociales y de producción del sistema económico capitalista, que las
élites asociaban más con el libre comercio, los bajos aranceles, etc., y no podía
ser de otro modo, dado que sus modelos de nación, de sociedad y de individuo
eran Inglaterra, Francia y Estados Unidos.149
en el mercado capitalista mundial. Estas tendencias moldearon a aquellas nuevas naciones con mayor profundidad de lo que sus defensores probablemente creyeron…la modernización se hizo una característica dominante de la vida social, económica y política de la región…la imposición de la modernización como el catalizador de una lucha cultural devastadora y como una barrera para el desarrollo de América Latina. E. Bradford Burns, La pobreza del progreso, Siglo XXI, México, 1990, p. 11. 148
Dice Bradford, y con razón, según las experiencias y el discurso contemporáneo de los descendientes de los pueblos originarios del continente, en el Sur de México, Chile, Perú, Brasil, y la Bolivia de Evo Morales, que, (…) poco se sabe de las luchas del pueblo y apenas apreciamos sus motivaciones. Aparentemente, los pueblos menos orientados a Europa estaban decididos a salvaguardar su pasado cultural con el cual no sólo estaban familiarizados, sino que pensaban que de él se desprenderían mayores beneficios para ellos…deberíamos saber más acerca de sus actitudes, fundamentos, formas de vida y alternativas a la rápida modernización y al capitalismo a fin de comprender mejor el proceso histórico de América Latina. Ibíd., p. 11. 149
Las constituciones, las leyes y las prácticas políticas que las élites gobernantes llevaron a los hechos complementaron la penetración y el crecimiento del capitalismo en América latina…posteriormente la segunda mitad del siglo XIX, asociada con la urbanización, la
106
En el curso del siglo XIX, América Latina adquirió mucho del equipo del progreso: ferrocarriles, buques de vapor, electricidad, maquinaria, modas parisienses y textiles ingleses. Muchas ciudades presentaban una “fachada” europea. La ciudad de Guatemala se jactaba de ser el “París de Centroamérica”, en tanto que Buenos Aires se jactaba de ser el “París de Sudamérica”, títulos que les disputaban con ardor otras metrópolis
latinoamericanas.150
Otra categoría de análisis sobre la cultura y la sociedad del siglo XIX en
Europa y Latinoamérica, que es necesario contemplar por ser un término utilizado
en el habla cotidiana de las sociedades occidentales decimonónicas, es lo burgués
o la burguesía. El estudio de lo burgués permite develar las características y la
formación de los grupos humanos, las clases sociales, lo colectivo, así como el
imaginario individual, lo privado, las relaciones entre los géneros, que motivaban
las acciones sociales.
La sociedad burguesa, las representaciones y prácticas de lo burgués, se
desprende de las concepciones filosóficas modernas sobre el individuo como
epicentro del mundo social, y por qué no, del universo. Lo individual, lo único, el
ciudadano, las necesidades personales, la propiedad privada, pilares del sistema
capitalista, se extienden y sustenta de igual forma lo burgués.
Esto fue lo que a fin de cuentas motivó los nuevos y rígidos criterios legales
y sociales, a cerca de las conductas que se consideraban decentes, observadas
como un valor indispensable, un requisito obvio de civilización, en las sociedades
occidentales decimonónicas.
No podía ser de otra manera. Cuando el individuo era presentado como el sujeto político por excelencia, por primera vez separado de cualquier otra connotación, de su inclusión en unidades más amplias, como la familia o la ciudad, su perfil moral y cultural debía ser considerado cuidadosamente.151
industrialización y la modernidad, atestiguó cierto crecimiento económico e irregulares periodos de prosperidad para las élites. E. Bradford Burns, La pobreza…op. cit., p. 20. 150
Ibid. p. 21. 151
Jürgen Kocka, Burguesía y sociedad burguesa en el siglo XIX: modelos europeos y peculiaridades alemanas, En Joseph Ma. Fradera y José Millán (Eds.), Las burguesías europeas del siglo XIX: sociedad civil, política y cultura, Biblioteca Nueva Universitat de Valencia, Valencia, 2000, p. 19.
107
Para definir las clausulas de ingreso al club de lo burgués, seguiremos a
Jürgen Kock, en su estudio sobre la burguesía alemana decimonónica, quien
primeramente destaca que lo burgués es una formación histórica, por tanto hecha
de rupturas y continuidades. Esto matiza la posición económica-revolucionaria de
Carlos Marx plasmada en el Manifiesto Comunista, sobre la esencia corrosiva y
devastadora de la burguesía que borró todo lo heredado y sustantivo del régimen
medieval. Esto se ejemplifica, si consideramos que el apego a fórmulas
económicas individualistas y mercantiles, no fueron un comportamiento privativo
de un grupo social identificado en tiempo y espacio, debido a que ya existían
oligarquías con sentimientos precapitalistas, individualistas y mercantilistas ante
del siglo XIX, el siglo llamado burgués;
En efecto, el fantasma que de verdad recorría Europa era el capitalismo, un sistema que alteraba la posición social tanto de los grupos burgueses emergentes como de sectores muy amplios de los antiguos grupos de poder, que se encontraron en la disyuntiva de utilizar prácticas económicas acordes con los tiempos o perecer. En este sentido, las características habitualmente atribuidas a la burguesía han sido fomentadas por sectores muy diversos, sucesivamente seleccionados por los cambios políticos y legislativos o entremezclados a partir de los valores elitistas y las alianzas defensivas entre oligarquías a lo largo del tiempo.152
En un segundo momento en nuestra construcción del tipo ideal de lo
burgués, debemos identificar cuáles categorías sociales pertenecen a esa
definición y cuáles no forman parte. Entre estas últimas destacan, obviamente, la
nobleza, el clero católico, los campesinos y las capas bajas de la población urbana
y rural, incluyendo a la clase obrera.
Formarían parte, entonces, los comerciantes, fabricantes y banqueros, los
propietarios del capital, empresarios y directores, es decir la burguesía de
negocios o de propietarios, o sea, la burguesía en sentido estricto. Otro segmento
de lo burgués sería la burguesía ilustrada, en la que se incluyen a los médicos, los
abogados y otras profesiones liberales, los profesores de enseñanza secundaria y
universitarios, los jueces y funcionarios de la administración más altos, los
152
Ibíd., pp. 19-20.
108
naturalistas, los ingenieros diplomados, los expertos cualificados situados en los
cargos directivos de empresas, y académicos profesionistas.
Aún así, en algún momento del siglo XIX dependiendo las sociedades y las
ciudades establecidas, se pudieran considerar a algunos sectores de la pequeña
burguesía o clase media; pequeños, comerciantes, artesanos, posaderos. O quizá
pudieran sumarse al club burgués del siglo XIX; los artistas, oficiales, grandes
campesinos, funcionarios bajos urbanos, empleados de empresas, etc.
En todo caso, en este siglo que suele definirse como el siglo burgués, la burguesía no representaba a menudo más que una reducida minoría: dependiendo de lo que se entendía como burguesía, entre un 5% y 15% con tendencias ligeramente ascendentes.153
Otra raíz intelectual, cultural y artística a considerar, es la mirada que el
argentino Jorge Myers, en un ensayo reciente sobre el romanticismo como objeto
de estudio en la América Latina decimonónica, propone acerca de las
características que tuvieron las concepciones románticas en la Europa Occidental
durante el siglo XIX. Rastrea sus inicios filosóficos e ideológicos, y como este se
expande a casi todas las manifestaciones artísticas y culturales de la época;
desde la música, la literatura, la pintura, el teatro, la arquitectura, la ciencia, la
política, y sobre todo, encontrando su reflejo invisible en las sociabilidades,
valores, creencias, vestido, discurso, imagen, representaciones, y demás prácticas
inmateriales y materiales, de las sociedad bajo su influencia.
Sostiene además la imposibilidad de fijar una definición exacta del
romanticismo, pero si concede la posibilidad de rastrear en tiempos y espacios
definidos, huellas, vestigios, que lo identifiquen a los ojos del historiador en
distintas sociedades alrededor del mundo. Ubica su centralidad en Alemania,
Inglaterra y Francia desde donde se exportó, por medio del imperialismo europeo
decimonónico, hasta América Latina, el Medio Oriente y todos los países
europeos.
153
Ibíd., p. 24.
109
El romanticismo, nos dice Myers, fue (y es) celebración de la naturaleza, de
la imaginación, de la historia, y en sus versiones más logradas, supo ser también
una cultura;
Más que un movimiento artístico o filosófico, el romanticismo se planteaba como una forma de vida total: quienes suscribían sus ideales debía rehacer –como se le exige a los conversos- todos los distintos aspectos de su vida.154
Y como cultura el romanticismo fue adoptado por amplios sectores
filosóficos, artísticos e intelectuales europeos, a las que supo imprimir su sello
inconfundible durante las primeras décadas del siglo XIX;
(…) a través de la moda, de los nuevos modales, de la música y de la renovada cultura de “Salón” con sus “causeries” elegantemente irónicas. Articuló un imaginario social denso y complejo que pudo seguir ejerciendo algún efecto, aún en aquellos casos en los cuales la realidad circundante -como ocurría en América Latina, por ejemplo- impedía su plena efectivización…la imaginación de los románticos rioplatenses, chilenos o mexicanos estuvo, sin embargo, habitada por los mismos fantasmas y
deseos que sus pares europeos (…)155
Desde esta mirada breve sobre la historia intelectual o cultural del siglo XIX
latinoamericano, se combina como se dijo, con una realidad material, práctica que
de igual forma es punto de convergencia de las ciudades-puerto, como el
contrabando y el comercio, como veremos a continuación.
3.4. Contrabando e inmigrantes extranjeros en el Río de la Plata y el mar
Bermejo.
Antes de las reformas borbónicas de 1776 tanto Buenos Aires como la bahía
frente a las islas de lo que posteriormente sería Mazatlán, eran zonas
completamente marginales del imperio español. Por las aguas del Río de la Plata
como por el Mar Bermejo, sólo los piratas y los habitantes de la zona, misiones,
tribus indígenas, criollos mineros y comerciantes criollos aventureros,
deambulaban con frecuencia. Pero al establecerse legalmente el libre intercambio
154
Jorge Myers, Los Universos Culturales del Romanticismo…op. cit., p. 16. 155
Ibíd., p. 17.
110
comercial entre la metrópoli española y sus colonias - con el fin de aumentar la
recaudación de impuestos-, se hace necesario habilitar nuevos puertos que
rompan el monopolio portuario en las costas de la Colonia. Es aquí donde Buenos
Aires y la Bahía de Mazatlán comienzas a establecer las relaciones sociales
mercantiles modernas, que a inicios del siglo XIX las trasformará paulatinamente
en ciudades-puerto con presencia europea ilustrada.
El ministro de Indias y visitador general de Nueva España, José de Gálvez,
fue quien delimitó los contextos regionales novohispano en donde se desarrolle y
se forme esta migración europea tardo colonial, tanto para el caso de lo que será
el puerto de Mazatlán, como para la ciudad-puerto de Buenos Aires, buscando con
esta reforma político-administrativa afianzar los puertos contra toda amenaza de
infiltración extranjera y convertirlos en una base comercial de primera jerarquía,
acorde con las reformas liberales borbónicas impulsadas desde la metrópoli.156
En el año de 1776 por orden Real, se establecerán tanto las Provincias
Internas de Occidente157, como el virreinato del Río de la Plata.158
156
Recordemos que desde la perspectiva de este trabajo, las llamadas Reformas Borbónicas representan la primera etapa del proceso de la independencia en la América hispánica. Las reformas borbónicas, en una primera fase (1763-1771), fueron aminoradas ante la resistencia del bloque dominante en el gobierno virreinal. En una segunda fase (1771-1785) se restableció el equilibrio de poderes en el gobierno virreinal y se preparó el equipo de ilustrados que, en la tercera fase (1786-1796), llevaron a cabo la conclusión de las tareas reformistas, básicamente el establecimiento del sistema de intendencias y subdelegaciones además de libre comercio en el sistema colonial español. 157
Por la Real Orden del 22 de agosto de 1776, se creó la Comandancia General de las Provincias Internas en la zona septentrional del virreinato de Nueva España, con capital en Arizpe y bajo jurisdicción de la Real Audiencia de Guadalajara. Esta comandancia había sido propuesta por el visitador del rey José de Gálvez. Abarcaba las provincias de: Nueva Vizcaya, Nuevo México, Coahuila, California, Sonora y Sinaloa, Texas. Quedaron bajo el gobierno de un comandante general y capitán general que dependía directamente del rey y era a la vez superintendente general de Real Hacienda. Sus facultades eran equiparables a las del virrey de Nueva España. El primer comandante general fue Teodoro de Croix, quien permaneció cinco años en el gobierno. 158
La necesidad de afianzar la defensa de las colonias meridionales provocó el desmembramiento del virreinato del Perú y aceleró la creación del nuevo virreinato del Río de la Plata y el nombramiento de Cevallos en calidad de primer virrey, lo que fue decidido en 1776. Aunque la jurisdicción del nuevo virreinato quedó claramente establecida recién en 1784, en términos generales sus fronteras septentrionales iban desde la región del lago Titicaca en el Alto Perú hasta la región de Mojos y Chiquitos, prolongándose por el Chaco y el Paraguay hasta alcanzar los lindes de las antiguas misiones jesuíticas con Río Grande del Sur. Hacia el sur, los límites territoriales incorporaban cuantas tierras colonizadas o en manos ajenas había entre el flanco oriental de los Andes y el océano Atlántico: todo el noroeste, el centro, el litoral y la Banda Oriental y todo lo que, con notables excepciones, todavía era dominio de los indios hasta el estrecho de Magallanes en
111
En estas dos regiones culturales y económicas, se destacarían para la
fecha el comercio legal e ilegal marítimo con países europeos hacia el exterior, así
como su complemento el comercio de cabotaje en las costas de las posesiones
coloniales, que abastecerían las villas, ciudades y sobre todo Reales de Minas al
interior. Así, una práctica indispensable para entender el desarrollo del México
independiente, es la importancia del contrabando en la economía y sociedad de la
época. Sobre todos en las regiones que por su lejanía o su reciente desarrollo,
estaban alejadas del poder y la sociedad central en formación. Este parece ser el
caso de Mazatlán y las sociedades que la nutrían. Pero este fenómeno no es
privativo de México o de la región del pacífico noroeste. Por el contrario, era un
fenómeno endémico de las sociedades de América Latina, producto de su alta
participación en actividades comerciales y del poco desarrollo y control de las
sociedades independientes en formación.
El ensayo de Walther L. Bernecker, ejemplifica lo anterior para el Golfo de
México, en base a un manual para comerciantes alemanes que trataba el tema del
contrabando antes y después de la guerra de independencia de 1810, el cual tenía
como fuentes las apreciaciones del Barón Alejandro Von Humboldt y del
representante estadounidense Joel Robert Poinsett,;
El valor de los bienes importados secretamente se eleva, según una estimación realizada algo antes de la revolución, a 4,5 millones de dólares anuales; y cada año se exportaban en secreto barras de plata y oro por un valor de 2,5 millones de dólares. Entre Veracruz y Jamaica se ha establecido un contrabando regular, y a pesar de los esfuerzos del gobierno y de las penas extremadamente severas contra este delito, las tiendas comerciales de México estaban y están muy bien surtidas con productos
ingleses y alemanes.159
Siguiendo con los ejemplos del Golfo de México, los ingleses practicaban,
desde tiempos coloniales un extenso comercio ilegal con la América española
los confines meridionales de la Patagonia y las islas Malvinas. Eran tremendas las distancias que separaban a las principales ciudades: Buenos Aires quedaba a 140 leguas de Córdoba, 240 de Santiago del Estero, 318 de Salta, 374 de Santiago de Chile, 403 de Asunción del Paraguay, 536 de Potosí y 1.000 de Lima. Roberto P. Payró, Historia del Río de la Plata, Tomo I, (formato PDF), http://rppayro.files.wordpress.com/2008/10/05-el-virreinato.pdf 159
Walther L. Bernecker, Contrabando. Ilegalidad y corrupción en el México decimonónico, Espacio, Tiempo y Forma, Serie V, Historia Contemporánea Tomo 6, 1993, pp. 393-394.
112
desde su posición en Jamaica. Las colonias europeas en el Caribe fueron un
punto intermedio del contrabando cada vez más extenso, que a inicios del siglo
XIX, durante las llamadas guerras napoleónicas, llegó a alcanzar tales
dimensiones que el comercio formalmente controlado por el Estado devino en una
variante de comercio libre.160
Aún así, el espacio geográfico en el cual se practicó con más intensidad
este fenómeno en el periodo pos independiente fueron las costas del Pacífico,
debido a su extensión y la baja densidad poblacional, factores que complicaban y
encarecían la vigilancia de las mismas por parte de las autoridades, estimulando
con ello la ilegalidad.161 En esta región donde florecerá Mazatlán el contrabando
era protegido por las autoridades y por el pueblo, porque todos saben que si no se
hace en su respectiva ciudad, se paraliza el tráfico por la falta de introducciones
legales, y el contrabando se verifica por las playas desiertas.
Al igual que en las costas del Pacífico cercanas al mar bermejo, las
características del espacio natural rioplatense ayudaron al contrabando; la
vastedad de la costa, la cantidad de corrientes de agua que facilitaban el
ocultamiento de pequeñas embarcaciones, las dificultades para entrar al
Riachuelo o las ventajas que ofrecía la Ensenada de Barragán, la conexión de las
costas con la Banda Oriental, especialmente Colonia del Sacramento,
beneficiando al puerto de Santa María de los Buenos Aires.
Estudios contemporáneos sobre contrabando en la Sudamérica atlántica
tardo colonial, reconocen que el contrabando estaba inserto en la vida cotidiana
rioplatense, alcanzando a todos sus integrantes y no era sólo una práctica de las
grupos dominantes extranjeros.162 Las poblaciones involucradas en este tipo de
comercio realizaban intercambios de subsistencia y esta ventaja del comercio
160
Ibid., p. 394. 161
El puerto de Guaymas, por ejemplo, se convirtió rápidamente en un emporio de los contrabandistas de metales preciosos. Debido a que en aquella región no había ninguna casa de moneda; barras de oro y plata eran transportadas en secreto al puerto del Pacífico, y de allí eran llevadas en buques extranjeros a Europa; de esta manera se burlaban los aranceles y las prohibiciones de exportación. Walther L. Bernecker…op. cit., p. 94. 162
Isabel Paredes, Comercio y contrabando entre colonia del Sacramento y Buenos Aires en el período 1739-1762, Colóquio internacional Território e Povoamento - A presença portuguesa na região platina, (en PDF) Colonia del Sacramento, Uruguay, 23 a 26 de Marzo de 2004.
113
directo en el Río de la Plata alcanzaba a amplios sectores, haciendo Buenos Aires
y sus alrededores no se limitaran a ser un lugar de tránsito hacia el Alto Perú, sino
también un centro receptor y consumidor de contrabando en beneficio de un
amplio espectro de la población residente.163
El elemento más preciado de exportación o intercambio comercial era la
plata, que estaba en manos de los grandes comerciantes de Buenos Aires. Los
pequeños productores rurales, pulperos y mercachifles que realizaban el
contrabando en menor escala recurrían a otros efectos como cueros, trigo, harina,
porotos, quesos y gallinas.
Por su parte la mercancía europea introducida el puerto de Buenos Aires
tenían dos caminos principales de comercialización: el Alto Perú y la misma
Buenos Aires. Ahí nacía una ruta comercial nueva independiente que partía de
Colonia de Sacramento –Uruguay-, Buenos Aires hasta Santiago de Chile.164
No es de extrañar que esta ruta de contrabando se extendiera hasta
Mazatlán, como espacio irrenunciable por la importancia de sus casas comerciales
y la plata de minas hacia la sierra, en su paso hasta las Californias. Recordemos
que para mediados del siglo XIX Mazatlán obtuvo una importancia cada vez
mayor en la costa del Pacífico, ya que era el único puerto en el que los grandes
buques mercantes que iban de América del Sur a San Francisco podían proveerse
con alimentos.
También es de considerar que de igual forma que sucedía en el espacio
cultural rioplatense, el contrabando en la región del mar Bermejo era parte de la
vida cotidiana de sus habitantes desde tiempos coloniales, no sólo de las clases
dominantes de los reales de minas y posteriormente de las casas comerciales
europeas. Ambas ciudades-puerto se fundaron, pues, en una tradición de
comercio y contrabando, fincada primeramente en la riqueza de las minas de plata 163
El origen de los productos introducidos podía ser brasileño o europeo. En el primer caso los efectos eran, generalmente, azúcar, tabaco y aguardiente cachaza, a los que se debe agregar arroz, bacalao, agrio de limón, dulces, chocolate y muebles. La mercadería europea, llevada a Colonia desde Río de Janeiro y de origen especialmente inglés, incluía todo tipo de telas de algodón y lino, confecciones, vajillas, elementos de metal (agujas, tijeras, cuchillos) y objetos suntuarios. Ibíd. 164
Ibíd.
114
del Alto Perú para el caso de Buenos Aires y de la sierra madre Occidental para
Mazatlán.
En este último para la década de 1840, es conocido el hecho de los
pronunciamientos políticos ficticios que sucedían antes de llegar un barco
extranjero con mercancía a contrabandear, con tenían como fin distraer a algunas
autoridades mientras se realizaba el movimiento. Los comerciantes extranjeros
sobornaban a los soldados del cuartel y los instigaban a una revuelta, y entretanto
la tripulación descargaba la mercancía, evitando pagar en la confusión reinante los
aranceles de importación. Entre 1844 y 1849 se identifican ocho revueltas de este
tipo, que siempre terminaban con la misma simulación que habían empezado; los
revoltosos huían o bien se les perdonaba a los días.165
Expondremos ahora algo sobre la influencia de los extranjeros europeos en
la formación económica, social y cultural del Valparaíso a inicios del siglo XIX.
3.5. La ciudad-puerto de Valparaíso en el siglo XIX.
El puerto de Valparaíso es otro espacio natural y social que sigue un desarrollo
económico y cultural similar a Mazatlán durante la primera mitad del siglo XIX.
Esta ciudad-puerto chilena situada en el Pacífico sudamericano fue en sus
orígenes coloniales una dependencia del virreinato del Perú, y sólo más tarde tuvo
su propio gobierno cuando se creó la Capitanía General de Chile.166 Al Igual que
165
En 1841, el gobernador de Sonora escribía al Ministro del Interior: “En toda esta costa ha llegado todo este tráfico [de contrabando] al último grado de acceso que se puede imaginar. En estos puertos se descargan y espenden efectos de algodón prohividos con la mayor publicidad, en grado de hallarse los almacenes llenos actualmente de ellos. Las fuentes de la época ponen claramente de manifiesto que todas las personas que tenían que ver de una forma u otra con el comercio, hacían uso de prácticas ilegales. En primer lugar hay que mencionar a los comerciantes y empresarios extranjeros. No existía casi ninguna casa comercial que no tratara de sacar un provecho económico burlando las leyes vigentes. En segundo lugar hay que resaltar, por el lado mexicano, la intensa red de relaciones a nivel local, regional y nacional, empezando por los guardas del puerto y los transportistas locales, pasando por el comandante de la plaza, el recaudador de impuestos o el juez hasta llegar al jefe político del distrito, al Gobernador de un Estado, al Ministro en Ciudad de México o incluso hasta al Presidente de la República. El contrabando se había convertido en un gran negocio del que querían participar todos. Walther L. Bernecker…op. cit., pp. 397-402. 166
La principal ocupación era la agricultura en el valle Longitudinal, y Chile suministraba a Perú productos alimentarios, sobre todo trigo. A su vez era abastecido de textiles bajoperuanos La población urbana vivía del comercio.
115
Buenos Aires estaba marginado de los principales centros de colonización
española, en este caso era eclipsada por el puerto peruano de El Callao.
Con respecto a las reformas borbónicas que para el caso de Buenos Aires y
Mazatlán fueron de importancia para conformarse unos años después como
ciudades-puerto, en Chile tuvieron un carácter más tenue, esto debido a que la
región no era un blanco preferente de las reformas y se pueden considerar hasta
dañinas debido a que representaron un golpe al mercado interno que decayó al no
poder competir con los productos que llegaban al por mayor de otras regiones de
la colonia y de la propia Península.167
Esta situación poco decorosa de Chile en tiempos pre independentistas,
narrada por el intelectual ilustrado y político chileno Benjamín Vicuña Mackenna,
nos permite observar la vida comercial de Valparaíso a finales del siglo XVIII, así
como su posición como puerto en su balanza comercial con otras regiones del
Pacífico sudamericano, principalmente El Callao;
De los demás valores que constituian el fondo de la especulación colonial en Chile, i cuyo centro de espendio i embarque era Valparaiso, nos queda poco que decir, porque era asunto nimio de canastos o bateas. El trigo era todo. Plata aun no habia. El oro que llegaba a un millón en término medio, año por año, pasaba directamente a España. Del cobre, que tomaba jeneralmente la via de Buenos Aires a la de Centro América…no faltaba, por tanto, para completar la balanza de nuestro raquítico trato con nuestro vecinos del Pacífico, sino los sebos, la jarcia, el charqui, las guindas secas, el congrio, los orejones de membrillo i el orégano.168
Así, durante la colonia la historia comercial de Valparaíso es la historia
comercial de Chile, extendiéndose además del tráfico con el Callao hasta el Río
de la Plata, y hacia la península ibérica.169
167
Alfredo Jocelyn-Holt, La Independencia de Chile: tradición, modernización y mito, Editorial Planeta, Santiago, 2001, p. 76. 168
Benjamín Vicuña Mackenna, Historia de Valparaíso: crónica política, comercial i pintoresca de su ciudad y de su puerto. Desde su descubrimiento hasta nuestros días, 1536 – 1868, Imprenta Albión de Cox i Taylor; Imprenta. del Mercurio, Valparaíso, 1869-72, p. 162. 169
El de España (careciendo nosotros de las producciones nobles y valiosas de las colonias tropicales, el cacao, el añil, el algodón y otras) era sólo un consumo improductivo, enviando nosotros, en retorno de sus artefactos, el sudor de nuestro indijenas convertidos en unos cuantos puñados de oro de lavadero junto con una cantidad de cobre que jamas alcanzaba en un año a la que hoy produce en un mes alguno de nuestros grandes establecimientos de reducción de
116
Esto cambiaría con la Independencia al convertirse Valparaíso en unos
pocos años, en una ciudad-puerto de vida económica y cultural acorde que la
expansión industrial capitalista inglesa. Es por este desarrollo temprano que
consideramos a Valparaíso algo más cercano a la experiencia del puerto de
Mazatlán que el proceso de Buenos Aires y el Río de la Plata, debido en parte a
su baja densidad de extranjeros, ya que en Valparaíso como en Mazatlán la
inmigración europea no se dio en grandes masas como se dio en otros puertos de
la costa Atlántica sudamericana.
Sus flujos de inmigraciones europeos no fueron el resultado de una
necesidad de mano de obra barata, ni de proyectos nacionales planificados desde
un centro político distante, ni fueron promovidos por compañías colonizadoras,
como sucedió en aquellos países durante el siglo XIX, más bien fueron producto
de la información recopilada por aventureros, científicos y viajeros de las
principales potencias europeas modernas e industrializadas en tiempos de la
colonia tardía, que vieron en esos espacios costeros los sitios privilegiados para
expandir sus mercados y explotar las riquezas y materias primas de las naciones
americanas independientes que sumarían al sistema mundial capitalista industrial
en formación.
Esta tesis lleva a considerar la frase que refiere que en Chile los europeos
inmigrantes no se cuentan, se pesan, también para la ciudad-puerto del Mazatlán
decimonónico. De igual manera su desarrollo en la primera parte del siglo XIX, que
la hace particularmente significativa si queremos comprender la influencia del
comercio y los extranjeros europeos occidentales170 en su desarrollo
metales. En cuanto al comercio de Buenos Aires, segundo en importancia después de Perú, era sólo de transito, como el de la Península era sólo de importación. Ibíd., p. 171. 170
De acuerdo a un censo efectuado en 1830, la ciudad de Valparaíso tenía 19.709 habitantes y de ellos 662 eran extranjeros. Sin embargo, otras fuentes, como el diario El Mercurio y algunos viajeros, estimaban en alrededor de 3 mil el número de extranjeros a comienzos de la década de 1820. E incluso más, un artículo de dicho periódico señalaba, en 1833, que en Valparaíso residían las tres cuartas partes de los extranjeros que existían en el país. René Millar Carvacho, Aspectos de la religiosidad porteña. Valparaíso 1830-1930, Revista Historia (Santiago) (online), 2000, vol. 33, (citado 2009-03-17), pp. 297-368, Disponible en: http://www.scielo.cl/scielo.php
117
independiente, que es cuando se manifiesta un aumento de la población, la
expansión urbana y en el fuerte desarrollo del comercio y la cultura.
Dicha ciudad pasó a ser el símbolo del progreso y de la modernización
nacional. Esa situación regularmente ha sido asociada a la apertura económica del
Chile decimonónico, a la presencia de una importante colonia extranjera y a la
poca significación que en ella tuvo la aristocracia tradicional del país.
Hacia 1827 tras terminada las luchas intestinas por la Independencia,171 la
sociedad chilena así como su economía se hallaban casi en la miseria debido a
los vaivenes políticos y administrativos provocados por la guerra, así como a la
huida de la mayoría de la comunidad española que tenía en su poder y sus
posesiones gran parte de la riqueza nacional.
Sin embargo, Valparaíso estaba en condiciones distintas al resto del país, al
encontrase ya formando parte del comercio mundial capitalista en expansión
liderado por Inglaterra, Alemania, Francia y los Estados Unidos;
Porque la influencia de nuevos pobladores, en mucha parte extranjeros, atraídos por el comercio, había dado estímulo a muchas empresas de adelanto y progreso.172
Unos años antes, en 1822, la mirada de extranjeros que van de paso por
las costas del Pacífico americano, nos muestra el paisaje natural y social de la
ciudad-puerto de Valparaíso en plena formación temprana. Primeramente la ilustre
viajera inglesa María Graham, apunta en su diario una descripción del entorno
natural que la acoge, así como sus incipientes rasgos citadinos, destacando en
171
Hacia 1817, el proceso emancipador chileno había entrado en una fase definitoria y no se disimulaba la finalidad buscada en aquél momento: la independencia del país. Si bien diversos hechos políticos y de armas, acaecidos a partir del 18 de septiembre de 1810, podían ser considerados como manifestación tácita de dicha voluntad, aún no se había hecho una declaración oficial y solemne de independencia. El 13 de noviembre de 1817, la junta suprema delegada que ejercía el poder en Santiago, en ausencia de Bernardo O'Higgins, que se encontraba dirigiendo las operaciones militares en el sur del país, expidió un decreto ordenando que, en los cuatro cuarteles en que se dividía administrativamente la ciudad de Santiago, se abriesen registros durante quince días, en uno de los cuales podrían firmar los ciudadanos que estuviesen a favor de la declaración de independencia y en otro los de opinión contraria. 172
Roberto Hernández C., Valparaíso en 1827: con un apéndice sobre la época. Una reseña histórico local, con motivo del centenario de "El Mercurio", Valparaíso, 1927, p. 4.
118
alguna de sus páginas la preponderancia del idioma inglés entre la gente del
puerto;
Es un lugar que se extiende a lo largo, construido al pie de áridos cerros que dominan el mar y se avanza tanto hacía él en algunas partes que apenas deja trecha para alguna angosta callejuela y se abren en otras hasta permitir dos plazas regulares, una de la cual sirve de mercado y tiene a su costado la casa del gobernador…la otra plaza se ve honrada por la Iglesia Matriz que, como aquí no hay obispado, hace las veces de catedral. De esta plaza arrancan varias quebradas llenas de casas que albergan a la mayoría de la población, la cual se me ha dicho que llega a 15, 000
almas.173
Días después, el 23 de mayo describe su primer paseo a caballo por
Valparaíso, donde habla de las tiendas, los mercaderes y las mercancías de las
que se alimentaba la nueva vida del puerto, lo cual denota las necesidades y el
nivel de social y económico de las personas que podían adquirirlas.174 Del muelle
dice que apenas se le puede dar ese nombre a una plataforma que está cerca de
la aduana, y que por él entraban para esas fechas el 80 por ciento de las
importaciones pertenecientes a Gran Bretaña, el 20 por ciento restante se lo
repartían en orden de importancia, Francia, Alemania (incluidas Rusia, Holanda y
Bélgica), España y sus dominios, Italia y los Estados Unidos de Norte América.175
Este dominio comercial inglés, se reflejaba a simple vista en la vida social
de Valparaíso, en el vestido de la gente, como lo advierte en su libro publicado en
Londres en 1825, otro viajero inglés, Gilbert Farquhar Mathinson;
Ingleses y Norteamericanos parecían, sin embargo, formar la masa de la población de la ciudad y era tal el número de marinos, agentes de comercio, marineros, y hombres de negocios que por doquier se veía, que, a no ser por lo diminuto y mísero aspecto del lugar, un extranjero hubiera quizá imaginado que acababa de llegar a una posesión inglesa.176
173
Roberto Hernández C., op. cit., p. 9. 174
Las tiendas nacionales, si bien pequeñas, las encuentro generalmente más aseadas que las de la América portuguesa. En ellas se encuentran generalmente las sederías de China, Francia e Italia, los algodones de colores de la Gran Bretaña, los rosarios, amuletos y vidrios de Alemania. Los artículos del país raramente se compran en las tiendas, porque los pocos que se fabrican son para consumo doméstico. Ibíd., p. 11. 175
Ibíd., p. 13. 176
Ibíd., p. 13.
119
Todo esto se desarrollaba en el entorno de una política económica
implantada después de la independencia -en particular en el gobierno conservador
de Portales- que tenía características nacionalistas y mercantilistas hacia el
comercio exterior, principalmente con ingleses, en el contexto de la economía
internacional capitalista en expansión, y la inseminación en las instituciones de
ideas políticas y económicas liberales. Economía a la inglesa y la cultura a la
francesa, se podría decir simplificando las cosas.
El decreto de liberación del intercambio de 1811, promulgado en 1813 bajo el título de “Apertura i fomento del comercio i navegación”, abrió al comercio los puertos mayores de Chile, Loquimbo, Valparaíso, Talcahuano y Valdivia, estableció una tarifa general a la importación de mercadería del 30 al 100, así como prohibiciones y protección especial para la mayor parte
de intereses que podrían ser afectados por la libre importación.177
Para la décadas de los veintes también empieza a manifestarse en menos
medida que la británica, la presencia alemana en Valparaíso,178 que como ya se
mencionó se encontraba debajo de la Gran Bretaña en importaciones comerciales.
Ampliaremos la descripción de la experiencia alemana en Valparaíso por
tener este grupo étnico una presencia relevante en la comunidad de comerciantes
extranjeros del Mazatlán decimonónico, pero antes veremos más a fondo las
cadenas migratorias alemanas hacia América colonial e independiente.
3.6. Anécdotas sobre la presencia alemanes en Latinoamérica durante el
siglo XIX.
Históricamente la presencia alemana en tiempos coloniales en lo que hoy es
Sudamérica, Centroamérica y México, fue muy inferior a la de América del
177
Osvaldo Suker y Carmen Carlota Sutter, Un siglo de historia económica en Chile 1830-1930, Cultura hispánica del Instituto de Cooperación Iberoamericana, Madrid, 1982, p. 27. 178
La presencia alemana en Chile viene de tiempos coloniales, y como en muchas otras regiones su impronta más significativa se dio en su labor como misioneros jesuitas, no sólo en razones religiosas sino en la promoción simbólica de prácticas y valores culturales como la identidad de grupo, responsabilidad y disciplina que tras su expulsión de Chile en 1867, muchos consideraron el hecho como una mutilación al cuerpo cultural de Chile. Roque Esteban Scarpa, Presencia visible e invisible de Alemania en Chile, Instituto chileno-alemán de cultura, Santiago de Chile, 1973, p. 13.
120
Norte,179 debido a las rígidas normas administrativas impuestas tanto por España
como por Portugal en sus posesiones en América Latina. Durante el siglo XIX La
religión protestante profesada por muchos emigrantes potenciales, supuso
además otra dificultad añadida para el establecimiento permanente de familias
completas y grupos enteros de núcleos de población. En algunos países de la
región, este flujo migratorio alemán no fue sólo desde el espacio de la ciudad-
puerto y el comercio, sino también fueron hacendados cafetaleros, teniendo
presencia e importancia social incluso hasta la segunda mitad del siglo XX.180
A fines de la colonia, en tiempos del reformismo borbónico, y casi de forma
aislada, individuos y empresas extranjeras recibieron permisos especiales para
participar en tareas científicas, culturales o económicas, pero no sería sino hasta
después de las Independencias del siglo XIX, cuando este retraso histórico sea
saldado mediante la apertura comercial y las políticas de inmigración que varias
naciones establecieron con el fin de colonizar y formar las nacientes naciones.
179
La presencia alemana en América se remonta a la experiencia misional jesuita, así como en el Norte del continente, en las posesiones británicas y francesas de lo que posteriormente será Estados Unidos de América y Canadá, respectivamente. La importancia de los contingentes alemanes desplazados hasta las colonias de Nueva Inglaterra y las francesas del Canadá oriental, crecerá a lo largo de los siglos XVII y XVIII; la participación de los núcleos alemanes en la revolución norteamericana –ya vinculados a uno u otro campo- es muy grande, como lo será su contribución efectiva a la construcción de la gran nación norteamericana…y algo parecido cabría decir, ya en el siglo XIX, de las nuevas emigraciones –bien al norte, bien al sur-: los Estados surgidos de las guerras de emancipación, en los antiguos virreinatos españoles o en el enorme Imperio brasileño, contarán desde muy pronto con el estímulo o la orientación de minorías alemanas recicladas en las nuevas y pletóricas patrias de Iberoamérica, mezclándose en sus conflictos internos, orientando sus más fructuosas empresas. Ingrid Schulze Schneider, Alemania y América: la llamada del Nuevo Mundo, 500 años de presencia alemana en América, MAPFRE, Madrid, 1995, p. 15. 180
Para conocer la experiencia centroamericana guatemalteca, ver el documental: Stelzner, Uli y Thomas Walther (Dirección y guión), Los Civilizadores: Alemanes en Guatemala, Alemanía, Iska Produktion, Colección Guatemala, 1998. En esta obra se analiza la presencia alemana en Centroamérica que inicia a finales del siglo XIX y tiene su punto culminante después de la segunda mitad del siglo XX., mostrándonos la influencia de los inmigrantes alemanes en Guatemala tanto en el pasado como en el presente, no como comerciantes establecidos en puertos sino como hacendados. La perspectiva desde la que se analiza este flujo migratorio de Europa occidental hacia América latina, presenta dos dimensiones del proceso migratorio y sus repercusiones económicas, sociales, políticas y culturales en la sociedad receptora; el aporte de la comunidad alemana a Guatemala en cuestiones de desarrollo de actividades económicas, inversión de capitales, desarrollo de una ética del trabajo capitalista, etc. Y por otra parte también presenta el costo que ha sido pagado por generaciones enteras de guatemaltecos y guatemaltecas; racismo, de explotación y menosprecio hacia los indígenas guatemaltecos, sobre todo en la región norte del país.
121
Se puede mencionar que desde su estadía temprana en las colonias
británicas en Norte América, un elemento cultural característico de la inmigración
germana fue su afición por la música, la cual fue ejercida en un principio en las
ceremonias religiosas, y más tarde desembocaría en la creación de una
importante industria de instrumentos musicales, como la fabricación de órganos,
pianos, guitarras, flautas, etc.
Esta práctica cultural que los alemanes inmigrantes llevaban junto con su
religión protestante, su ética de trabajo, sus casas comerciales y su sectarismo, a
todas partes –tiempo después la extenderán al resto de América-, fue una causa
de conflicto y choque cultural que otros grupos étnicos de los lugares de destino a
los cuales arribaron;
(…) una actividad tan poco sospechosa como cantar y escuchar himnos y tocar música clásica, chocaba con la rigidez de los cuáqueros,181 para los cuales se trataba de actividades demasiado mundanas, llenas de peligro para la rectitud del alma. La irritación de los colonos ingleses aumentó aún más, a causa de la obstinación de los alemanes de vivir el domingo de una forma alegre, que incluía excursiones en familia y una buena jarra de cerveza al caer la tarde.182
En los albores turbulentos del siglo XIX, la presencia alemana en México,
los países de Centroamérica, el Caribe inglés y la franja ecuatoriana
sudamericana fue más cualitativa que cuantitativamente significativa, prefiriendo
asentarse en las regiones climáticas templadas del Brasil, Argentina y Chile.
Aunque en estos lugares se encontraban en franca minoría frente a otros grupos
inmigrantes procedentes -aparte de España y Portugal- de países latinos como
Italia, gracias a sus esfuerzos y su proverbial sentido práctico, empleados ambos
en la creación y el desarrollo de pequeños negocios e industrias, una amplia
mayoría ha podido situarse, con el tiempo, en las capas altas de la sociedad de
sus nuevas patrias.
181
Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, vigésima segunda edición: cuáqueros (a) del ingl. quaker, tembloroso. m. y f. Individuo de una doctrina religiosa unitaria, nacida en Inglaterra a mediados del siglo XVII, sin culto externo ni jerarquía eclesiástica. Se distingue por lo llano de sus costumbres, y en un principio manifestaba su entusiasmo religioso con temblores y contorsiones. 182
Ingrid Schulze Schneider, Alemania…op. cit., p. 57.
122
Si bien Ingrid Schulze Schneider, sostiene en su texto que una parte
considerable de lo que llama la segunda oleada de inmigrantes alemanes hacia
América (XIX) fueron atraídos (pull) por la leyenda romántica del Nuevo Mundo,183
y no empujados (push) por la miseria, como sucedió con sus compatriotas de los
siglos anteriores (XVII y XVIII), esto debido a su mayor nivel cultural así como por
sus móviles políticos y sociales, antes que religiosos y económicos, las
experiencias consultadas –incluida Mazatlán- descartan esta hipótesis.
Si bien se sospecha que los inmigrantes alemanes que arribaron a la
América pos colonial en la primera mitad del siglo XIX, fueron conspiradores
políticos por medio de logias masónicas, es más destacable su participación como
representantes de casas comerciales de sus lugares de origen, como
contrabandistas, y por su sectarismo religioso y étnico;
En general, las ciudades hanseáticas habían asumido desde 1821 el papel de intermediarios más importantes, entre los fabricantes alemanes y el mercado mexicano compitiendo con los ingleses. Son ellas por eso las que con más ímpetu presionan a las diferentes autoridades alemanas a reconocer oficialmente el gobierno mexicano.184
En el Valparaíso de 1822, Hunt Gruning y Cía. fue la primera casa
comercial alemana establecida en el puerto, le siguió la casa comercial de la cual
era socio el cónsul prusiano Fernando Flindt, la firma Canciani y Cía.185
Desde temprana época se registra en el Chile Independiente la presencia
simbólico-cultural alemana en manifestaciones artísticas que ahora llamamos
183
El mito americano fue creado en la Europa decimonónica por una serie de publicaciones que tuvieron un gran éxito público durante todo el siglo. Libros como el Último mohicano de James Fenimore Cooper, y reportajes de viajes como los de Gottfried Duden, habían propagado la imagen idílica de una América libre y generosa que nunca existió. La belleza de la vida en las tierras y bosques vírgenes de la frontera, aparecía pintada de colores poéticos, pero nadie hablaba de la dureza de sus inviernos y veranos. El tinte dado a las libertades políticas y religiosas presagiaba un paraíso, en el cual no cabían conflictos sociales ni maneras rudas o incivilizadas. Muchos de lo que llegaban llenos de ilusiones y sueños, tejidos en las largas noches europeas, recibieron un duro golpe al enfrentarse con la realidad, y maldijeron a Gottfried Duden y sus relatos. Ibíd., p. 80. 184
Brígida M. von Mentz de Boege, Noticias sobre alemanes en México durante el Triunvirato y la presidencia de Victoria, en Revista Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México, (Versión electrónica: http://www.iih.unam.mx/moderna/ehmc/ehmc07/081.html) Vol. VII, UNAM/IIH, México, 1979, p. 67-92. 185
Al parecer en Santiago en 1819, se registra en el plano simbólico-cultural la fundación de la Sociedad Filarmónica de Carlos Dreiverker e Isadora Zegers, para difundir las obras de Haydn, Mozart y Beethoven. Roque Esteban Scarpa…op. cit., p. 13.
123
clásicas como la música, el teatro y la ópera, que eran acompañadas por otros
cantos y prácticas tradicionales de las regiones a las que pertenecían los
comerciantes germánicos, por medio de las cuales buscaban sanar necesidades
íntimas pero también sociales con el afán de extenderlas al nuevo entorno social
que estaban ayudando a formar.186
Hacia 1848 también se registra la presencia de inmigrantes de no tanto
capital económico y cultural, como los antes mencionados. Da cuenta de su
existencia y de su percepción de vida que tenían en Valparaíso, la visión que
tenían de la sociedad donde nacieron, así como la idea que desde Rotenburg
tenían del Chile independiente, dos cartas que envían inmigrantes jóvenes
inmigrantes alemanes a sus familias residentes en Europa. El primero de apellido
Hollstein dice en su misiva;
(…) no nos arrepentimos de haber dejado nuestra patria, porque aquí hemos encontrado un país donde es posible mantenerse fácilmente, donde no existen contribuciones abrumadoras, donde cada cual puede trabajar en lo que quiere, donde uno puede radicarse donde le da la gana y en todas partes el trabajo es bien remunerado; en resumen aquí uno puede mantenerse fácilmente y ahorrar un hermoso capital.”187
El segundo de apellido Aubel inmigró con su esposa ya que la carta que
escribe está dirigida a su suegro que vive en Rotenburg;
La despedida de nuestra patria fue penosa; sin embargo no nos arrepentimos ahora, pues hemos llegado a un país de libertad, donde no pesan sobre nosotros ni contribuciones ni otras cargas, donde podemos desarrollar sin trabas nuestros negocios; nadie nos impone onerosas obligaciones cuando queremos ejercer nuestro oficio como maestros y el trabajo del artesano se paga bien (…) el que es económico y tiene amor por el trabajo puede ahorrase en unos años una fortuna regular (…) viva
186
Mientras el bávaro Dr. Aquinas Ried componía óperas e intentaba que Chile tuviera una ópera nacional con textos en español con “La Telésfora”, un naturalista con estudios en Bonn y Berlín, compañero de Bismarck, Guillermo Frick, compartía sus tareas con la composición de tonadas, tales como “Frauenlob” que le inspiraba el amor por su esposa Clotilde Asenjo Molina, “Cosechas Valdivianas”, con letra de Guillermo Harnecker, sobre la feracidad de la nueva tierra, con cuyas glorias se identifica en su “Himno a los vencedores de Maipú, o quiere fundir el espíritu apolíneo de los versos de Goethe con la realidad pánica que le rodeaba…a mediados del siglo XIX en Valparaíso el Sangerbund, el Liedertafel, el Club de Cítara, la Sociedad Santa Cecilia, son muestras de la intensa actividad del Club Alemán del primer puerto de Chile en los matices de la música”. Ibíd., pp. 13-14. 187
Ibíd., p. 27.
124
ud. sin cuidado por nosotros, pues estamos muy bien, no hemos llegado a un país de esclavo como se decía en Rotenburg.188
Este proceso migratorio del que fueron parte Hollstein y Aubel entre 1850 a
1858, era distinto que el de los primeros años, ellos venían a colonizar las tierras
desocupadas o aparentemente desocupadas; pagaron su pasaje hacia Chile,
llegaron con semillas, herramientas de trabajo, pero más significativo que el dinero
y los objetos introducidos al país, fue la ética del trabajo y social europea
protestante, que mostraban en sus acciones de manera inconsciente.
Este tipo de migrantes o de presencia extranjera no se registra en la
experiencia histórica del Mazatlán decimonónico, no hubo inmigrantes
colonizadores que llegaran a sembrar o poblar la tierra.
Por su parte, la penetración germánica en la Argentina ocurrirá por vía
mercantil. A pesar que los pioneros en este campo no pudieron contar con
protección oficial de su patria lograron no solamente sobrevivir, sino amasar
fortuna. Se trataba de hombres emprendedores mitad aventureros mitad
empresarios, que formarían la base de la futura colonia alemana en la capital
porteña.189
Hacia 1858 la mayoría de los comerciantes germanos en Buenos Aires habían consolidado su situación económica gracias a los años de bonanza precedentes, y su vida comunitaria se fortalecía en torno a sus centros fundamentales; las iglesias, incluidas la protestante, inaugurada en 1853, la escuela y las diversas asociaciones culturales y deportivas. Especial relevancia cobrarán con el tiempo, los círculos musicales entre los que destacan La Sociedad Filarmónica, que admitía también a socios
argentinos y extranjeros.190
188
Ibíd., p. 28 189
El reconocimiento de Bremeh (1843), Hamburgo y Prusia (1844) del estado argentino, favoreció a la colonia germana en Buenos Aires, otorgando a sus miembros mayor prestigio entre los rioplatenses. El número de alemanes residentes en la capital había alcanzado ya unos seiscientos, encontrándose entre ellos no sólo comerciantes, sino representantes de todas las profesiones y clases sociales. Otras nacionalidades extranjeras habían experimentado la misma evolución, por lo que la interacción entre inmigrantes procedentes de distintos países, habituales hasta entonces, darían paso a la creación de núcleos nacionalistas diferenciados. La construcción de iglesias y escuelas propias fomentaban esta separación…los inmigrantes querían mantener su propio idioma y religión. Ingrid Schulze Schneider, Alemania…op. cit., p. 170. 190
Ibíd., p. 174.
125
Los primeros alemanes afincados en las ciudades chilenas fueron, como en
Argentina, hombres de negocios, casi todos solteros, que buscaron fortuna y
riquezas en el nuevo mundo.
En la segunda mitad del siglo XIX serían, en primer lugar comerciantes
germanos, quienes se trasladaran a México, dado que la creación de la
Federación Alemana del Norte (1866) fomentaba el incremento de relaciones
comerciales entre ambos países. En 1868 dos tercios del comercio exterior
mexicano se encontraba en manos de empresarios de Hamburgo, y en 1881 unas
151 casas comerciales germanas se habrían establecido en territorio mexicano.191
3.7. Buenos Aires y la Feliz Experiencia a inicios del siglo XIX.
Una de los procesos históricos culturales más ilustrativos y precoces de la
influencia europea, romántica, liberal, capitalista, burguesa, o sea de la
modernidad en Sudamérica durante a inicios del siglo XIX, sucedió en Buenos
Aires en el periodo de 1820-1826.
Como ya se mencionó, Buenos Aires fue una sociedad formada a fines de
la colonia españolas192 -con las reformas imperiales de 1776-, por tanto
influenciada por el comercio europeo, inglés principalmente,193 sin una estructura
económica, política, social ni cultural colonial establecida, por tanto la semilla de la
modernidad capitalista echo raíz sin tanto obstáculos, no había nobleza por ello la
estructura social se construyó a partir del mérito individual burgués, promovido por
191
Bajo la dictadura porfirista los esfuerzos por reclutar colonos extranjeros se renovaron. Pero nuevamente fracasarían todos los planes diseñados. La mala fama que México había adquirido como país hostil a los extranjeros sería aireada una y otra vez por personajes famosos, como el geógrafo Friedrich Ratzelo el periodistas Emilio Ruhland, siendo esta reputación negativa más fuerte que la publicidad tranquilizadora de los representantes mexicanos. Hasta 1892, sólo 275 colonos alemanes se atrevieron a emprender el camino al país azteca. Ibíd., p. 273. 192
Antes el lugar funcionaba como lugar de desembarco, no se puede decir que eran una sociedad estructurada, esto vendría a suceder hasta final del siglo XVIII, ya que, Buenos Aires fue fundada para comunicarnos con la región abundante de plata del Alto Perú… (así) la Plata (plata=argentum) es como se le conocía a la región donde ahora está la Argentina por los europeos en la colonia….y el nombre quedó en nuestra toponimia y el imaginario social. Alberto Sarramone, Los abuelos…op. cit., p.75. 193
Hacia 1810 los ingleses, que abarcaban a galeses, escoceses e irlandeses, entre otros, eran la mayoría de inmigrantes europeos….hacia 1860 los franceses, vascos incluidos, tomaron la batuta y no sería sino hasta finales de los ochentas cuando los italianos seguidos por los españoles tomarían la delantera. Ibíd., p. 76.
126
una élite formada por comerciantes, abogados y eventualmente militares distantes
del carácter aristocrático de las oligarquías mediterráneas.194
Unos años después en 1845, con la claridad de la distancia histórica en sus
palabras, Sarmiento escribe en el Facundo varías líneas de interpretación sobre
Buenos Aires, que nos sirven para ilustra esa situación cultural sui generis en
Latinoamérica hasta entonces;
Buenos Aires (…) se cree la continuación de Europa (…) la desespañolización y la europeización se efectuaron en diez años de un modo radical, sólo en Buenos Aires, se entiende (…) Rivadavia se trae a la Europa; más todavía, desprecia a la Europa; Buenos Aires (y por supuesto, decían, la República Argentina) realizará lo que la Francia republicana no ha podido, lo que la aristocracia inglesa no quiere, lo que la Europa despotizada echa de menos. Esta no era una ilusión de Rivadavia, era el pensamiento general de la ciudad, era su espíritu, su tendencia.195
Esto fue lo que se conoce como la Feliz experiencia, creada desde las élites
criollas por medio de un sistema de gobierno de República representativa,
moderado e ilustrado, ideado, construido con modelos sociales y constitucionales
europeos. Fue un proceso pensado e implementado desde lo alto de la estructura
política, donde letrados-intelectuales se unieron con las élites económicas para
crear instituciones, leyes, espacios de sociabilidad, fincados en un discurso de
civilización, liberalismo e ilustración, que permitieran el surgimiento de una ciudad
nueva, con hombres y mujeres nuevos.196
Esta sociedad se anclaba en el comercio, desmarcándose con todo lo que
remitiera al pasado colonial, a la influencia española, a la presencia gaucha e
indígena;
Con un ordenamiento tan sencillo de los poderes del Estado, fijado en forma gradual por vía legislativa ordinaria, Buenos Aires estableció una
194
Marcelo Martínez Soler, La feliz experiencia: Instituciones y ciudadanía en Buenos Aires entre 1820 y 1826, En Revista Electrónica de Historia Constitucional. Número II. Junio 2001. http://hc.rediris.es/02/Numero02.html?id=05 195
Domingo Faustino Sarmiento, Facundo. Civilización y barbarie, CEAL, Buenos Aires, 1973, pp. 143-144. 196
Sarramone propone recurrir a la tesis del sociólogo y antropólogo brasileño, Darcy Ribeiro, en la cual plantea una interpretación cultural para Estados Unidos, Canadá, Uruguay y Argentina como pueblos trasplantados, por abrazar la inmigración europea como proyecto de sociedad…eliminando, o excluyendo a los nativos. Ibíd., p. 78.
127
república representativa basada en el sufragio universal y dirigido por una élite ilustrada. Bajo el imperio de este ordenamiento, el Gobierno de Martín Rodríguez, a impulso de su ministro Bernardino Rivadavia, puso en práctica una serie de vastas reformas inspiradas en el más avanzado liberalismo de la época: ley de olvido, seguridad personal, inviolabilidad del domicilio, libertad de prensa y de culto, reforma militar, reforma eclesiástica, abolición de los fueros especiales y del diezmo, el Banco de Descuentos, la Bolsa de Comercio, el Departamento topográfico, ley de enfiteusis, Oficina de inmigración, escuelas Lancaster para hombres y mujeres, el Colegio de Ciencias Morales, la Universidad de Buenos Aires, el Colegio de agricultura con su jardín botánico, el museo de ciencias naturales, salud pública y vacunación, la Sociedad de Beneficencia, en fin, todos los institutos de un gobierno moderno como no se conocían en Europa.197
Esta agenda reformista estaba inspirada en el grupo intelectual,
liderado por Bernardino Rivadavia, que después de estar un tiempo
estudiando y empapándose de todos los debates ilustrados contemporáneos
sobre el hombre y la sociedad moderna en Inglaterra, Francia y otras
regiones de Europa, regresa a Buenos Aires para ser ministro en el gobierno
de Martín Rodríguez (1821-1824), con la misión y la idea de llevar las luces
del siglo XVIII a la población porteña. Era una lucha ideológica y política que
en tiempos posteriores, Domingo Sarmiento, definiría como: civilización
contra barbarie;
El gobierno intentó plasmar ese objetivo mediante la ampliación de las redes asociativas y de la opinión pública, utilizando los periódicos como principal fuente de difusión de las nuevas medidas y de las pautas filosóficas que las guiaban. Otras esferas del espacio público también fueron consideradas importantes para irradiar esos ideales; de tal manera, el gobierno tu participación directa en la organización de espectáculos populares como las Fiestas Mayas y tomó medidas concretas con el objetivo de impulsar una mayor propagación del teatro en la ciudad, ya que consideraba sumamente útil este tipo de instancias para comunicar sus principales políticas a una sociedad que aún ostentaba altos índices de analfabetismo.198
197
Marcelo Martínez Soler, La feliz experiencia: Instituciones y ciudadanía en Buenos Aires entre 1820 y 1826, En Revista Electrónica de Historia Constitucional. Número II. Junio 2001. http://hc.rediris.es/02/Numero02.html?id=05 198
Klaus Gallo, Un escenario para la “Feliz Experiencia”; teatro, política y vida pública en Buenos Aires 1820-1827, en Graciela Batticuore, Klaus Gallo y Jorge Myers (Comp.), Resonancias románticas. Ensayos sobre la historia de la cultura argentina 1820-1890, Eudeba, Buenos Aires, 2005, p. 121.
128
Es de destacarse la importancia que le era atribuida al teatro como
expresión artística que a la vez servía para referir formas de comportamiento
social cercanas a los intereses de las élites y la clase política,199 en ese momento
muy poco diferenciado, como se sabe. Incluso esta concepción del teatro fue
importante en otros lugares de Latinoamérica y Europa. Ya para 1817 el grupo
rivadaviano crean la Sociedad del Buen Gusto del Teatro en Buenos Aires, que
seguirá este propósito de contribuir mediante las puestas en escena al
mejoramiento social, o lo que es lo mismo, a la civilización que decían representar,
por medio de esta “escuela de costumbres” y el mejor “maestro de la
ilustración”,200 como consideraban al teatro y sus funciones sociales modernas.
Privilegiaban la dramaturgia francesa e italiana con obras que exaltaban la libertad y el odio a la tiranía como ser La muerte de César de Voltaire o Roma Libre de Alfieri, por sobre las obras del “Siglo de Oro” español.201
En este capítulo planteamos líneas comparativas sobre los principales
puerto sudamericanos en la primera mitad del siglo XIX, desde aspectos
económicos, demográficos, sociales y principalmente culturales que nos servirán
para alumbra comparativamente lo sucedido en la ciudad-puerto de Mazatlán en
ese mismo periodo de tiempo. Y es lo que veremos en los dos siguientes
capítulos.
199
En 1821 José de San Martín expresaba en Perú elogios a favor del teatro por considerarlo un establecimiento moral y político de mayor utilidad, necesario para la afirmación de los ideales de la independencia. Ibíd., p. 123. 200
Ibíd., p. 124. 201
Ibíd., p. 124.
129
De 40 años a esta parte las importaciones de Europa a la Costa del Pacífico han sido el
monopolio de unas 20 casas de comercio, casi todas extranjeras. Estas casas forman en
cada puerto una asociación compacta y solidaria, constituida con la mayor regularidad
con el objeto de aprovecharse de la crisis y vicisitudes mercantiles y preparar situaciones
favorables a sus miras; su única industria es el agio ejercido en las rentas públicas y el
contrabando (…) de 40 años acá esas corporaciones lo tienen todo en su dependencia en la
costa. Dan órdenes a los empleados, nombran y destituyen a las autoridades, tratan de
señor a vasallo con las administraciones locales, antiguamente trataban de potencia a
potencia con el Supremo Gobierno. Todo se anonadaba o se inclinaba ante su
omnipotencia. Jueces, magistrados, gobernantes, militares, la clase media, el pueblo bajo,
la marinería costera y todas las clases de la sociedad.
Informes contenidos en documento mexicano de mediados del siglo XIX sobre los
comerciantes de la costa occidental (Apud Meyer, Barrón & Forbes, y Cía.)
130
Capítulo IV.
El poblamiento del puerto de Mazatlán y la formación de la hegemonía cultural durante la primera mitad del siglo XIX.
131
En el presente capítulo expondremos una interpretación histórica del poblamiento
del puerto de Mazatlán así como el papel que jugaron los extranjeros en la
formación temprana de la ciudad-puerto. Todo esto con el fin de situar el inicio de
la formación del proceso de la hegemonía cultural junto con el surgimiento de este
espacio social en las costas del noroeste mexicano.
4.1. El puerto de Mazatlán ¿nace? o ¿se hace?
Para plantear de mejor manera esta pregunta es necesario ir del presente hasta el
pasado. Así, el día de ocho de Junio del 2009 se convocó de nueva cuenta a un
coloquio para presentar el estado de las investigaciones sobre la fecha de
fundación del puerto de Mazatlán.202 Las personalidades invitadas fueron los más
respetados en este tema; el cronista actual del puerto Enrique Vega Ayala, el
cronista Adrián García Cortéz, y el maestro en historia Luis Antonio Martínez
Peña.
Valga decir que las intensiones y los resultados fueron los mismos que en el
primer coloquio sobre el tema convocado en mayo de 1990, con diagnóstico
consensado; todo nebuloso, no hay fundación formal, la fecha de Valadés es una
mala lectura de un documento histórico, no hay documentos, hay que seguir
buscando.203
Diecinueve años han pasado desde aquel primer encuentro de este tipo y
tal parece que no hay nada nuevo que abundar a la historia germinal de la ciudad-
puerto de Mazatlán. Y esto es así porque desde esta perspectiva de la historia, no
se ha encontrado el documento que valide (que otorgue identidad, como el acta de
nacimiento lo hace con un niño, diría García Cortéz ese caluroso día de junio del
2009, pasado), la existencia de Mazatlán.
202
Coloquio sobre la Fundación de Mazatlán, convocado por la Comisión del Bicentenario de la Independencia y centenario de la Revolución en Sinaloa, siendo sede el Museo de Arte de Mazatlán, el día Sábado 5 de Junio del año 2009. 203
Las fechas que se disputan la fundación de Mazatlán son cuatro: 14 de Mayo de 1531 (Miguel Valadés); 1576 al establecerse el actual Villa Unión (Fernando Ocaranza); 23 de Marzo de 1792 con la gobernación de Mazatlán (Adrián García Cortés) y la más antigua 1806 con el primer asentamiento o casa de José María Canizales y su esposa Petra Zamudio (Santiago Calderón)
132
Todo esto sucedió, y sin embargo, con documento o sin documento, el
puerto se mueve.
Por lo que compete a esta investigación de tesis, sólo puede afirmar que
durante el trascurrir de lecturas y reflexiones que ha producido, no se ha
registrado hasta ahora ningún tipo de referencia o preocupación de escritores o
intelectuales que vivieron en el siglo XIX, o testimonios documentales, actas de
cabildo, artículos de prensa, diarios o memorias de viajeros o exploradores
extranjeros, con respecto a la fecha de fundación del puerto de Mazatlán. Al
parecer esa preocupación no era relevante para los historiadores de la época,
porque para ellos era más que evidente ya que vivían en su cotidianidad la cultura
y la mentalidad que hizo posible aquella sociedad.
Tal parece que durante la segunda mitad del siglo XX estas certezas
empiezan a convertirse en un mar de dudas, suposiciones y reinterpretaciones
(revisionismo, también le llaman) históricas sobre el momento, la orden, el día y la
hora de la fundación del puerto de Mazatlán. Bajo esta concepción de la historia
(el sencillo obstáculo epistemológico del, ¿qué y quién?), el hilo negro de la
explicación del Ser -con mayúsculas-, el estar -con minúsculas- y devenir de los
mazatlecos debe buscarse en la obra de un creador, una orden, un decreto, como
sucedió en muchos otros lugares del mundo, en nuestro caso del mundo
colonizado. Nada más y nada menos que la Historia como acontecimiento, no
como proceso en constante movimiento, sujeta a momentos de estancamiento
aparente o fuertes convulsiones que la revolucionan.
Así, en el presente, el supuesto debate historiográfico sobre la paternidad
de Mazatlán se hunde en las certezas de un pasado positivista rankeano que
encumbra al documento como verdad objetiva, del cual emanan las relaciones
sociales de hombres y mujeres.204 Al parecer, en este debate realmente se
considera probable que un hombre-Canizales (Adán) y una mujer-Zamudio (Eva),
por el sólo hecho de sentarse, dormir, comer y reproducirse en un espacio
geográfico (sea el paraíso o la antesala del infierno), establecieron las condiciones
204
Para conocer a fondo los pormenores de dicho debate consultar; Adrián García Cortez, La fundación de Mazatlán y otros documentos, Siglo XXI/Difocur, México, 1992.
133
económicas, políticas, sociales y culturales en donde se desarrolle un puerto, una
ciudad, una cultura (la humanidad).
¿En qué año nació, quiénes son los padres del puerto de Mazatlán? Y
sobre todo, ¿quién tiene el documento que pruebe tal cosa? Serán ¿los
Conquistadores en 1531? ¿Reformadores monárquicos en 1789? ¿Una pareja de
pardos patasalada? ¿O brotará por generación espontánea de las mieles y sueños
del proyecto de los Independentistas? o ¿Responderá a los caprichos de la mano
invisible que impulsaba una nueva forma de dominación comercial mundial basada
en el contrabando, el saqueo de recursos naturales, el comercio de bienes
extranjeros?
Esta tesis sostiene, que la madre naturaleza era muy amorosa y fecunda,
por eso Mazatlán lleva en sus genes el aporte de todos esos padres. Por tanto,
Mazatlán como espacio natural y cultural no es flor de un día, su ser lleva raíces
profundas que fueron arraigándose en el tiempo y el espacio hasta brotar
estrepitosamente durante el siglo XIX. Por eso, desde hace largo tiempo, en
distintas formas y sentidos, la bahía del Mazatlán contemporáneo ha sido parte del
mundo. Su historia de formación y presencia humana, data de mucho antes de su
poblamiento definitivo a principios del siglo XIX.205
Poco se conoce, desafortunadamente, del contacto cultural que las antiguas
sociedades indígenas -que transitaban por la bahía de Mazatlán, pescando,
recolectando moluscos, extrayendo sal- establecieron con el mundo de su tiempo.
205
Nuestra investigación comparte la propuesta del Dr. Arturo Román Alarcón, quien propone que el poblamiento del puerto de Mazatlán tiene que pensarse no en un episodio fundacional sino en varias etapas, algunas de ellas de carácter temporal; el puerto fue un lugar de tránsito de exploradores (1596) , o lugar de paso y refugio de piratas (1579, Francis Drake y 1587 Tomás Cavendish) Otras donde se manifiesta formas de apropiación del mismo más prolongadas y formales; la más importante de ellas se dan en el año 1687 hasta 1765 al establecerse dos soldados presidiales mulatos como vigías de la bahía, en lo que hoy es el actual cerro de la Nevería. Una cuarta etapa será en la cual se ubica nuestra investigación, cuando el fenómeno de poblamiento se da de manera regular y creciente teniendo como elemento dinamizador y fuerza motora los intercambios mercantiles legales e ilegales, esto a finales del siglo XVIII. Rigoberto A. Román Alarcón, Acerca de la fundación de Mazatlán, en Revista Clío, Facultad de Historia de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Volumen I, Núm. 9, Junio -Septiembre del 1993, p. 84.
134
Será después de 1531, año de la llegada de los primeros conquistadores
españoles a tierras sinaloenses, cuando las llamadas Islas de Mazatlán figuren en
los mapas náuticos de la época como lugar de abastecimiento de todo tipo de
embarcaciones que navegaban por el noroeste de la Nueva España.
Durante los siguientes 300 años, sus costas, cerros, islas y marismas
fueron testigos de algunos acontecimientos históricos destacados que, al paso del
tiempo, se convirtieron en las raíces profundas, en los genes culturales, que
sostienen el Ser de Mazatlán, y lo entrelazarían a su vez, con la red humana de la
modernidad decimonónica que desde entonces a la fecha se expande sobre el
mundo.
Así, el Intercambio comercial, el contrabando, la presencia multi racial y
cultural, indígena, europea, negra y asiática, fueron el legado que aquel primer
proceso mundial de globalización heredó al verdadero Mazatlán, el cual empezaría
a forjarse consumada la independencia de México en 1821.
Sin embargo algo se sigue moviendo por ahí, algo brilla con el fulgor de las
mercancías y el oro mineral.
4.2. La influencia extranjera en el poblamiento del puerto de Mazatlán: de la
independencia a la mitad del siglo XIX.
En 1822 se redacta un texto que interpreta con fuentes de primera mano, las
razones sociales que crearon un estado social incivilizado en los desgraciados
territorios que formaban las entonces llamadas Provincias Internas de Occidente -
Mazatlán incluido-. Las causas ahí expuestas son de larga temporalidad; políticas,
militares y económicas, principalmente.
Este documento histórico titulado, “Memoria sobre las proporciones
naturales de las provincias internas occidentales, causas de las que han provenido
sus atrasos, providencias tomadas con el fin de lograr su remedio, y las que por
ahora se consideran oportunas para mejorar su estado, e ir proporcionando su
135
futura felicidad”, fue redactada por Juan Manuel Riezgo (sic), Salvador Porras,
Francisco Velasco y Manuel José de Zuloaga, diputados de dicha región.206
Ahí se destacan como causas principales del fracaso colonizador en los
dominios septentrionales en la Nueva España, la ambición económica por los
minerales de la corona Española, lo que ocasionó que las, villas, presidios,
misiones y demás instituciones coloniales, se ubicaran cerca de las minas de oro y
plata; las grandes extensiones de la región; además la poca organización y
conocimiento de la zona;
A poco tiempo después que los Españoles tomaron posesión de esta Capital, penetraron hasta los últimos términos de la remota provincia de Nuevo México; pero la velocidad de estos descubrimientos, y la suma extensión de los países que trataron de ocupar, fueron sin duda las causas originarias de que las provincias internas hayan sido por espacio de muchos tiempos, una carga pesada del estado, pues diseminados sin orden los primeros pobladores por todos aquellos bastos territorios buscaban sólo los parages donde había plata ú oro; este era en general el primero y único objeto para ubicar las poblaciones: y ellas quedaban a distancias enormes entre sí; y faltándoles por consecuencia de todo la unidad, que exigía su buen régimen y defensa, lejos de organizarse para que produjesen utilidades proporcionadas a la riqueza y feracidad del país, contenían en sus misma constitución las camas que debían alegar su progreso, acaso conducirlas á su total e inevitable ruina.207
Además los diputados de 1822, consideran el factor de las naciones y
pueblos indígenas que habitaban el territorio de las entonces llamadas Provincias
Internas de Occidente, para explicar el nulo desarrollo social y cultural – en sentido
occidental, claro- de aquella región. Se dice que en un principio los naturales
fueron controlados por los conquistadores, pero después se rebelaron en una
lucha que duraría dos siglos. Esto ocasionó que se estableciera un contacto
directo con el exterior para conseguir mercancías;
206
“Que esta memoria se pase á la comisión de constitución á fin de que la tenga presente, sin perjuicio de nombrarse otra especial para que proponga á las Córtes á la mayor brevedad, lo que sobre los puntos que contiene estimase de justicia.= México 1 de Julio de 1822.=Juan Miguel Riezgo.=Salvador Porras.=Francisco Velasco.=Manuel José de Zuloaga”. 207
Juan Manuel Riezgo, Salvador Porras, Francisco Velasco y Manuel José de Zuloaga, Memoria sobre las proporciones naturales de las provincias internas occidentales, causas de las que han provenido sus atrasos, providencias tomadas con el fin de lograr su remedio, y las que por ahora se consideran oportunas para mejorar su estado, e ir proporcionando su futura felicidad, imprenta de D. José María Ramos Palomera, México, 1822, p. 8.
136
Los países internos gimieron por espacio de muchos tiempos, bajo el azote cruel de la guerra incesante de los indios. En este estado de abatimiento les era indispensable ocurrir a las provincias exteriores del Imperio, por cuanto necesitaban para su propio consumo, pues carecen de las artes manufacturas, y oficios que se necesitaban para la vid y comodidad del hombre; y como no bien respiraban de los males que habían padecido, cuando llegó la época en que comenzó la guerra de mil ochocientos diez, faltaron como lo hemos manifestado, casi á un mismo tiempo todos los auxilios y provisiones que se ivan de esta capital. De estas causas se siguió que se abandonara el laborío de las minas, que era su principal industria (…)208.
En nuestros días, constantemente se menciona en publicaciones de historia
académica y no académica, charlas, debates, foros, coloquios, congresos, y otros
espacios de discusión, sobre la tesis de la dureza de las condiciones naturales de
la bahía y cerros de Mazatlán, como causa de su no poblamiento definitivo durante
la colonia, sino hasta el siglo XIX. Las bromas sobre el exceso de zancudos y
otros insectos endémicos o el terreno fangoso, la falta de agua y demás factores
propios de un ecosistema tropical, que sostienen como causa para que los
conquistadores no se establecieran en el lugar de manera definitiva, parecen poco
confiables a la luz de estas interpretaciones sociales.209
Para comprender mejor este momento de formación temprana del puerto de
Mazatlán en la década de 1820, expondremos la información sobre la región del
sur de Sinaloa contenida en un valioso documento de un súbdito inglés que vino a
la región del noroeste mexicano para hacer negocios.
El 13 de Enero de 1826 el teniente inglés Robert W. Hale Hardy, inicia en el
pueblo de Escuinapa su viaje a través del Estado de Occidente, como
representante de la General Pearl and Coral Fishery Association of London, por un
periodo de 3 años iniciado el 7 de mayo de 1825 y terminado en 1828.
208
Ibíd., pp. 54-55. 209
Imaginemos. Hombres conquistadores de estirpe guerrera, que han cruzado todos los mares y selvas más temerarias de su tiempo, herederos de las técnicas y conocimientos más avanzados de occidente, no sucumbirían ante un ecosistema tropical tan fácilmente. El escenario del no poblamiento de la bahía de Mazatlán aunque ya se sabía por parte de los conquistadores de su ubicación y bondades geopolíticas, era más complicado que eso, como se puede deducir del documento anterior.
137
Su testimonio es interesante por muchos aspectos para esta investigación
de tesis. Debido a que nos muestra una serie de relaciones sociales entre los
distintas grupos humanos que estaba asentados entonces en lo que ahora es
Sinaloa, así como sus principales sociedades y sobre todo la presencia,
actividades y las redes sociales que empezaban a tejer los extranjeros con los
restos de la sociedad colonial del noroeste de México.
Y claro, nuestro personaje también nos da información sobre el puerto de
Mazatlán, algunos extranjeros que ya se encontraban ahí y su relación con la
sociedad comercial en 1826.
Robert W. Hale Hardy llegó a México desde Londres vía el Cabo de Hornos
con la misión de explorar con fines comerciales el llamado por él mismo, Golfo de
California. Arribó a México por Veracruz y al llegar a la capital del país, nos deja
constancia del desprecio y la repugnancia que le ocasionaron desde la forma en
que se hacían las tortillas hasta el tipo de vestido de los indígenas, los lugares
donde se hospedaba y los edificios horrendos que puedo observar.
A destacar desde su llegada a la capital es, además de la lectura y citas
obligatorias a Humboldt, el cúmulo de cartas introductorias que traía desde su país
y que le abrían todas las puertas. Una de ella lo llevo a Palacio con el mismo
presidente Gral. Guadalupe Victoria.
Después de eso atravesó el país hasta llegar a Tepic el 4 de enero de 1826,
donde encontramos la primera impresión de utilidad para nuestra investigación;
Llamé al cónsul inglés el Señor Barrow; un caballero con gran información y excelentes habilidades, que me recibió con mucha cordialidad y fue muy amable al darme algunos consejos útiles acerca de la pesca de perlas, así como por darme copias de los mejores mapas. También me presentó a Don Félix Ornelas (...) que tiene finos ejemplares de perla y oro regionales, y me dio algunas prácticos consejos. Él fue un antiguo pescador de perlas.210
210
Called up to Mr. Barrow, the english cónsul; a gentleman of great information, and excellent abilities he received me with much cordiality, and was so obliging as to give me some useful hints about the Pearl Fishery, and to furnish me with copies of the best charts. He likewise to introduced me to Don Felix Ornelas (…) he has some fine specimens or pearl and native gold, and give me
138
Después de esto fue presentado con un rico comerciante español, el Señor
Cubillos, que tenía una mina de oro en la región. También conoció a un inteligente
joven chileno, Señor Herrera, de quien recibió un trato muy civilizado y le presentó
al Coronel Negrete, quien estaba casado con una española que era la dama de
mejores maneras y conversación de las que ha conocido desde su llegada a
México.211
Aquí se puede comprender como tejían sus redes sociales en nuestro país
este tipo de extranjeros representantes de casas comerciales. Las cartas que
traían desde Europa eran la base de su fortaleza política, así como los cónsules
de sus países distribuidos en los principales puntos de la geografía nacionales,
que tenían contacto directo con el gobierno Nacional además de relacionarse con
las clases dominantes locales, con las cuales entraban rápidamente en contacto
los extranjeros para obtener información, recomendaciones y ayuda logística para
sus travesías por el país.
A su llegada a El Rosario, el súbdito inglés lleva cartas dirigidas a Juan
Manuel Riesgo,212 entonces comisionado general de las Provincias Unidas de
Sonora y Sinaloa, ya que necesita su permiso para navegar con un pequeño barco
por las aguas del Golfo de California, que según sus fuentes son totalmente
desconocidas y peligrosas e imposibles de cruzar con un barco grande. Del
mineral de El Rosario comenta -además del mito de su fundación- que es el
primero que visita desde que llegó a México y sabe de sus minas de oro y plata
muy buenas. De los mineros, se expresa de una forma despectiva, diciendo que
todos son iguales e inmorales y que no vale la pena describirlos porque eso ya se
sabe. Estando listo para salir hacia Mazatlán, nos dice;
some good practical instructions. He was a formerly pearl-fisher. (Todas las traducciones en la presente tesis fueron hechas por el autor: Roberto A. Mendieta Vega) Robert William Hale Hardy, Travels in the interior of México in 1825, 1826, 1827 & 1828, Henry Colburn and Richard Bentley, London, 1829, pp. 64-65. 211
Ibíd., p. 65. 212
En febrero de 1824 el Gobierno de la República nombró a Riesgo Intendente General de la Hacienda de El Rosario. Robert W. Hale Hardy, nos ofrece una excelente semblanza e interpretación del carácter de este político, así como los pormenores de su encuentro en cuatro páginas: 74-78.
139
Traje conmigo cartas de presentación de México y de Tepic para el señor Flete y su socio el joven inteligente Mr. Wyllie; ellos están ahora en Mazatlán, un puerto a dieciocho leguas de aquí, con un buque a punto de salir para Guaymas, así que acepté, y el día 18 salí de Rosario acompañado por el Comisario y General Riesgo y otros compañeros, a las
5 p.m.213
Al llegar al Presidio de Mazatlán, de nueva cuenta el súbdito inglés muestra
los alcances de sus redes sociales, así como las relaciones de compadrazgo que
los extranjero empezaban a tejer con las hijas de las familias notables214 de la
época en la región;
Desde temprana hora, a las once de la mañana, llegamos al presidio de Mazatlán (...) Me esperaba el Señor Short y el Señor Espeleta (...) el primero está comprometido con la hija de Iriante, el dueño de la famosa mina de Cosalá, el segundo lo está con la hermana de Cubillos, de Tepic. Conocía formalmente a el Sr. Short en Buenos Aires, es un tipo alegre y realmente servicial. Lo acompaña el Sr. Wasting, un joven especialmente amable y muy cortes. El Sr. Espeleta de quien el señor Barron fue tan amable de darme una carta de presentación, es originario de España
(…)215
A las siete de la mañana del 20 de enero sale del presidio y, siguiendo un
brazo del mar, llega a mediodía al puerto de Mazatlán. A destacar es que nuestro
personaje recorre en 5 horas la distancia entre el presidio y el puerto, pero utiliza
sin inmutarse el nombre de Mazatlán para ambos. Entonces, se deduce que para
1826 Mazatlán hacía referencia tanto a un lugar como a otro, y que los dos
espacios estaban habitados por extranjeros;
213
I brought with me letters of introduction from México and Tepic to Señor Fletes, and his partner, Mr. Wyllie, and intelligent young man; and as they had now at Mazatlan, a sea-port eighteen leagues from hence, a vessel on the point of sailing for Guaymas, which i accepted, and on the 18th i quitted Rosario, accompained by the commissary-general Riesgo and other companions at five p.m. Ibíd., p. 80. 214
En junio de 1824, Francisco Iriarte es nombrado jefe político de Sinaloa por el gobierno nacional. 215
Set off early, and arrived at the presidio of Mazatlán at eleven a. m. (...) on my arrival I waited on Mr. Short and Mr. Espeléta (...) the former is engaged to a daugther of Yrriante, the owner of the famous gold mine of Cosalá; the latter, to the sister of Cubillos, of Tepic. I formely kwen Mr. Short at Buenos Ayres; he is a merry fellow, and was particulary obliging. A Mr. Wasting, who is with him, is a particularly amiable young man, and from him I received great civilities. Mr. espeléta whom Mr. Barron was so kind as to give me a letter of introdution, is a native of Spain, but when out early in life to the West Indies (…) Ibíd., pp. 80-81.
140
Aquí hice preguntas con respecto a un banco de perlas recién descubierto, que escuche decir en Tepic era extraordinario. Sr. Haskins, quien me acompañó hasta el puerto, me llevó a la casa de M‟ Alister, uno de sus empleados quien estaba enterado de ello, y quien le diría al sobrecargo del Lobo cuando estuviéramos cerca (…) Durante mi estancia en Mazatlán también me enteré por un capitán de un barco de cabotaje que acaba de llegar, de un accidente en Cabo San Lucas de un Bunder ochenta toneladas, el cual se encontraba volteado.216
El 22 de enero zarparon rumbo a Guaymas en la pequeña goleta Cocúla,
de unas cuarenta y cinco o cincuenta toneladas, propiedad del señor Fletes de El
Rosario y que era comandada por su hermano. A los pocos días de zarpar, se
enteraron que las provisiones empezaban a escasear. Y al preguntar la causa de
ello al copiloto estadounidense, el señor Dartforth, este confesó que el joven Gil
Fletes era un amante de la bebida y la alegría, y que se había gastado todo el
dinero que le había dado su hermano para las provisiones en los bailes de
Mazatlán. Esta era una diversión de la que era muy aficionado y así demostraba
su galantería invitando a todas las bellas damas del puerto.217
¿Pero esto qué tiene que ver con la hegemonía cultural extranjera? La
respuesta es todo. Debido a que nuestra perspectiva considera a la hegemonía
como un proceso que se consolida a partir de conseguir el domino económico y
político de un territorio y, claro, de los grupos subordinados. Así, identificar a los
extranjeros europeos decimonónicos como fundadores, pioneros, o promotores de
una revolución económica y cultural en el noroeste mexicano post independiente,
se podrá fijar temporalmente el inicio de la conformación de la hegemonía cultural,
y más aún, su influencia en la formación material y simbólica de la sociedad recién
conformada.
Así, para los obstinados en encontrar una fecha del nacimiento del puerto
de Mazatlán –con hora, lugar y testigos incluidos-, sólo quedará aceptar la tesis de
216
Here I made inquiries respecting a newly-discovered pearl bed, which, in Tepic, I had understood was likely to turn out exceedingly well. Mr. Haskins, who accompanied me to the port, took me to the house of a person employed by him, of the name of M' Alister, who said he knew the situation, and would show it to the supercargo of the Wolf whenever she should arrive (…)During my stay in Mazatlan, I learned that a wreck had been seen off Cape San Lucas, by the captain of a coasting vessel lately arrived, who reported that she appeared to be of about eighty tons bunder, and was lying bottom upwards. Ibíd., p. 81. 217
Ibíd., pp. 84-85.
141
la fundación nebulosa por los siglos de los siglos. Por el contrario, para quienes
cambien anteojos para mirar el pasado el problema será comprender la diáfana
formación de una sociedad a orillas del mar pacífico en el noroeste mexicano.
Entonces el tema pasará de escudriñar en archivos nacionales e
internacionales en busca del divino documento, de consultar crónicas de
misioneros y funcionarios reales, a echar mano de las múltiples herramientas y
aportes históricos dados por la ciencia social para comprender un proceso
histórico complejo –presente en otras muchas regiones en ese mismo periodo
temporal- creador de las condiciones materiales y simbólicas, que llevaron a
extranjeros y nacionales a poblar definitivamente ese territorio que desde épocas
coloniales conocían y frecuentaban, pero que no era funcional a las nociones de
desarrollo de la época.
Por ello esta investigación de tesis se atreve a decir que Mazatlán
decimonónico no surge del comercio en sí, ya que el comercio se practicaba en la
región desde muchos años antes, sino de un momento histórico en donde la
conciencia histórica y cultural europea se lanza sobre el mundo en pos‟ de una
nueva conquista, una nueva revolución económica y cultural capitalistas-ilustrada.
4.3. El comercio internacional capitalista y el poblamiento del puerto de
Mazatlán durante la primera mitad del siglo XIX.
En la investigación del poblamiento del puerto de Mazatlán durante las primeras
décadas del siglo XIX, por parte de los principales cronistas e historiadores
regionales, destaca una variable que se relaciona de manera directa con ese
proceso social; el comercio. Por tanto la historia del comercio marítimo en el
puerto está relacionaba con la historia de poblamiento de la ciudad.
El puerto de Mazatlán nació como producto del comercio…La historia del comercio Mazatleco es, pues en cierto modo la historia de nuestra ciudad y puerto.218
218
Rigoberto A. Román Alarcón….op. cit., p.129.
142
Coincidimos con esta sentencia. Sin embargo, creemos necesario distinguir
a qué tipo de comercio se refiere la crónica y la historiografía regional, con el fin de
comprender a cabalidad a la sociedad que se formó de aquel proceso
primeramente, y cuál lugar ocupó en la formación de la nación mexicana. De igual
manera, creemos que es insuficiente el decir que los extranjeros o los
comerciantes, a secas, fueron los agentes primordiales de este proceso. Falta
profundizar y problematizar más la historia conocida en estos dos temas, para
comprender realmente qué tipo de sociedad se formó en aquellos años.
Propondremos algunas hipótesis al respecto en lo que queda de este capítulo.
En la década de 1820 se ubican los primeros documentos que le permiten
afirmar a esta investigación, que el puerto de Mazatlán ya estaba auge económico
y portuario en aquellos años. Una primera muestra de ello es que en 1826, dos
años antes del establecimiento de la aduana, los Estados Unidos de América se
adelantaron a las autoridades regionales y del México independiente, instalando
en el puerto uno de los primeros consulados de América. El consulado estuvo a
cargo en sus inicios del señor John Lenox Kenedy;
A los vecinos del norte no les falló el pronóstico, pues al comenzar la tercera década del siglo XIX, Mazatlán ya era el emporio abastecedor de todo el noroeste mexicano y la ciudad más poblada e importante de la costa del Pacífico, superando a Hermosillo, Culiacán y Tepic.219
A mediados del siglo XIX, se publica un informe al gobierno federal sobre
los comerciantes de la costa occidental mexicana, Tepic, Colima y Jalisco,
colindante con nuestra región noroeste, del cual se desprende un panorama
doloroso para la República sobre la influencia de los extranjeros en la vida social
de aquellas regiones después de la Independencia;
De 40 años a esta parte las importaciones de Europa a la Costa del Pacífico han sido el monopolio de unas 20 casas de comercio, casi todas extranjeras. Estas casas forman en cada puerto una asociación compacta y solidaria, constituida con la mayor regularidad con el objeto de aprovecharse de la crisis y vicisitudes mercantiles y preparar situaciones favorables a sus miras; su única industria es el agio ejercido en las rentas
219
Mario Martini, Grandeza Mazatleca, Paralelo 23, México, 2004, p. 24.
143
públicas y el contrabando (…) de 40 años acá esas corporaciones lo tienen todo en su dependencia en la costa. Dan órdenes a los empleados, nombran y destituyen a las autoridades, tratan de señor a vasallo con las administraciones locales, antiguamente trataban de potencia a potencia con el Supremo Gobierno. Todo se anonadaba o se inclinaba ante su omnipotencia. Jueces, magistrados, gobernantes, militares, la clase media, el pueblo bajo, la marinería costera y todas las clases de la sociedad.220
Otro planteamiento de importancia sobre este periodo germinal y de
pioneros, lo dan las extensas investigaciones de Sergio Ortega Noriega, donde se
identifican tanto los primeros actores sociales como las relaciones sociales que se
establecieron en aquellos momentos fundacionales;
En la década de los veinte se había formado un grupo de comerciantes porteños, algunos mexicanos, aunque los más poderosos eran españoles e ingleses, a los que después se unieron algunos alemanes y norteamericanos. En la década de los treinta creció notablemente el volumen de las mercancías que por Mazatlán se introducían, procedentes del Oriente, de Europa y de la costa atlántica de los Estados Unidos. Por estas fechas era Mazatlán el más importante puerto mexicano del Pacífico, había desplazado a San Blas y tenía una vasta zona de influencia que comprendía el sur de Sinaloa y el occidente de Jalisco, a pesar de la oposición de los comerciantes de Guadalajara (…) los comerciantes porteños también se dedicaban a evadir los impuestos de importación cuando les era posible, a incrementar sus mercados y a entorpecer los negocios de sus competidores de Culiacán. Hacia 1840 los dos grupos oligárquicos –el de Culiacán y el de Mazatlán- estaban consolidados y se
enfrentaban en los terrenos económico y político.221
No hay objeciones: es en este contexto de los primeros años del México
independiente que surge el puerto de Mazatlán y otros más en el noroeste del
país, siendo el comercio una de las actividades más lucrativas de los grupos
dominantes extranjeros que llegaron a establecerse en ellos.
La exportación de materias primas –agrícolas y minerales- e importación de
mercancías manufacturadas fue la norma comercial durante la colonia en la Nueva
España, esta siguió su desarrollo como una estructura económica de larga
duración hasta ya entrado el siglo XIX, pero ahora con actores extranjeros
220
Informes contenidos en documento mexicano de mediados del siglo XIX sobre los comerciantes de la costa occidental (Apud Meyer, Barrón & Forbes, y Cía.) Walther L. Bernecker, Contrabando. Ilegalidad…op. cit., p. 57. 221
Sergio Ortega, Edgardo López Mañón, Sinaloa; una historia compartida, DIFOCUR/Instituto de Investigación Dr. José María Luis Mora, México, 1987, p. 27
144
distintos; roto el monopolio español sobre la mayoría de la América los nuevos
garantes de la civilización occidental se dispusieron a llenar ese vacío de manera
rapaz. En el México independiente aparecen las primeras casas comerciales
alemanas222 hacia 1821, y con ellas un impulso a las ideas de libertad de mercado
en contra del proteccionismo que defendían algunas regiones centrales del país
donde la incipiente industria nacional se desarrollaba;
El proteccionismo que en general caracteriza la época de 1821 a 1872, que fue muy rígido entre 1838 y 1856, favoreció muchísimo el contrabando, y la anarquía política y fiscal lo permitió sobre todo en los puertos. Prácticamente todos los comerciantes de estos –Veracruz, Tampico, Mazatlán, Matamoros- serán pues, contrabandistas y enemigos acérrimos de los industriales de Puebla, Querétaro y otras ciudades.223
222 Los primeros agentes de la compañía mercantil alemana más importante llean a México en
marzo de 1823 (…) los alemanes recién llegados (Sulzer, Schneider, Buchan y Matthiessen) representaban a la Compañía Alemana de Indias, como se llamó en español la Rheinisch-Westindische Companie, fundada por los empresarios más destacados de las provincias prusianas del Rin y que incluso contaba con el apoyo financiero de la casa reinante en Berlín. Los accionistas habían fundado esta sociedad con el fin de eliminar a los comerciantes intermediarios ingleses, en un intento de conquistar los mercados iberoamericanos para las mercancías alemanas. Brígida M. von Mentz de Boege, Noticias sobre alemanes en México durante el Triunvirato y la presidencia de Victoria, en Revista Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México, (Versión electrónica: http://www.iih.unam.mx/moderna/ehmc/ehmc07/081.html) Vol. VII, UNAM/IIH, México, 1979, p. 67-92. 223
Brígida von Metz, Verena Radkau (et al.), Los pioneros del imperialismo alemán en México, CIESAS/CasaChata, México, 1982, p. 60.
145
Imagen 2: Postal del puerto y su fondeadero sur al parecer en la década de 1820. La pujanza de actividad comercial es representada por la cantidad de barcos plasmados en la pintura, mientras dos personas de aspecto mexicanos contemplan la escena y el paisaje natural desde unos de los cerros cercanos.
Ingleses, alemanes, franceses y estadounidenses se erigen como los
pueblos hegemónicos en el intercambio mercantil-económico internacional,
estableciendo sus casas comerciales teniendo como objetivo el dominio de los
puertos, sobre todo los de nueva creación que se encontraban fuera de la
influencia de las anteriores estructuras de poder coloniales, y alejados ahora del
nuevo poder nacional;
Las casas importadores fueron las piezas importantes en la conformación de las redes de comercialización e inmigración que desde Mazatlán se extendían por todo el noroeste de México, alcanzando lugares distantes como Parral y Zacatecas, donde llegaban sus agentes y abrían oficinas. Su papel como importadoras de artículos de consumo directo, textiles, mercería, herramientas, abarrotes, vinos y licores, las convirtieron en importantes proveedoras de insumos, crédito y avio para el trabajo de las minas y estancias ganaderas del interior. Mientras que en la ciudad de Mazatlán llevaban a cabo una agresiva concentración del suelo urbano disponible y de construcción de los edificios que albergaban sus almacenes y casa habitación.224
Así el monopolio comercial y la dependencia económica de México seguía
vigente y palpable en la notable expansión de casas comerciales con apellidos
extranjeros a los largo del país. Esto sucedió así por factores externos, como la
integración del nuevo mercado internacional capitalista industrializado, liderado
por las naciones ya mencionadas pero sobre todo Inglaterra, pero que encontraron
eco social y político en la sociedad mexicana de la época, sobre todo en las élites
económicas criollas sobrevivientes al derrumbe colonial y en los gobernantes
cegados por las ideas políticas de la ilustración europea;
(…) hay que ser conscientes de que fueron también factores internos los que propiciaron esa dependencia del exterior y la acrecentaron. Estos serían una oligarquía comercial ligada históricamente hacia el exterior; una
224
Luis Antonio Martínez Peña, Inmigrantes europeos en Mazatlán; siglo XIX, Arenas, número 11, publicación trimestral de la Maestría en Ciencias Sociales, Facultad de Ciencias Sociales, UAS, y de la cátedra UNESCO sobre “Transformaciones económicas y sociales relacionadas con el problema internacional de las drogas ilícitas”, del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, Mazatlán, Primavera del 2007, p. 84.
146
infraestructura fortalecida hacia los intercambios externos; la ideología extranjerizante de la clase dominante; una población relativamente escasa, étnicamente heterogénea y geográficamente aislada; una división tajante en el interior de la sociedad, en clases sociales antagónicas, y caracterizada por una desigualdad económica y cultural asombrosa. Otros factores históricos, como la falta de vías de comunicación y la estrechez del mercado interno, dieron un giro específico al desarrollo comercial mexicano que los centros industriales internacionales impulsabas a través de sus
comerciantes o agentes en México.225
La independencia y el empuje internacional comercial libre cambista de las
naciones hegemónicas así como el alto grado de desarrollo de la economía
estadounidense, ocasionaron la apertura de nuevos puertos para el intercambio
comercial en México, sobre todo en la región del noroeste, ampliando con ello el
comercio exterior y la explotación de los recursos naturales por parte de
extranjeros;
Las importaciones en 1827 se realizaron solamente por las aduanas de Veracruz (8-10 millones), Tampico (2-4 millones) y Mazatlán (0.5 millones). Por los demás puertos las importaciones fueron menores a medio millón. En 1873 se realizaron por Veracruz (16 y más millones), Mazatlán (6-8 millones), Matamoros (2-4 millones), Progreso (1-2 millones), Manzanillo (1-2 millones), Tampico (1-2 millones) y Guaymas, Monterrey, San Blas,
Acapulco, Frontera y Campeche (0.5 a 1 millón cada uno) 226
Que mejor manera de observar, ser testigos históricos, que escuchar el
sentido mentado por uno de los tantos extranjeros que venían desde la Europa
Atlántica al continente americano por la misión de conocer –eufemismo de
conquistas, luchar, combatir, apoderarse- los mercados de estas tierras. Es el
caso del súbdito inglés Mark Beaufoy, quién llega al continente americano por el
Caribe con la intensión de recorrer el recién nacido territorio mexicano con fines de
estudiar su estructura minera.
Este extranjero, como muchos otros, cuenta que su conocimiento de México
y de sus recursos y sus posibilidades de producción, se hicieron más reales al
visitar el Museo Bullock antes de partir de Londres donde las imitaciones hechas
con cera de las frutas mexicanas le había hecho agua la boca. También confiesa
225
Brígida von Metz, Verena Radkau (et al.), Los pioneros del imperialismo…op. cit., p. 61. 226
Ibíd., pp. 65-66.
147
que a lo largo del viaje entre Europa y las Antillas del Caribe americano, la lectura
de Humboldt alimentó más su imaginación sobre la flora, la caza, la fauna, el
cultivo, las frutas, el oro y la plata, así como la feliz e inocente vida rural mexicana.
Pero lo que rescataremos para nuestros fines de las 312 páginas de su
libro, es aquella primera imagen del grupos europeo que lo acompañó en ese viaje
hacia los nuevos mercados mineros americanos;
La primera vez que crucé el Atlántico fue a bordo de un barco mercante de 370 toneladas, en compañía de una veintena de colegas de una de las empresas mineras de nueva creación. Eran en su mayoría extranjeros provenientes de todas partes de la Europa civilizada, alemanes y franceses, italianos y belgas, ingleses e irlandeses; y en general, era un grupo de hombres jóvenes bien educados y agradables. El francés era el medio de comunicación en esta Babel móvil, y era tan bueno el tacto de la persona a cargo de la expedición, que un viaje de siete semanas terminó
sin una disputa sobre temas políticos o de otra índole.227
Lo anterior nos da una representación del tipo medio europeo enviado de
compañías mineras o comerciales a los ex territorios de la corona española en
América. A la vez, esto se relaciona con lo argumentado en el capítulo tercero de
esta tesis, que coincide y reafirma de sobremanera la lectura e importancia que
da Ortega Noriega al contexto externo a la región, claro, sin olvidar lo apuntado
líneas atrás por Brídiga Von Metz sobre las características del contexto interno.
Por ello se identifica un proceso de repercusiones mundiales así como a los
actores principales de este drama; el escenario fue la expansión comercial
marítima por los mares del Pacífico, del joven capitalismo industrial en busca de
materias primeas y nuevos mercados para sus productos, y sus actores
227
The first time I crossed the Atlantic was on board a stout merchant-stiip of 370 tons, and in company with about twenty gentlemen in the employment of one of the new-formed mining companies. They were mostly foreigners, collected from every part of civilised Europe; Germans and French, Italians and Belgians, English and Irish ; and, in general, a well-educated and agreeable set of young men. French was the medium of communication in this moving Babel; and such was the tact and excellent management of the individual who had charge of the expedition, that a voyage of seven weeks was actually concluded, without one quarrel on political or other subjects. Mark Beaufoy, Mexican illustrations, founded upon facts; indicative of the present condition of society, manners, religion, and morals, among the Spanish and native inhabitants of Mexico has they appeared during part of the years 1825, 1826, 1827, interspersed with occasional remarks upon climate, produce, and antiquities of the country mode of working of the mines, the Carpenter and son, London, 1828, p. 1.
148
principales los comerciantes extranjeros con todas sus caras; cónsules de sus
países, contrabandistas, desestabilizadores políticos, y depredadores ecológicos.
Así, se promueve e impone por parte de las naciones europeas sucesoras
imperialistas de España y Francia, sobre todo Inglaterra y las naciones germanas,
un salvaje, voraz, desigual y no oficial “Tratado de Libre Comercio” con los recién
nacidos estados independientes. Destacan entre ellos Argentina, Chile, Brasil y
México.
Pero para llevar esto a cabo es necesario habilitar nuevos espacios sociales
acordes con este tipo de economía, esto es, se necesitan habilitar nuevos puertos
en la añeja geografía económica de las costas coloniales, se necesitan crean
nuevas rutas y circuitos comerciales;
Los grandes puertos de América Latina, escalas de tránsito de las riquezas extraídas del suelo y del subsuelo con destino a los lejanos centros de poder, se consolidaban como instrumentos de conquista y dominación contra los países a los que pertenecían, y eran los vertederos por donde se dilapidaba la renta nacional. Los puertos y las capitales querían parecerse
a París o a Londres, y a la retaguardia tenían al desierto.228
En el periodo que va de 1821 a 1854, o sea, en 32 años, los impresionantes
y vertiginosos cambios sucedidos en la región sur del noroeste del México
independiente, tienen sus causas más allá de nuestro país, son parte de una
revolución económica y cultural que se expande sobre distintos puntos del planeta;
De la explotación colonial española el Noroeste había pasado a la influencia de los grandes sistemas económicos mundiales del momento (…) En coincidencia con esta situación ocurrió otro importante fenómeno,
venido también de afuera, en este caso de los Estados Unidos y de Europa; el establecimiento del sistema comercial del Pacífico, cuyo impacto sobre el
Noroeste fue inmediato y de profundas consecuencias.229
Esta influencia de los sistemas económicos mundiales, referido por Ortega
Noriega, se debe complementar con su nombre y apellido, o sea; es el inicio del
capitalismo latinoamericano, caracterizado por una dependencia y un desarrollo
228
Eduardo Galeano, Las venas abiertas de América Latina, Siglo XXI, México, 2002, p. 203. 229
Ibíd., p. 177.
149
parcial según las necesidades de las verdaderas sociedades capitalistas
hegemónicas decimonónicas;
Frente al parámetro del modo de producción capitalista puro, la economía latinoamericana presenta peculiaridades (…) no es por tanto accidental la recurrencia en los estudios sobre América Latina de la noción “precapitalismo”. Lo que habría que decir es que, aunque se trate realmente de un desarrollo insuficiente de las relaciones capitalistas, esa noción se refiere a aspectos de una realidad que, por su estructura global y su funcionamiento, no podrá nunca desarrollarse de la misma forma que se han desarrollado las economías capitalistas llamadas avanzadas (…) más que un precapitalismo, lo que se tiene es un capitalismo sui generis, que sólo cobra sentido si lo contemplamos en la perspectiva del sistema en su conjunto, tanto a nivel nacional como, y principalmente, a nivelo
internacional.230
Esta integración forzada y aceptada por las autoridades criollas del naciente
Estado Mexicano, a un sistema embrionario de libre mercado y de dependencia
comercial de alcances planetarios, se desarrolla en estrecha relación con la
dinámica del capital internacional europeo y estadounidense, principalmente. Pero
este fenómeno no es nuevo, ni privativo de nuestro país, sino todo lo contrario, es
parte de un proceso histórico promovido desde el siglo XVI por el naciente
capitalismo marítimo europeo, pero que se revoluciona con la industrialización de
aquellos países y con la independencia de la corona española de la mayoría de
los pueblos y territorios que hoy reconocemos como la América Latina;
Colonia productora de metales preciosos y géneros exóticos, en un principio contribuyó al aumento del flujo de mercancías y a la expansión de los medios de pago, que, al tiempo que permitían el desarrollo del capital comercial y bancario en Europa, apuntalaron al sistema manufacturero europeo y allanaron el camino a la creación de la gran industria. La revolución industrial, que dará inicio a esta, corresponde en América Latina a la independencia política que, conquistada en las primeras décadas del siglo XIX, hará surgir, con base en la nervadura demográfica y administrativa tejida durante la colonia, a un conjunto de países que entran a gravitar en torno a Inglaterra. Los flujos de mercancías y, posteriormente, de capitales, tienen en ésta su punto de entroncamiento: ignorándose los unos a los otros, los nuevos países se articularán directamente con la metrópoli inglesa y, en función de los requerimientos de ésta, entrarán a producir y a exportar bienes primarios, a cambio de manufacturas de
230
Ruy Mauro Marini, Dialéctica de la dependencia, Era, México, 1973, p. 14.
150
consumo y –cuando la exportación supera sus importaciones- de
deudas.231
Lo que sí existía era una proyección de las naciones imperialistas sobre
esta región para integrar sus riquezas naturales y mercados al comercio mundial
capitalista industrial. Las migraciones extranjeras en ese periodo no fueron
espontáneas, fueron dirigidas por las nacientes empresas industriales y
comerciales europeas hacia México y Latinoamérica.
Por ejemplo, Brígida Von Mentz, identifica para el grupo alemán presente en
México durante el Triunvirato, una afirmación sobre la preferencia por ubicar sus
comercios en lugares poco poblados de la joven nación mexicana y que a la luz de
nuestra argumentación histórica, justifica un proyecto real para dominar en todos
sentidos territorios donde se establecían;
La atención de nuestros industriales -decía un destacado empresario- debe dirigirse hacia regiones lejanas, donde no existan fábricas y donde la cultura de los hombres todavía está tan atrasada respecto a la de los europeos, que no hay que temer competencia aborigen.232
Estas proyecciones también se manifiestan en el siguiente documento
histórico del siglo XIX sobre las posibilidades económicas capitalistas que ofrecía
el Mar de Cortéz, perteneciente a Sonora pero con boca de entrada en Sinaloa.
Recursos de la vertiente del Pacífico. Un resumen estadístico y descriptivo de las
minas y minerales, el clima, la topografía, la agricultura, el comercio, las
manufacturas y producciones diversas, de los estados y territorios al oeste de las
montañas Rocallosas, con un bosquejo del establecimiento y la exploración de la
Baja California, es el título de esta obra de investigación de casi 700 páginas,
formada por ensayos que utilizan datos estadísticos y análisis científicos sobre
esta región mexicana, compila el inglés J. Ross Browne a mediados del siglo XIX.
En uno de esos ensayos, Alexander Taylor, plantea una perspectiva socio-
histórica de cómo fue la emergencia de la región del Pacífico Norte para el
231
Ibíd., p. 17. 232
Brígida M. von Mentz de Boege, Noticias sobre alemanes en México durante el Triunvirato…op. cit., p. 67-92.
151
mercando mundial capitalista, y es significativa debido a que nos muestra como se
fue tejiendo la red comercial europea-americana al perder la hegemonía sobre
este territorio la corona española;
Como consecuencia de las guerras en Europa y la rebelión de los colonos españoles en México y América del Sur, así como las absurdas restricciones impuestas al comercio por España, entre 1800 y 1825 todas las operaciones efectuadas en la costa oeste era de contrabando y clandestinas. Cuando se derrumbó la madre patria el comercio legítimo de la Costa Oeste comenzó a aumentar sensiblemente, sobre todo el de Inglaterra y Francia, y por el año 1835 la influencia del nuevo sistema ocasionó grandes cambios en las dos Californias. Muchos balleneros, cazadores de focas, nutrias y cazadores, entre 1808 y 1840, frecuentaba San José del Cabo, La Paz, Magdalena, Vizcaíno, tortuga, Ballenas, Vírgenes, San Quintín, Todos Santos y bahías, bajo los colores estadounidenses, franceses, rusos y británicos, la mayor parte de los cuales eran estadounidenses, y valiosas cargas de aceite de esperma y otros productos del mar se obtuvieron. Las misiones de los distritos del norte, entre las bahías de Vizcaíno y Todos Santos, a menudo negocian con estos buques, pero en el año 1835, después de la secularización de las misiones las poblaciones se empobrecieron así como por las revueltas de los indios, por lo que no opusieron resistencia a cualquier tipo de tráfico
extenso o contrabando.233
Así, para el golfo de California y sus islas así como las costas del pacífico
noroeste se decía que pocos puntos de embarque habían sido ubicados en libros,
tablas o mapas por los navegantes españoles entre 1700 y 1800, por ingleses y
franceses entre 1824 y 1850 por los estadounidenses entre 1846 y 1866,
233
In consequence of the wars in Europe and the revolt of the Spanish colonists in Mexico and South America, and the absurd restrictions imposed on commerce by Spain, all business carried on with the West Coast was contraband and clandestine between 1800 and 1825, when the mother-country gave up the contest, and the legitimate trade of the West Coast began sensibly to augment, particuIarly from England and France, and by the year 1835 the influence of the new system effected great changes in the two Californias. Many whalers, sealers, and otter-hunters, between 1808 and 1840, frequented San Jose del Cabo, La Paz, Magdalena, Viscaino, Turtle, Ballenas, Virgenes, San Quintin, and Todos Santos Bays, under American, French, Russian, and British colors, the greater number of which were American, and valuable cargoes of sperm-oil and other products of the sea were also obtained. The northern mission districts between Viscaino and Todos Santos Bays were often traded with by these vessels ; but by the year 1835, after the secularization of the missions, those vicinities became so poor from this cause and from the revolts of their Indians as to offer no motive to any extensive traffickings or smugglings. Alexander Taylor, Historical summary of Lower California from its discovery in 1532 to 1867, in J. Ross Browne (edit.), Resources of the Pacific slope. A statistical and descriptive summary of the mines and minerals, climate, topography, agriculture, commerce, manufactures, and miscellaneous productions, of the states and territories west of the Rocky mountains with a sketch of the settlement and exploration of lower California, H. H. Bancroft and Company, San Francisco, 1869, p. 42.
152
limitándose las localidades de importancia a sólo cuatro o cinco. Es por ello decía
la proyección, la región presenta muchas oportunidad de obtener recursos
naturales para las potencias imperialistas;
Con la riqueza de minerales, la pesca, la agricultura y el comercio, que se está abriendo en estos territorios maravillosos, y la inmensa cantidad de navieras que navegan todos los días por sus costas, el estudio científico de ellas por personas competentes, es muy solicitado por las principales potencias marítimas del mundo: probablemente podría ser realizado de mejor manera por una comisión conjunta de hidrólogo de las grandes potencias navales (…) no hay una isla de todas las que hemos mencionado, en el Golfo o en el Pacífico, con excepción de Santa Margarita, Cedros y Guadalupe, de las que se conozcan sus verdaderas posiciones o sus dimensiones superficiales para la navegación, la geografía o historia, y sólo algunas están habitadas, y sólo por unos pocos pescadores. Si todas estas islas que contienen enormes recursos en puertos excelente, en minerales, en la pesca y en los bancos de ostras de perlas, se unieran, se haría una región en el país de 100 millas de largo por 80 millas de ancho, y en una estimación aproximada sería una quinceava parte de la superficie de la península.234
Es por ello que esta tesis no puede convalidar la propuesta interpretativa
que supone en el poblamiento del puerto de Mazatlán, una formación social
espontánea de sujetos sociales “fuera de la ley” o de los estratos sociales más
bajos y envilecidos como pueden ser las prostitutas, trotamundos, y delincuentes
de todo tipo. Cierto, estos sujetos sociales tuvieron que haber participado en algún
momento de la excesiva riqueza que el puerto generaba, pero no podemos afirmar
que en los primeros momentos del puerto fueron los agentes principales de su
poblamiento.
234
With the wealth of minerals, fisheries, agriculture, and commerce, which is opening on these wonderful territories, and the immense amount of shipping which sail daily within sight of its sea lines, the scientific survey of them by competent persons is loudly called for by the principal maritime powers of the world: probably it could be better done by a joint commission of hydrographists of the great naval powers. There is not an island in all those we have mentioned, in the gulf or in the Pacific, except Santa Margarita, Cedros, and Guadelupe, whose true positions or superficial dimensions are known in navigation, geography, or history, and only a few of them are inhabited, and then only by a few fishermen. If all these islands, which contain immense resources in excellent harbors, in minerals, in fisheries, and in pearl-oyster banks, were joined together, they would make a district of country 100 miles long by 80 miles broad, and at a rough estimate, they would make one-fifteenth of the superficies of the peninsula. Ibíd., p. 6.
153
Sin embargo, lo expuesto en una de las tesis del actual cronista de la
ciudad de Mazatlán, Enrique Vega Ayala, puede ser aceptado para la clase
subalterna regional establecida por aquellos años en el puerto, gracias a la
actividad comercial impulsada por extranjeros que ya residían en los minerales del
Sur de Sinaloa o que recién adoptaban este espacio social para los fines
comerciales de sus países de origen. Expondremos esta extensa reconstrucción
histórica de Vega Ayala, debido a que representa en la actualidad una de las
versiones socorridas en la interpretación de quiénes fueron, cómo y por qué los
promotores del poblamiento de aquella añeja bahía por siglos deshabitada frente a
las Islas de Mazatlán;
Cuando la población se formó, era como pueblo fantasma, en un sitio privilegiado para el contrabando de oro y plata de los reales de minas de la sierra cercana. Probablemente sus primeros pobladores fueron en su mayoría aventureros, filibusteros y prostitutas. Los primeros que aquí levantaron jacales venían, del mundo entero, de paso, con la intención de hacer fortuna. Evidentemente no pensaban formar una población permanente. No llevaron ningún registro de su llegada ni se preocuparon por darle nombre al lugar desde el principio: Puerto de San Félix, Puerto de la Purísima Concepción, Puerto Ortigoza, Villa de los Costilla, fueron entre otros los apelativos con que se pretendió reconocer al poblado naciente. Ninguno funcionó en el inconsciente colectivo. Cuando el nombre Mazatlán quedó vacante, al perderlo el Presidio que así se llamaba para convertirse en Villa de la Unión, por allá por el año de 1828, se gestó la posibilidad del gentilicio común para los porteños. Por muchos años, las autoridades porteñas eran de puro parapeto. La verdad es que sus moradores no permitían que ninguna autoridad foránea regulara el tráfico portuario o la relajada vida comunitaria. Apenas hasta 1837 se eligió al primer ayuntamiento y fue para acallar las críticas que a nivel nacional se hicieron públicas por el descarado contrabando que aquí se hacía. Eso sí, los primeros regidores electos fueron algunos de los principales contrabandistas que controlaban el lugar y/o sus representantes legales. Los primeros habitantes de esta ciudad tampoco erigieron iglesia alguna ni abrieron espacio sacro para dar cristiana sepultura a sus muertos. Fue hasta 1842, cuando el pueblo contó con un templo católico. Antes de esa fecha, la grey del puerto formaba parte de la parroquia del Presidio o Pueblo de Mazatlán, Villa de la Unión después; y, hay testimonios de los curas encargados de la atención espiritual del puerto donde se quejaban de la falta de fe de los porteños, evidente en hechos que denunciaban ante sus superiores: los mazatlecos, decían, enterraban a sus muertos a la orilla del mar y no en terreno sagrado; no bautizaban a sus hijos ni consagraban religiosamente sus uniones maritales; no celebraban las fiestas católicas; y, sólo unos cuantos acudían a las misas que con un altar portátil impartían
154
ocasionalmente en el poblado. Con todas sus letras este era, al principio, un pueblo sin nombre, sin ley y sin dios.235
Podemos imaginar que los descendientes de esclavos de las minas de la
región, y que después de la Independencia eran “hombres libres” y vendían su
mano de obra para descargar y cargar los buques extranjeros que arribaban al
puerto, o los pescadores, campesinos y demás clase subalterna que se benefició
con la nueva concentración demográfica de la zona, se establecieron en el
territorio buscando sobrevivir; o sea, estaban de paso, no tenían las herramientas
conceptuales ni el conocimiento para entender a cabalidad las proyecciones que el
mercado mundial tenía para la región de las Californias y el noroeste mexicano.
Más no se puede afirmar lo mismo de los representantes de casas
comerciales alemanas o inglesas o de los emisarios de empresas mineras o
pesqueras internacionales, que habían sido instruidos para explorar y explotar los
recursos naturales del país y que tenían contacto con los principales cónsules de
las potencias mundiales en México. O, para ser más claros, “aquellos que
levantaron jacales sin pensar en quedarse”, como menciona Vega Ayala al dar
una representación de los primeros pobladores, no eran para 1826 James Leonor
Kennedy, cónsul oficial de los intereses estadounidenses en Mazatlán.236
Otro aspecto a señalar, es que la presencia de estos extranjeros en el
Mazatlán decimonónico nunca fue de importancia en cantidad,237 su presencia
más bien se debe medir por sus cualidades como grupo dominante que actúa de
acuerdo con una planeación racional;
235
Enrique vega Ayala, Ay, mi Mazatlán, Versión electrónica (fragmento): http://oxigenial.com/aymimazatlan/indice.htm 236
La primera carta registrada en el consulado data del 6 de noviembre de 1826, en Nueva York. Despatches from United States consuls in Mazatlan 1826-1906 (microfilm), Vol. 1 nov. 6, 1826-Jun. 26, 1850, folder 1, carta 1. 237
En el primer censo de población de 1841 se menciona la presencia de 115 habitantes de origen extranjero de un total de 3847 h. en este universo destacan los europeos que ocupan el 77 por ciento mientras que los asiáticos el 17 y un 6 por ciento los norteamericanos. Luis Antonio Martínez Peña, Inmigrantes europeos en Mazatlán; siglo XIX, Arenas, número 11, publicación trimestral de la Maestría en Ciencias Sociales, Facultad de Ciencias Sociales, UAS, y de la cátedra UNESCO sobre “Transformaciones económicas y sociales relacionadas con el problema internacional de las drogas ilícitas”, del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, Mazatlán, Primavera del 2007, p. 80.
155
(…) el grupo de extranjeros nunca fue predominante en número, en cambio sí lo fue en influencia económica, política y sociocultural. Su impacto en la conformación de una élite es profundo. Teniendo como resultado que el espacio (la ciudad y puerto de Mazatlán) fue creado al ritmo de sus
intereses y necesidades.238
Y esto fue así por una causa evidente: ellos eran los emisarios, los
representantes de los mayores imperios capitalistas e ilustrados en expansión de
la época, su soporte estaba sobre todo fuera de México en sus poderosas
naciones en la Europa Atlántica o en el floreciente imperio estadounidense de la
costa oeste.239
Se puede decir, que sus acciones fueron motivadas por una ideología
racista de supremacía cultural, no sólo económica, que los impulsaban a
conquistar nuevos mercados para sus naciones o reinos. Una avanzada de
“exploradores” ilustrados anterior a ellos, como lo fue Friedrich Heinrich Alexander
Barón de Humboldt, les habían proporcionado la información, los contactos y las
proyecciones científicas necesarias para saber cómo actuar tanto a nivel político
como social en las sociedades recién liberadas del dominio colonial español;
Humboldt había escrito cartas de recomendación a Sulzer y Schneider, los primeros agentes, cuando en 1823 acompañaban la primera carga alemana hacia México. Resultó ser tal el éxito su agencia en México, que ya en 1824 estos alemanes deciden independizarse fundando casas de comercio propias. Ésta será la tendencia general que se puede observar en todos los agentes, socios o dependientes de los almacenes, tanto alemanes como ingleses, franceses o norteamericanos. Es asombrosa, pues, la cantidad de casas de comercio en México en estos primeros años de vida independiente, época de gran auge del capitalismo comercial en este país.240
La posición asignada al noroeste mexicano en esta red económica mundial
capitalista, fue de lugar de venta de productos manufacturados en otras regiones y
238
Ibíd. 239
Los comerciantes extranjeros que llegaron por el mar eran los tentáculos de los más poderosos grupos económicos del momento quienes, con una visión mundial del comercio, competían entre sí para imponer sus propios proyectos mercantiles. Los grupos extranjeros asignaron un papel económico a cada región que incorporaban a su proyecto y establecieron agentes en sus puertos para que controlaran el comercio exterior e influyeran sobre la economía interna de cada una de ellas. Sergio Ortega Noriega, Un ensayo…op. cit., p. 175 240
Brígida M. von Mentz de Boege, Noticias sobre alemanes en México…op. cit., pp. 67-92
156
de saqueo de la riqueza mineral. Por su posición geográfica cerca de los
principales centros mineros de la sierra madre occidental así como por su cercanía
con el occidente mexicano, las californias y los mercados asiáticos, la ciudad-
puerto de Mazatlán despuntó como el espacio económico central de toda esta
región,241 hasta que San Francisco se arrebató este lugar a desde mediados del
siglo XIX;
La sociedad del Noroeste respondió a este fenómeno de acuerdo a las condiciones propias de cada subregión. En Sinaloa y Sonora los grupos de notables aprovecharon la ocasión para ampliar sus propios proyectos comerciales basados en la distribución interna de los efectos importados y en la captación de plata para pagar las importaciones, tal y como los comerciantes extranjeros lo pedían. Puede afirmarse que, en términos generales, los notables de Sinaloa y Sonora se plegaron al proyecto que los comerciantes extranjeros habían asignado a estas subregiones (…) desde los puerto de Mazatlán, Guaymas, Monterrey y San Francisco, las casas comerciales extranjeras controlaban el comercio exterior; ofrecían manufacturas importadas de muchos lugares del mundo y demandaban los productos asignados a cada región. En los casos de Sinaloa y la Alta California, estos comerciantes extranjeros también participaron en el comercio interior y formaron grupos de poder que se entrometieron en la
vida política de las subregiones.242
Otro aspecto a considerar en la explicación histórica de Ortega Noriega, es
su propuesta interpretativa de la pérdida del territorio -subregión, la llama- de la
Alta California, a partir de una explicación estructural de largo alcance y exterior,
de nueva cuenta, al campo de acción de México;
En la subregión de la Alta California fue más profundo y acelerado el efecto social del comercio extranjero. Al influjo de la selectiva demanda de productos, controlada por los extranjeros, surgió el sector de los colonos civiles y declinó el misional hasta desaparecer por completo (…) en estas desfavorables circunstancias se encontraba la Alta California cuando, en
241
(…) la región Sur se fue articulando desde la colonia hasta mediados del siglo XIX, proceso que se efectuó a través de los centros mineros de Pánuco, Copala, Charcas, San Sebastián y el Rosario, a lo que habría que agregarle que también esta integración se fincó volteando su mirada hacia el mar exterior con Europa, Asia y Estados Unidos, y al interior por el comercio de cabotaje que tuvo con los puertos de la Baja California, San Francisco al norte y al sur con San Blas y Guaymas. Además de las relaciones comerciales con los estados de Durango, Nayarit y Jalisco, lo que conformó una sociedad influenciada por estas relaciones comerciales que determinaron su comportamiento social. Rigoberto A. Román Alarcón, La región y su análisis: teorías para su estudio, Clío, No. 28, UAS, México, p. 15 242
Ibíd.
157
1846, sobrevino la agresión norteamericana para culminar con el proyecto que los comerciantes extranjeros habían forjado sobre esta subregión del
Noroeste.243
Acá Ortega da un poco de cobijo a nuestra investigación de tesis, al
mencionar los efectos sociales del comercio extranjero en esta parte del noroeste
mexicano, que vino a desplazar, no a desaparecer necesariamente, la mentalidad
y la forma de vida regida por las misiones jesuitas. Dentro de lo que el autor llama
efectos sociales, deben de caber los aspectos culturales que sirvieron de sustento
a una economía de nuevo tipo basada en el comercio marítimo.
4.4. Las primeras instituciones del Mazatlán decimonónico.
Las claves para entender cómo se empieza a poblar finalmente el espacio natural
alrededor de la vieja bahía de Mazatlán, debe buscarse en las primeras
instituciones que se establecieron ahí. Esto debido a que la vida social del
Mazatlán temprano fue tejiendo su entramado de signos y significados, tomados
de prácticas, representaciones e instituciones novedosas para la región. A
parecieron nuevos actores sociales, relaciones, jerarquías, normas, conductas que
fueron conformando un sistema social poco diveesificado, pero con gran contacto
con su entorno regional.
Algunas de las piezas de ese primer rompecabezas a realizar para
comprender al Mazatlán en formación, son esencialmente las que se representan
en estos pequeños actos tragicómicos, pertenecientes al teatro de vida porteño de
aquellos primeros años;244
(…) por una carta particular fecha de ayer me dice un vecino de la villa de Mazatlán, lo que copio. Ayer tarde hubo en el puerto mil novedades: el cabo Fernández, después de concebida la descarga del Bergantín observó que aborde de este quedaba mucha carga; ofició dando parte de esto al interventor del estado; este lo hizo al comandante del puerto pidiendo
243
Ibíd., p. 176. 244
Y esto es así porque entonces la población no tenía otros medios sociales para formar su mentalidad y dirigir sus acciones que las relaciones materiales cotidianas, no había templos, ni escuelas, ni prensa ni libros, ni alfabetización, ni gobierno autónomo, ni interés de la república independiente ensimismada para forjar en tierras tan lejanas y bárbaras, su reflejo de nacionalismo republicano.
158
auxilio para pasar a reconocer el contrabando y la seguridad del capitán que se hallaba en tierra. Así se verificó; el comandante libró oficio al capitán para que se mantuviera arrestado en la casa del cónsul; y el mismo comandante con soldados artilleros, interventor y guardas pasaron a bordo. Apenas estaban notificando al piloto la denuncia del contrabando para hacer el reconocimiento del buque cuando se les apareció un buque con dicho capitán, el cónsul y ocho o diez marineros armados haciendo un fuego que sostuvieron como dos horas. Hubo soldados muertos y heridos: al comandante y a Ramírez (este es el interventor) después que se escaparon de los balazos los botaron al agua, y por fortuna salieron a tierra. Este es el parte que recibió la mañana de hoy el Sr. Guillermo, quien parte ahora mismo al puerto y yo voy en su compañía. El cónsul dice que se perdió o se fue en el Bergantín. Y aunque no he recibido parte oficial del administrador en la aduana marítima de dicho puerto, ni de otro empleado alguno, he dispuesto salir el día de mañana para aquel punto a fin de informarme de lo ocurrido realmente y de tratar de (palabra ilegible) las responsabilidades que tenga con la Hacienda de la federación la casa del señor Kennedy, que es el cónsul de que habla el anterior párrafo; y como no hay en la comprensión de esta comisaría juez de distrito, me ha parecido conveniente poner en conocimiento de Usted, estas secuencias para las providencias que crea afortunadas tomar relativas a las
condiciones de su empleo.245
Unos días después de este acontecimiento, el célebre Joaquín Noris, jefe
de policía del departamento de San Sebastián, escribe al juez de policía del
Puerto de San Félix (Mazatlán) lo siguiente en relación a la presencia extranjera;
(…) ningún estrangero debe transitar sin pasaporte: entre este clase de estrangeros se comprende a los españoles. Ningún estrangero debe transitar sin presentarlo a los jueces (…).246
Para el año de 1828 se extiende para el Alcalde la policía del puerto de
Mazatlán, una circular donde se expone el reglamento y las leyes emitidas por el
presidente de la República Mexicana para el control de los ciudadanos españoles
que arriben al puerto en barcos comerciales. En ella se expresa el estigma y el
bajo estatus social y legal que tenía los españoles en Sinaloa tras el decreto de
expulsión emitido por el gobierno independiente en 1824. También queda
constancia del papel relevante que ya tenía el comercio marítimo en la región para
la Hacienda Nacional;
245
Dios y Libertad. Rosario Agosto 24 de 1829. Domingo Altamirano. Señor Juez de Circuito Licenciado Don Juaquín Avilés. Archivo Municipal de Mazatlán (AMM), Caja 1, exp. 2, ramo Independencia Presidencia, 1822-1832. 246
Dado en la ciudad asilo del Rosario a 15 de Septiembre de 1828.
159
(…) los españoles que arriben a los puertos en clase de capitanes, sobrecargos o pilotos de los buques de naciones amigas o neutrales puede permitírseles su desembarque en los mismos puertos para los precisos objetos de sus respectivos cargos, cuidando las autoridades correspondiente vajo su responsabilidad, que se reembarquen luego que hayan evacuado estos objetos, y que vajo ningún pretexto queden en tierra a la salida del buque en que hayan venido, ni menos que se internen en la República, conciliándose de este modo los intereses de la hacienda nacional y del comercio con el puntual cumplimiento del art. 18 de la Ley (…)247
Ese mismo día, Joaquín Noris envía una carta a Julián Inda alcalde de
policía del puerto de Sn Félix de Mazatlán, desde el departamento de San
Sebastián, dando orden de seguir el caso del asesinato de un nacional a manos
de un extranjero. Esto nos muestra que el centro de poder Estatal estaba fuera del
puerto donde este sólo era representado por un alcalde y un jefe de armas.
También se perfila lo que mismo Noris menciona como consideración hacia los
extranjeros que ya eran parte de la población del puerto;
En esta ciudad corre la noticia de que en ese puerto un extranjero le dio un balazo con pistola al ciudadano Ignacio Lara, quien a esta fecha, según se asegura, deve haver muerto. Tan criminal delito no debe quedar impugne, y a U. como alcalde de ese lugar le corresponde por un dever seguir la información sumaria del hecho cuidando de que los testigos sean los que presenciaron el lance, y tan luego como las diligencias se hallen en el citado que previene la constitución en el artículo 259 la remita U. justamente con el reo al juez de primera instancia de Ciudad Concordia, procurando verificar que no se fugue en algún buque y para lo sucesivo cuidará U. que en ese puerto no le cometan los casos que se experimentan y que ningún estrangero abuce de nuestra condesendencia y consideraciones para cuyo fin podrá U. pedir al Sor. Comandante de armas la fuerza necesaria.248
En una carta remitida por el ayuntamiento de Concordia, se expone la forma
en que para 1828 se enterraban a algunos muertos en el puerto de Mazatlán. Esto
nos muestra como la vida económica ya estaba en avance con el establecimiento
de la aduana pero los referentes institucionales y de significado de la muerte y sus
rituales no estaban establecidos en la sociedad naciente, la cual carecía de
cementerios; 247
Dios y Libertad. Rosario. 24 de Octubre de 1828. Firma. Joaquín Noris. AMM, Ramo Independencia-presidencia, Caja 1, Exp. 1, 1822-1832. 248
Ibíd.
160
Tengo noticia cierta que cuantos mueren en ese puerto, sin facultad ni permiso alguno los sepultan en la playa contra todo derecho, y con perjuicio de los derechos parroquiales y de la (palabra ilegible). En esta (palabra ilegible) suplico a U. que en lo subcesivo se sirva impedir que entierren los cuerpos en el paraje que se ha señalado y disponer que se traigan a este pueblo para darles sepultura (palabra ilegible) como se deve hacer con todo cristiano.249
De igual manera se pueden constatar las primeras formas de propiedad, de
compra-venta, formas de intercambio monetario y disputas que enfrentaban a
extranjeros con notables de la región que se encontraban establecidos en El
Rosario, como es caso de Fletes;
(…) aunque el francés S. Deltrieu posé los almacenes que fueron del ciudadano Ignacio Fletes le está debiendo un resto que ecsede de doscientos pesos, y este ciudadano tuvo la generosidad (…) Manifiesto alguno como juez de este puerto para que prohíba al actual poseedor la enagenasión de los almacenes con ningún pretesto, respecto de que yo con oro reclamo la preferencia y alego ecepciones que otro no tiene.250
Como ya se dijo, este contacto se acentúa con la independencia del país y
la apertura de los puertos ahora nacionales al comercio de todos los puntos del
orbe251. Para la década de los treinta del siglo XIX, uno de los testimonios del
despegue como ciudad y puerto de relevancia de Mazatlán, lo proporciona el
francés Abel Aubert du Petit-Thouars, cuando el 12 de Diciembre de 1837 quedó
admirado al notar el crecimiento y la prosperidad del puerto, y se refiere al
respecto:
249
AMM, Dios y libertad, Mazatlán Mayo 17 de 1828, Pedro Pablo Gamez, Ibid., exp. 1. 250
Dios y Libertad (ilegible) Septiembre de 1828. Juan M. Riesgo. Alcalde del puerto de Mazatlán. AMM, Ramo presidencia independencia 1822-1832, caja 1, Expediente 2. 251
A partir de 1838 y durante el transcurso de la década siguiente, llegaron a Mazatlán algunos empresarios vascos. Entre ellos destaca la figura de José Martín Echeguren, originario de Arcentales, Vizcaya, quien fungió como cónsul de España. Durante ocho años, de 1842 a 1850, estuvo asociado con Juan Antonio Redonet y, a partir de este último año, con su cuñado José de la Quintana, oriundo de Balmaseda, Vizcaya. Al igual que en Tepic, en este puerto se registró un fuerte enfrentamiento entre los propietarios de las grandes casas comerciales. Echeguren, incluso, encabezó a los empresarios españoles que ahí radicaban para enfrentarse a la poderosa familia De la Vega, instalada en Culiacán, de cuyo seno salieron algunos gobernadores de Sinaloa. Jaime Olveda Legaspi, Los vascos en el Noroccidente de México: Siglos XVI-XVIII, En internet: http://www.euskosare.org/komunitateak/ikertzaileak/ehmg_2_mintegia/txostenak/vascos_noroccidente_mexico. Consulta: 21 Septiembre del 2007.
161
En menos de ocho años Mazatlán, triste pueblo, compuesto apenas de unas chozas miserables y un pequeño número de habitantes que no se ocupaban sino de la pesca, se ha convertido en una villa de comercio muy
frecuentada y ya muy importante.252
En este relato del inmigrante francés, también se puede dibujar un
panorama de la vida social y cultural del momento. Así, nos ofrece otro testimonio
que ratifica la importancia de los extranjeros, en este caso un español-filipino –
recordemos que en ese momento las Filipinas eran colonia española- en esa
primera etapa ya de consolidación de Mazatlán;
(…) el capitán francés saludó al más afamado y conocido de los comerciantes mazatlecos, disfrutó de su amabilidad y cordialidad. Era éste un banquero nacido en España, de gran visión y habilidad para los negocios, que estableció relaciones comerciales con barcos que iban y venían entre Mazatlán y lugares tan distantes como Perú, Chile, Estados Unidos, China y Europa. Pronto sus negocios lo hicieron fundar la primera casa comercial del puerto. Fueron las actividades comerciales de este gran señor las que dieron impulso al caserío de pescadores para convertirlo en tan sólo ocho años en la floreciente villa a la que llegaron los tripulantes de la Venus. Con sumo respeto y admiración du Petit-Thouars se refería a este banquero y negociante español como Monsieur Machado.253
Entre los actores principales de este desarrollo y crecimiento económico del
puerto, destacan inmigrantes extranjeros impulsados por intereses económicos,
que llegaron con el capital y el apoyo político necesario254, y que dieron una
fisonomía particular a aquella sociedad pluricultural:
Entre 1823 y 1850 el auge del puerto atrae a comerciantes y aventureros de distintas partes del mundo: se instalan en Mazatlán alemanes, franceses, ingleses y españoles ya sea por su cuenta o en representación de casas comerciales de Londres, Hamburgo, Bilbao, Bremen, entre otras. Cita un viajero estadounidense de paso a California, que era común escuchar en las calles de este puerto lenguas de distintas partes del mundo y ver individuos distintos en color y complexión.255
252
Antonio Lerma Garay, Mazatlán decimonónica, Edición del autor, Mazatlán, México, 2005, p. 4. 253
Ibíd., p. 15. 254
Al igual que a mediados del siglo XIX, los directores de las casas comerciales extranjeras ostentaban el puesto de cónsules de su país; así, Francisco Echeguren lo era de España, como Guillermo Sowerbutts de Alemania. Carrillo Rojas, Arturo e Ibarra Escobar, Guillermo (coord.), op. cit., p.113. 255
Ibíd., p. 94.
162
Otro aspecto a interpretar son las disputas políticas en las que los
extranjeros se enredaban tenían por fin el defender sus intereses como grupo ante
los grupos de Notables de Sinaloa, así como frente a los gobiernos federales
afines a ellos y que se opusieran a sus intereses de libre comercio. El problema
fue siempre fiscal o por prácticas de lo que entonces se llamaban de mal
comercio, o por el contrabando, saqueo de minerales, etc. Todas estas prácticas
tenían el fin de acrecentar la riqueza de sus naciones imperiales por medio de las
casas comerciales. Es necesario decir que este fenómeno no era privativo de
Mazatlán o de la región del pacífico noroeste, sino un comportamiento nacional e
internacional por parte de estos comerciantes que tenían sus redes económicas y
políticas tendidas por toda América.
Es por ello que algunas regiones la lucha contra los intereses de comercio
extranjeros, era visto por la población como un acto de patriotismo y como
acciones que servían para impulsar el comercio y la industria mexicana
establecida en los Estados del centro de la nación;
Convencido el gobierno de que todas la medidas contra los comerciantes extranjeros servían para exaltar el patriotismo, así como para comenzar una clase mercantil mexicana; y apoyándose en las quejas de las legislaturas de Sinaloa, Tabasco y Coahuila contra los comerciantes de otras nacionalidades, el 23 de Septiembre de 1843 fue expedido un decreto prohibiendo por cuarta vez a los extranjeros “todo comercio al menudeo…(ni) pública ni privadamente”. Los diplomáticos acreditados en México presentaron una protesta tras otra. El gobierno se mostró impávido frente a los plenipotenciarios que en 1829, 1831 y 1833 había logrado la derogación de una ley semejante (…) continuaron las protestas. Algunos comerciantes se retiraron del país; otros remataron sus mercancías. La Junta Mercantil intervino inútilmente en el negocio. El decreto quedó nulificado con un nuevo alzamiento. Los comerciantes extranjeros no
fueron ajenos al hecho. Muy poderoso era el comercio extranjero.256
Para 1845 el total de artículos extranjeros consumidos en la capital del país
ascendió a siete y medio millones de pesos contra once millones de artículos
nacionales, incluyendo los combustibles. Las importaciones en el año mencionado
sumaron cuatro millones doscientos cincuenta y dos mil pesos. México compraba
256
José C. Valadés, Orígenes de la república mexicana; la aurora constitucional, UNAM, México, 1994, pp. 330-331.
163
ciento setenta y un mil pesos en corbatas y pañuelos; ciento quince mil en tápalos
y chales; doscientos ochenta y nueve mil en paños, y un millón en telas de lino.
Toda esa mercadería era importada.257
Por su parte, en el Estado de Sinaloa se identifican desde 1833 las distintas
regulaciones legales para normar el tráfico mercantil y comercial de la colonia
extranjera que residía en la región. Es así el 21 de enero de ese año, el vice-
gobernador del Estado Manuel María Bandera firma el decreto de ley emitido por
la Asamblea legislativa del Estado;
Las compañías de comercio entre mejicanos y estrangeros, no están comprehendidas en la prohibición de la ley núm. 27 del congreso constituyente, cuando de dichas compañías resulte lucrado el mejicano, á lo menos en una tercera parte de las utilidades que produzca el negocio del comercio. 2. Para que las compañías de comercio establecidas entre estrangeros y mexicanos puedan libremente hacer comercio de cualquier cantidades en el Estado, deberá preceder la formalidad de una escritura pública otorgada ante juez competente, por la cual se asegure la utilidad que según el artículo anterior debe tener el mexicano.258
En un documento de oficio del juzgado único conciliador de la Villa d los
Costilla de ese mismo año, se asienta que la autoridad correspondiente recibió la
legislación para normar el comercio entre extranjeros y mexicanos en el puerto;
(…) ha recibido este juzgado un ejemplar el decreto No. 66 del H. Congreso Constituyente del Estado, y la ley No. 28 de la primera asamblea Legislativa…la segunda (ley) previene lo que debe observarse su ley de compañía de comercio entre mejicanos y estrangeros: los que se mandaron publicar según estilo, quedando entendido de cuidar de su exacta y fiel observancia.259
Otro decreto de ley aparece publicado el día 27 de febrero del mismo año,
con respecto a los impuestos que deben pagar las mercancías importadas por el
puerto de Mazatlán:
Los frutos estrangeros importados en el puerto de Mazatlán antes de la publicación del decreto núm. 4 de 20 de Agosto último, no están
257
Ibíd. 258
AMM, Ramo presidencia-Independencia 1822-1832, caja 1, Expediente 4. 259
Ibíd.
164
comprendidos en la pensión del uno porciento de derecho municipal de que hace referencia el mismo decreto. 2. El administrador de la Aduana Terrestre del Puerto mencionado espresaría en las guías que se den para cualquier punto del Estado el requisito de pertenecer á introducciones de antes del 20 de Agosto de 832 á fin de que los administradores y los receptores omitan el cóbro del mencionado uno por ciento.260
En este periodo ya es posible conocer el lugar central que tiene el puerto de
Mazatlán en relación con las regiones mineras de la sierra madre occidental y en
sí con todo el Noroccidente del México independiente. También es posible conocer
que los delitos estaban relacionados con el comercio; fraudes, asesinatos,
contrabando, etc. Las Correspondencias al Alcalde Conciliador de la Villa de los
Costillas en 1833, por parte del excelentísimo señor gobernador del Estado con
fecha del 16 del corriente dice advertía a la municipalidad de Mazatlán;
Circula la llegada a noticias a este gobierno que se han introducido en varios puntos de este Estado, individuos procedentes del de Durango trayendo cantidad de monedas falsas de cobre haciendo cambios de ellas por plata. Esa respetable Junta circulará esta noticia a todos los puntos de su comprehensión para que con la mayor escrupulosidad se vigile para evitar tan pernicioso fraude (…)261
Ahora expondremos la importancia de las casas comerciales como la
institución fundamental en este periodo de poblamiento y formación
económica, social y cultural temprana del puerto de Mazatlán.
4.5. Las casas comerciales extranjeras en la primera mitad del siglo XIX.
Aunque el registro de su establecimiento en el puerto datan de finales de la
década de 1820, las casas comerciales extranjeras se consolidaron en dicho
espacio desde 1840,262 dieciocho años después de que se abriera al comercio
internacional y que monopolizaba todo el comercio marítimo en el noroeste del
país, en su mayoría estas eran de origen, administración y capital europeo. Para el
año de 1846 se registra la existencia de 17 de este tipo de comercios, al
260
Ibíd. 261
Ibíd. 262
Rigoberto Arturo Román Alarcón, Comerciantes extranjeros en Mazatlán: 1880-1910, COBAES, México, 1998, p. 34.
165
levantarse un conteo por parte del Ayuntamiento porteño con el fin de cobrar el
alumbrado y aseo público.263
El comercio inter portuario de las costas de occidente y del golfo de
California, jugó un importante rol en la integración del circuito comercial al que
hemos hecho referencia.264
De 1823 hasta 1850 mantendrá el privilegio de las rutas comerciales de América en las costas del Pacífico y las del Oriente. Este comercio era realizado por embarcaciones inglesas, francesas, alemanas y norteamericanas que precedían de Europa y de la costa Atlántica de los Estados Unidos, rodeando el cabo de hornos en el extremo Sur de América o recogiendo mercancías en los puertos de depósito de Panamá en Centroamérica. También de buques que procedían de Valparaíso de Chile; del Callao y Paita del Perú; y de Guadalquivir del Ecuador. 265
A este periodo de „boom‟ económico y social le sigue en la década de los
cincuentas, el establecimiento de una ruta de transito tanto de personas como de
mercancías y artículos agropecuarios hacia San Francisco, que respondían a la
llamada „fiebre del oro‟ de aquella región. En los setentas se presenta un declive
ligero en la actividad comercial en el puerto de Mazatlán, según los indicadores del
número de casas comerciales para esas fechas;
(…) pues en 1850, existían 138 establecimientos comerciales contra 104 de 1874; en el primer años había 25 casas comerciales de primera clase, mientras que en el segundo año solo había 11. Después de la década de los ochenta del siglo pasado, el comercio mazatleco se volverá a
263
Mercería Lomer y Melchers (propietario: Julio Lomer. Nacionalidad: Alemania); Almacén de Jecker Torre y Cía. (Eusebio Fernández. Suiza); Almacén de Mott Talbot y Cía (Thomas Mott y Carlos Talbot. Estados Unidos); Almacén de Kunhardt y Ewald (Teodoro Kunhardt. Alemania); Almacén J. R. Möller (César Kuline. Alemania); Almacén de Denghausen y Cía (Gerardo Denghausen. Alemania); Almacén de Coocke y Kelly (Juan Nelly. Inglaterra); Almacén Echeguren y C. (Martín Echeguren. España); Tendejón de Cerisola (Pedro Cerisola. Italia); Tendejón de Ferro (Antonio Ferro. Italia); Tendejón de Camalichi (Pedro Camalichi. Italia); Tendejón de Sotolichi (Tomás Sotoliche. Italia); Tendejón de Walcke (Juan Walcke. Belgica); Abarrotes de Marini (Santiago Marini. Italia); Tendejón de Silva (Juan Silva. Portugal); Sastrería Wansong (José Wansong. Francia); Abarrotes de Francisco Rey (Francisco Rey. Francia) AMM, Exp. S/n Caja correspondiente al año de 1846, citado en Luis Antonio Martínez, Inmigrantes europeos…op. cit., p. 81 264
Según el cónsul Francés Martinet, citado por Francisco López Cámara, los puertos de San Blas, Guaymas, Manzanillo, y nosotros agregamos los de Alatata y Navachiste en Sinaloa, eran complementarios a las actividades comerciales que se desarrollaban en Mazatlán. Este comercio costero llegaba hasta San Francisco y a los puertos de la Paz y San José en la Baja California. Antonio Martínez Peña, Historia del…op. cit., p.45. 265
Ibíd., p. 22.
166
incrementar, pero obedeciendo a la lógica de construcción y desarrollo de
la economía capitalista del Suroeste de Norteamérica. 266
Los bienes de consumo fueron los principales artículos importados por las
casas comerciales, siendo las telas, la ropa, artículos de mercería, comestibles,
vinos y licores, y papel, los principales.
Para el año de 1856, se ofrecen datos correspondientes a los montos de participación que se hacían bajo pabellones extranjero en las importaciones que se recibían en Mazatlán. Productos de Francia: $ 230, 000.00; Inglaterra $ 590, 000.00; Alemania $ 170, 000, 00; España $ 50, 000.00; Bélgica $ 18, 000. 00; Suiza $ 20, 000.00; EUA (atlántico) 35, 000.00; EUA (california) 27, 000, 00; China 50, 000, 00. 267
Las casas comerciales alemanas y los buques que llegaban al puerto con el
pabellón de Bremen o de Hamburgo, daban la evidencia de la participación
hanseática en el terreno de la intermediación comercial y de distribución regional
de los productos de otros países europeos.
Para la introducción de las importaciones al país, los comerciantes y fabricantes europeos contaron con el monopolio de las embarcaciones que por vía marítima llegaban a Mazatlán…los comerciantes y productores mexicanos no participaron de esta actividad, sino en relación a la distribución de los productos importados en el interior del país.268
A estos comerciantes extranjeros en años posteriores, la actividad mercantil
y de acumulación de capital, los llevó directamente a la incursión en actividades
como la minería y la industria. De igual manera, fueron las únicas entidades con
recursos para realizar las actividades de financiamiento y manejo de créditos.
Posteriormente, en el porfiriato, estas actividades fueron ampliamente respaldadas
por el beneficio político y su apoyo al régimen y su correlato regional en las élites
políticas basadas en el parentesco y compadrazgo, de Francisco Cañedo.
266
Ibíd., p. 23. 267
Ibíd., p. 31. 268
Ibíd., p. 32.
167
Imagen 3: En este mapa del francés Eugene Duflot de Mofras de 1844, se distingue la geografía natural del puerto de Mazatlán, destacando los cerros y las numerosas islas. También el autor distingue con puntos negros el espacio en donde se desarrollaba en ese momento la sociedad porteña.
Con respecto a la población hacia finales de 1870, otro extranjero, Leonidas
Hamilton, durante su estadía en el puerto en esas fechas, calculó una población
de diecisiete mil habitantes y un promedio de quinientas casas comerciales, de las
cuales destacan según su apreciación:
Rogers y Marshall; Juan Cristóbal Farber; Edward Coffey; Budwig y Rasch; Isaac V. Coppell; Charpentier; Reynard y compañía; Peña y compañía; Hernández, Mendía y compañía; Bartning Hermanos y compañía; Melchers Sucesores; Hermanos James; C. Goldschmith; Hermanos L. Cannobio; Hermanos Díaz de León; M. Magaña; Hermanos Maxemin; J. Kelly y compañía; F. Echeguren, hermana y sobrinos; J. De la Quintara y compañía; Haas y Encinas; F. Tellería y compañía; T. Heyman y compañía; Lewels y compañía; Calisher y Jacobs; La Mazatleca y hermanos J. Gallick; la Relojería Alemana de Lewis Loeske; Ignacio Escudero; y, Cruzet. Existían también dos fundidoras, una de ellas denominada Vicente Ferreira
168
y compañía. Los principales edificios eran la aduana, una iglesia nueva, que hoy día es la catedral, el palacio municipal, el cuartel de artillería, una fábrica de algodón, una gasera y los hoteles Iturbide y Nacional.269
La importancia del puerto de Mazatlán para la nación mexicana en
formación y su influencia comercial en los distintos regímenes de gobierno que se
sucedían en el país, se muestran la siguiente nota publicada en un periódico
franco-mexicano de circulación en la capital,270 en el menciona sobre un decreto
publicado un día antes en el diario oficial, en donde se establece la división de las
costas marítimas del país en tres distritos;
El tercero tiene por cabecera Mazatlán y abarca toda la costa que se extiende después del cabo corriente hasta el campo californiano”271.
Pero ¿Bastará lo anterior para comprender la incursión de la ciudad-puerto
de Mazatlán dentro de esta red comercial mundial? ¿Es posible comprender a
niveles macro estructurales o institucionales solamente esa fuerza moral que
ordenaba las decisiones y acciones de los extranjeros comerciantes en este
periodo? Pensamos que no. Es por esto que ejemplificaremos lo anterior,
planteando un breve ejercicio comparativo con la principal región comercial del
contiene americano durante ese tiempo: la costa oeste de los Estados Unidos y la
nueva moral comercial que se construyó durante ese tiempo.
Al hacerlo buscaremos establecer dos aspectos; el conocimiento de una
región hegemónica en el comercio mundial y como la cultura por medio de
discursos, representaciones y prácticas influyó en el mantenimiento y aceptación
de una forma de vida basada en el comercio. Esto último permitirá conocer a
269
Hamilton, Leonidas, Border States of Mejico: Sonora, Sinaloa, Chihuahua and Durango, Bacon & Company, Book and Job Printers, San Francisco, 1881, en Antonio Lerma Garay, Mazatlan… op. cit., p. 45. 270
Es indudable que este diario era un instrumento de promoción de los intereses franceses en México, como se observa en una editorial aparecida en portada, en la cual se hace eco de las reclamaciones extranjeras ante el avance de la legislación liberal del 57, y se menciona la posible intervención extranjera para frenar dichas leyes, sumando a “Sinaloa rechaza y combatirá las leyes de Reforma”. ASHCP, L‟ere nouvelle, Journal des ideés et des intérêts franco-mexicain, 20 de Noviembre de 1861, Año 1, Núm. 16 271
ASHCP, L‟ere nouvelle. Journal des ideés et des intérêts franco-mexicain (corresponsal en Mazatlán, M. Adolphe Loynel), Sección “Faits divers”, “Organisation maritime de l‟empire”, Octubre 14 de 1865, Vol. III, Núm. 12, p.2.
169
nuestro parecer, la fuerza simbólica-moral que movía a los extranjeros que
formaron Mazatlán.
Para ellos utilizaremos el ensayo histórico de Ricardo D. Salvatore,272 que
se ubica en el mismo periodo temporal y contextual de nuestra investigación; el
siglo XIX y las consecuencias del comercio internacional para ciudades-puerto en
el continente Americano tras el termino de la colonia española en América.
Sin embargo, este se desarrolla en un espacio distinto que el nuestro, la costa
oeste de los Estados Unidos, conformada por Nueva York, Filadelfia, Boston,
Baltimore, entre otros, como una región comercial que se lanza a la conquista del
mercado mundial desde la Europa atlántica hasta Sudamérica, Asía y los mares
del Pacífico.273
El autor plantea un hecho histórico-social que consideraremos
primeramente; los ingresos del comercio exterior otorgaron notoriedad a un grupo
de comerciantes, y de la misma forma sirvió para construir una amplia vida cultural
en las ciudades de la costa Nordeste de los Estados Unidos. Esto es, la bonanza
comercial trajo consigo la creación de un espacio cultural de nuevo tipo en ese
región, evidenciado por la multiplicación de museos, bibliotecas, ateneos, clubes,
sociedades literarias y científicas, salas de conferencias, así como revistas, libros,
periódicos, biografías, narrativas de viajes, enfocadas a formar una especie de
“literatura mercantil”.
La función social de lo anterior era crear toda una gama de
representaciones, discursos y prácticas novedosas que justificaran la emergencia
y prestigio de los comerciantes, creando así un imaginario social adecuado para
sostener su posición económica y política hegemónica;
272
Ricardo D. Salvatore, Ansiedades y prácticas culturales de comerciantes norteamericanos a mediados del siglo XIX, en Prismas; revista de Historia Intelectual, No. 2, Universidad Nacional de Quilmes, 1998. 273
Ubicaremos el periodo que va de 1789 a fines de siglo, como el inicio de la expansión marítima comercial moderna en Estados Unidos, siendo el tráfico de pieles y cueros en la costa del Noroeste una de las motivaciones para inaugurar la ruta comercial por el Cabo de Hornos. La fiebre del oro californiana hacia la década de 1840 sería la cúspide de esa expansión, estimulando tanto la búsqueda de un paso más cercano hacia la mar Pacífico a través de Centroamérica como el transporte de pasajeros.
170
Sin duda factores económicos (el abaratamiento de fletes marítimos, la mayor velocidad de los veleros norteamericanos, el reducido costo del capital) jugaron un papel importante en la expansión comercial del período. Pero las prácticas y ansiedades culturales de las sociedades del Nordeste tuvieron un rol decisivo. En particular la circulación de un discurso prescriptivo acerca del carácter del “Buen comerciante” –un discurso que trataba de armonizar las tensiones culturales de las comunidades mercantiles- sirvió, si no para ganar nuevos mercados, al menos para interpretar en términos prácticos, éticos y sociales, el papel del comerciante
en la expansión económica del Nordeste.274
Lo anterior sugiere que a la representación del comerciante como un sujeto
meramente económico, se tuvo que agregar valores, cualidades, méritos y
destrezas que trascendieran el ámbito de la riqueza material;
La redefinición del papel del comerciante como un etnógrafo y mediador cultural, el tono misionario con que los seguidores de Mammon se lanzaron a la conquista de nuevos mercados, y la propia importancia adjudicada al conocimiento, la ciencia y la reforma social por las comunidades de mercaderes dieron a la acumulación mercantil y a la propia identidad
mercantil un carácter nuevo.275
Se han identificado similitudes en la representación del extranjero
comerciante-contrabandista-industrial en el Mazatlán decimonónico, con este tipo
ideal del Buen comerciante,276 surgido en el contexto de las ciudades-puerto
estadounidenses, así como su relación con el campo cultural y hegemónico de la
época. Para adentraremos más en las características que Salvatore ha
identificado para esta representación, diremos primeramente que lo que llama una
imagen ideal o prescriptiva, será para nuestros fines una representación colectiva
creada con fines de legitimación de una práctica propia de un grupo social,
identificado ante los demás colectivos que formaban aquella sociedad
decimonónica, y que tuvo alcances más allá de su territorio o región.
274
Ibíd., p. 44. 275
Ibíd. 276
Una fuente primordial para entender esta construcción ideológica-científica-social del Buen comerciante, se encuentra en la publicación de Freeman Hunt editada en Nueva York en la década de 1840, The Merchants‟ Magazine and Commercial Review. Ricardo S. Salvatore refiere en su ensayo aquí citado un libro posterior del autor, Worth and Wealth (1856), en donde resume los postulados mercantiles que fue recogiendo durante su labor al frente de la ya menciona revista. Para los fines de nuestra investigación se consultaron en el invierno del 2009, algunos de los números de la colección propiedad de la Universidad de Harvard, hospedados en el sitio web de librerías estadounidenses www.archive.org.
171
Así, la representación del Buen comerciante se construyó en la mentalidad
de la época en relación a tres ejes; la riqueza, el conocimiento y la responsabilidad
social. Estas prácticas debían ser cumplidas por el comerciante para contribuir a la
armonía social, y de esta manera justificar ante los otros (clases subalterna) su
desigual acumulación de riqueza y bienestar, que agudizara el conflicto de clases
o se concibiera como algo amoral, deshonesto y cualquier otro término que colinde
con avaricia.
Es aquí en donde se identifica al comercio y a la riqueza no como un fin en
sí mismos, o de poder individual, sino como instrumentos para el bienestar social,
el progreso, la democracia y la civilización. De ello se deriva que los comerciantes,
como monopolizadores esta práctica económica y poseedores de la riqueza que
generaba, fueran también agentes-apóstoles de estos valores considerados
positivos en aquellas sociedades.
Por tanto, el comerciante que se aventuró contra imperios, repúblicas,
religiones, culturas, conquistando palmo a palmo los mares del planeta para el
tráfico mundial de mercancías en la temprana modernidad industrial capitalista de
la primera mitad del siglo XIX, se convierte en el hombre de negocios, en
reformador social, en individuo ilustrado, ético, amante del gran arte, promotor de
la ciencia y la religión;
(…) un buen mercader se reconocía no sólo por su habilidad para comerciar y acumular riquezas sino también por su demostrada capacidad para construir cultura. Fuera de su “counting room”, el hombre de negocios debía estar en contacto con el mundo de las letras, contribuir a los descubrimientos científicos, acompañar las causas sociales de los tiempos
y promover la práctica de la religión.277
De importancia a resaltar son las razones propuestas para la creación y
difusión de esta representación, tanto en discursos como en instituciones
financiadas o que apoyaban la vida mercantil. Ya que si bien la idea del Buen
comerciante no es nueva en la historia del comercio occidental, sufre durante el
siglo XIX una revitalización para de igual manera que antaño, justificar su
277
Ibíd., p. 46.
172
supremacía social ante otros actores sociales de la época, como los industriales,
banqueros, científicos, obreros, etc., en el mundo capitalista en expansión.
4.6. Algunas prácticas y representaciones culturales de la comunidad
extranjera en Mazatlán hacia 1840.
Las páginas del diario del Alemán Adolph Riensch sobre su estadía en Mazatlán
en 1841, recrean de manera sobresaliente la forma de vida, negocios, travesía,
representaciones, relaciones sociales, ocio, e imaginarios de los extranjeros
comerciantes que llegaron al México independiente y al puerto de Mazatlán.
Este joven súbdito alemán trabajó para la misma casa comercial en que lo
hizo en Tampico tres años antes; la Hass, Denghusen & Co., propiedad Don
Genaro Denghusen, y Augusto Hass. Como antecedente de dicha casa, diremos
que en el año de 1848 se inició un proceso judicial contra el entonces cónsul de
Bélgica en el puerto, el mismo Denghusen, ex socio de la entonces desaparecido
firma comercial alemana Hass, Denghusen y cía, por haber quedado debiendo a la
Hacienda del puerto $ 28 mil por derechos de importación.278
También se ha documentado, que dicha casa comercial alemana así como
su empelado Riensch, al igual que otros extranjeros comerciantes en todo México,
resolvían las principales dificultades de sus negocios por medio de las influencias
que sus países tenían con el gobierno central del país. Esto les permitía controlar
las aduanas de la nación a su conveniencia, consiguiendo grandes fortunas a
costa de los fondos públicos ya que no pagaban impuestos por la mayoría de las
mercancías que introducían al país, y sobre todo, saqueaban los recursos
naturales, minerales, que se llevaban a sus países sin pagar por derechos de
exportación.
278
Como represalia a una acusación ante tribunales que Denghusen hace en contra del titular de la Aduana Marítima, Don Francisco Lerdo de Tejada, por haber asaltado su propiedad en el tiempo que duró un pronunciamiento del Gral. Tellez ese mismo año, Lerdo de Tejada revive ante la ley el adeudo que el cónsul dejó al desaparecer su casa comercial y el alemán es llevado preso por una noche ante el asombro popular. Manuel Estrada Rousseau, “Postas de historia sinaloense, Ex comerciante, cónsul y mártir”, en Revista Letras de Sinaloa, No. 32, 15 de agosto de 1952, Culiacán, Sinaloa, p. 29.
173
Las memorias de Riensch permiten entrever negocios de contrabando de dimensiones colosales.279
En su travesía por tierras desde Tampico hasta Mazatlán iniciada en
Septiembre de 1841, acompañado de mulas, escoltas, mozos, cargadores, y una
pistola fajada lista para matar, el joven alemán menciona el contacto frecuente con
extranjeros que habitaban los principales puntos donde llegaba a descansar;
(…) en aquellos años, en todas las ciudades de México, cuando se trataba de un viajero extranjero, se le invitaba lecho y comida.280
A su llegaba a Mazatlán es recibido por su jefe Don Genaro Denghusen,
apodado el alemán o el tigre, este último debido a su carácter recio y decidido.
Riensch refiere que a su llegada las relación sociales que estableció fueron con
alemanes, con los cuales empezaron a reproducir espacios de sociabilidad,
diversión, ocio y gustos musicales propios de su cultura, extendiéndolos a la
nueva sociedad que los recibía;
La música nos unía a todos ya que era la pasión común. Prisi con su cello, Meyer al piano y canto y yo también en el canto. Así pasábamos incontables tardes inolvidables. A nuestras prácticas y recitales acudía mucha gente ya que en esos días en Mazatlán reinaba una armonía y sociabilidad sin igual. Los negocios iban bien y en las tardes todos deseaban celebrar.281
También menciona que con sus nuevos amigos alemanes, jóvenes como él,
y sus jefes se extendió la relación, ya que entre patrones y empleados había poca
diferencia, entendiendo esto como empleados y patrones extranjeros, y sobre todo
con mismo origen étnico. Debido que es difícil pensar que un mozo mestizo, pardo
o indígena mexicano de las casa comerciales extranjeras, hubiera podido ser parte
de las siguientes actividades cotidianas de divertimento y sociabilidad,
comentadas en su diario;
279
Walther L. Bernecker, op. cit., p. 44. 280
Adolph Reinsch, Recuerdos de mi vida durante los años de 1830-1855, en Lorena Schobert Lizárraga y Ernesto Hernández Norzagaray (editores) Raíces de Mazatlán…op. cit., p. 203. 281
Ibíd., p. 205.
174
Se comía y bebía juntos, montábamos a caballos y nos divertíamos todos juntos. En las mañanas nos bañábamos en el mar (…) por las tardes nos tirábamos en las dunas de arena gozando del firmamento y la frescura de esa hora. A veces hacíamos excursiones y cuando un barco anclaba en la bahía, lo visitábamos o nos íbamos de pic nic a las tantas islas vecinas. Normalmente nos íbamos a la más cercana, que es la del Crestón, desde donde uno tiene una hermosa vista hacia el océano y donde se siente la frescura marítima.282
Otro momento destacable del testimonio de este empleado alemán, sucede
cuando es enviado un mes después de su arribo al puerto, a cobrar unos créditos
que la casa comercial tenía con mineros y otros personajes extranjeros de la
región occidental de México. Entonces queda en evidencia varias situaciones: el
campo de influencia de los comerciantes extranjeros de Mazatlán, llegaba hasta
San Luis Potosí, Guadalajara, Durango y Nayarit; las formas de pago eran en
efectivo o plata y oro; los gobernantes de los estados prestaban custodia a los
extranjeros para seguir su trayecto por el Camino Real; los extranjeros
comerciantes eran recibidos con distinciones en cada población a la que arribaban
al ser considerados hombres de riqueza y status;
Al terminar la feria, volví con mi amigo Behn a Bolaño para de allí partir a Zacatecas donde fui recibido por la casa británica del Sr. Edward Penny, donde los señores Newels y Hendersons nos invitaron a comer. Tanto Zacatecas como San Luis arrojaron buenos resultados para mis negocios y en zacatecas recuperé una cuenta vencida de 13, 000 pesos. De aquí me fui a Durango donde se encuentra la casa Randel y Delius fundada por el Sr. Gustav Delius, donde se me ofreció todo tipo de atenciones. Ya allí, la alta sociedad de Durango se peleaba por atenderme, esto gracias a mis amigos Delius y Stahlknecht, poseedores de gran influencia gracias a que eran dueños de fábricas. Además de eso, Don Germán Stahlknecht estaba casado con una dama de las mejores familias pariente de Don Fernando Ramírez, quien después figuró como ministro de Maximiliano.283
Al final de esta cita, podemos señalar dos formas en que los extranjeros se
fueron posicionando entre la clase dominante notable del país, al ser estos
poseedores de fábricas, tecnología, y conocimientos científicos, que como en el
caso de la región septentrional de México, no contaban con dichos conocimientos
282
Ibíd., p. 205. 283
Ibíd., p.207.
175
si centros de estudios avanzados; y por medio del parentesco directo al casarse
con miembros de las élites criollas locales.
A su vuelta a Mazatlán, Riensch se encontró con el otro socio alemán de la
casa comercial del puerto, Augusto Haas, quién días antes había llegado de
Europa, y ahora se dirigía por vez primera a su nueva casa comercial en Mazatlán.
Nuestro narrador nos muestra el respeto y admiración que le profesaba a su jefe,
diciendo tuvo la satisfacción de recibirle en el camino de Durango, además de
confiar rasgos de la personalidad y gustos de este alemán;
Y de nuevo vivimos la buena compañía de damas que mucho nos apreciaban. Si yo era considerado un buen partido, mucho más lo era Haas que tenía fama de simpático además de muy rico. Aunque Haas era quien pagaba las fiestas que hacíamos en los jardines, era a mi al que se lo agradecían ya que yo me encargaba de invitar gente a esos bailes que tan contento dejaban a todo el mundo.284
En camino hacia Mazatlán se formó una gran caravana compuesta de
extranjeros armados Riensch, Haas, Delius y un doctor Kegel; 10 sirvientes y 40
animales de carga. Atravesando la sierra madre de día, pasaban las noches en
una gran carpa compartida por los extranjeros. Días después esa caravana llegó a
Mazatlán llena de plata y oro, sin más contratiempo que un asalto que pasó
desapercibido por todos donde se perdieron un botín de monedas de oro con
destino a un comerciante del lugar. La ciudad estaba en su mejor forma, ya que
era la temporada de ventas altas y llegaban al puerto gente de todos los lugares
cercanos, con todo y sus familiares.
Las noches bohemios, los bailes, el ocio, la ostentación y el lujo, los juegos,
la música y las mujeres hermosas y de abolengo, eran parte importante del estilo
de vida del extranjero alemán. Todos esos bailes exclusivos, donde se tomaba
champaña, se escuchaba música tradicional alemana, en salones de terciopelo,
necesariamente formaban una representación del extranjero de superioridad, con
respeto a la mayoría subordinada.
284
Ibíd., p. 208.
176
Además en un punto elevado junto a los cerros que formaban una gruta al mar, jugábamos al boliche. Este espacio se abría al océano, así que ofrecía una vista hermosa y permitía tomar el fresco. Este local se convertía en sala de baile ya que colgábamos telas, espejos, flores y una decoración para, que, con todo producir un efecto de un pequeño El Dorado. Al acercarse el alba, cuando ya todos habían bailado suficiente, agrupábamos a la gente para irnos juntos a casa. Por delante iba la música seguida por parejas. En cada casa hacíamos alto para despedir a los integrantes con una serenata improvisada. El gentil clima veraniego, hermoso y templado, y el gentil aire nocturno permitía peregrinar por las calles de brazo de las damas y acompañados por la orquesta. Otro placer era acompañar a mis amigos musicales a organizar un “jerum”, una imitación de las canciones de carnaval de la colonia, Alemania, con todas sus variantes posibles. Flautas, aplausos, llevar el ritmo con los respaldos de la silla, es decir todo relajo posible lo utilizábamos para acompañar la música. Sólo decíamos: “hoy en la tarde un “jerum” en casa de tal cual” y venía todo el mundo al relajo.285
De igual forma, y cómo un paisaje de acuarela viva y deslumbrante, Manuel
Estrada Rousseau, nos permite imaginar por medio de su prosa poética
inigualable, una visión cotidiana de Mazatlán en la mañana del primero de junio de
1853, horas antes de que un feroz huracán azotara al puerto dejando cuantiosos
muertos y destrozos.
Nos habla de una actividad económica boyante dominada por el arribo de
buques extranjeros y otras decenas que permanecían anclados en el puerto con
banderas peruanas, inglesas, francesas, norteamericanas, entre otras. La aduana
marítima en su máxima capacidad, las autoridades de Sanidad vigilando, mientras
lanchas llenas de cargadores iban y venían a los navíos para descargar la
mercancía. El sonido del ambiente era de bullicio al son de la campana que desde
el cerro del Vigía anunciaba la llegada de un nuevo barco al puerto.286
285
Ibíd., p. 210. 286
Su poza era casi un una selva de mástiles (…) en un sueño feliz ostentaban sus desplegadas banderas a la perfumada caricia de las auras, las barcas inglesas Tartar y John Paget; la fragata, también británica, Benjamín Elken; el bergatín incaico San Miguel; la fragata francesa Mannett y la goleta norteamericana Capeland (…) Albeaban suspendidas de los pescantes del muelle fiscal, las falúas de la Sanidad y del Resguardo; íba y venía un enjambre de canoas y de botes fleteros cruzando diligentes la bahía (…) en la playa de frente a la aduana hervía un hormiguero de cargadores prestos a iniciar su trabajo (…) y como si fuera escaso en aquella ocasión el número de buques a la carga, que con sus vientres repletos de mercancías testificaban la potencialidad del comercio porteño, la sonora campana del Vigía proclamaba con su voz de metal: ¡Tres velas a la vista!. Manuel Estrada Rousseau, “Postas de historia sinaloense, La catástrofe marítima del cincuenta y tres”, Revista Letras de Sinaloa, Núm. 23, 15 de enero de 1951, Culiacán, Sinaloa, p. 21.
177
Al llegar el ciclón, dice Roussea citando un testimonio que un vecino del
puerto Don Pedro Martínez redactó y en el cual se basaron los cónsules
extranjeros para dar sus informes a sus respectivos países, la población así como
las autoridades se unieron para salvar las más vidas posibles,
(…) pero gracias al valor, a la intrepidez, al heroismo de los playeros mazatlecos, sólo fueron veintidós las víctimas, de entre ochenta y dos marinos extranjeros (…) dos propietarios de lanchas los señores Gonzalez y Vico han hecho lo imposible dirigiendo a los trabajadores. Durante veinte
horas han sido anfibios (…) 287
Esto fue parte de la formación del Mazatlán temprano, donde la definición
nacional no se hacía presente casi en la vida cotidiana de la población del puerto.
Fueron los tiempos de la hegemonía extranjera mediatizada por la imagen y poder
económico de sus casas comerciales.
4.7. Paisaje social de Mazatlán y San Francisco en 1864.
Así, hacia mediados del siglo XIX, ya era evidente la división de clases y territorial
en el puerto, según posición económica, étnica y actividad laboral que se
realizaran. Los principales oficios para 1854 eran según la Sociedad Mexicana de
Geografía y Estadística; sirvientes domésticos 401, costureras 254, comerciantes
247, marineros 200, zapateros 115, carpinteros 79, panaderos 60, albañiles 46,
aguadores 40, carboneros 34, y otros.288
En esos días de igual manera, tres décadas después de que el movimiento
mercantil reubicara el puerto de desembarco, la aduana, y se estableciera la calle
principal, atestada de casa comerciales extranjeras, se da el primer signo de
ordenamiento y crecimiento de la ciudad, en zonas según la clase social;
La localización de las viviendas a mediados del siglo XIX ya expresaba una tendencia segregacionista del espacio; mientras en las calles Carnaval y Principal, empezaron a operar como límites a las mansiones de Olas Altas y faldas de los cerros de la Nevería y la Cruz; hacia el norte y muelles fueron surgiendo las casuchas populares…con el crecimiento demográfico
287
Ibíd., pp. 22-24. 288
Citado en José Luis Beraud Lozano, “Orígenes del monopolio de terrenos urbanos en la ciudad de Mazatlán en el siglo XIX”, Revista Clío, UAS, Volumen I, Número 9, Junio - Septiembre del 1993, p.5.
178
fue ostensible la carencia de viviendas, y no es que Mazatlán no tuviera terrenos, sino que la propiedad territorial había registrado un paulatino
acaparamiento privado (…)289
En el mes de Noviembre de 1863, se crea una de las postales en prosa
más significativas del Mazatlán de la segunda mitad del siglo XIX, en la mirada y la
palabra de Ignacio Ramírez, “el Nigromante”. Este político liberal fue diputado por
Sinaloa de aquella generación del 57 y confesaba a viva voz su amor por
Mazatlán.290 En varias ocasiones la plaza de armas del puerto se cimbrón ante sus
discursos políticos, históricos, y llenos de literatura y liberalismo, que invitaban a
los mazatlecos, al pueblo de Mazatlán, a defender la República liberal.
El texto al que nos referimos es una de las cartas que escribe a su amigo y
discípulo Ignacio Manuel Altamirano,291 en su camino hacia el exilio en la Alta
California ante el inminente triunfo conservador. Eran días de persecución a los
liberales y al año siguiente se daría la ocupación del puerto por parte de la tropa
francesa.
Esta primera carta a la que haremos referencia, surge mientras Ignacio
Ramírez espera que zarpe el buque que lo llevará San Francisco. El Nigromante
conocía muy bien el puerto, por eso en la primeros párrafos de la carta citada,
sostiene que;
289
Ibíd. 290
Ignacio Ramírez (1818-1879) arribó por vez primera a Sinaloa a fines de 1851,donde ya se encontraba su hermano Miguel Ramírez. En 1852, el gobernador de Sinaloa Plácido Vega promovió su candidatura a diputado federal por esta entidad, defendiendo el liberalismo en el Congreso de la Unión. A su regreso a Sinaloa, fue secretario del general Plácido Vega, sostuvo enérgicamente la extinción de las alcabalas propuestas durante el gobierno de Pomposo Verdugo. En 1853, se fue a radicar por un tiempo a la ciudad de México. Por sus críticas a Antonio López de Santa Anna permaneció once meses en prisión, la mayor parte del tiempo encadenado. Al triunfo de la Revolución de Ayutla fue liberado y fungió como secretario personal de don Ignacio Comonfort; al advertir que Comonfort falseaba sus principios liberales, renunció a su puesto para afiliarse con Benito Juárez, Melchor Ocampo y Guillermo Prieto en el partido liberal y combatir con su pluma al renegado. http://www.congresosinaloa.gob.mx/murodehonor2/igancio_ramirez.htm 291
Durante la guerra de intervención, el Nigromante combatió a los franceses en Mazatlán, y en el período que va de 1863 a 1865, mantuvo correspondencia con Guillermo Prieto, la que posteriormente se publicaría como Cartas a Fidel. En noviembre de 1864, residiendo en Sinaloa, defendió a presos políticos y escribió para La Opinión y La Estrella de Occidente, hasta que fue desterrado a Estados Unidos.
179
(…) el cañonazo de partida se ha dejado oír tres veces, y llevo seis horas de embarcado sin saber cuándo dejaremos el puerto (…) y mientras se arregla un contrabando de platas, emplearé el tiempo en pintarte la población que danza ante mis ojos.292
La carta se desarrolla mientras nuestro personaje está varado frente a la
aduana y el muelle, y desde ahí puede distinguir, dice, “los personajes que demoran
nuestra salida”.293 También observa a los pescadores lanzando sus redes sobre la
mar tranquila, dice que todos pescan, hasta las aves buchonas que se precipitan
sobre sus presas, y continua con la descripción de espacio natural que cobija a la
pujante ciudad de Mazatlán y su añeja bahía;
Al Occidente se levantan cerros escarpados; el primero descubre una caverna donde las olas se esconden (…) el segundo está coronado por el observatorio del Vigía. Al Oriente se levanta la isla en cuyo regazo el Dios de las hortalizas derrama sus tesoros. Al Sur se levantan pequeños islotes; y al Norte, la ciudad desciende del cerro de la Nevería, donde no se conocen los helados, ciudad caprichosa que da saltos graciosos sobre la colina del cuartel y la casa de la pólvora; y mojando un pie en Puerto Viejo y otro en las Olas Altas, se inclina para verse sobre las aguas que juegan
con mi buque. 294
El buque de vapor está por partir y los últimos pasajeros se presentan, entre
ellos menciona a seis franceses que van en busca de mercancías para venderlas
a sus paisanos, “cuya invasión aseguran como inminente”.295 También menciona a
personajes del gobierno y caudillos que se embarcan con rumbo a conseguir
apoyos para continuar la guerra. Y al final mientras el capitán del puerto sonríe, y
el capitán del buque los escolta, entran otros “bultos bien envueltos y que pesan
mucho”.296
Al final de la carta el Nigromante ironiza sobre la situación del puerto ( o
quizá hable entre líneas a su amigo “Fidel”), dice que aquí todo tiene por tipo el
cerro de la Nevería, ese, al que le refería sarcásticamente líneas atrás, que no
tenía helados. En la casa de la pólvora, dirá, tampoco hay un grano inflamable, y
292
Ignacio Ramírez, Obras, Tomo I, oficina tipográfica de la secretaría de fomento, México, 1889, p. 364. 293
Ibíd., p. 365. 294
Ibíd. 295
Ibíd. 296
Ibíd.
180
en cambio en el cuartel no hay una pieza habitable. Después terminará narrando,
explicando, interpretando aquella realidad con sus ojos liberales, de intelectual
patriota;
El puerto sin embargo será magnífico, cuando se surta de agua potable; cuando se construyan algunas obras que se opongan á las travesuras de las corrientes atmosféricas y marinas; cuando se concluyan puentes y diques, que no se han comenzado, cuando los arsenales y otras obras militares salgan de proyecto; cuando se improvisen baños y paseos; cuando se fundan en una las cinco seis colonias que dividen la ciudad, y en vez de alemanes, franceses, yankes, españoles, tepiqueños, durangueños, paceños, sonorenses, culiches, etc., no haya más que mazatlecas; cuando
en lugar de contrabando tengamos comercio (…) 297
Hasta aquí el Nigromante nos habla de un Mazatlán estratificado
socialmente, donde los llamados cuarteles o colonias que lo formaban
representaban cierta cara de la ciudad, donde lo extranjero, lo no local,
ejemplificado con los gentilicios mencionados, ocultaba y dominaba lo local, con
su tendencia a venerar a la mujer, como mazatlecas. El reproche, el recordatorio
del estado de ilegalidad, de anti patriotismo del contrabando impulsado por
extranjero y permitido por autoridades corruptas, donde el comercio legal y a favor
de la República quedaba en segundo término, era la esencia del Mazatlán que
todavía para esas fechas no era magnifico, pero que podría serlo.
Encontramos en otra carta fechada el 1ro de Enero de 1864 en San
Francisco de California, que Ignacio Ramírez describe sus impresiones del viaje
en buque desde Mazatlán hasta aquellas tierras, ahora parte de la Unión
Americana. En ella podemos encontrar tópicos de relevancia para comprender
mediante la reflexión del intelectual liberal, la situación de aquella parte del México
independiente y las relaciones sociales que se establecían en esas sociedades
con el mundo y México.
Su conocimiento histórico del país y del mundo en casi todas las áreas del
saber, que lo llevó a ser considerado el máximo hombre de pensamiento del
periodo liberal desde la constitución de 1857 hasta la restauración de la República,
297
Ibíd., p. 366.
181
no puede ser considerado como otro testimonio de viajero que durante todo ese
siglo se registran en memorias, diarios de viaje y demás documentos históricos de
personajes nacionales y extranjeros que hicieron la ruta por el mar pacífico desde
el Cabo de Hornos hasta las Californias.
Al pasar por la península de Baja California, el Nigromante apunta
brevemente sus méritos naturales, pero a su vez descubre realidades al decir que
este lugar del país ha sido objeto de muchas empresas y especulación, y ya no
sabe si lo que ve es algo que nace o que muere; “embrión o esqueleto; el buitre de la
codicia no lo ha perdonado”.298
Otro testimonio importante para nuestra investigación, será cuando el
escritor empiece a describir la vida social de San Francisco, aquella ciudad-puerto
que surgió como Mazatlán por circunstancias mundiales y similares, y con el cual
estaba interconectado regionalmente de manera económica, social y cultural,
siendo el aspecto político poco compatible;
(…) San Francisco aparece. ¡Aquí también era la patria! (…) es la magia, es un delirio de luces que se extienden caprichosas e innumerables entre el mar y el firmamento; la atmósfera es etérea, y entre su polvo de oro aparecen las casas como un festín de magas; bandadas de buques contemplan tan sublime espectáculo. ¡He aquí la obra de los aventureros del siglo XIX!299
No creemos faltar a la verdad histórica al proponer una generalización de
las palabras siguientes del Nigromante, a casi todos los espacios de ciudad-puerto
que el siglo XIX inauguró al comercio mundial en las antiguas colonias españolas
entonces independientes. Desde Europa al Río de la Plata, Valparaíso, hasta
Mazatlán, Guaymas, y San Francisco. O desde Europa luego Nueva York, el
Caribe cruzando Panamá hasta el Pacífico y las Californias de ida y vuelta, es
posible aplicar esta representación;
298
Ibíd., p.368. 299
Ibíd.
182
No es la conquista, no es la religión, no es un gobierno, son millares de hombres libres que sin armas y sin preocupaciones, con los hechizos de la ciencia y de la industria, han levantado para el comercio este emporio.300
Al desembarcar en San Francisco, la aduana se distingue también ahí como
una de las instituciones más temibles de aquel tiempo y espacio, buscando sobre
todo plata de contrabando. De igual manera, se distinguen entre los pasajeros
hombres y mujeres de las principales nacionales europeas, latinoamericanas y
asiáticas; yankes masca tabaco, alemanes fuma pipa, franceses come pastillas,
mexicanos come frutas y españoles religiosos.301
En esa sociedad el Nigromante presiente e interpreta desarraigo,
pragmatismo, enajenación y mundialización. Sociedad establecida por una
coyuntura histórica que niega y oculta una cultura e historia de temporalidad más
amplia que el periodo colonial, ahora oculta bajo nuevas relaciones sociales
basadas en el comercio, la minería, lucro, el contrabando y la depredación del
medio ambiente;
La California no es un pueblo como todos los conocidos; los lazos que unen a sus habitantes son causales y de pura convivencia; el comercio, las minas y cierto resabio de filibusterismo: es un conjunto de colonias, y su puerto es la feria de San Juan permanente; si esos aventureros de todas las naciones levantasen hoy su campamento, no dejarían á la bahía por
corona sino basura (…).302
Sólo un mexicano sostiene el autor (o un indígena reducido, marginado o
exterminado, añadiríamos), “descubre allí una patria y la llora perdida”.303
Así, los referentes simbólicos, los valores culturales que se expresan en
esta sociedad emergente tiene que ver la vida económica de aquel puerto, con su
estratificación étnica y social, con su estar para enriquecerse y luego partir; o con
el llegar en busca de trabajo, pero siempre añorando irse para volver a la tierra a
la que pertenece, en donde las prácticas culturales de cada grupo étnica-racial
300
Ibíd. 301
Ibíd. 302
Ibíd, p.368. 303
Ibíd.
183
encuentran sus ecos sociales e individuales en el paisaje, la lengua, la familia, las
instituciones, donde la memoria individual y colectiva les dan sus razón de existir.
Por eso el Nigromante se asombra hasta la perplejidad de aquella ciudad-
puerto-mineral que era entonces la cima de todas las de su clase en el continente
americano. Recordemos las palabras que sobre Mazatlán, dijo nuestro relator, en
el mismo sentido de riqueza y futuro de progreso, al salir del puerto. Acá al
parecer son lo mismo pero mejor, o peor, según se vea;
Y sin embargo, ¡Cuántos milagros son espíritu público, y qué rareza y diversidad en las costumbres, y cuánto progreso en las instituciones! Todo lo del Viejo Mundo naufraga en esta costa; los delirios del amor, la esplendidez y la comodidad de las habitaciones, los misterios de la familia, las pretensiones aristocráticas, el proselitismo religioso, la literatura y hasta las ciencias; sólo el capital se ha salvado: el hijo, la mujer, el descubrimiento, la máquina, el libro, el santuario, el dios, valen algo en cuanto tienen curso en el comercio.304
Las piedras preciosas de las minas son los fetiches de aquellas sociedades,
son objetos de culto religioso por parte de la población, dice el Nigromante, en los
almacenes, casas, talleres, niños, mujeres y hombres de todo tipo las contemplan
en un trance de devoción que cualquier figura o estampilla de Santa Teresa
pudiera envidiar;
La compañía minera es la teología; el aviso es la literatura; el payaso es superior al cómico; la dama siempre se ve expuesta á pertenecer al público; la música es un terremoto; y la vida, cuando no es un negocio, es una ¡orgía!305
A nuestro juicio sus palabras nos permiten observar mediante un ejercicio
de comparación entre sociedades que formaban parte de una misma región
económica, y en ciertas prácticas materiales e inmateriales también cultural, lo que
era y lo que no era el Mazatlán decimonónico.
¡Lujo! y yo sorprendido y no admirado, me pregunto ¿Cuánto vale este pueblo que acostumbra poner precio á todo el mundo? San Francisco no es una población griega: en Atenas, en Corinto, en Siracusa, en Rodas, en Alejandría, abundan las prostitutas y los comerciantes, y los desórdenes y
304
Ibíd., p.369. 305
Ibíd.
184
la opulencia; pero en medio se levantan en espléndido grupo el patriotismo, la filosofía, la ciencia, las artes, y tribunas para el orador, y trípodes para el poeta; aquí se enorgullecían con el Partenón y por allá con la cuna de Homero. San Francisco no es una colonia romana: ¿Dónde están sus legiones conquistadoras? Lejos de eso cualquier nación invasora encontraría entre sus habitantes muchos cómplices y muchos indiferentes. San Francisco no reproduce la civilización moderna: ¿es científica como la alemana? ¿Es colonizadora y manufacturera como la Inglaterra? ¿Es ambiciosa como la Francia? ¿Es poética como la Italia? ¿Es sinceramente republicana como la patria de Washington? ¿Qué misión se ha propuesto? ¿Puede si quiera un romance de amor representarse en California? ¿Qué noble sentimiento es común a todos esos corazones? La sola riqueza no le proporcionara larga vida, ni un poeta que la cante.306
No todo lo apuntado anteriormente es compatible el Mazatlán decimonónico
y sus valores e imaginario cultural. Sin embargo, las preguntas que se desprenden
de las observaciones y juicios de Ignacio Ramírez, el Nigromante, nos permiten
situar en una mejor medida la influencia cultural extranjera mundial que se vivía en
el puerto del noroeste mexicano.
306
Ibíd., p.370.
185
¡Oh cordiales familiares, oh buenos burgueses de Mazatlán, el poeta hoy enclaustrado en
celdas de trabajo y de meditación, hace acto de contrición por haber turbado con las
músicas de una juventud que presentía el jazz, el ritmo sudoroso de vuestras vidas, de
vuestras afanosas colonias de castores, de vuestros colmenares laboriosos, de vuestros
hormigueros exactos y disciplinados!
José Juan Tablada.
186
Capítulo V.
Consolidación de la hegemonía cultural extranjera en el Mazatlán de la Belle Epoque.
187
La Belle Epoque mazatleca se ubica temporalmente en los últimos años del siglo
XIX. Fue la concreción de la hegemonía cultural extranjera en el puerto. En la
actualidad todavía aquella Grandeza Mazatleca es añorada por los herederos
contemporáneos de las clases dominantes que dirigían la vida social de esa
época. Desde 1990 intentan revivirla a toda costa, restaurando la vida económica
y cultural del Centro Histórico de Mazatlán.
5.1 La Belle Epoque mazatleca como concreción del proceso de hegemonía
cultural extranjera.
El fin del siglo XIX es donde florece en las sociedades europeas la llamada Belle
Epoque. Período que va aproximadamente desde 1880 hasta la primera Guerra
Mundial. En el México porfirista, aburguesado, spenceriano, positivista, la Bella
Época terminaría con la revolución de 1910. Ese lapso de treinta años,
aproximadamente, representa el triunfo de la modernidad, de la industrialización,
de la ciencia, de la burguesía, del capitalismo, de la expansión económica y
simbólica de los ideales europeos pos monárquico. En ese lapso se creó la figura
del dictador Porfirio Díaz, mientras Heraclio Bernal forjaba su mito en la sierra
madre sinaloense, preludios del movimiento social por venir.
José Emilio Pacheco dice que nuestro país experimentó en los cinco años
que duró el Imperio de Maximiliano, no sólo la influencia francesa sino la de toda
Europa.307 Sobresalía Francia como nación cultural hegemónica de la Europa
capitalista. Habría que contarle al vate José Emilio que el puerto de Mazatlán
experimento lo mismo pero durante todo el siglo XIX, bajo la dirigencia económica,
política y cultural de franceses, alemanes, italianos, irlandeses, belgas, españoles
y estadounidenses.
Así, para nuestra investigación de tesis, La Belle Epoque mazatleca fue el
tiempo en que las prácticas culturales que vestían con moda europea la
hegemonía cultural de los extranjeros en Mazatlán, se veneraron y fueron motivo
307
José Emilio Pacheco, Prólogo; Maya Ramos Smith; el teatro de la memoria, en Maya Ramos Smith, Teatro Música y Danza en el México de la Belle Epoque 1867-1910, UAM/Gaceta, México,
1995, p.6.
188
de envidia hasta por sus contrarios naturales, como fue el caso de Culiacán.
Fueron los tiempos en que la prosperidad del país promovió y consolidó una clase
social conformada principalmente por los grandes terratenientes y empresarios
extranjeros que desarrollaron los cimientos de la industria, la infraestructura
nacional, los servicios públicos, las artes, los espacios de sociablidad burguesa
con un costo social tan caro que el precio pagado fue la primera Revolución del
siglo XX.
Esa prosperidad económica y seguridad política de la clase dominante, se
proyectó sobre la sociedad irradiando un estilo de vida opulento y distinguido, culto
y civilizado. Las imágenes que emergen son la de una oligarquía extranjera y
nacional que debió edificar y revalidar su posición de preeminencia, construir ella
misma su condición de clase distinguida y merecedora lo que tenía, lo que
deseaba y más allá.
Todo bajo la premisa político-filosófica del orden y progreso positivista.308 Y
el orden en ese esquema de pensamiento propio de la Belle Epoque a nivel
mundial, no consistía en la fuerza o la represión directa por el poder, sino en el
consensus, en la voluntaria y espontánea voluntad de los ciudadanos en realizar
ese orden.309 En palabras gramscianas, eso sería la hegemonía en concreto.
James Scott en su obra ya comentada en el capítulo primero, apunta algo
fundamental para comprender de mejor manera lo que llamamos el problema de la
hegemonía cultural. Sostener la dominación, dice el autor, es también sortear las
resistencias de las clases subordinadas. Es un proceso de constante fricción.
308
Escribió Justo Sierra en 1879; Es para mí fuera de duda, que la sociedad es un organismo, que
aunque distinto de los demás, por lo que Spencer le llama un “superorganismo”, tiene sus analogías innegables con todo organismo vivo. Yo encuentro por ende, que el sistema de Spencer, que equipara la industrial, el comercio y el gobierno, a los organismo de nutrición, de circulación y de relación con los animales superiores, es verdadero (…) lo que ya está fuera de debate para los iniciados en esta clase de estudios es que la sociedad, como todo organismo, está sujeto a las leyes necesarias de la evolución; que éstas en su parte esencial consisten en un doble movimiento de integración y de diferenciación, en una marcha de lo homogéneo a lo heterogéneo, de lo incoherente a lo coherente, de lo indefinido a lo definido (…) y en este doble movimiento consiste el perfeccionamiento del organismo, lo que en las sociedades se llama progreso. Justo Sierra, Positivismo Político, en Leopoldo Zea (comp.), Pensamiento positivista latinoamericano, Vol. II, Biblioteca Ayacucho, Venezuela, 1980, p. 180. 309
Ibíd., p. 179.
189
Hacerlo de manera directa implica un desgaste e inseguridad imposible de
manejar para las clases dominantes, por eso se pregunta ¿Cuántas golpizas,
capataces, encarcelamientos, asesinatos, sobornos, amenazas, concesiones, etc.,
se necesitan para establecerla?
Sin embargo, una forma más eficaz de sostener la dominación es
simbolizándola con manifestaciones y demostraciones de poder. Hacer visible,
palpable, admirable, o sea, materializar el poder. Entonces, si se decide reforzar la
dominación económica y política por medios indirectos, culturales, o sea,
hegemonizar un sistema social, es necesario hacerse otro tipo de preguntas,
como; ¿Cuántos actos de beneficencia, celebraciones públicas, muestras de
elegancia, sabiduría, status, honestidad espiritual, etc., serían necesarias para
plasmar en la mentalidad de los subordinados la obediencia?310
Así, las muestras de respeto, las sociedades exclusivas y sus reglas de
etiqueta, los usos de términos honoríficos, los grados académicos, la seguridad y
rectitud al caminar, etc., son muestras simbólicas de dominación que se externan
para reforzar un orden jerárquico en la sociedad.
Nos quedamos, pues, hasta aquí en el magnífico trabajo de James Scott,
reafirmando una idea final; el poder para que se legitime socialmente debe
afirmase en el discurso social, se debe exhibir constantemente ante las clases o
grupos subalternos.311
Considerandos lo anterior y lo por lo expuesto en el análisis teórico del
capítulo primero, creemos que la hegemonía cultural ejercida por un grupo o clase
sobre la sociedad tiene múltiples formas de expresarse, ya sea por medio de
prácticas, discursos, representaciones, de forma material o inmaterial. Para la
presente tesis identificamos en documentos históricos seis formas en que se
manifestó esta dirigencia simbólica sobre las clases subalternas. Sin embargo, no
es posible decir a la fecha si fueron estas más importantes para sostener la
hegemonía, que otras como la educación, la organización laboral, la moral, la
310
James C. Scott, Los dominados y el arte de la resistencia, Era, México, 2000, p. 71. 311
Ibíd., pp. 71-76.
190
religión, la ciencia o la indumentaria, que por falta de tiempo y huellas históricas
identificables no fueron contempladas en la presente investigación.
5.2. Los carnavales mazatlecos; escenario de las batallas culturales
decimonónicas.
Se cuenta que en tiempos de esplendor del imperio Romano a los esclavos se les
permitía romper el silencio, expiar las humillaciones y penurias de todo un año, en
una celebración de libertad sin límite que duraba un solo día; eso era el carnaval, y
tal vez ahí empezó esta fiesta popular que se extendería por todo el mundo siglos
después. En 1862, Gustavo Adolfo Bécquer, escribió que;
(…) durante ese día arrojaban impunemente al rostro de sus dueños toda clase de acusaciones; se mofaban de sus ridiculeces y, reprochándoles sus vicios y haciéndoles oír una vez al menos el áspero lenguaje de la verdad, acaso les enseñaban la única senda que debieron seguir y de la que, ciegos con el humo de las lisonjas, se habían extraviado.312
La evolución del aquella celebración de desfogue social tuvo su punto
culminante durante la llamada Edad Media europea, donde las máscaras, la risa y
toda manifestación grotesca de la realidad darán una continuidad a la esencia del
ritual. Sin duda estamos ante una práctica cultural de muy larga duración, tanta
quizá como la dominación cotidiana de un grupo de hombres sobre otros.
Por ello el doble discurso, la realidad travestida, se relacionarán con la
máscara, como dice Bécquer al inicio de su artículo;
Asegúrase que con la cara tapada se descubre más fácilmente el corazón y que a favor de la careta es lícito en estos días decir todo género de
claridades”. Y finaliza; “Máscara, ¿me conoces?313
En la actualidad, las investigaciones históricas y sociales han otorgado a las
celebraciones, rituales, los motines y revueltas, diversiones y formas de
sociabilidad un valor innegable al momento de buscar entender las formas de
312
Gustavo Adolfo Bécquer, El Carnaval, El Contemporáneo, 5 de marzo de 1862, versión digitalizada, http//www.librodot.com, 5/9/09. 313
Ibíd.
191
significación cultural y estratificación social dentro de sociedades rurales o
urbanas, tradicionales o modernas.
Desde una perspectiva antropológica funcionalista se considera que una de las
manifestaciones sociales privilegiadas para conocer la cultura de un pueblo, son
los festejos o fiestas que periódicamente se celebran en una comunidad
determinada, ya que en ellas se muestra la verdadera naturaleza de un pueblo;
Espacios de cuestionamiento, de desenfreno, de explosión emocional, de anomia, pues no existen ataduras ni inhibiciones, amenazas a las impertinencias ni castigo por los excesos (…) no existe en las
celebraciones, “el malestar de la cultura.314
En esta interpretación se afirma que las fiestas tienen funciones latentes
como la afirmación de una identidad cultural de una región, o de un grupo dentro
de la misma, hacia el exterior. Siguiendo esta misma senda de identificar
funciones latentes, Lizárraga Hernández sintetiza de forma clara las dos líneas
más socorridas en las interpretaciones antropológicas de las celebraciones
sociales y su posible repercusión en la vida de la comunidad: la fiesta como
apaciguadora del cambio social o por el contrario, como promotoras del mismo;
(…) los festejos populares desempeñan la función de válvula de escape para las tensiones sociales: el sistema, dicen, se refuncionaliza. Esto es, al desfogar toda la energía acumulada a lo largo del año, los grupos sociales oprimidos hacen más levaderas sus condiciones de vida y el tipo de relaciones con los otros sectores o clases, lo que permite a los opresores seguirlos sojuzgando (…) otros estudiosos, más conocedores del alma popular y de las almas que esgrimen los débiles frente a los poderosos, afirman lo contrario; es decir, que la fiesta sirve para preparar a la colectividad, a las masas, para el cambio social (…) la fiesta pública es, en
síntesis, una micro revolución.315
De igual manera es necesario considerar, que estos espacios de interacción
social por regla son efímeros, periódicos y permiten a los participantes y a la
sociedad en su conjunto equilibrar las relaciones sociales que se gestan a su
interior como un sistema cotidiano y anterior a la conciencia del sujeto social.
314
Arturo Lizárraga Hernández, Mis dos patrias; identidad cultural, fiestas y emigración al extranjero, UAS, México, 2006, p. 103. 315
Ibíd., pp. 110-112.
192
Las celebraciones, nos dice por su parte la historiadora uruguaya Milita
Alfaro, son un paréntesis excepcional y utópico que está implícito en la idea de
fiesta, y constituye para todas las sociedades humanas un espacio efímero,
singular y cíclico, en el que una comunidad, “reorganiza culturalmente la realidad y
la exhibe, en un revelador despliegue de las claves que articulan el universo
social”.316
Así, el carnaval otro espacio de interacción social donde se puede observar
las formas culturales subalternas y dominantes de una sociedad, y otras formas de
resistencia simbólica de las clases subordinadas, es un espacio también
generador de nuevas identidades colectivas y a su vez mantenedor de las
tradicionales, en un último sentido; es el teatro donde se representan los combates
entre lo viejo y lo nuevo.
Por tanto, los Carnavales en toda Latinoamérica durante el siglo XIX fueron
un espacio donde manifestó la tesis de cambio social de lo “bárbaro vs civilizado”,
o sea, la tradición colonial e indígena vs lo moderno y europeizante. El México y
el Mazatlán decimonónicos no fueron la excepción.
En nuestro país, esta práctica simbólica tiene registro de existencia desde
tiempos coloniales, pero sobre todo decimonónicos, como veremos a
continuación. Despuntaba el año de 1848 y el puerto de Veracruz se decía listo
para dos semanas de carnaval, dice el artículo de prensa Costumbres mexicanas,
dedicado a comentar el progreso de esa tradicional fiesta porteña.
Con excepción del Miércoles de ceniza y los dos viernes entreverados,
todos los demás días eran de careta, de disfrazas, de máscaras en todas partes y
a todas horas, para todas las edades, género, ocupación y clase social;
¿No has pasado Carnaval en Veracruz? No. Pues no has visto convertida una ciudad en casa de orates de ambos sexos (…) viene la noche y esa si es la batahola; se llenan las calles de máscaras: desde el niño que va en brazos de la nodriza, hasta el viejo que sacan en invierno al sol, todos se visten de máscara, el rico el pobre; el comerciante y el jornalero se
316
Milita Alfaro, Carnaval; una historia social de Montevideo desde la perspectiva de la fiesta, Tomo II. Carnaval y modernización; impulso y freno del disciplinamiento 1873-1904, Edit. Trilce, Uruguay, 1998, p. 7.
193
entregan a esta diversión con ahinco, que parece ser el único tiempo de libertad que disfrutan en el año (…) 317
En las trece noches que duraba el carnaval se realizaban bailes generales
de paga en casas particulares, los de piñata de cada comparsa, todos muy
concurridos y animados bajo las sinceridades que descubren las máscaras;
(…) creerás que ha de haber desórdenes; pues dígote que no en loor de este vecindario; y la policía (cuando no anda de máscara) no tiene que hacer: hay cuidadillos entre padres y amantes; pero nunca pasan de veniales, y no llega el caso de que la autoridad intervenga.318
Ese año se observó un aire de progreso en las celebraciones, atribuido a la
masificación de las mismas, a la bulla callejera y las máscaras omnipresentes.
Esto ocasionó, o viceversa, una ganancia para el sector comercial y social; desde
los tenderos, los alquiladores de disfraces, los empresarios de los bailes, los
jueces, hasta, las feas que por tener llevar máscara les llueven piropos, los
médico y boticarios por los espasmos y las calenturas, los padres que casan a sus
hijas flechas por algún Cupido;
(…) ¿y la Sociedad? Oh, la Sociedad espera que con el roce y la bulla, con las libertades y verdades que se dicen, todo se mejore, y acabe la hipocresía…!Tú lo creerás, pobre tonto, como artículo de fé! Aunque me parece pronto, puede ser; pues no seas animal, y destierra esa esperanza, Tú lo has dicho, es una chanza, de Carnaval.319
En los puertos del noroeste mexicano, en el carnaval de Guaymas -según
una crónica de 1843, al parecer es una de las más antiguas sobre la fiesta-, se
daban formas de celebración distintas al caso veracruzano;
Las diversiones del Carnaval en Sonora, tienen mucha analogía con su carácter franco y natural. Hay gentes que durante todo el año se ocupan en guardar cascarillas vacias de huevos para usarlas en época de carnaval. Las llenan de papelitos cortados muy menuditos de diversos colores y luego tapan la abertura con cera; las personas se proveen de un canasto de estos huevos y los arrojan a todos los que se encuentran en las calles,
317
ASHCO, The North American, Vol. I, No. 69, México, Jueves 17 de febrero de 1848, p. 2. (Artículo publicado originalmente en El Eco del comercio, Veracruz, Febrero de 1848, bajo la firma de E. Zulema) 318
Ibíd. 319
Ibíd.
194
mientras que los transeuntes, que también estan provistos de estos proyectiles, responden con viveza a sus agresres y, para que el juego sea más bullicioso y cause risa, suelen a veces llenar estos huevos de tinta, miel o aceite (…) otro entretenimiento consiste en untarse y tirarse harina unos a otros. En las noches se reúnen en los bailes embarradis de harina y bailan desenfrenadamente hasta las cinco de la mañana todos los dias de carnaval, Luego, llega la cuaresma, y la mayor parte de las personas abandonan los placeres mundanos para reconciliarse con Dios por medio del ayuno, penitencia, confesión y comunión.320
En el puerto de Mazatlán, las interpretaciones sobre su gestación son de
tres tipos, no atribuyendo como en otras regiones del mundo y del país, vínculo
alguno con rituales religiosos. El primero de ellos se atribuye a la raíz africana de
la región, como sostiene Rafael Valdez Aguilar, establecida como mano de obra
esclava desde tiempos coloniales, en los Reales de Minas de la sierra madre
occidental, que posteriormente tendrían una participación población primordial en
la formación social del puerto de Mazatlán.321 Los esclavos africanos según esta
hipótesis, habrían establecido celebraciones con música, bailes y
representaciones, análogas a las del carnaval en sus centros de trabajo, pero esto
no está totalmente confirmado ya que no se mantuvieron, como sucedió en otras
regiones del continente, por ejemplo en Uruguay o el Caribe, las huellas culturales
como tambores o cantos con las melodías y silencios, o las máscaras y bailes
propias de la cultura africana.
Posteriormente en 1827, otro de los primeros testimonios registran su
existencia –no su arraigo social- ya poblado el puerto de Mazatlán, y se basa en
una información de Héctor R. Olea, donde se dice que el 12 de Febrero de 1827,
se tuvo noticia de un “convite, mascarada y comparsa”, celebrada por la tropa militar
estacionada en el puerto para exigir el pago de sus sueldos.322
Sin embargo, en tiempos de la ocupación estadounidense del puerto, en
1848, gracias al testimonio de un teniente de Estados Unidos, podemos conocer
320
Vicente Calvo, Descripción politica , física, moral y comercial del departamento de Sonora en la República Mexicana en 1843, INAH, México, 2006, p. 167. 321
En 1770 el Real tenía una población de 5,619 personas, más de la mitad eran negros y mulatos. En 1804 se contabilizaron 6,484 habitantes de los cuales 4,844 eran negros y mulatos, 1,239 españoles y criollos, 61 mestizos y unos 340 indígenas. Rafael Valdez Aguilar, Sinaloa, negritud…op. cit., pp. 79-80. 322
Enrique Vega Ayala, ¡Ay Mi Mazatlán! (documento digitalizado), DIFOCUR, 1991.
195
algo de los primeros carnavales ya arraigados en la sociedad del puerto. En dicho
documento se registra que el carnaval era una celebración propia de los nativos, y
no era muy ameno ni tenía una fuerte connotación religiosa, como en otros países
católicos, ya que la cuaresma pasaba desapercibida.
Las prácticas observadas entonces fueron: una procesión con algunos fuegos
artificiales y acompaña de una pieza de artillería de madera que disparaba confeti,
y por las noches se celebraban fandangos. Eso era todo.323
Para Enrique Vega, el carnaval en sus inicios también era una práctica
propia de la cultura popular, tomando su forma y su arraigo en la mentalidad
colectiva decimonónica con los juegos de harina, y el reconocimiento institucional
de un espacio en la ciudad donde se desarrollaba la celebración, la calle Carnaval;
El carnaval obtuvo carta de naturalización en nuestro puerto bajo la modalidad de “los juegos de harina”. En las actas del ayuntamiento se les denomina con familiaridad con esa denominación y aparece “la calle del Carnaval”, como referencia para la ubicación de lotes y trazo de obras de urbanización, desde los primeros libros. Consta en ellos que en varias ocasiones se decreto la prohibición para celebrar “los juegos”; pero, también, hay pruebas documentales de la presión popular que lograba se diera marcha atrás y se autorizara el festejo.324
En el año de 1867, se registran un documento donde se menciona la citada
vialidad del Carnaval, en una carta que el extranjero Gustavo Bertheau envía al
Ayuntamiento, manifestando que el año pasado prestó al fondo municipal $95
pesos para el empedrado de la calle del Carnaval, pidiendo saldar el préstamo a la
brevedad.325
Noticias sobre el uso de máscaras en el carnaval de Mazatlán se registran
en el acta de cabildo de la sesión del 13 de Febrero de ese mismo año, donde se
323
The carnival was not carried on with much spirit, nor was Lent regarded with the same pious severity as in other Catholic countries. The Mazatlanese are not a pious people ; there were, to be sure, a few processions, and fire-works, accompanied by a wooden piece of artillery, discharging salvos of sugar-plums, with nightly fandangos, but this was all. Henry Wise, Los Gringos, or, and inside view of Mexico and California whit wandering in Peru, Chili and Polynesia, Barker and Scribner, New York, 1849, p. 188. 324
Enrique Vega Ayala, ¡Ay Mi Mazatlán! (documento digitalizado), DIFOCUR, 1991. 325
AMM, Actas del Ayuntamiento de la ciudad de Mazatlán, 1867, Tomo I, Sesión del 17 de Febrero de 1867, p. 55.
196
da aviso de un cobro de cuota por bailes de máscaras y particulares. El
documento no hace referencia explícita sobre la celebración del carnaval, pero por
la fecha se presume que sea parte de las festividades;
(…) después el C. Narcio dijo q.e de acuerdo con el Presidente les había impuesto por licencia a los Bailes de máscaras $10, y que había hablado con el gobernador a causa de los desórdenes que se cometen en dichos bailes, que afirmaba por que se le impusiera un fuerte gravamen ya que no se pueden prohibir. El C. Retes dijo que sería conveniente fijar la base que debe seguirse al cobrar a toda clase de bailes y se resolvió de la manera siguiente: Baile de especulación, con máscara de 16 a 32 $: Baile de especulación sin máscara 16 $.326
Por su parte, Estrada Rousseau, dice que en cierta época, el sólo anuncio
de los bailes de máscaras provocaba el temor entre la gente decente, ya que ellos
sólo acudían gente de trueno,327 o sea, asiduos clientes de cantinas, prostíbulos,
cárceles, que vivían en los barrios pobres.328
Durante la segunda mitad del siglo XIX el Carnaval sufre otro proceso de
cambio, durante su largo desarrollo de siglos. Esta transformación tiene como
norma cultural las ideas ilustradas de la modernidad capitalista occidental. Pero no
es un proceso privativo de Mazatlán, sino todo lo contrario, las élites
europeizantes del puerto son sólo una manifestación más de un fenómeno social
de disciplinamiento cultural,329 que se expande por toda América Latina;
gestándose de nueva cuenta en las sociedades recién liberadas del dominio
católico-feudal español, un proceso de modificación social, un nuevo modelo de
326
Ibíd., sesión del 13 de Febrero de 1867, p. 52. 327
Alude un refrán; “Escapar del trueno y dar el relámpago”, indicaba el hecho de escapar de un peligro para caer en otro. 328
Estrada Rousseau, op. cit., p. 35. 329
El concepto de disciplinamiento cultural, lo aplica el uruguayo José Pedro Barran al analizar las transformaciones operadas en esta sociedad durante el siglo XIX, en especial en el mundo de las sensibilidades. Esta abstracción indica la imposición de una nueva forma de expresar emociones, donde prima la sacralización del trabajo, las manifestaciones festivas civilizadas, una nueva concepción del placer y el juego, en definitiva de la "privatización de las emociones" acorde con nuevas estructuras políticas y productivas.
197
civilización, promovido por una cultura europea protestante, capitalista e
industrializada.330
El Carnaval mazatleco popular (y en esto no se ha puesto el énfasis
necesario en la historiografía regional sobre el tema) fue una práctica cultural
transgresora e insumisa, dentro de las festividades aceptadas por esta nueva idea
de sociedad, la cual era necesario modificar, cambiar, modernizar, cercenando lo
“bárbaro”, “incivilizado”, “violento”, para que no se confrontara con la articulación
del orden social, fincado en el discurso de la Civilización, la Ilustración, el
Liberalismo y el Progreso. Esta profunda transformación para el Mazatlán
decimonónico giró en torno a; una moralización del espacio público; la disciplina
laboral y escolar, nuevos formas de sociabilidad, ocio y diversión, entre otros.
En el carnaval de Mazatlán se puede observar en las últimas décadas del
siglo XIX, como un espacio social más, donde se reflejan las tensiones que
representa el dominio social de un nuevo grupo social, con su ideología, y su
intento, claro de extenderlas a la mayoría de la población, para mantener el poder
económico, político y cultural, esto es; el carnaval será un espejo donde se reflejen
los cambios que la sociedad está experimentando, y de igual forma, quien
promueva los cambios en la festividad será el mismo agente del cambio social;
esto bajo la postura maniquea de Civilización o Barbarie.
Por ello las celebraciones de la clase dominante del puerto se empezaron a
realizar en sus espacios de sociabilidad, como los teatros, la plazuela Machado, el
Club Alemán, y las fincas particulares. Estos tenían mucha repercusión de la
prensa de la época, que reseñaba los eventos en el teatro Rubio para deleite de la
socialité letrada;
Sabemos que en este espacioso local se preparan unos magníficos bailes de máscaras en el próximo carnaval. Ojalá y el juego de caretas sustituya al de harina, que a más de ser rudo causa algunos males.331
330
Este proceso de modernización occidental, se empareja y se confunda con la construcción política del Estado nacional en nuestros países, y los cambios socioculturales proyectados por la instalar en la mentalidad colectiva la idea de Patria. 331
CREDHIC, El Monitor del Pacífico, Agosto de 1879, p. 3.
198
Estos dos carnavales eran expresión de los mundos opuestos que se
relacionaban en aquellos años; o vale decirlo de otra forma; un carnaval que sus
rastros más antiguos remiten a un festejo popular, regido por prácticas culturales
materiales e inmateriales propias de la clase subalterna y que colindaba en
algunos puntos con la concepción Bajtiniana de la risa contenida en las coplas
picarescas, lo grotesco, la conversión del mundo “oficial”, y en fin todas las
prácticas simbólicas que permitían revertir el mundo hegemónico construido por
las clases dominantes por unos días. Huella histórica de ello, son las coplas
picarescas que se desmadejabanen las voces aguardentosas;
“A dónde vas Isabel con tamaña talega Voy a recoger la limosna De Don Plácido Vega”332
Otra escena común del carnaval popular, era el acoso a los catrines locales
como sucedió con uno de sus célebres representantes, el doctor Martiniano
Carbajal.
(…) recién llegado de Guadalajara, donde fue a titularse, fue víctima de los Abasteros, al dejarlo como arcoíris y con su tremendo disgusto, inició una campaña para cambiar los métodos de la fiesta.333
Al sonido de la tambora, la bravura de la confrontación entre los del Muelle
y el Abasto, se mezclaba con los juegos de harina, de colores, el confeti, y el baile
popular en los centros sociales de los trabajadores y artesanos;
Las trompetas, los clarinetes, las tarolas y los platillos, atronaban el espacio para hacer brotar el grito de mazatleco, y acompasar el vaivén de las palmeras de “los Choza”. Las calles eran pistas de baile donde se perdían las parejas al son de los “Papaquis.334
332
Filiberto Patiño Escamilla, Carnavales de Mazatlán, Presagio, Revista de Sinaloa, Núm. 8, Época 1, Culiacán, Sinaloa, Febrero de 1978, p. 27. 333
Ibíd. 334
Ibíd., p. 29.
199
La melodía del carnaval eran los Papaquis,335 una melodía monorrítmica
que a decir de Estrada Rousseau, nada tenía que ver con la batalla campal entre
los bandos del Muelle y el Abasto, por tanto sus raíces debían de venir de un
carnaval lejano pacífico y sentimental, fuera de época;
La letra de esa música soñolienta, no incita ciertamente al motín o a la riña: Los Papaquis son aquí; No serán más adelante, Porque dicen que aquí vive La doncella más constante.336
El mismo autor deja constancia en su testimonio -a la vez su historia de
vida- que la clase media participaba también de los carnavales arrogando
cascarones de huevos rellenos con harina o picadillo de oropel, desde las azoteas
de las casas y otras prácticas culturales, que juntaba a toda la familia, mujeres y
niños sobre todo con los vecinos en una práctica carnavalera barrial.337
Este evento de uno de los carnavales que simultáneamente se desarrollaba
en Mazatlán de fines de siglo XIX, era eclipsado y la celebración clasemediera
terminaba al escucharse el “terrible bramar de los cuernos usados a guisa de trompetas
de guerra por los bandos del Abasto”,338 conformado por ganaderos, introductores y
matanceros, que llegaban en sus caballos escoltados por su fiel tropa popular,
mientras a lo lejos se veían agitarse los pendones de coraje del grupo antagónico,
los del Muelles, integrado por marineros, carretero y estibadores. Entonces por los
aires volaban gritos de apoyo a cada bando, groserías, bramidos de dolor, que se
entremezclaban con piedras, machetazos, hondazos, garrotazos, dando inicio al
verdadero combate, no pocas veces a muerte, iniciaba en un punto de
intersección de la calle del Carnaval.339
335
Se dice que por sus coplas parecidas a la de los sones, y su ritmo dormilón, los Papaquis, es una aportación indígena a la celebración, que sucedía en varias regiones del país. 336
Estrada Rousseau, op, cit, p. 19. 337
Ibíd., p. 16. 338
Ibíd., p.17. 339
Estos partidos, el Abasto y el del Muelle, perfectamente definidos se subdividían en pequeñas facciones no rivales entre sí, que aisladamente, desprendidas del núcleo principal, buscaban a sus contrarios constante camorra. Así por ejemplos, los operarios de la fábrica de hilados, que por tener ubicado su centro de trabajo al oriente de la ciudad, se sentían solidarizados con los abasteros, contendían con los obreros de Felton o con los de la Fundición de Sinaloa, que
200
Desafortunadamente esa investigación y sus documentos consultados, no
encontraron registro de los motivos del odio mortal entre ambos grupos de
trabajadores porteños. Pero sin duda al localizar alguna huella que habla al
respecto se entenderá de mejor manera el significado de tanta violencia en el
Carnaval de Mazatlán durante la segunda mitad del siglo XIX, que para entonces
ya reflejaba los imaginarios y la cultura de los grupos humanos que formaban la
pirámide social porteña; la trabajadora, la clase media y la clase dominante
nacional y extranjera.
En este aspecto, el carnaval de Mazatlán muestra su particularidad histórica
como celebración popular no sólo en la región noroeste, sino en todo México. Por
ejemplo, en el carnaval de Culiacán, no se observa la dosis de violencia que era
propia de la celebración porteña;
Los bandos en que se divide la población para decidir á cargo de quien quedarán los bailes del carnaval, disputaron acaloradamente la victoria, recorriendo en campal batalla las calles de la ciudad. Era de verse toda esa gente llena de harina, con el vestido y el cabello descompuestos, vociferando y disputándose los prisioneros; no dejando de ser notable que en medio de esa baraunda no hubiera pleitos ni golpes, como puede esperarse y resulta de los juegos de manos. En las noches de domingo, lunes y martes, hubo bailes públicos y particulares muy animados y divertidos. Parece que los hijos de Adán buscan con avidez un pretesto plausible para dejar esa seriedad (…)340
Un artículo de prensa reseña los acontecimientos y sentires del Carnaval de
1897, en la cual queda de manifiesto el desprecio que sentía el redactor hacia los
juegos y los bailes de máscaras, pidiendo al “dios progreso” que pronto barriera
con ellos por ser manifestaciones incultas del festejo. Además de una distinción
cultural y de clase en el festejo, señala otra generacional, según la cual los días de
Carnaval son esperados con ansia por la juventud, pero con temor y hartazgo por
la gente mayor. Según el autor;
lógicamente, pertenecían al bando del muelle. Teníamos asimismo las guerrillas o comandos del Telegrafil, del puente de la Huaca, del Cuernito, de Palmillas, de la Colorada, del Pedregoso, del Ciprés. Ibíd., p.18. 340
ASHCP, El Correo de Occidente, Culiacán, Rosales, Viernes 17 de Febrero, 1888, p. 2.
201
(…) en la Alta Sociedad, la diversión no presenta los vicios que se notan en las locuras del pueblo (…) lo más serio en el Carnaval y lo que debe combatirse con tino, buen sentido y por medio de la persuasión, es el juego de la harina. En pocas palabras diremos con sinceridad; “No es digno de nuestra época”. Vamos a decir todo lo malo que pensamos de esta grosera diversión (…) se dice, pero no garantizamos la autenticidad del dicho, cuento ó relación, que el juego de la harina fué celebrado por primera vez en Tepic. Algunos jóvenes miembros de la familia Castaños, poderosa entonces en ese Cantón, hicieron un viaje a Europa, estuvieron en un Carnaval en Venecia ó Roma, donde se jugaban los confettis. Estos son unos dulces minúsculos de todos los colores, más pequeños que el más insignificante chícharo, fabricados con harina y azúcar y en las ocasiones de gran demanda hasta con cal. Las señoras y señores, en lujosos carruajes, concurren a los diversos paseos de la ciudad bien provistas de parque, con una careta de fino alambre en la mano, para á la hora del combate proteger su rostro. Los niños no tiene remordimiento en recoger las municiones que se riegan en el campo de batalla y casi nunca se indigestan. Ese juego es el que quiso implantarse en Tepic, pero viendo que los confettis constaban caro, que no había manos hábiles para confeccionarlos, se creyó conveniente substituirlos por harina en polvo, la cual ensucia todo el cuerpo, daña los ojos, se presta a manipulaciones inciviles, apesta y desprestigia el aseo de las calles, ventanas, puertas y balcones. Los dependientes buscan en lo general para el famoso juego un día de huelga. No piensan ni un momento que les pueda costar caro, no sólo en dinero efectivo sino en golpes, caídas y con frecuencia mala salud. Un día alegre de esos se paga muy á menudo con tres días de malestar y apuros culinarios el último del mes. Para la clase obrera, para el pueblo en general, es una institución todavía más dañosa. ¡Preciso es jugar harina! Exclaman algunos que pretenden tener un corazón bondadoso. ¡Preciso es que ganen algo tantas pobres mujeres que se dedican el año entero a rellenar cascarones! Obsequiando tan humanitarios deseos, se permite molestar á toda una población, pues sabido es que no untan harina á quien quiere jugar, sino que el chiste mayor es untar bien á quien le huye. Se tolerar reuniones de hombres y mujeres que hay que cuidar á costa de mil trabajos, siguiendo los grupos con trompetas y banderas por la calle, excitándolos al orden, á la moderación, confiscando las armas, las piedras, y haciendo sorda oreja á los gritos obscenos, pues sería demasiado exijir (…) sólo se ven en la vía pública muchachos borrachos ó iluminados de ambos sexos que no ha trabajado ese día que no trabajarán el siguiente y en un descuido en toda la semana. No viven sin embargo de sus rentas (…) quisiéramos que álguien nos dijera el bien que procura á la sociedad, al comercio, al pueblo laborioso, el juego de la harina. En un descuido los únicos que ganan son... ¿Lo decimos?...los Doctores y los Boticarios (…) ¡Que no los perdonen!, estamos en Carnaval.341
En el año de 1898 llegaría el otro carnaval, el moderno e institucional, a
hegemonizar la celebración pública. Antes era práctica de la élite extranjera pero
341
AMM, El Correo de la tarde, Tomo XII., Núm. 3, 762, jueves 4 de marzo de 1897, Mazatlán, México, p.1.
202
como se mencionó, se circunscribía a sus espacios de sociabilidad; los hoteles,
los teatros, los clubes sociales, las fincas particulares. Pero en ese año querían la
calle y la tomaron.
Este fue regido por la “moda francesa”, organizado por las élites del puerto,
donde la comunidad extranjera ejercía influencia determinante tanto en su
organización como en el simbolismo latente de las prácticas culturales que ahí se
desarrollaban. Y nadie mejor que una víctima célebre de las prácticas del carnaval
popular, para encabezar ese añejo afán de las clases dominantes.
El Dr. Martiniano Carbajal mediante su influencia entre las autoridades
políticas, y con el apoyo total de la comunidad extranjera, cabildea, convoca y
finalmente constituye una Junta Patriótica municipal para que se encargara de
organizar las fiestas del carnaval. La celebración cambiaría para siempre. Pero
antes sería necesario convencer a los bandos del Abasto y el Muelle, para que
dejara sus prácticas de choque y se sumaran al confeti para que las demás clases
sociales participaran.
Sin duda influyó de sobre manera la participación de la comunidad
extranjera, que en los mismo centros de trabajo de su propiedad dieron a conocer
y ordenaron, las nuevas formas de celebración a los trabajadores que integraban y
organizaban los bando referidos;
Entre los organizadores estaban, además del Dr. Carbajal, don Adolfo O‟ Ryan que publicaba un periódico pequeño muy leído, el coronel Mass, don Francisco Mortero (hijo de Francisco Picaluga, el que vendió a Vicente Guerrero), el Dr. José María Dávila, don Genaro Noris, lo señores Fárber, Coppel, Hidalgo, Escobar y Sierra. Estas personas hablaron con los obreros de las fábricas de tabaco, zaparos cerrillos, fundición, muelles y comercio.342
Con aquellos primeros carnavales organizados y financiados por la Junta
patriótica, o lo que es lo mismo, por la clase dominante, o lo que es lo mismo, por
la comunidad extranjera, se inició la práctica de los desfiles alegóricos, la
342
Filiberto Patiño Escamilla, Carnavales de Mazatlán, Presagio, Revista de Sinaloa, Núm. 8, Época 1, Culiacán, Sinaloa, Febrero de 1978, p. 29.
203
coronación de las reinas y el sentido de majestuosidad reprimía las viejas
prácticas populares;
(…) se organizó una procesión de carruajes y bicicletas adornadas para erradicar la inmoral harina e imponer el casero y recatado confetti. Así, como procesión, casi religiosa, nació la tradición del desfile de alegorías y comparsas, en oposición a la indecente turba de “mascaras” harineros del “muey y del abasto.343
Imagen 4: El carnaval moderno fomentado por la clase dominante extranjera y nacional. El simbolismo jerárquico se reforzó en ese periodo al exhibirse en procesión por la ciudad majestuosos carruajes e indumentarias para admiración de las clases subordinadas. Las primeras reinas y reyes de esos carnavales eran miembros jóvenes de las familias extranjeras afincadas en el puerto.
Una imagen de la modernización del carnaval mazatleco a fines del siglo
XIX, lo representa unos versos del poeta lugareño Eduardo Betancourt, partidario
dice Estrada Rousseau, del carnaval tradicional no por sus luchas barbáricas sino
por el romanticismo que mostraba:
“Carnaval retumbante y atrayente,
Fuiste la fiesta popular, grandiosa,
De más valer que el carnaval presente.
343
Enrique Vega, op, cit., p. 56.
204
Enharinar a las costeñas finas
Las de sin par donaire y faz hermosa
Vale más que lanzar las serpentinas”.344
5.4 El discurso del Progreso; ciencia, técnica e industria extranjera como
garantes materiales de hegemonía cultural.
La idea del progreso, de la modernización, encarnada en la introducción
tecnológica e industrial del Mazatlán de la segunda mitad del siglo XIX, fue otra
manera de ejercer su hegemonía por parte de la comunidad extranjera establecida
en el puerto. En ella vieron la oportunidad de ganar el respeto de las élites locales,
así como hacer negocios que acrecentaran y diversificaran su capital, como ya lo
señaló en su oportunidad una investigación de Román Alarcón sobre los
comerciantes extranjeros.345
Durante el siglo XIX los extranjeros pasaron de ser amigos del comercio, del
contrabando y los pronunciamientos, a ser amigos del progreso encarnado en la
fábrica y la empresa.
Pero antes de las fuentes históricas diremos algo sobre la modernidad, ya
que para entender la idea del progreso es necesario ligarla a con aquel concepto,
que connota la gran mutación cultural y los cambios que implicó un conjunto de
transformaciones en todos los ámbitos sociales de Mazatlán finisecular.
Al referirnos a lo moderno y que no haya confusiones ni debates
innecesarios, tomaremos algunas nociones de lo teorizado por Jüngen Habermas,
para quien este concepto expresó en su raíz latina, "una y otra vez la conciencia de
una época que se mira a sí misma en relación con el pasado".346 Avenida de un solo
sentido que va de lo viejo hacia lo nuevo, inaugurada en el siglo XIX para el
tránsito de los automovilistas occidentales rumbo a la felicidad, diría yo. Pero
Habermas en su sabiduría, lo dijo más claro; en el siglo XIX la marca distintiva de
344
Manuel Estrada Rousseau, “El Mazatlán que se fue”, Revista Letras de Sinaloa, núm. 8, julio de 1948, Culiacán, Sinaloa, p. 20. 345
Rigoberto A. Román Alarcón, Comerciantes extranjeros de Mazatlán, 1880-1910, Cobaes, México, 1998. 346
Jüngen Habermas, El discurso filosófico de la modernidad, Katz, Buenos Aires, 2008, p. 11.
205
lo moderno es lo nuevo y lo nuevo es el ahora, y lo más nuevo es el mañana, el
horizonte de expectativas, el Progreso, con mayúsculas.
Algunas prácticas que encarnan lo moderno, o la modernidad, se deben
pensar -producto de las conceptualizaciones surgidas en la década de 1950, en el
modelo sociológico del funcionalismo parsoniano estadounidense-, como un
manojo de procesos acumulativos interactuando y fortaleciéndose unos a otros.
Entre ellos se destacan, la formación de capital, la movilización de recursos, el
desarrollo de las fuerzas productivas, incremento en la productividad del trabajo, la
implantación de poderes políticos centralizados, la difusión de las formas de vida
urbana y la educación formal, junto a la secularización de los valores, entre
otros.347
Algunos de ellos se identifican con Mazatlán durante la segunda mitad del
siglo XIX, manifestándose con mayor claridad entre la década de los ochentas y
hasta finales de siglo. Como en el caso citado en este mismo capítulo, sobre el
Carnaval mazatleco, esta modernización material y mental, se ligaba también a la
polaridad que presentaba el juego conceptual de contraposición sarmientiana de
civilización y barbarie. Que después de los procesos de independencia en el
contienen, ubicó en las antípodas de la civilización las prácticas culturales de
indígenas, negros y sectores populares, masa social sobre la cual la elite se
autoasignó una misión civilizadora que entendió como necesaria de transformar y,
en el mejor de los casos, descartar.
Estos cambios, como afirmó Francois-Xavier Guerra, hicieron que el
individuo fuera ocupando el centro del nuevo sistema de referencias culturales y
políticas, “remodelando a pesar de la inercia social y de múltiples resistencias los
valores, el imaginario, las instituciones”.348
Pero bueno, en algún momento de la segunda mitad del siglo XIX se puede
observar que las casas comerciales extranjeras empiezan a perder su status de
referentes institucionales y económicos como lo habían sido desde la población
347
Ibíd., p.12. 348
Francois-Xavier Guerra, Modernidad e independencias; Ensayo sobre las revoluciones hispánicas, México, Edit. Siglo XXI, 1992, p. 85.
206
del puerto, para compartirlo por así decirlo, con las empresas, fábricas e industrias
extranjeras casi siempre aliadas con las primeras en cuestiones de capital.
Así, en casi todas las mejoras de la ciudad se encontraba el préstamo
directo de extranjeros al ayuntamiento, concesiones ventajosas, y la construcción
de una imagen del extranjero como garante de la prosperidad y felicidad del puerto
y benefactor de aquella sociedad;
Los empresarios extranjeros y nacionales constituyeron la Cámara Nacional de Comercio de Mazatlán en agosto de 1884 y se dieron a la tarea de presionar para obtener las concesiones necesarias para dotar a Mazatlán de servicios públicos propios de una metrópoli: transporte de vapor, luz eléctrica, teléfono y agua potable.349
Intentando aclarar nuestro punto anterior, que es fundamental para
comprender esta sección, haremos mención de la investigación que Érika Pani
desarrolla para comprender las fiestas públicas y el régimen cortesano durante el
Imperio de Maximiliano en México (1863 y 1867). La propaganda era fundamental
en la fiesta imperial, sobre todo en las celebraciones públicas de provincia: en
ellas se exaltaba el progreso material del país y su identificaba con el régimen de
Maximiliano.350
Este culto a la modernidad y al progreso llegaba a tal punto que la
tecnología se celebraba por sí misma. En esta época vemos cómo los
instrumentos modernos y las máquinas industriales fueron dotados de valor
estético y, sobre todo, eran percibidos como medios de redención.351
El imperio de Maximiliano ofrecía conseguir para México la paz, industrias,
caminos, líneas férreas, vapores, puertos, y así llevar al país „„a la altura de la
civilización del siglo‟‟. Para documentar lo anterior, nos cuenta Érika Pani, que
para la inauguración del ferrocarril de Chalco, se hallaba en las calles una multitud
de gente de toda condición, repiques, cohetes, música, flores, cortinas y banderas;
349
Enrique Vega Ayala, ¡Ay, mi Mazatlán…op. cit., p. 20. 350
Érika Pani, El proyecto de Estado de Maximiliano a través de la vida cortesana y el ceremonial público, Colmex, Historia Mexicana, vol. XLV núm. 2, p. 452. 351
Ibíd., p. 453.
207
La locomotora „„Emperador Maximiliano, empavesada y cubierta de flores” fue bendecida, así como el camino. Era, como exclamaba Luis Robles, ministro de fomento, „„una verdadera fiesta nacional‟‟ (…) Podemos imaginarnos el poder de la imagen del ferrocarril como instrumento de civilización en el imaginario de la época, al leer el discurso de Maximiliano con motivo de la inauguración del tramo ferroviario Mixcoac-San Ángel: En un país democrático como el nuestro, las líneas férreas y eléctricas son los verdaderos y durables lazos que unen los lugares, que juntan los partidos.352
Volviendo a Mazatlán, aquellas acciones manifiestas tienen como en los
casos que presentaré a continuación, implicaciones latentes que siguen señalando
el compromiso principal del extranjero con su enriquecimiento y no con un sentido
de arraigo o servicio a la sociedad. Toda modernización material tenía ganancias
particulares, hasta el punto que la población en general padeció el progreso,
mientras que los extranjeros, como Maximiliano, fueron identificados con él.
Para el año de 1868, incluso desde años antes, la vida en Mazatlán ya no
era compatible con los límites y los recursos de la ciudad edificada por los
pioneros. Las mejoras al entorno, el reclamo de solares en todos los flancos de la
ciudad, los cobros de impuestos a diestra y siniestra, un bando de policía que
buscaba por todos los medios modificar y normar el comportamiento de la mayoría
de la población hacia formas de conducta y una moral más colindante con una
sociedad ilustrada, burguesa, eran parte del cambio cultural que vivía aquella
sociedad.
Era evidente que la idea del progreso se hacía presente cada vez más en
los discursos públicos. Los agentes de ese progreso, para esta parte del país, no
eran necesariamente identificados con la República, el Estado de Sinaloa, o el
Ayuntamiento del puerto, más bien esa representación recaía cada vez más en
los extranjeros que buscando hacer negocios con las necesidades públicas, se
hacían cargo de poner en práctica sus técnicas y conocimientos modernos para
mejoras las condiciones de vida y de posibilidades económicas de la ciudad-
puerto, pero sobre todo para diversificar sus inversiones de capital.
352
Ibíd., pp. 453-454.
208
O por lo menos eso es lo que se respiró en la sala de sesiones del
Ayuntamiento porteño, al dictaminar en el Verano de 1868, la concesión a Mr.
Norton del terraplén de Olas Altas entre el Cerro del Vigía y el de la Cruz.
Esa obra era calificada como muestra de equivalencia de la ciudad con las
sociedades modernas, sobre todo en sesión del día 10 de Julio, cuando el C.
Calderon se atreve a proponer que se revoque el contrato ya casi firmado con el
empresario, “del negocio del terraplén de la ensenada de Olas Altas”,353 debido a una
ley nacional que dice que las que las playas y ensenadas son de propiedad
Federal, y por tanto el municipio no puede disponer de ellas como lo haría en el
contrato con Norton. El C. Cortés dijo en sesión que;
(…) aunque la ley que cita el C. Calderón está expedida en mayo del presente año, comprende parte de la antigua legislación que se opone a todo progreso: que en las poblaciones modernas se fabrica hasta sobre el agua, y que no cree que el gobierno general se venga oponiendo á que se haga el terraplén que embellece la ciudad y le da más rentas al gobierno. Por su parte Calderón responde lo a lo anterior: (…) al admitir un dictamen accediendo a las pretensiones del Sr. Norton, es porque también es amigo del progreso, que desearía ver que la ciudad se extendiera más allá de donde ahora está; pero cuando ve que hay una ley que le pone límites, y que para que en extensión se necesita infligir una ley, su opinión es que
debe respetarse esa ley (…) 354
En el dictamen del día 13 de Junio de 1868 dado por la Comisión de Ornato
y Comodidad del ayuntamiento de Mazatlán sobre la solicitud que hace “Dn. Carlos
E. Norton para ensanchar el terraplén de Olas Altas”, concluye con las siguientes
proposiciones:
1ª. Se concede a Dn. Carlos E. Norton permiso para terraplenar la parte al poniente de esta ciudad conocida por “Olas Altas” según el plano que há presentado. 2ª. Todas las manzanas que terraplene y nivele serán propiedad privada del empresario, con escepción de una, que en el punto más céntrico quedará para plaza. 3ª. El Ayuntamiento cede a la empresa el terreno baldío que pueda encontrarse en ambos cerros dentro de la línea que marca el plano: y la empresa se entenderá con los particulares para la indemnización de la propiedad de estos. 4º. Los trabajos de terraplén se comenzarán dentro de un año de la fecha de concesión y terminarán toda
353
AMM, Libro de actas del ayuntamiento de la ciudad de Mazatlán, 1868, Tomo II (del 13 de Junio al 18 de diciembre) p. 51. 354
Ibíd., p. 52-53.
209
la obra dentro de tres años, escepto que por motivos de fuerza mayor haya de suspenderse en cuyo caso se tomará en consideración el tiempo
garantizado para deducirse.355
Este monopolio del conocimiento técnico y científico, sumado a la solvencia
económica de los extranjeros, era posible y explicable ya que en la región todavía
no se desarrollaba la educación en ninguno de sus niveles, por tanto, las
profesiones más especializadas y científicas de la época se hallaban ejercidas en
el puerto de Mazatlán por extranjeros, principalmente.
Por ejemplo el italiano Sr. Cannobio tenía en su botica un laboratorio que
fue amonestado en sesión de cabildo de Abril de 1867 por no haber pasado una
revisión de limpieza ordenada por el ayuntamiento a todas las boticas del puerto.
Ese mismo día aparece una moción del Sr. Retes donde expresa la necesidad de
consultar al español José María Rico sobre si desea ejercer la profesión de
farmacéutico o médico.356
La técnica también les pertenecía, las modernas máquinas llegaban en sus
barcos, mediante sus gestiones y eran de su propiedad. En ellas empleaban a
parte de la población, pero acrecentaba a su vez la riqueza de sus propietarios.
Por tanto eso que llamaban progreso les pertenecía también. Pero no todos
sucumbían ante el canto de sirenas. A sesión de cabildo llega una petición de
Doña Manuel O. de Carreón para que no se permita;
(…) que se establezca una máquina de vapor que unos estrangeros están poniendo contiguo a la casa de su habitación.357
Otro caso se presenta en fecha del 28 de agosto del año de 1869 por el
síndico presidente Zúñiga a consideración de los regidores, un proyecto ahora
para introducir agua potable al puerto de Mazatlán bajo la responsabilidad de
empresarios extranjeros. Este sueño sin duda fue una de las principales
necesidades que el puerto presentaba desde sus inicios junto con la sanidad de
355
Ibíd., p.2. 356
AMM, Actas del Ayuntamiento de la ciudad de Mazatlán, Tomo I, Sesión del 17 de Febrero de 1867, p. 55. 357
Ibíd., sesión del 14 de Mayo, p. 120.
210
sus calles y acondicionar el muelle para permitir la entrada a barcos de mayor
calado.
Pero como en otros casos de mejoras y construcción de obras públicas
para la ciudad, el ayuntamiento no puede hacerlo por su propia cuenta por carecer
de los fondos necesarios. Por ello, algunos de los dictámenes y discusiones del
cabildo con respecto a estos asuntos consultados a lo largo de ese periodo, nos
muestran un discurso mesiánico para justificar y provocar la aceptación del
dictamen por parte de los síndicos, que se presume hacían eco de las
pretensiones de la comunidad extranjera, como sucedía con el contrabando y los
pronunciamientos años atrás.
Imagen 5: La inauguración de las obras públicas eran espacios para mostrar la solidaridad y compromiso con la ciudad. También, diría, James Scott, eran momentos propicias para exhibir ante las clases subordinadas su poder de dirigencia. Podemos ver en la imagen que detrás de la muralla de “amigos del progreso”, se distingue una banda de música que daría más algarabía al acto. En la indumentaria se distingue el uso del bastón, como objeto de elegante y de buen gusto. Desgraciadamente ignoramos a qué se deba esta reafirmación simbólica de dominación.
211
Pero esto no he podido comprobarlo en documentos, pero es una tesis que
puede funcionar como explicación al respecto. Pero bueno, en aquella ocasión
que se refiere a la empresa de agua potable, el síndico presidente Zúñiga
argumentaba que,
(…) se trata de poner en práctica lo que tantas otras veces se ha proyectado, recordemos que á más de la grande necesidad que se tiene de agua potable en esta ciudad, vendrán como dice muy bien la compañía, por esta mejora, beneficios a la población que tal vez ahora ni los podemos imaginar. Reflexionemos también que con ello daremos también algo de vida a esta hermosa parte de nuestra Patria, que contribuiremos en algo también a sacar, a la mayor parte de sus habitantes de ese estado de miseria en que actualmente se encuentran y que si la compañía como dice, á más de dar agua para la ciudad, dá p‟a regar los campos del (palabra ilegible), nuestro labradores que por desgracia empiezan ya á inclinarse al robo y la vagancia, cuando vean correr el agua por sus campos serán provocados á saciar su apetito de robar, arrebatado a la tierra con el arado
y el asador los alimentos necesarios (…).358
La introducción del agua acabaría con la miseria, terminaría con la
necesidad o el impulso a robar, beneficiaría a los campesinos, o sea, la obra
milagrosa no sólo traería agua, sino la felicidad al puerto. Sin embargo, este
discurso de buenos motivos minimiza los puntos del contrato general con la
empresa conformada por los Sres. Brady, Leva, Litle y Ocabiz, que a todas luces
era a favor de un monopolio del servicio de surtir de agua al puerto, incluso se
prohibían a cualquier persona hacer pozos en sus casas, la venta de agua de
aljibe,359 mientras los impuestos por importación de maquinaria, herramientas,
tubos, etc., serían anulados, el ayuntamiento pagaría en abonos mensuales parte
de la obra siendo además el tiempo de la concesión indefinido.360
358
AMM, Ramo Independencia Presidencia, Caja 45 (antes 32) 1877-1880, Expediente 5, p. 144. 359
Para entonces, dice Vega Ayala, el abastecimiento de agua para población estaba en manos de compañías privadas. Algunos particulares ampliaron su capacidad de acopio, acaparando algibes y terrenos con pozos. Se integraron cuadrillas de “aguadores" que se encargaban de la distribución. Se fue imponiendo paulatinamente la "racionalidad lucrativa en el reparto del vital liquido. La red aljibes- aguadores” constituye la primera formula del servicio de agua en el puerto, requiriéndose su reglamentación, y consiguiéndose una rápida expansión. Desde 1861 se había promulgado el primer reglamento de aguadores y en 1862 se remataron los aljibes públicos al mejor postor, privatizándose totalmente el servicio. Enrique Vega Ayala, ¡Ay, mi Mazatlán…op. cit., p. 27. 360
AMM, Ramo Independencia Presidencia, Caja 45 (antes 32) 1877-1880, Expediente 5, pp. 145-146.
212
Será el síndico Duhagon quien exponga las razones por la cual el contrato
es totalmente ventajoso para la compañía, aunque anteriormente el Síndico
Zúñiga expresara que estaba acorde “con las ideas del progreso de nuestro siglo”.361
Para Dugahon el contrato de la compañía de agua potable;
(…) pretende que el privilegio se refiera no sólo a la agua del Río Presidio, sino también á la que pueda extraerse de pozos artesanos (…) el privilegio es demasiado exagerado porque se quiere que fuera de los empresarios y de los dueños de aljibes nadie pueda importar y expedir agua potable en la ciudad (…) se pretende exenciones de derecho por maquinarias útiles y herramientas, así como de servicio militar para los trabajadores que son impropios de una concesión como la que solicita (…) la empresa de introducir el agua del río Presidio a Mazatlán es segura é incuestionable en cuanto a utilidades; lo que solamente se necesita para ellos es capital, así que el que la quiera tomar a su cargo seriamente no debe preocuparse más que de buscar fondos sin necesidad de idear proyectos sobre otro género de ventajas o concesiones (…) cuando se presenta un proyecto sobre ese punto demasiado recargado de pretensiones es casi seguro que no se tiene otra mira que la de especular con el negocio (…) la empresa ofrece dejar al fin de la concesión á beneficio del Ayuntamiento todo lo que construyó menos los tubos, es decir menos lo principal del negocio; porque la cañería es lo que forma el principal valor de esta clase de obras (…) la empresa ofrece solamente vender el agua á un precio más bajo que el que hoy tiene la de aljibe; esto es vago y no (palabra ilegible) el interés del público en la empresa que se trata de llevar a cabo; y es que el precio del agua sea demasiado barato y al alcance de los más pobres.362
A fin de cuentas, parte del contratado no llegó a realizarse por las evidentes
condiciones favorables para los extranjeros participantes en la empresa, que
fueron durante casi 30 años quienes ofrecían a Mazatlán la oportunidad de contar
con agua corriente, pero por cuestiones de concesiones imposibles como la
anterior, todo indica que los extranjeros especulaban con el progreso.
Diez y nueve años después, los reproches de la prensa mazatleca se
dirigen a la capital del país, ante la carencia de agua y la falta de inversión federal
para apoyarla, porque hasta entonces sólo se tiene inversiones extranjeras, pero
no es suficiente para que la compañía abastecedora realice la tan añorada obra
social;
361
Ibíd., p. 146. 362
Ibíd., pp. 147-148.
213
Muchos banquetes. Son los que están en la metrópoli a la orden del día, y mientras por allá se gastan sumas y sumas, en frecuentes convivialidades, por aquí carecemos hasta de agua, y mejor se han tomado acciones en Europa para la introducción del agua del río á Mazatlán, que nuestro compatriotas los que son tan afectos á los grandes excesos de gula se hayan dignado gastar alguna suma en bien propio y para consuela de los que residimos en esta región del suelo mexicano. La compañía abastecedora de agua que se ha formado en este puerto, aún no puede dar principio a la obra por falta de tomadores de acciones. ¿Qué no habrá por allende la ciudad de los anfitriones quien tome acciones en la empresa?363
Recordemos que desde años atrás la compañía española de Francisco
Echeguren ejerció el monopolio de 130 aljibes, y para en el año de 1886 obtuvo el
contrato definitivo para la introducción de la anhelada red de agua potable desde
el Río Presidio hasta el puerto. El 4 de mayo de 1890 la obra finalmente se echó a
andar;
La compañía abastecedora que configuraron logró su propósito hasta el 4 de mayo de 1890 a las 20:45 horas. cuando empezó a llegar a la ciudad un agua rojiza que salía de la tubería de 22 Km. de largo (…) La obra constituyó una hazaña portentosa para su tiempo. Con ella Mazatlán consolidó su posición como una de las ciudades más modernas del país en esos altos. Fue una de las primeras en México en contar con servicio de agua entubada a domicilio, además de otros servicios, como la electricidad y la telefonía, que se incorporaron a nuestra ciudad casi al mismo ritmo que en Europa y los EEUU. 364
La promoción del progreso también se realizaba al ser prestamistas del
ayuntamiento y encargados de elaborar proyectos de mejoras sociales donde a fin
de cuentas tiene dividendos al no cobrárseles impuesto por servicios o
monopolizar el servicio de acarreo de agua por determinado lapso de tiempo. Esto
también les da un rango de prestigio como edificadores materiales e intelectuales
de la ciudad, como se puede deducir el dictamen del ayuntamiento en sesión del
14 de mayo a una petición anterior de los comerciantes de la calle principal para
que se nivele y empiedre dicha vialidad donde se encuentran sus casas
comerciales;
363
ASHCP, El Correo de Occidente (nota publicada originalmente en el periódico de Mazatlán El l
Pacífico), Culiacán, viernes 18 de mayo de 1888, p. 3. 364
Enrique Vega Ayala, ¡Ay, mi Mazatlán…op. cit., p. 20.
214
(…) notificándose a los comerciantes interesados que se accederá a su solicitud siempre que presten el dinero conforme a la 3era proposición del dictamen.365
Sin embargo, el puerto distaba mucho de ser el paraíso que se promovía,
en los albores de la Belle Epoque sinaloense e incluso en la actualidad. Había
mucho por hacer, ya que las mejoras sociales, la vida ilustrada y de lujos era para
unos pocos. Entonces la ilusión se derrumbaría estrepitosamente con la epidemia
de fiebre amarilla que azotaría al puerto en 1883,366 y que vendría a ser un
acontecimiento que cuestionaría el progreso de la ciudad. Así en un primer
momento y en un afán reduccionista de la problemática, se culpó a cuestiones
ambientales y bacteriológicas como sus propagadores, después de haber
desembarcado la cepa por un descuido de las autoridades marítimas que
permitieron comunicarse dos vapores procedentes de Panamá infectados de
Fiebre Amarilla;
(…) en un afán reduccionista, se consideró más cómodo restringir la causalidad de la fiebre amarilla a perturbaciones climatológicas locales, de ahí que el término insalubridad se aplicara a los lugares de donde partían las invasiones epidémicas.367
Esto fue así porque durante la epidemia los médicos de la localidad
pensaban, como la mayoría del resto del país, que el contagio se producía dos
razones; la teoría del miasma del gas mefítico368 y del virus contagioso.369 No
365
AMM, Actas del Ayuntamiento de la ciudad de Mazatlán, Tomo I, sesión del 14 de Mayo 1867, p. 139. 366
La epidemia, en el caso del puerto de Mazatlán, afectó aproximadamente a un cuarto de la población. Sin embargo, el hecho que hayan muerto 2,541 personas (Bustamante, 1958), aproximadamente 16% de la población estimada, representa un desastre socio-demográfico, debido a la gran cantidad de susceptibles al virus amarílico. Esto concuerda con la mortalidad de esa época, pues en Nueva Orleáns y Filadelfia murió más de 10% de la población. Javier E. García de Alba García y Ana L. Salcedo Rocha, Fiebre amarilla en Mazatlán 1883, Revista Espiral (estudios sobre Estado y Sociedad), Vol. XII, No. 35, Enero / Abril del 2006, p. 135. 367
Ibíd., p. 137. 368
Emanaciones dañinas producidas por el hombre y los animales vivos, sanos o enfermos. Las emanaciones morbíficas provenientes del suelo, principalmente de los pantanos, se conocían como “efluvios”. Ibíd., p.136. 369
Por ser una especie particular de contagio, los virus podían encontrarse como invisibles partículas en suspensión en el aire espirado, en los productos de la evaporación de la piel de los enfermos, en sus excreciones, por lo que podían adherirse a la ropa de cama, vestidos, paredes u otro cuerpo sólido y de este modo contaminar el suelo, el agua y el aire. Ibíd.
215
estaban al tanto, o lo que puede ser peor, pasaron por alto la información que la
Academia de la Ciencia Médica señaló en 1878, sobre que no existían datos
concretos sobre el medio de transmisión, pero sobre todo lo que el doctor Ignacio
Praslow residente en Culiacán ya conocía sobre la influencia social, como agente
de transmisión;
El doctor Ignacio Praslow, aludiendo a la epidemia iniciada en Mazatlán y a las personas que se salvaron de padecer fiebre amarilla en Sinaloa, señala que “la causa de su salvación son la comodidad de su vida, habitar casas cómodas y ventiladas y tener buenas costumbres (…) al parecer, esta información pasó inadvertida o no se consideró adecuada a la luz de la causalidad reduccionista imperante.370
Nuestro documento de epidemiología histórica, en el cual nos basamos
para esta interpretación científica contemporánea de aquella devastadora
epidemia decimonónica sucedida en Mazatlán, nos dice que la susceptibilidad del
huésped juega un papel importante en el desarrollo de las epidemias; de la
proporción de susceptibles dependerá, en buena medida, su magnitud;
En el caso de Mazatlán, la propensión del huésped tuvo su génesis en factores de orden social y económico, como la migración, la mal-nutrición, la vivienda inadecuada, el trabajo fatigante, etc., comunes denominadores de las epidemias hasta la actualidad. Ejemplos de ello fueron las altas tasas de ataque que tuvieron los miembros de la compañía de opera (92%), y la guarnición militar de Mazatlán (98%) con una mortalidad de 36% y 30% respectivamente, tasas características para el vómito negro, en este tipo de grupos durante el siglo XIX.371
Por tanto las personas ricas que no trabajan mucho y establecidas en un
espacio social e individual no hacinado, tuvieron más posibilidades de resistir la
epidemia y de salir hacia mejores lugares fuera del campo de infección, que se
extendió hasta Durango, Culiacán y Tepic. Así, utilizando los conocimientos
científicos de la epidemiología junto con el análisis histórico, el estudio concluye
sosteniendo una serie de factores que en su historicidad permiten comprender la
relevancia de los procesos sociales que fomentaron la dureza de la epidemia de
370
Ibíd., p.138. 371
Ibíd., p.135.
216
1883 en Mazatlán, entre ellos se destacan las representaciones colectivas que se
tenían hacia la comunidad extranjera de raíz europea en el puerto;
(…) entre los cuales destacan: fenómenos contradictorios como la ampliación de espacios mercantiles y el cierre de otros, la fragilidad de las normas ante la desigualdad social, la xenofobia de la población local hacia ciertos grupos como los chinos y la xenofilia hacia los europeos. Así como el miedo y la abnegación de la población ante la enfermedad.372
Sin embargo, la mayoría de la prensa de la época tenía una visión distinta
sobre los atrasos y pendientes de la ciudad con respecto a su bienestar. Casi todo
pasaba por mejoras materiales o espectáculos culturales, donde los habitantes del
puerto mostraban toda su civilidad. Esto decía la prensa 3 años antes de la
epidemia;
Mejoras Materiales. La ciudad de Mazatlán puede presentar y no pocas de gran importancia, en virtud de las que puede ya figurar entre las poblaciones más adelantadas de nuestro país. Sus fábricas movidas por vapor; sus calles iluminadas de gas; el considerable aumento de las fincas en cuya construcción a la vez que se busca mayor comodidad se embellece el conjunto por su aspecto; la hermosa iglesia en construcción que ya se destaca magestuosa por encima de todo el caserío; y sus grandes calzadas como la del Muelle y Olas Altas forman una ciudad de aspecto agradable e interesante. Pero para Mazatlán no es esto todo; le falta la principal, la más esencial de las mejoras, aquella de que depende su porvenir como ciudad marítima: esa mejora es la de cerrar las bocanas y limpiar el fondeadero. De nada servirán las cuantiosas sumas realizadas hasta hoy, si no se lleva á término aquella de que depende su existencia en el porvenir, pues cegado el canal que sirve de fondeadero, cuyo ensolve es cada día más visible, el puerto se acabará, no quedará sino una mala y pestilente playa á donde no podrían llegar ni los más pequeños buques.373
Cuatro años después de la epidemia -donde recordemos murió el 16% de la
población- en una editorial extensa, publicada en un semanario de Culiacán en el
verano de 1887, se hace una reflexión sobre el estado de atraso material y
espiritual que guarda esa ciudad, o sea, según ellos, la ausencia de la noción de
progreso, civilidad, ilustración en que vive la población. Esto lleva a los editores a
desarrollar en su argumento una comparación con Mazatlán, una ciudad
372
Ibíd., p.143. 373
CREDHIC, El Monitor del Pacífico, Mazatlán, 23 de Enero de 1880, p. 3.
217
considerada amante del progreso, así como a los factores y los agentes de esa
mentalidad que al norte del Estado aún no se percibe;
¿Cuáles pueden ser las causas del progreso local de Culiacán? Investiguemos: los primeros pobladores no eran comerciantes, ahora están en camino de serlo; poseen ya conocimientos extensos, unos buenos y otros malos, ¿de dónde los adquirieron? Por lo menos los de iniciación, los han adquirido por fricción, como adquiere el acero la propiedad de imán, en las relaciones que necesariamente han tenido que mantener con el comercio de Mazatlán; en resumen, la aptitud comercial fue y está constantemente importándose de Europa. Por muchos capitales que los estrangeros extraigan por su trabajo, nos dejan en cambio la enseñanza objetiva de un grandioso modo de enriquecernos a nuestra vez. La inmigración ha traído una gran escuela al país, sumamente eficaz y provechosa. Escuchemos atentamente las ideas desconocidas para nosotros, procuremos ver lo que tienen de cierto, comprobándolas experimentalmente; que si los frutos son buenos el árbol que los produce lo será también (…).374
Un artículo y entrevista publicado en la prensa en tiempos de la Belle
Epoque mazatleca, sobre la fábrica de los Sres. Felton Hnos. nos permitiría
argumentar unas cuestiones más sobre varios temas que ayudan a situar la
posición vanguardista que en varios aspectos, como en la industrialización, y el
desarrollo de relaciones capitalistas por medio del arribo de extranjeros ilustrados
o modernos y sus capitales, tuvieron los puertos del noroeste de México en el siglo
XIX.
La nota publicada en el Correo de la Tarde, es motivada (y así inicia) por un
error de información histórica sobre la fecha y el lugar en que estableció la primera
fábrica de cerillo en México, adjudicada al periódico de circulación nacional Partido
Liberal. En ella se aseguraba que la fábrica de fósforos establecida en días
reciente en Huatusco, Veracruz, era la primera de ese género en México, pero el
periódico Anglo American refuta esa información argumentando que ese honor se
le debe a los Sres. W. B Hopper y C. que habían establecido una firma (ya para
entonces desaparecida) en Guaymas en el año de 1880.
Ante esto, El Correo de la Tarde, se encarga recuperar otra nota publicada
por esos días en el periódico El Tráfico de Guaymas, donde esas dos opciones se
374
ASHCP, La Opinión, Tomo I, Núm. 2, Culiacán, Sábado 30 de Julio de 1887, p. 1.
218
rectifican. Lo que sigue a continuación son citas textuales de El Tráfico de
Guaymas, tal cual las publica el Correo de la Tarde en su edición del 22 de
septiembre de 1892;
A nuestra vez, tenemos que rectificar lo que dice el Anglo American. Fue el Sr. W. Felton quien en el año de 1867 fabricó los primeros fósforos en este puerto, y obtuvo tan buen éxito, que en muy pocos años logró hacerse de un corto capital, que manejado con honradez e inteligencia, se ha transformado en una respetable fortuna. El Sr. Felton hace algunos años que se encuentra en Mazatlán y su fábrica la ha mejorado notablemente,
abasteciéndose de ella gran número de Estado de la costa del Pacífico.375
Sigamos ahora la descripción que hace El Correo de esa fábrica ahora
establecida en Mazatlán, lo que nos permitirá conocer otra parte de importante de
esos extranjeros industriales y “amigos del Progreso” que vivían en el Mazatlán
finisecular. El redactor de la nota sostiene que sus observaciones se desprenden
de una reciente visita a dicho establecimiento;
(…) es en su género, completo, y añadiremos, magnífico. Es un vasto edificio, con espaciosos departamentos, para la fabricación de fósforos, corte de madera, deposito de las mismas, etc. Su maquinaria está al alcance de las mejores modernas, su fuerza motriz es de 70 caballos, teniendo dos calderas de 60 aballos de fuerza cada una. Esta fábrica emplea, por término medio, unos ochenta trabajadores diariamente (ilegible) y produce anualmente diez mil gruesas de fósforos, poco más ó menos. Abastece á todo el Estado de Sinaloa, al de Sonora, al territorio de Tepic, al Estado de Jalisco y parte del de Durango, enviando también por mar á algunos puertos del Pacífico, como Acapulco, etc.
La madera que se emplea en el fósforo es de la mejor, a saber: una especie de pino que se importa del territorio americano (…) Esta fábrica se estableció aquí en el año de 1871, habiendo trabajado desde entonces con habilidad y conciencia, y el crédito de que goza es general. El Sr. W. Felton es un hombre trabajador y honrado, muy estimado en este puerto, y que alienta un espíritu emprendedor, de gran utilidad, para sus convecinos.
Anexa a la fábrica de fósforos, está la fábrica de hielo, única que hay en este puerto, y que sin embargo de las exigencias del clima, no produce mucho, por la falta de un consumo activo. Nos parece demasiado raro esto tratándose de un clima tan caluroso como el de Mazatlán. La máquina puede producir 10 toneladas pero no se fabrica más que 1 toneladas al día. Tiene dos tanques de depósito, con capacidad de ocho toneladas cada
375
AMM, El Correo de la tarde, Tomo VIII., Núm. 2, 202, Jueves 22 de septiembre de 1892, Mazatlán, México, p.1.
219
uno, y es en su general, acabada. Si el consumo de hielo aumentara, el Sr. Felton, según nos manifestó, podría disminuir considerablemente su precio, cosa que no es posible con el pequeño consumo que en este puerto se hace.376
En el mismo sentido se presenta la nota siguiente Ayuntamiento de
Mazatlán en sesión del día 21 de diciembre de 1896 bajo la presidencia del regidor
Francisco Mortero. En ella la comisión de Ornato y Comodidad ponen en discusión
del día una petición del Sr. Arthur De Cima, para obtener una subvención por parte
del ayuntamiento para establecer una línea de tranvías eléctricos en esta ciudad.
El dictamen dice así;
H. Colegas: El Sr. Arthur de Cima con el carácter de gerente de la empresa de Luz eléctrica y Teléfonos de esta ciudad, presentó un escrito a esta corporación con fecha de 26 de Octubre último manifestando que ha resuelto un sistema de tranvías eléctricas que crucen las principales calles de esta población, en varias direcciones, poniéndola además en contacto con algunos lugares de las cercanías como el Venadillo, Palmillas, el Castillo y otros puntos que á la empresa convenga y en tal virtud solicita:
1º. Que se le permita el uso de las calles que la repetida Empresa escoja para trazar sus líneas (…) 2º. Que en el presupuesto municipal para el próximo a los de 1897 se consigne una partida de cien pesos mensuales como subvención á la Empresa en cambio de cuyo subsidio se dará pasaje libre en sus líneas a los empleados del Municipio y agentes públicos. 3º. Que la referida subvención se decrete por un término de 10 años y se empiece á percibir por la empresa solicitante desde el día que concluya su primera línea entendiéndose por tal una que atraviese la ciudad ya sea de Norte á Sur ó del Este á Oeste. Manifiesta también el ocurrente que si se le concede la subvención que pretende, darán principio desde luego sus trabajos á fin de que en un plazo perentorio obtenga Mazatlán mejora tan importante.377
A esto el ayuntamiento responde que no se puede aceptar la propuesta de
De Cima por oponerse a ello los preferentes derechos de un tercero.378 Este tercero
era otro extranjero Guillermo Harper, que había celebrado el 26 de febrero de
1875 un convenio con el ayuntamiento Mazatleco, para operar por noventa y
nueve años;
376
Ibíd. 377
AMM, El Correo de la tarde, Tomo XII., Núm. 3, 707, Martes 5 de Enero de 1897, Mazatlán, México, p.1. 378
Ibíd.
220
(…) una línea de ferrocarril urbano con vía sencilla ó doble, partiendo de la
Aduana Marítima á la playa del Astillero, determinándose para su trayecto las Calles del Muelle, Ancla, Oro, Carnaval y Recreo o cualquier otra que la compañía juzgase conveniente, estando comprendida entre los dos
puntos extremos.379
En una nota de opinión editorial del Correo de la Tarde del mismo día, se
analiza el caso de los tranvías eléctricos del Sr. Arthur De Cima.380 Esta nota
revela algunos aspectos importantes sobre las concesiones que se les daba a
empresas con responsables de capital extranjero para dar servicios públicos en el
Mazatlán de la Belle Epoque.
La editorial señala lo injusto que a su parecer es el dictamen negativo a la
propuesta de De Cima, por el hecho de que la anterior concesión que data de
1875 dada a la empresa de Guillermo Harper, no ha cumplido con lo referente a
mantener las líneas con fines de servicio público, ya que varias secciones de la
misma se encuentran abandonadas hace 10 años por no ser rentables y
prefiriendo establecer otras donde el negocio sea más generoso;
Como quiera que sea existe un hecho notorio, que señala una deficiencia inaudita de parte del Ayuntamiento que celebró con el primitivo concesionario del Ferrocarril Urbano el contrato respectivo de 25 de Febrero de 1875, y es que no se previó es caso de que la empresa abandonara la explotación de la línea ó parte de ella, y que se declarase caducidad de la concesión por esa causa (…)381
Así el problema es que la empresa del ferrocarril Urbano no siguió
prestando el servicio después de un tiempo de ganancias, en zonas de la ciudad
donde ya no era redituable y dejó sin funcionar esas calles, pero ahora que el otro
empresario quiere entrar a prestar el servicio con tranvías eléctricos no lo permite
argumentando que ya está en trabajos para rehabilitar dichos ramajes, como lo
señala la concesión otorgada por 99 años.
379
Ibíd. 380
El mismo De Cima era propietario de la central de teléfonos instalada por la calle del Puente (B. Juárez), frente al antiguo mercado (Plazuela República). Enrique Vega Ayala, ¡Ay, mi Mazatlán…op. cit., p. 20. 381
Ibíd., p. 2.
221
Sin duda, El Correo apoya el proyecto de la empresa de De Cima, nada
menciona de la subvención de 100 pesos mensuales que pide para realizar el
proyecto, en cambio argumenta que la Comisión de Ornato y Comodidad,
reconocida por la ilustración de sus miembros, debe resolver a favor del proyecto
de los tranvías eléctricos ya que eso será a favor del bien público y ese servicio en
la ciudad, “significará para Mazatlán un gran paso en el camino del progreso”.382
Al día siguiente se publica el final del dictamen aprobado en la sesión del 21
de diciembre del año anterior, el cual otorga a la empresa de De Cima la
subvención y el permiso para operar los tranvías eléctricos en las calles no
incluidas en la concesión de 1875 con la empresa Harper. Este dictamen resuelve
pagar los 100 pesos mensuales por 10 años, iniciando el día de la inauguración de
la ruta, así como eximir de todo impuesto municipal a la empresa por término de
20 años.
A cambio establece que el pasaje será de 5 centavos por persona en la
ciudad y la tarifa cambiará si se construyen los tramos al Palmito, Vendillo y
Castillo, según convenga a la empresa. También señala que el servicio será
gratuito para empleados municipales incluyendo policías. Finalmente señala que la
empresa no puede alejar derecho de extranjería, ya que tendrá su domicilio en el
puerto y será mexicana, estando sujeta por ello a las leyes del país.383
Otro aspecto a considerar es lo que dicen las investigaciones de Vega
Ayala, sobre la forma de operar y funcionar de la compañía de luz que se
inauguró a finales del siglo pasado. En ella confluyeron los intereses y capitales de
los principales ricos de la ciudad, surtiendo al alumbrado público y los domicilios
que podían pagar por la electricidad.
Una experiencia similar en cuanto a la agencia de extranjeros en el
desarrollo económico y social de una región del noroeste de México, y en
particular de Sinaloa, se presenta en el último cuarto del siglo XIX, o sea después
de medio siglo de la experiencia del puerto de Mazatlán.
382
Ibíd. 383
AMM, El Correo de la tarde, Tomo XII., Núm. 3, 708, miércoles 6 de enero de 1897, Mazatlán, México, p.1.
222
Se distingue en este proceso histórico la labor de dos extranjeros,
norteamericanos, que llevar adelante proyectos de desarrollo económico y cultural
–uno con más suerte que otro- disímiles a partir de ideas de progreso, tecnología,
trabajo.
Así Albert K. Owen y Benjamín F. Johnston son extranjeros que de la
misma manera que algunos de sus contrapartes del puerto de Mazatlán a
principios del siglo XIX, establecieron una hegemonía económica, política y
cultural que les permitió –a uno con más suerte que a otro- dirigir y construir una
sociedad producto de la imaginación civilizatoria occidental de su tiempo. Veamos.
En una entrevista concedida por Johnston en 1925 después de llegar de un
viaje de placer alrededor del mundo en el Belgenlando, “cuyo pasaje se componía
exclusivamente de millonarios”,384 y publicada el 21 de junio de ese año, el
magnate confiesa a su entrevistador Timothy Turner, temas a considerar si se
quiere entender parte del proceso de desarrollo del norte de Sinaloa.
La entrevista inicia con una semblanza en donde se presenta a un Johnston
como ejemplo del estadounidense que como muchos otros durante la segunda
mitad del siglo XIX, se aventura a seguir la corriente migratoria rumbo al Oeste de
aquella nación en busca de oportunidades, logrando pasar en un lapso de 30 años
de un capital de $100, 000 a ser;
(…) uno de los hacendados que más éxito ha tenido en el continente, podría ser contradicho, pero no estaría lejos de la verdad, si el éxito consiste en largos y continuos esfuerzos, seguidos de constantes recompensas.385
La semblanza continúa con un joven Johnston yendo a las costas del
Occidente de México a comprar “terrenos a 10 y 15 centavos el acre”, en el desierto,
donde posteriormente formaría una ciudad, Los Mochis, y una empresa azucarera
multimillonaria;
384
Timothy G. Turner (traducido por Antonio Echevarría, introducción de Ing. Filiberto L. Quintero) El presidente de la United Sugar Company habla acerca de las oportunidades que ofrece la costa Occidental de México, predice gran aumento de la población para el Estado de Sinaloa, en Letras de Sinaloa, Núm. 25, 15 de mayo de 1951, Culiacán Sinaloa, p. 18. 385
Ibíd.
223
Durante más de treinta años permaneció ahí. Ahora controla la United Sugar Company de la que es jefe. Esta compañía posee unos de los molinos azucareros más modernos del continente, con una nómina de 4, 000 trabajadores, 2, 500 mulas, 30, 000 acres sujetos a intenso cultivo, su propio ferrocarril, y, cercana a ella, una ciudad mexicana compuesta por 20, 000 almas que crece al impulso de Mr. Johnston.386
El texto introductorio -como hemos mencionada escrito en 1925- nos da
una idea contundente de la visión que se tiene de este estadounidense en su país;
el emprendedor occidental capitalista que aprovecha oportunidades frente a la
posible adversidad de la aventura migratoria y, que por medio de su trabajo y en
un ambiente abismal, crea un emporio y después una ciudad mexicana que se
mantiene gracias a las buenas artes del extranjero civilizado.
Confiesa el entrevistador que en su visita a Los Mochis se queda asombrado por
la colonia estadounidense que ahí habita;
(…) allí encuentra Ud. americanos del tipo distinguidos y queda sorprendido de ver el gran número de hombres que, salidos de las universidades, se dedican a la agricultura o están empleados como expertos en el molino o en las oficinas. Hay casas modernas americanas, campos de tennis, dos de polo hechos a imitación de Meadowbrook, facilidades para el deporte del remo en Topolobampo y en el puerto está anclado el yate de Mr. Johnston, portando la bandera del Yacht-Club de New York. ¡Todo hecho en lo que era un desierto hace 30 años!.387
A la pregunta de Timothy Turner sobre el éxito obtenido en 30 años, Johnston
responde388 que se debe;
(…) por haber sabido escoger el mejor tipo de talento director, la mayoría jóvenes americanos, y por haber mejorado las condiciones de los trabajadores nativos hasta encontrarlos, no los tradicionales peones mexicanos carentes de toda iniciativa, sino ayudantes en quienes puede
confiar.389
386
Ibíd. 387
Ibíd., p. 19. 388
Es importante aclarar que el formato de la entrevista no es trascripción directa de la respuesta exacta Johnston, sino de sintetizarla y parafrasearla según la narración del entrevistador Turner, por tanto las citas de esta parte serán palabras escritas por Turner a lo dicho por Johnston. Aún así, para nosotros representa el sentido mentado por un extranjero en Sinaloa. 389
Ibíd., p.19.
224
Otro punto a destacar en la entrevista es cuando Johnston, hace referencia
al tipo de estadounidense que nutría su colonia extranjera, que trabajaba en altos
puestos y cumplía el sueño americano fuera de su país. Esto nos muestra algunos
de los valores culturales que los extranjeros establecidos en el norte del Estado,
practicaban como formas hegemónicas simbólicas y que desde un punto de vista
sociológico contribuía a su posición económica como clase dominante;
El tipo de americanos en Los Mochis lo ilustra Mr. Johnston con la siguiente historia: hace algunos años necesitaba un tutor para su pequeño hijo y empleó para tal objeto a un joven que acababa de salir de Amherst y que pasó algún tiempo en Mochis. Este joven habló a muchos de sus amigos de la colonia y el resultado fue que cinco jóvenes americanos, graduados en Amherst, partieron hacia los desiertos de México. Mr. Johnston les ofreció empleo en las oficinas o en la planta azucarera de la compañía. Esto sucedía durante el primer periodo revolucionario. Uno de ellos sintió enfriársele todo su entusiasmo en el Paso, cuando oyó algunos relatos acerca de lo que pasaba en México: los otros cuatro restantes llegaron a Manzanillo y lo que oyeron hizo que otros se devolvieran. Tres llegaron a los Mochis y como oyeron rumores acerca de las incursiones que los indios hacía, un tercero se regreso. De los que se quedaron, uno es ahora el vice-presidente de la compañía, con un capital de $200, 000, dijo Mr. Johnston. El otro es uno de los productores de tomate más importantes del valle.390
Una comparación que se hace en la entrevista, es que lo sucedido en la
colonia estadounidense de los Mochis por obra de Mr. Johnston, se asemejaba a
los pequeños grupos de británicos en regiones aisladas de África o la India. Esa
era la representación de sus acciones y de la tierra a donde llegaron a hacer
riqueza.
Pero la tesis del desarrollo de esta región norte del Estado, se adjudica en
palabras de esta élite extranjera al cambio y mejoramiento que hicieron en la
forma de trabajo que existía anteriormente, hasta el punto de aumentar el pago a
los trabajadores; la capacidad de aprovechar las oportunidades de los
estadounidenses, de imaginar.391
390
Ibíd., p. 20. 391
Al preguntársele sobre la ganancia por acre en el Valle del Fuerte, Johnston responde: “Oh, varía desde nada, donde la siembra se hace por gente inútil o en condiciones extremadamente adversas, hasta $500 el acre por año. imagino que en nuestro valle el rendimiento es más o menos de $90 por acre. Creo que es mucho mayor que en los Estados Unidos”. Ibíd., p.21.
225
Para finalizar aquella reveladora entrevista, se habla sobre los motivos que
provocaron la ola migratoria a la que pertenece históricamente, y las perspectivas
de la emigración de estadounidenses en aquellos años de la entrevista y hacia el
futuro, Benjamin F. Johnston afirma que;
(…) desde la guerra civil el americano siempre ha emigrado hacia el Oeste (…) llegó al océano y no puede seguir adelante (…) nuestra raza se ha movido en grandes y repentinas migraciones. Uno fue el movimiento hacia el Oeste después de la época de oro. Hace algunos años, miles de agricultores americanos se marcharon hacia el noroeste canadiense. El siguiente éxodo será hacia el sur, y será el más grande de todos (…) detrás de estas migraciones está el deseo de conseguir tierras baratas (…) la costa occidental de México se compone de terrenos ricos, es relativamente barata y su clima blando le agrega un atractivo que la naturaleza humana no puede resistir (…) me imagino que dentro de 50 años el Estado de
Sinaloa tendrá 15, 000, 000 de habitantes.392
Otro episodio que nos demuestra la posición que los liberales nacionales de
la época daban a los extranjeros con respecto a la tecnología y la ciencia de la
época, y a al pueblo mexicano, en este caso lo indígenas, se manifiesta en la
siguiente nota de prensa, que bajo el encabezado de los Indios de México, el
Correo de la Tarde destaca en una nota en primera plana de su edición del 17 de
septiembre de 1892, las palabras dichas por Ignacio Manuel Altamirano en un
congreso en Lila.
El artículo rescata lo que a su ver fue lo sustancial de aquella intervención,
con respecto a la capacidad de mano de obra calificada que tiene el indígena de
México, y que es una razón más para que los inversionistas europeos inviertan su
capital en el país. La cita es larga, pero creemos es interesante para conocer una
forma más en que se otorgaba supremacía social al extranjero, mientras que al
indígena sólo se le distinguía por su resistencia y disciplina en el trabajo;
Para los hombres de trabajo y para los industriales, hay todavía en México terrenos por colonizar y favorecidos por todos los climas. Para los capitalistas, para aquellos que desean colocar su capital más ventajosamente que en Europa en el establecimiento de nuevas empresas agrícolas o industriales, hay la protección gubernativa y elementos de contribución para el trabajo. La raza indígena, principal objeto de esta breve
392
Ibíd., pp. 21-22.
226
comunicación se presta admirablemente para colaborar como elemento de trabajo en todas las industrias. La raza indígena representa una masa de más de cinco millones de habitantes diseminados en todos los Estados de nuestra federación y que viven en las aldeas o los pueblos o mezclados en las ciudades con los individuos mestizos (…) todos tiene un carácter tranquilo y dulce y una aplicación al trabajo que no tiene igual; son muy vigorosos y resistentes á las fatigas y están dotados de una inteligencia poco vulgar para asimilarse los conocimientos de las artes europeas (…) sólo la ignorancia o la mala fé han podido calumniar á veces á la raza india de México declarándola inferior ó refractaria á la civilización (…) eran completamente ignorantes y estaban condenados á la abyección más profunda. Así transcurrieron tres siglos. Desde nuestra Independencia y hasta 1876 algo se hizo en su favor para instruirlos; pero después, gracias al cuidado del demócrata presidente Díaz, la enseñanza popular ha penetrado hasta las chozas más retiradas y los indios, aprovechándose de la instrucción, toman parte en las satisfacciones de la vida civil (…) son además los cultivadores de la tierra, así en las regiones de la zona tórrida como en las de las zonas templadas y frías; trabajan en las minas, construyen las vías férreas, son obreros en las fábricas, manufactureros en las ciudades y soldados en los ejército. Los ingenieros ingleses y norteamericanos que trabajaron en la construcción de nuestros grande ferrocarriles no se cansa de hacer resaltar la inteligencia, la dedicación de los indios, y todo extranjero ó nacional que los emplea en sus plantíos de trigo, maíz, café, tabaco, henequén, los prefiere (ilegibel) (…) este es señores como elemento de trabajo el indio de México. El capitalista, el gran industrial, el que desea colocar su fortuna y sus esperanzas en mi país privilegiado, más ventajosamente que en Europa, puede contar desde ahora para sus empresas con ese obrero, con ese descendiente de las antiguas razas autóctonas de América, con ese trabajador honrado, que según sus creencias tradicionales, considera el trabajo como un derecho y no como una pena, y que por esto mismo se cree feliz cuando trabaja, así
como ocurre con el honrado obrero de Lila, Roubaix y Tourcoing.393
Es quizá en el sentido del evento que comentaremos a continuación, que se
intentaba homogenizar a toda la población del puerto, algunas veces por medio de
la prensa del Mazatlán de la Belle Epoque, encargada de reproducir en su
discurso la idea o representación de la sociedad del puerto como unificada social y
culturalmente.
Un buen día de aquellos años postreros del siglo, la Sociedad Mutua de
Zapateros organiza una recepción al Sr. De Cima, que venía llegando en un vapor
San Blas del extranjero. La algarabía y distinción fue tal que una banda de música
fue llevaba a bordo de la embarcación para recibir al personaje. En esa velada
393
AMM, El Correo de la tarde, Tomo VIII., Núm. 2, 198, Viernes 17 de septiembre de 1892, Mazatlán, México, p.1.
227
también se registra la presencia de otros “viajeros distinguidos”, quienes se
llevaron, dice el diario;
(…) una alta idea del espíritu de cultura y sociabilidad que aquí domina
hasta en las ínfimas clases sociales.394
Otro punto a considerar del arribo de De Cima al puerto, es una breve
entrevista-anuncio que aparece en ese mismo día, donde el empresario extranjero
avisa que trajo consigo en este viaje el resto de la maquinaria que importó para
poder echar a andar su tercera instalación eléctrica en el puerto, con la cual
piensa ofrecer a los interesados fuerza motriz eléctrica a domicilio, lanzado un
llamado a los que tengan factorías a que se dirijan con él en demanda de ella.
Esto nos da otra muestra que la tecnología se importaba desde el extranjero casi
lista para usarse, acá sólo se ensamblaba y se echaba a andar el negocio con las
clases dominantes de la región.
Faltarían tan sólo 13 años para que la aventura del siglo XIX terminara en
todo México, y en la prensa más influyente de Mazatlán y en su entorno regional
se lanzaba una pregunta con respecto al progreso del puerto que no se terminaba
de contestar por ser un proceso en curso; ¿A qué se debe ese cambio tan
sorprendente en tiempos en que se canta la miseria? 395
Los cambios referidos se encarnaban en infraestructura social, la
tecnificación de varias ramas económicas, la emergencia de maquinaria y
empresas fabriles, el uso de nuevas fuentes de energía como la eléctrica, la
incipiente industrialización de la vida y el trabajo, la introducción de mejoras en la
vida corriente como agua potable, luz eléctrica, tranvías, etc., marcaron los últimos
20 años del siglo XIX Mazatleco.
Los espacios sociales de esparcimiento, intercambio económica, de
decisión política, salud, educación, etc., experimentaron un cambio en relación con
394
AMM, El Correo de la tarde, Tomo XII., Núm. 3, 716, Jueves 14 de Enero de 1897, Mazatlán, México, p.2. 395
AMM, El Correo de la tarde, Tomo XII., Núm. 3, 737, Jueves 4 de febrero de 1897, Mazatlán, México, p.1.
228
los años anteriores desde el poblamiento definitivo del puerto de Mazatlán. Así, en
el imaginario, en la memoria colectiva de las élites ilustradas se creó la idea de un
antes y un después; de una sociedad tradicional, lejana, antigua, fincada en la
anarquía, la insalubridad, el barbarismo, la miseria, la ignorancia, y la nueva
sociedad ilustrada, industrial, ordenada, trabajadora, pujante, instruida,
cohesionada bajo la dirección política y moral del Progreso.
Era 1897 y las vísperas para colocar la primera piedra del mercado
municipal de la ciudad, fue la excusa para una reflexión periodística en el Correo
de la Tarde fincada en los comentarios que la sociedad política y letrada hacia
sobre ese suceso. El nuevo mercado era un síntoma más de los cambios sociales,
morales y civilizatorios que experimentaba Mazatlán desde hace 20 años, según
aquellas palabras, y momento propicio para dar espacio a la memoria y recordar lo
que era Mazatlán anteriormente;
(…) nos es forzoso llamar á la memoria recuerdos de lo que era Mazatlán en los años bonancibles, en que según la tradición, el oro circulaba por doquiera y la moneda de plata de nuestro cuño tenía premio en la localidad. Nos encontramos desde luego con un enigma que no podemos descifrar. ¿Cómo es que en esos tiempos de feliz memoria, las mejores materiales en nuestro puerto eran desconocidas y la ciudad ostentaba plazas, calles y edificios públicos, indignos de una población civilizada y en posesión de los primeros rudimentos de la limpieza y el decoro que exigen la higiene y el
respeto á sí mismo? 396
El autor pinta, a su decir, el cuadro denigrante en que se encontraba la
ciudad hace menos de un cuarto de siglo. Nos describe situaciones y espacios
sociales donde se percibía ese Mazatlán que con la primera piedra del nuevo
mercado municipal terminaba por desaparecer. Y esto era así para su reflexión,
debido a que el mercado tradicional con sus formas, su moral, sus intercambios y
organización, representaba el último reducto del viejo Mazatlán que; “acababa de
condenarse á las hogueras que le prepara la civilizadora inquisición del siglo”.
¡Todo ha cambiado! 397
396
AMM, El Correo de la tarde, Tomo XII., Núm. 3, 737, Jueves 4 de febrero de 1897, Mazatlán, México, p.2. 397
Ibíd.
229
El autor pedía a sus lectores comparar las imágenes y descripciones que
planteaba con el Mazatlán que vivían todos ellos por aquel tiempo. Les invita a
mirar las plazas, el cuartel militar, las prefecturas, el ayuntamiento, las calles, el
mercado, y ver en esos lugar la encarnación de otra vida, otras personas y sobre
todo otro futuro ajeno en su inmensidad a los recuerdos del pasado, bochornoso
para cualquier ser civilizado;
El Hospital Civil era una finca asquerosa, propiedad particular, cuya renta era subida y donde sobre catres de estilo primitivo, con petates comprados á vil precio, como empaques inútiles de los tercios de azúcar procedentes de los Estados de Jalisco y Colima, morían los enfermos no sólo por los escasos alimentos que les proporcionaban sino por lo repúgnate que eran el asilo que les ofrecían (…) El Cuartel Federal, sobre una loma inculta, árida en el tiempo de secas, húmeda y fangosa en tiempos de lluvia estaba rodeado siempre de un muladar, en el cual los perros flacos, sarnosos y vagabundos, encontraban lugar propicio para sus vulgares placeres (…) el Templo Viejo, apenas se sostenía con sus delgadas paredes y sus feas vigas. Para que los fieles llegaran hasta sus puertas, debía subir un verdadero calvario, apenas propicio para los penitentes (…) el Templo Nuevo sólo podía ostentar cuatro paredes con seis ventanas y con tres portones abiertos á todo viento y animal. La leyenda dice que había constado ya millares y millares de pesos, criticándose severamente por el único periodo semanal que ilustraba las masas sociales de Mazatlán, la indiferencia del público, ante el estado de perpetuo abandono de ese edificio (…) el Palacio Municipal, sin jardín interior o exterior, era con esa sola diferencia, el mismo que hoy contemplamos. La limpieza interior y exterior dejaba mucho que desear, así como la de algunos Regidores que por elección “popular” representaba al “pueblo”. El Crédito era desconocido y los Acreedores sobraban. La policía recibía sus haberes con un fuerte descuento (…) la Prefectura del Distrito no tenía residencia fija (…) el Barrio del Astillero era intransitable de noche desde la tiendita denominada La Parranda (…) la Cárcel aunque en el mismo lugar en que la conocemos en la actualidad, contaba con la mitad del terreno y se distinguía por su suciedad, malos alimentos y peor trato espiritual y corporal á los presos. Eso sí, tenían la gran ventaja que á cada movimiento político eran hombres libres…y por desgracia sus manos también (…) Las Plaza Machado, Hidalgo y Zaragoza eran unos muladares más o menos disimulados, las calles tortuosas estaban apenas empedradas, el alumbrado público consistía en costosísimo petróleo, y luces de gas que apenas servían, las vías de comunicación eran cortas y escasas, para una carta a México tardaba en su viaje más de 30 días y la comunicación con los Estados Unidos por vapor era apenas mensual (…) en medio de tanto atraso pero imperturbable; con su mismo sucio aspecto de hoy, sus antigiénicos
230
perfumes, su pueblo moscas, ratas y perros hambrientos existía orgulloso
el Viejo Mercado (…) 398
Eso era el pasado, lo que existía desde antes de los últimos veinte años. El
presente era otro era el cambio, lo nuevo, lo civilizado. Los signos y síntomas de
este progreso eran visibles cotidianamente para todos los mazatlecos que tuvieron
la oportunidad de leer este escrito publicado en 1897. Según el autor, refiriéndose
a sus coetáneos;
Tenéis un Hospital que todos los viajeros admiran por su construcción, su limpieza y las atenciones que reciben los enfermos (…) tenéis una Cárcel que dá trabajo al delincuente, á la par que corrección (…) tenéis un Templo que si ser católicos podéis considerar con justo aprecio (…) tenéis un cuartel que sirve de digna morada á los defensores de nuestro suelo y de nuestra dignidad (…) tenéis telégrafo, luz eléctrica, teléfonos, agua potable y jardines con profusión de árboles y flores que ni á peso de oro se hubieran antes podido conseguir (…) tenéis una Corporación Municipal que con fuerte deuda anterior acaba de conseguir un crédito de $200, 000, por lo menos, para la construcción del Mercado y la instalación de un Parque, en los desiertos terrenos del Puerto Viejo (…) tenéis veinte escuelas, donde
antes podíais contar tres, y deficientes (…) 399
Para el autor, las causas de estos cambios no pueden ser consideradas
obras del Tiempo, sino de la acción de los hombres, acción guiada en buen
sentido. Estas causas son variadas entonces, y entonces estaban dando sus
frutos al por mayor con la nueva obra del Mercado.
Por esos años de 1897 surge en Mazatlán una Comisión encargada de
realizar un proyecto de mejoras en el puerto, el cual se presentará posteriormente
al Supremo Gobierno. En una nota de la Sección Dentro & Fuera, publicada en El
Correo de la Tarde, dice que este asunto de las obras del puerto es un tema
corriente de conversación, acentuado entonces por las constantes visitas de
reconocimiento que se han hecho a la bahía que sirve de atracadero así como a la
del Puerto Viejo. Es por ellos que se da información sobre la composición de dicha
comisión, por ser tema de interés público;
398
Ibíd. 399
Ibíd.
231
Edgardo K. Smoot, contratista e ingeniero; Francisco R. Blanco, Secretario é Intérprete; Eduardo Perry, Administrador General; L.C: Perry, ayudante del anterior; James Gallospie-Clow, Ingeniero en jefe; é ingenieros: James
Stewart, Arthur Wheatley, B. Linderman, G.L. Palmer y K. M. Vanzaudt.400
La nota publicada ese día continua la secuela de eventos y voces que
acompañaran a los ingenieros extranjeros de la Comisión de Mejoras, de la que
están en la ciudad, para estudiar nuestra bahía, levantar planos y decidir el verdadero
lugar de nuestro futuro puerto.401 La nota acusa de forma jocosa la especulación con
la propiedad en los distintos barrios de la ciudad, los cuatro barrios, lo que ha
ocasionado a más de uno el intentar comprar fincas o denunciar baldíos donde se
efectuarán las principales mejoras;
(…) la propiedad á aumentado su valor de Oriente a Occidente…!cuando
Mazatlán progresa no monta un burro pinto! 402
Como se observa, todos los miembros calificados son extranjeros
portadores de las técnicas y conocimientos para mejorar al puerto, eran los
portadores de la representación social del Progreso. Esto viene a reafirmar que
desde sus inicios con las casas comerciales y, posteriormente con las empresas e
industrias, dominaron económicamente la región hasta fines del porfiriato;
Los empresarios gobernaban Mazatlan, en aquel entonces, sin mediaciones. El largo periodo del general porfirista Francisco Cañedo en el cargo de gobernador de Sinaloa fue de bonanza para los capitalistas españoles y de dificultades para los Alemanes y asociados (…) a Echeguren y sus allegados, eso les produjo grandes dividendos; concesiones, privilegios y el disfrute rotativo de puestos políticos (prefectura, regidurías, diputaciones, sindicaturas). La pugna política entre los capitalistas europeos y sus socios nacionales no era más que una expresión de la disputa que sostenían por el predominio económico en la región, "por las ricas minas, el próspero comercio y la tierra tropical" como dice Valadés. Esta dimensión política del conflicto empresarial se presentó de nuevo, abiertamente, en 1909. A la muerte del general Cañedo, los alemanes simpatizaron con la candidatura de José Ferrel
400
Ibíd. 401
AMM, El Correo de la tarde, Tomo XII., Núm. 3, 742, miércoles 10 de febrero de 1897, Mazatlán, México, p.1. 402
Ibíd.
232
para sustituir al porfirista, mientras que los españoles se alinearon con el
candidato oficial de los científicos Diego Redo.403
5.4. La comunidad extranjera en Mazatlán y la filantropía: funciones
manifiestas y latentes en una sociedad decimonónica.
La sociedad mazatleca decimonónica registra infinidad de actos altruistas en sus
actas de cabildo, en prensa y demás documentos históricos. Estos eran
promovidos por sujetos particulares que buscan ayudar a la sociedad ante la falta
de dinero del ayuntamiento en turno. Sin embargo, no todo es color de rosa, y
también deben ser considerados como medios para ejercer una hegemonía
cultural por parte de quienes los financiaban, esto es, las clases dominantes
dirigidas por extranjeros.
Ellos participación en la edificación de escuelas, para las clases
subalternas, así como por medios de actividades altruistas que hacían visible su
prestigio social y paternalismo hacia aquellos grupos sociales que conformaban la
mayoría de la población del puerto;
Fueron los comerciantes extranjeros quienes mediante donaciones hicieron que se abriese la primera escuela pública de Mazatlán…A mediados de los años setentas existían en la ciudad algunas asociaciones que funcionaban como instituciones de beneficencia. La Lancasteriana se dedicaba a proveer educación primaria a los niños de las clases bajas. La Auxiliar de las Señoras tenía el mismo propósito que la anterior…Para marzo de mil ochocientos setenta y uno se estableció la Sociedad de Beneficencia de las Señoras, que se encargaría de combatir la mendicidad en la ciudad, haciendo distinción entre las personas que sí necesitaban pordiosear por las calles y los que hacían de la mendicidad su medio de vida.404
Se ayudaban causas comunes a la sociedad y algunas veces casos
particulares de mujeres abandonadas, o enfermos. Sean cuales fueren las formas
que revistiera los actos de beneficencia, el fondo de los mismos era la pobreza de
muchos, incluido el Ayuntamiento, y la riqueza de pocos.
Pero aquel comportamiento generoso era, ¿Beneficencia, filantropía o
caridad? Distinguir un concepto de otro, es necesario para entender las formas
403
Enrique Vega Ayala, ¡Ay, mi Mazatlán…op. cit., p. 21. 404
Antonio Lerma Garay, Mazatlán…op. cit., p.45.
233
que revestía esta práctica social de las élites en el Mazatlán decimonónico. Para
ello emplearemos, la distinción propuesta, en una investigación histórica reciente
que sucede en la ciudad de México en el siglo XIX, donde se busca identificar el
rol social de la mujer con respecto a los valores que les eran inculcados en las
instituciones de enseñanza.
Para ese momento histórico, el cual se comparte con nuestra investigación,
las tensiones y disputas entre mentalidades tradicionales y modernas, llegaban a
casi todos los aspecto de la vida social, y no fueron la excepción las formas en
que los grupos dominantes trataban la situación de pobreza reinante. Así, la
caridad religiosa, la filantropía y la beneficencia eran tres prácticas de las élites,
por medio de la cual abordaban el problema;
(…) la caridad, virtud cristiana, se ve poco a poco transformada por el concepto laico de filantropía. En las obras de beneficencia, que sería la caridad organizada, a medida que el sentimiento religioso se va debilitando, va ganado terreno el concepto moderno de filantropía. Las ideas ilustradas fueron en gran medida responsables de estos cambios.405
Será en 1833 cuando se registre la primera junta de beneficencia en
Mazatlán, creada para paliar un brote de cólera morbus que azotó a la ciudadanía
del puerto, afectando tanto a los militares acuartelados en el puerto, como a los
bailes públicos406 que tuvieron que restringirse por esta causa;
Acompaño a Ud. un tanto de la lista de los sres. Que se han subscrito para formas el fondo de beneficencia pública, que con el objeto de (palabra ilegible) a este vecindario del contagio de la cólera morbus, fue acordado por la junta de vecinos que se celebró el día 6 del corriente. Y como puede
405
Montserrat Galí Boadella, Historias del bello sexo; la introducción del romanticismo en México, UNAM/Instituto de Investigaciones Estéticas, México, Edit. FCE, 2002, p. 162. 406
Sobre las medidas prohibitivas que se toman por el brote de cólera morbus en el puerto de Mazatlán, es posible conocer algunos de las prácticas culturales que más se verificaban por parte de la población; Siendo una de las primeras atenciones de este juzgado, vela sobre la salubridad pública; cuando se ve amagado este pueblo por una enfermedad asoladora; con acuerdo de las personas más sensatas que habitan en este lugar, se han dictado las prohibiciones más a propósito: entre las que se dictaron, fue mía la de no permitir ningún baile que pase de las diez de la noche, otra de prohibir los juegos, otra a que todo ebrio que se encuentre en la calle se lleve arrestado al cuartel, y otra que toda casa de sociedad o comercio se cierre a las diez de la noche y, se ponga en quietud el puerto. En virtud de lo que llevo dicho, y con respecto que para dar su devido cumplimiento a dar ante dichas disposiciones; es muy necesario estar en (palabra ilegible) con la autoridad militar, lo comuniqué oficialmente a su antecesor de U. con el fin expresado (…)
AMM, Independencia-presidencia, Caja 1, Exp. 4, agosto 24 de 1833.
234
ofrecerse la erogación de algún gasto es de necesidad que Ud. como tesorero de este fondo verifique la colección de las cantidades con que se han subscrito los sres. que se hayan anotado en citada lista.407
Un ejemplo del buen extranjero que invertía parte de su riqueza en esas
acciones, y el reconocimiento social otorgado en la prensa mexicana de la época,
lo podemos encontrar en una nota publicada en Mazatlán en 1892 donde se realza
la figura de D. Bernandino Honning, comerciante muy conocido en la Capital y que
acababa de fallecer, dejando en su testamento la cláusula siguiente;
Yo hice mi fortuna en México, no tengo herederos, y justo es que en México lo deje; por lo cual mi caudal será repartido entre los establecimientos de
Beneficencia y Hospitales de la misma ciudad. 408
La filantropía era una práctica social establecida de suma importancia para
establecer su hegemonía cultural, por parte de las élites extranjeras en
Mazatlán.409 Estas actividades se vinculaban la mayoría de las veces en eventos y
espacios donde se presentaban actividades de expresión artística, principalmente
los teatros de la época;
(…) tuvo lugar anoche el concierto organizado por la “Asociación de Señoras Amantes de la Caridad”, con el fin de dedicar sus productos al establecimiento de una Casa de Salud. La sociedad de este puerto, que tantas muestras ha dado de filantropía, acudió presurosa al llamamiento que se le hizo, teniendo, las personas que llevarán á cabo el bello pensamiento de la simpática fiesta de la Caridad, la satisfacción de contemplar henchido de espectadores el Teatro Rubio, local elegido para la ejecución del concierto (…) las personas que forman la “Asociación de Señoras Amantes de la Caridad”, deben estar satisfechas por el magnífico resultado de su humanitario pensamiento, por lo que les damos el más
cumplido parabién.410
407
AMM, Tesorero de la junta de sanidad, Agosto 1 de 1833, Independencia-presidencia, Caja 1, Exp. 1, 1822-1832. 408
AMM, El Correo de la tarde, Tomo VIII., Núm. 2, 154, miércoles 27 de julio de 1892, Mazatlán, México, p.2. 409
Cabe apuntar que nuestra perspectiva de la Filantropía en Mazatlán desde la interpretación de la hegemonía cultural, viene a ser la antítesis de la postura contenida en la obra de reciente publicación: Gilberto López Alanis, La filantropía; una misión humanística en Sinaloa, Junta de Asistencia Privada/UdO/AHGES, Culiacán, México, 2004. 410
AMM, El Correo de la tarde, Tomo XII., Núm. 3, 715, Miércoles 13 de Enero de 1897, Mazatlán, México, p.2.
235
Esta era la forma de mitigar la pobreza y las desigualdades económicas,
sociales y culturales inmensas que diferenciaban a las clases dominantes y de las
subalternas. Era aplicar la tesis de la economía neoclásica liberal del “desarrollo
por goteo”. Pero fundamentalmente lo que importa para muestra tesis, no es la
función manifiesta de paliar el hambre o apaciguar la protesta social ante las
abismales desigualdades sociales, sino su función simbólica o latente.411
Esto es, a las personas que dedicaban tiempo y dinero a esas actividades
se les celebraba, reconocía, otorgándoles la medalla social del prestigio, de la
distinción sobre otros seres humanos, de manera individual, y sobre otros grupos
sociales o étnicos desde un plano colectivo. Así sus acciones vistas como
generosos o comprometidas con su sociedad, en realidad se entrelazaban de
forma inconsciente en la red de significados culturales.
Para entender de mejorar manera la doble faz de las acciones sociales,
recurriremos al sociólogo Robert K. Merton, uno de los teóricos sociales que
durante la segunda mitad del siglo XX perfeccionó en análisis funcionalista
estadounidense. De acuerdo entonces con la teoría funcionalista, la distinción
entre funciones manifiesta y funciones latentes es útil para dirigir la atención de los
sociólogos precisamente hacia las esferas de la conducta, las actitudes y las
creencias.412
Sus premisas afirman que toda institución social cumple dos tipos de
funciones dentro de una sociedad determinada; las funciones manifiestas son
aquellas que son reconocidas por los participantes en una actividad, que se busca
alcanzar de manera consciente. Mientras que las funciones latentes no son
contempladas como parte de dicha actividad o interacción, están ocultas, son
inconscientes, pero sirven para el mantenimiento de un sistema social.
Por tanto afirmamos que los actos de beneficencia tenían funciones
latentes, como el establecer una relación de paternidad, de dependencia, de
411
Uno de los aportes principales de Robert K. Merton al desarrollo del funcionalismo malinowskiano y parsoniano en la teoría social, fue sus conceptos de funciones manifiestas y funciones latentes. 412
José Luis Álvaro Estramiana (comp.), Fundamentos sociales del comportamiento humano, UOC, Barcelona, 2003, p.71.
236
agradecimiento y consideración hacia el benefactor o mecenas, que permea e
influye en las relaciones sociales futuras, así como en la construcción afectiva y
mental hacia él. Por tanto, alguien que regala, o presta dinero ayuda
materialmente pero también gana respeto y status.
Continuamos con la explicación histórica de cómo se manifestaron estos actos
filantrópicos.
En un artículo de fondo publicado 1888, en la prensa de Culiacán, se
diserta sobre La mendicidad. Esta concepción sin duda era compartida por los
sectores dominantes a nivel estatal, por tanto justifica una interpretación del hecho
al puerto de Mazatlán;
(…) una de las plagas que existe en la sociedad y que es fuente de muchos males cuando no se procura estirpar, en la mendicidad. Este vicio social origina otros muchos, y los filántropos que no saben dirigir convenientemente su filantropía, hace con ella más mal que otro cualquiera que no poseyese esa virtud tan estimable (…) si es cierto que altruismo es la base en que descansa la formación de las sociedades y que la protección mutua de los hombres, los lleva á las fuentes del placer por medio del desarrollo de todas las aptitudes de la vida de relación (…) 413
Más en la ciudad de Culiacán, contrario a la opinión particular del redacto
de ese texto, la práctica de la caridad religiosa era parte de la mentalidad de la
élites de esa época. En días de la inauguración del hospital del Carmen en
Culiacán, la prensa de la ciudad reflexionó sobre el significado social del
acontecimiento. La caridad católica fue invocada para que la masa acudiera al
acto solemne;
El presbitero Valdéz pronunció un sermón que se desviaba por su originalidad, mucho de los que comúnmente se dice. Ojalá siempre fuese así; el corazón humana será siempre sensible á la caridad, y vibrará con fuerza al espectáculo de las tristes miserias humanas. La caridad está como ley moral en el fondo de todas las religiones; pertenece a la religión universal. Los enfermos han acudido en gran número al hospital. La miseria del pueblo es inmensa, hay muchos enfermos de hambre”.414
413
ASHCP, El Correo de Occidente, Culiacán, 18 de mayo de 1888, pp. 1-2. 414
ASHCP, La Opinión, Tomo I, Núm. 2, Culiacán, Sábado 16 de Julio de 1887, p. 4.
237
También, una década antes en Julio de 1877, se registra el donativo del
duranguense Diego Redo de mantas y azúcar de sus fábricas que tiene en la
ciudad de Culiacán para la construcción del templo de la ciudad;
(…) como yo creo que los primeros productos de todo industria deben dedicarse a objetos piadosos y de beneficencia, he destinado las primeras 40 (arroba) de mi pequeña fábrica de azúcar, industria que tendrá en breve grande desarrollo en el Estado, 20 (arroba) para que su producto se invierta en gastos del templo católico que está construyéndose en esta capital, y las otras 20 (arroba) para los enfermos del hospital de ese puerto, y para hacer menos insignificante el donativo, he agregado de mi fábrica de tejidos de algodón; 10 pliegos de lienzo liso para sotanas; 10 pliegos cruzados para camisas y calzones; 10 pliegos de colores para pantalones y blusas y 10… (ilegible) de toallas. 415
Esto dista, según nuestras fuentes históricas, de la concepción que de la
beneficencia tenían en el puerto de Mazatlán, donde eran actos civiles en su
mayoría, organizados por comités de beneficencia y la filantropía se justificaba a
partir de ideas sociales de la época y no por ideas teológicas. A fin de cuentas
ambas ciudades experimentaron un proceso de desarrollo social distinto, pero
ambas prácticas tenían una función latente de dominio consensual, de hegemonía,
de condescendencia hacia los pobres, hacia las mayorías.
Una crítica a ambas posturas, aparece en un artículo del diario La Opinión,
señalando líneas adelante que lo importante de la caridad no es dar alimento, o
dinero, sino dar instrucción, preparar a los miserables;
La caridad en metálico o resuelve la cuestión: terminado el dinero la situación es la misma; es una agonía que se prolonga, pero siempre agonía que ha de terminar muerte. La verdadera caridad está en la instrucción. La instrucción salvará a pueblo porque le dará medios con que mantenerse.
Es superior la capacidad de producir, al Capital”.416
En la prensa decimonónica destacaba estos eventos, como sucede con
Adolfo Bartning, quien gana respeto y prestigio social por medio de becar o ser
tutores de estudiantes;
415
AMM, sección independencia presidencia, Caja 45 (antes 32) 1877-1880, Expediente 5. 416
Ibíd., p. 4.
238
En Mazatlán se reciben con mucha frecuencia señoritas de profesoras. El 25 del pasado Junio sufrió examen de recepción la Srita. Gertrudis Marín protegida por el Sr. Adolfo Bartning, célebre en el comercio de aquel puerto por su filantropía.417
La filantropía y beneficencia de la comunidad extranjera del puerto servía
para todas las causas que estuvieran acorde con su concepción de ciudad que se
construía, el caso anterior fue el de la educación tecnológica, que promovían como
la ideal para esa ciudad. Como ya se apuntó, la idea principal que subyacía era la
beneficencia como antídoto contra la miseria generalizada, como se constata en
esta nota de prensa;
Vemos con satisfacción que la filantropía actual combate con energía la miseria que por todas partes ya mostrando su demacrada faz, con
establecimientos de Pública Beneficencia.418
De igual forma, en tiempos del Imperio Francés, la comunidad
estadounidense se sumó en su mayoría a la causa de la República, sobre todo
una parte de la comunidad estadounidense que se encontraba establecida en el
Presidio o Villa Unión. Estados Unidos apoyaba la causa liberal por cuestiones
comerciales sobre todo y de control del tráfico marítimo y de los recursos naturales
de México, que bajo el Imperio de Maximiliano estaban en poder de Europa como
en tiempos coloniales.
Por ello, esta comunidad estadounidense colabora abiertamente y de
distintas maneras en la lucha, como lo deja ver esta nota publicada en el periódico
de la tropa republicana, que se editaba en Culiacán, donde de nueva cuenta sus
prácticas filantrópicas refuerzas la representación simbólica del extranjero, ahora
por medio de un donativo solidario para los hospitales de sangre del ejército de
Occidente.
La información se refiere en específico a la labor y compromiso de una
extranjera Sra. Bowman que desde hace años vive en el puerto, y que;
417
Ibíd. 418
AMM, El Correo de la tarde, Tomo VIII., Núm. 2, 200, martes 20 de septiembre de 1892, Mazatlán, México, p.1.
239
Ni las pérdidas que ha sufrido la casa de la Sra. Bowman con motivo de la guerra, en los negocios y empresas que con tanto sacrificio había establecido el industrioso y emprendedor esposo de la señora han podido desalentarlos ni dejar de continuar prestando los servicios que pueda al gobierno y á nuestras fuerzas facilitando con frecuencia sus trenes de carro y demás para el transporte de nuestros enfermos.419
Esta nota se acompaña de la carta que la misma Sra. Mary A. Bowman
envía desde el Presidio al secretario del gobierno del Estado D. Francisco
Sepúlveda, el día de la celebración del 16 de Septiembre de ese año;
(…) los americanos residentes en el presidio, animados de un sentimiento de filantropía hacia los soldados enfermos y heridos que actualmente se hallan en los hospitales, hemos reunido voluntariamente, y por mi conducto se remite a Ud. la suma de doscientos cinco pesos, y sesenta y ocho centavos como donativo con que contribuimos a favor de dichos
hospitales.420
Las repercusiones sociales de estas acciones, sin duda formaban la
representación social del extranjero en aquellas sociedades, hasta el punto que su
influencia llegaba a toda la región, incluso hasta en Culiacán, su rival económico y
político natural, se respetaba a Mazatlán por aquellas acciones filantrópicas, como
cuando una fenómeno meteorológico devastó gran parte del sur del Estado, sobre
todo Rosario, y se instalaron juntas benéficas para ayudar a los damnificados;
Mucho se espera de lo que en Mazatlán pueda reunirse para aliviar las desgracias por las que han sufrido por las últimas inundaciones: las juntas nombradas por el Prefecto y Ayuntamiento trabajan con estusiasta empeño, y parece que han encontrado á los vecinos, de nuestro primer puerto del Pacífico, enteramente dispuestos á hacer en cuanto esté de su parte para conseguir el objeto que se han propuesto. Mazatlán ha sabido ser siempre pródigo cuando se trata de remediar males agenos. ¡Bien por los mazatlecos!.421
419
AHGES, El Cinco de mayo, No. 24, Sábado 6 de Octubre, 1866, p. 1. 420
La carta muestra una lista de los CC. Norte-americanos residentes en el Presidio que contriburon con dinero para este donativo y asi como los montos de los mismos; L. Bradbury $16; Anderson Y Thompson $20; Brewington y Parker $10; Ricardo Ashton $5; capitán David Shults $2; Dr. E. R. Hardey $5; S. P. Bowman $20; Mary A. Bowman $25; J.D. Gunn $2.50; A.C. Mines $2.50; Hulian, Mules y Barns $15; N.H. Nicolas $2.50; E.J. Cutler y Cia. $50; Eduar K. Dow $5; H.C. Bakes $5; S.M. Myrick $5; E.C. Viarejo $3; A. Alan $2.50; A. W. Thompson $2.50. Ibíd., p. 2. 421
ASHCP, El Correo de Occidente, Culiacán, Rosales, jueves 27 de Octubre de 1887, p.4.
240
A mediados del siglo XIX se puede constatar de igual manera la
importancia económica, política y de cohesión social en el puerto de los
inmigrantes extranjeros, al hacerse presentes en las decisiones del cabildo y en
su financiamiento, como nos lo muestra esta nota publicada en el Semanario
liberal El Pacífico sobre sus importantes contribuciones económicas, cuando la
comisión de hacienda de la Junta patriótica hace públicos los donativos y las
cantidades colectadas, para los festejos de los días 16 y 27 de Septiembre de
aquellos años;
(En el)…aniversario de nuestra emancipación política. Elogiamos de sobremanera la filantropía de los Sres. Extranjeros que voluntariamente han querido subscribirse para cooperar en parte, al regocijo general en las fiestas cívicas de la nación, en que actualmente residen, dándonos con esto una prueba de adhesión y confraternidad.422
Estos son algunos de los aportes más importantes según la nota citada:
Comercio al por mayor extranjero: $161 00
Comercio al por mayor nacional: $83 00
Aduana: $100 00
Municipalidad: $364 00423
Otras muestras de “cofrateridad”, que colinda en filantropía era el dinero
dado a otras organizaciones sociales, independientes de la municipalidad.
Encontramos un testimonio de 1897, año en que la Sociedad de Artesanos Unidos
celebraba su veintiún aniversario. La nota dice que entonces contaba
aproximadamente con 319 miembros, de los cuales una minoría eran obreros, los
demás eran;
(…) titulados socios protectores, son personas de mayor ó menor representación social, no arte-sanos, que se han contraído las obligaciones de socio por simpatía o por mera deferencia y que jamás ejercitan sus derechos permitiendo que la sociedad, con las fuertes entradas de dinero,
422
CREDHIC, Semanario El Pacífico, Septiembre 4 de 1861, Año 1, Núm. 5, p. 4. 423
Ibíd.
241
pueda salvar sus compromisos pecuniarios para comenzar á ser sociedad
libre de gravámenes y dedicada exclusivamente a su objeto.424
Imagen 6: Funcionarios nacionales y extranjeros miembros de la junta de Sanidad y relacionados en otras actividades de beneficencia a finales del siglo XIX. En esas fechas era muy común que los extranjeros participaran directamente en las distintas comisiones del Ayuntamiento en turno, o si no lo hacía por medio de sus representantes o sus aliados nacionales. En los primeros años del puerto muchos fueron regidores y otros pocos se sentaron en la silla de la dirección política del municipio directamente.
5.6 La subjetividad del valor; consumo, propiedad y prestigio social en las
clases dominantes.
El sentido de distinción, refinamiento, superioridad racial y cultural fue otra práctica
que la comunidad extranjera en Mazatlán manifestó a través de la propiedad el
consumo, la indumentaria y el prestigio o legitimación. Las primeras tres pueden
considerarse prácticas materiales, de las cuales se derivaba la representación de
superioridad ante las clases subalternas.
424
Ibíd.
242
Para entender mejor la idea de este apartado, que es la de explicar como
aquellas variables eran formas que revestía la hegemonía cultural por parte de los
extranjeros en el Mazatlán decimonónico, es necesario contemplar la postura
teórica del sociólogo, antropólogo e historiador estadounidense Thorstein Veblen,
quien hace un análisis del surgimiento de la alienación humana partiendo de un
análisis antropológico de las teóricas económicas clásicas.
Su tesis nos dice en grandes líneas, que no se consume sólo para
satisfacer necesidades humanas o para seguir pautas económicas, sino también
el consumo desde una perspectiva sociológica otorga una posición en un sistema
social jerárquico. Esto es, el consumo no se debe analizar sólo desde la
economía porque esto reduce las implicaciones sociales de esta acción humana.
De tal manera que los fenómenos económicos como la propiedad, el valor,
el dinero, las mercancías o bienes, tendrían además de su función económica
manifiesta, una función latente, o sea, no evidente, que se entrelaza en la red de
significados, que es la cultura, ocupando también un lugar en el establecimiento, o
también desequilibrio del orden social.425
Para entender de mejorar manera la doble faz de las acciones sociales, en
este caso del consumo y el prestigio, recurriremos al sociólogo Robert K. Merton,
uno de los teóricos sociales que durante la segunda mitad del siglo XX perfeccionó
en análisis funcionalista estadounidense;
(…) como sociólogos debemos proceder a estudiar las funciones latentes en la adquisición, la acumulación y el consumo, y esas funciones latentes se alejan mucho, en verdad, de las funciones manifiestas. Pero solo cuando se toma un sentido muy alejado de su significado ingenuo o sea, de la función manifiesta puede decirse que ese consumo de bienes ofrece el incentivo del que deriva invariablemente la acumulación.426
De esto se desprende que los bienes materiales como fincas, casas,
indumentaria, joyas, accesorios, servidumbre, etc., de los extranjeros y la clase
425
Uno de los aportes principales de Robert K. Merton al desarrollo del funcionalismo malinowskiano y parsoniano en la teoría social, fue sus conceptos de funciones manifiestas y funciones latentes. 426
Robert King Merton, La Teoría y Estructuras Sociales, FCE, México, 1987, p. 145.
243
dominante, se deben pensar como signos que transmiten significados a los demás
sujetos que los contemplan, en este caso a la clase subalterna. Una definición de
suma importancia, es la que da Veblen sobre la génesis de la propiedad como
práctica cultural históricamente determinada;
Tampoco es la propiedad una noción instintiva, una idea innata profundamente implantada en la naturaleza humana. Por el contrario, es un rasgo cultural adquirido, debe aprenderse (…).427
Desde una perspectiva similar a la Veblen, y alejándose de la postura
económica marxista,428 Lawrence Stone en su estudio sobre la aristocracia inglesa
del siglo XVII, sostiene una idea de la clase social, de la posición social, a partir de
la teoría subjetiva del valor, o sea, determinada por el consumo, el
comportamiento y la imagen que se refleja en la gente que provoca un tratamiento
o una representación social diferente al resto de los no poseedores;
(…) la esencia de la clase social es la forma como tratan a un hombre sus semejantes (y recíprocamente la forma en que este los trata a ellos) no la cualidades o las posesiones que provoquen el tratamiento.429
Entonces diremos que la indumentaria y el lujo no son sólo una forma
suntuaria de consumo para los extranjeros en el Mazatlán decimonónico, sino
también poseen una función latente de distinción social, buen gusto y prestigio que
hacía visible el poder y la jerarquía del orden social, como atestiguaremos en los
siguientes documentos históricos.
El año de 1848 el cónsul de Bélgica en el puerto de Mazatlán era el súbdito
alemán Don Genaro Denghusen, ex socio de la entonces desaparecido firma
comercial alemana Hass, Denghusen y cía, misma que desapareció unos años
atrás debiendo a la Hacienda del puerto $ 28 mil pesos por derechos de
importación.
427
John Patrick Diggins, Thorstein Veblen; teórico de la clase ociosa, FCE, México, 1999, p. 151. 428
Recordemos que Marx, en última instancia, afila el concepto de clase social considerando si el individuo es o no propietario de los medios de producción. 429
Lawrence Stone, The crisis of the aristocracy 1588-1641, Nueva York, 1967, p.8.
244
Como represalia a una acusación ante tribunales hecha por el cónsul, en
contra del titular de la Aduana Marítima, Don Francisco Lerdo de Tejada, bajo la
acusación de haber asaltado su propiedad aprovechando un pronunciamiento del
Gral. Téllez, Lerdo de Tejada revive ante la ley el adeudo a las arcas municipales
y nacionales, dejado por el cónsul al “desaparecer” su casa comercial.
Al asistir a un citatorio de la autoridad correspondiente que ventilaba el
caso, y para mostrar su jerarquía como cónsul extranjero, Denghusen se presenta
con la indumentaria propia de su rango oficial, “vistosos arreos de gran gala que en
las ceremonias de aquella época, era de rigor que lucieran los miembros del cuerpo
consular”,430 pero ante la acusación en su contra, el alemán pierde el control y de
forma altanera y grosera insulta al juez, ocasionado que lo envíen preso al cuartel
15 del batallón de manera inmediata.
Así todo el respeto, la distinción y el prestigio que con su vestido quiso
demostrar este alemán defraudador del fisco y petulante, al igual que otros
extranjeros de la época fueron comerciantes y representantes de poderosas casas
comerciales y posteriormente o a la vez cónsules de sus países, se desmoronó a
los ojos sorprendidos del pueblo de Mazatlán que fue testigo de aquel hecho;
El vecindario de Mazatlán disfrutó aquel día -27 de octubre de mil ochocientos cuarenta y ocho-, el extraordinario espectáculo que ofrecía un gallardo extranjero tocado con sombrero de picos, enfundado en flamante casaca recamada de áureos entorchados y calzado con lustrosos botines de charol, caminando por el centro de las calles polvorientas, bajo la custodia de un grueso pelotón de pelones mal uniformados y ariscos.431
Como era de esperarse la comunidad extranjera y otros aliados nacionales
impidieron que el cónsul belga pasara una sola noche en la cárcel, pero aunque
fuese por unos momentos la imagen hegemónica de la indumentaria se
distorsionó por unos momentos, dejando al extranjero estafador como en aquella
historia del traje invisible del emperador, desnudo antes los ojos de la multitud.
430
Manuel Estrada Rousseau, “Postas de historia sinaloense, Ex comerciante, cónsul y mártir”, en Letras de Sinaloa, No. 32, 15 de agosto de 1952, Culiacán, Sinaloa, p. 29. 431
Ibíd., p. 30.
245
El prestigio y reconocimiento social era también una facultad que otorgaba
la cercanía ya fuera en amistad, negocios y por casamiento, con la comunidad
extranjera del puerto. Siendo el caso de Francisco Romanillos, hijo político de
Manuel Mallén, quien fuera una de los comerciantes pioneros del primer Mazatlán,
y vocal en varios cabildos municipales de la época. Romanillos fue un reconocido
abogado de la ciudad, regidor en varias ocasiones y alcalde en tiempos del
ayuntamiento imperial.432
Otro caso que hemos fichado sobre el trato distinguido al extranjero, sucede
en el año de 1890 al ventilarse en el periódico más influyente de la época una
información sobre manejos dudosos que se están haciendo con el presupuesto de
Hospital Civil, a razón de una función teatral de beneficencia dada para aportar
fondos ha dicho nosocomio. Por tal motivo el presidente municipal, Jesús Escovar,
comisionado a su vez del Hospital, presenta ante el ayuntamiento la propuesta de
formar una comisión de honorables que visite el Hospital y posteriormente emita
su dictamen;
(…) el cabildo aprobó la proposición de Escovar y nombró para intergrar la comisión de referencia a las señoras Plácida Echeguren, Sabina Machado de Reynaud, Leticia H. de O‟Ryan y Carlota V. de Almada y a los señores Guillermo Hass, Joaquín Redo, Guillermo Sowerbutts y licenciado Carlos F.
Galán.433
El control de la conducta social a partir de normas que dictaban la moral
pública, fue otro aspecto donde los extranjeros hegemonizaron los
comportamientos culturales apropiados para la ciudad, según el ejemplo de su
comportamiento. Se prohibió andar en calzón de manta, bañarse desnudos en la
playa hasta ciertas actividades lúdicas que involucraban el cuerpo fueron objeto de
desprecio, ante formas y modales propios de las sociedades europeas
modernas.434
432
Se les recuerda porque fueron la única familia que tenía un panteón particular para sepultar a los miembros de su familia Oses Cole, Las Viejas calles de Mazatlán…op, cit., p. 40. 433
Oses Cole, Las viejas calles de Mazatlán, Visión Impresa, Culiacán, México, 2004, p. 31. 434
Los modales (…) son en parte un refinamiento del gesto y en parte son vestigios simbólicos y establecidos por convención que representan antiguos actos de dominio o de servicio o contacto
246
Así, el bando de policía sirvió las veces de eco de las propuestas de
extranjeros para normar el comportamiento de la población según sus hábitos y
costumbres, como se manifiesta en la petición del Sr. Dugahon del día 7 de Junio,
para que se manden imprimir 200 ejemplares del reglamento de policía;
(…) o los que sean necesarios para que los habitantes de esta ciudad se impongan de todos los artículos y no aleguen ignorancia, con el fin de que sepan que se tiene que asear con la regularidad debida.435
Observar más detenidamente este mundo de modales aburguesados,
modernos, occidentales, civilizados, es posible si prestamos atención a un espacio
de interacción social efímero, itinerante, más no improvisado, donde se reproducía
constantemente. En él los participantes se renovaban siempre pero bajo un mismo
referente cultural; este mundo era el de los buques de vapor, los llamados palacios
flotantes, que llevaban a la clase dominante extranjera en su ruta de San
Francisco por todo el océano Pacífico hasta los Estados Unidos y Europa, ya fuera
por el canal de Panamá o el estrecho de Magallanes. En este caso se hablará del
Vapor Granada;
En el interior, por pisos que comunican régias escaleras, están el amplísimo corredor con sus lámparas, alfombras y muebles riquísimos, y en el piso superior, cuyo techo es la cubierta, hay un salón espléndido con espejos y sofaes riquísimos, mesas y sillones y un soberbio piano que suele ser solaz y contento de la tripulación cuando el dios de las aguas echa una cana al aire. Sobre la cubierta está la elegante estancia del capitán, contigua á un precioso gabinete destinado a los fumadores. Sombrea la cubierta tendida lona, bajo la que están colocados cómodos asientos de bejuco, ocupados día y noche por los que se recrean con el
espectáculo siempre nuevo y sorprendente del mar.436
En ese palacio flotante, como le llama Guillermo Prieto, se contaba con
todas las necesidades que fueran acorde con el estilo de vida extranjero, burgués
personal. En gran parte son una expresión de la relación de la posición: pantomima simbólica del dominio por una parte y del sometimiento por la otra. John Patrick Diggins,…op, cit., p. 219. 435
AMM, Actas del Ayuntamiento de la ciudad de Mazatlán 1867, Tomo I, Sesión del 17 de Febrero de 1867, p. 164. 436
Guillermo Prieto, Viaje á los Estados Unidos, Imprenta del comercio de Dublan y Comp.,
México, 1877, p.5.
247
y moderno. Sobre la composición social y étnica de sus acompañantes en este
viaje rumbo a San Francisco, nos dice;
(…) mis compañeros de viaje (…) eran ladys deliciosas , entre las que abundaban personas de esmerada educación; había una Sussy dulce y melancólica como la estrella de occidente cuando brilla solitaria sobre las montañas de mi patria; una Emma poétiea como una pasionaria viéndose en las aguas del lago dormido; una Katty bulliciosa y sensual como una inspiración maliciosa de Lecoq, y una Lora sentimental como una melodía de Shubert. Por supuesto no faltaba una literata que iba por impresiones á la California, ni una buena esposa que corría tras del marido escurridizo, ni una víctima que iba a gestionar su divorcio de una especie de tigre feroz que había marchitado en flor su juventud. Había viajeros pacíficos de distinguida clase (…) un acreditado doctor homeópata y su linda esposa (…) la servidumbre era toda de chinos. No dejó de excitar nuestra curiosidad el conocimiento con estos bípedos que están metiendo tanto ruido (…) la parte masculina eran negociantes o viajeros retraidos, aventureros alegres y buenos bebedores y la colonia mexicana en perpetuo movimiento por todos los vericuetos de la embarcación (…) pocos de nuestro compañeros sabían inglés, y también por desgracia, pocos viajeros, esencialmente viajeras, conocían el español.437
Después, un piano amenizó la noche, donde todos cantaron y bebieron
hasta largar horas, mezclándose las lenguas distintas en una sola voz. Al llegar a
Mazatlán, el autor nos describe su visión del entorno natural, que no tiene mucho
de rescatar. Lo que si valdrá la pena para nuestros fines, se presenta cuando el
buque cambia inesperadamente sus planes después de qué, “dirigiéndose al vapor
como una parvada de aves, algunos botes oficiales, otros rodearon el buque como
hormigas un terrón de azúcar”,438 se les dijera que irían directamente a San
Francisco sin desembarcar.
Antes de retomar su rumbo por las cálidas y serenas aguas del mar bermejo,
abordaron al Granada;
(…) los Srs. “Kelly, Ferreira y otros nobles caballeros que nos hicieron generosas ofertas y se apresuraron á aliviar la suerte de los compañeros (…) yo recibí especiales atenciones de mis amigos Joaquín Redo y su Esposa, honra y decoro de las matronas de mi patria (…).439
437
Ibíd., pp. 8-9. 438
Ibíd., p. 4. 439
Ibíd.
248
En los pequeños botes que se acercaron como parvada de pájaros al
buque, desembarcó a Mazatlán parte de la comunidad que se improvisó en los
días anteriores de viaje, provocando en nuestro testigo histórico, una
representación de estos hombres y mujeres que iban de puerto en puerto en
busca de futuro y que a sus ojos -y sobre todo según la mentalidad colectiva que
compartía con todos ellos- eran; Hombres heroicos, corazones nobles, caballeros
sacrificados a la idea del deber (…)440
Sin embargo al volver la proa su mirada a San Francisco, la comunidad
efímera del vapor Granada -esa muestra de laboratorio de las prácticas y
representaciones culturales en que se perfilaba la mentalidad de una nueva
época- se regenera poco a poco, y al caer la noche el piano tararea una melodía
de Shubert que conmueve a todos los presentes. Momentos después, un chino
anuncia el momento de la cena golpeando el gongo, instrumento que hace las
veces de campana;
La gula tiene un culto especial en un buque; se toma té, se toma lonche, se come, se cena, se vuelve a tomar té y las quijadas pueden resolver el movimiento perpetuo con poquísimo esfuerzo (…) la mesa está cubierta de platos y escudillas pequeñas con majares (…) llega el manjar, y caldo o carne todo es uno, llueven polvos, vinagres, melazas, el caos de los sabores la Babel de los tósigos; aquello se devora y su hervor se apaga con cerveza o se inunda de agua, varias veces nauseabunda (…).441
Luego a lo mismo; al bar, al piano, a los cantos a las caras de inglesas,
francesas, estadounidenses, alemanes, mexicanos, mientras los chinos limpian
todo para que el próximo día vuelva otra vez a iluminarse aquel mundo nuevo y
pequeño sobre los mares del siglo XIX.442
Ahora veremos algo del consumo de esta clase dominante dirigida por los
extranjeros de Mazatlán. Constante en los testimonios de la época así como en la
440
Ibíd. 441
Ibíd., pp. 15-16. 442
De esto nos surge una pregunta: Entonces, ¿cuál personalidad, cuáles prácticas culturales están más acorde con los registros de la actividad extranjera en Mazatlán; el capitalista aburguesado en busca de posición social, lujos, comodidades y ocio; o el capitalista dominado por la ética protestante del trabajo y el rechazo al consumo indulgente como medio de salvación terrenal ante la furia de dios?
249
prensa, fueron los anuncios y referencia a productos exclusivos, mercancías
suntuarias que otorgaban una pauta de distinción. Este tipo de consumo, era
realizado por los dos grupos que formaban la clase dominante de la época, las
familias notables y la comunidad extranjera, y los obtenían de las casas
comerciales y de las importaciones de bienes suntuarios. Entre ellos podemos
mencionar;
Relojería Alemana de Luis Loeske. Surtido de alhajas y relojes finos.
Fabrica de Calzado de Calisher y Jacobs. La primera y más acreditada donde se
encuentran constantemente el más grande y mejor surtido de todas clases de calzado.
Nueva fábrica de Calzado La Mazatleca J. Ballick y H. calzado para señores,
señoras y niños.
Rogers y Marshall. Joyeros. Ejecutan toda clase de trabajos de joyería-Montan
diamante y perlas a la última moda.
El mundo ilustrado. Biblioteca de las familias. Instrucción y recreo. Edición
monumental.
Galería fotográfica del señor Zaber. 443
A fines del siglo XIX, un artículo que otorgaba esa distinción y elegancia,
una práctica que funcionaba como forma externa de hegemonía cultural, era el
monóculo. Algunos de los miembros de las clases dominantes sobre todo
extranjeros, lo utilizaban como objeto de distinción aunque su salud visual no lo
necesitara. Una nota de prensa así lo demuestra, a falta de fotografías o imágenes
de la época;
El Monóluco. Es muy extraño que esta moda tan elegante no haya invadido á Mazatlán. No faltan sin embargo, personas de buena figura, de edad media o menor, que no gozan de buena vista y necesitan lentes. Los anteojos o espejuelos no dan a la fisonomía el mismo aire de inteligencia, nobleza y distinción. Parecen algo así como parches que esconden ó por lo menos disimulan alguna lacrimosa enfermedad. El monóculo, vidrio redondo que con arte se sostiene ante un solo ojo, ya sea el derecho ó el izquierdo, es hasta un objeto de lujo, y muchos jóvenes de la más alta
443
Esta selección de anuncios se tomaron del diario El Monitor del Pacífico durante el mes de agosto de 1878.
250
sociedad lo usan sin graduación alguna, porque no lo necesitan, pero para mejor acrecentar sus miradas conquistadoras (…) una sola casa de París tiene el privilegio de venderlos y una que otra persona amiga nuestra de este puerto que ha experimentado este nuevo descubrimiento, declara
reconocer su positivo mérito.444
Imagen 7: Escena de una familiar extranjera de la época. Las clases dominantes fueron las únicas que tuvieron el privilegio que legar las presentes fotos familiares como estas. La tecnología era parte de sus objetos de consumo, como también lo era la indumentaria. Su vestimenta no era solamente cubrir una necesidad, sino principalmente lo era para exhibir sus códigos culturales de distinción y supremacía social. Esto reforzaba su imagen como grupo dirigente, hegemónico. Es de resaltar en esta imagen el sentido de distinción otorgado por sus peinados y su indumentaria tanto en hombres, mujeres y niños. También la decoración de este interior de casa nos permite conocer el decorado y los objetos propios de su posición social.
En un intento de nuestra parte por comparar y mostrar las diferencias tanto
en la indumentaria, como en los gestos, semblantes y actividades propias de su
vida cotidiana, entre las familias de las clases dirigentes y las clases subalternas,
mostramos la siguiente fotografía.
444
AMM, El Correo de la tarde, Tomo XII., Núm. 3, 778, sábado 20 de marzo de 1897, Mazatlán, México, p.1.
251
Imagen 8: Esta imagen es quizá la más cerca que exista a un retrato familiar de las clases subalternas. Al compararla con la fotografía de estudio de la familia extranjera observamos que la indumentaria jugaba un papel importante en la diferenciación social y cultural de la época. Ni que decir de las actividades cotidianas con lo fue abastecerse de agua. Más evidente resulta quizá en los niños que aparecen en ambas fotografías; unos aparecen sentados en fastuosos cojines
mientras que los otros acarrean agua a sus casas con los pies descalzos.
Recordaremos ahora, el viaje ya comentado del estadounidense Maxwell
por la virginal costa del noroeste del Pacífico mexicano hacia 1849, ya que nos
muestra varios aspectos a considerar al momento de intentar comprender sus
descripciones y juicios de la sociedad que observaba como fuentes
historiográficas.
Este estadounidense como muchos otros extranjeros que viajaban por
razones imperialistas ya fuera en misiones militares, comerciales o científicas,
pertenecían a un grupo selecto de toda aquella masa humana que se trasladaba
por el mundo. La relación con los pueblos que visitaban era analítica, no sólo por
las lecturas de libros y tratados escritos por europeos sobre las bondades y
peligros de nuestro país, sino por el contacto que hacían al desembarcar con las
clases dominantes, que estaban informadas y tomaban partido en cuestiones
políticas, económicas y sociales de la época.
252
Por tanto, estos actores sociales nos permiten conocer cómo era ese
mundo elitistas, racista y proimperialista promovido y experimento en su vida
cotidiana por aquellos grupos hegemónicos. Así, después de dejar Mazatlán tras
su primera visita al puerto, Waxwell desembarca en Guaymas, y posteriormente se
dirige a Hermosillo, donde nos permite conocer aspecto de la vida de las clases
dominantes extranjeras que por la conformación económica, política, cultural y
social del noroeste mexicano, no debe ser muy distante de lo sucedido en otras
ciudades de la región, incluido Mazatlán.
Yo estaba agradablemente decepcionado, en lugar de una miserable aldea mexicana, me encontraba en una gran (…) ciudad, con muchas casas grandes y hermosas, deteniéndose nuestro vehículo en una de las más vistosas. Me sentí algo avergonzado de mi traje y la barba sin cortar producto de nuestro viaje, cuando al desmontar me encuentro en la puerta con mujeres de aspecto elegante y bellamente vestidas, poco frecuente en México por su apariencia de tez justa, y vestidas a la moda que usan las mujeres de nuestros países. Ellas expresaron su sorpresa por habernos aventurado a transitar esos caminos acompañados por un grupo tan pequeño. Para mostrarme mi cuarto, cruzamos un patio hacia un lado del edificio y entramos a un pequeño y buen amueblado estudio que comunicaba con unan amplia sala de dibujo, con elegantes alfombras y bien equipada, muy distintas en su tipo a las de México. En el estudio u oficina, me presentaron a una fina persona de aspecto caballeroso, Señor, con la cual me dejaron. Este caballero nativo de España fue una de las personas más agradables que el azar me ha hecho conocer. Era un hombre de la inteligencia y la lectura. En los temas políticos tuvimos ideas
afines, llegando a las mismas conclusiones.445
Otra información que nos deja esa estancia de Maxwell en Hermosillo en
casa de un rico extranjero español, es la descripción de un cuarto de mujer
445
I was agreeably disappointed; instead of a miserable Mexican village, I found myself in quite (…) city, containing many large and handsome houses, at one of the most showy of which our vehicle stopped. I felt a little mortified at my traveled garb and unshorn beard, when, dismounting, I found myself met at the door by several stylish-looking and handsomely-dressed females, very un-Mexican in their appearance, being fair complexioned, and attired in the fashion of our own ladies. They all expressed surprise at our having ventured upon the road with so small a party. When about to be shown to my apartment, I was conducted across a courtyard, to a wing of the building, and ushered into a small and handsomely furnished study, which communicated with a large and elegantly carpeted and furnished drawing-room, very unlike a naked Mexican sala. In the study, or office, I was presented to a fine, gentlemanly looking person, Senior, and committed to his charge. This gentleman was a native of Spain, and one of the most agreeable persons with whom chance has made me acquainted. He was a man of intelligence and reading. Upon political topics we had kindred thoughts, and had reached the same conclusions.
W. M. Waxwell Wood, Wandering sketches…op. cit., pp. 323-324.
253
perteneciente a esas clases dominantes. Esto nos permite conocer aspectos del
consumo, la indumentaria, así como el lujo en que vivían estos grupos sociales
hegemónicos;
Mi habitación está lista y el Señor me conduce a ella. Estaba en la primera planta y daba a las flores y arbustos que adornaban el patio. Una mirada me dijo que estaba en la alcoba de una dama. Una hermosa alfombra cubría el suelo, en un rincón estaba la cama con unas finas cortinas blancas con bordes de cordones, cayendo por debajo de un cielo raso de cenefa azul. La colcha estaba ricamente bordada de seda verde, y la comodidad de un satín acolchado. En la esquina opuesta había otra cama adornada de manera similar, los colores eran marrón y entre las dos había un magnífico piano. Sobre la mesa y en la alcoba había elegante joyería de
mujer.446
Esta misma ostentación de objetos lujosos provenientes del extranjeros en
su mayoría, se extendía no sólo a la persona, sino a sus casas, comercios, medios
de transporte y lugares de sociabilidad, como lo muestra un dictamen del 31 de
Julio de 1868, donde la comisión de Hacienda autoriza la propuesta de la comisión
de Ornato, para comprar directamente de Europa los sofás de fierro para la
plazuela de Machado.447 Esta “inversión” municipal de importación poco común, se
haría con la intervención del Francés Don Federico Reynauld que estará de viaje
por París y pagará el costo de los mismos para que después el ayuntamiento le
reponga esa inversión;
446
My room being announced as ready, Senor conducted me to it. It was on the first floor of, this wing and opened upon the flowers and shrubs, which ornamented the courtyard. A glance showed that I was in a lady's apartment. A handsome carpet covered the floor; in one corner stood abed, with fine, white curtains, having laced edges, falling from beneath a sky-blue satin valance. The counterpane was to richly embroidered pea-green silk, and the comfort of quilted satin. In the opposite corner stood another bed, similarly furnished, the colors being maroon; and between the two, a handsome piano. On the table, and about the apartment, were the various elegant bijouteries of woman's taste. Ibíd., p. 324. 447
La plazuela de Machado fue desde siempre espacio social donde la élite local y extranjera socializaba. En los inicios de la ciudad en la década de 1830, ese espacio era parte de la finca de Juan Nepomuceno Machado, comerciante español-filipino que varios testimonios de viajeros extranjeros ubican como unos de los fundadores del puerto. Fue uno de los extranjeros más importantes en la primera mitad del siglo XIX, lugar que tras su muerte ocuparía otro español, de la dinastía de los Echeguren. Así la plazuela de Machado era el patio o jardín de la finca del Sr. Machado hasta que fue cedida para ser la plazuela principal de la ciudad, pero nunca dejó de ser punto de referencia para las clases dominantes al encontrarse en la parte colindante con las principales casas comerciales y la calle principal. Los portales de la finca del italiano Canobbio, y posteriormente el establecimiento del Club Alemán frente a ella, y del teatro del Recreo, son otras razones para pensar lo anterior.
254
Encárguese a la comisión de ornato para pedir al Sr. Dn. Federico Reynaud de París, veinte sofás de fierro para la plazuela de Machado. El costo de dichos sofás no excederá de $400 en junto, con escepción de los derechos de importación. La comisión de ornato presentará al ayuntamiento varios modelos para que se elija el más sencillo y elegantes. Se avisará a la tesorería que en la primera oportunidad separe la cantidad de $400 para reembolsarlos al Sr. Reynauld cuando lo exija”.448
Sin embargo la riqueza ostentada por los extranjeros en Mazatlán también
les costó la vida, como lo menciona esta nota publicada en el boletín especial del
gobierno de Tepic en mayo de 1874, en donde informaba el momento de alarma
que vivía el puerto o mejor dicho los ricos del lugar;
En la semana psada como anunciamos en nuestro número anterior, fue asesinado el americano Jhon Dimbar en los suburbios de esta población, probablemente despu´pes de haberlo tenido encerrado los malechores un día entero, y el 13 de este, el muy conocido y recomendable Abraham Straus, americano también, se desapareció con una caja de alhajas, en que comerciaba, por valor de tres o cuatro mil pesos. El ciudadano prefercto luego que tuvo noticia de la desaparición de Strau, desplegó para encontrarlo, una actividad que le ha hecho honor, y al fin hasta el siguiente día como a las once de la mañana, después de haber cateado casi todas las casas, fue encontrado su cadáver en una desocupada de la porpiedad de la señora D.a Estéfana Galindo, ubicada en la calle del Ángel. ¡Catorce puñaladas recibió aquel desgraciado¡ y su caja fracturada y sin una sola alhaja , fue encontrada cerca de él.449
Sin duda el control de la diversiones populares era una forma de establecer
pautas sociales nuevas y modernas en las sociedad mexicana del siglo XIX,
porque no era un fenómeno regional o local solamente. Pero como en el caso que
presentaremos, que causó un debate extenso entre los regidores del
ayuntamiento, la prohibición de ciertas formas de entretenimiento donde se
involucraba el cuerpo, eran consideraba en contra de la moral pública, cuando las
realizaban en la calle algunas personas que formaban las clases subalternas.
Por otra parte, si quien las realizaba era un extranjero en un teatro
representaban una forma de entretenimiento civilizada y artística. Fue un día de
Julio de 1868, cuando llegó al puerto de Mazatlán un forastero pidiendo licencia
448
Ibíd., p. 88. 449
ASHCP, Boletín oficial del Gobierno del distrito, Tomo I, núm. 61, Tepic, Sábado 23 de mayo de 1874, p. 3.
255
en el ayuntamiento para realizar funciones públicas de maromas. Al momento de
ser remitido con el tesorero para el pago de la misma, este informa que esa clase
de diversiones están prohibidas y considerados como vagos a los que la practican.
Pero el C. Guzmán recordó que esa ley fue expedida en tiempos de “la dictadura
de Santana”, y que no debe considerar en vigor porque va en contra del artículo
4to. de la Constitución de la República.
A su vez el C. Calderón aseguró que una ley de 1862 también prohibía
este tipo de diversiones pero que en la actualidad debían regirse por lo dicho en la
Carta Magna. No encontrando en la ley municipal vigente una disposición que se
opusiera a este tipo de espectáculos en particular, y considerándola
“suficientemente disentido” el asunto, se le otorgó la licencia con pago mínimo al
solicitante.450
Un mes después este caso volverá a ser parte de la cosa pública desatando
una brava polémica entre los síndicos, la cual nos permitirá observar las
consideración y prejuicios que la moral oficial y extranjera locales tenían sobre las
manifestaciones de cultura popular y sus prácticas en el puerto de Mazatlán, así
como las tendencias sociales y políticas más acorde con la postura liberal de la
federación que se manifestaban en las decisiones políticas del puerto.
El día 21 de Agosto el cabildo bajo la presidencia de C. Zúñiga recibe la
queja del mismo forastero C. González, sobre “el perjuicio que causan a sus
funciones de maromas las diversiones que por jóvenes aficionados se han
establecido en esta ciudad”.451
El síndico Valadés responde a la petición diciendo que el ayuntamiento no debería
permitir;
(…) esta clase de diversiones por que los individuos que las representan están considerados por la ley como vagos y mal entretenidos que la policía debía perseguir. Que la corporación no sólo debe desechar la pretensión del C. Gonzáles, sino que terminantemente debía prohibirse sus representaciones en lo sucesivo; que lo mismo se debe hacerse con los jóvenes aficionados que se ocupan de iguales diversiones, por que estos
450
AMM, Actas del Ayuntamiento de la ciudad de Mazatlán, 1868, Tomo II, Julio, p.30. 451
Ibíd., p. 125.
256
además de cometer faltas de inmoralidad tanto en sus acciones como en sus dichos y versos indecorosos, son muchachos que debían estar en la escuela antes que dedicarse a una carrera vergonzosa en la que indudablemente contraerán malas costumbres y vicios irreversibles, resultando de esto el estrago de la civilización y el prejuicio de la sociedad
(…)”.452
La moción de Valadés es secundado por el síndico Cortés, remitiéndose a
una ley publicada por el Congreso del Estado el 20 de noviembre del año 1860,
que prohíbe las representaciones de títeres, maromas y todas las demás de esta
naturaleza, pidiendo junto con Valadés que el ayuntamiento obre conforme a esta
disposición.
Será el síndico Calderón quién argumente a favor de esta práctica al no
encontrar ninguna objeción a estas diversiones y trabajo en la Constitución de la
República;
(…) todo hombre es libre para abrazar, la profesión, ejercicio o trabajo que le acomode siendo útil y honesto (…) que los hombres que se emplean en esta clase de ejercicio o industria para mantenerse, no perjudican en nada al pudor público para prohibirse (…) por tal motivo creé que la ley que ha presentado el C. Cortés no está de acuerdo con el art. 4º de la Constitución
y duda que esté vigente.453
Fuera de la disputa ideológica se plantean las mociones pragmáticas del
Síndico Ferreira, quien opina en su momento, que la discusión se está desviando
del punto principal que es si se prohíbe o no a los jóvenes aficionados representar
las funciones de maromas, por lo que desecha este pretensión diciendo que toda
persona tiene el derecho de hacerlo, y si hubiera faltas a la moral en ello ya sería
otra situación que la policía debí resolver conforme a la ley. De igual manera, el
Presidente del ayuntamiento opina que le parece justo que los aficionados
paguen, la cuota que se le cobró al forastero González para dar las funciones de
maromas, sin embargo, estaría por que se prohibieron ya que los muchachos
deberían estar en la escuela.
452
Ibíd., p.126. 453
Ibíd.
257
El 25 de agosto se dio lectura al dictamen que la comisión de diversiones
hizo de la propuesta de Valades a todos los regidores para su discusión.
De nueva cuenta la comisión expone las dos posiciones del debate; una
que se sostiene en la libertad del hombre de ejercer cualquier profesión siempre
que no dañe a terceros, consagrada en la Constitución Federal, y la disposición
estatal del día 2 de diciembre de 1861 que dice en su artículo 1. Fracción 6;
Serán considerados como vagos los que andar por las calles o de pueblo a otro con títeres o algunos instrumentos de música ó de otra clase, con animales adiestrados, chuzas, dados ú otros juegos de suerte y azar para ganar su subsistencia.454
La discusión se reinicia al presentar la comisión de diversión un dictamen
que desecha la propuesta de Valadés pero se inclina por acatar lo señala por la
ley estatal de diciembre de 1861. Básicamente rechaza su postura por la comisión
de palabra del síndico Medrano porque esta ley no menciona entre las actividades
a prohibir las maromas y acrobacias.
Sin embargo el mismo da lectura al artículo 2º de dicha ley, en donde interpreta de
nuevo que;
(…) se ve los individuos que entran en este ejercicio de maromas y títeres son vagos; porque tal ejercicio no le parece el modo honesto de vivir, supuesto que ninguna honestidad puede haber en las volteretas, cuadros o exhibiciones indecorosas, así como en las canciones inmorales, versos y dichos insolentes: que son vagos indecentes porque no puede haber
decencia en tales representaciones y todas las de esta clase (…).455
Calderón sostiene de nuevo que no hay infracción a la ley por las maromas
y canciones o versos, y que no son actividades inmorales per se, pero si se
presentara el caso de que algunos individuos se excedieran en sus dichos o
acciones la policía debía actuar en defensa de la moral pública. Sin embargo, su
argumento se dirige después a cuestionar frontalmente la postura de Valades, y a
su vez de toda una visión existente en el puerto y en país sobre la representación
y privilegios que se dan a los extranjeros en comparación con los mexicanos;
454
Ibíd., p.130. 455
Ibíd., p.131.
258
(…) extraña mucho la insistencia del C. Valades para que se prohíban estas diversiones, cuando debía observar que estas mismas diversiones han sido representadas por la compañía Chiarini en toda la República, y aún en esta ciudad donde fueron recibidos con aplausos: ó ¿podrá considerarse al Sr. Chiarini con más libertad que a los mexicanos para dar sus funciones? (…) la Constitución habla terminantemente en este
sentido.456
Ante este ataque el síndico Valades toma la palabra para desmentir esas
sugerencias ya que, “se manifiesta de ideas democráticas y por lo tanto adicto a la
civilización y a los adelantos de los pueblos”.457
Para terminar la discusión, el síndico Ferreira toma la palabra y en su parte
más significativa secunda la sugerencia de Calderón, de no hallar inmoralidad en
ellas y además de que son diversiones que agradan al público;
(…) que no ve la razón para que se pretenda prohibir tales diversiones más cuando a Chiarini y a otros estranjeros se les ha permitido y se les permitirá siempre que vengan a dar sus funciones: ¿Por qué pues no se les deja en
la misma libertad a los mejicanos?.458
5.6. La retórica de la dominación: la ciudad-puerto de Mazatlán como un
texto.
Como se ha mencionado a lo largo de esta investigación, la ciudad-puerto de
Mazatlán lleva en sus genes la impronta cultural extranjera. En esta sección,
expondremos de qué manera su edificación, funcionalidad, arquitectura así como
las distintas representaciones que de ellas se crearon desde su surgimiento a
inicios del siglo XIX hasta finales del mismo, tuvieron una función en el espacio
social de garantes de hegemonía cultural. Estos es, el diseño urbano y la
arquitectura –el paisaje- de la ciudad-puerto de Mazatlán no sólo deben ser
analizados por sus cualidades culturales, sino también como otra manifestación de
dominación y dirigencia por parte del grupo dominante extranjero.
456
Ibíd. 457
Ibíd. 458
Ibíd., p.133.
259
Gobernar es poblar (o lo que es lo mismo, Dominar es poblar).
La ideología racial y civilizatoria sudamericana durante el siglo XIX, siguió al pie de
la letra esa frase de guerra acuñada con Juan B. Alberdi; gobernar es poblar. A fin
de cuentas con ella se buscaba justificar la inmigración extranjera en esas
regiones así como un plan nacional dirigido a exterminar indígenas y expropiar sus
tierras. Pero la frase encierra otras cosas, como bien lo decía el mismo Alberdi;
gobernar era civilizar, era dominar; Gobernar era poblar pero siguiendo las formas
de vida de la Europea capitalista-ilustrada.459
Una idea similar plantearon los diputados de las entonces Provincias
Internas de Occidente en 1822. Al referir los bienes naturales con que cuenta las
cuatro provincias, se advierte por los diputados que el poblamiento es fundamental
para gobernar esos territorios escasamente habitados;
(…) pero su estado no corresponde á estas ventajosas proporciones, porque falta la población, y la experiencia de todos los países acredita aquella verdad y elemento político de que ni los metales preciosos, ni los demás bienes hacen felices á los pueblos, si les falta el buen régimen, la industria, y la vida laboriosa de sus habitantes, según ha sucedido en aquellos desgraciados territorios, por causas tan antiguas como su descubrimiento.460
Es por ello que también en el noroeste mexicano el poblamiento paulatino
de sus costas durante el siglo XIX implicó un proceso de dominación; fue
gobernado desde sus inicios por el mercado capitalista con sus leyes dictadas por
459
En su explicación a su obra cumbre, Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina, dice Alberdi; ¿Por qué razón he dicho que en Sud América, gobernar es poblar, y en qué sentido es esto una verdad incuestionable? -Porque poblar, repito, es instruir, educar, moralizar, mejorar la raza; es enriquecer, civilizar, fortalecer y afirmar la libertad del país, dándole la inteligencia y la costumbre de su propio gobierno y los medios de ejercerlo. Esto solo basta para ver que no toda población es igual a toda población, para producir esos resultados. Poblar es enriquecer cuando se puebla con gente inteligente en la industria y habituada al trabajo que produce y enriquece. Poblar es civilizar cuando se puebla con gente civilizada, es decir, con pobladores de la Europa civilizada. Por eso he dicho en la Constitución que el gobierno debe fomentar la inmigración europea. Pero poblar no es civilizar, sino embrutecer, cuando se puebla con chinos y con indios de Asia y con negros de África. Poblar es apestar, corromper, degenerar, envenenar un país, cuando en vez de poblarlo con la flor de la población trabajadora de Europa, se le puebla con la basura de la Europa atrasada o menos culta. Juan B. Alberdi, Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina (tomando de las páginas explicativas del autor; versión electrónica-wikisource), París, 1879. 460
Juan Manuel Riesgo (et al.), Memoria sobre las proporciones naturales de las provincias internas occidentales…op. cit., pp. 7-8.
260
la mano invisible y ejecutadas por los extranjeros que llegaron a dirigir los destinos
de la región. 461
Así en un lapso de 20 años se transformó todo lo que supuestamente no
pudo hacerse en 300 de colonialismo. El embarcadero pasó de playa norte a playa
sur, se trasladó la aduana desde Rosario hasta su lugar actual, posteriormente, y
esto no en un lapso mayor a cuarenta años, se edificó la base urbana donde
germinaría el puerto más importante del Pacífico Mexicano. Y todo, como se
argumentó históricamente en el capítulo cuarto, gracias a dos fenómenos sociales
más fuerte que cualquier fenómeno natural, sea el famoso “zancudero”, los
pantanos, el clima, etc.; el comercio internacional y la explotación, depredación y
contrabando de los minerales de la Sierra Madre Occidental.
Imagen 9: Dibujo de un paisaje natural de Mazatlán. La Isla del Crestón sobre sale junto con dos embarcaciones de vela que se aproximan a la fondeadero. La obra se titula Mouillage de Mazatlan y fue hecha por Paul Emmert (1826-1867) en técnica de lápiz y pintura blanca en formato de 16 x 24,3 cm. Es parte de la colección de la Biblioteca Brancroft de dibujos de California y México.
461
Hemos mencionamos con anterioridad nuestra tesis sobre la no fundación o poblamiento en tiempos coloniales de la bahía de Mazatlán, pero lo recordaremos con el fin de continuar con este razonamiento; desde nuestra lectura teórico-contextual del hecho, negamos que razones inherentes a la zona de la bahía ocasionaran de manera efectiva su no poblamiento en aquellos años, sino más bien esto se debió al nulo desarrollo social y económico que presentaba la región con respecto a la capacidad y necesidad de habilitar un puerto, en un espacio social donde la corona española no puso su atención, o sea, no pudo dominar por completo, sino hasta ya finalizada la colonia en el intento de las reformas borbónicas. Las condiciones históricas para que esto sucediera se dan hasta la segunda mitad del siglo XVIII, con el empuje del comercio marítimo mundial, el rápido desarrollo de las colonias europeas de Norteamérica y el inicio de la industrialización Inglesa terminaron para siempre con el monopolio jurídico del mar pacífico en toda la América Española.
261
Otro aspecto a considerar es que Mazatlán como representación y como
paisaje, existe desde la fundación del presidio de los Mulatos en lo que hoy es
Villa Unión. Los documentos históricos hablan de ello; los vigías que pesaban
largas temporadas en los cerros colindantes a la bahía, cuidando del desembarco
pirata por esos territorios o simplemente fomentando el intercambio comercio o el
saqueo de los minerales, olvidado entonces por la Corona española, por dios y el
mundo entero.
No sólo la bahía o península era considerado como parte del presidio, sino
también las islas como señala el testimonio de mapas coloniales que señalan el
espacio todo como Islas de Mazatlán.462
De esto se desprende una tesis sobre el espacio geográfico, o sea el
territorio, en donde actualmente se ubica el puerto de Mazatlán; este sufrió un
proceso de apropiación de nuevo tipo, al ponerse en contacto directo con la
navegación europea por el mar del Pacífico, en tiempos posteriores a la conquista
española a finales del siglo XV. Y decimos de nuevo tipo, debido a que a la fecha
se cuenta con poca información arqueológica, principalmente, que permita
interpretar la relación de las antiguas culturas indígenas con este territorio.
Este proceso inició al dibujarse los primeros mapas463 de la bahía o
península de las llamadas Islas de Mazatlán por parte de piratas y navegantes
europeos, creándose una nueva apropiación de dicho territorio, esto bajo la
premisa teórica de que representar es apropiarse de algo;
Representar el territorio es ya apropiárselo. Ahora bien, esta representación no es un calco, sino siempre una construcción. En primer lugar el mapa se traza para conocer y después para actuar. Comparte con el territorio el ser
462
En este sentido, aparece una nota de prensa a final del Culiacán decimonónico donde se considera a la bahía de Altata en el centro del estado de Sinaloa, como una extensión o tapio trasero de Culiacán por parte de la población y los comerciantes de la época. 463
La idea fundamental de un mapa es la visión simultánea de un territorio cuya percepción directa es imposible por definición. El mapa, reducción de lo real en sus dimensiones y en sus componentes, conserva sin embargo las relaciones originales de los elementos retenidos; en gran medida hace las veces de territorio, ya que las operaciones pensadas para este se elaborar sobre el mapa. André Cordoz, El territorio como Palimpsesto (1983), en Ángel Martín Ramos (Ed.), Lo urbano en 20 autores contemporáneos, Universidad Politécnica de Cataluya, España, 2004, p. 30
262
proceso, producto, proyecto, y como es también forma y sentido, incluso
corremos el riesgo de tomarlo como sujeto.464
Imagen 10: Primer mapa donde se menciona Mazatlán dentro de una ruta marítima colonial, ya se puede observar una representación de un venado como distinción simbólica de la región. Si bien se sabe que no había villa o ciudad en ese territorio, se puede atribuir a que ya desde entonces se identificaba la bahía cercana al presidio de los mulatos (hoy Villa Unión) como un espacio que era parte de dicha población, o por lo menos que era frecuentado por los pobladores como lugar de paso hacia el Camino Real.
A esta idea de apropiación del territorio es necesario añadir dos cualidades
más; el ser un proceso, algo vivo que se modifica en el tiempo y el espacio por
acción de dos factores: los designios de la naturaleza y los designios de la cultura
humana;
El territorio (…) por una parte se modifica espontáneamente; el avance o retroceso de los bosques y de los glaciares, la extensión o desecamiento de las marismas, la erosión de playas y acantilados (…) por otra parte es objeto de las intervenciones humanas; irrigación, construcción de
464
Ibíd., p. 31
263
carreteras, puentes, diques, excavación de canales, perforación de túneles
(…) 465
Y segundo, el ser objeto de construcción por parte de la cultura que lo
representa, modifica, lo dota de significado religioso, político, o económico, en una
frase, lo hace suyo;
Desde el momento en que una población lo ocupa (sea a través de una relación ligera, como la recolección, o dura, como la extracción minera), establece con el territorio una relación que tiene que ver con la ordenación, o incluso la planificación, y los efectos recíprocos de esta coexistencia pueden ser observados. En otras palabras, el territorio es objeto de una construcción. Es una clase de artefacto. Los fines y medios de este uso del territorio suponen a su vez coherencia y continuidad en el grupo social que decide y ejecuta las intervenciones de explotación, ya que la porción de corteza terrestre calificada de territorio es habitualmente objeto una relación de apropiación que no es únicamente de naturaleza física, sino por el
contrario pone en práctica diversas intensiones, míticas o políticas.466
Siguiendo este razonamiento, diremos, que el territorio no es algo unívoco o
un dato que se pueda cuantificar, sino todo lo contrario, es un espacio dotado del
simbolismo propio del grupo humano que lo domina, que se lo apropia.
465
Ibíd., p. 27. 466
Ibíd., P. 28.
264
Imagen 11: Dibujo titulado, Mazatlan, Mexique. En él se plasma la ciudad del Mazatlán temprano, los cerros que entonces la limitaban así como la bahía de Olas Altas y el fondeadero sur colindante con el astillero y la aduana marítima. Fue hecho en técnica de lápiz y pintura blanca en formato de 16 x 24,3 cm., por el artista Paul, Emmert, (1826-1867). Es parte de la colección de la Biblioteca Brancroft de dibujos de California y México.
Ahora bien, esto nos lleva al punto central para nuestra interpretación
teórica de la ciudad-puerto de Mazatlán decimonónico; es comprender cómo esta
apropiación, representación y construcción del territorio se manifiesta en el paisaje
que la población contempla, habita y descifra cotidianamente, esto es, las calles
que camina, las edificaciones que contempla, las plazas, los referentes que guían
y dan sentido a su ciudad.
Dándole una primera dimensión humana, o sea, cultural, diremos desde
una perspectiva histórica, que el paisaje y sus desciframientos por parte de
observadores superficiales o minuciosos, existe y puede ser leído en la conciencia
del sujeto solamente; o sea, es una representación de una cultura y una época
determinada.
Es así como damos al paisaje su filiación simbólica pero no basta para
nuestros fines con ello, sino el remarcar las valoraciones que conllevan su
configuración y distribución, quienes las dirigen y con qué fines.
Para lograrlo es necesario dar una segunda dimensión humana al paisaje, o sea
interpretarlo políticamente, como un texto-discurso, que llevaba un mensaje para
los que lo contemplaron y habitaron el Mazatlán decimonónico.
Y este texto, como dice James S. Duncan, se emite por quien domina o
gobierna, con fines económicos, políticos o religiosos, ya que el paisaje social es
algo más que nuestra autobiografía, algo más que un reflejo de la cultura de una
época;
Aunque tradicionalmente los Paisajes han sido reconocidos como reflejo de la cultura en la que se construyeron, o como una especie de artefacto de “huellas”, que ofrece pistas sobre los acontecimientos del pasado, particularmente de difusión, sólo en raras ocasiones son reconocidos como elementos constitutivos de los procesos socio-políticos propios de la reproducción y el cambio cultural (…) Es este olvido, esta amnesia cultural, la que permite al paisaje actuar como un instrumento ideológico de gran
265
alcance. Al convertirse en parte de la vida cotidiana, como algo dado, objetivo y natural, el paisaje enmascara la artificial e ideológica naturaleza de su forma y contenido. Su historia como una construcción social no es
examinada.467
Para entenderlo a cabalidad, se debe considerar su función como un
sistema comunicacional más que existe en las sociedades para representar la
realidad. Para comprender esto, es necesario referirnos brevemente a que
significa para nosotros un campo discursivo;
Dentro de la gran y ampliamente compartida esfera de la cultural, están los campos discursivos, los cuales se centran en las instituciones. El término campos discursivos al cual nos referimos, serán una serie de discursos de competencia, constituidos por un conjunto de narraciones, conceptos e ideologías correspondientes a un ámbito particular de las prácticas sociales. Por ejemplo, se podría decir que hay campos discursivos en el derecho, la medicina o en la religión. Los campos discursivos también pueden girar en torno a los conceptos centrales dentro de la organización de una sociedad como la realeza (…) algunos de estos discursos son hegemónicos, mientras que otros son contestatarios (…) los Discursos entonces se puede definir como el marco social de la inteligibilidad en el
que todas las prácticas se comunican, negocian o denuncian.468
Ejemplificando lo anterior, diremos que James S. Duncan, aplica su teoría
de interpretación político-discursiva de la geografía cultural, a un estudio histórico
del Reino de Kandy, en Sri Lanka, a inicios del siglo XIX. Por ello identifica como
el campo discursivo de ese territorio, referencias religiosos al poder del rey y de
467
While traditionally lanscapes have been recognized as reflections of the culture within which were built or as a kind of artifactual “spoor” yielding clues to events of the past, particularly diffusion, only rarely were they recognized as constituent elements in socio-political processes of cultural reproduction and change (…) It is this forgetting, this cultural amnesia, which allows the landscape to act as such a powerful ideological tool. By becoming part of everyday the taken-forgranted, the objective, and the natural, the landscape mask the artifice and ideological nature of its form and content. Its history as a social construction is unexamined. James S. Duncan, The city as text; the politics of landscape interpretation in the Kandyan Kingdom, Cambridge University Press, UK, 2004, p. 11-19 (Traduccion. Roberto A. Mendieta Vega) 468
Within the larger, widely shared, cultural sphere are discursive fields which are focused on institutions. The term discursive fields here refers to a range of competing discourses constituted by a set of narratives, concepts and ideologies relevant to a particular realm of social practices. For example, one could say that there are discursive fields within law, medicine, or religion. Discursive fields may also be centered around central organizing concepts within a society such as kingship… some of this discourses are hegemonic while others are contestatory…discourses then can be defined as the social framework of intelligibility within which all practices are communicated, negotiated, or challenged. Ibíd., p. 16
266
cómo su poder es espacial y temporalmente contiguos con el poder de los dioses,
los héroes y reyes de antaño. Utilizando como medio de significación tropos como
la alegoría, sinécdoque y metonimia que forman lo que llama la retórica del
paisaje;
La cuestión de la retórica del paisaje es interesante porque plantea cuestiones sobre los procesos mediante el cual el paisaje se lee como un si fuera un texto y por lo tanto actúa como un dispositivo de comunicación de reproducción del orden social (…) la primera explora el impacto de la objetivación, la eficacia del paisaje como un vehículo concreto, visual de inculcación sutil y gradual. La segunda analiza los tropos que se encuentra en un paisaje, que codifican y comunicar la información mediante el cual los lectores pueden, o no ser, completamente convencido de la rectitud, la
naturalidad o la legitimidad de los discursos hegemónicos. 469
En este sentido, otro aporte para entender la importancia de la ciudad y sus
instituciones como entramado simbólico, que influye en las relaciones sociales y la
definición de una mentalidad colectiva dominante, se debe a Ángel Rama. En su
obra la Ciudad Letrada,470 desarrolla una investigación de historia cultural sobre
las ciudades coloniales en América española, y el papel que los intelectuales
jugaron en ellas como garantes del poder monárquico, donde una pléyade de
religiosos, administradores, educadores, profesionales, escritores y múltiples
servidores intelectuales estaban asociados a las funciones de mantenimiento del
poder, mediante la construcción de discursos hegemónicos, se sostiene que;
(…) toda ciudad puede parecernos un discurso que articula plurales signos (…) Las ciudades despliegan suntuosamente un lenguaje mediante dos redes diferentes y superpuestas: la física que el visitante común recorre hasta perderse en su multiplicidad y fragmentación, y la simbólica que la ordena e interpreta, aunque sólo para aquellos espíritus afines capaces de
469
The issue of the rhetoric of landscape is interesting because it raises questions about the processes whereby the landscape as a text is read and thus acts as a communicative device reproducing the social order…the first explores the impact of objectification, the effectiveness of the landscape as a concrete, visual vehicle of subtle and gradual inculcation. The second examines the tropes that one finds in a landscape, which encode and communicate information by which readers may, or may not be, entirely persuaded of rightness, naturalness or legitimacy of the hegemonic discourses. (traduccion: Roberto Mendieta Vega), Ibíd., p. 19 470
Ángel Rama define a la ciudad letrada de la siguiente manera: “Dentro de las ciudades latinoamericanas coloniales siempre hubo otra ciudad, no menos amurallada ni menos sino más agresiva y redentorista, que la siguió y condujo. Es la que creo que debemos llamar la ciudad letrada, la cual cumplía las funciones culturales de las estructuras de poder”. Ángel Rama, La ciudad letrada, Tajamar, Chile, 2006, p.25.
267
leer como significaciones los que no son nada más que significantes sensibles para los demás, y, merced a esa lectura, reconstruir el orden. Hay un laberinto de las calles que sólo la aventura personal puede penetrar y un laberinto de los signos que sólo la inteligencia puede descifrar, encontrando su orden.471
Otra vez llegamos a la idea de la ciudad como un discurso, un texto a
interpretar y Ángel Rama nos ofrece dos niveles para su comprensión; el físico y el
simbólico. O lo que es lo mismo, hacernos dos tipos de preguntas; ¿Cómo era
aquella ciudad, sus calles, sus edificios, su arquitectura, sus plazas, su mercado?;
y ¿Por qué y para quién se trazó de esa manera, se eligió ese estilo
arquitectónico, se puso ahí la plaza allá el mercado?
Con todo lo dicho en el capítulo cuarto –y reafirmado al inicio de este
subcapítulo- diremos que el campo discursivo del Mazatlán decimonónico se
forma de la siguiente aseveración: Con todas sus letras; en un principio Mazatlán
tenía apellido extranjero, era gobernado por las leyes fisiócratas del laissez faire,
laissez passer y en su alma se erigió un templo al Dios Mammon.
Lo que articula las primeras instituciones, los conceptos centrales que
dirigen el poblamiento de aquella añeja bahía frente a las Islas de Mazatlán, como
lo afirman los principales historiadores del puerto en la actualidad (Vega Ayala,
Martínez Peña, Román Alarcón) fue el comercio, pero no el comercio a secas, sino
el comercio marítimo capitalista-imperialista ilustrado.
Interpretaremos a continuación, el orden de la ciudad y el paisaje del
Mazatlán decimonónico según la propuesta de la geografía cultural político-
discursiva de James S. Duncan, centrando nuestra atención en tres aspectos; los
edificios, la arquitectura, las calles y el espacio social referente de las clases
dominantes.
El paisaje del Mazatlán temprano.
En las crónicas del siglo XIX se destaca la mención al desorden en el trazo y la
distribución de las vialidades, así como los relieves y zonas desgarbadas por
donde se establecían los hogares y fincas. El Plano urbanístico de aquella ciudad
471
Ibíd., p.38.
268
no era según una nota de prensa de 1897, de una población moderna de un país
occidental.472 Este caos urbano de calles estrechas, apiñadas, cortas, irregulares,
zigzagueantes, se explicaba considerando el establecimiento de los primeros
pobladores en el terreno cercano a la bahía y los cerros en la segunda década del
siglo XIX. Entonces, se decía;
No se preconcibió la idea de fundar una ciudad, sino una población provisional en que especulaban los contrabandistas y los que comerciaban con las tropas que por entonces venían a vivaquear a estos lugares, y así se levantaba un edifico orientado como otro oblicuo á los vientos, según las necesidades del propietario y conforme lo exigía la configuración del terreno. Ora siguiendo una paralela á la costa, ora las márgenes de las marismas y lagunas, vino á quedar la ciudad, por lo que toca á lo principal
de ella, ubicada de forma caprichosa y fea.473
Esta sola hipótesis derivaba en una secundaria; los primero pobladores no
acataron ninguna Ley Nacional que les otorgara las posesiones que con el tiempo
fueron propiedad privada, sobre todo de extranjeros. El sólo derecho de ocupación
los hizo dueño de los terrenos que posteriormente serán el centro social y
económico de la ciudad;
Posteriormente se verificaron traslaciones de dominio, y como es corriente que el interés individual se sobreponga el interés general, los propietarios sucesores trataron de utilizar sus posesiones en la forma y dirección que las adquirieron; y de esta suerte surgieron los edificios que positivamente debían constituir la ciudad, aunque de por medio quedara una calle del
Cairo y los frentes de las casas dieran á los puntos colaterales.474
Esta reflexión histórica publicada en aquella nota de 1897, se escribió con
el fin de apoyar una Ley de Catastro de la ciudad, que terminara con todos los
lugares baldíos sin construir pero que se reclamaban como propiedad privada por
particulares sin tener si quiere el título que los avalara. Por ese entonces, la
propiedad raíz en Mazatlán ascendía a 2 millones de pesos.
472
Aunque quizá no lo fuera porque ni la ciudad era moderna, ni México un país occidental semejante a los europeos o a los que por medio de una inmigración y colonización masiva, habían extendido aquella cultura hacia América, como en los Estados Unidos o Canadá, o algunas regiones sudamericanas. 473
AMM, El Correo de la tarde, Tomo XII., Núm. 3, 795, miércoles 7 de abril de 1897, Mazatlán, México, p.2. 474
Ibíd.
269
Esta apropiación del suelo y la naturaleza del puerto de Mazatlán ha sido
investigada desde el siglo XIX hasta el XX, por Beraud Lozano desde inicios de la
década de 1990, concluyendo que los extranjeros que promovieron la población
de la bahía de Mazatlán se apropiaron del suelo, modificando y depredando la
naturaleza de ese ecosistema costero, lucrando y excluyendo con ello a la
población nativa.475
Incluso hasta la Isla de la Piedra tenía dueños, según esta advertencia firma
por uno de los principales disciplinadores culturales de fines de siglo, Adolfo
O‟Ryan, y publica en la prensa decimonónica en 1879;
Ninguno tiene derecho para pasar a la isla, particularmente en días de fiesta, con el objeto de vender vendimias, fruta de horno, aguas frescas, etc., etc., sin un permiso especial del dueño de los terrenos. Se hace saber
sobre todo á aquellos que por pretexto alegan ignorancia.476
Como ya se dijo, las razones que ocasionaron el primer trazo de la ciudad
están relacionadas con el comercio y la función que tuvo para cohesionar
intereses extranjeros, nacionales y regionales. Recordemos que las mercancías
así como los minerales que se extraían de la Sierra Madre eran transportados en
barcos ubicados en un primer momento en la playa norte y que seguían dirección
tierra adentro rumbo a los minerales de la región como san Sebastián y El
Rosario. Entre esos dos puntos se trazó el primer camino;
(…) era la puerta de Mazatlán hacia el exterior del país y la Aduana era la puerta hacía el interior (…) la Calle Principal uniría ambas puertas. El trazo que distribuiría el espacio ocupado ya de manera permanente fue determinado por las actividades relacionadas con el comercio y el transporte de mercancías.477
Así, las rutas terrestres por donde se transportaba las mercancías que
subían y bajaban de los barcos, fueron los primeros trazos de una ciudad-puerto
en el noroeste mexicano. Como ya se ha dicho en esta investigación, no hubo 475
José Luis Beraud Lozano (et. al.), Construcción social de las condiciones de riesgo en Mazatlán, Sinaloa, Revista Electrónica Zacatecana sobre Población y Sociedad, Año 7, Tercera Era, Número 31, septiembre-diciembre 2007, (http://sociales.reduaz.mx/art_ant/CONDICIONESRIESGO.pdf ) 476
CREDHIC, El monitor del Pacífico, Mazatlán,4 de Agosto de 1879. 477
Leticia Alvarado Fuentes, El viejo Mazatlán…donde todo comienza: Identidad, representaciones e historia, tesis para obtener el grado de doctor en Ciencias Sociales UAS, México, 2005, p. 61.
270
autoridad ni leyes nacionales que dictaran ese primer ordenamiento del territorio,
que sin embargo se estableció por dictados de la “mano invisible” del comercio, y
por acción del grupo de extranjeros asentados en la región;
La nula existencia de ordenamiento urbano propició que dichos comerciantes procuraran, para ubicar sus establecimientos, las vías por las que se transportaban las mercancías, convirtiendo así a la mencionada Calle Principal en la arteria en la que se ubicaron sus bodegas y
almacenes.478
Imagen 12: Vista de la Calle Principal ya avanzado el siglo XIX. En sus anchas calles el paisaje era dominado por las casas comerciales que adornaban sus fachadas con los apellidos extranjeros de sus propietarios. Si durante el porfirato se dice que las haciendas y los ferrocarriles fueron los signos de la modernidad, no cabe duda que para el Mazatlán temprano los buques de vapor y las casas comerciales cumplieron esa función de alegorías del progreso y la dominación extranjera sobre la región.
Comparemos con otros tiempos y espacios. En las investigaciones de
Jacques Le Goff, las ciudades del Medioevo europeo en muchas ocasiones
tuvieron su origen en el desarrollo de un monasterio, y de ellos emanaba aquellos
aspectos de la organización y simbólicos que caracterizarían a aquellos espacios
478
Ibíd., p. 80.
271
sociales, e incluso algunas prácticas fueron de tan larga duración que sobreviven
hasta la fecha en algunas sociedades europeas, como por ejemplo;
(…) comedimiento, puntualidad y una utilización del tiempo que cada día regulaba tanto el trabajo como el ocio. También había que considerar su estabilidad; era una isla de serenidad y paz.479
Otra comparación histórica ahora ubicada en tiempos de la sangrienta
conquista temprana de México, dice que el diseño de las ciudades coloniales
españolas se basó en dos ejes; el orden y la proyección a futuro del espacio. Así,
se regulaba la asignación de solares al pueblo de forma planificada según las
cualidades de las personas, dejando lugares para la posterior edificación de los
centros normativos institucionales como la iglesia, cabildo, parques, plazas, etc.,
de aquellas ciudades o pueblos que se fundaban por decreto. Así, el diseño
racionalizado matemáticamente de la proyección ideal de la ciudad, respondí a
una necesidad de llevar a la realidad el reflejo de un orden social colonial y
teológico;
El resultado en América Latina fue el diseño en damero, que reprodujeron (con o sin plano a la vista) las ciudades barrocas (…) de hecho el modelo frecuente en el pensamiento renacentista (…) fue circular y aún más revelador del orden jerárquico que lo inspiraba, pues situaba al poder en el punto central y distribuía a su alrededor, en sucesivos círculos concéntricos, los diversos estratos sociales. Obedecía a los mismos principios ordenadores de damero: unidad, planificación y orden riguroso,
que traducían una jerarquía social.480
En el caso de Mazatlán, como argumenta Alvarado Fuentes, su centro
ordenador no era geográfico ya que no era un espacio ubicado en esas
coordenadas dentro de la ciudad-puerto, sino económico-social porque ahí se
recreaban las actividades fundamentales de aquella sociedad, y se dejaban ver los
actores principales de la misma;
479
Jacques Le Goff, La ciudad como agente de civilización C. 1200- C. 1500, en Carlos Cipolla (Ed.), Historia económica de Europa, Vol. I., Ariel, Barcelona, 1979, pp. 81-82. 480
Ángel Rama, La ciudad letrada, Ediciones del Norte, USA, 1984, p. 7.
272
La historia primera de Mazatlán, la que es posible desentrañar de sus vestigios materiales edificados más antiguos está en lo que hoy es el
“Centro Histórico de Mazatlán” (…)481
Podemos decir que su primer referente institucional en tiempos de la
colonia, lo fue el Presidio militar de los Mulatos establecido en lo que hoy es Villa
Unión. Posteriormente en el siglo XIX, ya en el espacio de la bahía y puerto de
Mazatlán, lo primero que se distingue son los embarcaderos y la aduana marítima
que se trasladó de igual manera del mineral del Rosario, al Presidio y luego al
puerto, se dice que para evitar el contrabando,482 pero también se puede pensar
que se hizo para sacar algún provecho de aquella situación inevitable.
Los extranjeros fueron los artífices y, claro, beneficiarios de todo este
ordenamiento. Una correspondencia de 1829, del administrador de la aduana
terrestre de este puerto con el alcalde único del mismo, informa que;
Don Juan Dirriu francés de nación vendió a la aduana marítima de este puerto la casa que sirve en oficina (ilegible) en ochocientos pesos (…)483
Sobre esta primera formación de Mazatlán, dicen las fuentes de Vega
Ayala, también se construye el primer astillero en 1821 por orden del comerciante
Bernardo Andrade vecino de la Villa de San Sebastián (hoy Concordia),
llamándose Luisa la primera embarcación salida de los talleres;
Los trabajos se realizaron en la puntilla, frente a la isla del portugués (isla de la piedra), rumbo conocido, por tal hecho, como del astillero (…) La población porteña va tomando forma. El comercio se torna tan intenso que el gobierno traslada la aduana de El Rosario al puerto. Se cambia el muelle de la bahía de San Félix (playa norte) a la Bahía Sur para facilitar el alije. El camino del puerto viejo al nuevo (al pié del cerro de la cruz) se va a llenar rápidamente de viviendas y casas comerciales. El móvil de vida
aquí no puede ser otro que el del comercio ilegal, el contrabando.484
481
Leticia Alvarado Fuentes, El viejo Mazatlán…op. cit., p. 4. 482
Enrique Vega Ayala, Un norte, en Guillermo Ibarra y Arturo Carrillo (coord.) Historia de Mazatlán, UAS/ Ayuntamiento de Mazatlán, México, 1998, pp. 21-53. 483
AMM, Fondo Independencia presidencia, Caja 1, Exp. 1, 1822-1832, Febrero de 1829. 484
Enrique Vega Ayala, ¡Ay, mi Mazatlán; historias de ayer y hoy, Archivo Histórico de Mazatlán, (documento digitalizado), p. 15.
273
El paisaje del Mazatlán temprano se fue creando por obra y dirección de los
extranjeros que practicaban el comercio, el contrabando y el saqueo de las
riquezas naturales del territorio recién apropiado. Así las primeras instituciones y
referentes sociales fueron espacios sociales dedicados al comercio; la Aduana, el
Astillero, la Calle Principal, los embarcaderos y las casas comerciales. Veamos
ahora que nos dice la retórica de aquel paisaje de casas comerciales y su relación
con la arquitectura.
El discurso de los edificios y la arquitectura de Mazatlán.
En la mañana del 3 de enero de 1845 y después de un viaje largo por los
principales puertos sudamericanos, llega a Mazatlán el militar estadounidense W.
M. Maxwell. Su diario de esa larga travesía registra sus impresiones del espacio
social del puerto Mazatlán que a su mirada es radiante y próspero, algo inusual
en los pueblos mexicanos. Y aunque este documento se destaca por su visión
crítica sobre las acciones de contrabando que realizaban alemanes, franceses,
ingleses y estadounidenses,485 nos ofrece una breve descripción sobre el espacio
social de aquella ciudad que en muy poco tiempo había dejado de ser una
pueblecillo;
(…) las residencias están, por supuesto, recién construidas, y al ser blanqueadas con cal dan una apariencia luminosa y alegre a la ciudad. Su construcción es de estilo español, alrededor de patios, y por su tamaño y
elegancia son casi palacios.486
En esas mismas fechas, otro testimonio del teniente estadounidense Wise,
ocupante del puerto en tiempos de Santa Ana y la guerra contra el vecino del norte
que le costaría la mitad de su territorio a México, coincide con la descripción
485
Mazatlan has a fresh, flourishing, and prosperous appearance, unusual to mexican towns. It has suddenly risen, from a small village, to quite a city, upon a smuggling trade. Large cargoes were introduced here without paying duties, and many German, French, American and English houses were now in active business. W. M. Maxwell Wood, Wandering sketches of people and things in south America, Polynesia, California and other places visited during a cruise of board of the U.S. ships levant, Portsmounth, and Savannah, published by Carey and Hart, Philadelphia, 1849, p. 289 486
(…) the dwelling-places are, of course, newly built, and being whitewashed give a light and cheerful appearance to the town. there are built in the Spanish style, around courtyards, and are quite palace in size and elegance. Ibid.
274
anterior y nos muestra a su juicio una pequeña pero moderna ciudad más
civilizada que la mayoría de los asentamientos humanos de California;
El único buen edificio público es la Aduana. Las casas generalmente son de una sola planta, construida de ladrillos, o adobes y revocadas; salvo las casas de los ricos que son finas, frescas y espaciosas, con techos planos, y espléndidas vistas del mar y sus alrededores. Las calles son anchas, con aceras, bastante bien pavimentadas e iluminadas. Hay dos pequeñas plazas, muchas y buenas tiendas, cafés y Sociedades.487
El 20 de abril de 1851 otro extranjero que pasa por Mazatlán camino a San
Francisco atraído por la fiebre del oro es Daniel B. Woods, y en sus memorias de
viaje describe ampliamente la plaza de toros del puerto así como también nos da
una breve impresión personal de las edificaciones importantes del puerto en esos
años;
Este es un importante puerto marítimo y una hermosa ciudad. A pesar de que no tener edificios públicos destacables, muchas de las residencias son amplias y agradables. Sus finas playas son su principal atracción. Una pequeña capilla es el único lugar de culto, mientras que el anfiteatro para las corridas de toros es un recinto amplio capaz de alojar a cientos de
personas.488
Ahora bien, en los tres testimonios de la época citados, destacan dos cosas
para nuestros fines de entender el paisaje urbano-social del Mazatlán temprano;
no sobre salen, no existen como referentes visuales o simbólicos los edificios de la
República; y segundo, las mejores edificaciones por sus dimensiones, color,
belleza son las residencias y casas comerciales de los extranjeros.
487
The only good public edifice is the Duana. The houses generally are of one story, built of bricks, or adobies, and plastered over ; but all the wealthy residents have fine, cool and spacious dwellings, with flat roofs, which command pleasant views of the sea and environs. The streets are wide, having trottoirs, tolerably well paved and lighted. There are two small plazas, many very handsome shops, cafes and sociedads. Henry Augustus Wise, Los gringos, or, an inside view of Mexico and California with wanderings in Peru, Chili, and Polynesia, Baker and Scribner, New York, 1849, p. 148. 488
This is an important sea-port and a fine city. Though it possesses no public buildings of note, many of the dwelling houses are spacious and pleasant. Its fine bathing-ground forms its principal attraction. A small and inferior chapel is the only place of worship, while the amphitheatre for the bull-fights is a spacious inclosure, capable of accommodating many hundred persons. Daniel B. Woods, Sixteen moths at the gold diggings, Harper & Brothers publishers, New York, 1851, p. 40.
275
Si volvemos al testimonio del extranjero alemán Riensch, mencionado en el
capítulo cuarto, comprenderemos mejor la significancia para el paisaje social y la
función que tenía como reproductoras de la hegemonía cultural las casas
comerciales en la sociedad mazatleca en formación. No sólo eran referentes
comerciales y de riqueza, sino también cumplían una función simbólica; eran
brillantes, armónicas, racionales, espaciosas, a los ojos del observador, así como
lugares de sociabilidad que ostentaban en todo lo alto el apellido extranjero de su
propietario. La mayoría tenían segundas plantas con balcones donde los
propietarios se posaban a contemplar desde lo alto la ciudad y a las clases
subalternas.
Por ello, la casa comercial decimonónica hasta mediados del siglo XIX, no
eran sólo un lugar de venta de mercancías para trabajar las minas regionales, o
donde se expendían artículos suntuarios sino en la mayoría de los casos eran
lugares de sociabilidad y status, fueron los verdaderos templos e instituciones del
Mazatlán decimonónico;
Nada era más natural que una fiesta siguiera la otra y las casas comerciales combinaban lo necesario con lo placentero y por tanto en los días se hacían negocios lucrativos y en la noche se festejaba. Los patios centrales de las casas servían su propósito, ya que eliminábamos los muebles y decorábamos paredes con tela de lino para crear el ambiente de un salón de baile. En los techos colocábamos sogas tensas de las que colgaban linternas de papel y candelabros. Todo esto producía una atmosfera mágica. Quién no tenía espacio en su casa, se limitaba a dar una fiesta en la amplia casa de los Ramírez, que antes que se construyera la iglesia, se usaba para ofrecer misa, así que donde se celebrara la fiesta hasta altas horas de la madrugada, en la mañana siguiente, el domingo, se oficiaba misa.489
En su investigación doctoral referida, Leticia Alvado Fuentes, nos muestra
como la arquitectura de las casonas de uso mercantil y de vivienda donde
habitaban los extranjeros, así como las cuarterías que construyeron para sus
trabajadores corresponde a la primera época del puerto y fueron edificada
siguiendo los parámetros funcionales y simbólicos de la comunidad extranjera de
origen europeo;
489
Adolph Reinsch, Recuerdos de mi vida…op. cit., p. 209.
276
Si bien es cierto que los comerciantes estadounidenses, asiáticos e inclusive sudamericanos se establecieron aquí, las cifras revelan que los comerciantes y dueños de fincas del espacio mazatleco en estudio eran mayoritariamente europeos, aún por encima de los pocos nacionales que
se contaron.490
Las formas estilísticas de esas edificaciones nos hablan de los imaginarios
simbólicos de sus constructores, propios de la cultura europea occidental moderna
pero con adaptaciones al uso y clima del puerto. Era parte de una concepción
emergente del mundo que emanaba de varias formas de pensamiento occidental
modernas como la ilustración, el liberalismo, y posteriormente el positivismo.491
Era un nuevo simbolismo que sin estar contenido en un manifiesto o en
alguna obra que delineara sus pautas filosóficas, políticas o estéticas, se
enfrentaba a los ideales monárquicos, barrocos y medievales, para volver la
mirada al renacimiento y la cultura llamada clásica de tiempos de la civilización
griega en occidente. En el México decimonónico esta forma de pensamiento se
importará de Europa;
(…) habrá aspectos particulares que no se compartan con el neoclásico en otras latitudes, pero en el fondo, dominará ese espíritu de progreso que caracteriza a los a los países europeos y a las élites de los de los territorios americanos durante los siglo XVIII y XIX. Europa será un referente obligado no sólo en el ámbito del urbanismo, sino en toda manifestación cultural (…)
convalidando con ello, la supuesta supremacía de Occidente.492
El estilo neoclásico fue el característico de toda la costa del noroeste de
México donde se manifestó la presencia de casas comerciales extranjeras, por
ejemplo en Colima, Guaymas, etc., así como en el trazo de calles y lugares de
sociabilidad, como las plazas públicas y los paseos.
490
Leticia Alvarado, El Viejo Mazatlán…op. cit., p. 95 491
Diversas ideologías apuntarán hacia ese objetivo por un lado la idea del progreso, es decir con la creencia de que el tiempo tiene una dirección y la historia un sentido progresivo, lineal, que tiende al mejoramiento (…) el liberalismo (…) el positivismo (…) la ciudad será observada mediante los métodos científicos y se intentará su transformación con apego a sus postulados. Federico Fernández Christlieb, Europa y el urbanismo neoclásico en la ciudad de México; antecedentes y esplendores, Plaza y Valdés/UNAM, México, 2000, pp. 76-77. 492
Ibíd., p. 69.
277
El paradigma social y estético de la llamada época neoclásica tenía como
ideal construir una ciudad racional por medio de la ciencia y la industria, que
llevara a la felicidad de sus habitantes. O por lo menos esa era la justificación de
ese tipo de mentalidad que los grupos que formaban la burguesía ilustrada
promovían en la colectividad;
El neoclasicismo implicó la apreciación de la belleza y la estética. Implicó la revaloración de las artes, de la música, de la pintura, de la escultura, de la ópera (…) las construcciones eran mayormente dedicadas a museos, bibliotecas, teatros, provistos generalmente de pórticos, es decir, de un elemento que tenía su origen en las construcciones sacras de la antigüedad. Los almacenes, los hoteles, la arquitectura conmemorativa eran construidos bajo los esquemas funcionales del neoclásico por moda y por necesidad de manifestar un “buen gusto” funcional y sobriamente
elegante y bello.493
Imagen 13: Primer momento de la Mercería Alemana. Su estilo arquitectónico es coherente con las tendencias marcadas por el neoclasicismo. Como muchas edificaciones de su tipo con dos plantas, era a su vez casa comercial en el primer piso y vivienda particular en la segunda.
493
Leticia Alvarado, El Viejo Mazatlán…op. cit., p. 97
278
Así, y volviendo al paisaje como discurso, como sistema comunicacional o
como texto, se puede decir que la retórica del paisaje mazatleco usaba el tropo de
la metonimia para otorgar los valores de sus casas comerciales y residencias a
sus dueños los extranjeros comerciantes. Toda la majestuosidad, brillantes,
limpieza, armonía y demás concepciones señaladas para la arquitectura
neoclásica se encarnaban en sus moradores. Eran otro síntoma de la hegemonía
cultural que les permitía dirigir las vidas de la colectividad según sus intereses de
clase.
Por un testimonio de otro viajero, John Lewis Ginger, que estuvo en
Mazatlán a finales de 1873, sabemos que para esas fechas la población -20, 000
habitantes según su testimonio- estaba conformada principalmente por mestizos.
En los mejores barrios vivían muchos descendientes de españoles directos,
mientras que en las periferias vivían los indios en chozas de paja.494
Para Lewis Ginger, al igual que otros extranjeros que llegaban por mar a
Mazatlán en esa época, la ciudad era pintoresca. Lo primero que identificaban al
acercarse a la costa, eran las colinas, islas y cerros que formaban el paisaje
natural de la bahía perfectamente delineada. Entre los cerros se situaban la
ciudad, y sobre de ellos también se distinguían las chozas de las clases
subordinadas. Desde el barco, John Lewis Ginger, dejaba llevar su mirada por el
espejismo que la distancia creaba sobre el puerto;
Las casas blancas de un solo piso y techo plano, eran eclipsadas por las altas palmeras y rodeadas por grandes hojas de plátano, lo que les daba un verdadero aspecto tropical.495
Al descender del barco y ver de cerca todo aquel paisaje lejano, diría que
todo resultó decepcionante. Sin embargo, al dar una caminata por el puerto, Lewis
494
John Lewis Ginger, A Peep at México; narrative of a journey across the republic from the pacific to the gulf in december 1873 and january 1874, Trübner and Co., London, 1874, p. 11. 495
When Mazatlán became visible, snugly situate at the foot of rocks and hills, an on the shore of a small circular bay. Viewed from the sea, the town is most picturesque in its aspect. The low, white, flat-roofed houses, overshadowed by tall palms, and surrounded by giant-leave bananas, impart to it a truly tropical character, and awake a longing to go ashore, in order to examine more closely a scene to which distance can lend such enchantment. The experiment of course proved dissapointing. Ibíd., p. 7.
279
Ginger, nos ofrece una descripción del paisaje urbano de Mazatlán importante
para nuestros fines;
Mazatlán se caracteriza por sus numerosas calles rectas y estrechas, pavimentadas con guijarros, que se alinean con casas de un piso pintadas con cal. Estas fueron sólidamente construidas de piedra o adobe y, con pocas excepciones, son de una sola planta. Hay también algunos imponentes edificios que pertenecen a los ricos comerciantes de la ciudad, los cuales se construyeron en un estilo (como descubrí más tarde) universal adoptado en México, es decir; a los lados de un patio interior de forma cuadrada del interior, se abren todas las habitaciones. Este diseño es muy cómodo ya que va de acuerdo al clima, donde la sombra al aire libre es absolutamente indispensable.496
Algo a destacar es la mención que hace al estilo arquitectónico de las casas
de los ricos comerciantes, extranjeros para nosotros, debido a que afirma haber
preguntado de dónde provenía dicha forma de construcción. La respuesta fue el
estilo universal usado en México, quizá se refiera solamente a los grandes patios
interiores, como lo describe, que permiten el contacto con la naturaleza y el aire
fresco. Lo que considera muy bueno para lugar de clima tropical como el puerto.
Otro aspecto de la descripción del paisaje mazatleco en 1874, en dicho
documento, es la mención a las plazas del puerto adornadas con jardines y
árboles frutales como naranjos, palmeras de cocos, plátanos, zapote y otras
plantas tropicales, que aunque descuidados daban una impresión de dominio
sobre la naturaleza.497
Sin embargo, la vida urbana no estaba establecida todavía por aquellos
años, como se puede constatar en las infranqueables descripciones siguientes,
496
Mazatlán may be described as a collection of straight, narrow streets, paved with pebbles, and lined with low, whitewashed houses. The latter are solidly built of stone or adobe, and, with few exceptions, containe a ground-floor alone. A few more imposing buildings, belonging to the wealthy merchants of the town, are constructed on a plan (as I afterwards discovered) universaly adopted in Mexico, viz., round the sides of an interior square yard, on to which all the rooms open. There is great comfort in such an arrangement in a climate where shade in the open air is absolutely indispensable. Ibíd., pp. 9-10. 497
There is a small public square (plaza) in Mazatlan, lined with orange-trees, and provide with benches, but otherwise unattractive. I also saw a number of spacious gardens, adorned with cocoa-palms, bananas, zapotes, and a great variety of other tropical plants; but little care seems to be bestowed on their cultivation, and they appeared wild and slovenly. Ibíd., p. 10.
280
donde se nos muestra más que una vitalidad citadina propia de la modernidad, un
paisaje rural monopolizado por las casas de las clases dominantes;
Las calles son muy aburridas. No hay ningún tipo de vehículos y muy pocos transeúntes, sólo; un arriero golpear a su muy cargado animal, o un vendedor ambulante sentado en el umbral con sus pocas mercancías extendidas sobre un paño detrás de él en la acera, casi los únicos que había. Además de ellos, sólo están las ventanas de las tiendas y las casas con sus grandes barrotes de hierro, una igual a la otra; no se puede imaginar algo más tranquilo o falto de vida.498
Imagen 14: Carga y descarga de mercancías en la casa comercial del español Díaz de León. El imponente edificio era un reflejo de las riquezas que almacenaba así como de la hegemonía de sus propietarios. Acá también se puede conocer las caravanas de trabajadores y carretas que transportaban las mercancías por las calles del puerto a la llegada de los embarques marítimos. Aquella procesón pagana debió ser un espectáculo social, razón de orgullo y una representación de la prosperidad y riqueza del puerto.
498
The streets of the town are dull in the extreme. There are no vehicles of any kind, and but few pedestrians; a mule-driver beating his heavily-packed animal, or a hawker seated on a doorstep with his few goods spread out on a cloth before him on the pavement, form almost the only occupants. Besides this, the shops lack show-windows, and the houses, with their big iron barred windows, are one the image of the other; so that a more tame or colourless effect can be scarcely conceived. Ibíd., p. 11.
281
Sin embargo, no todas las opiniones destacan la importancia de conocer
este orden simbólico que estructuran las ciudades. No son capaces de encontrar
significados en ese orden material aparente. Les basta con contemplar y entender
la dimensión cultural de la geografía, del paisaje, pero son incapaces de darle un
sentido discursivo que permita observar la esencia hegemónica, de poder, y
dirigencia que necesariamente conlleva su construcción social.
Casos hay miles, pero ejemplificaremos con el poeta Esteban Flores, que
en la edición dominical de El Correo de la tarde del día primero de octubre de
1899, refiere en su columna Crónica una fiesta celebrada en la casa de un
extranjero, el Sr. Douglas. Dicha construcción a su parecer no es bonita ni
elegante por fuera, contrario a las opiniones de otras personas. Aún así, la
distingue con una frase que denota la impresión y envidia que causa a los ojos de
la gente dicha construcción; “En fin, bonita o no, elegante o no, ya quisiéramos un
pedazo de ella el repórter y yo”.499
Este evento le permite al cronista continuar una reflexión sobre las nuevas
tendencias arquitectónicas en algunas fincas de reciente construcción en la
ciudad-puerto de Mazatlán, que viene a romper según su apreciación, con el estilo
sobrio, monótono y poco moderno y originales de las viejas construcciones;
(…) lo que va quitando á la población el aspecto pesadamente monótono de su caserío, que se antoja concebido por la mollera del mismo estéril constructor á juzgar por el parecido de sus unidades. Tenemos ya varias fincas, cuyo arreglo y forma llaman la atención, y si los que en lo sucesivo construyan casas, siguen la tendencia dominante, Mazatlán tendrá dentro de una década un risueño, un pintoresco y elegante aspecto de ciudad moderna.500
Para el poeta, los edificios sólo tienen una dimensión estética evidenciada
en su estilo arquitectónico, son llanos objetos culturales a contemplarse. Pero los
edificios neoclásicos del Mazatlán decimonónico no puede terminar con su
afirmación de pertenencia a dicha corriente arquitectónica, mucho menos por
demostrar que eran funcionales o instrumentales al comercio ejercido por sus
499
AMM, El Correo de la tarde, Edición dominical, núm. cuarenta, 1 de octubre de 1899, Mazatlán, México, p. 1 500
Ibíd.
282
propietarios, que se interpretaban y se apropiaban simbólicas de ellos, o que
fueron adaptados a los climas tropicales de la región, creando con ello una
singularidad o aporte histórico a dicho fenómeno cultural.
Ese paisaje urbano representaba la forma de vida, las creencias, el
imaginario, la representación de espacio y el tiempo, del pasado, el presente y el
futuro, de un grupo humano que dominaba económicamente el territorio, que lucha
políticamente por el mismo contra otras grupos regionales y nacionales, y que
mostraba orgullo su cultura como algo superior y digno de imitación por los demás
grupos subalternos, ya fueran las élites criollas locales, hasta los militares de la
republica, los pescadores, marineros, y el pueblo en general.
Después de plantear esta interpretación sobre las casas comerciales y la
arquitectura neoclásica decimonónica, extenderemos esta misma idea de
encontrar en el paisaje mazatleco vestigios de hegemonía cultural por parte de los
grupos extranjeros en las calles y los espacios de sociabilidad.
Las calles y los espacios de sociabilidad.
Como ya se mencionó líneas atrás, la primera calle del puerto de Mazatlán se
trazó con el fin de trasportar mercancías entre la bahía norte y el camino hacia el
sur que llevaba al Camino Real, los minerales de la región y al Presidio de
Mazatlán. Era la calle Principal, la más extensa y ancha, la de las majestuosas
casa comerciales de los extranjeros. La calle del Sacrificio era donde se ubicaba el
rastro y sus trabajadores, era pequeña a su lado. En la calle del Arsenal se
almacenaba pólvora. Por la calle del Oro se presumen que pasaban las mulas y
carretas cargadas con el mineral para su traslado al extranjero. La calle del
Recreo y la del Coliseo se llamaron así en honor a los teatro que con esos
nombres se asentaban en ellas. La calle del Carnaval fue el lugar de fieros
combates entre los dos bandos populares de la ciudad al inicio de la fiesta de la
carne, los trabajadores del mar y los trabajadores de tierra, los del Muey y los del
Abasto;
Los (…) nombres de las calles fueron así dados por sus habitantes, en función de que eran los nombres utilizados por ellos y eran significativos en
283
tanto representaban las actividades que se llevaban a cabo ahí, los lugares referenciales o, como se ha dicho, las aspiraciones (…) las primeras designaciones de las calles mazatlecas eran significativas para sus habitantes puesto que identificaban actividades, eventos, objetos o personas conocidas; los nombres de las calles eran representaciones de la ciudad aprehensible.501
Junto con la identificación de las calles con las actividades económicas y
sociales características del Mazatlán temprano, es posible señalar otra vertiente
de filiación al clasicismo griego-romano, a lo neoclásico como referente filosófico y
estético, que debe tener su razón de ser en la clase dominante extranjera que
extendía su hegemonía cultural a todos los espacios de aquella ciudad, su ciudad
por lo que hemos visto hasta ahora.
Aquellos nombres elegidos para bautizarlas fueron: Calle o callejón
Vulcano502 (1842, hoy del Ángel); Callejón Aurora503, Calle Ceres504 (hoy
Morelos), Calle Venus505, Calle Neptuno506 (1842), Calle Diana507 (1842 hoy
Constitución), Calle Febo508 (Hoy Genaro Estrada), calle de Juno509 (hoy Izaguirre
Rojo), calle Diana (hoy Niños Héroes).510
Esta presencia cultural del pensamiento clásico por medio de los nombres
personajes de la mitología griega-romana, no fue obra de la casualidad, o de
501
Leticia Alvarado Fuentes, op. cit., p. 76. 502
En la mitología romana, dios del fuego y los metales, hijo de Jupiter y Juno y marido de Venus. Era dios del fuego y los volcanes, forjador del hierro y creador de arte, armas y armaduras para dioses y héroes. Corresponde con Hefesto en la mitología griega. 503
En la mitología romana, Aurora es la deidad que personifica el amanecer. Es una mujer encantadora que vuela a través del cielo para anunciar la llegada del sol. Sus hermanos son: el Sol y la Luna. 504
En la mitología romana Ceres era la diosa de la agricultura, las cosechas y la fecundidad. Su equivalente en la mitología griega era Deméter. 505
Venus era una importante diosa romana relacionada principalmente con el amor, la belleza y la fertilidad, que desempeñaba un papel crucial en muchas fiestas y mitos religiosos romanos. Desde el siglo III a. C., la creciente helenización de las clases altas romanas la identificó como equivalente de la diosa griega Afrodita. 506
Neptuno es el hijo mayor de los dioses Saturno y Ops, hermano de Júpiter. Neptuno gobierna todas las aguas y mares. Cabalga las olas sobre caballos blancos. Todos los habitantes de las aguas deben obedecerlo y se lo conoce como Poseidón en la mitología griega. 507
En la mitología romana, Diana era la diosa virgen de la caza y protectora de la naturaleza. Su diosa griega equivalente en la literatura es Artemisa, si bien en cuanto a culto era de origen itálico. 508
Febo es una forma latina del griego Phoibos, apodo usado en la mitología clásica para el dios Apolo. 509
En la mitología romana Juno era una diosa, casi equivalente a la Hera griega, diosa del matrimonio y reina de los dioses. 510
Oses Cole, Las viejas calles…op. cit., 2004.
284
preferencias individuales ingenuas de algún erudito de la época, como sugiere
Oses Cole al referirse a este hecho en su investigación sobre las viejas calles de
Mazatlán;
(…) nuestros antepasados, aparentan haber tenido preferencia por los nombres de la antigua mitología griega y romana para bautizar sus calles, y así tenemos que en la primera mitad del siglo hubo calles que llevaron los nombres de Venus, Marte, Ceres (dos), Juno, Diana (tres), Vulcano, Neptuno.511
Esta vuelta al mundo europeo clásico greco-romano era parte de la
fortaleza cultural del mundo capitalista, que germinaba en el mundo del siglo XIX
europeo y que en los países coloniales y ex coloniales era imitado por sus élites.
Era acorde con el imaginario neoclásico capitalista decimonónico, que se
plasmaba en los nombres de las calles y que para la mayoría de la población no
tenía un significado que se relacionara con su existencia trascendental o cotidiana.
Por otra parte, el principal espacio de sociabilidad donde se reflejaba en
todos los sentidos de las clases subalternas, la hegemonía cultural del paisaje
mazatleco fue la Plazuela Machado. Ahí se asentaron los espacios de dirección
económica, de decisión política, de ocio y reproducción cultural del grupo
dominante extranjero. Fue en muchos momentos el verdadero centro de poder en
el puerto.
En los inicios de la ciudad en la década de 1830, ese espacio era parte de
la finca de Juan Nepomuceno Machado, comerciante español-filipino que varios
testimonios de viajeros extranjeros ubican como unos de los fundadores del
puerto. Fue uno de los extranjeros más importantes en la primera mitad del siglo
XIX, lugar que tras su muerte ocuparía otro español de la dinastía de los
Echeguren.
511
Ibíd., p. 218.
285
Imagen 15: La plazuela de Machado era el patio o jardín de la finca del Sr. Machado hasta que fue cedida para ser la plazuela principal de la ciudad, pero nunca dejó de ser punto de referencia para las clases dominantes al encontrarse en la parte colindante con las principales casas comerciales y la calle principal. Los portales de la finca del italiano Canobbio, y posteriormente el establecimiento del Club Alemán, el Círculo de Comercio y el teatro del Recreo, son otras razones para pensar lo anterior.
Esta plaza en su mismo nombre -a pesar de varios intentos por cambiarlo
permanece a la fecha en el imaginario colectivo- lleva la impronta hegemónica
extranjera, ya que Juan Nepomuceno Machado512 poseía no sólo este amplio
terreno que sería tiempo después el centro cultural de las clases dominantes
extranjeras y nacionales del puerto. El 7 de abril de 1835 el Gobierno del Estado
de Sinaloa emite un decreto signado por su gobernador Manuel María de la Vega
y Rábago, en el cual se ordena comprar un solar a dicho comerciante español-
filipino;
512
Esta investigación encontró su rastro más lejano en los tiempos del Mazatlán decimonónico, en una escritura de fianza otorgada por Don Juan N. Machado y Don José Inda a favor del alcalde Tomás Asina prefecto del llamado entonces Puerto de San Félix de Mazatlán en el año de 1830. Luego, el 24 de Junio de 1834 Juan Nepomuceno López Portillo a nombre de la comisaría general del Estado de Sinaloa, solicita al alcalde conciliador de la Villa de los Costillas, puerto, Don Pedro Sarmiento un documento que acredite la supervivencia de Don Juan Nepomuceno Machado para fines administrativos, según indica; Sírvase Ud. mandar atender en ese juzgado de su cargo una certificación en que acredite la supervivencia (palabra ilegible) de Don Juan Nepomuceno Machado vecino de ese puerto por convenirme ese documento para hacer contar anualmente a la tesorería gral. de la federación conforme previene el artículo 68 del reglamento de comisarías. AMM, Ramo Independencia-presidencia, Caja 1, exp. 1, 1822-1832.
286
Habiendo tomado en consideración esta augusta asamblea la instancia del Sor. Juan Nepomuceno Machado, en que reclama por de su pertenencia el punto que sirve de plaza en el puerto de Mazatlán…la soberanía en sesión de ayer trabó a bien acordar lo siguiente: 1ª Puede el (palabra ilegible) disponer del solar que sirve de plaza de mercado en el puerto de Mazatlán destinándolo a este objeto indemnizando a D. Juan Nepomuceno Machado su valor con arreglo al artículo 27 de la constitución del Estado: 2. La cantidad con que se indemnice al propietario del que habla el artículo anterior saldrá de los fondos municipales (…)513
En la lógica de la urbanización neoclásica, los paseos, los parques y plazas
son lugares de ocio, sociabilidad pero sobre todo para mostrase, ser vistos entre
árboles ya fuera al atardecer o al anochecer;
Son la forma urbana que mejor refleja la existencia de una clase económicamente acomodada que se da cita en esos nuevos espacios para intercambiar impresiones y miradas, para posar y ser vistos. Mostrar, exhibir, presumir, son verbos que conjugan exactamente con el arte neoclásico, y también con el urbanismo que crea perspectivas amplias para
pasar la tarde contemplándolas.514
Esto se manifiesta en una práctica propia de ese lugar, donde las hijas de la
clase dominante socializaba, mostrando todas sus maneras europeas tanto en sus
gustos musicales, cortejo, elegancia, sus códigos de comportamiento social, y
claro, en la moda, como lo menciona esta nota de prensa de 1892;
Cuatro hermosas señoritas de nuestra buena sociedad, rompieron ayer con las inveteradas ideas que han subsistido en Mazatlán, impidiendo que la moda impusiera al bello sexo el uso del sombrero. Concurrieron á la plaza “Machado” y allí fueron las reinas de la elegancia, como han sido siempre las de la gracia. Deben de persistir en su idea, para que á ellas se les deba
una costumbre sin la cual es incompleta la elegancia femenina.515
En la ciudad también fueron habilitados por las clases dominantes paseos y
espacios de ocio, sociabilidad y para contemplar la naturaleza distintos a las
plazas públicas que se situaban dentro de la ciudad. Estos eran situados a lo largo
de la bahía y fueron bautizados con el apellido o signo étnico de sus
constructores, plasmando en la mentalidad colectiva su dirigencia. Este fue el
513
Ibíd. 514
Ibíd., p. 82. 515
AMM, El Correo de la tarde, Tomo VIII., Lunes 11 de julio de 1892, Mazatlán, México.
287
caso, entre otros de la glorieta-mirador Germania, la glorieta Redo, el Paseo
Claussen, el paseo de Olas Altas, entre otros.
Imagen 16: El Paseo de Olas Altas colindaba con el Barrio exclusivo del mismo nombre. En el punto más alto, con rumbo al sur, se edifico en la segunda mitad del siglo XIX la imponente finca Echeguren, que según los que sabes fue edificada por el rico español a imagen y semejanza de la propiedad que tenía en España ara de esa forma convencer a su esposa de venir a vivir una temporada al puerto de Mazatlán.
288
Imagen 17: la glorieta Germania fue construida por la comunidad alemana del puerto y era un espacio privilegiado para observar el paisaje natural del puerto colindante. Al fondo de la fotografía se puede ver la Isla del Crestón que por esas fechas todavía no se había unidos artificialmente al puerto como una península.
Imagen 18: Hacia el norte de Olas Altas la glorieta Redo permitía pasar ratos de contemplación de la naturaleza y tertulia a sus visitantes, como se puede observar en esta fotografía donde se observa a algunas personas conversando con un atuendo propio de los clases dominantes.
289
Otro punto situado en ese espacio de sociabilidad de los grupos
extranjeros, lo fue el Club de la Unión o Alemán, que en junta general para
nombrar a la mesa directiva que entrará en funciones el 1 de julio de 1892-1893,
nombró; Presidente, Sr. Federico Koerdell; Vice-presidente, Sr. Roberto Goss;
Secretario tesorero, Sr. Julio Glawatz.516
Esos mismos miembros deben de haber fundado el distinguido “Club del
boliche” que la noche del viernes 2 de septiembre de 1892, celebró en familia el
aniversario de la batalla de Sedán;517
(…) con el entusiasmo que en tales casos es permitido y aun de rigor. No
celebran el triunfo tanto como la paz que ese triunfo trajo consigo.518
Foto 19: Celebraciones en la Plazuela Machado. Enfrente el Edificio Juárez, donde también residía el Club Alemán y el Círculo de Comercio. En los balcones del edificio es posible observar a miembros de las clases dominantes contemplar a la gente que se reúne en la calle.
516
Lo que tenemos la honra de poner en conocimiento de Ud. Mazatlán, Julio 12 1892-El Presidente, F. Koerdell-Julio Glawatz, Secretario tesorero. A la administración del Correo de la tarde. Mazatlán. Ibíd. 517
Recordemos que La Batalla de Sedán se libró el 1 de septiembre de 1870 durante la Guerra Franco-Prusiana. El resultado fue la captura del emperador Napoleón III junto con su ejército y decidió en la práctica la guerra en favor de Prusia y sus aliados, si bien la lucha continuó bajo un nuevo gobierno francés. 518
AMM, El Correo de la tarde, Tomo VIII., Núm. 2, 187, sábado 3 de septiembre de 1892, Mazatlán, México, p.2.
290
Otra nota nos muestra los referentes culturales de la colonia alemana en
Mazatlán, que junto con la Española eran las más se disputaba la hegemonía
dentro del grupo extranjero, así como las formas en que se divertían a finales del
siglo donde la veneración por la cerveza no podía faltar;
Anoche se reunió un numeroso círculo de ellos, en el “Club de la Unión”, dispuestos todos á celebrar convenientemente un suceso agradabilísimo: á saber, la llegada de un huésped recomendado por persona de todos muy querida. Este huésped era una barrica de magnífica cerveza, que les envió el inolvidable D. Carlos Goldschmidt. Y como en cuestión de cerveza no hay verdadero sajón que permanezca indiferente, todos se reunieron á hacerle los honores. Recordemos que un viajero inglés, escribió el siguiente pensamiento en un álbum, donde los expedicionistas del Monte Blanco, consignan sus impresiones: “Hay una cosa blanca que me agrada más que el Monte Blanco. La espuma de la cerveza”. Los alemanes, creemos son de la misma opinión. La heroína de la fiesta, esto es, la barricada, destacaba sus no muy armoniosas proporciones, por ahí cerca; proporcionando á todos una animación inconcebible. Hubo brindis, canto, dianas, gritos de entusiasmo…en fin, las manifestaciones más ruidosas que
pueden imaginarse. El fabricante puede estar orgulloso.519
Los sonidos recurrentes en ese paisaje social, deben ser considerados. Y
junto a todas las lenguas que ahí se hablaban destaca el lenguaje musical
expresado en las famosas y celebradas por la prensa de la época, serenatas en la
Machado. Estas sucedían todos los martes y en alguna ocasión fueron pedidas
que no se quitaran por algunas señoritas de sociedad que enviaron carta al Correo
de la Tarde. Las serenatas fueron una práctica cultural donde se manifestaba la
hegemonía social extranjera por medio de la música y las costumbres burguesas:
La que se dará mañana en la Plazuela Machado, la música del 8º. Batallón será bajo el siguiente programa: Marcha, recuerdos de Haydn, Maillochaud; Obertura, “Caballería ligera”, Suppé; Vals, “Ruy Blas”, Marchetti; Fantasías, “Un baile de máscaras”, Verdi; Mazurca, “Recuerdos de Jalisco…suspiros”, I. Tejada; Scena y Duetto, “Lucía de Lammermoor”, Donizetti; Schottisch,
“Leotitia”, Chavatte; Danzas, N.N.520
Otro momento para observar las conformación y las formas de sociabilidad
de las clase dominante en el Mazatlán de la Belle Epoque, así como el discurso
519
AMM, El Correo de la tarde, Tomo VIII., Núm. 2, 204, sábado 24 de septiembre de 1892, Mazatlán, México, p.2. 520
Ibíd.
291
social que exhibía su opulencia por medio de la prensa, lo fueron sus reuniones
sociales, o los actos para celebrar o reconocer a uno de sus miembros;
Por ejemplo, en 1897 y obedeciendo a una orden nacional, el Coronel
Miguel M. Morales debía abandonar su puesto como jefe del 27º batallón militar
establecido en Mazatlán y la clase dominante le preparó una despedida para
reconocerle sus consideraciones y su amistad;
(…) nunca ha desmerecido su nombre como la representación del valor, de la honradez y del progreso (…) nada más justo en consecuencia que la ciudad de Mazatlán haya querido demostrar su grande, su inmensa simpatía al valiente soldado y buen amigo de Sinaloa: y testimonio de ese cariño ha sido el banquete que los miembros más prominentes de esta sociedad ofrecieron ayer en el Hotel Central.521
Los brindis se sucedían en las personalidades del puerto que despedían al
coronel, exhibiendo con ello ante los suyos y la opinión pública el respeto,
reconocimiento y pertenencia de los presentes a las instituciones nacionales;
El señor José H. Rico con frase felicísima ofreció el banquete al Sr. Coronel Morales (…) tomó la palabra enseguida el Sr. Lic. Alberto Iriarte, quien en inspiradísimos conceptos se refirió á los muchos servicios prestados á la Patria por el Señor Coronel (…) el Sr. Doctor Carvajal, con la galanura que lo distingue, brindo por la prosperidad del obsequiado, y sucesivamente hicieron uso de la palabra manifestando idénticos conceptos los Sres. José C. Castelló, Antonio H. Paredes, Jorge E. Almada, Pablo Hidalgo, Antonio Prats, Lic. Alejandro Buelna y Tarquino Pelaez (…) el Sr. Edgardo K. Smoot, contratista de las obras del puerto, significó en breves frases su pena, porque al iniciar las mejoras que tan poderosamente han de influir en el desarrollo y prosperidad de Mazatlán se aleje un hombre tan progresista (…) en nombre de las colonias Alemana y Francesa brindaron también los Sres. Guillermo Sowerbuts y Julio C. Charpentier, y así, unidos en un solo sentimiento, mexicanos y extranjeros, demostraron elocuentemente que el corazón no reconoce fronteras ni
distingue nacionalidades.522
Como estas, miles de reseñas se publicaron sobre la vida social de la clase
dominante en la Belle Epoque mazatleca. El Correo de la Tarde fue el medio
privilegiado. Este diario, recordemos era el órgano de difusión de la Cámara de
521
AMM, El Correo de la tarde, Tomo XII., Núm. 3, 754, Lunes 22 de febrero de 1897, Mazatlán, México, p.2. 522
Ibíd.
292
Comercio del puerto, creada y dirigida por extranjeros de manera directa, y cuando
no fue así se hizo a favor de sus intereses.
En la sección Ecos sociales se reseña una celebración ofrecida por la
pareja estadounidense Sres. Felton, quienes abrieron las puertas de sus elegantes
salones para recibir a un selecto grupo de la créme mazatleca;
(…) que allí se reunía á disfrutar de una deliciosa tertulia, dada en honor a las bodas de miel, ó sea el primer aniversario de los desposorios del Sr. B Wallace y su simpática y fina esposa. Las horas pasaron con rapidez, ayudadas (bajo la influencia) por las divinas notas de la orquesta de Navarro y todo allí era luz, flores, perfumes y armonía (…) nada faltó al entero contento de los concurrentes; pues sabida es la esplendidez de las recepciones de la Sra. Felton, la que juntamente con su esposo, contribuyeron no poco al éxito de la fiesta (…) las señoras que con su presencia, dieron también “eclat” á la reunión, fueron, la de Phillipi, de Schmit, de Sowebuts, de Valadés y de Mc Hatton.523
5.6. La representación del extranjero occidental en la Literatura sobre el
Mazatlán decimonónico.
La literatura como documento histórico no ha sido muy socorrida para explicar las
representaciones colectivas, las mentalidades, sociabilidades y vida cotidiana de
las sociedades del noroeste mexicano en el siglo XIX. Dentro del enfoque
interdisciplinar que se ha hecho indispensable en el trabajo del historiador, las
obras literarias tienen una presencia indispensable en la historiografía
sociocultural contemporánea, ante la carencia de información que sobre los
aspectos ya mencionados ofrece la documentación tradicional.
La finalidad de esta tesis al identificar, exponer e interpretar dos obras
pertenecientes a la época en que se desarrolla nuestra investigación, y una más
que desde una perspectiva regresiva nos muestra una novela histórica que valora
una representación de aquella sociedad a fines del siglo XIX, es dar una
dimensión más al conocimiento del Mazatlán decimonónico por medio de la
representación que de los extranjeros y de aquella sociedad perviven en los textos
literarios.
523
Ibíd.
293
Desde nuestra perspectiva y retomando las ideas de Karel Kosík expuestas
en el capítulo primero, las representaciones sociales son parte del mundo de la
pseudoconcreción, o sea, del conocimiento fenomenológico de la realidad. Ahí
radica su valía para comprender la mentalidad de un momento histórico
determinada.
Para el sociólogo positivista francés Emile Durkheim (1898), las
representaciones colectivas son formas de conocimiento construidas socialmente
y que no pueden explicarse como epifenómenos de la vida individual o recurriendo
a una psicología individual. En este mismo sentido, pero ahora desde la psicología
social, Moscovici plantea, que las representaciones sociales no son sólo productos
mentales sino que son construcciones simbólicas que se crean y recrean en el
curso de las interacciones sociales; no tienen un carácter estático ni determinan
inexorablemente las representaciones individuales. Son definidas como maneras
específicas de entender y comunicar la realidad e influyen a la vez que son
determinadas por las personas a través de sus interacciones.
Las representaciones sociales dotan de significado la existencia individual y
social, nos permiten en un primer acercamiento a las percepciones que tiene la
gente sobre las semejanzas y diferencias, y sobre las funciones, papeles y formas
que tiene las relaciones sociales y las redes institucionales y sociales que ellas
crean.524
Como menciona Roger Chartier, las representaciones en un primer
momento dirigen la acción individual, posteriormente crean identidad en los
actores sociales, dictan roles, sentimientos de grupo o clase y, posteriormente,
llegan a reflejarse en las instituciones o a mediar en ellas como formas de acción o
comportamiento establecidos o marginados.525
Por tanto, toda representación es social y se crea, se reproduce, combate y
destruye en lo que llamamos cultura.
524
Willem Doise, Alain Clémence y Fabio Lorenzi-Cioldi, Las representaciones sociales y análisis de datos, Antologías universitarias-Instituto Mora, México, 2005. p.10. 525
Roger Chartier, El mundo como representación, Gedisa, España, 1999, pp. 45-62.
294
Expondremos ahora, la perspectiva que otorga a las obras literarias
seleccionadas una dimensión de fuente histórica formal. Para ello, explicaremos
una corriente narrativa que floreció en la segunda mitad del siglo XIX europeo, la
novela Realista y posteriormente naturalista que tuvieron como fuente de
inspiración y misión -tanto narrativa, teórica y metodológicamente- la observación
directa de la sociedad de su tiempo.
En París durante Julio de 1842, Honore de Balzac redacta su reconocida
crítica a la historiografía dominante al acusarla de carente de interés por la vida
cotidiana de los hombres y mujeres de su época, la cual quedó plasmada en el
prólogo a su magno proyecto literario La comedia humana.526 Ese pequeño texto
además de convertirse en el manifiesto del realismo literario, dará un impulso
epistemológico a los estudios históricos y sociales para cambiar su paradigma
hacia la cultura, los individuos, los grupos humanos y la vida cotidiana.
Las causas de su surgimiento son de por demás interesantes. Atento e
inspirado en los avances que la zoología presentaba en cuando al conocimiento
del comportamiento animal, Balzac explica que su meta será aplicar el mismo
razonamiento y metodología al estudio de la sociedad francesa de su época;
(…) la vida entre los animales era muy simple. Los animales no tiene sentido de la propiedad, menos de las artes o las ciencias, mientras que los seres humanos, por una ley aún desconocida, manifiestan una tendencia a expresar su cultura, sus pensamientos y su vida en todo lo que se apropian para su uso. Aunque Leuwenhoek, Swammerdam, Spallanzani, Réaumur, Charles Bonnet, Muller, Haller (zoólogos de la época) y otros pacientes investigadores han demostrado cuán interesantes son los hábitos de los animales, ante nuestros ojos todos son iguales aunque difieran en clase o edad; mientras que el vestido, las costumbres, el habla, la vivienda de un príncipe, un banquero, un artista, un ciudadano, un sacerdote, y un pobre es completamente distinta, y cambia con cada fase de la civilización.527
526
Honore de Balzac, The Human Comedy: Introductions & Appendix, November, 1999, PGCC Collection eBook: E/text PDF prepared by Dagny and John Bickers. 527
(…) that life was extremely simple among animals. Animals have little property, and neither arts or sciences; while man, by a law that has yet to be sought, has a tendency to express his culture, his thoughts, and his life in everything he appropriates to his use. Though Leuwenhoek, Swammerdam, Spallanzani, Reaumur, Charles Bonnet, Muller, Haller and other patient investigators have shown us how interesting are the habits of animals, those of each kind, are, at
295
En su método de escritura literaria, el narrador tendría que tomar registro
objetivo, científico, de las prácticas y representaciones que lo seres humanos
hacían de su realidad pero sin caer en una descripción frívola o descriptiva-
testimonial de la existencia misma. Con ello la literatura auxiliaría, o mejor dicho,
perfeccionaría el oficio del historiador, y se modificaría a sí misma al rebasar la
narración y la fantasía como formas básicas de su práctica. El literato sería ahora
un historiador de lo inmediato, un científico social que plasmaría en su obra la
esencia de la vida humana;
La sociedad francesa (Decía Balzac) sería el historiador y yo no tendría que ser sino su secretario. Al hacer el inventario de vicios y virtudes, al reunir los principales hechos de las pasiones, pintar los caracteres, elegir los principales acontecimientos de la sociedad, componer tipos mediante la fusión de los rasgos de varios caracteres homogéneos, quizá podría yo llegar a escribir esa historia olvidada por los historiadores; la de los costumbres.528
Esta concepción de la literatura, de la novela en el caso de Balzac, como
estudio científico de la sociedad más que como una práctica subjetiva y lúdica,
origino el Realismo francés del siglo XIX,529 cuyo propósito era fusionar la ciencia
con la historia mediante los individuos para historiar el presente de las sociedades
decimonónicas. Dice Pilar Gonzalbo Aizpuru;
Su método de observación minuciosa de los individuos y su entorno convirtió sus novelas, su “historia del corazón humano”, en magníficos documentos de la vida cotidiana. Convergencia del binomio literatura-historia que daría frutos cientos de años después, cuando las novelas se convirtieron en puntos de partida para estudios historiográficos de la vida
least to our eyes, always and in every age alike; whereas the dress, the manners, the speech, the dwelling of a prince, a banker, an artist, a citizen, a priest, and a pauper are absolutely unlike, and change with every phase of civilization. Honore de Balzac, op. cit., p. 33. 528
French society would be the real author; I should only be the secretary. By drawing up an inventory of vices and virtues, by collecting the chief facts of the passions, by depicting characters, by choosing the principal incidents of social life, by composing types out of a combination of homogeneous characteristics, I might perhaps succeed in writing the history which so many historians have neglected: that of Manners. Ibíd., p. 34. 529
Posteriormente, el naturalismo de Emile Zolá (Francia, 1879) será la continuación de esa tendencia iniciada por el realismo; pensar y crear la literatura como un documento social.
296
social o de la vida cotidiana o, incluso, en nutrientes documentales de los mismos.530
Para nuestros fines es necesario equiparar los postulados teóricos y
metodológicos en que se sustentaba el realismo literario, debido a que bajo estas
influencias surge la novela y en si toda la narrativa moderna mexicana, en la
segunda mitad del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX. Esta como
aquella corriente literaria, buscan en la observación sistemática de los hechos, de
las creencias, hábitos, costumbres, etc., la materia que forme la historia por
contar, tanto los personajes como las situaciones donde se desarrolla la trama y
desenlace de la historia.
Antes de pasar a la interpretación de los textos literarios que hablan de los
extranjeros en el Mazatlán decimonónico, expondremos algunas consideraciones
sobre la literatura como actividad social en el puerto.
Los libros y la literatura en el Mazatlán decimonónico.
Para la segunda mitad de aquel siglo, la prensa sinaloense será sin duda, un
espacio de germinación y promoción de la poesía, y en otros pocos casos de la
narrativa. Mientras que la épica del corrido, empezaba su arraigo en la literatura
popular.
Pero no será hasta el último cuarto del siglo XIX cuando se produzca, en
concierto con el resto del país, movimientos más originales y vanguardistas en el
mundo literario sinaloense, como el modernismo. En la mayoría de los casos
provocado por escritores de otros estados que encontraron en el ámbito
periodístico de Mazatlán principalmente, y Sinaloa en general, un espacio idóneo
para la creación y publicación de sus obras, entre ellos destacan; Amado Nervo,
Heriberto Frías, Enrique González Martínez, entre otros.
Recordemos que a finales del siglo XIX, el modernismo literario
latinoamericano es una de las corrientes intelectuales que expone la encrucijada
530
Pilar Gonzalbo Aizpuru (dir.), Historia de la vida cotidiana en México, Aurelio de los Reyes (coord.), tomo V , volumen 1, Siglo XX: Campo y ciudad, FCE, México, 2006, p. 12.
297
en que la historia contemporánea colocaba a las sociedades ex coloniales en el
continente. Esto se hizo mediante la metáfora de la lucha entre Ariel y Calibán por
el dominio del presente y futuro de la región;
Desde Méjico hasta la Tierra del Fuego hay un inmenso continente donde la antigua semilla se fecunda, y prepara en la savia vital, la futura grandeza de nuestra raza; de Europa, del universo, nos llega un vasto soplo cosmopolita que ayudará a vigorizar la selva propia. Más he ahí que del Norte, parten tentáculos de ferrocarriles, brazos de hierro, boas
absorventes.531
La literatura advertía un poco tarde sobre la disputa entre Europa y Estados
Unidos, por imponer su hegemonía cultural en tierras latinoamericanas. La
mayoría de los modernistas latinoamericanos de la época estaban a favor de Ariel,
o sea, de la cultura europea.
Un acercamiento al Mazatlán letrado del siglo XIX, nos remite al consumo,
tiempo libre, espacios de sociabilidad e imaginario de los grupos alfabetizados de
aquella sociedad, o sea, las clases medias y dominantes. Así uno de los espacios
de sociabilidad literaria de aquellos días lo fueron los círculos literarios, como
constata en el año de 1892;
La prensa (palabra ilegible) nos ha traído la noticia de que en esta ciudad se á fundado un círculo literario con el nombre de “Sociedad Gómez Flores” compuesta de los poetas y escritores que fueron discípulos del autor de los
(palabra ilegible). La noticia es inexacta.532
Sin embargo, fueron un grupo muy reducido de habitantes del puerto los
que gustaba de esta práctica cultural. Y esto se entiende, al considerar una nota
de prensa de esas mismas fechas donde se afirma que en cierto lugares se
comentaba de “oídas” por quienes gustaban de las “bellas letras” en el puerto,
que en la capital de la federación, o sea, México, se ha iniciado un movimiento
vigoroso que promete revivir y renovar las Bellas Letras en el país. Afirmándose
531
Rubén Darío, El triunfo de Calibán, (edición basada en la versión que se tituló Rubén Darío Combatiente, publicado el 1 de octubre de 1898 en El Cojo Ilustrado de Caracas. Revisado y corregido por Carlos Jáuregui) en Revista Iberoamericana con notas de Carlos Jáuregui (Calibán icono del 98; a propósito de un artículo de Rubén Darío y el Triunfo de Calibán, balance de un siglo 1898-1998), Numero especial 184-185, 1998. 532
AMM, El Correo de la tarde, Tomo VIII., núm. 2, 146, Lunes 18 de julio de 1892, Mazatlán, México, p. 2.
298
con ello, que para esos tiempos finiseculares eran muy pocos quienes gustaban
de la literatura en Mazatlán, e incluso no se conocía a ninguno que viviera de esta
actividad artística;
Reducido es el número de las personas que por aquí se dedican a su culto y aun éstas, sucumbiendo a la humana necesidad de “primero comer que ser cristiano”, ocupan su tiempo en trabajos más ó menos agenos á la literatura para proporcionarse lo necesario. Tal vez por eso ha causado menos sensación de lo que debiera, el movimiento literario de México, ó tal vez porque el clima y la estación predisponen al dolce far niente y ni siquiera la esperanza se hace sentir con mediano empuje. Pero si el dado en México no mengua, ni se entibia, habrá de llegar hasta aquí, y
tendremos ocasión de apreciar el temple de nuestros literatos.533
Pero ¿Qué tipo de literatura se leía en el Mazatlán decimonónico? Una
respuesta a esta pregunta se puede proponer si consideramos las novelas
publicadas en la prensa de la época -El Correo de la Tarde, principalmente- así
como lo que se vendía en la prestigiada Imprenta de Retes.
En todo el segundo semestre del año de 1892 la imprenta Retes publica en
El Correo de la Tarde, un anuncio donde reseña una serie de novelas que
aparecieron por entregas en dicho diario, y que ahora están en rebaja entre 1
pesos y 75 centavos c/u en el local de aquel negocio. Con ello podemos darnos
una idea de los títulos, autores y estilos literarios que eran del gusto de los
lectores mazatlecos;
Coche número 13: Novela dramática escrita por X de Montepín.
Los cuellos Negros: Novela que habla sobre la época del Directorio en
Francia.
El maestro de forjas: Escrita por el francés Jorge Ohnet, se anuncia como
una joya de la literatura universal traducida a todos los idiomas y llevada al teatro.
Voluntad: Esta novela escrita por Joreg Ohnet, se dice que está retratada la
humanidad, por medio del gran proceso del amor en la mujer. No puede leerse
una página de Voluntad sin sentir que el corazón se ahoga en un mar de
533
Ibíd.
299
emociones, de sufrimientos, de congojas. Es la historia dolorosa pero verdadera
de todos los amores sin esperanza.
Armadale: Novela inglesa escrita por Wilkie Collins que posee los secretos
del corazón y le hace conmoverse tocándole sus más sensibles fibras.
Alan Quatermain: Escrita por Ridder Haggard pertenece al género que ha
hecho tanto popular a Julio Verne. Sus páginas instruyen recreando. Están
hermanados lo útil con lo agradable.
Cazadores y Cazados (cuento de duendes y aparecidos): No es sino una
novela basada en los profundos misterios de la ciencia espírita. Está escrita para
los amantes de las emociones fuertes. Como se refiere a cosas al parecer
sobrenaturales, la imaginación crece con el relato y no descansa hasta saber el fin
de todas las maravillas que pasan por la vista del lector.534
En lo que respecta a la circulación de libros literarios en la Mazatlán de la
Belle Epoque, encontramos que esta función participan la prensa de la época así
como negocios particulares como es el caso de Francisco G. Vidal cuando en
1880, publica un anuncio en la prensa donde avisa sobre la venta de libros y
novelas nuevas y usadas;
Atención. El que suscribe avisa a sus amigos y al público que en su casa habitación, calle del Carnaval, antiguo “Plaza de Gallos”, tiene una biblioteca de novelas las más nuevas y admite subscriptores a un peso el
mes, pago adelantado. Me compran libros.535
En 1897, la Sociedad de Artesanos Unidos cumplió 21 años de existencia, y
contaba aproximadamente con 319 miembros, de los cuales una minoría eran
obreros, los demás eran;
(…) titulados socios protectores, son personas de mayor ó menor representación social, no arte-sanos, que se han contraído las obligaciones de socio por simpatía o por mera deferencia y que jamás ejercitan sus derechos permitiendo que la sociedad, con las fuertes entradas de dinero,
534
AMM, El Correo de la tarde, Tomo VIII., núm. 2, 149, Jueves 21 de julio de 1892, Mazatlán, México, p. 3. 535 CREDHIC, El monitor del Pacífico, Mazatlán 16 de Enero de 1880.
300
pueda salvar sus compromisos pecuniarios para comenzar á ser sociedad
libre de gravámenes y dedicada exclusivamente a su objeto.536
Un registro más sobre la existencia de bibliotecas de contenido literario en
el puerto, pertenece a la Sociedad de Artesanos Unidos. Este espacio era parte de
una política gremial ya que la mayoría de sus miembros eran analfabetas, y se
hacía caso omiso de la ley que prohibía la contratación por parte de
establecimientos industriales y talleres a menores de 14 años. Otro de sus logros
fue el haber establecido una escuela nocturna a la cual asistían 13 agremiados,
niños en su mayoría. Y aunque no contaban con una caja de ahorro, o algún
monte de piedad para beneficio de sus agremiados, y gran parte de sus fondos se
iban en organizar entre tres o cuatro fiestas al año, tenía una biblioteca para uso
exclusivo;
Cuenta la sociedad con una pequeña biblioteca y un periódico que se reparten entre los mismos socios para que conozcan el resultado de las sesiones á las que acuden escaso número. Los libros de la biblioteca son hojeados por uno que otro curioso, á pesar de haber algunos muy buenos cuya lectura sería altamente provechosa (…) La escuela nocturna es sostenida con ayuda de sesenta ó setenta pesos con que la subvenciona el Estado y el Municipio (…) los obreros verdaderos, los adultos, que comenzaron con entusiasmo, pensaron en breve que es más provechoso descansar de las fatigas del cuerpo que fatigar el espíritu.537
El Nigromante y un negociante de Mazatlán.
El esbozo de una obra de teatro inconclusa del intelectual liberal Ignacio Ramírez
el Nigromante que vivió en Mazatlán durante algunos años, muestra un ejemplo de
la época en donde se presenta una representación de los comerciantes
extranjeros como agentes de desestabilización y de rapiña, hombres desalmados
que conspiraban, vendían y traicionaban a cualquiera por riqueza.
Esto es lo que se perfila tanto en los personajes como en las escenas
referidas de dicha obra. La trama gira sobre una historia de amor que sucede en
536
Ibíd. 537
AMM, El Correo de la tarde, Tomo XII., Núm. 3, 783, jueves 25 de marzo de 1897, Mazatlán, México, p.2.
301
un contexto de inestabilidad político-social debido a un pronunciamiento y
contrabando que se quiere realizar por parte de una alianza entre un comerciante
español y militares acuartelados en Mazatlán.
Expondré primeramente su estructura y posteriormente desarrollaré la
trama y contenido donde se refleja una representación de los extranjeros y la
sociedad de la época.
La obra se divide en tres actos; el primero de ocho escenas, el segundo de
diez y el tercero de catorce. Los personajes son: un comerciante español, Don
Diego Correa; un sargento, Luis Catalán; un empleado del comerciante, Modesto
Plata; y la pareja de amantes de Julio Flores, secretario de Correa, y Clara
Fuentes esposa del sargento Catalán. Identificamos en la selección de los
personajes una representación de los principales grupos sociales que se
enfrentaban política económica y culturalmente en la época; el extranjero
(representante de la clase dominante), el Militar (representante del Estado
nacional), y el secretario y la esposa (representantes de las clases subalternas)
El inicio de la trama tiene como detonante las conspiraciones y abusos del
comerciante español, dando una representación del mismo como un ser
despiadado que con el fin de conseguir sus intereses arrastra en su paso la vida
de los demás personajes, los cuales establecen con él relaciones de
subordinación. Esto se lee en la primera escena del acto primero;
Catalán y Flores: Se le ha muerto a Catalán su padre y viene a que Correa le pague lo que le debe de un contrabando, protegido por Catalán (…) hace
Flores la pintura de su amo y sus negocios; y confiesa su amor.538
Como se puede leer en el esquema de esta primera escena, el secretario
se refiere al extranjero español como su amo, mientras que el militar lo busca para
que le pague por haberse corrompido a favor de sus negocios de contrabando.
538
Ignacio Ramírez, Un negociante de Mazatlán (obra inconclusa), en Teatro (compilación y revisión: David R. Maciel y Boris Rosen Jélomer), CIC Jorge L. Tamayo A. C., México, 1988, p. 451.
302
En la segunda escena se muestra más fielmente la avaricia, el despotismo
y la crueldad del extranjero, cuando se dice que Don Diego Correa se niega a
socorrer a Catalán, y en la siguiente escena el mismo Correa despide a Flores
argumentando que tiene que colocar a muchos españoles, escatimándole el pago
de lo que le debe por sus servicios.
En la escena séptima Plata y Correo traman un pronunciamiento y buscan
ayuda del Sargento.539
En el acto dos, el Nigromante desarrolla la trama de la obra a partir del
pronunciamiento financiado por el extranjero Correa, que con tal de lograr sus
fines manda a la cárcel a su exsecretario Flores y a Clara. En la escena número
cuatro, se perfila un monólogo del extranjero;
Secretario Flores a quien acaban de poner preso
Porque lo quiere Correa para dominar.540
Al final del segundo acto, y después de mandar Correa a la cárcel a Clara y
a Flores, Modesto Plata anuncia la eminente llegada de la contrarevolución desde
el centro del país.
El tercer acto es el desenlace de la obra, y se desarrolla mientras el
pronunciamiento financiado por el español Correa pierde fuerza por el movimiento
contrarevolucionario. En la escena tercera, y al parecer acorralado, Correa intenta
corromper de nuevo al sargento Catalán;
Ofrece dinero a Catalán porque no diga
que Correa no es su cómplice.541
En la escena trece triunfa en México la causa que defendía el sargento
Catalán y sale derrotado el grupo que apoyaba el pronunciamiento del extranjero
Correa. Clara denuncia un contrabando de armas. La obra termina en la siguiente
539
Ibíd. 540
Ibíd., p. 452. 541
Ibíd., p. 453.
303
escena cuando aparecen todos los personajes y se afirma; el triunfo de Clara;
desvalijan al gachupín.
La representación social que mediante esta obra de teatro se ofrece del
extranjero comerciante en el Mazatlán decimonónico, hace referencia al enorme
poder económico que tenían corruptor de voluntades, por el cual conspiraban
contra la nación y trastornaban la vida política y social según sus intereses.
Por otra parte, no debe extrañarnos que el Nigromante explote en esta obra
toda su formación e ideología liberal-positivista, que lo hermanan
inseparablemente con la lucha y el discurso que Eustaquio Buelna sostuvo ante el
grupo de comerciantes mazatlecos al participar en la política sinaloense de la
segunda mitad del siglo XIX.542
Heriberto Frías y la miseria del rico marinero.
La siguiente obra que analizaremos es la del lo queretano Heriberto Frías,543 que
si bien es publicada en los primeros años del siglo XX, su mirada se intrinca en lo
profundo de las relaciones y contradicciones sociales del porfiriano, como lo había
hecho antes con su obra cumbre Tomochic. En ella podremos conocer algo de la
vida cotidiana y las representaciones colectivas de las clases subordinadas del
542
Sabido es que para Eustaquio Buelna los comerciantes extranjeros de Mazatlán eran un mal mayor para el Estado de Sinaloa y la República toda. Esto por sus reiteradas formas de llevar a cabo las tesis de libre mercado sin contemplar el bien general, sino tan sólo sus intereses comerciales sectarios, por tanto no era un tipo de inmigrante ideal para el progreso del país según los liberales; (…) pero si bien es cierto que los Vegas hacían un contrabando estúpido y descarado, también es cierto que los comerciantes de Mazatlán lo ejercitaban sacrificando la paz del estado, comprando con oro la sangre mexicana, humillando el honor nacional y corrompiendo nuestras autoridades. Eustaquio Buelna, Apuntes para la historia de Sinaloa 1821-1882, SEP, México, 1924. 543
Decía José Ferrel sobre Heriberto Frías y su obra, en el prólogo a Tomochic publicado en 1906; -¿Quién es este Heriberto Frías?,- nos preguntábamos entusiasmados en la redacción de El Demócrata, luego que leíamos el folletín del periódico. ¿Quién es este novelista nacional tan mexicano, que parece que cada capítulo de su obra lleva como epígrafe un certificado del Registro Civil? (…) Después de Emilio Rabasa que fue el fundador del realismo en la novela mexicana (…) es Heriberto Frías el novelista que tiene la más potente pupila estética, el exclusivismo más mexicano, la fuerza de creación más extensa y la facultad de exactitud más completa. Estas virtudes artísticas lo colocan, sin más exigencia, en primer término entre los novelistas culminantes (…) en la novela de Frías la verdad no pasa por ningún tamiz; entra con su crudo y sano esplendor original; y, sin más restricción que la impuesta por el decoro y la cultura (…) sus personajes respiran un aire grueso, como marítimo (…) José Ferrel, La novela Nacional (Heriberto Frías), en Tomochic (novela histórica mexicana), Imprenta y Casa Editorial de Valades y Cia. Sucs., México, 1906.
304
Mazatlán decimonónico, y como asimilaban la hegemonía cultural que intentaba
imponerse a su forma de vida.
Su estadía en Mazatlán como director de El Correo de la Tarde hacia 1906,
le permite a Frías conocer la sociedad del puerto, creando entre otras obras
narrativas, el cuento titulado, La miseria del rico marinero, al cual nos referiremos.
En la frugal presentación del mismo, el autor nos da una declaración de sus
principios literarios que sin duda concuerdan con lo escrito por Balzac 50 años
atrás;
¡Aquí hay poca literatura y mucha verdad, la verdad apenas velada pudorosamente por la forma novelesca como por una gasa que más
descubre que oculta, alegrando un poco la miseria del fondo.544
Considerando lo anterior, pasaremos al contenido del cuento. En él, Frías
presenta la vida, deseos y frustraciones de una personaje perteneciente a las
mayorías del pueblo de Mazatlán de finales del siglo XIX; el pescador apodado el
Tortugo, uno de los más ricos entre la clase subordinada. La semblanza que el
autor hace del personaje, nos ofrece una representación de un dichoso entre los
desdichados del Mazatlán decimonónico;
(…) poseía dos canoas grandes y tres pequeñas en la playa Sur, para la pesca, con todo un arsenal de chichorros, terrallas, fisgas, arpones y anzuelos, y un alígero bote azul, siempre baldeado y lustroso, en el Muelle, para el transporte de viajeros á bordo de los vapores de la bahía. Y era propietario de una casucha amplia y fuerte que el mismo construyó con madera de una barca alemana que se estrellara contra los arrecifes del Crestón: una casucha de oblicua techumbre de tejas, enclavada con troncos de palma y astillas de masteleros, en medio del arenal, pero á cuya espalda, bien abrigadita del noroeste, se extendía breve huerta en donde se apretaban papayos, mangos, guayabos, plátanos, tabachines y cocoteros (…) entre dos árboles, la hamaca; en los claros las redes al sol y la ropa tendida; abajo patos y gallinas; arriba, pericos y zenzontles; y más allá, el estero azul salpicado de negras canoas y de velas blancas, y en el
confín las palmeras de la Isla.545
El retrato anterior muestra la forma de vida perteneciente a una parte de
Mazatlán avecindada en los muelles, que vivía de la pesca y padecía, no 544
Heriberto Frías, Miserias de México, Andrés Botas y Miguel Editores, México, 1916, p. 1. 545
Ibíd., p. 89.
305
exactamente agradecía, el progreso. Estos hombres y su cultura, no aparecían en
la prensa de la época salvo en ocasiones de tragedias o en contraejemplos de
comportamientos que debían ser rebasados por aquella sociedad mercantil que se
pensaba ella misma en la vanguardia humana.
El Tortugo era analfabeta, no sabía que era una diva, quién fue Ángela
Peralta, ni que sucedía muros adentro de un conservatorio. Tenía una mujer de
nombre Cuca, sorda, paciente y laboriosa; un hijo llamado Tomás -recio, bruto y
sumiso, pecho, brazos y piernas desnudas como esclavo antiguo- y que en el
canalete y en la fisga y en la pesca de langostas por entre las rompientes y los
peñascales no tenía rival; Una hija, Petra, que se pasaba la vida en el recosido de
las redes y del moler el chile y el café sobre el metate.546
Pero la desgracia del viejo zorro, ex marinero de guerra, ex sátiro y ex
contrabandista de paz, o sea, del Tortugo, lo sería su hija más pequeña, la linda,
la consentida, la Chui, apodada la Palomilla por la gente del mar, debido a su
gusto por cantar y su afinada voz, que a su temprana edad era el goce en horas
de celebración, descanso o trabajo de los playeros.547
Así, la trama del relato cuenta las razones y estrategias utilizadas por el
Tortugo para enviar a su hija, la Chui, al Conservatorio Nacional para hacer de
ella una soprano de primo cartelo, una gran diva, ¡Otra Peralta!;
Pronto se supo en todo Mazatlán que el veterano del Astillero, al igual que muchas familias ricas del puerto, que mandaban sus hijos á San Francisco de California, enviaría á México su hija Chui. Y unos tomaron á broma la cosa, los compañeros se burlaron –en su ausencia- y algunos antiguos empleados federales que conocían la Capital sonrieron fatídicamente,
meneando la cabeza.548
546
Ibíd. 547
La gente de mar (los playeros) adorábala, apodándole la Palomita, porque la rapaza de doce años, descalza y gárrula, tenía el cuerpo grácil lleno de toda la sal del golfo Bermejo y de todo el melindre quejumbroso de las costeñas del Pacífico en cuyo acento lánguido resonaban las enes argentinamente; y porque en las tardes de los días de zambra, cuando el Tortugo obsequiaba en el Astillero tequila y cerveza, ella desgranaba la mazorca de perlas de la canción chinaca al sollozo melifluo del acordeón. Ibíd., p. 90. 548
Ibíd., p. 91.
306
El Tortugo cambió todos sus sueños por este nuevo deseo que lo llenaba
de un orgullo loco, dice Frías; trabajó doble turno, de día en el muelle en sus
lanchas y por la noche pescando desde pargos hasta tiburones. Dejó todos sus
placeres para ahorrar dinero y, sobre todo, soportó los chismes y burlas de su
gente durante siete años que tardó en volver de nuevo a Mazatlán la Chui, la ex
paloma, la hija del viejo, chaparro y zambo pescador mazatleco que añorada fuera
la próxima Peralta.
Será en el momento del reencuentro del Tortugo con su hija -la encarnación
de sus deseos labrados durante siete años y diez mil pesos de trabajo que lo
llenarían por fin de orgullo- cuando la propuesta de interpretación social de Frías
para este momento, esta mentalidad reinante en aquel México, en aquel Mazatlán
de finales del siglo XIX, sea evidente; al bajar del vapor Benito Juárez que la traía
del sur, la Chui ya no era la misma niña descalza y alegre mazatleca que se fue,
su mismo padre la mató simbólicamente al desear que ella fuera la “nueva” diva
mazatleca, la Peralta que tanto veneraban (y veneran hasta estos primeros años
del siglo XXI) las clases dominantes;
La recibió, pero no obstante los últimos retratos, no la pudo conocer. Era otra, otra completamente distinta. Apareció sobre cubierta una señorita de “traje sastre” tiesa, enguantada, con gran sombrero á la inglesa, velillo azul sobre el rostro empolvado de blanco, insolente. Y cuando hubo de convencerse, atónito, aterrado, de que aquella gringa falsificada, altanera, de cara azteca empolvada de blanco, era la soprano de primo cartelo, no tuvo más remedio que ir á abrazarla, temblando de frío, y de terror, cual si abrazara un cadáver (…) la alojó como a una extranjera, como a un ídolo temible. Ella tuvo asco de su casa y vergüenza de su familia. No cantó porque estaba afectada de la garganta, y porque no le compraban su piano (…) en México –decía, y ya no vibraba en su acento la dulzura costeña- frecuentaba el teatro de gente culta. En México, comía a la francesa. En México la creían hija de un rico armador de Mazatlán (…) levantábase á las once; pedía de almorzar como en un restaurant, leía novelas. En la tarde salía de paseo, gritando á la vieja sorda que vendría muy de noche porque “iba de visita con familias distinguidas”. Por el barrio de la Cruz, por el Muelle, por la playa Sur, por el Astillero y la Cervecería, empezaron á correr historias, á propalarse chismes, á subir de punto la ferocidad de la lástima y
del escándalo (…) 549
549
Ibíd., pp. 93-94.
307
Al final del relato, la hija del Tortugo, se larga de Mazatlán con un hombre
de dinero. Pero nuestro pescador comprendió que su confusión y su inconsciente
anhelo de ser parte de un mundo elegante y reconocido que ignoraba pero
respetaba y veía como grandioso, aunque no fuera el suyo, le arrebató a su hija, la
Chui, que ya nunca cantaría frente a la playa mientras celebraba con sus amigo
por un buen día de pesca, porque se había convertido en otra Peralta.
Juan José Rodríguez y el gran invento del siglo XX.
En esta novela, el mazatleco Juan José Rodríguez Ramos, construye una
interpretación sobre la Belle Epoque mazatleca en una obra de ficción histórica
que fue publicada en 1997. Este trabajo es interesante para nuestra investigación
debido a que nos permite conocer una forma de interpretar nuestro espacio de
estudio desde la mirada de un hombre porteño de finales del siglo XX.
Además a diferencia de los dos escritores pasados, en esta obra se expone
de una mejor manera la representación social contemporánea de aquella
mentalidad colectiva de la Belle Epoque, forjada por el comercio internacional y los
extranjeros ilustrados.
También consideramos que la obra de Rodríguez Ramos, tiene la virtud
histórica de la distancia temporal con relación a los hechos tratados, así como un
vasto trabajo de documentación histórica, que permite equiparar el estudio de la
vida cotidiana de la época con los postulados ya mencionados de la novela
realista.
La novela inicia con la llegada al puerto de Mazatlán de un buque de vapor
que, al igual que las desgracias y las maravillas, traía al personaje principal del
relato, Santiago Bonardel, y a un artefacto cultural hijo del progreso científico-
tecnológico de la época.
Este forastero, como muchos otros que arribaban al puerto, presumía que
con él llegaba el gran negocio del siglo XX. Esto despertó la curiosidad de la
población, acostumbrada a ver desembarcar nuevos objetos que llegaban al
308
puerto en busca de fortuna, por medio de charlatanes y que la mayoría de la gente
no comprendía y podían etiquetar como producto de brujería.550
Santiago Bonardel se instala en Mazatlán y por medio de su dinero, su
indumentaria, sus gestos, sus modales y sobre todo del gran invento-negocio que
trae consigo, se gana la deferencia de las clases dominantes y el respeto y
consideración de la mayoría del pueblo subordinado;
No había que preocuparse: sólo los charlatanes anunciaban sus mercaderías como el último hallazgo de los sabios de París o el gran invento del siglo XX (…) difícilmente un aventurero con unos pocos paquetes iba a desbancar a los magos de las finanzas mazatlecas. Eso se daba sólo en los puertos recién fundados, sin tiendas establecidas, a donde se llegaba a comenzar de cero, del mismo modo que algunos de los abuelos de ellos se establecieran en la ciudad en tiempos pasados, comerciando con traficantes e incluso con piratas que desvalijaban a su paso la Nao de la China. Ahora las reglas del juego ya estaban escritas y ellos eran los dueños de la mesa y los dados.551
En la mayor parte del relato, Santiago Bonardel, es relacionado con el
progreso y la riqueza, lo que después va transfigurándose en su personalidad en
forma de ambición, simulación, traición y soberbia;
El forastero comenzó a reír a carcajadas. Sabía que ahora sería rico y poderoso, admirado y temido por esa gente tan impresionada. Él era el
amo del mundo porque ese invento cambiaba la realidad.552
El cinematógrafo, ese gran invento del siglo XX, que llegó con Bonardel es
símbolo de prosperidad material y social, incluso de amor, en la obra de Rodríguez
Ramos. Representaba para la hegemonía cultural de la época, un objeto que
otorgaba poder y civilización;
(…) Sarahí era necesaria para que el gran invento del siglo XX se diera a conocer en Mazatlán. Ella sería siempre recordada como el ángel tutelar de este nuevo descubrimiento, casi como el ángel anunciador que había traído el verdadero símbolo del progreso en la ciudad. No sólo era el invento sino
también el gran negocio del siglo.553
550
Juan José Rodríguez, El gran invento del siglo XX, Joaquín Mortiz, México, 2004, pp. 13-14. 551
Ibíd., p. 16. 552
Ibíd., p. 91. 553
Ibíd., p. 53.
309
Sin embargo, lo que más sirve para sustentar la hipótesis de nuestra tesis,
es la representación imperante en la obra de un Mazatlán preso por distintos
discursos culturales, pero donde la modernidad burguesa y los adelantos
tecnológicos regían la vida social y los imaginarios colectivos;
La gloria de Santiago Bonardel, su imagen de hombre prodigioso y portador del progreso, ya estaba consolidad ante todo el puerto de Mazatlán. Era la figura del momento a quien admirar, a quien temer, la presencia que sacudiría muchas conciencias. Sin embargo, Bonardel no se durmió en sus laureles (…) se dedico a trabajar en el mantenimiento de esa aura que aún
le iba a rendir más beneficios y dinero constante y sonante.554
Esas batallas culturales que sucedían en el puerto mazatleco, ocasionaron
que el futuro venturoso del cinematógrafo y del mismo Bonardel, quien estaba
comprometido con la hija de un destacado comerciante español del puerto, se
derrumbaran.
El cinematógrafo fue el centro de disputa de aquella sociedad que no era
homogénea culturalmente, aunque así lo profesaran el discurso dominante; esa
máscara bufa que los extranjeros impusieron al Mazatlán decimonónico.
Tal parece que al final lo que nos intenta decir Rodríguez Ramos, es que la
modernidad de la Belle Epoque mazatleca, fue vista con admiración por una
minoría y temida por la mayoría. Unos las promovieron y otros la padecieron.
Es por ello que en un principio el cinematógrafo representó la felicidad tanto
para su dueño como para la sociedad mazatleca pero al final todo terminó en
tragedia.
554
Ibíd., p. 92
310
Conclusiones de la investigación.
Llegamos al final de esta investigación de tesis de maestría, y podemos decir con
sinceridad científica que nuestra hipótesis de trabajo principal se comprobó
parcialmente. Sin embargo, también podemos afirmar, sin pena, que el trabajo
hecho servirá de alguna manera, para estimular las discusiones y el estudio de la
dominación y la cultura en la historiografía Sinaloense.
Dicho lo anterior, expondré algunas conclusiones generales a las que
llegado esta investigación después de dos años y medio de trabajo.
La nación mexicana contemporánea es producto de la diversidad cultural y
se fue configurando regionalmente con la independencia del país y la construcción
social de la identidad mestiza.
Así, durante el siglo XIX la región noroeste de México despegó de su
letargo económico y cultural impulsada por factores internos y externos, o sea, la
modernidad europea se hizo presente en nuestro territorio. Entre los que
destacan; la industrialización europea y el auge del comercio marítimo
internacional; la presencia de recursos naturales sobre todo minerales y marinos;
su relativa autonomía y poca influencia del gobierno central; su ubicación como
puente de enlace con Estados Unidos; el contrabando y la presencia de
extranjeros inmigrantes europeo.
En ese momento histórico se pobló el puerto de Mazatlán, formando una
sociedad estable a partir de la cuarta década del siglo XIX. En este sentido
afirmamos, que los extranjeros que se avecindaron el puerto en tiempos de su
apertura oficial al comercio internacional en 1822, no llegaron a esta región
espontáneamente o por medio de las migraciones libres que caracterizarán al siglo
XIX. Llegaron con el capital, las redes sociales, y el conocimiento del mercado
internacional que les permitió explotar natural, económica y socialmente a la
región. Siendo en la mayorías en la mayoría de los casos un obstáculo en la
integración de Sinaloa y el noroeste a la naciente República mexicana, tanto
económica, política y culturalmente.
311
Esos afanes de dominación que les permitieran conservar y acrecentar su
riqueza económica, hizo que los inmigrantes extranjeros pertenecientes a la clase
dominante, extendiera su control sobre los procesos políticos e ideológicos de su
tiempo. Y eso porque necesitaban construir una fortaleza cultural que les
permitiera seguir utilizando ese espacio del territorio nacional según los intereses
de sus naciones. Cuando ya no les fue útil la mayoría se fueron.
Pero esta dominación no fue sólo en términos económicos, de apropiación
de los medios de producción y el capital, ni sólo política en el sentido de tomar las
decisiones de gobierno. Fue también simbólica, o sea, fue hegemónica, al ser los
dirigentes aceptados por la sociedad de ese momento histórico, creando un
“consenso” con las clases subalternas por medio de extender socialmente sus
valores culturales y filosofía de vida.
Sin embargo, toda la historiografía sinaloense -desde Eustaquio Buelna
incluso- señalan la influencia de los comerciantes extranjeros desde aspectos
económicos y políticos; derivando sobre todo su interés de mantener su poder
económico mediante relaciones de dominación políticas, por medio de los motines,
asonadas, intentos separatistas, parentesco, sobornos, tráfico de influencia,
componendas con el poder central y otros medios directos de control social.
Por tanto no se ha puesto la atención debida a las teorías de las ciencias
sociales, que permitan problematizar el uso de categoría como la hegemonía no
solamente como un concepto, sino en todas sus posibilidades y esto sólo es
posible al convertirlo en objeto de estudio.
De igual forma, creemos que se han aportado argumentaciones histórico-
científicas que permitan complejizar la representación apologética contemporánea
del extranjero que llegó a Mazatlán durante el siglo XIX. Es primordial investigar su
presencia en la región como agentes de bienestar social y nacional, y no sólo bajo
el aura romántica de su cultura europea y su riqueza material. Porque para estas
interpretaciones históricas, los extranjeros son sólo entes económicos y políticos
que traían como se trae unas flores, el progreso, la riqueza y la inversión
extranjera a la región.
312
Ese capital cultural del extranjero, esa cosmovisión propia de un momento
de desarrollo industrial, intelectual y económico propio del occidente europeo, no
se considera que influyó en el sentido de sus acciones, prácticas y
representaciones ante la sociedad y que en ciertos periodos del siglo XIX sirviera
a sus intereses de dominación económica-político-militar del puerto de Mazatlán.
Por tanto hay que ver más allá de su faceta de comerciantes, y dimensionar
sus otras caras como contrabandistas, cónsules, depredadores del medio
ambiente, promotores de motines, científicos, letrados, ilustrados, entre otras
cosas.
Para finalizar con estas conclusiones, diremos que esta investigación de
tesis nos permite plantear la idea, de que el puerto de Mazatlán sirve como
ejemplo y experiencia histórica a nivel nacional, sobre la poca influencia que tuvo
el gobierno mexicano en la formación cultural y económica de vastas regiones de
la República naciente durante el siglo XIX.
De igual manera, diremos que si bien nuestras conclusiones nos permiten
identificar la presencia de la modernidad europea en la sociedad del puerto de
Mazatlán durante el siglo XIX, también nos permiten afirmar que esta no fue un
fenómeno homogéneo para toda la sociedad, o sea, no se manifestó de una sola
forma.
La modernidad comandada por Europa durante el siglo XIX se identifica
como la postura clásica relacionada con la industrialización, la planificación
económica, lo urbano, el confort, la secularización, la burocracia, el progreso, etc.,
pero no se manifestó de la misma forma en todas las sociedades, y lo que es más
importante para entender el Mazatlán decimonónico no fue patrimonio de todos los
sujetos dentro de una sociedad, ni tampoco se expresó en todos los espacios
sociales.
Esta perspectiva corresponde a las teorizaciones de Peter Taylor sobre las
modernidades, cuando afirma que no es correcto, ni científica o históricamente,
hablar, con sucedía antes, de una sola forma en que se manifiesta la modernidad.
313
Por ello concluimos que el proceso de modernización fue complejo y
sucedió de manera diferencial dentro de la sociedad Mazatleca. Unos se
beneficiaron y reprodujeron la vida moderna capitalista mientras la mayoría le fue
impuesta por tanto la padeció en la mayoría de las ocasiones.
*
314
Fuentes Archivísticas.
Archivo Municipal de Mazatlán (AMM). Mazatlán, México.
Archivo Histórico General del Estado de Sinaloa (AHGES). Culiacán,
Sinaloa.
Archivo de la Casa de la Cultura Jurídica (ACCJ). Mazatlán, México.
Archivo Centro Regional de Documentación Histórica y Científica
(CREDHIC). Culiacán, México.
Archivo de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (ASHCP).
Biblioteca Miguel Lerdo de Tejada, D.F., México.
Archivo del Centro de Estudios Migratorios Latinoamericanos (ACEMLA).
Buenos Aires, Argentina.
Archivo Histórico de la Academia Nacional de Historia (AHANH). Buenos
Aires, Argentina.
Hemerográficas. El Correo de la Tarde (Mazatlán) L‟ere nouvelle. Journal des ideés et des intérêts franco-mex icain, México, Octubre 14 de 1865. The North American, México, Febrero de 1848. El Monitor del Pacífico, Mazatlán, Agosto de 1879. El Correo de Occidente, Culiacán, Febrero de 1888. La Opinión, Culiacán, Julio de 1887. El Cinco de Mayo, Culiacán, 1866. Boletín oficial del Gobierno del distrito, Tepic, Mayo de 1874. El Socialista, Mazatlán, 1892, 1893.
315
Imágenes. La totalidad de las imágenes utilizadas en la presente tesis fueron obtenidas por medio de un rastreo en distintas páginas de internet entre el verano y el invierno del 2009. Entre ellos destacan: http://www.galeriamazatlan.com/ http://travel.webshots.com/album/288407317qoNGXi?start=0 http://www.cdlib.org/inside/projects/oac/ http://www.fotolog.com/viejo_mazatlan/ http://www.raremaps.com/
Bibliografía. Aguilar, José Antonio y Rojas, Rafael (coord.), El republicanismo en Hispanoamérica; ensayos de historia intelectual y política, México, FCE-CIDE, 2002 Agulla, Juan Carlos, Eclipse de una aristocracia: una investigación sobre las élites dirigentes de la ciudad de Córdoba, Buenos Aires, Líbera, 1968. Álvaro Estramiana, José Luis (comp.), Fundamentos sociales del comportamiento humano, Barcelona, UOC, 2003. Altamirano, Carlos (director), Myers, Jorge (Editor), Historia de los intelectuales en América Latina. Vol. I. La ciudad letrada, de la Conquista al Modernismo, Buenos Aires, Katz, 2008. Alfaro, Milita, Carnaval; una historia social de Montevideo desde la perspectiva de la fiesta, Tomo II. Carnaval y modernización; impulso y freno del disciplinamiento 1873-1904, Uruguay, Trilce, 1998.
Bahamonde, Angel y Cayuela, José, Hacer las Américas: las elites coloniales españolas en el siglo XIX, Madrid, Quinto centenario-Alianza, 1992. Batticuore, Graciela, Gallo, Klaus, y Myers, Jorge (Comp.) Resonancias románticas. Ensayos sobre la historia de la cultura argentina 1820-1890, Buenos Aires, Eudeba, 2005. Bethell, Leslie (comp), Historia de América Latina (Vol. VI, VII, VIII, IX), Barcelona, Crítica, 1991.
316
Beaufoy, Mark, Mexican illustrations, founded upon facts; indicative of the present condition of society, manners, religion, and morals, among the Spanish and native inhabitants of Mexico has they appeared during part of the years 1825, 1826, 1827, interspersed with occasional remarks upon climate, produce, and antiquities of the country mode of working of the mines, London, The Carpenter and son, 1828. Browne, Ross (edit.), Resources of the Pacific slope. A statistical and descriptive summary of the mines and minerals, climate, topography, agriculture, commerce, manufactures, and miscellaneous productions, of the states and territories west of the Rocky mountains with a sketch of the settlement and exploration of lower California, San Francisco, H. H. Bancroft and Company, 1869. Buelna, Eustaquio, Apuntes para la historia de Sinaloa 1821-1882, México, SEP, 1924. Burke, Peter, La cultura popular en la Europa Moderna, Madrid, Alianza editorial, 1996.
Cassigoli, Armando y Villagrán, Carlos, La ideología en los textos; antología I, México, Marcha, 1982. Cipolla, Carlos (Ed.) Historia económica de Europa. Vol. I. Barcelona, Ariel, 1979.
Casara Soto, Pedro (editor), Élites; prosografía contemporánea, España. Universidad de Valladolid, 1994. Calvo, Vicente, Descripción politica, física, moral y comercial del departamento de Sonora en la Republica Mexicana en 1843, México, INAH, 2006. Cole, Oses, Las viejas calles de Mazatlán. Culiacán, México, Visión Impresa, 2004.
Carrillo Rojas, Arturo e Ibarra Escobar, Guillermo (coord.), Historia de Mazatlán. México, Ayuntamiento de Mazatlán/UAS, 1998. Chartier, Roger, El mundo como representación, España, Gedisa, 1999.
Cavieres F., Eduardo, La Serena en el siglo XVIII: las dimensiones del poder local en una sociedad regional. Universidad católica de Valparaíso, Valparaíso, 1993.
Devoto, Fernando J., Historia de los italianos en la Argentina, Buenos Aires, Cámara de comercio italiana de la república argentina 2006.
317
--------------------------, Historia de la inmigración en la Argentina, , Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 2004. Díaz, Carlos Fredy Cancino, Italianos en Chile; breve historia de una inmigración, Chile, Instituto Fernando Santi-Lombardía, 1988. Diggins, John Patrick, Thorstein Veblen; teórico de la clase ociosa, México, FCE, 2002. Duncan, James S., The city as text; the politics of landscape interpretation in the Kandyan Kingdom, , UK, Cambridge University Press, 2004. Doob, Maurice, Estudio sobre el desarrollo del Capitalismo, México, SIGLO XXI, 1977.
Ensinck, Oscar Luis, Historia de la inmigración y la colonización en la provincia de Santa Fe, Buenos Aires, Fundación para la Educación, la Ciencia y la Cultura, 1979. Estrada, Baldomero (editor), Presencia italiana en Chile, Chile, Instituto de Historia/Universidad Católica de Valparaíso, 1987.
Fernández Christlieb, Federico, Europa y el urbanismo neoclásico en la ciudad de México; antecedentes y esplendores, México, Plaza y Valdés/UNAM, 2000. Fradera, Joseph Ma. y Millán, José (Eds.), Las burguesías europeas del siglo XIX: sociedad civil, política y cultura, Valencia, Biblioteca Nueva Universitat de Valencia, 2000. Frías, Heriberto, Miserias de México, , México, Andrés Botas y Miguel Editores, 1916. ---------------------, Tomochic, México, Imprenta y Casa Editorial de Valades y Cia. Sucs., 1906. Ferreyra, Ana Inés. (1992) Elite dirigente y vida cotidiana en Córdoba: 1835-1852. Centro de estudios históricos. Córdoba.
Galeano, Eduardo, Las venas abiertas de América Latina, México, Siglo XXI, 2002. Güenaga, Rosario, Los extranjeros en la conformación de la elite santacruceña, Bahía Blanca-Arg., Departamento de humanidades/Universidad nacional del Sur, 1994. García Cortés, Adrián, La fundación de Mazatlán, y otros documentos, México, Siglo XXI-DIFOCUR, 1992.
318
Guerra, Francois-Xavier, Modernidad e independencias; Ensayo sobre las revoluciones hispánicas, México, FCE, 1992. Geertz, Clifford, La Interpretación de las culturas, España, Gedisa, 1992. Galí Boadella, Montserrat, Historias del bello sexo; la introducción del romanticismo en México, México, UNAM/Instituto de Investigaciones Estéticas, 2002. Guthrie, William K. C., Los filósofos griegos, México, FCE, 1987. Gramsci, Antonio, Cuadernos de la Cárcel, México, ERA-BUAP, 1999. ---------------------, La formación de los intelectuales, México, Grijalbo, 1967. Gonzalbo Aizpuru, Pilar (dir.), Historia de la vida cotidiana en México, Aurelio de los Reyes (coord.), tomo V , volumen 1, Siglo XX: Campo y ciudad, México, FCE, 2006. Gruppi, Luciano, El concepto de Hegemonía en Gramsci, México, Ediciones de Cultura Popular, 1978.
Graham-Yooll, Andrew, La colonia olvidada: tres siglos de presencia británica en la Argentina, Buenos Aires, Emecé, 2000. Grande, Carlos, Sinaloa en la historia. Vol. I y II., México, UAS, 2000.
Hale Hardy, Robert William, Travels in the interior of México in 1825, 1826, 1827 & 1828, London, Henry Colburn and Richard Bentley, 1829. Habermas, Jüngen, El discurso filosófico de la modernidad, Buenos Aires, Katz. 2008. Harnecker, Marta, El Capital: conceptos fundamentales (Lapius y Ostrovitianov, Manual de Economía Política), Argentina, Siglo XXI, 1971.
Hamilton, Leonidas, Border States of Mejico: Sonora, Sinaloa, Chihuahua and Durango, San Francisco, Bacon & Company, Book and Job Printers, 1881. Hoberman, Louisa Schell, Socolow, Susan Migden, (comp.) Ciudades y sociedad en Latinoamérica colonial, Buenos Aires, FCE, 1992. Hobsbawm, Eric, De la historia social a la historia de la sociedad, Barcelona. Crítica, 1998.
319
--------------------, La era del capital 1848-1875, Buenos Aires, Crítica, 1998. --------------------, La era del imperio 1875-1914, Buenos Aires, Crítica, 1998.
Joseph, Gilbert M. y Nugent, Daniel (comp.), Aspectos cotidianos de la formación del estado, México, ERA, 2002. Jocelyn-Holt, Alfredo, La Independencia de Chile: tradición, modernización y mito, Chile, Editorial Planeta, 2001.
Kanoussi, Dora (comp.), Los estudios gramscianos hoy, México, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla/International Gramsci Society/ Plaza y Valdés, 1998. Kaye, Harvey J., Los historiadores marxistas británicos, España, Prensa universitaria de Zaragoza, 1989.
Kohut, Karl, ed; Rose, Sonia V. (ed), La formación de la cultura virreinal. Madrid-Frankfurt am Main, Iberoamericana-Vervuert, 2006. Klesing-rempel, Ursula, Knoop Astrid, Lo propio y lo ajeno; interculturalidad y sociedad multicultural, México, Edit. PyV, 1996. Kosík, Karel, Dialéctica de lo concreto, México, Grijalbo, 1967.
Leander, Birgitta. (Coord)., Europa, Asia y África en América Latina y el Caribe: Migraciones "libres" en los siglos XIX y XX y sus efectos culturales, México, Siglo. XXI-UNESCO, 1989.
Lida, Clara E., Inmigración y exilio: Reflexiones sobre el caso español, México, Siglo XXI-COLMEX, 1997.
Lipset, Seymour Martin, y Solari, Aldo E., (comp)., Elites y desarrollo en América Latina, Buenos Aires, Paidós, 1967. López Alanis, Gilberto, La filantropía; una misión humanística en Sinaloa, México, Junta de Asistencia Privada/UdO/AHGES, 2004. ----------------------------. Nuestra Señora de Cinaloa, 1601, Culiacán, México, UAS-IES/AHGES, 2005. Lizárraga Hernández, Arturo, Mis dos patrias; identidad cultural, fiestas y emigración al extranjero, México, UAS, 2006. ------------------------------------ (coord.), Nací de aquí muy lejos. Actores locales y turistas en el centro histórico, México, UAS, 2007.
320
Lerma Garay, Jesús Antonio, Mazatlán decimonónico, México, Edición propia, 2005. Lewis Ginger, John, A Peep at México; narrative of a journey across the republic from the pacific to the gulf in december 1873 and january 1874, London, Trübner and Co., 1874. Marini, Ruy Mauro, Dialéctica de la dependencia, México, Era, 1973. Maya Amabia, Carlos (comp.), Marxismo crítico, crítica del marxismo, México, UAS, 1987. McNeill, J. R. y William H. McNeill, Las redes humanas: una historia global del mundo, Barcelona, Crítica, 2004. Merton, Robert K., La Teoría y Estructuras Sociales, México, FCE, 1987. Marx, Carlos y Engels, Obras escogidas en tres Tomos, URSS, Progreso, 1980. ----------------. El Capital, Vol. I, Argentina, Siglo XXI, 1999. Moore, Barrington, La justicia: bases sociales de la obediencia y la rebelión, México, UNAM, 1996.
Martínez Assad, Carlos, De extranjeros a inmigrantes en México, México, UNAM, 2008. Molinari, Alejandro; Martínez, Roberto Luis; Etchegaray, Natalio Pedro, De Garay a Gardel: la sociedad, el hombre común y el tango, 1580 – 1917, Buenos Aires, Ed. Biblioteca Nacional, 1998. Martínez Montiel, Luz María, Inmigración y Diversidad Cultural en México, México, Programa México Nación Multicultural-UNAM, 2005. Martini, Mario, Grandeza Mazatleca, México, Paralelo 23, 2004.
Norbert Lechner, R. Milán y F. Valdés (coords.). Reforma del Estado y Coordinación Social. México, IIS/Plaza y Valdez, 1999.
Opatrný, Josef, Emigración centroeuropea a América Latina, Praga, Editorial Karolinum/Universidad Carolina de Praga, 2005. Ortega Noriega, Sergio, Sinaloa, una historia compartida, México, Gobierno del Estado de Sinaloa/Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora, 1987.
321
------------------------------, Un ensayo de historia regional: El noroeste de México 1530-1880, México, UNAM, 1993. ------------------------------, Breve historia de Sinaloa, México, Fideicomiso historia de las Américas/COLMEX/FCE, 1999.
Pelosi, Hebe Carmen, Argentinos en Francia, franceses en Argentina: Una biografía colectiva, Buenos Aires, Ed. Ciudad Argentina, 1999. Palmote Guy, Época de la burguesía; La Europa 1848-1885, México, Siglo XXI, 2000. Palacios, Guillermo (coord.), Ensayos sobre la nueva historia política de América, México, COLMEX, 2007. Pizzorno, Gallino (et. al.), Gramsci y las ciencias sociales, México, Siglo XXI, 1985. Quiñonez, María Gabriela, La elite, la vida social y la cultura artística en Corrientes: Una aproximación a la realidad de los años treinta, Buenos Aires, Academia Nacional de la Historia, 1999.
Ramos, Ángel Martín (Ed.), Lo urbano en 20 autores contemporáneos, España, Universidad Politécnica de Cataluya, 2004. Rodríguez Ramos, Juan José, El gran invento del siglo XX, México, Joaquín Mortiz, 2004. Román Alarcón, Rigoberto Arturo, Comerciantes extranjeros en Mazatlán 1880-1910, México, COBAES, 1998. Rama, Ángel, La ciudad letrada, Chile, Tajamar, 2006. Ramírez, Ignacio, Teatro (compilación y revisión: David R. Maciel y Boris Rosen Jélomer), México, CIC Jorge L. Tamayo A. C., 1988. Ramos Smith, Maya, Teatro Música y Danza en el México de la Belle Epoque 1867-1910, México, UAM/Gaceta, 1995.
Roberts, Carlos, Las Invasiones Inglesas, Buenos Aires, Emece, 2000. Ritacco, Mario Alfredo, Los griegos de Ingeniero White y Bahía Blanca, Bahía Blanca-Arg., Ed. de la Cocina del Museo del Puerto de Ing. White; Subsecretaría de cultura de la Municipalidad de Bahía Blanca, 1992.
Stone, Lawrence, The crisis of the aristocracy 1588-1641, Nueva York, 1967.
322
Sarmiento, Domingo Faustino, Facundo: Civilización y barbarie, Buenos Aires. CEAL, 1973. Scott, James C., Los dominados y el arte de la resistencia, México, Era, 2000. Schobert Lizárraga, Lorena y Ernesto Hernández Norzagaray (editores) Raíces de Mazatlán: Fundación, política, música y viajeros, México, Asoc. de gestores del centro histórico de Mazatlán/UAS/Instituto municipal de Cultura de Mazatlán, 2006.
Schobinger, Juan, Inmigración y colonización suizas en la República Argentina en el siglo XIX, Buenos Aires, Instituto de Cultura Suizo Argentino, 1957. Sarramone, Alberto, Los abuelos inmigrantes: Historia y sociología de la inmigración argentina, Azul-Arg., Biblos Azul, 1999. Scarpa, Roque Esteban, Presencia visible e invisible de Alemania en Chile, Santiago de Chile, Instituto chileno-alemán de cultura, 1973.
Thompson, Edward Palmer, Costumbres en común, Barcelona, Crítica, 2000. Valadés, José C., Orígenes de la república mexicana; la aurora constitucional, , México, UNAM, 1994. Villoro, Luis, El proceso ideológico de la revolución de independencia, México, CONACULTA, 2002. Valdez Aguilar, Rafael, Sinaloa, negritud y olvido, México, El diario de Sinaloa, 1993. -----------------------------, Labor franciscana en el Sinaloa del siglo XVI, México, DIFOCUR, 2006. Von Metz, Brígida y Verena Radkau (et al.), Los pioneros del imperialismo alemán en México, México, CIESAS/CasaChata, 1982. Vicuña Mackenna, Benjamín, Historia de Valparaíso: crónica política, comercial i pintoresca de su ciudad y de su puerto. Desde su descubrimiento hasta nuestros días, 1536 – 1868, Valparaíso, Imprenta Albión de Cox i Taylor; Imprenta. del Mercurio, 1869-72. Wood, William Maxwell, Wandering Sketches of People and Things in South America, Polynesia, California and Other Places, Philadelphia, Carey and Hart, 1849. Wise, Henry, Los Gringos, or, and inside view of Mexico and California whit wandering in Peru, Chili and Polynesia, New York, Barker and Scribner, 1849.
323
Willem Doise, Alain Clémence y Fabio Lorenzi-Cioldi, Las representaciones sociales y análisis de datos, México, Antologías universitarias-Instituto Mora, 2005. Woods, Daniel B., Sixteen moths at the gold diggings, New York, Harper & Brothers publishers, 1851.
Zea, Leopoldo (comp.), Pensamiento positivista latinoamericano, Vol. II, Venezuela, Biblioteca Ayacucho, 1980. Zimmermann, Eduardo A., La sociedad entre 1870 y 1914, Buenos Aires, Planeta. 2000. Zemon Davis, Natalie, Sociedad y cultura en la Francia moderna, Barcelona. Crítica, 1993.
Otras fuentes. Revistas especializadas. • Revista Clío. UAS. Vol. 3. Núm. 15. • Revista Clío. UAS. Vol. I. Num.1, • Revista Clío. UAS. Vol. 5. Núm. 20. • Revista Clío. UAS. Nueva Época. núm. 31. De la Garza, Luis Alberto. “La transición del imperio a la república o la participación indiscriminada (1821-1823)”. Revista de Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México. UNAM. México. Vol. 11. 1988. Chartier, Roger. Historia, “Representación y construcción”, en Prismas, Revista de Historia Intelectual, Buenos Aires, Universidad Nacional de Quilmes, Año 2, Nº 2, 1998. Salvatore, Ricardo D., “Ansiedades y prácticas culturales de comerciantes norteamericanos a mediados del siglo XIX”, en Prismas; Revista de Historia Intelectual, No. 2, Universidad Nacional de Quilmes, 1998. Vega Ayala, Enrique. “El Primer Ayuntamiento Mazatleco”. Revista Viejo Mazatlán. Edición 71. Agosto 2006. ------------------------------. “La ciudad y puerto de Mazatlán nunca fue legalmente fundada”. Revista Viejo Mazatlán. Edición 68. Mayo 2006.
324
Revista Espiral (estudios sobre Estado y Sociedad), Vol. XII, No. 35, Enero / Abril del 2006. Presagio Revista de Sinaloa: Época 24, Núm. 1, junio de 1979; Época 1, Núm. 8, febrero de 1978; Año 3, Núm. 37, julio de 1980. Revista Letras de Sinaloa: Núm. 23, febrero de 1951; Núm. 28, enero de 1952; Núm. 30, 15 de marzo 1952; Núm. 32, 15 de agosto 1952; Núm. 33, 15 de noviembre 1952; Núm. 25, 15 de mayo 1951; Núm. 26, 15 de junio 1951; Núm 9. Julio de 1948; Núm. 16, febrero de 1950; Núm. 6, enero 1948; Núm. 28, octubre de 1951, Culiacán, Sinaloa Documentales. Stelzner, Uli y Thomas Walther (Dirección y guión), Los Civilizadores: Alemanes en Guatemala, Iska Produktion, Colección Guatemala, Alemania, 1998. Tesis. Alvarado Fuentes, Leticia, El viejo Mazatlán…donde todo comienza: Identidad, representaciones e historia, Culiacán, Tesis Doctoral en Ciencias Sociales, UAS, 2005. Armenta Pico, Margarita L., Matrimonios en Mazatlán: una mirada sociodemográfica 1860-1870, Culiacán, Tesis en Maestría en Historia, UAS, 2006. Brito Rodríguez, Félix, Élite política en Sinaloa 1877-1909. La articulación entre el parentesco y la política, Culiacán, Tesis en Maestría en Historia, UAS, 1996. Lara Caldera, Venecia C., Entre la salvación del alma y de los bienes: testamentos de las élites sinaloenses en el siglo XIX, Culiacán, Tesis en Maestría en Historia, UAS, 2009. Martínez Peña, Luis Antonio, Historia del comercio en Mazatlán 1823-1875, Culiacán, Tesis en Maestría en Historia, UAS, 1998. Norma Mabel Buffa, El aporte extranjero en la sociedad y economía de Bahía Blanca 1828-1900, Bahía Blanca, Tesis de Maestría, Departamento de Humanidad/Universidad Nacional del Sur, 1989. Pérez Montes, Víctor Javier, Mazatlán; visiones entre lo sacro y lo mundano: 1861-1877, Culiacán, Tesis en Maestría en Historia, UAS, 2009. Romero Guzmán, Rosendo, Inmigración asiática a Sinaloa. El caso de los chinos 1880-1934, Culiacán, Tesis en Maestría en Historia, UAS, 1998.
325
Documentos virtuales. Bacon, Francis, Novum Organum, Libro primero; aforismo sobre la interpretación de la naturaleza y el reino del hombre, versión digitalizada (pdf), España, 1903. Bécquer, Gustavo Adolfo, El Carnaval, El Contemporáneo, 5 de marzo de 1862. http//www.librodot.com, 5/9/09. Beraud Lozano, José Luis (et. al.), Construcción social de las condiciones de riesgo en Mazatlán, Sinaloa, Revista Electrónica Zacatecana sobre Población y Sociedad, Año 7, Tercera Era, Número 31, septiembre-diciembre 2007, (http://sociales.reduaz.mx/art_ant/CONDICIONESRIESGO.pdf ) Corrigan, Philip y Sayer, Derek, El gran arco: la formación del Estado inglés como revolución cultural, en Introducción, Blackwell Publishing, 1985, Versión electrónica: http://www.revistadesarrollohumano.org/noticias-0155.asp Fersen, Francisco, Descripción de las provincias de Culiacán y Sonora, En Biblio 3W, revista bibliográfica de geografía y ciencias sociales. Universidad de Barcelona. http://www.ub.es/geocrit/b3w-430.htm Gramsci, Antonio, Cuadernos de la Cárcel. http://www.gramsci.org.ar Grajeda Bustamante, Aarón, 1828 el Decreto de expulsión española en el Estado de Occidente, El colegio de Sonora. Región y sociedad. Vol. VIII. No. 13-14. 1997. http://lanic.utexas.edu/project/etext/colson/13-14/13-14_5.pdf Hausberger, Bernd, La vida cotidiana de los misioneros jesuitas en el noroeste novohispano. http://www.ejournal.unam.mx/ehn/ehn17/EHN01705.pdf Hikini, Masae Sugawara, La independencia y las clases sociales: un ensayo de interpretación, Revista de Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México. UNAM. Vol. 12. 1989. http://www.iih.unam.mx/moderna/ehmc/ehmc12/149.html#nf1 Kohan, Néstor, Gramsci y Marx: Hegemonía y poder en la teoría marxista, Cátedra Libre Antonio Gramsci. Universidad de Buenos Aires. http://www.rebelion.org/izquierda/kohan170301.htm Millar Carvacho, René, Aspectos de la religiosidad porteña. Valparaíso 1830-1930, Revista Historia (Santiago) (online), 2000, vol. 33. pp., 297-368. http://www.scielo.cl/scielo.php
326
Martínez Soler, Marcelo, La feliz experiencia: Instituciones y ciudadanía en Buenos Aires entre 1820 y 1826, En Revista Electrónica de Historia Constitucional. Número II. Junio 2001. http://hc.rediris.es/02/Numero02.html Olveda Legaspi, Jaime, Los vascos en el Noroccidente de México, Siglos XVI-XVIII. http://www.euskosare.org/komunitateak/ikertzaileak/ehmg_2_mintegia/txostenak/vascos_noroccidente_mexico Paredes, Isabel, Comercio y contrabando entre colonia del Sacramento y Buenos Aires en el período 1739-1762, Colóquio internacional Território e Povoamento - A presença portuguesa na região platina, (en PDF) Colonia del Sacramento, Uruguay, http://cvc.instituto-camoes.pt/conhecer/biblioteca-digital camoes/doc_download/395-colonia-del-sacramento-la-bibliografia-y-la-creacion-de-las-memorias-nacionales.html Payró, Roberto P., Historia del Río de la Plata, Tomo I, http://rppayro.files.wordpress.com/2008/10/05-el-virreinato.pdf Piñera, David, La independencia en el noroeste de México; estudio historiográfico, (En Línea), México, Revista de Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México. V., 5, UNAM, México, 1976, (25-02-09), http://www.iih.unam.mx/moderna/ehmc/ehmc05/043.html Pani, Erika, De coyotes y gallinas: hispanidad, identidad nacional y comunidad política durante la expulsión de los españoles, Revista de Indias, 2003, vol. LXII. 2003, n. 228. http://revistadeindias.revistas.csic.es/index.php/revistadeindias/article/viewFile/442/510 Peimbert Frías, Guillermo A., Comentarios y glosas en torno a Modernities de Peter Taylor, en Revista electrónica (www.culturayrs.org.mx) del Seminario permanente de Cultura y representaciones sociales, IIES-UNAM, Año 4, número 7, 1 de septiembre de 2009, México, D. F. Román Alarcón, Rigoberto A., Inmigración hispánica y crecimiento económico en el Mazatlán del siglo XIX, Ponencia del Congreso internacional de migraciones globales. 2007. http://interpol.uasnet.mx/migracionesglobales/ponencias/Roman_R_Arturo.pdf Von Mentz de Boege, Brígida M., Noticias sobre alemanes en México durante el Triunvirato y la presidencia de Victoria, en Revista Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México, Vol. VII, UNAM/IIH, México, 1979, p. 67-92. Versión electrónica: http://www.iih.unam.mx/moderna/ehmc/ehmc07/081.html)
327
Documentos digitalizados. Darío, Rubén, El triunfo de Calibán, (edición basada en la versión que se tituló Rubén Darío Combatiente, publicado el 1 de octubre de 1898 en El Cojo Ilustrado de Caracas. Revisado y corregido por Carlos Jáuregui) en Revista Iberoamericana con notas de Carlos Jáuregui (Calibán icono del 98; a propósito de un artículo de Rubén Darío y el Triunfo de Calibán, balance de un siglo 1898-1998), Numero especial 184-185, 1998. Enrique Vega Ayala, ¡Ay, mi Mazatlán; historias de ayer y hoy, Archivo Histórico de Mazatlán, (documento digitalizado). Juan Manuel Riezgo, Salvador Porras, Francisco Velasco y Manuel José de Zuloaga, Memoria sobre las proporciones naturales de las provincias internas occidentales, causas de las que han provenido sus atrasos, providencias tomadas con el fin de lograr su remedio, y las que por ahora se consideran oportunas para mejorar su estado, e ir proporcionando su futura felicidad, imprenta de D. José María Ramos Palomera, México, 1822. Honore de Balzac, The Human Comedy: Introductions & Appendix, November, 1999, PGCC Collection eBook: E/text PDF prepared by Dagny and John Bickers. Ignacio Ramírez, Ignacio. Obras Tomo I (obra digitalizada), oficina tipográfica de la secretaría de fomento, México, 1889. Prieto, Guillermo, Viaje á los Estados Unidos, (entrega núm. 2), Imprenta del comercio de Dublan y Comp., México, 1877. Walther L. Bernecker. Contrabando. Ilegalidad y corrupción en el México decimonónico. Espacio, Tiempo y Forma. Serie V, H." Contemporánea. t. 6. 1993. págs. 393-394. Despatches from United States consuls in Mazatlan 1826-1906 (microfilm), Vol. 1 nov. 6, 1826-Jun. 26, 1850. Memoria del XII Congreso Nacional de Historia Regional. Historias de Sinaloa y Otras Regiones. UAS. Culiacán, Sinaloa, México. 2002.
328
Entrevistas. • Enrique Vega Ayala (cronistas de la ciudad de Mazatlán) Agosto del 2008 • Sergio López Sánchez. (historiador cultural especializado en estudiar la historia de los teatros del noroeste de México) Abril del 2009. Coloquio sobre la Fundación de Mazatlán, convocado por la Comisión del Bicentenario de la Independencia y centenario de la Revolución en Sinaloa, siendo sede el Museo de Arte de Mazatlán, el día Sábado 5 de Junio del año 2009.
top related