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1
INTRODUCCIÓN
La regulación de los estados de excepción en Chile es una materia que,
históricamente, dista de ser pacífica. Desde los albores de la república, la forma en que se
regulan los llamados poderes de crisis ha sido objeto de fuertes debates y encendidas
polémicas.
En nuestros tiempos, la promulgación de la Constitución Política de 1980 estableció
un marco jurídico que no permitía el adecuado control de los poderes exorbitantes del
Estado. Es así que este cuerpo constituyente, en su redacción original, aceptaba tal
limitación y restricción de los derechos fundamentales durante la vigencia de los estados de
excepción contemplados en él, que no es posible afirmar que se garantizaba la pervivencia
del Estado de Derecho bajo situaciones de crisis.
Si bien a partir de la reforma constitucional plebiscitada en el año 1989 se estableció
una legislación menos laxa, es también evidente que persistían una serie de normas que no
hacían compatible nuestra Carta Fundamental, y su legislación complementaria, con las
convenciones internacionales suscritas por Chile.
2
En este contexto, en el mes de Septiembre de 2005, se promulga la ley Nº 20.050
de reforma constitucional, norma que supone una enmienda sustantiva al texto a la fecha
vigente.
El presente documento se orienta a realizar un análisis acucioso respecto del
alcance de esta reforma constitucional, en específico respecto de la regulación de los
estados de excepción, de forma tal de abordar sus distintos aspectos normativos.
La hipótesis inicial de este trabajo se sustenta en que la redacción de la carta
fundamental, hasta la entrada en vigencia de la reforma constitucional Nº 20.050, no
cumplía con los requisitos mínimos que nos permitiese afirmar que se trataba de un derecho
de excepción que garantizaba, aún en situaciones de crisis, la pervivencia del estado de
derecho; en consecuencia, la enmienda constitucional se justifica sobre la base de esta
precariedad normativa. La segunda parte de esta hipótesis, se sustenta en que la nueva
redacción constitucional cumple adecuadamente con los requisitos de determinación y
certeza, respecto de las causales que autorizan la declaración de un estado de excepción, las
autoridades facultadas para efectuarla, el contenido de los poderes extraordinarios y los
límites para su ejercicio.
Luego de terminado el trabajo de analisis comparativo y doctrinal, será posible
contrastarlo con la hipótesis de trabajo descrita, de forma de establecer su validez para el
caso en estudio, entregándose posteriormente las conclusiones y propuestas finales.
3
En cuanto a la estructura de este trabajo, en primer término se estudiarán las bases
conceptuales que informan la existencia del Estado de Derecho, dado que la normativa que
rige los estados de excepción se encuentra destinada a mantener el orden institucional y el
respeto de los derechos fundamentales de las personas.
El segundo capítulo busca entregar elementos que permitan una visión general sobre
el concepto de derecho de crisis, así como la forma genérica de regulación de esta
institución en el derecho interno.
La tercera parte está constituida por el estudio de la normativa internacional que
regula los estados de excepción o de crisis. En este capítulo se analizarán las directrices
internacionales y tratados vigentes que regulan la materia ratificados por nuestro país.
En el capítulo cuarto se realiza un análisis comparativo de la regulación de los
estados de excepción en particular. Sobre la base de criterios o parámetros uniformes de
comparación, será posible determinar la forma en que se regularon de los estados de
excepción con anterioridad a la entrada en vigencia de la ley de reforma constitucional
Nº20.050, y con posterioridad a ella.
En cuanto al rol de la judicatura, en el capítulo quinto se estudian los mecanismos
de control jurisdiccional existentes durante la vigencia de los estados de excepción. Cabe
4
señalar que este análisis se efectuó en forma separada del trabajo comparativo general,
debido a la necesidad de investigar con detalle el alcance de los medios de control
jurisdiccional, con anterioridad y posterioridad a la entrada en vigencia de la ley de reforma
constitucional Nº 20.050.
Por último, en el capítulo sexto se entregan las conclusiones finales de este trabajo,
las que surgen del contraste entre la hipótesis principal planteada en el capítulo primero, los
elementos teóricos aportados en los capítulos segundo y tercero, el análisis comparativo
contenido en el capítulo cuarto y los elementos desarrollados y descritos en el capítulo
quinto.
5
CAPITULO I
BASES CONCEPTUALES DEL ESTADO DE DERECHO
Al emprender la tarea de analizar la redacción del texto constitucional, anterior y
posteriormente a la entrada en vigencia de la ley de reforma constitucional Nº 20.050, cabe
la pregunta sobre los parámetros de comparación utilizados para dar cuenta de las
diferencias entre ambos textos, en particular respecto de la normativa que regula los
estados de excepción constitucional. Este paralelo nos permitirá determinar si la nueva
redacción del texto se ajusta al objetivo, de lege ferenda, de materializar el Estado de
Derecho en Chile, aún en situaciones excepcionales de crisis.
En consecuencia, en este capítulo expondremos brevemente las premisas
doctrinarias esenciales para la existencia de un Estado de Derecho. Para ello, seguiremos
fundamentalmente al autor italiano Paolo Biscaretti di Ruffia.1
A continuación, analizaremos el concepto de Estado y sus elementos esenciales.
1 BISCARETTI DI RUFFIA, Paolo. Introducción al Derecho Constitucional Comparado. Editorial Fondo de
Cultura Económica, México, 1996.
6
Siguiendo a Maquiavelo, hemos de considerar al Estado como la organización
política y jurídica de un pueblo en un determinado territorio y bajo un poder de mando,
según la razón. 2
De dicha definición es posible extraer los elementos del Estado, siendo éstos, el
pueblo, poder y territorio. El pueblo es el compuesto social que constituye el Estado. El
poder es la capacidad o autoridad de dominio para reglamentar la actividad de los seres
humanos que constituyen el Estado, el cual presupone la existencia de una subordinación
jerárquica de competencias y cooperación reglamentadas. El territorio es el ámbito espacial
dentro del cual se ejerce el poder estatal.3
Esta breve descripción de los elementos constitutivos del Estado, nos entrega una
base conceptual para adentrarnos en el estudio de la formación del Estado Moderno.
Abordaremos brevemente la evolución histórica del concepto, por cuanto el estudio en
profundidad de este tema excede con largueza los fines de este trabajo.
2 MAQUIAVELO, Nicolás. El Príncipe. Editorial Edaf, Madrid, 1984, pp. 52 a 56.
3 En particular sobre el concepto de poder y la legitimidad de su ejercicio, véase a ISRAEL ZIPPER, Ricardo,
Manual de Ciencia Política, Editorial Universitaria, Santiago, 1999, pp. 51 a 74.
7
El Estado Moderno nace como consecuencia de la revoluciones norteamericana y
francesa, en los años 1776 y 1789 respectivamente.4 Otros tratadistas lo denominan Estado
de Derecho, inspirados en la expresión análoga de los juristas alemanes para indicar que
todas las relaciones entre gobernados y gobernantes eran reguladas por normas jurídicas
precisas, mientras que los autores anglosajones usaron con mayor frecuencia la fórmula
similar Rule of Law, que equivale a “gobierno de las leyes” 5 Lo esencial es que a través de
constituciones escritas, se introdujeron nuevos márgenes a la actividad gubernamental, es
decir, se limitó el ejercicio del poder público con la herramienta del Derecho, que a su vez
se originaba en los ciudadanos representados por un órgano colegiado o parlamento.
Durante la segunda mitad del siglo XIX y hasta comienzos del siglo XX, el
desarrollo del constitucionalismo clásico en el mundo occidental fue relativamente
homogéneo. Luego de la Primera Guerra Mundial, este escenario cambia radicalmente
debido a la crisis económica subconsecuente, y por el ascenso de nuevos actores en el
ejercicio del poder, principalmente las capas medias y las masas proletarias fuertemente
afectadas por la crisis. A partir de estos acontecimientos, tenemos un panorama que
4 FIORAVANTI, Maurizio. Los Derechos Fundamentales. Apuntes de la historia de las constituciones.
Editorial Trotta, Madrid, 2000, p. 131.
5 BISCARETTI DI RUFFIA, Paolo. Op. Cit. , p. 114.
8
contemplaba estados de democracia clásica, estados autoritarios (cuyo máximos exponentes
son el corporativismo fascista y el nacionalsocialismo alemán) y estados socialistas.6
En armonía con los fines de este trabajo, nos interesa abordar brevemente el estudio
del Estado de Democracia Clásica, debido a que sus principios son la base del moderno
Estado de Derecho, acercándonos más fielmente a su conceptualización y elementos.
Como señala Biscaretti di Ruffia “..debe recordarse que- según la concepción propia
del estado de democracia clásica- el valor político fundamental está representado por la
eminente dignidad de la persona humana, ya que la organización estatal ha sido instituida y
desarrollada con el único objeto de fomentar múltiples posibilidades derivadas de la misma
persona y para facilitar su realización efectiva en el seno de la sociedad. De lo anterior se
desprende que, para la mejor realización de las decisiones libres de los integrantes del
elemento humano del Estado, es decir, de su “pueblo”, el mecanismo de organización
estatal debe apoyarse esencialmente en la fórmula del autogobierno, que tiende a resolver
el problema, considerado fundamental en esta “forma de Estado”, de armonizar la libertad
de cada uno con la libertad de todos los demás, por medio de la “identificación, lo más
perfecta posible, entre gobernantes y gobernados”7
6 En cuanto a las bases fundacionales, características y concepto de Estado del corporativismo fascista, el
nacionalsocialismo alemán y los llamados socialismos reales, ver TOUCHARD Jean, Historia de las Ideas
Políticas. Editorial Tecnos, Madrid, 1996, pp. 509 a 637.
7 BISCARETTI DI RUFFIA, Paolo. Op. Cit. p.121.
9
Es posible afirmar que este modelo de democracia clásica puede adoptar formas
democrático participativas o representativas. La evidencia empírica nos demuestra que la
adopción de un modelo de democracia representativa constituye la regla general,8 sin
perjuicio de la inclusión de mecanismos democrático participativos, como son los
referendos, recall, plebiscitos e iniciativas popular de ley. La inclusión de estos
instrumentos responde a la necesidad de canalizar las demandas de participación
ciudadana, además de permitir la resolución pacífica, y dentro de un marco democrático, de
ingentes problemas políticos, sociales y económicos.
Aún siendo evidente que la democracia se rige por el principio del gobierno de las
mayorías, el desarrollo y complejización de las sociedades plantea un complemento
necesario, el que se contiene en el principio jurídico fundamental del gobierno de las
mayorías en el respeto de los derechos de las minorías, siendo indispensable para su
materialización la existencia de instituciones constitucionales que aseguren tal respeto.
8 Al respecto, ver informes de la Organización de Estados Americanos sobre democracias en la región en
http://www.oas.org/main/main.asp?sLang=S&sLink=http://www.ddpa.oas.org/main_spa.htm
Para información general de democracias en el mundo, ver informes de la Organización de Naciones Unidas
en http://www.un.org/spanish/
10
Habida cuenta de los elementos doctrinales analizados, es posible hacer un
examen crítico sobre el concepto de Estado de Derecho, cuestión fundamental para
circunscribir de forma adecuada el objeto de estudio.
El profesor Gerhard Caspar, ex rector de la Universidad de Stanford y Decano de la
Facultad de Leyes de la Universidad de Chicago, nos entrega un primer concepto, al señalar
que “el Estado de Derecho puede ser entendido como un concepto que incluye, como
mínimo, el requisito de un fundamento claro en el Derecho para el ejercicio de la autoridad
pública, la protección de derechos individuales, incluyendo salvaguardas contra el abuso de
poder, una judicatura independiente e igualdad frente a la ley.”9 Este concepto intenta
abarcar las premisas básicas de un Estado de Derecho, sobre la base de la existencia de un
ordenamiento jurídico que sea el marco para el ejercicio de la autoridad pública. Lo
interesante de este raciocinio, es que este intenta conciliar dos valores fundamentales de la
democracia, cuales son la libertad y la igualdad; por otra parte, al señalar como elemento
esencial la existencia de una judicatura independiente, señala una vía correcta para
armonizar ambos conceptos.
Otra definición entregada por el profesor Barry Weinpast de la Universidad de
Stanford, señala que “el Estado de Derecho es un conjunto de reglas políticas estables y
derechos aplicables imparcialmente a todos los ciudadanos (…) una sociedad de leyes
9 CASPAR, Gerhard, en http://www.cidac.org/unm/pdf/informacion-edo_de_derecho.pdf
11
universales, no de poder político discrecional”10. En esta definición se pone acento en el
Derecho como límite al poder público y, por tanto, aplicable indistintamente a gobernantes
y gobernados.
En la misma línea de Barry Weinpast, el autor J. Jesús Orozco Henríquez señala
que “el Estado de Derecho es el Estado cuyos diferentes órganos e individuos miembros se
encuentran regidos por el Derecho y sometidos al mismo.”11 A nuestro juicio, el aporte de
esta definición radica en que se estructura a partir de la noción de limitación general frente
la derecho, la que es oponible a los individuos, así como a los órganos depositarios del
ejercicio legítimo del poder de Estado.
Un punto importante, que ya enunciamos más arriba, - a propósito del principio
jurídico fundamental de la democracia, cual es el gobierno de la mayoría en el respeto de
los derechos de las minorías - dice relación con los valores de la igualdad y de la libertad.
Sobre este tema, señala Biscaretti di Ruffia: “Si se aceptaran en forma absoluta estos dos
principios, se presentarían como antitéticos en forma irremediable, ya que mientras el
primero postularía una abstención total del Estado en la esfera de actividad privada del
individuo, el segundo implicaría, por el contrario, una extensa y profunda intervención
estatal dirigida a nivelar, elevando o rebajando, las notables disparidades económico-
sociales que subsisten de hecho entre los ciudadanos.
10 WEINPAST, Barry, en http://www.cidac.org/unm/pdf/informacion-edo_de_derecho.pdf
11 OROZCO H., J. Jesús, en http://www.cidac.org/unm/pdf/informacion-edo_de_derecho.pdf
12
Sin embargo, es necesario reconocer que, en el ámbito del estado de democracia
clásica, se mantiene el predominio del principio de la libertad, aún en las condiciones de
mayor “intervencionismo” que, superando el liberalismo tradicional del siglo XIX, ha
llegado en el continente europeo hasta el laborismo británico y a las corrientes más
avanzadas de la socialdemocracia y de la Democracia Cristiana, que se han orientado hacia
la instauración de una democracia social efectiva. En efecto, aun en los casos en los cuales
se requiere de una creciente intervención del Estado en la esfera de la libertad de los
particulares para remover las causas más graves y aparentes de injusticia social, siempre se
respeta el ámbito moral, religioso y cultural de los individuos, esforzándose para no dañar
sus derechos vitales de autodeterminación. Este problema requiere con frecuencia de una
solución difícil, ya que es preciso atemperar de manera equitativa las exigencias que
aparentemente son contradictorias, debiendo detenerse la intervención del Estado
precisamente en aquel grado de igualdad que genera la libertad para todos”.12
Otra observación necesaria de consignar, es que resulta inconcebible la existencia
de un Estado de Derecho desvinculado de una forma de gobierno democrática, ya sea
representativa o directa. La forma del Estado, en este caso, se vincula con la forma de
gobierno; es decir, para cumplir con los fines propios del Estado de Derecho el ejercicio
del poder debe ser fruto de un proceso democrático de toma de decisiones.
12 BISCARETTI DI RUFFIA, Paolo. Op Cit. , p.125.
13
A partir del análisis teórico efectuado, es fuerza considerar como premisas que
fundan la existencia del Estado de Derecho, a lo menos las siguientes:
1.- El Derecho rige para gobernantes y gobernados. El Derecho actúa como límite al
ejercicio del poder del Estado. Más aún, el ordenamiento jurídico debe contemplar
sanciones para el caso de abuso y extralimitaciones en el ejercicio del poder. Los poderes
del Estado actúan a través de órganos públicos, los que a su vez se organizan de acuerdo a
la forma del respectivo Estado. De esta forma, la limitación que contempla el ordenamiento
jurídico se dirige a los órganos que ejercen el poder público.
2.- Separación de los poderes del Estado. La separación clásica que distingue entre poder
ejecutivo, legislativo y judicial, supone independencia entre ellos. La exigencia de la
separación de poderes dice relación con cómo evitar la concentración del poder público,
puesto que ella amplía la posibilidad del abuso en el ejercicio de las potestades públicas,
desviando los fines del Estado de Derecho.
3.- Supremacía Constitucional. El ordenamiento jurídico supone una jerarquía normativa,
de modo tal que los preceptos de rango inferior no pueden contradecir a los de rango
superior. La norma de rango máximo es la Constitución Política, en ella se establecen
normas sobre la organización y forma del Estado, atribuciones de sus órganos, principios
básicos de la institucionalidad, derechos y garantías de las personas, mecanismos de control
14
de constitucionalidad de las leyes, normas sobre reforma constitucional, entre otras
materias fundamentales.
4.- Respeto a los derechos individuales de las personas. En la Constitución Política se
deben contemplar normas que reconozcan y garanticen el ejercicio de los derechos
fundamentales de las personas. A esto cabe agregar la existencia de un sistema
internacional de protección, establecido a través de diversos tratados sobre esta materia.
Esta premisa en particular, será objeto de un análisis más extenso en el capítulo destinado
al efecto.
15
CAPITULO II
CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE LOS ESTADOS DE EXCEPCIÓN EN CHILE
1.0 MARCO CONCEPTUAL Y PRINCIPIOS DE LOS ESTADOS DE EXCEPCIÓN EN CHILE
Al referirnos a los estados de excepción, hemos de considerar que se trata de un
derecho destinado a regir en situaciones de anormalidad, ya sea política o económica,
nacional o internacional, y cuyo efecto incide principalmente en ampliar las facultades de la
autoridad política y administrativa para restringir, limitar o suspender los derechos
individuales y sociales.13
Este derecho de excepción se justifica y fundamenta en el acaecimiento de
alteraciones y situaciones de anormalidad, de carácter grave, a que está expuesto el Estado
como cuerpo político, y que derivan en momentos de crisis de diversa índole.14 En otras
palabras, se funda en la idea de que situaciones de grave alteración de la convivencia social
tornan posible y justifican la restricción o suspensión de algunos derechos y garantías 13 VERDUGO MARINKOVIC, Mario et.al, Derecho Constitucional. Tomo I. Editorial Jurídica de Chile,
Santiago de Chile, 2005, p. 351.
14 Sobre la evolución de la instituto jurídico de los estados de excepción, Francisco Vega Méndez sostiene
que ésta reproduce la evolución extensiva del estado de sitio. VEGA MÉNDEZ, Francisco, “Notas para una
teoría de la excepción en torno a la reforma constitucional de 2005 en Chile”, en Reforma Constitucional,
Editorial Lexis Nexis, Chile, 2005, p.484
16
constitucionales, con el propósito de preservar el orden democrático constitucional del
Estado.15 El Derecho y su fuente más importante, reaccionan ante esta posibilidad,
contemplando remedios y procedimientos tendientes enfrentar y solucionar estas
situaciones. Uno de estos remedios está constituido por los estados de excepción,
conceptualizados anteriormente.16 Por otra parte, se ha intentado fundar la adopción de
medidas extraordinarias en el principio de legítima defensa, e incluso en la aplicación
directa de Principios Generales del Derecho, como la cláusula rebus sic stantibus.
El objetivo que persigue el establecimiento de estados de excepción constitucional
en la Carta Fundamental, es impedir que circunstancias anormales pongan en riesgo la
existencia del Estado de Derecho, superando dichas situaciones dentro del marco
institucional. En definitiva, al regular los estados de excepción se debe conciliar la
exigencia de preservación de la sociedad democrática y sus libertades, con la mantención
de su seguridad interna y externa; en otras palabras, salvar simultáneamente la ratio juris y
15 GONZÁLEZ POBLETE, Alejandro. Los Estados de Excepción en Chile. Corporación Nacional de
Reparación y Reconciliación. Colección Estudios Nº 4, Santiago de Chile, 1996, p. 9.
16 Para un estudio en detalle de la forma en que se han regulado los estados de excepción en Chile, véase
RIOS ALVAREZ, Lautaro. “Los estados de excepción constitucional en Chile, en Revista Ius et Praxis,
2002, vol.8, no.1, p.251-282.
17
la ratio status, sometiendo al ordenamiento jurídico lo que pareciera intentar escapar de su
regulación, la emergencia, la situación de excepción.17
A mayor abundamiento, Gonzalo García Pino señala que “no sólo los estados se
adoptan bajo criterios procesales, sino que éstos deben estar al servicio de los propios
objetivos por los cuales fueron consagrados en el marco del Estado Democrático de
Derecho.”18
A continuación, exponemos el orden sistemático de principios sustantivos propuesto
por este autor.
a) Principio de necesidad: Este principio importa el criterio que los estados de
excepción solamente pueden establecerse ante una situación de suma gravedad, ante
la cual los medios ordinarios que posee un Estado resultan insuficientes para
afrontarla.
17 NOGUEIRA ALCALÁ, Humberto. Los Estados de Excepción en Chile, en Los Estados de Excepción en
Chile, su incidencia en los Derechos Humanos y el Derecho Convencional Internacional en la materia
Corporación Nacional de Reparación y Reconciliación. Colección Estudios Nº 4,Santiago de Chile, 1996,
p.21.
18 GARCÍA PINO, Gonzalo, “Los estados de excepción constitucional: Un nuevo derecho de excepción”, en
Reforma Constitucional, Editorial Lexis Nexis, Chile, 2005, pp.464.
18
b) Principio de temporalidad: Toda medida de excepción debe tener una duración
limitada a las exigencias de la situación que se quiere afrontar, sin que tales medidas
pierdan su carácter excepcional o de no permanencia.
c) Principio de proporcionalidad: Se trata de un principio constitucional, en virtud
del cual la intervención pública ha de alcanzar la finalidad perseguida, necesaria o
imprescindible al no haber otra medida menos restrictiva de la esfera de la libertad
de los ciudadanos.
d) Principio de la intangibilidad de los derechos fundamentales: Este principio se
expresa en que la suspensión de derechos fundamentales, como medida de
excepción, no alcanza a los derechos expresamente indicados por las normas
constitucionales e internacionales.19
e) Principio de control judicial: Se trata de un principio orientado a garantizar el
control respecto de las medidas adoptadas durante la vigencia de determinados
estados de excepción,20 así como respecto de los efectos jurídicos de medidas
particulares.
19 GARCÍA PINO, Gonzalo. Op. Cit. Pp. 464-475
20 En nuestra legislación, en el artículo 40 inciso 3º de la Constitución, se establece el caso excepcional del
control jurisdiccional respecto de las medidas adoptadas por el Presidente de la República, en tanto no se
reúna el Congreso Nacional para conocer de la declaratoria de estado de sitio o de asamblea.
19
2.0 CARÁCTER AUTÓNOMO DE LA REGULACIÓN DE LOS ESTAD OS DE EXCEPCIÓN
EN LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA.
La regulación constitucional sobre esta materia es de carácter autónoma, es decir, se
basta a sí misma.21 22 Sin perjuicio de lo anterior, y según lo establece el artículo 44 del
texto reformado “una ley orgánica constitucional regulará los estados de excepción, así
como su declaración y aplicación de las medidas legales y administrativas que procediera
adoptar bajo aquéllos. Dicha ley contemplará lo estrictamente necesario para el pronto
reestablecimiento de la normalidad constitucional y no podrá afectar las competencias y el
funcionamiento de los órganos constitucionales ni los derechos e inmunidades de sus
respectivos titulares”. Agrega el texto de este artículo, en su inciso 2º, que “las medidas
que se adopten durante los estados de excepción no podrán, bajo ninguna circunstancia,
prolongarse más allá de la vigencia de los mismos”.
21 La Comisión de estudio de la Nueva Constitución discutió sobre esta matera en las sesiones Nºs. 217 a 220
y Nºs. 361, 364, 367 a 370. VERDUGO MARINKOVIC, Mario et.al, Op. Cit., pp. 352 y 353.
22 Sobre el particular en la Comisión de Estudio de la Nueva Constitución se platearon dos tesis: a) la
sustentada por los comisionados señora Bulnes y señores Carmona y Ortúzar, en el sentido de que la
constitución debía bastarse a sí misma y no dejar entregada esta materia a la regulación legal, salvo aquellos
aspectos que se tornaran de difícil aplicación y para ciertas interpretaciones que fueran dándose con la
evolución y aplicación práctica de la Carta Fundamental, y b) la sostenida por el comisionado señor Guzmán
en orden a que sólo se debían consagrar los principios para su posterior pormenorización por la ley.
VERDUGO MARINKOVIC, Mario et.al, Op. Cit., p.353.
20
Cabe hacer notar que el antiguo texto de la Constitución señalaba, en el artículo 41
Nº 9, lo siguiente:
Artículo 41 Nº 9: “Una ley orgánica constitucional podrá regular los
estados de excepción y facultar al Presidente de República para ejercer
por sí o por otras autoridades las atribuciones señaladas
precedentemente, sin perjuicio de los establecido en los estados de
emergencia y de catástrofe”.
Este punto tiene especial importancia, puesto que es posible advertir que el
constituyente no obliga al legislador a la dictación de la ley orgánica mencionada, lo que
no ocurre en la nueva redacción que sobre el tema adopta la Carta Fundamental. En el
antiguo texto se hacía aún más evidente el carácter autónomo de la regulación de los
estados de excepción, no así en el texto reformado, ya que el constituyente requiere la
dictación de una ley orgánica estableciendo su contenido general y limitaciones. No
obstante, consideramos que la regulación actual conserva el carácter de autónomo, toda vez
que establece el contenido mínimo y esencial de las facultades del Presidente de la
República, y dado que sus normas se deben aplicar en armonía y concordancia con el texto
íntegro de la Constitución Política y sus principios.
Como se verá más adelante, la declaración de los estados de excepción constituye
una facultad del Presidente de República, sin embargo, el texto constitucional contempla
21
limitaciones de carácter espacial y temporal, además de requisitos que tienden a asegurar la
moderación de su efecto político-jurídico principal, cual es la restricción o suspensión de
los derechos fundamentales. Estas limitaciones y, según veremos, los controles sobre el
ejercicio de esta facultad, son fundamentales en la medida que la deficiente regulación de
los estados de excepción puede abrir una brecha para el abuso y desviación del poder y,
consecuentemente, para la ruptura del Estado Constitucional de Derecho.23
Un aspecto importante relativo a esta normativa, es que el Presidente de la
República tiene la facultad de decretar simultáneamente dos o más estados de excepción
constitucional, en el evento en que concurran los supuestos de hecho que autorizan su
declaración. Asimismo, el Jefe de Estado tiene la facultad de poner fin en cualquier tiempo
a dichos estados de excepción, lo que manifiesta su carácter eminentemente transitorio.
Otro tópico a resaltar es que el texto constitucional no define de manera restringida
y excluyente las causales de procedencia de cada estado de excepción, debido a que se
fundamenta en el acaecimiento de situaciones imprevistas y, por tanto, imposibles de
23 La Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, en su informe final, criticó la configuración del derecho
de excepción en nuestra realidad jurídico política, abarcando incluso los estados de excepción imperantes
durante la vigencia de la Constitución Política de 1925. En su reflexión, esa carta fundamental “otorgaba un
exceso de atribuciones a las autoridades del poder ejecutivo y no contemplaba un control adecuado por los
otros órganos del Estado, situación que naturalmente afectó los derechos de los individuos y facilitó que, tras
la crisis de 1973, el régimen militar consolidara la práctica abusiva de su ejercicio permanente, dotándolo de
facultades y poderes discrecionales.”. GONZÁLEZ POBLETE, Alejandro, Op. Cit., p. 10.
22
abarcar en una enumeración taxativa, a riesgo de omitir alguna y restringiendo la capacidad
de reacción del Derecho ante una situación grave. No obstante, la exigencia de
determinación de los presupuestos normativos y su previa constatación, es fundamental, en
tanto requisito habilitante para declarar formalmente un estado de excepción.
Lo antes señalado cobra más importancia en legislaciones como la nuestra, en
donde la existencia de un requisito o cláusula general cuya redacción sea vaga o
indeterminada, entrega un amplio margen de discrecionalidad a la autoridad a quien
compete tomar decisiones, lo que a su vez se presta para el abuso de poder, frustrando el
objetivo mismo de la norma, cual es evitar el rompimiento del Estado de Derecho ante
situaciones excepcionales de emergencia.
Las causales de procedencia que facultan a la autoridad competente para declarar un
estado de excepción serán analizadas en detalle en los capítulos que siguen; por lo pronto,
haremos mención referencial de ellas.
(a) Guerra externa: Estado de Asamblea.
(b) Guerra interna o grave conmoción interior: Estado de Sitio.
(c) Grave alteración de orden público o grave daño para la seguridad de la nación: Estado
de Emergencia.
(d) Calamidad Pública: Estado de Catástrofe.
23
A este conjunto de causales específicas se debe agregar la causal o requisito
genérico establecido en el artículo 39 de la Constitución, en virtud del cual la ocurrencia de
cualquiera de causales específicas debe afectar gravemente el normal desenvolvimiento de
las instituciones del Estado.
Por último, resulta necesario señalar que los estados de excepción se encuentran
regulados en la Ley Orgánica Constitucional Nº 18.415. Cabe puntualizar que esta ley debe
limitarse a regular lo establecido en la Constitución Política, sin que pueda agregar o
suprimir algún estado de excepción establecido en la Carta Fundamental, como tampoco
puede alterar las facultades del Presidente de la República ni los procedimientos que allí se
establecen.
24
CAPITULO III
LOS ESTADOS DE EXCEPCIÓN EN EL DERECHO INTERNACIONA L
Una de las premisas de la existencia del Estado de Derecho es el respeto a los
derechos individuales de las personas, dado que la regulación de la declaratoria de estados
de excepción, como el ejercicio de los poderes de crisis que en virtud de ella se entregan a
determinadas autoridades, tienen como efecto esencial la suspensión y/o restricción de
derechos fundamentales.
En este capítulo estudiaremos cómo regula el derecho internacional esta materia,
teniendo en especial consideración la recepción en nuestra Constitución Política de los
instrumentos internacionales ratificados por Chile. (Artículo 5º inciso 2º de la Constitución)
1.0. RECEPCIÓN DE INTRUMENTOS INTERNACIONALES SOBRE DERECHOS
HUMANOS EN LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LA REPÚBLIC A.
La Constitución Política, en su artículo 5º inciso 2º, se refiere en forma expresa a la
recepción de los tratados internacionales suscritos por Chile.
Artículo 5º inciso 2º: “El ejercicio de la soberanía reconoce como
limitación el respeto a los derechos esenciales que emanan de la
25
naturaleza humana. Es deber de los órganos del Estado respetar y
promover tales derechos, garantizados por esta constitución, así como
por los tratados internacionales ratificados por Chile y que se
encuentren vigentes”.
Aún cuando no es el objeto de este trabajo ahondar en la discusión jurídica que
intenta determinar el rango que, dentro del orden jerárquico de las normas, tienen los
Tratados Internacionales ratificados por Chile en materia de Derechos Humanos, sí
entregaremos una visión general sobre las posturas doctrinales al respecto.
En primer término, cabe señalar que un sector mayoritario de la doctrina considera
que estos instrumentos internacionales tienen rango constitucional. El profesor Humberto
Nogueira Alcalá es uno de los principales exponentes de esta corriente, quien incluso ha
planteado una propuesta concreta para solucionar normativamente esta polémica, con la
redacción de un nuevo inciso tercero del artículo 5º de la Constitución, en los siguientes
términos: “Los tratados relativos a derechos humanos ratificados por Chile tienen
jerarquía constitucional, siendo de aplicación preferente en la medida que contengan
normas más favorables para los derechos de las personas que los establecidos en la
26
Constitución y las leyes chilenas, debiendo aplicarse de forma inmediata y directa por los
tribunales, los demás órganos y autoridades del Estado.” 24
Adhiere también a esta postura doctrinal el profesor Francisco Cumplido, quien a
sus argumentos de texto y doctrinales adiciona antecedentes que dan cuenta de las tratativas
entre los representantes del gobierno militar y la oposición en el año 1989, y que revelarían
el verdadero sentido de la inclusión del inciso segundo del artículo 5º de la Constitución:
“Los que negociamos la reforma entendimos que con la frase agregada por ella se lograba
que los derechos esenciales, garantizados por la Constitución y por los tratados ratificados
por Chile y vigentes, tuvieran la misma jerarquía en el ordenamiento jurídico. En este
sentido incorporábamos los derechos asegurados por los tratados a la Constitución. En
segundo término les dábamos a los referidos derechos el carácter de vinculantes para todos
los órganos del Estado, ya que debían no sólo respetarlos, sino que también promoverlos.
Lo incorporado a la Constitución son los derechos sustantivos, no la parte adjetiva del
tratado.”25
24 NOGUEIRA ALCALA, Humberto. “Los derechos esenciales o humanos contenidos en los tratados
internacionales y su ubicación en el ordenamiento jurídico nacional: Doctrina y jurisprudencia.” en Revista
Ius et Praxis, 2003, vol.9, no.1, p.403-466.
25 CUMPLIDO CERECEDA, Francisco. “La reforma constitucional de 1989 al inciso 2° del artículo 5° de la
constitución: sentido y alcance de la reforma. doctrina y jurisprudencia.” en Revista Ius et Praxis, 2003,
vol.9, no.1, p.365-374.
27
Inscrita también en esta primera opinión doctrinal26 se encuentra la profesora
Cecilia Medina Quiroga, quien sostiene que “es un error sostener que una Constitución no
puede establecer diferencias para regular los tratados en general, por una parte, y los
tratados de derechos humanos por otra, sobre todo cuando hay diferencias tan sustanciales
en la naturaleza de los últimos comparados con los primeros". Concluye agregando: "La
enmienda al inciso 2º del articulo 5º, por lo tanto, modificó la jerarquía normativa de los
tratados referentes a los derechos humanos, elevándolos a rango constitucional y modificó,
por ende, la manera en que la Constitución se enriquecería con nuevos modos de protección
o nuevos reconocimientos formales de los derechos esenciales que emanan de la
naturaleza humana".27
En cuanto a quienes sostienen la tesis del carácter legal de los tratados
internacionales suscritos por Chile en materia de derechos humanos, ésta encuentra al
profesor Alejandro Silva Bascuñán como uno de sus más importantes exponentes. Este
destacado constitucionalista sostuvo que “la Constitución Política del Estado sólo puede
modificarse siguiendo las reglas de procedimiento fijadas en ella misma, y sus preceptos
26 El profesor Cumplido, citando a Nogueira Alcalá, señala que “integran esta corriente doctrinaria, también,
los profesores Santiago Benadava, Cecilia Medina, Rodrigo Díaz Albónico, Paulino Varas, Salvador Mohor,
José Luis Cea, Claudio Troncoso, Enrique Evans, entre otros. Agregaría que aceptan nuestros planteamientos
con algunos matices.” CUMPLIDO CERECEDA, Francisco.Op. Cit pp, 365-374.
27 MEDINA QUIROGA, Cecilia, Corporación Nacional de Reparación y Reconciliación. Constitución,
Tratados y Derechos Esenciales, pp. 48 y 49.
28
rigen permanentemente respecto a todas las situaciones que se presenten en el devenir de la
sociedad política, en tanto que los tratados son acuerdos que por su propia naturaleza, son
de carácter temporal, ya que, aún cuando estipulados por término indefinido, pueden ser
desahuciados. Por otra parte, muchos de ellos se celebran con determinado Estado y no con
la comunidad internacional, y la misma materia objeto de un tratado puede ser reglada en
términos distintos en tratado convenido con un Estado diverso”.28 Coherente con su
postura, el profesor Silva Bascuñán ha señalado que en la aplicación a un caso concreto de
tratados y leyes que integren formalmente el mismo rango o jerarquía normativa, tendrá
primacía la del tratado sobre el precepto legal; así, reconduce el análisis normativo,
estableciendo una forma de resolverlo y despejando el posible conflicto entre el tratado
internacional y la Carta Fundamental, sitúandolo entre la norma legal y el intrumento
internacional.29
Es necesario señalar que también se inscriben en esta segunda variante doctrinal, los
profesores Lautaro Ríos Alvarez 30 y Carlos Andrade Geywitz. 31
28 SILVA BASCUÑÁN, Alejandro, Tratado de Derecho Constitucional, Tomo IV, Constitución de 1980,
Bases de la Institucionalidad Nacional y Ciudadanía, Justicia Electoral, Editorial Jurídica de Chile, pp. 128-
129.
29 SILVA BASCUÑÁN, Alejandro, Op. Cit, pp. 128-129.
30 RIOS ALVAREZ, Lautaro. “Los estados de excepción constitucional en Chile” en Revista Ius et Praxis,
2002, vol.8, no.1, p.251-282.
29
En cuanto a la jurisprudencia del tribunal constitucional, conviene realizar un breve
comentario respecto del fallo de la causa Rol Nº 346 de 8 de abril de 2002, sobre el Estatuto
de Roma. El objeto de ésta era determinar si los órganos colegisladores tenían potestad para
otorgar jurisdicción en el juzgamiento de crímenes contra la humanidad, con facultades de
imperio para hacer ejecutar sus resoluciones, constituyendo una jurisdicción
complementaria o subsidiaria de la nacional.
Respecto del tema en comento, “este fallo resuelve, en ultra petita, el tema de la
ubicación de los tratados internacionales de derechos humanos en el orden jurídico
nacional, aspecto que contó con un voto en contra del Ministro Libedinsky y una
prevención del Ministro Juan Agustín Figueroa.
El fallo de mayoría parece sostener que las normas de derechos humanos contenidos
en tratados internacionales estarían comprendidas, desde el punto de vista formal, en el
nivel intermedio entre los preceptos legales y la Constitución, con lo que se desnaturaliza el
artículo 5º inciso 2º y la reforma constitucional de 1989, cuyo objeto y fin fue incorporar
con rango constitucional los derechos asegurados por los tratados internacionales,
produciéndose una verdadera mutación constitucional por vía interpretativa. En efecto, los
derechos esenciales asegurados por tratados internacionales reconocidos como tales por el
31 ANDRADE GEYWITZ, Carlos. “La reforma constitucional del año 1989 al inciso 2º del artículo 5º de la
constitución: sentido y alcance de la reforma. doctrina y jurisprudencia” en. Revista Ius et praxis, 2003,
vol.9, no.1, p.375-401
30
Estado de Chile e incorporados al derecho interno válidamente, ya no serían "límites a la
soberanía" y, por tanto, límites a todos los poderes instituidos, ni tendrían la fuerza de
obligar a los órganos jurisdiccionales a aplicarlos como integrantes del bloque
constitucional de derechos, lo que va contra todo el contexto, espíritu y fin de la reforma de
1989.”32
2.0.TRATADOS INTERNACIONALES SOBRE DERECHOS HUMANO S RATIFICADOS
POR CHILE.
Los Tratados Internacionales sobre Derechos Humanos, de conformidad con lo que
piensa una parte de la doctrina, se incorporan al ordenamiento jurídico nacional una vez
ratificados; en consecuencia, es menester dedicar los siguientes párrafos a exponer el
contenido de los principales Tratados Internacionales ratificados por Chile que se refieren a
la materia; a saber, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de Naciones
Unidas y la Convención Americana sobre Derechos Humanos o Pacto San José de Costa
Rica.
Revisaremos ambos Tratados Internacionales siguiendo los criterios de análisis
utilizados por el profesor Humberto Nogueira Alcalá:33
32 NOGUEIRA ALCALA, Humberto, Op. Cit. pp, 403-466.
33 NOGUEIRA ALCALÁ, Humberto. Los Estados de Excepción en Chile. Corporación Nacional de
Reparación y Reconciliación, Santiago de Chile, p.28.
31
a) Situaciones en que cabe la suspensión o restricción de derechos.
En relación a los supuestos fácticos en que cabe la suspensión o restricción de derechos,
la Convención Americana sobre Derechos Humanos señala como causales de suspensión de
derechos los casos de guerra, peligro público o de otra emergencia que amenace la
independencia o seguridad del Estado Parte.34 Por otro lado, el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos señala que se trata de situaciones excepcionales que pongan en
peligro la vida de la nación y cuya existencia haya sido proclamada oficialmente.35
b) Requisitos de proporcionalidad.
Ambos tratados exigen proporcionalidad entre la medida y la situación en que se
funda la suspensión o restricción de derechos, pero la Convención Americana sobre
Derechos Humanos agrega un límite temporal, pues la medida debe establecerse por el
tiempo limitado a las exigencias de la situación.
c) Derechos que no pueden ser suspendidos.
Respecto de los derechos que no pueden ser suspendidos, ambos tratados señalan
catálogos de derechos que se encuentran en esta categoría.
34 Artículo 27, Convención Americana sobre Derechos Humanos.
35 Artículo 4 Nº1, Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
32
En cuanto a la Convención Americana de Derechos Humanos, establece este
catálogo en su artículo 27.2: “La disposición precedente no autoriza la suspensión de los
derechos determinados en los siguientes artículos: 3 (Derecho al Reconocimiento de la
Personalidad Jurídica); 4 (Derecho a la Vida); 5 (Derecho a la Integridad Personal); 6
(Prohibición de la Esclavitud y Servidumbre); 9 (Principio de Legalidad y de
Retroactividad); 12 (Libertad de Conciencia y de Religión); 17 (Protección a la Familia);
18 (Derecho al Nombre); 19 (Derechos del Niño); 20 (Derecho a la Nacionalidad), y 23
(Derechos Políticos), ni de las garantías judiciales indispensables para la protección de
tales derechos”.
Al respecto, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos señala, en su
artículo 4.2, los derechos que no pueden ser suspendidos: “La disposición precedente no
autoriza suspensión alguna de los artículos 6, 7, 8 (párrafos 1 y 2), 11, 15, 16 y 18”. Estos
derechos mencionados son los siguientes: Derecho a la vida, derecho a no ser sometido a
tortura ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes, Derecho a no ser sometido a
experimentos médicos o científicos sin el consentimiento de la persona, Derecho a no ser
sometido a esclavitud, Derecho a no ser sometido a servidumbre, Derecho a no ser
constreñido a ejecutar una trabajo forzoso u obligatorio, Derecho a no ser encarcelado por
no poder cumplir obligaciones contractuales, Derecho a no ser condenado por actos u
omisiones que en el momento de cometerse no fueran delictivos según el derecho nacional
33
o internacional, Derecho al reconocimiento de personalidad jurídica, Derecho a la libertad
de pensamiento, conciencia y religión.
Del análisis comparativo de ambos catálogos, es posible apreciar que la Convención
Americana de Derechos Humanos contempla uno más amplio, al excluir como derechos
sujetos eventualmente a suspensión, a los derechos al nombre y al derecho a la protección
de la familia, entre otros. Sin embargo, este Tratado, a diferencia del Pacto de Derechos
Civiles y Políticos, no contempla el derecho a no ser encarcelado por no cumplir una
obligación contractual contraída.
d) Deber de información del Estado que suspende derechos.
En cuanto al cumplimiento de deberes de información, en ambos instrumentos
internacionales, se establece la obligación de informar a los otros Estados parte del Tratado
correspondiente. En el caso de la Convención Americana de Derechos Humanos, en su
artículo 27.3, y en el caso del Pacto de Derechos Civiles y Políticos, en su artículo 4.3. Sin
embargo, el Pacto de Derechos Civiles y Políticos establece que también se deberá efectuar
esta comunicación para informar la fecha en que se haya dado por terminada la suspensión.
34
e) Limitaciones a las medidas que adopte el Estado.
En cuanto a las medidas que adopte el Estado, ambos tratados señalan que éstas
deben ser compatibles con las demás obligaciones que les impone el Derecho Internacional,
y que no entrañen discriminación alguna de raza, color, sexo, idioma, religión u origen
social.
Por ultimo, respecto a los principios que subyacen a los tratados que hemos
analizado, adherimos al conjunto sistemático de principios destacados por el profesor
Humberto Nogueira Alcalá, quien afirma que “en la materia se pueden señalar los
principios más frecuentemente citados por la doctrina. Cierta sistematización de ellos fue
desarrollada por Nicole Questiaux, y ha sido asumida por Gros Espiell, Piza y Zovatto la
que nos parece adecuada y que exponemos a continuación:
a. Principio de Proclamación Pública: Contenido en el artículo 4.1 del Pacto
Internacional de las Naciones Unidas, pero ausente en el artículo 27 de la
Convención Americana.
b. Principio de Notificación: Expresamente previsto en el párrafo 3 del artículo 4 del
Pacto Internacional de las Naciones Unidas, y en el párrafo 3 del artículo 27 de la
Convención Americana.
c. Principio de que debe tratarse de una Situación Excepcional: Contenido en el
párrafo1 del artículo 4 del Pacto Internacional, párrafo 11 del artículo 27 de la
35
Convención Americana y párrafo 1 del artículo 15 de la Convención Europea.
Puede pensarse que el día en que la Corte Interamericana llegue a estudiar un caso
en que esta situación se plantee, llegará probablemente a igual criterio
d. Principio de Proporcionalidad: Previsto en el artículo 4.1 del Pacto Internacional
y el artículo 27.1 de la Convención Americana. Este principio fue afirmado por el
Comité de Derechos Humanos al examinar el caso de Chile.
e. Principio de Temporalidad: Previsto expresamente en el artículo 27.1 de la
Convención Americana. Puede considerarse que está implícito en el artículo 4.1 del
Pacto Internacional.
f. Principio de No Discriminación: Expresamente regulado en el párrafo 1 del
artículo 4 del Pacto Internacional y en el párrafo 1 del artículo 27 de la Convención
Americana.
g. Principio de Intangibilidad: (Interdicción de suspensión de ciertos derechos
fundamentales): Aunque con variaciones respecto del catálogo de derechos que no
pueden ser suspendidos durante los estados de excepción, tanto el párrafo 2 del
artículo 4 del Pacto Internacional, como del artículo 27.2 de la Convención
Americana y el párrafo segundo del artículo 15 de la Convención Europea,
contienen una enumeración de los derechos que no pueden suspenderse en tales
situaciones”.36
36 NOGUEIRA ALCALÁ, Humberto. Op.Cit. , p. 30.
36
CAPITULO IV
LOS ESTADOS DE EXCEPCIÓN EN PARTICULAR. ANÁLISIS CO MPARATIVO.
LEY DE REFORMA CONSTITUCIONAL Nº 20.050.
Previo al análisis propiamente tal de los estados de excepción constitucional,
debemos definir los aspectos que serán considerados para el desarrollo de éste.
Siguiendo al profesor Humberto Nogueira Alcalá,37 utilizaremos los siguientes
criterios de análisis:
(a) Causales de declaración.
(b) Autoridades facultadas para declarar el estado de excepción.
Procedimiento aplicable y período de vigencia.
(c) Contenido de las facultades o poderes extraordinarios.
(d) Límites y controles de las facultades o poderes extraordinarios.
37 NOGUEIRA ALCALÁ, HUMBERTO. Los Estados de Excepción en Chile. Corporación Nacional de
Reparación y Reconciliación, Santiago de Chile, 1996, p.33.
37
1.0 ESTADO DE ASAMBLEA
En términos conceptuales, el estado de asamblea es también conocido en doctrina
con los nombres de “situación de guerra”, “estado de guerra”, “estado de emergencia”,
“tiempo de guerra”, “derecho de necesidad”, “declaración de peligro”, entre otros.38
1.1. REDACCIÓN ANTERIOR A LA LEY DE REFORMA CONSTIT UCIONAL Nº 20.050.
A) CAUSALES DE DECLARACIÓN.
La causal o supuesto de hecho que autoriza la declaración del estado de asamblea es
el acaecimiento de una situación de guerra externa.
Para determinar cuando se entiende que hay guerra externa, debemos remitirnos al
Código de Justicia Militar, cuerpo legal que en su artículo 418, que trascribimos a
continuación, nos indica en qué situaciones nos encontramos ante guerra externa:
Artículo 418: “Para los efectos de este código, se entiende que hay estado
de guerra, o que es tiempo de guerra, no sólo cuando ha sido declarada
oficialmente la guerra o el estado de sitio, en conformidad a las leyes
38 PFEFFER URQUIAGA, Emilio. Estados de Excepción Constitucional y Reformas Constitucionales.
Revista “Ius et Praxis”, Nº 8, año 2002, Chile, p. 228.
38
respectivas, sino también cuando de hecho existiere la guerra o se
hubiere decretado la movilización para la misma, aunque no se haya
hecho su declaración oficial”.
Tomando en consideración lo señalado en el artículo transcrito, es posible afirmar
que nos encontramos en situación de guerra externa en los siguientes casos:
1.- Cuando formalmente ha sido declarada mediante decreto supremo del Presidente de la
República, con la firma de todos los Ministros de Estado, previa autorización por ley, en la
que conste que ha escuchado al Consejo de Seguridad Nacional. La ley que autoriza la
declaración de guerra es de iniciativa exclusiva del Presidente de la República.
2.- Cuando de hecho existiere la guerra o se hubiere decretado movilización para la misma.
La expresión guerra externa comprende varias circunstancias que es preciso delimitar,
debido a los efectos que produce la declaración de estado de asamblea. A este respecto, la
comisión de estudio de la reforma constitucional señaló que en la expresión “situación de
guerra” quedarían comprendidos el ataque exterior, enfrentamientos armados, peligro de
invasión, guerra entre terceros estados que puedan comprometer la integridad nacional o
poner en peligro la soberanía, enfrentamientos con fuerzas irregulares extrajeras, sea que
vengan o no hacia el país, con patrocinio o no de un estado extranjero, y la obligación
inmediata para el país signatario del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca de
39
Río de Janeiro de ponerse en beligerancia inmediata, aunque ello no implique
necesariamente entrar en un estado de agresión ni de guerra propiamente dicho.39
Cabe señalar, que la Ley Nº 18.415, Orgánica Constitucional de Estados de
Excepción en su artículo 8 inciso 4º, señala:
Artículo 8 inciso 4º: “Para decretar el estado de asamblea bastará la
existencia de una situación de guerra externa y no se requerirá que la
declaración de guerra haya sido autorizada por ley”.
El precepto citado reafirma que para estar frente a una situación de guerra, bastan
condiciones fácticas de preparación para un conflicto armado.
B) AUTORIDADES FACULTADAS PARA DECLARAR EL ESTADO D E EXCEPCIÓN.
PROCEDIMIENTO APLICABLE Y PERÍODO DE VIGENCIA.
Es el Presidente de la República, con acuerdo del Consejo de Seguridad Nacional,40
quien se encuentra facultado por la Constitución para decretar el estado de asamblea. El
39 La Comisión de estudio de la Nueva Constitución discutió sobre esta matera en las sesión Nº 219.
VERDUGO MARINKOVIC, Mario et.al, Op. Cit, p. 355.
40 En el texto anterior a la entrada en vigencia de la ley de reforma constitucional Nº 20.050, el constituyente
no definía al Consejo de Seguridad Nacional, remitiéndose a establecer su existencia y composición en el
artículo 95 y sus atribuciones en el artículo 96.
40
primer mandatario materializa la declaratoria mediante la dictación de un decreto supremo,
firmado por él y los Ministros del Interior y Defensa Nacional.
Cumplidos estos requisitos, el estado de asamblea comenzará a regir desde la fecha
de publicación del decreto respectivo en el Diario Oficial, como lo señala el artículo 8
inciso 1º de la Ley Nº 18.415 Orgánica de Estados de Excepción.
La Carta Fundamental no ha señalado un plazo de duración para el estado de
asamblea. Nuevamente la Ley Orgánica de Estados de Excepción viene a regular este
aspecto, señalando en su artículo 8º inciso 1º que podrá declararse por un plazo máximo de
90 días. De igual forma, establece que el Presidente de la República podrá solicitar su
prórroga o su nueva declaración si subsisten las circunstancias que lo motivan.41
C ) CONTENIDO DE LAS FACULTADES O PODERES EXTRAORDI NARIOS.
El contenido de los poderes o facultades extraordinarios se encuentra establecido en
el artículo 41 Nº 1 de la Constitución Política de la República, el cual señala lo siguiente:
Artículo 41 Nº 1: “Por la declaración de estado de asamblea el
Presidente de la República queda facultado para suspender o restringir la
libertad personal, el derecho de reunión, la libertad de información y de
41 PFEFFER URQUIAGA, Emilio. Op. Cit. , p. 229
41
opinión y la libertad de trabajo. Podrá, también, restringir el ejercicio del
derecho de asociación y de sindicación, imponer censura a la
correspondencia y a las comunicaciones, disponer requisiciones de bienes
y establecer limitaciones al ejercicio del derecho de propiedad”.
Respecto a este artículo, cabe hacer algunas observaciones que expondremos en los
párrafos que siguen.
Se distingue entre los derechos que se pueden suspender o restringir, y aquellos que
sólo pueden restringirse.
Los derechos que se pueden suspender o restringir son: libertad personal, derecho de
reunión, libertad de información y de opinión y libertad de trabajo.
Los derechos que sólo pueden ser restringidos son el ejercicio del derecho de
asociación y de sindicación. Se faculta al Presidente de la República para imponer censura
a la correspondencia y a las comunicaciones, disponer requisiciones de bienes y establecer
limitaciones al ejercicio del derecho de propiedad.
Ahora bien, el texto constitucional no señala qué se entiende por “restricción” o
“suspensión”. Es la Ley Orgánica Constitucional la que nos aporta el contenido de estas
42
expresiones utilizadas por el constituyente. De esta forma, el artículo 12 de esta norma
señala:
Artículo 12: “Entiéndese que se suspende una garantía constitucional
cuando temporalmente se impide del todo su ejercicio durante la vigencia
de un estado de excepción constitucional.
Asimismo, entiéndese que se restringe una garantía
constitucional cuando, durante la vigencia de un estado de excepción, se
limita su ejercicio en el fondo o en la forma.” 42
Una vez declarado el estado de asamblea, las facultades conferidas al Presidente de
la República podrían ser delegadas, total o parcialmente, en los Comandantes en Jefe de las
unidades de las Fuerzas Armadas que él designe, con excepción de prohibir el ingreso al
país a determinadas personas o de expulsarlas del territorio. Esta delegación se hace por
decreto supremo, exento del trámite de toma de razón por la Contraloría General de la
República.
42 “Se entiende suspendido el ejercicio del Derecho a la libertad personal, al decretarse, por ejemplo, el arresto
de una persona en su casa o en lugares que no sean cárceles ni en otros que estén destinados a la detención o
prisión de reos comunes. En tanto, habrá sólo restricción cuando se disponga su traslado de un punto a otro
del territorio nacional; o al decretarse la expulsión o prohibirse su ingreso o salida de él, o cuando se
establezcan medidas que restrinjan la circulación de las personas: toque de queda.”. PFEFFER URQUIAGA,
Emilio. Op. Cit, p. 230
43
Por último, declarado el estado de asamblea y nombrado el Comandante en Jefe del
Ejército para operar contra el enemigo extranjero, cesará la competencia de los tribunales
militares en tiempo de paz y comenzará la de los tribunales militares en tiempo de guerra,
en todo el territorio declarado en estado de asamblea.
D) LÍMITES Y CONTROLES DE LAS FACULTADES O PODERES EXTRAORDINARIOS.
El primer límite que encontramos en la Constitución Política está expresado en el
artículo 40. Se trata de un límite de carácter espacial, toda vez que el estado de asamblea se
puede declarar respecto de todo o parte del territorio nacional. De esta forma, las facultades
que puede ejercer el Presidente de la República en virtud de esta declaración se deben
circunscribir al territorio que ella comprende.
El artículo 41 Nº 7 inciso 1º del texto constitucional, establece un límite de carácter
temporal:
Artículo 41 Nº 7 inciso 1º: “Las medidas que se adopten durante los estados
de excepción no podrán prolongarse más allá de la vigencia de dichos
estados”.
44
En palabras del profesor Pfeffer, “si las medidas que se adopten no tienen una
duración determinada, no podrán prolongarse más allá de la vigencia del respectivo
régimen de excepción. Respecto de la medida de expulsión del territorio de la República o
de prohibición de ingreso a él, la persona afectada tiene siempre la posibilidad de solicitar
su reconsideración y la autoridad de dejarla sin efecto cuando lo estime conveniente”.43
De igual forma, las facultades otorgadas al Presidente de la República al declararse
estado de asamblea, y que explicamos en un punto anterior, constituyen un límite a su
actuación como autoridad, toda vez que no puede restringir o suspender derechos no
señalados expresamente por el constituyente, como tampoco puede suspender el ejercicio
de un derecho que sólo se le autoriza restringir.
Otro límite lo encontramos expresado en el artículo 41 Nº 7 inciso segundo de la
Constitución Política de la República. Se trata de una limitación que hemos designado
como personal, y cuyo contenido es el siguiente:
Artículo 41 Nº 7 inciso 2º: “En ningún caso las medidas de restricción y
privación de la libertad personal podrán adoptarse en contra de los
parlamentarios, de los jueces, de los miembros del Tribunal Constitucional,
del Contralor General de la República y de los miembros del Tribunal
Calificador de Elecciones” 43 PFEFFER URQUIAGA, Emilio. Op,Cit., p. 235.
45
Por último, cabe mencionar especialmente el límite establecido en el artículo 41 Nº
3 de la Constitución Política:
Artículo 41 Nº 3: “Los tribunales de justicia no podrán, en caso alguno,
entrar a calificar los fundamentos ni las circunstancias de hecho invocadas
por la autoridad para adoptar las medidas en el ejercicio de las facultades
excepcionales que le confiere esta Constitución. La interposición y
tramitación de los recursos de amparo y protección que conozcan los
tribunales no suspenderán los efectos de las medidas decretadas, sin
perjuicio de lo que resuelvan en definitiva respecto de tales recursos.”
Se trata de un límite externo, toda vez que es un precepto dirigido a los Tribunales
de Justicia en ejercicio de sus funciones, el cual busca limitar su actuación respecto de las
medidas que adopte la autoridad durante la vigencia de un estado de excepción
constitucional. Según se señala en el precepto constitucional trascrito, una sentencia
definitiva que falle un recurso de protección o amparo, interpuesto con el cumplimiento de
los requisitos constitucionales, puede limitar el efecto de una medida de excepción
adoptada por la autoridad, pero sólo respecto del caso particular sometido a conocimiento
jurisdiccional. Ahora bien, especial importancia reviste el hecho que la interposición y
tramitación de los recursos de amparo y protección, no suspenden los efectos de las
46
medidas decretadas. Este punto será analizado en detalle en el capítulo quinto de este
trabajo.
Esta imposibilidad de calificación de circunstancias y fundamentos invocados por la
autoridad para declarar uno o más estados de excepción constitucional, ha sido criticada por
parte importante de la doctrina, toda vez que deja a la autoridad un ámbito de
discrecionalidad a partir del cual se intensifica la posibilidad de afectar derechos
fundamentales, sin que las personas puedan recurrir a instancia alguna para evitar esta
lesión. Igualmente, se impide que otros poderes del Estado velen por la adecuada
protección en el ejercicio de derechos constitucionales, más aún tratándose del poder
judicial, que es uno de los principales poderes llamados a velar por la supremacía
constitucional y el cumplimiento de los derechos y garantías constitucionales, ambos
presupuestos básicos del estado de derecho.44
Finalmente, debemos señalar que la gran mayoría de estos límites son de carácter
general, es decir, se aplican a otros estados de excepción además del estado de asamblea.
44 NOGUEIRA ALCALÁ, Humberto. Op. Cit., p. 66.
47
1. 2. REDACCIÓN POSTERIOR A LA LEY DE REFORMA CONS TITUCIONAL Nº 20.050.
A) CAUSALES DE DECLARACIÓN.
Al tenor de lo establecido en los artículos 39 y 40 inciso1º de la Constitución
Política, la declaración de estado de asamblea procede en caso de guerra externa, cuando
ésta afecte gravemente el normal desenvolvimiento de las instituciones del Estado.
La reforma constitucional introduce un cambio significativo, en tanto requiere que
la situación de excepción afecte gravemente el normal desenvolvimiento de las
instituciones del Estado, es decir que lo menoscabe, perjudique o influya
desfavorablemente. Dicho requisito es de carácter general, dado que procede respecto de
todas las causales que autorizan la declaración de un estado de excepción constitucional,
según señala el artículo 39 de la Constitución Política.
La primera observación que cabe efectuar al respecto, es que la reforma
constitucional, pretendía inicialmente regular las facultades del Presidente de la República
respecto a los derechos y garantías constitucionales que pueden ser suspendidos o
restringidos, además de limitar las facultades del Consejo de Seguridad Nacional. En
consecuencia, se buscaba reemplazar el acuerdo de dicho órgano para la declaración de
algunos estados de excepción. La importancia de una normativa que estableciera el
concurso de otro órgano del Estado en la declaratoria de un estado de excepción, estriba en
48
que el efecto esencial de la declaración es la restricción o suspensión de determinados
derechos o garantías fundamentales; de ahí la importancia de la intervención de órganos
colegiados, en donde es posible realizar un análisis exhaustivo sobre la procedencia de la
declaratoria de estado de excepción.
La segunda observación sobre este punto, dice relación con determinar el
significado y alcance de este nuevo requisito para la declaración de alguno de los estados
de excepción constitucional, contemplados por el nuevo texto. Al respecto, exponemos la
opinión del profesor José Luis Cea Egaña, contenida en el informe evacuado por la
Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento del Senado, correspondiente
a la sesión del día 6 de Noviembre de 2001: “(el profesor José Luis Cea) …consideró que
no se percibía con nitidez el alcance de la frase insertada en el artículo 39 inciso tercero,
concerniente a que las situaciones de peligro afecten el normal desenvolvimiento de las
instituciones del Estado, sin salvedad. Dijo que una afirmación de este tipo puede conducir
a interpretaciones opuestas que signifiquen una amplia discrecionalidad para acudir a los
poderes de crisis, o bien, que nunca sea factible hacerlo por exigirse que la globalidad del
sistema institucional esté afectada”.45
45 En este punto, seguimos la línea argumental planteada por el profesor Miguel Ángel Fernández, quien cita
esta intervención del profesor José Luis Cea. Al respecto véase, FERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Miguel Angel.
“Estados de Excepción y Reformas Constitucionales” en Revista Ius et Praxis, Nº 8, año 2002, Chile, p. 228.
49
Transcribimos la opinión del profesor Emilio Pfeffer Urquiaga, sobre este punto:
“Tal exigencia nos parece pertinente como criterio de orientación general. Pero debemos
reconocer que se trata de una expresión excesivamente amplia, vaga o indeterminada, y la
misma podría prestarse para agudas controversias, o permitir que se subsuman en ella
múltiples situaciones de hecho, todo lo cual, como se comprenderá, no contribuye a la
certeza y seguridad jurídica y podría generar múltiples abusos o excesos.” 46 Este
connotado profesor busca acotar el requisito, siguiendo lo señalado por la Corte Europea de
Derechos Humanos, en cuanto a que “el significado natural y corriente de una emergencia
pública que amenaza la vida de la nación es, según opinamos nosotros, una situación de
peligro o crisis excepcional e inminente que afecta al público en general, y no sólo a
algunos grupos en particular, y que constituye una amenaza a la vida organizada de la
comunidad de que el Estado en cuestión está compuesto”. 47
En el contexto de la discusión académica generada durante la tramitación del
proyecto de reforma, el profesor Miguel Ángel Fernández sobre este requisito señaló:
“ Carece de sentido incluir una condición prácticamente imposible, sea en su cumplimiento
o en su verificación, como es la que incorpora el nuevo inciso 2º referido. Más aún, cuando
el resultado más previsible de aprobarla sea que jamás se llegue a declarar un estado de
excepción, si realmente se la exige, o que su declaración sea fuertemente cuestionada y, por
46 PFEFFER URQUIAGA, Emilio. Op. Cit., p. 242.
47 PFEFFER URQUIAGA, Emilio. Op, Cit., p. 242.
50
ende, carente de legitimidad, elemento indispensable, sobre todo tratándose de los estados
de asamblea, sitio y emergencia.” 48
Por nuestra parte, creemos que no se debe analizar este nuevo requisito en forma
aislada al contexto de la reforma constitucional. Si bien coincidimos con los autores citados
en que este nuevo requisito es muy amplio, no podemos dejar de señalar que se acota en la
medida que debe producirse respecto a la situación de excepción señalada en el texto
constitucional. A título ejemplar, la autoridad debe verificar de qué manera una guerra
externa afecta el desenvolvimiento de todas las instituciones del Estado, tomando en
consideración el texto del artículo 39, del cual se desprende que el constituyente se refiere a
eventos reales y presentes, más no a situaciones de mero peligro.
Luego de un primer examen de la norma, posiblemente pueden surgir reparos
respecto del amplio margen de discrecionalidad que se entrega al Presidente de la
República, una vez declarado el estado de excepción. Sin embargo, desde la declaración y
durante la vigencia de alguno de los estados de excepción constitucional, la reforma
establece controles, como el acuerdo del Congreso Nacional para la declaración del estado
de asamblea y de sitio; en éstos últimos dos casos, el Presidente de la República puede
aplicarlo de inmediato, mientras se reúne el Congreso Nacional para conocer de este
asunto. No obstante, en este caso los Tribunales de Justicia están facultados para calificar
los fundamentos y circunstancias de hecho invocados por la autoridad. Como contrapartida, 48 FERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Miguel Angel. Op. Cit., p. 202.
51
el artículo 45 establece un control jurisdiccional respecto de las medidas, adoptadas por la
autoridad, que afecten las garantías constitucionales; o sea, la judicatura cuenta con una
herramienta de control sobre eventuales excesos durante la vigencia de un estado de
excepción.
Creemos que habría sido más acertado establecer que, junto al requisito de invocar
expresamente la situación de hecho que autoriza la declaración, el Presidente de la
República hubiese sido obligado a señalar de qué forma se afecta gravemente el normal
desenvolvimiento de las instituciones del Estado. De esta manera, se facilitaría la labor del
Congreso Nacional, de los Tribunales de Justicia y demás órganos de la Administración del
Estado.
B) AUTORIDADES FACULTADAS PARA DECLARAR EL ESTADO D E EXCEPCIÓN.
PROCEDIMIENTO APLICABLE Y PERÍODO DE VIGENCIA.
Según señala el artículo 40 de la Constitución Política, el Presidente de la República
declarará el estado de asamblea, con acuerdo del Congreso Nacional.
El Congreso Nacional, dentro del plazo de cinco días contado desde la fecha en que
el Presidente de la República someta la declaración de estado de asamblea a su
consideración, deberá pronunciarse aceptando o rechazando la proposición, sin que pueda
52
introducirle modificaciones. Si el parlamento no se pronunciara dentro de dicho plazo, se
entenderá que aprueba la proposición del Presidente.
El Presidente de la República puede aplicar el estado de asamblea de inmediato,
mientras el Congreso Nacional se pronuncia sobre la declaración. Las medidas que adopte
el Presidente de la República, en tanto el Congreso no se reúna, podrán ser objeto de
revisión por los Tribunales de Justicia, según señala el artículo 40 inciso 3º.
Constatamos que respecto de la autoridad competente para declarar el estado de
asamblea existe una regulación totalmente diferente, pues ya no se declara con acuerdo del
Consejo de Seguridad Nacional, sino que se introduce la intervención del Congreso
Nacional en la declaración; es más, se reducen las facultades del Presidente de la República
en caso que aplique de inmediato el estado de asamblea, según lo permite la Constitución
Política.
El constituyente decidió incluir a un órgano que, conjuntamente con el Presidente
de la República, participará en la calificación de las diferentes situaciones de excepción.
De esta forma, en el caso de los estados de asamblea y de sitio se optó por el Congreso
Nacional. Esta decisión nos parece acertada, puesto que el parlamento, en tanto órgano
representativo de la voluntad popular, cuenta con la legitimidad democrática necesaria para
adoptar decisiones que impactarán directamente en el ejercicio de los derechos
53
fundamentales. Con ello se suprime la intervención del Consejo de Seguridad Nacional,
órgano que no cuenta con la legitimidad democrática que sí tiene el Congreso Nacional.
Si bien la doctrina dominante se inscribe en la línea argumental antes expresada,
existen autores que manifestaron una postura discordante. Inscrita en esta corriente
minoritaria se encuentra la opinión del profesor Emilio Pfeffer Urquiaga: “Aún cuando es
evidente que el Consejo de Seguridad Nacional no posee la legitimidad democrática que se
le reconoce al Congreso Nacional, es indudable que atendida su composición técnica -como
asesor del Presidente de la República en materias relativas a la seguridad nacional- y
representativa de casi todos los más importantes órganos del Estado, el pronunciamiento
que emita en esta materia, estimamos, garantiza adecuadamente una correcta ponderación o
apreciación de las circunstancias de hecho que justifiquen la declaración del
correspondiente estado de excepción constitucional.” En otro párrafo, señala: “En síntesis,
no nos parece pertinente innovar en lo que atañe al órgano que debe prestar su acuerdo al
Presidente de la República para declarar un estado de excepción constitucional. Si se
persistiera en la eliminación del Consejo de Seguridad Nacional como órgano llamado a
prestar su acuerdo para la declaración del estado de excepción correspondiente, en todo
caso debiera establecerse un requerimiento de consulta para que emitiera su opinión
obligatoriamente y con carácter previo.” 49
49 PFEFFER URQUIAGA, Emilio. Op. Cit., pp. 245 y 246.
54
C) CONTENIDO DE LAS FACULTADES O PODERES EXTRAORDIN ARIOS.
El artículo 43, inciso primero de la Constitución Política, señala lo siguiente:
Artículo 43 inciso 1º:“Por la declaración del estado de asamblea, el
Presidente de la República queda facultado para suspender o restringir la
libertad personal, el derecho de reunión y la libertad de trabajo. Podrá,
también, restringir el ejercicio del derecho de asociación, interceptar, abrir
o registrar documentos y toda clase de comunicaciones, disponer
requisiciones de bienes y establecer limitaciones al ejercicio del derecho de
propiedad”
Respecto a las acepciones de los términos “restringir” y “suspender”, nos remitimos
a lo señalado en el artículo12 de la Ley Orgánica Constitucional de Estados de Excepción.50
Reconduciendo el análisis al artículo de la Constitución en comento, es posible
afirmar que se pueden restringir o suspender la libertad personal, el derecho de reunión y la
libertad de trabajo. Por lo tanto, respecto a la regulación constitucional anterior a la
reforma, se elimina el derecho de información y de opinión del catálogo de derechos que
pueden suspenderse o restringirse por la declaración de este estado. Sólo puede restringirse
50 Vid. Supra IV, 1.0, 1.1, c)
55
el derecho de asociación, eliminándose la posibilidad de hacerlo respecto al derecho de
sindicación, como lo señalaba la Constitución Política antes de la reforma.
Una vez declarado el estado de asamblea, el Presidente de la República queda
facultado para ordenar la adopción de medidas destinadas a interceptar, abrir o registrar
documentos y toda clase de comunicaciones. La redacción anterior utilizaba la frase
“imponer censura a la correspondencia y a las comunicaciones”. Este cambio obedece a
una simple adecuación o modernización de la expresión utilizada en el texto anterior.51
En cuanto a las limitaciones al ejercicio del derecho de propiedad, se señala que se
podrán disponer requisiciones de bienes y establecer limitaciones al ejercicio del derecho
de propiedad. En este punto no hubo cambios respecto del texto constitucional anterior.
En último término, es menester señalar que las atribuciones del Presidente de la
República se ven sumamente restringidas en caso de que haga uso de la facultad que le
entrega el artículo 40 inciso 3º de la Constitución Política, es decir, en caso de aplicar el
estado de asamblea mientras el Congreso Nacional se pronuncia sobre la declaración, pues
sólo podrá restringir el ejercicio del derecho de reunión.
51 PFEFFER URQUIAGA, Emilio. Op. Cit., p. 247.
56
D) LÍMITES Y CONTROLES DE LAS FACULTADES O PODERES EXTRAORDINARIOS.
El artículo 40 inciso 1º señala que la declaración del estado de asamblea deberá
determinar las zonas afectadas por este estado de excepción. Al utilizar la expresión
“zonas”, el constituyente establece que la declaratoria puede afectar a todo o parte del
territorio nacional.
En relación al límite temporal del estado de asamblea, el artículo 40 inciso final de
la Constitución señala que éste mantendrá su vigencia por el tiempo que se extienda la
situación de guerra externa, salvo que el Presidente de la República disponga su suspensión
con anterioridad. Ante este precepto, cabe determinar en que momento se entiende que
termina la situación de guerra exterior.
Para dar respuesta a la interrogante planteada, existen dos alternativas que
extraemos de las normas constitucionales. La primera de ellas es considerar que la situación
de guerra exterior termina con la derogación del decreto supremo en virtud del cual el
Presidente de la República declaró la guerra, de acuerdo a lo establecido en el artículo 32
Nº 21 de la Constitución Política. La segunda, es considerar que termina la situación de
guerra cuando el legislador deroga la ley que autorizó al Presidente de la República para
declararla, de acuerdo al artículo 60 Nº 15 de la Constitución. Por otra parte, durante el
curso de las discusiones doctrinarias anteriores a la entrada en vigencia de la enmienda
constitucional, el profesor Miguel Ángel Fernández planteó una tercera variante, señalando
57
que ha de entenderse finalizada la situación bélica “(…) cuando el Primer Mandatario así
lo declara, con independencia de los dos eventos anteriores, pues la proposición establece
que el estado de asamblea durará por el tiempo que se extienda la situación de guerra
exterior, es decir y con claridad, la norma en germen se construye sobre la base de una
situación de hecho, que debe apreciar el Jefe del Estado, tanto en su generación como en su
extinción y no corresponde, simétricamente, a la finalización formal de la guerra
exterior.”52
Por nuestra parte, pensamos que el profesor Fernández no se equivoca en señalar
que la norma se refiere a una situación de hecho que es aquilatada por el primer
mandatario, esto es aún más evidente a partir de lo señalado en la parte final del artículo 40,
al señalarse que el estado de asamblea se mantendrá vigente salvo que el Presidente de la
República disponga su suspensión con anterioridad. Podemos agregar que el ejercicio de
esta facultad presidencial no importa informalidad alguna, puesto el Presidente de la
República debe manifestar sus decisiones a través de las vías constitucionales y legales; de
esta forma, se entregará adecuada información a la población, a los poderes del Estado y a
la comunidad internacional.
Otro de los límites a estos poderes extraordinarios se encuentra en los requisitos que
habilitan su declaratoria, por cuanto el Presidente de la República requiere de la aprobación
del Congreso Nacional para la declaración de estado de asamblea. 52 FERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Miguel Angel. Op. Cit., p. 205.
58
Un tercer control lo constituye la limitación de las facultades que puede ejercer el
Presidente de la República, durante la vigencia de este estado de excepción. Al efecto, el
artículo 40 inciso 3º, parte final, señala:
Artículo 40 inciso 3º, parte final: “…Las medidas que adopte el Presidente
de la República, en tanto no se reúna el Congreso Nacional, podrán ser
objeto de revisión por los tribunales de Justicia, sin que sea aplicable,
entre tanto, lo dispuesto en el artículo 45”
Para un mejor entendimiento de la norma, transcribimos el artículo 45.
Artículo 45: “Los tribunales de Justicia no podrán calificar los
fundamentos ni las circunstancias de hecho invocados por la autoridad
para decretar los estados de excepción, sin perjuicio de lo dispuesto en el
artículo 39. No obstante, respecto de las medidas particulares que afecten
derechos constitucionales, siempre existirá la garantía de recurrir ante las
autoridades judiciales a través de los recursos que corresponda.
Las requisiciones que se practiquen darán lugar a indemnizaciones
en conformidad a la ley. También darán derecho a indemnización las
limitaciones que se impongan al derecho de propiedad cuando importen
59
privación de alguno de sus atributos o facultades esenciales y con ello se
cause daño.”
Es de suma relevancia lo señalado en el inciso 1º del artículo 45. Aún cuando el
asunto es tratado someramente con anterioridad, debido a su importancia y porque es
común a todos los estados de excepción, será objeto de una explicación y desarrollo más
acucioso en el capítulo quinto de este trabajo, denominado “Mecanismos de Control
Jurisdiccional”.
2. 0. ESTADO DE SITIO
2.1. REGULACIÓN ANTERIOR A LA LEY DE REFORMA CONSTI TUCIONAL Nº 20.050.
A) CAUSALES DE DECLARACIÓN
La causal o supuesto de hecho que autoriza la declaración de estado de sitio es la
ocurrencia de un estado de guerra interna o conmoción interior.
Respecto al caso de guerra interna, el texto constitucional no ha definido qué se
entiende por tal, y tampoco lo ha hecho la ley. Se ha señalado que “habrá guerra interna
ante una situación de grave enfrentamiento entre sectores de la comunidad nacional, que
60
luchan por la consecución del poder o por determinadas reivindicaciones al margen de la
legalidad”53
La guerra interna “es un concepto que no se halla definido en la Constitución ni en
la ley, y que es de reciente data (Decreto Ley Nº 640, de 1974). Estimamos que habrá
guerra interna ante una situación de grave enfrentamiento entre sectores de la comunidad
nacional, que luchan por la consecución del poder o por determinadas reivindicaciones la
margen de la legalidad”54
En la sesión 218 de la comisión de estudios de la ley de reforma constitucional, se
expresó que había conmoción interior no sólo al enfrentarse fuerzas rebeldes o sediciosas
con la fuerza pública, sino también al ocurrir acciones, amenazas o presiones de tal
naturaleza que puedan trastornar significativamente el orden institucional o económico.
Ahora bien, de la lectura del artículo 39 del texto constitucional, no queda claro si
guerra interna y conmoción interior son conceptos equivalentes. Cabe destacar que el
artículo 15 de la Ley Orgánica Constitucional, al normar el estado de sitio por causa de
guerra interna, establece que sólo por ese motivo se producirá el efecto de suspender la
competencia de los tribunales militares en tiempo de paz, comenzando a regir la
competencia de los tribunales militares en tiempo de guerra; luego, resulta de especial
53 PFEFFER URQUIAGA, Emilio. Op. Cit., p. 231.
54 VERDUGO MARINKOVIC, Mario et.al, Op. Cit., pp. 359.
61
importancia que el Presidente de la República exprese claramente cuál es la causa que
motiva la declaración de estado de sitio.
B) AUTORIDADES FACULTADAS PARA DECLARAR EL ESTADO D E EXCEPCIÓN.
PROCEDIMIENTO APLICABLE Y PERÍODO DE VIGENCIA.
Corresponde al Presidente de la República la declaración de estado de sitio con
acuerdo del Congreso Nacional, según expresa el artículo 40 Nº 2 de la Constitución
Política. El inciso segundo de este precepto constitucional, señala que el Congreso debe
pronunciarse aceptando o rechazando la proposición, sin que pueda introducirle
modificaciones. El plazo establecido para ello es de 10 días, contados desde la fecha en
que el Presidente de la República someta la declaración de estado de sitio a su
consideración.
El constituyente fue minucioso al regular este aspecto, señalando el artículo 40 Nº 2
inciso 4º que “cada rama del Congreso deberá emitir su pronunciamiento por la mayoría
de los miembros presentes, sobre la declaración de estado de sitio propuesta por el
Presidente de la República”.
El Congreso Nacional se entenderá siempre convocado, de pleno derecho, para
conocer de la declaración de estado de sitio.
62
En virtud de lo establecido en el artículo 40 Nº 2, el Presidente de la República,
previo acuerdo del Consejo de Seguridad Nacional, tiene la facultad de aplicar de inmediato
el estado de sitio, mientras el Congreso Nacional se pronuncia sobre la declaración. En este
caso, el estado de sitio comenzará a regir desde la fecha del acuerdo, sin perjuicio de su
publicación en el Diario Oficial dentro del tercero día, según lo señala el artículo 8 inciso 3º
de la Ley Nº 18.415 Orgánica Constitucional de Estados de Excepción.
El estado de sitio, al igual que los otros estados de excepción constitucional, se
declara por decreto supremo firmado por el Presidente de la República y los Ministros del
Interior y de Defensa Nacional.
En cuanto a su período de vigencia, comenzará a regir desde su publicación en el
Diario Oficial. Esta publicación deberá efectuarse dentro de tercer día contado desde la
fecha del acuerdo aprobatorio del Congreso Nacional, o bien desde el vencimiento del
plazo de 10 días si el parlamento no se hubiere pronunciado sobre la declaración de estado
de sitio.
C ) CONTENIDO DE LAS FACULTADES O PODERES EXTRAORDI NARIOS.
Las facultades del Presidente de la República están establecidas en el artículo 41 Nº
2 del texto constitucional. Según este precepto, durante la vigencia del estado de sitio, el
Presidente de la República podrá adoptar las siguientes medidas:
63
1.- Trasladar a personas de un punto a otro del territorio nacional. Esta facultad deberá
cumplirse en localidades urbanas que reúnan las condiciones que la ley determine.
2.- Arrestar a personas en sus propias casas o en lugares que no sean cárceles ni en otros
que están destinados a la detención o prisión de reos comunes.
3.- Suspender o restringir el ejercicio del derecho de reunión.
4.- Restringir el ejercicio de las libertades de locomoción, de información y de opinión.
Estas facultades podrán ser delegadas, total o parcialmente, en los Intendentes,
Gobernadores o Jefes de Defensa Nacional que el Presidente de la República designe,
según lo señala el artículo 3º de la Ley Nº 18.415 Orgánica de Estados de Excepción.
Es menester recordar que, de acuerdo a lo señalado en el artículo 15 de la ley Nº
18.415 Orgánica Constitucional de Estados de Excepción, la declaración de estado de sitio,
al igual que la de estado de asamblea, hará cesar la competencia de los tribunales militares
en tiempo de paz y comenzará la de los tribunales militares en tiempo de guerra, en todo el
territorio declarado bajo estado de sitio.
D) LÍMITES Y CONTROLES DE LAS FACULTADES O PODERES EXTRAORDINARIOS.
El artículo 40 Nº 2 de la Constitución, señala el límite espacial dentro del cual el
Presidente de la República puede ejercer las facultades que le otorga la declaración del
64
estado de sitio, puesto que establece que se puede declarar sujeto a este estado de excepción
a todo o parte del territorio nacional.
Respecto al límite temporal, es aplicable al estado de sitio lo señalado respecto del
estado de asamblea, toda vez que su vigencia puede extenderse hasta por un plazo de 90
días, sin perjuicio que el Presidente de la República pueda solicitar su prórroga, conforme
al procedimiento señalado en el artículo 40 Nº 2 de la Constitución Política.
Sobre este punto, es importante analizar lo que sucede con las medidas decretadas,
en caso de prórroga, durante la vigencia del estado sitio. Al respecto, hay que distinguir tres
situaciones:
1- Si el estado de sitio fuere prorrogado, las medidas adoptadas se mantendrán
vigentes durante la prórroga;
2- En el evento en que el estado de sitio se hubiere decretado con el acuerdo del
Consejo de Seguridad Nacional, y el Congreso Nacional rechazare la proposición
para que continúe en vigor, todas las medidas adoptadas quedarán sin efecto.
3- En ningún caso las medidas adoptadas podrán prolongarse más allá de la vigencia
de éste o de otro estado de excepción.55
55 PFEFFER URQUIAGA, Emilio. Op. Cit., p. 233.
65
Conjuntamente con los límites temporal y espacial, la exigencia en cuanto a que el
Congreso Nacional concurra con su acuerdo constituye un límite formal para la declaración
de este estado de excepción. Se trata de un control precario, puesto que el parlamento no
puede introducir enmiendas de ninguna naturaleza a la propuesta, y sólo se encuentra
facultado para aprobar o rechazar la moción del ejecutivo, dentro del plazo constitucional
establecido. A esto debe agregarse la facultad del Presidente de la República para aplicar el
estado de sitio de inmediato, con acuerdo del Consejo de Seguridad Nacional.
Lo antes expresado nos revela que el control del poder legislativo respecto del
ejercicio de las facultades del Presidente de la República, en lo tocante a la limitación de
los derechos fundamentales de las personas, es inexistente, puesto que carece de poderes de
fiscalización durante la vigencia del estado de sitio.
En cuanto a las facultades de control del poder judicial, este tema será tratado en el
capítulo quinto de este trabajo.
2. 2. REDACCIÓN POSTERIOR A LA LEY DE REFORMA CONST ITUCIONAL Nº 20.050.
A) CAUSALES DE DECLARACIÓN.
La circunstancia que autoriza la declaración del estado de sitio es la ocurrencia de
una situación de guerra interna o grave conmoción interior, cuando afecte gravemente el
66
normal desenvolvimiento de las instituciones del Estado, según lo expresa el artículo 40
inciso 1º de la Constitución Política.
A diferencia del antiguo texto constitucional, esta nueva redacción agrega dos
requisitos. El primero de ellos señala como causal el caso de grave conmoción interior, es
decir, califica esta situación. De esta forma, se distingue entre las causales de guerra interna
y conmoción interior, lo que no quedaba claro antes de la reforma constitucional, debido a
su defectuosa redacción.
Otro requisito que exige la ley para que se configure la causal, al igual que en el
caso de todos los estados de excepción constitucional, es que la situación de guerra interna
o grave conmoción interior deba afectar gravemente el normal funcionamiento de las
instituciones de Estado.56
B) AUTORIDADES FACULTADAS PARA DECLARAR EL ESTADO D E EXCEPCIÓN.
PROCEDIMIENTO APLICABLE Y PERÍODO DE VIGENCIA.
Al igual que en el caso del estado de asamblea, según el artículo 40 de la
Constitución Política, corresponde al Presidente de la República declarar el estado de sitio,
con acuerdo del Congreso Nacional. Dado que la normativa constitucional trata
56 Vid. supra IV,1.0,1.2, a)
67
conjuntamente al estado de asamblea y el estado de sitio, no existe diferencia alguna en
cuanto a las autoridades facultadas para decidir la declaratoria de éste último.57
En cuanto a la intervención del Congreso Nacional en la declaración de estado de
sitio, ésta también se encontraba contemplada el antiguo texto constitucional, sin embargo,
el plazo para que el parlamento se pronuncie se reduce de 10 a 5 días.
El nuevo texto no se refiere a cómo debe emitir su pronunciamiento cada rama del
Congreso, como sí lo hacía la anterior redacción. Respecto a este vacío normativo, el
profesor Miguel Ángel Fernández González, señala que “no surte efecto alguno, pues si la
Constitución nada dijera al respecto, como se proyecta, el quórum para aprobar las materias
sometidas a la decisión de las ramas del Congreso es la regla general constituida,
precisamente, por la mayoría de los parlamentarios presentes al momento de la votación,
conforme el artículo 7º inciso 1º de la Ley Nº 18.918 Orgánica Constitucional del Congreso
Nacional”58
57 Vid. supra IV,1.0,1.2, b)
58 FERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Miguel Angel. Op. Cit., pp. 203 y 204.
68
C) CONTENIDO DE LAS FACULTADES O PODERES EXTRAORDI NARIOS.
Artículo 43 inciso 2: “Por la declaración del estado de sitio, el Presidente
de la República podrá restringir la libertad de locomoción y arrestar a
las personas en sus propias moradas o en lugares que la ley determine, y
que no sean cárceles ni estén destinados a la detención o prisión de reos
comunes. Podrá, además, suspender o restringir el ejercicio del derecho
de reunión.
La reforma constitucional limita las atribuciones del Presidente de la República,
puesto que suprime la facultad de trasladar personas de un punto a otro del territorio
nacional y elimina la facultad de restringir el ejercicio de las libertades de información y
opinión. Por último, mantiene la facultad de restringir la libertad de locomoción y de
suspender o restringir el ejercicio del derecho de reunión.
D) LÍMITES Y CONTROLES DE LAS FACULTADES O PODERES EXTRAORDINARIOS.
Se puede declarar bajo estado de sitio todo o parte del territorio nacional, de acuerdo
a lo preceptuado en el artículo 40 inciso 1º de la Constitución Política. Esta afirmación se
sustenta en que el texto constitucional establece que la declaración del estado de sitio
deberá determinar las zonas afectadas.
69
En relación al límite temporal, el citado artículo, en su inciso 4º, señala que “la
declaración de estado de sitio sólo podrá hacerse por un plazo de 15 días, sin perjuicio de
que el Presidente de la República solicite su prórroga.” A diferencia del antiguo texto
constitucional, se reduce el plazo de 90 a 15 días, manteniéndose la facultad del Presidente
de la República de solicitar su prórroga.
Mantiene la enmienda constitucional el control que, sobre la declaración del estado
de sitio, realiza el Congreso Nacional.
En cuanto al alcance del control que puede ejercer el poder judicial durante la
vigencia de este estado de excepción, importa una modificación sustantiva que, dada su
importancia, se tratará en detalle en el capítulo que trata sobre los mecanismos de control
jurisdiccional”.
3.0. ESTADO DE EMERGENCIA
A partir del análisis de las actas de la comisión de estudios de la reforma
constitucional, es posible afirmar que el legislador consideró que el concepto “emergencia”
es un término genérico, en el cual se busca incluir una amplia gama de imprevistos. Las
emergencias - se señaló - no se fundan solamente en causas políticas, sino que muchas
veces son el resultado de causales económicas, de fenómenos sociales, científicos, técnicos,
70
etc. El objeto, entonces de este estado de excepción, es que la autoridad cuente, ante una
emergencia, con los instrumentos jurídicos idóneos para enfrentarla. 59
3. 1. REDACCIÓN ANTERIOR A LA LEY DE REFORMA CONST ITUCIONAL Nº 20.050
A) CAUSALES DE DECLARACIÓN.
Las causas o supuestos que autorizan la declaración de estado de emergencia están
establecidas en el artículo 40 Nº 3 de la Constitución Política. Se trata de casos graves de
alteración del orden público, daño o peligro para la seguridad nacional, sea por causa de
origen interno o externo.
Artículo 40 Nº 3: El Presidente de la República, con acuerdo del
Consejo de Seguridad Nacional podrá declarar todo o parte del
territorio nacional en estado de emergencia, en casos graves de
alteración del orden público, daño o peligro para la seguridad nacional,
sea por causa de origen interno o externo.
59 PFEFFER URQUIAGA, Emilio. Op. Cit., p. 234.
71
B) AUTORIDADES FACULTADAS PARA DECLARAR EL ESTADO DE E XCEPCIÓN.
PROCEDIMIENTO APLICABLE Y PERÍODO DE VIGENCIA.
El estado de sitio debe ser declarado por el Presidente de la República con acuerdo
del Consejo de Seguridad Nacional.60
C) CONTENIDO DE LAS FACULTADES O PODERES EXTRAORDIN ARIOS.
El artículo 41 Nº 4 de la Constitución Política, señala que por la declaración de
estado de emergencia se podrá restringir el ejercicio de la libertad de locomoción y del
derecho de reunión. Cabe recordar que el artículo 12 inciso 2º de la Ley Nº 18.415
Orgánica Constitucional de Estados de Excepción, señala que se restringe una garantía
constitucional cuando, durante la vigencia de un estado de excepción, se limita su ejercicio
en el fondo o en la forma.
El Presidente de la República podrá delegar las facultades que la Constitución
Política le confiere, total o parcialmente, en los Jefes de la Defensa Nacional que él
designe, según el artículo 4º de la Ley Nº 18.415 Orgánica Constitucional de Estados de
Excepción.
60 Vid. Supra. IV, 1.0, 1.1, b)
72
El artículo 41 Nº 6 de la Constitución Política señala que, declarado el estado de
emergencia, las zonas afectadas quedarán bajo la dependencia inmediata del Jefe de la
Defensa Nacional que el Gobierno designe, quien asumirá el mando con las atribuciones
que la ley señale. La Ley Orgánica Constitucional de Estados de Excepción señala, en su
artículo 5º, cuáles son estas atribuciones y deberes.
D) LÍMITES Y CONTROLES DE LAS FACULTADES O PODERES EXTRAORDINARIOS.
Respecto de los límites espaciales, puede declararse en estado de emergencia todo o
parte del territorio nacional, según lo establece el artículo 41 Nº 3 de la Constitución
Política de la República.
La vigencia del estado de emergencia no podrá exceder de noventa días, pudiendo
declararse nuevamente si se mantienen las circunstancias que lo motivaron, según lo señala
el precepto constitucional citado en el párrafo anterior. Por lo tanto, y a diferencia del
estado de sitio, el estado de emergencia no puede prorrogarse, lo que es importante respecto
de la subsistencia de las medidas adoptadas durante su vigencia, las que no tienen efecto
una vez expirado el plazo. Si se declara nuevamente el estado de emergencia, debe la
autoridad confirmar las medidas en forma expresa, individualizando cada una de ellas.
En cuanto al poder legislativo, éste no tiene injerencia alguna en la declaración de
este estado de excepción. En efecto, es el Presidente de la República, con acuerdo del
73
Consejo de Seguridad Nacional, quien se encuentra facultado por la Constitución para
decretar el estado de emergencia. El primer mandatario materializa la declaratoria mediante
la dictación de un decreto supremo, firmado por él y los Ministros del Interior y Defensa
Nacional. No obstante, cabe señalar que el Presidente de la República estará obligado de
informar al Congreso de las medidas adoptadas durante la vigencia de este estado de
excepción.
Cumplidos estos requisitos, el estado de asamblea comenzará a regir desde la fecha
de publicación del decreto respectivo en el Diario Oficial, como lo señala el artículo 8
inciso primero de la Ley Orgánica de Estados de Excepción.
3. 2. REDACCIÓN POSTERIOR A LA LEY DE REFORMA CONST ITUCIONAL Nº 20.050
a) CAUSALES DE DECLARACIÓN
El artículo 39 de la Constitución señala que el supuesto fáctico que autoriza la
declaración de estado de emergencia es, precisamente, la ocurrencia de una situación de
emergencia que afecte gravemente el normal desenvolvimiento de las instituciones del
Estado.
Por otra parte, el artículo 42 establece que el estado de emergencia puede ser
declarado en caso de graves alteraciones del orden público o de grave daño para la
seguridad de la nación. Es menester destacar, que el nuevo texto constitucional, al igual que
74
el anterior, agrega el requisito de calificación del daño, además del requisito general
establecido en el artículo 39.
En atención a lo señalado, es posible apreciar que desaparece la causal de grave
peligro para la seguridad nacional, a partir de lo cual es posible afirmar que este estado de
excepción no procede en los casos de amenaza, sino sólo en situaciones positivas de
alteración o daño efectivo para la seguridad nacional.
b) AUTORIDADES FACULTADAS PARA DECLARAR EL ESTADO DE E XCEPCIÓN.
PROCEDIMIENTO APLICABLE Y PERÍODO DE VIGENCIA.
Concurriendo las condicionantes de hecho establecidas en la Constitución Política,
el estado de emergencia debe ser declarado por el Presidente de la República, no existiendo
ninguna otra autoridad u órgano facultado para intervenir en la declaratoria, según lo señala
el artículo 42 de la Carta Fundamental. El Presidente de la República puede prorrogar el
estado de emergencia, no obstante, para sucesivas prórrogas requerirá el acuerdo del
Congreso Nacional. Este acuerdo se tramitará en la forma establecida en el artículo 40
inciso 2º de la Constitución Política.
C) CONTENIDO DE LAS FACULTADES O PODERES EXTRAORDIN ARIOS.
En este punto se mantiene lo expresado en el antiguo artículo 41 Nº 4 del texto
constitucional, empero, el Presidente de la República estará obligado a informar al
75
Congreso Nacional de las medidas adoptadas en virtud del estado de emergencia, luego,
según el artículo 43 del nuevo texto, declarado el estado de emergencia, el Presidente de la
República podrá restringir las libertades de locomoción y de reunión.
Por último, las zonas territoriales bajo estado de excepción quedarán bajo la
dependencia inmediata del Jefe de la Defensa Nacional que designe el Presidente de la
República. Dicho Jefe de la Defensa Nacional asumirá la dirección y supervigilancia de su
jurisdicción, con las atribuciones y deberes que la Ley Orgánica Constitucional de Estados
de Excepción le señale.
D) LÍMITES Y CONTROLES DE LAS FACULTADES O PODERES EXTRAORDINARIOS.
El artículo 42 de la Constitución establece que el estado de emergencia no podrá
extenderse por más de 15 días, sin perjuicio de la facultad que tiene el Presidente de la
República de prorrogarlo sucesivamente, con acuerdo del Congreso Nacional.
Respecto de la limitación espacial, el artículo 42 señala que la declaratoria puede
afectar a todo o parte del territorio de la República. Esto se desprende de la expresión que
utiliza el constituyente, el cual se refiere al ámbito territorial como las “zonas respectivas”.
En cuanto a la concurrencia de otro órgano en la declaratoria del estado de
emergencia, ésta no es exigida; de ahí que la Constitución señale un plazo breve de
76
vigencia. Sin embargo, sí se exige el acuerdo del Congreso Nacional para prorrogar
sucesivamente dicho estado de excepción por igual período.
En relación al control que ejercen los órganos jurisdiccionales durante la vigencia
del estado de emergencia, realizaremos un análisis pormenorizado en el capítulo quinto de
este trabajo.
4. 0. ESTADO DE CATÁSTROFE
4. 1. REDACCIÓN ANTERIOR A LA LEY DE REFORMA CONSTI TUCIONAL Nº 20.050
A) CAUSALES DE DECLARACIÓN.
El artículo 40 Nº 4 de la Constitución Política señala que podrá declararse el estado
de catástrofe en caso de calamidad pública.
Se entiende por “calamidad pública” a aquellos fenómenos que, por causas
naturales o humanas, produzcan o puedan producir grave daño a la población o a la
seguridad nacional. No se quiso limitar el origen de la calamidad pública a causas
únicamente naturales, pues era perfectamente posible la existencia de ellas derivadas de las
acciones humanas; como la provocación de una peste por obra de elementos químicos,
77
biológicos o bacteriológicos; por efectos de un bloqueo económico; si se envenena el agua
de una población o si se hace volar una represa. 61
B) AUTORIDADES FACULTADAS PARA DECLARAR EL ESTADO D E EXCEPCIÓN.
PROCEDIMIENTO APLICABLE Y PERÍODO DE VIGENCIA.
Este estado de excepción puede ser declarado por el Presidente de la República, con
acuerdo del Consejo de Seguridad Nacional, según lo indica el artículo 40 Nº 4 de la
Constitución Política de la República.
En cuanto a su formalidad, se declara mediante un decreto supremo que debe ser
firmado por los Ministros del Interior y de Defensa Nacional.
C ) CONTENIDO DE LAS FACULTADES O PODERES EXTRAORDI NARIOS.
La Constitución Política señala en su artículo 41 Nº 5 que, en virtud de la
declaración del estado de catástrofe, el Presidente de la República podrá restringir la
circulación de las personas, el transporte de mercaderías, y las libertades de trabajo, de
información, de opinión, y de reunión. Igualmente, podrá disponer requisiciones de bienes,
establecer limitaciones al ejercicio del derecho de propiedad, y adoptar todas las medidas
extraordinarias de carácter administrativo que estime necesarias.
61 PFEFFER URQUIAGA, Emilio. Op. Cit., p. 235.
78
Sobre esta materia se deben tener presentes los artículos 17 y siguientes de la Ley
Nº 18.415 Orgánica Constitucional de Estados de Excepción. A continuación, transcribimos
el texto del artículo 17 de esta norma.
Artículo 17: “En los casos en que se dispusieren requisiciones de bienes o
establecieren limitaciones al ejercicio del derecho de propiedad, habrá
lugar a la indemnización de perjuicios en contra el Fisco, siempre que los
mismos sean directos. La interposición de dicha acción no suspenderá, en
caso alguno, la respectiva medida.”
Una vez declarado el estado de catástrofe, las zonas respectivas quedarán bajo la
dependencia inmediata del Jefe de la Defensa Nacional que el Gobierno designe, quien
asumirá el mando con las facultades y atribuciones que señala, en su artículo 7º, la Ley
Orgánica Constitucional de Estados de Excepción.
El Presidente de la República tiene la atribución para delegar, total o parcialmente,
en los Jefes de la Defensa Nacional que él designe, las facultades que la Constitución le
confiere, según señala el artículo 6º de la Ley Orgánica Constitucional de Estados de
Excepción.
79
Cabe recordar que las atribuciones que delegue el Presidente de la República
durante la vigencia de un estado de excepción, deberán ser ejercidas dentro de la
jurisdicción respectiva, mediante la dictación de resoluciones o instrucciones exentas del
trámite de toma de razón.
D) LÍMITES Y CONTROLES DE LAS FACULTADES O PODERES EXTRAORDINARIOS.
De la redacción del artículo 40 Nº 4 de la Constitución Política, es posible afirmar
que la declaración de estado de catástrofe, en términos territoriales, puede ser total o
parcial, ya que podrá declararse en este estado la zona afectada o cualquiera otra que lo
requiera como consecuencia de la calamidad producida; es más, en la comisión de estudio
que elaboró la norma se dejó constancia que en un momento dado una situación de
emergencia que afecte a determinada región puede exigir colaboración o sacrificios de otras
regiones que no hayan sido afectadas, especialmente en el caso de un estado de catástrofe,
en que será necesario imponer ciertas restricciones a los derechos o garantías; al derecho de
propiedad, por ejemplo.62
En cuanto al límite temporal, dado que no es posible determinar la duración de la
calamidad pública, el constituyente no indicó un plazo determinado para la vigencia de este
62 La Comisión de estudio de la Nueva Constitución discutió sobre esta matera en la sesión Nº 219.
VERDUGO MARINKOVIC, Mario et.al, Op. Cit, p. 363.
80
estado de excepción. Sin embargo, la Ley Nº 18.415 Orgánica Constitucional de Estados de
Excepción, en su artículo 8º, estableció un plazo máximo de 90 días, teniendo el Presidente
de la República la facultad de solicitar su prórroga o nueva declaración si subsisten las
circunstancias que lo motivan. Cabe agregar que este estado de excepción comienza a regir
desde que se publica el decreto supremo que lo declara.
Respecto del control que pueda ejercer el Congreso Nacional, la Carta Fundamental
establece participación en la declaratoria de estado de excepción, por cuanto el Presidente
de la República estará obligado de informar al Congreso de las medidas adoptadas durante
la vigencia de este estado de excepción.
En cuanto al control jurisdiccional durante a la vigencia de este estado de
excepción, se analizará en detalle en el capítulo destinado al efecto.
4. 2. REDACCIÓN POSTERIOR A LA LEY DE REFORMA CONST ITUCIONAL Nº 20.050
A) CAUSALES DE DECLARACIÓN.
En virtud de lo establecido en los artículos 39 y 41 de la Constitución Política de la
República, el estado de catástrofe puede ser declarado en caso de calamidad pública,63
cuando afecte gravemente el normal desenvolvimiento de las instituciones del Estado.
63 Vid. supra IV,4.0,4.1, a)
81
B) AUTORIDADES FACULTADAS PARA DECLARAR EL ESTADO D E EXCEPCIÓN.
PROCEDIMIENTO APLICABLE Y PERÍODO DE VIGENCIA.
El Presidente de la República se encuentra facultado para declararlo, pudiendo el
Congreso Nacional dejarlo sin efecto transcurridos 180 días desde su entrada en vigencia si
las razones que motivaron la declaratoria hubieran cesado absolutamente.
En el supuesto que el Presidente de la República pretenda declarar estado de
catástrofe por un período superior a un año, sólo puede hacerlo con acuerdo del Congreso
Nacional. Esta declaratoria se tramitará de la forma establecida en el artículo 41 de la
Constitución Política.
Salvo los casos señalados en los párrafos anteriores, no se requiere el acuerdo del
Congreso Nacional para la declaración de este estado de excepción constitucional. En
relación a la facultad del parlamento de dejar sin efecto la declaración de estado de
catástrofe, es necesario realizar determinadas prevenciones respecto de la redacción del
texto constitucional, por cuanto no queda claro desde cuando se cuenta el plazo de 180 días;
si desde la declaración original, o bien desde la prórroga que puede hacer el Presidente de
la República. Esta distinción reviste importancia, por cuanto es posible que el Presidente de
la República declare la excepción por un plazo inferior a 180 días, y la prorrogue
sucesivamente por plazos inferiores, de modo que la vigencia del estado de catástrofe
podría extenderse, en total, por más de 180 días. Estimamos que la falta de claridad y
82
precisión del texto constitucional, hace que la norma carezca de sentido y se preste para
variadas interpretaciones, lo que es especialmente delicado tratándose de una materia tan
trascendente, como lo es la normativa que establece la forma, oportunidad y causales de la
declaratoria de un estado de excepción constitucional.
C ) CONTENIDO DE LAS FACULTADES O PODERES EXTRAORDI NARIOS.
Según el artículo 43 inciso 3º de la Constitución Política, el Presidente de la
República podrá, durante la vigencia del estado de catástrofe, restringir las libertades de
locomoción y de reunión. Además podrá disponer requisiciones de bienes, establecer
limitaciones al ejercicio del derecho de propiedad y adoptar todas las medidas
extraordinarias de carácter administrativo que sean necesarias para el pronto
restablecimiento de la normalidad de la zona afectada.
Con la reforma del texto constitucional en comento, se limitan considerablemente
las facultades del Presidente de la República, toda vez que ya no puede restringir la libertad
de trabajo, de información y de opinión. De igual forma, no podrá impedir la circulación de
las personas y el transporte de mercaderías, quedando sólo facultado para restringir la
libertad de locomoción.
En cuanto a la facultad de disponer requisiciones de bienes y establecer limitaciones
al ejercicio del derecho de propiedad, ésta se mantiene; Sin embargo, respecto de la
83
medidas extraordinarias de carácter administrativo sólo puede adoptar aquellas que tengan
como fin el pronto restablecimiento de la zona afectada, a diferencia del texto anterior, que
lo facultaba para tomar estas medidas cuando la estimare necesario; luego, se advierte que
se ha introducido un requisito que limita el margen de discrecionalidad en la adopción de
la medida administrativa de que se trate.
Por último, cabe señalar, que declarado el estado de catástrofe, las zonas respectivas
quedarán bajo la dependencia inmediata del Jefe de la Defensa Nacional que designe el
Presidente de la República. El Jefe de la Defensa Nacional designado asumirá la dirección
y supervigilancia de su jurisdicción con las atribuciones y deberes que la ley señale.64
D) LÍMITES Y CONTROLES DE LAS FACULTADES O PODERES EXTRAORDINARIOS.
El nuevo texto constitucional, en su artículo 41, señala que este estado de excepción
puede ser declarado en todo o parte del territorio de la República. Se restringe así el ámbito
espacial o territorial de aplicación, pues antes de la reforma constitucional, la declaración
podía hacerse respecto de la zona directamente afectada por la calamidad y respecto de
cualquiera otra que lo requiera como consecuencia de ella. En el texto reformado, en
cambio, vemos que sólo procede respecto de la zona directamente afectada por la
calamidad.
64 FERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Miguel Angel. Op. Cit., p. 207 y 208.
84
En cuanto al control que le corresponde ejercer al poder legislativo, el artículo 41
inciso 2º establece que el Congreso Nacional podrá dejar sin efecto la declaración de estado
de catástrofe transcurridos ciento ochenta días desde su entrada en vigencia, si las razones
que lo motivaron hubieran cesado de forma absoluta. Por otra parte, el artículo 40 de la
Constitución señala el plazo máximo de un año para la vigencia de esta excepción, empero,
el Presidente de la República sólo podrá declarar el estado de catástrofe por un período
superior con acuerdo del Congreso Nacional.
Respecto del control jurisdiccional, éste se estudiará en detalle en el capítulo
destinado al efecto.
5.0 GARANTÍA GENERAL DE LOS ESTADOS DE EXCEPCIÓN
La cláusula o garantía general de los estados de excepción se encuentra establecida
en el artículo 44 inciso final de la Constitución Política.
Artículo 44 inciso final: “Las medidas que se adopten durante los
estados de excepción no podrán, bajo ninguna circunstancia,
prolongarse más allá de la vigencia de los mismos.”
85
Esta norma tuvo su origen en el antiguo artículo 40 Nº 7 de la Carta Fundamental,
el cual establecía que “las medidas que se adopten durante los estados de excepción no
podrán prolongarse más allá de la vigencia de dichos estados.”
La importancia de esta garantía estriba en que a la delimitación temporal de
vigencia de cada estado de excepción en particular, se agrega el límite general respecto de
la vigencia de las medidas decretadas. Aún cuando a primera vista esta norma pueda
aparecer como redundante o innecesaria, la verdad es que resulta extremadamente
importante, puesto que impide la extensión ad eternum de medidas que sólo corresponden a
la ocurrencia de situaciones crisis en momentos determinados de la vida nacional; tanto es
así, que la Carta de Reforma lo que hace es agregar la frase “bajo ninguna circunstancia”,
lo cual es demostrativo de la intención del constituyente a este respecto.
86
CAPITULO V
MECANISMOS DE CONTROL JURISDICCIONAL DURANTE LA VIG ENCIA DE LOS
ESTADOS DE EXCEPCIÓN
La trascendencia de la actividad de la judicatura durante la vigencia de los estados
de excepción constitucional, hace pertinente un análisis particular respecto al alcance de sus
facultades de control.
En primer término, es necesario precisar la oportunidad establecida por el
constituyente para la intervención de los tribunales de justicia. Al respecto, la Constitución
Política no entrega a los tribunales de la república facultad alguna para participar en la
declaratoria de un estado de excepción.
En cuanto a la posibilidad que tiene la judicatura de calificar los fundamentos y
circunstancias invocadas por la autoridad para la adopción de determinadas medidas
durante la vigencia de un estado de excepción, es preciso estudiar la evolución que ha
experimentado el texto constitucional.
87
1.0. EL CONTROL JURISDICCIONAL CON ANTERIORIDAD A L A ENTRADA EN
VIGENCIA DE LA LEY DE REFORMA CONSTITUCIONAL Nº 20. 050.
Antes de la entrada en vigencia de la ley de reforma constitucional Nº 20.050, el
artículo 41 Nº 3 de la Constitución Política establecía lo siguiente:
Artículo 41 Nº 3: “Los tribunales de justicia no podrán, en caso alguno,
entrar a calificar los fundamentos ni las circunstancias de hecho
invocadas por la autoridad para adoptar las medidas en el ejercicio de
las facultades excepcionales que le confiere esta Constitución. La
interposición y tramitación de los recursos de amparo y de protección
que conozcan los tribunales no suspenderán los efectos de las medidas
decretadas, sin perjuicio de lo que resuelvan en definitiva respecto de
tales recursos.”
Al tenor de lo establecido en el artículo transcrito, podemos señalar lo siguiente:
1.- Los tribunales están sujetos a la prohibición absoluta de calificar los
fundamentos y circunstancias invocadas por la autoridad para la declaración de alguno de
los estados de excepción, y la posterior adopción de medidas en el ejercicio de las
facultades que le otorga la Constitución. Esta limitación establece que los tribunales de
88
justicia no tendrán jurisdicción para calificar discrecionalmente los fundamentos y
circunstancias señaladas.
Con esta prohibición se elimina toda posibilidad de que este poder del Estado ejerza
un control directo sobre la declaración de un determinado estado de excepción; así, queda
en evidencia que no puede controlar ni cuestionar al Presidente de la República en el
ejercicio de los poderes de crisis que le otorga la Carta Fundamental.
2.- La declaración de estado de excepción constitucional no impide que cualquier
persona que vea afectados sus derechos y garantías constitucionales, pueda interponer un
recurso de amparo o de protección; sin embargo, la sola interposición de dichos recursos no
suspende los efectos de la medida que haya adoptado el Presidente de la República y que
eventualmente pueda afectar el ejercicio determinados derechos; luego, aún en forma
restringida, el texto de la Constitución establece medios de impugnación frente al ejercicio
de las atribuciones de la autoridad.
3.- En cuanto a los recursos de protección y amparo, estos deben ser acogidos a
tramitación si tienen fundamento plausible. Señala el profesor Emilio Pfeffer Urquiaga, que
“el tribunal deberá acogerlos, si comprueba que las medidas aplicadas no están permitidas
dentro del estado de excepción respectivo, si aquél no se encuentra vigente, o cuando
hubieren sido adoptadas por una autoridad que no tiene facultades para ello, como por
89
ejemplo si se infringen al adoptarla y/o aplicarla ciertas formalidades o límites que en
resguardo del afectado consulta la Constitución y la ley.”65
2.0. EL CONTROL JURISDICCIONAL CON POSTERIORIDAD A LA ENTRADA EN
VIGENCIA DE LA LEY DE REFORMA CONSTITUCIONAL Nº 20. 050.
El tema de los mecanismos jurisdiccionales de control queda planteado de una
manera diferente con la reforma constitucional. El artículo 45 inciso 1º del nuevo texto,
señala:
Artículo 45 inciso 1º: “Los tribunales de justicia no podrán calificar los
fundamentos ni las circunstancias de hecho invocados por la autoridad
para decretar los estados de excepción, sin perjuicio de lo dispuesto en
el artículo 39. No obstante, respecto de las medidas particulares que
afecten los derechos constitucionales, siempre existirá la garantía de
recurrir a las autoridades judiciales a través de los recursos que
corresponda.”
65 PFEFFER URQUIAGA, Emilio. Estados de Excepción Constitucional y Reformas Constitucionales.
Revista “Ius et Praxis”, Nº 8, año 2002, Chile, p. 238.
90
Como se puede apreciar, el nuevo texto mantiene la prohibición a los tribunales de
justicia de calificar los fundamentos y circunstancias invocados por la autoridad para
decretar los estados de excepción.66 Sin embargo, el artículo 40 inciso 3º de la Constitución
establece que las medidas que adopte el Presidente de la República, en los casos de estado
de asamblea o de sitio, -en tanto no se reúna el Congreso Nacional- podrán ser objeto de
66 En el derecho comparado es posible encontrar un tratamiento distinto a la intervención de la judicatura en la
calificación. En efecto, según nos señala la profesora Claudia Nikken, en Venezuela, a partir de la entrada en
vigencia de la Constitución del año 1999, “no sólo se reconoce la universalidad del control de
constitucionalidad, sino que, específicamente respecto del decreto que declare el estado de excepción, se
establece, por una parte, la obligación para el Ejecutivo de remitirlo a la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia dentro de los ocho días siguientes de haber sido dictado y; por la otra, que la Sala
Constitucional debe conocer, en todo caso y aún de oficio, de la constitucionalidad de dicho decreto. Así, se
añade al control político que sobre el decreto en cuestión ejerce el poder legislativo, un control jurídico que
tiene por objeto, sin lugar a dudas, minimizar los abusos que podrían ser cometidos por el Ejecutivo, con la
excusa de una situación excepcional, con o sin el aval de la Asamblea Nacional.” NIKKEN, Claudia.
“Aproximación crítica a la regulación de los estados de excepción en Venezuela”, en Revista Ius et Praxis,
2002, vol.8, no.1, p.171-198. En la misma línea del caso venezolano, la Constitución Colombiana establece el
control jurisdiccional de los decretos que declaran un estado de excepción, de forma tal que “además del
control formal – referido a la concurrencia de ciertos requisitos que exige la Constitución: existencia de
motivación; firma del Presidente y los Ministros; período de duración -, que por varios lustros fue el único
existente, la Corte Constitucional creada por la Constitución de 1991, asumió el control material de los
decretos mediante los cuales se declaran los estados de excepción. El control material se ocupa de establecer
la existencia real de las circunstancias y hechos en los que se sustenta la respectiva declaratoria del estado de
excepción.” CIFUENTES MUNOZ, Eduardo. Los estados de excepción constitucional en Colombia. Ius et
Praxis, 2002, vol.8, no.1, p.117-146.
91
revisión por los tribunales de justicia, sin que sea aplicable la prohibición contenida en el
artículo 45; en consecuencia, la prohibición contenida en el nuevo texto no es absoluta,
admitiendo esta excepción.
En relación a lo establecido en el artículo 45 inciso 1º, citamos nuevamente al
profesor Pfeffer : “Con todo, estimamos que se debe aclarar la oración final contenida en el
primer párrafo del inciso primero del artículo 45, pues la misma sugeriría que los tribunales
de justicia, que se encuentran inhibidos de calificar o apreciar los fundamentos y las
circunstancias de hecho invocadas por la autoridad para declarar un estado de excepción, sí
podrían hacerlo para evaluar si las situaciones de excepción que los autorizan afectan o no
gravemente el normal desenvolvimiento de las instituciones del Estado, pues de otro modo
no se explicaría la oración, sin perjuicio de lo dispuesto en el inciso segundo del artículo
39.” 67
Respecto a la revisión judicial de las medidas adoptadas por la autoridad que afectan
el ejercicio de derechos fundamentales, el nuevo texto mantiene la posibilidad de
impugnación a través de los medios que la Constitución y las leyes señalen. Ahora bien, es
necesario reparar que el nuevo texto no se refiere al efecto de la interposición de un
determinado recurso, mientras que la antigua redacción señalaba expresamente que con ella
no se suspendían los efectos de la medida en particular; en consecuencia, es necesario
preguntarse que significa esta omisión. A nuestro juicio, dicho silencio no es casual. 67 PFEFFER URQUIAGA, Emilio. Op. Cit., p. 249.
92
Pensamos que el constituyente dejó abierta la posibilidad a que el afectado solicitase una
orden de no innovar, con el objetivo de suspender la aplicación de una medida que, en el
caso en particular, infringe derechos constitucionales.68 Si el constituyente no señaló una
norma especial expresa respecto a este punto, hemos de considerar que rigen las normas
generales.
Otro aspecto de especial importancia, dice relación con la ampliación de los medios
jurisdiccionales de impugnación. En efecto, el nuevo texto no se refiere únicamente a los
recursos de amparo y de protección, sino que establece la “garantía de recurrir ante las
autoridades judiciales a través de los recursos que corresponda”, siendo más amplio y
extensivo que el texto derogado. En opinión del profesor Fernando Saenger Gianoni, “ la
actual redacción permite a los particulares interponer cualquier recurso, no únicamente los
de protección y amparo, quedando a nuestro juicio ampliado a cualquier otro recurso que a
futuro pueda ser utilizado.”69
68 Para una revisión en derecho comparado resulta de especial interés el caso uruguayo, puesto esta legislación
establece que el afectado por una medida de seguridad tiene la posibilidad, bajo determinados supuestos, de
abandonar el país. ESTEVA GALLICCHIO, Eduardo, “Los estados de excepción en Uruguay: hipótesis,
aprobación y controles jurídicos o jurisdiccionales”, en Revista Ius et Praxis, 2002, vol. 8, no.1, p.147-169.
69 SAENGER GIANONI, Fernando y JIMÉNEZ LOOSLI, Fernando, “Los estados de excepción
constitucional”, en Reforma Constitucional, Editorial Lexis Nexis, Chile, 2005, pp. 448 a 450.
93
En cuanto a la protección del ejercicio del derecho de propiedad, el artículo 45
inciso 2º recoge íntegramente la redacción del antiguo artículo 41 Nº 8 de la Constitución
Política.
Artículo 45 inciso 2º: “Las requisiciones que se practiquen darán lugar
a indemnizaciones en conformidad a la ley. También darán derecho a
indemnización las limitaciones que se impongan al derecho de
propiedad cuando importen privación de alguno de sus atributos o
facultades esenciales y con ello se cause daño.”
Esta norma debe ser concordada con el artículo 17 de la Ley Nº 18.415 Orgánica
Constitucional de Estados de Excepción, referido al derecho a indemnización de perjuicios
en contra del Fisco que tienen los afectados por las requisiciones de bienes o por el
establecimiento de límites al derecho de propiedad.
A nuestro parecer, la interpretación sistemática de ambas normas nos lleva a
concluir que nos encontramos frente a un límite de actuación para la autoridad, toda vez
que este amplio resguardo del ejercicio del derecho de propiedad es un factor a considerar
al momento de adoptar medidas que afecten el ejercicio de este derecho. Por otra parte, se
trata de un marco normativo que controla la discrecionalidad del Presidente de la República
en el ejercicio de las facultades que le otorgan la Constitución y la ley, con motivo de la
declaración de los estados de excepción.
94
Con todo, es importante destacar que en este control intervienen eventualmente los
jueces de letras en lo civil, quienes son competentes para determinar el monto de la
indemnización a falta de acuerdo y a petición del afectado. Podríamos afirmar que se trata
de un control sobre los efectos que produce la declaración de estado de excepción, puesto
que no se trata de un medio de impugnación de las medidas que se tomen con ocasión de la
declaratoria de excepción, como sería el caso del recurso de protección, sino que se trata de
una forma de lograr el respeto de derechos adquiridos.70
Finalmente, nos parece pertinente incluir la opinión de la profesora Luz Bulnes
Aldunate, quien afirma que “esta norma vendría a constituir un antecedente valioso para
demandar indemnizaciones en el caso de limitaciones al derecho de propiedad en períodos
de normalidad, y no tendría sentido poder exigirlas en la anormalidad y que no se admita
cuando reina la paz social.”71
70 El mecanismo general de protección al derecho de propiedad se encuentra regulado en el artículo 19 Nº 24
de la Constitución Política. La inclusión en el texto constitucional del procedimiento expropiatorio es
demostrativo de la importancia que otorga el constituyente a la protección de este derecho.
71 BULNES ALDUNATE, LUZ, “Los estados de excepción frente a la reforma constitucional”, en Reforma
Constitucional, Editorial Lexis Nexis, Chile, 2005, pp. 434 a 436.
95
CAPÍTULO VI
CONCLUSIONES
Una de las características distintivas del estatuto jurídico propio de un Estado de
Derecho, es la existencia de controles recíprocos entre los distintos poderes del Estado. En
efecto, éstos controles pueden verificarse ex ante, durante su desarrollo, o bien luego de
finalizada la ejecución de determinado acto de autoridad.
En este orden de ideas, es fuerza concluir que la nueva redacción constitucional
supone un avance incontestable hacia un estado de derecho plenamente democrático.
Lo antes señalado se sustenta en que la declaración de los estados de excepción
constitucional queda entregada al Presidente de la República y al acuerdo, cuando sea
necesario, del Congreso Nacional. De esta forma, la exclusión del Consejo de Seguridad
Nacional y la correspondiente inclusión de un órgano colegiado legitimado
democráticamente, ponen término a una situación dogmáticamente injustificable
Estimamos que la enmienda en comento constituye un aporte, dado que no sólo
elimina la injerencia de un órgano de composición cívico-militar en la declaratoria de los
estados de excepción, sino también establece límites adecuados que buscan evitar espacios
de arbitrariedad en la decisión presidencial de acudir a los poderes de crisis, estableciendo
96
un marco acotado de discrecionalidad en la adopción de medidas bajo la vigencia de
situaciones de excepcionales.
Estas modificaciones, en cuanto a los órganos que participan de la declaratoria de
los estados de excepción, tienen como corolario el establecimiento de nuevas facultades de
control para la judicatura. Es así que declarado el estado de asamblea o de sitio por el
Presidente de la República y mientras se pronuncia el Congreso Nacional, los tribunales de
justicia podrán revisar las medidas adoptadas por el primer mandatario, en expresa
excepción a la regla general que no los faculta para calificar los fundamentos ni las
circunstancias de hecho invocadas por la autoridad para decretar los estados de excepción.
En cuanto al período de vigencia de las excepciones constitucionales, se verifican
avances importantes, limitándose notablemente su extensión temporal. Así, el estado de
asamblea durará por todo el tiempo que se extienda la situación de guerra, sin embargo, se
mantiene la facultad del Presidente de la República de ponerle fin con anterioridad. En el
caso del estado de sitio se establece una disminución sustantiva en el plazo de vigencia (de
90 a 15 días), sin perjuicio de la prórroga que solicite el primer mandatario.
Se advierte que en el caso del estado de catástrofe se buscó limitar su período de
vigencia, estableciendo que transcurridos 180 días desde que comenzó a regir, el Congreso
Nacional podrá dejar sin efecto la declaratoria si las razones que la motivaron hubieren
cesado de forma absoluta.
97
Por último, en el caso del estado de emergencia se establece también un límite de
15 días de vigencia, sin perjuicio que el Presidente de la República pueda prorrogarlo por
igual período; empero, el nuevo texto establece que para sucesivas prórrogas se requerirá
del acuerdo del Congreso Nacional.
Respecto de las causales de declaratoria, estimamos que el esfuerzo del
constituyente por acotar al máximo las causales de procedencia, no se corresponde con el
texto del artículo 39 de la Carta Fundamental, en donde se contienen una serie de conceptos
jurídicos indeterminados. Consideramos que en este punto la Carta de Reforma adolece de
un defecto normativo evidente, como se sostuvo en este trabajo, ya que la estricta exigencia
de este requisito podría llevar a la imposibilidad absoluta y permanente de acudir a los
poderes de crisis y, por otra parte, esta norma podría presentarse como argumento de texto
para el ejercicio arbitrario de potestades que deben estar sujetas a estrictos controles.
Creemos que con la inclusión de esta causal genérica se perdió la oportunidad de
concretar una reforma constitucional exenta de generalidades o espacios normativos
indeterminados; luego, nos parece que siendo extremadamente complejo solucionar este
problema por la vía de la norma orgánica constitucional, sólo es dable esperar que se
produzcan las condiciones políticas y el consenso necesario para suprimir de la Carta
Fundamental esta exigencia, de forma tal de evitar los indeseables efectos ya señalados.
98
Respecto de la protección de los derechos individuales, se analizó con detalle el
alcance máximo permitido para la limitación y restricción de los derechos fundamentales de
las personas, de acuerdo a lo establecido por instrumentos internacionales y la doctrina
mayoritaria.
En la especie, es posible afirmar que la nueva redacción constitucional constituye
un avance significativo, puesto que pone fin a la existencia de un conjunto de atribuciones
que lejos de consagrar estados de excepción constitucional, establecían verdaderos “estados
de arbitrariedad constitucional”. El constituyente ha limitado considerablemente el margen
de discrecionalidad de los poderes públicos respecto de los ciudadanos, estableciendo un
marco normativo que otorga una esfera de protección más amplia de los derechos
fundamentales en situaciones de alteración del orden constitucional.
Aún cuando el análisis pormenorizado por cada estado de excepción puede ser
consultado en el capítulo correspondiente, nos parece importante destacar que el derecho a
la información no se presenta dentro del catálogo de derechos que se faculta suspender o
restringir. Esto constituye un avance trascendental en el objetivo de garantizar a los
ciudadanos el derecho a disponer de adecuada información respecto de los actos de la
Administración, aún durante la vigencia de un estado de excepción constitucional.
En cuanto a los medios jurisdiccionales de control durante la vigencia de los estados
de excepción, nos parece importante señalar como un avance la ampliación de los medios
99
impugnación. En efecto, mientras con anterioridad sólo era posible recurrir de amparo y de
protección, hoy no existe limitante en cuanto a los medios jurisdiccionales que pueden
servir de vehículo de protección para las garantías individuales. Un segundo aspecto
relevante, es que a nuestro entender la nueva redacción deja abierta la posibilidad para que
respecto del recurrente, en un caso particular, sea decretada la orden de no innovar,
situación que el anterior texto constitucional vedaba en forma expresa.
Finalmente, es menester señalar que en términos generales la Carta de Reforma, en
lo concerniente a la regulación de los estados de excepción constitucional, importa un
avance en la tarea de fortalecer y garantizar la pervivencia, aún en situaciones de crisis, del
Estado de Derecho en Chile. Si bien existen aspectos que debe ser objeto nuevas reformas
destinadas a perfeccionar aún más la preceptiva constitucional, se puede afirmar que con
esta enmienda nuestro país comienza a dar cumplimiento a los tratados internacionales
suscritos en la materia.
100
BIBLIOGRAFÍA
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inciso 2º del artículo 5º de la constitución: sentido y alcance de la reforma. doctrina y
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104
ANEXOS
105
ANEXO Nº 1
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LA REPUBLICA DE CHILE
TEXTO REFUNDIDO, COORDINADO Y SISTEMATIZADO
EXTRACTO
CAPITULOS I, II, III, IV.
DECRETO SUPREMO No. 1.150, de 1980 Ministerio del Interior
Publicado en el Diario Oficial de fecha 24 de octubre de 1980
CAPITULO I
BASES DE LA INSTITUCIONALIDAD
Artículo 1. Las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos.
La familia es el núcleo fundamental de la sociedad.
El Estado reconoce y ampara a los grupos intermedios a través de los cuales se organiza y
estructura la sociedad y les garantiza la adecuada autonomía para cumplir sus propios fines
específicos.
106
El Estado está al servicio de la persona humana y su finalidad es promover el bien común,
para lo cual debe contribuir a crear las condiciones sociales que permitan a todos y a cada
uno de los integrantes de la comunidad nacional su mayor realización espiritual y material
posible, con pleno respeto a los derechos y garantías que esta Constitución establece.
Es deber del Estado resguardar la seguridad nacional, dar protección a la población y a la
familia, propender al fortalecimiento de ésta, promover la integración armónica de todos los
sectores de la Nación y asegurar el derecho de las personas a participar con igualdad de
oportunidades en la vida nacional.
Artículo 2. Son emblemas nacionales la bandera nacional, el escudo de armas de la
República y el himno nacional.
Artículo 3. El Estado de Chile es unitario, su territorio se divide en regiones. Su
administración será funcional y territorialmente descentralizada, o desconcentrada en su
caso, en conformidad con la ley.
Artículo 4. Chile es una república democrática.
Artículo 5. La soberanía reside esencialmente en la Nación. Su ejercicio se realiza por el
pueblo a través del plebiscito y de elecciones periódicas y, también, por las autoridades que
esta Constitución establece. Ningún sector del pueblo ni individuo alguno puede atribuirse
su ejercicio.
107
El ejercicio de la soberanía reconoce como limitación el respeto a los derechos esenciales
que emanan de la naturaleza humana. Es deber de los órganos del Estado respetar y
promover tales derechos, garantizados por esta Constitución, así como por los tratados
internacionales ratificados por Chile y que se encuentren vigentes.
Artículo 6. Los órganos del Estado deben someter su acción a la Constitución y a las
normas dictadas conforme a ella.
Los preceptos de esta Constitución obligan tanto a los titulares o integrantes de dichos
órganos como a toda persona, institución o grupo.
La infracción de esta norma generará las responsabilidades y sanciones que determine la
ley.
Artículo 7. Los órganos del Estado actúan válidamente previa investidura regular de sus
integrantes, dentro de su competencia y en la forma que prescriba la ley.
Ninguna magistratura, ninguna persona ni grupo de personas pueden atribuirse, ni aun a
pretexto de circunstancias extraordinarias, otra autoridad o derechos que los que
expresamente se les hayan conferido en virtud de la Constitución o las leyes.
Todo acto en contravención a este artículo es nulo y originará las responsabilidades y
sanciones que la ley señale.
Artículo 8. Derogado.
108
Artículo 9. El terrorismo, en cualquiera de sus formas, es por esencia contrario a los
derechos humanos.
Una ley de quórum calificado determinará las conductas terroristas y su penalidad. Los
responsables de estos delitos quedarán inhabilitados por el plazo de quince años para
ejercer funciones o cargos públicos, sean o no de elección popular, o de rector o director de
establecimiento de educación, o para ejercer en ellos funciones de enseñanza; para explotar
un medio de comunicación social o ser director o administrador del mismo, o para
desempeñar en él funciones relacionadas con la emisión o difusión de opiniones o
informaciones; ni podrán ser dirigentes de organizaciones políticas o relacionadas con la
educación o de carácter vecinal, profesional, empresarial, sindical, estudiantil o gremial en
general, durante dicho plazo. Lo anterior se entiende sin perjuicio de otras inhabilidades o
de las que por mayor tiempo establezca la ley.
Los delitos a que se refiere el inciso anterior serán considerados siempre comunes y no
políticos para todos los efectos legales y no procederá respecto de ellos el indulto
particular, salvo para conmutar la pena de muerte por la de presidio perpetuo.
109
CAPITULO II
NACIONALIDAD Y CIUDADANIA
Artículo 10. Son chilenos:
1º. Los nacidos en el territorio de Chile, con excepción de los hijos de extranjeros que se
encuentren en Chile en servicio de su Gobierno, y de los hijos de extranjeros transeúntes,
todos los que, sin embargo, podrán optar por la nacionalidad chilena;
2º. Los hijos de padre o madre chilenos nacidos en territorio extranjero, hallándose
cualquiera de éstos en actual servicio de la República, quienes se considerarán para todos
los efectos como nacidos en el territorio chileno;
3º. Los hijos de padre o madre chilenos, nacidos en territorio extranjero, por el solo hecho
de avecindarse por más de un año en Chile;
4º. Los extranjeros que obtuvieren carta de nacionalización en conformidad a la ley,
renunciando expresamente a su nacionalidad anterior. No se exigirá esta renuncia a los
nacidos en país extranjero que, en virtud de un tratado internacional, conceda este mismo
beneficio a los chilenos.
Los nacionalizados en conformidad a este número tendrán opción a cargos públicos de
elección popular sólo después de cinco años de estar en posesión de sus cartas de
nacionalización; y
110
5º. Los que obtuvieren especial gracia de nacionalización por ley.
La ley reglamentará los procedimientos de opción por la nacionalidad chilena; de
otorgamiento, negativa y cancelación de las cartas de nacionalización, y la formación de un
registro de todos estos actos.
Artículo 11. La nacionalidad chilena se pierde:
1.º Por nacionalización en país extranjero, salvo en el caso de aquellos chilenos
comprendidos en los números 1.º, 2.º y 3.º del artículo anterior que hubieren obtenido otra
nacionalidad sin renunciar a su nacionalidad chilena y de acuerdo con lo establecido en el
No. 4º del mismo artículo.
La causal de pérdida de la nacionalidad chilena señalada precedentemente no regirá
respecto de los chilenos que, en virtud de disposiciones constitucionales, legales o
administrativas del Estado en cuyo territorio residan, adopten la nacionalidad extranjera
como condición de su permanencia en él o de igualdad jurídica en el ejercicio de los
derechos civiles con los nacionales del respectivo país;
2.º Por decreto supremo, en caso de prestación de servicios durante una guerra exterior a
enemigos de Chile o de sus aliados;
3.º Por sentencia judicial condenatoria por delitos contra la dignidad de la patria o los
intereses esenciales y permanentes del Estado, así considerados por ley aprobada con
quórum calificado. En estos procesos, los hechos se apreciarán siempre en conciencia;
111
4.º Por cancelación de la carta de nacionalización, y
5.º Por ley que revoque la nacionalización concedida por gracia.
Los que hubieren perdido la nacionalidad chilena por cualquiera de las causales
establecidas en este artículo, sólo podrán ser rehabilitados por ley.
Artículo 12. La persona afectada por acto o resolución de autoridad administrativa que la
prive de su nacionalidad chilena o se la desconozca, podrá recurrir, por sí o por cualquiera a
su nombre, dentro del plazo de treinta días, ante la Corte Suprema, la que conocerá como
jurado y en tribunal pleno. La interposición del recurso suspenderá los efectos del acto o
resolución recurridos.
Artículo 13. Son ciudadanos los chilenos que hayan cumplido dieciocho años de edad y
que no hayan sido condenados a pena aflictiva.
La calidad de ciudadano otorga los derechos de sufragio, de optar a cargos de elección
popular y los demás que la Constitución o la ley confieran.
Artículo 14. Los extranjeros avecindados en Chile por más de cinco años, y que cumplan
con los requisitos señalados en el inciso primero del artículo 13, podrán ejercer el derecho
de sufragio en los casos y formas que determine la ley.
Artículo 15. En las votaciones populares, el sufragio será personal, igualitario y secreto.
Para los ciudadanos será, además, obligatorio.
112
Sólo podrá convocarse a votación popular para las elecciones y plebiscitos expresamente
previstos en esta Constitución.
Artículo 16. El derecho de sufragio se suspende:
1º. Por interdicción en caso de demencia;
2º. Por hallarse la persona procesada por delito que merezca pena aflictiva o por delito que
la ley califique como conducta terrorista, y
3º. Por haber sido sancionado por el Tribunal Constitucional en conformidad al inciso
séptimo del número 15º del artículo 19 de esta Constitución. Los que por esta causa se
hallaren privados del ejercicio del derecho de sufragio lo recuperarán al término de cinco
años, contado desde la declaración del Tribunal. Esta suspensión no producirá otro efecto
legal, sin perjuicio de lo dispuesto en el inciso séptimo del número 15º del artículo 19.
Artículo 17. La calidad de ciudadano se pierde:
1º. Por pérdida de la nacionalidad chilena;
2º. Por condena a pena aflictiva, y
3º. Por condena por delitos que la ley califique como conducta terrorista.
Los que hubieren perdido la ciudadanía por la causal señalada en el número 2º podrán
solicitar su rehabilitación al Senado, una vez extinguida su responsabilidad penal. Los que
113
hubieren perdido la ciudadanía por la causal prevista en el número 3º sólo podrán ser
rehabilitados en virtud de una ley de quórum calificado, una vez cumplida la condena.
Artículo 18. Habrá un sistema electoral público. Una ley orgánica constitucional
determinará su organización y funcionamiento, regulará la forma en que se realizarán los
procesos electorales y plebiscitarios, en todo lo no previsto por esta Constitución y,
garantizará siempre la plena igualdad entre los independientes y los miembros de partidos
políticos tanto en la presentación de candidaturas como en su participación en los señalados
procesos.
El resguardo del orden público durante los actos electorales y plebiscitarios corresponderá a
las Fuerzas Armadas y Carabineros del modo que indique la ley.
CAPITULO III
DE LOS DERECHOS Y DEBERES CONSTITUCIONALES
Artículo 19. La Constitución asegura a todas las personas:
1°. El derecho a la vida y a la integridad física y psíquica de la persona.
La ley protege la vida del que está por nacer.
114
La pena de muerte sólo podrá establecerse por delito contemplado en ley aprobada con
quórum calificado.
Se prohíbe la aplicación de todo apremio ilegítimo;
2°. La igualdad ante la ley. En Chile no hay persona ni grupos privilegiados. En Chile no
hay esclavos y el que pise su territorio queda libre. Hombres y mujeres son iguales ante la
ley.
Ni la ley ni autoridad alguna podrán establecer diferencias arbitrarias;
3°. La igual protección de la ley en el ejercicio de sus derechos.
Toda persona tiene derecho a defensa jurídica en la forma que la ley señale y ninguna
autoridad o individuo podrá impedir, restringir o perturbar la debida intervención del
letrado, si hubiere sido requerida. Tratándose de los integrantes de las Fuerzas Armadas y
de Orden y Seguridad Pública, este derecho se regirá en lo concerniente a lo administrativo
y disciplinario, por las normas pertinentes de sus respectivos estatutos.
La ley arbitrará los medios para otorgar asesoramiento y defensa jurídica a quienes no
puedan procurárselos por sí mismos.
Nadie puede ser juzgado por comisiones especiales, sino por el tribunal que le señale la ley
y que se halle establecido con anterioridad por ésta.
115
Toda sentencia de un órgano que ejerza jurisdicción debe fundarse en un proceso previo
legalmente tramitado. Corresponderá al legislador establecer siempre las garantías de un
procedimiento y una investigación racionales y justos.
La ley no podrá presumir de derecho la responsabilidad penal.
Ningún delito se castigará con otra pena que la que señale una ley promulgada con
anterioridad a su perpetración, a menos que una nueva ley favorezca al afectado.
Ninguna ley podrá establecer penas sin que la conducta que se sanciona esté expresamente
descrita en ella;
4°. El respeto y protección a la vida privada y pública y a la honra de la persona y de su
familia.
La infracción de este precepto, cometida a través de un medio de comunicación social, y
que consistiere en la imputación de un hecho o acto falso, o que cause injustificadamente
daño o descrédito a una persona o a su familia, será constitutiva de delito y tendrá la
sanción que determine la ley. Con todo, el medio de comunicación social podrá
excepcionarse probando ante el tribunal correspondiente la verdad de la imputación, a
menos que ella constituya por sí misma el delito de injuria a particulares. Además, los
propietarios, editores, directores y administradores del medio de comunicación social
respectivo serán solidariamente responsables de las indemnizaciones que procedan;
116
5°. La inviolabilidad del hogar y de toda forma de comunicación privada. El hogar sólo
puede allanarse y las comunicaciones y documentos privados interceptarse, abrirse o
registrarse en los casos y formas determinados por la ley.
6°. La libertad de conciencia, la manifestación de todas las creencias y el ejercicio libre de
todos los cultos que no se opongan a la moral, a las buenas costumbres o al orden público.
Las confesiones religiosas podrán erigir y conservar templos y sus dependencias bajo las
condiciones de seguridad e higiene fijadas por las leyes y ordenanzas.
Las iglesias, las confesiones e instituciones religiosas de cualquier culto tendrán los
derechos que otorgan y reconocen, con respecto a los bienes, las leyes actualmente en
vigor. Los templos y sus dependencias, destinados exclusivamente al servicio de un culto,
estarán exentos de toda clase de contribuciones;
7°. El derecho a la libertad personal y a la seguridad individual.
En consecuencia:
a) Toda persona tiene derecho de residir y permanecer en cualquier lugar de la República,
trasladarse de uno a otro y entrar y salir de su territorio, a condición de que se guarden las
normas establecidas en la ley y salvo siempre el perjuicio de terceros;
b) Nadie puede ser privado de su libertad personal ni ésta restringida sino en los casos y en
la forma determinados por la Constitución y las leyes;
117
c) Nadie puede ser arrestado o detenido sino por orden de funcionario público
expresamente facultado por la ley y después de que dicha orden le sea intimada en forma
legal. Sin embargo, podrá ser detenido el que fuere sorprendido en delito flagrante, con el
solo objeto de ser puesto a disposición del juez competente dentro de las veinticuatro horas
siguientes.
Si la autoridad hiciere arrestar o detener a alguna persona, deberá, dentro de las cuarenta y
ocho horas siguientes, dar aviso al juez competente, poniendo a su disposición al afectado.
El juez podrá, por resolución fundada, ampliar este plazo hasta por cinco días, y hasta por
diez días, en el caso que se investigaren hechos calificados por la ley como conductas
terroristas;
d) Nadie puede ser arrestado o detenido, sujeto a prisión preventiva o preso, sino en su casa
o en lugares públicos destinados a este objeto.
Los encargados de las prisiones no pueden recibir en ellas a nadie en calidad de arrestado o
detenido, procesado o preso, sin dejar constancia de la orden correspondiente, emanada de
autoridad que tenga facultad legal, en un registro que será público.
Ninguna incomunicación puede impedir que el funcionario encargado de la casa de
detención visite al arrestado o detenido, procesado o preso, que se encuentre en ella. Este
funcionario está obligado, siempre que el arrestado o detenido lo requiera, a transmitir al
juez competente la copia de la orden de detención, o a reclamar para que se le de dicha
118
copia, o a dar él mismo un certificado de hallarse detenido aquel individuo, si al tiempo de
su detención se hubiere omitido este requisito;
e) La libertad provisional procederá a menos que la detención o la prisión preventiva sea
considerada por el juez como necesaria para las investigaciones del sumario o para la
seguridad del ofendido o de la sociedad. La ley establecerá los requisitos y modalidades
para obtenerla.
La resolución que otorgue la libertad provisional a los procesados por los delitos a que se
refiere el artículo 9º, deberá siempre elevarse en consulta. Esta y la apelación de la
resolución que se pronuncie sobre la excarcelación serán conocidas por el Tribunal superior
que corresponda integrado exclusivamente por miembros titulares. La resolución que
apruebe u otorgue la libertad requerirá ser acordada por unanimidad. Mientras dure la
libertad provisional el reo quedará siempre sometido a las medidas de vigilancia de la
autoridad que la ley contemple.
f) En las causas criminales no se podrá obligar al inculpado a que declare bajo juramento
sobre hecho propio; tampoco podrán ser obligados a declarar en contra de éste sus
ascendientes, descendientes, cónyuge y demás personas que, según los casos y
circunstancias, señale la ley;
g) No podrá imponerse la pena de confiscación de bienes, sin perjuicio del comiso en los
casos establecidos por las leyes; pero dicha pena será procedente respecto de las
asociaciones ilícitas;
119
h) No podrá aplicarse como sanción la pérdida de los derechos previsionales, e
i) Una vez dictado sobreseimiento definitivo o sentencia absolutoria, el que hubiere sido
sometido a proceso o condenado en cualquier instancia por resolución que la Corte
Suprema declare injustificadamente errónea o arbitraria, tendrá derecho a ser indemnizado
por el Estado de los perjuicios patrimoniales y morales que haya sufrido. La indemnización
será determinada judicialmente en procedimiento breve y sumario y en él la prueba se
apreciará en conciencia;
8°. El derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación. Es deber del Estado
velar para que este derecho no sea afectado y tutelar la preservación de la naturaleza.
La ley podrá establecer restricciones específicas al ejercicio de determinados derechos o
libertades para proteger el medio ambiente;
9°. El derecho a la protección de la salud.
El Estado protege el libre e igualitario acceso a las acciones de promoción, protección y
recuperación de la salud y de rehabilitación del individuo.
Le corresponderá, asimismo, la coordinación y control de las acciones relacionadas con la
salud.
120
Es deber preferente del Estado garantizar la ejecución de las acciones de salud, sea que se
presten a través de instituciones públicas o privadas, en la forma y condiciones que
determine la ley, la que podrá establecer cotizaciones obligatorias.
Cada persona tendrá el derecho a elegir el sistema de salud al que desee acogerse, sea éste
estatal o privado;
10°. El derecho a la educación.
La educación tiene por objeto el pleno desarrollo de la persona en las distintas etapas de su
vida.
Los padres tienen el derecho preferente y el deber de educar a sus hijos. Corresponderá al
Estado otorgar especial protección al ejercicio de este derecho.
La educación básica es obligatoria, debiendo el Estado financiar un sistema gratuito con tal
objeto, destinado a asegurar el acceso a ella de toda la población.
Corresponderá al Estado, asimismo, fomentar el desarrollo de la educación en todos sus
niveles; estimular la investigación científica y tecnológica, la creación artística y la
protección e incremento del patrimonio cultural de la Nación.
Es deber de la comunidad contribuir al desarrollo y perfeccionamiento de la educación;
11°. La libertad de enseñanza incluye el derecho de abrir, organizar y mantener
establecimientos educacionales.
121
La libertad de enseñanza no tiene otras limitaciones que las impuestas por la moral, las
buenas costumbres, el orden público y la seguridad nacional.
La enseñanza reconocida oficialmente no podrá orientarse a propagar tendencia político
partidista alguna.
Los padres tienen el derecho de escoger el establecimiento de enseñanza para sus hijos.
Una ley orgánica constitucional establecerá los requisitos mínimos que deberán exigirse en
cada uno de los niveles de la enseñanza básica y media y señalará las normas objetivas, de
general aplicación, que permitan al Estado velar por su cumplimiento. Dicha ley, del mismo
modo, establecer los requisitos para el reconocimiento oficial de los establecimientos
educacionales de todo nivel;
12°. La libertad de emitir opinión y la de informar, sin censura previa, en cualquier forma y
por cualquier medio, sin perjuicio de responder de los delitos y abusos que se cometan en el
ejercicio de estas libertades, en conformidad a la ley, la que deber ser de quórum calificado.
La ley en ningún caso podrá establecer monopolio estatal sobre los medios de
comunicación social.
Toda persona natural o jurídica ofendida o injustamente aludida por algún medio de
comunicación social, tiene derecho a que su declaración o rectificación sea gratuitamente
difundida, en las condiciones que la ley determine, por el medio de comunicación social en
que esa información hubiera sido emitida.
122
Toda persona natural o jurídica tiene el derecho de fundar, editar y mantener diarios,
revistas y periódicos, en las condiciones que señale la ley. El Estado, aquellas universidades
y demás personas o entidades que la ley determine, podrán establecer, operar y mantener
estaciones de televisión.
Habrá un Consejo Nacional de Televisión, autónomo y con personalidad jurídica,
encargado de velar por el correcto funcionamiento de este medio de comunicación. Una ley
de quórum calificado señalar la organización y demás funciones y atribuciones del referido
Consejo.
La ley regulará un sistema de calificación para la exhibición de la producción
cinematográfica.
13°. El derecho a reunirse pacíficamente sin permiso previo y sin armas.
Las reuniones en las plazas, calles y demás lugares de uso público se regirán por las
disposiciones generales de policía;
14°. El derecho de presentar peticiones a la autoridad, sobre cualquier asunto de interés
público o privado, sin otra limitación que la de proceder en términos respetuosos y
convenientes;
15°. El derecho de asociarse sin permiso previo.
Para gozar de personalidad jurídica, las asociaciones deberán constituirse en conformidad a
la ley.
Nadie puede ser obligado a pertenecer a una asociación.
123
Prohíbense las asociaciones contrarias a la moral, al orden público y a la seguridad del
Estado.
Los partidos políticos no podrán intervenir en actividades ajenas a las que les son propias ni
tener privilegio alguno o monopolio de la participación ciudadana; la nómina de sus
militantes se registrará en el Servicio Electoral del Estado, el que guardará reserva de la
misma, la cual será accesible a los militantes del respectivo partido; su contabilidad deberá
ser pública; las fuentes de su financiamiento no podrán provenir de dineros, bienes,
donaciones, aportes ni créditos de origen extranjero; sus estatutos deberán contemplar las
normas que aseguren una efectiva democracia interna. Una ley orgánica constitucional
regulará las demás materias que les conciernan y las sanciones que se aplicarán por el
incumplimiento de sus preceptos, dentro de las cuales podrá considerar su disolución. Las
asociaciones, movimientos, organizaciones o grupos de personas que persigan o realicen
actividades propias de los partidos políticos sin ajustarse a las normas anteriores son ilícitos
y serán sancionados de acuerdo a la referida ley orgánica constitucional;
La Constitución Política garantiza el pluralismo político. Son inconstitucionales los
partidos, movimientos u otras formas de organización cuyos objetivos, actos o conductas no
respeten los principios básicos del régimen democrático y constitucional, procuren el
establecimiento de un sistema totalitario, como asimismo aquellos que hagan uso de la
violencia, la propugnen o inciten a ella como método de acción política. Corresponderá al
Tribunal Constitucional declarar esta inconstitucionalidad.
Sin perjuicio de las demás sanciones establecidas en la Constitución o en la Ley, las
personas que hubieren tenido participación en los hechos que motiven la declaración de
124
inconstitucionalidad a que se refiere el inciso precedente, no podrán participar en la
formación de otros partidos políticos, movimientos u otras formas de organización política,
ni optar a cargos públicos de elección popular ni desempeñar los cargos que se mencionan
en los números 1) a 6) del artículo 54, por el término de cinco años, contado desde la
resolución del Tribunal. Si a esa fecha las personas referidas estuvieren en posesión de las
funciones o cargos indicados, los perderán de pleno derecho.
Las personas sancionadas en virtud de este precepto no podrán ser objeto de rehabilitación
durante el plazo señalado en el inciso anterior. La duración de las inhabilidades
contempladas en dicho inciso se elevará al doble en caso de reincidencia;
16°. La libertad de trabajo y su protección.
Toda persona tiene derecho a la libre contratación y a la libre elección del trabajo con una
justa retribución.
Se prohíbe cualquiera discriminación que no se base en la capacidad o idoneidad personal,
sin perjuicio de que la ley pueda exigir la nacionalidad chilena o límites de edad para
determinados casos.
Ninguna clase de trabajo puede ser prohibida, salvo que se oponga a la moral, a la
seguridad o a la salubridad públicas, o que lo exija el interés nacional y una ley lo declare
así. Ninguna ley o disposición de autoridad pública podrá exigir la afiliación a organización
o entidad alguna como requisito para desarrollar una determinada actividad o trabajo, ni la
desafiliación para mantenerse en éstos. La ley determinará las profesiones que requieren
grado o título universitario y las condiciones que deben cumplirse para ejercerlas.
125
La negociación colectiva con la empresa en que laboren es un derecho de los trabajadores,
salvo los casos en que la ley expresamente no permita negociar. La ley establecerá las
modalidades de la negociación colectiva y los procedimientos adecuados para lograr en ella
una solución justa y pacífica. La ley señalará los casos en que la negociación colectiva deba
someterse a arbitraje obligatorio, el que corresponderá a tribunales especiales de expertos
cuya organización y atribuciones se establecerán en ella.
No podrán declararse en huelga los funcionarios del Estado ni de las municipalidades.
Tampoco podrán hacerlo las personas que trabajen en corporaciones o empresas, cualquiera
que sea su naturaleza, finalidad o función, que atiendan servicios de utilidad pública o cuya
paralización cause grave daño a la salud, a la economía del país, al abastecimiento de la
población o a la seguridad nacional. La ley establecerá los procedimientos para determinar
las corporaciones o empresas cuyos trabajadores estarán sometidos a la prohibición que
establece este inciso;
17°. La admisión a todas las funciones y empleos públicos, sin otros requisitos que los que
impongan la Constitución y las leyes;
18°. El derecho a la seguridad social.
Las leyes que regulen el ejercicio de este derecho serán de quórum calificado.
La acción del Estado estará dirigida a garantizar el acceso de todos los habitantes al goce de
prestaciones básicas uniformes, sea que se otorguen a través de instituciones públicas o
privadas. La ley podrá establecer cotizaciones obligatorias.
El Estado supervigilará el adecuado ejercicio del derecho a la seguridad social;
126
19°. El derecho de sindicarse en los casos y forma que señale la ley. La afiliación sindical
será siempre voluntaria.
Las organizaciones sindicales gozarán de personalidad jurídica por el solo hecho de
registrar sus estatutos y actas constitutivas en la forma y condiciones que determine la ley.
La ley contemplará los mecanismos que aseguren la autonomía de estas organizaciones.
Las organizaciones sindicales no podrán intervenir en actividades político partidistas;
20°. La igual repartición de los tributos en proporción a las rentas o en la progresión o
forma que fije la ley, y la igual repartición de las demás cargas públicas.
En ningún caso la ley podrá establecer tributos manifiestamente desproporcionados o
injustos.
Los tributos que se recauden, cualquiera que sea su naturaleza, ingresarán al patrimonio de
la Nación y no podrán estar afectos a un destino determinado.
Sin embargo, la ley podrá autorizar que determinados tributos puedan estar afectados a
fines propios de la defensa nacional. Asimismo, podrá autorizar que los que gravan
actividades o bienes que tengan una clara identificación regional o local puedan ser
aplicados, dentro de los marcos que la misma ley señale, por las autoridades regionales o
comunales para el financiamiento de obras de desarrollo.
21°. El derecho a desarrollar cualquiera actividad económica que no sea contraria a la
moral, al orden público o a la seguridad nacional, respetando las normas legales que la
regulen.
El Estado y sus organismos podrán desarrollar actividades empresariales o participar en
ellas sólo si una ley de quórum calificado los autoriza. En tal caso, esas actividades estarán
127
sometidas a la legislación común aplicable a los particulares, sin perjuicio de las
excepciones que por motivos justificados establezca la ley, la que deberá ser, asimismo, de
quórum calificado;
22°. La no discriminación arbitraria en el trato que deben dar el Estado y sus organismos en
materia económica.
Sólo en virtud de una ley, y siempre que no signifique tal discriminación, se podrán
autorizar determinados beneficios directos o indirectos en favor de algún sector, actividad o
zona geográfica, o establecer gravámenes especiales que afecten a uno u otras. En el caso
de las franquicias o beneficios indirectos, la estimación del costo de éstos deberá incluirse
anualmente en la Ley de Presupuestos;
23°. La libertad para adquirir el dominio de toda clase de bienes, excepto aquellos que la
naturaleza ha hecho comunes a todos los hombres o que deban pertenecer a la Nación toda
y la ley lo declare así. Lo anterior es sin perjuicio de lo prescrito en otros preceptos de esta
Constitución.
Una ley de quórum calificado y cuando así lo exija el interés nacional puede establecer
limitaciones o requisitos para la adquisición del dominio de algunos bienes;
24°. El derecho de propiedad en sus diversas especies sobre toda clase de bienes corporales
o incorporales.
Sólo la ley puede establecer el modo de adquirir la propiedad, de usar, gozar y disponer de
ella y las limitaciones y obligaciones que deriven de su función social. Esta comprende
cuanto exijan los intereses generales de la Nación, la seguridad nacional, la utilidad y la
salubridad públicas y la conservación del patrimonio ambiental.
128
Nadie puede, en caso alguno, ser privado de su propiedad, del bien sobre que recae o de
algunos de los atributos o facultades esenciales del dominio, sino en virtud de ley general o
especial que autorice la expropiación por causa de utilidad pública o de interés nacional,
calificada por el legislador. El expropiado podrá reclamar de la legalidad del acto
expropiatorio ante los tribunales ordinarios y tendrá siempre derecho a indemnización por
el daño patrimonial efectivamente causado, la que se fijará de común acuerdo o en
sentencia dictada conforme a derecho por dichos tribunales.
A falta de acuerdo, la indemnización deberá ser pagada en dinero efectivo al contado.
La toma de posesión material del bien expropiado tendrá lugar previo pago del total de la
indemnización, la que, a falta de acuerdo, será determinada provisionalmente por peritos en
la forma que señale la ley. En caso de reclamo acerca de la procedencia de la expropiación,
el juez podrá, con el mérito de los antecedentes que se invoquen, decretar la suspensión de
la toma de posesión.
El Estado tiene el dominio absoluto, exclusivo, inalienable e imprescriptible de todas las
minas, comprendiéndose en éstas las covaderas, las arenas metalíferas, los salares, los
depósitos de carbón e hidrocarburos y las demás sustancias fósiles, con excepción de las
arcillas superficiales, no obstante la propiedad de las personas naturales o jurídicas sobre
los terrenos en cuyas entrañas estuvieren situadas. Los predios superficiales estarán sujetos
a las obligaciones y limitaciones que la ley señale para facilitar la exploración, la
explotación y el beneficio de dichas minas.
Corresponde a la ley determinar qué sustancias de aquellas a que se refiere el inciso
precedente, exceptuados los hidrocarburos líquidos o gaseosos, pueden ser objeto de
129
concesiones de exploración o de explotación. Dichas concesiones se constituirán siempre
por resolución judicial y tendrán la duración, conferirán los derechos e impondrán las
obligaciones que la ley exprese, la que tendrá el carácter de orgánica constitucional. La
concesión minera obliga al dueño a desarrollar la actividad necesaria para satisfacer el
interés público que justifica su otorgamiento. Su régimen de amparo será establecido por
dicha ley, tenderá directa o indirectamente a obtener el cumplimiento de esa obligación y
contemplará causales de caducidad para el caso de incumplimiento o de simple extinción
del dominio sobre la concesión. En todo caso, dichas causales y sus efectos deben estar
establecidos al momento de otorgarse la concesión.
Será de competencia exclusiva de los tribunales ordinarios de justicia declarar la extinción
de tales concesiones. Las controversias que se produzcan respecto de la caducidad o
extinción del dominio sobre la concesión serán resueltas por ellos; y en caso de caducidad,
el afectado podrá requerir de la justicia la declaración de subsistencia de su derecho.
El dominio del titular sobre su concesión minera está protegido por la garantía
constitucional de que trata este número.
La exploración, la explotación o el beneficio de los yacimientos que contengan sustancias
no susceptibles de concesión, podrán ejecutarse directamente por el Estado o por sus
empresas, o por medio de concesiones administrativas o de contratos especiales de
operación, con los requisitos y bajo las condiciones que el Presidente de la República fije,
para cada caso, por decreto supremo. Esta norma se aplicará también a los yacimientos de
cualquier especie existentes en las aguas marítimas sometidas a la jurisdicción nacional y a
los situados, en todo o en parte, en zonas que, conforme a la ley, se determinen como de
130
importancia para la seguridad nacional. El Presidente de la República podrá poner término,
en cualquier tiempo, sin expresión de causa y con la indemnización que corresponda, a las
concesiones administrativas o a los contratos de operación relativos a explotaciones
ubicadas en zonas declaradas de importancia para la seguridad nacional.
Los derechos de los particulares sobre las aguas, reconocidos o constituidos en
conformidad a la ley, otorgarán a sus titulares la propiedad sobre ellos;
25°. El derecho de autor comprende la propiedad de las obras y otros derechos, como la
paternidad, la edición y la integridad de la obra, todo ello en conformidad a la ley.
Se garantiza, también, la propiedad industrial sobre las patentes de invención, marcas
comerciales, modelos, procesos tecnológicos u otras creaciones análogas, por el tiempo que
establezca la ley.
Será aplicable a la propiedad de las creaciones intelectuales y artísticas y a la propiedad
industrial lo prescrito en los incisos segundo, tercero, cuarto y quinto del número anterior, y
26°. La seguridad de que los preceptos legales que por mandato de la Constitución regulen
o complementen las garantías que ésta establece o que las limiten en los casos en que ella lo
autoriza, no podrán afectar los derechos en su esencia, ni imponer condiciones, tributos o
requisitos que impidan su libre ejercicio.
Artículo 20. El que por causa de actos u omisiones arbitrarios o ilegales, sufra privación,
perturbación o amenaza en el legítimo ejercicio de los derechos y garantías establecidos en
el artículo 19, números 1.º, 2.º, 3.º inciso cuarto, 4.º, 5.º, 6.º, 9.º inciso final, 11.º, 12.º, 13.º,
15.º, 16.º en lo relativo a la libertad de trabajo y al derecho a su libre elección y libre
131
contratación, y a lo establecido en el inciso cuarto, 19.º, 21.º, 22.º, 23.º, 24.º y 25.º podrá
ocurrir por sí o por cualquiera a su nombre, a la Corte de Apelaciones respectiva, la que
adoptará de inmediato las providencias que juzgue necesarias para restablecer el imperio
del derecho y asegurar la debida protección del afectado, sin perjuicio de los demás
derechos que pueda hacer valer ante la autoridad o los tribunales correspondientes.
Procederá también, el recurso de protección en el caso del No. 8. del artículo 19, cuando el
derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación sea afectado por un acto
arbitrario e ilegal imputable a una autoridad o persona determinada.
Artículo 21. Todo individuo que se hallare arrestado, detenido o preso con infracción de lo
dispuesto en la Constitución o en las leyes, podrá ocurrir por sí, o por cualquiera a su
nombre, a la magistratura que señale la ley, a fin de que ésta ordene se guarden las
formalidades legales y adopte de inmediato las providencias que juzgue necesarias para
restablecer el imperio del derecho y asegurar la debida protección del afectado.
Esa magistratura podrá ordenar que el individuo sea traído a su presencia y su decreto será
precisamente obedecido por todos los encargados de las cárceles o lugares de detención.
Instruida de los antecedentes, decretará su libertad inmediata o hará que se reparen los
defectos legales o pondrá al individuo a disposición del juez competente, procediendo en
todo breve y sumariamente, y corrigiendo por sí esos defectos o dando cuenta a quien
corresponda para que los corrija.
El mismo recurso, y en igual forma, podrá ser deducido en favor de toda persona que
ilegalmente sufra cualquiera otra privación, perturbación o amenaza en su derecho a la
132
libertad personal y seguridad individual. La respectiva magistratura dictará en tal caso las
medidas indicadas en los incisos anteriores que estime conducentes para restablecer el
imperio del derecho y asegurar la debida protección del afectado.
Artículo 22. Todo habitante de la República debe respeto a Chile y a sus emblemas
nacionales.
Los chilenos tienen el deber fundamental de honrar a la patria, de defender su soberanía y
de contribuir a preservar la seguridad nacional y los valores esenciales de la tradición
chilena.
El servicio militar y demás cargas personales que imponga la ley son obligatorios en los
términos y formas que ésta determine.
Los chilenos en estado de cargar armas deberán hallarse inscritos en los Registros Militares,
si no están legalmente exceptuados.
Artículo 23. Los grupos intermedios de la comunidad y sus dirigentes que hagan mal uso
de la autonomía que la Constitución les reconoce, interviniendo indebidamente en
actividades ajenas a sus fines específicos, serán sancionados en conformidad a la ley. Son
incompatibles los cargos directivos superiores de las organizaciones gremiales con los
cargos directivos superiores, nacionales y regionales, de los partidos políticos.
La ley establecerá las sanciones que corresponda aplicar a los dirigentes gremiales que
intervengan en actividades político partidistas y a los dirigentes de los partidos políticos
133
que interfieran en el funcionamiento de las organizaciones gremiales y demás grupos
intermedios que la propia ley señale.
CAPITULO IV
GOBIERNO
Presidente de la República
Artículo 24. El Gobierno y la administración del Estado corresponden al Presidente de la
República, quien es el Jefe del Estado.
Su autoridad se extiende a todo cuanto tiene por objeto la conservación del orden público
en el interior y la seguridad externa de la República, de acuerdo con la Constitución y las
leyes.
El Presidente de la República, a lo menos una vez al año, dará cuenta al país del estado
administrativo y político de la nación.
Artículo 25. Para ser elegido Presidente de la República se requiere haber nacido en el
territorio de Chile, tener cumplidos cuarenta años de edad y poseer las demás calidades
necesarias para ser ciudadano con derecho a sufragio.
El Presidente de la República durará en el ejercicio de sus funciones por el término de seis
años y no podrá ser reelegido para el período siguiente.
El Presidente de la República no podrá salir del territorio nacional por más de treinta días ni
en los últimos noventa días de su período, sin acuerdo del Senado.
134
En todo caso, el Presidente de la República comunicará con la debida anticipación al
Senado su decisión de ausentarse del territorio y los motivos que la justifican.
Artículo 26. El Presidente será elegido en votación directa y por mayoría absoluta de los
sufragios válidamente emitidos. La elección se realizará, en la forma que determine la ley,
noventa días antes de aquel en que deba cesar en el cargo el que esté en funciones.
Si a la elección de Presidente se presentaren más de dos candidatos y ninguno de ellos
obtuviere más de la mitad de los sufragios válidamente emitidos, se procederá a una nueva
elección que se verificará, en la forma que determine la ley, quince días después de que el
Tribunal Calificador, dentro del plazo señalado en el artículo siguiente, haga la
correspondiente declaración. Esta elección se circunscribirá a los dos candidatos que
hubieren obtenido las más altas mayorías relativas.
Para los efectos de lo dispuesto en los dos incisos precedentes, los votos en blanco y los
nulos se considerarán como no emitidos.
Artículo 27. El proceso de calificación de la elección presidencial deberá quedar concluido
dentro de los cuarenta días siguientes a la primera elección o de los veinticinco días
siguientes a la segunda.
El Tribunal Calificador de Elecciones comunicará de inmediato al Presidente del Senado la
proclamación de Presidente electo que haya efectuado.
135
El Congreso Pleno, reunido en sesión pública noventa días después de la primera o única
elección y con los miembros que asistan, tomará conocimiento de la resolución en virtud de
la cual el Tribunal Calificador proclama al Presidente electo.
En este mismo acto, el Presidente electo prestará ante el Presidente del Senado, juramento o
promesa de desempeñar fielmente el cargo de Presidente de la República, conservar la
independencia de la Nación, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes, y de
inmediato asumirá sus funciones.
Artículo 28. Si el Presidente electo se hallare impedido para tomar posesión del cargo,
asumirá, mientras tanto, con el título de Vicepresidente de la República, el Presidente del
Senado; a falta de éste, el Presidente de la Corte Suprema, y a falta de éste, el Presidente de
la Cámara de Diputados.
Con todo, si el impedimento del Presidente electo fuere absoluto o debiere durar
indefinidamente, el Vicepresidente, en los diez días siguientes al acuerdo del Senado
adoptado en conformidad al artículo 49, No. 7º, expedirá las órdenes convenientes para que
se proceda, dentro del plazo de sesenta días, a nueva elección en la forma prevista por la
Constitución y la Ley de Elecciones. El Presidente de la República así elegido asumirá sus
funciones en la oportunidad que señale esa ley, y durará en el ejercicio de ellas hasta el día
en que le habría correspondido cesar en el cargo al electo que no pudo asumir y cuyo
impedimento hubiere motivado la nueva elección.
136
Artículo 29. Si por impedimento temporal, sea por enfermedad, ausencia del territorio u
otro grave motivo, el Presidente de la República no pudiere ejercer su cargo, le subrogará,
con el título de Vicepresidente de la República, el Ministro titular a quien corresponda de
acuerdo con el orden de precedencia legal. A falta de éste, la subrogación corresponderá al
Ministro titular que siga en ese orden de precedencia y, a falta de todos ellos, le subrogarán
sucesivamente el Presidente del Senado, el Presidente de la Corte Suprema y el Presidente
de la Cámara de Diputados.
En caso de vacancia del cargo de Presidente de la República, se producirá la subrogación
como en las situaciones del inciso anterior, y se procederá a elegir sucesor en conformidad
a las reglas de los incisos siguientes.
Si la vacancia se produjere faltando menos de dos años para la próxima elección general de
parlamentarios, el Presidente será elegido por el Congreso Pleno por la mayoría absoluta de
los senadores y diputados en ejercicio y durará en el cargo hasta noventa días después de
esa elección general. Conjuntamente, se efectuará una nueva elección presidencial por el
período señalado en el inciso segundo del artículo 25. La elección por el Congreso será
hecha dentro de los diez días siguientes a la fecha de la vacancia y el elegido asumirá su
cargo dentro de los treinta días siguientes.
Si la vacancia se produjere faltando dos años o más para la próxima elección general de
parlamentarios, el Vicepresidente, dentro de los diez primeros días de su mandato,
convocará a los ciudadanos a elección presidencial para el nonagésimo día después de la
convocatoria. El Presidente que resulte elegido asumirá su cargo el décimo día después de
su proclamación y durará en él hasta noventa días después de la segunda elección general
137
de parlamentarios que se verifique durante su mandato, la que se hará en conjunto con la
nueva elección presidencial.
El Presidente elegido conforme a alguno de los incisos precedentes no podrá postular como
candidato a la elección presidencial siguiente.
Artículo 30. El Presidente cesará en su cargo el mismo día en que se complete su período y
le sucederá el recientemente elegido.
El que haya desempeñado este cargo por el período completo, asumirá, inmediatamente y
de pleno derecho, la dignidad oficial de Ex Presidente de la República.
En virtud de esta calidad, le serán aplicables las disposiciones de los incisos segundo,
tercero y cuarto del artículo 58 y el artículo 59.
Quien actualmente o en el futuro se desempeñe como senador vitalicio, podrá renunciar a
dicho cargo, en cuyo caso mantendrá la dignidad de Ex Presidente de la República.
No la alcanzará el ciudadano que llegue a ocupar el cargo de Presidente de la República
por vacancia del mismo ni quien haya sido declarado culpable en juicio político seguido en
su contra.
El Ex Presidente de la República que asuma alguna función remunerada con fondos
públicos, dejará, en tanto la desempeñe, de percibir la dieta, manteniendo, en todo caso, el
fuero. Se exceptúan los empleos docentes y las funciones o comisiones de igual carácter de
la enseñanza superior, media y especial
138
Artículo 31. El Presidente designado por el Congreso Pleno o, en su caso, el
Vicepresidente de la República tendrá todas las atribuciones que esta Constitución confiere
al Presidente de la República.
Artículo 32. Son atribuciones especiales del Presidente de la República:
1.º Concurrir a la formación de las leyes con arreglo a la Constitución, sancionarlas y
promulgarlas;
2.º Convocar al Congreso a legislatura extraordinaria y clausurarla;
3.º Dictar, previa delegación de facultades del Congreso, decretos con fuerza de ley sobre
las materias que señala la Constitución;
4.º Convocar a plebiscito en los casos del artículo 117;
5.º Derogado.
6.º Designar, en conformidad al artículo 45 de esta Constitución, a los integrantes del
Senado que se indican en dicho precepto;
7.º Declarar los estados de excepción constitucional en los casos y formas que se señalan en
esta Constitución;
8.º Ejercer la potestad reglamentaria en todas aquellas materias que no sean propias del
dominio legal, sin perjuicio de la facultad de dictar los demás reglamentos, decretos e
instrucciones que crea convenientes para la ejecución de las leyes;
9.º Nombrar y remover a su voluntad a los ministros de Estado, subsecretarios, intendentes
y gobernadores;
139
10.º Designar a los embajadores y ministros diplomáticos, y a los representantes ante
organismos internacionales. Tanto estos funcionarios como los señalados en el No. 9.º
precedente, serán de la confianza exclusiva del Presidente de la República y se mantendrán
en sus puestos mientras cuenten con ella;
11.º Nombrar al Contralor General de la República con acuerdo del Senado;
12.º Nombrar y remover a los funcionarios que la ley denomina como de su exclusiva
confianza y proveer los demás empleos civiles en conformidad a la ley. La remoción de los
demás funcionarios se hará de acuerdo a las disposiciones que ésta determine;
13.º Conceder jubilaciones, retiros, montepíos y pensiones de gracia, con arreglo a las
leyes;
14º. Nombrar a los magistrados y fiscales judiciales de las Cortes de Apelaciones y a los
jueces letrados, a proposición de la Corte Suprema y de las Cortes de Apelaciones,
respectivamente; al miembro del Tribunal Constitucional que le corresponde designar; y a
los magistrados y fiscales judiciales de la Corte Suprema y al Fiscal Nacional, a
proposición de dicha Corte y con acuerdo del Senado, todo ello conforme a lo prescrito en
esta Constitución;
15.º Velar por la conducta ministerial de los jueces y demás empleados del Poder Judicial y
requerir, con tal objeto, a la Corte Suprema para que, si procede, declare su mal
comportamiento, o al ministerio público, para que reclame medidas disciplinarias del
tribunal competente, o para que, si hubiere mérito bastante, entable la correspondiente
acusación;
140
16.º Otorgar indultos particulares en los casos y formas que determine la ley. El indulto será
improcedente en tanto no se haya dictado sentencia ejecutoriada en el respectivo proceso.
Los funcionarios acusados por la Cámara de Diputados y condenados por el Senado, sólo
pueden ser indultados por el Congreso;
17.º Conducir las relaciones políticas con las potencias extranjeras y organismos
internacionales, y llevar a cabo las negociaciones; concluir, firmar y ratificar los tratados
que estime convenientes para los intereses del país, los que deberán ser sometidos a la
aprobación del Congreso conforme a lo prescrito en el artículo 50 No. 1.º. Las discusiones
y deliberaciones sobre estos objetos serán secretas si el Presidente de la República así lo
exigiere;
18.º Designar y remover a los Comandantes en Jefe del Ejército, de la Armada, de la Fuerza
Aérea y al General Director de Carabineros en conformidad al artículo 93, y disponer los
nombramientos, ascensos y retiros de los Oficiales de las Fuerzas Armadas y de
Carabineros en la forma que señala el artículo 94;
19.º Disponer de las fuerzas de aire, mar y tierra, organizarlas y distribuirlas de acuerdo con
las necesidades de la seguridad nacional;
20.º Asumir, en caso de guerra, la jefatura suprema de las Fuerzas Armadas;
21.º Declarar la guerra, previa autorización por ley, debiendo dejar constancia de haber
oído al Consejo de Seguridad Nacional, y
22.º Cuidar de la recaudación de las rentas públicas y decretar su inversión con arreglo a la
ley. El Presidente de la República, con la firma de todos los Ministros de Estado, podrá
decretar pagos no autorizados por la ley, para atender necesidades impostergables derivadas
141
de calamidades públicas, de agresión exterior, de conmoción interna, de grave daño o
peligro para la seguridad nacional o del agotamiento de los recursos destinados a mantener
servicios que no puedan paralizarse sin serio perjuicio para el país. El total de los giros que
se hagan con estos objetos no podrá exceder anualmente del dos por ciento (2%) del monto
de los gastos que autorice la Ley de Presupuestos. Se podrá contratar empleados con cargo
a esta misma Ley, pero sin que el ítem respectivo pueda ser incrementado ni disminuido
mediante traspasos. Los Ministros de Estado o funcionarios que autoricen o den curso a
gastos que contravengan lo dispuesto en este número serán responsables solidaria y
personalmente de su reintegro, y culpables del delito de malversación de caudales públicos.
Ministros de Estado
Artículo 33. Los Ministros de Estado son los colaboradores directos e inmediatos del
Presidente de la República en el gobierno y administración del Estado.
La Ley determinará el número y organización de los Ministerios, como también el orden de
precedencia de los Ministros titulares.
El Presidente de la República podrá encomendar a uno o más Ministros la coordinación de
la labor que corresponde a los Secretarios de Estado y las relaciones del Gobierno con el
Congreso Nacional.
Artículo 34. Para ser nombrado Ministro se requiere ser chileno, tener cumplidos veintiún
años de edad y reunir los requisitos generales para el ingreso a la Administración Pública.
142
En los casos de ausencia, impedimento o renuncia de un Ministro, o cuando por otra causa
se produzca la vacancia del cargo, será reemplazado en la forma que establezca la ley.
Artículo 35. Los reglamentos y decretos del Presidente de la República deberán firmarse
por el Ministro respectivo y no serán obedecidos sin este esencial requisito.
Los decretos e instrucciones podrán expedirse con la sola firma del Ministro respectivo, por
orden del Presidente de la República, en conformidad a las normas que al efecto establezca
la ley.
Artículo 36. Los Ministros serán responsables individualmente de los actos que firmaren y
solidariamente de los que suscribieren o acordaren con los otros Ministros.
Artículo 37. Los Ministros podrán, cuando lo estimaren conveniente, asistir a las sesiones
de la Cámara de Diputados o del Senado, y tomar parte en sus debates, con preferencia para
hacer uso de la palabra, pero sin derecho a voto. Durante la votación podrán, sin embargo,
rectificar los conceptos emitidos por cualquier diputado o senador al fundamentar su voto.
Bases generales de la Administración del Estado
Artículo 38. Una ley orgánica constitucional determinará la organización básica de la
Administración Pública, garantizará la carrera funcionaria y los principios de carácter
143
técnico y profesional en que deba fundarse, y asegurará tanto la igualdad de oportunidades
de ingreso a ella como la capacitación y el perfeccionamiento de sus integrantes.
Cualquier persona que sea lesionada en sus derechos por la Administración del Estado, de
sus organismos o de las municipalidades, podrá reclamar ante los tribunales que determine
la ley, sin perjuicio de la responsabilidad que pudiere afectar al funcionario que hubiere
causado el daño.
Estados de excepción constitucional
Artículo 39. El ejercicio de los derechos y garantías que la Constitución asegura a todas las
personas sólo puede ser afectado en las siguientes situaciones de excepción: guerra externa
o interna, conmoción interior, emergencia y calamidad pública.
Artículo 40. 1.º En situación de guerra externa, el Presidente de la República, con acuerdo
del Consejo de Seguridad Nacional, podrá declarar todo o parte del territorio nacional en
estado de asamblea.
2.º En caso de guerra interna o conmoción interior, el Presidente de la República podrá, con
acuerdo del Congreso, declarar todo o parte del territorio nacional en estado de sitio.
El Congreso, dentro del plazo de diez días, contados desde la fecha en que el Presidente de
la República someta la declaración de estado de sitio a su consideración, deberá
pronunciarse aceptando o rechazando la proposición, sin que pueda introducir
144
modificaciones. Si el Congreso no se pronunciare dentro de dicho plazo, se entenderá que
aprueba la proposición.
Sin embargo, el Presidente de la República, previo acuerdo del Consejo de Seguridad
Nacional, podrá aplicar el estado de sitio de inmediato, mientras el Congreso se pronuncia
sobre la declaración.
Cada rama del Congreso deberá emitir su pronunciamiento, por la mayoría de los miembros
presentes, sobre la declaración de estado de sitio propuesta por el Presidente de la
República. Podrá el Congreso, en cualquier tiempo y por la mayoría absoluta de los
miembros en ejercicio de cada Cámara, dejar sin efecto el estado de sitio que hubiere
aprobado.
La declaración de estado de sitio sólo podrá hacerse hasta por un plazo máximo de noventa
días, pero el Presidente de la República podrá solicitar su prórroga, la que se tramitará en
conformidad a las normas precedentes.
3.º El Presidente de la República, con acuerdo del Consejo de Seguridad Nacional podrá
declarar todo o parte del territorio nacional en estado de emergencia, en casos graves de
alteración del orden público, daño o peligro para la seguridad nacional, sea por causa de
origen interno o externo.
Dicho estado no podrá exceder de noventa días, pudiendo declararse nuevamente si se
mantienen las circunstancias.
4.º En caso de calamidad pública, el Presidente de la República, con acuerdo del Consejo
de Seguridad Nacional, podrá declarar la zona afectada o cualquiera otra que lo requiera
como consecuencia de la calamidad producida, en estado de catástrofe.
145
5.° El Presidente de la República podrá decretar simultáneamente dos o más estados de
excepción si concurren las causales que permiten su declaración.
6.º El Presidente de la República podrá, en cualquier tiempo, poner término a dichos
estados.
Artículo 41. 1.º Por la declaración de estado de asamblea el Presidente de la República
queda facultado para suspender o restringir la libertad personal, el derecho de reunión, la
libertad de información y de opinión y la libertad de trabajo. Podrá también, restringir el
ejercicio del derecho de asociación y de sindicación, imponer censura a la correspondencia
y a las comunicaciones, disponer requisiciones de bienes y establecer limitaciones al
ejercicio del derecho de propiedad.
2.º Por la declaración de estado de sitio, el Presidente de la República podrá trasladar a las
personas de un punto a otro del territorio nacional, arrestarlas en sus propias casas o en
lugares que no sean cárceles ni en otros que estén destinados a la detención o prisión de
reos comunes. Podrá, además, suspender o restringir el ejercicio del derecho de reunión y
restringir el ejercicio de las libertades de locomoción, de información y de opinión.
La medida de traslado deberá cumplirse en localidades urbanas que reúnan las condiciones
que la ley determine.
3.º Los tribunales de justicia no podrán, en caso alguno, entrar a calificar los fundamentos
ni las circunstancias de hecho invocadas por la autoridad para adoptar las medidas en el
ejercicio de las facultades excepcionales que le confiere esta Constitución. La interposición
y tramitación de los recursos de amparo y de protección que conozcan los tribunales no
146
suspenderán los efectos de las medidas decretadas, sin perjuicio de lo que resuelvan en
definitiva respecto de tales recursos.
4.º Por la declaración de estado de emergencia, se podrá restringir el ejercicio de la libertad
de locomoción y del derecho de reunión.
5.º Por la declaración del estado de catástrofe el Presidente de la República podrá restringir
la circulación de las personas y el transporte de mercaderías, y las libertades de trabajo, de
información y de opinión, y de reunión. Podrá asimismo, disponer requisiciones de bienes y
establecer limitaciones al ejercicio del derecho de propiedad y adoptar todas las medidas
extraordinarias de carácter administrativo que estime necesarias.
6.º Declarado el estado de emergencia o de catástrofe, las zonas respectivas quedarán bajo
la dependencia inmediata del jefe de la Defensa Nacional que el Gobierno designe, quien
asumirá el mando con las atribuciones y deberes que la ley señale.
El Presidente de la República estará obligado a informar al Congreso de las medidas
adoptadas en virtud de los estados de emergencia y de catástrofe.
7.º Las medidas que se adopten durante los estados de excepción, no podrán prolongarse
más allá de la vigencia de dichos estados.
En ningún caso las medidas de restricción y privación de la libertad podrán adoptarse en
contra de los parlamentarios, de los jueces, de los miembros del Tribunal Constitucional,
del Contralor General de la República y de los miembros del Tribunal Calificador de
Elecciones.
8.º Las requisiciones que se practiquen darán lugar a indemnizaciones en conformidad a la
ley. También darán derecho a indemnización las limitaciones que se impongan al derecho
147
de propiedad cuando importen privación de alguno de los atributos o facultades esenciales
del dominio, y con ello se cause daño.
9.º Una ley orgánica constitucional podrá regular los estados de excepción y facultar al
Presidente de la República para ejercer por sí o por otras autoridades las atribuciones
señaladas precedentemente, sin perjuicio de lo establecido en los estados de emergencia y
de catástrofe.
148
ANEXO Nº 2
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LA REPUBLICA DE CHILE
TEXTO REFUNDIDO, COORDINADO Y SISTEMATIZADO
EXTRACTO
CAPITULOS I, II, III, IV.
DECRETO SUPREMO No. 100, de 2005 Ministerio Secretaría General de la Presidencia.
Publicado en el Diario Oficial de fecha 22 de septiembre de 2005
CAPÍTULO I
BASES DE LA INSTITUCIONALIDAD
Artículo 1°.- Las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos.
La familia es el núcleo fundamental de la sociedad.
El Estado reconoce y ampara a los grupos intermedios a través de los cuales se
organiza y estructura la sociedad y les garantiza la adecuada autonomía para cumplir sus
propios fines específicos.
El Estado está al servicio de la persona humana y su finalidad es promover el bien
común, para lo cual debe contribuir a crear las condiciones sociales que permitan a todos y
a cada uno de los integrantes de la comunidad nacional su mayor realización espiritual y
149
material posible, con pleno respeto a los derechos y garantías que esta Constitución
establece.
Es deber del Estado resguardar la seguridad nacional, dar protección a la población
y a la familia, propender al fortalecimiento de ésta, promover la integración armónica de
todos los sectores de la Nación y asegurar el derecho de las personas a participar con
igualdad de oportunidades en la vida nacional.
Artículo 2º.- Son emblemas nacionales la bandera nacional, el escudo de armas de la
República y el himno nacional.
Artículo 3º.- El Estado de Chile es unitario.
La administración del Estado será funcional y territorialmente descentralizada, o
desconcentrada en su caso, de conformidad a la ley.
Los órganos del Estado promoverán el fortalecimiento de la regionalización del país
y el desarrollo equitativo y solidario entre las regiones, provincias y comunas del territorio
nacional.
Artículo 4 °.- Chile es una república democrática.
Artículo 5º.- La soberanía reside esencialmente en la Nación. Su ejercicio se realiza por el
pueblo a través del plebiscito y de elecciones periódicas y, también, por las autoridades que
150
esta Constitución establece. Ningún sector del pueblo ni individuo alguno puede atribuirse
su ejercicio.
El ejercicio de la soberanía reconoce como limitación el respeto a los derechos
esenciales que emanan de la naturaleza humana. Es deber de los órganos del Estado
respetar y promover tales derechos, garantizados por esta Constitución, así como por los
tratados internacionales ratificados por Chile y que se encuentren vigentes.
Artículo 6º.- Los órganos del Estado deben someter su acción a la Constitución y a las
normas dictadas conforme a ella, y garantizar el orden institucional de la República.
Los preceptos de esta Constitución obligan tanto a los titulares o integrantes de
dichos órganos como a toda persona, institución o grupo.
La infracción de esta norma generará las responsabilidades y sanciones que
determine la ley.
Artículo 7º.- Los órganos del Estado actúan válidamente previa investidura regular de sus
integrantes, dentro de su competencia y en la forma que prescriba la ley.
Ninguna magistratura, ninguna persona ni grupo de personas pueden atribuirse, ni
aun a pretexto de circunstancias extraordinarias, otra autoridad o derechos que los que
expresamente se les hayan conferido en virtud de la Constitución o las leyes.
Todo acto en contravención a este artículo es nulo y originará las responsabilidades y
sanciones que la ley señale.
151
Artículo 8º.- El ejercicio de las funciones públicas obliga a sus titulares a dar estricto
cumplimiento al principio de probidad en todas sus actuaciones.
Son públicos los actos y resoluciones de los órganos del Estado, así como sus
fundamentos y los procedimientos que utilicen. Sin embargo, sólo una ley de quórum
calificado podrá establecer la reserva o secreto de aquéllos o de éstos, cuando la publicidad
afectare el debido cumplimiento de las funciones de dichos órganos, los derechos de las
personas, la seguridad de la Nación o el interés nacional.
Artículo 9º.- El terrorismo, en cualquiera de sus formas, es por esencia contrario a los
derechos humanos.
Una ley de quórum calificado determinará las conductas terroristas y su penalidad.
Los responsables de estos delitos quedarán inhabilitados por el plazo de quince años para
ejercer funciones o cargos públicos, sean o no de elección popular, o de rector o director de
establecimiento de educación, o para ejercer en ellos funciones de enseñanza; para explotar
un medio de comunicación social o ser director o administrador del mismo, o para
desempeñar en él funciones relacionadas con la emisión o difusión de opiniones o
informaciones; ni podrán ser dirigentes de organizaciones políticas o relacionadas con la
educación o de carácter vecinal, profesional, empresarial, sindical, estudiantil o gremial en
general, durante dicho plazo. Lo anterior se entiende sin
perjuicio de otras inhabilidades o de las que por mayor tiempo establezca la ley.
152
Los delitos a que se refiere el inciso anterior serán considerados siempre comunes y
no políticos para todos los efectos legales y no procederá respecto de ellos el indulto
particular, salvo para conmutar la pena de muerte por la de presidio perpetuo.
CAPÍTULO II
NACIONALIDAD Y CIUDADANIA
Artículo 10.- Son chilenos:
1º.- Los nacidos en el territorio de Chile, con excepción de los hijos de extranjeros que se
encuentren en Chile en servicio de su Gobierno, y de los hijos de extranjeros transeúntes,
todos los que, sin embargo, podrán optar por la nacionalidad chilena;
2º.- Los hijos de padre o madre chilenos, nacidos en territorio extranjero. Con todo, se
requerirá que alguno de sus ascendientes en línea recta de primer o segundo grado, haya
adquirido la nacionalidad chilena en virtud de lo establecido en los números 1º, 3º ó 4º;
3º.- Los extranjeros que obtuvieren carta de nacionalización en conformidad a la ley, y
4º.- Los que obtuvieren especial gracia de nacionalización por ley.
La ley reglamentará los procedimientos de opción por la nacionalidad chilena; de
otorgamiento, negativa y cancelación de las cartas de nacionalización, y la formación de un
registro de todos estos actos.
Artículo 11.- La nacionalidad chilena se pierde:
153
1º.- Por renuncia voluntaria manifestada ante autoridad chilena competente. Esta renuncia
sólo producirá efectos si la persona, previamente, se ha nacionalizado en país extranjero;
2º.- Por decreto supremo, en caso de prestación de servicios durante una guerra exterior a
enemigos de Chile o de sus aliados;
3º.- Por cancelación de la carta de nacionalización, y
4º.- Por ley que revoque la nacionalización concedida por gracia.
Los que hubieren perdido la nacionalidad chilena por cualquiera de las causales
establecidas en este artículo, sólo podrán ser rehabilitados por ley.
Artículo 12.- La persona afectada por acto o resolución de autoridad administrativa que la
prive de su nacionalidad chilena o se la desconozca, podrá recurrir, por sí o por cualquiera a
su nombre, dentro del plazo de treinta días, ante la Corte Suprema, la que conocerá como
jurado y en tribunal pleno. La interposición del recurso suspenderá los efectos del acto o
resolución recurridos.
Artículo 13.- Son ciudadanos los chilenos que hayan cumplido dieciocho años de edad y
que no hayan sido condenados a pena aflictiva.
La calidad de ciudadano otorga los derechos de sufragio, de optar a cargos de
elección popular y los demás que la Constitución o la ley confieran.
Tratándose de los chilenos a que se refieren los números 2º y 4º del artículo 10, el
ejercicio de los derechos que les confiere la ciudadanía estará sujeto a que hubieren estado
avecindados en Chile por más de un año.
154
Artículo 14.- Los extranjeros avecindados en Chile por más de cinco años, y que cumplan
con los requisitos señalados en el inciso primero del artículo 13, podrán ejercer el derecho
de sufragio en los casos y formas que determine la ley.
Los nacionalizados en conformidad al Nº 3º del artículo 10, tendrán opción a cargos
públicos de elección popular sólo después de cinco años de estar en posesión de sus cartas
de nacionalización.
Artículo 15.- En las votaciones populares, el sufragio será personal, igualitario y secreto.
Para los ciudadanos será, además, obligatorio.
Sólo podrá convocarse a votación popular para las elecciones y plebiscitos
expresamente previstos en esta Constitución.
Artículo 16.- El derecho de sufragio se suspende:
1º.- Por interdicción en caso de demencia;
2º.- Por hallarse la persona acusada por delito que merezca pena aflictiva o por delito que la
ley califique como conducta terrorista, y
3º.- Por haber sido sancionado por el Tribunal Constitucional en conformidad al inciso
séptimo del número 15º del artículo 19 de esta Constitución. Los que por esta causa se
hallaren privados del ejercicio del derecho de sufragio lo recuperarán al término de cinco
años, contado desde la declaración del Tribunal. Esta suspensión no producirá otro efecto
legal, sin perjuicio de lo dispuesto en el inciso séptimo del número 15º del artículo 19.
155
Artículo 17.- La calidad de ciudadano se pierde:
1º.- Por pérdida de la nacionalidad chilena;
2º.- Por condena a pena aflictiva, y
3º.- Por condena por delitos que la ley califique como conducta terrorista y los relativos al
tráfico de estupefacientes y que hubieren merecido, además, pena aflictiva.
Los que hubieren perdido la ciudadanía por la causal indicada en el número 2º, la
recuperarán en conformidad a la ley, una vez extinguida su responsabilidad penal. Los que
la hubieren perdido por las causales previstas en el número 3º podrán solicitar su
rehabilitación al Senado una vez cumplida la condena.
Artículo 18.- Habrá un sistema electoral público. Una ley orgánica constitucional
determinará su organización y funcionamiento, regulará la forma en que se realizarán los
procesos electorales y plebiscitarios, en todo lo no previsto por esta Constitución y,
garantizará siempre la plena igualdad entre los independientes y los miembros de partidos
políticos tanto en la presentación de candidaturas como en su participación en los señalados
procesos.
El resguardo del orden público durante los actos electorales y plebiscitarios
corresponderá a las Fuerzas Armadas y Carabineros del modo que indique la ley.
156
CAPÍTULO III
DE LOS DERECHOS Y DEBERES CONSTITUCIONALES
Artículo 19.- La Constitución asegura a todas las personas:
1º.- El derecho a la vida y a la integridad física y psíquica de la persona.
La ley protege la vida del que está por nacer.
La pena de muerte sólo podrá establecerse por delito contemplado en ley aprobada
con quórum calificado.
Se prohíbe la aplicación de todo apremio ilegítimo;
2º.- La igualdad ante la ley. En Chile no hay persona ni grupo privilegiados. En Chile no
hay esclavos y el que pise su territorio queda libre. Hombres y mujeres son iguales ante la
ley.
Ni la ley ni autoridad alguna podrán establecer diferencias arbitrarias;
3º.- La igual protección de la ley en el ejercicio de sus derechos.
Toda persona tiene derecho a defensa jurídica en la forma que la ley señale y
ninguna autoridad o individuo podrá impedir, restringir o perturbar la debida intervención
del letrado si hubiere sido requerida. Tratándose de los integrantes de las Fuerzas Armadas
y de Orden y Seguridad Pública, este derecho se regirá, en lo concerniente a lo
administrativo y disciplinario, por las normas pertinentes de sus respectivos estatutos.
La ley arbitrará los medios para otorgar asesoramiento y defensa jurídica a quienes
no puedan procurárselos por sí mismos.
157
Nadie podrá ser juzgado por comisiones especiales, sino por el tribunal que señalare
la ley y que se hallare establecido por ésta con anterioridad a la perpetración del hecho.
Toda sentencia de un órgano que ejerza jurisdicción debe fundarse en un proceso
previo legalmente tramitado. Corresponderá al legislador establecer siempre las garantías
de un procedimiento y una investigación racionales y justos.
La ley no podrá presumir de derecho la responsabilidad penal.
Ningún delito se castigará con otra pena que la que señale una ley promulgada con
anterioridad a su perpetración, a menos que una nueva ley favorezca al afectado.
Ninguna ley podrá establecer penas sin que la conducta que se sanciona esté
expresamente descrita en ella;
4º.- El respeto y protección a la vida privada y a la honra de la persona y su familia;
5º.- La inviolabilidad del hogar y de toda forma de comunicación privada. El hogar sólo
puede allanarse y las comunicaciones y documentos privados interceptarse, abrirse o
registrarse en los casos y formas determinados por la ley;
6º.- La libertad de conciencia, la manifestación de todas las creencias y el ejercicio libre de
todos los cultos que no se opongan a la moral, a las buenas costumbres o al orden público.
Las confesiones religiosas podrán erigir y conservar templos y sus dependencias
bajo las condiciones de seguridad e higiene fijadas por las leyes y ordenanzas.
Las iglesias, las confesiones e instituciones religiosas de cualquier culto tendrán los
derechos que otorgan y reconocen, con respecto a los bienes, las leyes actualmente en
vigor. Los templos y sus dependencias, destinados exclusivamente al servicio de un culto,
estarán exentos de toda clase de contribuciones;
158
7º.- El derecho a la libertad personal y a la seguridad individual.
En consecuencia:
a) Toda persona tiene derecho de residir y permanecer en cualquier lugar de la
República, trasladarse de uno a otro y entrar y salir de su territorio, a condición de que se
guarden las normas establecidas en la ley y salvo siempre el perjuicio de terceros;
b) Nadie puede ser privado de su libertad personal ni ésta restringida sino en los
casos y en la forma determinados por la Constitución y las leyes;
c) Nadie puede ser arrestado o detenido sino por orden de funcionario público
expresamente facultado por la ley y después de que dicha orden le sea intimada en forma
legal. Sin embargo, podrá ser detenido el que fuere sorprendido en delito flagrante, con el
solo objeto de ser puesto a disposición del juez competente dentro de las veinticuatro horas
siguientes.
Si la autoridad hiciere arrestar o detener a alguna persona, deberá, dentro de las
cuarenta y ocho horas siguientes, dar aviso al juez competente, poniendo a su disposición al
afectado. El juez podrá, por resolución fundada, ampliar este plazo hasta por cinco días, y
hasta por diez días, en el caso que se investigaren hechos calificados por la ley como
conductas terroristas;
d) Nadie puede ser arrestado o detenido, sujeto a prisión preventiva o preso, sino en
su casa o en lugares públicos destinados a este objeto.
Los encargados de las prisiones no pueden recibir en ellas a nadie en calidad de
arrestado o detenido, procesado o preso, sin dejar constancia de la orden correspondiente,
emanada de autoridad que tenga facultad legal, en un registro que será público.
159
Ninguna incomunicación puede impedir que el funcionario encargado de la casa de
detención visite al arrestado o detenido, procesado o preso, que se encuentre en ella. Este
funcionario está obligado, siempre que el arrestado o detenido lo requiera, a transmitir al
juez competente la copia de la orden de detención, o a reclamar para que se le dé dicha
copia, o a dar él mismo un certificado de hallarse detenido aquel individuo, si al tiempo de
su detención se hubiere omitido este requisito;
e) La libertad del imputado procederá a menos que la detención o prisión preventiva
sea considerada por el juez como necesaria para las investigaciones o para la seguridad del
ofendido o de la sociedad. La ley establecerá los requisitos y modalidades para obtenerla.
La apelación de la resolución que se pronuncie sobre la libertad del imputado por
los delitos a que se refiere el artículo 9°, será conocida por el tribunal superior que
corresponda, integrado exclusivamente por miembros titulares. La resolución que la
apruebe u otorgue requerirá ser acordada por unanimidad. Mientras dure la libertad, el
imputado quedará siempre sometido a las medidas de vigilancia de la autoridad que la ley
contemple;
f) En las causas criminales no se podrá obligar al imputado o acusado a que declare
bajo juramento sobre hecho propio; tampoco podrán ser obligados a declarar en contra de
éste sus ascendientes, descendientes, cónyuge y demás personas que, según los casos y
circunstancias, señale la ley;
g) No podrá imponerse la pena de confiscación de bienes, sin perjuicio del comiso
en los casos establecidos por las leyes; pero dicha pena será procedente respecto de las
asociaciones ilícitas;
160
h) No podrá aplicarse como sanción la pérdida de los derechos previsionales, e
i) Una vez dictado sobreseimiento definitivo o sentencia absolutoria, el que hubiere
sido sometido a proceso o condenado en cualquier instancia por resolución que la Corte
Suprema declare injustificadamente errónea o arbitraria, tendrá derecho a ser indemnizado
por el Estado de los perjuicios patrimoniales y morales que haya sufrido. La indemnización
será determinada judicialmente en procedimiento breve y sumario y en él la prueba se
apreciará en conciencia;
8º.- El derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación. Es deber del Estado
velar para que este derecho no sea afectado y tutelar la preservación de la naturaleza.
La ley podrá establecer restricciones específicas al ejercicio de determinados
derechos o libertades para proteger el medio ambiente;
9º.- El derecho a la protección de la Salud.
El Estado protege el libre e igualitario acceso a las acciones de promoción,
protección y recuperación de la salud y de rehabilitación del individuo.
Le corresponderá, asimismo, la coordinación y control de las acciones relacionadas
con la salud.
Es deber preferente del Estado garantizar la ejecución de las acciones de salud, sea
que se presten a través de instituciones públicas o privadas, en la forma y condiciones que
determine la ley, la que podrá establecer cotizaciones obligatorias.
Cada persona tendrá el derecho a elegir el sistema de salud al que desee acogerse,
sea éste estatal o privado;
10º.- El derecho a la Educación.
161
La educación tiene por objeto el pleno desarrollo de la persona en las distintas
etapas de su vida.
Los padres tienen el derecho preferente y el deber de educar a sus hijos.
Corresponderá al Estado otorgar especial protección al ejercicio de este derecho.
El Estado promoverá la educación parvularia.
La educación básica y la educación media son obligatorias, debiendo el Estado
financiar un sistema gratuito con tal objeto, destinado a asegurar el acceso a ellas de toda la
población. En el caso de la educación media este sistema, en conformidad a la ley, se
extenderá hasta cumplir los 21 años de edad.
Corresponderá al Estado, asimismo, fomentar el desarrollo de la educación en todos
sus niveles; estimular la investigación científica y tecnológica, la creación artística y la
protección e incremento del patrimonio cultural de la Nación.
Es deber de la comunidad contribuir al desarrollo y perfeccionamiento de la
educación;
11º.- La libertad de enseñanza incluye el derecho de abrir, organizar y mantener
establecimientos educacionales.
La libertad de enseñanza no tiene otras limitaciones que las impuestas por la moral,
las buenas costumbres, el orden público y la seguridad nacional.
La enseñanza reconocida oficialmente no podrá orientarse a propagar tendencia
político partidista alguna.
Los padres tienen el derecho de escoger el establecimiento de enseñanza para sus
hijos.
162
Una ley orgánica constitucional establecerá los requisitos mínimos que deberán
exigirse en cada uno de los niveles de la enseñanza básica y media y señalará las normas
objetivas, de general aplicación, que permitan al Estado velar por su cumplimiento. Dicha
ley, del mismo modo, establecerá los requisitos para el reconocimiento oficial de los
establecimientos educacionales de todo nivel;
12º.- La libertad de emitir opinión y la de informar, sin censura previa, en cualquier forma y
por cualquier medio, sin perjuicio de responder de los delitos y abusos que se cometan en el
ejercicio de estas libertades, en conformidad a la ley, la que deberá ser de quórum
calificado.
La ley en ningún caso podrá establecer monopolio estatal sobre los medios de
comunicación social.
Toda persona natural o jurídica ofendida o injustamente aludida por algún medio de
comunicación social, tiene derecho a que su declaración o rectificación sea gratuitamente
difundida, en las condiciones que la ley determine, por el medio de comunicación social en
que esa información hubiera sido emitida.
Toda persona natural o jurídica tiene el derecho de fundar, editar y mantener diarios,
revistas y periódicos, en las condiciones que señale la ley.
El Estado, aquellas universidades y demás personas o entidades que la ley
determine, podrán establecer, operar y mantener estaciones de televisión.
Habrá un Consejo Nacional de Televisión, autónomo y con personalidad jurídica,
encargado de velar por el correcto funcionamiento de este medio de comunicación. Una ley
163
de quórum calificado señalará la organización y demás funciones y atribuciones del
referido Consejo.
La ley regulará un sistema de calificación para la exhibición de la producción
cinematográfica;
13º.- El derecho a reunirse pacíficamente sin permiso previo y sin armas.
Las reuniones en las plazas, calles y demás lugares de uso público, se regirán por las
disposiciones generales de policía;
14º.- El derecho de presentar peticiones a la autoridad, sobre cualquier asunto de interés
público o privado, sin otra limitación que la de proceder en términos respetuosos y
convenientes;
15º.- El derecho de asociarse sin permiso previo.
Para gozar de personalidad jurídica, las asociaciones deberán constituirse en
conformidad a la ley.
Nadie puede ser obligado a pertenecer a una asociación.
Prohíbense las asociaciones contrarias a la moral, al orden público y a la seguridad
del Estado.
Los partidos políticos no podrán intervenir en actividades ajenas a las que les son
propias ni tener privilegio alguno o monopolio de la participación ciudadana; la nómina de
sus militantes se registrará en el servicio electoral del Estado, el que guardará reserva de la
misma, la cual será accesible a los militantes del respectivo partido; su contabilidad deberá
ser pública; las fuentes de su financiamiento no podrán provenir de dineros, bienes,
donaciones, aportes ni créditos de origen extranjero; sus estatutos deberán contemplar las
164
normas que aseguren una efectiva democracia interna. Una ley orgánica constitucional
regulará las demás materias que les conciernan y las sanciones que se aplicarán por el
incumplimiento de sus preceptos, dentro de las cuales podrá considerar su disolución. Las
asociaciones, movimientos, organizaciones o grupos de personas que persigan o realicen
actividades propias de los partidos políticos sin ajustarse a las normas anteriores son ilícitos
y serán sancionados de acuerdo a la referida ley orgánica constitucional.
La Constitución Política garantiza el pluralismo político. Son inconstitucionales los
partidos, movimientos u otras formas de organización cuyos objetivos, actos o conductas no
respeten los principios básicos del régimen democrático y constitucional, procuren el
establecimiento de un sistema totalitario, como asimismo aquellos que hagan uso de la
violencia, la propugnen o inciten a ella como método de acción política. Corresponderá al
Tribunal Constitucional declarar esta inconstitucionalidad.
Sin perjuicio de las demás sanciones establecidas en la Constitución o en la ley, las
personas que hubieren tenido participación en los hechos que motiven la declaración de
inconstitucionalidad a que se refiere el inciso precedente, no podrán participar en la
formación de otros partidos políticos, movimientos u otras formas de organización política,
ni optar a cargos públicos de elección popular ni desempeñar los cargos que se mencionan
en los números 1) a 6) del artículo 57, por el término de cinco años, contado desde la
resolución del Tribunal. Si a esa fecha las personas referidas estuvieren en posesión de las
funciones o cargos indicados, los perderán de pleno derecho.
165
Las personas sancionadas en virtud de este precepto no podrán ser objeto de
rehabilitación durante el plazo señalado en el inciso anterior. La duración de las
inhabilidades contempladas en dicho inciso se elevará al doble en caso de reincidencia;
16º.- La libertad de trabajo y su protección.
Toda persona tiene derecho a la libre contratación y a la libre elección del trabajo
con una justa retribución.
Se prohíbe cualquiera discriminación que no se base en la capacidad o idoneidad
personal, sin perjuicio de que la ley pueda exigir la nacionalidad chilena o límites de edad
para determinados casos.
Ninguna clase de trabajo puede ser prohibida, salvo que se oponga a la moral, a la
seguridad o a la salubridad públicas, o que lo exija el interés nacional y una ley lo declare
así. Ninguna ley o disposición de autoridad pública podrá exigir la afiliación a organización
o entidad alguna como requisito para desarrollar una determinada actividad o trabajo, ni la
desafiliación para mantenerse en éstos. La ley determinará las profesiones que requieren
grado o título universitario y las condiciones que deben cumplirse para ejercerlas. Los
colegios profesionales constituidos en conformidad a la ley y que digan relación con tales
profesiones, estarán facultados para conocer de las reclamaciones que se interpongan sobre
la conducta ética de sus miembros. Contra sus resoluciones podrá apelarse ante la Corte de
Apelaciones respectiva. Los profesionales no asociados serán juzgados por los tribunales
especiales establecidos en la ley.
La negociación colectiva con la empresa en que laboren es un derecho de los
trabajadores, salvo los casos en que la ley expresamente no permita negociar. La ley
166
establecerá las modalidades de la negociación colectiva y los procedimientos adecuados
para lograr en ella una solución justa y pacífica. La ley señalará los casos en que la
negociación colectiva deba someterse a arbitraje obligatorio, el que corresponderá a
tribunales especiales de expertos cuya organización y atribuciones
se establecerán en ella.
No podrán declararse en huelga los funcionarios del Estado ni de las
municipalidades. Tampoco podrán hacerlo las personas que trabajen en corporaciones o
empresas, cualquiera que sea su naturaleza, finalidad o función, que atiendan servicios de
utilidad pública o cuya paralización cause grave daño a la salud, a la economía del país, al
abastecimiento de la población o a la seguridad nacional. La ley establecerá los
procedimientos para determinar las corporaciones o empresas cuyos trabajadores estarán
sometidos a la prohibición que establece este inciso;
17º.- La admisión a todas las funciones y empleos públicos, sin otros requisitos que los que
impongan la Constitución y las leyes;
18º.- El derecho a la seguridad social.
Las leyes que regulen el ejercicio de este derecho serán de quórum calificado.
La acción del Estado estará dirigida a garantizar el acceso de todos los habitantes al
goce de prestaciones básicas uniformes, sea que se otorguen a través de instituciones
públicas o privadas. La ley podrá establecer cotizaciones obligatorias.
El Estado supervigilará el adecuado ejercicio del derecho a la seguridad social;
19º.- El derecho de sindicarse en los casos y forma que señale la ley. La afiliación sindical
será siempre voluntaria.
167
Las organizaciones sindicales gozarán de personalidad jurídica por el solo hecho de
registrar sus estatutos y actas constitutivas en la forma y condiciones que determine la ley.
La ley contemplará los mecanismos que aseguren la autonomía de estas
organizaciones. Las organizaciones sindicales no podrán intervenir en actividades político
partidistas;
20º.- La igual repartición de los tributos en proporción a las rentas o en la progresión o
forma que fije la ley, y la igual repartición de las demás cargas públicas.
En ningún caso la ley podrá establecer tributos manifiestamente desproporcionados
o injustos.
Los tributos que se recauden, cualquiera que sea su naturaleza, ingresarán al
patrimonio de la Nación y no podrán estar afectos a un destino determinado.
Sin embargo, la ley podrá autorizar que determinados tributos puedan estar
afectados a fines propios de la defensa nacional. Asimismo, podrá autorizar que los que
gravan actividades o bienes que tengan una clara identificación regional o local puedan ser
aplicados, dentro de los marcos que la misma ley señale, por las autoridades regionales o
comunales para el financiamiento de obras de desarrollo;
21º.- El derecho a desarrollar cualquiera actividad económica que no sea contraria a la
moral, al orden público o a la seguridad nacional, respetando las normas legales que la
regulen.
El Estado y sus organismos podrán desarrollar actividades empresariales o participar
en ellas sólo si una ley de quórum calificado los autoriza. En tal caso, esas actividades
estarán sometidas a la legislación común aplicable a los particulares, sin perjuicio de las
168
excepciones que por motivos justificados establezca la ley, la que deberá ser, asimismo, de
quórum calificado;
22º.- La no discriminación arbitraria en el trato que deben dar el Estado y sus organismos
en materia económica.
Sólo en virtud de una ley, y siempre que no signifique tal discriminación, se podrán
autorizar determinados beneficios directos o indirectos en favor de algún sector, actividad o
zona geográfica, o establecer gravámenes especiales que afecten a uno u otras. En el caso
de las franquicias o beneficios indirectos, la estimación del costo de éstos deberá incluirse
anualmente en la Ley de Presupuestos;
23º.- La libertad para adquirir el dominio de toda clase de bienes, excepto aquellos que la
naturaleza ha hecho comunes a todos los hombres o que deban pertenecer a la Nación toda
y la ley lo declare así. Lo anterior es sin perjuicio de lo prescrito en otros preceptos de esta
Constitución.
Una ley de quórum calificado y cuando así lo exija el interés nacional puede
establecer limitaciones o requisitos para la adquisición del dominio de algunos bienes;
24º.- El derecho de propiedad en sus diversas especies sobre toda clase de bienes corporales
o incorporales.
Sólo la ley puede establecer el modo de adquirir la propiedad, de usar, gozar y
disponer de ella y las limitaciones y obligaciones que deriven de su función social. Esta
comprende cuanto exijan los intereses generales de la Nación, la seguridad nacional, la
utilidad y la salubridad públicas y la conservación del patrimonio ambiental.
169
Nadie puede, en caso alguno, ser privado de su propiedad, del bien sobre que recae
o de alguno de los atributos o facultades esenciales del dominio, sino en virtud de ley
general o especial que autorice la expropiación por causa de utilidad pública o de interés
nacional, calificada por el legislador. El expropiado podrá reclamar de la legalidad del acto
expropiatorio ante los tribunales ordinarios y tendrá siempre derecho a indemnización por
el daño patrimonial efectivamente causado, la que se fijará de común acuerdo o en
sentencia dictada conforme a derecho por dichos tribunales.
A falta de acuerdo, la indemnización deberá ser pagada en dinero efectivo al
contado.
La toma de posesión material del bien expropiado tendrá lugar previo pago del total
de la indemnización, la que, a falta de acuerdo, será determinada provisionalmente por
peritos en la forma que señale la ley. En caso de reclamo acerca de la procedencia de la
expropiación, el juez podrá, con el mérito de los antecedentes que se invoquen, decretar la
suspensión de la toma de posesión.
El Estado tiene el dominio absoluto, exclusivo, inalienable e imprescriptible de
todas las minas, comprendiéndose en éstas las covaderas, las arenas metalíferas, los salares,
los depósitos de carbón e hidrocarburos y las demás sustancias fósiles, con excepción de las
arcillas superficiales, no obstante la propiedad de las personas naturales o jurídicas sobre
los terrenos en cuyas entrañas estuvieren situadas. Los predios superficiales estarán sujetos
a las obligaciones y limitaciones que la ley señale para facilitar la exploración, la
explotación y el beneficio de dichas minas.
170
Corresponde a la ley determinar qué sustancias de aquellas a que se refiere el inciso
precedente, exceptuados los hidrocarburos líquidos o gaseosos, pueden ser objeto de
concesiones de exploración o de explotación. Dichas concesiones se constituirán siempre
por resolución judicial y tendrán la duración, conferirán los derechos e impondrán las
obligaciones que la ley exprese, la que tendrá el carácter de orgánica constitucional. La
concesión minera obliga al dueño a desarrollar la actividad necesaria para satisfacer el
interés público que justifica su otorgamiento. Su régimen de amparo será establecido por
dicha ley, tenderá directa o indirectamente a obtener el cumplimiento de esa obligación y
contemplará causales de caducidad para el caso de incumplimiento o de simple extinción
del dominio sobre la concesión. En todo caso dichas causales y sus efectos deben estar
establecidos al momento de otorgarse la concesión.
Será de competencia exclusiva de los tribunales ordinarios de justicia declarar la
extinción de tales concesiones. Las controversias que se produzcan respecto de la
caducidad o extinción del dominio sobre la concesión serán resueltas por ellos; y en caso de
caducidad, el afectado podrá requerir de la justicia la declaración de subsistencia de su
derecho.
El dominio del titular sobre su concesión minera está protegido por la garantía
constitucional de que trata este número.
La exploración, la explotación o el beneficio de los yacimientos que contengan
sustancias no susceptibles de concesión, podrán ejecutarse directamente por el Estado o por
sus empresas, o por medio de concesiones administrativas o de contratos especiales de
operación, con los requisitos y bajo las condiciones que el Presidente de la República fije,
171
para cada caso, por decreto supremo. Esta norma se aplicará también a los yacimientos de
cualquier especie existentes en las aguas marítimas sometidas a la jurisdicción nacional y a
los situados, en todo o en parte, en zonas que, conforme a la ley, se determinen como de
importancia para la seguridad nacional. El Presidente de la República podrá poner término,
en cualquier tiempo, sin expresión de causa y con la indemnización que corresponda, a las
concesiones administrativas o a los contratos de operación relativos a explotaciones
ubicadas en zonas declaradas de importancia para la seguridad nacional.
Los derechos de los particulares sobre las aguas, reconocidos o constituidos en
conformidad a la ley, otorgarán a sus titulares la propiedad sobre ellos;
25º.- La libertad de crear y difundir las artes, así como el derecho del autor sobre sus
creaciones intelectuales y artísticas de cualquier especie, por el tiempo que señale la ley y
que no será inferior al de la vida del titular.
El derecho de autor comprende la propiedad de las obras y otros derechos, como la
paternidad, la edición y la integridad de la obra, todo ello en conformidad a la ley.
Se garantiza, también, la propiedad industrial sobre las patentes de invención,
marcas comerciales, modelos, procesos tecnológicos u otras creaciones análogas, por el
tiempo que establezca la ley.
Será aplicable a la propiedad de las creaciones intelectuales y artísticas y a la
propiedad industrial lo prescrito en los incisos segundo, tercero, cuarto y quinto del número
anterior, y
26º.- La seguridad de que los preceptos legales que por mandato de la Constitución regulen
o complementen las garantías que ésta establece o que las limiten en los casos en que ella lo
172
autoriza, no podrán afectar los derechos en su esencia, ni imponer condiciones, tributos o
requisitos que impidan su libre ejercicio.
Artículo 20.- El que por causa de actos u omisiones arbitrarios o ilegales sufra privación,
perturbación o amenaza en el legítimo ejercicio de los derechos y garantías establecidos en
el artículo 19, números 1º, 2º, 3º inciso cuarto, 4º, 5º, 6º, 9º inciso final, 11º,12º, 13º, 15º,
16º en lo relativo a la libertad de trabajo y al derecho a su libre elección y libre
contratación, y a lo establecido en el inciso cuarto, 19º, 21º, 22º, 23º, 24°, y 25º podrá
ocurrir por sí o por cualquiera a su nombre, a la Corte de Apelaciones respectiva, la que
adoptará de inmediato las providencias que juzgue necesarias para restablecer el imperio
del derecho y asegurar la debida protección del afectado, sin perjuicio de los demás
derechos que pueda hacer valer ante la autoridad o los tribunales correspondientes.
Procederá, también, el recurso de protección en el caso del Nº8º del artículo 19,
cuando el derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación sea afectado por un
acto u omisión ilegal imputable a una autoridad o persona determinada.
Artículo 21.- Todo individuo que se hallare arrestado, detenido o preso con infracción de lo
dispuesto en la Constitución o en las leyes, podrá ocurrir por sí, o por cualquiera a su
nombre, a la magistratura que señale la ley, a fin de que ésta ordene se guarden las
formalidades legales y adopte de inmediato las providencias que juzgue necesarias para
restablecer el imperio del derecho y asegurar la debida protección del afectado.
173
Esa magistratura podrá ordenar que el individuo sea traído a su presencia y su
decreto será precisamente obedecido por todos los encargados de las cárceles o lugares de
detención. Instruida de los antecedentes, decretará su libertad inmediata o hará que se
reparen los defectos legales o pondrá al individuo a disposición del juez competente,
procediendo en todo breve y sumariamente, y corrigiendo por sí esos defectos o dando
cuenta a quien corresponda para que los corrija.
El mismo recurso, y en igual forma, podrá ser deducido en favor de toda persona
que ilegalmente sufra cualquiera otra privación, perturbación o amenaza en su derecho a la
libertad personal y seguridad individual. La respectiva magistratura dictará en tal caso las
medidas indicadas en los incisos anteriores que estime conducentes para restablecer el
imperio del derecho y asegurar la debida protección del afectado.
Artículo 22.- Todo habitante de la República debe respeto a Chile y a sus emblemas
nacionales.
Los chilenos tienen el deber fundamental de honrar a la patria, de defender su
soberanía y de contribuir a preservar la seguridad nacional y los valores esenciales de la
tradición chilena.
El servicio militar y demás cargas personales que imponga la ley son obligatorios en
los términos y formas que ésta determine.
Los chilenos en estado de cargar armas deberán hallarse inscritos en los Registros
Militares, si no están legalmente exceptuados.
174
Artículo 23.- Los grupos intermedios de la comunidad y sus dirigentes que hagan mal uso
de la autonomía que la Constitución les reconoce, interviniendo indebidamente en
actividades ajenas a sus fines específicos, serán sancionados en conformidad a la ley. Son
incompatibles los cargos directivos superiores de las organizaciones gremiales con los
cargos directivos superiores, nacionales y regionales, de los partidos políticos.
La ley establecerá las sanciones que corresponda aplicar a los dirigentes gremiales
que intervengan en actividades político partidistas y a los dirigentes de los partidos
políticos, que interfieran en el funcionamiento de las organizaciones gremiales y demás
grupos intermedios que la propia ley señale.
CAPÍTULO IV
GOBIERNO
Presidente de la República
Artículo 24.- El gobierno y la administración del Estado corresponden al Presidente de la
República, quien es el Jefe del Estado.
Su autoridad se extiende a todo cuanto tiene por objeto la conservación del orden
público en el interior y la seguridad externa de la República, de acuerdo con la Constitución
y las leyes.
El 21 de mayo de cada año, el Presidente de la República dará cuenta al país del
estado administrativo y político de la Nación ante el Congreso Pleno.
175
Artículo 25.- Para ser elegido Presidente de la República se requiere tener la nacionalidad
chilena de acuerdo a lo dispuesto en los números 1º ó 2º del artículo 10; tener cumplidos
treinta y cinco años de edad y poseer las demás calidades necesarias para ser ciudadano con
derecho a sufragio.
El Presidente de la República durará en el ejercicio de sus funciones por el término
de cuatro años y no podrá ser reelegido para el período siguiente.
El Presidente de la República no podrá salir del territorio nacional por más de treinta
días ni en los últimos noventa días de su período, sin acuerdo del Senado.
En todo caso, el Presidente de la República comunicará con la debida anticipación al
Senado su decisión de ausentarse del territorio y los motivos que la justifican.
Artículo 26.- El Presidente de la República será elegido en votación directa y por mayoría
absoluta de los sufragios válidamente emitidos. La elección se efectuará conjuntamente con
la de parlamentarios, en la forma que determine la ley orgánica constitucional respectiva,
noventa días antes de aquél en que deba cesar en el cargo el que esté en funciones.
Si a la elección de Presidente de la República se presentaren más de dos candidatos
y ninguno de ellos obtuviere más de la mitad de los sufragios válidamente emitidos, se
procederá a una segunda votación que se circunscribirá a los candidatos que hayan obtenido
las dos más altas mayorías relativas y en ella resultará electo aquél de los candidatos que
obtenga el mayor número de sufragios. Esta nueva votación se verificará, en la forma que
determine la ley, el trigésimo día después de efectuada la primera, si ese día correspondiere
176
a un domingo. Si así no fuere, ella se realizará el domingo inmediatamente siguiente al
referido trigésimo día.
Para los efectos de lo dispuesto en los dos incisos precedentes, los votos en blanco y
los nulos se considerarán como no emitidos.
En caso de muerte de uno o de ambos candidatos a que se refiere el inciso segundo,
el Presidente de la República convocará a una nueva elección dentro del plazo de treinta
días, contado desde la fecha del deceso. La elección se celebrará el domingo más cercano al
nonagésimo día posterior a la convocatoria.
Si expirase el mandato del Presidente de la República en ejercicio antes de la fecha
de asunción del Presidente que se elija en conformidad al inciso anterior, se aplicará, en lo
pertinente, la norma contenida en el inciso primero del artículo 28.
Artículo 27.- El proceso de calificación de la elección presidencial deberá quedar
concluido dentro de los quince días siguientes a la primera o segunda votación, según
corresponda.
El Tribunal Calificador de Elecciones comunicará de inmediato al Presidente del
Senado la proclamación de Presidente electo que haya efectuado.
El Congreso Pleno, reunido en sesión pública noventa días después de la primera o
única votación y con los miembros que asistan, tomará conocimiento de la resolución en
virtud de la cual el Tribunal Calificador proclama al Presidente electo.
En este mismo acto, el Presidente electo prestará ante el Presidente del Senado,
juramento o promesa de desempeñar fielmente el cargo de Presidente de la República,
177
conservar la independencia de la Nación, guardar y hacer guardar la Constitución y las
leyes, y de inmediato asumirá sus funciones.
Artículo 28.- Si el Presidente electo se hallare impedido para tomar posesión del cargo,
asumirá, mientras tanto, con el título de Vicepresidente de la República, el Presidente del
Senado; a falta de éste, el Presidente de la Cámara de Diputados, y a falta de éste, el
Presidente de la Corte Suprema.
Con todo, si el impedimento del Presidente electo fuere absoluto o debiere durar
indefinidamente, el Vicepresidente, en los diez días siguientes al acuerdo del Senado
adoptado en conformidad al artículo 53 Nº 7º, expedirá las órdenes convenientes para que
se proceda, dentro del plazo de sesenta días, a nueva elección en la forma prevista por la
Constitución y la Ley de Elecciones. El Presidente de la República así elegido asumirá sus
funciones en la oportunidad que señale esa ley, y durará en el ejercicio de ellas hasta el día
en que le habría correspondido cesar en el cargo al electo que no pudo asumir y cuyo
impedimento hubiere motivado la nueva elección.
Artículo 29.- Si por impedimento temporal, sea por enfermedad, ausencia del territorio u
otro grave motivo, el Presidente de la República no pudiere ejercer su cargo, le subrogará,
con el título de Vicepresidente de la República, el Ministro titular a quien corresponda de
acuerdo con el orden de precedencia legal. A falta de éste, la subrogación corresponderá al
Ministro titular que siga en ese orden de precedencia y, a falta de todos ellos, le subrogarán
178
sucesivamente el Presidente del Senado, el Presidente de la Cámara de Diputados y el
Presidente de la Corte Suprema.
En caso de vacancia del cargo de Presidente de la República, se producirá la
subrogación como en las situaciones del inciso anterior, y se procederá a elegir sucesor en
conformidad a las reglas de los incisos siguientes.
Si la vacancia se produjere faltando menos de dos años para la próxima elección
presidencial, el Presidente será elegido por el Congreso Pleno por la mayoría absoluta de
los senadores y diputados en ejercicio. La elección por el Congreso será hecha dentro de los
diez días siguientes a la fecha de la vacancia y el elegido asumirá su cargo dentro de los
treinta días siguientes.
Si la vacancia se produjere faltando dos años o más para la próxima elección
presidencial, el Vicepresidente, dentro de los diez primeros días de su mandato, convocará
a los ciudadanos a elección presidencial para el sexagésimo día después de la convocatoria.
El Presidente que resulte elegido asumirá su cargo el décimo día después de su
proclamación.
El Presidente elegido conforme a alguno de los incisos precedentes durará en el
cargo hasta completar el período que restaba a quien se reemplace y no podrá postular
como candidato a la elección presidencial siguiente.
Artículo 30.- El Presidente cesará en su cargo el mismo día en que se complete su período
y le sucederá el recientemente elegido.
179
El que haya desempeñado este cargo por el período completo, asumirá,
inmediatamente y de pleno derecho, la dignidad oficial de Ex Presidente de la República.
En virtud de esta calidad, le serán aplicables las disposiciones de los incisos
segundo, tercero y cuarto del artículo 61 y el artículo 62.
No la alcanzará el ciudadano que llegue a ocupar el cargo de Presidente de la
República por vacancia del mismo ni quien haya sido declarado culpable en juicio político
seguido en su contra.
El Ex Presidente de la República que asuma alguna función remunerada con fondos
públicos, dejará, en tanto la desempeñe, de percibir la dieta, manteniendo, en todo caso, el
fuero. Se exceptúan los empleos docentes y las funciones o comisiones de igual carácter de
la enseñanza superior, media y especial.
Artículo 31.- El Presidente designado por el Congreso Pleno o, en su caso, el
Vicepresidente de la República tendrá todas las atribuciones que esta Constitución confiere
al Presidente de la República.
Artículo 32.- Son atribuciones especiales del Presidente de la República:
1º.- Concurrir a la formación de las leyes con arreglo a la Constitución, sancionarlas y
promulgarlas;
2º.- Pedir, indicando los motivos, que se cite a sesión a cualquiera de las ramas del
Congreso Nacional. En tal caso, la sesión deberá celebrarse a la brevedad posible;
180
3º.- Dictar, previa delegación de facultades del Congreso, decretos con fuerza de ley sobre
las materias que señala la Constitución;
4º.- Convocar a plebiscito en los casos del artículo 128;
5º.- Declarar los estados de excepción constitucional en los casos y formas que se señalan
en esta Constitución;
6º.- Ejercer la potestad reglamentaria en todas aquellas materias que no sean propias del
dominio legal, sin perjuicio de la facultad de dictar los demás reglamentos, decretos e
instrucciones que crea convenientes para la ejecución de las leyes;
7º.- Nombrar y remover a su voluntad a los ministros de Estado, subsecretarios, intendentes
y gobernadores;
8º.- Designar a los embajadores y ministros diplomáticos, y a los representantes ante
organismos internacionales. Tanto estos funcionarios como los señalados en el N° 7°
precedente, serán de la confianza exclusiva del Presidente de la República y se mantendrán
en sus puestos mientras cuenten con ella;
9º.- Nombrar al Contralor General de la República con acuerdo del Senado;
10º.- Nombrar y remover a los funcionarios que la ley denomina como de su exclusiva
confianza y proveer los demás empleos civiles en conformidad a la ley. La remoción de los
demás funcionarios se hará de acuerdo a las disposiciones que ésta determine;
11º.- Conceder jubilaciones, retiros, montepíos y pensiones de gracia, con arreglo a las
leyes;
12º.- Nombrar a los magistrados y fiscales judiciales de las Cortes de Apelaciones y a los
jueces letrados, a proposición de la Corte Suprema y de las Cortes de Apelaciones,
181
respectivamente; a los miembros del Tribunal Constitucional que le corresponde designar;
y a los magistrados y fiscales judiciales de la Corte Suprema y al Fiscal Nacional, a
proposición de dicha Corte y con acuerdo del Senado, todo ello conforme a lo prescrito en
esta Constitución;
13º.- Velar por la conducta ministerial de los jueces y demás empleados del Poder Judicial
y requerir, con tal objeto, a la Corte Suprema para que, si procede, declare su mal
comportamiento, o al ministerio público, para que reclame medidas disciplinarias del
tribunal competente, o para que, si hubiere mérito bastante, entable la correspondiente
acusación;
14º.- Otorgar indultos particulares en los casos y formas que determine la ley. El indulto
será improcedente en tanto no se haya dictado sentencia ejecutoriada en el respectivo
proceso. Los funcionarios acusados por la Cámara de Diputados y condenados por el
Senado, sólo pueden ser indultados por el Congreso;
15º.- Conducir las relaciones políticas con las potencias extranjeras y organismos
internacionales, y llevar a cabo las negociaciones; concluir, firmar y ratificar los tratados
que estime convenientes para los intereses del país, los que deberán ser sometidos a la
aprobación del Congreso conforme a lo prescrito en el artículo 54 Nº 1º. Las discusiones y
deliberaciones sobre estos objetos serán secretos si el Presidente de la República así lo
exigiere;
16º.- Designar y remover a los Comandantes en Jefe del Ejército, de la Armada, de la
Fuerza Aérea y al General Director de Carabineros en conformidad al artículo 104, y
182
disponer los nombramientos, ascensos y retiros de los Oficiales de las Fuerzas Armadas y
de Carabineros en la forma que señala el artículo 105;
17º.- Disponer de las fuerzas de aire, mar y tierra, organizarlas y distribuirlas de acuerdo
con las necesidades de la seguridad nacional;
18º.- Asumir, en caso de guerra, la jefatura suprema de las Fuerzas Armadas;
19º.- Declarar la guerra, previa autorización por ley, debiendo dejar constancia de haber
oído al Consejo de Seguridad Nacional, y
20º.- Cuidar de la recaudación de las rentas públicas y decretar su inversión con arreglo a la
ley. El Presidente de la República, con la firma de todos los Ministros de Estado, podrá
decretar pagos no autorizados por ley, para atender necesidades impostergables derivadas
de calamidades públicas, de agresión exterior, de conmoción interna, de grave daño o
peligro para la seguridad nacional o del agotamiento de los recursos destinados a mantener
servicios que no puedan paralizarse sin serio perjuicio para el país. El total de los giros que
se hagan con estos objetos no podrá exceder anualmente del dos por ciento (2%) del monto
de los gastos que autorice la Ley de Presupuestos. Se podrá contratar empleados con cargo
a esta misma ley, pero sin que el ítem respectivo pueda ser incrementado ni disminuido
mediante traspasos. Los Ministros de Estado o funcionarios que autoricen o den curso a
gastos que contravengan lo dispuesto en este número serán responsables solidaria y
personalmente de su reintegro, y culpables del delito de malversación de caudales públicos.
183
Ministros de Estado
Artículo 33.- Los Ministros de Estado son los colaboradores directos e inmediatos del
Presidente de la República en el gobierno y administración del Estado.
La ley determinará el número y organización de los Ministerios, como también el
orden de precedencia de los Ministros titulares.
El Presidente de la República podrá encomendar a uno o más Ministros la
coordinación de la labor que corresponde a los Secretarios de Estado y las relaciones del
Gobierno con el Congreso Nacional.
Artículo 34.- Para ser nombrado Ministro se requiere ser chileno, tener cumplidos veintiún
años de edad y reunir los requisitos generales para el ingreso a la Administración Pública.
En los casos de ausencia, impedimento o renuncia de un Ministro, o cuando por otra
causa se produzca la vacancia del cargo, será reemplazado en la forma que establezca la
ley.
Artículo 35.- Los reglamentos y decretos del Presidente de la República deberán firmarse
por el Ministro respectivo y no serán obedecidos sin este esencial requisito.
Los decretos e instrucciones podrán expedirse con la sola firma del Ministro
respectivo, por orden del Presidente de la República, en conformidad a las normas que al
efecto establezca la ley.
184
Artículo 36.- Los Ministros serán responsables individualmente de los actos que firmaren y
solidariamente de los que suscribieren o acordaren con los otros Ministros.
Artículo 37.- Los Ministros podrán, cuando lo estimaren conveniente, asistir a las sesiones
de la Cámara de Diputados o del Senado, y tomar parte en sus debates, con preferencia para
hacer uso de la palabra, pero sin derecho a voto. Durante la votación podrán, sin embargo,
rectificar los conceptos
emitidos por cualquier diputado o senador al fundamentar su voto.
Sin perjuicio de lo anterior, los Ministros deberán concurrir personalmente a las
sesiones especiales que la Cámara de Diputados o el Senado convoquen para informarse
sobre asuntos que, perteneciendo al ámbito de atribuciones de las correspondientes
Secretarías de Estado, acuerden tratar.
Bases generales de la Administración del Estado
Artículo 38.- Una ley orgánica constitucional determinará la organización básica de la
Administración Pública, garantizará la carrera funcionaria y los principios de carácter
técnico y profesional en que deba fundarse, y asegurará tanto la igualdad de oportunidades
de ingreso a ella como la capacitación y el perfeccionamiento de sus integrantes.
Cualquier persona que sea lesionada en sus derechos por la Administración del
Estado, de sus organismos o de las municipalidades, podrá reclamar ante los tribunales que
185
determine la ley, sin perjuicio de la responsabilidad que pudiere afectar al funcionario que
hubiere causado el daño.
Estados de excepción constitucional
Artículo 39.- El ejercicio de los derechos y garantías que la Constitución asegura a todas
las personas sólo puede ser afectado bajo las siguientes situaciones de excepción: guerra
externa o interna, conmoción interior, emergencia y calamidad pública, cuando afecten
gravemente el normal desenvolvimiento de las instituciones del Estado.
Artículo 40.- El estado de asamblea, en caso de guerra exterior, y el estado de sitio, en caso
de guerra interna o grave conmoción interior, lo declarará el Presidente de la República,
con acuerdo del Congreso Nacional. La declaración deberá determinar las zonas afectadas
por el estado de excepción correspondiente.
El Congreso Nacional, dentro del plazo de cinco días contado desde la fecha en que
el Presidente de la República someta la declaración de estado de asamblea o de sitio a su
consideración, deberá pronunciarse aceptando o rechazando la proposición, sin que pueda
introducirle modificaciones. Si el Congreso no se pronunciara dentro de dicho plazo, se
entenderá que aprueba la proposición del Presidente.
Sin embargo, el Presidente de la República podrá aplicar el estado de asamblea o de
sitio de inmediato mientras el Congreso se pronuncia sobre la declaración, pero en este
último estado sólo podrá restringir el ejercicio del derecho de reunión. Las medidas que
186
adopte el Presidente de la República en tanto no se reúna el Congreso Nacional, podrán ser
objeto de revisión por los tribunales de justicia, sin que sea aplicable, entre tanto, lo
dispuesto en el artículo 45.
La declaración de estado de sitio sólo podrá hacerse por un plazo de quince días, sin
perjuicio de que el Presidente de la República solicite su prórroga. El estado de asamblea
mantendrá su vigencia por el tiempo que se extienda la situación de guerra exterior, salvo
que el Presidente de la República disponga su suspensión con anterioridad.
Artículo 41.- El estado de catástrofe, en caso de calamidad pública, lo declarará el
Presidente de la República, determinando la zona afectada por la misma.
El Presidente de la República estará obligado a informar al Congreso Nacional de las
medidas adoptadas en virtud del estado de catástrofe. El Congreso Nacional podrá dejar sin
efecto la declaración transcurridos ciento ochenta días desde ésta si las razones que la
motivaron hubieran cesado en forma absoluta. Con todo, el Presidente de la República sólo
podrá declarar el estado de catástrofe por un período superior a un año con acuerdo del
Congreso Nacional. El referido acuerdo se tramitará en la forma establecida en el inciso
segundo del artículo 40.
Declarado el estado de catástrofe, las zonas respectivas quedarán bajo la
dependencia inmediata del Jefe de la Defensa Nacional que designe el Presidente de la
República. Este asumirá la dirección y supervigilancia de su jurisdicción con las
atribuciones y deberes que la ley señale.
187
Artículo 42.- El estado de emergencia, en caso de grave alteración del orden público o de
grave daño para la seguridad de la Nación, lo declarará el Presidente de la República,
determinando las zonas afectadas por dichas circunstancias. El estado de emergencia no
podrá extenderse por más de quince días, sin perjuicio de que el Presidente de la República
pueda prorrogarlo por igual período. Sin embargo, para sucesivas prórrogas, el Presidente
requerirá siempre del acuerdo del Congreso Nacional. El referido acuerdo se tramitará en la
forma establecida en el inciso segundo del artículo 40.
Declarado el estado de emergencia, las zonas respectivas quedarán bajo la
dependencia inmediata del Jefe de la Defensa Nacional que designe el Presidente de la
República. Este asumirá la dirección y supervigilancia de su jurisdicción con las
atribuciones y deberes que la ley señale.
El Presidente de la República estará obligado a informar al Congreso Nacional de
las medidas adoptadas en virtud del estado de emergencia.
Artículo 43.- Por la declaración del estado de asamblea, el Presidente de la República
queda facultado para suspender o restringir la libertad personal, el derecho de reunión y la
libertad de trabajo. Podrá, también, restringir el ejercicio del derecho de asociación,
interceptar, abrir o registrar documentos y toda clase de comunicaciones, disponer
requisiciones de bienes y establecer limitaciones al ejercicio del derecho de propiedad.
Por la declaración de estado de sitio, el Presidente de la República podrá restringir
la libertad de locomoción y arrestar a las personas en sus propias moradas o en lugares que
188
la ley determine y que no sean cárceles ni estén destinados a la detención o prisión de reos
comunes. Podrá, además, suspender o restringir el ejercicio del derecho de reunión.
Por la declaración del estado de catástrofe, el Presidente de la República podrá
restringir las libertades de locomoción y de reunión. Podrá, asimismo, disponer
requisiciones de bienes, establecer limitaciones al ejercicio del derecho de propiedad y
adoptar todas las medidas extraordinarias de carácter administrativo que sean necesarias
para el pronto restablecimiento de la normalidad en la zona afectada.
Por la declaración del estado de emergencia, el Presidente de la República podrá
restringir las libertades de locomoción y de reunión.
Artículo 44.- Una ley orgánica constitucional regulará los estados de excepción, así como
su declaración y la aplicación de las medidas legales y administrativas que procediera
adoptar bajo aquéllos. Dicha ley contemplará lo estrictamente necesario para el pronto
restablecimiento de la normalidad constitucional y no podrá afectar las competencias y el
funcionamiento de los órganos constitucionales ni los derechos e inmunidades de sus
respectivos titulares.
Las medidas que se adopten durante los estados de excepción no podrán, bajo
ninguna circunstancia, prolongarse más allá de la vigencia de los mismos.
Artículo 45.- Los tribunales de justicia no podrán calificar los fundamentos ni las
circunstancias de hecho invocados por la autoridad para decretar los estados de excepción,
sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 39. No obstante, respecto de las medidas
189
particulares que afecten derechos constitucionales, siempre existirá la garantía de recurrir
ante las autoridades judiciales a través de los recursos que corresponda.
Las requisiciones que se practiquen darán lugar a indemnizaciones en conformidad
a la ley. También darán derecho a indemnización las limitaciones que se impongan al
derecho de propiedad cuando importen privación de alguno de sus atributos o facultades
esenciales y con ello se cause daño.
190
ANEXO Nº 3
LEY Nº 18.415, ORGANICA CONSTITUCIONAL
DE LOS ESTADOS DE EXCEPCION
Publicada en el Diario Oficial el 14 de Junio de 1985.
Ultima alteración: Ley 18.906, de fecha 24 de enero 1990.
Artículo 1°: El ejercicio de los derechos y garantías que la Constitución Política asegura a
todas las personas, solo puede ser afectado en las situaciones en que esta lo autoriza y
siempre que se encuentren vigentes los estados de excepción que ella establece.
Artículo 2°: Declarado el estado de asamblea, las facultades conferidas al Presidente de la
República podrán ser delegadas, total o parcialmente, en los Comandantes en Jefe de las
Unidades de las Fuerzas Armadas que el designe, con excepción de las de prohibir el
ingreso al país a determinadas personas o de expulsarlas del territorio.
Artículo 3°: Durante el estado de sitio, las facultades conferidas al Presidente de la
República podrán ser delegadas, total o parcialmente, en los Intendentes, Gobernadores o
jefes de la Defensa Nacional que el designe.
Artículo 4°: Declarado el estado de emergencia, las facultades conferidas al Presidente de
191
la República podrán ser delegadas, total o parcialmente, en los jefes de la Defensa Nacional
que el designe.
Artículo 5°: Para los efectos de lo previsto en el inciso primero del No 6° del articulo 41 de
la Constitución Política de la República, durante el estado de emergencia, el jefe de la
Defensa Nacional que se designe tendrá los siguientes deberes y atribuciones:
1. Asumir el mando de las Fuerzas Armadas y de Orden y Seguridad Publica que se
encuentren en la zona declarada en estado de emergencia, para los efectos de velar
por el orden publico y de reparar o precaver el daño o peligro para la seguridad
nacional que haya dado origen a dicho estado, debiendo observar las facultades
administrativas de las autoridades institucionales colocadas bajo su jurisdicción;
2. Dictar normas tendientes a evitar la divulgación de antecedentes de carácter militar;
3. Autorizar la celebración de reuniones en lugares de uso publico, cuando
corresponda, y velar porque tales reuniones no alteren el orden interno;
4. Controlar la entrada y salida de la zona declarada en estado de emergencia y el
transito en ella;
5. Dictar medidas para la protección de las obras de arte y de los servicios de utilidad
publica, centros mineros, industriales y otros;
6. Impartir todas las instrucciones para el mantenimiento del orden interno dentro de la
zona, y
7. Las demás que le otorguen las leyes en su calidad de tal.
192
Artículo 6°: Declarado el estado de catástrofe, las facultades conferidas al Presidente de la
República podrán ser delegadas, total o parcialmente, en los jefes de la Defensa Nacional
que el designe.
Artículo 7°: Para los mismos efectos señalados en el articulo 5° de esta ley, durante el
estado de catástrofe, el jefe de la Defensa Nacional que se designe tendrá los siguientes
deberes y atribuciones:
1. Los contemplados en los números 1, 4 y 5 del articulo 5°;
2. Ordenar el acopio, almacenamiento o formación de reservas de alimentos, artículos
y mercancías que se precisen para la atención y subsistencia de la población en la
zona y controlar la entrada y salida de tales bienes;
3. Determinar la distribución o utilización gratuita u onerosa de los bienes referidos
para el mantenimiento y subsistencia de la población de la zona afectada;
4. Establecer condiciones para la celebración de reuniones en lugares de uso publico;
5. Impartir directamente instrucciones a todos los funcionarios del Estado, de sus
empresas o de las municipalidades que se encuentren en la zona, con el exclusivo
propósito de subsanar los efectos de la calamidad publica;
6. Difundir por los medios de comunicación social las informaciones necesarias para
dar tranquilidad a la población;
193
7. Dictar las directrices e instrucciones necesarias para el mantenimiento del orden en
la zona, y
8. Las demás que le otorguen las leyes en su calidad de tal.
Artículo 8°: Los estados de excepción constitucional se declararan mediante decreto
supremo firmado por el Presidente de la República y los Ministros del Interior y de Defensa
Nacional, y comenzaran a regir desde la fecha de su publicación en el Diario Oficial. Los
estados de asamblea y de catástrofe podrán declararse por un plazo máximo de noventa
días, pero el Presidente de la República podrá solicitar nuevamente su prorroga o su nueva
declaración si subsisten las circunstancias que lo motivan. Los estados de sitio y
emergencia se declararan y prorrogaran en la forma que establecen las normas
constitucionales pertinentes.
El decreto que declare el estado de sitio con el acuerdo del Congreso Nacional deberá
publicarse dentro del plazo de tres días, contado desde la fecha del acuerdo aprobatorio, o
bien contado desde el vencimiento del plazo de diez días que señala el artículo 40 No 2°,
inciso segundo, de la Constitución, si no hubiere habido pronunciamiento del Congreso.
Sin embargo, si el Presidente de la República aplicare el estado de sitio con el solo acuerdo
del Consejo de Seguridad Nacional, dicho estado comenzara a regir a contar de la fecha del
acuerdo, sin perjuicio de su publicación en el Diario Oficial dentro de tercero día.
194
Para decretar el estado de asamblea bastara la existencia de una situación de guerra externa
y no se requerirá que la declaración de guerra haya sido autorizada por ley.
Artículo 9°: El Presidente de la República delegara las facultades que le correspondan y
ejercerá sus atribuciones mediante decreto supremo, exento del trámite de toma de razón.
Las atribuciones del Presidente de la República podrán ejercerse mediante decreto supremo,
exento del trámite de toma de razón firmado por el Ministro del Interior bajo la formula
"Por Orden del Presidente de la República". Tratándose de las atribuciones
correspondientes al estado de asamblea se requerirá además la firma del Ministro de
Defensa.
Artículo 10: Las facultades que el Presidente de la República delegue en las autoridades
que señala esta ley serán ejercidas, dentro de la respectiva jurisdicción, mediante la
dictación de resoluciones, ordenes o instrucciones exentas del trámite de toma de razón.
Tratándose de Comandantes en Jefe o jefes de la Defensa Nacional, estos podrán dictar,
además, los bandos que estimaren convenientes.
Artículo 11: Todas las medidas que se adopten en virtud de los estados de excepción
deberán ser difundidas o comunicadas, en la forma que la autoridad determine.
195
En ningún caso esta difusión podrá implicar una discriminación entre medios de
comunicación del mismo género.
Artículo 12: Entiéndese que se suspende una garantía constitucional cuando
temporalmente se impide del todo su ejercicio durante la vigencia de un estado de
excepción constitucional.
Asimismo, entiéndese que se restringe una garantía constitucional cuando, durante la
vigencia de un estado de excepción, se limita su ejercicio en el fondo o en la forma.
Artículo 13: Las medidas que se adopten durante los estados de excepción en ningún caso
podrán prolongarse mas allá de la vigencia de dichos estados.
Si, en conformidad con lo dispuesto en el inciso final del Nº 2° del articulo 40 de la
Constitución, el estado de sitio fuere prorrogado, las medidas adoptadas en su virtud
subsistirán durante la prorroga.
En el caso del inciso tercero del Nº 2° del articulo 40 de la Constitución, todas las medidas
que el Presidente de la República hubiere aplicado en virtud de dicha disposición quedaran
sin efecto si el Congreso rechazare la proposición de declarar el estado de sitio.
196
Artículo 14: La persona afectada con la medida de expulsión del territorio de la República
o de prohibición de ingreso al país durante el estado de asamblea, podrá solicitar la
reconsideraron de la respectiva medida, sin perjuicio de que la propia autoridad la deje sin
efecto en la oportunidad que ella misma determine.
Artículo 15: Declarado el estado de asamblea o el de sitio por causa de guerra interna y
nombrado el Comandante en Jefe de un Ejercito para operar contra el enemigo extranjero o
contra fuerzas rebeldes o sediciosas organizadas militarmente, cesara la competencia de los
tribunales militares en tiempo de paz y comenzara la de los tribunales militares en tiempo
de guerra, en todo el territorio declarado en estado de asamblea o de sitio.
Artículo 16: La medida de traslado solo podrá cumplirse en localidades urbanas.
Para los efectos de esta ley, entiéndese por localidad urbana aquella que se encuentra dentro
del radio urbano en que tenga su asiento una municipalidad.
Artículo 17: En los casos en que se dispusieren requisiciones de bienes o establecieren
limitaciones al ejercicio del derecho de propiedad, habrá lugar a la indemnización de
perjuicios en contra del Fisco, siempre que los mismos sean directos. La interposición de
dicha acción no suspenderá, en caso alguno, la respectiva medida.
Artículo 18: La autoridad al hacer una requisición practicara un inventario detallado de los
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bienes, dejando constancia del estado en que se encuentren. Copia de este inventario deberá
entregarse dentro de cuarenta y ocho horas a quien tuviere el o los bienes en su poder al
momento de efectuar la requisición.
En el caso de las limitaciones que se impongan al derecho de propiedad, bastara que la
autoridad notifique al afectado, dejándole copia del documento que dispuso la respectiva
limitación.
Artículo 19: El monto de la indemnización y su forma de pago serán determinados de
común acuerdo entre la autoridad que ordeno la requisición y el afectado por la medida.
Este acuerdo deberá ser, en todo caso, aprobado por la autoridad de Gobierno Interior
correspondiente al lugar donde se practico, dentro del plazo de diez días de adoptado. A
falta de acuerdo, el afectado podrá recurrir, dentro del plazo de treinta días, ante el Juez de
Letras en lo Civil competente. El Tribunal dará a esta presentación una tramitación
incidental, fijando en su sentencia el monto definitivo de la indemnización que
corresponda, la que deberá ser pagada en dinero efectivo y al contado.
Artículo 20: La acción indemnizatoria prescribirá en el plazo de un año, contado desde la
fecha de termino del estado de excepción.
Artículo 21: Las expensas de conservación y aprovechamiento de los bienes requisados o
que fueren objeto de alguna limitación del dominio serán siempre de cargo fiscal.
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Artículo 22: Derogase todas las normas que autoricen para suspender, restringir o limitar
los derechos constitucionales en situaciones de excepción.
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