la imagen como signo - peirce
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1) Buscar ejemplos de iconos, símbolos e índices (uno de cada uno).
Un signo, o REPRESENTAMEN, es algo que, para alguien, representa o se refiere a algo
en algún aspecto o carácter. Se dirige a alguien, esto es, crea en la mente de esa persona un
signo equivalente, o tal vez, un signo aún más desarrollado. Este signo creado es lo que
llama el INTERPRETANTE del primer signo. El signo está en lugar de algo, su OBJETO.
Está en lugar de ese objeto, no en todos los aspectos, sino sólo con referencia a una suerte
de idea, que a veces he llamado el FUNDAMENTO del representamen.
Desde el punto de vista de sus relaciones con sus objetos dinámicos, Charles Peirce,
dividió los signos en: Iconos, Índices y Símbolos. (Esta división fue desarrollada en el año
1867).
Ícono
Pierce al ícono lo definió como un signo que está determinado por su objeto dinámico en
virtud de su propia naturaleza interna.
Un ícono es un signo que poseería el carácter que lo vuelve significativo aún cuando su
objeto no tuviera existencia.
En esta imagen observamos que los íconos representan a lo masculino y femenino
respectivamente. Son figuras que representan de manera directa el ser varón y mujer.
Este planisferio representa claramente el ícono del mundo entero.
En esta imagen podemos ver que el icono representa a un teléfono.
Esta imagen del reloj representa directamente el tiempo.
Índice
Es definido como un signo determinado por un objeto dinámico en virtud de estar en
relación real con él. Un índice es un signo que perdería al instante el carácter que hace de él
un signo si su objeto fuera suprimido.
En esta imagen se puede ver que la huella es índice de búsqueda o investigación, o de que
alguien paso por allí, etc.
En este caso el humo es indicio de hay fuego.
En esta imagen el rayo es un índice que va haber una tormenta.
Símbolo
Lo definió como un signo que es determinado por su objeto dinámico solamente en el
sentido de que así será interpretado. Por lo tanto, depende de una convención, de un hábito,
o de una disposición natural de su interpretante, o del campo de su interpretante (el campo
del cual el interpretante es una determinación).
Un símbolo es un signo que perdería el carácter que lo convierte en un signo si no hubiera
interpretante.
En esta imagen podemos ver como el símbolo representado por una balanza es símbolo
del equilibrio.
Es esta imagen el yin-yang es un símbolo que representa el bien y el mal.
En este caso el semáforo es un símbolo socialmente aceptado, ya que todos sabemos que
el color rojo significa detención.
El símbolo que representa a las Olimpiadas ha sido escogido arbitrariamente entre un
grupo determinado de personas que deseaban representar los 5 continentes unidos por una
ocasión especial.
Estas imágenes son símbolos de la paz.
2) Buscar un ejemplo de un mismo representamen que aluda a 3 objetos distintos.
En la siguiente imagen podemos observar un representamen que alude a tres objetos
distintos.
1. Fruta.
2. Lujuria.
3. Prohibición.
3) Buscar un ejemplo de un mismo objeto aludido por 3 representámenes distintos.
Los siguientes tres representamenes aluden a un mismo objeto: el peligro.
4) Elegir un aviso publicitario y redactar a partir de él qué conceptos de Peirce
podrían aplicarse para su análisis.
El ícono es un signo que mantiene con su objeto una relación de semejanza entre la
situación que, en este caso, es la acción que realiza el famoso “Hombre araña” para poder
agarrar una porción de pizza que se encuentra en una mesa dentro de una habitación, con la
representación de esa situación a través de una fotografía.
El índice de esta publicidad es mostrarnos como la nueva tecnología de alta definición de
Claro nos puede brindar una experiencia más real a la hora de ver televisión.
El símbolo es la televisión, que por su alta calidad nos puede acercar cada vez más al
mundo virtual como lo es el de esta película.
El ícono es un signo que mantiene con su objeto una relación de semejanza entre los
productos para el cabello de Herbal Essences y las plantas que los rodean.
El índice de esta publicidad es mostrarnos como los productos de hidrocauterización de la
marca Herbal Essences tienen una gran cercanía con lo natural, mostrando como los
productos son entrelazados con hierbas, flores y frutas.
El símbolo es embace de los productos que, por sus colores y su entorno natural, nos
quieren mostrar una forma más sana de tratar al cabello.
5) Ampliar información sobre Umberto Eco. ¿Qué otros textos ha escrito? ¿Cuál es el
concepto sobre lo icónico que presenta?
Umberto Eco nació en la ciudad de Alessandria, en el norte de Italia. Se doctoró
en Filosofía y Letras en la Universidad de Turín en 1954 con un trabajo que publicó dos
años más tarde con el título de El problema estético en Santo Tomás de Aquino (1956).
Trabajó como profesor en las universidades de Turín y Florencia antes de ejercer durante
dos años en la de Milán. Después se convirtió en profesor de Comunicación visual en
Florencia en 1966. Fue en esos años cuando publicó sus importantes estudios de
semiótica Obra abierta (1962) y La estructura ausente (1968), de sesgo ecléctico. Desde
1971 ocupa la cátedra de Semiótica en la Universidad de Bolonia. En febrero de 2001 creó
en esta ciudad la Escuela Superior de Estudios Humanísticos, iniciativa académica solo
para licenciados de alto nivel destinada a difundir la cultura universal. También cofundó en
1969 la Asociación Internacional de Semiótica, de la que es secretario.
¿Qué otros textos ha escrito?
Distinguido crítico literario, semiólogo y comunicólogo, Umberto Eco empezó a publicar
sus obras narrativas en edad madura (aunque en conferencias recientes cuenta de sus
experimentos juveniles, los que incluyen la edición artesanal de un cómic en la
adolescencia). En 1980 se consagró como narrador con El nombre de la rosa, novela
histórica culturalista susceptible de múltiples lecturas (como novela filosófica, novela
histórica o novela policíaca, y también desde el punto de vista semiológico). Se articula en
torno a una fábula detectivesca ambientada en un monasterio de la Edad Media el año
1327; sonoro éxito editorial, fue traducida a muchos idiomas y llevada al cine en 1986 por
el director francés Jean-Jacques Annaud. Escribió además otras novelas como El péndulo
de Foucault (1988), fábula sobre una conspiración secreta de sabios en torno a temas
esotéricos, La isla del día de antes (1994), parábola kafkiana sobre la incertidumbre y la
necesidad de respuestas, Baudolino (2000), una novela picaresca -también ambientada en la
Edad Media- que constituye otro rotundo éxito y sus últimas obras, La Misteriosa Llama de
la Reina Loana (2004) y El cementerio de Praga (2010).
Ha cultivado también otros géneros como el ensayo, donde destaca notablemente con
títulos como Obra abierta (1962), Diario mínimo (1963), Apocalípticos e
integrados (1965),La estructura ausente (1968), Il costume di casa (1973), La forma y el
contenido (1971), El signo (1973), Tratado de semiótica general (1975), El super-hombre
de masas(1976), Desde la periferia al imperio (1977), Lector in fabula (1979), Semiótica y
filosofía del lenguaje (1984), Los límites de la interpretación (1990), Seis paseos por los
bosques narrativos (1990), La búsqueda de la lengua perfecta (1994), Kant y el
ornitorrinco (1997) y Cinco escritos morales (1998).
Sus novelas
Valiéndose de características propias de la novela gótica, la crónica medieval, la novela
policíaca, el relato ideológico en clave y la alegoría narrativa.
El nombre de la rosa narra las actividades detectivescas de Guillermo de Baskerville para
esclarecer los crímenes cometidos en una abadía benedictina...
Y a esta apasionante trama debe sumarse la admirable reconstrucción de una época
especialmente conflictiva, reconstrucción que no se detiene en lo exterior sino que ahonda
en las formas de pensar y sentir del siglo XVI.
Tres intelectuales que trabajan en una editorial de Milán establecen contacto con autores
interesados en las ciencias ocultas, las sociedades secretas y las conjuras cósmicas.
En un primer momento dicha relación se mantiene estrictamente profesional, pero poco a
poco van estrechándose los lazos.
Editores y autores inventan juntos, por puro juego, un complejo "plan", urdido
supuestamente por los templarios siete siglos atrás. Pero alguien toma demasiado en serio el
juego, y todos ellos se verán inmersos en una inquietante pesadilla.
Treinta años después de El nombre de la rosa, Umberto Eco vuelve para mostrarnos que,
en la literatura y en la vida, nada es lo que parece y nadie es quien dice ser.
Todo tiene que ver con la conveniencia, y así hasta puede acabar triunfando el rufián que
desconfía de todos y que siempre se mantiene alerta, aunque no se mueva casi de ese sitio
en el que lo vemos al comenzar esta historia verdaderamente extraordinaria.
París, marzo de 1897. Las primeras páginas de El cementerio de Praga nos muestran a un
hombre de sesenta y siete años que escribe sentado a una mesa, en una habitación
abarrotada de muebles: es el capitán Simonini, un piamontés afincado en la capital
francesa, que desde muy joven se dedica al noble arte de crear documentos falsos.
De pocas palabras, misógino y glotón, el capitán se inspira en los folletines de Dumas y
Sue para dar fe de complots inexistentes, fomentar intrigas o difamar a las grandes figuras
de la política europea.
Caballero sin escrúpulos, Simonini trabaja al servicio del mejor postor: si antes fue el
gobierno italiano quien pagó por sus imposturas, luego llegaron los encargos de Francia y
Prusia, e incluso Hitler acabará aprovechándose de sus malvados oficios, esos que hacen
brillar cada página de esta magnífica novela.
Sus ensayos:
Como su propio nombre indica, este ensayo pretende ser - a modo del Curso de
Lingüística General de Saussure-, un tratado cuya finalidad es definir y constituir la ciencia
semiótica, su terminología y sus contenidos, partiendo del concepto general con el que el
mismo Saussure intuye que debe ser el fin de esta ciencia, esbozando sus propósitos y sus
límites. Es, hasta el momento, el proyecto más serio y fundado de acometer este estudio
Publicado por primera vez en 1968, La estructura ausente es una crítica única en su
momento del estructuralismo de Claude Lévi-Strauss. Eco declara que dicha teoría es uno
de los fundamentos de la investigación semiótica, pero se opone a ese estructuralismo que
mimetiza las leyes de la mente con las leyes de la naturaleza.
“Signo es todo cuanto representa otra cosa en algún aspecto para alguien. Signo es lo
que puede interpretarse” (Umberto Eco). Este autor ha escrito que los fenómenos naturales
no dicen nada por sí mismos, que se vive en un mundo de signos porque se vive en
sociedad. Según esto, los signos serían característicos de los seres humanos, por vivir en
sociedad, y harían parte de los códigos que rigen las relaciones sociales, los usos sociales.
Para Umberto Eco los signos icónicos no poseen las cualidades del objeto representado,
sino que reproducen algunas condiciones de la percepción común del individuo basándose
en códigos perceptivos normales y seleccionando los estímulos que permiten construir una
estructura perceptiva (fundada en códigos de experiencia adquirida a lo largo de toda la
vida) que tengan el mismo significado que el de la experiencia real denominada por el
signo icónico.
Según Eco, los signos icónicos son convencionales y no poseen las propiedades de la
cosa representada, sino que transcriben, según un código, algunas condiciones de la
experiencia. Llega a la conclusión de que el contenido del signo icónico puede consistir en
propiedades ópticas (visibles), ontológicas (las presuntas) y convencionalizadas
(inexistentes pero detonantes) de lo representado.
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