la revista agraria 173, mayo 2015 (texto completo)
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8/9/2019 La Revista Agraria 173, Mayo 2015 (texto completo)
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AÑO 15 N.º 173MAYO de 2015
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8/9/2019 La Revista Agraria 173, Mayo 2015 (texto completo)
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2 LA REVISTA AGRARIA / 173
Publicaciones
contenido
4
7
Agricultores familiares:
no todos son iguales ni
necesitan lo mismo
MESA REDONDA
La agroexportación en el
Perú
El Poncho Verde. Cajamarca yla visión de Pablo Sánchez Ze-
vallos. Asociación Los Andes
de Cajamarca (ALAC) y Minera
Coimolache. Lima, diciembre
de 2014.
La publicación recoge el trabajo y el
compromiso de uno de los cajamar-
quinos más ilustres y reconocidos
por su labor en la protección y la conservación de la riqueza natural de
la región: el ingeniero agrónomo Pablo Sánchez Zevallos, cuyo legado
se resume en una de sus frases más sencillas: «Cubramos la montaña
de un poncho verde». El libro tiene el objetivo de ser un aporte al desa-
rrollo turístico, social y cultural de Cajamarca, mediante una edición que
muestra la biodiversidad y el enorme potencial de la región. La fnalidades restaurar las laderas deforestadas y degradadas, convirtiendo a los
árboles en un elemento revitalizador del espacio rural y en una fuente de
producción y capitalización.
Apropiarse del desierto. Agricultura globalizada y dinámicas socioambientales en la costa pe-
ruana. El caso de los oasis de Virú e Ica-Villacuri . Marshall, Anaïs. Instituto Francés de EstudiosAndinos (IFEA) e Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD), 2014.Este libro es fruto de una tesis de doctorado sustentada en la Universidad Paris 1 - Panthéon-Sorbonne (2009) por la geógrafa
francesa Anaïs Marshall, catedrática de la Universidad Paris 13 - Norte, Sorbonne-Paris-Cité. Desde los años noventa, uno
de los más importantes efectos de la política de liberalización de mercados económicos y de liberalización del mercado
de tierras, en el Perú, es la implantación de empresas agroindustriales, principalmente en el desierto costero, donde se
observa una profunda transformación del espacio rural. ¿En qué condiciones se han instalado dichas empresas? ¿Qué tipo
de relaciones instauran con los otros actores del medio rural local? ¿Cuáles son los efectos sociales y ambientales de esasinstalaciones? La autora responde estas preguntas analizando el caso de los valles de Virú e Ica-Villacuri.
Debate Agrario. Análisis y Alternativas,núm. 47. Eguren, Fernando (dir.). Lima:
Centro Peruano de Estudios Sociales
(Cepes), abril de 2015.
A raíz de la rápida y marcada elevación de los
precios de algunos alimentos básicos en 2007
y 2008, la seguridad alimentaria escaló varios
peldaños como un problema preocupante en la
agenda de varios países. Lamentablemente, en
el Perú, debido a diversos factores, la seguridad
alimentaria no ocupa un lugar destacado en la
agenda política. El análisis de este complejo proceso fue el objetivo del
Foro de Seguridad Alimentaria: Desafíos del Futuro y Tareas del Pre-
sente, organizado por Cepes en noviembre de 2013 y cuyas ponencias
se recogen en esta edición de Debate Agrario. Los autores tienenla expectativa de que la publicación contribuya a reavivar el interés por
un tema de tanta importancia para la población, como es el alcanzar la
seguridad alimentaria para todos.
15
Cuando los intereses
lucrativos quieren pesar
más que la salud de los
niños
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l intento de limitar el tamaño de la propiedadagraria, otra vez se pone en agenda: un grupo
de parlamentarios pondrá a consideración de la
Comisión Agraria del Congreso de la República una
propuesta que establece límites máximos a la extensión
de tierras. Recordemos que el establecimiento de
límites no es algo nuevo en la historia peruana.
No hay que olvidar que, en la década de 1950,
una propuesta de ley planteada por la Comisión
de Reforma Agraria y la Vivienda, formada por el
gobierno de Manuel Prado, recomendaba un límite de
250 hectáreas en la costa. Años después, la reforma
agraria emprendida por el gobierno del general
Velasco Alvarado estableció para esa región un límite
máximo de 150 hectáreas. Durante el gobierno de
Alberto Fujimori, se derogó la normativa anterior y
se eliminaron los límites. Fue así como volvieron a
constituirse nuevos latifundios, los que en la actualidad
son propietarios de alrededor de la tercera parte de las
tierras de cultivo de la costa.
Estos latifundios, sin embargo, son bastante
diferentes de los que existían antes de la reformaagraria: están orientados a la exportación, aplican
tecnologías modernas y técnicas de administración
efcientes, y cumplen con un conjunto de regulaciones
impuestas por los agentes que importan la producción,
entre ellas las que aseguran la inocuidad de los
productos y condiciones laborales mínimas aceptables.
Es importante subrayar que muchos de los nuevos
latifundistas tienen hoy extensiones bastante mayores
que las que tenían los hacendados de antaño y que
fueron expropiados por la reforma agraria.
También debe destacarse el hecho de que losmayores neolatifundistas son corporaciones con
intereses en otros sectores de la economía —fnanzas,
editorial
E
Fernando Eguren
Director
Los límites de la propiedad agraria:nuevamente en discusión
seguros, pesca, comercio, transporte, etc.; la actividadagraria es una más entre otras—. Entre ellos están los
grupos familiares Romero, Rodríguez, Brescia, Dyer,
Huancaruna, Oviedo y Wong. Hay que anotar que los
sucesivos gobiernos, desde la década de 1990, han sido
los principales promotores de la creación y desarrollo
de esta estructura neolatifundiaria al trasladar a estas
corporaciones las decenas de miles de hectáreas
eriazas ganadas al cultivo gracias a grandes obras de
irrigación. Estas operaciones han sido subsidiadas con
miles de millones de dólares. Igualmente, los mismos
gobiernos han fomentado la consolidación de los
neolatifundios con una legislación que no solo reduce
a la mitad el impuesto a la renta a la agroindustria, sino
también reduce los costos laborales.
La reciente propuesta alcanzada a la Comisión
Agraria para que sea dictaminada recoge en lo esencial
la que fuera presentada por el congresista José León en
2011: el establecimiento de techos a la propiedad de
10 000 hectáreas bajo riego en la costa, 5 000 hectáreas
bajo riego en la sierra y 20 000 hectáreas bajo riego en
la selva. No propone ninguna limitación para las tierrasde cultivo de secano, que no tienen riego.
Al proponerse límites tan elevados, lo que se
hace en realidad es promover que continúe el proceso
de formación de latifundios, en abierto contraste con
la declarada motivación que da lugar a la propuesta
presentada a la Comisión: defender y apoyar a
la pequeña y mediana agricultura. La suposición
de que el establecimiento de esos límites logrará
cumplir con esa defensa solo puede explicarse por el
desconocimiento de la realidad agraria o por un ánimo
demagógico de los autores.
Publicación del Centro Peruano de Estudios Sociales
Av. Salaverry 818, Jesús María, Lima 11/ PerúTelf. (511) 4336610
Email: agraria@cepes.org.peWeb: www.larevistaagraria.org
www.facebook.com/LaRevistaAgrariaTwitter: @RevistaAgraria
Directora fundadoraBertha Consiglieri (1950-2007)
Director Fernando EgurenComité editorial
Laureano del Castillo, Javier Alvarado,Beatriz Salazar, Ricardo Marapi,Pedro Castillo, Miguel PintadoCorrección/Diagramación
Antonio Luya / José Rodríguez
Distribución gratuita con La Repúblicael último miércoles de cada mes.
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Algunos derechos reservados
Usted es libre de copiar, distribuir y comunicar públi–camente esta obra bajo las condiciones siguientes:- Debe reconocer los créditos de la obra- Debe ser usada solo para propósitos no comerciales- No se puede alterar, transformar o generar una
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4 LA REVISTA AGRARIA / 173
pa alrededor del 97 % de las 2 213 000unidades agropecuarias (UA) regis-
tradas por el último Censo Nacional
Agropecuario (IV Cenagro). Cerca de
los dos tercios están en la sierra, pero
su número es también muy importante
en las otras dos regiones (ver tabla 1).
Su presencia es tan abrumadora, que
no puede concebirse el desarrollo rural
—la manera más ecaz para combatir
la pobreza en el campo— sin que ella
desempeñe un papel central. Además,
dado el peso de lo rural en la mayor parte de las regiones, el fomento y
el progreso de la agricultura familiar
serían un impulso importante para el
desarrollo descentralizado del país y
de cada una de las regiones.
¿Qué es la agricultura familiar?
Aunque hay matices en su deni-
ción, hay consenso internacional en
cuanto a que una denición operativa
de la AF debe contener, al menos,
Son más de 550 millones los agricul-tores familiares en el mundo. Están
presentes en los cinco continentes,
y en todos ellos conforman la más
numerosa y principal fuente provi-
sora de alimentos. Va creciendo un
consenso global acerca de que, en
un futuro lleno de incertidumbres, la
agricultura familiar (AF) está del lado
de las soluciones.
En el Perú, la AF predomina sobre
las otras formas de agricultura: agru-
AGRICULTORESFAMILIARESNo todos son iguales ni
necesitan lo mismo* Fernando Eguren / Miguel Pintado1
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tres elementos comunes: i) la con-
ducción directa del predio y el uso
preponderante de la fuerza de trabajo
familiar; ii) el acceso limitado a los
recursos, sobre todo, tierra y capital;
y iii) la estrategia de supervivencia de
ingresos múltiples (por tener recursoslimitados, las familias requieren diver-
sicar sus fuentes de ingresos con ac-
tividades económicas extraprediales).
Aun participando de estos elemen-
tos comunes, el universo de la AF es
muy heterogéneo. Reconocer esta
heterogeneidad es muy importante,
pues, cuando se trata de denir polí-
ticas, estas tienen que adecuarse a los
diferentes tipos de AF; sería un error
pensar que una política puede sercomún a todos ellos. A esta tipología
se dedica lo que sigue de este artículo.
La heterogeneidad de la
agricultura familiar
Para dar cuenta de la heterogenei-
dad de la AF y elaborar los tipos de
AF existentes, utilizamos la informa-
ción de la base de datos del IV Cena-
gro y tomamos en consideración dos
variables: i) el tamaño de la UA enhectáreas, adoptando como extensión
máxima 10 hectáreas estandarizadas2;
y ii) el nivel tecnológico de la UA: la
ausencia o presencia de riego y el uso
de semillas certicadas3. Excluimos
como parte de la AF a toda UA que
emplea asalariados permanentes.
La tipología resultante es la si-
guiente:
- Agricultura familiar de subsis-
tencia (AFS). Incluye aquellasUA menores de 2 hectáreas es-
tandarizadas y que pueden, o no,
hacer uso de ambas tecnologías
(riego o semillas certicadas). Aun
contando con un nivel tecnológico
adecuado, su aprovechamiento
enfrenta severas restricciones de-
bido al limitado acceso a la tierra.
Tomando en cuenta la variable de
control tecnológica, este tipo puede
subdividirse en dos grupos:
o Agricultura familiar de subsis-
tencia crítica. Está conformada
por aquellas UA que cuentan
con menos de 2 hectáreas es-
tandarizadas, pero no tienenriego y no hacen uso de semillas
certificadas. Se consideran en
estado crítico, puesto que poseen
escasas tierras y su nivel tecno-
lógico —en términos de los dos
indicadores estudiados— es nulo.
o Agricultura familiar de subsis-
tencia no crítica. Está compuesta
por UA con extensión menor de
2 hectáreas estandarizadas y que
hacen uso de por lo menos una
de las dos tecnologías analizadas.
Si bien algunas pueden tener unnivel tecnológico adecuado, su
limitada extensión restringe las
posibilidades de expansión de
la producción, lo que hace ex-
tremadamente difícil un nivel de
capitalización que supere la sola
reproducción familiar.
- Agricultura familiar intermedia
(AFI). Comprende a todas las
unidades agropecuarias de 2 a 5hectáreas estandarizadas y que
pueden, o no, hacer uso de ambas
tecnologías. Al igual que en el caso
anterior, podemos subdividirla
a partir de la variable de control
tecnológica:
o Agricultura familiar intermedia
con menor potencial . Reúne
a aquellas UA de entre 2 y 5
hectáreas estandarizadas4 que
no tienen acceso al riego y nousan semilla certicada; es decir,
tienen escaso potencial tecnoló-
gico.
o Agricultura familiar intermedia
con mayor potencial . A diferencia
de la anterior, aquí las UA usan al
menos una de las dos tecnologías
(riego y semillas certificadas).
La combinación entre mayores
recursos naturales (tierra) y tec-
nológicos abre la posibilidad de
»
«El hecho de que lainmensa mayoríade las unidades
agropecuarias
familiares son de
subsistencia (con
escasa tierra y bajos
niveles tecnológicos)
implica que las
políticas orientadas
a ellas no pueden
limitarse a la actividad
agraria: tienen que ser
multisectoriales.
Tabla 1. Distribución de las UA según tipo de agricultura y región natural, 2012
Regiónnatural
Agricultura familiar Agricultura no familiar Total
N.° de UA % N.° de UA % N.° de UA
Costa 324 363 15 26 137 46 350 500
Sierra 1 392 032 65 15 000 27 1 407 032
Selva 440 438 20 15 536 27 455 974
Perú 2 156 833 100 56 673 100 2 213 506
Fuente: IV Cenagro. Elaboración propia.
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6 LA REVISTA AGRARIA / 173
superar los requerimientos de la
reproducción familiar, aunque,
dada la escasa dotación de tierras,
con dicultades.
- Agricultura familiar consolidada
( AFC). Comprende las UA con ex-tensiones de 5 a 10 hectáreas estan-
darizadas5. Todas estas UA utilizan al
menos una tecnología considerada,
aunque con frecuencia las dos. Estas
condiciones necesarias son coheren-
tes con la mayor estabilidad de las
UA pertenecientes a este segmento
y que poseen un mayor grado de
capitalización y de acceso a recursos.
¿Dónde están? Distribución dela AF por tipo según regiones
La AF es, como se ha visto, ab-
solutamente mayoritaria en el Perú.
La mayor parte —el 88 %— es AF
de subsistencia, porcentaje que en su
mayor parte está en situación crítica.
Apenas el 2.1 % de la AF está conso-
lidada, y el 10 % está en una situación
intermedia. Esta distribución varía
entre las regiones: en la sierra, el 95 %
de las UA son AF de sobrevivencia,y apenas el 1.2 % son consolidadas.
En la costa, la importancia de la AFC
es mayor, pues representa el 10.4 %
de las UA de esa región, pero las de
sobrevivencia son casi dos tercios del
total regional (tabla 2).
Reexiones fnales
Poca duda cabe acerca de que las
necesidades de, por ejemplo, una
AFS crítica ubicada en las zonasaltas de los Andes son diferentes
de las de una AFC localizada en
la costa. Mientras que esta última
puede aprovechar mejor políticas
sectoriales que contribuyan a mejorar
su actividad productiva agraria, la
primera —dado lo limitado de sus
activos— encontrará mejores opor -
tunidades en actividades económicas
extraprediales más dinámicas en su
distrito o provincia, promovida por
los gobiernos regionales o locales
y en una perspectiva multisectorial.
De ahí la relevancia de tomar en
cuenta los tipos de AF: medidas que
son apropiadas para un tipo de AF, pueden no serlo para otro tipo. Así, el
hecho de que la inmensa mayoría de
las unidades agropecuarias familiares
son de subsistencia (con escasa tierra
y bajos niveles tecnológicos) implica
que las políticas orientadas a ellas no
pueden limitarse a la actividad agra-
ria: tienen que ser multisectoriales.
Por otro lado, la heterogeneidad de
la AF no se limita a las diferencias
en el tamaño del predio o en el niveltecnológico. En el Perú, un porcentaje
apreciable de la AF forma parte de co-
munidades campesinas y nativas. Los
diversos entornos institucionales y
culturales también deben ser tomados
en consideración, pues ellos inuyen,
por ejemplo, en los comportamientos
de las familias, en sus prácticas pro-
ductivas y en la forma en que usan
los recursos. Estas particularidades
también tienen que ser consideradasen el momento de diseñarse políticas
que pretendan apoyar a la AF, el
sector social —con largueza— más
importante del campo.
Notas* Este artículo resume una sección de un es-
tudio más amplio realizado por los autores
a solicitud de la FAO.
1 Sociólogo. Director de La Revista Agraria
y presidente del Cepes / Economista. Inves-
tigador del Cepes.
2 Puesto que no toda tierra tiene la misma
signicación económica, para comparardiferentes tipos de tierra es necesario apli-
car un coeciente de estandarización. Estetoma en cuenta las diferencias en términos
del acceso al riego (distinción entre UAbajo riego y en secano), la localizaciónde las UA (costa, sierra y selva) y el tipode tierra que compone la UA (tierras con
cultivos, pastos naturales, manejados, etc.).Ver José María Caballero y Elena Álvarez,Aspectos cuantitativos de la reforma agraria
1969-1979 , apéndice 1, «Metodología parael cálculo de los coecientes de estandari-
zación de tierras», IEP..
3 De una lista extensa de indicadores
tecnológicos, se escogieron solo dos: la presencia de riego y el uso de semillas
certicadas, pues consideramos que sonlos principales indicadores del nivel tec-nológico de las UA. En el caso del acceso
al riego, su importancia es indiscutible enla medida en que es considerado el primer
y más importante cambio técnico en la
agricultura. En el caso del uso de semilla
certicada, lo consideramos un indicadortecnológico clave, puesto que supone elacompañamiento de otras tecnologías
(paquete tecnológico), como plaguicidas,insecticidas, fertilizantes, etc.
4 En este grupo también están incluidas las
UA mayores e iguales a 5 hectáreas es-
tandarizadas que no cuentan con ninguna
de las dos tecnologías de estudio. Solo el
mayor acceso a la tierra no garantiza que
la UA sea categorizada como de agricul-
tura familiar consolidada, pues ese mayoracceso debe ser combinado con un nivel
tecnológico adecuado.
5 Una excepción a esta regla es el caso de las
UA que, aun teniendo una extensión mayoro igual a las 10 hectáreas estandarizadas,
son consideradas dentro de la AF (conso-
lidada). Este es el caso de las UA, de diezhectáreas a más, cuya fuerza de trabajo noestá compuesta por trabajadores remune-
rados (eventuales o permanentes), sino solo por mano de obra familiar.
Tabla 2. Distribución de los tipos de AF por región natural. Porcentajes
Regionesnaturales
AFS AFI
AFC TotalCrítica No crítica
Menorpotencial
Mayorpotencial
Costa 9.5 56.3 0.5 23.3 10.4 324 363
Sierra 51.9 43.1 2.3 2.2 0.5 1 392 032
Selva 70.3 10.7 14.5 3.2 1.2 440 438
Total (100 %) 49.3 38.5 4.5 5.6 2.1 2 156 833
Fuente: IV Cenagro. Elaboración propia.
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Como en otras ocasiones, LRA organizó una mesa redonda para
ofrecer a sus lectores informa-
ción y análisis acerca de temas
importantes vinculados a nuestra
realidad rural y agraria. En esta
oportunidad, el tema tratado fueel de las agroexportaciones. En
la mesa redonda participaron Lo-
renzo Castillo, gerente de la Junta Nacional del Café; José Chlimper,economista, empresario agroexpor-tador y exministro de Agricultura;
Manuel Glave, doctor en economíae investigador principal de Grade;
y Luis Paz, agrónomo y asesor dela presidencia ejecutiva de Sierra
Exportadora. Los resultados de la
mesa redonda se ofrecen luego de
una breve presentación histórica
de la agroexportación en el Perú.
Antecedentes de la
agroexportación en el Perú
La economía del país ha estado
vinculada a las agroexportaciones
durante una parte importante de
su historia. Hasta el siglo XVIII,
las exportaciones principales eran
de metales, aunque ya se enviaba
cacao a la metrópoli1. En las pri-
meras décadas del siglo XIX se
exportaba chancaca —producida
en las haciendas azucareras de la
costa central— a Chile. Luego de
la independencia, las exportaciones
agrarias adquirieron más importan-
cia: al cacao se agregaron el café,
la cinchona (para la extracción de
quinina), el algodón, el azúcar, la
lana de oveja y la bra de alpaca.
Después de la guerra con Chile, la
producción de caña de azúcar y de
algodón fue el motor de la moder-
nización de la agricultura costeña
y, también, de la formación de
latifundios.
En 1930, el valor de las exporta-
ciones de algodón, azúcar y lanas
era similar al de las que procedían
de las mineras, y en los años si-
guientes las superaron largamen-
te2. «En cualquier otro periodo de
la historia del Perú —leemos en
una publicación de 1941—, de la
Conquista en adelante, un estudio
sobre la economía habría debido
comenzar con algún mineral o fósil;
con el oro, la plata o el guano. Hoy,
el Perú es un pueblo eminentemente
agrícola»3. En los últimos años de
la década de 1950 y comienzos de la
siguiente se alcanzaron los picos de
exportación de la bra de algodón
(hasta 127 000 toneladas en 1962)4
y azúcar y derivados (638 000 tone-
Mesa redonda
La agroexportación en el PerúSon decenas de miles los agroexportadores,
pero muy heterogéneos y reciben apoyo diferenciado del Estado
Fernando Eguren / Ricardo Marapi
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8 LA REVISTA AGRARIA / 173
ladas en 1963)5. Contribuyó a ello
la expansión de la frontera agrícola
en la costa, con irrigaciones, que
amplió las áreas de producción de
ambos cultivos: el algodón en un 45 %
y la caña en un 42 %6.
Con la expropiación de las plan-taciones cañeras y algodoneras por
la reforma agraria, ejecutada entre
1969 y parte de la década de 1970,
las exportaciones agrícolas se redu-
jeron en forma signicativa. El al-
godón decayó, convirtiéndose en un
cultivo de importancia secundaria,
y gran parte de la producción fue
absorbida por la industria textil7.
Otro tanto ocurrió con las lanas.
En cambio, la producción y las
exportaciones de café —cultivado
principalmente en la selva alta— se
incrementaron a partir del inicio de
los años sesenta.
La agroexportación en tiemposrecientes
En la década de 1990 se inicia un
nuevo periodo en las agroexporta-
ciones, más amplio y diversicado
que los anteriores. En términos
de valor, es una historia de éxito.
Entre 1994 y 2014, el valor total
de las exportaciones agrícolas pasó
de USD 476 millones a USD 5079
millones. El valor de las exporta-
ciones de los productos agrícolas
«tradicionales» se multiplicó por
3.4 veces, y por nueve veces el de
los «no tradicionales».
El principal producto de ex-
portación agrario por valor es el
café, seguido por el espárrago y elconjunto de frutales. Los cultivos
andinos están representados por la
quinua y la tara.
La ampliación de la frontera agrí-
cola en la costa está estrechamente
ligada al incremento de las agroex-
portaciones «no tradicionales»: las
cerca de un cuarto de millón de hec-
táreas incorporadas a la agricultura
costeña gracias a las grandes obras
de irrigación, incrementaron en másde un tercio las áreas cultivables de
esta región8.
En este crecimiento exponencial
de las exportaciones han cumplido
un papel muy importante las grandes
empresas agroindustriales. Este
proceso se ha acompañado de una
verdadera revolución tecnológica y
de gestión, y también de una rápida
concentración de la propiedad de
la tierra por corporaciones que hadado lugar a lo que podría llamarse
neolatifundio.
En la gestación y consolidación
de este poderoso sector agroex-
portador, el Estado ha cumplido
un papel decisivo al crear, a lo
largo de las dos últimas décadas,
favorables condiciones lega-
les (Constitución de 1993; Ley
26505, de tierras; Ley 27360, de
fomento de inversiones; entreotras), económicas (menor tasa
de impuesto a la renta; importan-
tes inversiones fiscales), sociales
(régimen laboral más flexible y
menos oneroso) e institucionales
(agencias del Estado al servicio
de la agroexportación: Prompex;
agregados comerciales; ferias
internacionales; delegaciones ofi-
ciales; tratados de libre comercio).
0
1 000
2 000
3 000
4 000
5 000
6 000
1 9 5 0
1 9 5 3
1 9 5 6
1 9 5 9
1 9 6 2
1 9 6 5
1 9 6 8
1 9 7 1
1 9 7 4
1 9 7 7
1 9 8 0
1 9 8 3
1 9 8 6
1 9 8 9
1 9 9 2
1 9 9 5
1 9 9 8
2 0 0 1
2 0 0 4
2 0 0 7
2 0 1 0
2 0 1 3
Tradicionales No tradicionales Total
Exportaciones agropecuarias Valor FOB (millones USD)
Fuente: BCR.
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9MAYO de 2015
LRA: ¿Cuál es la percepción que
tienen acerca de la actual situación
que atraviesa la agroexportación
en el Perú?
Luis Paz: Sin duda, es un motorde desarrollo, a pesar de que estamos
hablando solo de 160 000 hectáreas
en la costa dedicadas a la agroexpor-
tación [sobre cerca de un millón de
hectáreas en la región]. Es un motor
que ha inuido notablemente en el in-
greso de divisas, la generación de más
empleo y una mejor remuneración, y
que ha aumentado el valor del patri-
monio de los propietarios de la tierra,
muchos de los cuales las alquilan olas venden a mejores precios.
Manuel Glave: Hay dos ideas
fuerza sobre el tema. Una primera
se ubica en un ámbito histórico: la
agricultura de exportación ha jugado
un rol central en el dinamismo eco-
nómico de la sociedad peruana en
diferentes momentos de la historia
republicana. Por ejemplo, el boom
del algodón, del azúcar y el de la brade lana. Después hubo una caída de
la agricultura de exportación en los
sesenta y setenta, luego de la reforma
agraria, lo que la hizo dejar ese rol
estratégico, el que fue asumido por
otros sectores, como la industria de la
harina de pescado y la minería. En los
noventa, la agricultura de exportación
vuelve a asumir un rol estratégico
con otros rostros, otros cultivos y
otras características. Entonces, es unaactividad estratégica en el largo plazo
y que explica el dinamismo histórico
del país en diferentes momentos La
segunda idea que hay que destacar
está vinculada con la coyuntura
actual: es una actividad muy hetero-
génea, no solo porque en los últimos
quince años hayan reaparecido los
neolatifundios, sino porque, en gene-
ral, hay diferentes cadenas de valor
que articulan a diversos actores. Ahí
viene una gran inquietud: ¿cuáles
son los incentivos de política pública
dirigidos a los diferentes tipos de
agroexportadores? En un reciente
artículo de LRA, se señala que másdel 90 % de las unidades agrope-
cuarias que exportan están confor-
madas por pequeños agricultores1.
Pero, al hablar en términos de valor
de exportación, las 600 empresas
más grandes explican el 90 % del
valor de la agroexportación. Sin
embargo, desde el punto de vista
de número de unidades productivas,
es necesario contar con políticas
públicas diseñadas para promover
una agricultura de exportación más
eciente, sostenible, y que tengan
impacto en diversos objetivos y
no solamente en la generación de
divisas. ¿Cuáles son los efectosde no promover cadenas de valor
que abarquen un mayor número de
unidades productivas?
José Chlimper: Considero esen-
cial el desarrollo de esta nueva agri-
cultura de exportación, que es distinta
a las de los sesenta y setenta. Es esen-
cial por una razón: en el Perú existen
30 millones de estómagos que pueden
consumir, en promedio, un kilo de
alimentos al día; es decir, estamos
hablando de 30 000 toneladas diarias.
Según el último Censo Nacional
Agrario (Cenagro), existen cerca de
2 300 000 unidades productivas entrecampesinos, agricultores, empresas y
todas las formas; o sea, cada agricul-
tura debe atender a aproximadamente
13 estómagos. No hay forma de que
un agricultor pueda salir adelante
si su mercado es, en promedio, de
solo 13 consumidores. Recordemos
que en el Perú solamente somos 30
millones de habitantes; por eso, si
queremos sostener a esas 2 300 000
unidades, la única forma es atender
a 1500 millones de estómagos en el
mundo, para que, en promedio, cada
agricultor tenga más de 600 consumi-
dores como un mercado posible para
poder salir de la pobreza. Ahí está laimportancia de la exportación. No
es un tema ideológico, sino práctico.
Desde esa perspectiva, considero
que el desarrollo de la agricultura de
exportación es fundamental, dada la
actual estructura, porque 2 300 000
unidades productivas no deben aten-
der solamente a un pequeño mercado
de 30 millones de ciudadanos.
Respecto a la cifra de Luis Paz,
sobre las 160 000 hectáreas en la
Luis Paz: «El pequeño agricultor tiene
dificultades para negociar porque un
comprador europeo o norteamericanono quiere comprar un solo contenedor,
sino que pide la garantía de comprar en
mayor cantidad y de manera continua.
Un pequeño agricultor que produce solo
un contenedor va a tener problemas
en vender. Es necesario tener políticas
para incentivar una serie de facilidades
para que los pequeños productores
puedan ampliar sus parcelas y mejorar
su economía de escala».
LA MESA REDONDA
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costa dedicadas a la agroexportación,
quiero destacar que, de los USD 5500
millones en productos agroindustria-
les exportados en el último año, más
del 20 % vienen de la sierra y la selva:
cacao, café y quinua. ¡Con esos tres
ya tenemos más de mil millones dedólares!
Lorenzo Castillo: Lo novedoso
de la década de 1990 hacia adelante
es que la agroexportación cambió de
escenarios y actores. El eje agroex-
portador ya no está entre los produc-
tos llamados tradicionales —salvo
el café, que está incluido en ese ru-
bro—, sino que está concentrado en
productos hortícolas y frutícolas. Estadinámica ha originado empleo ma-
sivo, criterio de rentabilidad, enfoque
empresarial en la gestión y, por cierto,
una relación de privilegio en políticas
e incentivos en relación con otros
sectores. Este tipo de agricultura es
el que tiene más futuro en relación
con otros productos. El tema que
nos preocupa es la existencia de una
segmentación articial que afecta a
un gran número de pequeños agricul-tores rurales. Los actuales incentivos
gubernamentales están concentrados
en la llamada agricultura no tradicio-
nal , mientras que en la agricultura
tradicional, donde está el café, existen
carencias y diversos problemas. El
gran desafío es realizar un proceso de
transparencia en la cadena de valor,
donde todos los actores de la cadena
podamos compartir riesgos y bene-
cios. En la medida en que reduzcamosesos problemas de diferencia, el país
tendrá una agricultura sostenida y
potente. Necesitamos acabar con
ese tratamiento diferenciado porque
la agricultura es una sola y todos
deben tener iguales oportunidades
de desarrollo.
José Chlimper: Creo que no hay
políticas diferenciadas con base en
si el destino es de exportación o es
nacional. Lo que sucede es que hay
una correlación, no causalidad, donde
el pequeño productor tiende a ser másinformal, por lo cual no le afectan los
benecios tributarios y laborales que
contiene la ley, a la cual sí se acogen
los grandes exportadores, por ser
formales. Me explico: un productor
pequeño informal —es indistinto si
exporta o no—, usualmente no les da
uniformes, ni transporte, ni seguridad
social a sus trabajadores y no los tiene
en planilla; entonces, ¿de qué le sirve
el régimen laboral del sector agrario?Igualmente, si no paga impuestos,
¿de qué le sirve el régimen tributario
o la devolución anticipada del IGV?
En la ley y en las políticas no hay,
pues, dis tinción entre agricultura
de exportación y la que no lo es. Lo
que sucede es que al informal no le
conviene usar la ley.
Manuel Glave: El tema de la
informalidad y la formalidad me
parece central. Lorenzo preguntaba
si existen políticas diferenciadas que
benecian solo a algunos actores.José contesta, directamente, que la
ley no discrimina ni hace diferencias
respecto a si un productor exporta
o no, sino que dicha ley diferencia
cuándo un productor es formal o
informal. El desafío está, por con-
siguiente, en contar con políticas
que lleguen a este gran universo de
pequeños productores no formales,
porque si seguimos apostando por un
régimen universal en el mundo de laformalidad, nunca vamos a llegar a
ese sector aún informal.
LRA: Hay una gran diversidad
de productores agrarios que ex-
portan; sin embargo, existe la
idea de que la agroexportación
está asociada, principalmente, a la
gran dimensión en la tenencia de
tierras, es decir, a los latifundios.
¿Acaso el modelo de la gran escala
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Por ejemplo, los agricultores de
ProCitrus tienen 50 hectáreas en
promedio; es decir, no tienen latifun-
dios. Ellos se han asociado y ahora
son los principales exportadores
de palta, a pesar de que empezaron
con cítricos. La economía de escalaes, entonces, fundamental. Sin ella,
los pequeños productores tendrán
dificultades para cumplir con las
normas de calidad, investigación y
competitividad.
Manuel Glave: En realidad, es un
tema de percepción esta asociación
de la agroexportación con la gran
dimensión y el nuevo latifundio
capitalista. En la actualidad, el prin-cipal producto de agroexportación
continúa siendo el café. Recordemos
que los productores de café y cacao
tienen, en su gran mayoría, menos de
5 hectáreas de cultivo en promedio.
Habría que preguntarse: ¿cuánto del
crecimiento de la agroexportación
se explica por el neolatifundio capi-
talista y cuánto por la pequeña agri-
cultura informal de exportación? Las
cifras nos dicen que el crecimientode la agroexportación no tradicional
es de diez veces y el de la tradicional
(como el café y el algodón) es de tres
a cuatro veces. Por eso, es necesario
destacar que el crecimiento del sec-
tor agroexportador en los últimos
quince años también se explica
por el dinamismo de ese pequeño
productor. Hay, pues, un tema de
percepción.
José Chlimper: ¿Por qué está
asociada la agroexportación a la
gran dimensión? Por el mercado.
La respuesta no está en todos los
casos relacionada ni con la economía
de escala ni con la productividad.
La respuesta está en el mercado.
Nosotros hemos hablado mucho de
oferta, pero nos olvidamos de la de-
manda, de aquellos 1500 millones de
estómagos que existen en el mundo
es un requisito para la agroexpor-
tación?
Luis Paz: En el programa Sierra
Exportadora hemos apoyado a los
pequeños agricultores, individuales
o asociados; sin embargo, tenemos
muchas dicultades porque el nivel
de conanza entre ellos no es fácil.
Hemos trabajado con la Cooperativa
Coopain Cabana, en Puno, que tiene
700 pequeños productores de qui-
nua. En muchas partes, la mayoría de
productores venden su quinua a USD4.50 el kilo, mientras que en dicha
cooperativa han logrado venderla a
USD 6.50 porque la calidad de su
producto es alta gracias a que tienen
un gran trabajo de certificación
orgánica. Ellos aún no están a cargo
de la exportación, sino que colocan
su producto a través de exportadores
con experiencia y conocimiento en el
proceso. Lo ideal es que en el futuro
la cooperativa empiece a hacerlo.
Eso es importante para el aspecto de
la negociación. Las grandes empre-
sas, como Camposol, Virú y otras,tienen ventajas en la negociación.
Sin embargo, el pequeño agricul-
tor tiene dicultades para negociar
porque un comprador europeo o
norteamericano no quiere comprar
un solo contenedor, sino que pide
la garantía de comprar en mayor
cantidad y de manera continua. Un
pequeño agricultor que produce solo
un contenedor va a tener problemas
en vender. Hay formas de trabajarcon la pequeña agricultura, pero es
necesario tener políticas para incen-
tivar —lo que plantea La Revista
Agraria en varios de sus artículos—
una serie de facilidades para que
los pequeños productores puedan
ampliar sus parcelas y mejorar su
economía de escala. Para ello, se
necesita nanciamiento y asesoría.
Los que manejan grandes extensio-
nes también tienen otras ventajas.
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y que tenemos que alimentar. Pon-
gamos un ejemplo: cuando uno llega
a otro país con un contenedor de
quinua, el comprador (que puede ser
un supermercado) no tiene tiempo
para atendernos por varios factores:
tiene que abastecerse 52 semanas alaño, atender la oferta de otros países,
comprar otros granos, etc. Así, el
mercado mundial está estructurado
de tal manera que nos obliga a los
peruanos a pensar en las facilidades
que debemos darles a nuestros
propios productores para que se
organicen en unidades grandes y
puedan atender esta demanda. Tam-
bién es importante el tema de las
certicaciones a los productos que
exportamos. Un pequeño productor
no cuenta con los recursos (tiempo
y dinero) para certicarse porque los
costos son muy altos. Es ahí donde
los gobiernos regionales y locales
deberían intervenir con políticassobre el tema; incluso, que la cer-
ticación corra a cargo del Estado.
También quiero referirme al térmi-
no neolatifundio capitalista. Quiero
recusar ese concepto. Una cosa es la
gran extensión agraria, como Virú,
Agrokasa, Camposol, etc., donde
tenemos grandes extensiones, pero
hay que recordar que los principales
terratenientes del Perú son las co-
munidades. El 60 % de la tierra está
en manos de ellas. La comunidad
de Olmos, luego de cederle más
de 100 000 hectáreas al Proyecto
Olmos, aún tiene más de 300 000
hectáreas. Los segundos grandes
tenedores de tierras son las coopera-
tivas azucareras, que actualmente casino exportan. Hay que destacar que la
actual hortifruticultura —que exportó
el año pasado cerca de USD 1982
millones— se ha desarrollado sobre
desiertos y no les ha quitado tierras
a los valles tradicionales. En algunos
casos, como Chavimochic, ha reci-
bido el apoyo del Estado. Recuso el
uso de la palabra latifundio porque,
desde una perspectiva histórica, ar-
rastra unas relaciones sociales dentro
de la unidad productiva. Y eso es lo
que ya no hay. Las nuevas y grandes
extensiones están tremendamente
vigiladas por esos 1500 millones de
consumidores de otros países, que
exigen no solo que les embarquentoneladas de productos, sino también
que se respeten ciertas condiciones
ambientales, sociales y laborales.
Las auditorías son muy severas y per-
manentes. Entonces, ya no arrastran
esa carga de la palabra latifundio. Yo
preero hablar de la gran extensión
agraria con modo capitalista.
Lorenzo Castillo: Quiero refe-
rirme a los conceptos y al lenguaje
discriminatorio que se utilizan para
calicar a la agricultura como «tra-
dicional» o «no tradicional». Este
es un enfoque que está vinculado
con el uso o no uso de la tecnología:
la «tradicional» es calicada como
obsoleta porque no usa tecnología,mientras que la «no tradicional»
sí la usa y es considerada como la
única viable. Hay que superar este
enfoque discriminatorio. En la ac-
tualidad existe un gran número de
actores, entre grandes y pequeños,
que se dedican a la agroexportación.
Por ejemplo, en el sector cacultor
tenemos 130 empresas registradas
como exportadoras ante la Superin-
tendencia Nacional de Administra-ción Tributaria (Sunat); de estas, 80
son de organizaciones de pequeños
produc tores. El gran desafío es
cumplir con los retos del mercado
internacional: estándares de cali-
dad, inocuidad, trazabilidad, entre
otros. Para un pequeño productor
individual esto es inviable debido a
un tema de estructura de costos. Por
otro lado, quiero resaltar que una de
las grandes contribuciones de la pe-queña agricultura de exportación se
da en el proceso de descentralización
económica y política del país. En
pueblos como Putinapunco, en Puno,
el café se desarrolló gracias a la ar-
ticulación de pequeños productores
para hacer una economía de escala,
la cual es clave para articularse de
manera sostenible en la exportación.
Manuel Glave: Otro gran dilemaactual de la agricultura llamada no
tradicional y de gran escala es el
tema de los recursos hídricos. Por
ejemplo, el caso de Ica es dramático.
En general, esa agricultura de gran
escala y alta eciencia tecnológica
depende del acceso y provisión de
recursos hídricos, pero el Estado no
ha terminado de establecer reglas
claras para ello. Esta situación ge-
nera escenarios conictivos, como
Manuel Glave: «¿Hasta qué punto
la gran propiedad genera un cambio
de tal magnitud en el paisaje social y
político de un territorio, que termina
siendo “propietario” de centros po-
blados e incluso hasta del mismo
alcalde? Definitivamente, se están
generando cambios en la identidad de
la población local cercana a esta gran
propiedad. ¿Hasta qué punto estoscambios son positivos o negativos?».
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cierra el caño. Donde no se paga el
agua es en aquellos valles donde la
usan mal y donde existe informalidad.
Lo que existe es un pésimo manejo
por parte del Estado y una debilidad
institucional. En los últimos años
hubo avances gubernamentales paramejorar la gestión de los recursos
hídricos e incluso existe actualmente
una nueva ley; sin embargo, esta no
se cumple porque no hay una institu-
cionalidad para hacer que se cumpla.
Los que más respetan esta ley son los
agricultores formales, mientras que
los informales la incumplen.
LRA: Se ha hablado mucho de
las ventajas, pero también existen
desventajas y efectos generados por
este modelo de gran agroexporta-
ción. ¿Cuáles son los inconvenien-
tes que tiene este modelo? ¿Cuáles
son las externalidades negativasque encuentran ustedes?
Luis Paz: Hay que destacar la
necesidad de contar con más mercados
para nuestra producción, porque esta
sigue incrementándose. Por ejemplo,
veamos las cifras del crecimiento es-
pectacular de la quinua en los últimos
años10, e igual sucede con la uva, la
palta y otros productos. Tenemos una
gran capacidad de producción para el
mundo y no solo para el Perú. ¿Qué
hacemos para que la pequeña agricul-
tura mejore su producción, su calidad
y pueda exportar? Una estrategia del
programa Sierra Exportadora es pro-
mover que los empresarios exporta-
dores de la costa apoyen con capaci-
taciones, por ejemplo, a los pequeños productores de palta de Huancavelica
y Ayacucho, de una o dos hectáreas. Al
mejorar la productividad y la calidad,
también aumentan los precios y ambos
actores ganan.
Lorenzo Castillo: La agroexpor-
tación ha desarrollado un proceso
innovador en la agricultura, lo que
el Estado no ha podido hacer. La
inversión en el acceso a tecnologíaes un factor importante en el futuro
de la cacultura y donde el Estado
tiene la responsabilidad de cumplir
un rol. En la actualidad no con-
tamos con recursos humanos con
capacidades y competencias para la
innovación y el soporte técnico. Esta
es una inversión que debe realizarse
en el mediano plazo. Los centros
tecnológicos no están a la altura de
la demanda y en el café enfrentamosgraves problemas para desarrollar
procesos de renovación. En el tema
de la innovación, el Estado no tiene
claridad para realizar incentivos a n
de que la agricultura peruana tenga
un mayor acceso a la tecnología. Por
ejemplo, el café ha sufrido estragos
debido a la roya amarilla, que ha
devastado el sector. Para introducir
un germoplasma nuevo y planto-
nes in vitro, los cacultores tienenque pagar un 18 % de IGV. Otros
sectores agroexportadores reciben
exoneraciones para la adquisición
de sus insumos, pero los cacultores
están obligados a pagar estos im-
puestos si quieren salvar sus plantas.
La pequeña agricultura no se podrá
desarrollar mientras la estructura de
costos sea impactada por factores
del entorno, que son los que generan
las mayores dicultades. Estos son
lo que ocurre entre Huancavelica e
Ica. También existe una percepción
de que los agricultores exportadores
capitalistas «se la están llevando
fácil» porque no están pagando el
costo real de oportunidad de los
recursos hídricos, ya sea en Chavi-mochic, Olmos o por la napa freática
de pozos subterráneos en Ica. Existe
una percepción crítica de que la
agricultura de gran escala está sien-
do demasiado beneciada por los
incentivos. A la sociedad peruana,
en general, hay que explicarle que el
tema de la agricultura de exportación
no solamente se reere a las grandes
unidades capitalistas, sino también a
las decenas de miles de productores
de pequeña escala que también le
dan un dinamismo al sector.
José Chlimper: Con respecto alcomentario de Manuel acerca del
agua, quiero recordar que el agua
es de la Nación y la administra el
Estado. Aquí no hay derechos reales
de agua, como sí existen en Chile o
Estados Unidos. En el Perú, la agro-
exportación no tiene un benecio en
el tema del agua porque sí paga las
tarifas que establece el Estado. En
Chavimochic se paga 2.5 céntimos
por metro cúbico; si no se paga, se
José Chlimper: «Recuso el uso de lapalabra latifundio porque, desde una
perspectiva histórica, arrastra unas
relaciones sociales dentro de la unidad
productiva. Y eso es lo que ya no hay.
Las nuevas y grandes extensiones
están tremendamente vigiladas por
esos 1500 millones de consumidores
de otros países, que exigen no solo que
les embarquen toneladas de productos,
sino también que se respeten ciertascondiciones ambientales, sociales y
laborales».
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elementos claves para sostener y
desarrollar la pequeña agricultura
exportadora.
José Chlimper: Como toda acti-
vidad económica, la agroexportación
también genera externalidades, ymientras más crece la primera, las
segundas son más grandes y tienen
un mayor impacto. Por ejemplo, en
el ámbito de la logística, el Perú ex-
porta más de 160 000 contenedores
que, para llegar al puerto del Callao,
pasan por las pistas y carreteras de
la ciudad de Lima, representando
una fuerte carga de tráco para las
poblaciones urbanas. Una segunda
desventaja tiene relación con el
tema del mal uso y abuso de los
agroquímicos. El agro mal hecho
es mucho más contaminante que la
minería informal, pues el destino
de su producción es el consumo.
La agricultura de la gran empresacapitalista está sujeta a los controles
ambientales del mercado y sí cumple
estándares altísimos porque cada
embarque atraviesa varios controles.
Pero existen otras unidades produc-
tivas que abusan tóxicamente de los
agroquímicos: no hay ningún control
sobre el uso, aplican los plaguicidas
y a los tres días dichos cultivos ya
están en el mercado. Allí hay una
bombita de tiempo. Espero que en
el Perú podamos controlar cada vez
más este problema.
Manuel Glave: ¿Hasta qué punto
la gran propiedad ocasiona un cam-
bio de tal magnitud en el paisaje
social y político de un territorio,que termina siendo «propietario» de
centros poblados e incluso hasta del
mismo alcalde? Denitivamente, se
están generando cambios en la iden-
tidad de la población local cercana
a esta gran propiedad. ¿Hasta qué
punto estos cambios son positivos o
negativos? En muchos casos, espe-
cialmente en las grandes extensiones
de monocultivos como caña y palma,
con más de 5 000 o 10 000 hectáreas,
se está produciendo una externalidad
negativa, no solo en el aspecto del
impacto ambiental negativo por el
uso de un monocultivo, sino también
en el del fuerte impacto en la iden-
tidad territorial de las poblacioneslocales. Por otro lado, insisto en el
tema del uso de los recursos hídricos:
es necesario que en el Perú tengamos
la capacidad de realizar balances hí-
dricos integrales en cada valle. Hasta
que eso no quede claro, siempre
existirá la inquietud y percepción de
que las grandes empresas exporta-
doras vienen beneciándose de una
externalidad ambiental sin pagar el
costo real de oportunidad del agua.
Notas1 Anexo estadístico del Compendio de
historia económica del Perú. Tomo 3.
Economía del periodo colonial tardío.
Lima: IEP/BCR, 2010, p. 414.2 Nelson Manrique. «Historia de la agri-
cultura peruana», en Compendio dehistoria económica del Perú. Tomo 5. La
economía peruana entre la Gran Depre-
sión y el reformismo militar 1930-1980.
Lima: IEP/BCR, 2014, p. 161.3 El Perú en marcha. Ensayo de geografía
económica. Lima: Banco Italiano, 1941, p. 118.
4 El área sembrada de algodón llegó a
cubrir más de un cuarto de millón de
hectáreas anuales entre 1960 y 1964.5 La presencia del capital extranjero en las
haciendas azucareras era predominante, salvo en Cayaltí y Pomalca.
6 Rosemary Thorp y Geoffrey Bertram.
Perú. Crecimiento y políticas en unaeconomía abierta. Lima: Mosca Azul /
Fundación Friederich Ebert / Universi-
dad del Pacíco, 1985, p. 351.7 A partir de 1976, el volumen de algodón
consumido internamente por la industria
textil superó el volumen exportado. Fer-
nando Eguren. «Evolución de la produc-ción algodonera», en Fernando Eguren,
Jorge Fernández Baca, Fab ián Tume.Producción algodonera e industria textil
en el Perú. Lima: Desco, 1981, p. 122.8 En el ámbito nacional, en el periodo
intercensal, las áreas irrigadas se in-
crementaron de 1 729 000 hectáreas a2 580 000 hectáreas. En el año censal
2012, el 70 % de estas tierras esta -ban trabajadas. El 57 % —1 469 000hectáreas— de las tierras bajo riegoestán en la costa, concentrados en seisdepartamentos (Piura, Lambayeque, La
Libertad, Lima, Ica y Arequipa), pero notodas están efectivamente cultivadas. En
los predios censados de la costa había
207 000 hectáreas no cultivadas por
fal ta de agua; las áreas cultivadas eran
939 000 hectáreas. (Fuente: Resultadosdefinitivos del IV Cenagro.)
9 Según el último Cenagro, el número deexportadores agrarios en el país supera
los 16 000, de los cuales el 96 % sonagricultores y solo el 4 % empresarios(artículo de La Revista Agraria 171:
«El boom agroexportador, pero ¿de qué productores?».
).
10 El salto de las exportaciones de quinua ha
sido notable: de USD 31 millones en 2012
a USD 196 millones en 2014 ( Gestión ,23/02/2015). El Minagri estima que en
2015 se llegará a los USD 200 millones
( Gestión , 28/05/2015).
Lorenzo Castillo: «Los actuales
incentivos gubernamentales están
concentrados en la llamada agricultura
no tradicional, mientras que en la
agricultura tradicional, donde está
el café, existen carencias y diversos
problemas. Necesitamos acabar con
ese tratamiento diferenciado porque
la agricultura es una sola y todos
deben tener iguales oportunidades dedesarrollo».
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en varios casos, sus posiciones han
sido viscerales o interesadas.
«La Ley 30021 tiene que ser
revisada»
Uno de los primeros en expresar
su crítica a los parámetros aprobados
por el Ministerio de Salud fue Alex
Daly, presidente del Comité de Ali-
mentos de la Sociedad Nacional de
Industrias. Es claro que su gremiotiene un marcado interés en revisar
y, si se puede, derogar la Ley de la
Alimentación Saludable.
«La Ley 30021 tiene que ser re-
visada. Lo que hay es una serie de
sobrerregulaciones, restricciones y
prohibiciones que solo afectan a los
productos fabricados por la industria.
(…). Es decir, si yo pongo a la venta
un alimento sin ninguna garantía de
inocuidad, como un turrón o unamanzana acaramelada, eso es sano
para la ley; pero lo que sale de una
industria que tiene todos los regis-
tros, eso sería malo. Eso es injusto»,
expresaba el vocero de la SNI en una
reciente entrevista televisiva3.
Lo que olvidan los voceros de la
industria alimentaria —en su fallido
intento de argumentar o confundir
a la opinión pública— es que el
espíritu de la mencionada ley no
es prohibitivo, sino más bien el de
promover una mayor transparencia
en la información. La ley no solo
contempla el establecimiento de pa-
rámetros técnicos, sino también otras
acciones complementarias —que la
industria pretende olvidar—, como la
promoción de la actividad física, de
alimentos saludables a través de los
kioscos escolares, y la regulación de
la publicidad; sin embargo, la indus-
tria solo se ha enfocado en los pará-
metros. Es un intento fatuo comparar
un alimento altamente procesado
con un producto artesanal, como una
manzana acaramelada. Estos últimos
deberán ser regulados en futuros
reglamentos y en la promoción de
las políticas educativas para mejorar
los hábitos alimenticios de los niños.
«El problema de la obesidad nose soluciona con leyes »
Sin duda, un gran temor de la in-
dustria alimentaria es perder el gran
negocio que signica la venta de sus
productos en los kioscos escolares,
donde su mercado está constituido
por millones de niños peruanos. Por
ello, intentan convencer a la opinión
pública acerca de que la solución al
problema de la obesidad no se logrará
con una ley.En una reciente entrevista tele-
visiva4, la abogada especialista en
derecho del consumidor, Karina Se-
minario —del estudio Torres y Torres
Lara Abogados—, planteaba que «el
problema del sobrepeso y la obesidad
en los niños no se solucionará con
prohibiciones y coerciones, sino que
con una buena educación se podría
atacar el problema de manera más
eciente. (...). Es un tema meramente
educativo».
Minutos después, la mencionada
abogada, que parece defender la
posición de la industria, descubría el
verdadero interés de esta: «En lugar
de retirar casi el 95 % de lo que se
vende en los kioscos, se debería pro-
mover la nutrición de otra manera.
Poner en los colegios a nutricionistas
(…) o promover la nutrición en la
currícula escolar», señaló.
Un intenso debate se está producien-do en las últimas semanas respecto a
la futura aplicación de la Ley de Pro-
moción de la Alimentación Saludable
de Niños, Niñas y Adolescentes,
conocida popularmente como «Ley
de la comida chatarra». Y recalcamos
su condición de futura porque, a dos
años de su publicación, dicha ley aún
no puede aplicarse.
Un primer paso para la entrada envigencia de la ley se dio el pasado 18
de abril, cuando se publicó el Decreto
Supremo 007-2015-SA, que esta-
blece los parámetros técnicos para
los niveles mínimos de grasas, sales
y azúcar en las bebidas y alimentos
procesados2. Si un producto supera
los niveles establecidos, deberá llevar
una etiqueta de advertencia. Clara-
mente, la norma servirá para que el
público consumidor —especialmentelos padres de familia— tome una de-
cisión informada sobre la protección
de su salud y la de sus hijos.
Uno pensaría que nadie, en su sano
juicio, estaría en contra de una ley
de este tipo, que regula el consumo
de alimentos procesados dañinos y
protege la salud de los niños y adoles-
centes. Sin embargo, esta regulación,
en el gran negocio de productos alta-
mente procesados, no ha caído nada
bien a las corporaciones que forman
parte de la industria alimentaria y que
saben que sus intereses lucrativos
serán afectados.
En medio del debate producido en
los medios de comunicación acerca
del impacto de los parámetros de
grasas, sales y azúcar, hubiera sido
interesante escuchar argumentos co-
herentes por parte de los voceros de
la industria alimentaria. Sin embargo,
Análisis de algunos desatinados argumentos de la industria alimentaria
Cuando los intereses lucrativos quierenpesar más que la salud de los niños
Ricardo Marapi1
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Líneas atrás mencionábamos que
el espíritu de la Ley es de promoción;
sin embargo, el único lugar para el
que implanta una prohibición son,
precisamente, los kioscos de los
colegios. ¿Por qué? Por una simple
razón: proteger la salud de los niños
y adolescentes, pues en esos kioscos
—como lo admite la misma indus-tria— el 95 % de los productos que
se venden en la actualidad pueden ser
considerados como comida «chata-
rra». Si a ello le sumamos el hecho de
que los padres no pueden controlar a
sus hijos en la escuela, los cuales son
vulnerables a ser manipulados por la
millonaria y persuasiva publicidad,
entonces los menores pueden ser
tentados a consumir esos productos
nada saludables. Así como el Esta-do prohíbe la venta de cigarrillos y
alcohol en los colegios, es correcto
que empiece a hacer lo mismo con
los productos «chatarra». A la indus-
tria alimentaria y a las empresas de
publicidad, obviamente, no les con-
viene perder ese millonario ingreso
económico y por eso se oponen a la
ley, a costa, incluso, de la propia salud
de los niños.
«Los parámetros afectarán a la
industria y a los TLC»
Finalmente, los voceros de la in-
dustria alimentaria han armado que
los mencionados parámetros técnicos
afectarán de manera negativa la pro-
ducción de dicha industria. «De no
corregirse estos parámetros habría
un impacto negativo en el sector
de alimentos y bebidas, sobre todo
en las micro y pequeñas empresas
(mypes)»5, advertía el presidente de
la SNI, Luis Salazar Steiger.
Es decir, en lugar de pensar en ela-
borar un plan futuro para reducir los
niveles de grasa, sal y azúcar en los ali-
mentos y bebidas que dicha industria
procesa, las palabras del empresario
nos hacen pensar que esta pretende
insistir en la elaboración de productosaltamente procesados y que afectan la
salud de los niños, tal como lo certica
la Organización Mundial de la Salud.
Además, con esa lógica radical, los
plaguicidas prohibidos internacional-
mente, por ejemplo, tampoco deberían
ser regulados, pues hacerlo afectaría a
las empresas peruanas y a los emplea-
dos que los producen.
Este «argumento» de la generación
de empleo es utilizado también —en eldebate televisivo mencionado anterior-
mente— por Alex Daly, representante
de la SIN: «¿Cuánto genera de empleo
el sector privado? Los palmicultores de
la selva han pasado de 12 000 a 75 000
hectáreas de palma, logrando erradicar
el cultivo de hoja de coca. [La ley]
simplemente lo que hace es destruir la
cadena productiva, porque el mercado
de la palma son las galletas, los helados
y los chocolates, que son productos
que tú dices que asesinan...», señalaba,
exaltado, el empresario.
Pero, al parecer, esa «alerta» no era
suciente para la industria. El presi-
dente de la Asociación de Bebidas y
Refrescos sin Alcohol (Abresa), Cé-
sar Luza, llevó el nivel de alerta a una
escala internacional: «Un reglamento
de este tipo traerá conictos con los
organismos internacionales de co-
mercio y los tratados internacionales,
además de afectar la generación de
ingresos de miles de familias que
dependen de un salario proveniente
de estas industrias6», manifestaba el
vocero de los empresarios.
El «cuco» del incumplimiento de
los tratados de libre comercio (TLC)
que ha rmado el Perú, y el de los cas-
tigos que vamos a sufrir, son utilizadoscomo último recurso por los empre-
sarios industriales, como sondeando
a las autoridades gubernamentales la
posibilidad de negociar una reducción
en los parámetros técnicos o, incluso,
la misma derogatoria de la ley. Menu-
da tarea les espera a las autoridades
del Ministerio de Salud, que deberá
pedir el apoyo de la sociedad civil or-
ganizada para defender el reglamento
aprobado y tambièn el próximo sobrela publicidad de la comida «chatarra»,
momento en el cual, sin duda, las em-
presas de publicidad y los grandes me-
dios de comunicación serán quienes
salgan a cuestionarlo al ver afectados
sus millonarios intereses.
Notas1 Periodista. Editor de La Revista Agraria.
2 «Ley de Promoción de la Alimentación
Saludable: Un reglamento a medias». Eguren, Fernando. La Revista Agraria 172,mayo de 2015.
.
3 «La Hora N, con Jaime de Althaus», 13 demayo de 2015.
4 Programa «Debate y Diálogo». TV Perú 7.3..
5 «SNI: Ley de Alimentación Saludable poneen riesgo salud de consumidores». Diario
Gestión , 24 de abril de 2015..
6 «Abresa: Reglamento de Ley de Alimenta-ción Saludable no tiene bases cientícas».
RPP, 27 de abril de 2015..
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