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~DEN YCAOS LAS HUMANIDADES
Las humanidades en el contexto nacional actualode la necesidad de una nueva paideia nacional
Ignacio Sosa*
Voy ahablar en akmán, exclusi1lammupara alnnants. de cosas akmanas. sin
aUi/4rmt dt las clases que SUCtSOS dtsgrac.iaJos h4n producido siglos ha. tn tIta naCión.
j.G. Fichte
Cuando Fichte escribió esta conocida&ase en sus Discursos a la nación aleIII/lTlll a principios del siglo XIX, ésta5t enconreaba viviendo una profundacrisis derivada de la situación internacional. En esa época, los múltiples estados que con los años conformaríanla furura Alemania, vivían una agitada situación derivada del ímpetu debhistotia universal que rodo lo atropellaba a su paso. Divisionismo antiguo, derrota reciente, el país conformado por una población mayormente tural ycon ciudades poco pobladas,deb.. enftentar el teto de dar los pasos necesarios para dar fin a esta siruación ysentar las bases ciertas de unacomunidad integrada, igualitaria eindusltializada.
Para aqueUa sociedad alemana laconciencia de estar siendo arrolladapor el torbellino internacional, delproblema de su situación agrícola enmundo indusrrial, así como del peliyo que como comunidad vivía, teníabnecesidad de marcar un nuevo derrotero l señalar una alternativa a sucksarrollo. La respuesra a sus angustiantes preguntas sobre su incierroIJI<s<nte la dieron, no podía ser de otralllanera, aquellos que en ella cultivaban las humanidades.
Doctor en Estudios latinoamericanospor la FFyL de la UNAM. Autor deEnsayo sobre el discurso políticomexicano, UNAM.Porrúa, México, 1994
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J. G. Fichte, Discursos a la na~iónalemana, Pleamar, Buenos Alfes,
México. 1964. p. 41-
Antonio Caso, Obras completas,Tomo IX, UNAM, México, 1976, p. 29.
¡bid, p. 50.
No fueron easual ni I proputas, ni las disciplinas de donde pnran. Qui~nes, sino las humanidadpodran ofrecer un diagn li de utiempo y qui~n, sino un humanim,podla proponer oomo malar de arran·que a la educación:
Hay que educar a toda la naeión,una vez que su anligua villllidadha extinguido absorbida en la deun pueblo extraño, y hay que en·señarle los medios de vivir oon exis·tencia nueva l que le perten~c:r.S
exclusivamenre¡ en una palabra,hay que rransformarla poroomple·tO, mediante el plan de educaciónque yo propongo como el únicomedio de regenerar la nación al.,.mana. 1
No es casual que, en otro tiempo, elsiglo XX yen alfO pafs, Méxioo.los ecosde Fichte se dejaran escuchar en loDiscursos a la naci6n mtxicana delmaestro Antonio Caso. Para 61e, lo queaconteda en México y la propuesrapara su solución eran, roda propo~ónguardada, semejant.. a la ~ema",a deFichte. La sinsaci6n de Méuco, en penpectiva comparada. ~ra ~rigi. a,semejante a 12 de ~ RWla. umta:la misma organización~def~sa, improvisada, rr.lg'ca. La ?" ~aburocracia oonnricrora,l2 prop,a d,k·rencia radical de las clases, de lastas, y el propio egofsmo aqur comoaIl~·.' La salida, igual que e~ ;chle.era la educación: ·La educ:ac:i6n unfaClor o e1emenlo soeial impar·tantfsimo que liene por fin e1aprow-chamienro individual de I u<bIde la sociedad·.'
UNiVERSIDAD DE MtXICO • _1002 6J
ORDEN y CAOS
Escos dos humanistas. con circunstancias y credos distintos. se citan eneste comentario como ejemplo paramostrar la forma en la que se ha enrendido la función de las humanidades en situaciones I{mite. El ejemplociene, además, la intención de mostrarque e! compromiso y la responsabilidad de quienes cultivan las humanidades se expresan a través de! diagnósticode sucesivos presentes y a través de propuestas concretas, específicas, referidastodas eUas a un programa educativo o,mejor dicho, a una paideia.
En e! siglo xx, se publica en su versión inglesa en plena Segunda GuerraMundial -por cierto llamada ahorapor exigencias revisionistas de laUnión Europea, como segunda guerra civil europea o segunda guerra delos Tr~inta Años- e! libro de WernetJaeger, Paideia: los ideales de la cultura griega, texto fundamental para entender e! humanismo como laconvicción de que la educación y lacultura no constituyen un arte formalo una teoría abstracta, distintos de laestructura histórica objeriva de la vidaespiritual de una nación.
En ese texto se reitera la necesidadde identificar educación y nación. Unasin otra no tienen sentido. la una sinla otra no se explican ya que la educación no es una abstracción sino unproceso histótico.
Jaeger afirma:
Todo pueblo que alcanza un cierto grado de desarrollo se halla naruralmente inclinado a practícarla educación. La educación es e!principio mediante e! cual la comunidad humana conserva ytransmite su peculiaridad flsica yespiritual ...
De ahf se siguen algunas conclusiones generales. En primer lugar, la educación no es una propiedad individual,sino que pertenece, por esencia, a lacomunidad. El carácter de la comuni-
~ 64IMoyo 2002· UNIVERSIDAD DE MÉXICO
dad se imprime en sus miembros individuales y es, en e! hombre, e! zoonpolitikon, en una medida muy superiorque en los animales, fuente de todaacción y de toda conducta. En partealguna adquiere mayor fuerza e! influjo de la comunidad sobre sus miembros que en e! esfuerzo constante paraeducar a cada nueva generación deacuerdo con su propio sentido.4
Las humanidades se expresan, enconsecuencia, a través de este esfuerzo educativo, comunitario. Por eso,cada pueblo, cada nación, debe teneruna paideia nacional. Obviar esta discusión, evitar discutir cómo es ésta,cuáles son sus valores, tal vez le permita a la sociedad flotar en el éter, sinpensar que esa hipotética bcilidad escarecer de norte y condenarse a un vagar sin rumbo.
Por ello, nada más alejado de la realidad que la bntasía de "entender" alas humanidades como una cuestiónretórica, referida al pasado, sin compromisos con el presente y dedicadasal estudio, preferentemente, de losproblemas de! individuo en Grecia yRoma. POt e! contrario, las humanidades dan cuenta y razón de! individuo en un contexto social específico.
De la doble visión de las humanidades; la que se detiene en la contemplación de la pretérita época clásica;y la que está comprometida con e!presente, es obvio que la segunda es laúnica que cumple con el propósito deexplicar no sólo el momento con elque Occidente identifica su fecha denacimiento, sino el de explicar el largo camino de México, desde la oscuridad de su origen, hasta la formasuperior de convivencia representadapor su Estado Nación. Las formas deconvivencia que éste demanda integradas e igualitarias son los dos retos quemás han llamado la atención de quienes, entre nosotros, son consideradoshumanistas.
El fin que han perseguido las humanidades en nuestro medio ha sido
el de explicar la situación de la sociedad mexicana en el mundo; dotarlade sentido; oftecer respuestas a las preguntas que la han acompafiado en forma angustiante durante su historiacomo pals independiente. Las respuestas sobre e! origen y destino de la nación mexicana han sido una obsesiónpara las humanidades, pero más obsesivas aún han sido las preguntas depor qué hoy, en el siglo XXI, aún no seha podido cumplir en forma satisbctoria con la integración de las distintas etnias y los diferentes grupos, nipor qué no se ha podido culminar conla ansiada igualdad entre quienesformamos la comunidad mexicana.
La monocorde respuesta que habla dela desigualdad como una realidad dada,inmodificable, un dato duro, en el queno interviene el deber ser, no atiende lanecesidad de buscar y establecer unapaideia que persiga erradicarla, al menos, en sus expresiones más ofensivas.El siguiente comentario de Carlos TeUo,publicado en 1993, ilustra nuestra afirmación:
Los extremos de opulencia y miseria que existen en el pals ofendena los más, a los pobres. Cotidianamente observan y contrastan loslujosos fraccionamientos y suntuosas residencias con sus pobrescasas y el consumo suntuario y eldesperdicio de los ricos y poderosos con su hambre. Se les discrimina y maltrata por e! solo hechode ser pobres -y aún más si son
4 Werner Jaeger, Paidea, fCE, México.1980. p. 3.
S Carlos TeUo, "Sobre la desigualdad enMéxico", en José Joaquín Blanco y JoséWoldenberg, (comps.>, México a finesde siglo, fCE, México, 1993, p. S3.
-
· digenas y los lastima la abun-ID .•dancia que con QsteotaClOn unoscuantoS disftutan. Además de ladesigualdad enue el campo y laciudad, se obsetva la desigualdaden las calles de ésta.'
En esta cita queda elatO que en lavigente jeratquía de valores socialesla desigualdad es condición necesariaparad desartollo económico de México' Entre nosotros, la riqueza se valod más que la dignidad. Esto, en miopinión expresa la urgencia y la necesitiad de preguntarnos sobre la jerarquía hoy imperante de los valores, aslCDIIIO de la autenticidad de quienespostulan la intención de convertir aowesrro pals en una sociedad semejanIt a los grandes estados democráticolibetaIes que nacietOn de las revoluóones estadounidense o francesa.
Es hora de que quienes practican laantropologla, la psicologla, la historia,la filosoBa, disciplinas humanísticas yque han dado cuenta entte nosOtros dela desigualdad a través del tiempo ydeJas regiones que componen nuestromitorio, establezcan una ptopuestaconjunta que permita a la sociedadlpImder del histórico desengaño y deIasexpectativas incumplidas.
Si bien las humanidades han dadocuentl de los esfuerzos para mantenernos unidos yde los obstáculos que reptesema la desunión para a1~zar eldesarrollo, deben tecuperar el alientodegeneraciones como aquellas a las que~ttenecieton don Andrés MolinaEntíquez ydon Antonio Caso.~emro de siere años se cumplirá el
prunet centenario de la obra magna~ primero: Lo,grande,problemas naÓIIIiIJts. Este libto fue una formidablelIntes~ de los obstáculos a vencer enla tiempo, así como un programar eliminar la división y establecerla~dad. El territorio, la población,habisrona, en la visión de don Andrés,~an reptesentado formidables
culos que la sociedad mexicana
habla tenido que enfremat, sinpoderlos vencer.
Los distintos orígenes raciales de lapoblación, sus diversos estadios culturales, sus diferentes tradiciones opera.ban, según don Andrés, para mantenerdividida a la sociedad. Para la generación de éste, así como para las que sesucedieron el objetivo eta seguit librando el combate multisecular.
Hoy, una vez más se debe mostrar ala opinión pública que las humanida.des no son un ornaro y. en cambio, sisatisfacen una necesidad de la sociedad. El estudio de las humanidades,entendidas éstas como el conocimiento de las culturas clásicas, ha sido unaconstante entre los pueblos que hanlogrado situarse en posición deliderazgo. Sólo en el attaso contemporáneo se maneja que las humanidades son un saber inútil. ¿Qué otrasdisciplinas, salvo las humanísticas,pueden oftecer los medios para entender la sociedad mexicana en relaciónconsigo misma y en relación con Otras?
La confianza del mundo modernoen la ciencia como fórmula que resolverá todos los ptoblemas de la sociedad, trajo aparejado el desprecio hacialas humanidades a las que se les atribuyó una vocación por el pasado,mientras que a las ciencias se les identificaba con la visión del futuro. Elénfasis de las humanidades por el pasado se explica por el valor que tradicionalmente se le atribuyó a la histotiapata desenttañar los problemas delpresente. Hoy, por el contrario, se pretende hacet tabla tasa de ese apottemultiseculat y la solución a los ptOblemas del desattOllo se entiendecomo un asunro del que deben excluitse las humanidades.
Tan optimista presupues[Q, pone elcaballo dettás del carromato, ya quela conclusión es vista como causa. Enouas palabtas, el desarrollo, donde seha genetado, se fundó en un ptofun·do conocimiento pot la tradiCión propia, por el valot de sus peculiaridades
y. l2mbi61, por una odmi n in oromada, crrti ,no mecáni • por lospueblosquehabranal ruado" 'nudel poderlo. Las humanidades, en tecontexto, fueron visru rom el ncimiento indispen ble de la clase dJ.rigente, responsable de ber m ydever más lejos pana asr. pod r o~ rbienestar a los gobernodo .
En síntesis. las humanidadel no lorepresentan un ideal, tambi~n imllolizan el compromiso con la sociedadpresente para abordar liS agudo yangustiantes problemas.
La historio de nuestrO pensamientosocial da cuenta de las mil formas enque se ha conjugado la desigualdad yla desunión. La reflexión .00", la i·tuación actual obliga a realizar undiagnóstico de nuestro tiempo y <!ste.caracterizado por su declarado g1oba.lismo no acierta a dar respuesta a lasmúltiples fotmas, tnadicionales y modernas de la marginación. La sociedadespera una tespuesta a la actual situación descrita por Floria:
Cuando en los antrOS financieros mundiales se intercambianquinientos millones de dólares porminuto. cuarenta veces d montodel comercio mundial en un dla.dos veces el moOlO de las reservasextranjeras de los bancos oentralesde Esrados Unidos, Japón e Ingla·terra combinados durante un mes,hay argumentos convincentepara aceptar que los gobierno noposeen la autonomra que recia·man para perseguir cmategiasmacroeconómias indcpc:ndienl .'
Ante tal argumento es obvio que Ialternativas para una nueva paideia.que atienda los nuevos ~roblemas .'los que se enf"'nla la sociedad lIlCllI
cana, deber.! conlOr con el apone delos humaninas.41
6 Carlos Florla. P,jI()Mf NCtOftIJFCf, MéxicO. 1998. p.ll1
UNIVERSIDAD DE ",lxl(O •
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