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LOS ANIMALES DE COMPAÑÍA COMO FAMILIA MULTIESPECIE EN EL MARCO
DEL ORDENAMIENTO JURÍDICO COLOMBIANO
Diana Carolina Contreras Orjuela Y Valentina Romero Narváez
MONOGRAFÍA PARA OPTAR AL TÍTULO DE ABOGADO
ASESOR: DR. JAIME ELIAS TORRES BUELVAS
SEMILLERO DE INVESTIGACIÓN DE PROTECCIÓN ANIMAL MON CHERÍ
FACULTAD DE DERECHO DE LA UNIVERSIDAD COOPERATIVA DE
COLOMBIA
Notas del autor
La monografía es un trabajo de investigación desarrollado con el apoyo del Semillero de
Investigación de Protección Animal Mon Cherí, con fines de innovación en el ámbito de
protección animal ampliando el concepto de familia multiespecie en el derecho.
La correspondencia sobre este documento investigativo debe dirigirse a Diana Carolina
Contreras Orjuela y Valentina Romero Narváez, Universidad Cooperativa de Colombia, Campus
Bogotá, Colombia.
Correos electrónicos: valentina.romeron@campusucc.edu.co
diana.contreraso@campusucc.edu.co
2
Dedicatoria
Esta Monografía va dedicada a cada una de las personas que contribuyeron a su desarrollo y
finalización como lo fueron nuestros docentes, asesores, padres, compañeros y amigos, que por su
comprensión, generosidad y confianza hicieron realidad el éxito de este trabajo para la obtención
del título de abogado.
Agradecimientos
Agradecemos a nuestros docentes de la carrera de la Facultad de Derecho de la Universidad
Cooperativa de Colombia en particular a nuestro asesor de la monografía el Doctor Jaime Elías
Torres Buelvas, por compartir sus conocimientos académicos, por la guía y paciencia para el
desarrollo investigativo y a nuestros padres por su apoyo moral para culminar este proyecto de
investigación.
3
CONTENIDO
RESUMEN 4
ABSTRACT 5
INTRODUCCIÓN 6
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA 8
PROBLEMA 9
OBJETIVOS 10
Objetivo General 10
Objetivos Específicos 10
JUSTIFICACIÓN 10
METODOLOGÍA 11
MARCO TEÓRICO 12
La Familia Multiespecie 14
Problemáticas Jurídicas que Hacen Necesaria la Inclusión
de los Animales de Compañía Como Miembro de la Familia
en el Ordenamiento Jurídico Colombiano 20
Garantías Constitucionales sobre la Protección de los
Animales de Compañía 24
La Incorporación de los Animales de Compañía en la Familia
Multiespecie en el Ámbito Jurídico Internacional 31
Marco Jurídico para la Incorporacón de la Familia Multiespecie
En el Ordenamiento Jurídico Colombiano 34
CONCLUSIONES 41
RECOMENDACIONES 44
REFERENCIAS 45
4
Resumen
La familia multiespecie hace referencia aquella relación que se tiene entre los seres
humanos y los animales, hasta el punto de considerarlos como parte de la familia, esto implica
que puedan tener participación dentro de ella que adquieren protección como integrantes y
analógicamente un reconocimiento jurídico, puesto que la trascendencia que ha tenido este
concepto a lo largo del tiempo como familia multiespecie tienen características y propiedades
que en esencia tienen un eje entre la reciprocidad de cuidado y acompañamiento en la
interrelación de la comunidad de vida con los seres vivos humanos.
Los miembros de una familia en la cual cohabitan animales que desempeñan ante todo
una función afectiva, emocional, más que funcional u operativa, constituye en su interacción el
núcleo de este. Por tal razón, el problema de la presente investigación el cual abarca la categoría
de familia multiespecie evoluciona paradigmas de la familia tradicional y la inclusión al
ordenamiento jurídico, así como objetivo principal el reconocimiento de la categoría y las
problemáticas que se presentan en la misma que desenvuelven al desarrollo de la investigación
extendiendo a la sociedad en conjunto y sus diversas instancias, ya sean legales, culturales e
incluso políticas, para el reconocimiento de los animales de compañía, como integrantes plenos
de la organización familiar.
La investigación adelantada en este estudio es de carácter cualitativa, con un enfoque
descriptivo-deductivo, que hace una revisión de diferentes fuentes normativas, jurisprudenciales
y doctrinales del ordenamiento jurídico colombiano para proponer el análisis de la familia
multiespecie como una nueva categoría jurídica en Colombia.
5
En sus conclusiones esta investigación logró identificar algunos de los elementos que
permitirían colmar vacíos jurídicos necesarios para la inclusión de los animales de compañía en
la evolución de la familia tradicional a la multiespecie como una nueva realidad social en
Colombia.
Palabras claves:
Familia, familia multiespecie, integración familiar, reciprocidad afectiva, animal de compañía,
marco normativo, reconocimiento, investigación, percepción intuitiva, analogía.
ABSTRACT
The multispecies family refers to the relationship that exists between human beings and
animals, to the point of considering them as part of the family, this implies that they can have
participation within it that acquire protection as members and analogously a legal recognition,
since that the transcendence that this concept has had over time as a multispecies family has
characteristics and properties that essentially have an axis between the reciprocity of care and
accompaniment in the interrelation of the community of life with human living beings.
The members of a family in which animals coexist that perform above all an affective,
emotional, rather than functional or operational role, constitute the nucleus of this in their
interaction. For this reason, the problem of the present research, which encompasses the category
of multispecies family, evolves paradigms of the traditional family and inclusion in the legal
system, as well as the main objective of recognizing the category and the problems that arise in
it. They develop the development of research extending to society as a whole and its various
instances, whether legal, cultural and even political, for the recognition of companion animals, as
full members of the family organization.
6
The research carried out in this study is qualitative in nature, with a descriptive-deductive
approach, which makes a review of different normative, jurisprudential and doctrinal sources of
the Colombian legal system to propose the analysis of the multispecies family as a new legal
category in Colombia.
It was concluded, in this research, in the achievement of identifying some of the elements
that would allow to fill the legal gaps necessary for the inclusion of companion animals in the
evolution of the traditional family to the multispecies as a new social reality in Colombia.
Keywords:
Family, multispecies family, family integration, affective reciprocity, pet, normative framework,
recognition, research, intuitive perception, analogy.
Introducción
En la medida en que determinadas especies de animales domésticos están cada vez
integrados al ámbito familiar o incluso personal son considerados como seres que, a pesar de su
condición irracional, forman parte de ese entorno diario, afectivo, emocional e incluso
económico; de tal manera que conviven con los seres humanos casi al nivel de miembros de una
familia con plenitud de derechos, tal como la especie humana, dando como figura a la familia
multiespecie.
Esta figura incluye a los animales de compañía como integrantes de la familia, en el
entendido que dejaron de ser solo los mejores amigos del hombre para convertirse en
miembros plenos de las organizaciones familiares, de manera que la cotidianidad
familiar, salidas y vacaciones se planifican teniendo en cuenta sus necesidades e
7
invocando un amor incondicional que humaniza estas relaciones inter-especie o
interacción humano animal. (Cruz, S. 2019)
De lo que se trata es, básicamente, de percibir la presencia de ciertos animales como
parte de ese espacio en el seno familiar y de un hogar en un sentido constitutivo e integrados en
el contexto como una ampliación de la noción de familia, que lo esencial, más allá de los temas
legales que pudieren emanar de la evolución conceptual de su significado en el núcleo familiar,
es la percepción de los miembros del hogar respecto del valor que esas especies tengan para
ellos.
En este punto es necesario considerar que la relación dada entre animales y humanos en
un determinado entorno, para que se puedan caracterizar tales lazos como elementos
constitutivos de una familia, tiene una condición bilateral en cuanto a que debe haber
correspondencia por parte de los animales. Ello significa que la percepción sensorial o intuitiva
de ellos también capta el papel que desempeñan como integrantes de una organización familiar a
la cual se encuentran vinculados y de la cual se sienten parte.
Los animales tienen una doble condición que se complementa y no se contrapone, pues
por una parte son seres sintientes y de otro lado, son susceptibles de clasificarse como
bienes jurídicos muebles, semovientes o inmuebles por destinación, para ejercer sobre
ellos las reglas de la propiedad, posesión y tenencia. En consecuencia, los animales como
seres sintientes no son cosas y por virtud de tal cualificación se hacen merecedores de
una protección especial contra el sufrimiento y el dolor, en especial el causado directa o
indirectamente por los humanos. (Sentencia C-343, 2017, Sala Plena de la Corte
Constitucional)
De ahí que, al margen de su reconocimiento legal en tal sentido, la condición como seres
sintientes debe empezar por la forma de cómo son acogidos y tratados por los miembros de la
8
familia. Poco sirve que exista un ordenamiento legal sobre su sintiencia en relación con la forma
de cómo la sociedad en general y la familia en particular, considera a los animales de compañía en
su papel de integrante en el ámbito y espacio familiar, un trato no adecuado donde no se les
permita actuar recíprocamente en su forma de demostrar sentimientos y emociones, toda vez que,
al mirarlos como algo más del entorno con una notoria indiferencia. Por ello, el reconocimiento
jurídico debe ser una instancia no distante del ámbito íntimo, puesto que, debe ir de la mano con la
posición de garante con criterio personal para que se perciba una manera apropiada para su
cuidado y tenencia.
Surge en estas condiciones un problema susceptible de ser investigado desde un ángulo
académico, siguiendo las líneas trazadas por la metodología, por ello, el título del presente
trabajo, ‘los animales de compañía como familia multiespecie en el marco del ordenamiento
jurídico colombiano’, se encuentra desde una perspectiva que señala el contexto dentro del cual
la investigación tiene una orientación teórica, lo cual implica, obviamente, involucrar los
aspectos legales y las diversas concepciones de la familia tradicional ha suscitado
históricamente.
Planteamiento del Problema
El grado de afectividad del animal hacia los humanos con quienes convive tiene
características muy propias que paulatinamente se ha evolucionado al concepto de familia
multiespecie, expresión que da a entender que la familia tradicional constituido de padres e hijos
9
y otros miembros humanos que también la integran, es susceptible de ser incorporados con seres
vivos no humanos abordándolos de sentimientos recíprocos, responsabilidades y garantías
constitucionales como miembros de la familia.
En otros términos, hay un cambio del enfoque tradicional, clásico, el cual, aunque
admitía la convivencia con otras especies vivientes, e incluso les concede algunos
derechos, aunque no codificados legalmente, sino los que la misma familia les confería,
no contemplaba la posibilidad de considerar a esas especies inmersas en la familia
multiespecie por derecho propio de la organización familiar, mucho menos que
legalmente estuviesen amparados por la legislación. (González, I. 2019)
Con el cambio de enfoque, uno de sus principales aportes sería el ampliar el Derecho
de Familia con el fin de incorporar los derechos de los animales de compañía,
concediendo el estatus correspondiente. Es decir, no se trata de elaborar un conjunto de
principios y normas específicas que regulen las relaciones entre humanos y animales de
compañía al interior del hogar donde conviven, sino que el Derecho de Familia los
abarque para protegerlos y garantizarles su condición de miembros de la misma.
(González, I. 2019)
PROBLEMA
¿De qué forma la normatividad vigente de protección animal puede establecer un marco especial
de protección para los animales de compañía como familia mutiespecie en el ordenamiento
jurídico colombiano?
10
OBJETIVOS
Objetivo General
Analizar la normatividad vigente de protección animal que permitan dar resolución a las
problemáticas que se presentan en la inclusión de los animales de compañía en la familia
multiespecie y desempeñen un soporte sólido para su regulación en el ordenamiento jurídico
colombiano.
Objetivos Específicos
- Interpretar el concepto de la Familia Multiespecie como una ‘nueva forma de estructura
familiar’.
- Examinar problemáticas jurídicas en torno a los animales de compañía como miembros de la
familia en el ordenamiento jurídico colombiano.
- Identificar el tipo de garantías constitucionales sobre la protección de los animales de
compañía y la incorporación en el ámbito jurídico internacional.
- Establecer el marco jurídico para la incorporación de la familia multiespecie en el
ordenamiento jurídico colombiano.
Justificación.
Este trabajo de investigación busca analizar un fenómeno social sobre el cual hay un
claro vacío en materia jurídica, pero frente al cual ya la sociedad está requiriendo la
implementación de medidas y toma de decisiones al sistema judicial. En Colombia, la ley 1774
de 2016 determinó a los animales como seres sensibles y con emociones, a los cuales se les
deben garantizar derechos relacionados con su protección y bienestar, no se ha registrado
11
precedente jurisprudencial sobre el tema, sin embargo, la Corte Constitucional ha indicado “El
estatus de los animales en el ordenamiento jurídico colombiano es variado y multiforme”.
(Sentencia SU 016/20, Sala Plena de la Corte Constitucional)
Es claro que la Corte Constitucional tiene solicitudes de tutela a partir de las cuales
podría realizar un pronunciamiento sobre este tema para sentar precedente para que los demás
órganos, tanto jurídicos como legislativos tomen como referente este pronunciamiento,
esencialmente, la norma reconozca a los animales que están en un hogar constituido acorde con
el artículo 42 de la Constitución Política como acompañantes de esa institución jurídica con
especial protección y válido para todos los efectos pertinentes.
Metodología
La investigación es de tipo cualitativo donde se procedió a la investigación de selección
de textos relacionados con la familia tradicional y los animales de compañía a partir de fuentes
primarias, por tanto, el trabajo en este nivel es básicamente analítico y deductivo, por tratarse de
información textual.
Asimismo, se indagará de forma paralela sobre los conceptos relacionados con los
derechos de los animales de compañía con inclusión en la evolución de la familia tradicional a la
familia multiespecie, analizando las garantías constitucionales y jurídicas que proceden de forma
análoga determinando la perspectiva para su posible aplicación.
En síntesis, la información que se extrajo para el análisis del concepto de la familia
multiespecie fue estudiado entre los pocos casos que se han suscitado en el ámbito nacional pero
que se ha venido desarrollando en la esfera internacional, por ello, se trae a colación “Al tiempo,
12
es la base teórica que posibilita abordar el interrogante expuesto líneas atrás en el planteamiento
del problema y alcanzar el objetivo principal”. (Sabino, C. 1992)
Marco Teórico
Se define como familia de forma general la integración de un grupo de personas con un
vínculo, bien sea consanguíneo, jurídico o afectivo y esta es la organización social más
importante. “La familia es el núcleo fundamental de la sociedad. Se constituye por vínculos
naturales o jurídicos”. (Constitución Política de Colombia. Art 42. 7 de Julio de 1991)
Es ahí donde se abarca efectivamente, a los animales de compañía que conviven con
seres vivos humanos, puesto que, constitucionalmente, se abrió una brecha pequeña de
interpretación para la inclusión de la connotación de familia multiespecie.
La familia multiespecie, es la configuración de un grupo de personas o una persona con
un ser de condición no humana, como lo son los animales domésticos y está se encuentra
regida por el afecto que siente tanto el humano por el animal y viceversa. (Avila, 2020)
La integración familiar, se basa en los factores que complementan a la familia, como son
el afecto, el respeto, salud y armonía, según la función de cada persona dentro del núcleo familiar
y, relacionado con los presupuestos iniciales del Comité de Brambell y el Consejo Británico de
Bienestar de los Animales de Granja, donde visualizaron todo el desarrollo que los animales
podían interactuar, y fue cuando concluyeron en algunos parámetros que finalizó con el principio
de las 5 libertades de los animales.
13
Por ese motivo, la reciprocidad familiar, es cuando se recibe y se da apoyo de parte o por
parte de cualquiera de los integrantes de la familia, este puede ser de cualquier tipo
afectivo, de protección o económico. La reciprocidad es un concepto que se maneja a
diario, y está tan inmerso en la cultura que se utiliza constantemente, aún sin conocerlo de
forma teórica. (Canelon, 2020)
Animal de compañía se estima como aquel que ha aprendido a comportarse y convivir
con el ser humano en diferentes actividades, adecuándose a un hábitat con especiales
comodidades afectivas asignándose así, la cooperación en el ámbito familiar. Los
animales de compañía más populares alrededor del mundo son los gatos, en cualquier
variedad de la especie, evidentemente seguidos de los perros. (CIM Formación, 2013)
De lo anteriormente expuesto, podemos traer a colación algunos autores que en resumen
establecen una mirada global sobre la perspectiva jurídica y social, la integración familiar y la
reciprocidad en relación con los animales de compañía. De forma intrínseca, Peter Singer desde
su figura analítica, ha establecido los valores de los animales:
Pese a que algunos juristas reconozcan la existencia de un derecho especial de protección
a los animales, la idea de considerar el animal no solo como bien móvil o cosa, sino como
sujetos de derecho, se consolida a medida que se reconoce que los derechos no deben ser
atribuidos a un ser apenas por su capacidad de hablar o pensar, también, por su capacidad
de sufrir Hans Kelsen no consideraba absurda la idea de conferirse a los animales el
status de sujetos de derecho, aduciendo que la relación jurídica no se da entre el sujeto
del deber y el sujeto de derecho, pero entre el propio deber jurídico y el derecho reflejo
que le corresponde. (Apud Noirtin, 2014, p. 136, citado por Disconzi, 2017)
De igual forma, en el artículo ‘La mascota bajo la perspectiva de la familia multiespecie y
su inserción en el ordenamiento jurídico brasileño de autoría Disconzi, A. Valdirene, N.
14
Flain, S’, indica un margen general sobre la familia multiespecie. Esta acción no se puede
dejar de observar el vínculo afectivo que impregna la relación humano-animal, en el
hecho de que una persona elija un animal de compañía para que no permanezca solo, o
que familias adopten un animal como miembro de su núcleo. Tal acción incluso podrá ser
clasificada como especista, pero no se puede menospreciar, puesto que esta relación está
basada en lazos de afectividad como el ingrediente de mayor significación, el que hace
con que las personas se unan alrededor de un núcleo y formen una familia.
Capítulo I. La Familia Multiespecie como una ‘nueva forma de estructura familiar’.
La familia es el núcleo base de la sociedad, se considera una comunidad natural que
abarca principalmente el desarrollo del ser humano dentro de esta y puede determinar e
identificar ciertos aspectos de este. Se conoce que existen varios tipos de familia como se
menciona en la obra de Friedrich Engels, ‘El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el
Estado’:
Se encuentra la familia consanguínea, la cual se encuentra categorizada por
descendientes y ascendientes unidos mediante el vínculo consanguíneo, por consiguiente
está la familia punalúa la cual excluía en su momento a los padres y a los hijos del
comercio sexual recíproco, continúa la familia sindiásmica aquí los hijos son
pertenecientes solamente de la madre y se da el derecho al hombre de la poligamia y por
último se encuentra la familia monogámica, la cual se encuentra más solidificada que la
anterior, debido que, la única opción del hombre tener otra pareja era ser infiel y los hijos
constituían gran relevancia para la figura paterna porque eran quienes procedían de
manera directa.
15
La noción de familia en Colombia ha evolucionado a lo largo de los años, dando lugar a
una variedad de conceptos, entre estos están, la familia heterogénea, monoparental, adoptiva,
reconstituida, compuesta, entre otras. Es tanta su transformación que hoy es muy frecuente que
una de las variedades de familia sea conformada por la adopción de denominados ‘perrhijos’ y
‘gathijos’, nombrados de esta forma por la misma familia y protectores del bienestar animal,
estos términos no se encuentran oficializados. En razón a este fenómeno psicólogos, abogados y
otros profesionales que prestan servicios para entidades u organizaciones que trabajan temas en
torno a las relaciones familiares, han hecho emerger el término de familia multiespecie como
una nueva forma de constitución de familia. La organización de los miembros de la familia goza
de los derechos equivalentes en término de tenencia, afecto, protección y cuidado.
En un ámbito nacional e internacional se atiende como un derecho fundamental la
constitución y protección de la familia sin ninguna restricción o distinción en su configuración,
respondiendo a la inclusión de nuevas categorías de familia permitiendo así a los miembros de
esta la libertad de su constitución en respuesta a su derecho de autonomía, facilitando la función
de los derechos que adquieren como integrantes de ella.
El concepto de familia desde la perspectiva del Sistema Interamericano de Derechos
Humanos. Según (Badilla, A. s.f.):
La Convención Americana de Derechos Humanos en su Artículo 7 señala: La familia es
el elemento natural y fundamental de la sociedad. No indica la convención a qué tipo, o
tipos, de familia se refiere. Aplicando el principio jurídico de que no se puede distinguir
donde la ley no distingue, se debe entender que la Convención establece una protección
general para todas las familias, independientemente de cuál sea su composición. En todo
caso corresponde a la legislación nacional establecer las regulaciones particulares, sin
detrimento del derecho esencial establecido en este instrumento internacional. (p, 109)
16
Asimismo, la Sentencia C-577 de 2011 de la Corte Constitucional señaló:
La doctrina ha puesto de relieve que la idea de la heterogeneidad de los modelos
familiares permite pasar de una percepción estática a una percepción dinámica y
longitudinal de la familia, donde el individuo, a lo largo de su vida, puede integrar
distintas configuraciones con funcionamientos propios, por otra parte, la Corte también
señala que la familia es el núcleo fundamental de la sociedad, por lo tanto, merece
especial protección jurídica.
Se identifica que los animales de compañía como en realidad se les debe llamar, tienen un
significado especial para el ser humano, tanto que se adoptan como integrantes de la familia,
siendo este un gran apoyo para la composición de la misma. A esta nueva categoría social se le
ha denominado familia multiespecie y se logra identificar porque el factor importante de su
constitución es el animal de compañía.
Ampliando un poco la perspectiva que se tiene sobre este concepto se permite citar la
siguiente noción, la cual precisa qué es la familia multiespecie:
Hace alusión a un conjunto de individuos o grupo que conviven bajo el mismo techo y
están unidos principalmente por lazos de afectividad entre sus miembros, además, tienen
como característica la inclusión de más de una especie (Humano/animal). Para que se de
este tipo de familia, los integrantes deben reconocer al animal de compañía como parte de
esta y brindarle afecto, cariño, cuidado y reconocerlos como seres sintientes. (Carmona,
Zapata, López, 2019, p87)
Igualmente, el concepto de familia multiespecie es un factor de mayor importancia por
cuanto su comprensión, en un contexto familiar y legal, significa que los miembros de
17
los entornos familiares que valoran esa concepción como un espacio que trasciende el
vínculo emocional entre animales y humanos, tienen implícitamente un compromiso
moral y social con la defensa, la preservación del medio ambiente y en alguna forma y
medida lo defenderán como un objetivo altamente valioso. (Sentencia C-343-2017, Sala
Plena de la Corte Constitucional)
Esta categoría familiar es aquella en la que conviven tanto seres humanos como animales
de compañía. Sin embargo, este concepto en sí mismo no es suficiente para configurar una
familia multiespecie en un sentido legal, pues históricamente esa situación ha tenido lugar
sin que se considere que los animales en esa condición sean parte de una familia como tal,
se les reconoce y acepta afectivamente como si lo fuesen. (Protección Animal Mundial,
2018)
En efecto, tradicionalmente y se puede decir que mundialmente, se ha considerado con
una connotación jurídica, que la familia está compuesta por seres de una misma especie, la
humana, sin que los animales formen parte de ella, independientemente del grado de afectividad
que se les dispense, y que incluso haya quienes piensen o declaren que uno de esos especímenes
animales es parte de su familia o que los traten como tales.
El centro o fondo del asunto tiene que ver ante todo con la convivencia que se desarrolle
a partir del momento en que el animal llega al hogar y paulatinamente se integra no
solamente con la familia, vista como una estructura social y legal, sino que empieza a
generar lazos afectivos y emocionales con sus miembros, con algunos más que otros, de
tal manera que interactúa con ellos y sus actividades cotidianas, como viajes, paseos y
gozan de todos los beneficios y derechos que se les concede en el hogar, sin que
necesariamente exista un marco legal que los imponga. (Acero, M. Montenegro, L. 2019)
La idea directriz consiste en que el animal de compañía en su interrelación con la familia
18
y sus integrantes, poco a poco, imperceptiblemente casi siempre, influye en el comportamiento
general y particular de la misma, sin que ello signifique una transformación radical de las
costumbres familiares o incide en aspectos clave de la dinámica familiar, cuál sería el caso de los
fenómenos económicos, políticos, sociales o culturales.
El animal de compañía es un ser vivo que en muchos hogares se considera como
fundamental, por eso existe la libertad de que el animal pueda hacer parte dentro del mismo, no
debería existir ningún inconveniente en cuanto a su relación con el ser humano y su entorno, por
eso es tan importante el reconocimiento de estos seres en conformación a la familia multiespecie
y en especial al hogar.
Se logra identificar que, en muchas oportunidades hay inconvenientes en el entorno con
respecto a la tenencia de los animales de compañía, este tema lo logra abordar la Corte
Constitucional. Según (Sentencia T-155/2012 Sala Primera de Revisión de la Corte
Constitucional):
La tenencia de un animal doméstico en el lugar de residencia es una decisión personal y
familiar que obedece a diferentes necesidades y proyectos de vida, y que por lo tanto en
principio debe ser respetada y protegida por el Estado. Desde sus inicios esta
Corporación ha sostenido que las personas cuentan con el derecho a tener animales
domésticos, en tanto se trata del ejercicio de varios derechos fundamentales entre los que
se han mencionado el libre desarrollo de la personalidad y la intimidad personal y
familiar. Con relación al primero, la jurisprudencia constitucional ha destacado que es un
derecho de status activo que exige el despliegue de las capacidades individuales, sin
restricciones ajenas no autorizadas por el ordenamiento jurídico. Se configura una
vulneración de este derecho cuando a la persona se le impide, de forma arbitraria,
alcanzar o perseguir aspiraciones legítimas de vida o valorar y escoger libremente las
19
circunstancias que dan sentido a su existencia’. En relación con el segundo, la intimidad
personal y familiar implica el derecho a no ser molestado a fin de resguardar un espacio
de privacidad personal y familiar, libre de cualquier intromisión de otros, sin el
consentimiento de su titular.
Citado lo anterior, se logra percibir que para la Corte Constitucional es de vital importancia la
protección de la familia que desea adoptar a un animal de compañía como miembro de esta, sin
embargo, no hace reconocimiento a que esta configuración sea denominada como familia
multiespecie y que lo animales de compañía sean reconocidos como sujetos de derecho dentro de
esta, por lo tanto, es un tema que, aunque se ha logrado abordar no ha sido a profundidad.
La visión legal de la presencia y participación de los animales de compañía en el entorno
hogareño debería ser enfocada desde un ángulo diferente, por cuanto es claro que el aspecto
emocional y afectivo que se genera por sí mismo está al margen de tales consideraciones, ya que
desde siempre se les ha dispensado, con determinadas excepciones, un tratamiento muy especial y
cuando no es así, el concepto de familia multiespecie carece de sentido.
Lo que puede garantizar la reciprocidad de cariño por parte de los animales de compañía,
es recibir los cuidados que merecen, el cariño y afecto, de este modo generar un vínculo
especial, que pueda determinar y considerar si de verdad está configurada una familia
multiespecie.
Hay una visión cualitativamente diferente de la familia, pues no se trata sólo de
contemplar esas circunstancias desde una perspectiva cuantitativa, en el sentido de
aumentar el número de miembros del ámbito familiar con todas las implicaciones que
ello conlleva, sino de darle cabida legalmente, no afectiva ni emocionalmente pues esas
condiciones ya existen, a esas especies. No se trata, por tanto, de revestir a los animales
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de características humanas en un sentido jurídico, sino esencialmente de que gocen de
unos derechos como seres sensibles, que gocen de una especial consideración social que,
valga decirlo, sólo los miembros humanos que los rodean pueden brindarles. (Sentencia
T-292/2016, Sala Cuarta de Revisión de la Corte Constitucional)
Se puede decir que hay un gran número de familias que adoptan un animal, por diversas
razones, al cual progresivamente lo convierten en un elemento de la organización familiar sin
que necesariamente le brinden el estatus de ser miembro de la familia. Sin embargo, le ofrecen
todas las garantías y derechos relacionados con su bienestar, entre otros el cariño y un
tratamiento que es similar al que les conceden a los seres humanos del núcleo familiar.
Los miembros de la familia que han acogido a los animales como núcleo de ella, pueden
llegar a desconocer la existencia de normas protectoras de los animales de compañía como seres
sintientes, existe una ley que no tiene distinción, ni condición en la protección de los animales es
la Ley 1774 de 2016.
Capítulo II Problemáticas jurídicas en torno a los animales de compañía como miembros
de la familia en el ordenamiento jurídico colombiano.
La presencia de los animales de compañía como miembro de la familia representa una
novedad para el sistema judicial por la variación de su inclusión, puesto que se ha convertido en
un desafío frecuente para todos los juristas, teniendo en cuenta las problemáticas procesales que
se presentan respecto al tema ante los estrados judiciales.
El vínculo afectivo y emocional entre el ser humano y el animal se ha convertido en la
principal característica de la formación de la familia multiespecie, generando consecuencias que
se presentan luego de una separación conyugal o marital. Los principales temas de conflicto que
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causan como efecto en estas separaciones, versan sobre la custodia, la regulación de visitas, la
cuota alimentaria y los cuidados veterinarios que necesitará el animal de compañía.
La separación conyugal o marital sin acuerdo previo, representa un desequilibrio
emocional tanto para las partes en conflicto como en los animales de compañía, por la variación
de los estímulos de estrés que se genera en dicha controversia. Dentro de este desequilibrio está
la depresión causando complicaciones de salud como diabetes, gastroenteritis, problemas de
automutilación que ocasiona dermatitis severa en ellos.
En Colombia, se han presentado diferentes procesos extrajudiciales como en las
comisarías de familia y centro de conciliación, pero no se ha suscitado en los estrados judiciales
el tema de familia multiespecie y la regulación de visitas en los animales de compañía. Estos
asuntos se han encontrado con desafíos jurídicos, dado que los funcionarios de la rama judicial
aún no reconocen los animales como sujetos de especial protección, en consecuencia, no son
reconocidos como miembros de la familia multiespecie.
En el sistema legal tiene una laguna jurídica, pues este no proporciona la normatividad
que rige los conflictos sobre la separación conyugal o marital donde interviene la tenencia del
animal de compañía desamparando su protección psicológica y física. La disposición en materia
jurídica no es humanizar a los animales, pero sí reconocerlos como seres sintientes y sujetos de
derechos, por ende, miembros de la familia multiespecie.
El conflicto sobre el régimen de visitas de los animales de compañía empezó a tomar
más fuerza luego de haberse presentado audiencias de conciliación y hasta procesos de
demanda. Es inevitable no aceptar que la constitución de la familia se ha transformado a lo
largo de los años y es muy común hoy ver que los animales son miembros del núcleo familiar y
el vínculo que se crea entre el ser humano y el animal, es considerable.
22
La separación de vínculo emocional conyugal o marital no es sinónimo de separación
emocional ante la figura del hijo, es decir, su separación no es causa de desconocimiento y
desunión de los derechos y deberes que se tiene en temas de divorcio. Al presentarse este
escenario se opone la falta de regulación en esta materia dando lugar a que sean procesos poco
fáciles de resolver sin una garantía de que sean resueltos en algún momento, tanto así que no se
tiene clara su competencia.
El 3 de abril de 2019 en la comisaría de Belén de la Comuna 16 en Medellín se presentó
el primer caso sobre el régimen de visitas de un animal de compañía en Colombia. Buscando la
protección y el bienestar del animal, una expareja acude ante esta comisaría para la respectiva
regulación, esto como consecuencia del traslado de residencia laboral de uno de ellos.
El comisario informa que le resultó incoherente el caso y hasta le hizo gracia, pero logró
evidenciar que es una temática que es empleada en países como España. La comisaría de Belén
se enfrentó a un desafío en su decisión en respuesta a la falta de la ley colombiana y al
pronunciamiento de la Corte Constitucional respecto a este tipo de conflictos. Esta conciliación
sentó el primer precedente.
El consultorio jurídico de la Universidad Cooperativa de Colombia en su convenio de
Protección Animal llevó a cabo un proceso judicial en materia sobre el régimen de visitas del
canino ‘Luna’. Los desafíos eran inevitables, sin embargo, el consultorio está capacitado para
aceptar y asumir este reto jurídico. La falta de regulación dejó a este proceso en disposición del
Tribunal Superior de Bogotá para dirimir su competencia entre el juzgado de familia y el
juzgado civil municipal, lo que demuestra que no existe una claridad sobre quién es competente
para resolver este conflicto, reflejando ausencia de garantías en la protección y el bienestar de
los animales como seres sintientes.
23
La Corte Constitucional no ha tenido un pronunciamiento oficial sobre los animales de
compañía como familia multiespecie, sin embargo, se logra evidenciar que si han existido
fallos en primera instancia como el ocurrido en la ciudad de Ibagué en el cual el Juzgado
Primero Penal decidió y dio fundamento a una familia multiespecie dando acceso a un derecho
fundamental a su animal de compañía.
El núcleo familiar interpuso una acción de tutela como fundamento a la vulneración
del derecho al amparo familiar al no suministrarle la atención correspondiente a uno de los
miembros de la familia, un perro schnauzer, el cual sufre de Epilepsia Idiopática. El Juzgado
Primero Penal del circuito de Ibagué ordenó a la Secretaría de Salud suministrar el medicamento
concerniente para el tratamiento de un ser sintiente llamado ‘Clifor’, esto con la finalidad de
garantizar la salud del animal, para esta decisión la Juez se sostuvo en el derecho fundamental de
la protección familiar adaptando a la jurisprudencial una nueva formación familiar como respuesta
a una realidad social, la familia multiespecie. “El Estado de derecho en Colombia otorga a los
animales, como seres sintientes, la titularidad de algunos derechos, como el de procurar un
adecuado tratamiento a las patologías” (El Tiempo, 2020).
Se comprende la necesidad del estudio sobre la regulación de la materia del
reconocimiento de los animales de compañía como miembros de la familia multiespecie dentro
de nuestro marco normativo colombiano. Al lado de la tenencia en crecimiento de los animales,
como gatos y perros, admitiendo el lazo afectivo que crean estos animales con los seres
humanos, esa gran compañía y crecimiento personal que brindan en el núcleo familiar.
Se ve reflejado que la tenencia de un animal de compañía, aunque, en general es aceptada
por la sociedad en ocasiones suelen haber confrontaciones con respecto a este tema, por ejemplo
en los entornos en los que esta se puede desarrollar como el transporte público, el ambiente
24
laboral, la propiedad horizontal o zonas públicas, muchas personas no estarán de acuerdo y
tendrán conductas prohibitivas en cuanto al desarrollo de la convivencia de la familia
mutiespecie, aunque, la Corte Constitucional se ha pronunciado respecto a los animales de
compañía somo ser sintiente, no lo hecho en el reconocimiento de los animales de compañía
como sujetos de derecho en la familia multiespecie, si existiera este reconocimiento existirían
más garantías a la solución de esta problemática.
En la Sentencia C- 439 de 2011 se logra abordar el tema sobre la aprobación de los
animales en el transporte público, con esta se busca declarar la inconstitucionalidad del Artículo
87 de la Ley 769 de 2002 en el que se prohíbe llevar animales en el transporte público, a menos
de que sea animal de guía, en las consideraciones la Corte declaró exequible este artículo
teniendo en cuenta que se especifica qué animales deben ser llevados haciendo alusión a los
animales de compañía.
En otro punto, se resalta la problemática que se tiene al momento de que el animal de
compañía presenta algún percance y al tenedor no se le permite tener el acompañamiento
suficiente para con este porque, no tiene la importancia que debería y no es considerado como
parte de la familia, es un tema que, si se encontrara regulado los animales de compañía en la
familia multiespecie, sería más sencillo la regulación de esta problemática en el marco
normativo colombiano.
Se ha evidenciado las problemáticas que abarcan la inclusión de los animales de
compañía al no ser considerados como sujetos de derecho, ni como miembros de la familia
multiespecie por ello la importancia de extender los estudios comprendidos para un soporte
sólido a una futura legislación dando resolución a los vacíos jurídicos y problemáticas
mencionadas anteriormente.
25
Capítulo III Garantías constitucionales sobre la protección de los animales de compañía.
La Ley 5 de septiembre 20 de 1972, ‘Por la cual se provee a la fundación y
funcionamiento de Juntas Defensoras de animales’, llenó un vacío jurídico sobre lo referente a la
protección en general de animales en Colombia. Al respecto, tiene interés destacar que el artículo
3°, señala que corresponde a dichas juntas promover campañas educativas y culturales tendientes
a despertar el espíritu de amor hacia los animales útiles al hombre, pero la ley no precisa en qué
consiste tal utilidad del animal.
En efecto, ella puede dar diversos entornos tales como en el trabajo, o sea contribuyendo
en diversa forma o medida a la economía familiar, caso de burros, caballos y otros; en la
vigilancia hogareña o comercial, fundamentalmente de cierta clase de perros; o afectivamente,
como animales de compañía. Estos últimos, en determinadas circunstancias, entran a formar
parte de la organización familiar en calidad de la llamada familia multiespecie, por cuanto en ella
interactúan humanos y algunas especies de animales, principalmente perros y gatos, aunque
también aves y cierto tipo de roedores.
El mismo artículo 3 de la ley 5 de 1972, establece como una de las funciones de la Junta
es evitar actos de crueldad y el abandono injustificado de tales animales. Tiene interés de indagar
si existe el ‘abandono justificado’ por parte de quienes tienen a su cargo esos animales, que la ley
en ninguna parte del articulado se refiere a este aspecto vital, ya que una de sus consideraciones
básicas es el reconocimiento de sus derechos, dándoles un tratamiento de seres que sienten en
todos los aspectos de su existencia.
La abogada y rectora de Ámbito Jurídico de Legis, Sara Milena Cruz Abril (2019), señala
que, muchas familias adoptan animales de compañía y los convierten en miembros de su ámbito,
26
lo cual determina ciertos cambios en la organización familiar y realizar algún tipo de esfuerzo
emocional y en alguna medida, económico, para darles un entorno amable en términos de la
relación afectiva que se genera, es precisamente, lo que la Ley 5 de 1972 establece en el artículo
3° en cuanto a promover campañas educativas y culturales tendientes a despertar el espíritu de
amor hacia los animales.
Consecuentemente, la Ley 5 de 1972 en el artículo 1°, al referirse a la integración de las
Juntas Defensoras de Animales, determina que uno de sus componentes será ‘un delegado
elegido por las directivas de los Centros Educativos locales’. Este es un aspecto vital del
propósito de la ley, dado que la promoción de campañas educativas, uno de cuyos fines es
fomentar el amor hacia los animales, deberá tener como eje operativo el inculcar ese sentimiento
en los niños desde la más temprana edad. Esto significa que la labor de los educadores en este
punto es en cierta forma una especie de complemento de la que se debe iniciar en el hogar,
independientemente de que en el mismo haya o no animales de compañía.
En efecto, las ‘campañas educativas y culturales tendientes a despertar el espíritu de amor
hacia los animales’, carecen de sentido si desde la infancia inicial, o sea poco después del
nacimiento hasta los siete u ocho años, los niños no encuentran en el hogar el ambiente propicio
para que el espíritu de amor hacia los animales se genere y progrese naturalmente. Esa primera
infancia es un espacio temporal del desarrollo cerebral y orgánico, en la cual los niños captan al
principio intuitivamente y poco a poco conscientemente todo lo que perciben de su entorno
familiar y social, especialmente cuando hay animales de compañía a su alrededor.
Por cierto, es del mayor interés el artículo “El amor por los animales, el arma más
poderosa del ser humano” (Abad, A. 2011). Para entender el importante rol desempeñado por los
animales en el entorno familiar y especialmente la relación de los humanos con ellos. De hecho,
el carácter o condición sintiente de los animales tiene múltiples formas de expresión, ya que ellos
27
reflejan en determinadas circunstancias emociones y sentimientos en forma parecida a los
humanos, tales como celos, rabia, amor, miedo, alegría, etc., pero es fundamental saber
interpretarlos por el ser humano.
En Colombia la Ley 5 de 1972 y su Decreto reglamentario 497 de 1973 no se refieren en
ninguna forma al concepto de familia multiespecie para reconocer a los animales de
compañía como parte integrante del núcleo familiar. Tampoco la Declaración Universal
de los Derechos del Animal. Pero sí brindan pautas para el reconocimiento de los
animales de compañía, conformando una familia que los integre. No obstante, una de las
dificultades prácticas surge por lo general de las entrañas del mismo entorno familiar.
(González, I. 2019, pp. 18-21)
La Declaración Universal de los Derechos de los Animales, proclamada el 15 de octubre
de 1978 y adoptada previamente por la Liga Internacional de los Derechos del Animal y por las
Ligas Nacionales afiliadas tras la 3ª Reunión sobre los derechos del Animal en Londres del 21 al
23 de setiembre de 1977, fue aprobada por la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), y luego por la Organización de las Naciones
Unidas (ONU).
La declaración está conformada por 14 artículos que exaltan los derechos de los animales,
tales como los derechos a la existencia, a la libertad, a no sufrir malos tratos y a morir sin
dolor, en los cuales no hay ninguna diferenciación entre animales silvestres o salvajes y
animales domésticos. Estos últimos pueden ser considerados como de compañía e incluso
se podrían ubicar en el entorno de la organización familiar, de modo que gran parte de los
mismos entrarían a configurar lo que se conoce como familia multiespecie, según cómo
son tratados en el ámbito familiar. (Pedroza, I., y otros. 2017)
En tal sentido, vale la pena destacar algunos de los principios que la declaración
28
proclama con carácter universal, válidos para todos los animales. Así, el Preámbulo expone que
‘todo animal posee derechos’, asimismo ‘que el respeto del hombre hacia los animales está
ligado al respeto de los hombres entre ellos mismos’; y agrega, ‘que la educación implica
enseñar desde la infancia a observar, comprender, cuidar, respetar y amar a los animales’.
A su vez, la Declaración según su Artículo 1° “Todos los animales nacen iguales ante la
vida y tienen los mismos derechos a la existencia”. Según el Artículo 6º, “El abandono de un
animal es un acto cruel y degradante” y según el Artículo 14º, “Los derechos del animal deben
ser defendidos por la ley, al igual que los derechos del hombre”.
Tiene interés señalar que el 10 de diciembre de 1978 fue proclamado como el Día
Internacional de los Derechos Animales, el mismo día en que se conmemora la
Declaración Universal de los Humanos que la Organización de las Naciones Unidas
estableció en 1948. La coincidencia de las fechas no es casual, sino que se buscó
reconocer, junto con los derechos humanos, que los animales deben ser objeto de respeto,
cariño y en general un tratamiento propio de criaturas sensibles, con reconocimiento ante
la sociedad y la ley. (Hernández, P. 2018, pp. 27-30)
Es preciso resaltar, que mediante Sentencia C-041 de 2017, se estipuló que a pesar de que
exista ésta declaración en la protección de los derechos de los animales, también determina que
no es un instrumento vinculante para que sea concatenado para la ratificación que se encuentra
establecido en el artículo 93 de la Constitución Política de Colombia donde indica que los
tratados y convenios ratificados por el Congreso de la República prevalecen en el orden interno,
como esta Declaración que protege los derechos de los animales pero que no se encuentra
ratificado bajo el rango constitucional.
Según (Sentencia C-048/17, Sala Plena de la Corte Constitucional):
Desea aclarar que la Constitución no tiene un artículo que establezca de manera expresa
29
la prohibición de maltrato animal. Sin embargo, el ordenamiento superior colombiano sí
reconoce un principio de protección animal, como la función social y ecológica que hace
cuestionar el nivel legal en el desconocimiento del deber de protección animal.
La Corte Constitucional en su Sentencia C-666 de 2010 habla sobre la regulación que se
debe tener en cuanto a actividades que generen maltrato a los animales con el fin recreativo o
cultural, principalmente, hace referencia a la tauromaquia y las riñas de gallos. Esta busca la
protección de los animales y que se garantice el derecho a la protección y preservación de estos.
Asimismo, la Ley 84 de 1989, ‘Por la cual se adopta el Estatuto Nacional de Protección
de los Animales’, determina en el Artículo 1 que todos “los animales tendrán en el territorio
nacional especial protección contra el sufrimiento y el dolor causados directa o indirectamente
por el hombre”, y precisa en su Parágrafo que la expresión ‘animal’ comprende como a los
domésticos o a los domesticados, independientemente del medio físico en que se encuentren.
El Decreto 497 de 1973 mejora notablemente la forma y el contenido de la Ley 5 de 1972,
precisando asuntos que esta última soslayó, sobre todo lo relativo a las funciones de las Juntas
Defensoras de Animales, “al precisar los que se pueden considerar como malos tratos en una lista
exhaustiva de 21 situaciones” (Artículo 3°, Parágrafo). El decreto también dota a las juntas de
instrumentos para intervenir cuando fuera necesario.
En consecuencia, es menester traer a colación la Ley 1774 de 2016, la cual trata todo lo
relacionado con la protección animal, cuyo artículo primero proclama:
Objeto ‘Los animales como seres sintientes no son cosas, recibirán especial
protección contra el sufrimiento y el dolor, en especial, el causado directa o
indirectamente por los humanos, por lo cual en la presente ley se tipifican como
punibles algunas conductas relacionadas con el maltrato a los animales, y se establece
un procedimiento sancionatorio de carácter policivo y judicial
30
En cuanto a los principios que la fundamentan, el artículo 3º expresa que la protección
animal se basa en el respeto, la solidaridad, la compasión, la ética, la justicia, el cuidado,
la prevención del sufrimiento, la erradicación del cautiverio y el abandono, así como de
cualquier forma de abuso, maltrato, violencia, y trato cruel, al tiempo que los seres
humanos que conviven con ellos “tienen la responsabilidad de tomar parte activa en la
prevención y eliminación del maltrato, crueldad y violencia contra los animales”. (Ley
1774 de 2016. Diario Oficial No. 49.747 de 6 de enero de 2016)
Puede decirse, por tanto, que existe una familia multiespecie de hecho, configurada por
seres humanos en un entorno familiar y animales que conviven con ellos, a los cuales les
dispensan un trato similar al de los miembros de la familia entre sí, según lo establecido por la
Ley 1774 de 2016 en los artículos citados. La ley modifica el Código Penal al adicionar en el
artículo 5º el Título, ‘De los delitos contra los animales’, con los siguientes artículos: ‘Delitos
contra la vida, la integridad física y emocional de los animales’, y ‘Circunstancias de agravación
punitiva’, que abarcan todas las modalidades delictivas en que pudieren incurrir los miembros de
la familia u otras personas que identificables en perjuicio de los animales.
La Ley anterior no toca el aspecto central de la participación de los animales de
compañía en el seno de una familia, cuál es la adquisición de un estatus fundamental, la
condición de miembro de la misma, en un nivel similar al de los humanos, para conformar una
unidad especial denominada familia multiespecie. La idea de fondo es que las relaciones con los
animales en este contexto trascienden la convivencia simple y se sitúen en un punto en que los
animales de compañía tengan derechos reconocidos no sólo por los otros miembros, sino que los
mismos estén inscritos en la ley.
La ley 1774 del 2016 sirvió como soporte sólido para dar resolución a la problemática de
Habeas Corpus accionada por el abogado Luis Domingo que interpuso una acción de tutela para
31
amparar los derechos del ser sintiente catalogado oso chucho, por medio de la sentencia
SU016/20, la sala plena atiende a los animales como titulares de derechos como seres sintientes
y sensibles con un valor intrínseco, además atañe el compromiso humano del sostenimiento
ambiental. Según (Sentencia SU016/20, Sala Plena de la Corte Constitucional) “atendiendo a la
importancia que tiene la protección de la fauna para la existencia misma de la humanidad, se
debe conceder la protección del derecho a la libertad del Oso Chucho, que es un ser sintiente y
de especial protección”.
Es necesario poner de presente que la noción de familia multiespecie tiene un significado
que para muchos es muy difícil de asimilar. Se tiene la impresión de que se intenta equiparar a
cierta clase de animales al nivel de los seres humanos, sin entrar a considerar que sólo se trata de
concederles algunos derechos no sólo como especies sensibles, lo que de por sí es muy
importante, sino por desempeñar en el entorno familiar un papel muy especial, significativo
afectivamente.
La necesidad de darle un carácter formal a la relación entre las dos especies que conviven
en un hogar, humanos y animales, cuando entre ellas se han desarrollado vínculos emocionales
sólidos y permanentes, adquiere cada vez más importancia en el debate jurídico y social
colombiano y global.
En efecto, hay familias que tienen animales de compañía, sobre todo perros y gatos, a los
cuales les brindan todas las facilidades para que se sientan muy bien, cómodos, tranquilos,
queridos, disponiendo de todos los elementos básicos para su bienestar tales como alimentación
adecuada, espacio amplio para su esparcimiento, atención veterinaria, participación en ciertas
actividades de la familia.
32
La incorporación de los animales de compañía en la familia multiespecie en el
ámbito jurídico internacional.
La organización World Animal Protection, estudia 6 países latinoamericanos, México,
Colombia, Chile, Venezuela, Argentina y Ecuador. Estos países han incidido en que el derecho
reconozca y regule en materia de familia la custodia y la sostenibilidad de protección y bienestar
del animal como miembro de la familia multiespecie.
En Derecho internacional se conoce de la incorporación de los animales de compañía en
la familia multiespecie como categoría jurídica en cuatro países: Brasil, Chile, Estados Unidos y
España. Se presentaron mecanismos para impulsar la integración de los animales de compañía en
la familia multiespecie y de este modo integrarlo como categoría familiar jurídica. La
incorporación como la categoría jurídica en Brasil aún no se ha fijado, sin embargo, su Código
Civil establece que los animales entran como bienes entre los cónyuges, pero a pesar de que no
son considerados como personas, en este país sí son sujetos de derechos y están equipados de
personalidad. Esto sirve como referencia en Colombia para poder impulsar un proyecto de ley
sobre este tema y evolucionar a nivel jurídico y social.
En Brasil, se llevó a cabo el proyecto de Ley 1365/ 2015, el cual en su artículo 6
establece cómo debe proceder el juez en cuanto a casos de esta problemática se refiere. El juez
deberá informar a las partes en audiencia de conciliación cuáles son sus obligaciones, derechos,
deberes y sanciones en caso de que se incumpla con lo acordado en la audiencia. Ahora, ¿cómo
se deberá tomar una decisión justa y equitativa? El juez podrá tomar esta decisión fundamentado
en orientación técnico profesional para establecer quién de los cónyuges es más apto para que le
sea asignada la custodia del animal de compañía.
Por la misma línea se encuentra Chile, que ha profundizado el empoderamiento del
33
Derecho Animal, estableciendo que los seres sintientes no son seres comerciales, por el
contrario, son seres titulares de derechos. También hay un gran avance en cuanto a cuidados,
salud, bienestar y protección del ser sintiente y en el ámbito laboral se permite tener la compañía
del ser sintiente; aunque es bien sabido que falta la evolución de su integración en la familia
multiespecie.
Los tribunales de Estados Unidos se están enfocando en los procesos de divorcio, pero su
legislación no tiene presente el enfoque de los animales de compañía como seres sintientes. Las
familias estadounidenses han adoptado a los animales de compañía como hijos dejando de
considerarlo como objetos, sintiendo la necesidad de crear una nueva legislación en este país
donde prevalezca el interés superior del animal de compañía.
En este país el divorcio en varios estados como Texas, Nueva York y California, se
divide la sociedad conyugal en mitades, pero en la tenencia de un animal de compañía se
dificulta, por lo que, si la pareja no puede decidir quien toma la custodia del animal el asunto,
deberá ser resuelto mediante un Tribunal, determinando mediante ciertos factores como principal
enfoque el interés superior del animal.
En España en la actualidad, el Congreso de los Diputados dio la aprobación a la reforma
del Código Civil para que los animales de compañía sean reconocidos como seres vivos dotados
de sensibilidad, de este modo facilitando el acceso para que los animales sean considerados como
hijos en el proceso de separación conyugal. En este país el avance ha sido significativo, aunque,
tuvo que enfrentarse a diferentes inconvenientes, entre estos un proyecto de ley que no logró
surtir aprobación.
Se puede observar, que en los países donde se ha abordado el tema solo tres de ellos han
presentado más evolución, como es en los casos de Estados Unidos, Brasil y España; en Chile,
34
aunque se ha avanzado en cuanto a los derechos de los animales no se ha evidenciado casos de
disputa sobre la custodia del animal de compañía, por lo que aún no hay precedente para
plantear la integración del animal de compañía dentro de la familia multiespecie. El caso
brasilero y español podrían servir como ejemplo para Colombia, planteando la posibilidad de
llevar a cabo un proyecto de ley donde se abarque la integración de los animales de compañía en
la familia multiespecie. Sería un gran avance para el ordenamiento jurídico la aprobación de este
como en el caso de España.
Capítulo IV Marco jurídico para la incorporación de la familia multiespecie en
el ordenamiento jurídico colombiano.
Es de interés señalar que la Corte Constitucional mediante Sentencia C-343 de 2017
sobre ‘Protección de los Animales en el Ordenamiento Jurídico Nacional’, con ocasión de una
demanda por inconstitucionalidad de la Ley 1774 de 2016, en la cual se pretende que se le
declare inexequible por la Corte dado que, según el demandante, en la misma se intenta
equiparar, poner en pie de igualdad, a los humanos con los animales, sostiene que, se trata de una
acusación impertinente por carecer de toda relevancia constitucional.
Se trata de una acusación impertinente por carecer de toda relevancia constitucional, por
ello, no suscita duda alguna sobre la constitucionalidad de las expresiones ‘el trato a los
animales’ y ‘el respeto, la solidaridad, la compasión, la ética, la justicia’. En efecto, la lectura de
las expresiones demandadas a partir de una interpretación sistemática no conduce a la conclusión
propuesta por la demanda según la cual ellas igualan o equiparan a las personas y a los animales.
Según (Sentencia C- 343 de 2017, Sala Plena de la Corte Constitucional):
35
La premisa interpretativa de los demandantes carece de certeza, dado que sin
presentar razones que así puedan demostrarlo, sostienen que las expresiones
acusadas comportan una equiparación de los animales y las personas, a pesar de
que ni de la ley demandada ni de la jurisprudencia constitucional relevante, puede
desprenderse semejante conclusión.
El pronunciamiento de la Corte Constitucional en la sentencia citada es contundente, no
sólo en lo que se relaciona con la supuesta igualdad que la Ley 1774 de 2016 propone entre
seres humanos y animales, que el alto tribunal niega rotundamente, sino en otros aspectos que
la ley determina, como la condición de seres sintientes de los animales, “Reconózcase la
calidad de seres sintientes a los animales” (Ley 1774 de 2016, Artículo 3, Congreso de la
República de Colombia. 6 de enero de 2016. Diario Oficial No. 49.747).
El pronunciamiento de la Corte Constitucional en la sentencia C-343 de 2017 sobre
‘Protección de los Animales en el Ordenamiento Jurídico Nacional’, destaca que la Ley
1774 de 2016 es básicamente un complemento o actualización de la Ley 84 de 1989, ‘Por la
cual se adopta el Estatuto Nacional de Protección de los Animales…’, la que, un cuarto de
siglo antes creó, Artículo 1, un régimen especial de protección animal, contra las acciones
humanas que les causen sufrimiento y dolor.
El artículo 2, a su vez, precisa que el objeto de la ley es prevenir y tratar el dolor y el
sufrimiento de los animales, promover su salud y bienestar asegurándose higiene,
sanidad y condiciones apropiadas de existencia, y erradicar y sancionar todo maltrato
y actos de crueldad para con ellos. (Congreso Nacional de Colombia. Ley 84 de 1989)
La ley presenta los que han sido considerados como factores fundamentales para la
existencia concreta del concepto de familia multiespecie, por una parte, y por otra el
reconocimiento del animal como ser sintiente con derechos, la afectividad, que se revela en
36
forma material, sentimental y amorosa, cuando la familia que acoge al animal le brinda todas las
opciones posibles para su bienestar en sus diversas manifestaciones.
Lo anteriormente analizado, permite tener un enfoque más amplio de la viabilidad que
puede tener en concepto de familia multiespecie como parte de la legislación colombiana. De
esta forma, poder tener un avance en cuanto a regulación de régimen de visitas, cuota de
alimentos, gastos veterinarios y cualquier otra cosa que sea parte fundamental para el bienestar
del animal de compañía. La mejor idea para poder dar una iniciativa y dar un gran paso, sería
presentar un proyecto de ley ante el Congreso de la República.
Por su parte, Legis Ámbito Jurídico, prestigiosa empresa proveedora de información y
soluciones editoriales especializadas en diferentes áreas profesionales, especialmente todas las
ramas del Derecho, consultó a especialistas en el tema de la legislación nacional sobre animales,
especialmente la familia multiespecie.
La cuestión a dilucidar era si fuese necesario dirimir cualquier controversia en la que
estuviesen involucrados los animales de compañía, así como cuáles normas propias,
específicas, existían, a lo que el jurista Jaime Ballesteros respondió que no, aunque, por
razones que expuso, ello no equivalía a que hubiese un vacío legal. (Gámez, A. Millán, D.
2015)
Considera, además, que es una idea de carácter contradictorio, ya que la familia está
identificada necesariamente, dada su propia naturaleza, por las raíces comunes de todos sus
miembros, humanos, y no porque estos sean de origen diverso, que tal sería el caso de los
animales como miembros de la familia. Naturalmente, se excepciona la pareja en la que los dos
miembros son de diferente origen, pero humanos ambos.
No se trata, por tanto, de concederles a los animales, en este caso los de compañía, la
condición de ser parte o miembros de familia, o sea de humanizarlos, sino de admitir que tienen
37
derechos por sí mismos y por tanto darles un tratamiento de seres que sienten, que son sensibles,
en ese sentido al mismo nivel que los humanos.
Sin embargo, el comisario de familia de Belén, Carlos Alberto Velásquez Escobar puso
el dedo en la llaga. Según este funcionario ese vacío sí existe, porque cuando se requiere
resolver conflictos familiares de diverso nivel, en particular divorcios o separaciones,
aunque también lo referente a la manutención, cuidados veterinarios y visitas, el juez
rechazará cualquier demanda habida cuenta que no hay jurisdicción ni competencia
debido a que la familia multiespecie como tal, legalmente, no existe. (García, A. 2019)
De cualquier manera, el reconocer jurídicamente a los animales como seres sensibles y
sujetos de derechos tiene un notable significado para establecer una nueva concepción o
estructura de la noción de familia. Es un paso avanzado hacia la configuración legal de la familia
multiespecie, que no significa dotar a los animales de características humanas, de ahí que no sea
necesario modificar la Constitución Política, pero sí se requiere un mecanismo legal expedito,
específico y preciso, para su manejo en todos los niveles de la sociedad y de la familia.
No obstante, como se sostiene es el factor afectivo y el reconocimiento del animal como
un ser que siente y con derechos el fundamento para considerar la familia multiespecie
como una nueva tipología familiar. Pero ello no significa que se intente humanizar al
animal acompañante, que en su esencia el concepto de familia multiespecie no tiene ese
fin, aunque se les considere como parte o miembros de la familia y se tenga con los
animales de compañía una relación afectiva muy estrecha. (Carmona, E. Zapata, M.
López, S. 2019)
Ahora bien, el que se considere a un animal, por lo general un perro y en segundo lugar
un gato, como parte de la familia, no implica que su condición de animal deje de continuar
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siendo activa en todos los órdenes y para todos los efectos, lo cual no disminuye en nada el nivel
afectivo en el seno de la familia ni el tratamiento especial que se le prodiga. Pero,
independientemente del contexto legal válido para cualquier mascota, ya sea el de una familia
multiespecie formalmente constituida, o lo dispuesto en las leyes 84 de 1989 y 1774 de 2016, el
conocimiento del mismo no cambia en ninguna forma ni medida la vida de la mascota, ni mucho
menos el trato que recibe de sus tenedores.
El hecho palpable es, respecto de la relación entre humanos y animales, en particular
cuando estos últimos son acogidos en el hogar como acompañantes, que desde épocas muy
antiguas lo han sido, aunque en forma casi imperceptible tal relación ha cambiado en la medida
en que las sociedades evolucionan en todos los órdenes, económico, político, cultural,
tecnológico e incluso legal.
A esos animales de compañía se les tiene cada vez más una consideración muy especial
en el seno de la familia, con la cual se genera un vínculo en muchos casos muy estrecho, tanto,
que se les llega a dispensar un trato como miembros de la misma. En tal sentido el animal de
compañía empieza a ser visto cada vez con mayor intensidad afectiva como miembro de la
familia en un nivel similar al de los demás, sin ignorar su condición de animal, por lo que se
plantea la posibilidad de que se configure un tipo de familia ampliada, con base en la existente,
que la incluya, esta es la familia multiespecie.
Hay en este punto un aspecto de esa transición de animal de compañía a miembro formal
de familia multiespecie cuando esta existe legalmente, el cual avala lo expuesto anteriormente
respecto de la similitud entre los dos modelos de relación, por una parte, el animal de compañía
y, por otra, la familia humana. Es el elemento afectivo, es decir la forma como el animal de
compañía es valorado por la familia en conjunto, con la consideración del mismo como ser
sensible.
39
Así como la Corte Constitucional en la Sentencia T-622 de 2016 reconoció al Río Atrato
como sujeto de derechos argumentando la salvaguarda y protección efectiva de la naturaleza por
tratarse de una entidad viviente, así mismo, se puede pronunciar sobre los animales de compañía
como sujetos de derecho argumentando que estos son considerados socialmente como parte
fundamental del núcleo familiar que los adopta como integrantes.
Un proyecto de Ley es el elemento más eficiente para la inclusión de los animales de
compañía en la noción de familia, esto debido a su poca regulación dentro del marco normativo.
Esta inclusión es fundamental para que esta problemática esté dentro de los estrados judiciales y
sea el juez el que adopte decisiones en cuanto a custodia, régimen de visitas, cuota alimentaria y
demás complementos que garanticen el bienestar del animal.
Se debe tener presente que para iniciar con un proyecto de ley en Colombia lo deben
realizar entidades o personas como la Corte Constitucional, el Consejo de Estado, el Consejo
Superior de la Judicatura, el Defensor del Pueblo, el Contralor General de la República y demás.
Estas entidades deben tener claro el tema y haberlo estudiado a profundidad, identificando la
necesidad social que lleva a presentar el proyecto de ley, después de haberlo redactado y tenerlo
listo presentarlo a la Secretaría General del Senado y la Cámara de Representantes.
Por otra parte, en la separación conyugal o marital las parejas inician una gran
controversia al momento de decidir quién se queda con la custodia de los hijos, con la división de
los bienes y en muchos casos con la custodia de los animales de compañía, por eso es tan
importante que se encuentre regulado por la ley colombiana y que se pueda decidir esto mediante
las actitudes, afectos emocionales y otras características importantes que definan cual es la
persona más apropiada para el cuidado del animal.
La custodia podrá ser otorgada a la parte que brinde las mejores condiciones de
disponibilidad de tiempo y un ambiente apropiado, garantizando así el cumplimiento de las cinco
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libertades del animal, además de las características que el juez disponga para su sobrevivencia.
En caso de que el juez compruebe que no se cumple lo mencionado, considerará dejar la custodia
a una tercera persona teniendo presente los lazos de afecto con el animal de compañía.
El reconocimiento de los animales de compañía como miembro de la familia
multiespecie es un cambio contundente dentro del marco normativo. Este cambio deberá
determinar a los animales de compañía como ser sintiente y sujeto de derecho con base a la Ley
1774 del 2016 y, establecerá la competencia del juzgado que debe conocer y resolver este tipo de
conflictos. Así se llenarán los vacíos jurídicos que se presentan en la regulación de visitas del
animal.
Como conducto para esta regulación se plantea el mecanismo de solución de conflicto
como es la conciliación, fijándose en un acta las obligaciones que adquieren las partes en la
manutención del animal. Ante el incumplimiento del acuerdo se procederá a la demanda luego de
agotar el requisito de procedibilidad para que así un juez determine su custodia y manutención.
En el litigio tendrían entrada las condiciones que en su momento el juez asigne, como la
manutención y la sobrevivencia del animal. La custodia se adjudica para una de las partes,
precisando características del bienestar de este como la disponibilidad de tiempo y un ambiente
apropiado, garantizando así el cumplimiento de las cinco libertades del animal, libre de
desnutrición, libre de temor, libre de molestias físicas, libre de una lesión o enfermedad causada
por negligencia y libre de manifestar un comportamiento natural.
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CONCLUSIONES
La familia multiespecie aún no se encuentra consagrada en una norma explícita en el
ordenamiento jurídico colombiano, sin embargo, la Ley 84 de 1989 y 1774 de 2016, constituyen
desde esa perspectiva, una base legal consistente, sólida y amplia para sustentar un modelo de
familia moderna, dado que las mismas regulan los vínculos afectivos entre humanos y animales
de compañía.
Transcurrieron 32 años para que se promulgara una norma que, según la Corte
Constitucional, actualizó las disposiciones de la Ley 84 de 1989 en cuanto a protección y
bienestar animal en concordancia con la Declaración Universal de los Derechos de los Animales
como bloque de constitucionalidad de que trata el artículo 93 de la Constitución Política, y
aclaró, a raíz de una demanda de inconstitucionalidad instaurada contra algunos aspectos de la
misma, todo lo referente a que la Ley 1774 de 2016 promovía una supuesta condición de
igualdad entre animales y seres humanos, que la Corte negó de plano.
En efecto, la ley referida en ningún sentido se orienta a equiparar personas y animales;
según la Corte, lo que esa ley procuró fue armonizar la convivencia de los seres humanos con
los animales, a los cuales debido a su condición les asiste una protección especial al convivir
con seres más evolucionados. Asimismo, garantizar que aquellas actividades humanas que
causan maltrato a los animales sean efectivamente sancionadas.
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Si bien no existe una norma regulatoria que defina explícitamente a la familia
multiespecie como nueva modalidad o tipología familiar, ésta categoría jurídica responde a una
realidad social que tiene cabida en el ordenamiento jurídico colombiano y frente a la cual están
ya tomando decisiones jurídicas, tal como lo reconocen diversos especialistas en la protección y
bienestar animal. Por tal razón las dos normas mencionadas constituyen un sólido soporte legal
para cualquier eventual legislación futura acerca de la convivencia entre humanos y animales, o
sea la familia multiespecie, que a su vez posibilite una armonía con el medio ambiente.
En este contexto, la familia multiespecie en Colombia sería una parte muy especial o,
mejor aún, una subdivisión de la familia clásica o tradicional, de modo que tiene validez legal y
socialmente lo que en la actualidad ocurre, que el artículo 3 de la Ley 1774/2016 y los Capítulos
I, II y III de la Ley 84/1989 determinan in extenso, como principios fundamentales del trato hacia
el animal de compañía por parte de los humanos en cualquier sociedad, tiempo y lugar.
Es importante puntualizar la diferencia entre humanizar la interacción entre seres vivos
humanos y animales, toda vez que, esta connotación consiste en adaptar al animal a las
condiciones de la familia y darle un tratamiento que le permita sentirse como parte de ella y
reaccione de acuerdo con dichas circunstancias y, por la otra, cambiar al animal de compañía en
el marco de la familia multiespecie como integrante de esa organización familiar y tienen los
mismos derechos que los humanos en ella, aunque, obviamente, no pueden por sí mismo
hacerlos valer, de ahí que sólo algunos miembros humanos del grupo familiar pueden hacerlos
efectivos como un todo, ante un juez o un tribunal, siempre y cuando trascienda en el plano de
lo extrajudicial y judicial en controversias de pareja, lo cual da lugar a que se deba conciliar
casi al igual que con los hijos menores.
Muchas veces las controversias que se suscitan en tales circunstancias por la tenencia de
los animales de compañía son resueltas amistosamente, sin tener que acudir a dirimirlas en un
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estrado judicial. En tal caso, si existiera un documento que oficialice el acuerdo entre las partes,
relativo a la tenencia, cuidados, obligaciones, alimentación, tratamientos veterinarios, u otros,
debería ser refrendado por un juez. Este, por cierto, es un aspecto que las leyes 84 de 1989 y
1774 de 2016 no previeron.
En síntesis, la familia denominada multiespecie es una evolución como una nueva
constitución, organización y estructura familiar cuando todo el conglomerados jurídico y social
entienda que los animales de compañía gozan de derechos equivalentes a los humanos en cuanto
a cuidado, protección y afecto concomitante a derechos en término de tenencia, afecto, amparo y
cuidado, sin que sea una opción frente a los hijos naturales o biológicos.
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RECOMENDACIONES
Una vez culminada la investigación se contempla la importancia del estudio sobre los
animales de compañía como seres sintientes en el ámbito jurídico en el aspecto mencionado
como familia multiespecie atendiendo una nueva realidad dentro de la sociedad, se recomienda a
los diferentes especialistas avanzar en el estudio de los siguientes factores:
➢ Extender el estudio del reconocimiento de los animales de compañía como seres
sensibles, profundizarlo y ampliarlo en las aulas académicas.
➢ Examinar a profundidad las diferentes problemáticas que se han presentado en los
estrados judiciales esto con la finalidad de desarrollar un estudio para abarcar las
diferentes lagunas jurídicas y que los animales de compañía puedan ser reconocidos
como sujetos de derecho.
➢ Trabajar en el avance jurídico de la configuración de familia, ya no en un concepto
estático sino dinámico.
➢ Desarrollar a profundidad el estudio mencionado del presente trabajo investigativo,
como punto de referencia o de partida para continuar con la temática y avanzar a
nivel socio-jurídico.
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