papel que representa el administrador financiero 21 paginas
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PAPEL QUE REPRESENTA EL ADMINISTRADOR FINANCIERO
Este libro ha sido escrito bajo el punto de vista del administrador financiero, o
sea, el individuo que planea los fondos necesarios para un negocio, allega
dichos fondos y los coloca en uso efectivo. Puesto que en todos los campos de
actividad de un negocio, se utilizan y se necesitan fondos, el papel del
administrador financiero es de vital importancia para todos los diferentes
sectores de la dirección de una empresa. Debido a que el administrador
financiero distribuye los recursos dentro de una firma, los métodos y políticas
que utiliza deberán ser estudiados detalladamente por los economistas.
El objetivo de este libro es desarrollar la habilidad del administrador financiero,
puesto que mientras más eficiente sea su funcionamiento, más dinámica será
nuestra economía. Ya que las tareas de un administrador financiero
típicamente son amplias y variadas, nuestra discusión podría verse obstruida
con detalles concernientes a todas sus posibles funciones. Para evitar esto,
dentro de lo posible, concentraremos nuestra atención en los principios básicos
universalmente aplicables a todas las formas legales de negocios, que tienen
como objetivo la obtención de utilidades. Si llega a la comprensión completa de
estos principios, el administrador financiero podrá proceder a manejar
problemas particulares con confianza y habilidad.
EL PAPEL DE LAS FINANZAS EN LA ECONOMÍA
En lo que respecta a la parte que representa el administrador financiero en la
consecución de fondos y la distribución de éstos para sus diferentes usos
dentro de un negocio, actúa como eslabón vital en el proceso de distribución de
recursos. Veremos que el administrador financiero deberá hacer para la
compañía lo que el sistema de precios hace para la economía. Para desarrollar
este punto procederemos en nuestra discusión empezando con el papel de la
firma u organización de nuestro sistema económico, siguiendo con un cierto
tipo de organización que opera dentro de este sistema económico y,
finalmente, trataremos sobre una función administrativa particular dentro de la
organización.
Formación de decisiones en las firmas modernas
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La nuestra es una economía de libre empresa, capitalista. ¿Qué significa esto?
Su significado más importante es que los recursos -materiales, trabajo y
capital- se distribuyen de acuerdo con un sistema libre de precios. La
restricción en el suministro de mercancías y servicios es racionada más o
menos automáticamente por los consumidores a través del sistema de precios.
Conforme aumentan los precios de los automóviles, la renuencia de algunos
compradores para adquirirlos los hace salir de este mercado; una disminución
en los precios impulsará la obtención de compradores adicionales. Si
deseamos describir la operación en términos más formales, podremos decir
que el sistema de precios distribuye las mercancías eficientemente igualando la
demanda y la oferta. Si bien el sistema de precios regula la distribución de
mercancías existentes, también determina cuáles de ellas entrarán a una
mayor demanda. El fabricante de automóviles, producirá éstos solamente sí
confía en que los consumidores los pagarán a un precio adecuado. En teoría,
él impulsa sus operaciones, hasta un punto en el cual la fabricación de un solo
automóvil más, no le daría una utilidad suficiente para hacer su producción
favorable.
La distribución de recursos en nuestra economía es automática en contraste
con otros sistemas económicos en los que ciertas autoridades
gubernamentales deciden las cantidades de los diferentes productos y servicios
que deben hacerse accesibles. Bajo nuestro sistema, los consumidores actúan
con una independencia considerable al tomar sus decisiones para adquirir una
mayor o menor cantidad de diferentes productos y servicios. En forma similar,
el fabricante de automóviles decide acerca de su programa de producción sin
conocer los planes del fabricante de dulces o de jabones, a pesar de que éstos
también se encuentran compitiendo por el dinero del consumidor. Estas
decisiones influyen en las decisiones de todos los demás productores y
consumidores, en un efecto parecido a la vigorosa interacción de los átomos
libres en una cámara de nubes, en la cual cada átomo afecta y se ve afectado
por todos los demás. Por ejemplo, si una persona decidiera convertir su planta
de calefacción doméstica para usar aceite en lugar de carbón, inmediatamente
influirá en las decisiones tomadas por productores y consumidores de estos
materiales. Al comprar aceite en lugar de carbón, posiblemente esta persona
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quedará más satisfecha, pero también originará que los productores de estos
artículos, o bien, cambien sus precios o sus niveles de producción en una
forma sumamente ligera. Como resultado de la primera acción, otros
propietarios de casas pueden encontrar el precio del aceite microscópicamente
mayor y el precio del carbón diminutamente menor. Entonces otros
consumidores ajustarán sus decisiones de compra a su propia satisfacción, a la
luz de estos nuevos precios. Si la decisión consiste en producir menos carbón,
en vez de bajar su precio, entonces algunos trabajadores recibirán un salario
menor. Esto cambiará sus presupuestos de consumo y los cambios en sus
compras afectarán los precios y cantidades producidas de muchas otras
mercancías.
El ejemplo podría llevarse a una mayor extensión; sin embargo, el punto
importante a entender es que los precios finales se determinan mutuamente.
Estos precios mutuamente determinados se usan para conducir los deseos de
los consumidores hacia los productores, quienes tenderán a distribuir el trabajo,
los materiales y el capital hacia la producción de una mezcla de mercancías y
servicios que proporcione a los consumidores su mayor satisfacción. Este es
un sistema libre o “automático”, debido a que no se llega a la distribución final
de los recursos mediante cierto decreto gubernamental, sino por la interacción
mutua de una multitud de decisiones individuales que han sido tomadas con
una independencia considerable una de otra. En virtud de que la distribución de
recursos se determina por los “votos” libres del consumidor a través del sistema
de precios, éste puede obtener, al menos en teoría, la mayor satisfacción
posible de los recursos disponibles.
En los primeros pasos de nuestro desarrollo económico las decisiones
concernientes a la distribución de recursos para la producción de mercancías y
su consumo último, eran tomadas por la unidad productor-consumidor,
conjuntados en una sola persona: el empresario. Así como un granjero era el
que decidía si sembraba maíz o avena, también él decidía si cosechaba el
maíz como elotes o lo usaba como semilla. Si se trataba de un artesano, él
tomaba y llevaba a cabo las decisiones necesarias acerca de la compra,
producción y venta de sus productos Debido a que casi todas las decisiones de
las “firmas' de un solo hombre, necesariamente se tomaban con referencia al
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mercado, cada decisión administrativa se relacionó directamente con las
decisiones a través del sistema de precios. La “firma” de un solo hombre que a
su vez era productor y consumidor, es aún característica en algunas
sociedades primitivas de hoy en día, e inclusive se encuentra en el moderno
sistema capitalista. En esta forma el médico o el abogado posiblemente utilizan
sus energías y sus recursos materiales en tal forma que sus satisfacciones
netas como productores y consumidores alcancen un máximo. En otras
palabras, si el abogado trabaja una hora más, su ingreso adicional sería quizá
menos satisfactorio que la hora de descanso sacrificada; la compra de un libro
de leyes adicional posiblemente le daría menos placer que la copa que dejó de
tomar.
Sin embargo, la revolución industrial ha cambiado la manera individualista y
autosuficiente de la vida de muchos productores-consumidores. Los mercados
han crecido y los procesos de producción se han hecho más complejos
requiriendo equipos más grandes. Conforme se ha ampliado un mercado, el
artesano ha encontrado que es provechoso subdividir su trabajo, con objeto de
aumentar el número de unidades producidas. Se han desarrollado nuevos
productos, los cuales pueden ser producidos económicamente sólo mediante
conjunciones considerables de capital, equipo y trabajadores para operar éste.
Estos desarrollos requieren la formación de organizaciones o firmas, adaptadas
en términos del volumen del activo y el número de personas involucradas en la
producción en serie de artículos.
En su relación con otras firmas y consumidores, la firma, dentro de la economía
capitalista, aún opera por el sistema de precios. Los productos y servicios, el
volumen de los mismos y el nivel de sus operaciones, está considerablemente
determinado por los precios (costos) de los factores (terreno, trabajo y capital)
usados en la producción de estas mercancías y servicios y por los precios que
el consumidor está dispuesto a pagar, o bien, por las cantidades que el
consumidor pueda pagar sobre los precios establecidos por la firma. Sin
embargo, dentro de la firma han tenido lugar cambios importantes en el
proceso de tomar decisiones. Este proceso ha sido fragmentado y ha sido
removido de su contacto íntimo con el sistema de precios.
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El aumento en escala y complejidad de la organización comercial ha obligado a
una división de las funciones administrativas. Las áreas de la toma de
decisiones suelen marcarse de acuerdo con la naturaleza funcional de la
decisión -por ejemplo, compras, producción, venta y financiamiento. En forma
alterna las áreas encargadas de tomar decisiones pueden estar divididas por
líneas de productos, por territorio geográfico o cualquiera otra base Las áreas
encargadas de tomar decisiones, generalmente están representadas por
vicepresidentes o jefes de departamento que reportar- al presidente Con el
consejo de estos jefes de departamento el presidente toma las decisiones
importantes y excepcionales y también desarrolla las funciones vitales de
planeación y coordinación. Al llevar a cabo estas actividades, él descansa -en
parte- en las de varios especialistas. Como veremos, uno de estos
especialistas es el administrador financiero.
En una gran organización, la distribución de recursos dentro de la firma misma,
no se maneja “automáticamente” a través de un sistema libre de precios. Por el
contrario, la distribución debe ser hecha de acuerdo con órdenes emanadas del
presidente como resultado del consejo de los diferentes especialistas
empleados. Por ejemplo, una firma que opera en un mercado de competencia
libre, puede actuar como postor y obtener fondos que podrían haber ido a otra
empresa, pero una vez que estos fondos entran por la puerta de la
organización, su distribución quedará determinada a discreción del presidente.
Así pues, el superintendente de producción que desea un nuevo torno, no
deberá competir para la obtención de fondos contra el gerente de ventas, que a
su vez desea aumentar el número de sus vendedores; la decisión para la
distribución de los fondos se deja a la gerencia y no a ningún mecanismo de
mercado. Esto es así, porque sería improcedente e ineficaz distribuir los fondos
dentro de una compañía de acuerdo con un sistema libre de precios,
considerando un “panorama” matutino de los diferentes factores de la
producción. Con objeto de tener un proceso de producción ordenado, es
necesario entrar en arreglos continuos con los factores de la producción: hoy,
comprar un nuevo torno, la próxima semana quizá podamos contratar un nuevo
vendedor. En la batahola de una economía dinámica, no podemos permitirnos
el lujo de destinar tiempo todos los días a regatear entre los servicios de
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nuestras máquinas y nuestros empleados. En lugar de esto, necesitamos
dedicar nuestro tiempo a hacer los ajustes tan rápidamente como sea posible,
dentro de las limitaciones de nuestros arreglos contractuales pasados de
acuerdo con los diferentes cambios que constantemente tienen lugar dentro de
la economía que afecta nuestra firma. Dada la rapidez y la frecuencia del
cambio, los ajustes hechos a la economía dinámica dentro de una firma
necesariamente deberán efectuarse mediante órdenes o decretos. En cierto
sentido, esto representa la diferencia entre la forma de tomar decisiones en una
reunión cívica en tiempo de paz, y la manera de tomar decisiones en un ejército
en tiempo de guerra
La fragmentación de la determinación de decisiones dentro de una firma, en
ausencia de una prueba de mercado para estas decisiones, tienen
implicaciones importantes para el entrenamiento y desarrollo de aquellos
individuos que deben operar la firma. A pesar de que la estructura de la
organización de la firma limita el área encargada de tomar decisiones de cada
ejecutivo principal, la naturaleza de las decisiones implicadas frecuentemente
no se encuentra tan nítidamente catalogada como la estructura de la
organización. Así pues, la decisión concerniente a la distribución de fondos
para un nuevo torno, o para la contratación de más vendedores, involucra las
áreas de producción y de ventas, así como el área financiera. En la práctica,
estas decisiones de función múltiple frecuentemente se toman utilizando
comités. La naturaleza multifuncional de las decisiones enfrentadas hace
necesario que cada uno de los ejecutivos principales tenga cierto conocimiento
básico de las otras funciones de administración. En otras palabras, el gerente
de ventas, el superintendente de producción y otros ejecutivos, deberán estar
familiarizados con los principios de la administración financiera. En forma
similar, el administrador financiero deberá, a su vez, poseer cierto conocimiento
básico sobre los otros campos.
La falta de un sistema libre de precios dentro de la firma puede impedir su
operación eficiente, debido a que hace difícil tomar y valorizar decisiones
concernientes a i a distribución de recursos. Por ejemplo, la probabilidad de
error es menor al intentar la obtención de fondos en el mercado libre exterior a
la firma, que al intentar su distribución dentro de la compañía. Si el
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administrador financiero tuviera que decidir la solicitud de préstamos a largo
plazo para un negocio de minas de uranio, posiblemente podría tener
información inmediata en el lugar del mercado acerca de que este tipo de
financiamiento no es adecuado a la naturaleza de su negocio. No importa si lo
desea o no, se ve forzado por el mercado a la emisión de acciones comunes.
En la utilización de fondos dentro de la firma el administrador financiero no se
ve sujeto a tal riguroso sistema mercantil de represiones y balanzas. Resulta
posible, a pesar de que esperamos no lo sea mucho, que el gerente de ventas
pueda triunfar sobre el superintendente de producción simplemente debido a
que es más persuasivo o más explícito. Y aun si toma su decisión entre las dos
solicitudes sobre bases más racionales, el administrador financiero nunca
puede estar seguro por anticipado, de si el superintendente de producción
deberla haber obtenido su nuevo torno en lugar de que el gerente de ventas
obtuviera sus nuevos vendedores.
El presidente también encuentra difícil valorizar el rendimiento del
administrador financiero en su manejo de las finanzas internas. Si el
administrador financiero falla en allegar dinero en el mercado, esto resulta
dolorosamente claro para todo el mundo. Sin embargo, puede alejar este
peligro manteniendo un exceso de efectivo con objeto de facilitar sus
problemas de programación de ingresos y egresos de dinero, debido a que los
beneficios que pudieran haberse obtenido a través de una inversión más
atinada del efectivo, muy raras veces resultan tan obvios a la dirección general
como una falla en la emisión de valores. En cualquier forma, el daño al buen
funcionamiento de la firma no resulta menos real porque sea menos evidente.
En resumen, hemos encontrado que el proceso de-tomar decisiones es menos
difícil en relación a asuntos financieros que involucran a la firma y al mercado
exterior. El sistema libre de precios ha establecido ciertas restricciones sobre lo
que puede y no puede hacerse; el área del problema que el administrador
financiero está en posibilidad de controlar, puede ser considerablemente
pequeña dependiendo de la influencia financiera de la firma que él representa.
Dentro de la firma, su área de discreción es mucho mayor debido a la falta de
un sistema libre de precios y su oportunidad de cometer un error es, por
consiguiente, mayor. El único factor paliativo para el administrador financiero,
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es que son menores las oportunidades de que estos errores dentro de la firma
sean descubiertos y reconocidos.
La mala distribución de fondos dentro de una compañía daña la salud de la
economía, tanto de la economía en general como de la firma. Las desviaciones
sobre la clase de distribución de recursos que debería haber sido hecha bajo
un sistema libre de precios, origina que los artículos se produzcan con menor
eficiencia que la que se podría haber obtenido. A su vez, esto sugiere que los
consumidores pagarán más por recibir menos del producto final, que lo que
habrían pagado en otra forma. Debido a que ciertos consumidores saldrán del
mercado, los factores usados en la fabricación y venta del producto pagarán
menos de lo que deberían y a su tiempo serán desviados hacia otros usos. Por
tanto, puesto que el administrador financiero lleva a cabo las diferentes
funciones que mencionaremos después en detalle, juega un papel vital en
nuestro proceso económico. Mientras mejor planee sus necesidades, mientras
mayor sea la aptitud con la cual allegue fondos para estas necesidades y
mientras mejor distribuya estos fondos dentro del negocio obtendremos una
mejor operación de nuestro sistema económico
La firma como una organización con fines de lucro
Para que la persona que toma decisiones en una organización pueda operar,
necesita tener cierto objetivo, cierta guía o regla central para gobernar sus
actividades. Puesto que no puede dejar la distribución de recursos dentro de la
firma a un mecanismo automático de precios, la persona que toma decisiones
deberá basarse en otro criterio. En este libro tratamos solamente con lo
concerniente a negocios y basaremos nuestras políticas financieras sobre la
suposición de que los dueños de estas firmas persiguen obtener utilidades. No
consideraremos los aspectos financieros de las decisiones tomadas por
consumidores, cuerpos gubernamentales y empresas que no persiguen fines
de lucro. Sin embargo, ocasionalmente indicaremos que los principios
financieros aplicables a los negocios pueden también guiar las acciones de
estos otros grupos. Puesto que las firmas de negocios y estos otros grupos
tienen diferentes metas, sería casi imposible desarrollar un grupo de principios
o teorías que pudieran ser uniformemente aplicables. En lo referente a
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negocios decimos: “¿Qué tan rápidamente se paga esta máquina?” “¿Sería
provechoso abrir una sucursal en Siracusa?” En contraste, no podemos ni
debemos tratar de interrogarnos acerca de si un nuevo parque o un colegio “se
paga a sí mismo”.
Observemos más de cerca el objetivo utilidades. Estamos buscando un
cartabón contra el cual podamos juzgar las decisiones financieras. ¿Es una
decisión buena o mala? ¿Es mejor invertir $10 000 en esta máquina o en
aquella? Una respuesta rápida y fácil sería decir que debemos elegir cursos de
acción que eleven a su máximo las utilidades. Pero este es un concepto
resbaloso. ¿Nos referimos a las utilidades a largo plazo o a corto plazo?
¿Queremos dar a entender una tasa de utilidad o una cantidad en dinero?
¿Nos referimos a la cantidad total de dinero o a la parte de las utilidades que
queda disponible para los propietarios?
Para valuar las alternativas financieras debemos reconocer que los propietarios
están interesados en la oportunidad de sus utilidades. Preferirían tener $5 000
este año y $2 000 el año siguiente que cualquier otra forma. Posteriormente
veremos con mayor detalle que el valor actual de una corriente de ingresos de
$5 000-$2 000 es mayor que el valor actual de una corriente de ingresos de $2
000-$5 000 que implique el mismo riesgo. En segundo lugar, los propietarios
están interesados en los riesgos en que incurren. Prefieren una situación en
que tengan 4 oportunidades en 5 de ganar $5 000 cada año, que otra en la cual
sólo tengan 2 oportunidades en 5 de lograr las mismas utilidades. El valor
actual de la primera corriente de ingresos es mayor que el valor actual de la
segunda. Como el vago objetivo de la “maximización de las utilidades” no toma
en cuenta ni el tiempo ni el riesgo, debemos buscar otro objetivo más útil para
nuestras decisiones financieras.
Podemos tratar tanto con la oportunidad como con el riesgo fi jando como
nuestro objetivo la maximización del capital cantable neto actual de una
inversión o de un curso de acción. Otra manera de decir lo mismo es fijar
nuestro objetivo como la maximización de la riqueza. Siendo igual todo lo
demás, seleccionaremos los cursos de acción cuyas utilidades netas que se
anticipen estén cercanas o relativamente carezcan de riesgos, con preferencia
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a los que se esperan que produzcan utilidades distantes y peligrosas. El valor
actual de estas utilidades futuras deberán exceder al costo en que se incurre al
adoptar un curso de acción determinado. De aquí que hablemos de maximizar
el valor actual neto. Posteriormente traduciremos estas frases aritméticamente,
pero por ahora esto es suficiente.
Los propietarios suelen delegar el manejo de las grandes empresas
comerciales en los gerentes. En los últimos años se ha argumentado que los
gerentes no manejan las empresas para elevar al máximo la riqueza de sus
propietarios. Los gerentes pueden no ser “maximizadores” sino “satisfactores”,
es decir, pueden buscar utilidades “adecuadas” y una participación “razonable”
en el mercado.1 Pueden preferir no mecer la embarcación para avanzar a todo
vapor. Además, los gerentes modernos están interesados en otros individuos
además de los propietarios; deben tomar en consideración a los empleados,
clientes, proveedores, y a la “sociedad”. Finalmente, los gerentes pueden
maximizar sus propias utilidades a costa de la riqueza de los propietarios. Los
elevados salarios, la inscripción en costosos clubes campestres, y las opciones
para comprar cantidades importantes de acciones comunes, podrán ser
sumamente atractivos para los gerentes, pero pueden disminuir la riqueza de
los propietarios. Podemos esperar que a la larga, los gerentes que en forma re-
gular favorecen sus utilidades personales sobre la riqueza de los propietarios,
quedarán sin empleo.
Estos son eventos grandes e importantes, pero afortunadamente no es
necesario que resultemos muy involucrados en ellos como administradores
financieros. Si adoptamos cursos de acción que eleven a su máximo el valor
contable neto actual, llevaremos al máximo la riqueza total disponible para los
gerentes para su subsecuente distribución entre los propietarios, empleados,
clientes y para ellos mismos. Si bien no podemos proporcionar un criterio
objetivo para las decisiones a ese nivel, podemos producir decisiones en el
área financiera, que elevarán al máximo el valor neto actual de la inversión de
los propietarios.
EL PAPEL BEL ADMINISTRADOR FINANCIERO EN LA FIRMA1 Véase H. A. Simón, “Theoríes of Decision-Making bi Economics and Behavioral Science” American Economic Revieiv, 49 (junio, 1949). Págs. 253-83.
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El administrador financiero ejecuta dos funciones distintas como su aportación
para elevar al máximo el valor neto actual de la inversión de los propietarios.
Por un lado, asume la responsabilidad de las finanzas. Por sí misma, la palabra
finanzas puede observarse sencillamente como el “hecho de proveer los
medios para los pagos”. En este sentido las finanzas cubren la planeación
financiera, la estimación de los ingresos y egresos de caja, la producción de
fondos y el control del uso y distribución de estos fondos. El mantenimiento de
una liquidez adecuada para pagar las cuentas reduce el riesgo de los
propietarios y perpetúa la vida, de la empresa. Por otra parte, el administrador
financiero debe buscar la obtención de utilidades comprometiendo el efectivo
en inversiones que prometan un valor neto actual atractivo. La elevación a su
máximo del valor neto actual de la inversión de los propietarios' demanda un
equilibrio adecuado entre estos dos objetivos subsidiarios de liquidez y lucro. Si
el administrador financiero tiene eficacia para mantener la liquidez adecuada,
mientras distribuye sus escasos recursos a sus usos más provechosos,
proporciona internamente los cheques y balances de un sistema de precios
libres. Por lo tanto, podernos decir que fundamentalmente, el doble objetivo de
la administración financiera es elevar al máximo el valor actual de la riqueza
procurando que se disponga de efectivo para pagar las cuentas a -su tiempo y
ayudar en la distribución más provechosa de los recursos que se encuentran
dentro de la empresa.
En cierto sentido estos objetivos gemelos de la administración financiera
resultan contradictorios. Idealmente el administrador financiero debería
balancear los ingresos y egresos de efectivo en tal forma que no se
presentaran saldos de efectivo que no arrojaran, ninguna utilidad para la
compañía. Cada divisa monetaria debería invertirse y operar en cuentas por
cobrar, inventarios, planta y equipo o alguna otra partida diferente al efectivo.
Los ingresos y egresos de efectivo no son precisamente predecibles y raras
veces se neutralizan unos a otros. Con objeto de protegerse también contra las
variaciones en la proporción de ingresos y egresos de efectivo, el administrador
financiero deberá mantener a la mano un saldo en efectivo. Deberá estar en
posibilidad de pagar sus cuentas a tiempo Mientras más proteja a su firma
contra los riesgos asociados con la imposibilidad
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de pagar las cuentas a tiempo, disminuirá en mayor grado las cantidades de
efectivo que podrían haberse aplicado en inversiones alternas del dinero
inactivo. Sí el administrador financiero daña i a reputación crediticia de la firma,
al no cumplir sus compromisos a tiempo, no está llenando una de sus
principales responsabilidades, sin embargo, si sobreestima sus necesidades de
efectivo, no está ayudando a las utilidades a largo plazo de la firma. Y he aquí
que en “los cuernos de este dilema” es donde el administrador financiero debe
reposar.
Este dilema es solamente uno de los muchos a los cuales se enfrenta, ei
administrador financiero. Conforme progrese nuestra discusión, encontraremos
que el administrador financiero se encuentra comprometido constantemente.
Una de las leyes básicas de la economía es que no podemos “conservar el
pastel y al mismo tiempo comerlo” y el administrador financiero puede
atestiguar la verdad de esta aseveración tan bien como cualquiera otra
persona. Por ejemplo, cada acuerdo con un acreedor representa un
compromiso. A nosotros nos agradaría que nos prestaran por un periodo
indefinido, con un cero por ciento de interés, mientras que al prospecto a
acreedor le agradaría recuperar su dinero siempre que deseara y agradecería
un interés del 20% más una participación en las utilidades de la firma. En este
punto se establece el regateo. El acuerdo final representa una transacción
entre ei poder de negociación del deudor y del acreedor, el cual está
determinado en gran parte por sus respectivas fuentes y usos de fondos. El
concepto de transacción será un factor fundamental sobre el cual insistiremos a
través del resto de este libro.
FUNCIONES DEL ADMINISTRADOS FINANCIERO
Con objeto de alcanzar los objetivos gemelos de pagar las cuentas y llevar a un
máximo la proporción de utilidades a largo plazo de los propietarios, el
administrador financiero se ve envuelto en tres funciones principales:
planeación y control financiero, consecución de fondos e inversión de éstos.
Ocasionalmente puede verse envuelto en algunos problemas especiales que
no son del tipo periódico, tales como los concernientes a la combinación de una
firma con otra o a la liquidación de una compañía. Raras veces resultan estas
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funciones una responsabilidad completa del administrador financiero. Las
políticas financieras generalmente afectan a los departamentos de ventas,
producción y otros, por lo general resultan implicados otros funcionarios en el
proceso de la toma de decisiones. No existe un patrón establecido, pero
existen ciertas funciones de la administración financiera que deben ejecutarse.
El compromiso del administrador financiero varía con la política involucrada, el
tamaño de la compañía, sus propias posibilidades y las de otros funcionarios y
directivos.
Planeación y control financiero
Las funciones de planeación son unas de las más sobresalientes e interesantes
entre todas las funciones del administrador financiero. Debido a que
frecuentemente participa en el establecimiento del curso a largo plazo en los
negocios, deberá iniciar sus funciones con una visión amplia y total de las
operaciones de la compañía. Lo que primeramente le concierne son los planes
a largo plazo para expansiones de la planta, sustitución de maquinaria y
equipo, y otros gastos que causarán que el negocio tenga salidas de efectivo
excepcionalmente grandes. Sobre las bases de su conocimiento de estos
planes y estimaciones de las ventas para el futuro cercano, el administrador
financiero deberá también estimar los flujos de efectivo dentro y fuera del
negocio para un futuro próximo. Al desarrollar estos planes, o programas,
deberá hacer lo mejor que pueda en un mundo imperfecto, porque deberá
reconocer que, en cierto grado, sus planes podrán ser obstruidos por fuerzas
externas sobre las cuales tiene muy poco control. Por ejemplo, los nuevos
desarrollos significativos en la maquinaria pueden forzar a la compañía a hacer
gastos considerables en nuevos tipos con objeto de mantener su posición en la
industria. Una recesión o una huelga pueden afectar adversamente las
utilidades. El reconocimiento de las incertidumbres que se presentan en la vida
no se aplica descartando el programa, sino construyendo una flexibilidad
suficiente en los arreglos financieros para hacer frente a los desarrollos
imprevistos.
Administración del activo
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Habiendo planeado el flujo futuro de los ingresos de efectivo y habiendo
allegado cualquier fondo necesario, el administrador financiero deberá ahora
determinar si los fondos se han invertido hábilmente o “económicamente”
dentro del negocio. Esencialmente queremos decir que el administrador
financiero trata de obtener el mayor recorrido posible de los fondos invertidos
en partidas del activo. Todo dinero invertido en un activo, sea éste circulante o
fijo, tiene usos alternativos. Puede ser en efectivo, como una ayuda a la
liquidez, o podría ser en un activo más lucrativo. Es el “intercambio” de liquidez
y lucro que el administrador financiero debe buscar en sus planes.
Tanto la liquidez como el lucro están amenazadas por una mala administración
de los activos. Cuanto más tiempo permanezcan atados los fondos a una
cuenta por cobrar lenta o a una máquina deficiente, menos estará obteniendo
una empresa por la inversión de estos fondos. Cada cuenta de activo
representa la inversión de un dinero que ha sido obtenido de acreedores o
propietarios. Es importante que con el tiempo la compañía recupere su dinero
de estos activos para pagar sus cuentas y reinvertir en otros activos para lograr
utilidades. La planeación del flujo de fondos y el decidir sobre su distribución
más adecuada entre las diversas cuentas de activo, son funciones que están
íntimamente relacionadas de la administración financiera que se estudiarán en
la Parte II de este libro.
Consecución de fondos
Si los egresos de efectivo planeados exceden los ingresos de efectivo y su
saldo en este renglón es insuficiente para absorber la deficiencia, el
administrador financiero encontrará necesario obtener fondos de fuentes
externas al negocia Así como una firma hace sus ofertas de trabajo en el
mercado de trabajo y sus ofertas de acero en el lugar del mercado, así deberá
buscar dinero en un u otro de varios mercados de dinero. De los diferentes
mercados, éste es el que ofrece mayor competencia de todos, debido a que
nadie tiene dinero para invertir puede entrar en contacto y negociar con
aquéllos que están buscando fondos. A pesar de que muchas de las demandas
y el suministro de fondos en los Estados Unidos se encuentra en la ciudad de
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Nueva York, esta localidad no es sino un simple mercado de dinero, ni más ni
menos como es un mercado de trabajo o de acero.
Dentro de este mercado se encuentran fondos provenientes de diferentes
fuentes, bajo diferentes tipos de acuerdos y por diferentes periodos de tiempo.
El problema del administrador financiero es obtener la combinación apropiada
que más cercanamente llene las necesidades anticipadas de su negocio. Las
posibilidades futuras de un mercado para la consecución de fondos, deberán
ser relacionadas con las condiciones financieras esperadas por la compañía
para seis meses después, más bien que con las condiciones a la fecha. Para
ilustrar esto, mencionaremos que es necesario decidir si actualmente es mejor
tiempo para la consecución de fondos, que lo que será seis meses después, o
bien, si es mejor obtener fondos de los propietarios actualmente o si deberán
adquirirse fondos provenientes de acreedores seis meses después. En esta
forma, el administrador financiero añade a la predicción de las necesidades de
su negocio, lo cual es una parte de su función como planeador financiero, una
segunda predicción del curso futuro en los mercados de los cuales obtiene sus
fondos. La adquisición y manejo de fondos a corto plazo y a plazo
financiamiento a largo plazo son cubiertos en la Parte V.
Resolución de problemas especiales
Una función final del administrador financiero, es trabajar en aquellos
problemas poco frecuentes pero que se presentan en la historia de un negocio.
A pesar de que son muy variados, tienen un factor común en que involucran el
problema de valorizar un negocio, sus títulos, o cierta porción de su activo,
Consideremos una proposición para la combinación de dos firmas.
Conjuntamente a los problemas legales de cómo se debe efectuar esto y a los
problemas económicos para decidir si se debe llevar a cabo, se encuentran los
problemas financieros concernientes a la base sobre la cual los propietarios
actuales deberán intercambiar sus títulos por títulos de la nueva firma o de la
firma sobreviviente. Esto requiere una determinación de los valores respectivos
de los títulos envueltos. Sí en un negocio se han llevado a cabo las cosas
pobremente, el administrador financiero se verá profundamente envuelto en el
reajuste o reorganización de las finanzas de la compañía para evitar fallas
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eventuales. Si los ajustes resultaran inadecuados, el administrador financiero
deberá permanecer basta el final, supervisando la disposición última de los
sobrantes de la firma para los acreedores y los propietarios. Estos problemas
especiales se cubren en la Parte VI.
ORGANIZACIÓN PARA LA ADMINISTRACIÓN FINANCIERA
La discusión anterior no debe tomarse en el sentido de que las operaciones de
cada compañía giran alrededor del administrador financiero. La esfera de
administración financiera no está claramente definida en la práctica y resulta
necesario que las funciones se manejen con una gran variedad de
procedimientos, de acuerdo con las diferentes formas de la estructura de la
organización. Similarmente, el ejecutivo financiero más alto, llámese tesorero,
contralor, vicepresidente o cualquiera otra denominación, desarrolla funciones
muy variadas en diferentes compañías. El papel del funcionario financiero
principal y el grado de su participación en las funciones financieras, variará de
acuerdo con la función o política involucrada, el tamaño de la compañía, su
propia habilidad y la de aquellos otros funcionarios y directores. Para ilustrar
esto, consideremos la posibilidad de una nueva emisión de títulos, en la cual el
administrador financiero puede ser solamente uno de los muchos funcionarios
que aconseja al presidente o al consejo directivo y será el consejo directivo
quien haga la decisión final. En una pequeña compañía, el administrador
financiero puede manejar la contabilidad, dictaminar sobre créditos, ayudar en
las relaciones públicas y con los accionistas y auxiliar al gerente de ventas con
los clientes importantes, así como encargarse de las funciones financieras que
hasta ahora hemos discutido.
Las obligaciones del administrador financiero
En el corto número de estudios con que contamos, concernientes al papel del
administrador financiero en los negocios, la importancia del administrador
financiero y de la función de finanzas es ciara. La mayor parte de las firmas-
reportadas en un estudio, indican que el funcionario financiero principal reporta
al presidente, o bien, a éste y al consejo directivo. Aproximadamente la mitad
de las compañías reportan que el funcionario financiero forma parte de la mesa
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directiva.2 La función de planeación, participación en la planeación financiera a
largo plazo y preparación de programas a largo plazo fue considerada por los
funcionarios financieros como su función más importante. Como segunda en
importancia, fue considerada la supervisión de las operaciones de contabilidad.
A pesar de que esto sugiere que los administradores financieros deben estar
íntimamente familia rizados con la teoría de contabilidad y sus fundamentos,
también sugiere que los contadores deberán familiarizarse con la
administración financiera si desean tener posibilidades de ocupar puestos más
altos en la dirección.
En términos del tiempo ocupado en determinadas funciones, más bien que en
la importancia de las mismas, el funcionario financiero principal típico se
encuentra mayormente relacionado con el trabajo encaminado al manejo de
capital. Esto incluiría actividades tales como operaciones de contabilidad,
crédito y cobranzas, contactos con bancos comerciales y otras fuentes de
fondos a corto plazo y preparación de programas. La mayor parte de los
funcionarios financieros incluidos en la encuesta, reconocieron que decisiones
tales como determinar las necesidades financieras para fondos adicionales,
tendrían un efecto más perdurable en los destinos a. largo plazo de la firma.
Además de estas funciones, los funcionarios financieros reportaron que
ocupaban su tiempo repartido en actividades varias, como supervisión de
cajeros, consejo en la política de dividendos y manejo de relaciones públicas,
pensiones y obras sociales, así como relaciones con los accionistas. No se
obtuvo un patrón definido, encontrándose una disparidad considerable en la
cantidad de tiempo que los diferentes funcionarios financieros ocupan en las
actividades mencionadas. Debemos concluir que al administrador financiero
debe tener buenos fundamentos de contabilidad y tener un entrenamiento y
comprensión amplia en el campo de las finanzas, pero también deberá estar
preparado a aceptar ciertas asignaciones sólo ligeramente relacionadas con su
campo de especialización.
Importancia creciente del administrador financiero
2 Fred Weston, “The Finalice Fuacttons”. lourrtal of Piñonee 8 (septiembre de 1954), Págs. 285-282.
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En los últimos años los administradores financieros han logrado un
reconocimiento creciente y una dignidad más elevada en las empresas
comerciales. El funcionario financiero principal acostumbraba ser considerado
como parte del personal, con promociones a la presidencia provenientes de los
funcionarios de línea. En la actualidad nos encontramos que los
administradores financieros se eligen cada vez más frecuentemente para dirigir
las gigantescas sociedades anónimas, corporaciones o consorcios, debido a su
profunda implicación en amplias áreas de la política. Más que los funcionarios
superiores, el administrador financiero se ha venido interesando con todas las
áreas funcionales de los negocios, lo mismo que con grupos y agencias
externas a la compañía. La razón de este crecimiento en su importancia y el
ámbito cada vez más amplio de sus responsabilidades, descansa en la escala
de operación de las firmas comerciales, su mayor complejidad y el mayor lapso
de tiempo para la planeación.
Las empresas comerciales crecen tanto en respuesta a los mercados en
expansión como a través de funciones y adquisiciones. Si bien la creciente
concentración de cuentas de activo en manos de las grandes corporaciones
tiene importantes implicaciones sociales y económicas, ello también significa
que los administradores financieros de esas empresas tienen mayores
responsabilidades. Por ejemplo, los gastos comerciales para una nueva planta
y equipo se originaron de $28.7 miles de millones en 1955 a una tasa anual de
casi $49 miles de millones a mediados de 1965. La mayoría de estos gastos
implican la valuación por los administradores financieros. Las funciones,
adquisiciones, los problemas de impuestos y los asuntos de anti-trust también
acompañaron al crecimiento del volumen de las empresas comerciales y
solicitaron los conocimientos de un administrador financiero.
El movimiento de fusión y la diseminación de la diversificación de productos ha
aumentado enormemente la complejidad de las firmas comerciales que operan.
En vez de empresas de un solo producto, tenemos compañías de productos
múltiples y multi-divisionales. Este cambio ha requerido un importante aumento
en la cantidad y rapidez con la cual se reúne la información con objeto de
controlar estas diversas operaciones. Como las computadores juegan un
importante papel en la recolección y procesamiento de la información, los
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administradores financieros deben conocer su fuerza y sus limitaciones. En
muchas compañías, el administrador financiero de hecho encabeza el centro
computador.
Los rápidos desarrollos tecnológicos, aunados con las inversiones en gran
escala hechas por las firmas comerciales, exigen un planeamiento en mayor
escala que el que fue característico de los años anteriores. En contraste con el
contador, que está más relacionado con llevar el registro de las operaciones
pasadas, el administrador financiero probablemente esté más implicado en la
proyección de necesidades y fuentes de recursos para varios años en el futuro.
Como primer funcionario del presupuesto, puede ligar las proyecciones de gran
alcance de mercadotecnia, producción y otras áreas funcionales de la firma
comercial. Aquí nuevamente las computadoras son poderosos auxiliares. Por
ejemplo, puede probar precisamente los planes por simulación en una
computadora, de manera que los resultados no favorables de un juego de
planes dado pueden descubrirse y evitarse.
Así pues, existen notables oportunidades en la administración financiera en la
actualidad. Los problemas que se encaran suelen ser complejos y agotadores,
pero la recompensa, sea financiera o de otra índole, puede ser grande para
quienes gustan ser retados.
CUESTIONARIO
1. Establezca un contraste entre el proceso de distribución de recursos en la
economía de Estados Unidos y en una economía dirigida, tal corno la de
Rusia.
2. ¿Hasta qué grado abolimos o suplementamos el sistema libre de precios en
tiempo de guerra o de crisis nacional? ¿Por qué se hace esto?
3. Algunas compañías intentan aplicar una “prueba de mercado libre” a ciertas
decisiones internas. Por ejemplo, las plantas subsidiarias pueden llevarse a
competir en compañías exteriores para servir como fuente de suministros a
la planta principal. ¿En qué otras áreas de las decisiones dentro de la
empresa se hacen estos intentos de la dirección para aplicar una prueba de
mercado?
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4. “El banco bien dirigido juzga su activo basándose en las reservas de efecti-
vo a través de los varios tipos de prestarnos e inversiones proporcionando
primero, la seguridad en todo tiempo de los depósitos confiados a él y, en
segundo lugar, los mejores beneficios sobre su fondo de capital, con-
sistentes con tal seguridad. (Dowrie and Fuller, Investments, New York:
John Wiley & Sons, Inc., 1950, Pág. 211). Compárense estos objetivos con
los de una compañía fabricante o una tienda detallista.
5. Proporcione algunos ejemplos de decisiones que dañan las utilidades inme-
diatas pero que pueden beneficiar a las utilidades a largo plazo de la firma
6. Si usted se encuentra trabajando actualmente en una firma de negocios
prepare un organigrama que muestre la posición de su funcionario finan-
ciero principal en la estructura de la organización.
a) ¿Cuáles son sus principales responsabilidades?
b) ¿Cómo se llega a las decisiones que envuelven a otros departamentos?
c) ¿Cuáles son sus antecedentes?
7. Si una compañía tiene varias plantas subsidiarias, ¿deberá existir un ad-
ministrador financiero para cada planta, uno solo en la oficina principal, o
ambos? ¿Cómo dividiría usted las responsabilidades entre los funcionarios
de las subsidiarias y los de la casa matriz?
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