pastoral juv esperanza
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UNIVERSITÀ PONTIFICIA SALESIANAFacoltà di Scienze dell’Educazione
Curriculum di Educazione Religiosa
FORMACIÓN DE LA ESPERANZA
EN LA PASTORAL JUVENIL VOCACIONAL REDENTORISTA
(Capítulos Generales XX-XXIV)
Elaborato di Baccalaureato di
PUERTO PATIÑO, Héctor Eymard (19110E)
Relatore
MORAL DE LA PARTE, José Luís
Roma, 2014
1
Siglas y abreviaciones
AICG XXI-1991 = Acta Integral del Capítulo General N° XXI – 1991.
AICG XXII-1997 = Acta Integral del Capítulo General N° XXII – 1997.
AICG XXIII-2003 = Acta Integral del Capítulo General N° XXIII – 2003.
AICG XXIV-2009 = Acta Integral del Capítulo General N° XXIV – 2007.
CG = Capítulo General.
CGs = Capítulos Generales.
CGDF XX-1985 = Capítulo General XX, Documento final de 1985.
CGDF XXI-1991 = Capítulo General XXI, Documento final de 1991.
CGDF XXIV-2007 = Capítulo General XXIV, Documento final de 2009.
Const. = Constituciones y estatutos C.Ss.R. la vida apostólica.
C.Ss.R. = Congregación del Santísimo Redentor.
EG = Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium.
n. = Número.
nn. = Números.
PJVR = Pastoral Juvenil Vocacional Redentorista.
p. = Página.
pp. = Páginas.
2
INTRODUCCIÓN
Experimentar el trabajo juvenil en la provincia de Bogotá (Colombia) nos ha
motivado a ingresar en este tema pero ahora de manera congregacional por medio de los
cinco últimos Capítulos Generales. En todas las edades, pero en especial en la juventud,
se siente un fuerte deseo y una gran esperanza de renovación, lo que es una muy buena
semilla para la actual tarea de la reestructuración.
Este trabajo de «carácter sintético»1, persigue los siguientes objetivos: 1/ Objetivo
general: reencontrar en la Pastoral Juvenil Vocacional Redentorista - PJVR un llamado
siempre nuevo a la vida y esperanza (vocación) articulados por la dimensión educativa
que permita una síntesis de los conocimientos recibidos en el baccalaureato; 2/
Objetivos específicos: el primero, describir la comprensión de la Pastoral Juvenil en la
Congregación del Santísimo Redentor C.Ss.R., manifiesta en los últimos cinco
Capítulos Generales; el segundo, identificar la educación como motor de la Pastoral
Juvenil por medio de la opción vital por la vida y la esperanza (dinámica vocacional)
para iluminar con estas perspectivas el presente de la juventud. Sin salirnos de los
objetivos y acorde al trabajo desarrollado se replanteó en poco medida el título inicial
del tema.
Elegir el método teológico, empírico-crítico y proyectual2 es “un intento de tomar los
elementos constitutivos de la práctica en su devenir concreto”3 articulados en un
entramado rico y coherente. La opción vocacional de fe, al estilo de Jesús, ilumina todo
el desarrollo del trabajo en tres momentos:
El momento descriptivo pide iniciar en la experiencia o práctica vigente para
reproyectarla y acompañarla en su renovación; es una descripción empírica de los retos
interpretados y valorizados a la luz de la situación dada. El momento criteriológico,
1 José M. PRELLEZO - Jesús M. GARCÍA, Invito a la ricerca. Metodologia e tecniche del lavoro scientifico, Roma, LAS, 4 2007, 37. 2 Cf. Mario MIDALI, Teologia pratica. 5. Per un’attuale configurazione scentifica, Roma, LAS, 2011, 79 – 107. 3 Ibíd., 106.
3
como labor crítico-hermenéutica, interpreta y valora la situación dada desde criterios
interdisciplinariamente logrados; se asumen como cualificantes puntos de referencia. Y
el momento proyectual que está dirigido a lograr una práctica renovada y reorientada,
que acompaña de modo reflexivo el camino estratégico de la praxis vigente a la praxis
propuesta como imperativos pastorales; es el tiempo de la decisión-operativa.
El método pide integrar todos los momentos desde su orientación teológica-práctica; así
lo haremos durante la ejecución de los dos capítulos del trabajo, de manera dinámica y
unificada, buscando evitar fijaciones dualísticas, justificados en la capacidad crítico-
constructiva de la praxis4. Se debe aclarar que aunque el tiempo proyectual esta injerto en
todo l’elaborato, solo se delinearán algunos aspectos sin profundizar en este momento.
El escrito inicia con la descripción de las ideas básicas de los Capítulos Generales
(CGs), para ubicarnos en la situación histórica concreta de la Congregación del
Santísimo Redentor (C.Ss.R.). El primer capítulo habla del tema desarrollado en cada
sesión Capitular para luego iluminar la Pastoral Juvenil. Los CGs llevan al corazón del
carisma el cual, fundado en Jesús Redentor, anima la vocación misionera de los jóvenes
para que sean portadores de sangre nueva y abundante para los más pobres.
El segundo capítulo identifica el criterio de la vocación cristiana para evangelizar,
como sustento del criterio formativo en la Pastoral Juvenil. Dentro de este capítulo, el
numeral 5 es un breve planteamiento proyectual de orientación teológico-práctico,
donde se asume lo dicho precedentemente y se integra a la experiencia personal vivida
al lado de los jóvenes para aportar a una renovada Pastoral Juvenil Redentorista.
El presente siempre es nuevo, irrepetible y lleno de posibilidades; allí el
evangelizador-pedagogo aporta su arte, espontaneidad e intuición, unidas al patrimonio
ya existente en la ciencia y a la competencia específica, así se dan paso las «nuevas
teorías [que] nacen de la crisis de las antiguas más por insuficiente capacidad de
explicación, que por errores o falsos resultados»5. Con los CGs y la dimensión
vocacional-formativa en la Pastoral Juvenil se percibe cómo con la juventud se puede vivir
4 Cf. M. MIDALI – R. TONELLI (edd), Dizionario di Pastorale Giovanile, Torino, Leumann, 21992, 1191. La competencia crítico-constructiva, no se permite un racionalismo puro y neutro o una crítica sola y pesimista. La primera busca una competencia de autorregulación en la acción; la segunda desarrolla la capacidad de denuncia. 5 Michele PELLEREY – Dariusz GRZADZIEL, Educare. Per una pedagogia intesa come scienza pratico-progettuale, Roma, LAS, 2011, p. 21.
4
cada momento de la vocación de manera nueva pues la esperanza, inscrita en el corazón
humano (cf. Const. 23), da la convicción de que el cambio es posible.
5
Primer capítulo
LA ESPERANZA EN LA PASTORAL JUVENIL
La Pastoral Juvenil Vocacional Redentorista (PJVR) en línea con el Capítulo General
XXIV, celebrado en Roma en el año 2009, se entiende como aspiración de vida nueva 6
en la alegría del encuentro con Jesucristo, que la Iglesia universal lee y exhorta en el
proceso de evangelización:
La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría. [Continúa diciendo el papa Francisco:] quiero dirigirme a los fieles cristianos para invitarlos a una nueva etapa evangelizadora marcada por esa alegría, e indicar caminos para la marcha de la Iglesia en los próximos años (EG 1).7
El corazón recibe y libera sangre de sus venas; no puede mantener quieta la sangre
allí so pena de infarto. En un mismo órgano se realizan dos acciones: acoger y purificar.
De este modo el amor al prójimo y a uno mismo de Mt 22, 39 no son realidades
sobrepuestas; son las polaridades8 activas de un único amor expreso en el versículo
precedente: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda
tu mente” (Mt 22, 37). Así el agua o se usa como espejo para reflejo de sí mismo o para
lavar los pies de los últimos y más abandonados.
Una experiencia de comunión que renueva la vida y la lleva a ser testimonio de un
amor fundamental hasta ser como la acacia que a tal amor llega, “que perfuma al hacha
que la hiere”. Una vocación así se irradia por su misma alegría y se testimonia con
6 Cf. CONGREGATIONIS SANCTISSIMI REDEMPTORIS, Acta Integra Capituli Generalis XXIV, Roma, Italia, 19 octobris – 13 Novembris 2009, Materdomini, 2010, n. 52b, p. 812. Según el tema del último CG. XXIV - 2009: «“Predicar el evangelio de manera siempre nueva” (San Clemente). Renovada esperanza, renovados corazones, renovadas estructuras para la Misión».7 Papa FRANCISCO, Exhortación apostólica Evangelii gaudium, 24 nov. 2013, Madrid, BAC, 2013, p. 3.8 Cf. Rodrigo POLANCO, Fundamentos filosófico-teológicos para una lectura teológica de la realidad según Hans Urs von Balthasar, en «Teología y Vida» 53 (2012), p. 259 – 279.
6
serenidad; no se muestra con ansia ni presunción sino que, resignificándose
constantemente en Dios, se convierte en oasis de nueva Evangelización9.
Este primer capítulo presenta los Capítulos Generales de la C.Ss.R. para valorizar la
identidad que transmiten y hacer un recorrido concreto por las estructuras juveniles que
allí se proponen (subtítulo 1). En el siguiente apartado (subtítulo 2) se hace una “lectura
hermenéutica” de actualización.
Los Capítulos Generales de los Redentoristas, celebrados cada seis años, revitalizan
el carisma y por ser la asamblea más representativa y legislativa10 de la Congregación
animan la «dinamicidad»11 de la Pastoral misionera.12 La Pastoral Juvenil, entendida
como uno de los lugares para vivir de manera siempre nueva el carisma, toca en el
corazón el «núcleo más secreto y el sagrario del hombre [donde] éste se siente a solas
con Dios [y] cuya voz resuena en el reciento más íntimo de»13 su conciencia como deseo
de esperanza y como acción que se estructura para profundizar y alargar la experiencia
9 Cf. CURIA GENERALIS, Capitolo Generale XXI, Documento finale. Itaici (Brasil) 1991, Roma (Italia), 1991, n. 75, p. 38. En el último número (75) del Documento Final, elaborado por la Curia General, aparece el término de la «Nueva Evangelización» como un reto de toda la Iglesia para asumirse con gozo por la Congregación. 10 Cf. Const. 98 y 104.11 Const. 14. 12 Cf. CONGREGATIONIS SANCTISSIMI REDEMPTORIS, Acta Integra Capituli Generalis XXI, Itaici (Brasil) – 1991, Roma, 1992, n. 2, p. 348. Por ejemplo, el C.G. XXI – 1991, al hablar de la formación invita siempre a tomar la Ratio Formationis Generalis no para homogenizar, sino para animar y revitalizar las Ratio locales desde un enriquecimiento propio y abierto a la realidad, manteniendo o «especificando las etapas de la formación». Cf. AICG XXI-1991, nn. 5.7, 5.9, p. 320. También al hablar de modelos de comunidades abiertas y creativas se subraya la colaboración y el diálogo, de la misma manera se invita a estar atentos en no volver a formalismos de estructuras contraproducentes (autoritarias, uniformes, de regulación externa, etc.). 13 CONCILIO VATICANO II, Constituciones. Decretos. Declaraciones. Documentos pontificios complementarios, Constitución pastoral Gaudium et spes, Madrid, BAC, 1965, n. 16. p. 228-229. Cf. Martin MCKEEVER (Edd.), Bernhard Häring. Un Redentorista feliz, Roma, Editiones Academiae Alfonsianae, 2008, pp. 47–56, 75–92. En esta constitución tuvo influjo la teología moral del padre redentorista Bernhard Häring (1912–1998), como secretario de la comisión que redactó la que al final se llamó constitución pastoral Gaudium et spes. Cf. CONGREGATIONIS SANCTISSIMI REDEMPTORIS. Acta Integra Capituli Generalis XXII, West End, Long Branch, New Jersey, USA. 25 Aug. – 24 Sept. 1997, Roma, 1997, n. 8.2, p. 368. Al p. Bernhard Häring el C.G. XXII de 1997 hace un reconocimiento de su teología moral ya que «ha trabajado con intensidad, con valentía y eficacia en reformular para el mundo actual el mensaje de la moral cristiana»; el Capítulo General valora «su comprensión del obrar moral dentro del misterio de Cristo; el relieve que ha dado a la conciencia moral de cada creyente; [y] el haber subrayado la dimensión espiritual y pastoral de la reflexión teológico-moral».
7
fundante. Los CGs salvaguardan el carisma profundizando la praxis liberadora, que
optando por los más abandonados,14 proclama la redención abundante15.
La Pastoral Juvenil, en el corazón de la misión, también quiere dejarse tocar por el
espíritu16 y animarse por aquella huella de amor que hace nuevas todas las cosas, para
construir acciones y estructuras abiertas hacia el futuro.
1. Antropología y temas capitulares
La renovación de la Pastoral Juvenil, así como de la Pastoral en general, comienza
«con un profundo sentido de reconocimiento de [qué] necesidades tienen que ser
actualizadas por las fuentes originales de la sabiduría de la Iglesia»17. Este
reconocimiento cristiano acompañado con la opción por los más débiles se formula
como conexión profunda entre el Reino y la Vida.18
El centro del Evangelio y, por tanto, el centro de la existencia cristiana según Jesucristo, está y debe girar en torno al anuncio del Reino. Por desgracia, alguna de esas notas que lo cualifican se (diluyen) en la historia… hasta desdibujarse sus contornos originales. Como suele ser habitual, las razones hay que buscarlas en el alejamiento de la experiencia, el olvido o desconsideración de los dinamismos antropológicos sobre los que ha de construirse toda fe religiosa y unas prácticas o, mejor, una praxis que, rotos los eslabones experienciales y antropológicos –casi espontáneamente-, fabrica una identidad diversa a la original.19
Considerar de los dinamismos antropológicos actuales se hace fundamental para leer
la temática expresa en los CGs, en los que se quiere revitalizar la unión y el seguimiento
14 Cf. CURIA GENERALIS, Capitolo Generale XX, Documento finale. Roma (Italia) 1985, Roma (Italia), 1986, nn. 2., 3., 11., pp. 4, 5 y 8. El C.G. XX – 1985, al hablar de los pobres como prioridad de las prioridades, habla de la conversión que la misma opción provoca al interior de la Congregación. El C.G. se pregunta: «¿Nuestro estilo de vida nos acerca a los pobres, a los cuales nosotros predicamos el Evangelio?». 15 Cf. CONGREGATIONIS SANCTISSIMI REDEMPTORIS, Acta Integra Capituli Generalis XXIII, Roma, Italia. 15 Septembris – 12 Octobris 2003, Materdomini, 2004, n. 02., p. 517. Tema capitular «dar la vida por la abundante redención». 16 Cf. AICG XXII-1997, pp. 317 – 320, 333 – 340. Tema capitular del C.G. XXII-1997: «La espiritualidad Redentorista». 17 Raphael GALLAGHER, C.Ss.R., Häring en el Vaticano II, en MCKEEVER Martin (Edd.), Bernhard Häring. Un Redentorista feliz, Roma, Editiones Academiae Alfonsianae, 2008, p. 81.18 Cf. José Luís MORAL, ¿Jóvenes sin fe? Manual de primeros auxilios para reconstruir con los jóvenes la fe y la religión, Madrid, PPC, 2007, p. 184. 19 Cf. Moral, ¿Jóvenes sin fe?, pp. 184-185. Históricamente, el criterio de “la vida para todos” [como identidad de base del cristianismo primitivo] «se va desplazando del siguiente modo: al pueblo, como destinatario principal, le sustituyen ‘los llamados’ a un seguimiento más de cerca; … el mismo [concepto de] Reino se traslada de la vida a la virtud. Se instauran, pues, dos caminos fundamentales que gráficamente pueden reflejarse en pasos (de retroceso, por retrotraer a la religiosidad anterior a Jesús) que se deducen, respectivamente, del pueblo a los escogidos y del Reino a la virtud».
8
a Jesús y su misión. Leer los signos de los tiempos desde la perspectiva de la temática
capitular ilumina la Pastoral Juvenil y la ubica en el centro del carisma como esperanza
de renovación y vida nueva y abundante para todos.
1.1. Acercamiento al dinamismo antropológico
El dinamismo antropológico, interpretado desde la encarnación del Verbo, ayuda a
apropiar la persona de su ser dialógico, en relación abierta hacia el Misterio Divino. El
ser humano descubre una autonomía que tiende siempre en dirección hacia algo o
Alguien. Nunca es en solitario, el desarrollo siempre es en interacción. En el niño
asciende su individualidad solo en la objetividad amorosa de una mamá que recibe
como epifanía20; durante toda la vida el ombligo será señal de una eterna relación, será el
indicador de haber recibido la vida de otro ser.
Desde el principio el yo siempre ha tenido un TÚ:
Nuestra estructura más interna y humana se da en la relación con el Otro, pues nadie nació por sí mismo, sino que le fue dada la vida por la familia, por la nación… y en últimas, por Dios. Antes que ser promovida por nosotros mismos, la vida es un regalo que nos sobrepasa, es una elección de Dios para estar y construir el mundo. Nos descubrimos con una identidad que no puede vivir sin proyectar, seres relacionales creados para crear, seres humanos nuevos discípulos misioneros, cristianos con una vocación que convoca al amor y al servicio como lo hizo Jesús.
La vida, desde su comienzo muestra tensión y dinámica. Un “ya pero todavía no”. Es allí donde se presenta Jesús como el verdadero hombre que supo dar sentido a esta dinámica en su proyecto vocacional hacia su Padre. Él supo responder al reto de la vida. Por eso la tarea del [joven] redentorista consiste en ‘llevar a las personas a una radical opción por Cristo’ (Const. 11), pues ‘solo a la luz del misterio del Verbo encarnado se esclarece realmente el misterio del hombre y el sentido auténtico de su vocación integral’ (Const. 19).21
Recuperar la realidad encarnada y dinámica de Dios centra la mirada en Jesús (Lc 3,
22) y se vuelve al sentido de donación22 para afirmar que la existencia es sobrepasada
por una realidad que a la vez la dinamiza; es vivir proféticamente la esperanza en medio
de un mundo que retrae a la persona sobre sí misma y la postula como un máximo
desembocado a la fatalidad, que lo atomiza y lo pierde en integracionismos 23, que lo
20 Op. Cit., Rodrigo POLANCO, Fundamentos filosófico-teológicos, pp. 259 – 279. 21 Eymard Puerto y Constanza Lenis, Documento N° 4: aporte de Red Juvenil: Misioneros de Paz (RJ) para el equipo motor de la PJVRC mayo de 2013, en «Red Juvenil: Misioneros de paz-RJ» (2013). 22 Cf. POLANCO, Fundamentos, pp. 261 – 262. Porque hubiéramos podido no ser, la existencia se convierte en ofrenda de elección y vocación. 23 Cf. Ricardo TONELLI, Procesos de pastoral Juvenil en la situación actual, en «Revista Medellín» 24 (1998) p. 332. «El exceso de posibilidades justifica sentido de pertenencias débiles en las cuales parecen compatibles una orientación y su contraria» es un cuidado exasperado por no cerrarse a ninguna
9
universaliza abstractamente y lo neutraliza en su personalidad, haciéndolo pasar de
experiencia en experiencia, de producto a producto, con el aguijón del temor, de la
insatisfacción del poseer y del dominio24. En un mundo de relativismos, obedecer a un
primado fundante de la realidad es obedecer a lo más profundo de ella:
No, no todo es relativo ni podemos perdernos en la fragmentación de saberes y experiencias, en su realidad, sino que, adentrándonos en lo más hondo de nuestra propia existencia, en su radicalidad, hemos de arriesgarnos a dejarnos alcanzar por el Misterio Divino que ha hecho de nuestra carne su propio lugar de revelación25.
Esta dinamicidad antropológica, como encarnación y donación, está centrada en el
seguimiento a Jesús enviado a los pobres26. Con esta riqueza ilumina la realidad y le da
orientación a la persona subrayando una “moral de sentidos”, antes que una moral de
verdades universales27. La espiritualidad misionera, desde los significados de la existencia,
vive sus principios (Lc 4, 16 – 21) con los que acompaña al joven de hoy28.
posibilidad, pero con el peligro de que «la persona se recorta... en el nivel de su calificación». Esto no remite a la coherencia, sino a la falta de decisión fuerte que parece una condición irrenunciable para poder sobre-vivir. 24 Cf. TONELLI, Proceso de pastoral juvenil, p. 328. En los jóvenes esto genera «la percepción, no siempre reflexionada, de vivir en un exceso de propuestas y de proyectos que desencadena un estado de orfandad acerca del sentido de la vida y de la esperanza». 25 María José MARIÑO, Llevamos en el corazón noticia de Dios. El testimonio desde la teología de Karl Rahner, en «Revista de espiritualidad» n. 286 (2013), p. 12. «Una finitud sostenida por el Eterno Amor». 26 Cf. Constituciones y estatutos C.Ss.R. La vida apostólica de los Redentoristas, Madrid, Editorial el Perpetuo Socorro, 2012. Constituye el carisma de la Congregación del Santísimo Redentor expresado en todas las Constituciones y Estatutos, especialmente en la Constitución n. 1.27 Cf. TONELLI, Proceso de pastoral juvenil, pp. 327, 329. «Antes todo decía de Dios y por eso no se preocupaban tanto por la respuesta última, pues estaba dada y clara para todos: por eso el primer problema es antropológico, antes que religioso. La PJ ha de enfrentar los valores y las orientaciones cotidianas de existir. Qué tipo de ser humano queremos o podemos llegar a ser. El ejemplo de jóvenes que han logrado integrar su vida cristiana al interior de la cultura, nos muestra que sí es posible reorganizar los múltiples carismas de que disponen las comunidades eclesiales». Cf. Apuntes de la conferencia de Don LORENZETTI, Luigi, Moral del sentido desde la verdad antropológica, Academia Alfonsiana. Roma, 2013. Don Lorenzetti, teólogo moral, habla de recuperar la moral del sentido desde la verdad antropológica, antes que desde verdades éticas universales y afirma: «Primero la verdad antropológica antes que la verdad ética. Quién es, para dónde va. No es la pregunta por la regla, sino por el sentido último de la vida y de los sentidos intermedios que se ligan a éste: sentido de la sexualidad, de la economía, de la política, de la ciencia, de la fe. La pregunta moral se pone al nivel del sentido (Veritatis splendor)… Es evidente que la pregunta solo por el éxito no es una pregunta suficiente. Obviamente la moral cristiana no es sin reglas... Las normas morales tienen sentido solo en función de la determinación del sentido, pero si el sentido está en eclipse, obviamente la moral no satisface a ninguna tarea formativa con el riesgo de ser sencillamente culpabilizante. De aquí la crisis de la pregunta moral de tantas morales concretas (sexualidad, matrimonio, familia, bioética, eutanasia) que sino recuperan el sentido, seríamos funcionarios instrumentalizados». 28 Cf. TONELLI, Proceso de pastoral juvenil, pp. 326 – 327. Un acompañamiento como interacción constante de polaridades relacionadas. Don Ricardo Tonelli afirma como un problema fundamental a enfrentar en la Pastoral Juvenil es el hecho de confrontar la vida cotidiana con la calidad (para ordenar) y el fundamento (para devolver esperanza). La primera ante el nudo del pluralismo y la segunda frente a las inquietudes del dolor, la limitación, la injusticia y la muerte.
10
1.2. La temática de los Capítulo Generales
Luego de un breve planteamiento antropológico, ahora hacemos un planteamiento
histórico como conexión de los cinco últimos Capítulos Generales, pues la historia es
patrimonio de identidad en sus movimientos antropológicos, cuyo culmen se encuentra
en el proyecto de salvación del Padre revelado en la humanidad de Jesús. En dicho
recorrido esperanzado queremos leer el presente de la Pastoral Juvenil.
Reconocemos en las asambleas capitulares de la Congregación una actualización
profética del carisma para el mundo de hoy, en especial para la juventud y sus modos
nuevos de sentir. El sentido histórico forma parte de la búsqueda incansable de una
identidad válida conectando el presente con sentido29, en sus cuestiones profundas con el
cosmos, convivencia en la diferencia y dignificación humana. No es la lectura de un
presente con ansiedad y en decadencia para “vivir el ahora”30 con temor y angustia por
sobrevivir antes que vivir. Es el camino hecho en la encarnación en el que se apostó por
la humanidad y se hizo historia de salvación y esperanza.
La ilustración N° 1 muestra el desarrollo del tiempo en la columna 1, iniciando en el
CG que rige en la actualidad, es decir a partir del Capítulo General del 2009 y va en
descenso hacia los anteriores Capítulos hasta 1985 (fecha en que la Congregación ya
tiene las nuevas constituciones aprobadas y momento de un cambio radical en la vida de
la comunidad).
La columna 2 contiene la temática general o central de cada uno de los Capítulos
Generales. Una lectura de esta columna podría ser: la esperanza definitiva que renueva
todo como abundante redención dirige la mirada a la manera de ser de Jesucristo, que en
29 Cf. José Luís MORAL, Ermeneutica dell’esperienza religiosa, anno académico 2013 – 2014, Roma, Unerversità Pontificia Salesiana, p. 118. En la hermenéutica el presente se interpreta como efecto del pasado y fusión de horizonte. 30 Claudia Rafael y Silvana Melo, Alejandro Cussianovich: educar desde la ternura, en «agencia de noticias pelota de trapos», (22.08.2013), <http://www.pelotadetrapo.org.ar/2013-09-05-12-30-19/2013/859-alejandro-cussianovich-educar-desde-la-ternura.html.>. Alejandro Cussianovich (sacerdote peruano, educador), en una entrevista habla de una izquierda política que ya no fascina ni electriza a las nuevas generaciones; dice que en cualquier posconflicto siempre se crea la necesidad de borrar la historia y con ello la memoria que reafirma lo utópico. Pregunta de la periodista: «Usted habla de la necesidad de formación política para crear conciencia en los niños y jóvenes, pero lo que vemos es la cultura del desgano. La abolición del sentido: no hay futuro, nada sirve, “no tengo ganas”». Respuesta de Cussianovich: «Hay una especie de desfuturización… En la sociedad de mercado el presente es lo que cuenta. Olvídate del pasado y no sueñes con el futuro. Es ahora la cosa. Y el ahora es maldito. Con qué ganas voy a pensar en el ahora si el ahora es para sobrevivir».
11
su obra de evangelización, se orienta en la cultura a través de la única prioridad de
prioridades: los pobres más abandonados.
El tiempo y la temática de las dos anteriores columnas se podría clasificar en la
columna 3 con algunas palabras síntesis. Son afirmaciones que se conectan entre sí, no
se yuxtaponen una sobre la otra, ni se olvidan, ni menos se contradicen; con ellas se
recoge una misma vena carismática y como tal encuentran su sentido. Son lazos de
identidad, que en red31, hacen parte de un patrimonio que podría concientizar o abrir
horizontes de renovación. Al sintetizar cada CG se percibe cómo siempre ha estado
presente el deseo (también hechos y decisiones) de renovación propuesto de manera
explícita por el último CG XXIV-2009 como “Reestructuración”.
Ilustración N° 1
Capítulos Generales y síntesis
1. Capítulo General
2. Tema 3. Síntesis
CG XXIV 2009 La esperanza definitiva que renueva todo, VisiónCG XXIII 2003 como abundante redención, Carisma CG XXII 1997 con la espiritualidad de Jesucristo, Mística CG XXI 1991 para evangelizar culturalmente, Comunidad en conversiónCG XX 1985 desde la prioridad de las prioridades:
los pobres más abandonados. Principio unificador.
Podríamos particularizar la columna de síntesis en cinco componentes: visión
dinámica de la esperanza, carismáticos que entregan la vida por la abundante de
redención, con la mística de Jesús, como una comunidad en proceso de conversión y
todo con un principio unificador como prioridad de prioridades (opción por los pobres
más abandonados). A continuación desarrollaremos cada uno.
31 Cf. AICG XXIV-2009, n. 3, p. 840. “Red” entendido como el tejido histórico con sus aportes de identidad. Pero también entendido a nivel del quehacer, como un concepto para optimizar la labor apostólica, dicho en el Capítulo General de 2009 al hablar de “Trabajo congregacional en red” donde se ubican nueve áreas pastorales (entre las que se nombra está la Pastoral Juvenil).
12
1.2.1. Visión dinámica de la esperanza
El centro dinamizador está en la esperanza en Dios que, inserto en la historia de su
pueblo, inspira los corazones a «nuevas formas de anunciar el evangelio a todas las
creaturas» (Const. 15). El Capítulo General XXIV de 2009 lo define así:
Tenemos una renovada esperanza, renovados corazones y renovadas estructuras para la misión porque “El mismo Redentor y su Espíritu de amor se hacen así presentes en el corazón de la comunidad” (Const. 23). Es Dios quien hace nuevas todas las cosas (cf. Ap. 21, 5).32
Con la esperanza última se discierne el futuro como los apóstoles «siguiendo el
ejemplo de Jesucristo Salvador en la predicación de la Palabra de Dios a los pobres»
(Const. 1); allí se renueva y se conecta toda vocación auténtica33. La renovación
personal o la reestructuración comunitaria son un don y una tarea que a los discípulos y
misioneros del Redentor les hace encarar el futuro con confianza de «cooperadores,
socios y servidores de Jesucristo…» (Const. 12).
Esta esperanza crea corazones nuevos (Ez 36, 36), con criterios renovados (Const.
41), para responder generosamente a la iniciativa de Dios, pues «cuanto más radical sea
nuestra conversión, más radical y profética será nuestra Vida apostólica» (Const. 1).
Con ella se reconocen nuevos campos emergentes y la necesidad de nuevas estructuras34
que prediquen el Evangelio novedosamente, para responder como Iglesia-Pueblo de
Dios al llamado que Él hace: «Di al pueblo que se ponga en marcha» (Ex 14, 15).
La esperanza, en palabras del superior general p. Michel Brehl, es:
32 Cf. AICG XXIV-2009, nn. 1-13, p. 812 – 815. 33 Cf. AICG XXII – 1997, n. 2, p. 334. San Alfonso mueve esta única Esperanza en su éxodo hacia los más abandonados en Scala; un espíritu e intención que encuentra nueva expresión en la vida de San Clemente en Varsovia y Viena, de la misma manera que ha sido vivida por muchos redentoristas en diversos contextos históricos. Cf. AICG XXIV-2009, n. 10, p. 815. En el C.G. del 2009 habla del desprendimiento «de lo conocido y familiar para ir hacia nuevas y proféticas exigencias misioneras». 34 Cf. AICG XXIV-2009, nn. 2.1 - 2.13, pp. 837-840. La nueva evangelización es expresada en el Capítulo General XXIV con San Clemente María Hofbauer cuando dice: «Predicar el evangelio de manera siempre nueva». A nivel de estructuras, en este CG. la Congregación decidió organizarse en cinco Conferencias así: Asia-Oceanía, África y Madagascar, Europa, América Latina y el Caribe, América del Norte. Cf. Álvaro CÓRDOBA CHAVES, Estructura administrativa de la Congregación del Santísimo Redentor (CSSR), en «Spicilegium Historicum, Congregationis SSmi Redemptoris» 61 (2013), pp. 3-56.La Congregación ha pasado por un sin número de iniciativas que, buscan revitalizar el carisma, y que oscilan entre la centralización y la descentralización, problemas externos e internos, diversidad y homogeneidad cultural. Este sentido de dinamicidad (cf. Const. 13), ha llevado al Instituto a crear diversas estructuras a lo largo de la historia, empezando por la Domus (casa) con san Alfonso hasta las Conferencias en el año 2009; unas estructuras han sido superadas, mientras otras permanecen por ser apropiadas para la animación misionera.
13
el poder del amor y la compasión actuando en nosotros por medio del Espíritu Santo. El Espíritu nos mueve, más allá de los límites de nuestros horizontes, a soñar el mundo como Dios lo ve y a actuar con esta visión. La esperanza es la expresión tangible del poder de la resurrección -del cual estamos llamados a ser 'signos y testigos' (Const. 51). Jesús Redentor está en el 'corazón de la comunidad'' (Const. 23). Es Él quien proclama el Evangelio de manera siempre nueva a fin de que podamos progresar en la caridad, 'enardecidos en espíritu apostólico' (Const. 12). La esperanza fortalece nuestra convicción de que el cambio no solo es posible sino que, en el plan de Dios es inevitable.35
1.2.2. Carismáticos que entregan la vida
El Capítulo General XXIII-2003 entiende la Redención36 como el amor abundante de
Dios, junto con la respuesta que surge de ese exceso de misericordia que entrega toda la
vida: «…no hay espiritualidad redentorista si no es misionera, como tampoco hay
misión redentorista si no está arraigada en las profundidades de Dios (1Cor 2,10)»37. Es
una llamada a examinar el “acto definitivo” de la Vida Apostólica como expresión del
«gozo de estar con Jesús como comunidad y de ser enviados, como comunidad, a
predicar a los más abandonados». Los Redentoristas se sienten llamados a estar con
Cristo para ser enviados a predicar38 (cf. Mc 3, 4-15).
La “redención abundante” es comprendida como solidaridad divina con la
humanidad: «La redención copiosa que nosotros experimentamos está arraigada en el
misterio de Dios que se hizo uno con nosotros».39 Nada puede quitar la alegría de estar
con los ojos fijos en el Señor y de ser llamados por Él.
El poder del Espíritu y la conciencia redentorista, unidos a la sabiduría del corazón y
al celo profético, podrán responder a las exigencias del mundo por las que Dios habla40:
35 Cf. AICG XXIV – 2009, p. 807. Definición hecha por el superior general p. Michel Brehl en el CG siguiente.36 Cf. AICG XXIII-2003, nn. 1, 2, 4, 5, p. 523. En el numeral 3. de las orientaciones se reafirma el tema de la espiritualidad, del anterior Capítulo General XXII, pero ahora se asume como «entrega generosa para ser colaboradores con Cristo en la abundante redención»; esto se confirma aludiendo a la Const. 20: «Los redentoristas son apóstoles de fe robusta, de esperanza alegre, de ardiente caridad y celo encendido»; para reafirmar la fuerza de la entrega tenemos el ejemplo de los Santos y beatos redentoristas que ofrecieron su vida para hacer abundante la redención; lo mismo se refleja en la Vida Apostólica expresada en las constituciones (Introducción de las orientaciones). 37 Ibidem, n. 3, p. 517 - 518.38 Cf. AICG XXIII-2003, n. 4, 18, pp. 454, 518. El Capítulo General dice que es una insistente llamada a «prestar una particular atención a la calidad de nuestra dedicación apostólica al Redentor». Así como existe la tentación de la mediocridad, también se le se dispone de un tiempo de gracia para «renovar su vivencia». 39 Ibid., n. 5. 40 Ibid., nn. 3 – 14, pp. 518. 521.
14
Algunos de nosotros tal vez nos sentiremos como una voz que clama, que no es escuchada ni tomada en cuenta. (Otros) tal vez sentirán que la Congregación pasa por un largo y lento otoño o hasta está sufriendo un invierno tenebroso. Pero con el Redentor podemos siempre esperar y experimentar la primavera. La narración de lo sucedido a los discípulos que iban camino de Emaús resuena en nosotros pero es igualmente importante el camino de retorno a Jerusalén. Llevamos dentro de nosotros el dolor y las tristezas con las que estamos luchando; como los discípulos sabemos lo que se siente al estar desconsolados sin poder divisar la esperanza en el horizonte. Pero el Jesús resucitado de la abundante redención sigue saliendo a nuestro encuentro en la realidad de los pobres de nuestro tiempo. Él nos recuerda la realidad de los pobres de nuestro tiempo. Él nos recuerda la realidad de nuestra dedicación redentorista y nos va fortaleciendo a través de nuestra realidad misionera. ¿Acaso no resulta asombroso que aquellos mismos discípulos, que convidaron al Redentor resucitado a gozar de la comodidad y seguridad de una casa (bajo) techo porque ya caía la noche, no vacilaron en despojarse de sus temores y lanzarse de regreso a Jerusalén para compartir con los demás la noticia de esperanza y vida? Esa era la abundante redención en acción: que está siempre presente y cercana a nosotros, pero nunca para nosotros solos. Avancemos juntos a toda prisa ahora, ya que mañana puede ser muy tarde.41
La redención se traduce como el reto de un testimonio de vida comunitario
esperanzado desde el amor y la confianza en Jesús; un estilo de vida que responde al
deseo de la sociedad traducido como “hambre de algo más”. Es una experiencia que
envuelve los propósitos de los laicos (en especial la juventud), pues también están
dispuestos a dar su vida por la abundante redención42; la abundante redención es una
disposición a estar preparados, con alegría y eficacia, ante las exigencias inesperadas.
Sobre la base de las Constituciones y buscando una sólida concepción antropológica
del mundo y de la fe, el quehacer misionero se orientará43 a las situaciones de
marginación social y eclesial que exigen diálogo religioso y cultural. La comunidad es
«ley esencial de los congregados» y primera forma de evangelización donde se
refuerzan los vínculos del acto definitivo de la consagración a Dios. El ser y quehacer
redentorista acompañados de formación consistente y de animación apostólica con la
Iglesia, son el conjunto carismático de la abundante Redención.
41 Ibid., n. 16, p. 522.42 Cf. AICG XXIII-2003, n. 5, p. 497. Se hace imperativa la formación laical para la colaboración como un servicio a la cultura, política, economía y a la familia. Juan Pablo II alude a San Alfonso para invitar a la Institución a conservar su estilo de vida evangélico que, con su lenguaje popular, lleve a todos a la santidad, como la medida más alta de la vida ordinaria (cf. NMI 31). «San Alfonso María de Liguori se ha esforzado por hacer crecer en el pueblo cristiano esta conciencia». La búsqueda de la santidad está a la base de cada programación pastoral (donde) la Comunidad se presente como oasis de misericordia y de acogida, como escuela de oración que no se distrae del empeño en la historia (cf. NMI 33). (Tomado de las palabras de Juan Pablo II al padre superior y al Capítulo General XXIII). 43 Cf. AICG XXIII-2003, nn. 1 – 14, pp. 523 – 532.
15
1.2.3. Con la mística de Jesús
La pregunta guía del Capítulo General XXII-1997 es: ¿«mantenemos una verdadera
relación con Jesús (y de hecho), esta relación es la principal fuerza motivadora de
nuestro estilo de vida»?44. Por medio de la espiritualidad se perciben las dimensiones de
la vida como gracia de conversión al Redentor revelado en el siervo sufriente (el pobre),
del cual se inspira el origen y fruto de la misión: la santidad45. Esta opción cristocéntrica,
sea personal o comunitaria, es esencial para transformar la oración común, la pobreza
evangélica, los vínculos internos, la formación, la apertura a las necesidades reales y la
corresponsabilidad con los laicos en la fe y espiritualidad compartidas. La mística
redentorista es la comprensión contemplativa de la historia en el don del Espíritu, desde
los pobres, para proyectar
la dimensión de justicia social, paz, solidaridad e integridad de la creación al tratar la espiritualidad. Esto nos ayudará a ‘leer los signos de los tiempos’. De esta manera, profundizaremos nuestro compromiso con la justicia, la defensa de la vida y la dignidad humana. Queremos evitar en nuestra espiritualidad todo tipo de clericalismo, sexismo, elitismo, opresión social, como también todo tipo de injusticia… Que, atentos al hambre espiritual de tantas personas en nuestra sociedad, busquemos formas nuevas y creativas para compartir nuestra herencia espiritual con los demás46
La espiritualidad se hace apostólica en el esfuerzo de estar presente con la obra
misionera en las necesidades más urgentes de la sociedad, a partir del examen crítico del
propio estilo de vida47. Así la vida comunitaria se ubica como la principal forma de
proclamación del evangelio; conlleva experimentación de modelos que promueven el
diálogo creativo y el testimonio genuino de vida. Más que normas y estatutos, es actitud
de disponibilidad y cooperación generosa en busca de estructuras de apoyo y
profundización.48
El llamado a ser discípulos de Jesús, con espíritu misionero y comunitario, confía
exclusivamente en Dios y así mira al futuro con esperanza49. Esta centralidad organiza la
44 AICG XXII – 1997, n. 1, p. 317.45 Cf. AICG XXII – 1997, nn. 6 – 14, pp. 318 - 320. «Toda acción misionera que no brota de un profundo compromiso con Jesús está destinada al fracaso».46 Idib., nn. 1.2 - 1.3, p. 334.47 Cf. Ibid., n. 2.48 Cf. AICG XXII – 1997, n. 3, p. 335. Estructuras que procuren un mejor ambiente de oración y meditación; la liturgia como reflejo de la solidaridad, la oración y la vida misionera; la revisión de los consejos evangélicos a la luz de la vida comunitaria y misionera; y el trabajo entre todos. 49 Cf. Ibid., n. 4, p. 336.
16
formación, como un intercambio de experiencias, en busca de mejores oportunidades de
acercamiento a los más abandonados; la animación espiritual actualiza constantemente
el carisma50. Para cumplir efectivamente la misión, se ha de promover la oración y la
formación permanente de los laicos para aclarar e intensificar los niveles de
colaboración y contagiar el futuro de esperanza 51.
1.2.4. Comunidad en conversión
La voz de Dios, en los signos de los tiempos, desafía el discernimiento comunitario
con espíritu de fe y diálogo. El Capítulo General XXI (1991) busca promover lo
esencial de la Vida Apostólica, reconociendo positivamente la diversidad y la pluralidad
de las situaciones humanas y eclesiales dentro de los distintos contextos.
El carisma redentorista52 revisa constantemente, con espíritu fraterno, su sentido
teológico y Pastoral frente a los retos53 que se le presentan en el mundo contemporáneo
y que cualifican su forma de evangelizar (Const. 13, 15). Esta conversión permanente es
una invitación a olvidar temores y falsas seguridades con el fin de que las iniciativas
sean más audaces para abrir horizontes y comenzar una nueva etapa de renovación.54
Por una parte «la espiritualidad redentorista propia de la Congregación, la vida
comunitaria y la tarea evangelizadora [y por otra] la necesidad de encarnar esta triple
dimensión en nuestra vida en formas históricas [expresan] la opción de la Congregación
por los más abandonados, en especial los pobres»55. La colaboración con los laicos, la
formación y el fortalecimiento de la Pastoral Juvenil son también señal de este
propósito. A continuación desarrollaremos cada elemento.
50 Cf. AICG XXII – 1997, n. 9, p. 339. Una actualización por medio del estudio de las Constituciones y Estatutos; con los retiros espirituales; durante la formación continua (sagrada escritura, teología y teología moral); promoviendo la profundización en las obras de San Alfonso, San Clemente y de la herencia redentorista; por medio de la lectura de documentos eclesiales (Vita Consacrata y otros) y en actitud de búsqueda de la verdad en el diálogo cultural, especialmente interreligioso. 51 Cf. Ibid., n. 7., p. 338.52 Cf. AICG XXI – 1991, n. 2.3, p. 297. El carisma «todavía puede ser un don para el pueblo de Dios».53 Cf. AICG XXI – 1991, nn. 2.4, 2.5, p. 298. Retos percibidos en 1991: Experiencia religiosa con tradiciones muertas y con aceptación pasiva; a nivel interno la resistencia al cambio y a los nuevos desafíos, el número de congregados; también el testimonio suficiente de vida espiritual centrado «en Cristo Redentor y de vida comunitaria auténtica y fraterna». 54 Cf. CGDF XXI-1991, n. 4, p. 4.55 AICG XXI-1991, p. 299.
17
- La evangelización inculturada se entiende como la realización de «uno de los
componentes del gran misterio de la Encarnación»56 histórica con la perspectiva del más
abandonado; es la convergencia unificadora del carisma de la pluralidad y la diversidad
de métodos que favorecen el surgimiento de formas peculiares de entender y vivir el
Evangelio57. Para los redentoristas, en medio de desafíos y como profetas de una
salvación integral, aparece la obligación de favorecer una cultura de la vida, la libertad,
la justicia y la solidaridad.58
- En la comunidad apostólica se percibe el rostro de Dios; ella es evangelizada y
evangelizadora,59 vive los valores humanos desde el ejemplo de los sencillos,
transmitiendo que es Dios quien congrega y es el Espíritu de Cristo quien reconcilia y
lleva a una comunión más profunda. Suscita la búsqueda de modelos de comunidad, con
fidelidad creativa al carisma y con espíritu de apertura a los signos de los tiempos. 60 «La
“cercanía” con el pueblo y la fuerza del testimonio de la comunidad en cuanto signo de
la presencia del Reino»61 son distintivos de su carácter evangelizador.
- Atentos a los estudios sobre la espiritualidad redentorista, se ha de renunciar a
expresiones inauténticas que agrandan vacíos. Es necesario profundizar la integración
entre la experiencia personal y comunitaria para llegar a la coherencia de vida
testimonial.62 La espiritualidad se define así: el redentorista es cristocéntrico; redescubre
56 Ibid., n. 4.1, p. 307. El C.G. XXI asume las palabras de la exhortación apostólica de Juan Pablo II Catechesi tradendae en el n. 53. 57 Cf. AICG XXI-1991, n. 4.5, p. 308. La inculturación exige «colocar al ser humano como existe en la cultura», frente a la persona viva de Jesús (el Viviente) que provoca cambios en pro de un ideal auténtico de vida humana. (EN 19-20). 58 Cf. AICG XXI-1991, n. 4.6, pp. 308-309. En medio de diversos desafíos y como profetas de una salvación integral, nace la obligación de favorecer una cultura: de la vida frente a las amenazas de muerte, de la libertad frente a los abusos de poder y las invitaciones a la dejación, de la justicia frente al egoísmo de las naciones, de los grupos y de los individuos, de la solidaridad frente a la ausencia de la responsabilidad colectiva y a las actitudes corporativistas que se oponen al bien común. En este contexto se reafirma el desempeño de la Teología Moral como materia que ha aportado y tiene mucho para aportar al «discernimiento cristiano de la cultura». 59 Cf. AICG XXI-1991, n. 5.3, p. 318. Desde afuera por los pobres. Desde dentro entre Cohermanos. Es compartir la fe, los gozos y las inquietudes de la acción evangelizadora (planificación y evaluaciones pastorales – Const. 21); como también es compartir de las experiencias. 60 Cf. AICG XXI-1991, n. 5.7, p. 320. «Manifiestos mediante la lectura de las nuevas situaciones socio-culturares a la luz del Evangelio y a través del discernimiento comunitario». 61 Ibid., n. 5.8. A ejemplo de San Alfonso en la comunidad “abierta” de Ciorani.62 Cf. AICG XXI-1991, n. 6.3, pp. 331-332. Es necesario: seguir sometiendo a “autocrítica” los resabios jansenistas, el individualismo, los formalismos y las devociones de poca densidad teológica. Se constata un dualismo inaceptable en las tendencias apostólicas-activistas o espirituales-pasivas. Por eso, es
18
la herencia de Alfonso en sus «éxodos hacia los pobres», «sigue» al Redentor y
«prosigue» su praxis liberadora;63 en este itinerario María, como primera discípula que
acogió la Palabra de Dios, guía el camino de identificación con Él64. En esta
espiritualidad, la Biblia es el libro principal y la primera fuente en la que se bebe,
«singularmente de los Evangelios».65 La perfección cristiana y la espiritualidad66, como
caridad comprometida, es apostólica y así es expresión de la salvación encarnada en las
situaciones históricas es decir, comprometida en la causa del hombre. Es el principio
unificador de la existencia que nace de la unión teologal con Dios y que conduce al
servicio eficaz de la creación y del hermano67. La espiritualidad con creatividad, ha de
ser el centro de las comunidades apostólicas.68
- La colaboración con el laicado responde a la necesidad de apertura y a verdaderas
iniciativas fundadas en una sólida complementariedad y corresponsabilidad bautismal69;
en conjunto con las orientaciones de la Iglesia local70. Se les animará para que ejerzan la
ministerialidad reflejada en la diversidad de trabajos redentoristas. Prima en esta
necesario profundizar, en la integración de la experiencia personal y comunitaria, la coherencia entre fe y vida. 63 Cf. AICG XXI-1991, n. 6.4, p. 332. El Redentor celebrado en la Encarnación, Pasión, Resurrección y Eucaristía.64 Cf. CGDF XXI-1991, n. 37, p. 22. En María «encontramos la “figura más perfecta de libertad y de liberación” (Juan Pablo II, Redemptoris Mater, n. 37)». 65 AICG XXI-1991, n. 6.4, p. 332.66 Cf. AICG XXI-1991, n. 6.5, p. 332. El C.G. XXI escribe: «Según San Alfonso, la perfección cristiana y la espiritualidad consisten en la práctica de la caridad». Cf. CGDF XXI-1991, n. 39, p. 22. La curia general escribirá en el Documento Final: «Según San Alfonso, la perfección cristiana y la espiritualidad consisten en la práctica de amor a Jesucristo». Ambos documentos escriben igual las siguientes líneas: «En el Redentorista esta caridad, para ser salvífica tiene que encarnarse en las situaciones históricas y comprometerse e la causa del hombre. Es, por tanto, una caridad comprometida».67 Cf. CGDF XXI-1991, n. 40, p. 23. El Documento final de la Curia General agrega: «Incluir un aprecio y un cuidado efectivos por la ecología». 68 Cf. AICG XXI-1991, n. 6.6, p. 333. Para responder a los retos de la cultura presente, los redentoristas serán: hombres de oración con el pueblo; que dan la savia bíblica y la profundidad teológica a la espiritualidad; que se dejan enseñar por las nuevas generaciones, con sensibilidad a los movimientos espirituales actuales; que viven la experiencia religiosa ecuménicamente; abiertos a lo válido de las tradiciones espirituales no cristianas; que con su tradición y estilo de vida, buscan formas sencillas y modos familiares de orar y de enseñar a otros a orar. Como decisión capitular se decide crear un instituto de espiritualidad redentorista, organización de cursos y talleres, divulgación del tema, desde la formación inicial, en los retiros. 69 Cf. CGDF XXI – 1991, n. 58.a, p. 31.70 Cf. CGDF XXI – 1991, n. 58.d., p. 31. Orientaciones y tensiones de la Iglesia local, dice la Curia general.
19
relación el diálogo como un sincero esfuerzo de escuchar las aspiraciones y
necesidades71 en coherencia con las prioridades pastorales.72
- La formación73 como urgencia de todos, es sensible a los valores de la juventud y
en actuación con los laicos (jóvenes, matrimonios, adultos) los redentoristas dan
testimonio personal y comunitario de sus convicciones. La formación enriquece sus
valores en apertura a la realidad y con consistentes contenidos teológicos, pastorales,
espirituales y comunitarios (teología moral, historia de la Congregación y espiritualidad
redentorista).
- El fortalecimiento de la Pastoral Juvenil adquiere mayor conciencia eclesial y se
robustece con su compromiso social cristiano. Muchos jóvenes se integran a la
espiritualidad redentorista, al trabajo apostólico y a la vida comunitaria por medio del
testimonio de cohermanos y comunidades. Esta Pastoral, como prioridad, se debe
organizar con solidez hacia los más abandonados, lo que pide apertura y formación de
comunidades de acogida con una visión de conjunto, integrando a la familia y a los
adultos74.
La caridad pastoral está viva, crece en la Congregación y aún dentro de la fragilidad
se afirma, con la fuerza del Espíritu, que se sigue realizando
…los deseos que san Alfonso expresó en su vida, en su acción pastoral y en sus escritos: la fidelidad a Cristo y a su evangelio, la fidelidad a la Iglesia y a su misión en el mundo, la fidelidad al hombre y a nuestro tiempo, la fidelidad al carisma del instituto (Juan Pablo II, Carta apostólica Spiritus Domini, 1° de agosto de 1987).75
71 Cf. Ibid., n. 58.e.72 Cf. CGDF XXI – 1991, n. 59, p. 32. Se recomienda: proponer pautas de colaboración adaptables a la situación particular; compartir experiencias de colaboración laical; formación apropiada con congregados preparados para esta tarea; que las formas adoptadas de colaboración tengan en cuenta la cultura del lugar y las normas de la vida comunitaria (Const. 44 y 45). El Capítulo resuelve instituir “la figura del misionero laico del Santísimo Redentor como un colaborador activo que toma parte en la vida apostólica de la Congregación Redentorista” (crear normas al respecto); inspirar mayor apertura hacia los laicos para que tengan una mayor participación en nuestras experiencias de vida, de trabajo y de espiritualidad. 73 Cf. AICG XXI – 1991, p. 348.74 Cf. Ibid., p. 356.75 CGDF XXI-1991, p. 37.
20
1.2.5. Principio unificador
El Capítulo General de 1985 dice que los pobres como seres humanos concretos,
privados de lo fundamental, interpelan la vocación Redentorista como conversión
personal y comunitaria por el Reino: evangelizare pauperibus et a pauperibus
evangelizari76 (evangelizar a los pobres y evangelizados por los pobres).
Los redentoristas se dirigen a los más abandonados por la Iglesia misma (Const. 3) y
a los oprimidos con quienes Cristo se identifica en Mt 25, 40 (Const. 4). La razón de ser
en la Iglesia de los redentoristas y la contraseña de su fidelidad a la vocación recibida se
basa en la opción por las necesidades pastorales o de evangelización por los pobres
como liberación y salvación integral de la persona (Const. 5)77.
Las comunidades de base ayudan a la promoción del laico y con estilo de vida
cercano a los pobres encarnan y predican el Evangelio. Desde éste común empeño, los
integrantes de la comunidad apostólica están llamados a aceptarse unos a otros con sus
temperamentos y cualidades, confrontándose con la Palabra de Dios y la situación del
contexto. Esta opción se refleja en la actitud abierta de la formación, en la reevaluación
de los elementos-métodos de la Pastoral Juvenil y Pastoral vocacional, y en la unión con
otras personas que defienden la misma causa. La unión de la actividad apostólica y la
vida comunitaria en las constituciones viene llamada «Vida Apostólica».
1.3. Recorrido por las estructuras que han dinamizado la Pastoral Juvenil
En la siguiente tabla (ilustración N° 2) se indica detalladamente los sitios donde se
nombra la Pastoral Juvenil (columna 2.) por medio del concepto (columna a.) y la
estructura (columna b.) que cada Capítulo General desarrolla a través del tiempo
(columna 1.) acerca de la misma. Al lado de la columna central de la Pastoral Juvenil,
está la visión de la Pastoral Vocacional (columna 3.), pues siempre han estado cercanas
una de la otra. Se ha querido extraer conceptos casi literales de madera que se pueda ver
76 Cf. CGDF XX-1985, nn. 4-5. [s.p.] En el CG XIX – 1979 el acento fue sobre la evangelización (evangelizare) profética y liberadora. En este CG XX- 1985 el acento está en los pobres (pauperibus). 77 Cf. Idem, n. 6.
21
la evolución del tema, sin conclusiones o análisis al respecto; es a modo de presentación
general.
Ilustración N° 2
Estructuras de la Pastoral Juvenil
1.CAPÍTULOS GENERALES
2. PASTORAL JUVENIL
3. Pastoral
Vocacionala. Concepto b. Estructura
22
XXIV-2009 “Trabajo congregacional en Red”78: Como apoyo y convergencia de fuerzas en una misma unidad desde la labor apostólica; asegurada por la dinamicidad y flexibilidad, con metas progresivas y evaluables dentro de un mundo actual de rápidos cambios.
Su nombre aparece ubicado entre nueve áreas:79 Seis pastorales (migrantes, santuarios, misiones populares, Pastoral Juvenil, parroquias y justicia social), una de comunicaciones, otra de apoyo a África y otra sobre la teología moral.
Aparece en el campo de “otras decisiones” donde se quiere integrar más plenamente80 al secretariado de formación.
XXIII-2003 Los jóvenes como laicos, tienen el deseo de dar la vida por la abundante redención en la cultura, la política, la economía y la familia. También son la expresión del choque de las contradicciones de la cultura.81 Los laicos con su formación y compromiso redimensionan la acción a favor de los más abandonados.82
Se enfatiza como estructura83 para el diálogo y la apertura84;con Pedagogía de la santidad.85
Se enfatiza como estructura para el diálogo y la apertura.Pedagogía de la santidad.
1.CAPÍTULOS GENERALES
2. PASTORAL JUVENIL
3. Pastoral
Vocacionala. Concepto b. Estructura
XXII-1997 Se busca intensificar la formación con una Ratio Formattionis propia86 a los
Serio esfuerzo por atender a los jóvenes con
Es un llamado a ser discípulos de
78 CG XXIV – 2009, pp. 840-841.79 Cf. CG XXIV-2009, p. 840. Las áreas se pueden agrupar en 4 grupos: pastoral, comunicaciones, África y Teología Moral. Las áreas son: atención pastoral a los que sufren a causa del movimiento de masas de los pueblos, comunicaciones redentoristas (incluidas las nuevas formas de medios de comunicación), pastoral de santuarios, una red para África y Madagascar, reflexión teológica redentorista, misiones populares, pastoral juvenil, parroquias misioneras y pastoral de justicia social. 80 Cf. CG XXIV-2009, p. 848.81 Cf. CG XXIII-2003, pp. 497, 520.82 Cf. CG XXIII-2003, p. 525. Al compartir y participar del carisma a los laicos en favor de los más abandonados, la Congregación se comprende mejor a sí misma como Pueblo de Dios y misterio de comunión. 83 Cf. Ibid., p., 524. 84 Cf. Const. 19. Haciendo eco del diálogo con el mundo desarrollado en el Capítulo I de las Constituciones y Estatutos: «solo a la luz del misterio del Verbo encarnado se esclarece realmente el misterio del hombre y el sentido auténtico de su vocación integral. De este modo (el redentorista hace) presente en toda su plenitud la obra de la redención, testificando que todo el que sigue a Cristo, hombre perfecto, se hace más humano». (GS 11.22.41; AG 11; cf. CD 13). 85 Cf. CG XXIII-2003, p. 497. El ejemplo está en San Alfonso y su preocupación por formar a la gente en su conciencia de santidad. El papa Juan Pablo II dice al CG XXIII: “El recorrido de la santidad es personal y exige una verdadera y propia pedagogía de la santidad, capaz de adaptarse a los ritmos de cada individuo (cf. NMI 31). La sociedad compleja, en la cual vivimos, hace aumentar más la importancia de este servicio apostólico, comenzando desde los jóvenes, a menudo confrontados con propuestas de vida contradictorias…” 86 Cf. AICG XXII – 1997, p. 365. Postulado aprobado N° 7.3: “Formación de los laicos: para garantizar una formación que responda a las diversas formas de participación de los laicos en la misión redentorista, el Capítulo General pide al Gobierno General que: 1) estimule y ayude a las (v)provincias a desarrollar programas de formación para los colaboradores laicos; 2) formule, si lo juzga oportuno, la Ratio
23
niveles de colaboración laical87 como cumplimiento efectivo de la misión redentorista88.
Como “los jóvenes están abandonados y necesitan ayuda en su desarrollo en la fe”89, es una necesidad urgente reafirmar la importancia de esta Pastoral.
“El futuro está en sus manos y están llamados a asumir responsabilidades. La Pastoral Juvenil es el lugar adecuado para que los jóvenes descubran el sentido de sus vidas y su vocación”90.
la cercanía a ellos, la creación de grupos Juveniles (sin elitismos), acogiendo su alegría y dinamismo 91.
Animar experiencias de comunidades abiertas, donde vivan redentoristas con jóvenes adultos con la capacidad de acoger a otros jóvenes92.
Jesús en la Congregación.
Confiados en Dios para mirar el futuro con esperanza.
Colaboración conjunta entre las diferentes unidades y dotación de subsidios por parte del gobierno general93.
1.
CAPÍTULOS GENERALES
2.
PASTORAL JUVENIL
3.
Pastoral
Vocacionala. Concepto b. Estructura
XXI-1991 La comunidad verdaderamente encarnada es liberación y profecía de la Buena Nueva para las aspiraciones de comunión de los jóvenes.94
La vocación bautismal del laico tiene su propia ministerialidad en línea con las prioridades pastorales del instituto95.
La cercanía99 con el pueblo más abandonado ha hecho crecer el compromiso con los jóvenes y con la Pastoral vocacional misionera de los laicos.100
Se apoya decididamente esta orientación considerándola una de las prioridades de cada unidad.
Con su propia identidad sin
La cercanía con el pueblo más abandonado y la conciencia de la vocación del hermano religioso han “ayudado mucho a tomar conciencia de la dimensión religiosa de la vocación redentorista”102.
Se propende por una mejor organización y
Formationis de los Misioneros Laicos del Santísimo Redentor”. 87 Cf. AICG XXII – 1997, p. 364. En el postulado aprobado N° 7.2 se habla de la relación entre “Redentoristas y laicos” como una exigencia de una adecuada formación para la colaboración con laicos a “nivel de la formación inicial como de la formación permanente, de tal modo que esta dimensión se encuentre adecuadamente desarrollada en todos los programas de formación”.88 Cf. Ibid., p. 338.89 Ibid. 90 Ibid.91 Cf. AICG XXII – 1997, n. 7.1, p. 338. «Dejándonos contagiar de su dinamismo y alegría». 92 Cf. AICG XXII – 1997, p. 357. En el Postulado Aprobado N° 3.3 se dice que es un concepto por estudiar y promover. 93 Cf. AICG XXII – 1997, p. 336. Cada unidad asuma la promoción vocacional para Hermanos.94 Cf. AICG XXI, n. 5.10, p. 321.
24
Empeño por una formación adecuada en la colaboración de los laicos96.
Mayor apertura de la experiencia Redentorista a los laicos97.
Los jóvenes en la Pastoral son motivo de esperanza.
El testimonio de la espiritualidad redentorista atrae a jóvenes que, participando del mismo, adquieren mayor conciencia eclesial y compromiso social cristiano.98
confundirla con la Pastoral Vocacional pero apoyándose mutuamente.
Responsables sensibles a la juventud en situación de marginación social y eclesial.
De acuerdo a su cultura, cada comunidad debe abrirse a los jóvenes.
Casas de acogida para integrarlos en la vida y Pastoral redentorista.
Una Pastoral en continuidad con la Pastoral de la pareja, del matrimonio, de la familia y de los adultos. Regionalizar este servicio.101
por mayor sensibilidad a los valores de la juventud.
Cada congregado es implicado en la tarea (Const. 79); pero se amplía con la colaboración entre unidades, con laicos (jóvenes, matrimonios, adultos), con las Iglesias locales y otros religiosos.
Para mayor eficacia y consistencia: vinculación a la Pastoral Juvenil y al Secretariado de Formación103.
1.CAPÍTULOS GENERALES
2. PASTORAL JUVENIL
3. Pastoral
Vocacionala. Concepto b. Estructura
XX – 1985 Desde la opción por los pobres, la promoción y participación del laico en el apostolado desde las comunidades eclesiales de base u otros grupos. También la centralidad misionera de la Pastoral Juvenil104.
Para una misión eficiente y contínua se reevalúan los elementos y métodos.
Mayor importancia: a nivel de la parroquia como grupos apostólicos de jóvenes. Lo mismo que en las misiones.
Para una misión eficiente y continua se reevalúan los elementos y métodos.
Para un verdadero ministerio Pastoral, una formación sólida.
Planeaciones comunitarias
95 Cf. Ibid., p. 341.96 Cf. Ibid., n. c., p. 342.97 Cf. Ibid. 98 Cf. Ibid., p. 356.99 Cf. Ibid., n. 6.6, p. 333. Como uno de los retos de los Redentoristas en la cultura actual será el dejarse enseñar “por las nuevas generaciones…” y las nuevas sensibilidades de los movimientos espirituales recientes. 100 Cf. Ibid., n. 2.4, pp. 297-298.101 Cf. Ibid., pp. 356 – 357. 102 Ibid., n. 2.4, p. 298.103 Cf. Ibid., n. 1, p. 348.104 Cf. CGDF XX – 1985, n. 09., pp. 7-8.
25
vocacionales, con la actividad de los responsables de las vocaciones.
Comunidades de acogida para jóvenes en discernimiento vocacional.
Que los responsables sean expertos en Pastoral Juvenil.
2. La Pastoral Juvenil a la luz del Capitulo General XXIV
El acercamiento al actual dinamismo antropológico en el subtítulo 1.1. y la
exposición global del carisma redentorista a través de sus cinco últimos CGs. en el
subtítulo 1.2., se lee ahora a partir de lo dicho por el CG vigente XXIV-2009 y desde la
interpretación a la luz de la Pastoral Juvenil.
2.1. Capítulo General XXIV – 2009: Reestructuración - Esperanza
La novedad del mandato de Jesús: “Vayan y prediquen el Evangelio” (cf. Mt 28, 19-
20) sigue vigente como tarea de la auténtica vocación cristiana con la esperanza de ser
un camino que da vista a los ciegos, anima los corazones y da libertad a los cautivos
(cf., Mt 11, 4 - 5; Lc 4, 18-19). Es una experiencia de transformación que no puede
dejar de anunciarse, por eso el CG XXIV-2009105 ha elegido como tema: «predicar el
105 Cf. AICG XXIV, pp. 730-733, 793-797, 812-815. Antes de definirse el Documento Final (52b.) del CG XXIV-2009 se redactaron dos borradores con títulos y contenidos que podrían mostrar la dinamicidad y fuerza con la que se quería irradiar el tema a toda la Congregación. En el primer borrador (40b. doc. 056) se alude a que todo sea Nuevo: esperanza, corazón, misión y estructuras; inspirados en Ap. 21,5 “Miren que hago nuevas todas las cosas”. En el segundo borrador (49b. doc. 065) avanza la idea y se habla mejor de renovación de: esperanza, corazón, estructuras, todo para la misión con el mismo pasaje bíblico. Ya en el Documento Final se habla de: Renovada esperanza, renovados corazones y renovadas estructuras; todo para la misión; y eligieron, como idea inspiradora para el tema una frase de San Clemente “Predicar el Evangelio de manera siempre nueva”. Esta frase del santo fue elegida, en el segundo borrador, entre las siguientes temáticas: la primera bíblica de Apocalipsis; la segunda de san Clemente; la tercera la “solidaridad: camino de conversión” y la cuarta propuesta del tema titulaba “Llamados a ser el cambio que deseamos para el mundo”.
26
Evangelio de manera siempre nueva», trayendo el pensamiento de un santo redentorista,
San Clemente María Hofbahuer, a la vez que ha propuesto principios que activan la
conversión personal y la reestructuración congregacional.
El CG XXIV entiende la restructuración como un proceso que refuerza el celo
misionero; con el llamado vocacional y con nuevas estructuras se amplían las miradas
por medio de métodos nuevos que hacen presente en la comunidad al Redentor y su
Espíritu de amor106. Esta definición se complementa con siete principios rectores107
(ilustración N° 3), los cuales sólo nominaremos para hacer una comparación o paralelo
con respecto a los CGs que abordamos en el presente trabajo:
Ilustración N° 3
Principios de la reestructuración y Capítulos Generales
Principios de la reestructuración ESPERANZA – RENOVACIÓN
CG XXIV 2009 Reestructuración (Visión)
PARA… Principio 1: la misión
CG XXIII 2003 Redención (Carisma)
POR Principio 3: los más pobres
CG XX 1985 Prioridad de prioridades: los pobres. (Principio unificador)
CON… Principio 2: disponibilidadPrincipio 4: solidaridadPrincipio 5: asociaciónPrincipio 7: participación y corresponsabilidad
REFORZANDO LA…
CG XXI 1991 Evangelización inculturada Vida Apostólica. (Comunidad en conversión)
106 Cf. CGDF XXIV-2009, p. 5-17.107 Cf. AICG XXIV-2009, p. 834 – 837.
27
Principio 6: teología moral
DESDE…108
Principio 6: la experiencia espiritual y pastoral
CG XXII 1997 Espiritualidad (Mística)
Aún cuando no determinan un proceso, los principios guían y orientan el actual
proceso de la Congregación explicando su acción Pastoral (y entre ellas la Juvenil), por
medio de la «caridad apostólica» (Const. 52), como su punto de concentración109; un
centro de sentido que la espiritualidad de Jesús plantea así: «El Espíritu del Señor está
sobre mí, porque me ha ungido para anunciar el evangelio a los pobres» (Lc 4, 18).
Haciendo una lectura integradora de estos principios (en la ilustración N° 3, columna
de la izquierda), es claro que cuando se habla de reestructuración se remite a la
esperanza de renovación continua para “cielos nuevos y tierra nueva” (Ap. 21, 1-2), que
en Dios se vive más como carácter que como tiempo, como fuerza antes que como
cronología. «La realidad es una isla con muchas posibilidades: “la esperanza es la clave
que ayuda a ver todas esas oportunidades”»110.
La esperanza a la base de la reestructuración es para la misión del seguimiento a
Jesucristo, optando por los pobres más abandonados; con valores muy concretos a
promover como lo son la disponibilidad, la solidaridad, la asociación, la participación y
corresponsabilidad de todos; reforzando el patrimonio redentorista de la teología moral;
y siempre desde la propia experiencia espiritual vivenciada en el modo particular de
hacer la pastoral.
108 Esta frase sobre espiritualidad está en el principio número 6. No aparece un principio explícito sobre este tema tratado en el CG XXII – 1997. 109 Cf. Cristiana FRENI, Spiritualità Salesiana, en <cristiana.freni@libero.it> (14.11.2013), p. 1-3. En cada latitud vocacional se puede verificar el riesgo de la de-concentración, de la distracción, del eficientrismo ad extra y del inmovilismo ad intra. En un momento en el que la acción está en riesgo de desconectarse del ser, el cristianismo está llamado a responder a la realización de la persona holísticamente. Es la estrategia del centro o de la con-centración, que se dinamiza en el amor ejercitado según las tres grandes dimensiones de la persona: amor a Dios, al otro y a sí mismo. Intervento del 11 de noviembre 13 de la profesora de la facultad de filosofia de la Universidad Salesiana de Roma: FRENI CRISTIANA en donde habla de Espiritualidad Salesiana, en presentación del libro de GIRAUDO Aldo sdb, San Giovanni Bosco, insegnamenti di vita spirituale; nel terzo anno della celebrazione degli 200 anni di la nascita di Don Bosco. 110 Jürgen MOLTMANN, Teólogo de la esperanza propone teología de la resurrección (Entrevista), en < https://jesed.wordpress.com/2008/10/29/jurgen-moltmann-teologo-de-la-esperanza-propone-teologia-de-la-resurreccion-entrevista/> (10.10.2003) 1.
28
2.2. La esperanza en la Pastoral Juvenil a la luz de los Capítulos Generales
El cristianismo lleva dentro de sí mismo la fuerza de un amor invencible y así se
propone como opción positiva de la historia tras el vencimiento de toda clase de muerte
con la luz que no se apaga sino que se transforma. Así lo experimenta el ladrón en la
cruz con su declaración de justicia; de la misma manera lo percibe Pedro al ser llamado
aún con la negación; también la samaritana en el pozo cuando llega a la verdadera agua
que le sacia toda búsqueda; Simeón al experimentar el cumplimiento de todas las
promesas; los pastores al percibir la presencia brillante de Dios en medio de su cotidiana
labor; los discípulos de Emaús son todo un paradigma de presencia permanente de Dios,
aún en los momentos más densos, experimentándolo como un fuego del corazón.
Todos los pasajes bíblicos aparecen con el sello de una realidad viva y no muerta,
que llega a su culmen con Jesús, el Hijo de Dios. Es una esperanza que sobrepasa
cualquier cálculo, que palpita en la realidad y que busca las obras y estructuras para
cumplirse y renovarse a la vez. La tensión de siempre entre carisma y poder.
La Pastoral Juvenil está abierta a la fuerza del Dios de Jesucristo que lo renueva todo
y abre la mirada a su proyecto de amor. Como lo ha hecho todo el cristianismo en la
historia, así mismo cada Capítulo General ha buscado profundizar y responder a la
gracia de Jesucristo revelada en los pobres (cf. Mt 25, 35 ss). De un Dios que hace
nuevas todas las cosas se puede esperar siempre lo mejor; en un Dios así vale la pena
esperar y obrar, tiene sentido profundizar y reaccionar. En el acto mismo de entrega
generosa, hay un encuentro entre la realización y el don, entre la gracia y el esfuerzo; al
amor que se revela sobreadundante (cf. Jn, 10, 10) el misionero responde con amor,
porque “amor con amor se paga”.
La esperanza del amor activo es el fundamento de la Pastoral Juvenil donde alimenta
su ser y quehacer, y encuentra una sólida Visión de futuro, en este horizonte profundiza
el Carisma de la abundante redención con la opción de los pobres como su Principio
Unificador. Es la esperanza juvenil que en Comunidades de Conversión buscan seguir
la Mística de Jesús. A continuación exponemos cada uno de los anteriores componentes
extraídos a la luz de los Capítulos Generales, no como un desarrollo jerárquico ni
procedimental o metodológico, sino como desarrollo de ideas que a la luz de estas
29
asambleas, tan representativas para la Congregación, pueden ayudar a profundizar el
obrar de la Pastoral, sea de parte de los agentes de pastoral coordinadores o sea a nivel
de los mismos jóvenes protagonistas. Lo siguiente es captar la temática básica de cada
Capítulo y leerlo en clave de Pastoral Juvenil.
- Proyectar la Visión111 de la Pastoral Juvenil es ver en el horizonte a Jesucristo que
hace nuevas todas las cosas (cf. Ap 21, 5), una novedad que se siente particularmente
con la vivacidad, entusiasmo y emprendimiento de los jóvenes. Una Pastoral que apunta
a la vida nueva desarrollada por San Pablo (cf. Rm 8); que multiplica la alegría de los
discípulos (cf. Hch 8, 8) y que nadie podrá quitar de su corazón (cf. Jn 16, 22); es una
pastoral de esperanza o de una activa espera de «que el amor del Señor no se ha
acabado, no se ha agotado su ternura. Mañana tras mañana se renueva. ¡Grande es su
fidelidad! (Lm 3, 21-23)» (EG 6-7). Éste es el principio iluminador de toda la
reestructuración. Una Pastoral juvenil que lleve la esperanza centrada en la misión
Redentora de Cristo.
- La frase del salmo 129,7 «Porque del Señor viene la misericordia, la redención
copiosa», se actualiza en Jesús cuando dice «Vengo para que tengan vida y la tengan en
abundancia» (Jn 10, 10). Es vida nueva que sobrepasa los escritos (Cf. Lc 1, 1-4) y llena
la libertad de sentido para convertirse en camino de vida. El Carisma112 misionero en la
Pastoral Juvenil participa de la abundante Redención y sirve con decisión al Jesús
medio muerto al borde del camino (cf. Lc 15, 33-37).
- El Principio Unificador113, aquello que concentra la vida nueva es la prioridad de
las prioridades: los pobres más abandonados. En función de esta opción se orienta la
visión y el carisma, ya que sólo ella tiene el juicio ante Dios (cf. Mt 25, 31-33). Desde
los crucificados de la historia, la fe cristiana encuentra su sentido y claridad; fuera de
ellos no hay salvación, pues lo que se hace con uno de los “más pequeños” a Él se le
hace (cf. Mt 25, 40). Este centro cristiano dinamiza, madura y estimula la personalidad
111 Cf., CG XXIV-2009. Visión de esperanza. Principios de la reestructuración para la esperanza y renovación. 112 Cf., CG XXIII-2003. Carisma: Santísimo Redentor. Principio 1 de la reestructuración: para la misión. 113 Cf., CG XX-1985. Los pobres más abandonados como la prioridad de prioridades son el principio unificador. Principio 3 de la reestructuración: los más pobres.
30
del joven, implicándola en un proceso de decisión plenificante. No es sólo crecer
conduciendo la naturaleza es optar por un valor que haga de este crecimiento digno de
la humanidad114.
- Los cristianos no se salvan solos. La soteriología cristiana no está basada en
iluminaciones individuales. El cristiano siente en su corazón el sello de una relación de
amor y es ella la que emerge en la evangelización como comunidad de amigos (cf. Jn
15, 15) para responsabilizarse de la vida. Jesús lo dirá de muchas maneras y una ellas en
Jn 17: «que ellos sean uno, como Tú y Yo somos uno… para que el mundo crea». Los
vínculos de la comunidad cristiana encarnada en una cultura, están en el amor de Dios
que recrea formas diversas de testimonio. La necesidad de agregación pero también de
transformación a la base de la juventud se traducen en una Comunidad de Conversión115
que acoge y proyecta, que se une en pro de la humanidad nueva ya proclamada en el
Evangelio. Antes que equilibrios inmovilizantes se busca integración de fuerzas y dones
en la comunidad evangélica.
- El “hacerse cargo de Jesús”, herido en el camino y con rostro sufriente, atraviesa
la vida de la comunidad creyente para desarrollar la existencia desde los más
abandonados, al lado de los que no cuentan y son rechazados. El pobre es lugar
teológico a raíz de la opción hecha por Dios en la historia, así también es la manera que
elige su Hijo de vivir la existencia, del mismo modo es la opción de sus discípulos hoy
en día. No es separados de la realidad para luego volver a ella, es dentro de ella, con sus
posibilidades y límites, donde se da espesor a la vocación propia del discípulo de Jesús.
La Mística116 de Jesucristo es la mística de los jóvenes redentoristas, que con el Espíritu
de su Maestro abren y potencian la vida a lo más humano, así en comunión con el Padre
114 Cf., Sergio FERNÁNDEZ AGUAYO, J. Maritain: Derecho, política y cultura contemporánea, en «Revista Reunión para una democracia solidaria», Córdoba (Argentina),18 (2013), 11-13. Colocando las opciones en igual validez encaminan todo por un nihilismo ético. El relativismo ético inicia en el derrumbe cultural del absoluto donde está sustentada la idea de Dios. En este sentido cultural Maritain propende por un “derecho natural personalista” depurado del exceso de racionalismo anti-histórico, que no permita solo voluntarismos irracionales y subjetivistas sino medir los actos humanos según el bien y el mal.115 Cf., CG XXI-1991. Comunidad en conversión: Vida Apostólica y Evangelización inculturada. Principios 2, 4, 5 y 7 de la reestructuración: con actitudes de disponibilidad, solidaridad, asociación, participación y corresponsabilidad. 116 Cf., CG XXII-1997. Mística: vivir con espiritualidad. Principio 6 de la reestructuración: desde la experiencia espiritual y pastoral.
31
mueven su interioridad, comunitaria y personal, hacia la construcción de la tierra
prometida. Es una Pastoral que como «fraternidad mística» sabe unir sanidad con
empeño social porque sabe que Dios no solo se encarnó, sino que se donó; ambos
movimientos están en el camino de esperanza a la santidad (cf., EG 87-92).
32
Segundo capítulo
FORMACIÓN VOCACIONAL REDENTORISTA
En el primer capítulo se hizo un acercamiento a la actualidad antropológica y a la
temática de los Capítulos Generales, para luego concluir con el carisma misionero para
la juventud. El segundo capítulo profundiza la vocación como la comunicación entre
Dios y el hombre para evangelizar, como una íntima invitación y respuesta de Dios al
anhelo de comunión. Este horizonte vocacional aviva la esperanza de la fe cristiana
liberadora y salvadora, por medio de un proyecto educativo. Al final, en el último
apartado, se hace un breve acercamiento al tercer momento del método teológico
pastoral, es decir a la perspectiva “proyectual”.
1. Planteamiento vocacional
La relación dada en el paraíso comunica la acción de Dios creadora por medio de su
Palabra. En esta interacción el hombre encuentra su identidad más auténtica para
convertirse en testimonio de humanidad que desde lo específico de la respuesta se hace
vocación de esperanza. Dios y el hombre se comunican; allí se generan testigos de una
misma fuerza de amor; y esto se hace una vocación específica para el mundo.
1.1. Dios se comunica para convocar
Guiados por el cardenal Martini exponemos algunos presupuestos importantes a la
hora de hablar de la vocación:
33
Primero, la vocación es de carácter personal y, por eso, en cierto sentido es
refractaria a cualquier análisis, pues la persona no cabe o no está encerrada en una
ciencia de causas y efectos con sus pretensiones -reducciones- de objetivación117.
El segundo se refiere a las analogías vocacionales que, con sus bondades y detalladas
descripciones, nunca pueden hacer comprender lo que en primera persona dentro de la
Iglesia se vive118. La vocación por ser vida en acto o por ser la respuesta que integra la
existencia está por encima de fríos cálculos o de comparaciones con otros caminos. Ella
se vive en la espontaneidad del cotidiano, hacia un proyecto de plenitud y comunión
humana.
El tercer principio es el cristológico como clave para comprender la vocación, porque
no es posible sentirse llamado por Dios sino a través de la experiencia de Jesús. «No
podemos hacer referencia al Verbo que está en Dios sino por medio del Verbo que
habita entre nosotros, Jesucristo»119. Él en su humanidad revela el amor del Padre, en Él
resuena la intimidad con la Trinidad; como Palabra definitiva de la vocación, es el
paradigma de la asimilación personal del Verbo120 convirtiéndose en vida plena e
invitación a extender la experiencia del Reino a todas las personas121.
La Palabra de Dios, además de resonar, es dinámica; ella es más que repetición
vibrante de palabras que podrían ocultar su mismo valor. La dinamicidad no permite
repetir modelos de memoria que no dicen nada a nadie. «La Palabra de Dios no tiene su
total comprensión en sí misma sino en la dinámica que suscita»122, en la conexión que
genera. Una historia no es salvadora por la imitación sino en la medida en que se siente
la experiencia en “carne propia” y es compartida con otros para propiciar relaciones
auténticas desde la libertad y la autonomía123.
117 Cf. Carlo M. MARTINI – Albert VANHOYE, Bibbia e vocazione, Brescia, Morcelliana, 1982, pp. 13-14. 118 Cf. Ibid., pp. 15-16. En el caso de las vocaciones bíblicas. 119 Ibid., pp. 23. 26.120 Cf. Leonardo BOFF, Espiritualidad. Un camino de trasformación, Santander, Sal Terrae, 32002, p. 20. «Hoy día, la singularidad de nuestro tiempo reside en el hecho de que la espiritualidad está siendo descubierta como una dimensión profunda del ser humano, como el momento necesario para la plena eclosión de nuestra individuación y como espacio de paz en medio de los conflictos y desolaciones sociales y existenciales». 121 Cf. Ibid., pp. 26-27.122 Ibid., p. 28.123 Cf., MORAL, ¿Jóvenes sin fe?, p. 165. Liberados para liberar, pues es lo que «corresponde al mor gratuito de Dios... Dios regala su salvación a todo ser humano, es decir, ha puesto dentro de cada uno todas las posibilidades para lograr la plenitud; dentro de cada persona está Él mismo para impulsar y
34
Las ilustraciones 4 y 5 muestran lo que el cardenal Martini explica de la resonancia
dinámica de “la Palabra de Dios como acción vocacional cristiana en el hombre”124:
Ilustración N° 4: el pueblo en la liberación comprendió que Dios cumple porque en
los orígenes cuando Él habla, crea y todo lo hace bien; habla creando y crea hablando
(cf. Gn 1, 1-24). El pueblo rescatado siente a Yahvé como creador, como una aliento
que en el caos comunica su aire para dar orden, para dar nombre a las cosas porque si
tienen nombre existen, están en la palabra del innombrable origen; su obrar es voz de su
querer. En la acción de Dios cuando se comunica se crea y así es autoridad para vivir
porque en Él decir y hacer están en íntima unidad (cf. Mt 7, 24ss), a la vez que se revela
también actúa y en la misma obra siembra su mensaje para ser encontrado el verbo
encarnado: Cristo (columna 2). La dimensión comunicativa, como un entramado de
relaciones en las cuales vivimos, siempre es en primera persona, donde el yo apela a un
tú y en este flujo de contenidos compartidos se transforma el mensaje informado
(columna 1).
En este juego de relaciones entre el creador y su creatura, la acción vocacional
(columna 3) en el hombre, como respuesta a la acción primera de Dios, se descubre y
cultiva en la comunicación constante consigo mismo, es decir con su historia, situación
y proyectos, donde se da un constante intercambio de respuestas a lo que un Dios
personal y misericordioso le propone en Jesucristo; es la apelación de un Tú que en la
conciencia se percibe como llamada inaplazable a la vida, el amor y la esperanza.
Ilustración N° 4
La Palabra de Dios como acción vocacional en el hombre
1. Comunicación 2. Acción de Dios 3. Acción vocacional
En primera persona
Yo Comunica Se comunica consigo mismo
culminar ese proceso... La salvación se nos regala envuelta en libertad. Solo así el don está tanto a la altura del que da como del que recibe». Cf., MORAL, Jóvenes, religión e Iglesia, pp. 178-179. Alegóricamente: ¿No será que el pecado de Eva estuvo en dejar que la serpiente tomará la decisión y así perdiera la libertad y por lo tanto de su imagen y semejanza con Dios?124 Cf. M. MARTINI –VANHOYE, Bibbia e vocazione, pp. 13 – 28. Cf., Maurizio SPREAFICO, La dimensione vocazionale nella vita del cristiano, en Francis-VICENT ANTHONY (Ed.), Pastorale Giovanile, sfide, prospettive ed esperienze, Roma, ELLEDICI, 2003, pp. 287-300.
35
Apelación a otra persona
Tú Crea LLAMADA
Informa Contenido Mensaje y mensajero: Cristo
Propone
Podemos describir la comunicación humana bajo la luz de la acción de Dios, que
siempre es creadora, como camino o acción Vocacional que integra el ser con el
quehacer con autenticidad, en la búsqueda del más débil porque en él se plenifica toda
vocación cristiana 125. Dios llama desde lo que “no es” para confundir a lo que “es”.
Ilustración N° 5: la base comunicativa entre Dios y el Hombre, del anterior cuadro,
descansa sobre la dimensión vocacional como realización y proyecto de la persona en
comunidad. Ahora se aterriza, centrando la atención en la palabra “llamada” 126 del
cuadro anterior, la cual da el sentido de la vocación como un movimiento interno en el
joven hacia la identidad y proyección. La vida llama a su propia realización para lo cual
se hace necesario construir un itinerario o Palabra Vocacional como un proceso que el
mismo sujeto usa de identificación (columna 1) con lo que es y quiere, para decir: “mi
presencia habla de lo que soy y deseo”127; una vía que estimula (columna 2) porque es
un gran motivo de alegría que hace crece la responsabilidad y así suscitar mayor
energía vital de identidad; de esta manera da contenido, razones o informa lo vivido
(columna 3) en la realidad experimentada para servir e implicar a otros desde la
transformación y la actitud de ofrenda.
Ilustración N° 5
Palabra vocacional en el ser humano
1. IDENTIFICA 2. ESTIMULA 3. INFORMA LO VIVIDOCon lo que soy y Que hace crecer en Desde una realidad
125 Cf., Martin BUBER, Il camino dell’uomo, Magnano, Qiqajon, 1990, 11. En el prefacio Enzo Bianchi dice: No es una acción egolátrica de salvación del ánima. No es un encuentro con el ser o el yo imperturbable. Es el encuentro consigo mismo en prospectiva del otro, del mundo, de Dios. 126 Llamar, del latín clamare, significa gritar; además del contenido, es una acción. Llamada es un verbo en participio de movimiento. También en los textos bíblicos son tantas las referencias con este sentido de identidad-envío, de estar con Él y anunciar lo vivido. 127 Cf., André Fossion, Volver a empezar. Veinte caminos para volver a la fe, Santander, Sal Terrae, 2005, 19–23. El deseo inicia en la gratuidad como promoción de cuánto hay de humano en nosotros, para ser «conducidos por el Evangelio a las más altas aspiraciones y esperanzas».
36
responsabilidad experimentadacon lo que deseo y suscitar energías para servir e implicar a otros
Mi presencia habla de lo que soy y
quiero
Motivo de alegría Transforma y ofrece
La vocación cristiana permite incentivar la búsqueda pero no como un “no saber”,
desde una especie de ceguera o mundo en tinieblas128. «Más que seres vivos cuyo
horizonte es la muerte, somos seres mortales en el horizonte de la vida [pues] el amor de
Dios a cada ser humano es más fuerte»129. El joven cristiano testimonia la búsqueda
humilde y valiente basándose en la Palabra de Dios que quiere comunicarse (CT 59). Es
la introducción en la conversación de Dios con el hombre, donde se descubre lo que ya
está en diálogo, como lo ha intuido san Agustín: «no me buscarías sino me hubieras
encontrado» (cf., EG 110-175).
La iniciativa provocadora de Dios hacia el hombre llama y convoca a respuestas
generosas y atrevidas. Su amor gratuito e incondicional (cuya plenitud es Jesús) es la
mayor provocación que contiene la realidad como semilla y tarea a actualizar en la
juventud. No es la afirmación de la divinidad, es la comunicación o confirmación de la
humanidad a toda la persona.130
128 Cf. MORAL, Jóvenes, religión e Iglesia, pp. 120 – 122. «La idea cristiana de “creación por amor” nos desengancha del régimen de la necesidad para introducirnos en el de la libertad. Huimos del anonimato que preside el régimen de la naturaleza para entrar en el “reino de las personas”: la creación tiene su origen en un sujeto y responde a un proyecto; no somos “seres arrojados” en un mundo sometido a un destino impersonal. Si para los griegos la naturaleza y la necesidad que la rige precede a la creatividad humana, los cristianos, al poner a Dios en el origen de todo, colocamos la creatividad antes y por encima de la naturaleza y la necesidad. Consiguientemente, la cultura y el arte – la teche o la invención y la creatividad- delimitan o definen lo que será la naturaleza, y no al revés… el cristiano se encuentra más a su aire, en el ámbito de una libertad que empuja a la creatividad… (para los griegos la libertad no era plenamente) “regalada” con la propia naturaleza: se conquistaba en contra de los dioses y por encima de la naturaleza de las cosas, lo cual acarreaba una inevitable culpabilidad que, de algún modo, comportaba asimismo una creatividad siempre amenazada, oprimida. Para los cristianos, en cambio, la prioridad creadora de Dios conlleva la prioridad de la libertad sobre la naturaleza: la libertad es un don inscrito en el ser humano en cuanto creado creador, lo que además le da derecho a colocar la creatividad en la base de la constitución y de la recreación de las cosas del mundo… (No solo somos creatura-creador, sino hijo-padre) fruto de una fraternidad más estrecha y profunda… (Sb 11, 24-26) en el origen de todo está un amor que da el ser al universo.» 129 Ibid., p. 178.130 Cf., MORAL, Jóvenes, religión e Iglesia, p. 274.
37
La provocación de Dios como inserción en un proceso de humanización-salvación
está dinamizada por el diálogo profundo dado en el seguimiento de Jesús Redentor
predicado a los pobres131 (Const. 1) esta revelación aparece en los más íntimos intereses
del hombre que busca su integración con el cosmos132. La vocación sería un llamado a
sintonizar con la dinámica comunicativa de la vida a la luz del discipulado con Jesús,
que ha hablado en la historia; confiados en las manos del Padre, que habla en el tiempo;
y con una mirada esperanzada en el futuro amoroso y tierno de la acción del Espíritu,
que habla eternamente133. Repensar la vocación cristiana con los jóvenes ayuda a
encontrar motivos de convocación y comunión, de fraternidad y justicia.
1.2. El testimonio genera testigos
La persona en el proceso de la vida desarrolla sus propias etapas de madurez: el niño
tiende al descubrimiento natural, el adolescente propende por descubrir desde
abstracciones iniciales, el joven discierne su proyecto hacia decisiones vitales y el
adulto está llamado a vivir en integridad de la existencia134. En cada período, el proceso
propuesto como meta es diverso, propositivo y realizable.
El joven mira en el mayor más cercano a él el ejemplo de su futura vida y desde él
proyecta labores, utopías, maneras de ser y sentirse; absorbe conceptos esperanzados o
fatalistas de familia, economía, nación, religión, etc.; en el adulto confronta la felicidad
de todo ser humano y la suya misma.
Una relación de confronte constante entre: acercarse y alejarse (a veces silenciosa,
otras airadamente), mimetizarse e identificarse, seguir o imitar, intentar o retraerse,
asociarse e individualizarse, alegrarse y entristecerse, enamorarse o desilusionarse, una
constante entre libertad y autoridad135. Estas polaridades marcan la pauta hacia el
131 Cf. AICG XXIV-2009, n. 53, p. 118. «Que son los que tienen más derecho a la atención y a las energías de los redentoristas» 132 Cf., MORAL, Jóvenes, religión e Iglesia, p. 161. 133 Cf., AICG XXII – 1997, n. 4, p. 336. Cf., Rossano SALA, Andate e fate discepoli tutti i giovani, Dispense ad uso degli studenti UPS, Roma, 2012-2013, pp. 260-268.134 Cf. Carmen Lucía TEXEIRA, “Formación para el compromiso”, en Medellín teología y pastoral para América Latina, CELAM – ITEPAL. Bogotá, 24 (1998), pp. 347 – 363. 135 Cf. Paulo FREIRE, Pedagogía del compromiso. América latina y educación popular, Barcelona, Hipatia, 2009, p. 35. «La autoridad es un límite. Yo no creo en nada fuera del límite. La naturaleza finita del ser humano necesita límite. El límite es lo que hace la posibilidad. El límite me hace posible, no su falta. La inexistencia del límite me imposibilita. La presencia del límite me desafía y me viabiliza. Soy eficaz porque hay límites. Es absolutamente contradictorio, pero fuera de esto, no creo en la libertad»
38
encuentro consigo mismo como persona en proyección, en una relación con sus
opuestos. Estos contrarios aparecen con más intensidad en la edad juvenil, ante los que
se asume una posición a modo de testimonio por la vida y la creación; porque existen
posibilidades la vida no termina en el vacío de la nada. Este juego relacional, consigo y
con la realidad, va revelando en el joven no una cerrada afirmación en sí mismo sino
una abierta dinamicidad de un Amor más profundo que le ha precedido siempre con
abundancia de generosidad136.
Respetando y queriendo valorar aún más el proceso personal y libre de cada joven, su
impacto en la sociedad está en “proporción” con el impacto de sus acompañantes 137. De
aquí la necesidad de modelos que le muestren caminos que digan a la conciencia del
joven un sí con fuerza y profundidad, ejemplos con los cuales sería posible vivir y
esperar con sentido en una existencia de polaridades y contradicciones donde el ser
humano busca con toda su energía creer en el amor.138 En Jesús las relaciones
tensionantes no le hicieron renunciar a su búsqueda:
Las contradicciones no le hicieron frenar y esconderse por miedo. En ellas los hilos de relación Hijo-Padre se afianzaron. En ellas sintió el desafío del mañana desde la confianza de un pasado atravesado por el que ama primero. De su presente más vivo salió un Reino aterrizado. La “espiritualidad misionera –en su dimensión contemplativa- nos lleva a participar verdaderamente en el amor del Hijo al Padre y a los seres humanos…. nos capacita para ver a Dios en las personas y en los acontecimientos de cada día; percibir en la luz verdadera su designio salvador y distinguir la realidad de la ilusión.
El GPS nos dice dónde estamos y cuáles son las posibles rutas, pero nunca nos dice para dónde queremos ir. Somos nosotros quienes lo decidimos. Nuestros orígenes muestran, no un pasado quieto y vacío por llenar, todo lo contrario, nuestra realidad dinámica deja percibir un origen rico y sobreabundante (cf. Jn 10, 10), lleno de concreciones y de opuestos integrados. Nunca se podría dar el ser humano sin Dios (cf. Ez 37). Esto se constituye como el dinamismo misionero en la espiritualidad redentorista y es allí donde está inserto nuestro liderazgo.139
Jesús, resucitado por el amor del Padre, acompaña en el camino a sus discípulos; en
Emaús transmite antes que contenidos, una actitud de confianza, de profundidad, de
paciencia; en medio de este ambiente surgen memorias históricas, recuentos narrativos
de sentido para su presente desconcertante. Los discípulos sienten este acontecimiento
con un impacto tan fuerte que el evangelista lo narra como un “calor en el corazón”
136 Cf. MARIÑO, Llevamos en el corazón noticia de Dios, pp. 11 – 35. 137 Cf., MORAL, Jóvenes, religión e Iglesia, p. 129. Porque los jóvenes son más víctimas que culpables, pues ellos van hasta donde el adulto guíe. 138 Cf. Carlo NANI, Educarsi per educare, Roma, LAS, 2012, pp. 25-30.139 Red Juvenil: Misioneros de Paz-RJ, (2013).
39
revelándonos así la resurrección como el culmen o la “explosión” de lo que el Espíritu
hace desde los orígenes de lo creado: llenar de sentido liberador y de salvación
definitiva el cosmos.140
De este modo, los discípulos (los jóvenes) asumen un proyecto como parte de su
propia vida y no como algo externo; se reencuentran, recapitulan todo lo contado con un
sentido nuevo y van a anunciar lo que experimentaron; llegan a la conciencia de una vida
íntima y en proyección, su mente se abre al entendimiento del carácter de discípulos y
misioneros del resucitado; llegan a su vocación más profunda de evangelizadores desde
los más abandonados como lo hizo el Maestro.
La juventud, como la mayor fuerza biológica y creativa de una sociedad, es una etapa
que tiene su propio universo imaginativo y no puede ser considerada únicamente como
sustrato de tensiones psíquicas dentro de componente y agrupaciones sociológicas que
todos buscan como las empresas, las asociaciones, las naciones, las Iglesias y los grupos
armados. Son «sujetos portadores de una dimensión existencial, intuitivamente
reconducible a desarrollos [que le permiten dar] sentido a las cosas del mundo y a un
progresivo descubrimiento del alma»141.
El joven, como los discípulos de Emaús, porta en sí mismo una experiencia donde
abunda la confianza, en la que se revelan la potencialidad humana portadora de sentidos
con su simbología propia. Esta experiencia de diálogo en Emaús entre Dios y el hombre
no es el dictado de prescripciones ante la inseguridad de lo espontáneo e imprevisto sino
un momento pedagógico donde irrumpe un nuevo conocimiento más que por
imposición, por la incitación de un diálogo de amor que toca emotivamente, convence
por su razonamiento y transforma de pasivos receptores a emprendedores protagonistas,
responsables de una experiencia para comunicar a los demás142.
140 Cf. Leonardo BOFF Ecoteología de la liberación, en <https://www.youtube.com/watch?v=g8k78XsX BKs> (26.10.2012).141 MORAL, Jóvenes, religión e Iglesia, pp. 246-247.142 Cf. CEI, Educare alla vita buona del vangelo. Orientamenti pastorali dell’Episcopato italiano per il decennio 2010 –2020. Torino, Elledici, 2010, pp. 85-100. Educar, camino de realización y de confianza: un deseo que encuentra respuesta, un encuentro que genera camino, con la credibilidad del testimonio, pasión por la educación, una relación que se transforma en el tiempo, en los ambientes de la vida cotidiana, una historia de santidad.
40
1.3. La vocación como sorpresa de Dios se hace específica
La vocación cristiana desde la perspectiva de la salvación «es la realización del
sentido de la vida humana, o sea, la realización de su “porque”, del porqué de la
humanidad y de la creación»143 para ser lo que tenemos que ser.
Esta realización humana en la visión de Jesús se da como experiencia intensa de Dios
de un amor primero que no se olvida y que se vive personalmente; no es programable
determinadamente, Él siempre sorprende en una relación diferente con cada persona. Es
una experiencia de
relación familiar con el Señor, es como tener abierta la ventana de nuestra vida para que Él nos haga oír su voz, qué quiere de nosotros... cada historia es única, pero todas parten de un encuentro que ilumina en lo profundo, que toca el corazón e involucra a toda la persona: afecto, intelecto, sentidos, todo. La relación con Dios no se refiere sólo a una parte de nosotros mismos, se refiere a todo. Es un amor tan grande, tan bello, tan verdadero, que merece todo y merece toda nuestra confianza144
De esta grande experiencia que sorprende a los cálculos humanos de cada persona,
crece la necesidad de acompañar al joven en concentrarse en el don recibido para no
llegar, dentro de las diferentes vocaciones, en desgastantes eficientistas hacia fuera e
inmovilismos hacia dentro. La sorpresa de Dios se hace específica con la
responsabilidad de cada uno y desde el carisma específico moviliza y crea novedad en el
grupo, asociación o institución145. La Iglesia se renueva por las personas y no al
contrario.
Durante la búsqueda de sentido e identidad, siempre en apertura y disponibilidad, el
joven se ve confrontado con experiencias que lo lanzan hacia proporciones
inimaginables o lo encierran en propuestas desesperanzadas. La vocación-comunicación
(subtítulo 3.1) y el testimonio-encarnación (subtítulo 3.2) unido a la espontaneidad
gratuita de Dios, acompaña decidida respuesta de la persona que en la libertad-
responsabilidad genera diversos frutos de transformación (subtítulo 3.3).
143 MORAL, Jóvenes, religión e Iglesia, p. 175. 144 Papa Francisco, Visita Pastoral a Asís. Encuentro con los jóvenes de Umbría. Palabras del santo padre Francisco, en «www.vatican.va» <http://www.vatican.va/holyfather/francesco/speeches/ 2013/october/documents/papa-francesco_20131004_giovani-assisi_sp.html> (04.08.2013).145 Cf. André FOSSION, Volver a empezar, 133-136. Luego de mostrar una veintena de caminos o temas para repensar la fe, como la esperanza que ha encontrado su razón de ser, termina el libro resaltando que aún con los proyectos que se deben formular, el evangelio sopla donde quiere y cómo quiere (cf. Jn 3,8), de allí que la evangelización tiene un carácter fuerte de sorpresa al que debemos estar atentos para hacer el evangelio deseable en la capacidad de Dios que tenemos.
41
El matrimonio y la consagración religiosa, entre otras, son dinamicidad de esta
respuesta. La cultura encuentra en la familia la vocación que Dios ha escrito en la
naturaleza del hombre y de la mujer; dentro de ella existe una vocación
complementaria: la llamada al celibato y a la virginidad por el Reino de los cielos 146.
«Crecemos “fiándonos” de los padres y demás educadores, vivimos participando de las
“creencias sociales” fundamentales; en fin, nos entrelazamos con los demás “creyendo”
en los amigos y, sobre todo, en aquella persona particularmente amada con la que
estamos dispuestos a compartir la vida»147.
De la confianza, coraje y decisión para vivir la diferencia en la unidad de un solo ser
o una sola carne, nace la certeza y afirmación de una llamada definitiva que traspasa
todo; es allí donde se genera la convicción de un Amor más profundo y primero que
garantiza la solidez de toda unión148. Al mismo tiempo, la virginidad «no es un “no”, es
un “SÍ” como respuesta al “SÍ” total de Cristo por nosotros, para hacerlo fecundo en el
mundo149. La definición de un camino vocacional se cruza y complementa con el otro
camino; hay una interdependencia de varios niveles vocacionales dirigidos hacia una
misión común; definir una, interviene en otra y viceversa; no se disminuyen en una
unidad homogénea, sino que se enriquecen en la diferencia viva de un mismo cuerpo150.
Las vocaciones humanas a la luz de la vida cristiana invitan a preguntarse cómo
pueden los papás151 y demás educadores ejercer su vocación de discípulos de Cristo si la
146 Ibid. 147 MORAL, Jóvenes, religión e Iglesia, p. 196. Cf., Seán WALES – Dennis BILLY, Cien palabras para el camino. Diccionario de Espiritualidad Redentorista, Bogotá, Scala, 2012, pp. 456 - 459.148 Cf. Ibid., Papa Francisco, Visita Pastoral a Asís. Encuentro con los jóvenes de Umbría. Palabras del santo padre Francisco. 149 Cf. Ibid. 150 Cf., AICG XXI-1991, nn. 24. 55, pp. 207, 341. La vocación laical, como la del Hermano Religioso, ayudan a tomar conciencia de la Vocación Redentorista. Es de resaltar que en la misma Congregación se ha hablado también de Promoción Vocacional Misionera de los Laicos y que no han de confundir la casa con la sacristía. Cf. Serafino FIORE, Anche la tua vita è Vocazione, Materdomini, Editrice San Gerardo, 2001, pp. 58-60. 151 Cf., Gabriele QUINZI, Accompagnare la crescita umana. Proposte per l’educazione, Roma, LAS, 2008, pp. 55-67. Los padres como primeros educadores. Cf. MORAL, Jóvenes, religión e Iglesia, p. 228. Una relación familiar donde pueden existir buenas relaciones pero donde también puede escasear «el intercambio de contenidos temáticos con los que confrontarse y dar sentido a la vida». Cf., Rossano SALA, Andate e fate discepoli tutti i giovani, pp. 374-377. Convertirse en un padre y una madre entre el arte y las necesidades.
42
conciencia no es iluminada por la Palabra de Dios; si el modo de pensar y de obrar no
tiene la fuerza y el criterio de dar a luz, por la mayéutica, una vida nueva152.
2. Pastoral Juvenil: un llamado evangelizador formativo
La evangelización hace llegar a la conciencia de la necesidad de planes de formación
que plante metas y procesos claros de humanidad. El horizonte pedagógico unido a la
promesa bíblica de la constante novedad que se encuentra en Dios (cf., Is 43,19; Ap 21,
5) lleva a organizar una propuesta de carácter proyectual y genérico que desarrolle e
integre lo educacional como realización de un proyecto humano pleno en Cristo. 153
2.1. Un llamado evangelizador
La práctica educativa es actuada en instituciones como la familia, la escuela, la
Iglesia, asociaciones, centros sociales y recreativos, colonias, movimientos religiosos y
educativos, etc. El crecimiento de la pedagogía está en relación con estas instituciones
culturales154 que buscan ser retrasmitidas y recreadas; de esta necesidad de trasmisión y
de renovación nace la educación155. La educación como trasfusión de memoria deja en
las generaciones signos de transformación que dan solidez a la esperanza.
La formación, como alma del movimiento humano y cultural, es la vía esperanzada
para grandes saltos socialmente cualitativos, lo cual comporta variedad de aspectos en
los que no entraremos en detalle, baste solamente subrayar la importancia del aspecto
educacional, que dentro de una propuesta integral, incida en transformaciones
profundas. Por sus bondades, la apuesta por la educación siempre será un sendero
obligado para encarnar una propuesta concreta de cambio sobre todo cuando se trata de
152 Papa Francisco, Visita pastoral a Asís. Encuentro con el clero, personas de vida consagrada y miembros de consejos pastorales. Discurso del santo padre francisco, en «www.vatican.va» <http://www.vatican.va/holy_father/francesco/speeches/2013/october/documents/papa -francesco_20131004_clero-assisi_sp.html> (04.08.2013). 153 Cf. CELAM, La civilización del amor. Tarea y esperanza. Orientaciones para una Pastoral Juvenil Latinoamericana, Bogotá, 2001. Cf. CELAM, Documento Conclusivo de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, Aparecida del 13 al 31 de mayo de 2007, Bogotá, Paulus, 2007.154 Cf. Michele PELLEREY - Dariusz GRZADZIEL, Educare. Per una pedagogia intesa come scienza pratico-progettuale, Roma, LAS, 2011, pp. 21-22.155 Cf. Francesco CASELLA, Storia della pedagogia. Dall’antichità classica all’Umanesimo-Rinascimento, Roma, LAS, 2009, p. 7.
43
la juventud, o como lo ampliamos ahora, cuando hablamos de la familia156 que no es una
prótesis para los jóvenes, sino el ámbito básico para el crecimiento humano de sus
miembros donde se encuentra con mayor fuerza la propia recuperación y el impulso
hacia adelante.
Se apunta, desde la educación, al Dios de Jesús en el que todo se vive más generosa y
plenamente; es una propuesta de humanización157 que sin pretensiones ciegas, se hace
sugerente y dinámica en el actual momento histórico. Su universalidad estará en juego
por la mayor cantidad de fibras humanizantes que toque, por su integralidad y vitalidad.
La mirada es a Jesús en el pobre y excluido, es ver que la realidad late por una Palabra
auténtica y veraz158. La humanización vinculada a la creación, encarnación y salvación
del hombre «permite comprender mejor que Dios está de nuestra parte, que está tan
comprometido con los proyectos humanos de liberación para transformarlos (¡ya ahora!)
en signos de salvación que anticipa en la historia su futura consumación escatológica»159.
Nadie está exonerado de la tarea evangelizadora pues se encuentra al inicio de la
vocación cristiana160 y es la razón de ser de la Iglesia (EN 14), que hace suyas las
palabras de Jesús cuando dice “me llamó a anunciar la buena nueva a los pobres…” (Lc
4,16ss). Es desde El Padre en la persona del Hijo y por su Espíritu con quien
emprendemos tareas de humanizar, es construyendo un encuentro auténtico
evangelizador donde se vislumbra un nuevo horizonte a la vida y con ello una
orientación decisiva161.
Aunque estén juntas, la evangelización siempre antecede a cualquier teologización
pues el “sentido” es primero que la “explicación”; la evangelización incentiva a nuevas
tareas y retos donde se siente el ser humano como hijo del Padre de la misericordia,
hermano universal de Jesús y hombre del Espíritu de la concordia. La nueva
evangelización, en todos sus niveles y sectores, está en el horizonte de sentido de una
existencia nueva y esperanzada162. 156 Es significativo que el Documento de Aparecida ubique explícitamente en el contexto familiar la Pastoral Juvenil.157 Cf., MORAL, Jóvenes, religión e Iglesia, p. 187. Humanización es un concepto compuesto por una ética y una mística que puede ser manipulable y así ocultar el misterio u oscurecer la realidad. 158 Cf. AICG XXII-1997, nn. 3-6, p. 318.159 MORAL, Jóvenes, religión e Iglesia, p. 187. 160 Cf. PAPA FRANCISCO, Evangelii gaudium, n. 14. 161 Cf. Ibid., n. 7. 162 Cf. AICG XXII – 2003, n. 7.5, p. 525.
44
Un plan de formación Juvenil, que exprese el llamado actual de la Iglesia a
evangelizar con el ardor misionero propio de la Congregación, contiene las urgencias de
toda Pastoral Juvenil. Primero reconstruir en los jóvenes un estilo capaz de volver a
entregarse a la alegría y a la responsabilidad de la propia vida, es decir educar hacia la
vida plena y abundante. Segundo sugerir y apoyar un modelo de vida cristiana en el cual
sea posible experimentar concretamente la esperanza como resultado de un ejercicio de
libertad donde se lea el presente como anticipación diaria del futuro último, es decir
evangelizar eclesialmente.163
Educar y evangelizar son temas inaplazables en la Pastoral Juvenil164. No es perderse
detrás de todas las preguntas existenciales del joven, pero tampoco es anularlas en
ideologicismos y así dejar de hacer en medio de la pluralidad una propuesta dinámica,
concreta, sólida e integral165. Evangelizar con perspectiva educativa es comprender la
praxis de la comunidad cristiana como un diálogo conjunto para profundizar en
comunión, es una actitud constante de pensar con los jóvenes la respuesta al llamado
vocacional de Dios a la santidad. Esta dialéctica progresiva, se posibilita nuevas
capacidades de acoger la acción de Dios166. Este reto misionero de educar para
evangelizar, según las situaciones concretas, son variables inseparables de una misma
163 Cf. Ricardo TONELLI, Procesos de pastoral Juvenil en la situación actual, pp. 321-346.164 Cf. Papa Francisco, La juventud de América Latina y la emergencia educativa, discurso del santo padre Francisco a los miembros de la pontificia comisión para América Latina , en «www.laici.va», <http://www.laici.va/content/laici/es/le-parole-di-papa-francesco/Giovani_latinoamerica.html> (28.02. 2014). «Primero, como estructura educativa transmitir contenidos, hábitos y valoraciones. Segundo, la utopía del joven relacionarla y armonizarla con la memoria y el discernimiento. Tercero, la cultura del descarte como uno de los fenómenos más graves que está sufriendo nuestra juventud, sobre todo por el uso que de esa juventud puede hacer, y está haciendo la droga para destruir. Estamos descartando nuestros jóvenes. El futuro, ¿cuál es? Una obligación. La traditio fidei es también, traditio spei y la tenemos que dar. La pregunta final que quisiera dejarles es: cuando la utopía cae en el desencanto, ¿cuál es nuestro aporte? La utopía de un joven entusiasta, hoy día está resbalando hacia el desencanto. Jóvenes desencantados a los cuales hay que darles fe y esperanza.» 165 Cf. CEI, Educare alla vita buona del vangelo. Orientamenti pastorali dell’Episcopato italiano per il decennio 2010 –2020. Torino, Elledici, 2010, pp. 101-122.166 Cf. MORAL, Jóvenes, religión e Iglesia, p. 182. «Si de verdad la divinidad de Jesús se realiza en su auténtica humanidad, lo es justamente porque en la encarnación descubrimos cómo la respuesta a la salvación, el “sí” de la fe a Dios, viene pronunciado a través del “sí” a la vida y a la experiencia cotidiana. La encarnación nos invita a superar cualquier dualismo o conflicto entre trascendencia e inmanencia, realidad sagrada y profana, intereses de Dios e intereses del hombre…, para establecer el carácter humano del hombre como acontecimiento donde Dios habla, se manifiesta y actúa su proyecto creador y salvador. Y lo hace de tal manera que no solo no puede existir colisión o conflicto entre la fidelidad a Dios y la fidelidad al hombre, sino que toda la fidelidad a Dios pasa a través de la fidelidad al hombre. La revelación divina es simultáneamente “acción de Dios y realización del ser humano”: el hombre, en su experiencia cotidiana, en la vida de cada día, entrevé: “la fuerza creadora y salvadora de Dios que lo empuja a su realización, pero sabe también que esa realización es suya, que es él mismo quien crece” (Queiruga)»
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Palabra vocacional. No puede haber una Pastoral de todo el ser humano, pero si un plan
formativo evangelizador para la juventud donde esté involucrada la familia y toda la
comunidad cristiana con la tarea de movilizar los procesos de madurez en la fe a la luz de la
dinámica “encarnacional” 167.
Mancuso afirma: «Cualquier “animador de la juventud”…, cuando intenta generar
cambios y, por consiguiente, se separa de la realidad tal cual es, debe referirse
inevitablemente a una verdad potencial de la experiencia, debe forzar la realidad y
concentrarse en una dimensión de posibilidad»168. La evangelización como dinámica
esperanzada de humanización potencia de la realidad aquello que ya tiene de posibilidades
de liberación y que provoca un llamado de vida abundante para todos (Jn 10, 10).
2.2. La evangelización juvenil con un plan de formación169
La experiencia del Reino, como praxis “bienaventurada” de la comunidad cristiana
(cf. Mt 5, 3-12; Lc 6, 20-23), comprende la situación del joven donde cualifica su
encarnación social y personal en pro una libertad salvífica170. De esta manera la
formación juvenil sintonizada con el misterio divino cristiano, ensanchando la
conciencia humana y encontrando en Jesús una experiencia de plenitud que dignifica
toda cultura iniciando desde los últimos (cf. Mt 20, 26-27).
Esta libertad salvífica, desarrollada como criterio en la formación juvenil, ve en la
familia el lugar donde el joven encuentra la esperanza real como aspiración de
comunión-amor pero a la vez; a la vez también siente el hogar como el más grande reto
para sostener cualquier proceso de renovación cultural; en ella la vocación se vive como
don gratuito y respuesta siempre nueva que se acrecienta en solidez e integridad 171.
167 AICG XXIV – 2009, p. 835. La reestructuración en el principio 3, parágrafo 1.6. sobre las decisiones relativas a la Reestructuración en el XXIV CAPÍTULO GENERAL. dice: «Nuestro ministerio a favor de “los más abandonados, especialmente los pobres” -Cont. 1-, no puede ser tan amplio como para incluir todas las formas posibles de trabajo pastoral. Sin embargo, siempre incluirá una preocupación pastoral por los que sufren por causa del fenómeno de migración masiva y el tráfico de personas». 168 MORAL, Jóvenes, religión e Iglesia, p. 247. (Citado allí).169 Cf., CEI, Educare alla vita buona del vangelo, pp. 47-58. La escuela de Cristo, maestro y pedagogo, se da un renovado empeño eclesial con una esperanza confiable como el alma de la integración. 170 Cf. CURRÓ Salvatore, Il senso umano del credere. Pastorale dei giovani e sfida antropologica, Leuman TO, Elledici, 2011, pp. 67-91. 171 Cf. AICG XXI-1991, p. 321. Esta respuesta fue desarrollada por el grupo juvenil de la parroquia de San Nicola en Castelciva (Italia). Cf. Acta del grupo juvenil, 28 de diciembre de 2013.
46
El proceso educativo de fe, a la luz del camino hecho por Jesús, entre diálogos y
confrontaciones con la realidad, suscita el crecimiento comunitario que ayuda a
clarificar los fines del proyecto formativo juvenil. Después el método, considerando la
fe dentro de los mecanismos de maduración, propende por encontrar un proceso que
cruce la cualidad-sentido de la vida con la realización de la liberación-salvación que ya
Dios regala en Jesucristo172.
El mundo actual reclama «que la impaciencia de la fe y del amor se conjuguen con la
paciencia pedagógica y con los tiempos que marcan los procesos educativos» 173. A una
sociedad que con vehemencia busca sentidos el evangelio responde con la realización
del Reinado de Dios cercano y llevado a cumplimiento en el “aquí” y “ahora” de la
persona de Jesús (cf., Lc 4,21) como mensaje y mensajero de Dios174. Con la
encarnación la comunidad experimenta en Jesucristo un modo nuevo de ser humano y
es esta alegría la que lanza, con esperanza y decisión, a la apuesta por construir un
recorrido metodológico y educativo propio para la Pastoral Juvenil175.
Un proceso formativo cristiano de las nuevas generaciones se encamina por la
búsqueda de sentido antropológico unido al reconocimiento de la salvación que en Dios
se ofrece como provocación del hombre176. Profundizar el sentido que desborda de vida
la existencia de los seres humanos es al mismo tiempo sembrar «un horizonte de
esperanza donde fertili[zan] los proyectos de la justicia y de la paz, de la solidaridad, de
los “cielos y tierra nuevos”»177.
Del significado salvífico, de esperanza y dinámico que da el cristianismo a la
formación humana nace la necesidad de una renovación educativa profunda que no
permita ismos reductivos, monolíticos y de libertinaje178. La encarnación y resurrección
del Hijo hacen entender la educación como un estado de conversión continuo donde la
opción fundamental es el proceso de crecimiento a Cristo179; en las nuevas culturas esto
172 Cf., MORAL, Jóvenes, religión e Iglesia, pp. 191 – 194.173 Ibid., p. 198.174 Cf. Ibid., p. 204. 175 Cf. Ibid., p. 207.176 Cf. Ibid., pp. 208 – 210.177 Ibid., p. 27.178 Cf. Giuseppe GROPPO, Teologia dell’educazione. Origine, identità, compiti, Roma, LAS, 1991, pp. 396-397.179 Cf. Ibid., p. 399; Cf. Carlo NANI, Educarsi per educare, pp.19-22.
47
se traduce como una apuesta por lo religioso y su indudable ayuda a la madurez
humana, porque éste es precisamente el objeto de la religión: el sujeto que la vive180.
La permanente formación que libera al ser humano entiende cada momento
educativo como una oportunidad, un regalo o una sorpresa de Dios (Kairós) en la que
asciende un conocimiento o una actitud nueva y renovada para ser interpretada con
coraje y empeño evangelizador181. En el presente pedagógico, actuar profesionalmente
(competencia técnico-operativa) es un reto que está fuera de fórmulas, modelos, reglas,
proyectos. Es donde emerge el tacto humano espontáneo (competencia ético-social) en
el que se revela la incondicionalidad de Dios. Cada momento educativo se convierte en
espacio problemático entre la realidad compleja y el ideal metódico182 donde el creyente,
pedagogo o mediador recrea la comunidad entre el horizonte planteado y el fenómeno
dado183.
La realidad vivida, con sus retos cotidianos y colectivos, es la única educadora de
toda la comunidad donde jóvenes y adultos se encuentran para convivir, intercambiar y
enriquecer la praxis cristiana con «los respectivos procesos de construcción,
confirmando los valores que humanizan y nos llevan a descubrir el “hombre nuevo”» 184.
Al caminar juntos, tratando de responder a las provocaciones de la vida, nos educamos
en honda e inédita reciprocidad para abrir la persona a la humanización salvífica de la
encarnación dada como don y gracia para la liberación. Es la encarnación que se hace
educación esperanzada y proyección creadoramente libre185.
180 Cf. MORAL, Ermeneutica dell’esperienza religiosa, pp. 109-111. 181 Cf. PELLEREY - GRZADZIEL, Educare, pp. 19 – 42. «No hay otro camino que el de asumir el “momento” del educando, partir de su “aquí” y de su “ahora”, para superar en términos críticos, con él, su “ingenuidad”». Cf., Paulo FREIRE, Pedagogía de la esperanza, México, Siglo XXI, 72007, p. 43. La ciencia pedagógica práctico-proyectual. 182 Cf. Ibid., pp. 93-94. 183 Cf. MORAL, Jóvenes, religión e Iglesia, p. 293.184 Ibid., p. 241. 185 Cf. Paulo FREIRE, Pedagogía de la esperanza, pp. 38, 44. El educando es en la medida que conoce, no en la medida que le van depositando; se reconoce como sujeto es decir como significador crítico en desarrollo de su propio lenguaje. La educación sería el proceso de reconocimiento de la igualdad de personas (educando y educador) en capacidad de conocimiento.
48
3. Acercamiento al momento proyectual186
En el primer capítulo al recorrer lo planteado sobre la Pastoral Juvenil en los cinco
últimos CGs de la Congregación del Santísimo Redentor sobre todo a la luz del último
CG XXIV y después de transitar, en el segundo capítulo, por el sentido vocacional y por
una evangelización que se hace formación, llegamos a un último apartado más
propositivo que aterriza o une lo anterior.
La Comunidad Redentorista, para expresar su carisma misionero ha recogido una
sólida experiencia histórica que la ha llevado a profundizar su paradigma y a renovar
constantemente sus metas y horizontes, sus pasos e historia. El espíritu dinámico y
encarnado de Jesucristo (Const. 13-17) unifica el carisma redentorista para la juventud,
la comunidad y la familia.
En este contexto el joven expresa y realiza su visión dinámica y esperanzada de
humanización para la sociedad como un planteamiento operativo que profundiza la
praxis cristiana invitando a repensar la evangelización que acontece en la Pastoral
Juvenil como impulso para salir hasta los más abandonados.
3.1. Principios de lectura hermenéutica
A partir de lo dicho hasta ahora, de lo que se percibe en las comunidades juveniles y
de lo que se quiere vivir en ellas, se podría dar el siguiente planteamiento proyectual
juvenil (ilustración No 6), como momento operativo:
El centro es el carisma de la Congregación que da unidad, fuerza y sentido a su ser y
quehacer (Const. 1). El Redentor acoge enviando, así el joven redentorista recibe un don
al mismo tiempo que se responsabiliza de su vocación. Jesús cuando llama
inmediatamente descentra; no es una invitación de ensimismamiento para afirmar una
divinidad, es una propuesta para construir en la sociedad aquello que se vive en la
comunidad como hermanos de un Dios misericordioso187.
186 Cf. Mario MIDALI, Teologia pratica, pp. 79 – 107. 187 Cf. Segretariato per la Pastorale Giovanile Vocazionale Redentorista. Documento Linee di pastorale giovanile vocazionale redentorista, Roma, [s.d.], 2000, nn. 20. 34, pp. 17 y 27. El secretariado general de la PJVR motiva a pensar en un solo proceso con diferentes momentos. Para este unitario proceso propone
49
La Pastoral Juvenil de los misioneros redentoristas, al interior de la evangelización de la
Iglesia, comprende el impulso del crecimiento humano vinculado al concepto de la persona
a imagen y semejanza de Dios ya que «“la idea que nos hacemos de la educación y de la
tarea del educador depende evidentemente de la idea misma que tenemos de hombre y de su
destino” (L. Laberthonnière). Pensamos, proyectamos y actuamos educativamente
siguiendo cuanto para nosotros representa la plenitud personal de humanidad»188.
La vida, obra y mensaje de Jesús que queremos hacer nuestra como seguimiento
vocacional Juvenil, la presentamos en dúos, con un desarrollo lógico sin pretensiones de
correspondencia con el suceso como tal; según los niveles, grados, tiempos la forma de
darse o la aplicación es diversa; el proceso pedagógicamente hablando se lee de la siguiente
manera189:
* Fraternidad-testimonio: es el inicio de toda vida, el ambiente en el cual vive y
quiere vivir cada joven y cada comunidad; es el abrigo, el camino, el impulso y el mejor
estado para crecer y madurar; el único medio para suscitar una transformación auténtica
en una sociedad que dispersa y fragmenta; la única forma de ser creíbles (Hch 4, 32, Jn
17) y de incentivar un verdadero inicio y culmen de vida nueva en Cristo desde una
encarnación cultural auténtica. Es el “contrasentido” cristiano de la “terca” generosidad
calurosa, justa y vinculante, escándalo para unos y locura para otros.
* Propuesta-acogida: desde el primer momento de fraternidad hasta la proyección se
imprime un carácter y se absorbe la pascua de Jesús. Pero es en este momento en donde
se ha de profundizar esta opción, como un llamado discipular que inicia, habiéndose
sentido amado y así desea “poseer” el objeto de su amor. La fraternidad es ya una voz
profética para el mundo que como diálogo propone una respuesta de acogida,
aceptación y transformación. Por lo tanto, es una vida comunitaria traducida en
contenidos, metodologías, en formas de entenderse y leer la vida. Es un constante
repensarse desde sus contenidos y verdades, desde sus motivaciones y procesos.
el siguiente objetivo: «Permitir a los jóvenes conocer, de modo atrayente, la persona de Jesucristo y su Evangelio, a fin de que haciendo una opción personal por Él, acepten comprometer su vida con la de la comunidad eclesial y a partir de ella, contribuir eficazmente a la construcción de una sociedad más justa y fraterna». 188 MORAL, Jóvenes, religión e Iglesia, p. 291. 189 Cf. Segretariato generale per la Pastorale Giovanile Vocazionale Redentorista, pp. 27-31. El secretariado general ha definido tres etapas: Iniciación, profundización y misión.
50
Encarnados en la actualidad y en la Sagrada Escritura, leen la tradición eclesial y la
vena Redentorista para proclamar creativamente la esperanza y la libertad.
* Proyección-transformación: estos momentos precedentes han estado unidos a la
dimensión proyectual, transformadora y de compromiso. Es un criterio que activa
principios internos en la persona, en la Iglesia, en la familia y sociedad. La praxis,
natural al hombre, necesita mecanismos y espacios de expresión, un lugar donde se
profundice y se oriente este requerimiento existencial, es decir un sitio concreto o una
labor explícita dónde desarrollar la responsabilidad. Con objetivos y metas claras, esta
dimensión es una tendencia a la solidaridad y a salir de sí de la mejor forma, para
interactuar hacia el más próximo en actitud de don y regalo. Es el principio que invita a
entregarlo todo, para ganarlo todo. Es el vínculo perfecto de humanidad desde los
privados de ella.
3.2. Lectura de integración
Cada dúo de categorías es dinámico y centrado en el carisma congregacional. No son
excluyentes entre ellos, sino que se viven a la vez en diferente intensidad o proporción.
Estas categorías se podrían leer así: La fraternidad cristiana que cuando proclama
proyecta y transforma. Todo planteado desde el carisma misionero, como personalmente
lo hemos percibido, es decir como agua que apaga y sacia la sed del peregrino190.
Se ha hecho un esfuerzo por entender cada una de las tres categorías de manera
independiente pero a la vez fuertemente entrelazadas. A nivel ético-social juvenil, el eje
formativo transversal es el testimonio cristiano como inicio, camino y culmen, pasando
por lo más fundamental humano de la acogida. A nivel técnico-operativo juvenil
aparecen los siguientes ejes temáticos: fraternidad cristiana (comunión-escatología), el
proceso de proclamación kerigmática (cristología-Palabra de Dios) y el testimonio de
transformación hacia la sociedad y la Iglesia (justicia-solidaridad). Todo va de menos a
más, de encarnación y donación, todo en un proceso de acompañamiento de la familia y
190 Cf. José María LORCA, Agradar a Dios. Los mejores textos espirituales de San Alfonso, Madrid, PS Editorial, 1987, p. 11. «Amor sin medida, te abrazaré y jamás me soltaré. Viviré y moriré fundido a Ti, y ni la vida ni la muerte me arrancarán de Ti. La fuerza de tu cruz quebranta mi dureza, pues por mí también hiciste lo que hiciste por la salud de todos. Me pregunto quién fue tan poderoso que te movió a morir ajusticiado, y no encuentro más causa que el amor. Por eso yo te elijo como mi único dueño (Práctica del amor a Jesucristo Capítulo 1°)».
51
dentro de ella del joven hacia su madurez. Son categorías identificadas cada una con la
etapa en que vive el joven; son conexiones respetuosas de los diferentes momentos,
unificadas con el proceso de madurez cristiana.
52
Ilustración N° 6
Planteamiento proyectual Juvenil
Carisma: el redentor que unifica y dinamiza el proceso evangelizador como agua viva.
Primero, segundo y tercer momento: son etapas, que en cada situación es diversa.
Título: corresponden a los nombres que utiliza la PJVR.
Símbolo: el manejo figurado del contenido, unido a su centro que es su fuente.
Categoría: es lo reflexionado en éste último apartado, antes explicado.
53
Tercer Momento
TÍTULO: Misión
SÍMBOLO: Océano
CATEGORÍA: Proyección - Transformación
Segundo Momento
TÍTULO: Profundización
SÍMBOLO: Río
CATEGORÍA: Propuesta - Acogida
Primer Momento
TÍTULO: Iniciación
SÍMBOLO: Manantial
CATEGORÍA: Fraternidad - Testimonio
Carisma
CRISTOMISIONERO
Cont. 1El agua viva
CONCLUSIÓN
Acercarse a los documentos de los cinco últimos Capítulos Generales de la
Congregación del Santísimo Redentor – C.Ss.R. nos ubica en la esperanza que la
sociedad busca actualmente y que la Congregación ha afirmado en su último CG XXIV,
cuando presenta el tema de la reestructuración como el eje del sexenio 2009-2015.
La esperanza no sería real sino tiene líneas de acción y reflexión que nutran esta
actitud y le den su verdadero sentido. De ahí que nos hayamos propuesto el tema de la
Pastoral Juvenil a la luz de este principio en perspectiva educativa.
La esperanza ha animado a la Congregación a través de los años no para cerrar la
vida en pesimismos o determinismos que hacen honor a la muerte y al vacío. Inspirados
en San Alfonso, los capitulares (junto con los gobiernos generales de este mismo
período191) han interpretado esta virtud teologal como la voz de Dios que lee los signos
de los tiempos con esperanza, entendida ésta como «el poder del amor y la compasión
actuando en nosotros por medio del Espíritu Santo»192. De esta manera, la Pastoral
Juvenil mueve con su energía los límites del horizonte previsto para «soñar el mundo
como Dios lo ve y [así] actuar de acuerdo con esta visión»193.
Hemos estudiado la práctica de la esperanza desde lo vocacional conscientes de que
todos estamos en un diálogo de amor en el cual el ser humano encuentra su identidad en
un Dios creador y bueno; la profundización de esta comunicación encuentra en el
servicio, como lo hizo Jesús, su dimensión relacional desde el más pobre. Es por esto
que el llamado de Cristo al corazón del joven se traduce en programas de formación
191 Cf., Serafino FIORE, La missione redentorista. Alla luce delle comunicanda del governo generale (1985-2011). Alcuni punti focali, en <serafloer@gmail.com> (20.02.2014). 192 CGDF XXIV, p. 807. Es el tema del primer capítulo. 193 Ibidem., 808.
54
integrales y humanizantes donde se unan la educación y la evangelización que presenten
una propuesta de vida felizmente abundante194.
Al final del trabajo planteamos una proyección genérica del actual plan de formación
a nivel de la congregación. No es una profundización sino la constatación de ejes que
dinamizan y proyectan la Pastoral Juvenil con orientaciones pedagógicas y teológicas en
pro de caminos transformativos. De manera se propone un esbozo general antes que una
formulación de grandes teorías, que por lo demás el trabajo de este nivel de estudio no
lo permite.
El recorrido hecho constata cómo la esperanza se encuentra anclada en el Redentor
que «en el corazón de la comunidad» (Const. 23) proclama el Evangelio de manera
siempre nueva a fin de que podamos progresar en la caridad, enardecidos del espíritu
apostólico (cf., Const. 12). De este modo, la esperanza logra ser «la expresión tangible
del poder de la resurrección – del cual estamos llamados a ser “signos y testigos”
(Const. 51)»195.
194 Cf., Jn 10, 10; Lc 4,16. Tema del segundo capítulo.195 Ibidem., 808.
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ch-educar-desde-la-ternura.html.>
60
Índice de ilustraciones
Ilustración N° 1 Capítulos generales y síntesis …………………………… 15
Ilustración N° 2 Estructuras de la Pastoral Juvenil ………………................ 26
Ilustración N° 3 Principios de la reestructuración y Capítulos Generales …. 31
Ilustración N° 6 La palabra de Dios como acción vocacional en el hombre .. 38
Ilustración N° 5 Palabra vocacional en el ser humano ……………...……… 39
Ilustración N° 6 Planteamiento proyectual Juvenil ………………………… 56
61
ÍNDICE
Siglas y abreviaciones...................................................................................................2
INTRODUCCIÓN........................................................................................................3
Primer capítulo
LA ESPERANZA EN LA PASTORAL JUVENIL
1. Antropología y temas capitulares..........................................................................8
1.1. Acercamiento al dinamismo antropológico.......................................................9
1.2. La temática de los Capítulo Generales............................................................11
1.2.1. Visión dinámica de la esperanza.................................................................13
1.2.2. Carismáticos que entregan la vida...............................................................14
1.2.3. Con la mística de Jesús................................................................................16
1.2.4. Comunidad en conversión...........................................................................17
1.2.5. Principio unificador.....................................................................................21
1.3. Recorrido por las estructuras que han dinamizado la Pastoral Juvenil...........22
2. La Pastoral Juvenil a la luz del Capitulo General XXIV.....................................26
2.1. Capítulo General XXIV – 2009: Reestructuración - Esperanza......................27
62
2.2. La esperanza en la Pastoral Juvenil a la luz de los Capítulos Generales.........29
Segundo capítulo
FORMACIÓN VOCACIONAL REDENTORISTA
1. Planteamiento vocacional....................................................................................33
1.1. Dios se comunica para convocar.....................................................................33
1.2. El testimonio genera testigos...........................................................................38
1.3. La vocación como sorpresa de Dios se hace específica..................................41
2. Pastoral Juvenil: un llamado evangelizador formativo.......................................43
2.1. Un llamado evangelizador...............................................................................44
2.2. La evangelización juvenil con un plan de formación......................................47
3. Acercamiento al momento proyectual.................................................................50
3.1. Principios de lectura hermenéutica..................................................................50
3.2. Lectura de integración.....................................................................................52
CONCLUSIÓN...........................................................................................................55
BIBLIOGRAFÍA........................................................................................................57
Índice de ilustraciones................................................................................................62
ÍNDICE.......................................................................................................................63
63
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