potenciar conductas responsables en los hijos
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Potenciar conductas responsables
en los hijos
Selección de OrienTapas
con artículos de la orientadora
Ana Torres Jack
http://anatorresjack.weebly.com/
Ana Torres Jack - @anatjack
Licenciada en Psicología, Orientadora Educativa y Comunicadora
https://orientapas.blogspot.com/
miércoles, 6 de octubre del 2010 | la voz de la escuela orientación educativa >> 3
> Ana T. Jack
anatjack@edu.xunta.es
Independientes desde pequeñosPautas para fomentar conductas autónomas desde los primeros años de vida
Para que no sufra, por acabar an-tes, por no discutir, porque aún es
pequeño, pobre... Estos son algunos de los argumentos típicos que utili-zan los padres a la hora de justifi car actitudes de sobreprotección hacia sus hijos. Pero en la práctica lo único que consiguen es poner obstáculos a la oportunidad de aprender conductas responsables y autónomas. Vestir a un niño que sabe hacerlo solo, darle la comida triturada porque no le gusta masticar o acabar recogiendo sus juguetes porque si le obligan a ha-cerlo se pone a chillar son formas de actuar habituales en muchas familias con niños pequeños. Y se comprende. La falta de tiempo es una constante en los sobrecargados horarios laborales y escolares de unos y otros, así que se necesita mucha pero que mucha paciencia para observar, por ejemplo, cómo un bebé de 12 meses aprende a comer solo: cuando por fi n acierta a meter la cuchara en la boca, sonríe satisfecho, mientras el puré de verdu-ras resbala por sus mejillas, mancha la ropa y alcanza el suelo... Pero lo cierto es que los niños aprenden por ensayo error, y si se les priva de estas primeras experiencias se retrasa peli-grosamente su proceso de madurez y de progresiva independencia.
¿Pero qué ventajas concretas tiene el aprendizaje autónomo? Muchas. En primer lugar fomenta sentimientos de competencia con respecto a los demás («Yo puedo hacerlo») y de responsa-bilidad («Lo tengo que hacer»). En
segundo lugar, es la vía ideal para in-teriorizar el esfuerzo como un valor para alcanzar las metas («Lo tengo que intentar otra vez»). Por último, es un proceso necesario para aceptar los errores propios y dominar los sen-timientos de frustración («Esto no me sale muy bien pero si lo intento más veces iré mejorando»).
Estas son unas pautas generales para estimular la autonomía de los hijos en tareas cotidianas:
■ Paciencia y tolerancia ante las tareas que no están perfectas. Las equivocaciones en el aprendizaje de la responsabilidad son inevitables y necesarias.
> ESCUELA DE PADRES
■ Darle tiempo y esperar a que acabe la tarea, sin impacientarse o decidir que es demasiado pequeño para hacerlo.
■ Cuando el niño se empeñe en hacer cosas por encima de sus capacidades hay que ofrecerle una alternativa que evite su frustración («En vez de hacer la tortilla, tú bates los huevos»).
■ Coherencia entre todos los adultos de la familia en relación con las res-ponsabilidades que se van a exigir. No puede ser que «los abuelos dejen» lo que los padres no permiten.
CARLOS OCAMPO
Los niños deberían ir asumiendo responsabilidades adaptadas a sus capacidades
■ De 6 a 12 meses ■ Detecta con facilidad el significado de las expresiones emocionales de los adultos que lo rodean. Comprende el significado del no.
■ Sostener el biberón mientras lo toma. ■ Beber en taza con ayuda. ■ Coger alimentos con las manos y chuparlos. ■ Llevar la cuchara a la boca con ayuda.
■ De 1 a 2 años ■ Discrimina entre el «yo» y «los otros». Realiza continuas pruebas y desafíos para probar su voluntad.
■ Comer solo con la cuchara. ■ Beber de una taza. ■ Quitarse los calcetines, ponerse un gorro... ■ Sentarse en el orinal.
■ De 2 a 3 años ■ Todavía no comprende del todo lo que está bien o mal. Obra de acuerdo a mandatos y prohibiciones.
■ Poner y recoger las servilletas de la mesa. ■ Guardar su pijama. ■ Regar las plantas. ■ Avisar de que quiere ir al baño.
■ De 3 a 4 años ■ Actúa en función del premio o el castigo. Observa la conducta del adulto y la imita. Aumenta la capacidad de autocontrol.
■ Poner los platos y los cubiertos en la mesa. ■ Ayudar a recoger los juguetes. ■ Desnudarse solo y vestirse con ayuda. ■ Compartir cosas.
■ Entre 4 y 5 años ■ Aunque aún necesita que lo guíen, muestra iniciativas responsables para agradar a los adultos.
■ Poner la mesa. ■ Ordenar sus cosas. ■ Aceptar los turnos en el juego, aunque no siempre los respeta. ■ Es bastante autónomo en la comida y en el cuidado personal. ■ Estando algún adulto cerca, puede vigilar a hermanos pequeños durante algún rato.
■ Entre 5 y 5 años ■ Se muestra especialmente exigente en la aplicación de las normas para todos. Intenta ser autónomo y puede rebelarse a las presiones de los adultos en temas de disciplina.
■ Realizar tareas domésticas sencillas (quitar el polvo, recoger la mesa...). ■ Preparar su ropa para vestirse. ■ Cumplir pequeños encargos (entrar en una tienda) sin cruzar la calle.
■ TEMA DEL MES: Cómo fomentar conductas responsables.
■ ETAPA: De 0 a 6 años.
■ EL DATO: La mejor manera de en-señar hábitos responsables en los primeros años de vida es asocián-dolos al juego.
■ COMPORTAMIENTOS QUE HAY QUE EVITAR: Resolver situaciones a las que los hijos se podrían enfren-tar de manera autónoma; sobre-protegerlos, retrasar su madurez.
■ ALGUNAS CLAVES: Exigir conduc-tas proporcionadas al nivel de de-sarrollo, elogiar los esfuerzos por realizar conductas autónomas, mostrarles confianza y seguridad.
■ PARA SABER MÁS: «Principios y recetas para educar a los más pe-queños». Julia Letosa y Cristina An-dreu. Asociación Aragonesa de Psi-copedagogía, 2009. Las autoras de este libro parten de la premisa de que los tres primeros años de vida son los fundamentales para el de-sarrollo de personalidades seguras de sí mismas, flexibles y toleran-tes. Afecto, atención, estabilidad, congruencia educativa... Estos y otros conceptos básicos represen-tan, según este manual, algunas de la claves para educar hijos autóno-mos y responsables.
ESCUELA DE PADRES
EDAD RASGOS DE MADUREZ
No siempre es fácil saber qué se le puede exigir a un niño pequeño en cuanto a ha-bilidades de autonomía, ya que el nivel de madurez varía mucho incluso dentro del mismo rango de edad. Pero el siguiente cuadro puede servir de referencia:
Cómo ayudar desde casa
ES CAPAZ DE...
miércoles, 13 de octubre del 2010 | la voz de la escuela orientación educativa >> 3
> Ana T. Jack
anatjack@edu.xunta.es
Ya me encargo yoAlgunas propuestas para potenciar conductas responsables en los hijos
Tiene su cuarto como una leonera. No es capaz de ponerse a estudiar si
no estamos encima. Si no le pelo yo la fruta no se la come. Estas y otras quejas son habituales en los progenitores de niños ya no tan pequeños. Es posible que no les hayan dado la oportunidad de aprender a hacerse responsables, a costa de sobreprotegerlos y de permi-tirles una actitud así de dependiente. Pero también puede ocurrir que esos comportamientos rebeldes se deban a un momento natural del desarrollo como manera de reafi rmar la perso-nalidad y de independizarse de los adultos.
En todo caso, aprender a ser res-ponsable es un objetivo necesario para alcanzar la madurez y el equi-librio personal. Los padres pueden estimular la autonomía de sus hijos en las tareas cotidianas siguiendo unas simples pautas: ■ Tener muy claras las responsabili-dades de cada miembro de la familia en las tareas de la casa. Lo mejor es plasmarlas por escrito y colgarlas en un lugar visible, como la puerta de la nevera.■ Utilizar la técnica de las dos opcio-nes, dando a elegir: «¿Recoges ahora o después?», «¿Qué fruta vas a tomar, plátano o pera?». Es una manera de dar por hecho que la tarea la tiene que hacerse «sí o sí». ■ Mostrarle confi anza y seguridad. Por ejemplo, decirle: «Mañana por la mañana vas a prepararte tú solo el desayuno, ya sé que lo vas a hacer muy bien».■ A la hora de encomendar una tarea,
explicar con claridad lo que debe hacer hasta comprobar que lo ha entendido bien. ■ Una vez realizada, revisar de qué modo la ha cumplido, valorar el es-fuerzo y comentar los aspectos que se podrían mejorar.
Claro que la pregunta que hay que hacerse es: ¿y qué pasa cuando no obedecen? Hay cuatro situaciones típicas:■ «No sé». Esta expresión es habitual en niños que prefi eren declararse incompetentes a enfrentarse al cum-plimiento de una tarea. En este caso, los padres pueden contestar: «No te preocupes, yo te enseño», y ayudarle si es necesario. ■ «No quiero». Esta frase, que denota rebeldía, puede deberse a esa fase del desarrollo en la que el oposicionismo funciona como mecanismo para refor-zar la personalidad. En este caso hay
> ESCUELA DE PADRES
que evitar las luchas de poder y sim-plemente mostrarle las consecuencias de su decisión. ■ «No me acordé» o «no me di cuenta». Hay algunos niños que zan-jan así el resultado de una actuación irresponsable. Es probable que nunca hayan sufrido las consecuencias de esa dejadez. Por ejemplo: pasar hambre cuando se olvida el bocadillo, que-darse sin mochila cuando pierde la otra...■ «Me niego». Hay veces que una conducta continuada de oposición a acatar las normas puede deberse a una situación patológica denominada «negativismo desafi ante». Entonces es urgente resolver el confl icto psicoló-gico antes que nada. Pero estos casos son muy excepcionales...
RAQUEL P. VIECO
Entre los 9 y los 11 años los niños pueden ir a hacer compras incluso lejos
■ Entre 6 y 7 años
■ Actúa de forma responsable si se le ofrecen oportunidades para hacerlo.■ Va adquiriendo la noción de justicia.■ Todavía identifica el bien con lo establecido y el mal con lo prohibido o lo que enfada al adulto.
■ Prepararse el material para el colegio.■ Disponer de algún dinero semanal.■ Realizar desplazamientos muy conocidos (dentro del mismo bloque de viviendas...).
■ A los 8 años
■ Aumenta el control de sus impulsos. ■ Es capaz de prever las consecuencias de sus actos.■ Tiende a tardar en obedecer («ahora voy», pero no va).
■ Organizarse en la distribución del tiempo, del dinero y de los juegos.■ Prepararse el desayuno, ducharse, comprar el pan, coger el teléfono...
■ Entre 9 y 11 años
■ Aunque aún es muy dependiente, le gusta tomar decisiones y oponerse al adulto. ■ Se siente atraído por los valores morales de justicia, igualdad, sinceridad...■ Es muy estricto para juzgar a los demás.
■ Hacer recados, aunque la tienda esté lejos. ■ Organizar reuniones de amigos.■ Estudiar de forma autónoma (aunque con supervisión).■ Cuidar a los hermanos pequeños.
■ Entre 11 y 12 años
■ No le gusta que lo traten de modo autoritario, como a un niño.■ Reclama autonomía en todas sus decisiones.■ Es más flexible en sus juicios.
■ Ir al cine con los amigos.■ Realizar las tareas domésticas.■ Realizar desplazamientos.■ Ser autónomo en todos los aspectos que atañen al cuidado de sí mismo.
■ TEMA DEL MES: Cómo fomentar conductas responsables.
■ ETAPA: De 6 a 12 años.
■ LA FRASE: «Cuando ahorras a un niño un esfuerzo que él podría hacer, cuando le ayudas más de lo que necesita, estás impidiendo que crezca» (María Montessori).
■ COMPORTAMIENTOS QUE SE DEBEN EVITAR: Gritos y amenazas, incumplir castigos anunciados, mostrar desacuerdo entre padre y madre.
■ ALGUNAS CLAVES: Una educación autoritaria forma personas dependientes, sumisas y faltas de iniciativa. Un estilo educativo permisivo, sin límites ni exigencias, se corresponde con hijos caprichosos e irresponsables. El estilo democrático es el que favorece la iniciativa personal y fomenta las conductas responsables en los hijos.
■ PARA SABER MÁS: «Desarrollo de conductas responsables». De 3 a 12 años. Gobierno de Navarra. Depar-tamento de Educación y Cultura. Esta publicación constituye un re-curso interesante para padres y madres que desean conocer las claves para educar en la responsa-bilidad. Cómo enseñar a los hijos a aceptar las consecuencias de lo que hacen, cómo ayudarlos a ser independientes o hacer uso de su libertad de forma responsable son algunos de los temas que se abor-dan en las páginas de este pequeño manual. Se puede descargar en PDF desde Google Docs.
ESCUELA DE PADRES
EDAD RASGOS DE MADUREZ
Cómo ayudar desde casa
ES CAPAZ DE...
> Ana T. Jack
anatjack@edu.xunta.es
Cuestión de confianza Delegar responsabilidades es la mejor manera de fomentar el autocontrol
Andrés ya está en 2.º de ESO pero su madre aún le supervisa cada día
la agenda para saber los deberes que tiene que hacer. Y es que no se fía ni un pelo de él porque sabe que es muy despistado. Su hijo mayor, Tomás, también le trae de cabeza. Tiene 16 años, las hormonas alborotadas y unas nuevas amistades muy poco recomendables. Por eso se ha visto obligada a revisarle los mensajes del teléfono móvil, a pasar revista a sus bolsillos e incluso a merodear con el coche cerca de donde queda con la pandilla...
Pero una actitud de desconfi anza como esta sólo empeora las cosas. Es demasiado fácil entrar en un jue-go de suspicacias, distanciamiento y mentiras en el que, al fi nal, todos pierden: la angustia de los progeni-tores aumenta, las conductas irres-ponsables de los hijos también. So-bre todo porque no han aprendido a tomar decisiones por sí mismos, ni a asumir las consecuencias de sus ac-tos. Siempre han vivido en un mundo de falsa seguridad en el que papá y mamá se han encargado de sacarles las castañas del fuego.
Así que intentar gobernar o dirigir la vida de los hijos es inútil. Es pre-ferible, sobre todo a partir de cierta
edad, supervisar, hacer un segui-miento de su forma de actuar, con-fi ando en su propia capacidad para tomar decisiones adecuadas. Para facilitar este proceso, es necesario: ■ Dejarles muy claro cuáles son sus responsabilidades desde los prime-ros años de vida.■ Motivarles y apoyarles en sus de-cisiones siempre que sean razonadas.■ Supervisarles puntualmente, rea-lizando sólo los controles precisos. ■ Permitir cierto margen de error en los resultados.■ Reconocer y felicitarles por las
decisiones tomadas. ■ Expresarles confi anza.
En defi nitiva, hay que intentar fomentar la autonomía, evitando la sobreprotección y las conductas inmaduras. Porque a la hora de la verdad, cuando tengan que tomar decisiones importantes, van a estar solos ante el peligro. Y serán ellos los que tendrán que enfrentarse a sus consecuencias.
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ÓSCAR CELA
Una actitud positiva de los padres refuerza la autonomía y la responsabilidad de los niños
■ TEMA DEL MES: Cómo fomentar conduc-tas responsables.
■ ETAPA: De 12 a 16 años.
■ LA FRASE: «Nada ni nadie puede impedir que sufran, que las agujas avancen en el reloj, que decidan por ellos, que se equivo-quen, que crezcan y que un día nos digan adiós.» Joan Manuel Serrat, «Esos locos bajitos».
■ COMPORTAMIENTOS QUE SE DEBEN EVI-TAR: Intentar gobernar la vida de los hijos, tomar las decisiones por ellos, impedir que asuman responsabilidades.
■ ALGUNAS CLAVES: En la adolescencia la mejor protección de los hijos es su propio sentido común, su capacidad de detectar conductas de riesgo y de tomar decisiones adecuadas.
■ PARA SABER MÁS: «Un adolescente en mi vida». Diego Maciá Antón. Serie Guía para Padres. Editorial Pirámide. Ayudar a los padres a conseguir que los hi-jos sean felices, libres y responsables. Ese es el principal objetivo de este libro de ca-rácter divulgativo escrito por un profesio-nal con experiencia en psicología clínica infantil y juvenil. Esta publicación, plantea-da con un enfoque práctico, está dividida en cinco grandes capítulos: 1. La conducta de nuestros hijos, 2. La edad de la adoles-cencia, 3. ¿Qué puedo hacer?, 4. Comuni-carme, negociar y poner límites y 5. Modi-ficar las conductas problema.
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SI NO
Interpretación del cuestionario: suma un punto por cada res-puesta afirmativa.
Puntuación entre 0 y 10: Debes darle mayor importancia a la educación en la responsabili-dad de tu hijo. Si no lo haces ahora cada vez te resultará más difícil. Puedes empezar poniendo en práctica los con-sejos que aparecen en la publi-cación sobre conductas autó-nomas del Gobierno de Navarra que se descarga en la dirección web http://dpto.educacion.na-varra.es/publicaciones/pdf/conductas.pdf.
Puntuación entre 10 y 14: Vas por el buen camino. Pero pue-des conseguir conductas más responsables y maduras po-niendo en práctica las pautas mencionadas.
Puntuación superior a 14: Ha-ces lo que debes. De todos mo-dos, comprueba si tu hijo conti-núa en la misma línea de pro-greso y no bajes la guardia.
■ Crees que tu hijo es capaz de tomar decisiones responsables
■ Le exiges que cumpla hasta el final los compromisos que ha adquirido
■ Consigues evitar que se te escapen cosas como: «Ya lo hago yo que acabo antes»
■ Dejas que asuma las consecuencias de sus decisiones
■ Padre y madre manifestáis acuerdo respecto a las responsabilidades que le debéis asignar
■ Cuando le responsabilizas de una tarea, le sueles explicar claramente cómo debe hacerla
■ Permites que realice acciones autónomas adaptadas a su nivel de madurez
■ Haces participar a tu hijo en la toma de decisión de temas que afectan a toda la familia
■ Consideras que tu hijo es responsable de sus actos
■ En vuestra casa están repartidas claramente las responsabilidades de cada miembro
■ Desde que es pequeño fomentas hábitos de responsabilidad adaptados a su edad
■ Padre y madre os ponéis de acuerdo ante las responsabilidades que queréis exigirle
■ Evitas frases como: «Te lo dije» cuando se equivoca en su toma de decisiones
■ En el momento de encomendarle una nueva responsabilidad le expresas confianza
■ Educas a tu hijo para que sea independiente y tenga sus propio criterio
■ A medida que crece le vas añadiendo nuevas responsabilidades adecuadas a su edad
■ Procuras que cuente con su espacio personal propio y respetas sus gustos y criterios personales
■ Le has enseñado algunas habilidades sociales básicas para la toma de decisiones (a decir no, a ser asertivo...)
Cómo ayudar desde casa
miércoles, 20 de octubre del 2010 | la voz de la escuela orientación educativa >> 3
BLOQUE 2: INTELIGENCIA Y TALENTO (3-6 años)
4. El supermercado: un buen lugar para aprender
Ideas para estimular el desarrollo de nuestros hijos cuando vamos de compras
Autora: Ana Torres Jack
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Ir a hacer la compra al supermercado justo cuando está atiborrado de gente, carritos y
niños gritones que se encaprichan con cada golosina que se encuentran... puede ser un in!er-
no. Pero también se puede convertir en un lugar excelente para desarrollar la capacidad de
observación, la toma de decisiones, la memoria y la riqueza de vocabulario de los más peque-
ños. Solo hay que plani!car la salida y seguir un plan de acción estratégico con nuestros hijos:
1ª FASE: LOS PREPARATIVOS
Hacer la lista de la compra
Hay que mirar lo que falta en la nevera y en la despensa, y calcular lo que se va a consumir has-
ta la siguiente visita al supermercado. Si ya sabe escribir, puede hacer él mismo la lista, aunque
sea muy rudimentaria. Si no, puede marcar cruces en un folleto publicitario o bien recortar los
productos y pegarlos.
Si le ayudamos a agrupar las cosas (fruta, artículos de limpieza, bebidas, conservas...) le estare-
mos enseñando a clasi!car.
Anticiparse a los posibles problemas.
Hay que escoger un día del mes y un horario en el que no haya demasiada gente comprando.
Siempre que vayamos con niños pequeños a lugares grandes y masi!cados es interesante
pegarles en la muñeca una pegatina o colgarles al cuello una cinta con su nombre y nuestro
número de teléfono. Aunque lo ideal es que, cuanto antes, memoricen sus datos. Es bueno ha-
blar con ellos de cómo deben reaccionar y a dónde deben dirigirse en caso de que se pierdan.
Avisarles de que no se pueden comprar caprichos... o, en todo caso, acordar qué producto está
permitido (unas galletas determinadas, unas chucherías...).
2ª FASE: CONVERTIR A LOS HIJOS EN NUESTROS AYUDANTES
Hacer que se !jen por donde nos movemos. Hay que implicarles para recordar en qué planta
y zona del parking hemos dejado el coche, por qué puerta hemos entrado, por qué pasillos
tenemos que pasar...
Animarles a que nos ayuden a encontrar los productos y a meterlos en los carritos especial-
mente diseñados para niños que ellos mismos pueden manejar. Pueden ir tachando de la lista
lo que se va metiendo en el carro.
Aprovechar la visita de las distintas secciones para ampliar su vocabulario. En vez de decirle:
“vamos a comprar pescado”, es mejor utilizar las palabras precisas que de!nen los productos
o procesos de alimentación. “Necesitamos comprar rodajas de merluza, !letes de perca y cien
gramos de salmón ahumado”.
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er Mientras se espera el turno, se le puede explicar de dónde proceden los productos, el camino
que recorren hasta llegar al supermercado o por qué es importante comprar productos frescos
en vez de envasados. Eso sí, ojo con dar un sermón aburridísimo...
Hay que dejarles que intenten descifrar letras y números de los distintos carteles, nombres
de productos, precios... También se puede aprovechar para que se familiaricen con las medidas
(kilos, litros, docenas...).
A la hora de pagar, pedirles que nos ayuden a poner los productos sobre la cinta, a que ellos
mismos entreguen el dinero y recojan la vuelta. También puede ser buena idea llevar la bolsa de
casa para explicarles que hay que evitar las de plástico y cuidar así el medio ambiente.
En caso de que aparezcan, hay que neutralizar los caprichos y las pataletas. (http://www.edu-
cabarrie.org/recursos/bloque-1-orientacion-familiar-11-que-berrinche)
3ª FASE: ORGANIZAR LA COMPRA EN CASA
Una vez en casa pueden ayudar a dejar cada cosa en su sitio: en la despensa, en la nevera, en el
congelador... Así se les enseña a ordenar y clasi!car. Se puede aprovechar para explicar la impor-
tancia de congelar los alimentos, el signi!cado de la fecha de caducidad....
Una vez separados los envases y envoltorios, se le puede mostrar la importancia de reciclar los
residuos.
Al !nal de la jornada, es importante darle las gracias por su colaboración (“yo sola no hubiera
podido”), darle la sincera enhorabuena por lo bien que lo hizo... ¡y a zamparse alguna golosina!
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BLOQUE 2: INTELIGENCIA Y TALENTO (3-6 años)
7. ¡Oído cocina!
Participar en la elaboración de la comida aporta grandes bene!cios a los niños
Autora: Ana Torres Jack
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Cocinar es una actividad en la que hay que estar preparado para seleccionar, clasi!car,
cortar, pelar, amasar, verter, medir, calentar, revolver, hervir, esperar, limpiar... y un sinfín de
acciones más. Lo bueno es que todas ellas refuerzan habilidades básicas para la vida y el
desarrollo personal, incluidas las de la paciencia y la autodisciplina. Así que la cocina como
tal puede verse como un divertido laboratorio en el que los más pequeños pueden disfrutar
y realizar aprendizajes de lo más interesantes.
En concreto, ¿qué capacidades podemos estimular en nuestros hijos dejándoles entrar y colaborar en la cocina? Entre otras, las siguientes:
1. El desarrollo sensorial, en especial del tacto, del olfato y del sabor.
2. Conceptos matemáticos y unidades de medida: se manejan cantidades, se establecen equi-
valencias, se trabaja con formas, tamaños, grados y tiempos.
3. La motricidad !na y la coordinación óculo manual: se abren y cierran botes, se amasa, se
baten huevos, se remueven las mezclas, se decora la tarta con motivos de chocolate...
4. El vocabulario, cuando se manejan conceptos nuevos acerca de ingredientes, utensilios y
técnicas culinarias.
5. La capacidad de plani!cación, cuando hay que reunir todos los ingredientes de la receta y
seguir unos pasos determinados. Y la demora de la recompensa, cuando hay que perseverar y
ser paciente para obtener el resultado deseado.
6. La autoestima, cuando uno es consciente de sus propias capacidades a la hora de enfrentar-
se a tareas complejas propias "de adultos".
Estas son las cuatro propuestas que te hacemos para que le abras las puer-
tas de la cocina a tu niño de entre 3 y 6 años:
1. Conviértelo en tu pinche de cocina. Colócale un delantal y asegúrate de
que se lava bien las manos antes de ponerse manos a la obra. Explícale lo que está prohibido
(acercarse a la puerta del horno, por ejemplo) o con lo que debe tener cuidado (con el manejo
de cuchillos). Pero otórgale responsabilidad y trátalo como a un mayor: cualquier actividad que
le haga sentir útil y “adulto” le encantará. Poco a poco podrás ir encargándole tareas cada vez
un poco más complejas.
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! 2. Elaborad juntos algún menú especial. Después de haber practicado con
las clásicas galletas de mantequilla o con las pizzas de jamón y queso, podéis dar un paso más
y hacer una tarta de cumpleaños, un bizcocho de chocolate o incluso comida típica de otros
países. Es una excelente manera de abrir la mente hacia otras culturas y fomentar la curiosidad
acerca de China, Turquía, México... En todo caso, la comida elegida debe ser sencilla de elaborar
para que pueda participar activamente en todo el proceso.
-Si aún no domina la lectoescritura, lee tú la receta y que él vaya seleccionando o supervisan-
do los ingredientes necesarios. Si las recetas son visuales, como las que aparecen en las cajas de
algunos preparados para galletas o pasteles, déjale que “lea” él cuantos huevos o cucharadas
de azúcar son necesarios. En internet hay muchas recetas sencillas e ilustradas especialmente
pensadas para hacer con niños.
3. Déjale que sea activo a lo largo de todo el proceso. Excepto alguna
actividad peligrosa y por tanto prohibida para él, como por ejemplo manejar los fuegos o los
cuchillos que cortan, lo mejor es que participe en todo. Por ejemplo, para ayudarle a calcular
medidas se le puede indicar que un cuarto de litro es aproximadamente un vaso grande, o que
una taza pequeña de azúcar equivale a unos 100 gramos. Para controlar el tiempo, puede decír-
sele que avise cuando la aguja grande llegue al 4. Le encantará usar la batidora, amasar con el
rodillo, untar el molde con mantequilla, decorar con imaginación...
4. Anímalo a disfrutar con los demás del resultado. Compartir con otras
personas (la familia, los compañeros del colegio...) el producto de un trabajo que ha realizado
con esmero y dedicación le elevará la autoestima y le animará a enfrentarse a nuevos retos...
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miércoles, 27 de octubre del 2010 | la voz de la escuela orientación educativa >> 3
■ TEMA DEL MES: Cómo fomentar conduc-tas responsables.
■ ETAPA: Educación obligatoria.
■ LA FRASE:«Lo que sabe el alumnado es la suma de lo que aprende en la escuela, en casa y en la calle. Es hora de unir fuerzas y coordinar tareas del currículo formal, in-formal y no formal.» (Proyecto Atlántida)
■ COMPORTAMIENTOS QUE SE DEBEN EVI-TAR: Convertir las competencias básicas en simples contenidos curriculares, ajenos a la influencia familiar.
■ ALGUNAS CLAVES: Las competencias bá-sicas constituyen unos mínimos que pro-porcionan referencias sobre los aspectos en los que es preciso centrar los esfuerzos educativos.
■ PARA SABER MÁS: «Diario de Familia. Las competencias básicas y el Currículum in-formal». Proyecto Atlántida. Este docu-mento ofrece una propuesta práctica para que la colaboración entre los centros edu-cativos y las familias a lo largo de la edu-cación obligatoria sea una realidad. Pre-sentada en forma de agenda, constituye un recurso práctico para lograr que las activi-dades domésticas contribuyan a la conse-cución de los aprendizajes que se conside-ran esenciales desde la escuela.«Esta tarea del diario no es una nueva asignatura para casa. Se trata, más bien, de un juego para entrenar en familia la nueva propuesta de competencias básicas que la escuela debe poner en marcha y por la que será evaluada». El documento se puede descargar en PDF en la dirección web http://www.convivencia.educa.ara-gon.es/admin/admin_1/file/Materiales%20-Recursos/DiarioFamilia.pdf> Ana T. Jack
anatjack@edu.xunta.es
Responsabilidad y aprendizajeLas tareas cotidianas refuerzan la adquisición de competencias básicas
No tiene sentido conocer los ver-bos irregulares en inglés y no sa-
ber pedir pan en ese idioma. Estar familiarizado con los adverbios y pronombres españoles pero no te-ner hábitos de lectura. Saber todas las capitales europeas o dominar las fórmulas matemáticas pero no ser capaz de mostrar respeto hacia los demás.
La educación es mucho más que todo eso. Es un proceso que se inicia en los primeros años y continúa a lo largo de toda la vida. Y en esa difícil tarea, la de formar ciudadanos libres y responsables, la escuela no puede estar sola: las familias tienen que ayudar a que sus hijos adquieran los aprendizajes esenciales para resolver problemas de la vida cotidiana, a tener iniciativas, a ser autónomos y a asumir las consecuencias de su forma de actuar.
En la actualidad, el currículo del sistema educativo español se basa en la consecución de ocho com-petencias básicas, que son las que estableció en el 2004 la Comisión Europea como objetivo a conseguir por todos los jóvenes a lo largo de la educación obligatoria. Y las defi nió como el conjunto de conocimientos, destrezas y actitudes que debe ser alcanzado para garantizar el desa-rrollo personal y social, así como el ejercicio efectivo de los derechos y deberes ciudadanos.
En resumen, las ocho competen-cias básicas son:
1 Competencia en comunicación lingüística, relacionada con la ex-presión y comprensión oral y escrita.
2Competencia matemática, refe-rida a la capacidad de cálculo, com-prensión y resolución de problemas aplicados a diversas situaciones.
3Competencia en el conocimiento e interacción con el mundo físico, plasmada en la capacidad para ex-plicar los fenómenos del entorno e intervenir sobre ellos.
4Competencia digital y tratamien-to de la información, que tiene que ver con el manejo de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.
5Competencia social y ciudadana, relativa a la participación responsa-ble en el seno de la sociedad.
6Competencia cultural y artística, relacionada con la valoración y con-servación del patrimonio cultural y artístico.
7Competencia para aprender a aprender, es decir, para guiar el pro-pio aprendizaje.
8Autonomía e iniciativa personal o capacidad de tomar decisiones, lle-varlas a cabo y hacerse responsable de sus consecuencias en el ámbito personal, social o laboral.
Como resulta evidente, estas competencias no se refi eren tanto al saber o al acumular conocimien-tos como al saber ser o saber estar, lo que signifi ca, ni más ni menos, aprender a ser responsable.
> ESCUELA DE PADRES
AMÓS GARRIDO
Los padres también pueden compartir con sus hijos actividades deportivas
ESCUELA DE PADRES
Cómo ayudar desde casa
■ Planificar la compra de la semana N.º 2 y 8 SEMANAL
■ Bajar la basura a los distintos contenedores N.º 3 y 8 DIARIO
■ Cocinar galletas, pizza,... N.º 7 y 8 SEMANAL
■ Leer un artículo del periódico y comentarlo N.º 1 y 4 SEMANAL
■ Cambiar las sábanas de la cama N.º 3, 5 y 8 SEMANAL
■ Seleccionar juguetes o ropa para donar a una oenegé N.º 5 y 8 ANUAL
■ Salir en familia a disfrutar de la naturaleza N.º 3 y 6 SEMANAL
■ Poner la lavadora, separando la ropa blanca de la de color N.º 2 y 8 SEMANAL
■ Lavarse los dientes con solo un vaso de agua N.º 5 y 8 QUINCENAL
■ El domingo, ir a comprar churros para el desayuno N.º 2 y 8 SEMANAL
■ Buscar en Internet la cartelera del cine y escoger la película N.º 1, 4 y 8 QUINCENAL
¿Qué tiene de interesante enseñar a un hijo a lavarse los dientes con un solo vaso de agua? Pues que se están practicando dos de las ocho competencias básicas de las que le van a evaluar en el colegio: la importancia del medio ambiente y la iniciativa personal. Así, con ejemplos sencillos, estructurados en una agenda del año escolar, el manual para padres «Diario de Familia», del Proyecto Atlántida, intenta demostrar cómo a través de las ac-tividades cotidianas los padres pueden reforzar el aprendizaje de sus hijos.El siguiente cuadro recoge algunas de las tareas que proponen realizar desde casa con los hijos de entre 6 y 16 años.
TAREA PERIODICIDADCOMPETENCIAS BÁSICAS
miércoles, 3 de diciembre del 2014 | la voz de la escuela orientación educativa >> 3
¡Yo solo!
Todos los educadores insisten en la importancia de fomentar la autono-
mía y la independencia en los hijos ¿Pero qué ventajas concretas tiene? Muchas. En primer lugar fomenta sentimientos de competencia con respecto a los de-más (yo puedo hacerlo) y de responsa-bilidad (lo tengo que hacer). En segundo lugar, es la vía ideal para interiorizar
el esfuerzo como valor para alcanzar metas (tengo que volver a intentarlo). Por último, es un proceso necesario para aceptar los errores propios y dominar los sentimientos de frustración (esto no me sale muy bien, pero si lo intento más veces iré mejorando). Estas son unas pautas generales para estimular la autonomía de los hijos en el día a día:
■ Paciencia y tolerancia ante las tareas que no están perfectas. Las equivoca-ciones en el aprendizaje de la respon-sabilidad son inevitables y necesarias.■ Darle tiempo y esperar a que acabe la tarea, sin impacientarse o decidir que es demasiado pequeño para ha-cerlo. ■ Cuando el niño se empeñe en hacer
cosas por encima de sus capacidades hay que ofrecerle una alternativa que evite su frustración («En vez de hacer la tortilla tú bates los huevos»). ■ Coherencia entre todos los adultos de la familia en relación con las res-ponsabilidades que se van a exigir. No puede ser que los abuelos dejen lo que los padres no permiten.
TEMA DEL MES: ¿Educamos... o sobreprotegemos?
ETAPA: De 3 a 12 años.
LA FRASE: «Cuando ahorras a un niño un esfuerzo que él podría ha-cer, cuando le ayudas más de lo que necesita, estás impidiendo que crezca» (María Montessori).
COMPORTAMIENTOS QUE SE DEBEN EVITAR: Resolver situacio-nes a las que los hijos se podrían enfrentar de manera autónoma por acabar antes o por evitarles posi-bles frustraciones.
ALGUNAS CLAVES: Exigir conduc-tas proporcionadas al nivel de de-sarrollo, elogiar los esfuerzos por realizar conductas autónomas, mostrarles confianza y seguridad.
PARA SABER MÁS: Para saber más: «Desarrollo de conductas res-ponsables. De 3 a 12 años». Gobier-no de Navarra. Departamento de Educación y Cultura. Cómo enseñar a los hijos a aceptar las consecuen-cias de lo que hacen, cómo ayudar-los a ser independientes o a hacer uso de su libertad de forma respon-sable son algunos de los temas que se abordan en este manual. Se pue-de descargar en PDF en el siguiente enlace web: http://bit.ly/1zyDZbw
ESCOLA DE PAIS
Hijos autónomos, niños felicesFomentar conductas responsables aumenta su autoestima y su confianza
Tiene su cuarto como una leonera. No es capaz de ponerse a estudiar
si no estamos encima. Si no le pelo yo la fruta no se la come. Le tengo que preparar cada noche la mochila, si es por él... Estas y otras quejas son habi-tuales en los progenitores de niños e incluso de adolescentes. Lo curioso es que estos padres y madres no siem-pre son conscientes de que son ellos, como principales educadores de sus hijos, los responsables de que hayan llegado hasta ese nivel de dependencia y falta de responsabilidad sus retoños. No les han dado la oportunidad de aprender a hacerse responsables, a costa de sobreprotegerlos y hacerles las cosas por acabar antes o porque es pequeño.
También puede ocurrir que esos com-portamientos rebeldes se deban a un momento natural del desarrollo como manera de reafirmar la personalidad y de independizarse de los adultos. En todo caso, aprender a ser responsable es un objetivo necesario para alcanzar
la madurez y el equilibrio personal. Los padres pueden estimular la au-
tonomía de sus hijos en las tareas co-tidianas siguiendo unas simples pautas: ■ Tener claras las responsabilidades de cada miembro de la familia en las tareas de la casa. Lo mejor es plasmarlas por escrito y colgarlas en un lugar visible, como la puerta de la nevera.■ Utilizar la técnica de las dos opcio-nes: ¿Recoges ahora o después? ¿Qué fruta vas a tomar, plátano o pera? Es una manera de dar por hecho que la tarea la tiene que hacerse sí o sí. ■ Mostrarle confianza y seguridad. Por ejemplo, decirle: «Mañana por la maña-na vas a prepararte tú solo el desayuno, ya sé que lo vas a hacer muy bien».■ A la hora de encomendar una tarea, explicar con claridad lo que debe hacer hasta comprobar que lo ha entendido bien. ■ Una vez realizada, revisar en qué modo la ha cumplido, valorar el es-fuerzo y comentar los aspectos que se podrían mejorar.
Claro que la pregunta que hay que hacerse es: ¿y qué pasa cuando no obe-decen? Hay cuatro situaciones típicas:■ No sé. Esta expresión es habitual en niños que prefieren declararse in-competentes que enfrentarse al cum-plimiento de una tarea. En este caso, los padres pueden contestar: «No te preocupes, yo te enseño», y ayudarle si es necesario. ■ No quiero. Esta frase, que denota rebelión, puede deberse a esa fase del desarrollo en la que la oposición fun-ciona como mecanismo para reforzar la personalidad. En este caso hay que evitar las luchas de poder y simple-mente mostrarle las consecuencias de su decisión. ■ No me acordé o no me di cuenta. Hay algunos niños que zanjan así el resul-tado de una actuación irresponsable. Es probable que nunca hayan sufrido las consecuencias de estas conductas de dejadez porque sus padres se han encargado de remediarlo. Por ejem-plo: pasar hambre cuando se olvida el
bocadillo, quedarse una temporada sin mochila cuando ha perdido la suya...■ Me niego. Hay veces que una con-ducta continuada de oposición a acatar las normas puede deberse a una situa-ción patológica denominada negati-vismo desafiante. Entonces es urgente resolver el conflicto psicológico antes que nada. Pero estos casos son muy excepcionales...
> Ana T. Jack
anatjack@edu.xunta.es
MIGUEL SOUTO
Es fácil estimular la autonomía de los niños si se les proponen cosas que puedan hacer solos y les resulten asequibles
miércoles, 10 de diciembre del 2014 | la voz de la escuela orientación educativa >> 3
¿Qué podemos hacer para evitarlo?Si queremos que nuestros hijos e hijas se conviertan el día de mañana
en adultos responsables, autónomos y seguros de sí mismos:■ Animémosles a enfrentarse por ellos mismos a situaciones difíciles. Les podemos ayudar (necesitan que les ayudemos), pero no resolverles la papeleta. ■ Enseñémosles a ser capaces de to-mar decisiones con criterio y a asumir sus consecuencias.
■ Tratemos de aumentar su autonomía concediéndoles cierto grado de liber-tad y responsabilidad proporcional a su grado de madurez. ■ Exijámosles que cumplan ciertas ta-reas, obligaciones o responsabilidades.■ Transmitamos a nuestros hijos una percepción tranquilizadora y positiva del mundo. Ver peligros por todas par-tes solo les aportará una sobredosis de ansiedad e inseguridad.■ No les dejemos rendirse ante la pri-
mera dificultad. Cuando se escuden en un «no puedo», digámosleS «yo te enseño» o «debes esforzarte un poco más». Eso les enseñará el valor de la perseverancia y la constancia.■ Si nuestro hijo es pequeño, no inter-vengamos enseguida cuando sufra un acto de prepotencia por parte de otro niño de su edad. Así nunca aprenderá a defenderse solo.■ Cuando sea adolescente, no nos pa-semos con las advertencias: «No vayas
con esos que fuman», «No te dejo ir a ese campamento, es peligroso»... ■ Reconozcámosles todo lo que vayan logrando hacer solos: aumentaremos así su autoestima.■ Establezcamos límites que deben obedecer: así los prepararemos para convivir en sociedad.■ No tengamos miedo a que se frus-tren. Tienen más capacidad de lucha y de superación de lo que nosotros nos imaginamos.
TEMA DEL MES: ¿Educamos... o sobreprotegemos?
ETAPA: Infancia y adolescencia.
EL DATO: El exceso de protección de los padres sobre los hijos duran-te la infancia se relaciona con pro-blemas psicológicos en la edad adulta (depresión, ansiedad...).
COMPORTAMIENTOS QUE SE DEBEN EVITAR: Ocultarles informa-ción negativa por miedo a que sufran o se frustren (un revés eco-nómico, el fallecimiento de un fa-miliar...).
ALGUNAS CLAVES: Los momentos de sufrimiento o de frustración son también aspectos fundamentales en el desarrollo de los niños. Evitár-selos a toda costa les impide ma-durar.
PARA SABER MÁS: http://bit.ly/1yP7W82
ESCOLA DE PAISEfectos secundarios de la sobreprotecciónClaves para evitar sus consecuencias negativas en los hijos
Elena vive a dos kilómetros escasos del instituto, pero su madre «por si
acaso» prefiere llevarla cada día en coche. Hoy, antes de salir de casa, le ha preparado la merienda para que coma algo a media mañana. «¡Si es que esta niña no ha desayunado nada! Claro, le tengo que insistir para que se levante y luego no tiene tiempo para desayunar con calma». Una vez en el párking del instituto, se asegura de que su hija no se deja la mochila en el coche: sabe que hoy le toca entregar las láminas de Tecnología y los deberes de Mate-máticas. Si no estuviera ella siempre detrás se olvidaría de hacer trabajos y de preparar exámenes.
Hoy, además, se queda vigilando desde el coche la entrada de su niña al patio del instituto. Sabe que ayer se enfadó con su amiga Sara y quiere ver si va a hablar con ella o no. Lo cierto es que vio tan disgustada a Elena que no tuvo más remedio que llamar por teléfono a la madre de Sara para pedir-le que hiciera entrar en razón a su hija. Aún encima va y le contesta que son cosas de crías, y no debemos meterse. «De eso nada, a mi pequeña Elena no le hace sufrir nadie mientras yo pueda evitarlo», le respondió. Ahora que ya han entrado todos los estudiantes a clase, se dirige hacia la entrada del centro escolar para pedir de forma urgente hablar con el director. «No voy a permitir que desde el instituto se queden con los brazos cruzados. ¡Alguien tiene que hacer algo! No so-porto ver llorar a mi hija».
Cuando sobreprotegemos a nuestros hijos calmamos nuestra propia angus-tia de que algo malo les pueda pasar. Así les evitamos las pequeñas frus-traciones del día a día pero al mismo
tiempo les transmitimos un mensaje subliminal muy destructivo: «Tú solo no eres capaz», «No confíes en ti mis-mo», «Tú no puedes».
En la práctica, el lastre que significa ser hijo de padres sobreprotectores tiene las siguientes consecuencias:■ Son niños inseguros y nerviosos. Sus progenitores les han transmitido todos sus miedos, por lo que han perdido la confianza en sí mismos. ■ Su autoestima es baja. Son cons-cientes de que deberían atreverse a enfrentarse a actividades que otros
niños de su edad sí realizan.■ Son poco autónomos y muy depen-dientes.■ No saben cómo resolver problemas por sí mismos. Les cuesta programar los pasos que hay que seguir para al-canzar un objetivo. ■ Tienen frecuentes problemas in-terpersonales. Están acostumbrados a que sus padres intervengan en los conflictos con sus iguales. No han tenido oportunidad de madurar sus habilidades sociales.■ En el ámbito escolar, es frecuente
que manifiesten problemas de adapta-ción y que se sienten incomprendidos. Les suele costar respetar las normas y asumir sus responsabilidades. ■ Tienen poca tolerancia a la frustra-ción. Quieren ganar siempre y cuando eso no sucede se enfadan y explotan. Le temen al fracaso, ya que no han tenido la oportunidad de fallar y per-severar hasta lograr las metas por sí mismos.
En definitiva, los padres sobrepro-tectores actúan con la mejor de las intenciones para proteger a sus hijos. Pero lo que consiguen es, justamen-te, el efecto contrario. Las emociones negativas, como la frustración, son el mejor entrenamiento para convertirse en adultos equilibrados y felices.
> Ana T. Jack
anatjack@edu.xunta.es
PACO RODRÍGUEZ
Dar autonomía a los niños hará de ellos adultos responsables
miércoles, 29 de abril del 2015 | la voz de la escuela orientación educativa >> 3
> Ana T. Jack
anatjack@edu.xunta.es
TEMA DEL MES: La corresponsa-bilidad en las tareas domésticas.
ETAPA: Infancia y adolescencia.
LA FRASE: «La niñez es el período de entrenamiento más importante para aprender a vivir el resto de la vida» (García Matilla)
COMPORTAMIENTOS QUE SE DEBEN EVITAR: La sobreprotección y las conductas inmaduras.
ALGUNAS CLAVES: Definir con cla-ridad cuáles son las responsabilida-des de cada miembro de la familia, depositando confianza en cada uno de ellos y supervisando su cumpli-miento.
PARA SABER MÁS: «Desarrollo de conductas responsables. De 3 a 12 años». Gobierno de Navarra. Depar-tamento de Educación y Cultura. Esta publicación constituye un re-curso interesante para padres que desean conocer las claves para educar en la responsabilidad. Se puede descargar en PDF en Google Docs.
ESCOLA DE PAISSobrevivir al reparto de responsabilidades Estrategias para resolver los conflictos de convivencia familiar
«¿A quién le tocaba hoy poner la mesa? Vaya, son las 3 y está sin po-
ner. Por cierto, ¿qué hay de comida? No me digas que aún no hay nada he-cho. Pero, bueno, ¿qué hacéis todos aquí tan tranquilos viendo la tele? ¿No estaríais esperando a que llegáramos nosotros para poneros en marcha, verdad?». Los que acaban de entrar por la puerta son los padres, recién acabada su jornada laboral, que lle-gan a casa confiados en que sus tres hijos adolescentes habrían asumido su parte de responsabilidad con las tareas domésticas. Pero no. El cuadro de distribución de responsabilidades, efectivamente, está colgado encima de la nevera. Pero ahí nadie parece impre-sionarse con los gritos y protestas del padre y de la madre, que rápidamente se convierten en un tono de resigna-ción: «Estos chicos son imposibles. Anda, Alberto —le dice a su marido—, vete poniendo la mesa mientras hago algo rápido de comer».
La familia es el contexto ideal para educar a los hijos e hijas en igualdad, responsabilidad y cooperación, y la forma de conseguirlo es implicándolos y compartiendo con ellos las tareas fa-miliares. No se trata de imponer unos deberes (es probable que así se nie-guen a hacerlos), pero sí de negociar una distribución razonable que inclu-ya una aplicación de consecuencias.
Hay cuatro situaciones problemáti-cas típicas cuando se intenta asignar responsabilidades a los más pequeños:■ No sé. Esta expresión es habitual en niños que prefieren declararse in-competentes que enfrentarse al cum-plimiento de una tarea. En este caso, los padres pueden contestar: «No te preocupes, yo te enseño», y ayudarle si es necesario. ■ No quiero. Esta frase, que denota rebelión, puede deberse a esa fase del desarrollo en el que el oposicionismo funciona como mecanismo para refor-zar la personalidad. En este caso hay que evitar las luchas de poder y sim-plemente mostrarle las consecuencias de su decisión. ■ No me acordé o no me di cuenta. Hay algunos niños que zanjan así el resultado de una actuación irrespon-sable. Es probable que nunca hayan sufrido las consecuencias de estas conductas de dejadez porque sus pa-dres se han encargado de remediarlo. Por ejemplo: dormir en la cama revuel-ta cuando se ha olvidado de hacerla, quedarse sin bocadillo cuando no se acordó de preparar su mochila...■ Es un rollo. Hay que estar prepara-do para este tipo de protestas, y escu-charlas pero mantenerse firmes. «Ya sé que te cuesta poner la mesa, porque vienes cansado del colegio, pero tene-mos que organizarnos y asumir cada uno nuestra parte de responsabilidad».
Es cuestión de paciencia y firmeza. ¡Pero nunca de resignación!
DAVID D.
Compartir las tareas familiares ayuda a educar en responsabilidad
Tabla para el reparto equitativodel trabajo doméstico
INSTRUCCIONES PARA
CUBRIR LA TABLA:
■ Se marca con una cruz las responsabilidades que va a asumir cada uno de los miembros de la familia después de haberlas nego-ciado entre todos. Siempre que sea posible, hay que conceder las preferencias de cada uno. Puede haber rotación (por días) o pue-den asumir dos la misma tarea. ■ Se deben establecer con-secuencias negativas ante el incumplimiento de las funciones («Al que no lle-gue a tiempo de poner la mesa le tocará hacerlo tres días seguidos»). También es recomendable estable-cer consecuencias posi-tivas, por ejemplo, al que cumpla a la perfección sus obligaciones durante toda la semana.■ Cuando alguien se salta reiteradamente su compro-miso se puede recurrir a acuerdos del tipo: «Si tú no haces tu parte (meter la ropa en la cesta de la ropa sucia) yo no haré la mía (lavarte la ropa)».■ Se puede renegociar el reparto de tareas cuando, después de un tiempo de prueba, no funciona bien la distribución acordada.■ Hay que recordar que esta distribución de tareas responde a la fórmula to-dos ganan y nadie pierde. ¡La corresponsabilidad no es un castigo! Beneficia a toda la familia.
TAREA Padre Madre Hijo 1 Hijo 2
Poner desayunos
Recoger cocina
Hacer las camas
Recoger habitaciones
Limpiar el polvo y ordenar
Pasar la aspiradora
Fregar suelos
Limpiar el baño
Programar comidas
Hacer la compra
Cocinar
Poner la mesa
Recoger la mesa
Fregar la vajilla, o
poner o sacar el friegaplatos
Poner lavadoras
Tender la ropa
Sacar la ropa del tendal
Planchar
Sacar la basura
Limpiar los cristales
Hacer limpieza general
Cuidar las mascotas
Regar las plantas
Ayudar en el cuidado de las personas dependientes (abuelos, bebés, enfermos...).
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