proemio

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J. Carlos Yarza

PROEMIO

AZRAY

J. Carlos Yarza

PROEMIO

AZRAY

Que el fuego no abrase

mi cabeza

no tengo otra cosa

un pensamiento libre

por eso camino

me embriago de ideas

canto

ondeo un estandarte

por los caminos silentes

se estampa un reflejo

una imagen

ahora un llanto

rueda la aguja del tiempo

no madre, no era un deseo

era un destino

he caido

es muy tarde para el invierno

y muy temprano para el ocaso

cobarde traicion

cobarde partida

luto.

Pájaro de todos los tiempos I

y cayó con la cordura su semblanza

rota como mascara de barro seca al sol

su alma se fragmentó en miles de pedazos

que a la huida del sol se volvieron aves emigrantes, etéreas,

eternas viajeras como pájaros de todos los tiempos

que secundan la tierra, los nombres, los pasos

y que sueñan debajo de los árboles su última travesía

mientras los mortales soñamos con viejas elegías

emergen de la grisácea masa de nuestras cabezas

sus cantos

nos inundan en los momentos menos esperado

Y nos salvan de las ansias

removiéndonos entre el polvo y la miseria.

Pájaro de todos los tiempos II

se volvieron uno junto a la magenta solar

revoloteando el presente

con sus plumajes el brillo de la tarde pasiva

se volvieron limpias las huellas del cielo

debajo de la tierra yacen esparcidas las sombras

de si mismas, de la avanzada enigmática

de los sueños

de tu ser

del fuego.

ya no es mas una mancha húmeda el cielo

ahora son vetas oscuras alejándose de nuestros ojos

como tú,

como tu huida sin estela

como mi rencor hacia la nada

ahora se convierten en pájaros de viento y sed los recuerdos,

todo ello, fundido en la espesura de la noche más oscura

y el silencio más amargo.

se va alejándose el deseo de mi morada

junto a la ultima frase tomada de tu boca

ahí te espero.

Pájaro de todos los tiempos III

cuandoel leve latir del viento rodea la espesura de los arbustos

un cúmulo de aves se aparca en el silencio de los sueños

despertándonos de la breve muerte nocturna,

y en el letargo de la somnolencia se mira con fervor el día

sin importar cuan lluvioso se haya convertido,

separando las anunciadas palabras repensadas se llega a creer que se esta

mas cerca del cielo que de la tierra sin arado ni agua para ella

como un cuentagotas una a una se reúne en secreto las ansias

y el fuego se apodera de los rincones y esas aves se alienan de alegrías

tocando los atardeceres, llenándolos de limpios plumajes ámbares

occisos los miedos bajan al seño de las oscuridades hundiéndose

solo para regresar tempranamente al descansar de nuestras cabezas

hasta que un nuevo cúmulo de aves se aparque en el silencio de los sueños.

Pájaro de todos los tiempos IV

sobrevolaron los nombres

imaginando ser estigmas del viento

al iniciar el nupcial vuelo

deteniendo el paso de las nubes,

dos golondrinas del antártico se posaron por el suelo austral

de mi cabeza

y anidaron por siempre

anidaron sin temor al invierno.

Pájaro de todos los tiempos V

si se suman las causas perdidas

se encuentran los espejos rotos,

las cartas incineradas

y el llanto seco.

los breves desvaríos los llevara de vuelta

con los pájaros que asoman al tiempo

en esas frías y calidas mañanas,

en esos estruendos solares de atardecer

en ese campo minado de olvido.

en ese campo minado de olvido reza la terca alma

indignada de tanta muerte y regocijo

si se suman todas las causas perdidas

un montón de aves en luto se posaran

sobre la fronda de tu árbol marchito.

sé tú misma,

tu sol,

tu puerta.

sé camino y secreto.

huye del frío,

de mi cordura.

deja tus bríos

rodéate de todo

secreto.

di mi mano a

acariciar tu rostro.

mojados mis ojos

lloraron junto a tu

ausencia.

la mesa puesta espera

por nosotros, acompáñame

hasta el último instante de

luz de las velas.

después partes.

se lo que necesito

solo tengo tres

monedas y un

abismo.

mira que profundidad

infinita

como el mar

no como el cielo

suena

el eco de las campanillas anuncia

que ha llegado la luvia

el viento ahonda en mí ser

sobre este desierto

sin caminos.

sigo tu voz que acaece

en mis sueños y

aún así me pierdo.

¿a dónde llegaré?

sorpresa fugaz

tus ojos me relataron

cuán lejos estoy de ti.

Que tarde ha llegado el invierno

que tarde ha llegado

el canto

Huele a lluvia

bajo el cielo de enero

las gotas se aprestan

a descender hasta

la profundidad de

mis pensamientos

buscando saciar

esta sed de ser

profano.

quien viene a mí

puerta.

quién desea saber mi

hora.

¿acaso son las aves

nocturnas?

puede que sean solo

sombras.

son destellos que caen desde tus ojos cuando de la nada sentencias.

y ahí en la pasividad, se subleva fallidamente el ansia de tenerte.

ahora, condenado a pagar tal reticencia con la vida.

solo la muerte reconforta.

envueltos en piedra

las huellas sisean al viento

una espiral se engalana

debajo de ella

dos círculos concéntricos

evocan al sol en su pasado.

vi los faros detener a la oscuridad

en tanto los pasos seguían las sombras torpes

ocultándose en vano de nuestro camino.

que sed ha de tener esta tierra

cuanta sed

hace tanto calor

ironico

debajo de ella hay un rio

cerrojos sin llaves

no abrirán la puerta

esta detenido el tiempo

no andará más

solo yo tengo la llave.

tono pardo

obscuro

sienna tostada

que color tan util

solo

la tierra

evaporada ya de la tierra

solo es un susurro

mañana sera

la promesa

busca la suerte debajo de las piedras

devora todas las promesas

y procura ser un ave en paraiso.

abre un surco

en la piedra

descubre

más profundamente

al suelo,

negro, grisáceo,

rojo,

y al

limus

perdido en

el sótano

de la jungla

bélica de

concreto

descubre

a la tierra

poderosa madre

poderosa tierra

cubre el suelo

deshaste

de toda pista

no hubo crimen.

allí siembra una

semilla.

hierve la

arena

el suelo

calcinado

brama

de sed

no hay pistas

no hay nubes

solos nosotros

y el sol

postrado

sobre

un cactus

aun herido

y con sed

decides

te sumerjes

entre la

polvareda

menos calcinada.

la lluvia canta

la oi

sus cantos evocan prisas

otras tantas casualidades

de sereno gris y de brillo caído

barre las nubes

Sin consuelo

el tiempo desmorona la sed

no mas espera

una mirada reflejada en el agua

rie

convirtiéndola en pasado y sin huellas

va pasando en la tarde más agónica del año

el sol ya se ha marchado junto a los pájaros de sueño

se acuestan debajo de un lecho poco abrigado

destinado a soportar la brisa incesante.

de la piedra honda sumergida en el río

ha nacido un eco

Bajo los brazos del viento y los ramales verduscos

un cantar de aves

bajo la tónica mirada del sol

la paciencia de la tierra

nos llama

no responde

Huellas

se de tu casa, tu pueblo

tus huellas.

Se de tu querencia, tu sed

tus sueños.

pongo mis pasos para

hacerte camino

y el silencio de mi voz

para arrullar tu alma

cuando en el devenir

de alguna tormenta

tus manos solo tengan

un viejo libro

y no más que eso.

tocaré tu puerta

para saber que aún

permaneces despierta.

Pequeña puesta de sol

la otra voz que desde la superficie

terrea invoca enigmas y extiende

fronteras con muros de arenas;

Ella le canta a la noche.

esa voz impide el transitar

de los pasos.

sobre el paisaje se cierne el ocaso

y en el horizonte reposa

la esfera que continuará

mañana su camino.

solo para volver a vivir

el mismo sueño.

rueda a cántaros

arena

sin edad de sombras

que va sumergiéndose en

el silencio marino.

cristales de luz fundidos

por la voracidad solar

y amainados se extravían

entre la cresta oceánica

y su lecho.

se confunde, y en

el horizonte parece

pálida, diáfana

quizá.

orgullosa emerge de

entre la sal y se asienta

a orillas del atlántico.

la luna redobla sus

últimos instantes

ya la aurora advierte

su destino último.

esta madura la guayaba

aun a esa distancia siento su aroma

terriblemente dulce

sobre la mesa de manjares reposa ahora

y las hormigas sin reservas invaden

atraídas por su instinto hacia el alimento.

espléndidamente ordenadas

como un ejército de la antigua roma

se abalanzan a la carga y estrepitosamente

sus sueños caen derrumbados por la infinita fuerza

de lo sobrenatural.

La casa vieja

aquella casa de humo espeso

perdida en el tiempo ya no

existirá mas en el viejo andén

de los recuerdos.

efímera fue su vida,

¿ya no la recuerdas?

el árbol de las flores de madera

se fue sin decir un adiós

y la vieja chimenea no

soportó el embate de la soledad

y en un suspirar la vida se fue

extinguiendo en la vieja casa.

¡ya no será más aquel portal!

no, ya se le agoto su estar.

el tiempo nos devora

lento y rapido

segun tu staus

el tiempo lleva metralla

oculta y vista

segun tu creencia

la muerte es ahora redactora

edita sus libros de miseria

por las calles escribe

ando y sigo

nunca vera mis panfletos.

estar

ir

paulatinamente

partir

?y mis llaves?

de nevera en nevera

ahora al sarten

aun asi

no somos culpables

consumada la muerte

junto a las especias

hay rito

no reflexion

rueda la piedra

mueve los cimientos

corta el aire

rompe el silencio

desgarra la fortuna

rueda

sobre los aires

encima de las cabezas

provienen de manos manchadas

sin fin

oyendo el sonido que emite el silencio

me convertí en roca, sólida, inmutable

ante el viento, la sed, el tiempo.

ahora de cuerpo sólido, sin sensaciones

no oigo, no respiro, solo existo

inmutable me consagro a la tierra

allí donde pertenecemos.

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