recuerdo la canción
Post on 04-Mar-2016
19 Views
Preview:
DESCRIPTION
TRANSCRIPT
7/21/2019 Recuerdo La Canción
http://slidepdf.com/reader/full/recuerdo-la-cancion 2/13
Recuerdo la canción
Leila Milà
7/21/2019 Recuerdo La Canción
http://slidepdf.com/reader/full/recuerdo-la-cancion 3/13
©Recuerdo la canción
©Leila Milà
Recuerdo la canción1ª Edición, Noviembre 2015
Edición y corrección: ©LM
Diseño de portada: ©LM
Fotografía: ©Shutterstock Inc.
Web Autora:
www.leilamila.es
Safe Creative
Todos los derechos reservados
Quedan prohibidos, dentro de los límites legales establecidos, la reproducción total o
parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, ya sea electrónico o
mecánico, el tratamiento informático, alquiler o cesión de la misma sin la autorización
previa y por escrito del autor.
7/21/2019 Recuerdo La Canción
http://slidepdf.com/reader/full/recuerdo-la-cancion 4/13
E l antiguo gimnasio del instituto estaba irreconocible entre tanto adorno
surrealista, telarañas por aquí, sábanas por allá, calabazas, esqueletos, brujas, Santa
Claus terroríficos y guirnaldas con bolitas por todos lados en una macabra mezcla de
Halloween navideño. Y es que los antiguos compañeros del instituto se habían
propuesto hacer un encuentro generacional, y no se les ocurrió nada mejor que mezclar
las dos fiestas más señaladas de la época en la que estábamos.
Así que ahí me teníais, mirando a uno y otro lado, fuera de lugar, disfrazada de tigresa
con un collar de guirnaldas y muerta de frío con un cutre vaso de plástico y un ponche
más bien dudoso. Rodeada de mis antiguos compañeros que bailaban y reían contándose
anécdotas y poniéndose al día de sus respectivas vidas mientras mis ojos no dejaban de
controlar las salidas con un extraño nudo en el estómago.
No sabía porque esperaba verle ni comprendía mis nervios. Hacía años de aquello y sin
embargo, había quedado grabado en mí a fuego.
Dejé escapar el aire retenido y sonreí sin muchas ganas a uno de miscompañeros bajando de forma automática la vista al contenido del vaso, pues era la
tercera vez en esos minutos que me pillaba observando la puerta con cara melancólica y
suspiros lánguidos de dama enamorada para usar sus mismos términos.
Estaba claro, que ni con esa mezcla de villancicos camuflados entre la música de
nuestra adolescencia, se podía tener esperanza de que algo sucediese esa noche, hasta
que la oí... La canción que me transportó a ese momento que marcó mi vida incluso a
día de hoy. Su melodía simple, pegadiza y más bien idiota se te agarraba llevándote
lejos y una vez más, al recordar, el aire abandonó con sonoridad mis labios.
¡¿Pero qué demonios me sucedía?! Estaba más sensible y tonta de lo normal, y encima
esa canción no dejaba de llevarme a él, a sus besos y el tacto de sus manos dibujando
una sonrisa tonta en mis labios.
Él fue mi primer verdadero amor, el primer beso real. Eran buenos recuerdos de una
época feliz y extraña al mismo tiempo. Ahora todo quedaba muy lejos, desdibujado por
el tiempo, la adultez y las responsabilidades.
7/21/2019 Recuerdo La Canción
http://slidepdf.com/reader/full/recuerdo-la-cancion 5/13
Mi vida se había vuelto demasiado complicada por llamarla de un modo
elegante. Yo ya no era esa misma chica soñadora, inocente y sin experiencia a la que se
le aceleraba el pulso y le daba un brinco el corazón al verle. Todo cambió y se enredó
tanto…
Tenía claro que él no iría a esa fiesta, se había desvinculado de nosotros, de echo al año
siguiente abandonó la ciudad y jamás volvimos a saber de él, pero yo parecía no haberlo
olvidado jamás.
A ver, no os hagáis ideas raras, no pasó nada malo entre nosotros, solo éramos jóvenes y
lo nuestro duró lo que duró. No hubo en si ningún acontecimiento que nos hiciera
romper, solo las circunstancias de la vida nos fueron distanciando, o más bien él se fue
alejando y por mucho que pueda parecer, no le guardaba ningún rencor, al contrario.
Entre nosotros nunca necesitamos de muchas palabras ni explicaciones, nos
entendíamos. Era como si formásemos parte el uno del otro, entre sus brazos estaba en
casa. No había más, su olor, su contacto... Era el paraíso, nos pertenecíamos pero era
como si supiéramos que ese no era el momento, que había algo y él necesitaba irse.
No le retuve, no le reproche nada, nuestra relación de amistad nunca se rompió, nos
mirábamos, hablábamos, reíamos pero de modo cordial relegando la intimidad vivida a
un sueño pasado.
Y todo por culpa de esa melodía, de esa dichosa letra que perforaba mis oídos cada vez
con más saña, sin tregua ni compasión por los estragos que estaba causando en mi
organismo.
Apreté el puño libre y justo cuando me daba la vuelta su olor a bosque y
especias me golpeó. Mi cuerpo se tensó poniéndose rígido y el pulso se disparó como
un odioso coche de carreras dejándome sin aliento.
Su esencia me acariciaba la piel y empecé a temblar al tiempo que un irrefrenable deseo
ascendía por mi vientre estallando como una granada, alterando cada terminación
nerviosa. No podía ser...
—La canción de nuestro primer beso, no he conseguido olvidarla.
Su voz se enroscó oscura y sugerente en mi interior como la promesa del más
despiadado y prohibido placer, obligándome a girar cara él.
7/21/2019 Recuerdo La Canción
http://slidepdf.com/reader/full/recuerdo-la-cancion 6/13
Mi grupo, que todavía estaba alrededor diluyéndose por momentos se quedó
muy quieto observándonos, casi conteniendo el aliento al tiempo que de fondo se
escuchaba una voz saludándolo, y un cuerpo se le echaba encima afectuosamente entre
apretones y palmadas de machotes.
Sin embargo, su mirada felina seguía clavada en mí al igual que esa sonrisa canalla que
tan poco dejaba ver y que era capaz de fundir glaciares.
Verle ahí, parado junto al quicio, apoyado de lado con esa chulería indolente y
tan masculina me dejó sedienta.
Estaba increíble, sus facciones de por si algo marcadas y agresivas se habían acentuado
un poco más mostrando al hombre en que se había convertido. Seguía pareciendo serio
y algo rudo. Su boca seguía poseyendo los mismos labios que me moría por devorar, el
de abajo más grueso y bien definido. Nariz recta y esa penetrante mirada verde que
resaltaba entre el negro de cejas y pestañas. Tan oscuras como su corto cabello. Cuerpo
de infarto, atlético, fuerte y con músculos definidos pero no de gimnasio, espalda ancha,
piernas largas acorde con un culo que seguro seguía siendo igual de prieto.
Me relamí sin poderlo evitar quedándome parada donde estaba observándole con
el pulso disparado.
—¡Hombre Sash, dichosos los ojos! Ya creíamos que no vendrías.
Le iban diciendo entre risas alargándole un vaso. Él lo cogió con su elegancia y
elasticidad habitual y les respondió con educación disculpándose al tiempo que
impulsaba su imponente cuerpo hacía mí.
Era mucho más alto de lo que lo recordaba, aun así tragué dejando a un lado el dichoso
vaso pues no sabía qué hacer con él, y de seguro, nerviosa me pondría a jugar con este y
aún empaparía a alguien.
Sus palabras todavía resonaban en mi mente y la canción seguía sonando de fondo
como si el momento fuese ese y esta vez, no fuese a escaparse burlándose de mí porque
justo era como si el universo entero hubiese estado confabulando para tenerme en ese
instante ahí y ahora el uno frente al otro.
—Hola, tigresa.
7/21/2019 Recuerdo La Canción
http://slidepdf.com/reader/full/recuerdo-la-cancion 7/13
«Tigresa» Esa palabra de sus labios hizo que un nuevo estremecimiento me
recorriera entera.
—¿Y tú se puede saber de qué vas? —pregunté con picardía ladeando la sonrisa
al tiempo que lo repasaba.
Cazadora de cuero, vaqueros algo entallados, camiseta negra y unas
características rayas de tigre en el lado izquierdo de su rostro y que para nada eran
falsas. Algo que yo, por suerte o desgracia, conocía bien desde hacía un tiempo.
Lo mío no eran los saludos típicos, con él no me hacía falta.
—De cazador, claro.
—¿Y crees que es prudente? —Desvié los ojos con discreción a sus rayas.
—Sin problemas, gatita. Aquí nadie más lo sabe. Has sido rápida —ronroneó
junto a mi oído.
Yo me estremecí ante su cercanía, sentir su aliento en mi piel fue igual a una
descarga. ¿Cómo no iba a reconocer a un macho?
—¿Cuándo? —Quiso saber taladrándome con sus preciosos ojos.
—Hace años, poco después de irte tú. Salí a correr y... me atacaron.
—Los mataré —Sentenció con fría pragmacidad.
—Ya me encargué yo, al menos de un par de ellos. Digamos que les jodí la
diversión, me defendí y cuando supe que pasó, en que me convertí y lo controlé me
dediqué a dar buena cuenta de los corrompidos en mi tiempo libre. Tuve suerte yapareció una patrulla. Huyeron creyendo que no viviría, se equivocaron.
—Siempre fuiste peleona, luchabas con uñas y dientes —dijo recorriendo mi
cara con sus iris, y me apartó un mechón rozándome el cuello.
De nuevo el estallido del placer se hizo patente entre nosotros.
—¿Has vuelto para la fiesta? —Alcé el rostro hacia el suyo, estábamos tan
cerca...
7/21/2019 Recuerdo La Canción
http://slidepdf.com/reader/full/recuerdo-la-cancion 8/13
Creo que la tensión entre ambos era palpable para el resto porque sentía la
electricidad arañándome la piel así como la necesidad.
Su olor saturaba todos mis sentidos y mi tigresa no dejaba de rugir respondiendo a él, a
sus estímulos, a su presencia.
Podía notar su poderío, Sash siempre había tenido esa aura letal, salvaje y sensual pero
ahora era aun mayor y me dejaba en la cuerda floja debido a mi nueva naturaleza. Una
que parecía no conocer por completo. Lo que estaba sintiendo era demasiado intenso y
nuevo. No podía dejar de pensar en él, estaba tan excitada que me dolía y eso lo
afectaba a él que hacía esfuerzos por controlar el animal que brillaba en sus pupilas.
—No, era el momento, además me vas a necesitar.
Yo fruncí el ceño sin comprender pero callé al ver que los demás volvían a
acercarse.
—Cuanto tiempo tío, me alegra verte bien. ¿Una foto ahora que estamos todos?
—¡Ni hablar! No pienso exponerme a que luego mis colegas me chantajeen por
mis pintas, ah no. No tengo ganas de destripar a nadie —Me cuadré.
—¿Colegas? —Sash alzó una ceja y yo le empujé del pecho con suavidad para
apartarlo ya que me había pasado un brazo por los hombros y el fuego me consumió,
haciéndome sisear.
—Venga inspectora, afloja —Sonrió uno de los chicos—. Aquí la niña se nos
hizo poli.
—No me extraña, menudo susto con ese ataque —Soltó una de las chicas—, por
suerte no pasó nada.
Yo sonreí por pura fuerza de voluntad, aquello todavía me hacía sentir extraña,
aquella era una ciudad muy pequeña y todo se sabía.
Casi nos conocíamos todos como en un pueblo, así que la historia de la pobre y valiente
Aleen se conocía en buena parte del condado. No lo soportaba, no llevaba bien eso de
ser el centro de atención ni las ruedas de prensa. Era buena en mi trabajo pero tener que
ponerme al frente si no era para dar órdenes y hablar del caso me ponían nerviosa y
7/21/2019 Recuerdo La Canción
http://slidepdf.com/reader/full/recuerdo-la-cancion 9/13
terminaba clavándome las uñas en la pierna hasta hacerme daño. Siempre había sido
más bien solitaria.
—Fue terrible, pero claro, no lo sabías —Siguió otra de ellas coqueteando con
él, enrollando un dedo entre el cabello, provocando que necesitase de todo mi
autocontrol por no lanzarme sobre ella y destrozarla.
La rabia ardía en mi vientre destrozando la poca calma que me quedaba y no lo
entendía. Esa explosión de ira y celos había sido demasiado brutal y visceral.
—Parece que tenemos mucho de lo que ponernos al día —dijo y me llevó hacia
la pista a modo de rescate dejándoles con la palabra en la boca—. Parece que hay cosas
que no cambian.
—Eso parece, gracias —Dejé escapar el aire retenido borrando la sonrisa
forzada que había adoptado, logrando retraer las garras de vuelta al interior del cuerpo.
—Pero si es cierto que hay mucho que hablar.
—No es algo que me guste recordar Sash, en serio está bien —respondí algo a la
defensiva dejándome llevar por los movimientos de él.
Seguíamos acoplándonos a la perfección como si estuviésemos hechos para
encajar. Nos movíamos con suavidad en una extraña danza donde nuestras miradas
luchaban la una con la otra y nuestros cuerpos se rozaban, aumentando ese velo sensual
que nos rodeaba.
—No me refería eso en sí, ahora sabes porque me fui y me alejé pese a lo que
eso supuso para ambos. Miré de absorber todas las consecuencias y el dolor. No quería
meterte en este mundo de violencia y oscuridad. Aunque fueras mi pareja de vida eras
humana Aleen, y yo un tigre. Ahora ya conoces los peligros que se esconden en la
oscuridad.
—Podrías haber confiado en mí, darme la oportunidad de opinar —Me quejé
pese al mortal que dio mi corazón.
En mi cabeza solo se repetía lo mismo, pareja de vida. El estómago mecosquilleaba y las manos me quemaban, apenas podía respirar y menos controlar las
7/21/2019 Recuerdo La Canción
http://slidepdf.com/reader/full/recuerdo-la-cancion 10/13
inmensas ganas que tenía de golpearlo y besarlo al mismo tiempo.
Estaba admitiendo que sentía más por mí de lo que imaginaba, pero se fue, se alejó por
protegerme y alejarme de su mundo cuando yo... ¡Dios! Ambos sentíamos lo mismo tras
tantos años.
—Iba a suceder de todos modos... —dijo de modo críptico.
En ese instante no parecía estar allí sino perdido en su mente, así que no dije
nada, aunque no lo entendiese.
—¿Te han contado algo sobre nuestro mundo?
—Algo, no mucho —Lo miré extrañada ante el cambio que se obró en él.
De pronto estaba más serio de lo normal, alerta. Y su estado no ayudaba a mis
nervios, contagiándoseme la preocupación.
—¿Quién te explicó lo que fuese?
—Un ratón asustado, que pensó me lo iba a merendar —respondí con una risita
al recordar el incidente.
Lo cierto es que fue divertido. Sucedió el segundo día de universidad, iba con
los cascos puestos y entre la carpeta y los demás bultos empujé con demasiada fuerza la
puerta de la biblioteca lanzando al suelo a un pobre chico enclenque. Le pedí disculpas
al ver los libros salir volando y a él caer contra una de las estanterías. Me agaché con
rapidez a ayudarle y cuando alargué la mano para que tuviese apoyo, se apartó
atrincherándose contra la pared suplicando que no lo matase. Yo no me había dado
cuenta de que era hasta que me miró desde detrás de las desmadejadas gafas y tanto el
instinto, como el olfato se activó haciendo centellear mis ojos. El pobre se llevó un buen
susto pero enseguida supo que yo era una novata en toda regla. Eso sí, costó unos
cuantos días más que confiase y viese que no lo veía como a la merienda. Fue uno de
mis mejores amigos ahí dentro.
Suspiré saliendo de mis recuerdos y lo miré. Ni siquiera había sido consciente de
que me había sacado al pasillo y que estaba parada con la espalda en mi antigua taquilla
7/21/2019 Recuerdo La Canción
http://slidepdf.com/reader/full/recuerdo-la-cancion 11/13
con él delante, que tenía una mano a la altura de mi cabeza. Estábamos tan cerca que
podía sentir su aliento, mareándome a causa del ansia.
—¿Qué pasa, Sash? No puedes aparecer así y decirme todo esto y quedarte tan
ancho. ¿Por qué voy a necesitarte? Se cuidarme bien sola, y si realmente me querías ese
no era el modo —Solté sacando a relucir mi carácter.
Podía estar echando cohetes por saber que le importaba pero de eso a aceptarlo
sin más iba un trecho. Una chispa de rabia e indignación había prendido y traté de
apartarlo, una cosa era la atracción, otra muy distinta que intentase jugar con ello.
Sash me sujetó las muñecas para que dejase de golpearlo, y yo me libré de su tenaza,
pero no de la cárcel que creó con su cuerpo y la taquilla. Resoplé toda digna y orgullosa,me crucé de brazos alzando el mentón para sostenerle la mirada con un ronquido nada
humano.
—Apenas hay hembras entre nosotros y mucho menos humanas que superen el
cambio.
—¿Y? —espeté a la defensiva.
—Que es época de celo y todos vendrán atraídos aquí por ti, y tú no tienes ni
idea.
—¡Se defenderme! —Estallé volviendo a empujarle con la tigresa en los ojos,
eso había dolido—. ¡Así que por eso has venido, ¿no?! Has venido atraído por mi olor,
nada más. Y ya aquí sorpresa, descubres que soy yo y decides sacar ventaja.
—Calma fiera, no es eso y lo sabes. Lo sientes al igual que yo aunque no le
sepas dar un nombre. Es normal asustarse.
—¿Asustarse? ¡No estoy asustada! Y si lo que tratas de decir es que se van a
poner a pelear y llenar esto de otros, más vale que no se acerquen —Temblé apenas
conteniendo un rugido.
Estaba perdiendo el control y veía como las marcas del tigre aparecían en mi
piel. Sash se paralizó pero no me soltó rozando mi nuca para calmarme.
—No puede ser...
7/21/2019 Recuerdo La Canción
http://slidepdf.com/reader/full/recuerdo-la-cancion 12/13
—¡¿Qué?! —Me exasperé.
—Tus marcas, son como las mías, las de mi familia. Apenas hay tigres grises
Aleen —dijo llevándome hacia el exterior.
—¿Y qué? Será por esa conexión.
—En parte pero no lo es todo aunque estaba claro que tenías alma de tigresa.
—Habla claro de una vez —Lo hice detener pues todavía seguía tirando de mí
—. Además, no me has contestado.
—No Aleen, no vine por eso sino por ti y sé que tú tampoco me has olvidado, así
que dejándonos de tonterías te diré que si las tienes así es porque quien te atacó era unode los míos.
El pulso volvió a darme un nuevo revés, y lo miré con los labios entre abierto al
comprender.
—Pero os fuisteis, tú y tu familia os marchasteis, no pensará sin insinuarás que
tiene algún tipo de derecho de reclamar nada, ¿verdad?
—No, no puede porque existo, sino… —Su mano se deslizó muy despacio por
mi mejilla y no pude evitar dejar escapar un gemido.
—Sash… —murmuré entornando los ojos, dejando que me pegase a él para
lograr que el suelo dejase de tambalearse bajo mis pies.
—Tranquila, tenemos mucho tiempo y no dejaremos que la líen —Alzó mi
rostro colocando un par de dedos bajo mi barbilla.
Yo asentí, me sentía embriagada y demasiado atolondrada para coordinar, él
mismo había puesto en palabras lo que pensaba. Sabía cómo me sentía, ese ardor me
estaba destrozando y no iba a soportar mucho más esa tortura. No supe lo mucho que lo
había echado de menso hasta que lo tuve frente a mí. Los ojos me escocían y por fin sus
labios atraparon los míos con fiera pasión, reclamándome, perdiéndose por mi boca.
Nuestra lengua se entrelazó, reconociéndonos al instante en ese beso salvaje y agresivo,
7/21/2019 Recuerdo La Canción
http://slidepdf.com/reader/full/recuerdo-la-cancion 13/13
en el que podía leer lo mucho que había sufrido lejos de mí. Pude ver cuánto callaba, y
lo mucho que lo desgarraba seguir un día más sin estar donde debía.
Nunca nadie había significado lo mismo para él, nada lo llenaba salvo mi
recuerdo, casi lo mismo que me sucedía a mí, siempre fallaba algo, había un vacío en el
corazón que no podía llenarlo nadie. Entrelacé los brazos tras su nuca y saltando, enredé
las piernas en su cintura. Sash me aferró de las caderas y enseguida noté la fría pared de
las gradas tras mi espalda.
Se había movido deprisa, y yo sumida en manos de aquel frenesí sin nombre ni
me enteré, solo me dejaba arrasar naufragando entre las brumas del placer de volver a
sentirle.
—¿De verdad lo sientes y no es solo mera necesidad lo que nos pasa? —gemí
contra sus labios con la respiración agitada.
—Siempre te he querido solo a ti tigresa. ¿No lo oyes? Vuelve a estar sonando
nuestra canción…
Mi boca volvió a por la suya y todo encajó, ese era el momento, ya no había solo
recuerdos sino el presente, su calor y la certeza de que al final, esa noche sí era distinta
y los dos volvíamos a ser uno con la misma melodía de fondo y bajo el mismo cielo.
Mañana ya nos preocuparíamos por el resto del mundo…
Leila Milà
top related