teatro el príncipe rana

Post on 15-May-2015

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Teatro: El Príncipe Rana

Objetivos• Favorecer el vínculo entre iguales.

• Apreciar y disfrutar de las manifestaciones culturales de su entorno.

• Potenciar la expresión de ideas, sentimientos y deseos.

• Descubrir otros aspectos de juego y otras formas de representación y expresión.

Organización de espacio y tiempo• La representación durará unos 20 minutos

aproximadamente y se llevará a cabo en la sala de usos múltiples con la que cuenta el centro en la Casa de la Música.

• Se realizará por la tarde, después de la relajación y de una pequeña asamblea donde se les explicará la actividad.

Materiales• Teatrillo de marionetas

• Marionetas hechas con cartulina

• Cuento El príncipe Rana, extraído del libro Carabás 2 (1992), ed. Anaya

• Decorados hechos en papel continuo

• Colores, rotuladores, cartulinas, tijeras, etc.

Metodología• La actividad se llevará a cabo en forma de

taller de marionetas, donde además los niños trabajarán los personajes de los cuentos tradicionales. También se les mostrarán diferentes tipos de marionetas y diferentes formas de representación.

• Así pues, durante la representación, se animará a los niños a participar activamente en el cuento haciéndoles partícipes de la historia mediante la interacción con los personajes.

Ejemplo de marionetas

Cuento El Príncipe Rana• Había una vez un príncipe que estaba

cansado de ser príncipe. Apenas podía salir de casa y no le gustaba ponerse la corona.

• Su casa era un palacio. El palacio estaba rodeado por un jardín, y el jardín estaba rodeado por un muro.

• En el muro había una puerta que siempre estaba cerrada, pero un día se quedó abierta.

-Me asomaré para ver lo que hay fuera. - pensó el príncipe.

• Fuera había un bosque misterioso.

-Daré un paseo por el bosque. Sólo para ver los árboles. - pensó luego.

• Caminando, caminando, llegó junto a una laguna.

• En la laguna, las ranas se divertían.• El príncipe dijo:

-También quiero divertirme.

• De modo que se quitó la corona y las ropas de príncipe, y se metió en la laguna.

-¿Vienes a saltar conmigo?, -le pregunto una ranita muy joven.

-Claro que voy; saltar es muy divertido.

• La rana dio tres saltos sobre el agua y no se hundió. El príncipe dio un solo salto y se hundió. La ranita se sentó encima de un nenúfar, y el nenúfar no se partió. El príncipe se sentó encima de otro nenúfar y el nenúfar se partió.

• Entonces el príncipe se puso muy triste y la ranita le dio un beso porque quería consolarlo.

• -¡Oooh! Este beso me ha encantando -exclamó el príncipe.

• -¡Oooh! ¿Qué ha ocurrido con mis piernas? -dijo enseguida.

• Y es que sus piernas de príncipe se habían convertido en patas de rana. Y lo mismo sucedió con sus brazos, con sus orejas y con todo su cuerpo de príncipe.

• -¡Oooh!, ahora soy una rana. ¡Oooh! Ahora soy un príncipe encantado. - exclamo.

• Luego, el príncipe rana dio tres saltas sobre el agua y no se hundió. Se sentó encima de un nenúfar y el nenúfar no se partió.

-¡Bravo! - gritó.

• Pero enseguida pensó: “mis padres estarán muy preocupados”. Así que salió del agua y les escribió un mensaje en una hoja de chopo.

• “Queridos padres: estoy encantado. Besos.”

• Buscó al cartero del bosque, que era un pájaro azul, y le pidió, por favor, que lo llevara a palacio. Luego él se volvió al agua para seguir divirtiéndose.

• El rey recibió el mensaje y gritó:

-¡Pronto!, que vengan muchas princesas.

• Llegaron muchas princesas y el rey gritó:

-¡Pronto!, busquemos al príncipe.

• El rey, la reina, las princesas y todos los ministros se fueron al bosque para buscar al príncipe.

• Se acercaron a la laguna y vieron en la orilla su corona y sus ropas.

• También vieron muchas ranas.

-¡Pronto! Cojamos ranas. Todos los príncipes encantados se convierten en ranas, - gritó el rey.

• Los ministros cogieron muchas ranas y el rey dijo:

-¡Pronto! Que las princesas les den besos. Los besos de las princesas desencantan a los príncipes.

• Las princesas dieron muchos besos a muchas ranas. Pero el príncipe estaba debajo del agua, charlando con su amiga la ranita, y no le dieron ninguno.

-¡Basta! Que se vayan las princesas.

• Las princesas se marcharon, y el rey gritó:

-¡Pronto!, que busquen al mago de los desencantamientos.

• Entonces, todos los ministros corrieron a buscar al mago y las ranas volvieron todas al agua.

• Las ranas dijeron al príncipe que el rey y la reina estaban en la orilla y que los ministros buscaban al mago.

-Tengo que volver a casa - dijo el príncipe, y su voz sonaba triste.

-Por favor, no te marches todavía. -Suplicó la ranita.

• -Tengo que irme.

-Si quieres, iré yo en tu lugar - dijo la rana aventurera. Deseaba ver el mundo, porque estaba aburrida de vivir siempre en el agua.

-Pero tú eres una rana y no un príncipe encantado.

-No importa, saltaré fuera del agua y me sentaré en la orilla a esperar que venga el mago. Cuando me vea, se creerá que soy tú. Dirá sus palabras mágicas y yo me volveré príncipe.

-Entonces, si quieres ve en mi lugar. Pero te advierto que ser príncipe es mucho más aburrido que ser rana.

-Iré de todas maneras.

-Gracias. Te prometo que no será para siempre. Cuando pase un año, yo regresaré al palacio. Entonces, tú volverás a tu casa.

-¡Adiós! - dijo la rana que quería ver el mundo, y fue a sentarse en la orilla.

• Cuando llegó el mago y la vio, gritó con voz muy fuerte:

Rana sentada,

Sal de tu piel

Y ponte el traje

Que yo te dé

• La rana aventurera se quitó su traje verde y se puso las ropas y la corona del príncipe, y ¡zas!, se convirtió en príncipe.

• Pero la reina le dijo el rey:

-Este príncipe no se parece a nuestro hijo.-Se parece. Ha cambiado por estar dentro del agua -

respondió el rey.-Si, el agua me ha cambiado - afirmó la rana

aventurera.

-¿Y su voz? No es la voz de nuestro hijo.-Sí es la de nuestro hijo; el agua se la ha

mojado y la tiene acatarrada.-Pues entonces, que se abrigue y nos volvemos a

casa – dijo la reina y comenzó a marchar hacia el palacio.

• Durante un año. El príncipe rana vivió muy feliz en la laguna. Pero el año pasó y tuvo que regresar. Se lo había prometido a la rana aventurera.

• Cuando llegó al palacio, llamó a la puerta.

-¿Quién es? - preguntó el portero.

-Soy yo, el verdadero príncipe.

• El portero miró fuera y vio a una rana.

-Vete rana, el verdadero príncipe está sentado en el trono.

• El príncipe rana volvió a llamar a la puerta.

-¿Quién llama? - preguntó la reina.

-Soy yo, madre, tu verdadero hijo.

-Vete, rana. Mi verdadero hijo estudia para ser rey.

• El príncipe rana no se marchó, y otra vez llamó a la puerta.

-¿Quién está ahí? - pregunto el rey.

-Soy yo, padre, tu verdadero hijo.

-Vete, rana. Mi verdadero hijo está montando a caballo.

• Y de nuevo el príncipe volvió a llamar a la puerta.

-¿Quién es? - preguntó la rana aventurera.

-Soy yo, el verdadero príncipe. He venido para cumplir mi promesa. Ya puedes regresar a tu laguna.

-Pero qué simplezas dices. Yo soy el verdadero príncipe. Vete, rana, y vuelve tú a la laguna.

• El falso príncipe se alejó por el jardín. Tenía la corona puesta y se notaba enseguida que le encantaba ser príncipe.

-Entonces, ¡adiós a todos! - dijo el verdadero príncipe y regresó a la laguna.

• Por el camino daba saltos de alegría. Y todo lo que pensaba le parecía estupendo:

• Si miraba su piel verde, pensaba: ¡qué cómodo es este traje…! Y también es una suerte tener las patas tan largas, por eso doy estos saltos… En cuatro o cinco segundos, puedo ver más de mil cosas, porque mis ojos son grandes…

• Y el príncipe seguía saltando, y cada vez más deprisa, porque quería llegar pronto a la laguna. Se le notaba enseguida que le encantaba ser rana.

FIN

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