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UNIVERSIDAD DE JAÉN Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Trabajo Fin de Grado
Tratamiento del léxico histórico andaluz (Proyecto
LEXHIAN) en la plataforma de teleformación Ilias de la
UJA
Alumno/a: Inmaculada Ruiz Sánchez Tutor/a: Prof. D.ª M.ª Águeda Moreno Moreno Dpto.: Lengua Española
Mayo, 2017
2
Índice
1. Introducción .......................................................................................................................... 4
2. Estado de la cuestión ........................................................................................................... 5
2.1 La lexicografía regional .................................................................................................... 5
2.2 Estudios de regionalismos en diccionarios generales españoles ...................................... 6
2.3 Estudios de andalucismos en diccionarios generales españoles ..................................... 12
3. Objetivos del estudio ......................................................................................................... 17
4. Metodología ......................................................................................................................... 19
5. Estudio ................................................................................................................................. 21
6. Conclusiones ....................................................................................................................... 29
7. Bibliografía ......................................................................................................................... 31
3
RESUMEN Y PALABRAS CLAVE
Este trabajo tiene como objetivo principal ofrecer un estudio del tratamiento del
léxico histórico andaluz en el proyecto LEXHIAN. Este, actualmente, aborda la
digitalización de los términos andaluces en la plataforma de teleformación Ilias de la
UJA, cuyo acceso es restringido. Precisamente, en este Trabajo Fin de Grado nos
ocupamos de describir el tratamiento de las voces recogidas en esta plataforma.
Palabras clave: historiografía, lexicografía histórica, marcación diatópica,
provincialismos, regionalismos, andalucismos, hablas andaluzas.
ABSTRACT
The present dissertation offers a study on the treatment of the historical Andalusian
lexicon in the LEXHIAN project, and it foresses definitive steps in the viability of a bigger
project which is being carried out in the investigation group Seminario de Lexicografía
Hispánica (HUM 922) of the University of Jaén. Moreover, the LEXHIAN project is currently
dealing with the digitization of Andalusian terms in the Ilias learning management system of
the University of Jaén. Precisely, we describe in this final project the treatment of the voices
collected in this platform in order to enable the group members the usage and corpus
managment in the Ilias learning management system.
Keywords: historiography, historical lexicography, diatopic marking, provincialisms,
regionalisms, andalucismos, Andalusian speech types.
4
1. INTRODUCCIÓN
El trabajo aquí presentado responde a una de las líneas de investigación que se
desarrollan en el grupo Seminario de Lexicografía Hispánica (HUM 922), grupo con el
que, actualmente, estoy trabajando, en el marco de una beca concedida por el Ministerio
de Educación, Cultura y Deporte y con el que previamente había realizado unas prácticas
externas a través del programa Ícaro. El proyecto beca-colaboración ofrece la
oportunidad de participar colaborativamente dentro de las tareas de investigación que
lleva a cabo este grupo. Así, he podido aplicar los mecanismos de investigación propios
de la dialectología andaluza y la metalexicografía histórica.
El grupo Seminario de Lexicografía Hispánica (HUM 922) trabaja en distintos
proyectos. El proyecto que aquí nos concierne se conoce como proyecto LEXHIAN
(LEXico HIstórico ANdaluz). Precisamente, este proyecto se ocupa del estudio y análisis
lexicográfico del léxico de las hablas andaluzas. Por lo que su principal objetivo
responde a la inclusión de dichas voces en un corpus y al estudio con fines lexicográficos
de las voces que han sido admitidas como andalucismos en las diferentes etapas del
pasado lingüístico. Como no podía ser de otra forma, ya que se trata de una investigación
de carácter histórico, el punto de arranque son las fuentes escritas disponibles. Las
fuentes que han sido consultadas han sido tanto lingüísticas como metalingüísticas.
En definitiva, la investigación que se ofrece en este Trabajo Fin de Grado aporta a
este grupo un estudio sobre el tratamiento del léxico histórico andaluz en la plataforma
de teleformación Ilias de la Universidad de Jaén, al mismo tiempo que pretende
contribuir con el desarrollo del proyecto LEXHIAN.
5
2. ESTADO DE LA CUESTIÓN
2.1 La lexicografía regional
Desde los orígenes de la práctica lexicográfica española, en los diccionarios se han
documentado voces con marcación diatópica limitada a pesar de la intención de los
lexicógrafos, que era la de componer diccionarios de uso general. Esto se debe, según Alvar
(1996-97: 80), al deseo y a la necesidad de representar lo aprendido en su entorno,
posiblemente, porque el lexicógrafo no tenía conocimientos más allá de su realidad inmediata
o bien porque quería plasmar las diferencias léxicas que se presentaban en el contacto con
distintas poblaciones. En la actualidad, la inclusión de términos propios de una zona
geográfica concreta se debe al propósito de presentar las distintas variedades de la lengua y,
con ello, dar a conocer las nuevas realidades.
Precisamente, el surgimiento de la lexicografía regional está vinculado a las obras
literarias o históricas y geográficas relativas al descubrimiento de América. En efecto, son
numerosos los autores de repertorios lexicográficos en esta época, por citar algunos, Pedro de
Oña (1596), Pedro Fernández Castro de Andrade (1608), Francisco A. de Fuentes y Guzmán
(1690) o Juan Francisco de Páramo y Cepeda (1697). En cuanto a obras no literarias, habría
que incluir la Tabla para la inteligencia de algunos vocablos desta Historia (1627) de fray
Pedro de Simón y el Vocabulario de las voces provinciales de América (1789) de Antonio de
Alcedo. (Ahumada, 2007: 104)
Sin embargo, no es hasta 1836 cuando se fecha el nacimiento de los diccionarios
españoles de regionalismos desvinculados del diccionario general y de la glosografía. La
datación corresponde a la época en la que, en los territorios españoles de América y en los
antiguos reinos peninsulares, surgen las primeras recopilaciones de provincionalismos.
Precisamente, en Cuba sale a la luz el Diccionario provincial de voces cubanas de Esteban
Pichardo, al mismo tiempo, que en Zaragoza se presenta el Ensayo de un diccionario
aragonés-castellano de Mariano Peralta. (Ahumada, 2003: 68)
Antes de esta fecha, los corpus dialectales surgen como complementos al diccionario
general u oficial de la lengua. Esto explica que el estudio metalexicográfico de voces
regionales esté orientado a: (a) analizar voces marcadas diatópicamente en diccionarios
generales de la lengua y (b) analizar repertorios en los que se documentan, teniendo en cuenta
6
la metodología lexicográfica propia, voces diferenciales o comunes y propias de una zona
lingüística determinada. (Ahumada, 2000a: 14)
Así pues, se debe entender por lexicografía regional o dialectal la rama de la
lexicografía que se encarga de redactar en diccionarios diferenciales o integrales variantes
geolingüísticas de una lengua, es decir, de formalizar de forma lexicográfica las variedades
espaciales de una lengua en el sentido más amplio. No obstante, hay que tener en cuenta que
los límites de la lexicografía regional se marcan por las fronteras geográficas en las que
determina la variedad lingüística y no por las fronteras administrativas, aunque estas últimas
inevitablemente se generaliza como referencias. (Íd.: ib.)
En la actualidad, la lexicografía regional está ''en un momento inmejorable''. Esto se
debe al aumento de proyectos lexicográficos que se están llevando a cabo y que favorecen un
creciente interés en el tratamiento de las voces dialectales en los diccionarios. Por esta razón,
la lexicografía regional ha actualizado sus planteamientos tras un largo período temporal. (Íd.:
ib.)
2.2 Estudios de regionalismos en diccionarios generales españoles
A pesar de haber fijado la fecha de inicio de la lexicografía regional en el siglo XIX
como ciencia autónoma, desde fechas tempranas, como ya hemos comentado anteriormente,
se documentan voces anotadas que presentan el carácter dialectal del término en cuestión.
De esta forma, la presencia de regionalismos se recoge desde el inicio de la práctica
lexicográfica española. Como ya hemos adelantado, el descubrimiento de América dio
comienzo al camino de los corpus regionales. Concretamente al final del siglo XV, Nebrija
incorpora canoa como primer americanismo al Diccionario español-latino (1495). Asimismo,
esta voz fue muy aceptada entre los marineros de La Española lo que conllevó que Nebrija,
''dotado de un especial ingenio para hacer diccionarios'' lo incluyese entre las 18000 palabras
de su Diccionario, junto a voces de distintas variedades lingüísticas como, por ejemplo, la
andaluza. (Ahumada, 2007: 102)
No obstante, los andalucismos en Nebrija han sido objeto de estudio entre distintos
estudiosos. En primer lugar, ya en el siglo XVI las voces marcadas como andalucismos
estuvieron en el punto de mira de Juan de Valdés, que, precisamente, las consideraba
semejantes a las de uso común, pero con una realización articulatoria diferente (Moreno,
2007: 15-16). Tras siglos, Casares (1961: 139-146) retoma esta afirmación y considera que se
trata de un léxico arcaico y de uso vulgar en la época y que, por tanto, refleja vacilaciones
fonéticas.
7
En este mismo siglo, se empieza a contemplar los andalucismos léxicos en el
Vocabulario. A pesar de las consideraciones de Eugenio de Bustos (1996: 219), quien
únicamente, marca las voces faisa y faisar como localismos, simultáneamente se empezó a
llevar a cabo una línea de investigación relativa al andalucismo léxico en la obra lexicográfica
de Nebrija. (Moreno, 2007: 16)
Así, los primeros datos que se obtienen sobre esta línea de investigación son de
Manuel Alvar (1997: 89-126) que realiza un estudio comparativo del léxico del Diccionario
español-latino con las zonas próximas a Lebrija (Sevilla). De este estudio, podemos recoger
un listado de treinta voces que están circunscritas a Andalucía, aunque no están marcadas
diatópicamente.
Sin embargo, unos años antes de la publicación de Nebrija, en el Razonamiento de
algunos vocablos castellanos de autor anónimo se había evitado el uso de zagal 'mozo
pequeño' y barrano 'mancebo sin casa y sin casar', al considerarse regionalismos muy
vinculados geográficamente a la zona toledana y a otras lugares. Asimismo, otra razón por la
que no se admitían estos vocablos era por no pertenecer a un ámbito culto. (Ahumada, 2007:
102)
Ya en los siglos XVI y XVII, generalmente la presencia de diccionarios bilingües y
plurilingües aumenta por la maduración del español como lengua y por la importancia cultural
que seguían teniendo las lenguas clásicas en el español. No obstante, hay que tener en cuenta
el tratamiento del léxico regional en los diccionarios etimológicos, que eran las únicas obras
prácticamente monolingües. (Íd.: ib.)
En este caso, debe señalarse el estudio realizado por Moreno (2004), que se encarga de
inventariar los regionalismos en los repertorios etimológicos españoles de los siglos XVI y
XVII. Tal como señala Moreno (2004: 242), entre los objetivos de estos autores no estaba el
de recoger exclusivamente el léxico regional, sino que el principal fin de estos diccionarios
etimológicos era la ''recogida del léxico de nuestra lengua al que se le va a dar un tratamiento
etimológico''.
Si bien es cierto, estos diccionarios se compusieron con el fin de impedir el
vulgarismo y buscar un término etimológico válido para dignificar la lengua. Esto explica que
la etimología se tratase como una información enciclopédica sistemática. De esta forma,
deducimos que estos primeros diccionarios están íntimamente vinculados con la tradición
medieval enciclopedista. Por tanto, los lexicógrafos muestran a través de las entradas de la
práctica lexicográfica los conocimientos humanos de la realidad y, más concretamente, de su
época. (Íd.: ib.)
8
Asimismo, el objetivo de estos diccionarios es la corrección lingüística. Sin embargo,
esto no implica que no puedan presentar léxico dialectal. Es más, la inclusión de
regionalismos conlleva considerar una gran riqueza lingüística en las hablas andaluzas. (Íd.:
ib.)
Del siglo XVI se analizaron cinco obras, entre ellas: el Razonamiento de algunas
voces castellanas de autor anónimo, que ya hemos citado anteriormente, el Tratado de la
agonía del tránsito de la muerte (1537) de Alexo Venegas, el Tractado de etymologías de
voces castellanas en otras lenguas: castellana, hebrea, griega, árabe (1580) de Bartolomé
Valverde, las Etimologías españolas (1580) atribuidas a Francisco Sánchez de las Brozas y la
Recopilación de algunos nombres arábigos (1593) de Diego de Guadix1. Del siglo XVII se
examinaron la obra de Francisco del Rosal, Origen y etimología de todos los vocablos
originales de la Lengua Castellana (1601) y el Tesoro de la lengua castellana o española
(1611) de Sebastián de Covarrubias. (Íd.: 242-245)
Debido a la variedad de las etiquetas geolingüísticas recogidas en estas obras, no cabe
duda de la inexistente sistematicidad en los materiales documentados, en los que se ha
prestado especial atención tanto al número de voces marcadas como a las zonas en las que se
circunscriben. Asimismo, el tratamiento de voces dialectales en estas obras corresponde al
interés de estos autores por marcar el léxico propio de la península, siguiendo los principios
lexicográficos, especialmente de las obras enciclopédicas. Es, por esta razón, por la que los
autores consiguen presentar un análisis explícito de los regionalismos en España, tal como
encontraríamos en una obra enciclopédica. (Íd.: 248)
Sin duda, habría que tener en cuenta que estamos ante una etapa precientífica, en la
que no hay una teoría lingüística específica que guie a los autores de estos repertorios
regionales, lo que prueba la originalidad en la recogida del léxico dialectal. En este sentido, la
capacidad de entendimiento y de recopilar léxico, además de los propios conocimientos que
tengan de su lengua, son las herramientas fundamentales para desarrollar estos corpus
dialectales. Por tanto, son muestras más que suficientes para justificar la necesidad que se
sentía por recoger este tipo de términos en los albores de la lexicografía, que, en contadas
ocasiones, se repite. (Íd.: ib.)
Así, este caudal léxico demuestra de qué forma se fue haciendo hueco en la práctica
lexicográfica general, de ahí, el interés que provocan estos estudios lexicográficos en la
1 A estos autores habría que añadir a Andrés Laguna (¿1490?-1560) y a Lorenzo Palmireno. El primero, al
realizar la traducción del Pedacio Dioscórides Anazarbeo (Amberes, 1555), incluyó un glosario final con voces
regionales. Lorenzo Palmireno, en cambio, se centró en ofrecer un repertorio léxico que tituló Vocabulario del
humanista. (Alvar, 1996-97: 81)
9
actualidad. Por su parte, el estudio de Moreno (2004) ofrece un corpus con un total de 27
etiquetas geolingüísticas que comprenden 14 zonas dialectales: 1) Andalucía, 62; 2) Aragón,
13; 3) Asturias, 2; 4) Canarias, 5; 5) Castilla la Nueva, 36; 6) Castilla la Vieja, 15; 7)
Extremadura, 15; 8) Galicia, 5; 9) Murcia, 10; 10) Segura de la Sierra, 1; 11) Portugal, 36; 12)
Valencia, 56; 13) Vizcaya, 7 y 14) América, 9. (cf. Moreno, 2004)
Este interés por recoger voces dialectales desde los inicios de la práctica lexicográfica
española no se ha visto reflejado del mismo modo en otras lenguas europeas como la italiana
o la francesa, de las que, precisamente, se han tomado sus diccionarios oficiales: Vocabolario
degli Accademici della Crusca (1612) y el Dictionnaire de l'Académie française (1694), como
modelos al diccionario de la Real Academia Española de la Lengua (Ahumada, 2003: 64). La
fecha de la fundación de la Academia de la Lengua española se remonta al siglo XVIII,
concretamente a 1713, por lo que podría considerarse que el tratamiento de voces regionales
en la práctica lexicográfica académica es relativamente moderna (Martínez, 1996: 35).
En efecto, la nueva Academia de la Lengua española no presentó, tal como afirma
Ahumada (2007: 102), ''grandes reparos a la incorporación de regionalismos al futuro
Diccionario de Autoridades (1726-39)'', ya que tuvo en cuenta la tradición lexicográfica
española desarrollada hasta el momento, además de adoptar como ejemplos los corpus de
Antonio de Nebrija y Sebastián de Covarrubias2 que estaban concienciados sobre la presencia
de léxico dialectal.3 (Ahumada, 2000a: 16)
Tras el estudio que corresponde a los siglos precedentes, se inicia el siglo XVIII
denominado por Alvar (1991: 59) como ''el siglo de la ciencia y la técnica […] y la
lexicografía''. Bien es sabido que los primeros años de este siglo, respecto a la práctica
lexicográfica, corresponden a la fundación de la Real Academia Española, cuyo objetivo
principal era la creación de ''un diccionario español, con la censura prudente de las vozes, y
modos de hablar, que merecen, o no merecen admitirse en nuestro idioma'' (RAE, 1715: Est.,
8). Así, el diccionario de la Academia es ''el más copioso que pudiere hazerse: en el qual se
annotarán aquellas vozes, y frases, que están recibidas debidamente por el uso cortesano''.
(Íd.: 12)
2 V. Pról. 1726-39, pág. I '' fue tener otro recurso que el libro del Thesoro de la Lengua Castellana o Española,
que sacó a la luz el año de 1611 Don Sebastián de Covarrubias'', ''pero la Real Academia, venerando el noble
pensamiento de Covarrubias, y siguiendole en las voces en que halló proporción y similitud, ha formado el
Diccionario, sujetandose a aquellos principios, y continuando después debaxo de las reglas que la han parecido
mas adequadas y convenientes''. 3 Este interés hacia las voces con marca diatópica se convirtió en una seña identificativa de nuestro diccionario
oficial. (Ahumada, 2007: 102-103)
10
Sin duda, esta será la perspectiva lexicográfica académica del siglo XVIII, que, como
consecuencia, dará fruto a las dos ediciones del Diccionario de Autoridades, la de 1726-1739
y la de 1770, además de las primeras tres ediciones del diccionario general español
correspondientes a los siguientes años de publicación: 1780, 1783 y 1791(Alvar, 1991: 59).
Ya en el prólogo del Diccionario de la lengua castellana4 de 1780, se afirmaba haber
excluido ''las autoridades, etimologías de las voces y las anomalías de los verbos'' (RAE, 1780:
Pról. 3), afirmación que se mantiene en las siguientes ediciones.
Durante este tiempo, la Academia trabajó en otras obras como la Ortographía
española (1741) y la Gramática de la lengua castellana (1771). En suma, en la práctica
lexicográfica no académica, hay que tener en consideración el Diccionario castellano con las
voces de ciencias y artes (1786-1793) del Padre Terreros en las postrimerías del siglo. Esto
lleva consigo que autores como Alvar (1991: 59) consideren este siglo como el nacimiento y
auge de la lexicografía monolingüe española.
En efecto, tras analizar el prólogo del Diccionario de Autoridades (1726-39) de la
RAE, damos cuenta de la importancia que tenía para la Academia la inclusión de voces
dialectales. Así se constata en el prólogo de esta obra: ''en el cuerpo de esta obra, y en el lugar
que les corresponde, se podrán varias voces peculiares y própias, que se usan frequentemente
en algunas províncias y reinos de España, como en Aragón, Andalucía, Astúrias, Murcia, &c.
aunque no son comúnes en Castilla;'' (Íd.: Pról., V). No obstante, resulta llamativo el hecho de
que una fuente académica, como se considera esta obra, incluya voces que no son generales ni
tienen un uso compartido por los hispanohablantes.
Y es que, tal como apunta Salvador (1985: 103), la principal diferencia entre la
Academia española y las Academias italiana o francesa se debe a la escasa nitidez que se
establece al diferenciar entre lengua escrita y hablada. Esto se produce, fundamentalmente,
por la alta consideración literaria de una variedad local concreta, en la que se funden distintas
variedades geográficas dando lugar a una ''especie de coiné lingüística constantemente
realimentada, en el plano léxico, desde los diversos ámbitos territoriales del idioma''. (Íd.: ib.)
Del mismo modo, en las siguientes ediciones de la Academia se ha seguido teniendo
en cuenta los regionalismos en el lemario de sus diccionarios. Sin embargo, la inclusión de
términos de corte dialectal ha sido una tarea ardua y difícil de constatar, fundamentalmente,
por la escasa y asistemática información que se ha recogido de estas voces. (Ahumada, 2000b:
65)
4 Hasta la 14ª ed. del diccionario de la RAE, se mantuvo la denominación de Diccionario de la lengua
castellana. A partir de 1925 (DRAE), pasó a considerarse Diccionario de la lengua española.
11
En el siglo XIX, la práctica lexicográfica española se vuelve aun más regionalista,
influida por los movimientos románticos que favorecían las manifestaciones populares. No
obstante, el primer autor que incorpora de forma masiva americanismos a su Nuevo
diccionario de la lengua castellana (1846) será Vicente Salvá. A esto habría que sumarle que
la práctica lexicográfica de carácter dialectal ya había empezado a manifestarse unas décadas
antes. Como ya hemos señalado, en América, apareció el Diccionario provincial de voces
cubanas de Esteban Pichardo, mientras que en España, el Ensayo de un diccionario aragonés-
castellano de Mariano Peralta. (Ahumada, 2007: 103)
En el siglo XX, contamos con el estudio de Salvador (1985) que analiza el corpus
léxico marcado diatópicamente en el Diccionario de Autoridades (1726-39). El principal
planteamiento de Salvador (1985: 108) es ofrecer datos concretos sobre la localización
geográfica del corpus léxico de este diccionario para ponerlo al servicio de dialectólogos y
lexicógrafos interesados en la marcación geolingüística5.
Por último, cabe comentar la investigación llevada a cabo por Guerrero (1992) que se
ocupa de una obra lexicográfica que, hasta el momento, había pasado desapercibida6. Se trata
del Diccionario castellano con las voces de ciencias y artes (1786-1793) de Esteban de
Terreros, que, entre sus páginas, contiene léxico dialectal. De manera bastante probable, al
tomar el Diccionario de Autoridades como fuente principal, mantuviera este léxico y lo
incluyera en su Diccionario. (Guerrero, 1992: 152)
Sin duda, lo interesante de esta investigación es el número de regionalismos
documentados en el repertorio lexicográfico de Terreros. Concretamente, Guerrero (1992)
determina un total de 796 entradas con marca geolingüística, de las cuales 616 corresponden
al territorio peninsular y 183 al español de América. Aunque, se piensa que la nómina
geolingüística podría aumentar, si se tuviera en consideración ''las voces puramente gallegas,
catalanas, vascongadas e incluso portuguesas o los préstamos usados por españoles que se
hallan en otros ámbitos lingüísticos''. Lo que sí queda patente es la actitud del autor ante la
documentación de voces dialectales7. (Íd.: 154)
5 Véase a Salvador Rosa, A. (1985). ''Las localizaciones geográficas en el Diccionario de Autoridades'' en
Lingüística Española Actual, 7 (1), Madrid: Arco-Libros, pp. 112, para conocer el resultado de las zonas
geográficas documentadas. 6 Afirmación que reitera Alvar (1993: 50), ya que reconoce que este diccionario apenas ha sido objeto de estudio
de distintos especialistas y, extraordinariamente, es consultado, a pesar de la gran riqueza terminológica. 7 V. Terreros y Pando (1786- 1793: Pról., IV) ''El quinto idioma Castellano es el que llaman Provincial, de
manera que aun prescindiendo del Bascuense, […] y prescindiendo tambien del Catalan y Valenciano, […] nos
queda mucha variedad en otras Provincias. […] en las cuales, […]dan casi en cada Reino y Provincia diverso
nombre a un mismo objeto: quedemonos pues mas acá, Andalucía, Murcia, Aragon, Asturias, Leon, muchas
partes de Castilla la Nueva y Vieja, y aun en muchos Lugares no lejanos de la cortes usan de multitud de frases y
voces particulares''.
12
2. 3 Estudios de andalucismos en diccionarios generales españoles
Como ya hemos comentado, los estudios de Moreno (2004) aportaron valiosos datos
sobre la presencia de regionalismos y el tratamiento que se le daba a estas voces dialectales en
los albores de la lexicografía española. En años posteriores, la autora se vale de estos estudios
para centrarse concretamente en la zona geográfica circunscrita a Andalucía.
Precisamente, en estos estudios que llevó a cabo Moreno en el 2004, resultó llamativa
la cifra de andalucismos que se documentaron en los repertorios etimológicos españoles de
los siglos XVI y XVII. Por tanto, se aprovecharon los datos para seleccionar el léxico que se
presentaba marcado con etiquetas geolingüísticas distintas: Andalucía, Córdoba, Jaén,
Granada y Sevilla. De este modo, esta información nos presenta un pequeño corpus léxico
histórico andaluz. (Moreno, 2007: 10)
Por otro lado, los límites cronológicos con los que se trabajaron datan
aproximadamente entre el siglo XV del anónimo Razonamiento de voces castellanas y la obra
de Sebastián Fernández de Gamboa, Vocabulario de los nombres que usa la gente de mar en
todo lo que pertenece a su arte (1696) del siglo XVII. Por tanto, la marca diacrónica
corresponde con la época clásica de la práctica lexicográfica española. Además, fue
fundamental la elaboración de un catálogo que recogiese todas las obras lexicográficas con el
objetivo de dominar los datos del quehacer lexicográfico español. (Íd.: 13)
Finalmente, se seleccionaron, entre todas ellas, 26 obras que se prestaban a análisis
para el rastreo de voces andaluzas. De nuevo, esta selección permite establecer otros límites
cronológicos distintos. Ahora, nos centramos en el siglo XV del ya mencionado
Razonamiento de voces castellanas de autor desconocido y el siglo XVII, concretamente
1679, con la aparición del Thesaurus utriusque linguae hispanae et latinae de Baltasar
Henríquez Hyberno. De esos 26 repertorios lexicográficos, 68 de ellos documentaban voces
marcadas como andalucismos, por lo que fueron objeto de estudio para la elaboración del
corpus final, que supuso el primer corpus histórico andaluz hasta el momento. (Íd.: ib.)
Asimismo, este estudio revela la necesidad de atender a voces dialectales circunscritas
a Andalucía desde el inicio de la práctica lexicográfica española, al mismo tiempo que pone
de relieve el carácter monolingüe y general de la práctica lexicográfica que favorece el uso de
los diccionarios como fuentes metalingüísticas para el estudio de voces regionales. En la
8 Los diccionarios estudiados por Moreno (2007) pertenecían a los siguientes autores: Santaella (1499), Guadix
(1593), Rosal (1601-11), Covarrubias (1611), Minshev (1617) y Franciosini (1620).
13
lexicografía, esto conlleva una mejoría en el tratamiento de la marcación diatópica, que
empezó a ser considerada como un elemento de la microestructura. (Íd.: ib.)
Una vez revisadas las aportaciones relativas al ''periodo clásico'', tal como lo
denominada Moreno (2007), damos cuenta del estudio de Salvador (1985) que localiza
etiquetas geolingüísticas, entre las que hallamos voces propias de Andalucía, en el
Diccionario de Autoridades (1726-39)9. Más tarde, Ahumada (2000b) se encarga de analizar
el léxico propiamente de Andalucía en el primer diccionario de la Academia, es decir, en
dicho diccionario.
Así, siguiendo un criterio cronológico, Ahumada (2000b: 59-60) nos presenta el
segundo corpus histórico andaluz, en el que se recogen un total de 202 voces vinculadas a
Andalucía10
. No obstante, hay que tener en consideración que, tras la inclusión de citas
literarias al diccionario general, esta nómina de entradas de término dialectal ha podido verse
incrementado. Si bien las voces provinciales no precisaban autoridad, ya que era suficiente el
uso de algunos de nuestros autores clásicos11
. Sin embargo, son notarias las ausencias de otros
autores en obras como el Vocabularium eclesiasticum latino-hispanicum (1499) de Rodríguez
Fernández de Santaella12
o el Retrato de la Lozana andaluza. (Íd.: ib.)
Una vez examinado y recogido el léxico histórico andaluz ofrecido en el Diccionario
de Autoridades (1726-39), del mismo modo, Ahumada se encarga de examinar la primera
edición del diccionario general español, Diccionario de la lengua castellana (DRAE, 1780).
De este modo, da cuenta del tratamiento que reciben las voces andaluzas en esta nueva
edición y, además, añade que seguirán manteniéndose hasta al menos la 4ª edición de 1803,
ya que, a partir de 1817, se producen modificaciones en los criterios de admisión que hace
que la Academia sea mucho más restrictiva a la hora de admitir voces regionales, y, en
nuestro caso, andaluzas, y, también, en los criterios de supresión, que se amplían. Sin
embargo, Ahumada nos adelanta que estos cambios no se llevaran a cabo. (Íd.: ib.)
9Salvador (1985: 108) llega a considerar el DA (1726-39) como una anticipación al repertorio andaluz de Miguel
Toro y Gisbert (1920) y el Vocabulario andaluz (1951) de Alcalá Venceslada. 10
De estos 202 andalucismos, la 21ª ed. del Diccionario de la Academia solo ha reconocido 70 como voces
andaluzas, 103 han sido considerados como voces de uso general y 27 directamente han sido retirados del
Diccionario (1992), una de las razones es la desaparición de los objetos que designan. (Íd.: ib.) 11
Por ejemplo, ''Luis de Góngora autoriza abesana y amiga, Juan de Aviñón, blanquillo, L. del Mármol, sagina;
P. de Espinosa, alcarcil; el anónimo autor del Estebanillo González, alverjón, balde…Y así algunos autores
más''. (Íd.: ib.) 12
Tal como apunta Moreno (2007: 26), este autor fue el primero en recoger voces marcadas diatópicamente
relativas a Andalucía. Las cuatro voces que identifica este autor en su Vocabulario son: adecuxa (s. v. lagena),
almofía (s. v. cantinum), arrayhán (s. v. myrtus) y xopaypa (s. v. laganum).
14
Asimismo, diccionarios posteriores también han sido objeto de estudio en estas
últimas décadas, como el Diccionario13
de Terreros y Pando por Medina y Ayala (2004).
Especialmente, estos autores se han ocupado de analizar el tratamiento de las voces andaluzas
en la obra del padre Esteban Terreros y Pando (1786-1788) a partir del cotejo del Diccionario
de Autoridades (1726-39).
Sin duda, el siglo XIX fue, desde el punto de vista geolingüístico, el siglo más
productivo debido, en parte, a distintas circunstancias como el movimiento romántico.
(Ahumada, 2004: 63). En efecto, a partir de este siglo empiezan a aparecer los primeros
repertorios léxicos de voces andaluzas. Martínez (1996: 37) documenta, concretamente en
1892, la aparición del Diccionario de andalucismos de José María Sbarbi, que no se llegó a
publicar. Otros, en cambio, solo llegaron a ser simples proyectos como el que acuñó
Francisco Rodríguez Marín. (Ayala y Medina, 2004: 86)
Al mismo tiempo, diccionarios generales estaban incorporando voces regionales
propias de Andalucía como el Diccionario Enciclopédico de la Lengua Española de Gaspar y
Roig (1853-55). No en vano, Moreno (2012) se encarga del estudio de la contribución
lexicográfica de voces andaluzas en esta obra lexicográfica. Así, señala un total de 1701
provincialismos, de los que 199 son considerados andalucismos.
De este mismo siglo es el Diccionario enciclopédico de la lengua castellana (1895) de
Elías Zerolo, del que Maeso (2015) se ocupó de documentar voces andaluzas. Tras hacer un
vaciado de voces relativas a Andalucía y recoger las marcas geolingüísticas de esta obra
metalexicográfica, se identificaron un total de 244 voces con marcas geolingüísticas
andaluzas. (Íd.: 13)
Finalmente, tras presentar el panorama historiográfico del tratamiento de
regionalismos en nuestros diccionarios, es preciso mostrar los estudios de Torres (2013a y
2013b) sobre el siglo XX. Concretamente, Torres (2013a y 2013b) se centra en dos
repertorios lexicográficos: el Diccionario de la lengua española (1917) de José Alemany y
Bolufer y, más tarde, el Gran Diccionario de la lengua castellana (1902-1931) de Aniceto de
Pagés y Puig. Del mismo modo, ambos trabajos siguieron los mismos objetivos que era
inventariar voces dialectales en general, y en particular las andaluzas. Los resultados de
ambos pusieron de manifiesto que estas obras lexicográficas recogen un número bastante
considerable de andalucismos léxicos y que, a su vez, es una muestra esencial para dar cuenta
de la preocupación de estos autores por atender a las voces regionales.
13
El título completo es: Diccionario castellano con las voces de ciencias y artes (1786-93).
15
Por otro lado, es preciso señalar los dos únicos vocabularios posiblemente generales
en este siglo: el repertorio de Miguel de Toro y Gisbert (1920) y el Vocabulario andaluz
(1951) de Antonio Alcalá Venceslada. Sin embargo, hay que tener en alta consideración a los
repertorios que se consideran locales, comarcales y de especialidad. (Ahumada, 2004: 69)
En primer lugar, Toro y Gisbert realizó un trabajo que tituló ''Voces andaluzas (o
usadas por autores andaluces) que faltan en el Diccionario de la Academia española'' (1920),
un título lo suficientemente significativo para hacernos una idea del planteamiento de esta
obra (Ahumada. 2003: 69). Esta publicación recoge términos propios de las hablas andaluzas
de autores pertenecientes a esta región, asimismo, el propio autor se encarga de documentar
voces de la provincia de Granada y de otras localidades cercanas. (Ayala y Medina, 2004: 87)
Por otro lado, años más tarde, se publicó el Vocabulario andaluz de Antonio Alcalá
Venceslada, en el que se ofrece un estudio intuitivo de las hablas andaluzas. Entre otras
razones, la principal justificación para que Alcalá Venceslada emprendiese este proyecto se
debe al amplio tratamiento que se empieza a dar a los términos andaluces en la práctica
lexicográfica académica. En otros términos, Alcalá Venceslada incluye, además de las voces
documentadas en el DRAE, aquellas que no están registradas en el diccionario académico para
contar con un gran número de voces con marca geolingüística de andalucismo. (Ahumada,
2000c: 87 y 95)
Tras diez años de la publicación del Vocabulario andaluz, salió a la luz una de las
obras de mayor envergadura, el Atlas lingüístico y etnográfico de Andalucía llevada a cabo
por Alvar López. Esta obra supuso un cambio en la elaboración de los atlas que se elaboraron
posteriormente. (Ayala y Medina, 2004: 87)
Sin embargo, no podemos obviar ''el valor de las fuentes escritas en la lexicografía
regional'', título de un artículo de Ahumada (2004: 57), que resume perfectamente el descuido
que han sufrido las fuentes escritas, ya sean lingüísticas o metalingüísticas, en la lexicografía
regional. Indudablemente, en numerosas ocasiones, la práctica lexicográfica regional de
Andalucía encuentra sus orígenes en glosarios, como ilustra Fernán Caballero. En este caso,
Ahumada (Íd.: 60) da cuenta de un glosario de esta autora, que siempre cuidó el léxico
dialectal y prestó atención a voces regionales, en su obra Clemencia.
En la actualidad, contamos con el Tesoro de las hablas andaluzas (2000) de Alvar
Ezquerra, que se concibe como el resultado de la recopilación de vocabulario que se emplea
en la zona andaluza. No obstante, el lector tiene que tener en cuenta que en este Tesoro
únicamente encontrará voces que no son generales en nuestra lengua, lo que no implica que
hallemos todas las voces propias de Andalucía. (Alvar, 2000: 9)
16
Asimismo, en los últimos años, existen proyectos vinculados a las hablas andaluzas,
sobre todo, en universidades andaluzas que avanzan en los estudios relativos al español que se
habla en esta zona geográfica y en las diferentes manifestaciones, como sociolingüística,
pragmática, dialectalismo, etc. Como resultado del interés del vocabulario histórico andaluz
nace el proyecto que se está llevando a cabo en el seno del grupo de Investigación Seminario
de Lexicografía Hispánica (HUM 922) de la Universidad de Jaén. Este proyecto recibe el
nombre de proyecto LEXHIAN (LÉXico HIstórico ANdaluz).
17
3. OBJETIVOS DEL ESTUDIO
El objetivo principal de la investigación que se presenta en este Trabajo Fin de Grado
es la descripción del tratamiento léxico histórico andaluz en el proyecto LEXHIAN, que se está
llevando a cabo en el grupo de Investigación Seminario de Lexicografía Hispánica
(HUM 922) de la Universidad de Jaén. En lo que a este proyecto concierne, se abarca la
incorporación de andalucismos documentados en fuentes metalexicográficas en la plataforma
de teleformación Ilias de la UJA con el fin de componer un repertorio lexicográfico que
recoja las voces marcadas como andalucismos en la práctica lexicográfica española. A
grandes rasgos, este trabajo pretende facilitar a los integrantes del grupo de investigación el
uso y manejo del corpus en la plataforma de teleformación Ilias.
No en vano, la beca de colaboración ha permitido trazar, adicionalmente, unos
objetivos específicos vinculados al proyecto LEXHIAN. Así, las actividades desarrolladas en la
plataforma han sido:
1- Lematización
2- Definición
3- Presentación de la autoridad lexicográfica que documenta por primera vez este
término como andalucismo
4- Vigencia del término en el TLHA14
(2000) y DLE15
(2014)
5- Perspectiva diacrónica en las distintas obras lexicográficas incorporadas en el NTLLE
(2001)
6- Asignación de zona geográfica en la que se circunscribe la voz e incorporación de
referencias bibliográficas vinculadas a dicho término
Además, la beca de colaboración perseguía cubrir unos objetivos complementarios de
transferencia de la propia investigación. De esta forma, se ha podido crear nuevas cuestiones
entorno a la marcación geolingüística andaluza de las voces recogidas en el corpus, cuyo
principal propósito ha sido la recopilación de las marcas dialectales en el proyecto LEXHIAN.
Asimismo, la colaboración con dicho proyecto ha facilitado el estudio de hápax andaluces,
presentes en el Diccionario de la lengua española (1917) de Alemany y Bolufer, en el que el
14
Esta sigla hace referencia al Tesoro léxico de las hablas andaluzas de Alvar. En adelante, utilizaremos la sigla
TLHA para referirnos al Tesoro (2000). 15
Esta sigla se refiere al Diccionario de la Lengua Española (2014). En adelante, usaremos dicha sigla.
18
objetivo señalado, en este caso, ha sido la identificación de los posibles hápax y el
consecuente análisis.
Como podemos comprobar, este estudio ha permitido determinar objetivos generales,
que son los que nos hemos planteado, principalmente, para este Trabajo Fin de Grado, y
específicos, que se han ido desarrollando al margen del proyecto final de carrera, pero
vinculados a la beca de colaboración. Al mismo tiempo, hemos cubierto unos objetivos
complementarios de transferencia del conocimiento adquirido en el proyecto LEXHIAN, que
nos ha permitido dar a conocer el proyecto en el que estamos actualmente trabajando.
19
4. METODOLOGÍA
Hasta la fecha, el grupo de investigación (HUM 922) no se había ocupado de la
descripción del tratamiento del léxico histórico andaluz incorporado en el proyecto LEXHIAN.
Sin embargo, recientemente, se ha centrado en analizar el modo en el que se organiza el
léxico del corpus. De esta forma, el enfoque metodológico adoptado en este estudio, como no
podía ser de otra forma, es fundamentalmente descriptivo, ya que se explica con minuciosidad
el tratamiento de las voces marcadas dialectalmente como andaluzas en la plataforma de
teleformación Ilias. No obstante, a pesar de haber utilizado un método de gran simplicidad, en
apariencia, es necesario conocer los tecnicismos lexicográficos empleados para describir el
corpus.
Además, como ya hemos descrito anteriormente, hemos desarrollado otras actividades
vinculadas con el proyecto beca-colaboración. Esto ha conllevado emplear una metodología
distinta en cada una de estas actividades:
1- En la lematización, ha sido necesario seguir los criterios metalexicográficos actuales,
que expondremos minuciosamente en la pág. 21. Para ello, se ha requerido un manejo
y conocimiento adecuado de la lematización propuesta por Porto (2002).
2- Para la definición, hemos establecido, del mismo modo, los cánones dictados por la
metalexicografía actual, es decir, hemos desarrollado la expresión de género
próximo + diferencia específica. No obstante, esto ha implicado la manipulación de la
definición original para adaptarla a dichos criterios.
3- En la presentación de la autoridad lexicográfica, se ha realizado una búsqueda por las
distintas obras lexicográficas lo que ha supuesto hacer un estudio pormenorizado de
los diccionarios de la práctica lexicográfica española.
4- En la vigencia del término en el TLHA (2000) y DLE (2014), la metodología empleada
ha sido descriptiva, ya que nos hemos remitido a trasladar esta información en nuestro
corpus. No obstante, para ello, ha sido necesario identificar la voz estudiada en dichas
obras, asimismo, nos hemos visto obligados a cotejar la acepción de la voz estudiada y
la que se recogía en el TLHA (2000) y el DLE (2014) para comprobar la
correspondencia entre ambas voces y, finalmente, si procede, incorporamos
inmediatamente la vigencia de la voz en la ficha lexicográfica del proyecto LEXHIAN.
5- La perspectiva diacrónica de la voz analizada nos ha permitido trazar una reseña de las
distintas obras lexicográficas que recogen este término. Precisamente, hemos realizado
20
un análisis exhaustivo de los diccionarios recogidos en el NTLLE (2001), prestando
especial interés a las marcas geolingüísticas documentadas y a la acepción de la voz
analizada. Tras señalar y presentar las marcas dialectales, hemos dado cuenta de una
breve historia de la voz, mostrando las distintas formas gráficas, si las hubiese, y las
posibles variantes semánticas.
6- Para la asignación de la zona geográfica, ha sido necesario tener en cuenta la
definición propuesta en la primera documentación que recoge la voz como
andalucismo, ya que en el contenido semántico se puede identificar la zona geográfica
vinculada a esa voz.
Respecto a las referencias bibliográficas, se muestran, generalmente, dos fuentes. La
primera hace referencia al estudio que recopila la voz como andaluza y la segunda se
encarga del estudio diacrónico.
21
5. ESTUDIO
El proyecto LEXHIAN forma parte de un amplio estudio en el campo de la lexicografía
dirigido por el grupo de investigación HUM 922 de la Universidad de Jaén. Concretamente,
este proyecto aborda la digitalización de los términos andaluces en la plataforma Ilias de
dicha universidad, que será objeto de estudio en nuestro Trabajo Fin de Grado.
Este proyecto se ha llevado a cabo con la colaboración de distintos artículos16
y
proyectos fin de grado17
. Tras la búsqueda y vaciado de voces marcadas como andalucismos,
se procede a la recopilación. Una vez constituido el corpus del léxico histórico andaluz
recogido a través de fuentes metalingüísticas lexicográficas, se inicia la elaboración del
diccionario, en el que se han incorporado un total de 831 voces andaluzas. No obstante, aún
falta por examinar un 9% del total de toda la práctica lexicográfica española, por lo que
podemos percibir que el número de andalucismos apenas variará respecto a la cantidad de
voces marcadas como andalucismos que hemos documentado.
Figura 1. Proyecto LEXHIAN (2017). Porcentaje de búsqueda y vaciado de marcas en las
obras lexicográficas españolas
Tal como apunta Porto (2002), todo corpus se organiza y se construye teniendo en
cuenta una macroestructura y una microestructura. Se puede entender por macroestructura el
conjunto de entradas dispuestas, generalmente, en orden alfabético. Por esta razón recibe la
denominación de nomenclatura o lemario. Por otro lado, la microestructura se concibe como
el conjunto de información ordenada en cada entrada lexicográfica, cuya lectura es horizontal, 16
v. Moreno (2012), Torres (2013a) y Torres (2013b) 17
v. Romera (2014) y Maeso (2015)
Vaciado Pendiente
Pendiente 9%
Vaciado 91%
22
dando como resultado una información que se repite en todas los artículos lexicográficos.
(Rey-Debove, 1973: 21)
Respecto a la macroestructura, en primer lugar, habría que tener en consideración que
el proyecto LEXHIAN establece una macroestructura simple18
, lo que quiere decir que, en el
caso de incorporar derivados o compuestos como subentradas de una voz, la caja tipográfica
se mantiene sin sangrar (Íd.: 56). Por otro lado, el corpus se constituye mediante entradas, que
se consideran el ''enunciado o cabecera del artículo'' (Porto, 2002: 136), por tanto, estarán
lematizadas. Además, hay que tener en cuenta el público al que va dirigido el repertorio
lexicográfico, puesto que esto implica que se utilice la palabra en lugar de unidades como
monemas. De igual forma, no hay que obviar, por otro lado, que el diccionario, generalmente,
da información sobre la ortografía de los términos. Esto explica que, en nuestro corpus, la
grafía se haya normalizado para prestar al usuario un conocimiento más preciso del término
consultado. (Íd.: 139)
Figura 2. Proyecto LEXHIAN (2017). Muestra de normalización de la grafía en afraylar
Del mismo modo y con el objetivo de facilitar el uso del diccionario, hemos trabajado
con ''formas básicas'', de acuerdo a la denominación de Porto (Íd.: 175), en los casos de
formas flexionales de categorías variables, como el sustantivo, el adjetivo o el verbo.
Siguiendo los parámetros lexicográficos establecidos por Porto (Íd.: 176), hemos seleccionado
la forma básica de las palabras flexivas:
a) Para los sustantivos, se escoge la terminación masculina singular seguida de la forma
femenina singular, en el caso de que el sustantivo presente alternancia de género. De
lo contrario, solamente se tiene en cuenta el género del sustantivo (masculino o
femenino).
18
Para una mayor información sobre los distintos tipos de macroestructuras, véase Rey-Debove, J. (1973). Étude
linguistique et sémiotique des dictionnaires français contemporains, La Haya-París: Mouton, pág. 56.
23
Figura 3. Proyecto LEXHIAN (2017). Sustantivo con alternancia de género para masculino y
femenino
Figura 4. Proyecto LEXHIAN (2017). Sustantivo masculino
Figura 5. Proyecto LEXHIAN (2017). Sustantivo femenino
b) Del mismo modo, los adjetivos se lematizan en singular y en grado positivo. Si bien es
cierto, en esta categoría gramatical, hay que tener en cuenta si son adjetivos de dos
terminaciones o de una terminación. En el primer caso, se presenta el adjetivo en
masculino seguido de la forma femenina, mientras que, en el segundo caso, masculino
o femenino, según la categoría gramatical del adjetivo.
Figura 6. Proyecto LEXHIAN (2017). Adjetivo con dos terminaciones en masculino y femenino
Figura 7. Proyecto LEXHIAN (2017). Adjetivo con una única terminación
24
c) Los verbos no presentan problemas, ya que en la práctica lexicográfica española se
adopta el infinitivo como lema, al ser la forma que menos caracterización semántica
tiene. Por tanto, en el lema se aglutinan las distintas variaciones presentes en la flexión
verbal.
Figura 8. Proyecto LEXHIAN (2017). Verbo en infinitivo
En nuestro caso, las unidades fraseológicas aparecen como entradas independientes en
el artículo lexicográfico y no como subentradas, que es lo más frecuente. No obstante, para
localizar la unidad pluriverbal en el corpus, se ha seguido el criterio metalexicográfico en el
que se ordena la unidad teniendo en cuenta la palabra gramatical más fuerte19
.
Además de la ordenación alfabética, existen distintos modelos, como el ideológico, el
etimológico y el estadístico. No obstante, las entradas de este corpus corresponden a la
ordenación habitual, es decir, se organizan alfabéticamente. Por tanto, esta ordenación implica
seguir la distribución de las letras del abecedario desde la primera a la última letra. Como
sabemos, la disposición alfabética es característica del diccionario semasiológico, como es
nuestro caso. (Íd.: 178)
Figura 9. Proyecto LEXHIAN (2017). Ordenación alfabética
Por otra parte, en la microestructura intervienen tres elementos que dan cuerpo al
artículo lexicográfico, que corresponden a la entrada, la categoría y la definición
lexicográfica. De la entrada se deducen rasgos fonológicos, de la categoría se extrae 19
El orden establecido es: 'primero sustantivo, seguido de verbo, adjetivo pronombre, y por último, adverbio'.
(Moreno et al., 2013)
25
información morfosintáctica, es decir, datos sobre la categoría gramatical, las alteraciones de
la palabra e, incluso, observaciones sobre el empleo sintáctico, etc., y de la definición
obtenemos, fundamentalmente, rasgos semánticos. (Ahumada, 1988: 81)
Debido a la naturaleza fonética-fonológica del español, no es habitual encontrar
transcripción fonética en nuestros diccionarios, ya que es una información que aparece
implícita. Así sucede en nuestro corpus, que al no tratarse de un diccionario dedicado a la
enseñanza del español, se omite esta información. (Moreno et al., 2013)
Como ya hemos comentado, en el artículo lexicográfico, la información gramatical se
presenta en la categoría y subcategoría, en las construcciones y regímenes preposicionales, en
los ejemplos o citas y en las normas de empleo morfo-funcional (Ahumada, 1988: 83) Es
importante tener en cuenta que la información gramatical puede mostrarse de forma implícita
o explícita, sin embargo, en nuestro caso, se presenta explícitamente.
La categoría gramatical o marca gramatical se representa mediante abreviaturas
situadas inmediatamente después de la entrada. Por otro lado, la subcategoría es una
información complementaria a la categoría gramatical. Al igual que la categoría gramatical, la
subcategoría se presenta mediante una abreviatura. Pese a ser una información
complementaria, es esencial para el usuario, ya que aporta información gramatical adicional a
la palabra. (Porto, 2002: 253)
Figura 10. Proyecto LEXHIAN (2017). Categoría gramatical
26
Figura 11. Proyecto LEXHIAN (2017). Subcategoría gramatical
Al igual que el diccionario recoge la categoría o subcategoría gramatical, también
reúne información sobre la estructura sintáctica. Esta información se expresa a través del
contorno20
, esencial, porque indica los tres elementos necesarios e inherentes para hacer una
estructura sintáctica y semántica plena: el complemento directo, el complemento indirecto y el
complemento de régimen. (Ahumada, 1988: 86)21
Del mismo modo, la definición ha sido considerada una información gramatical
implícita esencial (Íd.: ib.), puesto que puede deducirse información sintáctica. Así,
concretamente en nuestro corpus, se forman las definiciones teniendo en cuenta la categoría
gramatical de la voz con el principal objetivo de poseer el mismo contenido categorial.
Figura 12. Proyecto LEXHIAN (2017). Definición lexicográfica
Por tanto, observamos que estos tres elementos están presentes en el corpus de 'léxico
histórico andaluz'. No obstante, estos datos corresponden al criterio sincrónico, ubicados en la
primera parte del artículo lexicográfico. De este modo, el corpus cuenta con datos sincrónicos,
pertenecientes a una primera sección, y diacrónicos, que a continuación detallaremos.
20
El contorno nos muestra ''asimismo las condiciones sintagmáticas o contextuales en que dicho definido debe
ser empleado''. (Porto Dapena, 2002: 307) 21
Del mismo modo, Ahumada (1989: 81) incorpora en la información gramatical las normas de empleo
morfofuncional, que se emplean en algunas definiciones de tipo híbrido. No obstante, en nuestro corpus no hay
presencia de este tipo de definiciones, por lo que obviamos las normas de empleo morfofuncional.
27
Figura 13. Proyecto LEXHIAN (2017). Ficha lexicográfica
En primer lugar, este corpus nos ofrece información imprescindible sobre la primera
documentación con marcación andaluza en la práctica lexicográfica. Además de señalar las
referencias bibliográficas22
en el que se ha recogido esta información, se presenta la
definición propuesta por dicho autor. (v. fig. 13)
En segundo lugar, se detalla la información consultada en el Tesoro léxico de las
hablas andaluzas de Alvar con el objetivo de comprobar la vigencia de este término en la
actualidad. Cabe decir que la mayoría de los términos recogidos en el proyecto LEXHIAN se
documentan en el TLHA (2000). (v. fig. 13)
En tercer lugar, se ofrece una perspectiva diacrónica de la voz marcada como
andalucismo a través de los distintos diccionarios de la práctica lexicográfica hispana. El
principal fin es trazar un recorrido del comportamiento de la marca o etiqueta geolingüística
andaluza en la tradición lexicográfica. Asimismo, hemos establecido dos fuentes principales,
por un lado, fuentes no académicas, entre los que encontramos autores como Salvá (1846),
Zerolo (1895), Alemany y Bolufer (1917), entre otros, y, por otro lado, fuentes académicas,
que son consideradas los diccionarios pertenecientes a la Real Academia Española. De esta
forma, se comprueba la vigencia de los términos en la última edición de la Academia (DLE,
2014). (v. fig. 13)
Finalmente, en el último apartado ofrecemos la zona geográfica en la que se
circunscribe el término y las referencias bibliográficas, en las que se puede consultar esta voz
dialectal. Respecto a las referencias bibliográficas, encontraremos generalmente dos, la
22
Hasta el momento, se ha trabajado con fuentes metalexicográficas, consultadas en el
˂http://ntlle.rae.es/ntlle/SrvltGUILoginNtlle˃
28
primera referida al estudio de la primera documentación de la voz marcada como andalucismo
y la segunda referencia al análisis diacrónico de dicha voz. (v. fig. 13)
29
6. CONCLUSIONES
El presente estudio fue diseñado para describir el tratamiento del léxico histórico
andaluz del proyecto LEXHIAN. De esta forma, hemos presentado la estructura lexicográfica
que se ha establecido para el corpus del proyecto, una valiosa información para facilitar el uso
y manejo de la plataforma en la que se incorpora el repertorio de voces andaluzas.
Por lo que este trabajo ha cumplido los propósitos marcados al principio del estudio.
Del mismo modo, hemos alcanzado los objetivos específicos que habíamos trazado en
primera instancia, como eran las distintas actividades llevadas a cabo en la plataforma de
teleformación Ilias de la UJA.
1- Hemos recogido la voz dialectal andaluza sujeta al planteamiento de lematización de
la metalexicografía actual propuesta por Porto (2002).
2- Se ha trazado una definición que se adecua a los principios metalexicográficos. Así,
ha sido necesaria la manipulación de la definición original para adaptarla a la
expresión de género próximo + diferencia específica.
3- Se ha presentado la obra lexicográfica que documenta por primera vez el término
como voz circunscrita a Andalucía por medio de un estudio preciso de los
diccionarios recogidos en el NTLLE (2001).
4- Se ha señalado la vigencia del término en el TLHA (2000) y DLE (2014) y,
posteriormente, se ha recogido la información de dichas obras. Asimismo, hemos
cotejado la acepción de la voz documentada por primera vez con la que se registra en
dichas obras para comprobar la correspondencia semántica entre ambas voces.
5- Se ha reseñado la información diacrónica que se recogía en los distintos diccionarios
(NTLLE, 2001). Además, se ha realizado un análisis exhaustivo, identificando,
principalmente, las marcas dialectales recogidas en la práctica lexicográfica española.
6- Se ha prestado atención a la definición propuesta en la primera documentación como
andalucismo para asignar la zona geográfica correspondiente.
Respecto a las referencias bibliográficas, se ha mostrado dos fuentes bibliográficas.
La primera hace referencia al estudio que recopila la voz como andaluza y la segunda
al estudio diacrónico.
30
Asimismo, hemos conseguido cubrir los objetivos complementarios de transferencia
del proyecto LEXHIAN con la participación en las VI Jornadas de Lingüística Hispánica.
Variación e Identidad, que tuvieron lugar en Lisboa, las I Jornadas INLÉXICO23
, llevada a
cabo en la Universidad de Jaén y el XVII Congreso Internacional de la AJIHLE24
, celebrado
en Cádiz. Estas dos últimas comunicaciones se centraron en la revisión de las marcas
geolingüísticas andaluzas desde el punto de vista de la práctica lexicográfica. Para ello
revisamos toda la lexicografía hispánica, abordada en los estudios del proyecto LEXHIAN, de
modo que, tras la búsqueda y vaciado de marcas, se clasificó y estudió las marcas dialectales.
Asimismo, se analizó los prólogos de dichos diccionarios para comprender el método
lexicográfico llevado a la práctica.
Por otro lado, como ya hemos comentado anteriormente, la colaboración con dicho
proyecto nos ha permitido realizar un estudio sobre los hápax andaluces en la obra
lexicográfica de Alemany y Bolufer. En este caso, esperamos la resolución para formalizar la
comunicación de dicho trabajo en el XXXII Congreso Internacional de la AJL25
que tendrá
lugar en noviembre de 2017 en Sevilla.
No cabe duda que ha sido esencial el vínculo establecido entre el trabajo personal
realizado en esta línea de investigación y el proyecto LEXHIAN del Seminario de Lexicografía
Hispánica. Indudablemente, este estudio y el trabajo llevado a cabo en la beca de
colaboración ha sido una contribución imprescindible para este proyecto, así como la
transmisión de conocimientos vinculados a esta línea de investigación ha sido notable.
23
Cabe comentar que las I Jornadas INLÉXICO se realizaron con el objetivo de dar a conocer al alumnado los
estudios vinculados con el léxico y, con especial atención, a los proyectos del grupo de Investigación Seminario
de Lexicografía Hispánica (HUM 922), entre los que se presentó el proyecto LEXHIAN. 24
Asociación de Jóvenes Investigadores de Historiografía e Historia de la Lengua Española 25
Asociación de Jóvenes Lingüistas
31
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