una biografía literaria ¿cuántas de nuestras raíces provienen de los libros que hemos leído?...
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ZHILI BYLI Una biografía literaria
Y quiero que me dediquen un momento,
a la lectura con bastante calma.
Que lean las letras mías del pensamiento,
que están escritas con lágrimas del alma.
( Las letanías: canción popular mexicana )
Guadalajara, México. 2015
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¿Cuántas de nuestras raíces provienen de los libros que hemos leído?
Todo, mucho, poco o nada : según el ambiente en que nacimos, de la
temperatura de nuestra sangre, del laberinto que la suerte nos ha
asignado.
Primo Levi.
Nuestra mente reconstruye incesantemente
nuestros recuerdos. La memoria nos engaña día a día.
Gerard Edelman.
Escúchame con los ojos
ya que están tan distantes los oídos.
Sor Juana Inés de la Cruz.
Recuperar el pasado es uno de tantos trucos
que usamos los humanos para aferrarnos a la vida.
Carme Riera.
INDICE
Ante Litteram
1. Herejías.
2. Un lector omnivoro.
3. Descubriendo Italia.
4. Una nueva etapa.
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ANTE LITTERAM
Este relato autobiográfico lo he venido escribiendo bajo la influencia de
un trauma intelectual que ahora pienso fue el inicio de un cambio radical
en mi arbitraria selección de personajes, textos y autores. A partir de
éste evento fundacional puedo irme junto con el lector hacia atrás o
hacia adelante en el manejo de los tiempos de ésta narración. Esto no
es un enfoque abstracto, es el gran problema que tienen los
historiadores que siguen la diacronía, la sucesión de eventos. ¿ Cuál
debe ser el evento que inicie una historia ?. Algunos relatores de la
antigüedad optaron por irse hacia atrás hasta llegar a un inicio mítico,
usualmente lejanísimo en el tiempo, como hizo Tito Livio que empieza
con Rómulo y Remo para de ahí concatenar una larga secuencia de
causas y efectos que va conduciendo al lector hasta la época en que
vivía el propio Tito Livio.
La lectura nos permite construir una memoria personal
a partir de experiencias y recuerdos ajenos.
Jorge Luis Borges.
Esta pretendida autobiografía es más bien un breve relato de cómo
empezó mi persistente adicción a la lectura. Iniciaré con lo que desde mi
actual perspectiva supongo que fue la piedra de toque que me permitió
ir entrando, a través de diversas lecturas, al conocimiento de otras
visiones de la realidad. A partir de ahí puedo moverme libremente en la
historia de aquellos libros y personalidades que más me han
influenciado. Bien lo dice Jorge Luis Borges: “somos la memoria de
nuestros libros, somos ese quimérico museo de formas inconstantes,
ese montón de espejos rotos y de grabados por el tiempo fatigados‖.
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Uno no se interesa en la lectura por lo que ha vivido en la adolescencia
sino desde mucho antes. Es decir a partir de lo que sucede en nuestra
infancia, que es el zócalo del edificio. Mis lecturas de infancia eran por
supuesto las revistas “de caricaturas”: El ratón Miguelito, Rico McPato,
El Pato Donald, La pequeña Lulú, El Fantasma, Tarzán, Mandrake el
mago. Todo nuestro barrio era gente “venida a menos”, es decir pobres.
Comprar revistas era un gasto superfluo pero, conociendo la realidad
económica de todas las familias, el puesto de periódicos nos rentaba las
revistas. También leía libros de aventuras de la colección “Sepan
Cuantos” y de varias otras editoriales. Los libros de Emilio Salgari, o las
aventuras de Dick Turpin, de Monsieur Hercule Poirot o de Sherlock
Holmes se los rentaba a la señora Sarita, una amable anciana que vivía
por la calle de Moro y que se dedicaba a promover la lectura alquilando
novelas de amor, libros de poesía y cuentos infantiles.
La poesía agrega un hilo a la tela brevísima de nuestra vida
Giácomo Leopardi
En mis años de infancia me entusiasmaban mucho los relatos de la
Biblia sobre Adán y Eva, el Paraíso terrenal, la malvada serpiente y el
Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal; relatos que a solicitud nuestra y
con buena voluntad nos narraba una y otra vez el señor cura de la
Capilla de Jesús en las clases de catecismo . Para nuestro terror y
congoja, el relato terminaba siempre con el episodio de la expulsión de
Adán y Eva del Paraíso Terrenal por un dios colérico y vengativo,
personaje ciertamente muy desagradable de carácter, al que habían
desobedecido.
Et Dieu chassa Adam à coups de canne à sucre / Et ce fut le premier
rhum sur la terre/
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Et Adam et Ève trébuchèrent /dans les vignes du Seigneur/ la sainte
Trinité les traquait /
mais ils s‘obstinaient à chanter/ d‘une enfantine voix d‘alphabet / Dieu
et dieu quatre/ Dieu et Dieu quatre /
Et la sainte Trinité pleurait.
Jacques Prèvert.
En estas clases de catecismo al cura que las impartía le hacían mucha
gracia, por disparatados, los relatos sobre fantasmas, gentes invisibles,
o visitantes de otros planetas, pero encontraba muy razonables que
hubiese “tres personas en un solo dios verdadero”, la divinidad y
resurrección de Jesucristo, o que la hostia consagrada que nos daba en
la comunión contenía realmente el cuerpo y la sangre de Cristo. Todo
esto me parecía tan absurdo que con el tiempo hice mío el desprecio
que el poeta latino Tito Lucrecio Caro sentía por todas las religiones del
mundo. En aquella época, leer a Lucrecio en México era algo imposible:
estaba considerado como un escritor impío, materialista, cuya lectura
estaba prohibida por la iglesia porque “buscaba una interpretación
puramente racional de la naturaleza; depositaba su confianza no en los
dogmas de la fe sino en sus propios sentidos, quería liberar al hombre
del sufrimiento y de los temores, se rebelaba contra todas las
supersticiones y describía con lúcida poesía el amor terrestre”. [Cf:
Primo Levi: La búsqueda de las raíces].
Los mitos están hechos para que la imaginación los anime.
El mito de Sísifo. Albert Camus.
En la pequeña biblioteca de mi papá leía “El Tesoro de la Juventud”, una
colección de libros para niños, entremezclando lecturas con Don Quijote
y “El demonio del mediodía”, de un autor ahora ya olvidado: Paul
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Bourget. Después supe que llaman "Demonio del mediodía" a la crisis
que muchos hombres experimentan al cumplir los cincuenta años. Les
nace un deseo de algo nuevo que les devuelva la ilusión por vivir.
Quieren sentir la vida, que empieza a declinar, antes de que les
abandone del todo. Parece que a Alonso Quijano el demonio del
mediodía le tentó con gran fuerza. "Frisaba la edad de nuestro hidalgo
con los cincuenta años", registra con exactitud el primer capítulo del
Quijote, cuando se inicia la primera salida. Don Alonso quiso dejar atrás
una existencia anterior de hidalgo pobre y desmedrado y sale de La
Mancha en búsqueda de amores, lances y aventuras. La genial novela
de Miguel de Cervantes, en resumen, narra la vita nuova que busca un
cincuentón en crisis.
Si, uno avanza pero el tiempo también sigue avanzando hasta
que encontramos al frente una línea de sombra que nos advierte de
deber dejar atrás las razones de nuestra primera juventud.
Es el período de la vida que puede causarnos momentos de tedio,
de cansancio, de descontento. Momentos de irreflexión.
Joseph Conrad. Línea de sombra.
En la biblioteca familiar estaba también (extrañamente) el poema épico
„La Jerusalén Liberada‟ de Torcuato Tasso que puntualmente leí sin
comprender gran cosa del contexto histórico. Don Quijote y el Conde de
Montecristo eran algunas de mis lecturas favoritas. Horas de total
felicidad. Desde que tenía 10-11 años nos dimos cuenta de que estaba
muy miope y empecé a usar lentes.
Leemos para saber que no estamos solos
Shadowlands.
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En los años cincuenta la lectura indiscriminada y caótica fue la terapia
personal escogida por un atribulado adolescente retraído, miope y
obeso, con pies planos y problemas de hipotiroidismo y de expresión
oral. La solución a esa adolescencia introvertida y desastrosa, pero ni
melancólica ni amargada, fue evadir mi realidad inmediata y negar mi
entorno sumergiéndome en la historia de las ideas y en la fascinante
visión del mundo que encontraba en la lectura de la gran prosa mundial,
principalmente rusa. Indudablemente que, como escribió el admirado
Jorge Luis Borges: ―Los libros han sido siempre las alfombras mágicas
de la imaginación‖.
―Le seul moyen de supporter l‘existence, c‘est de s‘etourdir dans la
literatura comme dans une orgie perpetuelle‖.
Flaubert (1858). Lettre a Mlle. Leroyer de Chantepie.
Dicen que la historia es destino, que el porvenir se despliega a partir del
pasado. Sin embargo, la historia de muchas personas está tan llena
de tantos cambios tan sorprendentes, que se plantea el problema de
saber cuál, o cuáles de estos cambios ofrece claves en cuanto al rol
que tuvo en su vida o en cuanto a su desarrollo venidero.
Tengo la plena convicción que uno de los índices más significativos para
visualizar el pasado o el porvenir; la senda que siguió o seguirá una
persona en la vida, es mediante el análisis de sus lecturas, de los
autores y personajes que admira. En los capítulos sucesivos presento
algunos autores y algunos de aquellos libros que - parafraseando unas
atinadas observaciones de Ítalo Calvino - no simplemente se leen, sino
que se continúan a releer por toda la vida y que nos influyen en forma
perdurable; ―sea cuando se imponen a nosotros como inolvidables, sea
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cuando se esconden en los dobleces de la memoria‖. Tal y como sucede
con los grandes clásicos griegos.
Muchas son las maldades del mundo, pero el hombre
las supera todas. Incluso más allá del mar de espuma bajo el
impetuoso viento del sur, él avanza y atraviesa peligrosas
olas que surgen a su alrededor.
Sófocles.
Coro de Antígona.
Cuesta trabajo entender la vida, no así la muerte. La muerte no encierra
nunca enigma alguno. El enigma real es la vida. He querido aquí narrar
– y compartir con el lector – algo de aquella literatura y poesía que creo
que más luz me ha aportado para tratar de entender mi existencia.
Desandar, volver a andar el camino de mi vida a través de la memoria
con la ayuda de las pasadas lecturas y de algunos de mis autores
favoritos, es un ejercicio de evocaciones, de testimonios propios y
ajenos para ir logrando el retrato aproximado de la época, de la historia
de las ideas, de lo que he vivido y comprendido, así como de los lugares
en que me tocó vivir. Es lo que he tratado de mostrar aquí. Este relato,
aunque no lleva orden ni concierto, es una mezcla consciente de mitos,
historia y algunas obsesiones de tipo personal, que espero contribuyan a
entender los problemas y aspiraciones que existían en la sociedad
mexicana en la segunda mitad del siglo XX
Addio del passato bei sogni ridenti
La Traviata.
Atto III Scena IV
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I. HEREJÍAS.
El año de 1955 (tenía 15 años) me parece que pudo haber sido el punto
de quiebre en las lecturas e ideas religiosas que me transmitía la
familia, la escuela y el medio social. Tenía un amigo, Sergio Alcántara,
que vivía a una cuadra de mi casa y que en 2-3 ocasiones me invitó a
escuchar, a un joven mayor que nosotros que traía novedades sobre
una forma de ver la vida que denominaba ―el existencialismo”.
Pensamiento novedoso y herético para una timorata sociedad tapatía
que valoraba más el respeto escrupuloso de los rituales que el
conocimiento real de la doctrina. En esas reuniones escuché por vez
primera el nombre de Jean Paul Sartre. De esas primeras pláticas lo
único que retuve, o lo único que entendí, fue la inutilidad de discutir la
existencia o no de Dios.
“Discutir la existencia de Dios es una pérdida de tiempo. La fe en
cualquier religión requiere la aceptación de dogmas que no pueden ser
demostrados. Por ser una creencia, la existencia de Dios no es objeto de
la ciencia, pues no hay modo de demostrarla o negarla. Como nuestra
mente racional jamás podrá probar una cosa u otra, el problema de su
existencia es irrelevante”.
En la gran oscilación / entre creer y no creer,
el corazón se trastorna / lleno de nada saber.
Fernando Pessoa
Lo importante, nos repetía nuestro joven conferencista, es que el
hombre se encuentre a sí mismo y se convenza de que nada puede
salvarlo de sí mismo. Esta última aseveración fue muy impactante para
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un adolescente que acababa de terminar, por segunda vez consecutiva
los nueve viernes primeros en la Congregación de San Felipe. Lewis
Beck, el especialista en la obra de Immanuel Kant, escribía a mediados
del siglo XX que aquel que puede creer en Dios puede creer en cualquier
cosa. Apoyarse en una deidad omnipotente es aceptar que las leyes de
la naturaleza pueden romperse y que los milagros son posibles. Dios es
pues un problema … que no existe.
La literatura es manipulación, falsificación, embrollo y mentira,
pero lo que la hace vivir es su nostalgia de la verdad y de la vida.
Claudio Magris.
A pesar de estar de acuerdo con Lewis Beck, ya siendo estudiante de
ingeniería química en la universidad ITESO y lector apasionado de
Mircea Eliade y de su “Historia de las Creencias y de las Ideas
Religiosas”, tenía muchas reticencias a discutir sobre religión. ¿ Cómo
negar el consuelo de la existencia en Dios a todos aquellos para quienes
la única esperanza es la promesa de vida eterna? La ignorancia es
siempre una certeza que, para algunos, puede ser indispensable para
hacerles más llevadera la vida. Cuando Marx designaba a la religión
como “el opio del pueblo”, no lo hacía- como se pretende- en forma de
burla o de desdén. La frase completa es la siguiente: " La angustia
religiosa es al mismo tiempo la expresión de una verdadera miseria y la
protesta contra esta angustia. La religión es el suspiro de la criatura
oprimida, el corazón de un mundo sin corazón, el alma de un mundo sin
alma. La religión es el opio del pueblo." Para Marx, era necesario abolir
ésta "felicidad ilusoria" a fin que las gentes se orientasen a construir una
felicidad real. Si la felicidad prometida resultase ser ilusoria, el pueblo
volvería a su opio consolador. Lo cual sucede una y otra vez en la
historia del mundo.
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En la historia de la humanidad ningún grupo social ha podido vivir sin
mitos: son ellos los que dan sentido a la sociedad, son ellos quienes
guían los sueños (o pesadillas) colectivas, son ellos los que hacen el
movimiento posible y significativo. Georges Dumézil dice que los mitos
son la carne y la sangre que visten el esqueleto de las estructuras
sociales. Todas las culturas han desarrollado una apasionante mitología
del homo faber: todos los mitos, leyendas y poemas épicos narran los
comienzos decisivos de la conquista del mundo natural por parte de los
primeros seres humanos. Pero yo también veía que estos mismos
mitos pueden ser sumamente nefastos si se llevan a la vida personal.
Conducen a la intolerancia dogmática y a la visión totalitaria de la vida
en sociedad, peligro siempre presente en todos los grupos humanos.
Los dogmas son respuestas pre-fabricadas basadas en la desconfianza,
mecanismos obsesivos, ritualizados e institucionalizados.
Eugene Drewerman.
Hacia 1958 un grupo de adolescentes que habíamos tenido una mala
experiencia con la religión católica, decidimos declararnos abiertamente
no-creyentes, rechazando con mayor o menor violencia a ―la puta de
Babilonia‖, como denominábamos despectivamente, a la Iglesia
Católica. En el barrio nadie nos prestó atención, pero para nosotros fue
una importante afirmación de identidad: no creemos en los mitos
religiosos, no creemos en esos valores ni queremos seguir el camino que
nos indica la iglesia y la sociedad.
―La verdadera tierra natal es aquella en donde por primera
vez nos hemos visto de manera inteligente: mis primeras
patrias han sido libros‖.
Marguerite Yourcenar
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La puta de Babilonia es como llamaban los albigenses a la Iglesia de
Roma, inspirados en la expresión del Apocalipsis. Los albigenses o
cátaros, como es sabido, fueron todos masacrados, hombres, mujeres y
niños, por orden del Papa Inocencio III bajo la acusación de “herejía”.
Según Sartre la negación de la existencia de Dios trae como
consecuencia inmediata la eliminación de todo esencialismo que postule
la existencia de esencias inmutables, formas o naturalezas
permanentes. Lo prioritario para el existencialismo no es la esencia, sino
la existencia. ―El hombre primero existe, se encuentra, surge en el
mundo y después se define. El hombre es lo que quiere ser, el hombre
es lo que se hace. Este es el primer principio del existencialismo. La idea
de Dios es producto de la mala fe. Lo peculiar del hombre es la ausencia
de una naturaleza propia que le condicione o que le otorgue un modelo
de conducta, o le provea de un destino o un quehacer específico. En
esto se diferencia del resto de los seres vivos “.
Las tesis de Jean Paul Sartre en un principio fueron compartidas por el
filósofo italiano Norberto Bobbio, quien posteriormente abandona el
existencialismo, denunciándolo por „anti-personalista y apolítico‟. De las
últimas lecturas de Sartre, a inicios de los años 60, me quedó en el
recuerdo la presentación de situaciones que subrayaban las conflictivas
relaciones entre la libertad individual y la responsabilidad social. Su
primer libro que leí fue “La náusea”, novela que pretendía divulgar los
principios del existencialismo y que le proporcionó cierta celebridad, al
tiempo que se convertía en símbolo de aquel movimiento filosófico.
Algunos años después logré leer (y entender) otro libro publicado
posteriormente a la Náusea; “El Ser y la Nada”.
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Este libro es su obra filosófica más conocida, versión personal de la
filosofía existencialista de Heidegger. ―El ser humano existe como cosa
(en sí), pero también como conciencia (para sí), que sabe de la
existencia de las cosas sin ser ella misma un en sí como esas cosas, sino
su negación (la Nada). La conciencia sitúa al hombre ante la posibilidad
de elegir lo que será; ésta es la condición de la libertad humana”.
Eligiendo su acción, el hombre se elige a sí mismo, pero no elige su
existencia, que le viene ya dada y es requisito de su elección; de aquí la
famosa máxima existencialista: «la existencia precede a la esencia».
Cuando le entregaron el premio Nobel a Albert Camus (1957) se dio
gran publicidad en México a éste reconocimiento y, aunque con mucho
retraso, empezaron a distribuirse las traducciones de sus libros. Con el
descubrimiento de Albert Camus, el existencialismo de Sartre y de
Simone de Beauvoir pasaron a un segundo lugar. Desde hacía algunos
años ya habían ido quedando más y más relegadas las novelas de
misterio o de aventuras y las revistas „de caricaturas‟.
Albert Camus, que fue sin duda alguna un valioso hombre de izquierda,
odiaba la ideología como una plaga. Personalmente, me parece ahora
que la ideología es una forma de pensamiento abstracto que expresa un
sistema de valores, un punto de referencia. Por consiguiente, las
ideologías en la historia humana, no pueden eliminarse a menos que se
elimine el pensamiento. Si abolimos los puntos de referencia ( mejores o
peores) se obtendrá una existencia al día por día anclada en el presente,
sin pasado ni futuro. En el caso de un partido político, la falta de
ideología tiene el mismo efecto: se inmoviliza en la inmediatez.
―Un libro auténtico nunca es impaciente;
puede esperar siglos para despertar un eco vital‖
Jorge Luis Borges.
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Albert Camus en su obra “El Extranjero” (el primer libro que leí de él)
declara : ―Yo no creo en Dios, me aburre. No puedo comprender lo que
sería una libertad que me fuera dada por un ser superior. Saber si el
hombre es libre exige que se sepa si puede tener un amo. Se conoce la
alternativa ; o bien no somos libres y Dios todopoderoso es responsable
del mal, o bien somos libres y responsables pero Dios no es
todopoderoso. Todas las sutilezas de escuela no han añadido ni quitado
nada a lo decisivo de esta paradoja‖ La lectura de Camus reafirmaba
mis convicciones.
Ubi dubium ibi libertas.
( Donde hay duda hay libertad).
Gracias a los antropólogos sabemos ahora que una función importante
de los mitos ha sido siempre intentar hacer más habitable y
comprensible el mundo, dándole un sentido a la vida, a través de
explicaciones sencillas, fantásticas y ramplonas a los misterios del
cosmos y a las famosas preguntas del cuadro de Paul Gauguin: ¿De
dónde venimos? , ¿Quiénes somos?, ¿A dónde vamos? . Esa es –
podríamos decir- la función positiva de los mitos.
Pero la experiencia nos ha mostrado también la necesidad de confrontar
continuamente diversas visiones, de luchar contra la pulsión totalitaria
del espíritu. Hay una tendencia dogmática que se apodera de los mitos,
sean religiosos, políticos o sociales, para imponer -a como dé lugar -
una misma verdad única, un pensamiento único y rituales únicos. Que
fue lo que brutalmente llevó a cabo el criminal Papa Inocencio III contra
los “herejes” de Albi.
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Si no tenemos herejes debemos inventarlos. La herejía es esencial
para la salud. Es el único remedio contra la entropía
del pensamiento humano.
Evgeny Zamiatin.
El “pensamiento único” es lo que pretenden imponer los grupos de
poder- políticos, religiosos o empresariales- que se consideran como los
exclusivos poseedores de “La Verdad”. Grupos intolerantes que se
sienten con el derecho a juzgar y condenar a los demás; promoviendo
sociedades apartheid para excluir socialmente (o inclusive eliminar
físicamente) a quienes rechazan su sistema de valores. Muchos años
después, leyendo a Giorgio Agamben, conocí su propuesta de acuñar
una nueva categoría antropológica ; el homo sacer : ―el individuo
excluido de la comunidad que puede ser asesinado impunemente”, como
por desgracia sucede tan frecuentemente en México y en todo el mundo.
A fines del año pasado (2014) leí con angustia que varios intelectuales
occidentales de ideología neoliberal consideraban que al mundo actual,
debido a los avances tecnológicos y a la automatización de los procesos
industriales, al mundo actual, que cuenta con algo más de 7 mil millones
de personas, le ‗sobran‘ ya alrededor de 3 mil millones de seres
humanos para los que no hay ni trabajo ni ningún tipo de asistencia
social la cual sería muy costosa. A esto nos ha llevado una falsa
comprensión de la ideología capitalista . Ya desde el siglo pasado la
infame (y poco inteligente) pseudo-intelectual Ayn Rand hacía el elogio
del egoísmo como motor del progreso económico. Por desgracia sus
libros aún se leen entre los grupos de extrema derecha de los Estados
Unidos y Latinoamérica. Las guerras y la creciente e intolerable
desigualdad social del mundo afectan precisamente a las clases sociales
más desprotegidas, como una brutal variante del ethnic-cleansing que
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podríamos ahora denominar ―social-cleansing”. Triste ejemplo de como
la avidez de dinero se traduce en degradación humana.
Porque nunca he querido dioses crucificados, tristes dioses que
insultan esa tierra ardorosa que te hizo y deshace.
Luis Cernuda.
A cambio de la difícil libertad de pensamiento conseguida rechazando el
mito católico, y como efecto perverso del rechazo a dichos mitos,
algunos amigos míos, adolescentes como yo, desarrollaron un profundo
desconsuelo, una desorientación vital: sin el sustento de la seguridad
que da la fe empezaron a percibir la vida con susto y desaliento. Uno de
mis compañeros de escuela tal vez el más frágil posteriormente se
suicidó, así como otro joven de una familia cercana. Fueron traumas
muy difíciles de aceptar y conllevar.
Durante años con mucha angustia y dolor intenté encontrar una
explicación. Quizá esa repentina libertad, esa pérdida de referentes, la
aparente falta de un modelo de conducta, o el renunciar a la idea
esperanzadora de otra vida después de la muerte, pudiese explicar en
algo esa desazón que los llevó a quitarse la vida en plena adolescencia.
Me quedó, para siempre, la culpa de no haber sabido apoyarlos. La
única lección de ésta doble tragedia podría ser ― buscar que la vida y el
amor valgan la alegría, no la pena‖.
Propongo un brindis para celebrar el olvidado asombro de estar vivos.
Octavio Paz
La libertad puede causar miedo, no solo al individuo. En la historia
hemos visto como muchas sociedades han preferido las cadenas a la
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responsabilidad que va implícita con la libertad. En su libro “Los Anales‖,
el historiador y funcionario romano, Galus Cornelius Tacitus (55 - 120
a.C.) explica por qué el pueblo romano eligió perder sus derechos y sus
libertades y entregar poderes dictatoriales a Cayo Julio César Octavio
Augusto (63 a.C - 14 d.C). ―Cuncta fessa” ( todo el mundo estaba
harto): con ésta escueta frase compendia Tácito la explicación del
aberrante comportamiento de los romanos. El miedo al futuro provoca
nostalgia del autoritarismo. La decisión de apoyar una dictadura
favoreció a la reducida y poderosa clase dominante romana, en
detrimento del pueblo. Las desigualdades sociales crecieron provocando
continuas revueltas dentro del extenso imperio. Esta violencia sería una
de las causas de la posterior decadencia y caída del Imperium
Romanum. A veces, también los pueblos eligen suicidarse.
Cayo Octavio, bajo el nombre de César Augusto, acabó con la República
aunque conservó hábilmente sus instituciones vacías de poder. Este
poderoso emperador es un personaje ineludible para entender lo que
fue Roma y, por tanto, lo que somos nosotros. Su biografía plantea
cuestiones cruciales como el naufragio que puede sufrir una democracia
cuando sus instituciones dejan de funcionar o la tragedia que vivieron
los romanos de tener que elegir entre el caos o la dictadura. Tragedia
que se repite una y otra vez en la historia del mundo.
La libertad, dice Dostoievski, no significa obviamente negación de todo
sistema conceptual, abandono a un caos sin límites. El intento por
entender el mundo y la vida, por encuadrarlo en un orden no rígido ni
dogmático, es una de las grandes manifestaciones de la verdadera
libertad. Analizando la distribución mundial actual de la riqueza, Peter
Sloterdijk define la “libertad” como el derecho que tiene la clase
dominante minoritaria a la movilidad sin fronteras y al desperdicio
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ilimitado en una fiesta sin fin. Esta “libertad‖ está compuesta por dos
derechos señoriales; la libertad al gasto caprichoso y la libertad al
turismo petulante.
Resistencia y obediencia son las dos virtudes del ciudadano.
Mediante la obediencia se asegura el orden; mediante
la resistencia se asegura la libertad.
Emile-Auguste Chartier, conocido como Alain.
La libertad también puede traicionarse a sí misma volviéndose una
etiqueta ideológica tipo “Tea Party” en los EE.UU. “Libertad, cuantos
delitos se cometen en tu nombre” dijo Madame Roland mientras subía a
la guillotina. La peor ideología es la que más o menos conscientemente
se disfraza, ante sus propios ojos, de imagen fiel y directa de la realidad
humana y del (supuesto) diseño divino.
Leer es pensar con un cerebro ajeno.
Schopenhauer
Lo que estamos viviendo en México en estos años de 2014-2015 es lo
que Antonio Gramsci denominó una “Revolución pasiva”. Su resultado
en nuestro país no está escrito todavía. El historiador Enrique Semo
señala que, “en la historia del país ha habido en tres ocasiones ( al final
de los siglos XVIII, XIX y XX ) tres fenómenos muy parecidos al actual.
Según lo describe Gramsci desde la cárcel italiana donde estaba
confinado, una revolución pasiva se produce cuando una clase
gobernante quiere hacer cambios en el país sin tomar en cuenta las
necesidades más inmediatas, los sueños y la mentalidad del pueblo. E
inclusive con evidente desprecio hacia el pueblo por parte del grupo
dominante. La primera revolución se dio con las reformas borbónicas a
finales del siglo XVIII; otra fue 100 años después en el período de
Porfirio Díaz. La tercera es ahora con los neoliberales que han escogido
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abrirse al capital extranjero privilegiando a la banca sobre el sector
agrícola y sobre los deficientes sistemas de salud y educación. Las dos
primeras revoluciones pasivas acabaron en revoluciones activas; la
Guerra de Independencia y la Revolución Mexicana”. Para salir de la
presente crisis el país puede enfocarse hacia cualquiera de las dos
opciones pronosticadas por Engels y Rosa Luxemburgo : el socialismo o
la barbarie.
Los acontecimientos que se desarrollaron en mayo y junio de 1968 en
París y en otras ciudades del mundo, no fueron el anuncio de una nueva
era como muchos de nosotros, por aquel entonces, llegamos a creerlo.
Por el contrario, tal como lo describe (entre otros) Tzvetan Todorov, fue
el último coletazo de un período histórico que llegaba a su fin; el adiós
definitivo a las sangrientas utopías tanto de derecha como de izquierda.
Los protagonistas del 68 no se colocaron en la vanguardia sino en la
retaguardia social. Posteriormente, a una gran mayoría, nos quedó muy
claro que en realidad “el movimiento del 68 retardó el momento de la
caída del monstruo totalitario. Dice Todorov que “resultaba patética la
imagen de un Sartre en las calles de Paris vendiendo La cause du peuple
y defendiendo aún posturas estalinistas”.
De Platón a Marx, el comunismo se percibe como liberación de
lassociedades y de los individuos. Pero con Lenin y Stalin, la utopía en el
poder se convierte en una monstruosa máquina para esclavizar.
René-Eric Dagorn. Historiador. Sciences-Po. Paris.
Albert Camus decía que, pasase lo que pasase, para buena parte de la
humanidad la palabra “socialismo” había quedado para siempre
desprestigiada por lo que llevó a cabo el stalinismo en la Unión
Soviética. Fue por ello que diversos grupos a nivel mundial, como los
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miembros de la desaparecida organización marxista francesa
denominada “Socialismo o barbarie‖ (que duró de 1948 a 1965),
combatían el estalinismo en todas sus formas, tratando de desarrollar
un marxismo anti-dogmático. Editaban una revista de poca circulación
donde consideraban a la Unión Soviética (URSS) y a todos los países
autodenominados socialistas como „capitalistas de Estado‟. Es decir,
como sociedades controladas y dirigidas por la extensa burocracia; una
nueva clase dominante de explotadores y parásitos sociales que
engañosamente se auto-nombraban como socialistas. En realidad eran
dirigentes del Estado y de la economía que habían ocupado el lugar de
los patronos privados, pero conservando a los trabajadores en
condiciones de inicua explotación; en varios aspectos peor que en los
países de economía capitalista. Esta expresión „Socialismo o barbarie‘
fue utilizada por primera vez por Rosa Luxemburgo en 1916, inspirada
en un texto escrito por Friedrich Engels.
El verdadero socialismo como el salto del reino de
la necesidad al reino de la libertad
Diccionario de economía política. Borísov, Zhamin y Makárova
ll. UN LECTOR OMNIVORO.
La escuela primaria y secundaria la hice en el Colegio Cervantes, dirigido
por Hermanos Maristas, pero los estudios correspondientes a la
preparatoria los continué en el “Instituto de Ciencias” una escuela
jesuita orientada a las clases altas de Guadalajara, donde obtuve una
beca. En los dos años de preparatoria, tres profesores me hicieron una
gran impresión: el profesor de química, un sacerdote jesuita que nos
daba química inorgánica con muchas horas de experimentación en
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laboratorio; el ingeniero Tapia, excelente profesor de matemáticas que
en cada clase nos planteaba, desafiante, problemas matemáticos
complejos; y el Licenciado en filosofía y letras, Don Enrique Moreno,
quien nos daba cursos de lengua y literatura española
extraordinariamente deslumbrantes y entretenidos. Nos leía textos
literarios, prácticamente los actuaba y finalmente los analizaba haciendo
múltiples referencias a la literatura griega y latina, cuyos idiomas
conocía a fondo. Profesor y escritor sumamente carismático y de
inmensa cultura.
En esos años de preparación a los estudios universitarios teníamos que
escoger la carrera a la cual nos inscribiríamos en la universidad. Yo
estaba indeciso entre Filosofía y Letras o bien Ingeniería Química. Bajo
consejo de Don Carlos Langjahr, director de Natex, opté por ésta
segunda opción pero prometiéndome a mí mismo que mi actividad
amateur sería la literatura, especializándome (así lo veía entonces) en
literatura rusa; Dostoievski, Tolstói, Gorki, Turgeniev, Leskov, Gogol y
Antón Chéjov, entre otros. Al terminar la preparatoria ingresé a los
estudios de ingeniería química en el ITESO, la universidad católica de
Guadalajara (jesuita) donde hasta la fecha –a pesar de mi rechazo a las
ideologías religiosas- soy también consejero.
En la historia del mundo, la prosa ha tenido períodos de gran esplendor.
Durante el siglo XIX el cambio de las mentalidades en todo el mundo fue
una gran hazaña de los magníficos prosistas rusos. El mundo se
entusiasmaba con los novelistas rusos, pero también con Proust,
Stendhal, Zola, Balzac. ― No leer es peor que no saber leer”, era la
divisa. Desafortunadamente ahora la prosa, en un buen porcentaje, va
escrita pensando en la demanda comercial. Muchos autores buscan
best-sellers rentables. No siempre fue así. “ Yo sería nada sin el siglo
22
XIX ruso ”, escribió Albert Camus en una carta dirigida a Boris
Pasternak, refiriéndose a la novela rusa.
Como era predecible durante los años de estudios de preparatoria y de
universidad me convertí en lector apasionado de literatura rusa.
Después fui añadiendo autores mexicanos, franceses e italianos.
Recuerdo bien con que deleite leí “La Marcha de Radetzky”, de Joseph
Roth, que, al igual de “El Gatopardo” de Giuseppe Tomasi di Lampedusa,
me transportaron con nostalgia y lucidez al corazón de mundos ya
desaparecidos.
La novela del siglo XIX fue influenciada por el afán totalizador de la
ciencia. Son novelas románticas muy extensas que pretenden abarcar
toda la realidad. Ejemplo Mme.Bovary (Flaubert), Anna Karenina
(Tolstói) o bien Doctor Zhivago (Pasternak). La novela al estilo del siglo
XIX es algo muy propio de sociedades cerradas, como lo era el Imperio
Ruso en tiempos de Tolstói, o el México de la Revolución mexicana,
cuando Juan Rulfo escribe Pedro Páramo. En una época sin periódicos
ni Internet, la realidad se contaba siempre a través de grandes novelas
costumbristas. El Lazarillo de Tormes, escrito anónimo donde se relata
la vida, fortuna y adversidades del protagonista, se presenta al lector
como una autobiografía. La novela siempre ha jugado con parecerse a
la realidad, o con introducir elementos de la realidad. En Don Quijote
de la Mancha, aparece el bandolero que atemoriza Cataluña. Forma
parte del panel de atracciones que tiene el arte de la novela
decimonónica : mezclar ficción con realidad.
Después del esplendor que tuvo la prosa rusa en el siglo XIX, aparecen
escritores de influencia mundial como Julio Cortázar en Argentina (
Rayuela ) o André Gide en Francia ( Los monederos falsos ) que escriben
23
con la plena conciencia de que el gran auge de la novela decimonónica
tenía fecha de caducidad. Ambos emprendieron su aventura creativa a
partir de dicha certeza; el envejecimiento del mundo novelesco.
La novela actual, en el siglo XXI, utiliza sobre todo la información. ―El
relato de hoy sale de caza, se remueve inquieto en los límites de la
imaginación y merodea, a falta de otras presas, en la páginas de los
periódicos ―. (Diario El País. 30 de Junio de 2011). El género policiaco
se populariza en sociedades avanzadas, abiertas, como Inglaterra y los
Estados Unidos durante la segunda mitad del siglo XIX y tiene sus
máximos niveles de aceptación durante la primera mitad del siglo XX.
En su estructura literaria aparece tanto la racionalidad científica propia
del siglo XIX como, en varios autores, el discurso filosófico más
característico de algunas anti-novelas del siglo XX.
La prosa romántica vivía intensamente el contraste entre lo que es real
(tangible) y lo irreal, o abstracto. Esta continua tensión se traduce en
estados de ánimo melancólicos, de tristeza y en ocasiones con
tendencias al victimismo. Ya Gustave Flaubert en una carta a Guy de
Maupassant le advertía: ―Tenga usted cuidado con la tristeza. Es un
vicio ‖.
El poeta es un fingidor. / Finge tan completamente /
que hasta finge que es dolor / el dolor que en verdad siente./
Y así va por su camino, / distrayendo a la razón, /
ese tren sin real destino, / que se llama corazón.
Fernando Pessoa
La primera literatura rusa que leí fueron varios cuentos cortos, muy
amenos y simpáticos, de los maestros del relato corto Nikolai Leskov y
Antón Pávlovich Chéjov. Leskov narra en primera persona, utilizando el
24
lenguaje coloquial, los dialectos, el argot y los proverbios y expresiones
del pueblo ruso. Esta forma de escritura la denominó la crítica rusa en
los primeros años del siglo XX como la técnica “skaz”. ( Término
derivado de skazat, narrar). La técnica se popularizó en cuentos
folclóricos o en episodios de la vida rural; narraciones que buscaban
preservar algunas características de los antiguos relatos orales. La
aspiración de Leskov fue recuperar el relato oral y retratar con gran
fidelidad como otros artesanos iban creando un mundo patas arriba
donde, paradójicamente, los únicos seres normales eran los diferentes.
Dice Christopher Domínguez en su ensayo sobre Leskov (Letras Libres,
Mayo 2008) que “ en cualquier otra literatura que no fuera la rusa,
Leskov sería sólo un buen escritor tradicional y hasta un moralizador un
tanto limitado (como lo prueba, paradójicamente, el relato conocido
como La pulga de acero, de 1881) pero, habiendo sido contemporáneo
de los grandes genios, sus limitaciones lo enaltecen: la sobriedad de un
narrador que no tiene gran cosa que decir sobre el futuro de la
humanidad‖. Leskov, un escritor provinciano o un cosmopolita que rodeó
el imperio ruso, aparecerá, de manera imprevista y sorprendente, como
motivo de “El narrador” (1936), uno de los ensayos más famosos de
Walter Benjamin, probablemente el “modernista” más exitoso del siglo
XX, el más citado, el más útil.
Chéjov fue un escritor muy apreciado internacionalmente, considerado
como uno de los más importantes escritores de cuentos en la historia de
la literatura. De profesión doctor en medicina, Antón Chéjov nació en
Taganrog, Imperio Ruso, el 29 de enero de 1860. Chéjov siempre
compaginó su carrera literaria con el ejercicio de su profesión de
médico. Al respecto, escribe que “La medicina es mi esposa legal; la
literatura, sólo mi amante‖. La crítica lo considera parte de la corriente
literaria denominada „Realista Psicológica‟.
25
Al principio Chéjov escribía simplemente por razones económicas, pero
su ambición artística creció, introduciendo innovaciones que han influido
mundialmente en la evolución de los relatos cortos posteriores. Su
mayor originalidad consiste en el uso de la técnica del monólogo,
adoptada más tarde por James Joyce y otros escritores del modernismo
anglosajón, además del rechazo de la finalidad moral presente en la
estructura de las obras tradicionales. No le preocupaban las dificultades
que esto planteaba al lector, porque consideraba que “el papel del
artista es realizar preguntas, no responderlas”.
"La literatura es el escudo de los tímidos"
Ricardo Piglia.
En 1961 al cumplir 21 años mi papá, viendo mi voraz apetito por la
lectura, me regaló “El Doctor Zhivago”, que leí y releí en varias
ocasiones. Desde su primera línea, el libro es cautivante: “Andaban, y al
andar cantaban ‗Eterna Memoria‘. Los pies, los caballos y el soplo del
viento parecían continuar el cántico en las pausas‖. Bajo el personaje de
Yuri Andréievich Zhivago, el autor muestra aquello que de más puro y
esencial tiene la Rusia de principios de siglo: un país convaleciente y
desahuciado que ve correr por sus venas un torrente de sangre blanca y
roja que, lejos de reconfortarle, le debilita hasta la extenuación. Pero -
muestra Pasternak- existe también otra Rusia, la Rusia roja de
Strélnikov, la Rusia decidida que, sin color ni bandera ni historia, lucha
osadamente y se crea a sí misma. Strélnikov es quizá el personaje más
interesante, atrevido y poderoso de toda la obra. La Rusia, en fin,
representada por el personaje de Larisa Antípova, símbolo de la
concupiscencia, del amor apasionado.
26
La gran extensión de las obras de Pasternak, Tolstói y Dostoievski es un
artificio de narración que se remonta hasta nuestro genial Miguel de
Cervantes: el arte de la digresión extensa. Ya desde antes de leer a
Pasternak conocía bien algunas de las obras de León (Lev) Tolstói,
principalmente „Guerra y Paz‟ y „Anna Karenina‟
―La lectura es un silencio vibrante y una soledad poblada por la vida de
las palabras‖.
George Steiner.
La razón y la visión prosaica no necesariamente está enfrentada con una
visión poética de la vida. Aunque la vida tenga necesidad de sueños, de
ilusiones, un exceso de lucidez y racionalismo no por fuerza es nefasto.
Una vida, ¿ mientras más lúcida , puede ser más jubilosa ?. Montaigne,
en forma similar a Tolstoi, responde decididamente que sí. Y si
Montaigne es un maestro tan excepcional, tan irremplazable, se debe a
que es un maestro del gozo, de las pasiones alegres, pero al mismo
tiempo de la lucidez racional.
"Sin una visión clara del porvenir, el presente pierde sentido, dirección y
vitalidad‖
George Friedman
En Italia el poeta Giacomo Leopardi, cuya obra conocí en la primera
mitad ee los años 60, privilegia la facultad del amor como principal
fuerza para elevar el alma humana. Dice Leopardi en su obra ―
Zibaldone di pensieri” que los pensamientos amorosos son aquellos que
con más fuerza abstraen el alma todas las cosas que nos rodean. El
amor es la fuerza que genera y concentra mayor energía psíquica en los
seres humanos. “El amor- nos dice textualmente- es la más dulce, la
más buscada, la más humana, la más potente y la más universal de las
27
pasiones alegres. El amor es una pasión natural que la espiritualización
progresiva del acontecer humano la ha hecho volverse sentimental”.
En sus ―Cantos” Giacomo Leopardi describe las afecciones del alma así
como el paisaje familiar, transfigurado en paisaje ideal. Leopardi
aparece en ésta obra como un poeta de gran actualidad : el sexo sin
amor - nos dice - ha sido desde siempre una afección del alma, una
pasión triste que -en el futuro- tenderá a agravarse con el enfoque
materialista de la vida. Lo escribe en 1831 .
El amor es una apuesta que nadie está seguro de ganar porque
es una apuesta que depende de la libertad del otro.
Octavio Paz. La llama doble.
En mi caso, Eros había tenido una primera inesperada y discreta
aparición en mi vida hacia 1954-1955 cuando nos visitó un amigo
alemán de mis papás, el señor Rohen, quien llega acompañado de una
niña más o menos de mi edad. Recuerdo que despertó en mí un azoro,
una admiración silenciosa a primera vista. La niña cuyo nombre no me
viene a la memoria, nos cantó en latín el villancico “Adeste fideles” a
solicitud de su papá. Fue un bello momento de una frescura y de una
sencillez mágica que me quedó grabado para siempre.
Adeste, fideles, laeti, triumphantes,
Venite adoremus, venite adoremus
Venite adoremus Dominum
A fines de los años 50 e inicio de los 60, era frecuente que mi familia
invitarse amigos a pasar juntos una velada en el amplio corredor de la
casa frente al patio. Los miembros de la familia Águila asistían
28
regularmente. Tenían tres hijas, la menor de las cuales, Gloria,
físicamente me atraía mucho pero me turbaba y me sentía en embarazo
frente a ella por mis culpables fantasías . Gloria era aún una espigada
niña de 12-13 años.... pero donde ya se adivinaba la espléndida mujer
que sería a los 18-20. Conservo aún sus fotografías con su perfil de
Madonna del Perugino.
La vida es un juego misterioso donde nuestras almas
muy raras veces abren sus puertas al otro y solo al que
indaga con perspicacia e insistencia. A final de cuentas, la vida
es una grande y bella apuesta que es mejor
jugar con dos corazones.
Alberto Savinio
Las veladas en nuestra casa se organizaban para ver actuar y escuchar
las poesías que, con voz estentórea y a la menor provocación,
declamaba don Lauro Benítez, el moreno esposo de la profesora María
de Jesús Gutiérrez, gran amiga de la familia. Poesías dirigidas a
despertar la emoción, el sentimiento, más que a la transmisión de ideas.
Conocí así más o menos bien el romanticismo latinoamericano; literatura
que, por el momento, no despertó en mí mayor curiosidad. Entre los
poetas mexicanos sí me interesaron Luis Gonzaga Urbina, Amado Nervo,
Guadalupe Amor y Enrique González Martínez, aunque sin lugar a dudas
durante toda mi adolescencia mi poeta favorito fue el colombiano José
Asunción Silva. Su poesía Nocturno III la podía recitar de memoria.
Una noche / una noche toda llena de perfumes, de murmullos y de
música de alas,
Una noche en que ardían en la sombra nupcial y húmeda, las
luciérnagas fantásticas,
29
a mi lado, lentamente, contra mí ceñida, toda, muda y pálida
como si un presentimiento de amarguras infinitas,/ hasta el fondo más
secreto de tus fibras te agitara,
por la senda que atraviesa la llanura florecida/
caminabas, y la luna llena
por los cielos azulosos, infinitos y profundos esparcía su luz blanca,/ y tu
sombra fina y lánguida y mi sombra por los rayos de la luna
proyectada/
sobre las arenas tristes de la senda se juntaban./
Y eran una, y eran una/
¡y eran una sola sombra larga! /
¡y eran una sola sombra larga! /
¡y eran una sola sombra larga!
En México como en el resto del mundo la agresión norteamericana en
contra de Vietnam, que duró desde 1959 hasta la retirada de las
derrotadas tropas invasoras en 1973, se vivió con particular intensidad
y horror. Entre los miles de activistas por la paz destacaban Jane Fonda
y la cantante de música folk Joan Baez. Varias canciones de protesta de
Joan Baez recorren el mundo. Las que más me gustaban eran Farewell
Angelina y el poema de Lord Byron ―So, we‘ll go no more a-roving”.
La letra de esa canción era un poema que George Gordon Byron escribió
a su regreso de Italia, gravemente enfermo.
So we‘ll go no more a-roving / so late into the night, /
though the heart be still as loving,and the moon be still as bright. /
For the sword outwears its sheath, / and the soul outwears the breast,
and the heart must pause to breathe, / and love itself have rest.
Though the night was made for loving, and the day returns too soon, /
Yet we‘ll go no more a-roving / by the light of the moon.
30
El año 1957 fue un gran parte-aguas personal, un profundo hiatus entre
mi vida anterior y los años sucesivos. Ese año, gracias a los buenos
oficios de mi papá con sus amigos franceses, entré a trabajar a Nacional
Textil Manufacturera (“Natex‖) como asistente a tiempo parcial del
ingeniero Charles Langjahr, Jefe de Tintorería. Esta empresa ubicada
junto al jardín “Agua Azul”, recibía madejas y telas de algodón que
fabricaba la misma compañía en la cercana población de El Salto. En
Natex se teñían los rollos de tela o las madejas de hilo y además se
producían hermosos estampados con diseños que se traían de Francia.
―Sin trabajo el navío de la vida humana no tiene lastre‖
Stendhal.
Don Carlos era una persona un poco más baja que yo, con un muy
ligero estrabismo y un poco pasado de peso. Alsaciano nacido de
Riquewihr, excelente químico totalmente bilingüe en francés y alemán,
optó por pelear del lado francés contra las tropas nazis. Fue piloto de un
avión caza y al desmovilizarse fue contratado para hacerse cargo de
Natex. Personaje extraordinariamente culto, con una enorme simpatía
personal. A los pocos meses de trabajar con él, me comunicó que con
los años yo iba a sustituirlo como “tintorero”. Y me trazó, por escrito, un
plan de trabajo a mediano y largo plazo, que incluía no únicamente la
parte técnica sino también el aprendizaje del francés en la Alianza
Francesa y la adquisición de una sólida cultura francesa. Nunca más he
estado tan dedicado, interesado y divertido con mi trabajo como los
años que pasé junto a Don Carlos.
―Un buen estudiante es alguien que se deja asombrar‖
Alberto Manguel.
Gracias a don Carlos pronto empecé a familiarizarme con los nombres
de Jean Racine, Molière y Corneille, los tres grandes como él les decía.
31
Pero también me dio a conocer a Jacques Prèvert, Rimbaud, Mallarmé ,
Victor Hugo, Paul Claudel, Verlaine y – desde luego – Paul Valery que
con el tiempo se convertiría en uno de mis poetas franceses favoritos. A
don Carlos le gustaban las tragedias de Racine, de las cuales Phèdre era
su preferida. Mientras hacíamos los cambios de colorantes o los
enjuagues, o trabajábamos hasta noche en las enormes mesas de
estampado, Don Carlos declamaba Racine.
Ariane, ma sœur, de quel amour blessée,
Vous mourûtes aux bords où vous fûtes laissée.
Racine
La obra literaria de Octavio Paz, como la de Dante, Pushkin, Cervantes
o Shakespeare, es tan extensa, tan valiosa y sobre todo tan conocida
que me limitaré a transcribir tan solo el siguiente poema de nuestro
Premio Nóbel, que junto con “Piedra de Sol”, son dos poesías de Octavio
Paz que siempre me han deleitado:
Óyeme como quien oye llover, / ni atenta ni distraída,
pasos leves, llovizna, / agua que es aire, aire que es tiempo,
el día no acaba de irse, / la noche no llega todavía,
figuraciones de la niebla / al doblar la esquina,
figuraciones del tiempo / en el recodo de esta pausa,
óyeme como quien oye llover, / sin oírme, oyendo lo que digo
con los ojos abiertos hacia adentro,/ dormida con los cinco sentidos
despiertos,llueve, pasos leves, rumor de sílabas, / aire y agua, palabras
que no pesan: lo que fuimos y somos, / los días y los años, este
instante,tiempo sin peso, pesadumbre enorme, / óyeme como quien oye
llover,relumbra el asfalto húmedo, / el vaho se levanta y camina,
la noche se abre y me mira, eres tú y tu talle de vaho,
tú y tu cara de noche,/ tú y tu pelo, lento relámpago,
cruzas la calle y entras en mi frente,/ pasos de agua sobre mis
32
párpados, óyeme como quien oye llover,/ el asfalto relumbra, tú cruzas
la calle, es la niebla errante en la noche, como quien oye llover
es la noche dormida en tu cama,/ es el oleaje de tu respiración,
tus dedos de agua mojan mi frente,/ tus dedos de llama queman mis
ojos, tus dedos de aire abren los párpados del tiempo,/ manar de
apariciones y resurrecciones, óyeme como quien oye llover, / pasan los
años, regresan los instantes, ¿oyes tus pasos en el cuarto vecino? / no
aquí ni allá: los oyes en otro tiempo que es ahora mismo,/ oye los pasos
del tiempo inventor de lugares sin peso ni sitio,/ oye la lluvia correr por
la terraza, la noche ya es más noche en la arboleda,/
en los follajes ha anidado el rayo, vago jardín a la deriva /
entra, tu sombra cubre esta página.
Octavio Paz.
Y fue a esa edad, a inicios de los años 60, cuando de la prosa pasé
definitiva y perdurablemente a la poesía. Pablo Neruda lo expresa en
forma magnífica:
“ Y fue a esa edad....... / llegó la poesía a buscarme.
No sé, no sé de dónde salió, / de invierno o río.
No sé cómo ni cuándo. / No, no eran voces,
no eran palabras, ni silencio, / pero desde una calle me llamaba,
desde las ramas de la noche, de pronto, entre los otros,
entre fuegos violentos / o regresando solo.
Allí estaba sin rostro / y me tocaba.‖
Pablo Neruda.
33
III. DESCUBRIENDO ITALIA
Con Don Carlos trabajé casi 6 años en estrecha colaboración. Después
no volví a verlo porque se regresó a vivir en Francia cuando yo estaba
en Italia. En ése relativamente breve lapso le dio a mi vida objetivos a
corto y largo plazo; me entreabrió la puerta a la cultura francesa; me
obligó a estudiar francés; me hizo revalorar a mi propia cultura y
también (muy importante) me contagió una duradera pasión por la
poesía. Don Carlos fue el primer gran personaje con una influencia
decisiva en todo el resto de mi vida.
Al segundo gran personaje, no por ello menos importante y cuyas
enseñanzas también fueron de igual trascendencia, lo conocí hasta 1964
en la ciudad de Roma. Tuve la gran fortuna de haber tenido dos
valiosísimos padrinos. Y en esos años la poesía rusa me hacía sentir
cálidamente la alegría de vivir.
Aquí estoy para contarte / que ya se levanta el sol /
y que su luz ardorosa /
pone en las hojas temblor; contarte que en todas partes /
hay un soplo de alegría, /
y aunque no sé qué contar, / hay canto en el alma mía.
Atanasio Fet Shenshin.
Ingresé a la carrera de Ingeniería Química en el ITESO (Instituto
Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente ) en el año de 1958.
En los 5 años de carrera , además de estudiar en los libros de texto,
tuve oportunidad de leer, fuera del contexto académico, a diversos
autores cuya importancia en mi vida me parece que ha venido
aumentando con el transcurrir del tiempo. Entre tantos autores que
descubrí, quizá los que más me influyeron durante mi estancia en la
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universidad (ITESO) fueron Maimónides, Karl Popper y Thomas Kuhn .
Estas lecturas me llevaron a una mayor introspección y a conocer a
otros autores, que aportaban otras visiones del mundo y de sus infinitos
problemas.
―Quien mira hacia afuera, sueña.
Quien mira hacia dentro, despierta‖
Carl Jung
Moisés ben Maimón, llamado también el Rambam (acrónimo de Rabí
Moises ben Maimon), o Abu Amram ibn Abd Allah, entre los árabes o
Maimónides según la versión latinizada de su nombre, nació en Córdoba
en 1135 y murió en El Cairo en 1204. Es el filósofo judío más grande de
la Edad Media, pues supo asimilar en un momento histórico crucial la
información científica, religiosa y filosófica existente, y darle la forma
adecuada para imprimir a sus textos el carácter sincrético y genial que
poseen. Su obra “La Guía de los perplejos” tiene como propósito
fundamentar esclarecer uno de los problemas esenciales de su época: el
enfrentamiento entre razón y fe. La influencia de ésta obra se dejó
sentir con la misma fuerza en el mundo judío, islámico y cristiano. De
Maimónides se decía que curaba no solo el cuerpo sino el alma y que en
esto sobrepasaba a Galeno. Una de sus obras “Aforismos médicos” se
estudiaba en Francia e Italia hasta el siglo XVI, bajo la fórmula Dixit
Rabbi Moyse. La Guía de los Perplejos es un libro muy difícil de leer,
cargado de alegorías y de expresiones oscuras que deben ser
interpretadas en sentido figurado para ir tratando de hallar la luz que
guíe el camino. Fue sin embargo un primer paso decisivo en mi posterior
involucramiento con la cultura hebrea.
Muchos siglos después de Maimónides, otro intelectual judío Karl
Raimund Popper filósofo y teórico de la ciencia, nacido en Viena en
35
1902, escribe una obra, ahora clásica, “La lógica de la investigación
científica”, donde aborda el problema de los límites entre la ciencia y la
metafísica, y se propone la búsqueda de un llamado criterio de
demarcación entre las mismas que permita, de forma tan objetiva como
sea posible, distinguir las proposiciones científicas de aquellas que no lo
son. Obra importante porque la humanidad nunca ha logrado resolver el
enfrentamiento estudiado por Maimónides entre razón y fe.
Los estudios de química en el ITESO bajo la dirección de un
extraordinario sacerdote jesuita experto en química orgánica, me
llevaron a interesarme por el análisis de los conceptos científicos en
contraposición de los dogmas religiosos. Así fue como inicié las lecturas
de Karl Popper. El criterio de demarcación que utiliza Popper no decide
sobre la veracidad o falsedad de una afirmación, sino sólo sobre si tal
afirmación ha de ser estudiada y discutida dentro de la ciencia o, por el
contrario, se sitúa en el campo más especulativo de la metafísica, de la
fe. Para Popper una proposición es científica si puede ser refutable, es
decir, susceptible de que en algún momento se puedan plantear ensayos
o pruebas para refutarla independientemente de que salga airosa o no
de dichas pruebas.
La ciencia estudia procesos que se repiten. Siendo así, podemos
preguntarnos si es válido tratar de construir una “Teoría del Todo‖, o si
podemos plantearnos interrogantes sobre el origen del universo y de la
vida. Aún las matemáticas, que se suponen son el lenguaje de las leyes
de la naturaleza, nos dicen que hay preguntas que no tienen respuesta
cuando se aplican sus leyes. Kurt Gödel ha demostrado que en cada
sistema coherente y lógico, se encuentran teoremas que no podemos
saber si son correctos o falsos. Todo esto nos lleva a tomar consciencia
de los límites del conocimiento científico.
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―La ciencia es como la magia, pero desarrollada por académicos‖.
Jean-Marc Fleury.
A pesar de la relevancia y eficiencia del concepto de falsedad de Karl
Popper, el más conocido de los filósofos de la ciencia es Thomas Kuhn,
autor de ―La estructura de las revoluciones científicas”, publicado en
1962. Kuhn dijo que la búsqueda de la verdad absoluta no es la
verdadera meta de la ciencia, sino que la ciencia es esencialmente un
método para resolver problemas, que opera dentro de un sistema
contemporáneo de creencias. Ese sistema de creencias y valores se
manifiesta a través de una serie de procedimientos experimentales que
producen resultados que, a su vez, refuerzan el sistema original de
creencias y valores. Thomas Kuhn llama paradigmas a tales sistemas.
Los científicos normalmente pasan la mayor parte de su tiempo
haciendo ciencia normal, esto es, trabajando dentro de un paradigma
específico. Pero a veces llega alguien como Nicolás Copérnico, Newton,
Charles Darwin o Albert Einstein, con nuevos sistemas de creencias que
disparan revoluciones científicas. Respectivamente, sus sistemas re-
configuraron el universo de modo que su centro es ocupado por el Sol y
no la Tierra; trajeron la mecánica celeste bajo las mismas leyes que
obedece la mecánica terrestre; se movieron desde un mundo creado por
Dios hasta un mundo sin propósito y nunca terminado; y cambiaron de
una física con un flujo absoluto y uniforme de tiempo a una nueva física
en la que el flujo del tiempo es elástico y varía conforme a las
velocidades relativas del experimentador y el observado.
Con éstos cambios de paradigmas, Copérnico quitó al hombre como
centro del universo, mientras que Lamarck y Darwin lo bajaron de la
cúspide de la creación. Y ahora el actual sistema económico global ha
37
sacado a la humanidad del corazón de sus proyectos, a pesar que no es
utópico pensar en conciliar las lógicas económico-financieras y los
avances científico-tecnológicos con una estructura social humanista.
La utopía da sentido a la vida porque exige, contra cualquier
verosimilitud, que la vida tenga un sentido ―
Claudio Magris.
Poco a poco pero en forma cada vez más acelerada, en la humanidad se
ha ido difundiendo el laicismo y el pensamiento racional. Las
proposiciones científicas empiezan tímidamente a ir ganando terreno en
detrimento del dogmático pensamiento religioso. Se lee y se discute
libremente a Niccolò Macchiavelli quien redactó en 1516 para Lorenzo de
Medicis su famoso libro “El Príncipe” donde propone pensar la política
como un proyecto de naturaleza exclusivamente humana e histórica,
desvinculando para siempre la política de la divinidad. Por muchos años
la lectura de éste libro estuvo prohibida para los católicos mexicanos.
Las tesis de Macchiavelli facilitaron el trascendental advenimiento
histórico, en Francia, de Jean Bodin (1536-1596) quien desarrolla el
concepto de soberanía y establece la unidad del Estado Francés por
arriba de las pretensiones religiosas; algo que España en éste siglo XXI
aún no logra. Bodin rompe así formalmente la alianza entre Dios y la
Ley y desde entonces las leyes no tienen ya origen divino. Sin Bodin no
se explica el Estado Laico, ni Benito Juárez en México, ni Kemal Ataturk
en Turquía. Bodin se considera el predecesor del cartesianismo. Vemos
aquí el largo camino que recorrió el pensamiento occidental desde
Maimónides hasta Benito Juarez y al doloroso desgarre nacional que
significó la feroz guerra de religión mexicana; la llamada “Cristiada‖.
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México terrorífico y fulgurante / que trabajar pareces
con torvo empeño / en agregar un Círculo a los de Dante.
(Una mitad de crimen y otra de ensueño ). /
México apocalíptico y misterioso, / que, con gesto orgulloso, te abres las
venas / y prefieres cien luchas a un vil reposo /
Y el estrépito de armas al de cadenas…
José Santos Chocano
Descartes (―Cartesius ‖ en latín) en su „Discours de la Méthode ‟ (1637)
aconseja que la humanidad oriente su esfuerzo a controlar las fuerzas
de la naturaleza. Para Descartes, la distinción entre el bien y el mal es
muy clara: el mal es la madre naturaleza a la que hay que dominar
“como dueños y señores”, como sus legítimos propietarios con derechos
al uso y al abuso. Y como el bien –decía Descartes – no existe en la
naturaleza, habrá que introducirlo mediante la Ciencia y la Tecnología.
Siglos después, Heidegger entiende la poesía de Friedrich Hölderlin,
como expresión de dolor ante el espectáculo de una naturaleza
dominada. La ciencia - dice Heidegger - ejerce violencia sobre la
naturaleza, la provoca, la explota y la fuerza. Y la técnica busca tan
solo el dominio y la seguridad. Es aquí donde Heidegger enlaza con la
moderna ecología.
―Ciencia sin consciencia no es más que ruina del alma‖
Rabelais
Varios años después de mi graduación como Ingeniero Químico, tuve la
oportunidad de leer, en su traducción al idioma italiano, el libro del
científico ruso Iurij Ivanovic Solovev “La Evolución del Pensamiento
Químico”. ( L‘evoluzione del pensiero chimico‖. Mondadori 1976 ) uno
de los libros de historia de la ciencia más cautivante que he tenido
oportunidad de leer y que pude tanto más disfrutar cuanto que ya
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conocía suficientemente bien los antecedentes alquímicos descritos por
Mircea Eliade. La historia de Soloviev inicia en el siglo XVII, en los
albores de la doctrina de los elementos químicos, ya en el ocaso de las
teorías propuestas por los alquimistas. Recuerdo con especial placer (y
buen humor) su descripción de la teoría del “flogisto”, o de la existencia
de un principio material combustible, presentada por primera vez en
1669. Esta teoría dominó el pensamiento europeo por cerca de un siglo.
Durante miles de años se ha buscado la piedra filosofal, quinta essentia,
elixir vitae. Se la buscaba en China siglos antes de Jesucristo , en la
época de Newton y hasta algunos años posteriores. La piedra filosofal,
considerada como elixir de vida, debía purificar el cuerpo de los
enfermos, transmutar el metal ordinario en oro, alargar la vida a varios
centenares de años y dar a los ancianos las posibilidades de recuperar
su juventud. En las obstinadas tentativas de transmutar la materia y el
espíritu de abajo hacia arriba, de lo inferior a lo superior, de lo efímero
hacia lo perenne, subyace – según el historiador rumano Mircea Eliade
– la muy extendida y firme creencia que realmente había existido una
época en la cual los seres humanos participábamos de la inmortalidad.
Todos los pueblos indoeuropeos han imaginado el mito de una planta
milagrosa, de un brebaje que pudiese proporcionar la inmortalidad, del
misterio de la vida encerrado como por encanto en una sencilla piedra.
Nadie como los alquimistas soñaron e hicieron esfuerzos por encontrar
dicha piedra. Aún si un buen número de conceptos emanaban de la
filosofía griega- con aportaciones egipcias, persas y chinas en la
Alejandría helénica – la alquimia alcanza su apogeo entre los siglos XVI
y XVII. Hasta Shakespeare habla de la “alquimia celeste” en sus
poemas y sonetos y los monarcas de Europa denominan a la alquimia
como la ―Voie Royale”. A fin de obtener el elixir de vida, los alquimistas
40
crearon una ciencia secreta, la “ars magna” que se presentaba como
una „ciencia sagrada‘. La química, la verdadera ciencia, pudo
constituirse –según el mismo Mircea Eliade - hasta que la alquimia
perdió su sacralidad. Fue “profanada”, diría ahora Giorgio Agamben.
La lectura de La Evolución del Pensamiento Químico, me llevó a
apasionarme por las lecturas de la mitología griega, principalmente por
la extensa obra de Jacqueline de Romilly una famosa helenista francesa.
Quizá ningún otro pensamiento surgido de la filosofía griega sea más
digno de admiración que la conclusión a la que llegaron varios filósofos,
quienes afirmaban que los fenómenos, por muy cambiantes que sean,
tienen siempre una naturaleza constante.
Anaximandro reflexiona sobre la naturaleza permanente e inicial de las
cosas. Parménides propone la primera teoría de la unidad y de la
permanencia de la existencia. Empédocles se dedica a buscarlos
componentes simples de la materia. Demócrito desarrolla por fin la
teoría según la cual la materia está compuesta de átomos. ― Los
átomos – nos dice – son inmutables pero se mueven en el espacio y
crean un mundo cuyo orden está en movimiento siempre distinto‖.
[Siglos V-IV a. C.] . Son nuestros lejanos antepasados científicos.
Desafortunadamente la ciencia no parece ya influir sobre la
representación mental y artística del mundo. Extrañamente el
conocimiento científico – un conocimiento fuerte que domina el mundo –
no logra convertirse en cultura porque no logra salir de su ámbito e
incidir en el sentir de los hombres. Sin embargo, la humanidad está
siguiendo tan al pie de la letra los consejos de René Descartes que
ahora corremos un peligro real de que –gracias a la ciencia y la
tecnología que ha usado y abusado de la naturaleza- estamos a un paso
41
de destruir el planeta. Cuncta fessa… Otro suicidio colectivo, pero esta
vez a escala planetaria. Las clases dominantes - a partir de las teorías
neoliberales entusiastamente promovidas desde Inglaterra y los EE.UU,
por sus criminales dirigentes Margaret Thatcher y Ronald Reagan,
(considerados como “héroes” en el mundo anglosajón) - han tomado el
lucro como religión y la empresa como estructura religiosa.
―Dios no murió. Se transformó en Dinero‖
Giorgio Agamben.
Y sin embargo, hoy más que nunca la ciencia representa un motor de
cambio social y de desarrollo económico pero también representa la
duda permanente, la duda que nos mantiene jóvenes. La ciencia es una
feliz angustia, pero es a la vez el mayor invento del hombre, aunque no
sea siempre totalmente fiable. Pero como la magia y la religión no son
en absoluto creíbles solo nos queda la ciencia. Y para confiar en la
ciencia es saludable mirar al pasado para entender cómo se ha
producido el avance científico. Quizá así podamos aprender y evitar
errores en el futuro, ya que, como decía el jesuita Teilhard de Chardin,
“somos la suma de todos los que nos precedieron, de todo lo que fue
antes de nosotros”.
Emmanuel Levinas propone una ardua tarea a la humanidad : pensar la
ciencia de otro modo, partiendo de un movimiento hacia el Otro, a partir
de la ética. Que nuestra ciencia y tecnología sirvan - no tanto para
acumular poder - sino como el fundamento de un nuevo proyecto de
vida colectiva, a la vez sensible y racional. No más etnocidios y más
compasión hacia el Otro; más justicia, compasión y misericordia, para
utilizar el lenguaje talmúdico.
Cualquiera que conozca el paradero
de la compasión ( fantasía del alma)
42
¡ que avise !, ¡que avise!
que lo cante a voz en grito
y baile como si perdiera la razón,
jubiloso bajo el frágil sauce
eternamente a punto de echarse a llorar.
Wislawa Szymborska
México presenta un retraso en la mayoría de las disciplinas científica,
principalmente en las más recientes tales como la biología molecular;
importante disciplina que ha supuesto un paso fundamental para el
avance científico en las ciencias de la vida y la biomedicina y que
constituye un ámbito trans-disciplinario con ramificaciones en la
antropología, en la susceptibilidad a las enfermedades y su tratamiento,
en el diagnóstico prenatal, en la ecología y en varias otras áreas. Sin
ella muchos de los avances del conocimiento actual sobre el genoma, las
células madre o los avances en el sector farmacéutico, difícilmente se
hubieran generado.
―Quien ama a la ciencia ama a la humanidad‖.
Hipócrates:
Al graduarme en 1964 de ingeniero químico - para desolación de Don
Carlos y mía - no conseguí irme a Francia, como deseaba Don Carlos,
aun cuando mi conocimiento del idioma francés era ya más o menos
aceptable. En cambio conseguí una beca de trabajo en Italia en las
industrias textiles del IRI, que acepté de inmediato. Esta beca que
pensaba haberla ganado por mis (evidentes) méritos personales,
incluían una estancia de 5 semanas en Roma para un curso de
―inmersión total” en el aprendizaje del idioma italiano. Al firmar los
documentos en la Embajada de Italia me informaron que me habían
43
otorgado la beca porque en el área de química textil yo había sido el
único postulante. ¿Era necesario que me lo dijeran?.
Mi futuro patrón el “IRI- Istituto per la Ricostruzione Industriale”, era
una gran aglomerado industrial público fundado por Mussolini en 1933 y
que agrupaba un centenar de compañías donde todas eran 100%
propiedad del estado italiano. Resabios del fascismo.
Llegué a Roma en Agosto de 1964 . Me instalaron en uno de los
dormitorios para estudiantes del Foro Itálico y de inmediato dio inicio el
curso de italiano. Mientras estaba en Roma decidí afiliarme al Partito
Comunista Italiano – PCI. Ya desde México había tomado contacto con
ellos. Fui muy bien recibido por los demás camaradas , muchachos y
muchachas , que les divertía tener dentro del grupo un alien messicano
que aún no lograba hablar su idioma. Con ellos aprendí de inmediato
todas las malas palabras, los gestos adecuados y los albures. Resultaron
igual de alborotados que los mexicanos. Mi estancia en Italia la viví
siempre con alegría y entusiasmo, “como grillo en primavera”
L’INTERNAZIONALE
Questo pugno che sale / questo canto che va
é l‘Internazionale / un‘altra umanità.
Questa lotta che uguale / l‘uomo all‘uomo farà,
é l‘Internazionale, / fu vinta e vincerà.
Versión de Franco Fortini.
A las 5 semanas me citaron en las oficinas centrales del IRI para
asignarme mis responsabilidades de trabajo. Ahí conocí al Ingeniero
Giulio Terzaghi, un ex empleado del IRI viudo ya jubilado, quien sería mi
tutor durante toda mi permanencia en la empresa. A parte de mí, tenía
44
bajo su tutoría a otros 9 extranjeros de diversos países, todos ellos en el
sector metal mecánico. A ellos los supervisaba en grupo. En cambio a
mí, como era el único extranjero en el sector textil, me daba
forzosamente una atención individual. Nuevamente la buena suerte me
favoreció: l‘ingegnere resultó ser otro personaje clave en la orientación
de mi vida. Aparte de tutor y de la diferencia de edades se convirtió en
gran amigo personal cuya influencia cultural ha sido indeleble.
El Ingeniero Terzaghi era el polo opuesto a Don Carlos. El propio oficio
de tintorero hacia que don Carlos y yo anduviésemos siempre
manchados con las sustancias que se manejaban. Chamagosos. El
Ingeniero Terzaghi era alto, distinguido, siempre muy atildado y afable.
En nuestra primera entrevista en Roma me preguntó cortesmente
porqué había aceptado el trabajo en las fábricas textiles del IRI. “Para
mejorar mis conocimientos técnicos” – le respondí. No, no, no - fue su
inmediata respuesta. ―Venir a trabajar en la industria textil debe ser
para usted el pretexto para descubrir la cultura italiana, aprender el
idioma, la historia de Italia, apreciar lo que fue el Renacimiento,
nuestros logros y miserias. Este aprendizaje cultural le será util por el
resto de su vida‖. Aunque cito de memoria y han pasado ya 50 años
estoy cierto que esta fue, palabras más, palabras menos, su
contestación. El ingeniero estaba particularmente capacitado para llevar
a cabo conmigo la labor cultural y de asimilación a la cultura italiana:
había sido profesor universitario de filosofía y reconocido estudioso de la
historia de Italia. En la segunda entrevista que tuve con él me regaló
un libro: las poesías de Trilussa escritas en Romanesco. (El dialecto de
Roma). Y me solicitó que , antes de un mes le diera mi opinión sobre el
libro. Me quedé estupefacto. ¡ Aún no hablaba bien el italiano y me
pedía un reporte de un libro escrito en dialecto ! Así se inició mi
aprendizaje de la historia, la literatura y la cultura italiana.
45
El IRI tenía empresas textiles que trabajaban lana y algodón así como
una empresa (“ACNA”) fabricante de colorantes sintéticos para uso en
fibras naturales. Después del curso de italiano fui asignado a la empresa
“Cotoniera Meridionale”, ubicada en Frate, una pequeña población muy
cercana a Salerno, al sur de Italia. Frate y Salerno eran poblaciones
pobres, con bajos niveles educativos donde una gran mayoría de la
población hablaba solo napolitano. No había ahí células comunistas.
Eran territorios dominados por la mafia y entregados políticamente a la
Democrazia Cristiana. Trabajaba en el establecimiento de Frate pero
vivía en Salerno. En dos ocasiones me visitó el Ingeniero Giulio
Terzaghi y en ambas me invitó a la ópera en el Teatro San Carlo de
Nápoles. Nos tocó asistir a Cavalleria Rusticana y a La Traviata. Nunca
había asistido a la opera. Me gustó el ambiente y descubrí maravillado la
música de Giuseppe Verdi. Desde el primer día que llegué a Italia viví,
feliz, en un continuo asombro. ‗Italia, di notte ti sogno, di giorno ti
penso‘. Este dicho italiano es muy bonito, aunque con cierta malignidad
habría que tener en consideración que la principal característica de los
sueños es su asombrosa incoherencia…muy italiana.
Italia es un sueño que no deja de regresar a nosotros
por todo el resto de nuestra vida.
Anna Akhmatova
Cuando trabajaba en la Cotoniera Meridionale descubrí la suave y densa
prosa del médico, periodista y pintor turinés Carlo Levi, el primer
escritor del norte de Italia que se decide a describir e interpretar el sur
de su país. Nacido en 1902 en el seno de una familia de la alta
burguesía de Turín, a los 29 años (1931) decide adherirse al movimiento
antifascista “Justicia y Libertad”. En 1935 el escritor Dino Segre lo
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denuncia por actividades antifascistas y es condenado al confinamiento
en el sur de Italia, primero en la pequeña población de Grassano y luego
transferido a Aliano. Ambas pequeñas poblaciones de montaña en la
región de Basilicata, no muy lejos de Salerno, región antiguamente
denominada Lucania, en referencia a sus primeros pobladores. De esta
experiencia en el ―destierro” meridional nace su novela más famosa
“Cristo se detuvo en Éboli‖. Escritor de optimista inteligencia donde la
melancolía es rescatada por el cómico amor hacia todas las cosas.
Después de 4-5 meses, el IRI me transfirió de Frate a Prato, en los
aledaños de Florencia, donde empecé a trabajar como tintorero en la
empresa “Il Fabbricone”, una compañía dedicada a reciclar los
desperdicios de lana de toda Europa. Ahí se recibían prendas o partes
de telas de lana ya inusables que se lavaban, se desinfectaban y se
cardaban para volver a hacer tejidos de lana, casimires que se teñían de
color gris o negro y que se exportaban a Inglaterra con la marca
(fraudulenta) de Made in England.
Al Partido Comunista solicité me transfirieran de la célula de Roma a la
de Pistoia , que me quedaba muy cercana a Prato. En Pistoia hice varios
amigos de buen nivel cultural. Después me fui a vivir a Pistoia. Mi
estancia en ésta ciudad estuvo marcada por lecturas de Ítalo Calvino, de
Cesare Pavese y de Giacomo Leopardi, que discutía con el químico del
Fabbricone y con las y los camaradas de la célula comunista de Pistoia.
Sobre todo con aquellas ‗tovarich‘ que llevaban cursos de Literatura.
Recuerdo acaloradas discusiones, estimuladas por el excelente chianti
toscano, de los libros de filosofía política del politólogo, profesor de la
Universidad de Turín y relevante miembro del Partido Socialista Unitario-
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PSU, Norberto Bobbio. Por aquel entonces tenía publicado dos
importantes libros: “Política e cultura”, y “De Hobbes a Marx”. Su
filosofía política y su militancia en el PSU no eran bien vistas en el sector
más ideologizado de nuestra célula. Los demás, a pesar de nuestros
cursos de adoctrinamiento y de las lecturas de Antonio Gramsci,
empezábamos a tener (1966) serias dudas sobre la realidad de la Unión
Soviética.
Varias de las mejores poesías de Leopardi que conocí en esos años,
hacen una comparación entre el pasado y el presente, mostrando con
tristeza las ilusiones de la juventud y la amarga decepción del hoy. En el
poema “Le Ricordanze” (Los recuerdos) el poeta narra el regreso a la
casa paterna , donde va encontrando imágenes y sensaciones que le
recuerdan su infancia, llena de dulces ilusiones que se derrumban frente
a la realidad.
El pesimismo de Leopardi se pierde en la memoria del poeta, que parece
ser la memoria de toda la humanidad. En este poema los sonidos, la
parte acústica de la obra es también una importante protagonista. "Es
el viento que lleva el sonido del tiempo". Son los sonidos del tiempo los
que se fijan con mayor penetración en la memoria. Por ello es que los
sonidos protagonizan toda la trama de Le Ricordanze. Estos sonidos,
estos ecos, estas imágenes de sonido tendrán un extraordinario impacto
en la poesía de las generaciones posteriores.
LE RICORDANZE
"Vaghe stelle dell'Orsa, io non credea
Tornare ancor per uso a contemplarvi
Sul paterno giardino scintillanti,
E ragionar con voi dalle finestre
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Di questo albergo ove abitai fanciullo,
E delle gioie mie vidi la fine‖.
Quante immagini un tempo, e quante fole
Creommi nel pensier l'aspetto vostro
E delle luci a voi compagne! allora
Che, tacito, seduto in verde zolla,
Delle sere io solea passar gran parte
Mirando il cielo, ed ascoltando il canto
Della rana rimota alla campagna!
(Fragmento)
La poesía Le Ricordanze termina con una imagen femenina: Nerina que,
como en la poesía “A Silvia”, está también ligada a la suerte de una
muerte prematura. La obra de Giacomo Leopardi, tanto en verso como
en prosa es, junto a la obra posterior de Walter Benjamin, uno de los
pilares de la desesperación y el pesimismo en la literatura. Su voz grita
el desamparo del ser humano y la crueldad de la implacable naturaleza.
Leopardi nace en Recanati el 29 de Junio de 1798, primogénito del
conde Monaldo Leopardi y de la marquesa Adelaida Antici. Recibió una
educación rígida y conservadora a pesar de su enorme fragilidad física.
Desde muy pequeño aprovechó la extensa biblioteca de su padre para
adquirir una vasta cultura que lo convirtió en un gran poeta y ensayista.
A los diecinueve años inicia su cuaderno de apuntes ―Zibaldone‖, que
lo acompañará hasta 1832. La primera edición de su obra más famosa
los 36 „Cantos‟ aparece en 1831. Muere en Nápoles el 14 de Junio del
año 1837.
Su principal traductor, Luis Martínez de Merlo, escribe que: “Leopardi,
pese a todo, se aferra a tres clavos ardientes: el mito de una edad de
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oro que lo emparenta con Hölderlin; el recuerdo de los amores
imposibles y la evocación de cierta naturaleza acogedora y melancólica.
Leopardi nos evoca paisajes brumosos y tibios, aromados y lunares,
donde al anochecer, por los caminos, se escucha siempre perderse o
acercarse la canción melancólica de un carretero.” Leopardi es una
figura cercana y fraterna, cuya poesía, imprescindible, airea nuestros
espíritus, y nos proyecta ante más vastos escenarios. Aunque el poeta
sabe que el infinito acabará por aplastarnos, Leopardi exige del lector
aguardar con dignidad y lucidez el peso de ese destino implacable.
EL INFINITO. CANTO XII
Siempre cara me fue esta yerma colina
y este seto que tanta parte
a la mirada excluye del último horizonte.
Mas, sentado y mirando interminables
espacios de allá lejos, sobrehumanos
silencios y su hondísima quietud,
me quedo ensimismado hasta que casi
el corazón no teme. Y como el viento
cuyo tráfago escucho entre las hojas, a este
silencio sin fin esta voz
voy comparando, y pienso en lo eterno
y en las muertas estaciones y en la viva presente,
y sus sonidos. Así a través de esta
inmensidad se anega el pensamiento mío;
y naufragar en este mar me es dulce.
(Fragmento)
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Durante mi estadía en Italia conocí a fondo la obra de Cesare Pavese,
que se concentra en la relación ciudad-campiña. El escritor no logrando
vivir en el mundo urbano donde siente que se deshumaniza y se pierde
en una profunda soledad, descubre la vida campesina, el mundo mítico
de su infancia una idealizada zona libre de restricciones donde espera
reencontrar sus raíces. Entre sus obras más importantes recordamos
las magníficas poesías reunidas en el libro “Trabajar cansa” (1936), y
“Vendrá la muerte y tendrá tus ojos” (en forma póstuma); o las novelas
“El compañero” o “Antes de que cante el gallo”.
También la noche se te asemeja
la noche remota que llora,
muda, en el corazón profundo,
y las estrellas pasan cansadas.
Una mejilla toca una mejilla –
es un estremecimiento frío, alguien
se debate y te implora, solo,
perdido en ti, en tu fiebre.
La noche sufre y anhela el alba
Pobre corazón sobresaltado.
¡ Oh rostro tapado, oscura angustia,
Fiebre que entristece las estrellas,
hay quien, como tú, espera el alba
escudriñando tu rostro en silencio!
Estás tendida bajo la noche
como un cerrado horizonte muerto.
Pobre corazón sobresaltado,
en un tiempo lejano eras el alba.
Cesare Pavese
51
“La historia de Cesare Pavese se centra en la dicotomía entre la
atracción por la soledad y la necesidad de no estar solo. Es la historia de
un destino trágico y amargo, puesto en evidencia por una desesperada
necesidad de amar, una búsqueda de apertura a los demás, hacia el
mundo, hacia las relaciones interpersonales. Sin embargo vive con una
sensación permanente de soledad, de amargura, de inexplicable fracaso.
Se debate entre los extremos de una orgullosa afirmación de si mismo y
la constatación de su poca adaptación a la vida. Desde muy joven
Cesare Pavese escoge la literatura «como un metafórico escudo de su
condición existencial, buscando a través de ella la solución a sus
conflictos internos “ (Gianni Venturi)
También tu eres colina / y sendero de piedras
y juego entre las cañas / y conoces la viña
que calla de noche. / Tú no dices palabras.
Hay una tierra callada / pero no es tierra tuya.
Hay un silencio que dura / en plantas y colinas.
Hay campiñas y aguas. / Eres silencio cerrado,
que no cede; eres labios / y ojos oscuros. Eres la viña.
Es una tierra que espera / sin decir una palabra.
Han pasado los días / bajo cielos ardientes.
Tú has jugado a las nubes. / Es una tierra mala
—y tu frente lo sabe. / Esto también es la viña.
Reencontrarás las nubes, / el cañaveral y las voces
como una sombra de luna. / Reencontrarás palabras
allende la vida breve / y nocturna de los juegos,
allende la encendida infancia.
52
Será dulce callar. / Eres la tierra y la viña.
Un silencio encendido / quemará la campiña
como fogatas nocturnas.
Cesare Pavese
Arrestado en 1935 bajo la acusación de actividades antifascistas, Pavese
fue enviado en confinamiento a Brancaleone, Calabria, donde debe
permanecer recluido por un año. En los años posteriores a la II guerra
mundial se dedica a una intensa actividad literaria publicando novelas y
ensayos sobre la relación entre literatura y sociedad. Pavese siempre
tuvo un amplio reconocimiento entre el público y la crítica. En la cúspide
de su éxito literario, a raíz de una grave crisis existencial, se suicida en
un hotel de la ciudad de Turín. (1950). Deja una breve carta de
despedida: “ Perdono a todos y todos les pido perdón”.
SERÁ UN CIELO CLARO
Será un cielo claro. / Se abrirán las calles /
sobre la colina de pinos y piedra. El tumulto de las calles /
no cambiará aquel aire quieto. Las flores rociadas
de colores, en las fuentes, / harán guiños como mujeres /
divertidas. Las escaleras las terrazas las golondrinas /
cantarán al sol. Se abrirá aquella calle,/
las piedras cantarán/ batirá el corazón con sobresalto /
como el agua en las fuentes —/ será ésta la voz/
que subirá tus escaleras. / Las ventanas sabrán / el olor de la piedra y
del aire matutino. Se abrirá una puerta. / El tumulto de las calles, /
será el tumulto del corazón en la luz perdida. /
Estarás tú – quieta y clara
Cesare Pavese
53
En las células comunistas de Prato y Pistoia éramos todos jóvenes,
idealistas, poco maliciosos. Sin entonces saberlo teníamos en contra
nuestra la traición del Stalinismo. La perversión del sueño socialista por
Stalin – las purgas, el Gulag, la abolición de las libertades más
elementales, la paranoia del líder soviético y la sevicia de sus suplicios
– fue igual o peor que la pesadilla hitleriana. El término “comunismo
real” se convirtió posteriormente en sinónimo de horror. Al caer el falso
marxismo en una bárbara tiranía y en una nulidad económica, se perdió
un gran sueño. Cuando se supo en Italia lo que realmente sucedía en la
Unión Soviética, ―el paraíso de los trabajadores‖, hubo en todas las
células comunistas italianas una enorme desbandada de jóvenes
desengañados y amargados que ni la presencia de ese hombre cabal
que fue Enrico Berlinguer pudo detener. El Eurocomunismo, además, tal
como lo planteaba Berlinguer no tenía ningún futuro. Tal vez en éste
siglo XXI, libres ya de esa superchería ideológica en bancarrota, sea
posible tener de nuevo ese generoso sueño marxista adaptado a las
nuevas circunstancias globales.
Y pienso que la vida se me va con huida/ inevitable y rápida, y me
conturbo, y pienso en mis horas lejanas, y me asalta un inmenso afán
de ser el de antes y desandar la vida.
¡Ay, lo que yo he leído! ¡Ay, lo que yo he soñado!
Enrique González Martínez.
Los grandes tránsfugas de ayer del comunismo lo desenmascararon
precisamente porque siguieron siendo fieles a aquellos ideales de
redención que habían aprendido del verdadero comunismo, y que la
farsa estalinista había traicionado. Liberarse del "error comunista",
significa en realidad liberarse de la traición soviética. Así lo entendimos
muchos compañeros, muchos camaradas que a través de los años
54
hemos seguido siendo fieles al verdadero comunismo y a sus ideales de
redención, que hoy parecen románticos sueños inalcanzables. Y, sin
embargo, en lo personal sigo aferrado a que es totalmente cierta la
profecía “Socialismo o barbarie”.
Y entonces nosotros, cobardes,
que amábamos la tarde susurrante, las casas,
los senderos sobre el río, / las luces rojas y sucias
de aquellos parajes, el dolor
endulzado y callado---
arrancamos las manos /de la viva cadena
y callamos, pero el corazón
se nos sobresaltó sangriento....
y ya no hubo dulzura,/ ya no hubo abandono
en el sendero del río---
ya nunca más siervos, supimos
que estamos vivos y solos.
Cesare Pavese
A Boccaccio, Ariosto, y Dario Fo los leí varios años más tarde, hacia
1966-1967, cuando había terminado a mi pesar el contrato con el IRI y
había sido contratado para trabajar en Alsacia, en una gran
multinacional francesa “Rhône –Poulenc”, empresa que, entre cientos
de productos químicos, fabricaba también fibras sintéticas para uso
textil. Gracias a éste contrato pude profundizar un poco más en la rica
cultura francesa que tanto me ensalzaba (y con tanta razón) Don Carlos
Langjahr. No por ello dejé de lado las obras de poesía y de literatura
italiana que me recomendaba el Ingeniero Terzaghi, quien igualmente
me insistió encarecidamente abandonar el sector de las fibras naturales
y enfocarme hacia las fibras artificiales (rayón) o sintéticas (poliéster,
acrílicas). Su sugerencia era que me inscribiese en la Universidad de
55
Strasburgo cuya “Escuela de Altos Polímeros“ (Macromoléculas) era la
mejor de Europa. (Los polímeros son la base para la fabricación de
fibras sintéticas). Le prometí hacerlo. Fue un último y valiosísimo
consejo que -varios meses después- logré cumplir. Después de varias
peripecias me aceptaron en la facultad de Haut Polymères de Mulhouse.
Con mucho dolor y agobio me despedí de Italia y de Giulio Terzaghi. En
cada despedida, aunque no lo manifiesto emocionalmente, me surge la
sospecha de que será la última y no me resigno a ausencias definitivas.
―Jamás renunciaría a la locura de este mundo,
a pesar de su infinita tristeza‖.
William Faulkner.
Entre los poetas de la tradición italiana quizá el más veladamente
fascinante sea Ludovico Ariosto. ―Un poeta límpido y jovial, y en el
fondo tan misterioso, tan hábil en permanecer oculto”. Es un incrédulo
italiano del siglo XVI que extrae de la cultura del Renacimiento un
sentido de realidad sin ilusiones y que, escribe en la misma época en
que Maquiavelo formula, sobre esa misma noción desencantada de la
humanidad, una dura idea de ciencia política. Esta actitud de apasionada
y racional participación activa en la Historia, la tiene Ariosto frente a los
poemas de caballería. Los observa con una mirada que abarca todo a
través de la ironía y la deformación fantástica pero que sin embargo
nunca empobrece las virtudes fundamentales que expresaba la
caballería, ni rebaja la noción de hombre que animaba aquellas
aventuras, a pesar de que a él ya no le quede otra cosa más que
transformarlas en un juego abigarrado y danzante “Ariosto, escribe
Italo Calvino, tan alejado de la trágica profundidad que tendrá Miguel de
Cervantes un siglo más tarde, pero con tanta tristeza incluso en su
continuo ejercicio de ligereza y elegancia. Ariosto - continúa diciendo
56
Italo Calvino - tan lleno de amor por la vida, tan libre, tan consciente
de la realidad y tan humano”.
IV. UNA NUEVA ETAPA
Regresando a México inicié de inmediato trámites ante CONACYT y la
Embajada francesa en México, solicitando una beca para estudiar la
maestría en l‘Ecole des Haut Polimères de Mulhouse, dependiente de la
Universidad de Strasburgo. Quería especializarme –como le prometí al
Ing. Terzaghi, en la producción de macromoléculas para uso textil.
Al mismo tiempo conseguí un trabajo en una nueva empresa “Newport
Mexicana”, relativamente pequeña, que tenía el proyecto de utilizar el
aguarrás (trementina) obtenido de la resina de pino que una empresa
filiar “Resinera del Tigre”, obtenía en los extensos bosques de la Sierra
del Tigre. La resina la destilaban y se obtenía colofonia, utilizada en
pegamentos, y aguarrás un solvente muy volátil que ya empezaba a
utilizarse para sintetizar (por hidrólisis) el “terpineol” un líquido con
agradable aroma de pino. En Newport se pretendía isomerizar el alfa
pineno (el principal constituyente del aguarrás) para obtener el isómero
“canfeno”, el cual se exportaría a los EE.UU. Con éste canfeno, clorado,
la empresa americana obtenía un plaguicida agrícola denominado
“Toxafeno”. (Garrapaticida posteriormente prohibido por cancerígeno).
A fin de poder montar la nueva fábrica, los directivos de Newport me
enviaron a entrenamiento a Pensacola, Florida, donde ya producían el
canfeno. A mi regreso empecé a instalar el reactor y la columna de
destilación, que- junto con los tanques de almacenamiento, eran los dos
equipos principales de toda la instalación. Por la noche empecé a dar
57
clases de estadística en la Escuela de Psicología del ITESO. Entre las
alumnas estaba Milagros.
Como las becas me fueron negadas, decidí ir a Francia con los pocos
ahorros que tenía y presentarme en la facultad de Mulhouse, solicitando
directamente ahí la beca de estudios. Con mis ahorros calculaba poder
resistir tres o cuatro meses, tiempo que optimistamente esperaba fuese
suficiente para obtener la beca. En Mulhouse pude hablar
personalmente con el director de la facultad el cual, con mucha
generosidad, me aceptó como oyente en las clases del primer año de
maestría (para la maestría se requerían dos años) y me ofreció alojarme
sin costo en la pequeña Ciudad Universitaria. La asistencia a clases me
sirvió para descubrir el tremendo grado de retraso que tenían mis
estudios, en comparación con el nivel de mis compañeros franceses.
La suerte hizo que una mañana en la “cantina” de la universidad (el
restaurant donde nos servían un magro desayuno) leyese un periódico
de Alsacia donde venía un reportaje sobre la fábrica de fibras acrílicas
que la empresa Rhône –Poulenc pensaba establecer (a través de su filial
la Usine Crylor) en un remoto país: México. Colmar, una pequeña y
muy bella ciudad, era donde se ubicaba la Usine Crylor que- según el
artículo- se asociaría con el consorcio regiomontano Cydsa para producir
fibra acrílica en Guadalajara. De inmediato (me estaba quedando sin
dinero) me presenté en Colmar insistiendo en una cita con el director de
Crylor. Finalmente la conseguí. Para esos días habían ya firmado el
contrato de sociedad conjunta con Cydsa, así que me contrataron de
inmediato. Necesitaban un ingeniero que hablase español. Me dieron un
buen sueldo y gastos de estancia en un muy modesto hotelito de
Colmar. De inmediato le escribí al lng. Terzaghi dándole la buena nueva.
58
En l‘Usine Crylor logré hacer una excelente amistad con el ingeniero
Boris Trifilieff que estaría encargado del diseño de los 2 reactores y de
las 2 columnas de destilación de la dimetil formamida; el solvente del
acrílico polimerizado. Yo quedé a cargo del área donde se extruiría y se
coagularía la pasta acrílica procedente de los reactores de Boris.
También era mi responsabilidad el acabado de las delgadas fibras
acrílicas que iban a competir con el uso de lana natural. En su momento
nos enviaron a México a instalar la fábrica en un terreno cercano al
aeropuerto, en dirección a la población de El Salto.
Mi amistad con Boris y su esposa, que eran 4-5 años mayores que yo,
me llevo a las lecturas de Louis Aragon, Claude Roy, Jacques Prévert,
Raymond Queneau, Paul Claudel (excelente poeta aunque difícil de
aceptar como ser humano), Paul Valéry, Jean d‟Ormesson, Baudelaire, y
otros autores que no recuerdo.
Durante la estancia en Colmar me apasioné por la cantautora, poetisa, y
pianista “Barbara”. (Monique Andrée Serf) . Barbara, reconocida como
una gran figura de la canción francesa, compuso numerosas poesías que
cantaba acompañándose tan solo de su piano. Canciones ( o poesías)
calificadas como obras maestras: Göttingen, Attendez que ma joie
revienne, Marienbad, Une petite cantate, Dis, quand reviendras-tu y
Ma plus belle histoire d‘amour, esta última considerada su canción
fetiche. En Francia durante esos años triunfaban los espectáculos de
Maurice Béjart, bailarín y coreógrafo; las canciones de Georges
Brassens, Jacques Brel, Johnny Halliday, Edith Piaf, Juliette Greco y
Germaine Montero, entre otros famosos intérpretes.
En Guadalajara, una vez que se terminó el montaje de la planta y las
complicadas pruebas de arranque, el equipo técnico francés se retiro y
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yo fui contratado por Celulosa y Derivados (Cydsa) como parte del staff
técnico mexicano responsable de la producción.
La Divina Comedia tiene interesantes referencias sobre los sentimientos
de amor y afecto. En el Infierno, con gran compasión, se inmortaliza la
trágica historia de amor de Paola y Francesca da Rimini. En el Paraíso se
hace referencia a la conversación de Dante con San Bernardo de
Clairevaux. Se expresa ahí la hermosa idea de que nuestro cuerpo
renacerá no para sí mismo, sino para aquellos que nos aman, que nos
amaron y que conocieron nuestra única imagen. Esta idea implica el
reconocimiento de que jamás estamos solos; de que lo que yo debo ser
para el otro, el Dios en el que se cree lo es para mí.
Eran algunas de las ideas-fuerza que impulsaban los motivos de
"enamoramiento de Dios", muy presentes en la mística alemana y
holandesa de la Baja Edad Media cuyos principales propagadores
fueron, entre otros, Hildegard de Bingen, Meister Eckhart, y Methild de
Magdeburg. La tradición mística de amor al prójimo a través del amor a
Dios la comenta en el siglo XX el filósofo del lenguaje y teórico literario
ruso Michail Bakhtin recordando que la vida en sociedad, la comunión
con el prójimo, son importantes elementos en la religión ortodoxa y la
cultura rusa. De ahí, la hostilidad de Dostoievski hacia aquellas visiones
del mundo que no aceptan que la conciencia es plural por esencia.
Pluralia tantum.
Algunas de las ideas de Michail Bakhtin, considerado por Michael
Holquist (profesor de literatura eslava en Yale) como uno de los más
destacados intelectuales del siglo XX, ya habían sido parcialmente
expuestas por un insigne compatriota suyo, Fiódor Mijáilovich
Dostoievski, quien al explorar la psicología humana en el complejo
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contexto político, social y espiritual de la sociedad rusa del siglo XIX, se
opone decididamente a la cultura individualista de la soledad como
destino inexorable del hombre moderno. Dostoievski afirma que por el
contrario la soledad es imposible e ilusoria. La misma existencia es una
profunda comunicación. “Ser quiere decir comunicarse”. La muerte
absoluta (el no ser) es permanecer sin ser escuchado, sin ser
reconocido. (Sin ser reconocido; tal y como sucede con Hipólito el
personaje de El Idiota, la novela del mismo Dostoievski).
Dice Bakhtin: “el hombre que ha ofendido al prójimo, puede ser que por
sí mismo se arrepienta, pero solo el otro puede absolverlo. Necesitamos
al otro. Ser significa ser para otro y, a través del otro, para sí mismo. El
hombre no posee un territorio soberano interno, sino que siempre y por
completo se encuentra en la frontera; al mirar en su interior, mira a los
ojos del otro, o bien a través de los ojos del otro. La forma es una
frontera trabajada estéticamente”. Esta afortunada definición hace
referencia al mismo tiempo a la frontera del cuerpo, la frontera del alma
y la del espíritu. Ningún acontecer humano logra desenvolverse ni
encuentra solución dentro de los límites de una sola conciencia. Bakhtin
de nuevo: "todo lo que se refiere a mi persona, comenzando por mi
nombre me llega por boca de otros con su tono emocional y volitivo. En
la infancia tomo conciencia de mí mismo a través de otros: de ellos
obtengo palabras, formas, tonalidades para ir „estableciendo fronteras‘,
dando forma a una noción primordial de mí mismo. Tal y como el cuerpo
del nuevo ser empieza a tomar forma en el seno de la madre, así la
conciencia del ser humano despierta ya inmersa en la conciencia ajena".
Milagros y yo nos casamos el 6 de diciembre de 1969 en el pequeño y
humilde poblado de Huentitán el Bajo, aledaño a Guadalajara. Un
evento con pocos, selectos invitados y pleno de imprevistos. (Uno de los
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asistentes se desmayó al momento de ir a darnos el "Sí, acepto" pero
afortunadamente mi suegro -doctor en medicina- pudo resolver
rápidamente la situación; un perro callejero decidió acompañarnos junto
al reclinatorio donde estábamos frente al altar; mis sobrinos de 3-4
años, para desesperación de mi papá, se columpiaban de las piernas de
Milagros (que portaba una impecable mini-falda blanca) como si fuesen
tubos de ―Pole-dance” etc., etc.). La breve ceremonia estuvo
amenizada desde el polvoriento umbral de la derruida capilla por una
improvisada banda rural que, supliendo lo desafinado con notorias dosis
de buena voluntad, tocaba una y otra vez el son "El Sauce y la Palma"
con gran estruendo de tambora. En fin, una reunión de amigos en una
tarde radiosa donde, para decirlo con Octavio Paz, celebramos
alegremente el olvidado asombro de querernos. Una ceremonia muy
sencilla y muy modesta…. pero totalmente inolvidable.
El 7 de Octubre de 1978 nacieron nuestros dos únicos hijos gemelos,
Christian y Franco, quienes llegaron a éste mundo cuando nosotros nos
encontrábamos, parafraseando a Dante Alighieri, “nel mezzo del
cammin di nostra vita”. La vida nos sorprendió con ésta ya casi
inesperada melodía serena y jovial.
Tranquila en sus cunas, la vida yace. ¡Que el amor y
la piedad abran sus ojos! - James Joyce.
A partir de éste feliz evento tan deseado, dio inicio para nosotros un
nuevo ciclo de vida totalmente diferente. Un cambio radical en nuestra
visión del porvenir, de nuestros valores, sueños y expectativas. Por
ende, también nuevas inquietudes y una reorientación a otro tipo de
lecturas; básicamente ensayos históricos, filosóficos y sociológicos. Final
de una etapa e inicio de la segunda y última, más plena de
responsabilidades.
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Cuando se comprende completamente la vida, no
nos angustia el hecho de tener que morir. La angustia
de la muerte es únicamente el resultado de una vida
que no logró llegar a su plenitud.
El fin del mundo nuestro es tan solo una
expresión de nuestra traición.
Franz Kafka.
« Aquello que denominamos el fin de nuestro mundo designa,
estructuralmente, la desaparición de un espacio, de una forma de
entender la vida; de cambio de valores y de utopías. En su caso
crítico, a pequeña escala, es la separación de los amantes,
la foto destrozada, la familia disgregada, la casa vacía, los amigos
perdidos. A escala global el « fin del mundo » aparece en éste
siglo bajo formas de anomia, de nihilismo, de alucinaciones sociales,
de renovadas xenofobias, de intolerancias, de limpiezas étnicas o
sociales, de violencia hacia los más desprotegidos, de ciudades
destruidas, de la muerte cultural, del idioma apagado, de la falta de
fraternidad y solidaridad hacia el Otro »
Gabriel Tardé
FIN
Zhili byli: expresión rusa con la cual usualmente se inician los cuentos de hadas. Me parece
más eufónica que nuestro equivalente “Érase una vez”, ( o, literalmente, “vivió, fue” ). Se
podría empezar así ésta (supuesta) autobiografía: Zhili byli un tal Ricardo Michel….
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