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UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL
Unidad Ajusco
Licenciatura En Pedagogía
“AULA HOSPITALARIA” Su Proceso de Organización y Gestión
en el Hospital Infantil de México “Federico Gómez”
T E S I N A
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE LICENCIADA EN PEDAGOGÍA
P R E S E N TA:
ANA KARLA VERGARA YÁÑEZ
Asesor: Maestro Luis Adrián Aldrete Quiñones.
México, D.F. 2010
“Aprovecha tu enfermedad para cambiar tu manera de vivir,
y descubrirás que ella, más allá del síntoma y el dolor,
es una oportunidad”. Mario Prieto.
AGRADECIMIENTOS
Agradezco a Dios por permitirme concluir esta etapa de mi vida, unida a las personas que más
amo. Con quienes a pesar de las dificultades propias del ser, salimos adelante con una mente y
espíritu mucho más fortalecidos.
A mis padres, hermanos, familia, amigos y compañeros de camino que ya no están
entre nosotros, porque gracias a su apoyo incondicional hoy veo realizado este sueño.
A mi asesor de proyecto con respeto y admiración, el maestro Luis Adrián Aldrete
Quiñones, por compartir conmigo su enorme capacidad profesional y humana durante todo el
procedimiento de este trabajo.
Y de manera especial, con todo mi amor a mi esposo Pablo Arenas Rivero.
II
RESUMEN
En el mundo, niños y jóvenes enfrentan una problemática dual de salud y educación. Hospitalizados o
con tratamientos ambulatorios por problemas orgánicos variados, a edades cortas se ven sometidos a
evaluaciones médicas constantes y desgastantes. Padecimientos como el cáncer, llevan a éstos y sus
familias a experimentar desajustes no solo físicos sino también económicos, psicológicos, sociales y
educativos que repercuten en la vida ordinaria.
El hospital en su acogida, llega a ser una extensión del hogar y la escuela sin perder de vista su
función primaria; razón por la que en algunos casos, ha permitido la entrada de servicios adicionales
psicológicos y educativos que complementan su visión de promotores de salud e integran un sentido de
trabajo interdisciplinario a favor de una vida integral de la población pediátrica atendida.
La apertura de Aula Hospitalaria en diversas regiones y culturas entre las que se inscribe México
hacia el año 2005 busca desde sus fuerzas políticas, sociales o en convergencia, trabajar para una
educación inclusiva que por derecho universal las personas poseen bajo cualquier circunstancia, incluida
la enfermedad.
El paso de la escuela al hospital no pretende sustituir o estratificar los planteamientos educativos
“formales” que a lo largo de la historia constituyen la clave en el desarrollo educacional de los países. Por
el contrario, la opción de abrir espacios formativos en ambientes hospitalarios, aspira a reconocer en
cada uno de los escolares enfermos su necesidad y al mismo tiempo capacidad de integración a la
experiencia académica y desarrollo biopsicosocial. Anteponiendo la diferencia como un valor de y para la
educación.
III
ÍNDICE
Página
Introducción……………………………………………………………………………………………V Planteamiento del Problema………………………………………………………………………..VIII Justificación……………………………………………………………………………………….…..VIII Marco Teórico…………………………………………………………………………………………..XI Método…………………………………………………………………………………………………..XII
Capítulo 1. Aula Hospitalaria. 1.1 De los orígenes del Aula Hospitalaria……………………………………………………………...1
1.2 Algunas experiencias internacionales de Aulas Hospitalarias…………………………………..6
1.3 El Aula Hospitalaria en México……………………………………………………………………15
Capítulo 2. La Gestión Escolar y sus Dimensiones. 2.1 Aproximación conceptual de la escuela como sistema de organización y gestión
escolar……………………………………………………………………………………………………20
2.2 Dimensión Organizacional…………………………………………………………………………27
2.3 Dimensión Administrativa………………………………………………………………………….28
2.4 Dimensión Comunitaria…………………………………………………………………………….29
2.5 Dimensión Pedagógico-Didáctica…………………………………………………………………29
Capítulo 3. Método. 3.1 Tipo de Estudio...…………………………………………………………………………………...31 3.2 Tipo de Muestra…………………………………………………………………………………….32 3.2.1 Escenario……………………………………………………………………………………..32 3.2.2 Sujetos………………………………………………………………………………………...33 3.3 Planteamiento del Problema...…………………………………………………………………….33 3.4 Objetivos……………………………………………………………………………………………..34 3.5 Técnicas e Instrumentos…………………………………………………………………………...34 3.6 Procedimiento……………………………………………………………………………………….36
IV
Capítulo 4. Presentación de Resultados y Conclusiones. 4.1 Contexto del Aula Hospitalaria, en el Hospital Infantil de México “Federico Gómez”……….38
4.2 El Aula Hospitalaria del Hospital Infantil y la Dimensión Organizacional…………...………..42
4.3 El Aula Hospitalaria del Hospital Infantil y la Dimensión Administrativa…………...…………49
4.4 El Aula Hospitalaria del Hospital Infantil y la Dimensión Comunitaria…………....…………..52
4.5 El Aula Hospitalaria del Hospital Infantil y la Dimensión Pedagógico-Didáctica………….....54
Puntos de Reflexión…………………………………………………………………………………..65
Anexos………………………………………………………………………………………………….69
Referencias…………………………………………………………………………………………….76
V
INTRODUCCIÓN
En el transcurrir de la historia de la humanidad, es que la escuela se ha convertido en el
espacio donde política, social y culturalmente cobra vida y sentido el quehacer educativo. A la
escuela por generaciones aún bajo el reconocimiento de sus propios y variados retos y
procesos de transformación se le ha otorgado la encomienda de enseñar, formar, educar a las
personas que conforman una sociedad en particular.
El proceso educativo en sí mismo, encierra su propia historia. Su estudio nos refiere a
un análisis profundo, dinámico e inacabado que existe de manera inherente al hombre y que en
suma puede verse diversificado en las sociedades a partir del contexto histórico en que se
inscribe y tiempo en el que nace. También se considera el concepto de educación del grupo
según el valor otorgado al sujeto por y para quién existe la educación, según la figura y
funciones de quien “educa” y muchos otros factores decisivos que interviene a la hora de
plasmarse y leerse el proceso educativo.
El hombre y sus extensos desafíos hacen que dentro de sus propias culturas puedan
observarse planos diversos dentro del campo educativo, con matices propios, niveles de
significación y concreción según las necesidades y sobre todo intereses políticos, sociales,
religiosos o particulares de cada región. Por lo que del conocimiento del proceso de
construcción del acto educativo en sus diferentes momentos se identifican varias posturas,
interpretaciones del concepto, teoría y praxis.
Ciertamente existen diversas vías de análisis sobre la representación histórica de la
existencia y finalidad de la educación en el cómo se construye, reproduce y transforma. Sin
embargo, desde una somera exploración es posible visualizar que en toda cultura y civilización,
sin evasión o distinción cronológica-temporal, existe una manifestación de lo educativo. En todo
caso la educación es la práctica racionalizada más antigua y preponderante de la humanidad.
Lo mismo comienza en casa con la familia, si se considera que desde la antigüedad
este núcleo se constituye como el agente educador universal de generación en generación bajo
circunstancias propias de cada grupo en la transmisión de lenguaje, saberes, costumbres,
normas, principios morales, socialización, etc. Para en ocasiones extenderse a otros espacios
como la escuela en su ambiente rural o urbano donde el relieve formativo impera bajo una
multiplicidad de condiciones que apuestan a responder objetivos y metas específicas a
VI
alcanzar. Y otros como las “Home School” y la enseñanza exclusiva en el contexto del hogar. O
específicamente la reciente apertura –en el caso de México- de Aulas Hospitalarias; modalidad
antigua de educación en países europeos, desarrollada también en algunos países de América
Latina y el Caribe.
La educación se convierte ya sea en formas individuales de interpretación y acción
educativa o bien, en sistemas de organización con estructura y “coherencia” propia a partir de
los cuales puede formarse un abanico de paradigmas o modelos educativos y conferírsele
cierta complejidad en su entramado, más el acto educativo permanece ahí impreso en la
historia del hombre.
Si la educación nace con el hombre y es para el hombre, su valor paulatinamente
necesita ser repensado por sus agentes integradores y en la medida de sus frutos afianzarse o
renovarse, puesto que se enfrenta en una constante con realidades concretas que de no
identificarlas, estudiarlas y responder a ellas en forma cabal, no alcanzará a cubrir eficazmente
con al menos una tarea y compromiso educativo sustentable.
Necesidades educativas diversas se inscriben al interior de cada contexto social,
muchas de ellas pudieran estar a la vista, pero no necesariamente alcanzar la atención
requerida por los afectados.
Por ejemplo, en México como en muchos países de los llamados del Tercer Mundo con
un territorio basto en razas y culturas, creencias y niveles de pobreza y vulnerabilidad extrema,
hacen de la educación y la salud dos fuentes de atención básica. Los problemas
interrelacionales entre estas dos esferas tanto en países en vías de desarrollo como del Primer
Mundo adquieren en general la modalidad de obligatoriedad y de derecho humano, de tal
manera que aunque los avances en materia puedan registrarse dispares entre sociedades
dada la libertad de acción entre gobiernos, ello no elimina en ningún caso la necesidad de
atención emergente en la actualidad.
De la fusión de estos dos campos (salud y educación), en todos los niveles y ámbitos
sociales, pudieran señalarse una variedad de necesidades latentes en atención sobre las
mismas. Más de México en particular, se anota una situación específica que desde antaño
interesa a algunos grupos familiares y organizaciones sociales no gubernamentales a quienes
recientemente se une el interés demócrata del país.
VII
El caso de la población en edad escolar con padecimientos que precisan estancias
frecuentes y/o prolongadas en hospitales; que de forma concreta analiza esta investigación.
Niños y jóvenes de todo el mundo amplían sus necesidades básicas de salud y
educación. Países europeos pioneros en la atención integral para esta población y de Ibero
América entre otros, tienen ya algunos proyectos consolidados en marcha, la mayoría dentro
de un marco legal y con apertura hacia la justicia y equidad social.
Es el nueve de marzo de 2005 que México avanza en una propuesta de salud y
educación denominada “Sigamos aprendiendo…en el hospital” (SIGAMOS), como un
Programa Nacional que anuncia la fusión entre la Secretaría de Salud (SSA) y la Secretaría
de Educación Pública (SEP), en una visión conjunta que aspira a combatir el rezago educativo
de niños y jóvenes mexicanos enfermos hospitalizados al mismo tiempo que se contribuya a la
recuperación de los pacientes (Marie et al., 2007).
Actualmente existen dentro de algunos hospitales del país, como el Hospital Infantil de
México “Federico Gómez” (HIMFG), espacios denominados “Aulas Hospitalarias” donde la
labor educativa a través de este programa comienza a abrirse camino. Esta iniciativa
seguramente constituye un primer y gran paso a la integración escolar que por derecho tiene
este sector poblacional. Ahora valdría la pena estudiar, al menos por aquellos a quienes
nuestra labor académica nos requiere un compromiso puntual en el estudio y tratado de los
acontecimientos educativos, cómo es que en nuestro contexto se construye esta nueva
Propuesta Educativa y cuál ha sido el proceso mediante el cual el Aula inmersa en una realidad
institucional ceñida a velar por la salud de las personas, es que se ha gestado.
Es de suponer que el surgimiento del Aula al interior de un Hospital se sustenta al
menos dentro de una estructura básica de Organización y Gestión, solo que la investigación en
general sobre el objeto de estudio y sobre este punto de análisis en términos de nuestro
lenguaje manifiesta un hueco notable cuando en la búsqueda de un bien común surge un
interés profesional, en este caso pedagógico, por estos espacios escolares. Situación que nos
limita a adentrarnos en el conocimiento de tan peculiar realidad educativa y en consecuencia
en el reconocimiento claro y profundo de nuestro posible lugar de actuación.
VIII
Justo de tal preocupación es que nace este trabajo de investigación desde una mirada
pedagógica. El cual proyecta como finalidad primordial aportar al Campo de la Pedagogía una
exploración comprometida con el conocimiento de la situación presente del Aula Hospitalaria
para luego proponerle una reflexión disciplinar en busca de la comprensión de nuestro propio
quehacer pedagógico como un privilegio responsable de protagonizar procesos de cambio,
mejora o transformación en pro de una vida integral de todo ser humano digna y con calidad;
dentro de un ejercicio de autorreflexión y revaloración constante.
Con la intención de ahondar en el conocimiento, análisis y reflexión sobre el objeto de
estudio y al mismo tiempo buscar dar sentido y respuesta a los objetivos que se plantean en
esta investigación, es que se hace la siguiente pregunta en forma de planteamiento del
problema:
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
¿Cuál ha sido la experiencia de Organización y Gestión en el Aula Hospitalaria, del Hospital
Infantil de México “Federico Gómez”?
JUSTIFICACIÓN
Muchos son los campos profesionales y con ello autores que a la fecha se han interesado por
una lucha legítima hacia el reconocimiento y atención a la diversidad, el campo educativo y la
escuela como su principal eje vertebrador no han sido por fortuna la excepción. Aun así,
sabiendo que México es un país que dado su tipo de gobierno son la salud y la educación dos
asuntos de índole prioritaria en materia de derecho constitucional y al tanto de que en nuestros
días una parte de la población en edad escolar enfrenta la problemática de vulnerabilidad dual
entre sus necesidades de atención básica de salud y educación, cabe hacerse la pregunta de
¿hasta dónde hemos avanzado en el estudio y atención de escolares hospitalizados?.
Escasos y de complicado acceso son los estudios que pudiesen ofrecer aportaciones
teóricas sobre grupos de escolares hospitalizados en nuestra población, a la par de una
profesionalización poco clara de una pedagogía hospitalaria. No obstante y como señala Felicia
Marie, “en este contexto, llega a ser un imperativo de la política social el ofrecer servicios
educativos a los niños, niñas y jóvenes que viven con enfermedad” (Marie et al., 2007).
IX
Si desde el discurso político y mediante acuerdos y documentos reglados se consagran
la salud y la educación como derechos y obligaciones ciudadanas y principios de grandes
transformaciones, es de suponer que con la creación de nuevos espacios de actuación
educativa como las Aulas Hospitalarias fuera del contexto escolar ordinario, con la escuela
como el espacio creado de manera exclusiva para la educación denominada formal, se busca
asumir en consecuencia una postura “seria” en la planificación, desarrollo y evaluación
sustentable del proceso de enseñanza-aprendizaje en estos ambientes.
Dejar a un lado la posibilidad de ubicarnos desde terrenos profesionales en espacios
educativos como el Aula Hospitalaria donde los procesos de enseñanza-aprendizaje y
socialización entre diversos actores cobran vigencia dentro de sus propias singularidades, sería
en mi muy particular modo de pensar a la escuela y a la educación, un injustificable
estancamiento o peor aún retroceso que al pretender evadir tal necesidad podría ¿porqué no?
poner en duda nuestra ética profesional y derivadamente el valor educativo.
Debo comentar que mi experiencia en el campo educativo es incipiente. Sin embargo
es de ella que nace un interés por buscar extender la labor pedagógica a aquellos espacios
formativos poco abordados como las Aulas Hospitalarias, pues probablemente la falta de
conocimiento sobre estos ambientes, en ocasiones nos ha limitado a atrevernos a promover
justo ahí nuestro quehacer disciplinar; como un importante eje rector capaz de colaborar hacia
un conocimiento más amplio del objeto de estudio en la búsqueda por construir propuestas
alternativas para la atención, transformación, mejoramiento y superación del problema.
La intención por supuesto no es convertir la labor pedagógica en la vigilancia y/o
prescripción del “deber ser”, sino fomentar que la parte hermenéutica que implica la
comprensión, análisis y reflexión del entramado que se construye al interior de estas
instituciones escolares hospitalarias cobre un sentido útil, enriquecedor, claro y profundo.
Tal visión no es vana si como en líneas anteriores se menciona, en nuestro contexto el
acceso a la información sobre los alcances, limitaciones y nuevos retos del ahora objeto de
investigación es en general escasa y de difícil acceso. Ello debido a las diversas reglas de
seguridad y normas burocráticas que rigen a cada una de las instituciones relacionadas con el
caso y al parecer, la mínima promoción de estudio que se le ha otorgado.
X
Es verdad que pareciera que el entorno nos restringe, problema que se agrava si por
esta razón preferimos no atrevernos a incursionar y/o profundizar en una labor multidisciplinaria
investigativa que aspire a establecer vías de acción que permitan el saber de las necesidades
y problemáticas a las que el Aula Hospitalaria, también visualizada como espacio escolar,
enfrenta. Ya que la posibilidad de recuperar tanto sus fortalezas como sus debilidades de tal
manera que buscásemos el fortalecimiento de las primeras y la superación de las segundas, es
tratar de brindarles una visión holística ante la posibilidad de fomentar procesos de mejora
alejados de la simulación.
Como pedagoga entre muchos otros aspectos referidos al campo educativo, me
interesa el análisis y la exploración sobre la población integrada por escolares hospitalizados.
Me atañe el estudio, la investigación y en consecuencia la participación activa en pro de una
vida digna para este sector. Y como persona, me preocupa el futuro de estos niños y jóvenes
hoy pacientes y alumnos de un hospital que en algún tiempo, podrían convertirse en los adultos
“responsables” de nuestra sociedad.
Este trabajo considerando la mínima información existente del modo en que ha surgido
y operado el Aula Hospitalaria en el actual contexto, plantea como objetivo general y objetivos
particulares los siguientes:
Objetivo General:
Conocer el Proceso de Organización y Gestión a través del cual el Aula Hospitalaria nace y
desarrolla en el Hospital Infantil de México “Federico Gómez”.
Objetivos Particulares:
• Explorar y describir el proceso organización y desarrollo del Aula Hospitalaria, en el
Hospital Infantil de México “Federico Gómez”.
• Identificar a través del análisis de las Dimensiones de la Gestión Escolar:
Organizacional, Administrativa, Comunitaria y Pedagógico-Didáctica; los aspectos
necesarios de funcionamiento de Gestión.
XI
• Reflexionar sobre el desempeño y/o necesidad de la labor pedagógica en espacios
educativos, como es el caso específico del Aula Hospitalaria.
A través de la consecución y alcance de los objetivos particulares se pretende
responder al objetivo general, lo mismo que al planteamiento del problema de esta
investigación.
Como profesional de la educación, al igual que el lector interesado en este trabajo de
investigación, existen dos opciones por las cuales optar. La primera, tal vez la más “sencilla”
es adoptar una actitud de indiferencia manteniéndonos al margen de la situación seguros de
que no tenemos nada que aportar al respecto, mucho menos si el problema no nos afecta de
manera directa ni a nosotros ni a algún miembro de nuestro círculo familiar o amistoso. Y la
segunda, quizá más compleja por el nivel de compromiso que nos implica pero sin duda de
mayor impacto y trascendencia es dar-compartir con quienes así lo requieren, los frutos de
nuestra formación pedagógica y humana.
MARCO TEÓRICO
El Marco Teórico versa sobre tres categorías de análisis que son: el Aula Hospitalaria, la
Organización y la Gestión Escolar. De los cuales se desprenden cuatro capítulos que sustentan
este estudio.
El primer capítulo comprende un panorama general sobre el proceso de desarrollo del
Aula Hospitalaria; sus antecedentes, historia, alcances, limitaciones y nuevos retos. Se
menciona una breve reseña de algunas experiencias internacionales y la reciente iniciativa del
gobierno mexicano como una propuesta interrelacional de atención educativa y de salud. El
segundo capítulo contempla aquellos elementos necesarios de funcionamiento de Gestión,
mediante el análisis de las cuatro Dimensiones de la Gestión Escolar: Organizacional,
Administrativa, Comunitaria y Pedagógico-Didáctica. En el tercer capítulo se expone el
método a través del cual se planea, desarrolla y analiza este trabajo de investigación. Y en el
cuarto capítulo, se presentan los resultados y conclusiones propias de la investigación.
XII
MÉTODO
Este trabajo de investigación se fundamenta en el entendido de un estudio de tipo
exploratorio-descriptivo que de acuerdo a Sampieri et al. (2003) “los estudios exploratorios
tienen como objeto esencial familiarizarnos con un tópico desconocido o poco estudiado o
novedoso”, mientras que los descriptivos “sirven para analizar cómo es y cómo se manifiestan
un fenómeno y sus componentes” (ibíd.).
De esta manera se pretende recolectar información de forma independiente sobre las
categorías objeto de estudio de esta investigación, sin ser la finalidad anotar cómo es que se
relacionan tales variables.
Para ello, esta investigación queda al respaldo de dos técnicas para recolectar datos: la
observación que de acuerdo con Ander-Egg (2003) constituye el modo “natural” de adquirir
conocimientos, posible de transformarse en un proceso de investigación con validez científica
siempre y cuando no se reduzca a un simple mirar de lo acontecido, sino a una observación
mucho más fina y “metódica”. Y la entrevista semiestructurada que “se basa en una guía de
asuntos o preguntas y el entrevistador tiene la libertad de introducir preguntas adicionales para
precisar conceptos u obtener mayor información sobre los temas deseados” (Sampieri et al.,
2003).
Como escenario se proyecta el Aula Hospitalaria del Hospital Infantil de México
“Federico Gómez”, ubicada en el cuarto piso del área de internamiento para pacientes
oncológicos; además de la Sala de Quimioterapia ambulatoria en la planta baja. Y como sujetos
de investigación, se contemplará a los responsables del Aula y del Programa “Sigamos
aprendiendo… en el hospital” en el “HIMFG”, así como los pacientes-alumnos de esta
institución a quienes se dirige.
En el capítulo de método se muestra también el procedimiento para realizar este
estudio. Posteriormente se presenta en un siguiente capítulo los resultados y las conclusiones.
Y finalmente, se anotan algunos puntos de reflexión y discusión sobre el objeto de estudio de
este trabajo.
1
CAPÍTULO 1. AULA HOSPITALARIA.
“Desde una perspectiva de los derechos humanos la educación
es un medio para que las personas desarrollen todas sus
capacidades y potencialidades y tengan acceso a la herencia
cultural de la humanidad. Además la educación contribuye a que
podamos exigir y ejercer otros derechos humanos. Mediante la
educación, las personas aprenden a relacionarse unas con otras
en un ambiente de respeto y de equidad. La educación es un
derecho universal”.
(Nerio, et al., 2006)
1.1 De los orígenes del Aula Hospitalaria.
Ante las necesidades básicas de salud y educación a nivel mundial en poblaciones de niños y
jóvenes en edad escolar hospitalizados, varios países cuentan a la fecha con al menos una
“aula” establecida al interior de hospitales dirigida de inicio al apoyo integral (físico, psicológico,
social y educativo) del paciente-alumno. Cada una con base en una organización, planificación,
desarrollo y evaluación de acuerdo a los modelos educativos gubernamentales y/o de
asistencia social que rigen a cada país y su creación específica de programas de atención
educativa y de salud para escolares que viven con enfermedad.
Del origen del Aula Hospitalaria poco se tienen evidencias científicas que den cuenta de
su forma de organización y gestión. Sin embargo, se sabe que son países europeos los
pioneros en la materia.
De acuerdo con Polaino y Lizasoain (1992), en Austria 1917 se instituye el primer
proyecto (piloto) de escuela o aula hospitalaria en la Clínica Universitaria Infantil de Viena,
dirigida por el Dr. Clemeens Pirquet.
Esta labor extendida a otros hospitales de la localidad, permitieron que en 1948 las
Aulas Hospitalaria se consolidaran con el nombre de “Escuelas Especiales en Sanatorios para
Chicos y Chicas Deficientes Físicos”. Para 1962 mediante el Acta de Educación Pública de este
año, se fundó la “Escuela Hospitalaria de Viena” como organización independiente; mientras
que en 1984 se crea la Asociación Austriaca de Profesores en Centros Médicos.
En 1985 surge por el Departamento Oncológico del St. Anna Kinders-pital de Viena, el
proyecto “Integrative Home Teaching” para la enseñanza a domicilio. Y desde 1986, se
2
establecen los servicios de escolarización para pacientes de corta a larga estancia de
hospitalización o en fase terminal en espacios-aulas predeterminados, cuartos de internamiento
y atención domiciliaria según el caso. Atendidos por profesores de materias generales y
específicas con formación especial.
Según Guillén y Mejía (2002), en Francia a finales de la Segunda Guerra Mundial por
decreto del 23 de julio de 1965 el gobierno francés obliga a proporcionar atención escolar a
niños y adolescentes atendidos en sus establecimientos sanitarios, teniendo a bien la
construcción definitiva y formal de los primeros puestos de enseñanza en hospitales mejor
conocidos como Aulas Hospitalarias, cuyo antecedente puede verse reflejado hacia finales de
la Primera Guerra Mundial con la creación de las llamadas Escuelas al Aire Libre que
constituyeron el primer modelo orientado a proteger la salud de la niñez francesa expuesta en
ese momento a contagiarse de tuberculosis.
Alrededor de los años cincuentas, surge también en España este tipo de aulas desde
una iniciativa ligada con la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, orden religiosa de la iglesia
católica consagrada a la atención de pobres, enfermos y otros desfavorecidos reconocida hoy
día como una organización internacional de asistencia social sin fines de lucro; buscando
responder a las necesidades de atención formativa de niños y jóvenes que pasaban largos
periodos de hospitalización.
Con la creación de Aulas Hospitalarias en España, se pretendía responder a la
demanda social de alternativas para la atención de niños y jóvenes con enfermedades
específicas como parálisis cerebral, poliomielitis entre otras; cuya finalidad se centraba más en
contribuir con el paciente a sobrellevar su estancia de hospitalización que al interés de
promover la continuidad del proceso escolar.
Estas iniciativas favorecieron la apertura de más Aulas Hospitalarias a lo largo del
territorio español, en centros hospitalarios del sector público y privado. Poco después alrededor
de 1965 a consecuencia de la epidemia de poliomielitis que padeció gran parte de la población
infantil, el gobierno de esta entidad se planteó la necesidad de brindar atención a estos niños
no sólo desde el punto de vista médico sino también en lo referente a su proceso de formación
académica.
3
Estos mismos autores en su libro “Actuaciones Educativas en Aulas Hospitalarias:
atención escolar a niños enfermos”, señalan que de manera continua hacia 1974 en el Hospital
Nacional de Parapléjicos en Toledo, tuvo lugar la puesta en marcha de una sección pedagógica
que contaba con cinco aulas y tenía como misión el atender a las necesidades educativas de
los pacientes internados en aquel hospital. Desafortunadamente la falta de un marco legislativo
apropiado impidió su trascendencia.
Al menos en el marco legislativo, el funcionamiento del Aula Hospitalaria en España se
da de manera más tardía a diferencia de Francia, pues es hasta el año de 1982 cuando
establece la primera referencia legislativa donde instaura el modo de actuación educativa a
realizarse en sus centros hospitalarios.
El 7 de abril de 1982 España publica la Ley de Integración Social de los Minusválidos,
la cual origina una amplia labor legislativa orientada a asumir de forma alternante e inclusiva la
responsabilidad en materia educativa y sanitaria por parte de las instancias públicas
correspondientes, operando con el principio señalado por la Convención de los Derechos del
Niño que estable el derecho de todo niño a la educación. Labor que se manifiesta en paralelo a
la expresión europea y se refleja en la Carta Europea de los Derechos del niño hospitalizado
(anexo no. 1) que en 1986 el Parlamento Europeo aprobó.
Consecutivamente para mayo de 1998 los Ministerios de Educación y Cultura, Sanidad
y Consumo y el Instituto Nacional de la Salud, firman un convenio en el cual establecen la
política encaminada a atender las demandas de escolares hospitalizados, con el objeto de
desarrollar un programa de atención para esta población cuyos criterios y condiciones mínimas
de atención permanecen vigentes y constituyen la referencia básica del desempeño profesional
de los actores educativos involucrados.
En 1999 las administraciones públicas asumen las competencias en materia educativa
y crean los criterios para regir las actuaciones educativas dirigidas a la atención de todos
aquellos niños hospitalizados en edad escolar. Plantean los objetivos generales a efectuar,
registrándose de la siguiente manera:
• Proporcionar atención educativa al alumnado hospitalizado para asegurar la continuidad
del proceso enseñanza-aprendizaje y evitar el retraso que pudiera derivarse de su
situación.
4
• Favorecer, a través de un clima de participación e interacción, la integración socio-
afectiva de las niñas y niños hospitalizados, evitando que se produzcan procesos de
angustia y aislamiento.
• Fomentar la utilización formativa del tiempo libre en el hospital, programando
actividades de ocio de carácter recreativo y educativo en coordinación con otros
profesionales y asociaciones que desarrollan acciones en el entorno hospitalario.
Básicamente ha sido en Hospitales Generales y Materno Infantil donde se brindan los
apoyos, con acciones dirigidas a fortalecer tanto el ámbito de actuación con el niño
hospitalizado como el de todos aquellos agentes educativos que intervienen en el proceso
escolar del paciente-alumno.
La labor educativa por las características y necesidades propias de cada paciente se
realiza de varias maneras, aunque por lo general existen tres formas:
a. La primera, se da en el Aula Hospitalaria cuando el paciente-alumno tiene la posibilidad,
desde el punto de vista médico y psicológico, de asistir sin mayor problema hasta el
lugar donde ésta se ubica.
b. La segunda, tiene que ver con hacer llegar la asistencia escolar hasta la habitación
donde el paciente-alumno se ve obligado a permanecer por orden médica.
c. La tercera, hace referencia a la atención domiciliaria otorgada a los niños dados de alta
que por su débil estado de salud, no pueden reincorporarse a la escuela ordinaria. Esta
última constituye el seguimiento de la labor educativa realizada al interior del hospital.
Siguiendo a Guillén y Mejía, los esfuerzos hasta hoy realizados se encaminan al
desarrollo y fortalecimiento de los objetivos expresados en las directrices del Programa de
Aulas Hospitalarias, los cuales se agrupan en tres bloques:
a) Pedagógicos. Se pretende evitar la marginación del proceso educativo, y posibilitar así
su incorporación a su vida escolar normal, una vez superada la enfermedad.
5
b) Psicológicos. Se pretende conseguir la mejor adaptación posible de los niños y niñas al
nuevo medio, así como que lleguen a comprender qué es lo que les está sucediendo y
porqué.
c) Sociales. Se pretende crear un ambiente lo más cercano a su vida cotidiana,
satisfaciendo la necesidad de relacionarse que todo niño en edad escolar manifiesta.
Los principios metodológicos son: operatividad, normalización, enseñanza individualiza
y personalizada, formación global, socialización y acción participativa; que se relacionan entre
sí y al mismo tiempo no pretenden ni pueden ser cerrados.
En la actualidad la mayoría de los hospitales en España cuentan con Aulas
Hospitalarias incorporadas a la política gubernamental de atención educativa y de salud,
denominadas Unidades Escolares de Apoyo en instituciones hospitalarias. Es el Ministerio de
Educación el responsable de la organización y operación de las mismas en los recursos
económicos y humanos. Y es el Instituto Nacional de la Salud el encargado de habilitar el o los
espacios requeridos para el establecimiento de estas unidades escolares.
Puede decirse que las Aulas Hospitalarias han fomentando la atención formativa de
niños y jóvenes en edad escolar obligatoria de todos los niveles educativos que establece la
Ley de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE) que luego de algún padecimiento
de larga duración, se vieron impedidos para continuar con el proceso enseñanza-aprendizaje
que regularmente desarrollaban en sus escuelas de procedencia.
En Europa, existes otros países como Alemania, Dinamarca, Hungría, Inglaterra, Italia,
Noruega, Suecia, Suiza, Turquía, Yugoslavia, entre otros, que poseen una trayectoria de
trabajo en atención formativa y/o acompañamiento de la enfermedad a pacientes pediátricos
hospitalizados, con tratamientos ambulatorios y en algunos casos con servicio domiciliario.
Aunque cada uno se rige bajo sus propias normas y en momentos históricos distintos,
se reconoce que la oportunidad de integrar la actividad psico-pedagógica al ámbito hospitalario
permite abrir canales profesionales que adheridos al ambiente médico dejan atrás la práctica
de aislamiento de niños y jóvenes enfermos con sus familias, recuperando una idea de salud
integral como derecho de todos.
6
Cabe añadir que nombrar el caso de algunos de estos países europeos, permite notar
la importancia que a nivel internacional existe desde antaño por consolidar una atención al
binomio salud-educación en niños y jóvenes hospitalizados; ya que afortunadamente esta es
una labor que resuena en otras latitudes a quienes recientemente se une la participación de
México.
1.2 Algunas experiencias internacionales de Aulas Hospitalarias. Sin ser la finalidad exponer de forma exhaustiva cada una de las diversas iniciativas de “Aulas
Hospitalarias” a nivel mundial y sobre sus experiencias, aún así puede anotarse la siguiente
información a manera de conocimiento general de algunas de ellas, las cuales permanecen
vigentes y pueden resultar de interés para nuestro contexto al facilitarnos un acercamiento con
las fuentes de acción que han marcado la pauta de trabajo para el sustento de las mismas.
Notando que su apertura y modo de operación no se deriva siempre de la misma manera dado
que algunas de ellas se deben desde las iniciativas individuales, asociaciones internacionales y
organizaciones civiles, hasta proyectos y programas nacionales de atención educativa y de
salud; en ocasiones interrelacionadas.
Las propuestas de Aulas Hospitalarias a nivel internacional si bien adquieren sus
propias particularidades, claro es que convergen en el entusiasmo de un fin primario: la
atención de salud educativa e integración escolar del niño hospitalizado a lo largo de la historia.
(Véase gráfico 1).
Según fuentes del libro Inclusión educativa para niños, niñas y jóvenes hospitalizados:
Un análisis basado en el programa nacional de México, por Felicia Marie Knaul et al., en 2007,
se puede anotar de algunas experiencias internacionales de Aulas Hospitalarias lo siguiente:
De Argentina por ejemplo, en 1930 la escuela o aula hospitalaria surge de una
iniciativa individual del Hospital de Niños “Víctor J. Vilela”; desde su inauguración, bajo un
programa educativo dirigido a los niños internos y madres analfabetas de algunos de ellos lo
mismo que a pacientes dados de alta paralíticos y mutilados que por alguna razón todavía no
podían participar en la escuela regular.
7
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Posteriormente y a la fecha, cuenta con programas de Aulas Hospitalarias que se
mueven desde una representación descentralizada y variante según cada provincia, que en
general, tienen el propósito de garantizar el derecho a la educación favoreciendo el
seguimiento escolar.
En la ciudad de Buenos Aires por citar un caso, se ofrece en tres hospitales infantiles
servicios educativos a niños y jóvenes en áreas como oftalmología, internamiento por
patologías, atención ambulatoria, tratamientos de diálisis, oncológicos y otras afecciones o
intervenciones quirúrgicas que requieren hospitalización por más de quince días; en los niveles
inicial, primario y medio apoyando su proceso escolar y socialización que garantice el derecho
y obligación de escolaridad hasta este nivel. Todos dependientes del Área de Educación
Especial del Ministerio de Educación del gobierno del Estado, aunque distintos en su modo de
operación y modalidades de atención -dentro o fuera del hospital, en grupo o individual- con
otros servicios educativos como la estimulación temprana y recientemente el servicio
domiciliario.
En la Provincia de Córdoba es a partir de 1998 que se promueve la escuela en dos
hospitales públicos infantiles, uno de ellos con un programa de servicio educativo para Aula
Hospitalaria y el otro denominado “Atrapasueños” con dependencia de la Dirección de
Educación Inicial y Primaria de la Provincia; ambos mediante un trabajo de seguimiento fuera
del hospital cuando el paciente-alumno así lo requiere y unido con las escuelas de procedencia.
Además de otros programas de iniciativa individual como La Red Nacional Acercándote @l
Mundo, que a través del uso de la tecnología cibernética como apoyo educacional mediante el
uso de Internet y el correo electrónico, permite a los escolares hospitalizados encuentros
virtuales con otros niños y jóvenes en circunstancias similares. Y el proyecto “la compu en tu
cama” financiado por la Fundación Telefónica en apoyo formativo y de socialización para los
pacientes-alumnos en cama.
Esta fundación constituida en 1998 por la Junta General de Accionistas de Telefónica,
cuenta entre otros servicios de colaboración social, con un proyecto educativo de “Aula
Fundación Telefónica en hospitales” que a través del uso didáctico-educativo de las
Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) tienen el objeto de favorecer el
desarrollo de la educación infantil en algunos países como Argentina, Brasil, Chile, Perú,
Colombia y Venezuela.
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Por su parte, la labor educativa hospitalaria en Chile comienza en hospitales infantiles
de la provincia de Santiago, siendo la del Hospital de Concepción en 1946 la más antigua
(Riquelme, 2006).
Más tarde prolifera en la mayoría de los hospitales infantiles de la zona Metropolitana
alrededor de los años 1996 y 1999, en la lucha para un reconocimiento oficial por parte del
Ministerio de Educación hasta lograr el cumplimiento de sus leyes que abogan por otorgar a
los escolares de nivel básico y educación especial hospitalizados, una atención educativa de
acuerdo al nivel de cada estudiante que garantice la continuidad académica de los mismos. De
tal forma que cuenta hoy con al menos veinte escuelas y aulas hospitalarias en atención a esta
población.
Actualmente, las aulas hospitalarias en este país son reconocidas oficialmente. El
Programa de Educación Especial adscrito a la División de Educación General del Ministerio de
Educación, apoya y orienta el proceso educativo desarrollado en estos establecimientos sin
pretender sustituir a la escuela regular del paciente-alumno con quien mantiene vínculo
constante.
Su organización es regulada por normas, su apertura y validez oficial está a cargo de
las secretarías regionales ministeriales de educación y para su creación es necesario que el
hospital interesado cuente con un espacio físico adecuado para la habilitación de este tipo de
aulas. El proceso de enseñanza-aprendizaje se establece mediante una atención personalizada
y planificada de forma flexible como una oportunidad de escolarización y al mismo tiempo de
acompañamiento de la enfermedad del niño. Y el Ministerio de Educación proporciona
materiales didácticos que favorezcan la actividad educacional.
Se plantea como equipo de trabajo: un profesor de educación especial, un profesor de
enseñanza básica, una educadora y otra persona encargada de las funciones administrativas
en caso de no contar con un director. Quienes trabajan conjuntamente con padres de familia,
médicos, enfermeras, psicólogos y maestros de las escuelas del paciente-alumno; todo con el
propósito de ofrecer una educación integral de calidad a través de un trabajo colaborativo.
Es importante resaltar que gracias a la intensa y comprometida labor que sin fines de
lucro han emprendido algunas fundaciones chilenas entre las que destacan la Fundación
Educacional Carolina Labra R., y COANIQUEM -todo por el niño quemado-, ha sido posible el
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establecimiento de Aulas Hospitalarias en este contexto desde una perspectiva humanística y
profesional, apegada al marco de derecho de escolares que viven con enfermedad
hospitalizados o en tratamiento.
En diciembre de 1998 la Fundación Educacional Carolina Labra Riquelme en
colaboración con el Ministerio de Salud y la Corporación de Amigos Hospital Ezequiel González
Cortés, en un trabajo de sensibilización sobre el derecho a la educación de escolares
hospitalizados y enfermos crónicos, presentaron al Ministerio de Educación un Proyecto
Educativo de Aulas Hospitalarias dentro de un marco legal que encuentra su fundamento en la
Convención de los derechos del Niño y otros acuerdos y normas internacionales que
establecen el derecho de niños y jóvenes a una educación de calidad en igualdad de
oportunidades; como la de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Y como respuesta
favorable, en junio de 1999 lograron el reconocimiento oficial del las Aulas Hospitalarias
(Riquelme, 2006).
La “Red Latinoamericana y del Caribe por el derecho a la educación de niños, niñas y
jóvenes hospitalizados o en tratamiento” es otra iniciativa de la presidenta de la Fundación
Educacional Carolina Labra R., Silvia Riquelme. Se constituye como una organización
internacional que reconoce y acepta que el derecho a la educación debe garantizarse durante
toda la línea de vida de las personas, desde su nacimiento hasta su muerte. En cuya red
participan algunos países como Argentina, Chile, Costa Rica, Ecuador, México y Venezuela.
La Red tiene como misión hacer efectivo el derecho a la educación de los niños
hospitalizados o en tratamiento ambulatorio, apropiado a sus necesidades. Y encuentra como
visión el hecho de que los países de América Latina y el Caribe promuevan este derecho sin
discriminación alguna, al tiempo que fortalezcan las políticas de protección para el pleno
desarrollo de niños y jóvenes.
Finalmente plantea tres comisiones básicas de trabajo que son: investigación,
desarrollo y publicaciones; formación y perfeccionamiento docente; y la promoción, fomento y
difusión de las Aulas Hospitalarias y la Pedagogía Hospitalaria. Su reto es recopilar información
sobre estos dos últimos temas considerando su necesidad teórica (Riquelme, 2008. Primer
Diplomado en Pedagogía Hospitalaria, México D.F.).
11
La iniciativa de escuela hospitalaria en Reino Unido surge en dos hospitales, una en
1949 y otra en 1951, con la finalidad de ofertar servicios educativos a niños y jóvenes
hospitalizados o en tratamientos ambulatorios.
Es a finales de los noventa cuando este tipo de escuelas o aulas se extiende a más
hospitales luego de que se plantea a las autoridades educativas locales, la necesidad de
brindar alternativas educacionales a niños y jóvenes en edad escolar que por enfermedad no
asisten a la escuela regular.
Continuamente y dentro de un marco legal, se establece el acceso a la educación para
escolares con necesidades de atención médica por el Departamento de Educación y
Capacidades en colaboración con el Departamento de Salud, quienes establecen una guía que
marca los estándares de atención formativa mínimos para esta población.
Actualmente se calcula existen 31 escuelas hospitalarias denominadas “escuelas
especiales”, financiadas dos de ellas por la iniciativa pública y privada y el resto por el estado.
La infraestructura es responsabilidad del Consejo de Aprendizaje y Capacidades mientras que
la coordinación entre estas escuelas, padres de familia y las escuelas de procedencia, está a
cargo de las autoridades educativas locales como lo marca la ley.
Estas escuelas por su naturaleza y variedad en los procesos escolares están exentas
de desarrollar puntualmente el currículum nacional, aunque en todo caso para los directores de
las escuelas especiales éste es su punto de referencia. La Asociación de Maestros en
Hospitales, organiza conferencias anuales y actividades entre docentes de estas escuelas para
el fortalecimiento de su quehacer educacional.
Su evaluación es semejante al resto de las escuelas regulares, con la publicación de un
informe que especifica las “fortalezas” y “debilidades” de cada unidad educativa y el
señalamiento de las mejoras a realizarse, que de no cumplirlas, el Departamento de Educación
tiene el poder de anular la validez de las escuelas.
Para Costa Rica son varias las iniciativas de profesionales de la educación que se
sabe han sido dirigidas a hospitales estatales, cada una de ellas desarrollada de manera
individual y libre de cátedra; no todas con un trabajo prevaleciente.
12
Es en el Hospital Nacional de Niños “Doc. Carlos Sáenz Herrera” donde la escuela al
interior del hospital se constituye en 1955 y se desarrolla un proyecto de pedagogía hospitalaria
que incluye programas educativos, terapéuticos y de estimulación temprana; orientados a la
población pediátrica de la institución.
Posteriormente en el Hospital Nacional de Niños también se continúa con esta labor,
permitiendo la atención integral de niños y jóvenes a través de un trabajo interdisciplinario que
atiende desde las necesidades de estimulación temprana con los más pequeños y la educación
general básica, hasta la educación diversificada y universitaria. Siendo así la Pedagogía
Hospitalaria el modelo para el resto de los hospitales que posibilita el derecho, la continuidad y
reinserción escolar de los pacientes-alumnos.
La atención se otorga en tres modalidades que son: la atención al paciente-alumno en
su cuarto y cama de hospitalización, en el espacio concreto del Aula Hospitalaria y la atención
a padres o tutores ya sea de forma individual o en grupo.
En Estados Unidos desde la década de los sesentas, las escuelas en hospitales
cuentan con una variedad de programas educativos para la atención del niño hospitalizado. Las
aulas poseen una infraestructura y docentes acreditados, más sus programas formativos no se
rigen de manera obligatoria con el Ministerio de Educación ya que pueden ser acordados por
cada aula y solo en caso de solicitar la acreditación gubernamental, es que se requiere el
cumplimiento de algunas condiciones mínimas educativas. Para su financiamiento,
regularmente se acude a donaciones privadas o por impuestos.
Canadá por su sistema federalizado, son los gobiernos de las provincias los
responsables de proporcionar los servicios necesarios a sus habitantes como son: la salud y la
educación, ambos legislados federalmente de forma universal y gratuita con base en el cobro
de impuestos. Incluyendo a niños y jóvenes con necesidades educativas especiales, como es
el caso de los hospitalizados.
Por ejemplo, los hospitales de la provincia de Ontario operan con programas educativos
para el niño enfermo. Se procura proporcionarles una atención individual al menos media hora
diaria durante cinco días, y son responsables del financiamiento de los programas, el Ministerio
de Educación de la provincia, el Ministerio de la Comunidad y los Servicios Sociales, el
Ministerio de Servicios para la Niñez y Servicios a la Juventud y el Ministerio de Salud.
13
El hospital es encargado de la infraestructura del aula, el distrito escolar facilita a los
docentes calificados en educación especial y el Ministerio de Educación el delegado para pago
de salarios, gastos administrativos, equipamiento y autorización del currículum. Las tareas son
asignadas por la escuela de origen vía fax, e-mail y mediante los padres de familia o tutores.
La atención a pacientes-alumnos es una labor escolar que se amplía a muchos otros
hospitales del país con sus propias características de acuerdo a cada provincia, alguno con
representación de aulas educativas aproximadamente en 1982.
Perú a diferencia de otros programas de esta índole, surge en el año 2000 un proyecto
de iniciativa del sector privado con la “Fundación Telefónica” sin aparente vínculo con las
autoridades educativas del gobierno y sin un marco legislativo referido a la atención escolar del
niño hospitalizado. Ha sido responsabilidad de la fundación, el financiamiento total de la
construcción y equipamiento de aulas hospitalarias, de profesores y supervisores del proyecto.
Son algunos hospitales del país, quienes han abierto y facilitado los espacios dentro de sus
instituciones para la creación de las mismas.
Su proyecto refiere a la instalación de “aulas informáticas” equipadas con
computadoras, impresoras y servicio de Internet con el fin de desarrollar un programa educativo
multidimensional que atienda los aspectos médico, psico-emocional y pedagógico de los
alumnos hospitalizados; a través de que éstos manipulen y se familiaricen con las nuevas
tecnologías de informática como fuente de conocimiento, socialización y recreación para el
paciente desde la búsqueda de su propio interés.
Cuenta con un programa educativo especial respecto a contenidos y materiales
administrado por el Instituto de Estudios Peruanos, organización no gubernamental que se
dedica a la investigación en ciencias sociales y se encarga de la asesoría educativo-
pedagógica de los docentes hospitalarios. El objetivo así, es motivar al niño o joven en su
proceso de aprendizaje y buscar en consecuencia su continuidad y permanencia en la escuela.
Brasil con base en dos principios legislativos: educación inclusiva y las políticas de
salud en atención integral, cuenta desde 2002 con un Programa de Atención Educativa para
hospitales y domiciliaria, en integración con la escuela “regular” del paciente-alumno.
14
El programa ha sido diseñado por la Secretaría de Educación Especial para el
Ministerio de Educación con el objeto de sistematizar y universalizar la asistencia escolar en
educación básica, como derecho de todos y obligación de la familia y el estado. Con una
currícula especial y flexible que promueve el aprendizaje de los niveles básicos, respetando las
necesidades y capacidades de los escolares.
La apertura de Aulas Hospitalarias, responsabilidad de las autoridades educativas y de
salud, requieren la solicitud por parte del hospital a la Secretaría de Educación quien dota de
recursos humanos, financieros y materiales al aula y vigilan la adecuada instalación de estos
espacios educativos en las áreas de hospitalización, tratamientos ambulatorios y zonas al aire
libre que permitan el óptimo desempeño escolar de los pacientes-alumnos.
Cuentan con recursos audiovisuales, televisiones, video caseteras, cámaras
fotográficas y de video, antena parabólica digital y aparatos de sonido, acceso telefónico,
computadoras y otros materiales didácticos de fácil manejo o trasportación.
El programa señala que por cada aula debe existir un docente coordinador capacitado
en la dinámica y funcionamiento de esta modalidad educativa quien se vincule con el cuerpo de
salud hospitalario, la Secretaría de Educación y la escuela de procedencia del paciente-
alumno; para la orientación de contenidos y trabajo en el Aula Hospitalaria que promueva
también la visita de maestros y compañeros de las escuelas de origen, al hospital.
Alrededor de 2008, el Parlamento de Israel adoptó una ley de regulación de servicios
educativos gratuitos para niños enfermos hospitalizados, siendo el departamento de Educación
Especial del Ministerio de Educación el comisionado para hacer valer esta ley y el Ministerio de
Salud a quien se delegan responsabilidades administrativas para el cumplimiento legal de la
iniciativa. La colaboración entre los centros educativos hospitalarios y el resto de las escuelas,
son la base en el seguimiento formativo de los niños de este país.
Existe también el caso de organizaciones no gubernamentales (ONG) como Tlalim y
Kav-Or, que en un trabajo conjunto con el Ministerio de Educación buscan asegurar la calidad
en los planes de estudio adoptados.
En el caso de Tlalim desde su fundación en 1990, se encarga de la educación
domiciliaria ofreciendo servicios gratuitos a niños hospitalizados con iniciativas que intentan
15
romper con el sentimiento de soledad y aislamiento mediante cámaras de video que en tiempo
real conectan al paciente-alumno con su escuela de procedencia. Y la constitución de una red
educativa en la que maestros visitan a los hogares que soliciten este apoyo, haciendo uso de
nuevas tecnologías de información como computadoras.
Y el caso de Kav-Or que en 1993, arrancó como un proyecto educativo en apoyo a
pacientes-alumnos de hospitales locales y que a la fecha se ha extendido al menos a cien
departamentos pediátricos en veintisiete hospitales de la región. Se rige a través de una junta
directiva privada en vinculación con el Ministerio de la Educación, siendo el Departamento de
Educación y Cultura quien acredita sus programas educativos; los cuales se desarrollan a partir
de las necesidades de cada hospital y de los niños enfermos con apoyos computacionales,
libros de texto y docentes que trabajan en el Aula Hospitalaria o en cuartos de hospitalización.
De esta manera, puede notarse que en cualquiera de los casos a nivel mundial, existe
la preocupación e interés por crear acciones interdisciplinarias de salud y educación. Como un
derecho de niños y jóvenes hospitalizados en el mundo.
1.3 El Aula Hospitalaria en México. En un país democrático como es el caso de México, el acceso a los servicios públicos de salud
y educación al menos en el marco legal, se convierten automáticamente en un derecho
constitucional que involucra a toda la población infantil y juvenil en edad escolar en los niveles
básicos de Preescolar, Primaria y Secundaria. Al menos, “el derecho a la educación se
consagra en la Convención sobre los Derechos del Niño adoptada por la Asamblea General de
la Organización de las Naciones Unidas en 1989 y ratificada por la mayoría de los países del
mundo, entre ellos el gobierno de México” (Oficina del Alto Comisionado de las Naciones
Unidas para los Derechos Humanos, 1990).
En México, la atención al binomio salud y educación en la población de niños y jóvenes
en edad escolar hospitalizados, nace del interés por parte de la Secretaría de Salud Pública
(SSA) en una visión por consolidar una atención de salud integral (física, psicológica, social y
educativa) para pacientes pediátricos con estancias de hospitalización por periodos de tiempo
prolongados y/o con tratamientos ambulatorios, como el caso de pacientes oncológicos y
algunas otras patologías infantiles.
16
Es en fusión con la Secretaría de Educación Pública (SEP) y gracias al apoyo del
Gobierno Federal, que surge por primera vez en la historia de México, un programa de
inclusión educativa para escolares hospitalizados denominado “Sigamos aprendiendo… en el
hospital” (SIGAMOS). Colaborando para este proyecto el Instituto Nacional para la Educación
de Adultos (INEA) y el Consejo Nacional de Educación para la Vida y el Trabajo (CONEVyT),
además de la participación de la iniciativa privada.
Para marzo de 2005, el programa “SIGAMOS” se pone en marcha en cinco hospitales
del Distrito Federal (véase gráfico 2): Hospital Infantil de México “Federico Gómez”, Instituto
Nacional de Pediatría, Hospital General de México, Instituto Nacional de Rehabilitación y el
Hospital General “Manuel Gea González”. Y con ello la apertura de espacios escolares dentro
de hospitales denominados Aulas Hospitalarias; con los cuales se aspira a combatir el rezago
educativo y/o deserción escolar, además de favorecer a la recuperación y desarrollo
biopsicosocial del niño y joven hospitalizado.
Con el programa “SIGAMOS” el gobierno federal proyecta contribuir en el reforzamiento
de su compromiso político y social de atender conjuntamente a los derechos de salud y
educación de niños y jóvenes mexicanos que viven con enfermedad; recuperando el sentido de
escolarización, como un elemento esencial en la calidad de la atención a la salud integral.
El programa se enmarca en dos aspectos claves del desarrollo social y humano: la
educación y la salud. Y clasifica en dos grupos su población objetivo: los niños y jóvenes en
edad escolar hospitalizados o con tratamientos ambulatorios y las personas de quince años o
más en condiciones de rezago educativo que viven de cerca la enfermedad de la persona. Se
sustenta en valores de solidaridad, justicia, respeto y compromiso. Promueve la educación
formal y no formal en los pacientes-alumnos y sus familias, como una herramienta clave en su
desarrollo integral y busca sobre todo la certificación de estos procesos de enseñanza-
aprendizaje y la reinserción escolar y social del enfermo al término de su tratamiento.
En este sentido, el programa plantea un diseño flexible respetuoso de las capacidades
individuales, abierto a las necesidades personales de cada paciente-alumno. Se reconoce la
prioridad en la atención médica y se busca un trabajo de educación integrado hacia el bienestar
del enfermo, su familia, su posible escuela de origen y la comunidad hospitalaria a la que se
suscribe.
17
La disposición del espacio para aulas es responsabilidad de cada hospital, mientras que
la Secretaría de Educación Pública como órgano rector de la educación en México proporciona
al equipo docente; siendo maestros de educación básica los primeros responsables de este
programa.
Entre los componentes didácticos se encuentra el equipamiento de las aulas con
“Biblioteca del Aula” por la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos, libros para la
educación no formal, equipos de cómputo para el aula y portátiles para uso en cama con
software educativo y multimedia, sistema EDUSAT de la Dirección General de Televisión
Educativa de la SEP en habitaciones y salas de espera de los hospitales, Alas y Raíces del
Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA), entre otros.
La destacada participación del INEA por su parte, proporciona asesoría con base en el
modelo de Educación para la Vida y el Trabajo, diseñado y dirigido a jóvenes y adultos no
pertenecientes a un sistema escolarizado o en condiciones de rezago educativo y/o deserción
escolar. Lo cual muestra que el alcance de este proyecto no solo se dirige a la población en
edad escolar hospitalizada o ambulatoria, sino también a las familias que los acompañan.
La extensión del apoyo educativo a escolares hospitalizados hacia otras regiones del
país y hospitales de la república (véase gráfico 3), se hace notoria a pocos años del arranque
del programa. Sin embargo algunos aspectos importantes para la consolidación de propuestas
educativas sustentables como operatividad, planeación, organización, gestión, evaluación,
legislación y otros, todavía no se encuentran expuestos teórica y metodológicamente para su
compresión y estudio.
La presente investigación en su alcance, sugiere como forma de iniciarnos en el estudio
y reflexión del caso, el explorar en una de las Aulas Hospitalarias elementos tales como la
experiencia de organización y gestión como pauta para el conocimiento, análisis y futuro
trabajo en este nuevo espacio de atención educativa en nuestro contexto; que en líneas
subsecuentes se desarrolla con mayor precisión.
18
*
19
20
CAPÍTULO 2. LA GESTIÓN ESCOLAR Y SUS DIMENSIONES. “Los aspectos de la gestión y de la organización, aunque a
primera vista pueden aparecer como superficiales, son
exponentes de opciones profundas. La posibilidad de cumplir con
los objetivos de calidad y equidad en educación, involucran
aspectos esenciales de la gestión y organización del sistema
educativo. Son, por lo tanto, también facilitadores o
condicionantes del cumplimiento de los objetivos políticos de la
educación”.
(Aguerrondo, 1998)
2.1 Aproximación conceptual de la escuela como sistema de organización y gestión escolar. Esta investigación comprometida con el conocimiento del Aula Hospitalaria, espacio educativo
que hasta hace poco comienza a tener presencia en contexto mexicano a diferencia de otros
países, presenta a lo largo de este apartado algunas líneas que buscan aclarar ¿porqué es que
el análisis sobre los elementos necesarios de funcionamiento de organización y gestión
expresados en la vida escolar de cualquier colegio peden llegar a convertirse en una forma
respetuosa de acercamiento y reconocimiento al valor y trayectoria de las instituciones
educativas?. Para luego mediante un estudio de estos dos elementos trasladados a espacios
educativos hospitalarios, se pueda conocer un ejemplo del proceso evolutivo en que una de las
aulas ha cobrado vigencia.
Para emprender un ejercicio reflexivo acerca de las características de un centro escolar,
es preciso contextualizar la estructura sistémica de la educación y la escuela como sistemas u
organizaciones que, aunque interrelacionadas, responden a planteamientos distintos.
El Sistema Educativo, desde el estudio de la Educación Comparada centrado en los
sistemas educativos actuales está ligado a elementos, factores e iniciativas que establecen el
modelo pedagógico de cada país y al mismo tiempo tiene que ver con la forma en que cada
uno de los gobiernos va caracterizando, planificando y desarrollando sus propios ideales
derivados de argumentos políticos, económicos, socioculturales, geográficos y otros (García,
1997) en un tiempo y espacio determinado.
21
El Sistema Escolar, refiere más a la parte micro del sistema educativo con
representación en cada uno de los centros escolares, es decir, hablamos de la escuela o en el
caso de esta investigación del Aula Hospitalaria.
Se trata de espacios con una realidad viva y cultura escolar propia que aunque cierto es
que se rigen mediante una regulación del sistema educativo nacional, es dentro de sus propios
espacios donde precisamente se origina la labor educacional como quehacer disciplinar.
Siendo desde su propia estructura y disposición de elementos materiales y personales que se
encamina a dar “coherencia” a su origen fundamental, el proceso formativo de las personas.
Para estos dos grandes sistemas interrelacionales, Jacques Hallack (1992) propone
organizar para la distribución de poderes y tareas entre estos, lo siguiente:
• Un nivel central, que delinee las políticas básicas de educación de derecho para todos,
diseñe el currículum básico y se responsabilice del financiamiento necesario. Al mismo
tiempo que formule estrategias globales para la supervisión y acompañamiento de
fortalezas y debilidades presentadas, de las cuales puedan surgir las bases para una
reestructuración cuando así se requiera. Y la creación de políticas de formación y
actualización de los equipos docentes activos.
• Un nivel intermedio, como instancia conciliatoria entre el nivel central y la escuela que
apoye entre otras cosas con la realización de evaluaciones consensuadas, formulación
de mecanismos de comunicación entre ambos, selección del personal, etc.
• Y finalmente, un nivel local o escuela, que tenga la apertura hacia el desarrollo de
proyectos colaborativos desde y para su propia comunidad escolar; obviamente
articulando los propósitos e ideales del sistema educativo nacional respectivamente en
una visión social compartida.
En principio, el gobierno “absoluto” y la toma de decisiones sobre el devenir de la
educación en cada nación, era desplegado por el sistema educativo central formal en todos sus
niveles de planificación y concreción. Es a partir de los procesos de descentralización
sucedidos en algunos países europeos, asiáticos, americanos y las recientes reformas
educativas, que la escuela como organización comienza a abrirse paso hacia una
transformación de su vida interior que trasciende de la simple ejecución de directrices
22
impuestas por el poder central y procesos burocráticos, a una nueva posibilidad de reedificar y
fomentar un sentido “autónomo” sobre el valor de la unidad escolar.
La idea de organizar y gestionar las escuelas, estuvo estrechamente asociada a la
parte administrativa empresarial. Las teorías de la administración en general, abarcan todo tipo
de organizaciones (fábricas, hospitales, escuelas, etc.) ya sean éstas empresas públicas o
privadas. Subyace un modelo de control del trabajo, propone una segregación entre quienes
diseñan y quienes ejecutan tales diseños, considera a las personas como elementos para la
reproducción de objetivos previamente delimitados y estandarizados, pone énfasis en el
comportamiento racional de la conducta humana y propone el control como método eficaz en la
ordenación de las relaciones humanas. Así, la racionalidad y el control garantizan la eficacia de
la organización. Por lo que el pensamiento administrativo sobre la escuela constituyó una visión
formalista y mecanicista de este tipo de organizaciones, sustentando su viabilidad en el logro
de resultados específicos.
Referida la escuela como organización, se consideraba que la administración
centralizada (enfoque del cual Ford, Taylor y Weber entre otros, son autores), era una eficiente
modalidad para sostener y llevar adelante la expansión de los sistemas educativos nacionales.
A partir de los 80’s aparece como un elemento destacable en las políticas educativas, la
intención de modificar este patrón organizativo prácticamente predominante en el mundo entero
(Pozner, 2005).
¿Cuál sería la coherencia existente sobre el hecho de replantear esta forma tradicional
administrativa de plantificar y controlar la educación?. Quizá sea que la escuela como
organización más que una empresa edificada para la producción de metas utilitaristas, se
configure como un espacio social donde convergen una multiplicidad de elementos como son:
los valores personales de los sujetos que integran a cada una de las organizaciones, la
influencia del contexto sobre la vida escolar, las diversas necesidades presentadas día a día
por los miembros receptores del servicio educativo, las formas de interrelación entre el cuerpo
directivo y el colectivo docente, la integración y disposición de la comunidad familiar de los
alumnos en los procesos de enseñanza-aprendizaje, la capacidad de diálogo e integración de
la comunidad escolar para fines de construcción de una identidad propia, y otros; que al no
considerarlos, pueden convertir a la educación como fuente de derecho en una invención más
de las fuerzas políticas para la represión de los sujetos. Y llevar a las instituciones escolares, a
aglutinarse como una más de las comunidades empresariales cerradas.
23
Por fortuna parece que las políticas de descentralización en educación se perfilan a
sustituir esta estricta forma de administrar y controlar el acto educativo por una intensión clara
de transformación en la construcción de un modelo de organización diferente.
Comienza la necesidad de un estilo de gestión capaz de delegar y compartir
responsabilidades entre el sistema educativo central y la escuela como organización plural e
“independiente”. Se trata de trabajar colectivamente y desde las necesidades de cada
comunidad educativa para un fin y bienestar común, valorando en cada una de ellas su
capacidad de reinvención y autovaloración sobre el pensamiento pedagógico que sustenta sus
prácticas educativas.
Aun cuando en educación no se acota una definición de organización y gestión dado
que es un campo que paulatinamente se va moldeando y definiendo, para la comprensión de
esta investigación, consideraremos a la organización como el establecimiento donde se
ordena, articula e interrelacionan las partes de un todo; en este caso de la escuela o Aula
Hospitalaria.
Gairín (1999) por ejemplo, menciona que se alude a la escuela como una organización
puesto que es posible reconocer en ella elementos referidos a las organizaciones como son:
propósitos y objetivos que orientan la actividad educativa, un grupo de personas con ciertas
funciones e interrelacionadas entre sí, algún planteamiento de eficacia y coherencia escolar,
entre otros.
La escuela como organización, puede ser concebida desde diversas clasificaciones
tipológicas: “se contempla como organización para el mantenimiento de pautas (Parsons), de
adaptación (Katz y Kahn), de servicio social (Blau y Scott) y de unidad o grupo pequeño de
producción (Woodward). Pero, además, las escuelas tienen más connotaciones que las hacen
diferentes a otras organizaciones. Las particularidades provienen de sus características como
realidad social, como comunidad y como organización”. (ibíd.).
Superando aquella idea de organizar la producción de los servicios, se busca replantear
la forma habitual de hacer escuela y reflexionar sobre la suma de posibilidades que la misma a
partir de sus fortalezas comunitarias, tiene para orientar su labor educativa y social desde un
autoconocimiento que le permita enfrentar el protagonismo de una fuerza institucional
coherente entre su filosofía pedagógica y su actividad escolar.
24
Las evoluciones políticas, económicas, sociales, culturales e ideológicas suscitadas a
nivel mundial, van propiciando una postulación hacia los sistemas escolares y educativos para
que transformen su vida institucional y procuren una asistencia coherente con el cúmulo de
necesidades educativas; como un derecho de atención social y sobre todo responsabilidad de
sus fuerzas públicas y privadas.
El sistema educativo central y la escuela, se enfrentan a un proceso de transformación
que no implica su ruptura sino su cohesión como fuerzas básicas y potenciales en la
consolidación de un sistema educativo nacional, reflexivo en sus necesidades y protagonista de
su innovación en colectivo.
Se convierte en una necesidad la recuperación de una intencionalidad educativa
nacional compartida y prácticas pedagógicas consensuadas por cada comunidad institucional,
con base en una conducción escolar eficaz mediante un estilo de organización y gestión mucho
más amplio que el referido a un ejercicio meramente administrativo.
La escuela con primicias hacia un nuevo enfoque de organización y dirección
institucional respetuosa del poder central y llamada hoy a una autogestión que trabaje por una
cultura de independencia e identificación escolar, revoluciona y requiere de la constitución de
elementos teórico-prácticos que la acompañen y respalden en esta nueva propuesta de
conocer, hacer, transmitir y evaluar el sentido escolar.
Al respecto, la gestión escolar puede adherirse como un componente dialéctico a las
organizaciones. La escuela como organización y espacio concreto para la transformación de la
vida institucional interior donde la planificación, desarrollo y evaluación de la función educativa
se proponga un ejercicio cada vez más consciente y equitativo necesitará la formulación de una
nueva modalidad de gestión que ponga a docentes, alumnos y comunidad escolar en general,
en el centro de las transformaciones educativas.
De la gestión escolar Pozner (2005) señala que “es una de las instancias de toma de
decisiones acerca de las políticas educativas de un país, realiza las políticas educacionales en
cada unidad educativa adecuándolas a su contexto y a las particularidades y necesidades de
su comunidad educativa”. Interviene sobre la globalidad de la organización escolar y a través
del conjunto de acciones emprendidas por la comunidad escolar, promueve la construcción de
una intencionalidad pedagógico-educativa que la identifique; incorporando en este sentido a los
25
actores educativos como protagonistas de su propio quehacer y también de cambio si se hace
necesario, o sencillamente como creativos y creadores de condiciones óptimas para la
consecución de sus objetivos educativos.
Una práctica distinta de gestión permite incrementar la eficiencia de una organización
en la medida que admite actuar con sus medios disponibles. Lo óptimo sería que cada
organización partiera de un diagnóstico de su realidad educativa dirigido por y para su grupo
integrador en la ubicación de sus necesidades, fortalezas y debilidades que subsecuentemente
organice y analice para intervenir a favor de la dinámica escolar.
La construcción ya sea de un Proyecto Educativo de Centro (PEC) como lo nombra el
autor Serafín Antúnez (2000), o de un Proyecto Pedagógico Institucional (PPI) como lo
demoniza Pilar Pozner (2005), constituiría más que una herramienta de gestión en la
consolidación consensuada y colectiva de la racionalidad escolar y cultura propia de cada
centro. Atreviéndose a ir más allá de la regulación de la escuela a través de leyes y reformas.
Para estudiar y comprender a la escuela como organización en un contexto escolar
concreto, se habla de la gestión escolar desde el análisis e integración de sus dimensiones,
que involucran a las partes e interactivamente conforman la “totalidad” de cada unidad
educativa. Estas dimensiones propuestas por autores como Graciela Frigerio, María Poggi,
Inés Aguerrondo y Pilar Pozner son en general las denominadas: dimensión pedagógico-
didáctica, dimensión organizacional, dimensión administrativa y dimensión comunitaria; que no
subyacen una de otra sino que son complementarias e igualmente importantes.
Este enfoque de concebir la escuela como una organización autónoma y de gestión
escolar a través de los componentes de cada una de las dimensiones, es posible de aplicar a
contextos escolares como las Aulas Hospitalarias para una mejor comprensión y fortalecimiento
de las mismas. Aunque anticipadamente se reconozca que la dialéctica entre la organización y
la gestión en el marco institucional del Aula Hospitalaria suponga por sus propias
características, elementos mucho más abiertos y/o flexibles en su desarrollo que en la escuela
regular; compensativos de las fortalezas de cada unidad educativo-hospitalaria en los procesos
de enseñanza aprendizaje y de interrelación social.
El escenario escolar para niños y jóvenes hospitalizados o con tratamientos
ambulatorios y en consecuencia ámbito de trabajo docente, pasa del aula ordinaria a formar
26
parte de una comunidad médica y social ya establecida y propiamente configurada bajo sus
propias reglas de seguridad y salud. No existe un cuerpo directivo y docente amplio como en la
escuela regular; tampoco se cuenta con una población de escolares fija, matriculada y
organizada por grados; no establece un horario de asistencia obligatoria por parte del
educando; no necesariamente maneja su procedimiento bajo un currículum previamente
establecido para el fin académico de un ciclo escolar; etc.
El Aula Hospitalaria, sencillamente puede ser identificada mediante un espacio
instalado en alguna área facilitada por el hospital acondicionada con los componentes
esenciales de una aula escolar (mesas, bancas, pizarrón, libros, materiales didácticos y otros)
con longitudes variantes y equipadas según la disposición de recursos económicos; con uno o
más docentes quienes realizan actividades no solo propias de la docencia sino de dirección y
otras tomas de decisiones; asistiendo a una población multigrado, variante y que en síntesis
asiste de manera voluntaria.
De ahí la necesidad de ajustar o innovar una pedagogía propiamente hospitalaria que
responda eficazmente con las demandas y compromisos que la población de estudiantes
enfermos hospitalizados solicita; aunado a la necesidad de un modelo de organización y
gestión escolar para Aulas Hospitalarias y con ello el llamado a un trabajo colaborativo multi e
interdisciplinario.
Si queremos conocer nuestra escuela también visualizada como Aula Hospitalaria y
participar con y a favor de ella, es necesario estudiar la reciente propuesta del Programa
“Sigamos aprendiendo… en el hospital” unida al funcionamiento del Aula Hospitalaria, como
espacio donde se forja y concreta el proceso educativo bajo el estilo institucional propio de
cada centro hospitalario y que día a día adquiere más solidez y presencia como en el caso del
Hospital Infantil de México “Federico Gómez”.
Para este análisis propuesto, finalmente se anota una descripción general sobre los
elementos necesarios de funcionamiento de gestión escolar a través del análisis de las
dimensiones: organizacional, administrativa, comunitaria y pedagógico-didáctica; que de alguna
forma permean a toda organización escolar.
27
2.2 Dimensión Organizacional. Toda comunidad escolar a partir de su contexto sociocultural próximo acoge un modelo de
organización, el cual considera le permitirá alcanzar mayor eficacia educativa. “La escuela,
como organización, se caracteriza por mantener una estructura de roles, ciertas normas y
valores propios. Los valores constituyen el trasfondo ideológico que orienta la acción, la
estructura de roles configura los sistemas de organización vertical y horizontal y las normas
presuponen modos de interrelación de personas y medios de acuerdo a los criterios
dominantes. El desarrollo de esta perspectiva será el objeto básico de la dimensión
organizativa” (Gairín, 1999).
El análisis de esta dimensión, nos permite conocer la sistematización y formalidad de
los elementos estructurales en un sentido formal e informal que caracterizan a cada unidad
educativa, en este caso el Aula Hospitalaria del Hospital Infantil de México “Federico Gómez”.
Los cuales interrelacionadamente pueden ofrecernos una idea acerca de su estilo de
funcionamiento institucional.
Como elementos formales para este análisis se consideran el organigrama del Aula
Hospitalaria del “HIMFG”, la distribución de roles, la división del trabajo, la delegación de
tareas, la toma de decisiones, la conducción del equipo y la disposición y coordinación del
espacio y el tiempo. Y como elementos informales, el estilo en que los agentes involucrados se
vinculan para dar coherencia a su estructura formal.
La finalidad es tratar de identificar y valorar en el proceso dinámico de desarrollo de la
unidad escolar, cómo es que cualitativamente los actores educativos van configurando una
identidad institucional propia a partir de sus interrelaciones profesionales y capacidades
personales. Y cómo mediante sus acciones van orientando y definiendo su pensamiento
filosófico y sus prácticas pedagógicas, sin dejar de considerar las finalidades educativas
nacionales.
En este sentido, valdrá la pena reflexionar sobre cómo la dinámica institucional tendrá
que ver con la identificación constante que se realice sobre las necesidades socioculturales y
académicas y cómo es que éstas se afrontan por la comunidad escolar. Cómo se viabiliza el
logro de los propósitos educativos y mejor aún de su perfeccionamiento, innovación y mejora
constante.
28
2.3 Dimensión Administrativa. En la escuela o Aula Hospitalaria como en este caso, la dimensión administrativa “incorpora el
tema de los recursos necesarios, disponibles o no, con vistas a su obtención, distribución,
articulación y optimización para la consecución de la gestión de la institución educativa”
(Pozner, 2005).
La tarea de conducción en la escuela requiere de una administración que no tiene que
ver con el pensamiento administrativo tradicional que refería a un conjunto de acciones
mecánicas destinadas a apoyar el control absoluto de gobierno y/o procedimientos formalistas
burocráticos.
En todo caso, se busca cuidar y suministrar eficazmente los recursos humanos,
materiales y económicos con que se cuenta. Se trata de prever las acciones que harán posible
la gobernabilidad de cada unidad educativa, al tiempo que se vuelve indispensable el diseño de
estrategias “flexibles” y colegiadas que favorezcan el cumplimiento normativo de su estructura
formal y constituyan el aparato regulador de las funciones que cada uno de sus integrantes
esté llamado a realizar.
Lo importante es cuidar que el procedimiento administrativo no desvirtúe por ninguna
causa su sentido de facilitador de los procesos técnicos que apoyarán la realización del
proyecto educativo, de información y rendición de cuentas, de mediador entre los intereses
personales e institucionales, de captación y suministro de recursos. Y también lo es el hecho
de hacer conscientes a los sujetos de la comunidad escolar que este procedimiento es en
realidad un instrumento para el “buen gobierno” de su propia institución.
Para el análisis de esta dimensión se consideran como elementos de investigación: la
capacidad, distribución y previsión de los recursos humanos, materiales y financieros en el Aula
Hospitalaria del “HIMFG”, el control normativo y la rendición de cuentas.
El principio básico de la dimensión administrativa de atención y cuidado en el suministro
y provisión de los recursos, facilita el adecuado funcionamiento de toda institución.
29
2.4 Dimensión Comunitaria. La dimensión comunitaria por su parte, “apunta a las relaciones entre sociedad y escuela y,
específicamente, entre la comunidad local y su escuela: relación con los padres; participación
de las fuerzas vivas, etc.” (Pozner, 2005).
Esta dimensión atiende las acciones que promueven la participación entre los actores
educativos de cada centro escolar o Aula Hospitalaria, para la toma de decisiones que durante
del proceso educativo institucional han de realizarse.
De manera especial, pone énfasis en el vínculo manifiesto entre la escuela y la
comunidad de pertenencia: sus características, sus formas de interrelación, sus niveles de
participación, sus acuerdos-reglas de convivencia. Y con ello, la apertura y capacidad de la
escuela para recoger y trabajar colectivamente en atención a las demandas que su entorno le
presente.
Dentro de la dimensión comunitaria existen algunos elementos necesarios de análisis
como son: las características generales de los actores integrantes de la comunidad escolar, las
formas y niveles de participación entre la escuela y la comunidad, y sus reglas de convivencia.
2.5 Dimensión Pedagógico-Didáctica. Finalmente los objetivos o metas del Aula Hospitalaria, sus finalidades y algunos
planteamientos particulares a razón de ser de la institución socio-educativa, son en general los
planteamientos que interesan al análisis de esta dimensión pedagógico-didáctica.
Toda organización como el caso de las instituciones escolares genera en su
cotidianeidad una serie de actividades de enseñanza a veces explícitas, otras implícitas. Más
todas ellas incluyen aprendizajes, ritos, rutinas, usos y costumbres, prácticas y procedimientos
como actividades lógicas a su mantenimiento (Frigerio, et al., 1993).
El Aula Hospitalaria como espacio abierto para el servicio escolar en las modalidades de
atención educativa formal y no formal involucra prácticas pedagógicas que pueden entenderse
como el ejercicio docente mediante el cual se organiza, planifica, desarrolla y evalúa el proceso
30
enseñanza-aprendizaje de los pacientes-alumnos y el vínculo interrelacional entre los actores
educativos estrechamente ligados (docente- pacientes-alumnos). Algunas veces extendido a
los miembros de la comunidad escolar, según el nivel o tipo de participación con el
desenvolvimiento académico de los escolares enfermos.
El pensamiento filosófico-pedagógico del Aula Hospitalaria en el Hospital Infantil de
México “Federico Gómez”, es lo que identifica y caracteriza a esta unidad educativa con base
en sus propios procedimientos de organización y gestión a partir de las características y
necesidades de la población de escolares enfermos hospitalizados o con tratamiento
ambulatorio.
Las prácticas pedagógicas complejas por su naturaleza al articular demandas o
aspiraciones políticas, sociales y comunitarias sobre la trayectoria educativa institucional (ibíd.),
no excluyen al Aula Hospitalaria de esta premisa. De cualquier forma, la oportunidad de
conocer y reflexionar sobre el ámbito pedagógico en la vida institucional hospitalaria es de vital
importancia para poder comprender la coherencia establecida entre los ideales educativos
nacionales y las finalidades proyectadas para esta comunidad escolar.
Al respecto del análisis de la dimensión pedagógico-didáctica este trabajo se enfoca a
los elementos de planeación, desarrollo y evaluación del procedimiento curricular del Aula
Hospitalaria, en el Hospital Infantil de México.
Las derivaciones de este estudio contemplativo de las cuatro dimensiones de la gestión
escolar, se presentan en el capítulo cuatro de la investigación.
31
CAPÍTULO 3. MÉTODO.
3.1 Tipo de Estudio. El tipo de estudio de este trabajo de investigación es exploratorio-descriptivo. Los estudios
exploratorios, se desarrollan cuando el objeto de interés se refiere a un tema o problema de
investigación poco conocido y/o estudio del cual pueden tenerse diversas dudas sobre todo si
nunca antes o pocas veces ha sido tratado. Lo que es posible identificar una vez hecha la
revisión teórica previa al desarrollo de la investigación.
Esta clase de estudios, “sirven para familiarizarnos con fenómenos relativamente
desconocidos, obtener información sobre la posibilidad de llevar a cabo una investigación más
completa respecto de un contexto particular, investigar nuevos problemas, identificar conceptos
o variables promisorias, establecer prioridades para investigaciones futuras, o sugerir
afirmaciones y postulados” (Hernández et al., 2008). Son en este sentido, comúnmente
aplicables a investigaciones donde la información sobre el objeto a tratar es mínima.
Se caracterizan por la flexibilidad de su método en comparación con otro tipo de
estudios, ya que su alcance por las características y condiciones de análisis, pocas veces
constituye un fin en sí mismo. Se preparan más para la identificación y planteamiento de los
elementos estudiados que podrán servir de base para investigaciones futuras sobre el tema o
problema, mucho más elaboradas y rigurosas.
Por su parte los estudios descriptivos buscan, como su nombre lo refiere, describir el
objeto en cuestión ya sea un contexto, una situación, un fenómeno, etc., delimitando y
detallando sus propiedades o características. Por lo cual, es necesario seleccionar los
elementos de análisis de interés sobre los que ha de recolectarse información para describirlos
posteriormente. Es así como este tipo de estudios se propone recabar la información requerida
para el análisis del objeto de interés de manera independiente por parte del investigador sobre
sus categorías de análisis, sin ser la finalidad describir cómo es que se relacionan tales
variables.
32
Puesto que abordar el tema de Aulas Hospitalarias conlleva al resultado de una revisión
teórico-conceptual escasa o casi nula y de complicado acceso dada la delicadeza del tema e
incipiente divulgación, para fines de esta investigación, se opta por un estudio exploratorio-
descriptivo luego de analizar las características antes mencionadas sobre este tipo de estudios
que se espera permitirán la realización del actual trabajo.
3.2 Tipo de Muestra. Para este trabajo de investigación se propone trabajar con un tipo de muestra no representativa
de Aula Hospitalaria, ya que no contará con un diseño estadístico de población. De tal forma no
permitirá que sus resultados sean proyectados al resto de las Aulas Hospitalarias en México,
con características similares.
No obstante, la muestra será ilustrativa y podrá sugerir elementos relevantes para
entender el fenómeno estudiado en este trabajo de investigación.
3.2.1 Escenario. Como escenario de investigación se proyectan los espacios físicos adaptados al interior del
Hospital Infantil de México “Federico Gómez” para la atención formativa de pacientes
oncológicos hospitalizados y ambulatorios, a través del programa “Sigamos aprendiendo… en
el hospital”.
Estos espacios son, el Aula Hospitalaria que se encuentra en el área de internamiento
oncológico en el cuarto piso del hospital y las camas que conforman los cuartos de
hospitalización de este pabellón; así como la sala de quimioterapia ambulatoria ubicada en otra
área del hospital en la planta baja.
Desde luego siempre bajo la autorización y vigilancia de las autoridades hospitalarias
educativas, responsables del aula y del programa en este hospital.
33
3.2.2 Sujetos. Dado que el acceso a la investigación del Aula Hospitalaria en el ”HIMFG” es restringida desde
las reglas de seguridad presentes en esta institución ya sea por su reciente apertura, por el
acuerdo de confidencialidad en cada uno de los casos, o cualquier otra; se sugiere por
disposición de autoridades del hospital como sujetos de investigación, a la docente-hospitalaria
responsable del aula y del programa en esta unidad, así como a los pacientes-alumnos
pediátrico-oncológicos que en algún momento forman parte de esta nueva modalidad de
servicio de salud integral.
La posibilidad de mantener un contacto abierto y flexible con todos aquellos agentes de
salud y educación involucrados cercanamente al objeto de estudio, queda abierta siempre y
cuando exista la disponibilidad de los mismos sin afectar o interrumpir sus tiempos de trabajo y
sin faltar a las normas estipuladas.
3.3 Planteamiento del Problema. ¿Cuál ha sido la experiencia de Organización y Gestión en el Aula Hospitalaria, del Hospital
Infantil de México “Federico Gómez”?
Si el estudio sobre el Aula Hospitalaria como espacio de actuación educativa se halla
exiguo y reciente en nuestro contexto, una forma de iniciar en el conocimiento y
conceptualización sobre el tema es buscar establecer contacto con una de estas aulas donde a
través de compartirnos su experiencia de organización y gestión nos permita adentrarnos
responsablemente en la investigación de este nuevo objeto de interés para muchos de
nosotros profesionales de la educación.
Seguramente habrá otras formas de desarrollar este nuevo proyecto de Aula
Hospitalaria en otras instituciones de salud del país, más la oportunidad de conocer la del
Hospital Infantil “Federico Gómez” uno de los primeros centros en desarrollar el programa
“Sigamos aprendiendo… en el hospital”, sin duda proveerá de elementos teórico-prácticos
importantes en el análisis de esta nueva propuesta educativa en México.
34
3.4 Objetivo. El objetivo general de esta investigación, es realizar un estudio exploratorio-descriptivo sobre el
proceso de Organización y Gestión a través del cual el Aula Hospitalaria del Hospital Infantil de
México “Federico Gómez”, nace y se va configurando.
La finalidad primordial, es tener una idea básica de cómo esta nueva iniciativa de
atención educacional y servicio de salud integral en el hospital en apoyo y reconocimiento a la
población de escolares hospitalizados en edad escolar, se va gestando en nuestra sociedad.
Como objetivos particulares de esta investigación, se detallan los tres siguientes:
• Explorar y describir el proceso de organización y desarrollo del Aula Hospitalaria, en el
Hospital Infantil de México “Federico Gómez”.
• Identificar a través del análisis de las Dimensiones de la Gestión Escolar:
Organizacional, Administrativa, Comunitaria y Pedagógico-didáctica; los aspectos
necesarios de funcionamiento de gestión.
• Y finalmente, reflexionar sobre el desempeño y/o necesidad de la labor pedagógica en
espacios educativos, como es el caso concreto del Aula Hospitalaria del Hospital Infantil
de México “Federico Gómez”.
Proyectando que mediante la obtención de la información sobre los objetivos
particulares, pueda responderse al objetivo general y al planteamiento del problema de esta
investigación.
3.5 Técnicas e Instrumentos. Esta investigación se realizará con base en dos técnicas de recolección de datos, la
observación y la entrevista.
La observación que de acuerdo a Ander-Egg (2003), constituye el modo “natural” de
adquirir conocimientos. Posible de transformarse en un proceso de investigación con validez
científica siempre y cuando no se reduzca a un simple mirar de lo acontecido sino a una
35
observación mucho más fina y “metódica”, planificada y controlada sistemáticamente; que en lo
posible garantice la viabilidad de lo observado.
Las modalidades de observación acogidas para esta investigación son:
• Observación no estructurada o libre. “se trata de captar la realidad tal como se da in
situ, es decir, en su escenario natural. Si bien el investigador no ha de tener particular
preocupación por precisar y delimitar los aspectos que va a observar, no por ello ha de
dejar de tener claro cuáles son las cosas que le interesa observar”.
• Observación no participante. “consiste en la toma de contacto del observador con la
comunidad, el hecho o grupo que se va a estudiar, pero permaneciendo ajeno a la
situación que observa. El carácter externo y no participante de este tipo de
observación, no quita que ella sea consciente, dirigida y ordenada hacia la finalidad
propuesta”.
• Observación individual. Que como su nombre lo indica, es llevada a cabo por un solo
investigador.
Previendo como instrumentos para su realización, un cuaderno de notas que “consiste
en una libreta que el observador lleva consigo con el objeto de anotar sobre el terreno todas
las informaciones, referencias, opiniones, expresiones, croquis, etc., que puedan ser de
interés” (Ander-Egg, 1977.). Así como guías de observación (anexo no. 2).
La entrevista entendida con Bisquerra (1989), como el diálogo intencional orientado
hacia los objetivos. Cumpliendo la función de investigadora que, al momento de entablar una
conversación entre el investigador y el entrevistado, el primero tiene como finalidad el obtener
información relevante sobre su objeto de estudio. Por lo que la enfoca sobre el contenido
específico en los objetivos de la investigación, asumiendo de antemano la necesidad de
planificarla previamente.
La modalidad de entrevista asumida para efectos de esta investigación, es la entrevista
semi-estructurada o basada en un guión, para la cual “no existe un cuestionario al que se
tenga que ajustar el entrevistador. En este tipo de cuestionario pueden existir algunas
preguntas que sirvan como punto de referencia, pero lo fundamental es el guión de temas y
objetivos que se consideran relevantes a propósito de la investigación, lo que le otorga un
36
amplio margen de libertad y flexibilidad para el desarrollo de la entrevista pero siempre en
torno a cuestiones acerca de las cuales se tiene interés por recoger información”.
Dentro de su planificación, se considerará la especificidad de las categorías de análisis
y se recurrirá como instrumento a una guía de preguntas para el desarrollo de la entrevista
(anexo no. 3).
Cabe aclarar que los resultados obtenidos en los instrumentos de investigación, no se
presentan para el reporte final del trabajo, por disposición de las autoridades responsables del
servicio educativo en el hospital en atención a la confidencialidad de los involucrados.
Es así como con el uso de la observación, esencialmente se busca conocer la
dinámica de Organización y Gestión en el Aula Hospitalaria del Hospital Infantil de México
“Federico Gómez”. Y mediante la entrevista semi-estructurada, se intenta recabar la más
posible y útil información sobre las categorías objeto de estudio.
3.6 Procedimiento. Como en muchas investigaciones, el comienzo de este proyecto fue resultado de una visión y
necesidad profesional por indagar un tema o realidad de la que se tiene interés por conocer y
profundizar y sobre la cual, se poseen algunas ideas.
Una vez identificado el objeto a estudiar, en este caso el Aula Hospitalaria, fue
necesaria la elaboración de un listado de preguntas (anexo no. 4) integradoras de los
elementos claves sobre aquello específico a tratar, que luego de una categorización definieran
el centro de investigación.
El siguiente paso para determinar la viabilidad de elaboración del trabajo, lo constituyó
la búsqueda de materiales teóricos que dieran cuenta del volumen y sentido hipotético
respecto al caso. Dada la importancia de anticipar la no acumulación de estudios sobre una
misma línea de investigación.
Aprobado el valor analítico, se llevó a cabo la elaboración de un proyecto de
investigación integrante de elementos esenciales como la delimitación del planteamiento del
37
problema, la justificación, los objetivos y otros; que aportan coherencia a la actividad
propuesta.
La estructuración de una agenda de trabajo para la recopilación de información sobre
las categorías de análisis (aula hospitalaria, organización y gestión), fueron la base de diálogo
y conciliación con autoridades del hospital; responsables de identificar la objetividad del trabajo
y al mismo tiempo de liberar el permiso para la realización del mismo.
En este sentido, se aprobó la visita al Aula Hospitalaria del Hospital Infantil por un
periodo semestral con una asistencia a la semana bajo la dirección de la docente responsable
del servicio en el aula; únicamente como observadora y con la posibilidad de llevar un diálogo
intencionado con ella al término de las actividades para cualquier aclaración y realización de
entrevista.
También se extendió la invitación a participar de las actividades de capacitación y/o
actualización en encuentros programados para personal en servicio, con el abordaje de
temáticas que permiten el contacto interdisciplinario y favorecen el conocimiento colectivo en
bien de la atención a la comunidad hospitalaria.
Dentro del mismo periodo, otra forma de contacto en el escenario y con los sujetos de
estudio, fue la integración a una propuesta interna de trabajo formativo en la modalidad de
educación no formal para pacientes-alumnos del Aula Hospitalaria y sala de quimioterapia
ambulatoria los fines de semana, denominada “Colectivo de Docentes Hospitalarios”, integrado
por profesionales de la educación como psicólogos, pedagogos, docentes, entre otros;
capacitados previamente a la intervención formativa-hospitalaria y con asistencia a reuniones
colectivas periódicas para el seguimiento y fortalecimiento de la labor de los mismos.
De manera paralela, otra oportunidad de estudio fue la asistencia al “Primer Diplomado
en Pedagogía Hospitalaria” organizado por la Administración Federal de Servicios Educativos
en el Distrito Federal a través de la Dirección General de Educación Normal y Actualización del
Magisterio; realizado en la Escuela Normal de Especialización (ENE) Polanco, Ciudad de
México.
Al término del proceso de investigación, es que se obtienen los resultados expuestos a
partir del siguiente capítulo, junto con los principales puntos de reflexión de la investigación.
38
CAPÍTULO 4. PRESENTACIÓN DE RESULTADOS Y CONCLUSIONES.
4.1 Contexto del Aula Hospitalaria, en el Hospital Infantil de México “Federico Gómez”.
Siempre que nos referimos al estudio de una unidad educativa como sucede en esta
investigación, con el Aula Hospitalaria del Hospital Infantil de México “Federico Gómez”, es
preciso comenzar con una descripción general sobre algunos elementos que identifican al
lugar. De tal forma que pueda contextualizarse a la organización escolar en la que se investiga.
El Hospital Infantil de México “Federico Gómez”, se ubica en la calle Doctor Márquez
entre Avenida Cuauhtémoc y Doctor Jiménez, Colonia Doctores, Delegación Cuauhtémoc, en
la Ciudad de México. Fue inaugurado el 30 de abril de 1943 por el Doctor Federico Gómez
Santos, organizador y director fundador.
Desde sus orígenes a la fecha, se constituye como una institución médico-pediátrica de
tercer nivel, líder internacional. Su antecedente lo constituye la Sociedad Mexicana de Pediatría
fundada en 1930, integrada por médicos del país comprometidos con una atención
especializada de salud pediátrica. El primordial objetivo fue proveer a la sociedad mexicana de
una institución de salud capaz de ofertar asistencia médica con calidad a la población infantil,
especialmente de bajos recursos y sin seguridad social. Además de fomentar la formación de
sus propios recursos humanos con médicos especialistas y una actividad comprometida con la
enseñanza e investigación pediátrica de alto nivel.
A un mes de su apertura con la consolidación de un Patronato, fue a través del
Congreso de la Unión, que se expidió una Ley para oficializar la constitución de este Hospital
como un organismo descentralizado con personalidad jurídica propia. Su finalidad esencial
desde entonces, ha sido responder a tres funciones básicas:
a) Dar atención médica en todos sus aspectos a los niños enfermos, fundamentalmente a
los niños indigentes y débiles económicos. No obstante, el Hospital Infantil puede
atender un número restringido de enfermos económicamente capacitados, mediante el
pago de las cuotas reglamentarias y en la medida en que esta práctica no desvirtúe las
finalidades básicas de la Institución.
39
b) Propagar por todos los medios a su alcance la enseñanza de la Pediatría a médicos y
estudiantes de Medicina y la enseñanza de la Enfermería Pediátrica a enfermeras
graduadas.
c) Fomentar la producción científica y la investigación de los problemas médico-sociales
de la niñez mexicana.
La población infantil a quien dirige sus servicios reside en zonas conurbadas del Distrito
Federal y en diferentes regiones del interior de la República, principalmente: Estado de México,
Hidalgo, Veracruz, Guerrero y Oaxaca.
El Hospital ofrece atención pediátrica en las especialidades de Oncología, Hematología,
Nefrología, Dermatología, Neurología, Cardiología, Rehabilitación, Radiología, Cirugía Plástica
y Reconstructiva, Cirugía Bucomaxilofacial, Otorrinolaringología, Oftalmología, Neumología,
Gastroenterología, Psicología, Estomatología, Anestesiología, Infectología, Ortopedia,
Alergología, Urología y otras.
Las modalidades de atención en cada una de las especialidades son: consulta externa,
urgencias, hospitalización de corta, mediana y larga estancia, estudios especializados y
tratamientos ambulatorios -como quimioterapia para niños con cáncer-.
Expresa como Misión: La resolución de problemas de salud de niñas, niños y
adolescentes con atención especializada, priorizando las necesidades nacionales.
Investigación de alto nivel para definir pautas de atención. Formación de recursos humanos y
difusión nacional e internacional de conocimientos.
Y como Visión: Ser la institución líder en América Latina en atención médica integral de
alta especialidad, investigación innovadora y trascendente, formación de recursos humanos de
excelencia, con los más altos estándares de calidad y seguridad, que contribuyan a solucionar
los problemas prioritarios de salud pediátrica, dentro de un entorno laboral digno.
También proyecta un código de ética que involucra elementos de servicio, equidad y
lealtad:
40
• Servicio:
-Respetar los derechos humanos de sus pacientes.
-Proteger la integridad de las personas.
• Equidad:
-Mantener una relación profesional con los pacientes sin distinciones.
-Responsabilidad hacia la conservación de la salud y prevención del daño.
-Guardar secreto profesional.
-Procurar que el entorno laboral sea seguro.
• Lealtad:
-Compartir experiencia y conocimiento.
-Compromiso por la actualización de los conocimientos.
-Desarrollo de la profesión y ejercicio digno.
-Fomentar participación y espíritu grupal.
Este código compromete a la institución a efectuar lineamientos de excelencia,
puntualidad y cumplimiento de un servicio de punta. Con la perspectiva a ser sensibles, justos,
humildes, honestos y profesionales para enaltecer al Hospital Infantil de México.
El hospital establece el objetivo de mantener a la institución como centro de
conocimiento, mediante la investigación biomédica en avance de la pediatría. También de
formación de médicos e investigadores de alta calidad y por supuesto de atención médico-
pediátrica especializada en la prevención, diagnóstico y tratamiento de enfermedades infantiles.
La lucha por consolidar, mantener y transformar la calidad pediátrica en nuestra
sociedad, ha significado para el colectivo del Hospital Infantil a lo largo de su trayectoria, un
enorme y afortunado reto que ha marcado en bien de la población infantil mexicana un claro
servicio de salud a la vanguardia.
Aciertos y nuevos retos se convierten a diario en la pauta de la mejora continua del
servicio. Para cumplir cabalmente con el supuesto de una atención pediátrica integral hacia la
población infantil mexicana, el Hospital “Federico Gómez” no solo se ha comprometido con sus
pacientes en el área médica, sino que en una visión biopsicosocial del ser humano, se ha
preocupado además por la atención psicológica y educativo-social de los mismos.
41
La atención médica en el hospital es esencial en el diagnóstico y tratamiento de las
patologías que se circunscriben en la institución y junto con ella, la atención psicológica como
acompañamiento de los desajustes emocionales a consecuencia de la propia enfermedad. Se
reconoce que las necesidades de atención derivadas se traspolan a tres ámbitos de atención:
médico, psicológico y educativo.
En el caso del campo Médico, se acepta como el ámbito de atención prioritario, dado
que conlleva la detección oportuna de la enfermedad, el tratamiento adecuado para su
estabilización y la búsqueda de su probable cura.
El campo Psicológico, refiere al tratamiento psico-emocional del enfermo. El cáncer
como padecimiento más frecuente de hospitalización por periodos de tiempo prolongado, es un
ámbito de atención que se brinda en el área de oncología del hospital y se convierte en un
apoyo importante de acompañamiento en el proceso de enfermedad de los pacientes y sus
familias. De la negación a la aceptación de la enfermedad, el desconocimiento sobre la misma,
los posibles sentimientos de culpa, el temor al porvenir, el sentido de muerte, el aislamiento, la
ansiedad y depresión, los cambios de conducta, la adaptación al hospital y a los efectos
negativos del tratamiento, los problemas laborales y posible pérdida del trabajo por parte de
alguno de los padres, el desequilibrio familiar y conyugal, el entorno y muchos más; son por lo
regular aquellos aspectos que interesan al campo y sobre los cuales basa su atención.
Con el campo Educativo, la intensión es ofrecer al paciente-alumno y su familia, la
posibilidad de que el niño hospitalizado o con tratamiento ambulatorio cuente con un apoyo
pedagógico-didáctico que no lo excluya ni limite en su capacidad de aprendizaje; fomentando
en él un interés por su continuo proceso de formación e impulse a la aspiración de una vida
integral digna dentro y fuera del hospital.
Es en los siguientes apartados, donde se busca conocer y analizar el proceso evolutivo
de este último ámbito de atención y servicio educativo hospitalario. Con la reciente adaptación
de espacios escolares, conocidos como “Aulas Hospitalarias”.
42
4.2 El Aula Hospitalaria del Hospital Infantil y la Dimensión Organizacional. El Aula Hospitalaria, como espacio de actuación educativa dentro del contexto y ambiente del
Hospital Infantil de México “Federico Gómez”, tiene su origen en el mes de junio de 2005 a
través del programa “Sigamos aprendiendo… en el hospital”. Dirigido a la población pediátrico-
oncológica hospitalizada o en tratamiento ambulatorio.
En su estructura formal, el Aula Hospitalaria se inscribe inherente a la organización de
la institución hospitalaria (véase gráfico 4). Es a través de la Dirección de Enseñanza y
Desarrollo Académico, su Subdirección y Comisión Operativa y Administrativa, en coordinación
con el Departamento de Oncología y otros servicios en apoyo a la educación (véase gráfico 5),
que el Aula Hospitalaria y el programa “SIGAMOS” se organiza, planifica y desarrolla. Siendo
menester de la Subdirección de Enseñanza, la coordinación y vigilancia de la concreción del
programa en el aula por ser ésta una iniciativa desde sus inicios del sector salud.
El aula en su espacio físico, se ubica al interior del área de hospitalización para
pacientes pediátrico-oncológicos. En un espacio que a la aprobación para desplegar la
propuesta fue adaptado como salón de clases en el ala izquierda de la zona (véase gráfico 6),
con un perímetro aproximado de catorce metros y acabados en mampostería.
Fue colocada en esta área luego de que autoridades del hospital la consideraran como
el lugar idóneo para comenzar con esta tarea educacional, debido a que son pacientes
oncológicos los que por las características de su patología y necesidades de tratamiento, se
ven más vulnerables a desertar del proceso de escolarización en la enseñanza formal. Sin
embargo no se discute la necesidad y probabilidad de extender este servicio de salud integral a
otras especialidades.
En la distribución de roles y división del trabajo para el servicio educativo, participan
cada una de las partes que integran el organigrama del Aula Hospitalaria. Teniendo una
función específica en el hospital, al mismo tiempo establecen un compromiso con el
funcionamiento organizado del aula.
43
Gráfico 4. Estructura Organizativa del Hospital Infantil de México “Federico Gómez”.
DIRECCIÓN MÉDICA
DIRECCIÓN DE
ADMINISTRACIÓN
DIRECCIÓN DE
PLANEACIÓN
DIRECCIÓN DE
ENSEÑANZA Y
DESARROLLO ACADÉMICO
DIRECCIÓN DE
INVESTIGACIÓN
DIRECCIÓN GENERAL
ÓRGANO INTERNO
DE CONTROL
SUBDIRECCIÓN DE ASISTENCIA
MÉDICA
SUBDIRECCIÓN DE ASISTENCIA
QUIRÚRGICA
SUBDIRECCIÓN DE SERVICIOS
AUXILIARES DE DIAGNÓSTICO
SUBDIRECCIÓN DE ATENCIÓN INTEGRAL AL
PACIENTE
SUBDIRECCIÓN DE ENSEÑANZA
SUBDIRECCIÓN DE GESTIÓN
DE LA INVESTIGACIÓN
SUBDIRECCIÓN DE RECURSOS
HUMANOS
SUBDIRECCIÓN DE RECUSROS MATERIALES
SUBDIRECCIÓN DE RECURSOS FINANCIEROS
SUBDIRECCIÓN DE
MANTENIMIENTO
COMISIÓN OPERATIVA Y
ADMINISTRATIVA
“Sigamos aprendiendo… en el hospital”
44
Gráfico 5. Organigrama interdisciplinario en apoyo al desarrollo del programa “SIGAMOS”.
DIRECCIÓN GENERAL
DIRECCIÓN MÉDICA DIRECCIÓN DE ENSEÑANZA Y DESARROLLO ACADÉMICO
COMISIÓN OPERATIVA Y
ADMINISTRATIVA
“Sigamos aprendiendo… en el hospital”
INEA DOCENTE HOSPITALARIO
(SEP)
SUBDIRECCIÓN DEENSEÑANZA
DEPARTAMENTO DE ONCOLOGÍA
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Gráfico 6. Ubicación del “Aula Hospitalaria” en el área de hospitalización pediátrico-oncológica.
A AULA HOSPITALARIA
ÁREA DE CUARTOS
(INTERNAMIENTO ONCOLÓGICO)
ÁREA DE CUARTOS
(INTERNAMIENTO ONCOLÓGICO)
ÁREA
DE CUARTOS
AISLAMIENTO
CONTROL DE ENFERMERÍA Y MEDICINA PEDIÁTRICO-
ONCOLÓGICA
ENTRADA
CUARTO DE SERVICIO
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En la dirección general, recae la responsabilidad total de lo acontecido en todas las
áreas y/o servicios del hospital. Es a través de la Dirección de Enseñanza y Desarrollo
Académico, su Subdirección y Comisión Operativa que se regula el adecuado funcionamiento
del Aula Hospitalaria como adicional a las labores para las que fueron creadas. Esta es la zona
que podría decirse funge como la dirección -en el caso de una escuela regular- del Aula
Hospitalaria.
Por su parte, el Departamento de Oncología cuenta con la dirección de un médico
especialista responsable del área, quien integra a sus actividades la promoción del servicio
escolar a las familias de los pacientes a través de los médicos tratantes y enfermeras del
pabellón, quienes vigilan la posibilidad física del paciente-alumno para su asistencia e
integración al proceso de escolarización en el hospital.
Por otro lado, la docente encargada del programa en el hospital tiene entre otras
funciones: la responsabilidad del proceso enseñanza-aprendizaje de los pacientes-alumnos en
las modalidades de planificación, desarrollo y evaluación, promueve entre la comunidad
hospitalaria la atención formativa a pacientes pediátrico-oncológicos, organiza en tiempo y
espacio el servicio educativo, controla los recursos materiales disponibles, realiza informes
periódicos a las autoridades responsables del aula en el hospital y del programa en la
Secretaría de Educación Pública y en el caso de certificación de estudios gestiona con
autoridades correspondientes de la SEP la validez de los mismos.
La participación del INEA aunque estrecha con el servicio de aula, se realiza de forma
independiente según sus lineamientos en su espacio físico ubicado en la planta baja del
hospital. Se dirige al apoyo académico de jóvenes mayores de catorce años y adultos
desfasados o sin registro de escolarización a lo largo de su vida, de tal manera que se procure
un servicio formativo que abarque a más miembros de la comunidad hospitalaria.
Como puede observarse, la conducción del equipo implica una labor conjunta e
interdisciplinaria, que manifiesta hasta hoy una misión y visión colegiada como reflejo y
dirección de sus valores institucionales:
• Rectitud. Brinda ayuda y atención con Calidad y Calidez al Usuario que lo requiere.
• Equidad. Atiende a todas las personas de igual forma, independientemente de su sexo,
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religión, nivel socioeconómico y apariencia.
• Justicia. Da a cada quien lo que le corresponde, en un marco de Verdad y Objetividad
en cualquier ámbito requerido, evitando actos preferenciales.
• Humildad. Otorga el servicio y trato sin prepotencia, con sensibilidad y profesionalismo.
• Lealtad. Se conduce de acuerdo a las técnicas operativas como administrativas para
lograr los objetivos de esta institución.
La toma de decisiones se ajusta a las finalidades de salud y educación que en México
se concentraron para la apertura de Aulas Hospitalarias y servicio integral a escolares
hospitalizados, pero sobre todo a las necesidades detectadas en la propia comunidad
educativa.
La delegación de tareas se concentra en la Dirección de Enseñanza y Desarrollo
Académico, su Subdirección y en particular su Comisión Operativa y Administrativa en
coordinación con la docente hospitalaria. Quienes por su capacidad profesional y
responsabilidad en el servicio de salud integral, se convierten en el punto de referencia para
todas las acciones sucedidas; siendo a través del diálogo y la reflexión colectiva entre las
partes involucradas que se toman los consensos en beneficio de toda la comunidad
organizativa.
La disposición de los espacios para la realización del trabajo educativo se realiza hasta
ahora en tres modalidades de atención, de acuerdo a los requerimientos de salud física y
psicológica que el paciente-alumno demande:
• En el Aula Hospitalaria.
• En los cuartos y camas de hospitalización.
• En Sala de Quimioterapia Ambulatoria.
La atención educativa en Aula Hospitalaria, se ofrece cuando bajo criterio médico no
existe impedimento para que el paciente-alumno se traslade de su cama de hospitalización al
espacio físico del aula, ni tampoco interfiere con la revisión médica ordinaria. Así como no se
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encuentra desde el punto de vista psicológico, algún impedimento para la integración del niño
o joven en las actividades propuestas por aula.
La extensión del servicio educativo a las camas y cuartos de hospitalización oncológica
atiende al deseo y/o necesidad del paciente-alumno de integración a la actividad escolar,
socialización y esparcimiento. Cuando por debilidad, malestar físico o conexión a algún
aparato de tratamiento, el escolar enfermo no tiene la facilidad de incorporarse a las
actividades formativas en el Aula Hospitalaria.
La asistencia escolar al interior de la sala de quimioterapia, se dirige a pacientes con
tratamiento ambulatorio. El servicio se otorga en los sillones para el tratamiento o en dos
pequeñas mesas movibles con capacidad para alojar alrededor de ocho niños; colocadas
estratégicamente al interior de la sala en el horario establecido para la impartición de clases en
este espacio.
En cualquiera de las modalidades, se ofrece a los pacientes-alumnos una atención
formativa en los niveles educativos de maternal, preescolar, primaria y secundaria; a cargo de
la docente hospitalaria de la SEP. Y en el nivel de preparatoria y educación de adultos para las
familias de los pacientes con rezago educativo, mediante el servicio de integración escolar del
INEA.
La coordinación de tiempo para el desarrollo de clases en el nivel básico se distribuye
en tres momentos, los cuales pueden modificarse según el criterio docente:
• Internamiento: de 10:00 a 14:00 hrs.
• Quimioterapia: de 14:30 a 18:00 hrs.
• Otros servicios: de 18:00 a 19:00 hrs.
El compromiso de fomento y atención a la salud integral con pacientes oncológicos y
sus familias, ha creado un estilo de funcionamiento colaborativo interdisciplinario. Logrando
reconocer su Aula Hospitalaria desde una cultura de “escuela en marcha” (Marchesi, et al.,
2000), considerada como aquella que va alcanzando un equilibrio entre el cambio y la
estabilidad, modificando su estructura para el logro de objetivos deseados.
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4.3 El Aula Hospitalaria del Hospital Infantil y la Dimensión Administrativa. Para que la apertura de Aula Hospitalaria fuera posible en el Hospital Infantil, hubo que contar
con un espacio físico para su edificación. El hospital dispuso una pequeña área para su
construcción en el cuarto piso de la zona de internamiento oncológico, casi a la entrada en el
lado izquierdo; siendo pacientes pediátricos-oncológicos la población proyectada para el
servicio de atención educativa en este hospital.
Haciendo uso de sus recursos económicos y gracias a la colaboración del patronato, el
hospital concluyó con la obra para el día de su inauguración y puesta en marcha del programa
“SIGAMOS”. Empresarios, grupos y personas voluntarias, además de la participación de
instituciones comprometidas con la educación de las personas en México como la Comisión
Nacional de Libros de Texto Gratuitos, CONACULTA y muchas más, se hizo posible el
equipamiento material del aula entre otras cosas con computadoras de escritorio y portátiles
que cuentan con Internet, multimedia y programas de contenido educativo con una amplia
diversidad de temas en todos los niveles educativos y fácilmente manipulables por todas las
edades.
Dos de ellas fueron colocadas dentro del Aula Hospitalaria y otra en la sala de
quimioterapia ambulatoria, en apoyo al proceso escolar de los pacientes-alumnos.
El aula cuenta también con los programas educativos de nivel básico (preescolar,
primaria y secundaria), Libros de Texto Gratuitos para el nivel de educación primaria, Biblioteca
del Aula y un extenso número de cuentos y otros libros de interés y apoyo escolar para todos
los grados.
Materiales didácticos y otros juegos como rompecabezas, memorama, lotería, de
construcción, entre otros, forman parte de los recursos gratuitos integrados para el
acontecimiento formativo de la comunidad educativa-hospitalaria.
Los materiales consumibles como lápices, colores, crayones, marcadores, papel,
pegamento, hojas y muchos más que sirven para el trabajo escolar diario, son provistos por la
Dirección de Enseñanza del hospital de acuerdo a los requerimientos de los pacientes-alumnos
durante el proceso enseñanza-aprendizaje, captados y a solicitud de la docente hospitalaria.
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A grandes rasgos, el inmueble se compone de tres butacas, cuatro pequeñas mesas,
ocho sillas estrechas, un amplio librero para el acomodo de los materiales de lectura, recursos
didácticos y juegos, un escritorio de madera para la colocación de las dos computadoras y una
impresora con cajones que sirven para el archivo de documentos del docente, un friso para la
exposición rotativa de trabajos elaborados por los pacientes-alumnos, un rotafolio, una
grabadora, dos cajoneras de plástico resistente con ruedas para el almacenamiento de
materiales consumibles; de habitual desplazamiento por la docente para el servicio escolar en
la sala de tratamiento ambulatorio.
Los recursos humanos con que cuenta el aula para la planificación, desarrollo y
evaluación del proceso enseñanza-aprendizaje en cualquiera de las modalidades de atención
en el nivel educativo básico, refieren solamente a una profesora de primaria normalista,
docente activa de la SEP al iniciar el servicio de Aula Hospitalaria.
Como en líneas anteriores se ha descrito, es a través de la Subdirección de Enseñanza
y Desarrollo Académico y Comisión Operativa y Administrativa que el proceso general de
organización y gestión del aula y el programa, se realizan. Este cuerpo base, lo integran un
médico y un licenciado respectivamente, como responsables de estas dos áreas.
El control normativo al cual se ajusta el Aula Hospitalaria, se deriva de las reglas y
normas de seguridad sanitarias y de convivencia estipuladas por la institución. Es
responsabilidad de la Dirección de Enseñanza y sus sub-áreas darlas a conocer de manera
clara a la docente hospitalaria, quien se integra al equipo de asistencia de salud en el servicio
educativo. Manifiestas por medio de lineamientos escritos y dialogadas por las partes
involucradas, se monitorean durante las actividades de cada día, con el propósito de hacerlas
valer en un ambiente de respeto y tolerancia.
Los componentes normativos más importantes en el acontecer educativo-social de esta
Aula Hospitalaria pueden describirse a partir de algunos puntos inscritos en el reglamento del
docente-hospitalario, para el trabajo en las áreas de oncología y cuidados con el paciente. La
mayoría recuperados del reglamento para voluntarios, con algunas variaciones y concretizados
de la siguiente forma:
• Portar gafete de identificación con fotografía, en un lugar visible que especifique nombre
y puesto.
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• Notificar su llegada y salida a la Comisión Operativa y Administrativa de la Dirección de
Enseñanza y Desarrollo Académico, así como al personal de enfermería en turno
encargado del área de hospitalización o quimioterapia, al inicio y término del trabajo
escolar con los pacientes-alumnos.
• Lavarse las manos antes y después de trabajar con los escolares oncológicos.
• Preguntar siempre, qué pacientes requieren cuidados especiales adicionales.
• No acudir al hospital si se tiene cualquier enfermedad. En caso de tratarse de
padecimientos crónicos que no contraindiquen el trabajo sanitario con los pacientes-
alumnos, la situación solo deberá ser del conocimiento del personal médico del
departamento de Oncología.
• Los materiales didácticos a utilizar, deben ser preferentemente de plástico para permitir
su lavado. La limpieza de los mismos puede hacerse con agua y jabón, algún
desinfectante o toallas limpiadoras. En caso de utilizar juegos de tablero y tarjetas,
deberán plastificarse para poder ser lavados antes y después de la actividad.
• En caso de dar asistencia educativa en la cama del paciente-alumno, no colocar nada
que no sea para la actividad escolar y no haya sido previamente lavado.
• Queda prohibido introducir cualquier tipo de alimentos o bebidas en las áreas de
servicio oncológico, ya sea para el consumo personal o distribución con los pacientes-
alumnos.
• No prometer “algo” a los niños y/o sus familiares.
• Nunca dar informes acerca de la enfermedad.
• Respetar los horarios de trabajo.
• Y principalmente, respetar la decisión de cada paciente-alumno y su familia, de aceptar
integrarse o no a las actividades escolares.
El control normativo para la acreditación de estudios en el caso de pacientes-alumnos
inscritos al programa “SIGAMOS” que reciben tutoría formal por la docente hospitalaria, queda
a cargo de la profesora o en su caso de la escuela de origen. Y es la Secretaría de Educación
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Pública también en ambos casos, el sistema responsable de la validez oficial y certificación de
estudios, como órgano central de gobierno educativo en México.
La rendición de cuentas del proceso escolar en el Aula Hospitalaria, se lleva a cabo de
manera continua por la docente hospitalaria. Es decir, se realiza diariamente con reportes
dialógicos breves para los padres de familia de los pacientes-alumnos cuando así lo solicitan y
a través de charlas generales con la Comisión Operativa y Administrativa de la Dirección de
Enseñanza y Desarrollo Académico del hospital. También mediante reportes periódicos a la
Secretaría de Educación Pública respetando algunos formatos y/o puntos requeridos y a la
Subdirección de Enseñanza con líneas generales de los sucesos del proceso de atención
escolar. Así como por memorándums hacia las escuelas de procedencia de los pacientes-
alumnos inscritos al tutoreo formal en el Aula Hospitalaria, para informes del avance académico
de los mismos y otros aspectos a tratar.
La responsabilidad del colectivo interdisciplinario en servicio a la salud integral de los
pacientes-alumnos y sus familias, juega un papel imprescindible para el logro de la atención
deseada y compartida por sus miembros, donde el diálogo es la base en sus consensos.
4.4 El Aula Hospitalaria del Hospital Infantil y la Dimensión Comunitaria. Cuando abordamos el estudio del Aula Hospitalaria como una comunidad escolar adherida a la
unidad hospitalaria, sin excepción, hablamos de características algo distintas a las que podrían
encontrarse en una escuela ordinaria.
El aula del hospital infantil inmersa en el área de hospitalización oncológica y el servicio
escolar prolongado a las habitaciones de los pacientes y a la sala de tratamiento ambulatorio,
involucra la presencia constante aunque no necesariamente participativa en el proceso
enseñanza-aprendizaje de los pacientes-alumnos de médicos, enfermeras, trabajadoras
sociales, voluntariado, personal de limpieza, entre otros. Los cuales hasta el momento conocen
a grandes rasgos esta nueva iniciativa de servicio educativo para los pacientes y sus familias,
en sus espacios de trabajo.
Cada uno de estos miembros, forma parte de algún servicio específico o área
responsable en el hospital, por lo que su participación está más ligada con las labores para las
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que son contratados. En todo caso, a pesar de no relacionarse directamente con el proceso
escolar de los niños y jóvenes oncológicos, todos ellos se mantienen comprometidos con el
respeto y apoyo solidario para con su atención educacional y de socialización en los tiempos y
espacios determinados para la consecución. Claro está, nunca anteponiendo la asistencia
esencial de salud de los mismos.
Casi siempre, son los padres de familia quienes se ven directamente involucrados en
los procedimientos escolares de sus hijos, jugando un papel importante en el estímulo hacia los
mismos de integración escolar y gusto por el aprendizaje. Además son ellos a quienes se les
otorga la posibilidad de acompañar las actividades educativas de cada día en el Aula
Hospitalaria y otros espacios de intervención formativa, de tal manera que tengan la
oportunidad de colaborar con el trabajo y atención integral de sus hijos.
Cuando los escolares enfermos requieren la atención educativa en la cama de
hospitalización o sillón para tratamiento ambulatorio, son los padres de familia los
intermediarios entre el escolar enfermo y la docente hospitalaria. Solicitan la asistencia,
participan en el traslado de materiales y apoyan y vigilan la realización de las actividades
planteadas.
En el caso de los pacientes-alumnos inscritos al tutoreo formal para la certificación de
estudios a través del programa “Sigamos aprendiendo… en el hospital”, son también los padres
de familia quienes vinculan el trabajo y diálogo entre la docente hospitalaria y la escuela de
procedencia del escolar oncológico. Cabe señalar que la participación del equipo de trabajo
social es vital en estos casos, ya que éste es el departamento que gestiona los trámites
necesarios para la formalidad del proceso escolar de los niños y jóvenes entre el Aula
Hospitalaria y la escuela de regular.
El resto de la comunidad hospitalaria mantiene el compromiso de salud y seguridad en
el paciente. Son médicos y autoridades sanitarias en el hospital quienes promueven el servicio
educativo, como adicional y apremiante en la atención integral de escolares oncológicos
hospitalizados.
El grupo de enfermeras continúa a cargo de los cuidados necesarios del paciente-
alumno en el tiempo que éste participa de las actividades escolares impartidas en sus tres
modalidades de atención en el hospital (en el aula, en las camas y la sala de quimioterapia).
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Para el logro de una buena convivencia entre los actores de la comunidad hospitalaria-
educativa, se hace necesario el respeto a su labor entre cada uno de ellos. Si por alguna razón
hubiese alguna inconformidad de cualquier índole, son autoridades institucionales
responsables del Aula Hospitalaria y del programa “SIGAMOS” en el hospital, las comisionadas
para impulsar y mediar la comunicación, reflexión y propuesta de soluciones alternantes.
La relación entre el paciente-alumno y la docente hospitalaria, se busca sea siempre de
respeto y cordialidad desde un enfoque ético-profesional. Entre alumnos se aspira a una
interrelación respetuosa, solidaria y empática en igualdad de oportunidades. Con las familias de
los pacientes se propicia respeto, comunicación e integración al proceso escolar.
Los resultados de corresponsabilidad, tolerancia y disposición para trabajar en equipo a
favor de la atención integral del escolar enfermo y el apoyo a sus familias, gradualmente se va
configurando entre la comunidad hospitalaria.
4.5 El Aula Hospitalaria del Hospital Infantil y la Dimensión Pedagógico-Didáctica.
El marco de una cultura escolar como el Aula Hospitalaria con caracteres personales, lleva a
implicaciones organizativas y de gestión pedagógica propias de un centro educativo en
atención a alumnos de nivel básico de escolarización, hospitalizados y/o con tratamientos
ambulatorios, con necesidades educativas especiales.
Estas necesidades educativas tienen que ver con la carencia de una atención sistémica
para el niño y joven hospitalizado ya que el paciente como ser biopsicosocial, además de
requerir una atención médica como nivel primario, presenta también necesidades psicológicas,
sociales y educativas que necesitan ser monitoreadas. Esta visión pone al paciente pediátrico
en una postura de persona integral que como tal, es importante que se reconozca y halle en su
estancia, la mejor y más completa atención posible.
El cáncer considerado padecimiento con implicación de estancias periódicas y
prolongadas en el Hospital Infantil de México “Federico Gómez”, llevó a autoridades locales a
ver en pacientes oncológicos la necesidad y al mismo tiempo oportunidad de complementar su
servicio de salud con una atención psicológica y educativa como proceso de tratamiento de la
enfermedad del niño y su familia.
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En el Hospital Infantil la atención psicológica converge con el servicio de salud y
aunque se sabe de algunas iniciativas para aunar el ámbito formativo, es con la apertura de
Aula Hospitalaria y activación del programa “Sigamos aprendiendo… en el hospital”, que la
institución vela por un servicio de salud integral organizado.
En alguna etapa del hospital, hubo la conexión con una escuela primaria circunvecina
que brindó apoyo escolar a pacientes registrados en la atención sanitaria. Las modalidades de
servicio fueron dentro y fuera del hospital.
Al interior se daba cuando profesores de la escuela, voluntariamente con autorización y
coordinación del hospital, asistían algunas tardes para apoyo formativo de algunos pacientes
pediátricos. Y en el exterior, con el caso de pacientes con tratamientos extensos y posibilidades
reducidas de asistencia a las escuelas de procedencia, a quienes sus padres consideraron
mucho más viable inscribirlos a un colegio cercano al centro hospitalario. Sin embargo, al cierre
de esta unidad educativa el servicio escolar fue interrumpido.
El hospital de manera interna, alcanzó para efectos de socialización y esparcimiento de la
población pediátrica, la creación de espacios educativo-recreativos como salas de juego
distribuidas en las áreas de consulta externa, el solario en la sala de quimioterapia ambulatoria y
otros, vigentes a la fecha.
El apoyo voluntario de jóvenes universitarios, permite la realización de actividades para
pacientes oncológicos como talleres, juegos, manualidades, etc. La destacada labor de damas
voluntarias especialmente en el área de hospitalización, permite el acompañamiento de la
enfermedad del niño con momentos útiles de lectura y cuenta cuentos. El medio del espectáculo,
asociaciones civiles y empresarios organizan actividades artísticas, sociales y culturales,
paulatinamente.
En el año 2005 como iniciativa del sector salud y disposición del gobierno federal, el
Hospital Infantil se interesó por ser uno de los primeros cinco hospitales en adoptar la
propuesta de llevar la escuela y el servicio de educación no formal y formal, al espacio de
hospitalización y tratamientos ambulatorios de niños y jóvenes en edad escolar en México.
El primer paso fue mostrar su capacidad en infraestructura para la puesta en marcha
del proyecto. Dispuso un espacio para la edificación del Aula Hospitalaria con marcos de
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seguridad para el evento en pacientes oncológicos. Por su parte, la Secretaría de Educación
Pública en México autorizó la participación de docentes en educación básica con registro
activo, como responsables de llevar adelante la tutoría del grupo o grupos configurados en
cada uno de los hospitales. Para el Hospital Infantil, asignó a una docente de nivel primaria
como responsable del programa “Sigamos aprendiendo… en el hospital”.
El programa “SIGAMOS” en este hospital, se dirige a pacientes oncológicos entre los
tres y catorce años de edad, generalmente. Este registro es porque la disposición para
participar en las actividades formativas cada día es siempre voluntaria y por lo regular, son
chicos con estas edades quienes se integran con mayor frecuencia.
En todo caso, se atiende a niños y jóvenes de más o menos edad siempre y cuando
formen parte de la especialidad de oncología, de tal forma que no se exponga la salud y
seguridad de cada uno de ellos, considerando la delicadeza o vulnerabilidad de su estado.
La finalidad del servicio educativo en el hospital, es establecer el programa como apoyo
formativo a escolares oncológicos que por motivos de enfermedad, hospitalización y
tratamiento ambulatorio durante periodos de tiempo prolongado, llevan a la mayoría de los
niños y jóvenes en edad obligatoria para cursar la educación en nivel básico a desertar del
proceso académico que en el algún momento habían comenzado. Y el caso de aquellos que
nunca antes fueron integrados al proceso enseñanza-aprendizaje cuando desde edades muy
cortas han tenido que desarrollar su vida al interior de este hospital.
Los objetivos básicos de este servicio son:
• Apoyar a la adaptación del niño al medio hospitalario, haciendo más confortable su
estancia.
• Continuar con la socialización del niño hospitalizado y ambulatorio durante su
internamiento y tratamiento tanto con su familia y compañeros de área oncológica,
como con el personal médico y de enfermería que lo atienden.
• Favorecer el crecimiento y desarrollo de los niños enfermos por medio de actividades
educativo-recreativas opcionales y el fomento al hábito de la lectura.
57
• Iniciar o continuar la escolaridad del niño hospitalizado y ambulatorio.
• Evitar en la medida de lo posible que la separación que sufre el niño de su medio
ambiente, lesione su desarrollo integral.
Como servicio formativo en el aula existen dos modalidades de atención: educación
formal y no formal. Donde los miembros de la comunidad educativo-hospitalaria tienen claro el
respeto a la decisión que el paciente-alumno tome frente a la invitación de participar en las
actividades académicas de cada día. Es indispensable no olvidar que el aula en el hospital, se
enfrenta a escolares con suficiente aptitud intelectual para el desarrollo de un desempeño
cognitivo, no así habitualmente con el ánimo o capacidad física para su cometido.
La labor educacional en cualquiera de las dos modalidades de servicio es
responsabilidad de una docente normalista a cargo del nivel básico de escolarización. Los
pacientes-alumnos son organizados de acuerdo al ciclo escolar de pertenencia o al nivel de
desarrollo académico, ya que en algunos casos la edad no es garantía de que se encuentren en
el grado de escolarización correspondiente, sino que es posible que presente de manera
particular un desfase o ausencia de la actividad formativa a consecuencia del aislamiento
causado por la enfermedad.
El desarrollo de actividades escolares depende de una organización en tiempo y
espacio definido por la docente-hospitalaria, de acuerdo a la demanda que observe en cada
uno de los espacios de atención y priorizando la atención médica. Dentro de sus ocho horas de
trabajo reglamentario, autorizado por las áreas responsables del servicio educativo en el
hospital.
Hasta el momento, en el Aula Hospitalaria y camas de hospitalización, el horario de
atención escolar es de 10:00 a 14:00 hrs. En la sala de quimioterapia ambulatoria, de las 14:30
a las 18:00 hrs. De las 18:00 a las 19:00 hrs., la docente-hospitalaria se ocupa de la rendición
de cuentas a las autoridades correspondientes del servicio en el hospital, entre otras
actividades.
En el área de oncología, la atención se presta en el Aula Hospitalaria y en las camas de
internamiento. Las actividades comienzan en punto de las 10:00 a.m. una vez que los alumnos
han recibido la visita médica matutina, han tomado su desayuno y se han aseado.
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La docente hospitalaria inicia su labor con una visita a los cuartos, invitando a los
pacientes-alumnos y su familiar responsable, cama por cama, a formar parte de las actividades
escolares propuestas para el día.
En la sala de quimioterapia ambulatoria, la docente-hospitalaria de igual manera
comienza su actividad con el saludo e invitación a los pacientes-alumnos y sus familias. Los
interesados en participar, realizan sus actividades en los sillones donde permanecen para el
tratamiento o se integran a las mesas de trabajo colocadas al centro de la sala.
La función docente en la modalidad de educación no formal, es brindar apoyo
educativo, de socialización y esparcimiento a cada uno de los pacientes-alumnos cuando así lo
soliciten ellos y sus padres; con autorización médico-psicológica y vigilancia del servicio de
enfermería.
Las actividades para esta modalidad en el Aula Hospitalaria, camas de internamiento y
la sala de tratamiento ambulatorio, se llevan a cabo en un grupo heterogéneo donde cada día
puede variar el número de pacientes-alumnos integrados al proceso educativo, puesto que la
asistencia depende del ánimo y disposición física del escolar enfermo.
La modalidad de educación formal, hace referencia justamente al tutoreo formal del
proceso académico del paciente-alumno para la regularización y certificación de sus estudios
avalados por la Secretaría de Educación Pública, a solicitud de los padres de familia.
Este servicio se presenta normalmente en escolares oncológicos con estancias
prolongadas o frecuentes al hospital. De tal manera que la docente-hospitalaria funge como
responsable del inicio o consecución de un ciclo o año escolar, en ocasiones trabajando
colaborativamente con la escuela de procedencia cuando el paciente-alumno se encuentra
inscrito a un colegio regular.
En estos casos el departamento de Trabajo Social en el hospital, promueve a padres de
familia y escuelas de procedencia la apertura del programa “SIGAMOS”. Los padres de familia
cuando se interesan por el servicio educativo, se convierten en el lazo entre la escuela de
regular y el Aula Hospitalaria. El profesor de la primer escuela una vez enterado y de común
acuerdo, envía a la docente-hospitalaria guías periódicas sobre los aspectos en que deberá
apoyar el proceso enseñanza-aprendizaje del niño y previo a la conclusión del ciclo escolar,
59
esta última entrega un informe con los avances y evaluación correspondiente del paciente-
alumno para fines de la certificación de estudios en la escuela de origen.
En el caso de pacientes oncológicos que no cuentan con inscripción a escuela regular,
la docente-hospitalaria adquiere la facultad de adoptar la tutoría formal de los mismos a través
del programa “SIGAMOS” y certificar sus estudios con respaldo y aval de la SEP.
Para la organización y desarrollo del programa en la modalidad de educación no formal,
la docente-hospitalaria imparte la misma materia o temática en el grupo y a partir del nivel
madurativo de cada paciente-alumno realiza la actividad propuesta. Las actividades escolares
se realizan en un “horario combinado, donde todos los alumnos reciben la misma área a la
misma hora, pero en función de la capacidad y del grado de saberes alcanzado” (García, 1997).
Mientras que en la modalidad de educación formal, abre espacios dentro del mismo horario
para trabajar de forma consecutiva y ordenada los aspectos requeridos para la acreditación del
ciclo escolar de cada uno de los inscritos.
En cualquiera de los casos, la atención formativa es otorgada con el mismo nivel de
compromiso. Cuando el paciente-alumno ingresa por primera vez al programa, es necesario
que el padre o tutor llene una ficha individual (anexo no. 5) que sirve como breve evaluación
diagnóstica para conocer a grandes rasgos las necesidades educacionales con que el escolar
enfermo ingresa. Al tiempo que permite el control asistencial y alcance cuántico del servicio.
La metodología para trabajar en el aula, refiere principalmente a proyectos y talleres que
encaminan a actividades basadas en el desarrollo de competencias para enfrentar distintos
retos de acuerdo al nivel madurativo de cada niño o joven y permiten el ajuste de secuencias de
trabajo con grupos multinivel (véase gráfico 7).
Promover la actividad educacional mediante talleres, permite trabajar al docente-
hospitalario con los escolares oncológicos de forma muchos más puntual en aquellos elementos
indispensables de aprendizaje como la lecto-escritura y resolución de problemas matemáticos,
entre otros; recurriendo a actividades artísticas, cantos y juegos que facilitan la integración y
desenvolvimiento creativo del paciente-alumno.
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Gráfico 7. Muestreo de Población atendida por niveles educativos, en un mes de trabajo.
61
La educación basada en competencias para la vida, le permite al paciente-alumno
enfrentar retos cotidianos que dinamizan su forma de vida. Estas competencias integradas por
la conjugación de conocimientos, habilidades, actitudes, valores y estrategias, llevan a los
escolares oncológicos interesarse por el aprendizaje, a atreverse a realizar nuevos proyectos, a
adquirir mayor confianza en sí mismos en su capacidad de aprender, compartir y proponer, a
reconocer experiencias vividas para resolver oportunamente otras nuevas y a convivir en un
marco de valoración de lo diferente.
La experiencia magisterial del docente hospitalario en grupos 9-14 que alude a la tutoría
de alumnos entre nueve y catorce años de edad en un solo grupo, permite hasta el momento la
consolidación y continuidad del programa en un sentido eficaz.
Aunado a ello, el uso oportuno de las nuevas tecnologías en información para el trabajo
formativo en el Aula Hospitalaria, conllevan a un ejercicio académico atrayente, didáctico y
sencillo que ayuda al paciente-alumno a integrarse gradualmente en el mundo del
conocimiento.
Con el servicio educativo a una población de escolares multigrado, se hace necesaria la
planeación del programa “SIGAMOS”, mediante un diseño curricular abierto y flexible que
permita realizar las adaptaciones curriculares pertinentes y trabajar a partir de las fortalezas de
cada paciente-alumno; identificando su capacidad de integración al proceso formativo pese a
las condiciones físicas, socio-afectivas y de rezago educativo que individualmente presenta
como resultado de la enfermedad y necesidad de tratamientos médicos desgastantes y
extensos.
El currículum aprobado para la actividad educacional en el nivel básico por la Secretaría
de Educación Pública en escuelas regulares del país (de gobierno o privadas), significa la
base en la elaboración de adecuaciones curriculares que la docente-hospitalaria sitúa
convenientes durante el procedimiento de planeación, desarrollo y evaluación del programa; a
partir de sus conocimientos teóricos y práctica docente. El personal responsable del servicio
formativo en el hospital y la SEP, constituyen hasta el momento las instancias garantes de
vigilar la consecución organizada de la asistencia educativa en el Aula Hospitalaria.
Finalmente con miras a potencializar la reciente labor educacional en pacientes
oncológicos del Hospital Infantil, nace desde los responsables del Aula Hospitalaria en esta
62
institución, la propuesta interna de consolidar un equipo de trabajo interdisciplinario
integrado por profesionales de la educación o especialidades a fin como docentes, psicólogos,
pedagogos, artistas plásticos y otros; denominado “Colectivo de docentes hospitalarios”. Los
cuales son captados por la docente hospitalaria desde su relación profesional con los mismos,
quienes son invitados a participar de manera voluntaria en el seguimiento de la labor formativa
de escolares oncológicos durante los fines de semana; ya que el servicio del programa
“SIGAMOS” se despliega de lunes a viernes en los espacios, horarios y lineamientos antes
descritos.
Para su organización e integración al programa, los profesionistas voluntarios están
obligados a participar en reuniones periódicas que les permitan de primera instancia, conocer
los planteamientos generales del servicio de salud integral en el hospital junto con los objetivos
educativos del programa.
Una vez identificados y comprometidos con la necesidad de servicio formativo en niños
y jóvenes oncológicos, son coordinados individualmente o en pares según su concordancia en
tiempos. De tal manera que un sábado o domingo al mes presten su servicio didáctico-formativo
dentro de un horario matutino aproximado de cuatro horas por día, regularmente de las diez de
la mañana a las dos de la tarde, en el Aula Hospitalaria y en la sala de quimioterapia
ambulatoria durante dos horas en cada espacio.
Los estándares de trabajo y componentes de seguridad en el paciente, son los mismos
que se efectúan durante el trabajo educativo entre semana. Para la continuidad y
fortalecimiento del “Colectivo de docentes hospitalarios”, la docente-hospitalaria encargada del
programa con autorización de la Subdirección de Enseñanza, organiza encuentros entre el
equipo y otros profesionales que lleven a estos miembros a enriquecer su participación en el
hospital, además de consolidar informes habituales del avance de su servicio.
Hasta el momento, el equipo de colaboradores del “Colectivo de docentes hospitalarios”
se consolida de manera permanente con al menos seis u ocho profesionales voluntarios,
interesados en difundir la labor educativa como aliada en la recuperación integral de pacientes-
alumnos oncológicos en el Hospital Infantil de México “Federico Gómez”. Dejando ver que el
compromiso colectivo de todos aquellos actores educativos y de salud en el hospital, van
haciendo permisible la práctica e involucramiento de una gestión escolar abierta al cambio en la
construcción de una escuela o aula “autónoma” como proceso y resultado de transición.
63
En síntesis, con la apertura de Aula Hospitalaria y disposición del programa “Sigamos
aprendiendo… en el hospital”, el Hospital Infantil de México “Federico Gómez” continúa su
compromiso de servicio de salud integral en población de niños y jóvenes mexicanos.
Anteponiendo la “diferencia” como un valor de y para la educación.
La asistencia integral (física, psicológico, social y actualmente educativa) se convierte
en un elemento complementario para el apoyo de pacientes pediátrico-oncológicos del hospital,
durante el proceso de recuperación de la enfermedad o acompañamiento de la fase terminal en
casos mínimos. Y la promoción de un proyecto de vida biopsicosocial por derecho universal.
A la aprobación del Hospital Infantil para abrir espacios que permiten llevar a la escuela
y sus procedimientos de socialización e integración al conocimiento y vida académica de
pacientes-alumnos, como el Aula Hospitalaria, el compromiso de salud a la vanguardia por la
institución sigue trazando un camino de éxitos y coherencia en medicina integral desde sus
fuerzas colectivas y con apoyos voluntarios a acciones concretas de salud y educación;
beneficiando a un número considerable de pacientes y sus familias, quienes tras su
incorporación al programa en la modalidad de educación no formal y formal recuperan los
tiempos de estancia en el hospital como aliados para un sentido de vida dinámico y placentero.
La enfermedad y el encierro no se convierten en impedimento para la continuidad de
anhelos y propósitos particulares logrados. El acompañamiento educativo con actividades
lúdico-recreativas, fomentan el gusto e interés por la formación personal. El tiempo libre o de
ocio se vuelve momento de recreación, convivencia, intercambio, aprendizaje, diálogo y
desarrollo creativo y cognitivo.
El Aula Hospitalaria y el programa “SIGAMOS” se configuran como alternativa para
enfrentar los procesos de enfermedad, aislamiento, inactividad, soledad, depresión y otros
factores psicosociales que los pacientes enfrentan.
El hospital ya no es un espacio limitado a la atención patológica de los sujetos y la
escuela tampoco continúa como una organización cerrada, en todo caso la profesionalización
en el área de salud y educación amplían su status y convergen en la aprobación de un trabajo
integrado a favor de una vida digna y armónica de las personas.
64
Promover una educación inclusiva como derecho de niños y jóvenes bajo cualquier
circunstancia, en especial de enfermedad; evitar el atraso y/o deserción escolar con la
aplicación de iniciativas como la de “SIGAMOS”; reintegrar a la vida en plenitud física,
psicológica, social y educativa a escolares hospitalizados o en tratamiento ambulatorio posterior
a la alta médica; devolver el sentido y ánimo por la vida en pacientes terminales, muestra la
disposición y capacidad interdisciplinaria con la que al menos el Hospital Infantil de México
“Federico Gómez” trabaja para consolidar propuestas como la de “Sigamos aprendiendo… en el
hospital”, desde un enfoque profesional respetuoso de las capacidades individuales y audaz en
el empleo de sus propios recursos.
A pesar de que el lanzamiento del programa “SIGAMOS” no contempló una estructura
de organización y gestión base para la implementación de Aulas Hospitalarias en México ni
tampoco se sabe del estudio y praxis de una pedagogía propiamente hospitalaria, cabe
reconocer que la experiencia organizativa y gestora que el Hospital Infantil por su trayectoria y
capacidad líder en recursos humanos mantiene en el conjunto de sus prácticas, ha hecho
posible el enlace de un equipo de trabajo hospitalario y educativo integrado que se dispone al
diseño de una estructura estable y coherente del programa; partiendo de las necesidades
reales de su comunidad educativo-hospitalaria, perfila el esbozo de metas y objetivos, de una
misión y visión hechas a la medida de una escuela dinámica y vigente al interior del hospital.
La docente hospitalaria como elemento clave poseedor de saberes importantes en el
ejercicio magisterial, ha llevado a personal hospitalario, población oncológica infantil y sus
familias, a reconsiderar el sentido útil y atractivo con que podemos hacer y participar en la
escuela. Además de trabajar para la elaboración de una concepción rentable de Pedagogía
Hospitalaria en nuestro contexto.
Lo destacable es poder anotar que los esfuerzos multidisciplinarios e institucionales
(salud y educación) en el Hospital Infantil de México “Federico Gómez”, permiten hoy registrar
que nuestra sociedad trabaja y avanza en una propuesta de integración del escolar
hospitalizado o ambulatorio a través del programa “Sigamos aprendiendo… en el hospital” y la
apertura de Aulas Hospitalarias.
65
PUNTOS DE REFLEXIÓN.
La propuesta por parte de la Secretaría de Salud en México para fusionar en un trabajo
conjunto con la Secretaría de Educación Pública en atención a un servicio de salud y educación
integral de niños y jóvenes hospitalizados o en tratamientos ambulatorios, encabezada por el
Gobierno Federal, enmarca el ofrecimiento a trabajar desde un enfoque interdisciplinario en dos
importantes rubros que por derecho constitucional poseen los ciudadanos mexicanos. La
atención especializada de salud en condiciones de enfermedad y la obligatoriedad de
escolarización en el nivel básico de formación académica: pre-escolar, primaria y secundaria.
El lanzamiento del programa educativo denominado “Sigamos aprendiendo… en el
hospital” y la apertura de Aulas Hospitalarias, muestra un compromiso social y profesional que
instancias responsables de salud (SSA) y educación (SEP) con sus miembros integrantes,
realizan desde sus organismos y misiones respectivas, para un servicio de salud biopsicosocial
en beneficio de la población infantil mexicana.
El beneficio en pacientes-alumnos hospitalizados o ambulatorios a raíz del servicio
educativo en el hospital, ya muestra frutos que se traducen en un interés de los mismos y sus
padres por la integración a la vivencia escolar y de socialización como acompañamiento de la
enfermedad. Donde la educación se convierte en un aliado de la comunidad hospitalaria en la
búsqueda por la recuperación de los mismos, que a la alta médica permiten su reincorporación
a la vida ordinaria sin mayor desventaja.
Lo cierto, es que entre líneas puede leerse la necesidad emergente de replantear el
ideal que desde el discurso político acompaña a este proyecto de educación inclusiva para la
diversidad, que provea de un carácter teórico metodológico sustentable la viabilidad y
aplicación de esta propuesta.
No basta con emprender acciones “a prueba” cargadas de buenas intenciones, cuando
está de por medio la integridad de las personas. El trabajo de salud y educación integral en
todos los casos y en particular del escolar hospitalizado o ambulatorio, requiere de elementos
teórico-metodológicos que respalden la actividad educacional de una nación y den coherencia
al ejercicio profesional en estos ambientes.
66
Es preciso reconocer que la propuesta en México de llevar la escuela y sus prácticas
pedagógicas a la vida institucional hospitalaria para la atención integral de escolares
hospitalizados o ambulatorios y sus familias, a favor del cumplimiento de los derechos
constitucionales de salud y educación en este contexto, hoy día ha pasado de ser considerado
un proyecto “piloto” a un tema de interés u objeto de estudio por parte de los organismos e
instancias públicas responsables de la aplicación con equidad de estos mecanismos.
Para que el programa “Sigamos aprendiendo… en el hospital” y la apertura de Aulas
Hospitalarias en territorio mexicano avance como una propuesta positiva de integración
biopsicosocial de escolares enfermos (hospitalizados o ambulatorios), vale la pena reconsiderar
la necesidad de estudio en algunos elementos como:
El derecho a la salud y educación que posee la población en edad escolar mexicana
bajo cualquier circunstancia de vida, incluida la enfermedad. De tal manera que
implementar la actividad educacional en hospitales pediátricos del territorio, no sea
cuestión de unos cuantos.
La carencia de un planteamiento filosófico, sobre el trabajo teórico-metodológico de
una pedagogía propiamente hospitalaria.
La necesidad de un diseño del programa acorde a los objetivos formativos plasmados
en los planes y programas de estudio en educación básica y finalidades educativas
nacionales. Con una misión y visión clara de servicio educativo en Aulas
Hospitalarias.
La consolidación de un organismo regulador de los procesos educativos
institucionales en las Aulas Hospitalarias, capaz codificar las principales fortalezas y
debilidades presentadas en cada una de ellas. Con miras a construir una propuesta
de evaluación “segura” que permita el perfeccionamiento continuo de las prácticas
pedagógicas en hospitales.
La ausencia de una profesionalización docente, apta para el ejercicio profesional en
ambientes hospitalarios.
67
La disposición para crear un proyecto pedagógico institucional en cada unidad
educativo-hospitalaria, como herramienta de la gestión escolar, que delinee una
modalidad de conducción de la escuela y procesos pedagógicos consensuados en un
tiempo y espacio definido, hacia una identidad de escuela “autónoma”.
El requerimiento de una evaluación diagnóstica desde el nivel local de la educación,
en las Aulas Hospitalarias, para un desempeño y “control” racionalizado del ejercicio
educacional en sus propios espacios hospitalarios.
La activación de equipos pedagógicos responsables del procedimiento de
organización y gestión, en la vida escolar de las Aulas Hospitalarias.
La capacitación permanente de los agentes educativo-hospitalarios en temas como:
necesidades educativas especiales en escolares hospitalizados o ambulatorios, el uso
de las nuevas tecnologías en la educación hospitalaria, adaptaciones curriculares,
seguridad en el paciente, tanatología y muchos más; indispensables en el
acompañamiento eficaz con los pacientes-alumnos.
La difusión del servicio escolar en las propias unidades con apertura de Aulas
Hospitalarias y sobre todo con las escuelas regulares de algunos pacientes-alumnos,
para un trabajo multi e interdisciplinario coordinado que propicie una mayor y
adecuada captación tanto de receptores del servicio como de profesionales
interesados en el ámbito.
La capacidad de abrir espacios universitarios para la formación de docentes,
pedagogos y otros profesionales, en el área propiamente de Pedagogía Hospitalaria.
La apertura de algunos campos profesionales en educación como la Pedagogía, a la
elaboración de trabajos de investigación que den continuidad a algunos ya
elaborados como el presente y que sobre todo vayan profundizando mucho más en el
tema de educación hospitalaria hasta conseguir y promover una línea de estudio en
este ámbito vigente.
Y así como estos muchos más, de acuerdo a los intereses y capacidades de cada
investigador y/o ámbito profesional desde el que se realicen.
68
Lo más importante quizá es no desertar de esta iniciativa de integrar a los escolares
enfermos hospitalizados o ambulatorios, al derecho educacional. Como tarea vigente de
diversos profesionales en el ámbito de la salud y la educación, sociedad en general e instancia
responsables de los servicios; que en colectivo forjen la continuidad de la apertura de Aulas
Hospitalarias, con una estructuración sólida de la propuesta.
Este estudio es tan solo un eslabón en el inicio de la labor investigativa y de
intervención que estamos invitados a realizar a favor de nuestra sociedad, concretamente en la
población de escolares hospitalizados. Para lo cual es importante hacer un llamado a las
instituciones que regulan estos espacios y los programas formativos en hospitales, sobre su
apertura y disponibilidad para el permiso de la realización de trabajos como el presente. De lo
contrario, solo podremos abordar el tema desde aspectos limitados para la trascendencia.
Imprimir seriedad y coherencia a la actividad educativa en hospitales, queda lejos de
planteamientos de patrocinio político. No basta con buenas intenciones, es imprescindible
diseñar programas que integren elementos organizativos, de gestión, planeación y evaluación
acordes a las necesidades educativas especiales de escolares enfermos. Continuemos con
una labor investigativa que en breve permita un planteamiento filosófico de Pedagogía
Hospitalaria competente en nuestra sociedad.
69
ANEXO No. 1. CARTA EUROPEA DE LOS DERECHOS DEL NIÑO HOSPITALIZADO.
Los niños hospitalizados en Europa, tienen derecho a:
a. No ser hospitalizados si existe la posibilidad de velar por su salud en casa o por
ambulatorio. De lo contrario, es preciso procurar que la hospitalización sea lo más breve
posible.
b. Buscar la hospitalización por el día que permita la estancia de noche en sus hogares, sin
que ello implique un gasto adicional a los padres.
c. Permanecer acompañados de sus padres y familiares el mayor tiempo posible de
estancia en el hospital, fomentando su participación sin que ocasione costos extras o
interfiera en la aplicación del tratamiento del niño.
d. Recibir información acorde a la edad, estado psicológico y afectivo sobre la enfermedad,
tratamiento y perspectivas positivas que se le ofrecen.
e. Ser acogidos y tratados en lo posible, por el mismo personal de salud.
f. Negarse a consideración de sus padres o familiar responsable, a ser sujeto de
investigación y rechazar cualquier procedimiento experimental no terapéutico.
g. Que los padres reciban información adecuada y acompañamiento psicológico
especializado.
h. No recibir tratamientos inútiles y soportar sufrimientos físicos y morales que puedan
evitarse.
i. Contar con los padres en momentos de tensión.
j. Ser tratados con educación y respeto a la intimidad.
k. Ser hospitalizados junto a otros niños, evitando la hospitalización con adultos.
l. Continuar con una formación escolar durante los periodos de hospitalización y
tratamiento, disponiendo de los medios necesarios.
m. Recibir apoyo escolar en el propio domicilio.
n. Disponer de espacios amueblados y equipados que respondan a las necesidades de
cuidados y seguridad; con juguetes, libros y audio visuales de acuerdo a la edad.
o. Seguridad en caso de maltrato o abuso, incluso con intervención de la justicia cuando los
padres o tutor se niegan a hacer frente de la urgencia por razones religiosas, culturales o
prejuicios.
p. Recibir apoyo económico, psicológico y moral en caso de requerir estudios en el
extranjero.
q. Valorar contribuciones benéficas, para la aplicación de los derechos mencionados.
70
ANEXO No. 2. GUÍA DE OBSERVACIÓN.
a) Reconocimiento del Aula Hospitalaria.
• Contexto hospitalario.
• Ubicación espacio-temporal.
• Características físicas.
• Características generales de la comunidad educativo-hospitalaria.
b) Actores educativos.
• Características, funciones y formas de interrelación y participación de:
• Docente-hospitalario.
• Pacientes-alumnos.
• Padres de familia o tutores.
• Personal de salud (médicos y enfermeras).
• Promotores del servicio educativo-hospitalario (trabajo social).
• Responsables de la organización y gestión del Aula Hospitalaria.
c) Elementos de organización y gestión.
• Dimensión Organizacional:
• Organigrama.
• Distribución de roles.
• División del trabajo.
• Delegación de tareas.
• Toma de decisiones.
• Conducción del equipo.
• Disposición y coordinación del espacio y el tiempo.
71
• Dimensión Administrativa:
• Capacidad, distribución y previsión de recursos humanos, materiales y
financieros.
• Control normativo.
• Rendición de cuentas.
• Dimensión Comunitaria:
• Características generales de la comunidad escolar.
• Formas y niveles de participación entre la escuela y la comunidad educativo-
hospitalaria.
• Reglas de convivencia.
• Dimensión Pedagógico-Didáctica:
• Organización.
• Objetivos y finalidades educativas.
• Planeación.
• Adaptaciones curriculares.
• Desarrollo.
• Evaluación.
• Acreditación.
d) Trabajo colaborativo.
• Actividades y/o encuentros colectivos para la rendición de cuentas, intercambio de
ideas, identificación de fortalezas y debilidades, organización y planeación constante
para la mejora del servicio, planteamiento de nuevos retos, entre otros.
• Formación y actualización permanente.
72
ANEXO No.3. GUÍA DE ENTREVISTA.
• Aula Hospitalaria.
1.- ¿Qué es el Aula Hospitalaria?
2.- ¿Cuál es el origen del Aula Hospitalaria?
3.- ¿Cuándo surge el Aula Hospitalaria, en el Hospital Infantil de México “Federico Gómez?
4.- ¿Existe algún antecedente de escuela y/o atención educativa en el hospital?
5.- ¿De dónde surge la iniciativa de apertura de Aula Hospitalaria en la institución?
6.- ¿A quiénes se dirige el servicio escolar?
7.- ¿Cuál es su misión y visión?
8.- ¿Qué requisitos se necesitan para contar con el servicio de atención educativa en el
hospital?
9.- ¿Cuáles son las modalidades de atención educativa?
10.- ¿Quiénes son los responsables del servicio educativo en el hospital?
• Organización y Gestión. 1.- ¿Cuáles son las características generales y participantes de la comunidad escolar?
2.- ¿Cuáles son sus formas y niveles de participación?
3.- ¿Existen algunas reglas de convivencia?
4.- ¿Cuál es el organigrama del Aula Hospitalaria?
5.- ¿Cuáles son los diferentes roles de trabajo que involucran al Aula Hospitalaria?
6.- ¿De qué manera se divide el trabajo para el servicio de Aula Hospitalaria?
7.- ¿Quién o quiénes delegan las tareas del servicio educativo en Aula Hospitalaria?
8.- ¿Quién o quiénes son responsables de la toma de decisiones en el Aula Hospitalaria?
9.- ¿De quién es responsabilidad la conducción del equipo de trabajo en el Aula Hospitalaria?
10.- ¿De qué manera están dispuestos y coordinados los espacios y el tiempo, para el trabajo
de Aula Hospitalaria?
11.- ¿Cuál es la capacidad de recursos humanos, materiales y financieros con que cuenta el
Aula Hospitalaria?
12.- ¿De qué forma están distribuidos?
13.- ¿Cuál es el control normativo que rige al Aula Hospitalaria?
14.- ¿Cómo se realiza la rendición de cuentas en el Aula Hospitalaria?
15.- ¿Cuáles son los objetivos y finalidades del servicio educativo y Aula Hospitalaria?
73
16.- ¿Cuáles son los criterios de planeación y evaluación educativa en el Aula Hospitalaria?
17.- ¿Existe la certificación de estudios en escolares hospitalizados integrados al Aula
Hospitalaria?
18.- Si es así, ¿quiénes y de qué manera son responsables y aval?
19. ¿Cuál ha sido el proceso de organización y gestión que caracteriza al Aula Hospitalaria?
20.- ¿Cuáles son las fortalezas y debilidades que hasta el momento identifica el colectivo
educativo-hospitalario?
21.- ¿Cuáles han sido los alcances y limitaciones?
22.- ¿Qué retos se plantean?
23.- ¿Cuál es la opinión sobre la necesidad de profesionalización y/o trabajo interdisciplinario,
en atención al servicio educativo de Aula Hospitalaria?
• Trabajo colaborativo.
1.-Fortalezas y debilidades identificadas por el colectivo educativo-hospitalario, sobre el servicio
escolar y apertura de Aula Hospitalaria.
2.- Alcance, limitaciones y nuevos retos.
3.-Necesidad de una profesionalización y/o trabajo interdisciplinario en atención a este servicio
educativo en el hospital.
74
ANEXO No. 4. PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN.
1.- ¿Cuál es el concepto de Aula Hospitalaria?
2.- ¿Dónde surge la iniciativa de Aula Hospitalaria?
3.- ¿Cuáles son las finalidades del Aula Hospitalaria?
4.- ¿A quiénes se dirige el Aula Hospitalaria?
5.- ¿Qué elementos pedagógicos integra el Aula Hospitalaria?
6.- ¿Qué aspectos organizativos y de gestión involucra?
7.- ¿Qué factores normativos y de regulación contempla?
8.- ¿Cuál es la experiencia educativo-institucional de Aulas Hospitalarias?
9.- ¿Qué participación tienen los gobiernos sobre el Aula Hospitalaria?
10.- ¿Cuál es el equipo de profesionales conformado para el trabajo en Aula Hospitalaria?
11.- ¿De qué forma colaboran los hospitales o estancias de salud responsables en cada país,
para la apertura de Aulas Hospitalarias?
12.- ¿Cuál es la intervención de los miembros y autoridades educativas locales sobre las Aulas
Hospitalarias?
13.- ¿Qué fortalezas y debilidades se identifican?
14.- ¿Hacia dónde se encamina la propuesta de Aula Hospitalaria?
15.- ¿Qué investigaciones se han abordado sobre Aulas Hospitalarias?
75
ANEXO No. 5. FICHA INDIVIDUAL DEL ALUMNO.
SIGAMOS APRENDIENDO EN EL HOSPITAL
HOSPITAL INFANTIL DE MÉXICO “FEDERICO GÓMEZ”
I. DATOS PERSONALES
Nombre: Género: F M
Escuela: Clave:
Grado escolar: Turno:
Fecha de nacimiento: Lugar de nacimiento:
Fecha de ingreso al programa:
Enfermedad:
¿Recibe tratamiento? SI NO ¿Cuál?
Institución: Servicio: Quimioterapia Oncología
Fecha de inicio de tratamiento: Tipo de sangre:
II. ESCOLARIDAD
Grados reprobados: Motivos:
¿Ha interrumpido sus estudios? SI NO ¿Por qué?
¿A qué se dedicó ese tiempo?
Escuela de procedencia:
Estado de procedencia:
Domicilio actual: Teléfono:
Delegación o municipio:
Nombre del padre o tutor: Edad:
Escolaridad: ¿Sabe leer y escribir? SI NO
Actividad laboral:
Lugar de nacimiento: Lengua materna:
Estado civil de los padres: casados divorciados unión libre separados otro
¿Vive el alumno con sus padres?
Número de hermanos: Lugar que ocupa:
¿Vive alguien más en su casa?
III. OBSERVACIONES Y COMENTARIOS
IV. SIGAMOS APRENDIENDO EN EL HOSPITAL
Fecha de llenado de ficha:
Responsable del programa:
76
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