velandia & bermoudes falla longitudinales y transversales en la sabana de bogota, colombia
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8/17/2019 Velandia & Bermoudes Falla Longitudinales y Transversales en La Sabana de Bogota, Colombia
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FALLAS LONGITUDINALES Y TRANSVERSALES EN LA SABANA DEBOGOTÁ, COLOMBIA
FRANCISCO VELANDIA P.
Ingeominas, Sede Central. Diag. 53 Nº 34-53 Bogotá. fcovelan@ingeomin.gov.coOLGA DE BERMOUDESIngeominas, Sede Central. Diag. 53 Nº 34-53 Bogotá. obermud@ingeomin.gov.co
RESUMEN
Se presenta un esquema estructural de la Sabana de Bogotá y sus alrededores, logrado a partir de lainterpretación de lineamientos geológicos en imágenes Landsat, los cuales fueron evaluados con el apoyo deinformación del Ingeominas, como cartografía de campo, mapas de gravimetría, sondeos eléctricos verticales y
banco de datos hidrogeológicos (registros litológicos de pozos).En las áreas montañosas los lineamientos coinciden con fallas identificadas en sentido NE, concordantes con
la orientación de las estructuras tectónicas en esta parte de la Cordillera Oriental de Colombia, por lo que se handenominado fallas longitudinales, algunas de estas estructuras se interpretan con prolongación bajo la cubierta noconsolidada de la Sabana de Bogotá. Estos trazos corresponden a fallas de cabalgamiento y retrocabalgamiento enun estilo estructural de escamación delgada, conformando cuñas alargadas, como los cerros de Cota y de Tabio-Tenjo. Esta última franja continuaría hacia el SW, por debajo de la cobertera cuaternaria.
Se identifican también fallas transversales, orientadas SE-NW, que pueden interpretarse en ciertos casos, comorampas laterales de las fallas de cabalgamiento y en otros como fallas de rumbo con desplazamiento sinestral yexpresión regional más allá del área de la Sabana. Se asume que este sistema NW fue afectado por las fallaslongitudinales de cabalgamiento y que posteriormente algunas de las fallas tranversales fueron reactivadas, cortandoel sistema NE.
Con este esquema se pretende explicar una posible configuración de la Sabana de Bogotá, y entender, entreotros aspectos el modelo hidrogeológico, según la ubicación relativa de las unidades litológicas al ser afectadas por este enrrejado de fallas y el carácter de éstas al actuar como conductoras o como barrera para la recarga. También se
llama la atención sobre la potencial actividad neotectónica de ciertas fallas, especialmente de rumbo, hacia donde sedeben enfocar los estudios de sismotectónica.
INTRODUCCIÓN
La Sabana de Bogotá ubicada en la partecentral de la Cordillera Oriental de Colombia,comprende la parte alta de la cuenca del ríoBogotá. Presenta una extensión aproximada de4300 km2. Es el centro agroindustrial más impor-tante de Colombia, donde se localizan la capital yalrededor de 20 centros urbanos más, que en totalalcanzan a concentrar cerca del 20% de la
población del país. Para soportar la planeación de proyectos de infraestructura, incluyendo el uso delos recursos hídricos subterráneos o la evaluaciónde amenazas geológicas, es necesario contar conuna cartografía geológica y estructural unificada dela región, que en la actualidad no existe.
El objetivo del presente trabajo es presentar un esquema estructural de la Sabana de Bogotá,especialmente bajo la cubierta de depósitoscuaternarios ampliamente distribuidos en la región,considerando la complejidad tectónica que serefleja en el intenso fracturamiento de las rocasaflorantes.
Inicialmente se obtuvo una visión regionaldel área de estudio a partir de las imágenes LandsatTM P8R57 y P8R56, tomadas en marzo 22 de1988 y diciembre 30 de 1989 respectivamente.Estas imágenes fueron procesadas en forma digitalcon ecualización de histogramas, realce de bordesy combinación en falso color (Rojo-Verde-Azul),usando las bandas TM4, TM5 – TM2 y TM7. Laimagen obtenida fue interpretada en escala1:100.000 con énfasis en lineamientos geológicos.
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Los lineamientos interpretados fueron corro- borados con la cartografía de campo existente enIngeominas (Fig. 1), especialmente del estudiorealizado entre 1989 y 1993 (Convenio Car-Ingeominas), además con los registros litológicosde pozos y los sondeos geoeléctricos verticales que
permiten una confianza en la interpretación hastalos 500 m de profundidad. Con estos datos selogró una densa red de puntos (Fig. 2), que facilitóla definición de muchos de los lineamientostrazados al nivel de fallas y la no valoración deotros, que fueron considerados apenas como frac-turas o desestimados para el esquema estructuralde la zona. El análisis estructural se basó tambiénen mapas de gravimetría del Estudio de Micro-zonificación Sísmica de Santa Fe de Bogotá(Ingeominas, Universidad de Los Andes, 1997) yen líneas sísmicas de Ecopetrol de 1978, las cuales
presentan una interpretación de un estilo estruc-tural distensivo con fallas normales.
TRABAJOS ANTERIORES
La Sabana de Bogotá ha sido generalmenteconsiderada como un gran sinclinorio o en palabrasde Julivert (1963), caracterizada por “existencia deamplios sinclinales de tectónica sencilla”, es decir,como una zona de una “tectónica especial, dentrode la Cordillera Oriental”, relegando la compleji-dad estructural sólo a la región montañosa que la
circunda, con anticlinales estrechos e invertidos.Este modelo o estilo tectónico se ha man-tenido incluso hasta trabajos regionales recientescomo el Mapa Geológico de Cundinamarca (In-geominas, 1999a), donde se compila la cartografíaelaborada a la fecha, sobresaliendo de nuevo lacomplejidad estructural de la Cordillera Oriental,
pero paradójicamente, también la “tranquilidadtectónica” de la Sabana de Bogotá. La razón más
probable es quizás la no identificación de rasgosneotectónicos en los sedimentos lacustres querellenan la Sabana; sin embargo, tampoco se inter-
pretan fallas cubiertas que puedan corresponder con la continuación de los rasgos tectónicosregionales, dando más bien la impresión de un“silencio tectónico” en la Sabana de Bogotá.
Existen trabajos de tipo regional que, dealguna forma, analizan fallas geológicas de laSabana, tal como los escritos de Gómez (1985 y1991) y Reyes (1993), quienes destacan la impor-tancia de fallas con sentido NW, de características
similares a las reseñadas regionalmente en distintaszonas del país por Lozano y Murillo (1983), Ujueta(1991, 1993 y 1999), Velandia (1997) y Velandia yKomuro (1998).
La cartografía elaborada por Ingeominassobre la Sabana de Bogotá, incluye el Mapa
Geológico del Cuadrángulo K-11 Zipaquirá (McLaughlim y Arce, 1968) y el Estudio Hidro-geológico Cuantitativo de la Sabana de Bogotá,llevado a cabo por el Convenio Car-Ingeominasentre 1989 y 1993, en el cual se realizaron mapasen escala 1:25.000, que fueron compilados en Arc-Info, obteniendo el mapa integral de la Cuenca dela Sabana de Bogotá en escala 1:100.000 (Ingeo-minas, 1995 y 1999b). Además se contó coninformación sobre los depósitos inconsolidadosque caracterizan la Sabana, presentada en trabajoscomo “Mapas del Neógeno – Cuaternario de la
Sabana de Bogotá – Cuenca Alta del Río Bogotá(Cordillera Oriental, Colombia)” de Helmens y vander Hammen (1995) y las posteriores actualiza-ciones que van der Hammen y su grupo de estudiohan realizado sobre esta cartografía.
Con base en observaciones de campo yanálisis de la cartografía, Camargo (1995) presentauna interpretación de importantes rasgos tectónicosque afectan a la Sabana de Bogotá y alrededores,resaltando la presencia de fallas de rumbo de tiposinestral, ya consideradas en los trabajos anterior-mente mencionados, pero haciendo una discusión
sobre su naturaleza dentro del estilo tectónico queasume para esta parte de la Cordillera Oriental.Otro trabajo que se ocupa de parte de la
Sabana es la Microzonificación Sísmica de SantaFe de Bogotá (Ingeominas, Univ. de Los Andes,1997), que además de la información netamenteingenieril, aporta algunos datos sobre geofísica yneotectónica de la Sabana y alrededores. A partir de su participación en este trabajo, Caro et al.,(1996) llaman la atención sobre algunas fallas NWcon posible actividad reciente y la conformaciónde bloques tectónicos en la parte central de la
Sabana, limitados por éstas. A partir del mismotrabajo, Vergara et al. (1996) presentan las carac-terísticas neotectónicas de las fallas activasidentificadas en un área de 200 km alrededor deBogotá. Con enfoque hidrogeológico, Lobo-Guerrero (1994 y 1996), presenta un esquemaestructural en un sector de la Sabana de Bogotá,ubicado en los alrededores del Cerro de Suba.
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Figura 1. Mapa geológico de la Sabana dIngeominas (1996 y 1999b). Incluye la uhidrogeológicos de la Fig. 4.
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Curva de nivel de2600 msnm
PozosSondeos EléctricosVerticales
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Figura 2. Red de pozos y sondeos eléctricos verticalesutilizados para la interpretación tectónica
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MARCO TECTÓNICO
La Cordillera Oriental de Colombia es elresultado de complejos procesos sedimentarios ytectónicos, como la propuesta de un origen trans-
presivo de Kammer (1999), los cuales son de
difícil interpretación, especialmente cuando espe-sos depósitos cuaternarios cubren las unidades lito-lógicas, como en la Sabana de Bogotá. Sin embar-go, las zonas montañosas en los alrededores de laSabana y los abundantes afloramientos, han per-mitido su caracterización litológica y estructural,evidenciando tal complejidad.
La parte central de la Cordillera Oriental estáconformada por unidades sedimentarias delCretácico y Paleógeno, dispuestas en ampliossinclinales y estrechos anticlinales, algunos inver-tidos, con sus ejes en sentido NE. Las rocas de
estas unidades están fracturadas y sus contactosdesplazados por fallas, en especial de cabal-gamiento, con dirección predominante al NE,correspondiendo con la tendencia principal dedeformación de los Andes del Norte.
Según Julivert (1963), la región de la Sabanaes donde se desarrolla en mayor grado una com-
binación de mecanismos de tectónica de zócalo,halocinesis, gravedad y erosión, es decir, unatectónica de fallas que cortan un zócalo basculado,conformando sinclinales amplios y anticlinalesestrechos, asimétricos, con sus flancos inversos,
pliegues tumbados, replegamientos, inyecciónsalina y discordancias angulares.Los principales rasgos tectónicos conocidos
en los alrededores de la Sabana de Bogotá, comofallas y pliegues, son los que tienen una dirección
NE y que se distinguen en los Cerros Orientales dela Sabana y en los escarpes que la bordean hacia eloccidente.
La mayoría de trabajos cartográficos de la parte central de la Cordillera Oriental y de laSabana, han tenido en cuenta sólo esta dirección defallamiento y plegamiento, pero algunos autores
han involucrado como factor importante elfallamiento o lineamientos regionales observadostambién en sentido NW. Gómez (1985) presentaun análisis de rasgos estructurales al suroccidentede Bogotá, en el cual destaca como principales,dos fallas regionales que denomina Transversal del
Norte (con expresión en Sasaima y Usaquén) y delSur (por el sector de Terreros, cerca de Soacha),dispuestas en cuña y que al interceptar la falla de
cabalgamiento de Monserrate o Bogotá al oriente,conforman un bloque, dentro del cual involucraotras fallas regionales en sentido NE y NW.
Gómez (1991), marca hacia el norte de laSabana, las fallas de El Salitre y Nemocón-Rionegro como transcurrentes con dirección
sinestral, responsables de aspectos como ladistribución de hierro, sal y caliza en los sitios decruce con las fallas de dirección NE y de zonas dedesgarre en el Anticlinal de Zipaquirá. El autor también señala el carácter dextral de otra falla NW,que llama Usaquén-Sasaima.
Aspecto importante de los trabajos de Gómezes que para sus interpretaciones tectónicas sobre elorigen y configuración de la región de la Sabana deBogotá, tiene en cuenta tanto las estructuras NEcomo las NW, presentando argumentos geológicos
para la existencia de las fallas en sentido NW que
incluso podrían tener efecto reciente sobre losdepósitos de la Sabana. Autores como Caro et al.(1996), también dan importancia a fallas como lade Usaquén y San Cristobal-Facatativá, atribuyén-doles movimiento de rumbo y subdividiendo elárea de la Sabana en tres bloques con dirección
NW a partir de la disposición de estas fallas.Camargo (1995) está de acuerdo con la idea
de un estilo tectónico de despellejo de piel delgada para la parte central de la Cordillera Oriental,asociando los pliegues NE de los alrededores de laSabana, con fallas de cabalgamiento que tienen
vergencia al NW y SE. Igualmente, reconoce la presencia de fallas de rumbo de tipo sinestral(Neusa, Zipaquirá, Facatativá) que interpreta comofallas laterales de cabalgamiento, siendo másreciente la componente de rumbo. Este autor no leconfiere a estas fallas importancia para la “con-figuración geométrica regional de las estructuras”de la región de la Sabana, incidiendo en suconcepto, sólo a nivel local en algunos sectores.Sin embargo, cuando se refiere a la formación dela cuenca cuaternaria de la Sabana, le atribuye uncontrol al sistema de fallas de Facatativá “al haber
generado una morfología adecuada que actuócomo barrera de los sedimentos cuaternarios haciael suroccidente de la Sabana”.
ESQUEMA ESTRUCTURAL DE LA SABANADE BOGOTÁ
El presente esquema estructural (Fig. 3)complementa la cartografía conocida. Además,
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Facatativá
Subachoque
Madrid
Mosquera
Soacha
Funza
Tocancipá
GuascaChía
Cota
Santafé deBogotá
Tenjo
Tabio
Zipaquirá
Suesca
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1 Falla Madrid
Falla Mosquera
Falla El Porvenir
Falla El Dorado
Falla Bogotá
Falla La Cajita
Falla Río Tunjuelito
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Falla Soacha
Falla Río Bojacá
Falla San Cristobal
Falla Río Juan Amarillo
Falla Rodadero
Falla Usaquén
Falla Facatativá
Falla El Salitre
Figura 3. Esquema estructural de la Sabana de Bogotá. Muestra las fallas longitudinalesy transversales que afectan principalmente las rocas cretácicas y paleógenas.
20 0 20 km
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propone la existencia de fallas bajo la coberteracuaternaria, las cuales pueden ejercer control en elcomportamiento hidrogeológico y cuyo efectoreciente sobre los depósitos cuaternarios estaría
por evaluarse con estudios más detallados de neo-tectónica y geofísica.
Las fallas cartografiadas en el proyecto Car-Ingeominas, aparecen en el mapa de la Sabana conuna dirección general al NE (Ingeominas, 1999b).En el presente estudio, los lineamientos inter-
pretados en imágenes Landsat se pueden asociar con relativa facilidad a las mencionadas fallas y aotras que complementan este sistema de dirección
NE, las cuales denominaremos fallas longitudi-nales. Además se observaron lineamientos que seinterpretaron como fallas en sentido NW (fallastransversales), que no necesariamente coincidencon las propuestas en trabajos anteriores de otros
autores. Estos dos sistemas de fallas conforman unenrejado en la región de la Sabana, cuyo análisis se presenta a continuación.
Fallas Longitudinales.
El mapa obtenido permite observar una seriede fallas a lo largo de los cerros que bordean laSabana y de los que sobresalen dentro de ella,afectando las rocas sedimentarias del Cretácico yPaleógeno especialmente. Estas se han carac-terizado en general como fallas de cabalgamiento y
retrocabalgamiento, correspondientes con el estiloestructural conocido como de escama delgada(despellejo de piel delgada), con el que autorescomo Camargo (1995) están de acuerdo,localizando la zona de despegue en las rocas delCretácico Inferior, inclusive con posible incidenciade los depósitos salinos.
Diferentes modelos evolutivos sobre laCordillera Oriental de Colombia coinciden en laidea de la complejidad del estilo tectónico que ledio origen, aceptando que existió una fase deinversión tectónica, en la cual las fallas de tipo
normal, que afectaban las secuencias sedimen-tarias del Mesozoico, se convirtieron en fallasinversas cuando se produjo el mayor levanta-miento de la cordillera, por efecto de eventoscompresivos ocurridos especialmente durante elMioceno y Plioceno. Mantilla (1998) presenta unresumen de autores como Colleta y otros; Dengo yCovey; Cooper y otros, que consideran estosaspectos y presenta los diversos grados de acorta-
miento durante la orogénesis de la CordilleraOriental que obtienen por diferentes métodos. Ensu trabajo estima un acortamiento mínimo de 63km, equivalente al 59%, a lo largo de la seccióntransversal que pasa por la Sabana de Bogotá.
Las fallas longitudinales observables en la
región de la Sabana han servido de base para proponer y explicar estos modelos y se han carac-terizado como fallas inversas con distinto ángulode inclinación, en su mayoría de cabalgamiento, ycon dirección de transporte tectónico al SE y NW,según correspondan con el frente principal decabalgamiento de la Cordillera Oriental o a fallasde retrocabalgamientos, respectivamente.
Si consideramos que la principal dirección detransporte de la cordillera ocurre hacia el Oriente,fallas como la de Bogotá, que limita los CerrosOrientales de los depósitos cuaternarios de la
Sabana, se interpretaría regionalmente como unafalla de retrocabalgamiento, al igual que las fallasque conforman la parte más inclinada de losescarpes occidentales de la Sabana y las queflanquean por el occidente los Cerros de Tabio-Tenjo, Cota y Suba. Las fallas que limitan estoscerros hacia el oriente, corresponderían entoncescon los cabalgamientos a lo largo de los cuales sehan dado los movimientos más representativos dela cordillera.
Vergara (1997), identifica ciertos indicios deneotectónica en los trazos de la Falla de Bogotá,
que por su incertidumbre apenas permitencatalogar la actividad de la falla como incierta,siendo necesarios estudios detallados y especiali-zados. Con la misma orientación al NE, seidentifican hacia el sur de la Sabana, las fallas delrío Tunjuelito y de La Cajita, como fallas poten-cialmente activa y activa respectivamente. Conrespecto de la Falla La Cajita, Acosta y Hernández(2000) muestran rasgos de su actividad neotec-tónica en los alrededores de la población de Pasca.
La interacción de los movimientos de estasfallas hacia el SE y NW, conformó las alturas y
depresiones topográficas que se extienden longitu-dinalmente en la Sabana, en sentido NE y N. La base de datos utilizada para el presente estudio, permite establecer diferentes espesores de losdepósitos del Neógeno y Cuaternario que re-llenaron estas depresiones (Fig. 4) y se pudodeterminar que tal interacción de las fallas propicióun relativo máximo abatimiento topográfico entrelos cerros de Cota y Tabio-Tenjo y su correspon-
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HorizontalA. Corte transversal Facatativá - Cerros Orientales (A-A’)
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Figura 4. Cortes geológicos esquemáticos de la Sabana de Bogotá.
B. Cuenca Río Bogotá (B-B’)
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HorizontalD. Cuenca Río Subachoque - Sector Bojacá (D-D’)
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LEYENDA
Ng-Q: Depósitos inconsolidadosPgr: Frm. RegaderaPgb: Frm. BogotáPgc: Frm. CachoKPgg: Frm. GuaduasKg: Grupo Guadalupe
: Falla geológica: Falla inferida
: Sondeo Eléctrico Vertical
: Pozo
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diente bloque hacia el sur, donde se detectaronespesores de más de 500 m (profundidad máximade exploración por geoeléctrica) en los depósitos.Las cuencas de los ríos Subachoque, Frío, Bogotáy Teusacá también corresponden a depresionestectónicas causadas por estas fallas, pero no
alcanzaron la profundidad de la cuenca del Chicú,donde confluyen de manera particular las fallas decabalgamiento y retrocabalgamiento, provocandolos desplazamientos verticales más notorios en laregión central de la Sabana.
Los cerros de Suba, Cota y Tabio-Tenjo parecen coincidir en su culminación topográficaabrupta hacia el SW, para desaparecer bajo losdepósitos cuaternarios de la parte central de laSabana. Sin embargo, las fallas que delimitanlongitudinalmente el Cerro de Tabio-Tenjo, tienencontinuación hacia el Sur (Fallas de Madrid y
Mosquera), bajo la cobertera de depósitos incon-solidados, manteniendo su comportamiento tec-tónico para conformar cuñas, donde las unidadesdel Cretácico y Paleógeno se detectan a diferentes
profundidades. Igualmente, fallas longitudinalesque se desprenden del Cerro de Cota, continúan
bajo la cobertera cuaternaria, conectándose con laFalla de Bogotá al sur, como en el caso de la Fallade El Dorado, o como la Falla de El Porvenir, quetermina abruptamente contra un rasgo transversal.
Entre las fallas de Mosquera y El Porvenir, bajo los depósitos cuaternarios, se mantiene el
mismo comportamiento de la cuenca del río Chicú,explicándose así los máximos espesores deinconsolidados encontrados bajo Funza.
Fallas Transversales
Las fallas transversales son quizás el aspectoque mayor controversia puede generar en unadiscusión sobre la tectónica de la Sabana deBogotá; inicialmente porque no todos los autorescoinciden en sus trazos y este trabajo no es laexcepción, ya que las fallas interpretadas, especial-
mente en la parte central y más extensa de laSabana, difieren de las propuestas conocidas.Tampoco hay acuerdo sobre los mecanismostectónicos que las generan y su incidencia en laactual estructura de la Sabana.
En este trabajo se acogen las ideas de Gómez(1985 y 1991) y de Reyes (1993) sobre elimportante control de las fallas transversalesdentro de cualquier esquema tectónico que se
proponga para la Sabana de Bogotá. Se fun-damenta además, en los análisis regionales del áreay en observaciones del primer autor en otrasregiones del país (Velandia, 1997; Velandia et al.,2001). Se atribuye a la mayoría de estas fallas unmovimiento de rumbo y la conformación de
bloques tectónicos transversales, que a su vez pueden ser subdivididos por fallas longitudinales.
Además se acepta que en algunos sectores dela Sabana, las fallas que aparecen como trans-versales, pueden estar asociadas a fallas longitudi-nales y actuar como rampas laterales de los cabal-gamientos, en el sentido de Camargo (1995). Es
probable que durante la evolución tectónica sehayan involucrado ambos mecanismos deformación, es decir, que correspondan con fallas derumbo que se convirtieron en rampas decabalgamientos o viceversa.
Hacia el norte de la Sabana sobresale la FallaEl Salitre, afecta los Cerros Orientales, controla elvalle del río Teusacá, atraviesa el complejo marcotectónico del sector de Zipaquirá y sigue hacia elnorte de Pacho, siendo un rasgo regional
prominente. Gómez (1991), Reyes (1993) y Ca-margo (1995) coinciden en que se trata de una fallade rumbo con desplazamiento de tipo sinestral.
La falla más representativa hacia el sur, es ladenominada Río Bojacá, cuyo trazo se dirige al SEdesde el sur de Facatativá, controlando en parte elcurso del río Tunjuelito. Se considera que ésta
constituye un límite de la depresión que dio origena la Sabana; tiene una expresión compleja, perocaracterística de su carácter de rumbo sinestral,con fallas menores sintéticas y antitéticasasociadas.
La Falla de Soacha es otro rasgo notorio yconverge hacia la anterior en el Páramo deSumapaz, por ello podría considerarse como unafalla de tipo sintético asociada al mismo sistema derumbo y con movimiento general también lateralizquierdo. Vergara (1997) denomina al conjunto defallas asociadas al rasgo principal del río Bojacá,
como Sistema de Facatativá y detecta alineamientode los cursos de los ríos Bojacá, Bogotá yTunjuelito; además, por rasgos observados enrocas precuaternarias, las categoriza como
potencialmente activas.Las fallas de El Salitre y Río Bojacá
constituyen quizás, los límites transversales deacumulación de los depósitos inconsolidados. Elsector de la Sabana propiamente dicho, localizado
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entre estas dos fallas, está cruzado transversal-mente por otras que no tienen la mismacontinuidad, sino una longitud menor y soninterrumpidas por fallas longitudinales, sugiriendoque podrían corresponder con un evento anterior alas fallas de cabalgamiento; en algunas zonas no se
descarta su reactivación posterior o coetánea conrelación a las longitudinales.
La Falla Río Juan Amarillo, limita al sur elCerro de Suba y controla el curso del río.Asociado a ella se encuentran los termales delClub Los Lagartos, por lo que Lobo-Guerrero(1996) la identifica como Falla de Los Lagartos,con un desplazamiento lateral asociado alcabalgamiento de fallas NE. Puede ser la misma
propuesta por Caro et al. (1996) como Falla deUsaquén, la cual es clasificada por Vergara (1997)como una falla potencialmente activa.
En el presente trabajo denominamos Falla deUsaquen, otra falla transversal que afecta loscerros orientales y que continúa bajo los depósitosinconsolidados hacia la parte media del Cerro deSuba.
La Falla Río Juan Amarillo hace parte de laque Gómez (1985) llama Falla Transversal del
Norte. Su trazo no coincide en la longitud ycontinuidad que estos autores le atribuyen hacia el
NW, limitando en forma neta los cerros de Cota yTabio-Tenjo. En nuestro concepto, esta falla estáinterrumpida por las fallas de El Dorado y El
Porvenir y sólo después de cruzar la cuenca del ríoChicú y el Cerro de Tabio-Tenjo, se une con laFalla Rodadero en la cuenca del río Subachoque.
La Falla San Cristobal tampoco presenta lacontinuidad que Caro et al. (1996) sugieren,atravesando la Sabana hasta Facatativá. Igualcontinuidad le atribuye Gómez (1985) cuando ladenomina Falla de Faca-Madrid. En el presentetrabajo, esta falla presenta segmentos cortados por fallas longitudinales en los cerros orientales, laFalla Bogotá y hacia la Sabana, por la Falla ElDorado, culminando en la Falla El Porvenir, sin
extenderse hasta Facatativá.Se nombra en este trabajo como FallaFacatativá a un segmento orientado NWW, que
pasa por la localidad, partiendo desde el sistema defallas de rumbo del Río Bojacá, hasta la FallaMadrid. Esta falla es el límite transversal dediferentes espesores de depósitos inconsolidados(aprox. 300 m al sur y más de 500 m al norte).
IMPLICACIONES HIDROGEOLÓGICAS
La interacción de estos dos sistemas defallas, forma bloques tectónicos que influyen en elsistema del agua subterránea. El aspecto principalse basa en los distintos espesores de los depósitos
inconsolidados del Neógeno-Cuaternario, según lascondiciones establecidas estructuralmente. Estasdiferencias se muestran en los cortes geológicosesquemáticos elaborados a lo largo de las cuencasde los ríos Subachoque, Chicú, cuenca alta delBogotá y transversalmente en la Sabana.
En este estudio se destaca la importancia delas fallas longitudinales y transversales, en la con-formación del paleorelieve, donde se establecencontactos fallados del Cretácico y del Paleógeno.Este modelo o esquema tectónico permite orientar la labor de exploración para aguas subterráneas, ya
que por ejemplo, sugiere bloques donde es probable encontrar el complejo acuífero delGuadalupe o el horizonte acuífero Cacho bajo losinconsolidados del Neógeno-Cuaternario, o bienlas arcillolitas y limolitas de las formacionesGuaduas y Bogotá. Los cortes geológicosesquemáticos (Fig. 4) ilustran el efecto de las fallasy distribución en bloques de las rocas cretácicascon relación a las paleógenas, reevaluando elconcepto de continuidad lateral de una unidad“terciaria” semipermeable entre el Grupo Gua-dalupe y los depósitos del Neógeno-Cuaternario,
en la Sabana de Bogotá. Esta distribución paleo-geográfica, determina una relación hidráulica entrelos complejos acuíferos del Guadalupe y Neógeno-Cuaternario, especialmente hacia el occidente de laSabana y en la cuenca del río Chicú.
Las grandes diferencias topográficas entre lazona de recarga del complejo acuífero Guadalupe yla parte plana de la cuenca, que en algunos casossupera los 1000 m, generan dentro de este com-
plejo, sistemas de agua subterránea de alta presión,los cuales contribuyen a la alimentación adicionalde los acuíferos del Neógeno-Cuaternario, aprove-
chando el alto fracturamiento de las rocas delGuadalupe en sitios de contacto directo entre lasdos sucesiones litológicas, conformando “ventanashidrogeológicas” (de Bermoudes y Quiroz, 2000).
El esquema también puede dar pautas sobreel papel de las fallas de cabalgamiento en elsentido de actuar como barreras o sellos, aislandolas zonas de recarga. A las fallas transversales encambio se les podría atribuir un carácter distensivo
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o extensional en general, convirtiéndose enexcelentes conductoras y propicias para la recargade acuíferos, especialmente en zonas de intensofracturamiento. El caso de los Cerros Orientalesresume estos puntos de vista, ya que la Falla deBogotá (longitudinal) estaría actuando como
barrera para la recarga de los acuíferos de losdepósitos inconsolidados de la Sabana, la cual sedaría más bien a lo largo de las abundantes fallastransversales que afectan los cerros, especialmentelas que tienen una continuidad bajo esta coberterahacia el NW. Aguas termominerales también seencuentran asociadas a estas fracturas.
A lo largo de las fallas de rumbo principalestambién se favorece la recarga, especialmentecuando la precipitación en la zona es alta, como elcaso de la Falla El Salitre. Las condiciones defracturamiento son similares en el Sistema de fallas
de rumbo del Río Bojacá, pero la baja precipi-tación en áreas como Soacha, son una desventaja para la recarga de los acuíferos.
CONCLUSIONES
Las imágenes de satélite permiten unainterpretación regional de rasgos lineales que com-
plementan las estructuras falladas ya cartografiadasen los alrededores de la Sabana de Bogotá y espe-cialmente en la cubierta de depósitos cuaternarios.
Con la información de sondeos eléctricos
verticales (SEV) y registros litológicos de pozos,se conformó una red de puntos que permitió definir como fallas algunos de los lineamientos detectadosen los depósitos cuaternarios. Se obtuvo unesquema estructural de la Sabana de Bogotá, con-formado por fallas longitudinales y transversales.
Se consideran como fallas longitudinales lasque tienen orientación al NE, caracterizadas engeneral como fallas de cabalgamiento y retro-cabalgamiento. Estas fallas conformaron alturas ydepresiones topográficas extendidas longitudinal-mente en sentido NE. La cuenca del río Chicú,
ubicada entre los cerros de Cota y Tabio-Tenjo ysu continuación en el bloque contiguo al sur, es lamás profunda de estas depresiones, es decir, dondese presentan los mayores espesores de las unidadesinconsolidadas.
Las fallas transversales identificadas ensentido NW, se interpretan bien como rampaslaterales de las fallas de cabalgamiento, o biencomo fallas de rumbo, como en el caso de las fallas
de El Salitre y Río Bojacá, las cuales tienendesplazamiento de tipo sinestral. La Falla Río JuanAmarillo, no tendría la continuidad que leatribuyen otros autores al denominarla Falla deUsaquén, sino que estaría interrumpida por fallaslongitudinales.
Se han reportado rasgos de neotectónicarelacionados con fallas longitudinales como las deBogotá, Río Tunjuelito y La Cajita, y con fallastransversales como la del Río Bojacá y Río JuanAmarillo, que permiten clasificarlas como activaso potencialmente activas; sin embargo, no existenestudios detallados que permitan confirmarlo. Serecomienda la investigación en las fallas men-cionadas y en sus trazos asociados, lo mismo queen la Falla El Salitre.
La interacción de las fallas longitudinales ytransversales configuró un paleorelieve de uni-
dades cretácicas y paleógenas que posteriormentefue cubierto por depósitos inconsolidados del Neógeno y Cuaternario. No existe una continuidadlateral de unidades semipermeables del Paleógenoen la Sabana de Bogotá, lo que implica que enalgunos sectores existe una relación hidráulicaentre los complejos acuíferos del Guadalupe y del
Neógeno-Cuaternario.
AGRADECIMIENTOS
A Ingeominas por las facilidades einfraestructura. Agradecemos a los geólogos GermánReyes y Hugo Forero por el procesamiento digital de lasimágenes Landsat y por su aporte a través de ladiscusión geológica. La colaboración de los geólogosMauricio Quiroz y Francisco Castrillón también fuefundamental en los aspectos hidrogeológicos, lo mismoque Luis Vásquez en la interpretación de SEV.
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