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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 718/2018. RECURRENTE: DIRECTOR GENERAL JURÍDICO, CONTENCIOSO Y DE SANCIONES DE LA COMISIÓN NACIONAL DE SEGUROS Y FIANZAS (AUTORIDAD TERCERA INTERESADA). PONENTE: MINISTRO ALBERTO PÉREZ DAYÁN. SECRETARIO: ISIDRO MUÑOZ ACEVEDO. Vo. Bo. Ciudad de México. Acuerdo de la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, correspondiente al día VISTOS para resolver el amparo directo en revisión identificado al rubro y; RESULTANDO: PRIMERO. Trámite y resolución del juicio de amparo. Mediante escrito presentado el dos de enero de dos mil diecisiete, ante la Oficialía de Partes de la Sala Especializada en Materia Ambiental y de Regulación del Tribunal Federal de Justicia Administrativa en la Ciudad de México, **********, por conducto de su apoderado legal **********, demandó el amparo y protección de la Justicia Federal contra la sentencia dictada el veintiocho de marzo del año en cita por la Sala Especializada del referido órgano jurisdiccional en el juicio de nulidad **********. En acuerdo de veinticuatro de mayo de dos mil diecisiete, la

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 718/2018. RECURRENTE: DIRECTOR GENERAL JURÍDICO, CONTENCIOSO Y DE SANCIONES DE LA COMISIÓN NACIONAL DE SEGUROS Y FIANZAS (AUTORIDAD TERCERA INTERESADA).

PONENTE: MINISTRO ALBERTO PÉREZ DAYÁN. SECRETARIO: ISIDRO MUÑOZ ACEVEDO. Vo. Bo.

Ciudad de México. Acuerdo de la Segunda Sala de la Suprema

Corte de Justicia de la Nación, correspondiente al día

VISTOS para resolver el amparo directo en revisión identificado

al rubro y;

RESULTANDO:

PRIMERO. Trámite y resolución del juicio de amparo.

Mediante escrito presentado el dos de enero de dos mil diecisiete,

ante la Oficialía de Partes de la Sala Especializada en Materia

Ambiental y de Regulación del Tribunal Federal de Justicia

Administrativa en la Ciudad de México, **********, por conducto de su

apoderado legal **********, demandó el amparo y protección de la

Justicia Federal contra la sentencia dictada el veintiocho de marzo del

año en cita por la Sala Especializada del referido órgano jurisdiccional

en el juicio de nulidad **********.

En acuerdo de veinticuatro de mayo de dos mil diecisiete, la

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 718/2018 [2]

Presidenta del Décimo Séptimo Tribunal Colegiado en Materia

Administrativa del Primer Circuito, admitió la demanda de amparo

registrándose al efecto el expediente relativo con el número **********.

En cumplimiento a lo ordenado en la Circular ********** y en el oficio

**********, suscritos respectivamente, por el Secretario Ejecutivo de

Creación de Nuevos Órganos y por el Secretario Técnico de la

Comisión de dicha Secretaría ambos del Consejo de la Judicatura

Federal determinó que el Tribunal Colegiado antes mencionado,

recibiera apoyo del Cuarto Tribunal Colegiado de Circuito del Centro

Auxiliar de la Quinta Región, con residencia en Los Mochis, Sinaloa.

Por acuerdo de quince de agosto de dos mil diecisiete, el citado

Tribunal Auxiliar se avocó al conocimiento del asunto, registrándolo

con el número **********. Previos los trámites de ley, el Tribunal

Colegiado Auxiliar dictó sentencia el catorce de diciembre del año

antes citado en la que concedió el amparo solicitado contra la

sentencia reclamada.

SEGUNDO. Trámite del recurso de revisión. Inconforme con la

anterior determinación, la parte tercero interesada, Ranferi Gómez

Hernández, en su carácter de Director General Jurídico, Contencioso y

de Sanciones de la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas,

interpuso recurso de revisión en su contra mediante escrito presentado

el veintitrés de enero del año en curso, ante el Décimo Séptimo

Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito.

En proveído de seis de febrero del año en curso, el Presidente

de la Suprema Corte de Justicia de la Nación admitió el recurso de

revisión que se registró con el número de expediente 718/2018.

Asimismo, ordenó se turnara el asunto al señor Ministro Alberto Pérez

Dayán y se enviara a esta Segunda Sala a efecto de que su

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 718/2018 [3]

Presidente dictara el acuerdo de radicación respectivo,

lo que se realizó el ocho de marzo de la presente

anualidad.

Con fundamento en los artículos 73 y 184 de la Ley de Amparo

vigente, se publicó el proyecto de la presente resolución.

CONSIDERANDO:

PRIMERO. Competencia. Esta Segunda Sala de la Suprema

Corte de Justicia de la Nación es legalmente competente para resolver

el presente recurso de revisión de conformidad con lo previsto en los

artículos 107, fracción IX, de la Constitución Política de los Estados

Unidos Mexicanos; 81, fracción II, de la Ley de Amparo vigente a partir

del tres de abril de dos mil trece y 21, fracción III, de la Ley Orgánica

del Poder Judicial de la Federación, en relación con lo dispuesto en los

Puntos Primero, Segundo y Tercero del Acuerdo General Plenario

9/2015, toda vez que se interpone contra una sentencia dictada en un

juicio de amparo directo en la que se plantea la inconstitucionalidad

del artículo 478 de la Ley de Instituciones de Seguros y Fianzas.

SEGUNDO. Procedencia del recurso. De conformidad con lo

previsto en los artículos 107, fracción IX, de la Constitución General de

la República, 81, fracción II y 86 de la Ley de Amparo en vigor, así

como en el Acuerdo General Plenario 9/2015, la procedencia del

recurso de revisión en amparo directo, está condicionada a la

satisfacción de los siguientes requisitos:

1. Que se interponga por conducto del Tribunal Colegiado de Circuito

que dictó la sentencia recurrida dentro de los diez días hábiles

siguientes al en que surta efectos la notificación respectiva.

2. Que en la sentencia recurrida:

a) Se decida sobre la constitucionalidad de normas generales, se

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 718/2018 [4]

establezca la interpretación directa de un precepto de la

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos o de los

derechos humanos previstos en los tratados internacionales de los

que el Estado Mexicano es parte; o bien

b) Se omita decidir sobre tales aspectos cuando hubiesen sido

planteados en la demanda de amparo;

c) Que se surtan los requisitos de importancia trascendencia.

En ese contexto, por razón de orden, debe analizarse en primer

término lo relativo a la oportunidad en la presentación del recurso

principal y la legitimación de la promovente, para lo cual debe tenerse

en cuenta que de autos se desprenden los siguientes aspectos:

El recurso de revisión se promovió por ********** en su carácter

de Director General Jurídico, Contencioso y de Sanciones, en

representación del Director General de Supervisión Actuarial1, ambos

de la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas, de la Secretaría de

Hacienda y Crédito Púbico -parte tercero interesada en el presente amparo-,

por lo que es dable sostener que se promovió por parte legitimada

para ello.

En cuanto a la oportunidad se advierte que la sentencia

recurrida se notificó a la autoridad tercero interesado, por medio de

oficio 56-A, el once de enero de dos mil dieciocho, por lo que el plazo

legal para la interposición del recurso transcurrió del viernes doce al

jueves veinticinco de enero del mencionado año2.

Toda vez que cuando acuda a juicio de amparo con la calidad de

autoridad, pues ésta fue quien impuso la sanción administrativa a la

1 Carácter que le fue reconocido en auto admisorio que obra a fojas 38 a 39 del juicio de amparo **********. 2 Debe tenerse en cuenta que la notificación de la sentencia recurrida surtió efectos el jueves once de enero de dos mil dieciocho y que se excluyen del cómputo relativo los días trece, catorce, veinte y veintiuno de enero del mismo año por haber sido inhábiles conforme a los artículos 19 de la Ley de Amparo y 163 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación.

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 718/2018 [5]

parte quejosa, de acuerdo con la jurisprudencia 2a./J.

43/2017 (10a.), de rubro: "NOTIFICACIONES EN

AMPARO. SURTEN EFECTOS EL DÍA SIGUIENTE

AL DE SU REALIZACIÓN CUANDO EL

RECURRENTE ES AUTORIDAD CON EL CARÁCTER DE

TERCERO INTERESADO, PERO COMPARECE A JUICIO EN UN

PLANO DE IGUALDAD CON EL QUEJOSO"3.

Entonces si la parte tercero interesada, Ranferi Gómez

Hernández, en su carácter de Director General Jurídico, Contencioso y

de Sanciones de la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas, presentó

el recurso de revisión en el Tribunal Colegiado del conocimiento, el

martes veintitrés de enero de dos mil dieciocho, es dable concluir

que es oportuna su interposición.

Por lo que respecta a los restantes requisitos que condicionan la

procedencia del recurso de revisión en amparo directo, se advierte que

en la sentencia recurrida se declaró la inconstitucionalidad del

artículo 478 de la Ley de Instituciones de Seguros y de Fianzas

(impugnado por la parte quejosa en su demanda) y la ahora recurrente

impugna tal determinación en sus agravios.

se decidió sobre la constitucionalidad de las citadas normas

generales y la parte recurrente combate tales consideraciones en la

presente vía.

Siendo que no existe jurisprudencia de este Alto Tribunal,

respecto a la regularidad constitucional del citado precepto normativo;

de ahí que se colmen los requisitos jurídico-procesales para la

procedencia del recurso.

TERCERO. Antecedentes del asunto. Para estar en aptitud de

examinar la materia del presente recurso, es importante tener

3 Época: Décima Época. Registro: 2014217. Instancia: Segunda Sala. Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación. Libro 42. Mayo de 2017. Tomo I. Materia(s): Común. Página: 614.

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 718/2018 [6]

presentes los siguientes antecedentes que informan el asunto:

I. Procedimiento administrativo sancionador. Por oficio

********** de treinta de junio de dos mil dieciséis, la Dirección General

de Supervisión Actuarial de la Comisión Nacional de Seguros y

Fianzas, en ejercicio de sus facultades, emplazó a la empresa

**********, por la probable comisión de la irregularidad consistente en la

"presentación incorrecta de resultados de valuación de la reserva de

obligaciones pendientes de cumplir (CVA-OPC) correspondiente al segundo

trimestre de 2015".

Una vez transcurrido el procedimiento, mediante la resolución

contenida en el oficio número ********** de tres de noviembre de dos

mil dieciséis, dictada dentro del expediente administrativo **********,

emitido por el Director General de Supervisión Actuarial, de la

Comisión Nacional de Seguros y Fianzas, se le impuso a la empresa

en cita una multa de $**********–**********moneda nacional–, derivado de la

presentación incorrecta del resumen de resultados de la valuación de

la reserva de obligaciones pendientes de cumplir correspondiente al

segundo trimestre de dos mil quince.

II. Juicio contencioso administrativo. Inconforme con la

anterior determinación, mediante escrito presentado el dos de enero

de dos mil diecisiete, ante la Oficialía de Partes de la Sala

Especializada en Materia Ambiental y de Regulación del Tribunal

Federal de Justicia Administrativa, con sede en la Ciudad de México,

**********, por conducto de su apoderado legal **********, interpuso

juicio contencioso administrativo en su contra.

Por acuerdo de tres de enero de dos mil diecisiete, la Sala

Especializada en Materia Ambiental y de Regulación del Tribunal

Federal de Justicia Administrativa, con residencia en la Ciudad de

México, admitió a trámite la demanda, la registró bajo el número

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 718/2018 [7]

**********, tuvo por admitidas las pruebas ofrecidas en

el capítulo respectivo; ordenó correr traslado a la

autoridad demandada, para que formulara su

contestación en el término de ley y fijó fecha para

cierre de instrucción.

Previos los trámites de ley, el veintiocho de marzo de dos mil

diecisiete, la Sala dictó sentencia, que culminó con los puntos

resolutivos siguientes:

"I.- Resultó procedente el presente juicio contencioso administrativo.

II.- La parte actora no probó los hechos constitutivos de su pretensión, en

consecuencia;

III.- Se reconoce la validez de la resolución impugnada, cuyos datos se

precisan en el resultando 1º de este fallo".

III. Juicio de amparo directo. Inconforme con el anterior fallo, la

empresa actora promovió juicio de amparo directo en su contra, el cual

fue registrado con el número de expediente ********** del índice del

Décimo Séptimo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del

Primer Circuito.

En cumplimiento a lo ordenado en la Circular ********** y en el

oficio **********, suscritos respectivamente, por el Secretario Ejecutivo

de Creación de Nuevos Órganos y por el Secretario Técnico de la

Comisión de dicha Secretaría ambos del Consejo de la Judicatura

Federal el asunto se remitió al Cuarto Tribunal Colegiado de Circuito

del Centro Auxiliar de la Quinta Región, con residencia en Los Mochis,

Sinaloa.

Al dictar la sentencia que ahora se recurre, el Tribunal Colegiado

Auxiliar determinó conceder el amparo solicitado, atento a las

siguientes consideraciones esenciales:

Es fundado el único concepto de violación formulado por

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 718/2018 [8]

la empresa quejosa, pues el artículo 478 de la Ley de

Instituciones de Seguros y de Fianzas "viola los derechos

fundamentales de legalidad y seguridad jurídica" contenidos en los

numerales 14 y 16 de la Constitución Federal, al no establecer

un límite de tiempo para que la Comisión Nacional de Seguros

y Fianzas, determine la imposición de una multa por el

incumplimiento o la violación a las normas de la propia ley, ya

que ello permite que la autoridad actúe con arbitrariedad, propiciando

que el procedimiento se prolongue indefinidamente, lo que causa

incertidumbre jurídica al gobernado".

Por otro lado, el hecho de que la norma en cuestión prevea que

al imponer la sanción correspondiente, la Comisión Nacional de

Seguros y Fianzas siempre deberá oír previamente al

interesado; no implica que la falta de término para determinar

sobre la procedencia o no de la sanción, no cause perjuicio

alguno en la esfera jurídica del gobernado, "puesto que en todo

caso, esa obligación -de oír al interesado- cumple con el derecho de

audiencia aludido, mas no con la garantía de seguridad jurídica referida

a la necesaria reglamentación del actuar de la autoridad para que el

mismo resulte acotado y limitado y, a su vez, tenga certidumbre jurídica

el afectado".

Máxime que en el caso, no se advierte que la ausencia de un

plazo para dictar resolución contenida en el artículo 478 de la

Ley de Instituciones de Seguros y de Fianzas, se subsane con

diversa disposición que lo establezca "o que, contrario a lo

apuntado por la responsable, el término para la caducidad establecido

en la propia ley, pueda ser aplicada".

Es así, pues si bien el diverso artículo 482 de la referida

legislación establece que la facultad de la Comisión Nacional

de Seguros y Fianzas para imponer sanciones de carácter

administrativo, caducará en un plazo de cinco años, lo cierto es

que "dicho plazo de caducidad se interrumpirá al iniciarse los

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 718/2018 [9]

procedimientos relativos", entendiéndose por ello, a partir de

la notificación al presunto infractor del oficio mediante el

cual se le concede el derecho de audiencia a que se refiere

el numeral 478 de la propia ley.

En tal virtud, si como en el caso, se inicia procedimiento en

contra de la quejosa, "se interrumpe el plazo para la caducidad; por

tanto, a partir de ese momento queda en libertad para la autoridad el

definir cuándo dictar la resolución correspondiente"; de ahí que la

indefinición legislativa de un límite temporal para que la

autoridad dicte resolución contenida en el artículo 478 de la Ley

de Instituciones de Seguros y Fianzas, "no se subsane con el de

caducidad establecido en el diverso 482 del propio ordenamiento, lo que

posibilita la prolongación indefinida del procedimiento, en menoscabo

del analizado principio de seguridad jurídica".

Luego, si el artículo 478 de la Ley de Instituciones de Seguros y

de Fianzas no establece límite de tiempo para emitir la

resolución que determine la sanción aplicable al caso, y en

congruencia con la garantía de seguridad jurídica los

procedimientos instaurados por la autoridad deben estar

delimitados temporalmente; "es claro que la falta de plazo que limite

la actuación de la autoridad, propicia que su actuar sea arbitrario".

Finalmente, resta señalar que si bien, la Ley de Instituciones de

Seguros y Fianzas, en sus artículos 6 y 9 establece plazos

genéricos para que las autoridades administrativas atiendan los

trámites establecidos en dicha norma, "lo cierto es que conforme a

su numeral 10, precisa que esos plazos no son aplicables a las

disposiciones que refieren, entre otros, el Título Décimo Tercero, en el

que precisamente se prevé el procedimiento para la imposición de la

multa, establecido en el arábigo 478".

En las relatadas consideraciones, ante la ilegalidad de la

sentencia reclamada al sustentarse en un precepto que propicia

un actuar inconstitucional de la autoridad emisora del acto

impugnado en el juicio contencioso, procede conceder el

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 718/2018 [10]

amparo y protección de la Justicia Federal solicitados, para el

efecto de que el Magistrado responsable deje insubsistente la

sentencia de veintiocho de marzo de dos mil diecisiete y en su

lugar emita otra, en la que se considere que el artículo 478 de

la Ley de Instituciones de Seguros y de Finanzas, conforme a

los lineamientos expuestos en esta ejecutoria, transgrede los

principios de legalidad y seguridad jurídica y, a partir de esa

premisa, resuelva lo que en derecho proceda.

CUARTO. Consideraciones y fundamentos. De los

antecedentes narrados, así como de los agravios formulados por la

autoridad recurrente -los cuales no se reproducen ya que serán sintetizados al

analizar en lo individual los puntos jurídicos materia de la presente revisión-, se

advierte que la litis planteada en el presente recurso estriba en

determinar, sustancialmente, si el artículo 478 de la Ley de

Instituciones de Seguros y de Fianza es contrario al derecho humano

a la seguridad jurídica, por no contener un plazo para que la Comisión

Nacional de Seguros y Fianzas emita la resolución respectiva en el

procedimiento sancionador.

A juicio de esta Segunda Sala, el precepto impugnado no

vulnera el principio de seguridad jurídica y, para establecer las

razones de ello, debe tenerse en cuenta en principio, el contenido y

alcance de los derechos humanos de legalidad y seguridad jurídica,

posteriormente, se determinarán las razones por las que el artículo

combatido no los vulnera.

1. Principios generales del derecho humano a la legalidad y

seguridad jurídica. Este Alto Tribunal ha establecido que las

garantías de seguridad y legalidad jurídica consagradas en los

artículos 14 y 16 de la Constitución General de la República, son la

base sobre la cual descansa el sistema jurídico mexicano, de manera

tal que lo que tutelan es que el gobernado "jamás se encuentre en una

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 718/2018 [11]

situación de incertidumbre jurídica y, por tanto, en estado de

indefensión". En ese sentido, el contenido esencial de

dicho principio radica, en sentido amplio, en "saber a

qué atenerse" respecto de la regulación normativa

prevista en la ley y a la actuación de la autoridad.

En efecto, todos los actos emanados del poder público deben de

realizarse en completa armonía con las reglas del Derecho, de tal

suerte que el principio de legalidad se viene a constituir no sólo como

una garantía de seguridad jurídica que permite a los gobernados

evitar el abuso de la autoridad en el ejercicio del poder, sino, además,

es la fórmula de la dirección que el pueblo de un Estado, a través de

sus representantes, puede imponer a los órganos públicos.

Como lo ha establecido la Corte Interamericana de Derechos

Humanos, en un Estado de Derecho "el principio de legalidad […] preside

la actuación de todos los órganos del Estado, en sus respectivas

competencias".4

De ahí que el principio de legalidad proyecta su teleología en

dos vertientes: (I) el hecho de obtener la sumisión de todos los actos

estatales al conjunto de la normatividad vigente; y (II) el sometimiento

de todos los actos singulares y concretos a un régimen estricto de

seguridad jurídica.

Por ello, es válido afirmar que el principio de legalidad puede ser

entendido como "la cualidad de lo que es conforme al Derecho". La

legalidad expresa así la conformidad al Derecho y es sinónimo de

regularidad jurídica.

En esa inteligencia, uno de los mecanismos más útiles y seguros

para mantener el orden jurídico vigente en un Estado y, ofrecer de esa

manera a los administrados las condiciones necesarias que los

4 Caso García Asto y Ramírez Rojas Vs. Perú. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 25 de noviembre de 2005. Serie C No. 137. Párrafo 187.

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 718/2018 [12]

conduzcan a la justicia social y al bien común, lo es,

significativamente, la aplicación y observancia del principio de

legalidad.

De ahí que si el referido principio, significa entonces, el sistema

más amplio y protector de la seguridad jurídica de los gobernados

frente al actuar de la autoridad, y particularmente frente a la

administración pública, es dable colegir que tal axioma constitucional

ordena a los operadores jurídicos, en especial los jueces, vigilar que

"el acto administrativo sea la consecuencia más clara de la sumisión de toda la

función de esta rama de gobierno, a un régimen de derecho. "

Asimismo, para efectos del presente asunto, en cuanto al débito

estatal de establecer delimitaciones temporales al ejercicio del poder

púbico, como lo es el poder sancionatorio en materia administrativa,

debe tenerse en cuenta que esta Segunda Sala, al resolver el amparo

en revisión ********** determinó que el espíritu del artículo 14

constitucional no puede interpretarse en el sentido de que el legislador

ordinario deba ceñirse a un modelo procesal concreto, pues

evidentemente el constituyente no tuvo la intención de someterlo a un

esquema procesal específico; "sino únicamente al deber de respetar los

elementos inherentes al derecho de audiencia".

De lo anterior se sigue que si un precepto ordinario prevé en su

texto "la posibilidad de que las partes sean llamadas al procedimiento relativo,

sean escuchadas, puedan ofrecer pruebas, se les permita alegar de buena

prueba y se establezca el deber de la autoridad de emitir la resolución

correspondiente, entonces, estará respetando las formalidades esenciales del

procedimiento" y, en consecuencia, cumpliendo plenamente con el

derecho de audiencia consagrado en el artículo 14 constitucional, con

independencia del diseño procesal que el legislador ordinario haya

elegido.

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 718/2018 [13]

Siendo que el precepto 14 de la Constitución

General de la República "no establece lineamiento alguno

al legislador secundario con relación al tiempo que debía

otorgar a las etapas procesales para el debido cumplimiento

de las formalidades esenciales del procedimiento", sino que únicamente le

impone el deber de que antes de privar a algún gobernado de la

libertad o de sus propiedades, posesiones o derechos se siga un juicio

ante un tribunal previamente establecido, en el que han de cumplirse

las formalidades esenciales del procedimiento, que son las que

garantizan una adecuada y oportuna defensa contra ese acto privativo,

"sin que ello implique la determinación de plazos con una temporalidad

específica ya que basta que el legislador prevea los tiempos oportunos para esa

defensa, quedando a su prudente arbitrio su extensión temporal".

En ese sentido, acorde con el referido precedente de esta Sala,

el derecho humano a la seguridad jurídica no impone un deber al

legislador de plasmar una temporalidad o plazo concreto para el

desahogo del debido proceso, sino que bastará con que en la norma o

normas generales respectivas se prevean los tiempos oportunos para

esa defensa –emplazamiento, pruebas, alegatos y resolución–, pudiéndose

dejar a la libertad configurativa del órgano legislativo su extensión.

Pero en todo caso, la existencia de un plazo para el desarrollo y

culminación del procedimiento es un requisito indispensable para el

principio de seguridad jurídica, pues el actuar de la respectiva

autoridad debe encontrarse siempre limitado o acotado, de tal manera

que la posible afectación a la esfera jurídica de los gobernados, no

resulte caprichosa o arbitraria.

Ello es así, porque en el ámbito concreto de la configuración

jurídica de los procedimientos sancionatorios, la garantía de seguridad

jurídica constriñe al legislador a regular de forma obligatoria ciertos

elementos mínimos que permitan la consecución de dos objetivos

primordiales, a saber, que el justiciable pueda hacer valer sus

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 718/2018 [14]

derechos y que la autoridad no incurra en arbitrariedades.

De ahí que si la garantía de seguridad jurídica se hace patente

en la prohibición a la autoridad de actuar con arbitrariedad, entonces

las etapas y plazos que dividan y ordenen un procedimiento deben

acotarse a un tiempo razonable para lograr el objetivo pretendido con

ellos, pues de no ser así, las facultades de verificación y

determinación de las autoridades serían arbitrarias, en contravención

a la garantía de seguridad jurídica.

En ese sentido, resulta inconcuso que la falta de plazo para

llevar a cabo un procedimiento, abre la posibilidad a la autoridad para

prolongar o dilatar caprichosamente y sin límite alguno dicho ejercicio

potestativo, no sólo en detrimento del particular, sino vulnerando uno

de los objetivos esenciales de la garantía de seguridad jurídica, esto

es, proscribir la arbitrariedad de la actuación de la autoridad.

2. La regularidad constitucional del artículo impugnado.

Precisado lo anterior, debe tenerse en cuenta que la autoridad

recurrente aduce en su primer agravio que es ilegal el fallo recurrido,

pues aun cuando el artículo 478 de la Ley de Instituciones de Seguros

y de Fianzas no establece expresamente el plazo con que cuenta la

autoridad para dictar la resolución culminante del procedimiento

sancionador, lo cierto es que, con base en el precepto 482 del mismo

ordenamiento legal, el infractor tiene certeza de la autoridad tiene el

plazo de cinco años para imponer la sanción correspondiente,

situación en función de la cual no se provoca incertidumbre jurídica en

el destinatario.

Por otra parte, en el tercer agravio señala que, de no revocarse

el sentido de la resolución recurrida, se estaría dejando a la Comisión

Nacional de Seguros y Fianzas sin posibilidad de emitir sanción

alguna, obstruyéndose así sus facultades para hacer cumplir a las

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 718/2018 [15]

Instituciones de Seguros y de Fianzas las obligaciones

establecidas en la Ley de Instituciones de Seguros y

de Fianzas, misma que es de interés público.

Como se ha anticipado, a juicio de esta Segunda Sala resultan

esencialmente fundados los anteriores motivos de disenso y, para

establecer las razones de ello, debe tenerse en cuenta que el artículo

478 de la Ley de Instituciones de Seguros y de Fianzas, establece lo

siguiente:

"Artículo 478.- Al imponer la sanción que corresponda, la Comisión siempre deberá oír previamente al interesado y tomará en cuenta las condiciones económicas e intención del infractor, la importancia de la infracción y sus antecedentes en relación con el cumplimiento de esta Ley, de los reglamentos respectivos o de las disposiciones de carácter general que emanen de ella.

En el caso de las Instituciones la condición económica se medirá en función de su capital contable, entendido como la diferencia entre sus activos y pasivos, y en el caso de las Sociedades Mutualistas en función de la diferencia entre sus activos y pasivos, en ambos casos cuantificados al término del ejercicio anterior a la comisión de la infracción. En el caso de Instituciones y Sociedades Mutualistas que hayan iniciado operaciones y que, por ese hecho, no cuenten con registros de capital contable, o de activos y pasivos, según corresponda, al cierre del ejercicio anterior a aquél en que se haya cometido la infracción, se empleará el capital contable, o los activos y pasivos, de inicio de sus operaciones.

Para oír previamente al presunto infractor, la Comisión deberá otorgarle un plazo de diez días hábiles, que podrá prorrogar por una sola vez, para que el interesado manifieste lo que a su derecho convenga, ofreciendo o acompañando, en su caso, las pruebas que considere convenientes. Agotado el plazo o la prórroga señalados, si el interesado no ejerció su derecho de audiencia se tendrá por precluído el derecho y con los elementos existentes en el expediente administrativo correspondiente, se procederá a emitir la resolución que corresponda, ajustándose a lo dispuesto en el presente artículo.

Una vez evaluados los argumentos hechos valer por el interesado y valoradas las pruebas aportadas por éste, y en su caso una vez valoradas las constancias que integran el expediente administrativo correspondiente, la Comisión para imponer la multa que corresponda, en la resolución que al efecto se dicte, deberá:

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 718/2018 [16]

I. Expresar con precisión la acción u omisión constitutiva de la infracción y los preceptos legales o disposiciones administrativas infringidas;

II. Considerar las condiciones económicas e intención del infractor, y

III. Tomar en cuenta la importancia de la infracción y los antecedentes del infractor en relación con el cumplimiento de esta Ley, de los reglamentos respectivos o de las disposiciones de carácter general que emanen de ella.

Con base en la apreciación que la Comisión haga de los elementos previstos en las fracciones I a III precedentes, impondrá la multa respectiva, determinando su cuantía dentro de los límites mínimo y máximo establecidos en esta Ley".

Como se desprende de la anterior cita, el precepto impugnado

no establece plazo alguno para que la Comisión Nacional de Seguros

y Fianzas dicte la resolución definitoria del procedimiento sancionador

de carácter administrativo.

Ahora, como se ha razonado, tal circunstancia no implica, por sí

misma, que exista transgresión a la garantía de seguridad jurídica de

los gobernados, a menos que, de la totalidad del cuerpo normativo,

tampoco se desprenda un límite temporal al que deba ceñirse la

autoridad para culminar con el procedimiento administrativo de mérito.

Precisamente, la autoridad recurrente aduce que no existe

violación alguna al principio de seguridad jurídica, pues dicho plazo se

deriva de la interpretación armónica que se realice con el diverso

precepto 482 de la Ley de Instituciones de Seguros y de Fianzas, que

prevé lo siguiente:

"Artículo 482.- La facultad de la Comisión para imponer las sanciones de carácter administrativo previstas en esta Ley, en las disposiciones de carácter general que de ella emanen, así como en los reglamentos respectivos, caducará en un plazo de cinco años, contado a partir del día hábil siguiente al que se realizó la conducta o se actualizó el supuesto de infracción.

El plazo de caducidad señalado en el párrafo inmediato anterior se interrumpirá al iniciarse los procedimientos relativos. Se entenderá que el procedimiento de que se trata ha iniciado a partir

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 718/2018 [17]

de la notificación al presunto infractor del oficio mediante el cual se le concede el derecho de audiencia a que hace referencia el artículo 478 de esta Ley".

Como se desprende el anterior precepto, la

facultad de la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas para imponer

sanciones administrativas “caducará” en un plazo de cinco años.

Empero, precisa que tal plazo "se interrumpirá al iniciarse los

procedimientos relativos", como lo es, precisamente, el procedimiento

administrativo sancionador previsto en el precepto 478 del mismo

ordenamiento legal.

Al respecto, esta Segunda Sala advierte que la armonización o

interpretación conjunta de ambos preceptos, esto es, de los artículos

478 y 482 de la Ley de Instituciones de Seguros y de Fianzas, admite

dos entendimientos posibles respecto a su juridicidad: uno que lo

tornaría contrario al principio de seguridad jurídica, y otro que es

conforme a éste, como se demostrará a continuación.

En efecto, una primera interpretación es, precisamente, la

sostenida en el fallo recurrido por el Tribunal Colegiado, en el sentido

de que el numeral 482 de la Ley de Instituciones de Seguros y de

Fianzas no puede subsanar la falta de plazo para el dictado de la

resolución del procedimiento administrativo sancionatorio a que se

refiere el diverso 478, ya que al hacer referencia aquél numeral a que

el plazo de la “caducidad” –en realidad prescripción– "se interrumpirá al

iniciarse los procedimientos relativos", implica que esa interrupción deja

indefinido el momento en el cual la Comisión Nacional de Seguros y

Fianzas debe dictar la resolución en la que defina la situación jurídica

de la persona sujeta al mismo, en franco detrimento del principio de

seguridad jurídica.

Es decir, si bien el citado artículo 482 prevé el lapso de cinco

años para que “caduquen” las facultades sancionadoras de la

Comisión, lo cierto es que dicho plazo se interrumpe con el inicio del

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 718/2018 [18]

procedimiento administrativo relativo; de ahí que a partir de ese

momento queda en manos de la autoridad definir, indiscriminadamente

y sin límite alguno, cuándo dictar la resolución correspondiente –que es

precisamente lo que trata de evitar el principio de seguridad jurídica–.

Consecuentemente, la ausencia del límite temporal descrito en el

precepto impugnado en forma alguna podría encontrarse subsanada

por la figura de la “caducidad” prevista en el artículo 482 de la Ley de

Instituciones de Seguros y de Fianzas, pues al interrumpirse el plazo

de esta última con el inicio del procedimiento sancionador, subsiste el

vicio de inconstitucionalidad determinado en la sentencia recurrida, es

decir, la indefinición legislativa de un límite temporal para que la

autoridad emita una resolución en dicho procedimiento, lo cual

posibilita incurrir en arbitrariedades o que se prolongue,

indefinidamente, el procedimiento y se deje en incertidumbre jurídica al

particular.

El anterior entendimiento de la operabilidad de ambos preceptos

normativos es lo que, precisamente, llevó al Tribunal Colegiado a

otorgar el amparo a la parte quejosa, al fundamentarse el fallo

reclamado en un precepto que, al carecer de plazo, atenta contra la

seguridad jurídica de las personas.

Sin embargo, esta Segunda Sala considera que es admisible una

segunda interpretación de los referidos enunciados normativos que

permite su adecuación y conformidad con el parámetro de

regularidad constitucional, en específico, con el principio de

seguridad jurídica.

En efecto, debe recordarse que la falta de un plazo específico

para un determinado procedimiento no generara en automático la

inconstitucionalidad de la norma que lo contemple, pues el legislador

puede establecer un plazo que sea común a un conjunto de procesos,

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 718/2018 [19]

sin tener que relacionar en todo momento uno en lo

individual para cada procedimiento que exista en el

orden jurídico, ya que basta con tal limitación o

acotación temporal para que se cumplimente con el

principio de seguridad jurídica.

Así, el plazo para la “caducidad” a que se refiere el artículo 482

la Ley de Instituciones de Seguros y de Fianzas, puede ser entendido

de manera común para el dictado de la resolución del procedimiento

administrativo sancionatorio a que se refiere el diverso 478, de la

siguiente manera.

Como se ha señalado, el precepto 482 contiene un plazo de

cinco años para el ejercicio de las facultades sancionatorias de la

Comisión Nacional de Seguros y Fianzas, y, al respecto, precisa que

éste "se interrumpirá al iniciarse los procedimientos relativos"; empero,

contrario a lo estimado en el fallo recurrido, esta Segunda Sala

considera que ello debe entenderse en el sentido que el plazo de cinco

años contados a partir del día siguiente en que se realizó la conducta

infractora, se interrumpe al momento de notificar al presunto infractor

el oficio mediante el cual se le concede el derecho de audiencia y se

reanuda una vez agotado el plazo o la prórroga para que

interesado manifieste lo que a su derecho convenga, ofreciendo o

acompañando, en su caso, las pruebas que considere

convenientes –conforme lo prevé el precepto 478 impugnado–, y deba

procederse a emitir la resolución que corresponda; momento en

el cual debe cesar la referida interrupción y, por ende, sigue

corriendo el “remanente” del plazo de cinco años, debiéndose

entonces la autoridad dictar la determinación respectiva antes de

que fenezca tal término.

Siendo menester precisar que el referido plazo de cinco años

para la caducidad debe entenderse en sentido amplio: esto es, que

comprende no sólo el ejercicio de las facultades punitivas, sino

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 718/2018 [20]

también la diversa consistente en la posibilidad de emitir la resolución

correspondiente dentro del procedimiento administrativo sancionador.

Es decir, que el ejercicio de la facultad sancionadora de la Comisión

no se agota al iniciar el procedimiento administrativo sancionatorio,

sino cuando dicta la resolución correspondiente, pues es en tal

momento cuando, una vez analizados los argumentos del presunto

infractor, así como las constancias que obran en el expediente,

determina si ha lugar o no a sancionar al interesado por la comisión de

la infracción que se le imputa.

En efecto, la interrupción del plazo a que se ha hecho referencia

no implica que se deje indefinida la temporalidad en que el

procedimiento administrativo sancionatorio debe culminar, ni que, una

vez dictada la resolución respectiva, se “reinicie” el plazo de cinco

años para sancionar al particular.

Por el contrario, la recta interpretación de los preceptos

normativos en estudio, implica que el plazo de cinco años a que se

refiere el precepto 482 de la Ley de Instituciones de Seguros y de

Fianzas, se entienda de la manera siguiente: (I) comienza a

computarse a partir del día hábil siguiente al que se realizó la conducta

o se actualizó el supuesto de infracción; (II) se interrumpe a partir de la

notificación al presunto infractor del oficio mediante el cual se le

concede el derecho de audiencia conforme al precepto 478 de la

misma ley; (III) una vez que se hayan agotado las etapas del proceso,

esto es, culminado el lapso para que el presunto infractor ejerza su

derecho de audiencia, se reanuda el cómputo del referido plazo, de

ahí que la Comisión deberá dictar la resolución respectiva antes

de que éste culmine –tomando en cuenta desde luego el tiempo ya transcurrido

desde el día hábil siguiente a la actualización del hecho infractor hasta el inicio del

procedimiento–.

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 718/2018 [21]

Para aclarar lo anteriormente aseverado, resulta

oportuno ejemplificar tales supuestos de la

siguiente manera. En un determinado asunto, se

realiza una conducta que es susceptible de sanción

conforme a la Ley de Instituciones de Seguros y de Fianzas –por ende,

comenzará a computarse el plazo de cinco años a partir del día hábil siguiente–. La

Comisión Nacional de Seguros y Fianzas, ejerce sus facultades de

inspección a los tres años siguientes a que se generó esa

conducta.

Al cuarto año decide emplazar al supuesto infractor en

términos del precepto 478 de la aludida ley, para que ejerza su

derecho de audiencia –momento en el cual se interrumpe el plazo–. Así, una

vez desahogado el procedimiento administrativo sancionatorio,

esto es, trascurrido el término para que interesado manifestara lo que

a su derecho convenga, ofreciendo o acompañando, en su caso, las

pruebas que considere convenientes, cesa la interrupción del plazo

referido, por lo que la Comisión deberá emitir la resolución

respectiva dentro del plazo de un año –que es el tiempo remanente de los

cinco que empezaron a computarse desde que se llevó a cabo el hecho infractor–.

Como se aprecia, el plazo de la “caducidad” para el ejercicio de

las facultades sancionatorias, es a su vez, la limitante o acotación

temporal para que la Comisión dicte la resolución respectiva con la

que culmine el procedimiento administrativo sancionatorio, por lo cual

es dable colegir que el precepto combatido es susceptible de

interpretarse de tal manera que sea conforme al principio de seguridad

jurídica.

En suma, si como se ha visto la intelección del artículo 478 de la

Ley de Instituciones de Seguros y de Fianzas, admite dos

entendimientos posibles respecto a su operabilidad jurídica, fuerza es

que este Alto Tribunal opte por "aquella interpretación mediante la cual sea

factible preservar la constitucionalidad de la norma impugnada, a fin de

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 718/2018 [22]

garantizar la supremacía constitucional y, simultáneamente, permitir una

adecuada y constante aplicación del orden jurídico". Así lo prevé la

jurisprudencia 2a./J. 176/2010 intitulada: "PRINCIPIO DE

INTERPRETACIÓN DE LA LEY CONFORME A LA CONSTITUCIÓN"5.

En ese sentido, atendiendo a la interpretación conforme que se

ha desarrollado en la presente ejecutoria, esta Segunda Sala colige

que, contrario a lo determinado en el fallo recurrido, el precepto 478 de

la Ley de Instituciones de Seguros y de Fianzas, no vulnera el

principio de seguridad jurídica, ya que, para el dictado de la

resolución del procedimiento administrativo sancionador, la Comisión

Nacional de Seguros y de Fianzas debe ceñirse a las reglas de

operabilidad temporales previstas en el diverso 482 de tal

ordenamiento legal, en los términos ya referidos.

Consecuentemente, al resultar fundado el primero de los

agravios y, por ende, ser suficiente para revocar el fallo impugnado,

resulta incensario que esta Segunda Sala se pronuncie respecto a los

restantes agravios hechos valer por la autoridad recurrente, ya que a

ningún fin práctico conduciría tal estudio.

Ilustra lo anterior, de manera análoga, la tesis de la otrora

Tercera Sala de este Alto Tribunal, que es del tenor literal siguiente:

"CONCEPTOS DE VIOLACION, ESTUDIO INNECESARIO DE LOS. Si al examinar los conceptos de violación invocados en la demanda de amparo resulta fundado uno de éstos y el mismo es suficiente para otorgar al peticionario de garantías la protección y el amparo de la justicia federal, resulta innecesario el estudio de los demás motivos de queja"6.

5 Consultable en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXXII, Diciembre de 2010, Página: 646. Novena Época. 6 Visible en el Semanario Judicial de la Federación, Volumen 175-180, Cuarta Parte, Página: 72. Séptima Época.

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 718/2018 [23]

QUINTO. Decisión. En atención a lo

anteriormente señalado, lo procedente es revocar la

sentencia recurrida y negar el amparo y la protección

de la Justicia Federal a la parte quejosa contra el fallo reclamado.

Por lo expuesto y fundado, se resuelve:

PRIMERO. Se revoca la sentencia recurrida.

SEGUNDO. La Justicia de la Unión no ampara ni protege a la

quejosa contra la autoridad y por el fallo reclamado precisados en el

resultando primero de esta ejecutoria.

Notifíquese; con testimonio de esta resolución vuelvan los autos

a su lugar de origen y en su oportunidad archívese el toca como

asunto concluido.

IMA/pbg