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AMPARO EN REVISIÓN 209/2018 QUEJOSA: AUTOMATION AND CONTROL SOLUTIONS, S. DE R.L. DE C.V. RECURRENTES: PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, CÁMARA DE DIPUTADOS, TESORERO DE LA FEDERACIÓN Y DIRECTOR GENERAL DE SEGURIDAD PRIVADA DE LA SECRETARÍA DE GOBERNACIÓN
PONENTE: MINISTRO JAVIER LAYNEZ POTISEK SECRETARIO: ALFREDO URUCHURTU SOBERÓN ELABORÓ: MARIO RAFAEL SULVARAN VIÑAS
Ciudad de México. La Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación, en la sesión correspondiente al _______________, emite la
siguiente
SENTENCIA
Mediante la que se resuelve el amparo en revisión 209/2018, interpuesto por
Automation and Control Solutions, S. de R.L. de C.V., contra la sentencia
dictada el 22 de mayo de 2017 por el Juzgado Octavo de Distrito en Materia
Administrativa en la Ciudad de México, en el juicio de amparo indirecto
1428/2016.
I. ANTECEDENTES
1. Procedimiento administrativo sancionador. Con motivo del probable
incumplimiento a diversas obligaciones previstas en la Ley Federal de
Seguridad Privada y su reglamento, se inició en contra de la quejosa,
procedimiento administrativo por parte de la Dirección General de Seguridad
Privada.1
2. Dicho procedimiento derivó en la resolución a través de la cual se determinó
que incumplió, entre otras, con su obligación de presentar ante la Dirección
General el informe semestral con los datos personales de sus compradores
1 Fojas 178 a 180 del cuaderno correspondiente al juicio de amparo indirecto 1428/2016, del índice del Juzgado Octavo de Distrito en Materia Administrativa en la Ciudad de México.
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y usuarios, por lo cual se le impuso una sanción consistente en amonestación
con difusión pública en la página de internet de la Secretaría y suspensión de
los efectos de la revalidación de la autorización por el término de 1 mes.
Asimismo, se ordenó publicar dichas sanciones en el Diario Oficial de la
Federación.2
3. Juicio de amparo.3 Inconforme, la sociedad mercantil promovió juicio de
amparo indirecto en el que señaló como autoridades responsables al
Congreso de la Unión, Presidente de la República, Director General de
Seguridad Privada y Tesorero de la Federación, de los cuales reclamó los
actos relativos al proceso legislativo, expedición y publicación del artículo 42,
penúltimo párrafo, de la Ley Federal de Seguridad Privada y del artículo 35
de su reglamento, así como los diversos oficios y la resolución del
procedimiento administrativo sancionador.
4. En sus conceptos de violación, la quejosa sostuvo esencialmente que:
a) El artículo 42, penúltimo párrafo es inconstitucional porque vulnera el
principio de proporcionalidad de las penas, pues el legislador no expuso
razonada y pormenorizadamente los motivos a efecto de entender por
qué en todos los casos debe publicarse la sanción;
b) Dicho artículo prevé una pena desproporcional que atenta contra el honor
y la reputación de la quejosa al establecer que se dará difusión pública a
las sanciones hasta en tres ocasiones en la página de internet de la
Secretaría de Gobernación, y otras en el Diario Oficial de la Federación y
en uno de los diarios de mayor circulación nacional;
c) El artículo 42, fracción III, inciso c), de la Ley Federal de Seguridad
Privada es inconstitucional, toda vez que no existe proporción entre la
conducta regulada consistente en no presentar la solicitud de revalidación
con al menos 30 días hábiles de anticipación a la extinción de la vigencia
2 Ibíd. Fojas 193 a 209. 3 Ibíd. Fojas 2 a 61.
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y la sanción consistente en la suspensión de los efectos
de la revalidación por un periodo de 1 a 6 meses.
d) Dicha medida genera implicaciones comerciales y
laborales sumamente graves, ya que la sanción
generaría la suspensión en la operación de la empresa.
e) El artículo 35 del reglamento establece una obligación a los prestadores
de servicios de seguridad privada que se encuentren en la modalidad de
actividad vinculada con servicios de seguridad privada, violando los
principios de jerarquía normativa y seguridad jurídica, ya que es contrario
a lo dispuesto en el artículo 32, fracción XXXII, de la Ley Federal de
Seguridad Privada, que impone la misma obligación pero para los
prestadores de servicios de una diversa modalidad –sistemas de
prevención y responsabilidades–, lo que impide determinar a la autoridad
y al sujeto obligado la posición que debe asumirse ante la hipótesis
normativa para su debida observancia, ya que no es clara en determinar
el ámbito personal de validez;
5. El juez de Distrito dictó sentencia en la que concedió el amparo a la quejosa,
en esencia, por las siguientes consideraciones:
a) el principio de reserva de ley impide que el reglamento invada materias
que la Constitución Federal reserva a la ley formal y, en cambio, el
principio de jerárquica normativa o subordinación jerárquica del
reglamento a la ley, constriñe al titular del Ejecutivo Federal a expedir sólo
aquellas reglas de tipo normativo que tiendan a hacer efectiva o a
pormenorizar la aplicación del mandato legal, pero sin contrariarlo,
modificarlo o excederlo;
b) el artículo 35 del Reglamento de la Ley Federal de Seguridad Privada es
violatorio de la facultad reglamentaria prevista en el artículo 89, fracción
I, constitucional y del principio de jerarquía normativa, ya que al establecer
que es obligación de los prestadores de servicios autorizados en la
modalidad establecida en la fracción VII del artículo 15 de la ley en
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comento, presentar de manera semestral ante la referida Dirección
General, los datos personales de los compradores y de los usuarios de
los servicios de seguridad privada relativos a esa modalidad, no
complementa, pormenoriza o trata de hacer efectiva la aplicación del
mandato legal, sino que en realidad crea un supuesto de obligación
distinto a los previstos en la ley que trata de reglamentar, lo que constituye
una modificación y excede lo que aquélla prevé;
c) del contenido de la Ley Federal de Seguridad Privada no se advierte algún
precepto legal que establezca la obligación de los prestadores de
servicios de seguridad privada, en la modalidad a la que se refiere el
artículo reclamado 35 del reglamento en cita, de proporcionar los datos
personales de los compradores y usuarios de esos servicios, que faculte
a la autoridad reglamentaria a regular esa obligación;
d) en la Ley Federal de Seguridad Privada no se advierte una remisión y
autorización expresa para que las sanciones puedan estar previstas en
su reglamento, el cual es emitido por el Titular del Poder Ejecutivo;
e) del artículo 42 impugnado no se advierten los supuestos que dan origen
a la imposición de la sanción administrativa, ya que únicamente determina
la amonestación con difusión pública en la página de la Secretaría de
Gobernación, pero no precisa en qué supuestos o qué conducta será
motivo de esa sanción;
f) el artículo 42, fracción I, de la Ley Federal de Seguridad Privada en
relación con el penúltimo párrafo de dicha norma, es inconstitucional, ya
que prevé supuestos hipotéticos en los que la conducta que se califica
como ilícita está precisada en términos abstractos, en virtud de que, a
partir de la norma no se conoce de manera clara, precisa, exacta e
indubitable cuál es la conducta que constituye la infracción, por lo que es
necesario un complemento para quedar plenamente integrada, lo que
infringe abiertamente la garantía de legalidad;
g) del contenido de la Ley Federal de Seguridad Privada no se observan
cuáles son los supuestos de infracción que darán motivo a la imposición
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de la sanción prevista en el artículo 42, fracción I, de la
citada ley, ya que ninguno de los numerales que prevén
obligaciones a cargo de los prestadores de servicios de
seguridad privada, remite de manera específica y clara a
la citada sanción, por lo que no existe certeza de cuáles
son las conductas infractoras que ameriten tal pena;
h) el artículo 42, fracción I, al no establecer de manera clara, precisa, exacta
e indubitable, cuál es la conducta que constituye la infracción, deja en
manos de una autoridad diversa al legislador determinar ese aspecto, en
el caso específico, al Ejecutivo Federal, ya que es en el reglamento en el
que se expresan los supuestos de infracción que ameritan la pena
administrativa que se analiza, por lo que se viola el principio de legalidad
que, como se dijo, impide que los poderes Ejecutivo y Judicial, configuren
libremente delitos y penas, o infracciones y sanciones;
i) las mismas consideraciones operan respecto de la fracción III, inciso c),
del mencionado numeral, porque para poder evidenciar de manera clara
y precisa el supuesto de infracción, debe acudirse a otra norma que lo
complementa (artículo 19 del mismo ordenamiento), lo cual genera que el
operador jurídico recurra a complementaciones legales que superan la
interpretación y que lo llevan al terreno de la creación legal para suplir las
imprecisiones de la norma.
j) dentro del derecho administrativo sancionador el principio de tipicidad
puede complementarse válidamente a partir de otras normas previstas en
la propia ley o reglamento, siempre y cuando dicha complementación sea
determinada de manera clara, precisa e indubitable por la propia norma
sancionadora que permita prever, sin que haya lugar a la interpretación y
a la arbitrariedad, el supuesto de las conductas infractoras, a fin de que
tanto la autoridad como el sujeto obligado puedan advertir sin lugar a
dudas las conductas que ameritan la aplicación de la pena, y
k) aceptar una interpretación distinta en el sentido de que basta que el
artículo que prevé la sanción remita de manera genérica a las diversas
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disposiciones que constituyen causa de infracción, sin precisar cuáles y
sin que aquéllas contemplen un nexo lógico vinculante con la norma
sancionadora, permitiría la arbitrariedad en la aplicación de las sanciones,
ya que dejaría a criterio de la autoridad determinar su aplicación
realizando una interpretación discrecional sobre aquellas disposiciones,
lo cual es violatorio del principio de legalidad y sus subprincipios
integrantes de tipicidad y exacta aplicación de la ley.
6. Recurso de revisión. En contra, las autoridades responsables promovieron
recurso de revisión. Expusieron, en síntesis, los siguientes agravios:
Agravios expuestos por la Cámara de Diputados
a) el precepto impugnado constituye uno de los denominados tipos
administrativos en blanco que requiere de un complemento para
integrarse plenamente, de ahí que deba entenderse que la conducta
infractora se encuentra tipificada de forma conjunta en diversas
disposiciones, pues el artículo impugnado contiene una previsibilidad
de la conducta a sancionar, dado que permite deducir que su aplicación
está supeditada a otras normas, las cuales establecen las obligaciones
cuyo incumplimiento se sanciona;
b) contrario a lo decidido por el Juez del conocimiento no es
inconstitucional que existan preceptos legales que establezcan tipos de
sanción administrativa, en los que la conducta típica se integre con
normas complementadas, siempre que esa regulación, conforme una
predeterminación cierta de la conducta debida, impida la arbitrariedad
de la autoridad aplicadora;
Agravios expuestos por el Presidente de la República
c) el artículo 42, fracción I, de la Ley Federal de Seguridad Privada, no es
violatorio del principio de legalidad, pues si bien dicha porción no
establece el supuesto a sancionar, ello sí se define en el respectivo
reglamento, lo cual no lo torna inconstitucional. La Suprema Corte ha
definido en diversas ocasiones que no es violatorio del principio de
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tipicidad que se establezcan sanciones por el
incumplimiento de obligaciones contenidas en una
pluralidad de normas, ya que las obligaciones cuyo
incumplimiento actualiza una sanción, se pueden derivar
mediante un análisis sistemático y armónico de los
demás ordenamientos;
d) el artículo 42, fracción III, inciso c), de la Ley Federal de Seguridad
Privada, no viola la garantía de seguridad jurídica, puesto que el
artículo 19 del mismo ordenamiento establece que los prestadores de
servicios cuentan con 30 días hábiles para solicitar la revalidación de
la autorización y, en esas condiciones, la actuación de la autoridad
administrativa queda acotada impidiendo que actúe de manera
arbitraria.
e) el artículo 35 del Reglamento no contraviene el principio de reserva de
ley, pues el propio artículo 42 de la Ley Federal de Seguridad Privada
establece que el incumplimiento a las obligaciones dispuestas en la ley
o el Reglamento darán lugar a la imposición de sanciones.
7. El tribunal colegiado de circuito dictó sentencia en la cual: i) desechó el
recurso interpuesto por el Director General de Seguridad Privada de la
Secretaría de Gobernación, toda vez que carece de legitimación porque el
amparo concedido por el Juez de Distrito fue con motivo de la
constitucionalidad de las normas y no por el acto de aplicación; ii) declaró
infundados e inoperantes los agravios expuestos por el Tesorero de la
Federación, iii) declaró infundados los agravios expuestos por el Presidente
de la República, relativos a la alegada variación de la litis por parte del Juez
de Distrito para conocer del artículo 42, fracciones I y III, inciso c), y iv) dejó
a salvo la jurisdicción de la Suprema Corte de Justicia respecto de los temas
de constitucionalidad planteados por las recurrentes.4
4 Fojas 71 a 102, del cuaderno relativo al amparo en revisión 315/2017, del índice del Décimo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito.
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8. El Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación admitió a trámite
los recursos y los turnó al Ministro Javier Laynez Potisek.5 El Presidente de
la Segunda Sala ordenó que ésta se avocara al conocimiento del asunto.6
II. COMPETENCIA
9. La Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es competente
para conocer del presente recurso de revisión, de conformidad con lo
dispuesto en los artículos 107, fracción VIII, inciso a), de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos; 83 de la Ley de Amparo; 11,
fracción V, y 21, fracción XI, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la
Federación; punto Tercero, en relación con el punto Segundo, fracción III, del
Acuerdo General Plenario 5/2013; toda vez que se interpusieron contra una
resolución dictada en la audiencia constitucional en un juicio de amparo
indirecto, en el que se impugnó la constitucionalidad del artículo 42, fracción
I y III, inciso c), así como el penúltimo párrafo de la Ley Federal de Seguridad
Privada, por lo que en este asunto subsiste un problema de constitucionalidad
de leyes, aunado a que no se estima necesaria la intervención del Tribunal
Pleno.
III. OPORTUNIDAD Y LEGITIMACIÓN
10. Esta Segunda Sala estima innecesario analizar lo relacionado con la
oportunidad y la legitimación, porque el tribunal colegiado ya se ocupó de ello.
IV. CONSIDERACIÓN PREVIA
11. Con apoyo en lo dispuesto por el artículo 79 de la Ley de Amparo y tomando
en cuenta que la congruencia de las sentencias que se dicten en los juicios
de garantías es una cuestión de orden público, a continuación se corrige una
incongruencia de la sentencia sujeta a revisión.
5 Acuerdo de 8 de marzo de 2018. Foja 60 del cuaderno relativo al amparo en revisión 209/2018, del índice de esta Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. 6 Acuerdo de 11 de abril de 2018. Ibíd. Foja 121.
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12. Sirve de apoyo a lo anterior el criterio contenido en
la jurisprudencia P. L/98 del Pleno de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación, que establece:
“SENTENCIA EN AMPARO CONTRA LEYES. SI EN EL RESOLUTIVO SE OTORGA LA PROTECCIÓN
CONSTITUCIONAL RESPECTO DE LA LEY SIN CONSIDERANDO QUE LO SUSTENTE, DEBE CORREGIRSE OFICIOSAMENTE LA IRREGULARIDAD EXAMINANDO LOS CONCEPTOS DE VIOLACIÓN CORRESPONDIENTES. Esta Suprema Corte ha establecido, en la jurisprudencia 501, publicada en la compilación de 1995, Tomo VI, Materia Común, página 331, que si bien la parte resolutiva de una sentencia es la que puede perjudicar a las partes y no sus consideraciones, tal aserto debe entenderse también en el sentido de que los razonamientos expresados en el fallo son los que rigen la decisión reflejada en los puntos resolutivos y sirven para interpretarla, lo que aplicado a las sentencias de amparo en que se conceda la protección constitucional, obliga a atender a las consideraciones que sirven de sustento a la resolución, para establecer el alcance y efectos del fallo protector, además de que con base en estas precisiones, es como la autoridad responsable está en aptitud de dar cabal cumplimiento a la ejecutoria respectiva. Por tanto, de darse el caso de que, en la parte resolutiva de un fallo, se conceda el amparo en contra de una norma legal sin consideraciones que sustenten esa decisión, la Suprema Corte debe corregir de oficio dicha irregularidad a través del estudio de los conceptos de violación expresados en contra del ordenamiento impugnado, análisis que no perjudica al quejoso, sino, por el contrario, con su realización incluso puede verse favorecido, porque los efectos de la eventual concesión del amparo en contra de la ley, una vez efectuado dicho examen, podrían ser mayores a los que produce la sentencia que omitió ocuparse de esta cuestión.”
13. De la lectura del apartado correspondiente a la fijación de la litis de la
ejecutoria del juicio de amparo, se advierte que el juez de distrito, atendiendo
a la causa de pedir, estableció que el quejoso esencialmente se dolía, entre
otras cuestiones, de que:
“[e]l artículo 42, fracción I y penúltimo párrafo de la Ley Federal de Seguridad Privada es inconstitucional porque carece de fundamentación y motivación, y porque vulnera el principio de legalidad de las normas generales, ya que el legislador no expuso razonada y pormenorizadamente los motivos de las sanciones y tampoco observó los principios de tipicidad, así como de razonabilidad, proporcionalidad, aplicables al derecho administrativo sancionador, por lo que no se ajustó texto de la Constitución General (sic), ya que el citado numeral no señala por qué debe aplicarse en todos los casos la publicidad de la sanción impuesta; además porque prevé una pena desproporcional y atenta contra su honor y reputación al establecer que en todos los casos
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(previstos en el citado numeral) se dará difusión pública hasta en tres ocasiones a las sanciones una en la página de internet de la Secretaría de Gobernación y otras a costa del infractor, en el Diario Oficial de la Federación y en uno de los diarios de mayor circulación nacional, por lo que contraviene el artículo 22 constitucional.”
14. Posteriormente, en el apartado relativo al estudio de inconstitucionalidad del
artículo 42 de la Ley Federal de Seguridad Privada, el Juez de Distrito
consideró lo siguiente:
Como se desprende de la lectura de los conceptos de violación (primero y segundo), la parte quejosa expone que el artículo 42 de la Ley Federal de Seguridad Privada que se tilda de inconstitucional, adolece de fundamentación y motivación en su creación, que vulnera la garantía de legalidad porque no permita a la autoridad realizar un juicio entre la infracción cometida, el bien jurídico tutelado y la pena a imponerse, así como el principio de proporcionalidad. […] Como se advierte, del artículo 42 impugnado se obtiene el listado de las sanciones a las que puede hacerse acreedor el prestador de servicios de seguridad privada que incumpla con las obligaciones establecidas en la propia Ley Federal de Seguridad Privada y su Reglamento, sanciones que van desde la amonestación con difusión pública en la página de internet de la Secretaría de Gobernación, pasando por multa; suspensión de los efectos de la autorización; clausura; y, revocación de la autorización; además el citado numeral dispone que el prestador de servicios podrá hacerse acreedor a una o varias de dichas sanciones, las cuales, en todos los casos se publicarán a costa del infractor en el Diario Oficial de la Federación y en un diario de mayor circulación nacional. En el presente caso la quejosa impugna ese precepto legal a partir de la imposición de las sanciones consistente en amonestación con difusión pública en la Secretaría de Gobernación –fracción I– y suspensión de la autorización –fracción III, inciso c)–, así como la publicación en el Diario Oficial de la Federación y un diario de mayor circulación a su costa de ambas sanciones –penúltimo párrafo–.”
15. Sin embargo, el Juez de Distrito omitió realizar el estudio del penúltimo
párrafo del artículo 42 de la Ley Federal de Seguridad Privada en los términos
anunciados y sólo se ocupó del estudio relativo a las fracciones I y III, inciso
c), de dicho precepto y no obstante dicha omisión, en los resolutivos de la
ejecutoria resolvió conceder el amparo a la quejosa en contra de las
fracciones I, III, inciso c), y penúltimo párrafo de la norma mencionada.
16. Pues bien, bastan las explicaciones anteriores para advertir que existe una
incongruencia en la ejecutoria de amparo que debe ser corregida en esta
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instancia, toda vez que la omisión en el estudio de la
porción normativa que fue declarada inconstitucional y
respecto de la cual se concedió el amparo a la quejosa,
así lo amerita.
17. Al respecto, el Pleno de este Alto Tribunal ha
considerado que cuando existe incongruencia entre las consideraciones y los
puntos resolutivos de una sentencia o resolución se debe atender a las
razones expuestas por el juzgador, pues el contenido de los considerandos
refleja la verdadera intención del órgano resolutor y no los puntos resolutivos,
en los que puede haber error o inconsistencias. Así se advierte de la
jurisprudencia P./J. 133/99, de rubro: “SENTENCIA DE AMPARO.
INCONGRUENCIA ENTRE LOS RESOLUTIVOS Y LA PARTE
CONSIDERATIVA, EL TRIBUNAL REVISOR DEBE CORREGIRLA DE
OFICIO.”
18. En ese tenor, con fundamento en el artículo 93, fracción V de la Ley de
Amparo, se realizará el análisis del concepto de violación relativo a que el
penúltimo párrafo del artículo 42 de la Ley Federal de Seguridad Privada, no
es acorde con el principio constitucional de proporcionalidad de las penas, en
los términos fijados por el Juez de Distrito en le ejecutoria de amparo.
19. No es óbice a lo anterior, el hecho de que las autoridades responsables no
hayan expuesto consideración alguna al respecto en la revisión, puesto que
esta Segunda Sala ha considerado que cuando sea advertida una
incongruencia de una sentencia de amparo, se justifica la intervención
oficiosa del tribunal revisor, dado que al resolver debe hacerlo con la mayor
claridad posible para lograr la mejor comprensión de su fallo, no siendo
correcto que soslaye el estudio de esa incongruencia aduciendo que no existe
agravios en su contra, ya que eso equivaldría a que se confirmara una
resolución incongruente y carente de lógica. Así se advierte de la
jurisprudencia 2a./J. 58/99, de rubro: “ACTOS RECLAMADOS. LA
OMISIÓN DE SU ESTUDIO EN LA SENTENCIA RECURRIDA DEBE SER
REPARADA POR EL TRIBUNAL REVISOR, A PESAR DE QUE SOBRE EL
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PARTICULAR NO SE HAYA EXPUESTO AGRAVIO ALGUNO EN LA
REVISIÓN.”
V. ESTUDIO DE FONDO
20. Fijación de la litis. Como se advierte de la síntesis de los conceptos de
violación formulados por la quejosa y de los agravios formulados por las
recurrentes, las cuestiones de constitucionalidad que subsisten consisten
esencialmente en determinar 3 aspectos: i) si el artículo 42, penúltimo párrafo
contraviene el principio de proporcionalidad de las penas previsto en el
artículo 22 constitucional, ii) si el artículo 42, fracción I y III, inciso c), así como
que el penúltimo párrafo es contrario al principio de legalidad, y iii) si el
artículo 35 del Reglamento de la Ley Federal de Seguridad Privada es
contrario a los principios de reserva de ley y subordinación jerárquica.
Estudio relacionado con los conceptos de violación de la quejosa en los
que se controvierte la regularidad constitucionalidad del artículo 42,
penúltimo párrafo, al considerar que viola el principio de
proporcionalidad de las penas
21. Como se advierte de la síntesis previa de los conceptos de violación, la
quejosa tildó de inconstitucional el penúltimo párrafo del artículo impugnado,
al considerar esencialmente que transgrede en su perjuicio el principio de
proporcionalidad de las penas porque atenta contra el honor y la reputación
de la quejosa al establecer que se dará difusión pública a las sanciones hasta
en tres ocasiones en la página de internet de la Secretaría de Gobernación,
y otras en el Diario Oficial de la Federación y en uno de los diarios de mayor
circulación nacional.
22. El Juez de Distrito al fijar la litis del juicio consideró que consistía en
determinar si dicha porción normativa trasgredía el artículo 22 constitucional
al no señalar porqué debe aplicarse en todos los casos la publicidad de la
sanción impuesta; además porque prevé una pena desproporcional y atenta
contra su honor y reputación al establecer que en todos los casos previstos
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en dicho numeral se dará difusión pública hasta en tres
ocasiones a las sanciones una en la página de internet
de la Secretaría de Gobernación y otras a costa del
infractor, en el Diario Oficial de la Federación y en uno
de los diarios de mayor circulación nacional.
23. Tales argumentos resultan infundados, en los términos que se exponen a
continuación.
24. Respecto a la problemática antes plasmada, esta Segunda Sala se pronunció
en el amparo en revisión 125/20187, en el cual determinó que el penúltimo
párrafo del artículo 42 de la Ley Federal de Seguridad Privada no transgrede
el principio de proporcionalidad de las penas previsto en el artículo 22
constitucional, en esencia, bajo las siguientes consideraciones:
Desde su creación, en la legislación se previó como una de las
principales obligaciones con las que debían contar las personas que
prestaran tales servicios de seguridad privada, las establecidas en el
capítulo III, correspondiente al Registro Nacional de Empresas, Personal
y Equipo de Seguridad Privada; apartado que establece una serie de
obligaciones a efecto de que la autoridad estuviera debidamente
informada respecto del personal, equipo, autorizaciones, ubicación de
las empresas y demás información útil a efecto de que la autoridad que
regule los servicios de seguridad privada en las entidades federativas
correspondientes tenga la información suficiente para salvaguardar la
eficacia del servicio.
De los artículos 12, 13 y 42, penúltimo párrafo, de la Ley Federal de
Seguridad Privada, se desprende que lo que buscó proteger el legislador
fue el conocimiento informado por parte de la autoridad de todo lo
relacionado con el servicio de brindar seguridad privada, en el caso
concreto, la obligación de mantener actualizada la información
relacionada con el personal de la empresa, domicilio, modificaciones a
su acta constitutiva, el equipo que maneja, así como información de los
compradores o usuarios que utilizan sus servicios; obligaciones que de
incumplirse tendrán como resultado la imposición de sanciones que van
desde una amonestación hasta la suspensión del servicio,
estableciéndose que, en todos los casos, se dará difusión pública a
7 Fallado en la sesión de 23 de mayo de 2018, por unanimidad de 5 votos.
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aquéllas, a costa del infractor, en el Diario Oficial de la Federación y en
uno de los diarios de mayor circulación nacional.
Esta Segunda Sala advierte que la publicación de tal sanción en el Diario
Oficial y en un diario de circulación nacional persigue un fin
constitucionalmente legítimo, en tanto que busca proteger bienes
jurídicos de suma importancia, es decir, se busca evitar que se ponga
en peligro la confianza de la ciudadanía en la obtención de un servicio
de profesionalismo y calidad de seguridad pública; asimismo, se orienta
a castigar a aquellos prestadores del servicio de seguridad privada que
no hayan seguido las medidas establecidas para ello.
El bien jurídico tutelado por la norma impugnada proviene de la
necesidad de mantener la seguridad pública bajo los más altos
estándares de calidad, por lo que se castiga a los prestadores del
servicio de seguridad privada que no cumplan bajo el término legal con
sus obligaciones, en específico con la de mantener actualizada la
información de la empresa en cuestión, pues de no hacerlo obstaculizan
el objetivo orientado a obtener la confianza en la ciudadanía de lograr un
servicio de seguridad que cuente con la calidad y profesionalismo
suficientes para erradicar la violencia en el país.
En esas condiciones, tomando en consideración que el legislador está
facultado para imponer penas que logren inhibir y castigar una conducta
en aras de la protección de un bien jurídico tutelado determinado, nos
lleva a concluir que la publicidad de la sanción correspondiente y los
bienes que se buscan proteger, guardan una armonía en tanto la medida
es acorde para el propósito establecido.
25. Como se puede apreciar de las consideraciones antes apuntadas, este Alto
Tribunal llegó a la conclusión de que la norma impugnada es constitucional al
ser acorde con el principio fundamental de proporcionalidad de las penas, en
tanto que la publicación a que hace referencia tiene una finalidad
constitucionalmente legítima: evitar que se ponga en peligro la confianza de
la ciudadanía en la obtención de un servicio de profesionalismo y calidad de
seguridad pública.
Estudio relacionado con los agravios de las recurrentes en los que se
controvierten las consideraciones del Juez de Distrito que declararon la
inconstitucionalidad del artículo 42, fracción I y III, inciso c), así como el
penúltimo párrafo
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26. Se analizan de forma conjunta los agravios
propuestos por la Cámara de Diputados y el Presidente
de la República, relativos a las normas antes señaladas,
toda vez que el Juez de Distrito determinó la
inconstitucionalidad de éstas bajo las mismas
consideraciones.
27. Como ya fue señalado, el juez de amparo concedió el amparo al considerar
que el artículo 42, fracciones I y III, inciso c), así como el penúltimo párrafo
de la Ley Federal de Seguridad Privada, es inconstitucional ya que prevé
supuestos hipotéticos en los que la conducta que se califica como ilícita está
precisada en términos abstractos, sin que de ella se advierta de manera clara,
precisa, exacta e indubitable cuál es la conducta que constituye la infracción.
28. Sostuvo, por lo que respecta a la fracción I, que para poder determinar la
conducta de infracción es preciso acudir a la fracción I del artículo 60 del
Reglamento de la Ley Federal de Seguridad Privada, con lo cual se evidencia
que no es el artículo 42 de la ley el que determina el supuesto de infracción
sino únicamente la sanción aplicable, por lo que es necesario una
complementación normativa.
29. Y en cuanto a la fracción III, inciso c), señaló que no establece de manera
clara, precisa, exacta e indubitable, cuál es la conducta que constituye la
infracción, ya que para tal efecto debe acudirse al artículo 19 de la propia
legislación, lo que da margen a la arbitrariedad.
30. Abundó que no pasaba desapercibido el hecho de que esta Segunda Sala se
hubiera pronunciado en el sentido de considerar que la garantía de legalidad
y exacta aplicación de la ley en materia del derecho administrativo
sancionador, se cumple cuando la norma que prevé las sanciones
administrativas se complementa con un diverso precepto de la propia
legislación o su disposición reglamentaria, pero que dicho criterio debía
interpretarse en el sentido de considerar que ello era así, siempre y cuando
dicha complementación sea determinada de manera clara, precisa e
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indubitable por la propia norma sancionadora que permita prever, sin que
haya lugar a la interpretación y a la arbitrariedad, el supuesto de las
conductas infractoras.
31. Dichas consideraciones fueron combatidas en los agravios, tanto de la
Cámara de Diputados, como del Presidente de la República, los cuales
resultan esencialmente fundados en los términos que se exponen a
continuación.
32. En efecto, como lo precisó el Juez de Distrito, esta Segunda Sala se ha
pronunciado en el sentido de considerar que las normas de remisión no
vulneran el principio de tipicidad cuando el supuesto de infracción que
contienen se complementa con lo previsto en sus disposiciones
reglamentarias, tal como se desprende de la tesis 2a. CXXVI/2016 (10a.), de
rubro y texto:
“TIPICIDAD. LAS NORMAS DE REMISIÓN NO VULNERAN DICHO
PRINCIPIO, CUANDO EL SUPUESTO DE INFRACCIÓN QUE
CONTIENEN SE COMPLEMENTA CON LO PREVISTO POR EL
PROPIO ORDENAMIENTO O POR SUS DISPOSICIONES
REGLAMENTARIAS. El Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación ha sostenido que dada la similitud y la unidad de la potestad
punitiva, en la interpretación constitucional de los principios del derecho
administrativo sancionador puede acudirse a aquellos del derecho penal
sustantivo como el de legalidad y, particularmente, al de tipicidad, que
exige una predeterminación normativa clara y precisa de las conductas
ilícitas y de las sanciones correspondientes, de manera que no quede
margen a la arbitrariedad de las autoridades encargadas de su
aplicación. Sobre esa base, cuando la norma que contiene el supuesto
de infracción establece: "las demás violaciones a esta ley y a sus
disposiciones reglamentarias" o expresiones similares, no vulnera el
principio de tipicidad, siempre que la conducta de reproche se desprenda
de la propia legislación o de sus disposiciones reglamentarias y permita
al gobernado su previsibilidad, evitando con ello la arbitrariedad de la
autoridad administrativa al establecer una sanción.” (Énfasis añadido)
33. Para verificar si se está en dicho supuesto, es necesario transcribir el artículo
42, fracción I y III, inciso c), de la Ley Federal de Seguridad Privada:
Artículo 42.- Atendiendo al interés público o por el incumplimiento de los prestadores de servicios a las obligaciones establecidas en esta Ley y
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su Reglamento, se dará origen a la imposición de una o más de las siguientes sanciones: I. Amonestación, con difusión pública en la página de Internet de la Secretaría; […] III. Suspensión de los efectos de la autorización de uno a seis meses, en este caso, la suspensión abarcará el
ámbito territorial que tenga autorizado, incluida su oficina matriz, en los siguientes casos: […] c) No presentar en tiempo la solicitud de revalidación de autorización. […] En todos los casos se dará difusión pública a las sanciones, la cual se hará a costa del infractor, en el Diario Oficial de la Federación y en uno de los diarios de mayor circulación nacional, identificando claramente al infractor, el tipo de sanción, el número de su autorización y el domicilio de su establecimiento en su caso. […]
34. Como se puede apreciar, el artículo combatido contiene la cláusula de
remisión apuntada anteriormente con la finalidad de brindar certeza jurídica a
sus destinatarios; sin embargo, ello no es suficiente para justificar la
constitucionalidad de la norma, sino que es necesario verificar que de la
propia legislación y sus disposiciones reglamentarias se desprenda la
conducta de reproche y permita su previsibilidad, evitando con ello la
arbitrariedad de la autoridad administrativa al establecer una sanción.
35. Esta Segunda Sala estima que el artículo impugnado no viola el principio de
tipicidad porque de una interpretación sistemática de los artículos 12, 13, 19
y 42, fracción I, de la Ley Federal de Seguridad Privada8, en relación con el
8 Artículo 12.- El Registro deberá contemplar los apartados siguientes: I. La identificación de la autorización, revalidación o modificación de la autorización para prestar los servicios, o del trámite administrativo que se haya desechado, sobreseído, negado, revocado, suspendido o cancelado por parte de la Dirección General; II. La identificación de la autorización, revalidación, modificación o cualquier otro acto administrativo similar por el que se permita prestar el servicio de seguridad privada, o en su caso, del trámite desechado, sobreseído, negado, revocado, suspendido o cancelado por las autoridades competentes de las entidades federativas; III. Los datos generales del prestador de servicio; IV. La ubicación de su oficina matriz y sucursales; V. Las modalidades del servicio y ámbito territorial;
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diverso 60, fracción I, de su reglamento9, se advierte de manera clara,
precisa, exacta e indubitable, cuales son las conductas que constituyen la
infracción.
36. En efecto, como se puede apreciar de dichas disposiciones, la conducta que
se sanciona con la fracción I del artículo impugnado consiste en la omisión
de informar, dentro de los primeros 10 días naturales de cada mes, sobre la
situación y actualizaciones relativas a los apartados que debe contemplar el
registro (mismos que se encuentran pormenorizados en las 12 fracciones que
componen el artículo 12), la cual será sancionada con amonestación.
VI. Representantes legales; VII. Las modificaciones de las actas constitutivas o cambios de representante legal; VIII. Opiniones sobre las consultas del prestador de servicios, respecto de la justificación para que sus elementos puedan portar armas de fuego en el desempeño del servicio, otorgadas, modificadas, en trámite, y desechadas o negadas; IX. Los datos del personal directivo y administrativo; X. Identificación del personal operativo, debiendo incluir sus datos generales; información para su plena identificación y localización; antecedentes laborales; altas, bajas, cambios de adscripción, de actividad o rango, incluidas las razones que los motivaron; equipo y armamento asignado; sanciones administrativas o penales aplicadas; referencias personales; capacitación; resultados de evaluaciones y demás información para el adecuado control, vigilancia, supervisión y evaluación de dicho personal; XI. Armamento, vehículos y equipo, incluyendo los cambios en los inventarios correspondientes y demás medios relacionados con los servicios de seguridad privada, y XII. Los demás actos y constancias que prevea esta Ley y su Reglamento. Artículo 13.- Para efectos del Registro, el prestador de servicios, estará obligado a informar, dentro de los primeros 10 días naturales de cada mes, sobre la situación y actualizaciones relativas a cada uno de los rubros contemplados en el artículo que antecede. Artículo 19.- Para revalidar la autorización otorgada, bastará que el prestador de servicios, cuando menos con treinta días hábiles de anticipación a la extinción de la vigencia de la autorización, lo solicite y manifieste, bajo protesta de decir verdad, no haber variado las condiciones existentes al momento de haber sido otorgada, o, en su caso, actualice aquellas documentales que así lo ameriten, tales como inventarios, movimientos de personal, pago de derechos, póliza de fianza, modificaciones a la constitución de la empresa y representación de la misma, planes y programas de capacitación y adiestramiento, y demás requisitos que por su naturaleza lo requieran. 9 Artículo 60.- Los Prestadores de Servicios que infrinjan las disposiciones de la Ley y el presente Reglamento, serán sancionados en los términos a que se refiere el artículo 42 de la Ley, de la siguiente forma: I. Con amonestación, cuando se trate de la infracción a alguna de las obligaciones previstas en los artículos 13, 28, fracción III, y 32, fracciones XII, XV, XVII, XX, XXI y XXXI bis de la Ley; o 23, fracciones I, II, IV, VI, VII, VIII, IX, X, XII, XIII y XIV, 31, 48 y 53, fracción IV, del presente Reglamento. […]
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37. En cuanto a la fracción III, inciso c), del mismo
numeral, se aprecia que la conducta que se sanciona es
la consistente en la omisión de presentar la solicitud de
revalidación de autorización, cuando menos con 30 días
hábiles de anticipación a la extinción de la vigencia de la
autorización (conforme a lo dispuesto en el artículo 19
del mismo ordenamiento), lo cual produce como sanción la suspensión de los
efectos de la autorización de uno a seis meses.
38. En esas condiciones, resulta evidente que de la interpretación sistemática de
los artículos previamente referidos, se advierte de manera clara, precisa,
exacta e indubitable, cuales son las conductas que constituyen la infracción.
Por consiguiente, bajo los parámetros establecidos por esta Segunda Sala y
que fueron previamente desarrollados, el artículo 42, fracciones I y III, inciso
c), así como el penúltimo párrafo, de la Ley Federal de Seguridad Privada,
resulta constitucional.
39. En consecuencia, al haber resultado fundados los agravios en los términos
previamente desarrollados, se impone revocar la sentencia dictada por el
Juez de Distrito y negar el amparo solicitado por la quejosa en contra del
artículo 42, fracciones I y III, inciso c), así como el penúltimo párrafo, de la
Ley Federal de Seguridad Privada.
Estudio relacionado con los agravios en los que se controvierten las
consideraciones del Juez de Distrito que declararon la
inconstitucionalidad del artículo 35 del Reglamento de la Ley Federal de
Seguridad Privada
40. Respecto a dicha norma, el Juez de Distrito sostuvo que era violatoria de la
facultad reglamentaria prevista en el artículo 89, fracción I constitucional y del
principio de jerarquía normativa, ya que al establecer que es obligación de los
prestadores de servicios autorizados en la modalidad establecida en la
fracción VII del artículo 15 de la Ley Federal de Seguridad Privada10,
10 Artículo 15.- Es competencia de la Secretaría, por conducto de la Dirección General, autorizar los servicios de Seguridad Privada, cuando estos se presten en dos o más entidades federativas y de acuerdo a las modalidades siguientes:
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presentar de manera semestral ante la Dirección General los datos
personales de los compradores y de los usuarios de los servicios de
seguridad privada relativos a esa modalidad, no complementa, pormenoriza
o trata de hacer efectiva la aplicación del mandato legal, sino que en realidad
crea un supuesto de obligación distinto a los previstos en la ley que trata de
reglamentar, lo que constituye una modificación y excede lo que aquélla
prevé.
41. Agregó que la ley es clara en imponer esa obligación únicamente a una de
las modalidades de prestación de servicios (la cual no corresponde a los
servicios que presta la quejosa), por lo que al establecer esa obligación para
una modalidad diversa a la prevista en la legislación, la disposición
reglamentaria no encuentra sustento legal y va más allá de ella.
42. También consideró que del contenido de dicha ley no se advierte ningún
precepto que establezca la obligación de los prestadores de servicios de
seguridad privada, en la modalidad de actividad vinculada con servicios de
seguridad privada, de proporcionar los datos personales de los compradores
y usuarios de esos servicios, que faculte a la autoridad reglamentaria a
regular esa obligación no prevista para dicha modalidad.
43. Estas consideraciones fueron combatidas en los agravios del Presidente de
la República, al considerar esencialmente que el principio de legalidad
aplicable en el derecho administrativo sancionador, no exige una absoluta
reserva de ley y tipicidad que obligue al legislador a establecer
exhaustivamente y completamente un esquema sancionatorio en un solo
ordenamiento legal, sino que el actual criterio es de “reserva de ley mínimo”
que establece un estándar en el que el desarrollo normativo se realice en la
fuente legislativa, sin estimar que la autoridad administrativa tenga cancelada
la posibilidad de participar en el desarrollo de facultades normativas.
[…] VII. ACTIVIDAD VINCULADA CON SERVICIOS DE SEGURIDAD PRIVADA. Se refiere a la actividad relacionada directa o indirectamente con la instalación o comercialización de sistemas de blindaje en todo tipo de vehículos automotores, y de los equipos, dispositivos, aparatos, sistemas o procedimientos técnicos especializados.
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44. También argumentó que el artículo impugnado no
transgrede el principio de reserva de ley porque el
artículo 3 de la ley establece que la aplicación,
interpretación y efectos de dicha legislación corresponde
al Ejecutivo Federal a través de la Secretaría de
Seguridad Pública, y en razón de que la materia de
seguridad privada constituye un régimen regulatorio complejo en el que se
requiere la producción de normas a las que se puede dar seguimiento a corto
plazo para adaptarlas cuando así se requiera, es que se consideró adecuado
dotar al Ejecutivo Federal de una facultad regulatoria.
45. Abundó que si bien la obligación de presentar los datos personales de los
compradores y de los usuarios de los servicios se establece en el reglamento,
el destinatario de la norma está en aptitud de prever la sanción por su
conducta y la obligación a la que está vinculado, en tanto que el poder
legislativo estableció en el artículo 42 de la ley, que las transgresiones a las
disposiciones de dicha ley o su reglamento constituyeran infracciones que
deben sancionarse.
46. Tales agravios son infundados en los términos que se exponen a
continuación.
47. Este Alto Tribunal ha emitido abundante jurisprudencia en relación con la
facultad reglamentaria del Ejecutivo Federal, en la cual ha dotado de
contenido los principios de reserva de ley y jerarquía normativa.
48. En términos del artículo 89, fracción I, constitucional, la facultad reglamentaria
permite y al mismo tiempo obliga al Presidente de la República a emitir
normas jurídicas generales, abstractas, obligatorias, coercibles e
impersonales, para desarrollar y detallar una ley en sentido formal y material.
Estas normas se denominan reglamentos y conforme al texto constitucional,
su objeto es proveer en la esfera administrativa a la exacta observancia de
las leyes emitidas por el órgano legislativo; es decir, desarrollar y completar
en detalle las disposiciones de la ley, pero sin que el ejercicio de esa facultad
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pueda exceder el alcance de los mandatos del legislador, o bien, contrariar o
alterar sus disposiciones, por ser precisamente la ley su medida y
justificación.
49. Dicha facultad está limitada o acotada por el contenido propio de la ley a la
cual se reglamenta, de tal suerte que el titular del Poder Ejecutivo (local o
federal) podrá desarrollar mediante un reglamento lo previsto en la ley, pero
sin exceder de lo previsto en ella o contrariarla.11
50. Aunque formalmente el reglamento es de naturaleza administrativa,
materialmente comparte las características sustanciales de una ley, como
son la generalidad, abstracción, obligatoriedad, impersonalidad y
coercibilidad. Lo anterior quiere decir que, en cuanto a su generalidad, tanto
la ley como el reglamento permanecen después de su aplicación, esto es,
deben aplicarse cuantas veces se dé el supuesto previsto, sin distinción de
personas; en cuanto a su abstracción, tanto la ley como el reglamento se
refieren a un número indeterminado e indeterminable de casos; por lo que se
refiere a su obligatoriedad, la ley y el reglamento deben ser observados por
todos los sujetos a los cuáles van encaminados; en cuanto a su
impersonalidad, se trata de disposiciones dirigidas a una pluralidad de
personas, también indeterminadas o indeterminables; y finalmente, por lo que
se refiere a su coercibilidad, ambos deben ser observados por los
destinatarios incluso en contra de su voluntad, so pena, en muchos casos, de
hacerse acreedores de una sanción.
51. En cuanto a sus diferencias con la ley, además de la ya apuntada, en cuanto
a que proviene del órgano ejecutivo y no del legislativo, el reglamento siempre
está supeditado al contenido de la ley, así como esta última a la Constitución,
sin que el reglamento pueda alterar su espíritu, ni el contenido y alcance de
11 Como se advierte de la jurisprudencia 2a./J. 47/95, de rubro y texto siguientes “FACULTAD REGLAMENTARIA. SUS LIMITES. Es criterio unánime, tanto de la doctrina como de la jurisprudencia, que la facultad reglamentaria conferida en nuestro sistema constitucional al Presidente de la República y a los Gobernadores de los Estados, en sus respectivos ámbitos competenciales, consiste, exclusivamente, dado el principio de la división de poderes imperante en la expedición de disposiciones generales, abstractas e impersonales que tienen por objeto la ejecución de la ley, desarrollando y completando en detalle sus normas, pero sin que, a título de su ejercicio, pueda excederse el alcance de sus mandatos o contrariar o alterar sus disposiciones, por ser precisamente la ley su medida y justificación.”
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sus disposiciones. Por tal motivo, puede sostenerse que
el reglamento crea o innova el derecho positivo, pero
dentro del marco de la propia ley que le sirve de sustento.
52. En este aspecto, ninguna disposición constitucional
autoriza al Ejecutivo Federal para expedir leyes, toda vez
que dicha facultad es exclusiva del Congreso de la Unión y si bien las normas
jurídicas que por disposición constitucional puede emitir el Presidente de la
República, desde el punto de vista material son similares a los actos
legislativos expedidos por el Congreso, en cuanto son generales, abstractas
e impersonales y de observancia obligatoria, pero se distinguen de las
segundas porque son normas subordinadas a las disposiciones legales que
reglamentan y que deben ser definidas como actos administrativos generales.
53. Las normas reglamentarias se rigen por el principio de legalidad, del cual
derivan, a su vez, 2 principios subordinados: i) el de reserva de ley, y ii) el de
subordinación jerárquica. El primero de ellos consiste en la prohibición de
abordar materias reservadas en exclusiva a las leyes del Congreso, mientras
que el segundo exige que el reglamento esté precedido por una ley cuyas
disposiciones desarrolle, complemente o pormenorice y en las que encuentre
justificación y medida.12
54. En esa medida, es posible afirmar que existen limitaciones específicas a la
facultad reglamentaria del Ejecutivo Federal, ya que se encuentra acotada a
observar los principios previamente desarrollados al emitir sus normas, lo cual
12 Como se desprende de la jurisprudencia 2a./J. 29/99, de rubro y texto: “FACULTAD REGLAMENTARIA DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA. PRINCIPIOS QUE LA RIGEN. Según ha sostenido este Alto Tribunal en numerosos precedentes, el artículo 89, fracción I, constitucional, faculta al presidente de la República para expedir normas reglamentarias de las leyes emanadas del Congreso de la Unión, y aunque desde el punto de vista material ambas normas son similares, aquéllas se distinguen de éstas básicamente, en que provienen de un órgano que al emitirlas no expresa la voluntad general, sino que está instituido para acatarla en cuanto dimana del Legislativo, de donde, por definición, son normas subordinadas, de lo cual se sigue que la facultad reglamentaria se halla regida por dos principios: el de reserva de ley y el de subordinación jerárquica a la misma. El principio de reserva de ley, que desde su aparición como reacción al poder ilimitado del monarca hasta su formulación en las Constituciones modernas, ha encontrado su justificación en la necesidad de preservar los bienes jurídicos de mayor valía de los gobernados (tradicionalmente libertad personal y propiedad), prohíbe al reglamento abordar materias reservadas en exclusiva a las leyes del Congreso, como son las relativas a la definición de los tipos penales, las causas de expropiación y la determinación de los elementos de los tributos, mientras que el principio de subordinación jerárquica, exige que el reglamento esté precedido por una ley cuyas disposiciones desarrolle, complemente o pormenorice y en las que encuentre su justificación y medida.”
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implica que en ningún caso puede exceder la legislación que reglamenta,
pues ésta constituye su parámetro de validez.
55. En el caso, el artículo 35 del Reglamento dispone textualmente:
Artículo 35.- Es obligación de los Prestadores de Servicios autorizados en la modalidad establecida en la fracción VII del artículo 15 de la Ley, presentar ante la Dirección General, los datos personales de los compradores y de los usuarios de los servicios relativos a la modalidad citada. Por datos personales deberá entenderse: I. De los compradores y usuarios: a) Nombre, denominación o razón social; b) Domicilio; c) Clave única de registro de población en el caso de personas físicas o Registro Federal de Contribuyentes si son personas morales, y d) Datos del documento de identificación, los cuales podrán ser: credencial para votar con fotografía, licencia de conducir, cédula profesional, pasaporte o documento similar. II. De la persona que suministró el equipo: a) Nombre, denominación o razón social, y b) El número de registro de la autorización o permiso que los acredite como prestadores de servicios debidamente autorizados. Los datos a que se refiere este artículo deberán entregarse en formato libre y de manera semestral, cuyo plazo empezará a correr al día hábil siguiente al que sea otorgada la autorización o revalidación del prestador de servicios. La Dirección General será responsable de la confidencialidad, guarda, custodia y reserva de los datos a que se refiere el presente Capítulo, de acuerdo con las normas establecidas en el artículo 14 de la Ley, lo anterior sin perjuicio de que los Prestadores de Servicios mantengan en estricta confidencialidad la información.
56. De la norma antes transcrita se desprende la obligación dirigida a los
prestadores de servicios autorizados en la modalidad establecida en la
fracción VII del artículo 15 de la ley, consistente en presentar semestralmente
ante la Dirección General de la Secretaría, los datos personales de los
compradores y de los usuarios de los servicios.
57. Por su parte, la fracción VII del artículo 15 de la Ley Federal de Seguridad
Privada dispone:
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Artículo 15.- Es competencia de la Secretaría, por conducto de la Dirección General, autorizar los servicios de Seguridad Privada, cuando estos se presten en dos o más entidades federativas y de acuerdo a las modalidades siguientes: […] VII. ACTIVIDAD VINCULADA CON SERVICIOS DE
SEGURIDAD PRIVADA. Se refiere a la actividad relacionada directa o indirectamente con la instalación o comercialización de sistemas de blindaje en todo tipo de vehículos automotores, y de los equipos, dispositivos, aparatos, sistemas o procedimientos técnicos especializados.
58. En dicha norma se establecen las modalidades de prestación de servicios
que se pueden autorizar, dentro de las cuales se encuentra la relacionada
con la actividad vinculada con servicios de seguridad privada.
59. Ahora bien, en relación con las obligaciones de los prestadores de servicios,
cobra especial relevancia el contenido de la fracción XXXII del artículo 32 de
la ley, el cual dispone:
Artículo 32.- Son obligaciones de los prestadores de servicios: […] XXXII. Tratándose de prestadores de servicios que operen en la modalidad prevista en la fracción VI del artículo 15 de la presente Ley, deberán crear y mantener un registro de compradores y usuarios, el cual deberá contener datos personales del usuario y la persona o empresa que suministró el equipo. Dicho registro de compradores y usuarios deberá presentarse semestralmente ante la Dirección General y se aplicarán las disposiciones relativas al Registro Nacional de Empresas, Personal y Equipo de Seguridad Privada contenidas en el Título Segundo, capítulo III de la presente Ley.
60. En esta disposición normativa se establecen las obligaciones a cargo de los
prestadores de servicios, dentro de las cuales destaca la dirigida a la
modalidad prevista en la fracción VI del artículo 15 de dicha ley13, consistente
en presentar semestralmente ante la Dirección General el registro de
13 VI. SISTEMAS DE PREVENCIÓN Y RESPONSABILIDADES. Se refieren a la prestación de servicios para obtener informes de antecedentes, solvencia, localización o actividades de personas, y
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compradores y usuarios, el cual deberá contener datos personales del
usuario y la persona o empresa que suministró el equipo.
61. Sin embargo, ni del artículo 32, ni de cualquier otro precepto de la Ley Federal
de Seguridad Privada, se desprende la obligación dirigida a la modalidad de
actividad vinculada con servicios de seguridad privada, de presentar
semestralmente ante la Dirección General de la Secretaría, los datos
personales de los compradores y de los usuarios de los servicios.
62. Lo anterior evidencia que en dicha legislación no existe precepto alguno que
obligue a los prestadores de servicios de la modalidad de actividad vinculada
con servicios de seguridad privada a presentar la información a que hace
referencia el artículo 35 del Reglamento de la Ley Federal de Seguridad
Privada.
63. En consecuencia, al ser una norma reglamentaria que no desarrolla,
complementa o pormenoriza alguna norma contenida en la ley y en la que
encuentre justificación y medida, el artículo 35 del Reglamento de la Ley
Federal de Seguridad Privada transgrede el principio de subordinación
jerárquica que regula la facultad reglamentaria del Presidente de la República
y, en esa medida, se confirma su inconstitucionalidad.
64. No es óbice a lo anterior el hecho de que en el artículo 42 de la Ley Federal
de Seguridad Privada se hubiera dispuesto que el incumplimiento a las
obligaciones establecidas en esa legislación o en su reglamento constituyera
infracciones que deben sancionarse, toda vez que conforme al principio de
subordinación jerárquica, la validez de una disposición reglamentaria
depende de la existencia de una norma legal en la que encuentre justificación
y medida.
65. En otras palabras, el principio de subordinación jerárquica implica la
existencia de una norma que derive del proceso legislativo, en la cual se
establezca expresamente la obligación o conducta que podrá ser
reglamentada, sin que se pueda llegar al extremo de entender que basta con
establecer de forma genérica que las obligaciones, cualesquiera que éstas
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sean, pueden estar establecidas en el reglamento, pues
ello implicaría la emisión de una norma autónoma, no
subordinada a una disposición normativa contenida en
un ordenamiento formal y materialmente legal.
VI. DECISIÓN
66. En consecuencia, esta Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación resuelve,
PRIMERO. En la materia de la revisión se revoca la sentencia recurrida.
SEGUNDO. La Justicia de la Unión no ampara ni protege a la quejosa
en contra del artículo 42, fracciones I y III, inciso c), así como el penúltimo
párrafo, de la Ley Federal de Seguridad Privada.
TERCERO. La Justicia de la Unión ampara y protege a la quejosa en
contra del artículo 35 del Reglamento de la Ley Federal de Seguridad Privada,
en los términos establecidos en la presente ejecutoria.
Notifíquese; con testimonio de esta resolución devuélvanse los autos
a su lugar de origen y en su oportunidad archívese el presente asunto como
concluido.