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Revista Galileo Año 1 / No. 4 / Mayo 2015

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Los espartanos de la antigua Grecia arrojaban desde el Monte Taigeto a las personas con discapacidad. Esta cultu-ra, guerrera por naturaleza,

no concebía a un ciudadano sin la ple-nitud de todos sus órganos como parte de su sociedad. No sólo los espartanos tenían esa práctica, también en la India los abandonaban en el río Ganges. De hecho son innumerables los registros his-tóricos del desdén hacia las personas con capacidades diferentes, tal es el caso de los Chagga de África Oriental, quienes utilizaban a las personas con discapa-cidad para ahuyentar al demonio; los Jukun, de Sudán, consideraban que eran malos espíritus y los abandonaban para que murieran. Nuestra sociedad actual no tiene esas salvajes prácticas, que en su momento eran permisibles por las con-diciones socioculturales que prevalecían. Sin embargo, en el mundo de hoy se castiga a esa importante población con una constante aún más lacerante: la in-diferencia. En Guatemala no existen registros exactos de cuántas personas tienen alguna discapacidad, pero, sin duda alguna, representan una porción fundamental de nuestro tejido social. Más allá de la cantidad del grupo, for-man parte de nuestra Guatemala, por lo que nuestra sociedad tiene la obligación de dotarles las condiciones necesarias para su pleno desarrollo. Este principio fundamental de equidad ha sido una constante en Universidad Galileo desde su fundación hace treintiocho años, ya

que contamos con las condiciones físicas y técnicas para ese efecto. Y no sólo se trata de instalaciones inertes, sino tam-bién brindamos el respeto hacia la dig-nidad de las personas con discapacidad, piedra angular para su pleno desarrollo. Tal es el caso de Jorge Chamier, un joven que por un accidente quedó parapléjico y eligió a la Universidad Galileo como el lugar idóneo para alcanzar sus sueños profesionales, ya que entre otras cosas contamos con rampas para que pueda trasladarse en todo el campus. Chamier no sólo obtiene un ambiente favorable para seguir adelante, también fortalece el espíritu de nuestros estudiantes, do-centes y personal administrativo como un verdadero ejemplo de vida, de lucha tenaz contra las adversidades que la vida le otorgó. Es por ello que cuando se inició el proceso para participar como líderes técnicos en la planificación del proyecto Educación Superior Virtual Inclusiva para Latinoamérica (ESVIAL) no dudamos en usar todos nuestros re-cursos y nuestras mentes más brillantes para lograr la aprobación del mismo, su ejecución y su culminación a todas luces exitosa. Fue un verdadero honor liderar a diez reconocidas universidades de América Latina, así como a tres de Europa y haber capacitado a más de mil docentes provenientes de unas 50 uni-versidades del continente. Así también a más de 10 mil estudiantes, quienes tu-vieron acceso a nuestros cursos en áreas ejecutivas y de reforzamiento laboral de educación virtual inclusiva on-line.

La inclusión como eje transversal

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EDITORIAL

De esta manera Universidad Galileo hace un aporte fundamental en América Lati-na y el mundo para facilitar el acceso al mundo virtual de las personas con disca-pacidad, que si bien eran desdeñadas por muchas culturas también formaban parte de un linaje especial en otros conglomera-dos, como los Semang de Malasia quienes empleaban a sus lisiados como hombres sabios, ya que la falta de alguno de sus sentidos agudiza otros y su ejemplo de vida trascendía e inspiraba al resto de la comunidad. “Hay dos maneras de difun-dir la luz... ser la lámpara que la emite, o el espejo que la refleja”. afirmó el escritor chino Lin Yuang, nacido en 1895.

DIRECTORIO

RectorDr. Eduardo Suger Cofiño

Vicerrectora Dra. Mayra Roldán de Ramírez

Vicerrector AdministrativoLic. Jean Paul Suger

Producción, redacción, edición,fotografía, diseño y creatividadPancho y Co / Equipo Revista Galileo

Esta es una publicación de Universidad Galileo de Guatemala www.galileo.edu.gt

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ARGOS

Sergio Ponce, egresado de la Licenciatura en Diseño Gráfico de la facultad de Ciencias de la Comunicación,

nunca pensó que una acción de “dar sin

esperar nada a cambio” fuera captada por la

cámara de un productor audiovisual profesional, Harold Búcaro, también

estudiante de La Universidad Galileo en Petén, quien lo publicó en la web y el resto es

historia.

E

Sexta

ángel

ra la mañana de un sábado y tenía un encuentro con un ángel. Se llama Sergio Ponce. Este jovencito de apenas veintidós años protagonizó un video que en un santiamén tuvo más de 55 mil visitas espontáneas. El

domingo 23 de febrero del año pasado, Sergio salía de un evento realizado en el Instituto de Cultura Hispánica, ubicado en la sexta avenida de la zona 1. Había ganado un concurso de fotos de insta-gram y como premio recibió una caja con treintidós piezas de pollo frito. Caminaba hacia su vehículo, cuando observó a una madre con sus hijos pidiendo limosna. Sergio no lo pensó dos veces y le dio una pieza de su premio a cada uno de ellos. Como sabía que el lugar en donde se trasladaba no era muy seguro y además llevaba su cámara en una mochila, decidió seguir a prisa por toda la sexta avenida para repartir el resto de las piezas que le quedaban. Obse-quió a todos los que pudo, hasta que agotó las existencias. Retornó a su vehículo y se enfiló a su casa. Las fuerzas celestiales lo vieron, pero también alguien más terrenal: Harold Búcaro, un productor audiovisual de origen petenero. “Estaba con un poco de tristeza por algunas cosas que me pasaron ese día, así que andaba por la sexta avenida divagando un poco”, dijo Harold al programa un Show con Tuti de canal Guatevisión. “De repente vi a una persona con una bolsa con pollo y pensé que era un vendedor, pero me sorpren-dió que le obsequiara una pieza del producto a un indigente y no le cobró, así que definitivamente no era un comerciante”, recuerda. En ese momento Harold decidió “desenfundar” su ce-lular y comenzar a grabar todo lo que estaba ocurriendo. Grabó todo el recorrido de Sergio por unos veinte minutos, sin que éste se diera cuenta. “Si se enteraba que lo estaba siguiendo y grabando con mi cámara, se perdía la magia, así que caminé muy rápido cerca de él, pero pasando desapercibido”, dice. Esa misma noche editó el video, le colocó textos muy sen-sibles, lo publicó en la web para el mundo en las primeras horas de la madrugada del 24 de febrero con el título “Ángeles en el paseo de la Sexta”. La siembra estaba hecha y no tardó en dar frutos. Ese mismo día, el video se volvió viral y no tardó en llegar a las redac-ciones de varios medios de comunicación nacional del país. Harold es un productor audiovisual que ya había graba-do diversos trabajos, como programas de televisión, videoclips y co-merciales, con todo un equipo de producción como respaldo. Este fue su primer trabajo grabado tan solo con la cámara de un celular y el primero que se volvió viral, así que ésta fue su oportunidad de lograr un gran impacto como creativo y productor de un hecho no planificado, sin guión, sin luces, sin maquillaje. Sergio y Harold se conocieron por primera vez en el programa Viva la Mañana de la misma cadena televisiva, que también le dedicó un segmento al Ángel de la Sexta Avenida.

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Una vez que el video comenzó a circular en las redes, como el protagonista era anóni-mo, varios periodistas comenzaron a investigar quién era este personaje tan dadivoso y espontáneo. “Una persona que trabaja en Prensa Libre me identificó y luego me invi-taron a varias entrevistas. Mi acción fue atrapada por una cámara”, dice Sergio, quien se acaba de graduar de Licenciado en Diseño Gráfico. Sergio es como un ángel adolescente: no tiene alas visibles, ni levita en el aire, sino que porta una playera negra, una camisa a cuadros con los botones abiertos, un pantalón de lona oscuro. Tiene el cabello largo, claro, y es de tez blanca. El mismo Sergio se sorprendió al verse a sí mismo. Producto del impacto generado por el video fue invitado a participar en importantes programas de televisión y a conceder entrevistas a medios escritos. Además, en el colegio en donde egresó de la secundaria, el Von Humboldt también comenzó a ofrecer pláticas de motivación para los estudiantes de los últimos grados. Así nació un movimiento, el Sexto Ángel, en alu-sión al título original del video producido por Harold Búcaro. Los jóvenes del colegio de Sergio emularon su ejemplo repartiendo más de 400 porciones de comida a todo aquel que lo necesitara en la sexta avenida de la zona 1. Todo ello también fue publicado por varios medios de comunicación.

Estos hechos nos hacen reflexionar sobre qué significa ángel en hebreo, tal como se dijo en el video. Esta palabra quiere decir “mensajero”. Ciertamente la comi-da fue un paleativo para quienes la reci-bieron, pero más allá de esa porción de alimento, todos fueron copartícipes de un “mensaje” generado por seres imper-fectos que desean construir con acciones un mundo mejor. Se ha probado que co-lectivamente es posible generar buenas noticias, en medio de una vorágine de malas y para ello no es difícil convertirse en ángel, como lo hicieron Sergio y Ha-rold, quienes nos invitan con su acción a que emerja el “mensajero” que todos llevamos dentro.

“En mi familia siempre nos han inculcado el hábito de dar a nuestros semejantes sin esperar nada a cambio. Esa acción la hice porque sabía que era lo correcto y nunca pensé que la estuvieran grabando. De hecho, mis amigos me alertaron de que estaba saliendo en un video en la web”, dice.

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ARGOS

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DE LA CASA

asi todo su cuerpo está inerte. Sin embargo, le sobra alma, corazón y espíritu. Hace ocho años, Jorge Andrés Chamier Montes era un joven de 17 años, quien gustaba manejar motocicletas de alta velocidad. Una tarde cualquiera salió con una

acompañante en su máquina de dos ruedas, sin imaginarse el cambio que ese día tendría su vida. Decidió no usar casco, ya que haría un recorrido corto, pero una pequeña basura lo cegó por un instante. Estos segundos bastaron para que se estrellara de frente contra un poste y quedara gravemente herido. Cayó con la cara hacia el asfalto caliente y, aún consciente, trató de moverse para evitarlo. No pudo hacerlo. Estaba parapléjico, pero él aún no lo sabía. Su acompañante resultó herida, pero se pudo recuperar, mientras que Jorge Andrés fue trasladado de emergencia a un centro hospitalario y pareciera que el mundo conspiraba en su contra. No fue inmovilizado y tampoco co-locado un collarín, sino que lo trasladaron sentado en la dura camilla de una ambulancia, a pesar del evidente daño en sus cervicales. Durante la semana siguiente, estuvo una semana en coma e ingresó al quirófano tres veces consecutivas. La suerte

Cestaba echada, era imposible que Jorge Andrés superara esa etapa. Sin embargo, ocurrió algo inesperado: sobrevivió, a pe-sar de todos los pronósticos. Tiene una mirada apacible y habla con una cautivadora tran-quilidad. Se encuentra sentado en una silla de ruedas abatible, que le permite cambiar de posición rápidamente. Su madre, Teresa, es la extensión de su cuerpo. A cada momento le aco-moda el cuello, las manos o cualquier parte del cuerpo que necesite. Han desarrollado tal grado de comunicación que in-cluso se adelanta a sus deseos. Jorge y Teresa se han fundido en un solo ser, acto que solo el amor incondicional puede edificar. Claro que para lograrlo necesita ladrillos de ternura de la más alta calidad. “Mis vecinos y amigos me recibieron muy bien y lue-go me invitaron a ir al cine. Con el apoyo de todos lo hice y entonces me di cuenta que sería capaz de lograr cualquier cosa que me propusiera”, indica con una seguridad inexplicable. Su inquietud y el acompañamiento de su madre lo motivaron a terminar la secundaria y a cursar el Bachillerato por Madurez, en el que se graduó como el abanderado de la promoción.

“No pude hablar durante cinco meses, ya que tenía una traqueotomía. Es decir, que no respiraba por la nariz, sino por un tubo que estaba en mi garganta. Mi mamá aprendió a leerme los labios para entender lo que decía”, recuerda Jorge.

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DE LA CASA

Aquellas fuerzas que confabularon en su contra, ahora hacían lo contrario. “No sé cómo la asociación de personas con discapaci-dad supo de mi historia y comencé a dar charlas motivacionales y de prevensión de accidentes a jóvenes de colegios. Nunca en mi vida había hecho eso. Al principio estaba nervioso, pero lue-go me percaté que tenía facilidad de palabra y que el accidente que sufrí podía prevenir que le ocurriera a otros, especialmente a jóvenes”, acota. Las charlas le permitieron conocer a la directora de un colegio, quien le pidió su papelería y lo motivó a seguir estu-diando en la universidad. Jorge Andrés aceptó el reto y comenzó a buscar la más idónea para él.

“Galileo tiene la accesibilidad de rampas y también la carrera que más se acerca a lo que me gusta. Antes tenía muchas habilidades mecánicas, así que cursar la ingeniería en mecatrónica era la mejor opción para mí, además que obtuve una beca”, subraya.

El camino no ha sido fácil, ya que esta carrera demanda muchas clases de ciencias exactas, como matemática y física. Su madre, toma notas, escribe en la computadora y Jorge Andrés se somete a exámenes orales para aprobar sus cursos. “Me costó mucho, pero ya aprobé el primer año de la carrera. Cuando la termine pienso estudiar una maestría y luego buscar un trabajo”, dice enfático. Jorge Andrés no conoce barreras. Su cuerpo con-tinúa inerte, pero su alma está más viva que nunca y encarna el realismo mágico de la escritora chilena Isabel Allende, quien reflexionó en alguna ocasión sobre la vida humana y dijo: “Me-moria selectiva para recordar lo bueno, prudencia lógica para no arruinar el presente, y optimismo desafiante para encarar el futuro”. Jorge Andrés no es una oración bonita. Es una veta de inspiración para la humanidad.

Con su mamáMaría Teresa Montes

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CÍRCULOVIRTUOSO

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BAJO LA LUPA

ace un año tan sólo eran cuatro paredes. En abril del 2014 se abre el Primer Laboratorio Clínico-So-cial Universitario avalado

por una universidad privada en Guate-mala, en este caso nuestra casa de estu-dios. Su objetivo era desarrollar las con-diciones idóneas para la realización de las prácticas de los estudiantes de la Fa-cultad de Ciencias de la Salud (FACISA), especialmente los del área química-bio-lógica. Además, prestar un apoyo social para aquellos pacientes que adolecen de los recursos para pagar estos servicios en el área comercial. Los retos no sólo eran esos, ya que también el proyecto preten-día ser autosostenible y brindar a todos los pacientes un servicio con la mejor tecnología de punta disponible, pero a un costo muy por debajo del mercado. ¿Acaso era posible lograrlo? Un año más tarde, se ha escrito una historia más de éxito del equipo de FACISA.

LOS SECRETOSDonald Trump, el magnate estadouni-dense también fue corredor de bienes raíces. Trump aseguró que para el éxito de una empresa, cualquiera que sea su giro, ésta debe tener tres condiciones

H iniciales: “ubicación, ubicación, ubi-cación”. Es decir que el lugar en que se afinque un emprendimiento es vital para alcanzar sus objetivos. El Laborato-rio Clínico Social Universitario Galileo eligió un lugar idóneo para su sede, la zona 12 de la ciudad capital. Cerca del CAMIP, del cuerpo de Bomberos Mu-nicipales y de la maternidad y rehabili-tación del IGSS. Accesible en vehículo o en transporte público. Ahora bien, el hecho de que el giro del Laboratorio sea académico y de servicio social, implicaba que debía contar con las mejores condi-ciones físicas, tal como las entidades co-merciales con las cuales iba a competir. “Al inicio teníamos unos cinco o seis pacientes diarios, pero ahora atendemos entre 40 y 60 por día, ya que tenemos la capacidad instalada de hacer 500 prue-bas diferentes, entre otras condiciones”, dice la doctora Vilma Chávez, decana de la Facultad de Ciencias de la Salud y creadora del centro. “Atendemos a todo tipo de pacientes. Desde aquellos por referencia de colegas, hasta todos los colaboradores de diversas empresas. Con esta mezcla, hemos lo-grado la autososteniblidad del proyecto”, dice Vilma Chávez.

Universidad Galileo es la primera entidad privada de educación superior que tiene un Laboratorio Clínico-Social, que no sólo brinda este tipo de servicio a la población más vulnerable, sino que también genera las condiciones idóneas para la práctica de los estudiantes de la Licenciatura en Química y Biología de la Facultad de Ciencias de la Salud. La ciencia al servicio de la comunidad, un círculo virtuoso que revitaliza a Guatemala.

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A pesar de que el laboratorio ya tiene la acreditación que la hace autosostenible, ya se tenía previsto áreas para continuar creciendo. En las intalaciones disponibles se pre-tende iniciar un laboratorio veterinario, para hacer diversas pruebas, con el apoyo del Consejo de Ciencia y Tecnología (CONCYT), ya que se ganó un proyecto por opo-sición con esta prestigiosa entidad. Es decir, que no se detiene el círculo virtuoso de academia y servicio a la comunidad.

“Tenemos la oportunidad de ayudar a tantas personas e ir a lugares donde todos estos equipos no existen. Hay tantas personas que necesitan que uno llegue inclusive a sus hogares a hacer los exámenes, personas de escasos recursos. Es una gran oportunidad de vida la que tenemos”, subraya Dorita Nova, una de las alumnas.

Los estudiantes hacen sus prácticas de 7:00 am hasta las 12:00 del medio día, pues luego continúan con sus clases normales. Este contacto con las personas es vital, ya que conocen a los pa-cientes y tienen contacto directo con ellos, con lo que se desa-rrolla la solidaridad como eje transversal de nuestra profesión”, dice. Además de la calidad en el servicio, la tecnología de punta y sus modernas instalaciones, el laboratorio tiene tarifas por debajo del mercado (entre 60 y 80 por ciento), lo cual le ha granjeado el prestigio necesario, para que otras universidades como la Universidad Del Valle de Guatemala acudan a solicitar sus servicios. El año pasado la referida institución contrató al La-boratorio para visitar diversas comunidades y realizar pruebas de diversa índole para efectos de investigación.

COMPLEMENTO IDEALComo parte del pensum, los estudiantes tienen que hacer prác-ticas en el Hospital Roosevelt, para lo cual se debe solicitar la admisión de rigor, sujeta a los criterios del nosocomio.“Generalmente aceptamos entre ocho y diez estudiantes para las prácticas, de las cuales tenemos entre seis y ocho de la Universi-dad Galileo”, dice el Dr. Rodolfo Gil, jefe del laboratorio clínico y Patología del Hospital Roosevelt. “La Universidad Galileo tiene la virtud de rotar en un hospital-escuela que facilita la transferencia de conocimientos con prácticas reales. Además, los estudiantes de esa casa de estu-dios tienen la capacidad de acoplamiento en las áreas de trabajo, disponibilidad de servicio y colaboración en el trabajo a desarro-llar”, indica. El Laboratorio cuenta con la certificación del Minis-terio de Salud, así como con todos los requisitos legales y de se-guridad para su funcionamiento, con lo que están a la altura de cualquier entidad similar en el área comercial. Si bien todas las áreas tienen equipo de última genera-ción, también se aprenden procedimientos manuales, a efecto de que se cuente con las capacidades necesarias para desarrollarse como profesionales en cualquier tipo de condiciones.

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DEPORTES

n los pasados meses de fe-brero y marzo, Guatemala fue la sede de la VI edición del Torneo Internacional Juvenil, Copa Universidad

Galileo. Este es un evento internacional juvenil que forma parte del circuito mun-dial de la ITF (International Tennis Federa-tion), cuya sede se encuentra en Londres, Inglaterra. Más de 192 jugadores proce-dentes de veintisiete países alrededor del mundo, arribaron a nuestro país para competir por los puntos ITF que otorga este torneo y así mejorar su posición en el ranking en el circuito mundial. Pese a que los chapines no al-canzaron los encuentros finales, es la pri-mera vez en la historia del torneo que seis guatemaltecos logran pasar a la segunda

Eronda, lo cual refleja la alta competencia dentro de la cancha. “Siempre teníamos uno o dos jugadores máximo en la segun-da ronda, pero este año el nivel fue muy bueno para los connacionales” expresó Jabes Ardón de la revista Rackets&Golf, una publicación especializada en este de-porte. El torneo se ha calificado como un evento “grado 4”, por lo cual otorgó 40 puntos al primer lugar, 30 al finalista, 20 a los semifinalistas, 10 a quienes llegaron a cuartos de final y 5 a los que pasaron de la primera ronda. Este evento brinda la oportuni-dad a nuestras mejores raquetas juveniles para que no sólo se midan con los mejores del mundo en su categoría, sino también para que mejoren su posición en el ran-king mundial.

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DEPORTES

La francesa Emma Léné, de dieciséis años, se coronó campeona en single femenino.

Single Masculino• Campeón: Miguel Ángel Este de 17 años de Venezuela• Finalista: Salvador Mijares de 17 años de Venezuela

Single Femenino:• Campeona: Emma Léné de 16 años de Francia• Finalista: Ulyana Shirokova de 15 años de Rusia

Dobles Masculino:• Campeones: Philip Duda de 16 años de República Checa y Juan Martín Ramírez de 17 años de Colombia• Finalistas: Francesco Cori 17 años y Andrés Donayre, de 15 años ambos del Perú.

Dobles Femenino:• Campeonas: Sabrina Faybyshey de 17 años y Chiara Lom-mer de 16 años ambas de Estados Unidos.• Finalistas: Camila Ramazzini de 18 años de Guatemala y Ulyana Shirokova de 15 años de Rusia.

RESULTADOS FINALES DEL TORNEO

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DE BRILLOS EN EL MUNDO VIRTUAL

EVOLUCIÓN

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PÉNDULO

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Durante tres años Universidad Galileo lideró el proyecto ESVIAL que tuvo injerencia en más de 50 universidades de América Latina y cuyo objetivo era generar la accesibilidad virtual con calidad a las personas con discapacidad. El éxito de ESVIAL no sólo se transformó en reconocimientos de varios países de Europa, también apoyó técnicamente una iniciativa de ley para garantizar los derechos de este importante grupo de la sociedad guatemalteca.

“ La sombra no existe; lo que tú llamas sombra es la luz que no ves”, dijo Henri Barbusse, un escritor y poeta ruso nacido en 1873, quien se refería así a la oscuridad que para él significaban las guerras de las que fue testi-go. Ciertamente las personas con discapacidad han li-

brado una tenaz lucha contra un mundo creado y diseñado para quienes cuenta con todos sus sentidos, especialmente los visuales. Los grandes descubrimientos del hombre en su mayoría tienen como referente la luz: la televisión en blanco y negro y luego a color o la energía incandescente, por ejemplo. Ahora bien, si di-seccionamos estos descubrimientos hacia aparatos más sencillos, como el uso de semáforos o las gradas eléctricas, la constante para usarlos con propiedad es contar con el sentido de la vista. Entonces, ¿qué pasa con las personas que no ven?, ¿cómo hacen para coexistir en un mundo diseñado para videntes?, ¿cómo ha-cen los estudiantes que no ven para accesar a todas las maravillas que ofrece la luz, superarse y ser productivos en la sociedad?

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UNA LUZ AL FINAL DEL TÚNELEl programa Alfa 3 de la Unión Europea tiene como objetivo mejorar las capacidades de la educación superior en Latinoa-mérica y Europa a través de la Cooperación Internacional. Es ahí en donde nace el proyecto de Educación Superior Virtual Inclusiva para Latinoamérica (ESVIAL), el cual contó con la participación de siete universidades del Continente Ameri-cano, así como tres de Europa. La de Lisboa, Portugal; la de Helsinki, Finlandia, y la de Alcalá de Henares, España. Esta última casa de estudios es la que lideró el proyecto de tres años en el área administrativa y contó con presupuesto de un millón doscientos cincuenta mil euros. Universidad Galileo se convirtió en la rectora técnica del proyecto, dadas sus especialidades en el área informática y de capacitación, por lo que tuvo injerencia directa desde la concepción del proyecto y en toda su ejecución. ESVIAL consiste en capacitar a los catedráticos y web master para que tomen en cuenta diversos componentes técnicos que permitan a los no videntes accesar a los conteni-dos de la red con más facilidad. También incluye desde el más sencillo archivo de Word con el cual se pueden agregar “textos alternativos”, es decir apoyos intermedios para que sea factible “leer” el contenido para las personas con discapacidad visual. “Con el tiempo me di cuenta que la mayoría de per-sonas con discapacidad asumen su condición como algo natu-ral y que tienen un sentido de superación constante, lo cual es muy edificante”, agrega Amado.

Ing. Héctor Amado, Coordinador de Investigación del departamento GES

El proyecto contó con el aval de la Unión Latinoamericana de ciegos (ULAC), así como la Organización Mundial de Perso-nas con Discapacidad y el Comité Prociegos y Sordomudos de Guatemala. Este aporte fue muy importante, ya que era funda-mental que las propuestas técnicas que emanaron de Universi-dad Galileo contaran con el aval de entidades especialistas en el tema.

La iniciativa ESVI-AL es financiada por el programa ALFA III de la Unión Europea, integrada por tres universidades europeas, siete universidades latinoamericanas y tres organizaciones internacionales. Bajo la coordinación administrativa de Universidad de Alcalá, España y la coordinación técnica de Universidad Galileo.

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A TRABAJAR EN EL CAMPOUna vez que se alcanzaron acuerdos con estas en-tidades se realizaron talleres presenciales a más de mil profesores de las universidades de El Salvador, Uruguay, Perú, Colombia, Paraguay, Ecuador y Guatemala. En estos países se contó con la pre-sencia de más de 50 universidades de toda Lati-noamérica, quienes acudían a estas capacitacio-nes. En el caso de Guatemala, se tuvo presencia de ocho casas de estudios superiores. Los cursos abarcaron contenidos como Innovación Pedagó-gica en la Educación Virtual Accesible, Innova-ción Pedagógica y Creación de Material Docente Digital. En estas capacitaciones se desarrollaron temas que partieron de lo particular a lo general. Es decir, desde cómo hacer accesible una presen-tación Power Point, un documento en Word, un PDF, hasta facilitar los procesos inclusivos en un campus virtual. En este último aspecto, gracias a ESVIAL, quedaron instalados ocho campus vir-tuales accesibles a personas con discapacidad en igual número de universidades.

Así también se hicieron seis talleres virtuales con la participación de más de 10 mil estudiantes en los que se impartieron contenidos como la manera más idónea de hacer una hoja de vida, informáti-ca básica, servicio al cliente o cómo ser un admi-nistrador de redes sociales, por ejemplo. “Este proyecto nunca hubiera existido, de no ser por la Universidad Galileo, que es la coor-dinadora técnica del mismo. A través de sus plata-formas y de su calidad en el manejo informático ha sido posible formar a miles de profesores de más de 50 universidades en América Latina”, dice José Ramón Hilera, Coordinador Administrativo de ESVIAL, quien pertenece a Universidad de Alcalá de Henares, España. “Tuvimos tanto éxito que fue necesario abrir las capacitaciones a otras universidades que se interesaron en la accesibilidad virtual con cali-dad en la educación superior, dadas las docenas de solicitudes que recibimos en el transcurso de la ejecución de ESVIAL”, agrega.

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PÉNDULO

LA LUZ EN EL CONGRESOLa incidencia de ESVIAL no sólo alcanzó otros países, sino también en Guatemala en el área técnica para apoyar la consecusión de los derechos de esta población. La Asociación de Personas Productivas con Discapacidad (ASODISPRO), invitó a la Universidad Galileo para que los apoyara en sus presentaciones ante la Comisión de Salud del Congreso de Guatemala, a efecto de actualizar la Ley de Discapacidad que data de 1996. Nuestro país ya firmó la Convención Inter-nacional sobre Derechos de las Personas con Discapacidad de 2008, con lo que se debería adoptar ciertos cambios en las legislaturas locales, entre ellas los derechos a la accesibilidad informática, en su artículo 9.Si bien la iniciativa aún no se ha presentado, ya que los tiempos de ejecución en la arena política siempre

son inciertos, la Universidad Galileo dio su aporte a este grupo vulnerable de la sociedad guatemalteca.El impacto del proyecto ESVIAL ha sido de gran magnitud también fuera del continente americano, ya que se han obtenido reconocimientos por el mismo en Oporto, Portugal; Atenas, Grecia, y en París, Francia, en diversas publicaciones y convenciones internacionales sobre inclusión virtual. Qué razón tenía el escritor y periodista ruso Henri Barbusse, ya que ESVIAL demostró que la apa-rente sombra no era más que luz que no se veía, parafraseando su famosa cita.

“Participamos en el apoyo técnico de parte de la iniciativa de Ley, a raíz de nuestra experiencia en el tema de accesibilidad de calidad inclusiva en América Latina”, agrega Héctor Amado.

Francisco Estrada, estudiante de Ingeniería de la Universidad de Alcalá de España

Gabriel Escobar Morales,Comité Pro-Ciegos y sordomudos

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DO DE PECHO

n estos días que rememoro momentos agradables de mi pasado, en especial aquellas vivencias logradas en la matinal rutina de mi infancia, viene a mi mente la grata reminiscencia de los días soleados de mi barrio. Tendría poco más o menos ocho años y me deleitaba con el saludo que me enviaban los pasajeros del tren

que se dirigía hacia el norte de mi país. Veía cómo entre las ventanillas, ya que el tren había tomado cierta velocidad, las manos de los viajantes se aba-nicaban y enviaban el mensaje de un adiós que no sabía si era el final de una década que preveía convulsiones mundiales. Mi barrio Gerona era apacible, modesto y lleno de tranquilidad. De mañana, especialmente los domingos, solía dirigirme a la línea del fe-rrocarril, especialmente a saludar brevemente a algunos vecinos callejeros y a determinadas vendedoras de fruta, que mercadeaban su producto con quien deseara iniciar el buen sabor dominical. En una de las esquinas se aco-modaba una señora que posicionaba su canasto retumbado con jocotes de corona, quien ofrecía la vianda por una cómoda cantidad de centavos, dado que era una época en la que la economía no había abierto las fauces de la inflación. Hasta las sonrisas y los saludos eran baratos. Los jocotes maduros comunicaban con sus colores, los bajíos amarillos y rojos de nuestras latitu-des frutícolas, eran los cercos de ramas que daban luz en sus miles de frutos dulces. El jocote de corona es el preludio del fin de año, del adiós al invierno y la bienvenida de los vientos barrileteros. -- Canchito, me decía. Tome un jocote, cómase uno. Me gusta com-partir mi venta con niños como usted. Agradecía el gesto de la vendedora, porque de sus palabras deducía la grandeza de su bondad y sencillez de alma. Además, veía que el fruto es-taba pulcramente presentable y apetecible para llevarlo a la boca y endulzar-me el paladar. Era un gesto compartido, tanto por la buena fe de la señora, como del ambiente que alimentaba la idiosincrasia del vecindario de aquella Guatemala, casi sumergida hoy en el recuerdo, pero con flecos de alegría porque la amistad estaba en la sonrisa de sus vecinos. -- Tome otro jocote, canchito. Deléitese, mientras ve que el tren se aleja y sus pasajeros nos dicen adiós.Así como el ferrocarril, también así se ha ido este jirón de la vida que ha quedado grabado en la retina del amanecer de mi infancia y con él, gratas ideas que enriquecen mi pasado en el barrio Gerona.

Ciudad de Guatemala, 30 de septiembre de 2014.

Eduardo Suger Cofiño.

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AQUELLOS JOCOTESDE MI INFANCIA.

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