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UNIVERSIDAD DEL SUR DERECHO CIVIL III ANTOLOGÍA (TEMAS 1 AL 11) [Escriba el nombre del autor] 28/10/2013

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Page 1: Antologia Derecho Civil III

universidad del sur

DERECHO CIVIL III

ANTOLOGÍA (TEMAS 1 AL 11)

[Escriba el nombre del autor]

28/10/2013

Page 2: Antologia Derecho Civil III

1. INTRODUCCION A LAS OBLIGACIONES.    

1. Privado que estudia la relación obligatoria, vista desde tres ángulos distintos. En primer lugar, se estudia la relación obligatoria en sí, esto es el concepto de relación obligatoria. En segundo lugar se estudian las fuentes de la relación obligatoria (hechos, circunstancias, normas que generan la relación obligatoria) se trata aquí de analizar que hechos y circunstancia dan nacimiento a la relación obligatoria. En tercer lugar, se estudia los efectos de las obligaciones se trata de ver qué sucede después que la relación obligatoria es precisa: cumplimiento o incumplimiento de la relación obligatoria.

2. El incumplimiento por su parte puede tomar varios caminos de efectos diversos, En principio, aunque no necesariamente, puede suceder lo contrario. que el incumplimiento no acarre responsabilidad alguna para el acreedor. esto aspectos son los que estudia y analiza nuestra materia.

1.1. Los derechos y el derecho: derechos subjetivos y derecho objetivo.

Del Derecho se ha dicho que es un conjunto de normas jurídicas que forman un sistema hermético al punto que las soluciones hay que buscarlas en las propias normas, criterio válido durante mucho tiempo y que, por lo demás, hay cierta cuota de certeza que ofrece seguridad jurídica a las relaciones sociales que se desarrollan en ese lugar.

Los derechos son aquellas libertades, facultades, instituciones o reivindicaciones relativas a bienes primarios o básicos1 que incluyen a toda persona,

El Derecho objetivo puede responder a distintas significaciones:

El conjunto de reglas que rigen la convivencia de los hombres en sociedad.

Norma o conjunto de normas que por una parte otorgan derechos o facultades y por la

otra, correlativamente, establecen o imponen obligaciones.

Conjunto de normas que regulan la conducta de los hombres, con el objeto de establecer

un ordenamiento justo de convivencia humana.

1.2. Derechos reales y derechos personales

Derecho real; Poder jurídico que se ejerce en forma de directa e inmediata sobre un bien para su aprovechamiento total o parcialmente, siendo este poder jurídico oponible a terceros.

Derecho Personal; Es una relación entre dos personas, donde una de ellas (acreedor) tiene la facultad de exigir a la otra parte llamada (deudor), el cumplimiento de una obligación de dar, hacer o no hacer.

1.3. El derecho personal o de crédito  

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Hemos visto que los Derechos que componen el patrimonio de los particulares se dividen en Derechos reales y en Derechos de crédito; hemos concluido el estudio de los Derechos reales, y nos falta hablar de los Derechos de crédito. Se les llama también obligaciones.

El Derecho de crédito, es en efecto, una relación entre dos personas, de las cuales una, el acreedor, puede exigir de la otra, el deudor, un hecho determinado apreciable en dinero. Ahora bien, esa relación puede ser considerada desde dos puntos de vista diferentes; del lado del acreedor, es un Derecho de crédito que cuenta en el activo de su patrimonio, del lado del deudor es una obligación, una deuda que figura en su pasivo. Los jurisconsultos romanos se sirven exclusivamente de la palabra obligado, en un sentido muy amplio, para designar el crédito lo mismo que la deuda. La teoría de las obligaciones es la que los romanos han llevado al más alto grado de perfección.

“El Derecho personal, en cambio, permite a su titular reclamar de determinada persona la prestación de un hecho positivo o negativo que puede consistir en un dare (transmitir el dominio sobre algo), facere (realizar un acto con efectos inmediatos) o praestare (realizar un acto sin inmediatas consecuencias visibles, como cuando se garantiza una deuda ajena o cuando uno se hace responsable de cuidar de un objeto o se declara dispuesto a posponer el cobro de un crédito).

A estos conceptos podemos añadir los de non facere y de pati (tolerar). “Es que ella fue la obra de la razón misma de los jurisconsultos, que, interpretes juiciosos de la voluntad de las partes, se aplicaron a desarrollar sus principios con la delicadeza de análisis que era su cualidad propia. Gracias a su influencia, las reglas de las obligaciones, sustraídas muy pronto al formulismo primitivo, se ampliaron hasta el punto que han acabado por constituir un fondo común, aplicable a pueblos de costumbres y de civilizaciones diferentes.

Por eso, a pesar del importante puesto que ocupa en el Derecho, los legisladores modernos han podido aceptar esta teoría, en sus elementos esenciales, tal como los romanos la habían concebido.

La distinción sin embargo, no se plantea en el campo de los Derechos subjetivos, sino en el Derecho procesal romano, en materia de defensa de los Derechos patrimoniales; así, la actio in rem se opone a la actio in personam; mientras la primera representó la posición avanzada de la propiedad y de los otros Derechos sobre las cosas, la segunda fue la defensa normal de los Derechos personales.

La diferencia se basa sobre la intentio. La de la actio in personam afirma un deber jurídico del demandado, mientras la actio in rem la pertenencia de una cosa al actor, o del Derecho de obrar en cierta dirección respecto de alguna cosa, o la no pertenencia de igual Derecho al demandado.

En tanto que la actio in personam no podía concebirse sino en función del deber jurídico de otro, la actio in rem se dirige en primera línea hacia la cosa que es objeto del Derecho pretendido; el demandado es un obstáculo que se interpone entre el actor y la cosa.

1.4. Definición

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Las instituciones de Justiniano definieron así la obligación: Es un lazo de Derechos que nos constriñe en la necesidad de pagar alguna cosa conforme al Derecho de nuestra ciudad. La obligación está así comparada a un lazo que une una a otra a las personas entre las cuales ha sido creada; es, por otra parte, un lazo puramente jurídico. Pero si se sujeta al deudor, se limita su libertad, no hemos de sacar de ahí la conclusión de que sea una molestia en la sociedad. El hombre no puede bastarse a sí mismo. Tiene necesidad de la industria, de la actividad de sus semejantes; es por medio de las obligaciones por lo que obtiene y por lo que da por sí mismo servicios recíprocos.

Cuanto más se civiliza una nación, más se desenvuelve en ella el Derecho de obligaciones; de donde surge la importancia capital de esta materia, que no ha cesado de perfeccionarse desde los orígenes de Roma hasta nuestros días.

De la definición de la obligación surgen los tres elementos de que se compone: a) Un sujeto activo, el acreedor; puede haber uno o varios. Al acreedor pertenece el Derecho de exigir del deudor la prestación que es objeto de la obligación. El Derecho Civil le da, como sanción de su crédito, una acción personal; es decir, la facultad de dirigirse a la autoridad judicial para obligar al deudor a pagarle lo que se le debe.

Esta sanción organizada según los principios del Derecho Civil Romano, caracteriza a las obligaciones civiles, las únicas que son verdaderas obligaciones, que consisten en un lazo de Derecho.

1.5. Análisis de los elementos: los sujetos

El sujeto de los Derechos puede definirse como la persona o grupos de personas a las que va referida la titularidad, ejercicio y garantías de los Derechos Humanos.

1.6. Formas de concurrir los sujetos: obligaciones simples y complejas

La obligación es una relación simple, cuando existe un acreedor y un deudor, pero puede complicarse y generar las siguientes clases de obligaciones: Mancomunadas: si el pago se divide Solidaria: si el pago debe hacerse por entero Indivisible: si el pago solo puede hacerse por entero

1.7. Formas de determinar a los sujetos: obligaciones con sujeto indeterminado

Hay obligaciones que aparentan carecer de acreedor e igualmente hay derechos personales ejercibles frente a un deudor desconocido en tales obligaciones se encuentra indeterminado el acreedor o el deudor.

1.8. El objeto

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Así como los derechos reales tienen por objeto la cosa sobre la que son ejercidos, los derechos personales tienen por objeto el servicio o la prestación a cargo del deudor.

1.9. El carácter económico del objeto

Así como los derechos reales tienen por objeto la cosa sobre la que son ejercidos, así los derechos personales tienen por objeto el servicio o la prestación a cargo del deudor. La clasificación de las obligaciones por su objeto, desde Roma se condensa en un dare (obligación de dar), facere (obligación de hacer), non facere (obligación de no hacer o abstenciones). El contenido de la prestación del deudor, cualquiera que este sea, debe ser de realización posible para constituir una obligación eficaz existente, el objeto debe además ser lícito.

1.10. La relación jurídica

RELACION JURIDICA: Nexo que existe entre las partes.

Vinculo jurídico que ata al deudor con su acreedor.

1.11. Caracterización de la relación jurídica

La doctrina francesa sostiene la cualidad privativa de la relación jurídica en su coercibilidad, esto es, el efecto que ejerce sobre el deudor en las obligaciones o sobre el aprovechamiento de la cosa en los derechos reales, efecto que se manifiesta con vigor en la posibilidad de ejecutarlo en forma compulsiva cuando no se ha conseguido su observancia de manera voluntaria: si el derecho del titular del crédito o del dominio no es respetado voluntariamente, su acatamiento puede alcanzarse por la fuerza.

1.12. Conciliación en ambas teorías

Ambas doctrinas destacan con acierto, cada una por su lado, características reales de la relación jurídica. Es notoriamente cierta la innovación de los tratadistas franceses a la coacción, porque lo particular en la relación jurídica es el cumplimiento a su mandato coercible, está asegurado de un modo potencial de coacción.

1.13. La responsabilidad como una nueva obligación

La obligación comprende dos elementos el debitum: “Schuld” de los alemanes, es decir, el deber de prestar cierta conducta y la responsabilidad: “Haftung” que otorga al acreedor un medio de ejecución. Tales elementos, sin embargo, no siempre se conjugaron,

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pues el debitum en un principio no fue estrictamente jurídico ya que frente al deudor remiso, el acreedor no podía lograr la ejecución forzada de la prestación misma, porque la obligación en su origen no llevaba aparejada responsabilidad, pues para que ésta naciera era necesario que el acto que originara a la obligación (así, a la promesa contractual) se añadiera otro nuevo que fundamentara la responsabilidad para el caso de incumplimiento. Es hasta el momento en que el debitum y la responsabilidad están unidos en un mismo negocio cuando se puede hablar de obligación tal como en la actualidad se conoce.

2. Comparacion de Obligaciones Personales con Obligaciones Reales.

Obligación real es la que afecta a la cosa y obra contra cualquier poseedor de esta. Se dirige en primera línea hacia la cosa que es el objeto del derecho pretendido. El demandado es un obstáculo que se interpone entre el actor y la cosa. En la acción real se desconoce contra quien se utilizara dicho accionar real, el deudor puede ser cualquiera. Todo es en respecto o dirección de alguna cosa.

Características de las obligaciones reales.

No ligan al deudor en cuanto a su persona, sino que es determinada por ser titular del derecho real.

Puede transmitirse por el solo hecho de transmitir la cosa o liberarse de ella por el abandono del bien.

El obligado responde de esas obligaciones con cosa o el bien y no con todo su patrimonio. 

Obligación personal

Es la que solamente liga a la persona que la contrae y a sus herederos. No puede concebirse sino en función del deber jurídico del deudor hacia el acreedor.  El que tiene la acción personal sabe, que si se ve precisado a utilizarla, el demandado se una persona determinada.

Características de las obligaciones personales.

Compromete al deudor en lo personal, siendo siempre obligaciones determinadas. Compromete el patrimonio del deudor, pues si no cumple podría demandarse el

cumplimiento en ejecución forzosa, pues el principio que rige es que el deudor responde de sus obligaciones de crédito con sus bienes.

El derecho personal puede ser transmitido por contrato o cesión. En cuanto a las obligaciones reales el derecho es distinto porque el ser titular de un derecho

real y transmitirlo “ipso-jure” transmite las obligaciones reales, pues desde el derecho romano estas se denominan “porpter-rem”.

Diferencias entre obligación real y personal.

En las obligaciones reales se reclama lo que se pertenece y en las personales lo que se le debe.

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En las obligaciones reales el deudor puede ser cualquiera siempre y cuando afecte al objeto y en las personales el deudor está determinado.

En las obligaciones reales provoca satisfacción sin ir en contra dela propia existencia de la cosa en relación al titular.

2.1. Las obligaciones reales

Obligación real Es la que afecta a la cosa y obra contra cualquier poseedor de esta. Se dirige en primera línea hacia la cosa que es el objeto del derecho pretendido. El demandado es un obstáculo que se interpone entre el actor y la cosa. En la acción real se desconoce contra quien se utilizara dicho accionar real, el deudor puede ser cualquiera. Todo es en respecto o dirección de alguna cosa. Características de las obligaciones reales. No ligan al deudor en cuanto a su persona, sino que es determinada por ser titular del derecho real. Puede transmitirse por el solo hecho de transmitir la cosa o liberarse de ella por el abandono del bien. El obligado responde de esas obligaciones con cosa o el bien y no con todo su patrimonio.

Diferencias entre obligación real y personal. En las obligaciones reales se reclama lo que se pertenece y en las personales lo que se le debe. En las obligaciones reales el deudor puede ser cualquiera siempre y cuando afecte al objeto y en las personales el deudor está determinado. En las obligaciones reales provoca satisfacción sin ir en contra dela propia existencia de la cosa en relación al titular.Una obligación real es la necesidad para el deudor de ejecutar un acto positivo, exclusivamente en la razón y en la medida de una cosa que detenta; dichas obligaciones se trasmiten ipso jure a los detentadores sucesivos de la cosa sin que ningún caso se transformen, sea en derechos reales, sea en obligaciones personales. Es una obligación cuya naturaleza es la de una carga o gravamen sobre la cosa, sigue la suerte de ella y, por tanto, el deudor queda liberado con su abandono. La obligación se transfiere con la cosa a sus sucesivos poseedores.

2.2. Características de la obligación común o derecho personal

Obligación real

Es la que afecta a la cosa y obra contra cualquier poseedor de esta. Se dirige en primera línea hacia la cosa que es el objeto del derecho pretendido. El demandado es un obstáculo que se interpone entre el actor y la cosa. En la acción real se desconoce contra quien

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se utilizara dicho accionar real, el deudor puede ser cualquiera. Todo es en respecto o dirección de alguna cosa.

Características de las obligaciones reales.

No ligan al deudor en cuanto a su persona, sino que es determinada por ser titular del derecho real.

Puede transmitirse por el solo hecho de transmitir la cosa o liberarse de ella por el abandono del bien.

El obligado responde de esas obligaciones con cosa o el bien y no con todo su patrimonio. 

Obligación personal

Es la que solamente liga a la persona que la contrae y a sus herederos. No puede concebirse sino en función del deber jurídico del deudor hacia el acreedor.  El que tiene la acción personal sabe, que si se ve precisado a utilizarla, el demandado se una persona determinada.

Características de las obligaciones personales.

Compromete al deudor en lo personal, siendo siempre obligaciones determinadas. Compromete el patrimonio del deudor, pues si no cumple podría demandarse el

cumplimiento en ejecución forzosa, pues el principio que rige es que el deudor responde de sus obligaciones de crédito con sus bienes.

El derecho personal puede ser transmitido por contrato o cesión. En cuanto a las obligaciones reales el derecho es distinto porque el ser titular de un

derecho real y transmitirlo “ipso-jure” transmite las obligaciones reales, pues desde el derecho romano estas se denominan “porpter-rem”.

Diferencias entre obligación real y personal.

En las obligaciones reales se reclama lo que se pertenece y en las personales lo que se le debe.

En las obligaciones reales el deudor puede ser cualquiera siempre y cuando afecte al objeto y en las personales el deudor esta determinado.

En las obligaciones reales provoca satisfacción sin ir en contra dela propia existencia de la cosa en relación al titular.

2.3. Características de las obligaciones reales

La obligación real se caracteriza porque la persona del deudor queda determinada por su calidad de dueño, poseedor o titular de un derecho real sobre una cosa, de manera que la obligación se traspasa junto con ella o con el derecho real en que incide.

Características de las obligaciones reales.

No ligan al deudor en cuanto a su persona, sino que es determinada por ser titular del derecho real.

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Puede transmitirse por el solo hecho de transmitir la cosa o liberarse de ella por el abandono del bien.

El obligado responde de esas obligaciones con cosa o el bien y no con todo su patrimonio. 

2.4. Definición de obligación real

La obligación real es la necesidad para el deudor de ejecutar un acto positivo exclusivamente en la razón y en la medida de una cosa que detenta; Dichas obligaciones se transmiten ipso iure a los detentadores sucesivos de la cosa sin que en ningún caso se transforme, sea en derechos reales, sea en obligaciones personales.

Es una obligación cuya naturaleza es la de una carga o gravamen sobre la cosa, sigue la suerte de ella y por tanto el deudor queda libertado con su abandono. Por ello se le ha denominado derecho real o propter rem.

2.5. Existencia de las obligaciones reales.

Los elementos de existencia son los que dan vida al acto jurídico. Se debe diferenciar entre los elementos de validez y de existencia de los actos jurídicos, la ausencia de alguno de los elementos de existencia se provoca la inexistencia del acto, es por eso que el consentimiento y el objeto son esenciales en los actos jurídicos.

Elementos de existencia del Acto Jurídico.

1. El consentimiento.

2. El objeto.

El consentimiento.

Es un acuerdo de voluntades para crear o transferir derechos y obligaciones.

El acuerdo de voluntades implica dos o más voluntades que se ubican en cada lado de la relación jurídica, de manera que una de las partes hace el ofrecimiento del contrato y la otra responde con la aceptación; en este momento se integra el consentimiento.

Puede darse tanto entre las personas presentes o entre ausentes, es decir, ubicadas en lugares distintos, donde no hay comunicación inmediata. El consentimiento es un elemento necesario del contrato; sin él no existe contrato alguno.

El objeto.

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Se necesita un objeto posible hacia el cual se dirige la voluntad, que se refiera a una conducta posible, tanto en el orden natural como en el jurídico, es decir, que las prestaciones, a las partes se comprometan, puedan ser realizadas tanto en el sentido material como en el jurídico; que no exista un impedimento de derecho que constituya un obstáculo insuperable para s realización. Para que un objeto sea jurídicamente posible, debe existir en el comercio y ser determinado o determinable.

3. El Contrato y sus Clasificaciones. Primera Fuente de Obligaciones.

3.1. Fuentes de las obligaciones

El estudio de las fuentes de las obligaciones se puede llevar a cabo desde un punto de vista genético, que nos ofrece explicación del porqué determinados fenómenos (hechos o conducta humana) dan origen a relaciones jurídicas obligacionales.

Desde otro punto de vista, el problema de las fuentes de las obligaciones se cifra en determinar si un cierto hecho o un acto jurídico, configura el presupuesto previsto en la norma de manera que se produzca la consecuencia que es la creación de obligaciones.

En el primer caso nos planteamos el problema de la causa eficiente de las obligaciones; en tanto que en el segundo, consideramos el problema desde el punto de vista de la causa forma (causa civilis obligandi). Podemos referirnos a una tercera perspectiva en el tratamiento de las fuentes de las obligaciones, a saber: La clasificación de las fuentes o causas generadoras de las obligaciones, atendiendo a su origen.

El contrato es la más frecuente fuente de las obligaciones, pero no es la única ni tampoco la más importante. A su lado ha adquirido una transcendencia cada vez mayor, derivada de la agitada vida de las sociedades moderna, la responsabilidad extracontractual que tiene su origen sea en la comisión de actos ilícitos, sea en el uso de máquinas o aparatos que encajan dentro de la conocida terminología de “cosas peligrosas”. Son también fuentes de las obligaciones los actos unilaterales, el enriquecimiento ilegitimo y la gestión de negocios; en otras palabras, aquellas figuras jurídicas que corresponden a la clásica división romana de los contratos y cuasi-contratos, de los delitos y cuasi-delitos.

3.2. El contrato

De manera resumida pretendo establecer el concepto de contrato, su ubicación en nuestro código civil vigente sus clases, partes, e interpretación, siendo este un acuerdo privado, oral o escrito, entre partes que se obligan sobre materia o cosa determinada, y a cuyo cumplimiento pueden ser exigidas. Es un acuerdo de voluntades que genera derechos y

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obligaciones para las partes. Por ello se señala que habrá contrato cuando varias partes se ponen de acuerdo sobre una manifestación de voluntad destinada a regular sus derechos.

 El contrato es un acuerdo de voluntades, verbal o escrito, manifestado en común entre dos o más, personas con capacidad (partes del contrato), que se obligan en virtud del mismo, regulando sus relaciones relativas a una determinada finalidad o cosa, y a cuyo cumplimiento pueden compelerse de manera recíproca, si el contrato es bilateral, o compelerse una parte a la otra, si el contrato es unilateral. Es el contrato, en suma, un acuerdo de voluntad es que genera «derechos y obligaciones relativos», es decir, sólo para las partes contratantes y sus causahabientes.

Pero, además del acuerdo de voluntades, algunos contratos exigen, para su perfección, otros hechos o actos de alcance jurídico, tales como efectuar una determinada entrega (contratos reales), o exigen ser formalizados en documento especial (contratos formales), de modo que, en esos casos especiales, no basta con la sola voluntad. De todos modos, el contrato, en general, tiene una connotación patrimonial, incluso parcialmente en aquellos celebrados en el marco del derecho de familia, y es parte de la categoría más amplia de los negocios jurídicos. Es función elemental del contrato originar efectos jurídicos (es decir, obligaciones exigibles), de modo que a aquella relación de sujetos que no derive en efectos jurídicos no se le puede atribuir cualidad contractual.

CODIGO CIVIL FEDERAL

LIBRO CUARTO DE LAS OBLIGACIONES

TITULO PRIMERO FUENTES DE LAS OBLIGACIONES

CAPITULO I CONTRATOS

ARTICULO 1792: CONVENIO ES EL ACUERDO DE DOS O MAS PERSONAS PARA CREAR, TRANSFERIR, MODIFICAR O EXTINGUIR OBLIGACIONES.

3.3. Clasificación de los contratos: civiles, mercantiles, laborales y administrativos

De acuerdo con Gutiérrez y González el contrato es una fuente especial creadora de la obligación, junto con la declaración unilateral de voluntad, la gestión de negocios, los hechos ilícitos, la responsabilidad objetiva, el enriquecimiento ilícito y el pago indebido.

CLASIFICACIÓN DE CONTRATOS CON BASE EN EL CÓDIGO CIVIL FEDERAL MEXICANO

1.   POR EL NÚMERO DE OBLIGADOS Y BENEFICIARIOS:

· Unilateral (1835)

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· Bilateral (1836)

· Oneroso (1837)

· Gratuito

2.   POR EL TIPO DE PRESTACIÓN:

· Conmutativo (1838)

· Aleatorio (1838)

3.   POR SUS FORMALISMOS:

· Solemnes (2228)

· Reales (13)

· Formales (1833)

· Consensuales (1832)

CLASIFICACION DE LOS CONTRATOS MERCANTILES

Se clasifican en:

Contratos bilaterales, los que las partes se obligan en forma recíproca

Unilaterales aquellos en los que la obligación recae únicamente en una de las partes.

Onerosos la prestación de una de las partes tiene como contrapartida otra prestación

Gratuitos se fundan en la liberalidad (no hay en el derecho mercantil).

Consensuales cuando se perfecciona en el momento en que las partes prestan su consentimiento

Reales la perfección se da siempre y cuando se entregue la cosa objeto del negocio

Nominados e innominados.

Principales cuando surte efectos por sí mismos

 Accesorios cuando dependen de la existencia de otro

Conmutativos las partes están sabidas desde que se celebra el contrato de cual es la naturaleza y alcance de sus prestaciones

Aleatorios las prestaciones dependen de un acontecimiento futuro e incierto

Típicos cuando la ley lo estructura en sus elementos esenciales

Atípicos cuando no lo contempla la ley específicamente

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Formales o solemnes 

 No formales.

Condicionales las obligaciones que genera se sujetan a una condición suspensiva o resolutoria y absolutos cuando su eficacia no está sometida a una condición.

Instantáneos cuando se consuma o cumple de una sola vez en el tiempo 

Sucesivos o de tracto sucesivo cuando se van cumpliendo las obligaciones dentro de un término o plazo que se prolonga después de celebrado el contrato.

CLASIFICACION DE LOS CONTRATOS LABORALES

CLASIFICACIÓN   DEL CONTRATO LABORAL  

El contrato laboral ha sido clasificado por los especialistas de diversas maneras. El periodo de tiempo del contrato lo determina:

1. En el contrato a término indefinido, las dos partes que firman el contrato no determinan el tiempo en el que éste estará vigente. Se entiende que mientras exista la labor para la cual se contrata al trabajador, el contrato permanecerá en vigencia. 

2. En contrato a término definido, el empleador y el empleado acuerdan un tiempo específico de duración (seis meses, un año, tres años, etc.) 

3. En el Contrato por la duración de una obra o labor determinada, la duración depende de la naturaleza de la obra o labor contratada.

También se pueden clasificar según la remuneración:

El jornal, es el salario estipulado por día trabajado.

El Sueldo, es el salario estipulado por periodos mayores.

La comisión, es el porcentaje que gana el trabajador de acuerdo con el monto total del valor que resulte de las transacciones realizadas por él en un plazo determinado.El salario a destajo, es el cálculo de la remuneración por pieza, tarea realizada, o por medida establecida. 

CLASIFICACION DE LOS CONTRATOS ADMINISTRATIVOS

Podemos admitir, con respecto a los contratos administrativos, las clasificaciones aceptadas por la doctrina para los contratos de Derecho Privado.

Afirma ESCOLA, que los contratos administrativos deben clasificarse  del modo siguiente:

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A - Por las partes que se obligan.

Teniendo en cuenta el número de partes que se obligan en el contrato administrativo, éstos se dividen en:

·       Unilaterales

·       Bilaterales

En los primeros, es una sola la parte que se obliga hacia la otra, sin estarle ésta a su vez obligada; en los segundos, al contrario, las partes quedan obligadas, recíprocamente, la una con la otra.

A.   Por la relación que exista entre las prestaciones.

Los contratos administrativos al igual que los contratos privados, pueden ser a título oneroso o a título gratuito.

Los contratos onerosos se configuran cuando las ventajas que se otorgan a una de las partes, le son concedidas a ésta sobre la base de una prestación que esa parte ha prometido o ha hecho a la otra.

Los contratos a título gratuito, son aquellos que dan lugar a una ventaja a favor de una de las partes, con prescindencia de toda prestación de ésta a la primera. 

Los contratos son consensuales cuando quedan concluidos desde que las partes manifiestan su consentimiento, y son reales según que queden concluidos desde la tradición de la cosa sobre la cual versa el contrato.

     

C.   Por su calificación o no por la ley.

Los contratos administrativos se pueden clasificar en nominados o innominados.

D.   Por la circunstancia de que las prestaciones sean o no ciertas y puedan ser objeto de apreciación.

También los contratos administrativos pueden  ser, a su vez, conmutativos o aleatorios.

Son conmutativos, aquellos en los cuales las prestaciones que reportan a las partes que los celebran, son ciertas y pueden ser objeto de apreciación inmediata.

Y son aleatorios, aquellos contratos en los cuales las ventajas o pérdidas que de ellos resultan para ambas partes, o al menos para una sola de ellas, dependen de un acontecimiento incierto.

F.    Por la duración del cumplimiento de las prestaciones.

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Los contratos administrativos se pueden clasificar de acuerdo a la forma o duración que demanda el cumplimiento las prestaciones establecidas en el contrato en: instantáneos, sucesivos  o escalonados.

Un contrato administrativo es instantáneo cuando sus prestaciones se extinguen inmediatamente cuando se cumplen las obligaciones que nacieron de él. Por ejemplo, cuando la Administración compra papel a un particular –utilizando el procedimiento que el ordenamiento jurídico indique- con la entrega del papel por parte del particular a la Administración y ésta efectivizando el pago, el contrato administrativo se extingue: es de ejecución instantánea.

Un contrato administrativo será sucesivo o escalonado cuando las prestaciones que nacen de él, no se extinguen en forma inmediata sino que son de ejecución continuada, o sea, se ejecutan durante un prolongado lapso de tiempo. Por ejemplo,  un contrato de mantenimiento de un servicio tecnológico.

3.4 Contratos preparatorios y definitivos

CONTRATOS PREPARATORIOS

Definición

El Código Civil de 1984, ha consagrado la institución de los contratos preparatorios, como el común denominador de cualquier contrato que se desee celebrar en el futuro, y se reduce, en consecuencia, a preparar y asegurar situaciones jurídicas que comprometen a las partes a la formalización o ejecución de un contrato posterior.

Su función es de garantía para asegurar el cumplimiento de un contrato a realizarse a futuro. Se utiliza normalmente un contrato preparatorio cuando existen algunas dificultades de hecho o de derecho que impiden concluirlo en el mismo acto, pero sí resulta recomendable que las partes aseguren su celebración futura.

Los contratos preparatorios pueden aplicarse a cualquier contrato, como puede ser a un mutuo, compraventa, arrendamiento, o cualquier otro de cualquier naturaleza.

Características fundamentales

Carecen de un fin económico propio inmediato. Constituye el acuerdo de la voluntad de las partes de asegurar un contrato futuro. El objeto de estos contratos es que las partes se obligan a hacer un contrato definitivo

a futuro. d. El plazo a futuro es de un año, renovable.

CONTRATOS DEFINITIVOS

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El contrato definitivo es aquel mediante el cual se plasma en definitiva la relación jurídica querida por las partes. En ese sentido, el contrato definitivo se opone al contrato preparatorio, que sólo prefigura una relación jurídica que desembocará en el contrato definitivo propiamente tal.

El que un contrato sea definitivo, sólo lo será en relación a un eventual contrato preparatorio. 

3.5 Contratos bilaterales y unilaterales

Son contratos bilaterales, llamados también sinalagmáticos (la palabragriegasynállagma significa obligación recíproca), aquéllos en que las partes se obligan recíprocamente una respecto a la otra. Así en el contrato de compraventa el vendedor tiene la obligación de entregar la cosa, garantizando su pacífica posesión y disfrute, y el comprador tiene la obligación de pagar el precio. En ellos, ambas partes son a la vez acreedor y deudor.

En los contratos unilaterales, sólo surgen obligaciones para una de las partes. Así el contrato de mutuo (préstamo de consumo) sólo y siempre para el mutuario surge la obligación de devolver al mutuante la cantidad prestada.

Existen algunos contratos en los que, en principio, la obligación sólo surge para una de las partes, pero eventualmente y en determinadas circunstancias puede también surgir para la otra. Las escuelas medievales hablan en tales casos de contratos "bilaterales imperfectos". Por ejemplo, en el depósito, normalmente la obligación de restituir sólo surge para el depositario, pero si éste efectuó gastos o sufrió daños con motivo de la conservación de la cosa, podrá pretender con éxito que el depositante le indemnice los daños y reembolse los gastos.

La  distinción entre contratos bilaterales y unilaterales no coincide con aquélla que se aplica a los negocios jurídicos en general. En efecto, negocios jurídicos unilaterales son aquéllos que para su existencia basta la manifestación de voluntad de una sola parte, mientras que en los bilaterales es necesario el acuerdo de las dos partes intervinientes en el negocio.

3.6 Contrato unilateral y acto jurídico unilateral

No debemos confundir el contrato unilateral con los actos jurídicosunilaterales, que

no son contratos. En estos últimos, hay sola declaración de voluntad que se obliga o

compromete con total independencia de la otra parte. Esto ocurre por ejemplo cuando el

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testador manifiesta su voluntad de lo que quiere que ocurra a su muerte con sus bienes, sin

necesitarse en ese momento la conformidad del heredero.El contrato es siempre un acto

jurídico bilateral, pues necesariamente requiere el consentimiento de dos partes (una

acreedora y otra deudora) pero puede suceder que una vez cumplida la prestación a cargo de

una ellas, sólo la otra resulte obligada contractualmente. Por ejemplo, en el contrato de

depósito, el depositante entrega una cosa al depositario, y a partir de entonces, solo el

depositario tiene la obligación de cuidar de la cosa, de abstenerse de usarla y de devolverla al

requerimiento del depositante, o sea, que en los contratos unilaterales no hay obligaciones

recíprocas, sino sólo para una de las partes.Sin embargo, como pueden surgir obligaciones

para el depositario con motivo del contrato, por ejemplo, los de abonar los gastos

conservatorios de la cosa que hizo el depositante algunos autores consideran que no es un

contrato unilateral, sino bilateral o sinalagmático imperfecto.

Otros ejemplos de contratos unilaterales, son el contrato de donación, que no es una

liberalidad que dependa sólo de la voluntad del donante, pues requiere la conformidad del

donatario, pero acarrea solo obligaciones al donante salvo las de prestación alimentaria, o en

los casos de donaciones con cargo. Otros casos son el comodato o préstamo de uso, y el

mutuo o préstamo de consumo.

Hechos y actos jurídicos

Todo suceso o acontecimiento, ya sea producido por la naturaleza o por el hombre

son hechos. En el primer caso serán hechos naturales (la lluvia, el terremoto, el eclipse), en el

segundo, serán hechos humanos (pintar una casa, tomar un medio de transporte, conducir un

automóvil).

Estos hechos pueden no tener ninguna consecuencia jurídica, y en ese caso se

denominan hechos simples, como por ejemplo cuando nace un león en medio de la selva, pero

cuando producen ese tipo de efectos, por crear, modificar o extinguir un derecho, toman el

nombre de hechos jurídicos. Si tomamos el mismo ejemplo, pensemos ahora en el nacimiento

de un león, pero ahora la madre es de propiedad del dueño de un circo. Aquí sí hay

consecuencias jurídicas pues el dueño de la madre leona será también dueño del cachorro

(adquirirá sobre él un derecho de propiedad).

En el caso de los hechos jurídicos se trata de hechos como fuente de derecho y no de

un hecho como objeto de prestación. No siempre son hechos humanos, como cuando alguien

Page 18: Antologia Derecho Civil III

daña la cosa de otro, lo que motiva a que éste reclame por el perjuicio, sino que también

pueden ocurrir por hechos externos o accidentales, ajenos a la actividad humana, como los

terremotos, que pueden por ejemplo, extinguir el derecho de propiedad de una cosa, por su

destrucción.

Dentro de los hechos humanos, hay que distinguir los voluntarios (realizados con

discernimiento, intención y libertad) de los involuntarios en los que se carece de alguno de

esos elementos.

El discernimiento implica la comprensión del hecho que se ejecuta. Los menores

impúberes o los dementes no podrían realizar hechos voluntarios, por suposición legal. La

intención significa el deseo de realizar el hecho, y excluye a los que se realizan por error, pero

para que el hecho se repute involuntario debe tratarse de un error esencial, que de no haber

existido el hecho no se hubiera llevado a cabo.

Libertad: Alguien actúa libremente cuando lo hace sin coacción. La violencia física o

moral, transforma al acto en involuntario. Los hechos involuntarios no generan para su autor

responsabilidad. Los hechos voluntarios pueden tener consecuencias inmediatas, que suceden

por una razón natural y lógica. Si una persona arroja al suelo una cosa frágil, lo normal es que

se rompa. Esto le acarreará hacerse cargo de las consecuencias de su accionar.

Otras consecuencias son mediatas, pues requieren otro hecho que se sume al hecho

primitivo para producir la consecuencia. Por ejemplo, una persona está obligada a cuidar una

casa, y deja la ventana abierta para que se ventile mientras hace un mandado. En ese lapso, un

ladrón ingresa al domicilio y comete un hurto. En este caso también deberá responder por su

negligencia, según las circunstancias. Las consecuencias mediatas hay que evaluarlas en cada

caso particular, observando si se tuvo en cuenta el deber de prudencia. Es imaginable que si

en el caso planteado uno deja la ventana abierta en forma considerable, es probable que

alguien pueda por allí ingresar, pero no sería tan evidente si uno la deja abierta unos pocos

centímetros y valiéndose de esta pequeña abertura, el delincuente utiliza algún elemento para

forzar la entrada. En este caso no generaría responsabilidad al cuidador. Las consecuencias

casuales o remotas no son imputables. Por ejemplo si me dejan una mascota a mi cuidado, y se

muere por una enfermedad natural, contraída por haberla llevado al parque con todos los

cuidados del caso.

Page 19: Antologia Derecho Civil III

Todos los hechos humanos voluntarios, se llaman actos. Además, los hechos

voluntarios (actos) pueden ser lícitos o ilícitos, según sean o no realizados de acuerdo a la ley.

Un contrato de locación con fines de poner un comercio de venta de ropas es un hecho

humano voluntario lícito. Un contrato celebrado con el fin de cometer un robo es un hecho

humano voluntario ilícito.

Cuando una persona realiza un hecho voluntario lícito, que tiene por finalidad crear,

modificar, conservar, transferir o extinguir algún derecho, como finalidad inmediata, decimos

que se trata de un acto jurídico, o un negocio jurídico, siguiendo la interpretación romanística.

La denominación de actos jurídicos, también es la usada en Francia, pero en

Alemania e Italia, se hace una distinción entre acto jurídico y negocio jurídico,

considerándolos una relación de género a especie. La totalidad de los actos realizados

voluntariamente, y con contenido lícito, son actos jurídicos, mientras los que persiguen un fin

o efecto jurídico, se los llama negocios jurídicos. Así se manifiestan, entre otros, Savigny y

Windscheid.

En otros artículos trataremos de los elementos del acto jurídico, de la clasificación de los actos

jurídicos y de la nulidad de los actos jurídicos.

3.7 Contrato onerosos y gratuitos

Contrato Oneroso:

Un contrato oneroso es aquel que implica alguna contra prestación. Este tipo de contrato, por lo general, supone la existencia de beneficios y gravámenes recíprocos, con un sacrificio equivalente de ambas partes. Las operaciones de compraventa pueden regirse por contratos onerosos ya que el vendedor obtiene un crédito por lo que vende y, a su vez, entrega algo, mientras que el comprador recibe lo comprado y debe pagar algo a cambio.

Contrato Gratuito:

Page 20: Antologia Derecho Civil III

Contrato en el que el beneficio que recibe una de las partes no se corresponde con el sacrificio que realiza la otra, puesto que recibe una ventaja o beneficio sin carga o gravamen por su parte. Ejemplos típicos de contratos a título gratuito son la donación, si bien, en ocasiones se establecen algunas cargas para el donatario; el comodato, que el C.c. caracteriza como préstamo de uso esencialmente gratuito; el mandato, que salvo pacto en contrario también lo es; el depósito, y el mutuo o simple préstamo, que aun cuando se caracterice en ocasiones como contrato oneroso, sólo existen obligaciones para el prestatari.

3.8 Contratos aleatorios y conmutativos

En el objeto del contrato está implicado el devenir, la suerte. En este contrato hay como característica un evento, que si bien es incierto, en el sentido que no sabemos si se puede producir, de ese resultado depende que se produzcan los efectos. Las partes saben que hay una probabilidad.

El valor de una de las prestaciones puede variar mucho, se puede ganar mucho o perder mucho, porque hay un riesgo. Pero este riesgo no es un fenómeno no deseado; uno decide asumirlo.

Contratos conmutativos

Son aquellos contratos cuyo resultado económico es específicamente el que los contratantes desean experimentar. Ellos tienen la posibilidad de evaluar ese resultado económico. Siempre está sometido a un riesgo propio de ese contrato; lo ideal sería que no exista ningún movimiento en la situación económica en que se celebró el contrato. Pero cuando esos valores pactados son afectados por acontecimientos no previstos y cambian dramáticamente, la ley nos da remedios por el hecho de que el valor de las prestaciones es afectado por causas ajenas a las partes: se da el supuesto de excesiva onerosidad de la prestación.

¿Que es la excesiva onerosidad de la prestación? SE PRESENTA CUANDO LA

EQUIVALENCIA ORIGINAL QUEDA MODIFICADA POR HECHOS POSTERIORES QUE CONVIERTEN EN MÁS GRAVOSA ECONOMICAMENTE,LA PRESTACION O LAS PRESTACIONES DE UNA DE LAS PARTES CONTRATANTES.

3.9 Contratos consensuales, reales, formales y solemnes

Contratos consensuales: Son contratos que se forman con el acuerdo de las partes, tanto presentes como ausentes, y ya lo manifiesten de modo expreso o tácito. Compraventa, arrendamiento, sociedad y mandato son las formas de los contratos consensuales, de la buena fe, libres de formalidad y accesible a los extranjeros.

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Características de estos contratos es la reciprocidad, es decir, que de ellos nacen obligaciones recíprocas para las partes contratantes, tuteladas por acciones que una u otra parte pueden ejercitar. La ordenación de los contratos consensuales en el edicto era: mandato, sociedad, compraventa y arrendamiento.

Contratos reales: por supuesto que, como en todo contrato, se exige el consentimiento de las partes contratantes, pero aquí, además, se requiere la entrega del objeto con carácter de requisito esencial. La doctrina tradicionalmente considera ejemplos de contratos reales el mutuo o préstamo simple, el comodato o préstamo de uso, el depósito y la prenda.

Contratos formales: es aquel en que la ley ordena que el consentimiento se manifieste por determinado medio para que el contrato sea válido

Contrato formal solemne: es aquel que además de la manifestación del consentimiento por un medio específico, requiere de determinados ritos estipulados por la ley para producir sus efectos propios. Por ejemplo en el matrimonio se necesitan de ciertos requisitos para poder llevarse a cabo.

3.10 Contratos principales y accesorios

CÓDIGO CIVIL FEDERAL EN SU ARTÍCULO 1792.

Convenio es el acuerdo de dos o más personas para crear, transferir, modificar o extinguir obligaciones.

CÓDIGO CIVIL FEDERAL EN SU ARTÍCULO 1793.

Los convenios que producen o transfieren las obligaciones y derechos, toman el nombre de contratos. Etimológicamente el termino contrato es de origen latino en el vocablo “contractus” que significa pacto, ajuste o convenio el cual es un acuerdo de voluntades entre dos o más personas del cual surge un vínculo jurídico generador de obligaciones.

Contrato principal: son aquellos que pueden existir por si solo sin necesidad de convección independiente a la cual adherirse.

Ejemplos: COMPRAVENTA Y PERMUTA

EL CÓDIGO CIVIL DEL ESTADO DE QUINTANA ROO define en su ARTÍCULO 2548 a la compraventa como una de las partes transfiere a la otra la propiedad de un bien, a cambio de un precio cierto y en dinero.

EL CÓDIGO CIVIL DEL ESTADO DE QUINTANA ROO define en su ARTÍCULO 2606 la permuta es un contrato por el cual uno de los contratantes transmite al otro la propiedad de un bien a cambio de otro cuyo dominio también se le transfiere.

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Contrato accesorio: Contrato accesorio es el que tiene vida y existe en la razón y medida que sirve para garantizar el cumplimiento de una deuda en un derecho de crédito convencional o compensatorio. Por ello su razón de ser y existir va en función y medida de la vida de esa obligación.

Los accesorios siguen la suerte de los principales por la nulidad o la inexistencia de los primeros origina a su vez, la nulidad o la inexistencia del contrato accesorio, también llamados de garantía por que generalmente se constituyen para garantizar el cumplimiento de una obligación que se reputa principal, y esta forma de garantía puede ser personal como la fianza en que una persona se obliga a pagar por el deudor si este no lo hace.

En estos contratos accesorios, la regla de que los accesorios siguen la suerte de lo principal, sufre en ciertos casos excepciones, porque no podría existir el contrato accesorio sin que previamente no se constituyese el principal. Sin embargo, el derecho nos presenta casos en que puede haber fianza, prenda o hipoteca, sin que haya todavía una obligación principal, como ocurre cuando se garantizan obligaciones futuras o condicionales; el tutor de una fianza, prenda o hipoteca para garantizar su manejo, y aún no ha incurrido al entrar en desempeñar una tutela en ninguna responsabilidad ni tiene por tanto, ninguna obligación. Aquí tenemos una excepción a ese principio: existe legalmente el contrato accesorio, antes de que haya la obligación principal.

Ejemplos: LA FIANZA, PRENDA Y HIPOTECA.

3.11 Contratos instantáneos y de tracto sucesivo

Instantáneos: Los contratos instantáneos se forman y deben cumplirse inmediatamente. Se agotan en un solo acto. Su creación y extinción (por el pago) son una sola cosa.

De tracto sucesivo: Los contratos de tracto sucesivo son aquellos que se cumplen en forma escalonada a través del tiempo, como el arrendamiento, la venta de bonos, la renta vitalicia. La vida del contrato se prolonga porque las prestaciones que genera son entregadas de manera periódica dentro de un cierto lapso. Estos contratos forzosamente están sujetos a término.

3.12 Contratos nominados e innominados

Contratos innominados.

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La obligación es aquella que diga la ley, si no está en la ley no tiene causa por lo tanto no es obligación, ya que no se encuentra tipificada. Con la evolución del derecho romano, cuando no hay causa se puede convertir en pacto que inicialmente no tenía valor jurídico porque solo valían los contratos. Con Justiniano, adquiere valor ya que causa, es denominada como aquella generadora de obligaciones y solo eran posibles las que se encontraban en la ley, pues les otorga una función económica social determinada.

El pretor concedía acciones in factum como medio para proteger este tipo de contratos especiales, estas debían aparecer en relación con la compraventa y antes del arrendamiento. Con Justiniano, La praescriptis verbis sirve para reclamar una contraprestación de dar o hacer, por el que ha dado o hecho en virtud de una previa convención. Esta acción se aplica para todas las convenciones similares y se incluye como una de las acciones de buena fe.

Haciendo un recuento en cuanto al sentido de la expresión, son contratos que se encuentran en el Digesto bajo el título de praescriptis verbis et in factum actionibus. Los contratos innominados son convenciones sinalagmáticas hechas ob rem, ob causum y en vista de una prestación que la contraparte se obliga a ejecutar, la denominación procede de los bizantinos y apareció por primera vez a finales del siglo V.

Contrato nominado

Los contratos nominados, que son lo que están legalizados, concretamente y de manera literal en el derecho civil , su origen son las obligaciones , que es la expresión de la voluntad por signos inequívocos para hacer o dejar de hacer algo , en sentido genérico , obligación. (Del lat. obligatĭo, -ōnis). f. Aquello que alguien está obligado a hacer. Imposición o exigencia moral que debe regir la voluntad libre.

Vínculo que sujeta a hacer o abstenerse de hacer algo, establecido por precepto de ley, por voluntario otorgamiento o por derivación recta de ciertos actos, así existe una designación o estudio de las obligaciones en sentido lato sensu o estriucto sensu, es decir en sentido estricto y en sentido amplio, de esta relación se derivan los contratos Nominados (compra venta y comodato, arrendamiento etc...Todos aquellos que existen con una denominación en el derecho).

Contrato nominado o típico e innominado o atípico

Contrato nominado o típico: es aquel contrato que se encuentra previsto y regulado en la ley. Por ello, en ausencia de acuerdo entre las partes, existen normas dispositivas a las que acudir. (Compraventa, arrendamientos...) Contrato innominado o atípico: es aquel para el que la ley no tiene previsto un nombre específico, debido a que sus características no se encuentran reguladas por ella. Puede ser un híbrido entre varios contratos o incluso uno completamente nuevo. Para completar las lagunas del derecho o situaciones no previstas por las partes en el contrato, es necesario acudir a la regulación de contratos similares o análogos.

Es importante mencionar que los contratos innominados no son los que no están previstos por el Código Civil, porque todos los contratos lo están; simplemente son los que no

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están expresamente definidos en sus artículos aunque, sin perjuicio de que las partes los definan expresamente en el momento de contratar, en el marco de su autonomía de la voluntad.

4 ELEMENTO ESENCIALES O DE EXISTENCIA Y DE VALIDEZ DEL ACTO JURIDICO.

Elementos esenciales o de existencia del Acto jurídico son aquellos de tal manera imprescindibles que si no aparecen en el acto, éste no puede llegar si quiera a conformarse. También son llamados elementos de existencia.

4.1 Voluntad (consentimiento)

Es la que los contratantes emitan una declaración de voluntad para celebrar el acto, esto es que pongan de acuerdo, que haya un concierto de voluntades, a esto en derecho se le llama consentimiento. Sin este requisito no existe contrato alguno.

El motor principal en los contratos es la voluntad, a esa voluntad se le llama consentimiento y se integra por dos voluntades que se conciertan, esto es, dos quereres que se reúnen y constituyen una voluntad común. El consentimiento se forma o requiere de dos emisiones de voluntad sucesivas que se reúnen o se funden:

4.2 Objeto posible

“El objeto del derecho es uno de los términos de referencia de la relación jurídica, o sea del deber jurídico y del derecho subjetivo. Así pues. Por objeto debe entenderse, en general, todo lo que en una relación jurídica no es sujeto”.

El OBJETO POSIBLE se refiere tanto a las cosas como a los hechos. La cosa como el objeto del contrato debe ser física o legalmente posible; en el cual no será considerado como físicamente imposible, sino aquello que lo sea de un modo absoluto, por razón de la cosa y son legalmente imposibles las cosas que están fuera del comercio. Para que los hechos puedan ser posibles jurídicamente, deben ser compatibles con una ley de la naturaleza o con una norma jurídica que deban regirlo necesariamente y que no sean un obstáculo insuperable para su realización. La doctrina señala que:

“La imposibilidad jurídica no es la transgresión de la ley, sino lo que según la ley no pueda existir porque es contrario a los supuestos lógico jurídicos de la misma”.

En primer lugar parece muy conveniente la aclaración que Giuseppe Branca hace con respecto a la posibilidad, pues señala que:

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“Es muy distinto hablar de prestación posible y de objeto posible (considera a éste como la cosa). Sobre la primera dice que la prestación al momento de la obligación no es importante que exista. Pero Que Sí lo es al cumplirse la condición o al vencer el plazo para ella (llamada posibilidad superveniente), y que la posibilidad no ha de confundirse con la actualidad; asimismo, señala que la posibilidad debe ser absoluta, por razón de la prestación. Con respecto a la posibilidad del objeto, señala que no es necesario que la cosa ya exista al momento de la celebración del acto porque son posibles las obligaciones, por cosas futuras, no existentes todavía”.1

Para finalizar serán Objetos posibles todos aquellos que estén previstos a partir del Artículo 1731 Del Código Civil de Quintana Roo, en adelante.

4.3 Solemnidad

Un acto es solemne, cuando por disposición de la ley, la voluntad del sujeto ha de ser declarada, precisamente en la forma que el derecho a establecido, de manera que son la existencia de esa formalidad, el acto jurídico no tiene vida para el Derecho, por ello es que la solemnidad se eleva a la categoría del elemento esencial.

4.4 Forma legal

El signo o conjunto de signos por los cuales se hace constar o se exterioriza la voluntad del/o de los agentes de un acto jurídico y del contrato.

El formalismo o formalidades como: el conjunto de normas establecidas por el ordenamiento jurídico o por las partes, que señalan como se debe exteriorizar la voluntad, para la validez del acto jurídico y del contrato. En estas definiciones se establece la distinción entre la forma, como elemento de existencia, y los formalismos o formalidades como elemento de validez.

Los contratos Formales. Son aquellos que la ley señala para su validez que la voluntad se manifieste de acuerdo con los formalismos establecidos expresamente por la ley, por ejemplo en escritura pública.

En sentido estricto todos los contratos son formales, porque requieren de una forma para exteriorizar la voluntad. Para algunos contratos la ley establece una determinada formalidad, mientras que para otros señala alguna en especial.

El consentimiento o el acuerdo de voluntades se pueden manifestar por medios directos ósea en forma expresa, ya sea por el lenguaje escrito o por el hablado, o también por los medios indirectos, en formas tacitas, consideradas por la ley como expresión de la voluntad, así la voluntad se infiere del comportamiento. En este sentido, el silencio, cuando la ley le da efectos jurídicos, constituye una forma de manifestación del consentimiento, como el caso de la tacita reconducción establecida en el Artículo 2486 del Código Civil o cuando la ley 1

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da efectos de consentimiento al mandato que implique el ejercicio de una profesión en los términos del Artículo 2547 del mismo Ordenamiento.

4.5 La usencia de vicios de la voluntad

La voluntad del autor o de las partes que celebran el acto debe estar exenta de defectos o vicios.

La voluntad, elemento fundamental del acto jurídico, debe ser cierta y libre; debe ser el resultado de una determinación real y espontáneamente decidida.

Si la decisión proviene de una creencia equivocada (error), ah sido obtenida o mantenida por engaños (dolo) o ha sido arrancada con amenazas (violencia o temor), entonces es una voluntad viciada que anula el control (art. 1812 CC)

4.6 La licitud en el objeto y en el motivo o fin

El objeto debe ser comerciable y lícito (totalmente legal); la cosa debe ser propiedad del vendedor, se debe llevar a cabo la transmisión de la propiedad y la posesión del mismo.

FORMA DE MANIFESTAR EL CONSENTIMIENTO.-

Se integra por dos aspectos que son el interno y el externo. El interno consiste en que el sujeto quiere celebrar el acto y el externo que no manifiesta.

4.7 La capacidad

Elemento que se refiere a la aptitud o facultad de ser titular y de ejercer y hacer valer directamente derechos y obligaciones.

Entenderemos por capacidad jurídica a aquel atributo de la personalidad, que consiste en la idoneidad de ser sujeto de derecho, es decir, ser titular de obligaciones y derechos. Facultades a las personas para la realización de actos jurídicos, siendo por tanto la capacidad uno de los elementos de validez de los mismos. Se distinguen dos clases:

  Capacidad de goce y disfrute (capacidad de derecho o capacidad genérica). Es inherente a la personalidad y se adquiere plenamente con el nacimiento y termina con la muerte. El concebido, a pesar de que el texto del Art.3 del CC no lo menciona expresamente, al ser considerado sujeto de derecho, goza de ella en forma limitada pues su condición no le permite ejercer los derechos que comprenden.

No es absoluta sino relativa, pues el mismo artículo refiere a las excepciones expresamente señaladas en la ley. Ej: los impedimentos absolutamente de contraer matrimonio (Art. 420 CC), etc. b) Capacidad de ejercicio: es la aptitud reconocida por la ley a la persona natural para ejercitar por si misma sus derechos. Según el Art. 42 del CC se adquiere a los 18 años de edad.

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Debe entenderse que a esa edad la persona puede tomar decisiones libremente, orientadas al adecuado ejercicio de sus derechos y manejo responsable de su patrimonio, habiendo adquirido psicológico, poder de reflexión y sentido de responsabilidad para ejercer por si mismo y sin necesidad de asistencia los derechos de que es capaz desde su nacimiento.

4.7.1 Definición

Artículo 186.- Son hábiles para la celebración de los negocios jurídicos, todas las personas no exceptuadas por la ley.

La capacidad de (capacitas) es la aptitud que tiene las personas para el goce y el ejercicio de los derecho subjetivos que les reconoce el orden jurídico

En la doctrina ha sido uniformemente aceptada la idea de que la capacidad es “la aptitud para ser sujeto activo o pasivo de derechos y obligaciones, así como la posibilidad de ejercitarlos. Se afirma que se adquiere desde el momento de su nacimiento, o bien, desde el momento de la concepción.

4.7.2 Clases

Capacidad de goce (capacidad de derecho o capacidad genérica). Es inherente a la personalidad y se adquiere plenamente con el nacimiento y termina con la muerte. El concebido, a pesar de que el texto del Art.3 del CC no lo menciona expresamente, al ser considerado sujeto de derecho, goza de ella en forma limitada pues su condición no le permite ejercer los derechos que comprenden. No es absoluta sino relativa, pues el mismo artículo refiere a las excepciones expresamente señaladas en la ley. Ej: los impedimentos absolutamente de contraer matrimonio (Art. 420 CC), etc. b) Capacidad de ejercicio: es la aptitud reconocida por la ley a la persona natural para ejercitar por si misma sus derechos. Según el Art. 42 del CC se adquiere a los 18 años de edad.

Debe entenderse que a esa edad la persona puede tomar decisiones libremente, orientadas al adecuado ejercicio de sus derechos y manejo responsable de su patrimonio, habiendo adquirido psicológico, poder de reflexión y sentido de responsabilidad para ejercer por si mismo y sin necesidad de asistencia los derechos de que es capaz desde su nacimiento.

5 INTERPRETACION DE LOS CONTRATOS.

5.1 Definición

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INTERPRETACION

La interpretación es fundamental, porque de ella depende la posterior calificación jurídica y los efectos que el ordenamiento asigna a la manifestación de la voluntad. Consiste en la atribución de significado a un texto. Tratándose de los contratos su interpretación tendrá por objeto una manifestación de voluntad. El contrato es una expresión de voluntad en un texto, que luego de realizado puede ser interpretado de forma diferente por las partes. El problema se traslada al juez quien tendrá la última palabra.

Contrato  

Es un término con origen en el vocablo latino contractus que nombra al convenio o pacto, ya sea oral o escrito, entre partes que aceptan ciertas obligaciones y derechos sobre una materia determinada.

El documento que refleja las condiciones de este acuerdo también recibe el nombre de contrato

5.1 Definición

Ignacio Galindo Garfias:

En su connotación lingüística común u ordinaria la palabra “interpretación” significa el significad de una expresión artística o intelectual o simplemente de un comportamiento humano. Es aceptar el sentido de una obra, de una palabra, de un signo.

Importa señalar que la labor del interprete se desarrolla en la vida de la relación; es decir, la obra que se pretende interpretar, está dirigida, tiene un sentido proyectado hacia los demás seres humanos que son al fin los destinatarios de las ideas que la obra expresa; invoca la comprensión, para la cual es preciso antes llevar al cabo su interpretación, comprender su significado.

Desde el punto de vista etimológico, la raíz de la voz “interpretar” es el vocablo latino interpretatioonis que significa explicación, aclaración, traducción, en tanto que el intérprete interpres etis, vale como mediador, el que explica la significación de algo, y así se dice que el intérprete de un idioma traduce de una lengua lo que fue expresado en otro idioma haciéndolo así inteligible para quienes no poseen el idioma traducido.

Parece oportuno hacer las consideraciones anteriores a propósito de la interpretación (que comprende como es sabido, la interpretación de la ley), porque la finalidad de esa labor es precisar en su acto sentido y alcance, el pensamiento contenido en una norma de derecho general o particular.

Aparte este sentido del concepto de interpretación que se agota en la sola comprensión de un vocablo y podríamos llamar objetivo, encontramos que los preceptos

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jurídicos requieren de la comprensión y determinación de los términos con la finalidad de ser aplicadas, si se trata de una ley, o para ser ejecutadas, si se trata de un negocio jurídico.

Así pues, el contrato, que es un negocio jurídico, también exige ser interpretado para su debido cumplimiento, para conocer los efectos que debe producir.

La labor del intérprete del contrato consiste en una tarea de comprensión del contenido de la norma jurídica particular expresada en las estipulaciones del contrato: “la interpretación del contrato es indagación. De un supuesto de hecho concepto que es un comportamiento humano, es así una tarea de indagación de la concreta intención de los contratantes…”

5.2 Teoría de la voluntad real o interna

Las teorías acerca de la voluntad y su declaración surgen a raíz del estudio del consentimiento. Como se sabe, nuestro Código Civil en su Art.1108 dispone que los requisitos de fondo para la validez de los contratos son: el objeto, la causa, el consentimiento y la capacidad. La doctrina al definir el consentimiento afirma que éste resulta del encuentro de las voluntades de los contratantes.

Cada parte que interviene en un acto jurídico manifiesta su voluntad o aceptación separadamente y al coincidir todas ellas en el mismo objeto, se forma el consentimiento. Ahora bien, la voluntad se presenta primeramente como algo interno, como un deseo, un querer.

Esta etapa se conoce en la ciencia del derecho como voluntad interna o voluntad real. Es posible que una persona al expresar su voluntad lo haga de modo tal que lo que piensa, desea o quiere, no se corresponda con lo expresado. En este caso se dice que existe un divorcio entre la voluntad interna o voluntad real y la voluntad declarada, entre voluntad real y declaración.

Teoría de la primacía de la declaración sobre la voluntad real (interna).

Esta tesis se formula a finales del siglo XIX por pardectistas alemanes.Sostiene que la esencia del acto jurídico no reside en ser “manifestaciones de la voluntad sino en constituir reglas o preceptos de conducta, que una vez aparecidos en la vida social, cobran entidad propia, independizándose de la voluntad que les dio origen (Betti, citado por G. Ospina Fernández.).Se afirma de igual modo, basándose en la equidad que, “los destinatarios de un acto jurídico confían en la responsabilidad de los agentes y se atienen a lo que éstos declaran de manera notoria y ostensible y que, por tanto, es injusto burlar esa confianza, esa buena fe, dejando a aquellos expuestos a sufrir las consecuencias de la ineficacia del acto, fundada en exploraciones ulteriores de valor muy relativo y practicadas en un campo inaccesible, como lo es el fuero interno de dichos agentes”. (Betti). Se ve en la teoría de la primacía de la voluntad

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declarada un pernicioso individualismo. Según Ospina esta última es la opinión de las positivistas y socialistas.

5.3 Teoría de la voluntad declarada

Lo común es que la declaración (voluntad declarada) que un sujeto realiza

coincida con su voluntad interna y verdadera. Sin embargo, en ciertas ocasiones la voluntad

declarada no es la misma que la voluntad real, la verdadera intención.  Un ejemplo muy

utilizado en doctrina es el caso de la subasta de vinos en Tréveris: en una subasta, el levantar

la mano significa declarar que se está realizando una puja (oferta). Si una persona levanta su

mano, pero para saludar a otro sujeto, este gesto será entendido como una puja y dicha

persona quedará vinculada (tendrá que pagar el precio final del bien). Para afrontar estos

problemas se han desarrollado diversas teorías, siendo las más importantes las siguientes:

Teoría de la voluntad: La intención verdadera prima sobre lo que se exteriorizó. Esto

significa que toda declaración de voluntad que no coincida con la voluntad real será

inválido. En el ejemplo citado, el gesto de levantar la mano no tendrá validez y

produciría efectos.

Teoría de la declaración: Prima el acto volitivo; es decir, la declaración siempre es

válida incluso cuando no coincida con la voluntad real. En el caso de la subasta, el

levantar la mano siempre vinculará a la persona.

Teoría de la responsabilidad: Si la discrepancia entre la declaración y la voluntad se

debe a causas que el declarante pudo prever y evitar, entonces este queda vinculado

por su declaración; de lo contrario, no. En otras palabras, la discrepancia entre

voluntad y declaración invalida la declaración, excepto cuando esta pudo ser prevista

por el declarante.

Teoría de la confianza: A pesar de que exista discrepancia siempre se mantiene

válida la declaración, a menos que el destinatario de la declaración conocía o estaba en

aptitud de conocer aquella discrepancia; es decir, si el destinatario sabía que no podía

confiar plenamente en dicha declaración por ser la esta distinta de la voluntad real

entonces la declaración será inválida.

5.4 Reglas de interpretación de los contratos

SEGÚN EL CODIGO CIVIL FEDERAL:

Artículo 1851.- Si los términos de un contrato son claros y no dejan duda sobre la intención de los contratantes, se estará al sentido literal de sus cláusulas.

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Si las palabras parecieren contrarias a la intención evidente de los contratantes, prevalecerá ésta sobre aquéllas.

Artículo 1852.- Cualquiera que sea la generalidad de los términos de un contrato, no deberán entenderse comprendidos en él cosas distintas y casos diferentes de aquéllos sobre los que los interesados se propusieron contratar.

Artículo 1853.- Si alguna cláusula de los contratos admitiere diversos sentidos, deberá entenderse en el más adecuado para que produzca efecto.

Artículo 1854.- Las cláusulas de los contratos deben interpretarse las unas por las otras, atribuyendo a las dudosas el sentido que resulte del conjunto de todas.

Artículo 1855.- Las palabras que pueden tener distintas acepciones serán entendidas en aquella que sea más conforme a la naturaleza y objeto del contrato.

Artículo 1856.- El uso o la costumbre del país se tendrán en cuenta para interpretar las ambigüedades de los contratos.

Artículo 1857.- Cuando absolutamente fuere imposible resolver las dudas por las reglas establecidas en los artículos precedentes, si aquéllas recaen sobre circunstancias accidentales del contrato, y éste fuere gratuito, se resolverán en favor de la menor transmisión de derechos e intereses; si fuere oneroso se resolverá la duda en favor de la mayor reciprocidad de intereses.

Si las dudas de cuya resolución se trata en este artículo recayesen sobre el objeto principal del contrato, de suerte que no pueda venirse en conocimiento de cuál fue la intención o la voluntad de los contratantes, el contrato será nulo.

6. EFECTOS DEL ACTO JURIDICO

6.1 ¿Cuáles SON? ¿A QUIEN AFECTAN

El acto jurídico que reúne los elementos esenciales y cumple los requisitos de

validez surte plenos efectos del derecho. Sus consecuencias son variables y pueden consistir

en la creación, transmisión, modificación o extinción de derechos y obligaciones, o en la

constitución de una situación jurídica general y permanente un estado que entraña el

complejo nacimiento de una serie de derechos y obligaciones.

6.2 AUTOR, PARTE Y TERCERO (DEFINICION)

1_El autor del acto es la persona que por su voluntad se producen las consecuencias del acto.

2_Parte, son las personas que adquieren derechos y obligaciones que nacen en la relación jurídica.

3_Tercero, persona ajena a los efectos que producen las relaciones que nacen del acto.

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CAUSANTE Y CAUSAHABIENTE: El causante es el autor del acto, y el causahabiente es la persona que después de celebrarse el acto adquiere por derivado de este, por transmisión derechos y obligaciones que nacieron originalmente en quienes lo celebraron.

LA REPRESENTACION: Es el acto por medio del cual un tercero, extraño a la relación jurídica, actúa no solo por cuenta de otro sino en nombre del sujeto de la relación. Existen dos tipos de representación, la legal y la voluntaria.

Representación legal: suple la falta de capacidad del sujeto, se da independientemente de su voluntad. Representación voluntaria: el mandatario tiene poder de representación que le confiere el mandante para la ejecución de un acto, aunque los derechos y obligaciones nacen entre el mandatario y el otro contratante.

Personas afectadas por el acto jurídico

1. Autor: Persona que realiza el acto jurídico

2. Partes:Individuos o colectividades que ostentan unas mismas pretensiones en el instrumento público

Cuando el acto lo realizan 2 o más personas se llaman partes.

3. Tercero:Personas que no intervienen en la realización del acto

6.3 CAUSANTE Y CAUSAHABIENTE

CAUSANTE Y CAUSAHABIENTE: El causante es el autor del acto, y el causahabiente es la persona que después de celebrarse el acto adquiere por derivado de este, por transmisión derechos y obligaciones que nacieron originalmente en quienes lo celebraron

Partes: Son las personas que, personalmente o representadas, Concurren a la formación del contrato. Respecto de quienes son partes, el contrato produce todos sus Efectos, por aplicación del art. 1545.

¿Los testigos y notarios que participan en la celebración de un Acto jurídico son partes?. No, porque no concurren con su voluntad a la formación del contrato.

Terceros: El concepto de “terceros” es negativo, por cuanto son terceros Todos aquellos que no son parte, es decir, todos aquellos cuya Voluntad no ha participado en la generación del contrato.

Respecto de los “terceros” es preciso distinguir entre los Terceros absolutos y los terceros relativos.

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A. Terceros absolutos: Son las personas extrañas a la formación Del contrato y que no están ni estarán en relaciones jurídicas con las Partes. Son enteramente ajenos al contrato, éste no les empecé y Les es Inoponible.

B. Terceros relativos o interesados: Son aquellos que están O Estarán en relaciones jurídicas con las partes, sea por su propia Voluntad, o de la ley. A esta categoría pertenecen los sucesores o Causahabientes de una de las partes.

Se denomina genéricamente causahabiente a cualquier persona Que deriva el todo o parte de sus derechos de otra que se llama su “autor” o “causante”. Si la derivación se verifica por un acto entre Vivos se denomina transferencia y si se verifica por causa de muerte, Transmisión, la que puede ser a título universal o a título singular.

De suerte, entonces, que son terceros relativos los herederos y Legatarios de alguna de las partes y los cesionarios de ellas, todos Los cuales son causahabientes.

Los sucesores o causahabientes reciben el derecho de su Causante o autor en las mismas condiciones en que éste lo tenía, es Decir, el derecho pasa de causante a sucesor con las mismas ventajas Y cargas.

Los sucesores o causahabientes a Título singular Sufren los Efectos de los actos realizados por su causante solo en relación con La cosa o derecho que se les ha transferido o transmitido.

Los sucesores o causahabientes a Título universal, en cambio, Les afectan todos los actos de su causante, todos los actos les Aprovecha o perjudica; todos los derechos adquiridos por su autor, Salvo los personalísimos; y deben cumplir todas sus obligaciones.

Respecto de los contratos, tenemos la regla del art. 1545, que Se denomina la ley del contrato.

Aunque sea posible celebrar contratos lícitos sobre derechos Ajenos, el titular de ese derecho no queda obligado sino en virtud de Su aceptación. Así por ej. El art. 1815 que valida la venta de cosa Ajena, pero para que el dueño sea afectado por ese contrato de Compraventa requiere su ratificación (art. 1818). En caso contrario, le Es Inoponible.

Lo mismo sucede, como veremos más adelante, en la figura de La estipulación en favor de otro (art. 1449) y en la promesa de hecho Ajeno del art. 1490), aunque regularmente se les menciona como Excepciones al principio del efecto relativo de los contratos.

Como conclusión, y por regla general, se necesita siempre la Voluntad expresa o tácita de una persona para que le alcancen los Efectos de un acto jurídico.

¿Afectan a los causahabientes a título singular los contratos Celebrados por su causante o autor con otros sujetos?

La cuestión se plantea únicamente respecto a los contratos Celebrados sobre la cosa que se transfiere o transmite al Causahabiente singular. La mayor parte de la doctrina señala que sí, debiendo Considerarse a los causahabientes particulares como partes en dichos Actos, en el sentido de que les son completamente oponibles (no Pueden desconocerlos). Pero la verdad,

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es que esta cuestión se Plantea respecto de los derechos reales limitativos del dominio Constituidos por el causante o autor sobre el bien y no respecto de Derechos personales. Y ello por una cuestión propia de estos Derechos reales cuales es el efecto O sea el derecho de Persecución que se tiene en contra de cualquiera que tenga o posea El derecho, así por ejemplo, cuando el causante, antes de transferir la Cosa, constituye una servidumbre sobre ella o la grava con una Prenda o constituye un usufructo.

El problema se plantea en verdad cuando el causante ha Limitado sus poderes sobre la cosa en virtud de una obligación Personal. Por ejemplo, si el causante se obligó con anterioridad a la Transferencia a no ocupar el caballo para carreras hípicas, la pregunta Es si al transferirse el caballo es o no oponible al causahabiente la Cláusula de prohibición derivada de un contrato en el que no fue Parte.

Este problema se ha resuelto parcialmente con la doctrina de Las obligaciones ambulatorias o Propter rem, que son aquellas cuyo Sujeto pasivo es variable, de tal modo que el rol de deudor lo asume Quien se encuentre en la posición jurídica de dueño de la cosa, de Manera que se traspasan al causahabiente junto con la titularidad del Derecho de dominio.

Tales son, por ejemplo, la del pago de las expensas comunes En la copropiedad inmobiliaria. Hay casos incluso en que se traspasa Al causahabiente todo el contrato celebrado por su causante por Mandato de la ley. Es el caso del arrendamiento en el artículo 1962 Del C.C.

Sin embargo, todas estas son hipótesis previstas por el Legislador, en los que no cabe duda que la obligación personal Contractual asumida por su causante afecta al causahabiente. El Problema se plantea respecto de aquellos casos no previstos por el Legislador. En tales situaciones, la doctrina mayoritaria sostiene que Las obligaciones contraídas por el causante no empecen al Causahabiente singular en virtud del principio del efecto relativo de Los contratos, ya que el contrato celebrado por su causante con un Tercero es Res Inter allios acta.

Todavía queda la discusión de si el co-contratante del causante Puede demandar a este por incumplimiento de su obligación. Por Ejemplo, se le donó un terreno con el compromiso de que no tale los Bosques existentes, y luego lo enajena y el causahabiente explota el Predio. ¿Podrá demandarse al causante por incumplimiento? (Jorge López Santa María sostiene que si a la luz del 1555)

También, se suele citar como terceros relativos, aunque no Tienen el carácter de sucesores, a los Acreedores comunes Del Deudor, por el derecho de prenda general (art. 2465). Los acreedores De un deudor no son parte en los actos jurídicos que éste haya Celebrado en el futuro celebre; pero mientras ese acto les sea Oponible, sufren sus efectos en cuanto les pueda afectar su derecho De prenda general al alterar el patrimonio del deudor.

La verdad es que los acreedores Son terceros absolutos Puesto Que estos contratos no generan ni derechos ni obligaciones para Ellos. Cosa distinta es que los acreedores sean alcanzados por el Efecto expansivo de los contratos y que pueden impugnar aquellos Que le deudor celebre en su perjuicios.

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Existen ciertas excepciones al efecto relativo de los contratos. Son excepciones aquellos casos en que un contrato crea un derecho o Impone una obligación a un tercero absoluto. Así, por ejemplo, el caso de los contratos colectivos, como son

Los convenios preventivos de quiebra y los acuerdos adoptados en Asamblea de copropietarios, en que aquellos contratos o acuerdos Generan derechos y obligaciones para quienes no concurrieron A Celebrarlo, e incluso para quienes votan en contra. Junto con los contra Actos colectivos, se ha visto en la estipulación En favor de otro una excepción al efecto relativo de los contratos

6.4 EL PRINCIPIO Res Inter Alios Acta

Res inter Alios acta es una expresión latina utilizada en Derecho y, en particular, en el Derecho contractual, que puede traducirse como "cosa realizada entre otros".

Este principio establece los tratados solo crean obligaciones entre las partes.

La frase se utiliza para expresar la doctrina según la cual un contrato o un acuerdo entre varias personas (inter partes) no puede afectar a un tercero que no ha sido parte en el mismo. Los efectos jurídicos del mismo se limitarían, por tanto, a los derechos y obligaciones de las partes que lo realizaron.

La misma máxima es aplicable en Derecho internacional público entre estados, en cuanto a tratados internacionales. Este principio  se considera relativo, porque, aunque ciertamente en la mayoría  de los tratados, se obliga  a los firmantes o a quienes lo hayan ratificado, también. Es cierto que en algunos casos, un tratado puede crear  derechos y obligaciones respecto a terceros Estados  que no han hecho parte del tratado.

6.5 EFECTOS DE LOS CONTRATOS, EN RELACION CON LAS PARTES: FUERZA OBLIGATORIA

El código civil mexicano, si bien no produjo la formula anterior, establece un principio similar de los artículos 1796 y 1797. El primero señala que los contratos “obligan a los contratantes no solo al cumplimiento de lo expresamente pactado, sino también a las consecuencias que, según su naturaleza, son conforme a la buena fe, al uso de la ley”. El segundo establece que “la validez y el cumplimiento de los contratos no pueden quedar en arbitrio de uno de los contratantes”, lo cual significa que el contrato obliga a quienes lo celebran y que ninguno de ellos puede privarlo de efectos unilateralmente o dejar de cumplirlo. Conviene precisar tal principio para indicar su enlace.

6.6 EL ACTO JURIDICO COMO CREADOR DE NORMAS

Puede ser lícito o ilícito.

-Pueden tener contenido patrimonial o extra patrimonial.

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-Los efectos los crea la ley.

El acto jurídico es el acto humano, lícito, con manifestación de voluntad destinada a crear, regular, modificar o extinguir relaciones jurídicas.

El acto jurídico es el acto humano voluntario o consciente, que tiene por fin inmediato establecer entre las personas relaciones jurídicas, crear, modificar o extinguir derechos y obligaciones. El acto jurídico produce una modificación en las cosas o en el mundo exterior porque así lo ha dispuesto el ordenamiento jurídico.

Para que se dé el acto jurídico no basta con que haya un sujeto y un objeto con bastante capacidad, se necesita algo que los ponga en relación, estableciendo un lazo o un vínculo que los una, haciendo pasar la relación jurídica del estado de posibilidad al estado de existencia. Este tercer elemento es un hecho, que por ser productor de efectos jurídicos se denomina Hecho jurídico, cuando tal hecho procede de la voluntad humana recibe el nombre de acto jurídico. Los actos jurídicos son positivos o negativos, según que sea necesaria la realización u omisión para que un derecho comience o acabe respectivamente. Con referencia a la formalidad del acto jurídico; es el conjunto de las prescripciones de la Ley, respecto de las solemnidades que deben ser observadas al tiempo de la formación del acto jurídico. El Acto jurídico y los requisitos para su celebración. En principio, el acto jurídico es la manifestación de voluntad destinada a crear, regular, modificar o extinguir relaciones jurídicas. * La voluntad que genera el acto jurídico es la voluntad privada. Es la voluntad manifestada por un sujeto que con plena conciencia, la destina a producir un efecto jurídico, propuesto por los celebrantes.

6.7 El alcance de la fuerza obligatoria del contrato

El alcance de la fuerza obligatoria del contrato no se limita exclusivamente a lo dispuesto dentro de las cláusulas que integran dicho acto: las partes deben respetar sus propias estipulaciones, pero, además de ello:

1.- Tienen el deber de observar los principios legales concernientes al acto que han celebrado.

2.- De cumplir las reglas emergentes del uso, y

3.- De observar el contrato conforme a la buena fe.

6.8 La integración del contrato a la ley: clausulas, esenciales, naturales y accidentales.

Generalmente, la interpretación y la calificación del contrato son operaciones lógicas cuyo resultado ofrece consecuencias positivas en relación con el contenido del contrato, esto es, con la precisa determinación de los derechos y obligaciones de las partes. Sin embargo, en otros casos, la determinación del exacto contenido del contrato y, por tanto, la efectiva ejecución del mismo no habrían de derivarse sólo de la actividad interpretativa y clasificadora de forma exclusiva sino que sería necesario extraer consecuencias complementarias acordes con el conjunto del sistema normativo. Dicha operación se le conoce técnicamente con el

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nombre de integración del contrato, en cuanto su resultado pueden suponer la agregación de derechos y obligaciones no contemplados por las partes ni por las normas de carácter dispositivo aplicables al contrato en cuestión; la sustitución de determinadas estipulaciones convencionales por otras consecuencias impuestas por el ordenamiento o, finalmente, la declaración de nulidad de algunas cláusulas contractuales.

Cláusulas esenciales: La ausencia de una de estas produce la nulidad del acto, ya que define aspectos que determinan la identidad y características especiales de cada ente jurídico, que lo diferencian los demás, y que no pueden ser suplidos por la ley.

Cláusulas naturales: Son aquellas que en caso de omisión, la laguna es llenada por el propio texto.

Cláusulas accidentales: Son las estipulaciones otorgadas por los socios que, sin estar previstas en la ley, por ser lícitas y no contrarias al contenido normativo, también son válidas.

6.9 INTEGRACION DEL CONTRATO CON EL USO

Los contratantes están obligados también a respetar las reglas de uso, es decir, la practica particular que los contratantes han observado a sus pretendientes relaciones jurídicas. Es la practica con que han cumplido los contratos celebrados entre si. Los contratantes tienen derecho a exigir que se respete el uso seguido.

6.10 RELACION ENTRE EL USO Y LA COSTUMBRE

El uso y la costumbre tienen en común que ambos son una práctica reiterada. Mas se distinguen en que, mientras la costumbre es una práctica general que se considera obligatoria entre los miembros de una comunidad, el uso es una práctica particular, no es una práctica común ni necesaria para su colectividad.

6.11 LA INTEGRACIÓN DEL CONTRATO CON LAS REGLAS DE LA BUENA FE

El contrato es de autonomía privada, pero esta puede ser insuficiente y, en tal caso, el juez recurre a otras fuentes, como le ley supletoria, la costumbre, para establecer la extensión de las obligaciones, La relación entre interpretación e integración es clara:

- La interpretación mira al pasado, mientras que la integración se enfoca en las consecuencias futuras del plexo obligatorio.

- La interpretación siempre es necesaria, aun cuando el texto es claro, mientas que la integración solo es aplicable cuando hay insuficiencia de la autonomía privada.

La regla general es que la integración se aplica en caso de lagunas en el reglamento contractual previsto por las partes. Se requiere como presupuesto que existan aspectos obligacionales no previstos, lo que ocurre cuando:

- Las partes fueron negligentes, o existen elementos indeterminados. Hay situaciones en que las partes desean celebrar el contrato, pero no tienen toda la información suficiente para

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definir la totalidad de las obligaciones; el costo de obtener esa precisión es superior al que quieren soportar. En estos casos se deja algún elemento no esencial sin definir;

- Existen elementos determinables, porque se pactaron obligaciones con sujetos y objetos determinables. En este caso, la integración intenta seguir la voluntad de las partes. Por esa razón, en el Derecho anglosajón se usa el vocablo “términos implícitos”; no están previstos y se integra recurriendo a una suerte de voluntad presumida.

Reglas de la buena fe: El CC dispone) que “los contratos deben interpretarse de buena fe y de acuerdo con lo que verosímilmente las partes entendieron o pudieron entender, obrando con cuidado y previsión”. Ello significa que el intérprete puede aplicar esta cláusula general para precisar lo que “debieron entender”, es decir, incorporando un elemento objetivo de carácter normativo, ya que es un deber ser. Ya hemos desarrollado la noción de buena fe, por lo que, a modo de resumen, podemos señalar que en materia

6.12 Fuerza Obligatoria del Contrato

La ley reconoce al contrato como fuente de obligaciones. Las obligaciones contractuales son obligaciones civiles, por lo que el acreedor puede exigir del deudor la satisfacción de la deuda según lo pactado. En caso que el cumplimiento del objeto de la obligación no sea posible, por equivalencia, el acreedor puede demandar la indemnización de daños y perjuicios. Una vez que un contrato de nacimiento a una obligación, no hay posibilidad de modificarla unilateralmente. Los derechos adquiridos en los contratos son transmisibles por cualquier título, salvo que el contrato estipule lo contrario, lo impida la ley o la naturaleza misma del derecho

6.13. Revocación por común acuerdo.

Son ley para los contrayentes y no pueden ser revocadas sino por el mutuo consentimiento o por las causas que la Ley expresamente señala. Por lo tanto, la revocación puede ser un acto unilateral o una convención, dependiendo del número de voluntades que el legislador exija para su perfeccionamiento.

Fuera de los casos en que la Ley o el propio contrato habilita   la revocación unilateral, la revocación es una convención, sin lugar a dudas, pues exige la confluencia de dos consentimientos. Entonces, aun cuando una de las partes manifieste su voluntad de revocar un contrato, ello no implicaría por sí la revocación automática del contrato. Para que ello suceda, se  necesita que la otra parte consienta la revocación.

En cuanto al momento y forma de perfeccionamiento del mutuo consentimiento con efectos revocatorios, debe tenerse en consideración las disposiciones del CCom sobre contratación a distancia. Al respecto, el art. 203 del CCom exige expresamente la respuesta al ofrecimiento de la parte, para que el contrato se considere perfecto.  En efecto, el art. 203 dispone:

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«En el caso de contrato por cartas, se requiere que el autor de la proposición persevere en su consentimiento, hasta el momento en que reciba la aceptación de su corresponsal.»

En el mismo sentido el art. 204 establece:

«El contrato por cartas se perfecciona en el lugar y en el acto en que la respuesta del que acepta el negocio llega al proponente.»

Siendo la revocación prevista en el CCom de carácter convencional, se aplica la denominada Teoría de la recepción, según la cual se requiere que el autor de la proposición persevere en su consentimiento, hasta el momento en que reciba la aceptación de su corresponsal (MEZZERA ÁLVAREZ, Curso de Derecho Comercial, t. 3, Montevideo, FCU, 1997).

6.14 TEORÍA DE LA IMPREVISIÓN DE LOS CONTRATOS

Teoría de la imprevisión en los contratos sucede cuando por un hecho extraordinario, que no puede imputarse a las partes, el mismo se torna imposible de cumplir o es muy oneroso para una de ellas. Se trata pues, de circunstancias posteriores a la celebración del contrato, que no se previnieron ni pudieron lógicamente preverse, y que puede crear un estado de cosas que haga el cumplimiento un sacrificio pecuniariamente desproporcionado para el deudor, o gravemente perjudicial para el acreedor, Así una de las partes creyéndose afectada por la contingencia que considera extraordinariamente imprevisible, plantea la resolución del contrato o reformar sus cláusulas.

6.15 La cláusula Rebus Sic Stantibus

Son frecuentes los casos en los que debido a una extraordinaria alteración de las circunstancias atinentes al contrato, que las partes no previeron, se producen efectos que atentan contra la equivalencia de las prestaciones establecidas en el momento de celebración del contrato.

Son contratos cuya ejecución queda diferida temporalmente y cuyo cumplimiento exija para una de las partes un inusitado sacrificio, desproporcionado en relación con el contenido inicial de la relación obligatoria.

La cláusula rebus sic stantibus se establece así como un remedio al desequilibrio patrimonial que la alteración de las circunstancias contractuales comporta. Por lo tanto el cumplimiento del contrato se entiende necesario siempre y cuando las cosas sigan manteniéndose tal y como se encontraban en el momento de perfección del contrato. En caso de una extraordinaria modificación del entorno contractual, habría de concluirse que el contrato no vincula a las partes o que no les obliga más que adecuándolo a las circunstancias coetáneas al momento de ejecución.

No obstante, hay que declarar que semejante pretensión no puede cohonestarse con otro de los principios básicos de la materia contractual, el principio pacta sunt servanda (los contratos nacen para ser cumplidos).

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La admisibilidad de dicha cláusula se hace con extraordinaria cautela. Se hace necesario así destacar que los requisitos para la utilización de dicha cláusula son los siguientes:

1°) Que entre las circunstancias existentes en el momento de celebración del contrato y las concurrentes en el momento de su cumplimiento o ejecución se haya producido una alteración extraordinaria.

2°) Que, a consecuencia de dicha alteración, resulte una desproporción exorbitante y fuera de todo cálculo entre las prestaciones convenidas.

3°) Que no exista otro medio (jurídicamente hablando) de remediar el desequilibrio sobrevenido de las prestaciones.

4°) Que las nuevas circunstancias fueran imprevisibles para las partes en el momento de celebración.

5°) Que quien alegue la cláusula rebus sic stantibus tenga buena fe y carezca de culpa.

6.16 Afectos de los contratos, en relación con terceros

Se ha dicho ya que los actos jurídicos (contratos) solo surten efectos de obligatoriedad para las partes que los celebran y que no pueden comprometer a las personas que fueron terceros a los mismos. Los contratos solo pueden obligar a las partes, no establecer compromisos a cargo de terceros. Nadie puede limitar la libertad la libertad de otro ni inferir en una esfera jurídica ajena imponiéndole obligaciones.

Sin embargo, aunque el contrato no puede obligar a terceros, si produce respecto de ellos otros efectos, que son obligatoriedad. Así, en la estipulación en favor de un tercero constatamos que el contrato puede favorecerlos estableciendo derechos en su provecho.

6.17 La oponiblidad

La oponiblidad es una característica esencial de los derechos reales que se manifiesta como el poder de hacerlos valer frente a todos, erma omnes. Así, el titular de un derecho real de hipoteca puede hacer prevalecer su derecho respecto del dueño de la hipoteca, ante cualquier subadquirente y en relación con cualquier otra persona.

6.18 La oponibilidad para otros terceros.

En el libro de MANUEL BEJARANO SANCHEZ en su obra “las obligaciones civiles”, menciona que:

El principio de la oponibilidad se ha desarrollado y aplicado también en los casos en que un tercero se hace cómplice de una de las partes en la violación de contrato. La obligación es un hecho que los terceros no tienen derecho a desconocer, la responsabilidad de un tercero que a sabiendas, se hace cómplice de la violación de un contrato, lo condena al igual que al deudor.

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El contrato celebrado entre el artista y disquera La Mancha S.A., solo obliga a las partes, no puede obligar a terceros extraños, respecto de dicho contrato, discos Sonoros S.A, es tercero. Sin embargo, como al contrato primeramente celebrado la compañía competidora, al contratar ésta al artista y hacerse cómplice de él en la violación del contrato (el cual no obliga pero le es oponible), incurrió por tal complicidad en un hecho ilícito que genera una responsabilidad civil a su cargo.

6.19 El efecto obligatorio y la promesa de Porte Fort

La Promesa de Pote Fort

Lo defino como el convenio en el cual UNA PERSONA SE OBLIGA PARA CON OTRA, A OBTENER LA VOLUNTAD DE UNA TERCERA PERSONA, PARA LA CELEBRACIÓN DE UN ACTO JURÍDICO, Y SI NO LA OBTIENE, DEBERA PAGAR UN PENA.

7 Declaración unilateral de voluntad- Segunda fuente de obligaciones.

Se entiende por declaración unilateral de la voluntad la exteriorización de la voluntad sancionada por la ley: que implica para su autor la necesidad jurídica de conservarse en aptitud de cumplir, voluntariamente, una prestación de carácter patrimonial pecuario o moral, en favor de una persona que eventualmente puede llegar a existir o si, ya existe, aceptar la prestación ofrecida, o con la cual hace nacer a favor de una persona determinada, un derecho, si necesidad de que esta acepte, o finalmente, con la cual extingue para sí un derecho ya creado a su favor.

Declaraciones unilaterales de la voluntad.

Ofertas al público: Es una declaración unilateral de voluntad, hecha a toda persona que pueda tener conocimiento de ella, con la expresión de los elementos esenciales de una prestación que se ofrezca cumplir, seria y hecha con el ánimo de satisfacer en su oportunidad, si fuere el caso. (Oferta de venta, Promesa de recompensa, Concurso de promesa de compraventa).

Estipulación a favor de terceros. Esta es una declaración unilateral de voluntad en virtud de la cual el prominente como parte en un contrato, determina una carga o modo consistente en que otra persona debe prometer que realizara una especifica prestación a favor de tercera persona. Documentos civiles pagaderos a la orden o al portador. El poder. Algunos consideran también al testamento como declaración unilateral de la voluntad, sin embargo sólo aremos estudio de las que establece el capítulo segundo del título primero del capítulo cuarto de las obligaciones.

7.1 Antecedentes

Que el hombre puede ejecutar cualquier transformación en el radio de sus relaciones jurídicas siempre que con ello no contraríe las normas de conducta impuestas por la colectividad a la cual pertenece; es el principio que informa la libertad jurídica y que concreta el más amplio desenvolvimiento en su iniciativa particular. Mas se vio la restricción que el orden actual le

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impone a la libertad individual: la conveniencia del grupo social que por ser de mayor extensión tiene primacía sobre el interés particular.

Esta libertad jurídica con el límite anotado, constituye el fundamento racional de la declaración unilateral de voluntad como fuente de obligaciones. Es que, como lo expresamos antes, la autonomía de la voluntad en cuyos postulados reposa el fundamento jurídico de la declaración unilateral, si sujeta a las variaciones de la evolución social moderna que la hacen menguar en la forma absoluta que la consagró el derecho francés del siglo XIX, se actualiza y toma toda su vigencia al concretarse en la declaración unipersonal de voluntad como suficiente medio para que el hombre, al actuar con plena capacidad, se imponga espontáneamente vínculos jurídicos que sometan su patrimonio al cumplimiento de una prestación determinada. Quien se obliga en esta forma, traba su libertad en el mismo sentido en que la restringe cuando contrata; en ambos casos el sujeto pasivo de la obligación no hace más que cumplir un acto jurídico, en la acepción que se le ha dado a este término,

7.2. ¿es la declaración unilateral una fuente general de obligación?

La doctrina mexicana dominante asegura que la declaración unilateral solo crea obligaciones en los casos especiales señalados por la ley, como sucede en el código alemán; para la mayoría de los autores ninguna otra declaración de la voluntad unilateral es fuente de obligaciones.

7.3 casos típicos de declaración unilateral: ofertas al público.

En el código civil para el distrito federal existen tres diferentes tipos de oferta al público:

1. Oferta de Ventas2. Promesa de recompensa3. Concurso con promesa de recompensa

Así lo disponen los artículos siguientes:

Artículo 1860. El hecho de ofrecer al público objetos en determinado precio, obliga al dueño a sostener su ofrecimiento.

Artículo 1861. El que por anuncios u ofrecimientos hechos al público se comporta de alguna presentación a favor de quien llene determinada condición y desempeñe cierto servicio, contrae las obligaciones de cumplir lo comprometido.

Artículo 1866. En los concursos en que haya promesa de recompensa para los que llenaren ciertas condiciones, es requisito esencial que se fije un plazo.

La obligación surge a cargo del promitente por su sola manifestación voluntaria, con independencia de cualquier otra voluntad que viniera a adherírsele, pues no se trata de un acuerdo de voluntades o contrato. El autor de la oferta o promesa asume el deber jurídico al respetar la palabra dada y, cuando el acreedor indeterminado surge y adquiere identidad, el promitente queda obligado a mantener esa palabra y, en su caso, a pagar la prestación prometida

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7.4 Revocación de la promesa.

El autor de la promesa puede revocarla, dándole la misma publicidad, mientras la prestación requerida no se haya cumplido, pero si la revocación causara perjuicios a tercero, el promitente deberá repararlos. El Artículo 1863 del Código Civil establece:

“Artículo 1863.- Antes de que esté prestado el servicio o cumplida la condición, podrá el promitente revocar su oferta, siempre que la revocación se haga con la misma publicidad que el ofrecimiento. En este caso, el que pruebe que ha hecho erogaciones para prestar el servicio o cumplir la condición por la que se había ofrecido recompensa, tiene derecho a que se le reembolse.”

Pero si hubiera fijado un plazo para la prestación, el promitente no podrá revocar su ofrecimiento mientras no venza el plazo. “Si se hubiese señalado plazo para la ejecución de la obra, no podrá revocar el promitente su ofrecimiento mientras no esté vencido el plazo” (Art. 1864, CC).

Si el servicio o condición requeridos se cumplen dentro del plazo fijado en la declaración unilateral o antes de la retractación publica, cuando ella es posible, la promesa debe ser respetada. El Art. 1865 del Código Civil decide a quien se entrega la recompensa si varias personas cumplen la prestación solicitada.

7.5 Concurso con promesa de recompensa

Si la recompensa se ofrece a quienes triunfen en un concurso, el declarante deberá redactar las bases del certamen y respetarlas, ponerlas en conocimiento del público o personas convocadas, sujetar a un plazo de realización de la competencia y designar el jurado que decidirá a quien o a quienes se entregara el premio, artículos 1866 y 1867 c.c)

7.6 Estipulación a favor de tercero

Se trata de una cláusula contractual en la que se concede un derecho para alguien que no ha intervenido ni ha sido representado en el acto. Es una promesa de beneficiar un tercero contenida en el canon de un contrato. En este, las partes acuerdan hacer una prestación a favor de alguien ajeno al acto.

7.7 Revocación y rechazo

Esta figura jurídica tiene la particularidad de que la obligación que genera es revocable hasta cierto momento por el estipulante, quien puede arrepentirse de la promesa y retirarla mientras el tercero no declare su interés de recibir el beneficio. Además, éste es rechazable por el beneficiario, quien puede rehusar el derecho que se le ha concedido. En tales supuestos (cuando se revoca o cuando se rechaza la promesa), la ley considera, por ficción, que el derecho no ha nacido.

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- La estipulación puede ser revocada mientras que el tercero no haya manifestado su voluntad de querer aprovecharla. En tal caso, o cuando el tercero rehúse la prestación estipulada a su favor, el derecho se considera como no nacido (art. 1871 del CC)

7.8 Efectos de la estipulación

Son los siguientes:

1. Hace nacer un derecho de crédito en favor del tercero, quien puede exigir el cumplimiento de la promesa, salvo pacto en contrario.

2. También el estipulante tiene la facultad de exigir el prominente el cumplimiento de su promesa.

3. El promitente puede resistirse o negarse al cumplimiento, por causa legalmente justificada, oponiendo las excepciones o defensas que procedan conforme al contrato donde se hizo la estipulación (artículos 1869 y 1872 C.C).

7.9 Evolución histórica

Acto jurídico: la teoría del acto jurídico aparece en el siglo XIX y es un concepto elaborado por la doctrina francesa posterior a la promulgación del código civil de 1804, y que consiste en toda manifestación exterior de la voluntad con la finalidad de producir efectos jurídicos (crear, modificar o extinguir derechos).

7.10 Naturaleza jurídica

Parece impropio y desconcertante clasificar como declaración unilateral de voluntad a un acto cuya formación intervienen dos voluntades que se conjuntan y concuerdan. Por ello numerosos autores la consideran un contrato. Otros, contrariamente, la sitúan entre las declaraciones unilaterales, en virtud de que el titular del derecho de crédito generado por ella( el acreedor ) no aporta su voluntad para la formación del acto, que produce consecuencias sin consultar el consentimiento del beneficio, tal como ocurre en una promesa de recompensa o en una oferta de venta. Esa posición adopto nuestro legislador al incluir la estipulación por otro entre las declaraciones unilaterales típicas. En su apoyo también podría argumentarse que las dos voluntades (estipulante y promitente) que originan la obligación y el derecho de crédito del beneficiario, se vierten en el mismo sentido y constituyente frente a este una sola voluntad jurídica.

7.11 TÍTULOS DE CRÉDITO A LA ORDEN:

Titulos emitidos a favor de una persona determinada. A diferencia de los títulos nominativos, el titular puede cederlos sin que se deba avisar de ello a la entidad emisora o al deudor. Por ejemplo, la letra de cambio. Son los instrumentos financieros que se emiten a favor de una persona en particular. Son transmisibles por simple endoso, el cual puede realizarse a favor de una persona determinada o dejarse abierto. documentos extendidos en forma rigurosamente establecida en los que se reconoce la obligación de pagar una determinada cantidad de dinero, confieren a su propietario (tenedor) el derecho a exigir de la persona que

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ha firmado tal obligación (dador) el pago de la suma indicada en un determinado plazo. Este tipo de documentos se generalizó ampliamente, bajo el capitalismo, al desarrollarse el crédito mercantil en las relaciones entre capitalistas industriales y comerciales. Los principales títulos de crédito a la orden son el pagaré y la letra de cambio. El pagaré es una obligación de paga que asume un deudor respecto al acreedor.

Títulos al PortadorEsta clase de títulos no se expiden a favor de persona determinada y la transmisión de su propiedad se efectúa mediante la entrega del título Puede ejercer los derechos inherentes a la acción quien posee el título. Para su transmisión es suficiente la entrega del título.

8. ENRIQUECIMIENTO SIN CAUSA. TERCERA FUENTE DE OBLIGACIONES.

8.1. Principio

En el art. 1882 del Código Civil establece: “el que sin causa se enriquece en detrimento de otro, está obligado a indemnizarlo de su empobrecimiento en la medida que él se ha enriquecido”

Todo enriquecimiento experimentado a costa del sacrificio de otra persona debe de tener una causa o razón jurídica que lo justifique o explique, pues nadie se empobrece sin motivo en beneficio ajeno; y cuando ello ocurre, se infiere que el perjudicado no ha tenido el propósito de beneficiar a otro en detrimento suyo y no sería equitativo infligirle esa pérdida. Por tal razón, el derecho impone al beneficiado la obligación de restituir el importe de su enriquecimiento hasta el monto del empobrecimiento ajeno.

8.2. Justificación del principio

Cualquier desprendimiento de bienes o servicios a favor de otro que carezca de sustento en una disposición obligatoria, todo beneficio que no ha sido concedido por mandato de la ley o por la voluntad del dueño - que por un acto jurídico hubiere decidido enriquecer al prójimo-, debe de ser devuelto. Solo la norma jurídica general (la ley) o particular (el acto jurídico, que tiene fuerza de ley para las partes, como expresan en los art. 1796 y 1797 del Código Civil), de otro; ya que lo que se entrega sin estar obligado, debe de ser restituido por mandato legal que atribuye su fuente al enriquecimiento sin causa. La prestación carece de razón legal de ser y de causa jurídica.

8.3. Antecedentes histórico

El principio del enriquecimiento sin causa surgió en Roma, hacia fines de la República, como una regla moral de derecho natural, no de derecho positivo. Tuvo una aplicación jurídica en ciertos casos, pero no llegó a elaborarse una acción general que permitiera sancionar todo enriquecimiento injusto (MAZEAUD).

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Ni en el antiguo derecho francés ni en el Código de Napoleón fue consagrada en norma expresa, aunque constituye el supuesto de varias reglas, como las relativas al “pago de lo indebido” o a la accesión por plantaciones o construcciones; fue introducido al derecho positivo a fines del siglo pasado por la jurisprudencia, y a partir de entonces se han delineado las características y los requisitos de procedencia de la acción de enriquecimiento sin causa, a la cual se le denominó acción de in rem verso.

El Código alemán de 1896, inspirado por la tradición romana, introduce el principio en el art.812, lo mismo que el Código Federal Suizo de las Obligaciones (art. 62).

8.4 Características del enriquecimiento sin causa

Cualquier tipo de enriquecimiento que sea dado a costa del sacrificio de otrapersona debe tener una causa o razón jurídica que lo justifique o explique,pues nadie se empobrece sin motivo en beneficio ajeno; cuando eso ocurre,el perjudicado no ha tenido el propósito de beneficiar a otra en detrimentosuyo y no sería equitativo infligirle esa perdida. Por lo tanto, el derechoimpone al beneficiado la obligación de restituir el importe su enriquecimiento,hasta el monto del empobrecimiento ajeno.

Las características principales del enriquecimiento sin causa son lassiguientes:7 El hecho debe producir el enriquecimiento de una persona, cuandoun sujeto ha alcanzado beneficios patrimoniales, ya sea por adquirirnuevos beneficios o servicios, por evitarse alguna perdida o porlibrarse de deudas.

El empobrecimiento de otra, es el sujeto que sufre elempobrecimiento que puede consistir en una transferencia de bienes,de servicios o el sacrificio de algún beneficio.

Debe haber una relación causal entre el empobrecimiento y elenriquecimiento, es el nexo que une al sujeto que se enriquece acausa del empobrecimiento del otro.

Que no exista una causa que justifique ni el enriquecimiento ni elempobrecimiento, es decir que no exista una razón jurídica quelegitime la adquisición de uno y obligue al otro a soportar la pérdida.

Dentro del enriquecimiento ilícito, el que se enriquezca en detrimentodel otro, tendrá que pagarle con una indemnización no más que el monto elcual le haya quitado.

Por ejemplo: Jessica construye una casa sobre un lote de terrenoajeno, contiguo al suyo, al que usted por error considero propio. El terrenoedificado en el terreno ajeno es de la propiedad de Juan, y la casa levantadaen él pasa a dominio de Juan, por accesión.

En este supuesto se produjo un acrecentamiento o enriquecimiento enel patrimonio de Juan y un empobrecimiento en el patrimonio de Jessica, sinque hubiere mediado ninguna causa jurídica que legitime o explique superdida y el beneficio de Juan, pues ni la ley le obliga a favorecerle con laconstrucción, ni Jessica quiso hacerlo regalándole la construcción, a esteacontecimiento que causó el incremento, es un hecho jurídico llamadoenriquecimiento sin causa, y como tal engendra obligaciones a cargo delbeneficiado en este caso Juan, quien queda comprometido a devolver elimporte de su beneficio o el de la perdida de víctima en este caso Jessica, yun derecho correlativo de ésta a ser resarcida.

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8.5 Simplificación de los requisitos

Las condiciones de la acción pueden reducirse a dos

1. Un tránsito de valores o beneficios de un patrimonio a otro

2. La falta de una causa jurídica que justifique o explique el desplazamiento de bienes

Transito de valores: se produce una transferencia de bienes, servicios o beneficios de un sujeto a otro a causa de una conducta o aun de un hecho jurídico natural (avulsión art. 910 cc).puede consistir en la transmisión de bienes, liberación de deudas u obligaciones reales y en la eliminación de daños o perjuicios inminentes a costa del sacrificio ajeno.

Ausencia de causa jurídica: consiste en que la transmisión de valores de un patrimonio a otro no esta justificada por una norma de derecho (ni por una disposición particular ni por una ley o norma general) , y por ello el empobrecido no tiene obligación de sacrificarse y el enriquecido no tiene derecho a conservar el beneficio.

8.6 Enriquecimiento con causa

Artículo 60.- Hay enriquecimiento ilegítimo cuando alguien, sin tener derecho para ello, aumenta su patrimonio en detrimento de otro.

Artículo 61.- Si el enriquecimiento es igual al empobrecimiento o menor que éste, el enriquecido debe indemnizaral empobrecido en la medida del enriquecimiento.

Artículo 62.- Si el enriquecimiento es mayor que el empobrecimiento, el enriquecido debe indemnizar al empobrecido en la medida del empobrecimiento; pero si aquél es de mala fe, el excedente se dividirá entre ambos.

Artículo 63.- Habrá obligación de restituir lo recibido por una causa que resulte errónea o inexistente.

Artículo 64.- Quien hubiera hecho un acto de liberalidad no puede, so pretexto de enriquecimiento ilegítimo, exigir indemnización.

Artículo 65.- No se considera como obligaciones nacidas de un enriquecimiento sin causa, las que tengan su origen en un reconocimiento o en una promesa abstractos de deuda.

Artículo 66.- Cuando por actos de una o varias personas se beneficiaren otra u otras, por aumentar el valor de susPropiedades o posesiones, y dicho beneficio sea consecuencia del que también obtengan la persona o personasQue hayan realizado o mandado realizar tales actos, no habrá lugar a exigir indemnización alguna, no obstante lasObras realizadas y consiguientes erogaciones hechas al respecto por estas últimas.

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8.7 Efectos

El favorecido deberá restituir su enriquecimiento hasta el momento del empobrecimiento experimentado por la otra parte; no deberá pagar más que su incremento patrimonial, aunque la pérdida ajena sea muy superior. Se trata de una acción restitutoria, estabilizadora del equilibrio económico perturbado por el transito injustificado de bienes, y no de una medida reparadora de todo el daño o perdida resentido. La acción de in rem verso se distingue así, por su alcance, de la acción de responsabilidad civil que nace de los hechos ilícitos y que impone, por lo general una indemnización total.

Ejemplo:

Por equivocación sembré melones en un terreno de su propiedad, contiguo al mío. Por desconocer el negocio, compre muy caras las semillas y el abono, y pague en alto precio los servicios de un hortelano. La siembra es propiedad de usted, por accesión, pero deberá pagarme un monto de mi empobrecimiento (digamos 20 mil pesos) hasta el valor del enriquecimiento que le he proporcionado (sólo 10 mil pesos, que sería el precio corriente de los bienes y servicios), suma esta última que usted, enriquecido de buena fe, deberá abonar. No lograré una restitución total de la suma invertida porque la acción de enriquecimiento sin causa no produce ese efecto. Perderé el excedente pagado debido a mi inexperiencia.

La solución es justa y equitativa, pues el beneficiado- quien no participó en el hecho ni lo provocó- no tendría por qué perder entregando una cantidad de bienes o dinero mayor de la que recibió. El enriquecimiento sin causa supone que el enriquecido ha obrado de buena fe al no propiciar ni disimular el acrecentamiento de sus bienes.

8.8 Enriquecimiento de mala fe

Una de las fuentes de las obligaciones lo constituye el enriquecimiento ilegítimo, éste deriva de un hecho voluntario lícito, mediante el cual aquel que sin causa se enriquece en perjuicio de otro, está obligado a indemnizarlo de su empobrecimiento en la medida que él se ha enriquecido.

El enriquecimiento ilegítimo básicamente estriba en que no existe una causa eficiente que justifique la disminución de un patrimonio y el aumento de otro, y que además no exista una causa jurídica que explique el desplazamiento total o parcial de un patrimonio al de otra persona, por lo que tal fuente de obligaciones tiene como elementos:

a) El enriquecimiento de una persona;

b) El empobrecimiento de otra;

c) Una relación de causalidad entre el enriquecimiento y el empobrecimiento;

d) Que no exista causa jurídica que justifique el empobrecimiento de un patrimonio y el enriquecimiento de otro.

La regulación del hecho jurídico que nos ocupa, tiene como finalidad la de evitar que el beneficio obtenido por una persona sin que exista una causa que lo justifique, origine

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perjuicios a otra que se ha empobrecido por el enriquecimiento de aquélla cuando haya relación entre las dos circunstancias, que obliga al enriquecido a restituir al que se ha empobrecido en la medida del empobrecimiento sufrido, es decir, deberá de restituir el importe de su ganancia.

Uno de los casos del enriquecimiento ilegítimo es el pago de lo indebido que ocurre cuando no habiendo relación jurídica entre dos personas, una de ellas entrega una cosa a la otra con el propósito de cumplir con una obligación inexistente, en este caso existe un enriquecimiento ilegal, en virtud de que el que recibe el pago obtiene una ganancia con perjuicio del que efectúa el pago, quien no tiene por qué hacerlo.

Elementos del Enriquecimiento ilegítimo:

1. Enriquecimiento de una persona.

Una persona se enriquece cuando aumentan sus activos o cuando disminuyen sus pasivos.

2. Empobrecimiento de otra persona.

Una persona se empobrece cuando aumentan sus pasivos o disminuyen sus pasivos, pero también se empobrece cuando presta un servicio y no es remunerado.

3. Sin causa

Sin causa se refiere a que no tiene un derecho, que es injusto o ilegítimo ese enriquecimiento.

4. Hay una relación causa efecto entre el empobrecimiento de uno y el enriquecimiento de otro

Esto quiere decir que el enriquecimiento de una persona tiene su origen en el empobrecimiento de otra.

Efecto del enriquecimiento ilegítimo:

Al darse el enriquecimiento ilegítimo la persona que se enriqueció debe indemnizar a la persona que se empobreció. La acción que tiene la persona que se empobreció para pedir la indemnización es llamada por los franceses actio in rem verso.

El enriquecimiento debe ser cuantificable o pecuniario para que realmente estemos ante la figura del enriquecimiento ilegítimo.

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8.9 La acción de In Rem Verso

Actio de in rem verso es una locución latina que traducida al español significa "Acción de Reembolso", conocida por algunas legislaciones como "Acción de Restitución" pero no se trata de restituir una propiedad o un inmueble, hace referencia al enriquecimiento ilícito, o más bien sin causa, de carácter líquido. Es decir que lo que se paga sin deberlo o que la ley lo manda, debe el deudor reembolsarlo al aquel que lo pago, ya sea en virtud de un error, una subrogación, o algunas veces de obligaciones solidarias e indivisibles, o bien, en virtud de una fianza.

Con este nombre (tomado de la acción romana de peculio y de in rem verso) identifica la doctrina francesa, a la acción de enriquecimiento sin causa, la cual fue consagrada en el artículo 26 del código de procedimientos del Estado de Quintana Roo:

Artículo 26.- El enriquecimiento sin causa de una parte, con detrimento de otra, presta mérito al perjudicado para ejercitar la acción de indemnización en la medida en que aquélla se enriqueció.

Sobre el enriquecimiento sin causa, el Dr. Eloy Maduro Luyando en su obra Curso de Obligaciones. Derecho Civil III, dice lo siguiente:

“Dado que la noción de enriquecimiento sin causa se funda en la idea o necesidad de restituir o restablecer el equilibrio patrimonial entre dos sujetos de derecho (el enriquecido y el empobrecido), y no en la idea de reparar ningún daño injusto causado, la indemnización objeto de la acción in rem verso tiene por finalidad la restitución o restablecimiento del equilibrio patrimonial alterado; por lo tanto, es una acción de equidad que no aspira a indemnizar al empobrecido de todo su empobrecimiento, ni tampoco despojar al enriquecido de todo su enriquecimiento, sino persigue restaurar en lo posible el equilibrio patrimonial entre dichas partes.” (Maduro Luyando, Eloy. Curso de Obligaciones. Derecho Civil III. Caracas, Universidad Católica Andrés Bello, Manuales de Derecho, Séptima Edición, 1989, p. 722).

8.10 El pago de lo indebido

El pago supone el cumplimiento de una obligación, y es un acto jurídico cuyos elementos son los sujetos (solvens, y accipiens), el objeto (aquello que se paga), y la causa (entendiendo por tal tanto la fuente - deuda anterior que sirve de antecedente al pago-, cuando el fin,, u otro objetivo al que se orienta el solvens: la extinción de la deuda)

Así también, es una especie de enriquecimiento sin causa, que se presenta cuando, sin existir relación jurídica entre dos personas, una de ellas entrega una cosa a la otra con el propósito de cumplir la supuesta obligación.

Todo pago presupone la existencia de una deuda; si esta no existe, la entrega no tiene razón jurídica de existir y debe ser restituida. Tal devolución es conocida como repetición de lo indebido. En consecuencia, hay pago indebido cuando:

El solvens no es el deudor, a menos que actúe como tercero

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Si el accipiens no es acreedor

Si el acto no tiene objeto, porque se paga algo distinto, y no hay acuerdo en la sustitución

Si carece de causa- fuente, porque nada se debe.

Si carece de causa - fin, porque por ejemplo, se pretende cancelar una obligación o se cancela otra

Cuando el deudor obra sin animus solvendi

Cuando el pago es hecho por error

Cuando el pago es obtenido por medios ilícitos

8.11 Requisitos del pago de lo indebido

Todo pago presupone la existencia de una deuda; si esta no existe, la entrega no tiene razón jurídica de existir y debe ser restituida. Tal devolución es conocida como repetición de lo indebido. En consecuencia, hay pago indebido cuando: a. El solvens no es el deudor, a menos que actúe como tercero b. Si el accipiens no es acreedor c. Si el acto no tiene objeto, porque se paga algo distinto, y no hay acuerdo en la sustitución d. Si carece de causa- fuente, porque nada se debe. e. Si carece de causa - fin, porque por ejemplo, se pretende cancelar una obligación o se cancela otra · Cuando el deudor obra sin animus solvendi · Cuando el pago es hecho por error · Cuando el pago es obtenido por medios ilícitos

8.12 Asimilación a los requisitos del principio general

Los principios generales del Derecho son los enunciados normativos más generales que, a pesar de no haber sido integrados formalmente en el ordenamiento jurídico, se entiende que son parte de él, porque sirven de fundamento a otros enunciados normativos particulares, o bien recogen de manera abstracta el contenido de un grupo de ellos. Son conceptos o proposiciones de naturaleza axiológica o técnica que informan la estructura, la forma de operación y el contenido mismo de las normas, grupos normativos, conjuntos normativos y del propio Derecho como totalidad.

Estos principios son utilizados por los jueces, los legisladores, los creadores de doctrina y por los juristas en general, sea para integrar derechos legales o para interpretar normas jurídicas cuya aplicación resulta dudosa.

Son enunciados normativos que expresan un juicio deontológico acerca de la conducta a seguir en cierta situación o sobre otras normas del ordenamiento jurídico. Cada uno de estos principios generales del Derecho, es un criterio que expresa un deber de conducta para los individuos, el principio o un estándar para el resto de las normas.

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8.13 Efectos del pago indebido

Los efectos según se observa es atendiendo a la buena o mala fe, cuando se reciba la cosa o el servicio por creer que se tenía derecho a ello, la buena fe se presume, si la cosa se regresa de inmediato, entonces no habrá consecuencia alguna, pero en caso contrario tendrá no sólo que regresar la cosa con sus accesiones. En el enriquecimiento ilegítimo tendrá que pagarse una cantidad extra que representa a manera de daños y perjuicios dicha cantidad.

El pago de lo indebido tiene su antecedente en el Derecho Romano y en especial en las Instituciones de Gayo, se afirma que es fuente creadora de obligaciones el enriquecimiento ilegítimo, y el pago de lo indebido, porque genera obligaciones al confirmarse

8.14 Diversa fuente de obligación en la recepción de buena fe y en la recepción de mala fe

Este estudio de las fuentes de las obligaciones constituye un aspecto fundamental de la vida del hombre en la sociedad. Su importancia se basa en que todos aquellos hechos o actos capaces de obligar, con o sin su anuencia, a las personas.

En la actualidad las fuentes de las obligaciones tienen carácter taxativo; esto significa que una persona solo puede quedar obligada cuando ocurren los supuestos de los hechos previstos en el ordenamiento jurídico.

Se entiende por obligaciones, un vínculo de derecho en el que una o varias o personas están obligadas a dar, hacer o no hacer algo respecto de otra u otras personas en virtud de un contrato, cuasicontrato, delito, cuasidelito o ley.

Las, obligaciones como todas las cosas del mundo, deben tener una causa inmediata y eficiente. Por eso todos los tratadistas antiguos y modernos, así como las legislaciones civiles positivas, hablan de las fuentes de las obligaciones, es decir de la causa inmediata de donde ellas surgen.

Fuentes de Obligaciones:

Son todos aquellos hechos o actos de la vida real que, enfocados desde el punto de vista jurídico, son susceptibles de producir obligaciones.

Su estudio lleva a determinar cómo una persona teóricamente libre de toda sujeción, puede quedar jurídicamente obligada, es decir convertirse en deudor o acreedor de una obligación.

Su carácter es taxativo porque para que exista una obligación debe estar previamente consagrada en el ordenamiento jurídico positivo. Debe provenir de una fuente reconocida por tal ordenamiento.

El principio de la buena fe es un principio constitucional que obliga a que las autoridades públicas y a la misma ley, a que presuman la buena fe en las actuaciones de los particulares, y obliga a que tanto autoridades públicas como los particulares actúen de buena

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Mala fe, concepto legal que denota un propósito de engañar a la otra parte en un acuerdo.

8.15 Efectos adicionales de la recepción de buena fe

El accipiens de buena fe tiene derecho a que se abonen los gastos necesarios y a retirar las mejoras útiles que hubiere hecho el beneficio de la cosa recibida, o a que se le pague el valor de las mejoras. Es la aplicación del mismo principio del enriquecimiento sin causa, ahora en beneficio del accipiens de buena fe: ni este puede enriquecerse con las mejoras que sobre la cosa entrega hizo el accipiens: deberá de pagar su valor.

Otro efecto es que el receptor de buena fe que hubiere inutilizado los títulos de la deuda, dejando prescribir sus acciones o perdido las garantías, quedará eximido de restituir. El solvens que hizo pago indebido sólo podría reclamar el pago al verdadero deudor o a los fiadores de éste (art. 1890, cc).

9 GESTION DE NEGOCIOS. CURTA FUENTE DE OBLIGACIONES.

9.1 Noción

Art. 1896 del código civil dispone “El que sin mandato y sin estar obligado a ello se enarga de un asunto de otro, debe obrar conforme a los intereses del dueño del negocio” Otra fuente de obligaciones es este hecho jurídico voluntario lícito, concebido tradicionalmente como cuasicontrato que consiste en la intromisión intencional que carece de mandato y de obligación legal en los asuntos de otra, con el propósito altruista de evitarle daños o de ´producirle beneficios. Es una interferencia deliberada en la esfera jurídica ajena que la ley no prohíbe o condena por que se funda en un sentimiento de solidaridad social en un propósito benefactor que debe ser alentado.

9.2 Características

1. La existencia de un negocio jurídico ajeno.

Se entiende uno o más negocios o relaciones jurídicas, susceptibles lícitamente de ser realizadas por el gestor quien sabe que se está inmiscuyéndose en los asuntos del otro. El que gestiona un asunto ajeno creyéndose propio, no realiza gestión de negocios. La gestión puede consistir en el cumplimiento de un acto jurídico que puede efectuarse de dos maneras: Cuando el gestor actúa en su propio nombre con la intención de beneficiar al dueño y cuando el gestor actúa por cuenta del dueño del negocio. Y en la realización de los actos materiales que pueden ser demostrados por cualquier medio probatorio.

Obligaciones del gestor de negocios

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a) Frente al dueño del negocio gestionado

a) Debe obrar conforme a los intereses del dueño del negocio; conforme a la voluntad presunta del dueño.

b) Debe desempeñar su cargo con la diligencia de un buen padre de familia.

c) Debe dar aviso al dueño y esperar su decisión mediante avisos en la prensa o por cualquier otro medio que permita comunicarse con él.

d) Debe continua la gestión y llevarla a término hasta que el dueño se encuentre en estado de proveer por sí mismo.

e) Debe someterse a las consecuencias del mismo negocio, de acuerdo a lo establecido en el Código Civil vigente.

Obligaciones del dueño del negocio

a) Frente al gestor: El dueño deberá cumplir todas las obligaciones que haya contraído el gestor en su nombre

b) Frente a terceros : El dueño del negocio sólo responde a terceros por las obligaciones contraídas por el gestor en su nombre, siempre y cuando el negocio haya sido bien administrador, el dueño no responde siempre gestión ha sido comenzada o ejecutada a pesar de su prohibición expresa, a menos que esta prohibición sea ilícita.

CARACTERISTICAS DE LA GESTION DE NEGOCIOS.

Concepto preliminar de gestión.

Para tratar este tema es necesario aunque mas no sea esbozar provisionalmente la figura: estimamos que hay gestión de negocios ajenos cuando una persona interviene espontáneamente o voluntaria mente, esto es, sin obligación voluntaria o legal alguna, en los negocios de otra.

El que interviene en el negocio de otro se denomina según nuestro código: GESTOR y la persona a la que pertenece el negocio: DUEÑO.

En el derecho romano y en el derecho civil clásico se consideraba que la gestión de negocios era una de las figuras integrantes de los llamados cuasicontratos. Impugnada con éxito la categoría, dada la inexistencia de principios generales aplicables a todos los institutos que pudiesen entrar dentro de ella, la doctrina puede dividirse en dos grupos.

Doctrinas que propugnan la fuente única.

La fuente que da origen a las obligaciones emergentes de la gestión de negocios, tanto para el gestor como para el dueño es única. La causa que da nacimiento a las obligaciones difiere y se diversifica en tres grupos:

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a) El hecho del gestor que asume voluntariamente los negocios ajenos; actuación espontanea del gestor o voluntad del gestor; el hecho mismo de la gestión; acto unilateral de voluntad.

b) En el otro extremo tenemos los sostenedores de la ley como única fuente de las obligaciones emergentes de la gestión de negocios.

c) Y los sostenedores de una teoría que podríamos calificar de mixta, pues si bien afirman que las fuentes de las obligaciones de ambos es la ley, aclaran que cuando al gestor las obligaciones derivan del hecho mismo de la gestión y de la ley, o “que el hecho jurídico, entendido en el sentido mas amplio, de donde aquellas (las obligaciones) infaliblemente surgen, y la ley, que a tal hecho imprime la crisma del efecto jurídico”; “que contienen algo de manifestación unilateral de voluntad y parte de obligación ex lege”

Doctrinas que propugnan un doble orden de fuentes.

Opuesta y minoritaria es la corriente que sostiene que las obligaciones emergentes de la gestión obedecen a una doble fuente: la del dueño es puramente legal, la del gestor resulta a la vez de la ley y de un acto de voluntad. López de Zavalia considera que en nuestro derecho hay dos “gestiones, una que da origen a la acción directa y otra a la acción contraria” y divergen los requisitos comunes” tanto para una acción como para la otra.

Acuña Anzorena manifiesta que es imposible atribuir el origen de las obligaciones que venimos tratando a una causa única, aunque sea la le. Para el gestor nace de su hecho; para el dueño: “Es incuestionable que una elemental razón de equidad y de pacífica y armónica convivencia le obliga a reembolsar a quien gestiono sus negocios los gastos que la gestión le hubiese ocasionado. La voluntad del gestor, la equidad, la ley, la solidaridad social, el público interés, todo concurre como causa o fuente de estas obligaciones y en lo que a nuestro derecho respecta, nada importa cuál sea de estas fuentes la que predomine, dado que ante la prolijidad con que la ley ha reglamentado las relaciones del gestor y del dueño del negocio, el problema es más académico que practico.

9.3 Naturaleza jurídica

PRIMER CONCEPTO: Es el acto en virtud del cual una persona, denominada gestor, interviene o se ocupa de los asuntos de otro denominado dueño, sin obligación legal o convencional de hacerlo.

Es una fuente de obligaciones que provienen de un hecho voluntario y lícito, concebido en el derecho romano.

SEGUNDO CONCEPTO: Consiste en la obligación que adquiere aquel que sin estar obligado, asume la gestión de negocios ajenos, de continuar la gestión comenzada y de llevarla a término hasta que el dueño se halle en estado de proveer a sí mismo a ellas, debiendo también someterse a las consecuencias del negocio y a las obligaciones derivadas de un mandato.

PARA LOS HERMANOS MAZEAUD, "la gestión de negocios ajenos es el hecho de una persona, el gestor de negocios que sin haber encargado de ello, se ocupa de los asuntos de otra persona, el gestionado o dueño del negocio".

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SU NATURALEZA JURIDICA: La gestión de negocio es de naturaleza jurídica extracontractual. La naturaleza jurídica podría asimilarse a la fuente o causa que a una conducta o a un hecho determinado, le otorga determinados efectos jurídicos.

9.4 Gestión ilícita

Explique la Gestión Ilícita o Anormal.

La figura de la Gestión Ilícita se da, cuando no se realiza una gestión de negocios, sino un hecho ilícito como en los siguientes supuestos:

El que obra en interés propio

El que realiza operaciones arriesgadas

El que actúa en culpa o negligencia

El que actúa contra voluntad del dueño

Un Hecho Ilicito Civil es el que trae como consecuencia o resultado un daño (deterioro, menoscabo que un sujeto sufre hacia su persona o sus bienes) injusto al interés de otro.

Hecho ilícito

Es una acción antijurídica, contraria a la ley y a las buenas costumbres.

Es una conducta antijurídica, culpable y dañosa, que impone a su autor la obligación de reparar los daños

Dentro de este rubro se clasifican los delitos y los cuasidelitos. La absolución del imputado en un juicio penal no lo exime de una eventual condena de daños en un juicio civil. Esto porque la consideración del juez penal es no condenar a un inocente, mientras que la del juez civil es no dejar un daño sin reparar

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9.5 Casos excepcionales de gestión por utilidad

La gestión surte efectos aun contra la voluntad del dueño:

* Para cumplir un deber impuesto por causa de interés público (art. 1905).

El gestor que se encargue de un asunto contra la expresa voluntad del dueño, si este se aprovecha del beneficio de la gestión, tiene obligación de pagar a aquel él importante de los gastos hasta donde alcancen los beneficios, a no ser que la gestión hubiere tenido por objeto librar al dueño de un deber impuesto en interés público, en cuyo caso debe pagar todos los gastos necesarios.

* Para proporcionar alimentos al acreedor que los necesita (art. 1908 código civil federal).

Cuando sin consentimiento del obligado a prestar alimentos los diese un extraño, este tendrá derecho a reclamar de aquel su importe, a no constar que los dio con ánimo de hacer un acto de beneficencia.

* Para el pago de gastos funerarios (artículo 1909, cc).

Los gastos funerarios proporcionados a la condición de la persona y a los usos de la localidad, deberán ser satisfechos al que los haga, aunque el difunto no hubiese dejado los bienes, por aquellos que hubieren tenido la obligación de alimentarlo en vida.

9.6 Ratificación de la gestión por el dueño

Cuando el dueño del negocio gestiona ratifica los actos de gestión se producen todos los efectos de un mandato, retroactivamente, por disposición legal expresa contenida en el art. 1906, que dice a la letra “La ratificación pura y simple del dueño del negocio, produce todos los efectos de un mandato. La ratificación tiene efecto retroactivo al día en que la gestión principio”

A falta de ratificación, el hecho se conserva como una simple gestión de negocios: “Cuando el dueño del negocio no ratifique la gestión, solo responderá de los gastos que origino ésta, hasta la concurrencia de las ventajas que obtuvo del negocio”

10 HECHOS ILICITOS. QUINTA FUENTE DE OBLIGACIONES.

10.1 Antecedentes

En la vida es inevitable que la conducta de unos que afecte los intereses de otros, a menudo con resultados. Las acciones ajenas causan daños al prójimo

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Y turban severamente la armonía y la paz de la sociedad, pues nadie observa con indiferencia la destrucción de sus bienes o la pérdida de sus expectativas favorables por obra de una acción errónea o internacional de otro.

La víctima de una acción dañosa desea y espera que el causante indemnice por sus pérdidas, pues el responsable debe reparar los daños y perjuicios.

10.2 Elementos del hecho ilícitoConcepto

El hecho ilícito es, como todo acto contrario al ordenamiento jurídico vigente, generado por la intención, la imprudencia, impericia, negligencia mala fe, abuso de derecho e inobservancia normativa de una persona (agente) que tiene por contrapartida una responsabilidad civil en favor de otra persona (perjudicado o víctima) que debe cubrir el agente del daño.

Fundamentación

El artículo 20 en adelante del Código Civil de Quintana Roo.

“El que con intención, o por negligencia o por imprudencia, ha causado un daño a otro, está obligado a repararlo. Debe igualmente reparación quien haya causado un daño a otro, excediendo, en el ejercicio de su derecho, los límites fijados por la buena fe o por el objeto en vista del cual le ha sido conferido ese derecho”.

Caracteres

Los caracteres principales del derecho ilícito son:

1.- El hecho que lo genera consisten en un acto voluntario y culposo por parte del agente. La voluntariedad implica que el acto del agente le es plenamente imputable.

2.- Se origina en el incumplimiento o inejecución de una conducta preexistente que el legislador no la especifica expresamente, pero la presupone en todo sujeto de derecho y la sanciona con la obligación de reparar. Consiste en una actuación negativa (no hacer) del sujeto de derecho, que radica en no causar daños a otros por intención, negligencia o imprudencia.

3.- El incumplimiento culposo de la conducta preexistente referida debe causar un daño. La producción del daño es fundamental para que el hecho ilícito produzca su efecto principal: la reparación del daño, o sea, la responsabilidad civil. De no causarse un daño, nada habrá que reparar y el incumplimiento culposo de la conducta preexistente será irrelevante desde el punto de vista del Derecho Civil.

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4.- El incumplimiento culposo de la conducta preexistente debe ser ilícito, es decir, no debe ser tolerado, consentido, ni amparado por el ordenamiento jurídico positivo.”

DIFERENCIAS ENTRE EL HECHO ILÍCITO Y EL DELITO PENAL

HECHO ILÍCITO DELITO PENAL

Se viola una norma jurídica de derecho

privado

El delito penal es de derecho público.

Su efecto fundamental es la obligación de

indemnizar el daño o perjuicio causado a la

víctima que es un tercero diferente de él

Se impone una sanción de tipo corporal a

quien comete el delito (imputado), ejemplo

de ello una medida privativa de libertad

Tiene como elemento esencial existencia del

daño

No es necesario que exista daño pero la

intención es válida y es culpable porque

existe tentativa de delito.

Toda su variedad se encuentra comprendida

en una sola norma jurídica

(omnicomprensiva)

Cada variedad delictual se encuentra

tipificada con sus respectivas calificaciones

en el código penal.

El obligado a reparar el daño lo hace en

función de su propia actuación personal

culposa, o a la actuación ajena de otro

agente o entidad del daño, respondiendo por

todo grado o tipo de culpa

Se responderá por la intencionalidad del

sujeto en la comisión del delito y la pena va

en función al grado de intencionalidad con

que fue cometido.

La acción de responsabilidad civil en el

hecho ilícito prescribe a los 10 años a partir

de la comisión del hecho ilícito

Los lapsos de prescripción varían en función

del delito cometido.

RESPONSABILIDAD POR HECHO PROPIO, POR HECHOS DE UN TERCERO, POR COSAS Y POR ANIMALES

Page 60: Antologia Derecho Civil III

La responsabilidad por hechos propio es cuando el responsable es el propio autor del daño.

La responsabilidad por hechos de un tercero ocurre cuando la persona que está sometida a la guarda, control, vigilancia o subordinación del civilmente responsable, comete un hecho ilícito. La responsabilidad por hecho de las cosas se fundamentó durante mucho tiempo en la culpa del guardián en la vigilancia de la cosa, al no haber tomado todas las precauciones necesarias para que ésta no produjera daños a terceros.

“Hoy en día la doctrina y la jurisprudencia predominante consideran que la responsabilidad por hecho de las cosas es una responsabilidad objetiva fundada en la teoría de los riesgos, al haber introducido el guardián un riesgo en la sociedad y obtener un provecho de su uso, bien sea económico o para su simple satisfacción personal”.

En cuanto a la responsabilidad por animales, los artículos 1878 en adelante del Código Civil, establece que el poseedor de un animal o que se sirve de él, es responsable de los perjuicios que cause. Sólo cesa si es por fuerza mayor o culpa del que sufre el daño. La Jurisprudencia declara que este art. enuncia una responsabilidad objetiva.

DIFERENCIAS ENTRE LA RESPONSABILIDAD CIVIL DELICTUAL Y RESPONSABILIDAD CIVIL CONTRACTUAL

Delictual Contractual

La culpa no admite esas graduaciones, se

habla lisa y llanamente de culpa

La culpa admite graduaciones, así hablamos

de culpa grave, leve y levísima

La víctima va a tener que probar que el daño

que le fue causado es imputable a dolo o

culpa del autor del hecho, salvo ciertos casos

excepcionales.

Habiendo incumplimiento del deudor, se

presume su culpa y le va a corresponder al

deudor, para poder exonerarse de

responsabilidad, el probar que actuó con la

debida diligencia o cuidado.

La plena capacidad se alcanza a los 16 años,

no obstante que el menor de 16 y mayor de 7

es responsable si el juez determina que actuó

La plena capacidad se adquiere a los 21 años.

Page 61: Antologia Derecho Civil III

con discernimiento.

Si hay varios autores de un delito o

cuasidelito civil, van a responder

solidariamente del daño causado

Si varios deudores violan una obligación

contractual, entre ellos no hay solidaridad, a

menos que se hubiere pactado expresamente

La acción para perseguir la responsabilidad

derivada de un delito o cuasidelito civil

prescribe en el plazo de 4 años, contados

desde la perpetración del hecho

La acción para perseguir o hacer efectiva la

responsabilidad contractual prescribe

normalmente en 5 años

“Si una persona, por su culpa, causa un daño a otra, evidentemente es razonable que sea condenada a repararlo. El comportamiento culpable o deficiente de aquel que origina el perjuicio, justifica que se le imponga esta obligación. En esos casos, la falta del autor del daño es el fundamento de su responsabilidad: él es responsable porque incurrió en una conducta culposa. Es un criterio subjetivo, o sea, implica un juicio de valor. El artículo citado consagra el principio de responsabilidad por culpa. El principio inverso -según el cual no hay responsabilidad sin culpa- no existe: muy frecuentemente sucede que se tiene a alguien por responsable sobre la base de criterios objetivos”

10.3 Definición

El hecho ilícito-Fuente de obligaciones- Es una conducta antijurídica culpable y dañosa, que impone a su autor la obligación de reparar los daños, esto es, la responsabilidad Civil. Dicho de otra manera: hecho ilícito es la violación culpable de un deber jurídico que causa daño a otro y que responsabiliza civilmente.

10.4 La responsabilidad civil

Responsabilidad civil es, pues, el nombre que toma la obligación generada por el hecho ilícito (y también por el “riesgo creado”, como veremos más adelante), la cual se traduce en la necesidad de reparar los daños y perjuicios causados a otros.

10.5 Importancia de los hechos ilícitos

Un hecho ilícito es aquello que va encontra de las normas es decir, una acción que causa algún daño y que fue hecha de forma dolosa o culposa.

Page 62: Antologia Derecho Civil III

Podemos decir que la relación causal en el hecho ilícito engendra responsabilidad civil, responsabilidad civil que su fin es resarcir los daños o en su caso indemnizarlos.

En cuanto al hecho ilícito en materia civil, responsabilidad civil es el nombre que toma la obligación generada por el hecho ilícito, la cual se traduce en una necesidad de reparar los daños y perjuicios causados a otros.

En materia civil, vigila el interés de los particulares y los protege de la acción de los demás.

10.6 Análisis de los elementos del hecho ilícito

Un hecho para que se considere ilícito debe ser

a) Típico: Que Debe estar contemplado como tal en la ley sustantiva

b) Antijurídico: Contrario a la normativa legal.

c) Culpable: A titulo de dolo (Hubo intención) o Culpa (Imprudencia impericia o negligencia).

d) Punible: Que tenga pena para el hecho causado

La falta de alguno de estos elementos, lo hace ser solo un hecho.

Siendo la Antijuricidad el primer elemento del hecho ilícito civil y se define como toda conducta o hecho que viola lo establecido por las normas del derecho; califica una conducta o situación que entra en colisión con lo preceptuado por una regla jurídica.

La culpa y el daño son elementos característicos de la conducta humana o del hecho ilícito que genera obligaciones. Dichas obligaciones consisten en hacer responsable civilmente a su autor y en imponerle la necesidad de reparar daños causados, lo que se llama responsabilidad civil.

10.6.1 Antijuridicidad

Primer elemento del hecho ilícito civil: la antijuricidad.

Es antijurídica toda conducta o hecho que viola lo establecido por las normas del derecho. La antijuricidad es el dato que califica una conducta o una situación que entra en colisión con lo preceptuado por una regla jurídica.

Muchos autores dejan a un lado la antijuricidad al tratar los elementos conceptuales del hecho ilícito fuente de obligaciones (al que con frecuencia identifican como responsabilidad civil delictual o cuasidelictual)y se refieren sólo al daño y la culpa.

Este enfoque es doblemente inexacto, pues todo hecho ilícito es una conducta antijurídica. Además, la fuente de las obligaciones no es la responsabilidad delictual o cuasidelictual sino el hecho ilícito, que es la causa de aquélla.

Page 63: Antologia Derecho Civil III

10.6.2 Culpa

Cualquier violación culpable de una norma jurídica que cause daño a otro, es un hecho ilícito fuente de obligaciones. 

Análisis de los elementos del hecho ilícito (antijuricidad, culpa y daño)Es antijurídica toda la conducta o hecho que viola lo establecido por las normas del derecho. 

El concepto de culpa penal es semejante al de culpa civil: en ambos casos la culpa se define por una omisión de la conducta debida para prever y evitar el daño. Se manifiesta por la imprudencia, negligencia, impericia o inobservancia de reglamentos o deberes. Sin embargo, en la apreciación de la culpa a los fines del resarcimiento del daño, en un caso, y de la represión del delito, en el otro, existen pautas diversas: en el primer caso la culpa se aprecia como un criterio muy afinado para no dejar a la víctima sin reparación; en el segundo, existe mayor rigor para valorar las circunstancias constitutivas de la culpa con el propósito de no condenar a un inocente.

10.6.3 Dolo

En Derecho, el dolo (variante en latín vulgar de la palabra clásicadolus) es la voluntad deliberada (elemento volitivo) de cometer un delito a sabiendas de su ilicitud (elemento intelectivo, intelectual o cognitivo). En los actos jurídicos, el dolo implica la voluntad maliciosa de engañar a alguien o de incumplir una obligación contraída."

10.7 Tipos de antijuridicidad

Hay diversas clases de antijuricidad. A continuación se clasifican las de mayor importancia para la exposición del tema en estudio:

a) Antijuricidad por la violación de la norma expresa o de principio jurídico implícito.b) Antijuricidad por vía de la acción o por comisión.c) Antijuricidad por quebramiento de la norma civil o por ilícito penal.d) Antijuricidad por transgresión de una norma general o de una disposición particular.e) Antijuricidad formal y material

10.8 Antijuricidad por violación de norma expresa o de principio implícito

-- Aunque no haya norma expresa que lo establezca o sea ( ley) , existe el principio de que nadie debe causar daño a otro, el hecho que contravenga ese principio jurídico implícito es tan antijurídico como el violatorio de una norma expresa (ley ).

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La antijuridicidad no es otra cosa que el causar un daño a otro sin causa de justificación; de tal modo, para que exista no es necesario que haya una norma expresa que prohíba una determinada conducta, siendo suficiente que se cause un daño sin justificación. Para concluir en la ilicitud no es necesario que la prohibición del acto sea expresa ya que toda violación del derecho objetivo convierte el acto en antijurídico y esa transgresión resulta del cotejo entre el acto y el contenido de la norma, y la redacción del art. 1066 del Cód. Civil no puede convertir en lícitos actos por la simple circunstancia de que no se haya dejado constancia expresa de la prohibición en el texto de la norma. En concreto, en la responsabilidad civil, la antijuridicidad no es otra cosa que causar un daño a otro sin causa justificada.

10.9 Antijuricidad por omisión y por acción

Es antijurídica la conducta contraria al mandato de la norma.

Si la norma del derecho manda hacer alguna cosa, será antijurídica por la omisión de la conducta pasiva que desacate la orden legal; si la norma prohíbe realizar determinado hecho, será antijurídica por vía de acción su verificación o ejecución.

10.10 Antijuricidad por quebramiento de la norma civil o por ilícito penal

Según la naturaleza de la norma violada hay diferentes clases de conducta antijurídica:

Hecho antijurídico civil de derecho privado. El derecho civil vigila el interés de los particulares y los protege de la acción de los demás, creando normas cuya inobservancia es un hecho ilícito civil. Esta responsabilidad civil comprende una reparación económica, borra la ruptura del equilibrio patrimonial.

Hecho antijurídico de derecho público que es el ilícito penal. El derecho penal clasifica y reprime ciertos hechos, particularmente graves y disolventes de la convivencia humana, mediante normas cuya trasgresión es un antijurídico penal que, conforme a los códigos penales mexicanos, se conoce como delito. La responsabilidad penal se traduce en un castigo. Al derecho penal le interesa la pena para reprimir la conducta antisocial.

10.11 Evolución histórica de la responsabilidad civil y penal

Originariamente solo había una especie de sanción: la penal, esto es, el castigo-en el sentido estricto de la palabra- en relación con la vida, la salud, la libertad o la propiedad. El derecho mas antigua era, en forma exclusivo derecho penal. Mas tarde se hizo un distingo por lo que toca a la sanción: además del castigo apareció la sanción civil especifica,la ejecución forzada o privación coactiva de la propiedad con el propósito de establecer una reparación, es decir, una compensación por los daños causados de manera ilegal. Entonces se desarrolló el derecho civil alado del penal (Kelsen).

El derecho antiguo había confusión entre las responsabilidades penal y civil.

Page 65: Antologia Derecho Civil III

10.12 Antijuricidad por transgresión de una norma jurídica general o de una disposición particular

El hecho ilícito extracontractual y el proveniente de la violación de un contrato.

Clasificación simplista de las normas por su ámbito personal de aplicación - por el número de personas sometidas a su imperio- permite dividirlas en:

Normas generales (de observancia general) que son las leyes.

Normas individuales (de observancia particular) que corresponden a las cláusulas de un contrato o de una declaración unilateral de voluntad.

Tanto las normas generales (las leyes) como las individuales o particulares (contrato, declaración unilateral, sentencia, etc.) son derecho, por lo que, tanto la violación de una ley (hecho ilícito extracontractual) como la violación de un contrato, es igualmente antijurídica.

10.13 Responsabilidad civil extracontractual y responsabilidad civil contractual

La responsabilidad civil que, como vimos, en consecuencia del hecho ilícito consiste en la obligación de reparar daños y perjuicios causados, se clasifica tradicionalmente, atendiendo a su origen (por la especie de norma violada), en extracontractual y contractual.

Se dice que hay responsabilidad extracontractual cuando la norma transgredida (el tipo de antijuricidad dado) es observancia general. Si alguien viola la ley culpablemente y causa daño, incurre en la responsabilidad extracontractual; a su cargo surge la necesidad de reparar los daños y perjuicios (responsabilidad civil), obligación que se origina en la violación de una ley y no de un contrato. Por eso se dice que es responsabilidad fuera de contrato (extracontractual).

En cambio, responsabilidad contractual es la proveniente de la transgresión de una cláusula particular, de una norma jurídica de observancia individual, de un contrato u otro acto jurídico de derecho privado.

La responsabilidad contractual resulta del incumplimiento de la obligación nacida de un contrato. Cuando un contratante no cumple la obligación puesta a su cargo por el contrato, puede causar un perjuicio al otro contratante, acreedor de la obligación. En ciertas condiciones, está obligado a reparar ese perjuicio; su responsabilidad es contractual.

10.14 Diferencia de grado entre la responsabilidad civil contractual y la extracontractual

Una de las diferencias fundamentales entre la responsabilidad contractual y la extracontractual reside en la carga de la prueba, pues en la responsabilidad derivada de un contrato, el acreedor de la respectiva prestación no está obligado a demostrar la culpa del

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deudor, ya que ésta se presume en tanto el segundo no demuestre que su incumplimiento o el atraso no le son imputables, como el caso fortuito o la fuerza mayor; en cambio, en la responsabilidad extracontractual le compete al damnificado demostrar la culpabilidad del autor del acto lícito. Esto se formula claramente en la siguiente tesis jurisprudencial: Mientras en la responsabilidad contractual, el autor del daño y su víctima han creado por su voluntad (el contrato que celebraron), la posibilidad del daño, en la extracontractual esta posibilidad no ha sido creada por los contratantes.

Estos, en la primera, están vinculados con anterioridad al hecho productor de la responsabilidad, y en la extracontractual el vínculo nace por la realización de los hechos dañosos y en los precisos momentos en que esta realización tiene lugar.

Además, en la responsabilidad contractual hay una obligación precisa de efectuar un hecho determinado, cuya falta de ejecución determina dicha responsabilidad, en tanto que en la extracontractual no existe obligación alguna determinada.

Los contratos tienen fuerza de ley entre las partes contratantes.

Obligan tanto a lo que se expresa en ellos, como a las consecuencias que la equidad, el uso o la ley hacen nacer de la obligación, según la naturaleza de ésta.

La diferencia entre ésta y la extracontractual, para los efectos prácticos de la litis, es que en la contractual basta demostrar el incumplimiento para que se presuma la culpa. El daño cuyo resarcimiento se persigue, tiene como origen el incumplimiento del deber de cuidado atribuible al que se imputa como responsable, con motivo de la relación contractual por la cual su contraparte se compromete a hacer o dar, a cambio del pago de un precio determinado.

Otra diferencia importante entre ambas, es que la responsabilidad contractual puede ser limitada mediante una cláusula limitadora de la responsabilidad (cláusula penal, por ejemplo), si bien existen excepciones. En el ámbito de la responsabilidad extracontractual no existen las cláusulas de exoneración de la responsabilidad porque no existe contrato.

La responsabilidad civil extracontractual subjetiva, establecida desde los tiempos de la antigua Roma, en la que la Ley de las XII Tablas autorizaba a los acreedores a conducir después de sesenta días de prisionero al deudor para venderlo como esclavo, fue desarrollada por obra de los juristas medievales en relación al daño, a nivel federal se vincula a la necesidad de demostrar la culpa (negligencia, imprudencia o impericia), o el dolo, en los cuales se sustenta la responsabilidad del agente dañoso.

10.15 Determinación de la antijuricidad: alcance de la obligación, las obligaciones de resultado y las obligaciones de medio

Si como ya se ha demostrado todo hecho ilícito consiste en una conducta antijurídica, para decidir si el autor actuó contra derecho es necesario analizar siempre el contenido y alcance del deber jurídico a su cargo; aquí resulta de particular importancia la clasificación que la doctrina francesa hace entre las obligaciones de resultado-o determinadas- y las obligaciones de medios- o de prudencia y diligencia-.

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Para definir si el obligado incumplió su deber, se impone decidir antes de cuál es el contenido del mismo, en qué consiste y si aquél se obligó a obtener un resultado determinado o sólo quedó comprometido a poner diligentemente los medios tendentes a alcanzar un f

10.16 Culpa

La culpa se define por una omisión de la conducta debida para prever y evitar el daño. Se manifiesta por la imprudencia, negligencia, impericia o inobservancia de reglamentos o deberes. Sin embargo, en la apreciación de la culpa a los fines del resarcimiento del daño, en un caso, y de la represión del delito, en el otro, existen pautas diversas: en el primer caso la culpa se aprecia como un criterio muy afinado para no dejar a la víctima sin reparación; en el segundo, existe mayor rigor para valorar las circunstancias constitutivas de la culpa con el propósito de no condenar a un inocente.

10.17 Culpa y dolo

La culpa en sentido estricto es definida como la falta de intención en el sujeto activo de provocar las consecuencias que el acto que emprende suscita -por lo que se dice que no se representó mentalmente el resultado de su accionar-, mientras que el dolo es la intención de cometer el acto en cuestión y consecuentemente, causar sus consecuencias -por lo que previamente se representó mentalmente el resultado de su acto-. La culpa entonces es el actuar imprudente, negligente, en otras palabras la conducta atrevida o descuidada del sujeto activo. El límite entre culpa y dolo -límite entre el actuar culposo y el doloso-, está dado por la culpa consciente y el dolo eventual. Así, en la culpa consciente hay representación mental del resultado que conlleva el acto efectuado, pero se suma a ello el criterio del sujeto activo de que tal resultado perjudicial, finalmente delictual, no se concretará por una mala valoración de las circunstancias del hecho -que podría calificarse generalmente como un exceso de confianza-, no susceptible de ocurrir si se actuara con un criterio estándar de cuidado y atención. Por otra parte, en el dolo eventual, como en el directo, hay una representación del resultado disvalioso, pero difiere de éste, del dolo eventual, en que a ello se le suma el desinterés de si tal resultado se produce o no. Un ejemplo de lo expuesto se daría si consideramos a una persona que conduce un automóvil a gran velocidad por una calle céntrica y atropella a un peatón que cruzaba dicha arteria. Habrá conducta culposa si lo hizo pensando en que no se produciría el accidente por su habilidad para el manejo, y habrá conducta dolosa si condujo en tal forma sin importarle el atropellar o no a alguien.

10.18 Clasificación de la culpa

Si la culpa es, como se ha visto, una falta de conducta (un error de proceder o de comportamiento), hay en ella diversos matices que van desde la falta más leve y venia hasta el error más grave e imperdonable.

Los romanos conocieron diversos grados: La culpa levísima, leve y grave:

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1. Se llamó culpa levísima a la falta de conducta ordinaria que sólo evitan las personas más diligentes y cuidadosas; es un error muy común y, sin embargo, evitable.

2. La culpa Leve es una falta de comportamiento que puede omitir quien procede con el cuidado y la diligencia media de una persona moral. Se dice que hay culpa leve in abstracto cuando el punto de referencia o de comparación es la conducta ideal de un buen padre de familia y se habla de culpa leve in concreto cuando el proceder erróneo del autor se coteja con el que es habitual en la misma persona.

3. La culpa grave es un error de conducta imperdonable en el que incurren solo las personas más torpes: es una falta grosera e inexcusable asimilable al dolo, al acto intencional. Es culpa grave el comportamiento absurdo, insensato y temerario, que cualquier persona –hasta la más lerda – debiera advertir como segura fuente de resultados funestos

10.19 Aplicación actual de la doctrina romana de la culpa

El sistema romano de la responsabilidad extrae de la interpretación de la lex aquilia el principio según el cual "la culpa es punible" por los daños provocados injustamente al margen de una relación preexistente obligatoria, lo que constituye el principio general de la denominada responsabilidad extracontractual, llamada también, en virtud de ese origen, responsabilidad aquiliana.

La doctrina clásica romana consideraba tres clases de culpa:

1.1 La culpa lata, reveladora de una negligencia inexcusable ("non intelligere quod omnes intellijunt"); arguye una falta tan grosera, que casi es equiparada al dolo, exigiéndose en todas las obligaciones; 2.11 La culpa leve, que se subdividirá en culpa leve "in abstracto" (omisión de la diligencia ordinaria en un hombre cuidadoso) y culpa leve "in concreto" (omisión de la diligencia que suele poner el deudor en sus asuntos); 3.11 Culpa "levísima", que es aquella tan ligera que ni el hombre más diligente está libre de cometer.

Actualmente es de unidad hasta la fecha en materia de contratos, gestión de negocios ajenos y excluyentes de responsabilidad, En los contratos donde hay un deudor (depositario) solo queda comprometido en su responsabilidad si incurre en culpa grave, En el comodato, el comodatario debe reparar los daños por cualquier falta o culpa aun levísima, La culpa grave también tiene aplicación en los excluyentes de responsabilidad.

10.20 La culpa en el derecho mexicano

C U L P A

Culpa.- Es una calificación del proceder humano que se caracteriza porque su autor ha incurrido en deliberada o fortuitamente en un error de conducta, proveniente de su dolo, de su incuria o de su imprudencia.

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Incurre en culpa quien proyecta voluntariamente su acción hacia un fin perjudicial y quien, debiendo preverlo, no lo ha hecho o no toma las medidas racionales para evitarlo.

La culpa en el Derecho Mexicano

El legislador mexicano solo menciona la culpa como presupuesto de la responsabilidad civil, sin precisar su grado.

10.21 Presunción de culpabilidad

Es un principio jurídico penal que establece la inocencia de la persona como regla. Solamente a través de un proceso o juicio en el que se demuestre la culpabilidad de la persona, podrá el Estado aplicarle una pena o sanción.

La contracara de la presunción de inocencia son las medidas precautorias como la prisión preventiva. En el derecho penal moderno solamente se admiten medidas precautorias cuando hay riesgo de fuga o peligro cierto de que la persona afecte la investigación del hecho de forma indebida.

La presunción de inocencia es una garantía consagrada en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en tratados internacionales sobre derechos humanos como, por ejemplo, la Convención Americana sobre Derechos Humanos o la Convención Europea de Derechos Humanos

La razón de ser del Derecho a la Presunción de Inocencia es la seguridad jurídica y la necesidad de garantizarle a todo acusado que no será condenado sin que existan pruebas suficientes que destruyan tal presunción y demuestren su culpabilidad mediante una sentencia condenatoria en su contra. El presunción de inocencia se confunde en ocasiones con el principio in dubio pro reo. La primera opera en todos los procesos, considerándose inocente al procesado mientras no exista medio de prueba convincente que demuestre lo contrario. Luego de practicadas las pruebas, la segunda actúa como elemento de valoración probatoria, puesto que en los casos donde surja duda razonable, debe absolverse. A través de la carga de la prueba se quiere resolver las dificultades probatorias. Uno de los extremos que deben cumplirse, para no violar la presunción de inocencia, consiste en que la verdad iuris tantum sólo puede desvirtuarse por una prueba de cargo, aportada por la parte acusadora.  Dicha prueba debe ser suficiente para excluir la presunción de que goza el inculpado durante todo el proceso penal; de manera que, concatenada con otros indicios, determine la culpabilidad del sujeto.

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10.22 Responsabilidad objetiva

La responsabilidad objetiva Es un tipo de responsabilidad civil que se produce con independencia de toda culpa por parte del sujeto responsable. Si la responsabilidad subjetiva se funda exclusivamente en la existencia de culpa por parte de un sujeto, la responsabilidad objetiva no exige tal requisito.

Código civil de quintana roo

Artículo 115.- Cuando una persona hace uso, como dueño o poseedora originaria, o derivada, de máquinas, calderas, substancias, mecanismos, instrumentos o aparatos peligrosos por sí mismos, por la velocidad que desarrollen, por su naturaleza explosiva o inflamable, por la energía de la corriente eléctrica que conduzcan o por otras causas análogas, está obligada a responder del daño que cause aunque no exista culpa o negligencia de su parte.

Artículo 116.- No existe responsabilidad, en el caso del Artículo anterior, si el daño se debe a culpa o negligencia inexcusable de la víctima o a culpa de un tercero.

Artículo 117.- Si el poseedor derivado responsable conforme al Artículo115, carece de bienes, o los que tiene son insuficientes para cubrir la responsabilidad, ésta podrá exigirse, subsidiariamente, al dueño o poseedor originario y la excusión de bienes es a cargo de éste.

Artículo 118.- Habrá también responsabilidad, en los términos del Artículo115, si el daño se produce por el solo hecho de que al explotar o inflamarse el bien y causarse el daño, una persona lo esté poseyendo o custodiando.

Artículo 119.- Habrá asimismo responsabilidad en los términos de este capítulo, por los daños que se causen:

I. Por la radioactividad en perjuicio de personas o de bienes, producida por el uso de la energía nuclear;

II. Por los efectos molestos o peligrosos para la salud de las personas, originados por ruidos o sonidos estridentes, con infracción de los reglamentos correspondientes;

III. Por el humo o gases que sean nocivos a las personas o a los bienes;

IV. Por las emanaciones de cloacas o depósitos de materias infectantes;

V. Por los depósitos de agua que humedezcan la pared del vecino o se derramen sobre la propiedad de éste;

VI. Por el peso o movimiento de las máquinas;

VII. Por las aglomeraciones de materias o animales nocivos a la salud; y

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VIII. Por cualquiera causa producida, aun sin culpa o negligencia del poseedor originario o derivado del bien que la origina, que dañe a las personas o a los bienes.

Artículo 120.- No existirá la responsabilidad a que se refiere este capítulo, cuando el daño se cause por caso fortuito o fuerza mayor.

10.23 Responsabilidad objetiva por riesgo creado

La responsabilidad objetiva o teoría del riesgo creado, es una fuente de obligaciones reconocida en algunos códigos de este siglo, por virtud de la cual, aquel que hace uso de cosas peligrosas, debe reparar los daños que cause, aun cuando haya procedido lícitamente. En el caso de la responsabilidad objetiva, se parte de la hipótesis de que la fuente de obligaciones es el uso lícito de cosas peligrosas, que por el hecho de causar un daño, obligan al que se sirve de ellas, que puede ser el propietario, el usufructuario, el arrendatario, o el usuario en general, a reparar el daño causado. Elementos de la responsabilidad objetiva. Los elementos que podemos precisar en esta nueva fuente, producto principalmente del maquinismo y de la industria moderna, son los siguientes:

* El uso de cosas peligrosas.

* La existencia de un daño de carácter patrimonial,

* La relación de causa a efecto entre el hecho y el daño.

Tomando en cuenta que exclusivamente se parte de esta relación causal entre el hecho, o sea, el uso de cosas peligrosas, y el daño producido, se le ha llamado teoría de la responsabilidad objetiva, para distinguirla de la responsabilidad subjetiva, en la cual se parte de un elemento estrictamente personal, o sea, la negligencia, la culpa o dolo. En la teoría del riesgo creado se exige para que nazca la responsabilidad:

* El uso de una cosa peligrosa o el ejercicio de actividades reputadas por la ley como peligrosas.

* La realización de un daño.

* Una relación de causa a efecto entre la cosa o actividad peligrosas y el daño causado. No se toma en cuenta en esta teoría el elemento subjetivo de la culpa imputable al agente”.

Por otra parte, hay cosas que por su naturaleza inflamable o explosiva son de muy peligroso manejo y aunque se proceda cuidadosa y diligentemente, pueden producir efectos dañosos no sólo para el que los usa, sino también para los demás, creando así un riesgo para todos.

10.24 Daño

El término "daño" se refiere a toda suerte de mal material o moral. Esta definición se debe entender en el sentido de daño material. El daño también puede ser moral. De este modo, en el ámbito federal, el Artículo 2108 del Código Civil vigente, entiende por daño "la perdida o menoscabo sufrido en el patrimonio por la falta de cumplimiento de una obligación.

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Lo que es notorio, es que en materia de responsabilidad civil, el daño se encuentra generalmente relacionado con el concepto de perjuicio, que resulta ser la categoría opuesta del daño emergente, como veremos posteriormente. Cuando un hecho cause daños y perjuicios a una persona y la ley imponga al autor de este hecho o a otra persona distinta la obligación de reparar esos daños y perjuicios, hay responsabilidad civil. Los daños y perjuicios cuya reparación impone la ley, pueden provenir de un hecho ilícito, según se dispone en este Título o de un hecho lícito, de acuerdo en este segundo caso con lo establecido también en este Código, en los artículos 2070 y 2074.

La obligación de reparar los daños y perjuicios, queda señalada en el Artículo 2024, ya que según éste, el autor de un hecho ilícito debe reparar los daños y perjuicios que con tal hecho cause a otra persona, a menos que demuestre que el daño o el perjuicio se produjo como consecuencia de culpa o negligencia inexcusable de la víctima. Los derechos que se protegen al implementarse la figura del daño moral son aquellos que protegen la paz, integridad, honorabilidad, y la salud mental y espiritual.

10.25 Distinción entre daños y perjuicios

Los daños y perjuicios cuya reparación impone la ley, pueden provenir de un hecho ilícito, según se dispone en el Código Civil del Estado de Tabasco y de acuerdo en este segundo caso con lo establecido también en sus artículos 2070 y 2074.

Para los efectos del señalado ordenamiento en el Estado se entiende que los hechos voluntarios son lícitos o ilícitos. Son lícitos los hechos voluntarios que, produciendo consecuencias de derecho, no son contrarios de la ley. Son ilícitos los hechos voluntarios contrarios a la ley.

Toda acción humana puede consistir en una acción positiva (facere) o en una acción negativa, omisión o abstención (non facere). Para que la acción u omisión pueda ser considerada como fuente de responsabilidad es preciso que pueda ser calificada como ilícita o antijurídica. En este sentido, el acto o el hecho jurídico que provoca responsabilidad civil o responsabilidad objetiva, debe contener los elementos de culpa, ilicitud o antijuridicidad, en el entendido de que el responsable deberá ser capaz de restablecer las cosas a su situación original, y en caso de no hacerlo, indemnizar al perjudicado de acuerdo a la ley. Conviene también señalar que la imputación de tal conducta al agente provocador puede ser por un comportamiento enteramente suyo, es decir, por hecho propio; o bien, por una conducta de otro, sea, por hecho ajeno, cuyo autor no ha tenido relación jurídica previa con el ofendido

10.26 Daño moral

Por daño moral se entiende la afectación que una persona sufre en sus sentimientos, afectos, creencias, decoro, honor, reputación, vida privada, configuración y aspectos físicos, o bien en la consideración que de si misma tienen los demás. Se presumirá que hubo daño moral

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cuando se vulnere o menoscabe ilegítimamente la libertad o la integridad física o psíquica de las personas.

Cuando un hecho u omisión ilícitos produzcan un daño moral, el responsable del mismo tendrá la obligación de repararlo mediante una indemnización en dinero, con independencia de que se haya causado daño material, tanto en responsabilidad contractual como extracontractual. Igual obligación de reparar el daño moral tendrá quien incurra en responsabilidad objetiva conforme al artículo 1913, así como el estado y sus servidores públicos, conforme a los artículos 1927 y 1928, todos ellos del presente código.

La acción de reparación no es transmisible a terceros por acto entre vivos y solo pasa a los herederos de la victima cuando esta haya intentado la acción en vida.

El monto de la indemnización lo determinara el juez tomando en cuenta los derechos lesionados, el grado de responsabilidad, la situación económica del responsable, y la de la víctima, así como las demás circunstancias del caso.

Cuando el daño moral haya afectado a la víctima en su decoro, honor, reputación o consideración, el juez ordenara, a petición de esta y con cargo al responsable, la publicación de un extracto de la sentencia que refleje adecuadamente la naturaleza y alcance de la misma, a través de los medios informativos que considere convenientes. En los casos en que el daño derive de un acto que haya tenido difusión en los medios informativos, el juez ordenara que los mismos den publicidad al extracto de la sentencia, con la misma relevancia que hubiere tenido la difusión original.

Estarán sujetos a la reparación del daño moral de acuerdo a lo establecido por este ordenamiento y, por lo tanto, las conductas descritas se consideraran como hechos ilícitos:

I. El que comunique a una o más personas la imputación que se hace a otra persona física o moral, de un hecho cierto o falso, determinado o indeterminado, que pueda causarle deshonra, descredito, perjuicio, o exponerlo al desprecio de alguien;

IIS. El que impute a otro un hecho determinado y calificado como delito por la ley, si este hecho es falso, o es inocente la persona a quien se imputa;

IIS. El que presente denuncias o querellas calumniosas, entendiéndose por tales aquellas en que su autor imputa un delito a persona determinada, sabiendo que esta es inocente o que aquel no se ha cometido, y

Ib. Al que ofenda el honor, ataque la vida privada o la imagen propia de una persona.

La reparación del daño moral con relación al párrafo e incisos anteriores deberá contener la obligación de la rectificación o respuesta de la información difundida en el mismo medio donde fue publicada y con el mismo espacio y la misma circulación o audiencia a que fue dirigida la información original, esto sin menoscabo de lo establecido en el párrafo quinto del presente artículo.

La reproducción fiel de información no da lugar al daño moral, aun en los casos en que la información reproducida no sea correcta y pueda dañar el honor de alguna persona, pues no

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constituye una responsabilidad para el que difunde dicha información, siempre y cuando se cite la fuente de donde se obtuvo.

10.27 El derecho positivo mexicano

Derecho positivo es el conjunto de normas jurídicas escritas por una soberanía, esto es, toda la creación jurídica del órgano estatal que ejerza la función legislativa. El derecho positivo puede ser de aplicación vigente o no vigente, dependiendo si la norma rige para una población determinada, o la norma ya ha sido derogada por la promulgación de una posterior. No sólo se considera derecho positivo a la ley, sino además a toda norma jurídica que se encuentre escrita (decretos, acuerdos, reglamentos, etc.).

El concepto de derecho positivo está basado en el iuspositivismo, corriente filosófico-jurídica que considera que el único derecho válido es el que ha sido creado por el ser humano. El hombre ha creado el Estado y en él ha constituido los poderes en los que se manifestará la soberanía; el poder legislativo es quien originariamente crea el derecho, mediante las leyes. El iusnaturalismo sostiene una tesis opuesta, según la cual el derecho es único, anterior y superior al hombre, sustentado en valores supremos a los cuales el ser humano puede aspirar mediante la razón, por lo que el Derecho no requiere estar escrito para ser válido, sino que basta con la posibilidad de que se infiera de los valores esenciales del ser humano (Derechos Humanos).

En este sentido, el derecho positivo descansa en la teoría del normativismo (elaboración del teórico del derecho Hans Kelsen -siglo XX-), y que estructura al derecho según una jerarquía de normas (jerarquía normativa).

Desde el punto de vista de otras corrientes de pensamiento jurídico, que no excluyen la existencia del derecho natural o derecho divino, el derecho positivo sería aquel que emana de las personas, de la sociedad, y que debe obedecer a los anteriores para ser justo y legítimo.

Así, se entiende el derecho positivo como un derecho puesto o dado desde el Estado. El positivismo jurídico se divide en formalista y sociológico. El primero estudia las formas jurídicas y surge en el siglo XIX con dos escuelas como precursoras de esta corriente: en Francia la Escuela Exégesis, y en Alemania la Escuela Dogmática alemana. En cuanto al positivismo jurídico de carácter sociológico, estudia el impacto del derecho positivo en la sociedad. Sus escuelas precursoras son en Francia la Escuela Social francesa, y en Alemania el Movimiento del Derecho Libre alemán, ambas del siglo XIX-XX.

Debemos comprender que las actuales relaciones entre los pueblos requieren un sistema muy rígido del derecho en México el cual se dice que es más completo y a la vez flexible, a través del tiempo o su Historia, en donde gracias a este trabajo el lector se va impresionar de mi lenguaje cultural apoyándome en notas al pie de página o sea con argumentos sólidos de grandes doctores y maestros en Derecho en la materia, en donde los aspectos importantes y significativos es el aportar y el proporcionar información que le interese y disfrute el lector, que no se aburra, que saboree cada argumento canalizado por mis facultades e ideas investigadas, y conozca por su puesto que es evidente que a través del tiempo se ha ido disminuyendo en importancia al irmenguando las actividades de los filibusteros que

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manipulan en ocasiones a las personas, por loque constituye una lectura esencial para todos aquellos que deseen enriquecerse de cultura o ser un apoyo para el estudio de las leyes y derecho Civil Mexicano.

Por lo que se invita al lector a conocer sobre el tema de la FAMILIA, en este trabajo ayuda al lector tanto en beneficiarnos y en darles apoyo, con el conocimiento de cómo la sociedad realiza una administración y organización con respecto al matrimonio, ahora bien lo importante es que en esta investigación sujeta a elaborar una gran información y dar de forma suave y no prosaica al lector información que enaltezca este libro con un gran contenido hablando siempre y cuando de la FAMILIA ya que el Derecho Civil Mexicano abarca otras áreas que no menciona el autor de ese libro, pero es muy importante como ser bio-psico-social desarrollar esto.

10.28 Requisitos para la indemnización del daño en general

D A Ñ O:

El daño es una pérdida o menoscabo económico. Además de una pérdida pecuniaria, también es todo menoscabo sufrido por la persona en su salud, en su integridad física y la lesión espiritual de sus sentimientos, creencias o afecciones, por un hecho ilícito culpable o por un riesgo creado.

DISTINCION ENTRE DAÑO Y PERJUICIOS:

El daño, pérdida o menoscabo de bienes que posee la víctima se distingue del perjuicio, que es la privación de bienes que habría de tener y que deja de percibir por efecto del acto dañoso.

DAÑO MORAL:

Es la lesión que una persona sufre en sus sentimientos, afecciones, creencias, honor o reputación, o el menoscabo en su autoestima, como consecuencia de un hecho de tercero, antijurídico y culpable, o por un riesgo creado.

El responsable del daño moral tiene la obligación de repararlo mediante una indemnización en dinero, con independencia de que haya causado daño material, tanto en responsabilidad contractual como extracontractual. Igual obligación de reparar el daño moral tendrá quien incurra en responsabilidad objetiva Así también es intransmisible por acto inter vivos el crédito por la indemnización.

REQUISITOS PARA LA INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO EN GENERAL:

Sólo el daño que es consecuencia inmediata y directa del hecho perjudicial y además es cierto, es resarcible. Deberán ser reputados jurídicamente responsables de un daño solo los coautores, copartícipes o protagonistas, que en acción simultánea o sucesiva desencadenaron el resultado nocivo mediante hechos que normalmente lo producen.

RESPONSABILIDAD CIVIL:

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Responsabilidad civil es la necesidad de reparar los daños y perjuicios causados a otro, por un hecho ilícito o por la creación de un riesgo. Su contenido es la indemnización. Indemnizar es dejar sin efecto.

CLASES DE INDEMNIZACIÓN.

La indemnización debe corresponder al daño que se habrá de reparar:

DAÑOS EN LA INTEGRIDAD FÍSICA DE LAS PERSONAS.

Cuando el daño se cause a las personas y produzca la muerte o incapacidad total, parcial o temporal, el monto de la indemnización se fijará aplicando las cuotas que establece la Ley Federal del Trabajo, según las circunstancias de la víctima y tomado por base el cuádruplo del salario mínimo diario más altor que esté en vigor en la región y se extenderá al número de días que para cada una de las incapacidades mencionadas en la LFT. En caso de muerte, la indemnización corresponderá a los herederos de la víctima.

RESPONSABILIDAD POR HECHOS PROPIOS.

Cada quien responde de su propia conducta ilícita. El Código Civil llega al punto de responsabilizar a los mismos incapaces que causen daño, imponiéndole el pago de la a cuando la indemnización no pudiere ser obtenida de los adultos que los tienen a su cuidado.

Tema 11. Efectos de las obligaciones

Responsabilidad es 1a obligación de responder, de cumplir, de resarcir o de pagar. Por ello responsabilidad en lenguaje común es responder ante otro, o sea dar cuenta de los actos que uno realiza ante otra persona.  Si se habla de responsabilidad moral, se está dando cuenta de los actos ante un Dios o ante uno mismo.

Por ello responsabilidad civil es cuando se rinde cuentas ante otro y ese otro es alguien con quien tengo 1 obligación de algún tipo por el daño injustificado que yo le causé. Si el daño es justificado, no existe responsabilidadFuentes de Responsabilidad

Existen 2 grandes fuentes de responsabilidad civil:

1) El contrato: o sea el incumplimiento del contrato es fuente de responsabilidad.Se incumple la obligación específica, que es la norma contractual, pudiéndose incumplir todo el contrato o parte de él.

2) Acto Ilícito: es el Delito y Cuasidelito.

Definición de responsabilidad: es la obligación de responder por el daño causado. El incumplimiento puede ser absoluto o relativo.

Estas 2 fuentes llevaron a decir que existen 2 ámbitos de responsabilidad: el Contractual y el Extracontractual, pero ello no es así. A pesar de que en ellos existen diferencias de política

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legislativa no sustanciales (si no existiera esta diferenciación entre contractuales y extracontractuales) los efectos serían iguales. Por ello no se puede hablar de 2 sistemas de responsabilidad distintos.

El fenómeno resarcitorio es único y habiendo daño causado se aplican todas las normas de responsabilidad.

11.1 contenido y fuentes

El Código Civil dispone:

Artículo 1910.- El que obrando ilícitamente o contra las buenas costumbres cause daño a otro, está obligado a repararlo, a menos que demuestre que el daño se produjo como consecuencia de culpa o negligencia inexcusable de la víctima.

Artículo 2104.- El que estuviere obligado a prestar un hecho y dejare de prestarlo o no lo prestare conforme a lo convenido, será responsable de los daños y perjuicios en los términos siguientes: I. Si la obligación fuere a plazo, comenzará la responsabilidad desde el vencimiento de éste;

II. Si la obligación no dependiere de plazo cierto, se observará lo dispuesto en la parte final del artículo

2080.

El que contraviene una obligación de no hacer pagará daños y perjuicios por el sólo hecho de la contravención.

Artículo 1913.- Cuando una persona hace uso de mecanismos, instrumentos, aparatos o substancias peligrosas por sí mismos, por la velocidad que desarrollen, por su naturaleza explosiva o inflamable, por la energía de la corriente eléctrica que conduzcan o por otras causas análogas, está obligada a responder del daño que cause, aunque no obre ilícitamente, a no ser que demuestre que ese daño se produjo por culpa o negligencia inexcusable de la víctima.

La consecuencia de todas ellas, como podemos constatar, es la misma: la manera de “responder” , en materia civil, la reparación de los daños. Por ello esa obligación de reparar los daños y perjuicios causados se llama responsabilidad civil.

11.2 Definición

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La responsabilidad civil es la necesidad de reparar los daños y perjuicios causados a otro por un hecho ilícito o por la creación de un riesgo.

DIEZ-PICAZO define la responsabilidad como la sujeción de una persona que vulnera un deber de conducta impuesto en interés de otro sujeto a la obligación de reparar el daño producido. Aunque la persona que responde suele ser la causante del daño, caso en el que se habla de responsabilidad por hechos ajenos, como ocurre, a continuación enunciaremos unos ejemplos:

Cuando a los padres se les hace responder de los daños causados por sus hijos o al propietario del vehículo de los daños causados por el conductor con motivo de la circulación.

Las gallinas del vecino saltaron la tapia y destruyeron el jardín de usted. El vecino violo su deber jurídico de no perjudicar a otro; incurrió en la culpa o falta de no cuidar como es debido a sus animales y le causó daño a usted; civilmente es responsable y debe reparar el daño.

11.3 La indemnización

La responsabilidad civil es el nombre que se da a la obligación de indemnizar los daños causados por un hecho ilícito o un riesgo creado. Su contenido es la indemnización. Indemnizar es hacerse cargo de los daños producidos y restañar sus efectos dejar sin daño.

11.4 Formas de indemnización

Hay dos maneras de indemnizar: la reparación en naturaleza y la reparación por un equivalente. La primera consiste en borrar los efectos del acto dañoso restableciendo las cosas a la situación que tenían antes de él. Coloca de nuevo a la víctima en el pleno disfrute de los derechos o intereses que le fueron lesionados.

Si no es posible la reparación del daño en naturaleza, se indemniza proporcionando a la victima un equivalente de los derechos, intereses o bienes afectados, por lo general el dinero, que restituye el importe correspondiente previa estimación legal de su valor. “La reparación con un equivalente consiste en hacer que ingrese en el patrimonio de la víctima un valor igual a aquel de que ha sido privada; no se trata ya de borrar el perjuicio, sino de compensarlo”.

Artículo 1915.- La reparación del daño debe consistir a elección del ofendido en el restablecimiento de la situación anterior, cuando ello sea posible, o en el pago de daños y perjuicios.

11.5 Clases de Indemnización

La indemnización debe corresponder al daño que se habrá de reparar. Si éste consiste en el demérito o la pérdida definitiva de los bines o en la frustración de los derechos de la víctima, por el incumplimiento total o parcial de las obligaciones del deudor, la indemnización deberá ser un sucedáneo o sustituto de lo que se ha deteriorado o ha desaparecido. Compensa su depreciación o ausencia, por lo cual se le da el nombre de indemnización compensatoria.

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La indemnización moratoria se presenta con mayor frecuencia con motivo de la responsabilidad contractual, como violación de un contrato donde las partes señalaron el momento del cumplimiento de las obligaciones.

Artículo 2104.- El que estuviere obligado a prestar un hecho y dejare de prestarlo o no lo prestare conforme a lo convenido, será responsable de los daños y perjuicios

11.6 Iniciación de la Mora

La mora o el retraso en el cumplimiento de una obligación es, como vemos, un hecho ilícito que compromete la responsabilidad del deudor. Su iniciación se produce:

a) En las obligaciones sujetas a plazo suspensivo, a partir del vencimiento de este.b) En las obligaciones que no tienen plazo suspensivo, hay que distinguir:

Si se trata de una obligación de dar, la mora comienza 30 días después de efectuada la interpelación al deudor, es decir, el requerimiento formal de pago, hecho judicialmente o extrajudicialmente entre dos testigos o ante notario.Si se trata de obligaciones de hacer, la mora comienza desde el momento en que el acreedor exija el cumplimiento, siempre que haya transcurrido el término prudente para la realización del hecho respectivo.

11.7 Cuantía de la Indemnización

El monto y alcance de la indemnización depende de la especie de daño que deba de resarcido.

Daños económicos. Las perdidas o menoscabos sufridos “en el patrimonio” se indemnizan en su integridad, reparándolos totalmente. El Código dispone sin excepción su completa reparación, restableciendo la situación anterior al daño o mediante el pago en dinero de su valor (art. 1915,cc); este principio se reitera en los arts. 20107, 2112, 2114 y 2115, al disponer una satisfacción integral a la víctima de un daño económico.

11.8 8 DAÑOS EN LA INTEGRIDAD FISICA DE LAS PERSONAS

Los daños que sufren las personas en su integridad corporal no son objeto de una justa y proporcionada reparación; los consistentes en la perdida de miembros, órganos, alguna de las funciones señoriales o de la vida se indemnizan mediante sumas de dinero muy exiguas por vía valoración cuya base legal es una “tabla de incapacidades” incorporada en una norma ajen al código civil: la ley federal de trabajo que tiene por finalidad estimar los daños por accidentes laborales.

El art. 1915 del código civil decía al respecto: cuando el daño se cause a las personas y produzca la muerte o incapacidad total, parcial o temporal, la indemnización se fijara aplicando las cuotas que establece la ley federal del trabajo, tomando en cuenta la utilidad o

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salario que perciban. La base para cuantificar el resarcimiento no era el salario de la víctima, sino un tope legal.

A partir del 23 de Diciembre de 1975 cuando comenzó a regir la reforma del art 1915 del código civil, aumento el monto de la indemnización, tomando como base el cuádruplo del salario mínimo diario más alto que esté en vigor en la región y se extenderá al núm. de días que para cada una de las incapacidades mencionadas señala la ley federal del trabajo.

11.9 Daños morales

Originariamente, la indemnización de las lesiones espirituales o daños morales, tenía un tope máximo de la tercera parte del valor de los daños económicos causados, y ello cuando el juez consentía en acordar su reparación.

Hasta en la reforma de diciembre de 1982, el art. 1916 del Código Civil facultaba a los juecs para decretar “una indemnización equitativa a título de reparación moral […] a favor de la víctima de un hecho ilícito o de su familia, si aquélla muere […] que no podrá exceder de la tercera parte de lo que impone la responsabilidad civil”.

11.10 Reparación del daño moral en la responsabilidad contractual.

Antes de la reforma legal citada se cuestionaba si el resarcimiento del daño moral alcanzaba al generado por la violación del contrato (responsabilidad contractual) o si sólo procedía de hecho ilícito extracontractual (responsabilidad delictual o cuasideltictual). Ya Mazeaud apunta que idéntica cuestión se planteó en Francia: “Apoyándose sobre una opinión que circulaba en el perjuicio moral al acreedor que demanda por el incumplimiento del contrato. Esta opinión parece abandonada actualmente por la Doctrina. Algunos fallos se habían plegado a la misma, pero la jurisprudencia no duda ya en reparar el daño moral en el ámbito contractual.”

Tal solución se imponía con evidencia, pues no existía fundamento para negar la reparación del menoscabo espiritual como responsabilidad contractual si ésta constituye también la secuela de un hecho ilícito.

11.11 RESPONSABILIDAD POR HECHOS PROPIOS, AJENOS Y OBRA DE LAS COSAS

La necesidad de reparar los daños y perjuicios causados puede provenir de hechos propios, de actos de terceros de cuya conducta debemos responder o por obra de las cosas de nuestra propiedad. El Código Civil contiene una regulación completa de los casos que, debidamente sistematizados, se examinan a continuación.

Responsabilidad por hechos propios .

Cada quien responde de su propia conducta ilícita: “El que obrando ilícitamente o contra las buenas costumbres cause daño a otro, está obligado a repararlo”, prescribe el art. 1910. La

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solución concuerda de manera estricta con el principio lógico de en que las personas son responsables de sus actos: “el que lo hace lo paga”. El Código Civil llega al punto de responsabilizar a los mismos incapaces que causen daño, imponiéndoles el pago de la reparación cuando la indemnización no pudiere obtenerse de los adultos que los tienen a su cuidado: “el incapaz que cause daño debe de repararlo, salvo que la responsabilidad recaiga en las personas encargadas, conforme lo dispuesto en los art. 1919, 1920, 1921 y 1922” (CC).

Responsabilidad por hechos ajenos.

A veces estamos obligados a reparar los daños que produce otra persona, lo cual no parece muy razonable a primera vista. Sin embargo, como habremos de constar, en la base de esta responsabilidad existe-en principio- una culpa del obligado, pues el hecho dañoso pudo y debido ser evitado por él. Los casos previstos en la ley se agrupan en dos órdenes diversos:

1. La indemnización de daños causados por menores de edad y otros incapacitados.

a) Aquellos que ejercen la patria potestad. (art.1919, CC)b) Los directores de colegios y talleres. (art.1920, CC)c) Los tutores. (art.1920, CC)

Son ellos quienes tienen el deber de cuidar y vigilar a los incapaces y su responsabilidad derivada de tal situación.

Deberá indemnizar el que ejerce la patria potestad y habita con el menor, o el adulto bajo cuya vigilancia, custodia o dirección se hallaba aquel en el momento realizar el estropicio, a menos que probara que ejercía suficiente cuidado sobre el causante o que era imposible vita el daño, pues de lo contario éste será la evidencia palpable de la falta de vigilancia, que los romanos caracterizaban como culpa in vigilando.

“ni los padres ni los tutores tiene la obligación de responder los daños y perjuicios que causen los incapacitados sujetos a su cuidado y vigilancia si probaren que les ha sido imposible evitarlos. Esta imposibilidad no resulta de la mera circunstancia de haber sucedido el hecho fuera de su presencia, si parece que ellos no han ejercido suficiente vigilancia sobre los incapacitados”.

2. La indemnización de daños producidos por la conducta de empleados o representantes.

a) Por los actos operatorios, los maestros y artesanos. (art.1923, CC)b) Por los obreros o dependientes, los patrones y dueños de los establecimientos

mercantiles. (art.1924, CC)

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c) Por los sirvientes, los jefes de casa o los dueños de hoteles o casas de hospedaje donde trabajan. (art.1925, CC)

d) Por los representantes de las sociedades, las personas morales. (art.1918, CC)e) Por los funcionarios públicos indemnizan el Estado. (art.1928, CC)

En todos estos casos, la responsabilidad civil proviene del deber elegir prudentemente a nuestros empleados, subalternos y representantes, deber que se incumple cuando la seleccionamos a una persona irresponsable, torpe o imprudente. La necesidad de indemnizar el daño causado por nuestro empleado se finca en la culpa en que incurrimos, que los romanos calificaban como culpa in eligendo. Por ello, quedaremos eximidos de indemnizar si no se nos pudiere atribuir ninguna culpa o negligencia.

Responsabilidad por obra de las cosas.

Si el daño fue causado por cosas de nuestra propiedad, la reparación será a nuestro cargo:

a) Sea que haya sido por obra de un animal. (art.1929, CC)b) Derivado de la ruina de un edificio. (art.1931, CC)c) Debido a objetos caídos de una casa. (art.1933, CC)d) U otras cosas varias. (art.1932, CC)

El precepto se inspira en este mismo principio: debemos evitar causar daño a otro con los objetos de nuestra propiedad, pues debemos el deber jurídico de tomar las medidas y asumir las conductas necesarias para impedirlo; la parte final de la disposición no responsabiliza “por cualquier otra cosa causa que sin derecho origine algún daño”

11.12 Abuso de derechos

Caracterizado porque causamos un daño al hacer uso de un derecho. Aunque parezca que el agente está actualizando un derecho, el sentido con que lo hace o la intención que lo anima, desvirtúan su derecho y lo niegan al punto que no se trata ya entonces del ejercicio de un derecho, sino de una acción antijurídica. Art. 1912 Código Civil para el Distrito Federal dispone: “Cuando al ejercitar un derecho se cause daño a otro, hay obligación de indemnizarlo si se demuestra que el derecho sólo se ejercitó a fin de causar el daño, sin utilidad para el titular del derecho.”

Alcance del principio

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Se han expuesto diversas opiniones sobre el alcance que debe asignarse a esta especie de hecho ilícito el problema es definir hasta dónde ha de respetarse el ejercicio de los derechos subjetivos que extrañen un daño al prójimo y en qué punto será inadmisible tal situación.

11.13 Responsabilidad por hecho ilícito penal

La indemnización de los daños provenientes de un delito

Los actos u omisiones sancionados por las leyes penales, llamados delitos, se castigan con penas diversas adecuadas a la gravedad de los hechos tipificados en la norma. Algunos de estos ilícitos producen efectos lesivos sobre bienes materiales o espirituales que ameritan reparación; son fuente de responsabilidad civil y confieren derecho a las víctimas para ser indemnizadas. Además de decretar e imponer el castigo al que ha cometido un delito, los jueces de la materia juzgan y sancionan la responsabilidad emergente de los hechos ilícitos penales condenan al resarcimiento de los daños como parte de la pena pública impuesta al delincuente. La reclamación de la reparación de los daños, en su caso, ésta en manos de fiscal competente, pero puede ser intentada también por la victima ante el tribunal represivo en incidente especia de responsabilidad civil.

El alcance de la indemnización El art.42 del Código Penal dispone la reparación de los daños económicos que sufre la víctima del delito, imponiendo al causante el restablecimiento de la cosas en su estado primigenio antes del delito. La restitución de la cosa que hubiere obtenido, o de su precio, y la reparación perjuicios” ocasionados y el daño moral sufrido por la victima o las personas con derecho a la reparación.

La responsabilidad por el hecho ajenoLa reparación de los daños producidos por un delito puede exigirse terceros y, en este caso, como hemos dichos, no tiene el carácter de pena pública. El art. 46 del Código Penal responsabiliza:

I. Los tutores, curadores o custodios, por los ilícitos cometidos por los inimputables que estén bajo su autoridad;

II. Los dueños, empresas o encargados de negociaciones o establecimientos mercantiles de cualquier especie, por los delitos que cometan sus obreros, jornaleros, empleados, domésticos y artesanos, con motivo y en desempeño de sus servicios;

III. Las sociedades o agrupaciones, por los delitos de sus socios o gerentes, directores, en los mismos términos en que, conforme a las leyes, sean responsables por las demás obligaciones que los segundos contraigan. Se exceptúa de esta regla a la sociedad conyugal, pues, en todo caso, cada cónyuge responderá con sus bienes propios por la reparación del daño que cause; y

IV. El Gobierno del Distrito Federal responderá solidariamente por los delitos que cometan sus servidores públicos, con motivo del ejercicio de sus funciones.

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Queda a salvo el derecho del Gobierno del Distrito Federal para ejercitar las acciones correspondientes contra el servidor público responsable.

Efectos de la cosa juzgada penal sobre la responsabilidad civil

Se ha firmado que si el juez penal absuelve al procesado de la acusación y del pago de la responsabilidad civil, la sentencia produce efectos de cosa juzgada y lo exonera en definitiva de la obligación de indemnizar. Esta opinión es infundada porque la inexistencia de un delito no excluye la de un hecho ilícito civil, y el juez que declaró que no se produjo el primero no prejuzgó sobre la posible presencia del segundo. A pesar de que le acusado hubiere sido absuelto en el proceso penal, puede ser demandado en la vía civil por el cumplimiento de su obligación de3 indemnizar los daños causados por un hecho ilícito civil o por un riesgo creado.

11.14 Excluyente de responsabilidad civil

Sea cual fuere su fuente, hecho ilícito civil o penal, la responsabilidad civil queda excluida en los casos siguientes:

ENUMERACION cuando se ha concedido voluntariamente la exoneración anticipada de daños

eventuales. Se previó contractualmente la liberación del causante del daño; esto constituye la cláusula de no responsabilidad.

Cuando el daño se debe fundamentalmente a la culpa grave de la víctima y Cuando el hecho dañoso proviene de un acontecimiento inevitable, irresistible y ajeno

a la voluntad de las partes: el caso fortuito o la fuerza mayor

Examinémoslos sucesivamente

Primera excluyente de responsabilidad civil: la cláusula de no responsabilidad

Apoyados en su libertad de contratar, los sujetos pueden convenir que los daños que sufrieron no serán objeto de indemnización. El acuerdo expreso o la aclaración consentida en forma tácita se denomina cláusula de no responsabilidad y excluye la obligación de reparar los daños y perjuicios.

Se puede admitir de manera anticipada que nuestro contratante o coparticipe en un acto quedará exonerado de indemnización si experimentaremos daños en una situación dada y estamos renunciando al derecho a su reparación en tal supuesto.

Aun cuando no hallamos en nuestro código civil una regulación sistematizada de la cláusula de no responsabilidad, el principio de la autonomía de la voluntad y la libertad de las convenciones faculta a los particulares a celebrar los pactos y acuerdos que juzguen pertinentes, con la sola limitación de no violar las normas de orden público, las buenas costumbres o los derechos de tercero. De tal manera, es factible renunciar a los derechos

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individuales en ciertas condiciones, y la cuestión queda disciplinada debidamente por las normas siguientes: el art. 1832 del código civil estatuye: “en los contratos civiles cada uno se obliga en la manera y términos que aparezca que quiso obligarse…” el art 6° del mismo cuerpo de leyes faculta a los particulares a renunciar a “los derechos privados que no afecten directamente a l interés público, cuando la renuncia no perjudique derechos de terceros” y, por último, el art. 2106 determina que “ la responsabilidad procedente de dolo es exigible en todas las obligaciones. La renuncia de hacer la efectiva, es nula”.

Su interpretación sistemática determina que es legítima la renuncia anticipada de una de las partes a ser indemnizado en el caso eventual de que le sean causados daños, a menos que hubieren sido intencionales.

Tales estipulaciones serán liberatorias de responsabilidad cuando se formulen en términos claros, que expongan con precisión el derecho que se renuncia e impliquen la conformidad de la víctima. La ausencia de su voluntad inequívoca manifiesta en tal sentido impide que la declaración sea eficaz por falta de consentimiento, pues toda renuncia debe ser comunicada “en términos claros y precisos, de tal suerte que no quede duda del derecho que se renuncia” ( art 7°, cc) y la que contenga exención de responsabilidad no será excepción al principio

Pero esa intención de eximir o liberar al causante del daño puede exteriorizarse, como toda declaración de voluntad, de manera expresa o tácita con tal que demuestre en forma clara e inequívoca la conformidad de la víctima. La cláusula eximente de responsabilidad, lo mismo que la restrictiva, son producto de acuerdos de voluntades, pues ambas partes deben consentir en ellas, ya sea en forma expresa o tácita.

Quien ha liberado de responsabilidad a su contratante no podrá exigir indemnización en caso de sufrir daños por el incumplimiento. Sin embargo, la cláusula seria ineficaz para disculpar al causante de daños intencionales, pues la responsabilidad procedente de dolo no es renunciable, sino “exigible en todas las obligaciones”, según reza el art. 2016 y “la renuncia efectiva es nula”; disposición esta cuyo sentido es explicable porque ninguna declaratoria deberá ser apta para indemnizar al malévolo causante de un daño deliberado, ya que el derecho no debe ser vehículo de salvaguarda de conductas antisociales

La cláusula penal

En contraste con la cláusula de no responsabilidad, las partes pueden prever e incluir en su acuerdo un canon de responsabilidades y convertir que los daños y perjuicios que se causen eventualmente serán resarcidos mediante una indemnización establecida llamada pena convencional; la cláusula penal, como se conoce tal estipulación, es la cuantificación anticipada de la indemnización en el caso de incumplimientos total o parcial

Abordamos su estudio en este sitio, porque la cláusula penal disciplina la misma situación que la cláusula excluyente de responsabilidad, aunque con efectos radicalmente opuestos: aquella para fijar el alcance de la reparación de los daños eventuales, esta para examinar al posible causante

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El legislador reglamenta especial y exhaustivamente la cláusula penal en los arts. 1840-1850, el primero de los cuales prescribe: “pueden los contratantes estipular cierta prestación como pena para el caso de que la obligación no se cumpla o no se cumpla de la manera convenida. Si tal estipulación se hace, no podrán reclamarse, además, daños y perjuicios.”

Al quedar resarcidos los daños y perjuicios de la víctima del hecho ilícitos en los términos fijados por la cláusula penal, sería inadmisible que se reclamara una indemnización adicional suplementaria

Ventajas de la cláusula penal

La estipulación de la pena convencional es sumamente útil, porque al acreedor solo debe demostrar el incumplimientos de la obligación para exigir la indemnización: “al pedir la pena, el acreedor no está obligado a probar que ha sufrido perjuicios, ni el deudor podrá eximirse de satisfacerla, probando que el acreedor no ha sufrido perjuicio alguno”, como prescribe el art. 1842 del código civil. Su monto se fijó de antemano en el acuerdo de las partes contratantes. Bastara al acreedor demostrar:

a) que existió el incumplimiento del cual es victimab) que se convino una pena para el caso en que dicho incumplimiento ocurriera

y la pena se aplicara, a menos que ella misma fuera nula o excesiva

Nulidad de la cláusula penal

La pena convencional es nula o anulable en los casos de invalidez de las obligaciones en general, como serian: las convenidas contra el tenor de las leyes prohibidas o de interés público, las que chocas contra las buenas costumbres, las que tengan un objeto ilícito o un motivo o fin ilícito, las que derivadas de un vicio de la voluntad o las consentidas sin la debida capacidad o forma legal y, en fin, las que vulneren derechos de tercero, quien obviamente también podría impugnarlas.

Inexistencia de la pena convencional

Conforme a los mismos principios generales, deberá considerarse inexistente toda disposición que no hubiere sido acordado o convenida por ambas partes, o la que tuviera un objeto imposible

Limitación y mutabilidad de la cláusula penal

El monto de la pena convenida tiene de límite legal que “no puede exceder ni en valor ni en cuantía a la obligación principal” la disposición se explica porque la cláusula penal tiene de propósito de resarcir el valor total de la obligación incumplida, pero no más. La pena excesiva es nula, pero no en su integridad, sino solo en lo que sobrepasa al valor de la obligación garantizada. Así lo ha resuelto la suprema corte de justicia de la nación

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Se repara el valor o la cuantía, pero no más allá y, en cambio, puede estipularse por un monto inferior al de la obligación garantizada, o simplemente para reparar el daño emergente de la mora o de la modalidad del incumplimiento. El importe efectivo de la pena debe ser graduado en proporción al incumplimiento observado por el obligado: “si la obligación fue cumplida en parte, la pena se modificara en la misma proporción” “si la modificación no pudiere ser exactamente proporcional, el juez reducirá la pena de una manera equitativa, teniendo en cuenta la naturaleza y demás circunstancias de la obligación”

Si se convino como reparación del incumplimiento total de la obligación al producirse la victima podrá exigir el pago de la pena convencional, pero no podrá acumular, además, la pretensión del cumplimiento de la obligación. En cambio, si se estipulo como indemnización por la mora, es decir, por el retardo en el cumplimiento, entonces sería posible reclamar este más el pago de la cláusula penal0020.

Segunda excluyente de responsabilidad civil: la culpa grave de la victima

La culpa grave de la víctima se el daño o perjuicio se hubiere producido por culpa a o falta grave o inexcusable de la víctima, esta no podrá pretender su reparación. La participación determinante de un sujeto en la producción del daño no basta para atribuirle responsabilidad cuando la principal causa generadora del perjuicio ha sido el torpe proceder del perjudicado, quien habrá incurrido en actos que solo las personas más desaprensivas y descuidadas suelen cometer, al infligirse un daño con su acción culpable e inexcusable.

Los arts. 1910 y 1913 del código civil consagran en su parte final esta excluyente de responsabilidad.

Se trata, pues de una causa general de exoneración de responsabilidad civil que excluye tanto la responsabilidad civil subjetiva, como la objetiva si el resultado lesivo provino de la torpeza grave de la víctima. En este punto debe insistirse que la falta liberatoria del autor no es cualquier culpa o error de conducta del perjudicado, pues una culpa leve o levísima no exonera de responsabilidad al causante del hecho perjudicial, solo opera como excluyente la culpa inexcusable, esto es, la culpa grave, grosera, la falta de conducta inusual que solo cometen las personas más torpes.

Tercer excluyente de responsabilidad civil:

El caso fortuito lo la fuerza mayor

El art. 2111 del código civil dispone: “nadie está obligado al caso fortuito, sino cuando ha dado causa o ha contribuido a él, cuando ha aceptado expresamente esa responsabilidad o cuando la ley se la impone”

Por su parte, el art 1847 prescribe: “no podrá hacerse efectiva la pena cuando el obligado a ella no haya podido cumplir el contrato por hecho del acreedor, caso fortuito o fuerza insuperable”

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¿Qué es el caso fortuito o fuerza mayor? ¿Son estos términos sinónimos o tienen diferente connotación?

Se trata de un acontecimiento ajeno a la voluntad del deudor, impredecible o bien evitable, al que no puede resistir, que le impide cumplir definitiva y totalmente la obligación a su cargo o le impone un retardo en el cumplimiento, lo que causa daños al acreedor. Bien puede ser un hecho natural, como una tempestad, las heladas, un huracán, los temblores, etc.; o un hecho causado por el hombre, como la guerra, las huelgas que alcanzan a toda una rama de la industria, bombardeos, bloqueos y el llamado hecho del príncipe, que consiste en la orden de autoridad púbica que imposibilita el cumplimiento de una obligación

El caso fortuito, o fuerza mayor, exonera la responsabilidad del deudor por que el incumplimiento no proviene de su culpa, sino de un hecho ajeno que no pude resistir. Hablando con propiedad, diríase que más que una excluyente de responsabilidad civil, lo es del hecho ilícito, porque elimina el elemento de la culpa.