antología esencial de andrés bello

7/25/2019 Antologa Esencial de Andrs Bello

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1aedicin en Biblioteca Popular para los Consejos Comunales, 20072 edicin 2010 Andrs Bello Fundacin Editorial El perro y larana

Centro Simn BolvarTorre Norte, piso 21, El Silencio,Caracas - Venezuela, 1010.

Telfonos: (0212) 7688300 / 7688399.

C :[email protected]@yahoo.es

P :www.elperroylarana.gob.vewww.ministeriodelacultura.gob.ve

P D :Jairo Noriega

C Franklin Hurtado

D LN lf 40220118001407

ISBN 978-980-14-1726-2


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Andrs Bello

Antologa esencialP R L O G O Y S E L E C C I N

Jos Ramos

N O T A S D E

Pedro Grases


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ANDRS BELLO:ANOTACIONES PARA UNA POTICA DEL PARASOPERDIDO

Y qu ms bien, qu ms placer me aguardauera de esa ilusoria

arsa de la memoria...?

A.B.

Una cierta presuncin

P en la acualidad algo nuevo sobreAndrs Bello? La inmensa bibliografa bellisa que se ha gesadoa lo largo de ms de cien aos parece haberlo dicho odo. En Vene-zuela esa bibliografa cuena con nombres como los de ArsidesRojas, Luis Correa, Edoardo Crema, Fernando Paz Casillo,Mario Briceo-Iragorry, Mariano Picn Salas, ngel Rosenbla,Pedro Pablo Barnola, Aruro Uslar Pieri, Rafael Caldera, PedroGrases, Oscar Sambrano Urdanea, enre oros. As, esas lneasiniciales paren de esa digamos ineviable presuncin. Slo

que nuesro imaginario colecivo exige siempre oros reflejos, orasroaciones, nuevas incomodidades. Queda, enonces, insinuar unaimagen: el vivir azaroso de un arisa, civilizador y maesro, sujeoa la conciencia del deserrado que pena una invencible melancola,la poica de un hombre medularmene senimenal, segn laperspicaz definicin de Salvador Garmendia.

Es esa, en una palabra, la circunsancia propicia para propo-

ner losfagmenos de un discurso: esa imagen marginal y precariade don Andrs Bello, poea, hombre de leras.


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8Antologa esencial/ /Andrs Bello

El espacio irrecuperable

El sesgo de lo melanclico, la visin sosegada de la sombra

errane por pare del deserrado que ser siempre Bello, aparecenempranamene expuesos como imgenes recurrenes en el pri-mer poema suyo que se conserva, una oda fechada hacia y deulo El Anauco; en algn momeno del exo escribe Bello:

T, verde y apacible

ribera del Anauco,

para m ms alegre,que los bosques idalios

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

y cuando ya mi sombra

sobre el uneso barco

visie del Erebo

los valles soliarios,

en us umbras selvas

y reirados anros

errar cual un da,

al vez abandonando

la silenciosa margen

de los esigios lagos.

Bello es un laborioso joven de unos diecinueve aos cuando

compone esos versos que describen la ribera verde y apacible delro Anauco, enre invocaciones a deidades y parajes perenecien-es al prolijo arsenal neoclsico. Pero lo que ineresa aqu es el onodel poema, el pulso de una condiio, y no su posible valor arsico.El Bello que an no llega a los veine aos de edad nos habla deun idlico riachuelo caraqueo para luego dar paso a la sombraque se asume errane por los laberinos de se y del oro mundo:

delaa ya una inquieud ane los ineviables conrasesque razanel senido mismo del vivir, las arisas de una melanclica eora delpeso de los aos, segn dice en oro verso del poema. Es posible ver


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en se y en oros muchos exos de Bello lo que podramos llamarla precoz irana de un valga la expresin senimieno crisa-lizado, en presencia de la desvelada perspeciva de un iempo y un

espacio arrebaados y perdidos para siempre. Slo queda el vasocenso de la memoria.

Teora del desterrado

En su eapa londinense (-) redaca Bello sus dosexensos poemas que bien pueden ser calificados de programi-

cos:Alocucin a la poesa () yLa agriculura de la zona rrida(). ano se ha escrio sobre esos dos archiconocidos exos:ana hermenuica, ana glosa, ana frase aenuane, ana alu-sin a fasidios y anacronismos. No fala la apreciacin aguda deun Rubn Daro (una inacabable oda a la agriculura de la zonarrida). Apenas puede reierarse lo que con prodigalidad se hadicho: que se raa de la adecuada respuesa de un inelecual (unpoea) hispanoamericano a la necesidad de crear ernas y mae-rias especficas de ese coninene, que se impona idear un pro-grama arsico paralelamene a la concrecin de las revolucionesen nuesros pases, que era una aspiracin el levanar el calogode las maravillas naurales y de los iniciicos feiches, ec. Para elcrico uruguayo Emir Rodrguez Monegal (Eloro Andrs Bello),

La agriculura de la zona rrida iene una enseanza moral quepuede sineizarse en la denuncia del engao y la corrupcin ciu-

dadanos y la exalacin de las virudes de la vida campesina, afir-macin que puede suscribirse con propiedad.

El senimieno del espacio irrecuperable, la huella insomnedel deserrado, signos de una diccin (para seguir la sugerencia deRodrguez Monegal) permeada de un ciero romanicismo, raenel hilo de los das de El Anauco y sosienen esas lneas de laAlo-cucin:

Qu morada e aguarda? qu ala cumbre,

qu prado ameno, qu repueso bosque


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de secas hojas, que crujan

bajo mi pie vagoroso,

es decir, la misma ansiedad sosegada, el mismo ono quejumbrosoen medio del comps de la sombra, la misma ensoacin de msde cuarena aos ars. Lo vemos ambin en unas lneas de laoracin por odos, ora imiacin del poea francs y sin duda supoema ms conocido de esa poca chilena:

Cuando en el campo con pavor secreo

la sombra ves, que de los cielos bajala nieve que las cumbres amoraja.

Esa lecura ha usado con ciera insisencia al diseo expre-sivo, en donde se dan cia la sombra, el expediene de lo melanc-lico y el Paraso perdido, para resalar cun paene es en el hombrey el poea Andrs Bello aquel senimieno crisalizado expuesoaneriormene, y semejane circunloquio no es ora cosa que lamueca deenida, paralizada, de una punzane resignacin anela lejana definiiva de rosros, cosas, un espacio y un iempo quehan sido despojados a una exisencia que slo puede medrar conun pavor secreo. Ha variado enonces ese senido, ese spleendenro del sisema poico de aquel Bello de diecinueve aos conrespeco a ese hombre de ms de sesena? Se podra hablar aqude una suere de rerica senimenal con el riesgo de reducir a

Bello a una nica dimensin de su accin esica y vial? Vale lapena insinuar ese rasgo. Aun en el pausado sueo de la muere,esa hiperblica melancola permiir lo que quiz sea la decisivainerrogacin del encanamieno perdido:

He sido ya polvo yero,

y mi sombra desper?

Como ellas esoy yo muero?

O ellas vivas, como yo?


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Es la dolorosa inerrogacin de lo escindido.

Al hablar de la nocin de Paraso perdido, resula evidene

que es su ciudad naal, Caracas, ese espacio, o mejor, es la presen-cia de la vaga imagen del razado de esa ciudad y la gozosa repre-senacin de los aos iniciicos, las escenas y ocurrencias de laedad ms feliz de la vida, la memoria de un iempo venerado.Abro el Alas [se refiere Bello al publicado por Agusn Codazzi],y recorro el mapa; qu de recuerdos, qu de imgenes se agolpana mi imaginacin. De la visa de Caracas, sobre odo, no pueden

saciarse mis ojos; y aunque busco en ellos vanamene lo que noera posible que me rasladase el grabado, paso a lo menos algunosmomenos de agradable ilusin , escribe en una cara a su hermanoCarlos fechada el de abril de . Ese pasaje es, desde luego,uno de los momenos ms conmovedores de Bello. Las caras delperodo chileno muesran la paciene ilusin de la vejez, ilusinregocijada y frgil en el crculo de las imgenes primigenias. Bellosera, en consecuencia, el infaigable oficiane de una poica de laedad deenida: dilogo creador, secreo, paico, abrumador, conaquello que ha sido separado del ejercicio diario de la vida.

Los dos sentidos de una potica

Andrs Bello, el poea, el hombre de leras. Es difcil raaresa facea, sricu senso, separadamene de una finalidad didcica

que, segn el consenso de la crica bellisa, expresa el ms aun-ico significado de su obra. Se podra afirmar que ninguno de losvariados campos del saber que Bello culiv es ajeno a ese objeoprimordial. Poesa y crica l ieraria, filosofa, derecho romano einernacional, gramica y filologa, hisoria y geografa, divulga-cin cienfica y esudios sociales, son odos componenes de unamisma volunad armoniosa dedicada a la area de cimenar y edu-

car el alma de un pueblo y de una poca. Su clebre discurso inau-gural de la Universidad de Chile en es una poderosa snesis deesa volunad. El Bello poea y lierao cumple con ese programa


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undador en ideal sinona con el Bello Recor emblemico de laUniversidad y con el Bello promoor de revisas y peridicos endonde escribe acerca de meeorios, de la cra de la cochinilla mix-

eca o sobre cieras variedades de la papa en Colombia. De nuevo,las palabras de Uslar Pieri: Es un maesro. Esudia incansable-mene para ensear a odas horas y en odas las formas. Cuandoraduce a un poea es para ensear poesa, cuando se enrega a unainvesigacin filolgica es para revelar las races culurales de lasociedad a la que perenece; cuando escribe crica lo hace con unono docene y orienador.

LaAlocucinyLa agriculura, como se ha dicho algunosprrafos arriba, concrean esicamene un sisema meafricopara las nuevas naciones hispanoamericanas, son la expresin ysusancia didcica de una sensibilidad puesa al servicio de unideal de formacin ciudadana: disean los modos de un ser social.Ese ejercicio de la poesa y de la lieraura es, para decirlo conpalabras de Alejo Carpenier, el recurso del modo del idearioeducaivo bellisa.

El oro senido de esa poica, el que forzosamene lleva elsigno de la inimidad, perfila al Bello marcado, es haro decirlo,por las huellas irreversibles de sus exhausos fanasmas. Y esasomnoliena lecura del carcer y de las connoaciones de la pro-posicin poica de Andrs Bello, quiere sineizar las presenespginas inroducorias con algunos fragmenos perenecienes aoro de sus poemas: se raa de uno de los borradores de las llama-

das Silvas americanas, escrias durane su esancia en Londres,y que Pedro Pablo Barnola iul Elega del deserrado. Puesoque es una de las pginas ms reveladoras de Bello, por conenerodos los elemenos de la poica que se ha inenado esbozar aqu,y ane la imposibilidad de reproducirlos denro del cuerpo de esaseleccin anolgica, ciamos a coninuacin esos fragmenos, amanera de apndice aleaorio.


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ELEGA DEL DESTERRADO

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Y posible ser que desinadohe de vivir en sempierno duelo,

lejos del suelo hermoso, el caro suelo

do a la primera luz abr los ojos?

Cunas! ah! cunas veces

dando aunque breve, a mi dolor consuelo

oh mones, oh colinas, oh praderas,

amada sombra de la paria ma,orillas del Anauco placeneras,

escenas de la edad encanadora

que ya de m, mezquino,

huy con presa irrevocable huida;

y oda en conemplaros embebida

se goza el alma, a par que pena y llora!

Tambin humanas ormas miro en orno,

y de una en una crdulo las cueno,

y el conocido aceno

de amor y de amisad oigo y reorno.

Qu es de vosoros? Dnde esis ahora,

compaeros, amigos,

de mi primer desvariar esigos,

de mis anojos vanos y deseos

y locas esperanzas, que imporunaburl como las vuesras la oruna?

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Ay! al alegre drama

do junos yo y vosoros figuramos,

y los delirios de amorosa llama

o de area ambicin represenamos,

alegre drama mienras plugo al cielocorri oruna inexorable el velo.

Vosoras a lo menos de esa grave


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soledad el silencio doloroso

romped ahora, imgenes queridas;

cual oro iempo en plica suave

usbades, venid, venid ahora,engaad los enojos

de ausencia ana: aravesad los mares,

quebranad los cerrojos

del calabozo oscuro y de la huesa:

de mi lameno imporunada, suele

la cruda Parca alguna vez su presa.

Y qu ms bien, que ms placer me aguardauera de esa ilusoria

arsa de la memoria,

aunque el volver, que ano iempo arda,

al erreno naivo,

me oorgue al fin el cielo compasivo?

Visiar la cumbre, el verde soo,

el claro ro, y la caada amena;

mas a vosoros, ah! mirar no espero.

No con alborozada enhorabuena

saludarme os oir; no al carioso

regocijado seno he de esrecharos.

Dir a los ecos: los amigos caros,

la amada, el confidene, el compaero,

d esn? a d son idos?

Idos, dirn los ecos condolidos,y en mi paria, ay de m!, ser exranjero.

* * *

Esas anoaciones slo quieren sugerir una lecura, obce-cadamene fragmenaria, de las claves secreas que cruzan la obra

poica de Andrs Bello. Se ha eludido, con vigilane escrpulo,aricular un anlisis de su discurso poico, y el resulado es esesinuoso compendio de sombras, fanasmas, desierros, melancolas,


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senimienos crisalizados, evocaciones de un Paraso perdido. Esdecir, slo un rasuno de las imgenes queridas de Bello. Acasosea una forma graificane, acaso heerclia de acercarnos a l,

despus de odo.

Jos Ramos


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POESA


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19 /Poesa

EL ANAUCO

Irrie la codicia

por rumbos ignoradosa la sonane eisy bramadores ausros;

5 el pino que habiabadel Beis forunadolas mrgenes amenasvesidas de amarano,

impunemene admire10 los deliciosos camposdel Ganges caudaloso,de aromas coronado., verde y apacibleribera del Anauco,

15 para m ms alegre,que los bosques idaliosy las vegas hermosasde la plcida Pafos,resonars coninuo

20 con mis humildes canos; y cuando ya mi sombra sobre el funeso barco visie del Erebo

los valles soliarios,25 en us umbras selvas

y reirados anroserrar cual un da,al vez abandonandola silenciosa margen

30 de los esigios lagos.

La urba dolorida de los pueblos cercanos evocar mis manes


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con lasimero llano;35 y ane la rise umba,

de funerales ramos

vesida, y olorosacon perfumes indianos,dir llorando Filis:

40 Aqu descansa Fabio.Mil veces venuroso!Pero, , desdichado,por brbaras naciones

lejos del clima pario45 dbilmene vacilesal peso de los aos.Devoren u cadverlos canes sanguinariosque apaciena Caribdis

50 en sus rudos peascos;ni aplaque us cenizascon ayes lasimadosla prfida consoreceida de oros brazos.


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ALOCUCIN A LA POESA

Fragmento de un poema titulado Amrica

I

Divina Poesa, de la soledad habiadora,a consular us canos enseadacon el silencio de la selva umbra,

5 a quien la verde grua fue morada, y el eco de los mones compaa; iempo es que dejes ya la cula Europa, que u naiva rusiquez desama, y dirijas el vuelo adonde e abre

10 el mundo de Coln su grande escena. ambin propicio all respea el cielo

la siempre verde ramacon que al valor coronas;ambin all la florecida vega,

15 el bosque enmaraado, el sesgo ro, colores mil a us pinceles brindan; y Cfiro revuela enre las rosas; y flgidas esrellas achonan la carroza de la noche;

20 y el rey del cielo enre corinas bellas de nacaradas nubes se levana; y la avecilla en no aprendidos onos con dulce pico endechas de amor cana.

Qu a i, silvesre ninfa, con las pompas25 de dorados alczares reales?

A ribuar ambin irs en ellos, en medio de la urba coresana, el orpe incienso de servil lisonja?


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No al e vieron us ms bellos das,30 cuando en la infancia de la gene humana,

maesra de los pueblos y los reyes,

canase al mundo las primeras leyes. No e deenga, oh diosa, esa regin de luz y de miseria,

35 en donde u ambiciosa rival Filosofa, que la virud a clculo somee, de los morales e ha usurpado el culo;

donde la coronada hidra amenaza40 raer de nuevo al pensamieno esclavo la anigua noche de barbarie y crimen; donde la liberad vano delirio, fe la servilidad, grandeza el faso, la corrupcin culura se apellida.

45 Descuelga de la encina carcomida u dulce lira de oro, con que un iempo los prados y las flores, el susurro de la floresa opaca, el apacible murmurar del arroyo ransparene,

50 las gracias aracivas de Naura inocene, a los hombres canase embelesados; y sobre el vaso Alnico endiendo

las vagorosas alas, a oro cielo,55 a oro mundo, a oras genes e encamina,

do vise an su primiivo raje la ierra, al hombre someida apenas; y las riquezas de los climas odos Amrica, del Sol joven esposa,

60 del aniguo Ocano hija posrera,

en su seno feraz cra y esmera.


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23 /Poesa

Qu morada e aguarda? qu ala cumbre,qu prado ameno, qu repueso bosquehars u domicilio? en qu felice

65 playa esampada u sandalia de oro ser primero) dnde el claro ro que de Albin los hroes vio humillados. los azules pendones reverbera de Buenos Aires, y orgulloso arrasra

70 de cien poenes aguas los ribuos al anio mar? o dnde emboza

su doble cima el vila* enre nubes, y la ciudad renace de Losada?** O ms e sonreirn, Musa, los valles

75 de Chile aforunado, que enriquecenrubias cosechas, y saves fruos;do la inocencia y el candor ingenuoy la hospialidad del mundo aniguocon el valor y el parioismo habian?

80 O la ciudad***que el guila posada sobre el nopal mosr al azeca**** errane, y el suelo de inexhausas venas rico, que casi hararon la avariena Europa? Ya de la mar del Sur la bella reina,

85 a cuyas hijas dio la gracia en doeNauraleza, habiacin e brinda

bajo su blando cielo, que no urbanlluvias jams, ni embravecidos vienosO la elevada Quio

90 hars u albergue, que enre canas cumbressenada, oye bramar las empesades

bajo sus pies, y ereas auras bebe

* Monte vecino a Caracas.** Fundador de Caracas.

*** Mxico.

**** Nacin americana, fundadora de Mxico.


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a u celese inspiracin propicias?Mas oye do ronando se abre paso

95 enre murallas de peinada roca,

y envuelo en blanca nube de vapores, de vacilanes iris maizada, los valles va a buscar del Magdalena con salo audaz el Bogo espumoso.

100 All memorias de empranos das u lira aguardan; cuando, en ocio dulce y naiva inocencia venurosos,

suseno fcil dio a sus moradores, primera prole de su fril seno,105 Cundinamarca; anes que el corvo arado

violase el suelo, ni exranjera nave las aparadas cosas visiara. An no aguzado la ambicin haba el hierro aroz; an no degenerado

110 buscaba el hombre bajo oscuros echos el albergue, que gruas y floresas saludable le daban y seguro, sin que seor la ierra conociese, los campos valla, ni los pueblos muro.

115 La liberad sin leyes floreca, odo era paz, coneno y alegra; cuando de dichas anas envidiosa

Huiaca* bella, de las aguas diosa, hinchando el Bogo, sumerge el valle.

120 De la gene infeliz pare pequea asilo hall en los mones; el abismo voraz sepula el reso. canars cmo indign el funeso esrago de su casi exina raza

* Huitaca, mujer de Nenqueteba o Bochica, legislador de los muiscas. V. Humboldt, Vues

des Cordillres, t. I.


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25 /Poesa

125 a Nenqueeba, hijo del Sol, que rompe con su cero divino la enriscada monaa; y a las ondas abre calle,

el Bogo, que inmenso lago un da de cumbre a cumbre dila su imperio,

130 de las ya esrechas mrgenes, que asala con vana furia, la prisin desdea, y por la brecha hirviendo se despea. canars cmo a las nuevas genes

Nenqueeba piadoso leyes y ares

135 y culo dio; despus que a la malignaninfa mud en lumbrera de la noche,y de la luna por la vez primerasurc el Olimpo el argenado coche.

Ve, pues, ve a celebrar las maravillas140 del ecuador: cana el visoso cielo

que de los asros odos los hermosos coros alegran; donde a un iempo el vaso Dragn del nore su dorada espira desvuelve en orno al luminar inmvil

145 que el rumbo al marinero audaz seala, y la paloma cndida de Arauco en las ausrales ondas moja el ala. Si us colores los ms ricos mueles y omas el mejor de us pinceles,

150 podrs los climas reraar, que enero el vigor guardan genial primero con que la voz omnipoene, oda del hondo caos, hinchi la ierra, apenas sobre su informe faz aparecida,

155 y de verdura la cubri y de vida.Selvas eernas, quin al vulgo inmenso

que vuesros verdes laberinos puebla,y en varias formas y esaura y galashacer parece alarde de s mismo,


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160 poner presumir nombre o guarismo? En densa muchedumbre ceibas, acacias, miros se enreejen,

bejucos, vides, gramas; las ramas a la ramas,

165 pugnando por gozar de las felices auras y de la luz, perpeua guerra hacen, y a las races angoso viene el seno de la ierra.

Oh quin conigo, amable Poesa,170 del Cauca a las orillas me llevara, y el blando alieno respirar me diera de la siempre lozana primavera que all su reino esableci y su core! Oh si ya de cuidados enojosos

175 exeno, por las mrgenes amenas del Aragua moviese

el ardo inciero paso;o reclinado acasobajo una fresca palma en la llanura,

180 viese arder en la bveda azulada us cuaro lumbres bellas, oh Cruz del Sur, que las nocurnas horas mides al caminane

por la espaciosa soledad errane;185 o del cucuy las luminosas huellas

viese corar el aire enebroso, y del lejano ambo a mis odos viniera el son del yarav*amoroso!

iempo vendr cuando de i inspirado

190 algn Marn americano, oh diosa!

* Yarav, tonada triste del Per, y de los llanos de Colombia.


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27 /Poesa

ambin las mieses, los rebaos cane,el rico suelo al hombre avasallado,y las ddivas mil con que la zona de

Febo amada al labrador corona;195 donde cndida miel llevan las caas,

y animado carmn la una cra,donde remola el algodn su nieve,y el anans sazona su ambrosa;de sus racimos la variada copia

200 rinde el palmar, de azucarados globos

el zapoillo, su maneca ofrece la verde pala, da el ail su ina, bajo su dulce carga desfallece el banano, el caf el aroma acendra

205 de sus albos jazmines, y el cacaocuaja en urnas de prpura su almendra.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Mas ah! prefieres de la guerra impalos horrores decir, y al son del parcheque los maernos pechos esremece,

210 pinar las hueses que furiosas corren a desruccin, y el suelo hinchen de luo? Oh si ofrecieses menos fril ema a blicos canares, paria ma!

Qu ciudad, qu campia no ha inundado215 la sangre de us hijos y la ibera?

Qu pramo no dio en humanos miembros paso al cndor? Qu rsicos hogares salvar su oscuridad pudo a las furias de la civil discordia embravecida?

220 Pero no en Roma obr prodigio ano

el amor de la paria, no en la auseraEspara, no en Numancia generosa;ni de la hisoria da pgina alguna,


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Musa, ms alos hechos a u cano.225 A qu provincia el premio de alabanza,

o a qu varn ribuars primero?

Graa celebra Chile el de Camero,que, vencedor de cien sangrienas lides,muriendo, el suelo consagr de alca;

230 y la memoria eernizar desea de aquellos granaderos de a caballo que mand en Chacabuco Necochea.

Pero de Maipo la campia sola cun larga lisa, oh Musa, no e ofrece,235 para que en us canares se repia,

de campeones cuya frene adorna el verde honor que nunca se marchia? Donde gan an claro nombre Bueras, que con sus caballeros denodados

240 rompi del enemigo las hileras; y donde el regimieno de Coquimbo anos hroes con como soldados. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

De Buenos Aires la gallarda geneno ves, que el premio del valor e pide?

245 Caselli osado, que las fuerzas mide

con aquel monsruo que la cara escondesobre las nubes y a los hombres huella;Moreno, que abog con digno acenode los opresos pueblos la querella;

250 y que de Suipacha en las llanurasdise a u causa agero de venuras,Balcarce; y , Belgrano, y oros cieno

que la ierra naal de gloriasrica hiciseis con la espada o con la pluma,


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255 si el juso galardn se os adjudica, no emeris que el iempo le consuma.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Ni sepulada quedar en olvidoLa Paz que anos claros hijos llora,ni Sanacruz, ni menos Chuquisaca,

260 ni Cochabamba, que de pario celo ejemplos memorables aesora, ni Poos de minas no an rico

como de nobles pechos, ni Arequipa que de Vizcardo con razn se alaba,265 ni a la que el Rmac las murallas lava,

que de los reyes fue, ya de s propia,ni la ciudad que dio a los Incas cuna,leyes al sur, y que si an gime esclava,virud no le fal, sino foruna.

270 Pero la liberad, bajo los golpes que la ensangrienan, cada vez ms brava, ms indomable, nuevos cuellos yergue, que al despoismo harn solar la clava. No largo iempo usurpar el imperio

275 del sol la hispana gene advenediza,ni al ver su rono en ano viuperiode Manco Cpac gemirn los manes.

De Angulo y Pumacagua la cenizanuevos y ms felices capianes

280 vengarn, y a los hados de su pueblo abrirn vencedores el camino. Huid, das de afn, das de luo, y acelerad los iempos que adivino. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Diosa de la memoria, himnos e pide285 el imperio ambin de Moezuma,


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que, roa la coyunda de Iurbide,enre los pueblos libres se numera.Mucho, nacin bizarra mexicana,

de u poder y de u ejemplo espera290 la liberad; ni su esperanza es vana,

si ajeno riesgo escarmenarse sabe, y no en un mar e engolfas que sembrado de los fragmenos ves de ana nave. Llegada al puero venuroso, un da

295 los hroes canars a que se

debe del arreso primero la osada; que a veeranas filas rosro hicieroncon pobre, incula, desarmada plebe,excepo de valor, de odo escasa;

300 y el coloso de bronce sacudieron, a que res siglos daban firme basa. Si a brazo ms feliz, no ms robuso, poderlo derrocar dieron los cielos, de Hidalgo, no por eso, y de Morelos

305 eclipsar la gloria olvido ingrao, ni el nombre callarn de Guanajuao los claros fasos de u heroica lucha, ni de ana ciudad, que, reducida a rise yermo, a un enemigo infama

310 que, vencedor, sus pacos slo olvida;

que hace exerminio, y sumisin lo llama.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Despiere (oh Musa, iempo es ya) despiere algn sublime ingenio, que levane

el vuelo a an esplndido sujeo,315 y que de Popayn los hechos cane

y de la no inferior Barquisimeo, y del pueblo ambin, cuyos hogares


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31 /Poesa

a sus orillas mira el Manzanares*; no el de ondas pobre y de verdura exhauso,

320 que de la regia core sufre el fauso,

y de su servidumbre es orgulloso,mas el que de aguas bellas abundoso,como su gene lo es de bellas almas,del cielo, en su crisal sereno, pina

325 el puro azul, corriendo enre las palmasde esa y aquella deliciosa quina;que de Angosura las proezas cane,

de liberad inexpugnable asilo,donde la empesad desoladora330 vino a esrellarse; y con save esilo

de Bogo los imbres diga al mundo, de Guayaquil, de Maracaibo (ahora agobiada de brbara cadena) y de cuanas provincias Cauca baa,

335 Orinoco, Esmeralda, Magdalena,y cuanas bajo el nombre colombianocon fraernal unin se dan la mano.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Mira donde conrasa sin murallas mil porfiados aaques Barcelona.

340 Es un conveno el limo refugio

de la arresada, aunque pequea, ropa que la defiende; en orno el enemigo,

cuanos conoce el fiero Mare, acopia medios de desruccin; ya por cien pares

345 cede al bair de las onanes bocas el dbil muro, y, superior en armas

a cada brecha ina legin se agolpa.

* Cuman.


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Cuano el valor y el parioismo pueden, el parioismo y el valor agoan;

350 mas ay! sin fruo. de aquella escena

pinars el horror, que a las sombras belleza das, y al cuadro de la muere sabes encadenar la mene absora. pinars al vencedor furioso

355 que ni al anciano rmulo perdona,ni a la inocene edad, y en el regazode la insulada madre al hijo inmola.

Pocos reserva a vil suplicio el hierro;su rabia insana en los dems desfoga360 un enemigo que hacer siempre supo,

ms que la lid, sangriena la vicoria. pinars de Chamberln el risepero glorioso fin. La ierna esposaherido va a buscar; el dbil cuerpo

365 sobre el acero ensangrenado apoya; esrchala a su seno. Liberarme de un cadalso afrenoso puede sola la muere (dice); ese posrero abrazo me la har dulce; adis!. Cuando con prona

370 herida va a maarse, ella, aajando el brazo, alzado ya, a la deshonra, a ignominiosa servidumbre, a insulos

ms que la muere horrible, me abandonas? Para sufrir la afrena, fala (dice)

375 valor en m; para imiare, sobra. Muramos ambos. Hieren a un iempo dos aceros enrambos pechos; abrazados mueren. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Pero al de Margaria qu oro nombre380 deslucir? dnde hasa el sexo blando


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33 /Poesa

con los varones las faigas duras y los peligros de la guerra pare; donde a los defensores de la paria

forzoso fue, para lidiar, las armas385 al enemigo arrebaar lidiando;

donde el caudillo, a quien arm Fernando de su poder y de sus fuerzas odas para que de venganzas le saciara, al inexpero campesino vulgo

390 que sus falanges denodado acosa,

el campo deja en fuga ignominiosa?. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Ni menor prez los iempos veniderosa la virud darn de Caragena.No la dom el valor; no al hambre cede,

395 que sus guerreros cieno a cieno siega.Nadie a paridos viles presa odos;cuanos un reso de vigor conservan,lnzanse al mar, y la enemiga floaen mal seguros leos araviesan.

400 Mas no el desierro su consancia abae, ni a la desgracia la cerviz doblegan; y si una orilla dejan, que profana la usurpacin, y las venganzas yerman,

ya a verla volvern bajo esandares405 que a coronar el parioismo fuerzan

a la foruna, y les darn los cielosa indignas manos arrancar la presa.En ano, por las calles silenciosas,acaudillando armada soldadesca,

410 enre infecos cadveres, y vivos

en que la esampa de la Parca impresa se mira ya, su abominable riunfo la resaurada inquisicin pasea;


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con sacrlegos himnos los alares415 haciendo resonar, a su honda cueva

desciende enhambrecida, y en las ansias

de aormenados mrires se ceba. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Y qu dir de la ciudad que ha dadoa la sagrada lid ano caudillo?

420 Ah que enre escombros olvidar pareces, urbio Cauche *, u camino usado!

Por qu en u margen el rumor fesivo call? Do es la orre bulliciosa que pregonar sola,

425 de anorchas coronada, la pompa augusa del solemne da? Enre las roas cpulas que oyeron sacros rios ayer, orpes repiles anidan, y en la sala que gozosos

430 banquees vio y amores, hoy sacudela grama del erial su infausa espiga.Pero ms bella y grande resplandecesen u desolacin, oh paria de hroes! que, lidiando aliva en la vanguardia

435 de la familia de Coln, la dise de fe consane no excedido ejemplo;

y si en u suelo desgarrado al choque de desrucivos erremoos, pudo remolarse algn iempo la bandera

440 de los iranos, en us nobles hijosvivise inexpugnable, de los hombresy de los elemenos vencedora.

Renacers, renacers ahora;

* Catuche: riachuelo que corre por la parte de Caracas en que hizo ms estragos el terre-

moto de 1812.


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35 /Poesa

florecern la paz y la abundancia445 en us alados campos; las divinas

Musas e harn favorecida esancia,

y cubrirn de rosas us rinas.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Colombia! qu monaa, qu ribera, qu playa inhspia, donde anes slo

450 por el furor se vio de la panera o del caimn el suelo en sangre ino;

cul selva an oscura, en u recino, cul queda ya an soliaria cima, que horror no ponga y grima,

455 de humanas osamenas hoy sembrada, feo padrn del sanguinario insino que ambin conra el hombre al hombre anima? u liberad cun caro comprase! cuna ierra devasada!

460 cuna familia en rise desamparo! Mas el bien adquirido al precio excede. Y cuno nombre claro no das ambin al emplo de memoria?Con los de Codro y Curcio el de Ricaure

465 vivir, mienras hagan el humano

pecho lair la liberad, la gloria.Vile en sangrienas lides el Araguadar a su paria lusre, a Espaa miedo;el despoismo sus falanges dobla,

470 y aun no sucumbe al nmero el denuedo. A sorprender se acerca una columna el almacn que con Ricaure guarda

escasa ropa; l, dando de los suyos a la salud lo que a la propia niega,475 aljalos de s; con ledo rosro


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su ineno ocula. Y ya de espeso polvo se cubre el aire, y cerca se oye el rueno del hueco bronce, enre dolienes ayes

de inerme vulgo, que a los golpes cae480 del vencedor; mas no, no impunemene:

Ricaure aguarda de una anorcha armado. Y cuando el pueso que defiende mira de la conraria huese rodeado, que, ebria de sangre, a fcil presa avanza;

485 cuando el puno faal, no a la venganza,

(que indigna juzga), al alo sacrificio con qu llenar el cargo honroso anhela, llegado ve, Viva la paria! clama; la anorcha aplica; el edificio vuela.

490 Ni de Ribas callars la fama, a quien vio vicorioso Niquiao, Horcones, Ocumare, Vigirima, y, dejando oros nombres, que no menos dignos de loa Venezuela esima,

495 Urica, que ilusrarle pudo sola, donde de heroica lanza aravesado mordi la ierra el sanguinario Boves, monsruo de arocidad ms que espaola. Qu, si de Ribas a los alos hechos

500 dio la foruna injuso premio al cabo? Qu, si cauivo el espaol le insula? Si perecer en el suplicio le hace a visa de los suyos? si su yera

cabeza expone en afrenoso palo?505 Dispensa a su placer la irana

la muere, no la gloria, que acompaa

al hroe de la paria en sus cadenas, y su cadalso en luz divina baa.


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37 /Poesa

As expir ambin, de honor cubiero,510 enre vcimas mil, Baraya, a manos

de us viles salies, Morillo;

ni el duro fallo a miigar fue pare de la msera hermana el desamparo, que, luos arrasrando, acompaada

515 de cien maronas, u clemencia implora.Muera (respondes) el raidor Baraya,y que a desierro su familia vaya.Baraya muere, mas su ejemplo vive.

Piensas que apagars con sangre el fuego520 de liberad en anas almas grandes? Del Coopaxi ve a exinguir la hoguera que ceban las enraas de los Andes. Mira correr la sangre de Rovira, a quien lamenan Mrida y Pamplona;

525 y la de Freies derramada mira,el consane adalid de Barcelona;Oriz, Garca de oledo expira;Granados, Amador, Casillo muere;yace Cabal, de Popayn llorado,

530 llorado de las ciencias; fiera bala el pecho de Camilo orres hiere; Guirrez el posrero alieno exhala; perece Pombo, que, en el banco infauso,

el porvenir glorioso de su paria535 con profico aceno e revela;

no la negra virud salva a orices; no la modesia, no el ingenio a Caldas ... De luo es cubiera Venezuela, Cundinamarca desolada gime,

540 Quio sus hijos ms ilusres llora.

Pero cul es de u crueldad el fruo?A Colombia ora vez Fernando oprime?


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Mjico a su visir posrada adora?El aniguo ribuo

545 de un hemisferio esclavo a Espaa llevas?

Puebla la inquisicin sus calabozos de americanos; o espaolas cores

dan a la servidumbre formas nuevas?De la susancia de cien pueblos, graves

550 la avara Cdiz ve volver sus naves? Colombia vence; liberad los vanos clculos de los dspoas engaa;

y fecundos us riunfos inhumanos, ms que a i de oro, son de oprobio a Espaa.555 Pudo a un Cors, pudo a un Pizarro el mundo

la sangre perdonar que derramaron; imperios con la espada conquisaron; mas a i ni aun la vana, la ilusoria sombra, que llama gloria

560 el vulgo adorador de la foruna, adorna; aquella efmera vicoria que de inermes provincias e hizo dueo, como la area fbrica de un sueo desvanecise, y nada deja, nada

565 a u nacin, excepo la vergenza de los delios con que fue comprada. Quien e pone con Alba en paralelo,

oh cuno yerra! En sangre ba el suelo de Baavia el minisro de Felipe;

570 pero si fue cruel y sanguinario, bajo no fue; no acomodando al vario semblane de los iempos su semblane, ya deseror del uno, ya del oro parido,

575 slo el de su iners sigui consane; no alernaivamenefue soldado feroz, parioa falso;


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39 /Poesa

no dio a la inquisicin su espada un da, y por la liberad lidi el siguiene;

580 ni raficane infame del cadalso,

hizo de los indulos granjera.

Musa, cuando las ares espaolasa los fuuros iempos recordares,vcimas inmoladas a millares;

585 pueblos en soledades converidos; la hospialaria mesa, los alares

con sangre fraernal enrojecidos; de exnimes cabezas decoradas las plazas; aun las umbas ulrajadas;

590 doquiera que se envainan las espadas,enronizado el ribunal de espano,que llama a cuenas el silencio, el llano,y el pensamieno a su presencia cia,que premia al delaor con la susancia

595 de la familia msera proscria, y a peso de oro, en nombre de Fernando, vende el permiso de vivir emblando; puede ser que parezcan us verdades delirios de esragada fanasa

600 que se deleia en figurar horrores;mas oh de Quio ensangrenadas paces!

oh de Valencia abominable jura!ser jams que lleguen us colores,oh Musa, a realidad an espanosa?

605 A la hosia consagrada, en religiosa solemnidad expuesa, hace esigo de alevoso paco el jefe ibero*; y enre devoas preces, que dirige

al cielo, auor de la concordia, el clero,

* Boves.


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610 en nombre del presene Dios, en nombre de su monarca y de su honor, a visa de enrambos bandos y del pueblo enero,

a los que iene puesos ya en la lisa de proscripcin, fraernidad promee.

615 Celbrase en esplndido banquee la paz; los brindis con risuea cara recibe ... y ya en silencio se prepara el desenlace de ese drama infando; el mismo sol que vio jurar las paces,

620 Colombia, a us parioas vio expirando.

A i ambin, Javier Usriz, cupomsero fin; aravesado fuisede hierro aroz a visa de u esposaque con su llano enernecer no pudo

625 a u verdugo, de piedad desnudo;en la uya y la sangre de sus hijosa un iempo la infeliz se vio baada.Oh Maurn! oh lgubre jornada!Oh da de afliccin a Venezuela,

630 que an hoy, de ana prdida preciosa, apenas con sus glorias se consuela!

en ano en la morada de los jusossin duda el premio, amable Usriz, gozas

debido a us faigas, a u celo635 de bajos inereses desprendido;

alma inconaminada, noble, pura, de elevados esprius modelo,aun en la edad oscuraen que el premio de honor se dispensaba

640 slo al que a precio vil su honor venda,

y en que el rubor de la virud, alivodesdn y rebelin se inerpreaba.


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La msica, la dulce poesa son u delicia ahora, como un da?

645 O a ms alos objeos das la mene,

y con los hroes, con las almas bellasde la pasada edad y la presene,conversas, y el gran libro desarrollasde los desinos del linaje humano,

650 y los fuuros casos de la grande lucha de liberad, que empieza, lees, y su riunfo universal lejano?

De mrires que dieron por la paria la vida, el sano coro e rodea:655 Rgulo, rsea, Marco Bruo, Decio,

cuanos inmoraliza Aenas libre,cuanos Espara y el romano ibre;los que el bavo suelo y el helveciomuriendo consagraron, y el briano;

660 Padilla, honor del nombre casellano; Caupolicn y Guacaipuro alivo*, y Espaa**osado; con risuea frene Guaimozn e muesra el lecho ardiene; musrae Gual*** la copa del veneno;

665 Luisa el creno azoe; y , en el blanco seno, las rojas muesras de homicidas balas,

heroica Policarpa le sealas, que vise expirar al caro amane

670 con firme pecho, y por ajenas vidasdise la uya, en el albor emprano

* Caupolicn: vase el poema de Ercilla, y particularmente su canto XXXIV. Guaicaipuro:

cacique de una de las tribus caraqueas, que, por no entregarse a los espaoles, consin-

ti ser abrasado vivo en su choza.

** Espaa: uno de los jefes de la conspiracin tramada en Caracas y La Guaira a fines delsiglo pasado; vase el Viaje de Depons, t. I, cap. 3.

*** =Gual: compaero de Espaa; envenenado en la isla de rinidad por un agente del go-

bierno espaol.


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de juvenud, a un brbaro irano.

Miranda! de u nombre se glora

ambin Colombia; defensor consane675 de sus derechos; de las sanas leyes,

de la severa disciplina amane.Con reverencia ofrezco a u cenizaese humilde ribuo, y la sagradarama a u efigie venerable cio,

680 parioa ilusre, que, proscrio, errane,

no olvidase el cario del dulce hogar, que vio mecer u cuna; y ora blanco a las iras de foruna, ora de sus favores halagado,

685 la liberad americana hicise u primer voo, y u primer cuidado. Osase, solo, declarar la guerra a los iranos de u ierra amada; y desde las orillas de Inglaerra,

690 dise alieno al clarn, que el largo sueo disip de la Amrica, arrullada por la supersicin. Al noble empeo de sus paricios, no fal u espada; y si, de conraiempos asalado

695 que a humanos medios resisir no es dado,

e fue el ceder forzoso, y en cadena a manos perecer de una perfidia, u espriu no ha muero, no; resuena, resuena an el eco de aquel grio

700 con que a lidiar llamase; la gran lidiade que desarrollase el esandare,

riunfa ya, y en su riunfo ienes pare.

u nombre, Girardo, ambin lafama har sonar con inmorales canos,


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705 que del Sano Domingo en las orillas dejas de u valor indicios anos. Por qu con fin emprano el curso alegre

cor de us hazaas la foruna? Case, s; mas vencedor case;

710 y de la paria el pabelln riunfanesombra e dio al morir, enarbolado

sobre las conquisadas baeras,de los usurpadores sepulura.Puero Cabello vio acabar us das,

715 mas u memoria no, que eerna dura.

Ni menos esimada la de Roscioser en la ms remoa edad fuura.Sabio legislador le vio el senado,el pueblo, incorrupible magisrado,

720 honeso ciudadano, amane esposo, amigo fiel, y de las prendas odas que honran la humanidad cabal dechado. Enre las olas de civil borrasca, el alma supo manener serena;

725 con rosro igual vio la sonrisa aleve de la foruna, y arrasr cadena; y cuando del baldn la copa amarga el canario soez* prfidamene

le hizo agoar, la dignidad modesa730 de la virud no abandon su frene.

Si de aquel ramo que Gradivo empapa de sangre y llano es su sien desnuda, cul oro honor habr que no le cuadre? De la naciene liberad, no slo

735 fue defensor, sino maesro y padre.

No negar su voz divina Apolo

* Monteverde.


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a u virud, oh Piar!, su voz divina,que la memoria de alenados hechosredime al iempo y a la Parca avara.

740 Bien us proezas Maurn declara, y Cuman con Giria y Barcelona, y del Juncal el memorable da, y el campo de San Flix las pregona, que con denuedo ano y bizarra

745 las enemigas filas dispuaron, pues an posradas por la muere guardan

el orden riple en que a la lid marcharon. Dichoso, si Foruna u carrera corado hubiera all, si ana gloria

750 algn faal desliz no oscureciera!

Pero a dnde la visa se dirigeque monumenos no halle de herosmo?

La reirada que Mac Gregor rigedir, y aquel puado de valienes,

755 que rompe osado por el cenro mismodel poder espaol, y a cada huelladeja un rofeo? Conar las gloriasque Anzoegui lidiando gana en ella,o las que de Carpano en los valles,

760 o en las campaas del Apure, han dado

ano lusre a su nombre, o como expero caudillo, o como inrpido soldado? El baalln dir que, en la reida funcin de Bombon, las bayoneas

765 en los pendienes precipicios clava,osa escalar por ellos la ala cima,

y de la foraleza se hace dueo

que a las armas paricias desafiaba?Dir de Vargas el combae insigne,770 en que Rondn, de bocas mil, que muere


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vomian sin cesar, el fuego arrosra, el puene fuerza, sus guerreros gua sobre erizados riscos que aquel da

oyeron de hombres la primer pisada,775 y al espaol sorprende, aaca, posra?

O ciar la clebre jornada en que mir a Cedeo el anchuroso Caura, y a sus bizarros compaeros, llevados los caballos de la rienda,

780 fiados a la boca los aceros,

su honda corriene aravesar a nado, y de las conrapuesas baeras hacer huir al espaol pasmado? Como en aquel jardn que han adornado

785 nauraleza y are a compeencia, con vago revolar la abeja aciva la ms suil y delicada esencia de las ms olorosas flores liba; la dems urba deja, aunque de galas

790 brillane, y de save aroma llena, y orna, faigadas ya las alas de la dulce area, a la colmena; as el que osare con an rico asuno medir las fuerzas, dudar qu nombre

795 cane primero, qu virud, qu hazaa;

y a quien la lira en l y la voz pruebe,slo dado ser dejar vencida

de ano empeo alguna pare breve.

Pues qu, si a los que vivos odava800 la paria goza (y plegue a Dios que el da

en que los llore viuda, arde sea)

no se arredrare de elevar la idea? Si audaz canare al que la helada cima super de los Andes, y de Chile


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805 despedaz los hierros, y de Lima?. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

O al que de Caragena el gran baluare

hizo que de Colombia ora vez fuera?O al que en funciones mil pavor y espanopuso, con su marcial legin llanera,

810 al espaol; y a Mare lo pusiera? O al hroe ilusre, que de lauro ano su frene adorna, anes de iempo cana, que en Ccua dom, y en San Maeo,

y en el Araure la soberbia hispana;815 a quien los campos que el Arauca riega nombre darn, que para siempre dure, y los que el Cauca, y los que el ancho Apure; que en Gmeza riunf, y en Carabobo, y en Boyac, donde un imperio enero

820 fue arrebaado al despoismo ibero?Mas no a mi dbil voz la larga sumade sus vicorias numerar compee;a ingenio ms feliz, ms doca pluma,su graa paria encargo al comee;

825 pues como aquel samn* que siglos cuena, de las vecinas genes venerado, que vio en orno a su basa corpulena el bosque muchas veces renovado,

y vaso espacio cubre con la hojosa830 copa, de mil inviernos vicoriosa;

as u gloria al cielo se sublima,Liberador del pueblo colombiano;digna de que la lleven dulce rimay cula hisoria al iempo ms lejano.

* Samn: especie agigantada del gnero Mimosa, comn en Venezuela.


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LA AGRICULTURADE LA ZONA TRRIDA

Salve, fecunda zona,que al sol enamorado circunscribesel vago curso, y cuano ser se animaen cada vario clima,

5 acariciada de su luz, concibes! ejes al verano su guirnalda

de granadas espigas; la uva das a la hirviene cuba; no de purprea frua, o roja, o gualda,

10 a us floresas bellasfala maiz alguno; y bebe en ellasaromas mil el vieno;

y greyes van sincueno paciendo u verdura, desde el llano

15 que iene por lindero el horizone, hasa el erguido mone, de inaccesible nieve siempre cano.

das la caa hermosa,de do la miel se acendra,

20 por quien desdea el mundo los panales;

en urnas de coral cuajas la almendraque en la espumane jcara rebosa;bulle carmn viviene en us nopales,que afrena fuera al mrice de iro;

25 y de u ail la ina generosa mula es de la lumbre del zafiro. El vino es uyo, que la herida agave*

para los hijos viere

* Agave: maguey o pita (Agave americana L.) que da el pulque.


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del Anahuac feliz; y la hoja es uya,30 que, cuando de save

humo en espiras vagorosas huya,

solazar el fasidio al ocio inere. vises de jazmines el arbuso sabeo*,35 y el perfume le das, que en los fesines

la fiebre insana emplar a Lieo. Para us hijos la procera palma**

su vario feudo cra, y

el anans sazona su ambrosa;40 su blanco pan la yuca***; sus rubias pomas la paaa educa; y el algodn despliega al aura leve las rosas de oro y el velln de nieve. endida para i la fresca parcha****

45 en enramadas de verdor lozano, cuelga de sus sarmienos repadores necreos globos y franjadas flores; y para i el maz, jefe alanero de la espigada ribu, hincha su grano;

50 y para i el banano*****

* El caf es originario de Arabia, y el ms estimado en el comercio viene todava de aque-

lla parte del Yemen en que estuvo el reino de Saba, que es cabalmente donde hoy est

Moka.

** Ninguna familia de vegetales puede competir con las palmas en la variedad de pro-ductos tiles al hombre: pan, leche, vino, aceite, fruta, hortaliza, cera, lea, cuerdas,

vestido, etc.

*** No se debe confundir (como se ha hecho en un diccionario de grande y merecida au-

toridad) la planta de cuya raz se hace el pan de casabe (que es la Iatropha manihotde

Linneo, conocida ya generalmente en castellano bajo el nombre de yuca) con la yucca de

los botnicos.

**** Parcha: este nombre se da en Venezuela a las Pasifloras o Pasionarias, gnero abundan-

tsimo en especies, todas bellas, y algunas de suavsimos frutos.

***** El banano es el vegetal que principalmente cultivan para s los esclavos de las

plantaciones o haciendas, y de que sacan mediata o inmediatamente su subsistencia,y casi todas las cosas que les hacen tolerable la vida. Sabido es que el bananal no slo

da, a proporcin del terreno que ocupa, ms cantidad de alimento que ninguna otra

siembra o planto, sino que de todos los vegetales alimenticios, ste es el que pide


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49 /Poesa

desmaya al peso de su dulce carga; el banano, primero de cuanos concedi bellos presenes

Providencia a las genes55 del ecuador feliz con mano larga.

No ya de humanas ares obligado el premio rinde opimo; no es a la podadera, no al arado deudor de su racimo;

60 escasa indusria bsale, cual puede

hurar a sus faigas mano esclava;crece veloz, y cuando exhauso acaba,adula prole en orno le sucede.

Mas oh! si cual no cede65 el uyo, fril zona, a suelo alguno,

y como de naura esmero ha sido,de u indolene habiador lo fuera!

Oh! si al falaz ridola dicha al fin supiese verdadera

70 aneponer, que del umbral le llama del labrador sencillo, lejos del necio y vano faso, el menido brillo, el ocio pesilene ciudadano!

75 Por qu ilusin funesa aquellos que foruna hizo seores de an dichosa ierra y pinge y varia, al cuidado abandonan y a la fe mercenaria

80 las parias heredades, y en el ciego umulo se aprisionan

de mseras ciudades,

menos trabajo y menos cuidado.


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do la ambicin proerva sopla la llama de civiles bandos,

85 o al parioismo la desidia enerva;

do el lujo las cosumbres aosiga, y combaen los vicios la incaua edad en poderosa liga? No all con varoniles ejercicios

90 se endurece el mancebo a la faiga; mas la salud esraga en el abrazo de prfida hermosura,

que pone en almoneda los favores; mas pasaiempo esima95 prender aleve en caso seno el fuego

de ilcios amores; o embebecido le hallar la aurora en mesa infame de ruinoso juego. En ano a la lisonja seducora

100 del asiduo amador fcil odo da la consore; crece en la maerna escuela de la disipacin y el galaneo la ierna virgen, y al delio espuela

105 es anes el ejemplo que el deseo.Y ser que se formen de ese modolos nimos heroicos denodados

que fundan y susenan los esados?De la algazara del fesn beodo,

110 o de los coros de liviana danza,la dura juvenud saldr, modesa,

orgullo de la paria, y esperanza?Sabr con firme pulsode la severa ley, regir el freno;

115 brillar en orno aceros homicidas en la dudosa lid ver sereno; o animoso har frene al genio alivo


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51 /Poesa

del engredo mando en la ribuna, aquel que ya en la cuna

120 durmi al arrullo del canar lascivo,

que riza el pelo, y se unge, y se aava con femenil esmero, y en indolene ociosidad el da, o en criminal lujuria pasa enero?

125 No as ra la riunfadora Roma las ares de la paz y de la guerra; anes fo las riendas del esado

a la mano robusa que os el sol y encalleci el arado;130 y bajo el echo humoso campesino

los hijos educ, que el conjuradomundo allanaron al valor laino.

Oh! los que aforunados poseedoreshabis nacido de la ierra hermosa,

135 en que resea hacer de sus favores, como para ganaros y araeros, quiso Nauraleza bondadosa! romped el duro encano que os iene enre murallas prisioneros.

140 El vulgo de las ares laborioso, el mercader que necesario al lujo

al lujo necesia, los que anhelando van ras el seuelo del alo cargo y del honor ruidoso,

145 la grey de aduladores parasia, gusosos pueblen ese infeco caos; el campo es vuesra herencia; en l gozaos. Amis la liberad? El campo habia,

no all donde el magnae150 enre armados salies se mueve,y de la moda, universal seora,


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va la razn al riunfal carro aada,y a la foruna la insensaa plebe,y el noble al aura popular adora.

155 O la virud amis? Ah, que el reiro, la soliaria calma en que, juez de s misma, pasa el alma a las acciones, muesra es de la vida la mejor maesra!

160 Buscis durables goces, felicidad, cuana es al hombre dada

y a su erreno asieno, en que vecina es la risa al llano, y siempre, ah! siempre donde halaga la flor, punza la espina?

165 Id a gozar la suere campesina; la regalada paz, que ni rencores al labrador, ni envidias acibaran; la cama que mullida le preparan el coneno, el rabajo, el aire puro;

170 y el sabor de los fciles manjares, que dispendiosa gula no le aceda; y el asilo seguro de sus parios hogares que a la salud y al regocijo hospeda.

175 El aura respirad de la monaa, que vuelve al cuerpo laso

el perdido vigor, que a la enojosa vejez rearda el paso, y el rosro a la beldad ie de rosa.

180 Es all menos blanda por venura de amor la llama, que empl el recao? O menos aficiona la hermosura que de exranjero ornao

y afeies imposores no se cura?185 O el corazn escucha indiferene el lenguaje inocene


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53 /Poesa

que los afecos sin disfraz expresa, y a la inencin ajusa la promesa? No del espejo al imporuno ensayo

190 la risa se compone, el paso, el geso;ni fala all carmn al rosro honesoque la modesia y la salud colora,ni la mirada que lanz al soslayomido amor, la senda al alma ignora.

195 Esperaris que forme ms venurosos lazos himeneo,

do el iners baraa, irano del deseo, ajena mano y fe por nombre o plaa,

200 que do conforme guso, edad conforme,y eleccin libre, y muuo ardor los aa?

All ambin debereshay que llenar: cerrad, cerrad las hondasheridas de la guerra; el fril suelo,

205 spero ahora y bravo, al desacosumbrado yugo orne del are humana y le ribue esclavo. Del obsrido esanque y del molino recuerden ya las aguas el camino;

210 el inrincado bosque el hacha rompa,

consuma el fuego; abrid en luengas calles la oscuridad de su infrucuosa pompa. Abrigo den los valles a la sediena caa;

215 la manzana y la pera en la fresca monaa el cielo olviden de su madre Espaa;

adorne la ladera el cafeal; ampare220 a la ierna eobroma en la ribera


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la sombra maernal de su bucare*;aqu el vergel, all la huera raEs ciego error de ilusa fanasa?

Ya dcil a u voz, agriculura,225 nodriza de las genes, la caerva

servil armada va de corvas hoces. Mrola ya que invade la espesura de la floresa opaca; oigo las voces, sieno el rumor confuso; el hierro suena,

230 los golpes el lejano

eco redobla; gime el ceibo anciano, que a numerosa ropa largo iempo faiga; baido de cien hachas, se esremece,

235 esalla al fin, y rinde el ancha copa. Huy la fiera; deja el caro nido, deja la prole implume el ave, y oro bosque no sabido de los humanos va a buscar doliene

240 Qu miro? Alo orrene de sonora llama corre, y sobre las ridas rinas

de la posrada selva se derrama.El raudo incendio a gran disancia brama,

245 y el humo en negro remolino sube,

aglomerando nube sobre nube. Ya de lo que anes era verdor hermoso y fresca lozana, slo difunos roncos,

250 slo cenizas quedan; monumeno de la dicha moral, burla del vieno. Mas al vulgo bravo

* El cacao (Teobroma cacao L.) suele plantarse en Venezuela a la sombra de rboles

corpulentos llamados bucares.


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55 /Poesa

de las upidas planas monaraces, sucede ya el frucfero plano

255 en muesra ufana de ordenadas haces.

Ya ramo a ramo alcanza, y a los rollizos allos hura el da; ya la primera flor desvuelve el seno, bello a la visa, alegre a la esperanza;

260 a la esperanza, que riendo enjugadel faigado agriculor la frene,y all a lo lejos el opimo fruo,

y la cosecha apaadora pina,que lleva de los campos el ribuo,265 colmado el ceso, y con la falda en cina,

y bajo el peso de los largos bienes con que al colono acude, hace crujir los vasos almacenes.

Buen Dios! no en vano sude,270 mas a merced y a compasin e mueva

la gene agriculora del ecuador, que del desmayo rise con renovado alieno vuelve ahora, y ras ana zozobra, ansia, umulo,

275 anos aos de fiera devasacin y miliar insulo,

an ms que u clemencia anigua implora. Su rsica piedad, pero sincera, halle a us ojos gracia; no el risueo

280 porvenir que las penas le aligera, cual de dorado sueo visin falaz, desvanecido llore; inempesiva lluvia no malrae

el delicado embrin; el diene impo285 de inseco roedor no lo devore;saudo vendaval no lo arrebae,


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ni agoe al rbol el maerno jugola calorosa sed de largo eso.Y pues al fin e plugo,

290 rbiro de la suere soberano, que, suelo el cuello de exranjero yugo, irguiese al cielo el hombre americano, bendecida de i se arraigue y medre su liberad; en el ms hondo encierra

295 de los abismos la malvada guerra, y el miedo de la espada asoladora

al suspicaz culivador no arredre del are bienhechora, que las familias nure y los esados;

300 la azorada inquieud deje las almas,deje la rise herrumbre los arados.Asaz de nuesros padres malhadadosexpiamos la brbara conquisa.Cunas doquier la visa

305 no asombran erizadas soledades, do culos campos fueron, do ciudades? De mueres, proscripciones, suplicios, orfandades, quin conar la pavorosa suma?

310 Saciadas duermen ya de sangre ibera las sombras de Aahualpa y Moezuma.

Ah! desde el alo asieno, en que escabel e son alados coros que velan en pasmado acaamieno

315 la faz ane la lumbre de u frene, (si merece por dicha una mirada uya la sin venura humana gene), el ngel nos enva,

el ngel de la paz, que al crudo ibero320 haga olvidar la anigua irana, y acaar reverene el que a los hombres


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57 /Poesa

sagrado dise, imprescripible fuero; que alargar le haga al injuriado hermano, (ensangrenla asaz) la diesra inerme;

325 y si la innaa mansedumbre duerme, la despiere en el pecho americano. El corazn lozano que una feliz oscuridad desdea, que en el azar sangrieno del combae

330 alborozado lae, y codicioso de poder o fama,

nobles peligros ama; baldn esime slo y viuperio el prez que de la paria no reciba,

335 la liberad ms dulce que el imperio, y ms hermosa que el laurel la oliva. Ciudadano el soldado deponga de la guerra la librea; el ramo de vicoria

340 colgado al ara de la paria sea, y sola adorne al mrio la gloria. De su riunfo enonces, Paria ma, ver la paz el suspirado da; la paz, a cuya visa el mundo llena

345 alma, serenidad y regocijo; vuelve alenado el hombre a la faena,

alza el ancla la nave, a las amigas auras encomendndose animosa, enjmbrase el aller, hierve el corijo,

350 y no basa la hoz a las espigas.

Oh jvenes naciones, que ceidaalzis sobre el anio occidene

de empranos laureles la cabeza!honrad el campo, honrad la simple vida355 del labrador, y su frugal llaneza.


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As endrn en vos perpeuamene la liberad morada, y freno la ambicin, y la ley emplo.

Las genes a la senda360 de la inmoralidad, ardua y fragosa,

se animarn, ciando vuesro ejemplo. Lo emular celosa vuesra poseridad; y nuevos nombres aadiendo la fama

365 a los que ahora aclama,

hijos son sos, hijos, (pregonar a los hombres) de los que vencedores superaron de los Andes la cima;

370 de los que en Boyac, los que en la arena de Maipo, y en Junn, y en la campaa gloriosa de Apurima, posrar supieron al len de Espaa.


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59 /Poesa

LAS FANTASMASImitacin de las Orientales de Vctor Hugo

I

Ah, qu de marchiasrosas en su primera maana!

Ah, qu de nias donosasmueras en edad emprana!

5 Mezclados lleva el carro de la muere

al viejo, al nio, al delicado, al fuere.

Forzoso es que el prado en florrinda su alegre esperanzaa la hoz del segador;

10 es forzoso que la danza en el gozo fugaz de los fesines huelle los azahares y jazmines;

Que, huyendo de valle en valle,sus ondas la fuene apure;

15 y que el relmpago esalle, y un solo momeno dure; y el vendaval que perdon a la zarza la fresca pompa del almendro esparza.

El giro faal no cesa:20 la aurora anuncia el ocaso. En orno a esplndida mesa, jovial urba empina el vaso; unos apenas gusan, y ya salen; pocos hay que en el posre se regalen.


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II

25 Murieron, murieron mil!

la rosada y la morena; la de la forma genil; la de la voz de sirena; la que ufana brill; la que oro ornao30 no us jams que el virginal recao.

Una, apoyada la frene

en la macilena palma, mira al suelo risemene;y al fin rompe al cuerpo el alma;

35 como el jilguero, cuando oy el reclamo,quiebra, al omar el vuelo, un dbil ramo.

Ora, en un nombre querido,con loca fiebre delira;ora acaba, cual gemido

40 lnguido de eolia lira, que el vieno pulsa; o plcida fallece, cual sonriendo un nio se adormece.

odas nacidas apenas,y ya cadveres fros! ...

45 palomas, de mimos llenas, y de hechiceros desvos; primavera del mundo, apeecida gala de amor, encano de la vida.

Y nada dej la huesa?50 ni una voz? ni una mirada?

ana llama, hecha pavesa? y ana flor, deshojada?


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61 /Poesa

Adis! huyamos a la amiga sombra de anciano bosque; pisar la alfombra.

55 De secas hojas, que crujan bajo mi pie vagoroso Fanasmas se me dibujan enre el ramaje frondoso; a inciera luz siguiendo voy su huella,60 y de sus ojos la vivaz cenella.

He sido ya polvo yero, y mi sombra desper? Como ellas esoy yo muero? O ellas vivas, como yo?65 Yo la mano les doy enre las ralas calles del bosque; ellas a m sus alas;

Y a su forma vaga, erea, mi pensamieno se amolda

A do, meciendo funrea70 colgadura, el sauce enolda un blanco mrmol, de ropel se lanzan; y en baja voz me dicen: ven! ... y danzan.

Vanse luego paso a paso

por la selva, y de repene75 desparecen ... Yo repaso la visin ac en mi mene, y lo que enre los hombres ver sola, reproduce ora vez la fanasa.

III

Una enre odas! ... an clara80 la bella efigie, el semblane


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me recuerdo, que jurara esarla viendo delane: crespas madejas de oro su cabello;

rosada faz; alabasrino cuello;

85 Albo seno, que palpia con inocenes suspiros; ojos, que el jbilo agia, azules como zafiros; y la celese difana aurola

90 que en sus quince a la nia arrebola.Nunca en su pecho el ardor

de un liviano afeco, cupo; no supo jams de amor, aunque inspirarlo s supo.95 Y si cuanos la ven, la llaman bella, nadie al odo se lo dice a ella.

El baile fue su pasin, y cosle caro asaz: deslumbradora ilusin,100 que pasaiempo y solaz a odo pecho juvenil ofrece; pero el de Lola embriaga y enloquece.

odava, cuando pasa sobre su sepulcro alguna105 nube de cndida gasa, que hace fiesas a la luna, o el miro que lo cubre el vieno mece, rebulle su ceniza y se esremece.

La circular se le enva,110 que para el baile la empea;


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63 /Poesa

y si piensa en l de da, en l a la noche suea; vulanle en derredor regocijadas

visiones de danzanes, silfos y hadas;

115 Y la cercan plumas, blondas, canasillas y bandejas, mu de caprichosas ondas, crespn, de que las abejas pudieran hacerse alas; cinas, flores,

120 ocas de formas mil, de mil colores.

IV

Ya llega los eleganesle hacen rueda; luce el ricobordado; en los albos guanesse abre y cierra el abanico.

125 Ya da principio la anhelada fiesa:y sus cien voces despleg la orquesa.

Qu gil sala o se desliza!Qu movimieno agraciado!Sus ojos, bajo la riza

130 crencha del pelo dorado,

brillan, como dos asros en la cejade luz que el sol en el ocaso deja.

odo en ella es ravesura,juego, donaire, alegra,

135 inocencia ... En una oscura, soliaria galera,

yo, que los grupos mviles miraba, a Lola pensaivo conemplaba


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Pensaivo caviloso140 y rise no s si diga; en el baile bullicioso,

el loco placer hosiga; enurbia el edio la delicia, y rueda impuro polvo en nicas de seda.

145 Lola, en la fesiva ropa, va, viene, revuelve, gira. valse! cuadrilla! galopa!

no descansa, no respira; seguir no es dado el fugiivo vuelo150 del lindo pie, que apenas oca el suelo.

Flauas, violines, violones, alegre cano, reflejos de araas y de blandones, de lmparas y de espejos;155 flores, perfumes, joyas, ules, rasos, grao rumor de voces y de pasos,

odo la exala; la sala muliplica los senidos. No sabe el pie si resbala160 sobre crisales pulidos,

o sobre nube rpida se empine, o en agiadas olas remoline.

V

De da ya! Cuno ardala hora que al placer da fin?

165 Lola en el umbral aguarda por la capa de san;


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65 /Poesa

y bajo la delgada manellina, cuela alevosa el aura mauina.

Ah! qu rise ornaboda!170 Risas, placeres, adis! Adis, arreos de moda! Al cano sigue la os; al baile, ardor febril que la desvela, dolor que punza, y respirar que anhela;

175 Y a la fresca ez rosada la crdena sigue luego; y la pupila empaada a la pupila de fuego. Muri... la alegre! la genil! la pura!180 la amada! el baile abri su sepulura.

Muri la muere la arrancadel abrazo maernallimo abrazoy la blanca vesidura funeral

185 le pone, en vez de raje de la fiesa,y es en un aad donde la acuesa.

Un vaso de flores lleno

guarda la escogida flor,que prendida llev al seno;

190 y an conserva su color: cogila en el jardn su mano hermosa, y se marchiar sobre su losa.

Pobre madre! Qu disane

de adivinar su foruna,195 cuando la arrullaba infane,cuando la meci en la cuna,


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y con soliciud, con ansia ana,mir crecer aquella ierna plana!

Para qu? ... Su amor, su Lola,200 cebo del gusano inmundo, amarilla, muda, sola, en un reree profundo duerme; y si en clara noche del hibierno inerrumpe la luna el sueo eerno,

205 Y a solemnizar la queda los difunos se levanan, y en la aparada arboleda fnebres endechas canan; en vez de madre, un descarnado y rise210 especro al ocador de Lola asise.

Hora es, dice, dae prisa; y abriendo los pavorosos labios con yera sonrisa,

pasa los dedos nudosos215 de la descomunal mano de hielo

sobre las ondas de dorado pelo;

Y luego la besa ufano;

y de musia adormiderala enguirnalda, y de la mano,

220 la conduce a do la espera,salando enre las umbas, coro aerio.a la plida luz del cemenerio,

Y ras un alo laurel

la luna su faz recaa,225 sirvindole de dosel nubes con franjas de plaa,


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que el iris de la noche en orno cie, y de colores opalinos ie.

VI

Nias! no el placer os iene,230 que vcima ana inmola; mas ened, ened presene a la malograda Lola; la compaera hermosa, amable, honesa,

arrebaada al mundo en una fiesa.

235 Cercada esaba de amores, gracia, beldad, lozana, y de odas esas flores una guirnalda eja; y cuando en maizarla se diviere,240 a esa dulce labor da fin la muere.


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LA ORACIN POR TODOSImitacin de Vctor Hugo

I

Ve a rezar, hija ma. Ya es la horade la conciencia y del pensar profundo:ces el rabajo afanador, y al mundola sombra va a colgar su pabelln.

5 Sacude el polvo el rbol del camino,

al soplo de la noche; y en el suelomano de la suil neblina envuelo,se ve emblar el viejo orren.

Mira! su ruedo de cambiane ncar10 el occidene ms y ms angosa;

y enciende sobre el cerro de la cosael asro de la arde su fanal.Para la pobre cena aderezado,brilla el albergue rsico; y la arda

15 vuela del labrador la esposa aguardacon su ierna familia en el umbral.

Broa del seno de la azul esferauno ras oro flgido diamane;

y ya apenas de un carro vacilane20 se oye a disancia el desigual rumor.

odo se hunde en la sombra: el mone, el valle, y la iglesia, y la choza, y la alquera; y a los desellos limos del da se oriena en el desiero el viajador.

25 Nauraleza oda gime; el vieno en la arboleda, el pjaro en el nido,


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69 /Poesa

y la oveja en su rmulo balido, y el arroyuelo en su correr fugaz. El da es para el mal y los afanes:

30 He aqu la noche plcida y serena! El hombre, ras la cuia y la faena, quiere descanso y oracin y paz.

Son en la orre la seal: los nios conversan con esprius alados;

35 y los ojos al cielo levanados,

invocan de rodillas al Seor. Las manos junas, y los pies desnudos, fe en el pecho, alegra en el semblane, con una misma voz, a un mismo insane,

40 al Padre Universal piden amor.

Y luego dormirn; y en leda ropa,sobre su cuna volarn ensueos,ensueos de oro, difanos, risueos,visiones que imiar no os el pincel.

45 Y ya sobre la ersa frene posan,ya beben el alieno a las bermejasbocas, como lo chupan las abejasa la fresca azucena y al clavel.

Como para dormirse, bajo el ala50 esconde su cabeza la avecilla,

al la niez en su oracin sencilla adormece su mene virginal. Oh dulce devocin, que reza y re! de naural piedad primer aviso!

55 fragancia de la flor del paraso!

preludio del conciero celesial!


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II

Ve a rezar, hija ma. Y ane odo,

ruega a Dios por u madre; por aquellaque e dio el ser, y la miad ms bella

60 de su exisencia ha vinculado en l; que en su seno hosped u joven alma, de una llama celese desprendida; y haciendo dos porciones de la vida, orn el acbar y e dio la miel.

65 Ruega despus por m. Ms que u madre lo necesio yo ... Sencilla, buena, modesa como , sufre la pena, y devora en silencio su dolor. A muchos compasin, a nadie envidia,

70 la vi ener en mi foruna escasa;como sobre el crisal la sombra, pasasobre su alma el ejemplo corrupor.

No le son conocidos ... ni lo seana i jams! ... los frvolos azares

75 de la vana foruna, los pesares ceudos que anicipan la vejez; de oculo oprobio el orcedor, la espina

que punza a la conciencia delincuene, la honda fiebre del alma, que la frene80 ie con enfermiza palidez.

Mas yo la vida por mi mal conozco,conozco el mundo, y s su alevosa;y al vez de mi boca oirs un da

lo que valen las dichas que nos da.85 Y sabrs lo que guarda a los que


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71 /Poesa

rifan riquezas y poder, la urna aleaoria,y que al vez la senda que a la gloriaguiar parece, a la miseria va.

Viviendo, su pureza empaa el alma,90 y cada insane alguna culpa nueva

arrasra en la corriene que la lleva con rpido descenso al aad. La enacin seduce; el juicio engaa; en los zarzales del camino deja

95 alguna cosa cada cual: la ovejasu blanca lana, el hombre su virud.

Ve, hija ma, a rezar por m, y al cielopocas palabras dirigir e base:Piedad, Seor, al hombre que criase;

100 eres Grandeza; eres Bondad; perdn!Y Dios e oir; que cual del ara sanasube el humo a la cpula eminene,sube del pecho cndido, inocene,al rono del Eerno la oracin.

105 odo iende a su fin: a la luz pura del sol, la plana; el cervaillo aado, a la libre monaa; el deserrado,

al caro suelo que le vio nacer; y la abejilla en el frondoso valle,

110 de los nuevos omillos al aroma; y la oracin en alas de paloma a la morada del Supremo Ser.

Cuando por m se eleva a Dios u ruego,

soy como el faigado peregrino,115 que su carga a la orilla del camino


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deposia y se siena a respirar;porque de u plegaria el dulce canoalivia el peso a mi exisencia amarga,

y quia de mis hombros esa carga,120 que me agobia, de culpa y de pesar.

Ruega por m, y alcnzame que vea,en esa noche de pavor, el vuelode un ngel compasivo, que del cieloraiga a mis ojos la perdida luz.

125 Y pura finalmene, como el mrmolque se lava en el emplo cada da, arda en sagrado fuego el alma ma,

como arde el incensario ane la Cruz.

III

Ruega, hija, por us hermanos,130 los que conigo crecieron,

y un mismo seno exprimieron, y un mismo echo abrig. Ni por los que e amen slo el favor del cielo implores:

135 por jusos y pecadores,Criso en la Cruz expir.

Ruega por el orgullosoque ufano se pavonea,y en su dorada librea

140 funda insensaa alivez;y por el mendigo humildeque sufre el ceo mezquino

de los que beben el vinoporque le dejen la hez.


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73 /Poesa

145 Por el que de orpes vicios sumido en profundo cieno, hace aullar el cano obsceno

de nocurno bacanal; y por la velada virgen

150 que en su soliario lechocon la mano hiriendo el pecho,reza el himno sepulcral.

Por el hombre sin enraas,

en cuyo pecho no vibra155 una simpica fibra al pesar y a la afliccin; que no da suseno al hambre, ni a la desnudez vesido, ni da la mano al cado,

160 ni da a la injuria perdn.

Por el que en mirar se gozasu pual de sangre rojo,buscando el rico despojo,o la venganza crel;

165 y por el que en vil libelodesroza una fama pura,y en la aleve mordedura

escupe asquerosa hiel.

Por el que sulca animoso170 la mar, de peligros llena;

por el que arrasra cadena, y por su duro seor; por la razn que leyendo

en el gran libro, vigila;175 por la razn que vacila;por la que abraza el error.


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Acurdae, en fin, de odoslos que penan y rabajan;y de odos los que viajan

180 por esa vida moral.Acurdae aun del malvadoque a Dios blasfemando irria.La oracin es infinia:nada agoa su caudal.

IV

185 Hija!, reza ambin por los que cubre la soporosa piedra de la umba, profunda sima adonde se derrumba la urba de los hombres mil a mil: abismo en que se mezcla polvo a polvo,

190 y pueblo a pueblo; cual se ve a la hojade que al aoso bosque abril despoja,mezclar las suyas oro y oro abril.

Arrodilla, arrodllae en la ierradonde segada en flor yace mi Lola,

195 coronada de anglica aureola; do helado duerme cuano fue moral; donde cauivas almas piden preces

que las resauren a su ser primero, y purguen las reliquias del grosero

200 vaso, que las conuvo, errenal.

Hija!, cuando duermes, e sonres,y cien apariciones peregrinassacuden reozando us corinas:

ravieso enjambre, alegre, volador.205 Y ora vez a la luz abres los ojos, al mismo iempo que la aurora hermosa


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75 /Poesa

abre ambin sus prpados de rosa, y da a la ierra el deseado albor.

Pero esas pobres almas!... si supieras210 qu sueo duermen!... su almohada es fra;

duro su lecho; anglica armona no regocija nunca su prisin. No es reposo el sopor que las abruma; para su noche no hay albor emprano;

215 y la conciencia, velador gusano,

les roe inexorable el corazn.Una plegaria, un solo aceno uyo,

har que gocen pasajero alivio,y que de luz celese un rayo ibio

220 logre a su oscura esancia penerar;que el aormenador remordimienouna regua a sus vcimas conceda,y del aire, y el agua, y la arboleda,oigan el apacible susurrar.

225 Cuando en el campo con pavor secreo la sombra ves, que de los cielos baja, la nieve que las cumbres amoraja, y del ocaso el ine carmes;

en las quejas del aura y de la fuene,230 no e parece que una voz reia,

una doliene voz que dice: Nia,cuando reces, rezars por m?

Es la voz de las almas. A los muerosque oraciones alcanzan, no escarnece

235 el rebelado arcngel, y florece sobre su umba perennal apiz. Mas ay! a los que yacen olvidados


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cubre perpeuo horror; hierbas exraas ciegan su sepulura; a sus enraas240 rbol funeso enreda la raz.

Y yo ambin (no disa mucho el da)husped ser de la morada oscura,y el ruego invocar de un alma pura,que a mi largo penar consuelo d.

245 Y dulce enonces me ser que vengas, y para m la eerna paz implores,

y en la desnuda losa esparzas flores, simple ribuo de amorosa fe.

Perdonars a mi enemiga esrella,250 si disipadas fueron una a una las que mecieron u mullida cuna esperanzas de alegre porvenir? S, le perdonars; y mi memoria e arrancar una lgrima, un suspiro255 que llegue hasa mi lbrego reiro,

y haga mi helado polvo rebullir.


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CRTICALITERARIA


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79/Crtica literaria

LITERATURA LATINA

VIITERCERA POCA, DESDE LA MUERTE DEL

DICTADOR SILA HASTA LA MUERTE DE AUGUSTO;DE 78 A.C. A 14 D.C.

E el siglo de oro de la lieraura laina, que se abre conLucrecio, en cuyo lenguaje y versificacin se perciben odava ves-igios de la poca precedene. En lo que vamos a decir de ese granpoea, haremos poco ms que exracar el excelene arculo deVillemain en laBiographie Universelle.

Lucrecio (Tius Lucreius Carus) naci el ao anes denuesra era, de familia noble. Fue amigo del ilusrado y viruosoMemmio. Vio los horrores de la guerra civil, y las proscripcionesde Mario y Sila, y vivi enre los crmenes de las facciones, las len-as venganzas de la arisocracia, el desprecio de oda religin, deoda ley, de odo pudor y de la sangre humana. De aqu la relacinque los seores Fonanes y Villemain han credo enconrar enre

aquellas empesades y miserias, y la docrina funesa de Lucre-cio, que, desronando a la Providencia, abandona el mundo a laspasiones de los malvados, y no ve en el orden moral, ms que unaciega necesidad o el juego de accidenes foruios. Es preciso des-confiar de esas especulaciones ingeniosas que son an de moda enla crica hisrica de nuesros das, y en que se preende explicar eldesarrollo peculiar de un genio y la endencia a cieros principios

por la influencia moral de los aconecimienos de la poca, influen-cia que reciben odos, y slo se manifiesa en uno u oro. Por quCicern, arrullado en su cuna por el esruendo de las sangrienas


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discordias de Mario y Sila, no fue epicreo, como Lucrecio, sinopredicador elocuene de los aribuos de la divinidad? Por qu,bajo la corrupcin imperial, floreci en Roma la ms ausera de

las secas filosficas: el esoicismo? Lucrecio se nuri con la lie-raura y la filosofa de los griegos; y abraz el sisema de Epicuro,como oros de sus conemporneos siguieron de preferencia lasdocrinas de la Academia o del Prico. Ora radicin poco fun-dada supone que compuso su poema en los inervalos lcidos deuna demencia causada por un filro que le haba hecho beber unamujer celosa. Lo que s parece ciero es que se dio la muere a la

edad de cincuena y cuaro aos en un acceso de delirio.En su poema didcico Sobre la nauraleza (De RerumNaura), se ve mucho modo, mucha fuerza de anlisis, un racio-cinio faigane, fundado a la verdad en principios falsos e incohe-renes, pero desenvuelo con precisin y vigor. Su sisema, a la parabsurdo y lgico, descansa sobre una fsica ignorane y errnea.Pero lo que se lleva la aencin, lo que seduce en Lucrecio, es elaleno poico que riunfa de las rabas de un asuno ingrao y deuna docrina que parece enemiga de los bellos versos, como deoda emocin generosa. Roma recibi de la Grecia, a un mismoiempo, los canos de Homero y los devaneos filosficos de Ae-nas; y la imaginacin de Lucrecio, herida de esas dos impresionessimulneas, las mezcl en sus versos. Su genio hall acenos subli-mes para aacar odas las inspiraciones del genio: la Providencia,la inmoralidad del alma, el porvenir. Su desgraciado enusiasmo

hace de la nada misma un ser poico; insula a la gloria; se gozaen la muere, y en la casrofe final del mundo. Del fango de suescepicismo, levana el vuelo a las ms encumbradas aluras.Suprime odas las esperanzas; ahoga odos los emores; y encuen-ra una poesa nueva en el desprecio de odas las creencias poi-cas. Grande por los apoyos mismos de que se desdea, lzase porla sola fuerza de su esro inerior y de un genio que se inspira a

s mismo. Y no slo abundan en su poema las imgenes fueres,sino las suaves y graciosas. La sensibilidad es oda maerial; y sinembargo, paica y expresiva.


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81/Crtica literaria

El hexmero de Lucrecio, como el de Cicern, y aun el deCaulo, se presa ms a la facilidad y rapidez homrica, que a ladulzura virgiliana; y si parece a veces un ano desaliado, oras

compie con el de Virgilio mismo en la armona. Su diccin es amenudo prosaica y lnguida; pero lasele aenamene, y se per-cibir una frase llena de vida, que, no slo anima hermosos episo-dios y ricas descripciones, sino que se hace lugar hasa en la argu-menacin ms rida, y la cubre de flores inesperadas.

Pocos poeas, dice Fonanes, han reunido en ms alo gradoaquellas dos fuerzas de que se compone el genio: la mediacin que

penera hasa el fondo de las ideas y senimienos, y se enriquecelenamene con ellos, y la inspiracin que despiera de improviso ala presencia de los grandes objeos.

Los romanos culivaron con ardor la poesa didcica en esesiglo. Desde Lucrecio hasa Ovidio, se hubiera podido formar unlargo calogo de poeas que se dedicaron a ella, recorriendo odognero de asunos, desde el firmameno celese hasa la gasrono-ma y el juego de peloa. (Vase el libro de los Trises de Ovidio,verso y siguienes). Cicern era odava basane joven cuandoradujoLos enmenos de Arao en no malos versos, si se ha de juz-gar por los coros fragmenos que se conservan. Didcico debide ser sin duda el poema de Julio Csar de que slo conocemos lamedia docena de eleganes hexmeros en que caraceriza a eren-cio. erencio Varrn, apellidadoAacino,por haber nacido en lapequea ciudad de Aax, escribi en verso una corografa, y un

poema de la navegacin:Libri Navales. Emilio Mcer de Verona,conemporneo de Virgilio, dio a luz un poema Sobre las virudesde las planas venenosas,que se ha perdido eneramene, pues lo quese ha publicado bajo su nombre perenece a oro mdico Mcer,poserior a Galeno. Csar Germnico, sobrino e hijo adopivo deiberio, aquel Germnico de cuyas virudes y desgraciada muerenos da cio un esimonio an elocuene, compuso ora versin

o imiacin de

antología esencial de andrés bello

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