aÑo b - episcopal church...esta edición de 2006 de groundwork ii se centra en el crecimiento...

La Iglesia Episcopal le da la bienvenidacomeandgrow.org

groundwork IIC U LT I VA N D O L A T I E R R A

Guía para estudio y accióndurante la Cuaresma

AÑO B

“Groundwork II”(Cultivando la tierra II)

Guía para estudio y acción

durante la Cuaresma

Año B

Por Jim Lemler y Charles FultonAdaptado y traducido por

Isaías A. Rodríguez y Víctor Ruiz

Editado por el

Rvdo. Anthony Guillén

Iglesia Episcopal

815 Second Avenue

New York, NY 10017

Desarrollo Congregacional Étnico

Año de gracias de 2006

Índice1. Introducción

2. Cuaresma I: Pactos y compromisosa. Introducciónb. Otros testimoniosc. Pista primerad. Pista segundae. Pista tercera

3. Cuaresma II: Vivir el compromiso del Evangelioa. Introducciónb. Otros testimoniosc. Pista primerad. Pista segundae. Pista tercera

4. Cuaresma III: Entendiéndolo mal... Entendiéndolo bien... a. Introducciónb. Otros testimoniosc. Pista primerad. Pista segunda e. Pista tercera

5. Cuaresma IV: Oportunidades en abundanciaa. Introducciónb. Otros testimoniosc. Pista primerad. Pista segundae. Pista tercera

6. Cuaresma V: Viendo a Jesús a través nuestro...a. Introducciónb. Otros testimoniosc. Pista primerad. Pista segundae. Pista tercera

Copyright © de la Sociedad Misionera Doméstica y ExtranjeraDe la Iglesia Episcopal en Estados Unidos de América.Estos materiales se pueden reproducir para uso de las congregaciones locales.

Temas de Cuaresma para el estudio y la acción. Año Bpor Jim Lemler y Charles Fulton

(El Rvdo. Dr. James B. Lemler es Director de Misión para la Iglesia Episcopal.

El Rvdo. Charles N. Fulton, III, es Director de Desarrollo Congregacional).

1

groundwork IICULTIVANDO LA TIERRA

Introducción

“Groundwork” (Cultivando la tierra) es un recurso para comprometer a individuos, congregaciones y líderes, en el estudio de la Sagrada Escritura y en la misión de la Iglesia de Dios. Las actividades que se ofrecen cultivan el terreno de la oración, del estudio, de la refl exión y de la conversación, para que los fi eles puedan aprender juntos. El objetivo de Groundwork es el de promover la transformación personal y de las congregaciones. Pide a los miembros de las congregaciones y a sus líderes que profundicen en el campo de su misión para lograr un conocimiento serio y alegre del Evangelio y su fe comunitaria.

La edición de Cuaresma 2006 de Groundwork II usa el Leccionario de los Domingos de Cuaresma que se encuentra en el Libro de Oración Común pero puede ser usado por la congregación como instrumento de aprendizaje en cualquier otro tiempo.

Esta edición de 2006 de Groundwork II se centra en el crecimiento personal y en el de la misión. Con Groundwork II esperamos estimular la vitalidad y el crecimiento de los individuos, así como el objetivo misionero de las congregaciones. Dios nos ha bendecido con dones de crecimiento y de misión. Tenemos que aceptarlos y permitir que nosotros mismos seamos estimulados por ellos.

El Libro de Oración Común nos dice que la misión de la Iglesia es la de “restaurar a todos los pueblos a la unión con Dios y a unos con otros en Cristo” (p.747); también una de las oraciones por la misión de la Iglesia pide a Dios que inspire nuestro testimonio sobre Jesús “para que todos conozcan el poder de su perdón y la esperanza de su resurrección” (p.706). El cómo vivamos nuestra misión eclesial, como cristianos y miembros de las congregaciones episcopales, dependerá de la situación en que nos encontremos. Podemos responder trabajando con organizaciones que ya sirven a la comunidad, o puede que encontremos algún problema por resolver y desarrollemos un ministerio nuevo. Puede que invitemos a un vecino a que nos acompañe a la Eucaristía, puede que nos dediquemos a enseñar la Buena Nueva del Evangelio, o que simplemente

2


compartamos nuestro camino de fe con alguien que se admira que pertenezcamos a la Iglesia. Puede que nos dediquemos a la oración. Con frecuencia se puede responder de muchas maneras a la pregunta de cómo vivimos la misión de la Iglesia.

La Iglesia Episcopal está viviendo, en sus miembros y congregaciones, un momento urgente y esperanzador. La urgencia parte de la eterna llamada del evangelio a la transformación, al discipulado, a la vitalidad y a la misión. Parte también del momento presente de nuestro contexto y cultura, donde el pueblo y las congregaciones tienen que enfrentarse a nuevos retos y oportunidades. ¿Cómo podremos responder adecuadamente en un momento en el que iglesias que forman parte de la corriente principal de expresiones de la fe cristiana están perdiendo membresía y asistencia a los servicios? ¿Cómo nos afi anzamos más en nuestra vocación personal en cuanto creyentes y, como comunidades de fe, cómo nos centramos más en la misión?

El momento también es esperanzador para la Iglesia Episcopal, con sus miembros y congregaciones. El Espíritu de Dios inspira y guía a esta Iglesia y a su gente. Dios nos bendice con riquezas de tradición espiritual y de experiencia. Nuevas formas de misión y de ministerio están enriqueciendo a congregaciones y al pueblo cristiano. La gente empieza a contarse unos a otros sus historias de fe y a crear caminos nuevos que den la bienvenida a quienes se acercan a nosotros buscando a Jesús.

Gounwork II conecta las lecturas de Cuaresma asignadas para el año 2006 con recursos para una transformación congregacional y personal. Usa las imágenes y anécdotas sobre el amor de Dios y los propósitos que se encuentran en esas partes de la Escritura. Como Groundwork (2005), los materiales de este año ofrecen conexiones con diversos recursos de desarrollo congregacional y misionero disponibles en el Centro de la Iglesia Episcopal. Groundwork II (2006) presenta materiales para la educación y la refl exión espiritual. Cada domingo cuenta con un tema bíblico y está conectado con tres pistas de trabajo educacional y planifi cación misionera:

Pista primera – Bienvenida e incorporación– ofrece •

3


procedimientos para comprometernos en la misión de evangelismo. Este es material ya presentado en Groundwork (2005), ligeramente retocado, para que lo puedan usar las congregaciones que no lo hicieron ese año.

Pista segunda – Material para anunciar la congregación– se ofrece material para diseñar y llevar a cabo una estrategia de divulgación de la congregación mediante anuncios.

Pista tercera – Pactos y compromisos– Con una orientación nueva de la vitalidad y misión de la congregación, se centra en los pactos y compromisos que hace la gente de fe para ser más fi eles y efectivos.

Groundwork II pretende ser fl exible, de tal manera que se pueda usar como instrumento de estudio en los domingos o en días feriados, en retiros espirituales para toda la congregación o sólo para líderes, en los comités y grupos de trabajo, por predicadores, o de cualquier otra forma que se juzgue oportuna. He aquí alguna de las maneras como Groundwork II se puede usar:

Aunque el material está enmarcado en torno al Leccionario de la Cuaresma, se puede usar en cualquier otro momento del año. Los recursos de transformación personal y congregacional son apropiados para la vida normal de la congregación.

Se puede utilizar los domingos por la mañana (en un periodo de 30 minutos) o durante la semana (en un periodo de 90 minutos). También se pude usar en domingos y días feriados de una manera secuencial.

Se pueden usar los cinco temas o escoger uno y desarrollarlo en profundidad durante cinco semanas.

También se puede usar cualquiera de las pistas y cruzar las pistas de semana a semana, según las actividades individuales del domingo se acomoden a las necesidades de la congregación.

•

•

•

•

•

•

4


Estos materiales se pueden usar en retiros (para individuos, congregaciones, juntas parroquiales, comités, o grupos de trabajo).

Los materiales se han diseñado como puntos de arranque. Úselos como tales y desarrolle sus propias estructuras. En sí mismos, son teológicos y prácticos por naturaleza. Utilice lo que encuentre de más valor para usted y para la congregación.

Groundwork II contiene buen número de recursos. Otros materiales se pueden encontrar en www.episcopalchurch.org/groundwork.

Dios ha otorgado dones de vida y esperanza a la gente de fe, como personas individuales y como congregaciones. Estos dones se hacen evidentes en las jornadas de los creyentes y de las comunidades de fe locales. Ellos son los que mantienen y apoyan el crecimiento, el servicio, el culto y la invitación, siendo además el fundamento de la misión.

Groundwork II reconoce el propósito y acción misioneras de Dios. Se trata de un recurso para la vitalidad personal y congregacional. Que durante este periodo sagrado de Cuaresma y durante el resto del año, Dios les bendiga a ustedes y a su congregación.

•

•

•

5


Cuaresma I – Pactos y compromisos: la iniciativa divina y nuestra respuesta

Sagrada Escritura

Génesis 9:8-17

Salmo 25

I Pedro 3:18-22

Marcos 1:9-13

Introducción

“Te damos gracias, Padre todopoderoso, por el don del agua. Sobre ella, el Espíritu Santo se movía en el principio de la creación. A través de ella, sacaste a los hijos de Israel de la esclavitud en Egipto a la tierra prometida. En ella, tu Hijo Jesús recibió el bautismo de Juan y fue ungido por el Espíritu Santo como el Mesías, el Cristo, que habría de sacarnos, por su muerte y resurrección, de la esclavitud del pecado a la vida eterna”.

“Te damos gracias, Padre, por el agua del Bautismo...”

Acción de gracias sobre el agua en el servicio del Santo Bautismo

Libro de Oración Común, pp. 226-227

Tema: Estamos unidos a Dios por su invitación y por su amor. Dios nos promete vida, esperanza y compasión. También hacemos promesas. Prometemos amar, seguir, confi ar, vivir una vida según el Evangelio. Las promesas del Pacto Bautismal son claras y certeras: orar, resistir al mal, retornar al amor de Dios, proclamar el Evangelio, servir, luchar por la justicia y la paz, y respetar la dignidad humana. Estas son promesas misioneras. Están cuajadas de posibilidades y nos invitan a una respuesta decisiva. No es sufi ciente estar satisfechos. Es necesario un compromiso. Se nos invita a refl exionar sobre el signifi cado del pacto bautismal, un pacto hecho con Dios, y a considerar cómo vivimos ese pacto.

6


El Primer Domingo de Cuaresma presenta lecturas bíblicas que abundan en narraciones sobre agua, pacto y vida. La lectura del Antiguo Testamento es la culminación de la narración del Génesis sobre Noé y el arca. Dios hace una promesa a Noé, su familia y a toda la creación, y establece un pacto de amor y de un nuevo inicio. El arco iris será una prueba de la promesa. El mismo pacto es un modelo de promesas amorosas que Dios hace a los seres humanos para cubrirlos de misericordia, compasión y gracia.

La primera lectura de Pedro ofrece una interpretación de la historia de Noé. El escritor percibe las aguas del diluvio como “prefi guración” de las aguas del Santo Bautismo. Así como los escritores del Antiguo Testamento creían que las aguas del diluvio del Génesis lavaron el mundo y lo limpiaron del pecado y la separación, de la misma manera el escritor ve que las aguas del Santo Bautismo se llevan todas las barreras que se interponen entre Dios y los humanos.

Marcos, el escritor del Evangelio, cuenta cómo la misión de Jesús de Nazaret empieza en las aguas del río Jordán. Jesús fue bautizado por su primo Juan, y su identidad es proclamada en esa experiencia: “Tú eres mi Hijo, el Amado; en ti me complazco”. El Espíritu que descendió sobre Jesús en su bautismo le empuja hacia el desierto, donde será retado y tentado por el diablo, pero de donde emergerá manifestando su identidad todavía con más plenitud, en su misión de enseñar, curar, predicar y anunciar el reino y gobierno de amor de Dios.

Las aguas del Santo Bautismo rebosan de promesa, esperanza y vida. Dios promete ser nuestro Dios, promete amarnos, perdonarnos, guiarnos, protegernos y hacer de nosotros una creación nueva. Cuando pronunciamos la acción de gracias sobre el agua, siempre que bautizamos a alguien, damos gracias a Dios por la gracia y el favor que nos brinda. Damos gracias a Dios por el agua en la que somos cubiertos con Cristo en su muerte y por la cual participamos de la resurrección de Cristo y nacemos de nuevo.

Las aguas del bautismo defi nen nuestra identidad como gente de fe. También hacemos promesas, promesas que refl ejan quiénes somos y lo que creemos. Esencial es la promesa de confi ar en Dios. De esa confi anza emergen oración, servicio, compasión, justicia, lucha por

7


la paz, proclamación y respeto. Las promesas del Pacto Bautismal defi nen quiénes somos, nuestra misión, vocación y fi nalidad. La misión se lleva a cabo mediante los compromisos que realizamos con Dios, con otra gente, con el forastero y con nuestra comunidad.

Los fi eles guardan las promesas del Pacto Bautismal en su peregrinar cristiano de vida y de fe. Estas promesas cubren toda la vida. Forman parte del caminar diario. ¿Cómo comparto mi vida de fe con otros? ¿Cómo nos mantenemos en oración y observamos la presencia de Dios? ¿Cómo nos comprometemos en obras de servicio, reconciliación, justicia y respeto en nuestro vivir diario? Estas son las preguntas personales de nuestro Pacto.

El Pacto pertenece también a toda la comunidad cristiana. Realizamos juntos esas obras y esas promesas. Ellas dan forma y fi nalidad a la vida de la congregación. En concreto, nos recuerdan que somos una iglesia convocada por Dios a realizar una misión de reconciliación. Nuestro fi n y vocación se refl ejan en esas promesas. No hay nada complaciente o monótono en ellas. Manifi estan una iglesia vibrante y abundante en evangelismo, oración y servicio.

Hoy toda congregación ha sido llamada a adoptar una postura misionera. Tal postura demanda un entendimiento claro de la llamada, identidad y contexto singulares de la congregación local. También demanda visión, estrategia y un plan para el futuro.

Otros testimonios

No recuerdes los pecados de mi juventud…

Apuesto a que todos recordamos los pecados de nuestra juventud. Pecados cometidos por ignorancia o por exceso. Pecados contra Dios, contra nosotros mismos y contra otros. Perdona mi pecado, porque es grande. Se dice que mirando hacia el pasado se tiene obtiene el mejor tipo de visión. Sin embargo, con frecuencia, la distancia entre las experiencias que se convierten en “lecciones de vida” y las que se convierten en remordimientos, es muy corta. Con buena o mala suerte, somos afortunados si nos damos cuenta de cuánto nos quiere Dios. Oh Señor, recuerda tu amor y compasión, porque son eternos.

8


Puede que nos lancemos a la aventura, pero regresamos al hogar en busca de amor. La juventud es un tiempo de exploraciones y de aventuras que ensanchan la mente; aunque algunas veces, terminemos en soledad y en la miseria, como el hijo prodigo. Muchos jóvenes han abandonado la Iglesia, para no volver. Otros nunca tuvieron una iglesia propia. El Evangelio nos pide que abracemos a quienes se han extraviado, animemos a quienes han permanecido con nosotros, y ofrezcamos hospitalidad al forastero. Nuestras iglesias se transforman cuando dan un caluroso “¡Bienvenido a su casa!”

…Recuérdame según tu amor.

- A. Bowie SnodgrassEditor de contenidos para Internet en la Ofi cina de Comunicaciones

de la Iglesia Episcopal

En cierta ocasión un hombre fue a visitar Mahatma Gandhi para pedirle consejo sobre un asunto que le preocupaba. Éste escuchó con atención y luego ofreció su opinión. Unos días después, el mismo hombre se encontraba casualmente de nuevo en compañía de Gandhi y presentó el mismo asunto que ya había planteado la vez anterior. Gandhi habló de nuevo. Tras escucharle, el hombre intervino asombrado: “La primera vez que hablamos me dijo algo totalmente diferente. ¿Por qué ha cambiado de opinión?”. Gandhi contestó: “Desde la última vez que le vi, he aprendido algo nuevo”. Esta historia ilustra cómo cada uno de nosotros puede ver las cosas de una manera diferente y cómo podemos llegar a entendimientos distintos, debido a que hemos aprendido algo nuevo.

En la narración del Arca de Noé, vemos a Dios, el gran Yahvé, el Dios de nuestros antepasados Abrahán y Sara, como un Dios vengador, un Dios de juicio aterrador. En esa historia, como Dios está disgustado con los que habitan su creación, promete exterminarlos y comenzar de nuevo. Sin duda alguna, se trata de una de las historias más trágicas de la literatura bíblica. Imaginarnos que todo el mundo es destruido, excepto un hombre y una mujer, un macho y una hembra de todas las especies animales, es mucho más trágico que los desastres recientes que han abatido a la tierra, pues hoy estamos aún vivos y podemos contemplar esas tragedias en la televisión y tener noticia de ellas en los periódicos. Para Noé, su esposa y las criaturas

9


que les acompañaban, no hubo más documentación que la propia devastación, que creyeron obra de un Dios vengativo.

En la narración del bautismo de Jesús, vemos al mismo Dios de una manera diferente. Según su propia revelación, nos ha dado a su amado Hijo, y los pecados del mundo son lavados no con aguas devastadoras, sino en las aguas del bautismo y de la redención. Hemos podido contemplar algo nuevo y entender a Dios de una manera nueva. Por ello, esta revelación es del Nuevo Testamento, y lo que antes percibimos como ira y odio ahora lo contemplamos como la dulzura y amor de la redención de la creación de Dios. Si todos nacemos en Cristo, entonces en la redención del bautismo de Jesús todos somos limpiados y creados nuevamente.

Hemos llegado a ver y comprender algo nuevo porque hemos aprendido algo nuevo.

- Thomas K. ChuDirector de Programa y Ofi cial de Ministerios de Recursos

de los Jóvenes, de la Iglesia Episcopal

Oh Dios de suave fortaleza, tu amor me abraza.Con la seguridad de tu cuidado mi corazón descansa tranquilo.

Tus aguas de renacimiento nos reclaman para ti.Como miembros de un cuerpo, nunca estaremos solos.

Y cuando los retos de la vida eclipsen nuestras mentes con dudas,Que la santa sabiduría lance una llama que disipe las tinieblas.

¿Adónde conduce el peregrinaje? El camino puede estar oscuro.Pero la promesa de cosas no vistas hará nuestro caminar seguro.

- Patricia B. Clark (1995)

10


Actividades sugeridas

Pista primera – Bienvenida e incorporación

Contar nuestras historiasEl Pacto Bautismal (Libro de Oración Común, pp. 224-225) es el corazón y centro de nuestra fe y vida cristiana. Describe el pacto que Dios establece con nosotros y que nosotros hacemos con Dios. Una de las promesas se centra en la bienvenida e incorporación de la gente en la comunidad de fe: “Proclamarás de palabra y de obra las Buenas Nuevas de Dios en Cristo?” Proclamación, invitación y bienvenida, forman parte del pacto que establece nuestra respuesta a la iniciativa divina.

Dios toma la iniciativa en nuestras vidas y nos llama al auténtico amor de Dios. Dios es nuestro compañero, guía y amigo, mientras caminamos el camino de fe y de vida. Es importante que refl exionemos sobre este peregrinaje. Por lo tanto, debemos contarnos unos a otros nuestras historias de fe y también a quienes damos la bienvenida a la comunidad. Para este Primer Domingo de Cuaresma, use la actividad de las historias de fe como una manera de estimular otras historias de fe en su congregación.

Instrucciones

Presente el tema de este domingo: Historia de fe.Use la guía: “Cómo contar su historia de fe”(acto seguido), tenga dos personas listas para contar su historia de fe al grupo.

Refl exionen sobre la experiencia de contar y escuchar las historias de fe.

Si lo permite el tiempo, deje que los participantes empiecen a trabajar en sus historias. Fije otro momento para volver a reunirse para contar las historias.

11


Preparados para contar su historia de fepor Charles Fulton y Susy Miller

Trace una línea en un papel indicando en los extremos las palabras: nacimiento y presente.

Línea de tiempo:

Nacimiento__________________________________________Presente

Marque en esa línea, por año, los eventos que signifi caron un cambio en su vida.

Sobre la línea indique el contexto en que ocurrió el cambio. ¿Qué más sucedía en su vida en esos momentos?

Bajo la línea describa si en ese momento tenía conciencia de que Dios estaba presente o ausente en su vida.

¿Cómo sentía a Dios en ese momento crucial: confortando, animando, provocando, tentando, amando, ofreciendo...?

Mire toda la línea y todos los cambios importantes marcados en ella. ¿Nota la existencia de algún modelo o patrón común en esos momentos de cambio? ¿Qué provoca esos cambios en su vida? ¿Hay alguna razón? ¿Nota también algún modelo o patrón en cómo se realiza el amor de Dios en su vida?

Imagínese que cuenta su historia de fe a alguien, indicando qué parte decisiva juega Dios en su vida, y cómo ha llegado a reconocer esa presencia de Dios en su vida. Cuéntese a sí mismo esa historia y luego cuéntesela a otro y observe el efecto que causa.

Cuente su historia a alguien de fuera de su comunidad de fe.

Mirando hacia el futuro, comprométase a invitar a Dios en su vida, y prometa llevar el evangelio a otras personas.

•

•

•

•

•

•

•

•

12


Pista segunda – Cómo anunciar su congregación

Sólo añada aguaLas lecturas del Leccionario de esta semana enfatizan los temas del bautismo y la llegada de las mareas. Verdaderamente, las últimas experiencias y las imágenes televisivas de los recientes huracanes y el tsunami de 2004, hacen del diluvio de Noé una historia mucho más creíble.

Vivimos diariamente también con otra clase de inundación: la imparable descarga de anuncios y mensajes de los medios de comunicación. Somos conscientes de la molestia que provocan los aparentemente interminables torrentes de anuncios televisivos, algunos de los cuales duran hasta 30 segundos, con un coste por encima de $500.000 durante las horas punta. Las circulares se caen de los periódicos. Por ejemplo, un anuncio de una página completa en dominical del New York Times cuesta de $154.000 para arriba. En email recibimos spam no deseado y cuando estamos viajando por Internet constantemente nos asaltan los anuncios (pop-ups), sin que podamos controlar su aparición. Por teléfono se nos bombardea también con anuncios pregrabados (voicemail).

La venta de publicidad es un gran negocio. Según la Newspaper Association of America, en Estados Unidos se gasta anualmente por lo menos $245 billones en anuncios. Este fenómeno forma parte de una cultura de consumo dada al exceso y que tiene una constante necesidad de escrutinio moral y de evaluación.

En esta mezcla sofi sticada de medios de comunicación social, ¿cómo logra la Iglesia Episcopal la atención de sus vecinos, de tal manera que la buena noticia de sus ministerios pueda ampliarse?

De hecho estos retos no son tan difíciles de superar. El primer paso se da con autenticidad y estableciendo conexiones, con planifi cación y ejecución, y –muy importante– con relaciones personales cercanas, persona a persona. Nada puede sustituir a una invitación personal.

Cualquier congregación, que quiera ampliar su evangelización, usando anuncios y otras estrategias de comunicación, puede empezar dando estos pasos prácticos:

13


1. Lo mejor es un enfoque integral. Desarrolle para su congregación un plan completo de comunicación que incluya entre otros componentes no sólo anuncios sino también publicaciones, página de Internet, señales, relaciones con los medios de comunicación, planifi cación de crisis, fotografía y grabado digital. (Vea el ejemplo de un plan en www.episcopalchurch.org/documents/GW CommunicationAdvertising.pdf).

2. Desarrolle el plan en grupo, tal vez en un grupo de trabajo de la junta parroquial o del comité del obispo. Comparta las ideas y las responsabilidades.

3. Abra un Sitio-web y actualícelo diariamente. Toda congregación interesada en evangelismo y crecimiento comprenderá que un Sitio-web es tan importante para la vida de la parroquia como contar con un teléfono en la ofi cina. Cada día más congregaciones informan que nueva gente les visita porque han visto la iglesia local anunciada en Internet.

4. Estos pasos dan por entendido que los ministerios parroquiales semanales son fuertes y atractivos, y que la congregación es verdaderamente hospitalaria y dispuesta a recibir a los visitantes (vea los recursos relacionados de Groundwork en Internet). Si necesita trabajar más en este campo, antes de anunciarse amplíe y afi rme sus formas de bienvenida.

5. Ahora considere las siguientes preguntas sobre anuncios, señales, mercados y otras estrategias indicados en esta guía:

¿Debe una congregación anunciarse? La respuesta es, sí. Idealmente, en el presupuesto de la parroquia se debe incluir dinero para cubrir los gastos de incluirse en listados de directorios telefónicos, en páginas amarillas, y un anuncio en el periódico local, indicando los horarios de los servicios, la dirección de la parroquia, teléfono y el Sitio-web. Esto es lo básico. Más tarde se puede pensar en otros anuncios impresos y digitales.

14


¿Cuál es la mejor manera de anunciarse? Es usted. No hay sustituto para una invitación personal a la vida de la congregación local. Practíquela y verá lo que sucede.

6. Haga una valoración realista de su congregación –sus fuerzas y fl aquezas– y de su vecindario.

Tarea: Forme un Grupo de Trabajo de Comunicaciones en su congregación, y prosiga consultando a clérigos y seglares, empleados o voluntarios, así como a su junta parroquial o al comité del obispo.

Pista tercera – Pactos y compromisos

Promesas de Dios y promesas nuestras: vivir el Pacto BautismalDios nos ha hecho promesas y nosotros a él. El Pacto Bautismal es expresión y símbolo de esas promesas y de nuestra relación con Dios. El pacto y las promesas a los que se refi ere la pista de esta semana, se centran en las aguas, en la relación y en las promesas del Santo Bautismo. En esta Primera Semana de Cuaresma, examinamos el Pacto Bautismal y consideramos qué es lo que cumplimos mejor y qué es lo que más descuidamos en el Pacto Bautismal.

La oración y aprendizaje de esta semana puede que incluya la reafi rmación del Pacto Bautismal.

1. Empiece por compartir experiencias del Santo Bautismo (del suyo o el de otra persona).

2. Continúe refl exionando sobre la oración de la bendición del agua (Libro de Oración Común, pp.226-227). He aquí alguna de las preguntas que pueden hacerse:

¿Cuáles son las imágenes del agua y las historias descritas en esa oración?

¿Qué dones se mencionan como dados por Dios a través de esta agua de gracia?

¿Cuáles son las promesas de amor que Dios nos hace?

15


3. Ahora regrese al Pacto Bautismal (Libro de Oración Común, pp. 224-225).

Lea en voz alta las tres primeras preguntas sobre confi anza… “Crees en Dios Padre… en Jesucristo, el Hijo de Dios… en Dios el Espíritu Santo…?” Enfatice que estas tres promesas tratan más de relaciones y confi anza que de doctrina y asentimiento intelectual.

Céntrese en estas preguntas:

¿Cómo ha experimentado a Dios, como Padre/Creador; Hijo/Redentor; Espíritu/Santifi cador, en su vida y/o en la vida de la Iglesia?

En su peregrinaje de fe, ¿cuándo ha encontrado que el confi ar resultaba accesible, y cuándo se ha convertido en un reto?

¿Cómo ha resultado fortalecida y/o desafi ada la confi anza en su propia congregación o en la comunidad de fe?

Céntrese en las cinco promesas del Pacto Bautismal de la siguiente manera.

Léalas seguidas y en voz alta.

Hablen sobre esta pregunta: “¿Qué palabras o frases le producen más impacto en su peregrinaje de fe?”

Tome cada una de las cinco promesas y examínelas de estas dos maneras:

¿Cómo observamos esta promesa en nuestra vida personal, como creyentes y como discípulos?

¿Cómo observamos esta promesa en nuestra comunidad de fe?

4. Concluya la conversación con la siguiente oración, algo retocada, del servicio del Santo Bautismo (Libro de Oración Común, p. 228):

16


Padre celestial, te damos gracias porque por medio del agua y el Espíritu Santo has otorgado a tus siervos el perdón de los pecados, y nos has levantado a la nueva vida de la gracia. Susténtanos, oh Señor, en tu Santo espíritu. Danos un corazón para escudriñar y discernir, valor para querer y perseverar, un espíritu para conocerte y amarte, y el don del gozo y admiración ante todas tus obras. Amén.

17


Cuaresma II – Vivir la promesa del Evangelio

Sagrada Escritura

Génesis 22:1-14

Salmo 16

Romanos 8:31-39

Marcos 8:31-38

Introducción

En el Segundo Domingo de Cuaresma nos enfrentamos a una terrible narración. ¿Cómo podemos entenderla? Sin embargo, ahí la tenemos: la historia del padre Abrahán del Génesis llevando a su muy esperado y amado hijo Isaac al sacrifi cio. Da testimonio de la profunda fe y confi anza de Abrahán en Dios. Aunque esta narración repugna a nuestra sensibilidad moderna, ahí tenemos a Abrahán, dispuesto a ofrecer y sacrifi car a su propio hijo. Dios se da cuenta de ello y no

Tema: ¡Qué amor nos otorga Dios! Es amor verdadero, amor substancial, amor de sacrifi cio. Dios da a su propio hijo, Dios se da a sí mismo. La Buena Nueva del Evangelio es que este amor dado libremente es fuerte y eterno. Pablo presenta la Buena Nueva de esta manera en la lectura de hoy de la carta a los romanos: “Ni la muerte ni la vida ni los ángeles ni los principados ni lo presente ni lo futuro ni las potestades ni la altura ni la profundidad ni otra criatura alguna podrá separarnos del amor de Dios…” (Romanos 8:38-39). Este amor es el fundamento de nuestras vidas como creyentes. Es también el corazón de la vida de una congregación. Cualquier cosa que una congregación sea y haga debe manifestar ese amor y generosidad. ¿Cómo, pues, amamos? ¿ Entonces, cómo damos? ¿Cómo vivimos la Buena Nueva de que este amor es para todo el mundo, en todas partes? La promesa de Dios de un amor reconciliador no se puede romper, e incluye a todo ser humano. No se excluye a nadie.

18


pide el sacrifi cio. No, Dios provee un carnero.

La historia de la ofrenda y amor sacrifi cial puede repugnarnos e incluso ofendernos. El discípulo de Jesús, Pedro, no quiere aceptarla. En la lectura del Evangelio, Jesús cuenta a sus seguidores sobe su propio sacrifi co de amor. Implicará sufrimiento, sacrifi cio, rechazo y muerte. Pedro rechaza eso, pero Jesús, con las palabras más fuertes, le dice a él y a sus discípulos que esa es la única manera de amar y de servir. Todavía pide más: “Si alguno quiere ser mi discípulo, niéguese a sí…mismo, tome su cruz y sígame…” El amor y generosidad del Evangelio han de ser también forma de vida para los discípulos de Jesús.

Tal amor y generosidad son poderosos. Pablo describe su carácter y efecto dinámicos cuando escribe la Carta a los Romanos. “Nada en toda la creación… podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús Señor nuestro”. Este amor y generosidad son tan fuertes que ningún otro poder puede vencerlos. En ellos tenemos nuestras raíces; nos rodean en nuestro vivir, en el morir y en la vida por venir. Son tan fuertes que abrazan a todo el mundo.

Las lecturas del Segundo Domingo de Cuaresma proclaman valientemente un Evangelio de amor y generosidad divinos. Narran el pasaje del sacrifi cio del mismo Hijo de Dios con el fi n de reconciliarnos con Dios. Ese pasaje es la base de la fe y esperanza de Pablo de que nada podrá separarnos del amor de Dios. Pablo, que en otro tiempo persiguió a los seguidores de Cristo, experimentó el perdón encarnado en ese pasaje. El pasaje nos invita también a amar y a dar. El modelo de la cruz es el modelo de nuestro amor y generosidad.

En las lecturas de este Segundo Domingo de Cuaresma surgen importantes preguntas para nosotros y para las congregaciones. ¿Cómo amamos? ¿Cómo damos o nos entregamos? ¿Cómo recibimos a los demás? ¿O cómo los incluimos? Como creyentes se nos pide que vivamos vidas en forma de cruz. Parte de nuestra transformación implica sacrifi cio, generosidad y servicio. Se nos ha demostrado compasión y se nos llama a que seamos compasivos. Se nos llama a encarnar y proclamar esa compasión.

Las congregaciones tienen que encarnar también esa compasión, ese sacrifi cio y ese servicio. Somos representantes de Dios en el mundo.

19


Una señal poderosa de la calidad de nuestra compasión y servicio son nuestras relaciones dentro de la propia comunidad. Cuanto más intencionales seamos en nuestra conducta y compromisos mutuos como miembros de la congregación, más poderoso será el testimonio que demos del amor de Dios. Toda congregación, grande o pequeña, urbana, suburbana o rural –toda congregación–, debe ejercer un servicio compasivo. Puede adoptar muchas formas y manifestaciones, pero la cruz siempre se ha de manifestar. La compasión abarca a todo el mundo, como lo hizo Jesús cuando “extendió sus brazos amorosos sobre el cruel madero de la cruz, para estrechar a todos los seres humanos en su abrazo salvador...” (Libro de Oración Común, p.64).

Otros testimonios

Nada nos puede separar del amor de Dios. Esta es una afi rmación fundamental en el Cristianismo, sin embargo, muy difícil de encarnar. Permitimos que muchas cosas se interpongan en nuestro camino a la hora de oír y comprender que esa verdad es el verdadero centro de nuestro ser.

Con frecuencia nos permitimos el lujo de valorar, si merecemos que nos amen, en base a nuestro trabajo, sueldo, vestido y el tamaño de nuestras casas. Nuestro valor se mide por los coches que conducimos, la cantidad de trabajo que desarrollamos, los hijos que hemos criado y cómo decoramos nuestras casas. Al fi n del día, todas estas medidas de lo que valemos nos dejan con un sentimiento de inseguridad o como si no hubiéramos trabajado lo bastante.

Me doy cuenta que, cuando estoy más ocupado y estresado, me es más difícil detenerme para conectarme con el amor de Dios. Este amor me hace caer en la cuenta de que quien soy y lo que hago es sufi ciente para el Rey de Reyes. Hay que disponer de tiempo, silencio y espacio, para respirar y escuchar el susurro de las amables palabras de Dios y su profundo amor hacia mí y mi familia.

Cuando verdaderamente sé y creo que soy importante ante Dios y que Dios habita en lo más profundo de mi alma entonces no tengo miedo de fallar o ser considerado en menos. No tengo miedo de ser como Dios me ha creado: totalmente amable y amado.

20


La iglesia con frecuencia puede refl ejar el descontento de la sociedad hacia la gente. Siempre estamos pidiendo más voluntarios, más maestros para la escuela dominical, acólitos, miembros para la sociedad del altar y consejeros para la juventud. No se trata de que esos ministerios no sean importantes y satisfactorios. Sin embargo, para la gente que llega el domingo a la iglesia, en busca de un lugar tranquilo y que permita acercarse a lo divino, el pensamiento de que son inadecuados pueden brotar allí mismo en la iglesia. Las mañanas de los domingos pueden ser vividas como otro momento más en el que no damos la medida.

Durante la Cuaresma, con frecuencia renunciamos a algo o emprendemos algo que nos cuesta. Tal vez la Cuaresma debiera consistir en seis semanas de pausa para silenciarnos y escuchar el aliento de Dios, que nos llama como a hijos amados. Si nos viéramos desde una perspectiva divina ¿qué cambiaríamos en nuestras vidas o en lo que deseamos lograr? Tal vez nos portáramos verdaderamente como si creyéramos que somos más que idóneos y profundamente amados.

- Betsy BoydOfi cial para los Ministerios con Jóvenes en la Iglesia Episcopal

Nada en esta tierra, o en el cosmos o en los secretos y oscuros lugares de nuestros corazones, nos puede separar del amor de Dios.

Escuchamos cómo este Domingo explica Pablo la buena nueva a los romanos: “Pues estoy seguro de que ni la muerte ni la vida ni los ángeles ni los principados ni lo presente ni lo futuro ni las potestades ni la altura ni la profundidad ni otra criatura alguna podrán separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús Señor nuestro”.

Hay profunda esperanza y perdón en las palabras de Pablo. Pablo sabe desde lo más profundo de su ser lo que signifi ca ser perdonado. Pablo sabe lo que signifi ca esa experiencia transformante.

El que antes se llamaba Saulo tenía el trabajo de perseguir a los cristianos. Su linaje de judío, su membresía en la tribu de Benjamín

21


y su obligación como buen ciudadano romano, le indicaban que la única manera de lidiar con estos seguidores de Cristo era hacerlos prisioneros y matarlos. Creía que obrando así era un fi el judío que había discernido la voluntad de Dios y la estaba cumpliendo.

Y sucedió que un día, el evangelio vivo le golpeó y le dejó ciego, camino de Damasco, y quedó transformado. No volvió a obrar ya según los dictados del mundo. Así, sabe lo que dice cuando insta, a los hermanos y hermanas romanos, a que presenten sus cuerpos como un sacrifi cio vivo y les pide que se transformen (Romanos 12:1-8).

Sabe que el evangelio no cambia sólo nuestra manera de pensar. Lo que nos da no es un sistema intelectual nuevo. Sino que cambia la manera de percibir del mundo. Nos da un fi ltro nuevo, una lente nueva.

Y entonces el poder del evangelio continuamente limpia la lente y la enfoca, y ahora vemos el mundo y las comunidades en que vivimos a través de la lente del evangelio. Empezamos a darnos cuenta de que, si permitimos al evangelio transformarnos, nunca podremos estar de acuerdo con el mundo, no podremos responder a las demandas, a las reglas del mundo, a las expectativas y suposiciones del mundo.

Si escuchamos, el evangelio nos transforma en una comunidad de creyentes que se planta entre el reino de los cielos y el reino del mundo. Es una comunidad que debe ser brutalmente honesta en discernir, no si se encuentra Dios con ella, sino si la comunidad se encuentra del lado de Dios.

Aquel día en el camino de Damasco, Pablo oyó una voz que le llamaba por su nombre, una voz que reconoció ser la de Jesús. Quedó ciego al constatar cuán profundamente era amado, a pesar de todo lo que había hecho a los seguidores de Jesús.

- (Rvda.) Mary Frances SchjonbergCorresponsal Nacional, Servicio de Noticias Episcopal

Nos acercamos a Dios cuando estamos muy oprimidos,

22


oramos a Dios buscando socorro, paz y alimento,misericordia para los enfermos, los pecadores o los muertos.Todos hacemos esto, los cristianos y los no creyentes.

Nos acercamos a Dios, cuando Dios está apenado.Le encontramos pobre y despreciado, sin hogar o sin pan,aplastado por el peso de los malos, de los débiles, de los muertos;el cristiano está al lado de Dios cuando se apena.

Dios se acerca a todo el mundo cuando estamos oprimidosalimenta al cuerpo y al espíritu con el pan de Dios.Por los cristianos y los paganos Dios cuelga muerto,y perdona lo mismo a ambos.

- Dietrich Bonhoeffer


Pista primera – Bienvenida e incorporación

El amor de Dios es real y poderoso. Es tan fuerte que “nada puede separarnos del amor de Dios en Cristo Jesús”. Este amor quedó manifi esto en el abnegado y sacrifi cado amor de la cruz. Jesús extendió sus brazos sobre la cruz para recibir, estrechar y abrazar a la humanidad en el amor de Dios. Jesús también pide a los que le siguen que carguen con su cruz y le sigan.

La actividad de Bienvenida e incorporación para este Domingo de Cuaresma nos ayuda a refl exionar sobre cómo abrimos nuestros brazos con el mismo amor manifestado en la cruz. ¿Cómo recibimos e incluimos a los demás? ¿Cómo nos distanciamos o les excluimos? La actividad de “inclusión/exclusión” ayuda a colocar la cruz como centro de nuestra vida congregacional y de evangelismo.

Instrucciones

Prepare y participe en el juego simulado, “Experiencia de Inclusión/Exclusión”.

Refl exione y tome apuntes sobre la experiencia.

23


Experiencia de Inclusión/Exclusión:

Toda congregación sabe lo que quiere y no quiere en su congregación. Para lograrlo se utilizan medios sutiles de conducta que a veces son inconscientes. Para dar la bienvenida a los visitantes, debemos hacer conscientes esos comportamientos y saber cómo intervenir cuando estamos utilizándolos. El siguiente ejercicio es un mecanismo para la detección fragrante de esos comportamientos, por medio de un juego simulado, muy breve (dura un minuto):

Use un encerado o papel para escribir las indicaciones.

Forme grupos de seis personas y nombre a cada una del 1-6.

Los números 1-2-3 inician una conversación sobre un tópico cualquiera.

El número 4 trata de entrar en la conversación de cualquier modo que le sea posible.

Los números 1-2-3 hace todo lo posible –excepto el uso de violencia– para evitar que el número 4 participe de la conversación.

Los números 5-6 observan sin intervenir. Todo lo que tienen que hacer es observar la conducta y los gestos de los participantes.

El ejercicio debe durar sólo un minuto.

El grupo refl exiona sobre el ejercicio:

¿Cuántas veces el número 4 pudo intervenir en la conversación?

Observe que la conducta de rechazo es algo arraigado y que no es necesario aprender.

La conducta de rechazo es más común y arraigada que la conducta de bienvenida y aceptación.

Esta cultura nos enseña a rechazar, no a incluir.

Pregunte al número 4 lo que sintió al ser rechazado y

24


cómo se hubiera sentido si el ejercicio hubiera durado cinco minutos.

Pregunte a los números 1-2-3 qué experimentaron al rechazar conscientemente a alguien, y sobre todo tratando de hacerlo con ahínco.

Pregunte a los números 5-6 que indiquen la conducta y gestos que observaron en los participantes y qué experimentaron al observarlo.

Pista segunda – Cómo anunciar su congregación

Sacrifi cio y servicio

Este módulo, que ofrece ejemplos de diseños de anuncios efectivos y la mejor manera de usarlos, se encuentra en Internet en www.episcopalchurch.org/adcollaborative.

Se puede descargar una presentación en PowerPoint para verlo.

Pista tercera – Pactos y compromisos

Nuestra propia experiencia de un amor reconfortante dentro de la congregación, es la que nos impulsa a llevar ese mismo amor a otros. La calidad de nuestra vida congregacional aumenta muchísimo cuando hacemos explícitas las intenciones, que yacen en nuestro corazón, de encontrar para otros un puesto en nuestra congregación.

Establezca normas de conducta

Reunidos en pequeños grupos, pida a la gente que identifi quen aquello que más les molesta de las reuniones y cómo en la congregación se relacionan unos con otros.

Reúnanse todos para escuchar los informes de los grupos. Evalúe y sopese en las listas los 10 puntos que le parezcan más importantes. Ponga, usando un lenguaje positivo, los 10 primeros. Por ejemplo, cambie: “La

25


gente siempre llega tarde a las reuniones de la Junta Parroquial” por “ Las reuniones de la Junta Parroquial empezarán en punto”.

Recuerde, la conducta que mejor puede controlar es la de usted mismo. Usted no puede imponer normas a otros; puede invitar a gente a observarlas. La mejor manera de lograr esto es invitando a los grupos a que sigan ellos mismos este proceso.

Incluso después de haber logrado un compromiso hacia una normas, han de ser aceptadas e impuestas por el grupo. Se debe llamar la atención del incumplimiento de las normas e invitar a que se cumplan (al principio con amabilidad).

Cree un Contrato de membresía para su congregación

Reunidos en pequeños grupos, pida a la gente que identifi que y apunte las mejores experiencias de haber sido querido por la congregación, tales experiencias pueden ser reales, imaginadas o que se deseen lograr.

Escuchen todos los informes de los grupos y recójanlos por escrito.

Que cada uno aporte lo que se le ocurra, con la idea de recopilar una lista de “ocasiones en que la congregación pueda dar respuesta a sus miembros” (nacimientos, bautismos, confi rmaciones, bodas, graduaciones, enfermedades, hospitalizaciones, pérdidas de empleo, divorcios, mudanzas y transferencias, jubilaciones, etc.).

En pequeños grupos, destile la lista para obtener las acciones y respuestas que usted pueda ofrecer y desee para los miembros de la congregación.

De nuevo, reúnanse todos para escuchar los informes y lograr consenso.

Recuerde, usted no espere recibir lo que usted mismo no está dispuesto a ofrecer a otros en su congregación.

26


Cuaresma III — Entendiéndolo mal . . .

Sagrada Escritura

Éxodo 20:1-17

Salmo 19:7-14

Romanos 7:13-25

Juan 2:13 -22

Introducción

Las Escrituras para Cuaresma III son conmovedoras y poderosas. La lectura del Éxodo nos muestra el corazón de la alianza de Dios con su pueblo. He aquí 10 Mandamientos, 10 formas de vivir, para que los seres humanos puedan estar unidos a Dios. Forman un tejido de vida enfocado en Dios. Muestran qué es lo central y qué lo que debe ser evitado. Son la “Ley”, el fundamento de la relación con Dios y con los demás, así como el patrón para una vida con fi delidad. Estos mandamientos manan del amor y la redención que Dios siente por el

Tema: ¿Qué estamos llamados a ser? ¿De qué manera estamos llamados a vivir? Estos son interrogantes para cada uno de nosotros y para nuestras comunidades de fe. Nos esforzamos por mantener una fe y vivir una vida que refl ejen nuestras creencias. Algunas veces tenemos éxito y otras nos quedamos cortos. Algunas veces lo entendemos mal, otras lo entendemos bien. Hay cosas en nuestras propias vidas que nos retienen. También en la vida de la congregación existen cosas que nos alejan de la claridad y la efi ciencia para cumplir la misión. Algunas veces colocamos asuntos superfi ciales en la lista de prioridades de nuestra iglesia. Incluso en la comunidad religiosa creamos ídolos. El mensaje central del Evangelio, y los propósitos principales de la Iglesia, pueden verse oscurecidos en el discurrir de la vida en la iglesia. Podemos llegar a entenderlo todo terriblemente mal. Hemos de limpiar nuestros templos.

27


pueblo de Dios. Él los sacó de la esclavitud en Egipto y ahora Dios los invita a caminar hacia esa redención, honrando a Dios ante todo, y viviendo unas vidas basadas en la fe, el respeto y la honestidad. La ley es un don.

Aún así, hay un problema. La gente entiende mal. Los seres humanos se quedan cortos. Tenemos otros dioses, otras cosas a las que nosotros damos un gran valor, incluso el más alto. Eludimos la renovación y regeneración que supone el tiempo dominical. Nos entregamos a la acumulación de cosas y no somos honestos con nosotros mismos. Nos enfadamos. Nos quedamos cortos. El apóstol Pablo era dolorosamente consciente de esto. El pasaje de esta Carta a los Romanos, que leemos en este Tercer Domingo de Cuaresma, ofrece su refl exión sobre esta realidad. El Señor sabe que él lo ha intentado. Ha intentado vivir la ley y los mandamientos, pero no ha logrado todo lo que hubiera esperado lograr. Muy a menudo, no comprendió bien lo principal: entendiéndolo todo terriblemente mal. Muy a menudo, colocó lo secundario por delante de lo prioritario. Presenta una sincera pregunta: “¿Quién me rescatará de esto...?” A esto, sigue su reconocimiento: “¡Demos gracias a Dios a través de Jesucristo nuestro Señor!” Se trata del amor de Dios.

La lectura del Evangelio de este Domingo de Cuaresma cuenta una historia desafi ante. Un Jesús ardoroso y enfadado entra en el templo de Jerusalén, la propia casa de Dios, derribando los muebles y echando fuera a la gente. Se nos pinta un Jesús completamente distinto del gentil y compasivo que vemos normalmente. Como fuere, se comporta así por una razón muy importante. Está “celoso” de la casa de Dios. Ama la devoción y los propósitos de Dios, que se refl ejan en el lugar más sagrado de todos; y ve que la devoción y los propósitos se están oscureciendo terriblemente. Los asuntos secundarios han sustituido a los principales. El propósito más importante del Templo es la adoración y el mantenimiento de una relación con Dios y su amor. Eso ha sido oscurecido, y se ofrecen otras cosas en su lugar. Jesús quiere limpiar el templo, de manera que el propósito y la misión principales puedan ser restaurados, de manera que la gente pueda entenderlo correctamente.

Lo hemos entendido mal. No hemos sabido llegar al amor y la gracia de Dios. Vamos a tal velocidad, nos dejamos consumir por tantas

28


cosas. Buscamos a Dios y queremos unirnos a Dios pero, por algún motivo, nos damos la vuelta. El lamento de Pablo es el nuestro: “No hago lo que quiero, sino que hago justo lo que odio”. Jesús nos ofrece la gracia purifi cadora del amor y la presencia de Dios, ofreciendo a nuestras almas nuevos comienzos, nueva vida.

Las congregaciones también lo entienden mal, se quedan cortas. No captamos el punto principal. Nuestro trabajo primordial, nuestra misión, es “restaurar a todos los pueblos a la unidad con Dios y unos con otros en Cristo” (Libro de Oración Común p.747). Esto puede llegar a oscurecerse y la vida en la iglesia puede llenarse con muchas otras cosas. Uno de los asuntos más importantes hoy para las congregaciones es cómo enfocarnos en lo que es esencial para nuestra misión. Esto requiere una consideración cuidadosa sobre el núcleo y el propósito centrales de una congregación y su ministerio. Signifi ca que tenemos que echar un vistazo largo y profundo a nuestra vida congregacional. Tenemos que pulir algunas cosas. Hay que enfatizar otras. Y debemos iniciar otras.

Cuando como congregación damos la bienvenida a nueva gente, en una forma que les resulta genuina, estamos mostrando que comprendemos lo importante que para nuestra misión son las relaciones con los demás. Unas estrategias claras y a la hora de invitar y luego de comprometerse en iniciar relaciones con la gente nueva, son el comienzo de esa misión de restaurar a todos los pueblos.

Otros testimonios

Las palabras del Éxodo hablan al corazón del latino: “Soy el Señor tu Dios que te ha sacado de Egipto, donde erais esclavos”.

Este es el Dios en el que creen y con el que conectan los latinos –un Dios presente entre el pueblo de Dios. Dios camina con ellos y es compasivo, sintiendo su dolor y sufrimiento. Desde la conquista, hace más de 500 años, los latinos han experimentado opresión, abuso por parte de quienes estaban en el poder, hasta el grado de esclavitud. Los latinos han pedido socorro– y en esta experiencia han sido escuchados por Dios, igual que a los israelitas cuando eran esclavos en Egipto.

29


Frecuentemente, los latinos han dejado sus países de origen, sus hogares y familia, en busca de libertad económica y libertad de expresión. Cuando llegan, van a la iglesia porque, para la mayoría de ellos, Iglesia signifi ca Dios. La iglesia es donde esperan encontrar un hogar y una familia en esta tierra extranjera. Vienen para conectar con Dios, que ha sido su esperanza y les ha dado el valor durante todo el viaje. Tristemente, la iglesia no ha sido siempre receptiva a su presencia. La iglesia se debate intentando hacer lo que es correcto, como san Pablo nos describe tan bien, en sus palabras a los romanos.

Jesús limpia el templo, al tiempo que reacciona a las injusticias, que para él se evidencian en los cambiadores de dinero. Como los cambistas en el Templo, la iglesia se convierte en parte de la institución de la opresión, cuando se implica con el poder económico que oprime a la gente que va a la iglesia a encontrar a Dios.

- (Rvdo.) Anthony GuillénMisionero para los Latino/Hispanos de la Iglesia Episcopal

¿Cuál es la mejor manera de vivir? Muchos de nosotros estamos hambrientos de una respuesta. Hambrientos de inclusión, de ser conocidos y ser amados. Olvidamos que somos los amados de Dios, y le damos la espalda, para confortarnos y dejar que nos llenen las variadas distracciones que provee nuestra cultura. Alabamos al dios del obcecado individuo, como si no perteneciéramos a nadie y no tuviésemos responsabilidad alguna hacia quienes nos rodean, o hacia Dios mismo.

Nuestro día transcurre a toda velocidad. Comemos deprisa, conducimos deprisa, hablamos deprisa, respondemos sin haber escuchado; sin ser conscientes de ninguno de los dones que Dios ha colocado en nuestros caminos. La relación a la que nos llama Cristo es una relación llena de gracia abundante e inmerecida. No hay nada que pueda hacer para merecerla. Ni hay nada que pueda hacer para perderla. Cristo me conoce: mi nombre, mi corazón. Lo que más desea Cristo para mí es mi unidad con Dios; que esté reconciliado con Dios y con los demás. Esta es la Buena Nueva.

30


El ser incluido en el tejido de una comunidad de fe puede convertirse en un periodo de crecimiento y de transformaciones profundas. Podemos probar nuevas formas de ser; podemos ser apoyados mientras intentamos seguir el camino que Dios nos pone delante. Como fuere, igual que los discípulos a menudo no captaron el sentido de las enseñanzas de Jesús, así nos pasa a nosotros. Queremos avanzar y deseamos el éxito, defi nido en formas que Jesús nunca defi nió como éxito. Ansiamos el control. Experimentar lo que la vida sería si pusiera toda esa energía en mi dedicación a Cristo, me resulta molesto. Me pregunto cómo sería el calmarme y atender a la presencia de Dios en todas las cosas, cuidar de mí mismo, de mi familia, de mi espíritu.

Tengo una gran esperanza puesta en nuestros lugares sagrados de culto. En el mejor de los casos, ofrecen oportunidades para desacelerar, para renovarse y para ser bendecidos, al margen de lo mal que lo hayamos entendido todo la semana previa o el mes anterior. A ese altar, al que todos somos invitados por Cristo, traemos todo lo que compone nuestra vida: dichas, desafíos, desdichas, celebraciones, dudas y fe. Rememoramos el Cuerpo de Cristo y somos limpiados, alimentados y santifi cados, como así lo son todas las partes de nuestra vida que hemos ofrecido.

Después se nos manda al mundo. Debemos ser personas que recuerdan que somos amados por Dios, acogidos por la gracia de Dios y recuperados para el todo. Debemos esforzarnos para ser ejemplos de la Buena Nueva, por medio de lo que hacemos y decimos. No es fácil trabajar para formar un tejido, con nuestras vidas, centrado en Dios, abiertos a lo desconocido o a lo que el Espíritu Santo coloca delante de nosotros. Requiere coraje el decidirse a seguir a Cristo con una pasión que no sabíamos que teníamos en nuestro interior. Recordemos que Dios nos hizo una promesa, y que Dios ha mantenido su parte del trato.

Que esta Cuaresma permita que capte una chispa de lo que consiste el que Dios sea lo primero, seguirle humildemente y experimentar el reino que nos rodea. Y sea benévolo con usted mismo; después de todo, sólo somos humanos.

- Kesha BrennomMiembro del la Ofi cina Episcopal para los Ministerios Infantiles y de

Educación Cristiana

31


He venido,y no he venido en vano.He venido a barrerla casa del Señor.Limpia, limpia, pues he venido,y no he venido en vano.Con la escoba en la mano,con el ventilador y la bayeta este trabajo haré,y no fallaré,porque he aquí que he venido,y no he venido en vano.

- Himno “Shaker”


Pista primera — Bienvenida e incorporación

Jesús entró en el Templo de Jerusalén, dio vuelta a las mesas de los cambistas de dinero y expulsó a los mercaderes de objetos religiosos. ¿Porqué? Porque lo estaban entendiendo mal. Dios quería que el templo sagrado fuera “una casa de oración para toda la gente”, pero este propósito inicial había sido oscurecido. Jesús realiza esta acción radical para ayudarles a entenderlo bien.

La actividad de Bienvenida e incorporación de este domingo nos pide que entremos en el templo de nuestra propia iglesia. Se trata de un recorrido del edifi co y sus dependencias con un objetivo. Se nos pide que echemos un buen y profundo vistazo a este templo de fe. Se nos pide que abramos los ojos como si fuésemos visitantes que vienen por primera vez. ¿De qué modo invitan nuestros edifi cios? ¿Rechazan a la gente? ¿Por qué están en esa situación? ¿Cómo podemos mejorar la situación? Se pueden encontrar sugerencias de cómo realizar dicho recorrido en www.episcopalchurch.org/growth_4600_ENG_htm

32


Pista segunda — Cómo anunciar su congregación

Mandamientos, pactos y compromisos

El anfi trión de talk-shows David Letterman, en los últimos años, ha llevado el concepto de “Lista de los diez primeros” (“Top 10 List”) a un nuevo grado de importancia, y como una conocida y a menudo humorística parte de su programa nocturno. ¿Cómo respondería Letterman a la pregunta de cuáles son las 10 razones más importantes para que su congregación se anuncie? Pero quizá sea mejor la pregunta: ¿Cuáles cree usted que son 10 razones más importantes por las que su congregación debiera anunciar su misión y ministerios localmente – así como nacional y regionalmente debiera nuestra iglesia anunciar los suyos? Después de desarrollar esta lista, por favor considere y aplique las siguientes líneas de acción que nos ofrece la Ofi cina de Comunicación de la Iglesia Episcopal.

Diez mandamientos para la Comunicación en la Iglesia Episcopal

1. Proveerá mensajes de esperanza y gracia cristianas, atractivos para un amplio rango de gente, en vez de mensajes de auto-promoción institucional.

2. Creará un equipo de comunicación parroquial/diocesano y apoyará su trabajo con diligencia.

3. Proyectará por escrito un plan anual e integral de comunicación parroquial/diocesano, y se adherirá a él fi elmente.

4. Recuerde conseguir publicidad en medios locales escritos, de radio y televisión, como parte de su plan de comunicación.

5. Haga honor a su Sitio-web y manténgalo actualizado, como primera vía de comunicación con el público general y también con sus afi liados locales.

6. Será hospitalario y dará la bienvenida a todas las personas y en todo momento; hable no sólo inglés, sino español, coreano, mandarín y otras lenguas pertinentes.

33


7. Reforzará, cuando sea posible, el mensaje: “Bienvenido a la Iglesia Episcopal: venga y crezca” (vea también el Sitio para visitantes de la Iglesia www.comeandgrow.org)

8. No evitará que fondos locales se empleen en publicidad y comunicación.

9. No permanecerá sin estar en la guía telefónica local.

10. Disfrutará del trabajo desafi ante y satisfactorio de la comunicación, y empleará creatividad y tratamientos nuevos en cada paso.

Diez mandamientos para el Marketing en la Iglesia Episcopal

1. Encuentre el nicho y expándalo: en otras palabras, identifi que los ministerios especiales y únicos de su congregación y promuévalos efi cientemente.

2. Conozca a la audiencia e identifi que su objetivo (vea también las sugerencias para esta pista en Cuaresma IV).

3. Utilice el branding (creación de marca: uso profesional de logo, imágenes y estilos de letra) para reforzar el mensaje (vea también las sugerencias para esta pista en Cuaresma II, y otras fuentes en Internet).

4. Deberá siempre planifi car con tiempo — al menos con seis meses de antelación.

5. Siga los tres ciclos de marketing recomendados para su utilización en toda la Iglesia (ver www.episcopalchurch.org/adcollaborative).

6. Acuérdese de esos “momentos para la foto”, como la bendición de animales, las quinceañeras, bautizos, bodas, etc.— y siempre llame a la prensa local, televisión incluida, para que cubran la actividad.

7. Estudie la demografía de su vecindario, establezca su objetivo estratégico, y hágalo con unos acercamientos

34


culturalmente correspondientes (consulte el estudio publicado en www.episcopalchurch.org/congdev).

8. Consulte la organización nacional Comunicadores Episcopales (www.episcopalcommunicators.org), únase a ellos y aprenda.

9. Recuerde a los niños y niñas, y manténgalos involucrados. Muchas de las mejores formas para involucrar a las familias en la parroquia incluyen actividades para los pequeños y los adolescentes.

10. Recuerde que no existe sustituto para una invitación personal.

Diez mandamientos para la Publicidad en la Iglesia Episcopal

1. Determine su audiencia, y, establezca su objetivo estratégico (vea más arriba el 7º mandamiento para el Marketing en la Iglesia Episcopal).

2. Presupueste una cantidad asequible de publicidad y edifi que anualmente en su éxito.

3. Telefonee al Episcopal Media Center (800-229-3788) para hacer una consulta gratuita sobre las mejores opciones para poner un anuncio en prensa escrita o de radio y televisión. Puede ver ejemplos de avisos de la iglesia en conjunto, en www.comeandgrow.org; www.episcopalchurch.org/adcollaborative; y en www.episcopalmedia.org.

4. Cree relaciones profesionales y positivas con representantes publicitarios de su periódico local, así como las estaciones de radio, televisión y canales por cable locales.

5. No crea que la publicidad en la televisión por cable es demasiado cara: existen numerosas oportunidades locales tan accesibles como $25 por anuncio.

6. Honre las Páginas Amarillas de teléfonos y mantenga sus listados al corriente.

35


7. No adultere sus mensajes con jergas y otras confusiones: manténgalo simple.

8. Ponga un anuncio en el periódico local, quizá en la página dedicada a la religión. Su publicidad debe exponer de forma clara y los horarios de servicio de su congregación, la dirección, número de teléfono y la dirección de su sitio web.

9. Recuerde a los parroquianos que cada persona es un “anuncio que camina” de cara a la congregación local.

10. Acuérdese de que una excelente forma de publicidad, que habitualmente es gratis, es la que se consigue con unas relaciones efi cientes con los medios (ver la siguiente sección).

Diez mandamientos para las relaciones con los medios en la Iglesia Episcopal

1. Llame por teléfono al editor o escritor local de temas religiosos, al editor de asignaciones de los noticieros de TV, y desarrolle unas relaciones de trabajo amistosas y profesionales con ellos. Invite a estos profesionales a programas y actos parroquiales de primer plano, especialmente los conciertos y los forums de adultos sobre asuntos actuales. Cuando sea apropiado, invítelos a hablar para la congregación.

2. No levantará falsos testimonios. Manténgase siempre honesto cuando tenga que ver con reporteros y editores.

3. No dirá “sin comentarios”. Alternativas: “Bajo estas circunstancias, no me siento capaz de aportar más detalles”... “Estamos estudiando este asunto con gran detalle”. Suele haber siempre algo que pueda contar a un reportero; se trata de la parte de la historia que usted quiere que se cuente.

4. Recuerde preparar con antelación dos o tres temas de conversación para cada entrevista o proyecto con la prensa.

5. Haga honor a los temas de conversación al utilizarlos como

36


un puente entre la pregunta del reportero y su respuesta. Uno no tiene que contestar cada una de las preguntas que hace un reportero, pero puede ir trasladándose a los temas que uno desea conversar.

6. Tendrá un plan de comunicación de crisis preparado por escrito, contando con la designación de un/a laico/a como intermediario con los medios. Sígalo fi elmente cuando sea preciso.

7. Ayudará a los clérigos, especialmente cuando tengan que comentar situaciones difíciles. En algunos momentos será de ayuda que el portavoz sea una persona laica, mejor que un miembro del clero.

8. Recordará y enviará frecuentemente notas de agradecimiento, especialmente a los reporteros y editores que han servido de ayuda.

9. Conservará un archivo de recortes de prensa e imágenes de tv.

10. Considerará que los líderes ordenados y laicos reciban entrenamiento profesional respecto a medios de comunicación.

Diez sugerencias generales sobre Marketing (del Episcopal Media Center de Atlanta, www.episcopalmedia.org)

1. Estrategia: identifi que el lenguaje paralelo que existe entre teología y marketing, y desarrolle una estrategia. Siéntase cómodo con el lenguaje de la comunicación.

2. Consistencia en el mensaje: alinee la comunicación interna con la externa. Compruebe la efi ciencia en ambas áreas.

3. Simplicidad: en todo, manténgalo simple. Vigile que se eviten las jergas y los lenguajes codifi cados.

4. Utilice expertos: la mayoría de las congregaciones poseen talentos no descubiertos. Si no los encuentra en la parroquia, puede buscar en la comunidad. Cultive la relación con expertos en publicidad y agencias de relaciones públicas,

37


organizaciones de compra de medios, etc.

5. Asigne fondos: déle a la comunicación su propio espacio en el presupuesto.

6. Experimente en medios diversos: determine lo que mejor funciona para su comunidad.

7. Insista: nunca haga publicidad tan sólo por una temporada o “De Pascuas a Ramos”.

8. Tecnología: es lo último que se pregunta pero, demasiado a menudo, es el punto que decide si se puede empezar o no.

9. Enseñe el anglicanismo: hágalo una y otra vez, especialmente cuando esté en presencia de una masa crítica de gente.

10. Mantenga involucrado al rector/a o vicario/a: se trata de algo más que una tarea para un comité. Además de a los clérigos, involucre a toda la congregación.

Pista tercera — Pactos y compromisos

Compromiso con la gente nueva y los visitantes

Habitualmente ponemos muchos obstáculos en el camino de la gente nueva y de quienes nos visitan. Debemos derribar esos obstáculos. Nuestras estrategias y procesos para dar la bienvenida e integrar nuevas personas deberían ser explícitos y claros. Tales contratos deberían estar en las manos de todos los de la congregación y ser compartidos con las nuevas personas y visitantes.

Reunidos todos, presenten la respuesta que tengan preparada para recibir a la nueva gente y a los visitantes.

En pequeños grupos, exploren cuál les gustaría que fuese la respuesta de la congregación en la primera visita de una persona, la segunda visita, etc., y después, cuando

•

•

38


se conviertan en miembros o se les identifi que como pertenecientes a la congregación. Preparen un informe para todo el grupo.

Reciban los informes de los grupos pequeños. Háganse la pregunta: ¿cuál deseamos que sea nuestra respuesta y qué somos capaces de aportar de forma Puede que sea necesario volver a plantearlo en los grupos pequeños.

De Nuevo, reunidos todos, pregúntense qué es lo que la congregación espera de los visitantes y de la gente nueva. Tomen nota de esas expectativas. Pregúntense cómo se han

de comunicar esas expectativas a los visitantes.

•

•

39


Cuaresma IV — Oportunidades en abundancia

Sagrada Escritura

II Crónicas 36:14-23

Salmo 122

Efesios 2:4-10

Juan 6:4-15

Introducción

Dios ofrece abundancia. Dios nos alimenta. Dios nos ama. Estas son realidades básicas y fundamentales de la fe. Las Escrituras para el Cuarto Domingo de Cuaresma comienzan con una refl exión y recapitulación históricas. Se trata de una historia terriblemente repetitiva para el pueblo de Dios. Él nos ofrece un completo amor y compasión. Dios nos ofrece una clemencia y un perdón. Nos ofrece, en abundancia, oportunidad tras oportunidad para la misión y el servicio. Desafortunadamente, el pueblo de Dios tiene problemas para creer en esta abundancia, así que le dan la espalda al Dios de la vida. Creen que tienen que recorrer su propio camino y, como recompensa, pierden muchas oportunidades y toman las decisiones y elecciones erróneas. El cronista de las Escrituras hebreas narra la

Tema: Dios, nos ha dado tanto. Dios es verdaderamente rico en misericordia y abundante en amor. ¿Creemos esto de verdad? Nos preocupamos tan a menudo sobre si tenemos lo sufi ciente, o si hay sufi ciente para que nos llegue algo. Trabajamos cada vez más duro para poder consumir más y más. Nos preocupa si Dios podrá o querrá proveer. Las congregaciones hacen lo mismo. Las iglesias no se enteran de los dones, de las bondades y las fortalezas de su propia misión. Podemos perder las oportunidades de amar, misionar y de ejercer ministerio. Dios ofrece en abundancia. Dios nos alimenta. Dios nos ama. ¿Cómo podemos reconocer la abundante oportunidad que Dios nos ha dado?

40


saga del abundante amor de Dios, la resistencia humana a ese amor y la consecuencia de esa resistencia.

El autor de la Carta a los Efesios ensalza la abundancia del amor y la piedad de Dios. “Dios, que es rico en misericordia, por el mucho amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en nuestros pecados, nos dio vida juntamente con Cristo... y nos resucitó con Él”. Esta misericordia, esta gracia y esta oportunidad son todos ellos dones. El escritor deja claro que Dios nos entrega esos dones desde la abundancia de su amor. No podemos crearlos por nosotros mismos, y la buena noticia es que no tenemos que crearlos nosotros.

El tema de la abundancia de Dios está más ampliamente presentado en el pasaje del Evangelio de Juan para este domingo. Jesús y sus discípulos se ven confrontados por una multitud de gente hambrienta. Los discípulos sienten pánico. “¿Dónde compraremos pan para que coma esa gente?”. Están paralizados por el temor de que no es posible que haya sufi ciente. Jesús no lo está. Él toma, bendice, parte y ofrece alimento. Y hay bastante, de hecho sobra. Jesús proclama y personifi ca la abundancia de Dios. Alimenta a la gente.

Vivimos en una cultura en la que somos constantemente bombardeados por mensajes de escasez. No tenemos sufi ciente, necesitamos más. Debemos conseguir “la cosa correcta”. Hay un insaciable miedo a la escasez. Pero la palabra de Dios nos ofrece un mensaje diferente. Es un mensaje de abundancia, de espléndidos regalos de amor, gracia, perdón, esperanza y vida. Se trata de la buena noticia de la abundancia de oportunidad para la vida y el servicio compasivo. Dios nos alimenta en cuerpo y alma de muchas maneras. ¿Podemos creerlo?

Las congregaciones se encuentran en su mejor momento cuando son testigos de la abundancia entre sus comunidades y vecindarios. En nuestra vida congregacional nos encontramos con la abundancia y somos alimentados por la gracia de Dios. Desde los primeros tiempos de la Iglesia Cristiana, la Eucaristía ha sido el refl ejo de la acción cuádruple de Jesús, según se muestra en el milagro en que alimentó a las multitudes: tomar, bendecir, partir y dar. La santa comunión es ella misma una manifestación de Dios alimentándonos. Dios es

41


rico en misericordia, en compasión, en amor. Estos dones se nos dan en toda su magnitud. Las congregaciones deben hacer inventario de sus dones, para examinar sus fortalezas y valores, porque estos son dones de Dios para la misión. Las congregaciones también tienen que evaluar cómo están alimentando a la gente tanto espiritual como físicamente, y cómo se entrecruzan con las comunidades y vecindarios donde viven. Cada congregación debería examinar la abundante oportunidad de misión que Dios les da y descubrir cómo aprovechar esa oportunidad.

Otros testimonios

La magnanimidad de Dios rebosa en las tres lecciones de las escrituras elegidas para el Cuarto Domingo de Cuaresma.

Pablo nos recuerda, en su Carta a los Efesios, que nosotros somos el regalo de Dios a la humanidad. Esta es la clase de don que no pide nada a cambio, un regalo inmerecido y para el cuál no hay trabajo alguno que podamos hacer por nuestra parte que sirva para compensarlo o comprarlo.

Dios nos creó a partir del polvo – nos dio forma a imagen de sí mismo, nos desempolvó y sentó junto a Él, en un sitio de honor en Cristo Jesús. Dios nos dio el don de la salvación y es bueno con nosotros en todo momento. Pero nosotros frecuentemente olvidamos el amor magnánimo de Dios por nosotros y olvidamos su promesa de que estará siempre con nosotros.

En los tiempos en que más le necesitamos, nos apartamos de Dios y nos centramos en nosotros mismos. Vemos el ejemplo de Pedro, que intenta caminar sobre el agua, pero empieza a hundirse tan pronto se concentra en sus propios esfuerzos.

En el Evangelio de Juan afrontamos de nuevo la grandeza e Dios. Jesús pone a prueba a Felipe para determinar hasta qué punto los discípulos entienden quién es en realidad Jesús. ¿Es este hombre, con el que se han dedicado al ministerio, simplemente un humano con poderes extraordinarios? ¿Quiere este hombre ser su rey o se trata del Hijo de Dios, cuyos logros la mente humana ni siquiera puede imaginar; aquél cuyo reino no está en este mundo sino con el

42


Padre en el cielo? Probablemente la gente no pueda hacer más que encasillar, más que meter a Dios en una caja. Asocian sus propias habilidades y dones con los de Dios, tal como hicieron los discípulos al fallar en el reconocimiento de lo que Jesús podía hacer con poca cosa.

Otro propósito de la prueba que Jesús pone a Felipe podría ser que quisiera con ello enseñar a los discípulos y a nosotros sobre la hospitalidad. En vez de echar fuera a la gente por medio de acciones, indicando que “no eres bienvenido aquí”, o incluso con palabras reales, las congregaciones deben considerar la radical hospitalidad que debe ofrecerse a quienes no se parecen a ellos, no hablan como ellos o piensan como ellos.

Por esta y otras razones, muchas congregaciones no resultan muy acogedoras. No dan de lo que poseen por sí mismas ni de sus dones, sino que se centran en lo poco que tienen, o en lo que tendrán que hacer para acomodar a otros que no están en su círculo. Piensan en cómo su iglesia cambiaría, en vez de pensar en la oportunidad y las bendiciones que se les han aparecido en el camino.

Dios, que es rico en misericordia, a partir de su gran amor por toda la humanidad, hace que estemos vivos junto a Cristo. Hemos sido creados en Cristo Jesús para buenos trabajos, que Dios ha preparado de antemano como forma de vida para nosotros, para glorifi carle en todo lo que digamos y hagamos, especialmente en nombre de Dios.

- (Rvda.) Angela Ifi llMisionera para Ministerios de los Negros en la Iglesia Episcopal

Creemos que Dios nos ha dado mucho y que es rico en misericordia y abundante en amor, sólo si tenemos fe en el futuro. La vida se vuelve más estresante y “trabajamos más duro para poder consumir más” o al menos para sobrevivir en nuestro medio. Al tiempo que “a las iglesias les atrapa la parálisis”, lo que escasea es un verdadero liderazgo en la fe y esto necesita ser reactivado durante la Cuaresma. Hable con Dios, ábrase con la verdad de su corazón, con aquello que necesita para completarse con Dios, con aquello que duele o es

43


equivocado y que necesita curación.

Los pasajes de la Escritura para este Domingo, me hacen pensar que la petición de “servir en la casa del Señor”, supone una paz sufi ciente para todos. Gracia, amor, amabilidad, son dones de la vida de Jesús y también de su muerte por todos nosotros, para que sepamos y seamos parte de la vida. El mensaje es que siempre hay bastante, si usted quiere que así sea.

El pueblo de Dios, ¿le da la espalda, o es que nunca se le ha enseñado que Dios le ama incondicionalmente?

“Dios que es rico…”. Pero si estamos llenos de culpa y de vergüenza, no siempre comprendemos que somos merecedores del amor de Dios. Ahí es donde el mensaje de Cuaresma debe servir para que la gente oiga y aprenda. La Cuaresma debe ser una oportunidad para llegar hasta aquellos heridos en su corazón y en su alma, y sanar sus lastimadas emociones.

“¿Podemos creer esto? Sólo si sabemos que estos dones lo son para todas las personas. Cuando la gente está dolida y sufre, nosotros los que estamos al servicio de Dios somos responsables de manifestar esa verdad.

“Las congregaciones se encuentran en su mejor momento cuando son testigos de la abundancia...”.

Muchas veces asfi xiamos los mismos dones de Dios y por lo tanto perdemos esos bienes que ya se nos habían garantizado. Debemos recordar que, cuando pensamos que no tenemos bienes, Dios nos los ha provisto en nuestras congregaciones y con la esperanza de que nosotros, como siervos, llevemos ese bienestar en nuestro ministerio. Estos dones de Dios vienen acompañados de bienes que pueden satisfacer a la comunidad. Pero ignorar la necesidad aún mayor de cumplir la misión, es vender barata la oportunidad que se nos está dando.

- (Rvda.) Janine Tinsley-RoeMisionera para Ministerios Nativo-americanos en la Iglesia

Episcopal

44


Dios, alimento del pobre;Cristo nuestro pan,danos a probar del tierno pande la mesa de tu creación;pan recién sacado del horno de tu corazón,alimento que nos conforta y nos nutre.Una hogaza de comunidad que nos hace humanos,unidos mano con mano, trabajando y compartiendo.Una hogaza cálida que nos hace familia;sacramento de tu cuerpo,tu pueblo herido.

- Escrito por gente trabajando en comedores en Lima, Perú


Pista primera — Bienvenida e incorporaciónEl abundante amor de Dios es magnífi co y pleno. Dios es verdaderamente rico en misericordia y nos alimenta con compasión, gracia y amor. Mucho se nos da. Parte de esto que se nos da es la oportunidad de compartir el amor de Dios. La oportunidad está siempre a nuestro alrededor en nuestra vida diaria, en las amistades, en los encuentros, en las comunidades, en las familias, en los vecindarios.

Cada congregación necesita refl exionar en las oportunidades que posee y evaluar hasta qué punto está sacando partido de esas ocasiones de servir las necesidades de sus comunidades. La actividad de bienvenida e incorporación de este domingo nos ayuda a hacer justamente eso. Se nos pide que consideremos la demografía de nuestra comunidad local. ¿Quién vive en esta comunidad? ¿Cómo son? ¿Qué necesitan? ¿Cómo se les podría invitar a nuestra congregación? Responder estas preguntas nos ayuda a dar respuesta a la oportunidad de misión y evangelización. Se puede empezar por leer los datos disponibles en www.episcopalchurch.org/growth_60791_ENG_HTM.htm?menupage=50929.

45



Abundancia y audienciaEste módulo, que muestra las estadísticas demográfi cas y estudios de casos en congregaciones y diócesis, se puede encontrar en Internet: www.episcopalchurch.org/adcollaborative. De esta página Web es posible descargar una presentación de PowerPoint, para su más fácil visionado.

Pista Tercera — Pactos y compromisos

Compromiso con su comunidad En nuestros días, muchos parroquianos viven en otras comunidades distantes de aquella donde está la iglesia a la que van. Esto hace que algunas veces sea todo un reto ejercer la “responsabilidad local” de participar en la comunidad en la que se sitúan. Pero esto también ofrece grandes oportunidades de involucrarse no en una sino en muchas comunidades locales, con un campo más amplio sobre el cuál actuar.

Jesús recorrió pueblo tras pueblo, siempre dispuesto a curar y cuidar de aquellos que tenían más necesidad. Su mensaje de liberación llevó a los predicadores más allá de los muros de las sinagogas y de la supervivencia de las instituciones, al tiempo que se preocupó por aquellos con los que predicaba y viajaba. Hoy, incluso siendo buenos mayordomos de nuestra parroquia, Jesús nos llama a acudir a las comunidades, como una prioridad para el discipulado.

1. Todos reunidos, describir los datos demográfi cos de la comunidad donde se encuentra la iglesia. Describir las comunidades de donde proceden los miembros de la congregación. ¿Dónde se encuentran las escuelas públicas y privadas? ¿Hay prisiones en la zona? De no ser así, ¿dónde se encuentran? ¿Qué hay respecto a refugios de mendigos y comedores de caridad? ¿Bibliotecas, espacios públicos, calles peatonales? Refl exione sobre quién se ocuparía de esto si la parroquia tuviera que cerrar mañana mismo. Durante la semana, en la biblioteca (o en Internet), dé un repaso a las

46


estadísticas sobre la situación económica y racial/social de su comunidad. ¿Son las que esperaba encontrar?

2. En pequeños grupos, discutan qué haría falta para que cada comunidad – vecindario o código postal – pudiese vivir con abundancia de verdad. ¿Qué se necesitaría? Para algunos se tratará de comida, un techo, seguridad en las calles; para otros puede que sea el tener más tiempo, más veredas por las que caminar, menos cosas, o quizá que la recogida de basuras sea regular o poder registrarse como votante.

3. Reunidos todos de nuevo, discutan sobre uno o dos problemas de su comunidad sobre los cuales pueda su parroquia organizar algo. Elijan algo que se encuentre cercano, que a un grupo de ustedes le importe verdaderamente. Sugiera el hacer un compromiso de Cuaresma o Pascua para realizar un cambio concreto y sustancial en dicho asunto.

47


Cuaresma V — Viendo a Jesús a través nuestro

Sagrada Escritura

Jeremías 31:31-34

Salmo 51

Hebreos 51:11-16

Juan 12:20-33

IntroducciónLas Escrituras para este domingo nos invitan a usar la mirada. Debemos abrir los ojos para ver a Dios trabajando en nosotros, en la iglesia y en el mundo. El profeta Jeremías anuncia un nuevo acuerdo de Dios con su pueblo. Será un acuerdo más fuerte que aquél que se hizo cuando Dios redimió al pueblo de su esclavitud y opresión en Egipto, muchos años atrás. Hay una gran intimidad en esta relación. “Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo”. Los seres humanos podrán ver a Dios y conocerán el perdón y el amor reparador de Dios.

La Carta a los Hebreos aporta un punto de vista diferente sobre Dios y su labor. Utilizando la imagen del templo de Jerusalén y el sumo sacerdote que allí ofi cia, el autor invita a los lectores a abrir sus ojos

Tema: Se trata de una sencilla petición, que encontramos en el Evangelio según san Juan: “Señor, queremos ver a Jesús”. Y desde luego que queremos. Deseamos ver a Cristo en nuestras propias vidas y experiencias. Queremos ver a Jesús en nuestra iglesia. Entonces, ¿cómo podemos conseguirlo? El primer paso es abrir nuestros ojos para seguirle. Necesitamos mirar a nuestros propios corazones y experiencias, para ver cómo Jesús está presente, el aspecto que tiene, y cómo está activo como compañero, guía y amigo. También tenemos que abrir los ojos para ver y seguir a Jesús en nuestras congregaciones. ¿Dónde se manifi esta de forma más visible? ¿Cómo le presentamos y le damos a conocer? ¿De qué maneras invitamos a otros a verle también? Necesitamos preguntarnos cómo otros ven a Jesús a través nuestro.

48


para ver a Jesús. El nuevo sumo sacerdote es Jesús, que se ofrece a sí mismo con el más profundo amor que es posible. Cuando la gente le mira, ve un amor sin límites que se entrega libremente a todos en todas partes. Contemplarle es ver vida nueva y amor que redime.

Una sencilla y directa petición es la que da comienzo a la lectura de la palabra en el Quinto Domingo de Cuaresma. “Señor, queremos ver a Jesús”. Es la petición de unos griegos que están visitando Jerusalén durante un festival. No son hijos de Israel y en realidad no tienen derecho a pedir tal cosa de un fi el rabino y maestro. Pero vienen buscando a Cristo porque, en cierto sentido, ya le han visto. Pueden ver su identidad y su signifi cado. Le ven como aquél que dará su vida para dar vida a otros, como la semilla se entierra de manera que pueda crecer y dar vida y sustento. Le ven como un redentor acogedor, que invita y ama, que atraerá toda la creación a sí mismo por medio de su amor manifestado en su vida, muerte y resurrección.

“Señor, queremos ver a Jesús”. En nuestras propias vidas y creencias ¿dónde vemos a Jesús? ¿De qué manera está presente con nosotros? ¿Cómo podemos percibir que nos invita a profundizar más en su amor? Estas son cuestiones de fe basadas en la creencia de que no estamos solos en este mundo. Dios está con nosotros como amigo, compañero y guía. Nos invita siempre a calar más profundo en la relación con Dios. Por nuestra parte, debemos observar. Tenemos que abrir nuestros ojos para seguir y ver a Jesús.

Las mismas preguntas se aplican a la Iglesia. ¿Dónde vemos a Jesús? ¿De qué manera está presente en nuestra comunidad? ¿De qué forma está invitando a la gente, en esta comunidad de fe, a profundizar en su amor? ¿Cómo es posible ver a Jesús a través de nosotros? El propósito de la Iglesia es que se conozca a Jesús por medio de la alabanza, el sacrifi cio, la proclamación, el aprendizaje y la comunidad. Nuestra llamada es a invitar a la gente hacia el amor de Dios y a ver a Jesús en nuestras vidas y acciones como congregación, con nuestros brazos abiertos, como los brazos de Jesús se abrieron en amor e invitación. Las congregaciones deben hacer inventario de cómo revelan la presencia de Jesús e invitan a otros a vivir la Buena Nueva con ellos. Necesitan comprometerse en ser conscientes de cómo se da la bienvenida a la gente y cómo se proclama la Buena Nueva. Las congregaciones especialmente, deben tener en cuenta y

49


conocer las nuevas poblaciones que emergen en sus comunidades y entornos.

“Señor, queremos ver a Jesús”. Vivimos en una época donde la espiritualidad dominante es intentar, buscar y ansiar. La gente es indagadora e investigativa. Es nuestra vocación, nuestro pacto y compromiso, el presentarles a Jesús. Es nuestro compromiso, puesto que prometemos en el pacto bautismal que “proclamaremos por medio de la palabra y el ejemplo las Buenas Nuevas de Dios en Cristo”. Jesús debe ser visto a través nuestro.

Otros testimonios“Señor, queremos ver a Jesús”.

Griegos, extraños al mundo judío de Jesús, no obstante quisieron verle cara a cara. Con una respuesta casi inmediata, Felipe y Andrés se precipitan a traer a Jesús para que hable con ellos. Y, tal como hubiera hecho con su propio pueblo, Jesús les da las lecciones más básicas de su teología, expresándose con imágenes cotidianas: el grano de trigo debe morir y ser plantado profundamente en la tierra, antes de poder dar fruto.

El sufrimiento que a veces acompaña a la vida también puede ser el precursor de nueva vida, nueva visión, nuevas posibilidades, nuevas aventuras, y desde luego nuevos nacimientos. La muerte y resurrección que Jesús pronostica aquí, hablando de su propio futuro, es lo que hace posible la resurrección y redención de las aparentes muertes en nuestras propias vidas y comunidades. Este es el regalo de Jesús a toda la humanidad – griegos, judíos y todos los demás.

En las palabras de esperanza que nos da Jesús sobre el trigo, se nos invita a seguirle no sólo por los lugares conocidos de nuestras vidas, donde nos sentimos cómodos y seguros, sino también por los sitios que nos son menos familiares –los lugares destrozados de nuestros propios corazones, por nuestro miedo y vulnerabilidad, donde las semillas de la esperanza pudieran parecer casi invisibles.

Se nos invita a seguir a Jesús por las oscuras sombras dejadas por una inundación, un huracán o un terremoto, en nuestra propia

50


comunidad o bien lejos de ésta. Aquí es donde el grano de trigo pudiera brotar portando nuevo fruto, donde la esperanza puede emerger entre la desesperación, donde nuevas comunidades, distintas de las antiguas, pueden llegar a formarse dando frutos de confi guraciones inesperadas.

Ansiando nosotros también el ver a Jesús, que tengamos el entusiasmo de Felipe y Andrés, quienes corrieron para encontrarle, y la curiosidad y confi anza de los griegos, quienes no dudaron en preguntar y en benefi ciarse de sus palabras. Que nuestros ojos estén abiertos no sólo a la muerte, que parece apremiarnos desde cada rincón durante esta etapa, sino también abiertos a la resurrección que se nos promete en las formas que menos esperamos.

- (Rvda.) Margaret RoseDirectora de la Ofi cina de Ministerios de la Mujer en la Iglesia

Episcopal

Se nos dice en la lectura eucarística C que “por medio de profetas y leyendas revelaste tu recta ley”. Nosotros también sabemos de qué ley se trata: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu mente y todo tu espíritu, y amarás a tu prójimo como a ti mismo”.

Pero de acuerdo con el salmo 51, “[nosotros] sabemos que [nuestras] transgresiones y [nuestro] pecado están siempre delante [de nosotros]. Porque en contra de [Dios] hemos pecado y hecho lo que es malo a los ojos de Dios”.

De manera que nos enfrentamos a nuestras dos naturalezas, como san Pablo nos recuerda al decir que, ese bien que podría hacer, no lo hace; el mal que quiere evitar, es lo que hace.

Esa es la mala nueva, pero, gracias a Dios, existe esperanza.

La llegada de la Cuaresma normalmente marca el fi nal de los fríos más intensos del invierno y nos recuerda que la primavera, esa estación especial para la renovación y la esperanza, vendrá pronto. La llegada de la primavera fue exaltada por los antepasados como un signo de que los dioses de nuevo perdonaron a la humanidad por

51


sus transgresiones. En la tradición judeo-cristiana, nosotros también, damos gracias a Dios por la nueva vida y el nuevo crecimiento, como se evidencia en los brotes de los árboles y los bellos colores delicados de las fl ores primaverales.

El autor del salmo pregunta repetidamente ¿qué puedo darle al Dios todopoderoso para agradecerle las muchas bendiciones que de él recibo diariamente? El salmo de hoy y el profeta Miqueas nos recuerdan que Dios no quiere sacrifi cios ni ofrendas quemadas. Dios lo que quiere para nosotros, en palabras de Miqueas, es que “amemos el perdón, hagamos justicia y caminemos humildemente ante Dios”. El salmo 51 nos dice que “Dios quiere el sacrifi co de un espíritu contrito; un corazón contrito y humillado, oh Dios, no lo desprecias”. Y nuestro Salvador, Jesús, nos dijo que, a no ser que un grano de trigo caiga a tierra y muera, permanece solo, pero cuando muere dará mucho fruto.

Utilicemos esta oportunidad, en el Quinto Domingo de Cuaresma, para morir a nuestros propios yos pecadores, de manera que podamos renacer a la nueva vida en Cristo.

- (Rvda.) Jayne OasinAgente de Justicia Social para la Iglesia Episcopal

Oh Dios, rezamos por los dones del ministerio, inspira nuestras mentes con una visión de tu reino en este momento y lugar. Escúchanos, oh Cristo

Toca nuestros ojos, para que podamos ver tu gloria en toda la creación.Escúchanos, oh Cristo

Toca nuestros oídos, para que podamos oír de cada boca el hambre de esperanza y también historias de renovación.Escúchanos, oh Cristo

Toca nuestros labios, para que podamos contar, en toda lengua y dialecto, los maravillosos hechos de Dios.Escúchanos, oh Cristo

Toca nuestros corazones, para que podamos discernir la misión a la

52


que nos llamas.Escúchanos, oh Cristo

Toca nuestros pies, para que podamos llevar tu Buena Nueva a nuestros vecindarios, comunidades y a todas partes del mundo.Escúchanos, oh Cristo

Toca nuestras manos, para que cada uno pueda completar el trabajo que nos has encargado.Escúchanos, oh Cristo

de “Una Letanía para la Misión de la Iglesia”

La letanía completa (en inglés) se encuentra disponible en la página 196 de los Informes de la 74 Convención General (Reports to the 74th General Convention), también conocido como el Blue Book

(Libro azul) o también en Internet: www.churchpublishing.org/general_convention/pdf_blue_2003/18-

LiturgyMusic.pdf


Pista primera — Bienvenida e incorporación

Todos nos encontramos en búsqueda, incluso aquellos que tenemos una comunidad de fe a la cual llamar propia. La petición en el Evangelio, “Señor, queremos ver a Jesús...”, es un anhelo de nuestros corazones. En este domingo de Cuaresma refl exionamos sobre las maneras en que Jesús puede ser visto a través nuestro. Somos quienes tenemos que presentar a Jesús a los otros, a los recién llegados, al mundo, y a la gente que busca y se afana en encontrar.

La actividad del El ciclo vital de toda congregación (Congregational Life Cycle) es de mucha ayuda para preguntarse las formas en que Jesús es visto a través nuestro, en el presente y en el pasado. Esta actividad nos facilita la labor de examinar la vida de nuestra congregación. Es como una lente para observar los tiempos de crecimiento y de vitalidad, así como los tiempos en estabilidad o en declive. Esto nos ayuda a ver dónde nos encontramos ahora y cómo

53


podríamos acrecentar nuestras capacidades para proclamar a Jesús y su amor. Se puede encontrar una presentación en PowerPoint del “Ciclo vital de una parroquia” en www.episcopalchurch.org/growth_23212_ENG_HTM.htm y más información en www.episcopalchurch.org/growth_4585_ENG_HTM.htm.


¿Cuál es el futuro de su congregación?

Para una comunicación y evangelización congregacional efi cientes es esencial no olvidarse de mantener un ojo en el futuro. Una planifi cación de amplio horizonte es útil en este contexto, como lo es también una evaluación cuidadosa de los programas que se están realizando en el presente. Ambas actividades permiten calibrar cómo otros están “viendo a Jesús”, en el sentido que sugieren las lecturas del Leccionario de esta semana.

De cara al futuro, ¿cuál es la visión que comparte tu comunidad sobre el ministerio... para dentro de un año, de dos, de tres años y también para dentro de 10? ¿Cómo pueden la comunicación estratégica, el marketing y la publicidad, apoyar el logro de estas metas?

Un ejercicio útil para el equipo de comunicación de la parroquia y de la junta parroquial, es que colaboren en tales planes para futuro, si es que tales recursos no están funcionando ya actualmente.

En los próximos años ¿cómo irá cambiando el vecindario? ¿Cuáles son las tendencias demográfi cas actuales que deben ser consideradas como indicadores? Para la obtención unas cifras claras sobre las actuales tendencias de la población, agrupados según código postal, utilice la guía disponible en www.episcopalchurch.org/congdev).

¿Cuáles son las nuevas iniciativas que pueden emerger del pueblo? Las aproximaciones con ideas frescas suelen ser atractivas. Pero lo que funciona para un grupo no siempre funciona en otros.

Respecto a desarrollo de programas, unas pocas tendencias nuevas merecen cuidadosa consideración:

54


Primera, durante la semana se necesita contar con alternativas para las liturgias del domingo por la mañana y oportunidades educativas. Cada vez más, individuos y familias no siempre se reservan las mañanas dominicales para asistir a la iglesia, sino que ese tiempo lo utilizan en cambio para meterse en actividades que demandan su atención.

Segunda, ha que prestar atención a una comunicación culturalmente competente, que abarque distintas tradiciones y diferencias étnicas.

Tercera, las listas de correo electrónico sirven de excelente promoción de las actividades que se programan. Un e-mail semanal a los parroquianos y otros miembros, tiene un inestimable valor en cuanto a la creación de atención y en la estimulación de la asistencia.

Cuarta, los recursos en Internet resultan hoy esenciales para el apoyo de la parroquia en el ambiente de comunicación actual. El estándar mínimo para cada congregación debería ser el tener un Sitio-web, que provea hasta la información más básica relacionada con la iglesia.

Dadas estas realidades, el contar con medios para el desarrollo de una Web y comunicación electrónica –añadiéndose a las prioridades descritas para la publicidad y marketing– puede ser algo de importancia estratégica para un plan a largo plazo.

En este punto, un ejercicio valioso para un equipo de trabajo congregacional podría ser hacer el borrador de un plan de cinco años que incorpore alguna de las sugerencias que ofrecemos aquí. Para que la comunicación y la evangelización tengan éxito, la planifi cación es un elemento clave pare el “cultivo de la tierra” delineado en estas páginas.

55


Pista Tercera — Pactos y compromisos

Muchas personas se dedican en primavera a realizar una rigurosa “limpieza” en sus hogares, como una forma de prepararse para la nueva estación de cálido clima y luminosidad. Existe una personal “limpieza primaveral” que la gente de Dios debe hacer en anticipación de la resurrección de nuestro Señor.

Un ejercicio que podemos realizar es un auto-examen cuaresmal, una especie de auditoría de uno mismo. Es decir, examinar modesta y humildemente nuestras vidas y tomar nota de esos puntos en los que nos hemos quedado cortos en las promesas que le hicimos a Dios. De especial valor, son las cinco preguntas que respondemos cuando renovamos nuestros votos bautismales:

• ¿Continuarás en la enseñanza y comunión de los apóstoles, en la fracción del pan y en las oraciones?

• ¿Perseverarás en resistir al mal, y cuando caigas en el pecado, te arrepentirás y te volverás al Señor?

• ¿Proclamarás por medio de la palabra y el ejemplo las Buenas Nuevas de Dios en Cristo?

• ¿Buscarás y servirás a Cristo en todas las personas, amando a tu prójimo como a ti mismo?

• ¿Lucharás por la justicia y la paz entre todos los pueblos, y respetarás la dignidad de todo ser humano?

Instrucciones

El “facilitador” o quien dirija la discusión, entregará cinco hojas de papel con una de las preguntas bautismales (del Libro de Oración Común, p. 225) en cada una de estas hojas, en la parte de arriba. A partir del texto de esa pregunta, se dibuja una línea que divida la hoja en dos columnas iguales. En la columna de la izquierda se escribirá como encabezamiento: transgresión o pecado. En la columna derecha se escribirá: acciones correctivas.

56


1. Al utilizar las cinco preguntas que hay al fi nal del Pacto Bautismal, ponga bajo cada pregunta la lista de lo que hemos hecho o dejado de hacer, en contra de las promesas que hicimos a Dios.

2. Observe cada una de estas acciones, para intentar determinar si existe una constante o pauta en sus transgresiones: si se trata principalmente de pecados de orgullo, de envidia, de prejuicios, codicia, etc.

3. En la columna enfrente de las transgresiones, haga una lista de acciones correctivas o de acciones que le ayudarán a cambiar sus formas y respuestas en una correcta relación con Dios.

4. Aunque ésta es una tarea para el discernimiento particular de cada uno, puede acercarse si quiere a quien tiene junto a usted y compartirlo. Esta auditoría personal es muy probable que no quede completada en tan sólo esta sesión, así que es un buen trabajo para llevarse a casa y continuarlo durante la Cuaresma.

5. Quien dirija este ejercicio debe disponer de oraciones para compartir con los participantes al fi nal de la sesión.

6. Esta auditoría personal debe ser culminada durante la Semana Santa, cuando elevamos nuestros pecados a Dios y le pedimos que nos perdone (quizás confesándonos), en preparación para celebrar la resurrección de Cristo al fi nal de la Vigilia Pascual o en la mañana gloriosa de Pascua.

Esperemos que estos ejercicios de Cuaresma ayuden a este “cultivo de la tierra”, iniciado por individuos y congregaciones para ampliar la bienvenida de nuevos miembros en el Cuerpo de Cristo y en la

Iglesia Episcopal.

Ministerio Hispano / Hispanic MinistryThe Episcopal Church Center

815 Second Avenue, New York, NY 10017

800-334-7626 ext. 6085 / 212-716-6085

www.episcopalchurch.org/hispanic.htm

Part # 68-0501

aÑo b - episcopal church...esta edición de 2006 de groundwork ii se centra en el crecimiento...

Documents