“ y l os b endij dios”fe y amor con el dios que nos crea y nos recrea cuando nos pronuncia. “...

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Para “hacer al hombre”, y para esto debes darme una mano tú, dice el Señor, es necesario “dominar” todas esas fuerzas que te pertenecen; no eliminarlas, sino dominarlas, subyugarlas, apacentarlas, ser pastor de tu propia animalidad, de modo que crezcas en una relación pacífica con los otros, a imitación del Creador. Él se relaciona con el mundo con la Palabra. Dios habla, la fuerza de Dios es la Palabra. Al inicio de la Biblia se celebra la potencia de la Palabra; al hombre le es dada esta potencia, las relaciones se darán a través de la palabra, la fuerza de la palabra, la comunicación es el camino de la humanización del mundo. ¿Qué es ser humano? Es ser imagen y semejanza de este Dios, es hacer de la propia vida un acto de suprema reverencia, en relación de fe y amor con el Dios que nos crea y nos recrea cuando nos pronuncia. y l o s B e n d i j o D i o s Gn 1, 28

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Page 1: “ y l os B endij Dios”fe y amor con el Dios que nos crea y nos recrea cuando nos pronuncia. “ y l o s B endij D i o s ” Gn 1, 28 En Gn 1, 28 leemos: “y los bendijo Dios”:

Para “hacer al hombre”, y para esto debes darme una mano tú, dice el Señor, es necesario “dominar” todas esas fuerzas que te pertenecen; no eliminarlas, sino dominarlas, subyugarlas, apacentarlas, ser pastor de tu propia animalidad, de modo que crezcas en una relación pacífica con los otros, a imitación del Creador. Él se relaciona con el mundo con la Palabra.

Dios habla, la fuerza de Dios es la Palabra. Al inicio de la Biblia se celebra la potencia de la Palabra; al hombre le es dada esta potencia, las relaciones se darán a través de la palabra, la fuerza de la palabra, la comunicación es el camino de la humanización del mundo. ¿Qué es ser humano? Es ser imagen y semejanza de este Dios, es hacer de la propia vida un acto de suprema reverencia, en relación de fe y amor con el Dios que nos crea y nos recrea cuando nos pronuncia.

“y los Bendijo Dios”Gn 1, 28

Page 2: “ y l os B endij Dios”fe y amor con el Dios que nos crea y nos recrea cuando nos pronuncia. “ y l o s B endij D i o s ” Gn 1, 28 En Gn 1, 28 leemos: “y los bendijo Dios”:

En Gn 1, 28 leemos: “y los bendijo Dios”: aquí tenemos la inauguración del verbo bendecir (barak, en hebreo). Ante todo, la bendición es ‘acto de Dios’, no se puede decir ‘bendito’ más que aquello donde yo registro el acto de Dios. La bendición es una revelación. Además, es donde Dios se revela impregnando. Dios te impregna, no te invade, porque invadir es aplastar, que es exactamente el polo contrario del gozo de lo diferente. Impregnar quiere decir: formo parte de ti, me encanta que seas diferente.

La intención divina es hacer al hombre para que ‘domine’. A primera vista no parece ser una buena idea. Dios los bendijo y les dijo:- Sean fecundos, - Multiplíquense,- Llenen la tierra,- Sométanla,- Manden…

Cinco verbos en imperativo, pero no son mandatos, son bendición: “Dios los bendijo y dijo”. Entonces, crecer, multiplicarse, llenar, subyugar y dominar son los verbos de la bendición. Qué es la bendición, es la potencia buena de vida, es la palabra que realiza lo que dice, y está estrictamente ligada a la vida, a la transmisión de la vida. Dios confía a la humanidad estar al servicio de la vida. El poder procreador del ser humano va más allá de tener un hijo; y es el resultado de la bendición divina.

El primer imperativo no quiere decir simplemente ‘crecer en número’; la bendición lleva a la persona humana a crecer. Crecemos a lo largo de toda la vida. La bendición de Dios lleva a la humanidad a crecer, a multiplicarse, no simplemente a tener hijos y aumentar en número, sino en crear relaciones humanas múltiples.

Llenar la tierra es una reclamo a la plenitud, al cumplimiento. No quiere decir llenen el espacio, sino lleven la tierra a su realización plena, háganla llegar a ser lo que está llamada a ser: la casa de la vida para todos, el espacio para la Alianza.

El subyugar [kābaš, en hebreo es ‘poner bajo los pies’]: es también el verbo del campesino que pone dos animales juntos para ligarlos y trabajar. Es unir para un trabajo.

Dominar es un verbo duro, a veces es utilizado en sentido militar; pero es también un verbo pastoral, el pastor que apacienta su rebaño, lo lleva a las fuentes.

Detrás de esta insistente referencia al mundo animal no hay sólo un sentido ecológico de cuidar de los animales. Eso sería demasiado simplista. El texto está abierto. Los Padres de la Iglesia han leído aquí una referencia mucho más antropológica: es una invitación al ser humano a convertirse en pastor de la propia animalidad. Los animales sobre los que debes dominar, los tienes dentro. Es la bestia o las bestias que tienes dentro de tu mente y de tu corazón. Hagamos al hombre es la tarea permanente del ser humano que se deja moldear por Dios para que crezca, se multiplique, domine los instintos bestiales que lleva dentro.

Hay fuerzas que como peces se esconden en nuestra oscuridad, pueden asumir la apariencia de aquellos monstruos marinos de los que el relato hace referencia. El mundo de la afectividad, de las emociones, de los sentimientos. Llegar a ser humano no significa dominar sólo sobre lo que está fuera de sí, sino que es aprender a dominar todo este mundo interior, que forma parte de nuestra humanidad, domesticar, amaestrar esta animalidad, de modo que pueda construir con ella, y no contra ella, la imagen de Dios que llevamos dentro.