“2018–año del centenario de la reforma universitaria” · o extinción de la acción penal, o...
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“2018–Año del Centenario de la Reforma Universitaria”
CONGRESO NACIONAL
CÁMARA DE SENADORES
SESIONES ORDINARIAS DE 2018
ORDEN DEL DÍA Nº 516
Impreso el día 7 de agosto de 2018
SUMARIO
COMISION DE JUSTICIA Y ASUNTOS PENALES Y DE SEGURIDAD INTERIOR Y NARCOTRAFICO
Dictamen en el proyecto de ley venido en revisión y en los distintos proyectos de ley de varios señores senadores, por los que se regula la extinción de dominio y repatriación de bienes a favor del Estado provenientes de actividades ilícitas. Se aconseja aprobar otro proyecto de ley. (C.D.- 31, 32, 33/16; S.- 1824, 2275 y 2469/18)
DICTAMEN DE COMISIÓN Honorable Senado:
Vuestras comisiones de Justicia y Asuntos Penales y de
Seguridad Interior y Narcotráfico, han considerado el proyecto de ley venido en revisión de la Honorable Cámara de Diputados, registrado bajo expediente N° CD-31/16, “regulando la extinción de dominio y repatriación de bienes a favor del Estado provenientes de actividades ilícitas”; el expediente N° CD-32/16, “comunica fe de erratas en el proyecto de ley en revisión regulando la extinción de dominio y repatriación de bienes a favor del Estado provenientes de actividades ilícitas”; el expediente N° CD-33/16, “comunica fe de erratas en el proyecto de ley en revisión regulando la extinción de dominio y repatriación de bienes a favor del Estado provenientes de actividades ilícitas”; el proyecto de ley de los señores Senadores Federico Pinedo y Humberto Luis Arturo Schiavoni registrado bajo expediente N° S-1824/18, “de extinción de dominio de bienes vinculados al narcotráfico, terrorismo, trata de personas y delitos de corrupción”; el proyecto de ley del señor Senador Rodolfo Julio Urtubey y otros registrado bajo expediente N° S-2275/18, “que modifica el Código Penal sobre la incorporación del Instituto de la Acción Civil de Extinción de Dominio”; y el proyecto de ley de la señora Senadora María de los Ángeles Sacnun y otras registrado bajo expediente N° 2469/18 “que modifica el Código Penal regulando la extinción de dominio y repatriación de bienes a favor del Estado provenientes de actividades ilícitas”; y, por las razones que dará el miembro informante, os aconsejan la aprobación del siguiente
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PROYECTO DE LEY
El Senado y Cámara de Diputados,…
ARTICULO 1º.- Sustitúyese el artículo 23 del Código Penal por el
siguiente:
"Art. 23:
1. En todos los casos en que recayese condena por cualquiera de los
delitos previstos en este Código o en leyes penales especiales, la
sentencia decidirá el decomiso del dinero, cosas, bienes o cualquier
clase de activo que hubiese servido de instrumento o medio para la
comisión del hecho, y de los que resulten producto, provecho o
ganancia, directos o indirectos, del delito, cualesquiera que fueran las
transformaciones o sustituciones que hubiesen podido experimentar,
siempre que no correspondiese su restitución al damnificado o a un
tercero de buena fe.
Cuando con el provecho del delito se hubiese beneficiado a un tercero
de buena fe a título gratuito, el comiso se pronunciará contra éste sin
derecho a indemnización. Si el decomiso recayere sobre cosas
peligrosas para la seguridad común, se dispondrá en las condiciones y
la oportunidad fijada por la normativa especial aplicable, aunque afecte
a un tercero de buena fe, sin perjuicio de la indemnización que
pudiere corresponder. A falta de normativa especial, el decomiso se
dispondrá en cualquier estado del proceso tan pronto se constate esa
peligrosidad, previa opinión de los organismos públicos
especializados, si los hubiera. Esta disposición regirá también para los
instrumentos o medios involucrados en la comisión del hecho.
Salvo previsión legal especial, el decomiso se dispondrá a favor del
Estado nacional o local, según sea la competencia del tribunal que
dispuso la medida.
2. Si el autor o los partícipes del delito hubiesen actuado como
órganos de una persona jurídica o como mandatarios o representantes
de otro, y el producto, provecho o ganancia, directo o indirecto, del
delito hubiese beneficiado a la persona jurídica o al mandante o al
representado, el decomiso se pronunciará contra éstos, incluso en el
caso de que no fueran responsables o no fueran condenados. Se
procederá de igual modo aún si el acto jurídico determinante de la
designación, representación o del mandato fuese ineficaz o,
careciéndose de aquél, si el autor o los partícipes ostentasen
facultades de organización y control dentro de la persona jurídica, o la
representación de otro.
Si lo decomisado tuviese valor de uso o cultural para algún
establecimiento oficial o de bien público, la autoridad nacional o local
respectiva podrá disponer su entrega a esas entidades. Si así no fuese
y tuviese valor comercial, se dispondrá su enajenación en subasta o
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procedimiento aplicable. Si lo decomisado no tuviese valor lícito
alguno o no pudiese ser aprovechado por el Estado, se lo destruirá.
3. En el caso de condena impuesta por alguno de los delitos previstos
por los artículos 125, 125 bis, 127, 140, 142 bis, 145 bis, 145 ter y 170
de este Código, queda expresamente comprendida entre los bienes a
decomisar la cosa mueble o inmueble donde se hubiese mantenido a
la víctima privada de su libertad u objeto de explotación. Los bienes
decomisados con motivo de tales delitos, según los términos del
presente artículo, y el producido de las multas que se impongan, serán
afectados a programas de asistencia a la víctima.
4. Se podrá prescindir total o parcialmente del decomiso del dinero,
cosas, bienes o cualquier clase de activo que hubiese servido de
instrumento o medio en la comisión del delito, si el comiso no resultase
proporcional a la gravedad del delito cometido por la persona sobre la
que recayese la medida o a su intervención en el hecho.
5. Se procederá también al decomiso del dinero, cosas, bienes o
cualquier clase de activo señalados en el apartado 1 de este artículo,
sin necesidad de condena penal, cuando se hubiere comprobado que
los bienes fueron instrumento o medio para la comisión del delito, o
resulten producto, provecho o ganancia, directos o indirectos, de este
último, y el imputado no pudiere ser enjuiciado por motivo de
fallecimiento, fuga, prescripción o cualquier otra causal de suspensión
o extinción de la acción penal, o cuando el imputado hubiere
reconocido la procedencia o uso ilícito de los bienes.
6. Desde el inicio del proceso el órgano judicial podrá disponer o
autorizar las medidas cautelares necesarias y eficaces para asegurar
el decomiso del dinero, cosas, bienes o cualquier clase de activo sobre
los cuales presumiblemente pudiese recaer esta medida, o, en su
defecto, sobre dinero, cosas, bienes o cualquier clase de activo
propiedad de los involucrados que representasen un valor equivalente.
Podrá actuar de igual manera en los casos en que pudiera proceder la
acción de extinción de dominio, previa solicitud del órgano facultado
para promover esta acción. El mismo alcance podrán tener las
medidas cautelares destinadas a hacer cesar la comisión del delito o
sus efectos, o a evitar que se consolide su provecho o a impedir la
impunidad de sus intervinientes. En todos los casos se deberán dejar
a salvo los derechos de restitución o indemnización del damnificado o
de terceros.”
Artículo 2º.- Incorpórase al Código Penal como artículo 23 bis el
siguiente:
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"Art. 23 bis:
1. La acción de extinción de dominio es una acción civil que se ejerce
en el marco del proceso penal y tiene por objeto extinguir el dominio
ejercido sobre los bienes enunciados en el apartado 1 del artículo 23
de este Código, para transmitirlo a favor del Estado Nacional o local
según sea la competencia del órgano judicial que intervenga en el
proceso penal correspondiente, y tramita de conformidad con las
normas de procedimiento que regulan el ejercicio de la acción civil en
el proceso penal en cada jurisdicción.
2. Los delitos cuya comisión hace procedente la acción civil de
extinción de dominio son los siguientes:
a) Delitos previstos en los artículos 5, 6, 7, 8, 10, 23, 24 y 29 bis de la
Ley 23.737;
b) Delitos previstos en los artículos 866 y 867 del Código Aduanero;
c) Delitos cometidos con la finalidad prevista en el artículo 41
quinquies de este Código, y el delito previsto en el artículo 306 de este
Código;
d) Delitos previstos en los artículos 125, 125 bis, 126, 127, 140, 142
bis,145 bis, 145 ter y 170 de este Código;
e) Delitos previstos en los artículos 256, 256 bis, 257, 265, 266, 267,
268, 268 (1) y 268 (2) de este Código;
f) Delito previsto en el artículo 174, inciso 5º, de este Código, en
función del artículo 173, inciso 7º, de este Código, cometido por un
funcionario público como administrador de bienes o intereses de la
administración pública;
g) Delito previstos en el Título XIII de este Código; y
h) Delito previsto en el artículo 210 de ese Código, cuando la
asociación esté destinada a cometer alguno de los delitos previstos en
los incisos anteriores.
3. La acción civil de extinción de dominio podrá ejercerse mientras se
encuentre vigente la acción penal. Si con posterioridad a la sentencia
dictada en la acción de extinción de dominio, la sentencia firme dictada
en el proceso principal declarase la inexistencia de los hechos
materiales a los que fueron vinculados los bienes, su atipicidad penal,
o la ausencia de responsabilidad penal de la persona vinculada a los
bienes objeto de esa acción, el perjudicado por la extinción de dominio
tendrá derecho a reclamar la indemnización que corresponda en sede
civil.
En caso de muerte de la persona humana o liquidación de la persona
jurídica, la acción de extinción de dominio procederá contra sus
sucesores. Si el demandado fuera declarado en quiebra, la acción de
extinción de dominio se aplicará una vez satisfechos todos los créditos
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que, contra el quebrado, hubiesen sido adquiridos a título oneroso por
acreedores que hayan actuado de buena fe.
4. Se podrá proceder de forma anticipada a la extinción del dominio
del dinero, cosas, bienes o cualquier clase de activo señalados en el
apartado 1 del artículo anterior, cuando fueran detectados en
oportunidad de flagrante delito. En estos supuestos, podrá dictarse
sentencia de extinción de dominio aún en la etapa de investigación y
sin necesidad de esperar el dictado de la sentencia en el juicio
principal, una vez que se haya promovido la correspondiente acción
civil de extinción de dominio y se hubiera garantizado el ejercicio del
derecho de defensa por parte del titular del bien objeto de esta acción,
conforme el procedimiento que para este supuesto establezca cada
jurisdicción.
Esta sentencia no producirá ningún efecto en el proceso principal
referido al delito que motivó la acción de extinción de dominio.
5. Se podrá proceder también al dictado de sentencia de extinción de
dominio de forma anticipada, respecto del dinero, cosas, bienes o
cualquier clase de activo señalados en el apartado 1 del artículo
anterior, sin necesidad del dictado de sentencia en el juicio seguido
por el proceso principal, cuando se hubiere comprobado que los
bienes fueron instrumento o medio para la comisión del delito, o
resulten producto, provecho o ganancia, directos o indirectos, de este
último, y el imputado no pudiere ser enjuiciado por motivo de
fallecimiento, fuga, prescripción o cualquier otra causal de suspensión
o extinción de la acción penal, o cuando el imputado hubiere
reconocido la procedencia o uso ilícito de los bienes.
Art. 3º.- Derógase el artículo 305 del Código Penal.
Art. 4º.- Incorpórase al Código Civil y Comercial de la Nación como
artículo 1907 bis, el siguiente:
“ARTICULO 1907 bis.- Sentencia de extinción de dominio. Los
derechos reales sobre un bien también se extinguen por sentencia
judicial de extinción de dominio en los supuestos previstos en el
artículo 23 bis del Código Penal, sin contraprestación ni compensación
de ninguna especie.”
Art. 5º.- Incorpórase al Código Procesal Penal de la Nación (ley
23.984) como artículo 17 bis el siguiente:
"ARTICULO 17 bis.- Acción civil de extinción de dominio. El ejercicio
de la acción civil de extinción de dominio regulada en el artículo 23 bis
del Código Penal respecto del dinero, cosas, bienes o cualquier clase
de activo que hubiesen servido de instrumento o medio para la
comisión del hecho, y de los que resulten producto, provecho o
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ganancia, directos o indirectos, del delito, cualesquiera que fueran las
transformaciones o sustituciones que hubiesen podido experimentar,
estará a cargo de la Procuración del Tesoro de la Nación.
Dentro de los tres (3) días de iniciado un proceso en el que se
investigue alguno de los delitos enumerados en el artículo 23 bis del
Código Penal, el órgano a cargo de la instrucción deberá notificar a la
Procuración del Tesoro de la Nación a los fines del ejercicio de esta
acción.
El Procurador del Tesoro de la Nación podrá solicitar al juez de la
causa el dictado de las medidas cautelares específicas que resulten
necesarias y eficaces para asegurar el desapoderamiento inmediato
de los bienes de que se trate y el cumplimiento efectivo de una
eventual sentencia de extinción de dominio. Las medidas podrán
solicitarse sobre bienes que ya hubieren sido cautelados a los fines del
proceso.
Tratándose de bienes registrables, la acción de extinción de dominio
se promoverá contra quien se encuentre registrado como titular del
dominio. Si fueren bienes no registrables, se promoverá contra quien
ostentaba la posesión.
La tenencia y, en su caso, la administración de los bienes objeto de
estas medidas cautelares, quedará a cargo del organismo
especializado que disponga la ley, sin perjuicio de la realización de las
medidas de prueba que sobre ellos puedan disponerse en el proceso
principal.”
Art. 6º.- Incorpórase al Código Procesal Penal de la Nación (ley
23.984) como artículo 17 ter el siguiente:
“ARTICULO 17 ter.- En los casos previstos en el apartado 4 del
artículo 23 bis del Código Penal, la acción civil de extinción de dominio
podrá iniciarse en cualquier momento durante el trámite de la
instrucción del proceso.
Una vez interpuesta la demanda, el juez dará inmediato traslado por el
término de diez (10) días y de manera simultánea a todas las partes
interesadas. Al contestar la demanda se deberán interponer las
excepciones, nulidades y recusaciones que estimen pertinentes, bajo
pena de caducidad. En la acción civil de extinción de dominio no será
admisible la prueba confesional.
Cumplido el plazo señalado en el párrafo anterior, el juez ordenará de
inmediato y sin demora la producción de las medidas probatorias
propuestas, y citará a audiencia a las partes con un intervalo no mayor
de veinte (20) días, para que aleguen verbalmente sobre el mérito de
la prueba producida,
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Esta audiencia tendrá carácter multipropósito y deberá ser registrada
por medios audiovisuales.
Al inicio de la audiencia el juez resolverá sobre las excepciones,
nulidades y demás cuestiones preliminares interpuestas por las partes,
previo traslado en ese mismo acto a las demás partes interesadas en
cada uno de los planteos efectuados.
Acto seguido dará la oportunidad a cada una de las partes para que
aleguen sobre el mérito de la prueba e interpongan los recursos que
consideren procedentes contra lo decidido de forma preliminar en la
audiencia. Comenzará por la parte actora y luego dará la palabra a la
parte demandada. Las partes hablarán sólo una vez y por el tiempo
que les otorgue el juez. No habrá oportunidad para réplica, salvo que
se hubiesen introducido cuestiones no planteadas con anterioridad.
El representante del Ministerio Público Fiscal deberá estar presente en
la audiencia a los fines de velar por la legalidad del procedimiento. Las
demás partes del proceso principal, que no fueran parte en la acción
civil de extinción de dominio, podrán estar presentes en la audiencia.
Todos los mencionados precedentemente podrán manifestarse en la
audiencia, en la oportunidad que fije el juez, en la medida en que las
cuestiones a decidir afecten sus derechos en el proceso.
Las decisiones del órgano judicial se adoptarán verbalmente en la
misma audiencia, debiendo exponerse de la misma forma sus
fundamentos, dejándose constancia en el acta. Contra estas
decisiones sólo se admitirá recurso de reconsideración.
La parte vencida podrá dejar a salvo su derecho de impugnar la
decisión que le causa agravio en oportunidad de recurrir la sentencia
respectiva.
Al finalizar la audiencia el juez llamará a autos para sentencia, la que
deberá ser dictada dentro de un plazo de diez (10) días.
La sentencia será recurrible en los términos fijados por el artículo 403
bis último párrafo de este Código.
Art. 7º.- Incorpórase al Código Procesal Penal de la Nación (ley
23.984) como artículo 354 bis el siguiente:
“ARTICULO 354 bis.- Si se hubiere promovido en el proceso acción
civil de extinción de dominio, el órgano judicial dispondrá el traslado de
la demanda respectiva de manera simultánea a todas las partes por el
término de diez (10) días, en la misma oportunidad en que se
disponga la citación a juicio en los términos del artículo anterior.
Al contestar la demanda los interesados deberán interponer las
excepciones, nulidades y recusaciones que estimen pertinentes, bajo
pena de caducidad.
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Cumplido el plazo señalado en el párrafo primero, el órgano judicial
ordenará de inmediato y sin demora la producción de las medidas de
prueba propuestas por las partes a los fines de la acción civil de
extinción de dominio. En la acción civil de extinción de dominio no será
admisible la prueba confesional.
Dentro de los tres (3) días de producida la prueba, el órgano judicial
citará a las partes a una audiencia que no podrá extenderse más allá
de los diez (10) días, para que aleguen verbalmente sobre el mérito de
la prueba.
Esta audiencia tendrá carácter multipropósito y deberá ser registrada
por medios audiovisuales.
Al inicio de la audiencia el órgano judicial resolverá sobre las
excepciones, nulidades y demás cuestiones preliminares interpuestas
por las partes, previo traslado en ese mismo acto a las demás partes
interesadas en cada uno de los planteos efectuados.
Acto seguido dará la oportunidad a cada una de las partes para que
aleguen sobre el mérito de la prueba e interpongan los recursos que
consideren procedentes contra lo decidido de forma preliminar en la
audiencia. Comenzará por la parte actora y luego dará la palabra a la
parte demandada. Las partes hablarán sólo una vez y por el tiempo
que les otorgue el presidente del órgano judicial. No habrá oportunidad
para réplica, salvo que se hubiesen introducido cuestiones no
planteadas con anterioridad.
El representante del Ministerio Público Fiscal deberá estar presente en
la audiencia a los fines de velar por la legalidad del procedimiento. Las
demás partes del proceso principal, que no fueran parte en la acción
civil de extinción de dominio, podrán estar presentes en la audiencia.
Todos los mencionados precedentemente podrán manifestarse en la
audiencia, en la oportunidad que fije el presidente del órgano judicial,
en la medida en que las cuestiones a decidir afecten sus derechos en
el proceso.
Las decisiones del órgano judicial se adoptarán verbalmente en la
misma audiencia, debiendo exponerse de la misma forma sus
fundamentos, dejándose constancia en el acta. Contra estas
decisiones sólo se admitirá recurso de reconsideración.
La parte vencida podrá dejar a salvo su derecho de impugnar la
decisión que le causa agravio en oportunidad de recurrir la sentencia
respectiva.
Al finalizar la audiencia se llamará a autos para sentencia que será
dictada en los términos y en la oportunidad fijada en el artículo 403 bis
de este Código.
Art. 8º.- Incorpórase al Código Procesal Penal de la Nación (ley
23.984) como artículo 403 bis el siguiente:
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“ARTICULO 403 bis.- Sentencia de la acción civil de extinción de
dominio. La sentencia se dictará en forma simultánea con la sentencia
condenatoria o absolutoria, y deberá contar con fundamentación
específica en relación con la pretensión de extinción de dominio
promovida.
Además de los requisitos fijados en el artículo 399 de este Código,
esta sentencia deberá contener:
1) La decisión expresa, positiva y precisa, de conformidad con las
pretensiones deducidas, calificadas según correspondiere por ley,
declarando el derecho de los litigantes y condenando o absolviendo de
la demanda, en todo o en parte.
La sentencia podrá hacer mérito de los hechos constitutivos,
modificativos o extintivos, producidos durante la sustanciación del
trámite del proceso y debidamente probados, aunque no hubiesen sido
invocados oportunamente como hechos nuevos.
2) El plazo que se otorga para su cumplimiento, si fuere susceptible de
ejecución.
3) El pronunciamiento sobre costas y la regulación de honorarios.
Podrá dictarse sentencia de extinción de dominio con anterioridad al
dictado de la sentencia que corresponda dictar en el proceso principal,
cuando se verifique alguno de los supuestos previstos en los
apartados 4 y 5 del artículo 23 bis del Código Penal. Esta sentencia no
producirá ningún efecto en el proceso principal referido al delito que
motivó la acción de extinción de dominio.
La sentencia dictada en la acción de extinción de dominio será
recurrible mediante recurso de casación ante la Cámara Nacional o
Federal de Casación Penal, según el caso. No regirán las limitaciones
fijadas en los artículos 461 y 462 de este Código."
Art. 9º.- Incorpórase al Código Procesal Penal de la Nación (ley
23.984) como artículo 479 bis el siguiente:
“ARTICULO 479 bis.- Procedencia respecto de la sentencia de
extinción de dominio. El recurso de revisión procederá en todo tiempo
y a favor del vencido respecto de las sentencias de extinción de
dominio, cuando la sentencia penal dictada en el proceso principal
pasada en autoridad de cosa juzgada haya declarado:
1) La inexistencia del delito vinculado con el bien que ha sido objeto
de la sentencia de extinción de dominio.
2) La inexistencia de vinculación entre el delito cuya comisión se
afirma en la sentencia y el bien objeto de sentencia de extinción de
dominio.
Resultarán de aplicación al trámite de este recurso, las disposiciones
establecidas en los artículos 481, 482 y 483 de este Código.
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Si la sentencia de extinción de dominio fuere revocada, el tribunal
interviniente dispondrá la inmediata restitución del dominio. Si los
bienes se hubieran enajenado, se le restituirá el producido de la
enajenación, con más los intereses que fije el tribunal interviniente. Si
la restitución no resultare posible, quedará expedita la vía civil
correspondiente para reclamar los daños y perjuicios sufridos.”
Art. 10.- La administración y disposición de los bienes objeto de la
acción de extinción de dominio prevista en el artículo 23 bis del Código
Penal en los procesos judiciales de jurisdicción nacional o federal,
estará a cargo de la Agencia de Administración de Bienes del Estado.
En ningún caso estos bienes podrán ser utilizados para el
cumplimiento de las misiones y funciones de esa Agencia.
Art. 11.- La administración de los bienes objeto de la acción de
extinción de dominio no podrá extenderse más allá del dictado de la
sentencia respectiva y el tiempo adicional indispensable para cumplir
con esa decisión judicial, ya sea que se disponga enajenar los bienes
conforme el procedimiento fijado en el párrafo siguiente o su
restitución.
La Agencia de Administración de Bienes del Estado deberá realizar
informes trimestrales de rendición de cuentas de su administración
ante el tribunal que dispuso la cautela, los que serán puestos en
conocimiento del afectado.
Si se tratara de acciones, bonos, títulos valores o bienes de oferta
pública, estos serán enajenados en el mercado de valores y a su valor
de cotización. Si se tratara de otro tipo de bienes se dispondrá su
inmediata enajenación en subasta pública.
Si el bien pudiera ser objeto de medidas de prueba durante el proceso
principal, la custodia permanecerá bajo la órbita del juez hasta tanto
aquellas se cumplan, sin perjuicio de las medidas de administración
que pudiera disponer la Agencia de Administración de Bienes del
Estado a los fines de conservar su valor o productividad, previa
autorización judicial, cumpliendo con las disposiciones reglamentarias
que se dicten al efecto.
Art. 12.- Para garantizar que los bienes sometidos a la acción de
extinción de dominio mantengan su valor o productividad, y a fin de
evitar que su conservación y custodia genere erogaciones para el
Estado, la Agencia de Administración de Bienes del Estado podrá
celebrar los contratos necesarios por el tiempo que dure su
administración y en la medida en que ello no obstaculice ni demore la
enajenación.
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Cuando se tratare de establecimientos comerciales o productivos en
actividad, la administración deberá priorizar el mantenimiento de esta
última y de las fuentes laborales.
Se podrán constituir fideicomisos públicos de administración sólo por
el tiempo necesario para cumplir con la enajenación. En ningún caso
se utilizarán fondos del erario público para abonar el costo de esa
administración fiduciaria. La entidad a cargo de esa administración
percibirá sus honorarios y gastos con el producido de los bienes
administrados. Cualquier faltante que se presentare para cubrirlos será
exigible con la misma preferencia con que se tratan los gastos de
administración en un concurso de acreedores sobre el valor de los
bienes, una vez que se liquiden o subasten.
Art. 13.- Los recursos obtenidos de la enajenación de los bienes
objeto de acción de extinción de dominio, sus utilidades e intereses, y
el producido de la enajenación de sus frutos y productos serán
ingresados a las rentas generales de la Nación, salvo la aplicación
específica dispuesta por el artículo 39 de la Ley 23.737 y en el
apartado 3 del artículo 23 del Código Penal en relación con los delitos
previstos en los artículos 125, 125 bis, 127, 140, 142 bis, 145 bis, 145
ter y 170 de ese Código.
Cuando el objeto de la acción de extinción de dominio sea dinero en
efectivo, tendrá el mismo destino que el dispuesto en el párrafo
precedente.
Art. 14.- Los impuestos y tributos sobre los bienes objeto de la acción
de extinción de dominio no generarán intereses durante el trámite de
esta acción y su eventual enajenación, y durante ese lapso se
suspenderá la ejecución de las sentencias de cobro tributario. Una vez
enajenados los bienes, se cancelará el valor tributario pendiente de
pago. En ningún caso el Estado asumirá el pago de obligaciones
tributarias originadas con anterioridad a la sentencia de extinción de
dominio del bien.
Art. 15.- La Agencia de Administración de Bienes del Estado, por
resolución fundada y previa autorización del juez interviniente, podrá
enajenar, destruir o donar a instituciones de bien público, los bienes
objeto de la acción de extinción de dominio que se encuentren en un
estado de deterioro que haga imposible o excesivamente onerosa su
conservación hasta el dictado de la sentencia de extinción de dominio
o su posterior enajenación.
También podrán ser enajenados, por resolución fundada y previa
autorización del juez interviniente, los bienes en buen estado cuya
conservación resulte imposible o excesivamente onerosa. El producido
deberá invertirse de modo de conservar su valor económico.
Aún cuando no se dieren las circunstancias previstas
precedentemente, también se podrá ordenar la venta anticipada de los
bienes si el demandado manifestare su consentimiento.
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Art. 16.- La Agencia de Administración de Bienes del Estado podrá
cancelar lo adeudado por concepto de prenda, garantía mobiliaria o
hipoteca contraída de buena fe que afecte al bien sujeto a la acción de
extinción del dominio, cuando así lo considere conveniente a los
intereses del Estado Nacional.
También podrá presentarse como tercero interesado en los procesos
judiciales de ejecución de que pudieran ser objeto esos bienes y pagar
el monto adeudado a los acreedores previo verificar la legitimidad,
exigibilidad y autenticidad del crédito invocado y de su monto, en cuyo
caso se subrogará en los derechos del acreedor.
Art. 17.- En caso de bienes registrables, la autoridad de aplicación
gestionará ante los registros correspondientes la inscripción de la
extinción del dominio del demandado y la registración del dominio a
favor del Estado. Para ello bastará con la sentencia firme que la
hubiese dispuesto.
Si se tratare de bienes muebles registrables que tuvieran alteraciones
de señas y marcas que imposibiliten su debida inscripción, la autoridad
correspondiente concederá una identificación especial para la
inscripción a favor del Estado.
Art. 18.- Invítase a las provincias y a la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires a dictar las normas de procedimiento que sean necesarias a los
fines de la aplicación local de la acción de extinción de dominio
prevista en esta ley.
Art. 19.- Comuníquese al Poder Ejecutivo.
De acuerdo a lo establecido por el artículo 110 del Reglamento del Honorable Senado, este Dictamen pasa directamente al Orden del Día.
Sala de la comisión, 7 de agosto de 2018.
Pedro G. A. Guastavino – Sigrid E. Kunath – Cristina Fiore Viñuales – Julio C. Catalan Magni – Ada R. del Valle Iturrez de Capellini –José M. A. Mayans – Rodolfo J. Urtubey – Dalmacio E. Mera – Juan M. Pais – Carlos M. Espínola – Guillermo E. M. Snopek – Carlos A. Caserio – Maurice F. Closs
ANTECEDENTES
(I)
“2018–Año del Centenario de la Reforma Universitaria”
(II)
(S-1824/18)
PROYECTO DE LEY
El Senado y Cámara de Diputados,…
TITULO I EXTINCIÓN DE DOMINIO
ARTÍCULO1º.-Concepto y finalidad. La extinción de dominio es una medida de excepción necesaria ante modernos fenómenos de criminalidad organizada que exigen respuestas adecuadas y eficaces del sistema jurídico. Tiene por finalidad producir el oportuno desapoderamiento de bienes que fundadamente se sospechan vinculados a actividades criminales de narcotráfico, terrorismo, trata de personas y corrupción de funcionarios, a efectos de impedir su continuidad o el entorpecimiento del desarrollo de la política criminal implementada para combatirlas. ARTÍCULO2º.- Delitos que hacen procedente la extinción de dominio. Los delitos cuya comisión hace procedente la extinción de dominio, son los siguientes: 1. Delitos previstos en los artículos 5, 6, 7, 8, 10, 23, 24 y 29 bis de la Ley 23.737; 2. Delitos previstos en los artículos 866 y 867 del Código Aduanero; 3. Delitos cometidos con la finalidad prevista en el artículo 41 quinquies del Código Penal, y el delito previsto en el artículo 306 de ese Código; 4. Delitos previstos en los artículos 125, 125 bis, 126, 127, 145 bis y 145 ter del Código Penal; 5. Delitos previstos en los artículos 256, 256 bis, 257, 268, 268 (1) y 269 (2) del Código Penal; 6. Delito previsto en el artículo 174, inciso 5º, del Código Penal, en función del artículo 173, inciso 7º, del mismo Código, cometido por un funcionario público como administrador de bienes o intereses de la administración pública; 7. Delito previsto en el artículo 303 del Código Penal, cuando el ilícito penal precedente fuera alguno de los enumerados en el presente artículo; y 8. Delito previsto en el artículo210 del Código Penal, cuando la asociación esté destinada a cometer delitos previstos en este artículo. ARTÍCULO3º.-Naturaleza de la acción. La acción de extinción de dominio es una acción civil que tiene por objetivo extinguir el dominio ejercido sobre bienes muebles o inmuebles que, en los términos del artículo 23 del Código Penal, sean considerados instrumento o provecho de los delitos especificados en el Artículo 2º de esta ley, y transmitirlo a favor del Estado.
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ARTÍCULO4º.- Procedencia indirecta. Si los bienes que se consideren instrumento o provecho de los delitos referidos en la presente ley no pudieran ser objeto directo de la acción de extinción de dominio por haber sido ocultados por su titular, o mezclados con bienes de origen lícito, o transferidos a terceros de buena fe y a título oneroso, la acción de extinción de dominio procederá sobre bienes de su propiedad de origen lícito por un valor equivalente al de los bienes de origen ilícito que ha ocultado, mezclado o transferido. Artículo 5º.- Oportunidad de la acción. La acción de extinción de dominio podrá ejercerse mientras se encuentren en trámite los procesos penales por los delitos especificados en el artículo 2º, o después de la sentencia recaída en tales procesos. En el primer caso, si la sentencia definitiva que luego se dicte en el proceso penal declarase la inexistencia de los hechos materiales a los que fueron vinculados los bienes, o su atipicidad penal, el perjudicado por la sentencia civil tendrá derecho a reclamar la indemnización que corresponda. ARTÍCULO6º.- Prescripción. La acción de extinción de dominio, según se ejerza antes o después de la sentencia penal, prescribirá en los siguientes plazos: a) A los cinco años de la resolución que, en la causa penal, dispuso la suspensión o la extinción de la acción penal, o b) A los cinco años de la sentencia recaída en la causa penal. ARTÍCULO7º.- Vigencia. La extinción de dominio procede aunque los presupuestos fácticos exigidos para su procedencia hubieran ocurrido con anterioridad a la entrada en vigencia de la presente ley. ARTÍCULO8º.- Muerte o liquidación. En caso de muerte de la persona humana o liquidación de la persona jurídica, la acción de extinción de dominio procederá contra los sucesores. ARTÍCULO9º.-Orden de privilegio. La acción de extinción de dominio procede aun cuando los bienes se encontrasen cautelados en un proceso judicial o hubiesen sido afectados por el titular como garantía de un crédito. La sentencia de extinción de dominio se aplicará una vez satisfecho el derecho respectivo, siempre que hubiese sido adquirido de buena fe y a título oneroso. ARTÍCULO10º.- Aplicación en caso de quiebra. En caso de quiebra del demandado, la extinción de dominio se aplicará una vez satisfechos todos los créditos que, contra el quebrado, hubiesen sido adquiridos a título oneroso por acreedores que hayan actuado de buena fe.
TÍTULO II PROCESO DE EXTINCIÓN DE DOMINIO.
Capítulo 1 Reglas generales
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ARTÍCULO11º.- Presupuesto. Para promover la acción civil de extinción de dominio con anterioridad a una sentencia penal, el organismo competente para hacerlo deberá contar con una resolución, confirmada en la alzada, dictada por la justicia penal que, en el correspondiente proceso penal, haya declarado reunidos elementos de convicción suficientes para sostener la probabilidad de la comisión del delito y de la participación de la persona que se encuentre imputada. ARTÍCULO12º.- Etapa de investigación. A los fines de la promoción de la demanda, el organismo competente realizará las investigaciones que sean necesarias para cumplir con los requisitos exigidos por la presente ley. La investigación tendrá por objetivo: 1. Identificar y localizar bienes pasibles de la acción de extinción de dominio; 2. Acreditar las circunstancias que, en los términos del artículo 23 del Código Penal, permiten considerar que tales bienes han sido instrumentos del delito o son el provecho del delito investigado por la justicia penal; 3. Identificar a los titulares del dominio, si fueren bienes registrables, o a quienes ostenten posesión, si se tratare de bienes no registrables. Las actuaciones originadas en esta investigación tendrán carácter reservado. ARTÍCULO13º.- Demanda. En el escrito de demanda, el organismo competente deberá: 1. Indicar la causa penal referida al delito al que se vincula el bien; 2. Acompañar la resolución de la justicia penal o, en su caso, la correspondiente sentencia penal, que habilite la procedencia de la acción de extinción de dominio; y 3. Explicar claramente las razones que permiten considerar que el bien objeto de la demanda ha sido instrumento del delito o es el provecho de éste, en los términos del artículo 23 del Código Penal. ARTÍCULO14º.- Caso de procedencia indirecta. Si el caso fuere el de procedencia indirecta previsto en el artículo 4º de esta ley, el organismo competente deberá indicar los bienes que fueron individualizados como provecho del delito, explicar las razones que permiten así calificarlos, y explicitar las maniobras de ocultamiento, mezclamiento o transferencia, según sea el caso, que se hubiesen realizado. ARTÍCULO15º.- Admisibilidad de la demanda. El juez civil constatará el cumplimiento de las condiciones de la demanda especificadas en los artículos 13 y 14, según sea el caso, y evaluará la verosimilitud de las razones que fundamentan la demanda. Si la considerase defectuosa, le indicará al organismo demandante los defectos que advierte, y ordenará reservar la demanda hasta que ellos sean subsanados.
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La resolución del juez será impugnable. Si la considerase admisible, el juez correrá el correspondiente traslado. ARTÍCULO16º.- Carga dinámica de la prueba. Si la demanda admitida versare sobre un bien que se considera instrumento del delito, el demandado tendrá a su cargo demostrar la imposibilidad de que el bien haya sido utilizado en el delito como se alega en la demanda. Si la demanda admitida versare sobre un bien que se considera el provecho del delito, el demandado tendrá a su cargo demostrar que ingresó legítimamente en su patrimonio por una vía diferente a la alegada por la demanda.
Capítulo 2 Reglas del proceso de competencia federal
Sección 1ra Proceso judicial
ARTÍCULO17º.- Jurisdicción y reglas del proceso. La acción de extinción de dominio que corresponda a un delito de competencia federal, tramitará ante el fuero en lo Civil y Comercial Federal y conforme las reglas del proceso ordinario del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación (CPCCN), con las especificidades expresamente previstas en esta ley. Artículo 18°.-. Facultades del Ministerio Público Fiscal. El Ministerio Público Fiscal tendrá a su cargo el ejercicio de la acción de extinción de dominio. Podrá decidir la promoción de la demanda evaluando criterios de oportunidad y conveniencia que la justifiquen. Para ello tendrá en cuenta la finalidad de su aplicación explicitada por el Artículo 1º de esta ley. El Procurador General de la Nación dictará instrucciones generales a fin de precisar los alcances de esta facultad. Una vez promovida la demanda, el desistimiento del proceso o del derecho por parte del Ministerio Público Fiscal, deberá contar con la conformidad de un Fiscal General. ARTÍCULO 19º.- Competencia. La competencia se determinará de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 5º, incisos 1) y 2) del CPCCN. No será aplicable el fuero de atracción dispuesto para los juicios universales. ARTÍCULO20º.-La demanda respetará los requisitos de los artículos 330 y 333 del CPCCN y de los artículos 13 y 14, según el caso, de la presente ley.
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ARTÍCULO21º.- Improcedencia de la prueba de confesión. En el proceso de extinción de dominio no procede la prueba confesional. ARTÍCULO22º.- Medidas cautelares durante la investigación preparatoria. Si durante la investigación preparatoria de la acción de extinción de dominio fuese necesario adoptar medidas precautorias que no hubiesen sido dispuestas en el proceso penal, el Ministerio Público Fiscal solicitará al juez civil competente la adopción de tales medidas cautelares conforme las reglas del CPCCN. El plazo de caducidad de las medidas adoptadas por el juez civil previsto en el artículo 207 del CPCCN, será de CUATRO (4) meses. El juez civil, por motivos fundados, podrá prorrogarlo hasta por CUATRO (4) meses más. ARTÍCULO23º.- Facultades del juez. El juez, dentro de sus facultades, procurará que el proceso se tramite con la mayor celeridad, oralidad y simplificación que sea posible. ARTÍCULO24º.-Resolución de las excepciones. Si el demandado planteare excepciones previas, no se correrá el traslado previsto en el artículo 350 del CPCCN, y el juez las resolverá, verbalmente, en la audiencia preliminar prevista en el artículo 360 de dicho código, previa intervención verbal del Ministerio Público Fiscal. Las apelaciones de la resolución adoptada, deberán interponerse y fundarse, verbalmente, en la misma audiencia. El juez dará traslado a la otra parte, que contestará verbalmente en la audiencia. Las intervenciones verbales deberán ser registradas mediante grabación. Los recursos de apelación articulados se concederán con efecto devolutivo. El incidente, con todos los antecedentes que correspondan, será enviado inmediatamente a la Cámara de Apelaciones, y ésta procederá conforme el artículo 275 del CPCCN. ARTÍCULO25º.- Alegatos. Audiencia. Autos para sentencia. Producida la prueba o vencido el plazo para producirla, el juez fijará una audiencia a celebrarse dentro de los SEIS (6) días para que las partes aleguen verbalmente sobre el mérito de la prueba. Al finalizar la audiencia el juez llamará autos para sentencia y notificará verbalmente a las partes. La audiencia se registrará mediante grabación. La sentencia deberá dictarse en un plazo de DIEZ (10) días. ARTÍCULO 26º.-Sentencia. Efectos. Si el juez hiciere lugar a la demanda, la sentencia declarará la extinción del dominio del demandado, la transmisión del dominio a favor del Estado y la liquidación de los bienes.
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La sentencia, cualquiera fuere su sentido, no producirá ningún efecto en el proceso penal referido al delito que originó la acción de extinción de dominio. ARTÍCULO27º.- Apelación. Contra la sentencia procede el recurso de apelación en relación. El plazo para apelar la sentencia será de CINCO (5) días. La apelación se presentará por escrito y fundadamente. Del escrito se dará traslado a la otra parte por el mismo plazo. La contestación se presentará por escrito. Contestado el traslado o vencido el plazo para hacerlo, el expediente será remitido a la Cámara, que procederá conforme el artículo 275 del CPCCN. ARTÍCULO28º.- Beneficios por allanamiento. En caso de allanamiento, el Ministerio Público Fiscal podrá permitir que el demandado conserve hasta el tres por ciento (3%) del valor de los bienes por los que se allana, que en ningún caso podrá ser mayor a cien (100) salarios mínimos, vitales y móviles. El Ministerio Público Fiscal tomará la decisión aplicando criterios de oportunidad y conveniencia que la justifiquen. Para ello tendrá en cuenta los costos y dificultades que podría aparejar la tramitación del proceso de extinción de dominio, y la magnitud de los bienes involucrados. El Procurador General de la Nación dictará instrucciones generales a fin de precisar los alcances de esta facultad.
Sección 2a Liquidación de los bienes
ARTÍCULO 29º.- Autoridad de aplicación. El Poder Ejecutivo NACIONAL determinará el organismo encargado de liquidar los bienes que el Estado nacional adquiera por aplicación de la presente ley. ARTÍCULO30º.- Liquidación. Las enajenaciones se deberán ejecutar con la mayor prontitud posible. Si se tratare de acciones, bonos, títulos valores o bienes de oferta pública, éstos serán enajenados en el mercado de valores y a su valor de cotización. Si se tratare de otros bienes, muebles o inmuebles, serán enajenados en pública subasta. ARTÍCULO31º.- Custodia y administración. La autoridad de aplicación tendrá a su cargo la custodia y la administración de los bienes que
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hubiesen sido objeto de las medidas cautelares adoptadas en sede penal y en sede civil. Si hubiese asumido la administración de bienes, la autoridad de aplicación podrá realizar sólo los actos de administración que fuesen estrictamente necesarios para impedir la desvalorización de tales bienes. ARTÍCULO32º.- Destino del producido. El producido de las enajenaciones ingresará a rentas generales de la Nación, salvo las aplicaciones específicas dispuestas por el artículo 39 de la Ley 23.737, por el artículo 23 del Código Penal en relación con los delitos previstos en los artículos 145 bis, 145 ter y 170 de dicho código, o por cualquier otra disposición legal que la haya dispuesto expresamente. ARTÍCULO33º.-Disposición urgente. El juez, a solicitud del Ministerio Público Fiscal y con intervención de la autoridad de aplicación, podrá disponer la venta anticipada de los bienes caucionados, o su donación a instituciones de bien público, si tales bienes presentaren riesgos de perecer, deteriorarse o desvalorizarse, o cuando su conservación generase erogaciones excesivas para el Estado. Aun cuando no se dieren las circunstancias del párrafo anterior, también se podrá ordenar la venta anticipada de los bienes si el demandado manifestare su consentimiento. Previo a resolver el juez deberá escuchar a quienes invoquen derechos sobre los bienes de que se trate. Si se produjere venta anticipada, el objeto del proceso de extinción de dominio será el producido obtenido. ARTÍCULO34º.- Destrucción de los bienes. El juez, a solicitud del Ministerio Público Fiscal y con intervención de la autoridad de aplicación, podrá disponer la destrucción de los bienes caucionados, siempre que no exista una solución alternativa, cuando: 1. Sea necesario u obligatorio dada su naturaleza; 2. Representen un peligro para el ambiente o la salud pública; 3. Amenacen ruina. ARTÍCULO35º.- Facultades de la autoridad de aplicación. El organismo encargado de la administración y enajenación de los bienes podrá cancelar lo adeudado en virtud de prenda, garantía mobiliaria o hipoteca, contraídas de buena fe, que afecten al bien objeto de la acción de extinción de dominio, cuando así lo considere conveniente para los intereses del Estado. También podrá presentarse como tercero interesado en los procesos judiciales de ejecución de que pudieren ser objeto tales bienes, y pagar a los acreedores el monto adeudado, previa verificación de la legitimidad, exigibilidad y monto del crédito invocado, subrogándose en los derechos de los respectivos acreedores.
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ARTÍCULO36º.- Obligaciones tributarias. En ningún caso el Estado asumirá el pago de obligaciones tributarias relacionadas con el bien que se hayan originado con anterioridad a la sentencia de extinción de dominio. ARTÍCULO37º.-Registración de la sentencia. En caso de bienes registrables, la autoridad de aplicación gestionará ante los registros correspondientes la inscripción de la extinción del dominio del demandado y la registración del dominio a favor del Estado. Para ello bastará con la sentencia firme que la hubiese dispuesto. Si se tratare de bienes muebles registrables que tuvieran alteraciones de señas y marcas que imposibiliten su debida inscripción, la autoridad correspondiente concederá una identificación especial para la inscripción a favor del Estado.
Sección 3a Retribución por contribución
ARTÍCULO38º.-Contribuyentes a la acción. Las personas que, sin estar involucradas en el delito que originó la promoción de la acción, hubiesen contribuido espontáneamente a la obtención de evidencias de importante incidencia en la detección de los bienes que fueron objeto de la sentencia de extinción de dominio, podrán recibir una retribución de hasta el tres por ciento (3%) de tales bienes. El Ministerio Público Fiscal tomará la decisión aplicando criterios de oportunidad y conveniencia que la justifiquen. Para ello tendrá en cuenta los costos y dificultades que hubiera podido aparejar la detección de los bienes sin el aporte producido, y la magnitud de los bienes involucrados. El Procurador General de la Nación dictará instrucciones generales a fin de precisar los alcances de esta facultad. ARTÍCULO 39º.- Reconocimiento de la retribución. El Ministerio Público Fiscal solicitará al juez que el reconocimiento de la retribución se declare en la sentencia, y garantizará el cumplimiento de la retribución. Si fuese necesario, el juez, a solicitud del Ministerio Público Fiscal, podrá disponer que los beneficiados ingresen al programa nacional de protección de testigos e imputados en los términos de la Ley Nº 25.764.
Sección 4a Colaboración funcional.
ARTÍCULO40º.- Obligación de los funcionarios públicos. El funcionario público que en el ejercicio o en ocasión de sus funciones conozca la
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existencia de bienes que presuntamente podrían ser objeto de extinción de dominio, deberá informarlo inmediatamente al Ministerio Público Fiscal. El incumplimiento de esta obligación será considerado falta grave. ARTÍCULO41º.- Colaboración de la UIF. Si la Unidad de Información Financiera, en su tarea de elaboración de informes de inteligencia, detectare bienes que presuntamente podrían ser objeto de extinción de dominio, lo hará saber al Ministerio Público Fiscal para que éste produzca la prueba que pudiese corroborar la información.
TITULO III REFORMAS LEGISLATIVAS.
ARTÍCULO42º.- Incorpórese el inciso d) al Artículo 1775 del Código Civil y Comercial de la Nación con el siguiente texto: “d) Si se hubiere promovido acción de extinción de dominio”. ARTÍCULO43º.-Modificase el artículo 1907 del Código Civil y Comercial de la Nación, que quedará redactado de la siguiente manera: “Artículo 1907. Extinción. Sin perjuicio de los medios de extinción de todos los derechos patrimoniales y de los especiales de los derechos reales, éstos se extinguen, por la destrucción total de la cosa si la ley no autoriza su reconstrucción, por su abandono, por la consolidación en los derechos reales sobre cosa ajena o por sentencia judicial en proceso de extinción de dominio”. ARTÍCULO44º.- Modifíquese el artículo 2336 del Código Civil y Comercial de la Nación, que quedará redactado de la siguiente manera: “Artículo2336. Competencia. La competencia para entender en el juicio sucesorio corresponde al juez del último domicilio del causante, sin perjuicio de lo dispuesto en la Sección 9a, Capítulo 3, Título IV del Libro Sexto y en el proceso de extinción de dominio”. El mismo juez conoce de las acciones de petición de herencia, nulidad de testamento, de los demás litigios que tienen lugar con motivo de la administración y liquidación de la herencia, de la ejecución de las disposiciones testamentarias, del mantenimiento de la indivisión, de las operaciones de partición, de la garantía de los lotes entre los copartícipes y de la reforma y nulidad de la partición. Si el causante deja sólo un heredero, las acciones personales de los acreedores del causante pueden dirigirse, a su opción, ante el juez del último domicilio del causante o ante el que corresponde al domicilio del heredero único.” ARTÍCULO45º.- Incorpórese como inciso 4 del artículo 21 de la Ley N°24.522, el siguiente texto: “4.Los procesos de extinción de dominio”. ARTÍCULO46º.-Modifícase el inciso b) del artículo 3º de la Ley Nº 23.853, que quedará redactado de la siguiente manera:
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“b) El producto de la venta o locación de bienes muebles o inmuebles afectados al Poder Judicial de la Nación; efectos secuestrados en causas penales que no hayan podido entregarse a sus dueños; objetos comisados; material de rezago; publicaciones; cosas perdidas y todo otro ingreso que no teniendo un destino determinado se origine en causas judiciales, quedando expresamente exceptuado el producido de la venta o administración de los bienes que fueran objeto de procesos de extinción de dominio”. ARTÍCULO47º.-Sustitúyese el artículo 23 del CÓDIGO PENAL DE LA NACIÓN por el siguiente: “Artículo 23.- En todos los casos en que recayese condena por delitos previstos en este Código o en leyes penales especiales, ella decidirá el decomiso de los instrumentos y el provecho del delito a favor del Estado nacional, de las provincias o de los municipios, salvo los derechos de restitución o indemnización del damnificado y de terceros de buena fe. Constituyen instrumentos del delito los bienes de cualquier naturaleza que intencionalmente se hubiesen utilizado para preparar, facilitar o cometer el delito. Constituyen provecho del delito los bienes de cualquier naturaleza que provengan directamente del delito y aquellos en que se hubieran transformado o que los hubiesen sustituido, incluidos los frutos, rentas o ganancias obtenidos por su uso o inversión. Cuando con el provecho del delito se hubiese beneficiado un tercero de buena fe a título gratuito, el comiso se pronunciará contra éste sin derecho a indemnización. Si el decomiso recayere sobre cosas peligrosas para la seguridad común, se ordenará aunque afecte a un tercero de buena fe, sin perjuicio de la correspondiente indemnización. Cuando el autor o los partícipes del delito han actuado como mandatarios de alguien o como órganos, miembros o administradores de una persona jurídica, y el provecho del delito ha beneficiado al mandante o a la persona jurídica, el comiso se pronunciará contra éstos. Si el bien decomisado tuviere valor de uso o cultural para algún establecimiento oficial o de bien público, la autoridad nacional, provincial o municipal respectiva podrá disponer su entrega a estas entidades. Si así no fuere y tuviere valor comercial, dicha autoridad dispondrá su enajenación. Si no tuviere valor lícito alguno, se lo destruirá. En el caso de condena impuesta por alguno de los delitos previstos por los artículos 125, 125 bis, 127, 140, 142 bis, 145 bis, 145 ter y 170 de este Código, queda comprendida entre los bienes a decomisar la cosa mueble o inmueble donde se mantuviera a la víctima privada de su libertad u objeto de explotación. Los bienes decomisados con motivo de tales delitos, según los términos del presente artículo, y el
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producido de las multas que se impongan, serán afectados a programas de asistencia a la víctima. En todo proceso penal el decomiso podrá aplicarse aún sin necesidad de condena, cuando por cualquier razón se deba dictar una decisión que ponga fin al proceso sin condena pero en el proceso se hubiese podido comprobar que los bienes constituyen instrumento o provecho del delito. El juez podrá adoptar desde el inicio de las actuaciones judiciales las medidas cautelares suficientes para asegurar el decomiso o, en los casos que proceda, la extinción de dominio, de los bienes sobre los que, por tratarse de instrumentos o efectos relacionados con el o los delitos que se investigan, tales decisiones presumiblemente puedan recaer. El mismo alcance podrán tener las medidas cautelares destinadas a hacer cesar la comisión del delito o sus efectos, o a evitar que se consolide su provecho o a obstaculizar la impunidad de sus intervinientes. En todos los casos se deberá dejar a salvo los derechos de restitución o indemnización del damnificado o de terceros. ARTÍCULO48º.- Incorpórase al Código Penal de la Nación como artículo 23 bis el siguiente: “Artículo 23 bis.- En los delitos que hicieran procedente la acción civil de extinción de dominio, la condena penal podrá decidir el decomiso de los instrumentos o del provecho del delito que no fuesen objeto de dicha acción civil. ARTÍCULO 49º.-Derógase el artículo 305 del CÓDIGO Código Penal de la Nación.
TÍTULO IV DISPOSICIONES FINALES
ARTÍCULO50º.- La presente ley deberá ser reglamentada en el plazo máximo de NOVENTA (90) días, contados a partir de su entrada en vigencia. ARTÍCULO51º.-Invítase a las provincias y a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a dictar las normas de procedimiento que sean necesarias a los fines de la aplicación local de la extinción de dominio prevista en esta ley. ARTÍCULO52º.- Comuníquese al Poder Ejecutivo. Federico Pinedo.- Humberto L. A. Schiavoni.- Marta Varela.- Miriam R. Boyadjian.– Angel Rozas.-Julio C. Cobos. -
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FUNDAMENTOS
Señora Presidente: La dimensión económica que en las últimas décadas alcanzaron los fenómenos de criminalidad organizada vinculados a los delitos de narcotráfico, terrorismo, trata de personas y corrupción de funcionarios, han producido en todo el mundo la necesidad de revisar los instrumentos jurídicos utilizables para hacerles frente. Es que los beneficios que logran tales actividades criminales son de tal magnitud, y se utilizan de un modo tan diversificado, que hasta hacen peligrar la convivencia en paz y el normal funcionamiento de los sistemas democráticos. Ante esta grave realidad que se nos impone, y reconociendo la ineficacia de combatirla con el tradicional sistema penal, los países han respondido con nuevos institutos jurídicos aplicables internamente, y con convenciones que permiten la colaboración internacional entre ellos. El objetivo es permitir que las organizaciones criminales sean oportunamente desapoderadas de las ganancias ilegalmente obtenidas, para impedir que, mediante su disfrute y utilización, continúen sus actividades y entorpezcan las políticas implementadas por los Estados para combatirlas. La extinción de dominio es uno de estos nuevos institutos que, promocionado por varios instrumentos de jerarquía internacional, ha sido adoptado por muchos países de nuestra misma tradición jurídica. No ha sido fácil el camino que recorrieron aquellos países hacia su aceptación; pero se transitó de un modo que impuso reflexionar acerca de su adecuación a nuestro sistema jurídico. Así fue que la Cámara de Diputados dio media sanción a un proyecto que, girado al Senado, se puso a estudio de las comisiones correspondientes. Fueron muchos los especialistas que convocó el Senado para opinar sobre el tema. Algunos manifestaron su rechazo al instituto argumentando que el decomiso era suficiente respuesta para estos modernos fenómenos de criminalidad; y en posición enfrentada, otros coincidieron en la necesidad de introducir el instituto en nuestro sistema jurídico para poder combatirlos eficazmente. Pero unos y otros coincidieron en criticar el texto que tenía media sanción de la Cámara de Diputados a la luz del derecho de propiedad garantizado por la Constitución Nacional. Finalmente las comisiones del Senado despacharon un texto sustancialmente diferente al aprobado por Diputados, que abandonó la alternativa de acción civil independiente de la acción penal, que había sido elegida en la media sanción, suplantándola por un incidente a tramitar en sede penal.
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Finalmente el despacho de las comisiones especializadas del Senado caducó sin merecer tratamiento en el recinto. Así las cosas, entiendo necesario presentar un proyecto de ley que recepte la vía civil para producir la extinción de dominio, tal como lo proponía la media sanción de Diputados, pero articulándola con la causa penal que le sirve de precedente, en la línea del texto despachado en el Senado. Y todo ello sin ofrecer resquicios que hagan peligrar el derecho de propiedad garantizado por la Constitución. Ese es el desafío que enfrenta este proyecto. Para comprender el estado de nuestra legislación referida al tema, debemos hacer un rápido recorrido de los avatares del instituto del decomiso previsto por el artículo 23 del Código Penal, cuyo texto original, del año 1921, autorizó decomisar los instrumentos y los efectos del delito como una consecuencia accesoria de la sentencia condenatoria. Desde entonces se discutió en el ámbito penal si el decomiso se trata o no de una pena, con todas las implicancias que produce la adopción de una u otra tesis. Mientras tanto el legislador fue modificando el texto original del artículo, primero introduciendo el concepto de “el producto o el provecho del delito”, mucho más abarcativo que el original “efectos provenientes del mismo”, y luego incorporando, para ciertos delitos, lo que se dio en llamar decomiso anticipado, y se trata de un decomiso sin condena aplicable “cuando se hubiere podido comprobar la ilicitud de su origen o del hecho material al que estuvieren vinculados” (textual del séptimo párrafo del actual artículo 23). La incorporación del decomiso sin condena permite definir su naturaleza: el decomiso no es una pena porque puede aplicarse sin condena, esto es sin necesidad de demostrar la autoría y culpabilidad de la persona involucrada en el delito. Por su lado, la introducción del cuarto párrafo que autorizó la aplicación del decomiso contra un tercero que “se hubiese beneficiado a título gratuito”, hace ver que el decomiso no debe entenderse como un castigo infringido a quien cometió un delito, sino como una medida para impedir que cualquier persona pueda disfrutar de bienes mal habidos. En resumen: la legislación penal vigente ya permite el decomiso sin condena de persona alguna, y resulta aplicable a un tercero que no ha intervenido en el delito. La única condición para su aplicación en tales casos, es que se hubiese comprobado la relación entre los bienes y los hechos delictivos. Pues bien: se trata ahora de dar un nuevo paso, introduciendo conceptos y procedimientos del derecho civil para permitir la aplicación del principio de carga dinámica de la prueba, de modo que sea el
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titular de los bienes que se sospechan de origen ilícito quien deba desbaratar las fundadas sospechas. La dificultades mayores radican en la articulación de la acción civil dirigida a extinguir el dominio de los bienes, con la acción penal en la que se investiga el delito al que se vinculan esos bienes, ya que esta articulación es la que, en definitiva, será la que justifique la inversión de la carga de la prueba. A ese respecto, el proyecto que estoy presentando prevé un doble control sobre la entidad de las sospechas que permitirán esa inversión. El artículo 11 exige un estándar probatorio acerca de la comisión del delito, que debe ser dictaminado por el juez penal que interviene en la causa penal; y el artículo 15 faculta al juez civil a evaluar la verosimilitud de las razones aducidas en la demanda de extinción de dominio para vincular los bienes con el delito investigado en la causa penal. Sólo después de haber superado estos dos filtros, se podrá considerar que las sospechas cuentan con suficiente fundamento para permitir la reversión de la carga probatoria. En ese estado, el demandado deberá probar que las sospechas son infundadas (art.16), ello porque es él quien está en las mejores condiciones para aclarar definitivamente la situación de los bienes tachados de ilegítimos. De todos modos no puede dejar de preverse la eventualidad de que la sentencia definitiva que luego se dicte en sede penal, desestime la ocurrencia de los hechos delictuosos a los que los bienes fueron vinculados. Para tal caso se reconoce expresamente el derecho a reclamar la indemnización que corresponda (art.5º, segundo párrafo). El proyecto prevé también la posibilidad de ejercer la acción de extinción de dominio después de la sentencia penal, y una prescripción de cinco años desde las decisiones penales que habilitan la acción civil (art.6º). A fin de permitir una efectiva aplicación del instituto, he considerado conveniente dotar al Ministerio Público Fiscal de facultades suficientes para decidir la oportunidad y conveniencia de la iniciación de estos procesos (art.18), como así también para negociar beneficios por allanamiento a la acción (art.28) y adjudicar una retribución por contribuciones que hayan permitido el hallazgo de los bienes (art.38). En cuanto a las reglas del proceso de extinción de dominio en la jurisdicción federal, se prevé la aplicación del proceso ordinario del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, con algunas modificaciones que permiten una mayor oralidad y un desarrollo más fluido (arts.17 a 27). Se opta así por un procedimiento civil ya institucionalizado, antes de crear un novedoso procedimiento especial. Finalmente, se proponen las consecuentes reformas legislativas al Código Civil y Comercial y al Código Penal, para dar cabida en ellos al nuevo instituto.
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Cabe resaltar que en la reforma del art.23 del Código Penal se incorporan las definiciones de los conceptos instrumento del delito y provecho del delito, que adquieren singular importancia para determinar el ámbito patrimonial al que se debe acotar la acción de extinción de dominio. Federico Pinedo.- Humberto L.A. Schiavoni.-
(III)
(S-2275/18)
PROYECTO DE LEY
El Senado y Cámara de Diputados,… ARTICULO 1°.- Sustitúyese el artículo 23 del Código Penal por el siguiente: "Art. 23: 1. En todos los casos en que recayese condena por cualquiera de los delitos previstos en este Código o en leyes penales especiales, la sentencia decidirá el decomiso del dinero, cosas, bienes o cualquier clase de activo que hubiese servido de instrumento o medio para la comisión del hecho, y de los que resulten producto, provecho o ganancia, directos o indirectos, del delito, cualesquiera que fueran las transformaciones o sustituciones que hubiesen podido experimentar, siempre que no correspondiese su restitución al damnificado o a un tercero de buena fe. Cuando con el provecho del delito se hubiese beneficiado a un tercero de buena fe a título gratuito, el comiso se pronunciará contra éste sin derecho a indemnización. Si el decomiso recayere sobre cosas peligrosas para la seguridad común, se dispondrá en las condiciones y la oportunidad fijada por la normativa especial aplicable, aunque afecte a un tercero de buena fe, sin perjuicio de la indemnización que pudiere corresponder. A falta de normativa especial, el decomiso se dispondrá en cualquier estado del proceso tan pronto se constate esa peligrosidad, previa opinión de los organismos públicos especializados, si los hubiera. Esta disposición regirá también para los instrumentos o medios involucrados en la comisión del hecho. Salvo previsión legal especial, el decomiso se dispondrá a favor del Estado nacional o local, según sea la competencia del tribunal que dispuso la medida. 2. Si el autor o los partícipes del delito hubiesen actuado como órganos de una persona jurídica o como mandatarios o representantes de otro, y el producto, provecho o ganancia, directo o indirecto, del
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delito hubiese beneficiado a la persona jurídica o al mandante o al representado, el decomiso se pronunciará contra éstos, incluso en el caso de que no fueran responsables o no fueran condenados. Se procederá de igual modo aún si el acto jurídico determinante de la designación, representación o del mandato fuese ineficaz o, careciéndose de aquél, si el autor o los partícipes ostentasen facultades de organización y control dentro de la persona jurídica, o la representación de otro. Si lo decomisado tuviese valor de uso o cultural para algún establecimiento oficial o de bien público, la autoridad nacional o local respectiva podrá disponer su entrega a esas entidades. Si así no fuese y tuviese valor comercial, se dispondrá su enajenación en subasta o procedimiento aplicable. Si lo decomisado no tuviese valor lícito alguno o no pudiese ser aprovechado por el Estado, se lo destruirá. 3. En el caso de condena impuesta por alguno de los delitos previstos por los artículos 125, 125 bis, 127, 140, 142 bis, 145 bis, 145 ter y 170 de este Código, queda expresamente comprendida entre los bienes a decomisar la cosa mueble o inmueble donde se hubiese mantenido a la víctima privada de su libertad u objeto de explotación. Los bienes decomisados con motivo de tales delitos, según los términos del presente artículo, y el producido de las multas que se impongan, serán afectados a programas de asistencia a la víctima. 4. Se podrá prescindir total o parcialmente del decomiso del dinero, cosas, bienes o cualquier clase de activo que hubiese servido de instrumento o medio en la comisión del delito, si el comiso no resultase proporcional a la gravedad del delito cometido por la persona sobre la que recayese la medida o a su intervención en el hecho. 5. Se procederá también al decomiso del dinero, cosas, bienes o cualquier clase de activo señalados en el apartado 1 de este artículo, sin necesidad de condena penal a persona alguna, cuando por cualquier razón se dicte una decisión que ponga fin al proceso sin condena y se hubiese comprobado que los bienes fueron instrumento o medio para la comisión del delito, o resulten producto, provecho o ganancia, directos o indirectos, de este último. 6. Desde el inicio del proceso el órgano judicial podrá disponer o autorizar las medidas cautelares necesarias y eficaces para asegurar el decomiso del dinero, cosas, bienes o cualquier clase de activo sobre los cuales presumiblemente pudiese recaer esta medida, o, en su defecto, sobre dinero, cosas, bienes o cualquier clase de activo propiedad de los involucrados que representasen un valor equivalente. Podrá actuar de igual manera en los casos en que pudiera proceder la acción de extinción de dominio, previa solicitud del órgano facultado para promover esta acción. El mismo alcance podrán tener las medidas cautelares destinadas a hacer cesar la comisión del delito o sus efectos, o a evitar que se consolide su provecho o a impedir la impunidad de sus intervinientes. En todos los casos se deberán dejar a salvo los derechos de restitución o indemnización del damnificado o de terceros.”
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Artículo 2°.- Incorpórase al Código Penal como artículo 23 bis el siguiente: "Art. 23 bis: 1. La acción de extinción de dominio es una acción civil que se ejerce en el marco del proceso penal y tiene por objeto extinguir el dominio ejercido sobre los bienes enunciados en el apartado 1 del artículo 23 de este Código, para transmitirlo a favor del Estado Nacional o local según sea la competencia del órgano judicial que intervenga en el proceso penal correspondiente, y tramita de conformidad con las normas de procedimiento que regulan el ejercicio de la acción civil en el proceso penal en cada jurisdicción. 2. Los delitos cuya comisión hace procedente la acción civil de extinción de dominio son los siguientes: 1) Delitos previstos en los artículos 5, 6, 7, 8, 10, 23, 24 y 29 bis de la Ley 23.737; 2) Delitos previstos en los artículos 866 y 867 del Código Aduanero; 3) Delitos cometidos con la finalidad prevista en el artículo 41 quinquies de este Código, y el delito previsto en el artículo 306 de este Código; 4) Delitos previstos en los artículos 125, 125 bis, 126, 127, 145 bis y 145 ter de este Código; 5) Delitos previstos en los artículos 256, 256 bis, 257, 268, 268 (1) y 269 (2) de este Código; 6) Delito previsto en el artículo 174, inciso 5º, de este Código, en función del artículo 173, inciso 7º, de este Código, cometido por un funcionario público como administrador de bienes o intereses de la administración pública; 7) Delito previsto en el artículo 303 de este Código, cuando el ilícito penal precedente fuera alguno de los enumerados en el presente artículo; y 8) Delito previsto en el artículo 210 de ese Código, cuando la asociación esté destinada a cometer alguno de los delitos previstos en los incisos anteriores. 3. La acción civil de extinción de dominio podrá ejercerse mientras se encuentre vigente la acción penal. Si con posterioridad a la sentencia dictada en la acción de extinción de dominio, la sentencia firme dictada en el proceso principal declarase la inexistencia de los hechos materiales a los que fueron vinculados los bienes, su atipicidad penal, o la ausencia de responsabilidad penal de la persona vinculada a los bienes objeto de esa acción, el perjudicado por la extinción de dominio tendrá derecho a reclamar la indemnización que corresponda en sede civil.”
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Artículo 3º.- Derógase el artículo 305 del Código Penal. Artículo 4°.- Incorpórase al Código Civil y Comercial de la Nación como artículo 1907 bis, el siguiente: “ARTICULO 1907 bis.- Sentencia de extinción de dominio. Los derechos reales sobre un bien también se extinguen por sentencia judicial de extinción de dominio en los supuestos previstos en el artículo 23 bis del Código Penal, sin contraprestación ni compensación de ninguna especie.” Artículo 5°.- Incorpórase al Código Procesal Penal de la Nación (ley 23.984) como artículo 17 bis el siguiente: "ARTICULO 17 bis.- Acción civil de extinción de dominio. El ejercicio de la acción civil de extinción de dominio regulada en el artículo 23 bis del Código Penal respecto del dinero, cosas, bienes o cualquier clase de activo que hubiesen servido de instrumento o medio para la comisión del hecho, y de los que resulten producto, provecho o ganancia, directos o indirectos, del delito, cualesquiera que fueran las transformaciones o sustituciones que hubiesen podido experimentar, estará a cargo de la Procuración del Tesoro de la Nación. Dentro de los tres (3) días de iniciado un proceso en el que se investigue alguno de los delitos enumerados en el artículo 23 bis del Código Penal, el órgano a cargo de la instrucción deberá notificar a la Procuración del Tesoro de la Nación a los fines del ejercicio de esta acción. El Procurador del Tesoro de la Nación podrá solicitar al juez de la causa el dictado de las medidas cautelares específicas que resulten necesarias y eficaces para asegurar el desapoderamiento inmediato de los bienes de que se trate y el cumplimiento efectivo de una eventual sentencia de extinción de dominio. Las medidas podrán solicitarse sobre bienes que ya hubieren sido cautelados a los fines del proceso. Tratándose de bienes registrables, la acción de extinción de dominio se promoverá contra quien se encuentre registrado como titular del dominio. Si fueren bienes no registrables, se promoverá contra quien ostentaba la posesión. La tenencia y, en su caso, la administración de los bienes objeto de estas medidas cautelares, quedará a cargo del organismo especializado que disponga la ley, sin perjuicio de la realización de las medidas de prueba que sobre ellos puedan disponerse en el proceso principal.” Artículo 6°.- Incorpórase al Código Procesal Penal de la Nación (ley 23.984) como artículo 403 bis el siguiente: “ARTICULO 403 bis.- Sentencia de la acción civil de extinción de dominio. La sentencia se dictara en forma simultánea con la sentencia
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condenatoria o absolutoria, y deberá contar con fundamentación especifica en relación con la pretensión de extinción de dominio promovida. Además de los requisitos fijados en el artículo 399 de este Código, esta sentencia deberá contener: 1) La decisión expresa, positiva y precisa, de conformidad con las pretensiones deducidas, calificadas según correspondiere por ley, declarando el derecho de los litigantes y condenando o absolviendo de la demanda, en todo o en parte. La sentencia podrá hacer mérito de los hechos constitutivos, modificativos o extintivos, producidos durante la sustanciación del trámite del proceso y debidamente probados, aunque no hubiesen sido invocados oportunamente como hechos nuevos. 2) El plazo que se otorga para su cumplimiento, si fuere susceptible de ejecución. 3) El pronunciamiento sobre costas y la regulación de honorarios. La sentencia dictada en la acción de extinción de dominio será recurrible mediante recurso de casación ante la Cámara Nacional o Federal de Casación Penal, según el caso. No regirán las limitaciones fijadas en los artículos 461 y 462 de este Código." Artículo 7°.- Incorpórase al Código Procesal Penal de la Nación (ley 23.984) como artículo 479 bis el siguiente: “ARTICULO 479 bis.- Procedencia respecto de la sentencia de extinción de dominio. El recurso de revisión procederá en todo tiempo y a favor del vencido respecto de las sentencias de extinción de dominio, cuando sentencia penal dictada en el proceso principal pasada en autoridad de cosa juzgada haya declarado: 1) La inexistencia del delito vinculado con el bien que ha sido objeto de la sentencia de extinción de dominio. 2) La inexistencia de vinculación entre el delito cuya comisión se afirma en la sentencia y el bien objeto de sentencia de extinción de dominio. Resultarán de aplicación al trámite de este recurso, las disposiciones establecidas en los artículos 481, 482 y 483 de este Código. Si la sentencia de extinción de dominio fuere revocada, el tribunal interviniente dispondrá la inmediata restitución del dominio. Si los bienes se hubieran enajenado, se le restituirá el producido de la enajenación, con más los intereses que fije el tribunal interviniente. Si la restitución no resultare posible, quedará expedita la vía civil correspondiente para reclamar los daños y perjuicios sufridos.” Artículo 8º.- La administración y disposición de los bienes objeto de la acción de extinción de dominio prevista en el artículo 23 bis del Código
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Penal en los procesos judiciales de jurisdicción nacional o federal, estará a cargo de la Agencia de Administración de Bienes del Estado. Artículo 9º.- La administración de los bienes objeto de la acción de extinción de dominio no podrá extenderse más allá del dictado de la sentencia respectiva y el tiempo adicional indispensable para cumplir con esa decisión judicial, ya sea que se disponga enajenar los bienes conforme el procedimiento fijado en el párrafo siguiente o su restitución. Si se tratara de acciones, bonos, títulos valores o bienes de oferta pública, estos serán enajenados en el mercado de valores y a su valor de cotización. Si se tratara de otro tipo de bienes se dispondrá su inmediata enajenación en subasta pública. Si el bien pudiera ser objeto de medidas de prueba durante el proceso principal, la custodia permanecerá bajo la órbita del juez hasta tanto aquellas se cumplan, sin perjuicio de las medidas de administración que pudiera disponer la Agencia de Administración de Bienes del Estado a los fines de conservar su valor y/o productividad, previa autorización judicial, cumpliendo con las disposiciones reglamentarias que se dicten al efecto. Art. 10.- Para garantizar que los bienes sometidos a la acción de extinción de dominio mantengan su valor y productividad, y a fin de evitar que su conservación y custodia genere erogaciones para el Estado, la Agencia de Administración de Bienes del Estado podrá celebrar los contratos necesarios por el tiempo que dure su administración y en la medida en que ello no obstaculice ni demore la enajenación. Cuando fuere posible se podrán constituir fideicomisos públicos de administración sólo por el tiempo necesario para cumplir con la enajenación. En ningún caso se utilizarán fondos del erario público para abonar el costo de esa administración fiduciaria. La entidad a cargo de esa administración percibirá sus honorarios y gastos con el producido de los bienes administrados. Cualquier faltante que se presentare para cubrirlos será exigible con la misma preferencia con que se tratan los gastos de administración en un concurso de acreedores sobre el valor de los bienes, una vez que se liquiden o subasten. Art. 11.- Los recursos obtenidos de la enajenación de los bienes objeto de acción de extinción de dominio, sus utilidades e intereses, y el producido de la enajenación de sus frutos y productos serán ingresados a las rentas generales de la Nación, salvo la aplicación específica dispuesta por el artículo 39 de la Ley 23.737 y en el apartado 3 del artículo 23 del Código Penal en relación con los delitos previstos en los artículos 125, 125 bis, 127, 140, 142 bis, 145 bis, 145 ter y 170 de ese Código. Cuando el objeto de la acción de extinción de dominio sea dinero en efectivo, tendrá el mismo destino que el dispuesto en el párrafo precedente.
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Art. 12.- Los impuestos y tributos sobre los bienes objeto de la acción de extinción de dominio no generarán intereses durante el trámite de esta acción y su eventual enajenación, y durante ese lapso se suspenderá la ejecución de las sentencias de cobro tributario. Una vez enajenados los bienes, se cancelará el valor tributario pendiente de pago. En ningún caso el Estado asumirá el pago de obligaciones tributarias originadas con anterioridad a la sentencia de extinción de dominio del bien. Art. 13.- La Agencia de Administración de Bienes del Estado, por resolución fundada y previa autorización del juez interviniente, podrá destruir o donar a instituciones de bien público, los bienes objeto de la acción de extinción de dominio que se encuentren en un estado de deterioro que haga imposible o excesivamente onerosa su conservación hasta el dictado de la sentencia de extinción de dominio o su posterior enajenación. Art.14.- La Agencia de Administración de Bienes del Estado podrá cancelar lo adeudado por concepto de prenda, garantía mobiliaria o hipoteca contraída de buena fe que afecte al bien sujeto a la acción de extinción del dominio, cuando así lo considere conveniente a los intereses del Estado Nacional. También podrá presentarse como tercero interesado en los procesos judiciales de ejecución de que pudieran ser objeto esos bienes y pagar el monto adeudado a los acreedores previo verificar la legitimidad, exigibilidad y autenticidad del crédito invocado y de su monto, en cuyo caso se subrogará en los derechos del acreedor. Art. 15.- Invítase a las provincias y a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a dictar las normas de procedimiento que sean necesarias a los fines de la aplicación local de la acción de extinción de dominio prevista en esta ley. Art. 16.- Comuníquese al Poder Ejecutivo. Rodolfo J. Urtubey.- José J. Alperovich.- Miguel A. Pichetto.- Beatríz G. Mirkin.- Carlos A. Caserío.- Pedro G. A. Guastavino.- Juan M. País.- Dalmacio E. Mera.- Sigrid E. Kunath.- Guillermo E. Snopek.- Cristina López Valverde.- José R. Uñac.- María T. M. González.- Omar A. Perotti.- Carlos M. Espínola.- Daniel A. Lovera.-
FUNDAMENTOS Señora Presidente: A medida que se producen grandes cambios tecnológicos y económicos en el mundo potenciados por la globalización, observamos que ello trae de la mano un significativo aumento en la dimensión económica de diversas actividades delictivas, generalmente las de tipo organizado, y, sobre todo, de aquellas que tienen
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componentes de tipo transnacional. Resulta significativo el sorprendente y abrumador volumen de ganancias que reportan actividades delictivas tales como el narcotráfico, el tráfico de armas, el tráfico y la trata de personas, e incluso las actividades ligadas al terrorismo, la ciberdelincuencia y la corrupción, circunstancias que traen como consecuencia la posibilidad de que las organizaciones delictivas cuenten con enormes recursos materiales, tecnológicos y financieros a su disposición para aumentar el alcance y lesividad de su accionar delictivo, y eludir la acción de la justicia. Ante esta realidad, resulta imprescindible incorporar a nuestra legislación penal herramientas que permitan atacar de forma directa y eficiente no sólo los medios e instrumentos utilizados por estas organizaciones, sino también las ganancias, el producto y el provecho de estas actividades, pues de lo contrario no resulta posible privar de modo eficaz a las organizaciones criminales de las estructuras materiales de que se valen tanto para el desarrollo de su actividad ilícita, como para obstaculizar los esfuerzos estatales para combatirla. Por este motivo resulta necesario reforzar los instrumentos vigentes al efecto en nuestro sistema penal, incorporando nuevas herramientas que se han ido consolidando a nivel mundial, que permiten una intervención más activa y eficaz del Estado frente a esta problemática. En esta línea venimos por el presente a proponer la incorporación a nuestro sistema del instituto de la acción civil de extinción de dominio, que si bien tramita en el marco del proceso penal, permite la instrumentación de una vía autónoma para quitar el dominio del dinero, cosas, bienes o cualquier clase de activo que hubiesen servido de instrumento o medio para la comisión del hecho, y de los que resulten producto, provecho o ganancia, directos o indirectos, del delito, cualesquiera que fueran las transformaciones o sustituciones que hubiesen podido experimentar, y transferirlo a favor del Estado Nacional o local según el caso, para que por su intermedio regresen de manera útil a la sociedad. Este instituto consiste en una acción civil que se ejerce en el marco del proceso penal principal en el cual se investigan y juzgan los delitos en cuestión, y que tramita conforme las reglas procesales fijadas en cada jurisdicción para el ejercicio de la acción civil en el marco del proceso penal. En el artículo 2° de este proyecto de ley se propone su incorporación al Código Penal a través del artículo 23 bis, en el cual se regula su naturaleza y objeto, y se prevén los delitos específicos frente a los cuales resulta procedente. Se ha previsto allí también la posibilidad de disponer medidas cautelares respecto de los bienes objeto de esta acción y la consecuente asignación de su administración al estado, como también las particularidades del caso frente a supuestos de transformación u ocultamiento de los bienes objeto de la acción de extinción de dominio. Se proponen en el artículo 1° de este proyecto los ajustes necesarios a realizar en el artículo 23 del Código Penal en función de esta incorporación. A su vez, esta nueva forma de extinción del dominio requiere su previsión en el Código Civil y Comercial de la Nación, para
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lo cual se propone, en el artículo 4° del presente proyecto, la incorporación a este último del artículo 1097 bis. En lo que se refiere a los procesos de jurisdicción nacional y federal –artículo 5°-, se coloca la facultad de promover la acción civil de extinción de dominio en la Procuración del Tesoro de la Nación, quien podrá requerir al órgano judicial interviniente en el proceso las medidas cautelares necesarias y eficientes para el desapoderamiento y cautela preventiva de esos bienes, para lo cual se incorporan las reformas respectivas del Código Procesal Penal de la Nación. En el artículo 6° se proponen las modificaciones necesarias a ese Código a fin de garantizar que las sentencias dictadas en la acción de extinción de dominio, además de los requisitos propios de validez ya fijados en ese cuerpo legal, reúnan las condiciones necesarias para una adecuada decisión de las pretensiones objeto de esa acción, y, además, tengan fundamentación autónoma y suficiente. Se prevé también el mecanismo para recurrir estas decisiones, incluso en materia del recurso de revisión. En cuanto respecta a los bienes cautelados, en materia federal y nacional la administración de estos últimos se asigna a la Agencia de Administración de Bienes del Estado – artículo 8°-, y se prevé un régimen estricto y diferenciado para la cada tipo de bien a fin de que se adopten las medidas más eficientes para mantener su valor a lo largo del proceso, y darles luego la mejor utilidad pública posible. Finalmente se invita a las provincias y a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a dictar las normas de procedimiento necesarias para la aplicación local de este instituto. Por los motivos expuestos, solicito a mis pares que nos acompañen el presente proyecto de ley. Rodolfo J. Urtubey.- José J. Alperovich.- Miguel A. Pichetto.- Beatríz G. Mirkin.- Carlos A. Caserío.- Pedro G. A. Guastavino.- Juan M. País.- Dalmacio E. Mera.- Sigrid E. Kunath.- Guillermo E. Snopek.- Cristina López Valverde.- José R. Uñac.- María T. M. González.- Omar A. Perotti.- Carlos M. Espínola.-
(IV)
(S-2469/18)
PROYECTO DE LEY El Senado y Cámara de Diputados,… ARTÍCULO 1º.- Sustitúyese el artículo 23 del Código Penal por el siguiente:
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“ARTÍCULO 23.- En todos los casos en que recayese condena por delitos previstos en este Código o en leyes penales especiales, la misma decidirá el decomiso del dinero, cosas, bienes o cualquier clase de activo que hubiese servido para cometer el hecho y de los que resulten el producto, provecho o ganancia del delito, en favor del Estado nacional, de las provincias o de los municipios, salvo los derechos de restitución o indemnización del damnificado y de terceros. Cuando con el producto o el provecho del delito se hubiese beneficiado un tercero a título gratuito, el comiso se pronunciará contra éste. Si las cosas son peligrosas para la seguridad común, el comiso puede ordenarse aunque afecte a terceros, salvo el derecho de éstos, si fueren de buena fe, a ser indemnizados. Cuando el autor o los partícipes han actuado como mandatarios de alguien o como órganos, miembros o administradores de una persona jurídica, y el producto o el provecho del delito ha beneficiado al mandante o a la persona jurídica, el comiso se pronunciará contra éstos. Si el bien decomisado tuviere valor de uso o cultural para algún establecimiento oficial o de bien público, la autoridad nacional, provincial o municipal respectiva podrá disponer su entrega a esas entidades. Si así no fuere y tuviera valor comercial, aquélla dispondrá su enajenación. Si no tuviera valor lícito alguno, se lo destruirá. En el caso de condena impuesta por alguno de los delitos previstos por los artículos 125, 125 bis, 127, 140, 142 bis, 145 bis, 145 ter y 170 de este Código, queda comprendido entre los bienes a decomisar la cosa mueble o inmueble donde se mantuviera a la víctima privada de su libertad u objeto de explotación. Los bienes decomisados con motivo de tales delitos, según los términos del presente artículo, y el producido de las multas que se impongan, serán afectados a programas de asistencia a la víctima. Todo reclamo o litigio sobre el origen, naturaleza o propiedad de los bienes se realizará a través de una acción administrativa o civil de restitución. Cuando el bien hubiere sido subastado sólo se podrá reclamar su valor monetario. Se podrá prescindir total o parcialmente del decomiso del dinero, cosas, bienes o cualquier clase de activo que hubiese servido de instrumento o medio en la comisión del delito, si el comiso no resultase proporcional a la gravedad del delito cometido por la persona sobre la que recayese la medida o a su intervención en el hecho. El juez podrá adoptar desde el inicio de las actuaciones judiciales las medidas cautelares suficientes para asegurar el decomiso del dinero, cosas, bienes o cualquier clase de activo sobre los que, por tratarse de instrumentos o efectos relacionados con el o los delitos que se investigan, el decomiso presumiblemente pueda recaer. De igual manera podrá actuar en los casos en que se ejerza la acción de
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extinción de dominio a requerimiento del órgano facultado para ejercerla. El mismo alcance podrán tener las medidas cautelares destinadas a hacer cesar la comisión del delito o sus efectos, o a evitar que se consolide su provecho o a obstaculizar la impunidad de sus partícipes. En todos los casos se deberá dejar a salvo los derechos de restitución o indemnización del damnificado y de terceros. En el caso de los delitos previstos en el artículo 23 bis de este Código podrán ser decomisados el dinero, cosas, bienes o cualquier otra clase de activo sin necesidad de condena penal cuando se hubiere podido comprobar la ilicitud de su origen o del hecho material al que estuvieran vinculados y el imputado no pudiere ser enjuiciado por motivo de fallecimiento, fuga, prescripción o cualquier otro motivo de suspensión o extinción de la acción penal o cuando el imputado hubiere reconocido la procedencia o uso ilícito de los bienes.” ARTÍCULO 2º.- Incorpórese al Código Penal como artículo 23 bis, el siguiente: “ARTÍCULO 23 bis.- La acción de extinción de dominio tiene por objeto obtener el cese del dominio ejercido por el autor o partícipe de un delito, respecto de los bienes objeto de decomiso, para transmitirlo a favor del Estado Nacional, provincial o municipal, de manera más ágil, eficaz y respetuosa de los derechos y garantías del afectado. La acción de extinción de dominio se regirá por las reglas de tramitación de la acción civil en el proceso penal. La acción de extinción de dominio podrá ejercerse en los procesos en que se investiguen los siguientes delitos:
1. Delitos comprendidos en los artículos 5, 6, 7, 8, 10, 23, 24 y 29 bis de la Ley 23.737;
2. Delitos comprendidos en los artículos 866 y 867 del Código Aduanero;
3. Delitos comprendidos en los artículos 125, 125 bis, 126, 127, 145 bis y 145 ter de este código;
4. Delitos comprendidos en los artículos 157 y 157 bis de este Código;
5. Delitos comprendidos en los artículos 172, 173, 174 y 175 de este Código;
6. Delitos comprendidos en los artículos 256, 256 bis, 257, 258, 258 bis, 259, 268, 268 (1), y 268 (2) de este Código;
7. Delitos comprendidos en el Título XIII de este Código; 8. Delitos cometidos con la finalidad prevista en el artículo 41
quinquies de este Código. Si con posterioridad al dictado de la sentencia de extinción de dominio, el perjudicado por esta obtuviese una sentencia firme en el proceso principal que declarase su absolución, tendrá derecho reclamar la indemnización que le corresponda en sede civil.
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En los casos en que tramite el incidente de acción de extinción de dominio, la sentencia que se dicte en éste, sustituye al eventual decomiso de bienes en la sentencia principal. No podrán ser objeto de la acción de extinción de dominio el dinero, cosas, bienes o cualquier clase de activo preexistente en el patrimonio del afectado a la fecha del hecho investigado, o aquellos respecto de los que el afectado haya probado debidamente la licitud de su origen. Sólo podrán afectarse a la acción de extinción de dominio, el dinero, cosas, bienes o cualquier otra clase de activo propiedad del autor o los partícipes que representasen un valor equivalente al identificado como instrumento, producto, provecho o ganancia del delito que se investiga, cuando estos se encontraren en extraña jurisdicción, que impidiere a las autoridades locales asegurarlos. ARTÍCULO 3º.- Incorpórase al Código Procesal Penal de la Nación (Ley 23.984) como artículo 17 bis, el siguiente: “ARTÍCULO 17 bis.- El ejercicio de la acción de extinción de dominio regulada en el artículo 23 bis del Código Penal estará a cargo de la Dirección General de Recupero de Activos y Decomiso de Bienes de la Procuración General de la Nación. Dentro de los tres (3) días de iniciado un proceso en que se investiguen los delitos enumerados en el artículo 23 bis del Código Penal, el órgano a cargo de la instrucción deberá informar a la Dirección General de Recupero de Activos y Decomiso de Bienes de la Procuración General de la Nación a los fines del ejercicio de esta acción. La Dirección General de Recupero de Activos y Decomiso de Bienes de la Procuración General de la Nación podrá solicitar al juez de la causa el dictado de las medidas cautelares necesarias para asegurar el dinero, cosas, bienes o cualquier clase de activo y el cumplimiento efectivo de una eventual sentencia de extinción de dominio. Tratándose de bienes registrables, la acción de extinción de dominio se promoverá contra el titular registral. Si fuesen no registrables, se promoverá contra quien ostentaba la posesión. Por regla general los bienes cautelados quedarán bajo la tenencia, administración y conservación de su titular. Excepcionalmente, por la gravedad o características del hecho que se investiga, mediante auto fundado podrá disponerse que la tenencia, administración y conservación de los bienes objeto de estas medidas cautelares, quedará a cargo de un organismo especializado que por ley se disponga, el que deberá garantizar la realización de las medidas de prueba que sobre ellos sean ordenadas en el proceso principal.” ARTÍCULO 4º.- Incorpórase al Código Procesal Penal de la Nación (Ley Nº 23.984) como artículo 403 bis el siguiente:
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“ARTÍCULO 403 bis.- Sentencia de acción de extinción de dominio. La sentencia se dictará en forma simultánea con la sentencia condenatoria, deberá ser fundamentada de manera específica y contener los requisitos fijados en el artículo 399 de este Código. Además, deberá precisar de manera clara, expresa y positiva la decisión que se adopta, declarando el derecho de las partes y aceptando o rechazando la demanda en todo o en parte. La sentencia de extinción de dominio será recurrible mediante recurso de casación ante la Cámara Nacional o Federal de Casación penal, según corresponda. No regirán las limitaciones fijadas en los artículos 461 y 462 de este Código.” ARTÍCULO 5º.- Incorpórase como artículo 479 bis del Código Procesal Penal de la Nación (Ley 23.984) el siguiente: “Artículo 479 bis.- El recurso de revisión procederá en todo tiempo y a favor del vencido respecto de las sentencias de extinción de dominio, cuando la sentencia penal dictada en el proceso principal pasada en autoridad de cosa juzgada haya declarado: a) La inexistencia del delito vinculado con el bien que ha sido objeto de la sentencia de extinción de dominio; b) La inexistencia de vinculación entre el delito cuya comisión se afirma en la sentencia y el bien objeto de sentencia de extinción de dominio; Resultarán de aplicación al trámite de este recurso, las disposiciones establecidas en los artículos 481, 482 y 483 de este Código. Si la sentencia de extinción de dominio fuere revocada, el tribunal interviniente dispondrá la inmediata restitución del dominio. Si los bienes se hubieran enajenado, se le restituirá el producido de la enajenación, con más los intereses que fije el tribunal interviniente. Si la restitución no resultare posible, quedará expedita la vía civil correspondiente para reclamar los daños y perjuicios sufridos.” ARTÍCULO 6º.- Incorpórase al Código Civil y Comercial de la Nación como artículo 1.907 bis, el siguiente: “ARTÍCULO 1.907 bis: Sentencia de extinción de dominio: Los derechos reales sobre un bien también se extinguen por sentencia judicial de extinción de dominio en los supuestos previstos en el artículo 23 bis del Código Penal, sin contraprestación ni compensación de ninguna especie.” ARTÍCULO 7º.- En el trámite de la acción de extinción de dominio deberá garantizarse el pleno ejercicio del derecho de defensa de la parte demandada. Además de sus abogados de confianza, o en su caso, la defensa oficial que lo asista, la persona afectada por la acción de extinción de
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dominio, podrá designar los abogados especialistas o peritos que considere pertinentes. Tendrá pleno acceso al proceso desde el inicio de las actuaciones. Podrá presentar pruebas, solicitar las que considere oportunas e intervenir ampliamente en resguardo de sus derechos. Si durante el trámite de la acción de extinción de dominio, se dictasen medidas cautelares sobre los bienes, que impliquen la pérdida de la administración por parte de su titular, este deberá ser informado trimestralmente sobre el estado de dicha administración. ARTÍCULO 8º.- En los casos en que la sentencia de extinción de dominio fuere revocada, y aquella fuere declarada injustificada, de modo temerario o abusivo, las autoridades judiciales intervinientes y el administrador de los bienes cautelados durante el trámite de la acción de extinción de dominio, serán responsables personalmente por los daños y perjuicios causados por la incorrecta administración o deterioro de los bienes sujetos a la acción de extinción de dominio. ARTÍCULO 9º.- Derógase el artículo 305 del Código Penal. ARTÍCULO 10º.- Los impuestos y tributos sobre los bienes objeto de acciones de extinción de dominio no generarán intereses durante el proceso de extinción de dominio y de enajenación, y en ese lapso se suspenderá la ejecución de las sentencias de cobro tributario. Una vez enajenados los bienes, se cancelará el valor tributario pendiente de pago. Si correspondiere la restitución de los bienes, estos deberán ser restituidos con todos los impuestos y tributos correspondientes al tiempo de la administración cautelar pagos y sin deudas. En ningún caso el Estado asumirá el pago de obligaciones tributarias originadas con anterioridad a la sentencia de extinción de dominio del bien. ARTÍCULO 11.- Invítase a las provincias y a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a dictar las normas de procedimiento que sean necesarias a los fines de la aplicación local de la extinción de dominio prevista en esta ley. ARTÍCULO 12.- Comuníquese al Poder Ejecutivo. María de los Ángeles Sacnun.- Ana M. Ianni.- Anabel Fernández Sagasti.-
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FUNDAMENTOS Señora Presidente: En este Honorable Congreso de la Nación se han presentado diversos proyectos vinculados a la necesidad de agilizar el decomiso de bienes, dinero y todo tipo de activos utilizados como instrumento o bien que resultan producto, provecho o ganancia de actividades delictivas. Asimismo, aún se encuentra pendiente de debate en el recinto, el Proyecto sobre “Acción de extinción de dominio” que ha obtenido media sanción en la Honorable Cámara de Diputados de la Nación y ha venido en revisión para que este Honorable Cuerpo le otorgue tratamiento. Así fue como durante los años 2016 y 2017 se ha debatido en plenario de Comisiones de Justicia y Asuntos Penales junto a Seguridad Interior y Narcotráfico. Es dable destacar que, todos los proyectos presentados han sido tenidos a la vista para la elaboración de la presente iniciativa. Conforme el artículo 231 del CODIGO PROCESAL PENAL DE LA NACION "El juez podrá disponer el secuestro de las cosas relacionadas con el delito, las sujetas a decomiso o aquellas que puedan servir como medios de prueba…". Se trata de un instituto del derecho procesal penal que faculta a la autoridad judicial en determinados supuestos, para proceder a la incautación del producto del delito y de los instrumentos utilizados para su comisión, hasta tanto se dicte sentencia definitiva. En el mismo sentido, según lo dispuesto en el artículo 23 actual del CODIGO PENAL que señala "En todos los casos en que recayese condena por delitos previstos en este Código o en leyes penales especiales, la misma decidirá el decomiso de las cosas que han servido para cometer el hecho y de las cosas o ganancias que son el producto o el provecho del delito, en favor del Estado Nacional, de las provincias o de los municipios, salvo los derechos de restitución o indemnización del damnificado y de terceros…". Es decir, el decomiso, que opera como pena accesoria de pérdida de los instrumentos con los que se ha cometido un delito, resulta aplicable, para todos los delitos previstos en la legislación nacional, conjuntamente a la sentencia condenatoria. En relación a la legislación de fondo, el párrafo incorporado al artículo 23 del CODIGO PENAL por el artículo 6º de la Ley Nº 26.683, dispone que "En caso de los delitos previstos en el artículo 213 ter y quater y Título XIII del libro Segundo de este Código, serán decomisados de modo definitivo, sin necesidad de condena penal, cuando se hubiere podido comprobar la ilicitud de su origen, o del hecho material al que estuvieren vinculados, y el imputado no pudiere ser enjuiciado por motivo de fallecimiento, fuga, prescripción o cualquier otro motivo de
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suspensión o extinción de la acción penal, o cuando el imputado hubiere reconocido la procedencia o uso ilícito de los bienes". Es así como a través de esta modificación, se habilitó por primera vez en nuestro ordenamiento penal, la posibilidad de decomisar o privar del dominio sobre determinados bienes a una persona sujeta a un proceso penal, antes de la sentencia del caso. Esa modificación fue ampliamente debatida por el Honorable Congreso de la Nación a propuesta del Poder Ejecutivo Nacional y aprobada el 1 de junio de 2011. En este orden, cabe precisar que, en la normativa penal nacional vigente, se prevén CUATRO (4) formas de incautación de bienes: el secuestro en sus distintas modalidades, las medidas cautelares durante el proceso, el decomiso conjuntamente a la sentencia definitiva y el decomiso sin sentencia condenatoria. Asimismo, se debe recordar que los bienes secuestrados o decomisados en virtud de un proceso penal se hallan sujetos, en nuestra legislación, a diversos regímenes según el objeto de que se trate. En tal sentido, la Ley 20.785 y sus modificatorias regula en forma detallada la custodia y disposición de los bienes, según su naturaleza y características, que fueren objeto de secuestro en causas penales de competencia de la justicia nacional y federal. De igual modo, la Ley 25.938 establece en el ámbito del MINISTERIO DE DEFENSA - Registro Nacional de Armas, el "REGISTRO NACIONAL DE ARMAS DE FUEGO Y MATERIALES CONTROLADOS, SECUESTRADOS O INCAUTADOS", en el cual se asentarán los datos correspondientes a las armas de fuego, sus partes y repuestos, municiones y demás materiales controlados incluidos en la Ley Nacional de Armas y Explosivos y sus reglamentaciones, que hayan sido secuestrados o incautados por las autoridades, estableciendo la información que deben brindar a dicho Registro los Poderes Judiciales Nacional y Provinciales, Fuerzas de Seguridad, Policía Federal Argentina y Policías Provinciales, y demás organismos competentes que en el ejercicio de las atribuciones que le son propias procedan al secuestro o incautación de dichos materiales. Por su parte, el artículo 39 de la Ley 23.737 y sus modificatorias, relativa a estupefacientes, prevé que la sentencia condenatoria decidirá definitivamente respecto de los bienes decomisados y de los beneficios económicos a que se refiere el artículo 30, agregando, entre otras disposiciones que los bienes o el producido de su venta se destinarán a la lucha contra el tráfico ilegal de estupefacientes, su prevención y la rehabilitación de los afectados por el consumo. Asimismo, la Ley 24.240 y sus modificatorias de Defensa del Consumidor refiere al decomiso de las mercaderías y productos objeto de la infracción. La Ley 26.247 de Implementación de la Convención sobre la prohibición del desarrollo, la producción, el almacenamiento y el empleo de armas químicas y sobre su destrucción, determina en su
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artículo 25 que "Todas las sustancias químicas tóxicas y sus precursores así como las instalaciones destinadas a fines prohibidos por la Convención y la presente ley serán decomisadas y/o destruidas de acuerdo con las disposiciones establecidas en la Convención". A su vez, la Ley 26.348 establece que los automotores abandonados, perdidos, decomisados o secuestrados, cuyo dominio corresponda al Estado nacional o a los Estados particulares en virtud de lo establecido en el artículo 2.342 del Código Civil, deberán ser descontaminados y compactados en forma previa a su disposición en calidad de chatarra. Por otra parte, cabe destacar que a partir de la aprobación de la Convención de las Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas (Ley 24.072); la Convención Interamericana contra la Corrupción (Ley 24.759); la Convención Internacional Contra la Delincuencia Organizada Transnacional y protocolos complementarios (Ley 25.632); la Convención Interamericana Contra el Terrorismo (Ley 26.023) y la Convención de las Naciones Unidas Contra la Corrupción (Ley 26.097), la REPUBLICA ARGENTINA asume el compromiso internacional de avanzar en las acciones necesarias para lograr la identificación de bienes y el recupero de activos de origen ilícito. Sin perjuicio de toda la normativa nacional e internacional descripta, el desapoderamiento de bienes es un tema que sigue sin resolverse de manera eficaz en nuestro país, y obliga a extremar los esfuerzos para una adecuada legislación que brinde herramientas efectivas para la represión del delito. El decomiso de bienes o bien la extinción de dominio sobre los mismos, es una herramienta que, a la vez de resultar necesaria para el desapoderamiento de grupos criminales, y a través de ella, apuntar al corazón del financiamiento de grandes organizaciones delictivas, ha planteado serios problemas de constitucionalidad y –por sobre todo- ha presentado graves falencias en su aplicación. Las experiencias comparadas han sido variadas y ninguna carente de polémica y problemas de legalidad. Es tan cierta la necesidad de desapoderar rápidamente a grupos delictivos, de los fondos o recursos para financiar su actividad, como también el riesgo de actuar con ilegal arbitrariedad sobre la propiedad privada, cuando se desapodera de bienes a personas previo a la correspondiente declaración de culpabilidad, en grave afectación al principio de inocencia. El funcionamiento del sistema penal hasta ahora ha demostrado una profunda ineficacia para identificar, cautelar y restringir la utilización de recursos por parte de los grupos criminales, y es por ello que se ensayan nuevas herramientas como la que aquí se propone. En los últimos dos años, distintos sectores políticos tanto del oficialismo como de la oposición han hecho rimbombantes declaraciones sobre la necesidad de regular esta herramienta jurídica,
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e incluso en muchos casos, esas declaraciones se tradujeron en demagógicos intentos de iniciativas legislativas. Algunos, presentan serios problemas de constitucionalidad, y otros, no traducen en su texto la rigurosidad de las declaraciones de sus autores y promotores. En definitiva, observamos que se declara para la tribuna y los Medios hegemónicos, pero se legisla para que nada cambie. Por ese motivo, mediante este proyecto se propone reformar el artículo 23 del CÓDIGO PENAL, a fin de armonizar las prescripciones normativas relativas al decomiso de bienes, con la nueva acción de extinción de dominio, que se propone incorporar a través del artículo 23 bis al nuevo ordenamiento penal de fondo. Se prevé que la sentencia de extinción de dominio se dicte conjuntamente con la sentencia condenatoria del caso. Ahora bien, con el fin de atender la urgencia y necesidad de desapoderamiento de manera ágil y eficaz, tan necesario para determinados supuestos, se establecen estrictos escenarios en los que el juez de la causa podrá ordenar el decomiso de bienes sin sentencia condenatoria. Esta posibilidad, que ya había sido prevista para el delito de lavado de activos de origen delictivo y el financiamiento del terrorismo, mediante la reforma al Código Penal promovida por el Poder Ejecutivo Nacional en el año 2011, hoy es ampliada a través de la presente iniciativa a un catálogo de delitos más amplio. En virtud de ello, se propone derogar del Código Penal vigente, el artículo 305, por encontrarse subsumidas sus previsiones en la nueva redacción del artículo 23 que se propone. Mediante este Proyecto creemos que se armonizan adecuadamente las características de la acción de extinción de dominio con las del decomiso, de histórica tradición en nuestro ordenamiento. Muchos de los proyectos existentes, como así también algunas de las legislaciones comparadas que han sido analizadas, a nuestro entender aún no logran plasmar de manera clara las diferencias entre ambos institutos, y generan serios problemas de interpretación. Asimismo, advertimos con poca sorpresa, que en la gran cantidad de proyectos analizados, principalmente los elaborados por el oficialismo y por algunos sectores denominados opositores, se ha omitido incluir entre los delitos que habilitan el decomiso anticipado de bienes y este nuevo procedimiento de extinción, aquellos cometidos por grandes empresarios, aquellos vinculados con la alteración del orden económico y financiero, y aquellos que involucran a los corruptores de funcionarios públicos en los casos de delitos contra la administración pública.
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Por ello, en la presente iniciativa, se subsanan esas omisiones, ampliándose el catálogo delictivo en los cuales podrá disponerse el decomiso anticipado o tramitarse el nuevo procedimiento de extinción de dominio. Cabe precisar que, en este proyecto, queda claro que el decomiso de bienes será aplicable cuando no sea ejercida la acción de extinción de dominio, o bien en los casos en que se investiguen todos los otros delitos previstos en nuestro ordenamiento jurídico penal, respecto de los cuales no se podrá ejercer la acción de extinción de dominio aquí prevista. De otro lado, la sentencia de extinción de dominio, sustituye al decomiso en caso que se haya ejercido la acción y se dicte la correspondiente sentencia. Por otra parte, considerando las profundas modificaciones al sistema procesal penal de nuestro país, en línea con un proceso penal de corte netamente acusatorio, el ejercicio de la acción de extinción de dominio se pone en cabeza de la Procuración General de la Nación, específicamente, a través de la Dirección General de Recupero de Activos y Decomiso de Bienes, oficina especializada del Ministerio Público Fiscal. Resulta una característica importante de esta iniciativa, en línea con la necesidad de perseguir de la manera más eficaz posible el desarrollo de la criminalidad organizada trasnacional, la posibilidad de sustituir las medidas cautelares y la posible extinción de dominio sobre bienes equivalentes del autor o partícipe de un delito, cuando el mismo posea los bienes, dinero o activos que han servido como instrumento o que resultan provecho o ganancia del delito, en extraña jurisdicción, que imposibilita la adopción de medidas concretas para las autoridades locales. A nadie escapa la realidad criminal actual en la que el dinero, bienes o activos criminales, se encuentran radicados en países con escasa cooperación internacional para la prevención y persecución del delito, o bien, directamente radicados en guaridas fiscales. La posibilidad de adelantar el decomiso definitivo, se prevé especialmente en los supuestos en que el autor o los partícipes reconozcan el origen ilícito de los bienes, o bien, cuando por el estado de rebeldía del enjuiciado y su negativa a estar a derecho de los órganos competentes de la justicia argentina, no se pueda proseguir con el curso natural del enjuiciamiento penal. Asimismo, y a los fines de prevenir los riesgos de inconstitucionalidad de una medida de estas características, se garantiza con especial énfasis la necesidad de respeto del debido proceso y el ejercicio con la mayor amplitud posible del derecho de defensa y participación en el proceso de extinción de dominio del afectado por la posible medida. En ese sentido, se refuerza en este Proyecto de Ley, la posible responsabilidad personal de la autoridad judicial y del eventual administrador de los bienes objeto de esta acción, en caso de que se evidencie un uso abusivo, discrecional y arbitrario de esta medida.
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Asimismo, se prevé la correspondiente indemnización para los casos en que las medidas fueron dictadas con razonabilidad, y conforme a la ley, pero al momento de la restitución, los bienes, dinero o cualquier otra clase de activo no hayan sido administrados con la debida diligencia o hayan sido afectados, desvalorizados y dañados. Todos estos recaudos se tornan imprescindibles, teniendo en cuenta que se está legislando sobre herramientas que, sin perjuicio de resultar necesaria para la efectiva represión de nuevas realidades criminales, se encuentran en los márgenes de la legalidad que nuestra constitución nacional habilita. Por último, se prevé que los gobiernos provinciales y el de la CIUDAD AUTONOMA DE BUENOS AIRES, podrán adherir a la presente ley a fin de permitir el ejercicio de esta acción en el marco de los procesos penales que se sustancien en sus respectivas jurisdicciones. Por todo lo expuesto es que solicitamos a nuestros pares nos acompañen en el presente Proyecto de Ley. María de los Ángeles Sacnun.- Ana M. Ianni.- Anabel Fernández Sagasti.-
*VERSION PRELIMINAR SUSCEPTIBLE DE CORRECCIÓN UNA VEZ CONFRONTADO CON EL EXPEDIENTE ORIGINAL