api.ning.comapi.ning.com/files/tvyydnk4zvotrxqp*ekqrireouibanats74y8pnnc4... · rueda de la vida,...

214

Upload: duongphuc

Post on 19-Sep-2018

214 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Lo que

el corazón

quiere

contemplar

LO QUE EL CORAZÓN QUIERE CONTEMPLAR: Cómo jugar a soñar y, en ese sueño, jugar a despertar Pepa Arcay Editado por: PUNTO ROJO LIBROS, S.L. Cuesta del Rosario, 8 Sevilla 41004 España 902.918.997 [email protected] Impreso en España ISBN: 978-84-15833-92-5 Maquetación, diseño y producción: Punto Rojo Libros © 2013 Pepa Arcay © 2013 Punto Rojo Libros, de esta edición Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización por escrito de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas por las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de esta edición mediante alquiler o préstamos públicos.

Lo que

el corazón

quiere

contemplar

Pepa Arcay

Cómo jugar a soñar y, en ese sueño, jugar a despertar

A mi hija Amaia, por su sonrisa, siempre un arco iris

A mi hijo Manuel, por el dulce canto de su corazón

A mi hijo Noel, por su fortaleza y su pasión

A todos mis nietos, por ayudarme a recordar que la vida sigue teniendo ganas de jugar

Y a Juan, niño travieso, con quien tanto me gusta compartir este recreo

A todos ellos, con amor y gratitud

Índice

Presentación. Jugar a ser ...................................................................... 11 Capítulo 1 Por pequeño que sea, todo sueña .......................................................... 13 InspirAcción: La canción de la caracola marina ................................ 17 Capítulo 2 Descendiendo por el arco iris ................................................................ 21 InspirAcción: El sueño del despertar .................................................. 23 Capítulo 3 Diminuta Máxima busca unos mapas ................................................... 27 InspirAcción: Encontrar la brújula ...................................................... 33 Capítulo 4 Bota Rebotada o como calzar los sueños ............................................. 39 InspirAcción: La horma de una estrella .............................................. 45 Capítulo 5 Los dictados de mi corazón ................................................................... 49 InspirAcción: El alma que te anima .................................................... 55 Capítulo 6 Perico Periscopio divisa una maravilla ................................................. 59 InspirAcción: Altura de miras ............................................................. 67 Capítulo 7 Dragona Candela, dragona encendida .................................................. 73 InspirAcción: Energía, empatía y cauces de acción ........................... 79 Capítulo 8 Sirena Serena, Ogro Logro y las caracolas cantantes .......................... 85 InspirAcción: Adentrándote en aguas profundas ............................... 91

Capítulo 9 El lago que quería seguir siendo laguna ............................................... 97 InspirAcción: Paisaje interior ............................................................ 103 Capítulo 10 Emma, driada del árbol roble .............................................................. 109 InspirAcción: Círculos de amor y espiral de evolución .................. 117 Capítulo 11 Estrella y el baúl de la abundancia...................................................... 123 InspirAcción: Atuendos radiantes ..................................................... 127 Capítulo 12 Serafín y Teo, ángel y duende en colaboración .................................... 133 InspirAcción: La alas y los alientos .................................................. 143 Capítulo 13 Todo encuentra su sitio, su valor y su función ...................................... 151 InspirAcción: Todos a una................................................................. 161 Capítulo 14 Una singular celebración ..................................................................... 173 InspirAcción: Celebrando la luz naciente ......................................... 181 Capítulo 15 El sueño en el que somos una ............................................................. 189 InspirAcción: Crónica de tu propia travesía ..................................... 199 Capítulo 16 Vivir en Sintonía .................................................................................. 205 InspirAcción: Jugando en el recreo ................................................... 207 Agradecimientos ................................................................................ 209

11

Presentación Jugar a ser

La creación de algo nuevo no se logra con el intelecto sino con el instinto lúdico que actúa desde una necesidad interior.

La mente creativa juega con los objetos que ama.

C. G. Jung

Este libro te invita a jugar y te propone imaginar y experimentar.

Su intención es promover el encuentro con el alma niña, guardiana

de todos los sueños que el corazón alberga. Honrarla, cuidarla e,

integrando su inocencia, su creatividad y su alegría, jugar con ella.

Jugar a ser, de alguna soñada manera.

En cuanto a su estructura, el libro presenta dos niveles de lectura.

Por una parte, al leerlo, te introduces en un relato. Por otro lado, te

encuentras con la posibilidad de utilizar ese relato como mapa para un

viaje interior.

Respecto al contenido, en primer lugar, el cuento aspira a inspirar,

presentando en forma de metáfora la expansión que se produce en la

conciencia al abrazar la vida sin prejuicios y amar todos sus sueños. En

segundo lugar, e integrado en cada capítulo del relato, el apartado

denominado InspirAcción te propone preguntas, reflexiones, juegos y

actividades para sintonizar con la sabiduría de tu corazón, ampliar tu

Lo que el corazón quiere contemplar

12

percepción, vislumbrar la conciencia de unidad, asumir tu poder

creador y, desde la libertad de ser, apoyar a tus sueños en el viaje hacia

su más feliz realización.

He escrito este libro pensando en los niños y niñas que, tengamos

la edad que tengamos, aún podemos ser. Intuyendo que en el fondo de

la vida siempre queda mucha espontánea alegría y mucha inocencia

por nacer.

Espero que su lectura te resulte útil e inspiradora, y que disfrutes

jugando en este recreo.

13

Capítulo 1 Por pequeño que sea, todo sueña

Un recuerdo amorosamente fundado nos limpia los pulmones (…) nos aviva la sangre, nos sacude el otoño (…)

nos renueva la piel y a veces convoca lo mejor que tenemos el trocito de hazaña que nos toca cumplir.

Mario Benedetti

La marea de cada día deja en la playa inesperados tesoros. A veces son restos de nuestros sucesivos naufragios, y podemos transformarlos en material útil para nuevas travesías. Ola a ola… caracola. He encontrado estas frases en un viejo cuaderno y me han parecido como si estuvieran escritas para leerlas en un día como hoy. Un día en el que creo posible volver y, a la vez, volver a empezar.

Aquí estoy. Sentada sobre las arenas de una playa. Frente al mar. Aquí venía en mi infancia. Y si algo en mí aún está esperando a ser, aquí debe encontrarse. Aquí y en alguna estantería, con los tebeos, los cuentos de hadas, las vidas de algunos santos y todos los libros de mi vida.

Me sorprende comprobar que todavía conservo, casi intactos, además de los viejos apuntes, algunos recuerdos. Como por ejemplo, ese en el que, allá por los años cincuenta, soy una niña esperando que llegue al kiosco el extra de Navidad de un tebeo llamado TBO.

Lo que el corazón quiere contemplar

14

Recuerdo una parte de ese extra que me gustaba especialmente. Era una viñeta a la que volvía una y otra vez. Se trataba de la ruleta del destino para el Año Nuevo. Básica, literal, lineal, inocente y prehistórica si la comparamos con el más sencillo juego infantil actual. Un simple ramillete de dibujos ordenados en círculo ante el que el lector tenía que poner todo de su parte para encontrar, todo también, dentro de su imaginación.

Las instrucciones eran escuetas. Y yo, como si de un esotérico ritual se tratara, las seguía a rajatabla. Había que poner un dedo justo encima del centro de la circunferencia, cerrar los ojos y pensar en tus deseos. Luego se iban haciendo círculos sobre el papel hasta que se intuyera que era el momento de parar. Entonces ya podías mirar; y el dibujo sobre el que había quedado posado el dedo, representaba el regalo que te llegaría con el Año Nuevo. Teniendo en cuenta la iconografía de la época, es posible que hubiera un pavo, un billete de lotería y seguro que también un corazón.

Cuando abría los ojos pensaba que aquello era sólo un juego. Ese pensamiento venía como una chispa de racionalidad; pero, casi al mismo tiempo, emergía la esperanza de que ese juego, como cada cosa en la vida, guardara en su interior una ley universal; una ecuación creadora que se iba a poner en marcha independientemente de la comprensión del jugador, pero en directa relación con su fe y su entrega incondicional al juego.

Ahora también creo que la vida extiende su poder creador a quien la abraza sin prejuicios. Ahora comparto la esperanzada certidumbre de aquella niña. Y ahora, además, ante la infinita abundancia de la rueda de la vida, en mi interior emerge claro un anhelo que al expresarlo en palabras me suena a encantamiento: Por pequeño que sea, todo sueña; y siguiendo el sueño que canta en su corazón, todo encuentra su sitio, su valor y su función en otro sueño aún mayor,

Capítulo 1

15

donde vibrando en sintonía, todo despierta latiendo con un solo corazón.

Me entusiasma esta visión. A ella vuelvo una y otra vez como a un puerto seguro en los días de tormenta, cuando baja la marea, y hasta cuando hay nieve sobre la arena de mis días. Me abrazo a la inocencia de este sueño y me dejo reconfortar por la profunda alegría que me inspira.

En medio de este impulso de reencuentro y renovación llevo un tiempo reorganizando mi biblioteca, pero no he encontrado ningún ejemplar de esos extras de Navidad del TBO. Sin embargo, he intuido que sigue estando ahí la niña de las secretas certezas. Sigue ahí y, siguiendo los dictados de mi corazón, le he escrito una carta para que ella también me sienta. Me la imagino alma y también un poco artista, queriendo ser protagonista. No estoy segura si he venido a buscarla o si es su mano la que me lleva, pero sé que quiero estar aquí y ahora, presente para ella.

También, dentro de un ajado cartapacio, he encontrado el borrador de un relato que hace tiempo dejé inacabado. Anotaciones que ahora me llaman y me piden continuación. Como respuesta, he dejado la carta dentro de la carpeta y he recogido esos apuntes que, de partida, he decidido considerar un cuento de encuentro.

Digo de partida porque conforme voy perseverando en este empeño, algo se está movilizando en mi interior, como si esos folios me quisieran llevar muy lejos; pero no sólo más allá, sino también más adentro. Y digo de encuentro porque esos apuntes, los recuerdos, mis deseos y la niña protagonista se van entrelazando como los restos de sucesivos naufragios, material útil para nuevas travesías.

Ola a ola… caracola.

Capítulo 1 - Inspiracción

17

InspirAcción La canción de la caracola marina

Vuelvo de buen talante y buena gana. Se fueron las arrugas de mi ceño.

Por fin puedo creer en lo que sueño. Estoy en mi ventana.

Mario Benedetti

Querido lector, si quieres participar en este recreo, te doy la bienvenida.

Juego a encontrarme con todo aquello que, en mí conciencia de ser, se está queriendo manifestar. Cuando lo encuentro juego a soñar que ya está presente y lo ayudo en su evolución, afirmándome en la intención de colaborar con la vida en su creativa expansión.

Es un juego al que siempre se puede volver para volver a empezar, apoyando cada aspecto de la vida que, por pequeño que sea, sueña.

Juego con mi alma niña, guardiana de todos los sueños que, sabiéndose felices, esperan ser elegidos. Como en su inocencia, todo cabe y todo brilla, dejo que sea ella la que marque el rumbo en este lúdico periplo sin distancia.

Lo que el corazón quiere contemplar

18

Para jugar tú también, te sugiero comenzar recordando cómo jugabas de niño. Mejor aún, además de recordar, en los próximos días, date la oportunidad de jugar a esos juegos que, entonces, eran tus preferidos. Y si es posible, juega con niños.

Mientras juegas, fácilmente te encontrarás imaginando, sin prejuicios, que todo es posible. Te divertirás experimentando y disfrutarás dando rienda suelta a tu creatividad. Además, entrarás en contacto con el niño que hay en ti. Por todo ello, será una estupenda oportunidad para preguntarle despacito: En nuestra vida, ¿qué es lo que está esperando a ser? ¿Qué es lo que sueña con ser de otra manera? ¿Qué es lo que nuestro corazón quiere contemplar?

Asegúrate que al hacer estas preguntas, tienes el propósito de atender todo aquello que aparezca en forma de respuesta; sea un proyecto postergado, una ilusión adormecida o cualquier tipo de semilla que en el territorio de tu experiencia quiere verse florecida. Tenga la forma que tenga, siempre es vida queriendo ser vida expandida.

Para favorecer aún más este diálogo interior, si tienes cerca una playa, te recomiendo un paseo con los pies descalzos, sobre la arena y cerca de la orilla. Pero igualmente, si te resulta más fácil, puedes caminar por la montaña, seguir el cauce de un río, acercarte andando a la plaza de la esquina o, hasta nos serviría, simplemente bailar un rato o hacer un poco de gimnasia.

Sea como sea, después de un tiempo de mantener tu cuerpo en movimiento, busca un lugar tranquilo: siéntate,

Capítulo 1 - Inspiracción

19

quédate en silencio, cierra los ojos e imagina que estás en alguna escondida cala observando la marea de tu vida.

Toma conciencia del ritmo de tu respiración y sigue su compás visualizando con cada inspiración y expiración, olas que vienen y van. Olas que dejan en la orilla de tu atención aspectos valiosos de tu experiencia vital, como cualidades, aprendizajes, recursos, afectos y todo tipo de tesoros; incluidos restos de sucesivos naufragios, que te animo a contemplar como material útil para nuevas travesías.

Después de un rato valorando esos elementos de tu presente, vuélvete a preguntar por todo aquello que en ti quiere crecer y evolucionar. Escucha las respuestas sin prejuicios, acoge esos sueños con ternura y, a una con la inocencia de tu alma niña, juega a visualizar que en esa playa de tu paisaje interior descubres, recoges y escuchas, una caracola marina.

Caracola que al cantarte lo que canta el fondo del mar, imaginas que, desde su áurea proporción, está cantando a coro con la vida, que tiene ganas de jugar. Así dice ese cantar que, como final de este momento de introspección, te invito a recitar: Por pequeño que sea, todo sueña; y siguiendo el sueño que canta en su corazón, todo encuentra su sitio, su valor y su función en un sueño aún mayor, donde vibrando en sintonía, todo despierta latiendo con un solo corazón.

Creo que este estribillo representa el sueño que canta el corazón de la vida, y al cantarlo, apoya todos los sueños que están latiendo en su seno. Así que también puede ser

Lo que el corazón quiere contemplar

20

hechizante canción de juego para todos esos anhelos que se han presentado ante ti, queriendo llegar a ser de alguna soñada manera.

No obstante, tienes que saber que, para que este estribillo adquiera poder de encantamiento, has de recitarlo confiando en que dentro de este juego de la vida, todo guarda en su interior una ley universal; una ecuación creadora que se pone en marcha independientemente de la comprensión del jugador, pero en directa relación con su fe y su entrega incondicional al juego.

Al poner en práctica estas sugerencias, das comienzo a esta experiencia lúdica que denomino InspirAcción y juega contigo tu niño interior. Si quieres intuir mejor su presencia puedes buscar algunas fotos de tu infancia y, mientras las contemplas, empezar a pensar en los ánimos que quieres transmitir a tu alma niña ahora qué juntos vais a jugar a ser; apoyando todo aquello que, en vuestra vida, expandiendo su potencial, quiere ser más allá.

Y además de todo esto, para seguir con lo que viene a continuación, tienes que ir más lejos; pero no sólo más allá, sino también más adentro. Cosa que mejor que en una playa, se hace dentro de un cuento. Y eso nos viene fenomenal, pues, como ya te he explicado, he recuperado un relato inacabado al que voy a incorporar un final feliz y, como parte de este juego, contigo lo quiero compartir.

Ahora tienes la oportunidad de seguir en este recreo, jugando a entrar en un cuento que está yendo a tu encuentro.

21

Capítulo 2 Descendiendo por el arco iris

Cuando el alma desea experimentar algo, arroja una imagen de su experiencia ante sí y

penetra en su propia imagen.

Meister Eckart

Esto es un cuento de encuentro y la crónica de una travesía.

Somos un clan y yo, Hada Letrada, he sido nombrada portavoz del grupo. Me encargaré de escribir sobre todos nosotros, sobre nuestras particulares historias, la trama de nuestros encuentros, el viaje y la alegría de una celebración en la que participan extraños niños y niñas, ogros, enanas, duendes, hadas, dríadas, dragonas, ángeles, sirenas, brujas, un árbol gigante y roble, y hasta un lago que llama y llama a sintonía, pues quiere pasar a la historia siendo una laguna en cuyo alrededor todos cantan a una.

Para ir por orden voy a hablarte, en primer lugar, de un prodigio llamado Todo lo que es y de una maravilla denominada Totalidad, pues son también nuestro comienzo y lo que motiva este cuento y este encuentro.

Totalidad admira Todo lo que Es; es decir, se admira, pues como su nombre indica y por ser una maravilla, Totalidad es Todo lo que es,

Lo que el corazón quiere contemplar

22

y lo que más le divierte es lo que ella denomina “el juego de sentirse encantada de la vida”.

Tal entretenimiento consiste en concebir, cada vez, una nueva combinación de Todo lo que Es, también denominada Sueño Feliz, y vivirla dentro de un patio de recreo llamado “conciencia”, donde aparece, como Onda Encantada de la Vida en su proceso de ser, instante a instante y parte a parte. Es decir, teniendo en cuenta las dimensiones del tiempo y el espacio, pero manteniéndose como fiel reflejo del sueño que el corazón de Totalidad ha elegido contemplar.

Todo lo que es en un Sueño Feliz de Totalidad, lo es; permitiendo y colaborando a que todo lo demás también lo sea.

Y además, siempre hay un momento dentro de este juego en el que se cumple otro requisito, expresado en un estribillo, que a Totalidad le encanta canturrear, y que dice así: Por pequeño que sea, todo sueña; y siguiendo el sueño que canta en su corazón, todo encuentra su sitio, su valor y su función en otro sueño aún mayor, donde vibrando en sintonía, todo despierta latiendo con un solo corazón.

De esta manera, juega tranquila sabiendo que tarde o temprano todos los elementos de su Onda Encantada de la Vida van a ayudarse a descubrir lo que son, y vibrando en esa sintonía, despertarán en el enigmático reino de Todo lo que Es, sabiéndose Totalidad, jugando en su recreo.

Este relato es la crónica de un Sueño Feliz. Leerla es entrar en una Onda Encantada de la Vida que comienza con un fantástico evento: Invisible pero presente está Totalidad en el reino de Todo lo que Es, y a la vez se contempla apareciendo en el campo de la conciencia, en preciosas y vibrantes maneras, radiante y majestuoso arco iris que se despliega como un colorido tobogán.

Capítulo 2 - Inspiracción

23

InspirAcción El sueño del despertar

El ser humano forma parte de una totalidad, llamada por nosotros universo,

una parte limitada en el espacio y en el tiempo. Y nos experimentamos como algo separado

del resto en una especie de ilusión óptica de la conciencia.

Albert Einstein

Ahora que estás leyendo este cuento, salimos a tu encuentro. Y yo, Hada Letrada, como portavoz de nuestro clan, te doy la bienvenida.

Para empezar esta aventura compartida te sugiero jugar a ser el comienzo. Es decir, te invito a considerarte Totalidad, y a tu particular universo, el prodigioso reino de Todo lo que Es.

Imagina, además, que cuentas con tu propio patio de recreo, espacio de tu conciencia en el que puedes observar lo que está queriendo jugar a ser y contemplarlo también, apareciendo radiante, sabiéndose colaborador y participante de una Onda Encantada de la Vida.

Para jugar de esta manera puedes comenzar por recortar una tarjeta de doble faz. En una cara escribe todo

Lo que el corazón quiere contemplar

24

lo que has ido descubriendo que, en tu experiencia vital, se está queriendo manifestar. Y en el revés del tarjetón copia el estribillo que tanto le gusta canturrear a Totalidad, al cual denominamos “la canción de la caracola marina”.

También te sugiero una visualización: Siéntate en un lugar tranquilo, toma conciencia de tu respiración e imagina que con cada expiración entras más y más dentro de ti, hasta llegar al lugar donde esperan las semillas de los sueños que, en tu vida, quieren florecer. Son todos los deseos que has escrito en el tarjetón y has decidido apoyar en el viaje hacia su realización.

Imagina, además, que cual Totalidad dispones de un arco iris sin principio ni final y que estés en las circunstancias que estés, ese arco iris es capaz de llevarte más lejos de lo que puedas pensar.

Después, vuelve a poner la atención en tu respiración. Con cada inspiración, imagina que recoges uno de los deseos del fondo de tu ser. Y con cada expiración, lo dejas deslizar por la pendiente de tu arco iris, comenzando así la expedición hacia su manifestación más feliz.

Cuando hayas puesto en camino a todos tus anhelos, visualiza esos sueños hechos realidad. Recréate en los detalles y disfruta contemplando tu participación en tan felices escenas.

Para finalizar abre los ojos y recita, con confianza y convicción, la canción de la caracola marina; afirmándote, una vez más, en tu intención de colaborar con la vida en su creativa expansión.

Capítulo 2 - Inspiracción

25

Por otra parte, para familiarizarte con la doble perspectiva de lo individual y lo total, te animo a completar un puzle. Fíjate, mientras juegas, en la importancia de cada pieza para lograr la visión global; y considera, a la vez, el sentido que otorga el conjunto a esa aportación particular. Con esta misma intención también te puede ayudar hacer deporte en equipo, cantar a coro o pararte un rato a observar cada aspecto de tu cuerpo haciendo su labor, a la vez que te contemplas como una totalidad en la que cada elemento tiene su sitio, su valor y su función.

Y además de estas propuestas, para jugar con nosotros te sugiero dar un paso más, pues estamos dentro de un cuento y por ello, todo cuenta y tiene que ser contado. Así que te invito a elegir un cuaderno o una carpeta llena de hojas en blanco, donde irás tomando apuntes.

Cuando escribas ahí, yo, Hada Letrada, estaré jugando contigo, pues entre cuadernos, bolígrafos y letras, siempre estoy muy contenta. Juntos realizaremos la crónica de tu propia travesía. Puedes estrenarte en esta actividad poniendo por escrito lo que has visto cuando te imaginabas protagonizando tu soñada realidad. ¿Qué sucedía, qué experimentabas y qué sentías cuando en tu visualización ya se estaba manifestando lo que tu corazón quiere contemplar? Describe, desde el entusiasmo y la gratitud, una visión detallada para cada uno de los deseos reflejados en tu tarjeta de doble faz.

Y ahora llega el momento, que llega siempre al organizar un viaje o un nuevo juego, en el que nos damos cuenta que están todos los preparativos hechos y sólo nos queda lanzarnos a jugar, emprender el camino y disfrutar.

27

Capítulo 3 Diminuta Máxima busca unos mapas

El deseo de cuestionar la vida viene de la propia vida, de esa parte de la vida que todavía está escondida.

La vida nos incita a preguntarnos. Quiere ser admirada.

En tanto que no lo sea, la pregunta permanece.

Jean Klein

Diminuta Máxima forma parte de nuestro clan, habiendo descendido por el color rojo del arco iris junto a unas enormes botas. Ha olvidado este aterrizaje. Sin embargo, se recuerda, desde siempre, estando entre gente grande, siendo ella gente pequeña. No es que sea insignificante, pero es diminuta aunque le llaman Máxima.

Haciendo honor a su nombre, le encanta memorizar frases célebres. Sabe proverbios para organizarse, adagios para calmarse, sentencias útiles para disciplinarse, dichos que le divierten, refranes para prevenir, aforismos para predecir, preceptos para convivir, y hasta algún axioma para ser feliz. Pero aún con todo, Diminuta Máxima todavía no ha encontrado respuestas para algunos cómos, dóndes y paraqués. Y esas interrogantes han terminado sacándole de sus casillas, hasta el punto de estar pensando en irse de viaje. Es decir, dejar su casilla o razón social.

Lo que el corazón quiere contemplar

28

Este espíritu viajero comenzó hace tiempo, cuando leyendo algunos libros sentíase muy ligera, diríase que volátil. Como si las páginas le sirvieran de alas y sus pensamientos fueran cálidas corrientes de aire por las que ascender, en este caso no a los cielos, pero sí hasta el techo de su imaginación. Claro que, una vez terminada la lectura, era como si sus alas se cerrasen; y caía en picado, no ya al suelo, que hubiera sido un desastre, sino al colchón; pues, tomando precauciones, leía tumbada en la cama y así se aseguraba un blandito aunque forzoso aterrizaje.

Quizás fue por estas experiencias que Diminuta Máxima se propuso buscar algunos mapas, pues quería comprobar si existía un camino que le llevara a algún lugar, ya que en estos vuelos iba de abajo a arriba y de arriba a abajo, sin llegar a ninguna parte. Además, también decidió buscar alguna cartografía de su propia identidad, mapas que le ayudasen en el caso de que, por ser tan minúscula, los demás no le vieran y ella tuviera dificultades para encontrarse.

En su afán de localizar tales cartas geográficas estuvo revolviendo cajones, removiendo pilas de documentos, empujando libros que terminaban cayendo de los estantes, arrastrando manuscritos, y en fin, desorganizando la biblioteca, como si hubiera tomado por misión secreta descolocarlo todo aparentando una búsqueda concreta.

Y fue en medio de esta frenética actividad cuando empezó a sentir el desánimo que estaba cundiendo entre algunos libros que le confesaron sentirse olvidados, el desasosiego de bastantes folios que con el desgaste del tiempo estaban viendo desaparecer sus textos, la intranquilidad de unas carpetas que contenían un relato inacabado que quería saberse terminado, la inquietud de un deseo plasmado en un tarjetón por temer ser olvidado, y, como fondo de tanto desaliento, los crujidos en forma de lamentos de un gran armario de roble, recordando una sombría leyenda de los árboles de su especie.

Capítulo 3

29

Tiene que ser triste ser un libro y estar olvidado en una estantería. Debe ser frustrante para un manuscrito no tener más remedio que mantener su potencial guardado en una carpeta, por muy decorativa que esta sea. Y qué decir del deseo olvidado, viéndose aprisionado en una tarjeta cuando su vocación es la de ser un deseo realizado. Estas eran algunas de las cavilaciones de Diminuta Máxima mientras buscaba los mapas.

Así discurría el flujo de sus pensamientos hasta que desembocó en una decisión: ayudaría a todo lo que se sentía frustrado en los estantes, cajones y los archivos de su biblioteca, a realizar su sueño. Ayudaría a cada libro, a cada texto y a cada documento, a cumplir su función y a encontrar su puesto; ese en el que tienes la oportunidad de ser todo lo que eres, y compartiéndolo, en vez de quedarte con menos, te llenas más, te sientes más pleno.

Todo esto pensaba Diminuta Máxima en los últimos días mientras recorría la biblioteca en la que ya nada parecía estar en su sitio, y lo que aún se mantenía en su lugar también iba tomando semblanza de trajín y de mudanza. Y entretanto iba repitiendo, casi canturreando, el deseo supuestamente olvidado que había encontrado escrito en el viejo tarjetón y que así decía: Por pequeño que sea, todo sueña; y siguiendo el sueño que canta en su corazón, todo encuentra su sitio, su valor y su función en otro sueño aún mayor, donde vibrando en sintonía, todo despierta latiendo con un solo corazón.

Cantó y cantó, hasta que le encantó; hasta que notó que además de tal cantinela estaba escuchando, latiendo muy fuerte, su propio corazón. ¿Tendría esa frase algún poder de encantamiento? Para Diminuta Máxima esta experiencia fue todo un acontecimiento, diríase que una revelación, pues comprendió que escuchar su corazón podía ser un camino seguro para, aun siendo diminuta, volver a encontrarse en el caso de perderse. ¿Y cómo hacer para que su corazón se oyese?

Lo que el corazón quiere contemplar

30

Quizás bastaba, como ahora, con entusiasmarse, concentrando la atención en una intención que le apasionase. Recordando una visión que le encantase; es decir, que le ayudara a sentirse encantada de la vida, encantada de tener la oportunidad de encontrar aquello que su corazón quería contemplar. Ahora, el tarjetón y ella tenían un interés común que consistía en conservar ese deseo vivo y cuidarlo hasta que se convirtiera en realidad.

¡Manteniéndose en esa sintonía, aun siendo diminuta, siempre se encontraría! Todavía no había hallado ningún mapa; pero consideró que con este descubrimiento podía decir que ya tenía brújula.

Esta confianza que desde ese momento albergó Diminuta Máxima aceleró sus planes. No sabía mucho de sí misma, pero ya no temía perderse, y los siguientes días se dedicó a escuchar las penas y los lamentos de los elementos insatisfechos en sus estanterías. Por pequeño que sea, todo sueña, les recordaba Diminuta Máxima, animándoles a expresarse. Y teniendo en cuenta los matices de los deseos que le comunicaron, fueron imaginando juntos formas de salir de su descontento.

Acordaron que en los folios descoloridos se volverían a escribir inspiradoras máximas, luego se doblarían convenientemente según el arte de la papiroflexia, y una vez habiéndole dado a cada trozo de papel una preciosa forma y un exquisito contenido, Diminuta Máxima las colocaría entre los volúmenes más solicitados, a modo de puntos de lectura.

Respecto a los libros que le dijeron sentirse contrariados por estar olvidados, decidieron comenzar la aventura de buscar nuevos lectores; y para encontrarlos, Diminuta Máxima se comprometió a colocarlos en bancos de parques, mesas de tabernas y otros lugares en los que podrían ver si lograban establecerse como libro de texto, libro de

Capítulo 3

31

bolsillo, libro de cabecera o, al menos, libros abiertos, que era lo mínimo a lo que aspiraban aquellos libros y no lo estaban consiguiendo, permaneciendo cerrados en las estanterías.

Por último, respecto a los cartapacios llenos de apuntes, decidieron en primer lugar examinar el contenido y leer el relato inacabado. Pero cuando ya estaba dispuesta a empezar con esta tarea, resultó que en el interior de tales portafolios, en vez de apuntes encontró únicamente una carta dentro de un sobre. ¿Quizás es que con tanto cambio había puesto esos papeles en otros estantes? No obstante, a pesar de esa ausencia, las carpetas parecían muy contentas ahora, pues decían que ya habían conseguido que se tuviera en cuenta su interior además de su apariencia. De manera que, como ya tenía entre manos mucho trabajo, Diminuta Máxima decidió no dar al asunto más importancia, guardar la carta para leerla más tarde y atender ahora al armario, pues sus crujidos ya resultaban alarmantes.

Tal armario era ese que llevaba un tiempo melancólico, recordando historias de los árboles de su especie, por lo que pensó que estaría bien escucharle mientras masajeaba su madera con suave cera. Pero primero, teniendo en cuenta lo sucedido con las carpetas, quiso abrir el armario y prestar consideración a lo que había quedado guardado en su interior. Cuando lo hizo, lo primero que vio fueron sus botas. Sus queridas y enormes botas. ¡Cuántos recuerdos preciosos despertaron en su memoria!

Capítulo 3 - Inspiracción

33

InspirAcción Encontrar la brújula

Acude a tu regazo. Pide audiencia. Y pregúntale a tu corazón qué es lo que sabe.

William Shakespeare

Te va a ser fácil jugar a ser Diminuta Máxima, pues ya

es así tu alma niña, la que te ha traído de la mano a

participar en este cuento, la que sueña y la que guarda

intacta tu inocencia.

Para empezar a dar vida en tu vida a esta enana

inquieta y soñadora, tienes que adoptar su perspectiva. Ella

observa y atiende sus pensamientos, sus emociones y sus

sensaciones. Y haciéndolo toma conciencia de lo que

entusiasma su corazón. Ella, además, se hace responsable

de la coherencia de sus acciones con esa visión y esa

misión que va cuajando en su interior.

Así que para jugar aquí y ahora a vibrar en su misma

frecuencia, te sugiero que con la excusa de encontrar tus

propias metas, remuevas aún más tu “biblioteca”, es decir,

avances en la tarea de tener en cuenta todo lo que en tu

vida está aparcado, sintiéndose descontento y todo lo que

sueña con ser de otra manera. Atiende todo lo que en ti aún

Lo que el corazón quiere contemplar

34

no ha encontrado su sitio, su valor y su función;

comprometiéndote a acompañarlo en su evolución que es

también el viaje hacia tu conciencia de realización en

creativa expansión.

En este empeño, te pueden ayudar estas preguntas

cuyas respuestas puedes escribir en tu cuaderno de

apuntes:

¿Qué es lo que en tu vida reclama ser tenido en

cuenta? ¿Proyectos inacabados? ¿Deseos insatisfechos?

¿Heridas del pasado buscando sanación? ¿Conocimiento

que espera ser compartido? ¿Talentos por desarrollar?

¿Aprendizajes que piden ser aplicados? ¿Nuevas ideas a

poner en práctica? ¿Afectos sin cauces de expresión?

¿Situaciones estancadas anhelando fluir? ¿Sueños que

quieren hacerse realidad?

Quizás es el momento en el que vibrando en la

frecuencia de Diminuta Máxima, aunque te creas

insignificante, te des permiso para sentirte colosal. Eso

supone crecer. Apoyar el despliegue de la vida que, en tu

conciencia de ser, quiere expandirse para ser admirada,

honrada y celebrada.

Si te pones en esa disposición, ya estarás siendo

Diminuta Máxima a punto de comenzar tu viaje. Y como

ella, antes de salir, necesitas encontrar tu brújula para no

perderte.

Para avanzar en ese objetivo, juega a promover que tu

corazón se sienta contento. Juega a entusiasmarte. Te

Capítulo 3 - Inspiracción

35

sugiero que comiences por repasar la lista de deseos escrita

en tu tarjetón. Asegúrate que en esa lista, tales deseos están

expresados de forma que, al leerlos, puedas imaginarlos

realizados. Repasa también las felices escenas ya descritas

en tu cuaderno de apuntes.

Luego quédate en silencio, intuyendo la presencia de

tu niño interior, guardián de todos los sueños que alberga

tu corazón. Dile a ese niño que es posible, que sois capaces

y que merecéis que vuestros sueños se hagan realidad.

Imagínate que lo abrazas confiando en que la vida que sois,

os guiará. Y dile también que cuentas con su inocencia y

su alegría para disfrutar de cada paso en este viaje.

Piensa, además, en todo lo que a tu alrededor, por

pequeño que sea, también sueña; y afírmate en la intención

de interesarte por sus anhelos y las posibilidades de mutua

colaboración.

Después, recita una y otra vez la canción de la

caracola marina, con el propósito de sentir más confianza,

entusiasmo y esperanza. Hazlo así hasta comprobar que,

tener la oportunidad de hacer los sueños realidad, abriendo

tu conciencia al despliegue de la vida en su infinito

potencial, te encanta.

Jugando de esta forma encuentras tu brújula; es decir,

entras en contacto con tu corazón, de dónde te viene

sabiduría y orientación.

Después, al estilo de Diminuta Máxima, y teniendo en

cuenta tus deseos, abre una nueva sección en tu cuaderno y

Lo que el corazón quiere contemplar

36

titúlala: “Primeros pasos”. Luego, planea y describe ahí las

primeras acciones que vas a llevar a cabo para apoyar el

logro de tus objetivos. Comienza por las actividades más

fáciles de realizar, las que tengas más a mano y te puedan

ayudar a ir más allá del descontento y rumbo a la felicidad.

Entendiendo por tal, el libre e inocente movimiento de la

vida, surgiendo en ti, en medio de una espontánea alegría y

creatividad.

Para abordar esta tarea, contempla el horizonte de tus

sueños y observa también tu situación actual. ¿Qué está en

tu mano hacer para avanzar un paso más hacia esa soñada

realidad?

Teniendo en cuenta cada uno de los deseos de tu lista,

escribe en el cuaderno todas las respuestas que se te

ocurran a las siguientes interrogantes: ¿Qué haría si supiera

que va a salir bien? ¿Qué me gustaría hacer? ¿Qué

acciones intuyo que son las más adecuadas? ¿Qué creo que

debe hacerse? ¿Qué imagino que harían en esta situación

las tres personas que más admiro? ¿De qué dispongo en

este momento y en qué me puedo apoyar para progresar

hacia mis objetivos?

Recrea en tu imaginación toda posibilidad hasta

visualizar cauces para desarrollar su potencial. Separa lo

que decidas hacer en pequeños pasos. Elabora una lista de

tareas especificando, al lado de cada acción, el propósito

por el que quieres llevarla a cabo junto con los resultados

que esperas obtener. Planea su realización lo más

concretamente que puedas, con fecha y hora cercana. Y

Capítulo 3 - Inspiracción

37

modifica tu agenda hasta encontrar espacio para desarrollar

toda esta nueva actividad, anulando todo aquello que no

sea realmente prioritario para ti.

Ordena tus papeles, despeja tus cajones y tus armarios,

regala lo que no usas, despréndete de lo que no necesitas.

Delega, pide ayuda y completa los asuntos pendientes que

consideras importantes. Juega de todas las maneras que se

te ocurran a soltar lastre, a promover fluidez y a crear

espacios para dar la bienvenida a todo lo que en ti está

queriendo ser.

Prueba a compartir lo que sabes, lo que sientes, lo que

tienes y lo que eres, para tomar conciencia de tu

colaboración en la realización de los sueños de los que

tienes alrededor.

Deja también que tu cuerpo te guíe en esta experiencia.

Date un masaje para reconocer tensiones y promover

flexibilidad. Atiende las zonas de insensibilidad o dolor; e

imagina, mientras respiras conscientemente, que toda tu

energía encuentra saludables cauces de expresión.

Mantén la intención de facilitar que todo pueda ser de

alguna nueva y soñada manera. Y hazlo, sobre todo,

cuando estés acariciando lo que más bloqueado se muestra,

lo que más se lamenta y lo que lleva más tiempo esperando

tu atención. Sueños que van a necesitar calzarse con la más

enorme inocencia, con la más pura fe, con la horma de una

vida que quiere sentirse útil y colaborar en la

manifestación de lo que el corazón quiere contemplar.

Lo que el corazón quiere contemplar

38

¡Alégrate al comprobar que ya estás participando en tarea

tan fenomenal!

Y así como Diminuta Máxima, al atender los

lastimosos crujidos de su armario, decidió mirar en su

interior y encontró sus queridas botas. Ahora también te

invitamos, todos los miembros del clan, a ponerte el

calzado que te permita moverte entre tus sueños y, al

hacerlo, calzar también una feliz realidad.

39

Capítulo 4 Bota Rebotada o como calzar los sueños

En el centro de la dificultad yace la oportunidad.

Albert Einstein

Antes de entrar a formar parte de nuestro clan, Bota Rebotada tuvo también su propio recorrido individual. Es sabido que descendió por el color rojo del arco iris y comenzó su periplo como un singular calzado de material fuerte y resistente, con una gruesa suela en su base y el cuerpo lleno de hebillas y cordones. El color de su piel se parecía a las piedras del suelo, a las arenas del desierto y al polvo de los caminos. Formaba parte de la familia de los zapatos y su tamaño era el más grande de su especie. Pero de aquel primer tiempo lo que quiero que sepas es que era una bota que se avergonzaba de sí misma.

Sus comienzos no le ayudaron mucho a mantener su autoestima, pues en la primera zapatería en donde la expusieron fue colocada en un rincón del escaparate, dado que si la ponían en primera fila, por su gran tamaño, tapaba todo lo demás. A su lado y por delante colocaron unas finas sandalias, esbeltos mocasines de ante, exquisitas babuchas de seda, unas livianas zapatillas de ballet y hasta unos diminutos botines para bebés llenos de colores y encanto. Nadie se interesó por ella y a las pocas semanas la volvieron a meter en su caja. Bota Rebotada pensó que no servía para nada, que quizás estaba mal hecha y que se quedaría sin saber lo que era ser calzada, cuidada, considerada con

Lo que el corazón quiere contemplar

40

aprecio y llevada por el mundo a descubrir nuevos caminos. Pensó que pasaría su vida encerrada o en la esquina de algún escaparate, sintiendo envidia hacia los zapatos que eran escogidos.

Pero sucedió que la zapatería fue asaltada por unos ladrones y Bota Rebotada formó parte del botín. Así empezó una época muy dolorosa para ella porque se la quedó un muchacho para quien su tamaño no era el adecuado y se le hicieron ampollas en los pies. —¡No servís para nada!, —le oía gritar. —Sois duras y bastas, y sólo sabéis producir heridas. Escuchándole, Bota Rebotada, se encontraba cada vez más confundida. Se sentía culpable pero no sabía por qué, pues no estaba en su horma la intención de hacer daño. ¿Por qué nadie reconocía su capacidad para proteger, para abrigar y para colaborar a mantener el equilibrio? Fue una época en la que hasta dudó de su identidad, pues su propietario, siempre metidos en peleas, más que como calzado la utilizaba como arma arrojadiza.

Finalmente fue vendida a una tienda de calzado usado. Y allí ocurrió el milagro. Ese que vas a ver que siempre llega en la vida de todos los componentes de nuestro clan, pues al ser partes de un Sueño Feliz de Totalidad, hay siempre un momento en que algo cambia, y todo adquiere un brillo que luce a medias entre un encantamiento y una maravilla.

Un día, cuando más estaba sintiendo la vergüenza de ser mostrada con su precio totalmente devaluado, como si lo único que quisieran fuera quitársela de encima a cualquier coste, entró en la tienda una niña con ojos inocentes y sonrisa entusiasmada que pidió le acercaran el enorme calzado expuesto en el escaparate. Examinó la bota de cerca y dijo estar muy contenta de que en su interior cupieran dos o tres pies como los suyos, y quizás también sus manos.

Capítulo 4

41

—¿Es un regalo que quieres hacer a tu papá?, —preguntó el vendedor, que no entendía el interés que podía tener la niña en esa compra. —No, no…, —respondió la pequeña, —no es para hacer un regalo, es para recibir muchos regalos. Y continuó la explicación: —Me han dicho que hemos de poner nuestros zapatos en la chimenea de forma que se vean bien. Todos en mi familia son altos y tienen unos enormes pies, así que he pensado que necesito unas botas muy grandes, no sea que mis minúsculos zapatos pasen desapercibidos. Estas serán las botas que utilizaré cada Navidad y las mantendré limpias y bien cuidadas porque tienen una importante misión que cumplir.

Al escucharle Bota Rebotada se sintió emocionada y deseosa de comenzar esta nueva etapa de su vida. En ese momento comprendió que todo lo que le había sucedido anteriormente había facilitado este encuentro, y sonrió aliviada porque comprendió que estaba en buenas manos; aunque siempre había pensado que se sentiría bien cuando estuviera en buenos pies.

Y ahí estaba ahora Diminuta Máxima, delante de esas botas que habían quedado olvidadas dentro de su armario de roble, sintiendo que su corazón latía aceleradamente, como en aquellos tiempos en los que al amanecer las encontraba repletas de juguetes. Pero, ¿qué era ese objeto envuelto en papel de seda que estaba dentro de su bota izquierda? ¡La estrella del árbol de Navidad! Esa que entonces veía brillar en lo más alto, viéndola ella desde la altura más bajita.

Se podría decir que con la visión de la colocación de esa estrella en la copa del árbol nació en Diminuta Máxima el deseo de llegar muy lejos hacia arriba. Y ahora resulta que era la estrella la que dormía a ras de tierra, en el fondo de unas botas destinadas a calzar sueños; pero que, en la actualidad, ejercían de calzado jubilado de quimeras. Y ya no había ningún árbol luminoso, sino un deslustrado y quejumbroso

Lo que el corazón quiere contemplar

42

armario de madera. Realmente nada parecía estar siendo lo que quería ser.

—Quiero que todos sepan —oyó decir entonces al gran armario— que hubo una época en la que el árbol roble era considerado sagrado, el rey de los árboles del bosque y el guardián de sabios conocimientos. Era fuente de inspiración, símbolo de fortaleza, y era también sabido que los robles eran imponentes en cuanto a su porte pero también acogedores; siendo su corteza hogar y alimento de diminutos seres, y sus alrededores lugar elegido para los más coloristas festivales, como los del solsticio, en los que las gentes acudían al bosque, le llevaban ofrendas y le dedicaban canciones. Pero según cuenta la leyenda, existió un hombre llamado Bonifacio, que quiso convencer a los pobladores de esos bosques de que el roble no era sagrado y que no era merecedor de esos honores. No se sabe cómo lo consiguió, pero el caso es que en el momento en que daba tal discurso, un roble cayó y arrasó todo lo que se interpuso en su caída. Todo menos un árbol abeto, que el tal Bonifacio consideró un árbol divino por haber quedado intacto junto al roble caído.

—Desde entonces —crujió el gran armario de roble, —en el corazón de algunos de nuestra especie canta un sueño que aún no ha quedado cumplido.

El deseo del gran armario, según confesó a Diminuta Máxima, era ver si alguno de sus descendientes podía recuperar la tradición de antes del incidente; aquella según la cual se reunía alrededor del roble mucha gente, y celebraban juntos la luz naciente. Había sabido que, posteriormente, las gentes tomaron por costumbre adornar los abetos y colocar en su copa una brillante estrella. Pues bien, el gran armario deseaba que algún joven roble lograse pasar de la categoría de roble estrellado contra el suelo a la de roble estrellado mirando al cielo, por

Capítulo 4

43

coronado en su copa con una estrella, mientras seguía siendo un imponente roble bien enraizado en la tierra.

Después de escuchar al gran armario, Diminuta Máxima se sentó para hacer un repaso de todos los sueños que le estaban siendo confiados. Estaba el sueño de los libros olvidados, el del manuscrito inacabado, y ahora también extraviado, el de los folios descoloridos, el del tarjetón, el de las botas, el de la estrella, y el del gran armario, que era en realidad un sueño pendiente de toda su arbórea especie. Y otra vez sintió latir su corazón muy fuerte. Otra vez estaba entusiasmada, aunque también un poco asustada, pues llegaba el momento de ponerse en marcha; pero aún no había encontrado los mapas.

En ese momento recordó la carta que había descubierto dentro de la carpeta. Era un abultado sobre en el que estaba escrito lo que parecía ser la descripción de su contenido: “Carta de reconocimiento, coordenadas de situación y orientaciones sobre giros y bifurcaciones”.

—¿No estabas buscando mapas?, —se dijo a sí misma. —Las cartas de reconocimiento también son como mapas, pues dan fe de que algo ha sido contemplado y valorado hasta el punto de querer dejar constancia de que eso existe, —siguió explicándose como si necesitara alguna justificación para considerar que, una vez más, como en aquellas mágicas y antiguas noches, al ver sus botas veía también lo que tanto había deseado.

Finalmente, abrió la carta, la desplegó y la leyó despacito y con mucha atención.

Capítulo 4 - Inspiracción

45

InspirAcción La horma de una estrella

Puede que haya nacido en un cuchitril, pero estoy determinada a viajar con el viento

y las estrellas

Jacqueline Cochran, aviadora

Despertar a la frecuencia de vibración de Bota Rebotada significa jugar a tomar conciencia, con inocencia, asombro y confianza, de la vida que eres, aquí y ahora, incluyendo materia y forma, capacidad y sentido, sueños y esperanzas.

Significa jugar a hacerlo aunque ahora, o en algún otro momento, hayas sentido vergüenza al comparar tu vida con la forma de otras vidas, te hayas confrontado con la pena de creer que a nadie le interesas, te hayas sentido inútil o con miedo a no encontrar lugar donde brillar entre todo lo demás.

Supone, aún sintiendo todo eso, jugar a seguir ahí, siendo lo que eres y siendo a la vez todo lo que quieres llegar a ser. Es decir, se trata de jugar a contemplar tu existencia, tenga la forma que tenga, como vehículo útil, el punto de encuentro entre los sueños y la tierra firme de la vida.

Lo que el corazón quiere contemplar

46

Vibrar con Bota Rebotada implica vibrar en la confianza de que, en algún giro del camino, podrás percibir el sentido de todo lo vivido, que en medio de las dificultades está la oportunidad, que hay siempre un momento en que algo cambia y todo adquiere un brillo que luce a medias entre un encantamiento y una maravilla, y que, aunque lleguen en formas insospechadas, es posible contemplar tus sueños hechos realidad.

Si dejas que ella tome vida en tu vida, Bota Rebotada te va a enseñar que más allá de los juicios basados en las apariencias, todos tenemos un sitio, un valor y una función; y desde alguna perspectiva todo puede ser admirado, si a tu mirada le pones inocencia y corazón.

Diminuta Máxima considera a Bota Rebotada como un precioso tesoro y para alcanzar esa frecuencia de vibración, tendrás que comenzar por contemplar tu vida, tu bota rebotada, con esa misma consideración.

Para ello, vuelve a tu cuaderno de apuntes y anota todo lo que descubras que, formando parte de tu experiencia, está colaborando a que puedas avanzar en tu camino y disfrutar de esa vivencia. Juega a bendecir todo elemento incluido en esa trama existencial; es decir, nómbralo con estimación y hónralo dándole reconocimiento en tus anotaciones. Hazlo así hasta sentir que estás abrazando tu presente con entusiasmo y gratitud. Y vuelve a esta actividad cada vez que tu atención solo esté teniendo en cuenta algún tipo de carencia o insatisfacción.

Deja que tu alma niña visualice vuestra vida y la vea como fuente de dones, encanto y abundancia. No sabe

Capítulo 4 - Inspiracción

47

cómo pero sabe que así quiere que sea. Diminuta Máxima escribía sus deseos y confiaba en despertar contemplando sus botas llenas de regalos. El niño que hay en ti, ya tiene su carta escrita. ¿Recuerdas tu tarjetón de doble faz? Repasa tu lista de sueños y luego busca una cartulina del color de las piedras del suelo, las arenas del desierto o el polvo de los caminos, recorta el contorno de unas enormes botas, y en su interior realiza un collage que incluya tu foto sonriente y otras imágenes que para ti representen tu vida, calzando esa feliz y soñada realidad. Coloca ese collage en un lugar bien visible para que te ayude a recordar lo que, en tu experiencia, tu corazón quiere contemplar.

Después, imagínate que cual bota rebotada eres tu propia vida, y que estás deseosa de ser útil y contenta de formar parte de esta aventura. Más allá de tu apariencia y logros actuales, al estilo del armario de roble de Diminuta Máxima, confías en que en tu naturaleza está la sabiduría y los recursos para desplegar todo tu potencial. Para afirmarte en esa frecuencia de vibración, con convicción, recita la siguiente aseveración: Soy parte de la vida. Aquí y ahora tomo conciencia de su abundancia y poder creador. Juega a recitar esta frase cada mañana cuando te despiertas, al momento de poner tus pies sobre el suelo. Y hazlo sabiéndote vida en su infinita aventura de expansión.

Además, en esta etapa del juego, te sugiero elaborar el símbolo de tu estrella personal. Puedes buscar un mándala o diagrama concéntrico ya dibujado, o perfilarlo tú mismo organizando los trazos en forma armoniosa alrededor de un punto central. Mientras lo coloreas imagina que en ese espacio quedan integrados cada uno de tus sueños en su más feliz realización. Guarda esa estrella en algún bolsillo

Lo que el corazón quiere contemplar

48

de tu camisa y del alma, siempre bien cerca del corazón. Simboliza tu misión y tu visión. Representa tu radiante expansión. Va a ser para ti, fuente de entusiasmo y motivación.

Y también es el momento de poner por escrito los ánimos que quieres transmitir a tu niño interior al comenzar este viaje compartido. Para inspirarte te invito a acompañar a Diminuta Máxima en la lectura de la carta que ella se encontró.

49

Capítulo 5 Los dictados de mi corazón

Pasamos los primeros años de nuestra vida decidiendo qué partes de nosotros metemos en el saco,

y ocupamos el resto tratando de vaciarlo.

Robert Bly

La carta se titulaba Los dictados de mi corazón, y eso le gustó a Diminuta Máxima, pues pensó que debía de haberla escrito alguien que, como ella en esos momentos, gustaba de escuchar a su corazón. Así que se dispuso a seguir leyendo con mucha curiosidad…

Querida, desde que sé de tu existencia me he sentido embargada, más que nunca, por una energía mezcla de entusiasmo, creatividad y alegría de ser. Quizás sea cosa de las estrellas, los biorritmos o las corrientes telúricas; pero yo lo asocio contigo y me sonrío pensando que si algunos científicos han llegado a afirmar que el aleteo de una mariposa es capaz de producir un terremoto en la otra punta del mundo, ¿por qué no iban a ser causa de este estremecimiento vital tierno y poderoso que me conmueve los recién escuchados latidos de tu corazón? Me gusta pensar que tú respiras y yo lo celebro en la forma que mejor me sale, que es abrazando la vida con todos sus anhelos, incluyendo también los sueños proscritos y los deseos olvidados.

Lo que el corazón quiere contemplar

50

También este párrafo fue motivo de entusiasmo para Diminuta Máxima porque hablaba de tener en cuenta las ilusiones postergadas, y ese era ahora el centro de sus empeños. No sabía quién escribía esa carta pero entendía lo que sentía. Así que continuó leyendo aún con más interés….

Ahora que empiezas a aventurarte por los caminos de la vida creo que será interesante que recuerdes que las opiniones que los demás tienen de ti no te definen, les definen a ellos. Definen su mirada, la forma en que ellos son capaces de contemplarte. Con el tiempo he descubierto que se puede mirar con el corazón y entonces se tiene una visión doble pero paradójicamente más exacta. Se ve con respeto, aceptación, compasión y ternura lo que cada uno está siendo aquí y ahora; pero se ve también con confianza, esperanza y entusiasmo lo que esa persona es capaz de ser.

—¡Oh, sí, sí! Ella también sabía lo que era mirar así, —pensó Diminuta Máxima. En realidad eso era lo que estaba motivando su viaje. Observar lo que aún todo podía y quería ser, y pensar al contemplarlo, como decía una de sus máximas preferidas: Hoy es siempre todavía. Y prosiguió la lectura sintiéndose muy contenta…

No te preocupes demasiado por las apariencias. Más allá de lo que somos capaces de entender es posible intuir una belleza, una armonía y unos órdenes del amor que hablan de plenitud, paz y alegría. Cuando te desorientes busca esos vislumbres. Confía en que los encontrarás. Te voy a contar algunos que a mí me han maravillado y rescatado siempre: Escucha cantar a un coro; date cuenta de cómo son capaces de hacerse uno con sus voces. Abraza a otro ser humano, si puede ser a un niño; observa cómo eres capaz de entenderle aunque su idioma y su cultura te sean extraños. Párate en un verso; el baile de sus palabras te trasportará a una comprensión más allá de los signos. Contempla un cuadro al óleo, fija tu mirada en una pincelada y dile

Capítulo 5

51

“existes y te veo”; luego observa el cuadro en su totalidad pero sin perder de vista ese trazo particular.

Podrás comprender que cada cosa, por insignificante que parezca, tiene su lugar y su valor. Sólo es necesario adoptar la perspectiva adecuada al contemplarla.

Este párrafo le pareció muy importante porque incluía instrucciones para el caso de desorientarse. Llegado a este punto, Diminuta Máxima ya estaba considerando que era una carta que podía serle muy útil para su viaje, de manera que continuó leyendo, concentrando toda su atención…

Quisiera, además, que siempre recordases que por pertenecer a la vida podrás contar, en todo momento, con la fuerza de tu espíritu. Es una cualidad que si confiamos en ella todos podemos manifestar. Y consiste en saber encontrar algo que dar cuando parece que ya nada nos queda; y dándolo, encontrar una puerta de salida al drama y a la adversidad. Suele ser hermosa la manera en que toma forma y presencia este poder, pues todo empieza con una pequeña decisión, un primer paso, algo sencillo pero que finalmente resulta ser la entrada a la alegría de vivir, porque la propia vida ha encontrado su rumbo verdadero. En esos momentos también podemos aprender que, para comprender la vida, primero hay que amarla. Y que hay que creer para ver, pues con fe los ojos nos mostrarán lo que nuestro corazón quiere contemplar.

Y ahora, la carta hablaba de un recurso que ella también conocía aunque no le había puesto nombre. ¿Acaso no era eso lo que le estaba sucediendo al ofrecer su apoyo a los elementos frustrados de su biblioteca, aun cuando todavía ni siquiera había encontrado sus mapas y lo que más claro veía era su pequeñez? Así iba reflexionando Diminuta Máxima. ¡Le estaba encantando leer esta misiva!

Lo que el corazón quiere contemplar

52

También quiero contarte que además de los senderos que recorras dentro de tus zapatos, la vida te ofrecerá la posibilidad de descubrir espacios que únicamente podrás transitar de la mano de unos cuantos sentimientos. Para embarcarse en ese tipo de aventura hay que ponerse de acuerdo para obtener un billete compartido. De ahí que sea necesaria la compañía de otro; aunque, al adquirir ese billete y emprender juntos el periplo, sucede, en algunas benditas ocasiones, que uno no sabe si el impulso del propio paso viene de tu corazón, del corazón del compañero o del mismo latir de la vida que se ha quedado enredada en tan prometedora aventura. No es que sea un solo caminar, pero es sentirse unido en un único aliento, en busca de un común sentimiento.

Para hacerse con un billete así y poder emprender este tipo de excursiones hay que hacer acopio de una buena disposición de ánimo, de forma tal que puedas sentir los intereses de otro como tus propios intereses. Y que al sentirlo, sientas también que por sentirlo vibras feliz y que tal sentimiento es compartido. Como si el mundo de fronteras, clases, culturas y lenguajes se hubiera diluido y sólo quedase un campo despejado de tierra solidaria que quiere ser recorrido. Son lugares donde no importa mucho el paisaje, sino el amor que se respira.

—¿Habrá un lugar así? ¿Un lugar en el que se tengan en cuentan los sueños no cumplidos y todo el amor que aún no ha podido ser? ¿Podré encontrar a otros que quieran conmigo ensayar a remontar los vuelos y avivar las brasas del alma cuando se te ha quedado el corazón muy frío? Mientras se hacía estas preguntas, Diminuta Máxima pensó que si no existía un lugar así, valdría la pena crearlo; y eso aún le animaba más a ponerse de viaje.

Asimismo quiero decirte que para avanzar por la vida tendrás que tener en cuenta la tierra que pisas, pero también el sol que te ilumina,

Capítulo 5

53

el aire que respiras y las estrellas que en la noche te orientan. Pero sobre todo tendrás que escuchar tu corazón. De su mano, podrás reconocer y agradecer el camino que te lleva, el sueño que te eleva y el alma que te anima.

Desde hace algún tiempo, yo tengo claro lo que quiere contemplar mi corazón, lo tengo resumido en unas frases que también quiero compartir contigo: Por pequeño que sea, todo sueña; y siguiendo el sueño que canta en su corazón, todo encuentra su sitio, su valor y su función en otro sueño aún mayor, donde vibrando en sintonía, todo despierta latiendo con un solo corazón.

Espero que en mi sueño feliz, tu sueño feliz se alcance y por eso he querido escribirte, pues aunque tú no me veas y yo sólo te adivine, creo que respiramos juntas y hay un mismo entusiasmo que nos guía.

Y por último, unas palabras más, un estribillo para repetirlo cuando el camino presente giros arriesgados, confusas bifurcaciones, abismos o pendientes: Si me pierdo, recordaré que mi rumbo está escrito en mi corazón. Y que aún en el sueño del olvido, todo a coro cantará a mi oído la canción de mi alma, la que aprendí de niño, la que canta el sueño que aún no se ha cumplido. Y cantarán así, hasta cantar conmigo en un común despertar agradecido.

¡Feliz viaje!

Diminuta Máxima supuso que quien había escrito la carta también era quien había escrito el deseo en el tarjetón encontrado en su biblioteca. ¿Sería también quien había recogido el manuscrito inacabado? ¿Podría ser que hubiera intercambiado carta por apuntes? Si fuera así, dado que decía estar ocupándose de anhelos postergados, esperaba que tuviera en cuenta el deseo de ese manuscrito inacabado y que dispusiera su ánimo para finalizarlo.

Lo que el corazón quiere contemplar

54

Aunque parezca extraño, Diminuta Máxima no se asombró de que alguien estuviera por ahí y ella no pudiera verle. Estaba desde siempre acostumbrada a que los demás, como decía quien escribía la carta, más que verle le adivinasen, y consideraba con naturalidad que eso es lo que suele pasar cuando una es diminuta y se encuentra entre gente de otras dimensiones.

Fuera como fuera, pensó Diminuta Máxima, si seguía manteniendo su visión en el sueño expresado en el tarjetón, todo apoyaría a todo y todo quedaría encantado cumpliendo su particular misión. ¡La vida toda sería una celebración! Eso le entusiasmaba, así que se puso en pie de un salto, metió la estrella de cristal envuelta en papel de seda en el bolsillo izquierdo de su camiseta, sacó sus botas del armario y les dijo sonriente: —¡Nos vamos de viaje! Luego miró a su alrededor, y con una mirada cómplice afirmó: —Por pequeño que sea, todo sueña; y vamos a seguir el sueño que canta nuestro corazón. ¡Veremos dónde nos lleva!

Capítulo 5 - Inspiracción

55

InspirAcción El alma que te anima

Sigue tu dicha y se abrirán puertas allí dónde antes no las había.

Joseph Campbell

Ha llegado el momento de jugar a sentarte en un lugar tranquilo y, en tu cuaderno de apuntes, escribir una carta de aliento a tu alma niña. Hazle saber que camináis juntos y que juntos vais a poder ver hecho realidad lo que vuestro común corazón quiere contemplar.

Recuérdale todos los desafíos que habéis afrontado en vuestra vida y cómo los habéis transformado en oportunidades de aprender y crecer. Agradécele la energía que te aporta, transmítele entusiasmo y confianza. Dile que en este viaje interior vais a poder integrar todos los aspectos de vuestro ser cuya energía aún no ha encontrado forma de expresión. Y asegúrale que, con frecuencia, pararás tu paso y te quedarás en silencio hasta intuir su presencia y sintonizar con su inocencia.

Y para que te sienta cerca juega a hacerlo así una vez acabes la redacción de tu mensaje. Te doy una sugerencia para este momento de encuentro y meditación: Busca un lugar tranquilo y asegúrate de que no te van a interrumpir.

Lo que el corazón quiere contemplar

56

Siéntate manteniendo tu espalda erguida, cierra los ojos y comienza por tomar conciencia del ritmo de tu respiración. Con cada expiración imagina que estás yendo más y más adentro, queriendo alcanzar el centro de tu ser, tu hogar interior. Después de unos minutos respirando así, imagina que ya has llegado y que ahí, en medio de una gran paz habita tu alma niña, guardando toda la creatividad que vuestros sueños necesitan respirar para hacerse realidad. Teniendo en cuenta este pensamiento sigue poniendo atención al ritmo de tu respiración. Ahora, al inspirar, imaginas que abrazas al alma que te anima, y, al expirar, te visualizas llenándote de su radiante energía. Hazlo así hasta sentirte lleno de vitalidad y vuelve a ese hogar cada vez que el desánimo aparezca en tu experiencia o cada vez que quieras recordar tu esencia más espiritual.

También, como reconstituyente para el ánimo, cuando te encuentres vacío o creas que ya nada te queda, recuerda preguntarte: ¿qué es lo que yo puedo dar? Y entrega aquello que aparezca como respuesta. Confía en que haciéndolo pasarás de sentirte victima a saberte protagonista movido por la fuerza de tu espíritu, leal militante de la vida. Con esta actitud también cultivas esa disposición de ánimo desde la que puedes contemplar los intereses de otros como tus propios intereses, y sentir el sosiego y la paz interior que proviene de la mutua colaboración.

Además, recuerda a menudo que cual Totalidad estás en un universo de recreo y eso significa que toda acción lleva incluida una lúdica intención. Para promover esta disposición, planea e incluye en tu agenda momentos de diversión que puedas compartir con tu niño interior.

Capítulo 5 - Inspiracción

57

Confecciona una lista de lugares, personas y eventos que te ayudan a conectar con tu optimismo y alegría de vivir, y tenla en cuenta cuando el aburrimiento te empiece a hacer cosquillas en los pies.

Visita lugares y realiza actividades que despierten tu interés y apoyen el despliegue de tu creatividad. Permítete asombrarte. Como sabe tu alma niña, aunque todo parezca igual, a cada instante, todo es diferente; y así visto, el presente resulta apasionante.

Y ahora, repasa otra vez tu lista de deseos y las descripciones de tus visiones, revisa las primeras acciones que ya estás promoviendo para apoyarlos, recita la frase escrita en el tarjetón hasta que tu corazón lata contento, acaricia tu estrella, contempla el collage de tu vida soñada, y con una mirada cómplice hacia todo lo que quiere llegar más lejos, afirma: ¡Nos vamos de viaje! Por pequeño que sea, todo sueña y vamos a seguir el sueño que canta nuestro corazón. ¡Veremos dónde nos lleva!

59

Capítulo 6 Perico Periscopio divisa una maravilla

El ser humano no puede aprender nada, a no ser que vaya de lo conocido a lo desconocido.

Claude Bernard

Diminuta Máxima consideró que debía ponerse cuanto antes en marcha para encontrar un joven árbol roble que cumpliese el sueño de algunos de los de su especie. Encontrarlo apoyaría la posibilidad de colocar su estrella en el lugar más alto de ese roble. Pero antes había que ayudar a los libros abandonados y los folios descoloridos según el plan que habían elaborado juntos.

En los siguientes días, Diminuta Máxima se sintió muy contenta al realizar estas tareas y ver la sonrisa satisfecha de esos elementos antes frustrados de su biblioteca; pero además estos primeros pasos tuvieron otras importantes consecuencias, ya que la tarde que fue al parque a dejar los libros en los bancos de la rosaleda, le pareció ver a un niño… sin cabeza. ¿Será una vez más que, por mi enana estatura, sólo soy capaz de ver parte de una persona completa?, se preguntó Diminuta Máxima. Para comprobarlo se encaramó al banco y hasta pidió permiso a sus libros para subirse encima y lograr una mayor perspectiva; pero aún así seguía viendo a aquel niño con el cuello bien estirado… y sin cabeza. Su gaznate se perdía entre las flores y las hojas de las enredaderas, pero Diminuta Máxima no tenía nada más

Lo que el corazón quiere contemplar

60

dónde alzarse; así que finalmente, decidió acercarse y comenzar cortésmente, levantando lo más que pudo su voz para pronunciar su nombre. Advirtiendo, por si ese niño era muy grande, que para verle, dada su pequeñez, quizás tendría primero que adivinarle. Por último añadió que estaría muy contenta de saludarle.

Pero antes de relatarte este encuentro déjame que te cuente que Perico Periscopio, el niño supuestamente sin cabeza que encontró Diminuta Máxima en el parque, también integrante de nuestro clan, aterrizó bajando por el color amarillo del arco iris. Ya se ha olvidado de este aterrizaje; pero se recuerda siendo un niño cuya cerviz, en principio, parecía diferente a todos los demás cuellos de su país. Más que un cuello se parecía a un periscopio, y de ahí que terminaran apodándole Perico Periscopio, porque su garganta se alargaba y se acortaba a su gusto, siendo su preferencia, sobre todo, buscar la claridad y el cielo abierto. Algo muy extraño en su tierra natal, que se caracterizaba porque sus habitantes, para resguardarse del mal tiempo, siempre permanecían bajo la protección de un paraguas, sombrilla, toldo, cobertizo, techo, bóveda o tejado.

Era un extraño lugar en el que la población, cada día, para comprobar qué clima hacía, en vez de abrir sus ventanas abría un libro en cuyos textos todos creían mucho más que en lo que sus propios ojos veían. Se trataba de un manual escrito en una época en que la región estaba asolada por un clima muy tormentoso, huracanado, ventoso, oscuro y borrascoso, y tal documento tenía como objetivo prevenir de los peligrosos fenómenos meteorológicos que estaban ocurriendo.

Se contaban historias que a todos asustaban sobre viajeros que se habían quedado perdidos en la niebla y finalmente habían sido encontrados totalmente desorientados en el fondo de un barranco, de personas a las que casi les había partido un rayo por no resguardarse de la tormenta, de individuos cuyas pelucas se había llevado el viento

Capítulo 6

61

huracanado, y hasta de algunas cabezas huecas que se decía habían quedado seriamente afectadas por la fuerza del granizo.

Desde entonces, y para evitar tales desgracias, en el departamento de Medio Ambiente de la capital, cada día, se hacía la previsión meteorológica para el día siguiente y los datos quedaban registrados cuidadosamente para que todos los ciudadanos pudieran hacer sus consultas. Como tan agitado clima se mantuvo durante mucho tiempo sin casi cambios, los encargados de las predicciones fueron dejándose llevar por la rutina y la pereza, y en vez de realizar con esmero su trabajo, se quedaban cómodos y calentitos en sus oficinas y copiaban las predicciones de días, semanas, meses y años anteriores. Por su parte, los vecinos, asustados por las trágicas historias del pasado, no se atrevían a abrir sus ventanas y terminaron confiando ciegamente en los especialistas. Al cabo del tiempo, ni pasaba por su cabeza la idea de comprobar por ellos mismos si caía aguanieve o había salido el sol. Era como si hubieran adoptado la creencia de que el presente era simplemente una copia exacta del pasado ante el que debían protegerse.

Así venían siendo las cosas en el lugar en el que Perico Periscopio iba creciendo mientras sentía una fuerte atracción hacia toda claridad, destello, fulgor o luminosidad. Un día, Perico observó que el toldo que lo cobijaba tenía un agujero y vio también que por ese agujero entraba un gusano. La curiosidad de Perico era más fuerte que el miedo a las ventiscas, y esa curiosidad le llevó a seguir con su mirada a la oruga que una vez llegó al suelo volvió a subir por el tallo de una enredadera hasta que desapareció otra vez por el agujero del entoldado, dejando a Perico con un gran deseo de ir tras ella.

En ese momento, Perico imaginó que era un submarino y su cuello un periscopio y, aunque en un principio no se dio cuenta, mientras eso imaginaba iba elevándose hasta encontrarse por encima del toldo, y

Lo que el corazón quiere contemplar

62

luego por encima de los árboles, y un poco más tarde por encima de los nubarrones, porque después de seguir la trayectoria de la oruga, a la que quiso comer un pájaro sin conseguirlo, Perico Periscopio siguió el vuelo de dicho pájaro hasta que llegó muy alto, muy alto, tanto que sintió un poco de vértigo y fue entonces cuando comprendió lo que estaba ocurriendo.

Su cuello se estiraba conforme su mirada se alzaba. Aquello fue un gran impacto para Perico, pues era como percibir otra realidad. Pero cuando volvió a encoger su pescuezo y quiso compartir su experiencia, nadie le entendió, y pensaron que era un niño muy raro y que la característica de su cuello era peligrosa, pues en cualquier momento le pillaría la tormenta y un rayo le partiría tan raro cogote. Por más que Perico intentaba explicarles lo que había visto, nadie quería escuchar lo que consideraban arriesgadas fantasías. Hasta que se le ocurrió aquello de instalar en su garganta una liana a modo de escalera de ascenso.

Esa decisión supuso toda una revolución en la comarca. Al principio sólo algunos niños, y a escondidas, se atrevían a agarrarse a su cuello mientras este se alargaba. Subían cuales gusanitos por la liana hecha de enredaderas. Y aunque eran pocos los que se atrevían, cuando bajaban estaban deseosos de contar lo que veían cuando estaban arriba. Al escucharles, otros niños y algunos mayores también querían probarlo, pero el cuello de Perico no podía con tanto peso, así que los adultos se quedaban con las ganas. A su vez, estas ganas hicieron que desearan más ser como niños y que la voz de los chiquillos ocupase más su atención que las historias del pasado registradas en los textos. Además, los pintores sintieron el deseo de reflejar en sus cuadros los paisajes que describían los niños tras el ascenso, y los poetas ponían rima a esas experiencias, que a su vez cantaban los trovadores, y hasta se hicieron guiñoles y obras de teatro con la figura de Perico elevando su cuello en escenarios en los que, por encima de las nubes, el sol seguía brillando.

Capítulo 6

63

De esta manera, y poco a poco, muchos habitantes del país pudieron llegar a imaginarse nuevos horizontes. Y algunos hasta los soñaban por las noches. Así que el deseo fue haciéndose general. Todos querían poder elevar sus cabezas hasta allí donde sus pensamientos habían llegado. Y un día tras otro ese deseo fue tomando consistencia, y sus cabezas empezaron a chocar contra los paraguas y los entoldados hasta que la lona de estos últimos se fue agujereando y el cuello de algunos, para su sorpresa y regocijo, siguió elevándose conforme más altos eran sus anhelos.

Fue entonces cuando en vez de consultar el antiguo libro de las predicciones meteorológicas, cada mañana, sin temor, miraban por la ventana. Los nuevos panoramas abrieron sus mentes de tal manera que fueron aprendiendo a responder a cada necesidad con creativas soluciones. Ya no temían los cambios meteorológicos, ni los cambios de costumbres, ni los cambios de puntos de vista. Porque la lección que mejor habían aprendido era que ante las dificultades podían agarrarse con confianza a su imaginación y decir con entusiasmo, mientras buscaban nuevos horizontes: “¡Arriba Periscopio!”

Y ahora es momento de recordar que Diminuta Máxima estaba en el parque llamando a Perico desde abajo. Tras un primer momento de desconcierto, Perico Periscopio saludó a Diminuta Máxima con lo que podríamos llamar una reverencia, dado que le resultaba más rápido inclinar su cerviz que recuperar la altura de cuello en la que, un poco más arriba de los hombros, podemos ver la cabeza. Con ello, Diminuta añadió una buena porción de asombro a su desconcierto; pero le pareció divertido ese momento, y en cierta manera le alivió saber que no estaba ante un niño sin cabeza, sino ante un niño bastante estirado; pero que consentía con simpatía bajar a su altura y saludarle, correspondiendo a su cortesía.

Lo que el corazón quiere contemplar

64

Después de ese saludo y de contar su historia, Perico le explicó que en una de sus “observaciones periscópicas” había visto, muy a lo lejos y encaramada a la copa de un roble, una encantadora bailarina. La primera vez que contempló lo que él llamaba ahora una maravilla, lo había confundido con un arco iris. Pero luego pudo darse cuenta que el arco iris parecía moverse en giros y ondulaciones, cosa poco probable en tal fenómeno atmosférico, y entonces fue cuando descubrió que se trataba de una niña con los cabellos de todos los colores. También entonces se dio cuenta que se sentía encantado con sus bailes y que cuanto más la contemplaba en sus giros, más se sentía llamado a acercarse a ese árbol y a reunirse con ella. Siguió durante un tiempo con sus observaciones, y comprobó que la bailarina disfrutaba haciéndose trenzas y peinados, y danzaba un baile distinto según el color del cabello que cada día dejaba suelto.

Pero no sabía más. Todo eso le había picado su curiosidad; aunque no como otras veces para ir más alto hacia arriba, sino para ir más lejos, hasta encontrar el árbol en cuya copa danzaba esa niña. Por eso se había puesto de viaje. Perico Periscopio cada día, a modo de asana yóguica, elevaba su cuello hasta alcanzar la altura en la que se divisaba a esa extraña bailarina; y si la iba viendo algo más cerca se sentía tranquilo, pues consideraba entonces que su rumbo era correcto y tarde o temprano con ese árbol se toparía.

—¿Así que estás buscando un roble? —le preguntó emocionada Diminuta Máxima. —Sí —respondió Perico Periscopio—, estoy seguro que se trata de un roble y que además crece solitario aunque muy elevado, pues no veo otros árboles en ese paisaje. Pero, ¿por qué me preguntas por el árbol roble y no sobre los bailes de la niña, que son la verdadera maravilla?

Capítulo 6

65

Entonces Diminuta Máxima le explicó cuáles eran sus planes, sus propósitos y sus motivaciones, y al contarle que ella también buscaba a un joven roble, decidieron caminar juntos y hacer un mismo viaje.

Era estupendo, gracias al cuello periscópico de Perico, subir tan alto sin desmoronarse, pensaba en esos días Diminuta Máxima. Y además, el latido entusiasmado de su corazón resultaba una brújula exacta que le ayudaría a no perder el norte. Pero, sin embargo, aun siendo, por todo esto, expertos en ir más arriba y más adentro, se quedarían bastante cortos en sus intentos de ir más allá; pues sus pasos, una por enana y el otro por niño, eran pequeños. Lo más probable es que irían avanzando muy despacito. Y así se lo comentó a su nuevo compañero.

Estas preocupaciones también las escuchó Bota Rebotada y pensó que sí, que era cierto, que los pasos de sus dos amigos eran cortitos. Si su estatura fuera tan grande como sus sueños; es decir, si tuvieran pies de su tamaño, ella podría llevarles rápido, y mucho más pronto llegar muy lejos. Bota Rebotada se dio cuenta que aunque estaba encantada de calzar sueños, ahora también le gustaría ser aún más útil sirviendo de fuerte y seguro calzado viajero.

Uno de los días que estaban terminando con las tareas de repartir libros y puntos de lectura en forma de figuritas de papiroflexia, se encontraron con que en aquel parque se celebraba una fiesta, y vieron a una enorme, aunque un poco torpe, dragona haciendo un número espectacular de fuegos naturales sobre una alberca y encendiendo más tarde, con un fuego pequeñito, las velas de una tarta de cumpleaños. Aquel número les pareció fantástico y espectacular, y decidieron conversar con la artista una vez acabado el evento.

Lo que el corazón quiere contemplar

66

¿Una dragona en el parque? ¿Fuegos naturales? ¿No se encienden las velas con cerillas y no es lo natural que los fuegos en las fiestas sean artificiales?

Capítulo 6 - Inspiracción

67

InspirAcción Altura de miras

Una vez hayas aceptado tus límites, ve más allá de ellos.

Albert Einstein

Estamos en el momento en el que Diminuta Máxima ha comenzado su viaje, dando los primeros pasos en su plan de acción para salir del descontento y la insatisfacción.

Tú también te has puesto en marcha con esa misma intención, y es momento de recordar y subrayar que en este caminar todo cuenta y con todo hay que contar. Actitud que podrás mantener si recuerdas a menudo que estás jugando a que tu universo es el reino de Todo lo que Es, en el que todo lo que es posible tiene que serlo, permitiendo y colaborando a que todo lo demás también lo sea.

Vibrando en esa primera manifestación de unidad que es siempre la generosidad de un corazón que intuye que el interés de otro es también su propia motivación, lograrás que tu personal travesía sea un camino de encuentro y celebración.

De manera que ya puedes empezar a jugar, en este cuento de encuentro, a percibir señales de sincronicidad.

Lo que el corazón quiere contemplar

68

Es un juego divertido que consiste en observar si, a tu alrededor, algo parece moverse con tu mismo secreto compás. Es la manifestación de que tu corazón ya está siendo centro de atracción para todo aquello afín a tu misión y que, aún sin saberlo, comparte tu visión; y en tu sueño feliz, su sueño feliz ha de encontrar culminación. Si descubres tales signos acéptalos como una oportunidad para ver más allá de las probabilidades establecidas y disfrútalos, confiando en que hay variables invisibles que están apoyando tu misma intención.

Un encuentro así fue el que reunió a Diminuta Máxima con Perico Periscopio, ¿jugamos a que también en tu vida se hace presente este niño y su gran altura de miras?

Para ubicarte en su perspectiva, te propongo dedicar un tiempo a recorrer algunas calles de tu ciudad observando todo lo que llame tu atención. Luego, busca un lugar elevado desde donde se pueda contemplar ese mismo paisaje y percibe las diferencias al cambiar de punto de vista.

Tras esta experiencia toma tus apuntes, repasa tu lista de sueños, y contémplalos desde distintos enfoques. Cuestiona tus percepciones. Diferencia entre hechos e interpretaciones. Observa las diferentes emociones y espacios de acción que se generan en tus diversas conclusiones. Y juega a elevar tus pensamientos hasta romper limitadas suposiciones. Describe lo que ves cuando miras por encima de algunas circunstancias, actitudes y creencias: ¿Qué pensarías, sentirías y harías si no te pareciera imposible? ¿Qué acciones emprenderías si te

Capítulo 6 - Inspiracción

69

sintieses libre? ¿Qué decisiones tomarías si supieras que vas a tener éxito?

Alimenta tu espíritu con inspiradoras influencias. Elige lecturas, imágenes, compañías y experiencias que te ayuden a mantener tu ánimo en un positivo enfoque y una optimista expectativa.

Juega también a transmitir confianza y entusiasmo apoyando el despliegue del potencial de todo lo que te rodea. Comparte tus talentos y tu capacidad y ofrece pensamientos “lianas” a quienes quieren jugar contigo a elevar su perspectiva.

Estés donde estés, disfruta eligiendo la belleza como centro de atención.

Busca claridad, confía en que tras las tormentas llegan momentos de calma y luminosidad, y juega, como Perico Periscopio, a seguir al osado gusanito de tu curiosidad. ¿Qué hay más allá de tu techo de seguridad?

Comienza a practicar alguna actividad que hace tiempo estás deseando probar y hazlo por el simple hecho de experimentar.

Encuentra tiempo para estirar tus músculos, caminar, practicar algún deporte o bailar y mientras lo haces, escucha a tu cuerpo. ¿Qué dicen tus movimientos sobre tus sentimientos y actitud? Después de un rato haciendo ejercicio imagina que algunos de tus sueños ya se han cumplido. Visualiza esas felices escenas y permite que surjan formas de moverte coherentes con esas visiones. Toma conciencia de esas posturas y, en adelante, juega a

Lo que el corazón quiere contemplar

70

incorporar esos gestos y movimientos para evocar un ánimo similar.

Además, tras tus momentos de ejercicio físico, te sugiero sentarte en silencio y realizar la siguiente meditación: Empieza tomando conciencia de tu respiración y observa cómo vienen y van tus pensamientos. Cuando tu atención se quede apegada a alguno de ellos, vuélvela a enfocar en cada inspiración y expiración.

Sigue un rato haciéndolo así y luego imagina que, tras esas hileras de pensamientos que llegan y se van, hay un campo infinito de energía, de donde surge todo lo que es, y en donde se va a engendrar el patrón de vida necesario para manifestar lo que tu corazón quiere contemplar.

Ahora, con cada respiración te afirmas en la intención de volverte más y más receptivo a esa fuente de inspiración brotando en el centro de tu ser. Finaliza esta experiencia realizando tres respiraciones profundas, en las que expresas gratitud por el camino que te lleva, el sueño que te eleva y el alma que te anima.

Y si te quedan ganas de jugar un poco más, imagina que eres, a la vez, Diminuta Máxima, Bota Rebotada y Perico Periscopio, haciendo repaso de tu situación en los comienzos de esta expedición.

Empieza vibrando en la energía de Diminuta Máxima, recordando que cuentas con la brújula de tu entusiasmado corazón. Como ella, tienes un norte, confías y te sientes formando parte del sueño de la vida, en el que todo encuentra su sitio, su valor y su función.

Capítulo 6 - Inspiracción

71

Además, abrazado a tu experiencia, útil Bota Rebotada, sabes que puede calzar tus sueños y llegar hasta el confín en que se cumplan.

Y también, ahora, con Perico Periscopio latiendo en tu interior, compruebas que puedes flexibilizar tu cuerpo y tu percepción, y elevándote, expandir tu visión.

Tras imaginarte en estas tres perspectivas, toma tu cuaderno de apuntes, revisa lo escrito en la sección Primeros Pasos y amplia tu plan de acción teniendo en cuenta los nuevos puntos de vista.

Quizás también, como a ellos en este punto les sucedió, sientas entusiasmo, expectación y muchas ganas de avanzar veloz, pisando firme y lleno de pasión, a la vez que notas una cierta sensación de lentitud, resistencia o limitación.

Si te está ocurriendo así, o si quieres asegurarte que despliegas con eficacia tu rebosante energía, es el momento de dar vida en tu vida a una dragona encendida.

73

Capítulo 7 Dragona Candela, dragona encendida

Simplemente tomo la energía que usaría para enfurruñarme y escribo algún blues.

Duke Ellington

Dragona Candela estuvo muy contenta de explicar a Diminuta Máxima y a Perico Periscopio todo lo que recordaba de su historia. Y por mi parte te avanzo que forma parte de nuestro clan, habiendo descendido por el color naranja del arco iris. Quizá es que en ese aterrizaje se bebió toda la luz de esa franja de color, pero el caso es que Dragona Candela expulsa fuego por la boca.

Ahora eso ya no es un grave problema; pero hubo un tiempo en el que la vida de esta dragona era muy fría, paradójicamente, porque tenía demasiado fuego en su interior. Y por ahí empezó su explicación.

Desde pequeña, les dijo Dragona Candela, siempre había escuchado que ese fuego servía para defenderse, porque en ese tiempo había muchos depredadores que querían instalarse en los territorios de los dragones. Pero resultó que de mayor —y hay que precisar que vivió muchos, muchos, muchísimos años, hasta el punto de ser la única superviviente de su especie— se dio cuenta que no necesitaba defenderse, pues ahora era considerada representante de una especie protegida y se le permitía vivir en un paraje, en medio del cual había un bosque, un parque y un estanque.

Lo que el corazón quiere contemplar

74

Había comprendido que era ella la que podía ser un peligro público, pues un día que estaba muy acatarrada y con continuos estornudos, salió de su garganta tal llamarada que chamuscó todo matorral que la rodeaba. Fue un día lleno de sorpresas desagradables porque, sin tener en cuenta su estado griposo, al poco tiempo le ducharon sin miramientos con agua muy fría. Una vez pasado el primer susto le explicaron que seguía siendo una especie protegida; pero que era costumbre de unos señores llamados bomberos apagar los fuegos con potentes surtidores de agua, denominadas mangueras. Aún con las explicaciones y las disculpas, a partir de ese día, excepto para comer, sentía miedo de abrir la boca. Al no querer hablar prefirió quedarse sola; y solía andar ocultándose entre los zarzales y cerca de la alberca, pues así podía bostezar a gusto y si acaso su boca llameaba y algo se quemaba, tenía para apagar el incipiente incendio todo el agua del estanque.

Un día, una niña que estaba celebrando su cumpleaños con sus amigos y familiares visitó el lugar. Pero cuando llegó el momento de encender las velas del pastel, se dieron cuenta que nadie se había acordado de llevar cerillas, fósforos, ni mechero de ninguna clase. Dragona Candela estaba detrás de unos zarzales, sin atreverse a asomarse mucho pues tenía miedo de asustar; pero cuando vio a la niña llorando porque no tenían ningún tipo de encendedor, pensó que si consiguiera solamente sacar de su boca una llama chiquitina, podría encender las velas del pastel y contener la pena de la niña.

En ese momento decidió arriesgarse. Ya estaba harta de estar siempre escondiéndose y de sentirse avergonzada de sí misma, de lo que era y de lo que ardía en su interior. Fue como si las lágrimas de la niña hicieran rebosar el vaso de su propia pena. A partir de ahí, supo lo que tenía que hacer.

Capítulo 7

75

Primero llamó la atención del grupo mostrándose totalmente, con lo que, de momento, el disgusto por no tener cerillas se aplacó un poco, ya que todos querían hacerle fotos y aplaudían su presencia. Entonces empezó a dar saltos como queriendo llamar aún más su atención y comenzó a caminar hacia el estanque. Una vez allí, echó una bocanada de fuego muy grande sobre las aguas, con lo que resultó un espectáculo precioso, aún más especial que los fuegos artificiales, pues eran fuegos naturales.

Luego, como no había expulsado todo el fuego sino que se había quedado unas llamitas, se acercó despacio a la mesa donde habían colocado la tarta de cumpleaños y encendió las cinco velas del pastel. Aquello fue apoteósico; los niños aplaudían a rabiar; todos le pedían que repitiera tal espectáculo, y así fue durante un buen rato motivo de diversión. A tal punto que se puso de moda esa nueva forma de celebrar los aniversarios.

Y así fue, además, como la dragona encontró la manera de transformar lo que antes le parecía terrible; es decir, su fuego interior, convirtiéndolo en algo que podía compartir con los demás y verlos muy contentos. También en esa época le dieron un nombre. Se lo puso la niña del primer cumpleaños que se llamaba Candela, nombre de una lámpara que siempre mantiene una llama ardiente. Desde entonces, además de dragona era la candela del parque.

Tras escuchar su historia, Diminuta Máxima y Perico Periscopio le aplaudieron mucho, pero Dragona Candela les confió que en estos momentos estaban volviendo las dificultades; otra vez le sobraba fuego y se estaba quedando sin agua en el estanque. Pensaba que estaría bien buscar otros lugares donde hubiera más agua, más fiestas, o encontrar más actividades donde poder ser útil canalizando bien toda su energía.

Lo que el corazón quiere contemplar

76

Les explicó que había intentado hacer deporte, pero dado el tamaño de sus zancadas necesitaba tanto espacio para sus caminatas que, sin darse cuenta, había salido del bosque sin avisar y eso había sido, otra vez, motivo de un gran disgusto. En esta ocasión no le habían duchado con un apabullante chorro de agua fría; pero le habían inmovilizado con una red y luego le habían dado una medicina que le había tenido casi una semana adormecida.

Otra vez, sus cuidadores, los que le aseguraban que seguía siendo una especie protegida, le explicaron que todo era por su bien, y que si estaba quietecita no volverían a sujetarla con redes. Pero cuando intentó explicarles que necesitaba moverse para gastar energía, no pudo evitar que saliera fuego de sus fauces y aquellos señores que le protegían volvieron a darle la adormecedora medicina.

Desde entonces estaba pensando y pensando —hasta el punto, en su caso muy natural, de que le ardiera la cabeza— alguna forma de ponerse en marcha y encontrar otros lugares en los que ser una especie protegida no significara ser una especie encerrada en un parque y además adormecida.

—¿Y si te vienes con nosotros de viaje y tú nos llevas encima — preguntó Diminuta Máxima. Entonces le explicaron sus planes y también le hablaron de sus dones y sus limitaciones. Pero lo que más le gustó a Dragona Candela era saber que aquella diminuta criatura tenía unas enormes botas capaces de calzar todos los sueños y los más grandes empeños.

—Si tú te pones mis botas y nos aúpas en tu espalda, avanzaremos muy rápido —dijo convencida y entusiasmada Diminuta Máxima.

Esa misma tarde probaron si las grandes botas podían servir también de calzado de dragona, y para regocijo de todos vieron que eran de su medida.

Capítulo 7

77

Después de esa comprobación decidieron ponerse en marcha; pero Dragona Candela les pidió que antes de partir le ayudaran a recoger unas caracolas que había encontrado en el estanque.

Por la noche, cuando no quedaba nadie en el parque, Dragona Candela había oído un rumor que, saliendo de la alberca, llamó su atención. Y estaba convencida que esas caracolas eran las autoras de esa vibración, que a veces parecía una llamada, a veces una canción; pero en todo caso, escucharlas le producía una preciosa y calmada emoción. Quería llevarse con ella esas caracolas cantantes.

Luego, el niño estirado, la enana criatura, las botas, la estrella, el tarjetón, la carta aparecida, las caracolas cantantes y la dragona de fuego, que calzando las enormes botas se los subió a todos a su lomo, tan campante, se pusieron en marcha, sintiéndose llenos de alegría, determinación y coraje, y muy felices de ser compañeros de viaje.

Capítulo 7 - Inspiracción

79

InspirAcción Energía, empatía y cauces de acción

La pasión nace del corazón y se manifiesta en forma de optimismo, entusiasmo, conexión emocional, determinación.

Alimenta un impulso implacable.

Stephen Covey

Si aquí y ahora reconoces, en tu interior, energías que no encuentran adecuados cauces de acción, te va a resultar divertido y liberador vibrar en la frecuencia de esta dragona encendida. Y también te será útil jugar a ser Dragona Candela si hay cambios que quieres hacer en tu vida y están siendo postergados porque no encuentras las fuerzas para su realización.

Invitarle a que se haga presente supone tomar conciencia de tu fuego interior, e invocar el amor que arde en el centro de la vida y enciende también tu corazón.

Si quieres que ella responda más pronto a tu invitación, hazle saber que tendrá la oportunidad de calzar tu Bota Rebotada, en dónde ya están integrados tus más elevados anhelos. Y dile también que compartes con ella, y con todo el clan, la convicción de que todo sueño, si sobre

Lo que el corazón quiere contemplar

80

la tierra se quiere contemplar, en su horma debe contener, además de una visión, un perseverante plan de acción; en el que paso a paso abundante energía encuentre canalización, y de ser un sueño inmovilizado en la teoría, pueda transformarse en un sueño apasionado movido por la fuerza del espíritu en la vida”.

Dragona Candela suele decir que le gusta contar su historia para recordar que todos tenemos, en lo más hondo del corazón, el deseo de reivindicar y expresar el propio poder de realización. Y cuando, como en este juego, permitimos conscientemente que este deseo se acreciente, energía antes reprimida va apareciendo; y esto se puede vivir como un proceso alarmante por lo que pueda tener de desbordante.

Vibrar cual Dragona Candela te ayudará en ese momento, pues ella ya aprendió cómo sentirse segura y protegida, sin que eso signifique estar encerrada y además adormecida. Tras esa experiencia ella enseña que hay, al menos, dos caminos para abordar con eficacia esa situación: Aprender a amar tu energía antes de calificarla y empezar a mostrarla en cauces creados a partir de la compasión, la empatía y la solidaridad.

Para avanzar por esos senderos te sugiero buscar un lugar tranquilo y tumbarte boca arriba. Concentra tu atención en tu respiración e imagínate que, con cada inspiración y expiración, escuchas el sonido de las olas que vienen y se van. Sonido que convoca ondas de energía moviéndose por tu cuerpo con vibrante armonía.

Capítulo 7 - Inspiracción

81

No hace falta poner nombre a ese caudal de vitalidad; sólo asómbrate y admira su intensidad. El poder que fluyendo llega, se hace presente en tu conciencia y luego se va. Juega a inspirar y experimentar lo que ocurre. Juega a expirar y experimentarlo también. Juega a recorrer tu cuerpo dejando que esas olas de vida todo lo alcancen. Acepta sentir, sin evaluar, ese energético caudal. Deja que se presente tal y como es; disfruta con la vibración que podrás sentir a tu través.

Luego, levántate, ábrete aún más a ese poder y danza con él. Te puede resultar un buen acompañamiento para este momento, todo tipo de música de percusión, como timbales, tambores y panderos. Suéltate a bailar disfrutando de esa vitalidad.

Añade más fuerza a esta actividad diciendo en voz alta tu nombre una y otra vez, como si estuvieses convocando a reunión a toda la energía albergada en cada aspecto de tu ser.

Hazlo así cada vez que quieras promover más fluidez allí dónde encuentras rigidez, hasta comprobar que te sientes más proclive a la acción, a la colaboración y a la diversión. En este sentido también te puede ayudar dar o tomar un masaje, nadar, moldear barro y cantar, o recitar mientras amasas pan.

Además, al mejor estilo de Dragona Candela, procura mantener encendida una vela de olor en tu hogar, un rato cada día, para recordar que la vida es algo a celebrar. Para ayudarte con esta intención, cada mañana, pregúntate: ¿En el día de hoy qué es lo que voy a hacer motivo de

Lo que el corazón quiere contemplar

82

celebración? Elige algo distinto cada vez, entre todo aquello que valores y esté presente en tu experiencia. Y al llegar el anochecer comprueba que has vivido algún momento de admiración, agradecimiento y alegría al encontrarte con aquel aspecto de la vida que has decidido honrar y celebrar.

También, todo el clan te sugiere un ejercicio en el que vas a moverte con un compás que tiene algo de ritual facilitador del avance que estás queriendo experimentar.

En el primer paso se trata de celebrar la posibilidad de mantenerte firme sobre el suelo. Para situarte en esta posición de estabilidad, cual enorme Bota Rebotada, sostente erguido unos momentos, apreciando el presente, sobre el que te apoyas, con un sentimiento de gratitud.

En el segundo movimiento, eleva bien altos tus brazos y que les siga todo tu cuerpo, y también tu mente; sintiéndote Perico Periscopio, celebrando sonriente la visión de nuevos horizontes.

Después, para alcanzar la tercera posición, que es también una disposición, cual Diminuta Máxima escuchando su corazón, abre tus brazos, respira hondo y deja que fluya todo el afecto que estás dando y recibiendo, ahora que caminas consciente de lo que sientes.

Desde esta perspectiva te será fácil moverte con determinación, pasar a la acción con pasión y decisión, vibrando como Dragona Candela, capaz de hacer avanzar en su caminar todo lo que la vida puede abarcar. Camina así unos instantes recordando los pasos que ya estás dando

Capítulo 7 - Inspiracción

83

para apoyar a tus sueños en el viaje hacia su más feliz manifestación.

Como final, quédate en silencio, escuchando el sonido de la energía en tu interior.

Repite estos movimientos varias veces acabando con la posición de consciente quietud, tras la cual puedes ir jugando a preguntarte: ¿Cómo puedo usar esta energía en acciones que, además de promover mi realización, beneficien a los de mi alrededor? ¿Hay algo que pueda entregar a los demás que, a su vez, me permita liberar mi potencial? ¿Estoy teniendo una actitud curiosa y receptiva hacia nuevas oportunidades en las que pueda tener cabida toda mi apasionada energía? ¿En qué aspectos de mi vida puedo actuar con más libertad, confianza y generosidad?

Deja las preguntas abiertas en tu cuaderno de apuntes hasta que comprendas con satisfacción que no solo ya sabes las respuestas, sino que también tienes ganas de ampliar tu plan de acción y promover su aplicación. Cuando sea así asegúrate que, coherentemente, modificas tu agenda para dar concreta cabida a toda nueva actividad.

Por último, este puede ser un buen momento para hacer una reflexión. En estos primeros pasos escuchando más y más a tu corazón y apoyando a tus sueños en el viaje hacia su manifestación, ¿has sentido que crecías? Ver lo que tu corazón quiere contemplar tiene sobre todo relación con permitirte ser y con ampliar la conciencia de esa vida en expansión.

Para fomentar esta disposición, a lo largo del día repite con frecuencia, en el silencio de tu corazón, la canción de

Lo que el corazón quiere contemplar

84

la caracola marina, mientras imaginas que la recitas a coro con unas caracolas cantantes. Caracolas que suenan así para recordarte que hay más vida con ganas de jugar. Al hacerlo de esta manera, afírmate en la intención de abrir más y más tu conciencia de ser a cada aspecto de la vida que quiere manifestarse a tu través.

85

Capítulo 8 Sirena Serena, Ogro Logro y las caracolas cantantes

La mejor tierra para sembrar y hacer crecer algo nuevo otra vez está en el fondo. En ese sentido, tocar fondo, aunque extremadamente doloroso,

es también el terreno de siembra.

Clarissa Pínkola Estes

¿Caracolas cantantes? Creo que es el momento de hablarte de otro miembro de nuestro clan que, habiendo descendido por el color verde del arco iris, tiene como característica principal que su dulce voz sabe cantar lo que canta el fondo del mar. Aún te puedo decir más: su voz sabe entonar lo que escucha en el fondo de todo lo demás. Canta lo que canta el fondo de una mirada cuando, más que mirar, admira. Canta lo que canta el fondo de la risa, cuando el reír no tiene prisa. Y canta lo que canta el corazón cuando no hay condición que frene su canción. Le llamamos Sirena Serena y como era de esperar, cuando esta sirena canta, el alma de todo se calma y se serena.

Es una fabulosa criatura que desde siempre se recuerda cuidando de las aguas en lagos, ríos o estanques. No tiene muy claro cuál es su genealogía, pero sabe que no es sirena seductora ni ninfa consejera. Lo suyo es llegar al fondo de todo y luego cantarlo. Cantar aquello que quiere ser oído pero aún no se ha escuchado. Ella suele decir que canta lo que canta el fondo de la vida y que lo canta porque le encanta, ya que eso siempre suena de maravilla.

Lo que el corazón quiere contemplar

86

Un día, Sirena Serena cayó en la cuenta que tenía el don de llegar hasta el fondo de los llamados problemas; no sólo en ríos, mares o albercas, sino también en todo lo que un alma alienta. Y desde entonces es capaz, te lo puedo asegurar, de escuchar en esos fondos la alegría taponada, el entusiasmo enfangado o la fortaleza arrinconada. Y cantando su melodía, ayudarles a encontrar caminos para liberarse y volver a vibrar en armonía.

Claro que ese descubrimiento fue todo un logro, y pudo acontecer porque en la vida de esta sirena se cruzó un ogro, que en honor a ese suceso, responde al nombre de Ogro Logro, también componente de nuestro clan, habiendo necesitado para su descenso el camino naranja, el rojo y parte del amarillo.

Su encuentro sucedió en una época en que Sirena Serena estaba terminando de arreglar la cuenca de un arroyo en un poblado que vivía aterrorizado, según le contaron sus habitantes, por el explosivo carácter de un enorme personaje que se guarecía en una mina de la montaña. Podía tratarse de un ogro que tenía muy mal genio o, quizás, era un genio que tenía tan mala cara que parecía un ogro. Los rumores no lo aclaraban. El caso es que, según contaban, tal criatura gruñía, bufaba, resoplaba, saltaba y pataleaba cuando cerca de su cueva escuchaba cualquier clase de ruido, por suave que este fuera. Se alteraba hasta con las risas de los niños, las músicas de las fiestas o el bullir de la sopa hirviendo en un puchero.

En cierta ocasión, una niña que se sentía muy triste, asustada y enfadada porque en uno de sus arrebatos el ogro había destrozado los naranjos y limoneros de su familia, se fue al arroyo a contar sus penas a las aguas y se quedó dormida. Cuando se despertó contó a los demás que, en sueños, una sirena que dijo llamarse Serena le había explicado que para calmar al ogro, mejor dicho, a su temido mal genio, debía

Capítulo 8

87

recoger unas caracolas que le había dejado preparadas en la orilla y colocarlas junto a la cueva dónde vivía tan rabioso personaje.

Como nada arriesgaban ni perdían, entre todos recogieron las conchas e hicieron lo que tal sirena decía. Y una vez estuvieron dispuestas las caracolas, se pusieron a reír y a jugar hasta que lograron que el ogro saliera refunfuñando de su guarida. Entonces sucedió lo que estaban esperando; pero no por esperarlo, les pareció menos extraordinario. El ogro cogió las caracolas y conforme se las acercó a su oído, su rostro se fue relajando y su ánimo calmando. Al ratito de estar escuchando, las recogió todas, entró en su cueva y, antes de que nadie tuviera tiempo de salir del pasmo y la estupefacción, el ogro volvió a aparecer.

Ahora llevaba puesta una sonrisa, y sus grandes manos estaban llenas de preciosas piedras que los joyeros del pueblo aseguraron después que, además de preciosas piedras, eran piedras preciosas; o sea, verdaderas gemas, que esparció por el suelo antes de volver a meterse en su cueva. Pasada la conmoción, a la niña que creía haber soñado con una sirena se le ocurrió que quizás el ogro había tomado las caracolas como un regalo y las gemas se las entregaba en correspondencia. Así que las recogieron agradecidos y volvieron a sus casas dándose pellizcos y preguntándose si no sería que en el sueño de esa niña aún todos seguían dormidos.

¿Qué estaba pasando? Aquí es cuando he de explicarte el papel tan formidable que en esta historia tienen asignado las caracolas cantantes. Mientras Sirena Serena estuvo arreglando los fondos de las aguas de ese poblado, encontró unas caracolas que, cuando ella cantaba, el eco de su canto guardaban. No hacían como las demás, que sólo guardaban el canto del fondo del mar. Esas caracolas tenían vocación de cantantes; y canción que Sirena Serena componía, canción que las

Lo que el corazón quiere contemplar

88

caracolas repetían, añadiendo además el sonido orquestal de todo el fondo del mar.

También en esos días, moviéndose por corrientes subterráneas, Sirena Serena había podido llegar hasta la cueva del ogro: y en el silencio de esa gruta, pudo escuchar su honda pena. No es que tuviera mal genio; no es que el ruido aborreciera, sino que ese ogro, aunque fuera de apariencia enorme y su voz pareciera un trueno —cosas propias de los de su especie—, en su corazón era un niño. Un niño que se aburría en los bajos fondos de las cuevas e intentaba hacer amigos en la superficie.

En los días que Sirena Serena le estuvo observando, pudo saber que este gigante tenía una forma de hablar balbuceante, torpes movimientos y seguramente una visión deficiente. Pero también comprobó que era un minero excelente, que sus brazos tenían una fuerza imponente y que era un genio construyendo corredores, túneles y galerías que permitían dirigir aguas y extraer minerales. Quizás parecía algo inconsciente, pero era un trabajador muy eficiente y tenía un corazón gigante e inocente. Y en ese tiempo sentía la pena de un niño que queriendo jugar y pasarlo bien con otros niños, comprueba que los demás, cuando le ven llegar, se asustan y escapan por más que les persiga pidiéndoles, en su hablar gritón y balbuceante, que se queden y sean sus amigos.

Eso era lo que sucedía todas las veces que el ogro escuchaba algún ruido. Salía corriendo pensando que era una oportunidad de jugar con otros niños: pero quien fuera que estuviera afuera, al verle, huía despavorido. Por eso fue creciendo su pena, la que sólo logró escuchar Sirena Serena. Y fue entonces cuando compuso para él una canción que alivió su tristeza e invocó su paz y su paciencia. La grabó en las caracolas cantantes y se le ocurrió la idea de que los niños las colocaran en la puerta de su cueva para que él lo tomara como una

Capítulo 8

89

forma de juego, como cuando los niños cambian sus cromos y otras pertenencias.

Después de estos acontecimientos, todo en el pueblo se transformó. Se hicieron famosos por su yacimiento, que el ogro terminó regalando al ayuntamiento. Y fueron también muy apreciados sus tratamientos de aguas, todos basados en una prodigiosa colección de caracolas cantantes que, según contaban las leyendas, fueron entregadas en un sueño por una sirena a una de sus habitantes. Mientras tanto, Sirena Serena consideró que todo lo ocurrido había sido un gran logro, y por eso denominó así a quién ya para entonces era su amigo, su socio y su protegido.

A partir de ese día, Sirena Serena y Ogro Logro han viajado juntos y se encargan de repartir caracolas cantantes allí donde, en su fondo, puede escucharse algo triste, algo enfadado, o algo por algún miedo aprisionado.

Pero aún hay algo más que te tengo que contar. Y tiene que ver con el fondo de un lago, las raíces de un roble y una dríada danzante. Hacia allí se están dirigiendo, respondiendo a un pedido de ayuda, la sirena y el ogro.

Capítulo 8 - Inspiracción

91

InspirAcción Adentrándote en aguas profundas

Detrás de todo comportamiento hay una intención positiva.

Tras cualquier conducta, pensamiento, fantasía o acción, se esconde siempre

algún propósito universalmente aceptable y aplaudible, que pugna por transportarnos

a un lugar de inocencia universal.

Robert Dilts

En este viaje, todo avance ha venido precedido de un gesto de recogimiento en el que, respondiendo a una llamada interior, has ofrecido apoyo y consideración a aquello que quería ponerse en circulación. Con ese gesto has posibilitado la expansión de tu conciencia de ser, liberando e integrando aspectos de ti cuya energía aún no había encontrado forma de expresión. Aquí y ahora, en este recodo del sendero, también te invitamos a evolucionar así.

Al recitar con frecuencia la canción de la caracola marina ya has estado despertando a tu Sirena Serena. Y habiendo aprendido con Dragona Candela a contemplar tu energía con cordialidad, has encontrado una actitud

Lo que el corazón quiere contemplar

92

fenomenal para bucear con más tranquilidad en las aguas profundas de tu mar emocional.

Sirena Serena suele decir que canta lo que canta el fondo de la vida y que lo canta porque le encanta, ya que eso siempre suena de maravilla. Canta lo que canta el fondo de una mirada cuando más que mirar, admira. Canta lo que canta el fondo de la risa, cuando el reír no tiene prisa. Y canta lo que canta el corazón cuando no hay condición que frene su canción.

Si en tu vida hay poca admiración, mucha prisa y demasiado freno al intentar moverte al compás de tu apasionado corazón, ha llegado el momento de aprender a vibrar en la frecuencia de esta sirena y entrar en fructífera asociación con el descomunal, inocente, eficiente y algo inconsciente ogro, que permanece escondido en tu interior.

Dejando que la sirena y el ogro nazcan en tu conciencia conseguirás, en medio de una gran serenidad, un gran logro. Aunque en apariencia solo parezca que te has quedado atascado en el fondo de un conflicto o evento catalogado como problema, esa apariencia solo será el preámbulo de un magnífico acontecimiento: algo que en ti parece sombrío e inconsciente, algo que permanece oculto y que al mostrarse inquieta, va a ser, a la luz de tu serena compasión, bien acogido, y por amado, comprendido.

Un pedido de amor va a ser atendido y con ese logro, lo que hay de ogro en ti, va a encontrar formas de manifestación; sacando a la luz, en ese movimiento vital y sanador, las riquezas que junto a su desilusión quedaban encerradas en su cueva interior.

Capítulo 8 - Inspiracción

93

¿Dispuesto a moverte en esta dirección? Te sugiero empezar escribiendo en tu cuaderno de apuntes algunas preguntas, que también dejarás caer al fondo más hondo de tu mente:

¿Qué aspectos de ese tú mismo que presientes no terminas de permitir que se hagan presentes? ¿Qué parte apartada de ti no te atreves a amar abiertamente? ¿Con qué ámbitos de la vida no logras una relación cordial? ¿Qué es lo que aún debe ser amado para que no tenga que llamar tu atención disfrazado de conflicto y de dolor? ¿Qué es lo que aún no encuentra un lugar en tu corazón? ¿Cómo influyen estas resistencias en la manifestación de tu soñada realidad?

Tras este tiempo de reflexión escribiendo sobre tu experiencia te propongo un rato de meditación. Busca un lugar tranquilo, siéntate, cierra los ojos y comienza a respirar sin pausa, como se mueven las olas al compás de la marea. Inspira y expira imaginando que con cada respiración, cual Sirena Serena, vas descendiendo a lo más hondo, a tu cueva interior, con la intención de escuchar lo que aún, y muy a su pesar, está esperando a ser en libertad.

Escuchar lo que está frustrado pues, sin entender la razón, en su intento de movimiento, solo consigue generar rechazo. Y por lo tanto, queda sin comprensión su positiva intención. Ahí sigue esperando inocente vida que tiene ganas de jugar. Aspectos de ti cuya energía busca aceptación e integración en tu conciencia de ser.

Mantente durante un buen rato en silencio y quietud, inspirando y expirando sin pausa y en disposición de permitir, sin enjuiciar, que se muestre la frustración, la rabia, la impotencia, la pena, la indignación o cualquier

Lo que el corazón quiere contemplar

94

otra emoción palpitando en tu interior. Cuando empieces a percibir esa energía juega a seguir su rastro. ¿Cómo la sientes? ¿En qué parte de tu cuerpo se hace presente? Juega a observarla. A permitirle ser a su manera. Y cuando estés sintiéndola más claramente, pregúntale: ¿cuál es tu positiva intención? ¿Qué estás queriendo aportar a nuestra vida? ¿Qué es lo que deseas expresar? ¿Qué valor estás queriendo preservar?

No busques respuestas; simplemente sigue consciente de tu respiración y mantente receptivo a la experiencia. Permanecer con esa energía, sin juzgarla, puede abrirte a algún tipo de intuitiva comprensión sobre cuál fue la interpretación que te llevó a bloquear su desarrollo e impedir su manifestación. Desde esta compasiva perspectiva contempla ese aspecto de ti en la luz de lo que es y afírmate en la confianza de encontrar saludables cauces de expresión para resolver su agitación.

Con esa intención, vibrando cual Sirena Serena, te propongo recitar una canción que le ayude a actuar con otra cadencia y otro compás y así, en su manifestación, no asustar. Esto es lo que para finalizar esta meditación tienes que entonar y hacerlo desde el amoroso silencio de tu corazón:

Confío en tu positiva intención. Te doy permiso y bendición para tu movimiento y expansión. Tienes tu sitio y tu función en este espacio de silencio y conciliación pues lo que tu das tiene infinito valor para todo lo demás.

En el canto de la vida todo tiene un ritmo y vibra en la frecuencia del amor incondicional; en un perfecto equilibrio entre recibir y dar, como en equilibrio también

Capítulo 8 - Inspiracción

95

están, en medio del silencio, las notas que forman el cantar.

Esto es lo que en tus caracolas cantantes puedes grabar. Esta es la serenata que tu ogro necesita escuchar.

Juega a hacerlo así, a modo de meditación, como si estuvieras buceando cual sirena en el fondo del mar. Juega, si quieres, a entonar esta canción mientras te das un baño templado, en agua con sal. Lo más importante es que mantengas la intención de promover que algo se abra camino en ti, al compás de tu compasiva atención; y que en el fondo de tu ser, nuevos recursos empiecen a florecer, dónde antes sólo había resistencia, incomodidad y frustración.

Además conviene que, con regularidad, vuelvas a tu lista de deseos para evaluar y celebrar tus avances. Y que repases, una vez más, la sección de tu cuaderno denominada “Primeros pasos” para comprobar si tus energías están encontrando mejores cauces de expresión y si están siendo más fructíferos tus planes de acción.

Ahora que has aprendido a ir muy adentro para disolver resistencias y que disfrutas buscando la intención positiva que está en la raíz de todo movimiento vital, puedes jugar, con frecuencia, a descender a tu cueva interior para preguntar: ¿qué queda por honrar? Y si como respuesta puede escucharse algo triste, algo enfadado, o algo por algún miedo aprisionado, te sugiero perseverar en la práctica de la meditación de tu cueva interior.

Haciéndolo así, a lo más profundo en ti vas a llegar y, en ese fondo, te está esperando todo tu potencial en forma de laguna y de árbol ancestral.

97

Capítulo 9 El lago que quería seguir siendo laguna

A veces, primero tenemos que sanar nuestra propias heridas para alcanzar algún bienestar interior pero, finalmente,

experimentamos un movimiento natural de servicio, un anhelo para devolver al mundo.

Jack Khornfield

Sirena Serena y Ogro Logro se están dirigiendo a un territorio que, teniendo a un lago como centro, ha vivido un pasado que se recuerda como glorioso; es decir, digno de honor y alabanza, y relativo a la gloria que allí resplandecía.

En concreto, las aguas del lago eran famosas porque, en su calma y su transparencia, su fondo relucía y daba gloria verse en el espejo de su superficie. En su infancia, antes de la devastadora crecida que marcó un brusco cambio en su vida, el lago era laguna; es decir, depósito natural de agua más pequeño que un lago. En esa época era también lugar de continuados encuentros, celebraciones y fiestas. Y con frecuencia, coros de niños y aladas criaturas, rodeando el círculo que formaban sus orillas, cantaban todos a una, invitando a quienes allí concurrían a vibrar en sintonía. Cosa que conseguían, y por eso a esta laguna por ese nombre se le conocía, dado que todo su paisaje emitía una frecuencia tan bienaventurada que hasta las sombras gloriosas se sentían, recordándose testigos de la luz del día.

Lo que el corazón quiere contemplar

98

Esto era lo que, por aquellos tiempos, en este paraíso denominado Sintonía acontecía. Y quiero añadir que hasta en el cielo la gloria se veía, pues al despuntar la primera luz de la mañana, la más alta montaña de este paraje proyectaba su sombra por encima de las nubes, y se contemplaban en el cielo danzantes anillos multicolores que fueron denominados glorias matinales. Ya ves que tengo razones para calificar de gloriosa la historia de estos lugares.

Claro que también tengo que recordarte que todo esto sucedía antes de la inundación que transformó en lago a la laguna. Tras el desbordamiento, en su frondoso contorno sólo un árbol resistió. Fue el único que pudo aguantar los rayos y soportar lluvias, nieves, granizos y tormentas sin sufrir graves consecuencias.

Ese árbol es un roble y forma parte de nuestro clan, habiendo descendido por el color naranja del arco iris. Aunque también hay que añadir que, dado su imponente tamaño, en ese descenso parecía ocupar todas las franjas de colores.

Llegó unido a la laguna, apoyado en sus orillas y con algunas de sus raíces hundidas en su fondo, de tal forma que nunca se ha sabido quien abrazaba a quien, aunque estaba claro que se querían. La laguna disfrutaba viendo crecer al árbol mientras mantenía la humedad en sus contornos, y el árbol se iba elevando fuerte y entusiasmado sabiéndose bien cuidado. A su vez, el roble merced a sus largas y profundas raíces, favorecía el drenaje hacia el subsuelo y el campo entero se lo agradecía. Hacían un buen equipo.

Este árbol, además de roble, y al igual que la laguna, era de un talante sociable y acogedor. Esa actitud les unía y disfrutaban juntos ofreciendo a quienes les visitaban riqueza, cobijo e inspiración. Además, por la calma que mostraba el lago y la suave sombra del roble, sus alrededores eran visitados por magos, hadas y duendes que

Capítulo 9

99

recogían hojas, hongos, bayas, ramas, muérdago y cantos rodados para utilizarlos en bellas ceremonias y mágicas celebraciones. Los dos eran buenos anfitriones y era tan apreciado el lugar que las gentes los protegían con círculos de piedras y cintas de colores.

Antes de la riada, periódicamente, las montañas cercanas ofrecían a la laguna, como alimento exquisito, las nieves de sus cumbres, haciéndoselas llegar poco a poco a través de un río que confluía en sus orillas. La laguna, agradecida, disfrutaba viendo cómo parte de su contenido jugaba a evaporarse, y montando en alguna nube veraniega refrescaba las laderas de los montes. Daban y recibían en armonía y en ese lugar sólo rebosaba la alegría. Este era aún el tiempo en el que en las tranquilas aguas de la laguna se veían reflejadas las glorias que brillaban en los cielos.

Pero llegaron gentes de otro lugar que compraron el bosque entero, pusieron puertas al río, dejaron desnudas de árboles las colinas y permitieron que todo el territorio enfermara de sequía. La laguna, entonces, al ver que empequeñecía, cada noche temiendo su desaparición, lloraba y gemía, y hasta un llorar seco tenía, pues no estaba para perder ni una gota de agua. Las montañas que tanto la querían, para no verle agonizar, convocaron a todo tipo de nubes en sus cumbres. Y respondiendo a ese pedido de auxilio fueron llegando blancos y filamentosos cirros, espesos y abundantes cúmulos, estratos y nimboestratos acompañados de nieblas y ventiscas. Todos, como un escuadrón de salvamento, dispuestos a precipitarse en forma de chubascos y lloviznas.

La consigna era llover de tal manera que no hubiera compuerta que impidiera que el agua llegase a la laguna, y ésta otra vez plena se sintiera. Pero fue tan grande su aportación que la laguna no sólo se sintió llena sino rebosante, y eso significó desbordamiento e inundación. Las nubes, con su afán de ayudar, no pusieron límite a su

Lo que el corazón quiere contemplar

100

desprendimiento, y en su frenético movimiento chocaron entre ellas, produciendo tormentas acompañadas de granizos y pedriscos. Se produjeron derrumbamientos, preciosas cuevas quedaron ocultas, y el valle se convirtió en un páramo inhóspito, que a golpe de lluvias torrenciales pasó de paraíso a valle de lágrimas. Aquello tuvo atisbos de diluvio, y si ya con la sequía y la deforestación a la laguna casi nadie acudía; después, con los campos anegados por la riada y los temores de aluvión, el lugar aún más solitario aparecía.

No obstante, los temporales terminaron amainando y las aguas volvieron a su cauce, pero quedó mucho miedo atascado en el fondo del lago, y aunque estaba contento de sentirse pleno, a la vez también estaba muy triste. Si antes le preocupaba su empequeñecimiento, luego le angustiaba su posible crecida. Tratando de encontrar una solución, el lago se propuso volver a ser laguna, que según escuchó un día decir a una ninfa poeta, es un lago pequeñito a cuyo alrededor todos cantan a una.

Para lograrlo, pidió ayuda a los vientos, convocando a los más fríos, y decidió mantener sus aguas muy quietas hasta conseguir quedarse congelado. De esta manera consideraba que podía tener controlado su posible desbordamiento y esperaba que con la llegada de la primavera parte de su contenido, cansado de estar tanto tiempo quieto, decidiera evaporarse y subirse a los trenes de nubes que en esa estación del año solían moverse rápidas como las aves. Sin embargo, algo debió de calcular mal porque la primavera ha llegado, el sol calienta, viajan veloces las nubes; pero el lago sigue congelado y las raíces del roble de su orilla, entumecidas, se quejan. Y ahora sus alrededores nadie visita. Únicamente, en las últimas semanas, en la copa del roble, una dríada se divisa.

Pero antes de hablarte de ella, déjame subrayar que el lago, a pesar de todo, sigue manteniendo vivo su deseo de transformarse en laguna y

Capítulo 9

101

que a su alrededor todos canten a una para contribuir a que el roble siga creciendo, vuelva a ser venerado e irradie su luminosa energía. El roble no sabe cómo explicarlo, pero también intuye que no ha crecido para estar solo y entumecido, sino para ser, como en otros tiempos, roble que crece mirando al cielo; y por serlo, ayudar a otros a elevarse hasta alcanzar la gloria, ese círculo irisado que se vislumbra cuando, estando en lo más alto y rodeado de luz, te atreves también a contemplar tu sombra con la misma ternura que el halo que te alumbra.

Por eso Sirena Serena y Ogro Logro se han puesto en marcha rumbo al lago, ya que han captado la llamada a Sintonía que emite su fondo. Allí, una dríada, utilizando su hechizante baile al modo de los derviches giróvagos, gira y gira sobre sí misma en la alta copa del roble, expandiendo curiosas y sonoras estelas de colores que convocan a una reunión de urgencia, como en otros tiempos y en otras tierras se hiciera con señales de humo, silbidos o txalapartas.

Capítulo 9 - Inspiracción

103

InspirAcción Paisaje interior

En tu propio pecho llevas tu cielo, tu tierra y todo lo que tus ojos contemplan;

y si parece que no hay nada, es porque está dentro.

William Blake

Seguimos jugando a ser. Favoreciendo el gozoso movimiento vital que vibra con inocencia y en libertad, con la única intención de ser y siendo, permitir y colaborar a que todo lo demás también lo sea. Esa es la entonación con la que canta tu corazón convocando a armónica reunión.

Es el momento de regresar al centro. A esa laguna interior que convoca al equilibrio, al encuentro y a la celebración. Desde ese centro puedes jugar a integrar, posibilitando que todo encuentre su sitio, su valor y su función, en la circular asamblea de tu corazón.

Enraizado en el fondo de esa laguna, cual semilla de plenitud queriendo florecer, también está presente tu árbol interior. Conocimiento intuitivo, voluntad y poder creador nutriéndose en la compasión, la confianza y el amor todo abarcador.

Lo que el corazón quiere contemplar

104

Es el momento de jugar a activar tales dones y bendiciones, coordenadas del mapa energético de tu esencial potencial y atributos del roble y la laguna que, en ti, están empezando a despertar.

Y jugar así, sobre todo, si en tu paisaje interior sientes desolación; o si ancestrales creencias de carencia, culpa e inadecuación mantienen entumecida, en alguna medida, tu voluntad de realización.

Es tiempo de entrar en sintonía y, dando vida en tu vida a territorio tan singular, tus frecuencias de vibración, equilibrar y armonizar.

En coherencia con esta intención, te propongo comenzar escribiendo en tu cuaderno de apuntes las respuestas a las siguientes consideraciones: ¿Qué miedos sin gestionar te mantienen alerta en un tenso intento de control? ¿Temes verte desbordado? ¿Hay emociones que mantienes congeladas? ¿En qué área queda limitada tu vida, en contradicción con un reconocible impulso de expansión? ¿Se te hace difícil darte permiso para desarrollar todo tu potencial? ¿En qué asuntos entran en conflicto una excesiva autoprotección con un claro deseo de evolución? ¿Qué creencias están relacionadas con estas vivencias?

Después, siéntate en un lugar tranquilo, coloca tu atención en el centro energético de tu corazón y observa tu respiración. Imagina este centro como una laguna en calma. Con cada inspiración las aguas se aquietan más y con cada exhalación se vuelven más transparentes.

Capítulo 9 - Inspiracción

105

Cuando hayan pasado algunos minutos haciéndolo así, afírmate en tu intención de dar la bienvenida, sin prejuicios, a todo lo que se manifieste en esta experiencia. Confía en que toda turbulencia, en forma de distorsionante memoria inconsciente, queda desactivada; y todo puede verse reflejado tal como es, encontrando su sitio, su valor y su función, en las aguas, ahora calmas y transparentes, de tu laguna interior.

Vibrando con esta confianza y esta cordial intención, al inspirar abre tus brazos como si la vida entera quisieras abrazar; mientras que al expirar, contemplando aquello que se haya hecho presente en el campo de tu atención, completa el abrazo dejando tus manos cruzadas sobre tu pecho. En ese momento, con tu mejor voluntad, entona los versos que vienen a continuación:

Te doy la bienvenida a este espacio conciliador en el que guiados por la inteligencia del corazón podemos vibrar en sintonía. Gracias por estar aquí, ayudándome a reflejar en mi conciencia el glorioso círculo espiritual que a todo integra en una armoniosa totalidad.

Hazlo así una y otra vez con todos los aspectos de la vida que, a los dos lados de tu piel, respondan a la llamada a sintonía que emites desde el centro de tu ser. Y hazlo consciente de que para experimentar plenitud, ha de llegar antes la integración.

Jugar a entonarte con esta redentora vibración significa reconocer que todo lo que está presente en tu vida, en esencia, es digno de amor; y hacerlo, hasta que te encuentres vibrando en sintonía, territorio del que se decía

Lo que el corazón quiere contemplar

106

que todo su paisaje emitía una frecuencia tan bienaventurada que hasta las sombras gloriosas se sentían, recordándose testigos de la luz del día.

Si miras el camino que has ido dejando atrás, comprenderás que infinitos son los elementos que han posibilitado tal caminar. Infinito el caudal de energía desplegándose en luces y sombras, dimensiones, rumbos y geometrías. Infinita vida haciéndose y deshaciéndose para ir tejiendo la singular trama de tu laberinto vital.

Tras esta contemplación puedes entender que desde la puntual e individual perspectiva no hay suficiente visión para determinar qué es digno de amor y qué no merece tal distinción. Así puedes llegar a comprender que para seguir creciendo tienes que confiar en la inteligencia de tu corazón, que es potente energía que convoca a la integración.

Con este ánimo, cada vez que te sientas en conflicto o te resulte difícil asumir con serenidad una situación, ubícate en ese círculo cordial y convoca su vibración para expandir tu percepción de la situación, recitando la siguiente afirmación:

Confío en la inteligencia de mi corazón donde encuentro conocimiento y efectiva disposición para, aquí y ahora, vibrar en sintonía con todo lo que es y construir creativos cauces de acción desde la paz y la libertad de ser.

Además, repasa tu lista de sueños, revisa la sección “Primeros pasos” y, allí dónde observes que se está produciendo alguna resistencia o dificultad para fluir con

Capítulo 9 - Inspiracción

107

alegría de ser y voluntad de realización, practica aplicando esta misma declaración.

Vibrando con estos sentimientos, las aguas de tu mar emocional se calman, de la turbulencia pasan a la transparencia, y cada aspecto que en ellas se refleja encuentra su lugar, su valor y su función en un armonioso orden de amor. Del rechazo pasas a la integración, quedando todo convocado en su positiva intención, posibilitando el cantar todos a una, y reflejar la gloria de la plenitud que es silencio y sombra, además de canción y luz.

Desde ese patrón de frecuencia en el que canta tu corazón, equilibras y elevas tu vibración hasta alcanzar la conexión con una gran riqueza de información, conocimiento e intuición. Dicha energía, inteligencia espiritual reinando en lo más elevado de tu árbol interior, tiene todos los recursos y un plan de acción para asumir la responsabilidad del despliegue de todo tu potencial, y así poder reconocer la inmensidad de tu verdadera identidad, contemplándola desde la conciencia de unidad con todo lo demás.

Es el momento de dar vida en tu vida a una driada danzante.

109

Capítulo 10 Emma, driada del árbol roble

Como el viento que busca y eleva las plumas

del cuello de los gorriones, o alza las hojas en remolinos

sobre los campos de flores, no encuentro un lugar

donde pueda decir: aquí mi ser concluye.

Colin Oliver

Emma, dríada del árbol roble, forma parte de nuestro clan habiendo descendido por el color violeta del arco iris, aunque si nos fijamos en su melena multicolor, parece que todas las tonalidades hayan querido quedarse con ella. Todas las tonalidades y las Maribrujillas, que como son varias, brujillas, muy juguetonas y de todos los colores, gustan de camuflarse entre los ondulantes cabellos de Emma, columpiarse en sus rizos, deslizarse por el tobogán de sus trenzas o utilizar de liana sus tirabuzones. Emma y las Maribrujillas son inseparables, y no sabría decirte dónde empieza una y dónde acaban las otras, pero juntas llegan a todas partes.

Ahora, dríada Emma y las Maribrujillas son famosas en valles, bosques y florestas por sus infusiones, sus esencias florales y sobre

Lo que el corazón quiere contemplar

110

todo por sus peculiares bailes, sus originales conciertos y los singulares juegos de sus fiestas, en los que siempre se buscan y se encuentran, en medio de coloridos diagramas concéntricos, amorosos órdenes alrededor de un centro. Al final de esos eventos, dentro y fuera de cada participante, parece reinar un equilibrio basado en nuevos cauces estabilizadores de energías, en fluidas corrientes de dignidad y respeto, y en un fondo de amor que abarca en un único abrazo, diversidad y acuerdo, libertad y pertenencia.

Pero no siempre ha sido así. Emma y las Maribrujillas se recuerdan en sus principios habitando un territorio en el que cuando los bebés comenzaban a caminar, se les enseñaba a moverse sin distraerse, siguiendo los caminos ya marcados para acercarse a cualquier cosa que les interesase. Entendiendo además que no cabía en ninguna sensata cabeza que pudiera quererse hacer algo que no supusiera ir paso a paso y avanzando en línea recta. Aprendían a ir hacia adelante o hacia atrás, cambiando de dirección en riguroso ángulo recto y siempre por las sendas que los adultos ya habían señalado anteriormente. Cualquier movimiento improvisado, cualquier dirección desconocida, era considerado en ese entorno como un desplazamiento potencialmente incorrecto y peligroso. Además, el ritmo siempre quedaba marcado por el tictac de los relojes que a su vez recordaba que no había que perder tiempo.

Es cierto que había adultos en ese lugar que habían logrado elevar su paso y habían llegado a ser equilibristas, caminando con mucho tiento y una gran pértiga sobre cuerdas suspendidas entre balcones, por ejemplo. Pero siempre esos caminos elevados seguían las mismas líneas rectas que estaban marcadas en el suelo, con profusión de carteles indicativos que tenían la intención de que nadie se confundiera, se desorientase o perdiera el tiempo “dando vueltas” por las calles; o como hacía la extraña criatura de los cabellos de todos los colores, girando sobre sí misma.

Capítulo 10

111

A veces Emma, con su melena recogida y las Maribrujillas sesteando en su coleta, también disfrutaba avanzando paso a paso, como hacían las personas del lugar, sobre todo cuando en los días más festivos algunos habitantes jugaban a caminar en línea recta haciendo todos idéntico paso al mismo tiempo. En esos días hacían sonar muy fuerte todos los relojes y su tictac marcaba el ritmo de su avance. Se sentían muy orgullosos de funcionar como un reloj; es decir, como una maquinaria precisa. Pero al final, Emma se aburría, las Maribrujillas comenzaban a dar vueltas en su cabeza y, para disgusto de todos, terminaba bailando, girando sobre sí misma.

En ese tiempo y en ese lugar, Emma era considerada un torbellino, y nadie comprendía por qué no se divertía como todos los demás. Y las Maribrujillas literalmente tenían a sus vecinos hasta la coronilla, dado que cuando éstas se mostraban más traviesas, jugaban a lanzarse como trapecistas cambiando de columpio, desde los tirabuzones de Emma hasta los mechones de cualquier otra melena, notando entonces el dueño de esa cabeza tirones y enredos en su sesera.

Pero te puedo asegurar que la intención de las Maribrujillas sólo era hacerles cosquillas; a ver si así, además del cuero cabelludo, también les picaba la curiosidad, y al ritmo de tal desazón cambiaban el paso y probaban otra experiencia. Porque sucedía que tanto Emma como las Maribrujillas sólo se conformaban con todo y les encantaba encontrar nuevos matices, hacer extrañas combinaciones, buscar insospechadas asociaciones, desarrollar inesperados inventos, y descubrir nuevos significados y funciones. Y sobre todo, a diferencia de las gentes de aquel lugar, ellas amaban los círculos abiertos que cual espirales expansivas todo lo abarcaban, en vez de las líneas fijas que como fronteras cerradas todo lo separaban.

Así que se encontraban más a gusto jugando en los campos y en las arboledas de los alrededores que en las cuadriculadas avenidas del

Lo que el corazón quiere contemplar

112

pueblo. Disfrutaban en los huertos, en las rosaledas, durmiendo sobre los tréboles y jugando al escondite con otros seres del bosque. Y así fue como terminaron siendo alumnas de las hadas y los elfos, estudiantes en una escuela de duendes, discípulas de famosas ninfas, oyentes en misteriosas reuniones en donde seres de todas formas y colores compartían sus saberes y se ponían de acuerdo para ocuparse de los problemas en valles, montañas, claros y bosques, caminos, ríos, lagos y estanques. De esta forma fueron aprendiendo y desarrollando sus particulares artes y, como te decía antes, hasta se hicieron famosas sus especialidades.

Y llegó un día que en una de esos cónclaves fueron requeridas sus habilidades y se les encomendó una especial misión, para lo que tuvieron que trasladarse a otro territorio donde entumecido gemía un roble y donde una laguna congelada temía quedarse helada para siempre. En esa asamblea les explicaron que había sido escuchada una llamada a Sintonía, nombre de un territorio que en otro tiempo era considerado un paraíso, pero que ahora era un páramo frío y solitario, aun cuando allí había echado raíces un noble roble que soñaba con ser un roble estrellado.

Nadie en esta reunión sabía explicar con claridad en qué consistía concretamente el extraño sueño de ese roble, pero era función de las dríadas ayudar a los jóvenes árboles a desarrollarse en todas sus dimensiones, incluidas sus ilusiones. Así que sería labor de dríada Emma cuidar a este roble, y tarea de las Maribrujillas apoyar al lago que desde su pálpito más hondo y seguro, que por el frío tiritando, pedía auxilio y llamaba al encuentro en Sintonía.

Cuando Emma y las Maribrujillas llegaron al territorio habitado por el roble y la laguna, se encontraron con un lugar que parecía dormido, pero pronto se dieron cuenta que lo que allí sucedía era que todo estaba bloqueado; es decir, todo estaba como un bloque helado y

Capítulo 10

113

la vida interior apenas se percibía. Ellas, sin embargo, expertas en vislumbrar sutiles energías, descubrieron pronto la vida que en el interior de aquel páramo latía, así que se pusieron manos a la obra y elaboraron un plan de emergencia cuyo primer objetivo era hacer notar su presencia respondiendo a la llamada de auxilio recibida, revitalizar todo tipo de energías y promover un espontáneo movimiento de vida, que equilibrando flujos y cauces facilitase el florecimiento de todo lo que allí existía.

En teoría, y dados sus particulares talentos, su misión no parecía difícil, pero pronto descubrieron que solas nunca lo conseguirían. Por eso se sintieron contentas y mucho más tranquilas cuando al lugar llegaron no sólo el Ogro Logro y la Sirena Serena, sino también un ángel, un duende y una famosa costurera.

Pero antes de hablar de ese encuentro, de cómo están empezando a trabajar en equipo, y de contarte parte del pasado de la costurera, el ángel y el duende, quiero explicarte algo más del roble y de la historia de Emma.

Ya te dije que en el bosque donde se hizo el cónclave se comentaba que el deseo más grande de este árbol, al menos antes de entumecerse con las heladas, era ser roble estrellado. Sin embargo, ese deseo a todos los de su alrededor confundía, pues justamente eso era lo que ese roble ya era. Es decir, dentro de la especie roble, era uno conocido como Quercus stellata, denominación que significa roble estrellado. Todos se preguntaban por qué ese árbol mantenía tal deseo si ese anhelo ya era un deseo realizado.

Ese asunto era un misterio y se encargó su resolución a Emma, nombrándole dríada reina, pues además de sus particulares dones apropiados para ayudar al árbol en este trance, sabían que Emma poseía una corona propia de dama soberana en cuyo centro faltaba una

Lo que el corazón quiere contemplar

114

joya, y ese espacio vacío representaba la forma de una estrella. Quizás es que además, los magos, los duendes, las hadas y las ondinas astrólogas del cónclave sabían que estaba avanzando por los caminos una Diminuta Máxima que guardaba una estrella en su bolsillo, un deseo en su corazón y, en su memoria, una leyenda maldita referida a los robles; y que al confluir todos esos elementos se comprendería el misterio y se podría apoyar su resolución.

El caso es que mientras esperaban refuerzos, Emma y las Maribrujillas comenzaron a llevar a cabo sus primeras labores de auxilio. Dentro de esas tareas, las Maribrujillas se concentraron en dar respuesta a la llamada a Sintonía que emitía el fondo del lago. Para ello utilizaron unas gigantescas calabazas que, tras haber vaciado y limpiado con esmero, colocaron invertidas sobre las aguas siguiendo el círculo que formaban sus orillas, turnándose para repicar en el cascarón con sus manos. Con esa forma de tañer las calabazas, conseguían un sonido profundo y seco que se parecía mucho al latido de un corazón, y pretendían decirle al lago que le habían escuchado y estaban presentes, comprendiendo sus sentimientos y dispuestas a apoyarle en su intención.

Y eran sinceras al emitir este mensaje, pues cuando estaban realizando los preparativos para acudir a este paraje y cumplir su misión, una ninfa poeta les explicó que en otra época estuvo pasando un tiempo en las orillas del lago, recitando a las aguas sus versos, y de esos días recordaba una conversación que quizás pudiera serles útil en su tarea. Resultó que uniendo verso y broma, al lago, que le confesó que quería volver a ser laguna, la ninfa poeta respondió que ser laguna era ser lago más pequeñito en cuyo alrededor todos cantan a una. Y vio que el lago sonreía, como si esa definición le hubiera llegado al fondo, allí donde la memoria de su corazón guardaba el recuerdo de lo que, en otro tiempo, sucediera en ese territorio.

Capítulo 10

115

¿Podría ser que todavía esa fuera su ilusión? Las Maribrujillas agradecieron esta información y decidieron empezar a responder con un concierto alrededor del lago, confiando además en que, con ese retumbe, quedase invocado el corazón de todo lo que en los alrededores se encontrase y así pronto llegar a ser una orquesta completa en el repique, y cantar todos a una, como decía el verso de la ninfa poeta, que era propio de una laguna.

Por su parte, y siguiendo con el programa de urgencia, Dríada Emma, que como ya es sabido tiene el cabello de todos los colores, comenzó bailando según el día, al ritmo de una tonalidad, sucediendo que en su onda de baile todo vibraba en sintonía con la frecuencia de esa coloración. De esta manera, y además danzando cada día en una altura distinta del árbol, lograba comunicar, desarrollar y equilibrar todos sus centros de energía.

De forma especial, Dríada Emma trabajaba subiendo a la copa del roble y convocando con sus giros a todo lo que pudiera ayudar al árbol a cumplir su sueño, porque Emma temía que al estar el lugar tan gélido y solitario, bastante desnudas sus ramas y vacías hasta las agallas de su corteza, el corazón de su roble se estuviera quedando tan frío que el sueño que albergaba, y a ella había sido confiado, muriera congelado. Quería poder abrigar a su roble, hacerle un traje adecuado que diera calor a su tronco, a sus ramas, a sus raíces, y también arropara su alma y resguardara todos sus sueños.

Por suerte, los sabios que organizaron el cónclave en el bosque ya pensaron en este asunto y dieron aviso a una original modista, muy famosa entre las hadas, las magas y los elfos, y especialista en trajes de luz. Emma, que ya fue informada de esta visita, espera ilusionada a tan delicada costurera.

Capítulo 10 - Inspiracción

117

InspirAcción Círculos de amor y espiral de evolución

En todo caos hay un cosmos, en todo desorden un orden secreto.

Carl Jung

Vibrando con Diminuta Máxima comenzaste este viaje escuchando, con emoción, los felices sueños que canta tu corazón. Y decidiste jugar a caminar hasta alcanzar el horizonte en el que, esos sueños, pudieran contemplarse hechos realidad.

Territorio que es un estado de ser, en el que puede ser en libertad, toda la vida que quiere manifestarse a tu través.

Caminar que supone recorrer la vertical que va, desde la semilla de plenitud en el fondo de tu ser, hasta el máximo despliegue de tal potencial. Incluyendo, además, tomar consciencia de tu aportación vital, la luz de tu estrella personal, a la totalidad en la que tu vida inmersa está.

Recorrido que implica confiar en la inteligencia de tu corazón, potente energía que convoca a la integración en tu conciencia de ser. Energía que cual transparente y calmada

Lo que el corazón quiere contemplar

118

laguna interior, en la entonación del amor incondicional, sirve de nutrición al roble que hay en ti.

¿Dispuesto a ser el roble que logre pasar de la categoría de roble estrellado contra el suelo a la de roble estrellado mirando al cielo, por coronado en su copa con una estrella, mientras sigue siendo un imponente roble bien enraizado en la tierra?

Eso significa sentirte un ser humano, hombre o mujer, con todas tus energías encendidas, luciendo radiante en la frecuencia de vibración que simboliza tu estrella personal, y habiéndote sobrepuesto a cualquier negativa creencia o maldición, culpa o sensación de no merecimiento, palpitando en tu memoria ancestral.

Jugando a enfocarte en tu crecimiento interior, habiendo activado el centro de tu ser y bien anclado en la abundancia de la vida y en su poder creador, has posibilitado la activación de tu más elevada, integradora y creativa energía, que responde a la frecuencia de vibración que emite tu corazón, llamando al encuentro en sintonía. Has despertado en ti a tu driada reina.

Tal activación significa haber sintonizado con tu inteligencia más espiritual, capaz de ir más allá de las dualidades que separan y fragmentan, a la vez que amar la posibilidad de contraste y diversidad que ellas potencian, para experimentar no solo el poder creador sino también la belleza de la creación. Capaz de salir, en creativa espiral, de los círculos cerrados de miedo y limitación y de encontrar armonías entre diversas frecuencias de vibración,

Capítulo 10 - Inspiracción

119

permitiendo que en tu conciencia el sonido de la vida dibuje más luz, color, movimiento y geometría.

Jugar a dar vida en tu vida a Emma y las Maribrujillas significa jugar a experimentar con nuevas formas de ser porque ellas sólo se conforman con todo y les encanta encontrar nuevos matices, hacer extrañas combinaciones, buscar insospechadas asociaciones, desarrollar inesperados inventos, y descubrir nuevos significados y funciones.

Jugar así implica, por ejemplo, salir a dar un paseo y moverte diferente. Cambiar algún ingrediente al elaborar tu preferido pastel. Poner más atención al tono de la voz en vez de al contenido de una conversación. Sorprenderte haciendo algo al revés o saboreando el vacío que aparece al no hacer algo que estés habituado a hacer. Por un día, imaginar que acabas de nacer. Experimentar con alguna nueva afición. Ponerte en contacto con quien jamás hubieras pensado conversar. Atreverte a darte eso que nunca te das. Calzar tu ánimo en otra mentalidad e investigar cómo se siente la vida en ese caminar. Probar a expresarte con los gestos y sin hablar. Hablar de tu experiencia imaginando que eres únicamente el dedo gordo de tu pie. Cantar cuando toca comer y retozar cuando esperabas descansar. Cambiar el paso a la rutina y, por el simple deseo de jugar, probar nuevas experiencias más allá de lo habitual.

Para seguir promoviendo el juego en sintonía con Emma y las Maribrujillas, te sugiero trazar un círculo, símbolo de tu laguna interior; y, enraizado en su orilla,

Lo que el corazón quiere contemplar

120

dibujar el árbol que hay en ti. Hazlo en una enorme hoja de papel sobre la que puedas colocarte después.

En otras cartulinas, recorta formas o figuras geométricas que representen tus sueños, tus intereses, tus actividades, tus relaciones y todo aquello a lo que estás prestando atención porque has comprendido que quiere jugar a ser. Antes de hacerlo, contempla una vez más el collage que elaboraste y repasa tu plan de acción.

A continuación, dentro de esas siluetas, escribe la meta, el sueño por alcanzar en cada una de ellas y, además, mientras recitas la canción de la caracola marina, ponles color. Después coloca estás imágenes sobre la cartulina en la que has dibujado tu paisaje interior, buscando una composición que refleje el actual estado de la situación.

Luego, observa ese mapa, tu mandala existencial, desde distintas perspectivas. Incluye colocarte descalzo sobre cada figura, sentir su energía y, en recogida quietud, preguntarte: ¿Quiere esta área hacerse mayor, más pequeña o colocarse dentro del dibujo general en una distinta dirección o una nueva posición? ¿Está ocupando, este aspecto de mi paisaje vital, su sitio y su función? ¿Está considerado su valor? ¿Se me ocurre otra opción que favorezca más el despliegue de su potencial en relación con todo lo demás?

Haz los cambios necesarios hasta encontrar una disposición que te parezca lograr un mejor equilibrio, belleza y armonización. Una vez lo hayas conseguido, descubre qué modificaciones necesitarás hacer en tu plan de acción para que esa representación pueda llevarse a

Capítulo 10 - Inspiracción

121

cabo facilitando la fluidez de nuevas formas de ser y alternativos cauces de manifestación.

Como final de esta experiencia te propongo una meditación: Colócate de pie, con las piernas ligeramente separadas, y cierra los ojos. Toma conciencia del ritmo de tu respiración e imagínate siendo tu árbol interior.

Con cada inspiración recoges una espiral multicolor de energía que, viniendo desde el corazón del sol que te ilumina y entrando por tu cabeza, llega hasta tu corazón. Con cada expiración, esa energía va descendiendo y sale por tus pies hasta alcanzar el corazón de la tierra en la que te apoyas. Imagina además que esa energía inunda tu ser y despierta todo tu potencial de sabiduría y poder creador.

Después de un rato haciéndolo así, imagina que con cada inspiración recoges una espiral multicolor de energía que, viniendo desde el corazón de la tierra que te sustenta y entrando por tus pies, llega hasta tu corazón. Con cada expiración, esa energía va ascendiendo, despertando en tu árbol interior toda la fortaleza y vitalidad que te permite expandirte y fructificar.

Luego deja de poner atención a tu respiración y, mientras imaginas que esa espiral de energía fluye libre dentro y fuera de ti, recita, con convicción y determinación, la siguiente afirmación: Todo tipo de recursos fluyen a mi vida con facilidad y abundancia, y me siento feliz compartiendo este caudal de prosperidad. Hazlo de esta manera hasta que te sientas lleno de confianza, vitalidad y deseoso de colaborar en la expansión de la vida en su totalidad.

Lo que el corazón quiere contemplar

122

Puedes realizar estas actividades acompañándote de sonidos de cuencos, cantos de mantras, aromas u otros elementos rituales; según tu afición, tu sensibilidad, experiencia e información. Lo importante es que te mantengas en tu intención de sintonizar con el espíritu de la vida danzando en tu interior.

Amor, poder creador y sabiduría dan como consecuencia la habilidad para crear y disfrutar un mundo de belleza, equilibrio y armonía. En ese proceso estás, realización creativa de tu destino personal. Ahora, dentro de este cuento de encuentro, hemos llegado al momento en que driada Emma Quería poder abrigar a su roble, hacerle un traje adecuado que diera calor a su tronco, a sus ramas, a sus raíces, y también arropara su alma y resguardara todos sus sueños.

Y tú, en tu personal travesía, ¿con qué traje de luz vas a vestir al árbol que hay en ti? Es hora de llamar a la artista de la modistería, capaz de tejer, con hilos de luminosa vida, atuendos acordes con tu propósito vital y adecuados para lucir en tu misión de servir, dentro de la totalidad, en el feliz sueño del despertar.

123

Capítulo 11 Estrella y el baúl de la abundancia

Lo que dejamos atrás y lo que nos espera más adelante son minucias comparadas

con lo que nos espera en nuestro interior.

Ralph Waldo Emerson

Como quizás ya supones, esa famosa modista que tanto gusta en el bosque también forma parte de nuestro clan, habiendo descendido por el color índigo del arco iris y habiendo traído consigo un gran amor por la luz, sea cuando luce blanca o de todos los colores. Ha olvidado este aterrizaje, sin embargo; se recuerda desde siempre creyendo ser una niña cuya luz nadie veía. Ya en ese tiempo la llamaban Estrella, y haciendo honor a su nombre deseaba brillar intensamente; pero dudaba de su resplandor, pues su familia, muy aficionada a la televisión, sólo parecía mirar, escuchar y aplaudir lo que aparecía brillando en pantalla.

En un principio creyó que la solución sería convertirse en una estrella televisiva. Con esa esperanza y ese objetivo fue pasando el tiempo hasta que un día su madre le anunció que venía a visitarles tía Telesfora, afamada actriz de telenovelas, lo que a Estrella le pareció una estupenda posibilidad para aprender todo lo que se ha de saber si se quiere triunfar en televisión. Sin embargo, con la llegada de tía Telesfora aparecieron cosas muy importantes en su vida, pero no las

Lo que el corazón quiere contemplar

124

respuestas que esperaba. En realidad, lo más destacado que se presentó fueron una desilusión y un antiguo y precioso arcón.

En cuanto al baúl, pronto comprobó que estaba lleno de ropa. Tía Telesfora había supuesto que a Estrella le gustaría recibir como regalo algunos de los vestidos que había lucido en sus películas. Y lo cierto es que poniéndose esos trajes logró la admiración familiar durante algunos ratos, aunque también se dio cuenta y aquí vino la desilusión, que no la veían a ella sino a los personajes que representaban esos disfraces. Además, conforme pasó el tiempo, los ropajes se fueron ajando y junto a ese desgaste también se le fueron quitando a Estrella las ganas de ser una estrella televisiva.

Pero sucedió algo que cambió el rumbo de esta historia. Vacío de ropas el baúl y colocado bajo la ventana de su habituación, Estrella había comenzado a usarlo como espacio para acurrucarse; y una noche, admirando el estrellado firmamento, se preguntó una vez más: ¿cómo brillo yo?, ¿qué tipo de estrella soy? Ante esas preguntas se sintió incómoda y empezó a revolverse dentro del cofre, pues aún no tenía respuestas. Al así moverse descubrió un doble fondo en su baúl y, al abrirlo, encontró en su interior un libro de tapas doradas con una inscripción que decía: Trajes de luz con los que el alma se hace visible y brilla como una estrella.

Aquel título le pareció muy misterioso, y también le resultaron muy sorprendentes los nombres de los capítulos que describían cosas como: Traje de amor incondicional, Vestido de gala modelo serena simpatía, Pijama a rayas de inocencia, Conjunto de invierno línea perseverante determinación, etc. Y una sección final en la que había dibujos de originales complementos como volantes de alegría, bolsillos de valor, botones de ternura o corpiños de bondad.

Capítulo 11

125

Estrella sabía que el arcón había pertenecido a su bisabuela Feli, reconocida modista en otros tiempos, así que pensó que quizás ese libro era un álbum de recuerdos de trajes realmente distinguidos y, mientras lo hojeaba, pensó cómo sería vestirse así. Se visualizó con un precioso traje de alegre confianza al que le añadió uno broche de fe, un chaleco de paciencia y un pañuelo de esperanza. Luego siguió con un vaporoso vestido tejido a base de divertidos pensamientos y centelleantes flecos de risas. Y al jugar de esta manera descubrió que no solo conseguía imaginarse con esa sutil apariencia sino, lo más importante, sentirse así. Comprendió que ese misterioso libro describía lo que cada cual puede encontrar en el baúl de su corazón y las variopintas formas de vestirse de felicidad que puede crear a partir de ese infinito material.

Después de esta experiencia, Estrella también comenzó a imaginar, detrás de las apariencias más grises de los demás, destellos de brillantes atuendos. Logró ver unas preciosas mangas de coraje y valentía en su padre, dónde antes sólo veía arrugas de cansancio. Y también descubrió un elegante cinturón de plata con incrustaciones de paciencia y perseverancia alrededor del talle de su madre, donde antes había visto únicamente pliegues de aburrida rutina. Le encantó adivinar el divertido sombrero de fieltro del novio de su hermana —hecho de optimismo y buen humor—, el delantal de diligencia y generosidad de su maestra, o la suave corbata de certera intuición de su hermano mayor.

Comprobó que le resultaba muy divertido vislumbrar los trajes de luz con que se mostraba vestida el alma de los demás, cuando ella les contemplaba desde el corazón. Y desde esta disposición, cuando veía a alguien triste o desanimado, hablando de todo lo que le faltaba para poder ser feliz, Estrella buscaba en su interior sentimientos de compasión y solidaridad; y vestida así, le enseñaba el libro dorado y, si

Lo que el corazón quiere contemplar

126

se lo permitía, le ayudaba a encontrar el doble fondo de su propio baúl donde descubría los recursos necesarios para vestirse de plenitud.

Le fue resultando tan apasionante esta actividad que consideró que había descubierto su vocación: enseñar a confeccionar luminosos ropajes para las almas que quieren mostrarse brillando como lo que son, estrellas llenas de luz, aunque no salgan en la televisión. Inspirada actividad que a su vez le ayudó a comprobar con satisfacción que su propio resplandor, lo vieran o no los demás, siempre estaba ahí. Como sucedía con las estrellas que contemplaba con admiración desde la ventana de su habitación.

Con estos antecedentes, no te extrañará que el cónclave del bosque avisara a Estrella para vestir al roble, ya que, sabiendo que su sueño era ser roble estrellado, supusieron que quizás su alma quisiera un traje de luz, vestido propio de los astros o cuerpos celestes. Con ello podría hacer honor a su nombre y mostrarse como un iluminado árbol, roble y estrellado.

Capítulo 11 - Inspiracción

127

InspirAcción Atuendos radiantes

Porque cuál es su pensamiento en su corazón, tal es él.

Salomón, rey bíblico de Israel, en Proverbios 23:7

Jugar a ser al modo de la Estrella de nuestro clan, supone la oportunidad de alcanzar la frecuencia de vibración que está en sintonía con tu particular misión. Es jugar a ser, aquí y ahora, el primer elemento coherente con ese sueño feliz que tu corazón quiere ver convertido en realidad.

Si has de formar parte de esa gozosa manifestación tienes que mantenerte en su entonación. Con ese propósito, contemplando el collage de tu soñada realidad, te invito a ampliar las descripciones que ya tienes escritas en tu cuaderno de apuntes, respondiendo a las siguientes interrogantes: ¿En esas felices escenas qué experimento? ¿Qué recibo? ¿Qué doy? ¿Con qué disfruto? ¿En qué aspectos se despliega mi potencial? ¿Qué talentos desarrollo? ¿Qué cualidades manifiesto? ¿Cómo vibro en la realización del sueño que canta mi corazón?

Después, con los ojos cerrados, visualízate una vez más protagonizando alguna de esas escenas; capta el sentimiento asociado a tu deseo realizado y, cuando tengas

Lo que el corazón quiere contemplar

128

clara esa visión y estés vibrando en su más intensa luz, estrecha en tus manos la estrella que, desde el comienzo de este juego, es símbolo de tu radiante y expansiva realización.

Haz ese gesto con la profunda intención de anclar en tu conciencia ese sentimiento de realización en los matices que para ti tenga tal frecuencia de vibración.

Si tienes dificultad para actualizar algún aspecto que forma parte de tu feliz visión, empieza por preguntarte: ¿En algún momento de mi vida lucí tal atuendo? Juega a recordar cuando te sentiste así y evoca ese recuerdo hasta que te des cuenta que, aquí y ahora, te estás sintiendo igual. Además, abraza tu estrella, y que el bienestar que inspira esa feliz evocación quede anclado también en ella. Hazlo así con toda sensación que quieras recuperar.

Después estrena una nueva sección en tu cuaderno y, consciente de estar tratando asuntos de alta costura vital, titúlala: Trajes de luz con los que el alma se hace visible y brilla como una estrella. Describe en este espacio los momentos más inspiradores de tu vida y los matices de luz que transmitías siendo protagonista de esas experiencias. Juega a repasar esas vivencias y a abrazar tu estrella cada vez que notes alguna resistencia a permitir que un profundo bienestar fluya a tu través.

También, cada vez que escribas en esa sección de tu cuaderno, toma conciencia de cuanta vida ha participado en la manifestación de tan dichosos episodios; siente todo el poder acumulado en esa pasión existencial; y honra, con

Capítulo 11 - Inspiracción

129

un sentimiento de celebración, el avance de la vida, en colaboración, hacia más elevadas frecuencias de vibración.

Desde ese sentimiento puedes jugar a imaginar todo aquello que abarca tu experiencia, vestido de luz, habiendo encontrado, su sueño, feliz culminación. Lo podrás contemplar de esta manera si tu atención queda enfocada en las costuras de inocencia y en la etiqueta de respeto y dignidad que, por derecho de nacimiento, cada cual lleva en su interior.

Para ayudarte en este empeño, nunca olvides añadir a tu ánimo un flexible cinturón hecho de cintas de confianza espiritual y un anillo de fe, que los demás advertirán cuando te observen señalándoles, no por el potencial que aún no han llegado a desplegar sino porque adivinas el brillo de su alma jugando a manifestar su luz.

Esta disposición resulta fenomenal para jugar a volver al centro. Juego que, además de esta actitud interior, implica realizar la siguiente meditación: Busca un lugar tranquilo, cierra los ojos y toma conciencia del ritmo de tu respiración. Luego lleva tu atención al centro energético de tu corazón, y con cada respiración imagina que entras en sintonía con la amorosa vibración de ese círculo cordial.

Después de un rato haciéndolo así, recita en silencio, y con convicción, la siguiente intención dedicada a todo lo que quiere jugar a ser en tu experiencia vital:

Tomo conciencia de lo que soy y, en el espacio y el tiempo, mis movimientos lo manifiestan.

Lo que el corazón quiere contemplar

130

Entro en sintonía con lo que mi corazón quiere contemplar y en coherencia total, mi huella dibuja el mandala de mi propósito vital.

Danzando así, en mi conciencia de ser, se reflejan tres círculos de plenitud: el círculo espiritual, el círculo del corazón y el círculo vital. En el primero, brillo en paz; en el segundo, alumbro con amor; y en el tercero, ilumino desde la alegría, la gratitud y el ánimo de celebración.

Después, haz lo que tengas que hacer manteniéndote en la vibración de esos tres círculos. Empieza buscando, en la circunstancia que afrontes, algún motivo de celebración y, por pequeño que sea, siente gratitud. Luego disponte a vivir esa situación con alegría de ser; afrontándola, en la medida que te sea posible, con ternura, sencillez y sentido del humor. Abraza esa experiencia con todo el amor que logres sentir y siéntete en paz por haber puesto en este momento tu mejor voluntad.

Te sugiero poner en práctica esta meditación cada vez que adviertas incoherencia y desarmonía en tu interior o a tu alrededor.

Estés donde estés y hagas lo que hagas, durante tu jornada, honra tu existencia y agradece el camino que te lleva, el sueño que te eleva y el alma que te anima. Contempla con consideración lo que a tu alrededor, por pequeño que sea, también sueña, y juega a transmitir confianza, compromiso y esperanza,

Teniendo en cuenta esta manera de confeccionar tu particular traje de luz, aprendes a transformar en adecuados

Capítulo 11 - Inspiracción

131

atuendos vitales los vibrantes patrones de los sueños que quieres protagonizar.

Entendiendo, además, que las radiantes tonalidades de ese ropaje existencial también han de incluir matices de menor luminosidad, que habrá sido necesario experimentar para, en el contraste, como sucede con algunos astros en la oscuridad de la noche, identificar el brillo de tu estrella personal.

Para facilitar esta percepción, te propongo salir de paseo. Busca un lugar tranquilo; y camina un rato observando todos tus movimientos y comprobando que al caminar das un paso en el vacío mientras con el otro te afirmas más.

Sería imposible andar si no aceptaras experimentar esa porción de vacío o si lo quisieras eliminar de tu camino, consiguiendo con ello únicamente bloquear tu avance.

Jugando a ser Estrella aprendes que es necesario el vacío para manifestar la forma, que también la oscuridad sirve para que la luz pueda resplandecer más, y disfrutas activando las energías más acordes con tu propósito vital.

Y si esa misión personal aún no aparece clara en tu conciencia, o no ves la relación de tu propósito con el propósito de todo lo demás, es un momento ideal para aprender al sintonizar con el ángel y el duende que están esperando vibrar en ti. Ellos son los únicos miembros del clan que aún te quedan por conocer, y con ellos se abre la posibilidad de completa reunión y profundo avance en la tarea de recordar tu esencial identidad y el sentido de tu caminar.

133

Capítulo 12 Serafín y Teo, ángel y duende en colaboración

Conocer nuestra misión personal aumenta aún más el flujo de coincidencias misteriosas al tiempo

que somos guiados hacia nuestros destinos. Primero tenemos una pregunta, y luego los sueños, los ensueños y las intuiciones nos conducen hacia

las respuestas, que en general nos son dadas en forma sincrónica por la sabiduría de otro ser humano.

James Redfield y Carol Adrienne

¿Quiénes eran ese ángel y ese duende que llegaron acompañando al ogro y la sirena? Ni Emma ni las Maribrujillas les esperaban, pero en cuanto supieron su historia, se pusieron contentas, dándose cuenta que poco a poco todo iba volviendo a entrar en Sintonía. Fue como si de pronto tuvieran un recuerdo vago de una dulce canción olvidada que sonaba a reencuentro y armonía.

Había sucedido que en el trayecto hasta Sintonía, Sirena Serena y Ogro Logro iban parándose a descansar en ríos, lagos y marismas, y para agradecer el buen recibimiento que esos lugares les ofrecían, dejaban en sus orillas algunas de sus relajantes caracolas cantantes.

Al mismo tiempo, a uno de esos parajes llegó de una forma un tanto singular un ser llamado Serafín, que por su condición y actividad

Lo que el corazón quiere contemplar

134

vivía en las nubes, pero a la vez sentía una irresistible curiosidad por observar lo que estaba sucediendo por debajo de ellas. Esta criatura, algo miope y torpe de oído, gustaba de contemplarlo todo muy de cerca para no perderse detalle. Como consecuencia, un día, de tanto querer acercarse a lo que atraía su mirada en tierra, perdió el equilibrio y se cayó en las aguas de un estanque. Semejante hecho no hubiera tenido mayor trascendencia de no haber sido porque tal criatura había aprendido muy bien a volar pero nunca le habían enseñado a nadar, algo habitual, por otra parte, en el sistema educativo de los ángeles, especie a la que pertenecía.

En el momento de la caída del ángel Serafín, el otro protagonista de estos sucesos se encontraba en el borde de esa alberca escuchando el sonido de unas caracolas cantantes. Se trataba de un duende llamado Teo, perteneciente a una curiosa tribu cuyos miembros sólo lograban identificarse (es decir, saber quién era cada cual), no por su nombre y apellidos, ni por su lugar de nacimiento, ni por su porte o sus costumbres, ni por ser hincha de un determinado equipo deportivo, ni por hablar un idioma concreto, o tener cierto ascendente astrológico o linaje aristocrático, sino porque cada uno tenía un don, que únicamente podía descubrir al compartirlo. Teo aún no había hecho ese descubrimiento y, por tal motivo, ese día se encontraba en la orilla del estanque, bastante pensativo.

Los duendes de su etnia, cuando lograban reconocerse compartiendo su don, sentían como si hubieran encontrado su sitio en la comunidad. Y a la persona que les había inspirado para manifestarlo, se le consideraba de forma especial, guardándole un infinito agradecimiento que expresaban con atenciones, regalos y todo tipo de honores.

Ese asunto era lo que había llevado a Teo hasta esas orillas, en donde viendo su impaciente desánimo, la Sirena Serena le había

Capítulo 12

135

regalado para calmarse una colección de caracolas, no fuera que se dejase llevar por la tristeza y sus lágrimas produjeran un desbordamiento del estanque. Y no pienses que Sirena Serena estaba exagerando al pensar así, sino que la apariencia de Teo era bastante descomunal y resultaba razonable pensar que, si todo en él era de la misma medida, sus lloreras podían ser torrenciales.

Teo era un duende que siempre había querido volar, pero al no tener alas, volaba y volaba y volaba aún más con su imaginación. Este tipo de vuelo lo lograba escuchando cuentos que relataban otras personas, viendo películas, leyendo libros, e interesándose por todo tipo de anécdotas y sucesos. Todos sabían su gusto por escuchar y siempre acudían a él con chismes, de manera que Teo se “hinchaba” de oír narraciones, noticias, dimes y diretes.

Pero la pasión de Teo no era sólo escuchar, sino también, y sobre todo, inventar finales felices para las historias que acababan mal, haciendo que los personajes secundarios brillaran como protagonistas, los que habían perdido se convirtieran en ganadores, y los que no habían podido alcanzar sus sueños lograsen realizarlos. Todo esto le gustaba mucho a Teo y había ido creciendo en tamaño de forma paralela a cómo se llenaba su memoria de datos. Sin embargo, a Teo se le veía triste porque no lograba reconocer su don.

En este punto estaban las vidas de Serafín y Teo cuando se encontraron. El ángel hundiéndose en el estanque y el duende observando pensativo su reflejo en las aguas mientras escuchaba la música de las caracolas cantantes. Y fue precisamente Sirena Serena quien facilitó su encuentro, pues viendo los apuros de Serafín para mantenerse a flote, le impulsó con su cola hacia la parte de la orilla dónde se encontraba el duende. Imaginaros la sorpresa de Teo cuando, en vez de su propio reflejo en la superficie del embalse, apareció el ángel. No obstante, a pesar del susto, logró sacarle del agua y a partir

Lo que el corazón quiere contemplar

136

de ese momento es cuando empezó a ocurrir lo más emocionante de este evento.

Sucedió que Serafín, tras la caída, no lograba recordar nada, ni siquiera que era un ángel y que podía volar. Además, sus alas, totalmente inundadas, le pesaban tanto que en vez de deseos de elevarse sentía una gran necesidad de tumbarse a descansar. Por otra parte, Serafín se encontraba muy inquieto porque sabía muy poco del mundo en el que había caído ya que, aunque hubiese logrado recordar, desde las alturas en las que él lo solía contemplar, no lograba enterarse ni comprender bien los sucesos que ocurrían más abajo de sus nubes.

De manera que la primera tarea que tuvo que realizar Teo fue tranquilizarle explicándole todo lo maravilloso que se le ocurría sobre el lugar en el que se encontraban y relatarle todas las historias y sucesos de seres alados que recordaba. Llevado por el deseo de ser útil, Teo comenzó a contar historia tras historia, y luego relatos y poemas, anécdotas y chismes, crónicas y sucesos, argumentos de películas y hasta letras de canciones que pudieran ayudar a Serafín a tener confianza en el mundo en el que había caído y a recordar su angélica identidad.

Y mientras eso hacía, ocurrió algo más, pues el aliento de Teo al hablar fue secando, cual suave brisa, las alas de Serafín. El miedo que le empapaba por dentro se fue evaporando con la calidez de las historias que escuchaba; historias todas en las que sus personajes, si se habían perdido, finalmente encontraban el rumbo; si se habían caído, tarde o temprano volvían a levantarse; si desconocían su don, se encontraban con alguien que les ayudaba a descubrirlo; si se sentían sin afecto, de una u otra manera lograban darlo y recibirlo; y si se habían equivocado, encontraban a través de los errores nuevos aprendizajes.

Capítulo 12

137

Siempre eran historias felices porque Teo era experto en encontrar soluciones, avistar nuevas alternativas y descubrir finales en los que, más allá de las aparentes perdidas, tropiezos y dificultades, todos salían ganando. Y eran tantas las historias que guardaba Teo en su interior, que no paró de hablar y hablar hasta que su aliento evaporó toda el agua acumulada en las alas del ángel y su ánimo quedó reconfortado con tantos relatos alentadores.

Así fue como Serafín percibió que era un ser alado y recordó cómo era aquello de volar, pues casi sin esfuerzo sus alas se desplegaron y empezó a planear alrededor de Teo. También fue en ese momento cuando Teo comprendió cuál era su don, el cual sin darse cuenta había estado compartiendo con Serafín. Él era un estupendo contador de historias y un duende alentador, pues sus palabras de aliento ayudaban a elevar el ánimo de los demás.

Digamos que Teo entendió, tras socorrer al ángel Serafín, que con su don podía ayudar a las personas que se encontrasen “hundidas”. Seres con capacidad de volar muy alto en sus vidas, pero que se hubieran caído en el mar de las penas, y se les hubieran quedado las alas de sus anhelos tan mojadas y arrugaditas que no sabían cómo remontar el vuelo.

De esta manera, el ángel Serafín se convirtió en el padrino de Teo, pues fue quien le ayudó a descubrir su don. Y además de su padrino, fue su socio, ya que aprendió a realizar excelentes vuelos rasantes para enterarse bien de todo lo que sucedía, e informar a Teo de nuevas historias o de quienes pudieran estar necesitando sus palabras de aliento.

Pero además quiero contarte que Teo y Serafín forman parte de nuestro clan, habiendo descendido por el color azul turquesa del arco

Lo que el corazón quiere contemplar

138

iris; aunque también hay que añadir que el ángel recogió en sus alas algunas pizcas de luz añil y varios haces del tono violeta.

En esos días del chapuzón de Serafín y las historias alentadoras de Teo, Sirena Serena y Ogro Logro, que habían sido testigos de tan beneficioso encuentro, compartieron la historia del lago y el árbol roble; y, como era de esperar, a Teo le interesaron mucho esas crónicas. Quiso saber más detalles de tales circunstancias, dándose cuenta que los implicados en esos acontecimientos podía decirse que estaban desalentados y quizás pudiera ofrecerles su don, ahora que lo tenía recién descubierto y estrenado.

Por eso fue que todos juntos llegaron a Sintonía y allí pronto congeniaron con Estrella, Emma y las Maribrujillas, quienes se sintieron felices al ver que su llamada empezaba a ser respondida. Y aún más felices estuvieron cuando supieron de los dones y los talentos que los recién llegados habían desarrollado, pues podrían ser de gran ayuda.

Para ponerse todos de acuerdo y aunar esfuerzos, convocaron una asamblea en la que Dríada Emma expuso el plan que había elaborado, y a Serafín se le encomendó salir cuanto antes en vuelo rasante a buscar más ayudas expertas para todas las tareas que, aun haciendo bien su labor todos los presentes, quedarían pendientes.

Mientras esos apoyos llegaban, Emma propuso además comenzar labores de auxilio y asistencia por las raíces, por lo que está más al fondo y por el suelo que se pisa. Para ello, les explicó, había elaborado el programa rojo con el que tratarían de armonizarse con la fuerza de la vida que se ancla en la tierra, con su barro y con su arcilla, base necesaria para cualquier roble estrellado que quiera crecer muy alto y, haciendo honor a su nombre, llegar hasta alguna estrella.

Capítulo 12

139

Todos quisieron ponerse manos a la obra cuanto antes, y dado el color de esta etapa del plan, puedo decirte que aquello se puso pronto al rojo vivo, pues rojos fueron los hilos de estabilidad, valor y vitalidad con los que Estrella empezó a tejer sus diseños. Y rojo fue el mechón del cabello que Emma dejó sin trenzar y que, en sus bailes, volaba al viento, soltando pensamientos de escasez, carencia y descontento. Rojas de coraje y pasión le salieron a Teo las palabras al recordar al roble que en la tierra en la que reposaban sus raíces se encontraban todos los recursos necesarios para seguir creciendo con fundamento. Y rojas fueron la vitalidad, la paciencia y la confianza con las que el ángel Serafín comenzó su vuelo rasante.

Y como no es de extrañar, rojo fue también el chichón que salió en su frente cuando chocó con una extraña columna situada entre las nubes, cosa que nunca había visto y tampoco nunca habría adivinado, ya que, cuando estás en esas alturas, generalmente todo lo que se espera encontrar suele ser vaporos y poco consistente.

Pero aunque el ángel Serafín aún no lo sabía, el cogote de Perico Periscopio es firme y resistente; así que la colisión, para su sorpresa, fue bastante contundente. Más todavía cuando al caer vio que descendía a un pantano no envuelto en nieblas como suele ser lo habitual en ese tipo de hondonadas, sino envuelto en llamas, cosa bastante preocupante. No obstante, al momento en que se iba a producir el amerizaje, a punto ya de chamuscarse, fue elevado otra vez hacia el cielo y, como si en vez de un ángel se tratara de un cordero, fue posado con cautela en un prado, al lado mismo del pantano y justo en frente de una enana criatura y de un niño… sin cabeza.

Y como ya te puedes imaginar, no quedó ahí la sorpresa, pues en seguida vio venir desde la orilla del embalse a una dragona calzando unas enormes botas y, cuando quiso preguntar por la cabeza del niño, vio descender su cuello como un periscopio hasta quedar sus ojos al

Lo que el corazón quiere contemplar

140

nivel de los suyos, que a esas alturas no sabían si estaban dormidos o despiertos.

Por los antecedentes que ya conoces, lo primero que pensó Serafín es que otra vez había perdido la conciencia y estaba en un mundo que desconocía. Pero muy pronto quienes le rodeaban empezaron a darle explicaciones, a pedirle disculpas, y una vez se dieron cuenta de su estado de confusión, comenzaron a repetir una frase que al ángel le supo a gloria y le invocó a Sintonía, cosa que le ayudó a recordar su misión y a darse cuenta que estaba en buena compañía.

La frase, que amablemente esas extrañas criaturas le repetían, decía así: Que en mi sueño feliz, tu sueño feliz se alcance. Y cuando ya todos se tranquilizaron, le explicaron que era su saludo preferido y, como viajeros en camino, con un sueño feliz cantando en su corazón, era lo que a todos con los que se cruzaban deseaban, pues no concebían que feliz fuera su sueño a no ser que quienes en él estaban su sueño feliz también realizaran. Y uniendo una explicación con otra, ligando preguntas y respuestas e hilvanando confidencias, comenzaron a darse cuenta que sus caminos estaban unidos, no sólo porque confluían en un mismo territorio, sino porque hermanados estaban sus anhelos.

Así que decidieron reunirse cuanto antes con el grupo que ya estaba en el lago para colaborar con sus especiales habilidades en el plan de ayuda que allí se estaba organizando. Y todos sintieron esa noche, cuando se acostaron al raso, que al igual que la estrellas forman constelaciones, ellos también estaban siendo unidos por sincronicidades, como si se tratase de la reunión de un clan, hubiera un mapa que representase los caminos de sus sueños, y esos caminos confluyesen en un mismo lugar.

Capítulo 12

141

Y soñaron, ahora con los ojos cerrados y algún ronquido, que igual que el firmamento abarcaba a todas las estrellas y éstas, expandiendo su luz, iluminaban la bóveda celeste, también a todas las criaturas, en una red de luz, un principio de amor sustentaba hasta que ellas mismas se transformaban en manantial de amor y más red de luminosa vida creaban.

Eso fue lo que soñaron todos y, aunque cada uno recordó el sueño a su manera, despertaron contentos, sintiéndose viajeros y compañeros a punto de llegar al lugar que quizás también fuera su hogar, donde en hermandad y poniéndose al servicio de los demás, cada cual pudiera hacer su propio sueño realidad.

Capítulo 12 - Inspiracción

143

InspirAcción La alas y los alientos

Si ayudo a una sola persona a tener esperanza, no habré vivido en vano.

Martin Luther King

Aprender a vibrar con el ángel y el duende de nuestro clan te puede sentar fenomenal si tienes propensión a estar en las nubes, a la vez que sientes una gran atracción por todo lo terrenal, teniendo aún alguna dificultad para mantenerte a flote en lo más emocional.

Es decir, si te resulta complicado encontrar coherencia entre tus ideales y tu forma de vivir, y en ese desequilibrio te hundes, a veces, en el desánimo, que no es otra cuestión que perder de vista el alma en alguna situación.

Igualmente te será muy útil su compañía si no sabes qué aportas a los demás, si no terminas de encontrar tu sitio y tu función, y si empiezas a dudar de que tu vida, a la vida toda, le esté siendo de alguna utilidad.

Para ir entrando más en su frecuencia de vibración, te propongo empezar jugando a registrar, en tu cuaderno de apuntes, las respuestas que se presenten al formular las siguientes preguntas: ¿Te resulta difícil encontrar

Lo que el corazón quiere contemplar

144

coherencia entre tus valores y tu forma de actuar? ¿Te asustan algunas circunstancias que tienes que afrontar? ¿En qué áreas de tu vida te sientes desalentado o confundido? ¿Para qué haces lo que haces? ¿Disfrutas mientras lo haces? ¿Qué es lo que promueve que algo, para ti, tenga sentido? ¿Con qué estás realmente comprometido? ¿De qué te sientes orgulloso? ¿A qué estás agradecido? ¿Con qué sientes entusiasmo? ¿Qué te asombra y te maravilla? ¿Qué te apasiona? ¿Qué sabes de tus dones? ¿Qué estás compartiendo con los que contigo van? ¿En qué aspectos logras sentirte de utilidad? ¿Por qué quieres que te recuerden los demás?

Para Teo y Serafín, encontrarse, aunque sucedió en un momento con apariencia de desastre, resultó cuestión muy importante, y también a ti te puede sentar fenomenal activar su presencia cuando más alicaído o desalentado estás.

Para ello te sugiero empezar por cuestionarte todo lo que te cuentas en tu diálogo interior, pues Teo solo tiene memoria para historias que alientan y reconfortan. Es cierto que acepta considerar hundimientos, estancamientos, confusiones, sombras, vacíos y desorientaciones, pues ahí es donde más sentido adquiere su don, pero sólo como el paso necesario para construir algo mejor. Una vez tenida en cuenta la insatisfacción, se concentra en lo que puede ser la solución, el aprendizaje y la superación.

Además, mantenerte en la onda de tu duende alentador también significa confiar en que todo tiene vocación de contribuir y que en ese servicio encuentra forma de brillar, evolucionar y sonreír.

Capítulo 12 - Inspiracción

145

Desde estas perspectivas y para empezar a vibrar así, te propongo una meditación: Busca un lugar tranquilo, siéntate con la espalda recta, los ojos cerrados y las manos apoyadas en tu regazo, y toma conciencia de tu respiración. Imagina que estás sentado a la orilla de tu laguna interior y que, con cada inspiración y expiración, aumenta la quietud, el silencio y la calma dentro de ti y a tu alrededor. Deja que pensamientos, emociones y sensaciones vayan apareciendo y desapareciendo sin juzgarlos ni dejar que focalicen tu atención. Si te distraes, vuelve una y otra vez a tomar conciencia del ritmo de tu respiración, y afírmate en tu actitud de escucha y observación.

Después de un rato meditando así, pregúntate: ¿Qué aspecto de mi ser necesita aliento y orientación? Repite varias veces esta pregunta y luego, para favorecer que esa energía se haga presente, repite de corazón: Que en mi sueño feliz, tu sueño feliz alcance culminación.

Cuando te hagas consciente de una respuesta, abre los ojos, toma tu cuaderno de apuntes y, sintiéndote duende alentador, ayuda a esta energía a contemplar su situación y a verla como una oportunidad para crecer y evolucionar.

A tal fin, invítale a ser protagonista de una historia con final feliz que tú mismo le ayudarás a imaginar y en la que se podrá manifestar tal cómo está queriendo ser. El cuestionario que viene a continuación te será muy útil en esta situación:

¿Cómo es ese aspecto de ti? ¿A qué área de tu vida está asociada esta energía? ¿Con qué anhelo soñado está relacionado? ¿Qué quiere? ¿Con qué apoyos cuenta y qué

Lo que el corazón quiere contemplar

146

recursos tiene para lograr lo que quiere? ¿Qué tipo de obstáculos está viendo en su camino? ¿Si los vence, que aprendizaje obtendrá y en qué forma crecerá? ¿Cómo puede transformarse ese impedimento en la posibilidad de expansión de su potencial? ¿Qué visión feliz es posible tras la superación de esa dificultad? ¿Qué sentimientos están asociados a esa visión?

Ayúdale a imaginar la trayectoria de esa transformación, tratándole con la consideración de lo que es único, original y siempre digno de amor, hasta que pueda verse siendo protagonista de ese sueño en su más plena realización. Hazlo salpicando de esperanza vuestra conversación. Recordándole que es posible percibir un obstáculo como una posibilidad de superación personal. Aportándole ejemplos de vuestra vida o de las vidas de otros en las que, en medio de la más espesa confusión, se ha terminado viendo clara la posibilidad de solución.

Acompáñale en la tarea de transformar cada enfoque negativo en un pensamiento constructivo, que reconozca y valore algún aspecto presente con el que pueda contar para progresar en sus objetivos. Graba esos pensamientos para, cuales caracolas cantantes, escucharlos con frecuencia y así vibrar más en sintonía con la frecuencia de su sentir al visualizar su deseo realizado.

Y anímale también a compartir lo que ya es, más allá de la forma en la que quiera evolucionar, como una forma de salir del estancamiento, entrar en acción y así tener la oportunidad de reconocer el valor de su aportación.

Capítulo 12 - Inspiracción

147

Además, puedes jugar a ser duende alentador con todo lo que, a tu alrededor, parezca desmoralizado y te pida colaboración. Puede que ellos sean tu ángel Serafín dándote la oportunidad de descubrir tu don particular.

¿Qué es aquello que de ti puedes dar que a otros puede ayudar, y que además, al darlo tú, descubres que sigues teniendo más y que parece infinito ese potencial? Juega ahora a buscar la respuesta a esta cuestión y juega también, en esa dirección, a pasar a la acción haciendo las modificaciones necesarias en tu agenda.

Ese don suele ser una forma de amor, y puedes descubrirlo si te colocas en disposición de ser útil a la vida y a quien contigo va. Solo se trata de dar aquello que hay en ti y que tanta satisfacción te produce compartir. Eso ya es vocación, es decir, profunda inspiración que te invita a desplegar tu potencial y a compartir ese caudal para facilitar la evolución de todo lo demás.

Teo te enseña que encontrar sentido a tu caminar tiene que ver con dar y con estar agradecido a la vida por esa posibilidad. En toda ocasión puedes elegir jugar a ver tu vida como una oportunidad para compartir los dones que, de forma única, tú puedes aportar.

Dejar que Teo y Serafín tomen vida en tu vida te puede ayudar también a mantener una elevada percepción de tu experiencia. Teo, contando sus positivas historias, le recuerda a Serafín, cuando más hundido está, lo más espiritual de su esencial identidad. Y elevándose a esa perspectiva, Serafín puede tomar conciencia de nuevos cauces de acción coherentes con su más alto propósito

Lo que el corazón quiere contemplar

148

vital. Mirada que facilita y acelera el encuentro en sintonía de todo aquello que es necesario integrar porque forma parte de una misma misión y comparte una común visión.

Para vibrar así puedes empezar, de cualquier día, al amanecer. Y si puede ser, desde tu ubicación, comenzar por contemplar con tranquilidad cómo despunta el alba, cómo va surgiendo la luz dejando atrás la oscuridad.

Tras esa observación, juega a imaginar la vida desde ópticas espirituales. A continuación te sugiero unas cuantas visiones con las que puedes experimentar. Lee la primera y cierra los ojos dejando que aparezcan imágenes, pensamientos, sensaciones y emociones que tengan alguna relación con tu forma de entender ese panorama. Después haz lo mismo con las demás sugerencias jugando a sembrar nuevos puntos de vista en el territorio de tu percepción personal:

Imagina que todos somos extensiones de un infinito campo de inteligente, amorosa y creativa energía. Hebras de vida conectadas con todo lo demás y con la fuente de tal flujo vital.

Imagina que eres una pieza del puzle de la vida y has encontrado tu sitio, comprobando con satisfacción que con tu singular aportación colaboras a la creación del puzle total y colaboras también a que los demás puedan encontrar su propio lugar.

Imagina que todos somos distintos puntos de vista de una misma consciencia cósmica y por ello, al contemplar la vida, estamos contemplando infinitas formas de nuestra esencial identidad.

Capítulo 12 - Inspiracción

149

E imagina también, como vienes haciendo con frecuencia en este cuento de encuentro, que eres Totalidad jugando en su recreo. Y que juegas tranquila, sabiendo que tarde o temprano todos los elementos de tu Onda Encantada de la Vida van a ayudarse a descubrir lo que son, y vibrando en esa sintonía, despertarán en el enigmático reino de Todo lo que Es, sabiéndose Totalidad, jugando a descubrirse, reconocerse y considerarse con estima.

Después, a lo largo del día, juega a ubicarte en alguna de estas perspectivas al ocuparte de tus asuntos y elegir respuestas a tus circunstancias.

Igualmente, si cual ángel Serafín te sientes cansado de afrontar obstáculos o te parece que se te están acabando las ideas, sigue manteniendo tus visiones y confía. Da un salto de fe y confía aún más. Es el mejor momento para recordar una frase que Diminuta Máxima leyó en la primera carta que recibió. Un estribillo para repetirlo cuando el camino presente giros arriesgados, confusas bifurcaciones, abismos o pendientes: Si me pierdo, recordaré que mi rumbo está escrito en mi corazón. Y que aún en el sueño del olvido, todo a coro cantará a mi oído la canción de mi alma, la que aprendí de niño, la que canta el sueño que aún no se ha cumplido. Y cantarán así, hasta cantar conmigo en un común despertar agradecido. Recita este párrafo en voz alta, confía y mantente a la escucha.

Además, para continuar activando la perspectiva de tu ángel interior, al terminar tu jornada, párate a repasar todo lo que has vivido en ese día, desde la confianza en que los acontecimientos empiezan a responder a tu disposición de

Lo que el corazón quiere contemplar

150

apoyar tu expansión y colaborar así en la evolución de la vida en su más plena manifestación.

Mira el collage que representa lo que tu corazón quiere contemplar y piensa en la intrincada danza de coincidencias tejiendo la trama de tu soñada realidad. Juega a descubrir encuentros fortuitos, giros del destino y tramos del camino que, de forma imprevista, han tomado una nueva dirección y están apoyándote en tus objetivos. Percibe la colaboración en la que toda la vida está inmersa incluyendo también tu aportación. Procúrate un rato de tranquilidad para anotar tus descubrimientos de sincronicidad.

Juegas dentro de este cuento asumiendo la condición del reino de Todo lo que Es, por la que todo es posible, permitiendo y colaborando a que todo lo demás también lo sea.

Juegas dejando que tu alma niña sea la protagonista, y ella, inocente, soñadora y creativa, confía.

Juegas en su frecuencia, sin prejuicios, como si aún nadie te hubiera dicho como debe manifestarse tu mundo y, por lo tanto, permitiéndote imaginar la más feliz realidad.

Como ella, no sabes cómo pero sabes que así quieres que sea.

Juegas con confianza, pasión y libertad.

Y ahora que has dado vida en tu vida a todos los miembros del clan, es momento de reunión en sintonía.

151

Capítulo 13 Todo encuentra su sitio, su valor y su función

Algún día cuando los hombres hayan conquistado los vientos, las olas, las mareas y la gravedad, reuniremos para Dios las energías del amor y

entonces, por segunda vez en la historia del mundo, el hombre habrá descubierto el fuego.

Pierre Teilhard de Chardin

Una vez todos reunidos en Sintonía, en el paisaje sucedió algo especial. Y es que en medio de una lluvia fina, como si el mismo cielo apoyara los planes multicolores de la dríada reina, apareció un arco iris a juego con la melena de Emma.

Y resultó que habiendo visto que los lazos de la vida les reunían, un interés común les movía, y en ese interés sus particulares sueños se entretejían, se sintieron comunidad, y aunque un vínculo familiar no les unía, decidieron que iban a considerarse un clan y, como tal, un nombre requería. Ese era el asunto a dilucidar en el momento en que en el cielo vieron brillar un arco iris. Y por haberse dado este evento, Clan del Arco Iris decidieron otorgarse como nombramiento. Así que se había formado un clan, con un nombre, una misión y un plan multicolor, y ahora te voy a desvelar cómo todo se resolvió y, cómo en consecuencia, en Sintonía la gloria resplandeció y en una Onda Encantada de la Vida todo vibró.

Lo que el corazón quiere contemplar

152

En esa reunión, Teo mostró su interés en encontrar pronta solución al enigma que presentaba el deseo del árbol. Ese empeño fue apoyado por dríada reina, pues Emma veía que las raíces del roble se volvían a despertar y sus ramas a poblar, y quería tener algunas respuestas para el momento en que el corazón del árbol volviera a recordar su extraño anhelo. Y fueron las palabras que en esa reunión expresó Diminuta Máxima las que pusieron remedio a esa preocupación.

—¿Por qué un roble estrellado que ya lo es iba a sentirse insatisfecho por no haber alcanzado el anhelo de ser un roble estrellado? —se preguntaban todos, confusos ante tal paradoja.

—Quizás —respondió Diminuta Máxima— es que para este árbol, ser roble estrellado significa algo diferente. Y creo que yo tengo la respuesta, pues si he llegado hasta aquí es porque confío en que hay un roble en alguna parte, que como roble estrellado tiene una especial misión que cumplir para todos los de su especie.

Fue entonces cuando Diminuta Máxima explicó la leyenda que tú ya sabes sobre el roble caído, y terminó repitiendo los deseos que el armario le había expresado en su momento:

—Pues bien —les dijo a todos Diminuta Máxima—, quizás este sea el joven roble que logre pasar de la categoría de roble estrellado contra el suelo a la de roble estrellado mirando al cielo, por coronado en su copa con una estrella, mientras sigue siendo un imponente roble bien enraizado en la tierra. Quizás sea este el momento de volver a celebrar juntos la luz naciente. Ahora sabemos esta leyenda, nuestro roble está bien cuidado por la dríada reina, y yo tengo en mi bolsillo una estrella. ¡Aún estamos a tiempo de organizar nuestra particular fiesta!

En ese momento todos los participantes en la reunión rompieron en aplausos, pues comprendieron que esa podía ser la respuesta al

Capítulo 13

153

enigma y el final feliz que también coronara su labor en Sintonía. Así que hicieron recuento de todos sus dones y anhelos y en función de todos ellos redondearon el programa de acción.

Siguiendo estos acuerdos, Dragona Candela comenzó realizando dos funciones diarias de fuegos naturales sobre el lago, con el fin de templar su helada superficie y también con la intención de atraer curiosos y visitantes, y así colaborar a dar al lugar un aire de fiesta, tal como se contaba que antaño pasaba, cuando allí se reunían a celebrar el paso de las estaciones y a honrar la tierra y todo lo que en ella floreciera.

Dado su inagotable fuego interior, el clan tuvo a bien nombrarla guardiana del fuego sagrado, que quisieron siempre estuviera prendido en medio de ese territorio. Tal título tenía una tarea práctica de mantenimiento de la hoguera, pero sobre todo tenía un valor simbólico cuya transmisión también se encomendaba a Dragona Candela al nombrarla centinela de esa lumbre. Y es que era sagrada esa fogata porque evocaba el poderoso amor que en el centro de la vida ardía y el corazón de toda alma encendía.

Pero además de estas funciones, que formaban parte del programa naranja y amarillo, dentro del programa rojo, del que ya un poco te he explicado antes, también Dragona Candela había de colaborar con Ogro Logro abriendo acequias, sacando tierra acumulada en los pozos, y en otras descomunales tareas que estas dos enormes criaturas realizaban con fortaleza, firmeza y fundamento, siendo que poco a poco comenzó a verse alguna zanja mojada, algún reguero de agua y alguna rana contenta bañándose en una charca.

También quiero subrayar que Dragona Candela seguía calzando a las cariñosamente apodadas Botas Rebotadas, y eso para todo el clan significaba que en todo momento habían de recordar que todo sueño, si

Lo que el corazón quiere contemplar

154

sobre la tierra lo querían contemplar, en su horma debía contener, además de una visión, un perseverante plan de acción en el que paso a paso abundante energía encontrase canalización y, de ser un sueño inmovilizado en la teoría, pudiera transformarse en un sueño apasionado movido por la fuerza del espíritu en la vida.

En este sentido, cada amanecer todos se reunían descalzos alrededor del lago y se mantenían en quietud y silencio observando el creativo vacío en su interior, tal como queda todo calzado cuando aún no es ocupado por ningún pie, ni se le ha confiado la misión de avanzar hacia un objetivo. Esos momentos formaban parte del plan verde, y era misión de Sirena Serena y las Maribrujillas acompañar los comienzos y los finales de esas meditaciones con sonidos y cantos que ayudasen a todos a descender al fondo de sus sentimientos hasta sentarse en la propia paz que es el amable y espacioso sentimiento del fondo.

Diminuta Máxima también quiso poner su granito de arena en este punto y lo hizo compartiendo su tarjetón, ese que, como sabemos, lleva inscrito un deseo que quiere convertirse en deseo realizado. Tal anhelo fue aceptado y honrado como deseo del clan en su totalidad, pues como ya antes Diminuta Máxima había pensado, apoyando ese sueño se respaldaban todos los demás. De manera que en la meditación del amanecer, tras un primer tiempo de quietud y silencio, su deseo grupal con entusiasmo y fervor repetían. Y en ese territorio todo sonreía al escuchar al clan afirmar: Por pequeño que sea, todo sueña; y siguiendo el sueño que canta en su corazón, todo encuentra su sitio, su valor y su función en otro sueño aún mayor, donde vibrando en sintonía, todo despierta latiendo con un solo corazón. Y entonces parecía que desde las piedras del camino hasta las nieves en las cimas promovían un eco confiado que repetía: Esto es lo que quiere contemplar mi corazón.

Capítulo 13

155

Luego honraban, otra vez, el silencio, el vacío y la quietud que es la nada que está en el fondo de toda creación; y como final de este ritual, todos leían y recordaban para sus adentros sus anhelos particulares, esas piezas del puzzle que cada cual debía colocar en su lugar para que el puzzle completo se pudiera realizar.

En relación al apoyo de los deseos individuales, tomaban mucha importancia las labores desarrolladas por Teo y Estrella, dentro de las tonalidades índigo y turquesa del plan multicolor. Teo se iba reuniendo con cada miembro del clan y le ayudaba, no sólo a recordar su particular sueño, sino a imaginárselo hecho realidad y viviendo ya tal felicidad. En esos momentos era tal el aliento que Teo ponía en sus palabras de acompañamiento, que muy pronto quien le escuchaba vibraba en sintonía.

Y entonces era cuando Estrella les ayudaba a diseñar las mejores galas acordes con las bendiciones que ese sueño llevaba en su naturaleza manifestar. Trajes de luz para el alma que ya desde ese instante todos gustaban vestir para así atraer hacia sí todo aquello que dichosamente le fuera afín. Y cada quién se calzaba después su propia babucha, alpargata o chanclo, recordando mientras lo hacía que sus pasos en ese día habían de ir en la dirección de sus sueños para así contribuir al sueño de todos. Y recordaban también que para que sus zapatos pudieran mantenerse firmes en la tierra de sus sueños, habrían de poner en ellos toda su energía; es decir, toda su sabiduría, todo su amor, e inspiradas y disciplinadas porciones de acción.

Hecho esto, se intercambiaban abrazos repitiéndose con alegría el estribillo que, ya no sólo las caracolas cantantes, sino hasta los caracoles que en lenta procesión empezaban a aparecer por las orillas del lago, repetían: ¡Que en mi sueño feliz, tu sueño feliz alcance culminación!. Y créeme que aún antes de que Dragona Candela una

Lo que el corazón quiere contemplar

156

llamarada matutina a su hoguera añadiera, el corazón de todo el clan ardía en llamas de todos los colores.

De esa misma tonalidad fue el cartel que, para informar a quien allí llegara, colocaron a la entrada del lugar. Ese rótulo decía así: Estás entrando en Sintonía. ¡Qué en el sueño feliz de este lugar, tu sueño feliz se alcance! Esto es lo que desea contemplar nuestro corazón. Te damos la bienvenida.

Y siguiendo con la explicación del plan multicolor, en el que todos encontraban su sitio, su valor y su función, también quiero contarte que dentro del programa azafranado, Ogro Logro se encargó de distribuir entre los pasadizos y las cuevas de debajo del lago, y cerca de las raíces del roble, un puñado de caracolas cantantes grabadas especialmente por Sirena Serena para recordar la dulzura y la delicadeza que, aunque congeladas, se mantenían latentes en esos fondos. Esas canciones invitaban a la asustada laguna a volver a fluir con respeto y equilibrio, dejándose llevar con naturalidad por el jubiloso sentimiento de estar viva.

Por su parte, las Maribrujillas, en estas tareas naranjas, acompañaban los cantos de las caracolas con unos sonidos que arrancaban de unas misteriosas palanganas llenas de agua, frotando con las palmas de las manos sus dos asas. Y en ese concierto, no sólo parecía que esos cuencos cantaran, sino que lograban que el agua en su interior vibrara y así al lago invitaban a bailar, pues el líquido en las palanganas bullía como si el espíritu de la vida danzara en su interior.

Una danza como la que realizaba Dríada Emma alrededor del roble, baile con el que quería invitar a brotar a los tréboles, a las setas, a los hongos y hasta a los champiñones, pues tenía confianza en que pronto llegarían amigos del duende Teo: elfos, gnomos y genios que

Capítulo 13

157

necesitarían asiento y alimento para escuchar, dentro del programa turquesa, sus alentadores cuentos.

A su vez, Estrella, para estas tareas azules y anaranjadas, les confeccionó cálidas capas de confianza y estabilidad además de algunos sombreros con lazos carmesí de júbilo y prosperidad, siendo que todos ellos, al ponerse tales atuendos, lo hacían con la intención de despertar en su interior sentimientos con esa misma vibración.

Y ahora me toca explicarte algo del plan amarillo, en el que Perico Periscopio tenía una especial función, que consistía en animar al roble a seguir creciendo, y trataba también de ayudar a todo el clan y a quien llegaba al lugar a mantener elevados pensamientos y una visión de conjunto en la que encontrara sentido cada particular actividad. Perico, apoyándose en el tronco del roble y dejándose llevar, todo hay que decirlo, por su ferviente deseo de estar cerca de la dríada reina y admirarla mientras bailaba, estiraba su cuello; y por él subían de uno en uno todos los demás para contemplar desde ahí arriba el territorio al completo y, como un todo, las acciones que se estaban desarrollando según el plan.

En esa ascensión eran acompañados por los serenos cantos de la sirena, que había colgado también en las ramas sus caracolas cantantes. Además, una vez en la altura de la copa del roble, las Maribrujillas les hacían cosquillas en sus seseras con la intención (que ya conoces y en ellas es habitual) de que les picase su curiosidad y así estuvieran dispuestos a observar más allá del horizonte habitual.

Desde esa perspectiva fácilmente comprendían cómo sus esfuerzos se entretejían y, al descender, decían sentir una gran tranquilidad, pues creían que además de su plan un orden mayor debía de funcionar, ya que estaba coincidiendo todo tan bien que ni la dríada reina lo hubiera podido de antemano planear así.

Lo que el corazón quiere contemplar

158

Mientras tanto, Emma, en la cima del roble y trabajando en el plan púrpura, bailaba en círculos, habiéndose puesto el vestido de los mil pétalos violetas que para ella Estrella había diseñado con suaves telas y tules de honestidad, ecuanimidad y presencia. Cuando bailaba así, se la veía muy feliz; y su ropaje parecía recoger las más amables y poderosas energías circundantes que luego radiaba en forma de espirales de colores que fructificaban todo aquello que alcanzaran en su vuelo.

Y esa experiencia de dejarse mojar por esa lluvia radiante, el clan coincidió en describir como el momento de abrir el tesoro que está en el interior de todo lo que es para, con entendimiento, disfrutarlo, compartirlo y multiplicarlo. Eran instantes en los que su alma sentían plena y su ánimo bien dispuesto para honrar la vida y todos sus misterios.

En momentos así, y por obra y gracia de Ogro Logro, brillantes esferas de todos los colores salían de las caracolas colgadas en las ramas del roble, y se deslizaban juguetonas por las cintas que adornaban su tronco hasta posarse mostrando ser preciosas gemas en las manos, en las cabelleras, en los bolsillos y en los zapatos de todos los presentes, que eran los que de corazón estaban queriendo colaborar, reconociendo lo que su alma podía aportar, y con conciencia de unidad vibrar, para que la vida toda pudiera fructificar y en su abundancia a todos beneficiar.

De esta guisa es como se iba desarrollando el plan multicolor, con tareas variadas rojas, naranjas, amarillas, verdes, turquesas, añiles y violetas; es decir, de todo el espectro del arco iris, teniendo en cuenta que unas labores y otras quedaban relacionadas dando infinitos matices de colores, energías y sutiles geometrías. Y conforme el plan se iba desplegando, más potente se hacía la llamada a sintonía y más respuesta tenía, siendo que pronto lo que parecía un desértico páramo

Capítulo 13

159

ya iba apuntando maneras de fértil edén, y lo que en principio era un clan tomó forma de una gran comunidad, por lo que se sintieron preparados para organizar la singular fiesta que, recuperando el espíritu de la antigua tradición, honrase la luz naciente.

Capítulo 13 - Inspiracción

161

InspirAcción Todos a una

Hoy es siempre todavía.

Antonio Machado

Viajando con tus sueños hacia el horizonte de su realización, estás ampliando tu conciencia de ser y, en tu paisaje existencial, nueva fuerza vital va encontrando cauces de acción para su expansión. Ver lo que tu corazón quiere contemplar tiene relación con permitirte ser y con ampliar la conciencia de esa vida creciendo a tu través.

¿Se ha encaminado tu trayectoria en alguna nueva dirección? ¿Contemplas tu experiencia desde más amplias perspectivas? ¿Estás experimentando más sentido de rumbo y propósito? ¿Has logrado superar alguna antigua limitación? ¿Te sientes más presente, más auténtico y más vital? ¿Te diviertes más? ¿Has encontrado nuevos motivos de gratitud? ¿Ha surgido un mayor sentido de aportación?

Ahora, con nuevas energías activadas y reunidas en sintonía, puedes apoyar el despliegue de tu más elevada expresión, tu estrella personal, brillando en la frecuencia del sentir de tu corazón.

Lo que el corazón quiere contemplar

162

Es el momento de aplicar, en tu territorio personal, el “plan multicolor” para promover un mayor sentido de autorrealización, contribución y conciencia de unidad. Y hacerlo, imaginando al estilo de la driada reina, que el camino de la vida no traza un estático círculo cerrado, sino círculos abiertos e integrados en otros círculos mayores que, al incluir la dimensión vertical, se muestran como armoniosas espirales, en cuyo transitar todo lo que es puede evolucionar particularmente y como totalidad.

Este programa de acción se apoya en todo lo aprendido al dar vida en tu vida a cada uno de los miembros del clan y añade un valor complementario al entrelazar esas enseñanzas en un sistema de mutua colaboración. Por lo cual, te puede ser muy útil, mientras vas perseverando en las pautas que te especifico a continuación, repasar y practicar todo aquello que, sugerido anteriormente, consideres especialmente adecuado para este momento de tu travesía personal:

Al modo de Dragona Candela, recuerda ser consciente y responsable centinela del fuego de la vida ardiendo en tu interior. Al comenzar el día, mira el brillo de tus ojos en un espejo y, mientras lo haces, recita varias veces, con respetuoso reconocimiento, la siguiente declaración: Honro tu presencia, pues perteneces a la vida y, con tu singular aportación, colaboras en su infinita expansión.

Hazlo como si, confiando en su positiva intención, estuvieses convocando a lúdica reunión a toda la energía albergada en cada aspecto de tu ser.

Capítulo 13 - Inspiracción

163

También, cada mañana, procúrate un tiempo de silencio y quietud. Busca un lugar tranquilo, siéntate, cierra los ojos y, respirando conscientemente, coloca tu atención en el espacio físico de tu corazón. Imagina este centro energético como tu laguna interior. Con cada inspiración, las aguas se aquietan más y, con cada exhalación, se vuelven más transparentes.

Mantén unos minutos esta visualización y, después, vibrando como Sirena Serena, imagina que con cada respiración vas descendiendo a lo más hondo hasta sentarte en la propia paz que es el amable y espacioso sentimiento del fondo. En esa paz, entras en contacto con un infinito campo de energía, un vacío creativo de donde surge el patrón de vida necesario, para desplegar todo tu potencial. Con cada respiración te vuelves más y más receptivo a ese poder creador y a su sabia inspiración.

Luego ponte de pie, con las piernas ligeramente separadas, y, en la frecuencia de Emma, tu driada reina, imagina que al inspirar reúnes fuerza vital y una espiral de energía multicolor asciende desde la tierra de tu experiencia personal hasta lo más alto de tu árbol interior. Al expirar llevas todo el amor que sientes hasta dónde alcance tu aliento vital. Repite esta secuencia hasta que notes, en tu interior, un juguetón impulso que te invita a ponerte en acción.

Entonces será un buen momento para que, dejando que la Diminuta Máxima que hay en ti dirija la situación, reafirmes tu apoyo a los sueños del alma latiendo en tu apasionado corazón. Con ese ánimo, recita la canción de la caracola marina, repasa la lista de deseos escrita en tu

Lo que el corazón quiere contemplar

164

tarjetón, contempla el collage y, abrazando la estrella que simboliza tu visión y tu misión, exclama con confianza y convicción: Esto es lo que quiere contemplar mi corazón. Exprésalo con la profunda intención de apoyar el despliegue de la vida que, en ti, quiere expandirse para ser admirada, honrada y celebrada.

También, dentro de esta práctica matinal, te será útil recordar que para que tus pasos puedan mantenerse firmes en la tierra de tus sueños, habrás de poner en ellos toda tu energía; es decir, toda tu sabiduría, todo tu amor, e inspiradas y disciplinadas porciones de acción.

Desde esta perspectiva, para asegurarte concentración en tu visión, repasa la sección “Primeros Pasos” de tu cuaderno de apuntes; agenda todas las acciones que, en apoyo de tu soñada realidad, decidas realizar; y afírmate en la intención de contemplar todo tipo de actividad, quehacer o responsabilidad que afrontes durante el día, como una valiosa oportunidad para crecer, evolucionar y contribuir.

En línea con esta disposición de pasar a la acción, sean cuales sean tus circunstancias, cual Dragona Candela en sus espectáculos de fuegos naturales, y más allá de la forma en la que quieras evolucionar, empieza por compartir lo que ya eres, lo que sabes, lo que sientes y lo que tienes.

Para apoyar esta intención y como reconstituyente para el ánimo, cuando te encuentres vacío o creas que ya nada te queda, recuerda preguntarte: ¿qué es lo que yo puedo dar? Y organízate para entregar aquello que aparezca como respuesta. Confía en que haciéndolo pasarás de sentirte

Capítulo 13 - Inspiracción

165

victima a saberte protagonista movido por la fuerza de tu espíritu, leal militante de la vida. Con esta actitud también estarás cultivando esa disposición de ánimo desde la que se puede contemplar los intereses de otros como tus propios intereses, y sentir el sosiego y la paz interior que proviene de la mutua colaboración.

Además, para favorecer tu voluntad de realización, cual Ogro Logro abriendo acequias y sacando tierra acumulada en los pozos, persevera en las tareas de apertura emocional. A tal fin, confiando sea desactivada todo tipo de distorsionante memoria inconsciente y transformada tu percepción, cuando observes que estás sintiendo alguna dificultad para fluir con alegría de ser y determinación, recita la siguiente afirmación:

Guiado por la inteligencia de mi corazón encuentro conocimiento y efectiva disposición para, aquí y ahora, vibrar en sintonía con todo lo que es y construir creativos cauces de acción desde la paz y la libertad de ser.

Con esta misma actitud, cada vez que, haciendo tu diario caminar, te sientas confundido, desmotivado o falto de sentido, practica el juego de volver al centro que aprendiste con Estrella, y en medio de ese círculo cordial, entona con convicción, la siguiente intención:

Tomo conciencia de lo que soy y, en el espacio y el tiempo, mis movimientos lo manifiestan.

Entro en sintonía con lo que mi corazón quiere contemplar y, en coherencia total, mi huella dibuja el mandala de mi propósito vital.

Lo que el corazón quiere contemplar

166

Danzando así, en mi conciencia de ser se reflejan tres círculos de plenitud: el círculo espiritual, el círculo del corazón y el círculo vital. En el primero, brillo en paz; en el segundo, alumbro con amor; y en el tercero, ilumino desde la alegría, la gratitud y el ánimo de celebración.

Después, haz lo que tengas que hacer manteniéndote en la vibración de esos tres círculos. Empieza buscando, en la circunstancia que afrontes, algún motivo de celebración y, por pequeño que sea, siente gratitud. Luego, disponte a vivir esa situación con alegría de ser, afrontándola, en la medida que te sea posible, con ternura, sencillez y sentido del humor. Abraza esa experiencia con todo el amor que logres sentir y siéntete en paz por haber puesto en este momento tu mejor voluntad.

Estés donde estés y hagas lo que hagas, durante tu jornada, honra tu existencia y agradece el camino que te lleva, el sueño que te eleva y el alma que te anima. Contempla con consideración lo que a tu alrededor, por pequeño que sea, también sueña; y juega a transmitir confianza, compromiso y esperanza, Para apoyar estos propósitos, sintiéndote Diminuta Máxima abrazando a Bota Rebotada, busca un rato cada día para tomar tu cuaderno de apuntes y anotar, al menos, una docena de recursos, personas, situaciones, cualidades o aspectos de tu experiencia que en alguna forma te ayudan a avanzar en tu camino y disfrutar de esa vivencia. Bendice cada uno de esos elementos presentes en tu trama existencial; es decir, nómbralos con estimación en tus anotaciones y hónralos, en tu corazón, con un sentimiento de apreciación.

Capítulo 13 - Inspiracción

167

Juega a realizar este ejercicio con la intención de abrazar tu presente con entusiasmo y gratitud, y con el ánimo de celebrar el avance de la vida, en colaboración, hacia más elevadas frecuencias de vibración. Repasa estos apuntes siempre que tu atención solo esté teniendo en cuenta algún tipo de carencia o insatisfacción.

También, cual duende alentador, cada vez que intercambias saludos, bienvenidas o abrazos en el silencio de tu corazón, exclama: ¡Que en mi sueño feliz, tu sueño feliz encuentre culminación! Que ese deseo, desde la disposición a la mutua colaboración, esté bien claro en el dintel de tu mirada, en la puerta de entrada de toda relación y en la ventana de cada tarea en cooperación. Que sea el lema que todos intuyan en tu saludar, que sea la firma de tu sonrisa y el sello de tu amabilidad.

Procura hacer de tu movimiento vital una llamada al encuentro en sintonía y una continua invitación a que la energía del corazón vuelva a fluir con respeto y equilibrio, dejándose llevar con naturalidad por el jubiloso sentimiento de estar viva.

Practica con actividades que potencien esa naturalidad. Encuentra las formas de expresión más adecuadas a tu proceso personal, procurando espacio para la inocencia, la espontaneidad y la creatividad. En la frecuencia de las Maribrujillas, y por el simple deseo de jugar, prueba nuevas experiencias más allá de lo habitual. Y permítete asombrarte. Como sabe tu alma niña, aunque todo parezca igual, a cada instante, todo es diferente; y así visto, el presente resulta apasionante.

Lo que el corazón quiere contemplar

168

Como Estrella, muévete con el ánimo vestido de júbilo, confianza y sentido de abundancia, pues esta convocación la emites desde el corazón y, ahí, la carencia no tiene lugar como tal, y si aparece, se le invita a mostrarse como oportunidad de mejorar, aprender y colaborar.

Para apoyar esta disposición, a lo largo de la jornada, cada vez que cambies de actividad, cierra los ojos y recita con convicción: Soy parte de la vida y, aquí y ahora, tomo conciencia de su abundancia y su poder creador.

Además, cuando, para atender tus asuntos, decidas caminar un rato, hazlo observando tus movimientos. Así podrás comprobar que al andar das un paso en el vacío mientras con el otro te afirmas más. Y entenderás que sería imposible avanzar si no aceptaras experimentar esa porción de vacío. Toma conciencia, entonces, de que también en tu recorrido vital, la incertidumbre y la inestabilidad forman parte de tu proceso de evolución.

Vibrando con Perico Periscopio y ángel Serafín, ante los retos más desafiantes y los más grandes obstáculos, eleva tu ánimo recordando tus ideales, tus valores y el sentido de tu caminar. Alimenta tu espíritu con inspiradoras influencias. Elige lecturas, imágenes, compañías y experiencias que te ayuden a mantener un positivo enfoque y una optimista expectativa.

En correspondencia, juega a conseguir que, en tu compañía, todos se sientan grandes al recordarles la grandeza de la vida que canta en su corazón. Ofrece pensamientos “lianas” a quienes quieren jugar contigo a

Capítulo 13 - Inspiracción

169

elevar su perspectiva. Comparte tu visión más expandida para que otros sientan curiosidad y quieran ver lo que pueden contemplar, elevándose hasta su más alto propósito vital.

Cultiva un constructivo y alentador diálogo interior. Graba tu propia voz pronunciando motivadoras afirmaciones y, como si fueran caracolas cantantes, escúchalas en momentos de relajación o cuando te vayas a dormir.

Contando con tu duende alentador, dedica un tiempo cada día a visualizar escenas en las que seas el protagonista de tus sueños en su más feliz manifestación. Mientras lo haces, abraza tu estrella con la intención de anclar el sentimiento asociado a esas visiones. Y repite este gesto cada vez que quieras evocar ese tono vital y conseguir así ser elemento coherente, en el presente, con tan deseada manifestación, y atraer desde esa vibración a todo lo que es afín.

Activando estas frecuencias, todo lo que esté buscando esa misma luz, te verá centellear; te reconocerá y sabrá que está dónde quiere estar, pues en esa vibración sentirá un gran bienestar; reconocerá su sitio, su valor y su función, y se sabrá colaborador en un sueño común.

Cada anochecer procúrate un tiempo de tranquilidad para repasar las experiencias del día. Al estilo más inocente y generoso de Ogro Logro, disponte a reconocer y apreciar todo lo recibido, y también a valorar honestamente tu contribución. Las siguientes preguntas te pueden resultar útiles en esa recopilación: ¿Qué has aprendido? ¿Qué has

Lo que el corazón quiere contemplar

170

compartido? ¿Se han encaminado tus acciones en la dirección de tus sueños? ¿Has apoyado los sueños de los demás? ¿Te has permitido ser con más libertad? ¿Te has sentido útil? ¿Qué aspectos de tu experiencia has honrado hoy? ¿Has expresado agradecimiento? ¿A quién has cuidado? ¿Te has reído? ¿En qué formas has expresado afecto? ¿Has compartido respeto y reconocimiento?

Este momento de reflexión también es una buena oportunidad de renovar tu compromiso de ser, permitiendo y colaborando a que todo lo demás también lo sea, y que, así, la vida toda pueda fructificar y en su abundancia a todos beneficiar.

Y para apoyar esa intención, procura que, antes de quedarte dormido, tu mente se enfoque en esta visión: Igual que el firmamento abarca a todas las estrellas y éstas, expandiendo su luz, iluminan la bóveda celeste, también a todas las criaturas, en una red de luz, un principio de amor sustenta hasta que ellas mismas se transformaban en manantial de amor y más red de luminosa vida crean.

Déjate llevar por el sueño confiando en que, en los matices de tu particular luz, la infinita y creativa inteligencia de la vida que eres está sincronizando todos los acontecimientos que han de suceder en ese proceso, para que tu estrella brille en todo su potencial.

Conforme vas practicando con el plan, vas tomando más consciencia y responsabilidad de tu propósito vital; diriges la transformación de tu frecuencia de vibración; y, cuanto más se va descongelando tu laguna interior, más

Capítulo 13 - Inspiracción

171

irradias amor incondicional convocando a conciencia de unidad. Todo esto, según el clan, es asunto a celebrar.

Así que te sugiero, dentro de este programa de acción, incluir, de tanto en tanto, un festivo alto en el camino para conmemorar los objetivos logrados y valorar el tramo recorrido.

173

Capítulo 14 Una singular celebración

Más allá del cuerpo, del sol y de las estrellas; más allá de todo lo que ves, y, sin embargo, en cierta forma familiar para ti, hay un arco de luz

dorada que al contemplarlo se extiende hasta volverse un círculo enorme y luminoso. El círculo se llena de luz ante tus ojos, sus bordes

desaparecen y lo que había dentro deja de estar contenido. Su luz se expande y lo envuelve todo extendiéndose hasta el infinito y brillando eternamente sin interrupción ni límites de ninguna clase. Dentro de

ella todo está unido en una continuidad perfecta. Es imposible imaginar que puede haber algo que no está dentro de ella pues no hay

lugar del que esta luz esté ausente.

Un Curso de Milagros

Ahora es cuando llega el momento en el que todo va tomando conciencia de su propia labor en esa obra maestra que es el tapiz de la vida, emergiendo en hilos de luminosa existencia, lo que felizmente ya canta como realidad en el corazón de Totalidad.

Y así es mi misión contarlo para dejar constancia del juego de la infinita creación en su gloriosa expansión. También es aquí donde el clan se da cuenta de mi presencia y de que se están uniendo a la comunidad y colaborando en su misión seres de todas las dimensiones, y no únicamente en referencia a sus distintos tamaños, sino a sus inesperados lugares de procedencia.

Lo que el corazón quiere contemplar

174

No se hubieran dado cuenta de estas afluencias e influencias si la peculiar celebración que estaban organizando no hubiera constado de un movimiento de reconocimiento, agradecimiento y apreciación. Tal fiesta, que decidieron seguir denominando, como antaño, la Celebración de la Luz Naciente, quiso el clan que se realizara especialmente en honor del roble y la laguna, ya que su llamada de auxilio había propiciado su encuentro y su hermanamiento en Sintonía. Por eso también querían que esa fiesta incluyera dos momentos especiales: uno en el que todos cantaran a una alrededor de la laguna y otro en el que el roble fuera coronado con una estrella en el momento de la aparición de las primeras luces del alba. Y, además, el clan quería que en esa celebración se honrasen también los sueños, que paso a paso se estaban viendo cumplidos, y se tuvieran en cuenta, con gratitud, los beneficios de estar perseverando en tales empeños.

Como ya sabes, dentro del plan multicolor el deseo del tarjetón era recitado cada amanecer por todo el clan a modo de meditación, y también ese texto fue el estribillo que eligieron para cantar todos a una, alrededor del lago que ya estaba volviendo a ser laguna, mientras agradecían todo lo que esas palabras representaban para los que en ese coro participaban. Tal concierto, ya desde el momento de los ensayos, además de un precioso evento que reunía en Sintonía a participantes de todo tipo y condición, estaba siendo una bendición, pues esas voces unidas ayudaron al lago a modificar su frecuencia de vibración hasta sintonizar con la paz que en su fondo cantaba y que Sirena Serena había sabido escuchar.

Y, así, al extenderse por fuentes, afluentes y cañerías, agua sanadora demostró ser, pues quien la bebía entraba en sintonía con esa armonía y su mente se volvía receptiva a la conexión con todo lo demás. De forma que todos pudieron constatar y celebrar que la laguna, en su intención de ayudar al roble en su crecimiento y potencialidad, se ayudó a sí misma encontrando su más pura sonoridad

Capítulo 14

175

y, al extenderse, ayudó a entrar en sintonía a todo lo que la recibía. Además, siendo que las aguas del lago llegaban a lo más profundo del subsuelo a la vez que, envueltas en nubes, alcanzaban las más altas cumbres, se puede decir que todo quedó bajo la influencia de su frecuencia, incluyendo aspectos de la vida que la retina no logra percibir pero el corazón presiente y con agradecimiento su influencia acepta sonriente.

También tengo que subrayar que cuando en la asamblea se habló de organizar tal celebración, las Maribrujillas se pusieron especialmente contentas, ya que se sabían expertas organizando fiestas. En sus convites no sólo hacían las delicias del paladar de los participantes con sus variopintas y concéntricas tartas y tortas de frutas y especias, sino que, sobre todo, animaban; es decir, evocaban el alma de la comunidad con la sonoridad de sus cuencos y ayudaban a encontrar nuevos órdenes, equilibrios, acuerdos y concordias en los círculos de afecto, camaradería y amistad que con sus melodías promovían. Además, como gustaban de asentarse en la cabellera de Emma, y esta bailaba en las ramas de todas las alturas del árbol roble, las Maribrujillas, con sus mágicas frecuencias de vibración y sus masajes en forma de cosquillas, invitaban a participar a seres de todas las dimensiones.

Por eso, en esta particular fiesta, igual que gemas de todos los colores colgaban de las ramas del roble y tiras de brillantes dones lo adornaban con lazos y rosetones, también pudo adivinarse, a veces verse, en algunas ocasiones intuirse y en los momentos de más armonía sentirse, una gran variedad de radiantes y sabias energías. Almas ascendidas, maestros y maestras de reconocidas escuelas espirituales, criaturas de noble intención y real distinción, arcángeles y seres alados de todo tipo formando parte de la celebración, como forma parte el silencio de una canción, o el espacio en blanco rodeando

Lo que el corazón quiere contemplar

176

las palabras de una narración, o el vacío necesario para que se teja con hilos de realidad uno de los felices sueños de Totalidad.

Además, has de saber que cuando Roble Estrellado escuchó el anhelo del armario de Diminuta Máxima comprendió lo que sus antepasados representaban, y esta comprensión le revitalizó y dio un sentido tal a ese anhelo suyo de ser roble estrellado que sus raíces, su tronco, sus ramas, sus frutos y hasta sus sombras se pusieron manos a la obra, llegando al punto de sudar tinta en el empeño y, como consecuencia, de las agallas de su corteza brotaron sustancias que permitieron que las letras de esta historia se escribieran y pudiera ahora yo decirte que sé de buena tinta todos estos detalles.

Y en ese afán por pasar de la categoría de roble estrellado contra el suelo a la de roble estrellado mirando al cielo, por coronado en su copa con una estrella, mientras seguía siendo un imponente roble bien enraizado en la tierra, consiguió no sólo a sus antepasados honrar y a toda la grandeza de su especie reivindicar, sino que al sentirse digno de realizar su misión, muchos a su alrededor en ese mismo objetivo pudieron colaborar, aportar sus dones y, por lo tanto, desarrollar sus cualidades más especiales.

En este punto es importante explicar que, por unanimidad, el clan decidió que fuera Diminuta Máxima la que en el momento principal de la fiesta subiera hasta la copa del roble para colocar la estrella en la corona de la dríada reina, ya que esa inocencia que Diminuta Máxima había guardado en su corazón, además de su estrella, era la que había convertido esta aventura en un camino de jubiloso encuentro. La inocencia y esa primera manifestación de unidad que es siempre la generosidad de un corazón que intuye que el interés de otro es también su propia motivación.

Capítulo 14

177

Además, en ese bendito instante en el que la más bajita alcanzaba

la altura máxima, todos los que en esta fiesta participaban sintieron que

ascendían con ella, pues Diminuta Máxima a lo más alto llegaba

gracias a que todos estaban en Sintonía, manteniéndose en su sitio y

cumpliendo su función. Esa frecuencia de vibración era un eco del

deseo de amistad que Ogro Logro entendía como una forma de amable

desprendimiento y divertida solidaridad, donde todo contaba

encontrando su valor en la combinación con todo lo demás. Como

consecuencia, fluyeron nuevos canales de abundancia y, en

correspondencia, cada miembro del clan aprendió a considerar digno

de estimación lo que aún no comprendía pero su corazón intuía que

tenía en alguna dimensión su particular contribución.

Por otra parte, puedo decirte que Emma logró cumplir su sueño de

bailar en medio de la luz blanca que abarca todos los colores, pues

como colofón del singular ritual, como antaño se contaba que sucedía,

se pudo divisar una gloria en el cielo brillar. Un círculo blanco y

dorado que los meteorólogos explicaban como fenómeno atmosférico

denominado “gloria matinal”, pero que el corazón de quien lo

admiraba en ese momento y lugar interpretaba como vislumbre de

totalidad en el que, al igual que todos los colores, los sueños de todos y

el sueño de la comunidad encontraban posibilidad.

Y el circular arco iris que formaba parte de esa gloria,

confundiéndose con los tirabuzones de Emma, se veía como camino de

realización para todos sus anhelos; es decir, portentoso plan de acción

que a todos servía de inspiración. Ese momento quedaba enmarcado en

tan preciosa luminosidad que parecía un feliz vislumbre de eternidad.

Así que al punto de esa celebración, todo en Sintonía parecía ya

funcionar teniendo en cuenta la condición que al principio de esta

Lo que el corazón quiere contemplar

178

narración te contaba que sucedía en el prodigioso reino de Todo lo que

Es. Esa condición que al entrar en Sintonía ya se percibía y que decía:

todo lo que es posible tiene que serlo, permitiendo y colaborando a

que todo lo demás también lo sea.

Posiblemente, por estar vibrando así fue que Diminuta Máxima en

los días en los que preparaban la fiesta comenzó a recordar un anhelo

que, según a sus compañeros de clan explicó, no sabía que se hubiera

realizado y ni tan siquiera había podido ayudar en su resolución. Se

trataba del anhelo de los apuntes que querían convertirse en un relato

con final feliz; a decir de esos apuntes, un cuento que acaba bien y, ya

de paso, un cuento bien acabado.

Diminuta Máxima les explicó que en el tiempo en el que empezó a

escuchar los deseos de los elementos insatisfechos de su biblioteca, al

querer apoyar el anhelo de esos apuntes, no pudo hacerlo, pues dentro

de la carpeta donde se suponía que estaban contenidos, en vez de los

apuntes encontró la carta que todos ya conocían. También Diminuta

Máxima les mencionó que tal asunto había recordado al ver al árbol

roble sudar tinta, no al estilo de un calamar, pero sí emitiendo

sustancias que algunos entendidos en artes gráficas coincidían en

considerar estupenda materia prima que, tras adecuados tratamientos,

se podría utilizar para escribir.

¿Quizás el árbol roble, ahora que conocía su misión y que estaba

dispuesto a protagonizar el sueño de algunos de los de su especie,

quería que toda esta experiencia se pudiera inmortalizar en las páginas

de un relato? Si encontrara esos apuntes, podría ofrecerles ser el

manuscrito de esta historia y, además, participar en un final que

aseguraba ser colorín colorado, haciendo alusión al plan multicolor, y

también estar lleno de compartida felicidad.

Capítulo 14

179

Diminuta Máxima les confesó, además, que cuando encontró la

carta pensó que quien la había escrito posiblemente habría cogido tales

notas y, dado que era quien había escrito el deseo del tarjetón, quizás

también tendría en cuenta y apoyaría el sueño de esos apuntes.

Capítulo 14 - Inspiracción

181

InspirAcción Celebrando la luz naciente

¡Por mi amor y esperanza te insto a que no repudies el héroe que hay en tu alma!

¡Permanece fiel a tu más elevada esperanza!

Fredrich Nietzsche

Comenzaste este lúdico recorrido preguntando a tu alma niña: ¿Qué es lo que, en nuestra vida, aún está esperando a ser? Y has ido dando la bienvenida a todo lo que en este recreo ha querido participar, afirmándote en la intención de apoyar el despliegue de la vida en todo su potencial.

Convocando en ti, a cada uno de los miembros del clan, has activado nuevas frecuencias de vibración acordes con tu personal evolución. Y jugando a desarrollar con confianza, paciencia y perseverancia el plan multicolor, estás promoviendo que tu paisaje existencial sea una espiral de energía que vibra más en sintonía con la visión de tu soñada realidad.

Es tiempo de celebrar y agradecer. De todo lo que tu corazón quiere ver, ¿qué es lo que ya estás pudiendo contemplar? ¿Qué es lo que ha empezado a fructificar? ¿Qué hay de nuevo para honrar y admirar? ¿Algo en ti,

Lo que el corazón quiere contemplar

182

antes desorientado, ha encontrado su sitio, su valor y su función? ¿Has logrado desarrollar alguna capacidad hasta ahora sin emplear? ¿En qué aspectos eres ya el cambio que en tu mundo quieres ver? ¿Percibes tú vida en continua expansión? ¿Qué sueños se están haciendo realidad?

Si tienes respuesta positiva para alguna de estas cuestiones, eso ya es motivo de celebración, pues quiere decir que más vida ha salido a la luz; y organizar una fiesta al estilo del clan tiene por objeto celebrar la vida naciente, que siempre es luz cuando la conciencia la contempla, vibrando al compás del corazón.

Una buena forma de comenzar tu particular fiesta es detallando en tu cuaderno de apuntes los motivos del evento; es decir, todos y cada uno de los aspectos de tu soñada realidad que ya se están empezando a manifestar. Sea un proyecto postergado que está siendo realizado, una situación estancada fluyendo en libertad, una cualidad que se empieza a desarrollar o, en general, todo aquello que, en tu conciencia de ser, estás pudiendo ver crecer y evolucionar.

Anota, además, todo lo que consideras que ha colaborado en la manifestación de esos deseos. Incluye en este repaso lo visible y lo invisible, lo que te resulte obvio y también todo aquello que únicamente creas adivinar. Con esta percepción te pones en la vibración del clan que aprendió a considerar digno de estimación lo que aún no comprendía pero su corazón intuía que tenía en alguna dimensión su particular contribución.

Capítulo 14 - Inspiracción

183

Aprecia igualmente todo lo aprendido al dar vida en tu vida a cada uno de los miembros del clan, aspectos de ti cuyas energías, en el camino hacia la realización de tus sueños, has sabido reunir, armonizar y compartir.

Y destaca también, en tus apuntes, tu apoyo y aportación a la consecución de los sueños de los demás.

Que en el conjunto de esta evocación quede representada la abundancia de la vida en su trama de colaboración, donde todo cuenta encontrando su valor en la combinación con todo lo demás.

Tras esta reflexión te sugiero continuar con la siguiente meditación, a realizar, si es posible, frente a una ventana, al despuntar las primeras luces del alba:

Siéntate con la espalda erguida, los pies firmemente apoyados en el suelo y los ojos cerrados. Lleva tu atención al ritmo de tu respiración y sigue su compás mientras mantienes la intención de ir llegando al fondo de tu ser.

Después de unos minutos haciéndolo así, imagínate el árbol y la laguna de tu paisaje interior. Ese árbol hunde sus raíces hasta llegar al corazón de la madre tierra, que le ofrece sus recursos incondicionalmente. Ese roble también eleva sus ramas contemplando el corazón del padre sol, que le ofrece su luz sin condición. Y a imagen y semejanza de la tierra y el sol, las cristalinas aguas de tu laguna interior, vibrando en amor incondicional, convocan al encuentro en sintonía para apoyar el crecimiento y la evolución en mutua colaboración.

Lo que el corazón quiere contemplar

184

Tras un rato sosteniendo esa visión, mientras sigues consciente de tu respiración, comienza a recordar uno a uno tus motivos de celebración.

Después imagina que colocas tu estrella en lo más alto de tu árbol roble simbolizando así que esos aspectos de tu experiencia que estaban esperando a ser, ahora, con plena conciencia de realización, entonan un agradecido “Yo soy”. Recuerda cuanta vida ha participado en la manifestación de tan dichosas experiencias, siente todo el poder acumulado en esa pasión existencial y honra, con un sentimiento de celebración, el avance de la vida en colaboración hacia más elevadas frecuencias de vibración.

De la mano de tu alma niña, trocitos de sueños han logrado alcanzar su más elevada expresión y en tu conciencia de ser nueva vida puede ser honrada, admirada y celebrada. La intención de ese movimiento siempre es amor por la vida, amor por su expansión, amor por el proceso de creación, amor por la canción que canta cada corazón y por el canto común, canto en unión, al comprobar que todo puede ser permitiendo y colaborando a que todo lo demás también lo sea.

Así, tu estrella del alma encuentra su natural ubicación, dándole a tu árbol interior la posibilidad de saber qué sentido tiene ser lo que es. Para apoyar esa comprensión puedes recitar en silencio la siguiente afirmación: Igual que el firmamento abarca a todas las estrellas y éstas, expandiendo su luz, iluminan la bóveda celeste, también a todas las criaturas, en una red de luz, un principio de amor sustenta hasta que ellas mismas se

Capítulo 14 - Inspiracción

185

transforman en manantial de amor y más red de luminosa vida crean.

Como final de esta meditación, abre los ojos, quédate un rato contemplando el amanecer, aprecia toda la belleza de la creación y pon tu ánimo en disposición de disfrutar de tu fiesta de la luz naciente.

Planifica el día a tu manera, según tus gustos y tus circunstancias, procurando que queden incluidas actividades en las que puedas honrar y agradecer, y momentos en los que compartas lo que sabes, lo que sientes, lo que tienes y lo que eres.

En este sentido te sugerimos elaborar un pastel. Elige tu tarta preferida pero antes de comenzar a cocinarla, para ubicarte en la perspectiva que te ayude a vibrar en alegría, gratitud y celebración, lee la siguiente reflexión como introducción a tu receta particular:

Mantener jubilosamente la visión del pastel que se quiere cocinar mientras se rompen algunos huevos, se baten juntos con la miel y se van machacando almendras en el almirez.

No habría motivación para realizar estas acciones si no tuviéramos clara la visión del deseado pastel, pero tampoco no se podría manifestar ese objetivo final si quisiéramos que, en el proceso, todo se mantuviera igual.

Para disfrutar del delicioso resultado, hay que apoyar en su transformación a todo aquello que quiere participar en esta lúdica misión, sea una clara de huevo deseando experimentarse a punto de nieve, sea un cacillo de miel

Lo que el corazón quiere contemplar

186

queriendo desaparecer como tal y mostrarse únicamente como aroma en el pastel o sea una almendra, que unida a muchas almendras más, quiere ser masa fina junto a las yemas y la miel.

Cambios que facilitan que, a su alrededor, algo encuentre nuevas formas de ser y con esa expansión se apoye el avance, desde la creatividad y la colaboración, hasta la plena manifestación de la soñada visión.

Después, cocina la tarta que prefieras, compártela, cómete una buena porción, agradece todo lo que ha colaborado a llevar a buen término este delicioso momento y siente como en ti la vida toda, incluido ese pastel, sigue su evolución.

Recuerda, además, jugar a “animar”, es decir, a invocar el alma de la comunidad. Hacerlo significa encontrar armonía, paz, entusiasmo y alegría en tu interior, y transmitir esa frecuencia hasta convocar en los demás la misma vibración.

Al igual que en tu interior has ido permitiendo que se hagan presentes nuevas energías en la forma de tu particular clan, afírmate en tu intención de que esta fiesta sea un círculo abierto de camaradería que celebre la expansión de la trama de la vida en su totalidad.

Recuerda recordar que, en tu conciencia de ser, a los dos lados de tu piel todo está en camino jugando a manifestar su máximo potencial.

Capítulo 14 - Inspiracción

187

Asegúrate, además, de mantenerte en disposición de disfrutar y abierto a recibir el presente que guarda cada instante.

Y así como desde el amanecer te has dedicado a conmemorar la vida expandida a tu través, te sugiero, en este día de fiesta, reservar un espacio al anochecer para revisar el tramo de camino recorrido y, observando las huellas de ese sendero, encontrar más profundo sentido a todo lo vivido.

189

Capítulo 15 El sueño en el que somos una

Nuestra presencia interior es un poder que no conoce dificultad alguna,. Pero nos toca a nosotros ejercer ese poder mediante la dirección consciente de nuestra atención y nuestra intención.

Michael Brown

Cuando Diminuta Máxima compartió con los demás sus cavilaciones sobre los apuntes extraviados, Teo les habló de mí.

—Quiero proponer al clan —les dijo— que Ángel Serafín vuelva a salir en vuelo rasante con el objetivo de encontrar letras, palabras, frases, párrafos o cualquier rastro de relato con apariencia de estar perdido o inacabado. También pudiera ser que directamente encuentre a Hada Letrada entre las nubes, y entonces podemos solicitar su ayuda, pues muchos de los que me han contado preciosas historias aseguraban haber notado su inspiradora presencia al redactar. Y me puedo imaginar que, si quien escribió la carta está intentando completar el relato, Hada Letrada se mantendrá cerca y estará encantada de colaborar en esta misión.

Todo el clan aplaudió la idea, pero Ángel Serafín, antes de despegar, quiso saber algo más del hada con quien se tendría que encontrar.

Lo que el corazón quiere contemplar

190

—Dame algunos datos más —pidió el ángel al duende—, y así antes la podré localizar.

—Hada Letrada, según algunas crónicas relatan, es un ser que no tiene los pies en el suelo —comenzó explicando Teo y continuó—. Tiene los pies en los sueños y la cabeza en las nubes, excepto los días en que el sol lo ilumina todo y sus cabellos se confunden con los rayos de luz. Esos días, Hada Letrada tiene su cabeza en el mismo cielo. En esas jornadas de iluminación clara y radiante, juega a recoger palabras al vuelo, y con ellas carga sus mágicas herramientas que no son otra cosa que todo tipo de lápices, bolígrafos y plumas estilográficas, algunas de las cuales gustan de chupar tinta, quizás del tipo de la que suda el roble.

Ella se encarga de reunir las letras, agruparlas por palabras, asentarlas en forma de pensamientos, hilvanarlas en historias y finalmente transportarlas en sus herramientas, con el consentimiento del alma de escritores y artistas, a los folios, blocs, libretas y cuadernos, en donde, en principio, toman forma de notas y apuntes. Claro que para llevar a buen término esta labor, Hada Letrada tiene que entusiasmar a las letras que encuentra por ahí, dándoles un motivo para embarcarse con ella en tal viaje, y lo logra aportándoles un propósito común que siempre les resulta interesante: formar parte de un relato apasionante.

En alguna ocasión, Hada Letrada encuentra letras que vagan juntas pero no unidas, pues no se les ocurre qué pueden lograr asociándose. Creen que no tienen nada que ofrecerse las unas a las otras hasta que Hada Letrada pasa junto a ellas y les invita a subirse en sus herramientas. Allí les da una primera alegría al presentarles a otras letras que aún tampoco han encontrado un lugar en el mundo de las palabras. Luego el hada les informa que van a poner manos a la obra porque alguna mano artista ha pedido su inspiración; y les dice

Capítulo 15

191

también que están a punto de nacer y hacer historia, literalmente hablando, que por otra parte es la única forma de hablar que utiliza Hada Letrada.

En ese momento es cuando les indica que han de reunirse formando grupos y, en este punto, a veces llegan los problemas porque hay palabras que tienen mucho prestigio y todas las letras quieren formar parte de ellas; pero también hay palabras sobre las que pesa muy mala prensa y con ellas no hay vocal o consonante que quiera involucrarse. Como consecuencia, al oponer las letras resistencia, el bolígrafo no logra escribir nada, y este parón resulta muy frustrante hasta para las hojas de papel que anhelan pasar pronto de la anónima identidad de folio a la prestigiosa de manuscrito.

Entonces Hada Letrada tiene que pedir a las letras amotinadas que tengan confianza, un poco de paciencia y que no juzguen cada palabra por separado, sino que esperen a verla en su lugar dentro del relato del que va a formar parte. “¡Al final todas terminaréis comprendiendo que sois importantes y significativas!”, les asegura, y así suele insistir hasta conseguir que la mano del artista logre escribir.

Al escuchar esta explicación de Teo, todo el clan sintió mucha emoción y ayudaron a preparar el viaje al ángel Serafín para tener cuanto antes noticias de mí, de frases errantes o de quien pudiera tener en su mano los inacabados apuntes.

Y siendo que tú estás leyendo este cuento, ha tenido que suceder también que alguien lo escribiera y, sí, ¡este relato es en lo que se han convertido aquellos folios perdidos!, pues en esa búsqueda de letras y mano escritora que forma parte de mis tareas como hada letrada encontré a quien en la biblioteca de Diminuta Máxima cambió carta por apuntes.

Lo que el corazón quiere contemplar

192

En esa dimensión en la que se unen anhelos, intenciones e inspiraciones—y es también donde toman sustento las raíces de todas las acciones y donde, por ser ya territorio de la maravilla llamada Totalidad, no se puede trazar una línea clara entre lo que se piensa, lo que se siente y lo que se experimenta, pues ahí todo se aúna— fue naciendo este misterio que estoy relatando y que dentro de la espiral del tiempo aparece como Onda Encantada de la Vida. Una onda en la que ya nada es lo que parece sino lo que aparece cuando todo se encuentra y se reconoce en la onda más grande de la vida.

Y así llegamos al momento en que, por fin, Ángel Serafín volvió radiante de su última misión, pues en sus manos llevaba un manuscrito que la historia de todo el clan relataba, y además una carta que les iba a ayudar a darse cuenta de que todo cuenta en esa celebración que es la vida, aunque sólo así se perciba cuando se ha descubierto que cada particular latido es la pulsación de un sólo corazón que palpita en el centro de Todo lo que Es.

Dicha carta, como en el primer mensaje recibido por Diminuta Máxima, venía encabezada con el título Los dictados de mi corazón y comenzaba haciendo alusión a aquella primera misiva. Tal relación a nadie del clan extrañó, pues tras la lectura de los apuntes ya finalizados y en la historia del clan transformados, todos sabían que estaban participando en una Onda Encantada de la Vida y eso significa tomar conciencia de las infinitas dimensiones de toda creación y ahí, aún cuando mucho no se comprenda, se le da espacio en el corazón. Ahora que la carta vas a leerla tú, te pido también la misma disposición:

Querida, como te expliqué en mi primera carta, desde que sé de tu existencia me he sentido embargada, más que nunca, de una energía mezcla de entusiasmo, creatividad y alegría de ser. Y me sigue gustando pensar que tú respiras mientras yo celebro ese aliento

Capítulo 15

193

abrazando la vida con todos sus anhelos; especialmente, como te explicaba entonces, los sueños olvidados o proscritos.

Siguiendo la estela de esa intención he ayudado a unos viejos apuntes a transformarse en el relato que has leído y, como has comprobado, lo he podido hacer porque he estado contigo, permitiéndote vivir la vida que has elegido, y que a su vez me ha permitido a mí encontrar mi camino y atender un deseo que sólo contando contigo ha encontrado sentido.

Yo también, como tú, algunas dimensiones de la existencia sólo llego a intuirlas, pero las aprecio y cuento con ellas como cuento con el aire que respiro o la sangre de mis venas. Tú estás en una de esas frecuencias que no llego a ver pero, por estimarla tanto, puedo imaginar y sentir. Y aún más, por esa estimación puedo armonizar con esa vibración y, entrando en sintonía, a la vez que estoy aquí estar también ahí.

Como ya te dije anteriormente, aunque tú no me veas y yo sólo te adivine, creo que respiramos juntas y hay un mismo entusiasmo que nos guía. Por eso quiero contarte lo que ahora voy a explicarte, ya que quiero que te des cuenta que como tu nombre indica, por pequeño que sea, todo sueña; y al despertar siendo una totalidad comprende que lo diminuto también es máximo, aunque para reconocerse haya tenido que soñar que era algo insignificante que buscaba encontrar su sitio, su valor y su función; y ese viaje de búsqueda le permite comprobar que hasta soñar y despertar forman parte de una misma jubilosa experiencia de Totalidad.

Como decía Benedetti, un poeta que admiro mucho, en uno de sus versos: “la fundación de un recuerdo… no es como fundar una ciudad,… sino más bien como fundar un sueño", y creo saber en qué recuerdo tú y yo fundamos un mismo anhelo.

Lo que el corazón quiere contemplar

194

Y es que he encontrado un momento en mi memoria en el que

aparece una niña de siete años entusiasmada por los libros, los

cuadernos, los lápices y las tareas que significasen leer, escribir e

imaginar. Está sentada apoyada sobre la mesa de una cocina y trata

de convertir un cuaderno con las hojas en blanco en un libro o, mejor

dicho, en el comienzo, el marco, el preámbulo de un libro, ya que tiene

la idea de que aquellas primeras hojas son lo más importante y, si se

consigue ese primer paso, lo demás irá sobre ruedas. No tiene ni

siquiera pensado un argumento, ni piensa si aquello va a ser un

cuento, una novela o una biografía… Su idea es conseguir que las dos

primeras hojas de ese cuaderno presenten el mismo aspecto que las de

un libro; es decir, que aparezca un título, un autor y los datos de

fechas, ciudad o país en el que se ha realizado esa obra.

Está emocionada porque ha copiado de otro libro todo lo

referente a explicaciones sobre edición, derechos de autor y también

ha escrito correctamente su nombre y apellidos. Está viviendo ese

momento como algo extremadamente excitante. Le apasiona lo que

está haciendo. Entonces, en ese recuerdo y en el marco de la puerta de

la cocina, aparecen otras dos personas que identifico como la madre y

la abuela de esa niña, a quienes entusiasmada enseña todo lo que ha

preparado.

Y en ese momento, ante las risas y los comentarios que no llega a

entender, la niña siente confusión y la respuesta de esas personas la

vive como angustiosamente frustrante. Se siente sola y avergonzada de

haber mostrado su sueño.

Durante años he creído que ese episodio dejó en mí una huella

negativa, mellando mi confianza en aquellos impulsos profundos que

te mueven a la acción con la fuerza de un deseo, de una pasión o de

Capítulo 15

195

una vocación. Ahora, sin embargo, he comprendido que justamente

partir de aquel momento nuestro camino quedó consolidado aunque tú

y yo ahí nos separamos.

Tú te quedaste guardando el sueño y toda la energía que íbamos a

necesitar para volver a encontrarnos, retomar esos apuntes y,

acompañándote, escribir en ellos la crónica de tu periplo. Yo tuve que

recorrer el camino que me permitió transformarme en la mujer adulta

que pudiera dar apoyo y desarrollo al sueño en el que somos una.

En la época de ese recuerdo, al menos en el ambiente en el que

crecía esa niña, no se tomaban muy en serio los deseos. No había

tiempo para atender sino aquello que era útil para un chato bienestar

y, más allá de ese límite, el miedo a ser diferente y ser juzgado por ello

hacía estragos.

Por eso quizás quedó grabado con más fuerza y determinación el

anhelo que tú y yo compartimos: escuchar a quien tenga un sueño,

ofrecerle una mirada comprensiva, lúcida y amorosa, y ayudarle a

encontrar en sí mismo las habilidades y capacidades necesarias para

hacer realidad ese deseo. Porque aún demasiada gente no encuentra

con quien compartir sin miedo su visión. Demasiada gente no tiene

aún a su lado a quien sabe ver la grandeza de su alma, más allá de sus

aparentes errores o aciertos.

Quizás entonces ya decidimos, aunque nos costó un tiempo

descubrirlo, que íbamos a ayudar a otros a escribir esa primera

página en la que se pone el título y el autor y uno se permite sentirse

sereno protagonista de su propia vida.

Ahora sé que estamos juntas en ese intento, y eso también me une

a quien encuentro por el camino, pues tras ese impulso que es un

Lo que el corazón quiere contemplar

196

sentimiento humano y solidario, está siempre ese niño que todos

somos y que aún sueña, como si quisiera colaborar en la tarea de dar

forma a todos los sueños y que todos pudieran ver el suyo. Otra vez en

palabras de Benedetti: “con una mirada que no se avergüence de su

reveladora, efímera, insustituible luz”.

Tú me has enseñado que eso es posible y en tu honor he dado

forma de libro a los olvidados apuntes. Libro que al acabarlo lo veo

como un mapa de un estado de ser, cartografía de un territorio donde

siempre puedo encontrarte. Así que podemos decir que ahora ya tienes

esos mapas que fueron el primer motivo de tu búsqueda; y yo me

quedo con la certeza de que tú, vestida de inocencia y plenitud, estás

siempre presente en Todo lo que Es, vibrando en una jubilosa llamada

a Sintonía.

No sé cuánto duró el silencio emocionado en el que todo el clan

nos sentimos unidos tras escuchar el contenido de este mensaje, pero

ese silencio acabó con una sonrisa multicolor que abarcó todo lo que

vibraba en Sintonía.

Y así es como esta historia termina, aunque también es como

eternamente puede comenzar desde lo más diminuto, que es lo que

contemplamos como individual, hasta lo máximo que reconocemos en

comunidad, pues siempre estamos dentro del enigmático reino de Todo

lo que Es, siendo Totalidad jugando a descubrirse, reconocerse y

considerarse con estima.

Como ya te expliqué al comienzo, este es un cuento que está

yendo a tu encuentro, pues en cada quien que se reconoce dando vida a

este clan está esa alma niña que quiere, por fin, ser protagonista. Y está

el árbol de la vida y el territorio del corazón que, llamando a sintonía,

anhela que todos a su alrededor canten a una.

Capítulo 15

197

Siendo que, además, aun en el sueño del olvido todo a coro

cantará a tu oído la canción de tu alma, la que aprendiste de niño, la

que canta el sueño que aún no se ha cumplido. Y cantaremos así hasta

cantar contigo en un común despertar agradecido.

Capítulo 15 - Inspiracción

199

InspirAcción Crónica de tu propia travesía

Un anciano peregrino recorría su camino hacia las montañas en lo más crudo del invierno.

De pronto, se puso a llover. Un posadero le preguntó: ¿Cómo has conseguido llegar

hasta aquí con este tiempo de perros, buen hombre? Y el anciano respondió alegremente: Mi corazón llegó

primero, y al resto de mí le ha sido fácil seguirle.

Anthony De Mello

¿Habrá un lugar así?, se preguntó un día Diminuta Máxima, ¿Un lugar en el que se tengan en cuentan los sueños no cumplidos y todo el amor que aún no ha podido ser? ¿Podré encontrar a otros que quieran conmigo ensayar a remontar los vuelos y avivar las brasas del alma cuando se te ha quedado el corazón muy frío? Y mientras se hacía estas preguntas, Diminuta Máxima pensó que si no existía un lugar así valdría la pena crearlo, y eso aún le animó más a ponerse de viaje.

En tu vida, y en cada vida, este tipo de movimiento existencial suscitado por una pasión y una visión marca un propósito vital con el que expandes tu potencial mientras que colaboras con todo lo demás.

Lo que el corazón quiere contemplar

200

Jugando dentro de este cuento y siguiendo ese transitar, en tu experiencia, lo más profundo se ha encontrado con lo más alto y lo más denso con lo más excelso, habiéndose promovido esta unión por el deseo de expansión que implica un anterior paso de amorosa integración y la percepción de nuevas formas de interrelación.

Círculos abiertos e integrados en otros círculos mayores que, al incluir la dimensión vertical, se muestran como armoniosas espirales en cuyo transitar todo lo que es puede evolucionar particularmente y como totalidad.

Itinerario que configura el mapa de un estado de ser que cada cual con su propia paleta de coloridos dones lo ha de pintar, dentro de su propia armonía lo hace sonar y en el dibujo de su personal mandala existencial lo puede reconocer, al avanzar por el territorio del amor incondicional en sintonía con la vida en su totalidad.

Con la intención de ir vislumbrando la estela de tu personal movimiento vital, te sugiero que, para finalizar tu fiesta de la luz naciente, te reserves un rato al anochecer en el que revisando tus apuntes puedas visualizar como se ha ido tejiendo la trama de tu vida, en relación a la realización de tus sueños, desde el comienzo de este juego. A tal fin te propongo abrir una nueva sección en tu cuaderno con el título “Crónica resumen de un tramo del camino”. Escribir ahí, compartiendo mi frecuencia de Hada Letrada, significará permitirte reflexionar sobre el sentido que va adquiriendo tu trayectoria al contemplar unidos, en una mirada retrospectiva, los significativos giros de tu recorrido personal.

Capítulo 15 - Inspiracción

201

Para realizar esta recapitulación conviene que te ubiques en la disposición de poner luz allí donde hasta ahora sólo veías oscuridad; es decir, partir de una mirada compasiva capaz de encontrar a cada situación su sitio, su valor y su función en el camino de tu evolución. Se trata, igual que yo hago con las palabras, de reunir situaciones que por separado no parezcan determinantes, pero que al contemplarlas juntas, dentro de tu trayectoria vital, puedan descubrirse importantes y significativas.

A continuación te propongo algunas preguntas cuyas respuestas te ayudarán a visualizar el sentido del camino que te lleva, el sueño que te eleva y el alma que te anima: ¿Qué has aprendido? ¿En qué aspectos te has expandido? ¿Has percibido situaciones aparentemente negativas que finalmente han facilitado tu evolución? ¿Te has reconciliado con algún capítulo antes rechazado de tu vida? ¿Qué te ha sorprendido? ¿Qué aspectos imprevistos han sido beneficiosos? ¿Qué retos has afrontado? ¿Se han transformado o desvanecido algunos sueños? ¿Han surgido nuevos deseos? ¿Qué maravillas has presenciado? ¿Quién te ha enseñado y en qué forma lo ha hecho? ¿Qué ha quedado liberado? ¿En qué has colaborado? ¿Qué tipo de huellas has dejado en tu camino?

Jugar a contemplar desde esta perspectiva el tramo recorrido es una manera de ir descubriendo los contornos de ese misterio que es tu Onda Encantada de la Vida. Una onda en la que ya nada es lo que parece sino lo que aparece cuando todo se encuentra y se reconoce en la onda más grande de la vida.

Lo que el corazón quiere contemplar

202

Después, esta crónica de tu propia travesía, episodio del despliegue de la vida a tu través, podrá cumplir su vocación de ser relato inspirador que apoye tu voluntad de realización ante nuevos retos, ya que este es un cuento de nunca acabar en el que, siempre que tengas ganas de jugar, podrás volver a empezar. Y jugando así sentirte unido a quien encuentras por el camino, pues podrás compartir tu recreo con ese niño que todos somos y que aún sueña, como si quisiera colaborar en la tarea de dar forma a todos los sueños.

Desde esa perspectiva, te sugiero completar esa crónica personal redactando una segunda carta a tu alma niña en la que le muestres valoración y reconocimiento por su aportación. De su mano, trocitos de sueños han logrado alcanzar su más elevada expresión y en tu conciencia de ser nueva vida puede ser honrada, admirada y celebrada. Exprésale agradecimiento por darte la posibilidad de comprender que todo cuenta en esta celebración que es la vida, y que eso implica tomar conciencia de las infinitas dimensiones de toda situación y, aún cuando mucho no se comprenda, darle espacio en el corazón.

Al escribirle recuerda con ella que lo diminuto también es máximo, aunque para reconocerse haya tenido que soñar que es algo insignificante que busca encontrar su sitio, su valor y su función, y en ese viaje comprobar que hasta soñar y despertar forman parte de una misma jubilosa experiencia de Totalidad.

Para afirmarte en esa intención y como última actividad en tu día de celebración de la luz naciente, te propongo realizar la siguiente meditación: Inspira

Capítulo 15 - Inspiracción

203

profundamente y mantente unos segundos conteniendo la respiración mientras te imaginas, en paz, siendo pura luz blanca. Y a continuación expira tranquilamente, visualizándote, en alegría de ser, siendo un radiante arco iris que acaba de nacer.

Y haciéndolo así, juega a recordar que eres Totalidad y cuentas con una mágica chistera, espacio de tu conciencia en el que puedes observar lo que está queriendo ser y contemplarlo también, saliendo sonriente, sabiéndose colaborador y participante de una Onda Encantada de la Vida, brillante sueño en viaje hacia su manifestación más feliz.

Después de un rato sosteniendo esta visión, vete a dormir y deja que el sueño te embargue manteniendo en tu corazón la intención de despertar sabiéndote la vida entera, jugando a ser, en infinitas formas de manifestación.

Y ahora, a modo de colorín colorado, desde este cuento de encuentro, como portavoz del clan, te comparto nuestro deseo cordial: Que en este sueño feliz, tu sueño feliz alcance culminación.

205

Capítulo 16 Vivir en Sintonía

A veces, por supuesto, usted sonríe. Y no importa lo linda, o lo fea, lo vieja, o lo joven, lo mucho,

o lo poco, que usted realmente sea. Sonríe. Cual si fuese una revelación (…) Sonríe.

Y usted nace. Asume el mundo. Mira. Sin mirar. Indefensa. Desnuda.

Transparente. Y a lo mejor. Si la sonrisa viene de muy, de muy adentro, usted puede llorar. Sencillamente (…)

Entonces su sonrisa. Si todavía existe. Se vuelve un arco iris.

Mario Benedetti

Una vez más, aquí estoy, frente al mar y sobre las arenas de mi vida. Como la marea de cada nuevo día, ha sido posible volver y volver a empezar.

A veces, por supuesto, sonrío. Y no importa lo linda o lo fea, lo joven o vieja, lo mucho o lo poco que en apariencia sea. Sonrío al contemplar cómo, sincrónicamente, algunos aspectos de mi vida se van entrelazando como los restos de sucesivos naufragios, material útil para nuevas travesías.

Esta vez ha sido la niña de las secretas certezas la que ha marcado el rumbo, y yo he estado, en cada paso, presente a su lado. Hemos

Lo que el corazón quiere contemplar

206

entrado en sintonía y en esa frecuencia de vibración quiero mantenerme recordando siempre su inocencia, en la que todo cabe y todo brilla, naciendo transparente. Así, quizás y a lo mejor, como les sucedió a todos los miembros del clan en el relato para el que ya he encontrado feliz culminación, un día de estos, si mi sonrisa aún existe y sale de muy adentro, se vuelva un arco iris. Ola a ola… caracola.

Capítulo 16 - Inspiracción

207

InspirAcción Jugando en el recreo

… al borde de la playa, y, poco a poco, me fue dando sueño,

y aquí estoy durmiendo al borde, al borde de despertar.

Gloria Fuertes

Jugando a ser, en este recreo compartido, has ido hacia dentro, has llegado más allá, has vuelto al centro, has descendido hasta el fondo y has subido a lo más alto. Incluso has ido más atrás y te has marchado muy lejos. Has sido en toda dimensión, pues es así como suele suceder cuando jugamos a ser, como las olas y el mar.

Siendo ola hay que ser océano a la vez. Y ¿quién sabe dónde empieza cada uno a ser lo que es?, ¿quién puede decir cuánto tiempo tarda cada cual en dejar esa forma de ser? Ola y océano son, sin contar con el tiempo y la distancia entre ellos dos. Por eso te convoqué a jugar conmigo en la playa. Para aprender de las olas y de las caracolas.

Creo que la vida, como el mar a las olas, extiende su poder creador a quien la abraza sin prejuicios y así abraza

Lo que el corazón quiere contemplar

208

tu alma niña, la de las secretas certezas. En ese abrazo todo cabe, todo brilla y todo se recrea.

Sea cual sea el tiempo y el lugar en el que estés, con ella puedes contar para jugar a ser.

Empieza escuchando una caracola marina. Caracola que al cantarte lo que canta el fondo del mar, imaginas que, desde su aurea proporción, está cantando a coro con la vida, que sigue teniendo ganas de jugar.

Y así, consciente de este lúdico y cósmico trajín, juega a soñar y en ese sueño, juega a despertar.

209

Agradecimientos

Decía Carlos Castaneda que hay en el universo una fuerza inconmensurable, indescriptible, que los chamanes llaman "propósito" y absolutamente todo lo que existe en el cosmos está ligado al propósito por un vínculo de conexión.

En mi experiencia y especialmente durante el desarrollo de este proyecto, así lo he sentido. Ha sido como dejar cantar al corazón e intuir que ese canto formaba parte de un coro que entonaba un jubiloso himno.

Este libro es mi canción pero la he escrito ayudada por todo y por todos. Os entrego esta obra, con gratitud y esperando seros también de ayuda en la elaboración de vuestra propia melodía. Para que la vida toda siga sonando y en el ritmo de su misterioso propósito, con la aportación de todos, nos suene a maravilla.

Para contactar con la autora

www.loqueelcorazonquierecontemplar.com

http://olaaolacaracola.blogspot.com.es/

[email protected]