apuntes xii congreso minas
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Una explotación minera de oligisto perteneciente a
época romana en Piedra Luenga (Montilla, Córdoba)
A. Moreno Vega
Ingeniero. Presidente Asociación Cultural Patrimonio Industrial del Sur. Córdoba
E-mail: [email protected]
M. Y. López Gálvez
Ingeniera. Departamento de Ingeniería Gráfica y Geomática. Universidad de Córdoba
E-mail: [email protected]
Resumen
La gran actividad minera de la civilización romana se hizo especialmente intensa en
Hispania, con explotaciones repartidas por todo su territorio, algunas de gran envergadura como
las de Almadén o Río Tinto. La mayor parte de las mineralizaciones romanas se han visto afectadas
por nuevas etapas de actividad en relación directa con el auge minero experimentado durante la
Edad Contemporánea (siglos XIX y XX), pero en algunos casos se conservan íntegramente las
estructuras originales en todo su esplendor. Esto último se da en Piedra Luenga, uno de los
yacimientos ferruginosos más importantes de la campiña cordobesa desde su romanización.
A unos cinco kilómetros de la ciudad de Montilla (Córdoba), circulando por la carretera que
conecta esta localidad con Cabra: CO-5209 (P.K. 12), en el paraje conocido como Lagar de Rosarito,
surge una gran mole pétrea entre paisajes de campiña suavemente ondulados: Piedra Luenga, que
constituye un claro ejemplo sobre la relación entre los recursos geológicos, en este caso un filón
de oligisto, y su aprovechamiento antropológico desde la civilización romana, una explotación
minera, siendo el peñón un referente para el municipio de Montilla.
Palabras clave: minería romana, Montilla, patrimonio geológico, Piedra Luenga, recurso
paisajístico.
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A mining of oligisto belonging to Roman
time in Piedra Luenga (Montilla, Cordoba)
Abstract
The great mining activity of the Roman civilization was particularly intense in Hispania, with
holdings distributed by all its territory, some of great importance like Almaden or Rio Tinto. Most
of the Roman mineralization have been affected by new stages of activity in direct relation with
the mining boom experienced during the Contemporary Age (nineteenth and twentieth century’s),
but in some cases the original structures remain fully in all its splendor. The above mentioned
occurs in Piedra Luenga, one of the most important ferruginous deposits of the Cordovan
countryside since its Romanization.
About five kilometers from the town of Montilla (Cordoba), circulating along the road that
connects this town with Cabra: CO-5209 (P.K. 12), in the place known as Lagar de Rosarito, a great
stony mass arises between landscapes of countryside gently undulating: Piedra Luenga, which is a
clear example of the relationship between geological resources, in this case a seam of oligisto, and
its anthropologic use since the Roman civilization, a mining operation, being the rock a reference
for Montilla´s municipality.
Key words: geological heritage, Montilla, Roman mining, Piedra Luenga, landscape resource.
Una explotación minera de oligisto perteneciente a época romana en Piedra Luenga (Montilla, Córdoba)
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1. INTRODUCCIÓN
El nacimiento de la minería como el
aprovechamiento humano de los recursos
mineralógicos del suelo tuvo su origen con la
llegada del propio hombre. Los restos arque-
ológicos procedentes del mundo prehistórico
atestiguan ya el uso de minerales y rocas para
fabricar herramientas, realizar adornos o ela-
borar pigmentos. Los materiales pétreos natu-
rales nunca han sido utilizados por el hombre
al azar, sino elegidos sobre la base de su apa-
riencia externa (gemas, mármoles, Au, Ag…) o
por sus propiedades físico-químicas (Fe, Cu,
Pb, granito…), las cuales han permitido que
ciertos minerales y rocas hayan quedado inte-
grados en los procesos productivos de todas
las civilizaciones humanas.
Entre los objetos de metal ampliamen-
te demandados por las distintas sociedades
históricas, el hierro ha ocupado casi siempre
la primera posición al ser de uso cotidiano
para casi todos los quehaceres diarios: agri-
cultura, labores domésticas, construcción…
La gran actividad minera de la civiliza-
ción romana se hizo especialmente intensa en
Hispania, con explotaciones repartidas por
todo el territorio, algunas de gran envergadu-
ra como las de Almadén o Río Tinto. La mayor
parte de las mineralizaciones romanas se han
visto afectadas por nuevas etapas de actividad
en relación directa con el auge minero expe-
rimentado durante los siglos XIX y XX, pero en
algunos casos se conservan íntegramente las
estructuras originales en todo su esplendor.
Esto último se da en Piedra Luenga, uno de los
yacimientos ferruginosos más importantes de
la campiña cordobesa durante la romaniza-
ción de Turdetania.
La dominación romana supuso tam-
bién que los íberos adoptaran paulatinamente
las formas de vida romanas, convirtiéndose
así la campiña cordobesa en una de las áreas
más romanizadas y con mayor riqueza agríco-
la de toda la Bética.
Por los hallazgos arqueológicos sabe-
mos que Montilla incrementó su población a
partir de la época de Claudio (10 a.C.-54 d.C.),
primer emperador de Roma, procediéndose a
una expansión de poblados con una gran acti-
vidad agrícola. De las villas romanas excava-
das en las proximidades del casco urbano
montillano proceden diversos mosaicos, con-
ducciones de agua, tégulas, molinos de pie-
dra, objetos de bronce y cerámica, numerosas
monedas, etc.
2. LA MINERÍA ROMANA
Para localizar un filón metálico, los
romanos se valían, junto a observaciones del
medio natural, de galerías que, descendiendo
con fuertes pendientes, cruzaban los estratos
superficiales hasta localizar la capa del mine-
ral. A continuación, abrían un pozo que nor-
malmente seguía la forma de la veta con el fin
de ahorrar esfuerzos humanos. Tanto las ga-
lerías como los pozos solían ser estrechos y
sus paredes fruto del fino trabajo realizado
por los mineros con picos de hierro. Para
hacer las perforaciones utilizaban un método
que ha sido corriente hasta el empleo de los
actuales explosivos: la torrefacción, que con-
sistía en hacer fuego junto a la roca, general-
mente de leña, vertiéndole inmediatamente
agua fría con la intención de resquebrajarla
por efecto del cambio brusco de temperatura;
seguidamente, los mineros seguían excavando
con el pico. El mineral extraído se limpiaba de
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impurezas y se trituraba para seleccionar
aquellos pedazos de mayor riqueza férrica,
cúprica, etc., los cuales eran decantados en
piletas con agua. La fundición del metal solía
realizarse cerca de la mina. (Ver Lámina 1).
El interior de la mina romana quedaba
iluminado gracias a lámparas de arcilla cocida
(lucernas) que funcionaban con aceite, nor-
malmente de oliva, las cuales eran colocadas,
cada cierto tramo, sobre pequeñas oquedades
excavadas en la roca (lucernarios). El trans-
porte del mineral desde las galerías hasta el
exterior tuvo que ser una operación muy pe-
nosa que los propios mineros realizaban ma-
nualmente con espuertas y capazos; en las
bocas de los pozos se instalaban tornos rudi-
mentarios para izar la carga.
Las minas de hierro exigían menos in-
versión en la extracción del mineral y en la
conservación de las mismas que aquellas des-
tinadas al suministro de metales con el fin de
acuñar moneda: oro, plata y bronce. Según
DAVIES (1935), el hierro era producido nor-
malmente por trabajadores independientes.
Respecto a este metal (Fe), decir que a pesar
de ser el más abundante en las minas del Im-
perio Romano, ha sido el menos estudiado
hasta el momento. Y es que como norma ge-
neral los yacimientos ferruginosos, aun siendo
muy numerosos en aquella época, no fueron
explotados específicamente, sino de forma
subsidiaria en relación con las explotaciones
de cobre y plomo-plata.
Las explotaciones mineras en la Penín-
sula Ibérica contribuyeron poderosamente al
desarrollo del Imperio Romano, debido, sobre
todo, a los metales preciosos (oro y plata),
que cubrían todos los gastos de la guerra, y al
hierro (magnetita, oligisto, siderita, limonita,
etc.), utilizado en la fabricación de armas y
demás utensilios (armaduras, cascos…) para
las legiones.
Con palabras admirables habló del hie-
rro turdetano el geógrafo e historiador griego
ESTRABÓN: «En cuanto a la riqueza de sus
metales no es posible exagerar el elogio de la
Turdetania y de la región lindante. Porque en
ninguna parte del mundo se han encontrado
hasta hoy ni oro, ni plata, ni cobre, ni hierro en
tal cantidad y calidad».1
Entre los metales de cobre, plomo,
plata, estaño y hierro presentes en la provin-
cia de Córdoba, el hierro representa en torno
al 6 por ciento de los yacimientos catalogados
oficialmente, según datos del Mapa Geológico
Minero de Andalucía (1985, pág. 79-102). Por
regla general son pequeños y su explotación
no es rentable actualmente, lo cual no impide
que durante otros periodos históricos ofrecie-
ran un mayor interés. Se localizan en varios
focos: cuenca del río Guadajoz, municipio de
Montilla, zona montañosa de Hornachuelos-
Peñaflor, Sierra de Córdoba (capital), Villa-
franca de Córdoba y algunos puntos del Valle
de Los Pedroches.
La génesis principal de los yacimientos
ferruginosos cordobeses se dio con más fre-
cuencia en el Cretáceo. Las especies minerales
que más se prestaron a explotación fueron en
primer lugar el oligisto y la magnetita, segui-
dos de la siderita y la pirita, que fueron real-
mente residuos en la extracción de cobres.
3. PIEDRA LUENGA
De gran interés geomorfológico a esca-
la local, la imponente figura de Piedra Luenga
se compone de rocas dolomíticas, calizas y
areniscas rojas, todas ellas de origen triásico,
Una explotación minera de oligisto perteneciente a época romana en Piedra Luenga (Montilla, Córdoba)
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cuya fisonomía geológica más reciente (Holo-
ceno) se debe principalmente a la erosión
diferencial. Este prominente roquedo fue uti-
lizado por el hombre desde los tiempos del
Calcolítico. Aún pueden observarse las huellas
de nuestros antiguos pobladores romanos:
galerías, escorias…, señales inequívocas de la
industria minera que allí obtenía hierro me-
diante la extracción de oligisto2, un mineral
pesado compuesto por óxido férrico (Fe2O3)
que constituye una importante mena para
este metal (hasta un 70%).
Piedra Luenga es un cerro testigo alar-
gado en dirección NE-SO que antiguamente
presentaba un filón vertical de oligisto en su
pie sureste, cuya capa fue vaciada lentamente
a través de una grieta larga y estrecha que
alcanzó los 56 metros de profundidad. Este
filón ahuecado puede ser observado hoy en
día con sumo cuidado. A los pies de la mina se
han encontrado restos arqueológicos (ánfo-
ras, cerámica, tejas, etc.) de un antiguo po-
blado romano, cuyos habitantes tenían allí su
quehacer diario. (Ver Lámina 2).
En tiempos de la Bética, la mineraliza-
ción de Piedra Luenga era tan rica y abundan-
te que la caja del filón se vaciaba en su totali-
dad. Para mantener la estabilidad de las dia-
clasas originadas, sobre todo cuando sus pa-
redes quedaban muy próximas entre sí, los
romanos empleaban tirantas de madera, cu-
yas mortajas aún son visibles en forma de
huecos contrapuestos. Los descensos a la mi-
na se realizaban mediante una rampa existen-
te por su extremo noroeste.
La extracción antigua todavía es visible
por algunas escombreras características es-
parcidas en los alrededores de la pretérita
mina romana, fácilmente identificables debi-
do a su tonalidad rojiza. Un torno de madera
con sogas elevaba los rojos y metálicos mine-
rales (oligisto) a través de las grietas aún exis-
tentes; luego eran transportados hacia un
horno de fundición, donde se les extraía su
hierro útil. La explotación de oligisto continuó
muy levemente hasta principios del siglo XX.
Sin miedo a que, como diría Astérix, se
nos cayera el cielo (menhir) sobre nuestras
cabezas, fuimos a visitar la colina de Piedra
Luenga, demolida en su mitad cuando se
construyó la carretera CO-5209 (Montilla-
Cabra), donde ambos quedamos impresiona-
dos con su relieve, flora y fauna. Entre las es-
pecies avícolas que hospedan el peñón desta-
can pequeñas rapaces en busca de lugares
tranquilos donde poder anidar o descansar:
cernícalos, aguiluchos, mochuelos, etc. Sobre
la base umbría del roquedal vegetan especies
herbáceas (tomillares, helechos de porte re-
ducido…) y algunos árboles frutales (higueras,
almendros…); en los alrededores: un paisaje
de olivares y viñedos. (Ver Lámina 3).
Según algunos geólogos, el afloramien-
to rocoso de Piedra Luenga, una de las prime-
ras estribaciones Subbéticas en la campiña
cordobesa, puede seguir elevándose debido a
la interacción tectónica entre la placa Africana
con la Euroasiática.
4. CONCLUSIONES
Durante la romanización de Hispania
se acometieron en las minas, por primera vez
y de forma generalizada, técnicas y trabajos
basados en la planificación y estructuración
de las labores mineras. Para ello, además de
introducir sistemas técnicos novedosos deri-
vados de otras disciplinas científicas: agricul-
tura, topografía, hidráulica…, se aplicaron de
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forma intensiva y extensiva todos los medios
mecánicos (torno, forja, horno…) y energéti-
cos (agua, fuego…) disponibles para las activi-
dades mineras. Por lo tanto, podemos afirmar
que durante la civilización romana surgió la
Ingeniería de Minas como tal disciplina.
A través del presente trabajo hemos
podido ver brevemente cómo el saber huma-
no ha intervenido a lo largo de la Historia An-
tigua en el proceso de la extracción y elabora-
ción del hierro. Posteriormente, hemos anali-
zado una pequeña pero singular mina romana
de cuyo interior se obtenía oligisto, un mine-
ral rico en óxido férrico. El desarrollo histórico
y la descripción de sus características natura-
les podrán servir para que la pretérita mina,
explotada bajo el Imperio Romano, recobre su
antigua importancia socioeconómica, ahora
desde un punto de vista paisajístico-cultural, y
sea valorada tal y como se merece.
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Una explotación minera de oligisto perteneciente a época romana en Piedra Luenga (Montilla, Córdoba)
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Lámina 1. Imagen superior izq.: oligisto. Imagen superior dcha.: reproducción de una mina romana
en el Museo minero de Río Tinto. Imagen inferior: escena figurada sobre la carga y el transporte de
minerales en carros de bueyes (Dibujo: Yeyo Balbás Polanco)
Plate 1. Image on top left: oligisto. Top right image: reproduction of a Roman mine in the Mining
Museum of Rio Tinto. Bottom image: figurative scene on the loading and transport of minerals in
bullock carts (Drawing: Yeyo Balbás Polanco)
A. Moreno Vega y M. Y. López Gálvez. XII Congreso Internacional sobre Patrimonio Geológico y Minero
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Lámina 2. Piedra Luenga: mapa topográfico3 / Plate 2. Piedra Luenga: topographic map
Una explotación minera de oligisto perteneciente a época romana en Piedra Luenga (Montilla, Córdoba)
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Lámina 3. Piedra Luenga: fotografías. Arriba: vista panorámica. Abajo: grieta (izq.) y óxidos de Fe4
Plate 3. Piedra Luenga: pictures. Above: panoramic view. Below: crack (left) and iron´s oxides
A. Moreno Vega y M. Y. López Gálvez. XII Congreso Internacional sobre Patrimonio Geológico y Minero
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Notas:
1 Geografía, III, 2 (Turtedania), 8 (Metales).
2 También llamado hierro especular, presenta color y brillo variables pero siempre de raya roja.
3 Hoja 966-IV a escala 1:25.000 del Mapa Topográfico Nacional de España.
4 Fotos realizadas por Alberto Moreno en febrero de 2011.