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21 Archivo General de la Nación boletín • TESIS EXCEPCIONALES DEL SIGLO XVI EN LA REAL UNIVERSIDAD DE MÉXICO • SEMINARIO DE INVESTIGACIÓN DEL DOCTOR AURELIO DE LOS REYES 6ª época julio-septiembre 2008 número

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21

Archivo General de la Nación

boletín

• TESIS EXCEPCIONALES DEL SIGLO XVI

EN LA REAL UNIVERSIDAD DE MÉXICO

• SEMINARIO DE INVESTIGACIÓN DEL DOCTOR AURELIO DE LOS REYES

6ª época julio-septiembre 2008 número

Archivo General de la Nación

boletín

216a época • julio-septiembre 2008 • número

Boletín del AGN6ª época • julio-septiembre 2008 • número 21

EdiciónMarco Antonio Silva MartínezJefe del Departamento de Publicaciones

Asistencia EditorialAlberto Álvarez, Elizabeth Zamudio, Elvia Alaniz e Israel Reséndiz

Diseño y formación Elisa Cruz Cabello

ISSN-0185-1926D.R. © Secretaría de GobernaciónAbraham González 48,Col. Juárez, Delegación Cuauhtémoc06699, México, D.F.

D.R. © Archivo General de la Nación-MéxicoEduardo Molina y Albañiles s/n,Col. Penitenciaría Ampliación, Delegación Venustiano Carranza15350, México, D.F.

Boletín del Archivo General de la Nación, publicación trimestral,julio-septiembre 2008.Edición y difusión: 5133-9900 exts. 19325, 19424 y 19330. Fax: 5789-5296.Correo electrónico: [email protected]; www.agn.gob.mx.Domicilio de la publicación: Palacio de Lecumberri, Av. Eduardo Molina y Albañiles s/n, colonia Penitenciaría Ampliación,Delegación Venustiano Carranza, C.P. 15350, México, D.F.

Las opiniones vertidas en los artículos aquí publicados son responsabilidad exclusiva de sus respectivos autores, quienes sólo ceden sus derechos de reproducción al AGN.

Reserva al título en derecho de autor, certifi cado de licitud de título y certifi cado de licitud de contenido, en trámite.Derechos reservados conforme a la Ley.Impreso en México.

Directorio

Director GeneralJorge Ruiz Dueñas

Director de Publicaciones y DifusiónMiguel Ángel Quemain Sáenz

Director del Archivo Histórico CentralJorge Frías Villegas

Directora del Sistema Nacional de ArchivosAraceli Alday García

Directora de Investigación y Normatividad ArchivísticaYolia Tortolero Cervantes

Director de Tecnologías de la InformaciónBenjamín Torres Bautista

Director de AdministraciónJesús Manuel Martínez Rivera

EDITORIAL

GALERÍAS

Las excepcionales “tesis” impresas del siglo XVI

presentadas en la Real Universidad y resguardadas en el AGN

Rosa María Fernández de Castro

Presentación del seminario de investigación en el AGN

Aurelio de los Reyes

De los pobres para el presidentePeticiones por carta a López MateosAngélica López González

Tribulaciones de los braceros y los aspirantes a serloSandra González Camacho

“Que la revolución nos haga justicia”: los veteranos y sus familiasKarla Guadalupe Bustos

PANÓPTICO

Auge arquitectónico en México. El caso del Instituto Mexicano del Seguro Social (1958-1962)Isaura Oseguera Pizaña

Los festejos centenarios del 5 de mayoPavel Leonardo Navarro Valdez

La mujer y la políticaNelly García García

8

10

31

38

81

101

126

145

160

Índice

HACIA EL BICENTENARIO

Original. Convocatoria de José María Morelos para la instalacióndel Soberano Congreso de Chilpancingo, 1813

HACIA EL CENTENARIO

Documentos cruzados entre Huerta, Félix Díaz y Carranza, 1913

CALEIDOSCOPIO

Benjamín Torres Bautista, uno de los 100 líderes en Tecnologías de la Información

Joyas del mes

Exposiciones

El Archivo General de la Nación viaja en el Metro

Página web

Portal de la Independencia y Portal de la Revolución

Librería

ILUSTRACIONES

Las imágenes contenidas en este número pertenecen a los acervos gráfi cos del AGN.

183

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195

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8

Editorial

El protagonismo que la Real Universidad de México asumió en el Nuevo Mundo ape-nas unos años después de su establecimiento –fundada por mandato real en 1551, inició sus primeros cursos un par de años después– debe acreditarse, entre otras ra-zones, a que contaba con un local independiente, gozaba de los mismos privilegios que la Universidad de Salamanca y no le rendía cuentas directas a la Iglesia sino a la Corona. Cuarenta y tres hojas o pliegos sueltos sobre las tesis de los universitarios que pudieron imprimirse gracias a que la imprenta llegó a la capital novohispana desde 1539, son actualmente resguardados en el Archivo General de la Nación. En GALERÍAS la doctora Rosa María Fernández describe y explica la importancia de tales “tesis” que, amén de rendir testimonio de la trascendencia académica de esa casa de estudios, se constituyen en impresos universitarios del siglo XVI únicos en el mundo hispánico y posiblemente en todo el orbe. Los alumnos del seminario de historia que coordina el doctor Aurelio de los Reyes en el AGN se adentraron en el estudio de la correspondencia de Adolfo López Mateos, lo que les permitió encontrar temas tan diversos como el perfi l de las familias pobres que hacían peticiones al presidente, las tribulaciones pasadas por los braceros, espaldas mojadas y los candidatos a serlo, o las solicitudes de reco-nocimiento y ayuda hechas por los veteranos de la Revolución.

Producto del mismo seminario, en PANÓPTICO se incluye un artículo sobre el proce-so de legitimación del gobierno lopezmateista, mediante el uso de la fotografía para difundir la obra pública, una crónica de la efervescencia social causada por los festejos del centenario de la batalla del 5 de mayo, así como el itinerario político de la mujer mexicana en su búsqueda por lograr espacios de expresión y de lucha organizada para la conquista de sus derechos. En HACIA EL BICENTENARIO se reproduce uno de los docu-mentos identitarios más importantes de la nación mexicana: el Acta de Independencia. En HACIA EL CENTENARIO se presentan los documentos cruzados entre Huerta, Félix Díaz y Carranza. Las JOYAS DEL MES incluyen manuscritos acerca de Agustín de Iturbide, Mariano Matamoros y José María Morelos y Pavón en julio, agosto y septiembre, res-pectivamente.

Galerías

10

La fi nalidad de este escrito es resaltar los singulares documentos del siglo XVI, conocidos como “tesis”, impresos en ho-jas sueltas y todos ellos relacionados con las actividades académicas de la Real Universidad. De la historia y caracterís-ticas de esos impresos, que se encuen-tran en el Archivo General de la Nación, colección única conservada en el mundo hispánico y tal vez en todo el orbe, tratará este artículo.

FUNDACIÓN DE LA REAL UNIVERSIDAD DE MÉXICO

De las instituciones que se originaron du-rante la Edad Media europea pocas hay tan perdurables y de repercusiones so-ciales tan profundas como la universidad.

Hoy, a unos ocho siglos de su aparición en el siglo XIII, prácticamente cualquier país del mundo contemporáneo cuenta al menos con una universidad. Fuera de Eu-ropa otras culturas tenían formas propias de transmitir la información, pero la uni-versidad europea organizó y jerarquizó la impartición del conocimiento y reguló las formas en que esos saberes debían transmitirse. Inició de manera documen-tada el reconocimiento de los varios ni-veles con que el estudiante culminaba su formación. Tales niveles siguen siendo los mismos que otorgan las universidades contemporáneas: licenciado, maestro y doctor (el de bachiller que otorgaban, hoy es grado preuniversitario).

Los requisitos para la obtención de los grados han cambiado, pero algunos

L A S E X C E P C I O N A L E S “ T E S I S ” I M P R E S A S D E L S I G L O X V I

P R E S E N TA D A S E N L A R E A L U N I V E R S I D A D Y R E S G U A R D A D A S E N E L A G N *

Rosa María Fernández de Zamora**

* Mi agradecimiento a UNAM-DGAPA-PASPA, al director del AGN, maestro Jorge Ruiz Dueñas y a su personal, al Departamento de Cómputo del CUIB, así como a la valiosa ayuda de la maestra Margarita Martínez Leal, por el apoyo recibido para la realización de este artículo.

11

de ellos se conservan, como la aplicación del examen fi nal. Lo que no existió en las universidades medievales es el trámite moderno de acompañar al examen fi nal con la presentación de un escrito extenso sobre el tema previamente seleccionado. Ni la palabra tesis ni el escrito se utiliza-ron durante la Edad Media. La aparición de las tesis parece coincidir con el uso de la imprenta.

Sobre los orígenes y fundación de la Real Universidad se ha escrito mucho y muy acertadamente. Sin embargo, hay aspectos interesantes y bien estructura-dos que debemos recordar porque atañen directamente a este trabajo, por ejemplo: los estatutos, las facultades y las cáte-dras, los grados que otorgaba la univer-sidad y los requisitos necesarios para obtenerlos. Toda esta información está relacionada con las hojas o pliegos suel-tos impresos a los que se ha designado como “tesis”; nombre, conviene aclarar, que no corresponde a lo que actualmente denominamos como tal.1 Esos impresos eran los anuncios o invitaciones a los ac-

tos universitarios que debían ser públicos y en los que se informaba del contenido de la exposición que el estudiante iba a defender, del nombre del maestro que lo presidiría y el lugar y la hora en que se llevaría a cabo, como puede observar-se en la ilustración siguiente en que se anuncia una repetitio, acto menor para después optar por la licenciatura en de-recho romano.

Cuando en 1537 fray Juan de Zumá-rraga solicitó al rey el establecimiento de una universidad en México, lo hizo pen-sando en que era una institución necesa-ria para apoyar las labores de cristianiza-ción y para arraigar a los conquistadores y sus familias. Su solicitud, apoyada por el cabildo de la ciudad y por el virrey An-tonio de Mendoza, se vio favorecida más tarde por la emisión de la cédula real fi r-mada por el futuro Felipe II, en Toro el 21 de septiembre de 1551, en nombre de su padre el rey Carlos V.

La cédula en respuesta a la solicitud de contar con una universidad señala:

1 “Naturalmente las tesis tanto la palabra como el objeto eran desconocidas en las universidades me-dievales. Fue la evolución de las prácticas pedagógicas en la época moderna y la introducción de la imprenta en las universidades lo que originó este ejercicio que hasta nuestros días marca la culminación por excelencia de los estudios universitarios”, Jacques Verger, “Examen privatum, examen publicum. Aux origenes medievales de la thèse”, en Éléments pour une histoire de la thèse, Paris, Aux Amateurs de Livres, 1993, p. 15 (Mélages de la bibliothéque de la Sorbonne, 12).

12

[...] que en la dicha ciudad de México se

fundase un estudio vniuersidad de todas

las çiençias, donde los naturales e los hi-

jos de españoles fuesen ynstruidos en las

cosas de la santa fee catolica y en las de-

mas facultades y les concediesemos los

privilegios y franqueças y libertades

que asi tiene el estudio y Universidad

de la ciudad de Salamanca con las li-

mitaciones que fuesemos servidos [...]

E nos acatando el venefi cio que dello se

2 Sergio Méndez Arceo, La Real y Pontificia Universidad de México. Antecedentes, tramitación y despa-cho de la reales cédulas de erección, México, UNAM, 1990, (Ediciones del IV centenario de la Universidad de México) p. 123. (Las negritas son mías.)3 Julio Jiménez Rueda, Las constituciones de la antigua universidad, México, UNAM-Facultad de Filosofía y Letras, 1951, (Ediciones del IV Centenario de la Universidad de México, 8) p. 11.

syguira a toda aquella tierra, avemoslo

avido por vien e avemos hordenado que

de nuestra rreal azienda se den en cada

vn año para la fundaçión del dicho estudio

e vniversidad, mill pesos de oro en çierta

forma. Por ende por la presente tenemos

por vien y es nuestra merced y voluntad

que en la dicha çibdad de México pueda

aver y aya el dicho estudio e vniversidad,

la qual tenga y goçe de todos los priville-

gios, y franqueças, y livertades y esençio-

nes que tyene y goça el estudio e vniver-

sydad de la çiudad de Salamanca [...]2

Los privilegios limitados concedidos a la universidad mexicana, fueron derogados por cédula de 1562, por lo que a partir de entonces “todas las personas que en la dicha Universidad se graduaren goçen en las nuestras Indias, islas y tierra fi rme del Mar Océano, de las libertades y franque-zas de que goçan en estos reinos los que se graduaren en el estudio y Universidad de Salamanca asi en lo de no pechar como en todo lo demas”.3

Esta real provisión es uno de los do-

Repetitio de García de Carvajal Figueroa, 1600

AGN,

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13

cumentos de mayor importancia y cimien-to fi rme de la Universidad de México, la segunda universidad mayor fundada en América, “pero la primera independiente de toda otra entidad”, señala Águeda Ro-dríguez Cruz, pues comenzaba a funcio-nar con los privilegios de la Universidad de Salamanca que le daban alto rango académico, con excelentes augurios y en mejores condiciones que las de: Santo Domingo (universidad menor, fundada en 1558) y Lima (universidad mayor, funda-da en mayo de 1551), con la renta que le asignó la Corona y, en local independien-te.4 Nació establecida por la monarquía y recibió la bula papal en 1595, aunque Jiménez Rueda menciona que fue expe-dida el 7 de octubre de 1597. Se puede decir, por tanto, que durante todo el siglo XVI dependió sólo de la Corona y no de la Iglesia.

Francisco Cervantes de Salazar, al año de la fundación de la Universidad es-cribió en 1554 tres diálogos sobre Méxi-co, texto memorable de gran importancia.

El primero de ellos, dedicado a la Univer-sidad de México, es un cuadro en que la compara con la de Salamanca brindando a ambas grandes elogios: Gutiérrez, un recién llegado a la ciudad de México, pre-gunta a Mesa, residente de la ciudad:

[...] ¿qué edifi cio es ese con tantas y tan

grandes ventanas [... ] Es la Universidad,

donde se educa a la juventud [...] ¿y a

quien se debe tan grande obra? [...] Al Em-

perador, bajo cuyos auspicios y gobierno

se han hecho en todo el orbe cosas tan in-

signes [...] ¿Cuáles son sus inmunidades

y sus privilegios? [...] Muchos y grandes,

conformes en todo a los de Salamanca.5

Mesa continúa explicando al visitante cá-tedras y horarios, a lo cual comenta Gutié-rrez: “Lo mismo que en Salamanca”.6

Así quedó establecida la universidad más importante del Nuevo Mundo por su proyección y contribuciones a la acade-mia desde los primeros momentos de su existencia, favorecida por el ambien-

4 Águeda Rodríguez Cruz, La Universidad de Salamanca en Hispanoamérica, Salamanca, (España) Edi-ciones Universidad, 2005. pp. 32 y 60 (Historia de la Universidad, 76). La Universidad de Lima empezó funcionando en un convento y al amparo de los dominicos. La de Santo Domingo se crea por bula papal como universidad menor, también en un convento dominico.5 Francisco Cervantes de Salazar, México en 1554. Tres diálogos latinos, ed. facsimilar, México, UNAM, 2001, pp. 4-6.6 Idem.

14

te cultural y tecnológico que se vivía en México ya que se disponía de la imprenta desde 1539. Fue la primera universidad fuera de Europa que utilizó la imprenta para apoyar sus actividades: se imprimie-ron en el siglo XVI no sólo los textos de sus profesores, sino también documentos conocidos como “tesis”.

ESTATUTOS

Desde sus comienzos la Real Universidad tuvo que adaptar las normas salmantinas a su vida académica ya que las condicio-nes económicas, culturales y sociales di-ferían grandemente.

Pero, a lo largo del siglo XVI, la mis-ma Universidad de Salamanca tuvo que llevar a cabo varias reformas a sus esta-tutos, cosa comprensible si se consideran los notables cambios que el Renacimien-to aportó en aspectos culturales, científi -cos y técnicos, de estos últimos conviene destacar el papel preponderante que jugó la imprenta.

En Salamanca se modifi caron los es-tatutos en 1538, son éstos los que nor-maron a la institución novohispana en sus orígenes; hubo otra reforma en 1561, de infl uencia determinante también en la Real Universidad, y otra reforma ocurrió en 1594, cuyo impacto en la Nueva Espa-ña rebasa el periodo que se estudia.

Como la Real Universidad fue una fundación exclusivamente monárqui ca los funcionarios que se encargaron de la adecuación de las normas de la academia mexicana fueron, en representación del rey, el virrey, la audiencia y los visitadores. De los primeros proyectos de estatutos no se conservan copias y la información do-cumental es escasa. En 1572 el entonces rector Pedro Farfán aseguró “questa uni-versidad tiene estatutos hechos” aunque señaló “no embargante que la cédula de su majestad dice se guarden los estatutos de Salamanca”, pero de esos estatutos tampoco se conserva copia.7

En 1561 la Universidad de Salaman-ca se dio nuevos estatutos, los de Cova-

7 Jiménez Rueda, op cit., p. 19; Enrique González González, “Estatutos de la Universidad de México an-teriores a la vista del oidor Farfán (1580)...”, en La Universidad novohispana: corporación, gobierno y vida académica..., México, UNAM, 1996, p. 97; Cristóbal B. de la Plaza y Jaén, Crónica de la Real y Pontificia Universidad de México: escrita en el siglo XVII. Versión... por Nicolás Rangel, México, UNAM, 1931, p. 8: “[…] y aunque por los libros y papeles de esta Real Universidad, no se han hallado las primeras ceremo-nias y requisitos de esta fundación [...]”

15

rrubias, que volverán a servir de modelo a la Real Universidad, porque el arzobispo Moya de Contreras, que había llegado en 1571 a la Nueva España como inquisidor, pidió al rey una visita a la universidad ya que tenía empeño en que la Iglesia tuviera mayor injerencia en la institución. Felipe II ordenó la visita en 1578 encomendándo-sela al virrey Enríquez, quien delegó la función en el doctor Pedro Farfán, juris-ta reconocido que había sido rector. En 1580 Farfán presentó los estatutos que llevan su nombre y son los primeros que se conservan completos.

Los estatutos de Farfán, aprobados por acuerdo de la Real Audiencia el 18 de agosto de 1580, constan de 23 capítulos y se basan en los estatutos de Salaman-ca de 1561.

Algunos años después, en 1584, Moya de Contreras fue nombrado visitador ge-neral del virreinato. Como resultado de su visita se redactaron nuevos estatutos que conservaron los lineamientos básicos de Salamanca; las modifi caciones se orienta-ron a limitar las facultades de la audiencia en la administración de la institución. Es-tos últimos estatutos tuvieron vida efíme-ra porque dejaron de aplicarse en cuanto Moya de Contreras volvió a España.

Así, las dos universidades pasaron por diversas modifi caciones estatutarias a lo largo del siglo XVI aunque muchas de las funciones, cátedras y grados conser-varon su origen medieval.

ASPECTOS EDUCATIVOS. FACULTADES, CÁTEDRAS Y GRADOS

En la Universidad había tres facultades mayores, las de Teología, Cánones y Le-yes y una menor, de Artes, además de la cátedra de medicina, posteriormente facultad. Los grados que otorgaba eran: el menor de bachiller y los mayores de licenciado, maestro y doctor. Estos dos últimos eran equivalentes y se usaban más comúnmente, el de maestro para artes y teología y el de doctor para cá-nones, leyes y medicina. Sin embargo, los estudiantes novohispanos de teología prefi rieron usar el grado de doctor que el de maestro como veremos más adelante.

Según Cristóbal de la Plaza y Jaén en su Crónica de la Real y Pontifi cia Uni-versidad de México, las cátedras que se impartieron durante el siglo XVI fueron 10: teología, sagrada escritura, decreto, cáno-nes, artes, instituta, código, leyes, retórica y gramática. Según Cervantes de Salazar

16

–el primer maestro de retórica de la Real Universidad– las cátedras fueron ocho ya que no registra las llamadas por Plaza y Jaén, sagradas escrituras ni artes.8

El método habitual de enseñanza era la lectio, o explicación de un texto, de allí el nombre de lectores que también se daba a los catedráticos porque básicamente leían los textos señalados por el plan de estudios seguidos de comentarios.

Los catedráticos eran designados por el virrey, la audiencia y el claustro. Eran casi siempre frailes dominicos o agustinos.

La lengua en que se estudiaba, se leía, se escribía y se dialogaba en el me-dio académico era el latín.

Los estudiantes debían, como du-rante la Edad media, “legere, repetere et disputare”, es decir debían aplicarse a un sistema de estudio basado en la memoria. Este procedimiento dejaba poco margen a la innovación o a la originalidad, puesto que generación tras generación los estu-diantes escuchaban, leían, memorizaban y discutían prácticamente los mismos tex-tos que se venían utilizando desde el siglo XIII.9 En contadas ocasiones catedráticos

eminentes redactaban sus propios textos, como fue el caso, en la Nueva España, de fray Alonso de la Veracruz y de Francisco Cervantes de Salazar.

Los estudiantes tenían que cumplir con actos académicos privados y públi-cos para llegar a obtener un determinado grado. Para éstos era necesario “fi jar las proposiciones que habían de discutirse en los actos públicos”.10

Entre los actos obligatorios estaba el ejercicio solemne de repetición que con-sistía en exponer y sustentar un punto de la especialidad del candidato y contestar a las objeciones de maestros y doctores, demostrando con ello que era apto para la enseñanza, venía después el examen de grado.11

Los ejercicios o actos públicos impre-sos tienen junto un acta muy semejante a las que se asientan hoy día. La ilustración siguiente es ejemplo de esas actas ma-nuscritas que se conservan en el AGN.

Para obtener el grado de licenciado, el bachiller pasaba durante varios años un periodo llamado pasantía que lo capa-citaba para la docencia mediante ejerci-

8 Plaza y Jaén, op.cit., pp. 10-35; Cervantes de Salazar, op.cit., pp. 10-12.9 Jacques Verger, op.cit., p. 38.10 Jiménez Rueda, op.cit., p. 16.11 Ibid., p. 27.

17

cios de lectura pública. Para presentarse a los otros actos previos (repetitio, re-lectio y quodlibetos) y al examen de li-cenciatura, los requisitos para este nivel eran los de mayor exigencia y los más difíciles de toda la carrera universitaria, tenían que defender públicamente de tres a seis conclusio o assertios. Un ejemplo: en el folio 564 del vol. 260 de Actas, del fondo Universidad, después del impreso Relectio Theologica de Diego de León Plaza, se encuentra un texto manuscrito que dice:

Bachiller Diego de León Plaza presbítero-

pasante en la facultad de teología. Consta

en los testimonios de los que hago presen-

tación yo he tenido en la Real Uni. Cuatro

actos menores. Uno de quodlibetos, uno

de repetición, y otro de repetición, para

el grado de licenciado que pretendo re-

cibir en la dicha facultad y asimismo soy

graduado en ella de bachiller, más a de

cuatro años como parece. Por el testimo-

nio del secretario de la dicha univer. Que

presento para el cual dicho grado me pre-

sento ante vuestra merced a quien pido

y suplico mande se fi jen edictos que yo

estoy presto a cumplir con las diligencias

que los estatutos mandan y pido justicia.

Diego de León y Plaza

Para los estudiantes de teología que de-seaban titularse de licenciados, según Polo Rodríguez, era obligatorio defender unas discusiones llamadas quodlibetos que consistían en la explicación de 12 cuestiones, seis con argumentos y seis sin ellos, relativas a textos de la sagrada escritura.12

Respecto del grado de doctor o maes-

12 Juan Luis Polo Rodríguez, “Ceremonias de graduación en la Universidad de Salamanca siglos XVI-XVIII”, en Miscelánea Alfonso IX. 2003, Centro de Historia Universitaria. Salamanca, Universidad, 2003 pp. 111-112.

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18

tro, no se necesitaba más requisito que estar graduado de licenciado, se defendía en acto público y solemne generalmente sólo una conclusio. Era un complemento formal del grado de licenciado y represen-taba el reconocimiento honorífi co de la plena capacitación académica y docente.

En resumen, había que defender en actos públicos una serie de ejercicios obligatorios, llamados actos menores o previos, como repetitio, reelectio y quodlibetos, que tenían que presentarse para obtener después los grados mayo-res y, en éstos, defender las conclusio o assertio. En los estatutos mexicanos y salmantinos del siglo XVI no se indica que deban imprimirse los avisos de estos actos públicos, sólo señalan que sean publicados.

LAS “TESIS” RESGUARDADAS EN EL ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN

Se han ocupado especialmente de estos impresos Francisco de la Maza, Jesús

Ymohf y Juan Pascoe.13 Este último hizo una edición facsimilar de los mismos, pero ninguno de ellos destacó su valor como patrimonio documental único de México y del mundo.

El primer bibliógrafo que las registró en su obra y llamó “tesis” a este tipo de impresos fue José Toribio Medina, quien describe así la de 1584: “ Questio pro Doctoratu in Ivre Cesareo... 1 hoja impresa por un lado.- Tesis del licenciado Juan Fer-nández Salvador, según resulta del expe-diente. Biblioteca Nacional de México”.14

Registra un total de 42, a la mayoría las describe como “hoja en folio abierto impresa por un lado”; señala también el tamaño que es variable y el lugar en que las localizó, la mayoría en la Biblioteca Nacional.

Francisco de la Maza siguió su ejem-plo y usó para todos estos impresos el término “tesis”.

Al realizar el estudio “Los impresos mexicanos del siglo XVI: Su presencia en el patrimonio cultural del nuevo siglo” me

13 Francisco de la Maza, Las tesis impresas de la antigua universidad de México, México, Imprenta Univer-sitaria, 1944; Jesús Yhmoff Cabrera, Una muestra de los actos académicos en el virreinato de la Nueva España, México, UNAM, IIB, 1979; Suplemento al Boletín. Los impresos universitarios novohispanos del siglo XVI, Facsímiles de 44 hojas, ordenado, anotado e impreso por Juan Pascoe, México, UNAM, Biblioteca Nacional, 1993.14 José Toribio, Medina, La imprenta en México (1539-1821), ed. facsimilar, México, UNAM, 1989, v.1, p. 269.

19

surgió el interés por conocer las “tesis” impresas en el siglo XVI de la Universidad de Salamanca, modelo de la Real Univer-sidad de México; así como las de otras universidades españolas como Alcalá y Valladolid y de una francesa, la Sorbon-ne. Me dediqué a la búsqueda de estos documentos y con gran sorpresa compro-bé que del siglo XVI no se conserva ningún impreso de este tipo en España, ni en la universidad francesa.15 Tampoco los hay en las ciudades que tuvieron imprenta, fuera de Europa, en el siglo XVI. Lo anterior no descarta que se imprimiera esa clase de documentos, pero no se conservan en los archivos de esas instituciones. Puede haber varias razones para esta carencia, por ejemplo: los estudiantes salmantinos y parisinos no eran nativos, en general, de las ciudades universitarias, sabemos que el licenciado Vidriera no era salmantino. Podemos preguntar, ¿los egresados se llevaban los documentos que acreditaban sus estudios?, ¿y los que eran nativos de

ciudades universitarias se los llevaban a sus casas?, ¿se destruían por ser pape-les efímeros, como ahora se destruyen invitaciones o anuncios?

En el caso de México, capital de lo que iba a ser un gran virreinato, las “tesis” impresas que se conservan son de 1584 en adelante. ¿A qué se debió la costum-bre excepcional de imprimirlas? Se puede señalar, en primer lugar, que la sociedad letrada estaba familiarizada con la impren-ta y la usaba, ya que existía en México desde 1539, por sus impresos conocían ordenanzas, bulas, libros, folletos, cartas poder, etcétera. Así que, si los estatutos mandaban publicar las conclusiones o repeticiones de los actos académicos, resulta natural que los estudiantes con la ayuda de sus mecenas o de su familia im-primieran esos documentos y, en segundo lugar, se conservan por el celo de la Real Universidad por archivar todo documento relacionado con sus actividades.

Ya Cervantes de Salazar en su me-

15 Se hizo la búsqueda, en España: en las bibliotecas históricas de las universidades de Salamanca, Alcalá o Complutense y Valladolid. Además en la Biblioteca Nacional y en el Archivo Histórico Nacional de España. En París en la biblioteca histórica de la Sorbonne y en la biblioteca Saint-Geneviève. Victor Infantes en Del libro áureo, Madrid, Calambur, 2006, p.125, dice: “Desde los primeros decenios del si-glo XVI empiezan a aparecer los carteles con los anuncios de los programas universitarios (Zaragoza, Salamanca)...”; efectivamente, en la Universidad de Zaragoza se conserva una hoja con un programa universitario, pero ninguna ”tesis” como las novohispanas; Salamanca no conserva ni anuncios ni “tesis” impresas del siglo XVI.

20

morable Diálogo sobre la Universidad es-cribe lo siguiente:

Gutierrez: ¿Qué contiene aquél papel fi ja-

do en la puerta?

Mesa: Conclusiones físicas y teológicas;

unas problemáticas, otras afi rmativas,

otras negativas, que, según allí mismo se

expresa, se han de defender e impugnar

en esta cátedra de teología el martes, o la

feria tercera, como dicen los estudiantes”16

Además, es posible que la circunstancia colonial, la reducida población de origen peninsular en el siglo XVI, así como la aparición de las primeras generaciones de criollos hicieran necesario socialmente reforzar el prestigio y los valores de esa nueva sociedad. Por otra parte, estos do-cumentos tal vez sirvieran de apoyo a los peninsulares o criollos que se desplaza-ran a España para arreglar algún negocio o litigio. También puede suponerse que estos documentos avalaban pretensiones a puestos o prebendas de los criollos. Esto último lo comprueban documentos de Juan de Aranguren, quien en 1603 pide una canonjía en las iglesias cate-

drales de México y Tlaxcala para lo cual adjunta la “tesis” impresa del doctorado obtenido en 1598.17

Se han localizado en México 43 “te-sis” impresas del siglo XVI que pueden agruparse de la siguiente manera: cinco de doctorado, 11 de licenciatura, 14 repe-titio-relectio y 13 quodlibetos.

De estos impresos, 42 se conservan en el fondo Universidad y uno en el fondo Inquisición del Archivo General de la Na-ción, anteriormente se encontraban en la Biblioteca Nacional.

Porque es imposible relacionar cada una de ellas y pueden ser consultadas en la edición facsimilar –Los impresos uni-versitarios novohispanos del siglo XVI– ya mencionada, sólo transcribiré aquí los textos de las cinco “tesis” de doctorado, por considerarlos de mayor interés. Se dan también ejemplos de algunas “tesis” de licenciatura y de los otros actos univer-sitarios menores.

TESIS DE DOCTORADO

Estos cinco impresos muestran clara-mente que el acto público era para optar

16 F. Cervantes de Salazar, op.cit., p. 13.17 AGN, Inquisición, vol. 205, exp. 2, f. 68.

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por el grado de doctor en que se defendía una sola conclusión o hipótesis, de allí la importancia de presentarlos con mayor detalle. En cada una de ellas reproduzco el texto correspondiente en latín, seguido por mi traducción al español:

Quaestio pro doctoratu in Ivre CesareoUtrum minori Ivre perito doctori, competat in integrvm restituttionis benfi civm.Cvi quaestion 1 haec vnica conclvsio

1. Doctorado en Derecho Romano, 1584[Juan Fernández Salvador]

respondet, CONCLVSIO VNICAMinori ivris perito Doctori, competit in integrum restitutionis Benefi cium, Si circumuentum se & laesum esse probet. Licet alias industrius, prudens, & sagax fi tPropvgnabitvr in Metrópoli Mexicana Ecclesia, (diuino fauente spiritu) DieVigésima sexta mensis Augusti Hora nona antemeridie. México en casa de Pedro Balli. M.D.L.XXXIIII.

-Cuestión para el Doctorado en Dere-cho Romano-Si corresponde a un maestro juriscon-sulto determinar la procedencia del benefi cio de la restitución in Integrum a favor del menor de edadA cuya cuestión responde esta con-clusión única

Conclusión únicaEs propio de un jurisconsulto deter-minar la procedencia del benefi cio de la restitución In Integrum en favor del menor de edad, si se comprobara que el menor de edad fue engañado o se violó su derecho; aunque se proceda

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Quaestio, pro docturatu in Iure Pontifi cioVTRUM DOCTORAI A INSIGNIAQuae in gradus prestatione conteructu..ipsius Doctoratus essentia& substantia fi nEX QVA DIVINI ET HVMProfessoribus sequens proponitur defensada conclusio Conclvsio VnicaQvae in Doctoratvs Cvlmine insignia praestantur, de gradus substatia

en forma laboriosa, prudente y sagaz.Se defenderá en la Iglesia Metropoli-tana Mexicana (con el favor del Espí-ritu Santo)el día veinte y seis de agosto a las nueve de la mañana.México en casa de Pedro Balli. Año 1584.18

En nota manuscrita al pie de página del impreso se lee el siguiente texto: “En México en 24 de agosto con la solemni-dad acostumbrada se dieron estas con-clusiones a los señores doctores de esta universidad y los que no se hallaron en casa. Arias de Paz”.19

Ésta es la primera “tesis” impresa o aviso de un acto académico para optar por el grado de doctor que se conserva en México y tal vez en el mundo.El nombre del alumno no aparece en el impreso, pero se encuentra en el folio 35, vol. 277 del Libro de Actas del Ramo Uni-versidad.

18 Traducción tomada de facsímil de la primera TESIS UNIVERSITARIA MEXICANA..., en homenaje a los 450 años de Universidad en México, Santa Rosa, Mich., Taller Martín Pescador, MMI, p. 2.19 Idem.

2. Doctorado en Derecho Pontificio, 1584[Pedro González de Prado]

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cia y clase del grado, y la omisión de las mismas conduce a la nulidad del doctorado.Serán discutidas mediante favor y auxilio divino en la Iglesia Metropoli-tana Mexicana: Dia segundo del mes de septiembre: hora décima, antes demeridiano. El nombre del alumno aparece en el

acta adjunta.

3. Doctorado en Teología, 1598[Juan de Aranguren] 20

& forma sunt,Ipsorumq; omissio Doctoratus: nulli-tatem inducit.Disputabitur diuina opitulante Clementia, in Metrópoli Mexicana Ecclesia: Die secundo mensis Septembris: Hora decima, ante meridiemCon licencia en México: En casa de Pedro Ocharte.Año, de. M.D.LXXXIIII

-Cuestión Pro doctorado en Derecho Pontifi cio-Una de las insignias doctorales que será otorgada en garantía por el gra-do, se realiza de la naturaleza y esencia del mismo doctorado...Desde que lo divino y lo hum[ano]...La siguiente conclusión que habrá de defenderse [frente] a los profesores es presentadaConclusión única

Las insignias que se demuestran en el grado del doctorado son de la esen-

Pro doctorali laurea in sacrae theologie facultate suscipienda

20 Ésta es la primera vez que aparece la ilustración de esta “tesis” cuyo título fue dado a conocer por Irma Ruiz Esparza en su tesis de licenciatura “Impresos mexicanos del siglo XVI en la ciudad de México”, México, UNAM, 2001.

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QUAESTIO PRO laurea doctorali suscipienda in sacra teología; per Licenciatu Petru Muñoz de

quaestio exagitandaFacta absolutione excomunicationis ad reincidentiam ad certum tempus, absq.iudicis consensu pars proroget vlterius terminum reddat ne excomunicatio vel non.Vnica conclvsio.Transacto primo termino a judice constituto, & non satisfacta parte, licetipsa parsDamnifi cata proroget vlterius terminum reus incurrit de nouo excommunicationem.Agitabitvr in ecclesia cathedrali Mexicana, Deo fauente, Die 21. mensis IunijMexici apud Petrum Balli. 1598

-Cuestión que debe ser discutida-Luego de hecha la absolución de la excomunión [y con] reincidencia aDeterminado Tiempo, y sin el juicio acordado, la parte aplace la conclu-siónúltima o si la excomunión no restituyaConclusión única

4. Doctorado en Teología, 1600[Pedro Muñoz de Espinosa]

Terminada la primera conclusión es-tablecida por el juez y no satisfecha la parte,El reo incurre de nuevo en excomu-nión, aunque la misma parte que perjudica Aplace la conclusión última.Será examinado en la Iglesia Catedral Mexicana, con el favor de Dios.Día 21. mes Junio.México en casa de Pedro Balli. 1598

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Questio DoctoralisUtrumIvris vtrivsque doctori dvplex propina debeatur?ResponsioQuaestionem affi rmative solvet Garsias de Caruajal Figueroa iuris Canonici Doctor, interum in Cesareo Doctorandus in Regia Academia Mexicana 23. de Decemb, 1600In Collegio Regio Sanctae Crvcis.Cum licentia Superiorum

5. Doctorado en Derecho Romano y Dere-cho Canónico, 1600[García de Carvajal Figueroa]

EspinosaAN LICEAT RELigiosis eleemosynas petere mendicando?Conclussio est affi rmatiuaEXAGITABITUR quaestio, aspirante Deo, in MetropolitanaEcclesia Mexicana, die Septembresis anni Domini. 1600Mexici apud Enricum Martinez

-Cuestion presentada por el licencia-do Pedro Muñoz de Espinosa para aspirar al grado de doctor en sagrada teología Si es lícito pedir limosnas religiosas mediante mendicidadConclusión afi rmativaLa cuestión será discutida, si Dios quiere, en la Iglesia Metropolitana Mexicana,dia septiembre. 1600México en casa de Enrico Martínez

Es una de las tesis más bellamente im-presas.

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-Cuestión doctoral-SiDebe ser concedido el grado de doctor en ambos (de uno u otro) derechosRespuestaCuestión afi rmativa resolverá García de Carvajal Figueroa Doctoren Derecho Canónico, por segunda vez Doctorando en Romano en Regia Academia Mexicana23. de diciembre, 1600En el regio Colegio de la Santa CruzCon licencia Superior

Este documento carece del nombre del impresor, pero es atribuido a Cornelio Adrián César.

TESIS DE LICENCIATURA

De las 11 “tesis” de licenciatura, una es de derecho civil, tres de derecho romano, tres de derecho canónico, tres de teología y una de medicina, en ellas se defi enden de tres a seis assertio o conclusio, ejemplos:

- Licenciatura en Derecho Canónico, 1591 Alonso de la TorreIllustrissimo .D. D. Ludovico de Velas-co...Pro Liceniaturae laurea in jure canonico a dipiscenda per Aloisium de la Torre…Mexici Cum licentia ex Offi cina Petri Ocharte. Anno. 1591

- Licenciatura en Teología, 1593Francisco GallegoIllustrissimo Principi... Lvdovico de Velasco,Franciscvs Gallegos in sacra theolgia licenciandvs supplex dedicat...En México en casa de Pedro Balli. 1593

- Licenciatura en Derecho Romano, 1596Francisco CoronelEx CAPIT. I. De Pactis Dedvcvntur seqventes conclvsiones, Qvas licenctiandvs Franciscvs Coronel... Suplex. D.D.Prima conclvsio...Mexici apud Petrum Balli. 1596

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No queda muy claro si esta defensa es el acto fi nal para obtener la licenciatura en medicina, el acta tampoco lo aclara, pero se incluye aquí por ser el único im-preso de medicina que se conserva. Se refi ere al análisis de uno de los aforismos de Hipócrates sobre dolores de los ojos. El acto fue presidido por el sapientísimo doctor y decano Agustín Farfán, autor de dos libros de medicina impresos en Méxi-co en el siglo XVI.

Es una de las “tesis” impresas más modestas en cuanto a presentación y adornos.

Licenciatura en Medicina, 1598 [Fernando Rangel]

Licenciatura en Derecho Civil, 1600[Gonzalo Rodríguez de Villafuerte]Domino Doctori Francisco

Hildephonso Avillagra...Bachalavreus Ferdinandus Rangel suples dedicat...Textus relegendus ex sapientissimi Hipocratis sentencia sexta Aphorismorum sectione, Textu triesimo primo...Dolores oculorum meripostio, aut balneum, aut fomentum, aut venae sectio, aut epotum medicamentum soluiPrima conclusio...Qvinta conclusioMexici apud Petri Balli. 1598.

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Illustrissimo, ac prvdentissimo principi.D.D.Gasparo Stunicae et Azevedo, comiti de Monte regio...Bachalaureus Ildephonsus Dauila, in sacra Teología licenciandus, suples dedicatRelectio theologica, de Sacratísimo divinae triadis misterio...Mexici ex offi cina Petri Balli. 1596

Iure cibili de Gonzalo (Gundicaluus) Rodríguez VillafuerteSapientísimo senatori, humanissimo...Magistris. Gundicaluus Rodríguez de VillafuerteIn Phylosophia laureatus, licenciandusq; in Iure Civili... (ilus)Mexici apud Henricum Martinez. 1600.

Es una de las “tesis” más bellamente im-presas y única sobre derecho civil en que se discuten textos recopilados por Diocle-ciano y Maximiano.

REPETICIONES O LECTURAS

Hay 14 impresos que anuncian actos me-nores de repetitio o relectio: 11 son de teología, dos de derecho canónico y una de derecho romano, ejemplo:

Repetición de Teología, 1596[Alfonso Davila]

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Qvodlibeticae Qvaestiones, 1591[Miguel de Sosa]

QUODLIBETOS

Como ejemplo de los 12 quodlibetos o ejercicios menores obligatorios para teo-logía está el siguiente:

Qvodlibeticae QvaestionesMiguel de Sosa1591Qvodlibeticae QvaestionesEx diuersis sacri eloquii TaeologorumFontibus depromptae....Haec explicabit, & ab objeta satisfaciet, praesentat us. F. Michael de Sosa regens

Collegij S. Pauli, in codem… Cole-llegio. Lector Sacrae Theologia, sub praesidio Sapientissimi D. Doctoris Melchioris de la Cadena in regia academia, dic. 21 Octobris per totum diemMexici cum licentia ex Offi cina Petri Ocharte. Anno 1591

CONSIDERACIONES FINALES

Lo extraordinario de las “tesis” que guarda el Archivo General de la Nación de Méxi-co es que estos anuncios o invitaciones se imprimieron y se han conservado has-ta nuestros días. Situación que, como se ha visto, no parece haber sido el método de información utilizado por las universi-dades europeas ni el de la conservación de este tipo de impresos procedentes del siglo XVI.

En cambio, una recién fundada uni-versidad –en un lejano territorio que ape-nas empezaba a poblarse con colonos europeos, pocos de ellos con estudios universitarios y dominando a una pobla-ción nativa dotada de elementos cultura-les totalmente ajenos a los de la cultura europea– ofrece los mismos estudios y los mismos grados que su modelo Sala-

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manca y, además, utiliza efi cientemente el gran desarrollo tecnológico del mo-mento: la imprenta.

No se trata sólo de hojas sueltas con texto, sino que se puede observar una pre-tensión de realizar con belleza estos do-cumentos al dotarlos de orlas decorativas, escudos, viñetas y otras ilustraciones.

El que, a los pocos años de estable-

cerse el virreinato de la Nueva España, se fundara la universidad y que ésta emu-lara a las antiguas universidades españo-las y utilizara la imprenta para difundir los actos académicos, hace de las 43 “tesis” que resguarda el Archivo General de la Nación, documentos excepcionales del patrimonio cultural de México y de todo el mundo.

México, marzo de 2008

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El contenido de los dos siguientes nú-meros del Boletín del Archivo General de la Nación ofrece una serie de ensayos de los alumnos del seminario de investiga-ción que imparto en el Archivo General de la Nación. El primero corresponde a quienes participaron en la concentración de la información gráfi ca en el archivo del presidente Adolfo López Mateos; sólo un ensayo corresponde al del presidente Gustavo Díaz Ordaz. El segundo a Inves-tigaciones Políticas y Sociales. Ninguno de los dos números obedece a un tema central, como suele ser la costumbre aca-démica, son muestra de sensibilidades y de percepciones de los alumnos, así como de temas que surgen al revisar dos ramos del archivo conectados con el po-der Ejecutivo. El primero con el titular y el segundo con su política de seguridad del Estado, lo cual hace los contenidos dia-metralmente opuestos, pues al primero lo

marcan mayoritariamente las peticiones de múltiples matices de los ciudadanos de todas las condiciones sociales, de acuerdo con el derecho de petición con-signado en la Constitución Política Mexi-cana, herencia del despotismo ilustrado borbónico del siglo XVIII.

Y al segundo lo marcan la vigilancia, la delación, el espionaje, la sospecha para mantener la seguridad del Estado. Sobre el archivo de la ofi cina de Investigaciones Políticas y Sociales, dice Alicia Celis en su informe académico:

Lo integran dos mil novecientas setenta y

tres cajas provenientes de la secretaría de

Gobernación; abarca el período de 1924 a

1980, aunque algunos expedientes guar-

dan documentos fechados en 1910, o an-

tes. Los expedientes contienen informes

de los agentes secretos de las activida-

des de individuos, organizaciones e ins-

S E M I N A R I O D E I N V E S T I G A C I Ó N E N E L A R C H I V O G E N E R A L D E L A N A C I Ó N

Aurelio de los Reyes*

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tituciones que participaron en actividades

políticas, mediante los cuales el gobierno

conocía el estado de la opinión pública así

como la existencia de amenazas reales o

fi cticias a su hegemonía.

En 1938 el Reglamento Interno de la se-cretaría de Gobernación defi nió con pre-cisión las atribuciones de la ofi cina. En el capítulo 15, artículo 49 estableció: “co-rresponde a esta ofi cina hacer toda clase de investigaciones relativas a la situación política del país y presentar los servicios confi denciales que le encomienden los altos funcionarios de la Secretaría para cumplimiento del artículo anterior. La Ofi cina contará con un grupo de inspecto-res idóneos”.1 Los inspectores operaban bajo esta normatividad. De la lectura de los expedientes se puede sintetizar las competencias básicas de un inspector de primera, segunda y tercera clase: en primer lugar estaban autorizados para portar armas de fuego, para descifrar las claves ofi ciales y formas telegráfi -cas; debían ocultar su identidad, por lo que utilizaban credenciales ajenas: de periodistas, de agentes viajeros; debían

tener conocimientos de fotografía para tomar imágenes de lo que consideraran conveniente, ya que reportaban diaria-mente las manifestaciones de toda índole que se realizaban en territorio nacional acompañando sus reportes con croquis que podían ser notablemente detallados; y debían tener capacidad de reacción, ya que se esperaba de ellos que rindieran informes parciales.

Desde su creación en 1923 hasta 1980 aproximadamente, la Ofi cina cambió varias veces de denominación sin que por esto resultara alterada su misión principal y su organización interna, aunque se am-pliaron en la medida que creció el país.2

Por su parte Galia Villalobos agrega: al consultar los expedientes personales de los agentes.

Se conoce desde a cuánto ascendía el

monto de su salario hasta el tipo de traba-

jo que desempeñaban. Dichos expedien-

tes comenzaban con una carta al parecer

de descripción de los motivos, en ella se

daba a conocer el por qué [sic] querían ser

agentes, seguida de un nombramiento por

parte de la instancia correspondiente, en 1 Secretaría de Gobernación, Reglamento interno.2 Alicia Celis Feria, “Informe académico de actividad profesional que presenta para optar por el título de Li-cenciada en Historia”, por la Facultad de Filosofía y Letras, México, enero de 2008, ms. inédito, pp. 4-5.

33

este caso la Dirección de Investigaciones

Políticas y Sociales. Dicho nombramiento

se les entregaba junto con una credencial

y un número con el que se identifi carían en

sus informes. Seguido a este nombramien-

to se encontraba una carta con instruccio-

nes de lo que sería su primera misión.

Sus respectivos expedientes contienen

sus informes; periódicamente debían infor-

mar de los avances; así como sus solicitu-

des de sus necesidades su dirección y datos

personales, además de su fotografía. Sus

edades oscilaban entre los treinta y los cin-

cuenta años, y en los que a mí me tocaron

sólo hubo una mujer, por lo que eran básica-

mente hombres.

Tenían diversos campos de acción,

desde mediadores de pleitos campesinos y

gubernamentales hasta espías, su función.3

El seminario se inició en septiembre del año 2000, después de la larga huelga que sufrió la Universidad, de acuerdo con la invitación que hizo la doctora Es-tela González Cicero, entonces directora del Archivo General de la Nación, a los profesores de la carrera de historia de las instituciones de educación superior de la

ciudad de México, de colaborar para be-nefi cio biinstitucional.

Me parece que fui el único académi-co que respondió a dicha invitación. La acepté porque ya previamente tenía una idea, vaga, de proponer un seminario de investigación con mis alumnos de la licen-ciatura en historia de la Facultad de Filo-sofía y Letras, después de hacer el libro Cien años de imágenes de México para el Archivo General de la Nación, pues al revisar las fotografías del fondo Presiden-tes, comprobé que la concentración de las imágenes de dicho ramo, según ini-ciativa promovida por Alejandra Moreno Toscano cuando en su momento dirigió el Archivo, no concluyó el inventario de las imágenes del archivo del presidente Adolfo Ruiz Cortines, por lo que germinó en mí la idea de continuar dicho trabajo con los alumnos de mi seminario, porque aquél podría cumplir un triple objetivo para los alumnos: acreditar el seminario, quien lo deseara podría cubrir su servi-cio social y hacer un informe académico, una tesis o una tesina para la titulación; por su parte el Archivo General de la Na-ción se benefi ciaría con el inventario del

3 Galia Isabel Villalobos González, “Informe de actividad profesional para optar por el título de licenciada en historia”, por la Facultad de Filosofía y Letras, México, marzo de 2008, Inédito, pp. 19-20.

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material gráfi co y su concentración en el Centro de Información Gráfi ca para su conservación, resguardo y consulta sin ningún costo económico. Por otra parte el seminario sería un taller para los futuros historiadores, quienes al enfrentarse a los documentos podrían afi rmar su objetivo de estudiar historia, a la vez que dirigir-se a la investigación, a la docencia o a la difusión.

Esa idea germinal cobró sentido con la invitación de la doctora Estela Gonzá-lez Cicero.

Antes de iniciar el seminario, llevé a cabo una cala para comprobar mi de-ducción de que no se había terminado de concentrar la información gráfi ca del ar-chivo del presidente Ruiz Cortines. Dicha deducción partió de que las fotografías del ramo Presidentes en el Centro de In-formación Gráfi ca contenían al reverso el sello de la ofi cina de prensa de la Presi-dencia de la República, además de mos-trar actividades del titular del Ejecutivo. De dicho sello carecen las fotografías que re-cibían los presidentes anexas a las cartas que les enviaba el público con múltiples peticiones, como lo indican las imágenes

concentradas de los presidentes: de Por-fi rio Díaz a Adolfo Ruiz Cortines. Trabajo llevado a cabo por diversas personas. El último grupo lo dirigió Carmen Nava Nava y publicó dos libros con el título de Los abajo fi rmantes, con fotografías de los presidentes de 1920 a 1946.4 El hecho de que hubiese pocas fotografías sin sello en las correspondientes a Adolfo Ruiz Corti-nes y que fuesen pocas en relación con el volumen esperado, me hizo suponer que el equipo no concluyó la concentración de las imágenes, lo cual comprobó la cala.

Una posibilidad era empezar la revi-sión de las cajas del archivo de Ruiz Cor-tines de atrás para adelante hasta llegar al sitio donde lo dejó el equipo anterior. Pero, experiencia nueva, no sabía cómo llevarla a cabo, por una parte, y por la otra, dada la inestabilidad del Archivo con el cambio inesperado de directores, que por lo general inician una nueva política al comienzo de su gestión y cancelan pro-yectos en curso de las administraciones precedentes, opté por iniciar el inventario de la información gráfi ca del archivo de López Mateos, aunque corría el riesgo de que nuestro trabajo también quedase

4 El primer tomo cubre los años de 1920 a 1928, esto es los períodos de los generales Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles, y el segundo de 1934 a 1946, sin haber llegado a imprimirse el intermedio.

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trunco inesperadamente por el motivo mencionado.NE

Afortunadamente terminamos el in-ventario y concentración de la informa-ción gráfi ca del archivo de López Mateos. Continuamos con el de Díaz Ordaz, que hubimos de dejar porque la dirección del Archivo Histórico nos cambió de galería para inventariar el fondo de Investigacio-nes Políticas y Sociales.

El archivo de López Mateos consta de 986 cajas y el de Díaz Ordaz de 1,213; de éstas se levantó el inventario hasta la caja número 245.

Metodológicamente hablando, siempre se han seguido las normas dictadas por los sucesivos responsables del Archivo Histó-rico. Primero se lleva a cabo el inventario, luego se procede a la concentración.

El archivo de Investigaciones Políti-cas y Sociales consta de tres secciones: la primera de 1924 a 1944, correspon-diente al Departamento de Información

Confi dencial; la segunda de 1945 a 1965 a la Dirección de Investigaciones Políticas y Sociales; y la tercera de 1965 a 1982 a la Dirección Federal de Seguridad. Esto, a reserva de ratifi car, pues en su momen-to el director del Archivo Histórico me informó de una sección constituida por los expedientes utilizados por la llama-da Comisión de la Verdad que investigó los hechos de 1968 y que no regresó a su lugar de origen, lo que inauguró una sección. Con un total de 3,052 cajas, he-mos levantado el inventario hasta la caja 1,141-A, nos estamos acercando a la mi-tad. Opté por seguir el orden secuencial natural, pese a que fui informado que en la segunda y tercera secciones existen cajas con material gráfi co suelto, de fácil sustracción, por el motivo ya señalado: la inestabilidad institucional, la cual se ha manifestado también en cambios de criterios en los programas a seguir en la captura de datos, pues se nos indicó pri-

NE Los periodos de gestión en el Archivo General de la Nación no han traído “inestabilidad institucional” porque las estructuras organizacionales se corresponden con autorizaciones y registros que las reflejan. La permanencia del seminario de investigación desde el año 2000 en este repositorio muestra el principio de continuidad institucional que impera en el AGN. En relación con los métodos y formas de acceso a la información es importante señalar que el Sistema de Administración de Archivos (SAA) respeta las normas archivísticas y las mejores prácticas internacionales a que debe ceñirse el AGN, lo que no es dominio académico de estos investigadores. También es necesario aclarar que las capturas realizadas en Excel y Acces obedecieron a momentos en que el AGN no tenía las tecnologías con que cuenta desde 2004, cuan-do se estableció el Módulo de Descripción Documental del SAA que ha evolucionado tencnológicamente acorde con el desarrollo informático.

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mero que debía hacerse en Excell, luego en Acces, para fi nalmente quedar en el sistema de Descripción Documental del propio archivo, en el que ha habido varia-ción en los campos, al que debió verterse el inventario de la información gráfi ca del archivo de López Mateos, lo cual llevó a recapturar todo lo ya hecho, de ahí la tar-danza en la entrega formal.

Debo agradecer muy especialmente a la señora Petra Reynoso Ramírez su apoyo al revisar caja por caja y expedien-te por expediente el fondo López Mateos para evitar la menor cantidad posible de errores, pues al trabajar diversos equipos, que por lo general se renuevan cada año empezando desde cero, existen errores y omisiones, como lo pudimos comprobar y subsanar gracias al empeño de la señora Reynoso.

Desde luego que es necesaria la con-centración de la información gráfi ca para su resguardo y estudio, pues al permane-cer anexa a la correspondencia, o suelta debido a la pequeña dimensión de no pocas imágenes, es susceptible de fácil sustracción por usuarios poco escrupulo-sos, por una parte, y por la otra su estudio iconográfi co es sumamente difícil por su dispersión.

Es un trabajo lento, lo cual es mani-fi esto en el tiempo que tiene el seminario, iniciado en 2000 y por el que han desfi la-do 98 estudiantes, incluyendo a los de la presente generación, según los números siguientes:

Primera generación: 13 alumnosSegunda generación: 17 alumnosTercera generación: 10 alumnos Cuarta generación: 11 alumnosQuinta generación: 9 alumnosSexta generación: 3 alumnosSéptima generación: 11 alumnosOctava generación: 13 alumnosNovena generación: 11 alumnos

Se han recibido:El 4 de abril de 2005 con mención

honorífi ca Isaura Silvia Oseguera Piza-ña con el informe académico de investi-gación “Lo que nos dicen las imágenes: las fotografías del Instituto Mexicano del Seguro Social. (1958-1964)”. Se recibió de maestría en historia del arte. El 3 de agosto de 2005 con mención honorífi ca Pavel Navarro Valdez, de la primera ge-neración, con la tesis “El gobierno de En-rique Calderón en Durango, 1936-1940. Historia política regional en tiempos del

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cardenismo”. Ingresó a la generación de doctorado de El Colegio de México de 2008. El 1 de septiembre de 2005 Sandra González Camacho con el informe aca-démico de investigación “Braceros Mexi-canos en el Régimen de Adolfo López Mateos”. El 17 de noviembre de 2006, Laura Nelly García García con el informe académico de investigación “Presencia de la mujer en la fotografía. Participación política y social”. El 12 de noviembre de 2007, Angélica López González con el in-forme académico de actividad profesional “Las familias de la clase baja en México durante la presidencia del licenciado Adolfo López Mateos”. El 23 de noviem-bre de 2007 Karla Guadalupe Bustos con el informe académico de actividad pro-fesional “Participantes de la Revolución

Mexicana en la correspondencia de Adol-fo López Mateos en el Archivo General de la Nación”.

María de Jesús Bravo Jiménez, Gua-dalupe Chávez España, Claudia Verónica Sánchez Bernal y Galia Villalobos Gonzá-lez concluyeron sus informes y tramitan su titulación. Y están en proceso los infor-mes de Alicia Celis, Alejandro González León, Concepción Flores, Gabina Teodo-sio y Elena Hernández.

Debo agradecer a Galia Villalobos y a María Eréndira Vázquez Arriaga el apoyo que me han dado para coordinar el seminario, pues por causas de fuerza mayor he tenido que ausentarme sin que ello haya signifi cado suspensión de las actividades.

* UNAM-Instituto de Investigaciones Estéticas, UNAM-Facultad de Filosofía y Letras, Seminario de Cultura Mexicana.

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El artículo tiene como propósito reali-zar un acercamiento a las familias de la clase baja en México durante el gobierno del presidente Adolfo López Mateos con base en cartas y fotografías de carácter familiar encontradas en su corresponden-cia, ubicada en el Archivo General de la Nación (AGN).

Para el desarrollo de esta investiga-ción conté con una serie de cartas y foto-grafías anexas (35 cartas y 31 fotografías) enviadas por padres, madres y un hijo de familia solicitando a su gobierno ayuda de diversa índole, como empleo, vivien-da, tierras para cultivo, visas, pasaportes, permisos para vender en la vía pública y para continuar con la venta de bebidas al-cohólicas, apoyo educativo, económico y material, como camiones.

También pedían la intervención del presidente para la solución de asuntos delicados como conceder indulto a dos

padres de familia que se encontraban re-cluidos –injustamente, según informan– en dos cárceles de Veracruz; uno de ellos había sido acusado de ser el asesino inte-lectual de un campesino que el implicado aseguraba no haber conocido; el otro por haber solicitado tierras para habitación y cultivo. Otros padres de familia pidieron su ayuda y la de diferentes autoridades para evitar ser desalojados de manera ar-bitraria de sus propiedades; algunos más para que no les expropiaran sus terrenos, pues a cambio les ofrecían otros inhabi-tables y cuyo valor era menor a los que ya tenían.

En Matehuala, San Luis Potosí, unos conductores de automóviles para pasaje-ros tipo “taxi” solicitan que se investigue y se resuelva su caso. Comentan que se les prohibió trabajar con sus vehículos en la Terminal de Autobuses “Anáhuac”, en Matehuala, sitio escogido por ellos. Tam-

D E L O S P O B R E S PA R A E L P R E S I D E N T E

P E T I C I O N E S P O R C A R TA A LÓ P E Z M AT E O S

Angélica López González*

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bién señalan que acudieron a diversas autoridades del estado a las que solicita-ron el permiso para trabajar en ese lugar, pero no obtuvieron respuesta. Otro padre de familia pide que le sea devuelta su camioneta que se encuentra detenida en Jalisco por abandono nocturno. Refi ere que no cuenta con recursos económicos para pagar la multa y manifi esta su apuro, pues dice que es el único medio que tiene para sostener a su numerosa familia.

También hay una solicitud para la in-vestigación de la renta de una casa con-siderada como patrimonio nacional, cuyo contrato estipula el pago de una cantidad menor a la que se está cobrando.

La mayoría de las peticiones se en-cuentran dirigidas al licenciado López Mateos, las restantes a las secretarías y a los gobernadores de los estados del país. El motivo por el que los peticiona-rios se dirigen al presidente se debe a que lo consideran como el único que puede ayudarlos, y suponen que es una buena persona que siempre apoya a los pobres y necesitados como ellos. Otras personas lo buscan porque no tienen a

quien recurrir, debido a las constantes negativas que reciben de las autoridades de sus comunidades o a su silencio. Algu-nos más, porque el mandatario prometió ayudarlos cuando llegara a la presiden-cia. Sin embargo, casi nunca obtuvieron su ayuda.

La falta de recursos económicos es la razón principal por la que escriben los pa-dres de familia, pues no pueden sostener a sus familias ni solventar los estudios de sus hijos; tampoco pueden adquirir una vivienda ni resolver sus problemas de ca-rácter jurídico. Aunado a ello se observa la ignorancia de la mayoría de los peticio-narios, su bajo o nulo nivel educativo ha provocado que no sepan cómo resolver sus confl ictos, por lo que buscan la pro-tección de su gobierno.

Haré un estudio particular en veinte familias, porque cada una hizo su peti-ción por separado, es decir, en una o más cartas el padre, la madre o el hijo solicitó ayuda para los suyos, acompañando las misivas con una o más fotografías de su familia.1 Otras cuatro familias hicieron sus peticiones en grupo, aunque cada una

1 Diez fotografías muestran al padre con su esposa e hijos; siete, a la madre con sus hijos y en cuatro sólo aparecen los hijos. Es importante mencionar que muchas de las fotos aquí analizadas presentan problemas de deterioro y también de mala calidad.

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vivía en diferente lugar.2 En sólo cuatro cartas hacen un requerimiento, que es para benefi cio de su comunidad. También contienen fotografías anexas; en algunas de ellas aparecen todos los miembros del grupo y en otras sólo algunos de ellos.

Hablaré del lugar de residencia, esta-do civil,3 ocupación, número de miembros y de hijos por familia, así como de sus eda-des. Trataré el tema de la vivienda para conocer el tamaño y el material con que se construyeron algunas de ellas y mencio-naré el tipo de habitación: en casa propia o rentada. Por último, informaré cuál es el nivel educativo de las familias. Para apo-yarme haré uso de las fotografías.

Las cartas y las fotografías me pro-porcionaron información directa e indirec-ta; en las primeras obtuve la residencia de las familias, su ocupación, estado civil, número de miembros, edades, datos de sus viviendas como el tamaño, el material con que fueron construidas, y si eran de su propiedad o las rentaban. Con respecto al

nivel educativo las cartas aportaron más información, en ciertos casos se mencio-na el nivel académico de los miembros de las familias, en otros los errores gramati-cales lo daban a conocer, información a la que llamo indirecta porque no aparece escrita sino que se deduce.

Las fotografías, aun cuando no todas son de buena calidad ayudaron a saber en qué zonas habitaban las familias: ur-bana, rural o costera. Así conocí a la ma-yoría de los miembros de las familias, sus edades, su forma de vestir y de peinar; la estructura de sus viviendas, el material con que fueron construidas y el tamaño; algunas de sus ocupaciones, y el estado civil en ciertos casos: cuando el padre o la madre de familia no lo menciona en el documento escrito, pero en la imagen enviada se encontraba él o ella con su fa-milia, y otra persona adulta con jóvenes o niños. Lo que hizo suponer que se trataba del esposo o la esposa.

2 Estas familias habitan en cuatro poblados de tres estados de la república: Tapachula, Chiapas, este grupo envía una fotografía; Tejería, Veracruz, una foto; Salina Cruz, dos fotos, y Santa María Ixcotel, seis fotos, ambos sitios pertenecen al estado de Oaxaca de Juárez. Es posible que algunas de las familias que viven en el mismo poblado sean parientes por la coincidencia que se encontró en algunos apellidos, sin embargo nada se informa al respecto.3 Con respecto al estado civil, ocupación y nivel educativo se hará más alusión al de los padres de familia que al de las madres e hijos, debido a que se tiene más información de ellos porque son los que más se hacen cargo de sus familias y por ende, los que hacen la petición.

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DEFINICIÓN DE FAMILIA

La familia puede diferenciarse según el gra-do de parentesco entre sus miembros en:

Familia nuclear. Se le conoce a un grupo formado por un hombre, una mu-jer y sus hijos no casados. El califi cativo “nuclear” sugiere que es la unidad de la que nacen o se desarrollan otros grupos familiares más amplios.4 Esta clase de familia es la que más se encontró en la correspondencia del presidente López Mateos.

Familia extensa. Además de la nuclear incluye a los abuelos, tíos, primos y otros parientes, sean consanguíneos o afi nes.

Familia compuesta. Se compone por el padre o la madre y los hijos, éstos prin-cipalmente son adoptados o tienen un vínculo consanguíneo sólo con uno de los padres. Un ejemplo de esta familia son los viudos, divorciados o padres solteros con hijos que contraen nuevas nupcias.5

La familia extensa y compuesta tam-

bién se encontró en el archivo del licen-ciado López Mateos, aunque en menor grado que la familia.

CARACTERÍSTICAS DE LAS FAMILIAS

Lugar de residenciaLas familias analizadas vivían en diversos estados de la república y en el Distrito Federal; los estados de los que proceden más peticiones son Veracruz, Oaxaca y Chiapas. En Veracruz, ocho familias y uno de los cuatro grupos de familias; en Oaxaca, una familia y dos grupos de familias y en Chiapas, el cuarto grupo. En Nayarit radican dos familias al igual que en el Distrito Federal, y en Durango, Guerrero, Jalisco, Michoacán, San Luis Potosí,6 Yucatán y Zacatecas habita una familia por cada estado. La mayoría de las familias vive en zonas rurales, son po-cas las que tienen sus hogares en zonas costeras, pero son menos aún las que los tienen en zonas urbanas.

4 David, Sillis, Enciclopedia Internacional de las Ciencias Sociales, Madrid, Aguilar, 1974, vol. 4, pp. 698 y 699.5 Ibid., p. 699.6 En realidad son más familias; los padres de familia son quienes solicitan permiso para trabajar en un sitio de automóviles para pasajeros tipo “taxi”; sin embargo sólo enviaron de ejemplo la fotografía de una de las familias, quizá se refieren al número de miembros por familia que son ocho. Sólo se tomará en cuenta a esa familia y como no se informa su nombre, se hará referencia a ella por el lugar de su residencia. Fotografía 1 en blanco y negro, mide 13.7x8.7 cms., sin autor, en AGN, Presidentes, Adolfo López Mateos (ALM), vol. 238, exp. 151.3/1-8.

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A continuación se da a conocer el lugar de residencia de cada una de las veinte familias:

En Veracruz habitan las familias de: Lorenzo Flores Mendoza en Carlos A. Carrillo;7 Bartolo Gámez, en Cerro Azul;8 Fidencio López, en Congregación de Du-raznos, municipio de Huayococotla;9 Juan García Sánchez, en el municipio de Martí-nez de la Torre;10 Leocadia Chagala Espe-jo, en San Andrés Tuxtla,11 y del mismo lu-gar es la carta de Andrés Pérez Martínez, quien se encuentra recluido en la cárcel de Acayucan de ese estado, no se informa dónde habita su familia.12 La familia de la señora Saturnina Herrera tiene su hogar en un lugar llamado Texas que pertenece al mismo estado,13 y desde el Reclusorio Regional Allende en Veracruz, Veracruz,

el señor Apolinar García pide ser exone-rado de los cargos que se le imputan. No menciona dónde radica su familia pero co-menta que antes de ser recluido vivía en el poblado de Zanjas de Arena, municipio de Martínez de la Torre.14

En Nayarit, en el poblado de Acapo-neta, reside la familia de la señora Dioni-sia Morán,15 y en el mismo estado pero en Palma Grande, municipio de Tuxpan, la de Jesús López Rojas.16 En el Distrito Fe-deral vive la familia de Guadalupe Barrera Contreras17 y la de Miguel Bedolla.18

Las familias de Tereso Salas Boca-negra habita en Guadalupe Victoria, Du-rango;19 Marcelina Carachure Toledo en Acapulco, Guerrero;20 Dionisio Mendoza Chávez en Zapotitlán, Jalisco;21 Ernesto Guerrero en Sahuayo, Michoacán;22 Jua-

7 AGN, Presidentes, ALM, vol. 102, exp. 120/5551, 1 foja. 8 Ibid., vol. 226, exp. 151.3/3145, 2 fojas.9 Ibid., vol. 614, exp. 5341/1790, 5 fojas.10 Ibid., vol. 902, exp. 702.2/2873, 6 fojas.11 Ibid., vol. 266, exp. 151.3/1-29, leg. 94, 2 fojas.12 Ibid., vol. 262, exp. 151.3/1-29, legs. 9 y 10, 2 fojas.13 Ibid., vol. 254, exp. 151.3/1-19, leg. 33, 1 foja. 14 Ibid., vol. 653, exp. 542.1/143, 9 fojas.15 Ibid., vol. 90, exp. 120/3871, 14 fojas.16 Ibid., vol. 247, exp. 151.3/1-13, leg. 11, 2 fojas.17 Ibid., vol. 380, exp. 418.2/882, 10 fojas. 18 Ibid., vol. 715, exp. 546.6/4, leg. 9, 4 fojas.19 Ibid., vol. 892, exp. 702.2/1568, 16 fojas.20 Ibid., vol. 244, exp. 151.3/1-11, leg. 7, 2 fojas.21 Ibid., vol. 221, exp. 151.3/2613, 2 fojas.22 Ibid., vol. 87, exp. 120/3588, 1 foja.

43

na de Echavarría en Salina Cruz, Oaxa-ca;23 Pedro Borges en Mérida, Yucatán;24

Josefi na Padilla en Nochixtlán, Zacate-cas,25 y la familia de San Luis Potosí en el municipio de Matehuala.26

GruposEn Tapachula, Chiapas, radican 12 fami-lias;27 en Tejería, Veracruz, el grupo de 48 personas, 32 varones y 16 niños, no se tiene información de las madres de fa-milia; se sabe de la existencia de las 48 personas porque en el escrito aparecen 32 fi rmas de hombres28 y la fotografía re-trata a 16 niños de ambos sexos.29

En Salina Cruz, Oaxaca, habita el grupo de 31 personas, 4 hombres, 6 mu-jeres, 4 adolescentes y 16 niños, no se da a conocer cuántos miembros forman parte de este grupo. Se tiene conoci-miento de las 31 personas porque son las que aparecen en una de las fotos que se anexan;30 en la carta se informa que son

18 peticionarios, quizá se trata de ambos padres de familia porque aparecen 18 fi r-mas de hombres y mujeres.31

Por último, en Santa María Ixcotel, Oaxaca, reside el grupo de aproximada-mente cien personas, así lo muestra una de las 6 fotografías que envían: en ella se encuentran niños, adolescentes, adultos y adultos mayores. Al parecer todos son habitantes del poblado (foto 1). En el do-cumento aparecen 70 fi rmas de hombres y mujeres y 8 huellas digitales.32

Estado civilLa mayoría de los padres de familia vive con su pareja, no informan si están ca-sados o si viven en unión libre. Algunos padres se refi eren a sus cónyuges de ma-nera abierta, incluso unos dan a conocer su nombre. El señor Apolinar García lo hace cuando solicita que unas personas le paguen los daños causados a sus pro-piedades, único patrimonio que tiene para

23 Ibid., vol. 254, exp. 151.3/1-19, leg. 31, 1 foja, 20-X-61.24 Ibid., vol. 938, exp. 703.2/445, 2 fojas.25 Ibid., vol. 919, exp. 702.2/5360, fojas 1 y 2. 26 Ibid., Vol. 238, exp. 151.3/1-8, op. cit., 2 fojas.27 Ibid., vol. 236, exp. 151.3/1-6, leg. 8, 2 fojas.28 Ibid., vol. 265, exp., 151.3/1-29, leg. 79, 2 fojas. 29 Ibid., fotografía en blanco y negro, mide 8.6x12.8 cms., sin autor.30 Ibid., vol. 254, exp. 151.3/1-19, leg. 44, fotografía 1 en blanco y negro, mide 13.7x8.9 cms., sin autor. 31 Ibid., 1 foja.32 Ibid., vol. 254, exp. 151.3/ 1-19, leg. 31, fojas 2, 3 y 4, 9-X-61.

44

mantener a su numerosa familia. También menciona los nombres de sus hijos y de su madre:

[…] me dirijo ante usted Sr. Presidente

para pedirle justicia para que estos indivi-

duos me paguen todos los daños. Por que

en realidad nos ha[n] dejado en la más mi-

ceria. Sin contar con otros recursos para

sostener mi familia y levantar mis siete

hijos sus nombres son Jesús, Pablo, Apo-

linar, Inocencio, Albino, Enriqueta y Ale-

jandra y mi anciana madre Luz Santiago y

mi esposa Tolentina Mattheis […]33

Otros casados, en cambio, lo hacen sa-ber por medio de las fotografías enviadas, como es el caso del señor Lorenzo Flo-res, de Carlos A. Carrillo, Veracruz, quien no habla de su esposa en el escrito en que solicita la intervención de su man-datario para que le sea permitido seguir vendiendo bebidas alcohólicas, ya que es su único medio de subsistencia,34 pero

33 Ibid., vol. 653, exp. 542.1/143, op. cit., ff. 3 y 4. Se trata del señor que se encuentra en el Reclusorio Regional Allende de Veracruz, Veracruz, por sólo, según comenta, haber pedido tierras para cultivar dado los destrozos que se cometieron en la vivienda y en los cañaverales donde residía. (Se respeta la ortografía y redacción original que presentan todos los documentos citados, aunque en ocasiones, para su mejor entendimiento se hacen algunas observaciones necesarias).34 Ibid., vol. 102, exp. 120/5551, op. cit.

Foto 1. Habitantes de Santa María Ixcotel, Oaxaca.

AGN,

Pres

ident

es, A

LM, v

ol. 2

54, e

xp. 1

51.3

/1-1

9, le

g.31

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en la fotografía aparece con él y con sus hijos una señora de aproximadamente 45 años de edad, quien seguramente es su esposa o concubina.35

Sólo dos madres de familia eran viu-das y otra, madre soltera. Llama la aten-ción que las tres sean víctimas del des-pojo de sus propiedades por parte de las autoridades, lo cual tal vez se deba a su situación civil, como se verá a continua-ción con las viudas; ambas de Veracruz. Leocadia Chagala, de San Andrés Tuxtla, escribió el 16 de marzo de 1963:

La suscrita de generales conocidas, ma-

yor de edad, originaria y vecina de la Villa

de Angel R. Cabada, Ver. Vda teniendo a

cargo mis cuatro hijitos a quien tengo que

trabajar para sus alimentos, y por medio

del presente vengo ante usted a exponer-

le lo siguiente:

De acuerdo con mis escritos que le he

estado dirigiendo a usted, y que hasta ala

fecha no he tenido contestación de ninguna

clace, vuelvo a quitarle un momento de su

tiempo para que se de cuenta de los atro-

pellos que me estan cometiendo el señor

Camilo Roman Lazaro, Presidente Constitu-

cional Municipal de la Villa de Angel R. Ca-

bada, Ver. pues desde el año de 1958 tengo

derecho a un pequeño solar […] del mismo

Municipio o Villa, pues es el caso de que en

el año de 1960 el señor Ladislao Palagot

siendo Regidor del Ayuntamiento me pidio

prestado un pedazo del solar para que su tio

Florentino Mujica puciera una casita para un

pequeño taller y hoy que es nuevamente Re-

gidor del Ayuntamiento de Angel R Cabada,

insiste en que parte del solarcito ya es de la

propiedad de Mujica.36

Las anteriores líneas dan testimonio del abuso cometido en contra de la señora Chagala por parte del regidor, al adjudi-car como propiedad de su familia la parte del solar que ella le había prestado, ac-ción que se deja entrever está apoyada por el presidente municipal. No conforme con ello, el regidor también le prohibió –de manera agresiva y violenta, bajo amenaza de enviarla a la cárcel si no ha-cía caso– reconstruir su vivienda, la cual había sido derribada por un huracán. Esto le provocó su hospitalización después de sufrir una embolia:

35 Ibid., fotografía en blanco y negro, mide 13.1x8.6 cms., sin autor.36 Ibid., vol. 266, exp. 151.3/1-29, leg. 94, op. cit., f. 1.

46

En estos dias siendo el once de Marzo

[…] un viento uracanado me derribó mi

humilde chosa, y el dia trece esta recons-

truyendola y tube dos avisos a que no le-

vantara la casita, y con seguí con trabajo,

sepresentó el Regidor Palagot con dos

Gendarmes armados queriendome con-

ducir […] por la fuerza a que no siguiera

levantando la casa o de lo contrario me

hacia a creedora [a] detenerme como si

yo fuera una delincuente.

Pues a consecuencia de las grocerias

con que se me trató, inmediatamente me dio

una envolia que hasta la fecha me encuentro

en el Hospital Regional de San Andres Tuxtla,

dado [l]a terrible crisis en que me encuentro.37

Algo similar vivió la señora Saturnina He-rrera, de Texas, Veracruz, quien reclama la devolución de su parcela, la que había traspasado antes de morir su esposo, por tres años, y ahora que se ha cumplido el plazo no se la quieren devolver:

con todo Respeto me dirijo aud. aclaman-

do Justicia […] tiene 15 años que ingreso

el que jue [fue] mi marido Sr. constancio

Gusman hen este comisariado ejidal y

lla tiene 3 años que me dejo con 7 Niños

[quiere decir que murió] cuales le Adjunto

fotografi a de las condiciones en que me

encuentro y cuando ya se Iba aseparar

para Otros lugares [es decir, cuando iba

a morir] traspaso la parsela por 3 Años al

Sr Emiliano Mora que no era ni Ejidatario

y despues de que el que Iso el traspaso

se jue [se refi ere a que después de que

falleció su esposo] me presente auna

Asamblea de los Ejidatarios con El fi n

de Reclamar el derecho de la tierra de

mis hijos y en acuerdo de la samblea se

lebantaron Actas y quedo aprobado que

mela entregarian al fi nalizar el plazo y yo

asectaria los cañales en las condiciones

que estuvieran y ahora el Sr, Mora como

ve en condiciones los cañales se poso

[puso] deacuerdo con los directivos y no

melos quieren entregar y me ji [fui] aver al

Sr. Manuel Abrego Jefe de sona y me dijo

que aver como noserreglavamos pues Sr.

sienpre En este ejido estan las tierras aca-

paradas por unos cuantos y tiene sientos

de Ectarias cada Individo por lo que rruego

aud. vea con piedad. alos Umildes […] 38

37 Idem. La señora pide que se le haga justicia y anexa una fotografía que muestra el momento en que era trasladada al hospital. La imagen es en blanco y negro, mide 13.8x8.9 cms., sin autor.38 Ibid., vol. 254, exp. 151.3/1-19, leg. 33.

47

La señora Herrera no informa claramente el motivo por el que no le quieren devol-ver sus cañaverales, sin embargo insinúa que se debe a que están produciendo de manera satisfactoria, lo que seguramen-te ofrece medianos o grandes benefi cios económicos.

Con respecto a la madre soltera, la señora Marcelina Carachure, de Acapul-co, Guerrero, es conveniente mostrar por qué se afi rma su estado civil si en su es-crito sólo lo deja entrever.

En el siguiente párrafo la señora Mar-celina hace alusión al cumplimiento con el que cubrió todas las cuotas que un co-misario ejidal le había pedido para, según él, cubrir el costo de reparaciones y man-tenimiento de su comunidad, no obstante el gran esfuerzo que ello le implicaba:

Como me ha sido posible debido ha que

soy una mujer que trabajo en casas par-

ticulares lavando o planchando ropa, ha-

ciendo tortillas para poder mantener a mi

dos pequeños hijos y mi anciana madre,

he procurado cubrir todas y cadas unas

de las cuotas que el citado señor Rodrí-

guez [se refi ere al comisario ejidal] me pe-

dia por diversos concetos y deversas can-

tidades que nunca eran menores de $5.00

ya para la Escuela, ya para la conpostura

de camino o de calle o para otras cosas

que él decia se hiban a realizar.39

Lo anterior indica que la señora Carachu-re solventaba sola la manutención de su familia y el costo del mantenimiento de su vecindario; además, en las tres fotogra-fías que insertó no aparece ningún hom-bre que haga suponer un esposo, sólo se encuentra ella, su madre y uno de sus dos hijos, su hijita de aproximadamente dos años de edad,40 (foto 2).

Hijos de familiaCon respecto a los hijos, no se tiene infor-mación si alguno estaba casado y si tenía hijos, lo más posible es que un gran nú-mero de ellos fuera soltero debido a que algunos aún estaban estudiando y otros

39 Ibid., vol. 244, exp. 151.3/1-11, leg. 7, f. 1. La señora solicita que se investigue su caso, pues el sobrino del comisario ejidal cedió su terreno a otra persona porque no pagó a tiempo los 170 pesos que le pidió dicho comisario, para cubrir sus gastos y los del ingeniero que midió su terreno con el fin de otorgarle más adelante el título de su propiedad.40 Idem, las tres fotografías son en blanco y negro, miden 12.3x17.6 cms., sin autor.

48

aunque no lo hacían, sus padres preten-dían que lo llevaran a cabo; además en las fotografías demuestran edades cor-tas. Contrariamente unos sí aparentan tener edades de 26 a 36 años, lo cual indica que tal vez alguno de ellos estaba casado y/o tenía hijos, como podría ser el caso de algún hermano del joven Miguel Bedolla. En la fotografía que envía de su familia, cuyos miembros con él, son 17, se encuentran dos jóvenes que pueden ser sus hermanos, con edades promedio aproximadas a los 26 años, lo que hace suponer que podrían estar casados y con hijos, pues en la misma imagen aparece un niño de cerca de dos años de edad,

Foto 2. Sra. Marcelina Carachure con su familia (Acapulco , Gro.)

quien acaso sería hijo de alguno de estos jóvenes y no hermano, puesto que sus padres son demasiado mayores para pro-crear, sobre todo la madre, quien aparen-ta cerca de 56 años de edad (foto 3).

OcupaciónLa ocupación de las familias es variada, sobre todo la de los padres. Se sabe más de sus actividades que las de las madres e hijos porque son ellos quienes en la mayoría de los casos se hacen cargo de la manutención de sus familias. Ninguna ocupación requiere de un alto nivel edu-cativo, basta con saber leer y escribir, in-cluso para algunas ni siquiera es necesa-rio. Unas demandan mucho tiempo y gran fuerza física, como el empleo anterior del señor Bartolo Gámez, de Cerro Azul, Veracruz, en el que trabajaba 13 horas diarias, según parece, y cuya tarea era alinear tubos sumamente pesados que le causaron dos hernias:

[...] el tubero de 2a. tiene la obligación de

aliniar los tubos saliamos a las 7 de la ma-

ñana llegabamos a las 6 de la tarde […] el

año pasado me opere de las hernias esta-

ba de los dos lados herniado y para ope-

rarme de las hernias me sacaron los ana-

AGN,

Pres

ident

es, A

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lisis y que me dieron sfi litíco […] dos veces

me an dado malo de la presión últimamen-

te sifi litíco tal vez esas enfermedades dan

fuerza para levantar un tubo de ocho por

una punta de 20 piez de largo […]41

Además de las dos hernias, el señor Gá-mez también sufrió en dicho empleo un accidente que le causó el desvío de una de sus vértebras, dejándolo imposibilita-do para seguir trabajando:

[…] me accidente en 1956 como no hubo

reporte de accidente me accidente en el

km. 41 […] saliamos a las 7 de la mañana

llegabamos a las 6 de la tarde por eso no

podía quedarme hacer el reporte por que

nos teniamos que quedar 3, 2 testigos y yo

y se necesitaba un camion para que nos

transportara y por eso el sindicato no hace

nada por mi lo que si aseguro garantizar mi

trabajo […] la tengo de malas por no saber

leer como no hubo reporte de accidente no

me reconocen el accidente y quede impo-

sibilitado tengo desviada un vertebra […]42

Entiendo que trabajaba lejos de las ofi ci-nas donde tenía que reportar el accidente,

Foto 3. Familia del joven Miguel Bedolla (Distrito Federal)

41 Ibid., vol. 226, exp. 151.3/3145, f. 1.42 Idem.

AGN,

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tal vez por ello se requirió de un vehículo para transportarlo, aunado a que segura-mente no se encontraba en condiciones para caminar debido a la lesión. En este fragmento vemos que el inaccesible hora-rio del empleo del señor Gámez, su falta de estudios y de apoyo por parte de su sindicato, pero sobre todo su desconoci-miento con respecto a qué hacer ante un accidente en el trabajo no le permitieron defender sus derechos laborales, lo que causó que no fuera indemnizado de por vida y que le fuera suspendido su pago unos años después de su accidente, obli-gándolo a vender parte de sus bienes, sa-car a sus hijas de la escuela y buscar otra ocupación como vigilante nocturno para mantener a su familia:

[…] soy una víctima por eso quejo a usted

me suspendierón el pago durante 4 meses

desde el día 2 de abril asta agosto empe-

ce a ganar el pan para mí y mi familia tube

la nesesidad de vender mis animales con

que trabajaba la tierra y saqe mis hijas de

la escuela la nesesidad me obliga a tra-

bajar de noche con el candil mi fi cha es

26109 – Depto. Vigilancia.43

Otro dato que caracteriza a un gran núme-ro de los trabajos de los padres de familia es que son mal remunerados, sus sueldos son insufi cientes para sostener a sus fa-milias, lo que los obligaba a pedir ayuda, sobre todo cuando tenían muchos hijos como se verá en los siguientes casos:

El señor Ernesto Guerrero, de Sahua-

yo, Michoacán, solicita ayuda económica porque el sueldo que recibe como repar-tidor de refrescos Coca-Cola no es sufi -ciente para sostener a sus siete hijos:

Por medio de la presente me estoy per-

mitiendo solicitar una ayuda económica

ya que el día 9 de abril del presente año

[…] nacieron tres nuevas herederas que

unidas a otros cuatro nacidos anterior-

mente forman un grupo de siete niños; los

cuales me es imposible su sostenimiento

dado el salario tan defi ciente que percibo

y habiendo quedado mi señora enferma

no encontré otro camino que dirigirme a

Usted. Pues mi ocupación es como repar-

tidor de Coca-Cola siendo empleado de la

Embotelladora de Zamora, S. A. […] 44

43 Idem.44 Ibid., vol. 87, exp. 120/3588.

51

Otro padre de familia que habla de su sueldo es el señor Fidencio López, de Congregación de Duraznos, Veracruz. Él se emplea como jornalero, cultiva las tierras de otras personas a cambio de cinco pesos diarios, cantidad que es in-sufi ciente para solventar los gastos de su numerosa familia:

Señor Presidente López Mateos, desde

esta mi umilde cabaña, mis hijos mi es-

posa y yo nos permitimos dirigirnos ante

Ud. […] con todo respeto comunicandole

nuestras pobrezas y nesesidedes que

existen en nuestro hogar [...] Soy un jorna-

lero de 48 años de edad mi sueldo es de

$5.00 por dia del mismo sueldo se toma

para comer uno mismo, no me es sufi cien-

te para el sostenimiento de mis 8 hijos.45

Motivo por el que desea sus propias tie-rras para trabajar en ellas: “yo deseo y aspiro cambiar de trabajo, ya no ser jor-nalero porque sufro mucho aspiro ser un pequeño agricultor dedicandome al culti-bo de la tierra sembrando propio”.46

Otra de las actividades que realizan los padres de familia, en la que se obtie-nen pocos ingresos y se emplea mucho tiempo, es el comercio ambulante, el cual, según parece, no se podía ejercer tan li-bremente como en la actualidad. A con-tinuación los testimonios de dos madres de familia cuyos esposos se dedican a ello: “mi esposo es comerciante ambulan-te […] como usted sabe estas personas ya no pueden trabajar como antes en las calles, lo poco que vende es para medio comer”.47

En este relato, la señora Guadalupe Barrera del Distrito Federal, explica que ni su esposo ni ella pueden cubrir el ex-cesivo costo de la renta de la casa que habitan, debido al poco dinero que ambos obtienen de sus trabajos, él como comer-ciante ambulante y ella como auxiliar de intendencia: “nuestra renta es de cuatro-cientos pesos y usted sabe que una auxi-liar como yo lo que gana”.48

Cuando se despide, da a conocer que trabaja en una escuela primaria, pues se acredita como “Auxiliar g. de intendencia

45 Ibid., vol. 614, exp. 5341/1790, f. 4.46 Idem.47 Ibid., vol. 380, exp. 418.2/882, f. 2.48 Idem.

52

de la escuela «Nicolas Bravo», Bolivia nº 12 Ciudad”.49

El siguiente testimonio es el de la señora Dionisia Morán, de Acaponeta, Nayarit:

[…] mi marido consigio un Travajo de ven-

der callo uno que taen [traen] del mar […]

lo da a 50 sentavos pero conpra [para su

venta] llelo sal limones y cebollas y salsa

y palillos le quedan la vez como ocho o

nuebe pesos […] anda todo el puevo [pue-

blo] para conseguir todo el dia y parte de

la noche para ganar nuebe pesos […]50

Cantidad insufi ciente para que sus hijos asistan a la escuela, que es su mayor deseo, por ello solicita un permiso para vender en la vía pública, pues al parecer sin él no les permiten trabajar:

[…] a ora que empeso la Temporada de

la escuela llo ciero que no perdieran lla

el Tienpo [se refi ere a sus hijos] pero no

tanteo poder sostener con [...] nuebe pe-

sos la casa y a los niños en la escuela a si

es que le supico [suplico] me den la allu-

da que tanto epedido llo cisiera [quisiera]

vender algo en mi casa siciera posole y

cosas de esas pero no tengo para empe-

sar […] la alluda que meden sera muy util

aunque sea un permiso para vender en

lugares puvicos [públicos] y no nos llamen

la atension […]51

La señora Morán ha pedido ayuda eco-nómica en sus 6 cartas, lo ha hecho de manera directa e indirecta; sin embargo, tal vez al darse cuenta de que no se le concedería esta clase de ayuda, como último recurso solicita el permiso que es más posible que se le otorgue.

La conducción de taxis es otra de las actividades en la que se ocupan los pa-dres de estas familias, se trata de los que habitan en Matehuala, San Luis Potosí; solicitan permiso para continuar trabajan-do con sus vehículos, labor que realizan desde hace 20 años: “somos choferes te-nemos 20 años de trabajar en el volante y ahora deseamos independizarnos ya que hay personas que nos acreditan carros para el desempeño de dicho trabajo”.52

Sin embargo las autoridades de San

49 Ibid., foja 4. La señora solicita un departamento en la Unidad Nonoalco-Tlatelolco.50 Ibid., vol. 90, exp. 120/3871, op. cit., ff. 1 y 2.51 Ibid., f. 2.52 Ibid., vol. 238, exp. 151.3/1-8, f. 1.

53

Luis Potosí se niegan a otorgarles el per-miso que se les había concedido para trabajar cerca de la Terminal de Autobu-ses “Anahuac”, y que de pronto les fue suspendido:

[…] hemos estado solicitando un nuevo si-

tio de automóviles de alquiler frente a la[s]

Ofi cinas Anahuac desde tres años. Nos

hemos estado dirigiendo a todas la[s] de-

pendencias del Estado de San Luís Poto-

sí. […] se nos había concedido dicho sitio

que habíamos solicitado pero de momento

se nos suspendio de trabajar por las auto-

ridades del Estado hasta la fecha.53

Una de las personas que se niega a que se les otorgue dicho permiso es el secre-tario de permisiones de Matehuala para quien trabajaron, pero como adquirieron sus propios carros mediante créditos, se independizaron de él para trabajar por su cuenta, por lo que piden al presidente Ló-pez Mateos estudie su caso, esperando una solución favorable:

Esperamos de Usted por ser una persona

de conciencia estudie minuciosamente

este asunto porque aquí en Matehuala el

Srio General de Permicionarios se opone

para que se nos conceda el permiso para

dicho sitio precisamente el es uno de las

personas a quien nosotros le trabajaba-

mos por muchos años y ahora deseamos

independizarnos […] Esperando de Ud.

una solución favorable a nosotros por te-

ner derecho a ella.54

En este caso se puede ver una muestra de abuso de autoridad de ciertos funcio-narios al no permitir que a estas personas se les conceda un permiso para trabajar, al cual tienen derecho y sobre todo cuan-do ya se les había otorgado.

El señor Lorenzo Flores, de Carlos A. Carrillo, Veracruz, vende bebidas al-cohólicas para sostener a su familia, no obstante que por órdenes del gobernador del estado se le ha prohibido: “Mi base de sostenimiento es de una ventecita, pero debido a las ódenes del C. Gobernador del Edo. […] se me prohibe dicha venta de bebidas genuinas…”,55 prohibición que lamenta porque sus hijos no continuarán

53 Idem.54 Ibid., f. 2.55 Ibid., vol. 102, exp. 120/5551.

54

con sus estudios: “no teniendo de que mantenerme, me veré obligado a des-atender la educación de mis hijos…”56

El señor Juan García, de Martínez de la Torre, Veracruz, trabaja para la Cruz Roja, no menciona qué labor realiza pero solicita un camión para emplearse por su cuenta y mejorar el bajo sueldo que reci-be en esa institución. Antes había condu-cido camiones de carga, quizá éste es el motivo de la clase de petición.57

El señor Dionisio Mendoza, de Zapo-titlán, Jalisco, no comenta cuál es su ocu-pación mientras está en espera de dos vi-sas que solicitó para él y para su hijo con el fi n de trabajar en los Estados Unidos,58 se sabe que trabajó en “canpo sirviendole a uno y a Otro”,59 tal vez se contrató de manera eventual como jornalero.

El señor Jesús López, de Tuxpan, Na-yarit, trabaja en una camioneta de su pro-piedad, no refi ere si transporta pasajeros, mercancía u otras cosas, sólo que se en-cuentra detenida en Jalisco por abandono nocturno y, como es el único medio con el que cuenta para la manutención de su

numerosa familia, suplica le sea devuelta porque no tiene los recursos económicos para cubrir el costo de su devolución:

Señores Ustedes comprenderán el gran

sacrifi cio que hice para obtener dicho ve-

hículo, mi situación es de una persona hu-

milde y que él único patrimonio para sos-

tener a mi númerosa familia, es mi carrito

que está detenido, no encuentro palabras

más extensas para pedirles a ustedes su

intervención, con el fín de que me sea

devuelta mi camioneta […] como soy muy

pobre me es oneroso el ír personalmente

al arreglo de la devolución de ella […] 60

De nuevo y anteponiendo a sus hijos, reitera su mala situación económica para cubrir la multa:

Pido por todos mis hijos, se me condone la

multa y demás cargos que se me hagan,

pués no me será posible pagar, ya que como

he repetido varias veces, tengo mucho gas-

to con mi númerosa familia, pido a Ustedes

que son hombres de que imparten justicia,

56 Idem.57 Ibid., vol. 902, exp. 702.2/2873, f. 6.58 Ibid., vol. 221, exp. 151.3/2613, f. 1.59 Idem.60 Ibid., vol. 247, exp. 151.3/1-13, leg. 11, f. 1.

55

se me haga este gran favor, devolverme mi

vehículo, con el fín de seguir trabajando con

ella para el bienestar de mis hijos. 61

El esposo de la señora Josefi na Padilla no tiene un empleo estable, según lo in-forma la Secretaría de la Presidencia en el resumen que hizo a la primera carta de la señora,62 y del señor Mariano Echava-rría, esposo de la señora Juana de Echa-varría, de Salina Cruz, Oaxaca, sólo se sabe que trabaja en Veracruz: “mi esposo es un pobre hombre que sostiene a toda la familia, trabaja en la Draga «Yucatán» en Veracruz, Ver”.63

Sólo dos padres de familia se encuen-tran sin empleo, uno de ellos es el señor Pedro Borges, de Mérida, Yucatán, él trabajaba como conserje de la Ofi cina Fe-deral de Hacienda de esa ciudad, no obs-tante debido a una injusticia que se quiso cometer contra su hija, le fue quitado su empleo y ahora pide que le sea devuelto, según el resumen de su carta.64

El otro es el señor Tereso Salas, de Guadalupe Victoria, Durango, quien tra-bajó para el Ejército Nacional Mexicano

donde alcanzó el grado de teniente co-ronel de caballería, sin embargo deja entrever que tuvo un confl icto y fue desti-tuido de manera temporal de la institución porque afi rma tener licencia ilimitada, y dada su mala situación económica pide un empleo al secretario de la Presiden-cia de la República o una audiencia con el presidente para tratar un asunto que lo aqueja, que está en manos del Tribunal Fiscal de la Federación, pero que aún no ha sido resuelto:

Vengo ante usted a recordarle mi asunto

respeto ami ofi cio de fecha 4 de noviembre

de 1961. [se refi ere a que solicitó empleo]

ciciera [quisiera] para poner mis niños en

la escuela fi gese ya estan icribiendose

[inscribiéndose] y llo no puedo resolber mi

asunto Eperando cel tribunal fi cical [fi scal]

me resuelba mi asunto.

Ciero mega [me haga] un garn servicio

de darme un empleo para mantener mis

niños onradamente o consedame un pase

para ir hablar con usted y aun ce […] no

puedo ir a tratar mi asunto con el Presidente

de la Republica pero cesa [que sea] por su

61 Idem.62 Ibid., vol. 919, exp. 702.2/5360, f. 9.63 Ibid., vol. 254, exp. 151.3/1-19, leg. 31, 20-X-61.64 Ibid., vol. 938, exp. 703.2/445, f. 2.

56

conducto y llebar todos mis documentos y mi

nombramiento de teniente coronel fi rmado

por mi General plutarco elias calles lo tengo

para probar todo como le digo austed.65

Por último dos padres de familia recluidos en Veracruz, dan a conocer las activida-des que realizaban para mantener a sus familias. Se trata de los señores Andrés Pérez, quien se encuentra en la cárcel de Acayucan, Veracruz,66 acusado de ser el asesino intelectual de un hombre que su-puestamente no conoce; se dice que esta acusación la provocó la envidia que des-pertó en sus acusadores el progreso que adquirió el señor Pérez gracias a su traba-jo. El señor Apolinar García fue desalojado y denunciado por el dueño de los terrenos donde vivía; se encuentra en el Reclusorio Regional Allende de Veracruz, Veracruz acusado de causar destrozos en propie-dad privada.67 Los señores Pérez y García vivían y trabajaban en territorio veracruza-no en el cultivo de la caña, el primero en un ingenio azucarero y el segundo en tierras que fueron reclamadas por otro.

MADRES DE FAMILIA

Es posible que la mayoría de las madres de familia se ocupen del cuidado de sus hogares y de sus familias, pues, como se recordará, sólo dos informaron que trabajaban fuera de sus hogares: la se-ñora Marcelina Carachure como emplea-da doméstica,68 y la señora Guadalupe Barrera como auxiliar de intendencia en una escuela primaria.69 Las viudas con seguridad también laboran pues tienen que mantener a sus hijos; sin embargo, no refi eren en qué trabajaban. Por otra parte, como se comentó, únicamente la señora Dionisia Morán pretendía ayudar a su esposo con los gastos familiares, por lo que solicitó permiso para vender en la vía pública. Salvo estos cinco casos no se tiene conocimiento de que otra madre de familia trabaje o pretenda hacerlo fue-ra de su casa, lo cual llama la atención dada la mala situación económica en que se encontraban las familias.

Cabe la posibilidad de que algunas madres, cuyas familias se mantenían del

65 Ibid., vol. 892, exp. 702.2/1568, f. 1.66 Ibid., vol. 262, exp. 151.3/1-29, leg. 9 y 10. 67 Ibid., vol. 653, exp. 542.1/143.68 Ibid., vol. 244, exp. 151.3/1-11, leg. 7, f. 1.69 Ibid., vol. 380, exp. 418.2/882, ff. 2 y 4.

57

cultivo de la tierra, compartieran dicha ac-tividad con sus esposos e hijos.

HIJOS DE FAMILIA

Algunos hijos de familia estudian, otros no lo hacen pero según sus padres pre-tenden que lo hagan. Como se ha visto, sorprende la gran cantidad de padres de familia que se preocupan por la educación de sus hijos, se ha observado con los se-ñores Lorenzo Flores, Tereso Salas y Dio-nisia Morán y ahora se verá con la señora Josefi na Padilla, ella vive en Torreón, Coahuila, pero desea regresar a Nochix-tlán, Zacatecas, su lugar de origen, para que, entre otras cosas, sus hijos estudien, pues le preocupa que por su situación de varones no sepan leer ni escribir:

[…] quiero que por la gloria de sus padres

me aga el fabor de que siquiera me mande

un pase en el tren para que no me cobren

un pase asta mi tierra soy de Nochistlan

Sacatecas quiero irme para alla alla tanbien

no ai ambiente para mantenernos pero si

ustedes me alludan para tener estabilidad

en nuestra tierra para darles escuela a mis

ijos me da lastima con mis ijos que siendo

puros ombres y no saber ni una letra […]70

Por otro lado son pocos lo hijos que tra-bajan, uno de ellos es el hijo del señor Dionisio Mendoza, quien siempre ha ayudado a su padre con la manutención de su familia.71 Otro ejemplo lo tenemos en Salina Cruz, Oaxaca, con el hijo de la señora Juana de Echavarría, quien tiene que trabajar para solventar sus estudios de secundaria, así lo informa su madre:

Soy una señora pobre que tengo 6 hijos

varones y una niña, 1 de los 6 esta mar-

chando [quiere decir que está presentan-

do su servicio militar], trabaja con un suel-

do de $13.00 (Trese pesos) para sostener

su estudio Secundario […]72

Por último el joven Miguel Bedolla, del Distrito Federal, no trabaja pero planea hacerlo para ayudar a sus padres que tienen un gran número de hijos. En su primera carta, pidió apoyo para ellos, no refi ere con claridad de qué tipo pero se entiende que es económico, y en la se-gunda solicita empleo o pasaporte con el fi n de trabajar en los Estados Unidos:

70 Ibid., vol. 919, exp. 702.2/5360, f. 4. 71 Ibid., vol. 221, exp. 151.3/2613, f. 1.72 Ibid., vol. 254, exp. 151.3/1-19, leg. 31, 20-X-61.

58

Después de saludarlo, paso a decirle lo si-

guiente: Doy contestación a su carta # 5.62

Expediente # 6362. Carta que le escribí al

Sr. Presidente […] En la cual le pedí se les

diera algo a mis Padres por tener tanta fa-

milia; pués segun he oido desir en Estados

Unidos a los Padres que han llegado a 12

hijos de familia El gobierno les está ayu-

dando, y así os pido yo que les ayuden a

mis Padres digamos con un Trabajo para

mi o un Pasaporte para Estados Unidos,

para de este modo poder yo ayudarlos […]

quiero el Pasaporte para ir y buscar un Tra-

bajo, no digamos como Bracero sino como

si estubiera aquí en Nuestro Mexico.73

Es posible que los hijos mayores –entre los cuales, tal vez se encuentre él– trabajen o estudien, sus edades son un indicador de ello. En la fotografía familiar aparecen, entre otros, cuatro jóvenes de aproxima-damente 23, 24, 26 y 28 años. Por la infor-mación que se tiene puede ser el grupo de hermanos incluido él (véase foto 3).74

LOS GRUPOS DE FAMILIAS

Tres grupos de familias se dedican al cultivo de la tierra, se trata de las fami-lias que viven en Tapachula, Chiapas, Santa María Ixcotel, Oaxaca, y Tejería, Veracruz. En el primer caso así lo dejan ver cuando se despiden del licenciado López Mateos después de pedir su inter-vención para que se investigue su caso: “Esperamos su grata resolución sobre el particular. Suscribiendonos de Ud. como umildes campesinos muy pobres que le patentizamos nuestros respetos”.75

Al parecer los habitantes de Santa Ma-ría Ixcotel, Oaxaca, también realizan esta labor. En el escrito no lo informan pero en la primera fotografía de las seis que envían, podemos apreciar que en una vivienda se encuentran plantaciones de maíz, además muchos miembros presentan caracterís-ticas propias de los campesinos: tez mo-rena, rasgos indígenas y baja y mediana estatura (véase foto 1).76 Por su parte, el

73 Ibid., vol. 715, exp. 546.6/4, leg. 9, ff. 3 y 4.74 Ibid., fotografía en blanco y negro, mide 13.4x8.5 cms., sin autor.75 Ibid., vol. 236, exp. 151.3/1-6, leg. 48, f. 1. Estas familias se quejan de sus autoridades municipales porque les expropiaron sus terrenos para construir un rastro, y les prometieron reubicarlos en terrenos con viviendas de igual valor a las que tenían, sin embargo no ocurrió así; los terrenos que les asignaron además de ser nacionales y de menor valor, son insalubres y peligrosos por su cercanía con el río Coatán, pues si se desbordara ellos podrían perecer. 76 Ibid., vol. 254, exp. 151.3/1-19, leg. 31, fotografía 1 en blanco y negro, mide 25x20.3 cms., sin autor.

59

grupo de Tejería, Veracruz, lo hace saber de la siguiente manera:

Queremos hacer de su conocimiento las

grandes necesidades que un grupo de

trabajadores venimos atravesando desde

hace 2, o 3 años; pues en primer lugar,

no tenemos a donde hacernos una casita,

aunque sea de sacate y en segundo no

tenemos a donde sembrar una mata de

maiz, o de frijol, que son los articulos de

primera necesidad y todos tenemos bas-

tante familia que mantener […]77

El hecho de que estas personas estén pi-diendo tierras para cultivarlas indica que han trabajado en ello, que saben cómo hacerlo; por otro lado, con seguridad pre-tenden cultivar para autoconsumo y no para comercializar el producto.

NÚMERO DE MIEMBROS

La mayoría de las familias era numerosa. La familia con menos hijos era la de la se-ñora Marcelina Carachure con dos; la fa-

milia de los señores Fidencio López tenía ocho, la de Jesús López nueve y la de Lorenzo Flores doce. La familia con más miembros era la del joven Miguel Bedolla con 17: sus dos padres, él, sus posibles 13 hermanos y un sobrino.

Diecisiete familias conervaban el nú-cleo completo: padre, madre e hijos. Tres no contaban con la fi gura paterna: la de la señora Marcelina Carachure, quien era madre soltera, y las de Saturnina Herrera y Leocadia Chagala, ambas, viudas.

Sólo cinco familias integraron a otro pariente que no es del núcleo familiar; se trata de las madres de los jefes de fami-lia, de la materna en dos casos, es decir, de la madre de la señora Marcelina Ca-rachure y de la suegra del señor Tereso Salas; y de la paterna en el quinto caso, la madre del señor Apolinar García, es posible que se trate de la madre o tía del padre o madre de la familia de San Luis Potosí, así lo dejan ver sus cerca de 73 años de edad.78 El otro miembro que no pertenece al núcleo familiar es el posible sobrino del joven Miguel Bedolla, su edad

Estas personas piden que sea revocada la expropiación que la Secretaría de la Defensa Nacional pre-tende ejercer en contra de sus propiedades para construir un campo militar; a cambio proponen que dicha construcción se lleve a cabo en terrenos inhabitables para que no se afecte a nadie. 77 Ibid., vol. 265, exp. 151.3/1-29, leg. 79, f. 1. 78 Ibid., vol. 238, exp. 151.3/1-8, fotografía 1 en blanco y negro, mide 13.7x8.7 cms., sin autor.

60

es muy corta como para suponerlo hijo de dos personas cuyas edades oscilan entre los 56 y 57 años (véase foto 3).

De los 176 miembros de las 20 fami-lias estudiadas, 134 eran hijos, 20 ma-dres, 17 padres y cinco otros parientes. El promedio de miembros de estas familias es de nueve, y el de hijos, siete.

Es posible que algunos padres de fa-milia manipularan la información con res-pecto al número de hijos que dicen tener, quizá porque creyeron que de esta forma asegurarían la ayuda solicitada. Uno de ellos es el señor Tereso Salas Bocane-gra, quien en una misma carta menciona que tiene cinco y seis hijos. Como se in-formó, él trabajó para el ejército mexica-no pero, al parecer, tuvo un confl icto con esa institución y lo cesaron de su cargo al darle licencia ilimitada; ahora solicita un empleo para mantenerse y para pagar los estudios de sus hijos.

En su primera carta, párrafo uno, in-forma –de manera poco clara debido a que corta las palabras y las junta como si fuera una misma– que tiene cinco hi-jos y en la fotografía que envía, de la que hace alusión en el mismo párrafo, apare-

cen cinco niños con él y con su esposa, sin embargo en el siguiente párrafo, cuyo contenido es de difícil lectura como el primero, refi ere que son seis, y de nue-vo hace saber que la foto así lo muestra, veamos a continuación cómo lo expresa:

Mi presidente viejo amigo en nombre de

miciniños apedirle un empleo para man-

tenerme y darles Escuela a estos seres

ceridos de dios meadado como los bera

por la fotografía celeadjunto.

Mi presidente yo como fi ego soldado de

la revolucion Mexicana vengo asolicitarle esto

porque me encuentro en situación muy mala

de no tener ni con que darles escuela a mis

niños ce son en nuemro de sis niños como lo

puede ver usted por la Fotografía adjunta.79

Pero la imagen sólo muestra a cinco ni-ños y aunque las palabras que refi eren el número de hijos están incompletas, lo que provocaría una mala interpretación por parte de la autora ya que tal vez el señor Tereso sí informó en ambos párrafos que tiene cinco hijos, en otra carta, la última, cuyas palabras son más completas, vuel-ve a referir que son seis y cuando habla

79 Ibid., vol. 892, exp. 702.2/1568, f. 16.

61

del número de miembros de su familia, primero dice que son nueve y de inmedia-to, en el mismo renglón, suma diez:

llo en nombre de mis niños bengo una bes

mas amolestarlo con mi asunto pues la

verdad estamos muy atrasados de todo

niciciera para darles ce comer a estas

[estos] niños aydeme señor lic. ce dios se

lo pagara no es mentira pero viera dece

trasa andan mis niños de pobres y co am-

bre por lo cebengo arogarle me ayude son

seis niños y su madre y llo y mi suegra

nueve en total somos dies ayudeme are-

solbre mi asunto que dios selo pagara.80

El contenido de esta carta es más legible que la anterior pero aún así es confuso, y aunque cabe la posibilidad de que para en-tonces el señor Salas se hubiera convertido de nuevo en padre, pues entre la petición anterior y ésta han transcurrido casi tres años, el trato poco serio que se ha dado a la información hace dudar de su veracidad por lo que se determinó tomar como hijos del peticionario sólo a los cinco niños que aparecen en la imagen (foto 4).81

Obsérvese que el señor Salas apa-

rece con su uniforme militar, cuyas insig-nias seguramente hacen alusión al gra-do que alcanzó en el ejército mexicano como teniente coronel de caballería, es muy posible que la razón que lo motivó para mostrarse de esta forma sea que, por una parte quiso probar que no men-tía con respecto a su participación en el ejército y, por otra, darse a conocer ante su destinatario para causarle una buena impresión, como una persona seria y dig-na de ser ayudada, quizá creyó que de esta manera reforzaría sus argumentos y obtendría más rápido la ayuda que había solicitado.

Con seguridad el haber sido retratado con su familia tuvo un objetivo, me parece que quiso mostrar que verdaderamente necesitaba ser ayudado dada su situa-ción económica, pues la indumentaria de su familia deja entrever su pobreza aun-que no en extremo, pero tal vez también se debió a que intentó conmover al licen-ciado López Mateos mostrando que sus hijos eran aún pequeños y necesitaban prepararse. Por otro lado, llama la aten-ción que siendo él tan mayor tenga hijos con edades tan cortas.

80 Ibid., f. 1.81 Idem, reproducción de la fotografía original que mide 12.2x8.1 cms., en blanco y negro, sin autor.

62

EDADES

Las edades de los miembros de las 20 familias son variadas, sobre todo las de los hijos; algunos son menores de un año. La mayoría presenta edad corta, otros se perciben en la adolescencia y pocos son adultos. Sólo dos no habían nacido.

Con respecto a los padres casi todos son adultos, pocos son jóvenes. El más joven tiene 24 años de edad, se trata del señor Juan García;82 los de mayor edad son Bartolo Gámez y el padre del joven Miguel Bedolla, ambos de aproximada-

mente 57 años. La madre más joven es la esposa del señor García con cerca de 18 años; las de mayor edad son la espo-sa del señor Gámez con alrededor de 55 años, y la madre del joven Bedolla con aproximadamente 56 años. La hijita más pequeña del señor García es la de menor edad, con alrededor de 2 meses, y la de más edad es la hija más grande del señor Gámez con aproximadamente 36 años. Lo que signifi ca que la familia más joven es la del señor Juan García y una de las más grandes, la del señor Bartolo Gámez (foto 5).

Foto 4. Señor Tereso Salas con su familia (Guadalupe Victoria, Dgo.)

82 Ibid., vol. 902, exp. 702.2/2873, fotografía en blanco y negro, mide 6x8.3 cms., sin autor.

AGN,

Pres

ident

es, A

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ol. 8

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02.2

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8

63

Es necesario aclarar que la mayoría de las edades de los miembros de las familias fue calculada a partir de las fo-tografías, por ello se refi eren de manera aproximada; sólo cuatro padres dieron a conocer sus edades y uno, las de tres de sus siete hijos, ellos son: Juan García, de 24 años,83 Fidencio López, de 48,84 Dioni-sio Mendoza, de 49,85 y Apolinar García, de 39, así lo hace saber en su escrito pre-sentado ante el licenciado López Mateos con la intención de pedirle tierras para cultivarlas: “El suscrito de ofi cio campesi-

no mexicano. De 39 años de edad solici-tante de los terrenos de fi ncas. De Zanjas de Arena del Municipio. De Martinez de la Torre, Ver”.86

Por su parte, el señor Ernesto Gue-rrero, que trabaja como repartidor de refrescos Coca-cola, hizo saber, quizá sin proponérselo al solicitar ayuda eco-nómica, que sus trillizas están cerca de cumplir cuatro meses, esto se sabe por la fecha en que nacieron: 9 de abril de 1961 y por la fecha de envío de su solicitud: 4 de agosto del mismo año.87 Además, la

Foto 5. Señor Bartolo Gámez con su familia (Cerro Azul, Ver.)

83 Ibid., f. 6. 84 Ibid., vol. 614, exp. 5341/1790, f. 4.85 Ibid., vol. 221, exp. 151.3/2613, f. 1.86 Ibid., vol. 653, exp. 542.1/143, f. 3.87 Ibid., vol. 87, exp. 120/3588.

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5

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fotografía que anexa, en la que sólo apa-recen ellas, así lo muestra, aún se perci-ben muy pequeñas.88

También es importante mencionar que no todos los miembros fueron retrata-dos, por lo que no se sabe cuáles son sus edades, se tiene conocimiento de ellos por sus cónyuges o por sus padres que los mencionaron en sus escritos.

La edad promedio de los padres es de 47 años, la de las madres, de 39 años y la de los hijos, de nueve años. La edad promedio de inicio de procreación de los padres es de 29 años y la de las madres, de 24 años.

De acuerdo con el promedio de miem-bros (nueve) y de hijos (siete) y con la edad promedio de los padres (39 y 47 años) e hijos (nueve años), se puede decir que estas familias son numerosas, con padres adultos, e hijos pequeños y con el núcleo familiar completo (ambos padres e hijos).

Una familia que se aproxima a este tipo es la del señor Jesús López Rojas, él tiene alrededor de 47 años, su espo-sa cerca de 36, tres años más joven que la edad promedio de las madres, ambos

procrearon nueve hijos, dos hijos más que el promedio, éstos presentan edades cor-tas: tres se acercan a la edad promedio de hijos y uno tiene nueve años (foto 6). Nótese el gran parecido que existe entre los miembros de esta familia, no se puede dudar que todos pertenecen a la misma; la cual, como se comentó, se mantiene del trabajo del padre, quien se vale de una camioneta, detenida en Jalisco, que tal vez transporta mercancía y por lo que se aprecia es medianamente redituable porque sus miembros se muestran bien alimentados y medianamente vestidos. También cabe la posibilidad de que se hayan ataviado con la mejor indumentaria para retratarse. Por otro lado, se nota su preocupación por aparecer aliñados; lla-ma la atención que, como en otros casos, el padre presenta una edad un tanto ma-yor para sus hijos menores.

El parecido entre los miembros de las familias es importante porque es un indicador que nos ayuda a saber si son familia o no, es decir, avala su parentesco como lo ha hecho con estas familias.

Por otra parte, se encontró a muchos

88 Idem, fotografía en blanco y negro, mide 10.6x7.1 cms, sin autor. En ella aparecen las niñas acostadas en una cama con ropones blancos, tal vez se trata del día de sus bautizos.

65

padres mayores con hijos pequeños y grandes, en algunos casos los hijos más grandes tienen aproximadamente más de 20 y sus hermanos menores apenas se aproximan a uno o dos años de edad, incluso en ocasiones aún no han nacido como sucede con la familia Echavarría, cuya madre de alrededor de 45 años se encuentra embarazada y su hijo mayor tiene cerca de 21 años de edad (foto 7).

La edad promedio en que los padres empezaron a procrear es un tanto mayor de acuerdo con lo que se esperaba, en el caso de los padres, es de 29 años, y en el de las madres, de 24 años, edades muy mayores para la época de estudio, lo

que también indica que se casaron o se unieron en edad madura, pues es posible que al hacerlo de inmediato tuvieran hi-jos, algo común en aquel entonces.

Al igual que en las familias anteriores, las edades de los miembros de los cuatro grupos de familias siguientes son aproxi-madas y se desconocen las edades de quienes no fueron retratados.

Del grupo de Tapachula, Chiapas, fueron retratadas 41 personas, entre las cuales siete son señores de 45 a 58 años de edad, seis señoras de 30 a 45 años de edad y 28 niños y adolescentes de 1 a 17 años de edad.89 Del grupo de Tejería, Ve-racruz, sólo se sabe las edades aproxima-

Foto 6. Señor Jesús López con su familia (Tuxpan, Nay.)

89 Ibid., vol. 236, exp. 151.3/1-6, leg. 48, fotografía en blanco y negro, mide 16.5x11.3 cms., s/a.

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das de 16 niños que son de uno a 14 años, de los demás se desconocen sus edades porque no fueron retratados.90 Del grupo de Salina Cruz, Oaxaca, 31 personas fue-ron fotografi adas, de las cuales seis son mujeres y cuyas edades oscilan entre los 30 y 42 años; cuatro hombres, entre los 30 y 44 años, y 20 niños y adolescentes, en-tre los dos y 16 años.91 Por último el grupo de Santa María Ixcotel, Oaxaca, está inte-grado por alrededor de cien personas de diversas edades: niños, jóvenes, adultos y adultos mayores (véase foto 1).

VIVIENDA

Un gran número de familias habita en casas de su propiedad, son pocas las rentan un sitio para vivir; sin embargo, de acuerdo con lo que se ha observado, los costos para esta clase de renta son muy elevados, imposible de ser cubiertos por los padres de familia dado los sueldos tan bajos que reciben, como es el caso de la señora Guadalupe Barrera, del Distrito Federal, quien es auxiliar de intendencia y su esposo trabaja en el comercio am-

Foto 7. Señora Juana de Echavarría con sus hijos (Salina Cruz, Oax.)

90 Ibid., vol. 265, exp. 151.3/1-29, leg. 79, fotografía en blanco y negro, mide 8.6x12.8 cms., s/a.91 Ibid., vol. 254, exp. 151.3/1-19, leg. 44, fotografía 1 en blanco y negro, mide 13.7x8.9 cms., s/a.

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bulante; ambos obtienen ingresos muy bajos, insufi cientes para cubrir la renta, por lo que ella solicita un departamento de los que entonces se construyen en la Unidad Habitacional Nonoalco-Tlatelolco, según lo informa la Presidencia de la Re-pública: en virtud de que la renta del de-partamento que actualmente ocupa le ha sido aumentada de $150.00 a $450.00, mensuales.”92

Como se observa la renta de la vi-vienda de la señora Barrera fue aumen-tada al triple de lo que pagaba, cantidad muy elevada para la época si se toma en cuenta que algunos padres de fami-lia ganaban de $5.00 a $ 9.00 diarios, con lo que sólo alcanzaba para comer. Ahora bien, es cierto que esta madre de familia no menciona cuál era su ingreso ni el de su esposo, lo que impide saber si en realidad no podían cubrir el costo de su renta; sin embargo sí habló de que ambos ingresos eran muy bajos, con el de su esposo apenas les alcanzaba para medio comer;93 además, sabemos que en la actualidad los auxiliares de intenden-

cia reciben un salario tan defi ciente como $900.00 quincenales, que se reducen a $60.00 diarios, equivalente al salario mínimo, el cual quizá era similar al que se les pagaba en esa época, lo que hace suponer que no podía cubrir esa cantidad de dinero.

Por otro lado, la solicitante hace sa-ber en su tercera carta que el lugar donde habita se encuentra en malas condicio-nes, no tiene sufi ciente luz, lo que ha pro-vocado que sus hijos se enfermen cons-tantemente de bronquitis, es por ello que reitera su petición:

Nuevamente me disculpo de usted pero

nada me haría tan feliz como si usted me

hiciera la caridad de darme un departa-

mento, mis hijas [hijos] tendrian sol y luz

del día, de lo que carecen en esta su umil-

de casa, que seguido se me emferman de

bronquitis […]94

Esto tal vez resulta exagerado porque la bronquitis es una enfermedad peligrosa, que si no se atiende de forma correcta

92 Ibid., vol. 380, exp. 418.2/882, f. 10. Se trata de un resumen que hizo la Secretaría de la Presidencia a la primera petición de la señora Barrera, la original no se encontró porque fue remitida a la Dirección General del ISSSTE por ser asunto de su competencia.93 Ibid., f. 2.94 Ibid., ff. 1 y 2.

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puede causar la muerte. Es posible que los hijos de la señora Barrera sí hubiesen contraído enfermedades respiratorias causadas por falta de luz, por acumula-ción de hongos y bacterias, pero no con frecuencia de bronquitis. No obstante, hay que recordar que estos escritos son peti-ciones y quejas que, para ser atendidas de manera favorable, necesitan apoyarse en argumentos sumamente conmovedo-res como se habrá notado.

Otro caso de renta de vivienda cuyo costo es elevado lo tenemos con la se-ñora Juana de Echavarría, ella renta con su familia una casa que es considerada patrimonio nacional y de acuerdo con el contrato de renta deben pagar sólo $10.00, sin embargo les están cobrando $275.00, ella cree que con el aumento tan excesivo los arrendadores quieren que la familia deje la vivienda para otorgársela a personas con un nivel económico más alto:

[…] tenemos de estar vibiendo en una

casa del Patrimonio Nacional; desde el

mes de Diciembre de 1945 asta la fecha

en que nos encontramos en ella con el

Contrato que fi rmó mi esposo […] con

el Jefe de Hacienda Ignacio Ordóñez de

este Puerto y estamos al corriente del

pago de las Rentas como puedo compro-

bar si el caso le llegará. Pues mi esposo

es un pobre hombre que sostiene a toda

la familia, trabaja en la Draga “Yucatán”

en Veracruz, Ver. y nos estan cobrando

una renta muy exagerada, nos dice el Sr.

Ordónez que es orden del Patrimonio Na-

cional; pues no puedo creer que la renta

que tenemos estimulada [estipulada] en

el contrato es de $10.00 (Dies pesos) y

la que nos estan cobrando es de $275.00

(Doscientos setenta y cinco pesos) es

el arma que estan esgrimiendo para po-

derle quitarle la casa a una pobre mujer

que esta rodeada de 7 hijos y para mejor

seguridad ahí les mando una fotografía

de todos mis hijos y de la casa […] yo no

estoy a que me lansen a la calle con mis

7 hijos y todo esto es para darles casa a

las personas que tienen dinero pues así lo

estan haciendo con todos los pobres que

no pueden defenderse […]95

Esta carta está dirigida al secretario del Patrimonio Nacional y a otros funciona-

95 Ibid., vol. 254, exp. 151.3/1-19, leg. 31.

69

rios y les fue enviada porque el licenciado López Mateos, en su visita por el Istmo con motivo de su candidatura para la pre-sidencia de la República, prometió ayudar y respetar a la gente humilde, según el testimonio de la señora de Echavarría:

[…] el Sr. Presidente de la Republica en

su jira por el Istmo dijo que el respetaria

y alludaria a los pobres espor lo que yo

hago esta denuncia para que respeten las

palabras del Sr. presidente ADOLFO LO-

PEZ MATEOS.96

A lo largo de este trabajo se han presenta-do numerosas muestras de abuso contra personas humildes como el caso anterior. Tal vez los funcionarios y los particulares se aprovecharon de ellas porque sabían que las familias tenían una precariedad económica que les impedía defenderse. Una reacción común de estas familias fue recurrir a su mandatario o como la seño-ra Juana, procurar que se respeten sus deseos.

En la fotografía que envía la señora de Echavarría se le puede observar con sus siete hijos; está embarazada, por su

indumentaria se nota que su situación económica es precaria. La casa donde habitan es de tamaño grande y de cons-trucción modesta, quizá de adobe con techos de teja (véase foto 7).

Aunque la foto es de mala calidad ob-sérvese el tamaño de la o las casas, la remitente no informa si renta las cuatro construcciones que aparecen o sólo una o dos de ellas, se puede apreciar que es un sitio cómodo para habitar, aunque tal vez no para la renta que se les está co-brando. Quizá llueva con frecuencia por la estructura de los techos que son de dos aguas.

Esta familia la integran hijos grandes y pequeños; el mayor tiene cerca de 21 años, es el primero a la izquierda de la señora. El menor, de aproximadamente tres años, es abrazado por ella. La seño-ra, quien aparenta unos 45 años, espera otro hijo, algo común para las madres de esa época según se ha visto.

Esta foto es un ejemplo de las fami-lias que no fueron retratadas con todos sus miembros; falta el padre, esposo de la denunciante. No se sabe a qué se debe su ausencia.

96 Idem.

70

Otras familias no cuentan con una vivienda propia para habitar ni con recur-sos económicos para rentarla, por lo que solicitan terrenos para construir una, un ejemplo de ello es el grupo de familias de Salina Cruz, Oaxaca, quienes dirigen su petición al secretario del Patrimonio Na-cional, licenciado Eduardo Bustamante:

Somos 18 personas que nos estamos per-

mitiendo […] solicitar de ese H. Patrimonio

Nacional que usted dignamente represen-

ta, una fracción de terreno que hemos pla-

nifi cado en la falda de un cerro […] tenien-

do una superfi cie total de 1,075 M2, y en el

que lo destinaremos para casa habitación,

en vis ta de encontrarnos sin hogares en

donde podernos alojar con nues tros pe-

queños hijos, por lo que les estamos supli-

cando muy encarecidamente se nos pueda

conceder el derecho de construir nues tra

s casitas de carrizo ya que no contamos

con una a yuda económica, ya que somos

todos personas de la cla se humilde de

escasos recursos y sin tener un patrimonio

donde podernos alojarnos [...] 97

El terreno, aseguran, no ha sido fácil de limpiar. Envían una fotografía de las fami-lias en el sitio:

[…] para mayor seguramiento de usted y

balla a pensar de [que] tratamos de en-

gañarlo como muchos lo hacen es por lo

que le estamos anexando una fotografía

del grupo que estamos solicitando dicho

terreno en el cual se dará usted cuenta de

cómo nos encontramos y en el lugar de los

hechos para así comprobar una vez más

lo que hemos tanto luchado para derribar

esas faldas de cerro y planifi carlos […] 98

En efecto, en la foto anexada aparecen las familias cerca de un cerro alto y bos-coso, de difícil acceso, pero el lugar don-de se retrataron está limpio y parejo, se nota que sí les costó trabajo acondicio-narlo de esa forma.99 La petición la hacen motivados por una promesa de campaña del licenciado López Mateos:

[…] queremos aclarar, y confi rmar una

vez más lo dicho por nuestro señor Pre-

sidente Dn. Adolfo López Mateos de que

97 Ibid., vol. 254, exp, 151.3/1-19, leg. 44.98 Idem.99 Idem., fotografía en blanco y negro, mide 13.7x8.9 cms., sin autor.

71

todos los terrenos boscosos serán repar-

tidos a las clases humildes para que las

habiten, formando colonias y mejoras en

benefi cio de nuestra Patria, y todo esto

debe ser gratuito, y [no] cobrar como lo

hacen estos dandoles preferencias a los

señores capitalistas […] 100

Como se recordará también el grupo de familias de Tejería, Veracruz, solicitó un terreno para habitar,101 sin embargo el lu-gar tiene dueño, no obstante afi rman que una parte pertenece a ese poblado:

[…] hemos tomado la determinación en

formar una DIRECTIVA para solicitarle a

usted C. Gobernador un terreno que es

de la propiedad del Señor Don REMIGIO

DIAZ y formar un COMITE AGRARIO, por

que tenemos conocimiento de una gran

extesidad de tierra que dicho señor po-

see […], este terreno que le solicitamos

se le expropee [expropie] colinda con el

Ejido mas bien pertenece al poblado de

Tejeria.102

Estas familias basan su solicitud en la propuesta de su gobierno: la explotación adecuada de los ejidos con motivo de su progreso y desarrollo:

Y tomando en cuenta que nuestros Go-

biernos nos brindan las facilidades de for-

mar EJIDOS para cultivarlos a fi n de que

haya producción a favor de nuestro País, y

como mexicanos que somos el mismo inte-

rés llevamos de nuestro Gobierno […] asi

es que en sus manos queda nuestra peti-

ción y esperamos seamos atendidos.103

La mayoría de las viviendas son peque-ñas, algunas muy humildes y en malas condiciones para ser habitadas como la de la señora Dionisia Morán, la cual tiene goteras: “consegimos una casita aquí en el serro que cuando llueve solo con sombi-lla [sombrilla] estamos en la piesa porque todo se moja…”104 La casa de la señora Marcelina Carachure es muy pequeña y muy humilde, está construida con madera y lámina de cartón (véase foto 2).

100 Ibid., vol. 254, exp. 151.3/1-19, leg. 44. 101 Ibid., vol. 265, exp. 151.3/1-29, leg. 79, f. 1.102 Idem.103 Idem.104 Ibid., vol. 90, exp. 120/3871, f. 1.

72

No se puede dudar de la mala situa-ción económica de esta familia, su indu-mentaria notablemente desgastada es humilde en extremo, sobre todo la de la señora más grande, no así la de la niña que tal vez fue comprada para esta oca-sión o para alguna celebración y la usó en este momento porque quizá es la mejor que tiene. Nótese su preocupación por aparecer aliñadas.

La casa que habita la familia del señor Apolinar García, que no es de su propiedad, también es muy humilde, se trata del padre de familia internado en el Reclusorio Regional Allende de Veracruz, Veracruz, y cuyos hijos viven con unos familiares porque les destruyeron su ho-gar.105 Nótese, a pesar de la mala calidad de la foto, en qué condiciones se encuen-tran sus siete hijos y el lugar donde se refugian (foto 8).

Como se aprecia los niños no usan za-patos, su ropa es de baja calidad y en mal estado; ellos se muestran desaliñados y poco nutridos, según su complexión. La vivienda está construida con madera o con algún material propio de la zona, se puede ver que es amplia pero no se sabe cuántas personas la habitan. Atrás

de los niños podemos ver a un perro des-cansando, su fi sonomía nos hace saber que está mal alimentado, con seguridad sus dueños no tienen recursos para man-tenerlo. Por otro lado, son evidentes las condiciones insalubres en las que viven los pequeños, factor que por desgracia se ve de manera común en las familias extremadamente humildes.

Los materiales con que fueron cons-truidas las viviendas son diferentes de acuerdo con la región, por ejemplo en las zonas costeras observamos que las ca-sas están construidas con carrizo u otro material parecido y los techos son de pal-ma, como la casa de la señora Saturnina Herrera que se encuentra en un lugar lla-mado Texas, en Veracruz (foto 9).

Es evidente su pobreza, la mayoría no usa zapatos, su indumentaria se encuen-tra en paupérrimas condiciones, no están bien alimentados y su hogar se encuentra en muy mal estado, la pared delantera derecha parece a punto de caerse. Es no-torio el parentesco entre los miembros de esta familia, su gran parecido lo confi rma.

Otra familia que habita en la zona cos-tera es la del señor Bartolo Gámez (véase foto 5). Como se recordará ésta es una

105 Ibid., vol. 653, exp. 542.1/143.

73

de las familias mayores, ambos padres presentan las edades más grandes de su género, el señor Gámez aproximadamen-te 57 años, su esposa cerca de 55 años. Su hija es la mayor entre los hijos de las 20 familias, aquí está del lado derecho de su madre y aparenta tener alrededor de 36 años.

El pueblo de Santa María Ixcotel, Oaxaca, se encuentra en una zona rural, donde las casas son de tabique con te-chos de teja y de lámina de asbesto. Vea-mos otras diferencias que existen entre esta zona y la costera (véase foto 1).

Esta fotografía muestra un paisaje rural: grandes cerros faldas con vegeta-ción; la mayoría de las mujeres trenzan

sus cabellos o se los recogen, algunas usan rebozo; algunos de los varones usan sombrero.

Se percibe que la mayoría de los ha-bitantes no cuenta con recursos económi-cos, su humilde forma de vestir así lo deja ver, su ropa es sencilla, de baja calidad, algunos no usan zapatos. Como se men-cionó, sin duda este poblado se mantiene de la actividad agrícola y de otras afi nes.

En la foto –que está fuera de foco– que envía la señora Josefi na Padilla se observa un paisaje provinciano con una casa de tamaño mediano construida con adobe o tabique y al lado, tierra para cul-tivo (foto 10).

La vivienda apenas se alcanza a ver,

Foto 8. Los siete hijos del señor Apolinar García (Veracruz)

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es posible que sea habitada por esta fa-milia. Ésta es una vista parecida a la an-terior, apréciense los grandes cerros con escasa vegetación y la tierra más árida, nótese el lugar donde se encuentran re-tratados. Por el tipo de suelo se puede afi rmar que se practica la agricultura, no obstante la tierra se percibe muy pobre.

La ropa indica que es una familia que carece de recursos económicos. A dife-rencia de las anteriores, excepto las de Tereso Salas y Jesús López, esta familia es de tez clara y no presenta rasgos indí-genas. Es evidente el parecido que existe entre los miembros de esta familia.

La familia del joven Bedolla habita en

una zona urbana, en el Distrito Federal. Su indumentaria es diferente a la de las anteriores y de mejor calidad; la mayoría de los hombres adultos visten traje, algu-nos con corbata; las mujeres usan ves-tido; los niños y adolescentes, pantalón, playera, camisa y algunos, chamarras; todos usan zapatos, están y aliñados; me parece que es la familia menos humilde (véase foto 3).

Como se puede apreciar hombres y mujeres se parecen. Véase que es una familia de estatura alta, nótese también que sus rostros no presentan tostaduras por el sol como las familias anteriores que, con seguridad, están en constante

Foto 9. Señora Saturnina Herrera con sus hijos (Texas, Ver.)

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exposición a él, aunado a la intemperie de un clima diferente al del Distrito Federal, menos agresivo a la piel del rostro.

Se retrataron dentro de su hogar, de concreto con aplanado. Por desgracia apenas se alcanza a observar una ven-tana y la puerta de la calle de madera. Parece que se encuentran en una cele-bración o reunión familiar por los adornos de papel, su aseo e indumentaria.

Como se observó existen varias di-ferencias entre las familias que habitan en zonas costeras, rurales y urbanas. Se incluyó este tipo de familias porque se pretendía mostrar precisamente la diver-sidad en la indumentaria, en el calzado

y en la vivienda de familias del mismo estrato social; al mismo tiempo se quiso mostrar las diferencias naturales de las zonas: vegetación, clima y tipo de suelo; sin embargo, como se vio, no en todas fue posible hacerlo.

NIVEL EDUCATIVO

El nivel educativo de estas familias es bajo, más el de los padres. A lo largo de este artículo se ha mostrado por medio de sus misivas que muchos apenas saben leer y escribir, incluso algunos recurrieron a otras personas para que se las redacta-ran, como es el caso de los señores Bar-

Foto 10. Señora Josefina Padilla con sus hijos (Saltillo, Coah.)

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tolo Gámez, Saturnina Herrera y Juana de Echavarría, por mencionar algunos. Se recordará que el señor Gámez informó no saber leer ni escribir;106 con respecto al analfabetismo de las señoras, éste se prueba porque ninguna fi rmó su carta, la primera sólo plasmó su huella digital107 y la segunda ni siquiera lo hizo, su nombre aparece escrito con máquina al igual que el texto,108 lo que hace suponer que ellas no las elaboraron. No obstante, se nota que las personas que las escribieron tie-nen asimismo bajo nivel porque, hay que recordar, las tres peticiones presentan constantes errores gramaticales que difi -cultaron su lectura.

El bajo nivel educativo ha provocado que algunos padres de familia no sepan cómo solicitar ayuda, como se observó con los señores Tereso Salas,109 Dionisio Mendoza110 y Josefi na Padilla,111 entre otros, y como se verá con el señor Juan García. Él trabaja para la Cruz Roja, pero el sueldo que recibe es insufi ciente para mantener a su familia: él pide que se le

obsequie un camión para trabajar por su cuenta, sin embargo nótese de qué ma-nera lo hace:

Martinez de la Torre Ver. Noviembre 24

de 1959

Señor Presidente Don Adolfo Lopez Ma-

teo

Perdone Señor mi imprudencia pero me-

beo obligado Amanderle esta carta porque

soi muy prove, mellamo Juan García San-

chez Tengo 24 años y sienpre etrabajado

de chofer en camiones de carga tengo

mimuger y cuatro ijos, Señor presidente

nolepido dinero sino que meallude ares-

ponder por mi porque mimallor deseo es

tener uncamion propio paratrabagarlo

señor presidente alludeme uste nopor mi

sino por misijos estoy trabando [trabajan-

do] en la cruz Roja pero gano muy poco

tengo dos meses de estar ay […].112

El señor García solicita el aval del licencia-do López Mateos para adquirir un camión y no que le sea regalado, y así es interpre-

106 Ibid., vol. 226, exp. 151.3/3145, f. 1.107 Ibid., vol. 254, exp. 151.3/1-19, leg. 33, 1 foja.108 Idem.109 Ibid., vol. 892, exp. 702.2/1568, ff. 1 y 16.110 Ibid., vol. 221, exp. 151.3/2613, ff. 1 y 2. 111 Ibid., vol. 919, exp. 702.2/5360, f. 4.112 Ibid., vol. 902, exp. 702.2/2873, f. 6.

77

tado por el secretario de la Presidencia de la República que responde a su petición:

En relación con su atento escrito de 24 del

actual, dirigido al señor Presidente de la

República, en el que solicita su fi rma a fi n

de comprar un camión, me permito hacer

de su conocimiento que el C. Primer Ma-

gistrado no tiene ingerencia en los asun-

tos internos de compañías afi anzadoras,

por lo que sugiero a usted la conveniencia

de hacer sus gestiones directamente ante

los representantes de las mismas.-

Atentamente.

P. A. DEL SECRETARIO DE LA

PRESIDENCIA.

EL DIRECTOR GENERAL DE

ADMINISTRACION.

Lic. Emilio Riva Palacio Morales.113

Después de recibir esta contestación por parte de la Secretaría de la Presidencia, el fi rmante hace saber que su intención no es comprar el camión porque no cuen-ta con recursos económicos para ello, sino que le sea obsequiado, ya que si los tuviera no hubiese solicitado esta clase de ayuda, pues le resulta vergonzoso:

Señor presidente. Resibi su contesta-

sion de su carta pero es que uste no

meconprendio llo no soy Rico y poreso

me eatrebido a molestarlo y leboy a ser

groseo [grosero] llo soy nuy [muy] pove

[pobre] para conprar un camion y por lo

tanto llolepido gesea [que sea] bondaso-

so [bondadoso] con migo Regalandome

aungesea [aunque sea] un camion biego

[viejo] esloqe [es lo que] edesiado toda

mibida situbiera para conpralo [comprar-

lo] no le pediria estas molestias gue [que]

para mi es una Verguensa mandarle ape-

dir Regalado […].114

El no saber cómo comunicarse provocó que el peticionario tuviera que escribir una segunda carta para explicar cuál era su petición. Si se piensa que eso fue un mo-tivo para negarle la ayuda no fue así, por-que aunque la hubiese pedido de manera correcta no se la hubieran proporcionado como a la mayoría de los peticionarios. El señor García advirtió que si no se le podía conceder el camión, se le ayudara con un empleo, a lo que se le respondió:

113 Ibid., f. 4.114 Ibid., f. 3.

78

Con referencia a la atenta carta que dirigió

usted al señor Presidente de la República

con fecha 9 de noviembre último [se refi e-

re a la segunda carta] en la que solicita se

le proporcione algún empleo, me permito

manifestarle que no es posible obsequiar

sus deseos, en virtud de no haber plazas

vacantes.- Atentamente.

P. A. DEL SECRETARIO DE LA

PRESIDENCIA.

EL DIRECTOR GENERAL DE

ADMINISTRACION.

Lic. Emilio Riva Palacio Morales.115

Una gran cantidad de documentos pre-senta numerosos errores de ortografía y de redacción; algunos con caligrafía ilegible, tal es el caso de las cartas del señor García,116 y las de la señora Dioni-sia Morán.117 Unas presentan palabras in-completas y sobrepuestas unas con otras como se si tratara de una sola, recuér-

dese el documento del señor Tereso Sa-las.118 Muchas cartas contienen palabras y frases escritas tal como las pronuncian los remitentes. En la misiva del señor Mendoza se escribe, por mencionar algu-nas ejemplos: “mejoraba” por mejoraba; “sospresa” en vez de sorpresa; “desian-do” por deseando, “de modos que” por de modo que y “poreso”119 en vez de por eso. En el documento de la señora Morán está escrito: “llelo” en lugar de hielo; “a ora”120 para referirse a ahora, “pior”121 en vez de peor; “nadien”122 en lugar de na-die, “nesesida”;123 en vez de necesidad y “medesina”124 por medicina. Y en el de la señora Padilla aparece: “me cai bien”125 en vez de me cae bien para referirse a que el apoyo que se le otorgue le será de gran ayuda, y “para lla y para ca”126 en vez de para allá y para acá o, de manera correcta, hacia allá y hacia acá.

En algunas cartas que no fueron es-

115 Ibid., vol. 902, exp. 702.2/2873, f. 1.116 Ibid., fojas 3 y 6.117 Ibid., vol. 90, exp. 120/3871, ff. 1-10.118 Ibid., vol. 892, exp. 702.2/1568, f. 1 y 16.119 Ibid., vol. 221, exp. 151.3/2613.120 Ibid., vol. 90, exp. 120/3871, ff. 1 y 2.121 Ibid., f. 3.122 Ibid., f. 7.123 Ibid., f. 8.124 Idem.125 Ibid., vol. 919, exp. 702.2/5360, f. 3. 126 Idem.

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critas por los peticionarios también se encuentra este tipo de errores, en la de la señora Herrera aparece “se jue” en lu-gar de se fue; “ji” en vez de fui; “asectaria” por aceptaría; “ectarias” en lugar de hec-táreas; “deacuerdo” por de acuerdo y “no melos” en vez de no me los al referirse a sus tierras, que ella nombra “cañales”, en-tre otras,127 y en la del señor Gámez, “ali-niar” en lugar de alinear y “hay”128 en vez de ahí o allí para referirse a lugar. Estos y otros errores gramaticales obstaculizaron en gran parte la lectura de las mismas.

Es necesario aclarar que no en todas las misivas se encontró esta clase de fal-tas, algunas están casi correctamente es-critas, lo que hace suponer que no fueron obra de los peticionarios sino de personas con un nivel educativo más alto, como profesionistas y/o estudiantes, gente que se dedica a escribir de manera constan-te, tal es el caso de los evangelistas;129 además, la letra y el papel son diferentes a las que se sabe fueron redactadas por los padres de familia y/o tal vez por sus familiares o conocidos.

HIJOS DE FAMILIA

Es posible que éstos tengan un nivel edu-cativo más alto que el de sus padres o mayor oportunidad de prepararse que sus progenitores. Quizá muchos ayudaron a sus padres a redactar las cartas o ellos mismos las escribieron, sin embargo no hay forma de comprobarlo, aunque el jo-ven Miguel Bedolla podría servir de ejem-plo. Él mismo hizo su petición, su letra es legible y su redacción es medianamente adecuada, no presenta errores tan graves como muchas cartas que, se sabe, escri-bieron los padres de familia, se nota que está más preparado que ellos,130 lo que es posible que ocurra con muchos hijos si tomamos en cuenta que tal vez sus progenitores no gozaron de las mismas oportunidades para prepararse acadé-micamente, debido a la precariedad eco-nómica, por no contar con escuelas que impartieran grados más elevados que los básicos, en donde sólo se aprendía a leer y escribir, o bien, porque la prioridad en la época cuando ellos eran niños no era

127 Ibid., vol. 254, exp. 151.3/1-19, leg. 33.128 Vol. 226, exp. 151.3/3145.129 Así se les conoce a las personas que se dedican a escribir cartas por cuenta ajena y se les encuentra en las calles, al aire libre, con su máquina de escribir y su banco.130 Ibid., vol. 715, exp. 546.6/4, leg. 9, ff. 3 y 4.

80

estudiar; lo cierto es que se les nota su gran carencia educativa.

GRUPOS DE FAMILIAS

Posiblemente los padres de estos cuatro grupos como los de las familias citadas hayan tenido un nivel educativo más bajo

que el de sus hijos, quienes a lo mejor ya estudiaban; no existe forma de saberlo; por otra parte, según parece las misivas fueron escritas por un evangelista o por otra persona, pues presentan letra di-ferente a la de las máquinas de escribir comunes.

* Egresada de la UNAM, integrante del seminario de investigación que imparte en el AGN el doctor Aurelio de los Reyes.

81

TR I B U L A C I O N E S D E L O S B R A C E R O S Y L O S A S P I R A N T E S A S E R L O

Sandra González Camacho*

1 Moisés González Navarro, Los extranjeros en México y los mexicanos en el extranjero 1821-1970, México, El Colegio de México, 1994, pp. 194-199.

El programa braceros (1942-1964) es indispensable para comprender la corres-pondencia en el archivo del presidente Adolfo López Mateos. Por ello, aquí expli-co primero en qué consistió el Convenio Bracero y posteriormente transcribo al-gunos ejemplos de misivas de aspirantes a braceros, en las que ellos piden a su presidente les envíe una carta de reco-mendación para obtener un contrato de trabajo en los Estados Unidos. Posterior-mente citaré cartas de los braceros que escriben al presidente desde los campos en los que trabajaban para quejarse de la discriminación y de otras arbitrariedades de las que fueron víctimas. Finalmente daré ejemplos documentales sobre algu-nos casos de braceros que murieron en el desempeño del trabajo y de otros que tuvieron accidentes y solicitaron ayuda.

Se anexan algunas cifras que ilustran el fl ujo de salida de braceros a los Estados Unidos.

LA EMIGRACIÓN

Los braceros mexicanos fueron impulsa-dos a salir de México por varias causas: desempleo, bajos salarios, caciquismo, falta de garantías en el campo, abusos de los comisarios ejidales, concentración de la tierra en manos de políticos infl uyentes y atraso tecnológico.

Algunas entrevistas con los braceros revelaron que éstos emigraron por sus bajos salarios, las exigencias del Banco Nacional de Crédito Ejidal, la falta de cré-dito, y el deseo de que el precio de sus productos se fi jara de acuerdo con la ofer-ta y la demanda.1

82

2 Ibid, p. 202.3 Jaime Vélez, Uprooted: Braceros in the Hermanos Mayo lens, Houston, University of Houston, 1996, p. 33.

Sin embargo la causa que considero decisiva fue la búsqueda de mejores in-gresos, el contraste de los salarios, cinco pesos en México, sesenta y cinco en Es-tados Unidos. En 1969 en Chicago gana-ba en dos días lo que en México en un mes.2 A partir de las cartas se deduce que generalmente los braceros eran pobres e iletrados, regularmente campesinos; con frecuencia ellos mismos señalan haber sido braceros.

CONVENIO BRACERO

Durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), cuando los Estados Unidos se vieron faltos de trabajadores para su industria y su agricultura, se inició la con-tratación de trabajadores mexicanos. Ésta es la versión de los autores que consulté durante mi investigación sobre los brace-ros; sin embargo, parece que este argu-mento de una supuesta necesidad debido a la emergencia de guerra fue solamente un pretexto de los agricultores del sur de los Estados Unidos para realizar uno de los mejores ejemplos de la explotación humana.

Según Jaime Vélez, los granjeros de California ya tenían medidas iniciadas desde 1941 para importar a gran escala trabajadores mexicanos. Pocas sema-nas después de que los Estados Unidos entraran en la guerra, los fruticultores de California fueron los primeros en deman-dar la importación de brazos mexicanos. Ellos tomaron ventaja de la atmósfera creada por la guerra, para convencer a los líderes políticos de abrir la puerta a la importación legal de trabajadores mexica-nos. En realidad utilizaron la simpatía de la sociedad por el esfuerzo antifascista de los aliados europeos para tener acceso a los trabajadores necesarios para consoli-dar sus intereses económicos, ése fue el verdadero objetivo de sus esfuerzos.3

Estados Unidos es un país con una economía avanzada, la cual requiere de mucha mano de obra barata para mante-nerse. Esta demanda se origina en el lento crecimiento de su población, la acelerada innovación tecnológica y el alto grado de organización de su fuerza de trabajo. Todo ello ha ocasionado que los trabajadores estadounidenses rechacen empleos de bajo estatus social, por lo cual los mexica-

83

4 Richard Hofstetter, U.S. Inmigration Policy, Carolina del Norte, Ducke University Press, 1984, p. 11.5 Jorge Bustamante, Espaldas mojadas: materia prima para la expansión del capital norteamericano, México, El Colegio de México, 1975, p. 13.6 Idem.

nos son ocupados para la realización de los trabajos más pesados y humildes.4

El 23 de julio de 1942 se celebró el primer Convenio Bracero fi rmado por los presidentes Franklin D. Roosevelt y Ma-nuel Ávila Camacho, los principales pun-tos fueron los siguientes:

a) Los braceros únicamente debían cubrir la escasez de mano de obra y no desplazar a los trabajadores locales.

b) No podían ser reclutados por el ejército estadounidense.

c) No habría trato discriminatorio para los mexicanos.

d) Se garantizaba a los trabajadores mexicanos los gastos de transpor-tación de ida y vuelta, así como los viáticos durante el viaje.

e) La contratación se basaría en un contrato fi rmado por el trabajador y el patrón.

f) Se les brindaría hospedaje en ha-bitaciones en buenas condiciones;

g) Atención médica;

h) Prestaciones por enfermedades y accidentes de trabajo.5

El primer centro de contratación de bra-ceros se estableció en la ciudad de Méxi-co en el Estadio Nacional en la colonia Roma, y poco tiempo después se instaló en La Ciudadela. Ahí los procedimientos burocráticos para el reclutamiento fueron motivo de varias manifestaciones de pro-testa por parte de los aspirantes, quienes cansados de esperar en las grandes fi las deseaban apresurar los lentos trámites. A esta ofi cina acudían diariamente cientos de personas. Debido a que esto provoca-ba gran demanda de solicitudes, se abrie-ron otros centros en Guadalajara, Irapua-to y Empalme, Sonora; el salario mínimo se fi jó en 30 centavos de dólar por hora.6

La creciente demanda de mano de obra y los largos trámites en los centros de contratación, en los que esperaban por varios días, favorecieron la entrada exce-siva de ilegales conocidos por espaldas mojadas7 (wet back), debido a que para

84

7 A los braceros ilegales que cruzaban el río Bravo nadando se les apodaba wet back o espaldas mojadas, González Navarro, op. cit., p.37.8 Bustamante, op. cit., p. 37.9 González Navarro, op. cit., p. 266.10 Ibid., p. 316.

los granjeros resultaba más barato contra-tar a un espalda mojada que a un bracero. Además, a diferencia de los braceros, los wet back no se limitaban a las activida-des agrícolas, pudiendo ser utilizados en cualquier otro servicio o bien como rom-pehuelgas. Según Jorge Bustamante:

Los espaldas mojadas eran una especie

de contrabando tan corriente como el de

las bebidas en Mississippi. Pizcaban y co-

sechaban los cítricos, cuidaban los sem-

brados de verduras, cavaban las zanjas

del riego, podaban, quitaban las plantas

parásitas y dejaban limpios los campos de

Valley. Además salían baratos. Por un dó-

lar o dos al día vivían de frijoles y tortillas;

si se les hubiera pagado más, habrían sa-

lido a gastarse el dinero a lo loco. En cual-

quier caso era más dinero del que podrían

conseguir en México, y eran felices.8

Los estadounidenses de origen mexicano fueron los peores enemigos de los brace-ros legales e ilegales, porque constituían una fuerte competencia como trabajado-

res; sin embargo, los indocumentados eran los más indeseables porque abara-taban los salarios. Uno de los rasgos dis-tintivos de los espaldas mojadas es que con frecuencia llevaban a sus familiares o bien formaban sus familias allá.9

El programa preveía la formación de un fondo de ahorro campesino que se transferiría al Banco Nacional de Crédito Agrícola de México, el cual se encargaría de que esos ahorros se invirtieran en la adquisición de implementos agrícolas.10 De acuerdo con el convenio originalmen-te pactado entre los dos gobiernos, hubo una deducción de 10% de los sueldos de los braceros para crear dicho fondo. Hoy nadie sabe si tal fondo fue realmen-te creado, a cuánto ascendió la cantidad reunida y cuál fue el destino fi nal de este dinero.

La Secretaría del Trabajo designó en 1943 inspectores cuya misión fue vigilar el cumplimiento del tratado en territorio es-tadounidense, pues servirían como intér-pretes y visitarían los centros de trabajo para atender las quejas de los braceros.

85

11 Este racismo se inspiraba en Madison Grant’s, The passing of the Great Race, libro que en 1916 atri-buía la grandeza de la población de los Estados Unidos a que era producto del norte y del occidente de Europa, y ahora estaba amenazada por los “bastardos” mexicanos, el mejor ejemplo de las razas inferio-res, combinación de la “mala” sangre india y la “buena” española; además este híbrido sólo heredaba los malos rasgos de sus padres. No faltó quien alertara contra el peligro de que estos híbridos sobrepasaran a los estadounidenses cuyas familias sólo tenían tres hijos en promedio y las mexicanas nueve o diez. Algunos nativistas declararon que los mexicanos nacían comunistas, un inexperto en genética señaló el peligro de que el suroeste ganado en el XIX se perdiera en el XX por obra de los despreciables mexica-nos, sólo deseosos de comer, dormir y fornicar. En las chozas mexicanas, sucios chiquillos con sus caras cubiertas de moscas vivían en la misma ociosidad que sus montones de perros hambrientos; dormían de día como los coyotes y pillaban de noche.12 Plascencia de la Parra, Las infanterías invisibles: mexicanos en la Segunda Guerra Mundial, México, 2003, pp. 1032-1033.

A pesar del tratado, los braceros su-frieron discriminación porque los estado-unidenses los consideraban indeseables, con malas costumbres, y porque supues-tamente corrompían los buenos valores tradicionales de la sociedad.11 Los mexi-canos aceptaban esas humillaciones por-que buscaban mejorar su nivel de vida, reunir sufi ciente dinero para regresar a su pueblo en México y poner un “negocito”.

En términos generales los puntos del tratado se cumplieron. Se evitó que los braceros legales fueran reclutados para la guerra, sin embargo, los braceros ilegales que no tuvieron la protección del Progra-ma Bracero no pudieron sustraerse al en-rolamiento. La discriminación tan severa que había en Texas favoreció que ese tipo de trabajadores fueran enrolados.12

Los requisitos para ser seleccionado como bracero eran: aprobar una entre-

vista, tener documentos personales en regla, pasar un examen médico general. Una vez seleccionados, los trabajadores debían someterse a un examen de san-gre para detectar sífi lis, y de rayos X para detectar tuberculosis. Finalmente, a los escogidos se les vacunaba y fumigaba con insecticida. Hubiera sido importante también realizar el examen médico a los braceros cuando regresaron a México.

El gobierno de los Estados Unidos manifestó su deseo de dar por terminado el Convenio Bracero al fi nalizar la guerra, pero no fue posible debido a los intereses que se habían creado, como la disposi-ción de mano de obra barata por parte de los empresarios agrícolas. En 1950, al estallar la guerra de Corea, el gobier-no estadounidense pidió nuevamente el servicio de braceros. En esta ocasión el gobierno mexicano solicitó a los Estados

86

13 Luis Medina, Historia de la Revolución Mexicana, México, El Colegio de México, 1975, p. 63.14 Idem.15 Ibid., p. 65.

Unidos formar parte integrante del conve-nio. Esta petición dio lugar a la promulga-ción de la ley pública 78, la cual pretendía obtener control y protección para los tra-bajadores mexicanos.13 Dicha ley otorgó autoridad al Departamento de Trabajo de los Estados Unidos para:

a) Contratar trabajadores mexica-nos, incluyendo a los indocumen-tados.

b) Establecer y administrar centros de recepción cerca de la frontera con México, con el fi n de recibir y dar habitación a los braceros mientras quedaban concluidos los arreglos para su empleo en Esta-dos Unidos, o bien para su regre-so a México.14

LA CONTRATACIÓN UNILATERAL

En 1951 se iniciaron las pláticas para la primera revisión del convenio. El gobierno mexicano utilizó la táctica de posponer las pláticas para que, al llegar la época del levantamiento de cosechas, los empresa-rios estadounidenses se vieran obligados

a conceder ventajas en materia salarial y a desistirse de colocar los centros de con-tratación cerca de la frontera.

El 15 de enero de 1954 el Depar-tamento de Estado y la Secretaría del Trabajo de los Estados Unidos hicieron pública su decisión de proceder de inme-diato a la contratación de trabajadores mexicanos sin la participación del gobier-no mexicano. El gobierno mexicano trató de evitar que los braceros accedieran a la contratación unilateral, por ello la Secre-taría de Relaciones Exteriores y la de Go-bernación emitieron esta declaración: “El gobierno de los Estados Unidos se propo-ne poner en vigor un sistema de contrata-ción de trabajadores agrícolas mexicanos sin la participación del gobierno de Méxi-co. Es pertinente declarar que el gobierno de México no dará su conformidad a este procedimiento y por tanto no autorizará la salida legal de trabajadores”.15

El gobierno mexicano cerró las fron-teras para que ningún campesino pudiera salir del país. Sin embargo, miles de tra-bajadores se encontraban en la frontera desde varias semanas antes, esperan-

87

16 Ibid., p. 73.

do ser contratados. Inmediatamente en México se les ofreció trabajo en obras públicas de pavimentación, alumbrado, parques y jardines. El secretario de la De-fensa Nacional incluso les ofreció todas las vacantes que había en las fi las del ejército. Los esfuerzos fueron inútiles por-que los campesinos estaban decididos a cruzar la frontera, lo que provocó hechos sangrientos y numerosos motines, con un saldo de algunos muertos.

Estos incidentes convencieron a am-bos gobiernos de reanudar cuanto antes las negociaciones y, fi nalmente, el 10 de marzo de 1954 se fi rmó el nuevo acuerdo, en el cual se daba un mayor poder de de-cisión al gobierno de los Estados Unidos. Este nuevo acuerdo concluyó con los si-guientes puntos básicos:

1. El secretario del Trabajo de los Estados Unidos quedó como la única autoridad para decidir el monto de los salarios.

2. Los centros de contratación se lo-calizarían en Mexicali, Chihuahua y Monterrey, para ahorrar gastos de transportación a los granjeros estadounidenses.16

El testimonio de un ex bracero que la-

boró en los campos de Texas y Nuevo México por los años cincuenta, relata su experiencia: Los candidatos tenían que trasladarse a la ciudad de Chihuahua y presentarse en “el trocadero”, lugar en donde se hacían las contrataciones de braceros. “El trocadero” era manejado por ofi ciales americanos y su área princi-pal consistía en una hilera de ventanillas. El primer paso era someterse a una en-trevista sencilla en la primera ventanilla. En la segunda ventanilla se les sometía a un interrogatorio más intensivo sobre su experiencia laboral y sus califi caciones. A ese segundo funcionario se le mostra-ban las manos para enseñar las huellas físicas del rudo trabajo del campo. Una vez aprobado era enviado a la tercera ventanilla, donde fi rmaba su contrato y le tomaban la fotografía para su tarjeta de bracero.

Días después, los contratados eran transportados de la ciudad de Chihuahua a la frontera. En Ciudad Juaréz espera-ban otro par de días mientras los ofi ciales del servicio de inmigración estampaban el sello de aprobación en sus permisos. Luego, de El Paso, Texas eran llevados

88

17 AGN, Presidentes, ALM, vol. 723, exp. 584/34, foja 3.18 Ángela Moyano y Estela Báez-Villaseñor, Los Estados Unidos, una nación de naciones, México, Insti-tuto Mora, 1966, p. 243.

al centro de procesamiento, donde los ha-cían que se bañaran y luego los rociaban con un polvo blanco.

En los ranchos hacían de todo, duran-te el día pizcaban algodón, pero en las tardes y los domingos los llevaban a repa-rar cercas o a pintar las casas de los ran-cheros, naturalmente sólo se les pagaba por el algodón que pizcaban de las seis de la mañana a las cinco de la tarde.

Una vez a la semana los llevaban al pueblo a comprar víveres y cigarros. Al-gunos aprovechaban para mandar dine-ro a sus familias por medio de los giros bancarios.17

LA OPERACIÓN WET BACK (ESPALDAS MOJADAS)

El nuevo acuerdo fi rmado en 1954 permi-tió a los granjeros fi jar los salarios, esto hizo que para ellos fuera mejor contratar a los braceros que a los “espaldas moja-das”. Mucho debió infl uir que el congreso estadounidense prohibiera a los agricul-tores emplearlos, porque estaban convir-tiendo el sudoeste de los Estados Unidos en una península cultural de México. Esto

explica la operación wet back, consisten-te en la deportación masiva de trabajado-res ilegales. En este proceso fueron de-tenidos hasta 2,000 trabajadores diarios. Numerosos migrantes de piel morena sin documentos fueron aprehendidos y de-portados en trenes y autobuses hasta el interior de México.18

A pesar de los esfuerzos por evitar la entrada de indocumentados, éstos al ser deportados volvían a introducirse, pues los “coyotes” los pasaban cobrándoles un dólar, cruzando el río o alquilándo-les pasaportes. Con pagar más dinero menos difi cultades tenían para ingresar. Esta facilidad de cruzar la frontera y de conseguir trabajo en las granjas hizo que fracasara la operación wet back.

Con la introducción de la pizcadora mecánica y debido a la abundancia de mano de obra agrícola indocumentada, en los sesenta el programa bracero llegó a su término. Los mexicanos, cuando ya no fueron necesitados, fueron regresados a su país.

Una de las consecuencias que ocasio-nó la cancelación del programa de traba-

89

Flujo migratorioTabla 1. Migración de mexicanos a Estados Unidos: 1946-196519

Periodo Emigrantes legales

Aprehensiones Deportación de ilegales

Braceros

1946-1950 38,128 1,283,696 346,8451951-1955 122,654 3,081,691 1,298,1631956-1960 196,658 232,078 2,067,5921961-1965 223,112 222,827 871,285

19 Fuente: Richard B. Craig, The Bracero Program Interest Croups and Foreing Policy, Texas, University of Texas Press, Austin & London, 1971, p. 233.

jadores temporales fue el incremento de la corriente migratoria subrepticia, aumen-tando con ello el tráfi co de trabajadores in-documentados con sus fenómenos colate-rales: violación de los derechos humanos y de las leyes, falsifi cación de documentos, corrupción de los agentes migratorios, explotaciones, fraudes y toda una serie de actividades clandestinas de las que ha sido víctima el trabajador mexicano.

Los principales benefi ciados durante la vigencia del Convenio Bracero fueron los empresarios agrícolas estadouniden-ses, quienes tuvieron a su disposición mano de obra abundante y barata.

Para concluir este panorama general sobre el Programa Bracero resulta impor-tante señalar que durante su vigencia de 1942 a 1964, cinco millones de mexica-nos entraron a trabajar en los campos agrícolas de los Estados Unidos. Estos braceros contribuyeron de manera funda-mental a convertir la agricultura estado-unidense en la más rentable y avanzada del mundo, pues la mayoría de ellos eran experimentados trabajadores del campo que provenían de lugares altamente pro-ductivos de su país.En la tabla 2 se aprecia el incremento de la cifra de trabajadores migrantes le-

90

TABLA 2. Emigrantes legales mexicanos a Estados Unidos: 1951-197520

1951-1960 300,0001961-1970 450,0001971-1975 600,000

TABLA 3. Número de braceros contratados en California y Texas21

Estado 1960 1961 1962

California 112,995 98,733 116,455Texas 122,755 117,368 30,152

20 Idem.21 Idem.

gales. En el período de 1951 a 1971 la cantidad de ellos se duplica de 300,000 a 600,000. Se observa que la cantidad de trabajadores ilegales en la tabla 1 supera la cantidad de legales que entraron a Es-tados Unidos, es difícil saber la cantidad de ilegales debido a que por su condición no hubo registro.

En la tabla número 3 vemos que en 1960 la cantidad de braceros contrata-dos en los Estados de California y Texas se mantiene en equilibrio, pero en 1962 se reduce en el estado de Texas, posi-blemente esa disminución de los traba-jadores contratados se haya debido a la

discriminación contra los mexicanos y por ello se tomó la medida de evitar enviarlos a ese estado.

PETICIONES DE BRACEROS

Los expedientes que revisé en el Archi-vo General de la Nación forman parte del Programa Bracero, que consistió en la demanda de trabajadores agrícolas por parte de los agricultores de algodón, ver-duras y frutas del suroeste de los Estados Unidos.

Las cartas y fotografías que se ana-lizan en este apartado fueron escritas

91

22 AGN, Presidentes, ALM, vol. 723, exp. 546.3/897, f. 5. (En esta y las cartas que se citarán en adelante, así como en las respuestas de los funcionarios mexicanos, se respeta estrictamente la ortografía de todos los escritos.)23 Ibid, vol. 7171, exp. 546.6/184, f. 3.

por los aspirantes, atraídos por la fuerte propaganda de los enganchadores de braceros, y por braceros que solicitaron ayuda del presidente ante los abusos de sus patrones.

Las solicitudes de cartas de recomen-dación para contratarse como bracero son muy variadas; de ello se deduce que la razón que los impulsaba a emigrar era la falta de empleos: “En vista de la crítica si-tuación que prevalece en esta región, por falta de trabajo, muy atentamente suplico a Ud., sea bien servido concederme una carta de recomendación para enlistarme como bracero a los E.U. de América con el fi n de buscar el mejoramiento econó-mico de mí y los míos. Francisco Flores Guerrero, Zacatecas”.22

Generalmente las peticiones de los aspirantes a braceros fueron contestadas de la siguiente manera:

C. José Castro Farías

Rancho La Sillita, San Cristóbal de la Vía,

Jalisco

Con referencia a su atento escrito de

fecha 24 de Abril próximo pasado, que

dirigió al C. Presidente de la República

solicitando autorización para emigrar a

los E.U. como bracero, me permito hacer

de su conocimiento que la citada autoriza-

ción debe gestionarse directamente ante

el C. Secretario General de gobierno de

ese estado, por ser este funcionario quién

[sic] autoriza, en coordinación con esta

ofi cina la salida de aspirantes braceros de

esta entidad.23

Este tipo de respuesta es muy común en este acervo, ella misma señala que los as-pirantes deben acudir directamente con el secretario general del estado, lo que sin duda ya habían hecho; es lógico pensar que, antes de pedir la ayuda del presiden-te, acudieron al centro de contratación, donde no fueron admitidos, ello puede ex-plicar por qué acuden al mandatario.

Por la gran cantidad de cartas se de-duce que hubo una salida masiva de cam-pesinos hacia los Estados Unidos de to-das las regiones del país. A continuación se presenta un telegrama de la Piedad, Michoacán, que ilustra la gran demanda de trabajo y la corrupción existente:

92

24 Ibid, vol. 716, exp. 546.6/55, f. 2.25 Ibid, vol. 847, exp. 575.1/9, f. 1.26 Idem.

Sr. Lic. Adolfo López Mateos:

A nombre de 800 aspirantes a braceros,

suplicámosle respetuosamente su inter-

vención desde hace dos meses el presi-

dente municipal y diputado federal García

Castillo, nos cobró $300 por persona.

Atentamente

Samuel Caratachea.24

Otro dato interesante que aporta esta fuente a nuestro conocimiento sobre la experiencia que los braceros vivieron, es la gran cantidad de aspirantes, lo cual in-dica el desempleo y los bajos salarios de los campesinos mexicanos. También es posible que el cobro de estas cantidades tuviera la intención de limitar la salida de los braceros.

Para profundizar en el tema, leí varias cartas entre las cuales encontré qué fue de esos migrantes. Varias misivas denun-cian malos tratos, humillaciones, injusti-cias e incumplimiento de pago de sala-rios. Jesús Zúñiga Guerrero informa al señor presidente estar trabajando como bracero en Bencheley, Texas, EEUU, co-munica que los patrones no respetan los

contratos y se burlan de lo estipulado en ellos:

Cariñosamente lo saludo y paso a permi-

tirme exponerle ante su honorable perso-

na estas sentimentales líneas, pidiéndole

encarecidamente me disculpe por la falta

de expresión para Ud. Pues mire Ud. se-

ñor presidente, estoy contratado aquí en

Bryan, Texas y aquí en toda la región hay

mucho bracero, pero debo decirle que los

patrones no respetan el contrato de ley y

se burlan de lo que estipula el contrato.25

El emisor confusamente manifi esta que ha intentado organizarse con sus compa-ñeros para defenderse de los abusos de los patrones: “Yo les he dicho a algunos compañeros, pero no quieren hacer nada, están con miedo, porque en otras partes algunos han reclamado y les dicen que son comunistas, cosa que yo inoro la sic-nifi cación de esa palabra...”26

Es posible que para evitar protestas y quejas de los braceros, haya sido una práctica común de los patrones acusar-los de comunistas y amenazarlos con la

93

cárcel o la deportación. Además se debe recordar que Texas ha sido el estado que ha tratado peor a los braceros.

Finalmente se queja de malos tratos, amplias jornadas de trabajo y de que no hay quien los defi enda, por ello pide al presidente atienda su súplica.

y como aquí no se conoce ningún cón-

sul, ningún inspector de trabajo a quien

exponer uno de sus razones y si vienen,

pues vendrán a ver a los patrones porque

con un solo trabajador no han hablado,

yo le escribí a un cónsul de Hausten ni

siquiera contestó y yo me siento apena-

do molestarlo a Ud., pero viendo que Ud.

es nuestro padre, nuestro defensor así

es que por eso lo hice, de ponerle en su

conocimiento porque los patrones de esta

región del Valle de Texas no merecen ni

un solo bracero de diario hay quejas con

los cónsules de los centros de braceros

y yo me hago fuerte porque tengo mucha

familia y si va uno al centro a decir que lo

tratan a uno mal que lo trabajan mucho lo

regañan y que no se puede hacer nada,

es todo, dispense la letra.27

En una carta enviada desde Cristal City, Texas, fechada el 25 de diciembre de 1959, un ciudadano mexicano llamado Pedro Mora escribió al presidente, Adolfo López Mateos para expresar su opinión personal acerca de las malas intencio-nes de los estadounidenses en contra de México:

Crystal city Texas, E.U.A. 25 diciembre de

1959.

Muy apreciable caballero, ya pasé para

los E.U.A. como no pude pasar legalmen-

te por falta de edad, tuve que pasar de

mojado como le llaman los gringos, pero

esto lo hice con el único fi n de darme

cuenta como se tratan los americanos

Aspirante a bracero.

27 Idem.

AGN,

Pres

ident

es, A

LM, c

aja 7

17, e

xp. 5

46.6

/184

94

28 Ibid, vol. 718, exp. 546.6/317, f. 4.29 Idem.

con nuestro país y estoy muy satisfecho

por haberme dado cuenta de cosas que

yo a Ud. le tengo que comunicar para de-

cirle que allá en los Estados Unidos están

estudiando la manera de cómo traicionar

a México con los compatriotas braceros,

les están aconsejando que se hagan ciu-

dadanos norteamericanos y que México

no sirve para vivir, que México está muy

pobre y por eso ya estoy viendo que los

gringos son hipócritas y traidores hacien-

do creer que respetan a México pero en

verdad lo denigran.28

Este bracero ilegal debió haber sido muy joven, posiblemente de 17 o 18 años de edad, pues la edad permitida para los as-pirantes fue de 21. Por esta decisión, gran número de aspirantes no fueron acepta-dos, esto podría signifi car que miles de hombres jóvenes encontraron dos opcio-nes: regresar a sus casas o iniciar la aven-tura como migrantes indocumentados.

El fi rmante percibe un fuerte dominio estadounidense sobre México y señala humillaciones contra los braceros por parte de los estadounidenses de origen mexicano, quienes fueron los peores ad-

versarios de los braceros, aun más racis-tas que los patrones.

Asimismo, se muestra altamente pa-triota y señala la necesidad de que el presi-dente reaccione ante esta grave amenaza:

Y los mexicanos nacidos en Texas deni-

gran a los mexicanos igual que los grin-

gos, cosa que me hace sufrir, yo le sugiero

a Ud. y le ruego muy atentamente que no

le crea a la política a los norteamericanos,

con toda la fuerza de mi alma deseo que

México despierte de ese letargo en que

los tienen sumidos los gringos, hasta pa-

rece que los tienen hipnotizados, yo solo

no puedo pero yo con todo gusto daría

mi sangre cuando todo México entrara a

defender sus derechos y no dejarse su-

gestionar por esa raza de sabandijas y así

quisiera que cada uno de los mexicanos lo

hiciera, muy especialmente su excelencia,

sin más y muy sinceramente,

Pedro Mora29

La falta de protección a los trabajadores migratorios fue una constante en esta época, como es el caso de Vicente Tru-jillo, quien envió una carta desde Avon-

95

dale, Arizona, para quejarse del cónsul mexicano en esa población, quien no quiso ayudarlo en la situación en la que se encontraba: al sufrir un accidente de trabajo, quedó inutilizado de una mano. Los patrones se negaron a pagarle y es-taba muy enfermo, sin atención médica ni medicinas. Por ello solicitó la intervención del presidente.

Esta información la tomé del extrac-to de la carta que hizo el secretario de la presidencia. La carta no está en el expe-diente ya que fue turnada para su aten-ción al secretario de Relaciones Exterio-res y no le sacaron la copia respectiva. Sin embargo, me interesó presentar este caso para ilustrar la nula participación de los cónsules mexicanos ante los proble-mas que debieron solucionar.

Otro caso, para mencionar uno de tantos ocurridos, es acerca de braceros accidentados que no obtuvieron indemni-zación ni ayuda de ninguna especie, como Manuel Rosas Trejo, quien trabajaba en Somonton, Arizona. En su carta, fechada el 3 de agosto de 1960, (tampoco está en el expediente) manifestó haber sufrido un accidente el 18 de octubre de 1959 y que un año después todavía se encontraba en tratamiento médico. El cónsul de México

en ese lugar le informó que no se le ayu-daría en virtud de que la persona que lo atropelló guiaba una camioneta que no era de su propiedad y el vehículo no es-taba asegurado. Por ello pide la interven-ción del primer magistrado en demanda de justicia, este asunto se turnó al secre-tario de Relaciones Exteriores, quien res-pondió el 27 de agosto de 1961.

Se recibió la carta del trabajador Manuel

Rosas que solicita ayuda para obtener

indemnización por el accidente que sufrió

mientras se hallaba en los E.U.A. como

bracero.

Sentimos manifestar a Ud., que no es

posible intentar acción alguna a favor del

reclamante, según lo manifestó el abo-

gado consultor de nuestro consulado en

Calexico, por no haber tenido responsa-

bilidad el dueño del vehículo que atropelló

al quejoso.

Esta carta pone de manifi esto la falta de voluntad política de las autoridades mexi-canas para defender el bienestar de los trabajadores migratorios, pues ante cual-quier reclamación de este tipo “sentían” mucho informar que no podrían hacer nada en favor de los afectados.

96

Otro es el caso de Concepción Nar-váez, viuda de Saucedo, quien solicita ayuda a fi n de que se le pague una pen-sión por la muerte de su esposo, quien sufrió un accidente de trabajo durante su permanencia en los Estados Unidos como bracero. La carta ya no está en el expe-diente, sólo hay un extracto de la misma; sin embargo, se encuentra la respuesta del cónsul mexicano asignado para aten-der el asunto:

Tengo la pena de informa a Ud. que, por

virtud del fallo del tribunal de trabajo el

patrón de su esposo Francisco Saucedo

y demás trabajadores que fallecieron en

el accidente de 7 de junio último, no tiene

con que pagar el importe de las indemni-

zaciones que corresponden a los deudos,

Ud. entre ellos, la reclamación que tenía-

mos pendiente a nombre de Ud., debe

considerarse como perdida.30

Atentamente

El Cónsul de México

Adolfo Domínguez

Es evidente la falta de esfuerzo de los cón-sules mexicanos para ganar los juicios en los tribunales de los Estados Unidos. Por

lo tanto cabe preguntarse: ¿qué sucedió en casos más graves o difíciles? Posible-mente la mayoría de los casos se perdió, siendo los principales afectados los brace-ros y sus familias en México, a cuyo go-bierno parecía no preocuparle la situación de sus trabajadores en los Estados Unidos ni demostraba esforzarse –creando fuen-tes de empleo nacionales e instancias para apoyar al campo mexicano– porque no sa-lieran a enriquecer a los estadounidenses.

También se encontraron muchas quejas de abusos que se cometieron en México, como el cobro de grandes sumas de dinero a los aspirantes a braceros para inscribirlos en las listas.

Santa Rita, Villa Hidalgo, Zacatecas,

mayo 27 de 1959:

El C. Presidente Municipal, José María

Pérez, abusando del puesto que desem-

peña, estuvo cobrando exigidamente la

cantidad de 160 pesos para así poder

dar oportunidades de enlistarlo como as-

pirante a bracero, expresamos ante Ud.

nuestra queja, esperando justicia y se de

cuenta de lo miserable que vivimos, y se

nos den facilidades de poder buscar el

pan para nuestros hijos.31

30 Ibid., vol. 832, exp. 567/34, f. 7.

97

31 Ibid., vol. 717, exp. 546.6/183, f. 2.32 Ibid., vol. 717, exp. 546.6/900, ff. 1 y 2.

Otro ejemplo de los abusos que sufrían los aspirantes a braceros es la carta de Trinidad López García, de Jiquilpan, Mi-choacán, engañado por un funcionario de la Secretaría de Gobernación a quien le entregó la cantidad de $615.00 a cambio de que lo trasladara hacia los Estados Unidos, pero Trinidad López fue abando-nado cerca de la frontera, en Empalme, Sonora, acompañado de su familia. So-licita ayuda y anexa un documento se-llado por la Secretaría de Gobernación. Aunque no hace referencia directa a la razón de su envío, se deduce que es para probar que dicho funcionario le prometió ayuda a cambio de dinero. En su carta no especifi ca el tipo de ayuda que solicita, dice textualmente:

Después de saludarlo atentamente me

tomo la confi anza en molestarlo porque

creo estos problemas solamente usted

nos puede ayudar y espero usted me haga

el favor de desirme si a usted es a quien

debemos de molestar cuando la persona

no es competente para handar siguiendo

a un individuo que nos ha engañado nos

mandó al Empalme Son. Pidiéndonos la

cantidad de $615.00 esto me ha pasado

por amor a mis hijos que quiero educarlos

por eso esperaba a buscar donde me ayu-

dara poquito más porque yo siempre me e

mantenido de campesino jornalero y es la

ingratitud de este señor.

Licenciado Jorge Reyes Beltrán. Nos tuvo

a barias personas en Empalme 22 días y

la familia sufriendo y yo también ayúdame

para sostener a mi familia.

A si na es que espero y me conteste para

que me haga el favor de desirme que es

lo que voy a ser.32

No extraña pensar que este trabajador mi-grante tuviera pensado dejar permanen-temente su país por dos razones: en pri-mer lugar porque se llevaba a su familia, y en segundo la fuerte cantidad que pagó para ser trasladado, debió haber vendido todos sus bienes para conseguir el dine-ro y al ser defraudado lo perdió todo, eso explica la terrible frustración que proyecta en su carta. El documento anexo a su car-ta con fecha de 26 de febrero de 1963 es una recomendación dirigida al centro de contratación de Empalme, Sonora.

98

Por medio de la presente, tengo el gusto

de hacer constar que el señor Trinidad Ló-

pez García; cuya fotografía ba al margen

y originario de Jiquilpan de Juárez Mich.,

es una persona de muy buena conducta y

no tiene antecedentes penales; así como

carece de tierras y medios para su acti-

vidad en el campo; por lo que se ve obli-

gado a salir del país como bracero a los

Estados Unidos.

Por lo anterior y de la manera mas aten-

ta, suplico se le brinden las garantías nece-

sarias para que salga lo más pronto posible

a trabajar como lo desea.33

Esta carta de recomendación tiene adhe-rida su fotografía en la que aparece ves-tido de manera informal, con mirada fi ja hacia la cámara, desaseado, despeinado, con cara preocupada. El defraudador, para evitar su involucramiento en este asunto, no fi rmó el documento y en la parte en donde aparece su nombre no se encuentra su fi rma, con ello el reclamante quedó sin argumentos para acusar a su estafador.

Respecto a cómo eran las salidas de los braceros, en una carta muy interesan-

te se relata el traslado de un bracero ha-cia la frontera:

Desde que sale uno de Empalme a Chi-

huahua, lo tratan a uno muy mal y le dan

a uno una bolsita con tres panes para que

como uno tres días. Llega uno a la línea y

ahí es recibido por agentes de inmigración

que lo humillan a uno al grado deque no

es libre de alzar a verlos, pasan a uno a

los centros de repatriación que es lo peor,

le dan a uno una jeringa para que lo lleve

al médico donde sin piedad le sacan san-

gre y muchos se desmayan.34

Este bracero señala la discriminación que vivió cuando llegó a la frontera y la mala alimentación que tuvo durante el viaje. Sin embargo, lo más importante de esta fuente es que no se sabía que también y contra su voluntad, se les utilizó como donadores de sangre, ¿para qué se uti-lizó esta sangre? Olimpo Macías no nos dice más acerca de este abuso, el cual es poco conocido o casi desconocido en la historiografía sobre el tema. Es muy posible que se haya destinado a bancos de sangre.

33 Ibid., vol. 717, exp. 546.6/900, f. 3.34 Ibid., vol. 717, exp. 546.6/210, f. 4.

99

La misma carta señala el trato que re-cibieron en los Estados Unidos:

Es un abuso que hacen con nosotros los

mexicanos, por allá en los campos donde

estamos nos exigen que trabajemos de

más nos dan una comida como unos pre-

sos, comidas de los más corriente y ade-

más todas las cosas que compramos nos

las dan más caras que a los nacionales

simplemente el refresco para los naciona-

les vale diez centavos, y para los braceros

quince centavos y así sucesivamente.

Me despido su útil y seguro servidor,

Olimpo Macías.

310 Park Avenue, Manteca California

U.S.A.35

Olimpo Macías dice en su carta que te-nía necesidad de comprar refrescos, esto puede indicar que quizá no se les propor-cionaba agua, para poder venderles re-frescos embotellados. Es importante se-ñalar que el tema de la alimentación fue otro abuso que se cometió con ellos, pues al no contar con un área específi ca tenían que comer en el campo, sentados sobre los surcos que ellos mismo habían forma-

do sobre la tierra, y el tipo de comida que se les daba era de mala calidad.

Localicé dos expedientes integrados con cartas de dos grupos de aspirantes a braceros provenientes de tres zonas de Guanajuato: León, Silao y San Francisco del Rincón. Contienen 24 cartas del tenor siguiente:

25 de marzo de 1963

Sr. Presidente de la República Mexicana.

Sr. De todo mi respeto:

Tengo el honor de dirigirme a Ud. para

saludarlo y a la vez suplicarle fuera tan

amable, de enviarme una carta de reco-

mendación a fi n de enrolarme como bra-

cero ya que estoy sin trabajo. Tengo 23

años de edad y tengo mi cartilla.

No dudando que me hará este favor lo sa-

luda atentamente Pascual Borja.36

Las cartas van acompañadas de una foto tamaño credencial colocada al frente. En el ángulo superior izquierdo, al reverso de la foto, está escrito el nombre de la persona retratada. La redacción de las cartas es la misma y no relata más sobre su problema ni contiene argumentos con

35 Idem.36 Ibid., vol. 717, exp. 546.6/184, f.6.

100

37 Una persona que, sentada en un banco en la calle y con una máquina de escribir, ofrecía el servicio de escribir cartas.

* Egresada de la UNAM, integrante del seminario de investigación que imparte en el AGN el doctor Aurelio de los Reyes.

los que trate de convencer al presidente para que lo ayude. Las misivas son muy vagas, se concentran en pedir una carta de recomendación para ser contratados como braceros. El documento no hace referencia a la razón por la cual envían sus fotos. Por lo anterior se deduce que fueron escritas por un evangelista,37 quien redactó y pegó las fotos. Considero que las fotografías tuvieron el objetivo de comprobar la edad y la salud de los aspi-rantes a braceros. Otra posible razón del envío de las fotos pudo haber sido recibir la carta de recomendación con la foto-grafía del interesado. El hecho de que no escribieran las cartas ellos mismos puede deberse a que no sabían leer ni escribir. La mayoría de ellos son campesinos; va-rios manifi estan haber sido braceros con anterioridad. Los escritos no contienen ni la fi rma del interesado ni la huella digital.

La actitud de algunos frente a la cá-mara fotográfi ca es segura, la de otros no: se percibe tensión en el rostro, provocada

tal vez por nerviosismo; varios tienen el ceño fruncido, gesto propio de su trabajo, pues la luz del sol en el campo hace que el rostro se contraiga de esta manera.

Las fotografías capturan la subjetivi-dad de los aspirantes. Refl ejan lo opre-sivo de su situación en sus caras y en sus hombros. Hay expresión de tristeza en sus miradas; visten humildemente, desarreglados y despeinados, la mayoría son de complexión delgada, de rasgos in-dígenas y otros son mestizos; los retratos refl ejan claramente su situación de po-breza, pues se muestran preocupados y afl igidos. Ninguno muestra una expresión alegre, es notorio en su imagen un des-gaste físico provocado por la exposición a las agresiones del clima, pues parecen mayores de la edad que dicen tener.

La edad promedio de los aspirantes es de 33 años; los casos localizados se encuentran entre los 21 y los 45 años de edad, provenientes de León, Silao y San Francisco del Rincón, Guanajuato.

101

1. LOS VETERANOS DE LA REVOLUCIÓN

Varias asociaciones agruparon a los ve-teranos de la Revolución. La Unión Nacio-nal de Veteranos de la Revolución, creada en junio de 1936 y encabezada por altos ofi ciales que veían amenazadas sus pre-bendas, quienes se opusieron a que Cár-denas organizara fuerzas militares “irregu-lares” en el escenario rural y que clamaban contra la “amenaza comunista” auspiciada desde algunas esferas gubernamentales. La Unión de Veteranos estaba en contra de la educación socialista y de que se exa-cerbara la lucha de clases. Los miembros de la Acción Revolucionaria Mexicana, sinarquista, de Nicolás Rodríguez fueron conocidos como los “camisas doradas”, por la ascendencia villista de su líder y por su similitud con los camisas “pardas” y “ne-

gras” de los fascistas europeos, y en tanto que se aceptaba como una organización antisemita, anticomunista y contraria al ra-dicalismo cardenista.

En 1949, el gobierno expidió la Ley de Veteranos de la Revolución que fue publi-cada en el Diario Ofi cial de la Federación el 7 de enero de 1950 y reformada por úl-tima vez el 19 de enero de 1967. Según el artículo 2 eran veteranos sólo los que “hallan [sic] prestado servicios activos a la Revolución entre el 19 de noviembre de 1910 y el 5 de febrero de 1917, siempre que tales servicios hayan sido prestados en campaña o en cooperación activa con la misma; y haber sido reconocidos así por la secretaría de la Defensa Nacional previo el estudio y dictamen de las hojas de servi-cios correspondientes”.1 Según dicha ley, los veteranos tenían derecho a:

“Q U E L A R E V O L U C I Ó N N O S H A G A J U S T I C I A” : L O S V E T E R A N O S Y S U S FA M I L I A S

Karla Guadalupe Bustos Pérez*

1 Ley en favor de los Veteranos de la Revolución como servidores del Estado, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 7 de enero de 1950.

102

I.- Seguro de Vida por la cantidad de

$10,000.00 (DIEZ MIL PESOS 00/100 M.

N.) para cada uno de los Veteranos reco-

nocidos conforme a esta Ley. El Gobierno

del Estado podrá hacer préstamos hasta

por la cantidad de $500.00 anuales a los

Veteranos asegurados, a cuenta del valor

de la póliza, cuando lo crea conveniente, y

que las malas condiciones del asegurado

así lo requieran.

II.- Pensión Vitalicia de $100.00 a $300.00

a juicio del Ejecutivo del Edo. cuando

sean acreedores a la misma por circuns-

tancias de pobreza, edad avanzada o in-

capacidad para ganarse la vida. Recibirán

este benefi cio aunque ocupen puestos

públicos o privados, si sus emolumentos

por este concepto no exceden de $500.00

mensuales.

III.- Servicio Médico-quirúrgico en las Ins-

tituciones Ofi ciales incluyendo hospitali-

zación y medicamentos para el Veterano

y sus familiares que económicamente es-

tén bajo su dependencia.

IV.- Becas, libros, inscripción y diplomas

para los hijos de los Veteranos en los es-

tablecimientos ofi ciales del Gobierno. Las

becas comprenden el servicio educativo

ofi cial en todos sus grados y en caso de

que el Estado no cubra el servicio a que

aspira el benefi ciario, el Ejecutivo podrá

otorgar la cantidad de numerario que sea

necesario.

V.- Los hijos de los Veteranos benefi ciados

por esta Ley tendrán preferencia en igual-

dad de condiciones para ser admitidos en

los planteles educativos del Estado.

VI.- Para aquellos Veteranos que tengan

casa propia o pequeños establecimientos

comerciales (con exclusión de cantinas

o establecimientos de esta índole) el Es-

tado otorgará una reducción en un 50%

de sus contribuciones. Esta franquicia se

hace extensiva por vida a las viudas de

los Veteranos.

VII.- Además de la Póliza de que se ha-

bla en la primera fracción, el Estado pro-

porcionará una ayuda de $300.00 para

gastos de funerales y si el Veterano se

encuentra al servicio del Estado, sus fa-

miliares recibirán además el importe de

cinco meses de sueldo.

VIII.- En recompensa por los servicios

prestados a la Revolución Mexicana,

el Estado reconoce a los Veteranos el

derecho de antigüedad para obtener en

igualdad de otras condiciones, puestos

vacantes o ascensos en la organización

burocrática.

IX.- Los benefi cios a que un Veterano

103

puede tener derecho como empleado bu-

rocrático en relación con pólizas de vida,

pensiones de retiro o jubilación se suma-

rán a las que les corresponden como Ve-

teranos de la Revolución.

X.- Por lo que se refi ere a pensiones civiles

de retiro o jubilaciones, los Veteranos que

desempeñen puestos burocráticos tendrán

derecho a que se les compute un 50% más

del tiempo de sus servicios al Estado.2

Aquellos que no hicieran su trámite en el tiempo establecido quedaban fuera de la ley y sin derecho a reclamar que les fuera otorgada una pensión o un puesto en al-guna dependencia gubernamental.

La ley precisó que cualquier vetera-no de la Revolución que quisiera gozar los benefi cios que la misma les otorga, además de comprobar con papeles sus servicios debían probar no haber parti-cipado con las armas en las manos con el régimen de Victoriano Huerta ni haber colaborado con el mismo en alguna otra forma importante. Por su parte la Ley de Pensiones de 1960 otorgó gratifi ca-

ciones y benefi cios que la ley de 1949 no contemplaba, como la reducción de contribuciones a 50% en caso de que los veteranos tuvieran casa propia o peque-ños establecimientos comerciales. Cabe recalcar que también le negaban estos derechos a quienes hubieran actuado en contra de Francisco I. Madero.3

En 1966 se reformó la ley indicando que para ser reconocidos como veteranos, éstos tenían que presentar la solicitud res-pectiva a la Secretaría de la Defensa Na-cional (Sedena), Comisión Pro Veteranos, en el término de un año, sabiendo que de no hacerlo dentro de este plazo prescri-biría su derecho a solicitar los benefi cios que establecía la ley en favor de los vete-ranos como servidores del Estado.4

Los estados promulgaron otras leyes de pensiones, seguros de vida y otros benefi cios. Los interesados debían pre-sentar sus documentos ante la Sedena y ante la Comisión Consultiva del Estado, compuesta de cinco elementos, tres de los cuales eran propuestos por los vete-ranos de la Revolución.5

2 Ley de pensiones, seguro de vida y otros beneficios a los Veteranos de la Revolución, publicada en el Periódico Oficial el miércoles 27 de diciembre de 1950.3 Ibid., artículo 8º.4 Ibid., artículo 15º.5 Ibid., artículo 2º.

104

Esta Comisión era la encargada de estudiar los antecedentes de los solici-tantes, las solicitudes de pensión, el mon-to de becas, gestionar la expedición de pólizas, dictaminar sobre la competencia de los aspirantes a ocupar puestos buro-cráticos, además de otras funciones que el Ejecutivo le confi riera.

En este artículo estudiaré las cartas de quienes se decían veteranos de la Revolución mexicana o de sus familiares que solicitaron al presidente ayuda mone-taria o en especie.

Para los remitentes, la Revolución no sólo fue el hecho armado, cada uno te-nía un ideal del movimiento y peleó por él. Si bien ninguno menciona cuáles eran dichos ideales, sí queda claro que tenían simpatía por el movimiento y que era fi r-me la causa por la que lucharon. Es evi-dente que no todos los remitentes fueron reconocidos como veteranos, pero cada uno tuvo una razón para llamarse así, ya sea por participar en activo en los hechos o por apoyar la lucha que otros hicieron posible y que les podía benefi ciar.

Las cartas son la herramienta princi-pal para saber los motivos, las fotografías adjuntas revelan visualmente las carac-terísticas físicas de las personas, el nivel

social y económico; fueron enviadas para que López Mateos conociera cómo era la persona que le escribía y/o probar que participó en la Revolución.

Comencé la investigación separando los expedientes donde se encuentran es-tas fotografías, para determinar cuáles de ellas son de veteranos de la Revolución y cuáles son las que envían sus familia-res, en este caso las esposas, sus viudas. Luego traté de indagar sobre la persona que pide ayuda y cuál es el tipo y motivo de la misma.

Para comprender mejor los expe-dientes seguí el siguiente orden, que además sintetiza su contenido: mención del nombre de la persona que escribe, la complejidad y tamaño del expediente, las fotografías que lo integran y fi nalmente algunas notas importantes como el mérito obtenido, la petición que hace y la res-puesta lograda.

En las cartas enviadas por familiares de los veteranos y por los actores de la lu-cha revolucionaria, hice otra separación: documentos donde se pide alguna ayuda económica y aquellos en que la petición no es pecuniaria.

Los expedientes donde los veteranos no hacen petición económica al presi-

105

dente López Mateos en su mayoría son pequeños, contienen sólo la carta –en ocasiones no las incluyen– donde expo-nen el motivo de la misma. Sabemos la causa del envío de la fotografía por los registros de entrada, donde brevemente se explica el porqué del escrito, o por los correogramas donde se da contestación a la persona para que se entere a quién se turnó su petición o cómo se le prestará ayuda.

En los expedientes con peticiones económicas de los veteranos, están las cartas alusivas a ese asunto y, en mu-chos de los casos, otras subsecuentes que ofrecen una explicación más amplia o una justifi cación al saber cuál fue la res-puesta por parte de la presidencia.

Los expedientes de familiares pre-sentan en todos los casos cartas en-viadas por las viudas, que escriben sus peticiones haciendo hincapié en que ellas también son parte de la familia revolucio-naria ya que sus esposos participaron en la lucha.

En el Archivo General de la Nación (AGN) se hizo la mayor parte del trabajo,

pero para saber si realmente los remiten-tes eran veteranos de la Revolución se acudió al Archivo Histórico de la Sedena, ramo Cancelados.

Muchas de las personas menciona-das en este trabajo dicen ser veteranos de la Revolución por haber participado de una u otra forma dentro del movimiento armado, pero para obtener este título era necesario que como participantes se hu-bieran dado de alta ante la Sedena y com-probar por medio de un ofi cio su interven-ción. Empezado el trámite se investigaba si realmente la persona había colaborado en la gesta, con quién y en qué lugares. Al ser reconocidos como veteranos, si solicitaban una pensión, se dirigían a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público donde su caso era turnado.6

Quienes solicitaban un puesto públi-co tenían que comprobar ante la depen-dencia ser veteranos, pero no encontré ningún documento con el procedimiento que seguían para obtener el trabajo, pues en la Ley en favor de los Veteranos de la Revolución como servidores del Estado no se menciona dicho trámite.

6 Pero no todos los casos están registrados en el Archivo de la Sedena, sólo hay expedientes de aquellos que iniciaron su trámite para ser reconocidos o, en el caso del general Saucedo, por formar parte del ejército constitucionalista.

106

De los dos expedientes selecciona-dos en el AGN, en el Archivo Histórico de la Sedena se encuentran solamente los datos de cuatro solicitantes:

• Del general brigadier Andrés Sau-cedo Flores• Del subteniente de infantería Fran-cisco Flores Chávez• Del coronel Hipólito Chávez Már-quez• Del coronel Zeferino Bernal Montes

No se encontraron los expedientes del te-niente coronel Heliodoro Hernández Huer-ta, capitán Laurencio Luna Rodríguez, sargento Manuel Mora, profesor José Ma-ría Hinojosa Ornelas, Rutilo Maldonado Murillo, Agapito Ángel Cifuentes, Tomás Rojas Cardiel y Antonio Gómez Flores.

En los expedientes estudiados tam-bién se encuentra el problema de que algunos sí fueron reconocidos por la De-fensa Nacional como revolucionarios y veteranos, pero al pedir ayuda: pensión o trabajo, no les fue otorgada. Puedo afi r-mar que ninguno de los 12 expedientes estudiados tuvo una respuesta favorable por parte de la presidencia ni por la de-pendencia a la que fue enviado.

1. 1. CARTAS DE VIUDAS DE PARTICIPANTES REVOLUCIONARIOS

Hallé tres expedientes de este tipo. En un solo caso existe la carta con la explica-ción de los motivos, pero ésta se encuen-tra mal ubicada, en un expediente donde se leen cartas sobre problemas agrarios de diferentes personas; ninguna tiene se-guimiento por parte de la presidencia.

La carta de la que hago mención es de la señora Josefa Hernández7 viuda del subteniente de infantería Francisco Flores Chávez. Ella refi ere que su esposo apare-ce en la fotografía que anexa. El señor pidió su baja del ejército para atenderse las heridas de combate (1920), la petición fue aceptada por el ciudadano secretario jefe del Estado Mayor, señor general Ma-nuel Ávila Camacho. Después de causar baja, Francisco Flores Sánchez comandó las defensas rurales de Nueva Italia, Mi-choacán, antes de morir en combate con los cristeros. La señora asegura haber par-ticipado como soldadera en la Revolución.

Dentro de los 14 documentos que dice anexar a la carta, como número uno men-ciona una misiva de la señora doña Eva Sámano de López Mateos; además, do-

7 AGN, Presidentes, ALM, caja 250, exp. 151.3/1-15, leg. 17, foja 12.

107

cumentos de su esposo, de sus servicios como revolucionario, actas de nacimiento de sus hijos y un ofi cio de remisión. Como anteriormente se mencionó, la misiva no va dirigida al presidente, pero indica que se le envía una copia. En la carta escrita a máquina, bien estructurada, Josefa Her-nández pone su nombre como remitente, con su dirección, la fecha (1962) y el nom-bre de la persona a quien la dirigió. Enu-mera los papeles anexos y cita el ofi cio que le fue remitido. Al fi nal indica que la carta será despachada con copia para el presidente. Da a entender que la petición la había hecho con anterioridad pero que a la fecha sólo había recibido la copia de un ofi cio signado por el ciudadano general de brigada Pedro C. González Raygoza.

En la fotografía que acompaña la carta se ven nueve hombres sentados, vestidos de camisa y pantalón claro, seis de ellos llevan sombrero de palma. Casi todos cal-zan huaraches, tres calzan botines, cada uno lleva un rifl e en las manos y dos por-tan carrillera en la cintura. Son jóvenes, aproximadamente 30-35 años, de condi-ción humilde. Se menciona en la fotografía que se trata de las defensas rurales y que la foto fue tomada en la hacienda Nueva Italia, Michoacán, en enero de 1928.

Se aprecian en la foto algunas man-chas de tinta negra, además tiene escri-tos dos sobrenombres, del centro a la de-recha se lee: Tete y Pancho. La fotografía es de la época y es importante dentro de esta carta ya que muestra al esposo de la remitente como “revolucionario”, aunque se trataba de la guerra cristera, por lo que no cumplía los requisitos para ser consi-derado veterano de la Revolución.

Es importante reiterar que la carta no está dirigida a la Presidencia de la República sino al ciudadano general de división, director general de justicia, De-partamento de Retiros y Pensiones (no aparece el nombre), a quien se pide una pensión o pago por la muerte del esposo de la señora Hernández.

En el expediente del subteniente de infantería, Francisco Flores Chávez, ini-ciado en la Sedena en 1939, se piden sus antecedentes al Estado Mayor, y su espo-sa envía los documentos certifi cados de su marido que le fueron solicitados, por-que ella pedía la ayuda económica que a su juicio le correspondía por ser el difunto un veterano de la Revolución.

Los documentos que envía son: acta de matrimonio; certifi cado donde consta que Francisco Flores falleció a conse-

108

cuencia de un disparo de fuego; certifi -cado donde consta la honradez, buena conducta y amor al trabajo; acta de de-función; certifi cado del capitán segundo José Valiente Lázaro, en que se estipula el arma que le perteneció y otros datos más; certifi cado del C. juez del lugar don-de se consta que ella es la esposa legíti-ma y otros datos relativos a su conducta.

La ayuda no es concedida ya que sus derechos prescribieron, si es que los tuvo, “prescribirán los derechos que esta ley concede, si dentro de los 5 años siguien-tes a la muerte del militar, no se eleva a la secretaría de Guerra la solicitud de pen-sión y no se presentan los documentos a que se refi ere el artículo 25, pues su ma-rido hace 10 años 10 meses 25 días que falleció”.8 Además, en su expediente en la Sedena no se encuentran documentos que acrediten su participación en el movi-miento armado, quizá porque sólo partici-pó en la represión a los cristeros.

En el segundo expediente, las prime-ras dos cartas van dirigidas al licenciado Mariano Piña Olaya, secretario particular

del presidente López Mateos. La señora Porfi ria Carrillo viuda de Bernardino9 hace hincapié en que anteriormente había en-viado una carta al mandatario explicándo-le que vive en casa ajena desde que su esposo murió en la Revolución: “quede biuyda [sic] cuando me mataron a mi, es-poso en la Rebolución [sic] cuando anduvo con Serrano. Del ataque que tuvieron en le Serro [sic] del Peregrino, y le quebraron la pierna de un balaso [sic] y de eso murio”10 Tampoco reunía los requisitos para ser considerado veterano de la Revolución, de acuerdo con la ley respectiva, pues la muerte ocurrió en octubre de 1927.

El expediente está incompleto, no sólo le faltan documentos al principio, más adelante también se encuentran controles de turno y registros de entrada de cartas inexistentes. La insistencia de la señora Carrillo de que su esposo fue revolucionario hace que la petición tam-bién se turne a la Sedena, a la Legión de Honor Mexicana. Pero no se encontró expediente en el Archivo Histórico de esa dependencia.

8 Archivo Histórico de la secretaría de la Defensa Nacional, fondo Cancelados, Expediente de Francisco Flores Chávez, 5 fojas. (En adelante se citará: AHSDN, Cancelados). El artículo 38 de la ley de retiros y pen-siones se refiere a que ya prescribieron sus derechos, si es que los tuvo, por ser familiar de un veterano. El artículo 25 se refiere a los documentos que se solicitan para otorgar la pensión.9 AGN, Presidentes, ALM, caja 52, exp. 120/302, 24 fojas.10 Ibid., f. 4.

109

Las cartas enviadas por la señora Porfi ria Carrillo están escritas a mano, con faltas de ortografía, debajo de su nombre aparece su huella digital, lo que nos indi-ca que la señora no sabía escribir y pedía ayuda para redactar los documentos.

Dentro de este expediente encontra-mos: los controles de entrada de la pre-sidencia, donde se lee que la petición de la señora Carrillo es de tipo económico y que será turnada al secretario de Salubri-dad y Asistencia; además, un documento donde se le informa tal decisión; también hay una carta de la señora Carrillo donde ella dice estar esperando solución.

No se le da ninguna respuesta favo-rable, todo el expediente trata sobre la petición, no hay contestación por parte de ninguna de las tres personas a las que se les informó sobre el problema de la señora Carrillo. En una de sus cartas dice ser una anciana de edad avanzada, tenía entonces 97 años. Para que Adolfo López Mateos pudiera constatarlo y de esa manera brindarle ayuda le manda su fotografía (foto 1);11 aparece de frente, del busto hacia arriba, se nota con una mirada triste, hay arrugas abundantes en su rostro, su cabello ha encanecido; está

peinada con dos trenzas. Trae un vestido blanco sin mangas y luce un escapulario con el monograma de la Virgen María. No pertenece a la época de la Revolución, pero la manda para constatar que ya es una anciana y necesita la ayuda.

Aparece, al fi nal, una carta que no corresponde con el resto del expediente, escrita en el municipio de Tenosique, Ta-basco, no dice cuál es el problema por el que se envía, sólo es la contestación a un correograma de la Presidencia de la Re-pública, dirigido al delegado de asuntos

Foto 1. Porfiria Carrillo.

11 Ibid., caja 52, exp. 120/302, 24 fojas.

AGN,

Pres

ident

es, A

LM, c

aja 5

2, e

xp. 1

20/3

02

110

agrarios de Tabasco, con copia para la Dirección General de Administración en Palacio Nacional y al comisariado ejidal del Usumacinta, Tenosique, Tabasco.

El tercero y último expediente es de la señora María Josefi na Romano viuda de Saucedo del Distrito Federal, tiene 49 fojas.12 Es el caso más peculiar de todos porque la remitente parece tener infl uen-cias en las ofi cinas de la presidencia.

La señora Romano escribe al ciuda-dano general brigadier jefe del Estado Mayor Presidencial, haciéndole constar que su esposo, el general Andrés Sau-cedo, falleció en 1915 y desde entonces no ha recibido la pensión que el general Juan Barragán quedó en otorgarle.

Asegura que el general Barragán pue-de constatar que tanto su esposo como ella colaboraron en la Revolución. No menciona en dónde o con quién participó.

Por motivos económicos, ella se vio en la necesidad de empeñar en el Nacio-nal Monte de Piedad una partida de alha-jas, la cual fue sustraída en 1957 por las autoridades de dicha institución; presentó una queja ante el presidente Adolfo Ruiz Cortines, recibida por conducto de su Ofi -

cial Mayor; en ese entonces se le informó que se le “había expedido un ofi cio en el cual se le favorecía por la acusación del hurto de la joya y el desempeño de la misma”.13 Hace la petición al gobierno de Adolfo López Mateos para que también se le favorezca, ya que ella también dice ser veterana de la Revolución como lo puede comprobar el general Barragán.

Sus cartas, nueve en total, siempre están muy bien redactadas y además en todas fi rma; para hacerlas más presenta-bles están escritas a máquina; en ellas siempre menciona la partida con la cual su joya está empeñada y los números de los correogramas que le eran enviados nombrando las personas que seguirían el caso. Son enviadas desde julio de 1958 a febrero de 1960.

Transcurridos dos meses, la persona que expide el documento da por termina-da la comisión a su cargo, toda vez que se entrevistó con la señora Romano para que le mostrara los elementos necesarios para la investigación sobre la pérdida del anillo en el Monte de Piedad, y de que su nieto, el licenciado Armando Ramírez R., que iba a presentar documentos donde el

12 Ibid., caja 780, exp. 563.3/85, 49 fojas.13 Ibid., f. 1.

111

Monte de Piedad aceptaba la pérdida de la prenda, sólo mostró fotografías de la prenda y la boleta de empeño donde se constata que era un anillo de 33 brillan-tes. El documento está fi rmado pero sin remitente, con membrete de la Secretaría de la Presidencia.

En este caso sólo envía dos fotogra-fías (foto 2),14 una donde se muestra a la señora Romano portando el anillo del cual está pidiendo ayuda para el desempeño, es una fotografía de estudio color sepia donde se muestra muy bien vestida; la otra es de la boleta de empeño y en ella aparece la señora María Josefa Roma-no de perfi l, sus rasgos no se aprecian muy bien, ya que es una fotocopia. Las fotografías son actuales, las manda para mostrar la joya de la que habla, no tanto para dar a conocer la situación económi-ca por la que atraviesa, ya que en la foto no parece tener problemas.

Resulta curioso este caso: la viuda de un veterano de la Revolución que perdió una joya empeñada en el Monte de Pie-dad. Suponemos que la remitente gozaba de buena posición económica, corrobora-da con el hecho de tener recursos para

pagar abogados que la ayudaran en su pleito. Quizá momentáneamente atrave-só una mala situación económica que la obligó a empeñar su alhaja.

En la Sedena existe un expediente del general brigadier Andrés Saucedo Flores donde podemos encontrar los documen-tos que lo reconocen como veterano de la Revolución del primer y segundo pe-riodos, de acuerdo con lo previsto en los artículos III y IV inciso c) del Instructivo de la Comisión Pro-veteranos.

El reconocimiento fue hecho en no-viembre de 1939; las fechas que maneja para el primer periodo son: del 19 de no-viembre de 1910 al 15 de mayo de 1911 y para el segundo periodo: del 20 de febre-ro de 1913 al 15 de agosto de 1914.15

También hay un escrito de la señora María Josefa Romano Guarneros viuda de Saucedo, donde solicita que el ex-pediente de su esposo sea remitido a la secretaría privada de la Presidencia de la República, para que se le pueda dar la ayuda que está solicitando en dicho do-cumento; también indica que su esposo fue fusilado en 1915 en San Felipe Torres Mochas, Guanajuato.

14 Ibid., caja 780, exp. 563.3/85, 49 fojas.15 AHSDN, Cancelados, Expediente de Andrés Saucedo Flores, 5 fojas, f. 1.

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La Sedena responde a la presidencia que le enviará el expediente en cuanto ésta lo solicite, pero no hay documentos que avalen esto. No existe la hoja de es-tudio de los antecedentes revolucionarios del general Saucedo, sólo un reconoci-miento como veterano de la Revolución, con derecho a las condecoraciones del “Mérito Revolucionario” del primer y se-gundo periodos.

En febrero de 1940 se le concede la condecoración del “Mérito Revoluciona-rio” por los periodos comprendidos del 19 de noviembre de 1910 al 15 de mayo de

1911 y del 20 de febrero de 1913 al 15 de agosto de 1914.

Cabe mencionar que el expediente del general Andrés Saucedo Flores que se encuentra en el Archivo Histórico de la Sedena, ramo Cancelados, es muy pe-queño, sólo contiene los reconocimientos como veterano de la Revolución y dos cartas de la señora María Josefa Romano haciendo la petición de que se envíe el ex-pediente de su esposo a la presidencia.

El general Saucedo, como relata el general Juan Barragán,16 participó activa-mente en la Revolución y formó parte del Ejército Constitucionalista. Se unió a las tropas de Carranza el 10 de marzo de 1913, cuando este último se encontraba en Arteaga donde se le incorporaron va-rios grupos, entre ellos el del mayor Ce-sáreo Castro, de Torreón, Coahuila y el de Andrés Saucedo, de Concepción del Oro, Zacatecas con un regimiento de ca-rabineros de San Luis Potosí.

Cuando Carranza promulgó el Plan de Guadalupe reunió a todos los elementos que lo acompañaban. Entre los fi rmantes del documento mencionado se encontró el teniente coronel del primer cuerpo de

Foto 2. María Josefina Romano viuda de Saucedo.

16 Juan B. Barragán Rodríguez, Historia del Ejército y de la Revolución Constitucionalista, 2 vols. México, Stylo, 1946.

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carabineros de San Luis Potosí, Andrés Saucedo.

Su padre Federico Saucedo también participó en la Revolución, fue de los pri-meros en unirse al movimiento de Carran-za, y también de los primeros en morir en campaña. Murió en Concepción del Oro, Zacatecas, militando con Eulalio Gutié-rrez y Francisco Coss.

Andrés Saucedo estuvo cerca de Ca-rranza cuando éste hizo su entrada triun-fal a la ciudad de México, el 20 de agosto de 1913, acompañado del general Obre-gón y de muchos jefes revolucionarios de primer rango, entre ellos los generales, Jesús Carranza, Antonio I. Villareal, Lucio Blanco, Juan C. Cabral, Francisco Coss, Luis Caballero, Ernesto Santos Coy, Je-sús Dávila Sánchez, Eduardo Hay y Je-sús Agustín Castro.

Saucedo fue uno de los designados por el general Obregón para asistir a la Convención de México, para acercarse a los jefes de la División del Norte; ade-más del general Andrés Saucedo fueron designados, Ernesto Santos Coy, Ramón Uribe, Ramón V. Sosa. Pero sólo Sau-cedo y Santos Coy se entrevistaron con

los generales de la División del Norte, co-mentaron su temor de asistir a la conven-ción y por ello se propuso cambiar ésta a la ciudad de Aguascalientes.

Al ser desconocido Carranza en la Convención de Aguascalientes, Saucedo siguió la lucha al lado del general Pablo González, unido a las fi las del primer jefe Carranza, muchos otros se unieron a las fi las de la convención y luego a las de Francisco Villa.

El 13 de febrero de 1915 Andrés Sau-cedo marchó a San Luis Potosí con una pequeña escolta, al poco tiempo fue he-cho prisionero y fusilado por los villistas, sólo se salvó de esa tragedia el coronel Agustín García, a quien por ser un ancia-no le perdonaron la vida.17

En los tres expedientes podemos apreciar que son las viudas de los revo-lucionarios las que hacen las peticiones económicas, aunque en el caso de la se-ñora Romano sea una ayuda para arreglar un empeño. Éste es el único caso que la presidencia siguió por tratarse de la viuda de un revolucionario de alto rango, por la persistencia y por el antecedente de que Adolfo Ruiz Cortines le había concedido

17 Idem.

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ayuda; los otros casos sólo se turnaban a otras instancias y fi nalmente la presi-dencia se olvidó del asunto. Por lo que se puede apreciar en los expedientes, las peticiones son de ayuda económica; sólo en un caso se benefi ció directamen-te a los hijos; en otros dos, las viudas no participaron junto a sus esposos, pero reiteran que ellos siempre lucharon en la Revolución.

1. 2. VETERANOS QUE SOLICITAN AYUDA ECONÓMICA

En este rubro existen cinco expedientes donde los partícipes de la Revolución es-criben al presidente Adolfo López Mateos para que con su ayuda puedan obtener asistencia de tipo económica.

El primer expediente es del teniente coronel Heliodoro Hernández Huerta,18 quien expresa agradecimientos al presi-dente por recomendarlo a los goberna-dores de Puebla y Veracruz y algunas secretarías, sin mencionar cuáles.

En las cartas enviadas por el señor Hernández, éste no indica expresamente su participación dentro de la lucha arma-

da, sólo dice ser veterano de la Revolución (1906-1920) y colaborador en la campaña electoral de Adolfo López Mateos. Consi-dero que es por eso que al referirse a él utiliza muchos halagos, además dice que es hasta su sexenio que las cosas han cambiado, ¡¡¡desde que Madero inició la Revolución!!!

Solicita una audiencia y pide se le ayude para que la Sedena, a la que fue turnado su expediente, le active su trámi-te relativo a la pensión que solicita por ser veterano de la Revolución, dice mandar ocho anexos, que no describe ni apare-cen en el expediente. En una fotografía se ve de aproximadamente 60 años, apa-rece vestido como coronel, con corbata, en su quepí tiene dos estrellas, usa bigo-te ya canoso. Es una fotografía reciente, no de la Revolución.

Al fi nal del expediente se encuentra una carta más donde el señor Hernández nuevamente pide ayuda para que la Sede-na resuelva su asunto, porque a pesar de sus recomendaciones no le hacen caso ni le creen que esté enfermo. Dice mandarle copia de los documentos que ha entrega-do a dicha Secretaría; menciona el núme-

18 AGN, Presidentes, ALM, caja 51, exp. 111/2646, 16 fojas.

115

ro de expediente (núm. 5642). Éste inclu-ye una lista de los documentos, los cuales no le aceptan como comprobantes de su veteranía, insiste que el jefe de la Legión de Honor se burla de él; pide ayuda para que se solucione su problema.

De las tres cartas que escribe, una está hecha con caligrafía manuscrita poco legible y las otras dos a máquina, pero en todas abundan las faltas de ortografía y de redacción. En todos sus documentos aparece un sello con su cargo, nombre y dirección: “Oriente 8 #86 Departamento 3. Orizaba, Ver”,19 en el lado izquierdo en la parte superior. Firma con sus iniciales y en una sola ocasión pone su nombre con su puño y letra.

En el segundo expediente, el señor Manuel Mora Mora20 pide una pensión o que se le proporcione como compensa-ción un terreno para edifi car una casa para su familia, asegura ser veterano de la Revolución y legionario.

En una de sus cartas dice haber solici-tado la pensión desde que el señor Adolfo Ruiz Cortínes era presidente; asimismo también la solicitó al general Matías Ra-mos; ambos ordenaron se le concediera.

Estuvo en el hospital y continúa enfermo, casi paralítico; no puede ya desempeñar por mucho tiempo su trabajo en la adua-na. Insiste en su petición ya que no quiere dejar a su familia sin sustento. Anexa una carta otorgada por la Legión de Honor Mexicana que pide le sea devuelta. Con-tra la costumbre, la presidencia le devol-vió el documento.

Mora participó en la Revolución mexi-cana desde los 14 años (1914) bajo las órdenes del general de división Matías Ramos Santos; le apodaban “El Chimue-lo”; dice haberse iniciado como soldado en la Brigada Rayo en los estados de San Luis Potosí, Coahuila, Zacatecas, Durango y Chihuahua, tomando parte en 28 hechos de armas, haber combatido al gobierno usurpador de Victoriano Huerta, participado en acciones contra las fuer-zas federales y luchado contra los villistas durante 1915-1919. Se retira del ejército como sargento primero en 1922.

Este expediente es muy largo, tanto en fechas como en fojas, y a pesar de la insistencia del remitente no se le resuel-ve su petición. Desde el sexenio anterior se le dijo que obtendría la ayuda, pero no

19 Ibid, f. 3.20 Ibid, caja 760, exp. 556.53/239, 41 fojas.

116

hay respuesta de la presidencia ni de la Sedena.

Habla sobre la pensión que solicita porque está enterado que a los legiona-rios se les puede otorgar dicha ayuda; además informa al presidente que en el lugar donde trabaja, la aduana de Tijuana, Baja California, no se le dio aguinaldo por reportarse enfermo ese día y aún no le dan lo que le corresponde. Pide también que Adolfo López Mateos le envíe dinero ya que él no tiene y sus hijos necesitan vestido y sustento.

Indica ser conocido del presidente, ya que participó en una audiencia donde se pidió educación para las familias que trabajan en la aduana de Tijuana, y López Mateos fue el que ordenó los aguinaldos en esa aduana cuando éste estaba en la Cámara de Senadores.

Para esta petición, existe una respues-ta por parte de la presidencia; el licenciado Riva Palacio como secretario de la presi-dencia, responde al señor Mora expresán-dole que el presupuesto de egresos de la federación no tiene una partida específi ca para otorgarle una casa habitación por lo que su petición es denegada.

En ningún documento indica mandar fotografías para que el presidente lo co-nozca, pero las dos existentes pudieron ser enviadas como anexos tanto a la pre-sidencia como a la Sedena para constatar su situación de veterano.

La primera foto es parte de un docu-mento que indica el cese de empleo del señor Manuel Mora, y se propone que se la emplee como prueba de que se ha queda-do sin trabajo, en la imagen se ve al señor Mora sentado vistiendo ropa color blanco, sombrero y botas, la foto es ovalada y re-ciente, no de su época revolucionaria.

En la segunda foto, se ve al señor Mora uniformado de color verde, se en-cuentra de pie, con semblante serio, portando la bandera de México, tiene me-dallas de honor en el uniforme. (foto 3).21 Es una foto de estudio y tiene un fondo donde se aprecia una columna y un ba-randal en tonos dorados; en el piso hay una alfombra roja moteada. La fotografía está enmarcada con un portarretratos de papel y plástico y en la parte de atrás del marco se anotó.

Sargento de caballería Manuel Mora cómo

[sic] abanderado de la agrupación de los 21 Ibid., caja 760, exp. 556.53/239, 41 fojas.

117

Veteranos de la Rev. de Tijuana Baja Cfa

[sic] reconossido [sic] ofi cialmente cómo

[sic] veterano de la Rev. y de la legión de

honor de la defensa nacional que melitó

[sic] a las ordenes [sic] del General Matías

Ramos Santos en la Brigada de Rayo a la

edad de 14 años en los Estados de Chihu-

ahua, Durango y Zacatecas para comvatir

[sic] villistas y huertistas comensando [sic]

a la edad de 14 años.

Manuel Mora Mora.22

Se le emitió una opinión favorable para reconocerlo ofi cialmente como vetera-no de la Revolución y se le concedió la condecoración al “Mérito Revolucionario”, correspondiente al segundo periodo.

En sus cartas se puede leer su de-sesperación por la falta de dinero para su familia, es muy reiterativo e insisten-te. Manda tanto cartas a máquina como a mano, su redacción no es muy buena ni su ortografía: podemos imaginar que alguien le ayudó a escribirlas, porque en una de ellas reconoce: “yo no supe leer y escribir”.23 Además al escribir su nombre en los diferentes documentos tiene dis-

tinta caligrafía y cuando fi rma también es una rúbrica distinta en cada escrito.

El tercer expediente es muy corto, es una carta enviada a Adolfo López Mateos por el coronel Hipólito Chávez Márquez,24 zacatecano: pide al presidente ayuda ya que se encuentra sin empleo; quiere que se le haga justicia porque se considera el más veterano de los revolucionarios sobrevivientes y aun así nadie le quiere otorgar empleo. No manda ningún docu-mento que avale su participación.

Foto 3. Sgto. de caballería Manuel Mora.

22 Ibid, foja 32. 23 Ibid, foja 33.24 Ibid, caja 761, exp. 556.53/399, 1 foja.

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Dice haber estado en contra del go-bierno de Porfi rio Díaz en 1899, a las órdenes de Ricardo Flores Magón en el norte, desde el año 1904, bajo la ban-dera de “Tierra y Libertad”, participó en contra de la Cananea Copper Company en asociación con Juan Cabral, Esteban Baca Calderón, Manuel Diéguez y Sal-vador Alvarado como jefes de grupo, en junio de 1906. Luchó contra el grupo de fi libusteros que capitaneaba Dick Ferris, estadounidense, quien se proclamaba presidente de la República socialista de Baja California, apoyado por aquellos que traicionaron a los Flores Magón.

Entre los generales con quienes luchó se encuentran, José Ma. Tapia, Rodrigo Quevedo, Donato Bravo Izquierdo, Luis Rueda Flores, Emilio y Raúl Madero, entre otros; estuvo en las ciudades de Chihuahua, Torreón, Ojinaga, Zacatecas, Naco, Aguascalientes y Empalme.

Dice estar en “condiciones material-mente económicas”25 y por ello solicita se le haga justicia como defensor de la Re-volución, está muy necesitado de trabajo pero ninguna dependencia donde lo ha solicitado lo ha recibido, indica que existe un acuerdo donde se dice que los vetera-

nos de la Revolución deben preferirse en los puestos federales.

El coronel Chávez anexa seis fotogra-fías, dos son retratos y cuatro correspon-den a imágenes de los diplomas obteni-dos en la Legión de Honor Mexicana. De las dos fotografías del coronel, una es de la época revolucionaria y otra reciente, en las dos aparece posando; la intención es, a mi parecer, que se note la evolución en su persona, la edad que ha alcanzado desde su participación en la Revolución.

En una foto se ve al coronel Hipólito Chávez M. de uniforme, sombrero y botas con unos binoculares en la mano izquier-da y en la derecha la pistola guardada en la bolsa de su chaqueta. Joven, de ojos pequeños, bigote y mirada fi ja. Se en-cuentra rota de las esquinas superiores. Atrás se lee: “10 de diciembre de 1910. Chihuahua, Chihuahua. Firma: Hipólito Chávez M.” En otra viste de civil, pan-talón, camisa corbata y sombrero. Está sostenido en una silla.

Hipólito Chávez Márquez es conside-rado veterano de la Revolución por la Se-cretaría de la Defensa Nacional. En 1953 se le anunció que la Legión de Honor Mexi-cana le condecoraba ya que reúne todos

25 Ibid., caja 761, exp. 556.53/399, 1 foja.

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los requisitos del artículo IV inciso a) del instructivo que rige la Comisión, así que se le entregaría el reconocimiento al “Mé-rito Revolucionario” del segundo periodo y se le daría el diploma correspondiente.

Hipólito Chávez solicitó ayuda eco-nómica que le fue negada porque no se tiene partida para eso, pero se le explica que tiene algunos derechos por haber prestado servicios a la Revolución entre ellos: trabajar en una dependencia guber-namental, como lo rige la ley a favor a los veteranos, reingresar al ejército si el pre-sidente así lo permite, así como también un benefi cio económico siempre y cuan-do acredite su personalidad militante ante la Sedena.

En 1958 vuelve a hacer los trámites correspondientes para ser reconocido como veterano de la Revolución del primer periodo, lo cual se le concede y por ello re-cibe una condecoración y un diploma.

Dentro de este expediente se encuen-tran cinco fotografías de “ovalito”, donde aparece vestido con el uniforme militar, en su sombrero se aprecian tres estre-llas, se ve de aproximadamente 60 años de edad.

El cuarto expediente se refi ere al capitán Laureano Luna Rodríguez26 y al capitán Arnulfo J. Rueda, está fechado en 1955 y fue dirigido al presidente Adol-fo Ruiz Cortínes pidiendo se les otorgue un porcentaje sobre la producción de un pozo petrolero que descubrieron en Vera-cruz, además, piden un porcentaje para la educación, hospitales e internados para benefi ciar a los habitantes del lugar.

A pesar de que el contenido del ex-pediente es extenso y reiterativo no hubo respuesta favorable; en ningún documen-to se lee que se les concedería ayuda y/o el reingreso al ejército; tampoco se consigna que se les daría la comisión que pedían en caso de que se explotara el pozo petrolero.

No se encuentra un documento don-de los remitentes pidan claramente ayuda económica a la Sedena, sólo insisten en reincorporarse al servicio. La ayuda eco-nómica la solicitaron a la presidencia. Aun así la Sedena dirige al ciudadano Laurea-no Luna Rodríguez una carta haciendo de su conocimiento que por motivos pre-supuestales no se le podrá otorgar una ayuda económica.

26 Ibid, caja 768, exp. 556.64/26, 82 fojas.

120

Los remitentes se dirigen al presi-dente para hacerle saber que han venido gestionando su asunto por mucho tiempo y no han tenido respuesta, ahora le rue-gan les conceda una entrevista, aunque sea por poco tiempo, para darle a cono-cer personalmente sus deseos, solicitan les sea enviada la fecha y hora en la cual pudieran ser recibidos.

Laureano Luna Rodríguez escribe una carta donde da a conocer su situa-ción. Trabaja como mozo en la escuela normal de varones, así que pide se le conceda apoyo para que tres de sus hijos y una sobrina puedan trabajar en la men-cionada escuela o se les dé una carta de recomendación para trabajar en una de-pendencia de educación, ya que son muy pobres y con eso obtendrían un poco más de dinero para sustentar a la familia.

Las dos fotografías anexas no están mencionadas en ningún documento, pero mandan dos, que por el orden que tiene el expediente es posible que no hayan sido enviadas en la misma fecha.

En la primera se ven 12 ofi ciales uni-formados elegantemente, en una ceremo-nia en la Columna de la Independencia, portan insignias en las chaquetas, sólo

uno de ellos viste de traje. Posan para la foto y están alineados uno al lado del otro. De fondo hay una ofrenda fl oral con el letrero “República-Constitución”, de la portada sale una guía que llega a la mano de la estatua de una mujer sentada en una silla. Posiblemente tomada en una celebración conmemorativa de la Revolu-ción (foto 4).27

La segunda foto muestra una especie de diploma con dos pequeñas fotografías de medio cuerpo de tres hombres, dos de ellos uniformados y el otro viste de traje. Se señala el periodo, 1958-1964, debajo de ellos se encuentra un logotipo del PRI y la leyenda: “6 años de progreso para México con el petróleo”.

En la misma foto aparecen varias ilus-traciones dispersas, entre ellas una avio-neta, una especie de castillo medieval, un puerto aéreo, un mapa de la república, la entrada de una hacienda, un autobús, un poblado costeño, un barco, un hospital y una torre de petróleos.

Esta fotografía tiene una fecha pos-terior a la que da término al expediente (1963), ya que es una foto de campaña y alude al periodo presidencial; y las imá-genes forman el collage que representa

27 Ibid, caja 768, exp. 556.64/26, 82 fojas

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el progreso, tal como lo quiere hacer en-tender la leyenda que se encuentra en la misma.

Me parece importante que en un do-cumento los remitentes mencionen que, desde la edad de 11 años, tenían cono-cimiento de la existencia del pozo petro-lero, pues dicen haberlo descubierto en 1909. También indican que hicieron mu-chas gestiones ante los gobiernos de Ávi-la Camacho, Miguel Alemán y Adolfo Ruiz Cortines. Ninguno de los dos remitentes hace referencia sobre su participación en la Revolución, sólo mencionan algunos nombres de generales con los que han tenido acercamiento, pero todos para tra-tar el tema del petróleo.

Aquí la nota importante está en la res-puesta de la presidencia, porque a pesar de las cartas y documentos avalando que habían encontrado petróleo, la presiden-cia aclaró que el petróleo es de la nación y no tiene por qué pagar por él.

A pesar de que los capitanes Luna y Rueda son los fi rmantes, la redacción de las cartas está siempre en primera persona del singular. También algunas respuestas van dirigidas sólo al capitán

Luna; en ocasiones se le manda copia al capitán Rueda para enterarlo de la resolu-ción. Las cartas están hechas a máquina con muy mala redacción y los errores or-tográfi cos se deben muchas veces a erro-res cometidos al teclear la máquina. La parte fi nal del expediente contiene cartas escritas a mano, fi rmadas por el capitán Luna Rodríguez; también tienen muchas faltas ortográfi cas y mala redacción.

El quinto y último expediente empie-za con una carta de la Dirección General de Publicidad, Información y Educación Higiénica de la Secretaría de Salubridad y Asistencia, dirigida al doctor José Ma-ría Hinojosa O.28 (1957). El remitente es el doctor Manuel B. Márquez Escobedo, quien dice adjuntarle el nombramiento de auxiliar honorario de educación higiénica que el ciudadano secretario de Salubri-dad y Asistencia –presidente del consejo directivo de la Comisión Nacional para la erradicación del paludismo–, ha exten-dido a su favor. Enumera 19 puntos de acciones en las cuales Hinojosa participó en los años 1913-1915 en el movimien-to revolucionario. Se sumó al ejército de operaciones en 1913 al mando del gene-

28 Ibid, caja 900, exp. 702.2/628, 20 fojas.

122

ral en jefe Álvaro Obregón, en San Miguel el Alto, Jalisco; tenía 13 años de edad cuando el soldado Ruperto Marín le rega-ló una carabina del 12 y mucho parque. Su primer combate fue en la hacienda de El Resplandor, donde obtuvieron el triun-fo, hubo mucho revuelo y se confundieron carrancistas y villistas.

Obregón le cambió la carabina y le dio una pistola calibre 45; desde ese momento fue su compañero inseparable; fue conductor de la correspondencia del general. Hace una semblanza de cómo

Obregón perdió el brazo y lo que pasó después. “Terminada la victoria por el ejército constitucionalista, sobre las ar-mas del partido reaccionario, se hizo la entrada a la capital de la República, el glorioso 20 de agosto de 1915, donde na-ció la Constitución de 1917”. 29

Después de eso solicitó permiso a Obregón para retirarse. En 1926 volvió a comunicarse con el general Obregón, quien le dio una recomendación por la que se le otorgó una plaza como direc-tor en una escuela en Jalisco. Dentro de

Foto 4. Reunión de veteranos en la columna de la Independencia.

29 Ibid, f. 12.

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las ciudades donde tuvo actividad están Guanajuato, Jerez, San Cristóbal, San Juan del Río, Celaya, Dolores Hidalgo, León; las haciendas que visitó y utilizaba de cuartel, eran San José, San Gregorio, Otates, El Resplandor, La Sandía, Duarte y Romita, entre otras.

Dirige una carta a Adolfo López Ma-teos para solicitarle ayuda económica o un empleo para colaborar con su admi-nistración haciéndose llamar “verdadero hijo de la Revolución Mexicana”; expresa en tres puntos el porqué se atreve a lla-marse así. El primero es estar dispuesto a hacerle un recuento de los hechos más notables del movimiento de 1910 y adjun-tarle algunas fotografías. El segundo, por haber luchado tres años y medio donde se derramó mucha sangre, para lograr las conquistas sociales. Y tercero, por vivir a las órdenes de Obregón desempeñando algunas comisiones conferidas por él.

Solicita al presidente Adolfo López Mateos, al licenciado Gustavo Díaz Ordaz secretario de Gobernación y al presidente del Partido Revolucionario Institucional, su cooperación y ayuda para que pueda ocupar un puesto de elección popular en Jalisco, ya sea como diputado federal o

local, u otro empleo en la federación, ya que es muy conocido como profesor y di-rector en 12 distritos.

Dice estar muy mal económicamen-te por lo que pide una audiencia con el presidente, ya que recibió la respuesta de su carta anterior y como ahí se pedía indicar la dependencia en la que quisiera laborar, y él no lo hizo, envía su ideario para que López Mateos esté enterado que es un veterano de la Revolución y se le otorgue una ayuda digna y decorosa, en un puesto público para colaborar con el actual régimen.

Con respecto a la ayuda económica, le comentan que el presupuesto de egre-sos de la federación no tiene partida es-pecífi ca para ese tipo de erogaciones y no se le puede obsequiar el dinero.

Como en otros casos el señor Hi-nojosa no logró una resolución a favor; desde el principio se le negó la ayuda y no hubo respuesta al último documento, sólo sabemos que la ayuda económica fue negada, así como el trabajo en una dependencia federal.

Dice mandar cinco anexos, pero sólo aparecen cuatro fotografías, todas ellas de la época de la Revolución.30 La primera

30 Ibid, 19

124

muestra varios soldados listos para dispa-rar en un campo abierto detrás de una cor-nisa, son más o menos 10 hombres, atrás dice: “Fotografías de mi ideario de la revo-lución Mexicana de 1910. Firma”.31 La se-gunda es de un ejército, se ven hombres tanto a caballo como a pie, no se aprecia bien el camino por el que van. Atrás dice: “Fotografías de mi ideario de la revolución Mexicana de 1910. Firma”.

Tercera, un revolucionario herido, acompañado por dos hombres, el herido presenta un vendaje en la cabeza, está recostado en una cama y cubierto hasta la cintura por una sábana. Al reverso: “Fo-tografías de mi ideario de la revolución Mexicana de 1910. Firma.” En la cuarta, el profesor José María Hinojosa viste de traje y corbata, tiene aproximadamente 30-40 años, del lado izquierdo del traje porta tres condecoraciones militares. Al reverso: “Un viejo servidor de la Patria, y que vivió en la pobreza, por servir a la humildad doliente de mi raza. Firma”.

Sus cartas están escritas a máquina con muy buena ortografía y redacción, fi rma como profesor y doctor, el segun-

do documento lo manda como ofi cio. Me llama la atención el hecho de que fi rma con dos títulos pero en su ideario nunca menciona qué estudió para obtenerlos, dice haber sido cinco años director de una escuela particular y 33 años director de instrucción primaria y doctor.

De los cinco expedientes podemos encontrar similitudes, la más importante es que aunque se reiteren las peticiones o los remitentes sean muy específi cos, la presidencia no las tomó muy en cuenta; tras su lectura fueron enviadas a otras dependencias, donde se daría el segui-miento. Como los remitentes no obtenían respuesta favorable escribían nuevamen-te al presidente.

No existen documentos que avalen la participación de los remitentes en la Re-volución, sólo testimonios escritos y algu-nas fotos de los peticionarios. En algunos casos hay condecoraciones o diplomas, pero éstas son expedidas por la Legión de Honor Mexicana. Aun así esta legión no expide ningún documento que consig-ne los hechos destacados por los cuales el veterano obtuvo el mérito.

31 Ibid, caja 900, exp. 702.2/2628, 20 fojas.

* Egresada de la UNAM, integrante del seminario de investigación que imparte en el AGN el dcotor Aurelio de los Reyes.

Panóptico

126

En el sexenio del presidente Adolfo Ló-pez Mateos, el Estado mexicano entró en una etapa de autoafi rmación social basa-da tanto en el proyecto económico del de-sarrollo estabilizador como en la solidez alcanzada por el sistema político vigente en el país desde el periodo de consoli-dación de la Revolución mexicana. Esto motivó a los autores de los proyectos ar-quitectónicos impulsados por el gobierno, en educación, salubridad, administración pública, vivienda,1 etcétera, a plantear una nueva plástica capaz de dar una ori-ginal presencia histórica al régimen que las patrocinaba.

El boom de la construcción en Méxi-co alcanzó su pico durante este sexenio: escuelas, hospitales, iglesias, teatros, ca-rreteras, presas, unidades habitacionales,

centrales eléctricas, centros deportivos, mercados y vías rápidas. Debido a esto, el escaparate que representaban las ex-posiciones internacionales fue aprove-chado al máximo por el gremio arquitec-tónico, probablemente el más benefi ciado en el sexenio, al igual que el propio go-bierno, pues las muestras coincidían en resaltar la modernidad arquitectónica y constructiva –y por ende el impulso eco-nómico– que se estaba llevando a cabo en México, todo con la fi nalidad de atraer capitales que invirtieran en el país.

En ese sentido, hubo dos grandes proyectos internacionales en el terreno de la construcción. Por una parte, la par-ticipación de México en las exhibiciones de tres ferias mundiales: Bruselas 1958, Seattle 1962 y Nueva York 1964, y por

A U G E A R Q U I T E C T Ó N I C O E N M É X I C O. E L C A S O D E L I N S T I T U T O M E X I C A N O D E L S E G U R O S O C I A L (1958 -19 62)

Isaura Oseguera Pizaña*

1 En octubre de 1960 se creó bajo el auspicio del Estado una nueva institución de seguridad social para los trabajadores del Estado: el ISSSTE. Dos años más tarde, los obreros obtuvieron beneficios concretos: reparto de utilidades, aumentos de salarios y prestaciones como acceso a la vivienda, al construirse por gestiones del ISSSTE 23 mil departamentos habitacionales en Nonoalco Tlatelolco y San Juan de Aragón.

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otra, “México Construye”, exposición or-ganizada por la Cámara Nacional de la Industria de la Construcción en 1962.

Entre los actores más benefi ciados del sexenio se encontró el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, quien no sólo fue el autor de los pabellones de Méxi-co en las ferias de Bruselas y Nueva York, sino el director general del Comi-té Administrador del Programa Federal de Construcción de Escuelas (CAPFCE), instancia de la que, por cierto, dependió la construcción del Museo Nacional de Antropología. En los pabellones de las ferias mundiales, cada país era invitado a ofrecer a los demás la mejor y más am-plia imagen posible de sí mismo. Por ello son vistos como certámenes mundiales, de tal manera que, la cultura de cada nación, particularmente el arte, la cien-cia y la técnica aplicada a la producción, constituyeron tradicionalmente los gran-des ámbitos donde dicha confrontación se llevaba a cabo. Puede decirse, como señala el arquitecto Ramón Vargas, que en estas exposiciones “se buscaba sus-citar la vivencia estética de un país que sin abandonar su ancestral cultura esta-

ba abierto a todos los avances científi cos y técnicos modernos”.2

La justifi cación de la Cámara Nacio-nal de la Industria de la Construcción para montar “México Construye” fue dada a conocer por medio de su órgano ofi cial, la Revista Mexicana de la Construcción:

Con objeto de superar la situación actual

de nuestra Industria, hemos meditado en

la conveniencia de formular un inventario

nacional que muestre gráfi camente todas

las obras realizadas en México, expresan-

do claramente las facilidades en materia

de transportes, electrifi cación, irrigación,

etc., así como el potencial económico de

las regiones y sus necesidades en el fu-

turo, para despertar un mayor interés en

los inversionistas nacionales y extranje-

ros, que al conocer este amplio panora-

ma puedan planear el establecimiento de

nuevas industrias en nuestro País.

La recopilación de todos los datos nece-

sarios, así como de las fotografías que

servirán para dar una clara expresión de

nuestras realidades, se piensa presentar

como exposición gráfi ca. 3

2 Ramón Vargas Salguero, Pabellones y museos de Pedro Ramírez Vázquez, México, Limusa, 1995, p. 16.3 Revista Mexicana de la Construcción, núm. 90, marzo de 1962, p. 13.

128

Durante el Segundo Congreso Interame-ricano de la Industria de la Construcción, inaugurado en la ciudad de México el 31 de octubre de 1960 se presentó la expo-sición América Construye, organizada por los arquitectos Carlos Recamier y Juan Martínez de Velasco. Se dividió en tres secciones: la primera presentaba la historia de México desde las civilizacio-nes prehispánicas hasta nuestros días; la segunda fue dedicada a los países vi-sitantes; y la tercera a la industria de la construcción. A través de un amplio con-junto de fotografías, mapas, planos, grá-fi cas, etcétera, se mostraba todo lo que en el país habían hecho diversas institu-

ciones gubernamentales y privadas.4 Dos años después la idea fue retomada en el IV Congreso Mexicano de la Industria de la Construcción, celebrado en Monterrey, Nuevo León, del 28 de octubre al 1º de noviembre de 1962. Para dar a conocer lo que México producía, la exposición “México Construye” inició ese año un recorrido internacional en las ciudades de Milán, Brasilia, París, Tokio, Laredo y Washington.

Tanto las construcciones como las exposiciones patrocinadas por el Estado mexicano estaban encaminadas a pro-mocionar las obras que se realizaban en ese sexenio y que abarcaban diversos

4 Revista Mexicana de la Construcción, núm. 74, noviembre de 1960, pp. 12-16.

Foto 1. Hospital clínica, Chihuahua, Chihuahua.

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aspectos de la vida cotidiana: educación, habitación, vialidad y salud, entre otras. Veamos el caso de salud a través del Ins-tituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

PROYECTO SOCIAL, POLÍTICO Y CONSTRUCTIVO DEL ESTADO MEXICANO EN SALUD: EL INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL (IMSS)

En el discurso inaugural de la Unidad Independencia, el 20 de septiembre de 1960, Benito Coquet, director General de dicho instituto5 durante el régimen de Ló-pez Mateos, señaló que:

El Seguro Social, dentro de la política de

nuestro Primer Mandatario en materia de

habitación popular, ha venido desarro-

llando cada vez con mayor amplitud sus

programas de construcción de viviendas

en benefi cio de los trabajadores, con la

convicción de que, dentro de la seguridad

social que concibe nuestra Revolución, el

bienestar colectivo no será completo si no

se considera que la habitación de los tra-

bajadores debe reunir condiciones com-

patibles con su dignidad y estar al alcance

de sus recursos económicos. Una habita-

ción con tales condiciones constituye uno

de los medios más efi caces para obtener

la inmediata elevación de los niveles de

vida –tanto materiales como espirituales y

sociales— y para prevenir, con mejor éxi-

to, los riesgos a que conducen la enferme-

dad y la incapacidad para el trabajo.6

Un ejemplo de esto lo constituyen las Unidades de Servicios Sociales y de Ha-bitación, pues su papel, según el mismo Coquet,

[...] abarca todos los ángulos por los

que un Gobierno responsable busca ac-

tuar para el bien de las comunidades; se

5 Inaugurado en 1943 por el presidente Manuel Ávila Camacho, su creación respondió a una larga tra-yectoria de luchas sociales y conquistas laborales que se dieron durante todo el siglo XIX volviendo cons-cientes a los estados de la importancia de la protección de la familia y de la clase obrera en general. El programa del recién creado IMSS intentaba recorrer todos los caminos que pudieran llevar salud y bienes-tar a los trabajadores, siendo así que las protecciones no sólo cubrían a los asegurados sino también a sus familiares. Se desarrollaron vastos programas para mejorar la habitación, los alimentos, el vestido, las diversiones, las costumbres y la cultura de los grupos sociales bajo su cuidado. Ver La seguridad social en México. Programa Nacional de Construcción de Unidades Médicas, Sociales y Administrativas. 1958-1964, V vols., México, IMSS, 1964., vol. I, pp. 80-81.6 Benito Coquet, Unidad Independencia, dos tesis acerca de la comunicación humana, México, Instituto Mexicano del Seguro Social, 1960, pp. 41-42.

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proporcionan habitaciones con todas las

conveniencias de comodidad, higiene, be-

lleza y distribución urbanística que pres-

criben las técnicas modernas, escuelas,

jardines de niños, guarderías infantiles,

gimnasios, campos deportivos, teatros,

cines, centros cívicos, zonas comerciales,

jardines, lugares de recreo, clubes juveni-

les y todos los servicios municipales. Una

Clínica Hospital y un Centro de Bienestar

Familiar forman parte de estas grandes

Unidades.7

Así, el número total de unidades en ope-ración en diciembre de 1963 era de 857, clasifi cadas en 63 hospitales generales, 51 hospitales de especialidad, 53 clíni-cas hospital, 74 clínicas generales, 44 clínicas generales con hospital de corta estancia, 254 puestos médicos o clíni-cas auxiliares, 228 puestos de fábrica y 90 puestos de enfermería. Dentro de las instalaciones se encontraban 3,467 con-sultorios y 11,413 camas, 2,426 cunas y 592 incubadoras para niños prematuros. Contaban también con 286 quirófanos para distintos tipos de cirugía.8

La idea de la seguridad social consti-

tuía un concepto moderno ya que estaba pensado en función de la clase obrera, pues se consideraba un sistema des-tinado a defender la economía familiar del obrero, protegiendo el salario y po-niéndolo a cubierto de las disminuciones que pudiera sufrir debido a la multitud de riesgos a los que éste se encuentra constantemente expuesto en el desem-peño de sus labores, riesgos creados por el equipo mecánico que maneja o por las condiciones del medio en que actúa. Ade-más de lo anterior se señalaba al seguro social como

[...] el instrumento jurídico del Derecho

Obrero, por el cual una institución pública

queda obligada, mediante una cuota o pri-

ma que pagan los patrones, los trabajado-

res y el Estado, o sólo alguno de éstos, a

entregar al asegurado o benefi ciarios, que

deben ser elementos económicamente

débiles, una pensión o subsidio cuando

se realice alguno de los riesgos profesio-

nales o siniestros de carácter social.9

La aportación que hizo México a la política de seguridad social fue la formación de los

7 La seguridad social en México..., p. 105.8 Ibid., p.107.9 Ibid., p.160.

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Centros de Seguridad Social para el Bien-estar Familiar, que tenían como objetivo:

crear en el seno de las familias de los tra-

bajadores nuevas oportunidades para las

mujeres y los jóvenes quienes adquieren

el compromiso de enseñar y practicar,

más tarde, primero en su hogar y después

en la comunidad en la que habitan, todo

aquello que se aprenda para mejorar los

niveles de bienestar colectivos.10

La tarea que se desarrollaba en los Cen-tros de Seguridad Social para el Bienes-tar Familiar se dividía en dos partes. La

primera consistía en el trabajo docente y social que ahí se realizaba con las varian-tes que exige la comunidad urbana, se-miurbana o rural de que se trate y cumplía con cinco aspectos básicos: medicina pre-ventiva, mejoramiento de la alimentación, superación de la vida del hogar, cultura general y educación cívica y, fi nalmente, recreación. La segunda estaba planeada para proyectarse en la comunidad que comprendía la zona de infl uencia de cada centro.11

Así, durante el periodo de gobierno de Adolfo López Mateos se realizó un vasto plan de construcción de unidades

10 Centros de Seguridad Social para el Bienestar Familiar, México, IMSS, 1960, p. 13.11 Ibid., p. 12.

Foto 2. Laboratorio, Navojoa, Sonora.

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médicas, sociales y administrativas con el objeto de poner a disposición del IMSS edifi cios e instalaciones adecuados para resolver urgentes necesidades en la pres-tación de los servicios a una población amparada por un régimen de seguridad social en todo el país. También se con-templó dotar a las nuevas unidades cons-truidas con equipo, instrumental, mobilia-rio clínico, docente y administrativo que permitieran garantizar que los benefi cios de la ley en favor de los trabajadores y de sus familiares respondieran a su propósi-to social.12

El programa de construcciones reali-zado en el sexenio 1958-1964 compren-dió 223 obras abarcando conjuntos de servicios médicos y sociales; hospitales;

clínicas hospitales; clínicas con camas de hospitalización. Las instalaciones del Centro Médico Nacional fueron realiza-das contando con siete hospitales de dife-rentes especialidades: gineco-obstetricia, pediatría, general, neumonía, cirugía de tórax, traumatología, oncología y conva-lecencia. Además, en el propio Centro Médico Nacional fueron construidos el Banco Central de Sangre, la Farmacia, la Unidad de Habitación, la Central de Anatomía Patológica, la Biblioteca de Medicina y Seguridad Social, la Unidad de Medicina Experimental, las Ofi cinas Administrativas, la Central de Ambulan-cias, los Servicios Generales, Talleres y Lavandería, la Escuela de Enfermería y la Unidad de Congresos. Se construyeron además, 61 Centros de Seguridad Social para el Bienestar Familiar, 46 Centros Juveniles de Seguridad Social con talle-res de capacitación, 59 teatros, tres uni-dades de servicios sociales y habitación (Independencia, en la ciudad de México, Hidalgo, Colima y Ciudad Sahagún, en Hidalgo).

Además de la funcionalidad de los edifi cios y de la efi caz organización de

12 La seguridad social en México..., pp. 217-218.

Foto 3. Edificios multifamiliares, Ciudad Obregón, Sonora.

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las instalaciones, se procuró atender el aspecto estético de las construcciones con un cuerpo de arquitectos proyectistas conformado por: Carlos B. Zetina, Alber-to Castro Montiel, Guillermo Carrillo A., Jorge Creel de la Barra, Agustín Chávez, Gilberto Flores, Federico González Gor-tázar, Teodoro González de León, Enri-que Yáñez, entre otros.13

La Unidad Habitacional Independen-cia se encuentra emplazada en una su-perfi cie irregular de 37 hectáreas y consta de 2,487 viviendas distribuidas en edifi -cios multifamiliares y en casas unifami-liares; cuenta, además, con tres centros comerciales para la venta de artículos de primera necesidad, un mercado central y locales para la venta de artículos de se-gunda necesidad; tres edifi cios escolares: dos jardines de niños y una guardería in-fantil; un centro de seguridad social para el bienestar familiar; un centro social y juvenil; una clínica-hospital; un teatro y auditorio, un teatro al aire libre; una plaza cívica; un gimnasio y club recreativo: tres

frontones, seis canchas de basquetbol, un campo de futbol y una alberca. Como factor dominante se encuentra el centro cívico, en torno del cual se despliegan las viviendas y todos los servicios urbanos. Las 827 casas unifamiliares están distri-buidas en grupos de cuatro (excepto en cinco casos, alineadas en parejas). Todas constan, en la planta baja, de estancia con un porche a la calle o a los andadores, comedor, cocina con despensa, patio de lavado y tendido y escalera; en la planta alta, de recámaras y roperos empotrados, terraza-balcón con jardineras, cuarto de baño con ducha, lavabo y escusado.14

De acuerdo con Benito Coquet:

Esta Unidad se proyectó y construyó con

características que podríamos conside-

rar como propias de un urbanismo de la

Seguridad Social. Pero, además, en ella

se cumplen las exigencias del urbanismo

contemporáneo. La mayor extensión está

ocupada por espacios libres que propor-

cionan sol, luz y verdor de parques y jardi-

13 Ibid., pp. 219. El grupo incluyó a Eduardo Graue, Leonides Guadarrama, Enrique Guerrero L., César Lagner, M. de León Acevedo, Benjamín Magaña, Manuel Mangino, Eduardo Manzanares, Héctor Mestre, José de Murga, Imanol Ordorika, Salvador Ortega, Guillermo Ortiz Flores, Joaquín Pantoja, Leonel Pérez Villegas, Aarón R. Bolaños, Roberto Rojas Argüelles, Joaquín Sánchez Hidalgo, Manuel San Román, Manuel de Santiago, Fernando Sepúlveda, Carlos Villaseñor y Luis Zedillo.14 Ibid., pp. 200-204.

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nes, como se pide en la Carta de Atenas;

y se ha cumplido, asimismo, como dice

Le Corbusier, con una doctrina coherente

del espacio edifi cado y sus prolongacio-

nes, que responde a las cuatro funciones

fundamentales: habitar, trabajar, circular,

cultivar el cuerpo y el espíritu.15

En efecto, me parece que tanto en la Uni-dad Independencia como en el resto de las unidades habitacionales construidas en el país, existen coincidencias arquitec-tónicas tanto con el arquitecto Le Corbu-sier, iniciador del movimiento funcionalis-ta, como con el también arquitecto Frank Lloyd Wright, perteneciente al movimiento orgánico. Para Wright la arquitectura de-bía cumplir una función social ya que se construye para que el hombre sea el prin-cipal actor en ese “escenario”. La visión arquitectónica responde a las exigencias sociales colectivas, a la técnica moderna que busca la simplicidad y esencialidad de los elementos fi gurativos y del “plano libre”, donde la arquitectura se centra en la realidad palpitante del espacio interior, negando por tanto las formas volumétri-

cas elementales. Es decir, para Wright la arquitectura constituye el resultado fi nal de una conquista que se expresa en tér-minos espaciales, partiendo de un núcleo central y proyectando los vacíos en todas las direcciones. Así pues, ésta es funcio-nal no solamente respecto a la técnica y a la utilidad, sino también en relación con la psicología del hombre y a la humaniza-ción de la arquitectura. En esta corriente orgánica el espacio se concibe como rico en movimiento, en indicaciones direc-cionales, en ilusiones de perspectivas, en vivas y geniales invenciones; pero su movimiento es original porque tiene como objetivo expresar la acción misma de la vida del hombre. Se trata de una visión que intenta crear espacios bellos en sí mismos, así como representativos de la vida orgánica de los seres que viven en dicho espacio.16

En cuanto a Le Corbusier, la cuestión de la arquitectura es más racional, es la construcción en sí misma la que le pre-ocupa, ya que depende de ésta el que cierto tipo de hombre pueda entenderla y apreciarla como arte; dándole sentido así

15 Benito Coquet, op. cit., pp. 45-46.16 Bruno Zevi, Saber ver la arquitectura: ensayo sobre la interpretación espacial de la arquitectura, Buenos Aires, Poseidón, 1958, pp. 86-87.

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a su “misión de arquitecto” pues tanto la belleza como el genio matemático son ca-paces de hacer medir el orden, la unidad, de organizar de acuerdo con leyes claras todas las cosas que excitan y satisfacen plenamente nuestros sentidos visuales.17 Así, la arquitectura contemporánea surgió en diversos sitios conformándose como una doctrina a partir de la tercera déca-da del siglo XX. Los principales promo-tores fueron Walter Gropius a la cabeza del Bauhaus y Le Corbusier en Europa, y

Frank Lloyd Wright en los Estados Unidos. Estos arquitectos propusieron una nueva expresión plástica depurada, que privile-giaba los nuevos materiales, y se supedi-taba a los requerimientos funcionales.18

En México tuvieron gran impacto es-tas corrientes, de tal manera que se si-guieron sus lineamientos en prácticamen-te todos los proyectos constructivos de ese momento en adelante, teniendo como resultado que a partir de entonces el mo-vimiento conocido como funcionalismo fue

17 Le Corbusier, Hacia una arquitectura, Buenos Aires, Poseidón, 1964, pp. 113-114.18 Louise Noelle, “La arquitectura doméstica mexicana contemporánea”, en Louise, Noelle, et. al., XVI Coloquio Internacional de Historia del Arte: el arte y la vida cotidiana, México, UNAM, Instituto de Investiga-ciones Estéticas, 1995, (Estudios de Arte y Estética, 36), p. 48.

Foto 4. Edificios multifamiliares de Ciudad Obregón, Sonora.

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tomando cada vez más fuerza, hasta llegar prácticamente a dominar en el panorama arquitectónico. Las nuevas generaciones de profesionistas coincidieron en adoptar el estilo internacional donde, dentro de la unidad, se singularizaba el quehacer par-ticular de cada diseñador. Sin embargo, desde ese entonces surgió una inquietud por incorporar ciertas reminiscencias lo-cales, que en un principio se limitaron tan sólo a elementos decorativos.19

El arquitecto Enrique Yáñez se refi ere positivamente a la Unidad Independencia al señalar que la lista de los elementos de su programa muestra las óptimas con-diciones espaciales en que se desarrolla la vida de sus habitantes sin ser notables los edifi cios por sus cualidades arquitec-tónicas, sino el conjunto intrínsecamente materializa la concepción de los urba-nistas acerca de la ciudad-jardín que en materia de vivienda se espera alcancen las sociedades futuras estructuradas en regímenes socialistas.20

La política realizada por el Estado mexicano a fi nales de la década de los cincuenta y principios de los sesenta en

lo referente al ámbito de la seguridad social se vio refl ejada en el programa de construcciones médicas, habitacionales y de capacitación o “bienestar social” en todo el país. El tipo de arquitectura que se requirió en la edifi cación de esas cons-trucciones estaba íntimamente relaciona-do con la visión protectora de bienestar social que el Estado tenía en esa época. El que se implementara el tipo de arqui-tectura funcionalista respondía a las ne-cesidades que se quisieron cumplir des-de el gobierno federal, así pues, no es de extrañar que, por ejemplo, arquitectos de tendencia socialista como el mismo En-rique Yáñez hayan sido parte del equipo que trabajó en idear esas instalaciones.

19 Ibid., pp. 53-54.20 Enrique Yáñez de la Fuente, Del funcionalismo al post-racionalismo. Ensayo sobre la arquitectura contemporánea en México, México, UAM-Azcapotzalco /Limusa, 1990, p. 111.

Foto 5. Centro de Bienestar Social y Familiar del IMSS en la Calzada de Guadalupe.

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Es por ello que las construcciones en sí mismas representan una parte muy importante del Instituto Mexicano del Se-guro Social, pero la otra parte, la que las complementa, son precisamente las foto-grafías que dejan testimonio de lo que se pretendía lograr en términos de seguridad social.

LAS FOTOGRAFÍAS DEL FONDO ADOLFO LÓPEZ MATEOS

Las imágenes que me interesa destacar en este artículo son las que encontré en mi búsqueda en el Fondo Adolfo López Mateos: 86 fotografías en blanco y ne-gro de las distintas clínicas y hospitales que fotografi ó el IMSS en seis estados del país: Oaxaca, Puebla, Chihuahua, Jalis-co, Nuevo León y Sonora; del hospital de zona número 1, de la unidad de habita-ción número 1, de escuelas, clínicas, ras-tros, mercados y ofi cinas centrales en el Distrito Federal así como la construcción de la Unidad Habitacional Independencia, ubicada en San Jerónimo, y algunos de

los Centros de Seguridad Social y Bien-estar Familiar también en la ciudad de México. Estas imágenes se encontraban repartidas en tres legajos del expediente 134/37, dentro de la caja 134.21

LOS FOTÓGRAFOS

Muy diversos fueros los fotógrafos que trabajaron para el IMSS, entre ellos, Nacho López, Lola Álvarez Bravo, Arno Brehme, Rodrigo Moya, Adolfo Luna y Miguel Án-gel Salgado.

Nacho López colaboró con el IMSS en distintas exposiciones nacionales e inter-nacionales, como la titulada “El problema de la vivienda en México” exhibida en el Hotel María Isabel de la ciudad de México en 1962 o la XIII Exposición Trienal de Milán en 1964. Para el Ballet Folklórico del IMSS también realizó distintas series fotográfi cas. Otras tantas de vivienda en Zacatepec, Morelos fueron tomadas por el mismo fotógrafo en el sexenio de Adol-fo López Mateos.22

Lola Álvarez Bravo colaboró con el

21 Para una descripción detallada del contenido de los legajos ver Isaura Silvia Oseguera Pizaña, “Catalo-gación iconográfica del Fondo Adolfo López Mateos y unas fotografías del Instituto Mexicano del Seguro Social”, en Boletín del Archivo General de la Nación, México, 6ª época, enero-marzo 2006, número 11, pp. 21-43.22 Información localizada en el Archivo Documental Nacho López.

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IMSS en 1961, gracias a su amigo Beni-to Coquet Lagunes, pues la fotógrafa necesitaba trabajo. Fotografi ó distintas dependencias e instalaciones, cubrió acti-vidades culturales: artes plásticas, teatro, teatro infantil y talleres por encargo de Jorge González Durán, representante del Ejecutivo federal en la asamblea general del instituto.23

El IMSS por medio del arquitecto Pedro Fernández Miret recurrió al reconocido estudio fotográfi co “Foto Brehme” para

tomar imágenes de las instalaciones re-cién inauguradas, fotos que se distribuían a todos los periódicos de la república du-rante la presidencia de López Mateos. En ese momento el estudio lo dirigía el fotó-grafo Arno Brehme quien, junto con dos de sus empleados Adolfo Luna y Miguel Ángel Salgado trabajaron para el IMSS.24

También por conducto del arquitecto Miret fue que el fotógrafo Rodrigo Moya participó con el instituto retratando princi-palmente las actividades que se realiza-

23 Raquel Tibol, “Apostillas en torno a Lola Álvarez Bravo”, en Lola Álvarez Bravo. Fotografías selectas 1934- 1985, México, Fundación Cultural Televisa, 1992, pp. 433-434.24 Comunicación vía correo electrónico con Dennis Brehme, 10 de agosto de 2004.

Foto 6. Unidad Habitacional Independencia del IMSS.

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ban en los Centros de Seguridad Social y Bienestar Familiar en la ciudad de México donde se enseñaban distintos ofi cios.

EL ANÁLISIS DE LAS FOTOGRAFÍAS DEL IMSS

Las imágenes se pueden dividir en foto-grafías de registro y fotografías de legiti-mación. Considero como fotos de registro aquellas en las que están tomadas las edifi caciones construidas en sexenios anteriores al de Adolfo López Mateos, es decir, las de las clínicas, hospitales y uni-dades habitacionales localizadas en terri-torio mexicano, las del hospital de zona número 1 y las de las ofi cinas generales del IMSS. En estas fotos se quiere dejar constancia únicamente de los servicios que proporciona el Estado a la población. Las fotos de legitimación, me parece, son las de construcciones realizadas durante el sexenio de Adolfo López Mateos pues, hay que recordar, fue el proyecto más grande de ese tiempo y había que, por un lado, promoverlo en todos los medios y, por otro, dejar testimonio de que el propio presidente y el director del IMSS, Benito Coquet Lagunes, se comprometieron a proteger en materia de seguridad social a todo el país. Así pues, la importancia

de estas fotografías aumentaba ya que se trataba de legitimar las medidas guberna-mentales emprendidas en un periodo de gobierno que duró seis años pero que benefi ció a la sociedad mexicana durante décadas.

FOTOGRAFÍAS DE REGISTRO

El propósito por el que fueron tomadas estas fotos era registrar la situación en que se encontraban las instalaciones de salud construidas por el Estado mexica-no, así como visualizar las condiciones de los servicios que proveía el IMSS a la población del país. Esto era de crucial importancia puesto que tanto Coquet La-gunes como el presidente López Mateos emprendieron entonces el proyecto más grande de construcción y prestación de servicios médicos y de vivienda que se ha llevado a cabo hasta el día de hoy en todo el país. Asimismo, las condiciones económicas y sociales de esa época die-ron pie a un gran auge de los estudios universitarios, los que a su vez impulsa-ron para que muchos profesionistas se convirtieran en los médicos y enfermeras que llenarían esas instalaciones moder-nas y completas.

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Por este motivo se entiende que esas fotos de registro no aporten nada tanto téc-nica como estéticamente, al contrario, es justo decir que la mayoría no fueron toma-das por fotógrafos profesionales ni con el mejor equipo, pues su función sólo consis-tía en mostrar lo que se estaba haciendo hasta ese momento y en dónde se hacía.

En este sentido, se puede decir que de las fotos de arquitectura en exteriores (Foto 1) las menos fueron tomadas con cámara de placa para corregir la perspec-tiva y las verticales de los edifi cios, igual-mente sucedió con las de arquitectura en interiores. Casi todas fueron tomadas con cámara de 35 mm o de 6 x 6 y con lente normal o gran angular. No se tuvo interés en los encuadres ni en la composición y se puede observar también un nulo conocimiento de la regla de los tercios aplicada rigurosamente en la fotografía de arquitectura. Además se pueden notar errores de revelado e impresión que pu-dieron haber sido corregidos en el labo-ratorio –tienen el horizonte caído, están subexpuestas o sobreexpuestas, muchas fuera de foco y con el grano reventado–pero no fue así, dejándonos ver el poco valor de publicación que les dieron en su momento.

Las fotos de los servicios de laborato-rio del Hospital La Raza fueron tomadas por un mismo fotógrafo con cámara de 35 mm y fl ash integrado, sin uso de tripié. Todas estas fotos tienen encuadres muy cerrados, sin ninguna búsqueda artística, lo que acentúa el carácter de registro que se observa en ellas. Un buen ejemplo de lo anterior es la foto número 73 del legajo 3, en donde se observa a una enfermera recostada y a un médico que toma su bra-zo para sacarle sangre. Aquí es necesario señalar que en la mayoría de las fotogra-fías de los servicios del Hospital de Zona núm. 1 son los médicos y las enfermeras quienes posan para las fotografías.

FOTOGRAFÍAS DE LEGITIMACIÓN

A mi parecer, la intención de tener un re-gistro de las construcciones que se esta-ban realizando en el país para legitimar la actuación del gobierno no es nada ex-traño, eso ha sido una constante desde que existen las imágenes impresas. Sin embargo, la manera como se ha hecho ese registro ha cambiado también con el paso de los años. El uso de la fotografía ha predominado en ese renglón a partir del siglo pasado y nos permite hoy en día

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tener testimonios gráfi cos tan valiosos como los escritos o los orales. Pienso que estas fotografías son de legitimación porque muestran edifi cios construidos y fotografi ados por el Estado, esto último para difundirse en publicaciones editadas también por él. Según testimonios de los fotógrafos, los negativos también se usa-ron para realizar fotomurales de hasta un metro de longitud, para montar diversas exposiciones en el Centro Médico de la ciudad de México, o simplemente para decorar las ofi cinas del mismo Benito Coquet Lagunes en el edifi cio del IMSS en Paseo de la Reforma.

En las fotos del proceso de construc-ción de la Unidad Independencia, inclui-da la del presidente López Mateos en su visita a la obra, es muy probable que el fotógrafo fuera enviado por la Jefatura de Proyectos del IMSS para la bitácora de obra, cumpliendo así, por un lado, con el proceso interno de una institución guber-namental y, por el otro, legitimando sus acciones (Foto 7). El grupo de fotos que en su mayoría exhiben edifi cios en cons-trucción dentro de la Unidad Independen-cia se tomaron con cámara de placa y con tripié. Técnicamente, en general existe en ellas un buen sentido de la composición

y, por ejemplo, aunque una de las fotos está tomada en picada no se va la vertical hacia uno de los lados (Foto 5). En otra foto se delinean muy bien los tres planos horizontales en la obra.

El mismo propósito se observa en el Centro de Seguridad Social y Bienestar Familiar localizado en las calles de Ni-colás San Juan y Xola. Las actividades realizadas en estos centros eran promo-cionadas por el Estado mismo, por esa razón el interés de que se difundiera lo que se realizaba en ellos. Las fotos de las clases en los Centros de Seguridad Social y Bienestar Familiar fueron tomadas con 35 mm o formato medio de 6 x 6, sin fl ash,

Foto 7.Visita del presidente López Mateos a la Uni-dad Independencia.

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únicamente con luz ambiente. La cámara está dispuesta de una manera tal que no se nota como intrusiva en el ámbito de las mujeres en sus clases, al contrario, las acompaña (Foto 9).

Las fotografías del IMSS son importan-tes porque nos muestran la visión que el Estado mexicano tenía en ese momento sobre el sistema de salud nacional, ya que se tomaron testimonios visuales de la Unidad Independencia, de las clínicas y Centros de Seguridad Social y Bienestar Familiar construidos en el Distrito Federal, además de los servicios proporcionados en las clínicas y hospitales de Oaxaca, Puebla, Chihuahua, Jalisco, Nuevo León y Sonora.

Igualmente importante es su función como fuente informativa, pues se puede contemplar en esas fotografías la moda en el vestir de las enfermeras y docto-

res o de la gente que por casualidad se encuentra ahí en el momento de la toma (Foto 10); los grandes automóviles de la época; y, por supuesto, la tendencia ar-quitectónica del momento, donde se une lo funcional con lo estético tanto en la ciu-dad de México como en los estados del país donde la urbanización era totalmente diferente de como la conocemos hoy en día, puesto que en algunas fotografías de Jalisco o de Sonora se ve únicamente la construcción del hospital o de la clínica y nada a su alrededor, tal vez sólo algunos caminos de tierra (Foto 4). Si uno se tras-lada hoy a esos lugares seguramente no se podrá creer que sea el mismo sitio de la foto, como ocurre con los edifi cios multi-familiares en Ciudad Obregón, Sonora, ya que en la actualidad estarán rodeados de casas, edifi cios, parques, comercios, ca-lles y avenidas pavimentadas, etcétera.

Por el contrario, lo que sí ha perma-necido igual en la mayoría de estos edi-fi cios es su interior, desde la decoración hasta el mobiliario, y si hoy comparamos una de las fotografías del interior de al-guna de las construcciones del IMSS con otra del mismo lugar en la actualidad se pensará que “por ahí no ha pasado el tiempo”, pues lucen en la mayoría de los

Foto 8. Clínica número 16.

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casos exactamente igual. Esta situación pone de manifi esto la posición que ha tenido el Estado mexicano en el transcur-so de estos más de 40 años en que se edifi caron tantas construcciones en todo el país, desentendiéndose totalmente de la responsabilidad que adquirió en el sexenio de Adolfo López Mateos con un proyecto social de tal magnitud.

En conclusión, las fotografías toma-das en los estados, las del Hospital de Zona núm. 1, las de clínicas y las ofi cinas generales del IMSS fueron hechas para el registro de la situación en la que se en-

contraban las instalaciones de salud, así como para promover los servicios brinda-dos por el IMSS a la población del país. No fueron tomadas por fotógrafos profesiona-les ni con el mejor equipo, pues su función sólo consistió en llevar un registro. Por otro lado, las imágenes relacionadas con la Unidad Independencia y los Centros de Seguridad Social y Bienestar Familiar en la ciudad de México buscaron legitimar las acciones del gobierno y fueron de dos tipos: una parte muestra el proceso de construcción de la Unidad Independencia y los mismos centros, incluida la visita a

Foto 9. IMSS, clases de costura y bordado en los centros de bienestar social familiar.

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la obra del presidente López Mateos; otra parte retrata las actividades realizadas en los Centros de Seguridad Social y Bienes-tar Familiar, que eran promovidas desde el gobierno. En estas fotografías participaron Foto Brehme, con Adolfo Luna y Miguel Ángel Salgado, así como Rodrigo Moya. El primero fotografi ó los teatros del IMSS y en el taller artesanal de la Unidad Inde-pendencia por mencionar sólo algunos de los lugares cuyas fotos no se encontraron en el AGN. El último tomó muchas fotos en los talleres de los Centros Juveniles de Seguridad Social y en las instalaciones deportivas de la Unidad Independencia. Lola Álvarez Bravo, por su parte, estuvo muy involucrada con las fotografías de las actividades culturales del IMSS aunque,

igual que en el caso de Moya y Luna, esas fotos no estén en el AGN.

Es interesante conocer la historia del proyecto de seguridad social en México durante el sexenio de Adolfo López Ma-teos contada con imágenes por el propio Estado mexicano. El testimonio que de-jaron los fotógrafos participantes cubre un vacío historiográfi co que no se habría podido salvar de no ser por ese material fotográfi co que si bien en su momento les representó un trabajo remunerado, al mis-mo tiempo signifi có dejar constancia grá-fi ca de las últimas acciones que, en ma-teria de infraestructura para la seguridad social, realizaron los gobiernos emanados del proyecto revolucionario.

Foto 10.Vacuna contra tos-ferina, difteria y tétanos.

* Maestra en historia del arte por la UNAM, integrante del seminario de investigación que imparte en el AGN el doctor Aurelio de los Reyes.

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Al participar en el proyecto de la Fa-cultad de Filosofía y Letras de la UNAM y el Archivo General de la Nación para catalogar el material iconográfi co del fondo Adolfo López Mateos se cruzaron ante mí los vestigios documentales de lo que, se vislumbraba, había sido un gran y animado jolgorio: los festejos del cen-tenario del 5 mayo. En los depósitos del acervo se encuentran resguardadas las invitaciones, carteles y programas de las distintas festividades orquestadas en to-dos los rincones de la geografía nacional para conmemorar tan ilustre fecha.1 Es-tos testimonios despertaron mi curiosidad y alentaron el interés para indagar sobre el sentido, las repercusiones y el discurso de dichas celebraciones.

LOS PREPARATIVOS PARA CELEBRAR UNA VICTORIA

En vísperas de la conmemoración del centenario de la batalla de Puebla, al iniciar el mes de mayo de 1962, el perió-dico El Nacional señaló en su editorial: “Los principios que norman la conducta del país emanan del 5 de mayo de 1862. Ellos son: no intervención y autodetermi-nación de los pueblos”.2

Para la historiografía ofi cial, la batalla de Puebla, más allá de la valerosa acción de los combatientes mexicanos, que de-tuvieron la marcha rumbo a la ciudad de México del poderoso ejército imperial fran-cés, representa una ratifi cación del espíritu republicano del país, así como la obstina-

LO S F E S T E J O S C E N T E N A R I O S D E L 5 D E M AY O

Pavel Leonardo Navarro Valdez*

1 Archivo General de la Nación (en adelante AGN), Presidentes, Adolfo López Mateos (en adelante ALM), caja 155, exp. 135.21/56. 2 El Nacional, 3 de mayo de 1962, p.1. Todas las referencias hemerográficas tienen sustento en las con-sultas realizadas dentro de la Biblioteca-Hemeroteca “Ignacio Cubas”, del AGN.

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da defensa de la soberanía y la indepen-dencia patria. Importa poco la dimensión del reto que se enfrenta, la batalla del 5 de mayo es asumida como la mayor y más gloriosa hazaña épica de las armas nacio-nales frente a un enemigo extranjero.

El gobierno mexicano, presidido en-tonces por el licenciado Adolfo López Ma-teos, se propuso que la conmemoración del centenario del 5 de mayo, traspasara los ámbitos regionales del estado de Pue-bla y la ciudad de México, a los que se cir-cunscribía la mencionada festividad, para ampliarlo a unas magnas celebraciones de alcance nacional y con proporciones tales, de las que no se tenía registro des-de los festejos del centenario del inicio de la independencia en 1910.3

Las festividades dotarían al gobierno de un apreciado foro para ensalzar los lo-gros del régimen, apuntalar la política ex-terior del presidente y poner énfasis en los proyectos sociales del sexenio lopezma-teista, en un ambiente favorable mediado por la reivindicación de la memoria histó-rica del pueblo mexicano e impregnado de nacionalismo. Desde tiempo atrás, cuan-

do se vislumbró que la conmememoración del centenario correspondería en turno al presidente López Mateos, se vinculó la ejecución de importantes proyectos de infraestructura con el marco de las cele-braciones, para que fueran “entregadas al pueblo” e inauguradas a la par de los fes-tejos, y hacer así más notorio el compro-miso del presidente con los ciudadanos y su vocación de continuar el proceso de modernización del México del siglo XX.

La obra principal fue la construcción, con un costo de doscientos treinta millo-nes de pesos, de la autopista de cuota México-Puebla, que marcaría de modo in-deleble la obra y los propios festejos. Di-cha rúa descargaría considerablemente el tráfi co de la carretera federal, inaugurada por el presidente Plutarco Elías Calles el 19 de septiembre de 1926, el viejo cami-no alguna vez símbolo de la modernidad del país, pues fue el primer tramo carrete-ro pavimentado de México y la primera de las grandes obras viales de los gobiernos de la revolución.4 Sin embargo, se seña-ló en el sexenio de López Mateos, había dejado de ser una vía de comunicación

3 Annick Lempérière, “Los dos centenarios de la independencia mexicana (1910-1921): de la Historia Patria a la antropología cultural”, en Historia Mexicana, XLV:2, octubre-diciembre, 1995, pp.317-352.4 Aurelio de los Reyes, “Los álbumes fotográficos del Fideicomiso Archivos Calles-Torreblanca” en Boletín del Fideicomiso Archivos Plutarco Elías Calles y Fernando Torreblanca, 54, enero-abril de 2007, p. 29.

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fl uida hasta convertirse en un obstáculo al tránsito y un peligro para los usuarios con sus trescientas cincuenta curvas.

En cambio, la nueva autopista, resulta-ba mucho más cómoda y segura, con sus sólo setenta y cuatro curvas mejor diseña-das; sin mencionar la ventaja de acortar en una hora quince minutos el recorrido entre la capital del país y la ciudad de Puebla, si se realizaba el trayecto en una velocidad promedio estimada entre 90 y 100 kilómetros por hora, además de dis-frutar el bello paisaje serrano, engalanado con las vistas de los volcanes Popocaté-petl e Iztaccihuatl como telón de fondo. Todos estos benefi cios por un “módico” peaje de 15 pesos para automóviles.5

El rostro de la ciudad de México tam-bién fue alterado por las obras relativas a los festejos, debido a la ampliación y mo-dernización de la Calzada México-Puebla que a partir de ese año lleva el nombre de calzada Ignacio Zaragoza, enlace entre el centro de la ciudad con la zona oriente y las carreteras a Puebla. Los trabajos realizados por las autoridades del Distrito Federal, para dotar a la fl amante autopis-

ta México-Puebla de una entrada-salida digna en la capital del país, incluyeron la ampliación de la vialidad en un tramo de diez kilómetros desde la avenida Río Churubusco hasta la cárcel de mujeres. Las obras incluyeron la construcción de un distintivo paso a desnivel a la altura del puerto aéreo, así como el ensanche de la vialidad a tres carriles centrales de circulación, más dos laterales en cada sentido, divididos los fl ujos de circulación por un ancho y arbolado camellón central, además de mejorar paralelamente el dre-naje y el sistema de agua potable en las colonias y zonas aledañas.6

Por supuesto, no se pudo escapar a la tentación de colocar una estatua en bronce del general Zaragoza que rematara la cal-zada que lleva su nombre. El monumento fue encargado al escultor duranguense Ignacio Asúnsulo, quien elaboró una esta-tua ecuestre de 5.40 metros, montada en un pedestal de 2.10 metros de ancho por 4.40 metros de alto, dotando de una altura total al monumento de 9.50 metros, el cual fue colocado en uno de los segmentos del ancho camellón central.7

5 El Nacional, 4 y 5 de mayo de 1962, pp. 1-7.6 Ibid., 3 de mayo de 1962, p. 1; 5 de mayo de 1962, pp. 1-2.7 Ibid., 3 y 5 de mayo de 1962, p. 1.

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Pese a que en una primera instancia el gobierno había manifestado su negati-va para realizar una “celebración retórica” del centenario, pues más bien buscaba entregar obras de benefi cio colectivo, pronto los diversos e incontables prepa-rativos se desbordaron por todo el país, involucrando a los diversos ramos del gobierno en todos niveles, así como al sector privado y la sociedad en general. Ningún actor escapó o quedó al margen de la fi ebre del 5 de mayo.

Ante el enorme valor simbólico de la gesta en defensa de la soberanía y de la independencia nacional, escenifi cada frente a los fuertes de Loreto y Guadalupe contra la invasión francesa, resulta indu-dable que el un entusiasmo nacionalista se esparció rápidamente y se suscitó un fervor patrio pocas veces visto antes a lo largo y ancho del país.

Para dotar de solemnidad a los fes-tejos, meses antes de su celebración, el Congreso de la Unión decretó que 1962 era el año del general Ignacio Zaragoza y del Primer Centenario del 5 de mayo; de esa manera se comprometió a todas las dependencias de gobierno a involucrarse activamente en los festejos.

Jaime Torres Bodet, secretario de Educación Pública, entregó simbólicamen-te un busto del general Zaragoza a una escuela primaria, ubicada en Tacubaya y que lleva el nombre del héroe. Cuatrocien-tas noventa y dos réplicas de esta escul-tura fueron repartidas entre las escuelas primarias del país, dependientes del siste-ma federal que compartían el nombre de Ignacio Zaragoza. Mediante la Secretaría de Educación Pública, López Mateos lo-gró llevar el festejo hasta los rincones más apartados del país, sumado al hecho de que muchos de los planteles que se inau-guraron ese año, también recibieron por nombre el del general homenajeado.8

El Servicio Postal Mexicano emitió ocho millones de estampillas alusivas a la conmemoración. El timbre ordinario de 40 centavos presentó un lancero con su arma en la mano, de pie junto a una lá-pida en que se lee: “5 de mayo de 1862”, en segundo plano se aprecia el perfi l de la ciudad de Puebla. En su diseño, el tim-bre de correo aéreo que valía un peso se dividió en dos mitades, en la sección iz-quierda se colocó una imagen de la novel estatua ecuestre del general Zaragoza y en la derecha una ilustración de la ciudad

8 Ibid., 5 de mayo de 1962, p 2.

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de Puebla, con el volcán Popocatépetl de fondo.9

La Lotería Nacional se sumó a la conmemoración con la celebración de un magno sorteo. Para su difusión en los medios impresos, la institución con-tó con la cooperación de los grabadistas del Taller de la Gráfi ca Popular, quienes aportaron diversos grabados alusivos a la sfecha, presentados en los anuncios de la Lotería junto con la invitación al público para comprar sus series y cachitos.

Entre los grabados publicados desta-can el de Adolfo Quintero, publicado el 3 de mayo de 1962 en El Nacional intitulado “El valiente general Felipe Berriozábal”, que muestra al referido personaje a ca-ballo, con la espada en la mano derecha y la rienda en la mano izquierda cargando contra los soldados franceses, a quienes atropella a su paso; lo siguen los valero-sos lanceros a caballo; de fondo se ob-servan los fuertes de Loreto y Guadalupe. Un maguey en primer plano refuerza la mexicanidad de la imagen.10

El mismo día apareció publicado en El Universal un anuncio referente al mismo

sorteo con un grabado distinto, elaborado por el propio Adolfo Quintero que lleva por título “En el escenario de su gloria, el general Ignacio Zaragoza marca el hori-zonte de la victoria el 5 de mayo de 1862”. En la cumbre de un cerro se aprecia un torreón con la bandera mexicana, solda-dos de infantería listos para combatir, ca-ballería presta a entrar en acción y piezas de artillería preparadas. Al frente de ellos, se recorta por el sol saliendo del orien-te la fi gura del general Ignacio Zaragoza montado en un corcel, con la mano dere-cha sujeta a la rienda, con la izquierda se-ñala el horizonte. Las laderas del cerro se vislumbran tupidas de magueyes y, más allá, en el valle se delinea la presencia del ejército francés.11

El artista Alberto Beltrán también participó con un grabado publicado el 5 de mayo en El Nacional, que muestra al general Zaragoza a caballo con la ban-dera republicana en la mano derecha y la rienda sujeta con la izquierda; junto a él, de pie, un soldado con un quepí que tiene los emblemas republicanos porta un rifl e; a su lado, marcha un indígena que

9 Ibid., p. 510 Ibid., 3 de mayo de 1962, p. 4.11 El Universal, 3 de mayo de 1962, p. 4.

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sostiene un estandarte, donde se pueden leer las palabras Tetela y Zacapoaxtla, en referencia a las comunidades que apor-taron importantes contingentes para la batalla.12

Pese al discurso modernizador que se trató de imprimir como sello a los fes-tejos del centenario, también hubo espa-cio para aquellos dedicados a la búsque-da de reliquias y antigüedades del héroe. En una ceremonia especial el doctor Luís Landa, bisnieto del general Felipe Berrio-zábal, donó a la Secretaría de la Defensa Nacional la espada que usó el general Za-ragoza el mismísimo 5 de mayo de 1862, y que había obsequiado a Berriozábal por su valeroso desempeño ese día. También la señora Guadalupe Chavarría, hija del general Feliciano Chavarría entregó unos gemelos de campaña del general Zarago-za, que había resguardado su padre.13

Incluso se mandó traer un puñado de tierra del suelo que viera nacer al ge-neral Zaragoza en 1829. Para tal efecto se organizó una carrera pedestre de re-levos que trasladó el presente enviado por la comunidad mexicana radicada en

Texas, así como una antorcha. Fuego y polvo partieron de Goliad el 21 de abril de 1962. El lunes 30, Adolfo López Ma-teos saludó al relevo en Palacio Nacional, para fi nalmente arribar a su destino en la Angelópolis el 1 de mayo, donde fue reci-bida por el gobernador del estado, Fausto Ortega.14

Para los afi cionados a la numismáti-ca, la Casa de Moneda acuñó una serie de tres medallas conmemorativas. La más valiosa, elaborada con 37.5 gra-mos de oro puro, medía 38 milímetros de diámetro, contenía el escudo nacional en una de sus caras y en el anverso la efi gie a caballo del general Zaragoza y una perspectiva del fuerte de Loreto, se vendió en 585 pesos. La segunda, tuvo un valor de 250 pesos, 15.75 gramos de oro, y un diámetro de 29 milímetros, mostraba la faz del general Zaragoza y el escudo nacional. La de mayor circulación se vendió por sólo 10 pesos, fue elabora-da en plata, con 19.8 gramos de metal y un tamaño de 36 milímetros de diámetro, repetía la imagen de Zaragoza plasmada en la moneda principal.15

12 El Nacional, 5 de mayo de 1962, p. 3.13 Ibid., 3 de mayo de 1962, pp. 1-11.14 El Universal, 5 de mayo de 1962, p.2.15 El Nacional, 3 de mayo de 1962, p. 8.

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Otra forma de memoria cultural que encontró su espacio en el marco de la celebración fue la edición de libros. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público publicó, bajo el cuidado de Catalina Sie-rra y Rubén Bonifaz Nuño, A cien años del 5 de mayo, libro dividido en cuatro capítulos y una presentación del presi-dente López Mateos; el primero lo es-cribió el secretario de Hacienda, Antonio Ortiz Mena, quien refl exiona sobre el 5 de mayo como el símbolo que encarna los ideales constitutivos de la nación mexi-cana: independencia, soberanía, demo-cracia, convivencia pacífi ca, e igualdad ante la ley. En el segundo, Agustín Yánez proyectó el valor y el signifi cado de la victoria sobre los franceses en la historia nacional. En el tercero el teniente coronel Daniel Gutiérrez realizó una minuciosa investigación sobre los aspectos milita-res de la batalla. Manuel J. Sierra, ofi cial mayor de la dependencia patrocinadora, relaciona el 5 de mayo con la norma de la no intervención, seguida por México en su política exterior.16

El entonces llamado Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana,17 dirigido por Salvador Azuela, auspició la publicación de diversas biogra-fías sobre los personajes de la gesta y tra-bajos monográfi cos relativos a la fecha.18

Y no sobra mencionar los ríos de tinta que, en diversos editoriales y artículos de opinión realzaron la fi gura del general Za-ragoza, publicados en todos los periódi-cos del país: “Bravo en la pelea, obedien-te a sus jefes, suave con el soldado leal, pundonoroso, sin pretensiones, sin celos, así era el general Zaragoza”, apuntó An-tonio Magaña Esquivel en su columna de El Nacional.19

TODO EL PAÍS UNA GRAN FIESTA. EL 5 DE MAYO DE 1962

El esperado día fi nalmente llegó y las acti-vidades comenzaron desde muy temprano. Bastaba abrir los periódicos matutinos para empaparse de la algarabía y el sentimien-to nacionalista, de los que no se quedaron fuera las casas comerciales que reivindi-

16 Ibid., 4 de mayo de 1962, p. 10.17 A partir del 19 de mayo de 2006 es denominado Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revo-luciones Mexicanas.18 Federico Berrueto, Ignacio Zaragoza, México, Secretaría de Gobernación, 1962.19 El Nacional, 3 de mayo de 1962, p. 6.

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caron su mexicanidad, pagando grandes inserciones publicitarias en los diarios con temas referentes al 5 de mayo.20 La Casa Cuervo costeó anuncios con la imagen del general Zaragoza para manifestar su júbilo por el regocijo de la nación con motivo del citado centenario, al tiempo que afi rmaba su añeja tradición tequilera. Así remataba su anuncio: “Cuando las armas nacionales se cubrieron de gloria en Puebla en 1862, hacía 39 años que el pueblo mexicano brindaba con tequila Cuervo”.

No obstante que el tequila es una bebida estrechamente identifi cada con lo mexicano, cualquier marca podía subirse al carro de los festejos. Así lo hizo la fi rma Coca-Cola que publicó un anuncio de un varón, con una fi sonomía criolla, aunque ataviado con la vestimenta del indígena zacapoaxtla con machete en mano; el re-trato enmarcaba la frase: “5 de mayo de 1862. Centenario de la batalla de Puebla. 5 de mayo de 1962.” La Asociación Mexi-cana de Embotelladores de Coca-Cola se unió al gozo del pueblo de México.

La empresa automotriz Ford y su red de concesionarios, enfocaron su anuncio a la inauguración de la nueva vía México-Pue-

bla, recuperando los avances y progresos del país y de la propia compañía. Reme-moró la inauguración de la antigua carre-teara a Puebla por el presidente Calles, en septiembre de 1926, cuando sólo existían 70,000 vehículos en todo México. Elogió al gobierno de López Mateos por alcanzar una red de 46,000 kilómetros de carreteras pavimentadas. Como símbolo de la moder-nización y progreso del país Ford apuntó que para 1962 circulaban ya por el territorio nacional cerca de 830,000 vehículos.

La clase política tuvo que madrugar, el primer evento fue programado a las ocho de la mañana, con la inauguración de la fl amante calzada Zaragoza y la de-velación de la estatua ecuestre. El acto lo presidió López Mateos acompañado por el regente de la ciudad de México, Ernesto P. Uruchurtu. El orador ofi cial, el diputado Rodolfo Sánchez Mireles, presi-dente de la Gran Comisión de la Cámara de Diputados, declaró que México conti-nuaba luchando por los mismos principios que hacía cien años, pues todos los mexi-canos mantenían su deseo de ser libres de cualquier tipo de cadenas materiales, espirituales o temores.21

20 El Universal, 5 de mayo de 1962, pp. 3 y siguientes.21 El Nacional y El Universal, 6 de mayo de 1962, pp.1 y siguientes.

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El presidente recorrió la calzada se-guido por una amplia comitiva: la clase politica en procesión tenía que seguir a la caravana presidencial que partía hacia Puebla por la nueva autopista. Para llevar a cabo la peregrinación cívica, fue nece-sario fl etar decenas de autobuses y ca-miones, o cualquier vehiculo disponible, que a la postre resultaron insufi cientes para seguir el paso del presidente viaje-ro. Con días de anticipación las reservas de hospedaje en la capital poblana se habían saturado y los lugares de aloja-miento estaban a tope. Solamente unos funcionarios menores del Departamento del Distrito Federal se quedaron atrás con la responsabilidad de colocar una ofrenda fl oral en la tumba del general Zaragoza en el panteón de San Fernando.

El cartonista Abel Quezada capturó las ansias de la clase política por seguir el ritmo y subirse a los festejos, su carica-tura publicada al día siguiente retrata a un numeroso grupo de funcionarios que se agolpan, amontonan y empujan con tal de trepar al novísimo pedestal de la estatua del general Zaragoza, quien junto con su caballo, observa con una mezcla de temor y asombro el espectáculo a sus pies.22

La nutrida comitiva presidencial enfi ló hacia las cumbres del Río Frío. El gober-nador Fausto Ortega esperaba en el ki-lómetro 128; ahí se realizó la ceremonia ofi cial de inauguración de la autopista. El gobernador dio por saldada la pala-bra que López Mateos empeñó con los poblanos, a manera de promesa de cam-paña: la construcción de la carretera. En el lugar se develaron dos altares, uno a Benito Juárez y otro más a Zaragoza, y una placa alusiva a la puesta en opera-ción de la autopista “5 de Mayo”. Al llegar a la caseta de San Martín Texmelucan, el presidente descendió de su autobús para pagar el primer peaje de la autopista.

El 5 de mayo normalmente se verifi ca la jura de bandera por parte de los cons-criptos del Servicio Militar Nacional. En esa ocasión dicha ceremonia sirvió para hacer alarde tecnológico y enlazar a todo México en la fi esta nacional, pues de ma-nera simultánea, los 300,000 conscriptos de todo el país juraron ante el presidente López Mateos, gracias a un enlace en ca-dena nacional, vía control remoto, de la señal de televisión producida en la base aérea número 6 de Puebla, y transmitida a través de las repetidoras de los canales

22 El Universal, 6 de mayo de 1962, p. 5.

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2 y 4.23 Para dar mayor vistosidad al acto, hacia el cielo poblano fueron lanzados ocho monumentales globos rojos, de los que se desprendían enormes pendones con los nombre de los héroes de 1862. En nombre del ejército, el general de división Ramón Rodríguez, comandante de la XXV zona militar, afi rmó que México era una nación pacifi sta, y el principal enemigo lo representaba en esos tiempos la ignoran-cia, la miseria y la insalubridad.

Al concluir el acto, el festejo se trasla-dó al histórico fuerte de Loreto, donde se mantuvo la cadena nacional para trans-mitir las palabras del presidente quien dirigió un mensaje a la nación. Se dijo emocionado de estar junto a esos mudos testigos de la epopeya e inundado de or-gullo de sentirse mexicano. Reconoció el valor del ejército republicano para de-fender a la patria y enfrentar al enemigo, recomendó al pueblo de México: “a cien años de la gesta heroica, lejos del fragor del combate y disfrutando de la paz re-cuperada, al amparo de las instituciones liberales que garantizan nuestra indepen-dencia, dediquémonos para conservarla

Cartel de las conmemoraciones de la batalla del 5 de mayo. Ayuntamiento de Cadereyta, N. L.24

23 Ibid., 5 de mayo de 1962, p. 10.24 AGN, Presidentes, ALM, caja 155, exp. 135.21/56.25 El Nacional, 6 de mayo de 1962, p 1.

a empuñar las armas del trabajo para alcanzar el progreso”.25

Posteriormente la comitiva se dirigió

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26 AGN, Presidentes, ALM, caja 155, exp.153/56.27 Idem.

Cartel de las conmemoraciones de la batalla del 5 de mayo. Ayuntamiento de Montemorelos, N. L.26

al centro de la ciudad. El presidente tuvo un recibimiento multitudinario, con nu-tridas vallas de poblanos que lo vitorea-ron por las calles de Reforma y 2 Norte.

Desde la presidencia municipal, López Mateos, acompañado por el gobernador Ortega y el presidente municipal Eduardo Cué Merlo, observaron el desfi le de ca-rros alegóricos.

Decenas de ceremonias y desfi les si-milares, cientos de carros alegóricos con coloridas representaciones se repitieron por la geografía nacional.27

Destaca el peculiar concurso organi-zado por el ayuntamiento de Monterrey, secundado por la Cámara de Comercio, de aparadores comerciales decorados con motivos alusivos. Las fi estas también se celebraron allende las fronteras, como las organizadas por las comunidades de mexicanos residentes en Estados Uni-dos, que contaron con el apoyo del ser-vicio consular, como en las ciudades de Chicago, Los Ángeles y Corpus Christhi.

El día en Puebla no concluyó con el paso del último carro alegórico del desfi le ni con los refl ectores de la prensa nacio-nal aun más atentas a sus actividades que de costumbre, el presidente realizó sendas inauguraciones relacionadas con dos de sus programas sociales estelares: inauguró en la capital poblana las instala-

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ciones del Instituto Nacional de Protección a la Infancia (INPI), proyecto dirigido por la primera dama, Eva Sámano de López Mateos, así como la nueva clínica del Ins-tituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Puebla y sus ofi cinas delegacionales, como parte de un agresivo fortalecimiento y crecimiento de la infraestructura en se-guridad social durante su sexenio.28

Los festejos en Puebla se extendie-ron el día 6 cuando el presidente inauguró obras sociales en distintas comunidades poblanas, así como una estatua erigida en honor de Miguel Negrete en su pue-blo natal de Tepeaca,29 y todavía un mes más, con la celebración de una gran feria nacional con motivo del centenario.

LA RELACIÓN CON FRANCIA A CIEN AÑOS

La conmemoración del 5 de mayo llegó en un momento justo para apuntalar el discurso y la política exterior del presi-dente Adolfo López Mateos, que durante los años de su gobierno había intentan-do romper un poco la centralidad de la

relación de México con Estados Unidos y se había esforzado por, en la medida de lo pragmático y lo posible, diversifi car las relaciones exteriores y mantener una posición de relativa autonomía frente a la agresiva política estadounidense respec-to a Latinoamérica, (evidenciada desde la participación de la Agencia Central de In-teligencia CIA en la asonada que derribó al gobierno de Jacobo Arbenz en Guatema-la) y luego disfrazada por la administra-ción Kennedy bajo la forma de la Alianza para el Progreso, posterior al triunfo de la Revolución cubana.

El recuerdo de la intervención france-sa era motivo perfecto para argumentar en favor del principio de la no intervención y de la autodeterminación de los pueblos. Si hacía cien años el enemigo eran los franceses, el peligro de intervención que se cernía sobre los países latinoamerica-nos se encontraba de este lado del Atlán-tico, al norte de México.

Los discursos de la época y los edi-toriales del momento denotan el interés por no ubicar a Francia como una poten-

28 Para un mayor acercamiento al crecimiento de la infraestructura del IMSS en el sexenio de López Mateos puede consultarse a Isaura Oseguera, “Lo que nos dicen las imágenes: las fotografías del Instituto Mexi-cano del Seguro Social 1958-1964”, México, tesis de licenciatura en historia, UNAM-Facultad de Filosofía y Letras, 2005.29 El Nacional, 7 de mayo de 1962, p 1.

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cia agresora. Afi rmaban que a lo largo de los años los vínculos de amistad entre la nación gala y México quedaban de sobra demostrados, y se esforzaban en adjudi-car la génesis de la intervención en las aspiraciones personalistas del emperador Napoleón III. Por ejemplo, el editorial del ex secretario de la Defensa Nacional, el general de división Francisco L. Urquizo, recuperaba que como vínculo de herman-dad entre ambos pueblos, al terminar las conmemoraciones de la batalla del 5 de mayo, alguna gente entonaba “La Mar-sellesa” y la población asistente la escu-chaba con respeto; lo mismo sucedía en las primeras conmemoraciones del 1 de mayo, pues el pueblo mexicano vinculaba dicho canto con los valores liberales de la Revolución francesa.30 Por otra parte Antonio Rojas Díaz Palacios rescataba la misiva de Víctor Hugo dirigida a los pobla-nos, en la que el afamado novelista liberal les hablaba: “Habitantes de Puebla: no os hace la guerra Francia. Es el imperio”.31

Como muestra de amistad entre am-bas naciones, representantes de la emba-

jada francesa en México acompañaron al presidente en las ceremonias del cente-nario más importantes. Poco tiempo des-pués el gobierno francés otorgó a México un crédito por 150 millones de dólares, El doctor Leopoldo Zea, entonces director de Relaciones Culturales de la Secreta-ría de Relaciones Exteriores, comentó a la prensa que Francia, era el país que, en relación con el ingreso medio de sus habitantes, más contribuía al progreso de las naciones subdesarrolladas o en vías de desarrollo.32

Al poco tiempo Adolfo López Mateos viajó a París, donde se entrevistó con el presidente de la república francesa, Charles De Gaulle. Un año después, en reciprocidad, el general De Gaulle visitó México, del 16 al 19 de marzo de 1964.33

Si bien de manera ofi cial los festejos del centenario habían concluido, la visi-ta del jefe de Estado francés a México, en una fecha relativamente cercana, aún estuvo cargada de simbolismos que remi-tían a la epopeya. El presidente De Gau-lle trajo consigo varios estandartes repu-

30 Miguel Rodríguez, “Chicago y los charros: ritos y fiestas de principios de mayo en la ciudad de México”, en Historia Mexicana, XLV:2, octubre-diciembre, 1995, p. 403.31 El Universal, 2-5 mayo de 1962, pp. 4-5.32 Excelsior, 15 de marzo de 1964, p. 1.33 Archivo Histórico Genaro Estrada de la Secretaría de Relaciones Exteriores, fondo Washington II, caja 479, exp. 8.

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blicanos capturados durante la guerra de intervención, entre ellos el del escuadrón de lanceros de Aguascalientes, tomado por los franceses el 22 de mayo de 1864 en Valparaíso, cuando las topas que co-mandaba el capitán Gautele sorprendie-ron al grupo de hidrocálidos que intenta-ban unirse a las fuerzas del gobernador de Zacatecas Jesús González Ortega. El estandarte, así como los capturados en las batallas de San Pedro y San Pablo del Monte, cruzaron el Atlántico y permane-cieron en manos de los franceses como trofeo de guerra ganado en combate. En un acto inusual, dijo De Gaulle, Francia los devolvía, no tenía ningún interés de conservarlos en su poder, prefería seguir cultivando la amistad con México que continuar en posesión de su botín de gue-rra. El gesto de las “banderas”, como fue conocido popularmente, atrajo notable-mente la simpatía del pueblo mexicano hacia De Gaulle.34

La empatía con el veterano héroe de la Segunda Guerra mundial facilitó una tumultuosa bienvenida preparada para De Gaulle, propiciada por el propio caris-ma del galo, así como por la capacidad

del régimen político mexicano para sacar a la calle a los habitantes y formar copio-sas vallas a lo largo del recorrido entre el aeropuerto internacional Benito Juárez y el Palacio Nacional. Hubo una recepción única y multitudinaria a un jefe de Estado que visitaba nuestro país: niños de escue-las, burócratas, curiosos en general, se dieron cita en las calles marcadas en el trayecto, además de los trabajadores de la distintas centrales obreras a los que, a causa de cierta presión ejercida desde el gobierno sobre los patrones, se les per-mitió asistir a la concentración. Salieron a la calle cerca de un millón de capitalinos, cada uno aprovisionado con cargas de confeti, papelitos y banderas tricolores de verde, blanco y colorado unos, y azules, albas y rojas los otros.35

Comenta Soledad Loaeza que los acercamientos entre México y Francia es-tuvieron profundamente limitados por el contexto internacional, que acrecentó la bipolaridad mundial en bloques y la poca libertad de movimiento que se otorgaba a las potencias medianas como Francia y a países tan estrechamente ligados a Esta-dos Unidos como México, por lo que de la

34 Excelsior, 15 de marzo de 1964, p 1.35 Ibid.,17 de marzo de 1964, p 1.

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visita solamente se pudieron refrendar los lazos de amistad, los vínculos culturales y apoyar, aunque fuera sólo de forma mo-ral, las propuestas de la política exterior de ambos países.36

No obstante si los objetivos políticos no quedaron cabalmente cumplidos para ninguno de los dos jefes de Estado, la vi-sita fue la ocasión para disfrutar la fi esta del año, celebrada en el Palacio de Mi-nería, que organizó el secretario de Re-laciones Exteriores, Manuel Tello con su jefe de protocolo, Federico Mariscal, para recibir al invitado de honor, en rigurosa etiqueta. Lo más granado de la socie-dad mexicana del momento se dio cita al convite en el sobrio edifi cio de la calle de

Tacuba. A pesar de la presencia de las emperifolladas damas, quienes atrajeron la mayor cantidad de miradas y comenta-rios fueron las divas del cine, Dolores del Río, siempre elegante, con vestido negro aderezado de capuchones de rubíes con brillantes, y María Félix, quien lució de amarillo portando unos brillantes gigan-tescos. La comidilla del día siguiente fue que si hacía cien años el invasor francés había caído derrotado ante la bravura y el pundonor de las armas mexicanas, en 1964 el amigo y distinguido visitante galo nuevamente se había rendido, inclinado y hecho reverencia, pero en esta ocasión ante la belleza de “La Doña”.37

36 Soledad Loaeza, “La visita del general De Gaulle a México: El desencuentro francomexicano, en Foro Internacional, XXXI:2, octubre-diciembre de 1990, p. 294.37 Excelsior, 18 de marzo de 1964, p 1; 19 de marzo de 1964, p. 15.

* Egresado de la UNAM, integrante del seminario de investigación que imparte en el AGN el doctor Aurelio de los Reyes.

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L A M U J E R Y L A P O L Í T I C A

Nelly García García*

A lo largo de la historia se han pondera-do las pequeñas y grandes hazañas de los hombres; sus intervenciones en los ámbi-tos político, económico y cultural. Pero, ¿qué hay de las mujeres? ¿En dónde han estado? Ciertamente, al lado de cada uno de esos hombres destacados, con la di-ferencia de que por lo general los hechos de ellas no han quedado registrados: “Sa-bemos que las mujeres han estado pre-sentes en la historia y que se trata de un sujeto histórico y la ausencia de ellas no responde a su ausencia del proceso”.1

La mujer se ha incorporado y ha que-dado registrada en los procesos históri-cos, aunque más en unos campos que en otros. En esta investigación realizada en el Archivo General de la Nación pude observar en el inventario del material

fotográfi co del fondo de Investigaciones Políticas y Sociales que la mujer apare-ce en la política gradualmente conforme avanzan los años. También me percaté que por medio de la fotografía es posi-ble demostrar la participación directa de la mujer en este ámbito; aunque algunas veces sólo es utilizada su imagen.

Por largo tiempo, tanto hombres como mujeres consideraban que las votaciones y todo lo relacionado con la política sólo era cosa de hombres, y que ellas esta-ban destinadas a lo doméstico; gracias al material localizado en el AGN se pue-de observar un cambio paulatino de esta mentalidad.

En Jojutla, Morelos, el 14 de enero de 1934, el Partido Nacional Revolucionario (PNR) organizó un plebiscito para designar

1 Julia Tuñón Pablos, Mujeres en México. Una historia olvidada, México, Planeta, 1987, p. 11.

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un candidato a gobernador.2 En una foto-grafía tomada entonces pude cerciorarme que tales comicios se llevaron a cabo, y aunque en el expediente se mencione que hubo mucha abstención, está claro que los participantes masculinos estuvie-ron presentes.

El módulo o casilla de elección está en una calle de terracería donde se en-cuentran los participantes y los miembros del Comité Ejecutivo Nacional; aquí se ven sólo hombres, desde niños hasta ancianos. También aparece una mujer que, claro, no comparte ese momento que ocurre paralelamente a su vida, pero

sin formar una parte importante de ella. La mujer camina por el otro extremo de la calle sin voltear ni inquietarse siquiera por ver lo que sucede a su alrededor, tal vez piensa que se trata de un acontecimiento ajeno a ella, que no le concierne, o sim-plemente que es cosa de hombres. Tal vez a ella, con canasta en mano, sólo le preocupe en ese instante qué comprará para la comida o cómo la preparará. Ca-mina cubriéndose del sol con su rebozo y dejando entrever en su rostro un gesto de cansancio y sumisión.

Desde el momento en que no fueron consideradas en la Constitución de 1917

Foto 1. Mujeres procedentes de colonias populares del Distrito Federal fueron llevadas a la glorieta a Colón en apoyo a la candidatura de Miguel Henríquez Guzmán.

AGN,

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2 1934/01/14. Jojutla, Tlalquiltenango, Morelos. Informe sobre plebiscito efectuado en Jojutla, Morelos. AGN, Investigaciones Políticas y Sociales, vol. 165, exp. 311(4.9) “34”, 237 fs., s/ folio.

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y se les negó el derecho a voto, las muje-res buscaron ser tomadas en cuenta, ya que de ello dependía una mejor calidad de vida. Varias fueron las luchas que debie-ron enfrentar, sin embargo, los primeros frutos los encontramos en los años veinte del siglo pasado, cuando se aprecian las primeras incursiones políticas de la mujer en Yucatán y Chiapas, donde ejercieron cargos públicos dentro de sus municipios, lo cual constituyó un gran avance.3

En este proceso de incorporación en la política se aprecia la movilización de las mujeres para organizar varias accio-nes importantes dentro de la ciudad de México, como el primer Congreso Femi-nista de la Liga Panamericana de Muje-res en 1923, y los congresos de obreras y campesinas celebrados de 1930 a 1933; la huelga de hambre en 1935 delante a la casa de Lázaro Cárdenas, y el mitin ce-lebrado en la Arena México, entre otras. Pero la de mayor importancia fue la crea-ción en 1935 de la vanguardia Frente Úni-co Pro Derechos de la Mujer (FUPDM), en la cual se reunieron más de cincuenta mil mujeres de diferentes profesiones y ten-dencias, donde la demanda al derecho de

voto congregaba sus esfuerzos y era la esperanza para otras opciones de vida.

En 1938 estuvieron a punto de ob-tener el derecho al voto, pero el cambio de poderes lo retrasó, ya que al asumir la presidencia Manuel Ávila Camacho no lo creyó conveniente, porque la mayoría eran seguidoras del candidato de oposi-ción Juan Andreu Almazán.

En ese mismo año la Liga de Comu-nidades Agrarias envió una carta al presi-dente municipal de San Miguel Mitontic, Chiapas, para explicar que dicho poblado poseía todas las facultades para elegir a sus secretarios municipales sin ninguna presión; además de expresar una incon-formidad de tipo social, la cual con-sistía en denunciar que en la escuela prevocacional e industrial de San Cristó-bal de las Casas sólo se daba acceso a la burguesía, negando la posibilidad de estudiar a los hijos de los obreros. En una fotografía anexa al expediente se observa un amplio grupo de alumnas de ese plan-tel, las cuales portan el uniforme escolar; al reverso se encuentra escrita una rela-ción que manifi esta la condición social de las estudiantes: 4

3 Carmen Ramos Escandón, Presencia y transparencia… op. cit., p.184.4 1938. San Miguel Mitontic, Chiapas. Carta enviada al presidente municipal donde se manifiesta el des-

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Estudiantes de la escuela prevocacional e industrial de San Cristóbal de las Casas1. Srta. Enriqueta Penagos, presidenta de la agrupación religiosa “Hijas de María”.2. Srta. Elena Torruca, hija de propietarios de numerosas fi ncas.3. Srta. María Herrera, hija de rico comerciante de esta ciudad.4. Carmen Flores, hija de una señora directora de agrupaciones religiosas.5. Francisca Hernández, hija de rico banquero de esta ciudad.6. Minerva Gordillo, distinguida entre la élite de la sociedad.7. Alicia Rojas, hija de rico fi nquero.8. Carlota Zebadúa, sobrina del millonario Daniel Zebadúa, propietario de las más grandes empresas de esta ciudad.9. Josefa Flores. Una de las más guapas señoritas de la crema Lascasense.10. Carmen Moreno, interesante propagandista del elemento clerical.11. Angelina Chacón, presidenta de la agrupación “Hijas de la Purísima Concepción”.12. Guillermina Blanco, de las más ricas señoritas de Chiapa de Corzo.13. Srta. Urbina de Tapachula.14. Carmen Guillén, perteneciente a la alta aristocracia.15. Alicia Flores. 16. Carmen Reyes, hermana de uno de los más connotados sacerdotes del estado.17. Srta. Domínguez, de Comitán de Domínguez.18. Alicia Gutiérrez, hija de propietarios de fábrica de licores.19. Adomia Cortéz, representante de agrupación religiosa.20. Alicia Bermúdez, perteneciente a familia completamente fanática.21. Desconocida.22. Desconocida de familia tabasqueña.23. Lily Gudiño, de familia dueña de quintas.24. Carmen Coello, familia rica pichucalqueña.25. Alicia Fahar, hija de alemanes fi nqueros en el Soconusco.26. Minerva Zenteno, de familia de ricos comerciantes.27. Desconocida de Simojovel.28. Jovita Cortés, hija del jefe de la ofi cina de correos y telégrafos de la ciudad.29. Desconocida.

contento social por parte de la Liga de las Comunidades Agrarias. AGN, Investigaciones Políticas y Socia-les, vol. 137, exp. 310 (7.4) “38”. 309 fs., s/ folio, (Se respetó la ortografía tanto en los nombres como en las anotaciones que aparecen al reverso de la foto.)

164

Esta inconformidad también tenía fi nes po-líticos, ya que esta Liga promueve la can-didatura de Erasto Urbina como diputado, y siendo éste representante de la gente pobre, qué mejor manera de demostrar la discriminación hacia los que menos tienen, que dando a conocer esta fotografía.

En las elecciones de 1952 conten-dieron para la presidencia del país contra

30. Margarita Piñeiro, de familia de ricos comerciantes.31. Srta. Mijangos, familia de ricos ganaderos.32. Desconocida.33. Aurora Santiago, rica familia religiosa.34. Desconocida.35. Lupe Paniagua, más ricos.36. Victoria Velasco, hija de un representante de fi ncas.37. Ruiz, ricos.38. Desconocida.39. Desconocida.40. Teresa Celorio.41. Tabasqueña.42. Angelina Lara, representante del clericalismo.43. Margarita Aguilar, presidenta del Club recreativo San Cristóbal.44. Margarita Ramos.45. Srta. de Chiapa de Corzo.46. Srta. Bertony, hija de fi nquero de Álvaro Obregón.47. Carmen Centeno, ricos comerciantes.48. Angelina Alfonso.49. Desconocida.50. Dara Shilie, hija de rico alemán.51. Delfi na Rojas, hija de rico terrateniente.52. Desconocida53. Hija de ricos tuxtlecas.

el candidato ofi cial Adolfo Ruiz Cortines, tres aspirantes principales: el general Mi-guel Henríquez Guzmán, candidato de la Federación de Partidos del Pueblo (FPP), el licenciado Efraín González Laguna, candidato del Partido Acción Nacional (PAN), y Vicente Lombardo Toledano, can-didato del Partido Popular (PP).

Justamente es en este periodo cuan-

165

tal vez sólo como una estrategia, como una manera de ganar más seguidores, popularidad y apoyo, ya que entre más gente tenga un partido, aparentemente es más fuerte.

Lo cierto es que algunos grupos de mujeres no desaprovecharon esta opor-tunidad para militar en ese partido y uti-lizarlo como un medio para expresarse y dar a conocer demandas relacionadas con su condición doméstica: peticiones de guardería, agua potable, condiciones laborales y, en especial, para manifestar la lucha contra la violencia a la que eran constantemente sometidas.

La campaña del general Henríquez Guzmán contó con una muy signifi cativa participación de las mujeres directa o in-directamente: oradoras, acompañantes, edecanes, acarreadas, organizadoras, etcétera. Lo importante era participar en la política.

Como muestra de esta creciente par-ticipación, en 1950 en Chilpancingo, Gue-rrero, grupos de mujeres conformaron o fueron integrantes de comités políticos. En dicha ciudad se localiza el hotel Refor-ma, sede del Comité Regional, propiedad del general Alberto F. Berber, quien tam-

5 Carmen Ramos Escandón, op. cit., p.187.

do inicia una mayor participación directa de la mujer en la política, aunque con an-terioridad se pueden apreciar rasgos de aceptación para las mexicanas dentro de esta actividad. Durante su gobierno el pre-sidente Miguel Alemán envió al congreso la iniciativa para otorgarles el voto, mo-difi cándose la fracción I del Artículo 115 constitucional. El 17 de febrero de 1946 se publicó en el Diario Ofi cial que en los mu-nicipios la mujer podía votar y ser votada.

Acerca de los motivos por los que el presidente no concedió el voto en el nivel federal se han manejado varios argumen-tos: “Que quiso integrarlas poco a poco en la vida política. Que el voto femenino era necesario en los municipios porque cuando el hombre salía a Estados Unidos a trabajar como bracero, muchos pueblos se quedaban sin población masculina en edad de votar y el sistema necesitaba vo-tantes para legitimarse en el poder”.5

Pero estas medidas no hicieron que la mujer dejara de perseverar en la búsque-da de una participación real y directa en la política. Fue el general Miguel Henrí-quez Guzmán, representante de la Fede-ración de Partidos del Pueblo, quien dio cabida a integrantes del sexo femenino,

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bién era el presidente del comité y apa-rece en la fotografía,6 marcado con el nú-mero uno, haciendo labor de propaganda en favor del candidato. El comité también estaba integrado por su esposa, marcada con el número dos; con el tres está el doc-tor Ramón Carreta Leyva, junto con otras cinco mujeres y dos hombres.

Desde diversas partes del país se re-cibió el apoyo para el candidato, ya fuera mediante la organización de comités, mí-tines, marchas y todo lo relacionado con la propaganda del aspirante presidencial.

El 29 de julio de 1951 se celebró la

Convención Nacional de la Federación de Partidos del Pueblo Mexicano, en la glorieta de Colón, en la ciudad de México. La necesidad y la esperanza fueron dos razones muy importantes para que múl-tiples seguidores de este candidato se dieran cita, no sólo en este lugar sino en varios más (véase foto 1).

Realmente no se puede demostrar si estas personas, en especial las mujeres, asistieron por voluntad propia o, como en tantas otras ocasiones se ha visto, por presión o por chantaje. Desde las siete de la mañana muchas de ellas fueron lle-

Foto 2. Otilia Zambrano, miembro del Frente de Mujeres Revolucionarias Henriquistas; participó como oradora en la Convención Nacional de la Federación de Partidos del Pueblo Mexicano efectuada en la glorieta de Colón.

AGN,

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6 1950/11/12. Chilpancingo, Guerrero. Informe sobre los integrantes del Comité Regional Henriquista en Chilpancingo, Guerrero. AGN, Gustavo Díaz Ordaz, vol. 213 (636), exp. s/n, 36 fs., s/ folio.

167

vadas hasta ese lugar en camiones pro-cedentes de varias colonias pobres del Distrito Federal, “tal parece que la inser-ción de las mujeres en los movimientos reales surge como alternativa de los par-tidos políticos. Las mujeres están ahí, en los movimientos de la calle, siendo factor fundamental para la consolidación de las colonias populares”.7

Esta inserción podría obedecer a dos factores: primero, que cualquier represen-tante político necesita legitimar su poder, por lo que requiere de una plataforma con un número considerable de participantes o votantes, y si a las mujeres se les otorgan derechos políticos éstas se volverán in-condicionales de su partido, y segundo, el querer estar lo más posible, a la vanguar-dia del mundo capitalista, en donde las mujeres en naciones más desarrolladas hacía tiempo que tenían acceso al voto.

Pero lo que sí es seguro es la pobreza y la necesidad que refl ejan tanto sus ros-tros como sus vestimentas; vemos tanto niñas como ancianas portando carteles y propaganda en sus ropas en apoyo a Miguel Henríquez Guzmán.

Como participante directa en la políti-ca encontramos a Otilia Zambrano, inte-grante del Frente de Mujeres Revolucio-narias Henriquistas, la cual fue la tercera en el orden de oradores, en la ya men-cionada convención. Como única repre-sentante de las mujeres, Zambrano les expresó su apoyo y su deseo de luchar contra aquellos políticos que las hunden cada día más en la pobreza: “Yo sé bien que esta claridad de las mujeres que por mi boca expresan su sentir, tendrá sus consecuencias”.8

En la fotografía dos se le ve en el palco, muy decidida, frente al micrófono. En su discurso manifestó que todas las necesidades por las que pasa el pueblo de México se deben a aquellos malos políticos que abusan de sus cargos, en-riqueciéndose ilícitamente con el dinero que la gente debería utilizar para comer. Exhortó a los asistentes a continuar apo-yando a su candidato. También felicitó especialmente a todas aquellas mujeres que estaban presentes, a pesar de las di-fi cultades que tuvieron en contra:

7 Patricia Galeana, La condición de la mujer mexicana, México, UNAM-Coordinación de Humanidades, 1993, pp. 20-21.8 1951/07/29. México, Distrito Federal. Informes sobre la Convención Nacional de la Federación de Parti-dos efectuada en la glorieta Colón. AGN, Gustavo Díaz Ordaz, vol. 214 (637), exp. C-3, 107 fs., f. 33.

168

Esas compañeras nuestras que están por

allí, jóvenes, viejas, pero siempre maravi-

llosas mujeres, han venido a pesar de su

miseria; me consta que para ir a su casa

muchas veces no tienen ni para el pasaje

en el camión y sin embargo, asisten a los

comités del Henriquismo. Estas mujeres

han dado una maravillosa demostración

de valentía, pues vienen aquí a pesar

de estar con el estómago vacío, pero lo

hacen a sabiendas de que luchar por el

general Miguel Henríquez Guzmán es lu-

char por sus hijos, por sus hogares y por

ellas mismas...9

Miguel Henríquez Guzmán recibió el 31 de marzo y el 28 de julio de 1951 a re-presentantes de algunas entidades fede-rativas.10 De las treinta y dos entidades sólo asistieron veintitrés delegaciones, y lo curioso de esto es que en cuatro o cin-co de ellas se aprecia la participación de la mujer. Esto nos indica que, a pesar de que este partido político abrió sus puertas a las mujeres, la conciencia de la socie-dad seguía sin trasformarse, apegada al orden patriarcal.

Además de manifestar el apoyo al candidato presidencial, los asistentes a esas reuniones abordaron temas como las situaciones políticas y económicas, sobre todo la falta de trabajo de cada uno de los estados. En materia agraria, se habló de la falta de capital; las malas condicio-nes en las que se encontraban las tierras de cultivo; la ausencia de infraestructura para llevar el agua a los campos de cul-tivo, así como de la forma de asociación política entre los campesinos.

El discurso de la política encontró sa-lidas en las bocas de dos mujeres coahui-lenses: Elia Cantú y Guadalupe Rocha, quienes participaron directamente dando la bienvenida al candidato Miguel Henrí-quez Guzmán en un mitin efectuado en Nueva Rosita, municipio de Coahuila, el 13 de noviembre de 1951.

En una fotografía se ve a dos mujeres que aparecen al lado del candidato en la azotea de una casa, desde donde fungie-ron como oradoras y realizaron una de-nuncia ante los ciudadanos del municipio: primero expresaron su sentir y condena-ron la actitud de las autoridades al negar-

9 Ibid., f. 35. 10 1951/03/31. México, D.F. Delegaciones que fueron recibidas por el general Miguel Henríquez Guzmán en su domicilio. AGN, Gustavo Díaz Ordaz, vol. 214 (637), exp. D- 1, 23 fs.

169

les el derecho al voto en la elección para presidente municipal del 4 de noviembre, imposibilitándolas para tomar una deci-sión en las cuestiones relacionadas con el país; y segundo, se declararon en contra de Adolfo Ruiz Cortines, considerándolo como traidor a la patria, además de com-pararlo con ciertos representantes de la política estatal, como Feliciano Morales, Manuel Castro, Manuel López y el capitán Sánchez Calderón, a quienes acusaron de violar la ley y abusar de su autoridad, además de que con sus malas órdenes habían denigrado al ejército.

También hicieron un llamado a cam-pesinos, obreros y en especial a las muje-res para que se integraran a la campaña en busca de obtener el triunfo del general Guzmán: “Compañeras en pie de lucha, no se ha perdido la huelga cobraremos lo que sea necesario contra nuestros ene-migos, quieran o no, que les cobremos por no respetar la Constitución”.11

El 1 de diciembre de 1952 en la cere-monia de toma de posesión presidencial, Ruiz Cortines expresó: “Yo promuevo ante vuestra soberanía las formas lega-les pertinentes para que disfrute la mujer

11 1951/11/13. Nueva Rosita, Coahuila. Discurso efectuado por Elia Cantú en un mitin en Nueva Rosita,Coahuila. AGN, Investigaciones Políticas y Sociales, vol. 25, exp. 3, f. 68

Foto 3. Celebración del décimo aniversario de la fundación del sector femenil del Partido Acción Nacional de Monterrey, Nuevo León.

AGN,

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12 Carmen Ramos Escandón, op. cit., p.188. 13 Julia Tuñón Pablos, op. cit., p.160.14 D´Aubeterre B, María Eugenia, “aquel 8 de marzo de 1937 en Bellas Artes” en Primer encuentro nacio-nal mujer, cultura y sociedad, México, Eón, 1992, p. 33.

de los mismos derechos políticos que el hombre”.12 Finalmente el 17 de octubre de 1953, el presidente Adolfo Ruiz Corti-nes expidió la reforma a los artículos 34 y 115, fracción I constitucionales, en la que se otorga a las mujeres mexicanas pleni-tud de los derechos ciudadanos.

El voto abrió nuevas posibilidades de participación política a la mujer y amplió su marco de acción legal, “pero se in-sistía en que ella debía ser sumamente cuidadosa al ejercer este derecho, para no perder su feminidad ni olvidar su papel tradicional de esposa y madre”.13

Se encontró una fotografía, fechada en 1956 en Monterrey, Nuevo León, en la cual se aprecia la celebración del décimo aniversario del sector femenil del Par-tido Acción Nacional; se menciona que asistieron cuarenta mujeres y veinticinco hombres (véase foto 3). No es posible es-tablecer la identidad de cada una de las personas, ya que sólo se nombra a los representantes principales, sin mencio-nar sus cargos dentro de la organización. Entre ellos se encuentran la licenciada Lys Santos Garza, el profesor Pedro Re-

yes Velásquez, el doctor José de Jesús Limón, presidente de las juventudes del PAN, así como las señoras Romana Gue-vara, Soledad Cirilo Casas, Silvia Orne-las, Francisca Cárdenas, Julia Rodríguez Páez, Carmela Rodríguez López y la doc-tora Carmen Salazar Quintanilla.

Como parte de esta celebración, el presidente de las juventudes conjunta-mente con el profesor Reyes Velásquez expresó su felicitación y admiración por la labor realizada dentro de las fi las de Ac-ción Femenil. También les hicieron llegar las felicitaciones enviadas por los estados de Chihuahua, Torreón y Coahuila.

Aunque no se especifi can los trabajos realizados por estas mujeres, puede supo-nerse que en primera instancia daban apo-yo a los candidatos y a las propuestas que emitía el partido: “grupos de mujeres sus-cribían su tesis, se desempeñaban como activistas y promotoras de candidaturas lo-cales”,14 además de realizar labores en be-nefi cio de la comunidad: entrega de apoyo económico o alimentos a familias pobres, la promoción de actividades culturales y de obras públicas como alumbrado, agua

171

y drenaje. Las mujeres que aparecen en la fotografía se encuentran entre los veinte y los cincuenta años. Estas activistas segu-ramente generaron ideas y propuestas al mismo tiempo que se integraban al siste-ma político del país.

Como estrategia política dirigida a un sector débil y considerando a familias de condición humilde, el gobierno realizó una venta de víveres baratos, denominada “Campaña pro abaratamiento de los artícu-los de primera necesidad”, a cargo del comité directivo estatal del PRI, efectuado en una colonia popular. En la fotografía se observan las calles sin pavimentar, las ca-sas modestas y gente sencilla (foto 4).

Esta información llegó a la colonia El Fresno por medio de un volante en donde se mencionaba la venta por parte del PRI, con la cooperación de la Compañía Ex-portadora e Importadora Mexicana (CEIM-SA) y la Delegación Federal de Industria y Comercio. La venta se llevaría a cabo un domingo, no se tiene la fecha, y única-mente dice que se instalaría un vehículo (tienda-móvil) para vender alimentos de primera necesidad: azúcar, fríjol, arroz, etcétera, a muy bajo precio y de muy bue-na calidad.

La fotografía permite apreciar que la

venta fue un éxito; asistieron muchas amas de casa y algunas escogen su mercancía en la parte trasera del camión. Tal vez ésta fue una buena estrategia para obtener un considerable número de seguidoras, ya que se resolvió momentáneamente el pro-blema que enfrenta toda administradora del hogar al hacer rendir el dinero.

El 10 de mayo de 1964 en Pihuamo, Jalisco, se llevó cabo un mitin en apoyo a los candidatos del PRI a la Presidencia de la República, a la Cámara de Senado-res y la Cámara de Diputados. Al parecer este mitin tuvo lugar en la plaza central del poblado, ya que en una fotografía de archivo se ve a quienes van a presidir la junta dentro de un kiosco. En el podio se encuentra el candidato a diputado federal por el décimo distrito electoral del estado en compañía de cinco mujeres, una de las cuales lee un discurso. También se obser-va un gran número de espectadoras fe-meninas, demostrando un mayor interés sobre asuntos que conciernen a todos.

El profesor Víctor Echeverría, presi-dente del club electoral del Mayab, envió una fotografía al licenciado Gustavo Díaz Ordaz en donde aparecen los directivos de esta agrupación. En la fotografía se observan diecinueve personas, cuatro de

172

15 1964/06/22. Mérida, Yucatán. Carta enviada a Gustavo Díaz Ordaz en donde se le explica que el club electoral del Mayab realiza labor propagandística a favor del PRI. AGN, Gustavo Díaz Ordaz, vol. 103 (206), exp. 726.4/3., 4 fs. s/folio.16 1965/01/23. México, D.F. Programa y serie de listado sobre la visita del presidente del Salvador a la ciudad de México. AGN, Gustavo Díaz Ordaz, vol. 183 (428), exp. 724/514.3 (33)., 42 fs., s/folio.

ellas sentadas, hay un niño y tres muje-res de aproximadamente veinte, cuarenta y cincuenta años de edad. Al fondo se aprecia una barda donde se confi rma que están en favor del candidato ya que se invita a votar por él y por el PRI.

En el expediente el mismo profesor indica a Díaz Ordaz que entre su grupo se encuentran unas “damas que resultarán magnífi cas propagandistas, pues ellas tuvieron la facilidad de andar de casa en casa para hacer las invitaciones y lograr más ingresos de adeptos.”15 En el rever-

so de la fotografía se indica el nombre de las personas, señaladas con números: 1. Profesor Víctor Echeverría (presidente), 2. Rodolfo Ávila (secretario), 3. Felipe Madariaga (tesorero), 4. Virgilio Sosa (vocal), 5. María Valeria Parra de Ávila. Además se indica que la fotografía fue to-mada el 19 de junio del mismo año.

Finalmente se cuenta con una fotogra-fía16 en la que se indica que la mujer pudo alcanzar más representación política, al grado de estar a cargo de funciones impor-tantes de un país; tal es el caso de la doc-

Foto 4. Asistencia de amas de casa a la campaña de abaratamiento de víveres en la colonia El Fresnillo.AGN,

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tora Antonia Portillo de Galindo, subsecre-taria de educación del Salvador, durante la visita que realizó el presidente de este país al gobierno de Gustavo Díaz Ordaz en la ciudad de México, del 23 al 26 de enero de 1965. Este mandatario venía en compañía de su esposa, además de una comitiva.

Tan grande ha sido el poder de la ideología masculina que aun cuando las mujeres trabajen o tengan una buena ac-tuación política, “sus actividades son de-fi nidas como extraordinarias o anormales y por ello, ajenas al ámbito de la política auténtica o seria”.17

PETICIONES DE MUJERES

En la correspondencia dirigida al presiden-te Gustavo Díaz Ordaz se aprecia un sin-número de solicitudes unas importantes y otras triviales. Como a Porfi rio Díaz, se le pedía “ayuda económica, becas, présta-mos, solicitudes de indulto, auxilio o pro-tección le eran constantemente remitidas […] al igual que a Díaz se le veía como el todopoderoso, que si quería estaba en posibilidad de conceder cualquier cosa”.18

Esta correspondencia raras veces era entregada al presidente, y no es que no llegara a Palacio Nacional o que se ex-traviara, sino que el secretario del pre-sidente se encargaba de leerla y, según su importancia, informaba de ella a su superior. En muchas de las peticiones se anexaban las resoluciones del gobierno.

Generalmente estas solicitudes iban acompañadas de una fotografía ya sea del solicitante o de los benefi ciarios, lo cual refozaba lo ya descrito en sus peti-ciones: “aquel que envía una fotografía o retrato está convencido de que presenta un discurso que vale más que mil pala-bras. Un discurso que no se presta a in-terpretaciones o malos entendimientos ya que la imagen garantiza la verdad de lo expresado”.19

En las peticiones se observa gran participación de la mujer. En ellas se pide desde ayuda a la familia que no tiene para comer hasta el apoyo para una candidata a reina de feria.

Encontré cinco peticiones relacionadas con este último tema, en donde las candi-datas y el comité que las respalda requie-

17 Carmen Ramos Escandón, Género e historia... op. cit., p. 48-49.18 MaríaTeresa Matabuena Peláez, Algunos usos y conceptos de la fotografía durante el porfiriato, Méxi-co, Universidad Iberoamericana, 1991, 166 p., p. 65.19 Ibid., p. 156.

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ren de ayuda económica para solventar gastos de propaganda, de vestuario, de eventos para darse a conocer, etcétera. En ninguna de estas cinco solicitudes se anexa la contestación de la presidencia, pero me parece difícil que se brindara esta ayuda a menos que implicara alguna acti-vidad política en favor del gobierno.

La primera petición fue enviada el 21 de julio de 1964 por el señor José Piña Estrada, integrante de la Liga Municipal de Organizaciones Populares de la ciu-dad de Fresnillo, Zacatecas, para apoyar a Herlinda Carrillo, candidata a reina de los festejos del 415 aniversario de la fun-dación de esta ciudad, y que tendría lugar del 23 de agosto al 2 de septiembre. En virtud de lo anterior, se suplica al señor presidente se sirva favorecerlos con su cooperación económica.

En otra carta, la señora Ernestina R. de Alberts, la señora María Encarnación de la Fuente, las señoritas Juana María y Esmeraldina Gómez le hacen saber al presidente que realizaron una visita a Palacio Nacional con el propósito de ser

recibidas, lo que lamentablemente no pudieron lograr, por lo que le notifi can sus intenciones: son integrantes del co-mité pro candidatura de la señorita Mavis Rodríguez para reina de la XXI Feria de la Nuez que tendrá lugar del 7 al 15 de septiembre en la ciudad de Monclova, Coahuila, ante lo cual solicitan su ayuda económica para alcanzar el éxito, además de invitarlo como padrino honorario en el cómputo de votos el día 3 de septiembre. “Estimando que nuestra petición sea re-suelta favorablemente, nos permitimos adjuntar fotografía de nuestra candidata y a la vez le suplicamos tenga la gentile-za de autografi arlo como un recuerdo de nuestro digno presidente”.20

La tercera petición21 la dirige Alma B. Hinojosa, presidenta de la Segunda Feria Fronteriza de Ciudad Acuña, Coahuila, quien representa a la candidata a reina, la señorita Leticia Benavides, para quien solicita apoyo económico para triunfar; menciona que estas fi estas se llevarán a cabo del 15 al 23 de octubre en este pun-to fronterizo y que el conteo de votos se

20 1966/07/04. Monclova, Coahuila. Solicitud presentada a Gustavo Díaz Ordaz para ayuda económica que favorezca a Mavis Gómez Rodríguez, candidata a reina de la Feria de la Nuez. AGN, Gustavo Díaz Ordaz, vol. 10 (192), exp. (721. 3)/4, 5 fs., s/folio.211966/07/07. Ciudad Acuña, Coahuila. Carta presentada a Gustavo Díaz Ordaz para solicitarle ayuda económica a favor de Leticia Benavides, candidata a reina de la segunda Feria Fronteriza. AGN, Gustavo Díaz Ordaz, vol. 10 (192), exp. (721. 3)/4, 5 fs., s/folio.

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hará el primero de octubre, de antemano da las gracias, esperando que el presi-dente corresponda a su petición.

En el empeño por obtener ayuda económica del presidente, otra candida-ta, Socorro Gutiérrez Díaz y su comité pro Socorrito, de manera muy inteligente alude a que todas las clases sociales de su comunidad tienen deseos de que se convierta en reina, ya que su intención es que las ganancias obtenidas en su campaña sean donadas a la Cruz Roja, los bomberos y algunas otras institucio-nes de benefi cencia pública de la ciudad. Aclara que a pesar del apoyo que tiene, necesita dinero.

Socorro contaba aproximadamente con 20 años de edad cuando se postuló como candidata a reina para las fi estas de San Pedro de las Colonias, en Coahui-la. En la fotografía integrada en el expe-diente aparenta ingenuidad que se logró gracias a la forma en que colocó el rostro: inclinado y mirando hacia arriba se ve muy apacible, sonriente. La imagen de-muestra que no era una joven de pocos recursos, tal vez no sería rica pero sí de

clase más o menos acomodada, ya que porta algunas alhajas. En el reverso de la fotografía hay una dedicatoria escrita a mano: “Con todo cariño y respeto al señor licenciado don Gustavo Díaz Ordaz como un recuerdo de gratitud de la candidata a reina de la XVI Feria Regional de San Pedro de las Colonias, Coahuila. Sincera-mente Socorro Gutiérrez Díaz”.22

La última petición al presidente es de Carmen Lara González; ella envió su solicitud el 14 de noviembre de 1968. Se

22 1966/08/10. San Pedro de las Colonias, Coahuila. Solicitud dirigida a Gustavo Díaz Ordaz, para apoyo económico de Socorro Gutiérrez Díaz, candidata a reina de la fiesta regional. AGN, Gustavo Díaz Ordaz, vol. 10 (92), exp. (721.3)/4, 8 fs., s/folio.

Foto 5. Herlinda Carrillo, candidata a reina de los festejos del 415 aniversario de la ciudad de Fres-nillo, Zacatecas.

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23 1968/11/14. Veracruz, Veracruz. Solicitud presentada a Gustavo Díaz Ordaz, para apoyo económico de Carmen Lara, candidata a reina del Carnaval de Veracruz. AGN, Gustavo Díaz Ordaz, vol. 102 (415), exp. (726.1)/4, 4 fs., s/folio.

presenta directamente, no la respalda ningún comité o por lo menos no lo nom-bra, es candidata a reina del Carnaval de Veracruz, menciona que fue elegida por la simpatía del pueblo y que le escribe para invitarlo a concurrir a dichas fi estas y solicitar su ayuda económica para darle más realce a las festividades.23

Otras peticiones se relacionan con problemas cotidianos como la falta de trabajo y de dinero para satisfacer las ne-cesidades primarias como el alimento o el techo donde cobijarse; lamentablemente, muchas de éstas no obtuvieron una res-puesta favorable.

La señora María Soledad L. de Parra ─madre de diez hijos, tres de ellos muje-res, y quien tenía como único sustento la botica de su esposo─ solicita una plaza de profesora federal para su hija porque ésta ya terminó su carrera como norma-lista y no ha podido encontrar trabajo; también pide que la presidencia le obse-quie los muebles para la casa que está por terminar de construir, en virtud de que carece de recursos económicos.

Para corroborar que su hija realmente

terminó su carrera envía una fotografía donde aparece una mujer de 18 años, viste formalmente y en sus manos porta un rollo de papel, al parecer es su título (foto 6).

El 1 de octubre de 1965 desde Saltillo, Coahuila, la señora Carmen Sánchez Co-varrubias, de cuarenta años, solicita ayuda para conseguir trabajo, ya que en ese mo-mento estaba a cargo de su madre e hija, y sin empleo alguno. Menciona que traba-jó durante doce años, que solicitó un prés-tamo, no especifi ca en dónde o a quién, pero sí que era para solventar los gastos de la escuela de su hija; el préstamo le fue negado y, según apunta, no era la primera vez que lo solicitaba. Dice que no cuenta con apoyo ni garantías y que por motivo de su edad le ha sido difícil encontrar un em-pleo, que metió una solicitud al IMSS pero fue rechazada. De esta manera suplica al presidente le corresponda favorablemente a esta petición y le anexa dos fotografías, una de ella y otra de su hija.

La primera fotografía es de la señora Carmen, quien aparece de tres cuartos, con cabello corto, usa lentes oscuros y

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en el reverso anotó: “Sra. Carmen... nor-te 759 Saltillo Coahuila”.24 En la segunda aparece la niña, usa cabello corto, se en-cuentra de frente y viste uniforme escolar, tiene entre 10 y 12 años.

Desde San Antonio Aguascalientes, Guatemala, la señora Ducila Santos Za-mora solicita ayuda económica porque pronto llegará Navidad y no tiene dinero para obsequiar nada a sus siete hijos. Acude a la generosidad del señor presi-dente y le menciona que cuando él fue

de visita a su país ella hizo una labor a mano copiando su busto de una fotogra-fía, también le obsequió una chalina.

En la fotografía aparece una mujer con rasgos indígenas, viste traje típico de la región, tendrá aproximadamente 45 años de edad, es morena, de cabello os-curo y se encuentra de rodillas con un te-lar en las manos. Al parecer la fotografía fue tomada en un tianguis de artesanías, pues al fondo se observan sarapes colga-dos de diferentes colores.25

La señora María Castro de Bringas envió una carta con fecha 24 de abril de 1964 al próximo presidente, Gustavo Díaz Ordaz, para que intervenga ante la situación legal del terreno ubicado en el kilómetro 8 de la carretera Tijuana-Rosa-rito, Baja California, donde se localiza su orfanato: Casa de la Esperanza, fundado por la solicitante en abril de 1957.

Cumpliendo con todos los requisitos legales, empezó sus actividades con siete niños huérfanos sostenidos única y exclu-sivamente con aportaciones particulares; en el transcurso de los siete años habían

24 1965/10/01. Saltillo, Coahuila. Petición hecha a Gustavo Díaz Ordaz por parte de la señora Carmen Sánchez Covarrubias para que le otorgue un trabajo. AGN, Gustavo Díaz Ordaz, vol. 10 (192), exp. (721.3)/1, 5 fs., s/folio.25 1966/12/05. San Antonio Aguascalientes, Guatemala. Solicitud económica por parte de Ducila Santos al presidente. AGN, Gustavo Díaz Ordaz, vol. 181(426), exp. 80/14, 4 fs., s/folio.

Foto 6. Se desconoce su nombre, tiene 18 años y la fotografía corresponde a su graduación.

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aumentado a 80 los niños que recibían alimentación, vestido y calzado.

El orfanato no disponía de ayuda del gobierno, se estableció en un predio ce-dido por la administración del licenciado Braulio Maldonado; desde entonces con-taba con posesión legal del terreno, pero ya que la propiedad estaba en buenas condiciones un grupo de maestros promo-vía que se le quitara parte de este terreno para construir sus casas, perjudicando a los niños. Rogaba que se recomendara al gobierno del estado la pronta solución del

aspecto legal (títulos) de la propiedad con que contaba esta asociación civil.

La señora Castro de Bringas anexó nueve fotografías, muestro aquí una en que ella aparenta una edad aproximada a los 38 años; se ve de clase media, en una cocina al aire libre; se indica que es la primera estufa con la que contó el es-tablecimiento para preparar alimentos. Al reverso dice: “orfanatorio Casa de la Esperanza Km. 8 carretera Tijuana a Ro-sarito. Baja California (1957)”.26

La señora Socorro Sandoval escribe

Foto 7. La señora María Castro de Bringas, se encuentra en su primera cocina del orfanatorio llamado Casa de la Esperanza.

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26 1964/04/28.Tijuana Baja California. María Castro de Bringas solicita a Gustavo Díaz Ordaz legalice su terreno. AGN, Gustavo Díaz Ordaz, vol. 194 (156), exp. 722/4, 12 fs., s/folio.

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desde Mexicali para solicitar al presidente que disminuya los costos por concepto de contribución por sus lotes. Ellas junto con su esposo e hijos se dedican a la pizca de algodón y su sueldo es eventual, por lo cual le es imposible pagar al gobierno la cantidad de 12 pesos por el metro cua-drado, ya que posee 1,170 metros.

Menciona que tiene nueve hijos, ade-más de sostener a su hermano y a una anciana de 75 años con sus tres nietos huérfanos. “Señor presidente yo como

mujer le pido de favor me rebaje el cobro de estos lotes”. 27

Presenta una fotografía anexa a una credencial que la acredita como miembro activo del PRI. La mujer aparece de fren-te, trae dos trenzas largas y aparenta 45 años de edad.

El caso anterior y el siguiente son muy similares; ambos son enviados desde Mexi-cali, piden reducir el pago de lotes. Tal vez existen más casos parecidos, una posible explicación podría ser que como miembros de ese partido les hayan otorgado terrenos cuyo monto no podían cubrir debido a sus bajos recursos, y esperanzados desean que se les haga el favor completo.

La señora Juana Witzil Chapuli, origi-naria de Puebla y radicada en Mexicali, solicita a Gustavo Díaz Ordaz que dis-minuya el impuesto de los lotes, ya que su sueldo es eventual y tiene una familia numerosa. No puede pagar los 12 pesos que cobran por metro cuadrado. Ella tie-ne cerca de 900 m2. Así mismo le pide que otorgue a su hijo unas placas para un carro de alquiler. La fotografía se anexa a una credencial que la acredita como miembro activo del PRI; la mujer tiene una

Foto 9. Señora María Rodríguez viuda de Aguilar, de ochenta años de edad.

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27 Mexicali, Baja California. Socorro Sandoval solicita a Gustavo Díaz Ordaz le disminuya la contribución de sus lotes. AGN, Gustavo Díaz Ordaz, vol. 194 (156), exp. (722)/4, 3 fs., s/folio.

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edad aproximada a los 60 años, aparece con el cabello corto y de frente.28

La señora María Rodríguez viuda de Aguilar solicita al presidente, en una car-ta que le envía del Molinito, Naucalpan, Estado de México, le conceda la libertad a su hijo, el soldado raso José Aguilar Ro-dríguez, quien se encuentra en una pri-sión militar por el delito de lesiones inferi-das al señor Rosario Gutiérrez Abundies; se encuentra desamparada sin nadie que vea por ella, tiene 80 años de edad y ya no puede trabajar para sostenerse, por lo que le suplica le haga ese favor, ya que le falta poco para morir.

La señora aparece de frente; es de cabello totalmente cano, mirada cansada; la fotografía fue tomada el 1 de julio de 1968, en el reverso viene un recorte de periódico que dice: “La ancianita María R. acudió a la redacción de la prensa para hacer pública su solicitud a las autorida-des militares de que sea revisada la cau-sa que se ha instruido a su hijo el soldado raso José A. R” (foto 9).29

Desde Callie, Florida, la señora Emily Flemming envía una carta al presidente en donde menciona que tiene el propósito de inmigrar a México; le solicita le facilite la dirección de la empresa que vende ca-sas móviles llamadas trailer hogar en la ciudad de México y que le proporcione un precio adecuado, así como trabajo secre-tarial en alguna empresa.

Tiene 37 años, es de piel blanca, di-vorciada, con un niño de 12 años y sólo habla inglés. En la fotografía aparece de tres cuartos, sonriente, tiene ojos claros, cabello ondulado al hombro; viste ropa oscura.

Estas fueron algunas de las muchas peticiones que se hicieron llegar al presi-dente. No en todos los casos éste otorgó la ayuda solicitada. Por otra parte, se brindaron ejemplos de cómo el solicitante utilizó la imagen fotográfi ca como discurso con el fi n de conmover, otorgándole una gran fuerza de persuasión y convirtiéndola en un excelente medio de manipulación.30

28 1964/06/13. Mexicali, Baja California. Señora Juana Witzil Chapuli solicita se le disminuya el costo del precio del lote otorgado. AGN, Gustavo Díaz Ordaz, vol. 194 (156), exp. (722)/4, 2 fs., s/folio.29 1968/08/27. Naucalpan, Estado de México. María Rodríguez solicita al presidente le conceda la libertad a su hijo. AGN, Gustavo Díaz Ordaz, vol. 192 (402), exp. (725.4)/4, 3 fs., s/folio.30 Para mayor información sobre este tema veáse Gisele, Freund, op. cit., p. 86.

* Egresada de la UNAM, integrante del seminario de investigación que imparte en el AGN el doctor Aurelio de los Reyes.

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Iconografía

Fotografía 1. 1951/07/29. México, Distrito Federal. Informes sobre la Convención Na-cional de la Federación de Partidos efectuada en la glorieta Colón. AGN, Gustavo Díaz Ordaz, vol. 214 (637), exp. C-4, 1 fs., foto 17-53

Fotografía 2. 1951/07/29. México, Distrito Federal. Informes sobre la Convención Na-cional de la Federación de Partidos efectuada en la glorieta Colón. AGN, Gustavo Díaz Ordaz, vol. 214 (637), exp. C-3, 107 fs., foto 30-53

Fotografía 3. 1956/06/15. Monterrey, Nuevo León. Actividades del Partido de Acción Nacional del sector femenil. AGN, Gustavo Díaz Ordaz, vol. 249 (372), s/n exp. 4fs., foto 1-5

Fotografía 4. 1960. (S.L) Propaganda de campaña de venta de víveres por parte del Partido Revolucionario Institucional. AGN, Gustavo Díaz Ordaz, vol. 236 (136), s/n exp. 6 fs., foto 3-5

Fotografía 5. 1969/07/21. Fresnillo, Zacatecas. Carta presentada a Gustavo Díaz Ordaz para solicitarle ayuda económica a favor de Herlinda Carrillo, candidata a reina de las fi estas de aniversario de la ciudad. AGN, Gustavo Díaz Ordaz, vol. 108 (394), exp. (724.1)/4, 4 fs., foto 1-1

Fotografía 6. 1965/01/11. Tampico, Tamaulipas. Solicitud presentada a Gustavo Díaz Ordaz, por parte de María Soledad Parra, solicitándole plaza de profesora para su hija. AGN, Gustavo Díaz Ordaz, vol. 116 (182), s/n exp., 7 fs., foto 1-1

Fotografía 7. 1964/04/28.Tijuana Baja California. María Castro de Bringas solicita a Gustavo Díaz Ordaz legalice su terreno. AGN, Gustavo Díaz Ordaz, vol. 194 (156), exp. 722/4, 12 fs., foto 9-9

Fotografía 8. 1968/08/27. Naucalpan, Estado de México. María Rodríguez solicita al presidente le conceda la libertad a su hijo. AGN., Gustavo Díaz Ordaz, vol. 192 (402), exp. (725.4)/4, 3 fs., foto 1-1

Fotografía 9. 1968/08/27. Naucalpan, Estado de México. María Rodríguez solicita al presidente le conceda la libertad a su hijo. AGN., Gustavo Díaz Ordaz, vol. 192 (402), exp. (725.4)/4, 3 fs., foto 1-1

Hacia el Bicentenario

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Original. Convocatoria de José María Morelos y Pavón para la instalación del Soberano Congreso de Chilpancingo, 1813

Texto original de la convocatoria de José María Morelos y Pavón para la instalación del Soberano Congreso de Chilpancingo. Le falta la última página, en la que venían el lugar y fecha de emisión y la rúbrica del autor, pero Morelos hizo publicar la convocatoria en forma de “Orden Circular”, con el cierre del que carece la versión manuscrita: “Dado en el Cuartel General en Acapulco, a 8 de agosto de 1813. José María Morelos”.

Actas de Independencia y Constituciones de México, exp. 1.

PALEOGRAFÍA

La ilustración de los habitantes del reino y la dolorosa experiencia de que las armas de la Nación padecen con frecuencia tal retroceso que casi las deja lánguidas y en inacción, siendo nuestros anhelos que cubran las provincias con la rapidez de un nublado y brillen de tal suerte en contorno de nuestros enemigos, que cuando no los destrocen a lo menos los acobarden e in-timiden, ha obligado a todo buen patriota a meditar con la más detenida refl exión sobre el origen de tan desgraciados suce-sos y tan poco conforme al grueso núme-ro de nuestras tropas y a los deseos de la Nación; y después de agotar los más sutiles discursos, no han hallado otra cau-sa que la reunión de todos los Poderes en los pocos indivduos que han compuesto hasta aquí la Junta Soberana. Agobiada

ésta con la inmensidad de atenciones a que debe dedicarse, se hallaba enervada para poder desempeñar todos y cada uno de los grandes objetos a que debían con-sagrarse sus tareas. Persuadido el Reino todo de esta verdad, ha exigido de mí con instancia repetida la instalación de un nuevo Congreso en el que, no obstante ser más amplio por componerse de mayor número de vocales, no estén unidas las altas atribuciones de la Soberanía. Por tanto, debiendo acceder a sus ruegos, he convocado a todas las provincias de las que tenemos ocupados algunos pueblos, designando el de Chilpancingo y todo el mes de septiembre próximo, para la ce-lebración de un acto no menos útil que memorable y solemne.

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Una de las prerrogativas más propias de la Soberanía es el Poder Ejecutivo o mando de las armas en toda su exten-sión. El sujeto en que éste recayere, debe ser de toda la confi anza o la mayor parte de la Nación y miembros principales de los que generalmente se han alistado en las banderas de la libertad. Y para que su elección se haga patente a los seño-res diputados del nuevo Congreso, y por su medio a la Nación entera, votarán por escrito de coroneles para arriba, cuantos estén en servicio de las armas, de los cuatro Generales conocidos hasta ahora, el que fuere más idóneo y capaz de dar completo lleno al pesado y delicado cargo que va a ponerse en sus manos; remitien-

do sus sufragios a esta Capitanía General para presentarlos unidos con los de los electores que por cada parroquia han de concurrir [a la elección de] los señores diputados, de cuya pluralidad de votos resultará legítimamente electo el Genera-lísimo de las Armas y asentado el Poder Ejecutivo, atributo de la Soberanía, parti-do de los demás en ejercicio y enlazado con ellos en el objeto y fi n primario.

Y para que llegue a noticia de todos, circulará éste por todos los cuerpos de los Ejércitos Americanos.

[Dado en el Cuartel General en Aca-pulco, a 8 de agosto de 1813. José María Morelos].

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Hacia el Centenario

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Documentos cruzados entre Huerta, Félix Díaz y Carranza, 1913

Victoriano Huerta y Félix Díaz le enviaron a Venustiano Carranza una carta explicándole el porqué de su rebelión en contra de Francisco I. Madero, justifi cando los actos que lle-varon al primero a asumir la presidencia; le solicitaron olvidar su intento de sublevación en contra de “la autoridad legal del gobierno”, invitándolo a retirarse a Estados Unidos, donde le complacerían las condiciones que él les exigiera.

Venustiano Carranza respondió a las “indignas proposiciones”, declarando que no se vendería ni depondría las armas. Esto lo justifi có en la necesidad de defender a la patria de hombres deshonestos como ellos. Además de la carta de respuesta, Carranza emitió un manifi esto al pueblo mexicano, donde lo llamó a tomar las armas en contra del gobierno de Victoriano Huerta.

Alfredo Robles Domínguez, caja 5, tomo 9, exp. B.

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Caleidoscopio

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Benjamín Torres Bautista, director de Tecnologías de la Información (TI) del Archivo General de la Nación (AGN) fue reconocido el pasado 21 de mayo por la revista InfoWorld/CIO como uno de los 100 Mejores Líderes en TI 2008.

El ingeniero Torres fue distinguido por su papel estratégico en el crecimiento y competitividad del AGN, así como por su capacidad de liderazgo para innovar y ali-near la tecnología y la información con los objetivos institucionales en el competitivo mundo global.

Esta distinción al ingeniero Torres sig-nifi ca para el AGN un estímulo al trabajo emprendido desde 2003 y hasta la fecha para desarrollar soluciones informáticas que le permitan a los archivos mexicanos trabajar con un software gratuito y en el marco de las normas internacionales.

Los 100 Mejores Líderes en TI 2008 se dividen en cuatro categorías: Líderes

TI 2008, Mejor Alineación al Negocio, Me-jor Aprovechamiento de la TI y Creatividad en TI.

Este año, fueron distinguidos en la categoría de Líderes TI , junto con Torres Bautista, José Ángel González Reyna, coordinador de Informática de la Secre-taría de Salud de Nuevo León y Jorge Luís Ibarra López, administrador gene-ral de Comunicaciones y TI del Servicio de Administración Tributaria; Francisco Gerardo Cuéllar Hernández, coordinador general de TI, de la Universidad de Gua-dalajara y Fernán Cetina Alonzo, director general de TI, de la Ofi cialía Mayor del estado de Yucatán, pertenecientes a or-ganismos sin criterios comerciales.

B E N J A M Í N TO R R E S BA U T I S TA , U N O D E L O S 10 0 L Í D E R E S E N TE C N O L O G Í A S D E L A I N F O R M A C I Ó N

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Joyas del mesdades. El insurgente le respondió que no

abrazaría nunca el partido del rey, pues sus divisas eran libertad, independencia o muerte. Iturbide le escribió entonces: “esti-mado amigo: no dudo darle á vd. este títu-lo, porque la fi rmeza y el valor son cualida-des primeras que constituyen el carácter del hombre de bien, y me lisonjeo de darle á vd. en breve un abrazo que confi rme mi expresión”.1 Ese abrazo pudo darse en la primera entrevista que ambos sostuvie-ron., el 14 de febrero, en Acatempan.2

JULIO

Agustín de Iturbide(1783-1824)Carta dirigida a Iturbide para que ataque a Guerrero por la espalda

La carta, aunque está fi rmada el 17 de enero de 1821, no precisa dónde fue es-crita y se desconoce el nombre del remi-tente. Éste instruye a Iturbide para atacar desde el Río de las Balsas y Xaliaca has-ta topar con Guerrero en los alrededores de Chilpancingo. Se ignora si Iturbide re-cibió este comunicado. Lo que sí se sabe es que, previamente a que fuera escrito, Iturbide negociaba un arreglo pacífi co, pues el 10 de enero de 1821 le escribió a Guerrero para pedirle cesar las hostili-AGN, Operaciones de guerra, vol. 429, exp. s/n, f. 2201 Francisco Sosa, Biografías de mexicanos distinguidos, México, Secretaría de Fomento, 1884, p. 505.2 Ernesto de la Torre Villar, La Independencia de México, Madrid, Mapfre, 1992, p 129. Según Masae Sugawara Hikichi, (Cronología del proceso de independencia de México 1804-1824, México, AGN, p 159.) la reunión de Acatempan ocurrió el 10 de febrero de 1821.

SEPTIEMBRE

Mariano Matamoros Guridi (1770-1814)

Al concluir el Congreso de Chilpancin-go, las fuerzas de José María Morelos planearon apoderarse de la ciudad de Valladolid. Mariano Matamoros, teniente

general de los rebeldes, participó abrien-do paso al generalísimo hacia la ciudad elegida. En Puruarán los realistas al mando de Ciriaco Llano derrotaron a los insurgentes y aprehendieron a 700, entre ellos a Matamoros. El documento está conformado por 32 fojas, de las cuales 11

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AGN, Declaración de Mariano Matamoros al Ejército del Norte, 1814. Historia, vol. 594, fs. 2-12vGabriel Agraz García de Alba, Mariano Matamoros Guridi. Héroe Nacional, México, edición del autor, 2002.Ernesto de la Torre Villar, La Independencia de México, Madrid, Mapfre, 1992

comprenden la primera parte de la decla-ración. Al responder, ¿quién mandaba las tropas rebeldes?, y ¿qué sabía sobre el plan general de operaciones?, Matamo-ros dijo que Morelos las dirigía y que él seguía sus órdenes. También declaró ha-ber sostenido correspondencia en México con los que se hacían llamar “Los Guada-

lupes” y que en Puebla su contacto era don José Pérez.

AGOSTO

José María Morelos y Pavón(1765-1815)Decreto de Morelos para abolir la esclavitud y suprimir las castas En Chilpancingo, el 5 de octubre de 1813, Morelos emitió un decreto para erradicar la esclavitud y velar porque se otorgara la libertad a cuantos esclavos hubiera. Los naturales que formaban los pueblos y repúblicas debían convocar a eleccio-nes libres presididas por el párroco y el juez territorial, quienes no deberían for-zar a ningún votante para inclinarse por

una “determinada persona”. Previno a las repúblicas y jueces a no esclavizar “a los hijos de los pueblos con servicios personales que sólo deben a la nación y soberanía y no al individuo como a tal”. Subrayó que “los pueblos y hombres que tengan haciendas con 12 sirvientes” te-nían que evitar la distinción de castas, tal y como lo estableció en este decreto.

AGN, Colección de documentos para la historia de México de la Guerra de Independencia de México: 1808-1821, Juan Hernandez y Dávalos, vol. 2, t. 5, docto. 82.Eduardo L. Gallo, Hombres ilustres mexicanos, México, Imprenta de I. Cumplido, 1874.Ernesto Lemoine, Morelos y la revolución de 1810, México, Gobierno del estado de Michoacán, 1984, pp. 286-287

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ExposicionesJUNIO-SEPTIEMBRE Sala SiqueirosVenustiano Carranza

Nació en 1859 en Cuatro Ciénegas Coa-huila. Su participación en la Revolución fue determinante para formar el nuevo Estado mexicano. Encabezó el Poder Ejecutivo en 1914, según lo estipulaba el Plan de Guadalupe, pero algunos jefes revolucionarios se inconformaron y, reuni-dos en la Convención de Aguascalientes, lo desconocieron. Él mandó a Obregón a enfrentarlos alargando la guerra civil. Una vez derrotados Zapata y Villa, Carranza fue electo presidente en 1917.

AGOSTO Escuela Nacional PreparatoriaPlantel 5. José VasconcelosFelipe Teixidor. El coleccionista

Felipe Teixidor Benach fue también en-cuadernador, vendedor, editor, autor, tra-ductor y prologuista. Nació en Barcelona en 1895 y murió en México en 1980. Par-te de sus series de grabados, fotografías, etiquetas, dibujos, planos y mapas se muestran en esta exposición que refl eja el vínculo entre el arte y la publicidad.

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Informes: Eduardo Molina Albañiles s/n, col. Penitenciaría AmpliaciónDelegación Venustiano [email protected]

Visita www.agn.gob.mx y entérate de nuestras exposiciones

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Página web: www.agn.gob.mx

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El Boletín del Archivo General de la Nación, núm. 21,6a. época, se terminó de imprimir en

junio de 2008 en IAG en Color S.A. de C.V.Se tiraron 1000 ejemplares.