A lo largo de los años, la arquitectura se ha reinventado una y otra vez. Las ideologías y las tendencias arquitectónicas han ido transformándose y con ellas sus protagonistas, sus estrategias y sus prioridades. La moda se ha convertido con el correr del tiempo en uno de los ejes rectores de las tendencias arquitectónicas. El vestir un conjunto edilicio de manera que refleje “poder” ha creado un debate que divide a los grupos epistémicos en el área, entre la esencia y la frivolidad.

Como bien decía el Novel de Literatura Octavio Paz, “la arquitectura es el testigo insobornable de la sociedad”. En este revolucionario siglo XXI se ha convertido en un factor clave por la inmediatez y el consumismo desenfrenado de un mundo globalizado. Tenemos la “oportunidad” de parecernos a quien admiramos si consumimos lo correcto. La tecnología que se nos acerca por medio de la World Wide Web, nos da acceso a millones de blogs que se encargan de colocar minuto a minuto lo mas “in” de las tendencias arquitectónicas e interioristas. La arquitectura se ha convertido en una moneda de cambio mas en el mercado socio-urbano y político, dónde lo que se vende es la imagen, se intenta seducir al usuario final mediante una técnica estética que lo único que muestra es el escondite de los defectos de las malas intervenciones hechas al patrimonio cultural y en específico al patrimonio industrial. Dos claros ejemplos de esto que venimos hablando son primero el Hotel La Purificadora, que ocupa las instalaciones de la Antigua Embotelladora y Purificadora de Agua con el mismo nombre, ubicada en el centro histórico de la ciudad de Puebla, México (Ver Imágenes 01 a 03).

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Este inmueble históricamente llego a ser una de las industrias mas importantes del siglo XIX en la República Mexicana. A grandes rasgos, después de una huelga que se llevo a cabo a principios de los años noventas del siglo pasado, cerró sus puertas a la purificación y embotellamiento de agua como producto. Al cabo de algunos años en el abandono, la firma hotelera GRUPO HÁBITA se hizo del conjunto edilicio y solicitó al Arq. Ricardo Legorreta hacer una “remodelación del inmueble” de tal forma que pudiera alojar lo que hoy conocemos como La Purificadora Hotel Boutique. Como segundo ejemplo mencionaremos la Antigua Fábrica Textil Atoyac Mayorazgo (Ver Imágenes 04 a 06), ubicada también en la capital del estado de Puebla, al sur de la misma. La fábrica “El Mayorazgo” instalada en la antigua hacienda “San José El Mayorazgo”, originalmente cumplía funciones para el cultivo de maíz, cebada, frijol y principalmente trigo. Durante el siglo XVI se fundó, para solventar los trabajos de molienda del grano, un molino en las instalaciones de la hacienda; toda vez que el Cabildo de la ciudad de Puebla, concedió licencia a Manuel Mafra para explotarlo y aprovechar las aguas del Río Atoyac. Durante los primeros años de los 1600 el inmueble pasó a propiedad de Diego de Carmona y Tamariz, mismo que había adquirido de los herederos de Joseph de Sandoval, las tierras que lo circundaban y para las que fueron extendidas distintas mercedes por el Cabildo entre 1536 y 1539. José Gumersindo Saviñón, pionero en la mecanización de la industria textil del algodón en Puebla, fue quien después de haber sido el socio industrial de Esteban de Antuñano, adquirió en 1839, el molino y la hacienda del Mayorazgo con el fin de fundar en este sitio, la fábrica; la cuál comenzó inicio su operación aproximadamente a inicios de 1942 con la producción de hilando el algodón sin tener aún maquinaria necesaria para solventar las necesidades de tejido industrial.

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Con el surgimiento de la industria moderna, comenzó a conformarse un sector obrero que paulatinamente se organizó y luchó por mejorar sus condiciones de vida y de trabajo. Los movimientos que desarrollaron los trabajadores textiles durante la Revolución Mexicana les permitieron superar su situación precaria respecto a la que tenían en la época del Porfirismo. Aún cuando la fábrica canceló sus operaciones en 1993 como resultado de una huelga ganada por los trabajadores del gremio, todavía hoy se pueden apreciar sus vestigios arquitectónicos y cosechar los frutos de sus protagonistas en el ámbito social. Desafortunadamente en la actualidad este inmueble catalogado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia se puede observar totalmente abandonado y lo que es aún peor se tiene registro que a pesar de su estatus y su importancia dentro del ámbito social de la ciudad de Puebla, ha sufrido demoliciones provocadas por intereses de terceros con el fin de poder aprovechar el gran terreno para fines distintos a los originales. Una ves que fueron explicados ambos ejemplos que dan una idea del poco interés en conservar el patrimonio industrial, es de suma importancia poder rescatar no solo estos dos ejemplos de impunidad, sino también todos aquellos inmuebles que por el legado histórico y artístico que ofrecen a la identidad de este país, m e r e c e n u n a o p o r t u n i d a d m a s p a r a r e i n t e g r a r s e responsablemente a las dinámicas actuales de nuestra sociedad, ya que sutilmente podemos seguir obteniendo muchos beneficios que van directamente reflejados en la identidad que es forjada a través de estos testigos insobornables. Concluyo dejando esto para la reflexión. John Ruskin en su famosa obra literaria llamada “Las Siete Lámparas de la Arquitectura” nos menciona en su Lámpara del Recuerdo: “…La conservación de los monumentos del pasado no es una simple cuestión de conveniencia o sentimiento. No tenemos el derecho de tocarlos, no nos pertenecen. Pertenecen en parte a los que los construyeron y en parte a la generaciones que han de venir detrás. Debemos dejar morir al monumento dignamente.”

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05. Rehabilitación y Reutilización de Inmuebles.

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02. Aspectos Urbanos, Climatológicos y Economicos de una Hacienda.

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04. Propiedades Sociales y Morfológicas de la Hacienda.

03. La Industria Textil en México y Puebla.

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