arquitectura penitenciaria desde su génesis a las nuevas tecnologías de investigación criminal

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  • 8/3/2019 Arquitectura Penitenciaria desde su gnesis a las nuevas tecnologas de investigacin criminal

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    Arquitectura Penitenciaria: desde su gnesis a las nuevas tecnologas

    de investigacin criminal

    Felipe Caro P.1

    Ideas preliminares

    La arquitectura penitenciaria, esto es, la aplicacin de nociones arquitectnicas de

    forma, espacio y funcin a la construccin de prisiones, surge de manera definitiva

    durante la segunda mitad del siglo XVIII como coadyuvante de la reforma penal que se

    lleva a cabo en ese momento en Europa. Dicha disciplina aparece tambin unida a la

    naciente concepcin de Penitenciara: un nuevo paradigma de reclusin en el que se

    busca el arrepentimiento del ofensor a travs del silencio, el aislamiento y la penitencia.

    As, la arquitectura aplicada a las prisiones intenta, a travs de esta nueva tipologa

    carcelaria, materializar las polticas pblicas del perodo, enfocadas en humanizar las

    penas de privacin de libertad; y al mismo tiempo, expresar de manera concreta los

    ingenios y teoras de filsofos y filntropos, que desean aplicar nuevas tcnicas de

    control y distribucin dentro de los penales, con la intencin de rehabilitar moral y

    socialmente a los internos.

    Con el tiempo, estos nuevos diseos en arquitectura se unen a distintas nociones sobre

    administracin, seguridad, rgimen de trabajo e higiene y pasan a formar parte del

    cuerpo terico-prctico conocido como Ciencia Penitenciaria. Este conjunto de ideas

    alcanza su mayor desarrollo en la primera mitad del siglo XIX, aunque sus principios

    llegan hasta el da de hoy; por ejemplo, en los nuevos modelos concesionados de

    construccin y administracin carcelaria en Chile y el mundo. Por este motivo resultade inters conocer los orgenes y caractersticas del movimiento de reforma carcelaria

    1 Felipe Caro Pozo, Investigador Chileno. Licenciado en Ciencias Criminalsticas de la Universidad

    Tecnolgica Metropolitana (Utem, Santiago de Chile). Diplomado en Pensamiento Latinoamericano de la

    Facultad de Humanidades de la Utem. Colaborador de la revista Crtica.cl, ha publicado artculos en las

    revistas electrnicas Thlos, Letralia y Latin American Journal of Internacional Affairs. Su lnea de

    trabajo se orienta al estudio de los modelos arquitectnicos carcelarios europeos y latinoamericanos y la

    historia de la ciencia en Amrica. Correo de contacto: [email protected]

    http://www.utem.cl/http://www.utem.cl/http://www.utem.cl/theloshttp://www.lajia.net/mailto:[email protected]:[email protected]://www.lajia.net/http://www.utem.cl/theloshttp://www.utem.cl/http://www.utem.cl/
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    en Europa, que lleva al surgimiento de la arquitectura penitenciaria y su relacin con la

    investigacin del delito y sus causas.

    Contexto penal y carcelario en EuropaDurante la primera mitad del siglo XVIII, la realidad penal europea es eminentemente

    punitiva: abundan los tormentos corporales provenientes de pocas anteriores y la pena

    de muerte se alza como el castigo ejemplificador por excelencia. En Francia, por

    ejemplo, una ordenanza de 1670 - que rige hasta la Revolucin de dicho pas describe

    los principales castigos: la muerte, aplicar tormentos fsicos sin necesidad de pruebas

    para obtener una confesin, el ltigo y los trabajos forzados.i

    La situacin de los delincuentes en este periodo ha sido destacada de la siguientemanera: Hasta fines del siglo XVIII se consideraba a los delincuentes como malvados

    o degenerados, indignos de compasin y ayuda, y cuya eliminacin, reclusin o muerte,

    era lo nico que poda hacer la sociedad para evitar los grandes daos que cometan. Las

    prisiones eran establecimientos de castigo, en cuyos calabozos, verdaderas pocilgas, se

    abandonaba a los delincuentes, castigndolos corporalmente y se les daba escasa

    alimentacin. Los condenados a trabajos forzados [] deban trabajar en galeras o en

    obras pblicas, en forma intensa.ii

    En este escenario destacan los suplicios o ejecuciones pblicas, en los que la accin

    castigadora se realiza a manera de espectculo o ceremonia y donde en cierta manera se

    busca restituir el status quo que la sociedad o los monarcas han perdido a travs del

    quebrantamiento de una ley o norma; es decir, el delito o crimen.iii

    Estos actos se ven

    potenciados por las nuevas tecnologas de castigo, como es el caso de la guillotina, que

    pretende ser un instrumento de ejecucin indoloro e igualitario, pero no deja de lado el

    sentido de la espectacularidad. As, tales sanciones cumplan adems el doble propsito

    de disuadir al resto de la poblacin de delinquir, mostrndoles las consecuencias de ese

    estilo de vida u acto.

    Tambin est presente la idea de la utilidad de los convictos, a travs del provecho que

    el pas o la comunidad podan obtener de su cuerpo o energa fsica: trabajos forzados

    remando, construyendo en reas pblicas o limpiando caminos.iv

    De esta forma el

    transgresor poda dar algo a cambio a la sociedad y expiar en cierta medida su culpa;

    ventajas que se pierden con la pena capital.

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    Por otro lado, la pena de privacin de libertad se aplica a un amplio nmero de

    infractores, entre ellos vagabundos y deudores, pero todava no se vislumbra como un

    castigo ejemplificador; por consiguiente, las crceles y presidios del periodo no cuentan

    con un modelo arquitectnico determinado, sino que ms bien se utilizan otros edificios

    que cumplan esta funcin: antiguos cuarteles, calabozos, posadas y monasterios, que en

    su mayora comparten un diseo de planta rectangular. De esta manera y ocultos de la

    sociedad, los establecimientos de reclusin se prestan para todo tipo de irregularidades y

    excesos de brutalidad, producto de dos elementos primordiales: en primer lugar, no

    existen cdigos o reglamentos que regulen tanto el desempeo de los funcionarios y el

    tratamiento de los internos como el rgimen interno de la prisin y su administracin; y

    en segundo lugar, no existe un organismo o institucin pblica que se preocupe de

    visitar estos establecimientos y mejorar la situacin de los mismos. Esta situacin lleva

    a que en las dcadas de 1760 y 1770 se produzcan generen una serie de crticas al

    sistema carcelario y legal europeo, propiciando con esto una reforma penal y

    penitenciaria universal.

    Las obras de los reformadores

    Cesare Beccaria

    Desde el rea legal y penal, la obra Sobre los delitos y las penas del filsofo y jurista

    italiano Cesare Beccaria (1738-1794), publicada en 1764, produce un gran impacto en la

    sociedad ilustrada europea al proponer una profunda reforma a los sistemas jurdicos de

    la poca, caracterizados por su severidad y arbitrariedad. En dicho texto, el autor

    propone que los procesos penales sean menos injustos, introduciendo distintos

    principios racionales; entre ellos, la proporcionalidad entre un delito y su castigo. Este

    ideal slo poda obtenerse a travs de un respeto y entendimiento de las normas

    jurdicas, que representan la voluntad de la colectividad y que son las nicas que pueden

    fijar las penas de los crmenes. Por lo tanto, los jueces no pueden aplicar penas distintas

    a las sealadas por la ley, evitndose de esta manera la arbitrariedad y manteniendo la

    confianza del ciudadano en el proceso jurdico y el espritu igualitario de las leyes.v

    As,

    esta propuesta del autor italiano puede considerarse como un antecedente para los

    esfuerzos de codificacin legal de finales del siglo XVIII.

    El pensamiento de Beccaria queda de manifiesto al referirse al sentido ltimo de la penay sus caractersticas: Para que todo castigo no sea un acto de violencia ejercido por uno

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    solo o por muchos contra un ciudadano, debe esencialmente ser pblico, pronto,

    necesario, proporcionado al delito, dictado por las leyes y el menos riguroso posible,

    atendidas todas las circunstancias del caso.vi

    De esta manera, la atrocidad de las penas

    y el ensaamiento con los culpables se opone al bien comn, ya que el propsito del

    castigo que impone una ley no es satisfacer el deseo de venganza de particulares ni del

    Estado, sino ms bien impedir que quien haya agraviado a la sociedad lo vuelva a hacer

    y disuadir a otros de delinquir; el autor destaca en estos trminos: Esta intil crueldad

    [la tortura], funesto instrumento del furor y el fanatismo, o de la debilidad de los tiranos

    podr adoptarse por un cuerpo poltico que, lejos de obrar por pasin, no tiene otro

    objeto que reprimir aquellas en los hombres?vii

    Con esto, la funcin de la pena pasara

    de un papel retributivo a uno preventivo y disuasivo del acto de transgresin.

    Por lo tanto, sugerir la minimizacin de los tormentos fsicos a los que se someten tanto

    acusados como sentenciados tiene un sentido lgico, debido a que la utilizacin de la

    tortura no est ligada a bases racionales, sino ms bien fsicas, por cuanto est basada en

    la resistencia de la persona o su capacidad para soportar el dolor. viii Es por esto que el

    filsofo italiano aboga por la utilizacin de medios racionales y cientficos para

    determinar la culpabilidad o inocencia de una persona en un proceso judicial; entre ellos

    las pruebas y los testigos, al tiempo que se opone a la utilizacin de la pena de muerte.

    ix

    Junto a lo anterior, el autor del Tratado de los delitos y las penas argumenta que en un

    delito deben considerarse las dimensiones psicolgicas y sociales que han impulsado a

    la persona para cometerlo, ya que muchos de estos actos provienen de la desesperacin

    y la miseria en que los individuos se encuentran. Ms aun, la sociedad debe hacerse

    responsable de estos actos, especialmente cuando no ha puesto cuidado en prevenir los

    delitos, a travs de la educacin, la cultura y la propagacin de la ciencia. As, Beccaria

    replantea las bases del tratamiento de la delincuencia en el siglo XVIII, impulsando a

    que la sociedad pase de un rol castigador y pasivo a un rol preventivo y activo.x

    John Howard

    En el campo de la filantropa y el humanismo destaca el trabajo del ingls John Howard

    (1726-1790) quien a partir de 1773, y en su calidad de alguacil de la localidad de

    Bedfordshire, realiza una serie de visitas a crceles de Europa para conocer las

    condiciones en las que se encuentran los prisioneros.

    xi

    En estos viajes el autor es testigode las prcticas comunes de la poca en materia carcelaria; por ejemplo, que los

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    prisioneros debieran pagarle a los carceleros por su manutencin y que, en el caso de no

    pagar, fueran retenidos por los guardianes incluso despus de la fecha legal de su puesta

    en libertad, hasta que cancelaran su deuda.xii

    Tambin observa las deficientes

    instalaciones carcelarias de su tiempo: oscuros calabozos subterrneos, hmedos y

    sucios, en los que se agrupan los prisioneros, sin hacer distincin de sexo, edad o

    situacin procesal.

    Howard comenta los inicios de su labor de la siguiente forma: Lo que me impuls a

    trabajar a favor de ellos [los presos] fue ver que algunos, a quienes el veredicto del

    jurado haba declarado inocentes; que algunos en quienes el gran jurado no haba

    encontrado indicios de culpabilidad que permitiera someterlos a juicio; que otros cuyos

    acusadores a fin de cuentas no se presentaron a declarar, tras permanecer detenidos

    durante meses, se les enviaba de nuevo a la crcel, donde seguiran encerrados mientras

    no pagasen cuotas diversas al carcelero, al empleado del juzgado, etctera.xiii

    Profundamente impactado por lo que ha visto en sus viajes, escribe en 1777 su obra El

    Estado de la prisiones en Inglaterra y Gales, en la que realiza una serie de denuncias

    sobre la situacin de las crceles, abarcando desde las consideraciones administrativas y

    arquitectnicas, hasta aquellas relacionadas con la higiene, la seguridad y la distribucin

    de los internos en los establecimientos.

    Por ejemplo, el autor se opone firmemente a la aplicacin de torturas como forma de

    lograr la confesin de un acusado, sea este castigo aplicado pblicamente o en la

    oscuridad de un calabozo, argumentando que la reclusin y la prdida de la libertad

    deberan considerarse como castigos suficientes. Encontrndose en la prisin de

    Hannover, en Alemania, el autor ingls refiere que: La execrable costumbre de dar

    tormento a los presos se practica aqu, en un stano donde se hallan los horrendos

    instrumentos de tortura [] Hace dos aos, a uno de los reos se le aplic dos veces el

    tormento denominado de Osnabrck. En la ltima ocasin, al presentarle la tercera

    cuestin (cuando el verdugo ya le haba arrancado el pelo de la cabeza y de otras partes

    del cuerpo) confes y fue ejecutado.xiv

    Howard tambin es testigo de la poca preocupacin que existe por separar a los internos

    segn su situacin procesal, sexo, edad o experiencia criminal. As, en las crceles que

    visita todos los internos se encuentran mezclados: delincuentes que han sidosentenciados en materias penales comparten el espacio con deudores y con acusados que

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    se encuentran a la espera de sentencia. De la misma manera, hombres jvenes y viejos

    comparten el espacio con mujeres e incluso nios y tampoco se hace distincin entre

    delincuentes avezados y primerizos.xv

    Para el autor ingls esta prctica resulta

    perniciosa tanto para la moral como para las costumbres de los reclusos: Se encierra a

    los presos juntos, sin establecer ninguna distincin: deudores y malhechores, hombres y

    mujeres, jvenes delincuentes novatos y delincuentes empedernidos [] Durante el da

    en pocas crceles se separa a los hombres y mujeres. En algunos condados la crcel

    tambin se utiliza como correccional; en otros, estos establecimientos estn contiguos y

    comparten un mismo patio. En estos casos el delincuente menor aprende mucho de los

    delincuentes envilecidos. Hay prisiones donde se ven chicos de 12 a 14 aos

    escuchando atentamente los relatos de aventuras, xitos, estratagemas y evasiones por

    parte de criminales de gran experiencia y largo historial.xvi

    Producto de lo anterior, el filntropo convertido en inspector de prisiones reflexiona

    sobre la necesidad de distribuir a los internos segn su condicin procesal y penal,

    proponiendo para ello la separacin en clulas; esto es, que cada interno disponga de su

    celda individual, separado de los dems prisioneros y que a travs del silencio, la

    reflexin y la educacin pedaggica y moral, se logre su rehabilitacin. Se trata de una

    propuesta que tiene sus orgenes en las celdas de los antiguos monasterios medievales yen las ideas religiosas sobre la necesidad de la introspeccin y los exmenes de

    conciencia como herramientas para reconocer los errores que se han cometido y

    remediarlos.

    xviii

    xvii Para Howard se trata de una necesidad imperiosa, puesto que: es una

    verdadera atrocidad destruir en las crceles la moral, la salud y (como sucede a menudo)

    la vida de quien la justicia condena nicamente a trabajos forzados y correccin [] en

    medio de la ociosidad y la inmundicia, padeciendo hambre y con compaeros ya muy

    influidos por esta educacin.

    El instrumento para llevar a cabo estos ideales ser la arquitectura, que a travs de

    nuevos diseos y propuestas intenta plasmar materialmente los nuevos conceptos en

    seguridad, administracin, distribucin e higiene. La influencia del autor deEl Estado

    de las prisiones en Inglaterra y Gales se percibe ya en 1779, cuando es llamado a

    participar en el Acta Parlamentaria sobre Establecimientos Penitenciarios de su pas,

    que tiene por objetivo la construccin de nuevos y modernos establecimientos penales e

    ir reemplazando, en muchos casos tipos de delito, la pena de muerte y la deportacinpor la reclusin. En este momento Howard aprovecha para dar a conocer los

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    lineamientos arquitectnicos y administrativos ms ventajosos que ha observado en sus

    viajes, incluyendo la idea de reclusin celular.xix

    El filntropo ingls continuar posteriormente con su labor de visitar establecimientos

    carcelarios y denunciar las irregularidades que en ellas ocurren, pero ahora extendiendo

    sus viajes por toda Europa. As, en 1778 termina un periplo en el que visita los

    establecimientos carcelarios de Prusia y Austria. En 1780, inspecciona las crceles

    italianas; en 1781, recorre los establecimientos de Holanda y algunos de Dinamarca,

    Suecia y Rusia; y en 1783, arriba a las crceles de Portugal y Espaa, pasando a su

    regreso a Inglaterra por Francia, Flandes y nuevamente por Holanda.xx De esta forma, el

    autor va dando cuenta de las mejoras que encuentra en cada pas y su posible aplicacin

    a distintas realidades carcelarias.

    Es as como a travs de las nociones de Beccaria y Howard se va configurando una

    nueva concepcin del castigo, en la que el encierro aparece cada vez ms como la mejor

    opcin para rehabilitar a los delincuentes y reinsertarlos en el medio social. Surge de

    esta manera la Penitenciara, un nuevo paradigma de construccin, en el que se acenta

    por una parte la responsabilidad de la sociedad con sus prisioneros y delincuentes; y por

    otra, el ideal de la penitencia y el arrepentimiento como los caminos esenciales para

    superar el estigma del delito: La prisin se convierte en un lugar de penitencia, a medio

    camino entre el mundo de los pecadores o delincuentes y el hombre redimido,

    transformado en otro arrepentido.xxi

    Primeros esbozos en la arquitectura de prisiones

    La reforma penal y penitenciaria que impulsan los autores anteriormente sealados tiene

    quizs su mayor impacto en las propuestas para la creacin de nuevos establecimientos

    penales que ven la luz a finales del siglo XVIII y principios del XIX en Europa. Por esta

    poca los diseos arquitectnicos aplicados a prisiones comienzan a exhibir varias

    caractersticas: en primer lugar, como se ha destacado anteriormente, corresponden a la

    concretizacin de propuestas en seguridad, inspeccin y distribucin avanzadas por

    humanistas, filntropos y filsofos, entre ellos el mencionado John Howard. De esta

    manera los autores de estos proyectos, en conjunto con arquitectos y dibujantes,

    combinan los ideales racionalistas del perodo en una expresin prctica: los edificios

    penitenciarios.

    xxii

    Otro ejemplo de este trabajo multidisciplinario es la obra del filsofoy jurista ingls Jeremy BenthamEl Panptico.

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    Adems, y partir de la obra de John Howard, comienza un movimiento de produccin

    de textos de arquitectura enfocados particularmente en la construccin de

    establecimientos de reclusin. La importancia de estas obras es que van dando a conocer

    los principales lineamientos en cuanto a diseo, forma, distribucin espacial y funcin

    que permiten que la Penitenciara aparezca como una tipologa especfica en los

    proyectos edilicios del periodo, diferenciada de las construcciones de propsitos

    mltiples que se utilizaban hasta ese momento.xxiii

    Por ejemplo, en una publicacin de 1820 pueden encontrarse una serie de propuestas

    para la administracin de establecimientos penitenciarios, entre las que se destaca que:

    Los mayores requisitos que una buena prisin debe poseer son los medios de

    seguridad, de inspeccin, de clasificacin, de empleo continuo de los internos, de

    entregar comida y abrigo, instruccin religiosa y moral, espacio para ejercicio y

    salubridad, separacin y atencin a los enfermos.xxiv

    Otro ejemplo de este tipo de

    trabajos esRemarks on the form and construction of Prisons: with aproppiate designs

    (Elementos sobre la forma y construccin de prisiones: con diseos apropiados)

    publicado en 1826 y cuyo principal objetivo es servirle de gua a los arquitectos al

    momento de construir una prisin, presentando las mejores experiencias del periodo

    sobre esta temtica

    xxv

    ; y tambin puede mencionarse la obra del arquitecto francsLouis-Pierre Baltard, Architectonographie des Prisons, que ve la luz en 1829.

    xxviDe

    esta manera se desarrolla cada vez ms la idea de que las funciones que cumple una

    crcel o penitenciara se vern beneficiadas o obstaculizadas por el diseo

    arquitectnico de la misma.

    Unido a lo anterior, van surgiendo en diferentes pases una serie de sociedades benficas

    que tienen como objetivo promover la seguridad, la disciplina y las nociones

    humanitarias del periodo en las crceles. Una de ellas, por ejemplo, es la Philadelphia

    Society for Alleviating the Miseries of Public Prison (Sociedad de Filadelfia para aliviar

    las Miserias de las Prisiones Pblicas) fundada en 1787 y que pone en marcha la

    Penitenciaria de Eastern State, en Filadelfia, Estados Unidos. La cuestin sobre la

    rehabilitacin de los internos y el penitenciarismo cobra tal relevancia en la primera

    mitad del siglo XIX que muchos gobiernos organizan verdaderas expediciones de

    carcter cientfico para visitar aquellas prisiones que se consideran como las ms

    eficientes del periodo. Entre estos viajeros, que en cierta manera imitan la labor deHoward en el siglo XVIII, se destacan los franceses Alexis de Tocqueville y Gustave de

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    Beaumont, que en 1831 viajan a Estados Unidos para estudiar su sistema penitenciario y

    evaluar su eventual aplicacin en Francia, editando en 1833 su obra Systme

    pnitentiaire aux Etats-Unis et de son application en France (El sistema penitenciario

    de Estados Unidos y su aplicacin en Francia); y tambin el escritor y botnico espaol

    Ramn de la Sagra, quien en 1843 publica en Madrid suAtlas carcelario o coleccin de

    lminas de las principales crceles de Europa y Amrica, luego de haber visitado los

    establecimientos penales de estos pases.xxvii

    Con lo anterior, se aprecia la importancia

    que va adquiriendo el rea de la arquitectura penitenciaria, concebida como

    coadyuvante de la reforma penal y humanista de las prisiones.

    Definiendo modelos

    Como ya se ha destacado, en la primera mitad del siglo XVIII no existe un modelo de

    construccin para prisiones individual y especfico, sino que ms bien se utilizan

    edificios de planta rectangular u otros inmuebles que ya no cumplen su funcin original.

    Esta configuracin intuitiva presenta, sin embargo, algunos ejemplos interesantes, como

    la prisin de Gante, en Flandes, descrita en la obra de John Howard. Se trata de un

    edificio de planta octogonal, en el que se han dispuesto las celdas de los internos

    rodeando un patio central, desde el cual los guardias podan realizar sus labores de

    vigilancia. Este establecimiento, construido en 1773 por el arquitecto Montfesson, ha

    sido destacado como el catalizador de las preocupaciones arquitectnicas en las

    prisiones, tal como destaca Norman Johnston: Arquitectnicamente, Gante puede

    considerarse como la primera institucin penal a gran escala en la que se hizo un

    esfuerzo consiente por que la arquitectura ayudara a la filosofa del tratamiento.xxviii

    A

    partir de esta visita, Howard destaca las cualidades de la inspeccin continua y

    centralizada de los internos; esto es, que los vigilantes se preocupen en todo momento

    de cautelar la situacin de los presos desde una posicin central ventajosa, que al mismo

    otorgue una visual panormica del establecimiento. De esta forma la sociedad, a travs

    de los guardias, pasaba a un rol activo en el desarrollo reformador de los reos, dejando

    atrs las oscuras mazmorras del pasado: La inspeccin constante se convertir en la

    condicin sine qua non de un buen diseo y administracin carcelarios, el mecanismo

    mediante el cual el ambiente de la prisin poda ser liberado de sus antiguos abusos y

    los prisiones protegidos de la corrupcin y los malos comportamientos.xxix

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    Pero no es hasta que se comienzan a producir textos en esta materia y a intercambiar

    ideas sobre las mejores propuestas de construccin, que la arquitectura aplicada a

    prisiones genera dos modelos plenamente caractersticos. En primer lugar se destaca el

    modelo radial, propuesto por el arquitecto ingls John Haviland para la penitenciaria de

    Eastern State de Filadelfia. En este caso, el diseo consiste en siete edificios, donde se

    encuentran las celdas, que convergen como radios o alas en una estructura circular

    central, desde el cual los guardias del recinto pueden realizan la vigilancia centralizada

    del mismo. En este caso, los tres primeros radios que se construyen corresponden a

    edificios de un piso, con cuarenta celdas cada uno. Los cuatro siguientes radios se

    construyen de dos pisos, y cada celda posee calefaccin central, agua potable, un retrete

    y una abertura en su parte superior abovedada para dejar entrar la luz. De esta manera se

    mejoraba ostensiblemente el orden, la limpieza y los regmenes de administracin y

    seguridad internos del establecimiento.

    El modelo radial se transforma rpidamente en una sensacin, puesto que su disposicin

    en radios facilita las labores de vigilancia y control de los internos, adems de fortalecer

    la idea de inspeccin y la seguridad de los funcionarios, al permitir que la vigilancia se

    realice desde la estructura circular central hacia los radios o pasillos en cada edificio.

    Asimismo, como cada interno tiene su celda, los guardias pueden inspeccionarlosindividualmente, a travs de pequeas aberturas en las puertas de las celdas. Esto ltimo

    tambin facilita las labores de separacin y distribucin de los internos, permitiendo que

    se desarrollen programas especficos segn tipo de delito o la situacin de cada ofensor.

    Pases como Francia y Espaa envan a arquitectos e investigadores para analizar el

    rgimen y el diseo arquitectnico aplicado en la penitenciara de Eastern State. En

    1837, se recomienda la implementacin de este sistema en Gran Bretaa, ordenndose

    la construccin de la prisin de Pentonville, en Barnsbury, Londres, la que es

    completada en 1842, con diseos del arquitecto Joshua Jebb.xxx

    El segundo diseo caracterstico del periodo es el propuesto por el filsofo ingls

    Jeremy Bentham, en su obra El Panptico, publicada en 1791. Si bien nunca se

    construye un establecimiento con las mismas caractersticas que propone el autor, sus

    principios de inspeccin, control y vigilancia de los internos se extienden

    universalmente por casi todas las construcciones penitenciarias del periodo. El

    Panptico consiste en una construccin circular, en la que las celdas de los internos se

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    encuentran dispuestas en la circunferencia, divididas por tabiques que, a la manera de

    radios, confluyen angostndose hacia el centro del edificio. En este punto se encuentra

    una torre en la que habitan los guardias, la que est equipada con diversos mecanismos e

    ingenios para evitar que los presos puedan comprobar su real presencia. As, el principal

    objetivo de este diseo es que los inspectores puedan vigilar sin ser vistos, y que la sola

    idea de su presencia, que no puede ser comprobada por los convictos, genere en ellos

    una sensacin de control y disuasin.

    xxxii

    xxxiEl autor destaca su intencin en estos trminos:

    Si furamos capaces de encontrar el modo de controlar todo lo que a cierto nmero de

    hombres les puede suceder; de disponer de todo lo que les rodea a fin de causar en cada

    uno de ellos la impresin que quisiramos producir; de cerciorarnos de sus

    movimientos, de sus relaciones, de todas las circunstancias de su vida, de modo que

    nada pudiera escapar ni entorpecer el efecto deseado, es indudable que un medio de esta

    ndole sera un instrumento muy potente y ventajoso

    Se trata, por lo tanto, de una expresin absoluta y extrema de las ideas de vigilancia e

    inspeccin que se venan desarrollando desde la segunda mitad del siglo XVIII, en el

    que gracias al diseo edilicio y los mecanismos ideados por el autor, se crea en los

    internos la sensacin de estar siendo siempre controlados, al punto que en aquellos

    momentos en que el inspector se ausente o cuando sean finalmente liberados y seintegren al medio social, terminen auto-controlndose. Michel Foucault destacar esta

    idea de la siguiente manera: De ah el efecto mayor del Panptico: inducir en el

    detenido un estado consiente y permanente de visibilidad que garantiza el

    funcionamiento automtico del poder. Hacer que la vigilancia sea permanente en sus

    efectos, incluso si es discontinua en su accinxxxiii

    Con el paso del tiempo, los principios de vigilancia y seguridad que Bentham intenta

    transmitir a travs de su Panptico se convierten en una especie de paradigma carcelario

    que cautiva a arquitectos, polticos y reformadores: Las ideas [de Bentham] se

    volvieron muy influyentes. Aunque se construyeron muchas prisiones con disposicin

    central, algunas declarando ser Panpticas, con slo una excepcin [la de Edinburgh],

    ninguna lo fue. Les faltaba esa asimetra total de poder que era una caracterstica

    esencial. Los internos podan ver y escucharse entre ellos, podan ver a los inspectores,

    o haban perodos cuando podan escapar la vigilancia.xxxiv En el caso de las

    penitenciaras de conformacin radial, esta asimetra total no est presente. Junto conesto, los vigilantes deben acceder fsicamente a cada celda, y por medio de una mirilla

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    observar al recluso, repitiendo este proceso para cada celda, lo que se diferencia

    totalmente de la idea central del Panptico: poder observarlo todo desde una posicin

    central, al tiempo que no se pueda devolver esa mirada.

    Probablemente, la principal limitante del diseo de Bentham sea que la capacidad para

    internos en un establecimiento circular es inversamente proporcional al poder de

    inspeccin; esto quiere decir que mientras ms celdas se construyan, ms debe

    agrandarse la circunferencia y por lo tanto, alejarse progresivamente de la torre de

    vigilancia. Por este motivo se privilegiaron en Europa y Amrica los diseos carcelarios

    radiales, que en muchos casos podan expandirse sin perder sus niveles de seguridad,

    puesto que en ellos prima la idea de las celdas individuales.

    Sin embargo, cabe destacar que la propuesta de vigilancia tan completa del modelo de

    Bentham no podra conseguirse del todo en el modelo radial: Observe usted, que si el

    punto ms importante en este plano es que los individuos sometidos a vigilancia se

    sientan constantemente vigilados, o al menos piensen las posibilidades de estarlo, de

    ningn modo es el nico. Si lo fuera, esta misma ventaja se podra lograr o casi, con

    edificios de diferente forma. Lo verdaderamente importante aqu es el hecho de que,

    durante la mayor parte posible del tiempo, cada individuo est realmente bajo

    vigilancia.

    xxxvi

    xxxv Otro autor destaca los siguiente: Los varios pases de Latinoamrica,

    hasta ahora, han construido pocas prisiones, con una o dos excepciones, con disposicin

    central. Estas primeras estructuras, usualmente construidas en, o cerca de, la capital,

    fueron casi siempre radiales, reflejando una influencia directa, ya sea de Norte Amrica,

    Gran Bretaa o Europa. Esta idea es fundamental, ya que ilustra una de las

    principales diferencias entre el modelo Panptico y el diseo radial mencionado

    anteriormente; en este ltimo, por la disposicin de los edificios o calles en radios, los

    inspectores deben desplazarse por las galeras, observando individualmente cada celda.

    En el Panptico de Bentham, al menos en teora, el inspector podra, al girarse en su

    torre, obtener una visin de 360 y vigilar a todos los internos, al mismo tiempo.

    Es interesante tambin mencionar la influencia que estas nociones arquitectnicas

    adquieren en Amrica del Sur, especialmente en la primera mitad del siglo XIX, cuando

    muchos pases, entre ellos Chile, se encuentran en pleno proceso de independencia y la

    reforma penitenciaria de Europa se percibe como un ideal modernista: El penlogo

    norteamericano Negley Teeters, al realizar una extensa gira por las penitenciaras de

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    Sudamrica a mediados del siglo XX, viendo que en varios pases se designaban con ese

    nombre [Panpticos] las penitenciaras radiales (Bogot, Quito, La Paz, Lima)

    afirmaba: Pese a que todas esas penitenciarias son llamadas, en la mayora de los

    pases, Panpticos, siguiendo la creacin del fantstico alarde de Jeremy Bentham, en

    toda Sudamrica no existe un panptico real desde la Penitenciara de Santiago

    construida en 1843 hasta la de La Paz, terminada en 1896, encontramos la clara

    influencia de la Penitenciara de Filadelfia. Todas ellas son variantes arquitectnicas del

    divinamente inspirado sistema de los reformadores de Filadelfia.xxxvii

    Nuevas tcnicas de investigacin criminal

    La influencia de estos dos modelos arquitectnicos en el tratamiento penitenciario

    posibilita la introduccin de una serie de tcnicas que van transformando la

    penitenciara en una suerte de laboratorio conductual, en el que los presos se convierten

    en los sujetos de estudio. As, desde finales del siglo XVIII, se experimenta con

    diferentes sistemas de administracin, entre ellos los llamados Filadlfico y de Auburn,

    en los que se van alterando los regmenes de trabajo y las posibilidades de

    comunicacin entre los internos; todo esto, con el objetivo de mejorar sus posibilidades

    de rehabilitacin a travs de la introspeccin y el silencio, al tiempo que se intenta

    comprender mejor la mente y la disposicin al crimen.xxxviii

    De esta manera, el surgimiento de la arquitectura penitenciaria como un rea del saber

    especfica, y la configuracin misma del nuevo paradigma penitenciario de la redencin

    a travs de la penitencia, abren el camino a un conjunto de nuevas tcnicas de

    investigacin de la delincuencia y los criminales. En este sentido, los nuevos modelos

    de construccin radial y panptica cumplen un papel esencial, puesto que posibilitan un

    mejor control y distribucin de los internos, al tiempo que se mantienen la seguridad del

    recinto y de quienes trabajan en l: Las nuevas prisiones actuaron como catalizadoras

    de una visin clnica, cientfica, de los problemas sociales, proveyeron del campo

    experimental para las nuevas ciencias del crimen y el castigo (criminologa y

    penologa), y fueron pioneras en las intervenciones profesionales que redefinieron las

    relaciones entre el estado y las clases sociales inferiores.xxxix Aparece tambin, a

    mediados del siglo XIX, la impronta de la ciencia criminalstica, que a travs de la

    antropometra, y luego la utilizacin de impresiones dactilares, facilita las labores de

    filiacin y clasificacin de los internos; tambin, surge la escuela de criminologa

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    positivista, que intenta encontrar una tipologa criminal comn a travs de las

    caractersticas fsicas y biolgicas de los delincuentes.

    Van apareciendo entonces, y asociadas a las prisiones, distintos departamentos de

    clasificacin y estudio asociados a los delincuentes, todo lo que se hace posible gracias

    a los nuevos diseos arquitectnicos. En Chile, por ejemplo, el Dr. Israel Drapkin crea

    en 1936 el Instituto de Criminologa, ubicado dentro de la Penitenciara de Santiago;

    esta ltima construida en 1843 segn el diseo radial de la Penitenciara de Filadelfia,

    en Estados Unidos. El Dr. Drapkin escribe: debemos agregar que la clnica

    criminolgica, o sea, el estudio del delito, la clasificacin del delincuente y la

    determinacin de su ndice de peligrosidad, se hace dentro de los establecimientos

    penales o establecimientos de readaptacin, como sera ms adecuado llamarlos, en

    organismos tcnicos especiales, generalmente conocidos con el nombre de Institutos de

    Criminologa.xl

    Los mtodos de investigacin de estos organismos, que de acuerdo al

    autor son los mismos que posee toda ciencia positiva, contemplan la utilizacin de

    fichas en las que se registran todos los antecedentes tiles para el estudio de cada

    delincuente, entre ellos: particularidades y caractersticas del delito, antecedentes del

    delincuente, exmenes mdicos y psicolgicos con especial nfasis en la posibilidad

    de enfermedades hereditarias- , examen antropolgico tipo morfolgico, ceflico ytorcico del sujeto- , y marcas o seas caractersticas, entre otros.

    xliA travs de lo

    anterior se puede apreciar el avance de la investigacin criminal, que desde los aportes

    de Beccaria, Howard y Bentham avanza en conjunto con el desarrollo arquitectnico de

    los penales, en una relacin que se mantiene hasta hoy, pero que no ha sido estudiada a

    cabalidad.

    Finalmente, podra argumentarse que en cierta forma las nociones de separacin celular,

    distribucin en clases y clasificacin segn condicin procesal y penal aparecen, al

    menos en los autores ilustrados como Bentham, como un intento de aplicar el rigor y la

    lgica cientfica al fenmeno social de la delincuencia y la crcel, como una panacea del

    poder restaurador de la racionalidad positiva frente al caos de las relaciones humanas; y

    en este sentido se trata de una concepcin en sintona con el pensamiento de autores

    como Auguste Compte, que proponen que el mayor bienestar social e individual slo

    podra alcanzarse a travs de las metodologas cientficas, la experimentacin y la

    investigacin.

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    Sin embargo, la crtica moderna, particularmente en el filsofo Michel Foucault, ha

    visto en estos esfuerzos el reflejo de una sociedad cada vez ms normalizadora y

    disciplinante, en especial con aquellos que han transgredido alguna de sus reglas; y en

    los reformadores, a verdaderos Linneos de las ciencias sociales: ordenamiento

    espacial de los hombres; taxonoma, espacio disciplinario de los seres naturales []

    Bajo la forma de la taxonoma, tiene como funcin caracterizar (y por consiguiente

    reducir las singularidades individuales) [] Es la condicin primera para el control y el

    uso de un conjunto de elementos distintos: la base para una microfsica de un poder que

    se podra llamar celular.xlii

    Consideraciones finales

    La reforma penal que se produce en Europa a finales del s. XVIII se relaciona con una

    serie de sucesos histricos que llevan a un replanteamiento de los sistemas punitivos de

    la poca, eminentemente castigadores, autoritarios y desiguales, hacia una visin ms

    humanista y democrtica del derecho y de las penas. Con este cambio se esperaba

    promover la dignidad del hombre y las posibilidades de regenerar a quienes han

    transgredido una norma jurdica; esto ltimo, con el objetivo de reincorporarlos a la

    sociedad como ciudadanos provechosos y tiles. Entre los hechos histricos que

    posibilitan este movimiento reformador se puede mencionar la Revolucin Francesa y el

    desarrollo del sistema legal de los Estados Unidos.

    Pero el impacto de estas reformas no habra sido tan considerable de no haberse

    apoyado en nuevos modelos de construccin carcelaria, que resultan instrumentales para

    la concretizacin de propuestas que hasta el momento permanecan solamente en el

    mbito de las teoras filosficas. Desde las ideas de Beccaria y Howard, pasando por los

    proyectos de pensadores o arquitectos, se aprecia un profundo movimiento restaurador

    en el mbito de las prisiones, que con el paso del siglo abarca al delincuente y luego las

    causas de la criminalidad y su prevencin. En este sentido es interesante destacar cmo

    la preocupacin por la cuestin de la delincuencia y la situacin de las crceles trasunta

    los distintos mbitos de las sociedades de la poca, ya que involucra a pensadores

    ilustrados, humanistas, arquitectos y polticos. Y en el caso de la arquitectura, los

    modelos como el Panptico se extienden incluso a otras reas de la comunidad, como

    los hospitales, las escuelas, las industrias y los sanatorios.

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    Por este motivo, analizar la historia de la relacin entre las reformas del siglo XVIII y el

    surgimiento de la arquitectura penitenciaria, es analizar tambin el nacimiento de los

    distintos programas y tcnicas para el entendimiento del delincuente y el delito,

    movimiento que llega hasta nuestros das, a travs de la antropologa, la sociologa, la

    psicologa, la criminologa y la criminalstica.

    i Cf. Foucault, Michel: Vigilar y Castigar, Nacimiento de la prisin, Siglo XII, Madrid, 2008; p.38.

    ii Drapkin, Israel y Brcher, Eduardo, Criminologa y Ciencia Penitenciaria, Cursos de perfeccionamiento

    del personal de prisiones, Curso superior y elemental, Santiago, 1941; p.14.

    iii Cf. Foucault, Michel, op.cit, pp. 11-30.

    iv En Francia tambin se condenaba a trabajar remando en galleras; y en Chile, a principios del siglo XIX,

    recurdense los presidios ambulantes creados por Diego Portales: Cf. Bello, Andrs: Establecimientos de

    confinacin para delincuentes, en Len Len, Marco Antonio: Sistema Carcelario en Chile. Visiones,

    Realidades y Proyectos (1816-1916), Ediciones de la Direccin de Bibliotecas, Archivos y Museos,

    Santiago, 1996; pp.47-56

    v Cf. Beccaria, Cesare, Disertacin sobre los delitos y las penas, imprenta de Robert Wright, Santiago,

    1943; pp.40-44.

    vi Ibidem, p.232.vii Ibdem, p.73

    viii Cf. Ibidem, pp.133-137.

    ix Cf. Ibidem, p.79 y ss.

    x Cf. Ibidem, p.115-116.

    xi Cf. Hepworth, Dixon: John Howard, and the prison world of Europe. From original and authentic

    documents,Imp. por Jackson and Walford, London, 1850; pp. 65-70 (trad. propia)

    xii Cf. England, Ralph W., en su introduccin a la reimpresin de la obra de John Howard:El Estado de

    las prisiones en Inglaterra y Gales, Fondo de Cultura Econmica, Mxico, 2003; p.151.

    xiii Howard, John: El Estado de las prisiones en Inglaterra y Gales, Fondo de Cultura Econmica,

    Mxico, 2003; p.167.

    xiv Ibidem, p.246.

    xv Cf. Ibdem, pp.185 y186.

    xvi Ibidem, p.175.

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    17/20

    xvii Cf. Barrera, Lus Ramrez:Historia Penitenciaria (1843-1943), Talleres Grficos de Gendarmera de

    Chile, Santiago, 1998; pp. 41-45.

    xviii Howard, John, op.cit, p.208.

    xix Cf. Farrar, John: The Life of John Howard, Lives of Philanthropists, Vol. I, Impreso por Brown,Shattuck and Company, Cambridge, 1833; pp.140-141.(trad. Propia)

    xx Cf. Howard, John, op.cit, p.216.

    xxi Fernndez, Pedro Trinidad: La Defensa de la Sociedad. Crcel y delincuencia en Espaa (Siglos.

    XVIII-XX), Alianza Editorial, Madrid, 1991; p. 123.

    xxii Cf. Caro F. y Saldivia Z.: Alcances sobre el Modelo Panptico en la Arquitectura Penitenciaria y

    Mdica Chilena, en Rev.LAJIA, Vol.2, N3, Diciembre 2010; p. 25.

    xxiii Cf. Ibidem, p.26.

    xxiv Society for the Improvement of Prison Discipline and for the Reformation of Juvenile Offenders:

    Rules proposed for the government of gaols, houses of correction and penitentiaries, Printed by

    T.Bensley, London, 1820; p.44. (trad. propia)

    xxv Cf. Committee of the Society for the Improvement of Prison Discipline: Remarks on the form and

    construction of Prisons: with appropriate designs, sold by J. and A. Arch, Londres, 1826; p. III y ss.

    (trad. Propia)

    xxvi Baltard, Luis-Pierre: Architetonographie des prisons u parallle des divers systmes de distribution

    dont les prisons sont susceptibles, selon le nombre et la nature de leur population, l'tendue et la forme

    des terrains, Palais des Beaux-Arts, Pars, 1829; y Sagra, Ramn de la: Atlas carcelario o coleccin de

    lminas de las principales crceles de Europa y Amrica, proyecto de construccin de carruajes yobjetos de uso frecuente en las prisiones, 1 volumen y 1 atlas, Imprenta del Colegio Real de Sordo-

    Mudos, Madrid, 1843.

    xxvii Tocqueville, Alexis de y Beaumont, Gustave de: Systme pnitentiaire aux tats-unis et de son

    application on france, Librairie de Charles Gosselin, Paris, 1845;

    xxviii Johnston, Norman, The Human Cage: A Brief History of Prison Architecture, published by Walker

    and Company, New York, 1973; p.13 (trad. Propia)

    xxix Ibidem, pp.17-18.

    xxx

    Cf. Mayhew, Henry y Binny, John: The Criminal Prisons of London, published by Charles Griffin andcompany, London, 1862; pp.112-168. (trad. Propia)

    xxxi Cf. Bentham, Jeremy:El Panptico, Editorial Quadrata, Buenos Aires, 2005; pp.51-54.

    xxxii Ibidem, p.15.

    xxxiii Foucault, Michel, op.cit, p.204.

    xxxiv Markus Thomas, Buildings and power: Freedom and Control in the Origin of Modern Building

    Types; Routledge; London, 1993, p. 123; tambin Steadman, Philip: The Contradictions of Jeremys

    Bentham Panopticon Penitentiary, en Bentham Project Journal, University College London, Febrero

    2007.

    xxxv Bentham, Jeremy, op.cit, p.57 y 58.

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    xxxvi Johnston, Norman, op.cit, p.36.

    xxxvii Garca Basalo, Carlos, La influencia chilena en la construccin del primer edificio penitenciario

    argentino, enRevista de Estudios Criminolgicos y Penitenciarios, editada por Unicrim, Gendarmera de

    Chile, N9, Diciembre 2006, Santiago; p. 118-119.

    xxxviii Cf. Caro F. y Saldivia Z., op.cit, p. 29 y ss; tambin Ramrez Barrera, Luis:Historia Penitenciaria.

    Una Recopilacin Histrica (1843 1943), Talleres grficos de Gendarmera de Chile, Santiago, 1998; p.

    213 y ss.

    xxxix Salvatore, Ricardo D. y Aguirre, Carlos: The Birth of the Penitenciary in Latin America: essays on

    criminology, prison reform and social control, 1830-1940, University of Texas Press, Texas, 1996; p. 2 y

    ss. (trad. propia)

    xl Drapkin, Israel y Brcher, Eduardo, op.cit, p.2. (nfasis aadido)

    xli Cf. Ibidem, p. 9 y ss.

    xlii Foucault, Michel, op.cit, pp. 152 y 153.

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