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ARQUITECTURAS Y CIUDADES HISPÁNICAS DE LOS SIGLOS XIX Y XX EN TORNO AL MEDITERRÁNEO OCCIDENTAL Antonio Bravo Nieto (editor) Rosario Camacho Martínez, Alberto Darias Príncipe, José Luis Gómez Barceló, Raquel Lacuesta Contreras, María del Mar Lozano Bartolozzi, María Morente del Monte, Francisco Javier Pérez Rojas Centro Asociado a la UNED de Melilla 2005

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ARQUITECTURAS Y CIUDADES HISPÁNICASDE LOS SIGLOS XIX Y XX EN TORNOAL MEDITERRÁNEO OCCIDENTAL

Antonio Bravo Nieto (editor)

Rosario Camacho Martínez, Alberto Darias Príncipe,José Luis Gómez Barceló, Raquel Lacuesta Contreras,

María del Mar Lozano Bartolozzi, María Morente del Monte,Francisco Javier Pérez Rojas

Centro Asociado a la UNED de Melilla

2005

Primera edición, octubre 2005

Edita:Centro Asociado a la UNED. Melilla

© Centro Asociado a la UNED de Melilla© Los autores de los textos y las fotografías.

Centro Asociado a la UNED de MelillaCentro Cultural Federico García LorcaC/. Lope de Vega nº 152001 MelillaTeléfono: 952 68 10 80 - Fax: 952 68 14 68Correo electrónico: [email protected]

Editado dentro del Programa Patrimonios Compartidos, Conocimientos y técnicas aplicados al patrimonio arquitec-tónico y urbano de los siglos XIX y XX en el Mediterráneo, dentro del programa de la Comisión Europea EUROMEDHERITAGE II (Contrat: ME8/AIDCO/2000/2095-08).

Depósito Legal: CE-ISBN: 84-933486-5-1

Impresión, diseño y maquetación: Papel de Aguas - CeutaImpreso en España. Made in Spain.

Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial de este libro, por ningún procedimientoelectrónico o mecánico, sin el permiso por escrito del editor.

Í n d i c e

Presentación: Ramón Gavilán Aragón ............................................................................. 7

Preámbulo: Mercedes Volait ............................................................................................ 9

Arquitectura, cosmopolitismo y periferia en elMediterráneo hispánico: Antonio Bravo Nieto .................................................................. 11

Barcelona: modernismo y clasicismo: Raquel Lacuesta Contreras ................................. 17

La impronta de la arquitectura art deco en Valencia: Francisco Javier Pérez Rojas ....... 49

Málaga, del eclecticismo al movimiento moderno: Rosario Camacho Martínez yMaría Morente del Monte ................................................................................................. 89

Ceuta: eclecticismo y regionalismo: José Luis Gómez Barceló ....................................... 133

Tetuán un modelo ecléctico de ciudad: entre elneoárabe y el art déco: Antonio Bravo Nieto ................................................................... 169

Melilla ciudad modernista y art déco: Antonio Bravo Nieto .............................................. 211

Anotaciones sobre urbanismo en España.Del siglo XIX a 1950: María del Mar Lozano Bartolozzi ................................................... 249

Algunos aspectos de la labor urbana de España en elnorte de Marruecos: Alberto Darias Principe ................................................................... 287

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Tetuán 1 un modelo ecléctico de ciudad (1912-1942):

entre la tradición neoárabe y la modernidad ort déco

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Tetuán, un modelo ecléctico de ciudad (1912-1942):entre la tradición neoárabe y la modernidad art décoAntonio Bravo Nieto

A lo largo de su historia Tetuán ha sido unaciudad muy propicia a los estereotipos. Des-lumbrada por la aplastante personalidad ur-bana de su medina, afrontó desde principiosdel siglo XX su transformación en capital Ja-lifiana, principal urbe del Protectorado espa-ñol sobre el norte de Marruecos. La ciudadfue elegida por las autoridades españolascomo centro rector en el ámbito político y estasituación potenció sus estructuras adminis-trativas y urbanas, así como su fortalecimien-to demográfico, siendo el motor determinan-te de su transformación. Desde entonces segeneró una ciudad dual, realidad que con-servando la zona antigua, permitió la crea-ción de una urbe moderna.

Hablar de una ciudad significa hablar desus gentes y no cabe duda que durante esteperiodo su principal característica fue la he-terogeneidad: contando siempre con unagran mayoría de población marroquí (fun-damentalmente musulmana, aunque tam-bién judía), será el principal núcleo de asien-to de la población española en el Protectora-do. En 1913, año en el que se inicia la nuevasituación política, Tetuán contaba con 18.500habitantes, sin contabilizar la guarnición es-

pañola que, en estos momentos iniciales, eramuy significativa. Cinco años después, elcenso sería ya de 34.692 personas; la pobla-ción marroquí permanecía estable, pero ha-bía 3.096 españoles civiles y 13.821 militares.Esta colonia española, que siempre seguiríauna línea ascendente hasta el final del perio-do, es la que en cierto modo hizo necesariola construcción de un ensanche. Así, para1923, la población española se había dobla-do a 6.500, la militar seguía estable en tornoa 15.000 y la marroquí ascendía a 23.477 per-sonas. En estos momentos, los principalesmotores del ensanche son los tetuaníes deorigen español y la colonia judía.

En 1935 vivían en Tetuán 12.750 españo-les y 6.282 judíos marroquíes, en una ciudadde 49.535 habitantes. La población había au-mentado lo suficiente como para saturar elensanche y consolidar nuevas zonas urbanasen las que la población musulmana adquie-re ya un papel fundamental. En 1940, Tetuánseguía creciendo a ritmo acelerado y suma-ba 70.078 habitantes (de los que había 22.103españoles) y cinco años después los españo-les serán ya 29.004, en una ciudad de 93.658personas. Esta es la fecha tope de nuestro

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Calle Mohamed Torres, Foto Calatayud 1955, APAB.

estudio, pero señalaremos que hasta 1956,fecha de la independencia de Marruecos, Te-tuán se mantuvo como uno de los principa-les núcleos urbanos regionales (entre 80.000y 95.000 personas) y la población españolaalcanzó entonces su techo numérico, 30.845habitantes.

Esta pauta de crecimiento poblacional ex-plica que en los primeros tiempos del ensan-che (hasta 1929), los marroquíes musulma-nes no aparezcan como grandes propietarios,pues todavía mantenían grandes edificios ypalacios en la medina. Entre 1913 y 1929 he-mos contabilizado en la zona del ensanche34 propietarios judíos, 24 propietarios espa-ñoles y sólo dos musulmanes, aunque esta

situación se invierte posteriormente y a par-tir de los años treinta la población musulma-na de Tetuán asume el peso principal de laconstrucción de los nuevos barrios de la ciu-dad, en un momento en que la medina apa-recía ya completamente saturada.

Las fuerzas españolas entraron en Tetuánel día 19 de febrero de 1913, pero con ante-rioridad ya conocemos algunas intervencio-nes de corte occidental en la medina, sobretodo en la calle Luneta y en el Feddan (quesería posteriormente plaza de España). Conel Protectorado se inicia la rápida construc-ción de varios acuartelamientos al lado de lamedina, y junto a estos centros militares tam-bién se proyecta un ensanche cuya edifica-

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ción fue un proceso relativamente largo en eltiempo. En 1924 el sector oriental de su perí-metro (el más cercano a la medina) estabaedificado casi en su totalidad y en la segun-da mitad de los años veinte se iniciaba la cons-trucción en la zona comprendida entre la pla-za Muley el Mehdi y el cuartel R‘Sini. Conposterioridad, la dualidad medina-ensanchees superada con la edificación de otros nú-cleos urbanos al Este y al Oeste, generándo-se nuevos barrios que conforman la ciudad.

Uno de los primeros rasgos que salta a lavista en cualquier estudio sobre las arquitec-turas del Marruecos jalifiano, es la gran di-versidad de modelos que se observa entrelas distintas zonas, mostrando importantesdiferencias entre unas ciudades y otras. Estehecho obedece a una rígida compartimenta-ción geográfica del trabajo de los técnicos,fruto a su vez de su vinculación oficial a losorganismos públicos de la Administraciónjalifiana o de las Comandancias de Obras. Poreso, diremos taxativamente que Tetuán esuna “provincia arquitectónica” única, sinparalelos con otras ciudades. La capital jali-fiana concentrará durante mucho tiempo lasmejores y más significativas obras arquitec-

tónicas porque fue la residencia de la mayorparte de los arquitectos que trabajaron paralos organismos oficiales, hecho que le permi-tió disponer de un soporte profesional privi-legiado para desarrollar los diversos progra-mas constructivos, tanto públicos como pri-vados.

En el mundo de las formas, vamos a en-contrar que, dentro de una gran heterogenei-dad, la ciudad de Tetuán se mueve siempredentro de unos parámetros eclécticos. Todala dinámica que analizamos en el denomina-do Marruecos español desde finales del si-glo XIX hasta 1956, nos sitúa ante un fenó-meno de importación y asimilación de for-mas de procedencia muy diversa. Este hechoa su vez determina una historia de la arqui-tectura de gran originalidad y personalidad,diferenciada tanto de las soluciones que en-contramos en otros países magrebíes, comode las propias del denominado Marruecosfrancés. La dialéctica entre las formas que seexportan y la adaptación al nuevo contextoconstituye una óptica desde la que podemosentender la alternancia entre el Eclecticismo,en el que englobamos las tendencias neoára-bes y las formas más europeizantes del mis-

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mo, y la arquitectura moderna que podemosdenominar Art Déco unas veces o Raciona-lismo en otras. La vieja y ya conocida dialéc-tica entre la tradición y modernidad (JulioMalo de Molina y Fernando Domínguez,1995. Antonio Bravo, 2000).

La arquitectura neoárabe

La introducción de modelos neoárabesen Marruecos no fue en su tiempo un fenó-meno exento de justificaciones de todo tipo,muchas de ellas ligadas con el proceso colo-nial. En España muchos autores clamaban enlos tiempos del Protectorado por un Marrue-cos culturalmente andalusí. Fermín Reque-na (1935), un andalucista militante, llegaba aapuntar que Andalucía era una unidad cul-tural que también comprendía el “Al-Anda-lus Marroquí”, lo que en la práctica justifica-ba que los modelos andalusíes, granadinoso cordobeses podían ser perfectamente apli-cados en Marruecos. Por su parte, RodolfoGil Benumeya (1942) defendía la idea de quelo andalusí estaba perpetuado históricamentepor todo Marruecos y había que preservarloen su pureza cultural.

Un factor muy importante en este proce-so fue la conservación del patrimonio arqui-tectónico de Tetuán entendido como fuentede inspiración. Así, en 1913, se señalaba queen el mismo momento de iniciarse la prime-ra organización del Protectorado se debíaconservar las ciudades con su “actual aspec-to marroquí”. Esta idea se materializó en unalegislación que pretendía proteger y preser-var el carácter tradicional de las medinas, ytambién se crearon algunas instituciones en-cargadas de salvaguardar los principalesmonumentos.

Y si el patrimonio construido podía con-vertirse en obligado referente, la conserva-ción y promoción de las artesanías popula-res también tuvieron un gran peso a travésde la Escuela de Artes, dirigida consecutiva-mente por Antonio Got Inchausti, por JoséGutiérrez Lescura y finalmente por MarianoBertuchi (Mariano Bertuchi, 1945).

Las formas del arte musulmán no eran enabsoluto nuevas en España, y el estilo se asu-me como propio con una tradición históricaque, arrancando de las obras califales y na-zaríes, había derivado hacia las diferentesrecuperaciones románticas del siglo XIX. Por

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ello, en la arquitectura tetuaní, existirán re-ferentes a estos momentos del arte andalusí,aunque muchas de las obras nos conducen aversiones libres de fuentes muy eclécticas,por lo que se alternará el Historicismo con elEclecticismo, según prime la copia arqueo-lógica o la originalidad compositiva.

Puede existir una cierta unanimidad enconsiderar esta corriente neoárabe como elmás claro ejemplo de lo que pudiera ser unestilo colonial, al ser ésta la arquitectura másdeterminada por una especie de “paisaje ur-bano obligado” en todas las ciudades jalifia-nas. También es un hecho que las formas ara-bizantes representaron en cierto modo la es-pina dorsal de buena parte de la arquitectu-ra que se ejecuta desde 1913 hasta el final delperiodo, pues las primeras formulacionesmás arqueológicas van variando en los añosveinte y treinta hacia el Racionalismo y re-surgirán como una especie de denominadorcomún durante toda esta época.

Ahora bien, también señalaremos que elestilo neoárabe no ocupa ni mucho menos elmonopolio de la arquitectura ejecutada enestos años e incluso se manifestaba a vecescomo una opción minoritaria. Por otra par-

te, y a pesar de todo lo apuntado hasta elmomento, no podemos perder de vista unarealidad: nunca existió en esta arquitecturaneoárabe de Marruecos una formulación teó-rica que justificara razonadamente el uso deeste estilo, ni un mentor político que concre-tara las razones o la justificación ideológicapor la que se elegían unas formas y no otras.

Los modelos arabizantes de Carlos Óvilo

Castelo y José Gutiérrez Lescura

En 1913 llega a Tetuán Carlos Óvilo (titu-lado en 1911 en la Escuela de Arquitecturade Madrid) como jefe del servicio de Cons-trucciones Civiles. Las formas neoárabes yaaparecen en sus primeros proyectos presen-tando los rasgos que caracterizan su particu-lar gramática arabizante: simplificación or-namental que huía de los arabescos o de undecorativismo minucioso (prefiere el pilar ala columna), uso de arcos de herradura (mu-chas veces apuntado al modo almohade),contraste de paramentos blancos con vanosenmarcados por bandas de azulejo de colorverde en las albanegas y recercados, uso dealmenas cordobesas, y en general una com-

Interior del Palacio del Jalifa, Librería Escolar 1965, APAB.

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posición de carácter tan ecléctico como aca-démico, que huye de cualquier barroquismo.

Sin embargo otros autores también eligenestas formas en sus proyectos, caso del inge-niero Rafael Fernández en el nuevo mercadosituado en el antiguo zoco del Trigo (1916-1917). Tal vez lo más destacable es que enestas construcciones de carácter público im-perasen las formas árabes, mientras que enla mayor parte de las construcciones priva-das del ensanche era el Eclecticismo de corteeuropeo el que se imponía, inclusive en elpalacio del Alto Comisario.

Es a partir de 1917 cuando se construyeno proyectan algunas de las grandes obrasneoárabes de Tetuán. La estación de ferroca-rril ha sido sin duda un importante edificioen su imagen urbana, marcando un hito dela ciudad durante todo el periodo jalifianoen el que estuvo vigente el tren como expo-nente de su cosmopolitismo. Su autor fue elingeniero de la Compañía Española de Co-lonización Julio Rodríguez Roda y se tratade un edificio construido con un cuerpo cen-tral cuadrangular y dos laterales, rematadospor aleros de teja vidriada, y torres que si-

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La Estación del ferrocarril, ingenieroJulio Rodríguez Roda (1917), APAB.

mulan minaretes en los ángulos laterales. Ladecoración se basa en diversos alicatados deazulejo verde, que destaca sobre los murosblancos y vanos en forma de arcos de herra-dura y mixtilíneos.

Por su parte, José Gutiérrez Lescura pro-yecta en 1917 el Dispensario Indígena, en elque destaca su virtuosismo decorativo y unaño después se proyectan en pleno ensanchelas escuelas hispanoárabes España.

A partir de los años veinte el neoárabecontinuó presente en la construcción de edi-ficios oficiales y también se inicia la expan-

sión de estas formas en la arquitectura pri-vada. El arquitecto municipal de Tetuán JoséGutiérrez Lescura va a materializar en estosaños una interesante producción arquitectó-nica con una libertad de composición queevidencia su dominio de la estética andalu-sí; no hay que olvidar que fue director de laEscuela de Artes de Tetuán (desde 1921 has-ta 1930) y coautor junto a Mariano Bertuchidel proyecto de pabellón de Marruecos en laExposición de Sevilla de 1929.

Gutiérrez Lescura desarrolla un destaca-ble trabajo tanto en el ámbito privado comoen el municipal. En el primero de ellos con-sigue crear una serie de edificios donde fun-de originalmente las formas árabizantes conlas modernistas, como ocurre en varios pro-yectos en los que aparecen los arcos de he-rradura mezclados con detalles secesionistasen cierto espíritu de mestizaje.

Una de las obras más conseguidas de estearquitecto fue sin duda el teatro Español in-augurado en noviembre de 1923. Muy alte-rado en la actualidad por una reforma de losaños cuarenta, su factura inicial era la de unedificio con gran afán de monumentalidad,capaz para alojar 2.200 espectadores. La fa-

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chada del edificio presentaba una destacableriqueza con arcos lobulados mixtilíneos enlos bajos y numerosos detalles de cerámica,galería de arcos de herradura, placas y rema-tes de gran originalidad, programa muy ale-jado de los presupuestos arqueológicos quehabían caracterizado la producción neoára-be tetuaní anterior.

Pero, sin lugar a dudas, la obra neonazarídonde José Gutiérrez Lescura deja su princi-pal huella en Tetuán y que sería la de máslarga influencia tanto visual como simbóli-ca, fue la reforma de los jardines de la plazade España en 1929. En ellos se reproducía untemplete o glorieta nazarí con arcadas y re-mate de teja verde lleno de alicatados cuyoconjunto recordaba un rincón del Generali-fe. Mariano Bertuchi dirigió la decoración deesta glorieta utilizando azulejos tetuaníes enlos pilares y al estilo de Fez en los bancos.

Fue Gutiérrez Lescura autor de otros mu-chos proyectos de edificios de viviendas enel ensanche tetuaní, sobre todo a partir de1926, en los que refleja un cuidadoso diseñotanto de la decoración como de los volúme-nes, hecho que podemos observar en los dosedificios de la embocadura del Pasaje Feliu,

Arquitecto José Gutiérrez Lescura, edificioen el ensanche (marzo de 1922), ATA.

Plaza de España, hacia 1935, APAB.

donde resalta la fuerte verticalidad de las dostorres enfrentadas y donde los detalles deco-rativos ceden paso a la contundencia del con-junto resaltado por los potentes aleros de lastorres.

Por su parte, el arquitecto Carlos Óvilocontinúa plenamente activo durante losaños veinte, realizando entonces algunos desus mejores proyectos. Así ejecuta la Escue-la Industrial de Artes Indígenas, con proyec-to de 1925, donde resuelve un edificio deconcepción muy simétrica. La fachadamuestra la sobriedad característica de esteautor, en un lenguaje que nos recuerda al-gunos detalles almohades: cuerpo principalcon arcos de herradura levemente apunta-dos que aparece flanqueado por dos cuer-pos en forma de torre y uso del tejaroz concerámica verde en los remates, aunque re-salta sobre todo la fuerza de los paramentosde cal blanca. Mayor importancia presentanlos interiores que se decoraron con azulejosy artesonados por los profesores y alumnosde la misma escuela.

Pero será a partir de 1927, ya producidala pacificación total del Marruecos jalifiano,cuando los proyectos de estética neoárabe se

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multiplican en el ensanche tetuaní; observa-mos cómo continúan en las construccionesoficiales, pero sobre todo en los abundantesproyectos de edificios de viviendas privadasdonde Carlos Óvilo va a seguir muy presen-te hasta su marcha de Tetuán en 1931. Estetardío resurgir de la estética neoárabe en elcampo de la vivienda privada es un fenóme-no que caracteriza la arquitectura de esta ciu-dad hasta los primeros años treinta, aunquetambién hay que señalar que estamos anteun estilo depurado y que en muchas ocasio-nes presenta similitudes con otras obras dematices regionalistas, dentro del monumen-talismo reinante en los años previos a la ins-tauración de la II República. Para entonces,

Carlos Óvilo ya había madurado un reposa-do monumentalismo tan ecléctico como aca-démico en el que encontramos algunas de susmejores obras; estaba claro que la gramáticaneoárabe tendía a desdibujarse.

Ya en el inicio de los años treinta realizados grandes proyectos, un edificio para Jai-me Benolol de febrero de 1931 y otro paraSalomón Benalal (cuya construcción en 1932ya no pudo dirigir personalmente) con gran-diosa fachada cóncava a la plaza de Muleyel Mehdi, lo que determinaba una ubicaciónurbana privilegiada.

Esta labor en el campo privado se com-plementaba con los proyectos públicos queCarlos Óvilo ejecutó en su calidad de arqui-

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tecto jefe del Servicio de Construcciones Ci-viles, lo que evidencia una cierta voluntadde mantener casi en monopolio el estilo ára-be en lo público como un estilo oficial; nosreferimos a los proyectos de hospital civil einstituciones sanitarias (entre 1926 y 1928),la delegación de Hacienda (1929) y un pro-yecto de Oficinas del Majzen Central en laplaza de España (1929-1931).

Otras obras arabizantes en el Tetuán

de los años veinte

Otros arquitectos tetuaníes también desa-rrollan arquitecturas neoárabes. AlejandroFerrant Tapia llega a Tetuán en 1927 y ejecu-ta varios edificios oficiales como la sede delos Servicios Municipales y el edificio deCorreos y Telégrafos, así como la reforma deun edificio de viviendas del ensanche. En eledificio de Correos y Telégrafos, dispuso lazona de oficinas en las dos plantas de facha-

da y la atención al público en un gran espa-cio octogonal cubierto por cúpula de arteso-nados sobre tambor (donde se abren las ven-tanas por la que recibe luz natural) y galeríade columnas de las que voltean arcos peral-tados. La fachada, actualmente transforma-da, se componía de un cuerpo central porti-cado con columnas sobre el que se destacauna torre-minarete que corresponde al ama-rre del tendido. Junto al edificio anterior tam-bién ejecuta la sede de la Intervención Localy Junta de Servicios Municipales.

Sin embargo, la obra donde AlejandroFerrant se muestra más libre es en el proyec-to de elevación de un piso y reforma de fa-chada de una casa de la viuda de Benatar.Este edificio contaba con una fachada ecléc-tica, obra de Carlos Óvilo, pero Ferrant ladescarga totalmente de decoración organi-zando con sencillez los balcones y amplian-do el edificio con una galería de arcadas (unalogia) que le confiere un carácter novedoso y

Arquitecto Carlos Óvilo Castelo, edificio para Salomón Benalal (1932), plaza Muley el Mehdi. Fotografía de José Morón, Archivode la Dirección General de Arquitectura y Vivienda, Consejería de Obras Públicas y Transportes, Junta de Andalucía.

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contundente. Sin utilizar demasiadas referen-cias arqueológicas diseña un nuevo neoára-be de caligrafía muy simplificada (rematecentral de tejaroz) que lo convierte en un hitourbano del ensanche de Tetuán.

El otro arquitecto contratado en estas fe-chas para Construcciones Civiles fue JoséLarrucea Garma, que va a desarrollar unaamplia y sólida obra en el Marruecos jalifia-no desde 1926 hasta 1936. Encajar su prime-ra producción dentro del episodio neoárabees sin duda simplificar la obra de un arqui-tecto innovador, ya que es posiblemente eltécnico que logra la más acertada síntesisentre la tradición y la modernidad.

Ya sintetiza algunos rasgos art déco conotros árabes en el proyecto de cárcel paraeuropeos de Tetuán realizado en 1927, peroserá en su obra de Banco de Estado de Ma-rruecos donde se muestre más cercano a lasmodulaciones decorativas del estilo, que es-conde una estructura de hormigón armado.

Arquitecto José Larrucea Garma, Banco de Estado de Marruecos (1927), AGAE.

En él destaca la entrada monumental concolumnas, las arcadas, el uso de la forjageométrica y sobre todo la tercera planta in-dividualizada cromáticamente con esgrafia-dos geométricos y un potente alero de teja-roz que remata el edificio. Formalmente La-rrucea se muestra en este proyecto deudordel estilo neoárabe que se desarrollaba en elMarruecos francés y que tiene pocos parale-los formales con lo realizado en el Marrue-cos jalifiano.

Frente a estas dos actitudes de cierta re-novación formal aportadas por Ferrant yLarrucea, en 1929 el arquitecto Federico Tá-rrega Mélida realiza el proyecto del Monu-mental Cinema, edificio plagado de referen-cias historicistas. Finalmente, el último granedificio oficial de Tetuán en estilo neoárabe,y de una calidad más que notable, fue la sedede las Intervenciones Militares e InspecciónGeneral de Tropas Jalifianas, que luego seríaDelegación de Asuntos Indígenas. La planta

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es realmente interesante por su irregularidad:dos grandes cuerpos rectangulares con to-rreones laterales en sus ángulos que encajansobre otro cuerpo también torreado que ejer-ce de rótula del conjunto. La alternancia delos arcos de herradura, los vanos bíforos ytrigeminados, los detalles geométricos enrelieve, la inteligente variación de motivosornamentales que nunca se hacen repetitivosy alternan en las distintas fachadas, o lospotentes cornisamentos de complicada géne-sis que rematan las torres, son elementos quelo convierten sin duda en una pieza singulardel ensanche.

También por estas fechas se inician algu-nas de las instalaciones militares que asumenel lenguaje neoárabe, abandonando ya el ca-racterístico estilo ecléctico de los primerosacuartelamientos. En concreto son de estaépoca las instalaciones del aeródromo, don-de destacaba el pabellón de oficiales y su bi-blioteca con decoración nazarí, o la MehalaJalifiana de Tetuán nº 1 construida en 1928 yque presentaba un amplio programa deco-rativo con fachada monumental, interiorescon fuentes de mosaicos y azulejos, la salade kaídes y sala de banderas, donde se mez-

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Edificio de la Inspección de Intervenciones de Tetuán,Foto Santiago S. Otero 1930, APAB.

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claban eclécticamente las formas nazaríes dela Alhambra con referencias al arte Almoha-de. También del cuartel de Regulares en laAlcazaba, que recibió desde 1929 importan-tes obras que reconvirtieron en lenguajeneoárabe la mayor parte de sus pabellones yportada monumental.

Es en este ambiente donde surge uno delos proyectos más paradigmáticos del estilo.Nos referimos al pabellón oficial de Marrue-cos en la Exposición Iberoamericana de Se-villa de 1929. Este pabellón iba a sintetizartodas las tendencias formales del Marruecostradicional, ligadas a una recuperación arte-sanal del estilo (Alberto Darías, 1998). Suconstrucción se debe a los máximos exponen-tes de esta línea en Tetuán: el arquitecto mu-nicipal de Tetuán y director de la Escuela deArtes Indígenas, José Gutiérrez Lescura, quefue el autor del proyecto y director de lasobras, y por el pintor Mariano Bertuchi Nie-to que ejerció como asesor de la parte artísti-ca y responsable directo de los aspectos de-corativos. Ambos firman el primer proyectoen junio de 1924.

En el pabellón se mezclaban las caracterís-ticas ornamentales del arte religioso (fachada

con un minarete y cúpula), comercial (espa-cio comercial exterior semejante a una alcai-cería, en concreto la Guersa Kebira) y pala-ciego (riqueza decorativa interior de un pala-cio señorial tetuaní), buscando en su obra unadifícil síntesis decorativa. Es interesante se-ñalar que esta elaboración pretendía susten-tarse no sobre edificios o monumentos anda-lusíes (cordobeses o granadinos), sino la pro-pia historia de Tetuán que en esos momentosrepresentaba artísticamente a la totalidad delProtectorado. El pabellón en concreto debíacumplir, a juicio de sus autores, la misión dedar una idea exacta de lo que era el Protecto-rado siendo durante mucho tiempo una delas imágenes más simbólicas de la zona.

Pero en la Exposición de Sevilla tambiénhubo un segundo pabellón de Marruecos,mucho menos conocido que el anterior y querepresentaba un “barrio musulmán” en mi-niatura, un fragmento de la ciudad tradicio-nal. Estaba presidido, como era de rigor, poruna torre cuadrada de mezquita de 26 me-tros que era una reproducción exacta y com-pleta de la mezquita tetuaní de Al Bachá; tam-bién disponía de un hotel marroquí de se-senta habitaciones realizado a semejanza de

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los fondaks de Tánger, mientras que la puer-ta de entrada era copia de la puerta de Tán-ger de Tetuán ejecutada a partir de una acua-rela de Antonio Got.

La utilización de estas formas neoárabessuscitó fuertes críticas, sobre todo desde prin-cipios de los años veinte cuando se denosta-ban las referencias estilísticas de tipo arqueo-lógico, el excesivo decorativismo y la com-posición ecléctica de las fachadas. LeopoldoTorres Balbás inició las críticas en 1923 y refi-riéndose a Tetuán escribía que “cuando noshemos querido inspirar en el país el resulta-do es deplorable”, “la arquitectura árabe, ig-norada por casi todos los que han construi-do en Marruecos, caracterízase para ellos porel arco de herradura”; “la arquitectura árabees acartonada, de pabellón de exposiciónuniversal”. Posteriormente, Rodolfo Gil(1928) expresaba su preocupación por defen-der cualquier estilo neoárabe, frente a mo-das extranjeras, aunque pensaba que la ar-quitectura musulmana debía tender hacia elRacionalismo, señalando más tarde en otrotrabajo (1930) el magisterio del arquitecto LeCorbusier en este sentido.

El ingeniero Pedro Diz Tirado (1927-28)

también apostaba abiertamente por una evo-lución racionalista de las formas arabizantes,y la misma línea es la que sigue Santos Fer-nández en 1930 cuando anunciaba que en elMarruecos francés se tendía a eliminar losmotivos andaluces (o hispano-moriscos) delas fachadas por resultar insinceros e inúti-les, dando por sentada la muerte del arqueo-logismo.

Todas estas críticas pretendían la conse-cución de una arquitectura más racional quehuyera de la excesiva decoración. Por estarazón, durante la segunda mitad de los añosveinte se percibe una tendencia de diluir lasformas andalusíes en la corriente art déco quesimplificaba y geometrizaba sus perfiles.

Todas estas ideas toman cuerpo legal fi-nalmente en las Ordenanzas de Construcciónde la zona jalifiana de 1930 que certifican tantoel agotamiento del Neoárabe como del Eclec-ticismo, propugnando una arquitectura mássencilla y exenta de excesivos adornos. Po-demos situar en 1931-1932 el final del neoá-rabe jalifiano, coincidiendo también con lamarcha de Tetuán de los dos arquitectos quemás habían contribuido a su génesis y exten-sión, Carlos Óvilo y José Gutiérrez Lescura.

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Tendencias europeas en arquitectura:

Eclecticismo, Historicismo y Modernismo

Hablar de Eclecticismo nos sitúa en unaproblemática de formas, en una operacióndonde todas las corrientes podían caber, en-samblarse y formar libremente un estilo nue-vo. El Eclecticismo es como una mancha deaceite que empapa la arquitectura española(y por extensión la de Tetuán) durante todoeste periodo y por esta razón hay muchosEclecticismos, tantos como autores y deseosde apartarse de los cánones clásicos.

En Tetuán, estas tendencias, cuyo deno-minador común se basa en el seguimientomás o menos literal de las corrientes que porentonces estaban en boga en la propia Espa-ña, parecían oponerse a una corriente neoá-rabe aparentemente más comprometida conel país objeto de la actuación colonial. Peroesta percepción inicial no debe conducirnosa error, puesto que todas estas variantes sonfacetas muy parecidas de una arquitecturaentendida como imagen urbana. No puedehablarse en absoluto de una arquitecturaneoárabe “comprometida” con el país colo-nizado y una arquitectura ecléctica que ig-

nora la tradición marroquí como apuntabaRodolfo Gil Benumeya (1927) cuando criti-caba abiertamente la arquitectura de tipoeuropeo en Marruecos.

Por tanto, podemos decir que España ex-porta el Eclecticismo a Marruecos como unacaracterística más de su arquitectura. El ar-quitecto y teórico Leopoldo Torres Balbás(1923) criticaba implacablemente sus formasy su cromatismo, proclamando la necesariasupremacía de la arquitectura blanca. Estaimposición del blanco en todas las fachadasde Tetuán a partir de los años treinta (casiobligatorio a partir de las Ordenanzas de1930) ahogó literalmente el rico cromatismodel anterior Tetuán ecléctico, siendo una ca-racterística que ha perdurado lamentable-mente hasta nuestros días: el mito de Tetuán“la Blanca”, acababa de nacer. La arquitectu-ra ecléctica de Tetuán se caracterizaba por elcolorido de los enfoscados, estucos e inclusode los esgrafiados a la catalana que actual-mente son muy difíciles de apreciar bajo losrepintados y encalados posteriores.

Comúnmente se admite la fecha de 1912como el inicio de la acción española en elnorte de África, pero con anterioridad otros

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organismos e instituciones ya se habían im-plantado en Tetuán, caso del Consulado deEspaña y de la primera iglesia y misión fran-ciscana construidas en un espacio urbanocercano al Feddán entre 1866 y 1871. Tam-bién en el ámbito privado conocemos pro-yectos en la calle Luneta, construida a partirde 1897. Esta arquitectura representaba unaclara importación de ciertas corrientes de laarquitectura española del momento, caso delas formulaciones clasicistas y académicas delEclecticismo.

La aparición de estos modelos europeospor estas fechas, tiene mucho que ver con losdeseos de parte de la población tetuaní másvolcada al comercio, principalmente la colo-nia hebrea, por realizar una arquitectura di-ferente y nueva. Este hecho determina desde1905 la construcción o actuación sobre vivien-das tradicionales en el Feddán, algunas decuyas fachadas asumen ya con anterioridada 1912 formulaciones eclécticas de calidadmuy desigual: construcciones de cuatro y has-ta cinco plantas, caracterizadas por un ritmomuy geométrico y por unos balcones-galeríasabiertos y corridos en las plantas superiores.

Si el Eclecticismo es el estilo que define el

ensanche de la capital jalifiana a partir de1913, sin lugar a dudas la figura fundamen-tal de esta corriente fue Carlos Óvilo Caste-lo, arquitecto al que ya aludimos al abordarla corriente neoárabe y que pertenecía a unafamilia muy vinculada a Marruecos. CarlosÓvilo (1883-1954) iniciaría su trabajo en Te-tuán en 1913, donde sería nombrado jefe delServicio de Construcciones Civiles de la De-legación de Fomento hasta su marcha en1931. Podemos decir que Óvilo fue un ar-quitecto que se movió siempre dentro delEclecticismo, estilo que de una u otra mane-ra vertebra toda su obra, incluso la neoárabey que este diseño es el que determina la pri-mera imagen del ensanche de Tetuán. Entodo caso, el triunfo de las formas eclécticasen el ensanche tetuaní nos indica que no exis-tía en las previsiones de la Administraciónjalifiana la idea de elaborar e imponer un es-tilo propio original (como sí ocurriría en elMarruecos francés), que las peticiones de laburguesía inmobiliaria tetuaní o españolatampoco exigieron un estilo nuevo con el queidentificarse, o que las formas eclécticas fue-ran las preferidas por el profesional que des-plegaba los programas arquitectónicos.

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Señalaremos claramente, que junto a lasformas andalusíes, el Eclecticismo definetoda la arquitectura del ensanche tetuanídurante casi veinte años (hasta 1931) y queeste Eclecticismo fue el estilo elegido porbuena parte de la burguesía inmobiliariaque construye el ensanche para caracteri-zar la arquitectura que por entonces se le-vantaba.

La primera intervención arquitectónica deCarlos Óvilo en Tetuán consistió en transfor-mar el Consulado de España en el edificiomás emblemático de la ciudad: la sede de laAlta Comisaría. Óvilo realizó una nueva dis-tribución interior y ejecutó una nueva facha-

Arquitecto Carlos Óvilo Castelo, Palacio de la Alta Comisaría, Ed. Sansó y Perera hacia 1915, APAB.

da en cuyos chaflanes situaba dos cuerpostorreados de remate cilíndrico. La composi-ción denotaba un fuerte Eclecticismo cuyaornamentación se restringía a leves detallesgeométricos, sin ninguna concesión a profu-sión decorativa alguna.

Pero el Eclecticismo que define realmentela obra de Carlos Óvilo en el ensanche, seplasma sobre todo en los edificios de vivien-das destinados a alquiler que construye parala burguesía inmobiliaria tetuaní. Uno de losprimeros fue una casa de tres plantas cons-truida entre 1913 y 1914 donde se ubicó laprimera sede de correos y Obras Públicas.Este edificio presenta dos fachadas con mi-

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Arquitecto Carlos Óvilo Castelo, Antiguo edificio de Correos y Obras Públicas (1913-1914). Foto A. Bravo, 1990.

radores verticales que remataban en moldu-ras muy barrocas. Aunque la decoración tam-bién presenta leves referentes modernistas(círculos y barras secesionistas), está someti-da a una composición ecléctica. En cuanto alos revestimientos, destacaba por los estucosde fachada simulando despieces de sillaresy algún detalle de azulejo verde.

Este mismo Eclecticismo es el que queríarealizar en 1915 en una casa para los señoresCohen y Sananes, cuya fachada recubrió to-talmente con azulejo verde y blanco, lo quegeneraría un fuerte cromatismo subrayadopor el mirador poligonal situado en chaflán.Este sistema de recubrir totalmente la facha-

da con azulejo también fue seguido en unade las casas que construye para el Sr. Bentata(en este caso azulejo blanco), aunque no fueun revestimiento habitual en el ensanche te-tuaní.

Mucho más ecléctico, utilizando miradorcentral rematado por un cuerpo torreado deornamentación geométrica muy germánica,se muestra ese mismo año de 1915 en un edi-ficio que realiza para Elías Benatar con fa-chada a la plaza Alfonso XIII; de similarescaracterísticas proyecta para el mismo autorotros tres edificios en la calle Cardenal Cis-neros o un edificio ejecutado en la plaza deMuley el Mehdi en 1919 para Francisco Pica-

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yo Rivera de ornamentación también muycomedida y sobria, que fue colegio de losMaristas. De nuevo Eclecticismo, geometri-zación rígida de la ornamentación, moldu-ras de vanos formando placas, miradores yuna ausencia casi total de cualquier modelode decoración vegetal o trazas libres de tipomodernista, son las pautas que rigen todasestas realizaciones.

A partir de 1921 Óvilo realiza un grannúmero de proyectos que obedecen a las pau-tas estéticas y a los programas de viviendasde alquiler ya señalados, en un ensanche

cuya construcción cobra desde entonces unfuerte impulso. Podríamos decir que siem-pre se mantuvo comedido en el uso de la or-namentación; no fue un arquitecto que ten-diese a la desproporción, a lo barroco o a lalibertad modernista, por el contrario bajo suforma de componer fachadas vemos una for-mación muy académica influenciada en todocaso por las corrientes decorativas másgeométricas del momento.

Sin embargo, en la segunda mitad de losaños veinte, y más concretamente a partir de1927, percibimos un giro en la forma de com-

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poner de Carlos Óvilo, ya que por entoncesel Eclecticismo se hace más monumental ygrandilocuente, como ocurría en otras capi-tales españolas. Desde esta fecha, se intensi-fica la construcción en el sector oeste del en-sanche en torno a la plaza Muley El Mehdi:en algunos edificios ensaya nuevas solucio-nes de fachada, como subrayar la planta bajacon fuerte almohadillado y disponer los pi-sos superiores recorridos por grandes pilas-tras, al modo de las construcciones del ba-rroco más clásico, pero sin exagerar nunca laornamentación.

Sus mejores logros dentro de esta línea seproducen en los edificios donde mezcla elEclecticismo con algunas referencias locales.Este es el caso evidente de un edificio pro-yectado en 1928 para Pedro Castelló, dondecrea un interesante diseño entre ecléctico,regionalista y arabizante. Se trata de un granedificio en el que juega muy bien con los con-trastes entre las líneas verticales y horizon-tales que rematan en potentes cornisamen-tos, así como con el cromatismo que consi-gue con dinteles y arcos con dovelas de la-drillo visto, y con resaltes de cerámica verdeen placas.

La existencia de una arquitectura moder-nista en el Marruecos jalifiano sólo puedeasumirse dentro de un marco de análisisamplio y poco exigente, porque lo cierto esque este estilo y sus formas tienen poca rele-vancia en la construcción de la capital tetua-ní. En nuestro ámbito el Modernismo tam-bién debe entenderse como una derivaciónmás del Eclecticismo imperante; aparece de-terminado algunas veces por una mayor li-bertad compositiva, pero casi siempre por undetalle floral, una rejería secesionista o laimpronta del azulejo; en concreto, por varia-ciones decorativas.

En este sentido podemos considerar afi-nes a la estética modernista algunas obras delensanche tetuaní, caso del Casino Españoldonde destacan los detalles artesanales de suornamentación: enmarques de vanos vege-tales, detalles geométricos de sesgo moder-nista, balcones de perfil curvo sobre ménsu-las con balaustradas vistosas o el tratamien-to con estucos esgrafiados de buena parte dela fachada, lo que se traduciría en un intere-sante cromatismo. También destacan algunosedificios de viviendas en los inicios de la ca-lle Mohammed V, donde se resaltan leves

Arquitecto Carlos Óvilo Castelo, edificio para los Srs. Cohen y Sananes (1915). Fotografía de José Morón,Archivo de la Dirección General de Arquitectura y Vivienda, Consejería de Obras Públicas y Transportes,Junta de Andalucía.

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toques modernistas en los enmarques flora-les de los vanos, en cornisa de guirnaldas oen miradores abiertos de sinuoso perfil mo-dernista y remate esquematizado.

El arquitecto José Gutiérrez Lescura tam-bién realizó algunos proyectos asimilables aesta estética en Tetuán; en 1921 proyecta unedificio de tres plantas que hacía frente a lacalle O’Donnell y Ben Larbi Torres, cuya fa-chada aparece llena de referencias secesionis-tas, miradores con remates verticales y arcoscompartimentados en una casa para los Srs.Bentolila y Cia. Muy asociadas con su estilo,aparecen varias obras en el ensanche, comoel pasaje Benarroch, edificio donde se abreuna interesante galería interior que dinami-

zaba el uso comercial de los bajos. La facha-da ofrece unas interesantes modulacionesmodernistas con elementos florales y ampliaabertura curva con embocadura entre colum-nas para dar entrada a la galería. Del mismoestilo es un edificio situado en la plaza Mu-ley el Mehdi, sobre un solar en forma de tra-pecio, ofreciendo una fachada a la citada pla-za con dos cuerpos torreados que rematanen cúpulas con coloristas mosaicos de ara-bescos y un mirador central lleno de símbo-los secesionistas y detalles florales con arcocompartimentado. Se trata de un conjunto decierta monumentalidad y se constituye enuna pieza urbana singular del ensanche porsu posición privilegiada.

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La arquitectura de los ingenieros militares

El asentamiento español en Tetuán gene-ró la construcción de una serie de acuartela-mientos alrededor de la ciudad. En este caso,los ingenieros militares no utilizaron en susconstrucciones los modelos neoárabes y pre-firieron adoptar las formas eclécticas que nosrecuerdan fuertemente esa arquitectura delladrillo típica del Madrid de los últimos de-cenios del siglo XIX (Antonio Bravo, 1997).

Recién ocupada la capital jalifiana se esta-bleció en ella una Comandancia de Ingenie-ros que inició sus trabajos aceleradamente.Desde mediados de 1913 hasta junio de 1914se iniciaron los trabajos de los cuarteles deinfantería de Sania Rammel, R’kaina, Ersini yla Alcazaba. Destacaremos aquí especialmen-te la obra de Emilio Navasqües Sáez y de Fe-derico Martín de la Escalera, autores de algu-nas de las arquitecturas más importantes deeste periodo y al mismo tiempo los definido-res de un Eclecticismo que caracterizó por símismo todo este programa constructivo.

Emilio Navasqües Sáez realizó el proyec-to de cuartel de infantería R’kaina y el de Ca-ballería en Bab el Nuader (puerta de Fez) en

1916, obras que serían continuadas (y amplia-das) posteriormente por Federico Martín dela Escalera. Pero sin duda la edificación másambiciosa de Emilio Navasqües en Tetuánfue el proyecto de hospital militar iniciado el1 de diciembre de 1915. Navasqües desple-gaba en estos cuarteles un programa cons-tructivo determinado por diferentes pabello-nes dentro de un Eclecticismo basado en eluso del ladrillo visto y la mampostería con-certada. La propia naturaleza del materialpermitía obtener diversos motivos en los re-cercados de vanos, jambas, impostas o en loscornisamentos, rasgos que acercan estasobras a ciertas soluciones del Neomudéjar.Por otra parte, en lo cromático, estos edifi-cios contrastaban abiertamente con una me-dina dominada por el blanco.

Federico Martín de la Escalera fue desti-nado a Tetuán en marzo de 1915 para encar-garse de la construcción de los cuarteles quepor entonces se ejecutaban, caso de la culmi-nación del cuartel R’kaina, donde trabajó ac-tivamente desde 1915 hasta 1917, realizandola monumental fachada del mismo. Destacala amplia nave delantera de dos plantas don-de se despliega la fachada principal del con-

Arquitecto José Gutiérrez Lescura, edificio en el ensanche para los Srs. Bentolila y Cía (1921). ATA.

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junto. Ésta adquiere un amplio desarrollohorizontal resuelto en una composición si-métrica, en la que destaca un cuerpo central(con balcón y pilastras almohadilladas) y doslaterales, rompiendo a su vez la repetitivadisposición de los vanos con pequeñas sec-ciones transversales que se reflejan en facha-da con piñones de arco compartimentado.Para 1918 puede decirse que el programa ar-quitectónico de los grandes cuarteles de Te-tuán estaba finalizado, pero entre 1924 y 1925Martín de la Escalera inició otras obras en lacapital jalifiana dentro de esta corriente,como la ampliación de un piso al CasinoMilitar, edificio situado en el ensanche y don-de fundía el Eclecticismo anterior con unacaracterística imagen regionalista.

Parece difícil en principio entender la exis-tencia de una arquitectura regionalista den-tro de Marruecos debido a la notable cargaideológica nacionalista a la que estuvo vin-culada esta corriente en el panorama arqui-tectónico español del primer tercio del sigloXX. Por esta razón, la arquitectura regiona-lista en Marruecos se produce fundamental-mente dentro del ámbito profesional de losingenieros militares, caso de alguna obra ais-

lada del ingeniero Luis Franco Pineda en Te-tuán que nos remite a modelos plenamentesevillanos, como ocurre en un proyecto suyoen la calle Luneta de 1928.

Los edificios religiosos también asumíanformas historicistas (Antonio Bravo, 1998). Enla misma ciudad de Tetuán el arquitecto Car-los Óvilo Castelo, realizaba a mediados de losaños veinte la iglesia de Nuestra Señora delas Victorias y misión católica, esta vez en ple-no ensanche de la ciudad en la plaza de Mu-ley el Mehdi. Óvilo utilizaba en este temploun lenguaje muy peculiar y poco corriente enel ámbito norteafricano: el mudéjar. En facha-da se significa una única torre campanario deaire a la vez románico y mudéjar, semejandopiedra vista y con motivos de azulejería. Elinterior presenta tres naves entre arcadas deherradura sobre pilares poligonales con ca-pitel vegetal inspirado directamente en la si-nagoga de Santa María de la Blanca de Tole-do y una nave de crucero con cimborrio.

Una de las obras maestras de la arquitec-tura religiosa de los ingenieros militares enMarruecos fue la iglesia del hospital militarde Tetuán, puesta bajo la advocación deNuestra Señora del Perpetuo Socorro y que

Iglesia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro (1924-1930). Fotografía de JoséMorón, Archivo de la Dirección General de Arquitectura y Vivienda, Consejería de

Obras Públicas y Transportes, Junta de Andalucía.

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se finalizaba en 1930. Es un edificio que uti-liza con maestría el lenguaje neorrománicode su fachada, con portada de arquivoltas ydos torres campanario de gran prestancia.

Art Déco y Racionalismo:

¿la superación de la historia?

El inicio de la arquitectura art déco y ra-cionalista de Tetuán fue consecuencia direc-ta de un cambio generacional en los cuadrostécnicos de la capital jalifiana. Los cuatroprincipales arquitectos que representan estatendencia, formados en la escuela de Madrid,son: José Miguel de la Quadra Salcedo yArrieta Mascarúa (nacido en 1891, de la pro-moción de 1921), José Vicente Larrucea Gar-ma y Francisco Hernanz Martínez (nacidosen 1898 y ambos de la promoción de 1923) yManuel Latorre Pastor (nacido en 1895, per-teneciente a la promoción de 1924).

Estos cuatro profesionales fueron los ver-daderos introductores de nuevas formas quechocaban frontalmente con la arquitecturaecléctica, regionalista o historicista que habíacaracterizado momentos anteriores, por lo suspropuestas formales estuvieron revestidas de

un fuerte cosmopolitismo. El Marruecos jali-fiano presenta una singularidad en lo que res-pecta a este nuevo capítulo de su arquitectu-ra, pues curiosamente existen muy pocas re-ferencias a ese Art Déco zigzagueante, refi-nado y exótico de origen parisino que copabuena parte de la arquitectura de los añostreinta en el Protectorado francés, caso evi-dente de Casablanca, y sin embargo se decan-ta totalmente por las fórmulas aerodinámi-cas de apariencia más moderna.

En otro orden de cosas, señalaremos quetambién se produjeron algunos intentos teó-ricos por vincular la nueva arquitectura ra-cionalista con la evolución de la plástica ára-be. En 1928 las propuestas al respecto esta-ban ya muy definidas en los escritos de Ro-dolfo Gil Benumeya, que defendía que la ar-quitectura moderna presentaba muchos ele-mentos comunes con la arquitectura árabetradicional. Estos elementos eran el uso prio-ritario del color blanco y el predominio de lamasa y volúmenes cúbicos que le hacían afir-mar que esta arquitectura estaba influencia-da por las matemáticas, y a la que denomi-naba como “expresionismo arquitectónicoárabe”.

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Todas estas aportaciones coincidieron enel tiempo con el agotamiento de las propues-tas eclécticas y con un cambio en las normasoficiales de construcción de la zona, que in-dican el final de un periodo. Así las Orde-nanzas de 1930 señalaban que el color blan-co debía ser el tono armónico de las ciuda-des y que en las zonas de ensanche se debíaperseguir una racional sencillez en los exte-riores dentro de un cierto “ambiente local”.Estaba claro que la nueva arquitectura debíair por dos caminos, el primero acabar con elcromatismo en las fachadas (tanto de enfos-cados como de azulejos) característico deperiodos anteriores, y el segundo eliminar losmotivos decorativos y ornamentales de cual-quier índole, tanto histórica (arcos de herra-dura), clásica (cornisas y frontones) o ecléc-tica (molduras de vanos y remates).

El primer impulsor de las nuevas formasen Tetuán fue Manuel Latorre, que cuenta conobra en Tetuán a partir de 1930. Por su parte,José Larrucea permanece en Tetuán desde1932 hasta 1936 como Jefe del Servicio deConstrucciones Civiles. A esta ciudad tam-bién llegaría Quadra Salcedo en 1934 comoarquitecto municipal y el último de este gru-

po en incorporarse fue Francisco Hernanz,que en 1936 sustituye a su compañero de pro-moción José Larrucea.

El fin de la obra de este grupo es muy cla-rificador de cómo Racionalismo y Art Déco

Arquitecto José Larrucea Garma, proyecto paraMohamed Bahi, manzana 35 j (1934). ATA

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Arquitecto José Larrucea Garma, Edificio para los Srs.Benarroch y Bentata, manzana nº 47 e (1935). Fotografíade José Morón, Archivo de la Dirección General deArquitectura y Vivienda, Consejería de Obras Públicas yTransportes, Junta de Andalucía.

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fueron desplazados por una estética que po-dríamos vincular al triunfo y consolidacióndel régimen de Franco. José Larrucea es elprimero en abandonar la zona en 1936 conmotivo de la Guerra Civil; Francisco Hernanzabandona Tetuán en 1943 por enfrentarse alalto comisario Luis Orgaz y Quadra Salcedose aleja del ámbito tetuaní desde 1942. Lato-rre por su parte varía en estos años sus códi-gos formales de los treinta y asume una ar-quitectura clasicista y neobarroca poco rela-cionada con su obra anterior. A partir de en-tonces el grupo se fragmenta y los modelosarquitectónicos varían drásticamente haciaunos modelos neobarrocos y castizos.

Pero ni la Guerra Civil ni el nuevo régi-men determinan el final automático de laarquitectura déco o racionalista en Marrue-cos; desde 1936 a 1943 los modelos cosmo-politas y art déco serían asumidos por unrégimen que no había sistematizado aún unaestética concreta. El cambio se va a producirrealmente no antes de 1943 con la consolida-ción de una estructura administrativa y po-lítica que buscó en la imagen un modo deafirmar su presencia en el ámbito marroquí.

La búsqueda de una síntesis formal dentro

del Racionalismo: la obra de José Larrucea

Este arquitecto ya había realizado en 1927algunos proyectos en la capital jalifiana, perosu vinculación definitiva a esta ciudad seprodujo en 1932. Desde este año hasta 1936realiza al menos 30 proyectos tanto de edifi-cios públicos como de viviendas o chalés pri-vados. En mayo de 1932 proyecta el prime-ro del que iba a ser su modelo prototípicode edificio con fachada entre medianeras enel ensanche tetuaní. En una casa de alquilerpara Israel Taurel diseña una fachada en laque suprime cualquier elemento decorativoconvencional, articulando en su centro ungran mirador cúbico vertical maclado conpequeños balcones horizontales. El resulta-do ofrecía un esquema muy cubista y de le-janos referentes aerodinámicos que culmina-ban en un cuerpo con arcadas de medio pun-to, composición muy simétrica pero que almismo tiempo huía de lo repetitivo y refle-jaba un cierto aire o ambiente local. Desta-can los detalles cromáticos de cerámica (os-cura), en la galería de arcos que remata eledificio o en las columnas lisas de planta

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poligonal revestidas de azulejos. Este mo-delo, que tiene ciertos referentes en algunosproyectos art déco de Rabat, podía enrique-cerse cuando la forma o amplitud del solarpermitía variaciones: a veces el mirador cen-tral se podía transformar en dos miradoreslaterales que enmarcaban la fachada, rema-tando en la característica galería, o inclusosi la disposición del solar admite articulardos fachadas, se mueve el juego de volúme-nes de una manera más libre y menos simé-trica, caso de un proyecto de vivienda reali-zado para Luis Gumper.

Pero si en los proyectos anteriores se per-cibe un interés por buscar cierta adecuaciónde los modelos déco y racionalistas al con-texto marroquí, en otras obras Larruceatransplanta a Tetuán directamente los mo-delos racionalistas españoles. Esto es espe-cialmente evidente a partir de 1934, caso deproyecto de vivienda de dos plantas para elabogado Antonio Lafuente, con las caracte-rísticas ventanas unidas por bandas horizon-tales y el contraste entre placas verticales yhorizontales. Estos modelos racionalistasmás internacionalizados son los que tambiénaplica en otros proyectos de casas de vivien-

das de varias plantas para Mohammed BenAbdel, para Isaac Benchimol (1935), de fac-tura muy expresionista en los horizontalis-mos de balcones y vanos y curvas de esqui-na, y el proyecto realizado este mismo añopara Abraham y Moisés Benarroch y MoisésBentata.

Muy similar es el proyecto de casa de al-quiler para Lorenzo Marcos (1935), dondedestacan los balcones cilíndricos y bandashorizontales que subrayan una plasticidadmitad expresionista mitad art déco, que loconvierte en uno de los hitos racionalistasmás interesantes del ensanche; o también eledificio de viviendas que proyecta en 1936para Isaac Benarroch, donde en un bloque degrandes dimensiones mantiene la mismacontundencia de volúmenes horizontales delejanos referentes expresionistas.

Por otra parte, en el campo de las cons-trucciones oficiales la labor de José Larru-cea también fue intensa durante estos años.Uno de los programas constructivos másinteresantes fueron las escuelas que se edi-fican durante la II República. Así, en 1934realiza tres proyectos: la ampliación delgrupo Puerta de la Reina, la escuela hispa-

Arquitecto José Larrucea Garma, edificio para IsaacR. Benarroch, manzana nº 25 a (1936). Fotografía de

José Morón, Archivo de la Dirección General deArquitectura y Vivienda, Consejería de Obras Públicas

y Transportes, Junta de Andalucía.

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noárabe, denominada Pedro Antonio deAlarcón cerca de la puerta de Tánger, don-de las características y amplias arcadas ar-ticulan un cuerpo cuadrangular en formade Kubba y el posteriormente denomina-do grupo José Antonio (zona de los Shor-fas), donde se muestra mucho más racio-nalista.

Uno de los principales proyectos oficialesrealizados por Larrucea en Tetuán fue el edi-ficio de la Audiencia y Juzgados, con proyec-to de diciembre de 1932 y erigido sobre unsolar privilegiado del ensanche, formando unacusado chaflán en la plaza Al Adala. El au-tor solucionaba la fachada mezclando visual-mente la arquitectura moderna y la tradicio-nal, pero también introducía el cromatismocomo elemento fundamental para definir laimagen del conjunto: el subrayado de ele-mentos verticales y las columnas lisas de per-fil poligonal recubiertas de cerámica son ele-mentos que revelan un deseo por ofrecer unaimagen plástica del Racionalismo.

Finalmente destacaremos algunos chalésy hotelitos realizados en la zona denomina-da avenida de las Palmeras y Cornisa, comolos proyectados para Felipe Gutiérrez Soto,

en el que destaca la composición racionalis-ta de fachada, para Luis Torroba al final delpaseo de las Palmeras (1935) y para MaríaLuisa Díez Osorio (1936), en los que ya utili-za las formas curvas aerodinámicas en sucomposición.

La obra de Francisco Hernanz Martínez

en Tetuán (1936-1943)

Francisco Hernanz es designado jefe delServicio de Construcciones Civiles en 1936,por lo que su permanencia en Tetuán hasta1943 coincidió con un periodo difícil marca-do por la Guerra Civil y la Posguerra espa-ñola, donde se paralizan las grandes cons-trucciones de viviendas

Sin embargo, durante este periodo sí rea-lizó una arquitectura pública de gran inte-rés, caso de la ampliación de planta y refor-ma de fachada de la delegación de Hacien-da. Respetando en parte la obra anterior deÓvilo, Hernanz elimina todas las referenciasneoárabes y simplifica las fachadas a partirde paramentos desnudos con alguna referen-cia decorativa muy anecdótica, caso de losarcos y peana del balcón principal.

Arquitecto Francisco Hernanz Martínez, bloque parafuncionarios en la manzana nº 18 c. Fotografía de José

Morón, Archivo de la Dirección General de Arquitectura yVivienda, Consejería de Obras Públicas y Transportes,

Junta de Andalucía.

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También realiza otras obras públicas comola reforma del edificio de la Inspección deFuerzas Jalifianas, la ampliación del Visiria-to, la escuela de oficios musulmanes y elmuseo arqueológico inaugurado en 1940, deinteresantes líneas racionalistas. FranciscoHernanz también realizó un bloque para fun-cionarios en el ensanche. En esta obra, pre-fiere buscar una síntesis figurativa: una fa-chada compuesta con cuerpos o miradoresde gran rotundidad y subrayando el chaflán,mientras ejecutaba un ritmo sencillo de va-nos y arcadas en los bajos.

Pero la gran obra de Francisco Hernanzen la ciudad de Tetuán fue la sede de la dele-gación de Educación y Cultura, construida apartir de julio de 1940 a instancias del alto

comisario Carlos Asensio. Se trata de un so-berbio grupo de edificios destinados a alber-gar varios organismos, hecho que imponíausos muy distintos: los institutos marroquíesmasculino y femenino, la escuela del magis-terio femenino, una residencia de estudian-tes, la sede de la propia Delegación, bibliote-ca-hemeroteca y el paraninfo. El programareviste por ello una gran riqueza y compleji-dad, tratándose de un conjunto de edificiosenlazados visualmente en un amplio espa-cio abierto que disponía de instalaciones de-portivas y piscina.

Por otra parte, las proporciones y la esca-la son poco habituales por su envergaduraen comparación con el resto de edificios pú-blicos tetuaníes; el edificio principal (cons-

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truido en hormigón armado) tiene 120 me-tros de frente y cuatro plantas; en sus facha-das exteriores contrastaban los paramentoslisos de la más pura línea racionalista con larotunda torre de entrada acabada en ladrillovisto, dentro de la más pura tradición mu-déjar. Su programa recibe influencias varia-das procedentes del Movimiento Moderno,el Racionalismo holandés y centroeuropeo yel Organicismo de Alvar Aalto y Wright.

Resulta muy significativo que la marchade Tetuán de Francisco Hernanz en 1943 estérelacionada con la firme intención de impo-

ner la estética neoherreriana en Marruecospor parte del equipo de Pedro Muguruza

Un arquitecto versátil en el Marruecos

jalifiano: Manuel Latorre Pastor (1929-1943)

Su vinculación a Marruecos data de 1929y desde 1930 a 1938, periodo en el que realizauna interesante obra en Tetuán (ejecutaría nomenos de 36 proyectos), lo que nos vuelve aclarificar cómo la capital jalifiana vivió en laprimera mitad de los años treinta un intensomovimiento constructivo que le permitió re-

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novar su arquitectura y saturar completamen-te el espacio edificable del ensanche.

Las principales obras de Latorre fueron losedificios de viviendas de alquiler que cons-truye en el ensanche. En cuanto a sus mode-los, este autor unas veces opta por seguir fiel-mente las variantes más significativas delmovimiento moderno, mientras que en otrasutiliza una línea de síntesis y de mestizaje deestilos entre algunas vertientes Art Déco ydiversos elementos visuales de lo que él con-sideraba una imagen arabizante idónea: pa-ramentos lisos, los colores blancos y puros, yel esmero de sus artesanías en la definicióndel detalle. En suma, diremos que ManuelLatorre siempre se muestra muy versátil ensus obras y poco dado al encasillamiento for-mal. A pesar de este interés formalista, en susproyectos también consideraba fundamentalel estudio del clima tetuaní. En cuanto al co-lor jugaba sólo con las tonalidades de la cal,utilizando gamas azuladas en los paños re-tranqueados y aleros.

Así surgen obras de síntesis como el edi-ficio de viviendas económicas que realiza en1931 para Isaac Israel en la plaza Muley elMehdi (manzana nº 34 e). En él destaca un

Arquitecto Francisco Hernanz Martínez, Delegación deEducación y Cultura y Escuela Politécnica. Fotografíade José Morón, Archivo de la Dirección General deArquitectura y Vivienda, Consejería de Obras Públicasy Transportes, Junta de Andalucía.

Arquitecto Manuel Latorre Pastor, edificio para IsaacIsrael en la plaza Muley el Mehdi (1931). Fotografía deJosé Morón, Archivo de la Dirección General de Arqui-

tectura y Vivienda, Consejería de Obras Públicas yTransportes, Junta de Andalucía.

notable equilibrio entre la arquitectura tra-dicional (potentes cornisas y enmarques devanos) y el Art Déco (la importancia dada alos chaflanes que asumen una plasticidadvertical, los calados zigzagueantes de los re-mates-¿aspilleras árabes o quiebros déco?- oel contraste entre paramentos lisos y el cala-do de balcones y balaustradas) que se mani-fiesta finalmente en una acusada contunden-

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cia visual que no deja de recordarnos un aireaerodinámico oculto por la ornamentación.

Otras veces esta simplificación, que siem-pre justifica en sus memorias, no ocultaba unambiente general art déco e incluso aerodi-námico, como un edificio de casa y vivien-das económicas construido en la calle BainLexuar (1933) y que se enmarca dentro de laestética barco. Esta misma línea aerodinámi-ca y maquinista se plasma monumentalmen-te ese mismo año en un proyecto (no ejecuta-do) de casa con garaje y viviendas económi-cas para Abdeljalek Torres y AbdelselamSakkor en la calle Muley Hassan, modelo degran plasticidad significativa con torre quesimulaba un faro luminoso y a la vez repre-sentando un surtidor de gasolina con relojde perfil poligonal, curiosa propuesta de edi-ficio asumido como objeto visual.

Otro edificio destacable es la antigua de-legación de Educación y Cultura en la ca-lle Mohammed V, de composición marcadapor la contundencia de un cuerpo lateral queasume la forma de una torre. Esta torre o faro,elemento tan querido en el mundo de losaños treinta, no nos remite esta vez hacia lasmodulaciones aerodinámicas, sino hacia la

línea más estilizada y decorativa procedentede la exposición parisina de 1925; y ello por-que todo es quebrado en su diseño, tanto suremate escalonado como su frontal, que apa-rece como placa geométrica cóncava que nosanuncia tímidamente su posterior obra ne-obarroca.

Otras muchas obras de Manuel Latorrecaracterizan este periodo de la arquitecturatetuaní, demostrando siempre cómo la ori-ginalidad del autor permitía entremezclarelementos de procedencias distintas: ArtDéco de quiebros zigzagueantes, líneas ae-rodinámicas y modelos vinculados al am-biente local tetuaní.

Precisamente algunos de sus proyectosmás racionalistas los vamos a encontrar enel paseo de las Palmeras, zona de expansiónde la burguesía tetuaní durante los años trein-ta, destacando su casa particular demolidamuy recientemente. Ésta se constituía en unade sus mejores obras racionalistas en Tetuány se inició en 1935, definiéndose un sólidoedificio desarrollado en una línea casi van-guardista, con influencias visuales del Racio-nalismo holandés. El autor combinó los pa-ramentos lisos con las terrazas, determinan-

Arquitecto Manuel Latorre Pastor, chalé Latorre en elpaseo de las Palmeras (1935). Fotografía de José

Morón, Archivo de la Dirección General de Arquitecturay Vivienda, Consejería de Obras Públicas y

Transportes, Junta de Andalucía.

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do una composición asimétrica al construircada una de las cuatro fachadas distintas en-tre sí. Los detalles tienen una gran importan-cia en el proyecto: la fachada principal apa-rece determinada por una amplia franja ho-rizontal de ladrillo visto frente al paramentoblanco del resto, la estrecha cristalera en for-ma de ángulo que anuncia el hueco de esca-lera, etc. También es destacable la distribu-ción interior y el estudio ambiental; no es unacasualidad que la fachada que mira a ponien-te y expuesta por ello a fuertes vientos, sea laúnica que cuenta con aleros como medio deprotección.

Diremos finalmente que Latorre es el úni-co arquitecto de este grupo que continúa tra-bajando en Tetuán después de 1943, varian-do sus propuestas hacia modelos más neoba-rrocos y castizos (Antonio Bravo, 1996)

José Miguel de la Quadra Salcedo

y Arrieta Mascarúa (1934-1943)

Aparece en Tetuán desde 1934 como arqui-tecto de la Junta Servicios Municipales, desa-rrollando desde entonces una intensa obrahasta 1943. En mayo de 1934 (en un proyecto

de casa de alquiler para Moisés Benatar Ha-chuel) proyecta un edificio muy característi-co del que sería su peculiar estilo en el ensan-che tetuaní: un Racionalismo plagado de re-ferencias al Expresionismo de Mendelsohn ya las líneas aerodinámicas. Quadra Salcedoopta decididamente por implantar una arqui-tectura visualmente cosmopolita y rabiosa-mente europea: líneas curvas aerodinámicas,bandas horizontales, modulaciones moder-nas en la articulación de volúmenes, etc... Esobvio que Quadra Salcedo elige para Marrue-cos formas totalmente europeas, sacrifican-do cualquier referente local que es subordi-nado en aras de una imagen novedosa. Noexiste por tanto intención de generar una ar-quitectura de síntesis, sino de reproducir losmodelos que entonces estaban vigentes en lasmás avanzadas capitales del mundo.

Desde este año la obra de Quadra Salce-do empieza a caracterizar buena parte de laproducción tetuaní. En 1935 realiza una am-pliación y reforma de un edificio para Sha-lom M. Benain, en la calle Mohammed V,donde potencia la fuerte plasticidad de losvolúmenes curvos que sitúa sobre la esqui-na del edificio; chaflán curvo que asume un

Arquitecto José Miguel de la Quadra-Salcedo,Colegio del Pilar. Librería Escolar 1965, APAB.

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característico perfil aerodinámico y expresio-nista, con aleros y bandas horizontales, den-tro de una tonalidad general de color beige.Este mismo modelo aerodinámico lo encon-tramos en otro proyecto para José Villaverdeen diciembre de 1938 y en una casa de alqui-ler para Rafael Benatar Bentolila, de febrerode 1939.

También es suyo el proyecto del antiguoCasino Israelita en la avenida Mohammed V,actual sede de la Biblioteca y Archivo Gene-ral de Tetuán, con fachada de diseño muy li-bre.

La obra de Quadra Salcedo en el ensan-che ayuda a definir una arquitectura moder-

na y es sin duda (junto a Larrucea) el granpromotor del desarrollo de la arquitecturaracionalista de tintes aerodinámicos y expre-sionistas de Tetuán. Otras obras suyas son unproyecto para Ángel Saavedra, de volume-tría muy cúbica o el proyecto de chalé paraRafael Benet (1937), en el que destaca su com-posición de volúmenes maclados, escalona-miento de terrazas, la conseguida combina-ción entre los distintos cuerpos y la caracte-rística habitación curva racionalista.

Le correspondió a Quadra Salcedo, ejecu-tar algunas de los mejores edificios públicose industriales del Tetuán de su época: esta-ciones, escuelas, cines o industrias. El pro-

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yecto de Fábrica de Tabacos es un magníficoconjunto en la avenida Sidi Dris, en el quedestaca la planta que delata un estudiadoprograma arquitectónico. La fachada princi-pal está flanqueada por cuerpos torreadosdonde se subraya un tratamiento horizontalcon diferentes referencias al Racionalismo:marquesinas curvas e hileras de ventanalessubrayadas con cornisas que forman aleros.

En el campo de las construcciones escola-res también realiza algunas de las obras másmonumentales de la capital. Este es el casodel colegio del Pilar en el paseo de las Pal-meras, edificio achaflanado de gran rotun-didad urbana que realiza con proyecto de1935 y que fue inaugurado en octubre de1937. Se trata de un conjunto que destaca porla desnudez ornamental de las fachadas y lacontundencia de sus volúmenes (más cubis-

ta y sobrio en proyecto que en ejecución). Estearquitecto también realiza en 1940 el colegiode la Milagrosa, junto al ensanche, uno delos edificios racionalistas más interesantes deTetuán que presenta una composición volu-métrica de conjunto muy estudiada, articu-lando cuerpos y alas laterales que abrazan lafachada principal.

Como arquitecto municipal también fuecoautor de una obra fundamental en la capi-tal jalifiana, el nuevo mercado situado sobrelas antiguas cuevas de Borbón, proyecto quefirmaría en 1941 con el arquitecto Casto Fer-nández Shaw (Antonio Bravo, 1999). En 1943finalizaba el cine Victoria en el barrio Mála-ga, también ejemplo de la nueva tendencia.

Realmente destacable es el grupo de vi-viendas denominadas Casas-Bloques parafuncionarios municipales (frente a la estación

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de ferrocarril) iniciadas en 1939 y finalizadasen 1942. Se trata de un bloque de 54 vivien-das en el que destaca el valor estético de lafachada principal en la que alternan cuerposvolados y retranqueados con quiebros y es-calonamientos que recuerdan algunas obrasde J. Oud, huecos horizontales en esquina,terrazas y, sobre todo, el impacto visual delos remates de separación de terrazas, quevinculan esta obra con los movimientos van-guardistas y futuristas.

La partida de Quadra Salcedo de Tetuánno se produce de una manera brusca, peroentre 1942 y 1943 las nuevas ideas en arqui-tectura que estaban empezando a imponerseen Marruecos por el equipo de Pedro Mugu-ruza cortaban completamente con todo lo rea-lizado en el periodo anterior. Es un error pen-sar que una arquitectura castiza propugnadapor técnicos del Régimen sustituía a los en-

sayos racionalistas realizados por arquitectosprogresistas. Por el contrario, ninguno de losautores señalados se identifica con otras ideasque no fuesen las vigentes durante estos añosen la España de Franco, estando, en este sen-tido, libres de cualquier tipo de represión.Quadra Salcedo era Marqués de Castillejos yFrancisco Hernanz fue el autor de uno de losmonumentos más influyentes levantados enEspaña relativo al bando ganador de la gue-rra, el monumento de Llano Amarillo, dondese mezclan el diseño aerodinámico con lasformas plenamente futuristas.

Lo que sí es cierto es que la imposición deestas formas castizas y barrocas determinótodo el panorama de la arquitectura tetuaníde los años cuarenta, con la más que saluda-ble excepción de Casto Fernández Shaw, aun-que estos decenios forman ya parte de otrocapítulo de su historia arquitectónica.

Arquitecto José Miguel de la Quadra-Salcedo, Bloquespara funcionarios junto a la estación (1939-1942). Foto-grafía de José Morón, Archivo de la Dirección Generalde Arquitectura y Vivienda, Consejería de Obras Públi-cas y Transportes, Junta de Andalucía.

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