arte elevado [1] al cubo

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-4- CULTURA Viernes 13 de abril del 2018 Arte elevado al cubo NANCY CHAPPELL recía un país donde se abrían más perspectivas para ser ac- tivo y hacer algo útil para la so- ciedad. Recuerdo que para el festival Contacta hicimos una convocatoria abierta, a través de un anuncio en el periódi- co.Yeldíainauguralyoestaba conLuisAriasVeracuandoco- menzaron a llegar artesanos, bailarines, bandas de música, poetas,gentedeteatro,grupos deyoga.'Estoes,Lucho.Estoes arte', le dije". —Señor luciérnaga— Son pocos los consecuentes. Y Mariottipareceserconsciente de la dicotomía formada en el mundo del arte, del límite en- tresuvalorysudescarte,entre la profundidad de sus concep- tos y la mera frivolidad. "La si- tuación del arte es global: se hanformadodosfrentestotal- mente separados. De un lado está el mercado del arte, con lasferias,loscoleccionistasyel arte como un objeto de valor o decoración;elotroeselarteco- mouninstrumentosocialopo- lítico de comunicación, lo que enningunapartedelmundoes fácil de hacer", señala. Por eso, desde hace algu- nos años, cambió de escala su obsesión por la luz: del gigan- tesco "Cubo luminoso" pasó a centrarseeneldiminutofulgor delasluciérnagas."Esunbichi- tomuyespecial,porquedonde estésesuponequehayunhábi- tat intacto. Son una especie de indicador de un mundo salu- dable, casi utópico", dice. Deallíhasurgidosumásre- cienteproyecto–"TheFireflies Memorial"–,quebuscareivin- dicar a ecologistas o defenso- res del medio ambiente que hansidoasesinadosalrededor del mundo. "El asunto es más trágico de lo que yo pensaba", diceMariotti,quienvienedán- doleformaasunuevoempren- dimientodesdevariasfuentes: de sus diálogos con el biólogo suizo Stefan Ineichen, de los agitados escritos sobre las lu- ciérnagasdePierPaoloPasoli- ni, de una canción de Paul Mc- Cartney dedicada al fallecido activistabrasileñoChicoMen- des. Una red sinérgica que, a manera de pequeñas ilumi- naciones, se va expandiendo por el globo. Sus últimas piezas, por ejemplo, han sido unos bido- nes de agua en donde unos os- tionesseencuentranconluces ultravioleta frente al mar cáli- do de Punta Sal. Allá, bien al norte del Perú, casi en el límite de todo, Mariotti vive y conti- núa creando. Así como algu- nos objetos, hay personas que siguen despidiendo luz. P ara la foto de rigor, Francesco Mariot- ti recibe un peque- ño cubo de Rubik y comienza a jugar con él, horas antes de recibir un homenaje por su icónica obra "Cubo lu- minoso". Esta última cumple 50 años; la Escuela Nacional deBellasArtes–dondesereali- zó la ceremonia– cumple 100. Precisoalineamientodefechas que redobla el ánimo conme- morativo. La vida de Mariotti ha esta- do permanentemente partida entre dos continentes. Nació en Suiza, emigró al Perú a los 10 años (lugar donde creció y forjó una identidad, y del que, sin embargo, nunca ha podi- do obtener la nacionalidad), volvió a Europa a los 18 para seguirsusestudiosdearteyala edadde25yasepresentabaen laprestigiosaexposiciónDocu- menta, en Kassel, Alemania. Allí es donde, junto con Klaus Geldmacher,presentóelimpo- nente poliedro que lo hizo fa- moso,siacasocabeelconcepto de fama en este caso. "'Cubo luminoso' no tenía una finalidad estética como obra de arte. Era en realidad un pretexto para crear un lu- gardediscusión.Estábamosen Alemania, era 1968, y habían pasado poco más de 20 años del fin de la Segunda Guerra Mundial. Era un momento en elqueseexigíanmayoresliber- tades y el cubo se volvió un lu- gar en el que el público podía manifestarsesinrestricciones", explica Mariotti. La estructura metálica y electrónica estaba construi- da con 9.000 bombillas de luz, micrófonos que amplificaban la voz de sus visitantes y enor- mes ventiladores industriales. "Era una obra que incluía un manifiesto, que quería sentar una posición. Tenía que ser di- ferentealosdemástrabajosdel Documenta", señala Mario- tti, quien incluso se negó a la idea inicial de los curadores de colocar la obra en el ambiente dedicadoalPopArt–juntoalos Warhol o los Lichtenstein–. "El cubo ni siquiera estuvo termi- nado para el día de la apertura –recuerda–. Tuvimos que ha- cerunasegundainauguración. Sepuededecirquefuimospio- neros del 'art in progress'". TrassupasoporKassel,Ma- riotti siguió rebotando entre LatinoaméricayEuropa."Des- pués de tantos años en Europa teníaquereorientarme,buscar alguna nueva forma de expre- sión artística. El Perú me pa- JUAN CARLOS FANGACIO Francesco Mariotti Por los 50 años de su obra "Cubo luminoso" y el centenario de la Escuela de Bellas Artes, el creador peruano-suizo reflexiona sobre los rumbos de su trabajo. Actualmente, Mariotti trabaja "The Fireflies Memorial", proyecto inspirado en las luciérnagas que reivindica a defensores del medio ambiente. 1. Mariotti recibió un homenaje el último miércoles en la Escuela Nacional de Bellas Artes. 2. Fotografía del artista en pleno proceso de instalación de "Cubo luminoso", la obra que presentó en el Documenta de Kassel, en 1968. 3. La instalación, creada en conjunto con Klaus Geldmacher, se volvió un punto de encuentro del festival. [1] [2] [3]

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-4- Cultura viernes 13 de abril del 2018

Arte elevado al cubo

NANCY CHAPPELL

recía un país donde se abrían más perspectivas para ser ac-tivo y hacer algo útil para la so-ciedad. Recuerdo que para el festival Contacta hicimos una convocatoria abierta, a través de un anuncio en el periódi-co. Y el día inaugural yo estaba con Luis Arias Vera cuando co-menzaron a llegar artesanos, bailarines, bandas de música, poetas, gente de teatro, grupos de yoga. 'Esto es, Lucho. Esto es arte', le dije".

—Señor luciérnaga—Son pocos los consecuentes. Y Mariotti parece ser consciente de la dicotomía formada en el mundo del arte, del límite en-tre su valor y su descarte, entre la profundidad de sus concep-tos y la mera frivolidad. "La si-tuación del arte es global: se han formado dos frentes total-mente separados. De un lado está el mercado del arte, con las ferias, los coleccionistas y el arte como un objeto de valor o decoración; el otro es el arte co-mo un instrumento social o po-lítico de comunicación, lo que en ninguna parte del mundo es fácil de hacer", señala.

Por eso, desde hace algu-nos años, cambió de escala su obsesión por la luz: del gigan-tesco "Cubo luminoso" pasó a centrarse en el diminuto fulgor de las luciérnagas. "Es un bichi-to muy especial, porque donde esté se supone que hay un hábi-tat intacto. Son una especie de indicador de un mundo salu-dable, casi utópico", dice.

De allí ha surgido su más re-ciente proyecto –"The Fireflies Memorial"–, que busca reivin-dicar a ecologistas o defenso-res del medio ambiente que han sido asesinados alrededor del mundo. "El asunto es más trágico de lo que yo pensaba", dice Mariotti, quien viene dán-dole forma a su nuevo empren-dimiento desde varias fuentes: de sus diálogos con el biólogo suizo Stefan Ineichen, de los agitados escritos sobre las lu-ciérnagas de Pier Paolo Pasoli-ni, de una canción de Paul Mc-Cartney dedicada al fallecido activista brasileño Chico Men-des. Una red sinérgica que, a manera de pequeñas ilumi-naciones, se va expandiendo por el globo.

Sus últimas piezas, por ejemplo, han sido unos bido-nes de agua en donde unos os-tiones se encuentran con luces ultravioleta frente al mar cáli-do de Punta Sal. Allá, bien al norte del Perú, casi en el límite de todo, Mariotti vive y conti-núa creando. Así como algu-nos objetos, hay personas que siguen despidiendo luz.

P ara la foto de rigor, Francesco Mariot-ti recibe un peque-ño cubo de Rubik y

comienza a jugar con él, horas antes de recibir un homenaje por su icónica obra "Cubo lu-minoso". Esta última cumple 50 años; la Escuela Nacional de Bellas Artes –donde se reali-zó la ceremonia– cumple 100. Preciso alineamiento de fechas que redobla el ánimo conme-morativo.

La vida de Mariotti ha esta-do permanentemente partida entre dos continentes. Nació en Suiza, emigró al Perú a los 10 años (lugar donde creció y forjó una identidad, y del que, sin embargo, nunca ha podi-do obtener la nacionalidad), volvió a Europa a los 18 para seguir sus estudios de arte y a la edad de 25 ya se presentaba en la prestigiosa exposición Docu-menta, en Kassel, Alemania. Allí es donde, junto con Klaus Geldmacher, presentó el impo-nente poliedro que lo hizo fa-moso, si acaso cabe el concepto de fama en este caso.

"'Cubo luminoso' no tenía una finalidad estética como obra de arte. Era en realidad un pretexto para crear un lu-gar de discusión. Estábamos en Alemania, era 1968, y habían pasado poco más de 20 años del fin de la Segunda Guerra Mundial. Era un momento en el que se exigían mayores liber-tades y el cubo se volvió un lu-gar en el que el público podía manifestarse sin restricciones", explica Mariotti.

La estructura metálica y electrónica estaba construi-da con 9.000 bombillas de luz, micrófonos que amplificaban la voz de sus visitantes y enor-mes ventiladores industriales. "Era una obra que incluía un manifiesto, que quería sentar una posición. Tenía que ser di-ferente a los demás trabajos del Documenta", señala Mario-tti, quien incluso se negó a la idea inicial de los curadores de colocar la obra en el ambiente dedicado al Pop Art –junto a los Warhol o los Lichtenstein–. "El cubo ni siquiera estuvo termi-nado para el día de la apertura –recuerda–. Tuvimos que ha-cer una segunda inauguración. Se puede decir que fuimos pio-neros del 'art in progress'".

Tras su paso por Kassel, Ma-riotti siguió rebotando entre Latinoamérica y Europa. "Des-pués de tantos años en Europa tenía que reorientarme, buscar alguna nueva forma de expre-sión artística. El Perú me pa-

JUAN CARLOS FANGACIO

Francesco MariottiPor los 50 años de su obra "Cubo luminoso" y el centenario de la Escuela de Bellas Artes,

el creador peruano-suizo reflexiona sobre los rumbos de su trabajo.

Actualmente, Mariotti trabaja "The Fireflies Memorial", proyecto inspirado en las luciérnagas que reivindica a defensores del medio ambiente.

1. Mariotti recibió un homenaje el último miércoles en la Escuela Nacional de Bellas Artes.

2. Fotografía del artista en pleno proceso de instalación de "Cubo luminoso", la obra que presentó en el Documenta de Kassel, en 1968.

3. La instalación, creada en conjunto con Klaus Geldmacher, se volvió un punto de encuentro del festival.

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