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UNA TARDE EN LA PARROQUIA DE LOS ARCOS Arte, música y literatura en torno a la Semana Santa La integración de las artes Martes, 18 de marzo de 2008 Entrada libre

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UNA TARDE EN LA PARROQUIA DE LOS ARCOS

Arte, música y literatura en torno

a la Semana Santa La integración de las artes

Martes, 18 de marzo de 2008

Entrada libre

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UNA TARDE EN LA PARROQUIA DE LOS ARCOS Arte, música y literatura en torno a la Semana Santa

La integración de las artes

PRESENTACIÓN por D. Román Felones, Catedrático I.E.S. Tierra Estella y D. Víctor Pastor Abáigar, historiador

LA PARROQUIA DE LOS ARCOS: UN ÁMBITO EXCEPCIONAL

“La parroquia de Santa María de Los Arcos es un compendio artístico que reúne ejemplos de todos los estilos presentes en

Navarra entre los siglos XII al XIX…. La riqueza y ornamentación del templo queda resaltada por un extraordinario

conjunto de retablos barrocos, unificados por un elemento común: el dorado de los mismos con panes de oro…”

PASTOR ABÁIGAR, V. y FELONES MORRÁS, R.:

Los Arcos. Pamplona, Gobierno de Navarra, Col. Panorama núm. 33, 2004, págs. 90-91

EL PASO PROCESIONAL DE SEMANA SANTA Y SU DESARROLLO EN NAVARRA

TEXTOS PARA LA CONFERENCIA

Los afectos de devoción, según fray Luis de Granada

“Pues entre los afectos de devoción, unos corazones hay inclinados a

compasión, otros a amor, otros a temor, otros a esperanza, otros a dolor de los pecados, otros a admiración de las obras divinas, otros a menosprecio del mundo, otros al aborrecimiento del pecado, y otros a otras maneras de afectos semejantes. Pues ¿para cuál de éstos no se hallarán motivos y despertadores en la vida y muerte del Salvador? ¿A quién faltarán lágrimas de devoción en los misterios de su niñez, y de compasión en los de su muerte, y de amor en los beneficios de su vida santísima?

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¿Quién no se maravillará del abismo de tan profunda humildad y caridad como resplandece en todas las obras…..”1

El poder de las imágenes

Las imágenes han sido extraordinariamente eficaces en tiempos de escasez de las mismas, en que el tiempo para su contemplación era abundante, por lo que quien las miraba podía extraer distintas sensaciones y valoraciones. En definitiva y como ha escrito magistralmente David Freedberg, comparando tiempos pasados con los presentes, ya no tenemos el “ocio suficiente para contemplar las imágenes que están ante nuestra vista, pero otrora la gente sí las miraba; y hacían de la contemplación algo útil, terapéutico, que elevaba su espíritu, les brindaba consuelo y les inspiraba miedo. Todo con el fin de alcanzar un estado de empatía”2 .

Reflexión del P. Tirso González sobre el carácter castellano y andaluz, en 1671

“La moción que ha habido en los sermones no ha sido inferior, sino al parecer

mayor que otros años. Al sacar el Santo Cristo eran tantos los llantos, alaridos y bofetadas que no podía oírse lo que decía el predicador, especialmente en Andalucía, donde la devoción de la gente es más tierna, y más fácil de prorrumpir en semejantes demostraciones de dolor y penitencia. Era muy ordinario desmayarse las mujeres, con la vehemencia del afecto, y tal vez la curiosidad de algunos contó hasta veinte, que perdieron los sentidos del cuerpo, con el sentimiento del alma. En Castilla son los naturales menos blandos y la devoción más seria; y no obstante esto, fue en todas partes la moción extraordinaria y sensible, aún en Salamanca, donde la calidad del auditorio, si era fácil en desengañarse por lo entendido, era, por lo grave, difícil de rendirse a exteriores demostraciones de dolor y arrepentimiento”3.

Pastoral del obispo de Pamplona contra los disciplinantes en 1770

Bien notorio es, que en las procesiones que se celebran las dos tardes de Jueves

Santo y Viernes Santo, se presenta a los devotos ojos de este religioso pueblo un abuso insufrible en la vergonzosa e indecente desnudez de algunos disciplinantes, y otros que con el nombre de penitentes, embarrados, aspados y de otros modos bien impropios, se incorporan en dichas procesiones, sin más vestidura que unos simples calzoncillos, quedando por consiguiente desnudas y descubiertas sus carnes, y causando con este traje, además de la ridiculez y estorbos a la devoción, no pequeño escándalo y ruina espiritual en el innumerable concurso de ambos sexos que… miran con no poca

1 Fray LUIS DE GRANADA: Meditaciones sobre la vida de Cristo (1574). En Obras Completas. Vol. VIII. Madrid, Fundación Universitaria Española, 1995, pág. 11 2 FREEDBERG, D.: El poder de las imágenes. Estudios sobre la historia y la teoría de la respuesta. Madrid, 1992, págs. 195-196 3 REYERO, E.: Misiones del M. R. P. Tirso Conzález de Santalla, XIII Prepósito General de la Compañía de Jesús. 1665-1686. Santiago, Tipografía Editorial Compostelana, 1913, pág. 276

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atención estos espectáculos indecentes… bien capaces de dar fomento a la malicia, y de abrir los ojos a la misma inocencia…. con el tumultuoso y precipitado curso de dichos penitentes; con el molesto y continuo estrépito de cadenas, barras y otras acciones que en ellos se notan…..no tienen otro objeto que una vana y reprensible presunción… prohibimos incorporarse a dichas procesiones y a otras con disciplina de sangre, barras, espadas, cadenas, ni cosas semejantes, permitiendo como permitimos tan solamente disciplinas en seco y sin efusión de sangre, y la penitencia de llevar al hombro alguna cruz, o andar con los brazos extendidos, o en otra forma decente y edificativa de los fieles, con tal que anden vestidos y con las carnes cubiertas, a excepción únicamente de alguna abertura o división angosta y precisa de la camisa en la espalda que se permite a los que hayan de disciplinarse conforme a lo establecido4.

La palabra y la imagen: Sermones y arte Los recursos retóricos y teatrales en los sermones estuvieron en sintonía con las imágenes. Estos últimos eran actos muy frecuentados5 y los predicadores cuidaron mucho de cuanto decían en el púlpito, preparando panegíricos ad hoc, según el auditorio, con el correspondiente ornatus repleto de la retórica imperante y siempre con el triple contenido de enseñar, deleitar y mover conductas. Al predicador se le exigía oración, estudio, así como excitar al fervor, haciendo gala de ciencia, elocuencia e ingenio. Todo ello en aras de conseguir los tres citados fines de la oratoria sagrada que no era otro que el movere, o marcar conductas, no sólo deleitando y enseñando, sino moviendo los afectos en los corazones6.

La ceremonia del Descendimiento por el P. Isla

Por la tarde, a las tres, el Descendimiento. Se hace en la plazuela que está

delante de la iglesia, si el tiempo lo permite…. Salen los venerables varones que representan a San Juan Evangelista, a Nicodemus y a José de Abarimatías, con sus toallas, martillos y tenazas, estando ya prevenidas dos escaleras arrimadas a la cruz del medio. Colócase al lado del teatro una imagen de la Soledad con goznes en el pescuezo, brazos y manos, que se manejan con unos alambres ocultos para las inclinaciones y movimientos correspondientes, cuando San Juan va presentando los instrumentos de la crucifixión, y sobre todo cuando al último los tres venerables varones ponen delante de la imagen el cuerpo difunto de su hijo, pidiendo la licencia de enterrarle”7.

4 IRIBARREN, J. M.: De Pascuas a Ramos. Galería religioso-popular-pintoresca. Pamplona, Diario de Navarra, 2002, págs. 217-218 5 RODRÍGUEZ G. DE CEBALLOS, A.: “La literatura ascética y la retórica cristiana reflejados en el arte de la Edad Moderna”. Lecturas de Historia del Arte. Ephialte. (1990), págs. 80-90 6 HERRERO SALGADO, F.: La oratoria sagrada en los siglos XVI y XVII. Madrid, 1996, págs. 165-166 y 280 7 ISLA, J. F. de: Historia del famoso predicador fray Gerundio de Campazas, alias Zotes. Vol. II. Madrid, Espasa Calpe, 1992, pág. 309

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El relato de José Branet, clérigo francés (1798) sobre la función del Descendimiento en Tudela

El Viernes Santo a las dos de la tarde se predica el sermón de la Soledad o de la

compasión de la Virgen, privada de la Persona querida de su Hijo, lamentándose de verle clavado en la cruz sin medios de descenderle y darle honrosa sepultura. Cuando se ha terminado, la gente va a los Franciscanos donde se verifica la ceremonia del Descendimiento. Se coloca de antemano en el presbiterio de la iglesia un Cristo clavado en una gran cruz y, a corta distancia, la imagen de la Virgen cubierta de un largo velo negro. El predicador, de lo alto del púlpito, anima a los oyentes con patéticos razonamientos a venir en socorro de esta Madre de los Dolores… Entonces, cuatro vestidos con albas suben a la cruz mediante escalas y en seguida, ayudados de martillos, tenazas y lienzos, quitan sucesivamente a medida que el predicador lo indica en su discurso, la inscripción de la cruz, la corona de espinas; después arrancan los clavos de las manos y los pies y van a presentarlo todo, pieza por pieza, a la Santísima Virgen que enjuga sus lágrimas con un hermoso pañuelo blanco. En fin, con los lienzos descienden, lentamente y con precaución, el cuerpo de Jesús, cuyos miembros, mediante resortes, pueden tomar la actitud que se quiere. Cuando lo han descendido lo ponen en un féretro adornado de gasa negra, colocado bajo un palio negro que se lleva en procesión y se procede al entierro del cuerpo de Jesucristo al canto lúgubre del Miserere. Esta ceremonia sería muy enternecedora si el predicador supiese sacar partido de ella y sugerir los sentimientos que naturalmente debe inspirar8.

Escritura de la cofradía de la Vera Cruz de Los Arcos y el

escultor Ambrosio Calvo9

En la villa de Los Arcos, a quince días del mes de junio de mil seiscientos y noventa y dos años, ante mi el escribano y testigos infrascriptos, parecieron don Tomás de Cabredo, beneficiado de la iglesia parroquial desta villa, don Joachin Martínez de Álava y Joseph de Amescua, prior y mayordomos de la Cofradía de la Santa Vera Cruz desta dicha villa, de una parte, y, de la otra, Ambrosio Calvo, maestro escultor, vecino del lugar de Orbiso, como principal obligado, y Juan de Chavarri Anguiano y Juan de Lasalde, su yerno, vecinos desta villa, como sus fiadores. Y dijeron que están convenidos y concertados en que dicho Ambrosio Calvo ha de hacer una imagen de nogal del descendimiento de Cristo nuestro Señor, y la Virgen Santa María, su bendita madre, con la santa cruz, corona, clavos, andas, caja y demás instrumentos necesarios para la función, conforme los tienen en el convento de San Francisco de la ciudad de Estella. Las cuales dichas imágenes y dichos instrumentos las ha de encarnar y poner en la forma que en dicho convento se hallan, excepto los vidrios que tienen en la caja de dicho convento.

Y las ha de poner en la iglesia parroquial desta villa para mitad de cuaresma del año que viene de noventa y tres.

8 ORTA RUBIO, E.: Tudela y la Ribera de Navarra a través de los viajeros : (siglos XV-XX). Tudela, Imprenta Castilla, 1993, pág. 133 9 Archivo General de Navarra. Protocolos Notariales. Los Arcos. Juan Yániz de Mendaza, 1692, fol. 118. Agradecemos a Víctor Pastor Abáigar el haber puesto a nuestra disposición la transcripción del documento

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Y, por todo ello, le han de dar y pagar los dichos mayordomos lo que constare haber pagado y tenido de coste las dichas dos imágenes y dichos instrumentos, que están en dicho convento de dicha ciudad de Estella.

Y, en caso que no se pudiese averiguar su coste, se pagarán lo que dijeren dos personas inteligentes nombradas por dicha cofradía.

Y, si llegare el caso de tasarse dichas imágenes perderá la tercera parte de la tasación.

Y los dichos mayordomos han de pagar los dichos tasadores. Y, para que pueda entrara hacer las dichas imágenes, desde luego le dan

cuarenta escudos de plata, de los cuales se dan por contentados y entregados a toda su voluntad por haberlos recibido realmente y con efecto el dicho Ambrosio Calvo de los dichos prior y mayordomos, de que doy fe se hizo la entrega en mi presencia y de los testigos desta escritura.

Y lo más que montaren las dichas imágenes le darán para el día de nuestra Señora de agosto de dicho año de noventa y tres.

Y si no cumpliere el dicho Ambrosio Calvo en traer las dichas imágenes para el dicho día, ha de perder los dichos cuarenta reales de a ocho y, si hubiere recibido mas cantidad, y diez de a ocho más que se ponen de pena al susodicho, en caso de no cumplir.

Para todo lo cual se obligan los dichos principal y fiadores juntos en mancomún y cada uno de por si et in solidum, renunciando como renuncian las leyes de la mancomunidad y la autentica presente de fide iusoribus, epístola del divo Adriano, excusión de bienes y división de la mancomunidad como en ellas y en cada una se declara, a que el dicho Ambrosio Calvo cumplirá, como principal obligado, con todo lo que va referido en esta escritura y, en su defecto, los dichos Juan (de) Chavarri y Juan de Lasalde, como sus fiadores, lo guardarán y cumplirán en todo y por todo, como en ella se contiene.

Y a ello quieren ser compelidos y apremiados por todo rigor de derecho, y a la paga de todas las costas, daños, intereses y menoscabos que, por razón de no guardarla y cumplirla, se siguieren y causaren.

Y los dichos prior y mayordomos se obligan, los dichos mayordomos tan solamente con sus personas y todos sus bienes muebles y raíces, habidos y por haber, a pagar al dicho Ambrosio Calvo todo lo que montaren las dichas imágenes y demás instrumentos para el día referido en esta escritura, bajándose del dicho montamiento los dichos cuarenta escudos de plata y lo demás que hubiere recibido, pena de ejecución, costas y daños de su cobranza, para cuya ejecución y cumplimiento todas las dichas partes, como nombradas son, dan entero poder cumplido a las justicias y jueces que sean competentes en forma.

Y lo otorgaron así ante mí, el dicho escribano, siendo testigos el señor Joseph de Villarreal, alcalde ordinario de esta villa en el estado de infanzones, y don Thomas Pascual, vecino della, a los cuales y los otorgantes doy fe conozco.

Y firmaron los que sabían. Post datum: Se declara que, si el dicho Ambrosio Calvo no hiciere las dichas

imágenes con la perfección que están y son las del dicho convento de San Francisco de dicha ciudad de Estella, ha de volver y restituir a los dichos mayordomos los dichos cuarenta escudos de plata y demás que hubiere recibido. Testigos los dichos.

D. Thomas de Cabredo (rubricado), Juan de Lasalde (rubricado) D. Juachin Martínez de Alava (rubricado), D. Thomas Pasqual (rubricado) Ante mi: Juan de Yaniz Mendaza (rubricado)

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El Descendimiento en Los Arcos y su supresión

decimonónica

La función del Descendimiento de Los Arcos tenía lugar a las tres de la tarde del Viernes Santo y al menos se vino realizando hasta 1833, con un ceremonial que resume el procurador de la villa y su patronato del siguiente modo: “Sus ceremonias se reducen a que, puesto el Señor en el presbiterio, enclavado en la cruz, y su Madre Santísima al lado del Evangelio, se principia el sermón. Y, cuando el orador manda, salen cuatro sacerdotes revestidos de albas y, según el mismo orador tiene dispuesto y convenido de ante mano con los ministros, se va desclavando y, por su orden, se presentan a María Santísima las insignias de la pasión, se coloca al Señor en su urna o sepulcro y se hace la procesión”.

La ceremonia se interrumpió aquel año de 1833, posiblemente por acontecimientos ligados a las circunstancias políticas de la Primera Guerra Carlista y las convulsiones sociales del momento. En 1846 sería el procurador de la villa y del patronato el que solicitó del clero que se repusiese la tradicional costumbre. En el memorial dirigido a los beneficiados de la parroquia leemos: “Podrían dudar esos señores de lo que dice San Pablo, que fides ex auditu y de que por señales exteriores se hace sensible, en alguna manera, la incomprensibilidad de nuestros misterios? El amor de todo un Dios hecho hombre y muriendo por nosotros, no está al alcance de gentes poco versadas en la mística y leyes de la oración mental; y, a la vista de los instrumentos y ceremonias que representan los padecimientos del hombre Dios, llegan a penetrarse de la gratitud y buena correspondencia que de ellos se exige” 10.

SELECCIÓN DE TEXTOS

Ricardo Fernández Gracia Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro

Universidad de Navarra 18 de marzo de 2008

10 PASTOR ABÁIGAR, V.: “Paternidad artística de varias esculturas de Santa María de Los Arcos”. Príncipe de Viana (2001), pág. 26

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MÚSICA Y LITERATURA PARA LA SEMANA SANTA

Concierto de órgano a cargo de D. Raúl del Toro. Conservatorio Superior de Música de Navarra

y Literatura del ciclo de la Pasión: prosa y poesía

a cargo de D. Carlos Mata. GRISO. Universidad de Navarra

NO ME MUEVE MI DIOS PARA QUERERTE No me mueve, mi Dios, para quererte

el cielo que me tienes prometido; ni me mueve el infierno tan temido

para dejar por eso de ofenderte.

Tú me mueves, Señor; muéveme el verte clavado en esa cruz y escarnecido:

muéveme el ver tu cuerpo tan herido: muévenme tus afrentas y tu muerte.

Muéveme, al fin, tu amor, y en tal manera que, aunque no hubiera cielo, yo te amara, y, aunque no hubiera infierno, te temiera.

No me tienes que dar porque te quiera; pues, aunque lo que espero no esperara,

lo mismo que te quiero te quisiera.

Anónimo

ÓRGANO Antonio de Cabezón (1510-1566)

Tiento de l segundo tono Dif erenc ias sobre la pavana i tal iana

CANCIÓN A CRISTO CRUCIFICADO (fragmento) Inocente Cordero,

En tu sangre bañado, Con que del mundo los pecados quitas,

Del robusto madero Por los brazos colgado,

Abiertos, que abrazarme solicitas; Ya que humilde marchitas

La color y hermosura De ese rostro divino, A la muerte vecino,

8

Antes que el alma soberana y pura Parta para salvarme,

Vuelve los mansos ojos a mirarme.

Fray Luis de León

ÓRGANO Sebastián Aguile r a de Heredia (1561-1627)

Obra de oc tavo tono al t o: Ensalada

PASTOR QUE CON TUS SILBOS AMOROSOS Pastor que con tus silbos amorosos me despertaste del profundo sueño,

Tú que hiciste cayado ese leño, en que tiendes los brazos poderosos;

vuelve los ojos a mi fe piadosos,

pues te confieso por mi amor y dueño, y la palabra de seguirte empeño

tus dulces silbos y tus pies hermosos.

Oye, pastor, pues por amores mueres, no te espante el rigor de mis pecados,

pues tan amigo de rendidos eres.

Espera, pues, y escucha mis cuidados; ¿pero cómo te digo que me esperes,

si estás para esperar los pies clavados?

Lope de Vega

ÓRGANO Franc i so Correa de Arauxo (1584-1654)

Tiento y discurso de segundo tono

A CRISTO EN LA CRUZ Pender de un leño, traspasado el pecho

y de espinas clavadas ambas sienes; dar tus mortales penas en rehenes

de nuestra gloria, bien fue heroico hecho.

Pero más fue nacer en tanto estrecho donde para mostrar en nuestros bienes,

a donde bajas y de donde vienes, no quiere un portadillo tener techo.

9

No fue ésta más hazaña, ¡oh gran Dios mío!, del tiempo, por haber la helada ofensa

vencido en flaca edad, con pecho fuerte -que más fue sudar sangre que haber frío-,

sino porque hay distancia más inmensa de Dios hombre que de hombre a muerte.

Luis de Góngora

ÓRGANO Juan Baut is ta Cabani l l e s (1644-1712)

Pasacalles de II tono

CONTEMPLAR LA PASIÓN (fragmento) “Nos hace mucho bien contemplar la Pasión de Cristo: en nuestra meditación personal, al leer el Santo Evangelio, en los misterios dolorosos del Santo Rosario, en el Vía Crucis... En ocasiones nos imaginamos a nosotros mismos presentes entre los espectadores que fueron testigos de esos momentos. Ocupamos un lugar entre los Apóstoles durante la Última Cena, cuando nuestro Señor les lavó los pies y les hablaba con aquella ternura infinita, en el momento supremo de la institución de la Sagrada Eucaristía…; uno más entre los tres que se durmieron en Getsemaní, cuando el Señor más esperaba que le acompañásemos en su infinita soledad…; uno entre los que presenciaron el prendimiento; uno entre los que oyeron decir a Pedro, con juramento, que no conocía a Jesús; uno que oyó a los falsos testigos en aquel simulacro de juicio, y vio al sumo sacerdote rasgarse las vestiduras ante las palabras de Jesús; uno entre la turba que pedía a gritos su muerte y que le contemplaba levantado en la Cruz en el Calvario. Nos colocamos entre los espectadores y vemos el rostro deformado pero noble de Jesús, su infinita paciencia...”

Francisco Fernández Carvajal

ÓRGANO Anónimo s. XVIII Danza de l hacha

LO OLVIDABA. LA CRUZ, SEA CUAL FUERE Lo olvidaba. La cruz, sea cual fuere

su leño es, Señor, dura. Pero al que, generoso, a ella se adhiere, le empuja en vuelo de águila a la altura.

Juan Bautista Bertrán

10

Antiguo paso del sepulcro de Pamplona, obra de Pablo de Aguirre, escultor de Asiáin (1649), sufragado por ocho devotos

de la Cofradía de la Soledad

11

ORGANIZA:

PATROCINA:

COLABORAN:

Parroquia de Santa María Los Arcos