arte y promoción de salud. claudia bang

XII Congreso Metropolitano de Psicología

Arte y Salud Mental Comunitaria Lic. Claudia Bang 1

Arte y Salud Mental Comunitaria: Las prácticas artísticas

orientadas al desarrollo comunitario y su relación con la

estrategia de Promoción en Salud mental Comunitaria1

LIC. CLAUDIA LÍA BANG 2

UBA-CONICET

Resumen

El presente trabajo se enmarca en el proyecto de investigación UBACyT P040 dirigido por Alicia Stolkiner. Se expone parte del marco teórico de una investigación doctoral realizada con una Beca doctoral Conicet, cuyo objetivo general es describir y analizar las posibles articulaciones entre prácticas participativas que utilizan arte, creatividad y juego en el espacio público y prácticas de Promoción en Salud Mental Comunitaria. El objetivo de esta presentación es indagar algunas características de las prácticas artísticas orientadas al desarrollo comunitario y su relación con la estrategia de Promoción de Salud Mental Comunitaria.

Se parte de caracterizar a las acciones de Promoción de Salud Mental Comunitaria como aquellas que propician la transformación de los lazos comunitarios hacia vínculos solidarios, la participación comunitaria y la constitución de la comunidad como sujeto activo de transformación de sus realidades, lo que posibilita la toma de decisiones autónoma y conjunta sobre el propio proceso de salud-enfermedad-cuidados. Se exploran las características de las prácticas artísticas comunitarias y su relación con la participación y otros elementos fundamentales de la Estrategia de Promoción de Salud Mental Comunitaria.

Se caracterizan las prácticas artísticas orientadas al desarrollo comunitario como proceso participativo de trabajo creativo colectivo que, a través de diferentes disciplinas artísticas, genera transformaciones a nivel grupal y comunitario. Se desarrolla el concepto de “creación colectiva” y su importancia para dar cuenta del potencial transformador del arte comunitario en lo referente a la generación de lazos solidarios e identidad colectiva, promotor de participación comunitaria, canalizador de deseos y necesidades compartidas y transformador de representaciones e imaginarios sociales. El proceso creativo colectivo se conforma así en un espacio compartido que trasciende el mero discurso y obliga a poner el cuerpo en acción junto a otros.

1 Publicado en el Libro del XII CONGRESO METROPOLITANO DE PSICOLOGÍA. Asociación de Psicólogos de Buenos Aires. Julio 2010 2 Lic. Psicología, Docente de la Facultad de Psicología UBA y Becaria doctoral CONICET. Proyecto de investigación UBACyT P040 dirigido por Alicia Stolkiner. Ex coordinadora en talleres artísticos del Frente de Artistas del Borda.



Se concluye que en la sociedad actual caracterizada por la fragilización de vínculos y desarticulación de espacios de organización comunitaria, la generación de procesos de creación artística colectiva contribuye a que las comunidades se constituyan en sujetos de transformación de sus propias realidades, siendo éste un fuerte indicador de Salud Mental Comunitaria.

Palabras clave

Arte – Salud Mental Comunitaria – Participación Comunitaria

Introducción

Este trabajo forma parte del marco teórico de una investigación doctoral cuyo

objetivo general es describir y analizar las posibles articulaciones entre

prácticas participativas que utilizan arte, creatividad y juego en el espacio

público y prácticas de Promoción en Salud Mental Comunitaria. El objetivo

específico de esta presentación es indagar algunas características de las

prácticas artísticas orientadas al desarrollo comunitario y su relación con la

estrategia de Promoción de Salud Mental Comunitaria.

En principio es necesario ubicar algunos elementos del contexto sociohistórico

actual. Nuestra sociedad se caracteriza por haber transitado un largo y

complejo proceso de desarticulación de sus formas de organización colectiva,

labilización de lazos sociales y fragilización de redes de contención

comunitaria. Este proceso ha sido fuertemente marcado por la dictadura militar

inaugurada en 1976 y profundizado durante la década neoliberal de los años

90.

A. Stolkiner afirmaba a mediados de los 90: “En cada sector social se atomizan

los vínculos internos, la modificación de las formas laborales, la precarización

del empleo y la proliferación de sus formas marginales rompen ejes centrales

de organización social y de establecimiento de acciones solidarias. Asimismo

producen efectos en la familia y en las formas no laborales de relación. A esto

se agregan los desplazamientos migratorios masivos” (Stolkiner, 1994).

Por su parte, Emiliano Galende plantea que bajo estas condiciones de

empobrecimiento del espacio social, los sujetos tienden a des-investir la

realidad exterior, volcándose crecientemente sobre sí mismos, vuelco que es

facilitado por la adquisición de objetos de utilización personal que sustituyen el



encuentro con otros. De este modo se debilita el deseo y la acción,

incrementándose el aislamiento y el sentimiento de vacío. (Galende, E. 1992)

En este contexto de aislamiento y soledad relacional cobra valor el pensar las

prácticas de Promoción en Salud Mental Comunitaria y la importancia de la

participación comunitaria en dichas prácticas.

Promoción de Salud Mental Comunitaria

Desde las políticas de Promoción de Salud se ha definido como un punto

indispensable el fortalecer la acción comunitaria. La Participación Social se

realizaría “a través de la acción efectiva de la comunidad en el establecimiento

de prioridades, la toma de decisiones, y la planificación e implementación de

estrategias para el logro de una mejor salud” (OMS, 1986). Se plantea como

centro de este proceso la posibilidad de que las comunidades adquieran la

propiedad y el control de sus propias iniciativas y sus propios destinos (Bang,

2004).

A partir de lo antedicho, se destaca la importancia de la implementación de

prácticas de Promoción de Salud en el campo de la Salud Mental. Serían

Acciones de Promoción de Salud Mental Comunitaria aquellas que propician

la transformación de los lazos comunitarios hacia vínculos solidarios y la

participación comunitaria hacia la constitución de la propia comunidad como

sujeto activo de transformación de sus realidades. Estas acciones generan

condiciones comunitarias propicias para la toma de decisiones autónoma y

conjunta sobre el propio proceso de salud-enfermedad-cuidados. La

participación activa de la comunidad y la constitución de lazos solidarios se

constituirían así en indicadores de Salud Mental Comunitaria.

A los fines del presente trabajo, los elementos que resultan destacables en la

definición de acciones de promoción en Salud Mental Comunitaria son las

acciones que propician la participación comunitaria y la conformación de

vínculos solidarios, reconstituyendo el tejido social. Estas acciones operan

directamente sobre la características del tejido social descrito previamente

Desde este enfoque, la participación en sí es un factor de Salud Mental, ya

que restituye lazos de solidaridad social (diferenciándose de lo patologizante de

vivir situaciones conflictivas de forma individual y pasiva).



Tomando estos elementos de la estrategia de Promoción de Salud

mental Comunitaria, encontramos numerosas experiencias sostenidas por

múltiples organizaciones con base comunitaria que actúan con esta

orientación. Muchas de ellas no son originales del campo de prácticas en Salud

Mental, pero operan directa o indirectamente en dicho campo, pudiendo o no

ser reconocidas como tales por sus actores y la comunidad. Conscientes de

ello o no, sus acciones se orientan hacia la Promoción de Salud Mental

Comunitaria con acciones autónomas o en Red en el contexto local. Por lo

general, estas prácticas no están visibilizadas y debidamente reconocidas por

el Sistema de Salud e incluidas en las políticas propias del sector, quedando

como prácticas concretas que se dan al margen de dichas políticas y

sostenidas desde organizaciones de la propia comunidad. Muchas de estas

prácticas utilizan arte, creatividad y juego como forma de trabajo comunitario.

Resulta interesante el poder indagar las características de dichas prácticas

para abordar su articulación con la estrategia de Promoción de Salud mental

Comunitaria.

Algunas características de las prácticas artística s comunitarias

Estas prácticas artísticas orientadas al desarrollo comunitario tienen múltiples

formas y comprenden las más diversas disciplinas artísticas, unificadas en una

orientación al trabajo vincular de creación colectiva con la finalidad de

transformación a través del arte.

Se parte de considerar la creatividad como expresión humana esencial y

principal motor de transformación subjetiva, vincular y comunitaria. El desarrollo

de la creatividad a través del arte permite romper con estructuras

preconcebidas, la repetición de conductas esteriotipadas, repetitivas de lo

aprendido, etc. La creación colectiva a través del arte permite liberar esa

capacidad creativa, la de imaginar mundos posibles, imaginarlos junto a otros y

crearlos colectivamente, en un primer ensayo ficcional de lo nuevo. Es un

primer “poner el cuerpo” en la transformación. Poner la imaginación en acto, lo

que posibilita el comenzar a pensarse colectivamente como sujeto activo de

transformación de las propias realidades, creando una posibilidad de cambio y

generando una confianza colectiva en esa posibilidad (Bang, C.; Medina, A.

2008).



Como ejemplo, en las artes escénicas, la dramaturgia de creación colectiva

permite a la comunidad historizarse, construir y ser conscientes de la historia

compartida y así generar un “nosotros” como base de la identidad comunitaria.

Ese “nosotros” se ve plasmado gráfica y sensiblemente en la obra realizada. A

partir de esa construcción historizada es que se pueden pensar futuros

deseables, posibles y las vías comunitarias para llegar a ello. Vías análogas

toman el resto de disciplinas artísticas al trabajar desde lo colectivo y

comunitario (Bidegain, 2007).

El arte aporta un plus sobre la posibilidad de transformación a nivel

comunitario, ya que utiliza otros canales de expresión y percepción mas allá de

la palabra hablada. Permite movilizar el cuerpo y ponerlo en acción

trascendiendo los canales de comunicación utilizados cotidianamente. Pone en

evidencia lo que no puede ser dicho, lo difícil de percibir, y permite visualizarlo

con mayor facilidad. Se puede pasar de lo imposible de pensar a lo posible de

cambiar.

Prácticas artísticas comunitarias y su relación con la Estrategia de

Promoción de Salud mental Comunitaria

En el desarrollo hacia una articulación entre arte y Promoción de Salud mental

Comunitaria tomaré como antecedente la reciente Declaración de Lima sobre

arte, salud y desarrollo que afirma que el arte deviene en “…una poderosa

herramienta promotora y reparadora de la salud, permitiendo a individuos y

comunidades reelaborar situaciones críticas, dolorosas o problemáticas y

promover mejores y más felices escenarios para sus vidas” (OPS, 2009). En

relación a la Participación comunitaria dicha declaración menciona: “La

participación social a través del arte define una práctica y una producción social

entre sujetos y organizaciones, construyendo relaciones simétricas que

contribuyen a la generación de condiciones de equidad. Al fomentar procesos

de cohesión, acción social y organización, el arte trabaja directamente sobre

algunos de los determinantes sociales de la salud y promueve una mejor

capacidad para enfrentar una configuración adversa de dichos determinantes.”

(OPS, 2009)



“Acciones artísticas transformadoras” es el término que utiliza OPS para

describir prácticas comunitarias que utilizan el arte orientado hacia la

transformación social como puente de Salud.

En relación a la reconstitución del tejido social a través de la conformación de

vínculos solidarios como elemento de las acciones de Promoción de Salud

Mental Comunitaria, las “acciones artísticas transformadoras” permiten

regenerar el lazo social entre aquellos que participan y con aquellos que son

espectadores de la producción artística. El evento artístico en la comunidad

posee la temporalidad del ritual comunitario, es un encuentro cargado

afectivamente. Este encuentro es vivido desde el placer por artistas y

espectadores que comparten lazos, efecto saludable en sí mismo,

constituyéndose en una acción de promoción de salud mental comunitaria.

Por otro lado, la intervención comunitaria a través del arte en prácticas de

Promoción de Salud Mental crea condiciones para el desarrollo de un

pensamiento creativo colectivo, crítico y dirigido a la acción. Esto es de

fundamental importancia, teniendo en cuenta que una comunidad con un

pensamiento creativo compartido colectivamente se encuentra en mejores

condiciones de ser actores de transformación de sus propias realidades, y éste

sería un indicador de Salud Mental Comunitaria. Este proceso genera la

posibilidad del hacer creativo, al trabajar desde la necesidad de poner el cuerpo

en la tarea y disponerlo para la acción, generando así una transformación

orientada a la participación comunitaria en salud.

En este sentido, se puede afirmar que dichas prácticas contribuyen a la

generación de condiciones propicias para la toma de decisiones autónoma y

conjunta sobre el propio proceso de salud-enfermedad-cuidados por parte de

una comunidad. Como se ha mencionado anteriormente, este sería un objetivo

de Promoción en Salud Mental Comunitaria.

Creación colectiva

Dentro del campo de las intervenciones comunitarias que utilizan el arte como

medio de transformación social, la creación colectiva adquiere una importancia

central, dadas sus características específicas y potencial transformador a nivel

grupal y comunitario.



Desde el campo de la teoría del arte se entiende por “Creación Colectiva” una

de las formas posibles de creación de una obra (en oposición a las “obras de

autor”), la tomamos aquí en su dimensión de proceso grupal relacionada a la

especificidad de la creación artística. La entendemos entonces como proceso

complejo que se da en un colectivo cuyo objetivo es la creación conjunta de

una obra artística. (Bang, Wajnerman; 2010)

En una sociedad donde prima el individualismo y el aislamiento, el arte

trabajado desde lo colectivo puede constituirse en un elemento fundamental de

transformación de los lazos sociales. El proceso de creación colectiva de una

obra artística permite a cada participante dejar de pensarse como individuos

aislados que padecen separadamente y deben resolver sus dificultades solos,

para pasar a verse como participantes - pertenecientes a un “todo” con el que

se está fuertemente vinculado, cuyo lazo que se mantiene es de

interdependencia y colaboración mutua.

En concordancia con lo anterior se encuentra la siguiente afirmación: “... la

creación colectiva en tanto proceso grupal aporta a revertir los efectos

cosificantes de la sociedad de consumo, superando la intimidación y la

violencia al devolver a sus miembros las características propias de ser Sujetos.

Esto estaría dado mediante su consideración mutua como personas sintientes,

pensantes y con potencialidades expresivas al estimular el trabajo autónomo

sobre el propio deseo de y el compromiso con una tarea, lo que a su vez

permite un reencuentro con la actividad colectiva y la reconstrucción de lazos

solidarios. De esta manera se intenta favorecer un readueñamiento del cuerpo

y de la palabra legítima, trabajando desde la simbolización y exploración crítica

de la experiencia, posibilidades auspiciadas fuertemente por la actividad

artística. Para este proceso se consideran necesarias tanto la producción

artística como su presentación frente al público.” (Adissi, G; Goldberg, X;

Medina, A; Pazos, 2008).

El proceso creativo colectivo contribuye a la generación de lazos solidarios e

identidad colectiva, promueve la participación comunitaria, canaliza deseos y

necesidades compartidas y contribuye en la transformación de

representaciones e imaginarios sociales. Dicho proceso se constituye en

característica central al abordar la relación de las prácticas artísticas orientadas

al desarrollo comunitario y la estrategia de Promoción en Salud mental



Comunitaria, ya que propicia fuertemente tanto la participación comunitaria

como la conformación de vínculos solidarios.

Conclusiones

Tomando la definición de Promoción de Salud Mental Comunitaria y sus

componentes fundamentales, se han abordado algunas características de las

prácticas artísticas transformadoras centradas en el proceso de creación

colectiva. Dichas acciones artísticas orientadas al desarrollo comunitario

poseen un fuerte potencial transformador en lo referente a participación

comunitaria, fortalecimiento de lazos sociales y constitución de la propia

comunidad como sujeto activo de transformación de sus realidades. En este

sentido se puede afirmar que estas prácticas artísticas transformadoras serían

en sí mismas prácticas de Promoción de Salud Mental Comunitaria.

En la sociedad actual caracterizada por la fragilización de vínculos y

desarticulación de espacios de organización comunitaria, el proceso de

creación artística colectiva permite pensar otra forma de vínculo posible más

allá de la desconfianza o desconocimiento. Esto está dado por la posibilidad de

encontrarse con otros para pensar-pensarse y construir futuros posibles a

abordar conjuntamente, conformando un lazo basado en la solidaridad,

compromiso con el otro y la transformación de la propia realidad, siendo éstos

procesos propiciados también desde la Promoción de Salud Mental

Comunitaria.

En este contexto de soledad relacional en que los vínculos barriales, de

vecindad, los familiares extensos, así como los gremiales y de participación

política se labilizan, un proceso de artístico colectivo se constituye en espacio

de resistencia contrahegemónica. A. Stolkiner afirma que hay resistencia en

todas las nuevas formas de solidaridad que se despliegan a contrapelo de las

tendencias hegemónicas, la resistencia se manifiesta de múltiples maneras,

por ejemplo en la capacidad de rescatar la felicidad en los vínculos humanos

aún en situaciones de carencia. (Stolkiner, 2001) Estas prácticas, al ser

contrahegemónicas, sufren las dificultades de ser marginales, poco

reconocidas y legitimadas, invisibilizadas por la misma lógica hegemónica,

teniendo lugar justamente en las grietas donde pueden generar discursos

contrahegemónicos a ser socialmente escuchados.



Bibliografía

Adissi, G; Goldberg, X; Medina, A; Pazos, L. (2008) “Arte, Subjetividad y Salud Mental”. En Frente De Artistas Del Borda. Una experiencia desmanicomializadora. Pag. 168-185. Buenos Aires, Ediciones Madres de Plaza de Mayo.

Bang, C. (2004): “Las ideas de Comunidad y Participación Comunitaria en las Políticas Públicas de Salud para América Latina: perspectiva histórica de actores y procesos implicados a partir de la necesidad actual de una redimensión conceptual”. Tesis de Maestría en Salud Pública Internacional. Revista de difusión científica del Instituto de Salud Carlos III. Madrid.

Bang, C. Medina, A. (2008): “Exclusión social, Nuevos padecimientos y Salud Colectiva” En Frente De Artistas Del Borda. Una experiencia desmanicomializadora. Ediciones Madres de Plaza de Mayo, Buenos Aires. Bang, C.; Wajnerman, C. (2010): “Arte Y Transformación Social: La Importancia de la Creación Colectiva en Intervenciones Comunitarias”. En Revista Argentina de Psicologia. Edición número 48. (Pág. 89-103).

Bidegain, M (2007): Teatro comunitario. Resistencia y Transformación Social. Buenos Aires, Editorial Atuel.

Galende, E. (1992) “Perspectivas en Salud mental en Argentina para la próxima década” Seminario FLACSO_OPS, Buenos Aires. OPS.

OMS (1986): Carta de Ottawa para la Promoción de la Salud. Ottawa, Canadá.

OPS (2009): Declaración de Lima sobre arte, salud y desarrollo. Lima, Perú.

Stolkiner, A. (2001): “Subjetividades de época y prácticas de Salud Mental”. en Revista Actualidad Psicológica No 293, año XXVI. Buenos Aires.

Stolkiner, A. (1994): “Tiempos ‘Posmodernos: Procesos de Ajuste y Salud Mental”. En: Políticas en Salud Mental. Compiladores: Saidon, O y Troianovsky, P. Buenos Aires: Lugar Editorial.

arte y promoción de salud. claudia bang

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