asimov, isaac 04 los limites de la fundacion (1982)

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  • 1. Los lmites de la fundacin Isaac AsimovA Betty Prashker, que insisti, y a Lester del Rey, que me azuz.

2. Isaac Asimov Los lmites de la fundacinPrlogoEl Primer Imperio Galctico se derrumbaba. Haca siglos que declinaba y se debilitaba, yslo un hombre se dio plena cuenta de ello.Ese hombre fue Hari Seldon, el ltimo gran cientfico del Primer Imperio; y fue l quienperfeccion la psicohistoria, la ciencia del comportamiento humano reducido a ecuacionesmatemticas.El ser humano individual es imprevisible, pero Seldon descubri que las reacciones de lamasa humana podan ser tratadas estadsticamente. Cuanto mayor es la masa, mayor esla exactitud de la prediccin. Y el volumen de las masas humanas con las que Seldontrabaj fue nada menos que el de la poblacin de los millones de mundos habitados de laGalaxia.Las ecuaciones de Seldon le revelaron que, de ser abandonado a su suerte, el Imperiocaera y transcurriran treinta mil aos de desdicha y agona humanas antes de que unSegundo Imperio emergiera de las ruinas. No obstante, si fuera posible modificar algunasde las condiciones existentes, ese interregno podra reducirse a un solo milenio,nicamente un millar de aos.Con objeto de lograrlo, Seldon estableci dos colonias de cientficos a las que llamFundaciones. Con toda intencin, las coloc en extremos opuestos de la Galaxia. LaPrimera Fundacin, centrada en las ciencias fsicas, fue instituida con un gran desplieguede publicidad. La existencia de la otra, la Segunda Fundacin, un mundo de cientficospsicohistricos y mentales, fue sumida en el silencio.En la Triloga de las Fundaciones se relata la historia de los cuatro primeros siglos delinterregno. La Primera Fundacin (conocida simplemente como la Fundacin, ya que laexistencia de otra era desconocida para casi todos) empez como una pequeacomunidad perdida en el vaco de la Periferia Exterior de la Galaxia. Peridicamente seenfrentaba a una crisis derivada de las relaciones humanas y las corrientes sociales yeconmicas de la poca. Su libertad de movimientos se limitaba a una lnea determinada,y cuando se mova en esa direccin, un nuevo horizonte de desarrollo se abra ante ella.Todo haba sido planeado por Hari Seldon, fallecido haca ya mucho tiempo.La Primera Fundacin, con su ciencia superior, se apoder de los planetas brbaros quela rodeaban. Se enfrent a los anrquicos guerreros que se haban separado del Imperiomoribundo y los derrot. Se enfrent a los restos del propio Imperio, bajo su ltimoemperador poderoso y su ltimo general poderoso, y los derrot.Pareca que el Plan Seldon segua su curso normal y nada poda evitar que el SegundoImperio fuese establecido a tiempo, y con un mnimo de devastacin intermedia.Pero la psicohistoria es una ciencia estadstica. Siempre existe una pequea posibilidadde que algo falle, y algo fall, algo que Hari Seldon no pudo prever. Un hombre, llamadoel Mulo, apareci repentinamente. Tena poderes mentales en una Galaxia que careca deellos. Moldeaba las emociones de los hombres y formaba sus mentes de modo que susms acrrimos adversarios se convertan en sus leales servidores. Los ejrcitos nopodan, no queran, luchar contra l. La Primera Fundacin cay y el Plan Seldon parecihaber fracasado.Quedaba la misteriosa Segunda Fundacin, a la que la sbita aparicin del Mulo habacogido desprevenida, pero que ahora elaboraba lentamente un contraataque. Su grandefensa era el hecho de su emplazamiento desconocido. El Mulo la busc con elpropsito de conquistar la Galaxia completa. Los fieles que sobrevivieron a la PrimeraFundacin la buscaron para obtener ayuda.Ninguno la encontr. El Mulo fue detenido por la accin de una mujer, Bayta Darell, y esoproporcion tiempo suficiente a la Segunda Fundacin para organizar la accin adecuada Pgina 2 de 247 3. Isaac Asimov Los lmites de la fundaciny, con ella, detener al Mulo para siempre. Lentamente se prepararon para restablecer elPlan Seldon.Pero, en cierto modo, la seguridad de la Segunda Fundacin haba desaparecido. LaPrimera Fundacin conoca la existencia de la Segunda, y la Primera no deseaba unfuturo en el que estuvieran fiscalizados por los mentalistas. La Primera Fundacin erasuperior en fuerza fsica, mientras que la Segunda Fundacin no slo estaba endesventaja por ese hecho, sino por tener que realizar una doble labor: tena que detener ala Primera Fundacin, a la vez que recobrar su anonimato.La Segunda Fundacin, bajo su gran primer orador, Preem Palver, consigui hacerlo.La Primera Fundacin fue inducida a creer que haba vencido, que haba derrotado a laSegunda Fundacin, y fue adquiriendo cada vez ms poder en la Galaxia, totalmenteignorante de que la Segunda Fundacin segua existiendo.Ya han pasado cuatrocientos noventa y ocho aos desde que la Primera Fundacinapareci en escena. Se encuentra en el apogeo de su poder, pero hay un hombre que noacepta las apariencias...1 CONSEJERO1- Naturalmente no lo creo - dijo Golan Trevize, detenindose en los anchos escalones deSeldon Hall y contemplando la ciudad baada por el sol.Trminus era un planeta templado, con un elevado porcentaje de agua/tierra. ComoTrevize pensaba a menudo, la introduccin del control climtico lo haba hecho muchoms cmodo y considerablemente menos interesante.- No creo nada en absoluto - repiti, sonriendo.Sus dientes blancos y uniformes brillaron en su rostro juvenil.Su compaero y colega, Munn Li Compor, que haba adoptado un segundo nombre adespecho de la tradicin de Trminus, mene la cabeza con desasosiego.- Qu es lo que no crees? Que hemos salvado la ciudad?- Oh, eso s que lo creo. Lo hemos hecho, no?Y Seldon dijo que lo haramos, y que actuaramos correctamente hacindolo as, y que llo saba todo hace quinientos aos.Compor baj la voz y dijo casi en un susurro: - Mira, no me importa que me hables de estemodo, porque s que hablas por hablar, pero si vas gritndolo por ah otros te oirn y,francamente, no quiero estar cerca de ti cuando caiga el rayo. No s lo preciso que ser.La sonrisa de Trevize permaneci inalterable y dijo:- Hay algo malo en decir que la ciudad est salvada? Y que lo hemos hecho singuerra?- No haba nadie a quien combatir - repuso Compor. Tena el cabello de un amarillomantecoso y los ojos de un azul celeste, y siempre resista el impulso de alterar esostonos pasados de moda.- No has odo hablar nunca de la guerra civil, Compor? - pregunt Trevize. Este era alto,tena el cabello negro, ligeramente ondulado, y la costumbre de andar con los pulgaresmetidos en el cinturn de suave fibra que siempre llevaba.- Una guerra civil por el emplazamiento de la capital?- La cuestin fue suficiente para provocar una Crisis Seldon. Destruy la carrera polticade Hanni. Nos introdujo a ti y a m en el Consejo a raz de las ltimas elecciones, y el Pgina 3 de 247 4. Isaac Asimov Los lmites de la fundacinproblema persisti... - Movi lentamente una mano, de delante atrs, como una balanza alnivelarse.Se detuvo en los escalones, sin hacer caso de los otros miembros del gobierno y mediosinformativos, as como de las personas influyentes que haban conseguido invitacin parapresenciar el regreso de Seldon (o, en todo caso, el regreso de su imagen).Todos bajaban las escaleras, hablando, riendo, enorgullecindose de la perfeccin detodo, y complacindose en la aprobacin de Seldon.Trevize permaneci inmvil y dej pasar a la multitud. Compor, que estaba dos escalonesms abajo, se detuvo; una invisible cuerda se extenda entre ellos.- No vienes? - pregunt.- No hay prisa. La reunin del Consejo no empezar hasta que la alcaldesa Branno hayarepasado la situacin con su estilo firme y escueto. No tengo prisa por soportar otroaburrido discurso. Mira la ciudad!- Ya la veo. Tambin la vi ayer.- S. Pero la viste hace quinientos aos, cuando fue fundada?- Cuatrocientos noventa y ocho - le corrigi automticamente Compor -. Dentro de dosaos celebrarn el quinto centenario y la alcaldesa Branno an seguir en su cargo, salvoimprevistos que todos esperamos no se produzcan.- Espermoslo - dijo secamente Trevize -. Pero cmo era hace quinientos aos, cuandofue fundada? Una ciudad! Una pequea ciudad, ocupada por un grupo de hombres quepreparaban una Enciclopedia que nunca se termin!- Claro que se termin.- Te refieres a la Enciclopedia Galctica que tenemos ahora? Lo que tenemos no esaquello en lo que ellos trabajaban. Lo que tenemos est en una computadora y esrevisado diariamente. Has visto alguna vez el original incompleto?- El que est en el Museo Hardin?- El Museo de los Orgenes Salvador Hardin. Llammosle por un nombre completo, porfavor, ya que eres tan puntilloso respecto a las fechas exactas. Lo has visto?- No. Debera haberlo hecho?- No, no vale la pena. Pero, en todo caso, ah estaban... un grupo de enciclopedistas,formando el ncleo de una ciudad, una pequea ciudad en un mundo virtualmentedesprovisto de metales, girando alrededor de un sol aislado del resto de la Galaxia, en ellmite, el mismo lmite. Y ahora, quinientos aos ms tarde, somos un mundo suburbano.Esto es un gran parque, con todo el metal que queremos. Ahora estamos en el centro detodo!- No exactamente - replic Compor -. An giramos en torno a un sol aislado del resto de laGalaxia. An estamos en el mismo lmite de la Galaxia.- Ah, no, eso lo dices sin pensar. Esa fue la causa de esta pequea Crisis Seldon. Somosalgo ms que el aislado mundo de Trminus. Somos la Fundacin, que extiende sustentculos por toda la Galaxia y gobierna esa Galaxia desde su emplazamiento en elmismo lmite. Podemos hacerlo porque no estamos aislados, excepto en la situacin, yeso no cuenta.- De acuerdo. Lo acepto. - Evidentemente a Compor le era indiferente y baj otro escaln.La cuerda invisible que haba entre ellos se estir an ms. Trevize alarg una manocomo para tirar de su amigo escalones arriba.- No ves lo que eso significa, Compor? Ha habido un cambio enorme, pero nosotros nolo aceptamos. En el fondo del corazn queremos la pequea Fundacin, la sencillaorganizacin de un solo mundo que tenamos en los viejos tiempos, en aquellos tiemposde frreos hroes y nobles santos que se han ido para siempre.- Oh, vamos! Pgina 4 de 247 5. Isaac AsimovLos lmites de la fundacin- Hablo en serio. Mira Seldon Hall. Para empezar, durante las primeras crisis de la pocade Salvor Hardin, slo era la Bveda del Tiempo, un pequeo auditorio donde apareca laimagen ologrfica de Seldon. Eso era todo. Ahora es un mausoleo colosal, pero tieneuna rampa con campo de fuerza? Una cinta transportadora? Un ascensor gravtico?No, slo estos escalones, y nosotros los bajamos y subimos como Hardin habra tenidoque hacerlo. En una poca extraa e imprevisible, nos aferramos con miedo al pasado.Alarg apasionadamente el brazo.- Hay algn componente estructural visible que sea metlico? Ninguno. No seraconveniente, ya que en tiempos de Salvor Hardin no haba metales nativos y casi ningunoimportado. Incluso instalamos plstico antiguo, rosado por los aos, cuando construimoseste enorme conglomerado, a fin de que los visitantes de otros mundos puedan detenersey exclamar: Galaxia! Qu hermoso plstico antiguo! Te lo digo, Compor, es una farsa.- As pues, es esto en lo que no crees? En Seldon Hall?- Y en todo su contenido - dijo Trevize en un furioso susurro -. No creo que tenga sentidoesconderse aqu, en el lmite del Universo, slo porque nuestros antepasados lo hicieron.Creo que deberamos estar ah fuera, en medio de todo.- Pero Seldon dice que te equivocas. El Plan Seldon est desarrollndose tal como debe.- Lo s. Lo s. Y todos los nios de Trminus son educados para creer que Hari Seldonformul un Plan, que lo previo todo hace cinco siglos, que instituy la Fundacin de modoque anticip ciertas crisis, y dispuso que su imagen apareciera ologrficamente duranteesas crisis, y nos dijera lo mnimo que deberamos saber para continuar hasta la siguientecrisis, y as nos conducira a travs de mil aos de historia hasta que pudiramos edificarun Segundo y Mayor Imperio Galctico sobre las ruinas de la vieja y decrpita estructuraque estaba derrumbndose hace cinco siglos y se desintegr completamente hace dossiglos.- Por qu me dices todo esto, Golan?- Porque te digo que es una farsa. Todo es una farsa, Y aun en el caso de que en unprincipio fuese real, ahora es una farsa! No somos dueos de nosotros mismos. Nosomos nosotros quienes seguimos el Plan.Compor mir escrutadoramente al otro.- Ya me habas dicho cosas as antes de ahora, Golan, pero siempre haba pensado queslo decas ridiculeces para excitarme. Por la Galaxia, ahora creo que hablas en serio.- Claro que hablo en serio!- No puede ser. O bien es una broma pesada a mis expensas o bien has perdido la razn.- Ni lo uno ni lo otro - dijo Trevize, ya calmado, metiendo los pulgares en el cinturn comosi ya no necesitara los gestos de las manos para acentuar la pasin -. Admito haberespeculado otras veces sobre ello, pero solo fue por intuicin. Sin embargo, la farsa queesta maana se ha desarrollado ah adentro me ha abierto los ojos y pretendo, a mi vez,abrir los ojos al Consejo.Compor exclam:- Ests loco!- De acuerdo. Ven conmigo y escucha.Los dos bajaron las escaleras. Eran los nicos que quedaban, los ltimos en completar eldescenso. Y mientras Trevize se adelantaba ligeramente, los labios de Compor semovieron en silencio, lanzando una muda palabra en direccin a la espalda del otro:Tonto!2Pgina 5 de 247 6. Isaac AsimovLos lmites de la fundacinLa alcaldesa Harla Branno declar abierta la sesin del Consejo Ejecutivo. Sus ojoshaban mirado a los reunidos sin muestras visibles de inters; no obstante, ninguno dudde que haba advertido quines estaban presentes y quines no haban llegado todava.Su cabello gris estaba peinado en un estilo que no era marcadamente femenino niimitacin del masculino. Era el modo en que ella lo llevaba, nada ms. Su rostrodesapasionado no destacaba por su belleza, pero no era precisamente belleza lo que unoesperaba ver en l.Era el administrador ms capaz del planeta. Nadie poda acusarla de poseer la brillantezde los Salvor Hardin y los Hober Mallow, cuyas historias animaron los primeros dos siglosde existencia de la Fundacin, pero tampoco nadie poda asociarla con las locuras de loshereditarios Indbur que haban gobernado la Fundacin antes de la aparicin del Mulo.Sus discursos no excitaban la mente de los hombres, ni tena el don del dramatismo, peroposea la capacidad de tomar decisiones sensatas y defenderlas mientras estuvieseconvencida de que eran acertadas. Sin un carisma evidente, tena la habilidad depersuadir a los votantes de que esas decisiones seran acertadas.Puesto que, segn la doctrina de Seldon, el cambio histrico es muy difcil de alterar(siempre salvando lo imprevisible, cosa que la mayora de seldonistas suele olvidar, peseal incidente del Mulo), la Fundacin poda haber mantenido su capital en Trminus bajocualquier circunstancia. Pero esto es un imponderable. Seldon, en su reciente aparicincomo un simulacro de quinientos aos de edad, haba fijado tranquilamente laprobabilidad de continuar en Trminus en un 87,2 por 100.No obstante, incluso para los seldonistas, ello significaba que haba un 12,8 por 100 deposibilidades de que se hubiese realizado el traslado a algn punto ms cercano al centrode la Confederacin de la Fundacin, con todas las fatales consecuencias que Seldonhaba esbozado. El hecho de que esta posibilidad de uno entre ocho no hubiese tenidolugar se deba a la alcaldesa Branno.Era indudable que ella no lo hubiese permitido.Incluso en perodos de considerable impopularidad, se haba aferrado a la decisin deque Trminus era la sede tradicional de la Fundacin y continuara sindolo. Susenemigos polticos haban caricaturizado su pronunciada mandbula (con ciertaefectividad, haba que admitirlo) como un bloque colgante de granito.Y ahora Seldon haba respaldado su punto de vista y, al menos por el momento, eso leproporcionaba una considerable ventaja poltica Al parecer haba dicho un ao antes quesi Seldon la respaldaba en su prxima aparicin, considerara su labor felizmenteconcluida. Entonces se retirara y asumira el papel de ex estadista, en lugar deexponerse a los dudosos resultados de otras guerras polticas.Nadie la haba credo realmente. Estaba familiarizada con las guerras polticas hasta unextremo que pocos haban alcanzado, y ahora que la imagen de Seldon haba aparecido ydesaparecido no daba muestras de querer retirarse.Habl con una voz perfectamente clara y un marcado acento de la Fundacin (en otrostiempos haba sido embajadora en Mandress, pero no haba adoptado el estilo dialcticoimperial que ahora estaba en, boga, y form parte de lo que haba sido una incursin casiimperial en las Provincias Interiores).Dijo:- La Crisis Seldon ha terminado y es tradicin, muy prudente a mi juicio, que no se tomenrepresalias de ninguna clase, ni de hecho ni de palabra, contra los que han respaldado albando equivocado. Muchas personas honestas crean tener buenas razones para quererlo que Seldon no quera. No tiene objeto humillarlas hasta el punto en que slo puedanrecobrar su dignidad censurando el Plan Seldon. A su vez, existe la arraigada y deseablecostumbre de que quienes hayan apoyado al bando perdedor acepten alegremente laPgina 6 de 247 7. Isaac AsimovLos lmites de la fundacinderrota, sin ms discusin. El tema ha quedado relegado al olvido, por ambos lados, parasiempre.Hizo una pausa, escrut las caras reunidas durante un momento, y despus prosigui:- La mitad del tiempo ha pasado, miembros del Consejo; la mitad del perodo de mil aosentre imperios. Ha sido una poca llena de dificultades, pero hemos recorrido un largocamino. En efecto, ya somos casi un Imperio Galctico y no quedan enemigos externosde importancia.El interregno habra durado treinta mil aos, a no ser por el Plan Seldon. Despus detreinta mil aos de desintegracin, quiz no habra quedado fuerza suficiente para volvera formar un imperio. Quiz slo habran quedado mundos aislados y probablementemoribundos.Lo que hoy tenemos se lo debemos a Hari Seldon, y en l hemos de confiar siempre. Elpeligro de aqu en adelante, consejeros, somos nosotros mismos, y a partir de ahora nodebe haber dudas oficiales sobre el valor del Plan. Convengamos ahora, sosegada yfirmemente, en que no deben haber dudas, crticas o condenas oficiales del Plan.Tenemos que apoyarlo incondicionalmente. Ha demostrado su efectividad a lo largo decinco siglos. Constituye la seguridad de la humanidad y no debe ser alterado.Convenido?Hubo un sordo murmullo. La alcaldesa apenas levant la mirada para obtener pruebasvisuales de conformidad. Conoca a todos los miembros del Consejo y saba cmoreaccionaria cada uno. Despus de la victoria, no habra objeciones. El ao siguiente, talvez. Ahora, no. Abordara los problemas del ao siguiente el ao siguiente.Siempre que no...- Control mental, alcaldesa Branno? pregunt Golan Trevize, enfilando el pasillo agrandes zancadas y hablando a gritos, como para compensar el silencio del resto. No semolest en ocupar su asiento que, en su calidad de nuevo miembro, estaba en la ltimafila.Branno sigui sin levantar la mirada.- Sus opiniones, consejero Trevize? - dijo.- Que el gobierno no puede prohibir la libertad de expresin; que todos los individuos, ycon ms motivo los consejeros y consejeras, que han sido elegidos con este fin, tienen elderecho a discutir los temas polticos del da; y que ningn tema poltico puede serdisociado del Plan Seldon.Branno enlaz las manos y levant la mirada. Su rostro era inexpresivo.- Consejero Trevize, ha entrado irregularmente en este debate y ha interrumpido la sesinal hacerlo as. No obstante, le he pedido su opinin y voy a contestarle replic -. No haylmite para la libertad de expresin dentro del contexto del Plan Seldon. Es slo el Plan ensi lo que nos limita por su misma naturaleza. Hay muchas maneras de interpretar losacontecimientos antes de que la imagen tome la decisin final, pero una vez la toma, estadecisin no puede seguir siendo cuestionada en el Consejo. Tampoco puede sercuestionada de antemano, como diciendo: Si Hari Seldon declarara esto y aquello,estara equivocado.- Y si uno lo pensara de verdad, seora alcaldesa?- Entonces podra decirlo, en el caso de que esa persona fuese un particular y discutierael asunto en un contexto particular.- As pues, quiere decir que las limitaciones a la libertad de expresin que usted proponeafectan exclusiva y especficamente a los funcionarios gubernamentales?- Exactamente. Esta no es una norma nueva de la ley de la Fundacin. Ha sido aplicadacon anterioridad por alcaldes de todas las facciones. Un punto de vista particular nosignifica nada; la expresin oficial de una opinin tiene peso y puede ser peligrosa. Nohemos llegado hasta tan lejos para exponernos ahora al peligro.Pgina 7 de 247 8. Isaac Asimov Los lmites de la fundacin- Permtame indicarle, seora alcaldesa, que esa norma suya ha sido aplicada, escasa eirregularmente, a ciertos decretos del Consejo. Nunca se ha aplicado a algo tan vasto eindefinible como el Plan Seldon.- El Plan Seldon necesita ms proteccin, porque es precisamente ah donde las dudaspueden ser ms fatales.- No considerara usted, alcaldesa Branno...?- Trevize se volvi, dirigindose ahora a los miembros del Consejo, que parecan habercontenido unnimemente la respiracin, como esperando el resultado del duelo -. Noconsideraran ustedes, miembros del Consejo, que hay motivos para pensar que no existeningn Plan Seldon?- Todos hemos sido testigos de su funcionamiento hoy mismo - dijo la alcaldesa Branno,ms sosegada cuanto mayor era el apasionamiento y la elocuencia de Trevize.- Precisamente porque hoy hemos visto su funcionamiento, consejeros y consejeras,podemos darnos cuenta de que el Plan Seldon, tal como nos han enseado a creer, nopuede existir.- Consejero Trevize, ste no es su turno de intervencin y no debe continuar en estalnea.- Tengo los privilegios de mi cargo, alcaldesa.- Esos privilegios han sido revocados, consejero.- Usted no puede revocarlos. Su declaracin limitando la libertad de expresin no puedetener, en s misma, la fuerza de ley. El Consejo no ha votado formalmente, alcaldesa, yaunque lo hubiera hecho, yo tendra derecho a cuestionar su legalidad.- La revocacin, consejero, no tiene nada que ver con mi declaracin protegiendo el PlanSeldon.- Entonces, en qu se basa?- Se le acusa de traicin, consejero. Har el favor al Consejo de no arrestarle dentro de laCmara, pero en la puerta le esperan miembros de Seguridad que le tomarn bajo sucustodia cuando salga. Ahora le pido que salga sin oponer resistencia. En el caso de quehaga algn movimiento imprudente, lo consideraremos un peligro inmediato y Seguridadentrar en la Cmara. Confo en que no sea necesario.Trevize frunci el ceo. En la sala reinaba un silencio absoluto. (Acaso todos loesperaban, todos menos l y Compor?) Dirigi la mirada hacia la salida. No vio nada, peroestaba seguro de que la alcaldesa Branno no fanfarroneaba.Balbuce con rabia:- Repre.., represento a un importante grupo de votantes, alcaldesa Branno...- Sin duda se sentirn decepcionados.- En qu pruebas basa esta absurda acusacin?- Lo sabr en su momento, pero puede estar seguro de que tenemos todo lo quenecesitamos. Es usted un joven muy indiscreto y debera haber comprendido que alguienpoda ser amigo suyo y, sin embargo, no estar dispuesto a ayudarle en su traicin.Trevize se volvi en redondo para fijar la mirada en los ojos azules de Compor, que no seinmut.La alcaldesa Branno dijo tranquilamente:- Recuerden todos los testigos que cuando he hecho mi ltima declaracin, el consejeroTrevize se ha vuelto a mirar al consejero Compor. Quiere salir ahora, consejero, o meobligar a incurrir en el deshonor de un arresto dentro de la Cmara?Golan Trevize se volvi, subi nuevamente los escalones y, en la puerta, dos hombresuniformados y armados lo flanquearon.Harla Branno, mirndolo impasiblemente, murmur a travs de sus labios apenasentreabiertos:- Tonto! Pgina 8 de 247 9. Isaac Asimov Los lmites de la fundacin3Liono Kodell haba sido director de Seguridad durante todo el perodo de administracinde la alcaldesa Branno. Como le gusta decir, no era un trabajo agotador, aunquenaturalmente nadie saba si menta o no. No pareca mentiroso, pero eso no significabanada.Tena un aspecto agradable y cordial, y muy posiblemente eso fuera adecuado para elcargo. Estaba bastante por debajo de la estatura media, y bastante por encima del pesomedio; llevaba un tupido bigote (algo inslito para un ciudadano de Trminus) que ya erams blanco que gris; tena unos brillantes ojos marrones, y un parche caracterstico de uncolor bsico marcaba el bolsillo superior de su mono pardusco.- Sintese, Trevize. Me gustara que hablramos amistosamente, si es posible - dijo.- Amistosamente? Con un traidor? Trevize introdujo ambos pulgares en el cinturn ypermaneci en pie.- Con un acusado de traicin. An no hemos llegado al punto en que una acusacin,aunque sea hecha por la propia alcaldesa, equivalga a una condena. Confo en que nuncalleguemos. Mi misin es absolverle, si puedo. Preferira hacerlo ahora, cuando todava nose ha causado ningn dao, excepto, quiz, a su orgullo, que verme forzado a exponer elcaso en juicio pblico. Espero que opine igual que yo.Trevize no se abland.- No se moleste en congraciarse conmigo. Su misin es tratarme como si fuese un traidor.No lo soy, y me desagrada tener que demostrar este punto a su satisfaccin. Por qu nodemuestra usted su lealtad a mi satisfaccin?- En principio, no hay inconveniente. Sin embargo, lo triste del caso es que yo tengo elpoder de mi lado, y usted no. Por este motivo el privilegio de interrogar es mo, no suyo. Sialguna sospecha de deslealtad o traicin recayera sobre m, supongo que mereemplazaran, y entonces sera interrogado por algn otro que, espero seriamente, nome tratara peor de lo que yo pretendo tratarle a usted.- Y cmo pretende tratarme?- Confo en que como a un amigo, y a un igual, si usted est dispuesto a hacer lo mismo.- Puedo pedirle una copa? - pregunt Trevize con amargura.- Ms tarde, quiz, pero ahora le ruego que se siente. Se lo pido como amigo.Trevize titube y luego se sent. De repente le pareci absurdo mantener su actituddesafiante.- Y ahora, qu? - pregunt Trevize con amargura.- Ahora, puedo pedirle que conteste a mis preguntas sinceramente y sin evasivas?- Y si no lo hago? Cul es la amenaza? Una sonda psquica?- Espero que no.- Yo tambin lo espero. No es sistema para un consejero. No revelara una traicin, ycuando me absolvieran, pedira su cabeza y quiz tambin la de la alcaldesa. Tal vezvaldra la pena someterme a una sonda psquica.Kodell frunci el ceo y mene ligeramente la cabeza.- Oh, no. Oh, no: Hay demasiado peligro de lesin cerebral. A veces resulta difcil decurar, y no le compensara. Seguro. Ver, algunas veces, cuando no hay ms remedioque utilizar la sonda psquica...- Una amenaza, Kodell?- Una declaracin de hecho, Trevize. No me interprete mal, consejero. Si debo recurrir aese sistema lo har, y aunque sea usted inocente no le servir de nada.- Qu quiere decir? Pgina 9 de 247 10. Isaac AsimovLos lmites de la fundacinKodell accion un interruptor que haba en la mesa frente a l y dijo:- Todo lo que yo le pregunte y usted me conteste ser grabado, tanto en imagen como ensonido. No quiero ninguna declaracin gratuita o fuera de tono. Por lo menos, esta vez.Estoy seguro de que lo comprende.- Comprendo que slo grabar lo que le plazca - dijo Trevize con desprecio.- Es cierto, pero le repito que no me interprete mal. No falsear nada de lo que usted diga.Lo utilizar o no, eso es todo. Pero usted sabr que no lo utilizar y no nos har perder eltiempo ni a usted ni a m.- Ya lo veremos.- Tenemos razones para pensar, consejero Trevize - y el toque de formalidad queimprimi a su voz fue prueba suficiente de que estaba grabando -, que ha declaradoabiertamente y en numerosas ocasiones que no cree en la existencia del Plan Seldon.Trevize contest con lentitud:- Si lo he dicho tan abiertamente, y en numerosas ocasiones, qu ms necesitan?- No perdamos el tiempo en subterfugios, consejero. Usted sabe que lo que deseo es unreconocimiento explcito en su propia voz, caracterizada por sus propias huellas sonoras,bajo condiciones en las que tiene pleno dominio de s mismo.- Porque, supongo, el empleo de algn producto hipntico, qumico o no, alterada lashuellas sonoras?- Muy notablemente.- Y usted est ansioso por demostrar que no ha utilizado ningn mtodo ilegal parainterrogar a un consejero? No le culpo.- Me alegro de que no me culpe, consejero. As pues, continuemos. Usted ha declaradoabiertamente, y en numerosas ocasiones, que no cree en la existencia del Plan Seldon.Lo admite?Trevize dijo lentamente, escogiendo las palabras:- No crea que lo que llamamos Plan de Seldon tenga el significado que solemos darle.- Una declaracin muy imprecisa. Le importara explicarse con ms detalle?- Opino que la creencia general de que Hari Seldon, hace quinientos aos, utilizando laciencia matemtica de la psicohistoria, traz el curso de los acontecimientos humanoshasta el ltimo detalle y que nosotros seguimos un curso destinado a llevarnos desde elPrimer Imperio Galctico hasta el Segundo Imperio Galctico por la lnea de mximaprobabilidad, es ingenua. No puede ser as.- Quiere usted decir que, en su opinin, Hari Seldon nunca existi?- De ningn modo. Claro que existi.- Que no desarroll la ciencia de la psicohistoria?- No, claro que no quiero decir tal cosa. Escuche, director, se lo habra explicado alConsejo si me lo hubieran permitido, y voy a explicrselo a usted. La verdad de lo que ledir es tan terminante...El director de Seguridad haba desconectado silenciosamente, y sin ningn disimulo, elaparato grabador.Trevize hizo una pausa y frunci el ceo.- Por qu ha hecho eso?- Me est haciendo perder el tiempo, consejero.No le he pedido un discurso.- Me ha pedido que explique mi punto de vista, no?- De ningn modo. Le he pedido que conteste mis preguntas; sencilla, directa yfrancamente. Conteste slo las preguntas y no aada nada ms. Hgalo y no tardaremosdemasiado.Trevize dijo: Pgina 10 de 247 11. Isaac AsimovLos lmites de la fundacin- Quiere decir que me arrancar declaraciones que reforzarn la versin oficial de lo quesupuestamente he hecho.- Slo le pedimos que diga la verdad, y le aseguro que no falsearemos sus declaraciones.Intentmoslo de nuevo, por favor. Estbamos hablando de Hari Seldon. - Volvi a poner lagrabadora en marcha y repiti con calma -: Que no desarroll la Ciencia de lapsicohistoria?- Claro que desarroll la ciencia que llamamos psicohistoria - dijo Trevize, sin poderdisimular su impaciencia y gesticulando con exasperada pasin.- Que usted definira... cmo?- Galaxia! Suele definirse como la rama de las matemticas que estudia las reaccionesgenerales de amplios grupos de seres humanos ante determinados estmulos y bajodeterminadas circunstancias. En otras palabras, se cree que predice los cambios socialese histricos.- Ha dicho se cree. Lo duda usted bajo el punto de vista de la experienciamatemtica?- No - contest Trevize -. Yo no soy psicohistodador. Tampoco lo es ningn miembro delgobierno de la Fundacin, ni ningn ciudadano de Trminus, ni ningn... .Kodell alz la mano y dijo suavemente:- Consejero, por favor! - Y Trevize se call.- Tiene usted algn motivo para suponer que Hari Seldon no hizo los anlisis necesariosque combinaran, con la mayor eficacia posible, los factores de mxima probabilidad ymenor duracin en el camino que conduce del Primer al Segundo Imperio por medio de laFundacin? - continu Kodell.- Yo no estaba all - dijo sardnicamente Trevize -. Cmo quiere que lo sepa?- Puede saber que no lo hizo?- No.- Niega usted, quiz, que la imagen ologrfica de Hari Seldon que ha aparecido durantecada una de las crisis histricas acaecidas durante los ltimos quinientos aos es, enrealidad, una reproduccin del mismo Hari Seldon, hecha en el ltimo ao de su vida,poco antes de la constitucin de la Fundacin?- Supongo que no puedo negarlo.- Lo supone. Pretende usted decir que es un fraude, un engao urdido por alguien enel pasado con algn propsito?Trevize suspir.- No. No afirmo tal cosa.- Est dispuesto a afirmar que los mensajes transmitidos por Hari Seldon han sidomanipulados de algn modo por alguien determinado?- No. No tengo motivos para creer que dicha manipulacin sea posible o provechosa.- Comprendo. Usted ha presenciado la ms reciente aparicin de la imagen de Seldon.Le ha parecido que su anlisis, preparado hace quinientos aos, no se ajusta a lascircunstancias actuales con suficiente exactitud?- Al contrario - dijo Trevize con sbito regocijo -. Se ajusta con toda exactitud.Kodell pareci indiferente a la emocin del otro.- Y no obstante, consejero, tras la aparicin de Seldon, usted sigue manteniendo que elPlan Seldon no existe.- Claro que s. Mantengo que no existe precisamente porque el anlisis se ajusta con talexactitud...Kodell haba desconectado la grabadora.- Consejero - dijo, meneando la cabeza -, me obliga a borrar. Le pregunto si siguemanteniendo esa extraa creencia suya y empieza a darme razones. Djeme repetirle la Pgina 11 de 247 12. Isaac AsimovLos lmites de la fundacinpregunta: Y no obstante, consejero, tras la aparicin de Seldon, usted sigue manteniendoque el Plan Seldon ni existe.- Cmo lo sabe? Nadie ha tenido la oportunidad de hablar con el amigo que me delat,Compor, despus de la aparicin.- Digamos que lo hemos supuesto, consejero. Y digamos que usted ya ha contestado,claro que si. Si quiere volver decirlo, sin aadir nada ms, podremos continuar.- Claro que s - dijo Trevize con irona.- Bueno dijo Kodell -, escoger el claro que Si que suene ms natural. Gracias,consejero.- Y desconect nuevamente la grabadora.Trevize pregunt:- Eso es todo?- Para lo que yo necesito, si.- Al parecer, lo que usted necesita es una serie de preguntas y respuestas que puedapresentar a Trminus y a toda la Confederacin de la Fundacin a la cual gobierna, parademostrar que acepto totalmente la leyenda del Plan Seldon. Esto har parecer quijotescao demente cualquier desmentida que yo haga despus.- O incluso una traicin a los ojos de una excitada multitud que ve el Plan como esencialpara la seguridad de la Fundacin. Quiz no sea necesario divulgar esto, consejeroTrevize, si podemos llegar a algn acuerdo, pero si fuera necesario nos encargaramos deque la Confederacin lo oyera.- Es usted suficientemente tonto, seor dijo Trevize, con el ceo fruncido -, para noquerer saber lo que realmente tengo que decir?- Como ser humano estoy muy interesado en saberlo, y si llega el momento apropiado leescuchar con inters y un cierto grado de escepticismo. Sin embargo, como director deSeguridad, tengo, en este momento, exactamente lo que necesito.- Espero que sepa que no les servir de nada, ni a usted ni a la alcaldesa.- Aunque le parezca extrao, no opino lo mismo. Ahora ya puede marcharse. Custodiado,naturalmente.- Adnde me van a llevar?Kodell tan slo sonri.- Adis, consejero. No ha cooperado demasiado, pero habra sido poco realista esperarque lo hiciera.Alarg la mano.Trevize, levantndose, simul no verla. Se alis las arrugas del cinturn y dijo:- No hace ms que retrasar lo inevitable. Debe de haber otros que piensan como yo, o loshabr ms tarde. Encarcelarme o matarme causar extraeza y, a la larga, acelerar lageneralizacin de esa manera de pensar. Al final la verdad y yo ganaremos.Kodell retir la mano y sacudi lentamente la cabeza.- De verdad, Trevize dijo -, usted es tonto.4Era medianoche cuando dos guardias fueron a sacar a Trevize de lo que era, tena queadmitirlo, una lujosa habitacin en la Direccin General de Seguridad. Lujosa, perocerrada con llave. La celda de una prisin, en todo caso.Trevize dispuso de ms de cuatro horas para intentar justificarse amargamente, paseandocon nerviosismo de un lado a otro durante todo el rato.Por qu haba confiado en Compor?Por qu no? Pareca tan claramente convencido. Pgina 12 de 247 13. Isaac AsimovLos lmites de la fundacinNo, eso no. Pareca tan dispuesto a dejarse convencer. No, eso tampoco. Pareca tanestpido, tan fcilmente dominado, tan ciertamente desprovisto de cerebro y opinionespropias que Trevize aprovech la ocasin de utilizarlo como una cmoda caja armnica.Compor haba ayudado a Trevize a mejorar y pulir sus opiniones. Haba resultado til, yTrevize haba confiado en l por la sencilla razn de que le haba convenido hacerlo as.Pero ahora era intil intentar decidir si deba haber descubierto el juego de Compor. Debahaber seguido la regla: no confiar en nadie.Sin embargo, puede uno vivir sin confiar en nadie?Evidentemente haba que hacerlo.Y, quin habra pensado que Branno tendra la audacia de arrestar a un miembro delConsejo, y que ni uno solo de los dems consejeros movera un dedo para proteger a unode los suyos? Aunque hubieran discrepado totalmente con Trevize, aunque hubieranestado dispuestos a apostar su sangre, hasta la ltima gota, por la rectitud de Branno; detodos modos, deberan haberse rebelado, por principio, contra esa violacin de susprerrogativas. A veces llamaban a Branno la mujer de bronce, y ciertamente actuabacon rigor metlico...A menos que ella misma ya estuviera en las garras de...No! Este camino desembocaba en la paranoia!Y sin embargo...Su mente andaba de puntillas y en crculos, y no haba podido librarse de lospensamientos intiles repetitivos cuando llegaron los guardias.- Tendr que venir con nosotros, consejero dijo el mayor de los dos con gravedaddesprovista de emocin. Su insignia revelaba su graduacin de teniente. Tena unapequea cicatriz en la mejilla derecha, y pareca cansado, como si hubiera estado en supuesto demasiado tiempo y hubiera hecho demasiado poco, como poda esperarse de unsoldado cuyo pueblo haba vivido en paz durante ms de un siglo.Trevize no se movi.- Su nombre, teniente.- Soy el teniente Evander Sopellor, consejero.- Se dar cuenta de que est quebrantando la ley, teniente Sopellor. No puede arrestar aun consejero.El teniente dijo:- Tenemos rdenes directas, seor.- Eso no importa. No pueden ordenarle que arreste a un consejero. Debe comprender quese expone a un consejo de guerra.El teniente dijo:- No le estoy arrestando, consejero.- Entonces no tengo que ir con usted, verdad?- Nos han ordenado que le escoltemos hasta su casa.- Conozco el camino.- Y que le protejamos hasta llegar a ella.- De qu? O de quin?- De cualquier multitud que pueda reunirse.- A medianoche?- Por eso hemos esperado hasta medianoche, seor. Y ahora, seor, por su propiaseguridad, debo pedirle que venga con nosotros. Puedo decirle, no como amenaza, sinocomo informacin, que estamos autorizados a emplear la fuerza si es necesario.Trevize repar en los ltigos neurnicos con que iban armados. Se levant con lo queesperaba fuese dignidad.- A mi casa, pues. O descubrir que van a llevarme a la crcel? Pgina 13 de 247 14. Isaac AsimovLos lmites de la fundacin- No hemos recibido instrucciones de mentirle, seor - dijo el teniente con un orgullopropio.Trevize comprendi que estaba en presencia de un profesional, que exigira una ordendirecta antes de mentir, y que incluso entonces su expresin y tono de voz le delataran.Trevize dijo:- Le pido perdn, teniente. No quera dar a entender que dudaba de su palabra.Un vehculo de superficie les aguardaba en el exterior. La calle estaba vaca y no habaindicios de hombre alguno, mucho menos de una multitud, pero el teniente no habafaltado a la verdad. No haba dicho que en el exterior hubiese una multitud o que fuera acongregarse. Se haba referido a cualquier multitud que pueda reunirse. Slo habadicho pueda.El teniente mantuvo cuidadosamente a Trevize entre s mismo y el vehculo. Trevize nohabra podido escabullirse y huir. El teniente entr despus de l y se sent a su lado enla parte trasera.El coche arranc.Trevize dijo:- Una vez est en casa, supongo que podr hacer lo que quiera..., que podr marcharme,por ejemplo, si as lo deseo.- No tenemos rdenes de obstaculizar sus movimientos, consejero, en ningn sentido,excepto en el caso de que supongan un peligro para usted.- Un peligro? Le importara concretar un poco ms?- Tengo instrucciones de comunicarle que una vez est en su casa, no podr salir de ella.Las calles no son seguras para usted y yo soy responsable de su seguridad.- Quiere decir que estoy bajo arresto domiciliario.- No soy abogado, consejero. No s lo que eso significa.Desvi la mirada hacia el frente, pero su codo toc el costado de Trevize. Trevize nohabra podido moverse, ni siquiera un poco, sin que el teniente lo notara.El coche se detuvo ante la pequea casa de Trevize en el suburbio de Flexner. En esemomento no viva con nadie, Flavella se haba cansado de la vida irregular que su cargode consejero le obligaba a llevar, y no esperaba que nadie estuviera aguardndole.- Puedo bajar? - pregunt Trevize.- Yo bajar primero, consejero. Le escoltaremos hasta dentro.- Por mi seguridad?- S, seor.Dos guardias esperaban en el vestbulo. Haba una lamparilla encendida, pero lasventanas haban sido opacadas y no se vea ninguna luz desde el exterior.Durante un momento se sinti indignado por la invasin y despus se encogi dehombros. Si el Consejo no poda protegerle en la misma Cmara del Consejo, eraevidente que su casa no poda servirle de fortaleza.Trevize dijo:- A cuntos de ustedes tengo aqu? A un regimiento?- No, consejero - dijo una voz, recia y firme -. Slo hay una persona aparte de las que ve,y hace mucho rato que le espero.Harla Branno, alcaldesa de Trminus, apareci en el umbral de la puerta que conduca alsaln.- No le parece que ya es hora de que hablemos?Trevize la mir con asombro.- Todo este jaleo para...Pero Branno le interrumpi con voz baja y enrgica:- Silencio, consejero. Y ustedes cuatro, fuera. Fuera! Aqu todo ir bien. Pgina 14 de 247 15. Isaac AsimovLos lmites de la fundacinLos cuatro guardias saludaron y giraron sobre sus talones. Trevize y Branno se quedaronsolos. 2 ALCALDESA5Branno haba esperado una hora, reflexionando fatigosamente. Hablando con propiedad,era culpable de allanamiento de morada. Lo que es ms, haba violado, de formatotalmente inconstitucional, los derechos de un consejero. Segn las estrictas leyes queestablecan las prerrogativas de los alcaldes, desde la poca de Indbur III y el Mulo, hacacasi dos siglos, poda ser inculpada.Sin embargo, ese preciso da y durante veinticuatro horas no poda cometer ningunaequivocacin.Pero pasara. Se agit con nerviosismo.Los primeros dos siglos haban sido la Edad de Oro de la Fundacin, la Era Heroica; almenos retrospectivamente, si no para los desdichados que vivieron en una poca taninsegura. Salvor Hardin y Hober Mallow fueron los dos grandes hroes, semidivinizadoshasta el punto de rivalizar con el incomparable Hari Seldon en persona. Los tresconstituan un trpode sobre el que descansaba toda la leyenda de la Fundacin (e inclusola historia de la Fundacin).No obstante, en aquellos das la Fundacin slo era un mundo insignificante, con untenue dominio sobre los Cuatro Reinos y nicamente una idea aproximada del grado deproteccin que el Plan Seldon ejerca sobre ella, defendindola incluso contra los restosdel potente Imperio Galctico.Y a medida que aumentaba el poder de la Fundacin como entidad poltica y comercial,disminua la importancia de sus gobernantes y combatientes.Lathan Devers haba sido casi olvidado. Si por algo se le recordaba, era por su trgicamuerte en las minas de esclavos ms que por su innecesaria pero triunfal lucha contra BelRiose.En cuanto a Bel Riose, el adversario ms noble de la Fundacin, tambin haba sido casiolvidado, eclipsado por el Mulo, el nico de todos sus enemigos capaz de truncar el PlanSeldon y vencer y dominar a la Fundacin. Slo l era el Gran Enemigo; en realidad, elltimo de los Grandes.Pocos recordaban que el Mulo haba sido derrotado, en esencia, por una sola persona,una mujer, Bayta Darell, y que haba logrado la victoria sin ayuda de nadie, sin siquiera elapoyo del Plan Seldon.Tambin se haba casi llegado a olvidar que su hijo y su nieta, Toran y Arkady Darell,derrotaron a la Segunda Fundacin, consiguiendo que la Fundacin, la PrimeraFundacin, recuperase la supremaca.Estos triunfadores de tiempos recientes ya no eran figuras heroicas. Los tiempos sehaban vuelto demasiado expansivos para hacer otra cosa que reducir a los hroes aordinarios mortales. Adems, la biografa de Arkady sobre su abuela la haba convertidode herona en personaje de novela.Y desde entonces no haba habido hroes; ni siquiera personajes de novela. La guerrakalganiana fue el ltimo momento de violencia que afect a la Fundacin, y se fue unconflicto de poca relevancia.Casi dos siglos de virtual paz! Ciento veinte aos sin el ms leve araazo en una solanave. Haba sido una paz buena, Branno lo reconoca, una paz beneficiosa. La Fundacinno haba constituido un Segundo Imperio Galctico, segn el Plan Seldon, slo estaba a Pgina 15 de 247 16. Isaac AsimovLos lmites de la fundacinmedio camino de hacerlo, pero, como la Confederacin de la Fundacin, ejerca un fuertecontrol econmico sobre un tercio de las diseminadas unidades polticas de la Galaxia, einflua en lo que no dominaba. Haba pocos lugares donde Soy de la Fundacin nocausara respeto. Nadie tena ms alto rango en todos los millones de mundos habitadosque el alcalde de Trminus.Este segua siendo el ttulo. Haba sido heredado del caudillo de una ciudad pequea,aislada y casi olvidada en el lmite de la civilizacin, casi cinco siglos antes, pero a nadiese le ocurrira cambiarlo o darle un tomo de sonido ms glorioso. Slo el casi olvidadottulo de Majestad Imperial poda rivalizar con l.Excepto en la propia Trminus, donde los poderes del alcalde estaban cuidadosamentelimitados, el recuerdo de los Indbur an perduraba. No era su tirana lo que el pueblo nopoda olvidar, sino el hecho de que haban perdido frente al Mulo.Y all estaba ella, Harla Branno, la ms fuerte desde la muerte del Mulo (ella lo saba) ynicamente la quinta mujer en ocupar el cargo. Slo ese da haba podido utilizarabiertamente su poder.Haba luchado por su interpretacin de lo que era correcto y lo que deba serlo, contra latenaz oposicin de quienes aspiraban al prestigioso Interior de la Galaxia y al aura delpoder Imperial, y haba vencido.An no, haba dicho. An no! Lanzaos demasiado pronto hacia el Interior y perderis poresta razn y aqulla. Y Seldon haba aparecido y la haba respaldado con un lenguajecasi idntico al suyo.Esto la haba hecho, por una vez y a juicio de toda la Fundacin, tan sabia como el propioSeldon. Sin embargo, no ignoraba que podan olvidarlo en cualquier momento.Y este joven se atreva a desafiarla en un da tan sealado.Y se atreva a tener razn!Este era el peligro. Tena razn! Y como tena razn, poda destruir la Fundacin!Y ahora se encontraba frente a l y estaban solos.- No poda venir a verme en privado? Tena que gritarlo en la Cmara del Consejo porun deseo estpido de ponerme en ridculo? Qu es lo que ha hecho, muchachoinsensato? - dijo tristemente.6Trevize se sinti enrojecer y luch por controlar su ira. La alcaldesa era una mujer a puntode cumplir los sesenta y tres aos. Dud en lanzarse a una violenta discusin con alguienque casi le doblaba la edad.Adems, ella tena experiencia en guerras polticas y saba que si lograba irritar a suoponente desde un principio casi habra ganado la batalla. Pero para que dicha tcticaresultara efectiva se necesitaba pblico y all no haba pblico ante el que uno pudiera serhumillado. Slo estaban ellos dos.Por lo tanto hizo caso omiso de sus palabras y se esforz en examinarladesapasionadamente. Era una anciana vestida a la moda unisex que prevaleca desdehaca dos generaciones. No le sentaba bien. La alcaldesa, lder de la Galaxia, si es quehaba algn lder, era una simple anciana que podra haber sido confundida fcilmentecon un anciano si, en vez de llevar su cabello gris oscuro recogido en un tirante moo, lohubiese llevado suelto al estilo tradicional masculino.Trevize sonri con simpata. Por ms que una anciana oponente se esforzara en que elepteto muchacho sonara como un insulto, este muchacho en particular tena laventaja de la juventud y la apostura, as como la plena conciencia de ambas. Pgina 16 de 247 17. Isaac Asimov Los lmites de la fundacin- Es cierto. Tengo treinta y dos aos y, por lo tanto, soy un muchacho, por as decirlo.Tambin soy un consejero y, por lo tanto, ex officio, insensato. Lo primero es inevitable.En cuanto a lo segundo, slo puedo decir que lo siento - dijo.- Sabe lo que ha hecho? No se quede ah, intentando mostrarse ingenioso. Sintese.Ponga el cerebro en funcionamiento, si es que puede, y contsteme racionalmente.- S lo que he hecho. He dicho la verdad tal como la veo.- Y en un da como hoy trata de desafiarme con ella? En un da como hoy, cuando miprestigio es tal que he podido expulsarle de la Cmara del Consejo y arrestarle, sin quenadie se atreviese a protestar?- El Consejo recobrar el aliento y protestar. Quiz estn protestando ahora mismo. Yme escucharn todava ms gracias a la persecucin de que usted me hace objeto.- Nadie le escuchar porque si le creyera capaz de continuar lo que ha estado haciendo,seguira tratndole como a un traidor sin reparar en medios.- En ese caso, debera someterme a juicio. Tendra una oportunidad ante el tribunal.- No cuente con eso. Los poderes del alcalde en caso de emergencia son enormes,aunque raramente se utilicen.- Sobre qu base declarara una emergencia?- Inventara cualquier motivo. Sigo siendo muy ingenua y no temo los riesgos polticos. Nome presione, joven. Llegaremos a. un acuerdo ahora o jams recuperar su libertad.Pasar el resto de su vida en prisin. Se lo garantizo.Sus ojos se encontraron; grises los de Branno, marrones los de Trevize.Trevize dijo:- Qu clase de acuerdo?- Ah. Siente curiosidad. Eso est mejor. Ahora podremos dejar de atacarnos y empezar ahablar. Cul es su punto de vista?- Lo sabe muy bien. Ha estado chismorreando con Compor, no es as?- Quiero que usted me lo explique... a la luz de la Crisis Seldon recin ocurrida.- Muy bien, si eso es lo que quiere... seora alcaldesa! -(Haba estado a punto de deciranciana) -. La imagen de Seldon ha sido demasiado precisa, excesivamente precisadespus de quinientos aos. Segn creo, es .la octava vez que aparece. En algunasocasiones, no hubo nadie para orle. Al menos en una ocasin, en tiempos de Indbur III, loque dijo no se ajustaba en absoluto a la realidad..., pero eso fue en tiempo del Mulo,verdad? Sin embargo, cundo, en cualquiera de esas ocasiones, ha sido tan precisocomo hoy? - Trevize se permiti una ligera sonrisa -. Nunca, seora alcaldesa,atenindonos a nuestras grabaciones, ha conseguido Seldon describir la situacin tanperfectamente, hasta el ms pequeo detalle.Branno dijo:- Esta sugiriendo que la aparicin de Seldon, la imagen ologrfica, ha sido falsificada;que las grabaciones de Seldon han sido preparadas por un contemporneo como, porejemplo, yo misma; que un actor desempeaba el papel de Seldon?- No sera imposible, seora alcaldesa, pero lo que quiero decir no es eso. La verdad esmucho peor. Creo que lo que vemos es la imagen de Seldon, y que su descripcin delmomento actual es la descripcin que prepar hace quinientos aos. Es lo que le he dichoa su colaborador, Kodell, quien me ha guiado cuidadosamente a travs de una charadaen la que yo pareca respaldar las supersticiones de cualquier miembro poco reflexivo dela Fundacin.- S. En caso necesario, utilizaremos la grabacin para demostrar a la Fundacin queusted nunca ha estado realmente en la oposicin.Trevize extendi los brazos.Pgina 17 de 247 18. Isaac AsimovLos lmites de la fundacin- Pero lo estoy. El Plan Seldon, tal como nosotros creemos que es, no existe; no haexistido desde hace quiz dos siglos. Lo sospecho desde hace aos. Y lo que hemosvisto en la Bveda del Tiempo hace doce horas lo demuestra.- Porque Seldon ha sido demasiado preciso?- Eso es. No sonra. Es la prueba concluyente.- Como ve, no sonro. Prosiga.- Cmo puede haber sido tan preciso? Hace dos siglos, el anlisis de Seldon sobre loque entonces era el presente fue completamente errneo. Haban pasado trescientosaos desde el establecimiento de la Fundacin y volvi a equivocarse. Completamente!- Eso, consejero, lo ha explicado usted mismo hace unos momentos. La causa fue elMulo. El Mulo era un mutante con intenso poder mental y no haba habido manera detenerle en cuenta en el Plan.- Pero, de todos modos, surgi. El Plan Seldon fue interrumpido. El Mulo no goberndurante mucho tiempo y no tuvo sucesores. La Fundacin recuper su independencia ysu dominio, pero cmo pudo el Plan Seldon reanudar su curso despus de undescalabro tan enorme?Branno frunci el ceo y enlaz fuertemente las manos.- Ya sabe la respuesta. Somos una de dos Fundaciones. Ha ledo los libros de historia.- He ledo la biografa de Arkady sobre su abuela, despus de todo es una lecturaobligatoria en la escuela, y tambin he ledo sus novelas. He ledo la versin oficial de lahistoria del Mulo y los que gobernaron a continuacin. Me permite que dude de ellas?- En qu sentido?- Oficialmente nosotros, la Primera Fundacin, debamos preservar los conocimientos delas ciencias fsicas y ampliarlos. Debamos actuar abiertamente, de modo que nuestrodesarrollo histrico siguiera el Plan Seldon, lo supiramos o no. Sin embargo tambinestaba la Segunda Fundacin, que deba conservar y desarrollar las cienciaspsicolgicas, incluida la psicohistoria, y su existencia deba ser un secreto incluso paranosotros. La Segunda Fundacin era el rgano sintonizador del Plan, y actuaba ajustandolas corrientes de la historia galctica, cuando se desviaban del camino trazado por elPlan.- Se est contestando a s mismo - dijo la alcaldesa -. Bayta Darell derrot al Mulo, quizbajo la inspiracin de la Segunda Fundacin, aunque su nieta asegure que no fue as. Sinembargo, no cabe duda de que fue la Segunda Fundacin la que luch por encarrilar lahistoria galctica hacia el plan tras la muerte del Mulo, y es evidente que lo logr.As pues, se puede saber de qu est hablando, consejero?- Seora alcaldesa, si nos guiamos por el relato de Arkady Darell, est claro que laSegunda Fundacin, al intentar corregir la historia galctica, desbarat todo el proyecto deSeldon, ya que al intentar corregir destruy su propio carcter secreto. Nosotros, laPrimera Fundacin, descubrimos que nuestro homnimo, la Segunda Fundacin, exista,y no podamos vivir sabiendo que nos estaban manipulando. Por lo tanto, emprendimos labsqueda de la Segunda Fundacin para destruirla.Branno asinti.- Y, segn el relato de Arkady Darell, lo conseguimos, aunque como es evidente, despusde que la Segunda Fundacin volviera a encauzar firmemente la historia galctica tras lainterrupcin causada por el Mulo. Y sigue encauzada.- Cmo puede usted creer eso? La Segunda Fundacin, segn el relato, fue localizada ysus diversos miembros eliminados. Esto sucedi en el ao 378 E.F., hace ciento veinteaos. Durante cinco generaciones hemos actuado, aparentemente, sin la SegundaFundacin, y sin embargo hemos seguido el curso del Plan hasta tal punto que usted y laimagen de Seldon han hablado de un modo casi idntico. Pgina 18 de 247 19. Isaac Asimov Los lmites de la fundacin- La interpretacin ms lgica es que yo he discernido el modo en que se desarrolla lahistoria con gran perspicacia.- Perdneme. No dudo de su gran perspicacia, pero creo que la explicacin ms lgica esque la Segunda Fundacin no fue destruida. Sigue dirigindonos. Sigue manipulndonos.Y ste es el motivo por el que hemos reanudado el curso del Plan Seldon.7Si la alcaldesa se sinti escandalizada por tal declaracin, no lo demostr.Era ms de la una de la madrugada y deseaba ansiosamente zanjar la cuestin, pero nopoda precipitarse. Aquel joven tena cualidades dignas de ser aprovechadas y ella noquera impulsarle a romper la cuerda. No queda tener que librarse de l, si antes podasacarle partido.- De verdad? Afirma, entonces, que el relato de Arkady sobre la guerra kalganiana y ladestruccin de la Segunda Fundacin es falso? Inventado? Una estratagema? Unamentira? - pregunt.Trevize se encogi de hombros.- No tiene por qu serlo. Ese es otro asunto. Supongamos que el relato de Arkady fuesetotalmente cierto, a su entender. Supongamos que todo ocurri exactamente como Arkadydijo: que el emplazamiento de la Segunda Fundacin fue descubierto, y que susmiembros fueron eliminados. Sin embargo, Cmo podemos asegurar que losexterminamos a todos? La Segunda Fundacin tena bajo su dominio a toda la Galaxia.No slo manipulaban la historia de Trminus o de la Fundacin. Sus responsabilidadesabarcaban algo ms que nuestra capital o toda Nuestra Confederacin. Seguro que habaalgn miembro de la Segunda Fundacin a mil prsecs de distancia o ms. Es posibleque los exterminramos a todos?Y si no lo hicimos, Podamos decir que habamos Vencido? Pudo el Mulo haberlodicho en su poca? Conquist Trminus y, junto con l todos los mundos que controlabadirectamente, pero los mundos comerciantes independientes se mantuvieron firmes.Conquist los Mundos Comerciantes, pero quedaron tres fugitivos: Ebling Mis, BaytaDarell y su marido. Consigui dominar a ambos hombres y dej a Bayta en libertad. Lohizo, segn el relato de Arkady, a causa de un sentimiento. Y eso fue suficiente. A juzgarpor la versin de Arkady, haba una sola persona, Bayta, que poda actuar a su antojo, ydebido a ello el Mulo no consigui localizar la Segunda Fundacin y, por lo tanto, fuederrotado.Una sola persona sin controlar, y todo se perdi! Aqu se demuestra la importancia deuna persona, pese a todas las leyendas que rodean al Plan Seldon en el sentido de que elindividuo no es nada y la masa lo es todo.Y si nosotros no slo dejamos con vida a un miembro de la Segunda Fundacin, sino avarias docenas, como parece probable, qu pudo ocurrir? No es posible que seagruparan, reconstruyeran sus fortunas, volvieran a desempear su profesin,multiplicaran su nmero por medio del reclutamiento y la instruccin, y nos convirtieranuna vez ms en peones?Branno dijo con gravedad:- Lo cree as?- Estoy seguro de ello.- Pero, dgame, consejero. Por qu iban a molestarse? Por qu un grupo tan exiguo ibaa aferrarse desesperadamente a un deber que nadie acoge con satisfaccin? Qu lesimpulsa a encauzar a la Galaxia hacia el Segundo Imperio Galctico? Y si ese grupo tanpequeo insiste en cumplir su misin, por qu vamos a preocuparnos? Por qu noPgina 19 de 247 20. Isaac Asimov Los lmites de la fundacinaceptamos el curso del Plan y nos alegramos de que ellos se encarguen de que no nosdesviemos o perdamos?Trevize se llev la mano a los ojos y se los restreg. A pesar de su juventud, pareca elms cansado de los dos. Mir fijamente a la alcaldesa y dijo:- No puedo creerla. Acaso tiene la impresin de que la Segunda Fundacin hace estopor nosotros? Que son una especie de idealistas? No le bastan sus conocimientos depoltica, de las consecuencias prcticas del poder y la manipulacin, para darse cuenta deque lo hacen por ellos mismos?Nosotros somos el filo cortante. Somos el motor, la fuerza. Trabajamos y sudamos,sangramos y lloramos. Ellos se limitan a controlar, ajustando un amplificador aqu,cerrando un contacto all, y hacindolo con tranquilidad y sin riesgo para s mismas.Despus, cuando todo est hecho y cuando, tras mil aos de esfuerzos y luchas,hayamos establecido el Segundo Imperio Galctico, los miembros de la SegundaFundacin se introducirn en l como la elite gobernante.Branno dijo:- Entonces, quiere eliminar la Segunda Fundacin? Estando a mitad de camino delSegundo Imperio, quiere correr el riesgo de completar la labor nosotros solos y actuarcomo nuestra propia elite? Eso es?- Exactamente! Exactamente! Acaso usted no lo desea? Usted y yo no viviremos paraverlo, pero usted tiene nietos y yo puedo llegar a tenerlos, y ellos tendrn nietos, y assucesivamente. Quiero que ellos vean el fruto de nuestros esfuerzos y quiero que nosrecuerden como el origen, y nos ensalcen por lo que hemos realizado. No quiero que todala gloria corresponda a una conspiracin tramada por Seldon, que no es un hroe de migusto. Le aseguro que es una amenaza mayor que el Mulo... si permitimos que su Plansiga adelante. Por la Galaxia, ojal el Mulo hubiese desviado el Plan enteramente, y parasiempre. Le habramos sobrevivido. El era nico en su clase y muy mortal. La SegundaFundacin parece ser inmortal.- Pero a usted le gustara destruir la Segunda Fundacin, no es as?- Si supiera cmo!- Ya que no lo sabe, no cree que probablemente ellos lo destruiran a usted?Trevize adopt una actitud despectiva.- He llegado a pensar que incluso usted podra estar bajo control. Su acertada suposicinde lo que dira la imagen de Seldon y su modo de tratarme podran ser obra de laSegunda Fundacin. Usted podra ser una cscara hueca con un contenido de laSegunda Fundacin.- Entonces, por qu me habla como lo est haciendo?- Porque si usted esta controlada por la Segunda Fundacin, yo estoy perdido de todosmodos y bien puedo dar rienda suelta a mi ira; y porque, en realidad, no creo que estbajo su control, sino que no se da cuenta de lo que hace.Branno dijo:- As es. No estoy bajo el control de nadie ms que el mo. Sin embargo, puede estarseguro de que digo la verdad? Si estuviese controlada por la Segunda Fundacin, loadmitira? Sabra yo misma que estaba bajo su control?Pero no tiene objeto hacerse tales preguntas. Yo creo que no estoy controlada y usteddebe creerlo tambin. Sin embargo, piense en esto. Si la Segunda Fundacin existe, nocabe duda de que su mayor empeo es asegurarse de que ningn habitante de la Galaxiaconozca su existencia. El Plan Seldon slo funciona bien si los peones, nosotros,ignoramos cmo funciona el Plan y cmo somos manipulados.La Segunda Fundacin fue destruida en tiempos de Arkady porque el Mulo centr laatencin de la Fundacin en la Segunda Fundacin. O debera decir casi destruida,consejero?Pgina 20 de 247 21. Isaac AsimovLos lmites de la fundacinDe esto podemos deducir dos corolarios. Primero, podemos suponer razonablemente,que interfieren lo menos posible. Podemos suponer que les resultara imposibleapoderarse de todos nosotros. Incluso la Segunda Fundacin, si existe, debe de tener unpoder limitado. Apoderarse de algunos y permitir que otros lo adivinaran distorsionara elPlan.Por lo tanto, llegamos a la conclusin de que su interferencia es tan discreta, indirecta yescasa como es posible... y, en consecuencia, yo no estoy controlada. Y usted tampoco.Trevize dijo:- Este es un corolario y yo tiendo a aceptarlo porque deseo hacerlo, quiz. Cul es elotro?- Uno ms simple e inevitable. Si la Segunda Fundacin existe y quiere guardar el secretode esa existencia, una cosa es segura. Cualquiera que piense que an existe, y hable deello, y lo anuncie, y lo grite a toda la Galaxia debe ser eliminado, acallado, aniquiladoinmediatamente. No llegara usted tambin a esta conclusin?Trevize dijo:- Por eso me ha arrestado, seora alcaldesa? para protegerme de la SegundaFundacin?- En cierto modo. Hasta cierto punto. La cuidadosa grabacin que Liono Kodell ha hechode sus creencias ser publicada no slo para evitar que el pueblo de Trminus y laFundacin se altere indebidamente, sino tambin para evitar que la Segunda Fundacin lohaga. Si existe, no quiero que se fije en usted.- En serio? - dijo Trevize con marcada irona -. Por mi bien? Por mis hermosos ojosmarrones?Branno se agit y despus, sin previo aviso, se ri quedamente y dijo:- No soy tan vieja, consejero, para no ver que tiene unos hermosos ojos marrones y, hacetreinta aos, se podra haber sido motivo suficiente. Sin embargo, ahora no movera undedo para salvarlos, como tampoco a todo el resto de su cuerpo si slo sus ojos corrieranpeligro. Pero si la Segunda Fundacin existe, y si atraemos su atencin hacia usted quizno se detenga ah. Debo tener en cuenta mi propia vida, y la de muchos otros msinteligentes y valiosos que usted, as como todos los planes que hemos hecho.- NO me diga! As que cree en la existencia de la Segunda. Fundacin, ya quereacciona tan cautelosamente ante la posibilidad de su respuesta?Branno descarg un puetazo sobre la mesa que tena delante.- Claro que creo en ella, grandsimo tonto! Si no supiera que la Segunda Fundacinexiste, y si no estuviera combatindoles tan firme y efectivamente como es posible, meimportara lo que usted dijera sobre este tema? Si la Segunda Fundacin no existiera,importara que usted declarase lo contrario? Hace meses que deseaba silenciarle, paraque sus afirmaciones no trascendieran pero careca del poder poltico para tratarseveramente a un concejal. La aparicin de Seldon me ha hecho ganar fuerza y me hadado el poder, aunque slo sea temporal, y en este preciso momento, sus afirmacioneshan trascendido. He actuado con rapidez, y ahora le har matar sin un solo remordimientoo un microsegundo de vacilacin... si no hace exactamente lo que le diga.Toda nuestra conversacin, a una hora en la que preferira estar durmiendo en la cama,ha tenido como objeto lograr que me crea cuando le digo esto. Quiero que sepa que elproblema de la Segunda Fundacin, que usted mismo ha esbozado, me da raznsuficiente para hacerle un lavado de cerebro sin juicio.Trevize casi se levant del asiento.- Oh, no haga ningn movimiento. Yo slo soy una anciana, como seguramente debeestar dicindose a s mismo, pero antes de que pudiera ponerme una mano encima,estara muerto. Mis hombres, muchacho insensato, nos observan de cerca dijo Branno.Trevize se sent y, con voz un poco trmula, replic: Pgina 21 de 247 22. Isaac Asimov Los lmites de la fundacin- No la comprendo. Si creyera que la Segunda Fundacin existe, no hablara tanlibremente de ella. No se expondra a los peligros a los que, segn usted, me estoyexponiendo yo.- Entonces, reconoce que tengo ms sentido comn que usted. En otras palabras, ustedcree que la Segunda Fundacin existe, pero habla libremente de ella, porque es un necio.Yo creo que existe, y tambin hablo libremente..., pero slo porque he tomadoprecauciones. Ya que parece haber ledo con detenimiento la historia de Arkady, quizrecuerde que habla de un invento hecho por su padre llamado Dispositivo EstticoMental. Sirve de escudo frente a la clase de poder mental que posee la SegundaFundacin. An existe y, adems, ha sido mejorado bajo el mayor de los secretos. Por elmomento, esta casa se halla razonablemente a salvo de sus fisgoneos. Una vez explicadoesto, djeme decirle lo que va a hacer.-Qu?- Deber averiguar si lo que usted y yo creemos es realmente as. Deber averiguar si laSegunda Fundacin todava existe y, en ese caso, dnde. Esto significa que tendr queabandonar Trminus e ir adonde sea, aunque al final tal vez resulte, como en tiempos deArkady, que la Segunda Fundacin est entre nosotros. Significa que no regresar hastaque tenga algo que comunicarnos; y si no tiene nada que comunicarnos, no regresarnunca, y la poblacin de Trminus contar con un tonto menos.Trevize se sorprendi tartamudeando:- Por Trminus, se puede saber cmo lograr buscarlos sin que se enteren? Se limitarna darme muerte, y usted no sabr ms que antes.- Entonces no les busque, muchachito ingenuo. Busque alguna otra cosa. Busque algunaotra cosa con todo su empeo y todas sus fuerzas, y si, mientras tanto, se tropieza conellos porque no se han molestado en prestarle atencin alguna, buena suerte! En esecaso, puede enviarnos informacin por hiperondas blindadas y codificadas, y le dejaremosregresar como recompensa.- Supongo que ya ha pensado en lo que debo buscar.- Claro que lo he pensado. Conoce a Janov Pelorat?- Jams he odo hablar de l.- Lo conocer maana. El le dir lo que debe buscar y se marchar con usted en una denuestras naves ms perfeccionadas. Slo sern ustedes dos, pues sera absurdoarriesgar ms vidas. Y si intenta volver sin tener los datos que necesitamos, learrojaremos fuera del espacio antes de que llegue a un prsec de Trminus. Eso es todo.La conversacin terminado.Se levant, mir sus manos desnudas, y luego se puso lentamente los guantes. Se dirigihacia la puerta, que abrieron dos guardias, armas en mano. Estos se apartaron paradejarla pasar. Al llegar al umbral se volvi.- Fuera hay otros guardias. No haga nada sospechoso o nos evitar la molestia de suexistencia.- Entonces usted tambin perdera las ventajas que puedo proporcionarle - dijo Trevize y,con un esfuerzo, consigui decirlo despreocupadamente.- Correremos ese riesgo - dijo Branno con una sonrisa desprovista de regocijo.8- He odo toda la conversacin. Ha hecho gala de una paciencia extraordinaria - dijo LionoKodell, que la esperaba en el exterior.- Pero estoy extraordinariamente cansada. Creo que el da ha tenido setenta y dos horas.Ahora debe ocuparse usted.Pgina 22 de 247 23. Isaac AsimovLos lmites de la fundacin- Lo har, pero dgame... Haba realmente un Dispositivo Esttico Mental dentro de lacasa?- Oh, Kodell - dijo Branno con cansancio -. Usted lo sabe mejor que yo. Quprobabilidades haba de que estuvieran vigilndonos? Se imagina que la SegundaFundacin lo vigila todo, en todas partes, siempre? Yo no soy tan romntica comoTrevize; l puede pensarlo, pero yo no. Y aunque as fuera, si la Segunda Fundacintuviese ojos y odos en todas partes, no nos habra delatado inmediatamente lapresencia de un DEM? Y no habra su uso demostrado a la Segunda Fundacin queexista un escudo contra sus poderes, una vez detectaran una regin mentalmenteopaca? Acaso el secreto de la existencia de dicho escudo, hasta que estemospreparados para utilizarlo al mximo, no vale ms, no slo que Trevize, sino que usted yyo juntos? Y sin embargo...Estaban en el vehculo de superficie, y Kodell conduca.- Y sin embargo... - dijo ste.- Y sin embargo, qu? - pregunt Branno -. Oh, s. Y sin embargo, ese joven esinteligente. Le he llamado tonto media docena de veces de distintas maneras con objetode mantenerle en su lugar, pero no lo es. Es joven y ha ledo demasiadas novelas deArkady Darell, y ellas le han hecho creer que la Galaxia es as, pero posee una granperspicacia y ser una lstima perderlo.- Entonces, est segura de que se perder?- Completamente segura - dijo Branno con tristeza -. De todos modos, es mejor as. Nonecesitamos jvenes romnticos que ataquen a ciegas y destrocen, quizs en un instante,lo que nos ha costado aos construir. Adems, nos ser de utilidad. No cabe duda de queatraer la atencin de la Segunda Fundacin, suponiendo que en realidad exista y seinterese por nosotros. Y mientras se ocupan de l, posiblemente nos dejen en paz. Quizconsigamos algo ms que eso. Es posible que, en su preocupacin por Trevize, lleguen adelatarse a s mismos, dndonos la oportunidad y el tiempo para tomar medidaspreventivas.- As pues, Trevize atraer el rayo.Los labios de Branno se crisparon.- Ah, la metfora que he estado buscando. El es nuestro pararrayos, absorber ladescarga y nos proteger del mal.- Y ese Pelorat que tambin estar en el radio de accin del rayo?- Quiz tambin sufra, Eso no puede evitarse.Kodell asinti.- Bueno, ya sabe lo que Salvor Hardin sola decir:,Nunca dejes que tu sentido de lamoralidad te impida hacer lo que est bien,En este momento no tengo ningn sentido de la moralidad murmur Branno Tengo elsentido del cansancio seo. Y sin embargo..., podra nombrar a muchas personas cuyaprdida no me importara tanto como la de Golan Trevize. Es un joven muy guapo. Ynaturalmente, l lo sabe. - Sus ltimas palabras fueron un susurro casi inaudible; cerr losojos y se sumi en un sueo ligero.3 HISTORIADOR9 Pgina 23 de 247 24. Isaac AsimovLos lmites de la fundacinJanov Pelorat tena el cabello blanco y su cara, en reposo, era bastante inexpresiva.Pocas veces dejaba de serlo. De estatura y peso medios, tenda a moverse sin prisa y ahablar con ponderacin. Aparentaba mucha ms edad de los cincuenta y dos aos quetena.Nunca haba salido de Trminus, algo de lo ms inslito, en especial para una persona desu profesin. El mismo no estaba seguro de si haba ido adoptando sus sedentariascostumbres a causa de, o a pesar de, su obsesin por la historia.La obsesin le haba sobrevenido repentinamente a la edad de quince aos cuando, araz de una indisposicin, le regalaron un libro de leyendas antiguas. En l encontr lareiterada alusin a un mundo que estaba solo y aislado, un mundo que ni siquiera eraconsciente de su aislamiento, ya que nunca haba conocido otra cosa.Su indisposicin empez a remitir inmediatamente. Al cabo de dos das haba ledo el librotres veces y ya no tena que guardar cama. Al da siguiente estaba frente a la terminal dela computadora, averiguando todo lo que la Biblioteca de la Universidad de Trminuspudiera tener sobre leyendas similares.Eran precisamente estas leyendas lo que le haba ocupado desde entonces. La Bibliotecade la Universidad de Trminus no haba sido un gran recurso en este aspecto, pero, conel paso de los aos, descubri el placer de los prstamos interbibliotecarios.Tena impresiones en su poder que haba recibido por seales de hiperradiacin desdelugares tan lejanos como Ifnia.Se convirti en profesor de historia antigua y ahora, treinta y siete aos ms tarde, estabaempezando su primer ao sabtico, que haba solicitado con la idea de realizar un viajepor el espacio (el primero) hasta el mismo Trntor.Pelorat era plenamente consciente de lo inslito que resultaba para una persona deTrminus no haber estado nunca en el espacio. Nunca haba tenido la intencin de sernotable en ese sentido en particular. Sin embargo, siempre que se le haba presentado laoportunidad de ir al espacio, un nuevo libro, un nuevo estudio o un nuevo anlisis se lohaba impedido. Entonces retrasaba su proyectado viaje hasta haber estudiado a fondo elnuevo tema y haber aadido, si ello era posible, otro dato de hecho, especulacin oimaginacin a la montaa que haba reunido. Despus de todo, lo nico que lamentabaera no haber hecho nunca aquel viaje a Trntor.Trntor haba sido la capital del Primer Imperio galctico. Haba sido la sede de losemperadores durante doce mil aos y, antes de eso, la capital de uno de los reinospreimperiales ms importantes que, poco a poco, haba capturado o absorbido de algnotro modo a los otros reinos para constituir el imperio.Trntor haba sido una ciudad rodeada de mundos, una ciudad revestida de metal. Pelorathaba ledo sobre ella, en las obras de Gaal Dornick, que la haba visitado en tiempos delpropio Hari Seldon. El volumen de Dornick ya no circulaba, y el que perteneca a Pelorathabra podido venderse por la mitad del salario anual del historiador. La sugerencia deque pudiera separarse de l lo habra horrorizado.Naturalmente, lo que le interesaba a Pelorat de Trntor era la Biblioteca Galctica, que entiempos imperiales (cuando era la Biblioteca Imperial) haba sido la mayor de la Galaxia.Trntor fue la capital del Imperio ms extenso y populoso que la humanidad haba vistojams. Haba sido una ciudad mundial con una poblacin superior a los cuarenta milmillones, y su biblioteca haba sido el archivo de todas las obras creativas (y no tancreadas) de la humanidad, el compendio completo de sus conocimientos. Y todo estabacomputarizado de un modo tan complejo que se necesitaba ser un experto para manejarlos ordenadores.Y lo que era ms, la biblioteca haba subsistido.Para Pelorat, esto resultaba asombroso en grado sumo. Cuando Trntor cay y fuesaqueada, haca casi dos siglos y medio, sufri una terrible destruccin, y los relatos de Pgina 24 de 247 25. Isaac Asimov Los lmites de la fundacinsufrimientos y muerte eran escalofriantes. A pesar de ello, la biblioteca subsisti,protegida (segn se deca) por los estudiantes universitarios, que emplearon armassumamente ingeniosas. (Algunos crean que la defensa llevada a cabo por los estudianteshaba sido excesivamente mitificada.)En cualquier caso, la biblioteca haba resistido a travs del perodo de devastacin. EblingMis haba hecho su trabajo en una biblioteca intacta en un mundo destruido, cuando casihaba localizado la Segunda Fundacin (segn la historia que el pueblo de la Fundacinan crea, pero que los historiadores siempre han tratado con reservas). Las tresgeneraciones de Darell (Bayta, Toran y Arkady) haban estado en Trntor en una u otrapoca. Sin embargo, Arkady no haba visitado la biblioteca, y desde entonces la bibliotecano haba figurado en la historia galctica.Ningn miembro de la Fundacin haba estado en Trntor desde haca ciento veinte aos,pero no existan motivos para creer que la biblioteca no siguiera todava all. El merohecho de no saber nada de ella era la prueba ms segura de que an subsista, Sudestruccin habra sido sonada.La biblioteca era anticuada y arcaica, lo haba sido incluso en tiempos de Ebling Mis, peroeso formaba parte de su atractivo. Pelorat siempre se frotaba las manos con excitacincuando pensaba en una biblioteca vieja y anticuada. Cuanto ms vieja y ms anticuadafuese, ms probabilidades haba de que tuviese lo que l necesitaba. En sus sueos,entraba en la biblioteca y preguntaba con jadeante alarma; Ha sido modernizada labiblioteca? Han retirado las viejas grabaciones? Y siempre se imaginaba la respuestade polvorientos y ancianos bibliotecarios: Sigue tal como estaba, profesor.Y ahora su sueo se convertira en realidad. La propia alcaldesa se lo haba asegurado.Ignoraba cmo se haba enterado de su trabajo. No haba conseguido publicar muchosdocumentos. Poco de lo que haba hecho era suficientemente slido para ser publicado ylo que haba aparecido no dej huella. Sin embargo, se deca que Branno, la mujer debronce, saba todo lo que pasaba en Trminus y tena ojos en el extremo de cada dedo.Pelorat casi se inclinaba a creerlo, pero si ella conoca su trabajo, por qu no haba vistosu importancia y le haba prestado un poco de apoyo financiero mucho antes?Por alguna razn, pens, con toda la amargura que poda generar, la Fundacin tena losojos firmemente clavados en el futuro. Era el Segundo Imperio y su destino lo que lesabsorba. No tenan tiempo, ni deseos de ahondar en el pasado, y les irritaba que otros lohicieran.Eran unos necios, naturalmente; pero l solo no poda erradicar tanta necedad. Y quiz.fuese mejor as. Podra emprender la bsqueda por su cuenta y llegara el da en queseria recordado como el gran pionero de lo importante.Por supuesto, ello significaba (y era demasiado honesto intelectualmente para negarse averlo) que tambin l estaba absorto en el futuro, un futuro en el que se le reconocera ysera un hroe de la magnitud de Hari Seldon. De hecho, incluso ms importante, pues,cmo poda compararse la investigacin sobre un futuro de un milenio de duracin,claramente visualizado, con la investigacin sobre un pasado perdido de al menosveinticinco milenios de antigedad?Y ste era el da; ste era el da.La alcaldesa haba dicho que sera el da siguiente a la aparicin de la imagen de Seldon.Esa era la nica razn por la que Pelorat haba estado interesado en la Crisis Seldon, quedurante meses haba preocupado a todos los habitantes de Trminus e incluso a casitodos los habitantes de la Confederacin.A l le haba parecido totalmente irrelevante la cuestin de si la capital de la Fundacinpermaneca en Trminus o era trasladada a algn otro lugar. Y ahora que la crisis habasido resuelta, continuaba sin saber con certeza cul era la alternativa apoyada por HariSeldon, o si la cuestin en debate haba sido mencionada.Pgina 25 de 247 26. Isaac Asimov Los lmites de la fundacinBastaba con que Seldon hubiese aparecido y que ahora ste fuera el da.Eran poco ms de las dos de la tarde cuando un vehculo de superficie se detuvo frente asu casa, algo aislada en las afueras de la ciudad de Trminus.Una de las puertas traseras se abri. Un guardia con el uniforme del Cuerpo de Seguridadde la Alcalda se ape, seguido por un hombre joven y otros dos guardias.Pelorat se sinti impresionado a pesar suyo. La alcaldesa no slo conoca su trabajo sinoque tambin lo consideraba de la mayor importancia. La persona que deberaacompaarle iba escoltada por una guardia de honor, y le haban prometido una nave deprimera clase que su compaero pilotara.De lo ms halagador! De lo ms...!El ama de llaves de Pelorat abri la puerta. El hombre joven entr y los dos guardias secolocaron a ambos lados de la entrada. Por la ventana, Pelorat vio que el tercer guardiapermaneca fuera y que un segundo vehculo de superficie acababa de llegar.Guardias adicionales!Desconcertante!Se volvi al or entrar al joven en la habitacin y se sorprendi al reconocerle. Le habavisto en holoemisiones.- Usted es ese consejero. Usted es Trevize! - exclam.- Golan Trevize. As es. Y usted es el profesor Janov Pelorat?- Si, s - dijo Pelorat -. Es usted el que...?- Vamos a ser compaeros de viaje - dijo Trevize con voz tona -. O eso es lo que me hancomunicado.- Pero usted no es historiador.- No, no lo soy. Como usted mismo ha dicho, soy consejero, un poltico.Si... Si... Pero en qu estoy pensando? Yo soy historiador; por lo tanto, para qunecesitamos otro? Usted sabe pilotar una nave espacial.- Si, lo hago bastante bien.- Bueno, pues eso es lo que necesitamos. Excelente!. Temo no ser uno de sus prcticospensadores, joven, de modo que si usted lo es, formaremos un buen equipo.- En este momento, no me siento abrumado por la excelencia de mis propiospensamientos, pero al parecer no tenemos ms alternativa que intentar formar un buenequipo - replic Trevize.- Entonces esperemos que yo pueda superar mi incertidumbre acerca del espacio,sabe? Soy un ratn de biblioteca, por decirlo de alguna manera. Por cierto, le apeteceuna taza de t? Voy a decirle a Kloda que nos prepare algo. Despus de todo, creo quetardaremos varias horas en irnos. Sin embargo, yo estoy preparado. Tengo lo necesariopara los dos, La alcaldesa ha cooperado mucho. Sorprendente... su inters por elproyecto.- As pues, estaba al corriente de esto? Desde cuando?- pregunto Trevize.- La alcaldesa me lo propuso - aqu Pelorat frunci ligeramente el ceo y dio la impresinde estar haciendo ciertos clculos - hace dos, o quiz tres semanas. Yo estuveencantado. Y ahora que tengo clara la idea de que necesito un piloto y no un segundohistoriador, tambin estoy encantado de que mi compaero sea usted, mi querido amigo.- Hace dos, o quiz tres semanas - repiti Trevize, un poco aturdido -. Entonces ha estadopreparada todo ese tiempo. Y yo... - Su voz se desvaneci.- Perdn?- Nada, profesor. Tengo la mala costumbre de murmurar. Tendr que acostumbrarse aello, si nuestro viaje se alarga.- Se alargar. Se alargar - dijo Pelorat, empujando al otro hacia la mesa del comedor,donde el ama de llaves estaba preparando un esmerado t -. No tiene limite de tiempo. Laalcaldesa dijo que podamos estar fuera todo lo que quisiramos y que toda la Galaxia sePgina 26 de 247 27. Isaac AsimovLos lmites de la fundacinextenda ante nosotros y que adonde furamos contaramos con los fondos de laFundacin. Naturalmente, aadi que deberamos ser razonables. Yo se lo promet. - Seri entre dientes y se frot las manos -. Sintese, mi buen amigo, sintese. Esta puede sernuestra ltima comida en Trminus en mucho tiempo.Trevize se sent y dijo:- Tiene familia, profesor?- Tengo un hijo. Forma parte del cuerpo docente de la Universidad de Santanni. Esqumico, creo, o algo as. Sali a su madre. Ella no est conmigo desde hace muchotiempo, de modo que como ver no tengo responsabilidades, ni rehenes activos a quienesfavorecer. Confo en que usted tampoco los tenga... Coja un bocadillo, muchacho. .- Ningn rehn por el momento. Alguna que otra mujer. Vienen y se van.- S. S. Delicioso cuando funciona. Incluso ms delicioso cuando descubres que no esnecesario tomrselo en serio. Ningn hijo, supongo.- Ninguno.- Bien! Ver, estoy de un humor excelente. Me ha cogido desprevenido al llegar. Loadmito. Pero ahora le encuentro muy estimulante. Lo que necesito es juventud yentusiasmo, y alguien que sepa moverse por la Galaxia. Vamos a emprender unabsqueda, sabe? Una bsqueda extraordinaria. El tranquilo rostro y la tranquila voz dePelorat alcanzaron una animacin inslita sin cambio preciso alguno de expresin oentonacin -. Me pregunto si se lo habrn contado.Los ojos de Trevize se empequeecieron.- Una bsqueda extraordinaria?- Si, desde luego. Una perla de gran precio est escondida entre las decenas de millonesde mundos habitados en la Galaxia, y no tenemos ms que pistas insignificantes paraguiarnos. De todos modos, el premio sera increble si la encontrramos. Si usted y yotenemos xito, muchacho, Trevize debera decir, ya que no es mi intencin tratarle concondescendencia, nuestros nombres sonarn a lo largo de los siglos hasta el fin de lostiempos.- El premio del que habla..., esa perla de gran precio...- Parezco Arkady Derell, la escritora, ya sabe, hablando de la Segunda Fundacin,verdad? No me extraa que est sorprendido. - Pelorat inclin la cabeza hacia atrscomo si fuera a estallar en carcajadas, pero se limit a sonrer -. Nada tan tonto y carented importancia, se lo aseguro.- Si no est hablando de la Segunda Fundacin, profesor, de qu est hablando? -pregunt Trevize.Pelorat se mostr sbitamente grave, casi arrepentido.- Ah, entonces la alcaldesa no se lo explicado? Es muy raro, sabe? He pasadodcadas resentido con el gobierno y su incapacidad para comprender lo que estoyhaciendo, y ahora la alcaldesa Branno se muestra notablemente generosa.- Si dijo Trevize, sin tratar de ocultar un tono de irona -, es una mujer de notablefilantropa, pero no me ha explicado de qu se trata todo esto.- Entonces no est al tanto de mi investigacin?- No. Lo siento.- No necesita disculparse. Es normal. No he causado exactamente un revuelo. Djemeexplicrselo.Usted y yo vamos a buscar, y encontrar, pues se me ha ocurrido una excelenteposibilidad, la Tierra.10 Pgina 27 de 247 28. Isaac AsimovLos lmites de la fundacinTrevize no durmi bien aquella noche.Una y otra vez, examin la prisin que la anciana haba edificado a su alrededor. No pudoencontrar ninguna salida.Le estaban conduciendo al exilio y l no poda hacer nada para evitarlo. La alcaldesahaba sido inexorable y ni siquiera se haba tomado la molestia de disfrazar lainconstitucionalidad de todo ello. El haba confiado en sus derechos de consejero yciudadano de la Confederacin, y ella no les haba otorgado ningn valor.Y ahora ese Pelorat, ese extrao acadmico que pareca estar ubicado en el mundo sinformar parte de l, le deca que la temible anciana llevaba semanas haciendo preparativospara aquello.Se senta como el muchacho que ella le haba llamado.Iban a exiliarle con un historiador que se empeaba en dirigirse a l como mi queridoamigo y pareca estar sufriendo un mudo ataque de alegra causado por el inicio de labsqueda galctica de... la Tierra?En nombre de la abuela del Mulo, qu era la Tierra?Lo haba preguntado. Naturalmente! Lo haba preguntado en cuanto se hizo mencin deella.Haba dicho:- Perdneme, profesor. Soy un total ignorante de su especialidad y confo en que no semolestar si le pido una explicacin en trminos sencillos. Qu es la Tierra?Pelorat lo mir con gravedad mientras veinte segundos transcurran lentamente. Luego,dijo:- Es un planeta. El planeta original. Aquel donde primero aparecieron seres humanos, miquerido amigo.Trevize se asombr.- No entiendo lo que eso significa.- Dnde primero aparecieron? Procedentes de que lugar.- De ningn lugar. Es el planeta donde la humanidad se desarroll a travs de procesosevolutivos desde animales inferiores.Trevize reflexion, y luego mene la cabeza. Una expresin de fastidio pas brevementepor el rostro de Pelorat. Se aclar la garganta y dijo:- Hubo un tiempo en que Trminus no estaba habitado por seres humanos. Fuecolonizado por seres humanos procedentes de otros mundos. Supongo que lo sabia,verdad?- Si, naturalmente - dijo Trevize con impaciencia. Se sinti irritado por la sbita actitudpedaggica del otro.- Muy bien. Esto tambin reza para todos los dems mundos. Anacreonte, Santanni,Kalgan..., todos ellos. Todos, en algn momento del pasado, fue, ron fundados. Llegaronpersonas de otros mundos. Reza incluso para Trntor. Puede haber sido una granMetrpoli durante veinte mil aos, pero antes no lo era.- Pues, qu era antes?- Un planeta vaco. Por lo menos, de seres humanos.- Es difcil de creer.- Es verdad. Los viejos documentos lo demuestran.- De dnde procedan las personas que colonizaron Trntor? .- Nadie lo sabe con certeza. Hay cientos de planetas que aseguran haber estadopoblados en la oscura neblina de la antigedad y cuyos habitantes explican cuentosfantsticos sobre la naturaleza del primer advenimiento de la humanidad. Loshistoriadores tendemos a descartar tales cosas y a meditar sobre la Cuestin delOrigen.- Qu es eso? Nunca he odo hablar de ello. Pgina 28 de 247 29. Isaac Asimov Los lmites de la fundacin- No me sorprende. Ahora no es un problema histrico popular, lo admito, pero hubo unapoca durante la decadencia del Imperio en que goz de cierto inters entre losintelectuales. Salvor Hardin lo menciona brevemente en sus memorias. Es la cuestin dela identidad y emplazamiento del planeta donde todo empez. Si miramos hacia atrs, lahumanidad fluye hacia el centro desde los mundos establecidos ms recientemente haciaotros ms antiguos, y hacia otros incluso ms antiguos, hasta que todos se concentran enuno: el original.Trevize se percat enseguida del fallo evidente del argumento.- No es posible que hubiera un gran nmero de mundos originales?- Claro que no. Todos los seres humanos de toda la Galaxia pertenece a una solaespecie. Una sola especie no puede originarse en ms de un planeta.Completamente imposible.- Cmo lo sabe?- En primer lugar... - Pelorat dio un golpecito en el dedo ndice de su mano izquierda conel dedo ndice de la derecha, y luego pareci cambiar de opinin respecto a lo queindudablemente habra sido una larga y complicada exposicin. Dej caer ambas manos alo largo del cuerpo y dijo con gran seriedad -: Mi querido amigo, le doy mi palabra dehonor.Trevize se inclin ceremoniosamente y replic:- Jams se me ocurrira dudar de ella, profesor Pelorat. As pues, digamos que hay unsolo planeta de origen, pero no podra haber cientos que reclaman ese honor? .- No slo podra haberlos, sino que los hay. Sin embargo, ninguno de ellos presenta unaevidencia terminante. Ni uno solo de los centenares que aspiran al mrito de la prioridadrevela indicio alguno de una sociedad prehiperespacial, y mucho menos indicios deevolucin humana a partir de organismos prehumanos.- As pues, est diciendo que hay un planeta de origen, pero que, por alguna razn, noreclama ese mrito?- Ha dado en el clavo.- Y usted va a buscarlo?- Nosotros, Esta es nuestra misin. La alcaldesa Branno lo ha dispuesto todo. Ustedpilotar nuestra nave hasta Trntor.- Hasta Trntor? No es el planeta de origen usted mismo acaba de decirlo.- Claro que no es Trntor; es la Tierra.- En ese caso, por qu no me est diciendo que pilote la nave hasta la Tierra?- Veo que no me e