ASPECTOS FILOSÓFICOS DE LA LOGOTERAPIA.

POR ROBERT S.HARTMAN TRADUCCION: ALFONSO LOZANO GONZALEZ.

En las últimas décadas ha habido un significativo cambio del concepto de persona en la filosofía por un lado, y en la psicología por el otro. En la filosofía hubo un florecimiento anglosajón de personalismo en las filosofías de Bosanquet y Royce, Bowne y Brightman. Ahora nosotros tenemos un desierto rociado por las peculiares trivialidades de positivistas y analistas quienes malversan la noción de persona por entidades que tienen tanto propiedades psicológicas como materiales más de las cuales son bien definidas para excluir seres no humanos de la clase de personas. La psicología por un lado, la que tuvo su época de esplendor en los tiempos de Pavlov, Watson y otros experimentadores con animales, y reduccionistas de cualidades personales, tales como el sexo por Freud o el poder según Adlher, es ahora un despertar a un nuevo y total cuadro existencial de la persona y se usan las investigaciones filosóficas como las de Heidegger, Scheler, Jasper por nuevas opiniones y sus nuevas terapias. Aunque lo más importante es que los que tratan realmente con personas en la práctica profesional y los encuentros tienen una opinión correcta de la persona tanto como algunos teóricos académicos en filosofía la tienen, la degeneración del concepto en filosofía no puede ser dicho para ser balanceado por su regeneración en la psicología. Como se ha dicho recientemente esta degeneración disminuye nuestro vocabulario filosófico y aumenta la posibilidad que nosotros pasaremos por alto en el área de la averiguación con la cual el término “persona está más naturalmente asociado”. (Harry G. Frankfurt, Libertad de la voluntad y el concepto de persona, Journal of Philosophy January 14, 1971). La salvación que se intenta en filosofía no es muy promisoria hasta ahora. Por lo tanto nosotros nos volvemos a un psiquiatra para presentarnos un concepto adecuado de persona. Su trabajo práctico, la logoterapia, tiene fundamentos axiológicos, especialmente en Scheler y lleva en la práctica psiquiátrica lo que Kierkergaard llamó la “enfermedad hasta la muerte”. Su opinión tiene la ventaja de que más que teoría es práctica clínica, y eso es lo que representa un aspecto del gran campo de la psiquiatría existencial que reconoce la patología y fisiología del Yo, ignorado por el pasado psiquiátrico y el presente filosófico.

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Su último libro, “La voluntad para el significado” lleva hasta la fecha la teoría y práctica de la logoterapia la cual es puesta bajo el ministerio médico del autor publicado en inglés bajo el título “The doctor and the soul” (Psicoanálisis y existencialismo). Este libro es fundamental sobre este tema. El Yo es una estructura caracterizada por tres conceptos :

1) Libertad de voluntad.2) La voluntad del significado.3) El significado de la vida.

La enfermedad dentro del Yo sucede cuando él no puede encontrar significado dentro de sí mismo, cuando no tiene sentido de sí mismo. La enfermedad es llamada por Frankl el vacío existencial, y él constituye un desafío para la psiquiatría. Los más de los pacientes se quejan de un sentimiento vacuidad e insensatez, lo cual me parece derivar de dos hechos. A diferencia de un animal, no es por los instinto lo que él debe hacer. A menudo él no sabe lo que básicamente él desea hacer. En su lugar él desea hacer lo que otras personas hacen (conformismo), o hacen lo que la gente desea que él haga (totalitarismo).El trabajo de Frankl demuestra que ante el desafío de desmoronamiento de las tradiciones la vida mantiene un significado para cada individuo y que eso retiene este significado literalmente hasta su último aliento y en cualquier adversidad concebible. El psiquiatra, de acuerdo con Frankl, es ese que demuestra al paciente que la vida nunca deja de tener significado. El no puede demostrar a su paciente que es el significado y que la vida lo retiene. Retiene este significado bajo cualquier condición. Incluso en los aspectos trágicos y negativos de la vida, tal como el inevitable sufrimiento que puede ser convertido en una hazaña humana por la actitud que un hombre adopta hacia su predicamento. “En una época en la que los diez mil mandamientos implícitos en las diez mil situaciones de las cuales su vida consiste”. Cada situación en otras palabras, tiene su propio significado y este crece por dentro y por fuera como un todo.

Frankl, desde el principio hasta el fin se refiere a la filosofía, especialmente existencial y axiológica, y ve a la logoterapia como una aplicación práctica de la axiología de Scheler. La logoterapia, dice Frankl, es el resultado de la aplicación de los conceptos da Max Scheler a la psicoterapia (p.10). Actualmente, sin embargo, la conexión con Scheler es una idea fuera de tiempo, pues Frankl encontró su teoría y práctica en su propia experiencia al superar los sufrimientos de los campos de concentración sin perder su fe en el significado de la vida y su propio significado. Al aplicar su propia

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experiencia a la incurable enfermedad de las personas, él se encontró lo que él llamó ministerio médico. El pudo dar a la persona la fortaleza y la dignidad para afrontar su consiguiente, debemos dejar la dimensión psicológica, debemos dejar la patología fundamental predicamento.

En el amplio sentido posible, la logoterapia es un tratamiento de la actitud del paciente hacia su incambiable fortuna. Es reinterpretar término freudianos tales como represión y transferencia, en dirección existencial. En psicoanálisis, la represión es neutralizada por el crecimiento de la conciencia, el material reprimido se hace conciente. Libre de la ideología mecanicista de la centuria diecinueve y viendo a la luz de la filosofía existencialista, el psicoanálisis fomenta el autoentendimiento. Similarmente, el concepto de transmisión puede ser refinado purgado, para ser entendido como un vehículo de ese encuentro humano y personal que está basado en la relación Yo-pensamiento. La proposición de Freud: “Donde id es, ego debiera ser”, podría ser ampliado; pero el ego puede devenir en ego únicamente a través de un tú. De los tres pilares sobre los cuales el concepto de hombre de la logoterapia descansa, el primero, la libertad de la voluntad no quiere decir libertada de condiciones sino más bien libertad para tomar una posición en todas las condiciones que pueda afrontar la persona. La auto-reflexibilidad del hombre, la dimensión noológica de su ser, la que la psiquiatría anterior había desatendido hace posible para el hombre separase a sí mismo de su situación. La libertad verdadera del hombre, dice Frankl en el sentido de Epicteto, consiste en su capacidad de escoger su actitud hacia sí mismo. En nuestra actitud hacia los eventos, no los eventos mismos lo que nosotros podemos controlar, dijo Epicteto. El hombre es libre para formar su propio carácter, para dar a sí mismo su propio significado, y él tiene la capacidad de auto-trascendencia hacia cualquier otro ser humano o hacia cualquier significado. El amor es la capacidad que le permite alcanzar otro ser humano en su unicidad. La conciencia es la facultad que lo faculta para medir el significado de una situación en su unicidad. En el análisis final, axiológicamente diríamos intrínsecamente, el significado es alguna cosa única. Ambos, el amor y la conciencia son capacidades intuitivas. Fue el pecado del reduccionismo al interpretar el amor como mera sublimación del sexo, y la conciencia meramente en términos del Superego. Pero la conciencia está asignada, si necesita estar, para oponerse precisamente a esas convenciones y normas, tradiciones y valores que son transmitidas por el Superego. Fueron Nicolai Hartmann y Max Scheler quienes intentarón filosóficamente superar el pecado de reduccionismo y asignaron a cada aspecto del mundo su particular nivel.

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Frankl completó su informe con lo que él llama Ontología dimensional. Su primera ley dice: “Uno y el mismo fenómeno proyectado fuera de su propia dimensión en diferentes y más bajas dimensiones que su ley, descrita de tal manera que los cuadros individuales se contradicen el uno al otro”. Un cilindro, por ejemplo, puede ser proyectado sobre un plano ya como un círculo o como un triángulo. La segunda ley dice: “Diferentes fenómenos proyectados fuera de su propia dimensión a una dimensión más baja que la suya propia, son descritos de tal manera que los cuadros son ambiguos”. Un cilindro, un cono y una esfera, por ejemplo, se proyectan como un círculo. Así, pues, cuando las varias dimensiones del ser humano, lo corporal, lo mental y lo espiritual, son proyectados, reducidos, entonces aparecen las contradicciones y ambigüedades en las relaciones correspondientes. El conductismo watsiano, la reflexología pavloviana, el psicoanálisis freudiano y la psicología adleriana no son tan nulificadas como abovedadas por la logoterapia, la cual es la relación noológica o espiritual del ser humano auto-reflexivo, quien en su auto-reflexión es libre de encontrar su significado. Los psicólogos podrán atacar ciertas clases de neurosis tales como la psicogénicas pero ellos no pueden atacar las neurosis somatogénicas o noogénicas. Estas están en el campo de la logoterapia. Ellas se originan en los problemas espirituales, en los conflictos morales, o en un conflicto entre una verdadera conciencia y el mero Superego.

Lo más importante, sin embargo, son las neurosis noogénicas las cuales resultan de la frustración de la voluntad para el significado, el segundo pilar de la logoterapia. Estas son frustraciones existenciales nacidas de un vacío existencial. En los más bajos niveles del análisis nosotros no podemos distinguir si detrás de una neurosis hay hipertiroidismo, miedo a la castración, o un vacío existencial. Justamente como la sombra circular de la que no podemos inferir si es proyectada por un cilindro, un cono o una esfera. Por consiguiente, debemos dejar la dimensión psicológica, debemos dejar la patología y buscar por el logos del patos, por el significado del sufrimiento. Y lo que es un verdadero diagnostico es también una verdadera terapia. La cuestión no es que es que es hombre sino cuando es hombre, esto es, en cual dimensión está la humanidad de un ser humano para ser encontrada. Ella se encuentra únicamente en la dimensión noológica. Psiquiátricamente hablando, Juana de Arco no era otra cosa sino una esquizofrénica, pero en dimensión noológica, y en su importancia histórica y teológica ella fue mucho más que eso.

Frankl como filósofo existencial, ve la esencia del mismo significado en su auto-trascendencia. El hombre no es sistema cerrado de acuerdo a un

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modelo homeostático. El tiene una primaria o nativa orientación en la dirección de crear y valorar. El es un ser teleológico. El principio freudiano del placer y el adleriano del poder, a un principio de auto-actualización, de tantos filósofos y psiquiatras, no solamente neutralizarían la naturaleza topológica del hombre sino que aparecería como una paradoja dentro de la cual se declara la enfermedad. Ni el poder si el placer son cosas que pueden ser perseguidas, ellas siguen derecho al desarrollo de un Yo en lucha por su meta. Ellas son agregadas a nosotros, en palabras de la Biblia.

En palabras de Jasper, lo que el hombre es, llega a ser a través de la causa que él hace su propiedad. El tiene para darse a sí mismo, y encuentra su significado dentro de alguna cosa fuera de sí mismo. En este sentido, el hombre es un símbolo: lo más significativo a lo menos de su propia materia se impone a sí misma como la más transparente que es. Cuando yo no sé escritura yo veo sus rasgos como ornamentos; pero cuando yo sé el idioma yo paso por alto esta forma material y solamente veo el significado de los caracteres. Así el hombre. El placer y el poder se acumulan en él; pero si ellos son perseguidos, allí habrá excesiva atención la que Frankl llama hiperintención e hiperreflexión que probablemente puedan crear patrones de conducta neurótica. Lo que es verdad del placer y el poder es verdad también de otras metas, tal como la felicidad; esta no puede ser perseguida, resulta de la auto-actualización, incluso la salud. Todas estas cosas son agregadas a nosotros si cumplimos con un significado que está fuera de nosotros, en nuestra vocación, nuestra dedicación a una causa con la cual nos identificamos. Todos estos efectos son resultado del cumplimiento del significado. Un interés excesivo con cualquiera de estos puede ser remontado al origen de una frustración de la voluntad para el significado. Como el boomerang regresa al cazador solamente si no encuentra su blanco, así el hombre regresa a sí mismo y es sentido en su auto-actualización solamente si él ha fracasado en su misión. Axiológicamente hablando, el yo es un campo entre un polo ideal y un polo real. “Yo soy yo” no es una identidad sino una predicación o una clase de relación de un miembro. El Yo que soy yo en el momento es un miembro de , pertenece a, el concepto “Yo” el cual jala todos mis momentos juntos. El Yo real el Yo ideal no pueden nunca coincidir; y el significado consiste en la continua realización del Yo ideal por estados del Yo real. Esta auto-realización, más que auto-realización puede ser una lucha. La filosofía de Frankl, aquí podría ser comparada con la filosofía faústica. El placer, la felicidad, la auto-realización, la salud aún las experiencias cumbres, todos pertenece al Yo real, al yo más que al Yo; y perseguirlos en una auto-derrota. Las personas que son incapaces de establecer ellas mismas sus metas

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o quienes son mimados por una sociedad opulenta bajan sus metas, pierden su significado y orientación y buscan excitaciones y tensiones en las drogas, sexo, la guerra y otros substitutos para significar algo. Lo que el hombre necesita antes de todo es la tensión creada por la instrucción. La orientación de un significado es una salud fomentada y vida prolongada, si no agente de vida preservada . En las sociedades totalitarias hay conjuntos de metas pero no libertad para escoger. En la sociedad occidental hay libertad para escoger metas pero la sociedad las establece. La cura sería combinar las metas con la libertad. La libertad es un concepto negativo que debe ser complementado con responsabilidades.

¿Qué es entonces lo conocido por el significado de hombre? Es la tensión entre el “Yo soy” y el “Yo debiera”, entre la realidad y el ideal, entre ser y sentir. Desde que cada persona es única cada significado personal es único. No hay tal cosa como un significado universal de la vida, sino solamente los significados únicos de situaciones individuales. Sin embargo dice Frankl, hay también significados los cuales son compartidos por seres humanos a través de la sociedad y a lo largo de la historia. Más que estar relacionado con situaciones únicas estos significados se refieren a la condición humana. Y estos significados son los que él entiende por valores. Por otra parte Frankl define los valores como esos significados universales que cristalizan en las situaciones típicas que la sociedad o aún la humanidad tiene que arrastrar. Tales valores podrían chocar y producir neurosis noogénicas pero esto es posible solamente cuando la dimensión misma del valor, y el orden jerárquico de los valores es desatendida, esto es, solamente en la proyección de ellos a una más baja dimensión. Hay un orden jerárquico de valores y valores que no pueden chocar en el reino del valor. No hay lugar para conflicto entre los valores en el reino del valor.

Desafortunadamente, aquí Frankl no entiende a Scheler ni la naturaleza del valor. Los valores no son de ningún modo significados universales. Estos son valores muy bajos en la jerarquía existencial del valor. Además, los significados únicos de cada situación y cada persona son en verdad, los valores intrínsecos. Frankl dice correctamente que los teólogos no debieran de meterse en psiquiatría y viceversa, pero esto también es verdad para la axiología. Los psiquiatras no debieran meterse con la teoría del valor ni viceversa. Frankl construye realmente mucho mejor axiológicamente más de lo que él sabe. Hay únicamente un significado para cada situación dice Frankl, y esto es un verdadero significado. Es también su verdadero valor. El hombre es guiado en su búsqueda por el significado de la conciencia. La conciencia

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podría ser definida como la capacidad intuitiva del hombre para darse cuenta del significado de una situación. Puesto que este significado es alguna cosa única ella no está sujeta a una ley general, y una capacidad intuitiva tal como la conciencia es el único medio para agarrar el asa del significado gestalt. La transformación de significados únicos en valores universales, según Frankl, es la causa de las revoluciones. El significado único de ahora es el valor universal de mañana. Si la unicidad se pierde, el valor intrínseco se pierde; y más que creativo e imaginativo, el valor viene a ser una abstacción estéril y represiva. Esto es lo que Frankl no ve. Él dice que de esta manera las religiones son creadas y los valores evolucionan; pero él olvida que de esta manera, y en nombre de las religiones y similares valores sistémicos aparecen las guerras, la torturas y otras perversiones colectivas. En el momento que una fase creativa se fosiliza en valor universal pierde su natural valor intrínseco. Aquí el informe de Frankl contradice el significado existencial. Los valores universales, dice él, están decayendo en nuestro tiempo y esto, creé él, es la causa del vacío existencial, especialmente en América. Pero esta es la otra manera en la dirección opuesta, la decadencia del valor universal es un signo de una profunda conciencia existencial, y la sospecha de los valores universales un signo despertador de muchas personas en su propio y único significado. Los valores universales están en decadencia porque ellos están huecos. Y más aún si cada persona es rechazada en su propio significado por la decadencia de los valores universales, es este despertar de la conciencia de cada persona lo que dispersa estos “valores” como nubes por el viento. Es el verdor del mundo, en palabras de Charles Reich, lo que se abre paso entre la confusión de los significados universales. En términos de Frankl, nosotros hablaríamos de un despertar de la conciencia. La total capacidad de la conciencia es necesaria si el hombre está para encontrar significados únicos; son consentidos por una sociedad y sus valores universales con los cuales ellos pueden simplemente conformarse. Estos valores universales narcotizaron a la humanidad occidental, especialmente antes de la Primer Guerra Mundial. Lo que nosotros tenemos ahora ante la presencia de la amenaza nuclear y el insensato despojo de Vietnam, es un despertar al vacío de los valores universales. Pero desde que este despertar no es ya universal allí aparece el vacío existencial en muchas personas de conciencia menos refinada quienes no entienden que están siendo o se sienten amenazadas por él. El logoterapista no puede dar una persona su particular significado, tampoco el psicoanalista freudiano se ocupa de proporcionarle ___________. Pero puede despertar al paciente a la necesidad de significado e inspirarlo para encontrar su propio y particular significado espontáneamente. El logoterapista infunde en un encuentro humano, al paciente su propio y profundo significado por el poder

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del amor; para encontrar a otro ser único en la muy unicidad de su propio ser es amándolo. Esto es posible aún en la más grande desesperación de una incurable desgracia, enfermedad o inevitable sufrimiento; estos pueden ser transmutados en una significativa hazaña.

Aquí viene el tercer pilar de la tríada, el significado de la vida el cual está compuesto por otra tríada, los valores creativos, valores experienciales y los valores de actitud. Realmente la palabra valor, aquí es errónea, pues valor fue definido como significados universales lo que cristalizan en las situaciones típicas que una sociedad o aún la humanidad tiene que afrontar. Por cuanto aquí se ha dicho, se entiende que un ser humano en su propia y única situación puede escoger ciertas clases de posturas; es creador en lo que él da al mundo, es experimental en lo que él toma del mundo en términos de encuentros y experiencias, y es actitudinal en la posición que él toma en una situación difícil en caso de que él deba arrastrar un hado que no puede cambiar. Lo que importa es la posición que él toma. Los valores actitudinales son divididos en una tercera triada: actitud significativa ante el dolor, la culpa, y la muerte. Un ser humano, por la mera actitud que escoge, es capaz de encontrar y cumplir un significado aún en una situación desesperanzada. El hombre es como una cruz entre la extensión y la intensión, él puede alargarse en la extensión desde el fracaso al éxito, y en la intensión puede alargarse desde la desesperación hasta el cumplimiento. Los dos ejes se sostienen vertical el uno con el otro frente a la desesperación, el desafío y el éxito; y frente al cumplimiento el odio y el fracaso. Desde el fondo de la desesperación y la futilidad un hombre puede ser capaz de moldear por sí mismo una significativa y significante experiencia vital. Frankl menciona prisioneros esperando para ser ejecutados en la cámara de gas de Saint Quintín State Prison, en donde él dio significado en términos de su propia experiencia, a pesar de la cámara de gas. Hay muchos otros ejemplos de situaciones extremas en donde una persona, por la actitud que toma vence en significado. Me gustaría agregar un ejemplo de Viento, Arena y Estrellas de Saint Exupery, al comienzo del noveno capítulo: “Yo me he dado a mi mismo por perdido. Creí que estaba hundido en el abismo de la desesperación, pero yo tuve solamente que resignarme en orden a encontrar la paz. El hombre probablemente debe experimentar tales horas en orden a encontrarse a sí mismo y llegar a ser su propio amigo. Nada puede llevarse desde él que el sentimiento de cumplimiento; una necesidad vital en él es satisfecha, la cual antes no era consciente para él... Y yo no olvidaré el calor que arrojaba hacia mi corazón con mi vestido de estrellas cuando yo estaba cayendo en la arena enterrado hasta el cuello y sofocándome lentamente de sed”. En situaciones de desesperación y en presencia de la

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muerte y la tortura, no habrá otro análisis sino la logoterapia. Frankl, con razón ridiculiza los informes psicoanalíticos de tales experiencias, por ejemplo, que las torturas impuestas en los campos de concentración tenían el significado inconsciente de castración, o que los sobrevivientes de la persecución nazi reprimieron sus rabias contra sus padres asesinados. El significado de sufrimiento elude el intento por entenderlo a lo largo de las líneas de interpretación puramente analítica y dinámica.

El vacío existencial, en contraste con las experiencias cumbres de Maslow, Frankl las llama experiencia-abismo. Es un fenómeno universal en el Este y el Oeste, en los llamados países comunista y capitalistas. Sus principales manifestaciones son el aburrimiento y la apatía. Para contrarrestarlo tenemos que educar la conciencia de la persona y refinarla su capacidad del hombre para encontrar esos significados únicos que no son afectados por el desmoronamiento de los valores universales; mostrarle nuevas formas de experiencias significativas, y nuevas instituciones como el Peace Corps en América y correspondientes organizaciones en otros países. Tales instituciones crecerán más y más a partir del cuerpo de sus desmoronadas sociedades. La expresión intelectual del vacío existencial la experiencia de hombres tales como Sartre y Camus; y es otra vez significativo lo que Freud desdeño filosóficamente como nada, sino como una de las decentes formas de la sublimación de la sexualidad reprimida. El vacío existencial se caracteriza por un vuelo desde sí mismo quien lo permite para evitar una confrontación con el vacío dentro de él. En el análisis final, el vacío existencial es una paradoja. Es no hacer uso de la libertad de uno, o hacer uso de la libertad de uno para no hacer uso de ella, y careciendo de conciencia de la responsabilidad de uno. Para el que siente esta responsabilidad de la humanidad entera se halla abierta para la acción y el interés. No solamente el hombre individual sino la humanidad misma es única. Frankl es un racista de lo individual: “Yo estoy para juzgar a cada individuo sobre el terreno de la única “raza” que es representada por uno solo”.

Las técnicas desarrolladas por Frankl , las técnicas logoterapéuticas descansan sobre las capacidades del hombre de auto-trascendencia y auto-desprendimiento. Ël las llama de reflexión e intención paradójica. La primera neutraliza el auto-vencimineto seguido de placer y de gusto, la hiperinteción e hiperreflexión sobre metas que son las menos alcanzables, las más de ellas son posibles para una técnica similar a la de Sócrates en la República y en el Gorgias. Intención paradójica quiere decir que el paciente está animado a hacer o desear para sucedan las muchas cosas que él teme. El miedo

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patogénico entonces, es reemplazado por un deseo paradójico. Como resultado, el paciente puede estar sufriendo de ansiedad únicamente pero no de ansiedad acerca de la ansiedad. En muchas fobias el miedo de la situación miedosas es peor que la situación misma; y es este miedo del miedo el que es neutralizado. Así, una persona que tartamudea se le pide que tartamudeé y pronto no podrá tartamudear más. Ella no puede hacer conscientemente lo que estaba impelido a hacer inconscientemente. Lo que es afectado son las normas e ideales de los pacientes, sus pensamientos o axiológicamente hablando, su patrón valorativo. Es un corto tratamiento y ha resultado provechoso. Reemplazar el miedo patogénico por un deseo paradójico, el viento se lleva del barco de vela, la ansiedad anticipada. Al mismo tiempo, se le pide al paciente verse a sí mismo hasta que las capacidades de auto-trascendencia y auto-desprendimiento, sus capacidades noológicas sean movilizadas. Cuando estas están sumergidas, como en las depresiones psicóticas, la intención paradójica es contraindicada.

Axiológicamente, la técnica de intención paradójica es la técnica para superar el mal por el correspondiente bien que es, desvalorar una situación desvalorada por los valores invertidos de la situación. Así, si en una fobia el yo mismo intrínsecamente desvalorado por una idea obsesiva es a su vez intrínsecamente desvalorado por la valoración intrínseca de que la idea, a saber, la idea que uno con todo el poder de uno quiere hacer lo que uno antes temía. La fórmula de la intención invertida es la ( U V ) V

U . Donde U y V son dos valores diferentes. Puede ser demostrado lo que este procedimiento resulta en un valor más alto. Frankl ve esto intuitivamente como al igual que la Axiología Formal llama: la técnica del común denominador , donde un valor más alto vence desvalores más bajos. Es verdaderamente el proceso de vencer el mal por el bien. Así, Frankl entra intuitivamente dentro de procedimientos valoracionales complicados, lo cual la formulación de la Axiología Formal pone al descubierto.

Una depresión noogénica nunca debe ser tomada por una psicogénica. Frankl muestra cómo su técnica puede trabajar aún con pacientes esquizofrénicos, persona con un Yo dividido quienes pueden ser llevadas por la realización de ellas mismas hasta llegar a ser conscientes de sus propias unicidades y valor espiritual, y la unicidad y espiritualidad por la que ellas luchan y podrían llevar a cabo. Frankl encuentra sintomático lo que psiquiatras analíticos consideran el comienzo de una lista de suicidas. Ellos se quedan en los más bajos niveles del significado y así, ni son capaces para ayudar a sus pacientes ni a sí mismos. El médico en casos extremos, debe hacer lo que

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Frankl llama ministerio médico, él debe movilizar los recursos espirituales de la persona. Otra vez pensamos en Sócrates. Lo que la logoterapia así tan dispuestamente llamada quiere decir, es, como una persona ayuda a otra a encontrar su significado, su racionalidad, su logos, lo que es ella misma. Como un discípulo de Sócrates dijo, “Yo no aprendí mucho de él, pero cuando lo conocí yo me convertí en un hombre mejor”.

En un modo trascendente Frankl muestra que los significados humanos no son los más altos significados posibles. Justamente como el animal es incapaz de entender al hombre pero el hombre entiende en sumo grado al animal, así hay un poder más allá del hombre como el hombre está más allá del animal pero al cual el hombre es incapaz de entender aunque el cual entiende al hombre. Todos necesitamos hacer uso de este poder para tener fe, para tener una confianza básica en un significado fundamental el cual está trascendentalmente más allá de nosotros. Así como el perro, con una fiel mirada a su amo, permite al veterinario que lo opere, así nosotros debemos a las vicisitudes de la vida operar sobre nosotros con una mirada hacia el significado trascendental. La muerte dice Frankl, es comparada con el sueño. Realmente debiera ser comparada con el estar despierto. Al menos esta comparación hace comprensible que la muerte está más allá de la comprensión. Consideren a un padre amoroso quien tiernamente despierta a su hijo con una caricia. El niño despertará con una estrella, con susto porque en su mundo de sueños dentro del cual la caricia impone su propio significado, no puede ser concebida.

El hombre, también despierta de la vida a la muerte con susto. Y si después, estando clínicamente muerto, su vida está salvada aunque es entendible que él no recuerda nada. El que despierta y recuerda su sueño, pero el soñador no sabe que él está durmiendo. Otra vez, nosotros pensamos en Sócrates: “El filósofo está siempre persiguiendo la muerte agonizando”. El es consciente de su más alto significado.

En este sentido, la verdadera filosofía es a la filosofía analítica lo que la logoterapia es a la terapia analítica: una reducción desde un más alto nivel a uno más bajo con las correspondientes confusiones, ambigüedades y contradicciones. Esto es una expresión del vacío existencial en la filosofía misma. El vacío existencial es lo que Kierkergaard llamó la Enfermedad Hasta la Muerte. El libro de Kierkegaard es titulado “Una cristiana exposición psicológica para la edificación y el despertar”. La logoterapia no es religiosa pero ella conduce a la edificación del hombre y al despertar a través de la

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psicología y la psiquiatría. Justamenete como en la culminación de la exposición de Kierkergaard el salto debe ser empresa arriesgada dentro de la fe, así en la culminación del argumento de Frankl, el significado incondicional es absoluto. Ni el sufrimiento, ni la agonía pueden disminuirlo. La fe incondicional es un significado incondicional puede volverse de completo fracaso en heroico triunfo. Uno de sus libros, “La voluntad para el significado”, termina con las palabras de Habacuc :<<“Aunque la higuera no florecerá ni dará frutos estará en los vinos; la labor del olivo fracasará y los campos no producirán comida; el rebaño será apartado del rebaño, y no habrá rebaño en los establos; pero yo me regocijaré en el Señor, yo me regocijaré en el Dios de mi salvación”>>. Esto dice Frankl, y esta será la lección que tenemos que aprender de su obra.

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ASPECTOS FILOSOFICOS DE LA

LOGOTERAPIA.

POR:

ROBERT S. HARTMAN

TRADUCCIÓN:

ALFONSO LOZANO GONZALEZ

México, D. F., 2001

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