Ataque reptil

Era un día de verano excepcionalmente hermoso. El espléndido cielo azul estaba cubierto con nubes blancas acolchadas. Los pájaros cantaban y una brisa suave rozaba el ambiente.

Era temprano por la mañana y pensé que era un buen momento para podar el césped de mi casa y el de mi amiga Shirley al cruzar la calle. Ella era una señora mayor, de cabello grisáceo, quien poseía grandes habilidades psíquicas. Ambos solíamos trabajar en conjunto en el área espiritual y paranormal. Justo la noche anterior hablamos sobre nuestros encuentros paranormales con la raza reptil.

Serían las 10:00 cuando comencé a cortar la grama. Como a los treinta minutos ya había terminado y moví la máquina hasta la casa de Shirley para podar su jardín.

Todo lucía normal mientras podaba. Después de cortar dos o tres franjas de grama sentí una opresión en mi pecho y pensé que podría estar teniendo un ataque al corazón. Podé otra franja más, pero dejé de hacerlo, ya que la opresión se convirtió en dolor severo y comenzó a proyectarse hacia mi garganta.

Llamé a mi amiga, quien se asomó a la ventana y me hizo señas para que entrase a la casa. Para el momento en que entré a su sala y me senté, se me dificultaba mucho respirar y el dolor se tornaba más severo.

Shirley comenzó inmediatamente a aplicar su método único de sanación. Luego de lo que parecía ser horas, pero en realidad apenas unos cinco minutos, todos los síntomas desaparecieron y me sentí bien nuevamente.

Poco después, mientras intentábamos determinar qué había sucedido, Shirley comenzó a experimentar dolor en el pecho y le costaba respirar. También estaba experimentando un ataque al corazón. ¿Qué diablos está pasando?

Recurrí a usar mi visión interdimensional y logré ver balas de “energía” penetrando su cuerpo desde atrás. Rápidamente construí un escudo psíquico a su alrededor, el tipo de escudo que uso al trabajar en el área paranormal. Las balas de energía eran ahora incapaces de penetrar el escudo psíquico y ahora rebotaban.

Comencé a manipular sus patrones de energía para estabilizarlos. Su cuerpo respondió inmediatamente y su respiración se normalizó. Ya no sentía dolor y se sentía bien.

Poco después regresé a casa para ponderar la situación y así obtener una perspectiva. Al entrar a nuestra sala de meditación, miré por la ventana hacia la casa de Shirley. En los escalones frente a su casa había una entidad reptil que divertida me miraba fijamente.

En un instante se me prendió el bombillo. Había omitido colocarme mi escudo psíquico de protección como suelo hacerlo cada mañana y la entidad reptil se aprovechó de esta rara ocasión. Había estado removiendo seres reptiles de personas por muchos años, por lo que no estaba en su lista de favoritos.

Este sabía lo que iba a suceder, ya que su actitud y expresión facial cambiaron de triunfo y regocijo a precaución y cautela. Entonces envié mi forma de pensamiento protectora a quien suelo llamar “Troy” para remover la entidad del área y mandarlo a donde correspondía. En segundos, todo estaba bien nuevamente. Otro recordatorio para mantener mi escudo psíquico operando en todo momento.

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Traducción: Adrián Valera – adrian.villani16@gmail.com