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Siglo nuevo P ara manejar el cambio en forma efectiva, debe comprenderse la dinámica del proceso de transfor- mación. La variación es sumamente difí- cil para el 95 por ciento de la población. La mayoría de las personas se resiste, mien- tras que otras, un porcentaje muy peque- ño, la disfruta. Puesto que todos somos criaturas de hábitos, tendemos a aferrar- nos a lo que nos es familiar. En forma in- consciente, construimos nuestro marco de referencia de todos aquellos sentimien- tos, experiencias, pensamientos, creen- cias, actitudes, puntos de vista y percep- ciones, y ese marco ha llegado a ser parte de nuestra identidad. Nos asociamos con él y con mucha frecuencia lo vemos como a nosotros mismos. La modificación desorganiza y deso- rienta nuestro marco de referencia, cuan- do esto sucede, nos encontramos aferra- dos a lo que nos es familiar; en otras pala- bras, volvemos a lo que conocemos. Cual- quier ser humano normal se resiste a sal- tar al vacío, a lo desconocido y al futuro incierto. Para lograr este proceso de metamor- fosis, intencional y deliberadamente, de- be reforzarse la dirección en la que va y disminuir la orientación que deja. Debe percibir el pasado como menos atractivo que la imagen del futuro. Necesita imagi- nar y fortalecer la visión de un porvenir positivo, deseable e invitante. Si permite que la nostalgia se presente y lo lleve ha- cia el recuerdo de “los buenos viejos tiem- pos”, debe olvidar cualquier esperanza de tener éxito en su cambio de ambiente. La nostalgia lo seducirá para que vuelva a su antiguo marco de referencia, porque es predecible y seguro. Incluso si su antiguo marco de referencia es indeseable, incó- modo, doloroso o traumático, todavía gra- vitará hacia él por encima del nuevo cami- no: lo asociará con su identidad debido a su familiaridad. El estado de transición es tan inseguro e impredecible, que es difícil mantenerse en él sin el deseo de regresar hacia el estado previo. Es como un viejo a- migo: tal vez no le agrade, pero lo conoce tan bien, que no puede apartarlo. Después de todo lo que ha pasado, tendría que em- pezar con uno nuevo. En cualquier circunstancia que inclu- ya cambiar de un estado a otro, hay tres fases: lo conocido, la transición y el futuro. El estado presente es conocido, familiar y predecible. Es menos probable que desee abandonar cualquier situación que le es sabida. Somos criaturas de rutinas. Alejarse del estado familiar actual ha- cia el estado de transición es algo que dis- grega y desorienta. Significa moverse ha- cia lo desconocido, lo impredecible, lo in- cierto. La fase de transición es sumamente inestable, puesto que no hay familiaridad. La mayoría de las personas que están in- seguras de sus motivos o recompensas al elegir el cambio, retroceden durante el es- tado de modificación. Retroceden hacia lo que conocen, no necesariamente hacia lo que aman, en lugar de dirigirse hacia el futuro. El desafío es pasar al estado deseado sin permitirse retroceder a mitad del ca- mino. Es como temer el saber ser y no re- tractarse por miedo, el triunfo siempre se- rá del valor. § 4 Sn o pinión El manejo del cambio Olga de Juambelz Archivo Siglo Nuevo ATREVERSE A DAR EL PASO Retroceden hacia lo que conocen, no necesariamente hacia lo que aman, en lugar de dirigirse hacia el futuro

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  • Siglo nuevo

    Para manejar el cambio en forma efectiva, debe comprenderse la dinámica del proceso de transfor-mación. La variación es sumamente difí-cil para el 95 por ciento de la población. La mayoría de las personas se resiste, mien-tras que otras, un porcentaje muy peque-ño, la disfruta. Puesto que todos somos criaturas de hábitos, tendemos a aferrar-nos a lo que nos es familiar. En forma in-consciente, construimos nuestro marco de referencia de todos aquellos sentimien-tos, experiencias, pensamientos, creen-cias, actitudes, puntos de vista y percep-ciones, y ese marco ha llegado a ser parte de nuestra identidad. Nos asociamos con él y con mucha frecuencia lo vemos como a nosotros mismos.

    La modifi cación desorganiza y deso-rienta nuestro marco de referencia, cuan-do esto sucede, nos encontramos aferra-dos a lo que nos es familiar; en otras pala-bras, volvemos a lo que conocemos. Cual-quier ser humano normal se resiste a sal-tar al vacío, a lo desconocido y al futuro incierto.

    Para lograr este proceso de metamor-fosis, intencional y deliberadamente, de-be reforzarse la dirección en la que va y disminuir la orientación que deja. Debe percibir el pasado como menos atractivo que la imagen del futuro. Necesita imagi-nar y fortalecer la visión de un porvenir

    positivo, deseable e invitante. Si permite que la nostalgia se presente y lo lleve ha-cia el recuerdo de “los buenos viejos tiem-pos”, debe olvidar cualquier esperanza detener éxito en su cambio de ambiente. La nostalgia lo seducirá para que vuelva a su antiguo marco de referencia, porque es predecible y seguro. Incluso si su antiguo marco de referencia es indeseable, incó-modo, doloroso o traumático, todavía gra-vitará hacia él por encima del nuevo cami-no: lo asociará con su identidad debido a su familiaridad. El estado de transición estan inseguro e impredecible, que es difícil mantenerse en él sin el deseo de regresar hacia el estado previo. Es como un viejo a-migo: tal vez no le agrade, pero lo conoce tan bien, que no puede apartarlo. Después

    de todo lo que ha pasado, tendría que em-pezar con uno nuevo.

    En cualquier circunstancia que inclu-ya cambiar de un estado a otro, hay tres fases: lo conocido, la transición y el futuro. El estado presente es conocido, familiar y predecible. Es menos probable que desee abandonar cualquier situación que le es sabida. Somos criaturas de rutinas.

    Alejarse del estado familiar actual ha-cia el estado de transición es algo que dis-grega y desorienta. Signifi ca moverse ha-cia lo desconocido, lo impredecible, lo in-cierto. La fase de transición es sumamente inestable, puesto que no hay familiaridad.

    La mayoría de las personas que están in-seguras de sus motivos o recompensas al elegir el cambio, retroceden durante el es-tado de modifi cación. Retroceden hacia lo que conocen, no necesariamente hacia lo que aman, en lugar de dirigirse hacia el futuro.

    El desafío es pasar al estado deseadosin permitirse retroceder a mitad del ca-mino. Es como temer el saber ser y no re-tractarse por miedo, el triunfo siempre se-rá del valor. §

    4 • Sn

    opinión

    El manejo del cambio

    Olga de Juambelz

    Arch

    ivo

    Sigl

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    uevo

    ATREVERSE A DAR EL PASO

    Retroceden hacia lo que conocen, no necesariamente

    hacia lo que aman, en lugar de dirigirse hacia el futuro