banda ancha

2
La semana pasada informamos que el Perú se encuentra en el penúltimo lugar de América Latina en lo que a velocidad y calidad de Internet respecta, según el estudio reciente de Cisco Global Cloud Índex (2011-2016). Buena parte de este problema tiene que ver con la falta de desarrollo de la banda ancha. La penetración de la banda ancha es aún bastante pobre: a marzo del 2010, solo 3,3 de cada 100 peruanos tenía alguna conexión de este tipo, cuando el promedio latinoamericano en el 2008 era de casi 5. Y eso sin contar que la brecha dentro del país también merece atención: la diferencia de penetración entre Lima y Amazonas (las regiones con mayor y menor conectividad de banda ancha, respectivamente) es de casi 30 veces una respecto de la otra. La importancia del desarrollo de esta infraestructura no es poca. Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), cada 10% de penetración de banda ancha en América Latina determinaría un incremento medio del 3,2% del PBI y un aumento de la productividad de 2,6 puntos porcentuales. Un estudio del McKinsey Global Institute del 2011, por su parte, encontró que Internet es responsable del 21% del crecimiento de países desarrollados en los últimos cinco años, que los pequeños y medianos negocios que usan Internet aumentan su productividad en 10% y que, entre estos, aquellos que usan fuertemente esta herramienta crecen y exportan el doble que el resto. Este último estudio, realizado en los países del G8, Brasil, China, India, Suecia y Corea del Sur, descubrió que si los negocios por Internet fueran considerados como un sector independiente, tendrían una contribución mayor promedio al PBI que la agricultura, la minería, la educación o los servicios públicos. La explicación de la relación entre la difusión de esta tecnología y el crecimiento de un país es sencilla: la conectividad digital permite llegar a más proveedores y consumidores a un menor costo. La amplitud de los mercados que abre Internet es impresionante. En Estados Unidos, por ejemplo, quienes compraron por Internet durante el 2009 realizaron consumos por US$250 mil millones; en promedio adquirieron bienes por esta vía por US$1.773 al año, mientras que en Reino Unido dicho monto llegó a US$2.535. El Estado Peruano, desafortunadamente, hoy se inmiscuye en el camino de quienes pueden solucionar el atraso del país en este tema: las empresas privadas. Y es que el Gobierno regula fuertemente la calidad de los servicios de la industria de telecomunicaciones estableciendo numerosos estándares que deben cumplir las empresas e imponiendo con ello sobrecostos a su crecimiento. El nivel de regulación es tal que, si hiciera lo mismo con las panaderías, tendríamos al Gobierno decidiendo quién puede ser panadero, qué tipo de panes puede vender, de qué tamaño deben ser los mismos y hasta a las horas a las que deben atender estos negocios. Pero ¿acaso no es necesario regular el servicio para proteger a los consumidores? Pues resulta que no, ya que hay algo que los protege mejor que la regulación estatal: la competencia. Ella fuerza a las empresas a esforzarse por brindar la mejor combinación de precio y calidad. Después de todo, no hay nada que haga que un empresario atienda mejor a sus clientes que el miedo de que estos se vayan al negocio de al lado. Alguien, sin embargo, podría pensar que el Estado debería imponer estándares de calidad mayores que los que surgen libremente de la competencia. El problema de esto es que si las empresas no han ofrecido dichos estándares libremente es porque no les permiten que su inversión sea rentable (si lo permitieran, los hubieran ofrecido en su búsqueda por captar más clientes). Así, la innecesaria regulación pone cadenas al crecimiento de la industria de telecomunicaciones y, al restarle rentabilidad, desalienta a las empresas a invertir en desarrollar la nueva infraestructura necesaria para ampliar su cobertura. Por eso, el Estado debería reconsiderar su propio rol en este mercado si es que realmente desea que la banda ancha y las posibilidades de desarrollo que ofrece no les resulte a la mayoría de peruanos simplemente ajena. AMPLIACIÓN DE CONCEPTOS En el editorial de ayer, “Medir con la misma vara”, con la intención de graficar qué pasaría si se permitiese que imperen dos sistemas paralelos de justicia (el nacional y el de las comunidades

Upload: abrahamsosasantacruz

Post on 26-Sep-2015

7 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

Banda ancha

TRANSCRIPT

La semana pasada informamos que el Per se encuentra en el penltimo lugar de Amrica Latina en lo que a velocidad y calidad de Internet respecta, segn el estudio reciente de Cisco Global Cloud ndex (2011-2016). Buena parte de este problema tiene que ver con la falta de desarrollo de la banda ancha.La penetracin de la banda ancha es an bastante pobre: a marzo del 2010, solo 3,3 de cada 100 peruanos tena alguna conexin de este tipo, cuando el promedio latinoamericano en el 2008 era de casi 5. Y eso sin contar que la brecha dentro del pas tambin merece atencin: la diferencia de penetracin entre Lima y Amazonas (las regiones con mayor y menor conectividad de banda ancha, respectivamente) es de casi 30 veces una respecto de la otra.La importancia del desarrollo de esta infraestructura no es poca. Segn el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), cada 10% de penetracin de banda ancha en Amrica Latina determinara un incremento medio del 3,2% del PBI y un aumento de la productividad de 2,6 puntos porcentuales. Un estudio del McKinsey Global Institute del 2011, por su parte, encontr que Internet es responsable del 21% del crecimiento de pases desarrollados en los ltimos cinco aos, que los pequeos y medianos negocios que usan Internet aumentan su productividad en 10% y que, entre estos, aquellos que usan fuertemente esta herramienta crecen y exportan el doble que el resto. Este ltimo estudio, realizado en los pases del G8, Brasil, China, India, Suecia y Corea del Sur, descubri que si los negocios por Internet fueran considerados como un sector independiente, tendran una contribucin mayor promedio al PBI que la agricultura, la minera, la educacin o los servicios pblicos.La explicacin de la relacin entre la difusin de esta tecnologa y el crecimiento de un pas es sencilla: la conectividad digital permite llegar a ms proveedores y consumidores a un menor costo. La amplitud de los mercados que abre Internet es impresionante. En Estados Unidos, por ejemplo, quienes compraron por Internet durante el 2009 realizaron consumos por US$250 mil millones; en promedio adquirieron bienes por esta va por US$1.773 al ao, mientras que en Reino Unido dicho monto lleg a US$2.535.El Estado Peruano, desafortunadamente, hoy se inmiscuye en el camino de quienes pueden solucionar el atraso del pas en este tema: las empresas privadas. Y es que el Gobierno regula fuertemente la calidad de los servicios de la industria de telecomunicaciones estableciendo numerosos estndares que deben cumplir las empresas e imponiendo con ello sobrecostos a su crecimiento. El nivel de regulacin es tal que, si hiciera lo mismo con las panaderas, tendramos al Gobierno decidiendo quin puede ser panadero, qu tipo de panes puede vender, de qu tamao deben ser los mismos y hasta a las horas a las que deben atender estos negocios.Pero acaso no es necesario regular el servicio para proteger a los consumidores? Pues resulta que no, ya que hay algo que los protege mejor que la regulacin estatal: la competencia. Ella fuerza a las empresas a esforzarse por brindar la mejor combinacin de precio y calidad. Despus de todo, no hay nada que haga que un empresario atienda mejor a sus clientes que el miedo de que estos se vayan al negocio de al lado. Alguien, sin embargo, podra pensar que el Estado debera imponer estndares de calidad mayores que los que surgen libremente de la competencia. El problema de esto es que si las empresas no han ofrecido dichos estndares libremente es porque no les permiten que su inversin sea rentable (si lo permitieran, los hubieran ofrecido en su bsqueda por captar ms clientes).As, la innecesaria regulacin pone cadenas al crecimiento de la industria de telecomunicaciones y, al restarle rentabilidad, desalienta a las empresas a invertir en desarrollar la nueva infraestructura necesaria para ampliar su cobertura. Por eso, el Estado debera reconsiderar su propio rol en este mercado si es que realmente desea que la banda ancha y las posibilidades de desarrollo que ofrece no les resulte a la mayora de peruanos simplemente ajena.AMPLIACIN DE CONCEPTOSEn el editorial de ayer, Medir con la misma vara, con la intencin de graficar qu pasara si se permitiese que imperen dos sistemas paralelos de justicia (el nacional y el de las comunidades indgenas), se puso como ejemplo la ya desterrada prctica de reducir cabezas de los awajn. Valga precisar que aquello era propio de los jbaros, familia lingstica a la que pertenecen no solo los awajn (aguarunas), sino tambin los shuar, achuar, huambisa, entre otros. Dicho ejemplo est referido a una situacin histrica, pero ms all de este dato, nosotros mantenemos nuestro respeto por los awajn y otras comunidades de la selva. Lo que s reclamamos, tal como se afirma en el editorial, es que la ley debe ser aplicada por igual para todos los peruanos.