baraja de libros extra~eros...en latín. 0-1 tratar de la "higiene", habla de los cuidados...

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- UNIVERSIDAD DE MEXICO 31 Por Jaime GARCIA TER RES A. B. N. quedan a cargo del restaurador profe- sional. Las materias que trata esta obra, en los seis capítulos de que consta, son las siguientes: "El problema de las biblio- tecas y archivos". "Lo que se hace y lo que se deja de hacer". "Las enfermeda- des y los accidentes que sufren los li- bros". "Higiene y seguridad del libra". "Terapéutica del libro". "Aplicaciones especiales de esta terapéutica". "¿ Piensa usted que sea lícito reconocer menos autenticidad literaria, menor poder de acción, en un poema defectuoso pero sembrado de bellezas fuertes, que en un poema perfecto pero sin gran resonancia interna? ... ¿ Tan mezclada está la sus- tancia de mi pensamiento, y tan neutrali- zada su belleza general por las impurezas y las indecisiones que la recorren, que aquélla no alcanza, literalmente, a exis- tir? "Lo malo es que Antonin Artaud no siempre cumplía esa dosis mínima de be- lleza; y la tortura y la desesperación, por sí solas, no constituyen títulos de ciuda- danía en la exigente república de las le- tras. FERNAND CROMMELYNCK. Théatre complet l: Chaud et froid; Une femme qu'a le coeur trop pelito (Paris. Seuil.) ApOLLINAlRE. Oetwres Poétiques. (París. Bib!. de la Pléiade; Gallimard). Con todas sus frecuentes flaquezas, con sus repeticiones y pueriles artimañas, la poesía de Apollinaire, vista en conjun- to, resulta imponente. No dudo que las podas le aprovechen; que la cosecha bruta diluya, antes que exaltarlo, el brillo de los frutos más logrados. Y sin embargo esta recolección generosa tiene pleno sen- tido. Guillaume Apollinaire podrá no ser un genio parejo y definitivo, ni siquiera un innovador consistente; poseyó en cam- bio cierta inagotable elocuencia y una perpetua capacidad para el destello per- sona!. Aun en sus peores momentos hay algo que lo ennoblece: un aura de canción desnuda; una cálida música sensual que prevalece sobre la rutina y el desfalleci- miento inventivo. Cuando, hace pocos meses. tuve opor- tunidad de leer Les amants puérils en uno de los cuadernos periódicos que suelen publicar las piezas estrenadas o repuestas en los teatros de París, no acertaba yo a explicarme por qué el autor de esa es- pléndida obra (que lo es también de Le . COCtt 'magnifiqtte y Carina) no contaba aún con una edición colectiva de sus tribajos. Me ha sorprendido, pues, muy graltaniente que Les éditions dlt seuil hayan iniciado ya tan indispensable em- presa. Los dos ejerc}cios que aloja el pri- mer tomo no constItuyen, en SI, revela- ciones extraordinarias; pero sin duda pre- ludian una de las expresiones más vigo- rosas del teatro moderno, y junto con las Baraja de libros por sencillo y directo, los procedi- mIentos que deben seguirse, por ejemplo, para destruir ciertos animalitos destruc- tores aunque no se conozca su nombre en latín. 0- 1 tratar de la "higiene", habla de los CUIdados mediante los cuales cualquier persona puede impedir que sus libros en- fe:men. Al tratar de la "terapia", des- cnbe las· operaciones necesarias para re- p2ra y poner en estado de conservación un libro o Un documento dañados; ope- raciones compli'cadas éstas, las cuales ya A. A rtaud- "caso sintomático de nuestro tiempo" ¿ Hasta qué punto es Artaud un verda- dero escritor? En ocasiones, aunque no deja de cobrar, aquí y allá, una angus- tiosa penetración alucinada, su obra se antoja desahogo puro, o escueto delirio, o documento para uso eXc!).lsivo del psi- quiatra. Como quiera, no es posible des- atenderlo: su caso es demasiado sintomá- tico de nuestro tiempo. El problema se resumiría en estas palabras que el mismo Artaud confiaba a Jacgues Riviere: ANTONlN ARTAUD. Oenvres completes, To- me l. Paris. Gallimard.) A. B. N. JUAN ALMELA MELlÁ, Higiene y Tera- peútica del Libro. Fondo de Cultura Económica. México, 1956. 219 pp. Las enfermedades de los libros real- mente existen. Pueden ser producidas por la invasión de organismos destruc- tores o por causas quími'cas o físicas; )' asimismo pueden ser combatidas. De aquí que sea lícito hablar de "patología" del libro. Esto, que todavía parecerá extra- vagante a muchas personas, ya hace tiempo que ha sido aceptado por emi- nentes bibliógrafos. En efecto, "Patología del Libro" fue el título de un discurso que leyó don Amalio Gimeno al ingresar en la Real Academia de la Lengua en 1921. Desde 1938 funciona en Roma un Instituto de Patología del Libro. Hace algunos años el director de dicho Instituto publicó un libro titulado Patología e' Terapia del Libro, Y por último, hasta se ha acu- ñado una palabra nueva para designar la ciencia de cuidar y curar los libros. Juan Almela Meliá no profundiza en los aspectos técnicos de esta ciencia. Para él lo importante es divulgar, empleando un lenguaje que han de entenderlo to- Unos muchachos beduinos, contraban- distas de cabras. hace nueve años encon- traron, dentro de una cueva junto al Mar Muerto, unos rollos de pergamino es- critos en hebreo arcaico. Los vendieron a bajo precio en Jerusalém, sin que ven- dedores ni compradores supieran de lo que se trataba. Pasó algún tiempo de que se viniera a entender que esos rollos contenían genuinos libros bíblicos y otras no canónicos, que procedían de una fecha anterior a la de los más an- tiguos textos hebreos, y que pertenecie- ran a la secta judía de los esenios. Sobre estos hechos trabajó Edmund \Vilson, componiendo un reportaje en que se emplean todos los recursos que pueden llamar la atención y despertar la curiosidad del lector ingenuo, y hasta del que se figura que no lo es tanto. Bien escrito. En el hallazgo, venta y compra de los primeros pergaminos, ta la fuga del afortunado metropolitano Samuel, hay excelentes atisbos de "sus- pense" cinematográfico. La reconstruc- ción histórica de la secta esenia, las des- cripciones del ambiente físico, están fra- guadas en los moldes de la mejor es- cuela. Y todo interés sube de punto cuan- do se consideran las posibles "implica- ciones" entre el haHazgo del Mar Muer- to y la religión cristiana. El autor, basándose en discusiones que ya se han suscitado entre los eruditos, toma en cuenta la posibilidad de que Jesús haya pertenecido a la secta esenia, y que, tomando por modelo al Maestro de Justicia fundador de la secta, que murió por la justicia a manos de los im- píos, tratara de cumplir por su cuenta la misión de "maestro, mesías o mártir que vivió después". Y como para llevar al extremo la nota sensacionalista, rc- mite a la Iglesia la solución del pro- blema. No puede negarse que si no fuera por ei recurso sensacionalista, no existiría tal libra; y sería una lástima, porque gra- cias al interés que despierta, divulga im- portantes nociones sobre aspectos desco- nocidos del judaísmo precristiano.

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UNIVERSIDAD DE MEXICO 31

Por Jaime GARCIA TERRES

A. B. N.

quedan a cargo del restaurador profe­sional.

Las materias que trata esta obra, enlos seis capítulos de que consta, son lassiguientes: "El problema de las biblio­tecas y archivos". "Lo que se hace y loque se deja de hacer". "Las enfermeda­des y los accidentes que sufren los li­bros". "Higiene y seguridad del libra"."Terapéutica del libro". "Aplicacionesespeciales de esta terapéutica".

"¿ Piensa usted que sea lícito reconocermenos autenticidad literaria, menor poderde acción, en un poema defectuoso perosembrado de bellezas fuertes, que en unpoema perfecto pero sin gran resonanciainterna? ... ¿ Tan mezclada está la sus­tancia de mi pensamiento, y tan neutrali­zada su belleza general por las impurezasy las indecisiones que la recorren, queaquélla no alcanza, literalmente, a exis­tir? "Lo malo es que Antonin Artaud nosiempre cumplía esa dosis mínima de be­lleza; y la tortura y la desesperación, porsí solas, no constituyen títulos de ciuda­danía en la exigente república de las le­tras.

FERNAND CROMMELYNCK. Théatre completl: Chaud et froid; Une femme qu'a lecoeur trop pelito (Paris. Seuil.)

ApOLLINAlRE. Oetwres Poétiques. (París.Bib!. de la Pléiade; Gallimard).

Con todas sus frecuentes flaquezas,con sus repeticiones y pueriles artimañas,la poesía de Apollinaire, vista en conjun­to, resulta imponente. No dudo que laspodas le aprovechen; que la cosecha brutadiluya, antes que exaltarlo, el brillo delos frutos más logrados. Y sin embargoesta recolección generosa tiene pleno sen­tido. Guillaume Apollinaire podrá no serun genio parejo y definitivo, ni siquieraun innovador consistente; poseyó en cam­bio cierta inagotable elocuencia y unaperpetua capacidad para el destello per­sona!. Aun en sus peores momentos hayalgo que lo ennoblece: un aura de cancióndesnuda; una cálida música sensual queprevalece sobre la rutina y el desfalleci­miento inventivo.

Cuando, hace pocos meses. tuve opor­tunidad de leer Les amants puérils en unode los cuadernos periódicos que suelenpublicar las piezas estrenadas o repuestasen los teatros de París, no acertaba yo aexplicarme por qué el autor de esa es­pléndida obra (que lo es también de Le .COCtt 'magnifiqtte y Carina) no contabaaún con una edición colectiva de sustribajos. Me ha sorprendido, pues, muygraltaniente que Les éditions dlt seuilhayan iniciado ya tan indispensable em­presa. Los dos ejerc}cios que aloja el pri­mer tomo no constItuyen, en SI, revela­ciones extraordinarias; pero sin duda pre­ludian una de las expresiones más vigo­rosas del teatro moderno, y junto con las

Baraja de libros extra~eros

d~s por sencillo y directo, los procedi­mIentos que deben seguirse, por ejemplo,para destruir ciertos animalitos destruc­tores aunque no se conozca su nombreen latín.

0-1 tratar de la "higiene", habla de losCUIdados mediante los cuales cualquierpersona puede impedir que sus libros en­fe:men. Al tratar de la "terapia", des­cnbe las· operaciones necesarias para re­p2ra y poner en estado de conservaciónun libro o Un documento dañados; ope­raciones compli'cadas éstas, las cuales ya

A. Artaud- "caso sintomático de nuestrotiempo"

¿ Hasta qué punto es Artaud un verda­dero escritor? En ocasiones, aunque nodeja de cobrar, aquí y allá, una angus­tiosa penetración alucinada, su obra seantoja desahogo puro, o escueto delirio,o documento para uso eXc!).lsivo del psi­quiatra. Como quiera, no es posible des­atenderlo: su caso es demasiado sintomá­tico de nuestro tiempo. El problema seresumiría en estas palabras que el mismoArtaud confiaba a Jacgues Riviere:

ANTONlN ARTAUD. Oenvres completes, To­me l. Paris. Gallimard.)

A. B. N.

JUAN ALMELA MELlÁ, Higiene y Tera­peútica del Libro. Fondo de CulturaEconómica. México, 1956. 219 pp.

Las enfermedades de los libros real­mente existen. Pueden ser producidaspor la invasión de organismos destruc­tores o por causas quími'cas o físicas; )'asimismo pueden ser combatidas. De aquíque sea lícito hablar de "patología" dellibro. Esto, que todavía parecerá extra­vagante a muchas personas, ya hacetiempo que ha sido aceptado por emi­nentes bibliógrafos.

En efecto, "Patología del Libro" fueel título de un discurso que leyó donAmalio Gimeno al ingresar en la RealAcademia de la Lengua en 1921. Desde1938 funciona en Roma un Instituto dePatología del Libro. Hace algunos añosel director de dicho Instituto publicó unlibro titulado Patología e' Terapia delLibro, Y por último, hasta se ha acu­ñado una palabra nueva para designarla ciencia de cuidar y curar los libros.

Juan Almela Meliá no profundiza enlos aspectos técnicos de esta ciencia. Paraél lo importante es divulgar, empleandoun lenguaje que han de entenderlo to-

Unos muchachos beduinos, contraban­distas de cabras. hace nueve años encon­traron, dentro de una cueva junto al MarMuerto, unos rollos de pergamino es­critos en hebreo arcaico. Los vendierona bajo precio en J erusalém, sin que ven­dedores ni compradores supieran de loque se trataba. Pasó algún tiempo ~lt1tes

de que se viniera a entender que esosrollos contenían genuinos libros bíblicosy otras no canónicos, que procedían deuna fecha anterior a la de los más an­tiguos textos hebreos, y que pertenecie­ran a la secta judía de los esenios.

Sobre estos hechos trabajó Edmund\Vilson, componiendo un reportaje enque se emplean todos los recursos quepueden llamar la atención y despertarla curiosidad del lector ingenuo, y hastadel que se figura que no lo es tanto.Bien escrito. En el hallazgo, venta ycompra de los primeros pergaminos, ha~­

ta la fuga del afortunado metropolitanoSamuel, hay excelentes atisbos de "sus­pense" cinematográfico. La reconstruc­ción histórica de la secta esenia, las des­cripciones del ambiente físico, están fra­guadas en los moldes de la mejor es­cuela. Y todo interés sube de punto cuan­do se consideran las posibles "implica­ciones" entre el haHazgo del Mar Muer­to y la religión cristiana.

El autor, basándose en discusiones queya se han suscitado entre los eruditos,toma en cuenta la posibilidad de queJesús haya pertenecido a la secta esenia,y que, tomando por modelo al Maestrode Justicia fundador de la secta, quemurió por la justicia a manos de los im­píos, tratara de cumplir por su cuentala misión de "maestro, mesías o mártirque vivió después". Y como para llevaral extremo la nota sensacionalista, rc­mite a la Iglesia la solución del pro­blema.

No puede negarse que si no fuera porei recurso sensacionalista, no existiría tallibra; y sería una lástima, porque gra­cias al interés que despierta, divulga im­portantes nociones sobre aspectos desco­nocidos del judaísmo precristiano.

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mera. Thurber ha emprendido, a travésde ambas y de las que llegaren a suce­derlas, una rejuvenecida amalgama de lamoral (su moral) y el humorismo. Entodo caso, su sonrisa inteligente y su ex­cepcional destreza instintiva deparan pe­queñas obras maestras. He aquí un hu­morista que nos despierta, y una filosofíaque se deja paladear: no es, en verdad,poca cosa. Enriquecen el libro los dibujosdel autor.

HARVEY BREIT. The writer observed. (Cle­velando World).

Semblanzas y crónicas relativas a ládelincuencia menor, a las irregularidadesde la jus'tiCi,!-, a bribones tan pintorescoscomo el Father. Divine" el sedic~nte n~~

gro-dios. Los relata"s tienen la' ?o5teriidavivacid'ad de una 'nove1a;policial; la re­dacción es limpia y las figuras están biendelineadas. A veces afloran la simpatíahumana o la indignada protesta; nuncase des'ciende a la literatura' "edificante".

LAURETTE SÉJOURNÉ. ,Burning Water:thought a~d. religion. in a~cient Mexico.

·Trad. de Irene Nicholson. (Londres.Thames ando Hud.son.),

. ,

Con, sensibilidad no común, se abordaun estudio también infr~cuente: el delsimbolismo espiritual de los antiguos me­xicanos. Yo no podría" por incom.petencia,juzgar de la exactitud científica; sí res­pondo del interés de la perspectiva, yde la armonía lograda en etcontexto. Laobra fue escrita especialmente para supublicación en' Londr~s. . '

STo CLAIR MCKELWAY. True tales from theannals of (rime and r.ascality. . (N.. Y.Modern Lib. Paperbac~; Random House.)

Una sugestiva colección de entrevistascon escritores de habla inglesa; todas des- .empeñadas hábilmente por 'Harvey Breit,del N ew York Times Book Review. Breit,periodista experimentado, sabe provocarinformaciones fundamentales e insólitasque retratan a cada uno· de sus vivientespersonajes. Dylan Thomas, por ejemplo,termina así el diálogo: "La poesía -re­sumió el señor Thomas, evitando cuantopudiere parecer teatral-, la poesía. Meagrada pensar en ella, como en unas de­claraciones que se hacen camino. de latumba." Comparecen, entre otros, Hem­ingway, E. E. Cummings, Truman Capo­te, Faulkner, Eliot, Thurber,. Ray Brad­bury, Albert Schweitzer (el único de los

6' • entrevistados que no escribe en inglés),, Dos Pasos, Edmund Wilson ...

Apollinaire- "inagotable elocuencia"

n. Celldrars- "qué difícil es escribir Sin

pompas"

Bien conocidos los Estudios sobre laliteratura clásica de los Estados Unidos,lo son menos otras aportaciones de Law­rence a la crítica. La selección que nospresenta Beal incluye la mayor parte deaquéllos y un centenar de trozos diversos,que van desde el ensayo formal pasta losfragmentos epistolares. El paisaje es su­ficiente para revelarnos, entre prolijosbrochazos, las actitudes esenciales deLawrence frente al mundo que lo enmar­caba. Es éste, acaso, el género en dondese advierten con más intensa claridad lassólidas conquistas y las marejadas abu­siva,s que integran, conjuntamente, el le­gado lawrenciano.

Poco añadirán estos versos a la famaliteraria de T. S. Eliot. Circunstanciales,fláccidos, llenan un cuadernillo (cuatropáginas de texto) cuyo atuendo tipográ­fico no compensa la miseria poética. Mi­seria inesperada, por lo demás; Eliot hasido uno de los poetas más valiosos de laépoca. En fin ... miseria no es la palabraadecuada. Nadería, desgano, parecen cali­ficaciones mejores. Media docena de ver­sos alcanzan a salvarse; el resto se diríael borrador de un poema frustrado..

T. S. ELIOT. The cultivation of Christmastrees. ( . Y. Farrar, Straus).

JAMES THURBER. Further fables for ourtime. (N. Y. Harpers.)

entregas restantes, habrán de rescatar pa­ra el gran dramaturgo belga el sitio fun­damental que le corr.esponde.

D. H. LAWRENCE. Selected literary criticismoEd. by Anthony BeaI. (Londres. Heine­mann.)

BLAISE CENDRARS. Trap c'est tropo (Paris.Denoe!. )

La segunda serie de "fábu.las ¡paranuestro tiempo", no es inferior a la' pri-

"¡ Tengo horror de los hombres de le­tras! N o está uno sobre la tierra paraempollar libros, y qué difícil es escribirsin pompas, simplemente, verdadero. Co­mo se vive. ¡ Y qué difícil es vivir!" Talexclama Blaise Cendrars en uno de losensayos (¿"ensayos?) de este volumen, ytal es, al parecer, la premisa de que nacenlos rápidos apuntes aquí reunidos. Prosaurdida, sin esfuerzo, pero no sin agudeza,con recuerdos de viaje, con experienciaslejanas. Descuellan las notas sobre el am­biente brasileño, y las menos numerosassobre algunos temas cinematográficos.

]. Thurber- "excepcional destreza instintiva" D. H. Lawrence- "'aportaciones a la cr-ítica" T. s: Eliot- "nadería,. de;gano"