bases para el manejo y control de arundo donax tcm7-326547

69
La colección Manuales Técnicos de Biodiversidad pretende mostrar el esfuerzo del Servicio de Espa- cios Naturales y Biodiversidad (Conselleria de Infra- estructuras, Territorio y Medio Ambiente) en la bús- queda de respuestas prácticas para la conservación y gestión de especies y hábitats, más aun cuando estén amenazados. El objetivo final es extender buenas prácticas de con- servación fuera del ámbito de la administración pú- blica, entendiendo que el protagonismo y la respon- sabilidad de la conservación del entorno debe recaer en los diferentes colectivos, entidades y personas que conforman nuestra sociedad. Bases para el manejo y control de Arundo donax sintetiza los resultados obtenidos durante los años 2009 a 2011 en las experiencias realizadas tanto por la Dirección General del Agua del Ministerio de Agri- cultura, Alimentación y Medio Ambiente, como por la Conselleria de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente de la Generalitat Valenciana, en el marco de actuaciones de control de Arundo donax, una de las plantas exóticas que mayores impactos negati- vos genera en un gran número de ríos españoles. En estas experiencias se han empleado diferentes mé- todos -químicos, físicos, mecánicos, bioingeniería o combinaciones entre ellos- para el control de la caña y se ha evaluado su eficacia, los costes de aplica- ción y la idoneidad de cada método en función de las características del medio fluvial donde se pretenda intervenir, con objeto de ofrecer una solución integral para el control de la especie invasora. BASES PARA EL MANEJO Y CONTROL DE Arundo donax L. (Caña común) BASES PARA EL MANEJO Y CONTROL DE Arundo donax L.

Upload: robertoquinteiro

Post on 24-Dec-2015

25 views

Category:

Documents


18 download

DESCRIPTION

control y uso de caña para la construccion.

TRANSCRIPT

Page 1: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

La colección Manuales Técnicos de Biodiversidad

pretende mostrar el esfuerzo del Servicio de Espa-

cios Naturales y Biodiversidad (Conselleria de Infra-

estructuras, Territorio y Medio Ambiente) en la bús-

queda de respuestas prácticas para la conservación

y gestión de especies y hábitats, más aun cuando

estén amenazados.

El objetivo final es extender buenas prácticas de con-

servación fuera del ámbito de la administración pú-

blica, entendiendo que el protagonismo y la respon-

sabilidad de la conservación del entorno debe recaer

en los diferentes colectivos, entidades y personas

que conforman nuestra sociedad.

Bases para el manejo y control de Arundo donax

sintetiza los resultados obtenidos durante los años

2009 a 2011 en las experiencias realizadas tanto por

la Dirección General del Agua del Ministerio de Agri-

cultura, Alimentación y Medio Ambiente, como por

la Conselleria de Infraestructuras, Territorio y Medio

Ambiente de la Generalitat Valenciana, en el marco

de actuaciones de control de Arundo donax, una de

las plantas exóticas que mayores impactos negati-

vos genera en un gran número de ríos españoles. En

estas experiencias se han empleado diferentes mé-

todos -químicos, físicos, mecánicos, bioingeniería o

combinaciones entre ellos- para el control de la caña

y se ha evaluado su eficacia, los costes de aplica-

ción y la idoneidad de cada método en función de las

características del medio fluvial donde se pretenda

intervenir, con objeto de ofrecer una solución integral

para el control de la especie invasora.

BASES PARA EL MANEJO Y CONTROL DE Arundo donax L. (Caña común)

BASE

S PA

RA

EL M

ANEJ

O Y

CO

NTR

OL

DE

Arun

do d

onax

L.

Page 2: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

Vic

en

te D

elto

ro To

rró

Jesú

s J

imén

ez R

uiz

Xo

sé M

an

uel V

ilán

Fra

gu

eiro

20

12

Vale

ncia

BASES PARA EL M

ANEJO

Y CON

TRO

L D

E Arundo donax L. (Caña común)

Page 3: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

BASES PARA EL M

ANEJO

Y CON

TRO

L DE Arundo donax L. (Caña com

ún)2012

AUTORES

Vicen

te Delto

ro To

rró1

Jesús Jim

énez R

uiz

2

Xosé M

anuel V

ilán Frag

ueiro

2

HA

N P

AR

TIC

IPA

DO

EN

LA

OB

TEN

CIÓ

N D

E L

OS

RES

ULTA

DO

S Q

UE S

E P

RES

EN

TAN

EN

ES

TE M

AN

UA

L:

Arau

cana S

ebastián

de la C

ruz

1, Carlo

s Peñ

a Bretó

n1, Jo

sé Man

uel G

arcía-Guijas R

edondo

2, Alfo

nso

Saiz d

e la Hoya

Zam

acola

2, Francisco

Javier Sán

chez M

artínez

3, José G

arcía Díaz

3, Mig

uel H

ernan

z Sán

chez

2, Ángel E

nguix E

gea

4 y Juan

Jimén

ez Pérez

4.

AG

RA

DEC

IMIE

NTO

S: L

os au

tores ag

radecen

a los D

rs. Elías D

. Dan

a Sán

chez y S

imón Fo

s Martín

sus co

rrecciones e

indicacio

nes d

uran

te la elaboració

n d

e este man

ual.

DISEÑO Y MAQUETACIÓN

Javier Blasco

Gim

énez

1

Carles G

ago A

labau

1

1 VA

ER

SA

.2 D

irección Técn

ica de T

RA

GS

A.

3 Direcció

n G

eneral d

el Agua. M

inisterio

de A

gricu

ltura, A

limen

tación y M

edio

Am

bien

te. 4 S

ervicio d

e Esp

acios N

aturales y B

iodiversid

ad. D

irección G

eneral M

edio

Natu

ral. Conselleria d

’Infraestru

ctures, Territo

ri

i Med

i Am

bien

t. Gen

eralitat Valen

ciana.

CÓMO CITAR ESTE LIBRO

Se autoriza la d

ifusió

n d

e este docu

men

to técn

ico q

ue, a efecto

s bib

liográfi

cos, d

ebe citarse co

mo:

Delto

ro To

rró, V., Jim

énez R

uiz, J. &

Vilán

Fragueiro

X.M

. 2012. Bases para el m

anejo y control de Arundo donax L. (Caña com

ún). Colecció

n M

anuales Técn

icos d

e Bio

diversid

ad, 4

. Conselleria d

’Infraestru

ctures, Territo

ri i Med

i Am

bien

t.

Gen

eralitat Valen

ciana. V

alencia.

EDITA

Conselleria d

’Infraestru

ctures, Territo

ri i Med

i Am

bien

t. Gen

eralitat Valen

ciana

ISB

N: 9

78-8

4-4

82-5

777-4

Dep

ósito

legal: V

-2740-2

012

© D

EL T

EX

TO

Vicen

te Delto

ro To

rró, Jesú

s Jimén

ez Ruiz, X

osé M

anuel V

ilán Frag

ueiro

© D

E L

A E

DIC

IÓN

Conselleria d

’Infraestru

ctures, Territo

ri i Med

i Am

bien

t. Gen

eralitat Valen

ciana

Los resu

ltados p

resentad

os en

este man

ual co

rresponden

, en p

arte,

a los o

bten

idos d

uran

te la realización d

e la actuació

n: “Restauración

ambiental de las riberas del Riu Verd

” exp

edien

te ad

min

istrativo

CN

CA

08/1

01.

La

citada

actuació

n ha

sido finan

ciada

por

el Fo

ndo

Euro

peo

Agríco

la de D

esarrollo

Rural (FE

AD

ER

) en el m

arco d

e la

med

ida 2

27 “C

onservació

n d

e la Red

Natu

ra 2000 en

el med

io fo

restal”

gestio

nad

a por la d

irección g

eneral d

e Med

io N

atural.

Page 4: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

3

ÍNDICE

9

11

13

13

13

14

15

16

16

20

22

27

28

28

29

29

30

32

39

39

40

41

46

47

50

55

56

58

60

62

63

64

66

69

71

1. INTR

OD

UC

CIÓ

N

2. OB

JETIV

OS

3. CA

RA

CTER

IZA

CIÓ

N D

E Arundo donax L

.

3.1. D

escripció

n, o

rigen

y distrib

ució

n

3.1.1. Descrip

ción

3.1.2. Orig

en

3.1.3. D

istribució

n

3.2. B

iolo

gía, eco

logía e im

pacto

s que p

rovo

ca en lo

s med

ios q

ue in

vade

3.2.1. Bio

logía

3.2.2. Eco

logía

3.2.3. Im

pacto

s que g

enera en

los m

edio

s que in

vade

4. GES

TIÓ

N D

E C

AV

ER

ALES

4.1. A

nálisis d

e los facto

res que co

ndicio

nan

las actuacio

nes d

e gestió

n d

e cañaverales

4.1.1. Ám

bito

de actu

ación

4.1.2. C

aracterísticas de cañ

averal

4.1.3. Contexto

social

4.1.4. Variab

les relativas a la actuació

n

4.2. D

efinició

n d

e objetivo

s y plan

ificació

n d

e los trab

ajos

5. MÉTO

DO

S D

E C

ON

TR

OL

5.1. D

escripció

n d

e los m

étodos

a) Méto

dos q

uím

icos

Cuadro 1. Ensayo

s de d

iferentes p

rincip

ios activo

s para el co

ntro

l de A. donax

Cuadro 2. Marco

legal p

ara el empleo

de h

erbicid

as

Cuadro 3. Buen

as prácticas p

ara el empleo

de h

erbicid

as

b) Méto

dos físico

s

c) Méto

dos d

e contro

l mecán

ico

d) Méto

dos d

e fom

ento

de la co

mpeten

cia

Cuadro 4. Ensayo

s de efi

cacia de lo

s méto

dos p

ara el contro

l de cañ

averales

Tabla resumen

de lo

s méto

dos d

e contro

l para cañ

averales

5.2. M

étodos in

eficaces p

ara el contro

l de cañ

averales

5.3. G

estión d

e los resid

uos g

enerad

os d

uran

te la elimin

ación d

e cañaverales

Cuadro 5. Ensayo

s de in

ertización d

e rizom

as

5.4. A

nálisis d

e costes

6. CO

NC

LU

SIO

NES

7. REFE

REN

CIA

S

Page 5: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

5

La g

estión

sosten

ible d

el agu

a trata de co

mp

a-g

inar el d

erecho

de acceso

un

iversal al recurso

“ag

ua” co

n el m

anten

imien

to d

el bu

en estad

o

de n

uestro

s cauces y su

s riberas. L

a Secretaría

de E

stado

de M

edio

Am

bien

te del M

inisterio

de

Ag

ricultu

ra, Alim

entació

n y M

edio

Am

bien

te tie-n

e entre su

s ob

jetivos fu

nd

amen

tales el man

te-n

imien

to d

e dich

o “b

uen

estado

” y su m

ejora, en

caso

necesario

, en co

nso

nan

cia con

la Directiva

Marco

de A

gu

a, y con

los criterio

s mo

dern

os d

e p

revenció

n y g

estión

del riesg

o d

e inu

nd

ación

.

Nu

estros río

s presen

tan u

na serie d

e presio

nes

e imp

actos q

ue alteran

tanto

sus características

qu

ímicas y b

ioló

gicas, co

mo

sus características

mo

rfoló

gicas e h

idráu

licas. Un

a de las p

resion

es m

ás imp

ortan

tes es la alteración

pro

du

cida p

or

la presen

cia de esp

ecies invaso

ras, algu

nas d

e ellas co

n g

rand

es imp

actos, co

mo

el jacinto

de

agu

a o el m

ejillón

cebra.

También

, la gestió

n d

e la caña co

mún (Arundo do-

nax), especie in

vasora d

e alto g

rado d

e ocu

pació

n

en n

uestro

s cauces, h

a llevado trad

icionalm

ente

a que las d

istintas ad

min

istraciones em

pleasen

gran

des

recurso

s eco

nóm

icos

en su

co

ntro

l y

erradicació

n,

con

rentab

ilidad

es am

bien

tales y

económ

icas en alg

unos caso

s dudosas.

El M

inisterio

de A

gricu

ltura, A

limen

tación

y Me-

dio

Am

bien

te, a través de la D

irección

Gen

eral d

el Ag

ua y en

el marco

de la E

strategia N

acion

al d

e Restau

ración

de R

íos, trab

aja en la ap

licación

d

e la investig

ación

a la mejo

ra del m

edio

flu

vial.

Así, h

a imp

ulsad

o el “Proyecto de I+D+i Optim

i-zación de los Sistem

as de Eliminación y Control

de Cañaverales para Mejora del Estado Ecológico

y Recuperación de la Capacidad de Desagüe de los Ríos”, cu

yas con

clusio

nes in

tentan

rentab

ili-zar y o

ptim

izar la labo

r qu

e las distin

tas adm

inis-

tracion

es están realizan

do

.

Esta p

ub

licación

editad

a a iniciativa d

e la Gen

e-ralitat V

alencian

a y qu

e presen

ta con

jun

tamen

te lo

s trabajo

s de errad

icación

pro

pio

s de la C

on

-selleria

de

Infraestru

cturas,

Territorio

y

Med

io

Am

bien

te, así

com

o las

experien

cias d

el p

ro-

yecto I+

D+

i citado

anterio

rmen

te, con

stituye u

n

ejemp

lo d

e bu

ena co

ord

inació

n en

tre adm

inistra-

cion

es perm

itiend

o el d

esarrollo

de p

royecto

s y actu

acion

es de m

ayor ren

tabilid

ad, eco

mica y

med

ioam

bien

tal.

Sr. D. Federico Ramos de Arm

asS

ecretario d

e Estad

o d

e Med

io A

mbien

te

Min

isterio d

e Agricu

ltura, A

limen

tación

y Med

io A

mb

iente

PRÓLOGO

Page 6: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

7

Las in

vasion

es bio

lóg

icas po

r algu

nas esp

ecies

exóticas so

n u

na am

enaza p

ara la flo

ra, la fau-

na,

los

háb

itats y

las activid

ades

econ

óm

icas

del h

om

bre en

tod

o el m

un

do

. La cañ

a (Arundo donax), o

rigin

aria de A

sia, es un

a de esas esp

e-

cies exóticas am

pliam

ente d

istribu

ida en

nu

estro

país, d

on

de co

lon

iza los m

árgen

es de lo

s ríos

form

and

o exten

sos cañ

averales. Al h

acer esto,

pro

voca

imp

actos

neg

ativos

severos

sob

re el

med

io n

atural y las estru

cturas h

um

anas.

An

te esta situació

n, la C

on

selleria de In

fraestruc-

turas, Territo

rio y M

edio

Am

bien

te, a través de la

Direcció

n G

eneral d

e Med

io N

atural d

ecidió

, lle-

var a cabo

un

a serie de actu

acion

es para evalu

ar

la eficacia y el co

ste de d

istinto

s méto

do

s para

el man

ejo y co

ntro

l de cañ

averales. Estas exp

e-

riencias se h

an b

enefi

ciado

de la fi

nan

ciación

po

r

parte d

el Fon

do

Eu

rop

eo A

gríco

la de D

esarrollo

Ru

ral (FEA

DE

R), en

coh

erencia co

n su

s ob

jeti-

vos d

e recup

eración

y mejo

ra de la b

iod

iversidad

y el estado

de lo

s paisajes.

El p

resente m

anu

al técnico

reún

e el resultad

o

de esas in

vestigacio

nes así co

mo

de las p

ro-

mo

vidas p

or la D

irección

Gen

eral del A

gu

a del

Min

isterio d

e A

gricu

ltura,

Alim

entació

n y

Me-

dio

Am

bien

te, a través del “Proyecto de I+D+i

Optimización de los Sistem

as de Eliminación y

Control de Cañaverales para Mejora del Estado

Ecológico y Recuperación de la Capacidad de Desagüe de los Ríos”, en

glo

bad

o d

entro

de la

Estrateg

ia Nacio

nal d

e Restau

ración

de R

íos. D

e

este mo

do

, se ofrece a lo

s gesto

res amb

ientales

un

a base m

etod

oló

gica p

ara la pu

esta en m

archa

de p

royecto

s de m

anejo

de cañ

averales eficaces

y respetu

oso

s con

el med

io n

atural.

Sra. D. Isabel Bonig TriguerosC

on

sellera d’In

fraestructu

res, Territori

i Med

i Am

bien

t

PRÓLOGO

Page 7: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547
Page 8: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

9

INTRODUCCIÓN

Las p

lantas exó

ticas han

increm

entad

o su

diversid

ad y

abu

nd

ancia en

ríos y m

edio

s ripario

s de to

do

el mu

n-

do

y esto p

ued

e pro

vocar p

rofu

nd

as alteracion

es en su

estructu

ra y fun

cion

amien

to (R

ichard

son

et al. 20

07

).

Lo

s mo

tivos q

ue p

ued

en exp

licar esta tend

encia g

lob

al

inclu

yen características p

rop

ias de esto

s amb

ientes, p

ero

tamb

ién la acció

n h

um

ana. E

ntre lo

s prim

eros se en

cuen

-

tra el hech

o d

e qu

e los río

s son

med

ios d

inám

icos en

los

qu

e tienen

lug

ar imp

ortan

tes flu

jos d

e materia y en

ergía

(Ew

el et al. 20

01

). Ad

emás, las rib

eras acum

ulan

sedi-

men

tos y so

n ricas en

agu

a y nu

trientes, cu

ya con

centra-

ción

aum

enta p

or las activid

ades an

tróp

icas. A esto

hay

qu

e añad

ir qu

e se trata de am

bien

tes mu

y alterado

s po

r

el ho

mb

re, qu

e ha in

trod

ucid

o u

n b

uen

mero

de esp

e-

cies exóticas en

un

med

io q

ue favo

rece su d

ispersió

n,

deb

ido

a su carácter lin

eal. Po

r últim

o, d

ebe ten

erse en

cuen

ta el pap

el de las p

erturb

acion

es, hab

ituales en

es-

tos h

ábitats y g

enerad

oras d

e espacio

s sin co

mp

etencia

(Plan

ty-Tabacch

i et al. 19

96

) listos p

ara ser colo

nizad

os.

Cu

and

o to

do

s estos elem

ento

s se con

jug

an, es fácil co

m-

pren

der p

or q

ué esto

s ecosistem

as son

, en p

alabras d

e

Ho

od

y Naim

an (2

00

0) “d

espro

po

rcion

adam

ente su

scep-

tibles a la in

vasión

”. Estas in

vasion

es son

pro

tago

nizad

as

po

r plan

tas capaces d

e explo

tar los recu

rsos d

e man

era

op

ortu

nista y d

e establecer fo

rmacio

nes veg

etales en las

qu

e las especies exó

ticas do

min

an, exclu

yen o

sub

ord

i-

nan

a las nativas (Z

edler 2

00

4).

La cañ

a (Arundo donax) es un ejem

plo

muy rep

resentativo

de este tip

o d

e especies y, a la sazó

n, u

na d

e las plan

tas

exóticas m

ás com

unes en

las riberas d

e los río

s españ

oles

(figura 1

). Consid

erada u

no d

e los 1

00 o

rgan

ismos m

ás

invaso

res del m

undo (L

ow

e et al. 2000), su

establecim

ien-

to en

estos am

bien

tes plan

tea pro

blem

as ecoló

gico

s y de

gestió

n d

e los recu

rsos h

ídrico

s. No en

vano, A. donax

transp

ira más ag

ua p

or u

nid

ad d

e superfi

cie que la veg

e-

tación n

ativa (Abich

andan

i 2007; W

atts y Moore 2

011) e

increm

enta el riesg

o d

e incen

dio

(Sco

tt 1994; C

offm

an

et al. 2010) d

e las zonas in

vadid

as. Adem

ás, esta espe-

cie invaso

ra modifi

ca las características físicas, quím

icas

y bio

lógicas d

e los eco

sistemas q

ue co

loniza, alteran

do

el micro

clima d

e la zona rip

aria al pro

porcio

nar u

n m

e-

nor so

mbread

o a la co

rriente d

e agua, em

pobrecien

do el

horizo

nte ed

áfico

superfi

cial deb

ido al b

ajo co

nten

ido en

nutrien

tes de su

follaje o

pro

porcio

nan

do u

n h

ábitat p

oco

adecu

ado p

ara la fauna silvestre n

ativa (Bell 1

997; D

udley

2000; H

errera y Dudley 2

003; K

issner 2

004).

Por estas y o

tras razones, la elim

inació

n d

e A. donax del

med

io rib

ereño es co

ntem

plad

a, cada vez co

n m

ás frecuen

-

cia, com

o u

na co

ndició

n n

ecesaria para la recu

peració

n d

el

buen

estado eco

lógico

de lo

s sistemas fl

uviales en

todo el

mundo (V

ilán et al. 2

011). S

in em

barg

o, su

contro

l defi

niti-

vo es co

mplejo

, ya que in

variablem

ente p

asa por p

rovo

car

la muerte d

el rizom

a, el órg

ano p

erenne su

bterrán

eo d

e la

plan

ta. Los m

étodos h

abitu

ales de g

estión d

e cañaverales,

por d

esbro

ce o q

uem

a, no so

lo n

o so

n efi

caces, sino q

ue

conso

lidan

la dom

inan

cia de A. donax so

bre las co

munid

a-

des rib

ereñas n

ativas (Coffm

an et al. 2

004; G

uth

rie 2007;

Coffm

an et al. 2

010), ag

ravando la in

vasión. P

or o

tro lad

o,

los in

tento

s de co

ntro

l bio

lógico

de esta esp

ecie todavía se

encu

entran

en u

na fase in

icial (Cortés et al. 2

009; G

oolsb

y

y Moran

2009). P

or lo

tanto

, las opcio

nes reales p

ara el

contro

l de esta esp

ecie invaso

ra son la extracció

n m

ecáni-

ca de su

rizom

a med

iante excavació

n d

el sustrato

o la ap

li-

cación rep

etida d

e herb

icidas sistém

icos a la p

arte aérea,

Page 9: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

10

emplean

do d

istinto

s méto

dos. Tam

bién

se ha en

sayado

con éxito

el cubrim

iento

de lo

s cañaverales d

esbro

zados

con co

bertu

ras opacas. P

or o

tro lad

o, m

étodos n

oved

oso

s

abren

nuevas p

osib

ilidad

es para el co

ntro

l de la cañ

a. Entre

ellos, d

estacan lo

s que co

nsisten

en in

cremen

tar la com

-

peten

cia que o

frecen las esp

ecies riparias n

ativas y otro

s

que p

rovo

can el ag

otam

iento

de lo

s rizom

as med

iante u

na

reiteración d

e desb

roces m

ecánico

s.

Las exp

eriencias d

escritas en el p

árrafo an

terior h

an sid

o

realizadas

en distin

tos

países

y ap

arecen disp

ersas en

publicacio

nes d

e índole d

iversa y, salvo excep

ciones (G

u-

thrie 2

007; S

pen

cer et al. 2009 ; M

ota 2

009), n

o h

an sid

o

evaluad

as científi

camen

te o so

n m

eramen

te descrip

tivas

o estim

ativas. La in

existencia d

e un d

ocu

men

to co

heren

te

que evalu

ase de m

anera sistem

ática los m

étodos d

e con-

trol d

e A. donax, pro

movió

que la D

irección G

eneral d

el

Agua d

el Min

isterio d

e Agricu

ltura, A

limen

tación y M

edio

Am

bien

te (MA

GR

AM

A), a través d

el “Proyecto de I+D+i Optim

ización de los Sistemas de Elim

inación y Control de Cañaverales para M

ejora del Estado Ecológico y Recupe-

ración de la Capacidad de Desagüe de los Ríos”, englo

-

bad

o d

entro

de la E

strategia N

acional d

e Restau

ración d

e

Río

s, desarro

llara una serie d

e experien

cias para el co

n-

trol y errad

icación d

e la caña co

mún, d

istribuid

as sobre

todo el territo

rio n

acional. P

or o

tro lad

o, la C

onselleria d

e

Infraestru

cturas, Territo

rio y M

edio

Am

bien

te de la G

ene-

ralitat Valen

ciana (C

ITM

AG

V), h

a pro

movid

o tam

bién

una

serie de en

sayos p

ara el contro

l y gestió

n d

e cañaverales,

den

tro d

el Pro

yecto d

e “Restauración de las Riberas del Riu Verd. Evaluación de m

étodos de control de Arundo donax”. A

mbas ad

min

istraciones p

lasman

conju

ntam

ente

en este m

anual, lo

s resultad

os m

ás relevantes alcan

zados

en d

ichos p

royecto

s. De este m

odo, se p

one a d

isposició

n

de lo

s gesto

res del m

edio

natu

ral una b

ase meto

doló

gica

con in

form

ación su

ficien

temen

te detallad

a para p

oner en

march

a actuacio

nes d

e contro

l de cañ

averales. Por esta

razón, se h

ace especial h

incap

ié en lo

s obstácu

los q

ue h

a-

bitu

almen

te difi

cultan

este tipo d

e trabajo

s. Todo ello

, es

preced

ido p

or u

na revisió

n d

e la bio

logía, la eco

logía y lo

s

impacto

s que g

enera A. donax, co

n u

n én

fasis en aq

uello

s

aspecto

s relevantes p

ara su g

estión.

Figura 1. Tramo

del río

Alb

aida, cerca d

e Xàtiva (V

alencia), d

om

inad

o p

or esp

ecies vegetales exó

ticas. En

el cauce p

ued

e verse (a) jacinto

de ag

ua

(Eicchornia crassipes) jun

to a (b

) Ludwigia grandiflora. A. donax (c) q

ue o

cup

an las rib

eras. Co

n p

osterio

ridad

a la realización

de esta fo

tog

rafía (20

06

),

este gran

cleo d

e jacinto

de ag

ua fu

e elimin

ado

po

r la Co

nfed

eración

Hid

rog

ráfica d

el Júcar en

el marco

de u

na actu

ación

de co

ntro

l temp

rano

.

Imag

en: G

eneralitat V

alencian

a.

b

cc

c

a

Page 10: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

11

OBJETIVOS

a) El co

no

cimien

to d

e la bio

log

ía de A. donax es d

e gran

relevancia p

ara plan

ificar la elim

inació

n d

e cañaverales.

Po

r un

lado

, la sensib

ilidad

de esta esp

ecie a los d

iferen-

tes méto

do

s de co

ntro

l varía a lo larg

o d

el año

. Ad

emás,

el emp

leo d

e determ

inad

os m

étod

os p

ued

e con

tribu

ir a

un

a disp

ersión

no

desead

a de esta esp

ecie o, in

cluso

, a

favorecer la co

nso

lidació

n d

e sus p

ob

lacion

es. Po

r estas

razon

es, el prim

er ob

jetivo d

e este man

ual es revisar los

aspectos de la biología de la especie relevantes para su gestión

, de m

od

o q

ue lo

s méto

do

s qu

e se apliq

uen

para su

con

trol cu

mp

lan el o

bjetivo

preten

did

o.

b) C

uan

do

se emp

rend

e un

a actuació

n d

e man

ejo d

e un

a

especie in

vasora el estab

lecimien

to d

e metas es im

po

r-

tante. Y

especialm

ente en

el caso d

e la caña, q

ue co

lon

iza

amp

lios tram

os d

e riberas fl

uviales en

situacio

nes m

uy

diferen

tes. Po

r esta razón

, es necesario

tener en

cuen

ta

los d

iversos asp

ectos q

ue co

nd

icion

arán lo

s trabajo

s de

elimin

ación

. Po

r otro

lado

, hay q

ue ten

er en cu

enta q

ue

el resultad

o d

e los trab

ajos su

ele ser un

med

io rip

ario

desp

rovisto

de veg

etación

y vuln

erable a n

uevas in

vasio-

nes. P

or lo

tanto

, es necesario

determ

inar d

e antem

ano

qu

é se qu

iere en su

lug

ar. Po

r estos m

otivo

s, el segu

nd

o

ob

jetivo d

e este man

ual es proponer un m

arco para el diseño y la planificación de las actuaciones de control de cañaverales.

c) La elim

inació

n d

e cañaverales p

ued

e llevarse a cabo

med

iante el em

pleo

de d

iversos m

étod

os —

qu

ímico

s,

físicos, m

ecánico

s y de fo

men

to d

e la com

peten

cia—.

Sin

emb

argo

, tod

os ello

s difi

eren en

su efi

cacia, en lo

s

imp

actos q

ue p

rod

ucen

sob

re el med

io y en

sus co

stes

de ap

licación

. Ad

emás, su

utilizació

n estará co

nd

icion

a-

da p

or m

últip

les variables, q

ue in

cluirán

desd

e aspec-

tos n

orm

ativos al tip

o d

e interven

ción

qu

e se preten

da

realizar, pasan

do

po

r las características del cañ

averal, la

localizació

n d

e la actuació

n o

la po

sibilid

ad d

e realizar

repaso

s en añ

os su

cesivos. P

or ello

, el tercer ob

jetivo

del m

anu

al es analizar los métodos que perm

iten el control de A. donax en térm

inos de coste, eficacia y afección al m

edio, co

n vistas a estab

lecer las mejo

res

prácticas p

ara su ap

licación

.

Page 11: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

13

CARACTERIZACIÓN DE Arundo donax L.

3.1. Arundo

donax: descripción,

origen y

distribución

3.1.1. Descripción

El g

énero

Arundo (L

.) perten

ece a la familia d

e las gram

í-

neas (Poaceae) e in

cluye seis esp

ecies nativas d

e climas

cálidos d

e Euro

pa, A

sia y África. E

ste man

ual se cen

tra, por

los p

roblem

as que p

rovo

ca en lo

s med

ios fl

uviales m

edi-

terráneo

s, en la esp

ecie A. donax, com

únm

ente co

nocid

a

com

o cañ

a o cañ

izo. D

esde el p

unto

de vista taxo

nóm

ico,

A. donax perten

ece a la subfam

ilia Arundinoidae, que in

-

cluye g

ramín

eas tropicales caracterizad

as por in

florescen

-

cias plu

mosas —

Cortaderia, Phragmites, etc—

. Las d

e la

caña m

iden

entre 4

0 y 6

0 cen

tímetro

s y aparecen

en el

extremo d

e los tallo

s, a finales d

e agosto

.

A. donax es la especie d

e mayo

r tamañ

o d

el gén

ero y u

na

de las g

ramín

eas más g

randes d

el mundo. S

us h

ojas alter-

nas, d

e colo

r verde g

lauco

, pued

en m

anten

erse verdes to

do

el año (fi

gura 2

a). No o

bstan

te, en clim

as con altern

ancia

estacional, las h

ojas y lo

s tallos am

arillean d

uran

te la época

más seca d

el año o

en lo

s meses d

el inviern

o, cu

ando la

especie en

tra en u

n p

eriodo d

e reposo

vegetativo

.

La p

arte aérea de la cañ

a está form

ada p

or tallo

s erectos

de u

na altu

ra entre lo

s 5-6

m, h

ueco

s y segm

entad

os, co

n

nudos cad

a 20-3

0 cen

tímetro

s y un d

iámetro

med

io d

e 2

centím

etros. L

os n

udos, co

n fo

rma d

e anillo

engro

sado,

son rico

s en fi

bras lig

nifi

cadas, lo

que les co

nfiere u

na g

ran

estabilid

ad m

ecánica, d

e modo q

ue su

porte erecto

es inde-

pen

dien

te de la tu

rgen

cia de la p

lanta (fi

gura 2

b). E

s decir,

los tallo

s de las cañ

as no se m

architan

en co

ndicio

nes d

e

défi

cit híd

rico. A

dem

ás, los n

udos alo

jan yem

as de las q

ue

emerg

en ram

as secundarias en

su seg

undo añ

o d

e vida.

Tanto

tallos co

mo h

ojas p

oseen

un co

nten

ido elevad

o d

e sí-

lice, deb

ido a la p

resencia d

e células silíceas aso

ciadas co

n

los h

aces vasculares en

la capa ep

idérm

ica (Perd

ue 1

958).

Figura 2. La p

arte aérea de A. donax (a) es en

teramen

te foto

sintética d

uran

te sus p

rimero

s meses d

e vida. L

a estabilid

ad d

e un

os tallo

s qu

e

pu

eden

alcanzar vario

s metro

s de altu

ra es deb

ida a estru

cturas en

form

a de an

illo en

gro

sado

(nu

do

s, b), ricas en

fib

ras lign

ificad

as. Imág

enes:

Gen

eralitat Valen

ciana.

ab

Page 12: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

14

La p

arte sub

terránea está co

nstitu

ida p

or u

n rizo

ma car-

no

so q

ue actú

a com

o reserva d

e carbo

hid

ratos (fi

gu

ra

3). E

l rizom

a es, a su vez, el ó

rgan

o p

erenn

e de la cañ

a y

el respo

nsab

le de la p

rod

ucció

n d

e nu

evos tallo

s. Se lo

-

caliza a un

a pro

fun

did

ad variab

le entre 5

-15

centím

etros,

pero

pu

ede lleg

ar a los 4

0-5

0 cen

tímetro

s. Del rizo

ma

parten

tamb

ién raíces fi

bro

sas capaces d

e pen

etrar en el

suelo

hasta 1

metro

(Sh

arma et al. 1

99

8; G

iessow

et al. 2

01

1), si b

ien la m

ayoría so

n m

ás som

eras. El rizo

ma se

expan

de h

orizo

ntalm

ente a lo

largo

de u

n eje y se ram

i-

fica al alcan

zar áreas de su

strato lib

res de co

mp

etencia

(Decru

yenaere y H

olt 2

00

5). L

a expan

sión

del cañ

averal

deb

ida al crecim

iento

de lo

s rizom

as suele ser len

ta (Bo

-

land

20

06

; Giesso

w et al. 2

01

1).

3.1.2. Origen

El área n

ativa de la cañ

a es ob

jeto d

e deb

ate ya qu

e su

orig

en b

iog

eog

ráfico

y evolu

tivo h

a sido

difu

min

ado

po

r

su u

so an

cestral po

r parte d

el ho

mb

re (fig

ura 4

). La evi-

den

cia bo

tánica e h

istórica co

nfi

ere peso

a la hip

ótesis d

e

qu

e su o

rigen

tuvo

lug

ar a partir d

e un

con

jun

to d

e espe-

cies silvestres nativas d

e la regió

n m

editerrán

ea (Zeven

y Wet 1

98

2; W

agn

er et al. 19

99

) do

nd

e A. donax crece ju

nto

a otro

s con

gén

eres: A. plinii, A. collina y A. medite-

rranea. Po

r otro

lado

, las técnicas m

olecu

lares sug

ieren

un

orig

en m

on

ofi

lético (M

ariani et al. 2

01

0) y asiático

.

Las m

uestras an

alizadas p

roced

entes d

el Med

iterráneo

se caracterizan p

or su

baja d

iversidad

gen

ética, lo q

ue es

ind

icativo d

e un

orig

en recien

te y de q

ue, p

osib

lemen

te,

A. donax ha estad

o su

jeta a cuello

s de b

otella evo

lutivo

s

du

rante la co

lon

ización

de esta reg

ión

. Tod

as estas evi-

den

cias excluirían

al Med

iterráneo

com

o cen

tro d

e ori-

gen

. Basán

do

se en esto

, algu

no

s auto

res sug

ieren q

ue

A. donax es nativa d

e Asia, d

esde d

on

de se exten

dió

al

resto d

el mu

nd

o, tal y co

mo

fue p

ostu

lado

po

r Po

lun

in

y Hu

xley (19

87

). A su

vez, estos d

atos in

dican

qu

e su

pro

pag

ación

ha sid

o fu

nd

amen

talmen

te vegetativa. P

or

lo tan

to, el éxito

colo

nizad

or d

e esta especie d

ebe h

aber

estado

susten

tado

en:

a) Una exp

ansió

n clo

nal ráp

ida y relativam

ente recien

te de

las poblacio

nes g

enerad

as por frag

men

tos, d

ispersad

os

en el cu

rso d

e inundacio

nes o

por la acció

n d

el hom

bre

(Marian

i et al. 2010).

b) L

as pecu

liaridad

es de su

fisio

log

ía, entre las q

ue d

es-

taca su elevad

a pro

du

ctividad

(Ro

ssa et al. 19

98

), lo q

ue

le perm

ite un

rápid

o crecim

iento

un

a vez natu

ralizada.

Figura 3. La p

rod

ucció

n d

e nu

evos tallo

s tiene lu

gar a p

artir de g

rand

es yemas ap

icales en el extrem

o d

e los d

e los rizo

mas; (a) rizo

ma extraíd

o d

el

sustrato

en el q

ue p

ued

e verse el sistema rad

icular d

e la caña; L

os frag

men

tos d

e rizom

a (b) co

nservan

la capacid

ad d

e rebro

tar du

rante sem

anas fu

era

del su

strato y, al ser arrastrad

os p

or la co

rriente d

el río, p

ermiten

la colo

nizació

n d

e nu

evos em

plazam

iento

s y la expan

sión

del cañ

averal. Imág

enes:

a, Gen

eralitat Valen

ciana; b

: DG

A (M

AG

RA

MA

) – T

RA

GS

A.

ab

Figura 4. El o

rigen

de la cañ

a es con

fuso

deb

ido

a la utilizació

n q

ue el

ho

mb

re ha h

echo

de esta esp

ecie desd

e la antig

üed

ad. A

lgu

no

s de esto

s

uso

s con

tinú

an vig

entes, co

mo

las barracas p

ara las especies h

ortíco

las

trepad

oras. Im

agen

: DG

A (M

AG

RA

MA

) – T

RA

GS

A.

Page 13: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

15

ña y P

ortu

gal (S

anz-E

lorza et al. 2

004).

En E

spañ

a, es especialm

ente ab

undan

te en lo

s territorio

s

costero

s med

iterráneo

s. De h

echo, las áreas d

onde la in

va-

sión d

el med

io fl

uvial es m

ás inten

sa son la d

epresió

n d

el

Ebro

, Catalu

ña, B

aleares, Com

unitat V

alencian

a, Murcia, la

mayo

r parte d

e Andalu

cía y las Can

arias. También

es posib

le

enco

ntrar p

oblacio

nes n

aturalizad

as en u

n g

ran n

úm

ero d

e

pro

vincias esp

añolas en

tre las que se en

cuen

tran: B

adajo

z,

Vizcaya, C

ádiz, C

áceres, Córd

oba, C

iudad

Real, G

ranad

a,

Huelva, H

uesca, Jaén

, La R

ioja, M

adrid

, Málag

a, Navarra,

Ponteved

ra, Salam

anca, S

evilla, Guip

úzco

a, Teruel, To

ledo,

Vallad

olid

, Zarag

oza y Z

amora (S

anz-E

lorza et al. 2

004).

3.1.3. Distribución

A. donax crece en g

ran p

arte de las reg

iones tem

plad

o-

cálidas y tro

picales d

el mundo. E

stá presen

te en el su

r de

Euro

pa, S

udáfrica, n

orte d

e África, A

ustralia, N

ueva Z

elan-

da, la m

ayor p

arte del cen

tro y su

r de A

sia, Estad

os U

ni-

dos, A

ntillas, A

mérica C

entral, A

mérica d

el Sur, las islas

del P

acífico

y Macaro

nesia (fi

gura 5

).

En el co

ntin

ente eu

ropeo

se encu

entra n

aturalizad

a en to

-

dos lo

s países d

el sur, en

un área am

plia q

ue se extien

de

desd

e Turq

uía p

asando p

or G

recia y Creta, an

tigua Y

ugos-

lavia, Alb

ania h

asta Italia, Cerd

eña, C

órceg

a, Francia, E

spa-

Figura 5. Países d

el mu

nd

o en

los q

ue está p

resente A. donax.

Figura 6. Distrib

ució

n d

e A. donax en E

spañ

a. La p

resencia se m

uestra

med

iante cu

adrícu

las UT

M d

e 10

x10

km d

e lado

.

La elab

oració

n d

e la figura 6

ha sid

o p

osib

le gracias a

los d

atos reco

pilad

os p

or las sig

uien

tes fuen

tes: Pro

-

gram

a Anth

os (C

SIC

-Real Jard

ín B

otán

ico-Fu

ndació

n

Bio

diversid

ad),

Ban

c de

Dad

es de

la B

iodiversitat

(Gen

eralitat Valen

ciana, C

onselleria d

e Infraestru

c-

turas, Territo

rio y M

edio

Am

bien

te), Pro

yecto O

RC

A.

Atlas C

oro

lògic d

e la Flora V

ascular d

els Païso

s Cata-

lans (In

stitut d

´Estu

dis C

atalans), A

tlas de las P

lantas

Aló

ctonas In

vasoras (M

inisterio

de A

gricu

ltura, A

li-

men

tación y M

edio

Am

bien

te), Curso

de cap

acitación

contra in

vasoras d

e agen

tes y vigilan

tes med

ioam

-

bien

tales y Plan

tas invaso

ras de G

alicia (Conselle-

ría de M

edio

Am

bien

te, Xunta d

e Galicia), E

species

vegetales

invaso

ras de

Andalu

cía (C

onsejería

de

Med

io A

mbien

te, Junta d

e Andalu

cía), Man

ual d

e

las especies exó

ticas invaso

ras de lo

s ríos y rib

eras

de la cu

enca h

idro

gráfi

ca del D

uero

(Confed

eración

Hid

rográfi

ca del D

uero

), Atlas d

e la flora aló

ctona

de B

izkaia (Dep

artamen

to d

e Botán

ica, Socied

ad d

e

Cien

cias Natu

rales de S

estao), D

iagnosis d

e la flora

alócto

na in

vasora d

e la CA

PV. B

iodiversid

ad y p

aisaje

(Gobiern

o V

asco) y B

ase de d

atos G

lobal B

iodiversity

info

rmatio

n Facility (G

BIF-E

spañ

a).

Page 14: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

16

3.2. Biología, ecología e impactos que provoca

en los medios que invade

El co

nocim

iento

de la b

iolo

gía y la eco

logía d

e una esp

ecie

invaso

ra es fundam

ental p

ara:

a) Estab

lecer prio

ridad

es de in

tervenció

n.

b) D

etermin

ar cuáles so

n lo

s mejo

res méto

dos d

e contro

l.

c) Increm

entar la resisten

cia a la invasió

n d

e los eco

sis-

temas n

ativos m

edian

te técnicas d

e restauració

n q

ue m

i-

nim

icen lo

s recurso

s disp

onib

les para la esp

ecie invaso

ra

que se p

retende co

mbatir.

Po

r estas razon

es, esta sección

ofrece u

na sín

tesis de lo

s

aspecto

s con

ocid

os d

e su ciclo

vital y de lo

s factores q

ue

lo g

ob

iernan

. En

este sentid

o, h

ay qu

e sub

rayar qu

e exis-

ten cu

estion

es relativas a la bio

log

ía de esta esp

ecie qu

e

tod

avía han

sido

po

co estu

diad

as o so

bre las q

ue d

ife-

rentes exp

eriencias arro

jan resu

ltado

s qu

e po

drían

con

-

siderarse co

ntrad

ictorio

s. No

en van

o, b

uen

a parte d

el

con

ocim

iento

disp

on

ible so

bre su

ecolo

gía p

rovien

e de

experien

cias de lab

orato

rio o

de cu

ltivo y las o

bservacio

-

nes d

e camp

o en

ocasio

nes co

ntrad

icen eso

s resultad

os.

Pero

tamb

ién es cierto

qu

e la variabilid

ad d

e la respu

es-

ta de la cañ

a a diverso

s factores p

od

ría ser interp

retada

com

o u

na m

uestra m

ás de su

plasticid

ad, lo

cual, si se

tiene en

cuen

ta su elevad

a pro

du

ctividad

y capacid

ad d

e

disp

ersión

, sup

on

e un

reto añ

adid

o p

ara cualq

uier in

ten-

to d

e con

trol d

e esta especie in

vasora.

A p

esar de las lag

unas d

e conocim

iento

que co

mo se in

dica

todavía existen

—alg

o so

rpren

den

te si se tiene en

cuen

ta

la cantid

ad d

e recurso

s que se in

vierten en

el contro

l de A.

donax en to

do el m

undo—

es posib

le extraer info

rmació

n

de relevan

cia para su

gestió

n, tal y co

mo se co

mpro

bará

en lo

s siguien

tes apartad

os.

3.2.1. Biología

En

las regio

nes d

e clima m

editerrán

eo, A. donax exh

ibe

un

crecimien

to estacio

nal, g

ob

ernad

o p

or la tem

peratu

ra.

Seg

ún

Sp

encer y K

sand

er (20

06

) po

r deb

ajo d

e 7 °C

el ri-

zom

a deja d

e emitir tallo

s, mien

tras qu

e po

r encim

a de lo

s

30

°C tam

bién

se pro

du

ce un

a inh

ibició

n d

e la bro

tación

.

Po

r el con

trario, o

tros au

tores co

nsid

eran q

ue la p

rod

uc-

ción

d

e b

rotes

es g

ob

ernad

a p

or

factores

intrín

secos,

com

o el n

ivel de carb

oh

idrato

s almacen

ado

s, más q

ue

po

r factores extern

os (Q

uin

n y H

olt 2

00

9). E

n cu

alqu

ier

caso, en

los territo

rios co

n altern

ancia d

e estacion

es, los

nu

evos tallo

s emerg

en d

uran

te la prim

avera y el verano

,

y en su

prim

era estación

de crecim

iento

se desarro

llan

verticalmen

te y pro

du

cen ú

nicam

ente tejid

o fo

tosin

tético.

Esto

s tallos jó

venes co

nviven

con

otro

s de d

iversas eda-

des, d

e mo

do

qu

e en u

n cañ

averal po

dem

os en

con

trar:

a) Tallos o

cañas d

e prim

er año

enteram

ente verd

es du

-

rante su

s prim

eros m

eses de vid

a.

b) C

añas d

e do

s o m

ás año

s, ya lign

ificad

as y ramifi

cadas

secun

dariam

ente.

c) Ab

un

dan

tes cañas m

uertas, ram

ificad

as o n

o.

La p

rop

orció

n d

e cada u

no

de esto

s gru

po

s den

tro d

el

cañaveral d

epen

derá, en

tre otras co

sas, de su

edad

o d

e

las con

dicio

nes am

bien

tales en las q

ue crezca, p

ero es

un

aspecto

po

co estu

diad

o. D

e igu

al mo

do

, tamp

oco

se

con

oce la lo

ng

evidad

de las cañ

as, si bien

se sabe q

ue

pu

eden

vivir más d

e do

s año

s.

Hacia fi

nales d

e ago

sto, las h

ojas in

feriores d

e las ca-

ñas en

su p

rimer añ

o d

e vida co

mien

zan a secarse. E

ste

pro

ceso co

ntin

úa d

uran

te el oto

ño

, cuan

do

el con

tenid

o

en ag

ua d

e la parte aérea d

ismin

uye, en

paralelo

a un

a

grad

ual lig

nifi

cación

, pérd

ida d

el colo

r verde y red

ucció

n

de su

actividad

fisio

lóg

ica. Esto

es deb

ido

a un

as temp

e-

raturas p

rog

resivamen

te más b

ajas, entre o

tros facto

res.

Tamb

ién en

esta épo

ca se pro

du

ce la flo

ración

y los tallo

s

aparecen

coro

nad

os p

or in

flo

rescencias p

lum

osas (fi

gura

7). E

stos p

roceso

s son

acom

pañ

ado

s po

r un

transp

orte

de carb

oh

idrato

s solu

bles a través d

el flo

ema, d

esde la

parte aérea h

acia los ó

rgan

os d

e almacen

amien

to su

b-

terráneo

s, lo q

ue se trad

uce en

un

men

or co

nten

ido

en

estos co

mp

uesto

s en las h

ojas si se co

mp

aran co

n lo

s

niveles m

edid

os en

prim

avera y verano

(Decru

yenaere y

Ho

lt 20

01

). De h

echo

, en la cañ

a se pro

du

ce un

a alter-

nan

cia entre asig

nació

n d

e nu

trientes a la p

arte aérea en

prim

avera y verano

, y a la parte su

bterrán

ea en o

toñ

o

e inviern

o (D

ud

ley 20

00

). Po

r esta razón

, la fum

igació

n

con

herb

icidas sistém

icos tran

spo

rtado

s po

r el flo

ema

será más efi

caz si se realiza a fin

ales de veran

o, ya q

ue

alcanzará el sistem

a radicu

lar con

mayo

r pro

bab

ilidad

.

Transcu

rrido

el inviern

o, co

n el in

icio d

e la segu

nd

a es-

tación

de crecim

iento

, se pro

du

ce la emisió

n d

e ramas

laterales a partir d

e las yemas axilares p

resentes en

los

nu

do

s (Decru

yenaere y H

olt 2

00

1). E

stas ramas co

nstitu

-

yen el 7

5%

del área fo

liar de u

n cañ

averal mad

uro

(fig

ura

8). A

pesar d

e esta ramifi

cación

, la estructu

ra del cañ

ave-

ral con

tinú

a siend

o la d

e un

a form

ación

po

co in

tricada y

ho

mo

gén

ea, integ

rada esen

cialmen

te po

r elemen

tos ver-

ticales y desp

rovista d

e un

estrato arb

ustivo

, desp

lazado

Page 15: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

17Figura 7. A

rriba. D

os asp

ectos d

e las inflorescen

cias plu

mosas d

e A. donax, que ap

arecen en

el extremo d

e los tallo

s hacia fi

nales d

e agosto

. Imág

enes: S

i-

món Fo

s Martín

. Abajo

. Asp

ecto in

vernal d

e un cañ

averal en rep

oso

vegetativo

con su

característico co

lor p

ardo. Im

ágen

: DG

A (M

AG

RA

MA

) – T

RA

GS

A.

Page 16: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

18

po

r la inten

sa com

peten

cia po

r el espacio

qu

e ejerce esta

especie

invaso

ra, tan

to

ho

rizon

tal —

rizom

as—

com

o

verticalmen

te —tallo

s—.

Co

mo

se

ha

com

entad

o, A. donax

flo

rece al

fin

al d

el

verano

, si bien

las semillas q

ue p

rod

uce n

o so

n fértiles.

Alg

un

os

trabajo

s h

an

dem

ostrad

o

la existen

cia d

e

emb

rion

es y semillas viab

les, pero

no

de g

ermin

ación

(Joh

nso

n et al. 2

00

6). P

or o

tro lad

o, la co

mp

aración

entre la g

eneració

n d

e gam

etos en

A. donax con

la de

sus co

ng

éneres fértiles A. plinii y A. collina su

giere q

ue

la infertilid

ad en

la prim

era po

dría d

eberse a alteracio

nes

po

st-meió

ticas du

rante el d

esarrollo

de lo

s óvu

los y d

el

po

len (M

ariani et al. 2

01

0).

Po

r lo tan

to, en

ausen

cia de sem

illas fértiles, el crecimien

to

o exp

ansió

n d

el cañaveral es su

stentad

o p

or:

a) Crecim

iento

vegetativo

: es el prin

cipal m

edio

de ex-

pan

sión

del

cañaveral.

Las

nuevas

plan

tas gen

eradas

perm

anecen

conectad

as a todos lo

s niveles. S

egún B

olan

d

(2006), es el resu

ltado d

e dos p

roceso

s (figura 9

):

a.1)

En

raizamien

to

de

tallos

lign

ificad

os.

Se

trata d

e

un

pro

ceso d

uran

te el cual, las cañ

as lign

ificad

as qu

e

entran

en

co

ntacto

co

n

el su

strato

al ser

tum

bad

as

po

r las riadas, p

recipitacio

nes in

tensas, el trasieg

o d

e

faun

a o d

e maq

uin

aria, etc., enraízan

y pro

du

cen n

uevas

plan

tas a partir d

e las yemas p

resentes en

los n

ud

os. E

s

un

mecan

ismo

clave en la exp

ansió

n d

el cañaveral, en

con

tra de lo

com

ún

men

te adm

itido

, qu

e oto

rgab

a a la

masa d

e rizom

a este pap

el. Bo

land

(20

06

) en u

n estu

dio

de cam

po

, dem

uestra q

ue el tu

mb

ado

y enraizad

o d

e

tallos h

ace avanzar el cañ

averal 7,4

veces más ráp

ido

qu

e el crecimien

to d

e los rizo

mas, p

ero so

lo en

zon

as

som

etidas a las p

erturb

acion

es ind

icadas an

teriorm

ente.

Desd

e el pu

nto

de vista d

e la gestió

n d

e cañaverales,

deb

e tenerse en

cuen

ta qu

e las cañas n

o lig

nifi

cadas, n

o

son

capaces d

e enraizar (D

ecruyen

aere y Ho

lt 20

01

).

a.2)

Crecim

iento

d

e lo

s rizo

mas.

Co

nsid

erado

co

mo

respo

nsab

le prin

cipal d

e la rápid

a expan

sión

del cañ

averal

(Else 1

99

6; D

iTom

aso 1

99

8), se h

a dem

ostrad

o m

uch

o

más

lento

en

co

mp

aración

co

n el

susten

tado

p

or

los

tallos. P

or el co

ntrario

, este pro

ceso su

po

ne la o

cup

ación

ho

rizon

tal del su

strato y co

nstitu

ye un

com

po

rtamien

to

clave para el d

om

inio

del m

edio

ribereñ

o.

b) R

epro

du

cción

asexual: en

tend

ida co

mo

el increm

ento

nu

mérico

en

u

nid

ades

vegetales

ind

epen

dien

tes p

ro-

du

cidas

po

r m

edio

s clo

nales

(Grace

19

93

). O

curre

ocasio

nalm

ente

cuan

do

las

plan

tas o

rigin

adas

po

r

enraizam

iento

de cañ

as lign

ificad

as, pierd

en la co

nexió

n

y se con

vierten en

plan

tas autó

no

mas.

Adem

ás, el

crecimien

to

vegetativo

tam

bién

perm

ite la

conso

lidació

n d

el cañaveral, q

ue d

epen

de d

el man

teni-

mien

to

de

una

den

sidad

elevad

a de

tallos.

El

órg

ano

responsab

le de su

pro

ducció

n es el rizo

ma (D

ecruyen

aere

y H

olt

2005).

La

den

sidad

del

cañaveral

—ocu

pació

n

Figura 8. En

sus p

rimero

s meses d

e vida, lo

s tallos d

e A. donax po

seen h

ojas d

esde la b

ase hasta el áp

ice y son

enteram

ente fo

tosin

téticos (m

itad

sup

erior d

e la foto

grafía). D

uran

te la segu

nd

a estación

de crecim

iento

, las cañas, ya lig

nifi

cadas, em

iten ram

as laterales a partir d

e yemas situ

adas en

los n

ud

os (m

itad in

ferior d

e la foto

grafía). Im

ágen

: Gen

eralitat Valen

ciana.

Page 17: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

19

Nuevas plantas interconectadas

vertical— es,

junto

co

n el

crecimien

to de

los

rizom

as

—ocu

pació

n h

orizo

ntal d

el sustrato

—, el o

tro m

ecanism

o

clave para su

dom

inan

cia de las rib

eras fluviales, ya q

ue

evita la form

ación d

e claros en

su in

terior y q

ue ésto

s sean

colo

nizació

n p

or esp

ecies riparias n

ativas.

Por o

tro lad

o, la d

ispersió

n d

e la especie está ú

nicam

ente

susten

tada

por

mecan

ismos

de

repro

ducció

n

asexual,

en la q

ue lo

s fragm

ento

s de tallo

s y rizom

as dan

lugar a

nuevas p

lantas. N

o o

bstan

te, de acu

erdo co

n la exp

eriencia

obten

ida y la d

e otro

s auto

res (Decru

yenaere y H

olt 2

001;

Quin

n 2

006), si b

ien lo

s fragm

ento

s de tallo

pued

en ju

gar

un p

apel en

la disp

ersión d

e A. donax, los frag

men

tos d

e

rizom

a son lo

s prin

cipales resp

onsab

les de este p

roceso

.

A esto

contrib

uye el h

echo d

e que:

a) So

n cap

aces de g

ermin

ar ind

epen

dien

temen

te de su

tamañ

o (cu

adro

5, p

ág. 6

4) y b

ajo la g

ran m

ayoría d

e

con

dicio

nes am

bien

tales.

b) C

on

servan la cap

acidad

de reb

rotar d

uran

te un

perio

do

mu

cho

m

ás p

rolo

ng

ado

q

ue

los

fragm

ento

s d

e tallo

(Decru

yenaere y H

olt 2

00

1; Q

uin

n 2

00

6).

La p

roducció

n d

e fragm

ento

s —de rizo

ma o

de tallo

que p

ermiten

la disp

ersión y co

lonizació

n a larg

a distan

cia

es un fen

óm

eno p

oco

com

ún en

condicio

nes n

aturales,

inclu

so b

ajo co

ndicio

nes favo

rables p

ara su g

eneració

n,

com

o so

n las p

recipitacio

nes in

tensas (B

olan

d 2

006). L

as tasas

elevadas

de

pro

ducció

n

de

fragm

ento

s descritas

en o

casiones en

la bib

liografía (E

lse 1996) so

n d

ebid

as a

trabajo

s de elim

inació

n m

ecánica d

e la especie, co

mo p

or

ejemplo

extracción d

e rizom

as y su p

osterio

r trituració

n ju

nto

con las cañ

as (ver apartad

o d

e gestió

n d

e los resid

uos).

Po

r últim

o, h

ay qu

e destacar el p

apel d

el rizom

a com

o

órg

ano

de reserva d

uran

te la estación

desfavo

rable y d

e

resistencia fren

te a las bajas tem

peratu

ras, el fueg

o o

la

herb

ivoría. E

ste reservorio

perm

ite a A. donax retom

ar

con

mayo

r rapid

ez qu

e las especies n

ativas el espacio

ripario

, y volver a d

om

inarlo

, especialm

ente en

aqu

ellas

situacio

nes en

las qu

e un

a alteración

com

o u

n in

cend

io

—ver secció

n m

étod

os q

ue n

o co

nd

ucen

al con

trol d

e A. donax—

o u

na crecid

a del río

pro

voca la elim

inació

n d

e

su p

arte aérea (Co

ffman

20

07

).

En d

efinitiva, in

dep

endien

temen

te del p

apel d

e los tallo

s

en la exp

ansió

n d

el cañaveral, lo

s rizom

as son el ó

rgan

o

que g

arantiza el carácter p

erenne d

e esta especie y su

s

fragm

ento

s su p

rincip

al vector d

e disp

ersión. P

or esta razó

n,

en la g

estión d

e cañaverales, lo

s esfuerzo

s deb

en d

irigirse a

pro

vocar su

muerte y la in

ertización d

e sus resto

s.

Figura 9. Lo

s mecan

ismo

s de crecim

iento

vegetativo

(área gris) y d

e repro

du

cción

asexual (área verd

e) susten

tan la exp

ansió

n (crecim

iento

lateral)

y con

solid

ación

(man

tenim

iento

o in

cremen

to d

e su d

ensid

ad) d

e los cañ

averales así com

o su

disp

ersión

(transp

orte a larg

a distan

cia de p

rop

á-

gu

los viab

les y colo

nizació

n d

e nu

evos lu

gares) d

e la especie. E

l gro

sor d

e las flech

as es ind

icativo d

e la con

tribu

ción

relativa de cad

a órg

ano

a los

pro

cesos m

encio

nad

os. L

as siluetas d

e los an

imales in

dican

la rapid

ez relativa con

la qu

e tiene lu

gar la exp

ansió

n d

el cañaveral co

mo

con

secuen

cia

del crecim

iento

de lo

s rizom

as o d

el enraizam

iento

de lo

s tallos.

Crecimiento vegetativo(sin fragmentación)

Reproducción asexual(con fragmentación)

Nuevas plantas sin conexión

CONSOLIDACIÓNEXPANSIÓN

DISPERSIÓNEXPANSIÓN

Rizomas

Tallos lignificados

Page 18: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

20

de co

lon

izar form

acion

es riparias n

ativas no

alteradas

(Rejm

ánek 1

98

9). N

o o

bstan

te, las pertu

rbacio

nes d

el

med

io fl

uvial p

rovo

cadas p

or el h

om

bre h

an ju

gad

o u

n

pap

el fun

dam

ental en

el éxito d

e la invasió

n p

or esta

especie (B

ell 19

97

), pu

esto q

ue lo

s med

ios d

espro

vistos

de veg

etación

riparia y co

n elevad

a disp

on

ibilid

ad h

ídrica

resultan

más vu

lnerab

les a la colo

nizació

n p

or A. donax

(Bo

land

20

06

; Qu

inn

y Ho

lt 20

09

).

Por o

tro lad

o, A. donax se m

uestra in

diferen

te a la natu

raleza

min

eralógica d

el sustrato

(Perd

ue 1

958) y p

ued

e crecer en

suelo

s arcilloso

s, arenoso

s o p

edreg

oso

s e inclu

so lo

s

semisalin

os d

e estuario

s (Gro

ssinger et al. 1

998). S

ólo

la tem

peratu

ra actú

a co

mo

factor

ecoló

gico

lim

itante

para esta esp

ecie, ya que es sen

sible a las h

eladas u

na

vez iniciad

o el crecim

iento

en p

rimavera (P

erdue 1

958;

Decru

yenaere y H

olt 2

001) au

nque las to

lera duran

te la

fase de rep

oso

vegetativo

.

A

pesar

de

que A. donax

pued

e crecer

en

ambien

tes

muy d

ispares, su

s tasas más elevad

as de crecim

iento

se

han

reg

istrado en

m

edio

s in

solad

os,

con tem

peratu

ras

elevadas y ab

undan

cia de n

utrien

tes y recurso

s híd

ricos.

En estas co

ndicio

nes, lo

s bro

tes exhib

en in

cremen

tos en

longitu

d d

e hasta 7

0 cen

tímetro

s por sem

ana (H

osh

ovsky

1987)

o 10,2

cen

tímetro

s por

día

(Dudley

1998).

Esta

velocid

ad d

e desarro

llo se d

ebe a q

ue to

do el crecim

iento

3.2.2. Ecología

A. donax es una esp

ecie capaz d

e crecer en u

na am

plia

variedad

de co

ndicio

nes am

bien

tales, posib

lemen

te com

o

resultad

o d

e su p

lasticidad

fenotíp

ica, un rasg

o co

mún

a much

as plan

tas invaso

ras (Annap

urn

a y Sin

gh 2

003;

Pan

et al. 2006) p

ero p

oco

estudiad

o en

esta especie.

Así, au

nque la cañ

a es consid

erada u

na p

lanta acu

ática

emerg

ente (C

ook 1

990), u

na vez estab

lecida n

o p

recisa

de u

n ap

orte co

nstan

te de ag

ua, p

or lo

que p

ued

e crecer

en lu

gares seco

s (Perd

ue 1

958; H

osh

ovsky 1

987), co

mo

eviden

cia la figura 1

0. D

e esta form

a, pued

e ocu

par la

totalid

ad d

el ambien

te ribereñ

o, d

esde la o

rilla del río

hasta

las zonas m

ás secas donde crecen

árboles y arb

usto

s, con

los cu

ales pued

e com

petir. E

sta capacid

ad p

ara crecer,

bajo

co

ndicio

nes

de

defi

ciencia

híd

rica es

deb

ida

a la

resistencia a la seq

uía d

el rizom

a y a que su

s raíces le

perm

iten o

bten

er agua d

e las capas p

rofu

ndas d

el sustrato

(Frandsen

1997).

Otra m

uestra d

e su p

lasticidad

es el amp

lio g

radien

te de

inten

sidad

es lum

ino

sas bajo

las qu

e pu

ede d

esarrollarse.

Existen

estud

ios q

ue d

emu

estran q

ue to

lera niveles b

ajos

de rad

iación (B

ell 19

97

; Sp

encer et al. 2

00

5). S

in em

barg

o,

otro

s resultad

os ap

un

tan a q

ue la so

mb

ra pu

ede d

ificu

ltar

su estab

lecimien

to en

las orillas fl

uviales (C

offm

an 2

00

7;

Qu

inn

y Ho

lt 20

09

). En

cualq

uier caso

, la caña es cap

az

Figura 10. El carácter eu

rioico

de A. donax le p

ermite co

lon

izar gran

variedad

de am

bien

tes. En

la foto

grafía, realizad

a a fin

ales de ju

lio, p

ued

e verse

un

cañaveral en

un

solar d

e Valen

cia. El co

ntraste en

tre su p

arte aérea, qu

e no

mu

estra sínto

mas d

e estrés híd

rico, y la veg

etación

rud

eral ago

stada es

ind

icativo d

e su to

lerancia a la seq

uía, u

na vez estab

lecida. Im

agen

: Sim

ón

Fos M

artín.

Page 19: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

21

se invierte en

tejidos fo

tosin

téticos co

n elevad

a capacid

ad

foto

sintética (R

ossa et al. 1

998; S

pen

cer y Ksan

der 2

006) y

es susten

tada p

or u

n elevad

o co

nsu

mo d

e agua, q

ue p

ued

e

llegar a ser 2

0 veces m

ayor q

ue el d

e la vegetació

n rib

ereña

nativa (H

endrickso

n y M

cGau

gh 2

005).

De lo

anterio

r se ded

uce q

ue el crecim

iento

de A. donax

es modulad

o p

or la d

isponib

ilidad

de n

utrien

tes (Jimén

ez

et al. 2011). P

or ejem

plo

, concen

traciones elevad

as de

nitró

gen

o p

rovo

can q

ue n

o exh

iba d

orm

ancia y q

ue la m

asa

de rizo

mas se exp

anda activam

ente d

e man

era lateral, en lo

que co

nstitu

ye un co

mportam

iento

más co

mpetitivo

. Por el

contrario

, en m

edio

s pobres en

nutrien

tes, su crecim

iento

es más co

nservad

or —

limitad

o a la su

stitució

n d

e tallos

viejos—

y exhib

e un p

eriodo d

e reposo

vegetativo

duran

te

el inviern

o (D

ecruyen

aere y Holt 2

005). B

olan

d (2

006)

obtien

e resultad

os sem

ejantes al o

bservar en

el med

io

natu

ral que lo

s rizom

as de las zo

nas d

e inundació

n, ricas

en ag

ua y n

utrien

tes, crecen a m

ayor velo

cidad

que lo

s de

med

ios m

ás pobres.

Estas elevad

as tasas de crecim

iento

se traducen

en u

na

altísima p

roductivid

ad, estim

ada en

20 to

nelad

as de p

eso

seco p

or h

ectárea (Perd

ue 1

958). S

e trata de cifras m

uy

superio

res a las de las esp

ecies nativas co

n las q

ue h

a sido

com

parad

a, si bien

las diferen

cias se atenúan

cuan

do su

pro

ductivid

ad se co

mpara co

n la d

e las plan

tas autó

ctonas

en am

bien

tes pobres en

nutrien

tes (Coffm

an 2

007). E

stos

resultad

os co

incid

en co

n las o

bservacio

nes d

e Daeh

ler

(2003) acerca d

e la mayo

r capacid

ad co

mpetitiva d

e las

plan

tas nativas

frente

a las

exóticas

en situ

aciones

de

escasez de recu

rsos.

No o

bstan

te, es importan

te tener en

cuen

ta que, cu

ando A.

donax se ha cu

ltivado en

com

pañ

ía de esp

ecies arbustivas

nativas

(Salix y Baccharis)

en

condicio

nes

de

elevada

disp

onib

ilidad

de

agua,

nutrien

tes y

luz,

éstas in

ducen

una im

portan

te dism

inució

n d

e su p

roductivid

ad, m

ientras

que lo

contrario

no es o

bservad

o. A

pesar d

e esto, la cañ

a

contin

úa su

peran

do en

pro

ductivid

ad a am

bas esp

ecies

(Coffm

an 2

007). L

as conclu

siones q

ue se d

erivan d

e este

estudio

son:

a) A. donax no es m

ás com

petitiva en

la adquisició

n d

e

recurso

s que

algunas

plan

tas nativas

ya que

cuan

do

crece junto

a ellas no p

rovo

ca una d

ismin

ució

n d

e su

pro

ductivid

ad.

b)

La

men

or

pro

ductivid

ad

de A. donax

inducid

a por

el crecim

iento

co

nju

nto

co

n

especies

nativas

podría

deb

erse a la com

peten

cia que las ú

ltimas ejercen

por el

espacio

, no p

or lo

s nutrien

tes u o

tros recu

rsos, q

ue eran

muy

abundan

tes. La

form

a erecta

y ram

ificad

a de

los

arbusto

s leñ

oso

s utilizad

os

por

Coffm

an (2

007)

pued

e

restringir la exp

ansió

n h

acia el exterior q

ue caracteriza el

com

portam

iento

com

petitivo

de la cañ

a.

c) La m

ayor p

roductivid

ad d

e la especie in

vasora, in

cluso

en situ

aciones en

que ésta se ve m

ermad

a por co

mpeten

cia

con esp

ecies nativas, h

ace pen

sar en u

na even

tual exclu

sión

com

petitiva d

e estas últim

as, tal y com

o co

nfirm

an lo

s

estudio

s de Q

uin

n y H

olt (2

009).

d) P

or lo

tanto

, A. donax deb

e excluir a las esp

ecies nativas

gracias a la co

mbin

ación d

e elevada p

roductivid

ad, d

ebid

o

a su p

eculiar fi

siolo

gía, y a su

crecimien

to clo

nal, q

ue le

perm

ite ocu

par el su

strato vertical (tallo

s) y horizo

ntalm

ente

(rizom

as), acaparan

do p

reventivam

ente el su

strato fren

te

a posib

les com

petid

ores.

Esto

s resultad

os resaltan

la importan

cia de la restau

ración

con

especies

nativas

tras la

elimin

ación

de A. donax,

especialm

ente en

med

ios rico

s en n

utrien

tes. El o

bjetivo

de la restau

ración, ad

emás d

el contro

l de la ero

sión sería:

1) R

educir la p

roductivid

ad d

e A. donax creando u

na fu

erte

com

peten

cia por lo

s recurso

s.

2) L

imitar su

expan

sión h

orizo

ntal g

eneran

do u

na fu

erte

com

peten

cia por el esp

acio.

En n

uestras exp

eriencias se lo

gró

un excelen

te contro

l

de A. donax co

n el m

étodo d

e cobertu

ra de ram

as vivas,

consisten

te en estab

lecer una d

ensa sau

ceda so

bre u

n

cañaveral p

reviamen

te deb

ilitado p

or d

os d

esbro

ces. Esto

s

resultad

os co

nfirm

arían las p

osib

ilidad

es que o

frecen lo

s

méto

dos q

ue fo

men

tan el in

cremen

to d

e la com

peten

cia

por p

lantas rip

arias nativas en

el contro

l de cañ

averales, de

acuerd

o co

n lo

señalad

o p

or alg

unos au

tores (H

osh

ovsky

y R

andall

2000)

que

subrayan

el

poten

cial, a

men

udo

ignorad

o, d

e estas técnicas.

Por o

tro lad

o, lo

anterio

r pone d

e relieve la importan

cia del

contro

l de la carg

a de n

utrien

tes de río

s y med

ios rib

ereños

com

o h

erramien

ta para el co

ntro

l de esp

ecies invaso

ras. A. donax es m

uch

o m

ás pro

ductiva y, p

or tan

to, m

ás com

peti-

tiva y difícil d

e erradicar en

med

ios rico

s en n

utrien

tes. Estas

observacio

nes co

incid

en co

n las d

e Daeh

ler (2003), en

el

sentid

o d

e que lo

s recurso

s abundan

tes conju

gad

os co

n las

pertu

rbacio

nes favo

recen en

la gran

mayo

ría de lo

s casos a

las especies in

vasoras fren

te a las nativas y viceversa.

Por lo

tanto

, en la g

estión d

e cañaverales, es im

portan

te

tener en

cuen

ta los sig

uien

tes aspecto

s:

Page 20: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

22

adquisició

n d

e agua y n

utrien

tes por p

arte de las esp

ecies

nativas, m

ientras q

ue su

parte aérea p

ued

e form

ar una

den

sa cubierta q

ue im

pid

a la germ

inació

n y el crecim

iento

de las esp

ecies nativas (S

orian

a y Sala 1

983; G

ord

on et al.

1989; D

’Anto

nio

y Vito

usek 1

992).

La cañ

a pro

voca am

bo

s efectos. A

l con

jug

ar un

a elevada

pro

du

ctividad

y un

escaso atractivo

para lo

s herb

ívoro

s,

en virtu

d d

e las sustan

cias qu

ímicas n

ocivas q

ue acu

mu

la

(Bell 1

99

7), su

s form

acion

es acum

ulan

gran

cantid

ad

de h

ojas y tallo

s fib

roso

s hasta alcan

zar a los 1

5,5

kg/

m2. E

sta bio

masa p

osee m

eno

r con

tenid

o en

hu

med

ad y

mayo

r ratio su

perfi

cie/volu

men

qu

e la vegetació

n rip

aria

nativa,

lo q

ue

hace

del

cañaveral

un

a fo

rmació

n m

ás

infl

amab

le. A esto

hay q

ue añ

adir q

ue, estru

cturalm

ente,

A. donax favo

rece la

transm

isión

d

el fu

ego

d

esde

el

estrato arb

ustivo

al aéreo, d

ebid

o a su

verticalidad

. Co

mo

con

secuen

cia de to

do

esto la su

sceptib

ilidad

al fueg

o d

e

los am

bien

tes flu

viales, natu

ralmen

te resistentes a lo

s

incen

dio

s, au

men

ta. D

iversos

trabajo

s (B

roo

ks et al. 2

00

4; C

offm

an et al. 2

00

4, 2

01

0) h

an d

emo

strado

qu

e

esto se trad

uce en

un

increm

ento

de la frecu

encia d

e

fueg

os, d

e su velo

cidad

de avan

ce y de la in

tensid

ad d

el

incen

dio

en rib

eras invad

idas p

or la cañ

a, qu

e arden

a

mayo

r temp

eratura y d

e man

era más co

mp

leta qu

e las

form

acion

es de veg

etación

nativa.

- Los cañ

averales exhib

irán tasas d

e expan

sión elevad

as

en m

edio

s som

etidos a p

erturb

aciones —

que p

rovo

can

el tum

bad

o d

e las cañas—

y con ab

undan

tes recurso

s

que su

stentan

una elevad

a pro

ductivid

ad en

A. donax. El

reclutam

iento

en estas fo

rmacio

nes es d

ebid

o a lo

s rizom

as

y a los tallo

s que en

raízan, y n

o d

epen

de d

e fuen

tes de

pro

pág

ulo

s externas.

- En au

sencia d

e pertu

rbacio

nes y co

n m

enor d

isponib

ilidad

de recu

rsos, el cañ

averal es una fo

rmació

n relativam

ente

estática, pues la exp

ansió

n p

or crecim

iento

de lo

s rizom

as

es len

ta. En

estos

casos,

el reclu

tamien

to

de

nuevo

s

tallos es co

nservad

or, se in

vierte en el m

anten

imien

to d

el

cañaveral y n

o en

su exp

ansió

n.

3.2.3. Impactos que genera en los m

edios que invade

Las

gram

íneas

exóticas

pro

vocan

pro

fundas

transfo

r-

macio

nes

de

los

ecosistem

as que

invad

en

en

todo

el

mundo. E

stos cam

bio

s pued

en ten

er lugar ráp

idam

ente,

con la in

troducció

n d

e regím

enes d

e fueg

o g

obern

ados

por

estas hierb

as (H

ughes,

Vito

usek

y Tu

niso

n

1991;

D’A

nto

nio

y

Vito

usek

1992;

Bro

oks et al.

2005),

pero

también

pued

e ten

er lu

gar

grad

ualm

ente,

deb

ido

a su

impacto

por co

mpeten

cia. Por ejem

plo

, el den

so sistem

a

radicu

lar de

much

as de

estas plan

tas pued

e in

hib

ir la

Figura 11. Transcu

rrido

s siete días tras u

n in

cend

io, lo

s bro

tes de la cañ

a emerg

en a la su

perfi

cie. Para su

form

ación

la plan

ta emp

lea las reservas

acum

ulad

as en lo

s rizom

as. De este m

od

o, la cañ

a se anticip

a en la o

cup

ación

del m

edio

ripario

y com

pite p

or el esp

acio co

n las esp

ecies nativas d

e

flo

ra, las cuales b

rotan

o g

ermin

an m

ás lentam

ente. Im

agen

: Gen

eralitat Valen

ciana.

Page 21: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

23

Figura 12. En

las riberas d

el río C

abriel (V

alencia), las p

lantas h

erbáceas, lo

s arbu

stos y lo

s árbo

les se estructu

ran en

ban

das p

aralelas, con

fig

uran

do

un

amb

iente h

eterog

éneo

de elevad

a diversid

ad b

ioló

gica, estru

ctural y fu

ncio

nal. E

stas form

acion

es jueg

an u

n p

apel im

po

rtante en

la regu

lación

de

la velocid

ad d

el flu

jo d

e agu

a y en su

dep

uració

n, la estab

ilización

de las o

rillas, la recarga d

e acuífero

s o la aco

gid

a de fau

na. L

a sustitu

ción

de esta

vegetació

n p

or m

on

otip

os d

e A. donax, pro

voca u

na alteració

n d

e las fun

cion

es citadas, p

ues la cañ

a y los cañ

averales difi

eren en

mo

rfolo

gía, tasa d

e

crecimien

to y o

tros rasg

os co

n las p

lantas rip

arias nativas y su

com

un

idad

es. Imag

en: A

mp

aro O

livares.

Por

otra

parte,

el fu

ego

co

ntrib

uye

a co

nso

lidar

la

do

min

ancia

de A. donax

en

las rib

eras fl

uviales.

La

caña

rebro

ta in

med

iatamen

te tras

el in

cend

io

(fig

ura

11

) y crece más ráp

idam

ente q

ue la veg

etación

nativa,

gracias a las reservas acu

mu

ladas en

el rizom

a, el cual

no

se

ve afectad

o p

or

el in

cend

io.

De

este m

od

o,

la

especie

invaso

ra in

cremen

ta su

ab

un

dan

cia relativa

y

su d

om

inan

cia del m

edio

ripario

(Co

ffman

, Am

bro

se y

Ru

nd

el, 20

10

). Es así co

mo

A. donax camb

ia el carácter

del eco

sistema, q

ue p

asa de ser u

n m

edio

regu

lado

po

r

las crecidas o

inu

nd

acion

es a un

o reg

ulad

o p

or el fu

ego

,

estructu

ralmen

te m

ás sim

ple

y h

om

og

éneo

. P

or

los

mo

tivos exp

uesto

s, la qu

ema d

e cañaverales n

o p

ued

e,

de

nin

n

mo

do

, ser

con

siderad

a co

mo

u

n

méto

do

adecu

ado

para el co

ntro

l de cañ

averales.

La

simp

lificació

n

estructu

ral a

la q

ue

se h

a alu

did

o

pro

voca a su

vez un

a serie de efecto

s neg

ativos so

bre las

com

un

idad

es bio

lóg

icas qu

e acog

en las rib

eras flu

viales.

En

co

ncreto

, las

aves en

cuen

tran

en

los

cañaverales

po

cas o

po

rtun

idad

es p

ara g

uarecerse

o

anid

ar. L

os

tallos p

rincip

ales de la cañ

a son

verticales y carecen d

e

un

a estructu

ra ho

rizon

tal sufi

cientem

ente ro

bu

sta para

sop

ortar

nid

os

(Zem

bal

19

98

; A

no

n.

20

02

). A

lgu

no

s

estud

ios en

No

rteamérica h

an d

emo

strado

qu

e la cub

ierta

de A. donax y la riq

ueza d

e aves están sig

nifi

cativa y

neg

ativamen

te relacion

adas en

tod

as las épo

cas del añ

o

y qu

e tod

o in

cremen

to en

la den

sidad

del cañ

averal se

ve aco

mp

añad

o p

or

un

a d

ismin

ució

n d

e la

riqu

eza y

abu

nd

ancia d

e la com

un

idad

aviar (Kissn

er 20

04

). No

en

vano

, un

a de las p

rincip

ales fuen

tes de alim

ento

para las

aves, los in

vertebrad

os, so

n u

n 5

0%

men

os ab

un

dan

tes

en cañ

averales qu

e en co

mu

nid

ades veg

etales nativas y

tamb

ién m

eno

s diverso

s. Esto

se deb

e a qu

e la den

sidad

del cañ

averal limita la p

enetració

n d

e la luz y evita el

desarro

llo d

e un

estrato arb

ustivo

diverso

, de m

od

o q

ue se

gen

era un

háb

itat men

os h

eterog

éneo

qu

e el ofrecid

o p

or

las form

acion

es vegetales n

ativas (fig

ura 1

2), e in

capaz

de su

stentar u

na variad

a com

un

idad

de in

vertebrad

os

(Herrera

y D

ud

ley 2

00

3),

lo

cual

es ag

ravado

p

or

el

hech

o d

e qu

e la caña es u

na esp

ecie po

co p

alatable p

ara

cualq

uier h

erbívo

ro.

La

estructu

ra d

el cañ

averal n

o

solo

afecta

a la

zon

a

riparia, tam

bién

el med

io acu

ático se ve d

irectamen

te

afectado

. Alg

un

os trab

ajos su

gieren

qu

e los cañ

averales

no

pro

po

rcion

an so

mb

ra a las orillas d

el río, d

e mo

do

qu

e la temp

eratura d

el agu

a es mayo

r qu

e la qu

e se

registra b

ajo u

n b

osq

ue fl

uvial d

e galería. E

ste hech

o

ha sid

o im

plicad

o en

la dism

inu

ción

de las p

ob

lacion

es

de

algu

nas

especies

de

peces

en

ríos

de

Califo

rnia,

po

siblem

ente d

ebid

o a cam

bio

s en la q

uím

ica del ag

ua,

Page 22: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

24

com

o resu

ltado

de la m

ayor activid

ad fo

tosin

tética algal,

qu

e pro

voca u

na alcalin

ización

del ag

ua y la co

nversió

n

del am

on

io (N

H4 ) en

amo

niaco

(NH

3 ), en u

na cascad

a de

efectos n

ocivo

s para las esp

ecies acuáticas (C

had

wick

19

92

; Bell 1

99

3).

Po

r o

tra p

arte, las

form

acion

es d

e A. donax tam

bién

afectan n

egativam

ente a la h

idro

log

ía y la geo

mo

rfolo

gía

flu

vial y, en ú

ltima in

stancia, a las activid

ades h

um

anas .

Lo

s cañaverales en

las márg

enes d

el los río

s fun

cion

an

en la p

ráctica com

o m

uro

s, con

centran

do

la energ

ía del

flu

jo d

e agu

a en el cau

ce, lo q

ue co

nd

uce a su

excavación

y al desm

oro

nam

iento

de las o

rillas du

rante las crecid

as

(Else 1

99

6; B

ell 19

97

). Du

rante esto

s acon

tecimien

tos

catastrófi

cos,

cañas

y rizo

mas

pu

eden

acu

mu

larse

form

and

o rep

resas (fig

uras 1

3, 1

4) tap

on

and

o p

uen

tes

e imp

idien

do

el correcto

fun

cion

amien

to d

e estructu

ras

de co

ntro

l de in

un

dacio

nes, co

n co

nsecu

encias p

oten

-

cialmen

te graves.

Por

últim

o,

aunque

men

os

eviden

te que

los

impacto

s

anterio

res, A. donax tiene la cap

acidad

de in

cremen

tar

la pérd

ida d

e agua en

los cu

rsos fl

uviales, d

ebid

o a su

elevado

consu

mo

de

agua

—uno

de

los

mayo

res del

reino veg

etal— co

mbin

ado co

n la g

ran su

perfi

cie foliar

que acu

mula u

n cañ

averal adulto

(figura 1

4) (A

bich

andan

i

2007;

Hen

drickso

n

y M

cGau

gh

2005;

Watts

y M

oore

2011). S

egún alg

unos au

tores, esto

tiene co

mo resu

ltado

una

merm

a de

los

recurso

s híd

ricos

disp

onib

les para

el hom

bre.

Por

ejemplo

, en

el

valle del

Río

de

San

ta

Marg

arita, en C

aliforn

ia, se ha estim

ado q

ue la elim

inació

n

de A. donax en

una exten

sión d

e 405 h

ectáreas perm

itiría

ahorrar an

ualm

ente el ag

ua eq

uivalen

te al consu

mo d

e un

área urb

ana d

e veinte m

il hab

itantes (B

ell 1997). R

esultad

os

coin

ciden

tes fu

eron

obten

idos

por

Iverson

(1994)

que

estableció

que las m

ás de 4

.000 h

ectáreas colo

nizad

as

por cañ

averales en la cu

enca d

el río S

anta A

na evap

oran

un eq

uivalen

te al consu

mo d

e 280.0

00 h

abitan

tes, con u

n

coste an

ual d

e 18 m

illones d

e dólares.

Figuras 13 y 14 (página siguiente). La fo

rmació

n d

e represas co

mo

con

secuen

cia del arrastre d

e restos d

e cañas (arrib

a) du

rante las riad

as es un

factor d

e riesgo

en b

ase al cual se realizan

ltiples in

tervencio

nes d

e gestió

n d

e cañaverales. S

in em

barg

o, la co

lon

ización

po

r parte d

e A. donax de

las riberas fl

uviales p

rovo

ca imp

actos n

egativo

s en el fu

ncio

nam

iento

de lo

s ecosistem

as flu

viales men

os evid

entes y rara vez evo

cado

s. Es el caso

del

increm

ento

en la p

érdid

a de ag

ua p

or evap

otran

spiració

n co

mo

resultad

o d

el elevado

con

sum

o d

e agu

a de esta esp

ecie exótica u

nid

o a la g

ran su

per-

ficie fo

liar de lo

s cañaverales, co

mo

estos d

el río Tu

ria a su p

aso p

or V

ilamarxan

t, Valen

cia (pág

ina sig

uien

te). Imág

enes: G

eneralitat V

alencian

a.

Page 23: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

25

Page 24: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

27

GESTIÓN DE CAÑAVERALES

La g

estión

po

blacio

nal d

e especies in

vasoras está co

nd

i-

cion

ada p

or m

últip

les variables. E

n el caso

de A. donax,

algu

nas tien

en q

ue ver co

n su

bio

log

ía —cap

ítulo

3—

,

mien

tras qu

e otras se relacio

nan

con

el ámb

ito d

e actua-

ción

, el tipo

de cañ

averal qu

e preten

de elim

inarse, el co

n-

texto so

cial en el q

ue se d

esarrollarán

los trab

ajos o

el

tipo

de in

tervenció

n —

fig

ura 1

5 rectán

gu

los só

lido

s—.

El o

bjetivo

de este cap

ítulo

es determ

inar q

ué in

form

ación

es útil reco

pilar so

bre las citad

as variables. P

ara ello, se

recom

iend

a realizar los trab

ajos p

revios in

dicad

os en

los

rectáng

ulo

s sin rellen

o —

fig

ura 1

5—

a fin

de o

bten

er los

dato

s qu

e perm

itirán p

lanifi

car la actuació

n, estab

lecer

ob

jetivos y elab

orar u

na estrateg

ia para alcan

zarlos. D

e

este mo

do

, se redu

cirán las d

ificu

ltades, lo

s imp

revistos

y la incertid

um

bre so

bre el resu

ltado

qu

e acom

pañ

an a

las actuacio

nes en

el med

io n

atural.

A p

esar de lo

anterio

r, inclu

so en

actuacio

nes b

ien p

lanifi

-

cadas, p

ued

en o

bten

erse resultad

os p

or d

ebajo

de las ex-

pectativas o

surg

ir contratiem

pos. P

or ejem

plo

, el méto

do

para elim

inar el cañ

averal pued

e ser men

os efectivo

de lo

esperad

o o

pro

vocar im

pacto

s imprevisto

s. El seg

uim

iento

al que d

eben

som

eterse las actuacio

nes p

ermitirá revisar

objetivo

s y estrategia, reevalu

ar los m

étodos q

ue se em

-

pleen

y pro

poner altern

ativas, en el m

arco d

e un p

roceso

Figura 15. Variab

les qu

e con

dicio

nan

las actuacio

nes d

e con

trol d

e cañaverales —

rectáng

ulo

s sólid

os—

e info

rmació

n q

ue d

ebe reco

pilarse en

el

marco

de lo

s trabajo

s previo

s a la actuació

n —

rectáng

ulo

s sin rellen

o—

para el estab

lecimien

to d

e ob

jetivos y el d

iseño

de u

na estrateg

ia con

las

accion

es necesarias p

ara alcanzarlo

s.

TRABAJO PREVIOOBJETIVOS

Ámbito de trabajo

CañaveralSociedad

ActuaciónPlanificación

- Hábitats/especies de interés para la conservación o sensibles a la intervención

- Espacios protegidos o Red Natura 2000

- Marco legal o

normas de gestión

Carácter:- m

ixto o monoespecífico

- incipiente o consolidado- vinculado a m

asas de agua o no- próxim

o o alejado del agua

- Rechazo del empleo

de métodos quím

icos

- Rechazo a la elim

inación de las cañas

- Posibilidad de contar con la ayuda de voluntarios

- Anualidades y presupuesto

- Tipo de actuación

- Tipo de cañaveral

- Eficacia y coste de los diferentes m

étodos

- Objetivos

- Seguimiento

- Evaluación probabilidad de éxito y beneficio para la biodiversidad

- Definición de objetivos

- Elaboración de estrategia

- Definición de indicadores m

edibles

- Selección de los m

étodos adecuados en función de las variables anteriores

- Asignación de m

étodos por sectores

- Información

autoridades locales

- Sensibilización población local

- Implicación de

voluntarios en la realización detrabajos

- Cartografía cañaveral en función de los condicionantes indicados

- Definición de sectores

- Caracterización estado inicial. Obtención valor de referencia

- Caracterización am

biental

- Análisis de aspectos norm

ativos

- Obtención de autorizaciones am

bientales

Page 25: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

28

de m

anejo

adap

tativo —

figura 1

6—

Por ú

ltimo, h

ay que reco

rdar q

ue A. donax es u

na esp

ecie

muy p

lástica capaz d

e desarro

llarse en u

na g

ran varied

ad

de situ

aciones. A

esto h

ay que añ

adir q

ue el co

ntro

l de

especies in

vasoras es u

na d

isciplin

a relativamen

te nueva.

Por estas razo

nes, a m

enudo será p

osib

le intro

ducir cam

-

bio

s en lo

s méto

dos d

e contro

l de la cañ

a con vistas a

mejo

rar su efi

cacia o red

ucir su

impacto

. El seg

uim

iento

y el man

ejo ad

aptativo

sugerid

os p

ermitirán

hacer fren

te

a los reto

s que p

lantea el co

ntro

l de A. donax m

edian

te la

adopció

n d

e decisio

nes in

form

adas.

4.1. Análisis de los factores que condicionan las actuaciones de gestión de cañaverales

4.1.1. Ámbito de actuación

Com

o se h

a indicad

o, lo

s diferen

tes méto

dos p

ara elimin

ar

cañaverales n

o p

ued

en ser ap

licados en

todas las situ

a-

ciones en

las que crece A. donax, a p

esar de q

ue p

ued

an

resultar ad

ecuad

os p

ara su co

ntro

l. La razó

n es q

ue cad

a

méto

do o

gru

po d

e méto

dos p

rovo

ca un im

pacto

determ

i-

nad

o so

bre el m

edio

(figura 1

7).

Po

r lo tan

to, an

tes de la ejecu

ción

de lo

s trabajo

s, deb

e

determ

inarse si en

el ámb

ito d

e actuació

n se lo

calizan

especies o

háb

itats de in

terés para la co

nservació

n q

ue

pu

edan

ser afectado

s po

r la actuació

n. S

i esta info

rma-

ción

n

o

se en

con

trase d

ispo

nib

le, d

eberán

realizarse

estud

ios d

e camp

o p

ara descartar la p

resencia d

e esos

valores n

aturales.

Po

r otro

lado

, deb

e tenerse en

cuen

ta la épo

ca del añ

o

para la realizació

n d

e las actuacio

nes, co

n o

bjeto

de n

o

interferir co

n la ép

oca d

e repro

du

cción

de la fau

na. E

n

la fig

ura 1

8 se in

dica el p

eriod

o q

ue g

arantiza la m

áxima

eficacia d

e los d

iferentes m

étod

os en

las con

dicio

nes d

e

clima estacio

nal q

ue caracterizan

la mayo

r parte d

e te-

rritorio

s do

nd

e A. donax crece en E

spañ

a. Co

mo

pu

ede

verse, el perio

do

de ap

licación

de alg

un

os m

étod

os p

ue-

de co

incid

ir con

el de rep

rod

ucció

n d

e la faun

a (rectán-

gu

lo d

iscon

tinu

o, fi

gu

ra 18

). Esto

pu

ede so

lventarse en

la mayo

r parte d

e los caso

s, tal y com

o se ilu

stra en lo

s

sigu

ientes ejem

plo

s:

a) Si el cañ

averal se preten

de elim

inar co

n m

étodos q

uí-

mico

s, el desb

roce p

ued

e tener lu

gar a m

ediad

os d

e agos-

to, cu

ando la m

ayoría d

e especies h

an fi

nalizad

o la ép

oca

de cría. D

e este modo, la p

rimera ap

licación d

e herb

icida

pued

e tener lu

gar 5

seman

as desp

ués, co

incid

iendo co

n

el perio

do en

el que las cañ

as activan el tran

sporte d

e

nutrien

tes al rizom

a. Los tratam

iento

s de rep

aso p

ued

en

reanudarse la p

rimavera sig

uien

te, pues el cañ

averal ya no

tendrá la cap

acidad

de aco

ger esp

ecies de fau

na.

b) S

i se aplica el m

étodo d

e cubrim

iento

(cobertu

ras opa-

cas), el prim

er desb

roce p

ued

e realizarse antes d

el inicio

de

la temporad

a de rep

roducció

n e, in

med

iatamen

te desp

ués,

pued

en co

locarse las co

bertu

ras.

c) Por ú

ltimo, si se p

retende extraer el rizo

ma, lo

s trabajo

s

pued

en ejecu

tarse duran

te los m

eses de veran

o, u

na vez

haya acab

ado la tem

porad

a de rep

roducció

n.

Figura 16. Seg

ún

el man

ejo ad

aptativo

, la evaluació

n co

ntin

ua d

e la efi-

cacia y el imp

acto d

e los m

étod

os p

ermite la revisió

n d

e los o

bjetivo

s de

gestió

n estab

lecido

s en u

na fase p

revia.

Figura 17. Clasifi

cación

de lo

s diferen

tes méto

do

s de co

ntro

l de cañ

a-

verales e imp

actos m

ás com

un

es qu

e su ap

licación

suele g

enerar. R

ojo

:

méto

do

s qu

ímico

s; violeta: m

étod

os físico

s; verde: m

étod

os m

ecánico

s;

azul: m

étod

os q

ue fo

men

tan la co

mp

etencia p

or esp

ecies nativas.

Establecimiento

de objetivos del plan de control de

A. donax

Revisión deobjetivos, prioridades y técnicas de control

Seguimiento y

evaluación delim

pacto de lasactuaciones

Implem

entación de plan de control

Evaluación y selección de

las técnicas de control

Identificación de especies que

interfieren con los objetivos del plan

Químicos

Afección a especies no objetivo (de flora o fauna) por deriva del herbicidaRiesgo de contam

inación del medio acuático

FísicosEn algunos casos, com

pleta eliminación

de la flora del medio ribereño. El sustrato

queda desprovisto de cubierta vegetal durante un periodo prolongado

Mecánicos

Profunda alteración de las riberas. Posible increm

ento de la erosión; nuevas invasiones por otras especies exóticasDesbroces reiterados m

anuales: inocuo

Fomento

competencia

Suele requerir reperfilado de las orillas; alteración inicial del m

edio. La rápida recuperación de la cubierta vegetal palía el im

pacto inicial

Page 26: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

29

4.1.2. Características del cañaveral

Las sig

uien

tes variables d

eben

ser tenid

as en cu

enta en

la prio

rización

de las actu

acion

es y en la elecció

n d

el

méto

do

o m

étod

os q

ue se em

pleen

para el co

ntro

l de

los cañ

averales:

a) El tip

o d

e cañaveral: m

on

oesp

ecífico

(form

a masas

pu

ras) o m

ixto (A. donax crece en

com

pañ

ía de veg

eta-

ción

nativa) (fi

gu

ra 19

).

b) L

a pro

ximid

ad d

el cañaveral al m

edio

acuático

.

Por o

tro lad

o, d

esde el p

unto

de vista d

e la elaboració

n

final d

e la estrategia d

e la actuació

n, será im

portan

te tener

en cu

enta:

c) La lo

calización d

e los tram

os d

e ribera d

espro

vistos d

e

cubierta veg

etal nativa y n

o in

vadid

os p

or A. donax.

La m

anera m

ás conven

iente d

e plasm

ar esta info

rmació

n

es la realización d

e una carto

grafía q

ue in

corp

ore las varia-

bles co

men

tadas, así co

mo o

tros asp

ectos q

ue afectarán

al rendim

iento

de lo

s trabajo

s —p. ej. acceso

s a las zonas

de trab

ajo, m

orfo

logía d

el terreno (p

endien

tes), pro

pied

ad

de lo

s terrenos, etc.—

Esta carto

grafía resu

ltará útil p

ara:

a) P

lanifi

car las

actuacio

nes

y asig

nar

prio

ridad

es d

e

actuació

n y m

etod

olo

gías d

e elimin

ación

a los secto

res

defi

nid

os en

fun

ción

de las variab

les citadas.

b) D

isponer d

e una in

form

ación

de b

ase sobre la situ

ación in

icial

del cañ

averal. Esto

perm

itirá rea-

lizar un seg

uim

iento

del p

rogreso

de lo

s trabajo

s.

4.1.3. Contexto social

La errad

icación d

e especies in

va-

soras q

ue h

an fo

rmad

o p

arte del

paisaje d

e un área d

uran

te siglo

s

pued

e ser pro

blem

ática. Por u

n

lado, la ciu

dad

anía co

nsid

era que

se trata de la veg

etación n

atural

del área y, p

or o

tro, su

ele ignorar

los im

pacto

s neg

ativos q

ue la es-

pecie in

vasora p

rovo

ca sobre el

háb

itat invad

ido.

Adem

ás, en el caso

de la cañ

a hay

que añ

adir o

tros facto

res:

Para el resto

de m

étodos, h

abid

a cuen

ta del p

eriodo d

e

aplicació

n ó

ptim

a sugerid

o, n

o so

n p

revisibles in

terferen-

cias con la fau

na.

Po

r otra p

arte, deb

e tenerse en

cuen

ta qu

e el méto

do

más ad

ecuad

o p

ara el contro

l de A. donax en

una situ

ación

determ

inad

a pued

e no ser ap

to d

esde el p

unto

de vista

norm

ativo. O

que, in

cluso

siéndolo

, su ap

licación p

udie-

se gen

erar un im

pacto

inco

mpatib

le con lo

s ob

jetivos d

e

con

servación

de la zo

na co

ncreta en

la qu

e vaya a tener

lug

ar la actuació

n. E

ste pu

ede ser el caso

si los trab

ajos

se desarro

llan d

entro

de u

n E

spacio

Natu

ral Pro

tegid

o

o en

el ámb

ito d

e la Red

Natu

ra 20

00

. Cu

and

o este tip

o

de

actuacio

nes

no

estén

p

revistas en

su

s resp

ectivas

no

rmas d

e gestió

n, el g

estor d

eberá recab

ar las auto

ri-

zacion

es necesarias a la au

torid

ad am

bien

tal antes d

el

com

ienzo

de las actu

acion

es.

Esto

es relevante si p

retenden

emplearse m

étodos q

uím

i-

cos. E

n esto

s casos, el g

estor d

ebe co

mpro

bar:

a) Que la ap

licación d

e herb

icida es p

osib

le desd

e el punto

de vista n

orm

ativo en

el ámbito

de actu

ación p

revisto.

b) Q

ue el fo

rmulad

o co

ncreto

que va a ap

licarse está auto

ri-

zado p

ara su u

so en

el ambien

te en el q

ue se va a in

tervenir.

El cu

adro

2 (p

ág. 4

6), p

roporcio

na in

form

ación relativa al

marco

legal p

ara el empleo

de h

erbicid

as. El cu

adro

3 (p

ág.

47) d

etalla las buen

as prácticas p

ara el empleo

de h

erbici-

das en

el contro

l de cañ

averales.

Figura 18. Feno

log

ía de A. donax y calen

dario

recom

end

ado

para la ap

licación

de lo

s diferen

tes méto

do

s

de co

ntro

l de cañ

averales. El rectán

gu

lo d

e bo

rde d

iscon

tinu

o en

glo

ba el p

eriod

o d

e repro

du

cción

de la

faun

a riparia.

SepOct

NovDic

EneFeb

Mar

AbrM

ayJun

JulAgo

EnflorEn flor

Actividad fisiológicaLatencia

Actividadfisiológica

Fenologíafenolofía

Fumigación

Fumigación

rebrote

Inyección/Im

pregnación

Inundación

Cubrimiento

Extracción rizom

a

Desbrocesreiterados

Coberturaram

as vivas

Page 27: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

30

- Se trata d

e una esp

ecie muy co

nsp

icua, q

ue la g

ente co

-

noce y vin

cula a u

n am

bien

te determ

inad

o. D

e hech

o, p

ara

much

os ciu

dad

anos, la cañ

a es la especie típ

ica del río

.

- Es u

na esp

ecie muy u

tilizada p

or el h

om

bre d

esde an

ti-

guo co

n m

últip

les finalid

ades.

- En su

contro

l se han

emplead

o h

abitu

almen

te herb

icidas.

Existe u

n fu

erte rechazo

por alg

unos secto

res de la so

ciedad

al empleo

de este tip

o d

e sustan

cias en m

edio

s natu

rales.

Por lo

tanto

, antes d

el inicio

de las actu

aciones es n

ecesa-

rio in

form

ar a las auto

ridad

es locales d

el tipo d

e actuació

n

que se p

retende ejecu

tar, de lo

s méto

dos q

ue se em

plea-

rán y d

e las precau

ciones q

ue se ad

optarán

para m

inim

izar

los im

pacto

s (cuad

ro 3

, pág

. 47).

Adicio

nalm

ente, en

colab

oració

n co

n lo

s gobiern

os lo

ca-

les, se pued

en o

rgan

izar campañ

as de d

ifusió

n d

e los im

-

pacto

s neg

ativos q

ue la cañ

a gen

era en el m

edio

ribereñ

o,

info

rman

do d

e los o

bjetivo

s de la actu

ación y d

e cuál será

el resultad

o fi

nal, u

na vez se elim

inen

los cañ

averales.

Por ú

ltimo, en

el contexto

de activid

ades co

mo la co

men

ta-

da en

el párrafo

anterio

r, pued

e recabarse la co

laboració

n d

e

la població

n y su

implicació

n en

las tareas de co

ntro

l. Por

ejemplo

, el méto

do d

e desb

roces reiterad

os es u

na técn

ica

muy sen

cilla de co

ntro

l de cañ

averales, pero

requiere u

na

importan

te cantid

ad d

e man

o d

e obra d

uran

te un p

eriodo d

e

tiempo q

ue p

ued

e ser pro

longad

o. M

ientras q

ue la p

rimera

actuació

n p

ued

e ser mecan

izada, las sig

uien

tes se pued

en

realizar man

ualm

ente. P

or ello

, este méto

do resu

lta idóneo

para q

ue la ciu

dad

anía p

ued

a particip

ar e implicarse en

una

iniciativa d

e contro

l de u

na esp

ecie invaso

ra.

4.1.4. Variables relativas a la actuación

La tip

olo

gía d

e la actuació

n p

ara el contro

l de cañ

averales

condicio

nará en

gran

med

ida la m

etodolo

gía q

ue se em

-

pleará en

su elim

inació

n. E

n co

ncreto

, los asp

ectos q

ue

convien

e tener en

cuen

ta son:

a) La d

uració

n d

e la interven

ción. E

s un asp

ecto clave, p

ues

condicio

na la p

osib

ilidad

de realizar actu

aciones d

e repaso

.

Con carácter g

eneral, si n

o es p

osib

le realizar actuacio

nes

de rep

aso en

años p

osterio

res al de la p

rimera in

terven-

ción, n

o d

eben

emplearse m

étodos q

uím

icos. E

sto se d

ebe

a que, en

la práctica, la elim

inació

n d

e A. donax med

iante

aplicació

n d

e herb

icidas req

uiere q

ue la in

tervenció

n se

pro

longue d

e 3 a 5

años (fi

gura 2

0, cu

adro

4, p

ág. 5

8).

Po

r lo tan

to, si n

o p

ued

en realizarse actu

acion

es de rep

a-

so lo

recom

end

able es o

ptar p

or m

étod

os co

n lo

s qu

e se

pu

eda lo

grar u

n 1

00

% d

e eficacia co

n u

na ú

nica in

terven-

ción

, com

o p

or ejem

plo

:

- Inu

nd

ación

.

- Fom

ento

de la co

mp

etencia m

edian

te cob

erturas d

e ra-

mas vivas.

- Cu

brim

iento

(la du

ración

del tratam

iento

se pro

lon

ga

un

os 1

8 m

eses, pero

no

requ

iere repaso

s si las cob

ertu-

ras se cub

ren co

n su

strato).

- Extracció

n d

e rizom

a y sustrato

.

Figura 19. Co

mo

parte d

e los trab

ajos p

revios a la in

tervenció

n, es im

po

rtante carto

grafi

ar los secto

res de río

ocu

pad

os p

or cañ

averales mo

no

espe-

cífico

s y los o

cup

ado

s po

r cañaverales m

ixtos. E

n esto

s últim

os, d

ebe estab

lecerse qu

é pro

po

rción

ocu

pa la veg

etación

nativa. E

sta info

rmació

n es

necesaria p

ara defi

nir u

na estrateg

ia de co

ntro

l de A. donax.

Formaciones vegetales nativas

Cañaveral mixto, con vegetación nativa

Cañaveral monoespecífico

Tramos de ribera desprovis-

tos de cubierta vegetal nativa y no invadidos por A. donax

Page 28: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

31

po

sible em

plear m

étod

os q

uím

icos o

físicos. N

o o

bstan

-

te, deb

e tenerse en

cuen

ta qu

e los p

rimero

s deb

erán se-

greg

arse en el m

edio

ripario

en fu

nció

n d

e la pro

ximid

ad

del cañ

averal a la masa d

e agu

a (cuad

ro 3

, pág

47

). Po

r

el con

trario, lo

s méto

do

s de cu

brim

iento

e inu

nd

ación

pu

eden

aplicarse a la to

talidad

de la rib

era con

excelentes

resultad

os (1

00

% efi

cacia).

También

resultaría p

osib

le la com

bin

ación d

e méto

dos.

Por

ejemplo

, tras

desb

rozar

la to

talidad

del

cañaveral,

podría cu

brirse u

na b

anda d

e segurid

ad d

e 5 m

etros d

e

anch

ura —

desd

e la orilla h

acia el interio

r del cañ

averal—

con u

na co

bertu

ra opaca. E

n las zo

nas alejad

as del ag

ua

y no cu

biertas p

odrían

fum

igarse lo

s rebro

tes. Esta co

m-

bin

ación d

e méto

dos p

ermite o

ptim

izar el coste to

tal y la

eficacia d

e la interven

ción, al tiem

po q

ue m

inim

iza el ries-

go d

e afección a la m

asa de ag

ua p

or d

eriva del h

erbicid

a.

Así, la co

bertu

ra aplicad

a a la zona en

contacto

con la o

rilla

garan

tiza la elimin

ación d

e las cañas m

ás vigoro

sas y de

más d

ifícil contro

l. Más allá d

e esta franja, la ap

licación d

e

herb

icida a lo

s rebro

tes perm

ite reducir el im

porte g

lobal

de la in

tervenció

n, p

ues el m

étodo d

e cubrim

iento

tiene u

n

coste elevad

o.

Por o

tra parte, en

el caso d

e cañaverales m

ixtos es im

por-

tante co

nservar la veg

etación n

ativa y pro

vocar la m

enor

alteración p

osib

le del m

edio

. Una co

mbin

ación d

e méto

-

dos p

ermitiría alcan

zar estos d

os o

bjetivo

s. La realizació

n

b) C

aracterísticas de lo

s trabajo

s en lo

s cuales se en

marca

la elimin

ación d

e cañaverales.

Com

o m

uestra la fi

gura 2

0, se reco

mien

da em

plear lo

s

méto

dos d

e extracción d

el rizom

a y de co

bertu

ra de ram

as

vivas cuan

do se in

tegren

en actu

aciones en

el med

io fl

uvial

que co

ntem

plen

el reperfi

lado d

e las orillas. E

n am

bos ca-

sos, p

ued

e lograrse u

n 1

00%

de efi

cacia en la elim

inació

n

del cañ

averal, pero

su co

ste de ejecu

ción y su

impacto

ini-

cial es elevado. E

sto es d

ebid

o a q

ue am

bos req

uieren

el

empleo

de m

aquin

aria, en u

n caso

para extraer el rizo

ma y

en el o

tro p

ara reperfi

lar la orilla.

En in

tervencio

nes q

ue n

o co

ntem

plen

el reperfi

lado, es p

o-

sible elim

inar el cañ

averal con m

étodos m

enos co

stoso

s y

de m

enor im

pacto

. En esto

s casos, la selecció

n d

epen

de

de o

tros facto

res, entre lo

s que d

estacan:

i) El tip

o d

e cañaveral.

ii) La p

roxim

idad

del cañ

averal a la masa d

e agua, q

ue co

n-

dicio

nará el em

pleo

de lo

s méto

dos q

uím

icos.

En el caso

de cañ

averales monoesp

ecífico

s, todos lo

s mé-

todos q

ue se su

gieren

requieren

el desb

roce p

revio d

el ca-

ñaveral, excep

to el d

e inyecció

n d

e herb

icida en

los tallo

s.

Co

mo

pu

ede verse en

la fig

ura 2

0, en

esta situació

n es

Figura 20. Méto

do

s recom

end

ado

s para la elim

inació

n d

e cañaverales en

fun

ción

de variab

les relacion

adas co

n el tip

o d

e interven

ción

y de cañ

averal y

de su

situació

n resp

ecto al m

edio

acuático

. En

las tres últim

as colu

mn

as se mu

estra la eficacia d

e cada m

étod

o —

%d

e cañas m

uertas in

du

cido

po

r un

méto

do

con

creto resp

ecto al n

úm

ero d

e inicial d

e cañas vivas—

, su co

ste de ap

licación

po

r m2 y u

na estim

ación

de la d

uració

n d

el tratamien

to.

Eficacia %Coste €/m

2Duración

100-9110-12,5

10015,8

829,05/3,85

100

100

10,95

8,01

931,89

940,86

829,05/3,85

Noevaluado

Noevaluado

931,89

Extracción rizomas

Cobertura ramas

Impregnación/inyección

Cubrimiento

Inundación

Fumigación rebrote

Fumigación cañaveral

Impregnación/inyección

Desbroces reiterados

Fumigación rebrote

Cerca delagua

A partir de 5 m

de la orilla

No vinculados a m

edios acuáticos

Cerca delagua

A partir de 5 m

de la orilla

Cañaveralesm

onoespecíficos

Cañaveralesm

ixtos

Intervención sin reperfiladode la ribera

Intervención con reperfilado de la ribera

....

....

....

....

Page 29: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

32

de d

esbro

ces reiterados p

odría co

mbin

arse con la p

lanta-

ción d

e especies rip

arias arbustivas (p

. ej. Salix sp. p

l.) por

su cap

acidad

para red

ucir la exp

ansió

n y p

roductivid

ad d

e

la caña (ap

artado 3

.2.2

.).

Po

r últim

o, si resu

lta po

sible y se d

eciden

emp

lear mé-

tod

os q

uím

icos en

cañaverales m

ixtos, d

eberán

tom

arse

tod

as las precau

cion

es para evitar afectar a la veg

eta-

ción

nativa. P

or ejem

plo

, los arb

usto

s de esp

ecies re-

bro

tado

ras pu

eden

cub

rirse con

lon

as plásticas d

uran

te

las aplicacio

nes d

e herb

icida. A

dem

ás, para m

inim

izar

las aplicacio

nes d

e pro

du

ctos q

uím

icos se reco

mien

da

el emp

leo secu

encial d

e diferen

tes méto

do

s. Así, tras

un

tratamien

to q

uím

ico in

icial, med

iante fu

mig

ación

de

los reb

rotes, u

na vez realizad

as las tres aplicacio

nes q

ue

pro

vocan

la mu

erte de ap

roxim

adam

ente el 9

3%

de las

cañas, lo

s sucesivo

s repaso

s po

drían

con

sistir en u

na

reiteración

de d

esbro

ces man

uales y d

e extracción

con

herram

ientas m

anu

ales del rizo

ma. E

stas tareas se ven

facilitadas p

or el h

echo

de q

ue el cañ

averal estará mu

erto

en su

mayo

r parte.

De lo

anterio

r se ded

uce q

ue la m

ejor o

pció

n p

ara el con-

trol d

e cañaverales rara vez será la u

tilización d

e un ú

nico

méto

do y q

ue, co

n o

bjeto

de red

ucir lo

s impacto

s sobre el

med

io, el co

ste y el impacto

final d

e la actuació

n, es reco

-

men

dab

le com

bin

arlos y estar ab

ierto a in

troducir m

odifi

-

caciones en

su u

tilización. E

n este sen

tido, d

ebe ten

erse

presen

te que la g

estión d

e cañaverales es u

na activid

ad

relativamen

te reciente, p

or lo

que es p

osib

le intro

ducir

mejo

ras en lo

s méto

dos q

ue se su

gieren

en este m

anual,

de m

odo q

ue se lo

gren

pro

toco

los m

ás eficaces y resp

e-

tuoso

s con el m

edio

.

c) Presu

puesto

disp

onib

le para llevar a cab

o las actu

a-

cion

es.

El co

ste de ap

licación p

or u

nid

ad d

e superfi

cie de lo

s dis-

tinto

s méto

dos d

e contro

l difi

ere de m

anera im

portan

te

(figura 2

0). E

n g

eneral, lo

s méto

dos q

uím

icos so

n lo

s de

men

or co

ste, seguid

os p

or lo

s físicos. E

n el o

tro extrem

o

se sitúan

los m

ecánico

s y de fo

men

to d

e la com

peten

cia.

Por lo

tanto

, el presu

puesto

disp

onib

le pued

e condicio

nar

la posib

ilidad

de ap

licar unos u

otro

s.

Pero

el coste d

e los m

étodos d

ebe ser an

alizado en

funció

n

de su

eficacia, q

ue tam

bién

varía de m

anera sig

nifi

cativa.

Así, alg

unos p

ermiten

la elimin

ación d

el cañaveral co

n u

na

interven

ción —

los in

cluid

os en

el círculo

C, fi

gura 2

1—

,

mien

tras que o

tros req

uieren

que la actu

ación se p

rolo

n-

gue vario

s años —

todos lo

s méto

dos q

uím

icos—

deb

ido

a su m

enor efi

cacia. Por o

tro lad

o, el círcu

lo B

englo

ba tres

tratamien

tos d

e coste relativam

ente elevad

o y efi

cacia baja

o in

termed

ia. Esto

perm

ite sugerir, d

e acuerd

o co

n la exp

e-

riencia o

bten

ida en

las actuacio

nes realizad

as, que d

ebería

optarse p

referentem

ente p

or lo

s méto

dos in

cluid

os en

los

círculo

s A o

C, a m

enos q

ue fu

ese deseab

le el empleo

de

los in

cluid

os en

B p

or o

tros asp

ectos (p

. ej. impacto

sobre

el med

io).

4.2. Definición de objetivos y planificación de los trabajos

Co

n la in

form

ación

ob

tenid

a en lo

s trabajo

s previo

s re-

sulta p

osib

le:

· Defi

nir u

no

s ob

jetivos b

asado

s en el estad

o q

ue d

esee-

mo

s para cad

a zon

a de actu

ación

. El estab

lecimien

to d

e

un

ob

jetivo su

po

nd

rá qu

e se ha id

entifi

cado

la necesid

ad

de llevar a cab

o u

na actu

ación

de co

nservació

n y q

ue se

ha evalu

ado

su viab

ilidad

.

· Elab

orar u

na estrateg

ia con

las actuacio

nes n

ecesarias

para alcan

zar los o

bjetivo

s.

· Estab

lecer un

os in

dicad

ores q

ue p

ermitan

evaluar las

actuacio

nes.

a) Defi

nició

n d

e objetivo

s.

La U

nió

n In

ternacio

nal p

ara la Co

nservació

n d

e la Natu

-

raleza (UIC

N) reco

mien

da q

ue, siem

pre q

ue sea viab

le, la

erradicació

n es la m

ejor estrateg

ia de g

estión

para h

acer

frente a las esp

ecies exóticas in

vasoras. E

sto es p

osib

le

en las etap

as iniciales d

e la invasió

n, cu

and

o las p

ob

la-

cion

es son

peq

ueñ

as o están

mu

y localizad

as.

En el caso

de A. donax, estas situ

aciones se d

an so

lo p

un-

tualm

ente. L

a realidad

es que, a m

edid

a que au

men

ta la

escala de la in

tervenció

n, la d

ificu

ltad d

e lograr la erra-

dicació

n d

e A. donax se increm

enta d

e modo q

ue p

ued

e

llegar a h

acerse difícilm

ente alcan

zable. A

esto co

ntrib

uye

la pro

pia b

iolo

gía y eco

logía d

e la caña, p

ero tam

bién

las

características del m

edio

y las limitacio

nes q

ue im

ponen

los facto

res que se h

an an

alizado en

apartad

os p

revios.

Una m

anera ad

ecuad

a de p

roced

er en el caso

de las in

ter-

vencio

nes d

e elimin

ación d

e cañaverales a escalas m

edias

y gran

des co

nsiste en

establecer secto

res hom

ogén

eos en

cuan

to al tip

o d

e cañaveral y al m

edio

físico q

ue lo

s sus-

tenta a p

artir de la carto

grafía realizad

a com

o p

arte de lo

s

trabajo

s previo

s. Una vez co

ncretad

os, se d

eberá asig

nar

un o

bjetivo

a cada u

no d

e ellos en

funció

n d

e:

Page 30: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

33

dien

tes suaves y d

e sustrato

hom

ogén

eo es m

ás fácil y

perm

ite mejo

rar el rendim

iento

.

· Norm

as aplicab

les: la norm

ativa pued

e imped

ir la utiliza-

ción d

e un m

étodo d

e contro

l de cañ

as a priori adecu

ado a

favor d

e otro

más co

stoso

o m

enos efi

caz.

· Duració

n d

e la actuació

n: la p

osib

ilidad

de efectu

ar repa-

sos en

años p

osterio

res contrib

uye al éxito

de cu

alquier

iniciativa d

e contro

l de esp

ecies invaso

ras y, en esp

ecial

de la cañ

a.

· Presu

pu

esto: las lim

itacion

es presu

pu

estarias sup

on

-

drán

la imp

osib

ilidad

de em

plear cierto

s méto

do

s de m

a-

yor co

ste a favor d

e otro

s más eco

mico

s, pero

tal vez

no

adecu

ado

s po

r aspecto

s sociales (rech

azo) o

no

rma-

tivos (p

roh

ibició

n).

· Asp

ectos so

ciales: el com

pro

miso

de lo

s dirig

entes lo

ca-

les y el apoyo

social a la in

iciativa favorece la co

nsecu

ción

de lo

s objetivo

s, hasta el p

unto

de p

oder co

ntar co

n la ayu

-

da d

e volu

ntario

s en la realizació

n d

e ciertas tareas.

ii) Para d

etermin

ar el ben

eficio

para la b

iodiversid

ad d

e

una actu

ación d

e contro

l de p

lantas in

vasoras d

ebe eva-

- La p

robab

ilidad

de éxito

de la actu

ación.

- El b

enefi

cio p

ara la bio

diversid

ad.

- Su co

ste.

i) Para estim

ar la pro

bab

ilidad

de éxito

de u

na actu

ación

de errad

icación d

e A. donax hay q

ue ten

er en cu

enta lo

s

factores q

ue facilitan

y difi

cultan

las actuacio

nes. E

ntre lo

s

que d

e man

era hab

itual co

ndicio

nan

el resultad

o d

e este

tipo d

e trabajo

s podem

os citar lo

s siguien

tes:

· Tip

o d

e cañaveral: lo

s mu

y con

solid

ado

s (mu

y den

sos)

e instalad

os en

med

ios rico

s en recu

rsos so

n d

ifíciles

de errad

icar po

r el gran

vigo

r qu

e exhib

en las p

lantas

en estas situ

acion

es. Es el caso

de la fran

ja de cañ

averal

qu

e crece en lo

s do

s prim

eros m

etros en

con

tacto co

n el

agu

a. Po

r el con

trario, lo

s cañaverales in

cipien

tes en m

e-

dio

s relativamen

te alejado

s del ag

ua serán

más sen

cillos

de errad

icar.

· Acceso

al área de trab

ajo: el acceso

sencillo

facilita las

tareas e increm

enta su

rendim

iento

, especialm

ente si se

requiere el tran

sporte d

e gran

cantid

ad d

e material (p

. ej.

las cobertu

ras en lo

s méto

dos d

e cubrim

iento

).

· Características d

el med

io: el trab

ajo en

riberas d

e pen

-

Figura 21. Efi

cacia de lo

s diferen

tes méto

do

s para el co

ntro

l de cañ

averales en fu

nció

n d

e su co

ste en €

/m2. S

ímb

olo

s rojo

s, méto

do

s qu

ímico

s; violeta,

físicos; verd

e, mecán

icos; azu

l, fom

ento

de la co

mp

etencia. L

a flech

a represen

ta un

grad

iente d

e “ido

neid

ad”. A

sí, el méto

do

ideal co

mb

inaría u

n b

ajo

coste d

e aplicació

n, u

na elevad

a eficacia y u

n b

ajo im

pacto

sob

re el med

io.

Eficacia %

10

0

95

90

85

80

0 2

4 6

8 1

0 1

2 1

4 1

6 1

8

Inu

nd

ación

Cu

brim

iento

Co

bertu

ra de

ramas

Extracció

n rizo

ma

+ su

strato

Fum

igació

n cañ

averal

Fum

igació

n

rebro

te

Inyecció

n

herb

icida

Imp

regn

ación

po

st-corte

Extracció

n rizo

ma +

cribad

o

Coste €/m2

A

C

B

Page 31: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

34

luarse cu

ál sería la evolu

ción d

el med

io q

ue las su

stenta si

no se in

terviene. P

or ejem

plo

, un cañ

averal monoesp

ecífi-

co y co

nso

lidad

o m

ostrará p

oco

s cambio

s en su

estado a

lo larg

o d

el tiempo. P

or el co

ntrario

, en u

n cañ

averal mixto

en el q

ue so

breviven

fragm

ento

s de veg

etación n

ativa, la

interven

ción p

ermitirá evitar su

expan

sión y co

ntrib

uirá a

la regen

eración d

e las com

unid

ades veg

etales autó

ctonas.

Por lo

tanto

, el ben

eficio

para la b

iodiversid

ad d

el segundo

escenario

será mayo

r.

iii) El co

ste de la actu

ación ven

drá d

etermin

ado p

or el m

éto-

do q

ue h

aya decid

ido em

plearse, p

ero tam

bién

por lo

s fac-

tores q

ue co

ndicio

nan

la pro

bab

ilidad

de éxito

, que p

ued

en

increm

entarlo

notab

lemen

te. A ig

uald

ad d

e pro

bab

ilidad

de

éxito y b

enefi

cio p

ara la bio

diversid

ad en

tre dos actu

acio-

nes, d

ebe o

ptarse p

or la actu

ación d

e men

or co

ste.

Por lo

tanto

, el objetivo

de las actu

aciones d

ebe ten

der a

la erradicació

n en

situacio

nes en

las que el b

enefi

cio p

ara

la bio

diversid

ad y la p

robab

ilidad

de éxito

es elevado y el

coste en

conco

rdan

cia con el p

resupuesto

disp

onib

le. Por

el contrario

, el establecim

iento

de lo

s objetivo

s deb

erá te-

ner en

cuen

ta las razones p

ara actuar y p

ara no h

acerlo

cuan

do el b

enefi

cio p

ara la bio

diversid

ad d

e la actuació

n

sea bajo

. Por ú

ltimo, en

situacio

nes en

las que la p

robab

i-

lidad

de éxito

sea baja y el co

ste alto, d

eberá aseg

urarse

la disp

onib

ilidad

de recu

rsos su

ficien

tes para llevar a b

uen

términ

o u

na actu

ación cu

ya duració

n p

ued

e ser pro

longa-

da en

el tiempo.

b) E

laboració

n d

e una estrateg

ia.

La co

mplejid

ad d

e los trab

ajos d

e elimin

ación d

e A. donax su

ele aum

entar co

n la escala d

e la interven

ción. L

a razón

es que lo

s diferen

tes tramos d

e río alb

ergan

cañaverales

que d

ifieren

en su

coste d

e elimin

ación, la p

robab

ilidad

de éxito

de lo

s trabajo

s o el b

enefi

cio p

ara la bio

diversi-

dad

que ésto

s suponen

. Por lo

tanto

, se hace n

ecesaria

elaborar u

na estrateg

ia en la q

ue se ten

gan

en cu

enta lo

s

siguien

tes aspecto

s:

i) La in

tervenció

n d

ebe co

men

zar en las áreas m

enos in

vadi-

das p

or A. donax, y avan

zar grad

ualm

ente h

acia el núcleo

de

la invasió

n, n

o sin

antes h

aber lo

grad

o la restau

ración d

e las

prim

eras, com

o su

giere B

radley (1

997) en

el méto

do q

ue

lleva su n

om

bre p

ara el contro

l de p

lantas in

vasoras.

Figura 22. Transició

n esq

uem

ática desd

e un

bo

squ

e ripario

a un

cañaveral m

on

oesp

ecífico

, den

so y co

nso

lidad

o, p

asand

o p

or u

na zo

na d

espro

vista

de veg

etación

nativa en

la qu

e A. donax se expan

de activam

ente. L

a flech

a roja in

dica u

n g

radien

te de d

ispo

nib

ilidad

de recu

rsos, m

ás abu

nd

antes en

la cercanía d

e la masa d

e agu

a. La fl

echa g

ris ind

ica cóm

o d

eben

pro

gresar lo

s trabajo

s de co

ntro

l de cañ

averales, desd

e las zonas p

oco

invad

idas a

los secto

res en lo

s qu

e la ocu

pació

n d

e la ribera fl

uvial es m

ás inten

sa.

Formaciones vegetales nativas

Cañaveral mixto, con vegetación nativa

Cañaveral monoespecífico

+=

a) Los trab

ajos d

e elimin

ación d

eben

prio

rizar la interven

ción en

las

áreas men

os alterad

as, elimin

ando p

oblacio

nes satélite, y p

rogresar

hacia las m

ás invad

idas (cañ

averales más co

nso

lidad

os).

b) L

os trab

ajos d

eben

alterar el med

io lo

imprescin

dib

le para evitar

nuevas in

vasiones, y m

anten

er los resto

s de veg

etación n

ativa.

Mayor consolidación

Mayor productividad cerca de

la orilla

Mayor dificultad de

eliminación

Medios sin com

petencia y recursos abundantes (m

ás en A que en B) susceptibles de ser invadidos por procesos de expansión

del cañaveral

Poblaciones satélite. Elim

inación prioritaria

Page 32: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

35

y la pro

bab

ilidad

de éxito

de estas accio

nes será siem

pre

mayo

r que el d

e nuevas actu

aciones, y su

coste m

enor.

iii) En g

eneral, las actu

acion

es de elim

inació

n d

e caña-

verales d

eben

co

men

zar p

or

aqu

ellos

situad

os

agu

as

arriba, y p

roced

er agu

as abajo

. Las actu

acion

es de co

n-

trol d

e estas form

acion

es vegetales su

elen g

enerar ab

un-

dan

tes fragm

ento

s (de cañ

as o d

e rizom

a) con cap

acidad

para d

ar lugar a n

uevas p

lantas. E

stos frag

men

tos, al ser

arrastrados p

or el río

, pued

en alcan

zar tramos d

e riberas

no in

vadid

os y o

rigin

ar nuevo

s foco

s de in

vasión.

c) Estab

lecimien

to d

e indicad

ores p

ara el seguim

iento

de

las actuacio

nes.

Duran

te la ejecució

n d

e los trab

ajos, es co

nven

iente reali-

zar una evalu

ación d

e la eficacia d

e los m

étodos d

e contro

l

que se u

tilicen. D

e este modo, será p

osib

le valorar si co

n-

viene seg

uir ap

licándolo

s com

o se ven

ía hacien

do, in

tro-

ducir m

odifi

caciones o

cambiar d

e méto

do (m

anejo

adap

-

tativo). C

on este fi

n, se su

giere u

n p

roced

imien

to sen

cillo

basad

o en

el establecim

iento

de p

arcelas de seg

uim

iento

en lo

s distin

tos secto

res, con su

s respectivo

s contro

les.

Las p

arcelas pued

en ten

er un tam

año d

e 2 x 2

m, tan

to

para el tratam

iento

com

o p

ara el contro

l. Esta ú

ltima d

e-

berá lo

calizarse en u

na zo

na p

róxim

a a la otra, p

ero lo

su-

ficien

temen

te alejada co

mo p

ara no verse afectad

a por el

tratamien

to. A

ntes d

el inicio

de lo

s trabajo

s deb

e contarse

el núm

ero d

e cañas vivas —

sólo

las vivas— p

resentes en

cada p

arcela. El seg

uim

iento

que se su

giere co

nsiste en

un

conteo

de lo

s bro

tes vivos p

resentes en

las parcelas an

tes

de cad

a tratamien

to.

La g

ráfica d

e la figura 2

3 refl

eja

las experien

cias con d

os m

étodos

que d

ifieren

en el m

odo d

e aplica-

ción d

el herb

icida so

bre lo

s bro

tes

que ap

arecen tras el d

esbro

ce del

cañaveral: fu

mig

ación e im

preg

na-

ción. E

l seguim

iento

puso

de m

a-

nifi

esto q

ue am

bos m

étodos p

ro-

vocab

an el efecto

esperad

o q

ue se

traducía en

una d

ismin

ució

n d

el

núm

ero d

e tallos vivo

s respecto

a

su n

úm

ero in

icial con cad

a trata-

mien

to d

e repetició

n. P

or el co

n-

trario, en

las parcelas co

ntro

l se

pro

dujo

un in

cremen

to d

e la den

-

sidad

de tallo

s en u

n 1

5%

que se

man

tuvo

más o

men

os co

nstan

te

duran

te las experien

cias.

De este m

od

o, en

un

med

io rib

ereño

com

o el rep

resen-

tado

en la fi

gu

ra 22

, los trab

ajos d

e con

trol d

eberían

com

enzar en

los secto

res qu

e con

servasen lo

s mejo

res

restos d

e vegetació

n n

ativa, elimin

and

o las p

ob

lacion

es

incip

ientes co

mo

parte d

e un

ob

jetivo d

e erradicació

n y

pro

gresar en

el sentid

o q

ue in

dica la fl

echa g

ris. Se h

a

dem

ostrad

o q

ue lo

s peq

ueñ

os fo

cos d

e especies in

va-

soras se exp

and

en a tasas m

ás elevadas q

ue lo

s gran

-

des (M

oo

dy y M

ack 19

88

a, b). P

or lo

tanto

, com

o su

elimin

ación

es más sen

cilla, plan

tear los trab

ajos d

e este

mo

do

sup

on

e un

a inversió

n red

ucid

a qu

e resulta ren

table

a largo

plazo

. Se trata p

ues, d

e prio

rizar las actuacio

nes

con

mayo

r pro

bab

ilidad

de éxito

, men

or co

ste y mayo

r

ben

eficio

para la b

iod

iversidad

.

ii) Frente al co

mien

zo d

e actuacio

nes en

nu

evas áreas

de u

na cu

enca in

vadid

a, deb

en p

riorizarse siem

pre las

actuacio

nes d

e repaso

. Éstas tien

en u

n b

ajo co

ste en co

m-

paració

n co

n la actu

ación in

icial —ver ap

artado 5

.4. A

nálisis

de co

stes—, p

ero so

n im

portan

tes para la co

nso

lidació

n d

e

su efi

cacia. Por lo

tanto

, el ben

eficio

para la b

iodiversid

ad

Figura 23. El recu

ento

de lo

s bro

tes (a) tras la aplicació

n d

e los m

étodos d

e contro

l y la com

paració

n co

n

el núm

ero in

icial de cañ

as vivas, perm

ite un seg

uim

iento

sencillo

de la efi

cacia de lo

s trabajo

s. Esto

s dato

s

pued

en rep

resentarse g

ráficam

ente, co

mo en

este ejemplo

(b) q

ue m

uestra el efecto

de 3

aplicacio

nes

secuen

ciales de h

erbicid

a med

iante fu

mig

ado o

impreg

nació

n. Im

agen

: DG

A (M

AG

RA

MA

) – T

RA

GS

A.

ab Número de cañas emrgentes

25

0

22

5

20

0

17

5

15

0

12

5

10

0

75

50

250

Fum

igació

n reb

rote

Imp

regn

ación

po

st-corte

nº in

iciald

esbro

ce1

ª aplicació

n2

ª aplicació

n3

ª aplicació

n

Page 33: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

36

Asim

ismo, resu

ltará de g

ran u

tilidad

disp

oner d

e foto

gra-

fías del área d

e actuació

n an

tes de lo

s trabajo

s, y contin

uar

realizándolas en

las distin

tas fases de la in

tervenció

n (fi

gu-

ra 24). L

a elimin

ación d

el cañaveral es co

mpleja y req

uiere

una can

tidad

consid

erable d

e esfuerzo

y tiempo. Tran

scu-

rrido u

nos m

eses, se tiende a o

lvidar la situ

ación in

icial y a

creer que las actu

aciones realizad

as no p

roducen

el efecto

desead

o. L

as imág

enes d

el estado in

icial contrib

uyen

a pa-

liar estas decep

ciones tran

sitorias q

ue in

evitablem

ente se

pro

ducen

en el tran

scurso

de la in

tervenció

n.

Figura 24 . Asp

ecto d

e un

a de las zo

nas d

e actuació

n (R

iu V

erd, M

assalavés, Valen

cia) antes (arrib

a) y du

rante (ab

ajo) la in

tervenció

n d

e con

trol d

el

cañaveral. Im

ágen

es: Gen

eralitat Valen

ciana.

Page 34: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

37

Finalm

ente, co

nvien

e incid

ir sob

re la necesid

ad d

e qu

e

tod

a estrategia d

e con

trol d

e A. donax inclu

ya trabajo

s

de restau

ración

de las co

mu

nid

ades rip

arias nativas y n

o

solo

la extirpació

n d

e la especie exó

tica.

La elevad

a pro

ductivid

ad d

e A. donax pro

voca q

ue lo

s ca-

ñaverales exclu

yan p

or co

mpeten

cia a la vegetació

n n

ativa.

Si esto

se com

bin

a con el im

pacto

de alg

unos m

étodos

de co

ntro

l de la cañ

a, el resultad

o fi

nal es q

ue la elim

ina-

ción d

e un cañ

averal den

so su

ele tener co

mo resu

ltado

unas rib

eras desp

rovistas d

e vegetació

n y vu

lnerab

les a

fenóm

enos ero

sivos o

a la reinvasió

n p

or o

tras especies

exóticas (fi

gura 2

5).

Por to

do lo

anterio

r, el objetivo

de elim

inació

n d

e la es-

pecie in

vasora d

ebería llevar ap

arejado la restau

ración las

riberas, co

n vistas a la recu

peració

n d

el funcio

nam

iento

del eco

sistema y al in

cremen

to d

e su resisten

cia frente a

nuevas in

vasiones (fi

gura 2

6).

Figura 25 . La elim

inació

n d

e A. donax con

algu

no

s méto

do

s tiene co

mo

resultad

o la g

eneració

n d

e un

espacio

desp

rovisto

de veg

etación

y vuln

e-

rable a la co

lon

ización

po

r otras esp

ecies exóticas, co

mo

Ricinus comm

unis. Imag

en: D

GA

(MA

GR

AM

A) –

TR

AG

SA

.

Figura 26. Rep

resentació

n esq

uem

ática de las características eco

lóg

icas de lo

s med

ios rip

arios co

n veg

etación

nativa e in

vadid

os p

or A. donax y p

apel

qu

e jueg

a la restauració

n d

e las riberas y la d

ispersió

n y co

lon

ización

po

r la especie in

vasora en

el paso

de u

no

a otro

estado

.

Medios riparios con vegetación nativa

- Elevad

a diversid

ad veg

etal y anim

al

- Men

or co

nsu

mo

de ag

ua q

ue lo

s cañaverales

- Co

nd

icion

es favorab

les para la fau

na acu

ática

- Resisten

te al fueg

o, m

eno

s com

bu

stible q

ue la

vegetació

n d

e su en

torn

o

- Geo

metría d

el cauce en

equ

ilibrio

din

ámico

Medios riparios invadidos por A. donax

- Diversid

ad veg

etal y anim

al redu

cida

- Co

nsu

mo

de ag

ua in

cremen

tado

respecto

a

form

acion

es vegetales rip

arias nativas

- Co

nd

icion

es men

os favo

rables p

ara la faun

a

piscíco

la

- Form

ación

vegetal in

flam

able

- Geo

metría d

el cauce in

estable, cap

acidad

desag

üe d

ismin

uid

a, excavación

del cau

ce,

desco

nexió

n río

-med

io rip

ario

La d

ispersió

n o

la expan

sión

del

cañaveral p

rovo

ca la invasió

n

de n

uevo

s tramo

s

La elim

inació

n d

el cañaveral

y la restauració

n d

el med

io

ribereñ

o revierten

la situació

n

y con

tribu

yen a p

revenir

nu

evas invasio

nes

Page 35: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

39

MÉTODOS DE CONTROL

5.1. Descripción de los métodos

En esta secció

n d

el man

ual se p

roporcio

na u

na exp

licación

de lo

s méto

dos q

ue p

osib

ilitan el co

ntro

l de cañ

averales. La

info

rmació

n q

ue se o

frece es el resultad

o d

e la experien

cia

acum

ulad

a a lo larg

o d

e varios añ

os d

e gestió

n d

e estas

form

aciones veg

etales exóticas en

distin

tos p

unto

s del te-

rritorio

nacio

nal, co

n en

sayos realizad

os p

or el M

inisterio

de A

gricu

ltura, A

limen

tación y M

edio

Am

bien

te (MA

GR

A-

MA

) y la Conselleria d

e Infraestru

cturas, Territo

rio y M

edio

Am

bien

te. También

se discu

ten y se in

cluyen

aquí lo

s re-

sultad

os d

e los trab

ajos realizad

os p

or o

tros o

rgan

ismos o

investig

adores d

e Esp

aña u

otras p

artes del m

undo q

ue h

an

llevado a cab

o exp

eriencias sem

ejantes. E

n n

uestro

s ensa-

yos se evalu

aron to

dos lo

s méto

dos q

ue se d

escriben

—a

excepció

n d

el de d

esbro

ces reiterados—

sobre cañ

averales

que crecían

en co

ndicio

nes n

aturales.

El o

bjetivo

que se h

a perseg

uid

o es el d

e pro

porcio

nar u

na

info

rmació

n o

bten

ida en

condicio

nes reales d

e campo, co

n-

trastada siem

pre q

ue h

a sido p

osib

le con o

tras experien

-

cias, y con u

n n

ivel de d

etalle suficien

te para p

ermitir a lo

s

gesto

res la puesta en

march

a de actu

aciones sem

ejantes.

Por o

tra parte, tam

bién

se han

analizad

o lo

s méto

dos q

ue,

en co

ntra d

e lo q

ue co

múnm

ente se cree, n

o co

nducen

al

contro

l de lo

s cañaverales, co

n la fi

nalid

ad d

e evitar que se

sigan

llevando a cab

o trab

ajos d

e contro

l inefi

caces.

Los m

étodos q

ue se d

escriben

se pued

en clasifi

car en cu

a-

tro g

rupos, seg

ún el sig

uien

te esquem

a (figura 2

7):

a) Quím

icos: recu

rren al em

pleo

de h

erbicid

as sistémico

s

—que so

n ab

sorb

idos p

or las h

ojas y tran

sportad

os p

or

el floem

a— p

ara pro

vocar la m

uerte d

e los rizo

mas d

e la

caña y su

s raíces.

b) Físico

s: hacen

uso

de co

bertu

ras opacas q

ue im

pid

en q

ue

la caña realice la fo

tosín

tesis y pro

vocan

su m

uerte, en

tre

otras co

sas, por ag

otam

iento

de las reservas d

el rizom

a.

c) Mecán

icos: elim

inan

el cañaveral m

edian

te la extracción

del rizo

ma d

el sustrato

o b

ien so

metién

dolo

a una reitera-

ción d

e desb

roces.

d) Fo

men

to co

mpeten

cia: inducen

el deb

ilitamien

to in

icial

del cañ

averal med

iante d

esbro

ces sucesivo

s al tiempo q

ue

increm

entan

la com

peten

cia que o

frecen esp

ecies riparias

arbustivas n

ativas plan

tadas en

marco

s muy d

enso

s.

Figura 27. Méto

do

s de co

ntro

l de cañ

averales descrito

s en este m

anu

al.

Químicos

1) Fumigación cañaverales

2) Fumigación rebrotes

3) Impregnación post-corte

4) Inyección herbicida tallo

Físicos5) Cubrim

iento6) Inundación cañaveral

Mecánicos

7) Extracción rizoma

8) Desbroces reiterados

Fomento

competencia

9) Cobertura ramas vivas

Page 36: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

40

a) MÉTO

DO

S QU

ÍMICO

S

En este ap

artado se d

escriben

cuatro

méto

dos q

ue d

ifieren

en el m

odo en

que el h

erbicid

a se aplica a lo

s tallos d

e A. donax, lo

que tien

e consecu

encias tan

to so

bre su

eficacia

com

o so

bre su

s posib

ilidad

es de ap

licación, en

funció

n d

e

las características del m

edio

. Esto

s méto

dos so

n:

1. Fu

mig

ación

de cañ

averales

2. Fu

mig

ación

de reb

rotes.

3. Im

preg

nació

n p

ost-co

rte.

4. In

yección

de h

erbicid

a en el tallo

.

Para la realizació

n d

e estos trab

ajos, es n

ecesario o

bservar

una serie d

e aspecto

s relativos a:

a) La p

rotecció

n d

e los o

perario

s encarg

ados d

e la aplicació

n.

b) E

l marco

norm

ativo q

ue reg

ula el u

so d

e herb

icidas.

c) Las b

uen

as prácticas p

ara su em

pleo

.

Esta in

form

ación se p

roporcio

na al fi

nal d

e esta sección en

los cu

adro

s de texto

2, 3

y 4, resp

ectivamen

te.

Por o

tro lad

o, d

ebe ten

erse en cu

enta q

ue lo

s méto

dos

de co

ntro

l quím

ico, esp

ecialmen

te los q

ue su

ponen

fu-

mig

ación d

el herb

icida, p

ued

en afectar a o

tras especies o

com

ponen

tes del eco

sistema p

or d

eriva o vo

latilización d

el

pro

ducto

emplead

o. P

or esta razó

n, su

aplicació

n d

ebe ir

preced

ida d

e un estu

dio

previo

que d

etermin

e la vuln

erabi-

lidad

del m

edio

y de su

s com

ponen

tes a estas sustan

cias.

Frente a lo

s inco

nven

ientes co

men

tados, lo

s méto

dos q

uí-

mico

s presen

tan co

mo ven

taja el hech

o d

e no in

cremen

tar

la vuln

erabilid

ad d

el terreno a la ero

sión y n

o g

enerar resi-

duos veg

etales que h

ayan d

e ser transp

ortad

os o

gestio

-

nad

os, p

ues lo

s tallos d

e las cañas d

esbro

zadas o

cortad

as

pued

en in

corp

orarse al su

strato, p

revia trituració

n, co

mo

enm

ienda o

rgán

ica.

Por lo

que se refi

ere a los h

erbicid

as com

erciales que

pued

en em

plearse, se reco

mien

dan

los fo

rmulad

os cu

yo

prin

cipio

activo sea el g

lifosato

(Jimén

ez et al. 2011) q

ue

pued

an ser em

plead

os en

med

ios rip

arios, d

e acuerd

o co

n

nuestras exp

eriencias (cu

adro

1).

1. Fumigación de cañaverales

El m

étodo: consiste en

la aplicació

n d

e un h

erbicid

a sisté-

mico

med

iante fu

mig

ación a la p

arte aérea de A. donax en

cañaverales n

o d

esbro

zados.

Época idónea: desp

ués d

e la floració

n d

e A. donax, a final

del veran

o o

prin

cipio

del o

toño.

Procedimiento: p

ara la fum

igació

n d

e cañaverales sin

des-

bro

zar se recom

ienda el em

pleo

de p

ulverizad

ores h

idráu

-

licos (a) o

carretillas fito

sanitarias (b

) (figura 2

8 y 2

9).

Cu

and

o el cañ

averal sea mu

y extenso

es recom

end

able

abrir p

asillos p

or lo

s qu

e pu

eda tran

sitarse, de m

od

o

qu

e se log

re un

a aplicació

n d

el herb

icida h

om

og

énea.

Si es p

osib

le, el cañaveral n

o d

ebe d

esbro

zarse du

rante

el prim

er año

para lo

grar la m

áxima efi

cacia, ya qu

e el

desb

roce estim

ula la p

rod

ucció

n d

e nu

evos tallo

s. En

la

práctica, el cañ

averal deb

ería elimin

arse ún

icamen

te en el

caso d

e qu

e sea lo su

ficien

temen

te den

so co

mo

para d

i-

ficu

ltar la regen

eración

de la veg

etación

riparia au

tócto

na

o si p

ued

e sup

on

er un

riesgo

de in

cend

io o

du

rante las

crecidas d

e los río

s.

Efectos no deseados: deriva d

el herb

icida y afecció

n a es-

pecies n

o o

bjetivo

o al m

edio

acuático

.

Eficacia: 94%

de lo

s tallos m

uerto

s respecto

a la situació

n

inicial co

n tres ap

licaciones (cu

adro

4).

Adecuado para: cañaverales m

on

oesp

ecífico

s alejado

s

del ag

ua.

Figura 28. Para la fu

mig

ación

de cañ

averales sin d

esbro

zar deb

en em

-

plearse p

ulverizad

ores h

idráu

licos (a) o

carretillas fito

sanitarias (b

). Ima-

gen

: DG

A (M

AG

RA

MA

) – T

RA

GS

A.

b a

Page 37: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

41

Con o

bjeto

de d

etermin

ar qué p

rincip

io activo

era el más

eficaz p

ara el contro

l de A. donax se ap

licaron d

iferentes

herb

icidas m

edian

te fum

igació

n a reb

rotes resu

ltado d

e

un d

esbro

ce previo

del cañ

averal.

Para lo

s 5 h

erbicid

as se realizaron 3

aplicacio

nes co

n las

dosis in

dicad

as en la tab

la 1 a in

tervalos d

e 21 d

ías. La

prim

era fum

igació

n tu

vo lu

gar 2

1 d

ías tras el desb

roce

del cañ

averal, en m

ayo.

El h

erbicid

a que in

dujo

una m

ayor d

ismin

ució

n en

el

núm

ero d

e cañas vivas d

e los cin

co en

sayados fu

e la

form

ulació

n a b

ase de g

lifosato

(figura 3

0). Tres ap

li-

caciones d

e este pro

ducto

a intervalo

s de 2

1 d

ías con

una d

osis d

e 10 l/h

a pro

vocaro

n la m

uerte d

e un 9

3%

de lo

s tallos d

e A. donax transcu

rridos 6

meses d

esde la

últim

a aplicació

n.

La efi

cacia del resto

de p

roducto

s ensayad

os se situ

ó cla-

ramen

te por d

ebajo

. Los fo

rmulad

os a b

ase de p

enoxu

-

lam, p

rofo

xidim

y cihalo

fop-b

util in

dujero

n u

na m

orta-

lidad

en to

rno al 6

0-7

0%

, mien

tras que el fo

rmulad

o a

base d

e azimsu

lfuro

n fu

e el que in

dujo

una m

enor m

orta-

lidad

de lo

s cinco

ensayad

os e in

ferior al 5

0%

de m

edia.

Tabla 1. Prin

cipio

s activos y d

osis em

plead

os en

los en

sayos d

e

eficacia d

e diferen

tes herb

icidas p

ara el con

trol d

e A. donax.

PRINCIPIO ACTIVODOSIS

azimsu

lfuro

n 5

0%

50 g

ha

-1

cihalo

fop-b

util 2

0%

1,5

l ha

-1

glifo

sato 3

6%

10 l h

a-1

pen

oxu

lam 2

,04%

2 l h

a-1

pro

foxyd

im 2

0%

0,7

5 l h

a-1

Figura 30. Dism

inu

ción

med

ia del n

úm

ero d

e cañas vivas/m

2 res-

pecto

al nú

mero

inicial, en

po

rcentaje, in

du

cida p

or fo

rmu

lado

s con

diferen

tes prin

cipio

s activos. L

as letras diferen

tes ind

ican d

iferencias

sign

ificativas co

n el test d

e Tukey (P

<0

,05

).

Cuadro 1: Ensayos de eficacia de herbicidas con diferentes principios activos para el con-trol de A. donax en pruebas de cam

po

Figura 29. Fum

igació

n d

e cañaverales n

o d

esbro

zado

s en el río

Càn

yoles a su

paso

po

r Mo

ntesa (V

alencia). Im

agen

: DG

A (M

AG

RA

MA

) – T

RA

GS

A.

% reducción nº inicial de cañas/m2

10

0

80

60

40

200

Glifosato

Penoxulam

Profoxidim

Cihalofop-butil

Azim

sulfuron

93

,00

a

70

,83

b6

1,9

0b

56

,21

b4

7,7

8b

Page 38: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

42

rizadoras p

ara la fum

igació

n d

e los reb

rotes, ya q

ue co

m-

bin

an facilid

ad d

e man

ejo co

n la p

osib

ilidad

de realizar u

na

aplicació

n d

irigid

a y unifo

rme co

n ayu

da d

e la lanza. A

esto

últim

o tam

bién

contrib

uye la lib

ertad d

e movim

iento

s para

el operario

por la zo

na d

e actuació

n.

Efectos no deseados: deriva d

el herb

icida y afecció

n a es-

pecies n

o o

bjetivo

o el m

edio

acuático

.

Eficacia: 93%

de lo

s tallos m

uerto

s respecto

a la situació

n

inicial co

n tres ap

licaciones (cu

adro

4).

Adecuado para: gran

des m

asas de A. donax. E

ste méto

do

no es ad

ecuad

o p

ara la franja d

e med

io rip

ario cercan

a al

agua (cu

adro

3).

2. Fumigación de los rebrotes

El m

étodo: co

nsiste en

la fum

igació

n d

e los reb

rotes q

ue

emerg

en co

mo resu

ltado d

el desb

roce d

el cañaveral. L

a

fum

igació

n p

rovo

ca mayo

r mortalid

ad cu

ando se ap

lica a

rebro

tes gran

des (0

,8-0

,9 m

), lo q

ue h

abitu

almen

te ocu

rre

cuan

do tran

scurren

unas 5

seman

as tras el desb

roce si

éste se realiza duran

te los m

eses de crecim

iento

activo d

e

A. donax (mayo

-septiem

bre).

Época idónea: el desb

roce d

ebe realizarse a fi

nales d

e agos-

to, d

e modo q

ue lo

s rebro

tes estén listo

s para recib

ir el pri-

mer tratam

iento

a final d

e verano o

prin

cipio

del o

toño.

Procedimiento: se reco

mien

da el em

pleo

moch

ilas pulve-

ab

c

Figura 31. Desb

roce p

revio d

el cañaveral co

n retro

excavadoras d

otad

as de cab

ezal triturad

or (a, río

Seg

ura a su

paso

por C

ieza, Murcia). L

a fum

igació

n

pro

voca u

na m

ayor m

ortalid

ad cu

ando se realiza so

bre reb

rotes g

randes (b

, Arro

yo H

arnin

a, Alm

endralejo

, Bad

ajoz) q

ue so

bre reb

rotes d

e peq

ueñ

o

tamañ

o (c, R

ío C

anyo

les, Montesa, V

alencia). S

in em

barg

o, en

el últim

o caso

la aplicació

n es m

ás dirig

ida. Im

ágen

es: DG

A (M

AG

RA

MA

) – T

RA

GS

A.

Page 39: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

43

3. Impregnación post-corte

El m

étodo: con

siste en el co

rte de la p

arte aérea de la

caña a ras d

e suelo

, segu

ida d

e la inm

ediata im

preg

na-

ción

de la zo

na d

e corte co

n h

erbicid

a a base d

e glifo

sato

sin d

iluir.

En

cañaverales d

enso

s y envejecid

os la ap

licación

del

herb

icida d

e este mo

do

pu

ede resu

ltar mu

y costo

sa, de-

bid

o a la d

ificu

ltad q

ue su

po

ne m

anip

ular cañ

as de p

orte

elevado

y mo

verse po

r el cañaveral. A

dem

ás, pu

ede o

cu-

rrir qu

e un

gran

mero

de cañ

as estén m

uertas, co

n lo

qu

e se pierd

e tiemp

o co

rtánd

olas y ap

licand

o h

erbicid

a

sin o

bten

er un

retorn

o en

términ

os d

e eficacia d

el trata-

mien

to, ya q

ue las cañ

as mu

ertas no

transfi

eren el h

erbi-

cida al rizo

ma. E

n esta situ

ación

, se recom

iend

a realizar

un

desb

roce p

revio d

el cañaveral y ap

licar el herb

icida a

los reb

rotes, co

rtánd

olo

s e imp

regn

and

o la zo

na d

e cor-

te, igu

al qu

e se hace en

las cañas ad

ultas.

Época idónea: estación

de crecim

iento

de A. donax.

Procedimiento: el co

rte deb

e realizarse con

un

instru

-

men

to afi

lado

, de m

od

o q

ue se o

bten

ga u

na secció

n d

e

tallo lim

pia, sin

aristas qu

e difi

culten

la aplicació

n o

su-

po

ng

an u

n riesg

o a lo

s op

erarios.

En

tre el corte y la ap

licación

del h

erbicid

a no

deb

e trans-

currir u

n tiem

po

sup

erior a lo

s 2 m

inu

tos p

ara log

rar la

máxim

a eficacia. C

uan

to m

ás se tarde en

aplicar h

erbici-

da, m

eno

r será la pro

bab

ilidad

de q

ue la cañ

a lo ab

sorb

a

y de q

ue alcan

ce el rizom

a.

La ap

licación se realizará a to

das las cañ

as cortad

as, me-

dian

te un p

incel o

esponja, q

ue se m

ojará en

el herb

icida,

se escurrirá en

el bord

e del recip

iente p

ara evitar el goteo

y

posterio

rmen

te se aplicará sin

realizar movim

iento

s bru

s-

cos p

ara evitar salpicad

uras p

or p

arte del p

incel o

del tallo

de la cañ

a (figura 3

2).

Efectos no deseados: Existe u

n riesg

o d

e derram

e y de

salpicad

uras d

e herb

icida n

o d

iluid

o. P

or esta razó

n, co

n-

viene tran

spo

rtar un

a cantid

ad d

iscreta en el recip

iente

qu

e se man

eja. Ad

emás, d

eben

evitarse las salpicad

uras

de h

erbicid

a no

dilu

ido

en el tran

scurso

de la ap

licación

.

Eficacia: 83

% d

e los tallo

s mu

ertos resp

ecto a la situ

a-

ción

inicial co

n tres ap

licacion

es (cuad

ro 4

).

Adecuado para: masas d

e A. donax cercanas al ag

ua o

cañaverales m

ixtos, en

las qu

e la caña crece co

n veg

eta-

ción

nativa.

Figura 32. (a) La im

preg

nació

n d

e la zon

a de co

rte de b

rotes d

e caña

con

espo

nja o

pin

cel perm

ite un

a aplicació

n m

uy d

irigid

a del h

erbicid

a.

(b) E

fecto d

e la aplicació

n d

el herb

icida sin

dilu

ir sob

re los tallo

s. Imá-

gen

es: DG

A (M

AG

RA

MA

) – T

RA

GS

A.

ab

Page 40: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

44

Figura 34. En

el méto

do

de in

yección

el herb

icida d

ebe q

ued

ar con

fin

ado

en la cám

ara existente en

el 2º en

trenu

do

. Para ello

deb

e inyectarse p

er-

foran

do

la mem

bran

a a la altura d

el 3º n

ud

o.

4. Inyección de herbicida en el tallo de cañas adultas

El método: co

nsiste en

la inyecció

n en

el tallo d

e entre 6

y

8 m

l. de h

erbicid

a sin d

iluir co

n u

na jerin

ga d

osifi

cadora.

Época idónea: duran

te la estación d

e crecimien

to d

e A. donax.

Procedimiento: las cañ

as deb

en co

rtarse entre el 2

º y 3º

nudo, em

plean

do tijeras p

odad

oras y las m

ismas p

recau-

ciones d

escritas en el m

étodo d

e impreg

nació

n p

ost-co

rte.

La in

yección se p

ractica con u

n jerin

ga d

osifi

cadora —

por

ejemplo

, NJ P

hillip

s— p

ara aplicacio

nes g

anad

eras. Estas

jeringas p

ued

en ad

quirirse en

com

ercios d

e material g

a-

nad

ero y so

n ro

bustas y p

recisas (figura 3

3). E

l herb

ici-

da d

ebe in

yectarse en las cañ

as más verd

es y vigoro

sas y

den

tro d

e éstas a las de m

ayor d

iámetro

. Para ello

, la aguja

se inserta en

el centro

del tallo

, atravesando la m

embran

a

que se fo

rma a la altu

ra del 2

º nudo, d

e modo q

ue el h

erbi-

cida q

ued

a confinad

o en

2º en

trenudo (fi

gura 3

4).

Recomendaciones:

a) No realizar m

ás de 1

.000 in

yecciones/h

a y aplicació

n.

b) E

vitar que tran

scurran

más d

e 15 m

inuto

s entre el co

rte

y la inyecció

n d

el herb

icida.

c) Realizar al m

enos tres ap

licaciones, co

n u

n p

eriodo d

e 21

días en

tre tratamien

tos. E

ste tiempo p

ermite q

ue lo

s efectos

del h

erbicid

a com

iencen

a ser visibles, d

e man

era que se

pued

e realizar una valo

ración d

el efecto d

el tratamien

to y d

e

las zonas d

onde co

nvien

e realizar nuevas ap

licaciones.

d) E

stablecer p

asillos m

edian

te el desb

roce d

el cañaveral

para facilitar el m

ovim

iento

de lo

s operario

s duran

te los tra-

tamien

tos y el acceso

a las diferen

tes partes d

el cañaveral.

e) Pin

tar las cañas in

yectadas co

n u

n esp

ray de co

lor d

ife-

rente p

ara cada u

no d

e los tratam

iento

s, de m

odo q

ue se

iden

tifica la zo

na d

e aplicació

n.

Efectos no deseados: este es un m

étodo d

e aplicació

n d

e

herb

icida m

uy d

irigid

o sin

riesgo d

e deriva o

volatilizació

n

del h

erbicid

a.

Eficacia: 80%

de lo

s tallos m

uerto

s respecto

a la situació

n

inicial co

n tres ap

licaciones (ver cu

adro

4).

Adecuado para: masas d

e A. donax cercanas al ag

ua o

cañaverales m

ixtos, co

n veg

etación n

ativa.

Figura 33. Inyecció

n d

e herb

icida en

el tallo co

n jerin

ga d

osifi

cado

ra.

Imág

enes: D

GA

(MA

GR

AM

A) –

TR

AG

SA

.

Orifi

cio d

e inyecció

n

2º n

ud

o

1er n

ud

o

Herb

icida co

nfi

nad

o

Page 41: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

45

Figura 35. (a) Pro

cedim

iento

recom

end

ado

en el m

étod

o d

e inyecció

n d

e herb

icida: realizació

n d

e tres inyeccio

nes co

n 2

1 d

ías de in

tervalo a d

iferentes

cañas en

parcelas d

e apro

ximad

amen

te 10

m2. (b

) Lo

s tallos d

e las cañas in

yectado

s deb

en p

intarse co

n co

lores d

iferentes p

ara los d

istinto

s tratamien

-

tos, lo

qu

e perm

itira saber cu

ántas in

yeccion

es po

r parcela se h

an realizad

o y en

qu

é fecha. (c) A

specto

del cañ

averal transcu

rrido

s 63

días d

esde la

prim

era inyecció

n. Im

ágen

es: DG

A (M

AG

RA

MA

) – T

RA

GS

A.

c

ab

1º in

yección

2ª in

yección

3ª in

yección

Page 42: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

46

Cuadro 2: Marco legal para el em

pleo de herbicidas en el control de cañaverales

La n

orm

ativa de ap

licación

y uso

de esto

s pro

du

ctos

está regu

lada p

or:

a) Reg

lamen

to (C

E) 1

10

7/2

00

9 relativo

a la com

er-

cialización

de p

rod

ucto

s fito

sanitario

s en la U

E.

b) D

irectiva 20

09

/12

8/C

E p

or la q

ue se estab

lece el

marco

de la actu

ación

com

un

itaria para co

nseg

uir

un

uso

sosten

ible d

e los p

lagu

icidas.

c) R

eal D

ecre

to 1

70

2/2

01

1, d

e in

sp

eccio

nes p

erió

-

dic

as d

e lo

s e

qu

ipo

s d

e a

plic

ació

n d

e p

rod

ucto

s

fitosan

itario

s.

d) R

eal D

ecre

to 1

31

1/2

01

2, d

e 1

4 d

e s

ep

tiem

bre

,

po

r el q

ue e

se e

sta

ble

ce e

l marc

o d

e a

ctu

ació

n p

ara

co

nseg

uir u

n u

so

so

ste

nib

le d

e lo

s p

rod

ucto

s fito

-

san

itario

s.

De acu

erdo

con

las no

rmas eu

rop

eas y nacio

nales

en la m

ateria, el Min

isterio d

e Ag

ricultu

ra, Alim

en-

tación

y Med

io A

mb

iente d

ispo

ne d

e un

“Registro

de Productos Fitosanitarios” con

info

rmació

n so

bre

los p

rod

ucto

s fito

sanitario

s auto

rizado

s en E

spañ

a,

sustan

cias activas ho

mo

log

adas p

ara su fab

ricación

,

instru

ccion

es para el reg

istro d

e pro

du

ctos fi

tosan

i-

tarios, lím

ites máxim

os d

e residu

os en

pro

du

ctos

vegetales

y d

ocu

men

tos

sob

re el

recon

ocim

iento

ofi

cial de en

sayos.

Este reg

istro es d

e acceso p

úb

lico en

intern

et en la

sigu

iente d

irección

:

http://ww

w.m

agrama.gob.es/es/agricultura/tem

as/m

edios-de-produccion/productos-fitosanitarios/fi-tos.asp

An

tes de la u

tilización

de u

n h

erbicid

a determ

inad

o

en el co

ntro

l de cañ

averales, el gesto

r deb

e com

-

pro

bar q

ue su

uso

con

ese fin

y en el m

edio

en el

qu

e se prevé la actu

ación

se encu

entra au

torizad

o.

Esta in

form

ación

, así com

o lo

s con

dicio

nam

iento

s

preven

tivos d

e riesgo

y las do

sis perm

itidas, en

tre

otras, se en

cuen

tra disp

on

ible en

las fich

as de cad

a

pro

du

cto d

escargab

les en el m

encio

nad

o reg

istro.

Po

r otra p

arte, en lo

qu

e se refiere a las ap

licacio-

nes d

e herb

icidas en

ecosistem

as ribereñ

os y zo

nas

med

as, se deb

e tener en

cuen

ta lo estab

lecido

en

la Directiva 2

00

9/1

28

/CE

po

r la qu

e se establece el

marco

de la actu

ación

com

un

itaria para co

nseg

uir

un

uso

sosten

ible d

e los p

lagu

icidas.

Esta n

orm

a establece en

su artícu

lo 1

1 las “m

edidas específicas para proteger el m

edio acuático y el agua potable”. A

dem

ás, esta Directiva reco

mien

da evitar

el uso

de esto

s pro

du

ctos en

zon

as mu

y sensib

les,

com

o so

n lo

s espacio

s Natu

ra 20

00

pro

tegid

os en

virtud

de las D

irectivas 79

/40

9/C

EE

y 92

/43

/CE

E.

Ad

em

ás, la

Dire

ctiv

a 2

00

8/1

05

/CE

, rela

tiva a

la c

a-

lidad

am

bie

nta

l en

el á

mb

ito d

e la

po

lítica d

e a

gu

as

inclu

ye e

l glifo

sato

en

el A

nexo

III de s

usta

ncia

s

su

jeta

s

a

revis

ión

p

ara

su

p

osib

le

iden

tificació

n

co

mo

su

sta

ncia

s p

riorita

rias o

su

sta

ncia

s p

elig

ro-

sas p

riorita

rias.

Al

igu

al q

ue

la D

irectiva, el

Cap

ítulo

V

II d

el R

D

13

11

/20

12

establece m

edid

as para p

riorizar p

rod

uc-

tos fi

tosan

itarios p

ara evitar la con

tamin

ación

pu

n-

tual y d

ifusa d

e las masas, y el C

apítu

lo V

III med

idas

para la red

ucció

n d

el riesgo

en zo

nas esp

ecíficas.

Si u

na vez an

alizado

el marco

legal ap

licable y es-

tud

iadas las características d

el med

io resu

ltase po

-

sible el em

pleo

de estas su

stancias, su

aplicació

n

deb

erán realizarse o

bservan

do

las bu

enas p

rácticas

qu

e se men

cion

an en

el cuad

ro 3

.

Po

r últim

o, es n

ecesario reco

rdar q

ue las ap

licacio-

nes d

e fito

sanitario

s requ

ieren q

ue el u

suario

deb

e

disp

on

er de fo

rmació

n tan

to si va a realizarlas d

e

form

a p

rofesio

nal

com

o

particu

lar, en

d

etermin

a-

das su

stancias, d

ebe estar en

po

sesión

del “C

arnet

Usu

ario

Pro

fesion

al d

e P

rod

ucto

s Fito

sanitario

s”,

segú

n estab

lece el RD

13

11

/20

12

.

La o

bten

ción

del citad

o carn

et está regu

lado

po

r el

anexo

II, IV y V

del R

eal Decreto

13

11

/20

12

qu

e ho

-

mo

log

a el do

cum

ento

, las materias d

e form

ación

y

las titulacio

nes h

abilitan

tes para su

ob

tenció

n.

Page 43: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

47

Cuadro 3: Buenas prácticas para el empleo de herbicidas en el control de cañaverales

La ap

licación d

e pro

ducto

s fito

sanitario

s, con g

arantías

para lo

s operario

s y el med

io n

atural, req

uiere o

bservar

las indicacio

nes reco

gid

as en la sig

uien

te publicació

n:

Buenas Prácticas Agrícolas en la Aplicación de Fitosa-nitarios (M

AR

M 2

008), d

escargab

le gratu

itamen

te en

la siguien

te direcció

n: http://w

ww.fepex.es/archivos/

publico/Fitosanitarios/Fitosantarios-%20Texto.pdf

Indep

endien

temen

te del m

étodo q

ue se elija, p

ara la

aplicació

n d

e herb

icida es n

ecesario u

tilizar un eq

uip

o

de p

rotecció

n q

uím

ica integ

rado p

or lo

s com

ponen

tes

que se m

uestra en

las imág

enes a co

ntin

uació

n.

Ad

emás, se d

ebe d

ispo

ner d

e un

almacén

o zo

na es-

pecífi

ca para el alm

acenaje d

e los p

rod

ucto

s qu

ímico

s

y de lo

s materiales q

ue se p

recisan. E

n n

ing

ún

caso

deb

e utilizarse el m

ismo

lug

ar de alm

acenam

iento

para lo

s pro

du

ctos q

uím

icos y p

ara los eq

uip

os d

e

pro

tección

perso

nal.

La p

ublicació

n citad

a contien

e detalles ad

icionales so

-

bre el eq

uip

amien

to n

ecesario y las co

ndicio

nes d

e al-

macen

aje y man

ejo d

e pro

ducto

s fito

sanitario

s y deb

e-

rá ser consu

ltada an

tes del in

icio d

e las actuacio

nes.

En el caso

de A. donax es n

ecesario, ad

emás, ten

er en

cuen

ta los 5

aspecto

s siguien

tes, ya que co

ndicio

nan

la eficacia d

e los tratam

iento

s:

Eq

uip

o co

mp

leto

Mascarilla co

n fi

ltros in

tercamb

iables

Bu

zo d

e pro

tección

qu

ímica

Gu

antes d

e pro

tección

qu

ímica

Gafas d

e pro

tección

integ

ral

Bo

ta de seg

urid

ad

Figura 36. Co

mp

on

entes d

el equ

ipo

de p

rotecció

n q

uím

ica para la ap

licación

de h

erbicid

a. Imág

enes: D

GA

(MA

GR

AM

A) –

TR

AG

SA

.

Page 44: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

48

1. Aspectos relativos al herbicida y su aplicación

Formulación:

se reco

mien

da

emplear

form

ulad

os

a

base d

e glifo

sato au

torizad

os p

ara el ámbito

en el q

ue

se prevea actu

ar.

Dosis: la dosis m

áxima au

torizad

a para el fo

rmulad

o

elegid

o d

ebe co

mpro

barse en

el registro

de p

roducto

s

fito

sanitario

s. Para el cálcu

lo d

e la dosis d

e fum

igació

n

se deb

en d

etermin

ar tres factores:

· Cau

dal d

e la boquilla. V

aría según tip

o y la p

resión d

e

aplicació

n. S

e pued

e calcular reco

gien

do y m

idien

do el

volu

men

de líq

uid

o d

e aspersió

n em

itido en

1 m

inuto

.

· Anch

o d

e la estela. Es la d

istancia d

e aspersió

n efec-

tiva cubierta p

or la b

oquilla.

· Velo

cidad

de traslad

o. U

na velo

cidad

típica al cam

inar

es de 6

0 m

/min

.

C

aud

al (l/min

) =

volu

men

de ap

licación

(l/m2)

Estela (m

) x velocid

ad (m

/min

)

Para o

bten

er los litro

s por h

ectárea el resultad

o se

multip

lica por 1

0.0

00.

Ejemplo: co

n u

n an

cho d

e estela de 1

m, u

na velo

ci-

dad

de traslad

o d

e 60 m

/min

y un cau

dal d

e boquilla

de 0

,6 l/m

in, el vo

lum

en d

e aspersió

n p

or h

ectárea es

el siguien

te:

0,6

l/min

x 10

.00

0 =

10

0 l/h

a

1 m

x 60

m/m

in

Boquillas y tamaño de gota: se reco

mien

da el em

-

pleo

de b

oq

uillas d

e espejo

, ya qu

e perm

iten u

n p

erfil

de d

istribu

ción

sup

erficial b

astante u

nifo

rme, p

rod

u-

ciend

o g

otas g

ruesas d

e baja d

eriva, adecu

adas p

ara

trabajar co

n h

erbicid

as de acció

n sistém

ica en b

ajo

volu

men

de ag

ua. S

e sug

iere trabajar d

entro

de lo

s

sigu

ientes ran

go

s:

· Presió

n: 1

,5-4

bar.

· Ángulo

del ch

orro

: 130-1

60º.

· Tamañ

o d

e gota: 2

60 μ

m.

Cobertura: para cu

alquier d

osis em

plead

a se deb

e ten-

der a m

inim

izar las superfi

cies no m

ojad

as con el cald

o

de fu

mig

ación, p

ero tam

bién

se deb

e evitar fum

igar va-

rias veces una m

isma zo

na, ya q

ue esto

no se trad

uce

en u

n in

cremen

to d

e la eficacia d

el tratamien

to y co

n-

lleva una p

érdid

a de tiem

po y d

e pro

ducto

. Es d

ecir, la

fum

igació

n d

ebe ser lo

más h

om

ogén

ea posib

le.

A m

enudo, la h

eterogen

eidad

observad

a en la resp

ues-

ta del cañ

averal al tratamien

to co

n h

erbicid

a es deb

ida

a una co

bertu

ra desig

ual. A

esto co

ntrib

uye el carácter

intrin

cado y m

onóto

no d

e estas form

aciones veg

etales

que h

ace difícil la to

ma d

e referencias q

ue p

ermitan

saber q

ué zo

nas se fu

mig

aron y cu

áles no. P

ara evitar

esto resu

lta útil añ

adir u

n co

loran

te al caldo d

e fum

i-

gació

n. D

e este modo, las p

artes tratadas q

ued

an te-

ñid

as (figura 3

7). A

dem

ás, en el caso

de cañ

averales

extenso

s, se recom

ienda ab

rir pasillo

s, de m

odo q

ue

qued

en p

arcelados y la fu

mig

ación p

ued

a alcanzar to

da

la masa d

e cañas.

Figura 37. La ad

ición

de u

n tin

te al caldo

de fu

mig

ación

perm

ite saber q

ué p

artes del cañ

averal han

sido

tratadas. (a) cald

o teñ

ido

de azu

l. (b)

aspecto

de las cañ

as qu

e han

recibid

o tratam

iento

, teñid

as de azu

l. Imág

enes: D

GA

(MA

GR

AM

A) –

TR

AG

SA

.

a b

Page 45: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

49

2. Época del año en que se realiza la aplicación de herbicida

El h

erbicid

a siempre d

ebe ap

licarse cuan

do las cañ

as

estén fi

sioló

gicam

ente activas:

a) Las ap

licacion

es med

iante im

preg

nació

n o

inyec-

ción

d

eben

realizarse

du

rante

el p

eriod

o d

e creci-

mien

to activo

.

b) L

as aplicacio

nes m

edian

te fum

igació

n d

eben

reali-

zarse preferen

temen

te duran

te el perio

do co

mpren

did

o

entre fi

nal d

e agosto

, septiem

bre o

prin

cipio

de o

ctu-

bre, q

ue co

incid

e con la fl

oració

n d

e la caña. D

uran

te

esos m

eses se transp

ortan

los p

roducto

s asimilad

os

desd

e los tallo

s al rizom

a lo q

ue in

cremen

ta la pro

ba-

bilid

ad d

e que el p

rincip

io activo

del h

erbicid

a alcance

este órg

ano y p

rovo

que la m

uerte d

e la caña (S

pen

cer

et al. 2009; D

ecruyen

aere y Holt 2

001). E

sto es d

ebid

o

a que lo

s herb

icidas sistém

icos tran

sportad

os p

or el

floem

a solo

son efi

caces si alcanzan

el sistema rad

icu-

lar (DiTo

maso

2000; M

onsan

to 2

006).

3. Distancia del cañaveral al agua La d

istancia d

el cañaveral al ag

ua co

ndicio

na la efi

cacia

de lo

s tratamien

tos q

uím

icos d

e dos m

aneras:

a) La d

ispo

nib

ilidad

de recu

rsos p

ara las cañas se in

-

cremen

ta con

la cercanía al ag

ua. E

sto se trad

uce en

un

mayo

r vigo

r de las p

lantas q

ue crecen

en la o

rilla

(Watts y M

oo

re 20

11

) y en u

na m

ayor d

ificu

ltad p

ara

su co

ntro

l. En

nu

estras experien

cias con

statamo

s qu

e

las cañas q

ue so

brevivían

a los tratam

iento

s qu

ími-

cos se lo

calizaban

preferen

temen

te en la cercan

ía del

agu

a. Esto

tamb

ién p

od

ía deb

erse a qu

e en esta fran

ja

se emp

leó el m

étod

o d

e imp

regn

ación

, con

un

a efi-

cacia men

or q

ue el d

e fum

igació

n d

e los reb

rotes. E

n

cualq

uier caso

, hay q

ue ten

er en cu

enta q

ue las cañ

as

cercanas al ag

ua so

n las m

ás difíciles d

e elimin

ar de

tod

o el cañ

averal.

b) L

a localizació

n d

e A. donax en la cercan

ía del ag

ua

ob

liga a to

mar p

recaucio

nes p

ara evitar la entrad

a de

herb

icida en

el med

io acu

ático. P

ara ello, es n

ecesa-

rio estab

lecer, com

o m

edid

a paliativa, u

na b

and

a de

segu

ridad

de 5

metro

s con

tado

s desd

e la orilla d

on

de

la aplicació

n d

e herb

icida se realice em

plean

do

méto

-

do

s qu

e min

imicen

la deriva, co

mo

la imp

regn

ación

po

st-corte o

la inyecció

n. L

a distan

cia de 5

metro

s es

la recom

end

ada p

ara pro

teger esp

ecies no

ob

jetivo

de la d

eriva de h

erbicid

a po

r la fich

as del R

egistro

de

Pro

du

ctos Fito

sanitario

s.

Altern

ativamen

te, y para exclu

ir cualq

uier riesg

o d

e

afección al m

edio

acuático

, se recom

ienda u

tilizar en

estos caso

s méto

dos físico

s, mecán

icos o

de fo

men

to

de la co

mpeten

cia, ya que p

ermiten

lograr u

na m

ayor

eficacia q

ue lo

s méto

dos q

uím

icos en

un p

eriodo d

e

tiempo m

ás corto

.

4. El tamaño de los brotes en el m

omento de la fum

i-gación y la frecuencia de los tratam

ientos

La frecu

encia co

n la q

ue se realicen

los tratam

iento

s

de rep

aso n

o d

ebe d

epen

der d

el tiempo tran

scurrid

o

respecto

a la aplicació

n p

receden

te, sino d

el tamañ

o

del reb

rote. S

e ha d

emostrad

o q

ue su

tamañ

o se re-

laciona p

ositivam

ente co

n la

mortalid

ad

que

inducen

lo

s

tratamien

tos

con

herb

icida

(Mota 2

009). E

s posib

le que

esto se d

eba a q

ue lo

s rebro

-

tes gran

des ab

sorb

en m

ayor

cantid

ad d

e prin

cipio

activo,

pero

también

al hech

o d

e que,

en las h

ojas q

ue n

o se h

an

desarro

llado co

mpletam

ente,

la circulació

n fl

oem

ática tiene

lugar

preferen

temen

te hacia

el áp

ice (D

iTom

aso

2000),

por

lo que

no se

pro

ducirá

transp

orte d

e herb

icida h

acia

el rizom

a o éste será m

enor.

Figura 38. Seg

regació

n reco

men

dad

a de lo

s méto

do

s qu

ímico

s en fu

nció

n d

e la cercanía al ag

ua.

A partir de 5 m

desde la orilla: fum

igación de los brotes

En los 5 primeros

metros contados

desde la orilla: inyección o im

pregnación

Page 46: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

50

b) M

ÉTOD

OS FÍSICO

S

En

este apartad

o se d

escriben

do

s méto

do

s —cu

bri-

mien

to

e in

un

dació

n—

q

ue,

med

iante

el em

pleo

d

e

pro

cedim

iento

s físicos exclu

sivamen

te, log

ran p

rovo

car

un

a mo

rtalidad

del 1

00

% d

e las cañas en

tod

o caso

,

siemp

re y cuan

do

se apliq

uen

tal y com

o se d

escribe en

este man

ual.

Am

bo

s com

parten

com

o ven

taja frente a lo

s méto

do

s

qu

ímico

s su m

ayor efi

cacia y el hech

o d

e qu

e pu

eden

emp

learse en la to

talidad

del m

edio

ribereñ

o, in

cluso

en

la zon

a en co

ntacto

con

el med

io acu

ático.

5. Cubrimiento

El m

étodo: con

siste en la co

locació

n d

e un

a cob

ertura

com

pletam

ente o

paca —

geo

textil, plástico

, etc.— so

bre

un

cañaveral d

esbro

zado

, de m

od

o q

ue se p

riva de lu

z a

los b

rotes. P

ara garan

tizar la máxim

a eficacia, la co

bertu

-

ra elegid

a no

deb

e dejar p

asar nad

a de lu

z. La m

uerte d

el

rizom

a se pro

du

cirá po

r ago

tamien

to d

e sus reservas, ya

qu

e la emisió

n d

e nu

evos tallo

s estimu

lada p

or el d

esbro

-

ce no

gen

era un

retorn

o d

e foto

asimilad

os.

Época idónea: du

rante la estació

n d

e crecimien

to. S

i

se preten

de aco

rtar el tiemp

o d

e tratamien

to se su

gie-

re desb

rozar el cañ

averal a fin

ales de m

arzo, co

locar la

cob

ertura y retirarla en

el mes d

e octu

bre d

el año

si-

gu

iente. D

e este mo

do

, la cob

ertura h

abrá p

erman

ecido

in situ d

uran

te do

s estacion

es vegetativas co

mp

letas de

la caña (2

0 m

eses). Existen

info

rmes (A

no

n. 2

00

7) q

ue

Por este m

otivo

, deb

erá alcanzarse u

n co

mpro

miso

entre altu

ra del reb

rote y m

inim

ización d

e la deriva,

pero

siempre d

eberá p

rocu

rarse que lo

s bro

tes que se

fum

iguen

tengan

hojas co

mpletam

ente d

esarrollad

as.

5. Los tratamientos de repaso y la duración total

del tratamiento

Existen

estudio

s que d

emuestran

la importan

cia de lo

s

tratamien

tos d

e repaso

. Guth

rie (2007) co

mpru

eba q

ue

una ú

nica ap

licación d

e herb

icida m

edian

te impreg

na-

ción p

ost-co

rte pro

voca u

na d

ismin

ució

n d

e la den

si-

dad

, la altura y la tasa d

e crecimien

to d

e los b

rotes en

las parcelas tratad

as frente a lo

s contro

les. No o

bs-

tante, tran

scurrid

os 7

meses la p

arcela tratada alcan

za

mayo

r den

sidad

de cañ

as que la p

arcela contro

l.

Po

r lo tan

to, cu

and

o se em

plean

méto

do

s qu

ímico

s es

necesario

repetir lo

s tratamien

tos h

asta qu

e deje d

e

ob

servarse pro

du

cción

de n

uevo

s bro

tes. En

gen

eral,

esto req

uiere q

ue la actu

ación

se pro

lon

gu

e du

rante 3

a 5 añ

os. N

o o

bstan

te, el coste d

e los tratam

iento

s de

repaso

dism

inu

irá con

cada ap

licación

(ver apartad

o

5.4

análisis d

e costes).

Po

r otra p

arte, deb

e tenerse en

cuen

ta qu

e los h

er-

bicid

as qu

e afectan lo

s pro

cesos en

zimático

s de las

plan

tas, com

o es el caso

del g

lifosato

, no

pro

du

cen

plen

o efecto

en esp

ecies peren

nes el añ

o d

e la aplica-

ción

(Di To

maso

20

00

).

sug

ieren q

ue u

na estació

n veg

etativa (6 m

eses) es sufi

-

ciente, p

ero este asp

ecto n

o p

od

ido

ser com

pro

bad

o en

nu

estras experien

cias.

Procedimiento: este m

étod

o req

uiere d

e un

desb

roce

previo

de la p

arte aérea de A. donax p

ara, po

steriorm

en-

te, pro

ceder al cu

brim

iento

. En

tre los asp

ectos q

ue d

eben

ob

servarse destacan

:

a) Lo

s toco

nes d

e las cañas resu

ltado

del d

esbro

ce no

deb

en ten

er aristas pu

nzan

tes, ya qu

e pu

eden

agu

jerear

la cob

ertura co

n facilid

ad (fi

gu

ra 39

). Si se o

bservan

, se

deb

en co

rtar con

tijeras de p

od

a.

b) L

a zon

a de actu

ación

deb

e qu

edar lib

re de resto

s ve-

getales, d

e mo

do

qu

e la cob

ertura q

ued

e lo m

ás adh

erida

po

sible al su

strato.

c) Las co

bertu

ras deb

en g

raparse al su

elo p

ara garan

tizar

su su

jeción

du

rante el p

eriod

o d

e tratamien

to. P

ued

en

emp

learse com

o g

rapas varillas d

e hierro

corru

gad

o d

e 8

mm

de g

roso

r y con

las sigu

ientes d

imen

sion

es apro

xi-

mad

as: 40

x10

x40

centím

etros (fi

gu

ra 40

).

d) D

ebe p

rocu

rarse que lo

s fragm

ento

s emplead

os sean

tan

gran

des co

mo resu

lte posib

le man

ejarlos y q

ue se p

roduzca

un so

lapam

iento

de al m

enos 3

0 cen

tímetro

s entre p

iezas

contig

uas. D

e este modo se m

inim

iza la entrad

a de lu

z.

e) Un

a vez instalad

as las cob

erturas d

ebe cam

inarse so

-

bre ellas lo

imp

rescind

ible, co

n o

bjeto

de evitar su

perfo

-

ración

acciden

tal.

Page 47: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

51

Page 48: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

52

Figura 39. Lo

s fragm

ento

s de las co

bertu

ras deb

en so

laparse y n

o co

nten

er orifi

cios. D

e otro

mo

do

, los tallo

s de A. donax em

ergen

con

rapid

ez (a),

redu

ciend

o la efi

cacia del m

étod

o. L

a falta de lu

z pro

voca q

ue lo

s nu

evos b

rotes se d

ebiliten

con

form

e se ago

tan las reservas d

el rizom

a. (b) B

rotes

qu

e han

perm

anecid

o d

os y d

iez (c) seman

as bajo

la cob

ertura, resp

ectivamen

te. Esto

s últim

os, p

ued

en co

mp

ararse con

los b

rotes (d

) desb

rozad

os el

mism

o d

ía qu

e los q

ue se m

uestran

en (c), co

rrespo

nd

ientes a u

na p

arcela con

trol. Im

ágen

es: Gen

eralitat Valen

ciana.

a

d b

c

Figura 40 . Detalles d

e: (a) fijació

n m

edian

te grap

as de las co

-

bertu

ras; (b) g

rapas u

tilizadas; (c) so

lapam

iento

entre frag

men

-

tos y (d

) fijació

n d

e los extrem

os d

e las cob

erturas m

edian

te

la realización

de u

na zan

ja en la q

ue se in

trod

uce el p

lástico d

e

po

lietileno

qu

e, po

steriorm

ente, es cu

bierto

po

r sustrato

. Imá-

gen

es: DG

A (M

AG

RA

MA

) – T

RA

GS

A.

ab

cd

Page 49: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

53

i) Tip

os d

e cob

erturas reco

men

dad

as:

· Plástico

de p

olietilen

o n

egro

de 5

00

micras (2

.00

0 g

al-

gas). S

e recom

iend

a emp

lear rollo

s de 2

5 m

etros d

e lar-

go

y 8 m

etros d

e anch

o.

· Geo

textiles no

tejido

s. So

n m

ateriales a base d

e po

lieti-

leno

o p

oliéster. L

os em

plead

os en

nu

estras experien

cias

fuero

n d

e po

lietileno

de 2

86

-32

5 g

/m2. P

oseen

un

a gran

resistencia al d

esgarro

y a la tracción

, adem

ás de q

ue

con

fieren

un

a gran

estabilid

ad al terren

o.

· M

allas an

tihierb

as. C

on

sisten

en

un

en

tramad

o

de

fib

ras mu

y resistentes tejid

as sob

re un

a malla d

e po

-

lipro

pilen

o, lo

qu

e pro

po

rcion

a al tejido

un

a bu

ena ca-

pacid

ad d

e aislamien

to y resisten

cia. Presen

tan co

mo

ventaja ad

icion

al frente a las o

tras do

s op

cion

es descri-

tas anterio

rmen

te el hech

o d

e ser perm

eables al ag

ua

y al aire. De este m

od

o se evita el en

charcam

iento

y la

ano

xia del su

strato.

f) Op

cion

almen

te, la vida d

e la cob

ertura se p

ued

e alargar

cub

riénd

ola co

n g

rava o tierra, co

n lo

cual se evitará te-

ner q

ue h

acer repaso

s frecuen

tes para lo

calizar po

sibles

perfo

racion

es y se redu

cirá el imp

acto p

aisajístico d

e la

actuació

n (fi

gu

ra 41

).

g) E

n g

eneral p

ued

e emp

learse cualq

uier co

bertu

ra op

aca

—n

o d

ebe d

ejar pasar la lu

z cuan

do

se interp

on

e entre

el sol y el o

bservad

or y se m

ira al trasluz—

qu

e sea ca-

paz d

e resistir las tensio

nes p

rod

ucid

as po

r el emp

uje d

e

los b

rotes y q

ue co

nserve estas características d

uran

te

la du

ración

del tratam

iento

. Las co

bertu

ras deg

radab

les,

com

o las m

antas o

rgán

icas de yu

te o co

co, n

o cu

mp

len

con

los d

os req

uisito

s expu

estos y, p

or lo

tanto

, no

pu

e-

den

emp

learse para este m

étod

o, co

mo

pu

ede co

mp

ro-

barse en

la fig

ura 4

2.

h) Tran

scurrid

os lo

s do

s perio

do

s vegetativo

s de A. do-

nax, se recom

iend

a la retirada d

e las cob

erturas y la re-

vegetació

n d

e la zon

a.

Figura 42. Las co

bertu

ras deg

radab

les, com

o estas m

antas d

e fibra d

e

coco

, no so

n ad

ecuad

as para este m

étodo ya q

ue so

n atravesad

as con faci-

lidad

por lo

s bro

tes de A. donax. Im

ágen

es: DG

A (M

AG

RA

MA

) – T

RA

GS

A.

Figura 41. La lo

ng

evidad

de las co

bertu

ras, com

o esto

s geo

textiles no

te-

jido

s, pu

ede p

rolo

ng

arse cub

riénd

olas co

n el su

strato q

ue se o

bten

ga en

el mism

o lu

gar d

e la actuació

n. Im

ágen

es: DG

A (M

AG

RA

MA

) – T

RA

GS

A.

Page 50: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

54

Efectos no deseados: este méto

do p

rovo

ca una co

mpleta

elimin

ación d

e la vegetació

n d

e las riberas, in

cluso

de las

especies ru

derales. P

or esta razó

n, au

nque n

o se altera la

estructu

ra del su

strato, su

vuln

erabilid

ad fren

te a la ero-

sión au

men

ta.

Eficacia: es un m

étodo efi

caz al 100%

si el cubrim

iento

se

man

tiene so

bre el cañ

averal dos p

eriodos veg

etativos co

n-

secutivo

s de A. donax. P

ara lograr esta efi

cacia se requieren

revisiones ap

roxim

adam

ente cad

a mes, p

ara reparar p

osi-

bles p

erforacio

nes en

las cobertu

ras. El cu

brim

iento

de la

cobertu

ra con su

strato m

inim

iza el riesgo d

e perfo

ración.

Adecuado para: cañ

averales m

on

oesp

ecífico

s d

espro

-

vistos d

e vegetació

n n

ativa. Tamb

ién p

ara los in

stalado

s

sob

re escolleras u

otras d

efensas h

idráu

licas o en

cual-

qu

ier situació

n en

la qu

e no

es po

sible extraer el rizo

ma o

emp

lear herb

icida.

Figura 43 . La p

uesta en

práctica d

el méto

do

de in

un

dació

n req

uiere el d

esbro

ce del cañ

averal y la retirada d

e los resto

s vegetales (a, b

). Po

steriorm

en-

te, deb

e con

struirse u

na m

ota p

erpen

dicu

lar al curso

flu

vial (c, d) q

ue p

ermitirá reten

er el agu

a y man

tener in

un

dad

a la sup

erficie o

cup

ada p

or A. donax

(e). El resu

ltado

es la com

pleta elim

inació

n d

el cañaveral u

na vez retirad

a el agu

a (f). Nó

tese cóm

o en

la isleta qu

e perm

anece em

ergid

a com

o p

arcela

con

trol se p

rod

uce la recu

peració

n d

el cañaveral. L

ocalizació

n: R

ío M

ijares, Esp

adilla (C

astellón

). Imág

enes: D

GA

(MA

GR

AM

A) –

TR

AG

SA

.

a

d b

cef

Page 51: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

55

med

iante el em

pleo

de crib

as, con lo

que será p

osib

le inco

r-

porar d

e nuevo

el suelo

a la ribera rep

erfilad

a.

6. Inundación del cañaveral

El m

étodo: en

este caso se h

ace uso

de la in

toleran

cia del

rizom

a de A. donax al en

charcam

iento

perm

anen

te para

pro

vocar su

muerte p

or an

oxia, m

edian

te el establecim

ien-

to d

e una lám

ina d

e agua so

bre el cañ

averal (figura 4

3).

Época idónea: en in

vierno, d

uran

te la parad

a vegetativa

de A. donax.

Procedimiento: este m

étodo req

uiere u

n d

esbro

ce previo

del

cañaveral y la retirad

a de resto

s vegetales. P

osterio

rmen

te,

med

iante la co

nstru

cción d

e una m

ota p

erpen

dicu

lar al río,

deb

e establecerse u

na lám

ina d

e agua d

e 20 cen

tímetro

s de

alto co

mo m

ínim

o d

uran

te 3 m

eses inin

terrum

pid

os.

Eficacia: es un m

étodo efi

caz al 100%

.

Adecuado para: cañaverales cercan

os al río

y situad

os en

una co

ta poco

superio

r a la de la lám

ina d

e agua, ya q

ue d

e

otro

modo sería n

ecesario el b

om

beo

de ag

ua o

la cons-

trucció

n d

e una estru

ctura d

e dim

ensio

nes im

portan

tes

para h

acer subir su

nivel.

c) MÉTODOS DE CONTROL M

ECÁNICO

7. Extracción del rizoma

El m

étodo: consiste en

la extracción d

el rizom

a del su

stra-

to co

n retro

excavadora (fi

gura 4

4 a).

Época idónea: la actuació

n p

ued

e realizarse en cu

alquier

época d

el año, p

ero resu

lta más co

nven

iente trab

ajar con

un su

strato relativam

ente seco

, ya que d

e este modo se

reduce la can

tidad

de su

elo q

ue se ad

hiere a lo

s rizom

as y

se min

imiza su

pérd

ida.

Procedimiento: in

icialmen

te deb

e desb

rozarse la p

arte aé-

rea de A. donax p

ara, a contin

uació

n, extraer el rizo

ma co

n

una retro

excavadora. E

l órg

ano su

bterrén

eo d

e la caña se

concen

tra en lo

s 15 cen

tímetro

s superfi

ciales del su

strato,

si bien

se han

localizad

o h

asta 50 cen

tímetro

s de p

rofu

ndi-

dad

. En cu

alquier caso

, este méto

do su

pone la extracció

n

de g

ran can

tidad

de su

elo. P

ara evitar este inco

nven

iente se

recom

ienda el em

pleo

de cazo

s modifi

cados p

ara el cribad

o

de las tierras, co

n ag

ujero

s de lu

z adap

tada al tam

año m

edio

del rizo

ma, lo

que p

ermitirá q

ue su

extracción sea m

ás se-

lectiva (figura 4

4 b

y c). Para ello

, el maq

uin

ista deb

e agitar

el cazo carg

ado co

n rizo

mas y su

strato, h

asta que la m

ayor

parte d

el últim

o se p

ierda p

or lo

s orifi

cios. A

lternativam

ente,

se pued

e optar p

or retirar su

strato y rizo

mas d

el área de

actuació

n o

bien

pro

ceder a u

na sep

aración p

osterio

r in situ

abc

Figura 44. La extracció

n d

el rizom

a med

iante retro

excavadora (a) es u

n m

éto-

do co

n el q

ue se p

ued

e lograr u

na efi

caz elimin

ación d

el cañaveral d

e man

era

rápid

a. Para red

ucir la can

tidad

de su

strato q

ue se extrae ju

nto

con el rizo

ma

se recom

ienda em

plear cazo

s modifi

cados co

mo lo

s de la fo

tografías (b

, c).

Imág

enes: a, G

eneralitat V

alencian

a; b y c, D

GA

(MA

GR

AM

A) –

TR

AG

SA

.

Page 52: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

56

En

los caso

s en lo

s qu

e se recup

ere el sustrato

y se in-

corp

ore a la rib

era se pro

du

cirá inevitab

lemen

te la apa-

rición

de reb

rotes a p

artir de frag

men

tos d

e rizom

a. No

ob

stante, esto

s bro

tes aislado

s son

fácilmen

te extraíbles

—estiran

do

de lo

s tallos o

con

azadas—

, ya qu

e estarán

pro

du

cido

s po

r rizom

as suelto

s relativamen

te sup

erficia-

les. Tamb

ién p

ued

en co

ntro

larse med

iante ap

licacion

es

localizad

as de h

erbicid

a.

Efectos no deseados: este méto

do su

pone u

na p

rofu

nda

alteración d

e las riberas, q

ue d

eberán

ser restaurad

as para

evitar la erosió

n y recu

perar su

vegetació

n característica.

Eficacia: con este m

étodo es p

osib

le lograr u

n co

ntro

l de

A. donax del 1

00%

si se retiran rizo

mas y su

strato o

del

91%

si el sustrato

cribad

o se rein

corp

ora a la rib

era.

Adecuado para: interven

cion

es qu

e sup

on

gan

reperfi

lado

de rib

eras o m

ovim

iento

s de tierra, co

mo p

or ejem

plo

, la

retirada d

e motas. E

ste méto

do n

o es ad

ecuad

o en

zonas

de esco

llera colo

nizad

a por A. donax, ya q

ue lo

s rizom

as

crecen d

ebajo

de las p

iedras d

e estas estructu

ras.

8. Desbroces reiterados

El m

étodo: con

siste en so

meter al cañ

averal a un

a serie

de d

esbro

ces reiterado

s con

el ob

jetivo d

e ago

tar las re-

servas del rizo

ma al fo

rzarlo a u

na rep

osició

n co

nstan

te

de lo

s tallos.

Época idónea: el tratamien

to d

ebe in

iciarse al com

ienzo

de la estació

n veg

etativa de A. donax y p

rolo

ngarse m

ien-

tras siga o

bserván

dose la ap

arición d

e nuevo

s bro

tes.

Procedimiento: el d

esbro

ce inicial p

ued

e ser mecan

izado

.

Los p

osterio

res pued

en ser m

anuales, p

ues lo

s bro

tes jó-

venes se arran

can co

n facilid

ad a ras d

e suelo

estirando d

e

ellos, o

cortán

dolo

s con p

odad

oras. U

na vez realizad

o el

prim

er desb

roce, lo

s siguien

tes deb

en ten

er lugar cad

a 20

días. E

ste méto

do p

ued

e com

bin

arse con u

na p

lantació

n

de esp

ecies riparias n

ativas duran

te el inviern

o, co

n o

bjeto

de in

cremen

tar la com

peten

cia con u

n cañ

averal deb

ilitado

por lo

s desb

roces reiterad

os.

Efectos no deseados: este méto

do

es respetu

oso

con

el

med

io físico

y con

las especies d

e flo

ra y faun

a de las

zon

as de rib

era.

Eficacia: para este m

étod

o n

o se d

ispo

ne d

e resultad

os

basad

os en

experien

cias pro

pias. M

ota (2

00

9) d

emu

es-

tra qu

e 5 d

esbro

ces sucesivo

s cada 2

0 d

ías pro

vocan

un

a

dism

inu

ción

de ap

roxim

adam

ente 8

0%

de la altu

ra de lo

s

nu

evos b

rotes y d

e su n

úm

ero resp

ecto al n

úm

ero in

icial.

Seg

ún

algu

no

s testimo

nio

s (Go

dé, 2

00

8), so

n n

ecesarios

hasta 9

desb

roces su

cesivos p

ara elimin

ar un

cañaveral.

Existen

eviden

cias de q

ue la elim

inació

n recu

rrente d

e

los b

rotes tien

e com

o resu

ltado

un

a dism

inu

ción

de la

bio

masa su

bterrán

ea en la cañ

a (Sh

arma et al. 1

99

8).

No

ob

stante, esta esp

ecie pu

ede crecer a p

artir de rizo

-

mas en

terrado

s a un

metro

de p

rofu

nd

idad

(Bo

ose y H

olt

19

99

; Else 1

99

6). Tam

bién

hay q

ue ten

er en cu

enta q

ue

la caña p

osee u

na tasa fo

tosin

tética mu

y elevada (R

os-

sa et al. 19

98

), lo q

ue p

rovo

ca qu

e los b

rotes p

ron

to se

ind

epen

dicen

de las reservas d

el rizom

a un

a vez emer-

gen

a la sup

erficie. P

or esto

últim

o es im

po

rtante q

ue lo

s

perio

do

s entre d

esbro

ces sean co

rtos, d

e mo

do

qu

e los

bro

tes qu

e se elimin

en se h

ayan g

enerad

o, en

su m

ayor

parte, a p

artir de las reservas d

el rizom

a. De este m

od

o,

se estará con

tribu

yend

o al ag

otam

iento

de su

s reservas

más ráp

idam

ente.

En resu

men

, no existe u

n estu

dio

que d

emuestre q

ue este

méto

do p

ermite elim

inar d

e man

era defi

nitiva u

n cañ

ave-

ral. No o

bstan

te, su u

tilidad

no d

ebe m

inusvalo

rarse, espe-

cialmen

te si se emplea en

com

bin

ación co

n p

lantacio

nes

de esp

ecies riparias n

ativas, que in

cremen

tarían la co

m-

peten

cia frente a u

n cañ

averal deb

ilitado. S

e trataría de u

n

méto

do sem

ejante al d

e cobertu

ra de ram

as vivas, pero

simplifi

cado en

su ejecu

ción.

Adecuado para: cañaverales m

ixtos, co

n veg

etación n

a-

tiva intercalad

a, en aq

uellas situ

aciones en

las que n

o se

pued

an em

plear m

étodos q

uím

icos. E

s un m

étodo id

óneo

para fo

men

tar la particip

ación d

e volu

ntario

s en la errad

i-

cación d

e la caña, ya q

ue lo

s desb

roces q

ue sig

uen

al ini-

cial pued

en realizarse a m

ano sin

emplear h

erramien

tas.

d) M

ÉTODOS DE FOMENTO DE LA COM

PETENCIA

9. Cobertura de ramas vivas

El m

étodo: consiste en

lograr estab

lecer una d

ensa cu

bier-

ta vegetal d

e especies rip

arias nativas q

ue co

mpita p

or lo

s

recurso

s y por el esp

acio co

n cañ

averales deb

ilitados p

or

dos d

esbro

ces previo

s.

Época idónea: perío

do co

mpren

did

o en

tre agosto

y sep-

tiembre (d

esbro

ces) y diciem

bre (p

lantació

n).

Procedimiento: este m

étodo req

uiere d

os d

esbro

ces pre-

vios d

el cañaveral, co

n o

bjeto

de p

rovo

car su d

ebilitam

ien-

to. E

l prim

er desb

roce p

ued

e tener lu

gar a fi

nales d

e agosto

y el segundo a fi

nales d

e septiem

bre. P

osterio

rmen

te, se

Page 53: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

57

amarrar lo

s alambres. P

or lo

gen

eral, la estructu

ra se fija

con u

na esco

llera de u

na fi

la de p

iedras (fi

gura 4

6 a), p

ara

lo cu

al deb

erá excavarse un fo

so d

e 60 x 3

0 cen

tímetro

s en

la base d

e la ribera, q

ue le servirá d

e anclaje. E

sta estructu

-

ra pued

e ser reemplazad

a por u

na fajin

a.

Las esp

ecies del g

énero

Salix — excep

to S. caprea—

son

las más ad

ecuad

as para este m

étodo, p

or lo

que d

eberían

ser favorecid

as con o

bjeto

de o

ptim

izar los resu

ltados (fi

-

gura 4

6 b

y c). También

pued

en estaq

uillarse, p

ero co

n

men

or éxito

, los taxo

nes d

e los g

énero

s Populus, Tama-

rix, Sambucus y Cornus. L

os sau

ces son esp

ecies abun-

dan

tes en la m

ayoría d

e curso

s fluviales esp

añoles, están

bien

adap

tados a las crecid

as de lo

s ríos y p

roporcio

nan

una b

uen

a pro

tección d

e las riberas. A

dem

ás, su m

odo

de crecim

iento

se ha d

emostrad

o cap

az de co

mpetir p

or

el espacio

y los recu

rsos co

n la cañ

a, dism

inuyen

do su

pro

ductivid

ad (C

offm

an 2

007). A

simism

o, se reco

mien

da

emplear m

aterial pro

ceden

te de sau

cedas cercan

as para

evitar fenóm

enos d

e contam

inació

n g

enética.

Eficacia: es un m

étodo efi

caz al 100%

.

Adecuado para: situacio

nes en

las que se p

retenda q

ue

la elimin

ación d

el cañaveral vaya ap

arejada co

n la recu

pe-

ración ráp

ida d

e la cubierta veg

etal nativa. D

ebe ap

licarse

preferib

lemen

te en o

rillas con p

oca p

endien

te.

deb

erá llevar a cabo la p

lantació

n d

e ramas vivas d

e sau-

ce (Salix sp. p

l.) duran

te los m

eses de in

vierno, so

bre u

na

ribera p

reviamen

te modelad

a de fo

rma tan

gen

cial a la co-

rriente. D

ebe p

rocu

rarse que la zo

na d

e plan

tación ten

ga la

men

or ru

gosid

ad p

osib

le, para facilitar q

ue las ram

as entren

en co

ntacto

con el su

strato. É

stas se plan

tan y se tu

mban

,

fiján

dose su

posició

n co

n alam

bres g

alvanizad

os ten

did

os

entre p

iquetas d

e hierro

o estacas d

e mad

era. Una vez se h

a

com

pletad

o la d

istribució

n d

e las ramas, se p

roced

erá a es-

parcir u

na d

elgad

a capa d

e tierra para estim

ular su

enraiza-

mien

to. E

s conven

iente trab

ajar con ram

as de m

ás de 4

sa-

vias, un d

iámetro

mín

imo d

e 3-4

centím

etros y u

na lo

ngitu

d

mín

ima d

e 120 cen

tímetro

s. Estas d

imen

siones p

ermitirán

intro

ducirlas en

el sustrato

hasta alcan

zar la capa freática y

que atraviesen

la capa d

e rizom

as de la cañ

a. Dep

endien

do

de las co

ndicio

nes clim

áticas de la zo

na d

onde se realice la

actuació

n p

ued

e ser necesaria la realizació

n d

e algún rieg

o

de m

anten

imien

to p

or asp

ersión d

uran

te el prim

er año.

Los alam

bres p

ued

en reem

plazarse p

or ram

as, de m

odo

que si las estacas em

plead

as son d

e mad

era no será n

ece-

sario retirar n

ingún elem

ento

del m

edio

. En cu

alquier caso

,

las estacas deb

en m

edir u

nos 4

0-5

0 cen

tímetro

s, tienen

que clavarse en

el terreno al m

enos 2

0 cen

tímetro

s y han

de d

isponerse co

nfiguran

do u

na m

alla o retícu

lo d

e 60-8

0

centím

etros x 8

0-1

00 cen

tímetro

s (figura 4

5). E

s conve-

nien

te, adem

ás, que d

ispongan

de en

talladuras p

ara poder

Figura 45. El m

étod

o d

e cob

ertura d

e ramas req

uiere llevar a cab

o u

na d

ensa p

lantació

n d

e tallos vivo

s de sau

ce qu

e se fijan

en co

ntacto

con

el sus-

trato. P

ara ello es n

ecesario u

n en

tramad

o d

e alamb

res qu

e se tiend

en en

tre estacas. Imag

en: D

GA

(MA

GR

AM

A) –

TR

AG

SA

.

Alam

bre g

alvanizad

o

Rizo

ma

Arundo donax

Cau

ce

Estacas d

e mad

era

Ram

as del g

énero

Salix

Page 54: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

58

Cuadro 4: Ensayos de eficacia de los métodos quím

icos, físicos, de bioingenieria y mecá-

nicos para el control de cañaverales en campo

La in

form

ación

qu

e se pro

po

rcion

a en este cu

adro

corresp

on

de

a la

ob

tenid

a en

las

experien

cias d

e

camp

o realizad

as po

r el Min

isterio d

e Med

io A

mb

ien-

te y la Gen

eralitat Valen

ciana en

riberas fl

uviales d

is-

tribu

idas p

or las cu

encas h

idro

gráfi

cas destacad

as

en la fi

gu

ra 47

.

En

la fig

ura 4

8 se m

uestra la efi

cacia de lo

s diferen

tes

méto

do

s expresad

a en térm

ino

s de m

ortalid

ad d

e las

cañas, co

mo

el nú

mero

de cañ

as mu

ertas ind

ucid

o p

or

el tratamien

to resp

ecto al n

úm

ero d

e inicial d

e cañas

vivas, en p

orcen

taje (%). L

os valo

res qu

e se apo

rtan

corresp

on

den

a la med

ia ob

tenid

a en las d

iferentes

actuacio

nes. H

abid

a cuen

ta de q

ue éstas in

corp

oran

un

a elevada variab

ilidad

en térm

ino

s amb

ientales y d

e

tipo

log

ía de cañ

averal, las eficacias p

rop

orcio

nad

as

para lo

s diferen

tes méto

do

s reflejan

de m

anera co

n-

sistente el resu

ltado

esperab

le en u

na ap

licación

de

los d

iferentes m

étod

os.

Figura 47. Cu

encas h

idro

gráfi

cas en las q

ue se h

an realizad

o trab

a-

jos d

e camp

o.

Figura 46. Ejem

plo

del en

tramad

o d

e alambres q

ue se tien

den

entre estacas (a). C

on este m

étodo se lo

gra el d

oble o

bjetivo

de elim

inar el cañ

averal y

restaurar la cu

bierta veg

etal del talu

d, co

mo p

ued

e verse en las im

ágen

es (b, c) d

e la actuació

n d

esarrrollad

a en A

rroyo

Harn

ina, A

lmen

dralejo

(Bad

ajoz).

Imág

enes: D

GA

(MA

GR

AM

A) –

TR

AG

SA

.

abc

Page 55: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

59

Figura 48. Dism

inu

ción

del n

úm

ero d

e cañas vivas/m

2 respecto

al nú

mero

inicial en

% in

du

cida p

or lo

s 8 m

étod

os en

sayado

s. Las letras

diferen

tes ind

ican d

iferencias sig

nifi

cativas con

el test de Tu

key (P<

0,0

5).

En

el caso d

e los m

étod

os q

uím

icos lo

s resultad

os

qu

e se mu

estran co

rrespo

nd

en a la m

ortalid

ad o

b-

servada d

espu

és de tres ap

licacion

es con

secutivas,

a intervalo

s de 2

1 d

ías, de u

n fo

rmu

lado

a base d

e

glifo

sato m

edian

te:

a) Fum

igació

n d

el cañaveral n

o d

esbro

zado

con

un

a

con

centració

n d

e glifo

sato d

el 10

% y u

na d

osis d

e

10

l/ha.

b) Fu

mig

ación d

e los reb

rotes resu

ltado d

el desb

roce

previo

del cañ

averal con id

éntica co

ncen

tración y d

osis.

c) Impreg

nació

n p

ost-co

rte de cañ

as adultas co

n u

n

form

ulad

o a b

ase de g

lifosato

sin d

iluir (5

4%

glifo

sato).

d) In

yección

en cañ

as adu

ltas del fo

rmu

lado

emp

lea-

do

en c).

El resto

de m

étodos se ap

licó d

e acuerd

o co

n lo

s pro

-

toco

los d

escritos an

teriorm

ente.

Los resu

ltados m

uestran

que 4

méto

dos d

iferentes:

- Cubrim

iento

con co

bertu

ras opacas.

- Inundació

n d

el cañaveral.

- Extracció

n d

e rizom

a y sustrato

.

- Cobertu

ra de ram

as vivas,

perm

iten u

n efi

caz contro

l de cañ

averales, con el 1

00%

de las cañ

as muertas y sin

aparició

n d

e rebro

tes tras

dos añ

os d

e seguim

iento

, inclu

so en

cañaverales d

e

elevada d

ensid

ad (>

70 tallo

s/m2) y q

ue h

an o

cupad

o el

espacio

ripario

duran

te décad

as. Esto

perm

ite afirm

ar

que, o

bien

se logró

pro

vocar la m

uerte d

efinitiva d

e los

rizom

as de A. donax co

n lo

s méto

dos d

e cubrim

iento

e inundació

n, o

bien

que la co

mpeten

cia inten

sa que

opone la d

ensa p

lantació

n d

e Salix spp. so

bre u

n ca-

ñaveral d

ebilitad

o p

or d

os d

esbro

ces es suficien

te para

contrarrestar la elevad

a capacid

ad co

mpetitiva d

e la

especie in

vasora.

Por o

tro lad

o, la efi

cacia del m

étodo d

e extracción d

el

rizom

a difi

ere signifi

cativamen

te si éste se retira junto

con el su

strato d

el ámbito

de in

tervenció

n o

bien

los

materiales extraíd

os se crib

an y el m

aterial edáfi

co re-

cuperad

o se in

corp

ora n

uevam

ente al m

edio

ripario

.

El h

echo es q

ue in

evitablem

ente, al h

acer esto ú

ltimo,

peq

ueñ

os frag

men

tos d

e rizom

a escapan

del crib

ado y

gen

eran n

uevas cañ

as.

Por o

tro lad

o, lo

s tratamien

tos q

uím

icos d

e fum

igació

n

(ya sea de cañ

averales no d

esbro

zados o

de reb

rotes)

pued

en in

ducir u

na m

ortalid

ad su

perio

r al 90%

. Efica-

cias men

ores, en

torn

o al 8

2%

, se obtien

en em

plean

do

los m

étodos d

e impreg

nació

n o

inyecció

n d

e herb

i-

cida. E

n cu

alquier caso

, esto sig

nifi

ca que el co

ntro

l

defi

nitivo

del cañ

averal requerirá siem

pre d

e más d

e 3

tratamien

tos d

e repaso

y de tiem

po ad

icional (h

abitu

al-

men

te entre 3

-5 añ

os).

% reducción del nº inicial de cañas/m2

10

0

80

60

40

200

Cubrim

iento

Inundació

nExtracció

n d

e

rizom

a y sustrato

Cobertu

ra

de ram

as

Fum

igació

n

cañaveral

Fum

igació

n

rebro

te

Extracció

n

rizom

a (cribad

o) Im

preg

nació

n

post-co

rte

Inyecció

n

Métodos

10

0 %

a

10

0 %

a

10

0 %

a

10

0 %

a9

4 %b

93

%b9

1,0

5 %

b8

2,9

3 %

c8

1,8

6%

c

Page 56: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

60

Método Adecuado para Época Herramientas Ventajas Inconvenientes

Fumigación cañaverales

Cañaverales

monoespecíficos

preferiblemente pequeños

y alejados del agua.

Situaciones en las que la

deriva del herbicida no

suponga un riesgo de

afección a especies no

objetivo o al medio.

Durante el periodo

vegetativo. Mejores

resultados a finales de

verano, cuando la planta

transfiere asimilados

al rizoma.

Pulverizador hidráulico

o carretilla fitosanitaria.

Herbicida a base de

glifosato para aplicación

foliar (dosis máxima 10 l/

ha). Colorante para tinción

del caldo de fumigación.

No altera la estructura del

sustrato. Eficacia elevada

con tres aplicaciones.

Bajo coste.

Necesita aplicaciones

periódicas durante 3-5

años. Riesgo de afección

a otras especies vegetales

o componentes del medio

natural por deriva

del herbicida.

Fumigación rebrotes

Cañaverales extensos

y monoespecíficos. En

situaciones en las que éstos

crecen en una ribera debe

respetarse una banda de

seguridad respecto al agua

de 5 metros contados desde

la orilla para minimizar

afección al medio acuático.

Durante el periodo

vegetativo. Mejores

resultados si el desbroce

del cañaveral se realiza en

agosto y la 1º fumigación

de los brotes en

septiembre (altura óptima

brotes 80-90 cm).

Maquinaria para desbroce

previo del cañaveral.

Mochila atomizadora.

Herbicida a base de

glifosato para aplicación

foliar (dosis máxima 10 l/

ha). Colorante para tinción

del caldo de fumigación.

Baja alteración del sustrato.

Eficacia elevada con tres

aplicaciones. Método más

dirigido (con menor deriva)

que la fumigación del

cañaveral. Bajo coste.

Necesita aplicaciones

periódicas durante 3-5

años. Riesgo de afección

a otras especies vegetales

o componentes del medio

natural por deriva

del herbicida.

Impregnación post-corte

Cañaverales mixtos —con

vegetación autóctona—

o próximos al agua.

En cañaverales densos

preferible desbroce previo y

corte e impregnación

de los rebrotes.

Durante el

periodo vegetativo.

Tijeras podadoras. Herbicida

a base de glifosato para

aplicación foliar (dosis

máxima 10 l/ha). Guantes

impermeables, recipientes

y brochas.

Baja alteración del sustrato.

Eficacia elevada con tres

aplicaciones. Bajo/nulo

riesgo de deriva.

Necesita aplicaciones

periódicas durante 3-5

años. Coste muy elevado.

Requiere aplicación manual

y personal formado. No

deben transcurrir más de 2

minutos entre corte

e impregnación.

Inyección herbicida talloCañaverales mixtos —con

vegetación autóctona— o

próximos al agua.

Durante el

periodo vegetativo.

Tijeras podadoras. Jeringa

dosificadora para uso

ganadero. Herbicida a base

de glifosato para aplicación

foliar (dosis máxima 10

l/ha). No superar 1.000

inyecciones/ha y aplicación.

Baja alteración del suelo.

Eficacia elevada con tres

aplicaciones. Bajo/nulo

riesgo de deriva.

Necesita aplicaciones

periódicas durante 3-5

años. Coste elevado.

Requiere aplicación manual

y personal formado.

Tabla 2. Tabla resumen de los métodos de control para cañaverales.

Page 57: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

61

Método Adecuado para Época Herramientas Ventajas Inconvenientes

Cubrimiento (geotextil, malla antihierbas, plástico de polietileno)

Cañaverales

monoespecíficos, cercanos

o alejados del agua.

Cualquier época del año.

Las coberturas deben

permanecer sobre el terreno

durante dos estaciones

vegetativas de A. donax.

Maquinaria para desbroce

del cañaveral. Tijeras

podadoras para eliminar

cañas punzantes.

Coberturas opacas. Grapas

para fijación al sustrato de

las coberturas.

No requiere empleo de

productos químicos.

Eficacia del 100%.

No son necesarios

repasos posteriores.

Coste nuy elevado.

Método de aplicación

compleja. Es necesario

revisar periodicamente las

coberturas en busca de

posibles perforaciones.

Inundación del cañaveral

Cañaverales

monoespecíficos cerca de

cursos fluviales a una cota

un poco superior a la

lámina de agua.

En invierno. La parcela debe

permanecer inundada 3

meses ininterrumpidos con

un lámina de agua

de 20 cm.

Maquinaria para

desbroce del cañaveral.

Retroexcavadora para

la construcción de mota

perpendicular al río que

permita la inundación

de la parcela.

No requiere empleo de

productos químicos.

Eficacia del 100%.

No son necesarios

repasos posteriores.

Coste nuy elevado. Método

de aplicación compleja.

Es necesario revisar

periodicamente la actuación

para reparar posibles

fugas de agua.

Extracción de rizoma

Cañaverales situados

en riberas que vayan a

reperfilarse o cañaverales

densos y monoespecifícos.

Inadecuado para

cañaverales que

crecen en escolleras.

En verano, con el terreno

seco para minimizar

pérdidas de sustrato.

Maquinaria para

desbroce del cañaveral.

Retroexcavadora con cazo

modificado para extracción

del rizoma. Cribas para

separación de sustrato

y rizoma.

No requiere empleo de

productos químicos.

Eficacia del 100% o próxima

si se retira el sustrato

con el rizoma.

Fuerte alteración del

sustrato. Coste elevado.

Generación de un residuo

que es necesario gestionar.

Requiere revegetación

posterior.

Cobertura de ramas

Cañaverales situados

en riberas que vayan a

reperfilarse. Inadecuado

para cañaverales que

crecen en escolleras.

Dos desbroces previos,

final de agosto y final de

septiembre. Plantación

en invierno.

Maquinaria para

desbroce del cañaveral.

Retroexcavadora para

reperfilado de los taludes.

Varas de sauce o similar.

Alambre o cuerda y estacas

para sujetar las ramas.

Piedras o troncos

para escollera.

No requiere empleo de

productos químicos.

Restauración con

vegetación autóctona.

Moderada alteración del

sustrato. Eficacia elevada en

el control de A. donax.

Coste nuy elevado. Método

de aplicación compleja.

Page 58: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

62

5.2. Métodos ineficaces para el control de

cañaverales

Tradicio

nalm

ente, p

ara gestio

nar cañ

averales se han

em-

plead

o m

étodos q

ue ú

nicam

ente in

ciden

sobre la p

arte

aérea de A. donax, co

mo p

or ejem

plo

el desb

roce o

la

quem

a (figura 4

9). A

ctualm

ente, la evid

encia acu

mulad

a

dem

uestra q

ue am

bos m

étodos so

lo p

ermiten

un co

ntro

l

temporal d

e estas form

aciones veg

etales y que, a m

edio

plazo

, conso

lidan

su d

om

inan

cia frente a la veg

etación ri-

paria n

ativa. Por o

tro lad

o, el co

ntro

l de lo

s cañaverales

med

iante h

erbívo

ros tam

poco

es posib

le, por las razo

nes

que se exp

onen

más ad

elante.

Desbroce de cañaverales

Este m

étod

o co

nsiste ú

nicam

ente en

la elimin

ación

me-

cánica d

e la parte aérea d

e un

cañaveral. N

uestro

s ob

-

servacion

es ind

ican q

ue, co

mo

resultad

o d

el desb

roce,

se pro

du

ce un

aum

ento

de h

asta un

15

% en

la den

sidad

de tallo

s del cañ

averal respecto

a la situació

n in

icial, tal y

com

o h

an d

escrito o

tros trab

ajos (U

SE

PA

19

97

; Gu

thrie

20

07

). Po

r lo tan

to, la co

nsecu

encia d

e este tipo

de ac-

tuacio

nes so

n cañ

averales más d

enso

s qu

e los existen

-

tes inicialm

ente.

Por co

nsig

uien

te, este méto

do d

ebería ap

licarse únicam

ente:

- En

com

bin

ación

con

otro

s, ya sean q

uím

icos (ap

lica-

ción

de h

erbicid

as), físicos (cu

brim

iento

con

plástico

s

op

acos, in

un

dació

n p

rolo

ng

ada d

el cañaveral) o

de fo

-

men

to d

e la com

peten

cia con

especies n

ativas (cob

ertu-

ras arbu

stivas den

sas).

- En situ

aciones d

e emerg

encia, p

ara la elimin

ación tran

sito-

ria de la b

iom

asa asociad

a a estas form

aciones veg

etales.

De o

tro m

odo, su

pone u

na in

versión elevad

a con u

n efecto

a med

io y larg

o p

lazo co

ntrap

roducen

te para el co

ntro

l de

esta especie in

vasora.

Quema de cañaverales

El co

ntro

l de p

lantas in

vasoras m

edian

te quem

as prescri-

tas es una h

erramien

ta útil cu

ando el fu

ego d

estruye su

s

estructu

ras repro

ductivas (D

iTom

aso et al. 2

006). P

ero

este no es el caso

de A. donax, cu

yos rizo

mas q

ued

an a

salvo d

el fueg

o d

ebid

o al aislam

iento

térmico

que co

nfiere

el sustrato

.

Seg

ún alg

unos au

tores (C

offm

an 2

007; C

offm

an, A

mbro

se

y Rundel 2

010) el fu

ego estim

ula el crecim

iento

inm

ediato

de la cañ

a, que p

ued

e hacer u

so d

e las reservas acum

ulad

as

en su

s rizom

as, mien

tras que la veg

etación n

ativa se recu-

pera m

ás lentam

ente. A

esto h

ay que añ

adir q

ue la tasa d

e

crecimien

to d

e A. donax es much

o m

ás elevada q

ue la d

e las

especies n

ativas, especialm

ente d

uran

te el prim

er año tras

el incen

dio

, cuan

do la cañ

a pued

e hacer u

so d

e los n

utrien

-

tes liberad

os p

or m

ineralizació

n d

uran

te el fueg

o. To

do ello

conduce a u

na m

ayor acu

mulació

n d

e bio

masa aérea d

e A. donax co

mparad

o co

n las esp

ecies nativas. E

n co

nsecu

en-

cia, un añ

o d

espués d

e la quem

a de u

n cañ

averal se pro

duce

una co

nso

lidació

n d

e la dom

inan

cia de A. donax, lo

que se

traduce en

una g

radual exclu

sión d

el espacio

ribereñ

o d

e las

especies veg

etales nativas.

Por co

nsig

uien

te, la quem

a de cañ

averales en n

ingún caso

pued

e consid

erarse un m

étodo d

e contro

l de A. donax. S

u

empleo

solo

tendría sen

tido p

ara reducir tem

poralm

ente la

bio

masa acu

mulad

a en situ

aciones d

e emerg

encia e im

-

posib

ilidad

de actu

ar de o

tro m

odo p

or falta d

e recurso

s,

asum

iendo d

e antem

ano q

ue se trata d

e una actu

ación q

ue

a med

io y larg

o p

lazo tien

de a co

nso

lidar la in

vasión.

Figura 49. La elim

inació

n d

e la parte aérea d

e A. donax med

iante d

esbro

ce (izqu

ierda) o

po

r la acción

del fu

ego

(derech

a) estimu

la la pro

du

cción

de

bro

tes po

r parte d

el rizom

a, lo q

ue se trad

uce en

el establecim

iento

de u

n cañ

averal más d

enso

qu

e el preced

ente. Im

ágen

es: Izqu

ierda: G

eneralitat

Valen

ciana. D

erecha: D

GA

(MA

GR

AM

A)-T

RA

GS

A.

Page 59: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

63

a) Trituració

n.

Se trata d

e un

a técnica h

abitu

al para el tratam

iento

de

residu

os veg

etales qu

e perm

ite su in

corp

oració

n al su

s-

trato co

mo

enm

iend

a org

ánica veg

etal. Para q

ue lo

s rizo-

mas sean

inviab

les desd

e el pu

nto

de vista veg

etativo d

e-

ben

triturarse co

n u

n tam

año

semejan

te al serrín (S

antín

et al. 20

12

). De o

tro m

od

o, si el tam

año

resultan

te de la

trituració

n d

el residu

o es m

ayor, n

o se p

ued

e garan

tizar

su co

mp

leta inertizació

n (cu

adro

5).

b) E

nterram

iento

.

Las exp

eriencias realizad

as po

r Mo

ta (20

09

) dem

ues-

tran q

ue es p

osib

le inertizar lo

s rizom

as enterrán

do

los a

más d

e 1 m

etro d

e pro

fun

did

ad cu

bierto

s con

un

plásti-

co. E

s imp

ortan

te sub

rayar qu

e para q

ue el m

étod

o sea

eficaz d

eben

cum

plirse am

bo

s requ

isitos. E

s decir, d

ebe

respetarse la p

rofu

nd

idad

ind

icada y cu

brir lo

s restos

con

plástico

.

5.3.2. Inertización de los tallos

Lo

s tratamien

tos q

ue se d

escriben

a con

tinu

ación

deb

en

aplicarse ú

nicam

ente a las cañ

as lign

ificad

as. Lo

s tallos

de p

rimer añ

o n

o lig

nifi

cado

s carecen d

e capacid

ad re-

bro

tado

ra y, un

a vez cortad

os, se secarán

a los p

oco

s

días. P

or ello

, pu

eden

ser dep

ositad

os en

el ámb

ito d

e

actuació

n. P

or el co

ntrario

, para d

epo

sitar en el m

edio

natu

ral las cañas lig

nifi

cadas sin

qu

e exista riesgo

de q

ue

enraícen

y den

lug

ar a nu

evas plan

tas deb

e aplicarse u

no

de lo

s méto

do

s descrito

s a con

tinu

ación

:

a) Astillad

o.

Por su

natu

raleza fibro

sa, el astillado d

e las cañas req

uiere

una astillad

ora p

oten

te. Esta tarea p

ued

e resultar m

ás fácil

si las cañas están

algo secas. L

a máq

uin

a emplead

a en la

trituració

n d

el rizom

a en n

uestras exp

eriencias es tam

bién

adecu

ada p

ara el astillado d

e las cañas (fi

gura 5

0b).

Po

r lo q

ue se refi

ere al tamañ

o d

e astilla qu

e se deb

e

pro

du

cir Bo

ose y H

olt (1

99

9) d

emo

straron

qu

e un

90

%

de lo

s fragm

ento

s de tallo

qu

e con

tienen

un

nu

do

son

capaces d

e rebro

tar cuan

do

se cultivan

en u

n in

verna-

dero

. Sin

emb

argo

, estos frag

men

tos d

e tallo d

e tamañ

o

tan red

ucid

o carecen

de la cap

acidad

de p

rod

ucir raíces

(Decru

yenaere y H

olt 2

00

1) y p

or co

nsig

uien

te su viab

ili-

dad

real en cam

po

sería cuestio

nab

le. En

cualq

uier caso

,

com

o m

edid

a de seg

urid

ad, se reco

mien

da q

ue las asti-

llas qu

e se pro

du

zcan sean

inferio

res a 2 cen

tímetro

s, ya

qu

e este tamañ

o g

arantiza la d

estrucció

n d

e los n

ud

os.

Control mediante herbívoros

La cañ

a no es u

na esp

ecie atractiva para lo

s herb

ívoro

s en

virtud d

e las sustan

cias quím

icas nocivas q

ue acu

mula y

de su

alto co

nten

ido en

sílice, resultad

o d

e la presen

cia de

células silíceas aso

ciadas co

n lo

s haces vascu

lares en la

epid

ermis (P

erdue 1

958; B

ell 1997).

Com

o co

nsecu

encia d

e esto, lo

s herb

ívoro

s com

o cab

ras,

ovejas o

vacas solo

com

erán las h

ojas tiern

as cuan

do n

o

haya o

tra alternativa y ten

derán

a concen

trar su acció

n

ramonead

ora so

bre las esp

ecies nativas, m

ás palatab

les.

Por lo

tanto

, este méto

do tam

poco

pued

e ser consid

erado

una altern

ativa para el co

ntro

l de A. donax.

5.3. Gestión de los residuos generados en la elim

inación de cañaverales

Seg

ún

el méto

do

emp

leado

en lo

s trabajo

s de elim

inació

n

de cañ

averales se pu

eden

pro

du

cir do

s tipo

s de resid

uo

s

vegetales co

n cap

acidad

de rep

rod

ucció

n veg

etativa. Se

trata de lo

s rizom

as, los tallo

s lign

ificad

os o

los frag

men

-

tos d

e amb

os. Tal y co

mo

se ha visto

en la secció

n d

e

bio

log

ía, estas partes d

e la caña p

oseen

yemas, p

ud

iend

o

actuar co

mo

vectores d

e pro

pag

ación

y pro

du

cir nu

evas

plan

tas. Po

r con

sigu

iente, esto

s restos veg

etales no

de-

ben

dep

ositarse en

el med

io n

atural sin

antes in

ertizarlos

med

iante lo

s tratamien

tos q

ue co

nstitu

yen el o

bjeto

de

este apartad

o.

Desd

e el punto

de vista leg

al, el dep

ósito

de lo

s restos

de esp

ecies invaso

ras está perm

itido p

or el R

eal Decreto

1628/2

011, d

e 14 d

e noviem

bre, p

or el q

ue se reg

ula el

Listad

o y el C

atálogo E

spañ

ol d

e Esp

ecies Exó

ticas Inva-

soras en

el marco

de actu

aciones d

e contro

l, siempre q

ue

se realice de m

odo q

ue n

o se favo

rezca la disp

ersión p

os-

terior d

e la especie o

bjeto

de co

ntro

l (artículo

10.8

). Los

méto

dos q

ue se d

escriben

a contin

uació

n cu

mplirían

con

el requisito

expresad

o en

la norm

a citada.

5.3.1. Inertización de los rizomas

La extracció

n d

el rizom

a lleva aparejad

o la g

eneració

n d

e

una g

ran can

tidad

de resid

uo veg

etal que co

nserva su

ca-

pacid

ad d

e pro

ducir n

uevas p

lantas d

uran

te perio

dos p

ro-

longad

os. P

or lo

tanto

, el gesto

r deb

e tener en

cuen

ta que

la mera extracció

n d

el sustrato

no p

rovo

ca su m

uerte. U

na

opció

n p

ara gestio

nar este m

aterial con elevad

o co

ste eco-

nóm

ico es su

traslado a verted

ero au

torizad

o p

ara su p

os-

terior tratam

iento

, con el co

nsig

uien

te pag

o d

el canon d

e

vertido. P

ero este co

ste elevado p

ued

e evitarse med

iante el

empleo

de lo

s méto

dos q

ue se d

escriben

a contin

uació

n:

Page 60: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

64

b) D

esecación.

Si se d

ispone d

e espacio

, las cañas co

rtadas p

ued

en d

e-

positarse en

lugar seco

. Boose y H

olt (1

999) co

mpro

baro

n

que el m

anten

imien

to d

e fragm

ento

s de tallo

en co

ndicio

nes

secas (4 sem

anas a tem

peratu

ras de 1

9-2

3 ºC

) pro

voca u

na

inhib

ición d

e la bro

tación d

el 72%

de su

s yemas. D

e aquí se

ded

uce q

ue el d

epósito

de las cañ

as en u

n lu

gar seco

du-

rante d

os m

eses de veran

o en

la mayo

r parte d

e territorio

s

donde la cañ

a crece en E

spañ

a garan

tizaría su in

ertización.

Cuadro 5: Ensayos de inertización del rizoma

En n

uestras exp

eriencias se cu

ltivaron frag

men

tos d

e ri-

zom

a de 5

, 3 y 1

centím

etros así co

mo el serrín

(tamañ

o

< 1

centím

etro, fi

gura 5

0a) resu

ltado d

e su tritu

ración.

Tras 35 d

ías en in

vernad

ero se o

bservó

que to

das las cla-

ses de tam

año, in

cluid

a la de frag

men

tos d

e 1 cen

tímetro

,

gen

eraron b

rotes. N

o o

bstan

te, los frag

men

tos d

e men

or

tamañ

o tard

aron m

ás y emitiero

n m

enor can

tidad

de ta-

llos q

ue lo

s de m

ayor tam

año (fi

gura 5

1). Ú

nicam

ente el

rizom

a triturad

o n

o p

rodujo

nin

gún reb

rote. R

esultad

os

semejan

tes han

sido o

bten

idos p

or M

ota (2

009).

Figura 50. La tritu

ración

del rizo

ma co

n u

n

tamañ

o d

e gran

o sem

ejante al serrín

(a) ga-

rantiza su

com

pleta in

ertización

. Para lo

grar

esto es n

ecesario em

plear u

na tritu

rado

ra

para

restos

vegetales

(b)

po

r ejem

plo

el

mo

delo

C

IPP

O

15

versión

g

asolin

a-HP

22

,1-kW

16

,5-H

ON

DA

GX

69

0-P

rod

ucció

n

10

m³/h

– d

iámetro

triturab

le 15

cm—

con

la qu

e se ob

tiene u

n tritu

rado

fin

o. E

stos

restos, ju

nto

a fragm

ento

s de rizo

ma d

e un

tamañ

o d

e 1, 3

y 5 cm

, se semb

raron

en

ban

dejas d

e 11

litros co

n su

strato y se m

an-

tuviero

n en

invern

adero

du

rante 4

0 d

ías (c).

En

las imág

enes (d

) y (e), pu

eden

verse las

diferen

cias existentes en

tre la bro

tación

de

un

rizom

a intacto

(con

trol) co

n el b

rote p

ro-

du

cido

po

r un

fragm

ento

de rizo

ma d

e 1 cm

.

Imág

enes: D

GA

(MA

GR

AM

A) –

TR

AG

SA

.a

b

Page 61: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

65

Figura 51. Nú

mero

med

io d

e bro

tes emitid

os p

or las d

istintas clases d

e tamañ

o d

e fragm

ento

de rizo

ma en

fun

ción

del tiem

po

de cu

ltivo.

Las letras d

iferentes in

dican

diferen

cias sign

ificativas co

n el test d

e Tukey (P

<0

,05

). En

sayos d

esarrollad

os en

el Institu

to N

acion

al de In

ves-tig

acion

es Ag

rarias (INIA

).

c

de

Nº de brotes

Velocidad de rebrote (días)

12

1086420

7 1

4 2

1 2

8 3

5

Tamañ

o d

el fragm

ento

del rizo

ma d

e A. donax1 cm

aa

aa

b

b

b

b

cc

d3 cm

5 cm

Page 62: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

66

5.4. Análisis de costes

El co

ste de lo

s diferen

tes méto

dos en

sayados así co

mo su

coste m

edio

, indicad

o p

or la lín

ea azul, se m

uestra en

la fi-

gura 5

2. D

el análisis d

e estos resu

ltados p

ued

en extraerse

las siguien

tes consid

eraciones:

a) los m

étodos d

e fum

igació

n d

el cañaveral o

de lo

s rebro

-

tes suponen

únicam

ente u

n in

cremen

to m

oderad

o d

e pre-

cio resp

ecto al d

esbro

ce. En este p

unto

hay q

ue reco

rdar

que el d

esbro

ce contrib

uye a la g

eneració

n d

e un cañ

averal

más d

enso

y no p

ued

e ser consid

erado u

n m

étodo d

e con-

trol. P

or lo

tanto

, estos resu

ltados p

onen

de m

anifi

esto el

coste elevad

o d

el desb

roce fren

te a ciertos m

étodos q

uí-

mico

s, con lo

s que se p

ued

e lograr u

n co

ntro

l más efi

caz

de lo

s cañaverales.

b) el co

ste de lo

s méto

dos q

uím

icos es b

ajo en

com

pa-

ración co

n el resto

, a excepció

n d

el de im

preg

nació

n. S

in

embarg

o, este im

porte co

rresponde a tres ap

licaciones

para cad

a uno d

e ellos, lo

que n

o p

ermite el co

ntro

l defi

-

nitivo

del cañ

averal (cuad

ro 4

). Esto

signifi

ca que su

cos-

te final p

ued

e ser superio

r, ya que co

n frecu

encia serán

necesarias ap

licaciones en

años su

cesivos. A

unque este

increm

ento

no h

a sido estim

ado en

los en

sayos realizad

os,

se ha calcu

lado q

ue el co

ste de lo

s repaso

s en lo

s méto

-

dos d

e fum

igació

n d

el rebro

te e impreg

nació

n se red

uce

confo

rme ésto

s se suced

en (fi

gura 5

3). E

sto se d

ebe, p

or

una p

arte, a que el p

rimer tratam

iento

inclu

ye el coste d

el

desb

roce en

ambos caso

s y, por o

tra, a que el n

úm

ero d

e

cañas q

ue d

ebe tratarse d

ismin

uye co

n lo

s sucesivo

s tra-

tamien

tos. P

or lo

tanto

, el gesto

r deb

e tener en

cuen

ta que

los rep

asos tien

en u

n m

enor co

ste en co

mparació

n co

n el

tratamien

to in

icial en la p

lanifi

cación d

e los trab

ajos.

Por ú

ltimo, en

la figura 5

4 se m

uestran

las prin

cipales u

ni-

dad

es de o

bra q

ue in

tervienen

en cad

a méto

do y su

contri-

bució

n p

roporcio

nal al im

porte to

tal de cad

a uno d

e ellos.

Esta in

form

ación p

ued

e ser útil p

ara mejo

rar su ren

dim

ien-

to, ya q

ue p

ermite sab

er qué u

nid

ades d

e obra co

ndicio

nan

el coste d

e man

era más d

etermin

ante. P

or ejem

plo

, en 6

de lo

s 8 m

étodos, la u

nid

ad d

e obra co

n m

ayor p

eso en

la

determ

inació

n d

el precio

es la man

o d

e obra (co

lor n

aranja).

Esto

sugiere q

ue p

odría lo

grarse u

na m

ejora d

e la pro

duc-

tividad

pro

porcio

nan

do u

na fo

rmació

n ad

ecuad

a a los o

pe-

rarios en

cargad

os d

e la ejecució

n d

e los trab

ajos, d

e modo

que ad

quieran

las hab

ilidad

es y conocim

iento

s necesario

s

para co

rrecta ejecució

n d

e los m

ismos an

tes de su

inicio

.

Figura 52. Co

ste de ap

licación

(€/m

2) de lo

s diferen

tes méto

do

s para el co

ntro

l de cañ

averales (recuad

ro azu

l) y coste d

el desb

roce m

ecánico

(recuad

ro

gris). R

ojo

: méto

do

s qu

ímico

s; verde: m

ecánico

s; violeta: físico

s; azul: fo

men

to co

mp

etencia. E

n el caso

de lo

s méto

do

s qu

ímico

s ún

icamen

te, el coste

equ

ivale al tratamien

to in

icial y do

s tratamien

tos d

e repaso

. Co

ste apro

ximad

o d

e los tratam

iento

s basad

o en

el análisis d

e ob

ras de m

anten

imien

to d

e

cauces en

varias con

federacio

nes h

idro

gráfi

cas, pro

yectos d

e la Estrateg

ia Nacio

nal d

e Río

s y pro

yectos in

ternacio

nales.

Cobertu

ra

ramas vivas

17

15

13

1197531-1

Cubrim

iento

Impreg

nació

n

post-co

rte

Inundació

nExtracción

rizom

a cribad

o Extracción rizoma

+ su

strato

Inyecció

nFu

mig

ación

rebro

te

Fum

igació

n

cañaveral

Desb

roce

15,8

9,0

5

10,0

5

8,0

17,6

3,8

5

1,8

9

0,8

6

Co

ste med

io: 7

,09

4,5

56,7

7

Page 63: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

67

Figura 53. Porcen

taje del co

ste total q

ue

suponen

los tratam

iento

s de rep

aso en

los

méto

dos d

e fum

igad

o d

el rebro

te e impreg

-

nació

n

post-co

rte (d

el reb

rote).

El

coste

elevado d

e la prim

era aplicació

n es d

ebid

o

a que in

cluye el im

porte co

rrespondien

te al

desb

roce in

icial del cañ

averal.

Figura 54. Co

ste relativo d

e las diferen

tes un

idad

es de o

bra p

ara cada u

no

de lo

s och

o m

étod

os en

sayado

s.

Fum

igació

n reb

rote

Impreg

nació

n p

ost-co

rte

1er tratam

iento

2º tratam

iento

3er tratam

iento

80%12%

8%

43%28,1%

22%

0%

10%

20%

30%

40%

50%

60%

70%

80%

90%

100%

Fumigación cañaveral

Fumigación rebrote

Impregnación post-corte

Inyección de herbicida

Cubrimiento

Inundación

Extracción rizoma

Cobertura ramas

Man

o d

e ob

raD

esbro

ceG

eotextil

Grap

aA

lamb

re

Man

o d

e ob

raH

erbicid

aH

erbicid

aD

esbro

ce

Man

o d

e ob

raH

erbicid

aD

esbro

ceM

ano

de o

bra

Jering

aH

erbicid

a

Desb

roce

Co

nd

uccio

nes d

e agu

aM

ano

de o

bra

Rep

erfilad

o o

rillaD

esbro

ceM

ano

de o

bra

Man

o d

e ob

raE

xtracción

Man

o d

e ob

ra

57%43%

70%

5%

25%

31%

9%

60%63%

5%11%

14%

7%

88%

8%4%

88%

2%10%

58%

40%

2%2%

98%

Page 64: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

69

a) La elim

inació

n d

e un cañ

averal es un o

bjetivo

perfec-

tamen

te alcanzab

le emplean

do d

istinto

s méto

dos, in

cluso

en situ

aciones d

e colo

nizació

n m

uy in

tensa. N

o o

bstan

te,

la difi

cultad

para lo

grar esta m

eta se increm

enta co

n la

escala de la in

tervenció

n. A

esto co

ntrib

uye la ad

aptab

i-

lidad

de A. donax —

que le p

ermite crecer en

una am

plia

variedad

de situ

aciones—

y los d

iversos facto

res que co

n-

dicio

nan

la interven

ción.

b) E

l con

ocim

iento

de la b

iolo

gía d

e A. donax es un

as-

pecto

imp

ortan

te a la ho

ra de ab

ord

ar su elim

inació

n.

De h

echo

, la difi

cultad

para lo

grar este o

bjetivo

radica

en las p

eculiarid

ades d

e su m

orfo

log

ía —p

resencia d

e

un

órg

ano

peren

ne su

bterrán

eo resp

on

sable d

el reclu-

tamien

to—

, de su

mo

do

de crecim

iento

y pro

pag

ación

—elevad

a capacid

ad d

e repro

du

cción

vegetativa—

, de su

fisio

log

ía —alta p

rod

uctivid

ad—

y de su

ecolo

gía —

ele-

vada p

lasticidad

—. E

stos asp

ectos d

eben

ser tenid

os en

cuen

ta a la ho

ra de ap

licar los d

iferentes m

étod

os q

ue

perm

iten el co

ntro

l de esta esp

ecie así com

o en

la plan

i-

ficació

n d

e las actuacio

nes.

c) La

elimin

ación

de

cañaverales

es posib

le m

edian

te

méto

dos trad

icionales co

mo el em

pleo

de h

erbicid

as o la

extracción m

ecánica d

el rizom

a. Pero

también

lo es co

n

otro

s utilizad

os co

n m

enor frecu

encia, co

mo lo

s cubri-

mien

tos co

n co

bertu

ras opacas, la in

undació

n p

rolo

ngad

a

o el fo

men

to d

e la com

peten

cia que o

frecen ciertas es-

pecies n

ativas. Hab

ida cu

enta q

ue lo

s distin

tos m

étodos

difi

eren en

los im

pacto

s que p

roducen

sobre el m

edio

y

en su

s costes d

e aplicació

n, la elecció

n d

el más ad

ecuad

o

dep

enderá d

e múltip

les variables, q

ue in

cluirán

desd

e as-

pecto

s norm

ativos al tip

o d

e interven

ción q

ue se p

retenda

realizar, pasan

do p

or las características d

el cañaveral, la

localizació

n d

e la actuació

n o

la posib

ilidad

de realizar re-

paso

s en añ

os su

cesivos.

d) E

n g

eneral, p

ued

e afirm

arse que lo

s méto

dos d

e contro

l

de cañ

averales que n

o recu

rren a h

erbicid

as perm

iten su

elimin

ación d

efinitiva co

n m

ayor rap

idez q

ue lo

s méto

dos

quím

icos, sin

necesid

ad d

e repaso

s una vez fi

nalizad

a la

interven

ción. N

o o

bstan

te, el coste d

e estos m

étodos es

hab

itualm

ente m

ayor q

ue el d

e aquello

s que recu

rren al

empleo

de h

erbicid

as.

e) Los tratam

iento

s de rep

aso so

n esen

ciales para la co

n-

solid

ación d

e la eficacia d

e los m

étodos q

uím

icos. A

dem

ás,

únicam

ente su

ponen

un b

ajo o

moderad

o in

cremen

to d

e

coste resp

ecto a la actu

ación in

icial. En este sen

tido, es

importan

te prever q

ue el p

eriodo d

e seguim

iento

necesa-

rio p

ara la com

pleta elim

inació

n d

e un cañ

averal med

iante

el empleo

de h

erbicid

a oscila en

tre los 3

y los 5

años. P

or

lo tan

to, si n

o p

ued

en g

arantizarse esto

s repaso

s, se reco-

mien

da n

o in

iciar las actuacio

nes d

e contro

l de cañ

avera-

les emplean

do m

étodos q

uím

icos.

f) El d

esbro

ce por sí so

lo o

la quem

a de cañ

averales única-

men

te conducen

a una elim

inació

n tran

sitoria d

e su p

arte

aérea. Por co

nsig

uien

te, ambos m

étodos d

eberían

única-

men

te emplearse p

ara la reducció

n tem

poral d

e la bio

masa

acum

ulad

a en situ

aciones d

e emerg

encia e im

posib

ilidad

de actu

ar de o

tro m

odo p

or falta d

e recurso

s, asum

iendo

de an

teman

o q

ue se trata d

e una actu

ación q

ue a m

edio

y

largo p

lazo tien

de a co

nso

lidar la d

om

inan

cia de las rib

e-

ras por p

arte de la cañ

a y, por co

nsig

uien

te, a agravar lo

s

pro

blem

as y riesgos aso

ciados a su

presen

cia.

CONCLUSIONES

Page 65: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

71

AB

ICH

AN

DA

NI, S

.L. 2

007. The potential im

pact of the in-vasive species A

rundo d

onax on w

ater resources along the Santa Clara river: seasonal and diurnal transpiration

. MS

c

Thesis. U

niversity o

f Califo

rnia. L

os A

ngeles.

AN

NA

PU

RN

A, C

. & J.S

. SIN

GH

. 20

03

. Phenotypic plas-ticity and plant invasiveness: case study of congress grass. C

urren

t Scien

ce 85

: 19

7–

20

1.

AN

ON

. 2002. U

.S. Fish

and W

ildlife S

ervice, Reg

ion 2

. Final recovery plan: Southw

estern willow

flycatcher (Em

pid

onax

traillii extimus). A

lbuquerq

ue, N

M: S

outh

western

Willo

w Fly-

catcher R

ecovery Team

.

AN

ON

. 20

07

. Aru

nd

o d

on

ax Tarping Protocol. Cen

ter for

Eco

log

ical R

estoratio

n

and

S

teward

ship

. C

ircuit

Rid

er

Pro

du

ction

s, Inc.

BELL, C

.E. 2

011. Giant reed (A

rundo d

onax L.) response

to glyphosate and imazapyr. Jo

urn

al of A

quatic P

lant M

a-

nag

emen

t. 49: 1

11-1

13.

BELL, G

.P. 1993. Biology and grow

th habits of giant reed

(Aru

ndo d

onax). In

: Arundo donax worksh

op p

roceed

ings.

Team Arundo

del N

orte.

BE

LL

, G.P. 1

99

7. Ecology and m

anagement of A

run

do

do

nax and approaches to habitat restoration in southern

Divulgación del Proyecto de I+D

+i para el Control y Erradicación de A. donax: I co

ng

reso Ib

érico R

estaurarío

s

(Leó

n, o

ctub

re 20

11

); XIII C

on

greso

de la S

ocied

ad E

spañ

ola d

e Malh

erbo

log

ía (Can

arias, no

viemb

re 20

11

); Jorn

a-

das so

bre E

species In

vasoras en

Río

s y Zo

nas H

úm

edas (V

alencia, feb

rero 2

01

2); Jo

rnad

a intern

a —A

GE

— so

bre

segu

imien

to d

e pro

yectos d

e restauració

n fl

uvial (M

adrid

, jun

io 2

01

2); P

resentació

n en

el ciclo d

e con

ferencias d

e la

expo

sición

“entre río

s and

a el jueg

o” (ju

nio

20

12

en M

adrid

); IV C

on

greso

Nacio

nal so

bre E

species E

xóticas In

vasoras

(Po

nteved

ra, septiem

bre 2

01

2); Jo

rnad

as Técnicas d

e Restau

ración

Fluvial (M

urcia, o

ctub

re 20

12

); Co

ng

reso N

acio-

nal d

e Med

io A

mb

iente -C

ON

AM

A- (M

adrid

, no

viemb

re 20

12

).

California. In: B

rock JH

, Wad

e M, P

ysek P y D

Green

(Ed

s.), Plant Invasions: studies from North Am

erica and Europe, p

p 1

03

–1

13

. Backh

uys P

ub

lishers, L

eiden

. Th

e

Neth

erland

s.

BO

LA

ND

, J.M. 2

006. The im

portance of layering in the ra-pid spread of A

rundo d

onax (giant reed). M

adro

ño, V

ol 5

3

(4): 3

03–312.

BO

OS

E, A

.B. &

J.S. H

OLT. 1

999. Environm

ental effects on asexual reproduction in

Aru

ndo d

onax. W

eed R

esearch 3

9:

117-1

27.

BR

AD

LEY, J. 1

997. Bringing back the bush: The Bradley

method of bush regeneration. L

ansd

ow

ne P

ublish

ing P

ty.

Ltd

. The R

ocks, N

ew S

outh

Wales, A

ustralia.

BR

OO

KS

, M.L

., BELN

AP, J., K

EELEY, J. &

R. S

AN

FOR

D.

2005. Fire and invasive annual grasses in W

estern ecosys-tem

s. Final R

eport fo

r JFSP

Pro

ject Num

ber 0

0-1

-2-0

4.

BR

OO

KS

, M.L

., D’A

NTO

NIO

, C.M

., RIC

HA

RD

SO

N, D

.M.,

GR

AC

E,

J.B.,

KEELEY,

J.E.,

DIT

OM

AS

O,

J.M.,

HO

BB

S,

R.J., P

ELLA

NT, M

. & D

. PY

KE. 2

004. Effects of invasive

alien plants on fire regimes. B

ioS

cience 5

4: 6

77-6

88.

CA

MP

OS

, J.A. &

M. H

ER

RE

RA

. 20

09

. Diagnosis de la Flora alóctona invasora de la CAPV. D

irección

de B

io-

REFERENCIAS

Page 66: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

72

diversid

ad y P

articipació

n A

mb

iental. D

epartam

ento

de

Med

io A

mb

iente y O

rden

ación

del Territo

rio. G

ob

ierno

Vasco

. 29

6 p

p. B

ilbao

.

CA

PD

EV

ILA

-AR

ELLES

, L., Z

ILETTI, B

. & S

UA

REZ Á

L-

VA

REZ, V.A

. 2011. M

anual de las Especies Exóticas Inva-soras en los Ríos y Riberas de la Cuenca Hidrográfica del Duero. C

onfed

eración H

idro

gráfi

ca del D

uero

. Min

isterio

de M

edio

Am

bien

te, Med

io R

ural y M

arino.

CH

AD

WIC

K. 1

992. Santa Ana river use attainability analysis.

Volume 2: aquatic biology, habitat and toxicity analysis. R

i-

verside, C

aliforn

ia: San

ta Ana w

atershed

pro

ject auth

ority.

CO

FFMA

N, G

.C. 2

007. Factors influencing invasion of giant

reed (Aru

ndo d

onax) in riparian ecosystem

s of Mediterra-

nean type climate regions. D

issertation

, Un

iversity of C

ali-

forn

ia, Los A

ngeles.

CO

FFMA

N, G

.C., A

MB

RO

SE, R

.F. & P.W

. RU

ND

EL. 2

004.

Invasion of Aru

ndo d

onax in river ecosystem

s of Mediterra-

nean climates: causes, im

pacts and managem

ent strategies. P

roceed

ings o

f the 1

0th

MED

EC

OS

. Conferen

ce, Rhodes Is-

land, G

reece. (Eds. M

. Arian

outso

u y W

. Pap

anastasis), p

p.

1-8

. Millp

ress Scien

ce Publish

ers, Rotterd

am.

CO

FFMA

N, G

.C., A

MB

RO

SE, R

.F. & P.W

. RU

ND

EL. 2

010.

Wildfire prom

otes dominance of invasive giant reed (A

run-

do d

onax) in riparian ecosystem

s. Bio

logical in

vasions 1

2:

2723-2

734.

CO

OK

, C.D

.K. 1

990. Aquatic Plant Book. S

PB

Acad

emic

Publish

ing, T

he H

ague, T

he N

etherlan

ds, p

. 220.

CO

RTÉS

, E., M

AR

CO

, M.A

. & J. G

OO

LS

BY. 2

009. Buscan-

do el antídoto natural en la lucha contra el carrizo gigante. C

uad

ernos B

iodiversid

ad 2

9: 2

0-2

4.

DA

EH

LER

, C

.C.

2003. Perform

ance comparison of co-

occurring native and alien invasive plants: Implications for

conservation and restoration. A

nnual R

eview o

f Eco

logical

and E

volu

tionary S

ystematics 3

4:1

83-2

11.

D’A

NTO

NIO

, C.M

. & P.M

. VIT

OU

SEK

. 1992. Biological in-

vasions by exotic grasses, the grass/fire cycle and global change. A

nnual R

eview 2

3: 6

3-8

7.

DA

NA

, E.D

., SA

NZ

, M., V

IVA

S, S

. & S

OB

RIN

O E

. 20

05

.

Especies vegetales invasoras en Andalucía. Direcció

n G

e-

neral d

e la Red

de E

spacio

s Natu

rales Pro

tegid

os y S

er-

vicios A

mb

ientales. C

on

sejería de M

edio

Am

bien

te. Jun

ta

de A

nd

alucía.

DE

CR

UY

EN

AE

RE

, J.G

. &

J.S

. H

OLT.

20

01

. Seasona-lity of clonal propagation in giant reed. W

eed S

cience

49

:76

0-7

67

.

DEC

RU

YEN

AER

E, J.G

. & J.S

. HO

LT. 2005. Ram

et demo-

graphy of a clonal invader, Aru

ndo d

onax (P

oaceae), in

southern California. Plan

t and S

oil 2

77: 4

1-5

2.

DiT

OM

AS

O, J.M

. 2000. Herbicides, p

p. 1

89-1

97. In

: Princi-ples of w

eed control. Thom

pso

n P

ublicatio

ns, Fresn

o, C

A.

DiT

OM

AS

O, J.M

. 1998. Biology and ecology of giant reed

.

Pp. 1

–5 in

C. B

ell (ed.), A

rundo and saltcedar: the deadly

duo. P

roceed

ings o

f the Arundo

and saltced

ar worksh

op.

University o

f Califo

rnia C

o-o

perative E

xtensio

n P

ublica-

tion, Im

perial C

ounty, C

A.

DiT

OM

AS

O, J.M

., BR

OO

KS

, M.L

., A. E

DIT

H B

., MIN

NIC

H, R

.,

RIC

E, P.M

., KY

SER

, G.B

. 2006. Control of Invasive W

eeds w

ith Prescribed Burning. Weed

Technolo

gy 2

0:5

35–548.

DU

DLEY, T.L

. 1998. Noxious W

ildland Weeds of California:

Aru

ndo d

onax. In

: Noxious Wildland W

eeds of California. C

. Bossard

, J. Ran

dall, an

d M

. Hosh

ovsky, ed

s.

DU

DL

EY, T.L

. 20

00

. Arundo donax. In: B

ossard

CC

, Ran

-

dall

JM an

d H

osh

ovsky

MC

(ed

s), Invasive Plants of Calfornia’s W

ildlands, pp

53

–5

8. U

niversity o

f Califo

rnia

Press, B

erkeley.

ELS

E, J.A

. 1996. Post-flood establishm

ent of native woody

species and an exotic, Aru

ndo d

onax, in a southern Califor-

nia riparian system. M

S th

esis. San

Dieg

o S

tate University.

EW

EL, K

.C., C

RES

SA

, C., K

NEIB

, R.T., L

AK

ES

, P.S., L

EV

IN,

L.A

., PA

LM

ER

, M.A

., SN

ELG

RO

VE, P. &

D.H

. WA

LL. 2

001.

Managing critical transition zones. E

cosystem

s 4: 4

52-4

60.

FRA

ND

SEN

, P.R. 1

997. Team

Arundo: interagency coope-ration to control giant reed cane (A

rundo d

onax). In

Luken

JO y JW

Thiert, ed

s. Assessm

ent an

d m

anag

emen

t of p

lant

invasio

ns. S

prin

ger, N

ew Y

ork, U

SA

.

GIE

SS

OW

, J., CA

SA

NO

VA

, J., LEC

LER

C, R

., MA

CA

RTH

UR

,

R., FL

EM

ING

, G., G

IES

SO

W, J. (2

011) A

rundo d

onax (Giant

Reed): Distribution and impact report. C

al-IPC

. http

://ww

w.

cal-ipc.o

rg/ip

/research/aru

ndo/in

dex.p

hp

GO

DÉ, L

.X., G

AR

CÍA

, E. &

C. G

UTIÉ

RR

EZ I P

ER

EA

RN

AU

.

2008. La gestió i recuperació de la vegetació de ribera:

guia tècnica per a actuacions en riberes. Dep

artamen

t de

Med

i Am

bien

t i Hab

itatge. G

eneralitat d

e Catalu

nya.

Page 67: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

73

Aru

ndo d

onax W

orksh

op P

roceed

ings, p

p 1

9-2

6. C

alifor-

nia E

xotic P

est Plan

t Council, R

iverside.

JIMÉN

EZ, J., S

ÁN

CH

EZ, F.J., G

AR

CÍA

, J., VIL

ÁN

, X.M

.,

LU

QU

ER

O, L

. & O

CA

ÑA

, L. 2

011. Respuesta de la planta

exótica invasora Aru

ndo d

onax L. (caña com

ún), frente a la acción sistém

ica de distintos tipos de herbicidas para su control y erradicación. E

n: A

ctas del I C

ongreso

Ibérico

de R

estauració

n Flu

vial “Restau

ra Río

s”. pp. 8

20. L

eón,

2011, E

spañ

a.

JIMÉ

NE

Z,

J., V

ILÁ

N,

X.M

., G

AR

CÍA

, J.,

LU

QU

ER

O,

L.

& S

AN

TÍN

, I. 20

11

. Estudio de la capacidad invasiva de A

run

do

do

nax L

., en distintas regiones bioclimáticas de

la Península Ibérica. Actas d

el XIII C

on

greso

de la S

ocie-

dad

Esp

año

la de M

alherb

olo

gía, “P

lantas In

vasoras, R

e-

sistencias a H

erbicid

as y Detecció

n d

e Malas H

ierbas”.

La L

agu

na, 2

01

1, E

spañ

a.

JOH

NS

ON

, M., D

UD

LEY, T. &

C. B

UR

NS

. 2006. Seed pro-

duction in Aru

ndo d

onax?. M

arine S

cience In

stitute, U

ni-

versity of C

aliforn

ia. Cal-IP

C N

ews Fall.

KIS

SN

ER

, D.A

. 2004. The effect of giant reed (A

rundo d

o-

nax) on the southern california riparian bird com

munity.

MS

c Thesis. S

an D

iego S

tate University.

LO

WE, S

., BR

OW

NE, M

., BO

UD

JELA

S, S

. & M

. DE P

OO

R-

TER

. 2000. 100 of the W

orld’s Worst Invasive Alien Spe-

cies: A selection from the Global Invasive Species Data-

base. Publish

ed b

y The In

vasive Species S

pecialist G

roup

(ISS

G) a sp

ecialist gro

up o

f the S

pecies S

urvival C

om

mis-

sion (S

SC

) of th

e World

Conservatio

n U

nio

n (IU

CN

).

M.A

.R.M

. 2008. Buenas prácticas agrícolas en la aplica-

ción de fitosanitarios. http

://ww

w.fep

ex.es/archivo

s/publi-

co/Fito

sanitario

s/Fitosan

tarios-%

20Texto

.pdf

MA

RIA

NI, C

., CA

BR

INI, R

., DA

NIN

, A., P

IFFAN

ELLI, P., FR

I-

CA

NO

, A., G

OM

AR

AS

CA

, S., D

ICA

ND

ILO

, M., G

RA

SS

I, F. &

C. S

OA

VE. 2

010. Origin, diffusion and reproduction of the

giant reed (Aru

ndo d

onax L.): a prom

ising weedy energy

crop. Annals o

f Applied

Bio

logy 1

57: 1

91–202

MILT

ON

, S.J. 2

004. Grasses as invasive alien plants in South

Africa. South

African

Journ

al of S

cience 1

00: 6

9-7

5.

MO

NS

AN

TO

. 2006. Aquam

aster label. http

://ww

w.m

on-

santo

.com

/monsan

to/.

MO

TA FR

EIX

AS

, E. 2

009. Estudi de noves tècniques per a

l’eradicació de l’Aru

ndo d

onax. M

emoria d

el pro

yecto d

e

GO

OLS

BY, J.A

. & P. M

OR

AN

. 2009. Host range of Tetra-

mesa rom

ana Walker (H

ymen

optera: E

uryto

mid

ae), a po-tential biological control of giant reed, A

rundo d

onax L

. In

North

Am

erica Bio

logical C

ontro

l 49: 1

60–168

GO

RD

ON

, D.R

., WELK

ER

, J.M., M

EN

KE, J.W

. & K

.J. RIC

E.

1989. Com

petition for soil water betw

een annual plant and blue oak (Q

uercu

s douglasii) seedlings. O

ecolo

gia 7

9:

533-5

41.

GR

AC

E, J.B

. 1993. The adaptive significance of clonal re-

production in angiosperms: an aquatic perspective. A

qua-

tic Botan

y 44: 1

59-1

80.

GR

OS

SIN

GER

, R., A

LEX

AN

DER

, J., CO

HEN

, A.N

. & J.N

.

CO

LLIN

S. 1

998. Introduced tidal m

arsh plants in the San Francisco Estuary. Regional distribution and priorities for control. S

an Fran

cisco E

stuary In

stitute, C

ALFE

D C

ategory

III Steerin

g C

om

mittee. C

aliforn

ia.

GU

TH

RIE

, G. 2

007. Im

pacts of the invasive reed Arundo donax on biodiversity at the com

munity-ecosystem

level. M

Sc T

hesis, B

iodiversity an

d C

onservatio

n B

iolo

gy D

e-

partm

ent, U

niversity o

f the W

estern C

ape.

HEN

DR

ICK

SO

N, D

., & S

. McG

AU

GH

. 2005. A

rundo d

onax

(Carrizo Grande/Giant Cane) in Cuatro Ciénegas. http

://

ww

w.d

esertfis

hes.o

rg/c

uatro

c/o

rgan

ism

s/n

on

-nativ

e/

Aru

ndo/A

rundo.h

tml

HER

RER

A, A

.M. &

T.L. D

UD

LEY. 2

003. Reduction of ripa-

rian arthropod diversity as a consequence of giant reed (A

rundo d

onax) invasion. B

iolo

gical in

vasions 5

: 167-1

77.

HO

OD

, W.G

. & R

.J. NA

IMA

N. 2

000. Vulnerability of ripa-

rian zones to invasion by exotic vascular plants. Plan

t Eco

-

logy 1

48: 1

05-1

14.

HO

SH

OV

SK

Y, C.M

. & J.M

. RA

ND

ALL. 2

000. M

anagement

of invasive species. In B

ossard

, C. C

., J.M. R

andall, an

d

M. C

. Hosh

ovsky. In

vasive Plan

ts of C

aliforn

ia’s Wild

lands.

University o

f Califo

rnia P

ress. Berkeley, C

A.

HO

SH

OV

SK

Y, M. 1

987. A

rundo d

onax. Elem

ent Stewards-

hip Abstract. The N

ature C

onservan

cy, San

Francisco

, CA

.

HU

GH

ES

, R.F., V

ITO

US

EK

, P.M. &

T. TU

NIS

ON

. 1991. Alien

grass invasion and fire in the seasonal submontane zone

of Hawaii. E

colo

gy 7

2: 7

43–746.

IVER

SO

N, M

. 1994. The im

pact of Aru

ndo d

onax on w

ater resources. In

: Jackson N

E, Fran

dsen

P an

d D

uth

oit S

(eds),

Page 68: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

74

final d

e carrera de C

iencias A

mbien

tales.

MO

OD

Y, M.E

. & R

.N. M

AC

K. 1

988. Controlling the spread

of plant invasions the importance of nascent foci. Jo

urn

al

of A

pplied

Eco

logy 2

5: 1

009-1

021

PA

N, X

.Y., GE

NG

, Y.P., ZH

AN

G, W

.J., LI, B

. & J.K

. CH

EN

.

20

06

. The influence of abiotic stress and phenotypic plasticity on the distribution of invasive Alternanthera philoxeroides along a riparian zone. A

cta Oeco

log

ica 30

:

33

3-3

41

.

PER

DU

E, R

.E. 1

958. A

rundo d

onax - source of m

usical reeds and industrial cellulose. E

conom

ic Botan

y 12: 3

68-4

04.

PLA

NTY-TA

BA

CC

HI, A

.M., TA

BA

CC

HI, E

., NA

IMA

N, R

.J.,

DEFE

RR

AR

I, C

. &

H

. D

ES

CA

MP

S.

1996. Invasibility of

species rich comm

unities in riparian zones. Conservatio

n

Bio

logy 1

0: 5

98-6

07.

PO

LU

NIN

, O. &

A. H

UX

LEY. 1

987. Flow

ers of the Medite-

rranean. Hogarth

Press, L

ondon.

QU

INN

, L.D

. 20

06

. Ecological correlates of invasion by A

run

do

do

nax. D

issertation

. Riversid

e, CA

: Un

iversity of

Califo

rnia.

QU

INN

, L.D

. & J.S

. HO

LT. 2009. Restoration for resistance

to invasion by giant reed (Aru

ndo d

onax). In

vasive plan

t

science an

d m

anag

emen

t 2: 2

79-2

91.

RIC

HA

RD

SO

N,

D.M

., H

OLM

ES

, P.M

., ES

LER

, K

.J., G

A-

LA

TO

WIT

SC

H, S

.M., S

TR

OM

BER

G, J.C

., KIR

KM

AN

, S.P.,

PY

SEK

P &

HO

BB

S R

J. 2007. Riparian vegetation: degra-

dation, alien plant invasions, and restoration prospects. D

iversity and D

istributio

ns. 1

3, 1

26-1

39.

REJM

ÁN

EK

, M. (1

989). Invasibility of plant com

munities,

a A

. D

rake i

A.

Mooney

(edito

rs) (1

989). Biological

invasions: a global perspective, Brisb

ane, Jo

hn W

iley &

Sons, 3

69-3

88.

RO

SS

A, B

. TU

FFER

S, A

.V., NA

IDO

O, G

. & D

.J. VO

N W

I-

LLER

T. 1998. A

rundo d

onax L. (P

oaceae) – a C

3 species w

ith unusually high photosynthetic capacity. Botan

ica Acta

111: 2

16-2

21.

SA

NTÍN

, I., JIMÉN

EZ, J., V

ILÁ

N, X

.M., S

ÁN

CH

EZ, F.J. &

GA

RC

ÍA, J. 2

012. Efectos del tam

año y humedad del rizom

a en la capacidad invasora de A

rundo d

onax L. en condiciones

controladas. (2012) En: G

EIB

Gru

po E

specialista en

Invasio

-

nes B

ioló

gicas (ed

) EEI 2

012 N

otas C

ientífi

cas. pp. 1

88-1

89.

4º C

ongreso

Nacio

nal so

bre E

species E

xóticas In

vasoras

“EEI 2

012”. G

EIB

, Serie Técn

ica Nº 5

. Leó

n, 2

18 p

p.

SA

NZ E

LO

RZA

, M., D

AN

A S

ÁN

CH

EZ E

.D. &

E. S

OB

RIN

O

VES

PER

INA

S. 2

004. Atlas de las plantas alóctonas invaso-

ras en España. Min

isterio d

e Med

io A

mbien

te.

SC

OTT,

G.D

. 1994. Fire threat from

A

rundo donax.

In:

Jackson NE, Frandsen P and Duthoit S (eds), Aru

ndo d

o-

nax W

orkshop Proceedings, pp 1

7-1

8. C

aliforn

ia Exo

tic

Pest P

lant C

ouncil, R

iverside.

SH

AR

MA

, K. P., S

.P.S. K

US

HW

AH

A &

B. G

OP

AL. 1

998. A

comparative study of stand structure and standing crops of

two w

etland species, Aru

ndo d

onax and P

hrag

mites karka,

and primary production in A

rundo d

onax w

ith observations on the effect of clipping. Tro

pical E

colo

gy. 3

9:3

-14.

SO

RIA

NA

, A. &

O.E

. SA

LA

. 1983. Ecological strategies in a

Patagonian arid steppe. Veg

etatio 5

6: 9

-15.

SP

EN

CER

, D.F. &

G.G

. KS

AN

DER

. 2006. Estim

ating Aru

n-

do d

onax ram

et recruitment using degree-day based equa-

tions. Aquatic B

otan

y. 85:2

82-2

88.

SP

EN

CER

, D.F., TA

N, W

., LIO

W, P., K

SA

ND

ER

, G.G

. & L

.C.

WH

ITEH

AN

D. 2

009. Evaluation of late sum

mer Im

azapyr Treatm

ent for Managing Giant Reed (A

rundo d

onax). Jo

ur-

nal o

f Aquatic P

lant M

anag

emen

t 47: 4

0-4

3.

SP

EN

CER

, D.F., W

AIL

UN

, T., P.S. L

IOW

, KS

AN

DER

GR

EG

,

G., W

HIT

EH

AN

D, L

.C., W

EA

VER

, S., O

LS

SO

N, J. &

M.

NEW

HO

US

ER

. 2008. Evaluation of glyphosate for m

ana-ging Giant Reed (A

rundo d

onax). In

vasive Plan

t Scien

ce

and M

anag

emen

t 1: 2

48-2

54.

SP

EN

CE

R, D

.F., KS

AN

DE

R, G

.G. &

P.S. L

IOW

. 20

05

. Res-ponse of giant reed (A

run

do

do

nax L.) to interm

ittent shading. In

45th Annual Meeting of the Aquatic Plant M

a-nagem

ent Society. San

An

ton

io, T

X: A

qu

atic Plan

t Man

a-

gem

ent S

ociety.

US

EP

A. 1

997. Control of giant cane in riparian and w

etland areas of northern and central California. Fin

al report.

VIL

ÁN

, X.M

., SÁ

NC

HEZ, F.J., G

AR

CÍA

, J., JIMÉN

EZ, J. &

GA

RC

ÍA-G

UIJA

S, J.M

. 2011. Proyecto de I+D+i de Optim

i-zación de los Sistem

as de Eliminación y Control de Caña-

verales para Mejora del Estado Ecológico y Recuperación

de la Capacidad de Desagüe de los Ríos. En: A

ctas del I

Congreso

Ibérico

de R

estauració

n Flu

vial “Restau

ra Río

s”.

pp. 7

35-7

43. L

eón, 2

011, E

spañ

a.

Page 69: Bases Para El Manejo y Control de Arundo Donax Tcm7-326547

75

WA

TTS

, D.A

. & G

.W. M

OO

RE. 2

011. W

ater use dynamics

of Giant Reed (Aru

ndo d

onax) from

leaf to stand. Wet-

lands. D

OI 1

0.1

007/s1

3157-0

11-0

188-1

.

WA

GN

ER

, W.L

., HER

BS

T, D.R

. & S

.H. S

OH

MER

. 1999. M

a-nual of the flow

ering plants of Hawaii. U

niversity o

f Haw

aii

and B

ishop M

useu

m P

ress, 83, H

onolu

lu, H

awaii.

ZED

LER

, J.B. 2

004. Causes and consequences of invasive

plants in wetlands: opportunities, opportunists, and outco-

mes. C

ritical Review

s in P

lant S

ciences 2

3(5

): 431-4

52.

ZEM

BA

L, R

. 1998. Habitat for threatened habitat and endan-

gered species-quarantine areas or control exotic weeds?

In:

Bell, C

arl E., ed

. In: A

rundo and saltcedar: the deadly duo:

Pro

ceedin

gs o

f a worksh

op o

n co

mbatin

g th

e threat fro

m

arundo an

d saltced

ar; 1998 Ju

ne 1

7; O

ntario

, CA

. Holtville,

CA

: University o

f Califo

rnia, C

ooperative E

xtensio

n: 1

5-2

0.

ZE

VE

N, A

.C. &

J.M.J. W

ET. 1

98

2. Dictionary of cultiva-

ted plants and their regions of diversity. Cen

tre for ag

ri-

cultu

ral p

ub

lishin

g

and

d

ocu

men

tation

. W

agen

ing

en.

Th

e Neth

erland

s.