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VI Jornadas de Historia de la Ciencia Argentina Buenos Aires, 4 al 6 de diciembre de 2012 Centro Cultural Borges [email protected] LO MARAVILLOSO Y LO SINIESTRO EN PICHON-RIVIÈRE (1946-1949)”. AUTOR: Martín Belingheri Rossi. E-Mail: [email protected] . PALABRAS CLAVE: historia; Argentina; hipnosis; ominoso. RESUMEN: Desde un abordaje histórico-crítico del psicoanálisis en la Argentina, se expondrá que la tesis del psiquiatra Pichón-Riviére, según la cuál lo maravilloso es la superación de lo siniestro, permite reconstruir un territorio de problemáticas y entrecruzamientos entre ámbitos disciplinarios y prácticas que proceden de la primera psiquiatría dinámica. RESUMEN AMPLIADO: Desde un abordaje histórico-crítico del psicoanálisis en la Argentina, en esta presentación se examinarán las relaciones entre la primera psiquiatría dinámica (1775-1900) y los trabajos alrededor de lo siniestro de 1946 de Pichon-Rivière, año en el que dio a conocer sus clases sobre lo siniestro en la vida y en la obra del Conde de Lautréamont. En primer término, se señalarán algunos desplazamientos del psiquiatra argentino respecto del concepto original de Sigmund Freud. Si lo siniestro era para Freud un concepto útil que el psicoanálisis le prestaba a la psicología del arte, en los trabajos de Pichon-Rivière es posible pesquisar un movimiento: la tesis pichoneana según la cuál lo maravilloso es la superación de lo siniestro, podría pensarse como un desplazamiento del concepto hacia la praxis. Para

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VI Jornadas de Historia de la Ciencia ArgentinaBuenos Aires, 4 al 6 de diciembre de 2012

Centro Cultural [email protected]

“LO MARAVILLOSO Y LO SINIESTRO EN PICHON-RIVIÈRE (1946-1949)”.

AUTOR: Martín Belingheri Rossi.

E-Mail: [email protected].

PALABRAS CLAVE: historia; Argentina; hipnosis; ominoso.

RESUMEN: Desde un abordaje histórico-crítico del psicoanálisis en la Argentina, se expondrá que la tesis del psiquiatra Pichón-Riviére, según la cuál lo maravilloso es la superación de lo siniestro, permite reconstruir un territorio de problemáticas y entrecruzamientos entre ámbitos disciplinarios y prácticas que proceden de la primera psiquiatría dinámica.

RESUMEN AMPLIADO: Desde un abordaje histórico-crítico del psicoanálisis en la Argentina, en esta presentación se examinarán las relaciones entre la primera psiquiatría dinámica (1775-1900) y los trabajos alrededor de lo siniestro de 1946 de Pichon-Rivière, año en el que dio a conocer sus clases sobre lo siniestro en la vida y en la obra del Conde de Lautréamont.

En primer término, se señalarán algunos desplazamientos del psiquiatra argentino respecto del concepto original de Sigmund Freud. Si lo siniestro era para Freud un concepto útil que el psicoanálisis le prestaba a la psicología del arte, en los trabajos de Pichon-Rivière es posible pesquisar un movimiento: la tesis pichoneana según la cuál lo maravilloso es la superación de lo siniestro, podría pensarse como un desplazamiento del concepto hacia la praxis. Para efectuar este análisis se abordarán principalmente un artículo de Pichon-Rivière, La vida y la obra del Conde de Lautréamont (1949), en el cuál se rastreará el modo en que el psicoanalista argentino retoma los aportes de Freud en su texto Lo siniestro (1919).

En segundo término se indagará cómo tanto en el concepto de lo siniestro como en el concepto de lo maravilloso es posible encontrar un territorio de problemáticas que proceden de la primera psiquiatría dinámica, desarrollada en Europa entre 1775 y 1900. Se podría postular una suerte de recurrencia, de repetición de tópicos inscriptos en un estrato de tiempo común de largo plazo en que estos conceptos han podido emerger.1 Se tomará como referencia principal para abordar a la primera psiquiatría dinámica el texto de Ellenberger, El descubrimiento del inconsciente (1976).

1 Como propone Kosselleck, se trataría de “procesos a largo plazo, que actúan en todo conflicto o contribuyen a provocarlo [y que] permanecen presentes como una experiencia de trasfondo”. (Koselleck, 2001: 54)

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Finalmente, se señalará cómo alrededor de estos problemas han pensado y actuado retroalimentándose diversas disciplinas y roles. Por un lado, en tanto disciplinas, han convergido la literatura, la psiquiatría y la filosofía; por otro, en tanto roles, se han entrelazado el actor de teatro, el mago y el psiquiatra. El psicoanálisis en tanto disciplina y el psicoanalista en tanto rol procederían de este territorio. El concepto de lo siniestro en el texto freudiano se propone servir únicamente a la psicología del arte, permitiendo indagar las relaciones entre psicoanálisis y literatura. El viraje hacia la praxis que puede leerse en Pichon-Rivière, al sostener que lo maravilloso es la superación de lo siniestro, permite de modo más transparente la reconstrucción de un territorio de entrecruzamientos: entre el ámbito disciplinario (literatura, psiquiatría, filosofía) y el campo de la praxis (el psiquiatra, el psicoanalista, el mago, el actor de teatro).

1. INTRODUCCIÓN: LO SINIESTRO, PISTA DE UN CONFLICTO.

A fines del siglo XVIII en Europa surge la llamada primera psiquiatría dinámica. Puede rastrearse su influencia en un campo cultural extendido cuyos contenidos podrían sintetizarse en dos argumentos: no existiría una unidad psíquica; existirían fenómenos que exceden a la razón y que pueden llamarse mágicos o sobrenaturales. El campo científico llevó alguna de estas inquietudes a conceptos, que tendrían el reconocimiento de la comunidad científica plenamente recién con los trabajos de Bernheim y Charcot. En el campo de la filosofía, llamada romántica, Schelling es uno de sus máximos exponentes. En la literatura, la obra de Hoffmann documenta estas inquietantes influencias. En el campo de la fisiología y de la neurología, se iniciaba un proceso que culminaría en la teoría del reflejo y mostraría los límites de la conciencia humana desde el punto de vista fisiológico. Los mesmeristas reflejan una posición especialmente oscilante; mientras que algunos combinaban sus labores terapéuticas con la actuación escénica o la magia, otros buscaron y consiguieron legitimación en las universidades.2

En 1919, el Freud llevó lo siniestro a la categoría de concepto psicoanalítico. En su elaboración, el psicoanalista vienés rastrea una serie de fuentes que provienen del campo cultural estrechamente ligado a la influencia de la primera psiquiatría dinámica. Las tesis de Ellenberger mostraron que es posible rastrear hasta nuestros días la herencia de aquella primera psiquiatría, y que la nueva psiquiatría dinámica, entre cuyos representantes se haya el psicoanálisis, procede directamente de este territorio.

En 1946, Pichon-Rivière expuso sus trabajos sobre lo siniestro, proponiendo un resumen del trabajo freudiano y luego aplicándolo en un análisis sobre la vida y la obra del Conde de Lautrèamont, poeta franco-uruguayo reconocido después de su muerte y precursor del movimiento surrealista. A partir de los trabajos del psiquiatra argentino se intentará indicar en su conceptualización de lo siniestro un doble desplazamiento. Primero: lo ominoso puede ser pensado como un concepto clínico. Segundo: en otro plano, puede ser concebido como un concepto de fuerza histórica. Esto último evidenciaría un estrato común de largo plazo entre 1775 y 1949, para el cuál lo siniestro daría cuenta de un conflicto subyacente.

2 Para conocer en detalle los distintos actores que participaron de la psiquiatría dinámica, consultar: Ellenberger (1976).

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2. LO SINIESTRO EN LA VIDA Y EN LA OBRA DEL CONDE DE LAUTRÈAMONT SEGÚN PICHON-RIVIÈRE.

El texto del psiquiatra argentino comienza resumiendo el ensayo freudiano.3 Freud comienza separando entre el sentimiento y el concepto de lo siniestro. El sentimiento ominoso es de “angustia y terror” (Freud [1919] 1993: 219). El concepto, en cambio, procura descubrir el núcleo de lo siniestro que lo diferencie de lo meramente angustioso. Para esclarecer el concepto, Freud propone dos caminos, rastrear las sedimentaciones de la lengua e indagar experiencias que haya recogido la humanidad.

El primer camino lo lleva a indagar en diversos diccionarios la palabra “Unheimlich”. Sin el prefijo, “Heimlich”, significa “perteneciente a la casa”, protección segura. La palabra se desplaza y también se puede hablar de “una canción de cuna heimlich”, apaciguadora (222). Sin embargo, Freud encuentra que en su desarrollo a través de los años, la palabra “heimlich” llega a usarse por ejemplo en la frase “hacer algo heimlich de alguien”, es decir, “hacer algo a espaldas de alguien”. Luego repone el significado de Unheimlich más usual, “espectral”. Finalmente, destaca la definición del filósofo romántico alemán Friedrich Wilhelm Von Schelling (1775-1854), “quien enuncia de lo unheimlich algo enteramente nuevo e imprevisto”, pues propone que Unheimlich, siniestro, significa secreto revelado (225).

El segundo camino lo lleva a destacar la obra del escritor alemán Hoffmann Los elíxires del diablo, como la obra literaria que mejor recoge y produce en el lector, mediante diversas técnicas, el efecto de lo siniestro, esto es, el sentimiento de terror y angustia.

Freud llega a delimitar el siguiente concepto: lo ominoso es “algo familiar de antiguo en la vida anímica, enajenado de ella por la represión”. El vienés subraya que el prefijo “Un” de “Unheimlich” es la marca de la represión (241).

El psicoanalista vienés distingue entre dos campos en que lo ominoso puede emerger: el campo del vivenciar y el campo de la literatura (246). En este último, para que se produzca el sentimiento en lector, este debe identificarse con un personaje que también vive dentro de la ficción. Así mismo, Freud diferencia dos zonas que la represión puede acometer en lo que luego devendrá siniestro. Por un lado, lo familiar reprimido y recordado se relaciona con Complejos Infantiles. Por el otro, lo familiar puede derivar de convicciones primitivas superadas, que remite a modalidades supuestamente superadas del pensar; esto es, el pensamiento mágico, el animismo, etc (Freud, [1919] 1993: 248).

En el recorrido que traza Pichon-Rivière en su recepción del concepto freudiano, de su propio cuño transcribe una nota del traductor Rosenthal, acaso fundamental, comentando la dificultad de traducir Das Unheimliche como lo siniestro, en tanto no existe un término homólogo en el español:

No se crea que la voz elegida —lo siniestro— llena por entero las varias acepciones contenidas en Das Unheimliche. Con mayor o menor propiedad podría decirse también: truculento, horroroso, temible, espantoso, inhumano o sobrehumano, fiero, grande, excesivo, desacompasado, espeluznante, consternante, asombroso, terrorífico, pasmoso, insólito, desacostumbrado, misterioso,

3 En la síntesis que se expone a continuación no es exhaustivo respecto del ensayo freudiano ni respecto del texto pichoneano. Sólo se subrayan las ideas que permite seguir las tesis de este artículo.

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fantástico, lúgubre, inquietante (o, como en la traducción francesa: “inquietante extrañeza”), etc. Cada uno de esos términos corresponde a un matiz de Unheimlich (Pichon-Rivière, [1949] 1992: 39).

Más adelante, el psicoanalista argentino procede a enumerar cada una de las fuentes de lo ominoso. Distingue entre ocho fuentes: las que proceden del complejo de castración; las que se relacionan con el fenómeno del doble; las que se articulan con la repetición de lo semejante; las que remiten a la omnipotencia de las ideas o al pensamiento mágico; las que aluden a lo irrepresentable de la muerte; la epilepsia y las diversas manifestaciones de locura; las que se relacionan con la obscuridad, la soledad y el silencio. Finalmente, la octava fuente está constituida por las obras literarias. El psiquiatra argentino coincide con Freud: hay que separar el campo de la creación literaria del campo del vivenciar. Respecto del campo del vivenciar escribe que “nuestras vivencias adquieren carácter siniestro cuando complejos infantiles reprimidos son reanimados por una impresión exterior, o bien cuando convicciones primitivas ya superadas parecen hallar una nueva confirmación” (45). En cambio, el campo de la ficción es más extenso: el carácter siniestro del pensamiento mágico desaparece si el escritor crea una realidad poética que permita su circulación. Es justamente en una nota al pie explicando este principio, cuando Pichon-Rivière recomienda la lectura de las obras de Lewis Carroll, para estudiar lo maravilloso. Al mismo tiempo, dice que en los cantos de Maldoror lo maravilloso apenas aparece esbozado, y escribe la tesis que aparece, así, marginalmente: “estos dos sentimientos, tan opuestos desde el punto de vista fenomenológico, están estrechamente relacionados dinámicamente, siendo lo maravilloso la superación de lo siniestro” (46).

En este punto, es preciso detenerse. Es dable pensar que la falta de un término homólogo a “Unheimlich” en el español, también remita a la falta de su contrario, lo “heimlich”, lo familiar, lo seguro. Esta idea, que no está escrita así en el texto de Pichon-Rivière, puede ofrecer un esclarecimiento respecto del término “maravilloso”. Si se sigue la tesis freudiana que se recogía en el primer apartado de este artículo más a fondo, aquella según la cuál el prefijo “Un” era la marca de la represión de asuntos ligados a lo familiar luego olvidados, podría afirmarse que no habría en el español una operación semejante.4

Si bien no aparece explicitado en el texto, cabe hacerse la pregunta: ¿Por qué estudiar lo maravilloso? Sería posible responder que para seguir indagando en la “psicología del arte”, en el contexto de un psicoanálisis aplicado. Si bien la tesis aparece apenas esbozada, y carece del desarrollo conceptual necesario, para explicar el pasaje de lo siniestro a lo maravilloso, Pichon-Rivière escribe: “Cuando el yo del sujeto es capaz de dominar ese sentimiento angustiante surge el otro como expresión de la calma y superación de la angustia”. Más adelante agrega: “Otra técnica para luchar contra lo siniestro es el humor” (Pichon-Rivière, [1949]: 46). El psicoanalista escribe “lucha”, escribe “dominación”, y parece deslizarse desde lo siniestro, hacia uno de los sentimientos que lo ominoso provoca, la angustia. Se dibujan así técnicas para luchar y dominar la angustia. La percepción de lo siniestro por parte del psicoanalista, parece servir en Pichon-Rivière al modo de una herramienta clínica, lo que constituye un desplazamiento hacia la praxis. Ahora bien, ¿cuál es la magnitud de este

4 También el inglés, por ejemplo, cuenta con el par “canny-uncanny”.

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desplazamiento? ¿Este desplazamiento guarda una relación aún con la primera psiquiatría dinámica? El siguiente apartado procurará articular algunas hipótesis.

3. LO MARAVILLOSO SEGÚN ALDO PELLEGRINI.

En el mismo número de la revista Ciclo en que saliera por primera vez el texto citado de Pichon-Rivière, Aldo Pellegrini, reconocido poeta surrealista argentino, publicó el texto La conquista de lo maravilloso. 5 En un tono efervescente, refiriéndose a lo maravilloso escribe que “hay una palabra que circula profusamente en nuestro días (…) Se la pronuncia con raro fervor y se le asigna un sinnúmero de significados ignotos; contiene, latente, todo lo inexplicable para el hombre” (Pellegrini, 1949). En su recorrido, Pellegrini no reduce aquél sinnúmero de significados a un único concepto.6

En cambio, señala dos características que recorren todo fenómeno que lo maravilloso nombre. Pueden desentrañarse dos esferas de lo maravilloso: el de las vivencias y el de las ficciones del artista.7 En cuanto a las vivencias, escribe Pellegrini que “para reconocer [lo maravilloso], nuestros ojos deben estar cargados de deseo, nuestro espíritu, alerta, en estado de grave expectación”. “Sólo aquél factor exterior que esté de acuerdo con la esencia íntima del espíritu permitirá la aparición del fenómeno”. En este pasaje el poeta argentino cita a Schelling, el filósofo romántico alemán, para traer el concepto de que tal estado del espíritu implica una libertad absoluta, “que actúa de acuerdo con su esencia propia sin ninguna otra determinación exterior ni interior”. Un objeto común puede volverse insólito, pero sólo si se descubre su posibilidad de plasticidad y de movimiento mediante la conexión entre este y un sujeto que lo percibe. En el desarrollo del texto, Pellegrini escribe la tesis principal: “Lo maravilloso constituye, pues, la iluminación del misterio”. Con esta última referencia, el poeta alude una conexión con los arquetipos universales, alusión a Jung que sin embargo no aparece citado.

Respecto de la esfera de las ficciones del artista, Pellegrini sostiene que “cuando el misterio no se presenta espontáneamente, la fantasía lo crea. Pero nunca la fantasía está totalmente desvinculada de las cosas, siempre sigue las grandes leyes secretas que el espíritu presiente”.

Por último, el surrealista argentino postula que el instrumento que permite el surgimiento de lo maravilloso es la imaginación: “[se trata del] motor de lo maravilloso que impulsa al espíritu, como totalidad, a trascenderse”. Sitúa una salvedad fundamental: “el sueño que no se realiza no contiene lo maravilloso. Este nace en el momento en que el sueño se incorpora a la realidad, se hace concreto y puede ser aprehendido por otros” (Pellegrini, 1949).

Son dos las referencias que permitirían, en el texto de Pellegrini, rastrear las huellas de la primera psiquiatría dinámica. Por un lado, el concepto de imaginación del que se vale, guarda una estrecha relación con aquél que sirvió de fuente fundamental en la

5 Reponer la falta de precisión del uso de lo maravilloso por parte de Pichon-Rivière mediante el artículo de Aldo Pellegrini no parece constituir un forzamiento. Hay una serie de citas y de referencias repetidas, que permiten entrever lecturas y trabajos compartidos, previos a la publicación. Incluso es posible conjeturar que la nota el pie de la que se extrae aquí la tesis pichoneana, haya sido escrita con posterioridad al discurso en el Instituto Francés de Estudios Superiores de 1946, sólo para la publicación en la revista y luego de que Pichon-Rivière leyera el artículo de Aldo Pellegrini. 6

7 Con estas palabras, Pellegrini no establece las diferencias; sin embargo, su división es compatible con la freudiana respecto de lo siniestro: el campo del vivenciar, el campo de las ficciones.

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primera psiquiatría dinámica, en tanto antecedente de las teorías patogenéticas que surgieron en su devenir.8 Ellenberger propone que el renacentista Montaigne (1533-1592) fue uno de los principales estudiosos que se ocuparon del asunto. Este último proponía que la imaginación era una causa frecuente de enfermedad física, emocional y mental, e incluso de muerte, así como de todas las manifestaciones que se atribuyen a la magia. Sin embargo, también podía utilizarse para curar alteraciones físicas y mentales (Ellenberger, 1970: 112). La imaginación producía efectos en la conducta humana que iban más allá de la voluntad (Wormser, 1994: 154).

Por otro lado, las tesis fundamentales en que el texto de Pellegrini se apoya pertenecen a Schelling. Son tres los conceptos de su filosofía romántica que se inscriben dentro del espectro de influencia cultural de la primera psiquiatría dinámica y que a la vez repercutieron en la emergencia de la nueva psiquiatría dinámica. Primero: existe una unidad esencial entre el hombre y la naturaleza, en tanto participan de en un movimiento cósmico compartido. Segundo: existe una ley de polaridades, un interjuego de fuerzas antagónicas que regulan este movimiento. Tercero: Existe un fenómeno primordial a partir del cuál derivan todos los demás (Ellenberger, 1976, p. 202, 203).

Se deja constancia de estos tres postulados de la filosofía romántica, para que el lector pueda trazar la continuidad que existe entre este legado y la nueva psiquiatría dinámica y algunos de sus representantes más relevantes, Jung y Freud. Por supuesto, también Pichon-Rivière se incluye dentro de la nueva psiquiatría dinámica, al menos durante su etapa psicoanalítica.9

Lo fundamental, sin embargo, es retener la novedosa articulación lingüística que constituye la tesis pichoneana según la cuál lo maravilloso es la superación de lo siniestro. Y esto en cuánto a que constituye un desplazamiento hacia la praxis. En primera medida, porque mediante la tesis del psicoanalista, lo siniestro deja de ser un concepto que el psicoanálisis presta a las disciplinas estéticas: pasa a ser un concepto clínico. En segunda medida, porque acaso cobre una dimensión de un cariz diferente: lo siniestro parece convertirse en un concepto de fuerza histórica.

4. TERRITORIO DE ENTRECRUZAMIENTOS.

¿Puede pensarse el concepto psicoanalítico de lo siniestro a la vez como un concepto de fuerza histórica? Indica Kosselleck que para que esto pueda demostrarse es preciso poder desenredar distintos estratos temporales de la experiencia presentes en un enunciado. Podría procurarse hallar en el léxico del texto abordado, los estratos temporales que corresponden al pasado, al presente y al futuro (Kosseleck, [1979] 1993).

Respecto del tiempo pasado, “doble” es rastreable hasta la primera psiquiatría dinámica y el espectro de sus influencias. Desde las concepciones de Binet, Dessoir, pasando por influencias en literaturas como la de Poe, Hoffmann, etc., hasta la teoría del dipsiquismo (Ellenberger, 1976: 168, 179).

En cuanto al tiempo presente, Pichon-Rivière así se refiere a las escenas del campo del vivenciar que suscitan el afecto de lo siniestro: “nuestras vivencias adquieren carácter siniestro cuando complejos infantiles reprimidos son reanimados por una impresión exterior, o bien cuando convicciones primitivas ya superadas parecen hallar

8 Ellenberger sitúa tres teorías: la del fluido magnético, la de la energía mental, la actividad autónoma de fragmentos escindidos de la consciencia (Ellenberger, 1976: 111).

9 Por ejemplo, no puede dejar de observarse la continuidad que existe entre el tercer postulado y la teoría pichoneana de la enfermedad única. Para un estudio sobre esta última: Macchioli (2010b). 

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una nueva confirmación” (Pichon-Rivière, [1949] 1992: 45).10 El hecho de que el poeta Edmundo Montagne fuera quien le transmitiera el legado siniestro de investigar la vida y la obra del Conde de Lautrèamont, da cuenta del grado de percepción lo siniestro por parte del psiquiatra argentino.11 Esto puede decirse desde una perspectiva singular, y en una medida de tiempo de corto plazo. Desde una perspectiva generacional, en el medio plazo, basta considerar el lugar de importancia que tuvo Pichon-Rivière para publicar sus investigaciones sobre lo siniestro, primero oralmente en 1946, y luego por escrito en 1949, para entrever que no resulta forzado el plural de “nuestras vivencias”.

En lo que refiere al estrato del futuro, puede extraerse la tesis fundamental de Pichon-Riviere. A saber, “estos dos sentimientos [lo maravilloso y lo siniestro], tan opuestos desde el punto de vista fenomenológicos, están estrechamente relacionados dinámicamente, siendo lo maravilloso la superación de lo siniestro”. Esta copulación lingüística entre lo siniestro y lo maravilloso, muestra el desplazamiento conceptual de Pichon-Rivière, a la vez que indica en un horizonte de esperanza, el tiempo futuro.

La extracción de lo siniestro como concepto histórico parece así posible. Da cuenta de un conflicto de largo plazo que tal vez haya comenzado con la primera psiquiatría dinámica, en los albores del iluminismo. Se ha demostrado cuantas significaciones condensa la palabra “siniestro”, sobrepasando los límites estrechos de la disciplina psicoanalítica. Un conflicto atravesó la experiencia singular de Pichon-Rivière. Una tensión afectó a su generación. Habría una conexión entre estos dos estratos de tiempo, el corto y el medio, con un estrato de larga duración que a su vez los entronca con la primera psiquiatría dinámica. Un último conflicto, el que atañe al estrato de larga duración, actuaría modificando a los otros dos. Tres conflictos enhebrarían tres estratos de tiempo. Este artículo sólo pretende indicarlos, pero lo excede aventurarse en mayores elucidaciones. Se ha hecho mención, sí, a dos postulados en que puede sintetizarse la influencia de la primera psiquiatría dinámica según Ellenberger. Habría que pensarlos como nacidos a la par del iluminismo y vinculados con el conflicto de largo plazo: no existiría una unidad psíquica; existirían fenómenos que exceden a la razón y que pueden llamarse mágicos o sobrenaturales.

La dimensión práctica del concepto de lo siniestro,12 en su concepción histórica, implica una dimensión política, una aspiración a transformar el mundo que excede la dimensión clínica. En este punto, resulta un concepto esclarecedor para indagar las tensiones entre el ámbito disciplinar y el campo de la praxis. Un poeta puede ser al mismo tiempo clínico, actor, o poeta. Esta modalidad que parecería señalar cierta tensión entre roles diversos entraría en consonancia con un modo de actuar, cuya direccionalidad hacia el futuro acaso haya quedado demostrada.13

10 La cita, en cuanto al problema de la temporalidad, es especialmente rica porque muestra la compleja relación entre presente y pasado que el psicoanálisis descubre a la historia.

11 Así queda constatado en otro artículo que Pichon-Rivière publicara en el mismo número de la revista: “Vida e imagen del Conde Lautréamont” [1949] (1992): 23.

12Queda abierta la posibilidad de extraer el concepto del contexto para luego poder pensar en el triple valor de su uso como instrumento historiográfico. En un primer plano, permitiría expresar cuestiones ya elaboradas lingüísticamente alrededor de lo siniestro. En un segundo plano, permitirá reconstruir estados de cosas que no se articularon lingüísticamente. Finalmente, estos hallazgos permitirían elaborar preguntas epistémicas fructíferas a la historia del psicoanálisis argentino. 13 En una dirección no tan lejana, aunque de tono más nostálgico, se puede consultar el artículo “La Locura y la ciudad” (Vezzetti, 1999).

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5. BIBLIOGRAFÍA.

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Polemos. Freud, S (1993). Obras Completas, tomo XVII. Buenos Aires: Amorrurtu.

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históricos, Barcelona: Paidós. Lautréamont, C. (2007). Obras Completas. Buenos Aires: Argonauta. Macchioli, F. (2007). “La familia ´freudo-pichoneana`”. En Actas del VIII

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 Macchioli, F. (2010a). El inconsciente vincular de Enrique Pichon-Rivière. Primeros desarrollos para el abordaje terapéutico familiar en la Argentina (1946-1977). Memorias de las XVII Jornadas de Investigación, Facultad de Psicología, UBA. ISSN 1669-5097, 365-367.

Macchioli, F. (2010b). “Enrique Pichon-Rivière: la teoría de la enfermedad única a través de algunos de sus recorridos nosográficos”. ÁREA 3. Cuadernos de temas grupales e institucionales, Nº14 – invierno 2010, 1-22. ISSN 1886-6530. En: www.elseminario.com.ar

Pellegrini, A. (1949). “La conquista de lo maravilloso”, Ciclo, Nº2, Buenos Aires. En: www.archivosurrealista.com.ar/Argentina22.htm

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 Vezzetti, H. (1995). “La trayectoria inicial de Enrique Pichon Rivière: psiquiatría, psicoanálisis y poesía”, Cuadernos Argentinos de Historia de la Psicología, 1, 13-60.

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 Zito Lema, V. (2008). Luz en la selva. La novela familiar de Enrique Pichon Rivière. Buenos Aires: Topía