berzosa, r., evangelizar_comunicando_en_una_sociedad_tecnoliquida.pdf

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Pit volorep udipsanis quunt dipsam asitatqui inctum velic toreperi accum vitempo sanimil ipsum qui voluptis AT IL MAGNAM FUGA. PA VELIA VOLESTEM MAGNAM FIRMA Cargo 2.XXX. X-X de mes de 2010 PLIEGO Medio siglo después del Vaticano II, la dialéctica entre fe cristiana y cultura sigue vigente. Inmersos en plena revolución multimedia, la sociedad digital-virtual construye y reconstruye identidades y la cosmovisión de la realidad, hasta el punto de convertir a los individuos en seres “tecnolíquidos”, movidos por relaciones efímeras y entregados al narcisismo que alimentan las redes sociales. Ante este panorama, ¿cómo erigirnos en verdaderos comunicadores-evangelizadores y evangelizadores-comunicadores? La fe tiene la respuesta. También la clave para abordar una nueva relación entre el cristianismo y la actual cultura “tecnolíquida”. EVANGELIZAR COMUNICANDO EN UNA NUEVA CULTURA TECNOLÍQUIDA RAúL BERZOSA Obispo de Ciudad Rodrigo 2.927. 31 de enero-6 de febrero de 2015

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  • PLIEGO

    Pit volorep udipsanis quunt dipsam asitatqui inctum velic toreperi accum vitempo sanimil

    ipsum qui voluptis

    At il mAgnAm fugA. PA veliA volestem

    mAgnAmFIRMACargo

    2.xxx. x-x de mes de 2010PLIEGO

    medio siglo despus del vaticano ii, la dialctica entre fe cristiana y cultura sigue vigente. inmersos en plena revolucin multimedia,

    la sociedad digital-virtual construye y reconstruye identidades y la cosmovisin de la realidad, hasta el punto de convertir

    a los individuos en seres tecnolquidos, movidos por relaciones efmeras y entregados al narcisismo que alimentan las redes sociales. Ante este panorama, cmo erigirnos en verdaderos

    comunicadores-evangelizadores y evangelizadores-comunicadores? la fe tiene la respuesta. tambin la clave para abordar una nueva relacin entre el cristianismo y la actual cultura tecnolquida.

    evAngeliZAR ComuniCAnDoen unA nuevA CultuRA teCnolQuiDA

    RAl BeRzosAobispo de Ciudad Rodrigo

    2.927. 31 de enero-6 de febrero de 2015

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    Hacia una nueva relacin

    II. DE QU NUEVA CULTURA HABLAMOS?

    en otros lugares he abordado el tema de la nueva cultura en sus vertientes posmoderna/ultramoderna y neoliberal/globalizada6. P. Sequeri7, por su parte, ha denunciado recientemente que la sociedad de consumo y de la cultura del espectculo se erigen sobre cuatro dolos mentales: la eterna juventud; el crecimiento econmico y el dinero fcil, el totalitarismo de la comunicacin y la a-religiosidad laicista. Y, adems, con un aviso para navegantes: en un mundo donde no se desarrolla el humanismo cristiano, ocuparn la escena el politesmo de los dioses racistas y totalitarios. Dejo todos estos sugerentes temas para centrarme en la llamada cultura tecnolquida.

    Nos encontramos en plena revolucin multimedia. PC ya no significa Partido Comunista sino Personal Computer. Todo un paradigma del cambio revolucionario. el automvil reemplaz a la diligencia; el fax, al tlex y al correo. Y la realidad digital-virtual de hoy supera a la misma realidad real. Han desaparecido hasta el tiempo y el espacio como referentes aparentemente firmes y seguros.

    la sociedad digital-virtual hunde sus races en una nueva antropologa: el homo tecno-videns u hombre de la cultura de la imagen y de las nuevas tecnologas. Dichas nuevas tecnologas estn cambiando nuestra mente y nuestro corazn; no solo nuestros hbitos vitales. el hombre

    y la mujer de hoy, en el mundo de las nuevas tecnologas, no se sitan como un espectador privilegiado que pueda permanecer en la orilla del ro contemplando desde fuera la corriente. estn inmersos en medio de la corriente. Y es bueno, y deseable, que nos demos cuenta de dnde viene el agua y hacia dnde se encamina.

    el mundo digital se desarrolla a partir de tres fundamentos tecnolgicos: los microprocesadores (diminutos pero potentes cerebros artificiales), la transmisin ptica de datos (que permite que la informacin camine a la velocidad de la luz) y los sistemas de comprensin y codificacin de seales digitalizadas (hoy, el sistema es el binario). Cables pticos, satlites artificiales y otros sofisticados artilugios, an por nacer, sern el sustento base de esta misma realidad digital en crecimiento exponencial. Hasta las empresas ya no son organizaciones jerarquizadas, sino multinacionales inter-conexionadas en forma de red.

    Qu efectos producen en los usuarios las nuevas tecnologas? en primer lugar, dichos medios digitalizados nos obligan a conocer el mundo y la sociedad, mediatizados por ellos. Ms an, se erigen en autonarcisistas y producen en los usuarios un efecto paradjico: la emergencia de sociedades de desinters hacia lo que no son ellos o hacia lo que no se refleja en ellos. solo existe como real lo que reflejan dichos medios. A. Fausto Neto ha llegado a denunciar que las nuevas tecnologas tienden a reforzar, ante todo y sobre todo, su propia imagen autorreferencial. o, expresado de otra forma, esta vez en boca de Christa Berger, las nuevas tecnologas organizan y reorganizan la realidad y se apropian de ella; han reencantado el mundo.

    las nuevas tecnologas mediticas de hoy y tal vez haya sido siempre as son verdaderos lugares de construccin y reconstruccin de identidades personales y sociales. Porque, como

    I. HABLEMOS DE NUEVA CULTURA Y DE EVANGELIZACIN

    Para comenzar, dos observaciones oportunas: por un lado, se constata una abundancia de lugares en Internet1 y en las redes sociales donde se habla de Jesucristo, de Iglesia y de cristianismo2. Por otro lado, 50 aos despus del Concilio Vaticano II, sigue vigente la dialctica entre fe cristiana y cultura. el hombre y la mujer de hoy parecen no entender ni los gestos ni las palabras del Credo y de los ritos cristianos. Como si la fe apuntara a la trascendencia y la cultura remitiese al sujeto; la fe conllevase la coherencia con normas convencionales y la cultura situase al sujeto como maestro y seor; el cristianismo estuviese restringido a una casta de iniciados y la cultura fuese asunto de todos. o con una imagen utilizada por el papa Francisco, recurriendo a uno de los ms clebres frescos de Rafael, que se encuentra en el Vaticano y que representa la Escuela de Atenas como si la Iglesia fuera Platn, con el dedo apuntando hacia lo alto, hacia el mundo de las ideas, hacia el cielo; mientras que, la cultura de hoy, como Aristteles, tendera la mano hacia delante, hacia el observador, hacia la tierra, hacia la realidad concreta3. en resumen, la cultura de hoy seguira ensanchando la brecha entre ella y el mundo de fe, como ya denunci el beato Pablo VI.

    Ms an, y en otro sentido complementario y polmico: el cristianismo tiene mucho de contracultural, pues siempre ser molesto y polticamente incorrecto, al encerrar la memoria y celebracin de una historia de salvacin revelada y celebrada4. Y, en el horizonte, la nueva evangelizacin, con dos advertencias: Ay de ti, si ya no le cantas al agua sino tan solo a la sed! (Proverbio popular). Y existe la sed porque existe la fuente capaz de colmarla Dios se da en la misma medida en la que el hombre tiene sed de l (san Juan de la Cruz)5.

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  • subrayaba atrevidamente N. Postman, cada nueva tecnologa meditica no solo acrecienta la cultura, sino que transforma todo.

    Ahora bien, lo ms llamativo de las nuevas tecnologas es la cosmovisin social bajo el signo del espectculo; nos hacen vivir la realidad como espectculo divertido, con generosidad de luz y colores, de ruido y de emociones, sin olvidar que el espectculo es, en muchos casos, el reverso o la consecuencia de una dbil o casi inexistente interioridad. U. Galimberti delataba que cuando una sociedad no puede cambiar el mundo, entonces re. es como si muertas las utopas y silenciadas las grandes preguntas existenciales, la fuerza fsica suplantase a lo intelectual y lo ldico a lo espiritual. Ortega y Gasset, ya en los aos 30, preanunciaba el nacimiento del hombre-masa, sin tica y sin consistencia. el nio-vicioso, reflejo del seorito que el filsofo conoci, que haca del juego y del deporte la ocupacin principal de su vida. M. Heidegger tambin habl en su momento del hombre-banal cotidiano. Detrs de la fiebre por el deporte se encierra, con frecuencia, un nihilismo social. Con un agravante: nadie vale cuantitativamente ms en esta sociedad que un deportista, porque nada genera ms dinero inmediato que el deporte.

    Qu precio estamos pagando cuando seguimos las pautas antes enunciadas? el precio de la fragmentacin y del desapego hacia las personas ms necesitadas; el precio de la atrofia de nuestro ser-social-relacional. Nos convertimos en consumidores; vivimos para ver (voyeurismo). Fenmeno cruel que acaba convirtindonos en jueces, cuando no dueos, de vidas ajenas. As se pone de manifiesto cotidianamente en los programas rosas televisivos, en los reality show, en las series televisivas de Gran Hermano o en las miles de pginas de YouTube, sin olvidar la deriva a las ms tristes realidades como PornoTube.

    Y, junto a la sociedad del espectculo, las nuevas tecnologas reflejan y crean una sociedad de las prisas y de la velocidad, con una capacidad exponencial para el presentismo y,

    por lo mismo, para el autonarcisismo. en los blogs y en las redes, ya no se encuentra solo el minuto de gloria, sino el reino de lo narciso y de los narcisos. en ello profundizaremos.

    Una advertencia novedosa: la extensin del fenmeno phubbing, o descorts costumbre de mirar el mvil mientras se est fsicamente con otra persona. Desde hace aproximadamente cinco aos, todos hemos sufrido phubbing durante una reunin de trabajo o una comida familiar. esta prctica masiva careca de nombre hasta el ao 2007, con el nacimiento del smartphone o telfono inteligente, y ms tarde el perfeccionado iPhone, que sintetizan la potencia de un ordenador, con la posibilidad de mantenernos conectados a Internet a cualquier hora y en cualquier lugar. el phubbing es un trmino formado a partir de las palabras inglesas phone (telfono) y snubbing (desairar), y se puede definir como el acto de menospreciar a quien nos acompaa, al prestar ms atencin al mvil u otros aparatos electrnicos que a su persona. los plataformas antiphubbing aseguran que casi el 90% de los adolescentes prefieren el contacto va texto que cara a cara; y advierten que este fenmeno puede acabar reduciendo las relaciones sociales al mero intercambio de mensajes virtuales.

    en resumen, enuncio una serie de paradojas de las nuevas tecnologas (incluidas las redes sociales) que, a poco que se profundice en las mismas, identifican con lucidez cmo son y qu producen en nosotros:

    la sustitucin de lo objetivo, en aras de lo subjetivo.

    la sustitucin del deseo, en aras de la gratificacin.

    la sustitucin de la comunidad, en aras del individualismo.

    la sustitucin de los lazos humanos, en aras de redes despersonalizadas.

    la sustitucin, finalmente, del conocimiento real de los problemas, en aras de la impotencia por resolverlos. solo un botn de muestra: asistimos a conflictos blicos en directo sin poder evitarlos; o a escenas de dramtica hambruna o de migracin sin ser capaces de paliarlas.

    entre las voces crticas, en el sentido apuntado, destaca Daniel Andjar, artista del llamado net.art. en una entrevista8, manifest que Internet no nos ha trado ms democracia. la primera promesa incumplida es que no todos tienen acceso a Internet. se ha globalizado el capital, se ha globalizado la poltica y, sobre todo, se ha globalizado la economa. Internet nos ha trado un casino global. se juega a la bolsa 24 horas, 365 das al ao. Por otro lado, denunci que la tecnologa es un sistema de absoluto control y est basado en eso. la privacidad es cada vez ms difcil. Todas las tecnologas de la informacin son tecnologas de vigilancia. en la Red no existe como M. Foucault defina una torre de control y un centro de poder donde t te sitas y ves sin ser visto. T, a la vez, eres vigilante y vigilado, emisor y receptor de contenidos. los nativos digitales ni siquiera piensan que han perdido privacidad, porque no tienen una referencia anterior. A nosotros, a cada paso, nos supona tener que aceptar una prdida de identidad y de privacidad. llega incluso a afirmar: Yo me hice de Facebook para conectarme con mis alumnos de Corea del sur. Y, una vez que te haces, es como quien firmar un contrato con el diablo: mucha gente no es consciente de que renuncias a todo lo que pones all. Me interesa la cara B de la tecnologa. soy feliz cuando

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    y de mente, tanto individual como colectiva. el individuo tecnolquido no vive como un ciudadano, sino como un solitario, con ambigedad, y con estados de nimo de precariedad, de ansiedad y de perplejidad.

    la nueva forma de relacin es la conexin, es decir, compartir por compartir, incluso aquello que no se ha dado permiso para hacerlo (por ejemplo, YouTube o el mismo WhatsApp Messenger); sin elaboraciones complejas, sino espontneas, y sin distinguir lo pblico de lo privado. Todo viene consumado, usado y tirado: ya se trate de experiencias, relaciones, amistades o formas de ser y presentarse. las relaciones del individuo tecnolquido son de teatralidad y de frialdad, con experiencias narcisistas fuertes en las parejas y sin duracin.

    en forma resumida, estos son los principales retos del hombre y de la sociedad tecnolquida de hoy11:

    1. Se afrontan las relaciones como instrumentales-virtuales. Todo es apariencia y dichas relaciones se basan en la imagen de la persona (falsa o artificial). son las llamadas mscaras seductivas.

    2. Ley pendular. se vive entre la soledad del mundo real urbano y el hiperposicionamiento social del mundo virtual.

    3. Personalidades narcisistas. Grandiosidad en la fantasa o en los comportamientos y necesidad de admiracin y falta de empata.

    4. Ambigedad en las identidades sexuales, que son tambin lquidas, sin definicin clara de roles (por ejemplo, en el mundo de la moda se eligen modelos con fisonoma que puede ser masculina o femenina).

    5. Estamos en la sociedad de los avatares. Avatar literalmente significa la asuncin de un cuerpo fsico por parte de un Dios. Hoy, se traduce por la asuncin de un cuerpo virtual por parte de un hombre que se cree prepotente y narcisista (por ejemplo, en la pelcula Avatar el protagonista no tiene piernas naturales, pero se mueve con agilidad fsica en el mundo virtual). es todo un cambio de paradigma antropolgico.

    6. Esta liquided o fluidez tecno-posmoderna implica muchas

    u obsoletas: Donde lo slido tena dimensiones espaciales bien definidas, ahora lo lquido no conserva formas duraderas, sino siempre dispuestos a cambiarlas10. Por ello, se designa como individuo lquido posmoderno a quien vive inmerso en un mar de relaciones, de habilidades y de conocimientos en continua evolucin, en continuo consumismo (usar y tirar); y que lo habitan, como los lquidos, a cambiar la forma segn el continente; y que lo hacen, por eso mismo, incapaz de asumir compromisos y formas de identidad crebles, estables y slidas.

    el hombre lquido presenta estas caractersticas: narcisismo, velocidad, ambigedad, buscador de emociones, necesitado de infinitas relaciones light (tecno-mediticas y virtuales). el hombre lquido, en lo religioso y cultural, manifiesta un saber sin fundamentos, inmerso en una Babilonia plural de lenguajes y de formas, como si viviera en un laberinto sin centro ni periferias. la orientacin le viene, o bien por aquello que utiliza la mayora, o por los deseos y necesidades del propio yo. la consecuencia es la tendencia a satisfacer las necesidades personales como el principal criterio de legitimacin de elecciones en la vida, dejando a un lado las cuestiones propiamente morales.

    Ante la invasin de inputs (informaciones) en un tiempo rapidsimo, los hombres y mujeres de hoy, especialmente los ms jvenes, solo tienen el propio juicio subjetivo para valorar lo que es falso o verdadero, porque el saber ha llegado a ser, ms que un conjunto de valores e ideales, una pieza digital, una fuente de provecho o un medio de control socio-econmico.

    la forma de vida lquida y la revolucin digital han hecho posible la aparicin del hombre tecno-digitalicus 2.0, con una nueva forma de mentalidad

    alguien critica y se fija en lo que hay detrs de los gobiernos o del telfono: cien o doscientas personas trabajando para que un futbolista te venda unos calzones.

    la pregunta nace de forma inevitable: seremos capaces de dar el paso de la conexin a la escucha, de la interactividad virtual a la solidaridad real, de lo tecno-virtual al redescubrimiento del Misterio cristiano y este, celebrado, en la liturgia? en otras palabras, seremos capaces de evangelizar comunicando y de comunicar evangelizando?

    III. UN HOMBRE Y UNA SOCIEDAD TECNOLQUIDOS9

    A la generacin de jvenes de hoy se la comienza a denominar tecnolquidos. en Japn, han aparecido los hikikomori: jvenes que se encierran en una habitacin y deciden no salir ms. es la mxima patologa de los multimedia de hoy. solo la Red, el ordenador, los videojuegos; el resto no existe para estos nuevos reclusos sociales. su vida transcurre en un continuo circular de imgenes y de avatares annimos, manejadas por personalidades frgiles. Pero estos jvenes tan solo son el espejo o el termmetro de nuestra sociedad. Una sociedad insaciable, siempre activa, siempre digitalizada, twentizada y conectada en red, en donde no se distingue entre el da y la noche, entre el da ordinario y el festivo, entre la casa y el trabajo; vivimos siempre dependientes de la conectividad. la sociedad insaciable es la expresin de la posmodernidad tecnolquida; el abrazo entre el mundo lquido (Zygmunt Bauman) y la revolucin digital (Steve Jobs). Profundicemos brevemente en ello.

    la sociedad lquida posmoderna, segn z. Bauman, es una sociedad de referencias polimorfas y siempre cambiantes, privada de certezas absolutas. se denomina sociedad lquida por haber sumergido a la modernidad en una posmodernidad fluida, de lquidos y gases, sin referencias estables, desligada de compromisos personales duraderos o de vnculos sociales estables, que da como resultado identidades inestables y con terror a quedar desfasadas

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  • paradojas. la incapacidad para asumir responsabilidades, elecciones existenciales a muy corto plazo, falta de sentido fuerte existencial, informacin incapaz de asumirse, intolerancia a las frustraciones y el no asumir los lmites personales, la incapacidad para definirse a s mismo y a los dems con realismo y objetividad, y el pnico cuando se descubre el egocentrismo o la hybris (fiebre narcisista) casi divina con la que se quera vivir.

    A algunas personas de edad media o avanzada, todo lo anterior les puede resultar extrao. Tiene una explicacin generacional: en esta sociedad tecnolquida existen los nativos digitales, los inmigrantes digitales y los aborgenes. los nativos son casi hijos nicos, de madres entre 30-40 aos, con muchos adultos turnndose cada da en su vida: por la maana, si se puede, la chacha o los abuelos; despus, la escuela; lo recogen la chacha o los abuelos; contacto con diversos formadores de actividades extraescolares; y, finalmente, los padres. Todo ello en un ambiente acogedor-algodonero, de escasa responsabilidad y muy permisivo, sin una figura que garantice la continuidad del crecimiento de la personalidad del nativo tecnolquido. An ms: para el nativo, la tecno-chacha y los padres-lquidos sustituyen a los reales, haciendo que permanezca casi en una permanente o eterna adolescencia, no como fase de la vida, sino como condicin existencial: con ambigedad en su identidad psico-sexual-corprea; con hipersexualizacin de imgenes sociales y con acceso inmediato a todo tipo de erotismo-pornografa; y con ambigedad de modelos femeninos y masculinos12. Todo ello en un mundo solitario y narcisista, que hace del tecnolquido alguien muy inmaduro afectivamente y contribuye a un doble efecto: por un lado, la divisin entre el yo real, corporal y psquico, y el yo virtual; y, por otro lado, la hipersexualizacin de la persona, con el riesgo de instrumentalizacin y de reducirlo a mero objeto sexual.

    el individuo tecnolquido es como un eterno adolescente, o un adulto-adolescente. Paradjicamente, en esta realidad virtual (que no tiene cuerpo) se valora mucho la imagen del cuerpo,

    pero siempre segn los patrones que imponen las modas sociales y la demanda tecnolquida, que reclama el no estancarse en una edad o en una sola imagen, preparando el nacimiento del cborg (mitad hombre-mitad mquina), y que pide todos los sacrificios fsicos (hasta la anorexia y la bulimia)13.

    las redes sociales han creado un nuevo concepto de identidad: Dime a quines consideras tus amigos en la red social y te dir quin eres14. Y un nuevo problema: los mayores, son pseudo-jvenes o jvenes-viejos?15. los ancianos ya no son los custodios del saber (lo es Google y la Wikipedia). el anciano, en la sociedad tecnolquida se encuentra en otro mundo muy diverso al vivido antes por l y en el que ha trabajado y ha luchado antes. Corremos el peligro de una sociedad sin ancianos y sin todo lo positivo que ellos aportan, como ha venido repitiendo acertadamente el papa Francisco.

    en definitiva, segn expertos como Maria Beatrice Toro16, el cuadro de modificaciones mentales y emotivas se puede resumir as:

    Velocidad convulsiva versus velocidad convencional.

    Trabajo en red versus trabajo lineal-jerrquico.

    Grafismo versus texto. lgica de la casualidad versus

    lgica progresiva. Rol interactivo versus rol

    receptivo-pasivo. Juego versus trabajo. Gratificacin inmediata versus

    paciencia. Fantasa versus realidad. Tecnologa amiga versus.

    tecnologa enemiga. Trabajo interconexionado

    versus trabajo individual.el problema, segn

    U. Galimberti, no es ya lo que podemos hacer con las nuevas tecnologas que hemos ideado, sino qu es lo que puede hacer la tcnica con nosotros17. Porque la digitalidad no es sencillamente un juego o una evasin, sino una nueva forma de configurar la mente, una nueva antropologa, con sus nuevas patologas: las redes sociales pueden ser la expresin social de narcisismos, con formas

    de autopromocin y de insana autoestima, por la accesibilidad y gratificacin inmediata de todos los deseos; por el control-dominio y sensacin de prepotencia sobre todas las cosas; y por la excitacin psicolgica en todo momento. los profesionales incluso ponen nombre a estas psicopatas18:

    Dependencias: relacin obsesiva y compulsiva hacia las nuevas tecnologas y fobia a la vida social real.

    Regresiones: relaciones imaginarias para compensar las reales; autismo buscado para la defensa del yo.

    Disociaciones: dispersin del yo real y despersonalizacin.

    llegados a este momento, dos preguntas nacen inevitablemente: Por un lado, qu podemos decir y hacer como cristianos llamados a una nueva evangelizacin? Por otro lado, cul sera nuestra aportacin, desde la dimensin litrgica, en esta sociedad tecnolquida? la respuesta, en principio, es clara: si la sociedad tecnolquida posmoderna no puede romper la soledad existencial de las personas, debemos favorecer el encuentro real (no solo virtual) con el otro de forma autntica y comprometida. es lo que el papa Francisco viene denominando la cultura del encuentro o de la comunicacin de la proximidad, al estilo y modo de la parbola

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    la Conferencia episcopal Italiana se ha venido haciendo eco ampliamente de esta iniciativa. Afirmaba l: Hay que reservar en las obras parroquiales un mbito para destinarlo a la sala de la comunicacin y a los varios servicios que esta puede prestar a la comunidad misma y a los alejados. esta sala no se entiende sin ms como la del cine-club clsico, sino como una verdadera y propia estructura pastoral al servicio de la comunicacin creativa y evangelizadora Y del encuentro con creyentes y alejados Por eso, abrindoos al concepto ms amplio y profundo de comunicacin, habis querido () hacer de vuestras salas un lugar de encuentro y de dilogo, espacios de cultura y de compromiso, para una accin sabia de recuperacin cultural, de pre-evangelizacin y de plena evangelizacin. () estas salas de cultura y comunicacin se han convertido en algo propedutico al templo, en un punto de referencia y de inters tambin para los alejados, en un servicio al Pueblo de Dios, y tambin a todos los hijos de Dios dispersos20.

    Y, junto a la sala de cultura y comunicacin, es urgente potenciar y promocionar la nueva figura del animador en el mbito de la cultura y de la comunicacin, que afiance y complemente la del catequista, la del animador de la liturgia o la del agente de la caridad.

    V. DECLOGO PARA LA RELACIN NUEVA CULTURA-CRISTIANISMO

    A modo de compendio, me atrevo a regalar lo expresado en la clausura de

    los cursos de verano de la Facultad de Comunicacin

    de la Universidad Pontificia de salamanca

    el 12 de julio de 2013:1. Como

    comunicador cristiano, lo que deseamos transmitir

    es el encuentro personal con

    comunidades de seres reales y no solo virtuales, y con ello haciendo posible una verdadera sociedad sanamente fraterna.

    A redescubrir que vivir es ser para. ser humano es ser alguien para el otro, donarnos (E. Lvinas), y que tenemos que desarrollar nuestra capacidad oblativa, que tiene un paradigma: el cristianismo experimentado en una comunidad cristiana real.

    A educar para la belleza, frente a tres realidades negativas que envuelven, en este campo, al nativo tecnolquido:

    1. lo kitsch, lo cutre o antiesttico, donde se exalta lo narcisista.

    2. lo camp o lo frvolo, donde se exalta lo superficial, lo ambiguo, lo vulgar, lo exagerado.

    3. lo horrible (horribilis), donde se exalta lo zombi, lo diablico, lo esotrico, lo telrico y lo gtico extremo. solo la verdadera belleza salvar el mundo, afirmaba Dostoievski.

    en resumen, el tringulo para superar lo ms negativo y cuestionable de la sociedad tecnolquida pasa por:

    1. la reconstruccin de personalidades autnticas.

    2. la acogida del otro en el mbito de las relaciones interpersonales reales.

    3. la recuperacin de la belleza y, por lo mismo, de la narracin cristiana y de su adecuada y gozosa celebracin litrgica.

    estas son las tareas de fondo de la evangelizacin en las nuevas tecnologas y redes sociales, y algo de lo mucho que nuestra fe cristiana puede ofrecer. Para ello se necesitan nuevos tecno-evangelizadores, que no significa suplantar, ni mucho menos anular, a los catequistas o a los mismos celebrantes. Porque es cierto que las nuevas tecnologas mediticas no anulan la accin del espritu santo, pero la favorecen o la retrasan, y hasta la ocultan.

    Para hacer posible lo que acabo de enunciar, deseo insistir en una propuesta atrevida del papa Juan Pablo II: la creacin de la denominada aula de la cultura y de comunicacin en todas las parroquias y, por lo mismo, la figura del animador cultural.

    del buen samaritano. No basta con estar conectados, es necesario que la conexin virtual vaya acompaada de un encuentro real. la red digital puede ser un lugar rico en humanidad y no solo una red de cables. es el testimonio de un cristianismo y de una Iglesia que, estando presente en las calles digitales, se convierte en la casa de todos.

    el da 24 de enero de 2014, san Francisco de sales patrono de los periodistas, el papa Francisco nos record que hoy corremos el riesgo de que algunos medios nos condicionen hasta el punto de hacernos ignorar a nuestro prjimo real. No basta pasar por las calles digitales, es decir, simplemente estar conectados: es necesario que la conexin vaya acompaada de un verdadero encuentro. No podemos vivir solos, encerrados en nosotros mismos. Necesitamos amar y ser amados. Necesitamos ternura. las estrategias comunicativas no garantizan la belleza, la bondad y la verdad de la comunicacin. el mundo de los medios de comunicacin no puede ser ajeno a la preocupacin por la humanidad, sino que est llamado a expresar tambin ternura. la red digital puede ser un lugar rico en humanidad: no una red de cables, sino de personas humanas Precisamente por eso, el testimonio cristiano, gracias a la Red, puede alcanzar las periferias existenciales19.

    IV. LA APORTACIN DE LA FE CRISTIANA A LA NUEVA CULTURA TECNOLQUIDA

    Despus de lo afirmado ms arriba, es ntido que la fe cristiana puede ayudar, al menos, en estas tareas:

    A redescubrir que la felicidad es real solo cuando realmente est compartida.

    A redescubrir el verdadero yo en el mundo real; y siempre con los otros, superando el narcisismo digital, la ambigedad, el polimorfismo, el vivir en la perplejidad y la necesidad siempre de sensaciones fuertes pero cortas y sin dejar huella.

    A redescubrir que vivir es ser con los dems, con relaciones sociales reales, desde nuestro ser sexuado, asumiendo responsabilidades comunitarias y creando verdaderas

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    Cristo. la web puede ayudar a expresar contenidos, pero lo verdaderamente personal y comunitario es otra cosa. san Pablo es paradigmtico en este sentido: adems de la predicacin, necesitamos la conversin personal y una comunidad viva, no solo virtual, que ore y celebre.

    2. la verdad en la red social es informacional y se valora por el nmero de seguidores. Mientras que nuestra Verdad es la adhesin, personal y eclesial, a una Persona: Jesucristo. No importa el nmero. xito no es el nombre de Dios, nos ha recordado muchas veces el papa Benedicto XVI, evocando al filsofo Martin Buber.

    3. en el paradigma informacional de las nuevas redes, cada uno hace su propia red, elige sus favoritos, selecciona, resta y suma: se crean microcomunidades, una especie de nudos interligados. la Red siempre est en movimiento, y en ella compiten dominados y dominadores. la comunidad de fe tiene otras caractersticas: t no eliges tu red; te vienen donados los hermanos y con estabilidad comprometida y comprometedora. Y t no creas la celebracin: te viene donada.

    4. en las redes se proclama la flexibilidad, la adaptabilidad y la auto-reconfiguracin. Ms an: el tiempo y el espacio son reconfigurados permanentemente. el espacio es de flujos (personas inmersas en el mismo espacio, pero en lugares diversos, escribimos en la misma hoja en blanco de un espacio comn). Y el tiempo es intemporal: en las redes solo existe el ahora, un permanente ahora. Ni un antes ni un despus. lo que escribo no tendr consecuencias; solo el impacto del ahora. en la comunidad de fe, es importante el espacio, s, pero tambin el antes, el ahora y el futuro, como se pone de relieve en la dimensin celebrativo-litrgica.

    5. en la cultura digital, en las redes, no es vinculante ni decisivo lo que se comparta o lo que se diga, sino el hecho mismo de compartir o de decir. en el fondo, yo no aporto nada. Constantemente remito a links. lo que cuenta es compartir, no tanto lo que se comparte. Todo ello de forma afectivo-emocional y efmera: tomo y dejo, me gusta-no me gusta, apoyo

    u olvido, y con enorme facilidad y superficialidad, porque falta el contacto personal, el mirar a los ojos y al corazn del interlocutor, como as sucede en la verdadera comunidad de fe y en nuestras verdaderas celebraciones. las palabras y las letras escritas pueden tener coraza y caretas; la mirada directa a los ojos no engaa.

    6. la tica en las nuevas tecnologas la marcan los hackers: es el placer de compartir por compartir, o de desvelar lo encubierto o de ultrapasar lo prohibido. Consigue con ello herramientas gratis. la cibercultura la hacen en realidad los productores-utilizadores, no tanto los consumidores-utilizadores. es una tica de desvelar los misterios. en clave de fe, en cambio, la tica respeta el misterio y lo personal-comunitario, como se evidencia en la celebracin litrgica.

    7. en las redes sociales, emisor y receptor estn en un mismo contexto, en una misma tribu, aunque no en un espacio real de universalidad, sino ms bien de pequeos microclimas o micropoderes. en consecuencia, sirve en la evangelizacin para el primer anuncio, pero debemos dar un paso ms: hay que ahondar en lo comunitario-catlico, precisamente lo que comporta la celebracin litrgica.

    8. la inteligencia colectiva de las redes sociales reinterpreta la memoria sociocultural. Con un subrayado: virtual no se opone a real, sino a actual. A real se opone posible. lo virtual es real, no posible, y se actualiza en cada momento, en cada persona que lo hace suyo. lo virtual reactualiza lo real.

    Nuestra presencia de fe, personal y comunitaria, y nuestra liturgia deben ser algo real y memorial-real y, por lo mismo, abarcar lo virtual, para que no nos reactualicen y distorsionen la memoria viva, para no caer en la atomizacin de pequeas experiencias subjetivas y para no sustituir la memoria cristiana por otras memorias o el magisterio por otros magisterios que distorsionen o no casen con nuestra identidad profunda.

    9. en las redes, a la luz de la fe, tenemos que recuperar la dimensin diacrnica de la existencia, es decir, la historicidad. No es lo mismo un mensaje errante que una narracin viva; no es lo mismo un instante que una tradicin viva continuada; no es lo mismo un instante fugaz en la red que la celebracin de una memoria viva.

    10. Tal vez, la espiritualidad en las redes sociales deba ser la del arameo errante (Dt 26, 5), con estas claves o coordenadas:

    Conciencia de nmada, pero con mapas o mojones orientadores.

    sabiendo que todo es transitorio y, a la vez, eterno.

    Valorando lo personal y lo comunitario real.

    Y compartiendo y celebrando con otros compaeros de camino lo descubierto que merezca la pena.

    Todo ello con una iconografa amable y misericordiosa, de la cultura del encuentro, como nos repetir una y otra vez el papa Francisco; conociendo desde dentro la nueva cultura a la que nos dirigimos, como siempre nos record Benedicto XVI, y sabiendo abrir dicha cultura a dimensiones mistrico-trascendentes, como nos reta la belleza de la fe cristiana y la alegra de celebrar y vivir lo credo.

    VI. UN PARADIGMA DE COMUNICADOR-EVANGELIZADOR: EL PAPA FRANCISCO

    Desde su eleccin, el papa Francisco nos ha sorprendido como ejemplo de buen comunicador-evangelizador y de evangelizador-comunicador21. Cules son las claves de su xito? sabe ponerse en el lugar del receptor-oyente, sabe utilizar smbolos y frases cortas impactantes y acompaa, con su cuerpo

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    nosotros, el no ser autorreferenciales, dir el papa Francisco, para poner siempre en primer lugar a Jesucristo y, en todo, poder servir al seor, a su Iglesia y a los hermanos.

    9. Los dos predican con la vida y con el ejemplo, y luego, si hace falta, con la palabra. Comporta cruz, lgrimas y sangre y vencer y besar hasta los miedos, como cuando san Francisco bes al leproso o el papa Francisco no teme un atentado contra su persona.

    10. Los dos quieren nuevas fraternidades: donde seamos, unos para otros, esposos fecundados por el espritu santo, madres que nos ayudemos a dar a luz a Cristo y hermanos para vivir el mismo evangelio; donde siempre veamos lo positivo de la vida y de los dems; donde se experimente la paz y la reconciliacin y no seamos rivales ni contrincantes; donde se viva una fraternidad universal desde la familia de fe y no solo de sangre; donde irradiemos amor a todas las criaturas; y donde no nos matemos con las crticas y con la mala lengua.

    en resumen, los nuevos cristianos de hoy, segn los dos Franciscos (el de Ass y el Papa), deben vivir como una especie de cuatro puntos cardinales, tal y como suelo repetir a los jvenes:

    Hablar de t a t con Jesucristo. Que Jesucristo te haya cambiado la vida. Que necesites de una comunidad

    de hermanos en la fe. Y un compromiso con los ms

    empobrecidos.solo as seremos como rezaba

    el ttulo de estas pginas verdaderos comunicadores-evangelizadores y evangelizadores-comunicadores.

    existencial, por lo que se deja todo. Por eso, entendieron que los pobres, contemplados desde Cristo, no son ni sern nunca manipulados, sino tratados con la dignidad que merecen y a quienes se debe no solo dar pan, techo o cobijo, sino predicar la esperanza y el sentido de la vida.

    5. Los dos se saben criaturas, hijos de Dios y la misma carne de Jesucristo; a veces, carne llagada y herida. es la espiritualidad de la encarnacin, del realismo, de hacer de este mundo otro, no otro mundo. Y es la necesidad de fomentar el misterio de la eucarista, la devocin de los belenes, el amor palpable a los pobres, la devocin a la Virgen (la anawin, la pobre de Yahv) y a los santos.

    6. Los dos viven la alegra y la esperanza profundas, desde el octavo da, desde el da cristiano de la resurreccin. es la experiencia de sentirnos peregrinos y mendicantes, sin ser mundanos, como repetir el papa Francisco; o el toma, padre, hasta mi ropa; tengo otro Padre: el del cielo, como lo vivi el pobrecillo de Ass.

    7. Los dos, cada cual en su tiempo, hacen posible el deseo del Concilio Vaticano II: romper el aislamiento de la Iglesia para que est en medio del pueblo y sirva al pueblo. Y sus pastores y evangelizadores, unas veces caminen delante del rebao, otras en medio y otras detrs. Y siempre oliendo, al mismo tiempo, a oveja y al Pastor (el pastor huele a lo que huele Dios, dir san Juan de vila).

    8. Los dos insisten en la verdadera conversin personal para reformar la Iglesia y la sociedad: comporta salir de

    y con su vida, lo que expresa. Manuel Mara Bru habla de una empata que cautiva, y de una palabra directa, clara, concisa y sugestiva. sin olvidar estas otras claves: transparencia meditica, nuevo modo de referirse a s mismo y de hablar de la Iglesia, novedosa manera de denunciar el mal y la pobreza y, sobre todo, un nuevo estilo de relacionarse con los comunicadores. Catlicos y no catlicos afirman que estamos en la Iglesia de Francisco.

    Para finalizar, me atrevo a ampliar esa frase: estamos en la Iglesia de los dos Franciscos, la de los dos mejores comunicadores-evangelizadores de los dos milenios cristianos. Me explico. Hoy, estamos en una Iglesia de Franciscos (el de Ass y el actual Papa). los dos, providencialmente dispuestos para reformar la Iglesia: uno, en las primeras puertas del segundo milenio. el segundo, en las primeras puertas del tercer milenio. en qu se parecen? lo resumimos a modo de declogo:

    1. Los dos son revolucionarios desde el Espritu, no desde lo sociopoltico. los dos sintieron la misma llamada: Reconstruye mi Iglesia que amenaza ruina, escuch el poverello de AssMe he encontrado una Iglesia como un campo de batalla: llena de heridos, afirm el papa Francisco.

    2. Los dos vuelven a hablar de lo esencial: de la vuelta al evangelio y de la fe en la Providencia para vivir como si Dios existiera en verdad y para experimentar el Arte de Vivir autntico como vivi nuestro seor Jesucristo.

    3. Los dos estn enamorados de Jesucristo: creen en una Persona, no en algo. seor, qu quieres de m, qu puedo hacer por ti?, preguntar Francisco de Ass. Cuando vengan a Roma, no griten Francisco, Francisco, sino Jesucristo, Jesucristo, dir el papa Francisco. esto conlleva vivir como discpulos, como misioneros y como configurados con Cristo; no solo seguimiento, sino identificacin con l: ser otros Cristos vivientes que transmitan Vida (Gal 2).

    4. Los dos viven la pobreza, en un triple sentido: llenos de Dios, configurados con Jesucristo pobre y su evangelio, y solidarios fraternalmente. es consecuencia de haber encontrado la perla del evangelio, el tesoro

    1. Cf. A. GIL MORENO, El cristianismo en mi mvil, en Pliego de Vida Nueva, n 2.910 (27-9-2014), pp. 23-30.

    2. Cf. J. GONZLEZ PADRS, Las nuevas goras litrgicas, en Phase, 398 (2012), pp. 173-193.

    3. Imagen utilizada por el papa Francisco en su discurso al Parlamento de Estrasburgo (25-11-2014).

    4. Cf. A. LABAJOS BRONCANO, Qu est pasando en la liturgia actual? Tensiones eclesiales a propsito de la celebracin cristiana, en Razn y Fe, 1391 (septiembre 2014), pp. 165-176.

    5. Cf. R. BERZOSA, La liturgia ante una nueva encrucijada cultural, en Comisin Episcopal Liturgia, Cien aos de renovacin litrgica, Edice, Madrid, 2003, pp. 129-156.

    6. Cf. R. BERZOSA, 10 Desafos

    al cristianismo desde la nueva cultura emergente, Verbo Divino, Estella, 2004; ID., Transmitir la Fe en un nuevo siglo. Retos y propuestas, DDB, Bilbao, 2006; ID., 150 miradas de actualidad en el espejo de la cultura, DDB, Bilbao, 2007; ID., Hablemos de nueva evangelizacin. Para que sea nueva y evangelizadora, Descle de Brouwer, Bilbao, 2012.

    7. P. SEQUERI, Contra los dolos postmodernos, Herder, Barcelona, 2014.

    8. Cf. ABC cultural, n 1170 (17-1-2015), pp. 18-19.

    9. Cf. TONINO CANTELMI, Tecnoliquidit. La psicologia ai tempi di internet: la mente tecnoliquida, Ed. San Paolo, Cinisello Balsamo, 2013.

    10. Ibid., 17.

    11. Ibid., 20-33.

    12. Ibid., 60-74.

    13. Ibid., 134-137.

    14. Ibid., 88.

    15. Ibid., 99-103.

    16. Ibid., 58.

    17. Ibid., 105.

    18. Ibid., 124-125.

    19. Mensaje en la XLVIII Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales: La comunicacin al servicio de una autntica cultura del encuentro (1-6-2014).

    20. Recogido en: CONFERENCIA EPISCOPAL ITALIANA, Comunicacin y misin. Directorio sobre las comunicaciones sociales en la misin de la Iglesia (Roma, 2005).

    21. Cf. M. M. BRU ALONSO, Francisco, el papa ms meditico, en Pliego de Vida Nueva, n 2.925 (17-1-2015).

    n o t a s