Universidad de los HemisferiosComunicación, Sociedad y Cultura

Profesor: Octavio Islas

Nombre: Rafaela PeñaherreraFecha: 19/04/16

Mito de Narciso

El mito de Narciso cuenta una de las historias de la mitología griega. Ésta relata historias que hablan sobre los dioses y héroes de la Grecia Antigua, además de incluir su cosmovisión sobre el mundo, la naturaleza, sus cultos, rituales, entre otros. El mito de Narciso no es excepción pues explica actitudes que pudieran tener ciertas personas en el mundo y las consecuencias de estas acciones. Este mito busca dar una lección moral a quienes lo escuchaban, o actualmente, lo lean. La historia comienza con la aparición de el joven más bello de todos llamado Narciso. Él era perseguido por muchas mujeres, e incluso dioses, debido a su atractivo. Sin embargo, cuando nació, un oráculo predijo que el mirar su propio reflejo iba a ser su condenación y lo iba a terminar matando. Así, Narciso, sabiéndose guapísimo, nunca miró su reflejo y rechazó a todas las personas que eran atraídas hacia él pues él se creía mucho mejor que todos. Narciso se convirtió en un joven vanidoso y arrogante. Entonces, Eco, una ninfa a quien la diosa Hera había maldecido porque cantaba para distraerla de Zeus y sus otros amoríos, se encuentra con Narciso y queda prendado de su belleza. Sin embargo, por su maldición, ella únicamente podía repetir las últimas palabras del otro. Incapaz de expresarle sus sentimientos, se lanza a los brazos de Narciso, quien la rechaza cruelmente. Eco lo maldice y se aleja tristemente, el dolor le rompe el corazón y se convierte en una cueva dura y rocosa haciendo que únicamente se pueda escuchar su voz. Némesis, la diosa de la venganza, cansada de la vanidad de Narciso y habiendo escuchando la maldición de Eco, condena al joven a enamorarse de su reflejo. Narciso, caminando, se encuentra con un río y se enamora profundamente de su reflejo, sin darse cuenta de que era él mismo. Al tratar de acercarse a su propia imagen, ésta desvanecía. Narciso, desesperado, no se aleja nunca más de su reflejo, y termina ahogándose en el río absorto en su propia mirada. Los dioses se compadecieron de su belleza y donde yacía su cuerpo nació una flor, el primer narciso. El mito claramente da un mensaje moral, el de no dejarse llevar en ningún momento por la vanidad, principalmente, no tampoco por la arrogancia. El centrarse en la belleza propia lleva a Narciso a rechazar, dejar de fijarse, en incluso hasta, en cierto modo, olvidarse de todos los demás. Además, se llena de soberbia y orgullo, incapacitándolo de actuar correctamente y aislándolo de la humanidad. Hoy en día, este mito ha llevado al desarrollo de dos conceptos. Por un lado, el narcisismo tanto como concepto como de palabra. El narcisismo se considera, en la actualidad, una enfermedad, trastorno psicológico, o actitud de una persona absolutamente egoísta, que se enamora de sí misma, cree que es el centro de todo y necesita constante admiración y halagos. Por otro lado,

la palabra eco en la actualidad, proviene del nombre de la ninfa que repetía únicamente lo que escuchaba y se da, principalmente en cuevas, pues ahí la ninfa se convirtió en roca.

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Profesor: Octavio Islas

Nombre: Rafaela PeñaherreraFecha: 19/04/16

McLuhan y el mito de Narciso

El mito de Narciso ha tenido muchísimas interpretaciones y aplicaciones en la historia. Sin embargo, la de Marshall McLuhan es única y extremadamente innovadora. El mito trata sobre un hombre vanidoso ensimismado, vanidoso e incapaz de salir de sí. No obstante, McLuhan propone no una lectura de enamoramiento propio, sino una auto-amputación de sí que evita su propio reconocimiento. El autor menciona que Eco trata de enamorar a Narciso con sus propias palabras, pero aún así lo rechaza. Él se enamora de su reflejo pues no sabe que es él. Es decir, si supiera que es su propio reflejo, indirectamente se rechazaría. Esto lleva al autor a decir que la persona humana siente fascinación por cualquier extensión suya propia que sea en un material diferente a sí mismo. De esta manera, la tecnología, como extensión del cuerpo y de la mente humana, puede convertirse en fascinación para la persona y llevarlo a su propia perdición. Para McLuhan, el reflejo que se da de Narciso en el río es una extensión del propio Narciso, más concretamente de sus sentidos, y aún más específicamente, de su vista. Sin embargo, esta fascinación no se pudiera dar en el hombre si entendiera que es él mismo. Por tanto, esta autoamputación de la persona previene el reconocimiento de uno mismo. La autoamputación da un alivio instantáneo al ser humano, especialmente a su sistema nervioso, y permite que el hombre no se irrite, y, por el contrario, sienta comodidad y placer. Para el comunicólogo, desde el principio de la humanidad, todos los inventos se entienden como extensiones del hombre. En la actualidad, esto sucede aún más por al cantidad brutal, incluso ligeramente absurda, de invenciones y tecnologías que surgen. Con la tecnología, los hombres se vuelven “ídolos” de ellos mismos. Esta idolatría a la tecnología, que se da hoy más que nunca, llevará a que, poco a poco, el hombre se convierta en la misma tecnología. El hombre, en primer lugar, abraza la tecnología, se relaciona con ella, se convierte en ella, le sirve a ella. Por eso, “el mundo de la máquina corresponde al amor del hombre cumpliendo sus deseos, es decir, proporcionándole riqueza” (McLuhan, 1994). McLuhan habla de que la actualidad se caracteriza por ser la edad de los medios tecnológicos, una edad de la ansiedad, lo que termina en la era de la “conciencia de lo inconsciente” (McLuhan, 1994), el entumecimiento llega a tal punto que el hombre, poco a poco, es absorbido y se vuelve inconsciente. Todo el cuerpo humano se adapta a esto, todo el cuerpo humano es, por tanto, absorbido e inconsciente. En fin, la vida de las personas, tanto la privada como la pública, hoy está a la vista y disposición de todos (más aún con las redes sociales). Esto hace que la persona, junto con su conciencia, desaparezca, y surja la conciencia social, pues así las persona pierde el sentimiento de

culpabilidad. La tecnología atrapa al hombre y lo pierde de sí mismo. El hombre se siente aliviado y acude a más. El hombre se desvanece aún más. ¿Podrá parar el ciclo algún momento? ¿Qué pasará con el hombre? ¿Habrá hombre?

BibliografíaMcLuhan, M. (1994). El amante de juguete, Narciso como narcosis. In M. McLuhan, Comprender los medios de comunicación: las extensiones del hombre (pp. 61-67). Barcelona: Editorial Paidós.