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BBiieennMateriales de formación y oración para la comunidad

Preparación para la visita de Don Bosco19 de mayo – 5 de junio de 201

“CERCA O LEJOS, SIEMPRE PIENSO EN VO

-Don Bosco

FinalidadFinalidadFinalidadFinalidad de este subsidiode este subsidiode este subsidiode este subsidio

Queridos hermanos, dentro de unos días tendremos entre nosotros la Urna con una ‘reliquia insigne’ de nuestro Padre Don Boscocomienzo de esta magna perelos suyos predecía los grandes movimientos que a su alrededor se podían ocasionar (interiores y exteriores); lo que conocemos hasta el momento no sólo confirma las palabras del Rector Mayor, sino que más bien pone de manifiesto como el fenómeno está desbordando las expectativas de muchos, también de los salesianos.

Queremos vivir y aprovechar esperegrinación de la Reliquia de Don Bosco por nuestra inspectoría y por nuestras casas; para facilitar el ir entrando en sintonía ofrecemos este subsidio que puedes utilizar del modo que estimes más oportuno.

Lo que en él se oferta quiere conjugarla reliquia de Doveneración de los santos) y, por otra parte, concretar aquella indicación del CGeneral XXVI que decía asíconocer a Don Bosco, para volver a partir de é

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Preparación para la visita de Don Bosco5 de junio de 2012 · Inspectoría Salesiana “Santiago el Mayor” – León

SIEMPRE PIENSO EN VOSOTROS” (DON

Don Bosco viene a nuestro encuentro

de este subsidiode este subsidiode este subsidiode este subsidio

Queridos hermanos, dentro de unos días tendremos entre nosotros la Urna con una ‘reliquia insigne’ de nuestro Padre Don Bosco. Cuando el Rector comienzo de esta magna peregrinación de la Reliquia de Don Bosco al encuentro de

predecía los grandes movimientos que a su alrededor se podían ocasionar es y exteriores); lo que conocemos hasta el momento no sólo confirma las

palabras del Rector Mayor, sino que más bien pone de manifiesto como el fenómeno está desbordando las expectativas de muchos, también de los salesianos.

Queremos vivir y aprovechar esta ocasión de gracia que puede ser, si así la vivimos, la grinación de la Reliquia de Don Bosco por nuestra inspectoría y por nuestras

casas; para facilitar el ir entrando en sintonía ofrecemos este subsidio que puedes tilizar del modo que estimes más oportuno.

Lo que en él se oferta quiere conjugar, por una parte el hecho de la peregrinaciónon Bosco (ahondar en el significado eclesial, teológico y litúrgico de la

veneración de los santos) y, por otra parte, concretar aquella indicación del CGeneral XXVI que decía así: “Comprometerse a amar, estudiar, imitar, invocar y hacer

er a Don Bosco, para volver a partir de él”.

Con el deseo de que pueda ser de utilidad, os lo entrego,

Eusebio Martínez

Coordinador de la Peregrinación de la Reliquia en la In

!! Materiales de formación y oración para la comunidad

Preparación para la visita de Don Bosco León

ON BOSCO)

viene a nuestro encuentro-

Queridos hermanos, dentro de unos días tendremos entre nosotros la Urna con una ctor Mayor anunciaba el

grinación de la Reliquia de Don Bosco al encuentro de predecía los grandes movimientos que a su alrededor se podían ocasionar

es y exteriores); lo que conocemos hasta el momento no sólo confirma las palabras del Rector Mayor, sino que más bien pone de manifiesto como el fenómeno está desbordando las expectativas de muchos, también de los salesianos.

ta ocasión de gracia que puede ser, si así la vivimos, la grinación de la Reliquia de Don Bosco por nuestra inspectoría y por nuestras

casas; para facilitar el ir entrando en sintonía ofrecemos este subsidio que puedes

el hecho de la peregrinación de Bosco (ahondar en el significado eclesial, teológico y litúrgico de la

veneración de los santos) y, por otra parte, concretar aquella indicación del Capítulo Comprometerse a amar, estudiar, imitar, invocar y hacer

Eusebio Martínez

rinación de la Reliquia en la Inspectoría

Inspectoría Salesiana ‘Santiago el Mayor’

Materiales para la formación y oración de las comunidades

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A modo de índice

Finalidad de este subsidioFinalidad de este subsidioFinalidad de este subsidioFinalidad de este subsidio ................................................................................................................................

1.1.1.1. Conocer e imitar a Don Bosco: Conocer e imitar a Don Bosco: Conocer e imitar a Don Bosco: Conocer e imitar a Don Bosco:

1. Los santos ayer y hoy ................................

El problema teológico del culto de los santos

El hoy de los santos, entre el recuerdo del pasado y la perspectiva de futuro

2. Recuperemos juntos nuestra santidad

El problema de fundo ................................

El mejor regalo para los jóvenes, nuestra santidad

3. Queridos salesianos, ¡Sed santos!

1. La santidad, patrimonio permanente de familia

2. Nosotros, educadores para la santidad

3. La santidad florece en la comunidad

4. Invitación a la revisión ................................

1. Un homenaje a lo concreto

2. Una revisión que se hace oración

5. Dos elementos esenciales de la santidad salesiana

1. Encuentro diario con Cristo

2. Esfuerzo ascético ................................

2.2.2.2. Amar e invocar a Don Bosco: Amar e invocar a Don Bosco: Amar e invocar a Don Bosco: Amar e invocar a Don Bosco:

1. Plegarias ................................

2. Novena vocacional a Don Bosco

3. Retiro: “Contemplando a Don Bosco”

1. La mirada de Don Bosco ................................

2. Contemplar a Cristo con la mirada de Don Bosco

3. El corazón de Don Bosco

4. Acto de fidelidad de la comunidad salesiana ante Don Bosco

Inspectoría Salesiana ‘Santiago el Mayor’ - León


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Conocer e imitar a Don Bosco: Conocer e imitar a Don Bosco: Conocer e imitar a Don Bosco: Conocer e imitar a Don Bosco: lecturaslecturaslecturaslecturas ................................................................................................................................................................................................................................................................

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El problema teológico del culto de los santos ................................................................


Recuperemos juntos nuestra santidad ................................................................

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El mejor regalo para los jóvenes, nuestra santidad ................................................................

Queridos salesianos, ¡Sed santos! ................................................................

La santidad, patrimonio permanente de familia ................................................................

osotros, educadores para la santidad ................................................................

La santidad florece en la comunidad................................................................

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Un homenaje a lo concreto ................................................................................................

ace oración ................................................................

Dos elementos esenciales de la santidad salesiana ...........................................................

Encuentro diario con Cristo ................................................................................................

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Amar e invocar a Don Bosco: Amar e invocar a Don Bosco: Amar e invocar a Don Bosco: Amar e invocar a Don Bosco: plegarias, oraciones y celebraciones comunitariasplegarias, oraciones y celebraciones comunitariasplegarias, oraciones y celebraciones comunitariasplegarias, oraciones y celebraciones comunitarias

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Novena vocacional a Don Bosco ................................................................

ndo a Don Bosco” ................................................................

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2. Contemplar a Cristo con la mirada de Don Bosco ................................................................

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Acto de fidelidad de la comunidad salesiana ante Don Bosco ................................

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El hoy de los santos, entre el recuerdo del pasado y la perspectiva de futuro .............................. 7

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plegarias, oraciones y celebraciones comunitariasplegarias, oraciones y celebraciones comunitariasplegarias, oraciones y celebraciones comunitariasplegarias, oraciones y celebraciones comunitarias ............................................ 32323232

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Peregrinación de la Reliquia de Don Bosco

19 de mayo – 5 de junio de 2012

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1.1.1.1. Conocer Conocer Conocer Conocer e imitar e imitar e imitar e imitar a Don Bosco: a Don Bosco: a Don Bosco: a Don Bosco: lecturas lecturas lecturas lecturas

El Concilio Vaticano II puso en valor aquella vuelta a las fuentes que tan fuerte resonó en los años del Capítulo General Especial y siguientes. Con esa llamada de atención comenzó una nueva etapa en los estudios salesianos que ha influido muy positivamente en la historia de la Congregación y de toda la Familia Salesiana. El magisterio de la congregación lo recogió en el artículo 21 de nuestras Constituciones diciendo que Don Bosco es nuestro modelo, y por ello lo imitamos y estudiamos.

El Capítulo General XXVI dedicó una parte de sus trabajos precisamente también a ‘volver a partir de Don Bosco’, y que ha sido presentado como presupuesto imprescindible para entender cualquier otra de las opciones que hagamos en la realidad que nos toca vivir. Así, nos resulta relativamente sencillo argumentar y referir determinadas opciones pastorales o criterios educativos al mismo Don Bosco.

Aún en este contexto, no siempre nos resulta sencillo hablar de la santidad de Don Bosco. Por eso, en este apartado de nuestro subsidio presentamos algunos elementos para entender y ‘razonar’ este elemento de nuestra fe. Puede ser que haya sido un elemento al que en algún momento de nuestra vida hayamos podido dedicar algo de tiempo… o quizás no. Precisamente por eso, al comienzo de esta sección, nos sirven de marco, las siguientes palabras de Benedicto XVI: “Queridos hermanos y hermanas, en la vida de cada uno de nosotros hay personas muy queridas, a las que nos sentimos particularmente cercanas, algunas están ya en los brazos de Dios, otras comparten aún con nosotros el camino de la vida: son nuestros padres, los familiares, los educadores; son personas a las que hemos hecho el bien o de las que hemos recibido el bien; son personas con las que sabemos que podemos contar. Es importante, sin embargo, tener también “compañeros de viaje” en el camino de nuestra vida cristiana: pienso en el director espiritual, en el confesor, en las personas con las que se puede compartir la experiencia de fe, pero pienso también en la Virgen María y en los santos. Cada uno debería tener algún santo que le fuese familiar, para sentirle cercano con la oración y la intercesión, pero también para imitarlo. Quisiera invitaros, por tanto, a conocer más a los santos, empezando por aquel cuyo nombre lleváis, leyendo su vida, sus escritos. Estad seguros de que se convertirán en buenos guías para amar cada vez más al Señor y ayudas válidas para vuestro crecimiento humano y cristiano”1.

Precisamente por esto, porque queremos seguir haciendo de Don Bosco un compañero de viaje en el

camino de nuestra vida cristiana, ofrecemos a continuación algunos textos para la lectura espiritual y

la formación permanente, todos ellos pueden trabajarse personal y comunitariamente:

I. Los santos ayer y hoy. Que se trata de una aproximación al sentido teológico-litúrgico-pastoral de la veneración de los santos en la Iglesia.

II. Un fragmento de la Carta de Don Egidio Viganó “Recuperemos juntos nuestra santidad”.

III. Un fragmento de la Carta de Don Pascual Chávez “Queridos salesianos, ¡Sed santos!” IV. Un fragmento de la Carta de Don Egidio Viganó “Recuperemos juntos nuestra

santidad” para reflexionar sobre el cuidado de la vida interior y la ascesis. V. Un fragmento de la Carta de Don Pascual Chávez “Queridos salesianos, ¡Sed santos!”

para reflexionar sobre la santidad y los ambientes de nuestra vida.

1 Tomada de la Audiencia de Benedicto XVI en Castelgandolfo, el 25 de agosto de 2010.



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1. Los santos ayer y hoy


En la búsqueda de nuevas formas y modelos de santificaciónpolicultural no se pueden ignorar las grandes figuras que en la historia representan la memoria viviente de la santidad de la Iglesia. Tampoco se puede olvidar el aspecto antropológicopersonalidades de los santos, porque el crecimiento y desarrollo de la persona están ligados a la elección correcta de héroes, modelos, santos y líderes, como demuestra W. K. Kirkpatrick (profesor de psicopedagogía en el Boston College) subrayando la importancia de las narracicontenido “prudencial” para la enseñanza de la moralidad. En efecto, las “pasiones” de los mártires, derivadas de la pasión de Cristo, revelan más fortaleza en el sufrimiento y tolerancia (de injurias y tormentos) en el amor paciente que corajeun testimonio de la existencia de una fuerza gigantesca del mal en el mundo; y Cristo es el héroe por excelencia que se propone a la imitación de todos los hombres.

Las supersticiones derivadas a menudo de tal creencia (en las tumbas de los santos se hallaba el acostumbrado e inevitable elenco de los milagros) fueron denunciadas pque negará no la ejemplaridad de los santos que imitar, sino su poder de intercesión, provocando la condena del concilio de Trento al defender sólo el aspecto cultual, pero no su ejemplo de virtudes (Ses. XXV, 1563)3.

2 Enzo Lodi (1993). Los santos del calendario romano. 3 “Ante todo instruyan diligentemente a los fieles acerca de la intercesión de los santos, de su invocacireliquias y del legítimo uso de las imágenes, enseñándoles que los santos, que reinan con Cristo, ofrecen sus oraciones a Dios por los hombres; que es bueno y útil invocarles humildemente y encomendarse a sus oraciones, a su ayuda y patrocinio para impetrar de Dios, por medio de su Hijo Jesucristo nuestro Señor, que es nuestro único redentor y salvador…”



Los santos ayer y hoy2


n la búsqueda de nuevas formas y modelos de santificación en nuestra sociedad policéntrica y policultural no se pueden ignorar las grandes figuras que en la historia representan la memoria viviente de la santidad de la Iglesia. Tampoco se puede olvidar el aspecto antropológico

santos, porque el crecimiento y desarrollo de la persona están ligados a la elección correcta de héroes, modelos, santos y líderes, como demuestra W. K. Kirkpatrick (profesor de psicopedagogía en el Boston College) subrayando la importancia de las narracicontenido “prudencial” para la enseñanza de la moralidad. En efecto, las “pasiones” de los mártires, derivadas de la pasión de Cristo, revelan más fortaleza en el sufrimiento y tolerancia (de injurias y tormentos) en el amor paciente que coraje de conquistadores; la fortaleza de los héroes y santos es un testimonio de la existencia de una fuerza gigantesca del mal en el mundo; y Cristo es el héroe por excelencia que se propone a la imitación de todos los hombres.

La historia del culto litúrgico de los santos comienza con la veneración de los mártires, que representan la imitación

perfecta de Cristo participando en su sacrificio cruento; luego, acabadas las persecuciones, la vida ascética suple

al martirio como testimonio del amor (Cfr. Veronense, 20). Pero si la veneración de los santos tenía como primera finalidad el proponer ejemplos de vida (“la vida de los santos es norma de vida para los demás”, dice san Ambrosio), no se puede negar que en los dípticos litúrgicos los nombres de los márt

de los obispos, de quienes no se tenían noticias precisas, eran recordados sólo para la intercesión; y,

entre muchos fieles, los santos eran considerados como ‘auxiliadores’ para obtener protección en los sucesos

calamitosos o felices, pues según el pueblo el acontecimiento feliz lo provocaba el santo venerado justamente ese mismo día.

Las supersticiones derivadas a menudo de tal creencia (en las tumbas de los santos se hallaba el acostumbrado e inevitable elenco de los milagros) fueron denunciadas por la reforma protestante, que negará no la ejemplaridad de los santos que imitar, sino su poder de intercesión, provocando la condena del concilio de Trento al defender sólo el aspecto cultual, pero no su ejemplo de virtudes

Los santos del calendario romano. San Pablo, Madrid.

“Ante todo instruyan diligentemente a los fieles acerca de la intercesión de los santos, de su invocacireliquias y del legítimo uso de las imágenes, enseñándoles que los santos, que reinan con Cristo, ofrecen sus oraciones a Dios por los hombres; que es bueno y útil invocarles humildemente y encomendarse a sus oraciones, a su ayuda y

trocinio para impetrar de Dios, por medio de su Hijo Jesucristo nuestro Señor, que es nuestro único redentor y

en nuestra sociedad policéntrica y policultural no se pueden ignorar las grandes figuras que en la historia representan la memoria viviente de la santidad de la Iglesia. Tampoco se puede olvidar el aspecto antropológico-social de las

santos, porque el crecimiento y desarrollo de la persona están ligados a la elección correcta de héroes, modelos, santos y líderes, como demuestra W. K. Kirkpatrick (profesor de psicopedagogía en el Boston College) subrayando la importancia de las narraciones con un contenido “prudencial” para la enseñanza de la moralidad. En efecto, las “pasiones” de los mártires, derivadas de la pasión de Cristo, revelan más fortaleza en el sufrimiento y tolerancia (de injurias y

de conquistadores; la fortaleza de los héroes y santos es un testimonio de la existencia de una fuerza gigantesca del mal en el mundo; y Cristo es el héroe por

de los santos comienza con la veneración de los mártires, que representan la imitación

perfecta de Cristo participando en su sacrificio cruento; luego, acabadas las persecuciones, la vida ascética suple

al martirio como testimonio del amor (Cfr. Sacr. 20). Pero si la veneración de los santos

tenía como primera finalidad el proponer ejemplos de vida (“la vida de los santos es norma de vida para los demás”, dice san Ambrosio), no se puede negar que en los dípticos litúrgicos los nombres de los mártires y

de los obispos, de quienes no se tenían noticias precisas, eran recordados sólo para la intercesión; y,

entre muchos fieles, los santos eran considerados como ‘auxiliadores’ para obtener protección en los sucesos

pueblo el acontecimiento feliz lo provocaba el santo venerado justamente ese mismo día.

Las supersticiones derivadas a menudo de tal creencia (en las tumbas de los santos se hallaba el or la reforma protestante,

que negará no la ejemplaridad de los santos que imitar, sino su poder de intercesión, provocando la condena del concilio de Trento al defender sólo el aspecto cultual, pero no su ejemplo de virtudes

“Ante todo instruyan diligentemente a los fieles acerca de la intercesión de los santos, de su invocación, del honor de las reliquias y del legítimo uso de las imágenes, enseñándoles que los santos, que reinan con Cristo, ofrecen sus oraciones a Dios por los hombres; que es bueno y útil invocarles humildemente y encomendarse a sus oraciones, a su ayuda y

trocinio para impetrar de Dios, por medio de su Hijo Jesucristo nuestro Señor, que es nuestro único redentor y



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Un hecho dogmático con fundamento bíblico

a) Aunque el fundamento escriturístico del culto de los santos tiene poca importancia, es ciertamente un hecho dogmático, que con la profesión de fe se expresa en la proposición: “Creo en la comunión de los santos”; y en la liturgia eucarística bizantina: “Las cosas santas, para los santos”. En efecto, la tradición atestigua que, desde el comienzo de la Iglesia, el culto de los mártires se celebrara ya en el siglo II ante la tumba el día de su aniversario. Tal culto tenía tres elementos característicos: la reunión de una comunidad local (no la parental de los familiares); el día del aniversario del martirio (dies natalis) o de la sepultura (depositio), y por consiguiente, no el día del nacimiento terreno: con la celebración conclusiva de la eucaristía, que actualiza el sacrificio del primero y único mártir del Calvario. Por eso el altar donde se ofrece el cuerpo de Cristo es una mesa colocada encima de la tumba o el sarcófago con las reliquias del mártir; el altar no es para los santos, sino para Cristo (en la nueva liturgia de la dedicación de las iglesias, el altar ha de ser único y las reliquias situadas bajo el altar).

b) En segundo lugar, la relación intrínseca entre ambos sacrificios no ha sido considerada nunca como un oscurecimiento del primado absoluto del misterio pascual4. En efecto, la Escritura testimonia que todos los que son llamados ‘santos’ (Hch 2, 38 etc.), porque “Dios es santo”, están llamados a tomar parte en su santidad (Heb 12, 10); porque nosotros somos “conciudadanos de los santos, de la familia de Dios” (Ef 5, 25-27). Para la doctrina tradicional de la Iglesia, la santidad es el estado normal de los cristianos (como ha recordado el concilio: cfr. LG 40-41; 48-50).

c) Además, los santos, como prolongación en algún modo de la humanidad de Cristo porque completan lo que falta a la pasión de Cristo a favor de su Iglesia (Col 1, 24), representan al Cristo total. La naturaleza humana de Cristo, aun siendo perfecta e irrepetible, es, empero, singular (relativamente limitada), esto es, susceptible de compleción e integrable para expresar todo el misterio infinito de Dios. Como nosotros, también los santos pertenecen al cuerpo místico de Cristo; y por eso junto con ellos (“Reunidos en comunión, veneramos… ante todo...”, se dice en el Communicantes del canon romano) ofrecemos el sacrificio eucarístico; como compañeros de viaje (conviatores: Ignacio: Ad Eph. IX, 2) pueden convertirse en nuestros cooperadores al unirnos a Cristo. “Por eso podemos invocar a Dios Con ellos –como se hace en las más antiguas letanías de los santos-, porque todo genuino testimonio de amor que ofrezcamos a los santos se dirige, por su propia naturaleza, a Cristo y termina en él, que es la corona de todos los santos, y por él va a Dios, que es admirable en sus santos y en ellos es glorificado” (LG 50).

¿Santidad o sacralidad?

La desaparición del concepto exacto de santo, en relación a lo sagrado, en la secularizada cultura moderna (son conocidas las reacciones contra la reforma del calendario de los santos por la supresión de alguna figura popular, como santa Bárbara, santa catalina de Alejandría, etc.) es debida

4 Cfr. Sacrosanctum Concilium, n. 104: “La Iglesia introdujo a lo largo del año el recuerdo de los mártires y de los demás santos que, llegados a la perfección por la multiforme gracia de Dios y habiendo alcanzado ya la salvación eterna, cantan la perfecta alabanza a Dios en el cielo e interceden por nosotros. Porque, al celebrar el tránsito de los santos de este mundo al cielo, la Iglesia proclama el misterio pascual cumplido en ellos, que sufrieron y fueron glorificados con Cristo; propone a los fieles sus ejemplos, que atraen a todos por Cristo al Padre, y por sus méritos implora los beneficios divinos”.



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al hecho de que se confunde al “santo!, que tiene esta referencia esencial al misterio pascual de Cristo, con la noción numinosa de “sagramistéricas (por ejemplo, la de Otto, basada en la filosofía de la religión; o la reciente de Zolla, basada en el esoterismo). Lo sagrado que se limita a describir las reacciones del hombre frente a Dpura oposición frente a la profanidad (profano: fuera del recinto del templo), fue objeto de crítica profética por parte de Cristo, que fue condenado por haber predicho la destrucción del templo hecho por manos humanas (Mc 15,58; Mt 27, 39), y viviente de Dios entre los hombres (Jn 1, 14).

El hombre que ha alcanzado la edad adulta en el mundo, que se dice en nuestra época secularizada, afirma que pertenece a la época possacral; y es indudable que msantos celebrados en el culto pertenecen a épocas típicamente sacrales, en las que lo sacro formaba parte del sistema sociocultural como elemento de consumo necesario para el equilibrio del sistema. Pero la celebración litúrgicaaplicación de una categoría estándar de la santidad, sino la determinación del contexto histórico actual (el “hoy” en que vivimos) para transmitir en él el mensaje originario de la santidad que reside en el Cristo resucitado, como tsantidad divina. Por eso la liturgia celebra el “hoy” de los santos como participación del “hoy” del misterio pascual del Cristo; y la memoria de un santo no es retorno arqueológico a recuerdos históricos o a épocas sacrales, o una simple memoria retrospectiva, sino también la valoración de lo sagrado religioso de la humanidad como realidad universal de comunión.

Si en nuestro universo desacralizado, como observa P“disponible”, que no oculta ningún misterio,creado engendra como compensación un fenómeno de resacralización, ligado más bien a los grandes mitos colectivos del grupo social (y no al contacto con la naturaleza, como antes). Esto ehoy tal interés por lo sacro pueda ser un presupuesto positivo para la verdadera aceptación de la fe como comunión en la santidad divina, más allá de cualquier idea basada en necesidades y condicionamientos culturales, porque abre una posibilapertura total gratuita de lo humano al mensaje divino.

Al presentar la actualidad de los santos conviene, pues, evitar que se considere su mensaje como algo definitivo, completo e idealmente estático; recordando su participación en la santidad revela su carácter de tensión hacia el modelo perfecto que es Cristo, de apertura indefinida a la perfección, a veces sólo alcanzada al término de su propia experiencia espiritual (como puede constatarse en no pocos santos). El calendario de la santidad es siempre un libro abierto a las contradicciones de la historia humana, pero transparenta siempre al verdadero “santo”, que refulge en todas las épocas y condiciones, como testimonia la snuestro calendario general, enriquecido por las numerosas memorias y fiestas de los calendarios particulares de cada una de las Iglesias locales e institutos religiosos. En el primer prefacio de los santos del misal se delinea esta santidad, que asume en sí misma lo positivo de la sacralidadhumana: “Tú nos ofreces el ejemplo de su vida, la ayuda de su intercesión y la participación en su destino” (Misal romano).



al hecho de que se confunde al “santo!, que tiene esta referencia esencial al misterio pascual de Cristo, con la noción numinosa de “sagrado”, presente en las distintas religiones o concepciones mistéricas (por ejemplo, la de Otto, basada en la filosofía de la religión; o la reciente de Zolla, basada en el esoterismo). Lo sagrado que se limita a describir las reacciones del hombre frente a Dpura oposición frente a la profanidad (profano: fuera del recinto del templo), fue objeto de crítica profética por parte de Cristo, que fue condenado por haber predicho la destrucción del templo hecho por manos humanas (Mc 15,58; Mt 27, 39), y que se convirtió a sí mismo en el templo morada viviente de Dios entre los hombres (Jn 1, 14).

El hombre que ha alcanzado la edad adulta en el mundo, que se dice en nuestra época secularizada, afirma que pertenece a la época possacral; y es indudable que muchas memorias de nuestros santos celebrados en el culto pertenecen a épocas típicamente sacrales, en las que lo sacro formaba parte del sistema socio-cultural como elemento de consumo necesario para el equilibrio del sistema. Pero la celebración litúrgica de los santos no es la aplicación de una categoría estándar de la santidad, sino la determinación del contexto histórico actual (el “hoy” en que vivimos) para transmitir en él el mensaje originario de la santidad que reside en el Cristo resucitado, como templo universal de la santidad divina. Por eso la liturgia celebra el “hoy” de los santos como participación del “hoy” del misterio pascual del Cristo; y la memoria de un santo no es retorno arqueológico a recuerdos históricos o

mple memoria retrospectiva, sino también la valoración de lo sagrado religioso de la humanidad como realidad universal de comunión.

Si en nuestro universo desacralizado, como observa Paul Ricoeur, todo llega a formar parte de lo ningún misterio, es verdad asimismo que el vacío

creado engendra como compensación un fenómeno de resacralización, ligado más bien a los grandes mitos colectivos del grupo social (y no al contacto con la naturaleza, como antes). Esto ehoy tal interés por lo sacro pueda ser un presupuesto positivo para la verdadera aceptación de la fe como comunión en la santidad divina, más allá de cualquier idea basada en necesidades y condicionamientos culturales, porque abre una posibilidad a la verdadera santidad, que en sí es apertura total gratuita de lo humano al mensaje divino.

Al presentar la actualidad de los santos conviene, pues, evitar que se considere su mensaje como algo definitivo, completo e idealmente estático; recordando siempre que el aspecto fundamental de su participación en la santidad revela su carácter de tensión hacia el modelo perfecto que es Cristo, de apertura indefinida a la perfección, a veces sólo alcanzada al término de su propia experiencia

puede constatarse en no pocos santos). El calendario de la santidad es siempre un libro abierto a las contradicciones de la historia humana, pero transparenta siempre al verdadero “santo”, que refulge en todas las épocas y condiciones, como testimonia la selección de los santos de nuestro calendario general, enriquecido por las numerosas memorias y fiestas de los calendarios particulares de cada una de las Iglesias locales e institutos religiosos. En el primer prefacio de los

a santidad, que asume en sí misma lo positivo de la sacralidadhumana: “Tú nos ofreces el ejemplo de su vida, la ayuda de su intercesión y la participación en su

al hecho de que se confunde al “santo!, que tiene esta referencia esencial al misterio pascual de do”, presente en las distintas religiones o concepciones

mistéricas (por ejemplo, la de Otto, basada en la filosofía de la religión; o la reciente de Zolla, basada en el esoterismo). Lo sagrado que se limita a describir las reacciones del hombre frente a Dios, a ser pura oposición frente a la profanidad (profano: fuera del recinto del templo), fue objeto de crítica profética por parte de Cristo, que fue condenado por haber predicho la destrucción del templo hecho

que se convirtió a sí mismo en el templo morada

mple memoria retrospectiva, sino también la valoración de lo sagrado religioso de la humanidad como realidad universal de comunión.

Ricoeur, todo llega a formar parte de lo es verdad asimismo que el vacío religioso que se ha

creado engendra como compensación un fenómeno de resacralización, ligado más bien a los grandes mitos colectivos del grupo social (y no al contacto con la naturaleza, como antes). Esto explica el que hoy tal interés por lo sacro pueda ser un presupuesto positivo para la verdadera aceptación de la fe como comunión en la santidad divina, más allá de cualquier idea basada en necesidades y

idad a la verdadera santidad, que en sí es

Al presentar la actualidad de los santos conviene, pues, evitar que se considere su mensaje como siempre que el aspecto fundamental de

su participación en la santidad revela su carácter de tensión hacia el modelo perfecto que es Cristo, de apertura indefinida a la perfección, a veces sólo alcanzada al término de su propia experiencia

puede constatarse en no pocos santos). El calendario de la santidad es siempre un libro abierto a las contradicciones de la historia humana, pero transparenta siempre al verdadero

elección de los santos de nuestro calendario general, enriquecido por las numerosas memorias y fiestas de los calendarios particulares de cada una de las Iglesias locales e institutos religiosos. En el primer prefacio de los

a santidad, que asume en sí misma lo positivo de la sacralidad-religiosa humana: “Tú nos ofreces el ejemplo de su vida, la ayuda de su intercesión y la participación en su



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Esta panorámica histórico-teológico-litúrgica sobre los santos canonizados (que representan sólo un muestrario de la santidad universal) y del significado de su recuerdo actualizado (que saca de la experiencia de Dios, vivida en su vida y en su tiempo, como de un tesoro, “cosas nueva y viejas”, Mt 13, 52) plantea un interrogante. Los santos de hoy y de mañana, ¿pueden verse a la luz de los santos de ayer que nos propone el calendario? Si, como dice Bernanos, cada vida de un santo es “como una nueva floración, la efusión de una milagrosa, edénica ingenuidad”, se puede suponer que la obra del Espíritu es imprevisible, no entra en los cánones de la razón retrospectiva o prospectiva. No obstante, el prototipo de la santidad sigue siendo el mismo, Cristo: “Sólo tú eres santo” (himno del Gloria). Por tanto, el santo de la tradición litúrgica, que lo celebra con la memoria en nuestros días, es siempre el santo de la fuerza de la tradición innovadora. Es más fácil decir lo que han sido los santos que predecir lo que serán; aunque siempre podemos precisar lo que no pueden ser en sentido negativo.

El santo que podemos esperar será siempre diferente de nuestras concepciones, de los pronósticos y de los deseos de un tiempo tan mudable como el nuestro. Pero será también un santo de siempre, porque será un imitador de Cristo, si bien de manera nueva, con el estilo de su tiempo. Si “la gloria de Dios consiste en que el hombre viva, y la vida del hombre consiste en la visión de Dios”, como se lee en la memoria de San Ireneo (Tr. Contra las herejías IV, 20, 5-7), el santo del mañana seguirá siendo el que realiza, en su fidelidad a Cristo, en nuestra misma civilización tecnológica, un modelo “personalizado” como señal de la irrupción vertical de Dios entre los hombres y presencia irradiante de Dios en el mundo, aunque no sea del mundo (Jn 8, 16).

La recomendación de san Bernardo, en el oficio de lectura de la solemnidad de todos los santos (Cfr. Serm. 2), es siempre actual: Los santos no necesitan nuestros honores, ni les añade nada nuestra devoción. Es que la veneración de su memoria redunda en provecho nuestro, no suyo. Por lo que a mí respecta, confiesa que, al pensar en ellos, se enciende en mí un fuerte deseo. Mas, para que nos sea permitido esperar esta gloria y aspirar a tan gran felicidad, debemos desear también, en gran manera, la intercesión de los santos, para que ella nos obtenga lo que supera nuestras fuerzas”. Aunque estemos proyectados hacia el futuro, las memorias de los santos del pasado son ante todo un testimonio vivo de la conciencia de una solidaridad entre los vivos y los muertos, que nosotros traducimos en la profesión de fe bautismal: “Creo en la co munión de los santos, en el Espíritu”.



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2. Recuperemos juntos nuestra santidad

Hay que atribuir a cierto pragmatismo en el trabajo y a falta de programación comunitaria un peligroso descuido de la vida espiritual, de la actualización pastoral y de la formación permanente, que en algunas lnspectorías no son como debieran ser.

Creo que éste es uno de los motivos por los que ha sido más bien lenta la asimilación de los documentos y orientaciones eclesiales y salesianas. Ha Faltado el ahondamiento en nuestra Profesión Religiosa; dicha falta es la fuente de un peligro grave, no imaginario de superfic

El problema de fundo

Sí, queridos hermanos: En una hora de transición cultural, ¡nuestro enemigo más temible es la superficialidad espiritual!

Corremos el peligro de hacer consistir toda la renovación en iniciativas que casi son más bien «de usoexterno» y de organización. La reestructuración de la Inspectoría y de sus Obras es, no cabe duda, importante e indispensable. Urge revisar nuestra dimensión comunitaria, «relanzar» la figura del director, asumir y aplicar la «Ratio», «reformular» nuestrgrandes horizontes de la Familia Salesiana y programar con magnanimidad el esfuerzo misionero... ¡Pero en el fondo de todo ello, como su manantial y alma, está la necesidad de rehacer todos juntos el proyecto de nuestra santidad, tanto personal como comunitaria: reconsiderar y vivir de nuevo con entusiasmo el significado existencial de nuestra Profesión Religiosa y la carga vivificadora de su Consagración!

Si queremos que nuestro vasto y serio proceso de renovaciódebemos «relanzar vitalmente cuanto nos proponen las Constituciones en el artículo 2º: “Ser, con estilo salesiano, los signos y los portadores del amor de Dios a los jóvenes, especialmente a los más pobres. Al realizar esta misión, siguiendo a Cristo, encontramos el camino de nuestra santidad».

Nosotros no somos, es verdad, sólo «catequistas»; somos también «educadores». Pero, además, no somos solo «educadores», sino también guías, o «mistagogos» empleaban los Padres para indicar la iniciación en el misterio de Cristopreocupación de llevar pedagógicamente a los jóvenes a su inserción vital en las realidades de la fe: educamos evangelizando, en el sentido de que toanimada y dirigida concretamente por la preocupación de introducir a los jóvenes en el misterio de Cristo y hacerlos vivir en su Pascua. El alma del Sistema Preventivo es siempre y en todo lugar el mihi animas», que brota de una espiritualidad centrada en la «caridad pastoral» concebida y vivida al estilo de Don Bosco6.

Imitando la paciencia de Dios -encuentran en el desarrollo de su libertadomine su fragilidad, les ayudamos, mediante el diálogo, a liberarse de toda esclavitud.

5 Cfr. Carta del Rector Mayor Don Egidio Viganó. 6 Constituciones 40.



Recuperemos juntos nuestra santidad5

ibuir a cierto pragmatismo en el trabajo y a falta de programación comunitaria un peligroso descuido de la vida espiritual, de la actualización pastoral y de la formación permanente, que en algunas lnspectorías no son como debieran ser.

o de los motivos por los que ha sido más bien lenta la asimilación de los documentos y orientaciones eclesiales y salesianas. Ha Faltado el ahondamiento en nuestra Profesión Religiosa; dicha falta es la fuente de un peligro grave, no imaginario de superfic

Sí, queridos hermanos: En una hora de transición cultural, ¡nuestro enemigo más temible es la

Corremos el peligro de hacer consistir toda la renovación en iniciativas que casi son más bien «de usoexterno» y de organización. La reestructuración de la Inspectoría y de sus Obras es, no cabe duda, importante e indispensable. Urge revisar nuestra dimensión comunitaria, «relanzar» la figura del director, asumir y aplicar la «Ratio», «reformular» nuestro proyecto educativo pastoral, ampliar los grandes horizontes de la Familia Salesiana y programar con magnanimidad el esfuerzo misionero... ¡Pero en el fondo de todo ello, como su manantial y alma, está la necesidad de rehacer todos juntos

uestra santidad, tanto personal como comunitaria: reconsiderar y vivir de nuevo con entusiasmo el significado existencial de nuestra Profesión Religiosa y la carga vivificadora de su

Si queremos que nuestro vasto y serio proceso de renovación no sea solo «de uso externo», debemos «relanzar vitalmente cuanto nos proponen las Constituciones en el artículo 2º: “Ser, con estilo salesiano, los signos y los portadores del amor de Dios a los jóvenes, especialmente a los más

misión, siguiendo a Cristo, encontramos el camino de nuestra santidad».

Nosotros no somos, es verdad, sólo «catequistas»; somos también «educadores». Pero, además, no somos solo «educadores», sino también guías, o «mistagogos» -un término griego que con gempleaban los Padres para indicar la iniciación en el misterio de Cristo-; es decir, debemos tener la preocupación de llevar pedagógicamente a los jóvenes a su inserción vital en las realidades de la fe: educamos evangelizando, en el sentido de que toda nuestra actividad de promoción educativa está animada y dirigida concretamente por la preocupación de introducir a los jóvenes en el misterio de Cristo y hacerlos vivir en su Pascua. El alma del Sistema Preventivo es siempre y en todo lugar el

, que brota de una espiritualidad centrada en la «caridad pastoral» concebida y vivida al

-nos dicen las Constituciones, acogemos a los jóvenes tal como se encuentran en el desarrollo de su libertad y de su fe. Fraternalmente presentes para que el mal no domine su fragilidad, les ayudamos, mediante el diálogo, a liberarse de toda esclavitud.

on Egidio Viganó. ACG 303, 1981.

ibuir a cierto pragmatismo en el trabajo y a falta de programación comunitaria un peligroso descuido de la vida espiritual, de la actualización pastoral y de la formación permanente,

o de los motivos por los que ha sido más bien lenta la asimilación de los documentos y orientaciones eclesiales y salesianas. Ha Faltado el ahondamiento en nuestra Profesión Religiosa; dicha falta es la fuente de un peligro grave, no imaginario de superficialidad.

Sí, queridos hermanos: En una hora de transición cultural, ¡nuestro enemigo más temible es la

Corremos el peligro de hacer consistir toda la renovación en iniciativas que casi son más bien «de uso externo» y de organización. La reestructuración de la Inspectoría y de sus Obras es, no cabe duda, importante e indispensable. Urge revisar nuestra dimensión comunitaria, «relanzar» la figura del

o proyecto educativo pastoral, ampliar los grandes horizontes de la Familia Salesiana y programar con magnanimidad el esfuerzo misionero... ¡Pero en el fondo de todo ello, como su manantial y alma, está la necesidad de rehacer todos juntos

uestra santidad, tanto personal como comunitaria: reconsiderar y vivir de nuevo con entusiasmo el significado existencial de nuestra Profesión Religiosa y la carga vivificadora de su

n no sea solo «de uso externo», debemos «relanzar vitalmente cuanto nos proponen las Constituciones en el artículo 2º: “Ser, con estilo salesiano, los signos y los portadores del amor de Dios a los jóvenes, especialmente a los más

misión, siguiendo a Cristo, encontramos el camino de nuestra santidad».

Nosotros no somos, es verdad, sólo «catequistas»; somos también «educadores». Pero, además, no un término griego que con gusto

; es decir, debemos tener la preocupación de llevar pedagógicamente a los jóvenes a su inserción vital en las realidades de la fe:

da nuestra actividad de promoción educativa está animada y dirigida concretamente por la preocupación de introducir a los jóvenes en el misterio de Cristo y hacerlos vivir en su Pascua. El alma del Sistema Preventivo es siempre y en todo lugar el «da

, que brota de una espiritualidad centrada en la «caridad pastoral» concebida y vivida al

nos dicen las Constituciones, acogemos a los jóvenes tal como se d y de su fe. Fraternalmente presentes para que el mal no

domine su fragilidad, les ayudamos, mediante el diálogo, a liberarse de toda esclavitud.



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Multiplicamos nuestros esfuerzos para iluminarlos y estimularlos, respetando el delicado proceso de la fe».7

Ahora bien, para hacerlo con paciente constancia, es decir, para vivir a diario el propósito de guiar y conducir a la iniciación en el Misterio, es absolutamente indispensable la «santidad». ¡Tal es el primer objetivo de nuestra verdadera renovación!

El mejor regalo para los jóvenes, nuestra santidad

Una visión global de la vida de la Congregación adquirida en un largo contacto de casi tres años con las lnspectorías mediante las «Visitas de Conjunto», me lleva a formular la siguiente y sustancial afirmación: El mayor problema que hoy tenemos planteado es recuperar la santidad.

Sí. Los jóvenes de hoy necesitan urgentemente nuestra santidad. Cristo y María nos han llamado precisamente para esto: Nuestra santidad es el regalo más hermoso y útil que podemos hacer a la juventud.

Lamentablemente, la palabra santidad puede ser mal entendida por una mentalidad desfasada y bastante común, fruto de un ambiente que opone una especie de bloqueo cultural a los contenidos genuinos de su significado. Podría ser identificada con un espiritualismo que esquiva lo concreto. Un ascetismo para héroes de excepción, un sentimiento de enajenamiento de lo real que subestima la vida activa, una conciencia anticuada acerca de los valores del actual cambio de dirección hacia lo humano. ¡Una caricatura muy lamentable! `

Pues bien, nosotros creemos en la santidad, y creemos en su actualidad. Más que al concepto abstracto de santidad, nosotros miramos al testimonio vivo de Don Bosco “santo”.

Cuando afirmamos que nuestra santidad es el don más precioso que podemos hacer a los jóvenes, queremos indicar que necesitan ver en cada uno de nosotros otro Don Bosco con su «corazón oratoriano».

En ese sentido es por donde resulta fundamental y urgente «relanzar», la santidad, haciendo recuperar a la vez la actualidad y atractivo del mismo término, un poco deteriorado por las caricaturas ambientales. La santidad de Don Bosco es sencilla y simpática, pero al mismo tiempo robusta y profética.

Sólo Dios es santo. La santidad humana es comunión y participación del amor divino. Su existencia nos confirma que el Espíritu del Señor ha entrado vitalmente en el corazón y en la historia de los hombres; sin ella la humanidad no alcanza sus metas.

Entre los muchos santos, fermento de integridad humana en el plan del Padre, Don Bosco es un testimonio preclaro y un comunicador eficiente de los indispensables valores de la santidad a los jóvenes. Domingo Savio nos lo podría repetir con entusiasmo y esperanza.

Una santidad, decía, antes, «sencilla y simpática», con un estilo y un modo de comunicarse propios, inspiradora de confianza y creadora de amistad; pero muy exigente en sus contenidos evangélicos. No se puede llegar a ella sin una llamada especial del Espíritu, ni se puede perseverar en ella sin una fidelidad y un recurso continuo a sus inspiraciones. Es una santidad sencilla y simpática, ¡pero ni fácil ni cómoda!

7 Constituciones 25.



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Para nosotros «no basta amar». El ideal de santidad salesiana que nos traza Don Bosco es «hacerse amar». La «pérgola de rosas» nos recuerda con claridapedagógico. En nosotros perdería su originalidad si pusiera barreras entre nosotros y los jóvenes o si les resultara antipática.

La actual situación de las Inspectorías me hace pensar en dos elementos fundamentalsantidad salesiana a los que debemos reservar el primer puesto en nuestra atención a la hora de replantear juntos su actualidad viva.

El primero es la intimidad con Cristo, para garantizar el manantial diario de la caridad pastoral en nuestra actividad educativa.

El segundo es el esfuerzo ascético por vivir una constante bondad pedagógica.

Sin una patente amistad con Cristo sentida personalmente y vivida comunitariamente y sin la seriedad de una ascesis, ningún esfuerzo de renovación nos llevará auportadores del amor de Dios a los jóvenes».



Para nosotros «no basta amar». El ideal de santidad salesiana que nos traza Don Bosco es «hacerse amar». La «pérgola de rosas» nos recuerda con claridad qué exigente es. Su estilo de santidad es pedagógico. En nosotros perdería su originalidad si pusiera barreras entre nosotros y los jóvenes o si

La actual situación de las Inspectorías me hace pensar en dos elementos fundamentalsantidad salesiana a los que debemos reservar el primer puesto en nuestra atención a la hora de replantear juntos su actualidad viva.

El primero es la intimidad con Cristo, para garantizar el manantial diario de la caridad pastoral en

El segundo es el esfuerzo ascético por vivir una constante bondad pedagógica.

Sin una patente amistad con Cristo sentida personalmente y vivida comunitariamente y sin la seriedad de una ascesis, ningún esfuerzo de renovación nos llevará auténticamente a «ser signos y portadores del amor de Dios a los jóvenes».

Para nosotros «no basta amar». El ideal de santidad salesiana que nos traza Don Bosco es «hacerse d qué exigente es. Su estilo de santidad es

pedagógico. En nosotros perdería su originalidad si pusiera barreras entre nosotros y los jóvenes o si

La actual situación de las Inspectorías me hace pensar en dos elementos fundamentales de la santidad salesiana a los que debemos reservar el primer puesto en nuestra atención a la hora de

El primero es la intimidad con Cristo, para garantizar el manantial diario de la caridad pastoral en

Sin una patente amistad con Cristo sentida personalmente y vivida comunitariamente y sin la ténticamente a «ser signos y



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3. Queridos salesianos, ¡Sed santos!8

1. La santidad, patrimonio permanente de familia

Nunca daremos suficientemente gracias a Dios por el don de los Santos de nuestra Familia carismática. La nuestra –nos escribía el Papa- “es una historia rica de santos, muchos de ellos jóvenes”9. Y, en la audiencia, de nuevo nos habló de “numerosos Santos y Beatos que constituyen la pléyade celeste de vuestros protectores”10. Esto demuestra que el carisma salesiano no sólo es capaz de indicar el camino de la santidad, sino también, si se vive, de alcanzar su meta, como de hecho ya se ha realizado en no pocos de nuestros hermanos y de nuestras hermanas.

Mis predecesores se han detenido muchas veces a presentar semejante panorama11. Yo también deseo contemplar este nuestro “no pequeño grupo de Santos y Beatos salesianos”12, y haceros partícipes de cuanto, al recordarlos, me interesa más.

1.1. Tras las huellas de Don Bosco

Nuestros Santos son ciertamente “los testigos” más cualificados de nuestra espiritualidad, porque la han vivido y la han vivido heroicamente. En mí suscita particular interés el hecho de que en cada uno de ellos se encarna un aspecto específico de nuestro carisma. Acentuándolo, ellos lo han hecho más visible, más luminoso, más explícito. Se han apoderado de él y lo han profundizado, hasta tal punto que se podrían definir otras tantas “profundizaciones monográficas” del Fundador.

Un grupo de ellos ha dado incluso origen a nuevas Congregaciones religiosas en la Iglesia, como ramas nacidas en el mismo tronco. Así han hecho visibles potencialidades latentes, pero insertas en la semilla original. Cada uno de ellos, pues, sobresale por un mensaje particular.

Del conjunto se puede obtener la visión más auténtica y más completa de nuestra experiencia espiritual. Son notas diversas que contribuyen a formar una única armonía. Notas, las más variadas: desde las más conocidas a las menos subrayadas, pronunciadas como en sordina; desde, diremos, las más comunes hasta las consideradas más insólitas, como si fueran extrañas a nuestra espiritualidad. Estas diversas reediciones de Don Bosco, reconocidas oficialmente por la Iglesia, todas tienen derecho de ciudadanía en medio de nosotros. Lo vuelven a proponer vivo a nuestra atención y a nuestra custodia. Y nosotros, sus hijos, herederos de tan rico patrimonio, gozamos al captar en ellos este o aquel dato que reconocemos en seguida como uno de tantos rasgos de la fisonomía de nuestro Padre.

Querría enumerar, a modo de ejemplo, algunos de estos rasgos del modo original de reproducir la herencia común de familia, la santidad salesiana:

8 Cfr. Carta del Rector Mayor Don Pascual Chávez. ACG 379, 2002. 9 CG25, n. 143 10 JUAN PABLO II, Discurso a los participantes en el Capítulo General, en “L’Osservatore Romano”, 13-04-2002, pag. 5. Cf. CG25, n. 171 11 He aquí, por ejemplo, algunas intervenciones singnificativas de los últimos Rectores Mayores sobre nuestros Santos y sobre la santidad: VECCHI JUAN E., Expertos, testigos y artífices de comunión, ACG 363; El Padre nos consagra y nos envía, ACG 365; Santidad y martirio al alba del tercer milenio, ACG 368; Hacia el XXV Capítulo General, ACG 372; Beatificación del coadjutor Artémides Zatti: una novedad interpelante, ACG 376; VIGANÒ EGIDIO, Recuperemos juntos nuestra santidad, ACS 303; Don Bosco Santo, ACS 310; Don Rinaldi, genuino testigo e intérprete del espíritu salesiano, ACG 332; RICCERI LUIGI, Don Rua, llamamiento a la santidad, ACS 263 12 JUAN PABLO II, Discurso a los participantes en el Capìtulo General, en “L’Osservatore Romano”, 13-04-2002, pag. 5.



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- Una espiritualidad que sabe hacer la síntesis entre trabajo y templanzaDon Rua, modelo de rara abnegación, cuyo mverdad Don Rua se califica como el primer continuador del ejemplo y de la obra de Don Bosco, nos gustará imaginarlo siempre y venerarlo bajo este aspecto ascético de humildad y de dependencia”13.

- Una espiritualidad que nace de la caridad pastoral, que llega a hacerse amar y manifiesta la paternidad de Dios14. Y el recuerdo se orienta a Don Rinaldi: “Quien se acercaba a él en las actas del Proceso-

- Una espiritualidad queinequívoco de la lógica de Dios, que se contrapone a la del mundo”luminoso de María Dominica Mazzarello.

- Una espiritualidad de lo cotidiano y del trabajolaical, tanto consagrada como no consagrada. En cuanto al primer grupo, podemos pensar en seguida en las dos figuras de “buen samaritano”, Simón Srugi y Artémides Zatti. Para la identidad laical no consagrada, nuestro pensamiCooperadoras -Mamá Margaritadevoción y en gracias.

- Una espiritualidad que armoniza contemplación y acciónreciente beatificada Sor María Romero Meneses, animadora de 36 Oratorios y de una serie de instituciones pastorales que nacían con inesperada oportunidad y se convertían en tradiciones. O Atilio Giordani, espléndido modelo de Cooperador Salesiano, volcán de actividades entre sus oratorianos.

- Una espiritualidad de las relaciones y del espíritu de familia, que todo lo reviste de alegríaY pensamos en seguida en un Don Cimatti: “Cuando él aparecía testigo- sonreían hasta las paredes”.

- Una espiritualidad del equilibrioimán de sus clérigos, maravilloso entramado de dones de naturaleza y de gracia.

- Una espiritualidad que asume la dimensión oblativaBeltrami, Don Czartoryski y Don Variara para ver cómo hicieron del sufrimiento la vía regia de su santificación, obteniendo también de él congregacional. Mirando a Don Bosco doliente, ellos llegaron a “desear” la cruz su gozo interior.

- Finalmente, no podemos dejar de subrayar el grupo tan numeroso de nuestros hermanos, hermanas y jóveneslos dos siglos. Justamente orgullosa de tener mástener más de cien mártires (hoy son 111)efusión cruenta de la sangre como también el don de la propia vida en el sacrificio diario, es

13 PABLO VI, Homilía de la Beatificación, 2914 Cf. Const. 10, 11; CG24, n. 90 15 Summarium, n. 425 16 INSTITUTO HIJAS DE MARÍA AUXILIADORA, 17 Cf. CG24, n. 97-98 18 CG23, n. 167-168 19 Cf. CG23, n. 165-166; CG24, n. 91-9320 95 españoles, 14 polacos, 2 en China



Una espiritualidad que sabe hacer la síntesis entre trabajo y templanzaDon Rua, modelo de rara abnegación, cuyo mejor elogio fue hecho por Pablo VI: “Si en verdad Don Rua se califica como el primer continuador del ejemplo y de la obra de Don Bosco, nos gustará imaginarlo siempre y venerarlo bajo este aspecto ascético de humildad y

ad que nace de la caridad pastoral, que llega a hacerse amar y manifiesta la Y el recuerdo se orienta a Don Rinaldi: “Quien se acercaba a él

- sentía que se acercaba a un papá”15.

Una espiritualidad que se expresa a través de la humildad activa y que se hace “signo inequívoco de la lógica de Dios, que se contrapone a la del mundo”16. Éste ha sido el ejemplo luminoso de María Dominica Mazzarello.

Una espiritualidad de lo cotidiano y del trabajo17. En este panorama se nota la identidad laical, tanto consagrada como no consagrada. En cuanto al primer grupo, podemos pensar en seguida en las dos figuras de “buen samaritano”, Simón Srugi y Artémides Zatti. Para la identidad laical no consagrada, nuestro pensamiento va a la primera de todas las

Mamá Margarita- cuya figura suscita cada vez mayor simpatía, que florece en

Una espiritualidad que armoniza contemplación y acción18. Y nos parece ver el retrato de la cada Sor María Romero Meneses, animadora de 36 Oratorios y de una serie

de instituciones pastorales que nacían con inesperada oportunidad y se convertían en tradiciones. O Atilio Giordani, espléndido modelo de Cooperador Salesiano, volcán de

tre sus oratorianos.

Una espiritualidad de las relaciones y del espíritu de familia, que todo lo reviste de alegríaY pensamos en seguida en un Don Cimatti: “Cuando él aparecía –afirma incisivamente un

sonreían hasta las paredes”.

tualidad del equilibrio. Y nuestro pensamiento vuela a Don Quadrio, irresistible imán de sus clérigos, maravilloso entramado de dones de naturaleza y de gracia.

Una espiritualidad que asume la dimensión oblativa. Basta leer las biografías de Don , Don Czartoryski y Don Variara para ver cómo hicieron del sufrimiento la vía regia de

su santificación, obteniendo también de él –como en el caso de Variaracongregacional. Mirando a Don Bosco doliente, ellos llegaron a “desear” la cruz

Finalmente, no podemos dejar de subrayar el grupo tan numeroso de nuestros hermanos, hermanas y jóvenes- cuyas Beatificaciones han marcado el final y el comienzo de los dos siglos. Justamente orgullosa de tener más de cien años, la Familia Salesiana es feliz de tener más de cien mártires (hoy son 111)20, y se siente responsable de ello: efusión cruenta de la sangre como también el don de la propia vida en el sacrificio diario, es

PABLO VI, Homilía de la Beatificación, 29-09-1972

INSTITUTO HIJAS DE MARÍA AUXILIADORA, Instrumento de trabajo del Capítulo General XXI (Roma 2002), pág. 46

93 95 españoles, 14 polacos, 2 en China

Una espiritualidad que sabe hacer la síntesis entre trabajo y templanza. Y la mente vuela a ejor elogio fue hecho por Pablo VI: “Si en

verdad Don Rua se califica como el primer continuador del ejemplo y de la obra de Don Bosco, nos gustará imaginarlo siempre y venerarlo bajo este aspecto ascético de humildad y

ad que nace de la caridad pastoral, que llega a hacerse amar y manifiesta la Y el recuerdo se orienta a Don Rinaldi: “Quien se acercaba a él –leemos

y que se hace “signo . Éste ha sido el ejemplo

panorama se nota la identidad laical, tanto consagrada como no consagrada. En cuanto al primer grupo, podemos pensar en seguida en las dos figuras de “buen samaritano”, Simón Srugi y Artémides Zatti. Para la

ento va a la primera de todas las cuya figura suscita cada vez mayor simpatía, que florece en

. Y nos parece ver el retrato de la cada Sor María Romero Meneses, animadora de 36 Oratorios y de una serie

de instituciones pastorales que nacían con inesperada oportunidad y se convertían en tradiciones. O Atilio Giordani, espléndido modelo de Cooperador Salesiano, volcán de

Una espiritualidad de las relaciones y del espíritu de familia, que todo lo reviste de alegría19. afirma incisivamente un

. Y nuestro pensamiento vuela a Don Quadrio, irresistible imán de sus clérigos, maravilloso entramado de dones de naturaleza y de gracia.

. Basta leer las biografías de Don , Don Czartoryski y Don Variara para ver cómo hicieron del sufrimiento la vía regia de

como en el caso de Variara- un nuevo carisma congregacional. Mirando a Don Bosco doliente, ellos llegaron a “desear” la cruz y a recoger

Finalmente, no podemos dejar de subrayar el grupo tan numeroso de nuestros mártires –cuyas Beatificaciones han marcado el final y el comienzo de

de cien años, la Familia Salesiana es feliz de , y se siente responsable de ello: el martirio, la

efusión cruenta de la sangre como también el don de la propia vida en el sacrificio diario, es

(Roma 2002), pág. 46



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connatural con el espíritu salesiano. ¿Comprenderemos el mensaje de este don? ¿Asumiremos sus consecuencias? En la homilía del domingo 11 de marzo de 2001, cuando beatificó a 233 mártires españoles, 32 de ellos salesianos, el Santo Padre dijo: “Al comienzo del tercer milenio, la Iglesia que peregrina en España está llamada a vivir una nueva primavera de cristianismo”21. ¿Por qué no contar también nosotros con la ayuda incomparable de nuestros mártires “para llenar de esperanza nuestras iniciativas apostólicas y los esfuerzos pastorales en el trabajo, no siempre fácil, de la nueva evangelización?”22. También para nosotros, salesianos, debe ser verdad: Sanguis martyrum, semen christianorum! ¡La sangre de los mártires es semilla de los nuevos cristianos!23. No nos desanimemos, pues, ante las dificultades: ¡afrontamos el futuro en buena compañía!

Éstos son los pétalos de la flor de nuestra santidad, la cual –gracias a ellos- se presenta estimulante y convincente en la policromía de las edades, de las formas de vida y de servicio, de los tiempos, de los mensajes, de las etnias, de las culturas. “Debajo de tanta diversidad de origen, estados de vida, misión y nivel de instrucción y procedencia geográfica, hay una única inspiración: la espiritualidad salesiana... Ésta se puede proponer en forma doctrinal; pero también se puede describir con ventaja a través de las biografías que acercan mucho más sus rasgos a las circunstancias cotidianas de la existencia”24.

1.2. Nuestra santificación, don y desafío

Los hermanos y las hermanas que hemos recordado representan la santidad ya realizada y fijada para siempre en el grado de crecimiento alcanzado. Nuestra santidad, en cambio, está todavía en curso. Ellos han recorrido un camino, han llegado a la meta. Conociendo su vida y recorriendo su camino, también nosotros aprendemos cómo responder a la gracia de Dios y al don de la santidad. Cada uno de ellos es un ejemplo de los diversos recorridos de vida salesiana y de su seguro éxito. Yo me pregunto si –y cuánto- influyen ellos en nuestro peregrinar terreno.

Los hermanos y las hermanas que la han alcanzado nos aseguran que la santidad es posible; pero, sobre todo, nos muestran caminos diversos y al mismo tiempo fascinantes, para conquistarla. ¿No encontraremos nosotros el más adecuado a nuestras posibilidades, el más propio en nuestra situación personal, el más congruente con nuestro estado de vida? Hago votos para que se cumpla cuanto afirma nuestra Regla: “Los hermanos que han vivido o viven con plenitud el proyecto evangélico de las Constituciones nos estimulan y ayudan en el camino de santificación”25.

De la vida de nuestros Santos aprendemos tres verdades importantes, que debemos hacer nuestras:

- Nuestra santificación es “el deber esencial” de nuestra vida, según la expresión del Papa. Logrado este punto, todo se ha logrado; frustrado esto, todo se ha perdido, como se afirma de la caridad (cf. 1 Cor 13,1-8), esencia misma de la santidad.

Contra la tendencia a la mediocridad espiritual, tenemos necesidad de insistir todos los días en la prioridad de esta meta: nuestra santificación, que no es otra cosa que el “alto grado de la vida cristiana ordinaria” indicada por Juan Pablo II en la Novo Millennio Ineunte26. “Dios debe ser nuestra primera ‘ocupación’ –recordaba yo a los Capitulares al final del Capítulo- .

21 JUAN PABLO II, en “L’Osservatore Romano”, 12-13 marzo 2001, pag. 6-7 22 Ibidem 23 Tertuliano, Apol. 50,13; CCL 1,171 24 ACG 368, pág. 14-15 25 Const. 25 26 Novo Millennio Ineunte (NMI), n. 31



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Es Él quien nos envía y nos confía los jóvenes... Dios nos espera en los jóvenes para darnos la gracia de un encuentro con Él”todo, a pesar de sus carencias; pero si este afán se atenúa, nuestrincoloro, e inútil la fatiga al recorrerlo, no obstante la apariencia de una cierta eficiencia.

- La santificación es don de Dioscerteza de poder cambiar nuestra vida radica en ltransformados en Él, por lo que la santidad es “una asunción antes de ser una ascensión”

“Hay una tentación que insidia siempre todo camino espiritual y la acción pastoral mpensar que los resultados dependen de nuestra capacidad de hacer y programar. Ciertamente, Dios nos pide una colaboración real a su gracia y, por tanto, nos invita a utilizar todos los recursos de nuestra inteligencia y capacidad operativa en nuestrocausa del Reino. Pero no se ha de olvidar que, sin Cristo, ‘no podemos hacer nada’(cf. 15,5)"29.

En la santidad que se intenta alcanzar resplandece, indiscutible, el primado de Dios: la santidad no es nunca un proyecto personal, que se protiempos, metodologías y opciones fijados por nosotros; más que un deseo genérico de Dios, es su voluntad expresa sobre cada uno de nosotros (podemos conquistarla solos; ni siquiera podenos ha creado buenos, más aún, muy buenos (cf. “antes de la creación del mundo” (completar en nosotros su obra creoriginario, sobre nosotros. No nos pide otra cosa; pero no espera menos de nosotros.

- La santidad, para nosotros salesianos, se construye en la respuesta diaria, como expresión y fruto de la mística y de la ascesis del “de Dios, fuente de toda santidad, es nuestra respuesta la que debe ser estimulada diariamente, porque, como dice nuestro San Francisco de Sales: “Por abundante que sea la fuente, sus aguas entran en un jardín no según su cantidad, sino sólo según la capacidad, grande o pequeña, del canal por el que son conducidas”

De ahí, el indispensable recurso a la mortificación, o sea a la muerte de todo lo que cierra nuestro ser al don; todo cuanto en nosotros pone a Dios en un segundo puesto, no merece cuidado ni atención. La nuestra es una existencia pascual; el camino hacia la Pascua sabemos- pasa necesariamente por el Calvario (cf. sido crucificado. Para el cristiano, pues, la mortificación no es el objetivo, sino el medio; no es meta, sino camino; no hay que buscarla, pero no es posible evitarla.

Nuestros Santos son un testimonio vivo de semejante anhelo a la santidad y de semejante chacia la vida y la resurrección. Me vienen a la mente, a este propósito, algunas expresiones de la beata María Romero: “Quítame, Señor, todo lo que hasta aquí me has dado y no vuelvas a darme nada en el porvenir; pero concédeme la gracia de vivir cadacto ininterrumpido de amor, de abandono, de confianza y sin perder nunca un solo instante tu

27 CG25, n. 191 28 Lo Spirito Santo nostra speranza, Ed. 29 NMI, n. 38 30 S. FRANCISCO DE SALES, Tratado del amor de Dios



Es Él quien nos envía y nos confía los jóvenes... Dios nos espera en los jóvenes para darnos la gracia de un encuentro con Él”27. Si nuestra vida está iluminada por este anhelo, lo tiene todo, a pesar de sus carencias; pero si este afán se atenúa, nuestrincoloro, e inútil la fatiga al recorrerlo, no obstante la apariencia de una cierta eficiencia.

don de Dios. La iniciativa ha sido y sigue siendo siempre de Dios: la certeza de poder cambiar nuestra vida radica en la certeza de haber sido objetivamente transformados en Él, por lo que la santidad es -para usar las palabras del Card. Suenens “una asunción antes de ser una ascensión”28.

“Hay una tentación que insidia siempre todo camino espiritual y la acción pastoral mpensar que los resultados dependen de nuestra capacidad de hacer y programar. Ciertamente, Dios nos pide una colaboración real a su gracia y, por tanto, nos invita a utilizar todos los recursos de nuestra inteligencia y capacidad operativa en nuestrocausa del Reino. Pero no se ha de olvidar que, sin Cristo, ‘no podemos hacer nada’(cf.

En la santidad que se intenta alcanzar resplandece, indiscutible, el primado de Dios: la santidad no es nunca un proyecto personal, que se programa y se lleva a cabo según tiempos, metodologías y opciones fijados por nosotros; más que un deseo genérico de Dios, es su voluntad expresa sobre cada uno de nosotros (1 Tes 4,3); pura gracia, siempre don, no podemos conquistarla solos; ni siquiera podemos rehusarla sin serias consecuencias. Dios nos ha creado buenos, más aún, muy buenos (cf. Gen 1,26-31), y nos ha pensado santos “antes de la creación del mundo” (Ef 1,4); pero falta nuestra parte: podemos ayudar a Dios a completar en nosotros su obra creadora si le dejamos realizar su designio maravilloso, el más originario, sobre nosotros. No nos pide otra cosa; pero no espera menos de nosotros.

La santidad, para nosotros salesianos, se construye en la respuesta diaria, como expresión y tica y de la ascesis del “da mihi animas cetera tolle”. Dada por segura la parte

de Dios, fuente de toda santidad, es nuestra respuesta la que debe ser estimulada diariamente, porque, como dice nuestro San Francisco de Sales: “Por abundante que sea la

te, sus aguas entran en un jardín no según su cantidad, sino sólo según la capacidad, grande o pequeña, del canal por el que son conducidas”30.

De ahí, el indispensable recurso a la mortificación, o sea a la muerte de todo lo que cierra todo cuanto en nosotros pone a Dios en un segundo puesto, no merece

cuidado ni atención. La nuestra es una existencia pascual; el camino hacia la Pascua pasa necesariamente por el Calvario (cf. Mt 16,21-23): resucitó porque antes había

do crucificado. Para el cristiano, pues, la mortificación no es el objetivo, sino el medio; no es meta, sino camino; no hay que buscarla, pero no es posible evitarla.

Nuestros Santos son un testimonio vivo de semejante anhelo a la santidad y de semejante chacia la vida y la resurrección. Me vienen a la mente, a este propósito, algunas expresiones de la beata María Romero: “Quítame, Señor, todo lo que hasta aquí me has dado y no vuelvas a darme nada en el porvenir; pero concédeme la gracia de vivir cada día más íntimamente unida a Ti, en un acto ininterrumpido de amor, de abandono, de confianza y sin perder nunca un solo instante tu

, Ed. Paoline, pag. 88

Tratado del amor de Dios, BAC 127

Es Él quien nos envía y nos confía los jóvenes... Dios nos espera en los jóvenes para darnos la . Si nuestra vida está iluminada por este anhelo, lo tiene

todo, a pesar de sus carencias; pero si este afán se atenúa, nuestro camino se vuelve incoloro, e inútil la fatiga al recorrerlo, no obstante la apariencia de una cierta eficiencia.

. La iniciativa ha sido y sigue siendo siempre de Dios: la a certeza de haber sido objetivamente

para usar las palabras del Card. Suenens –

“Hay una tentación que insidia siempre todo camino espiritual y la acción pastoral misma: pensar que los resultados dependen de nuestra capacidad de hacer y programar. Ciertamente, Dios nos pide una colaboración real a su gracia y, por tanto, nos invita a utilizar todos los recursos de nuestra inteligencia y capacidad operativa en nuestro servicio a la causa del Reino. Pero no se ha de olvidar que, sin Cristo, ‘no podemos hacer nada’(cf. Jn

En la santidad que se intenta alcanzar resplandece, indiscutible, el primado de Dios: la grama y se lleva a cabo según

tiempos, metodologías y opciones fijados por nosotros; más que un deseo genérico de Dios, ); pura gracia, siempre don, no

mos rehusarla sin serias consecuencias. Dios ), y nos ha pensado santos

); pero falta nuestra parte: podemos ayudar a Dios a adora si le dejamos realizar su designio maravilloso, el más

originario, sobre nosotros. No nos pide otra cosa; pero no espera menos de nosotros.

La santidad, para nosotros salesianos, se construye en la respuesta diaria, como expresión y ”. Dada por segura la parte

de Dios, fuente de toda santidad, es nuestra respuesta la que debe ser estimulada diariamente, porque, como dice nuestro San Francisco de Sales: “Por abundante que sea la

te, sus aguas entran en un jardín no según su cantidad, sino sólo según la capacidad,

De ahí, el indispensable recurso a la mortificación, o sea a la muerte de todo lo que cierra todo cuanto en nosotros pone a Dios en un segundo puesto, no merece

cuidado ni atención. La nuestra es una existencia pascual; el camino hacia la Pascua –bien lo ): resucitó porque antes había

do crucificado. Para el cristiano, pues, la mortificación no es el objetivo, sino el medio; no es

Nuestros Santos son un testimonio vivo de semejante anhelo a la santidad y de semejante camino hacia la vida y la resurrección. Me vienen a la mente, a este propósito, algunas expresiones de la beata María Romero: “Quítame, Señor, todo lo que hasta aquí me has dado y no vuelvas a darme

a día más íntimamente unida a Ti, en un acto ininterrumpido de amor, de abandono, de confianza y sin perder nunca un solo instante tu



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presencia”31. “Amarte, hacerte amar y verte amado, mi Dios adorado, es mi único anhelo, mi único aliciente, ambición, preocupación y obsesión”32.

2. Nosotros, educadores para la santidad

Y ya que, como salesianos, no podemos separar nunca nuestra identidad de religiosos de la de educadores, ni nuestra consagración religiosa de la misión apostólica, el discurso sobre nuestra santificación implica necesariamente la propuesta de santidad para nuestros jóvenes. También para nosotros “el camino pastoral es el de la santidad”33.

El Papa ha querido recordarnos que “nuestra santidad constituye la mejor garantía de una evangelización eficaz, porque en ella está el testimonio más importante que ofrecer a los jóvenes destinatarios de nuestras diversas actividades”34. Las palabras del Santo Padre parecen una paráfrasis de cuanto afirman nuestras Constituciones en el artículo ya citado antes: “El testimonio de esta santidad que se realiza en la misión salesiana, revela el valor único de las bienaventuranzas y es el don más precioso que podemos ofrecer a los jóvenes”35

Un serio compromiso nuestro es, pues, santificarnos, también en vistas de la santificación de nuestros jóvenes, crecer en el espíritu también en vistas de su crecimiento, haciéndonos así cada vez más y cada vez mejores educadores de santos, capaces de poner la santidad como meta de nuestros programas educativos pastorales. El Santo Padre ha querido ponerse un interrogante semejante: “¿Acaso se puede ‘programar’ la santidad?”. Y ha respondido: “No dudo en decir que la perspectiva en la que debe situarse el camino pastoral es la de la santidad”36. Palabras que deberían ser particularmente sugestivas a nuestro corazón de educadores.

“Educadores atentos y acompañantes espirituales competentes como sois, sabréis ir al encuentro de los jóvenes que quieren ‘ver a Jesús’. Sabréis conducirlos con dulce firmeza hacia metas exigentes de fidelidad cristiana”37. “Salesianos del tercer milenio, ¡sed apasionados maestros y guías, santos y formadores de santos, como lo fue San Juan Bosco!”38.

Dentro de un programa como éste, la primera convicción que hay que asumir es que la santidad es accesible a todos y es “el camino mejor de todos”39 que hay que recorrer. En efecto, para Pablo el amor-ágape es, ante todo, el elemento indispensable para la construcción de la Iglesia, y su superioridad brota del hecho de que no tendrá nunca fin y de que nos hace semejantes a Dios que es Amor.

2.1. La santidad, propuesta de la educación salesiana

Todos estamos llamados a la santidad. Es la vocación de toda vida humana –como todos sabemos- que en el Bautismo se hace idónea para tal objetivo. “Todos los fieles de cualquier estado o

31 GRASSIANO Domenica, Con Maria tutta a tutti come Don Bosco, pag. 228 32 Ibidem, pag. 417 33 Cf. NMI, n. 30. “Hacer hincapié en la santidad es más que nunca una urgencia pastoral” (ib.) 34 JUAN PABLO II, Discurso a los participantes en el Capìtulo General, en “L’Osservatore Romano”, 13-04-2002. Cf. CG25, n. 170 35 Const. 25 36 NMI, n. 30-31 37 Mensaje del Papa al comienzo del CG25; CG25, 141 38 CG25, n. 143 39 1 Cor 12,31 b



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condición, están llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad”llegó a decir que la proclamación de la vocación de todos los bautizados a la santidad “es el elemento más característico del entero magisterio c

Juan Pablo II, a su vez, ha podido decir a toda la Iglesia en la de proponer de nuevo a todos con convicción este ‘texto que recuerda la exhortación de San Pablo a los Efesiosorientación, hablando de la meta de la educación de los jóvenes en la fe: “La meta del trabajo del salesiano es hacer que los jóvenes crezcan en plenitud, perfecto’”44.

Esto, que a veces nos puede parecer todavía como algo extraordinario, o no adecuado para nuestro tiempo, o no apto para todos, es, en cambio, muy apreciado por quien toma la propia vida en serio. He aquí un testimonio que puede ser compartido por muchos hermanos y seglares comprometidos seriamente en su madurez cristiana: “He superado una etapa espiritual importante: he logrado considerar la santidad no como un lujo, sino como la única posibilidad de nuestra vida terr

Nuestra propuesta educativo-pastoral ofrece un camino de espiritualidad: “El camino de educación en la fe revela progresivamente a los jóvenes un tomar conciencia de él. El joven aprende a expresar uorganiza la vida en torno a algunas percepciones de fe, opciones de valores y actitudes evangélicas: vive una espiritualidad”46.

Esta propuesta exigente despierta en los jóvenes recursos insospechados. No es la meatractivo y el deseo del corazón humano, sino la “calidad alta” de la vida. Ésta, antes aún que un imperativo de fuera, es una exigencia interior de la naturaleza humana que, incluso estando herida por el pecado, escucha el eco del estado primoriginariamente participada es de donde brotan en el hombre deseos angustiosos e incesantes nostalgias.

Los que caminan con mayor radicalidad en esta dirección misteriosa nostalgia, porque nos hacen volver a las raíces de nuestro ser y nos hacen intuir que todos estamos hechos para este camino excelente. Seguir esa nostalgia es el secreto de la verdadera grandeza y se convierte en fuente de energías insospechadas

Esto vale también y sobre todo para los jóvenes. Es propio de su edad el sentir la fascinación de los valores arduos, aunque luego nosotros, “educadores de la juventud en la santidad”connatural en todos ellos. Se nos ha “confiado la tarea de ser educadores y evangelizadores de los jóvenes del tercer milenio”48. No podemos ocultar a nuestros jóvenes el hecho de que tender a la santidad satisface sus más profundas aspiraciones y colma su deseo de felicidad. Sigamos el ejemplo de Juan Pablo II, el cual, en Toronto, lleno de valor evangélico les dijo: “¡No esperéis a tener más años para aventuraros en el camino de la santidad! La santidad es siempre jov

40 LG, n. 40 41 PABLO VI, Sanctitas clarior, 19-01-196942 NMI, n. 31 43 Cf. Ef 4,13 b 44 CG23, n. 160 45 Henri d’Hellencourt, en Diario di Bordo46 CG23, n. 158 47 CG25, n. 143 48 CG25, n. 146



condición, están llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad”llegó a decir que la proclamación de la vocación de todos los bautizados a la santidad “es el elemento más característico del entero magisterio conciliar y, por decirlo así, su fin último”

Juan Pablo II, a su vez, ha podido decir a toda la Iglesia en la Novo Millennio Ineuntede proponer de nuevo a todos con convicción este ‘alto grado’ de la vida cristiana ordinaria”

o que recuerda la exhortación de San Pablo a los Efesios43 y que el CG23 había tomado como orientación, hablando de la meta de la educación de los jóvenes en la fe: “La meta del trabajo del salesiano es hacer que los jóvenes crezcan en plenitud, hasta ‘la medida de Cristo, el hombre

Esto, que a veces nos puede parecer todavía como algo extraordinario, o no adecuado para nuestro tiempo, o no apto para todos, es, en cambio, muy apreciado por quien toma la propia vida en serio.

o que puede ser compartido por muchos hermanos y seglares comprometidos seriamente en su madurez cristiana: “He superado una etapa espiritual importante: he logrado considerar la santidad no como un lujo, sino como la única posibilidad de nuestra vida terr

pastoral ofrece un camino de espiritualidad: “El camino de educación en la fe revela progresivamente a los jóvenes un proyecto original de vida cristianatomar conciencia de él. El joven aprende a expresar un modo nuevo de ser creyente en el mundo, y organiza la vida en torno a algunas percepciones de fe, opciones de valores y actitudes evangélicas:

Esta propuesta exigente despierta en los jóvenes recursos insospechados. No es la meatractivo y el deseo del corazón humano, sino la “calidad alta” de la vida. Ésta, antes aún que un imperativo de fuera, es una exigencia interior de la naturaleza humana que, incluso estando herida por el pecado, escucha el eco del estado primordial, anterior a la culpa original. De esta santidad originariamente participada es de donde brotan en el hombre deseos angustiosos e incesantes

Los que caminan con mayor radicalidad en esta dirección –los Santos- nos procuran una profunda y misteriosa nostalgia, porque nos hacen volver a las raíces de nuestro ser y nos hacen intuir que todos estamos hechos para este camino excelente. Seguir esa nostalgia es el secreto de la verdadera grandeza y se convierte en fuente de energías insospechadas.

Esto vale también y sobre todo para los jóvenes. Es propio de su edad el sentir la fascinación de los valores arduos, aunque luego –sobre todo hoy- hacen experiencia de su fragilidad. Nos toca a nosotros, “educadores de la juventud en la santidad”47, valorar y ayudar a desarrollar ese anhelo, connatural en todos ellos. Se nos ha “confiado la tarea de ser educadores y evangelizadores de los

. No podemos ocultar a nuestros jóvenes el hecho de que tender a la más profundas aspiraciones y colma su deseo de felicidad. Sigamos el ejemplo

de Juan Pablo II, el cual, en Toronto, lleno de valor evangélico les dijo: “¡No esperéis a tener más años para aventuraros en el camino de la santidad! La santidad es siempre joven, como es eterna la

1969

Diario di Bordo

condición, están llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad”40. Pablo VI llegó a decir que la proclamación de la vocación de todos los bautizados a la santidad “es el elemento

onciliar y, por decirlo así, su fin último”41.

Novo Millennio Ineunte: “Es el momento de la vida cristiana ordinaria”42. Es un

y que el CG23 había tomado como orientación, hablando de la meta de la educación de los jóvenes en la fe: “La meta del trabajo del

edida de Cristo, el hombre

Esto, que a veces nos puede parecer todavía como algo extraordinario, o no adecuado para nuestro tiempo, o no apto para todos, es, en cambio, muy apreciado por quien toma la propia vida en serio.

o que puede ser compartido por muchos hermanos y seglares comprometidos seriamente en su madurez cristiana: “He superado una etapa espiritual importante: he logrado considerar la santidad no como un lujo, sino como la única posibilidad de nuestra vida terrena”45.

pastoral ofrece un camino de espiritualidad: “El camino de educación proyecto original de vida cristiana y les ayuda a

n modo nuevo de ser creyente en el mundo, y organiza la vida en torno a algunas percepciones de fe, opciones de valores y actitudes evangélicas:

Esta propuesta exigente despierta en los jóvenes recursos insospechados. No es la mediocridad el atractivo y el deseo del corazón humano, sino la “calidad alta” de la vida. Ésta, antes aún que un imperativo de fuera, es una exigencia interior de la naturaleza humana que, incluso estando herida

ordial, anterior a la culpa original. De esta santidad originariamente participada es de donde brotan en el hombre deseos angustiosos e incesantes

nos procuran una profunda y misteriosa nostalgia, porque nos hacen volver a las raíces de nuestro ser y nos hacen intuir que todos estamos hechos para este camino excelente. Seguir esa nostalgia es el secreto de la verdadera

Esto vale también y sobre todo para los jóvenes. Es propio de su edad el sentir la fascinación de los hacen experiencia de su fragilidad. Nos toca a

rar y ayudar a desarrollar ese anhelo, connatural en todos ellos. Se nos ha “confiado la tarea de ser educadores y evangelizadores de los

. No podemos ocultar a nuestros jóvenes el hecho de que tender a la más profundas aspiraciones y colma su deseo de felicidad. Sigamos el ejemplo

de Juan Pablo II, el cual, en Toronto, lleno de valor evangélico les dijo: “¡No esperéis a tener más en, como es eterna la



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juventud de Dios”49. Seguiremos de este modo el ejemplo mismo de Don Bosco, quien estaba convencido de que los jóvenes podían ser santos y que pocas metas hay que proponerles más fascinantes que la de llegar a ser santos. “Sed acogedores y paternos, de manera que en cualquier ocasión podáis cuestionar a los jóvenes con vuestra vida (la cursiva es mía): ¿Quieres ser santo?”50.

Don Bosco, educador eficaz, no tuvo miedo de señalar metas altas. Tengamos, pues, los ojos siempre fijos en Don Bosco”51.

Se puede afirmar que la fecha de nacimiento de la santidad de Domingo Savio está marcada por el sermón que Don Bosco hizo sobre la santidad accesible a todos. Me permito traer aquí, aunque sea algo largo, todo el texto de las Memorias Biográficas, porque nos hace ver por una parte la genialidad educativa de Don Bosco que sabe proponer “un alto grado” también a sus muchachos y, por otra, la cotidianidad del modelo de santidad, que hace que pueda ser propuesta a todos.

“Uno de aquellos domingos dio Don Bosco una plática sobre el modo de hacerse santo, y se entretuvo especialmente en el desarrollo de estos tres puntos: es voluntad de Dios que nos hagamos santos; es muy fácil conseguirlo; está preparado en el cielo un gran premio para quien se hace santo. Estas palabras causaron gran impresión en el alma sencilla de Domingo Savio, que poco después decía a Don Bosco: - Siento el deseo, la necesidad de hacerme santo; nunca me hubiera imaginado yo que pudiese llegar a serlo con tanta facilidad; pero ahora que he visto que se puede lograrlo estando alegre, quiero absolutamente hacerme santo.

Don Bosco alabó su propósito, le indicó que lo primero que Dios quería de él era una constante y serena alegría; le aconsejó que fuera perseverante en el cumplimiento de sus deberes de piedad y estudio y que tomara siempre parte en los recreos junto con sus compañeros. Al mismo tiempo, le prohibió toda penitencia austera y las oraciones demasiado prolongadas, porque no eran compatibles con su edad y su salud, ni con sus ocupaciones.

Domingo obedeció, pero un día Don Bosco le encontró muy triste y exclamando: -¡Ay de mí! ¡Estoy en un verdadero aprieto! El Salvador dice que si no se hace penitencia, no se podrá entrar en el paraíso, y a mí me prohíben hacerla; ¿cuál va a ser entonces mi cielo? – La penitencia que Dios quiere de ti, le dijo Don Bosco, es la obediencia. Obedece y ya tienes bastante”52.

2.2. Un camino educativo a la luz de la espiritualidad salesiana

El texto citado pone en evidencia que la santidad es un proceso que se desarrolla dentro de una experiencia espiritual. Ésta hace de clima, de camino y de alimento. Una espiritualidad es un camino particular y concreto hacia la santidad. Nosotros tenemos nuestra espiritualidad juvenil. Se trata de una espiritualidad que coloca a los jóvenes en el centro, y que es para todos, sobre todo para los más pequeños y necesitados. Hoy gozamos de una suficiente visión sistemática de tal espiritualidad, gracias a los estudios que se han hecho hasta ahora. Basta pensar en cuanto fue dicho por el CG23, por el CG24 y por Don Vecchi, que hizo de ella el tema de un curso de ejercicios espirituales y habló de ella en los diversos encuentros del Movimiento Juvenil Salesiano53.

Pienso que será útil recordar sus rasgos esenciales:

49 JUAN PABLO II, Discorso durante l’incontro nel Downsview Park, Toronto, en “L’Osservatore Romano” 29/30-07-2002, pag. 5 50 CG25, n. 143 51 CG25, n. 144 52 MBe V, pág. 158 53 Cf. VECCHI Juan, “Andate oltre”, Temi di spiritualità giovanile, Elledici, Torino, 2002



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- Una espiritualidad de lo cotidianoal humilde cotidiano, porque ésta fue una nota predilecta de Don Bosco. “Don Bosco, durante toda su vida, encaminó a los jóvenes por la senda de la santidad sencilla, serealegre, uniendo en una sola experiencia vital el “patio”, el “estudio” serio y un constante sentido del deber”54.

Él nunca tuvo simpatía por gestos excepcionales, sino que indicó a sus muchachos el camino regio del propio deber, convencido de que, abralo necesario para crecer espiritualmente. Sabemos que tal predilección le provenía de lejos. Remontándose a San Francisco de Sales cualquier categoría y de cualqmás que por lo que nosotros escogemos. Aquel “nada pedir y nada rehusar” tiene un contenido pedagógico y una sabiduría teológica verdaderamente preciosos. Aquella insistencia sobre el amor, que eveces tan atentos a las formas con detrimento de la sustancia), ha sido la misma insistencia de Don Bosco educador.

- Una fina sabiduría pedagógicademostrado un verdadero pedagogo, un maestro. Dice explícitamente la palabra santidad a aquel muchacho, Domingo Savio, que ya era capaz de comprenderla, porque él mismo la había pronunciado. A Miguel Magone, en cambio, en la estación de Carmagnola, l“Mira, ven al oratorio, allí podrás estudiar y jugar, allí encontrarás compañeros”.

Esto significa que es importante que nosotros, educadores, sepamos que hay un camino gozoso de santidad capaz de satisfacer las expectativas de un corazón juvenil ya cada uno de los muchachos de nuestro oratorio o centro juvenil o escuela, con las palabras oportunas. Sucederá que en un grupo de jóvenes oratorianos nosotros hablemos expresamente de la santidad o de la vocación, consciencomenzar desde el principio, desmontando la mentalidad, purificando las imágenes falsas de Dios o destruyendo los ídolos que se han creado y que están tratando de reproducir en su vida.

Lo más importante es que, como educadores, seamos conscientes de que Dios llama a todos a la santidad, es decir, a una respuesta gozosa a Él, y que se trata de un camino posible de recorrer, sabiendo que a los muchachos los deberemos acompañar a partir de la situación enencontremos: “los caminos de la santidad son personales”propia pedagogía de la santidad, que sea capaz de adaptarse a los ritmos de cada persona”la cual, como salesianos, deberemos reflexionar y acompañamiento57. Recordemos que el primer paso de Don Bosco fue la invitación a los muchachos a ir los domingos al oratorio para divertirse con muchos compañeros. Éste era la primera llamada a la “santidad de la alegría” y a la vida santa.

Don Bosco intuyó, desde los primeros años de su sacerdocio, la posibilidad de acompañar a los jóvenes a la plenitud de la vida cristiana, proporcionada a su edad, con un tipo de espiritualidad juvenil organizada en torno a algunastiempo, pero también proféticas, y llevadas adelante con ardor y con genialidad pedagógica. Factor decisivo de esta genialidad fue, precisamente, la capacidad de implicar a los jóvenes en lahacerlos los primeros beneficiarios, al mismo tiempo que los verdaderos protagonistas. Los jóvenes

54 CG23, n. 166 55 NMI, n. 31 56 Ibidem 57 Cf. ibidem



ritualidad de lo cotidiano. Me gusta subrayar el espacio privilegiado que se ha dado al humilde cotidiano, porque ésta fue una nota predilecta de Don Bosco. “Don Bosco, durante toda su vida, encaminó a los jóvenes por la senda de la santidad sencilla, serealegre, uniendo en una sola experiencia vital el “patio”, el “estudio” serio y un constante

Él nunca tuvo simpatía por gestos excepcionales, sino que indicó a sus muchachos el camino regio del propio deber, convencido de que, abrazado con amor y con alegría, contiene todo lo necesario para crecer espiritualmente. Sabemos que tal predilección le provenía de lejos. Remontándose a San Francisco de Sales –apóstol de la vocación universal a la santidad, de cualquier categoría y de cualquier edad-, subrayaba la preferencia por lo que Dios nos da, más que por lo que nosotros escogemos. Aquel “nada pedir y nada rehusar” tiene un contenido pedagógico y una sabiduría teológica verdaderamente preciosos. Aquella insistencia sobre el amor, que es como el contenido respecto del continente (para nosotros a veces tan atentos a las formas con detrimento de la sustancia), ha sido la misma insistencia

Una fina sabiduría pedagógica. Acerca de la propuesta de santidad, Don Bosco demostrado un verdadero pedagogo, un maestro. Dice explícitamente la palabra santidad a aquel muchacho, Domingo Savio, que ya era capaz de comprenderla, porque él mismo la había pronunciado. A Miguel Magone, en cambio, en la estación de Carmagnola, l“Mira, ven al oratorio, allí podrás estudiar y jugar, allí encontrarás compañeros”.

Esto significa que es importante que nosotros, educadores, sepamos que hay un camino gozoso de santidad capaz de satisfacer las expectativas de un corazón juvenil y, por tanto, sepamos proponerlo a cada uno de los muchachos de nuestro oratorio o centro juvenil o escuela, con las palabras oportunas. Sucederá que en un grupo de jóvenes oratorianos nosotros hablemos expresamente de la santidad o de la vocación, conscientes de que nos comprenderán. En otros casos, se deberá comenzar desde el principio, desmontando la mentalidad, purificando las imágenes falsas de Dios o destruyendo los ídolos que se han creado y que están tratando de reproducir en su vida.

te es que, como educadores, seamos conscientes de que Dios llama a todos a la santidad, es decir, a una respuesta gozosa a Él, y que se trata de un camino posible de recorrer, sabiendo que a los muchachos los deberemos acompañar a partir de la situación enencontremos: “los caminos de la santidad son personales”55. Por esto, es necesaria “una verdadera y propia pedagogía de la santidad, que sea capaz de adaptarse a los ritmos de cada persona”la cual, como salesianos, deberemos reflexionar y deberemos experimentar en la práctica del

. Recordemos que el primer paso de Don Bosco fue la invitación a los muchachos a ir los domingos al oratorio para divertirse con muchos compañeros. Éste era la primera llamada a la

egría” y a la vida santa.

Don Bosco intuyó, desde los primeros años de su sacerdocio, la posibilidad de acompañar a los jóvenes a la plenitud de la vida cristiana, proporcionada a su edad, con un tipo de espiritualidad juvenil organizada en torno a algunas ideas-fuerza abiertas a la fe, tributarias, evidentemente, de su tiempo, pero también proféticas, y llevadas adelante con ardor y con genialidad pedagógica. Factor decisivo de esta genialidad fue, precisamente, la capacidad de implicar a los jóvenes en lahacerlos los primeros beneficiarios, al mismo tiempo que los verdaderos protagonistas. Los jóvenes

. Me gusta subrayar el espacio privilegiado que se ha dado al humilde cotidiano, porque ésta fue una nota predilecta de Don Bosco. “Don Bosco, durante toda su vida, encaminó a los jóvenes por la senda de la santidad sencilla, serena y alegre, uniendo en una sola experiencia vital el “patio”, el “estudio” serio y un constante

Él nunca tuvo simpatía por gestos excepcionales, sino que indicó a sus muchachos el camino zado con amor y con alegría, contiene todo

lo necesario para crecer espiritualmente. Sabemos que tal predilección le provenía de lejos. apóstol de la vocación universal a la santidad, de

, subrayaba la preferencia por lo que Dios nos da, más que por lo que nosotros escogemos. Aquel “nada pedir y nada rehusar” tiene un contenido pedagógico y una sabiduría teológica verdaderamente preciosos. Aquella

s como el contenido respecto del continente (para nosotros a veces tan atentos a las formas con detrimento de la sustancia), ha sido la misma insistencia

. Acerca de la propuesta de santidad, Don Bosco se ha demostrado un verdadero pedagogo, un maestro. Dice explícitamente la palabra santidad a aquel muchacho, Domingo Savio, que ya era capaz de comprenderla, porque él mismo la había pronunciado. A Miguel Magone, en cambio, en la estación de Carmagnola, le dice: “Mira, ven al oratorio, allí podrás estudiar y jugar, allí encontrarás compañeros”.

Esto significa que es importante que nosotros, educadores, sepamos que hay un camino gozoso de , por tanto, sepamos proponerlo

a cada uno de los muchachos de nuestro oratorio o centro juvenil o escuela, con las palabras oportunas. Sucederá que en un grupo de jóvenes oratorianos nosotros hablemos expresamente de la

tes de que nos comprenderán. En otros casos, se deberá comenzar desde el principio, desmontando la mentalidad, purificando las imágenes falsas de Dios o destruyendo los ídolos que se han creado y que están tratando de reproducir en su vida.

te es que, como educadores, seamos conscientes de que Dios llama a todos a la santidad, es decir, a una respuesta gozosa a Él, y que se trata de un camino posible de recorrer, sabiendo que a los muchachos los deberemos acompañar a partir de la situación en que los

. Por esto, es necesaria “una verdadera y propia pedagogía de la santidad, que sea capaz de adaptarse a los ritmos de cada persona”56, sobre

deberemos experimentar en la práctica del . Recordemos que el primer paso de Don Bosco fue la invitación a los muchachos

a ir los domingos al oratorio para divertirse con muchos compañeros. Éste era la primera llamada a la

Don Bosco intuyó, desde los primeros años de su sacerdocio, la posibilidad de acompañar a los jóvenes a la plenitud de la vida cristiana, proporcionada a su edad, con un tipo de espiritualidad

fuerza abiertas a la fe, tributarias, evidentemente, de su tiempo, pero también proféticas, y llevadas adelante con ardor y con genialidad pedagógica. Factor decisivo de esta genialidad fue, precisamente, la capacidad de implicar a los jóvenes en la aventura y hacerlos los primeros beneficiarios, al mismo tiempo que los verdaderos protagonistas. Los jóvenes



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mismos ayudaron a Don Bosco “a iniciar, en la vida de cada día, un estilo de santidad nueva, acomodada a las exigencias típicas del desarrollo del chico. Fueron así, de algún modo, simultáneamente discípulos y maestros”58. La nuestra es una santidad para los jóvenes y con los jóvenes; porque también en la búsqueda de la santidad, “los Salesianos y los jóvenes caminan juntos”59: o nos santificamos con ellos, caminando y aprendiendo con ellos, o no seremos santos nunca.

Las etapas de este camino ya han sido definidas con claridad. El CG23, particularmente, nos las presentó en forma sintética y muy estimulante, invitándonos a organizar la vida de los jóvenes en torno a ellas y a insistir en ellas con opciones de valores y actitudes evangélicos. Os las recuerdo, rogándoos con todas mis fuerzas que toméis el documento para profundizar más el comentario60.

• una base de realismo práctico centrado en lo cotidiano, que es el lugar donde se reconoce la presencia de Dios y se descubre su incansable actividad, como ya he indicado antes. ”En la vivencia salesiana esto es una intuición, gozosa y fundamental a la vez: no es necesario alejarse de la vida ordinaria para buscar al Señor”61. Por eso Don Bosco hablaba muchas veces del “sentido religioso del deber” en los diversos momentos del día;

• una actitud de esperanza, empapada de “alegría”. “Voy a indicaros –eran sus primeras palabras en El Joven Cristiano- un plan de vida cristiana que os pueda mantener alegres y contentos”62. Ofrecer a los jóvenes la posibilidad de experimentar la vida como fiesta y la fe como felicidad es, ciertamente, un “estilo de santidad (que) podría maravillar a ciertos expertos de espiritualidad y pedagogía, temerosos de que disminuyan las exigencias evangélicas y los compromisos educativos. Sin embargo, para Don Bosco, la fuente de la alegría es la vida de gracia, que empeña al joven en un difícil ejercicio de ascesis y de bondad”63;

• una fuerte y personal amistad con el Señor Resucitado (cf. Const. 34), “El que da al hombre la capacidad de volver a encontrar su identidad según la medida misma de Dios”64. “¿No es tal vez Cristo el secreto de la verdadera libertad y de la alegría profunda del corazón? ¿No es Cristo el amigo supremo y a la vez el educador de toda amistad auténtica? Si a los jóvenes se les presenta a Cristo con su verdadero rostro, ellos lo experimentan como una respuesta convincente y son capaces de acoger el mensaje, incluso si es exigente y marcado por la Cruz”65. En contacto con el Señor Resucitado, los jóvenes adquieren un amor más intenso a la vida”66; llegados a una relación de estrecha amistad, que supera la simple admiración y la simpatía inoperante, profundiza el conocimiento y la adhesión a la persona de Cristo y a su causa, se abren a la radicalidad evangélica y responden con seriedad y con generosidad.

Para conducir a esta relación de amistad se requiere la oración personal, centrada en la escucha de la Palabra, que ayude a madurar “la visión de fe, aprendiendo a ver la

58 CG23, n. 159 59 JUAN PABLO II, Mensaje al comienzo del XXV Capítulo General, CG25, n. 145 60 Cf. CG23, Educar a los Jóvenes en la fe. Documentos Capitulares (Roma 1990), nn. 158-180 61 CG23, n. 162 62 BOSCO Juan, El Joven Cristiano, en Obras Fundamentales, BAC, Madrid 1979, pág. 508 63 CG23, n. 165 64 X Simposio dei Vescovi di Europa. Messaggio finale, 2, a 65 NMI, n. 9 66 CG23, n. 168



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realidad y los acontecimientos con la mirada misma de Dios, hasta tener ‘el pensamiento de Cristo’ (1 Cor 2,16santidad”, en la que se privilegia “el valoEucaristía”68; éstas, en efecto, “ofrecen recursos de excepcional valor para educar en la libertad cristiana, en la conversión del corazón y en el espíritu de compartir y servir dentro de la comunidad eclesial” (

• un sentido, cada vez más responsable y valiente, particular como universal. Sostenidos por la relación que nace entre personas que encuentran en Cristo el amigo común y el único Salvador, “los jóvenes de los ambiesalesianos sienten una necesidad grande de estar juntos”“signo eficaz de la Iglesia que se desea construir juntos”concreto? (...) Significa, ante todo, una mirada del corazón, sobre todo, hacia elde la Trinidad que habita en nosotros, y cuya luz ha de ser reconocida también en el rostro de los hermanos que están a nuestro lado... Significa, además, capacidad de sentir al hermano de fe (,,,) como ‘uno que me pertenece’, para saber compartsus sufrimientos, para intuir sus deseos y atender a sus necesidades, para ofrecerle una verdadera y profunda amistad”

• un “compromiso” concreto y activo de bien,y las necesidades materiales pedido el Papa, “a ser ellos a su vez, apóstoles de sus amigos y coetáneos”de los jóvenes en el Oratorio, cuando aún vivía Don Bosco, es rica en este aprendizaje de la vida cristiana: estar al servicio de los demás, de manera ordinaria y a veces con formas extraordinarias”73. El servicio al hermano mide el camino de la santidad personal y ésta, frente a tantas necesidades, despierta “una nueva ‘imaginación de la caridad’, que promueve no tanto y no sólo la eficacia de las ayudas prestadas, sino la capacidad de hacerse cercanos y solidarios con quien sufre, para que el gesto de ayuda sea sentido, no como limosna humillante, sino como un compartir fraterno”

• “La espiritualidad juvenil sacuya presencia maternaetapas. “Ella representa al vivo el camino fatigoso pero feliz de cada individuo y de la humanidad hacia su plenitEs, por tanto, clave de interpretación, modelo, tipo y camino”efecto, una energía educativa excepcional de los hijos de Dios y de los discípulos del Señor Jesús: donde esllegan a ser fieles (Jn

67 Caminar desde Cristo, Instrucción de la CongregacApostólica, 19-05-2002, n. 24 68 CG23, n. 173 69 CG23, n. 169 70 CG23, n. 170 71 NMI, n. 43 72 CG25, n. 145 73 CG23, n. 179 74 NMI, n. 50 75 CG23, n. 177 76 CG23, n. 157



realidad y los acontecimientos con la mirada misma de Dios, hasta tener ‘el pensamiento 1 Cor 2,16)”67. Don Bosco, en particular, pensó en “una pedagogía de la

santidad”, en la que se privilegia “el valor educativo de la Reconciliación y de la ; éstas, en efecto, “ofrecen recursos de excepcional valor para educar en la

libertad cristiana, en la conversión del corazón y en el espíritu de compartir y servir dentro de la comunidad eclesial” (Const. 36);

, cada vez más responsable y valiente, de pertenencia a la Iglesiaparticular como universal. Sostenidos por la relación que nace entre personas que encuentran en Cristo el amigo común y el único Salvador, “los jóvenes de los ambiesalesianos sienten una necesidad grande de estar juntos”69, de hacer comunidad y ser “signo eficaz de la Iglesia que se desea construir juntos”70. “¿Qué significa esto en concreto? (...) Significa, ante todo, una mirada del corazón, sobre todo, hacia elde la Trinidad que habita en nosotros, y cuya luz ha de ser reconocida también en el rostro de los hermanos que están a nuestro lado... Significa, además, capacidad de sentir al hermano de fe (,,,) como ‘uno que me pertenece’, para saber compartsus sufrimientos, para intuir sus deseos y atender a sus necesidades, para ofrecerle una verdadera y profunda amistad”71;

compromiso” concreto y activo de bien, según las propias responsabilidades sociales y las necesidades materiales y espirituales de los demás. Ayudad a los jóvenes, nos ha pedido el Papa, “a ser ellos a su vez, apóstoles de sus amigos y coetáneos”de los jóvenes en el Oratorio, cuando aún vivía Don Bosco, es rica en este aprendizaje de

: estar al servicio de los demás, de manera ordinaria y a veces con formas . El servicio al hermano mide el camino de la santidad personal y ésta,

frente a tantas necesidades, despierta “una nueva ‘imaginación de la caridad’, que no tanto y no sólo la eficacia de las ayudas prestadas, sino la capacidad de

hacerse cercanos y solidarios con quien sufre, para que el gesto de ayuda sea sentido, no como limosna humillante, sino como un compartir fraterno”74.

“La espiritualidad juvenil salesiana da un puesto de privilegio a la persona de María”presencia materna domina el proceso en su conjunto e inspira cada una de sus

etapas. “Ella representa al vivo el camino fatigoso pero feliz de cada individuo y de la humanidad hacia su plenitud. En María los caminos del hombre se cruzan con los de Dios. Es, por tanto, clave de interpretación, modelo, tipo y camino”76. La Virgen tiene, en efecto, una energía educativa excepcional de los hijos de Dios y de los discípulos del Señor Jesús: donde está la Madre de Jesús, los discípulos se hacen creyentes (

Jn 19,25-27).

, Instrucción de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida

realidad y los acontecimientos con la mirada misma de Dios, hasta tener ‘el pensamiento . Don Bosco, en particular, pensó en “una pedagogía de la

r educativo de la Reconciliación y de la ; éstas, en efecto, “ofrecen recursos de excepcional valor para educar en la

libertad cristiana, en la conversión del corazón y en el espíritu de compartir y servir

de pertenencia a la Iglesia, tanto particular como universal. Sostenidos por la relación que nace entre personas que encuentran en Cristo el amigo común y el único Salvador, “los jóvenes de los ambientes

, de hacer comunidad y ser . “¿Qué significa esto en

concreto? (...) Significa, ante todo, una mirada del corazón, sobre todo, hacia el misterio de la Trinidad que habita en nosotros, y cuya luz ha de ser reconocida también en el rostro de los hermanos que están a nuestro lado... Significa, además, capacidad de sentir al hermano de fe (,,,) como ‘uno que me pertenece’, para saber compartir sus alegrías y sus sufrimientos, para intuir sus deseos y atender a sus necesidades, para ofrecerle una

según las propias responsabilidades sociales y espirituales de los demás. Ayudad a los jóvenes, nos ha

pedido el Papa, “a ser ellos a su vez, apóstoles de sus amigos y coetáneos”72. “La historia de los jóvenes en el Oratorio, cuando aún vivía Don Bosco, es rica en este aprendizaje de

: estar al servicio de los demás, de manera ordinaria y a veces con formas . El servicio al hermano mide el camino de la santidad personal y ésta,

frente a tantas necesidades, despierta “una nueva ‘imaginación de la caridad’, que no tanto y no sólo la eficacia de las ayudas prestadas, sino la capacidad de

hacerse cercanos y solidarios con quien sufre, para que el gesto de ayuda sea sentido, no

lesiana da un puesto de privilegio a la persona de María”75, domina el proceso en su conjunto e inspira cada una de sus

etapas. “Ella representa al vivo el camino fatigoso pero feliz de cada individuo y de la ud. En María los caminos del hombre se cruzan con los de Dios.

. La Virgen tiene, en efecto, una energía educativa excepcional de los hijos de Dios y de los discípulos del

tá la Madre de Jesús, los discípulos se hacen creyentes (Jn 2,1-11) y

ión para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida



21

3. La santidad florece en la comunidad

Hemos terminado hace poco un Capítulo centrado por completo en el tema de la Comunidad. Releyendo sintéticamente el recorrido que hemos hecho en dos meses de trabajo, indicaba el camino comunitario trazado dentro de los cinco módulos operativos.

“La comunidad salesiana es el sujeto principal al que va dirigido todo este texto. Asumiéndolo, se siente estimulada a acoger la llamada que Dios le hace a través de los acontecimientos históricos y eclesiales, las indicaciones de la Palabra de Dios y de nuestra Regla de vida, las llamadas de los jóvenes, las necesidades de los seglares y de la Familia Salesiana. La comunidad profundiza la lectura de su propia situación, descubriendo sus disponibilidades y sus resistencias, sus recursos y sus carencias, sus posibilidades y sus límites. Aprende, además, a reconocer los desafíos fundamentales y a afrontarlos con entereza y esperanza; sabe también interrogarse con preguntas apropiadas, a las que debe dar respuesta. Finalmente, la comunidad se coteja con las orientaciones operativas propuestas y determina las condiciones para ponerlas por obra”77.

77 Discurso de clausura del CG25: CG25, n. 184



22

4. Invitación a la revisión

Hemos partido de la gozosa certeza de que todos hemos sido llamados a la santidad. La hemos aplicado a nosotros, para que nuestra responsabilidad se sienta interpelada. La hemos aplicado a los jóvenes, para que nosotros como educadores podamos señalarles esta metconvencidos de que ofrecemos un programa de felicidad que los puede ayudar a madurar opciones y proyectos de vida. La hemos aplicado, finalmente, a la comunidad: lugar imprescindible donde se realiza el proceso de nuestra santificacióvitalidad se juega en nuestra capacidad de crear comunidades carismáticamente significativas hoy”, y que “la condición de fondo es el compromiso renovado de la santidad”

Repito aquí cuanto decía en la conclusión del Capítulo General: “La santidad es el camino más exigente que queremos realizar juntos en nuestras comunidades; es ‘el don más precioso que podemos ofrecer a los jóvenes’ (todos. Solamente en un clima de santidad vivida y experimentada, tendrán los jóvenes la posibilidad de hacer opciones valientes de vida, de descubrir el designio de Dios sobre su futuro, de apreciar y acoger el don de las vocaciones de especial consagración

Nuestros nombres están escritos en el cielo

Os invito ahora a fijar la mirada en aquellos que han sabido volar más alto. Tenemos un cielo estrellado encima de nosotros. Mirándolo, todos podemos decir con verdad que también nuestros nombres están escritos en el libro de la vida (cf. educadores que saben hacer propuestas para conducir a los jóvenes por los senderos de la montaña de la santidad, proféticamente lanzados precisamente hacia los que parecen ser má

1. Un homenaje a lo concreto

Tiene un valor pedagógico el obligarnos a un toque de realismo y el someternos a algún interrogante concreto, que descienda al nivel de la vida cotidiana e interpele directamente nuestra experiencia. Hemos trabajado precisamente así en el último Capítulo General; en efecto, en cada uno de los módulos operativos se ponen interrogantes a los que hay que dar respuesta. Es un modo para lograr que la comunidad tome conciencia de su propia situación, reconozca los desafíencontrar con valor y esperanza las respuestas justas.

Querría que el tema de la santidad, como el de las próximas cartas, fuera motivo de una revisión de vida, para favorecer más concretamente su aceptación y su aplicación. Se puede hacer individualmente o también comunitariamente. Queriéndolo, y sería aconsejable, se puede tomar como punto de partida para una revisión comunitaria en alta voz.

Trato de enumerar algunos de los interrogantes más directamente relacionados con cuanto dejo dicho anteriormente:

78 Cfr. Carta del Rector Mayor Don Pascual Chávez. 79 D. PASCUAL CHÁVEZ, Presentación80 CG25, n. 196



Invitación a la revisión78

artido de la gozosa certeza de que todos hemos sido llamados a la santidad. La hemos aplicado a nosotros, para que nuestra responsabilidad se sienta interpelada. La hemos aplicado a los jóvenes, para que nosotros como educadores podamos señalarles esta meta, por ardua que sea, convencidos de que ofrecemos un programa de felicidad que los puede ayudar a madurar opciones y proyectos de vida. La hemos aplicado, finalmente, a la comunidad: lugar imprescindible donde se realiza el proceso de nuestra santificación, convencidos como estamos de que “el futuro de nuestra vitalidad se juega en nuestra capacidad de crear comunidades carismáticamente significativas hoy”, y que “la condición de fondo es el compromiso renovado de la santidad”79.

la conclusión del Capítulo General: “La santidad es el camino más exigente que queremos realizar juntos en nuestras comunidades; es ‘el don más precioso que podemos ofrecer a los jóvenes’ (Const. 25); es la meta más alta que debemos proponer con valor a odos. Solamente en un clima de santidad vivida y experimentada, tendrán los jóvenes la posibilidad

de hacer opciones valientes de vida, de descubrir el designio de Dios sobre su futuro, de apreciar y acoger el don de las vocaciones de especial consagración”80.

Nuestros nombres están escritos en el cielo

Os invito ahora a fijar la mirada en aquellos que han sabido volar más alto. Tenemos un cielo estrellado encima de nosotros. Mirándolo, todos podemos decir con verdad que también nuestros

tos en el libro de la vida (cf. Ap 13,8; 17,8). A ejemplo de ellos, hagámonos educadores que saben hacer propuestas para conducir a los jóvenes por los senderos de la montaña de la santidad, proféticamente lanzados precisamente hacia los que parecen ser má

Un homenaje a lo concreto

Tiene un valor pedagógico el obligarnos a un toque de realismo y el someternos a algún interrogante concreto, que descienda al nivel de la vida cotidiana e interpele directamente nuestra experiencia.

do precisamente así en el último Capítulo General; en efecto, en cada uno de los módulos operativos se ponen interrogantes a los que hay que dar respuesta. Es un modo para lograr que la comunidad tome conciencia de su propia situación, reconozca los desafíencontrar con valor y esperanza las respuestas justas.

Querría que el tema de la santidad, como el de las próximas cartas, fuera motivo de una revisión de vida, para favorecer más concretamente su aceptación y su aplicación. Se puede hacer ndividualmente o también comunitariamente. Queriéndolo, y sería aconsejable, se puede tomar

como punto de partida para una revisión comunitaria en alta voz.

Trato de enumerar algunos de los interrogantes más directamente relacionados con cuanto dejo

Cfr. Carta del Rector Mayor Don Pascual Chávez. ACG 379, 2002.

Presentación. “La comunidad salesiana hoy”. Documentos capitulares, ACG 378 (2002), pág. 22

artido de la gozosa certeza de que todos hemos sido llamados a la santidad. La hemos aplicado a nosotros, para que nuestra responsabilidad se sienta interpelada. La hemos aplicado a los

a, por ardua que sea, convencidos de que ofrecemos un programa de felicidad que los puede ayudar a madurar opciones y proyectos de vida. La hemos aplicado, finalmente, a la comunidad: lugar imprescindible donde se

n, convencidos como estamos de que “el futuro de nuestra vitalidad se juega en nuestra capacidad de crear comunidades carismáticamente significativas hoy”, y

la conclusión del Capítulo General: “La santidad es el camino más exigente que queremos realizar juntos en nuestras comunidades; es ‘el don más precioso que

25); es la meta más alta que debemos proponer con valor a odos. Solamente en un clima de santidad vivida y experimentada, tendrán los jóvenes la posibilidad

de hacer opciones valientes de vida, de descubrir el designio de Dios sobre su futuro, de apreciar y

Os invito ahora a fijar la mirada en aquellos que han sabido volar más alto. Tenemos un cielo estrellado encima de nosotros. Mirándolo, todos podemos decir con verdad que también nuestros

). A ejemplo de ellos, hagámonos educadores que saben hacer propuestas para conducir a los jóvenes por los senderos de la montaña de la santidad, proféticamente lanzados precisamente hacia los que parecen ser más refractarios.

Tiene un valor pedagógico el obligarnos a un toque de realismo y el someternos a algún interrogante concreto, que descienda al nivel de la vida cotidiana e interpele directamente nuestra experiencia.

do precisamente así en el último Capítulo General; en efecto, en cada uno de los módulos operativos se ponen interrogantes a los que hay que dar respuesta. Es un modo para lograr que la comunidad tome conciencia de su propia situación, reconozca los desafíos y aprenda a

Querría que el tema de la santidad, como el de las próximas cartas, fuera motivo de una revisión de vida, para favorecer más concretamente su aceptación y su aplicación. Se puede hacer ndividualmente o también comunitariamente. Queriéndolo, y sería aconsejable, se puede tomar

Trato de enumerar algunos de los interrogantes más directamente relacionados con cuanto dejo

Documentos capitulares, ACG 378 (2002), pág. 22



23

Santidad y proyecto personal de vida

• ¿Me siento llamado por Dios y por los jóvenes a ser santo? Si he abandonado este proyecto de Dios, ¿cuáles han sido las razones? Si sigo deseándolo, ¿qué hago para realizarlo?

• ¿Cuál es mi actitud frente a la cantidad de Santos de nuestra Familia? ¿Qué relación tengo con estos modelos de Familia? ¿Los conozco suficientemente? ¿Me inspiro en sus vidas?

Santidad y vida común

• ¿Estoy convencido de que “el primer servicio educativo que los jóvenes esperan de

nosotros es el testimonio de una vida fraterna”81, que “es la elocuencia de la santidad

que hace fecunda nuestra misión”82, y que, en fin, la santidad “es el don más precioso que podemos ofrecer a los jóvenes? (Const. 25)? ¿Qué hacer para que la santidad sea objetivo privilegiado en el proyecto de vida común?

• En la comunidad en que me encuentro, ¿se hace memoria de nuestros Santos? ¿Se aprovechan sus fiestas en clave pastoral? ¿Hay alguna iniciativa de actualización al respecto?

Santidad y misión apostólica

• ¿Cómo valoro estas “palabras de fuego” en mi servicio educativo-pastoral? ¿Y, de modo particular, en mis intervenciones con los jóvenes?

• ¿Creo que la santidad, es decir, un “alto grado” de vida cristiana, es la meta a la que Dios llama a todo muchacho? ¿Hablo de ello a los jóvenes con las palabras oportunas y con propuestas concretas y adecuadas?

2. Una revisión que se hace oración

“Queridos Salesianos, ¡sed santos!”. “Sed apasionados maestros y guías, santos y formadores de santos, como lo fue San Juan Bosco”. Acojamos la invitación del Papa, mientras confiamos a estos profetas del futuro, que son los Santos, el momento postcapitular que estamos viviendo y del que esperamos poder recibir un impulso fuerte para un futuro mejor, donde resplandezca con mayor transparencia el primado de Dios en nosotros y compartamos con Dios su pasión por el mundo.

“No hay como creer profundamente en una realidad y acompañarla con la oración y el sacrificio, para que poco a poco se haga viva entre nosotros. ¡Así vivió Don Bosco!”83. Contemplando cuanto ya ha hecho el Señor, las maravillas obradas en la Familia Salesiana, podemos imaginar cuánto querrá todavía hacer, si nos encuentra con ánimo bien abierto y bien dispuesto.

Este designio amoroso de Dios invita a la oración.

81 CG25, n. 7 82 FMA, Strumento di lavoro del Capitolo Generale XXI, Roma 2002, pag. 48 83 Card. Eduardo MARTÍNEZ SOMALO. Intervención en el CG25. CG25, n. 150



24

¡Señor mío y Dios mío! Gracias por la vocación para participar de tu misma vida divina y por la efusión de tu Amor en nuestros corazones. ¡Cuántas maravillas has obrado a lo largo de la historia de la humanidad y de la Iglesia, suscitando hombres y mujeres que hgrado excelso de madurez! Las has hecho florecer también en el jardín salesiano, comenzando por Don Bosco y continuando con la pléyade de santos y santas, que han hecho de la vocación salesiana un camino de perfeccionamiento en el amor, mártestimonio de Cristo hasta la muerte cruenta, jóvenes que han encontrado en la educación salesiana un camino de santidad.

Te bendigo, Señor, por los hermanos y los miembros de la Familia Salesiana que siguen creyendo en ti y se abren a lde tu amor por los jóvenes, especialmente por los que tienen más necesidad de experimentar tu cercanía, tu preocupación por ellos, tu deseo de que sean felices. Te alabo por las vocaciones que sigues sembrando en el campo del mundo, por las familias que las cuidan y por las comunidades que las hacen crecer.

Te doy gracias, Padre, porque nos permites vivir en esta hora estimulante y desafiadora de la historia y porque nos invitas a lanzarnos cuantos escuchan esta llamada sintieran un vivo agradecimiento por continuar creyendo en nosotros y por contar con nosotros, y que recuperaran la fe, la esperanza y el valor para aventurarse en el mar abierto

La constatación de la grandeza de tus dones no oculta nuestros límites; para los cuales siento necesidad de pedir perdón.

Pesan sobre nosotros no sólo las faltas personales, sino también las institucionales,como Congregación, nos damos cuenta de no haber sido siempre capaces delas recomendaciones que nos dejó Don Bosco en su testamento espiritual: “Vigilad y procurad que ni el amor del mundo, ni el afecto a los parientes, ni el deseo induzcan al gran error de profanar los sagrados votos y traicionar así la profesión religiosa con la que nos hemos consagrado al Señor...Háganse sacrificios pecuniarios y personales, pero practíquese el sistema preventivo y tendrecomiencen entre nosotros el bienestar y las comodidades, nuestra pía Sociedad ha terminado su misión...No se olvide que nosotros estamos para los niños pobres y abandonados”

En cambio, a veces nos hemos dejado engañorganización de nuestra vida personal y comunitaria. Nos ha faltado celo pastoral y hemos vivido la misión a tiempo parcial, reservándonos más tiempo parapersonales. Hemos sido poco audacesupremo de su vida y su evangelio como camino para alcanzar la plenitud. Por desgracia, a veces, hemos hecho mal a los muchachos que se nos confiaron y en vez de grabar en sus corazones tu imagen, hemos dej

Reconozco que a veces nuestras comunidades no han mantenido la identidad religiosa y que nuestras obras no han sido siempre verdaderamente educativas y pastorales, y pido perdón con humildad y con dolor. Pido perdón a cuaactitudes: bienhechores, colaboradores, destinatarios. Pido perdón, de modo especial, a los jóvenes a los que hayamos causado alguna clase de mal, precisamente porque son ellos la razón de ser de nuestra vida salesiana,

84 Escritos de Don Bosco en Apéndice a la Constituciones de la Sociedad de San Francisco de Sales, 1985, pág. 259



mío y Dios mío! Gracias por la vocación para participar de tu misma vida divina y por la efusión de tu Amor en nuestros corazones. ¡Cuántas maravillas has obrado a lo largo de la historia de la humanidad y de la Iglesia, suscitando hombres y mujeres que hgrado excelso de madurez! Las has hecho florecer también en el jardín salesiano, comenzando por Don Bosco y continuando con la pléyade de santos y santas, que han hecho de la vocación salesiana un camino de perfeccionamiento en el amor, mártestimonio de Cristo hasta la muerte cruenta, jóvenes que han encontrado en la educación salesiana un camino de santidad.

Te bendigo, Señor, por los hermanos y los miembros de la Familia Salesiana que siguen creyendo en ti y se abren a la escucha de tu Palabra y a la acción de tu Espíritu. Son un signo de tu amor por los jóvenes, especialmente por los que tienen más necesidad de experimentar tu cercanía, tu preocupación por ellos, tu deseo de que sean felices. Te alabo por las

que sigues sembrando en el campo del mundo, por las familias que las cuidan y por las comunidades que las hacen crecer.

Te doy gracias, Padre, porque nos permites vivir en esta hora estimulante y desafiadora de la historia y porque nos invitas a lanzarnos al mar abierto y a echar las redes. Querría que cuantos escuchan esta llamada sintieran un vivo agradecimiento por continuar creyendo en nosotros y por contar con nosotros, y que recuperaran la fe, la esperanza y el valor para aventurarse en el mar abierto de la realidad juvenil con profundidad de vida.

La constatación de la grandeza de tus dones no oculta nuestros límites; para los cuales siento necesidad de pedir perdón.

Pesan sobre nosotros no sólo las faltas personales, sino también las institucionales,como Congregación, nos damos cuenta de no haber sido siempre capaces delas recomendaciones que nos dejó Don Bosco en su testamento espiritual: “Vigilad y procurad que ni el amor del mundo, ni el afecto a los parientes, ni el deseo de una vida más cómoda os induzcan al gran error de profanar los sagrados votos y traicionar así la profesión religiosa con la que nos hemos consagrado al Señor...Háganse sacrificios pecuniarios y personales, pero practíquese el sistema preventivo y tendremos vocaciones en abundancia... Cuando comiencen entre nosotros el bienestar y las comodidades, nuestra pía Sociedad ha terminado su misión...No se olvide que nosotros estamos para los niños pobres y abandonados”

En cambio, a veces nos hemos dejado engañar por el espíritu del mundo en la concepción y organización de nuestra vida personal y comunitaria. Nos ha faltado celo pastoral y hemos vivido la misión a tiempo parcial, reservándonos más tiempo parapersonales. Hemos sido poco audaces para proponer a los jóvenes a Cristo como valor supremo de su vida y su evangelio como camino para alcanzar la plenitud. Por desgracia, a veces, hemos hecho mal a los muchachos que se nos confiaron y en vez de grabar en sus corazones tu imagen, hemos dejado la huellas de nuestro egoísmo.

Reconozco que a veces nuestras comunidades no han mantenido la identidad religiosa y que nuestras obras no han sido siempre verdaderamente educativas y pastorales, y pido perdón con humildad y con dolor. Pido perdón a cuantos hemos decepcionado con nuestras actitudes: bienhechores, colaboradores, destinatarios. Pido perdón, de modo especial, a los jóvenes a los que hayamos causado alguna clase de mal, precisamente porque son ellos la razón de ser de nuestra vida salesiana, porque Tú nos los has confiado, porque nos has

Escritos de Don Bosco en Apéndice a la Constituciones de la Sociedad de San Francisco de Sales, 1985, pág. 259

mío y Dios mío! Gracias por la vocación para participar de tu misma vida divina y por la efusión de tu Amor en nuestros corazones. ¡Cuántas maravillas has obrado a lo largo de la historia de la humanidad y de la Iglesia, suscitando hombres y mujeres que han alcanzado un grado excelso de madurez! Las has hecho florecer también en el jardín salesiano, comenzando por Don Bosco y continuando con la pléyade de santos y santas, que han hecho de la vocación salesiana un camino de perfeccionamiento en el amor, mártires que han dado testimonio de Cristo hasta la muerte cruenta, jóvenes que han encontrado en la educación

Te bendigo, Señor, por los hermanos y los miembros de la Familia Salesiana que siguen a escucha de tu Palabra y a la acción de tu Espíritu. Son un signo

de tu amor por los jóvenes, especialmente por los que tienen más necesidad de experimentar tu cercanía, tu preocupación por ellos, tu deseo de que sean felices. Te alabo por las

que sigues sembrando en el campo del mundo, por las familias que las cuidan y

Te doy gracias, Padre, porque nos permites vivir en esta hora estimulante y desafiadora de la al mar abierto y a echar las redes. Querría que

cuantos escuchan esta llamada sintieran un vivo agradecimiento por continuar creyendo en nosotros y por contar con nosotros, y que recuperaran la fe, la esperanza y el valor para

de la realidad juvenil con profundidad de vida.

La constatación de la grandeza de tus dones no oculta nuestros límites; para los cuales siento

Pesan sobre nosotros no sólo las faltas personales, sino también las institucionales, cuando, como Congregación, nos damos cuenta de no haber sido siempre capaces de tomar en serio las recomendaciones que nos dejó Don Bosco en su testamento espiritual: “Vigilad y procurad

de una vida más cómoda os induzcan al gran error de profanar los sagrados votos y traicionar así la profesión religiosa con la que nos hemos consagrado al Señor...Háganse sacrificios pecuniarios y personales,

mos vocaciones en abundancia... Cuando comiencen entre nosotros el bienestar y las comodidades, nuestra pía Sociedad ha terminado su misión...No se olvide que nosotros estamos para los niños pobres y abandonados”84.

ar por el espíritu del mundo en la concepción y organización de nuestra vida personal y comunitaria. Nos ha faltado celo pastoral y hemos vivido la misión a tiempo parcial, reservándonos más tiempo para nuestros intereses

s para proponer a los jóvenes a Cristo como valor supremo de su vida y su evangelio como camino para alcanzar la plenitud. Por desgracia, a veces, hemos hecho mal a los muchachos que se nos confiaron y en vez de grabar en sus

Reconozco que a veces nuestras comunidades no han mantenido la identidad religiosa y que nuestras obras no han sido siempre verdaderamente educativas y pastorales, y pido perdón

ntos hemos decepcionado con nuestras actitudes: bienhechores, colaboradores, destinatarios. Pido perdón, de modo especial, a los jóvenes a los que hayamos causado alguna clase de mal, precisamente porque son ellos la

porque Tú nos los has confiado, porque nos has

Escritos de Don Bosco en Apéndice a la Constituciones de la Sociedad de San Francisco de Sales, 1985, pág. 259-262



25

llamado en Don Bosco a ofrecerles “casa, patio, escuela y parroquia”. Pido perdón, finalmente, por el bien que podíamos haber hecho y no lo hemos hecho.

Nosotros confiamos en ti, Señor, en la certeza de tu presencia y de tu acompañamiento a lo largo de la historia, tal como has conducido la Congregación y la Familia Salesiana hasta este momento.

Nosotros creemos en ti, nosotros esperamos en ti, nosotros te amamos a ti solo.

María, madre y maestra, ábrenos a la acción del Espíritu, tú, experta del Espíritu, para que obre en nosotros las maravillas de la gracia que ha obrado ya en nuestros Santos. Así podremos ser dignos de la vocación a la que hemos sido llamados y de la plenitud de vida que el Padre ha preparado para cada uno de nosotros. Amén.



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5. Dos elementos esenciales de la santidad salesiana

1. Encuentro diario con Cristo

Consideremos, ante todo, con mucha atención lo que nos escribe Don Bosco en su testamento: «vuestro primer Rector Mayor ha muerto. Pero nueserá siempre nuestro maestro, nuestro guía y nuestro modelo»proclama nuestra tradición espiritual: «El centro del espíritu salesiano es la caridad pastoral, caracterizada por el dinamismo juvenil, tan destacado en nuestro Fundador y en los orígenes de nuestra Sociedad. Es un impulso apostólico que nos lleva a buscar las almas y a servir sólo a Dios»

La santidad vive y se manifiesta en el amor que es caridad de Dios (ex«ágape» por el evangelista San Juan).

La santidad salesiana contempla con una visión peculiar la caridad del Padre, que ama tanto al hombre, que le envía a su Hijo y su Espíritu para salvarlo. En ese amor destaca el don de sí en las iniciativas de salvación, sobre todo para los jóvenesobras: la caridad pastoral se hace acción.

El obrar da al ser un vigor especial y lo manifiesta con una atracción de autenticidad y fecundidad. La Sagrada Escritura no ceda de proclamar la necesidad de las obras: «No basta decirme: “¡Señor, Señor!”, para entrar en el Reino de Dios; no, hay que poner por obra el designio de mi Padre del cielo»89.

Se trata, pues, de una caridad pastoral muy concreta y activa, amistad constante hacia dos clases de personas: las personas infinitas de Dios y las personas de los hombres, sobre todo «pequeños y pobres».

Se trata, pues, de un dinamismo que es interno a la misma caridad y pone enrelaciones de amistad con Dios y con los jóvenes.

¿Qué relación viene primero, la amistad con el hombre necesitado o la amistad con Dios? ¿Hay entre ellas alguna dependencia? ¿Influye una en otra? ¿O coexisten paralelamente? ¿Puede subsissin otra? Unas preguntas interesantes: en su respuesta llegamos a tocar el punto neurálgico del relanzamiento de nuestra santidad.

Las preguntas anteriores no son ni artificiales ni superfluas, como si fueran pleonásticas. Afrontan directamente y a fondo ciertas insinuaciones de moda hechas por una mentalidad secularista bastante difundida. En efecto, los actuales cambios culturales, que han provocado una de las mayores crisis de la historia de la Vida Religiosa, se caracterizan por un fuerte antropuna «concepción del mundo en que éste (el mundo) se explica por sí mismo sin necesidad de recurrir a Dios»90. Dicha mentalidad se ha infiltrado también sutilmente, camuflada bajo las apariencias religiosas, en los ambientes de la fe. De la visisegún la cual no se conoce verdaderamente al hombre si no se conoce a Cristo, que es Dios hecho

85 Cfr. Carta del Rector Mayor Don Egidio Viganó. 86 Memorias Biográficas XVII, 258ss. 87 Constituciones 40. 88 ACS 290 (julio-diciembre 1978). 89 Mt 7, 21. 90 Evangelii nuntiandi, 55



Dos elementos esenciales de la santidad salesiana85

Encuentro diario con Cristo

Consideremos, ante todo, con mucha atención lo que nos escribe Don Bosco en su testamento: «vuestro primer Rector Mayor ha muerto. Pero nuestro verdadero Superior, Jesucristo, no morirá. El será siempre nuestro maestro, nuestro guía y nuestro modelo»86. Recordemos, por otro lado, lo que proclama nuestra tradición espiritual: «El centro del espíritu salesiano es la caridad pastoral,

da por el dinamismo juvenil, tan destacado en nuestro Fundador y en los orígenes de nuestra Sociedad. Es un impulso apostólico que nos lleva a buscar las almas y a servir sólo a Dios»

La santidad vive y se manifiesta en el amor que es caridad de Dios (expresada con el término «ágape» por el evangelista San Juan).

La santidad salesiana contempla con una visión peculiar la caridad del Padre, que ama tanto al hombre, que le envía a su Hijo y su Espíritu para salvarlo. En ese amor destaca el don de sí en las iniciativas de salvación, sobre todo para los jóvenes88. No se contenta con palabras, sino que produce obras: la caridad pastoral se hace acción.

El obrar da al ser un vigor especial y lo manifiesta con una atracción de autenticidad y fecundidad. La Escritura no ceda de proclamar la necesidad de las obras: «No basta decirme: “¡Señor,

Señor!”, para entrar en el Reino de Dios; no, hay que poner por obra el designio de mi Padre del

Se trata, pues, de una caridad pastoral muy concreta y activa, que vive en nosotros con relaciones de amistad constante hacia dos clases de personas: las personas infinitas de Dios y las personas de los hombres, sobre todo «pequeños y pobres».

Se trata, pues, de un dinamismo que es interno a la misma caridad y pone enrelaciones de amistad con Dios y con los jóvenes.

¿Qué relación viene primero, la amistad con el hombre necesitado o la amistad con Dios? ¿Hay entre ellas alguna dependencia? ¿Influye una en otra? ¿O coexisten paralelamente? ¿Puede subsissin otra? Unas preguntas interesantes: en su respuesta llegamos a tocar el punto neurálgico del relanzamiento de nuestra santidad.

Las preguntas anteriores no son ni artificiales ni superfluas, como si fueran pleonásticas. Afrontan fondo ciertas insinuaciones de moda hechas por una mentalidad secularista

bastante difundida. En efecto, los actuales cambios culturales, que han provocado una de las mayores crisis de la historia de la Vida Religiosa, se caracterizan por un fuerte antropuna «concepción del mundo en que éste (el mundo) se explica por sí mismo sin necesidad de recurrir

. Dicha mentalidad se ha infiltrado también sutilmente, camuflada bajo las apariencias religiosas, en los ambientes de la fe. De la visión bíblica y patrística del hombre, «imagen de Dios», según la cual no se conoce verdaderamente al hombre si no se conoce a Cristo, que es Dios hecho

Mayor Don Egidio Viganó. ACG 303, 1981.

85

Consideremos, ante todo, con mucha atención lo que nos escribe Don Bosco en su testamento: stro verdadero Superior, Jesucristo, no morirá. El

. Recordemos, por otro lado, lo que proclama nuestra tradición espiritual: «El centro del espíritu salesiano es la caridad pastoral,

da por el dinamismo juvenil, tan destacado en nuestro Fundador y en los orígenes de nuestra Sociedad. Es un impulso apostólico que nos lleva a buscar las almas y a servir sólo a Dios»87.

presada con el término

La santidad salesiana contempla con una visión peculiar la caridad del Padre, que ama tanto al hombre, que le envía a su Hijo y su Espíritu para salvarlo. En ese amor destaca el don de sí en las

. No se contenta con palabras, sino que produce

El obrar da al ser un vigor especial y lo manifiesta con una atracción de autenticidad y fecundidad. La Escritura no ceda de proclamar la necesidad de las obras: «No basta decirme: “¡Señor,

Señor!”, para entrar en el Reino de Dios; no, hay que poner por obra el designio de mi Padre del

que vive en nosotros con relaciones de amistad constante hacia dos clases de personas: las personas infinitas de Dios y las personas de los

Se trata, pues, de un dinamismo que es interno a la misma caridad y pone en tensión nuestras

¿Qué relación viene primero, la amistad con el hombre necesitado o la amistad con Dios? ¿Hay entre ellas alguna dependencia? ¿Influye una en otra? ¿O coexisten paralelamente? ¿Puede subsistir una sin otra? Unas preguntas interesantes: en su respuesta llegamos a tocar el punto neurálgico del

Las preguntas anteriores no son ni artificiales ni superfluas, como si fueran pleonásticas. Afrontan fondo ciertas insinuaciones de moda hechas por una mentalidad secularista

bastante difundida. En efecto, los actuales cambios culturales, que han provocado una de las mayores crisis de la historia de la Vida Religiosa, se caracterizan por un fuerte antropocentrismo y una «concepción del mundo en que éste (el mundo) se explica por sí mismo sin necesidad de recurrir

. Dicha mentalidad se ha infiltrado también sutilmente, camuflada bajo las apariencias ón bíblica y patrística del hombre, «imagen de Dios»,

según la cual no se conoce verdaderamente al hombre si no se conoce a Cristo, que es Dios hecho



27

hombre91, se ha pasado a la opuesta, según la cual el hombre conoce el misterio de Dios -¡si existe!- conociéndose a sí mismo.

De tal actitud puede fluir una respuesta catastrófica a las preguntas formuladas antes. Sin afirmar explícitamente la primacía del amor al hombre, se insiste casi de un modo exclusivo en él, en sus necesidades y en sus situaciones de injusticia social; y por ellas se debería comenzar para reconsiderar el significado mismo del amor a Dios y, por tanto, de la consagración religiosa.

Una interpretación así da pie a una actitud llena de peligros de antropocentrismo que fácilmente desembocan en un ofuscamiento de la caridad pastoral y, por tanto, en una progresiva adulteración de nuestra santidad. Es verdad que el apóstol San Juan dice que es indispensable el amor al prójimo: «Quien no ama a su hermano, a quien está viendo, a Dios, a quien no ve, no puede amarlo»92. Pero San Juan aquí se propone verificar la verdad concreta de nuestra caridad. Efectivamente, poco antes había escrito: «El amor viene de Dios…; por esto existe el amor: no porque amáramos nosotros a Dios, sino porque él nos amó a nosotros…; si Dios nos ha amado tanto, es deber nuestro amarnos unos a otros…; podemos amar nosotros, porque Él nos amó primero»93.

Ya el antiguo Testamento había hablado del amor a Dios y al prójimo en términos de primacía absoluta; pero es propiamente en el Nuevo Testamento donde la medida y el dinamismo interno de tal amor se cambia y adquiere dimensiones inauditas.

El mandamiento de Jesucristo es, al respecto, muy claro: «Que os améis unos a otros como yo os he amado»94. Ese «como» es la respuesta más concreta y tajante a las preguntas enunciadas arriba. En nuestra caridad pastoral el amor a los jóvenes fluye íntimamente, por su misma naturaleza, del amor a Dios; nuestras relaciones de amistad con los jóvenes son el fruto precioso y natural de nuestras relaciones de amistad con Dios. ¡Sin amor a Dios no hay caridad pastoral hacia los jóvenes!

El Papa Pablo VI en el discurso inaugural de la segunda Conferencia general del Episcopado Latinoamericano (Medellín, año 1968) quiso llamar la atención de los Pastores latinoamericanos sobre un punto doctrinal referente a la caridad pastoral. Se trata de la «dependencia que tiene la caridad para con el prójimo respecto de la caridad para con Dios. Conocéis –dijo- los asaltos que sufre en nuestros días esta doctrina de clarísima e impugnable derivación evangélica: se quiere secularizar el cristianismo, pasando por alto su esencial referencia a la verdad religiosa, a la comunión sobrenatural con la inefable e inundante caridad de Dios para con los hombres, su referencia al deber de la respuesta humana, obligada a osar amarlo y llamarlo “Padre!, y en consecuencia, llamar de verdad “hermanos” a los hombres, para librar al cristianismo mismo de aquella ‘forma de neurosis –como afirma Cox- que es la religión”, para evitar toda preocupación teológica y para ofrecer al cristianismo una nueva eficacia, toda ella pragmática, la sola que pudiese dar lar la medida de su verdad y que lo hiciese aceptable y operante en la moderna civilización profana y tecnológica»95.

Consecuencia clara, nuestras relaciones de amistad con Dios son el verdadero manantial y la linfa que alimenta nuestra predilección pastoral por los jóvenes.

Henos, pues, en el punto clave: ¿Cómo cultivar e intensificar continuamente nuestro amor a Dios?

La respuesta es única: ¡En el encuentro diario con Cristo!

91 Cfr. Gaudium et Spes, 22. 92 1 Jn 4, 20. 93 Ibidem 7, 10, 11, 19. 94 Jn 15, 12. 95 CELAM. “La iglesia en la actual transformación…” vol I. pag. 31. Bogotá 1968.



28

San Juan, llamado «teólogo de la caridad», es también su testigo más ilustre, y nos dejó una definición lapidaria de la santidad sustancial: «Dios es amor»tampoco un enunciado dogmático abstracto; sino que es la conclusión de las prolongadas reflexiones de Juan sobre la vida y pascua de su amigo Jesús y sobre las relaciones personales con su Padre. Cuando más contempla los hechos, las palabras y la psicología de Jesús, tanto mejointensa evidencia que la caridad (el amor, «ágape») es la síntesis del significado histórico de la encarnación del Verbo y la explicación exhaustiva de todo el misterio de Dios hecho hombre.

Para Juan lo que distingue a los creyentes de la ese modo de contemplar at Cristo. No basta reconocerlo como Mesías y Señor de la historia; hace falta adherirse vitalmente a su modo de amar participando activamente en su eficiencia.

El realismo de la caridad de Dios está completo en Cristo, el cual vive históricamente su originalidad y potencia.

A Dios, espíritu puro97, nadie lo ha visto jamásPadre99, y en Él concentra toda la

Conocer y amar a Dios, en el cristianismo, no es simplemente reflexionar y admirar su omnipotencia, sabiduría y justicia, sino que es sentirse existencialmente dentro de Cristo, para compartir activamente su caridad.

«Santo» es precisamente aquel que sdemás.

Relanzar, pues, nuestra santidad salesiana significa cultivar, ante todo, las relaciones de amistad con él, cada uno personalmente y juntos como comunidad.

He aquí por qué el encuentro diario

El «encuentro» supone, sin duda, una amistad permanente. Pero yo aquí me refiero precisamente a una cantidad concreta de tiempo reservhoras litúrgicas y Eucaristía.

El sacramento del memorial de su Pascua, que encierra el amor más grande de toda la historia, debe volver a ser vitalmente el centro propulsor de todos nuestros corazones y de todas nuestras casas.

De estos aspectos esenciales e irrenunciables de nuestro encuentro personal y comunitario con Cristo trata por extenso el Capítulo General Especial. Lo hace con una conexión concreta con nuestra realidad. Os invito a meditar con mucha atención su documento noveno: «La comunidad oran

2. Esfuerzo ascético

La segunda columna que sostiene todo el edificio de nuestra sconcreta y diaria en nuestra conducta personal y en el estilo de nuestra vida comunitaria.

Uno de los fenómenos peligrosos que hemos Religiosa es la desintegración casi total de la ascesis, que es como decir

96 1 Jn 4, 8. 97 Jn 4, 24. 98 1 Jn 4, 12. 99 Jn 14, 9. 100 CGE. num. 517-555.



San Juan, llamado «teólogo de la caridad», es también su testigo más ilustre, y nos dejó una definición lapidaria de la santidad sustancial: «Dios es amor»96. No es un dicho del mismo Jesús, ni

ogmático abstracto; sino que es la conclusión de las prolongadas reflexiones de Juan sobre la vida y pascua de su amigo Jesús y sobre las relaciones personales con su Padre. Cuando más contempla los hechos, las palabras y la psicología de Jesús, tanto mejointensa evidencia que la caridad (el amor, «ágape») es la síntesis del significado histórico de la encarnación del Verbo y la explicación exhaustiva de todo el misterio de Dios hecho hombre.

an lo que distingue a los creyentes de la Nueva Alianza respecto a los demás es precisamente ese modo de contemplar at Cristo. No basta reconocerlo como Mesías y Señor de la historia; hace falta adherirse vitalmente a su modo de amar participando activamente en su eficiencia.

dad de Dios está completo en Cristo, el cual vive históricamente su originalidad y

, nadie lo ha visto jamás98; pero se hace presente en Cristo, imacentra toda la originalidad divina del amor.

Conocer y amar a Dios, en el cristianismo, no es simplemente reflexionar y admirar su omnipotencia, sabiduría y justicia, sino que es sentirse existencialmente dentro de Cristo, para compartir

aquel que se abre del todo a ese amor y se hace su portador para los

Relanzar, pues, nuestra santidad salesiana significa cultivar, ante todo, las relaciones de amistad con él, cada uno personalmente y juntos como comunidad.

diario con Cristo es, de hecho, alfa y omega de la caridad pastoral.

El «encuentro» supone, sin duda, una amistad permanente. Pero yo aquí me refiero precisamente a una cantidad concreta de tiempo reservado cada jornada; se llama meditación y oración personal,


s e irrenunciables de nuestro encuentro personal y comunitario con Cristo trata por extenso el Capítulo General Especial. Lo hace con una conexión concreta con nuestra realidad. Os invito a meditar con mucha atención su documento noveno: «La comunidad oran

La segunda columna que sostiene todo el edificio de nuestra santidad es una pedagogía ascética concreta y diaria en nuestra conducta personal y en el estilo de nuestra vida comunitaria.

no de los fenómenos peligrosos que hemos podido constatar en estos años de crisis para la Vida Religiosa es la desintegración casi total de la ascesis, que es como decir la pérdida de un esfuerzo

San Juan, llamado «teólogo de la caridad», es también su testigo más ilustre, y nos dejó una . No es un dicho del mismo Jesús, ni

ogmático abstracto; sino que es la conclusión de las prolongadas reflexiones de Juan sobre la vida y pascua de su amigo Jesús y sobre las relaciones personales con su Padre. Cuando más contempla los hechos, las palabras y la psicología de Jesús, tanto mejor descubre con intensa evidencia que la caridad (el amor, «ágape») es la síntesis del significado histórico de la encarnación del Verbo y la explicación exhaustiva de todo el misterio de Dios hecho hombre.

ueva Alianza respecto a los demás es precisamente ese modo de contemplar at Cristo. No basta reconocerlo como Mesías y Señor de la historia; hace falta adherirse vitalmente a su modo de amar participando activamente en su eficiencia.

dad de Dios está completo en Cristo, el cual vive históricamente su originalidad y

; pero se hace presente en Cristo, imagen perfecta del

Conocer y amar a Dios, en el cristianismo, no es simplemente reflexionar y admirar su omnipotencia, sabiduría y justicia, sino que es sentirse existencialmente dentro de Cristo, para compartir

todo a ese amor y se hace su portador para los

Relanzar, pues, nuestra santidad salesiana significa cultivar, ante todo, las relaciones de amistad con

es, de hecho, alfa y omega de la caridad pastoral.

El «encuentro» supone, sin duda, una amistad permanente. Pero yo aquí me refiero precisamente a jornada; se llama meditación y oración personal,


s e irrenunciables de nuestro encuentro personal y comunitario con Cristo trata por extenso el Capítulo General Especial. Lo hace con una conexión concreta con nuestra realidad. Os invito a meditar con mucha atención su documento noveno: «La comunidad orante»100.

antidad es una pedagogía ascética concreta y diaria en nuestra conducta personal y en el estilo de nuestra vida comunitaria.

dido constatar en estos años de crisis para la Vida la pérdida de un esfuerzo



29

metódico dirigido a eliminar, con ayuda de la gracia, cuanto se opone al crecimiento de la vida en Cristo y a afrontar virilmente los sacrificios que impone: la abnegación y la renuncia101, la aceptación del sufrimiento102, la lucha y el combate espiritual103, etcétera; pero no por sí mismos, sino como participación en el misterio pascual de Cristo y acogida de los impulsos del Espíritu.

Esa pérdida ha sido muy grave: quita a la Vida Religiosa su característica de «signo» en el mundo. Sin un esfuerzo ascético visible no se testimonian con nitidez los grandes calores de los votos, que son por sí mismo una formidable contestación evangélica a la actual sociedad permisiva. Más, sin ascesis no puede existir la misma verdad objetico de los Votos. Es decir: ¡se esfuma en la nada la santidad religiosa específica!

El Papa Pablo Vi, hablando a los Religiosos, les decía con realismo y angustia: «La plaga más peligrosa que amenaza a vuestros institutos es la del laxismo moderno en que nos hallamos. ¡Resistidle a toda costa! Hoy más que nunca la Vida Religiosa debe ser vivida en su plenitud y de acuerdo con sus altas y severas exigencias de oración, humildad, espíritu de sacrificio y práctica austera de los votos. En una palabra: La Vida Religiosa debe ser santo, o no tiene razón de ser»104.

Históricamente, al estar el cristianismo en contacto con visiones antropológicas diferentes, el modo de la ascesis y su expresión en prácticas concretas se ha ido manifestando en experiencias que han ido cambiando sin cesar. Una sana pedagogía ascética tiene siempre una referencia cultural propia, y se adapta al tipo peculiar de la vocación elegida.

En un ambiente de mentalidad platónica era fácil dar a la ascesis cierto aire de dualismo caracterizado por un concepto peyorativo de los valores somáticos.

Por otra parte, el ejercicio ascético de un «contemplativo» no puede ser medida para un «activo», ni al revés.

El hombre es espíritu y carne a la vez, y vive su propia vocación en una determinada cultura, marcada por una visión antropológica propia. Una ascesis correcta debe considerar las exigencias del proyecto de hombre querido por Dios en el espíritu y en la carne, según una penetración cada vez más madura en la verdad del hombre. El actual cambio de dirección hacia lo humano exige también, como es natural, una inculturación y una aculturación, o una sana adecuación de la ascesis cristiana, en general, y de nuestra ascesis salesiana, en particular, a los valores humanos aparecidos últimamente y a las exigencias de los signos de los tiempos. Sin embargo, debe seguir siendo con claridad ascesis y con mayor claridad aún cristiana, y para nosotros salesiana, en cuanto crecimiento homogéneo en el curso de la Pascua y de nuestra tradición espiritual.

En efecto, la ascesis implica la oblación de sí mismo a Dios en el radicalismo del seguimiento de Cristo; y para nosotros implica, además, la plena donación de nuestras energías en la acción pastoral: el apostolado es también una especie de ejercicio atlético de caridad; por él, como dice San Pablo, «castigo mi cuerpo y lo obligo a que me sirva, no sea que después de predicar a otros me descalifiquen a mí»105.

Hoy nuestra ascesis debe considerar los progresos hechos por las ciencias del hombre; pero debe iluminarlos siempre con la luz pascual. «Cristo, el nuevo Adán –nos dice el Concilio en la ‘Gaudium et Spes’-, en la misma revelación del misterio del Padre y de su amor, manifiesta plenamente el hombre

101 Cfr. Mt 16, 24. 102 Cfr. Col 1, 24. 103 Cfr. 1 Cor 9, 24. 104 Pablo VI, 27 de junio de 1965. 105 Cfr. 1 Cor 9, 24-27.



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al propio hombre y le descubre la sublimidad de su vocación… Por Cristo y en Cristo se ilumina el enigma del dolos y de la muerte, que fuera del Evangelio nos envuelve en absoluta oscuridad»

El actual cambio de dirección hacia lo humano con razón ha puesto de manifiesto los valores de la libertad, del cuerpo, del desarrollo de la persona y de la importancia de una autorrealización; pero todo se queda en pagano y puede deteriorarse en el egocentrismo, si no se lade la Pascua de Cristo.

Los nuevos aspectos culturales no pueden cambiar los contenidos evangélicos de la Vida Consagrada. Así, por ejemplo, «la obediencia religiosa, lejos de menoscabar la dignidad de la persona humana, la lleva, por la más amplia libertad de los hijos de Dios, a la madurez»

Vivimos en una civilización que ha marginado perdido el sentido del pecado: nuestro pecado y el ajeno y, en particular para nosotros, el de los jóvenes.

En las sociedades modernas se aplaude el triunfo de las concupiscencias soberbia de la vida-. Por otro lado, cada pasiones108, alimentada por incontables atractivos

Lamentablemente es una triste realidad la abundancia de nuestras debilidades y de nuestros pecados y de los de la gente, especialmente los jóvenes. Don Bosco, como sabemos, fue un enemigo implacable del pecado: sabía que rompe la sociedad.

Urge resucitar en nosotros la capacidad de conversión, de expiación y de prevención, es decir, de un amor de contrición que se traduzca en una actitud habitual de compunción, que reservdistinguido a la humildad y a un cristiano anonadamiento de síautorrealización personal, sino que es su indispensable condición evangélica.

En efecto, el misterio de la cruz proclama de una forma paradójicamente importancia de la «obediencia de la fe». Volvamos nuestros ojos al huerto de los olivos: «Padre, todo es posible para Ti; aparta de mí este trago... Pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres Tú».

La autorrealización de Cristo contempla el horizonte de su propio desarrollo no en un proyecto subjetivo, simplemente ajustado a las propias inclinaciones y deseos, sino en un proyecto más amplio, en el que interviene Dios como padre: es un amplio proyecto de amor y de victoria quepor el camino del Calvario.

No bastan las ciencias del hombre para comprender y vivir semejante proyecto del padre. Se requiera la sabiduría de la fe: “Nosotros sino el Espíritu que viene de Dios… Exponemos no con el lenguaje que enseña el saber humano, sino con el que enseña el Espíritu”110

cederéis a deseos rastreros. Mirad, los objetivos de los bajos instintos son opuestos al del Espíritu a los bajos instintos, porque los dos están en conflicto… Las acciones que proceden de los bajos instintos son conocidas: lujuria, inmoralidad, libertinaje, idolatría, magia, enemistades, discordia, rivalidad, arrebatos de ira,

106 Gaudium el Spes, 22. 107 Perfectae Caritatis. 108 Rm 7, 21-25. 109 Cfr. Flp 2, 6-9. 110 1 Cor 2, 12-13.



al propio hombre y le descubre la sublimidad de su vocación… Por Cristo y en Cristo se ilumina el enigma del dolos y de la muerte, que fuera del Evangelio nos envuelve en absoluta oscuridad»

dirección hacia lo humano con razón ha puesto de manifiesto los valores de la libertad, del cuerpo, del desarrollo de la persona y de la importancia de una autorrealización; pero todo se queda en pagano y puede deteriorarse en el egocentrismo, si no se lava en el agua bautismal

Los nuevos aspectos culturales no pueden cambiar los contenidos evangélicos de la Vida Consagrada. Así, por ejemplo, «la obediencia religiosa, lejos de menoscabar la dignidad de la persona humana, la

or la más amplia libertad de los hijos de Dios, a la madurez»107.

que ha marginado la primacía de Dios y que consiguientemente ha perdido el sentido del pecado: nuestro pecado y el ajeno y, en particular para nosotros, el de los

En las sociedades modernas se aplaude el triunfo de las concupiscencias -poder, bienestar, Por otro lado, cada uno de nosotros siente en su corazón la prepotencia de las

, alimentada por incontables atractivos expuestos en el escaparate.

Lamentablemente es una triste realidad la abundancia de nuestras debilidades y de nuestros pecados y de los de la gente, especialmente los jóvenes. Don Bosco, como sabemos, fue un enemigo implacable del pecado: sabía que rompe con Dios y su amistad y que por tanto deforma al hombre y

Urge resucitar en nosotros la capacidad de conversión, de expiación y de prevención, es decir, de un amor de contrición que se traduzca en una actitud habitual de compunción, que reservdistinguido a la humildad y a un cristiano anonadamiento de sí109. Todo lo cual no se opone a la autorrealización personal, sino que es su indispensable condición evangélica.

En efecto, el misterio de la cruz proclama de una forma paradójicamente original y perenne la importancia de la «obediencia de la fe». Volvamos nuestros ojos al huerto de los olivos: «Padre, todo es posible para Ti; aparta de mí este trago... Pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres

sto contempla el horizonte de su propio desarrollo no en un proyecto subjetivo, simplemente ajustado a las propias inclinaciones y deseos, sino en un proyecto más amplio, en el que interviene Dios como padre: es un amplio proyecto de amor y de victoria que

No bastan las ciencias del hombre para comprender y vivir semejante proyecto del padre. Se Nosotros –dice San Pablo- no hemos recibido el espíritu del mundo,

ios… Exponemos no con el lenguaje que enseña el saber humano, sino 110. “Quiero decir: proceded guiados por el Espíritu (de Dios) y nunca

cederéis a deseos rastreros. Mirad, los objetivos de los bajos instintos son opuestos al del Espíritu a los bajos instintos, porque los dos están en conflicto… Las acciones que proceden de los bajos instintos son conocidas: lujuria, inmoralidad, libertinaje, idolatría, magia, enemistades, discordia, rivalidad, arrebatos de ira, egoísmos, partidismos, sectarismos, envidias, borracheras,

al propio hombre y le descubre la sublimidad de su vocación… Por Cristo y en Cristo se ilumina el enigma del dolos y de la muerte, que fuera del Evangelio nos envuelve en absoluta oscuridad»106.

dirección hacia lo humano con razón ha puesto de manifiesto los valores de la libertad, del cuerpo, del desarrollo de la persona y de la importancia de una autorrealización; pero

va en el agua bautismal

Los nuevos aspectos culturales no pueden cambiar los contenidos evangélicos de la Vida Consagrada. Así, por ejemplo, «la obediencia religiosa, lejos de menoscabar la dignidad de la persona humana, la

la primacía de Dios y que consiguientemente ha perdido el sentido del pecado: nuestro pecado y el ajeno y, en particular para nosotros, el de los

poder, bienestar, carne y uno de nosotros siente en su corazón la prepotencia de las

Lamentablemente es una triste realidad la abundancia de nuestras debilidades y de nuestros pecados y de los de la gente, especialmente los jóvenes. Don Bosco, como sabemos, fue un enemigo

con Dios y su amistad y que por tanto deforma al hombre y

Urge resucitar en nosotros la capacidad de conversión, de expiación y de prevención, es decir, de un amor de contrición que se traduzca en una actitud habitual de compunción, que reserva un lugar

. Todo lo cual no se opone a la

original y perenne la importancia de la «obediencia de la fe». Volvamos nuestros ojos al huerto de los olivos: «Padre, todo es posible para Ti; aparta de mí este trago... Pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres

sto contempla el horizonte de su propio desarrollo no en un proyecto subjetivo, simplemente ajustado a las propias inclinaciones y deseos, sino en un proyecto más amplio, en el que interviene Dios como padre: es un amplio proyecto de amor y de victoria que para

No bastan las ciencias del hombre para comprender y vivir semejante proyecto del padre. Se no hemos recibido el espíritu del mundo,

ios… Exponemos no con el lenguaje que enseña el saber humano, sino . “Quiero decir: proceded guiados por el Espíritu (de Dios) y nunca

cederéis a deseos rastreros. Mirad, los objetivos de los bajos instintos son opuestos al Espíritu y los del Espíritu a los bajos instintos, porque los dos están en conflicto… Las acciones que proceden de los bajos instintos son conocidas: lujuria, inmoralidad, libertinaje, idolatría, magia, enemistades,

egoísmos, partidismos, sectarismos, envidias, borracheras,



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orgías y cosas por el estilo… En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, tolerancia, agrado, generosidad, lealtad, sencillez, dominio de sí”111. “Hermanos, deudores lo somos; pero no de los bajos instintos para tener que vivir a su manera. Si vivís de ese modo, vais a la muerte; al contrario, si con el Espíritu dais muerte a las bajas acciones, viviréis”112. “Sostengo además –concluye San Pablo- que los sufrimientos del tiempo presente son cosa de nada, comparados con la gloria que va a revelarse reflejada en nosotros”113.

Así pues, hay una fuerte disciplina que debe acompañar y defender en nosotros las riquezas de la caridad. Es un engaño muy serio creer que hoy el esfuerzo ascético es un elemento anticuado y superado. Precisamente hay que decir lo contrario: en una sociedad permisiva como la nuestra son más necesarios que nunca la conversión y el dominio de sí en una pedagogía concreta de penitencia y de prevención.

Para garantizar, vivificar y dar constancia a nuestro esfuerzo ascético se necesita una disciplina personal y comunitaria114. Para ello Cristo nos ofrece un encuentro especial con su Pascua en el sacramento de la Penitencia.

La sinceridad y la frecuencia de la celebración de dicho sacramento son elementos indispensables para nuestra santidad. En efecto, del sacramento de la Penitencia manan luces y energías abundantes y especiales de Cristo para la conversión, para la expiación y para la prevención.

Y de ese modo el mismo esfuerzo ascético se hace parte viva de nuestro encuentro con Cristo para vivir y comunicar su misterio a los jóvenes.

111 Gal 5, 16-22. 112 Rm 8, 12-14. 113 Rm 8, 18. 114 ACS 293 (julio-septiembre 1979).



32

2.2.2.2. Amar e iAmar e iAmar e iAmar e invocar a Don Bosco: nvocar a Don Bosco: nvocar a Don Bosco: nvocar a Don Bosco:

celebraciones comunitariascelebraciones comunitariascelebraciones comunitariascelebraciones comunitarias

El Capítulo General XXVI nos invita también a invocar a Don Bosco.

Bosco, y educar nuestro corazón como él, sino a explicitar y expresar nuestra relación con él, como

un compañero de camino en la realizaci

Según la tradición de la Iglesia veneramos y celebramos a los santo

santificador. La misma formulaci

remite siempre al misterio pascual de Cristo.

palabras de Don Egidio Viganó en la foto de Don Bosco en Mart

Bosco como él lo fue de Cristo”.

Evidenciar, para nosotros y para los otros, esta otra dimensi

capacidad de ir dejándose hacer por el Esp

para los jóvenes desde Dios…) nos ayudar

contacto con sus motivaciones, revisar nuestra vida y renovar nu

Esta segunda gran parte de nuestro subsidio se centra en ofertas, de uso personal y comunitario, con

un tono más celebrativo. Así podrás encontrar:

1. Plegarias. Para rezar en determinadas ocasiones, emplearlas al iniciar o concluir encuentros, incorporarlas en celebraciones más amplias…


momentos de oración comunitaria ya existentesahondando en la dimenBosco.

3. Retiro. Para realizar a modomisma, subrayando los aspectos de lacristología salesiana

4. Acto de fidelidad a Don Bosco

de Don Bosco en que los hermanos (o toda la Familia Salesianafidelidad a Don Bosco

5. Otras propuestas

de otra manera, ‘En diálogo con el Señor, 642



nvocar a Don Bosco: nvocar a Don Bosco: nvocar a Don Bosco: nvocar a Don Bosco: plegarias, oplegarias, oplegarias, oplegarias, oraciones y raciones y raciones y raciones y celebraciones comunitariascelebraciones comunitariascelebraciones comunitariascelebraciones comunitarias

El Capítulo General XXVI nos invita también a invocar a Don Bosco. No sólo a invocar como Don


camino en la realización del proyecto salesiano.

ón de la Iglesia veneramos y celebramos a los santos, testigos de la acci

a misma formulación de los textos nos pone en evidencia que el culto a los santos nos

remite siempre al misterio pascual de Cristo. Es a lo que, de alguna manera,

ó en la foto de Don Bosco en Martí-Codolar: “Seamos imitadores de D

Evidenciar, para nosotros y para los otros, esta otra dimensión de Don Bosco (su santidad, su

ándose hacer por el Espíritu, de ir dejándose conquistar por el proyecto del bien

) nos ayudará a disfrutar de la oración con nuestro Padre, entrar en

contacto con sus motivaciones, revisar nuestra vida y renovar nuestra fidelidad.


podrás encontrar:

Para rezar en determinadas ocasiones, emplearlas al iniciar o concluir encuentros, incorporarlas en celebraciones más amplias…

Novena vocacional a Don Bosco. Una novena que se puede incorporar amomentos de oración comunitaria ya existentes o celebrarla en la oración personal,

o en la dimensión vocacional de la peregrinación de la reliquia de D

Para realizar a modo de preparación de la visita, o en el transcurso de la misma, subrayando los aspectos de la –en palabras de D

ía salesiana.

Acto de fidelidad a Don Bosco. Una propuesta de oración comunitaria ante la Urna de Don Bosco en que los hermanos (o toda la Familia Salesiana

Bosco.

Otras propuestas que si bien no están incluidas en este subsidio, cde otra manera, pueden usarse todos los recursos existentes a nuestra disposici

álogo con el Señor, 642-676’, o podemos generar algunos nuevos.

raciones y raciones y raciones y raciones y

o sólo a invocar como Don


s, testigos de la acción del Espíritu

ón de los textos nos pone en evidencia que el culto a los santos nos

, de alguna manera, aquellas famosas

os imitadores de Don

ón de Don Bosco (su santidad, su

ándose conquistar por el proyecto del bien

ón con nuestro Padre, entrar en


Para rezar en determinadas ocasiones, emplearlas al iniciar o concluir

. Una novena que se puede incorporar a los o celebrarla en la oración personal,

ón de la reliquia de Don

ón de la visita, o en el transcurso de la palabras de Don Pascual Chávez-

ón comunitaria ante la Urna de Don Bosco en que los hermanos (o toda la Familia Salesiana…) renueven su

incluidas en este subsidio, como no podía ser pueden usarse todos los recursos existentes a nuestra disposición:

, o podemos generar algunos nuevos.

1. Plegarias

Ofrecemos a continuación una momentos, sea en la oración personal, sea en celebraciones comunitarias, o con miembros de de las comunidades educativovisita de Don Bosco pueda seCompartiendo más nuestra vida interior con él, poniendo en diálogo nuestra vida interior con la suya podremos asumir y hacer nuestro, el ‘da mihi animas, cetera tolle’ como plan de vida espiritual y pastoral.

Invocación a San Juan Bosco M. del Mar Galceran

Te encomendamos, san Juan Bosco, todos los trabajos que llevamos entre manos,nuestra tarea educativa y formativa con los jóvenes, nuestros proyectos de animación pastoral, de creación de materiales, de profundización de la fe... Concedenos la sabiduría del corazónpara que todo lo sepamos poner al servicio de los jóvenes, de su crecimiento yde su proceso de humanización. Danos la serenidad necesaria para reflexionar hacia dónde debemos orientar nuestras acciones, el coraje para ser creativos e imaginativosy la templanza por no desanimarnos ante las dificultades. Que tu ejemplo de amor, de acompañamiento y de compromisocon ellos nos aliente a entregarnos todos los días con ilusión en el trabajo y a descubrir que todos los días son una nueva oportunidad para contribuir a la construcción del reino de Dios. Amén.



Ofrecemos a continuación una serie de plegarias que se pueden emplear en distintos momentos, sea en la oración personal, sea en celebraciones comunitarias, o con miembros de de las comunidades educativo-pastorales o de la Familia Salesiana. Queremos que la visita de Don Bosco pueda ser ocasión para cuidar más nuestra relación Compartiendo más nuestra vida interior con él, poniendo en diálogo nuestra vida interior con la suya podremos asumir y hacer nuestro, el ‘da mihi animas, cetera tolle’ como plan de

M. del Mar Galceran

Te encomendamos, san Juan Bosco, todos los trabajos que llevamos entre manos, nuestra tarea educativa y formativa

nuestros proyectos de animación pastoral,

Concedenos la sabiduría del corazón para que todo lo sepamos poner

de su crecimiento y de su proceso de humanización.

ebemos

el coraje para ser creativos e imaginativos y la templanza por no desanimarnos

de acompañamiento y de compromiso con ellos nos aliente a entregarnos

lusión en el trabajo y

para contribuir a la construcción

Padre y Maestro Egidio Viganó, 7º sucesor de don Bosco

Padre y Maestro de la juventud,san Juan Bosco, que, dócil a los dones del Espíritu Santo,diste a la familia salesianael tesoro de la tu predilecciónpor los pequeños y por los pobres,enséñanos a ser cada día para ellossignos y portadores del amor de Dios,suscitando en nuestro ánimolos mismos sentimientos de Cristo Buen Pastor. Pide para todos los miembros de un corazón de bondad, constancia en el trabajo, sabiduría en el discernimiento,valor para testimoniar el sentido de Iglesiay generosidad misionera.

Alcánzanos la gracia de ser fieles a la alianza especialque el Señor ha sellado con nosotros,y haz que, guiados por María,recorramos gozosamente con los jóvenesel camino que conduce al amor.Amén.


5 de junio de 2012

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serie de plegarias que se pueden emplear en distintos momentos, sea en la oración personal, sea en celebraciones comunitarias, o con miembros

. Queremos que la r ocasión para cuidar más nuestra relación interior con él.

Compartiendo más nuestra vida interior con él, poniendo en diálogo nuestra vida interior con la suya podremos asumir y hacer nuestro, el ‘da mihi animas, cetera tolle’ como plan de

Egidio Viganó, 7º sucesor de don Bosco

Padre y Maestro de la juventud,

ócil a los dones del Espíritu Santo, diste a la familia salesiana el tesoro de la tu predilección por los pequeños y por los pobres, enséñanos a ser cada día para ellos signos y portadores del amor de Dios, suscitando en nuestro ánimo

os de Cristo Buen

para todos los miembros de tu familia

sabiduría en el discernimiento, valor para testimoniar el sentido de Iglesia

a la alianza especial que el Señor ha sellado con nosotros,

que, guiados por María, recorramos gozosamente con los jóvenes el camino que conduce al amor.



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Plegaria a Don Bosco,

hombre de esperanza

Tú que fuiste el santo de los sueños que después se cumplían, haznos atrevidos para imaginar y actuar un futuro eclesial consistente para Tú que fuiste un gran discípulo de haz que ella sea nuestra maestraauxilio en lo que no llegamos a hacer. Tú que fuiste humilde, fuerte y firme, haznos valientes ante las dificultades y tribulaciones en nuestra tarea pastoral de hoy. Tú que, cuantos más problemas se te presentaban, más risueño aparecías, haznos serenos y alegres, a pesar de los quebraderos de cabeza. Tú que, esperanzado y comprometido, te fiabas tanto de la Providencia, haznos mirar más hacia lo alto, pero con los pies transformando la tierra. Tú que encontrabas en Dios todas las respuestas, haznos gente de plegaria decidida y confiada.

Tú que eras un incansable trabajador para el Señor y para los jóvenes, danos fuerza para no desfallecer en nuestras tareas. Tú que fuiste un gran amigo de los jóvenes que no tenían ningún amigo, enséñanos a amarlos, empezando por aquellos que no se sienten queridos por nadie. Tú que consagraste tu vida a los jóvenes, haznos atentos a ellos, sus cosas, sus ilusiones, su mundo, aunque no los entendamos. Te lo agradecemos, Don Bosco, padre, porque nos ayudarás!



Josep M. Maideu

s sueños que

haznos atrevidos para imaginar y actuar un futuro eclesial consistente para los jóvenes.

Tú que fuiste un gran discípulo de María, haz que ella sea nuestra maestra y nuestro

hacer.

que fuiste humilde, fuerte y firme, haznos valientes ante las dificultades y tribulaciones en nuestra tarea pastoral de hoy.

Tú que, cuantos más problemas se te presentaban, más risueño aparecías, haznos serenos y alegres, a pesar de los

Tú que, esperanzado y comprometido, te

pero con los pies transformando la tierra.

as en Dios todas las , haznos gente de plegaria decidida

que eras un incansable trabajador para el Señor y para los jóvenes, danos fuerza para no

Tú que fuiste un gran amigo de los jóvenes

ñanos a amarlos, empezando por queridos por nadie.

Tú que consagraste tu vida a los jóvenes, haznos atentos a ellos, sus cosas, sus ilusiones, su mundo, aunque no los entendamos.

Te lo agradecemos, Don Bosco, padre,

Querido Maestro

Querido maestro Don Bosco,Maestro de los que nos sentimos jóvenes y trabajamos por los jóvenes,maestro de los que queremos seguir al gran Maestro Jesús, maestro de los que deseamos vivir la vida con alegría y esperanza, maestro de los que confían en María, madde todos. ¡Queremos seguir tu ejemplo de paciencia y entrega hacia los jóvenes,queremos ser testimonios, como Tú, de fidelidad al evangelio, queremos trabajar para construir siempre un mundo nuevo, un mundo de sueños,queremos ser luz entre los jóvenesen la oscuridad de tantas vidas!Querido Don Bosco, no es fácil, a veces, el cansancio nos puede,la desilusión nos invade, el pesimismo nos vence, el “ya no puedo más” sale del corazón.Pero Tú nos dices que el amor todo lo puede,que Dios nunca abandona,que siempre hay un nuevo horizonte,que confiamos, que esperamos. Dios siempre responde. Ayúdanos querido Don Bosco,a ser fieles a tu legado, a mantener vivo tu carisma,a seguir trabajando por “aquellos que son los primeros en el Reino de Dioa no olvidar nunca que el sentido de la vida está en el amor, a no perder la esperanza ante el dolor y el sufrimiento, a ser testimonios de resurrección.Don Bosco, Padre y Maestro de tantos jóvenes, sé también nuestro Padre y Maestro y acompáñanos en este camino que es la vida. Amén.

Salvador Ramos

maestro Don Bosco, Maestro de los que nos sentimos jóvenes y trabajamos por los jóvenes, maestro de los que queremos seguir al gran

maestro de los que deseamos vivir la vida con

maestro de los que confían en María, madre

¡Queremos seguir tu ejemplo de paciencia y entrega hacia los jóvenes, queremos ser testimonios, como Tú, de

queremos trabajar para construir siempre un mundo nuevo, un mundo de sueños, queremos ser luz entre los jóvenes, claridad en la oscuridad de tantas vidas!

a veces, el cansancio nos puede,

el “ya no puedo más” sale del corazón. Pero Tú nos dices que el amor todo lo puede,

a abandona, que siempre hay un nuevo horizonte, que confiamos, que esperamos. Dios siempre

Ayúdanos querido Don Bosco,

a mantener vivo tu carisma, a seguir trabajando por “aquellos que son los primeros en el Reino de Dios”, a no olvidar nunca que el sentido de la vida

a no perder la esperanza ante el dolor y el

a ser testimonios de resurrección. Don Bosco, Padre y Maestro de tantos

sé también nuestro Padre y Maestro n este camino que es la vida.



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Nos has regalado a Don Bosco

Dios y Padre, que nos has regalado a Don Bosco como padre, maestro y amigo nuestro: Te agradecemos de todo corazón este don. Te pedimos, por su intercesión: Que los chicos, chicas y jóvenes de aquí y del resto del mundo, sobretodo los que más lo necesitan, encontremos caminos de felicidad: educación integral, relaciones positivas con los otros, lugar de trabajo digno y motivos para creer en el mañana; Que descubramos que la fe en Jesucristo abre puertas: de felicidad profunda, de sentido de la vida, de gozosa esperanza y de entrega generosa. Que todos los que formamos la familia Salesiana sigamos con creatividad, alegría y disponibilidad, el estilo y el espíritu de Don Bosco y vivamos, en su casa, de los lazos de unidad y de amor, que vivió la Familia de Nazaret. Amén.

Luz que nos guía

Don Bosco eres la luz que nos guía, y como fundador de esta escuela te dedicamos una oración. Tu buen trato con las otras personas nos ha mostrado que eres un buen ejemplo a seguir. Damos gracias a Dios por querernos y dejar que nos queramos entre nosotros, que podamos compartir, ser solidarios, construir una buena amistad,...

Te damos gracias por creer en todas las obras que nosotros estamos haciendo. Don Bosco, ahora que estás en el cielo, prepáranos un lugar para cuando vayamos contigo. Nosotros te queremos y te damos gracias por todo lo que has hecho por nosotros.

Nuestro padre y amigo

Tú eres nuestro padre, tú eres nuestro amigo y nos das la alegría de seguir viviendo. Nos das pan, nos das calor, nos das vida nos das amor. Tú nos das tu corazón también nos haces de madre rezamos contigo, don Bosco que eres nuestro padre. Tú eres nuestro padre porque sabes qué es el amor, Tú eres nuestro padre porque nos das la paz.

Lleno de fe y esperanza

Juan Bosco, tú, lleno de fe y de esperanza, movido por el Espíritu de Dios y por la confianza en el auxilio de María, abriste los ojos y viste a tu alrededor muchos jóvenes que necesitábamos alguien que les diese la mano: jóvenes en situación difícil, jóvenes con el futuro oscuro. Tú te acercaste a ellos Y les ayudaste a ir hacia delante. Les diste esperanza de vivir, y les mostraste el camino de la fe. Enséñanos a mirar a los jóvenes y sobretodo a los que tienen más dificultades, con tu misma mirada, con la mirada amorosa de Jesús.



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Gracias por Juan Bosco

Te damos gracias, Dios, por San Juan Bosco.De él aprendemos a vivir felices, estando siempre alegres. Te pedimos que nos enseñes a ser mejores amigos de tu hijo Jesús.Te damos gracias, Jesús, por Juan Bosco. Porque le diste un corazón lleno de amor. Por medio de él descubrimos que el amor de Dios está en cada uno de nosotros.Te damos gracias, don Bosco, porque no te guardaste las cosas buenas que Dios te dio, sino que las multiplicaste y eres para nosotros un modelo. ¡Gracias D.Bosco por haber sido como eres!

Padre de mirada dulce y segura

Don Bosco, Padre de mirada dulce y segura, Amigo fiel e incansable compañero,Maestro justo y de corazón abierto,¡míranos!

Hoy tus jóvenes te seguimos pisando rosas y espinas, hoy tu vida es nuestra vida, y tus sueños..., melodía de alegría. ¡Don Bosco!, bendice nuestras manos para queacaricien en cada gesto, bendice nuestra sonrisa, para que,imagen del corazón entregado, alcance las jóvenes almas que amamos... ¡Don Bosco!, pide para todos nosotros, una fe fuerte, un amor sincero, y... valentía en el trabajo que tú nos has encomendado. Aquí nos tienes. Haz de nosotros Buenos Pastorepara los jóvenes, y no te olvides deesperarnos en el Paraíso. Amén.



Te damos gracias, Dios, por San Juan Bosco. De él aprendemos a vivir felices, estando

Te pedimos que nos enseñes a ser cada día

Te damos gracias, Jesús, por Juan Bosco. Porque le diste un corazón lleno de amor. Por medio de él descubrimos que el amor de Dios está en cada uno de nosotros.

e las cosas buenas que

sino que las multiplicaste y eres para nosotros

¡Gracias D.Bosco por haber sido como eres!

Padre de mirada dulce y segura

Padre de mirada dulce y segura, Amigo fiel e incansable compañero,

bierto,

bendice nuestras manos para que

para que,

s para los jóvenes, y no te olvides de

Querido Maestro

Querido maestro Don Bosco,Maestro de los que nos sentimos jóvenes y trabajamos por los jóvenes,maestro de los que queremos seguir al gran Maestro Jesús, maestro de los que deseamos vivir la vida con alegría y esperanza, maestro de los que confían en María, madre de todos. ¡Queremos seguir tu ejemplo de paciencia y entrega hacia los jóvenes,queremos ser testigos, como Tú, de fidelidad al evangelio, queremos trabajar para construir siempre un mundo nuevo, un mundo de sueños,queremos ser luz entre los jóvenes, claridad en la oscuridad de tantas vidas! Querido Don Bosco, no es fácil, a veces, el cansancio nos puede,la desilusión nos invade, el pesimismo nos vence, el “ya no puedo más” sale del corazón.Pero Tú nos dices que el amor todo lo puede,que Dios nunca abandona,que siempre hay un nuevo horizonte,que confiamos, que esperamos. Dios siempre responde. Ayúdanos querido Don Bosco,a ser fieles a tu legado, a mantener vivo tu carisma,a seguir trabajando por “aquellos que son los primeros en el Reino de Dios”,a no olvidar nunca que el sentido de la vida está en el amor,a no perder la esperanza ante el dolor y el sufrimiento,a ser testimonios de resurrección.Don Bosco, Padre y Maestro de tantos jóvenes, sé también nuestro Padre y Maestro y acompáñanos en este camino que es la vida. Amén.

Salvador Ramos

Querido maestro Don Bosco, Maestro de los que nos sentimos jóvenes y trabajamos por los jóvenes, maestro de los que queremos

sús, maestro de los que deseamos vivir la vida con alegría y esperanza, maestro de los que confían en María,

¡Queremos seguir tu ejemplo de paciencia y entrega hacia los jóvenes,

, como Tú,

queremos trabajar para construir siempre un mundo nuevo, un mundo de sueños, queremos ser luz entre los jóvenes, claridad en la oscuridad de tantas vidas!

a veces, el cansancio nos puede,

el “ya no puedo más” sale del corazón. Pero Tú nos dices que el amor todo lo puede, que Dios nunca abandona, que siempre hay un nuevo horizonte, que confiamos, que esperamos.

Ayúdanos querido Don Bosco,

a mantener vivo tu carisma, a seguir trabajando por “aquellos que son los primeros en el Reino de Dios”,

que el sentido de la vida está en el amor,

ante el dolor y el sufrimiento, ios de resurrección.

Padre y Maestro de tantos jóvenes, sé también nuestro Padre y Maestro y acompáñanos en este camino que es la vida.



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Oración a Don Bosco (CG26) Don Pascual Chávez

Don Bosco, Tú fuiste suscitado por el Espíritu Santo, con la intervención materna de María. para contribuir a la salvación de la juventud. Tú nos has sido dado por el Señor como padre y maestro, y nos has confiado un programa fascinante de vida en la máxima “Da mihi animas, cetera tolle”. Tú nos has transmitido, bajo la inspiración de Dios, un espíritu original de vida y acción, cuyo centro y cuya síntesis es la caridad pastoral. Haz que nuestro corazón pueda ser inflamado por el fuego del ardor y del impulso evangelizador, para ser signos creíbles del amor de Dios a los jóvenes. Haz que sepamos aceptar con serenidad y alegría las exigencias cotidianas y las renuncias de la vida apostólica para la gloria de Dios y la salvación de las almas. Haz que el Capítulo General pueda ayudarnos a reforzar la identidad carismática y a despertar la pasión apostólica. Amén

Padre y Maestro de la juventud

Padre y Maestro de la juventud, san Juan Bosco, que tanto trabajaste por la salvación de las almas, sé nuestro guía en buscar nuestra salvación y la del prójimo.

Ayúdanos a vencer las pasiones y el respeto humano. Enséñanos a amar: a Jesús Sacramentado. a María Santísima Auxiliadora y al Papa. Y alcánzanos de Dios una santa muerte, para que podamos un día hallarnos juntos en el cielo. Amén.

Te damos gracias, Señor Manel Morancho

Te damos gracias, Señor, por Juan Bosco. Le diste un corazón lleno de amor, y tan dilatado como las orillas de los mares. En él, millares de hombres y mujeres han podido descubrir que eres Tú, Dios del amor, el que estás presente como origen, fuente y meta de todo. Te damos gracias, Señor, porque has visitado a tu Iglesia con hombres santos como Juan Bosco. El ha encendido una llama y otros la conservan prendida, para que en el mundo, los jóvenes y los niños vean y sientan tu presencia de Dios cercano, de Dios amigo. Te damos gracias, Señor, por Juan Bosco, padre y maestro de la juventud, profeta de la educación en los tiempos nuevos, amigo entrañable de los jóvenes, que decía: “Me basta que seáis jóvenes para que os quiera”. Bastan testigos así para que muchos creamos que Tú eres el Dios del amor.



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Oh, Don Bosco, santo

Oh Don Bosco Santo, que con tan gran amor y celo cultivaste múltiples formas de compromiso en la Iglesia, que tus asociaciones tengan el mayor progreso y desarrollo; que aumente en todos los corazones la devoción a la Eucaristía y a María;que crezca el compromiso eclesial, el celo por la evangelización, un solícito esmero por la educación de la juventud y grandes entusiasmos para suscitar nuevas vocaciones sacerdotales, religiosas y misioneras.

Llamarte Padre

Déjame entrar por la ventana de tus ojosy saltar al patio grande que en tu alma abrió el Señor; y descubrir en el bullicio a los amigos,y sentir que estoy en casa y que todo está mejor. Déjame oir la música de tus palabras:cuando dices "Jesucristo" todo resplandece en ti. Y al sonreírnos, hombre auténtico y sereno;siento que puedo ser bueno y hay un cielo para mí. ¡Deja que vuelva hoy

a aferrarme de tu mano!

¡Deja que encuentre,

de tu mano, mi lugar!

¡Déjanos, Juan Bosco

-porque te amamos-

llamarte "Padre" una vez más!

Invítame a rezar contigo "¡Ave María!",de rodillas... pero luego haz que me ponga en pie.Dibuja el signo de la cruz sobre mguía mi mano temblorosa,



cultivaste múltiples formas de compromiso en

que aumente en todos los corazones

ión a la Eucaristía y a María; que crezca el compromiso eclesial,

un solícito esmero por la educación de la

a suscitar nuevas vocaciones sacerdotales, religiosas y

Eduardo Meana

Déjame entrar por la ventana de tus ojos

y descubrir en el bullicio a los amigos,

Déjame oir la música de tus palabras:

, hombre auténtico y sereno;

Invítame a rezar contigo "¡Ave María!",

pero luego haz que me ponga en pie. Dibuja el signo de la cruz sobre mi vida:

tú que sabes de la fe. Y déjame jugar por ti el mejor partido...nuestro campo estás mirando, ¡quiero dedicarte un gol! Porque adivino en mi gozar por tu presenciala mirada de otro Padre, la asistencia de su amor.

El Credo salesiano

Creemos que Dios ama a los jóvenes. Tal es la fe que está en el origen de nuestra vocación y que motiva nuestra vida y todas nuestras actividades pastorales. Creemos que Jesús quiere compartir su vida con los jóvenes, que son la esperanza de un futuro nuevo y llevan dentro de sí, oculta en sus anhelos, la semilla del Reino. Creemos que el Espíritu se hace presente en los jóvenes y que por su medio quiere edificar una comunidad humana y cristiana más auténtica. Él trabaja ya en cada uno y en los grupos; les ha confiado una tarea profética para que la realicen en el mundo, que es también el mundo de todos nosotros. Creemos que Dios nos está esperando en los jóvenes, para ofrecernos la gracia del encuentro con él y disponernos a servirle con ellos, reconociendo su dignidad y educándolos en la plenitud de la vida.

Y déjame jugar por ti el mejor partido... nuestro campo estás mirando,

Porque adivino en mi gozar por tu presencia

Creemos que Dios ama a los jóvenes.

en el origen de nuestra vocación y que motiva nuestra vida y todas nuestras actividades pastorales.

quiere compartir su vida con los jóvenes, eranza de un futuro nuevo

se hace presente en los jóvenes y que por su medio quiere edificar una comunidad humana y cristiana más

n cada uno y en los grupos; les ha confiado una tarea profética para que la realicen en el mundo, que es también el mundo de todos nosotros.

está esperando en los jóvenes, para ofrecernos la gracia del encuentro con él

nos a servirle con ellos, reconociendo su dignidad

dolos en la plenitud de la vida.


Queridos hermanos, hermanas, miembros de todos los grupos de la Familia Salesiana y Amigos de Don Bosco: Haciendo concreta la invitación del Rector Mayor sobre la necesidad de convocar, ponemos a vuestra consideración esta novena dedicada a Don Bosco en su figura de animador vocacional, elemento puesto de manifiesto en la Carta que, con motivo de la peregrinación de las reliquias, escribió el Inspector, Don José Rodríguez Pacheco. Don Pascual Chávez nos ha dicho que hay que volver a Don Bosco para crear una verdadera cultura vocacional, suscitando ambientes propicios, manifestando la belleza de nuestra vocación salesiana y viviendo y ayudando a vivir la vida como vocación y misión. Os invitamos, pues, a reflexionar en base al sueño de los nueve años y una serie de encuentros de nuestro querido Fundador con personas específicas, para poder ver su espíritu de guía y acompañante espiritual. La estructura para cada día es la siguiente: motivación, oración inicial, lectura breve, canto a Don Bosco, lectura salesiana, preguntas para la reflexión, preces, padrenuestro, avemaría, oración final y canto mariano. Cabe anotar que las oraciones inicial y final son las mismas para todos los días

Oraciones para todos los días Inicial Señor, Dios Nuestro, en tu providencia nos has dado a San Juan Bosco, padre y maestro de la juventud, que trabajó con incansable celo, bajo la guía de la Virgen María, por el bien de la Iglesia; suscita también en nosotros esa misma caridad apostólica que impulsa a buscar la salvación de los hermanos para servirte a ti, único y sumo bien. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. Final Señor Jesús, hoy sentimos con más fuerza que nunca el reto de crear una cultura vocacional en cada ambiente, para que nuestros jóvenes descubran su vida como llamada. Vuélvenos capaces de ayudar a superar la mentalidad individualista y la cultura de la autorrealización, que impulsa a proyectar un futuro sin ti. Ilumínanos para que sepamos suscitar entre ellos la pasión apostólica del “Da mihi animas” y así asuman una forma de servicio eclesial y social y se impliquen en proyectos misioneros. Danos la fuerza para proponerles una vida espiritual más intensa y un acompañamiento auténtico. Te lo pedimos por intercesión de María Auxiliadora, que indica, guía y sostiene toda nuestra misión. Amén.



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Día Primero: La Vocación de Juanito

Motivación

El sueño de los 9 años es la clave para entender la misión dcon el único objetivo de salvar almas para Dios. Quienes vivimos el carisma salesiano queremos también hacer nuestra esta misión y rogamos al Dueño de la mies que mande más personas que también lo quieran hacer. Oración inicial

Lectura breve

Por tercera vez llamó Yahvé a Samuel, que se levantó y fue donde Elí diciendo: “Aquí estoy. Me has llamado, ¿no?”. Elí comprendió entonces que era Yahvé quien llamaba al niño. Entonces dijo a Samuel: “Ve y acuéstate y, si ttu siervo escucha”. Samuel se fue y se acostó en su sitio. Vino Yahvé, se paró y llamó como las veces anteriores: “¡Samuel, Samuel!”. Respondió Samuel: “¡Habla, Yahvé, que tu siervo escucha!”.

Palabra de Dios Canto a Don Bosco

Lectura salesiana: El sueño de los nueve años

“Cuando yo tenía unos nueve años, tuve un sueño que me quedó profundamente grabado en la mente para toda la vida. En el sueño me pareció estar junto a mi casa, en un paraje bastante espacioso, donde habíamuchachos en pleno juego. Unos reían, otros jugaban, muchos blasfemaban. Al oír aquellas blasfemias, me metí en medio de ellos para hacerlos callar a puñetazos e insultos. En aquel momento apareció un hombre muy respetable, aspecto, noblemente vestido. Un blanco manto le cubría de arriba abajo; pero su rostro era luminoso, tanto que no se podía nombre y me mandó ponerme frente de aquellos muchachos, añadiendo estaspalabras: - No con golpes, sino con la mansedumbre y la caridad deberás ganarte a estos tus amigos. Ponte, pues, ahora mismo a enseñarles la fealdad del pecado y la hermosura de la virtud.Aturdido y espantado, dije que yo era un pode hablar de religión a aquellos jovencitos. En aquel momento, los muchachos cesaron en sus riñas, alborotos y blasfemias y rodearon al que hablaba. Sin saber casi lo que me decía, añadí: - ¿Quién eres para mandarme estos imposibles?- Precisamente porque esto te parece imposible, debes convertirlo en posible por la obediencia y la adquisición de la ciencia.- ¿En dónde?, ¿cómo podré adquirir la ciencia?



Día Primero: La Vocación de Juanito

El sueño de los 9 años es la clave para entender la misión de Don Bosco, una lucha incesante con el único objetivo de salvar almas para Dios. Quienes vivimos el carisma salesiano queremos también hacer nuestra esta misión y rogamos al Dueño de la mies que mande más personas que también lo quieran hacer.

Por tercera vez llamó Yahvé a Samuel, que se levantó y fue donde Elí diciendo: “Aquí estoy. Me has llamado, ¿no?”. Elí comprendió entonces que era Yahvé quien llamaba al niño. Entonces dijo a Samuel: “Ve y acuéstate y, si te llaman, di: Habla, Yahvé, que tu siervo escucha”. Samuel se fue y se acostó en su sitio. Vino Yahvé, se paró y llamó como las veces anteriores: “¡Samuel, Samuel!”. Respondió Samuel: “¡Habla, Yahvé, que tu siervo escucha!”.

Palabra de Dios

Lectura salesiana: El sueño de los nueve años

“Cuando yo tenía unos nueve años, tuve un sueño que me quedó profundamente grabado en la mente para toda la vida. En el sueño me pareció estar junto a mi casa, en un paraje bastante espacioso, donde había reunida una muchedumbre de muchachos en pleno juego. Unos reían, otros jugaban, muchos blasfemaban. Al oír aquellas blasfemias, me metí en medio de ellos para hacerlos callar a puñetazos e insultos. En aquel momento apareció un hombre muy respetable, aspecto, noblemente vestido. Un blanco manto le cubría de arriba abajo; pero su rostro era luminoso, tanto que no se podía fijar en él la mirada. Me llamó por mi nombre y me mandó ponerme frente de aquellos muchachos, añadiendo estas

No con golpes, sino con la mansedumbre y la caridad deberás ganarte a estos tus amigos. Ponte, pues, ahora mismo a enseñarles la fealdad del pecado y la hermosura de la virtud. Aturdido y espantado, dije que yo era un pobre muchacho ignorante, incapaz de hablar de religión a aquellos jovencitos. En aquel momento, los muchachos cesaron en sus riñas, alborotos y blasfemias y rodearon al que hablaba. Sin saber casi lo que me decía, añadí:

mandarme estos imposibles? Precisamente porque esto te parece imposible, debes convertirlo en posible por

la obediencia y la adquisición de la ciencia. ¿En dónde?, ¿cómo podré adquirir la ciencia?

e Don Bosco, una lucha incesante con el único objetivo de salvar almas para Dios. Quienes vivimos el carisma salesiano queremos también hacer nuestra esta misión y rogamos al Dueño de la mies que mande más

1 S 3, 8-10 Por tercera vez llamó Yahvé a Samuel, que se levantó y fue donde Elí diciendo: “Aquí estoy. Me has llamado, ¿no?”. Elí comprendió entonces que era Yahvé quien llamaba

e llaman, di: Habla, Yahvé, que tu siervo escucha”. Samuel se fue y se acostó en su sitio. Vino Yahvé, se paró y llamó como las veces anteriores: “¡Samuel, Samuel!”. Respondió Samuel: “¡Habla, Yahvé,

“Cuando yo tenía unos nueve años, tuve un sueño que me quedó profundamente grabado en la mente para toda la vida. En el sueño me pareció estar junto a mi casa,

reunida una muchedumbre de muchachos en pleno juego. Unos reían, otros jugaban, muchos blasfemaban. Al oír aquellas blasfemias, me metí en medio de ellos para hacerlos callar a puñetazos e insultos. En aquel momento apareció un hombre muy respetable, de varonil aspecto, noblemente vestido. Un blanco manto le cubría de arriba abajo; pero su

fijar en él la mirada. Me llamó por mi nombre y me mandó ponerme frente de aquellos muchachos, añadiendo estas

No con golpes, sino con la mansedumbre y la caridad deberás ganarte a estos tus amigos. Ponte, pues, ahora mismo a enseñarles la fealdad del pecado y la

bre muchacho ignorante, incapaz de hablar de religión a aquellos jovencitos. En aquel momento, los muchachos cesaron en sus riñas, alborotos y blasfemias y rodearon al que hablaba. Sin saber

Precisamente porque esto te parece imposible, debes convertirlo en posible por



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- Yo te daré la Maestra, bajo cuya disciplina podrás llegar a ser sabio y sin la cual toda sabiduría se convierte en necedad. - Pero ¿quién eres tú que me hablas de este modo? - Yo soy el Hijo de Aquella a quien tu madre te acostumbró a saludar tres veces al día. - Mi madre me dice que no me junte con los que no conozco sin su permiso; dime tu nombre. - Mi nombre pregúntaselo a mi Madre. En aquel momento vi junto a Él una Señora de aspecto majestuoso, vestida con un manto que resplandecía por todas las partes, como si cada uno de sus puntos fuera una estrella refulgente. La cual, viéndome cada vez más desconcertado en mis preguntas y respuestas, me indicó que me acercase a ella, y tomándome bondadosamente de la mano: - Mira, me dijo. Al mirar me di cuenta de que aquellos muchachos habían escapado, y vi en su lugar una multitud de cabritos, perro, gatos, osos y varios otros animales. - He aquí tu campo, he aquí en donde debes trabajar. Hazte humilde, fuerte y robusto, y lo que veas que ocurre en estos momentos con estos animales, lo deberás tú hacer con mis hijos. Volví entonces la mirada y, en vez de los animales feroces, aparecieron otros tantos mansos corderitos que, haciendo estas al Hombre y a la Señora, seguían saltando y bailando a su alrededor. En aquel momento, siempre en sueños, me eché a llorar. Pedí que se me hablase de modo que pudiera comprender, pues no alcanzaba a entender qué quería representar todo aquello. Entonces ella me puso la mano sobre la cabeza y me dijo: - A su debido tiempo todo lo comprenderás. Dicho esto, un ruido me despertó y desapareció la visión. Quedé muy aturdido. Me parecía que tenía deshechas las manos por los puñetazos que había dado y que me dolía la cara por las bofetadas recibidas; y después, aquel personaje y aquella señora de tal modo llenaron mi mente, por lo dicho y oído, que ya no pude reanudar el sueño aquella noche. Por la mañana conté enseguida aquel sueño; primero a mis hermanos, que se echaron a reír, y luego a mi madre y a la abuela. Cada uno lo interpretaba a su manera. Mi hermano José decía: - Tú serás pastor de cabras, ovejas y otros animales. Mi madre: -¡Quién sabe si un día serás sacerdote! Antonio, con dureza: - Tal vez, capitán de bandoleros. Pero la abuela, analfabeta del todo, con ribetes de teólogo, dio la sentencia de-finitiva: -No hay que hacer caso de los sueños. Yo era de la opinión de mi abuela, pero nunca pude echar en olvido aquel sueño.”



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Para la reflexión

1. ¿Qué relación encontramos entre la visión de Samuel y el sueño de Juanito Bosco?2. ¿Cómo podemos comprender las diferentes interpretaciones que se dan del sueño de Juanito por parte de sus familiares?3. ¿Hemos tenido algún sueño particular al que simplemente no le hemos hecho caso?

Preces

Agradecidos con el Señor por invitarnos a hacer realidaddirijámosle nuestras oraciones diciendo: Buen Pastor, indícanos el camino.

•Ayúdanos Señor, a descubrir los sueños que cada uno de nosotros tiene, de modo que logremos con alegría comprender que: “La vida es la realjuventud”. Oremos.

• Te pedimos Señor que ilumines la mente y el corazón de muchos jóvenes, que a pesar de sus temores te buscan constantemente y viven deseosos de ser consagrados por Ti. Oremos.

• Ayuda y bendice Señor a cada familbrindar a sus hijos una buena formación cristiana; logren descubrir en ellos rasgos de vocación para la vida consagrada. Oremos.

(Oraciones espontáneas)

Padrenuestro y Avemaría

Oración final

Canto mariano



1. ¿Qué relación encontramos entre la visión de Samuel y el sueño de Juanito Bosco?mos comprender las diferentes interpretaciones que se dan del sueño

de Juanito por parte de sus familiares? 3. ¿Hemos tenido algún sueño particular al que simplemente no le hemos hecho

Agradecidos con el Señor por invitarnos a hacer realidad su sueño a lo largo de nuestra vida, dirijámosle nuestras oraciones diciendo:

Buen Pastor, indícanos el camino.

•Ayúdanos Señor, a descubrir los sueños que cada uno de nosotros tiene, de modo que logremos con alegría comprender que: “La vida es la realización de un sueño de

• Te pedimos Señor que ilumines la mente y el corazón de muchos jóvenes, que a pesar de sus temores te buscan constantemente y viven deseosos de ser consagrados

• Ayuda y bendice Señor a cada familia, para que sintiendo que su responsabilidad es brindar a sus hijos una buena formación cristiana; logren descubrir en ellos rasgos de vocación para la vida consagrada. Oremos.


1. ¿Qué relación encontramos entre la visión de Samuel y el sueño de Juanito Bosco? mos comprender las diferentes interpretaciones que se dan del sueño

3. ¿Hemos tenido algún sueño particular al que simplemente no le hemos hecho

su sueño a lo largo de nuestra vida,

•Ayúdanos Señor, a descubrir los sueños que cada uno de nosotros tiene, de modo ización de un sueño de

• Te pedimos Señor que ilumines la mente y el corazón de muchos jóvenes, que a pesar de sus temores te buscan constantemente y viven deseosos de ser consagrados

ia, para que sintiendo que su responsabilidad es brindar a sus hijos una buena formación cristiana; logren descubrir en ellos rasgos de



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Día Segundo: Mamá Margarita Saludo y bienvenida

Hermanos, hoy vamos reexionar, celebrar y dar gracias a Dios por mamá Margarita, la mujer humilde que entregó los últimos años de su vida a la misión salesiana. Ella que le dio la vida a Don Bosco y le vio crecer, ahora, avanzada su vida, responde al pedido de su hijo en donde ve también la acción de Dios. Oración inicial

Lectura breve

Prov 31, 10-13. 19-20. 30-31 Una mujer hacendosa, ¿quién la hallará? Vale mucho más que las perlas. Su marido se fía de ella, y no le faltan riquezas. Le trae ganancias y no pérdidas todos los días de su vida. Adquiere lana y telas finas, los trabaja con la destreza de sus manos. Extiende la mano hacia el huso, y sostiene con la palma la rueca. Abre sus manos al necesitado y extiende el brazo al pobre. Engañosa es la gracia, fugaz la hermosura; la que teme al Señor merece alabanza. Cántenle por el éxito de su trabajo, que sus obras la alaben en la plaza.

Palabra de Dios. Canto a Don Bosco

Lectura salesiana: Si crees que es la voluntad de Dios...

“Pasados algunos meses de convalecencia con la familia, pensé que podía volver a estar con mis queridos hijos, de los que cada día venía alguno a verme o me escribía, pidiéndome que volviera pronto a estar con ellos. Pero ¿en dónde iba a residir si me había ya despedido de El Refugio? ¿Cómo sostener una obra que cada día suponía más trabajo y más inversiones? ¿Cómo iba a hacer frente a mis gastos y las personas que necesariamente tenían que vivir conmigo? Habiendo en ese momento dos habitaciones desocupadas en casa Pinardi, las tomamos en arriendo una para mí y otra para mi madre. Un día le dije: “Madre, voy a tener que ir a Valdocco, pero de todas las personas que habitan en la casa, no puedo llevar a vivir conmigo a nadie más sino a Usted.” Entendió ella muy bien mis razones y me dijo enseguida: “Si crees que eso es lo que quiere el Señor estoy dispuesta a partir de inmediato.” Esto implicaba un enorme sacrificio para mi madre, porque aunque mi familia no fuera acomodada, ella era dueña de todo, amada por todos y considerada como una reina por pequeños y grandes. Mi madre llenó el canasto de ropa blanca y puso en él otros objetos indispensables; yo tomé mi breviario, un misal, algunos libros y mis apuntes de mayor utilidad. ¡Esa era toda nuestra fortuna! Salimos a pié de I Becchi hacia Turín; hicimos una corta parada en Chieri y por la tarde, ese mismo día 3 de Noviembre de 1846, llegamos a Valdocco. Mi madre por su parte hizo traer su ajuar de boda, que había guardado



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celosamente intacto hasta entonces; algunos de sus vestidos sirvieron para confeccionar casullas, con las sábanas se hicieron purimanteles; tenía un anillo y un collarcito de oro quornamentos sagrados. Una noche de buen humor, como siempre cantaba sonriendo: “Ay del mundo, ¡si nos viera forasteros y sin fortuna!”

Para la reflexión

1. ¿Qué ejemplo nos da mamá Margarita en su respuesta generosa al peDon Bosco? 2. ¿Podremos nosotros decir “sí” a Don Bosco, a Dios, cada día más convencidos, así como mamá Margarita?

Preces

Depositemos en el Señor nuestras intenciones, sabiendo que si Él no construye la casa, en vano se cansan los albañiles, y digamos: Ayúdanos Tú, Señor Jesús.

• Para que a ejemplo de mamá Margarita le digamos cada día “sí” a Dios y a Don Bosco, en el trabajo de la salvación de la juventud. Oremos.

• Para que quienes formamos parte de la Obra Salesiatrabajo silencioso pero atento a ejemplo de mamá Margarita. Oremos.

• Para que la Venerable Margarita, que por inspiración del Espíritu Santo fue constituida como pilar fundamental en el inicio de la obra, esté pronto en los altareOremos.



Oración final

Canto mariano



celosamente intacto hasta entonces; algunos de sus vestidos sirvieron para confeccionar casullas, con las sábanas se hicieron purificadores, roquetes, albas y manteles; tenía un anillo y un collarcito de oro que lo vendió para comprar ornamentos sagrados. Una noche de buen humor, como siempre cantaba sonriendo: “Ay del mundo, ¡si nos viera forasteros y sin fortuna!”

1. ¿Qué ejemplo nos da mamá Margarita en su respuesta generosa al pe

2. ¿Podremos nosotros decir “sí” a Don Bosco, a Dios, cada día más convencidos, así como mamá Margarita?

Depositemos en el Señor nuestras intenciones, sabiendo que si Él no construye la casa, en añiles, y digamos:

• Para que a ejemplo de mamá Margarita le digamos cada día “sí” a Dios y a Don Bosco, en el trabajo de la salvación de la juventud. Oremos.

• Para que quienes formamos parte de la Obra Salesiana nos entreguemos en el trabajo silencioso pero atento a ejemplo de mamá Margarita. Oremos.

• Para que la Venerable Margarita, que por inspiración del Espíritu Santo fue constituida como pilar fundamental en el inicio de la obra, esté pronto en los altare


celosamente intacto hasta entonces; algunos de sus vestidos sirvieron para ficadores, roquetes, albas y e lo vendió para comprar

ornamentos sagrados. Una noche de buen humor, como siempre cantaba sonriendo:

1. ¿Qué ejemplo nos da mamá Margarita en su respuesta generosa al pedido de

2. ¿Podremos nosotros decir “sí” a Don Bosco, a Dios, cada día más convencidos,

Depositemos en el Señor nuestras intenciones, sabiendo que si Él no construye la casa, en

• Para que a ejemplo de mamá Margarita le digamos cada día “sí” a Dios y a Don

na nos entreguemos en el trabajo silencioso pero atento a ejemplo de mamá Margarita. Oremos.

• Para que la Venerable Margarita, que por inspiración del Espíritu Santo fue constituida como pilar fundamental en el inicio de la obra, esté pronto en los altares.



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Día Tercero: Domingo Savio Motivación

Queridos hermanos, bienvenidos a este tercer día de novena donde se nos presenta la figura de aquellos que siendo eles siervos de Dios, han podido ser intermediarios para que las personas se acerquen a Jesucristo, el verdadero Cordero de Dios. Que podamos también nosotros comprometernos en ser verdaderos acompañantes de quienes nos han sido confiados, y así llevarlos al encuentro con Él. Oración inicial

Lectura breve

Jn 1, 35-39 “El siguiente día otra vez estaba Juan, y dos de sus discípulos. Y mirando a Jesús que andaba por allí, dijo: He aquí el Cordero de Dios. Y oyéndole los dos discípulos hablar, siguieron a Jesús. Y Jesús, viéndolos seguirle les dice: ‘¿Qué buscáis?’ Y ellos le dijeron: ‘Rabí, (que quiere decir Maestro) ¿dónde vives?’ Les dice: ‘Venid y veréis’. Fueron, y vieron donde vivía, y se quedaron con él aquel día; era como la hora décima.”


Lectura salesiana: Un traje para el Señor

El año 1854 –dice Don Bosco- el Padre Cugliero (profesor de Domingo en 5º de primaria) vino a visitarme para hablarme de un alumno suyo digno de particular atención por su piedad y su buena conducta, y me dijo: “Aquí entre sus alumnos podrá tener jóvenes que lo igualen, pero creo que no tiene ninguno que lo supere en cualidades, en piedad y en virtud. Quedamos en que me lo mandaría a mi casa natal cuando fuera yo con mis alumnos internos a pasar unos días de vacaciones. El 1º octubre muy temprano –continúa diciendo Don Bosco- vi que un niño acompañado de su padre, se aproximaba para hablarme. Su rostro alegre y su porte risueño y respetuoso, atrajeron mi atención. - ¿Quién eres - le dije - y de dónde vienes? - Yo soy Domingo Savio, de quien le habló el Padre Cugliero, y venimos de Mondonio. Charlamos un rato y me quedé admirado al darme cuenta de las maravillas que la gracia de Dios había obrado en un niño de tan corta edad. Desde el primer momento me habló con plena confianza, y después de conversar un buen rato me dijo: - “Padre, me concede un puesto en su colegio de Turín? Deseo estudiar. - Pues me parece - le dije - que eres un buen paño para hacerle un traje a Nuestro Señor.



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- Padre - me respondió emocionado su colegio y haga de mí un buen traje para Nuestro Señor.- Pero, ¿y tu salud te permitirá estudiar? Eres muy débil.- No se preocupe Don Bosco. estudiar, me dará su ayuda también de ahora en adelante.- Y ¿qué piensas hacer cuando hayas terminado tu bachillerato?- Ah, padre, si Nuestro Señor me concediera tan grande favor, yo desearía con toda el alma ser sacerdote. -Bien, bien - le dije -.

Para la reflexión

1. ¿Cómo estamos siendo esos intermediarios hacia el verdadero Maestro en nuestros hogares, comunidades u obras?2. ¿Cómo estamos construyendo ese camino con nuestros hijos/as, famdestinatarios o hermanos de comunidad?

Preces

Agradecidos con el Señor que nos llama a todos a seguir un camino de santidad digámosle: Ayúdanos, Señor, a ser santos.

• Te pedimos, Señor, que bendigas e ilumines al Papa Benedicto XVI en su misser pastor para con su pueblo y que de esta manera pueda ayudarnos a realizar un camino de santidad y de construcción de tu Reino. Oremos.

• Te pedimos, Padre, que al igual que inspiraste a Santo Domingo Savio la elección de Jesús como amigo y maestel sentido de su vida personal. Oremos.

• Te pedimos, Señor, por todos los salesianos y miembros de la Familia Salesiana, para que a imitación de Don Bosco podamos ser verdaderos guías los jóvenes y podamos así llevarlos a Ti. Oremos.



Oración final

Canto mariano



me respondió emocionado - yo soy el paño, y usted será el sastre. Lléveme a su colegio y haga de mí un buen traje para Nuestro Señor.

Pero, ¿y tu salud te permitirá estudiar? Eres muy débil. No se preocupe Don Bosco. El Señor que hasta ahora me ha dado fuerzas para

estudiar, me dará su ayuda también de ahora en adelante. Y ¿qué piensas hacer cuando hayas terminado tu bachillerato? Ah, padre, si Nuestro Señor me concediera tan grande favor, yo desearía con toda el

1. ¿Cómo estamos siendo esos intermediarios hacia el verdadero Maestro en nuestros hogares, comunidades u obras? 2. ¿Cómo estamos construyendo ese camino con nuestros hijos/as, famdestinatarios o hermanos de comunidad?

Agradecidos con el Señor que nos llama a todos a seguir un camino de santidad digámosle:

Ayúdanos, Señor, a ser santos.

• Te pedimos, Señor, que bendigas e ilumines al Papa Benedicto XVI en su misser pastor para con su pueblo y que de esta manera pueda ayudarnos a realizar un camino de santidad y de construcción de tu Reino. Oremos.

• Te pedimos, Padre, que al igual que inspiraste a Santo Domingo Savio la elección de Jesús como amigo y maestro, atraigas a los jóvenes hacia tu Hijo para que hallen el Él el sentido de su vida personal. Oremos.

• Te pedimos, Señor, por todos los salesianos y miembros de la Familia Salesiana, para que a imitación de Don Bosco podamos ser verdaderos guías los jóvenes y podamos así llevarlos a Ti. Oremos.


yo soy el paño, y usted será el sastre. Lléveme a

El Señor que hasta ahora me ha dado fuerzas para

Ah, padre, si Nuestro Señor me concediera tan grande favor, yo desearía con toda el

1. ¿Cómo estamos siendo esos intermediarios hacia el verdadero Maestro en

2. ¿Cómo estamos construyendo ese camino con nuestros hijos/as, familia,

Agradecidos con el Señor que nos llama a todos a seguir un camino de santidad digámosle:

• Te pedimos, Señor, que bendigas e ilumines al Papa Benedicto XVI en su misión de ser pastor para con su pueblo y que de esta manera pueda ayudarnos a realizar un

• Te pedimos, Padre, que al igual que inspiraste a Santo Domingo Savio la elección de ro, atraigas a los jóvenes hacia tu Hijo para que hallen el Él

• Te pedimos, Señor, por todos los salesianos y miembros de la Familia Salesiana, para que a imitación de Don Bosco podamos ser verdaderos guías espirituales de



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Día Cuarto: Felipe Rinaldi Saludo y bienvenida

Don Bosco fue un excelente director espiritual; y apenas vislumbraba rasgos de vocación en un joven, lo acompañaba en el proceso de descubrir su proyecto. Y también hubo casos en los que persuadía a que abandonaran la idea de la vida eclesiástica, a quienes no veía con las aptitudes necesarias. Pero, con Felipe Rinaldi insistió de manera tal, como no la había hecho ni lo hará con nadie más. Oración inicial

Lectura breve

Jn 6, 64-68 “(…) Jesús desde el principio sabía quiénes eran los que no creían, y quién le había de entregar. Y dijo: ‘Ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre’. Entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él. Dijo entonces Jesús a los doce: ‘¿Ustedes también quieren irse?’ Y Simón Pedro le respondió: ‘Señor, ¿á quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.’”

Palabra del Señor Canto a Don Bosco

Lectura salesiana: Un caso único

Cuando cumplió los diez años (1866), entró en la vida de Felipe el nombre de Don Bosco. En un pueblo cercano, Mirabello, aquel sacerdote había abierto un "pequeño seminario", y su papá Cristóbal llevó al muchachito. El pequeño Felipe extrañaba su casa y comenzó a dolerle mucho el ojo izquierdo. Y un día un asistente poco delicado le ofendió de una manera irritante. Felipe fue al director y le dijo que quería volver a su casa. No era sólo un capricho; su papá fue a llevárselo. Don Bosco al saber lo sucedido le escribió una carta rogándole que lo pensara mejor. Durante los años siguientes le siguió escribiendo y siempre le recordaba que las puertas de su casa estaban abiertas para recibirlo. Pero Felipe se sentía ya lejano. A la edad de 20 años Felipe se preparaba para su matrimonio, pero Don Bosco regresó a Lu, con la firme intención de convencerlo. "Me ganó poco a poco. Mis padres me dejaban en libertad, y mi elección se inclinaba hacia Don Bosco", armó Felipe. Vuelve a comenzar los estudios. A los veinticuatro años, a los pies de Don Bosco, hace a Dios voto de pobreza, castidad y obediencia; se hace Salesiano; y el 23 de diciembre de 1882 es ordenado sacerdote. Dice Don Rinaldi: "Don Bosco me decía: ‘tal día darás tal examen, tomarás tal orden sagrado’. Yo obedecía vez por vez. Fue Don Bosco quien me señaló la vida". Don Ceria nos dice que es el único caso vocacional que en que Don Bosco actúa con tanta insistencia.



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Estando Don Bosco a punto de morir, Felipe pide confesarse. Como el Santo está muy debilitado, le pide que le diga una palabra, una sola. Don Bosco, luego de oír su confesión, le dice: “Meditación.”

Para la reflexión

1. ¿Estamos verdaderamente convencido de la dimensión vocacional de nuestra consagración? 2. ¿Cómo se manifiesta nuestro empeño en ayudar a los jóvenes a descubrir el plan de Dios en sus vidas? 3. Si algún destinatario noayudaríamos?

Preces

Interpelados por el momento histórico de nuestra Congregación, dirijámonos al Padre diciendo: Escucha, Padre, la plegaria de tus hijos

• Que el Señor nos conceda ser cada uno de nosEspíritu Santo y así descubramos la vocación a la que Él nos llama a trabajar. Oremos.

• Que todos nosotros favorezcamos climas de familia para ayudar a descubrir la llamada a compartir un proyecto en favor de los jóvenes. O

• Que todos aquellos que se sientan llamados a testimoniar el amor de Dios a los jóvenes sigan adelante, alentados por nuestro ánimo y nuestra preocupación. Oremos.

• Que todos los Salesianos consagrados que supieron dar su vida en jóvenes, ahora estén gozando de la presencia de Dios. Oremos.



Oración final

Canto mariano



Estando Don Bosco a punto de morir, Felipe pide confesarse. Como el Santo está muy debilitado, le pide que le diga una palabra, una sola. Don Bosco, luego de oír su

“Meditación.”

1. ¿Estamos verdaderamente convencido de la dimensión vocacional de nuestra

esta nuestro empeño en ayudar a los jóvenes a descubrir el plan

3. Si algún destinatario nos preguntara: “¿Qué espera Dios de mí?”, ¿cómo le

Interpelados por el momento histórico de nuestra Congregación, dirijámonos al Padre

Escucha, Padre, la plegaria de tus hijos

• Que el Señor nos conceda ser cada uno de nosotros instrumentos eficaces del Espíritu Santo y así descubramos la vocación a la que Él nos llama a trabajar. Oremos.

• Que todos nosotros favorezcamos climas de familia para ayudar a descubrir la llamada a compartir un proyecto en favor de los jóvenes. Oremos.

• Que todos aquellos que se sientan llamados a testimoniar el amor de Dios a los jóvenes sigan adelante, alentados por nuestro ánimo y nuestra preocupación.

• Que todos los Salesianos consagrados que supieron dar su vida en jóvenes, ahora estén gozando de la presencia de Dios. Oremos.


Estando Don Bosco a punto de morir, Felipe pide confesarse. Como el Santo está muy debilitado, le pide que le diga una palabra, una sola. Don Bosco, luego de oír su

1. ¿Estamos verdaderamente convencido de la dimensión vocacional de nuestra

esta nuestro empeño en ayudar a los jóvenes a descubrir el plan

s preguntara: “¿Qué espera Dios de mí?”, ¿cómo le

Interpelados por el momento histórico de nuestra Congregación, dirijámonos al Padre

otros instrumentos eficaces del Espíritu Santo y así descubramos la vocación a la que Él nos llama a trabajar. Oremos.

• Que todos nosotros favorezcamos climas de familia para ayudar a descubrir la

• Que todos aquellos que se sientan llamados a testimoniar el amor de Dios a los jóvenes sigan adelante, alentados por nuestro ánimo y nuestra preocupación.

• Que todos los Salesianos consagrados que supieron dar su vida en favor de los



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Día Quinto: Miguel Rúa Saludo y bienvenida

Bienvenidos. Hoy estamos invitados a reflexionar sobre la importancia del ser humano, promotor de amor y justicia, en la construcción del Reino de Dios. Importancia que se manifestará en la necesidad urgente de convocar a hombres y mujeres que quieran dar sus vidas a causa de este gran proyecto divino. Oración inicial

Lectura breve

Mt 4, 18-20 “Caminaba Jesús a orillas del lago de Galilea y vio a dos hermanos: Simón llamado después Pedro, y Andrés, que echaban las redes al agua porque eran pescadores. Jesús les dijo: ‘Seguidme, y os haré pescadores de hombres.’ Los dos dejaron inmediatamente las redes, y empezaron a seguirlo.”


Lectura salesiana: A medias con Don Bosco

Junto a los molinos de la ciudad de Turín, en el mes de septiembre de 1845, Don Bosco tuvo un encuentro fundamental para su misión. Se apretujaban en su alrededor unos muchachos para recibir una medallita. Un poquito separado estaba un muchachito pálido, de ocho años, con un brazalete negro en el brazo izquierdo. Hacía dos meses que se le había muerto su padre, motivo por el cual, necesitaba de una persona llena de bondad y ternura que le sepa ayudar a superar esa dolorosa experiencia. No le agradaba eso de meterse en apretujones, ni empujar para abrirse paso. Se acabaron las medallas y el se quedó sin nada. Entonces, Don Bosco, se le acercó sonriendo y le dijo: “Toma Miguelito, toma”. ¿Tomar qué? Aquel extraño sacerdote que veía por primera vez, no le daba nada. Solamente le tenía la mano izquierda y con la derecha hacía señal como de quererla cortar en dos. El chiquito alzó unos ojos preguntones. El sacerdote le dijo: -Nosotros dos lo haremos todo a medias. ¿Qué vio Don Bosco en aquel momento? Nunca lo dijo, pero aquel niño será, un día, su brazo derecho, su primer sucesor a la cabeza de la Congregación Salesiana. Se llamaba Miguel Rúa, él no entendió aquella frase, ni entonces, ni en muchos años más tarde. Pero, se encariñó con Don Bosco, con aquel sacerdote junto al cual uno se sentía alegre y lleno de calor. Luego se convertiría en su Primer Sucesor.



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Para la reflexión

1. ¿Qué relación encuentro entre las lecturas? ¿A qué nos invita?2. ¿Qué importancia tiene hoy en día el convocar a las personas a seguir a Jesús? 3. ¿Somos capaces de descubrsalesiana?

Preces

Dirijamos nuestras oraciones al Padre, que en Cristo Resucitado le dio a la Iglesia fundamento para edificarla como signo e instrumento de su salvación. Digamos: Renueva, Padre, nuestro corazón.

• Por la Familia Salesiana: para que, jóvenes pobres y abandonados. Oremos.

• Por cada uno de nosotros aquí reunidos, para que iluminados por el Espíritu Santo sepamos convocar y guiar Oremos.

• Por los jóvenes: para que con la asistencia fraterna de sus educadores crezcan en edad, sabiduría y gracia ante Dios y ante los hombres. Oremos.



Oración final

Canto mariano



1. ¿Qué relación encuentro entre las lecturas? ¿A qué nos invita? 2. ¿Qué importancia tiene hoy en día el convocar a las personas a seguir a Jesús? 3. ¿Somos capaces de descubrir en los y las jóvenes a los continuadores de la misión

Dirijamos nuestras oraciones al Padre, que en Cristo Resucitado le dio a la Iglesia carla como signo e instrumento de su salvación. Digamos:

e, nuestro corazón.

• Por la Familia Salesiana: para que, el a San Juan Bosco, cumpla su misión entre los jóvenes pobres y abandonados. Oremos.

• Por cada uno de nosotros aquí reunidos, para que iluminados por el Espíritu Santo sepamos convocar y guiar a jóvenes que quieran dar sus vidas a causa del Reino.

• Por los jóvenes: para que con la asistencia fraterna de sus educadores crezcan en edad, sabiduría y gracia ante Dios y ante los hombres. Oremos.


2. ¿Qué importancia tiene hoy en día el convocar a las personas a seguir a Jesús? ir en los y las jóvenes a los continuadores de la misión

Dirijamos nuestras oraciones al Padre, que en Cristo Resucitado le dio a la Iglesia carla como signo e instrumento de su salvación. Digamos:

el a San Juan Bosco, cumpla su misión entre los

• Por cada uno de nosotros aquí reunidos, para que iluminados por el Espíritu Santo a jóvenes que quieran dar sus vidas a causa del Reino.

• Por los jóvenes: para que con la asistencia fraterna de sus educadores crezcan en



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Día Sexto: Miguel Magone Saludo y bienvenida

Hermanos bienvenidos al sexto día de Novena en honor de San Juan Bosco. Hoy hablaremos sobre cómo su pedagogía de la amabilidad condujo por el camino del bien y de la perfección al que un día fue cabecilla de un grupo de muchachos en la calle.

Oración inicial

Lectura breve

Mt 18,12-14 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le descarría una de ellas, ¿no dejará en los montes las noventa y nueve, para ir en busca de la descarriada? Y si llega a encontrarla, les digo en verdad que tiene más alegría por ella que por las noventa y nueve no descarriadas. De la misma manera, no es voluntad de su Padre celestial que se pierda uno solo de estos pequeños.


Lectura salesiana: El pequeño capitán

Don Bosco nos relata: “Regresaba yo una tarde de otoño para tomar el tren que tenía que conducirme a Turín; eran las siete, estaba nublado. Un grupo de muchachos llamaba poderosamente la atención; entre toda la gritería pude percibir claramente una voz que se imponía a todas las demás. Era como la voz de un capitán, que todos repetían y todos obedecían. Aproveché la ocasión y de un salto me coloqué en medio de ellos. Todos huyeron espantados; todos menos él, que se quedó firme, dándome la cara: - ¿Quién es usted para atreverse a mezclarse en nuestros juegos? - Soy un amigo tuyo. - ¿Y qué es lo que pretende de nosotros?, ¿quién es usted? - Ya te lo he dicho: un amigo tuyo, que deseo entretenerme con ustedes. ¿Y tú quién eres? - ¿Quién soy yo? Soy –añadió con voz sonora y firme– Miguel Magone, el general del juego. Me di cuenta de que si aquel brío y aquel carácter emprendedor eran sometidos a una buena educación, podían dar mucho de sí. En consecuencia, reemprendí el diálogo: - Querido Magone, ¿no serías capaz de dejar esta vida de vago y ponerte a aprender un arte o un ocio, e incluso hacer estudios? - ¡Claro que lo sería! –respondió conmovido–; algunos compañeros míos ya están en la cárcel, y me temo que lo mismo me va a pasar a mí; pero ¿qué quiere usted que haga?: mi padre murió, mi madre no tiene dinero, ¿quién será el que me ayude?



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- Mira, esta misma noche dirígele una fervorosa oración a nuestro Padre que está en los cielos. Hazlo de corazón y espera. En aquel momento la campana de la estación dio su último toque, y yo tuve que irme sin falta. - Toma esta medalla y mañana preséntate al vque el cura que te la regaló desea informes sobre tu conducta.Luego, este muchachito se convertiría en uno de los más grandes ejemplos del Sistema Preventivo como verdadero camino de santidad.

Para la reflexión

1. ¿Cómo podemos ser esos “buenos pastores” en nuestro trabajo con los jóvenes que nos rodean? 2. ¿Dentro de nuestro trabajo pastoral, nos acercamos a los jóvenes que verdaderamente más nos necesitan, así como lo hizo Don Bosco?3. ¿Qué relación se puede Bosco?

Preces

Somos herederos de la experiencia, espiritualidad y metodología que marcó la misión de Don Bosco: el Sistema Preventivo; al igual que él condiciendo: Por intercesión de Don Bosco escúchanos Señor.

• Dios Padre, te damos gracias por haber suscitado a Don Bosco. Haz que cada uno de nosotros podamos imitar su ejemplo y danos la fuerza de tu Espíritu para poder seguir a tu Hijo con fidelidad. Oremos.

• Abre nuestro corazón a las necesidades de nuestros hermanos y que cada día ayudemos a la construcción de tu reino, como lo hizo Don Bosco, entregándolo todo por la salvación de las almas. Oremos

• Que, a ejemplo de San Juan Bosco, podamos ser para los pequeños, pobres, signos y portadores del amor de Dios, con los sentimientos de Cristo Buen Pastor. Oremos.



Oración final

Canto mariano



, esta misma noche dirígele una fervorosa oración a nuestro Padre que está en los cielos. Hazlo de corazón y espera. En aquel momento la campana de la estación dio su último toque, y yo tuve que irme

Toma esta medalla y mañana preséntate al vicario de la parroquia, don Ariccio. Dile que el cura que te la regaló desea informes sobre tu conducta. Luego, este muchachito se convertiría en uno de los más grandes ejemplos del Sistema Preventivo como verdadero camino de santidad.

1. ¿Cómo podemos ser esos “buenos pastores” en nuestro trabajo con los jóvenes

2. ¿Dentro de nuestro trabajo pastoral, nos acercamos a los jóvenes que verdaderamente más nos necesitan, así como lo hizo Don Bosco? 3. ¿Qué relación se puede encontrar entre la gura de Cristo Buen Pastor y Don

Somos herederos de la experiencia, espiritualidad y metodología que marcó la misión de Don Bosco: el Sistema Preventivo; al igual que él confiemos a Dios nuestros anhelos

intercesión de Don Bosco escúchanos Señor.

• Dios Padre, te damos gracias por haber suscitado a Don Bosco. Haz que cada uno de nosotros podamos imitar su ejemplo y danos la fuerza de tu Espíritu para poder seguir a tu Hijo con fidelidad. Oremos.

uestro corazón a las necesidades de nuestros hermanos y que cada día ayudemos a la construcción de tu reino, como lo hizo Don Bosco, entregándolo todo por la salvación de las almas. Oremos

• Que, a ejemplo de San Juan Bosco, podamos ser para los pequeños, pobres, signos y portadores del amor de Dios, con los sentimientos de Cristo Buen


, esta misma noche dirígele una fervorosa oración a nuestro Padre que está en

En aquel momento la campana de la estación dio su último toque, y yo tuve que irme

icario de la parroquia, don Ariccio. Dile

Luego, este muchachito se convertiría en uno de los más grandes ejemplos del

1. ¿Cómo podemos ser esos “buenos pastores” en nuestro trabajo con los jóvenes

2. ¿Dentro de nuestro trabajo pastoral, nos acercamos a los jóvenes que

gura de Cristo Buen Pastor y Don

Somos herederos de la experiencia, espiritualidad y metodología que marcó la misión de fiemos a Dios nuestros anhelos

• Dios Padre, te damos gracias por haber suscitado a Don Bosco. Haz que cada uno de nosotros podamos imitar su ejemplo y danos la fuerza de tu Espíritu para poder

uestro corazón a las necesidades de nuestros hermanos y que cada día ayudemos a la construcción de tu reino, como lo hizo Don Bosco, entregándolo todo

• Que, a ejemplo de San Juan Bosco, podamos ser para los pequeños, abandonados y pobres, signos y portadores del amor de Dios, con los sentimientos de Cristo Buen



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Día Séptimo: Juan Cagliero Saludo y bienvenida

Dios nos indica su misión con el don de su Palabra y con la presencia del Espíritu que habita entre nosotros. Como Don Bosco, abrámonos a la escucha del Invisible y contemplemos las obras que realiza por nuestras manos, con la actitud humilde de quien se sabe elegido, como signo del anuncio vocacional y de vida nueva para los jóvenes. Oración inicial

Lectura breve

Lc 6, 10-16 “En aquellos días Jesús fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios. Y cuando era de día, llamó a sus discípulos, y escogió a doce de ellos, a los cuales también llamó apóstoles: a Simón, a quien llamó Pedro; a Andrés su hermano; Santiago y Juan, Felipe y Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago hijo de Alfeo; Simón, llamado Zelote, Judas hermano de Santiago, y Judas Iscariote, que llegó a ser el traidor.”


Lectura salesiana: Una buena primera impresión

Don Bosco escribía al teólogo Borel diciéndole que se dirigiera a don José Cafasso para obtener dinero: seguramente su necesidad debía ser grande, pues había encargado a su procurador vender algunos trozos de terreno de su propiedad en Valdocco. En efecto, el 6 de octubre de 1850, con escritura ante el notario Turvano, vendía a Miguel Nicco un terreno de 38 centiáreas por 250 liras; a Mariana Franco, viuda de Audagnotto, 3,89 áreas, por 2250,62 liras y a Santiago Ferrero y Juvenal Mo, 6 centiáreas por 37,16 liras. Durante ese tiempo Don Bosco se encontró, por vez primera, en Castelnuovo con Juan Cagliero, muchacho de unos doce años, natural de aquel pueblo. Se lo presentó el párroco don Antonio Cinzano para que examinara su vocación y le admitiera en el Oratorio de Turín. El mismo Cagliero, ahora obispo, nos contaba su primer encuentro con Don Bosco: “La impresión que recibí fue la de ver en Don Bosco un sacerdote singular, ya por el modo y la gracia con que me acogió, ya por el respeto y el honor con que le trataban mi buen párroco, mis maestros de Castelnuovo y los demás sacerdotes. Jamás se borró ni disminuyó mi primera impresión, sino que se acrecentó durante los treinta y tres años que viví a su lado. Don Bosco me hizo unas preguntas y fijó mi ingreso en el Oratorio para el curso siguiente.”



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Para la reflexión

1. ¿Sabemos leer los problantes que para consumirnos?2. ¿Descubrirán los demás en nuestra mirada el amor que Dios les tiene?3. ¿De qué otras formas manera puedo ser para los demás un signo del amor de Dios?

Preces

Don Bosco nos enseña que Dios deposita en el corazón de muchos jóvenes el germen de la vocación a la vida apostólica. Pidamos poder ser instrumentos delicados y edescubrir y madurar estos dones del Espíritu. A cada invocación respondemos: Te lo pedimos, Señor.

• Para que favoreciendo el clima de familia y acogida en la fe y en el amor, ayudemos a los jóvenes a descubrir en sí mismos la llamada divina y ellos se sientan atraídos a seguirla con generosidad. Oremos.

• Para que su designio de amor con jtestimonio de nuestra vida personal y comunitaria, donde brille la alegría de una entrega sin reservas. Oremos.

• Para que sepamos asistir a los jóvenes inseguros en la búsqueda de su orientación en la vida y guiarles con delicadeza y respeto, mediante el contacto personal y la labor educativa. Oremos.

•Para que abras el corazón de los hombres a favor de los prófugos, de los hambrientos, de los perseguidos a causa de la verdad y la justicila construcción de una mundo más justo y fraterno. Oremos.



Oración final

Canto mariano



1. ¿Sabemos leer los problemas de la vida diaria como una oportunidad para crecer, antes que para consumirnos? 2. ¿Descubrirán los demás en nuestra mirada el amor que Dios les tiene?3. ¿De qué otras formas manera puedo ser para los demás un signo del amor de

co nos enseña que Dios deposita en el corazón de muchos jóvenes el germen de la vocación a la vida apostólica. Pidamos poder ser instrumentos delicados y edescubrir y madurar estos dones del Espíritu. A cada invocación respondemos:

• Para que favoreciendo el clima de familia y acogida en la fe y en el amor, ayudemos a los jóvenes a descubrir en sí mismos la llamada divina y ellos se sientan atraídos a seguirla con generosidad. Oremos.

• Para que su designio de amor con jóvenes llamados encuentre confirmación en el testimonio de nuestra vida personal y comunitaria, donde brille la alegría de una entrega sin reservas. Oremos.

• Para que sepamos asistir a los jóvenes inseguros en la búsqueda de su orientación y guiarles con delicadeza y respeto, mediante el contacto personal y la

labor educativa. Oremos.

•Para que abras el corazón de los hombres a favor de los prófugos, de los hambrientos, de los perseguidos a causa de la verdad y la justicila construcción de una mundo más justo y fraterno. Oremos.


emas de la vida diaria como una oportunidad para crecer,

2. ¿Descubrirán los demás en nuestra mirada el amor que Dios les tiene? 3. ¿De qué otras formas manera puedo ser para los demás un signo del amor de

co nos enseña que Dios deposita en el corazón de muchos jóvenes el germen de la vocación a la vida apostólica. Pidamos poder ser instrumentos delicados y eficaces en descubrir y madurar estos dones del Espíritu. A cada invocación respondemos:

• Para que favoreciendo el clima de familia y acogida en la fe y en el amor, ayudemos a los jóvenes a descubrir en sí mismos la llamada divina y ellos se sientan atraídos a

óvenes llamados encuentre confirmación en el testimonio de nuestra vida personal y comunitaria, donde brille la alegría de una

• Para que sepamos asistir a los jóvenes inseguros en la búsqueda de su orientación y guiarles con delicadeza y respeto, mediante el contacto personal y la

•Para que abras el corazón de los hombres a favor de los prófugos, de los hambrientos, de los perseguidos a causa de la verdad y la justicia y cooperen en



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Día Octavo: María Mazzarello Saludo y bienvenida

Bienvenidos hermanos a este octavo día de novena en honor a nuestro Padre Don Bosco, que nos indica algunas de nuestras prioridades como buenos cristianos. Junto con María Mazzarello, que en el trabajo diario supo manifestar la belleza de los valores en la persona, nos enseñan cómo la gracia de Dios es la que lleva a culmen los planes que buscan el bien de nuestros hermanos. Oración inicial

Lectura breve

Lc 1, 46 – 53 “Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus eles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.” Palabra del Señor

Canto a Don Bosco

Lectura salesiana: A ti te las confío

María Mazzarello tuvo una visión: bajaba por la colina de Borgoalto, cercana al pueblo de Mornese, cuando le pareció ver un edificio grande, en un sitio en que ese tiempo no había ni siquiera cimientos para esa construcción, narró al P. Pestarino lo que había visto y él le prohibió hablar de esto, creyendo que eran espejismos. Después de prepararse bien en el ocio de modista, pudo abrir un taller de costura para atraer a las niñas que quisieran aprender a coser, pero con el n principal de apartarlas de los peligros, de hacerlas buenas y especialmente de darles a conocer y a amar al Señor y así hacerlas mejores cristianas. En otro lugar Don Bosco le manifiesta a Don Pestarino la necesidad de una congregación que hiciera por la niñas lo que los Salesianos hacen por los niños; además, en un sueño, la Virgen le dijo que le confiaba una multitud de niñas: "Cuida de ellas, son mis hijas". Impresionado por aquel sueño, en una reunión de sacerdotes se encontró con el P. Pestarino que le contó que en Mornese tenía a un grupo de jóvenes con habilidad especial para reunir niñas y enseñarles la costura y la religión, siendo ésta una buena oportunidad para realizar lo mandado por la Virgen. María Mazzarello no había visto nunca a Don Bosco, pero esa noche del 7 de octubre de 1864, apenas le oyó su primer sermón quedó encantada y llena de admiración.



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Y en esos días siempre que el santo hablaba, ella se ubicaba en las primeras para oírle mejor y no perderle palabra. Suentre ese montón de hombres, a escucharle, y ella les decía: "Es que mi corazón me dice que Don Bosco es un santo, y a los santos no se les puede perder palabra". La amistad con Don Bosco hizo crecer a pasos agigantade Mornese. Para Don Bosco el encuentro con el apostolado de María Dominga y sus amigas fue la oportunidad de dar vía al desarrollo de la parte femenina de su carisma. Ella fue la primera Madre General y Cofundadora de las "Hiun "monumento viviente a la Virgen".

Para la reflexión

1. ¿Cuál es la relación entre la lectura Bíblica y la lectura Salesiana y a qué nos compromete? 2. ¿Cuáles son los valores que podemos rescatar de las acciones de María Mazzarello?

Preces

Con la humildad y confianza de los que confían en Dios y saben leer en los signos de la vida su santa voluntad, digámosle: Escucha, Señor, nuestra oración.

• Por todos los miembros de la Familia Salesiana: para que, imitando a San JuanBosco en la entrega al servicio de los jóvenes, sepan fomentar en ellos la vocación al seguimiento de Cristo Buen Pastor. Oremos.

• Por todas las personas que están buscando su vocación específica, para que sean generosos y se dejen ayudar por la luz de

• Por quienes participamos en esta novena: para que, llevados de la mano de María Auxiliadora, busquemos siempre la construcción del Reino de Dios, con bondad y sencillez de corazón. Oremos.



Oración final

Canto mariano



Y en esos días siempre que el santo hablaba, ella se ubicaba en las primeras para oírle mejor y no perderle palabra. Sus compañeras la reprendían por meterse entre ese montón de hombres, a escucharle, y ella les decía: "Es que mi corazón me dice que Don Bosco es un santo, y a los santos no se les puede perder palabra". La amistad con Don Bosco hizo crecer a pasos agigantados en santidad a la muchacha de Mornese. Para Don Bosco el encuentro con el apostolado de María Dominga y sus amigas fue la oportunidad de dar vía al desarrollo de la parte femenina de su carisma. Ella fue la primera Madre General y Cofundadora de las "Hijas de María Auxiliadora", un "monumento viviente a la Virgen".

1. ¿Cuál es la relación entre la lectura Bíblica y la lectura Salesiana y a qué nos

2. ¿Cuáles son los valores que podemos rescatar de las acciones de María

fianza de los que confían en Dios y saben leer en los signos de la vida su santa voluntad, digámosle:

Escucha, Señor, nuestra oración.

• Por todos los miembros de la Familia Salesiana: para que, imitando a San JuanBosco en la entrega al servicio de los jóvenes, sepan fomentar en ellos la vocación al seguimiento de Cristo Buen Pastor. Oremos.

• Por todas las personas que están buscando su vocación específica, para que sean generosos y se dejen ayudar por la luz del Espíritu Santo. Oremos.

• Por quienes participamos en esta novena: para que, llevados de la mano de María Auxiliadora, busquemos siempre la construcción del Reino de Dios, con bondad y sencillez de corazón. Oremos.


Y en esos días siempre que el santo hablaba, ella se ubicaba en las primeras las s compañeras la reprendían por meterse

entre ese montón de hombres, a escucharle, y ella les decía: "Es que mi corazón me dice que Don Bosco es un santo, y a los santos no se les puede perder palabra".

dos en santidad a la muchacha de Mornese. Para Don Bosco el encuentro con el apostolado de María Dominga y sus amigas fue la oportunidad de dar vía al desarrollo de la parte femenina de su carisma.

jas de María Auxiliadora",

1. ¿Cuál es la relación entre la lectura Bíblica y la lectura Salesiana y a qué nos

2. ¿Cuáles son los valores que podemos rescatar de las acciones de María

fianza de los que confían en Dios y saben leer en los signos de la vida

• Por todos los miembros de la Familia Salesiana: para que, imitando a San Juan Bosco en la entrega al servicio de los jóvenes, sepan fomentar en ellos la vocación al

• Por todas las personas que están buscando su vocación específica, para que sean

• Por quienes participamos en esta novena: para que, llevados de la mano de María Auxiliadora, busquemos siempre la construcción del Reino de Dios, con bondad y



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Día Noveno: José Buzzetti Saludo y bienvenida

Don Bosco tenía siempre abierto su corazón y las puertas de su casa, el Oratorio, para acoger a los muchachos que necesitaban de casa, alimento y sobre todo de un padre que los acoja y muestre su afecto sincero. José Buzzeti fue uno de estos muchachos que entró en el Oratorio y se quedó con Don Bosco, fue su amigo y compañero el hasta el final. Cuando un muchacho se sentía querido por Don Bosco, era muy difícil dejarlo, su cercanía y afecto invitaba a quedarse con él. Oración inicial

Lectura breve

Jn 15, 12 – 16 “Este es mi mandamiento: Que os améis los unos a los otros, como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que éste: dar la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su Señor; yo os llamo amigos, porque os di a conocer todas las cosas que oí de mi Padre. No me elegisteis vosotros a mí sino yo a vosotros; y os he puesto para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca: para que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre, él os lo dé.”


Lectura salesiana: Amigo fiel e incondicional

Después de que se derrumbara una parte de la construcción que estaba haciendo Don Bosco en el Oratorio, Buzzetti no podía convencerse de que hubiera gente capaz de abusar de la bondad de Don Bosco; por eso arremetía con encendidas palabras contra aquel desleal que estaba estafando, Don Bosco intentaba calmarlo. -¡Buzzetti, tengamos paciencia! Ya verás cómo el Señor nos ayudará. -¡Sí, sí, nos ayudará! Mientras tanto, usted no duerme, trabaja día y noche para juntar unas liras, y los demás se las roban a millares en un momento. Habría que darles una buena lección. - ¡Déjalos en paz! Ya se la dará el Señor. Pero Buzzetti tenía derecho a gritar. Por humildad y por el dedo perdido con el disparo de la pistola, había dejado la sotana. Vivía totalmente entregado al Oratorio. Era el 14 de mayo de 1856. Decide dejar a Don Bosco. La tristeza se apoderó de él y no sabía cómo decírselo. Fue a comunicarle que dejaba el Oratorio, que se sentía inútil, que veía cambiar todo; incluso los chicos que él había educado ahora eran sus superiores. Don Bosco, muy tranquilo, no se inmutó y le dijo: ¿Has encontrado trabajo? ¿Te pagarán bien? No tienes dinero y lo vas a necesitar. Abre los



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cajones y coge lo que necesites. No quiero que lo pases mal. Le miró Don Bosco con aquel cariño con que miraba a los jóvenes, y después añadió: “Nos hemos querido siempre. Espero que no me olvides nunca”. Entonces Buzzetti estalló en llanto. Lloró largo rato, y dijo: “No, no quiero dejar a Don Bosco. Me quedaré siempre con él. Y con él permaneció hasta que se decidió a hacerse salesiano coadjutor en 1877. Vivió muchos años haciendo un bien inmenso.

Para la reflexión

• ¿Qué significa para nosotros hoy que Don Bosco sea llamado: “Padre, Maestro y amigo? • ¿Qué dice Jesús sobre la amistad? Nosot

Preces

Acudamos ahora a nuestro Señor pidiéndole que escuche nuestras peticiones. Óyenos, Jesús, Amigo nuestro.

• Para que en el compartir diario te sepamos encontrar a Ti, que nos has dicho que somos tus amigos; haz que, a ejemplo de Don Bosco, te conozcamos cada vez más. Oremos

• Para que también nosotros encontremos en Ti a ese amigo que nunca falla, así como José Buzzeti encontró en Don Bosco su gran amigo para toda la vida. Oremos.

• Para que encuentren en Tialguien que les dé confianza, seguridad y sea compañía en el camino, y por aquellos que se sienten solos y tristes. Oremos

• Para que podamos descubrir en Don Bosco al Padre, Maestro y Amigo que ilumina acompaña nuestro camino de búsqueda y compromiso de un mundo mejor, más justo y solidario para todos. Oremos



Oración final

Canto mariano



cajones y coge lo que necesites. No quiero que lo pases mal. Le miró Don Bosco con o con que miraba a los jóvenes, y después añadió: “Nos hemos querido

siempre. Espero que no me olvides nunca”. Entonces Buzzetti estalló en llanto. Lloró largo rato, y dijo: “No, no quiero dejar a Don Bosco. Me quedaré siempre con él.

ió hasta que se decidió a hacerse salesiano coadjutor en 1877. Vivió muchos años haciendo un bien inmenso.

• ¿Qué significa para nosotros hoy que Don Bosco sea llamado: “Padre, Maestro y

• ¿Qué dice Jesús sobre la amistad? Nosotros ¿somos fieles a nuestros amigos?

Acudamos ahora a nuestro Señor pidiéndole que escuche nuestras peticiones.

Óyenos, Jesús, Amigo nuestro.

• Para que en el compartir diario te sepamos encontrar a Ti, que nos has dicho que haz que, a ejemplo de Don Bosco, te conozcamos cada vez más.


• Para que encuentren en Ti la alegría de vivir tantos jóvenes que necesitan de alguien que les dé confianza, seguridad y sea compañía en el camino, y por aquellos que se sienten solos y tristes. Oremos

• Para que podamos descubrir en Don Bosco al Padre, Maestro y Amigo que ilumina acompaña nuestro camino de búsqueda y compromiso de un mundo mejor, más justo y solidario para todos. Oremos


cajones y coge lo que necesites. No quiero que lo pases mal. Le miró Don Bosco con o con que miraba a los jóvenes, y después añadió: “Nos hemos querido

siempre. Espero que no me olvides nunca”. Entonces Buzzetti estalló en llanto. Lloró largo rato, y dijo: “No, no quiero dejar a Don Bosco. Me quedaré siempre con él.

ió hasta que se decidió a hacerse salesiano coadjutor en 1877.

• ¿Qué significa para nosotros hoy que Don Bosco sea llamado: “Padre, Maestro y

ros ¿somos fieles a nuestros amigos?

Acudamos ahora a nuestro Señor pidiéndole que escuche nuestras peticiones.

• Para que en el compartir diario te sepamos encontrar a Ti, que nos has dicho que haz que, a ejemplo de Don Bosco, te conozcamos cada vez más.


la alegría de vivir tantos jóvenes que necesitan de alguien que les dé confianza, seguridad y sea compañía en el camino, y por aquellos

• Para que podamos descubrir en Don Bosco al Padre, Maestro y Amigo que ilumina y acompaña nuestro camino de búsqueda y compromiso de un mundo mejor, más

3. Retiro: “Contemplando a Don Bosco”115

«Con ocasión de la celebración en el año 2015 los 200 años del nacimiento de Don Bosco, el Rector Mayor, Don Pascual Chávez, ha querido que una reliquia significativa del Santo de los jóvenes visitase toda la Congregación. Ya ha estado en varios continentes y, en este año 2012 visita las presencias salesianas en España. Es el deseo de la Congregación que este acontecimiento reavive en nosotros el ardor apostólico y renueve nuestro compromiso por trabajar en medio de la juventud más necesitada y que el testimonio de Don Bosco haga renacer nuestro deseo de ser fieles a nuestro carisma»

«La Urna contiene una réplica de la imagen exacta de Don Bosco, como se halla en la Basílica de María Auxiliadora en Turín. En el interior de esta réplica vienen las reliquias del santo patrón de los jóvenes. La figura de Don Bosco contiene, en una caja lacrada que se encuentra al nivel del pecho de la imagen, una de las manos del Santo».

1. La mirada de Don Bosco

Contemplar la cara de Don Bosco nos lleva a fijarnos en su mirada. Dicen que los ojos son la ventana del alma y que mirando a los ojos a una persona es como la conocemos realmente. ¿Qué miraría Don Bosco? ¿Qué vio con sus ojos nuestro santo fundador? Podemos recordar un momento decisivo en su vida:

5 de junio de 1841. Un joven llamado Juan Bosco es ordenado sacerdote con 26 años por el arzobispo de Turín. Pero ¿qué hará ahora como sacerdote? Recién ordenado tiene que decidir su futuro, por dónde quiere orientar su recién iniciado ministerio pastoral. Recibe varias propuestas: preceptor de una familia noble genovesa, capellán en pequeño pueblecito,… No sabe qué hacer.

“Hasta aquel momento, Don Bosco no conoce más que la pobreza del campo. No sabe qué es la miseria de los suburbios de las grandes ciudades. Don Cafasso [su confesor] le dice: “Ve, mira a tu alrededor y actúa”.

“Ya en los primeros domingos –atestiguará más tarde Miguel Rúa- [Don Bosco] anduvo por -la ciudad de Turín para hacerse una idea sobre las condiciones morales en que se movían los jóvenes”. Quedó turbado. Los suburbios eran zonas donde fermentar revoluciones, cinturones de desolación. Los adolescentes vagabundeaban por la calles, sin trabajo, tristes, dispuestos a todo lo peor.

“Se tropezó con muchos jóvenes de todas las edades –sigue el testimonio de Don Rúa- que vagaban por calles y plazas, especialmente en los alrededores de la ciudad, jugando, riñendo, blasfemando y haciendo de todo” […]

Un día, al ir a sus acostumbradas visitas a las cárceles, invita don Cafasso a Don Bosco a que le acompañe. Los oscuros corredores, las paredes ennegrecidas y húmedas, el aspecto triste y escuálido de los presos, le turban profundamente. Siente repugnancia y experimenta la sensación de ahogo.

115 Esta propuesta de retiro ha sido elaborada por Miguel Ángel Álvarez Paulino, sdb, y ha sido tomada de la Revista fórum.com. Papeles de formación continua. Abril 2012.



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Pero lo que le duele enormemente“Me horroricé al contemplar aquella cantidad de muchachos, de los doce a los dieciocho años, sanos y robustos, de ingenio despierto, que estaban allí ociosos, picados por los insectos, y faltos en absoluto del alimento espiritual y material”.

Volvió otras veces con don Cafasso, y también solo. Buscó la forma de hablar con ellos, no solamente “dándoles la lección de catecismo” (que era vigilada por los guardias) sino de tú a tú […]. Así llegó a conocer sus tristes historias, su envilecimiento, la rabia que, a vecesponía furiosos. El “delito” más corriente era el robo. Por hambre, por el deseo de algo más que el escaso sustento […]. Estaban a pan negro y agua. Tenían que obedecer a los carceleros por la fuerza, ya que les pegaban por el más mínimo pretexto.

Lo que más me impresionaba a cambiar de vida” aunque no fuera nada más que por miedo a la prisión. “Pero, al cabo de poco tiempo, terminaban de nuevo allí”.

Intentó averiguar la causa y terminamuchachos, decía para mí, les atendiese e instruyese en la religión

Don Bosco no logra siempre vduda.

- ¿Por qué llora ese cura”, pregunta uno de los presos.

- Porque nos quiere. También mi madre lloraría, si me viese aquí dentro”

Podríamos buscar más ejemplos, pero basta este sencillsupo leer la realidad desde una clave evangélica. Allí donde otros sólo veían delincuentes, un peligro para la sociedad, él, tocado en su corazón, buscó cómo recuperar a esos jóvenes que estaban abandonados a su suerte. La mirada de Don Bosco nos lleva a caer en la cuenta de la importancia de preguntarnos hacia dónde dirijo yo mi mirada como salesiano: ¿qué veo a mi alrededor? ¿cómo es mi mirada sobre la realidad que me rodea? ¿Es una mirada compasiva, que se vuelve an¿es una mirada crítica, negativa, pesimista?

A veces sufrimos de una “mirada selectiva” que ve sólo lo que quiere ver dejando en la penumbra y en los márgenes, fuera de nuestra visión, lo que nos incomoda o nos molesta porque nos obligarácambiar de actitud, a salir de nuestros esquemas y costumbres ya establecidos. ¿Sobre qué elementos de la realidad detengo mi mirada? Don Bosco supo mirar, ver y dejarse tocar por la realidad. ¿No tendrías que aprender tú algo de su mirada?

2. Contemplar a Cristo con la mirada de Don Bosco

Este es el subtítulo de la carta circular que en diciembre del 2003 don Pascual Chávez dirigía a toda la Congregación. Tomando pie del artículo 11 de las Constituciones comentaba aquellos rasgos de la persona de Jesucristo a los que Don Bosco y también nosotros como salesianos somos más sensibles. Contemplar la mirada de Don Bosco es una invitación a contemplar también a Cristo “de Don Bosco”, y confrontarnos con ella.

116 Teresio BOSCO, Una biografía nueva, CCS Madrid, 1979, 104



lo que le duele enormemente es ver que hay muchachos detrás de los barrotes. Escribe: oricé al contemplar aquella cantidad de muchachos, de los doce a los dieciocho

años, sanos y robustos, de ingenio despierto, que estaban allí ociosos, picados por los insectos, y faltos en absoluto del alimento espiritual y material”.

on don Cafasso, y también solo. Buscó la forma de hablar con ellos, no solamente “dándoles la lección de catecismo” (que era vigilada por los guardias) sino de tú a tú […]. Así llegó a conocer sus tristes historias, su envilecimiento, la rabia que, a vecesponía furiosos. El “delito” más corriente era el robo. Por hambre, por el deseo de algo más que el escaso sustento […]. Estaban a pan negro y agua. Tenían que obedecer a los carceleros por la fuerza, ya que les pegaban por el más mínimo pretexto.

que más me impresionaba –escribe don Bosco- era que muchos, al salir, estaban decididos a cambiar de vida” aunque no fuera nada más que por miedo a la prisión. “Pero, al cabo de poco tiempo, terminaban de nuevo allí”.

Intentó averiguar la causa y termina diciendo: “Por estar abandonados a sí mismo”. “Estos muchachos, decía para mí, deberían encontrar fuera un amigo que se preocupase de ellos y les atendiese e instruyese en la religión. Entonces, no volverían a la cárcel” […].

Don Bosco no logra siempre vencer el desaliento. Un día rompe a llorar. En un instante de

¿Por qué llora ese cura”, pregunta uno de los presos.

. También mi madre lloraría, si me viese aquí dentro”116

Podríamos buscar más ejemplos, pero basta este sencillo ejemplo para descubrir que Don Bosco supo leer la realidad desde una clave evangélica. Allí donde otros sólo veían delincuentes, un peligro para la sociedad, él, tocado en su corazón, buscó cómo recuperar a esos jóvenes que estaban

e. La mirada de Don Bosco nos lleva a caer en la cuenta de la importancia de preguntarnos hacia dónde dirijo yo mi mirada como salesiano: ¿qué veo a mi alrededor? ¿cómo es mi mirada sobre la realidad que me rodea? ¿Es una mirada compasiva, que se vuelve an¿es una mirada crítica, negativa, pesimista?

A veces sufrimos de una “mirada selectiva” que ve sólo lo que quiere ver dejando en la penumbra y en los márgenes, fuera de nuestra visión, lo que nos incomoda o nos molesta porque nos obligarácambiar de actitud, a salir de nuestros esquemas y costumbres ya establecidos. ¿Sobre qué elementos de la realidad detengo mi mirada? Don Bosco supo mirar, ver y dejarse tocar por la realidad. ¿No tendrías que aprender tú algo de su mirada?

ar a Cristo con la mirada de Don Bosco

Este es el subtítulo de la carta circular que en diciembre del 2003 don Pascual Chávez dirigía a toda la Congregación. Tomando pie del artículo 11 de las Constituciones comentaba aquellos rasgos de la

risto a los que Don Bosco y también nosotros como salesianos somos más sensibles. Contemplar la mirada de Don Bosco es una invitación a contemplar también a Cristo “

, y confrontarnos con ella.

, CCS Madrid, 1979, 104-113. Las cursivas en el texto son mías.

es ver que hay muchachos detrás de los barrotes. Escribe: oricé al contemplar aquella cantidad de muchachos, de los doce a los dieciocho

años, sanos y robustos, de ingenio despierto, que estaban allí ociosos, picados por los

on don Cafasso, y también solo. Buscó la forma de hablar con ellos, no solamente “dándoles la lección de catecismo” (que era vigilada por los guardias) sino de tú a tú […]. Así llegó a conocer sus tristes historias, su envilecimiento, la rabia que, a veces, les ponía furiosos. El “delito” más corriente era el robo. Por hambre, por el deseo de algo más que el escaso sustento […]. Estaban a pan negro y agua. Tenían que obedecer a los carceleros

era que muchos, al salir, estaban decididos a cambiar de vida” aunque no fuera nada más que por miedo a la prisión. “Pero, al cabo de

diciendo: “Por estar abandonados a sí mismo”. “Estos deberían encontrar fuera un amigo que se preocupase de ellos y

. Entonces, no volverían a la cárcel” […].

encer el desaliento. Un día rompe a llorar. En un instante de

116.

o ejemplo para descubrir que Don Bosco supo leer la realidad desde una clave evangélica. Allí donde otros sólo veían delincuentes, un peligro para la sociedad, él, tocado en su corazón, buscó cómo recuperar a esos jóvenes que estaban

e. La mirada de Don Bosco nos lleva a caer en la cuenta de la importancia de preguntarnos hacia dónde dirijo yo mi mirada como salesiano: ¿qué veo a mi alrededor? ¿cómo es mi mirada sobre la realidad que me rodea? ¿Es una mirada compasiva, que se vuelve ante el que sufre?

A veces sufrimos de una “mirada selectiva” que ve sólo lo que quiere ver dejando en la penumbra y en los márgenes, fuera de nuestra visión, lo que nos incomoda o nos molesta porque nos obligará a cambiar de actitud, a salir de nuestros esquemas y costumbres ya establecidos. ¿Sobre qué elementos de la realidad detengo mi mirada? Don Bosco supo mirar, ver y dejarse tocar por la

Este es el subtítulo de la carta circular que en diciembre del 2003 don Pascual Chávez dirigía a toda la Congregación. Tomando pie del artículo 11 de las Constituciones comentaba aquellos rasgos de la

risto a los que Don Bosco y también nosotros como salesianos somos más sensibles. Contemplar la mirada de Don Bosco es una invitación a contemplar también a Cristo “con la mirada

113. Las cursivas en el texto son mías.



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Te ofrezco algunos párrafos de aquella carta para que te puedan servir como revisión y meditación: ¿soy yo también sensible a esos rasgos de Jesucristo? ¿los vivo en mi vida diaria, en mi relación con mi comunidad y con los destinatarios de la misión?

2.1 La gratitud al Padre por el don de la vocación divina a todos los hombres

Es impensable el sistema educativo pastoral de San Juan Bosco sin la experiencia de la gratuidad por ambas partes: las demostraciones de gratitud de sus muchachos son innumerables y conmovedoras, precisamente porque no agradecían lo que Don Bosco les daba, sino que agradecían al mismo Don Bosco que se daba a ellos, como expresión del amor gratuito y preveniente de Dios.

Hay un presupuesto fundamental, densamente teológico, en el pensamiento y en la praxis educativa pastoral de nuestro Fundador: la certeza de que toda persona no es sólo objeto de derechos y de deberes, u objeto de filantropía “horizontal”, sino que en cualquier situación y a pesar de cualquier límite, deficiencia o pecado, ella es imagen de Dios; todos son hijos e hijas de Dios, llamados a Su amistad y a la vida eterna.

2.2. La predilección por los pequeños y los pobres

Esta predilección en Don Bosco no proviene sólo de la magnanimidad de su corazón paterno, “grande como las arenas del mar”, ni de la situación desastrosa de la juventud de su tiempo –como también del nuestro-, ni mucho menos de una estrategia socio-política. En el origen de ella está una misión de Dios: “El Señor indicó a Don Bosco, como primeros y principales destinatarios de su misión, a los jóvenes” (Const. 26). En este sentido es ‘normativo’, y no una simple anécdota, la actitud que Don Bosco asumió en un momento decisivo de su existencia sacerdotal, frente a la Marquesa de Barolo y a la oferta, ciertamente apostólica y santa, de colaborar en sus obras, abandonando a los muchachos andrajosos y solos.

2.3. La solicitud en predicar, sanar y salvar, movido por la urgencia del Reino que llega

Desde el comienzo de su Evangelio, Marcos nos dice: “Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios” (Mc 1,14). Hay también otros textos en los que la actividad de Jesús se concentra en tres acciones –predicar el Evangelio, expulsar los demonios, curar las enfermedades y los sufrimientos (cf. Mc 3,13; Mt 9,35)- pero no hay duda de que su misión principal era la de “proclamar el Evangelio, el mensaje feliz de Dios”.

2.4. La actitud del Buen Pastor que conquista con la mansedumbre y la entrega de sí mismo

En la predicación de Jesús, dicha figura ocupa un lugar de relieve, ante todo en la presentación del Señor como Buen Pastor en Juan (10,1-18.25-30), o también en la parábola de la oveja perdida, presente en Lucas (15,4-7) y en Mateo (18,12-24).

Jesús, el buen pastor, es la puerta de las ovejas; Él conoce sus ovejas y las llama una a una por su nombre; las ovejas le siguen, porque conocen su voz. Él va en busca, con predilección, de la oveja perdida. Es el rasgo típico y más escandaloso de la parábola sinóptica que en Jesús expresa, entre otros, dos aspectos principales:

• el “mayor amor” hacia aquel que tiene mayor necesidad: el más pobre, el último, el pecador; no es sólo amor pastoral: “agápe” diríamos; es también amor íntimo:



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“filia”; esto significa el “cargar sobre los hombros”, lleno de cariño, la oveja perdiuna vez que la ha encontrado;

• la “subversión” de los criterios cuantitativos a causa del criterio cualitativo de la situación de quien está “perdido”:

Él da vida a sus ovejas y da la vida por ellasque no busca el bien de las propias ovejas, y menos aún piensa en sacrificarse por ellas.


¿Qué sentiría Don Bosco? ¿Quién habitaba su interior? ¿A quién amaba Don Bosco? La respuesta parece clara: el Señor, los jóvenes, el deseo de convencido de que Dios ha conservado mi vida gracias a vuestras súplicas; la gratitud exige que yo la emplee toda para vuestro bien espiritual y temporal. Así prometo hacerlo durante todo el tiempo que el Señor me deje en esta tierra”

El artículo 21 de nuestras Constituciones, hablando de Don Bosco nuestro modelo, recoge unas palabras de Don Rúa en una carta del 24 de agosto de 1894: “acometió empresa que no tuviera por objeto la salvación de la juventud. Lo único que realmente le interesó fueron las almas”. Y el artículo 1 afirma que Dios “formó en él un corazón de padre y maestro, capaz de una entrega total: mis pobres jóvenes”. Quizás podría ser esta también nuestra promesa delante de la urna de Don Bosco cuando la contemples.

Recordando sus años en el Oratorio, junto a Don Bosco, el mismo don Albera testimonia: Debo decir que Don Bosco nos quería de una manera única; ejercía sobre nosotros una atracción irresistible, que no es posible comprender a quien no la ha experimentado… Me sentía como prisionero de una fuerza afectiva que se apoderaba de mis pensamientos, palabras y acciones… Me sentía queridocomo nunca nadie antes me había querido, con un afecto que no tenía nada que ver siquiera con el amor intensísimo de mis inolvidables padres. El amor de Don Bosco era para nosotros algo singularmente superior a cualquier otro afecto: nos envolvía a todos atmósfera de alegría y felicidad, de la que habían desaparecido penas, tristeza y melancolía”.

Su corazón latía, palpitaba por sus jóvenes: “Difícilmente podréis encontrar quien os ame más que yo en Jesucristo y que más desee vuesalternativa de dejar el Oratorio o la Obra del Refugio, Don Bosco no duda ni un instante. Su opción es muy clara: “He consagrado mi vida al bien de la juventud”. Su vida son los jóvenes y a ellos seconsagra. Así era el corazón de nuestro padre fundador.

Hoy, a este impulso apostólico que nos mueve a entregar la vida por los jóvenes, lo llamamos “caridad pastoral”. Es el programa de vida que nos señaló el corazón de Don Bosco: “cetera tolle”, que le llevó a entregarse totalmente a la juventud más pobre y necesitada.

Nos podemos preguntar también nosotros: ¿Cómo es mi corazón? ¿Qué deseos anidan en mi interior? ¿late con los mismos latidos que el de Don Bosco? ¿Cómo seguir haciendo mihi animas de Don Bosco? Contemplemos una vez más a nuestro fundador para amarlo e imitarlo, conscientes de que “encontramos en él nuestro modelo” (C 97)

117 MBe, II, 373



”; esto significa el “cargar sobre los hombros”, lleno de cariño, la oveja perdiuna vez que la ha encontrado;

la “subversión” de los criterios cuantitativos a causa del criterio cualitativo de la situación de quien está “perdido”:

da vida a sus ovejas y da la vida por ellas. Es la antítesis absoluta del pastor mercenario, o busca el bien de las propias ovejas, y menos aún piensa en sacrificarse por ellas.


¿Qué sentiría Don Bosco? ¿Quién habitaba su interior? ¿A quién amaba Don Bosco? La respuesta parece clara: el Señor, los jóvenes, el deseo de su salvación, un profundo amor hacia ellos: “Estoy convencido de que Dios ha conservado mi vida gracias a vuestras súplicas; la gratitud exige que yo la emplee toda para vuestro bien espiritual y temporal. Así prometo hacerlo durante todo el tiempo

Señor me deje en esta tierra”117.

El artículo 21 de nuestras Constituciones, hablando de Don Bosco nuestro modelo, recoge unas palabras de Don Rúa en una carta del 24 de agosto de 1894: “No dio un paso, ni pronunció palabra, ni

era por objeto la salvación de la juventud. Lo único que realmente le ”. Y el artículo 1 afirma que Dios “formó en él un corazón de padre y

maestro, capaz de una entrega total: Tengo prometido a Dios que incluso mi último aliento s. Quizás podría ser esta también nuestra promesa delante de la urna de Don

Recordando sus años en el Oratorio, junto a Don Bosco, el mismo don Albera testimonia: Debo decir una manera única; ejercía sobre nosotros una atracción irresistible, que

no es posible comprender a quien no la ha experimentado… Me sentía como prisionero de una fuerza afectiva que se apoderaba de mis pensamientos, palabras y acciones… Me sentía queridocomo nunca nadie antes me había querido, con un afecto que no tenía nada que ver siquiera con el amor intensísimo de mis inolvidables padres. El amor de Don Bosco era para nosotros algo singularmente superior a cualquier otro afecto: nos envolvía a todos por completo como en una atmósfera de alegría y felicidad, de la que habían desaparecido penas, tristeza y melancolía”.

Su corazón latía, palpitaba por sus jóvenes: “Difícilmente podréis encontrar quien os ame más que yo en Jesucristo y que más desee vuestra felicidad”. Cuando la marquesa Barolo lo pone ante la alternativa de dejar el Oratorio o la Obra del Refugio, Don Bosco no duda ni un instante. Su opción es muy clara: “He consagrado mi vida al bien de la juventud”. Su vida son los jóvenes y a ellos seconsagra. Así era el corazón de nuestro padre fundador.

Hoy, a este impulso apostólico que nos mueve a entregar la vida por los jóvenes, lo llamamos “caridad pastoral”. Es el programa de vida que nos señaló el corazón de Don Bosco: “

, que le llevó a entregarse totalmente a la juventud más pobre y necesitada.

Nos podemos preguntar también nosotros: ¿Cómo es mi corazón? ¿Qué deseos anidan en mi interior? ¿late con los mismos latidos que el de Don Bosco? ¿Cómo seguir haciendo

de Don Bosco? Contemplemos una vez más a nuestro fundador para amarlo e imitarlo, conscientes de que “encontramos en él nuestro modelo” (C 97).

”; esto significa el “cargar sobre los hombros”, lleno de cariño, la oveja perdida,

la “subversión” de los criterios cuantitativos a causa del criterio cualitativo de la

. Es la antítesis absoluta del pastor mercenario, o busca el bien de las propias ovejas, y menos aún piensa en sacrificarse por ellas.

¿Qué sentiría Don Bosco? ¿Quién habitaba su interior? ¿A quién amaba Don Bosco? La respuesta su salvación, un profundo amor hacia ellos: “Estoy

convencido de que Dios ha conservado mi vida gracias a vuestras súplicas; la gratitud exige que yo la emplee toda para vuestro bien espiritual y temporal. Así prometo hacerlo durante todo el tiempo

El artículo 21 de nuestras Constituciones, hablando de Don Bosco nuestro modelo, recoge unas No dio un paso, ni pronunció palabra, ni

era por objeto la salvación de la juventud. Lo único que realmente le ”. Y el artículo 1 afirma que Dios “formó en él un corazón de padre y

Tengo prometido a Dios que incluso mi último aliento será para . Quizás podría ser esta también nuestra promesa delante de la urna de Don

Recordando sus años en el Oratorio, junto a Don Bosco, el mismo don Albera testimonia: Debo decir una manera única; ejercía sobre nosotros una atracción irresistible, que

no es posible comprender a quien no la ha experimentado… Me sentía como prisionero de una fuerza afectiva que se apoderaba de mis pensamientos, palabras y acciones… Me sentía querido como nunca nadie antes me había querido, con un afecto que no tenía nada que ver siquiera con el amor intensísimo de mis inolvidables padres. El amor de Don Bosco era para nosotros algo

por completo como en una atmósfera de alegría y felicidad, de la que habían desaparecido penas, tristeza y melancolía”.

Su corazón latía, palpitaba por sus jóvenes: “Difícilmente podréis encontrar quien os ame más que tra felicidad”. Cuando la marquesa Barolo lo pone ante la

alternativa de dejar el Oratorio o la Obra del Refugio, Don Bosco no duda ni un instante. Su opción es muy clara: “He consagrado mi vida al bien de la juventud”. Su vida son los jóvenes y a ellos se la

Hoy, a este impulso apostólico que nos mueve a entregar la vida por los jóvenes, lo llamamos “caridad pastoral”. Es el programa de vida que nos señaló el corazón de Don Bosco: “Da mihi animas,

, que le llevó a entregarse totalmente a la juventud más pobre y necesitada.

Nos podemos preguntar también nosotros: ¿Cómo es mi corazón? ¿Qué deseos anidan en mi interior? ¿late con los mismos latidos que el de Don Bosco? ¿Cómo seguir haciendo vida en mi el Da

de Don Bosco? Contemplemos una vez más a nuestro fundador para amarlo e imitarlo,

4. Acto de fidelidad de la comunidad salesiana

ante Don Bosco

Ambientación inicial

En el transcurso de esta singular visita, queremos compartirhijos de Don Bosco, un tiempo confiándole al Padre por su intercesión nuestras dificultades, denuestra fidelidad al seguimiento de Jesucristo‘hasta el último aliento’ por sus pobres jóvenesGracias, Don Bosco por venir a vernos. Gracias, Señor, porque nos has dado a D

(Mientras se lee la ambientación, se puede adornar la Urna de Dvela, flores, includesde el principio

Canto

Saludo litúrgico

Oración

Señor, tú que has suscitado en san Juan Bosco un padre y un maestro para la juventud, danos también a nosotros un celo infatigable y un amor ardiente, que nos impulse a entregarnos al bien de los hermanos y a servirte a ti en ellos con fidelidad. Por nuestro Señor Jesucristo.

Liturgia de la Palabra

Lectura del santo evangelio según san Juan

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Yo soy la verdadera vid, y arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí locomo el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; a Palabra del Señor

Acto de fidelidad de la comunidad salesiana

En el transcurso de esta singular visita, queremos compartir, como hijos de Don Bosco, un tiempo con él: dejando hablar su vida, confiándole al Padre por su intercesión nuestras dificultades, de renovar

al seguimiento de Jesucristo ante el testimonio de su vida entregada por sus pobres jóvenes…

Gracias, Don Bosco por venir a vernos. Gracias, Señor, porque nos has dado a Do

ientras se lee la ambientación, se puede adornar la Urna de Do, incluso puede incensarse la Urna… El cirio pascual, está ya encendido

desde el principio)

tú que has suscitado en san Juan Bosco un padre y un maestro para la juventud, danos también a nosotros un celo infatigable y un amor ardiente, que nos impulse a entregarnos al bien de los hermanos

llos con fidelidad. Por nuestro Señor Jesucristo.

santo evangelio según san Juan

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento

dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí locomo el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos.»

Palabra del Señor

vida entregada

on Bosco.

on Bosco, con alguna El cirio pascual, está ya encendido

15,1-8

mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento

dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará. Con esto

sí seréis discípulos míos.»



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Lectura de Don Bosco

Del testamento espiritual

Mis queridos y amados hijos en Jesucristo:

Antes de partir para mi eternidad, debo cumplir con vosotros algunos deberes y satisfacer así un vivo deseo de mi corazón. Ante todo, os agradezco con el más vivo afecto de mi corazón la obediencia que me habéis prestado y cuanto habéis trabajado para sostnuestra Congregación.

Yo os dejo aquí en la tierra, pero sólo por un poco de tiempo. Espero que la infinita misericordia de Dios haga que nos podamos encontrar todos un día en la feliz eternidad. Allí os aguardo.

Os recomiendo que no lloréidespués nos serán ampliamente recompensados todos los sufrimientos soportados por amor a nuestro Maestro Jesús.

En lugar de llorar, haced firme y eficaz propósito de permanecer seguros en la vocacla muerte. […]

Si me habéis amado hasta ahora, seguid haciéndolo en adelante con la exacta observancia de nuestras Constituciones.

Vuestro primer Rector ha muerto. Pero nuestro verdadero superior, Cristo Jesús, no morirá. Él será siempre nuestro maestiempo, Él mismo será nuestro juez y recompensará nuestra fidelidad en su servicio.

O bien:

Del epistolario…

Si de verdad buscamos la auténtica felicidad de nuestros alumnos y queremos inducirlos al cumplimiento de sus obligaciones, conviene, ante todo, que nunca olvidéis que hacéis las veces de padres de nuestroquienes estudié y ejercí el ministerio sacerdotal, y no sólo yo, sino toda la Congregación salesiana.

¡Cuántas veces, hijos míos, durante mi vida, ya bastante prolongada, he tenido ocasión de convencerme de esta gran verdad! Es más fácil enojarse que aguantar; amenazar al niño que persuadirlo; añadiré incluso que, para nuestra impaciencia y soberbia, resulta más cómodo castigar a los rebeldes que corregirlos, soportándolos con firmeza y suavidad a

Os recomiendo que imitéis la caridad que usaba Pablo con los neófitos, caridad que con frecuencia lo llevaba a derramar lágrimas y a suplicar, cuando los encontraba poco dóciles y rebeldes a su amor.

Canto a Don Bosco

Homilía



Del testamento espiritual…

Mis queridos y amados hijos en Jesucristo:

Antes de partir para mi eternidad, debo cumplir con vosotros algunos deberes y satisfacer así un vivo deseo de mi corazón. Ante todo, os agradezco con el más vivo afecto de mi corazón la obediencia que me habéis prestado y cuanto habéis trabajado para sost

Yo os dejo aquí en la tierra, pero sólo por un poco de tiempo. Espero que la infinita misericordia de Dios haga que nos podamos encontrar todos un día en la feliz eternidad. Allí

Os recomiendo que no lloréis mi muerte. Es una deuda que todos tenemos que pagar, pero después nos serán ampliamente recompensados todos los sufrimientos soportados por amor a nuestro Maestro Jesús.

En lugar de llorar, haced firme y eficaz propósito de permanecer seguros en la vocac

Si me habéis amado hasta ahora, seguid haciéndolo en adelante con la exacta observancia de

Vuestro primer Rector ha muerto. Pero nuestro verdadero superior, Cristo Jesús, no morirá. Él será siempre nuestro maestro, nuestro guía, nuestro modelo; pero recordad que, a su tiempo, Él mismo será nuestro juez y recompensará nuestra fidelidad en su servicio.

Si de verdad buscamos la auténtica felicidad de nuestros alumnos y queremos inducirlos al cumplimiento de sus obligaciones, conviene, ante todo, que nunca olvidéis que hacéis las veces de padres de nuestros amados jóvenes, por quienes trabajé siempre con amor, por quienes estudié y ejercí el ministerio sacerdotal, y no sólo yo, sino toda la Congregación

¡Cuántas veces, hijos míos, durante mi vida, ya bastante prolongada, he tenido ocasión de vencerme de esta gran verdad! Es más fácil enojarse que aguantar; amenazar al niño que

persuadirlo; añadiré incluso que, para nuestra impaciencia y soberbia, resulta más cómodo castigar a los rebeldes que corregirlos, soportándolos con firmeza y suavidad a

Os recomiendo que imitéis la caridad que usaba Pablo con los neófitos, caridad que con frecuencia lo llevaba a derramar lágrimas y a suplicar, cuando los encontraba poco dóciles y

Antes de partir para mi eternidad, debo cumplir con vosotros algunos deberes y satisfacer así un vivo deseo de mi corazón. Ante todo, os agradezco con el más vivo afecto de mi corazón la obediencia que me habéis prestado y cuanto habéis trabajado para sostener y propagar

Yo os dejo aquí en la tierra, pero sólo por un poco de tiempo. Espero que la infinita misericordia de Dios haga que nos podamos encontrar todos un día en la feliz eternidad. Allí

s mi muerte. Es una deuda que todos tenemos que pagar, pero después nos serán ampliamente recompensados todos los sufrimientos soportados por amor

En lugar de llorar, haced firme y eficaz propósito de permanecer seguros en la vocación hasta

Si me habéis amado hasta ahora, seguid haciéndolo en adelante con la exacta observancia de

Vuestro primer Rector ha muerto. Pero nuestro verdadero superior, Cristo Jesús, no morirá. tro, nuestro guía, nuestro modelo; pero recordad que, a su

tiempo, Él mismo será nuestro juez y recompensará nuestra fidelidad en su servicio.

Si de verdad buscamos la auténtica felicidad de nuestros alumnos y queremos inducirlos al cumplimiento de sus obligaciones, conviene, ante todo, que nunca olvidéis que hacéis las

s amados jóvenes, por quienes trabajé siempre con amor, por quienes estudié y ejercí el ministerio sacerdotal, y no sólo yo, sino toda la Congregación

¡Cuántas veces, hijos míos, durante mi vida, ya bastante prolongada, he tenido ocasión de vencerme de esta gran verdad! Es más fácil enojarse que aguantar; amenazar al niño que

persuadirlo; añadiré incluso que, para nuestra impaciencia y soberbia, resulta más cómodo castigar a los rebeldes que corregirlos, soportándolos con firmeza y suavidad a la vez.

Os recomiendo que imitéis la caridad que usaba Pablo con los neófitos, caridad que con frecuencia lo llevaba a derramar lágrimas y a suplicar, cuando los encontraba poco dóciles y



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Renovación de la Profesión Religiosa

(Tras la homilía, cada hermano recibe una vela, que enciende en este momento en el cirio pascual. Cuando todos los hermanos tienen su vela encendida continúa la celebración)

Presidente: Esta vela sea signo del ofrecimiento de nuestra vida que, en la fidelidad, arde y se consume ante Dios. Todos: Amén

(Luego, tras un prolongado tiempo de silencio ante Don Bosco, con la propia lámpara encendida, todos recitan juntos la fórmula de la renovación de la Profesión Religiosa)

Dios Padre, tú me consagraste a Ti el día de mi bautismo. Como respuesta al amor de Jesús, tu Hijo, que me llama a seguirlo más de cerca, y conducido por el Espíritu Santo, que es luz y fuerza. Yo, con plena libertad te ofrezco todo mi ser, comprometiéndome a entregar todas mis energías a quienes me envíes, especialmente a los jóvenes más pobres, a vivir en la Sociedad Salesiana en comunión fraterna de espíritu y acción, y a participar, de ese modo, en la vida y en la misión de tu Iglesia. Por esto, hago voto, para siempre, de vivir obediente, pobre y casto, según el camino evangélico trazado en las Constituciones salesianas. Tu gracia, Padre, la intercesión de María Santísima Auxiliadora, de san José, de san Francisco de Sales y de san Juan Bosco, y mis hermanos salesianos me asistan todos los días y me ayuden a ser fiel.



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Padrenuestro

Plegaria del bicentenario

Padre y Maestro de la juventud,San Juan Bosco, que, dócil a los dones del Espírituy abierto a las realidades de tu tiempofuiste para los jóvenes, sobre todo para los pequeños y los pobres,signo del amor y de la predilección de Dios. Se nuestro guía en el camino de amistad con el Señor Jesús,de modo que descubramos en Él y en su Evangelioel sentido de nuestra viday la fuente de la verdadera felicidad. Ayúdanos a responder con generosidada la vocación que hemos recibido de Dios,para ser en la vida cotidianaconstructores de comunión,y colaborar con entusiasmo,en comunión con toda la Ien la edificación de la civilización del amor. Obtennos la gracia de la perseveranciaal vivir una cota alta de vida cristiana,según el espíritu de las bienaventuranzas;y haz que, guiados por María Auxiliadora,podamos encontrarnos un día contigen la gran familia del cielo.

(Donde sea posible, organizar una procesión para venerar las reliquias con un beso, con una inclinación

Bendición final



Padre y Maestro de la juventud,

que, dócil a los dones del Espíritu rto a las realidades de tu tiempo

sobre todo para los pequeños y los pobres, signo del amor y de la predilección de Dios.

Se nuestro guía en el camino de amistad con el Señor Jesús, de modo que descubramos en Él y en su Evangelio el sentido de nuestra vida y la fuente de la verdadera felicidad.

Ayúdanos a responder con generosidad a la vocación que hemos recibido de Dios, para ser en la vida cotidiana constructores de comunión, y colaborar con entusiasmo, en comunión con toda la Iglesia, en la edificación de la civilización del amor.

Obtennos la gracia de la perseverancia al vivir una cota alta de vida cristiana, según el espíritu de las bienaventuranzas; y haz que, guiados por María Auxiliadora, podamos encontrarnos un día contigo en la gran familia del cielo. Amén

onde sea posible, organizar una procesión para venerar las reliquias con un beso, con una inclinación de cabeza…)

onde sea posible, organizar una procesión para venerar las reliquias con un beso,



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