bolivar echeverria_del ethos barroco al ethos cinico

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1 Teoría Crítica en México Número 3, Marzo de 2014

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Obra fundamental del pensamiento de Bolívar Echeverria

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  • 1 Teora Crtica en Mxico Nmero 3, Marzo de 2014

  • Teora Crtica en Mxico es una revista independienteeditada por Ediciones Alternativas de Filosofa, Celaya,Guanajuato, Mxico.Nmero 3, Marzo de 2014, Primera poca.Registro en trmite.Se permite su uso sin ninguna restriccin slo parafines educativos.Citar: Autor, Ao, Nombre de revista, nmero y fechade publicacin y pginas en que aparece.

    2

  • BOLVAR ECHEVERRA: DEL

    ETHOS BARROCO AL ETHOS

    CNICO.

    INTRODUCCIN

    El problema del cual arrancamos fueformulado a partir de una pregunta central en el

    discurso de Bolvar Echeverra [en adelante, BE],

    respecto de la necesidad de pensar

    coherentemente la convergencia entre la historia

    econmica y la historia de la cultura: Es

    posible producir y consumir valores de uso cuya

    concrecin pueda pasar la prueba de la

    mercantificacin, no perderse en su metamorfosis

    dineraria sino afirmarse a travs de ella?.1

    Luego, ante el endurecimiento actual de las

    condiciones sistmicas imperantes, surgi otro

    cuestionamiento: cmo sobrevivir a ste sistema

    de vida que presenta una coyuntura en la cual

    resulta an ms insoportable? La conexin entre

    ambas preguntas importa porque la respuesta

    afirmativa a la primera, nos lleva responder la

    segunda, o sea, al planteamiento de una

    estrategia de supervivencia an en dichas

    condiciones extremadas por el rgimen de vida

    social. La respuesta de BE, implica el despliegue

    de una estrategia de vida a la que denomina

    Hctor Garca Cornejo. Celaya, Gto., Mx., autor de textossobre historia y filosofa, [email protected].

    1 Echeverra, B., La modernidad de lo barroco,Mxico: ERA, 1998, p. 159.

    ethos barroco, pero, a la que consideramos, por

    ahora, relativamente insuficiente, dado que este

    endurecimiento de la vida econmica, poltica y

    cultural, requiere de una estrategia a la que no

    alcanzara dicho ethos o que quedara

    francamente en su periferia-, y el cual se mueve

    en distintas condiciones sistmicas. La propuesta

    que presento y que podra llenar esta relativa

    laguna terica, provocada por el orden sistmico

    y no, por una insuficiencia de BE, es un subtipo

    de ethos barroco al que denomino ethos cnico.

    En lo que sigue caracterizar tanto la situacin de

    la cual surge como su contenido terico

    provisional.

    Distintos temas constituyen el contenido

    del proyecto que enmarca este trabajo, ahora slo

    presento del ethos cnico su caracterizacin, el

    tipo de praxis que puede operar, su relacin con

    la utopa, algunas tesis y fragmentos como

    modelos y una exposicin de algunos temas y

    problemas del cinismo filosfico. La va para

    este trabajo ha sido una sumaria revisin crtica

    de la teora Echeverriana del ethos histrico, que

    es la base para su afirmacin de un conjunto de

    eth modernos, de entre los cuales, el ethos

    barroco es, a su vez, la base para nuestro

    planteamiento de un ethos cnico. Una primera

    cuestin es tanto la consistencia de la estrategia

    del ethos barroco para hacer vivible la

    contradiccin constitutiva de la sociedad

    moderna capitalista realmente existente, como el

    3

  • paso al subtipo, ethos cnico, lo que en primera

    instancia significa que en el ethos barroco hay un

    espectro de posiciones, determinadas por el

    influjo del ethos realista dominante y por las

    susodichas condiciones sistmicas, en otro

    sentido, un extremo del ethos barroco se sita

    colindante con el ethos realista y otro, es el ethos

    cnico; que haya esa serie justifica hablar de un

    ethos cnico, que responde a especficas y

    distintas condiciones de la existencia que hay que

    interiorizar y de las que hay que dar una

    respuesta en trminos de supervivencia. Si el

    ethos barroco vive en y con el hecho

    contradictorio de la existencia, el ethos cnico

    debe vivir en y contra el capitalismo. 2

    Algunas preguntas nos sirven de partida,

    y las acompaamos con una respuesta

    provisional y breve, son: Qu es el ethos

    cnico? Un ethos barroco radicalizado por las

    condiciones bsicas de la existencia que

    interioriza y a las que responde dando el salto al

    modo del ethos cnico; De dnde surge su

    necesidad? De salir y responder al modo de la

    opresin radicalizada; Qu se puede esperar de

    l? Poner en operacin la idea de un ethos cnico

    para la crtica de algunos textos conectados,

    rescatar la posibilidad de autorreflexin como

    individuos y de autonoma como sujetos, y Qu

    puede resultar de su prctica? Diversos grados

    de exclusin y reduccin hasta la aniquilacin,

    2 Cfr., Idem, p. 36.

    por contraparte, una ms clara reflexin crtica

    sobre el problema de la libertad y su ejercicio

    igualmente menos reducido. Por el momento, no

    ponemos en duda la capacidad operativa del

    ethos histrico para la reflexin crtica sobre la

    modernidad capitalista, por ello, podemos pasar a

    ponerlo en operacin con la idea de un ethos

    cnico. El salto a este supuesto ethos premoderno

    que corri a travs de la modernidad a veces en

    forma latente, pero, otras veces patentemente, es,

    en primera instancia, congruente con la

    necesidad Echeverriana de no proscribir y

    aniquilar lo no-moderno. Ms adelante, veremos

    cmo se puede sostener sin que caigamos en un

    anacronismo.

    En este momento es necesario dibujar un

    contorno de este ethos cnico, o de este intento de

    una filosofa cnica, para diferenciarlos del

    concepto de kinismo presentado por Peter

    Sloterdijk en su Crtica de la razn cnica, y del

    cinismo como expresin del agotamiento de la

    civilizacin, presentado por BE, en

    Posmodernidad y cinismo,3 debido a que

    usamos la misma categora aunque con otro

    significado. De Sloterdijk, hay que distinguir

    entre un sentido peyorativo y uno meyorativo de

    cinismo, el primero, es su diagnstico de la

    cultura de los ltimos 50 aos, el segundo, su

    propuesta teraputica. Caracteriza el cinismo que

    domina la cultura a partir de los 1960s como una

    3 En, Las ilusiones de la modernidad, Mxico: UNAM/El Equilibrista, 1997, pp. 39-54.

    4

  • amalgama de insensibilidad, adormecimiento de

    los sentidos, ausencia de crtica, infeccin

    crnica de las heridas dejadas por esta, remisin

    del dolor epocal, ocultamiento de la verdad,

    encubrimiento como elemento constitutivo de la

    cultura, una frase expresa este estado

    generalizado: Dado que todo se hizo

    problemtico, tambin todo, de alguna manera,

    da lo mismo.4 El kinismo, es la alternativa

    remedial al estado cnico de la cultura, reivindica

    lo corporal y su fisognoma, que llevara a un

    despertar sensual, a una crtica que desnuda las

    verdades encubiertas, pero, habla Sloterdijk, bajo

    la promesa de no postular nuevos valores,

    promete no prometer nada, porque habra una

    impotencia y una meta atroz en toda promesa de

    la razn. La nica promesa del kinismo es la

    recuperacin del cuerpo como sensor csmico,

    porque seguir siendo sensible era casi una

    actitud utpica: el mantener los sentidos

    agudizados para la felicidad que no vendr y que

    [] nos protege, en este estar preparados, de las

    ms crasas rudezas.5 Otra diferencia importante

    es que nuestro problema no se ocupa

    directamente de la relacin entre saber y poder,

    educacin y vida, o que la educacin provoque o

    resuelva problemas. Ethos cnico y razn knica

    de Sloterdijk tratan distintos problemas, pero,

    podramos decir que el ethos cnico practica un

    4 Sloterdijk, P., Crtica de la razn cnica, Madrid: Siruela, 2003, p. 21.5 Idem, p. 25.

    cierto kinismo. A diferencia del cinismo y del

    kinismo, al ethos cnico no lo cre ninguna

    competencia (entre los eth modernos) sino el

    sistema de vida impersonalmente. Dicho de otra

    forma, surgi de la competencia entre lo

    universalizado, de la abismacin del individuo y

    de la absorcin del sujeto. Para Sloterdijk, el

    cinismo carece de valores firmes siendo el

    resultado de una suerte de eleccin. As, el ethos

    cnico no es ni un kinismo, ni un cinismo, de

    manera que el pensamiento sobre el ethos cnico

    no necesita de esta distincin nominal.

    Para BE, es el cinismo lo que se ha

    convertido en el sntoma ms caracterstico de la

    civilizacin actual.6 Este es el sentido

    peyorativo, en sus acciones el cnico ejerce la

    corrupcin sustituyendo as el respeto a la ley,

    aprovecha las zonas ciegas del sistema y su falta

    de fundamento ltimo en su propio beneficio.

    Pero, no se trata slo de un modo de produccin

    o un sistema social cnicos, sino de toda una

    civilizacin cnica que construye el mundo de la

    vida sobre la destruccin y utilizacin de la vida

    misma; de un sistema cuya dinmica slo puede

    sostenerse mutilando el cuerpo social y agotando

    su fundamento natural, para mantener su

    propsito infinito de incrementar con beneficios

    para el capital la masa y la variedad de la oferta.

    Como poltica econmica, de algn modo

    este cinismo produjo, se alimenta y vive del

    6 Echeverra, B., en Las ilusiones de la modernidad, p. 39.

    5

  • desperdicio de mano de obra y de recursos

    naturales, el sistema capitalista de produccin

    trae inevitablemente consigo esta situacin y, sin

    ella, resultara imposible. As, asume la realidad

    de ese desperdicio y lo somete a un tratamiento

    para hacerlo aprovechable. Su tarea consiste

    ahora, a la inversa de Keynes, en vivir sobre la

    crisis y hacerla rentable. Para BE, Este cinismo

    slo puede comprenderse a partir de un estado de

    cosas ms general: el estado de agotamiento de

    la cultura poltica moderna, la cual de otro

    modo, consiste en la desaparicin de los

    lenguajes polticos, de los debates en el campo

    poltico y casi del sistema poltico en cuanto tal.

    Finalmente, el cnico realismo de esta cultura

    poltica, su capacidad de traducir la positividad

    de la vida del capital al plano de la actividad

    cotidiana y racional de los individuos sociales, se

    cumple mediante la construccin de un complejo

    mtico que combina tres mitos diferentes: el de la

    revolucin, el de la nacin y el de la

    democracia.7

    Esta breve caracterizacin de los

    conceptos de Sloterdijk y de BE, es suficiente

    para distinguirlos de la idea de un ethos cnico,

    aunque no perdemos de vista sus convergencias e

    imbricaciones en el todo de la vida social y, an

    as, considerar que es posible una fijacin de

    fronteras. Ms adelante, volveremos sobre ellos,

    para redondearla. Veamos, ahora, algunos

    7 Idem, p. 42.

    fragmentos de este ethos cnico, para sostener

    plausiblemente que surge de una realidad

    cotidianamente soportada y para su desarrollo

    breve. Antes, su nocin preparatoria: Es un

    subtipo de ethos barroco, que debe interiorizar

    una endurecida situacin del hecho capitalista

    realmente existente, en el que la lgica que rige

    su mundo aqu y ahora, lo ha reducido de tal

    manera que sobrepasa los cnones de

    interiorizacin y respuesta del ethos barroco, as,

    la primera indicacin en su resignificado cdigo

    es una postura y una actitud de mayor

    contradiccin con el sistema imperante por

    decirlo as, una praxis ms radical y que expresa

    lo negativo-, dando respuestas no

    condescendientes, buscando transgredir an ms

    de cerca dicha lgica. Rompe as de modo ms

    directo con el continuum del tiempo progresista,

    mientras en esa praxis, no trabaje para el

    mercado capitalista o trabaje para este lo menos

    posible, aunque tampoco, disfruta de sus

    beneficios personal o inmediatamente, o lo hace

    lo menos posible, ya que todo disfrute lleva su

    cuota de enajenacin social y de sufrimiento.

    ALGUNOS FRAGMENTOS DELETHOS CNICO

    Primero, cmo es que surge un ethos

    cnico. Es un tipo de ethos histrico, originado en

    el mundo griego, su primer documento es la

    exclamacin de Scrates: Cuntas cosas hay

    que no necesito!, mientras caminaba por los

    6

  • mercados de Atenas. No decimos que Scrates

    fund la filosofa cnica, slo que esta

    proclamacin indica una respuesta a la

    contradiccin central del mundo esclavista y la

    negativa a formar parte de l, al modo del ethos

    realista, propio de ese modo de produccin social

    conformado por distintos tipos de eth

    esclavistas. Utilizando la categora del ethos

    histrico con su todo su autntico peso como tal

    para la crtica materialista de la cultura, podemos

    decir que, la contradiccin constitutiva del

    mundo esclavista esto es, la apropiacin

    absoluta de una parte del cuerpo social- provoc

    la configuracin semitica de distintas estrategias

    de interiorizacin y respuesta ante el factum

    esclavista, las cuales fueron: el ethos realista, su

    militante activo, el prototipo es Agamemnn; por

    su lado, los tipos de mestizaje cultural junto con

    las actitudes de resistencia y rebelin dieron

    origen a un ethos barroco, aqu el prototipo es

    Prometheo; al ser la fuente de lo clsico la edad

    homrica y al combinar sus cultivadores esto,

    con una actitud de resignacin ante el mundo de

    la vida, fue posible un ethos clsico, aunque el

    prototipo que proponemos sale del esquema

    proyectado en los mitos, resulta ser Zenn de

    Citio; y Paris, resultara haber sido el prototipo

    de un ethos romntico, ya que al elegir a

    Afrodita como la ms hermosa de todas las

    diosas olmpicas, privilegi el valor de uso. Si

    hubiese elegido a Atenea, por quien sera un

    guerrero invencible, o a Hera, por quien

    mandara sobre innumerables pueblos, habra

    ejercido otros eth. Pero, ignor o neg la

    contradiccin valor/valor de uso. Para Paris, la

    existencia es una aventura de la especie, sujeta a

    los designios del Hado, i. e., incambiable. Son

    eth surgidos en un suelo semitico totalmente

    pre-moderno y entendemos que el uso que

    hacemos de estas categoras que BE resignific

    para constituir su teora del ethos histrico,

    implica una nueva y relativa resignificacin, que

    acarrea algunos problemas tericos cuyo

    tratamiento dejaremos para otra ocasin, el

    principal quiz sea, y por ello lo queremos dejar

    asentado, es la sospecha de un cierto

    anacronismo en algunas de ellas (como en el

    romntico y el barroco).

    Volviendo a Scrates, es un hecho

    admitido aquella su proclamacin sobre el exceso

    de mercaderas y su conexin con un

    pensamiento cnico en ciernes, as que, bajo la

    ptica del ethos histrico, se puede pensar en un

    ethos cnico socrtico a partir de su desacuerdo

    con el rgimen imperante, no buscar beneficiarse

    de l, navegar en su contra y, finalmente, morir

    por la respuesta estratgica del ethos cnico, que

    adems, expresa una negativa radical a entrar en

    el juego del subsistema judicial. Hubo, en el El trmino cnico es realmente una categoraesttica, como realista, clsico, romntico ybarroco, se concretiz como el arte marginal;estuvo presente en rituales austeros enmediode cierta opulencia; o en la esttica sobria delos primeros cristianos (sandalias, zurrn,

    7

  • cinismo clsico, un cuerpo doctrinal, es sabido

    mediante Digenes Laercio, que Antstenes lleg

    a escribir varios libros sobre diversos temas; lo

    cual, indica la complejidad del pensamiento

    cnico clsico no ponderado suficientemente y

    an en resolucin, si lo comparamos con las

    filosofas de Platn o Aristteles, la cuestin es

    que hubo un discurso filosfico cnico,

    caracterizado por la posicin ms negativa frente

    a su mundo (lo que por otro lado, nos lleva al

    problema de la relacin y diferencia entre la

    negatividad del cinismo clsico y la que es propia

    de la filosofa del ethos cnico, la primera, es la

    contradiccin constitutiva en que se genera cada

    uno: apropiacin absoluta de cuerpo social y

    subsuncin del valor de uso al valor de cambio).

    Otro momento relevante del cinismo es su paso

    por la modernidad, con los primeros cristianos y

    las rdenes mendicantes. Ms tarde, la

    modernidad que elige el modo capitalista lo

    convierte, por su ethos propio, en su enemigo y,

    entonces, este nuevo mundo se vuelve anti-

    cnico, en el sentido que venimos manejando.

    As, podemos ver que hay distintas etapas de su

    despliegue: 1) El Cinismo del modo esclavista

    clsico de produccin surgido en su etapa griega

    tarda, asociado al surgimiento del ethos cnico

    socrtico; 2) el Cinismo hacia el final del modo

    esclavista y al comienzo del modo feudal: el

    tnica y bastn), o en el graffiticontemporneo. La esttica cnica modlicaes Digenes de Snope.

    cinismo cristiano-moderno; 3) luego, el cinismo

    capitalista, peyorativo y con diferenciadas fases,

    que van de su negacin, implcita en el origen

    capitalista que precisa de enajenacin de

    plusvalor y de consumistas dirigidos, a los que

    llevan una vida regida por la mentira y la

    insensibilidad Sloterdijk- y el agotamiento de la

    civilizacin B. Echeverra-, ste ltimo, en

    relacin constitutiva con el sistema moderno

    capitalista como el ethos cnico; y 4) tambin,

    podemos considerar un cinismo peyorativo del

    socialismo real opuesto al ethos cnico y un

    cinismo meyorativo del socialismo cientfico, de

    ndole utpica y que podra ser cuestionado por

    BE, si conserva el sentido mesinico de

    revolucin. De acuerdo con esto: No hay cinismo

    (peyorativo) o kinismo, excepto en las sociedades

    de clases y, en el caso del esclavismo y la

    modernidad capitalista, nicamente en sus

    configuraciones tardas. La modernidad surge

    hacia la parte ltima del esclavismo como un

    cinismo, por lo menos en teora, haba que

    practicar la pobreza de bienes materiales, y

    trabajar por los bienes del espritu (la primera

    modernidad es la cristiana por tramitacin del

    Concilio de Nicea y de Constantino I y su edicto

    de Miln, en el 325 d. n. e.). A lo que se puede

    agregar que el cinismo como forma de Un Ethos es constitutivo porque se instala enlas formas bsicas de la produccin y elconsumo de los valores de uso, las cualesoperan como el fundamento de todo elsistema social de signos que se produce en eltranscurso de la existencia.

    8

  • interiorizacin de la base de la cultura es una

    respuesta a cierta abundancia de bienes y nunca a

    la escasez. No se podra hablar del cinismo tribal

    o del cinismo del siervo. En el mundo feudal,

    hubo un seor cnico emblemtico: Francisco de

    Ass.

    Al reflexionar sobre un ethos cnico

    hemos pensado en individuos que son orillados a

    sentir y pensar de ese modo. Y de ninguna

    manera en reducir a la unidad de un concepto o

    una teora ciertas formas sociales existentes. Ms

    bien, nos asalta la duda de su pertinencia y el

    impulso de abandonarla como idea descriptiva o

    conceptuadora y, desde luego, que es insuficiente

    para entender otras estrategias y condiciones de

    vida, pero, tambin, que este ethos cnico es

    abiertamente no-ciudadano de esta civilizacin.

    Qu podemos decir del Ethos cnico sobre la

    base de la fisognoma de Scrates? Que era por

    fuera burlesco y por dentro lleno de dioses. Lo

    que crticamente considerado es su prctica

    disruptiva del sistema de vida social y una

    capacidad discursiva que enfatiza lo

    autnticamente serio de la filosofa, que, desde

    luego, no era la seriedad de la poca. Si para

    Sloterdijk, en la actitud knica hay que enviar el

    cuerpo a cambio del cerebro, si para BE, el

    cnico transgrede su propio orden normativo

    buscando su propio beneficio, si para el cinismo

    clsico el modo de vida dominante esclavista es

    un terrible mal, para el ethos cnico, se trata de la

    auto y hetero-exclusin y la precariedad, a

    cambio del ejercicio de la libertad de trabajo

    respecto del tiempo burgus y del mnimo de

    enajenacin por la industria cultural (esto puede

    darse por la autoexclusin y un disfrute crtico de

    esta), y an ms, de que la autoexclusin podra

    llevar en s las condiciones para una menos

    inautntica, menos fetichizada consistencia. El

    ethos cnico en un puro barroquismo elige

    como estrategia de vida, de produccin y

    consumo, de trabajo y de disfrute, esta forma

    derrotada por el ethos realista. A la pregunta de,

    cmo es la tensin entre la crtica (que efecta el

    ethos cnico) y lo criticado-criticable (la cultura

    material moderna capitalista endurecida),

    provoca horror, es ms hosca que precisa y jams

    condescendiente.8 No busca mantener el paso a la

    realidad, ni captarla como idntica a su concepto,

    por ello es posible la crtica. Parafraseando a

    Sloterdijk, el ethos cnico se constituye en un yo

    provisional de la Teora crtica y un punto de

    situacin le puede proporcionar perspectivas

    realmente incisivas, lo que s comparte con

    aqul, es el a priori del dolor, que nos lleva a una

    suerte de crtica microlgica: ms desde una

    proximidad correcta de la dureza cotidiana- que

    desde una distancia adecuada la suavidad del

    cubculo de trabajo-.9 Como crtica negativa

    busca la exploracin de los lados ms oscuros de

    la cultura y la vida social para proporcionar una

    8 Cfr., Sloterdijk, Op., cit., p. 21.9 Cfr., Idem, p. 23.

    9

  • imagen de lo que no se debe permitir. Si para

    Sloterdijk la relacin de dolor es el criterio de

    verdad,10 para el ethos cnico la relacin de

    rompimiento es el suyo. Esta relacin es doble,

    por un lado, aplastamiento social y, por otro,

    mejores condiciones para el ejercicio prctico y

    terico de libertad; el ser aplastado, su medida,

    nos dice qu es verdadero y qu es falso.11 Pero

    esto slo ocurre al unsono de otro proceso, la

    descolonizacin de la conciencia, pues no sufre

    dolor por no tener capacidad adquisitiva para

    consumir del inmenso arsenal de mercancas que

    ofrece el sistema de vida; proceso anlogo al de

    la enmienda del intelecto (como en Spinoza), a

    diferencia de que el ethos cnico no busca una

    visin subspecie aeternitatis.

    El ethos cnico moderno se asume no

    como que, no hay alternativa y ni modo hay que

    ser cnico, sino que es una actitud estratgica que

    se adopta de forma combativa, pero, porque es

    una respuesta al estado permanente de guerra que

    forma parte del dispositivo de produccin

    societal en que ha de vivir a raz del

    endurecimiento multidicho y que con otras

    palabras consiste en que, las mediaciones

    sociales en que el factum capitalista se vino

    dando hasta fines de los 1960s, en las cuales un

    10 Cfr., Idem, p. 24.11 [] en esta poca de universal opresinsocial, la imagen de la libertad frente a lasociedad slo pervive en los rasgos delindividuo maltratado o aplastado, ver, Adorno,TW, Dialctica negativa, Madrid: Taurus,1975, p. 263.

    locus central era el discurso y la opinin pblica,

    ahora, la poltica, por ejemplo, se decide en la

    trama misma de la vida econmica, i., e., del

    mercado, obedeciendo crudamente a sus intereses

    y con la ayuda de la industria cultural (ahora con

    el despliegue de la imagologa: texto-slogan

    acompaado de imgenes), la nueva fuerza con la

    cual sta viene dotada para provocar el

    asentimiento generalizado, no est tanto en su

    capacidad ubicua de penetracin cuanto en el

    acuerdo que proyectan con la vida econmica

    capitalista. Por esto, dos cosas ocupan la atencin

    de este ethos cnico, por un lado, el

    cuestionamiento de todo discurso que se ha

    erigido como un poder social y, por otro, una

    prctica de produccin y consumo contra el

    tiempo burgus. En estos dos puntos el mismo

    Scrates es modelo. Scrates habra, pues,

    practicado un ethos cnico, determinado por la

    contradiccin central esclavista la subsuncin

    de la produccin natural de valor a la apropiacin

    absoluta de una parte del cuerpo social-,

    enmarcado por esta estructura bsica de su

    propio mundo social y fruto de una reaccin que

    se horroriza por este dao infringido al que siente

    injustificable; aunque tambin, habra practicado

    otras formas de eth, quiz los eth que nunca

    ejerci fueron dos, el realista no podemos

    considerarlo militante del sistema esclavista, si es

    que dirigi la liberacin de esclavos-, y el

    clsico, por las mismas razones, no se mostr

    10

  • impasible ante la desgracia, el dolor y la

    adversidad de las vctimas del sistema opresivo

    en turno; pero, s practic el ethos romntico,

    aunque con sus particularidades, sin ignorar la

    contradiccin del valor, su dicho sobre el exceso

    de mercancas expuestas en el mercado de

    Atenas prueba esto; adems, s, habra

    privilegiado el valor de uso; nos parece que no

    habra considerado incambiables las cosas, de

    otro modo, su labor educativa no tendra sentido,

    y de lo que podemos estar ms seguros es de su

    prctica del ethos barroco, ya que re-signific la

    contradiccin del valor y mantuvo una actitud de

    sobriedad y rebelin, frugalidad y austeridad,

    desacatando el orden pblico, en una fase

    avanzada del modo esclavista.

    Al contrario del cinismo de la

    civilizacin, el ethos cnico no tiene ms

    remedio que ejercer la corrupcin como

    estrategia de supervivencia y llevado por el orden

    sistmico. El cnico segn BE, ejerce la

    corrupcin como sustituto vlido del respeto a la

    ley. Alguien que no siente escrpulos al utilizar

    en beneficio propio los puntos de fracaso de una

    forma institucional vigente.12 No obstante, la ley

    no deja de ser un valor que ejercera si pudiese

    hacerlo, aunque en otro mbito civilizatorio

    cosa harto difcil, pues en forma patente, la ley

    est del lado del poder institucional y forma parte

    de las instituciones agotadas burguesas, aunque

    12 Echeverra, B., Las ilusiones de la, p. 39.

    de algn modo ejercen cierta contencin de sus

    intereses-, as, que debe moverse en los lmites

    del conjunto de las normas, tanto, como lo

    permita el sistema para no ser aniquilado,

    adems, con sus acciones rompe el continuum del

    tiempo burgus y, con ello, se opone al ethos

    realista, de modo que las relaciones que resultan

    no son propiamente ya de su orden.

    Hay que tomar un poco a la ligera este

    ethos cnico y en lugar de probar su falsedad, en

    primera instancia, como producto de la

    conciencia en especficas condiciones

    mediatizadas por las relaciones sociohistricas

    que le dieron origen, sugerir una poltica para el

    aqu y ahora.13 La diferencia entre el cinismo de

    la Posmodernidad y el ethos cnico es, pues, que

    este no busca beneficiarse del sistema econmico

    y poltico, y no vive en la condicin del

    agotamiento de la civilizacin no cree en la

    triloga mtica: democracia, nacin y

    revolucin,14 desde luego, en su calidad de mito

    13 [] queda pendiente la crtica a los distintoseth o sistemas de signos sociales y de las ideasconcretas que ellos transmiten. [] aunque[BE] evale los eth contrastndolos entre s yexamine sus interrelaciones, al tratar a cada unoen particular, slo cabe la posibilidad decreerle a cada ethos ya que l mismo se haquitado la facultad y el derecho de la dudaradical [] Ortega Esquivel [] percibe unaconfianza desmedida en [] la posibilidad deconstruir una voluntad general []anticapitalista en las condiciones reales delmomento, ver, Gandler, S., Primerasaportaciones para una teora crtica noeurocntrica. Marxismo bajo el volcn,Mxico, Argumentos, nmero 39, 2001, p. 134. 14 Cfr., Echeverra, B., Las ilusiones de la, p. 39.

    11

  • moderno- ni en el consumo dirigido, su consumo

    es racional objetivo, y es capaz de ver

    claramente el porqu de los puntos de fracaso de

    la formacin institucional vigente en la falsedad

    de sus relaciones sociales; en esto ha resuelto en

    mayor medida el problema de la inconsistencia,

    porque no es un crtico del rgimen a la vez que

    se beneficia de l, con una vida de burgus. No

    porque no haya tenido la oportunidad, sino

    porque ve el significado real de beneficiarse del

    sistema, porque todos sus productos llevan en s

    trabajo social que ha sido enajenado socialmente

    de alguna forma, del arsenal inmenso de

    mercancas que ofrece la sociedad capitalista

    mana sangre, sudor y sufrimiento de los

    explotados. El problema de la consistencia es de

    algn modo, otra cara del problema de la unidad

    de estilo (Nietzsche) entendida en la forma del

    materialismo histrico.15 En las zonas ciegas del

    cinismo peyorativo no es el perro quien gua al

    invidente sino un perro ciego a un no-individuo.

    La incapacidad de la sociedad capitalista

    de organizar adecuadamente el reclamo social de

    una vida digna se expresa como la falta de

    respuesta, que justamente la organice de modo

    adecuado, no que vuelva ms difciles las

    15 Cfr., Nietzsche, F., Primera Intempestiva.David Strauss. El confesor y el escritor,Madrid: Alianza, 2000, pp. 31 y 35. ParaNietzsche, la falta de unidad de estilo es unanada de interioridad y una exterioridadcultifilistea, o sea, mera apariencia de cultura.Se trata de un concepto no slo esttico sinotambin metafsico.

    condiciones de existencia.16 Esta falta de

    respuesta adecuada es lo que mueve al ethos

    cnico a estar en, pero, contra el capitalismo

    existente. Debe practicar una estrategia para

    aguantar aquella incapacidad y sufrirla y, an as,

    no sucumbir ante la civilizacin cnica, y

    postergar su xito total respecto de este ethos

    cnico, que no es otra cosa que su aniquilacin, la

    cual esta civilizacin reafirma operando el

    dispositivo: construccin-destruccin-utilizacin.

    El ethos cnico no es ciudadano de esta

    civilizacin cnica, vive en ella porque no puede

    escapar, se lleg el momento en que no habr

    para dnde correr y este, es el autntico sentido

    histrico crtico de la idea teolgica del

    Apocalipsis. El Apocalipsis es ya la civilizacin

    cnica producida por la sociedad capitalista que

    ha incorporado todo el orbe, como el ser de

    Parmnides, nada queda fuera porque todo lo

    ocupa. Esta es la idea peyorativa de un ethos

    cnico cuando el ethos realista se torna cnico:

    una estrategia de construccin del mundo de la

    vida que, para afirmarse en cuanto tal, debe

    volver sobre la destruccin de la vida que est

    implcita en su propio diseo y utilizarla

    expresamente.17 Pero como es imposible escapar

    de este dispositivo, el ethos barroco y el ethos

    cnico lo utilizan resignificndolo, cuando no

    transgredindolo.

    16 Cfr., Echeverra, B., Las ilusiones de la, p. 39s.17 Echeverra, B., Idem, p. 40.

    12

  • Lo que intenta cambiar el ethos cnico

    con su accin ethoica aqu y ahora, es justamente

    la temporalidad de que precisa el esquema

    civilizatorio: construccin de vida, destruccin

    de vida, utilizacin expresa de vida. Busca que la

    mutilacin del cuerpo social no sea otro insumo

    para la alimentacin del sistema y sus

    capacidades y requerimientos de produccin, y

    revertir el agotamiento de su fundamento natural,

    mediante una prctica social sostenida por los

    valores de uso y la produccin para un consumo

    racional objetivo. Dicho con otras palabras, lo

    que busca cambiar es la subsuncin de la

    produccin natural de valor a la valorizacin de

    este. Pero, el ethos cnico acta solo pues ha sido

    excluido por el sistema y l mismo se excluye-

    y ste, es su lado ms dbil. Lo significativo de

    este ethos es que no abone para la permanencia

    de las relaciones sociales capitalistas, ni para el

    encubrimiento ideolgico de su falsedad.

    Caracterizar exhaustivamente los modos de

    trabajo y consumo del ethos cnico y su grado de

    consistencia o unidad de estilo (exterioridad

    precaria e interioridad crtica y autorreflexiva), es

    una tarea pendiente.

    En otro texto dijimos que Hegel, escribi

    que el cinismo clsico apareci en una poca de

    abundancia,18 y que su reaparicin como ethos

    histrico ocurre en una fase en que la produccin

    18 Cfr., en Hegel, GWF, Elements of thePhilosophy of Right, United Kingdom:Cambridge University Press, 2003, p. 231.

    capitalista se distingue por su sobreabundancia a

    la que corresponde una escasez, una abyeccin

    (un estar parado abajo sosteniendo esa

    sobreabundancia). Una cara del proceso, en esta

    modernidad capitalista, consiste en que ha

    orillado a muchos a una pesada vida debido al

    endurecimiento de las relaciones sociales,

    envindolos an ms abajo en la escala social.

    Ethos cnico peyorativo y ethos realista

    convergen en que dejan caer toda intencin

    irnica y vuelven rentable a la crisis misma, o

    sea, a las relaciones en las cuales se desarrollan,

    aplastando an ms una parte del cuerpo social.19

    Cada eth tiene su papel y responsabilidad en

    beneficiarse de lo rentable. La unidad de estilo,

    de consistencia, resulta de la medicin de los

    profits econmicos y polticos.

    Para BE, presuponer al hombre como

    fundamento de la realidad del mundo, a toda

    costa, es parte del pensamiento cnico peyorativo

    que delinea un aspecto de la imagen burguesa

    fascista de la ontologa alemana.20 Y no hay que

    omitir la dosis de eurocentrismo que contiene

    esta imagen, el hombre es en el mundo, sobre el

    emplazamiento que es l mismo, pero, el

    hombre europeo, portador de la historia universal

    y su esquema civilizatorio. Hay ms en el orden

    de la filosofa heideggeriana, el hombre ario cuya

    escucha a la que debe obediencia, se materializ

    en el proyecto de mundo no slo Judenfrei, sino

    19 Cfr., Echeverra, B., Las ilusiones, p. 41.20 Cfr., Idem, p. 41s.

    13

  • libre de no arios. Con Auschwitz, se consolida el

    quiebre de la civilizacin, el ala ms consecuente

    de la teora crtica entiende a Hitler, no como la

    figura de une estado de excepcin, un monstruo

    irrepetible, sino como la expresin del instinto

    depredador de la cultura moderna capitalista y

    como un precursor del estado de guerra

    permanente a partir de su ascenso al poder. Se

    trata, de una respuesta siempre posible ante las

    amenazas al proceso (y a los profits) del sistema-

    mundo: las de la eficacia despiadada, [] la

    supervivencia del grupo a cualquier precio, la del

    dominio y explotacin incesante de los recursos,

    naturales pero tambin humanos.21 Hitler ya sin

    su disfraz de diablo blico del

    nacionalsociaslismo, amenaza desde un pasado,

    en cierto modo victorioso, con el proyecto del

    futuro capitalista, este, es el sentido de la

    perspectiva de la teora crtica, que nos conmina

    a no perder de vista dicho quiebre civilizatorio.22

    El tipo de socialidad que es condicin del

    cinismo de la civilizacin y en el que la cultura

    poltica humanista consiste, es su reproduccin

    21 Quevedo, J. y Fernndez, J., Gua delectura: una retrospectiva del Holocausto, en:http://espanol.free-ebooks.net/ebook/Guia-de-lectura-Una-retrospectiva-del-Holocausto/pdf,consultado 1 de octubre de 2013, p. 42,quienes presentan la obra de Amery, C.,Auschwitz, comienza el siglo XXI? Mxico:FCE / Turner, 2002. El supuesto estado deexcepcin inaugur el estado permanente dela vida daada. 22 Por ejemplo, sobre la ruptura de lacivilizacin, v. Gandler, S., Fragmentos deFrankfurt. Ensayos sobre la teora crtica,Mxico: Siglo XXI/UAQ, 2009, p. 18ss.

    que la presupone como una materia maleable por

    las manos demirgicas de la actividad poltica,

    cuyas instituciones seran, segn esta visin, el

    resultado de la intencin humana objetivada.23.

    Dicha reproduccin resulta realmente

    determinante en la construccin de

    contradicciones que la agotan en la medida de su

    aparicin en la objetidad social, o con otras

    palabras, en la medida del desarrollo de su

    falsedad, o sea, que producira valores de uso

    para el consumo racional y para mejorar la vida

    de los miembros de las sociedades. El cinismo

    de esta civilizacin (BE) estaba en germen desde

    su inicio, contenido en la falsedad de sus

    relaciones o en la manera de resolver la

    contradiccin bsica de la existencia humana, i.

    e., la relacin entre la produccin y el consumo,

    o entre la vida econmica y la vida cultural (el

    capitalismo reemplaza esta contradiccin con

    otra, que vino a empeorar la existencia:

    subsuncin de la produccin natural a la que

    valoriza el valor). El ethos cnico se nos presenta

    como una estrategia radical en el sentido de que

    intenta resolver esta contradiccin central de la

    existencia en el mundo capitalista, mediante una

    resolucin que intenta quebrar el dispositivo de

    sus relaciones, rompiendo el continuum de su

    temporalidad, y claro, no perdemos de vista la

    problemtica respecto de que hay que creerle,

    pues, no slo hay la cuestin de que una suma de

    23 Cfr., Echeverra, B., Las Ilusiones, p. 42.

    14

  • voluntades pudiese en las condiciones actuales

    propiciar la transformacin del hecho capitalista,

    sino que an ms grave, el ethos cnico acta

    solo.

    Esta ilusin del hombre moderno de ser el

    matre et possesseur de la nature (BE) es la base

    y expresin germinal del cinismo posmoderno, y

    su agotamiento consiste justamente en la

    conciencia de que no es tal cosa. Otra expresin

    de esto, es la idea del truncamiento del proyecto

    moderno de vida, pero, el ethos cnico es

    consciente de la cada definitiva de las

    expectativas de la Ilustracin. El ethos cnico es

    irreal en la medida en la cual se opone al ethos

    dominante de esta cultura poltica realista, el

    primero, camina en sentido opuesto al de la

    expansin de la riqueza capitalista y es tambin

    irreal mistificado- por su pretensin de realizar

    la utopa de la ciudad luminosa, slo si esta

    pretensin se constituye una hipostasiacin de la

    idea de revolucin, i., e., que se entienda en

    sentido mesinico. Pero, es tambin el ms

    realista debido a su posicin combativa contra las

    relaciones falsas del capitalismo existente. Un

    resultado de la crtica al tiempo progresista

    burgus, que solucionara en el futuro la

    problemtica que genera, es la prctica del ethos

    cnico que rompe ese tiempo introduciendo en las

    relaciones de la vida, aqu y ahora, formas

    distintas de trabajo y disfrute, o de produccin y

    consumo.

    El mito de la revolucin, que no slo

    forma parte del esquema del cinismo

    posmoderno sino que es su mito bsico, es el que

    otorga legitimidad al nuevo poder social que se

    erige sobre los hombros de las clases que

    sostienen la historia.24 Las nuevas clases

    dominantes, en cada caso, hablan en nombre de

    la sociedad toda y sus formas de socialidad

    pretenden borrar todos los otros tipos de

    construccin de la existencia social junto con sus

    formas de convivencia y su imagen, estos tipos

    son el enemigo al que buscan aniquilar. Pero, el

    ethos cnico opera en otro sentido al de este mito

    moderno, accionando el freno de emergencia de

    la opresin con su contraprctica disruptiva,

    digamos que lo que proyecta, a su vez, en este

    nueva mitificacin libertaria, es justo su

    necesidad, ya no de elegir su propia existencia

    sino de dar algunos pasos para su propia

    supervivencia, el principio de individuacin se ha

    convertido para l, en principio de aniquilacin.

    Por otro lado, el hecho de que el mito de

    la revolucin sea propio de la modernidad,

    porque la hipstasis idealizadora que lleva a

    cabo [] trabaja en su caso sobre la experiencia

    bsica de la vida social moderna [] del

    mercado como locus privilegiado de la

    socializacin,25 establece relaciones con el

    cinismo peyorativo, lo que no se vea claramente

    cuando el locus de socializacin no era el

    24 Cfr., Idem, p. 42s.25 Ver, Idem, p. 43.

    15

  • mercado sino las trincheras, al inicio de las

    revoluciones burguesas. Y aunque queda por

    aclarar el tipo de relacin entre cinismo clsico y

    mito clsico, ste cinismo es un producto rudo de

    la lujuria del mundo esclavista, un fragmento de

    mito clsico, comprendido en relacin

    constitutiva, puede ser el de Odiseo, fecundo en

    recursos dialgicos y quien es el zon logn por

    antonomasia. Este mito, sirvi en el desarrollo

    del dispositivo de dominio, trabajando sobre la

    experiencia bsica de la vida social esclavista,

    Odiseo, es el logos, la voz de mando sobre los

    balbuceantes (brbaros, carentes de discurso y

    que salen ganando con su esclavitud), quienes

    han de dar la vida por el amo, y terminan dndola

    en cada una de las estaciones que cantan su

    regreso a taca; en este dar la vida por alguna

    cosa superior, consiste parte de la hipstasis

    idealizadora que conlleva todo mito; lo cual, nos

    pone, tambin, en la necesidad de aclarar la

    relacin entre Teora crtica y ethos cnico en lo

    que a ste concierne de hipstasis. La

    antivigencia del ethos cnico est en que su

    presencia en el mundo es la que menos depende

    de alguna vigencia capitalista (excepto porque se

    emplaza en las relaciones mismas de la vida

    cotidiana), porque su prctica de la conversin

    del valor de uso en valor de cambio, no sigue las

    reglas del esquema realmente existente; su

    funcionamiento no depende, como en la ms alta

    medida que se da en el ethos realista, del espectro

    de actos que se llevan a cabo en el mbito de la

    circulacin mercantil capitalista.26

    En este mito moderno de la revolucin,

    ya visto en perspectiva nacional mexicana, el

    hombre revolucionario, es el monstruo centauro,

    capaz de llevar la carga de la revolucin, el

    centauro del norte. Cmo y de cules formas

    queda agotada la poltica de la modernidad

    capitalista realmente existente, cuyo resultado es

    que se torna cnica peyorativa? Cuando la

    supuesta objetividad de sus mitos fundativos es

    puesta en tela de duda por la experiencia real de

    la socialidad humana. Para la filosofa crtica de

    Kautsky y Lenin lo esencial de la

    transformacin revolucionaria no est en ser

    absoluta, sino en ser radical.27 Por esto, la

    realidad revolucionaria del ethos cnico est en

    que no debe ser concebida simplemente como la

    materializacin de un ideal generado por el

    discurso terico en calidad de sujeto, sino que

    debe ser pensada (y puesta en prctica) como la

    reactualizacin (espontnea y reflexionada) de un

    conflicto que se encuentra en las races mismas

    de la vida social, y al que busca resolver con

    una contraprctica, que introduce un dao en la

    realidad y normalidad capitalistas. El mito del

    ethos cnico se sustenta, a su vez, en su supuesta

    capacidad de alterar la lgica de la subsuncin

    valorizadora del valor y, por tanto, del mundo de

    las mercancas, y su crtica de la realizacin de la

    26 Cfr., Idem.27 Ver, Idem, p. 44.

    16

  • utopa que llevara a cabo la poltica moderna, no

    pierde de vista que esta realizacin lleva en su

    base un cmulo de relaciones e imgenes de su

    identidad, falsas; por ello, tal realizacin va

    imponiendo antiutopas o, en el mejor de los

    casos, cacotopas. El ethos cnico es una

    estrategia ethoica que configura un tipo de

    identidad y que busca afirmarse frente a la

    pseudoidentidad o identidad evanescente que

    tienen en distintas medidas los cuatro eth de la

    modernidad capitalista, en la cual, el mito de la

    nacin opera la incorporacin y masificacin de

    los individuos.28 El mito de la revolucin plantea

    la posibilidad de que la actividad del sujeto

    humano trate a la socialidad humana como a un

    simple material natural maleable, cosa necesaria,

    ya que ha de presentarla como su capacidad de

    proporcionar a la sociedad una identidad concreta

    creada a partir, ms que de la nada, de la

    capacidad real o efectiva revolucionaria del

    sujeto, que con su lucha hace real un nuevo

    mundo a partir de su propia constitucin como

    sujeto, con un poder econmico tal, que ya puede

    reclamar una sujetidad poltica, i., e., la creacin

    de la nacin a partir de la creacin que es l

    mismo.29 Aqu, se asoma un aspecto mtico del

    sujeto revolucionario, capaz de inaugurar un

    nuevo mundo-nacin, a partir de cero o de las

    condiciones ya existentes en la socialidad y

    espontneamente producidas en su transcurso.

    28 Cfr., Idem, p. 45. 29 Cfr., Idem, p. 46.

    La remisin de la escasez o el

    alcanzamiento de la abundancia es quiz, el

    origen de varios mitos de la especie. Hay un

    sentido bsico de experiencias reales que nutri

    la aparicin de imgenes mticas de todo tipo

    que es la vida daada en distintas formas-, pero

    que toman una forma especfica en los tres mitos

    trabajados por BE, de los cuales, podemos decir

    lo siguiente. De la Revolucin, su origen ms

    lejano es la vida absolutamente alienada del

    esclavismo, y quiz su primera expresin haya

    sido el Prometheo transgresor, quien con sus

    acciones vino a transformar los medios de

    produccin, poniendo el fuego al alcance de la

    humanidad indigente, y una de cuyas ms

    sonadas rebeliones fue encabezada por Espartaco

    (h. 73 a.d.n.e.), el mito que en esa poca ya

    estaba formado en su ncleo bsico, consista en

    la imagen de la transformacin radical de la vida

    y de las relaciones sociales, una forma ya ms

    elaborada del trabajo de este mito es la civitas

    Deus en la tierra (412-426) de algn modo

    inspirado por los mitos platnicos- y, ms tarde,

    la Cit del Sole.

    De la Democracia, surgira tambin, a

    partir del hecho esclavista, slo que a diferencia

    del anterior mito que concierne al todo de la vida

    social, este, se refiere explcitamente al orden

    poltico, el gobierno absolutamente tirnico de

    los hroes de la poca homrica, y un pueblo

    sojuzgado que debe sacrificarse por la gloria o

    17

  • sea el beneficio territorial y de riqueza material-

    de sus reyes; una primera imagen pudo ser la

    vida sin ley propia de los cclopes, Homero y

    toda la proyeccin de mundo que representa, el

    imaginario social de la mtica- no se pueden

    imaginar todava que la ley provenga del

    consenso de los miembros de la comunidad, sino

    slo que sin una ley tirnica del basileus, no hay

    ms ley que la que cada uno pueda imponer en su

    respectivo coto; en esta negatividad no cabe en el

    imaginario que el pueblo pueda consensar la ley;

    esta formacin mtica de la democracia es ms

    compleja en su constitucin, o sea, su formacin

    a partir de las experiencias reales de las que

    arranca, sobre todo, si no perdemos de vista el

    experimento ateniense de la poca socrtica, el

    papel de las asambleas aristocrticas que le

    antecedieron y el agotamiento de la monarqua

    adems, las imgenes arcaicas que haba

    originado el sojuzgamiento del pueblo minoico

    bajo la teocracia y las que provenan de los

    orgenes egipcios y minorasiticos y otras del

    genio propiamente griego- de modo, que el

    mito consiste en el gobierno a partir de los

    intereses del pueblo y que no sufren su absorcin

    por parte de los intereses de las clases

    dominantes oligrquicas, los intereses son vistos

    en este mito, como unvocos y equivalentes, y en

    donde la representacin social en el poder

    poltico no es una simple ficcin.

    Y respecto de la Nacin, un mito

    propiamente moderno slo si dejamos de lado,

    por el momento las naciones naturales-, que

    proyecta una consistencia real de entidad, la

    cual, envuelve a una comunidad sobre la base de

    intereses que seran de todos sus miembros: un

    conjunto de oportunidades para la acumulacin

    de capital, la identidad que en apariencia

    proporciona es necesaria para la proclamacin de

    lo privado de la propiedad tanto en la dimensin

    individual como colectiva (la suma de las

    propiedades de sus miembros es la propiedad

    nacional), al mismo tiempo legitimando

    relativamente las otras propiedades de las dems

    naciones en principio consideradas iguales, pero,

    que pueden dejar de serlo si provocan de alguna

    forma de la codicia de las otras naciones, todo

    depende del grado de avance del podero militar,

    del tecno-cientfico, o en etapas avanzadas del

    capitalismo, de una industria cultural

    mayormente desarrollada, u otras formas de

    guerra permanente de baja intensidad, como las

    que sufre la humanidad a partir del fin de la

    Segunda Guerra Mundial, en la ltima etapa del

    World-System. Con palabras llanas, todo depende

    del grado de desarrollo de la ambicin

    acumulativa de capital. Como otro aspecto de la

    formacin de este mito y de la prctica real que

    conlleva es la absorcin de las naciones

    naturales, estas, son naturalmente sus enemigas,

    cuando no sus fuentes de provisin; la re-

    18

  • nominacin de los individuos naturales libres

    como con-nacionales tiene en otra de sus caras la

    re-nominacin de los no-nacionales como

    enemigos sobre quienes se tiene un derecho que

    va de la explotacin a la aniquilacin. Por otro

    lado, el imaginario social moderno, que alimenta

    este mito de la nacin y que tiene como su

    contenido las imgenes de igualdad, bienestar y

    libertad, se constituye como una objecin ms

    contra estas idealizaciones que conlleva, pues, su

    formacin como imaginarios depende

    bsicamente de las formaciones econmicas y

    polticas, caractersticas de la modernidad

    Occidental.30

    Esta triloga de mitos constituye una

    autntica formacin racional lo que

    entendemos que significa en primera instancia,

    que tiene justamente un sentido epocal, como

    racionalidad temporalmente acotada, aunque

    traspasa las pocas, en tanto que tiene un

    contenido bsico de poder social en relacin con

    las socialidades falsas que pretende hacer pasar

    como legtimas- debido a las relaciones

    recprocas que las configuran y que las hacen

    interdependientes como elementos de un sistema

    de creencias y factores de dominacin social.31

    Otro aspecto comn de la triloga es que, traslada

    de manera idealizada a la dimensin de lo

    imaginario, los beneficios que slo obtienen las

    30 Cfr., Taylor, Ch., Modern Social Imaginaries, Dirham & London: Duke University Press, 2004, p. 2,

    clases propietarias. Y conlleva esta triloga otro

    mito central, que Europa es la nica referencia

    de la historia y de la civilizacin, eurocentrismo

    que es el modelo de la vida misma; este mito,

    tambin se refleja en la configuracin de la

    imagen cientfica de la economa, la

    macroeconoma que es ndice del bienestar de

    todos los miembros de la nacin, lo que es otro

    modo de subordinar la concrecin individual a la

    concrecin nacional, la cual no expresa otra cosa

    que la concrecin tpica y sus imgenes- de la

    burguesa capitalista. La revolucin hipostasiada

    es la contribucin de cierto marxismo a ese mito

    que subsume la concrecin individual. Otro mito,

    es que el arsenal inmenso de mercancas que

    produce la sociedad capitalista est al alcance de

    cualquiera. La supervivencia de la modernidad

    capitalista se viene dando justamente porque se

    ha transformado coyunturalmente, hay una

    concentracin de la riqueza en cada vez un

    menor nmero de manos, que corre paralela al

    fortalecimiento del orden totalitario y sus modos

    de opresin y represin, y a la consolidacin y

    aumento del poder ideologizante de la industria

    cultural; esta transnacionalizacin de la

    estructura de los procesos productivos y de la

    absorcin del sistema totalitario ha significado un

    cambio de piel, que se expresa como el aumento

    31 Apud, Corts, R., El concepto deracionalidad, Mxico: Universidad deGuanajuato, 2007. especialmente, pp. 34-36;73-75; 154-157 y sobre el tema del poder, p.176s.

    19

  • en la capacidad de consumo de los sectores

    menos favorecidos, aunque los productos son de

    menor calidad y cada vez ms desechables.

    Volviendo al tema de la transfiguracin

    ideolgica o enmienda del intelecto que debe

    practicar el ethos cnico, la ascesis que practica

    es ms bien una limpieza mental de la ideologa

    que caracteriza a los eth que colaboran con el

    sistema moderno capitalista, ya sea por accin u

    omisin. Tristeza, coraje, repudio por la carencia

    adquisitiva, envidia ante el arsenal inmenso de

    mercancas que ofrecen las sociedades en que

    impera el rgimen capitalista, no son propias de

    este ethos. En trminos vulgares de la mentalidad

    enajenada, el ethos cnico, no juega a las loteras

    esperando ser millonario de un da para otro. No

    es que se hallen liberados de los imprevistos y

    endurecidos para permanecer impasibles ante la

    adversidad existencial como el hambre, el fro o

    la pobreza, el asedio criminal o del estado, que

    no depende de ellos, sino que una de sus

    respuestas es a travs de la crtica de las

    estrategias operadas por los agentes de los eth

    modernos caracterizados por BE. El ethos cnico

    opera una estrategia de ataque contra los eth

    realista, clsico y romntico, debido a su

    desacuerdo fundamental con sus estrategias de

    vida y, an, toma distancia del ethos barroco, en El ethos cnico conlleva cierto ascetismo,como un ser racional que es, dira Spinoza.Esta limpieza mental no es slo de la basuraconcerniente al consumo sino tambin deltrabajo mercantificado, hay que descolonizarla conciencia.

    lo que ste tiene de acuerdo con la lgica del

    sistema, aunque no puede dejar de pisar su suelo

    y, de los otros tres, a su despecho. Por tanto, su

    modelo terico no puede ser otro que el

    pensamiento crtico y la dialctica negativa para

    esta bsqueda de ejercicio de libertad. El nfasis

    en el cultivo de una crtica negativa es para auto-

    restringirse en la reflexin y no para tomar

    posturas fijas desde fuera de la realidad

    existente, elaborando abstracciones o

    universalizaciones falsas, se limita al anlisis

    crtico, sabiendo muy bien, que [] est tambin

    limitado por las contradicciones [ de] la

    dialctica de la Ilustracin [subraya] la

    importancia de la negacin [porque se ha]

    dado cuenta que la razn objetiva, no

    instrumental, no es capaz de otra cosa.32

    El practicante del ethos cnico ha

    consultado dos orculos: Nietzsche y Benjamin.

    La consulta al primero, tiene como resultado que

    la transmutacin de los valores se convierte

    crticamente en invalidacin de la moneda, lo

    que consiste en una prctica que invalida uno de

    los dispositivos de control que tiene su condicin

    central en el consumismo; en cuanto a Benjamin,

    la denuncia de la fetichizacin que hay en la idea

    grande de revolucin y de todo discurso que se

    erija como hegemnico. Para nosotros, en

    Amrica Latina, uno de los resultados de la

    Ilustracin es que termina en el crimen

    32 Gandler, S., Fragmentos de Frankfurt..., p.26.

    20

  • organizado, o sea, el lucro a toda costa, que

    agrupa delincuentes civiles y gubernamentales.

    Tambin, habr que considerar junto con las

    caractersticas sociales que produjeron las

    condiciones para un ethos cnico, aquellas

    condiciones psicolgicas que contribuyen

    reproducirlo y las semiolgicas que lo

    conforman. El ethos cnico es un intento por

    desentraar un aspecto de la estructura de la

    dominacin de la sociedad de los negocios y la

    tecnologa y, con ello, del principio de

    individuacin social de la modernidad. Se deber

    sacar a la luz de qu forma converge esta

    estructura de dominio con la estructura de las

    mercancas, esclarecer esta doble relacin del

    ethos cnico. O dicho negativamente, en qu

    modo de relaciones el ethos cnico se resiste a ser

    concretizado como mercanca. Aqu, pensamos

    en sus modos de resistencia a ser absorbido por

    la industria cultural.

    Respecto a la ndole subjetiva y objetiva

    de este ethos, la cuestin ser no caer en que

    domine el objeto ya que eso reificara su

    conciencia y provocara la aceptacin pasiva del

    sistema, como es el caso del ethos clsico. Si

    domina el sujeto, el resultado sera la recada en

    el dominio de la naturaleza y la justificacin

    ideolgica del rgimen, como es el caso del ethos

    realista.33 Si el sujeto cree que domina ignorando33 Cfr., Buck-Morss, S., Origen de la dialctica negativa. Theodor W. Adorno, Walter Benjaminy el Instituto de Frankfurt, Mxico: Siglo XXI, 1981, p. 360.

    el dominio del objeto, el resultado sera el

    dominio de la naturaleza y de los dems, pero,

    sin justificarlo y, en su ignorancia de la

    contradiccin del valor, ignorara que est bajo el

    dominio del objeto, as, su conciencia sera

    reificada en el sentido de considerar el sistema

    como una aventura de la especie, como es el caso

    del ethos romntico. En el ethos barroco, se

    mantienen la argumentacin y la prctica en un

    perpetuo movimiento circular de la

    desesperacin al vrtigo- para posibilitar que la

    crtica se mantenga apegada a su compromiso

    con su objetivo: el intento de salvacin del valor

    de uso mediante la destruccin de su

    contradiccin con el valor. Y es aqu donde est

    la principal diferencia con el ethos cnico, cuyo

    objetivo es la salvacin de la praxis que rompe la

    continuidad del tiempo burgus,34 y cuya

    argumentacin se mantiene en choque continuo

    contra la estructura de dominacin.

    En este modelo del ethos cnico hay que

    encontrar las convergencias con sus opuestos: los

    eth modernos del capitalismo existente.

    Converge con su similar, el ethos barroco, en que

    ambos se oponen al rgimen imperante, se

    distinguen en sus condiciones econmicas (de

    trabajo y de consumo) y relativamente en su

    ideologa (debido a relativamente distinta

    semiosis). El ethos realista capitalista es el ms

    opuesto al ethos cnico moderno, casi slo

    34 Cfr., Idem.

    21

  • convergen en la existencia real el reino de la

    decadencia que pisan ambos-, aunque

    distintamente, el ethos realista defendiendo lo

    indefendible desde un inters mezquino y el

    ethos cnico, como consumidor (aunque objetivo)

    y desde su ideologa epocal en proceso de

    descolonizacin. Ambos producen y consumen,

    regidos por distinta lgica sistmica. Convergen

    ambos en que son un fin en s mismos, el ethos

    cnico, porque no tiene como fin la

    transformacin del sistema, pues, la dialctica

    negativa descubri en este cometido la inutilidad

    de la poltica y, con ello, se convirti en un fin en

    s misma.35

    Habr que evitar la cada en el crculo

    vicioso de que cambiando yo, cambia el mundo

    social, el ethos cnico, no piensa que su praxis

    puede cambiar el sistema, es su estrategia

    individual para responder a un cambio del

    sistema en lo que a l compete, transfigurando el

    elevado fin de transformar y mejorar las

    relaciones sociales a lo que en cada caso

    individual se puede intentar en las condiciones

    dichas-, no slo para la salvacin del valor de uso

    sino justo para salvar su propia existencia. En

    cuanto a este sistema como totalidad totalitaria

    comparte la idea del ethos romntico, es

    incambiable por la mano del sujeto en las

    actuales condiciones. La idea de que, lo que

    cambie al sistema tendr que ser algo ms grande

    35 Cfr., Idem, p. 365.

    que el sistema, slo podemos expresarla

    negativamente, parafraseando a Kant, lo que

    provocar el cambio ser un vuelco del corazn

    sobre la base del crecimiento del neocrtex, el

    centro nervioso de la moralidad.

    EPLOGO

    Una cuestin que an nos provoca

    perplejidad es si el ethos cnico verdaderamente

    libera de algn modo al individuo del dominio

    tirnico del sistema, si su impulso liberador

    puede ser mantenido ms all, para que no se

    convierta en una nueva ideologa de dominio. El

    principio crtico que lo mueve ha de permanecer

    mvil, ya que obedece a un mayor

    endurecimiento de las relaciones sociales

    imperantes. Cmo el principio de anti-sistema

    que debe regir la reflexin y prctica del ethos

    cnico no puede convertirse a la postre en parte

    del sistema? El principio que lo mueve debe

    mantenerse atento a no repetir las estructuras de

    dominacin y reificacin propios del sistema.

    Debe mirar todos los fenmenos sociales y su

    negatividad, bajo la idea de que su positividad

    exige que, el mundo de los hechos no tenga la

    ltima palabra, y del uso libre de la razn. No

    comprometer el uso libre de la razn parece ser

    el principio que mueve el esquema de la Teora

    Crtica completa, la cual es el nico suelo terico

    que puede pisar el ethos cnico; pensamos esto a

    partir de algunas afirmaciones sobre el trabajo de

    los miembros del Institut fr Sozialforschung ,

    22

  • como un grupo de hombres, interesados en

    teora social y formados en escuelas diferentes,

    se agruparon en torno a la conviccin de que la

    formulacin de lo negativo en la poca de

    transicin era ms importante que las carreras

    acadmicas.36 Un ensayo de la puesta en

    operacin de la idea de ethos cnico para el

    examen del discurso filosfico, se puede hacer a

    partir del siguiente fragmento, en el que se

    percibe claramente un ethos de este tipo en la

    Tercera intempestiva de Nietzsche:

    Dejad que el filsofo crezca salvaje,

    privadlo de cualquier perspectiva de

    colocacin e insercin en las profesiones

    burguesas, no le lisonjeis ms con

    sueldos y, ms an: perseguidle, sed

    inmisericordes con l; veris milagros!

    Entonces tendrn que desperdigarse y

    huir aqu o all en busca de un techo,

    esos pobres simuladores [] De repente

    todo est vaco, el nido abandonado: en

    efecto, es muy fcil deshacerse de los

    malos filsofos, basta con dejar de

    favorecerlos.37

    36 Jay, M., La imaginacin dialctica. Historiade la Escuela de Frankfurt y el Instituto deInvestigacin social (1923-1950), Madrid:Altea / Taurus / Alfaguara, 1989, p. 9. 37 Nietzsche, F., Tercera ConsideracinIntempestiva. Schopenhauer como educador, enhttp://www.nietzscheana.com.ar/index.html,link: Textos, consultado septiembre 6 de 2012,VIII, prrafo 9. En, Nietszches Werke, ZweiterBand, Sttugart: Alfred Krner, 1921, p. 335.

    Y este otro, para el tema de la exclusin,

    auto y heternoma, que sufre y practica el ethos

    cnico, tambin, sobre los miembros del Institut

    de Frankfurt, especialmente de Horkheimer y

    Adorno:

    Aunque las exigencias de la historia los

    forzaron al exilio como parte de la

    migracin intelectual de la Europa Central

    despus de 1933, haban estado exiliados

    en relacin al mundo externo desde el

    principio de su colaboracin. Lejos de ser

    una fuente de remordimiento, sin

    embargo, esta posicin fue aceptada, e

    incluso alimentada, como el sine qua non

    de su fertilidad intelectual.38

    Otro momento del ethos cnico est en el

    Tratado para la enmienda del intelecto de

    Spinoza, por su desestimacin de los bienes

    materiales, nunca estos como un fin, aunque

    toma distancia de cualquier aspiracin a

    eternidad. El ethos cnico no busca expresar la

    identidad de la razn y una realidad endurecida,

    ni la identidad entre objeto y su concepto sino lo

    negativo de la realidad y la razn, sea cnica o

    no. Lo negativo del ethos realista es no tanto su

    concepcin de las cosas como la falsedad de las

    relaciones en que queda absorbido. El ethos

    cnico puede ser la posibilidad de mantener con

    vida la representacin de lo no idntico debido a

    su negativa a la participacin en los beneficios38 Jay, M., Op., cit., p. 14.

    23

  • del sistema, o bien, su participacin bajo una

    resignificacin que lo rompe. Si el ethos cnico

    puede significar la realizacin de una utopa, no

    puede reconocerlo, sino que siempre ha de

    quedarse en lo negativo, aqu entra en accin el

    principio de la negacin determinada y de la

    negativa de presentar un contenido de lo que

    puede ser el hombre libre. De Horkheimer

    puede darse algn crdito a su ms reciente

    afirmacin, en el sentido de que la prohibicin

    juda tradicional de nombrar o describir a Dios y

    el Paraso se reprodujo en la negativa de la

    Teora Crtica a dar sustancia a su visin

    utpica.39 Por su lado, el ateismo crtico de TW

    Adorno, que nutre al ethos cnico, tuvo una de

    sus bases en que toda cultura testa tiene sus

    modos de opresin y que especficamente aceptar

    el catolicismo, significaba aceptar la philosophia

    perennis.40 El ethos cnico no trabaja para la

    realizacin de la utopa en nombre de la utopa,

    nicamente de una utopa a la que se le ha

    extirpado su ndole mesinica y de la cual algo

    siempre permanece en lo negativo.

    El precio menos oneroso del aislamiento

    que produce la prctica del ethos cnico, puede

    ser el concebir ideas ingenuas y enaltecerlas.

    39 Idem, p. 106.40 Cfr., Garca, H., FragmentosKierkegaardianos: Ms all de T. W. Adorno,Colombia: Revista de Educacin yPensamiento, nmero 20, 2013, p. 78, nota32, y III, 8, p. 81s. Artculo en lnea:www.humanidadesyuniversidadusc.com/2013/07/revista-educacion-y, pp., idem.

    Horkheimer escribi que Nietzsche glorific

    ingenuamente la idea del superhombre, y esto fue

    el precio de su aislamiento.41 Uno ms costoso es

    engrosar las filas de los absolutamente parados

    y, el peor, estar en la posicin de morirse de

    hambre. Y no hablemos de regmenes duros que

    responden a la crtica con instrumentos de tortura

    y muerte.

    Sobre el problema del tiempo, el ethos

    cnico busca el rompimiento de la temporalidad

    burguesa, porque la semiosis material del tiempo

    es un elemento central en la configuracin de los

    sistemas de signos de todo modo de vida social.

    Segn Stefan Gandler, ya Marx haba sentado la

    base para la crtica de la concepcin burguesa del

    tiempo como algo lineal y vaco:

    Marx prepar el terreno terico en el cual

    Benjamin hace esta gran revelacin a la

    cual llega con la ayuda de ciertos

    mtodos y herencias de la teologa []

    es estrictamente materialista porque se

    basa en el conocimiento de que, el

    tiempo como algo lineal, ininterrumpido y

    con direccin definida, es una

    construccin ideolgica que no se basa

    en ningn sustento material. Es la puerta

    de salida de este sistema poltico-

    econmico y social aparentemente sin

    salida, sin la necesidad de una salvacin

    mesinica en el sentido clsico de la

    41 Jay, M., Op., cit., p. 97.

    24

  • palabra, como una salvacin que viene

    de afuera de la sociedad.42

    Este es un punto central en la praxis del

    ethos cnico: rompe el continuum del tiempo

    burgus, produciendo y consumiendo contra sus

    protocolos, slo que se trata de una praxis de

    hormiga, denominacin que ilustra

    perfectamente su alcance dbil. La

    determinacin social del ethos cnico es histrica

    y eventualmente dejar de serlo, lo ms posible

    es que haya que conceptuar otras relaciones an

    ms endurecidas. Este ethos oscila entre la

    esperanza y la aniquilacin (mientras que el

    ethos barroco oscila entre la desesperacin y el

    vrtigo), lo importante es que no sea cooptado y

    articulado a la industria cultural o al trabajo del

    tiempo progresista.

    Slo nos resta agregar que el cinismo es

    una forma premoderna, pero que es tambin tan

    moderna, que la propia modernidad se inici

    como un cinismo meyorativo, adems, es

    tambin una categora esttica desde su origen

    griego. El ethos barroco es un intento por detener

    la destruccin capitalista y no necesariamente

    contiene tendencias anticapitalistas sino que

    intentan configurar otra modernidad distinta a la

    capitalista, aporta algo para un postcapitalismo,

    42 Gandler, S., Por qu el ngel de la historiamira hacia atrs?, en Echeverra, B. (comp.),La mirada del ngel. En torno a las Tesis sobrela historia de Walter Benjamin, Mxico:UNAM: ERA, 2005, p. 47.

    permite el mestizaje cultural. El ethos cnico es

    la conceptuacin de un modo de ser que se

    expresa en la vida cotidiana como resistencia,

    rebelin, recrudecimiento, auto y hetero-

    exclusin. Lo que lo distingue apenas del ethos

    barroco es su lucha pretendidamente ms frontal

    contra la subsuncin del valor natural al valor de

    cambio. La experiencia de la modernidad se da

    fundamentalmente en ese cudruple de eth

    histricos. El concepto de ethos barroco y el de

    ethos cnico son los conceptos de una derrota, de

    una visin de contra-realidad. Una revolucin del

    capitalismo hacia otro calendario tendra que ser

    la abolicin de todo eth modernos, entendidos

    como estrategias de interiorizacin y respuesta a

    sus condiciones de existencia, de ah, la

    dificultad de pensar coherentemente un ethos

    revolucionario, tal estrategia ethoica no es

    posible dentro de las fronteras de los eth

    modernos del capitalismo. El ethos histrico, con

    todo su peso terico, es una de las formas en que

    se nos presenta el concepto de la vida daada por

    todas las sociedades de clases. Finalmente, el

    ethos cnico es, tambin, un intento de filosofa

    que junta en un no tan extrao mestizaje la

    filosofa cnica con la dialctica negativa y, en

    esa medida, es tambin una actitud barroca en el

    discurso filosfico. Vale por ahora.

    25

  • 26