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REPORTAJE: ¿Qué sigue para Bordo Poniente? - MexicoLunes 18, Enero 2010

El 15 de enero fue un aniversario importante para Ciudad de México, pero no precisamente algo que muchos quisieran celebrar. En la misma fecha del 2009 debía cerrar el tristemente célebre relleno del Bordo Poniente. Un año después, los residuos se siguen acumulando en sus instalaciones y las únicas gestiones que las autoridades locales pueden mostrar son promesas incumplidas y propuestas poco realistas. Bordo Poniente, ubicado en el municipio de Nezahualcóyotl, comenzó las operaciones en noviembre de 1982, luego de que un terremoto afectó a la ciudad y las autoridades se vieron obligadas a encontrar un lugar para depositar los escombros de los edificios destruidos.

La vida útil del relleno duraba hasta el 2004. Ahora ha acumulado cerca de 75 millones de toneladas (Mt) de basura y es uno de los vertederos más grandes del mundo, pues recibe 12.500t de residuos todos los días del estado de México (Edomex) y del Distrito Federal (DF).

Además de ser un lugar horrible, en el sitio hay hundimientos de hasta 13m de profundidad y genera contaminación atmosférica por gas metano, que es 20 veces más nocivo que el CO2.

En el 2009, la Comisión Nacional del Agua (Conagua), que oficialmente controla el lugar, presentó una orden judicial que exigía el cierre inmediato de tres de las ocho celdas del relleno a contar del 15 de enero. El resto debía clausurase durante el año. Sin embargo, el gobierno del DF apeló el cierre, con lo que se dio inicio a una larga batalla legal que se extiende hasta hoy.

SIN VOLUNTAD NO SE PUEDE

La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Conagua han solicitado en repetidas ocasiones el cierre del Bordo Poniente. No obstante, en última instancia estos organismos están atados de manos ante las autoridades de la ciudad, que tienen dos excusas principales para no enfrentar el problema: primero, sostienen que no cuentan con financiamiento para cerrar el relleno; y, en segundo lugar, argumentan que necesitan más tiempo para encontrar un sitio alternativo para depositar los residuos de la ciudad.

De seguro el tema de los fondos para el relleno es complicado. Los expertos señalan que el cierre y eventual saneamiento del Bordo Poniente tendrá un alto costo, cercano a los 1.000mn de pesos (US$78,4mn). Sin embargo, finalmente el problema se reduce a la reticencia del gobierno a asignar fondos disponibles a la gestión de residuos, según el subsecretario de gestión para la protección ambiental de la Semarnat, Mauricio Limón Aguirre.

“Pensamos que el gobierno del DF tiene el dinero, pero no hay la voluntad política para destinarlo a un servicio público fundamental”, dijo el funcionario a BNamericas en una entrevista reciente. Los legisladores de la Asamblea Legislativa del DF autorizaron 300mn de pesos para el manejo de residuos en el 2008 y un monto similar en el 2009. En ninguna de estas ocasiones se asignó el financiamiento a una solución para el Bordo Poniente, según Limón Aguirre. “Los recursos tampoco se han destinado para esto y no sabemos en qué se fueron”, precisó.

SOLUCIONES POCO PRÁCTICAS

El gobierno sostiene que está trabajando arduamente para encontrar una solución. Sin embargo, la mayoría de las propuestas para el Bordo Poniente han abarcado medidas de corto plazo y ninguna de ellas se ha concretado. Las medidas propuestas por el gobierno del DF en el último año han incluido desviar los desechos de la ciudad a un grupo de rellenos privados, instalar un Centro Integral de Reciclaje y Energía (CIRE) en el lugar y varios proyectos de conversión de residuos en energía. Y estos fueron algunos de los esquemas más razonables. El año

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pasado, el secretario de Obras y Servicios del DF, Fernando Aboitiz, anunció que la ciudad comenzaría a quemar sus residuos en el 2010 para disminuir el volumen de desechos que terminan en el relleno. Como el experto local en medioambiente Ramón Ojeda señaló a BNamericas en esa época, la idea no era especialmente buena para una ciudad que se ubica en un valle a casi 2.300m sobre el nivel del mar. “Con el derrotero errático de los vientos que predominan en esta cuenca es verdaderamente suicida instalar incineradores”, aseguró.

CONVERSIÓN DE RESIDUOS EN ENERGÍA

Las autoridades locales e inversionistas privados -entre ellos el multimillonario mexicano Carlos Slim- han propuesto realizar proyectos de conversión de residuos en energía en el Bordo Poniente. Igualmente, ninguna de estas propuestas ha dado frutos.

Sin embargo, la venta del biogás que se produce en el relleno podría generar ingresos por 200mn de euros (US$290mn), según un estudio realizado por la empresa con sede en los Países Bajos Green Gas International. El sondeo, que se ejecutó por encargo del gobierno municipal de Nezahualcóyotl, provocó una enorme disputa entre las autoridades locales y la Conagua y finalmente quedó en nada, pues el gobierno municipal no solicitó autorización a la ONU para inscribir el proyecto como Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL).

Si bien la mera escala del Bordo Poniente intimida a los posibles ejecutores, un proyecto de conversión de residuos en energía en el lugar podría ser viable, según el gerente de desarrollo de proyectos de la compañía británica Biogas Technology para Latinoamérica, Francisco Blanco.

“Dado que el terreno recibe una buena cantidad de desechos, es muy atractivo para la generación eléctrica con gas de relleno, a pesar de sus altos niveles de lixiviados y de la capa freática”, indicó el ejecutivo a BNamericas. Lamentablemente la falta de coordinación y el a veces directo enfrentamiento entre las autoridades municipales y federales han hecho que este tipo de iniciativa resulte inviable.

¿DEMASIADO AMBICIOSO?

El único rayo de luz en la sombría saga del Bordo Poniente ha surgido del jefe de gobierno del DF, Marcelo Ebrard, carismático político de izquierda. En octubre, visitó el proyecto Fresh Kills Park en la ciudad de Nueva York. El relleno de Fresh Kills, que alguna vez fue el más grande del mundo y cuyo nombre proviene de una antigua palabra neerlandesa que significa “arroyo”, se está convirtiendo en un parque ecológico de 2.200ha y se considera un modelo de renovación urbana.

El proyecto a 30 años implica convertir los montículos del relleno, que contienen cerca de 150Mt de residuos sólidos, en áreas verdes. El sitio no solo será una atracción para los habitantes de la ciudad, sino que también genera 10 millones de pies cúbicos diarios (Mpc/d o 283.169m3/d) de gas, de los cuales 5Mpc/d se venden como gas apto para tubería, lo que le aporta US$11mn anuales a la ciudad. Tras su visita, Ebrard anunció un plan para llevar a cabo un proyecto similar en el Bordo Poniente. El gobierno se ha mantenido en silencio al respecto desde entonces, quizá porque solo las obras de la primera etapa del proyecto Fresh Kills, de cuatro fases en total, tuvo un costo cercano a los US$21mn.

SOLUCIÓN DE SEPARACIÓN

Aunque el parque Fresh Kills podría ser un modelo para Ciudad de México, este tipo de iniciativa demora años en ejecutarse y el DF necesita una solución más inmediata al problema de la basura. La respuesta podría estar más cerca de casa. En vez de concentrarse en llamativas medidas de gran envergadura, las autoridades del DF harían

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bien en evaluar una opción eficiente de costo relativamente bajo: esquemas de separación de residuos.

Según el director ejecutivo del Instituto Nacional de Recicladores (Inare), Elías Vanegas, las iniciativas de separación de residuos podrían reducir hasta un 95% la cantidad de basura que llega a los rellenos sanitarios. Dado que cerca del 50% de todos los residuos sólidos es orgánico, este tipo de campaña disminuiría significativamente el volumen de residuos que se envía al Bordo Poniente, lo que daría algo de tiempo a las autoridades para encontrar un lugar alternativo, sostuvo.

En México ya se han llevado a cabo con éxito programas de separación de residuos. Un programa que se inició el 2008 en Guadalajara, capital del estado de Jalisco, se implementó con éxito en 310 de los distritos de la ciudad y ahora se está replicando en el municipio vecino de Tlaquepaque. Mientras que un programa en Ciudad de México requeriría financiamiento y una cierta cantidad de cooperación, claramente es mejor que prender fuego a la basura.

NADA QUE CELEBRAR

El aniversario del frustrado cierre del Bordo Poniente pasó inadvertido para las autoridades de la ciudad, que parecieron preferir hacer como que nada pasaba. El problema con la gestión de residuos es que no es un asunto muy glamoroso: es comprensible que el gobierno del DF prefiriera asignar fondos a relucientes nuevos trenes de metro que a un maloliente relleno. Pero el Bordo Poniente es un problema que crece a una tasa de 12.500t al día. A medida que el tiempo pasa y la basura se acumula, se hará cada vez más difícil esconder el problema debajo de la alfombra.

Catherine SetterfieldBusiness News Americas